Para el niño el juego espontáneo es esencial, su manera de expresarse.

El bebé empieza a explorar con su propio cuerpo, sus dedos, sus propios sonidos.

El juego espontáneo favorece en el niño el crecimiento, la integración de la personalidad, la

posibilidad de expresión y comunicación de agresión, alegrías, angustias y fantasías.

El juego le permite controlar la ansiedad así como sus impulsos, favorece la capacidad de creación, el ingreso a la socialización y la posibilidad de sentirse

feliz y vivo.

A través del juego el niño aprende a conocer la realidad y descubre las características y leyes del

mundo que le rodea.

El favorecer espacios de reunión y juego libre con otros niños o adultos es lo más saludable.

Es beneficioso a cualquier edad que los padres permitan que el niño manifieste en su juego lo que

él desea.

El niño aprende a conocer el mundo a través del juego. Mediante esta actividad, puede explorar, conocer, hacer sus propias hipótesis, plantearse situaciones y

resolverlas.

Suele pensarse que jugar es una manera improductiva de pasar el tiempo, pero es mucho

más, es una manera de crecer y aprender.

GRUPO PEI

• Caren Avila• Jesica Guiñazu• Valeria Torres• Pilar Castro• Elina Roche

• Julieta de la Sierra