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Capítulo Dos

Adán y Eva

Ilustraciones: Miwako OnishiTexto: Kaoru OgasawaraTraducción a Español: Yukinobu Horimoto

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El jardín del Edén era un lugar maravilloso.

Había muchos árboles

hermosos que daban deliciosos frutos.

Adán y Eva siempre pudieron sentir el amor de Dios.

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El Arcángel era el maestro de Adán y Eva. Ellos crecían y aumentaban sus conocimientos.

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En medio del jardín del Edén se encontraba el árbol de la vida y el

árbol del conocimiento del bien y del mal.

Dios les dió un mandamiento:

“No comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.”

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Pero, el arcángel que se transformó en serpiente, dijo a Eva:

“ ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto del árbol del conocimiento

del bien y del mal?....

Pero en realidad, pueden comer el fruto de ese árbol.”

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Pero, la palabra del arcángel fue una mentira.

El arcángel comenzó a sentir envidia de Adán y Eva,

porque Dios les amaba.

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Eva vio que el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal era

muy hermoso y maravilloso.

Eva pensó: “quizás no haga daño”. Entonces,

Eva comió del fruto.

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Cuando comió del fruto,

desapareció el amor y el cariño de Dios que rodeaba a Eva.

¿Qué vamos a hacer?

Traicioné a Dios, que Adán no sepa nada de esto,

pues se encuentra jugando en el jardín.

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Eva se encontraba con miedo y angustiada.

No me quiero sentir angustiada sola. Quiero que Adán sienta lo mismo.

Entonces, Eva dio de comer a Adán y él comió.

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Los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos y sintieron vergüenza.

El fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal era el fruto del amor.

Entonces, los dos se cubrieron sus partes privadas.

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Los dos oyeron las pisadas de Dios que se estaba acercando.

Por eso, se escondieron de Dios entre los árboles del jardín.

Dios dijo a Adán y Eva: “¿por qué se esconden?

¿por qué violaron el mandamiento?”

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Adán y Eva no pudieron seguir viviendo en el Jardín de Edén.

¡Que tristeza causó esto a Dios!

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Desde entonces, Adán y Eva vivieron en un lugar deshabitado.

Ellos no pudieron regresar al Jardín del Edén, al que recuerdan con nostalgia.