1. INTRODUCCIÓN. -...

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1. INTRODUCCIÓN. La uva de mesa (Vitis vinifera L.), es la especie frutal que durante los últimos años ha llegado a concentrar la mayor superficie plantada en el país, con 45.486 ha de superficie durante el año 2002 (ODEPA, 2004) (Anexo 1). De ésta, el cultivar Thompson seedless, presentó una superficie de 20.809 ha (Anexo 2), lo que junto con su importante volumen de producción y exportación (SCHARTZ y SILVA, 1993) la transforma en la principal variedad de uva de mesa en Chile. Dentro de los principales mercados de uva de mesa chilena, se encuentran Norteamérica, Europa y Lejano Oriente (KUSAR Y MORALES, 1997). Los largos viajes que deben realizar las uvas para llegar a éstos mercados, junto con las estrategias de guarda utilizadas para llegar con fruta por un tiempo más prolongado, corresponden a aspectos importantes de variación en la condición de uva de mesa, ya que empeoran aun más los problemas propios del cv. Thompson seedless. Los problemas que comúnmente están afectando a la uva de mesa en nuestro país, corresponden a Botrytis cinerea, blanqueamiento y desgrane. Las limitaciones de condición más importantes presentadas por uva de mesa cv. Thompson seedless, corresponden a su alta susceptibilidad al desgrane, su especial sensibilidad a botrytis, palo negro y pardeamiento, entre otras (GIL 2000; PÉREZ 1992b; VOLOVSKY 1984). El hongo Botrytis cinerea, corresponde a la principal enfermedad que ataca a la uva de mesa, y se destaca por tener la capacidad de desarrollarse en cajas de uva en almacenaje refrigerado, durante el transporte o en el mercado de destino (MORALES, 1990). Una de las alternativas de tratamiento de postcosecha

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1. INTRODUCCIÓN.

La uva de mesa (Vitis vinifera L.), es la especie frutal que durante los últimos años

ha llegado a concentrar la mayor superficie plantada en el país, con 45.486 ha de

superficie durante el año 2002 (ODEPA, 2004) (Anexo 1). De ésta, el cultivar

Thompson seedless, presentó una superficie de 20.809 ha (Anexo 2), lo que junto

con su importante volumen de producción y exportación (SCHARTZ y SILVA, 1993)

la transforma en la principal variedad de uva de mesa en Chile.

Dentro de los principales mercados de uva de mesa chilena, se encuentran

Norteamérica, Europa y Lejano Oriente (KUSAR Y MORALES, 1997). Los largos

viajes que deben realizar las uvas para llegar a éstos mercados, junto con las

estrategias de guarda utilizadas para llegar con fruta por un tiempo más prolongado,

corresponden a aspectos importantes de variación en la condición de uva de mesa,

ya que empeoran aun más los problemas propios del cv. Thompson seedless.

Los problemas que comúnmente están afectando a la uva de mesa en nuestro país,

corresponden a Botrytis cinerea, blanqueamiento y desgrane. Las limitaciones de

condición más importantes presentadas por uva de mesa cv. Thompson seedless,

corresponden a su alta susceptibilidad al desgrane, su especial sensibilidad a

botrytis, palo negro y pardeamiento, entre otras (GIL 2000; PÉREZ 1992b;

VOLOVSKY 1984).

El hongo Botrytis cinerea, corresponde a la principal enfermedad que ataca a la uva

de mesa, y se destaca por tener la capacidad de desarrollarse en cajas de uva en

almacenaje refrigerado, durante el transporte o en el mercado de destino

(MORALES, 1990). Una de las alternativas de tratamiento de postcosecha

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corresponde al uso de generadores de anhídrido sulfuroso, que permiten sanitizar la

fruta por medio de la eliminación de esporas superficiales y evita el desarrollo de

nidos de infección (ZOFFOLI, 2002).

Para evitar el desarrollo de pudrición en ciertas zonas críticas de la caja, se requiere

de concentración de anhídrido sulfuroso (SO2) distribuido uniformemente en su

interior. HANKE (1997), señala que es necesaria la utilización de un generador

superficial apoyado con un generador de fondo. Sin embargo, puede existir una

liberación excesiva de SO2 y provocar problemas de blanqueamiento. BERGER

(1982), menciona que existe un antagonismo entre control de pudrición y de

blanqueamiento, ya que un mayor gramaje en el generador, puede provocar un

mejor control sobre pudrición, pero es posible que aumente el porcentaje de bayas

blanqueadas. Sin embargo, debe existir un equilibrio armónico entre el efecto

fungistático del SO2 y el mínimo blanqueamiento (MORALES, 1988).

Otro aspecto importante a considerar en un embalaje de uva de mesa de

exportación, es la utilización de un envase que represente comodidad física para la

fruta. Dentro de las características de un buen envase, BERGER y GALLETTI

(1990), señalan que deben proteger el contenido, ser resistentes a alta humedad

relativa principalmente para largos períodos de conservación y entre otros, como los

señalados por KUSAR y MORALES (1996), poseer las ventajas de evitar la pérdida

del desgrane y favorecer la manipulación del producto. Dentro de los envases que

poseen éstas características se encuentran Clamshell, Carrybag y Polybag, que

serán los utilizados en este ensayo.

1.1. Hipótesis:

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Envases como Clamshell, Polybag y Carrybag, así como el uso de dos tipos de

generadores superficiales de SO2 utilizados para tres tipos de embalaje de

exportación, afectan algunos aspectos de condición de uva de mesa cv. Thompson

seedless, en almacenaje refrigerado prolongado.

1.1. Objetivo general:

Evaluar el efecto de tres tipos de envases y dos tipos de generadores superficiales

de anhídrido sulfuroso (apoyados de un generador de fondo), sobre la condición de

uva de mesa cv. Thompson seedless, hasta 135 días de almacenaje a 0°C y 90%

de humedad relativa.

1.2. Objetivos específicos:

Evaluar la incidencia del uso de Clamshell, Polybag y Carrybag, sobre el control de

desgrane, blanqueamiento, pudrición y deshidratación del escobajo presentado en

uva de mesa cv. Thompson seedless durante un largo período de almacenaje

refrigerado.

Evaluar el efecto de dos tipos de generadores superficiales de SO2, diferenciados

por la barrera de emisión, en conjunto con un generador de fondo en común, sobre

el control de pudrición y blanqueamiento de uva de mesa cv. Thompson seedless en

un largo período de almacenaje refrigerado.

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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.

La vid, tiene como fruto, una baya de tipo no climactérica, compuesta por azúcares

(glucosa y fructosa), sustancias pécticas (protopectina, pectina y ácido péctico),

ácidos orgánicos (tártrico, cítrico, ascórbico, málico y fosfórico) y taninos, entre otros

(HIDALGO, 1999).

La uva de mesa Sultanina es la variedad apirena (sin semilla) más extendida y

cultivada en el mundo, se caracteriza por presentar una baya pequeña ovoide, de

color verde a verde amarillento, pudiendo adquirir un tono dorado en partes

expuestas al sol; su piel es relativamente gruesa y la pulpa es carnosa y muy

agradable (VOLOVSKY, 1984.). Sus racimos son grandes y cónicos (PÉREZ,

1992b; VOLOVSKY, 1984), y su baya, a pesar de ser apirena puede presentar

semillas atrofiadas, muy delgadas, pequeñas y blandas por gelatinización

(VOLOVSKY, 1984).

2.1. Problemas de condición en uva de mesa:

MORALES (1990) define condición como una serie de atributos que cambian en el

tiempo. Menciona además, que corresponden a “vicios ocultos” que se van

expresando en función del envejecimiento del producto, manejo de pre y

postcosecha, entre otras variables. PÉREZ (1992b), define "condición" como el

conjunto de características y/o defectos que posee la uva al momento de su llegada

a destino, encontrándose dentro de éste concepto: consistencia de las bayas

(firmeza, crocancia), adherencia de la baya al pedicelo (desgrane), condición del

escobajo (deshidratación y firmeza), blanqueamiento, pudriciones, entre otros; en

general defectos o desórdenes que se desarrollan durante el embalaje y transporte.

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2.1.1. Desgrane en Thompson seedless

El desgrane, corresponde a todas aquellas bayas que se han separado del

escobajo, y que contribuye un problema de condición importante. La mayor parte del

desgrane ocurre durante el proceso de embalaje y desembalaje de la fruta dentro

de las cajas, por efecto del roce entre racimos. Por lo tanto, un correcto trato del

producto, garantizaría una reducción en los niveles de desgrane (JENSEN, 1984).

La mayoría de las variedades tienen una buena fijación del grano al escobajo, sin

embargo, la uva de mesa cv. Thompson seedless, puede llegar a exceder niveles de

20% cuando llega al consumidor final. Esto es debido a una inherente fijación débil

de la baya, junto con el uso de pulverizaciones de ácido giberélico para inducir el

tamaño del grano, que probablemente debilita la conexión entre pulpa y escobajo y

agranda los granos, los que al tener un mayor peso, se caen más fácilmente del

tallo en el proceso de embalaje (JENSEN, 1984).

CALLEJAS et al. (1993) menciona también que las aplicaciones de ácido giberélico

(GA3), efectivamente aumentan el desgrane, provocando un mayor desarrollo de

tejido xilemático, una mayor lignificación y siguiente rigidización del pedúnculo. Con

ello, éste pierde flexibilidad, y facilita la separación a nivel de la unión pedúnculo-

baya que caracteriza el desgrane (“caída seca”, sin pincel adherido) en uva de mesa

cv. Thompson seedless.

LIZANA (1995) menciona que en la Norma Chilena 1925 se señalan porcentajes de

tolerancia para distintos defectos según categorías. En cuanto al desgrane para

Sultanina, se establece una tolerancia del 5% para la Categoría 1 y 7% para la

Categoría 2, en peso de la muestra, lo que corresponde a una tolerancia mayor que

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para otros cultivares menos susceptibles en el que los niveles de tolerancia son del

2%.

2.1.2. Deshidratación del escobajo

Un problema frecuente en uva embalada después del período en frigorífico, es la

deshidratación del escobajo, la cual va acompañada con una oxidación y cambio de

color de verde a verde-pardo y pardo (LIZANA, 1995). No obstante, la mayor

pérdida de agua sucede entre la cosecha y enfriamiento, períodos en los que ocurre

la mayor deshidratación (MORALES, 1990).

Varios pueden ser los factores que influyen en éste problema, dentro de ellos

LIZANA (1995) menciona como una de las causas, la baja humedad en las cámaras

de almacenaje, junto con el tiempo que demora la fruta en entrar al frío, ya que

mientras mayor sea éste, hay más posibilidades de pardeamiento del escobajo.

Además de esto, PÉREZ (1992b) menciona que el pardeamiento del escobajo se

incrementa rápidamente a causa de la temperatura. LAVANDEROS (1998)

menciona como uno de los aspectos a considerar, la aplicación de enfriamiento

forzado , ya que tiene un efecto deshidratante, a pesar de que el efecto es el

mínimo, cuando éste se realiza prontamente y a una temperatura cercana a 0º C.

NELSON (1984), señala que existen al menos tres síntomas de pérdida de agua:

a. Tallos marchitos que generalmente se tornan quebradizos y se rompen fácilmente

cuando se toman en la mano.

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b. Pardeamiento del escobajo.

c. Deshidratación de los granos, que no muestran síntomas de pérdida de agua

hasta que sea evidente la deshidratación del escobajo.

2.1.3. Blanqueamiento

La uva, es tal vez la única fruta al estado fresco que tolera la aplicación de SO2,

gracias a la característica de impermeabilidad de su piel, que impide la penetración

del gas a su interior. Por lo tanto, para que el SO2 dañe la uva es necesario que

existan vías de acceso tales como heridas en la piel, desprendimiento del pecíolo y

lenticelas no suberizadas (encontradas en fruta inmadura); además de esto, el SO2

también puede provocar alteraciones cuando su concentración excede lo normal por

un tiempo prolongado (BERGER, 1982), o cuando las uvas salen a temperaturas

elevadas traduciéndose en cambios negativos en el sabor y oscurecimiento de las

zonas blanqueadas (AUDA y BERGER, 1984; CUEVAS, 1984).

Este efecto fitotóxico del blanqueamiento producido por el anhídrido sulfuroso,

corresponde a una reacción química entre el gas y los colorantes naturalmente

presentes en la fruta, en forma particular antocianinas y clorofilas (OLHAGARAY,

1991), en el que los síntomas comienzan alrededor del pedicelo para expandirse

posteriormente al extremo del grano (CUEVAS, 1984).

El anhídrido sulfuroso, puede producir blanqueamiento en las zonas afectadas de

cualquier cultivar, pudiendo observarse en variedades de color rojo una apariencia

sin vida, opacidad y palidez; en variedades negras se produce coloración rojiza y en

las variedades blancas (como Sultanina) se tornan de color opaco ceniza o amarillo

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pálido. (CUEVAS, 1984). Sin embargo, en Thompson seedless el blanqueamiento

es más acentuado pues absorbe más SO2 que otros cultivares, además, su

tendencia natural a la partidura favorece la fitotoxicidad (CUEVAS, 1984; BERGER,

1982).

Para reducir los riesgos de daño de SO2, es necesario que la manipulación de la

uva desde la cosecha en adelante sea cuidadosa, a fin de evitar roturas de la piel y

desprendimiento de pedicelos. El manejo de la fruta en frío, es otro factor de primera

importancia cuánto se utiliza generador de SO2, debido al efecto de la temperatura

sobre la velocidad de emisión del gas. Las temperaturas altas aceleran el

desprendimiento de SO2, aumentando por consiguiente, su concentración en el

interior de la bolsa de polietileno que envuelve a la uva y, con ello, los riesgos de

toxicidad (BERGER, 1982).

BERGER (1995) menciona que a medida que aumenta el gramaje de SO2 presente

en el generador, disminuye el daño por pudrición. Si se produce una interrupción de

la cadena de frío la pudrición aumenta inmediatamente y la única protección es la

presencia del generador. Sin embargo un exceso de dosis de generador provoca el

blanqueamiento de la fruta.

2.1.4. Botrytis cinerea Pers.

Éste patógeno que genera la pudrición gris, que es especialmente dañino hacia la

uva, dada su forma y su composición, es la principal enfermedad en uva de mesa y

vid vinífera en Chile. La incidencia y severidad dependen directamente de las

condiciones micro ambientales que se generen bajo el parrón o en el viñedo

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(ÁVILES et al., 2003), además de crecer hasta con temperatura de refrigeración, por

lo cual es necesario proteger la uva contra su ataque (OLHAGARAY, 1991).

El hongo causante de esta enfermedad, es muy cosmopolita y de difícil control

químico (MORALES, 1990); sobrevive como esclerocios, conidias o micelio en

restos semi descompuestos de vides y en otros hospederos que permanecen sobre

el suelo (en el parrón o en el viñedo). La diseminación primaria de conidias es

realizada por el viento, y secundariamente por el contacto entre bayas podridas y

sanas, siendo también posible que algunos insectos favorezcan la dispersión

secundaria de botrytis en el parrón (LATORRE, 1995).

Caracterizan a ésta pudrición la condición denominada piel suelta, el desarrollo de

una coloración parda grisácea, tejidos blandos y acuosos, más una abundante

esporulación en forma de un moho superficial grisáceo, que puede desarrollarse en

cajas de uva durante el almacenaje refrigerado, transporte o en el mercado

(LATORRE, 1998; MORALES, 1990) .

La limitación más seria para la uva chilena, es la que dice relación con la tolerancia

impuesta en Estados Unidos, en la cual solo 0,5% de las bayas presentes en una

caja de 8,2 kg pueden presentar pudrición (MORALES, 1990), por lo tanto, debido a

éstas exigencias es necesario conseguir un óptimo control, y para ello es

fundamental un manejo integrado, que considere en una primera etapa el

saneamiento del parrón y del racimo, conjuntamente con el uso de fungicidas

(LATORRE, 1995); y posteriormente, cuando se quiere mantener el fruto por un

período más prolongado, resulta fundamental el uso de anhídrido sulfuroso

(PEREZ, 1992a).

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2.2. Tratamiento químico con anhídrido sulfuroso:

Entre los numerosos gases que tienen propiedades microbiostáticas o microbicidas,

el más popular en el caso de los productos hortofrutícolas frescos es el anhídrido

sulfuroso (OLHAGARAY, 1991).

El SO2, es un gas hidrosoluble que se ioniza dependiendo del ph de la solución, a

ph 7 existe en forma de iones bisulfito y sulfito. Ensayos indican que el 50% de los

sulfitos en la baya se pierden a las tres o cuatro horas y solamente permanecen el

25% de ellos a las 12 horas (LIZANA, 1986).

El anhídrido sulfuroso, es utilizado como un tratamiento de postcosecha en uva de

mesa a nivel mundial, ya que soporta bien una concentración alta de SO2

(MARAMBIO et al., 2003), puede ser utilizado para sanitizar la fruta cuando ésta

ingresa al packing (eliminación de esporas superficiales) y en una segunda etapa,

para evitar que se desarrollen nidos de infección (avance del micelio) (ZOFFOLI,

2002).

En el control de ciertos hongos el azufre actúa como vapor, gracias a su solubilidad

en los lípidos de las paredes celulares de estos microorganismos. En el interior de la

célula interfiere con varios procesos metabólicos al bloquear la respiración celular e

inhibir la síntesis de ácidos nucleicos y proteínas. Así, dado que las conidias

(esporas del hongo) presentan un alto contenido de lípidos, el anhídrido sulfuroso es

eficaz en prevenir la infección. En tanto que, en el caso del micelio (cuerpo del

hongo), el producto impide el crecimiento y la formación de estructuras de

penetración y absorción de nutrientes (ZOFFOLI, 2002).

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Actualmente existen tres formas de utilización de S02:

A) Gasificación en cámara

La gasificación de uva de mesa es un tratamiento con características históricas;

existen referencias que datan de más de 2000 años sobre la costumbre de quemar

azufre para prevenir la proliferación de pudriciones en productos vegetales. La

extensiva producción de uva de mesa fue posible gracias al uso de gasificaciones

periódicas durante su almacenamiento o transporte (HANKE, 1997); y se utiliza

preferentemente para protecciones por períodos cortos (hasta cinco-seis días)

(OLHAGARAY, 1991).

Éste sistema consiste en someter la uva a una concentración de 0,5 a 1% en

volumen (5.000 a 10.000 ppm) de SO2 en cámaras especiales, por un tiempo de 20

minutos (extendiéndose el tiempo cuando hay sospechas de infección en la fruta)

(OLHAGARAY, 1991; MORALES, 1984), junto con una temperatura de 20-22º C

que tiene por finalidad eliminar todas las esporas que están superficialmente en la

uva. Es un tratamiento barato que generalmente se tiende hacer, pero que a veces

no se hace por descoordinación del parking (MARAMBIO et al., 2003).

B) Gasificación personalizada en el sistema caja por caja (Sistema dosigas):

En 1989/90 se fabricaron los primeros equipos comerciales, cuyo sistema consistió

en la utilización de dosis extremadamente pequeñas de gas al lugar requerido, por

lo que resulta ser un equipo práctico y de fácil manejo. El diseño incluye

hermeticidad del gabinete, filtros, un circuito y programa electrónico para seleccionar

la dosis de gas requerida. El proceso es ejecutado automáticamente bajo el sólo

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accionar de un botón ubicado en la pistola de aplicación. Autónomo dotado con

energía propia y depósito de anhídrido sulfuroso suficiente para 40.000 a 126.000

cajas, según la dosis (ESTRADA et al., 1997).

El gas, al ser aplicado con dosigas, se distribuye rápidamente y en forma

homogénea en el interior de la caja, alcanzando todos los sectores y se fija en los

elementos de la caja, la cual explicaría la nula emisión o escape de gas a la

atmósfera. La fijación ocurre mayormente en las partes más húmedas y

posteriormente en los materiales de embalaje (esta fijación prácticamente después

de 90 minutos no deja vestigios del gas al interior de la caja). Una sola dosis del gas

aplicado por este sistema logra mantener inactivos inóculos de botrytis por cinco

días (RAAB, 1997).

Éste sistema se considera como una alternativa a la gasificación en cámara, debido

a que presenta una menor inversión inicial (no es necesario construir una sala

especial para inyectar el gas), el sistema no ocupa espacio, comparado con la

gasificación en cámara, el sistema resulta ciento por ciento ecológico (no

contaminante ya que en cámaras al final del proceso lanzan al medio ambiente el

90% del gas aplicado), y proporciona un 90% de economía en gas (RAAB, 1997).

C) Uso de generadores de SO2

En Chile, a principios de los años setenta, se comenzó a utilizar el método llamado

gasificación de embalaje, con la introducción de sobres contenedores de

Metabisulfito de Sodio comúnmente llamados generadores de SO2, que en

definitiva desplazó el uso de las tradicionales gasificaciones (HANKE, 1997); debido

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a las desventajas que presenta el sistema tradicional de gasificaciones periódicas

con SO2 (BERGER, 1982).

Éste dispositivo llamado generador de anhídrido sulfuroso, es un papelillo

compuesto de celdas en las cuales va un compuesto llamado metabisulfito de sodio

que va soltando SO2 al ir acumulando humedad, generando una atmósfera

modificada que elimina las esporas de Botrytis y si hay una baya con Botrytis

avanzada, esta no podrá expandirse (MARAMBIO et al., 2003). Su utilización es

apropiada para los períodos de transporte y comercialización más prolongados

(entre 12 y 40 días), ya que entrega el gas en forma dosificada, constante, y a una

concentración baja (5 a 10 ppm) (OHAGARAY, 1991).

Dentro de las ventajas del uso de generadores de SO2, BERGER (1982) señala:

a) Menor pérdida de agua por el uso simultáneo de polietileno, reduciendo las

pérdidas de peso aproximadamente de 4 a 1,2%. Esto se traduce en una alta

calidad de la uva con una mejor apariencia a causa de la turgencia y color.

b) No hay necesidad de efectuar fumigaciones debido a la protección de la uva

en el transporte y almacenaje.

c) En las cámaras frigoríficas no se requiere de una alta humedad relativa y

controlada, como en el caso de los envases ventilados tradicionales, sin

generador, ni polietileno.

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d) Permite usar envases de cartón sin que éstos se ablanden o deformen por la

humedad.

El material de fabricación de estas unidades corresponde a una coextrucción de

papel con polietileno, la cual restringe el contacto de la sal con la humedad y

asegura así una emisión del gas y concentración en el entorno de la fruta para el

control de la pudrición (ZOFFOLI, 2003). Las reacciones que explican éste proceso

corresponden a las siguientes (ARANCIBIA et al., 1992):

NaS2O5 + H20 NaSO3 + H2SO3 (A)

H2SO3 H2SO + SO2 (gr) (B)

Na2SO3+ 2 H2O 2 NaOH + H20 + SO2 (gr) (C)

Las reacciones anteriores pueden resumirse en la siguiente reacción global:

NaS2O5 + H2O 2 NaOH + H2O + SO2 (gr) (D)

Los generadores de dos fases, como los generadores superficiales utilizados en

éste ensayo, tienen la capacidad de producir una liberación rápida y otra lenta de

anhídrido sulfuroso. La fase rápida genera gas rápidamente después del embalaje

(dentro de cuatro horas), para impedir la germinación de esporas y a la vez para

esterilizar las heridas causadas durante la cosecha y el embalaje. Esta primera fase

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reemplaza la aplicación de SO2 gaseoso antes del enfriamiento. La segunda fase

entrega SO2 lentamente después de dos a tres días y continúa así por espacio de

dos meses, ya sea en almacenaje o en tránsito. Esta segunda fase reemplaza las

gasificaciones que deben realizarse periódicamente cada 7 a 10 días durante el

almacenaje. Es importante destacar que ninguna forma de tratamiento con SO2

puede eliminar pudriciones ya establecidas (BERGER, 1982).

La tasa de producción y emisión de SO2 en un generador de dos fases depende de

dos factores: 1) La interacción de agua con NaS2O5 (hidrólisis y producción de SO2)

de acuerdo con la reacción global mencionada anteriormente (reacción (A)); y 2) La

difusión de SO2 (gas) a través de barreras (papel) en la celdilla (emisión de SO2). La

producción y emisión de SO2 están inversamente relacionadas con la temperatura

del sistema. Sin embargo, en mediciones del balance total de SO2, la fracción de

NaS2O5 puede no ser utilizada en la producción de SO2, aun cuando la cantidad de

humedad presente sea suficiente para reaccionar con la totalidad de NaS2O5. Esto

se debe a mecanismos de estabilización/inhibición por efecto del ph y oxidación del

ingrediente activo. La reacción de NaOH (reacción (C)) en el interior de la celdilla

produce un aumento paulatino del Ph de la mezcla. En un medio básico, el Na2SO3

remanente es estabilizado y las reacciones de hidrólisis (reacciones (A) y (C))

inhibidas (ARANCIBIA et al., 1992).

La fase rápida del generador persigue la sanitización de la fruta, reforzando el

tratamiento en cámara (no lo sustituye). En general, la liberación de éste gas se

verifica dentro de las primeras 24 horas después de terminado el enfriado rápido a

que es sometida la fruta una vez que ha sido embalada (ZOFFOLI, 2002).

La concentración óptima efectiva en el entorno de las bayas, que controla el avance

de la enfermedad por contacto entre bayas enfermas y sanas, se logra con un

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mínimo de 1 ppm y un óptimo de 3 ppm de anhídrido sulfuroso. Un gramo de

metabisulfito de sodio genera, en contacto con la humedad, 0,64 gr de SO2, que

expanden a 239 cc de gas a 20º C y, finalmente, se diluye en el volumen libre de la

caja. Este gas se pierde rápidamente en contacto con el vapor, la humedad de los

materiales (el exceso de materiales absorbe) y por el proceso de metabolización en

el interior de la baya, de manera que se llega a un balance cuyo resultado es la

concentración libre que se detecta en el entorno de las bayas (ZOFFOLI, 2002).

Existen antecedentes certeros que señalan que para obtener un 95% de control

sobre Botrytis cinerea se necesita un mínimo de 6 a 7 ppm de SO2. Sin embargo en

los últimos años, se han observado cada vez más problemas de condición que se

localizan en la parte inferior y sobre todo en las esquinas inferiores de un embalaje

de uva de mesa. Este fenómeno se acentúa evidentemente bajo condiciones de

almacenamiento prolongado y se agrava aún más con el uso de bolsas individuales

de racimos, situación que evidencia una disminución de la concentración de SO2 en

las áreas problemáticas (HANKE, 1997).

Por lo anterior, es necesario que la concentración en la parte interna de la caja se

distribuya uniformemente; ya que la dinámica del SO2 varía, debido a que la

concentración mayor se encuentra cercana al generador (zona superior de la caja)

y la menor en la parte inferior. Además, el gas se estratifica en la caja en función de

la cantidad de materiales de papel presentes que lo absorben, de la compactación

de los racimos que dificulta su movilidad y de la ventilación o porcentaje de

perforación de la bolsa que aumenta su remoción al ambiente. Para obviar esta

estratificación se ha tendido a utilizar generadores en la base de la caja o

generadores de fondo (ZOFFOLI, 2002).

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En función del prototipo de distribución de SO2 mediante el uso de un generador

regular, HANKE (1997) estableció consecuentemente un prototipo de distribución

del gas mediante el uso de un generador regular combinado con un generador de

fondo, capaz de lograr una distribución de SO2 que cumpla con las curvas

requeridas, sobre todo en almacenamiento prolongado, detallado en la Figura 1.

A pesar del beneficio del uso de generador de fondo, existen limitaciones, ya que al

ser el fondo de la caja el sector más saturado de humedad puede existir una

liberación violenta de SO2. (ZOFFOLI, 2002).

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FIGURA 1. Esquema de distribución de SO2 al utilizar un generador

regular en combinación con un generador de fondo en caja de uva de mesa de bolsa perforada (30 días de almacenaje a 0º C) (HANKE, 1997).

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2.3. Envases:

BERGER y GALLETTI (1990) señalan que dentro de los requisitos que debe cumplir

un buen envase se encuentran: proteger el contenido, ser resistentes a la alta

humedad relativa, lo que es especialmente importante para largos períodos de

conservación, permitir un enfriado inicial rápido, permitir la refrigeración en las

cámaras de mantención, permitir ventilación para no acumular gases y ser apilables,

permitiendo estivar en altura y tener una buena presentación siendo atractivos para

la exhibición y venta.

El uso de bolsas de polietileno (Carrybags y Polybags), ha sido impuesto como un

requerimiento en los supermercados, a causa de que su uso muestra algunas

ventajas como su beneficio frente al problema del desgrane, y sus ventajas frente a

la manipulación y el precio de etiquetado (KUSAR y MORALES, 1996).

BERGER (1982) menciona que los envases de polietileno hacen que la fruta

condense humedad creando un ambiente propicio para el desarrollo de los hongos.

Sin embargo, KUSAR y MORALES (1996) señalan que el uso de bolsas de

polietileno en uva de mesa, corresponde a una elección que no representa mayor

riesgo en la condición en comparación con otros sistemas de embalaje, LIZANA y

MELERO (1986) mencionan que hay autores que señalan que el uso de bolsa

plástica perforada en la caja y de bolsitas plásticas individuales para los racimos, no

es conveniente porque dificulta el enfriamiento, pero sin ellas, se facilita la

deshidratación.

El canastillo plástico (clamshell) utilizado en berries cumple bien la función de

enfriamiento, también permite un buen intercambio de calor y no habría problema en

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utilizarlo, siempre y cuando los bordes no sean filudos y dañen la fruta (BERGER y

GALLETTI, 1990).

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3. MATERIALES Y MÉTODOS

El material vegetal utilizado correspondió a uva de mesa (Vitis vinifera L.) cv.

Thompson seedless, proveniente del cuartel número cinco del predio “Las Casas”

ubicado en la comuna de Rinconada, provincia de San Felipe, V región, Chile.

La cosecha se realizó el día 12 de Febrero del 2003, donde la fruta obtenida

presentó raquis verdes y turgentes, baya de calibre medio, de coloración verde a

verde-amarillenta y un total de 16,5 º Brix.

El embalaje de este ensayo se realizó el 12 de Febrero en la empresa exportadora

DOLE Chile S.A., ubicada en la Comuna de Calle Larga, provincia de Los Andes, V

región, Chile. En este ensayo se realizó tres tipos de embalaje con uva de mesa de

exportación, donde se utilizó tres repeticiones por tratamiento de la unidad

experimental correspondiente a una caja de cartón (sin tapa), cuyas medidas

correspondieron a 60 cm (largo) x 40 cm (ancho) x 12 cm (altura) y 8,2 kg de

capacidad.

En la Figura 2 se presenta un esquema con las alternativas de embalaje realizados

en uva de mesa cv. Thompson seedless, donde las características de los materiales

de embalaje, y su distribución (desde abajo hacia arriba) dentro de la caja

correspondió al siguiente:

Bolsa plástica tipo camisa o contenedora, de 105 x 65 cm (perforaciones de 6 mm

de diámetro cada 10 cm), ubicada al interior de la caja, a modo de contener el resto

del material de embalaje.

22

Generador de fondo OSKU-VID (6+0) de 62 celdas y con barrera de 25 g/m2 que se

encontraba entre dos absorb pad (papel gueso tipo nova) de 58*38 cm cada uno,

todo ubicado dentro de la bolsa contenedora.

Posteriormente se prosiguió a la ubicación de la fruta dentro de su respectivo

envase, donde existió tres alternativas a utilizar:

a) Clamshells plásticos perforados, con capacidad de 500 g (un racimo) y con

un total de 10 unidades por caja.

b) Bolsas plásticas perforadas tipo Polybags trapezoidales con zipper, con un

total de 61 perforaciones en el cuerpo de la bolsa y con medidas de 325 mm

de boca x 195 mm de fondo x 340 mm de altura y 20 mm de solapa sobre el

zipper, distribuidas con un total de 18 por caja, lo cual correspondió a uno o

dos racimos por unidad.

c) Bolsas plásticas perforadas tipo Carrybags rectangulares con zipper, con un

total de 42 perforaciones en el cuerpo de la bolsa y con medidas de 275 mm

de boca x 200 mm de altura y 50 mm de solapa sobre el zipper, distribuidas

con un total de 18 unidades por caja, lo cual correspondió a uno o dos

racimos por unidad.

Sobre el envase utilizado, se ubicó un respectivo generador superficial OSKU-VID

(12+1) de 62 celdas y con barrera de 21g/m2 o 25 g/m2 según el tratamiento, el

cual, del mismo modo que el generador de fondo, fue ubicado entre dos absorbpad

de 58 x 38 cm cada uno.

23

Finalmente el cierre de la bolsa contenedora se realizó por medio de autoadhesivos

y sin tapa.

Junto con el embalaje, se fue identificando cada una de las cajas con su respectivo

número de tratamiento y número de repetición (tres por tratamiento), cuyo origen

correspondió a la combinación de tres tipos de envase, dos tipos de generadores

superficiales y tres fechas de almacenaje. En el Cuadro 1 se identifica cada uno de

de los 18 tratamientos de este ensayo.

Una vez embalada la fruta se sometió a prefrío tipo californiano y posteriormente fue

almacenada en cámara frigorífica a 0º C y 90% de humedad relativa, durante un

período de 45, 90 o 135 días. Al término de cada uno de estos tres períodos de

almacenaje, se sacaron de las cámaras las respectivas cajas, para analizar los dos

tipos de generadores superficiales de SO2 con barrera de 21 o 25 g/m² (apoyados

de un generador de fondo) y tres tipos de envases (Clamshell, Carrybag y Polybag),

dependiendo del número de tratamiento, donde se evaluó los siguientes factores de

condición:

a) Porcentaje de desgrane.

b) Porcentaje de blanqueamiento.

c) Porcentaje de pudrición.

d) Nivel de deshidratación del escobajo.

24

FIGURA 2. Esquema con las alternativas de embalaje realizado dentro de

una caja con uva cv. Thompson seedless.

(h): Altura de la caja.

(a): Ancho de la caja.

40 cm (a)

12 cm (h) ENVASE

Absorbpad

Absorbpad

Generador superficial barrera 21 o 25 gr/m2

Absorbpad

Absorbpad

Generador Fondo barrera 25 gr/m2

Bolsa perforada tipo Carrybag rectangular (18 unidades/caja)

Bolsa perforada tipo Polybag trapezoidal (18 unidades /caja)

Clamshell de 500 gr (10 unidades/caja)

25

Cuadro 1: Descripción de todos los tratamientos realizados.

Tratamiento G. superficial G. fondo Embalaje Almacenaje

T1 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 45 días (12+1) (0+6)

T2 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 45 días (12+1) (0+6)

T3 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 45 días (12+1) (0+6) rectangular

T4 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 45 días (12+1) (0+6) rectangular

T5 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 45 días (12+1) (0+6) trapezoidal

T6 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 45 días (12+1) (0+6) trapezoidal

T7 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 90 días (12+1) (0+6)

T8 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 90 días (12+1) (0+6)

T9 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 90 días (12+1) (0+6) rectangular

T10 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 90 días (12+1) (0+6) rectangular

T11 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 90 días (12+1) (0+6) trapezoidal

T12 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 90 días (12+1) (0+6) trapezoidal

T13 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 135 días (12+1) (0+6)

T14 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Clamshell 135 días (12+1) (0+6)

T15 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 135 días (12+1) (0+6) rectangular

T16 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Carrybag 135 días (12+1) (0+6) Rectangular

T17 Barrera 21 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 135 días (12+1) (0+6) Trapezoidal

T18 Barrera 25 g/m2 Barrera 25 g/m2 Polybag 135 días (12+1) (0+6) Trapezoidal (12+1) Corresponde a un generador de dos fases con 12 g de fase lenta y 1 g de fase

rápida; (0+6) Corresponde a un generador de una fase con 0 g de fase lenta y 6 g de fase

rápida y g/m2 : Corresponde a los gamos de polietileno/ m2 de generador.

26

3.1. Parámetros evaluados:

3.1.1. Desgrane

Inicialmente se obtuvo el peso total de la fruta dentro del envase, luego se

extrajeron los racimos del envase correspondiente para obtener y pesar todas las

bayas desprendidas del escobajo (desgrane). Obteniéndose así, el porcentaje de

desgrane respecto del peso total. Para la medición se utilizó una balanza Swis

Quality modelo prescisa 1620C.

3.1.2. Blanqueamiento

Inicialmente se obtuvo el peso total de cada muestra, posteriormente se separaron

del racimo y se pesaron, todas aquellas bayas que presentaron algún nivel de daño

a causa del SO2 (blanqueamiento); obteniéndose así, el porcentaje de

blanqueamiento en relación al peso total de la muestra. Para la medición se utilizó

una balanza Swis Cuality modelo prescisa 1620C; y se incluyeron en la medición a

aquellas bayas separadas del escobajo.

Para complementar la información, y a modo de obtener una referencia del nivel de

daño general presentado por las bayas de cada tratamiento; se realizó un análisis

según la siguiente escala visual (LAVANDEROS, 1998):

0 : Ausencia de daño. 0% de blanqueamiento.

1 : Daño leve, desde 0,1-10% de superficie de la baya con pérdida de

27

pigmentación.

2 : Daño moderado, desde 10,1-25% superficie de la baya con pérdida

de pigmentación.

3 : Daño severo, desde 25,1-50% de superficie de la baya con pérdida

de pigmentación.

4 : Daño muy severo, desde 50% de superficie de la baya con pérdida

de pigmentación.

5 : Daño mayor al 50% de superficie de la baya con pérdida de

pigmentación.

3.1.3. Pudrición causada por Botrytis cinerea

Se obtuvo el peso total de cada muestra, posteriormente se extrajeron del racimo y

se pesaron todas las bayas con presencia de pudrición causada por botrytis para

determinar el porcentaje de Botrytis cinerea que afecta a la uva de mesa cv.

Thompson seedless. Para la medición se utilizó una balanza Swis Quality modelo

prescisa 1620C, y se consideraron como granos infectados a aquellos que

presentaron signos y síntomas del patógenos desde piel suelta hasta micelio visible.

Posteriormente, en caso de dudas y a modo de verificar la causa de la pudrición, se

enviaron las bayas infectadas al laboratorio de Fitopatología de la Facultad de

Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde por medio de

la observación de estructuras macro y microscópicas presentes en bayas

almacenadas en una cámara húmeda a 22º C, se determinó si efectivamente

correspondía a presencia de Botrytis cinerea.

28

3.1.4. Deshidratación del escobajo

Por medio de un análisis visual, se asignó un nivel de deshidratación del escobajo a

cada uno de los racimos evaluados, utilizando para ello la siguiente escala

(LAVANDEROS, 1998):

0 : Ausencia de deshidratación. Raquis y escobajo verdes y turgentes.

1 : Deshidratación leve. Escobajos pardos y raquis verde.

2 : Moderada deshidratación. Escobajo y raquis pardos.

3 : Deshidratación severa. Escobajo y raquis pardos con pérdida de

turgencia en el raquis.

3.1.5. Análisis costo/condición de los distintos tratamientos

A modo de disponer de antecedentes de los costos de los materiales de embalaje,

al momento de una elección, se realizó un análisis costo/beneficio y en base a los

precios de los materiales de embalaje mencionados en el Anexo 3, se calcularon los

costos totales por caja para los distintos tratamientos evaluados en éste ensayo.

Posteriormente se comparó con los resultados de los análisis efectuados para

algunos aspectos de la condición de la fruta, a modo de poder optar por el

tratamiento más conveniente del punto de vista costo de los materiales de embalaje

y beneficio en la condición de la fruta.

3.2. Diseño Estadístico:

29

Para analizar los diferentes factores y sus interrelaciones, se utilizó un diseño

completamente al azar con arreglo factorial 3 x 3 x 2, en el cual los factores

utilizados correspondieron a tres períodos de almacenaje refrigerado de la fruta (a

los 45, 90 y 135 días), tres tipos de embalaje (Carrybag rectangular, Polybag

trapezoidal y Clamshell) y dos generadores superficiales de barrera 21 o 25 g/m2 (21

o 25 gramos de plástico/m2 de generador).

Para cada tratamiento, se efectuaron tres repeticiones de la unidad experimental

que correspondió a una caja de cartón de 8,2 kg. El modelo utilizado correspondió al

siguiente:

Yijk(e) = µ + Pi + Ej + Gk + SEij + SGik + EGjk + SEGijk + Єijk

Donde:

P: Períodos de almacenaje.

E: Tipos de envase.

G: Tipos de generadores superficiales.

Para los parámetros correspondientes a pudrición, blanqueamiento y desgrane, se

realizó un análisis de varianza y en el caso de existir diferencias significativas de

interacciones simples, dobles y triples se compararon las medias con el Test de

Tukey al 5%. Para la deshidratación del escobajo se aplicó el Test No Paramétrico de

Kruskall Wallis al 5 %, que trabaja con rangos promedios, estableciendo prioridades

entre los tratamientos.

30

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

A continuación se presentan los resultados obtenidos para cada una de las variables

de condición analizas en este ensayo; y con la finalidad de expresar e interpretar

mejor los resultados, se menciona que con un error del 5%, no existió efecto de las

interacciones dobles y triples, entre tipo de envase, tipo de generador y tiempo de

almacenaje refrigerado sobre el porcentaje de desgrane, porcentaje de

blanqueamiento y porcentaje de pudrición presentado en uva de mesa cv.

Thompson seedless (Anexo 4).

4.1 Desgrane:

La Norma Chilena 1925, mencionada por LIZANA (1995), estableció una tolerancia

del 7% de desgrane para la categoría 2 (en peso de la muestra). En este ensayo los

valores promedios fluctuaron entre 1,5 y 5,4 %, sin tener diferencia estadísticas

entre ellos, por lo que se puede afirmar que los tipos de embalaje realizados en los

distintos tratamientos, permitieron cumplir con la norma mencionada.

El análisis de varianza realizado para el porcentaje de desgrane, permitió determinar

con un error del 5%, que no existió efecto de los tres tipos de envase, dos barreras

presentes en los generadores superficiales de SO2 y tres fechas de almacenaje,

refrigerado, sobre el porcentaje de desgrane presentado en uva de mesa cv.

Thompson seedless. Estos resultados se presentan a continuación en el Cuadro 2,

3 y 4 respectivamente.

31

Cuadro 2. Efecto de tres tipos de envases sobre el porcentaje de desgrane de uva de mesa cv. Thompson seedless almacenada a 0°C y 90% de humedad relativa.

Tratamientos % Desgrane Clamshell 3,6 Carrybag 3,6 Polybag 3,5

Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia

Éstos resultados concuerdan con lo obtenido por SANHUEZA (2004), quién al

analizar Clamshell, Polybag trapezoidal y Carrybag en uva de mesa cv. Red Globe,

hasta por 135 días de almacenaje, no obtuvo diferencia estadística entre ellos.

Esto pudo deberse a que el porcentaje de desgrane, dependería de otros factores

más importantes como los movimientos realizados durante el embalaje y

desembalaje de la fruta, señalados por JENSEN (1984) como las causales más

gravitantes.

Cuadro 3. Efecto de dos tipos de barreras presentes en los generadores superficiales de SO2, sobre el porcentaje de desgrane promedio, presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless.

Tratamientos % Desgrane

Barrera 21 4,0

Barrera 25 3,1 Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

32

En el cuadro 3, se puede apreciar que no existe una diferencia estadística entre las

barreras de 21 o 25 g/m2 presentes en los generadores superficiales de SO2. La

causa de esto podría deberse a que ambas barreras evaluadas, en apoyo del

generador de fondo en común para ambos, no tendrían una gran diferencia sobre el

porcentaje de desgrane, probablemente porque los gramajes entre ellas no son muy

distantes.

Éstos resultados concuerdan con CASTILLO (2004) y SANHUEZA (2004), quienes

analizaron éstas mismas barreras con uva de mesa cv. Thompson seedless (sin

prefrío) y cv. Red Globe (con prefrío) respectivamente, no obteniendo diferencias

estadísticas entre ellas.

Cuadro 4. Efecto de tres fechas de almacenaje refrigerado a 0°C y 90% de humedad relativa, sobre el porcentaje de desgrane promedio presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless.

Tratamientos % Desgrane

45 días 3,1

90 días 4,5

135 días 3,0 Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

En el cuadro anterior, se puede observar que no existe diferencia estadística entre

las tres fechas de almacenaje refrigerado; y tampoco aumenta con el tiempo de

almacenaje como lo señalado por PÉREZ (1986).

Esto podría deberse a que el porcentaje de desgrane promedio, no aumenta en

forma directa al tiempo de almacenaje, ya que la fruta evaluada en períodos más

33

cercanos a la cosecha puede presentar mayores porcentajes que los evaluados en

fechas posteriores, debido a que el desgrane es un proceso que no está asociado

necesariamente a la senescencia de la fruta, sino que es posible que con la pérdida

de turgencia del escobajo, éste problema pueda tener una menor expresión

(CALLEJAS, COOPER y RETAMALES, 1994).

4.2. Blanqueamiento:

En este ensayo los porcentajes de blanqueamiento fluctuaron entre 0 y 15,6%, no

observándose diferencias estadísticas entre ellos.

Como resultado del análisis de varianza, se determinó que el porcentaje de

blanqueamiento no fue afectado por el tipo de envase, ni por el tipo de barrera

presente en el generador superficial de SO2. Pero si se ve afectado por el tiempo de

almacenaje, donde el test de Tukey (P=0.05), determinó que existen diferencias

significativas entre los 45 días de almacenaje y las dos fechas posteriores (90 y 135

días). Estos resultados se pueden apreciar en los Cuadros 5, 6 y 7 respectivamente.

Cuadro 5. Efecto de tres tipos de envases, sobre el porcentaje de blanqueamiento promedio, presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless en almacenaje refrigerado a 0°C y 90% de humedad relativa.

Tratamientos % Blanqueamiento

Clamshell 8,9

Carrybag 4,5

Polybag 5,6 Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

34

En el cuadro anterior, se puede apreciar que no existe una diferencia estadística

entre los tres tipos de envase evaluados para el porcentaje de blanqueamiento. Esto

podría deberse a que los tres tipos de envase son de polietileno perforados, y

presentarían un área de ventilación similar.

Estos resultados concuerdan con lo obtenido por SANHUEZA (2004), quién al

analizar Clamshell, Polybag trapezoidal y Carrybag en uva de mesa cv. Red Globe,

hasta por 135 días de almacenaje, no obtuvo diferencia estadística entre ellos y del

mismo modo, lo relacionó a un área de ventilación similar entre los envases.

A pesar de no existir diferencias entre los distintos tratamientos, destaca clamshell

frente a los otros dos envases, ya que presenta una tendencia a obtener los

mayores porcentajes de blanqueamiento, lo que estaría indicando que posiblemente

las concentraciones de SO2 al interior de clamshell serían mayores que las

concentraciones al interior de los dos tipos de bolsas perforadas. Sin embargo,

según MELERO (1985), pudieron influir sobre la absorción de SO2, razones ajenas

a los tratamientos como la velocidad del aire entre y dentro de las cajas y la

capacidad de ventilación de los envases, siendo posible entonces que la ventilación

del Clamshell se viera más afectada que en los otros envases.

35

Cuadro 6. Efecto de dos tipos de barreras de difusión presentes en generadores superficiales de SO2, sobre el porcentaje de blanqueamiento promedio presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless almacenada a 0°C y 90% de humedad relativa.

Tratamientos % Blanqueamiento

Barrera 21 5,7

Barrera 25 7,0 Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

En el cuadro anterior, se puede apreciar que no existe un efecto que permita tener

diferencias estadísticas de la barrera 21 o 25 g/m2. Estos resultados concuerdan

con lo obtenido por SANHUEZA (2004), quién al analizar la barrera de 21 o 25 g/m²,

en uva de mesa cv. Red Globe, hasta por 135 días de almacenaje, no obtuvo

diferencia estadística entre ellos.

Este resultado pudo deberse a que las diferencias de las barreras de los

generadores superficiales, apoyados por los generadores de fondo comunes para

todos los tratamientos, provocaron concentraciones de anhídrido sulfuroso que no

se reflejaron de forma diferente en la fruta. Esto sería avalado por los resultados

obtenidos por SANHUEZA (2004), presentes en el Anexo 5, donde se grafican las

emisiones de SO2, emitidas por generadores con las mismas características de este

ensayo, en la cual se puede apreciar que no existen grandes diferencias entre las

concentraciones en ppm de SO2, generadas por ambas barreras (21 o 25 g/m²),

sobre todo en la etapa final de almacenaje.

Otra causa posible, pudo deberse a que la difusión del SO2 a través del generador,

indispensable para obtener concentraciones homogéneas al interior del envase y

36

caja, e indispensables para controlar problemas fungosos sin provocar

blanqueamiento, presenta cierta dificultad a obtener un equilibrio dinámico por

corresponder a un sistema semi-abierto gobernado por leyes líquido gaseosas y por

la temperatura del sistema, además de existir otros materiales absorbentes (uva y

material de empaque) que juegan un importante papel en el desplazamiento de SO2

en las distintas fases del sistema (ARANCIBIA et al., 1992).

Cuadro 7. Efecto de tres fechas de almacenaje refrigerado, sobre el porcentaje de blanqueamiento presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless con tres tipos de embalajes de exportación, utilizando generadores de SO2.

Almacenaje % Blanqueamiento

45 Días 0,0 a*

90 Días 7,9 b

135 Días 11,2 b *Promedios con letras iguales, en la misma columna, indican que no existe diferencia estadísticamente significativa entre los tratamientos, según el test de Tukey (P= 0.05).

Los resultados obtenidos en las tres fechas de almacenaje, muestran que a los 45

días, todos los tratamientos presentaron ausencia de blanqueamiento, es decir, la

concentración de SO2 al interior de los envases no ha excedido el rango normal

como para provocar un efecto fitotóxico en la fruta (BERGER, 1982).

Posteriormente, a los 90 y 135 días, el porcentaje de bayas blanqueadas aumentó

respecto a los 45 días de almacenaje refrigerado.

Esto se debería a que el blanqueamiento es acumulativo, irreversible y se relaciona

directamente con el tiempo de exposición de la fruta al anhídrido sulfuroso.

37

Concordando con en este aspecto por lo señalado por LAVANDEROS (1998);

ESTRADA et al. (1997); BERGER, MORALES y RUIZ (1990).

Del mismo modo, en el Cuadro 8, se presentan los niveles de intensidad de

blanqueamiento observados durante tres fechas de almacenaje refrigerado.

Cuadro 8: Niveles de intensidad de blanqueamiento en bayas de uva de mesa cv. Thompson seedless, durante tres fechas de almacenaje refrigerado y en tres tipos de embalaje de exportación, utilizando generadores de SO2.

Tiempo de almacenaje

Nivel de daño Descripción

45 días

0

ausencia de blanqueamiento

90 días

1

leve, 0,1-10% de superficie con blanqueamiento

135 días 1-2 leve a moderado, desde 0,1 a 25% de superficie con blanqueamiento

En el cuadro anterior, se puede observar que la intensidad del daño se fue

incrementando en el tiempo de almacenaje, presentando un nivel 1 (leve) a los 90

días, y 1 (leve) a 2 (moderado) a los 135 días. No alcanzando en ninguna de las

mediciones niveles de daño 3, 4 o 5. Esto indicaría que los porcentajes de

blanqueamiento de 3,7 a 13,8% obtenidos a los 45 días (Valores presentados en el

Anexo 4), correspondieron a un porcentaje de bayas que presentó solo entre un 0,1

a 10% de la superficie de la baya blanqueada; y los porcentajes de 6,5 y 15,6%

obtenidos a los 135 días de almacenaje refrigerado correspondieron a un daño

desde 0,1 a 25% de la superficie de las bayas con blanqueamiento.

38

4.3. Pudrición:

En este ensayo, los porcentajes de pudrición fluctuaron entre 0 y 0,6%, no

observándose diferencias estadísticas entre ellos.

El análisis de varianza realizado para el porcentaje de pudrición, permitió determinar

con un error del 5%, que no existió efecto de los tres tipos de envase, dos tipos de

barreras de emisión presentes en los generadores superficiales y tres fechas de

almacenaje refrigerado, sobre el porcentaje de pudrición presentado en uva de

mesa cv. Thompson seedless. Los resultados respectivos, se presentan a

continuación en el Cuadro 9, 10 y 11.

Cuadro 9. Efecto de tres tipos de envase, sobre el porcentaje de pudrición promedio, presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless almacenada a 0°C y 90% de humedad relativa.

Tratamientos % Pudrición Clamshell 0,0 Carrybag 0,1 Polybag 0,2

Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

La causa de los resultados presentados en el cuadro anterior, podrían deberse a

que los tres tipos de envase corresponden a estructuras de polietileno perforados y

el área de ventilación presentada entre ellos, sería muy similar.

39

Estos resultados concuerdan con lo obtenido por SANHUEZA (2004), quién al

analizar Clamshell, Polybag trapezoidal y Carrybag en uva de mesa cv. Red Globe,

hasta por 135 días de almacenaje, no obtuvo diferencia estadística entre ellos y lo

atribuyó a un área de ventilación similar entre los envases evaluados.

A pesar de no existir diferencias significativas, destaca clamshell, ya que obtuvo los

menores porcentajes de pudrición a lo largo de todo el tiempo de almacenaje, junto

con los mayores porcentajes de blanqueamiento señalados anteriormente, lo que

avalaría la hipótesis que acumula más SO2 que los otros envases; y además

concuerda con BERGER (1982), quien señaló que existen resultados antagónicos

entre pudrición y blanqueamiento, ya que bajos porcentajes de blanqueamiento dan

origen a altos porcentajes de pudrición por baja concentración de SO2. Sin embargo,

debe existir un equilibrio armónico entre el efecto fungistático del SO2 y el mínimo

blanqueamiento (MORALES, 1988).

Cuadro 10. Efecto de tres fechas de almacenaje refrigerado, sobre el porcentaje de pudrición promedio, presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless.

Tratamientos % Pudrición

Barrera 21 0,2

Barrera 25 0,0 Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

Las causas de los resultados anteriores pudieron deberse a que las diferencias de

las barreras de los generadores superficiales, apoyados de los generadores de

fondo comunes para todos los tratamientos, provocaron concentraciones de

40

anhídrido sulfuroso suficiente, lo que no permitió observar diferencias entre ambas

barreras.

Esto sería avalado por los resultados obtenidos por SANHUEZA (2004) (Anexo 5),

donde se grafican las concentraciones de generadores superficiales (12+1) con

barrera de 21 o 25 g/m², en uva de mesa cv. Red Globe, hasta por 135 días de

almacenaje refrigerado, donde no obtuvo diferencias estadísticas, y en la cual se

puede apreciar que no existen grandes diferencias entre ambas barreras (21 o 25

g/m²), sobre todo en la etapa final de almacenaje.

BERGER (1982) realizó una evaluación del efecto de diferentes dosis de

metabisulfito de sodio sobre la calidad de uva sultanina, donde logró determinar que

por medio de la utilización de un generador de anhídrido sulfuroso con 5,7 g de

metabisulfito de sodio, los niveles de pudrición se mantienen en un nivel tan bajo

que prácticamente no tienen relevancia durante un almacenaje de 75 días. Esto

apoyaría los bajos porcentajes de pudrición obtenidos en éste ensayo, ya que se

utilizaron generadores superficiales con 13 gr a modo de proteger la fruta por un

tiempo mas prolongado.

Cuadro 11. Efecto de tres fechas de almacenaje refrigerado, sobre el porcentaje de pudrición promedio presentado en uva de mesa cv. Thompson seedless.

Tratamientos % Pudrición 45 días 0,0 90 días 0,2 135 días 0,1

Ausencia de letras indican que no se detectó diferencia significativa entre los distintos tratamientos, según análisis de varianza al 5% de significancia.

41

En el cuadro anterior, se puede apreciar que para el caso de pudrición, no existe

diferencia estadística entre las tres fechas de almacenaje refrigerado y tampoco

existe una tendencia clara del tiempo de almacenaje. Esto no concuerda con

LAVANDEROS, MORALES y SOZA (1999) y LAVANDEROS (1998) quienes al

evaluar distintas capacidades de envases obtuvieron diferencias debido a una

evolución del porcentaje de botrytis de uva de mesa cv. Thompson seedless en

almacenaje refrigerado de 30, 60 y 90 días. Sin embargo, se utilizaron distintos

elementos de embalaje (cajas de madera con tapa, cartón corrugado, 10-12

polybags por caja y generadores superficial y de fondo de 7 y 1 g respectivamente)

que probablemente otorgó concentraciones internas de anhídrido sulfuroso, distintas

al de éste ensayo.

BERGER (1982) evaluó el efecto de diferentes dosis de metabisulfito de sodio sobre

la calidad de uva sultanina, obteniendo como resultados al utilizar medio generador

de uno entero de 5,7 gr de metabisulfito de sodio (sin aplicación de fungicida) un

aumento de la pudrición luego de 36 y 75 días de almacenaje. Sin embargo, en este

caso se evaluaron envases de polietileno y cajas de madera de 6,5 kg netos de uva;

lo que otorgaría condiciones distintas al de este ensayo, por lo que del mismo modo

que lo señalado anteriormente, es probable que las concentraciones internas de

anhídrido sulfuroso hayan sido distintas.

BERGER, MORALES y RUIZ (1990) evaluaron diferentes métodos de aplicación de

SO2 en postcosecha para la conservación de uva de mesa cv. Thompson seedless,

en el ensayo con fruta que no fue inoculada con Botrytis cinerea, no obtuvo efecto

de los dos períodos de almacenamiento (21 y 35 días de almacenaje a 0°C y 85%

de humedad relativa) sobre el porcentaje de botrytis, sin embargo en el ensayo con

fruta inoculada si se obtuvieron diferencias estadísticas.

42

Estos antecedentes podrían explicar la variabilidad de los resultados obtenidos en

éste ensayo, ya que al corresponder a una evaluación realizada en condiciones de

campo, sin inocular, presentaría una mayor variabilidad que fruta inoculada con

Botrytis cinerea; motivo por el cual los resultados obtenidos no presentaron un

efecto claro del tiempo de almacenaje.

Otra causa posible, ya señalada anteriormente para el caso de blanqueamiento,

está explicada por la utilización de un sistema semi abierto y por existir otros

materiales absorbentes que juegan un importante papel en el desplazamiento de

SO2 entre las distintas fases del sistema, por lo que el equilibrio dinámico es

difícilmente establecido (ARANCIBIA et al., 1992).

4.4. Deshidratación del escobajo:

El análisis de Kruskall Wallis efectuado para evaluar el efecto de los envases,

generadores y tiempo de almacenaje, sobre la deshidratación del escobajo, permitió

determinar con un error del 5% que no existió efecto de los tratamientos. El Cuadro

12 muestra los promedios de deshidratación del escobajo obtenidos para los

distintos tratamientos.

43

Cuadro 12. Efecto de los tratamientos, sobre el nivel de deshidratación del escobajo de uva de mesa cv. Thompson seedless.

DESHIDRATACIÓN DEL ESCOBAJO EN ALMACENAJE

REFRIGERADO.

TRATAMIENTOS 45 Días 90 Días 135 Días

Clamshell y gen. Barrera 21 2 a (T1) 2 a (T7) 2 a (T13)

Clamshell y gen. Barrera 25 2 a (T2) 2 a (T8) 3 a (T14)

Carrybag y gen. barrera 21 2 a (T3) 2 a (T9) 2 a (T15)

Carrybag y gen. barrera 25 2 a (T4) 2 a (T10) 3 a (T16)

Polybag y gen. Barrera 21 2 a (T5) 2 a (T11) 2 a (T17)

Polybag y gen. Barrera 25 2 a (T6) 2 a (T12) 2 a (T18)

0: Ausencia; 1: Leve; 2:Moderada; 3: Severo Letras iguales, en todas las columnas, significan que no existieron diferencias entre los tratamientos.

Se puede observar, que a los 45 y 90 días existe una moderada deshidratación

(Escobajos y raquis pardos) en todos los tratamientos, y a los 135 días se mantiene

o pasa a ser severa (Escobajos y ráquis pardos con pérdida de turgencia), esto

pudo deberse a una influencia del tiempo que provoca una mayor pérdida de agua

debido al mayor tiempo de almacenaje, que concuerda con LIZANA (1995), donde

señala que la deshidratación del escobajo va acompañado de un cambio de color de

verde (previo al almacenaje refrigerado) a verde-pardo y pardo (durante el

almacenaje).

Junto con esto, SANHUEZA (2004) evaluó las concentraciones de anhídrido

sulfuroso de los mismos tratamientos realizados en éste ensayo, pero en uva de

mesa cv. Red Globe, y según ese análisis, las concentraciones de SO2 se vieron

disminuidas, motivo por el cual la cualidad del SO2 de ser un antioxidante que ayuda

a mantener escobajos más verdes y turgentes se vieron afectadas en el tiempo, al

disminuir la disponibilidad de anhídrido sulfuroso.

44

A pesar de no existir diferencias estadísticas, se puede observar que a los 135 días

los tratamientos 14 (Clamshell y generador barrera 25) y 16 (Carrybag y generador

barrera 25), presentaron una deshidratación del escobajo más alta (nivel 3) y

detrimental en el aspecto de condición de la fruta, que el resto de los tratamientos.

Esto podría deberse a una influencia del tiempo como se mencionó anteriormente, o

a una influencia de la barrera 25 g/m2, que es un factor común entre ambos, donde

al presentar una menor barrera de difusión que los tratamientos con 21 g/m2,

permitió mayores emisiones en una etapa posterior, siendo probable que a los 135

días de almacenaje quedara más metabisulfito de sodio disponible para reaccionar

con la humedad y emitir más cantidades de SO2 que con la barrera de 21, y la

acción del SO2 provocaría una retención del color verde de los escobajos.

4.5. Análisis costo/condición:

Al realizar el análisis de los envases y generadores sobre la condición de uva de

mesa (desgrane, blanqueamiento, pudrición y deshidratación del escobajo), no se

encontró diferencia estadística entre los diferentes tratamientos, motivo por el cual,

los valores de los costos por caja (considerando solo los materiales de embalaje)

presentados en el Anexo 9, serán importantes al momento de escoger un

determinado tipo de embalaje. Por este motivo, sería más conveniente el uso de un

embalaje con Polybags trapezoidales (US$ 1,519/caja), posteriormente Carrybags

rectangulares (US$ 1,843/caja) y finalmente Clamshell (US $ 2,153/caja).

45

5. CONCLUSIONES:

El porcentaje de desgrane, nivel de deshidratación del escobajo y porcentaje de pudrición presentado por uva de mesa cv. Thompson seedless, no se ven afectados al realizar un embalaje en Clamshell, Polybag trapezoidal o Carrybag rectangular, así como tampoco se ve afectado al utilizar generadores superficiales de barrera 21 o 25 g/m² (ambos con 12g de fase lenta + 1g de fase rápida, apoyados con un generador de fondo de 6g de fase rápida), durante un período de almacenaje refrigerado de 135 días a 0°C y 90% HR. Utilizando generadores con barreras de emisión 21 o 25 g/m² y en apoyo de un generador de fondo de 6g, se producirá un aumento de de bayas blanqueadas en uva de mesa cv. Thompson seedless a partir de los 90 días de almacenaje a 0°C y 90% de humedad relativa. Embalar uva de mesa en Polybags trapezoidales, Carrybags rectangulares o Clamshells, no tiene efecto sobre la condición de uva de mesa cv. Thompson seedless en almacenaje refrigerado hasta 135 días. Al realizar un análisis de costo de los tipos de envases sobre la condición de uva de mesa cv. Thompson seedless almacenada por 135 días a 0°C y 90% HR, resulta conveniente la utilización de Polybags trapezoidales, posteriormente Carrybags rectangulares y finalmente Clamshell. La utilización de generadores superficiales de diferente barrera (Barrera 21 g/m² y 25 g/m²), no afectan el porcentaje de blanqueamiento y tampoco el porcentaje de pudrición de uva cv. Thompson seedless almacenada en Carrybag, Polybag y Clamshell hasta por 135 días de almacenaje refrigerado a 0° C y 90% de humedad relativa.

46

6. RESUMEN.

Actualmente, los largos viajes que deben realizar las uvas para llegar a los mercados de destino, junto con las estrategias de guarda utilizadas para llegar con fruta por un tiempo más prolongado, representan una instancia importante en la variación de la condición de la uva de mesa, que empeoran aun más los problemas propios de un determinado cultivar. Por éste motivo y a modo de mejorar las condiciones de llegada de nuestra uva de mesa a los mercados de destino por un período prolongado, se evaluaron tres tipos de envases y dos tipos de generadores superficiales de SO2, durante un período de almacenaje refrigerado prolongado. El ensayo fue montado en la empresa DOLE, ubicada en la Comuna de Calle Larga, V región, donde se utilizó como material vegetal uva de mesa cv. Thompson seedless, a modo de evaluar porcentaje de desgrane, porcentaje de blanqueamiento, porcentaje de pudrición y deshidratación del escobajo, por tres períodos de almacenaje refrigerado (45, 90 y 135 días), y con la utilización de tres tipos de envase (clamshell, polybag trapezoidal y carrybag rectangular) y dos tipos de barreras (21 g/m2 y 25 g/m2) para los generadores superficiales (12+1), complementados con generadores de fondo (6+0) para todas las combinaciones. Los 18 tratamientos, con 3 repeticiones cada uno, fueron conducidos por medio de un diseño completamente al azar con arreglo factorial 3x3x2 (fechas de almacenaje, tipos de envases y dos barreras) y para los casos en que existieron diferencias estadísticas significativas, se realizó una separación de medias utilizando el método de Tukey para desgrane, blanqueamiento y pudrición; y el test no paramétrico de Kruskall Wallis para el análisis de deshidratación del escobajo. Como resultado se obtuvo que ninguno de los tratamientos presentó diferencias significativas en los distintos parámetros de condición evaluados, a excepción de la interacción blanqueamiento y fecha de almacenaje, ya que la primera fecha (45 días) fue significativamente distinta a las fechas posteriores. En cuanto a la efectividad de los distintos generadores y envases, los resultados sobre la condición de uva de mesa cv. Thompson seedless, fueron estadísticamente iguales. Sin embargo, al realizar un análisis de costo/condición, fue conveniente la utilización de un embalaje con Polybags trapezoidales, posteriormente Carrybags rectangulares y finalmente Clamshell. Se puede concluir que los porcentajes de desgrane y pudrición presentados en uva de mesa cv. Thompson seedles, no sen ven afectados al realizar un embalaje con los envases correspondientes a Clamshell, Polybag trapezoidal o Carrybag rectangular, así como tampoco se ve afectado al utilizar generadores superficiales

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de barrera 21 o 25 g/m² , durante un período de almacenaje refrigerado de 135 días a 0ºC y 90% HR. Sin embargo, para el porcentaje de blanqueamiento, existe un efecto del tiempo, observándose un aumento de bayas blanqueadas a partir de los 90 días de almacenaje refrigerado.

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7. ABSTRACT

At this time, table grapes must travel long distances to arrive at their destined markets, this factor, along with the long-term storage methods used to prolong fruit shelf-life in transit, represents an important part of the variability in the arrival condition of table grapes, and can also worsen the intrinsic problems of certain cultivars. For this reason, and as a way to improve the arrival condition after prolonged storage of table grapes, three types of packages and two types of SO2 surface generator barriers were evaluated, during a period of prolonged cold storage. The experiment was done at the Dole facility, located in Calle Larga, V region, Chile, Where ‘Thompson seedless´ table grape were used to evaluate the percentages of bleaching, dropped fruit, bunch decay and dehydration, over three periods of cold storage (45, 90 and 135 days). There were also three types of packaging (clamshells, trapezoidal polybags and rectangular carrybags) and two types of barriers (21 g/m2 and 25 g/m2) for the SO2 surface generators (12+1), complemented with bottom generators (6+0) for all the combinations. The 18 treatments, with 3 replications each, followed a completely randomized design with factorial adjustment 3x3x2 (dates of storage, types of packages and two barriers) and for the cases in which significant statistical differences existed, an analysis using Tukey´s means separation test for dropped fruit, bleaching and decay; or for the analysis of bunch dehydration, the Kruskall wallis non-parametric test, were done. None of the treatments showed significant diiferences for the different parameters evaluated, with the exception of the interaction between bleaching and storage period, as the first storage period (45 days) was significantly different from the other two. The effects of the different barriers and packages on the condition of grapes were statistically equal. Nevertheless, following a cost analysis, the use of trapezoidal Polybags, more so than Carrybags or Clamshell, is advisable. It can be concluded that the percentages of dropped fruit and decay for `Thompson seedless´ table grapes, are not differently affected by packaging materials such as Clamshells, trapezoidal Polybags or rectangular Carrybags. Neither are they affected by surface barrier enerators of 21 or 25 g/m², over 135 days of cold storage at 0ºC and 90% relative humidity. However, for the percentage of bleaching, there is an effect from the storage period, with an increase in bleached berries from 90 days of cold storage on.

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8. LITERATURA CITADA:

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