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REPRESENTACIONES, DISCURSOS Y PRACTICAS DE ACTORES EN TORNO AL CIBERESPACIO
Gildardo Martínez
Universidad del Zulia Escuela de Sociología
Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos e-mail: [email protected]
Ponencia a presentarse en el Encuentro 2001 de la Asociación de Estudios Latinoamericanos.
Washington, D.C., (EUA) Septiembre 6-8, 2001
RESUMEN La presente ponencia tiene como finalidad presentar una reflexión y un acercamiento más
acabado al fenómeno de construcción de las llamadas "comunidades virtuales". Digo más
acabado en el sentido de constituir la continuación de una reflexión iniciada en la
presentación de un primer borrador de trabajo de mi anteproyecto de tesis doctoral
inscrito dentro del programa de investigación "Globalización, Cultura y Transformaciones
Sociales", de los estudios postdoctorales de la Universidad Central de Venezuela, que
dirige el profesor Daniel Mato. Desde alli, la exposición la inicio con una aproximación al
problema, para luego mostrar las hipótesis de investigación (intuiciones, si se me permite)
sobre el uso que ciertos actores hacen de las Nuevas Tecnologías de Información y
Comunicación (NTIC), convirtiendo algunas de sus manifestaciones, en novedosos
mecanismos de expresión de multivariados sentidos. A partir de estos supuestos,
introduciré algunas propuestas teóricas que servirán de guía para la reflexión que deseo
presentar.
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PALABRAS CLAVES: Representaciones Sociales, Discursos, Ciberespacio,
Comunidades Virtuales.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Las comunidades que edifican algunos actores desde el ciberespacio, entablan
modos de interacción cultural en el que las identidades se construyen en el compartir de los
flujos de mensajes e imágenes y en el espacio de demandas y luchas culturales,
convirtiendo el ciberespacio en un escenario de apropiación, confrontación y negociación
con el otro simbólico.
Puedo decir que el ciberespacio, favorecido por la permeabilidad y la ubicuidad de
la red, construye lo colectivo a partir del ensayo de nuevas formas de participación cultural,
social y política, tal como lo muestran las experiencias de comunidades en particular como
"The Well", "Electric minds", "Eud.com" al interior de las cuales a través de diversas
conferencias, foros o áreas temáticas1 en las que listas de correos permiten enviar mensajes
y recibir respuestas, se dan procesos de circulación de conocimientos, sentimientos y
valores. Por otra parte, también existen los grupos que impulsan sus propuestas
comunitarias y políticas desde páginas web y que luchan por sus derechos a ser reconocidos
en su diversidad política y cultural como el grupo ecologista "Greenpeace" el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional y los grupos de corte democrático como "The Electronic
1 A diferencia del tipo de interacción que se da en los llamados chats o cuartos de conversación, en las comunidades virtuales las conversaciones no son en tiempo real, vale decir, al instante de producirse. En cada foro o conferencia los usuarios, a través de listas de correos, colocan sus comentarios en torno al área temática seleccionada y se desconectan. Luego, transcurrido un lapso indeterminado, pueden leer lo que otro(s) usuario(s) le ha(n) respondido. La serie de respuestas recibidas y las cuales pueden contestarse y/o comentarse permanecen en la página del foro. Desde ese momento la comunidad comienza a producir el "bien común"
3
Frontier Foundation" y "The Internet Society" que con lemas como "Internet is for
everyone" y "free speech and free expression" buscan mejorar la disponibilidad y utilidad
de la Internet en la escala más amplia posible al igual que proteger las libertades civiles
fundamentales, incluyendo la privacidad y la libertad de expresión en el ciberespacio.
Vemos el surgimiento de nuevos productores simbólicos que ya no se definen sólo
por su anclaje cultural local, sino por la interacción con lo global. Son los llamados actores
sociales de la globalización, actores que se valen de la multiplicación de las conexiones
para producir imaginarios globalizados: cuentan con la tecnología como medio de
producción y circulación del sentido y que en ciertos casos poseen el capital cultural
necesario para hegemonizar las producciones simbólicas de la sociedad.
En definitiva, las ideas de comunidad en un entorno virtual2 y del bien común que
en ellas se produce (libertad, democracia, solidaridad) han encontrado en el ágora
electrónica de las redes interconectadas "lealtades transterritoriales" (Agudo, 1998:120) que
hacen del ciberespacio una representación que trasciende el del sentido común que lo
asocia a una red electrónica. Asi, como en un "mercado libre de intercambio simbólico"
(Stone, 1996:33) actores sociales en un juego no de suma-cero, pero si de negociación,
conflicto y apropiación al tiempo que luchan con y por sus ideas (representaciones sociales)
han desarrollado otro "bucle constructivo" (Ibañez, 1996:133) en la representación del
ciberespacio que es generadora también de negociaciones, conflictos.
que los ha reunido en dicha conferencia. Este tipo de interacción es llamada por Brewer y Davis (1997:122) "conferencia no-sincrónica" (asynchronous conference), 2 En el trabajo, desarrollaré la categoria "virtual" en algunas "llamadas a pie de página". Tal circunstancia, de pequeñas aproximaciones, me permitirá mostrar diversos hilos teóricos que entretejen a una de las categorías implicitamente significativas de esta propuesta. Para comenzar, en Barboza encuentro que "virtual" se corresponde, etimológicamente, con "potencia", con "posibilidad de cambio" o "el paso de entidades menos formadas a más formadas " (Barboza, 1999: 93 citando a Abbagnano, 1995:38). Desde allí, lo virtual le sugiere "...no la mera ocurrencia fenoménica en un continuum temporal, sino, nuevas nociones de tiempo y espacio, definidas a partir de una singular dinámica de ocurrencias, impulsadas por una nueva artefactualidad
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A partir de estas consideraciones he construido las siguientes hipótesis de trabajo:
⇒ Las representaciones sociales en torno a la idea del ciberespacio inciden en la
formulación de los programas de acción, las prácticas sociales y políticas de los
actores sociales que lo utilizan y a su vez se ven modificadas a través de tales
prácticas.
⇒ El uso que los actores sociales hacen del ciberespacio más que revelar un
escenario de relaciones con el otro simbólico muestra más bien resistencias a los
efectos del poder de los diferentes actores sociales que lo utilizan.
REFLEXION TEORICA
A fin de ayudar a clarificar y enriquecer el tema objeto de estudio y a manera de
fundamentación teórica, utilizo pares de categorías que constituyen varios de los núcleos
teóricos del trabajo y que pretendí agruparlas sólo de manera analítica. He acá algunos de
los que he construido:
1. PAR DISCURSO-REPRESENTACIONES SOCIALES:
Pretendo considerar los discursos más como "prácticas que forman sistemáticamente los
objetos de que hablan" (Foucaut, 1969:81) que cosa pronunciada o escrita. En segundo
lugar, y como complemento y resultado de lo anterior, los discursos se revelan más allá de
la lengua y la palabra para mostrar una vida social, "...la existencia de luchas, victorias,
heridas, dominaciones, servidumbres" (Foucault, 1973:11). Aun cuando utilizan los signos
para referirse a "objetos y cosas" "...lo que hacen es más que utilizar esos signos para
tecnológica" (Barboza, 1999:93). Lo virtual asumido así, me alude a signos de cambios significativos en los referentes de los actores sociales, a hermeneuticas diversas, de varios ordenes, sobrecargadas de sentidos.
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indicar cosas. Es ese más lo que los vuelve irreductibles a la lengua y a la palabra. Es ese
más lo que hay que revelar y hay que describir" (Foucault, 1969:81)
Así, me concentro menos en el signo lingüístico como símbolo, vale decir, a sus
referencias a objetos y cosas, para resaltar sus funciones como síntoma y señal. Primero,
porque los discursos que se pronuncian no sólo revelan información sobre el actante (quién
dice que) sino también la intención de la emisión (Renkema, 1993:20); este es el signo
como síntoma. Segundo, porque como señal los signos en los discursos producen
reacciones en los receptores o deben ser interpretados por los mismos. Por ello, ya bien
como síntoma o como señal es válida la frase de Buordieu (1985:15) "...no hay ya palabras
inocentes"
Sobre el particular y siguiendo a Mato, estimo que la producción de ciertas ideas claves
en el interior de cada discurso, además de organizar la percepción de la experiencia,
"...orientan y otorgan sentido a las prácticas sociales que [actores sociales individuales y
colectivos] desarrollan en relación con ellas, y son modificadas a través de tales prácticas"
(Mato, 1999:153); por ello, la manera en que las ideas son representadas afectan los
"programas de acción" de los actores. Tales formas de comunicación son "piezas textuales
orientadas a fines" (Calsamiglia y Tusón, 1999:15) al guiar y modificar las prácticas y la
vida social de los actores que emiten y reciben el discurso.
Desde la producción discursiva también hallo que las representaciones sociales, al estar
orientadas hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material
e ideal (Jodelet, 1984:474), me asemejan también una "política de entendimientos"
(Luhmann, 1992:130), en el sentido de que son provisionales, se negocian, generan
argumentos; en fin, "...fijan los puntos de referencia sustraídos a la lucha para ulteriores
6
controversias, en las que de nuevo podrán formarse coaliciones y oposiciones" (Luhmann,
1992:131)
2. PAR DISCURSO-PODER:
Los discursos de los actores sociales se revelan más allá de los objetos y las cosas a las
que se refieren, para mostrar matices del poder, "formas de resistencia al poder" (Foucault,
1986:29) de los diferentes actores sociales que utilizan el ciberespacio tanto como un
escenario de relaciones con el otro simbólico como un lugar de negociación, confrontación
y apropiación. En este sentido, menos que un objeto que puede ser poseído para imponer la
propia voluntad aun contra toda resistencia (Weber, 1922:43) el poder se muestra no a
través de la posesión sino mediante sus efectos, y especialmente las luchas y el
enfrentamiento de estrategias ante sus efectos3.
La instauración de una "economía de poder" (Foucault, 2000:137) y la circulación de
sus efectos como una especie de red productiva continua, ininterrumpida, adaptada e
"individualizada" a través del todo el cuerpo social, es lo que hace al poder atractivo, pero
lo que hace que éste se sostenga, "...que sea aceptado, es sencillamente que no pesa sólo
como potencia que dice no, sino que cala de hecho, produce cosas4, induce placer, forma
saber, produce discursos" (Foucault, 2000:137) (Subrayado nuestro).
Desde aca, considero entonces que los discursos, a partir de su producción,
acumulación, circulación y funcionamiento no sólo son el medio que traduce luchas
"...sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno
adueñarse" (Foucault, 1973:12). Este poder, traducido en un "régimen discursivo"
3 Sobre el particular, los planteamientos de Foucault sugieren alejarse de aquellas representaciones del poder y sus efectos asociadas a la represión y la prohibición: las formas menos ocultas y más desnudas del mismo (Deleuze y Foucault, 1972: 12) y a su vez menos eficaces y mucho más costosas (Foucault, 2000: 137).
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(Foucault, 2000:132) no es una "fuerza negativa" (Jordan, 1999:19) que pueda asirse, sólo
puede ser ejercitado mediante la imposición de una "ley de verdad" (Foucault, 1986:31) de
una cierta economía de "discursos de verdad" (Foucault: 1980:93)
3. PAR GLOBALIZACION-REPRESENTACIONES SOCIALES:
La producción de prácticas discursivas, representaciones sociales de los actores a
considerar se presentan en los llamados "tiempos de globalización" (Mato, 1996),
caracterizados por el "creciente desarrollo y complejidad de interrelaciones planetariamente
abarcadoras" (Mato, 1996:13) "...de redes económicas y culturales que operan en una escala
mundial y sobre una base mundial (García Canclíni, 1999:46) y en donde la creciente
difusión y extensión de ciertos dispositivos comunicacionales, como los considerados en
esta ponencia, tienen una participación significativa. El uso de éstos ha permitido que
ciertas ideas claves de actores locales y nacionales hallan logrado burlar los límites
territoriales de los Estados-Nación y conseguir en otros actores locales-no-locales,
nacionales-no-nacionales reconocimiento y legitimación de sus necesidades y conflictos.
De esta última idea, quiero reconocer la carga interpelativa de la "reflexividad nativa"5
(Cruces, 1997:13) que se tensa con los ordenes y dispositivos de los procesos de
globalización, a través de los cuales "los aspectos locales son penetrados en profundidad y
configurados por influencias sociales que se generan a gran distancia" (Guiddens, 1994:30);
sólo que distanciandome, de alguna manera, de ciertos modelos que proponen la
construcción del espacio-tiempo local desde una perspectiva "insular" y otra "abstracto-
4 En Luhmann (1975), también encuentro similaridades al respecto. El poder, más que nada, "...causa resultados a pesar de una posible resistencia o, en otras palabras, es causalidad bajo circunstancias desfavorables" (Luhmann, 1975:3-4) 5 Cruces (1997:13) la define como "...el conjunto de los dispositivos de autorreconocimiento inscritos en el discurso y la práctica cotidiana de los agentes, por medio de los cuales regulan su acción y construyen su sentido"
8
universal"6 pretendo utilizar, siguiendo a Cruces (1997:13-18), una aproximación
"cronotópica", en la que el tiempo-espacio social están constituídos "...en las relaciones
sociales mismas en virtud de procesos de poder, negociación y conflicto" (Cruces,
1997:18).
En este "modelo de la localidad" (Cruces, 1997:15) los actores sociales buscan hacer
frente a las instituciones universalistas -prácticas globalizantes de otros actores- para
"...retomar individual o colectivamente cierto control de sus espacios y sus tiempos"
(Cruces, 1997:16); así, en alguna medida de sus prácticas y sus representaciones.
Esta presentación de la relación/tensión local/global pretende mostrar las prácticas
sociales contemporáneas a razón de concebir algún tipo de integración en la trama de las
fracturas e hiatos (Cruces, 1997:17), del interior y el exterior, del lugar y el no-lugar (Auge,
1992), de modo también de acercarme y reconocer los "heterosincronismos", vale decir,
"...la convivencia de temporalidades heterogéneas sobre un mismo espacio" (Cruces,
1997:16).
También desde una mirada antropológica, encuentro en Augé (1994) esta suerte de
reflexión de la tensión local/global, al referirse a "los mundos" en contraposición a "el
mundo" en lo que respecta a la composición de la contemporaneidad:
Propone, a manera de disipación de dicha tensión, que la adaptación a las "nuevas
modalidades de simbolización que obran en el conjunto planetario" (Augé, 1994:165)
exprese, cualquiera sea el orden a que esos mundos pertenezcan, la singularidad que los
constituye y, a su vez, la universalidad que los relativiza (Augé, 1994:125).
6 Cruces (1997:16) resume los rasgos de los modelos mencionados de la siguiente manera. El modelo insular por: el territorio, el tiempo ciclico, el lugar, su orientación al pasado y la integración de tiempo y espacio. El modelo universal por: la desterritorialización, el tiempo vacío, el no lugar, el presentismo y la separación de tiempo y espacio.
9
Estimo que esta mirada de la antropología contemporánea, hace posible una noción
dialógica y reflexiva de las representaciones que se construyen en los procesos de
globalización, en los que la multiplicación de las interconexiones entre los actores sociales,
parece mostrar, más que antes, la negociación de sus identidades.
En Appadurai (1996) hallo significativo su categoria work of imagination; la
imaginación logra producir una "comunidad de sentimientos" (Appadurai, 1996:8), un
grupo que comienza a imaginar y sentir cosas juntos y que puede ser capaz de construir
espacios para acciones colectivas translocales.
La imaginación, es vista como una práctica colectiva, es un escenario de aspiraciones
colectivas (Appadurai, 1996: 31) pero que también puede ser producida por actores
individuales dentro de su cotidianidad (Appadurai, 1996:5). ¿Quién no se ha sentido
solidario, o creado un sentimiento de hermandad/afinidad desde su individualidad, con los
grupos que se opusieron a la destruccion de los Budas por parte de movimiento Taliban en
Afghanistan en meses pasados?
Esa "vecindad translocal" es construída de alguna manera por "mundos imaginados",
múltiples mundos resultados de "flujos culturales globales" (Appadurai, 1996:33) no
uniformes y mucho menos singulares, sino cargados de heterogéneos campos históricos,
lingüísticos y políticos de diferentes clases de actores: estados-nación; grupos
multinacionales, diásporas de comunidades, al igual que grupos y movimientos
subnacionales y grupos más íntimos" como vecindades, familias y actores individuales
(Appadurai, 1996:33).
4. PAR TECNOLOGIA-ACTORES SOCIALES:
Por cuanto en el contexto en que los actores producen sus representaciones y emiten su
discurso el fenoméno tecnológico de la reticularidad ofrece la posibilidades de varias
10
racionalidades encontradas, creo importante hacer algunas acotaciones teóricas sobre la
tecnología, en general; y luego, ciertas consideraciones conceptuales sobre lo que son las
Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación.
4.1. Sobre el hecho tecnológico:
En general, el análisis sociológico de la innovación tecnológica tiende a enfocarse sobre
el impacto de un cierto tipo de tecnología, sobre lo que hace y deshace en la sociedad. En lo
particular, desde la invención del chip, el campo de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación parece producir "saltos evolucionarios" (Platt, 1966 en
Barbieri, 1998), discontinuidades en la historia que generan marcados efectos en la vida
humana y de allí en la vida social.
Apartándome de una visión tecnodeterminista, pretendo presentar algunas
consideraciones teóricas sobre la tecnología teniendo como supuesto su doble dimensión:
condicionada por el contexto social en donde surge y, al mismo tiempo, como un factor que
a su vez lo determina. Esto permitirá entender y prefigurar ese vínculo recíproco entre la
tecnología, la sociedad actual y los actores de la globalización.
4.1.1. La Dicotomía Tecnología y Sociedad
Las tecnologías de información y comunicación cubren un rango de técnicas,
instrumentos y métodos que permiten captar, transmitir, reproducir, procesar y modificar
información; apoyándose en éstas las sociedades y las relaciones implícitas en ellas se han
extendido desconociendo y superando infinidad de barreras; la ubicuidad y la
instantaneidad hacen que la realidad del sujeto al igual que el objeto de su experiencia se
torne telepresente, presente en la distancia (Virilio, 1990). Las diferentes teleactividades
generadas ayudan a poblar y desarrollar una urbe electrónica de periferias infinitas y nulas
antípodas. En la construcción de cubículos electrónicos, de escafandras reticulares
11
domésticas, el uso de la tecnología asemeja una catálisis que va transformando sociedades y
culturas casi de manera inexorable. Las ideas de McLuhan son provocativas al respecto:
Todos los medios nos alteran completamente. Son tan
penetrantes sus consecuencias en el aspecto individual,
político, económico, estético, psicológico, moral, ético y social
que no dejan ningún aspecto de nosotros sin tocar, afectar o
alterar (McLuhan, 1967:26).
Sin embargo, la seductora simplicidad del determinismo tecnológico oscurece la
recíproca relación entre tecnología y sociedad. Sobre este aspecto se sostiene, inicialmente,
que la tecnología no es autónoma ni determina la sociedad, la representa; ni la sociedad
determina el desarrollo tecnológico, lo produce y lo utiliza7. Aun cuando la tecnología
posee una lógica interna que prefigura su uso y que la hace poseedora de ciertas
capacidades transformadoras8, la acción para la cual es diseñada se desarrolla en
condiciones sociales e históricas particulares, por lo que elementos "no tecnológicos" son
necesarios para ponerla en práctica (Couch, 1996). Dichos elementos llegan a producir
variaciones en el diseño tecnológico, mutando de él nuevas e innovadoras aplicaciones9.
Tales son las circunstancias por las cuales se presencia una suerte de "red sin costuras"
(Callon, 1987; Hughes, 1987; Mackay, 1995 en Díaz, 1998), un "fenómeno social total"
7 Pretendo alejarme de los determinismos tanto tecnológicos como sociales. El primero ignora casi por completo las influencias sociales y el segundo, deja pocas posibilidades para los evidentes efectos de la tecnología. Según Sommerville (1997) ambas perspectivas radicalizan los objetos de estudios: "Las preguntas que suponen una posición tecnodeterminista indagarán la naturaleza de los cambios sociales y personales...sus efectos. Por otro lado, las preguntas que suponen una influencia social indagarán cómo los productores y consumidores desarrollan y se apropian de la tecnología" 8 Lo que quiero expresar con esta idea es la "predisposición" de algunos medios de operar de cierta manera: el texto quiere ser leído, la palabra hablada quiere ser escuchada, el cine quiere ser visto, y asi sucesivamente. Véase Couch (1996) 9 Las teletecnologías interactivas emergieron de claras dimensiones político-militares. ARPAnet, embrionaria de la hoy Internet, fue una red de computadoras descentralizadas, desarrollada en la Universidad de California en Los Angeles por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa de los Estados Unidos con la finalidad de garantizar las comunicaciones en un eventual ataque militar.
12
(Navarro I. Barba, 1997) que motoriza todas las instituciones sociales, abierto a más de una
interpretación y a una multidireccionalidad de efectos (Bijker y Pinch, 1987). Ello no ha
permitido el llamado "cierre" o creación de consenso entre los grupos sociales relevantes10
involucrados en el desarrollo y uso de la tecnología.
Aparecen instituciones y organizaciones al igual que individuos organizados que
comparten significados vinculados a la tecnología y otros que no, neoludditos11
atemorizados ante la ruptura de la centralidad comunicacional y de sus certezas ancestrales,
cuyos significados compartidos adversos generan problemas y conflictos. Aca no se hace
referencia a la controversia entre "verdad" o "falsedad", "irracionalidad" o "racionalidad",
sino a la existencia de diferentes racionalidades, un "mundo de racionalidad plural" (Aibar,
1996).
La búsqueda de "estabilización" revela como el "tejido no tiene costura" y nuevas e
inquietantes situaciones se manifiestan, aparecen los "salientes reversos" (Hughes, 1987).
La apropiación cotidiana de la técnica y la apropiación técnica de lo cotidiano acarrea
problemas económicos (diferencias estructurales entre grupos y sociedades para acceder a
la autopista de la información), políticos (el control en el envío y recepción de información
de índole diversa que pueda producir una sociedad de la vigilancia), tecno-científico
10 Los "grupos sociales relevantes" son aquellos que tienen influencia en la creación, la demanda, la producción, la difusión, la aceptación o la oposición a nuevas tecnologías. Schwartz Cowan (1989) distingue entre los grupos que la "historia de la ciencia" destaca, de aquellos de la "historia de la tecnología". Los primeros son "grupos sociales relativamente circunscritos"; los segundos son numerosos y heterogéneos: desde el pequeño grupo de ingenieros responsables de la innovación hasta el probable pequeño número de gerentes que toman las decisiones sobre la innovación, pasando por el extenso grupo de expertos en producción que convertirán la innovación en un artefacto, hasta el grupo, también no menos pequeño, que lo distribuirá y venderá, y finalmente el potencialmente, y mucho más grande, que lo consumirá. 11 En general, neo-luddito alude a los grupos oponentes a las nuevas tecnologías o al cambio tecnológico. El movimiento luddita surgió en Inglaterra a principios del siglo XIX; debe su nombre a Ned Ludd (Lud o Luddlam) quien en 1811 lideró a artesanos ingleses en contra de la naciente industria textil inglesa, cuyo desarrollo significó importantes contingentes de desempleados. Véase WATSON, Bruce (1993).
13
(reducir el costo de los equipos sin disminuir la velocidad de transmisión al igual que la
vulnerabilidad que representa una sociedad interconectada)12.
La clausura y la estabilización en torno a las NTIC se torna compleja, muy a pesar de la
"simetría" que quiere dársele a los elementos sociales y tecnológicos; cuando un "saliente
reverso" es corregido, otros incontables emergerán a medida que este campo se desarrolle,
expande e innove (Hughes, 1987); procesos estos orientados por grupos y actores sociales
que deciden de manera muy diversa la definición del problema y cómo alcanzar la clausura
y la estabilización.
Pensar dónde los aspectos tecnológicos terminan y los sociales comienzan, o viceversa
es un Nudo gordiano. Analíticamente, es posible imaginarnos un momentum, en los
sistemas tecnológicos13 (Hughes, 1987), periodos en los cuales la masa de componentes
técnicos y organizacionales llegan a mostrar una alta tasa de crecimiento que sugiere
movimiento y autonomía a los observadores, casi como si fuesen objetos físicos que
escapasen de la atracción gravitacional de la esfera terrestre y girasen en su propia órbita; a
la inversa, también es posible estimar como empresas públicas y privadas, laboratorios e
institutos de investigación técnica y científica, universidades le añaden momentum a los
sistemas tecnológicos. Sobre el particular, el principio de simetría (Law, 1987) es claro al
establecer que la relación entre los elementos es de contingencia: el mundo natural y de
12 La aproximación a la "clausura" o correción de algunos de estos salientes significaría el término del debate y la controversia, no obstante hay una serie de características que dificultan la estabilización (Law, 1987): • La heterogeneidad y complejidad de los elementos: grupos sociales con diferentes intereses y recursos, y • La forma en la cual se fraguan las soluciones en situaciones de conflicto: diferentes capacidades en los
grupos de movilizar recursos en el curso del debate y la controversia; capacidad que dependerá de sus posiciones en la estructura social.
13 Los sistemas tecnológicos son el conjunto complejo y desordenado de artefactos físicos, organizacionales, firmas, compañías, bancos de inversión, organos legislativos y elementos humanos (inventores, científicos, ingenieros, gerentes, finacistas, trabajadores) (Hughes, 1987)
14
artefactos (tecnología) como el mundo social pueden ser tanto explanandum (lo explicable)
como explanans (lo que explica)14
4.2. Sobre las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación:
Lucas Marín sugiere distinguir entre tecnologías de la comunicación y de la
información. En las primeras incluye a las que implican "...conexión o transmisión de
información entre diferentes individuos o grupos sociales, sea de forma personal, cara a
cara, o mediada, utilizando artefactos para aumentar la capacidad en el tratamiento del
mensaje" (Lucas Marín, 2000:104). En las segundas ubica a quellas que operan con el dato
en si "(en bruto, aislado), como al que está inscrustado en un sistema en el que ha sido
social y culturalmente compartido (Martín, 1995, cit. por Lucas Marín, 2000:105).
Desde estas dos definiciones, observa que el campo de las NTIC se ha caracterizado por
la convergencia y la integración de tres grandes grupos o industrias: el de los ordenadores,
el de la telecomunicación y el de la comunicación (Lucas Marín, 2000: 106).
En Pesce (1996), encuentro que la naturaleza electroplástica de los medios eléctricos ha
innovado de tal forma que ha permitido integrar viejos medios en nuevos medios
(Armañanzas et. al., 1996 en Alvarez y Neuman, 2000:16). Tal proceso, que no provoca la
desaparición de los primeros, se debe a juicio de Hughes a la posibilidad que tienen los
medios de ser encapsulados "...es decir, ser fusionados en nuevas estructuras que
determinan formas comunicacionales distintas a las existentes" (Hughes, 1995). Para
Mattelard, estos nuevos escenarios son como un híbrido en el sentido de integrar
"actividades antes separadas" (Mattelard, 1998 en Nuñez Aldazoro, 2000:24) y agrega:
14 En torno a las tecnologías de información Couch muestra claramente esta idea: "Las relaciones sociales que los indiviuduos pueden construir reflejan las tecnologías de información que utilizan y el cómo estas tecnologías son usadas reflejan las relaciones sociales, especialmente aquellas que constituyen las estructuras económicas, religiosas y políticas" (Couch, 1996:1)
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Para convencerse no hay más que recordar los neologismos
aparecidos recientemente en el lenguaje técnico, angloamericano por
excelencia: advertiorals (contracción de adversiting y editorials),
informercials (information y commercials), infotaiment (information y
entertaiment) y, más recientemente, edutaiment. Una hibridación de
palabras que corresponden a la hibridación que ha hecho posible la
informática de tecnologías de la información y la comunicación.
(Mattelard, 1998, en Nuñez Aldazoro, 2000: 24)
5. PAR IDENTIDADES COLECTIVAS-COMUNIDADES VIRTUALES*:
Para la reflexión teórica de estos aspectos tome algunas de las consideraciones que
sobre las categorías se han tratado desde la sociología clásica, especialmente sobre el tema
de las identidades colectivas.
5.1. La construcción de identidades colectivas en un escenario reticular
Tal como lo sostiene Habermas, el concepto de Identidades Colectivas Modernas ha
estado ligado desde fines del siglo XVIII a la aparición del Nacionalismo en Europa, en una
situación en que la masa de individuos se tornan liberales y móviles y en la que el
Nacionalismo vino a satisfacer necesidades de nuevas identificaciones (Habermas, 1989).
Aparece así la identidad nacional ligada a una herencia profana, una herencia cultural
en donde el lenguaje, literatura e historia coinciden con las representaciones del Estado y
una conciencia nacional forjada a partir de la tensión entre las orientaciones universalistas y
los particularismos de una nación que se delimita a si misma frente al mundo externo; el
otro. En la constitución de ese tipo de identidad juega papel central la historia como
* Las ideas que se presentan a continuación han sido desarrolladas principalmente en una labor conjunta con la Prof. Emilia Bermúdez, especialmente en trabajos realizados en algunos de los seminarios del Programa del Doctorado en Ciencias Sociales (Convenio UCV-LUZ). Los seminarios y los trabajos han sido, respectivamente: Comunicación, Gerencia y Futuro: "La Construcción de Identidades Colectivas en el Ciberespacio. Mas preguntas que respuestas"; Identidad Cultural en Venezuela: "Algunas Respuestas en
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proveedora de sentido al suministrar perspectiva de futuros orientadores de la acción y
cubrir la necesidad de afirmación y autoafirmación (Habermas, 1989).
La identidad se torna conciencia histórica expresada cuando podemos definir quiénes
somos y quiénes queremos ser y donde se entremezclan elementos descriptivos, evaluativos
y afectivos. (Habermas, 1989).
En la literatura sobre el tema es coincidente la idea de que las Identidades Colectivas
son el producto de experiencias compartidas a través de interacciones sociales y, por lo
tanto, tienen un carácter colectivo, independientemente de que surjan de las elites o de
experiencias colectivas (Lechner 1990; Estrada, 1995).
A las identidades también es recurrente encontrarlas definidas como un estado subjetivo
y cristalizadas en la intersubjetividad, entendida esta última como una estructura de sentido
subjetivada, producida y reproducida por los sujetos en la experiencia diaria y objetivada en
instituciones, prácticas, usos creencias, valores y un lenguaje compartido (Estrada, 1995;
Mato, 1994).
Las identidades surgen entonces a través de las vivencias dotadas de significación y
sentido compartido y, en esa visión, los distintos pensadores le han atribuido la función de
proveer certezas, asignándole un papel importante en la formación del sentido de
comunidad. (Lechner, 1990).
De igual modo, tiempo e historia son necesarias para la cristalización de las Identidades
Colectivas, puesto que culturalmente son indispensables en la permanencia de la memoria
colectiva y en la posibilidad de entender el presente y elaborar un futuro compartido.
relación a la Construcción de Identidades Colectivas en el Ciberespacio" y Estudios Culturales e Investigación Comunicacional: "Los Estudios Culturales en la Era del Ciberespacio"
17
En conclusión, en las reflexiones anteriores la elaboración de tiempo histórico, certezas,
construcción de la comunidad, tiempo cronológico, espacio físico, comunicación cara a
cara, experiencias de vida, afectos, valores; construyen la formación del nosotros, su
alteralidad y el sentido de pertenencia con el grupo, la comunidad, el país, la nación.
El escenario virtual, construido a partir de la instrumentalidad mass-mediática, somete
todas estas nociones a una reformulación a partir de las conexiones entre los distintos
puntos del globo, conexiones en donde, como sostiene Brunner, las culturas nacionales se
esfuman (Brunner, 1989). Asistimos a la conformación de un nuevo tipo de espacio que
debilita los conceptos de nación y Estado-nación y de cultura nacional, puesto que territorio
y población pierden sentidos como referentes para la sociedad interconectada, así como la
trascendencia de la comunicación cara-a-cara en la construcción de una memoria colectiva,
de valores, usos y rituales compartidos.
El ciberespacio transforma abruptamente la síntesis de la vida cotidiana. Paul Virilio le
considera una nueva forma de perspectiva, y que lejos de coincidir con el plano audiovisual
es libre de cualquier referencia previa15. Escuchar y oír en la distancia fue la esencia de la
representación anterior, pero alcanzar y sentir en la distancia eleva la visión a un dominio
de proporciones virtuales: el del contacto, el contacto en la distancia, el tele-contacto.
(Virilio, 1995).
15 Es importante tomar cierta distancia de tales representaciones del ciberespacio y de lo virtual asociado a él. Las representaciones comunes lo asocian a las redes electrónicas y a los ambientes virtuales multi-participativos que se producen en la Internet (Hughes, 1995). Otras, desde una idea menos maquinista, amplian la idea anterior y la vinculan a ciertos constructos sociales como la memoria, la imaginación (véanse supra p. 24 y ss. y Levy, 1998:28)
18
Lo socio espacial, que permitía a las identidades cerciorarse del si mismo, es ahora con
mayor profundidad socio comunicacional, pero en un plexo lingüístico, donde la relación
dialógica no depende de la presencia física sino de la posibilidad de insertarse en la red16.
La percepción del tiempo que junto al concepto de historia han sido centrales en la
articulación de identidades, es trastocado profundamente. Por un lado, las fragmentaciones
que produce la individuación y el retrotaimiento al espacio privado y por el otro, porque no
hay tiempo cronológico sino como diría Lechner un presente continuo (Lechner, 1990);
pero además, porque la temporalidad de lo cultural ha cambiado dado que la mediación que
ejercen los medios tecnológicos fabrica un mundo de vida que es siempre presente. La idea
del tiempo se aleja del mundo exterior como referencia y tiene como eje al sujeto que se
sienta delante de la computadora; el internauta decide los momentos que navegará, cuándo,
dónde y con quién se encontrará en la vastedad de la red. La lógica del tiempo absoluto se
desvanece pues estaremos hablando de "los tiempos de cada cual". Irónicamente la
intersección de humanidad y tecnología nos acerca más a cada uno, pero sacraliza la
particularización cuando el centro no es el sujeto social sino el usuario (Adasko, 1995).
Por otra parte, la velocidad con que ocurren los cambios va provocando un mundo
signado por la complejidad y la incertidumbre que constantemente nos ocasiona la pérdida
de referentes. Las experiencias colectivas en épocas y espacios del territorio nacional van
cediendo paso al territorio virtual en el cual predomina la desagregación de un nosotros,
para la reconfiguración de otro nosotros que habita, siente, se comunica e interactúa en el
ciberespacio.
16 Lo dicho no significa reducir el fenómeno a una incapacidad basada en una brecha económico-material; el acceso y la obtención de los productos de esta tecnología representan también un problema que llega a impregnarse del campo de lo simbólico.
19
La idea de que los valores y la construcción simbólica tienen sentidos a partir de las
acciones significativas del otro y del rol protagónico del rostro del otro también ha sido
transformada. En el ciberespacio no es necesario identificarse físicamente, podemos
esconder nuestras identidades individuales y cualquier otro tipo de identidad, (Dessiato,
1994) y mostrar sólo aquellos elementos que constituyen nuestros "nosotros" en ese espacio
virtual.
Por supuesto que en ese contexto las identidades construidas en el territorio de lo virtual
parecen no tener el carácter de permanencia que poseen las identidades en el territorio real,
pues los referentes e intereses que articulan a los conectados varían constantemente. Así, en
la inmensidad del no-lugar el espacio de las representaciones y relaciones sociales se perfila
ad infinitum.
Al contrario de lo que tradicionalmente se pensó, las identidades construidas a partir de
la mediación de estas nuevas maneras del comunicar no significan homogeneización. Por el
contrario, los usos y condicionantes específicos y situacionales del espacio real van
segmentando cada vez más a los nuevos sujetos virtuales y van marcando sus
diferenciaciones. En ese sentido la alteridad pasa a depender de los objetivos de las
llamadas tribus del ciberespacio. Como apunta Jesús Martín Barbero, entre el peso de la
información estratégica para la toma de decisiones financieras y la levedad del pasante
extasiado entre las vitrinas de los bulevares virtuales, ya hay un buen trecho (Barbero,
1998). Entre los manifiestos del Comandante Marcos y los relatos desencantadores de la
política se constituye una alteridad fuera de la tangibilidad a la que nos ha acostumbrado
nuestra experiencia.
20
Nuevos productores simbólicos y nuevos consumidores de esos hipertextos plantean
maneras diferentes de creación de sentido de pertenencia y reconfiguración de las
identidades de los sujetos conectados a esas identidades
menos unitarias y más hechas de trozos, de pedazos, de
referentes diversos al estar los sujetos sociales en contacto
permanente y simultáneo con diversas fuentes de información,
acontecimientos, ideas, opiniones, valores, expresiones
culturales (Martín-Barbero citado por Orozco, 1997: 32)
formando una trama diversa que no hace sino confirmar el carácter también híbrido de las
nuevas identidades y la certeza de que el otro que constituye la alteridad ha cambiado,
producto de nuevas maneras de simbolizar y representar lo social.
Ahora, cabría preguntarse sobre las posibilidades de construcción del sentido de
comunidad a partir de estas nuevas realidades.
5.2. Ideas sobre comunidad en un entorno virtual
Si bien la configuración del binomio identidad/alteridad ha sido en todas las sociedades
un proceso básicamente simbólico, porque es el producto de la producción y circulación
simbólica y de la construcción de representaciones colectivas; en la sociedad red esas
relaciones, como diría Augé (1992), se "sobrecargan de sentido". A partir de la experiencia
virtual basada, como expresa Castells (1997), en la integración digitalizada e interconectada
de múltiples nodos de comunicación, la experiencia del mundo físico es "capturada",
esencialmente, por la circulación de imágenes y textos, a través de las cuales los actores
comunican sus experiencias y al mismo tiempo construyen el sentido colectivo de esas
interacciones simbólicas.
21
Desde ese punto de vista, lo característico de la experiencia virtual es que todo se
desarrolla en un terreno esencialmente simbólico. Allí la vida son sólo intercambios de
signos y códigos que los habitantes de cada comunidad poseen para interactuar en los
espacios significantes del universo de sentidos en el que suceden acontecimientos, ideas,
valores que llegan a ser compartidos en el ámbito de la comunidad virtual.
Según Castells "...lo que caracteriza el nuevo sistema de comunicación basado en la
integración digitalizada e interconectada de múltiples nodos de comunicación es su
capacidad de inducir y abarcar todas las expresiones culturales" (Castells, 1997:407),
puesto que permite cubrir e integrar la diversidad de intereses, valores e imaginarios y de
construir propósitos compartidos aunque a veces sólo la comunicación sea la meta.17 Pero
en esas experiencias compartidas los sujetos conforman su identidad y su diferenciación
con sus congéneres digitales y con los otros del mundo real y se establecen nuevas formas
de comunidad.
En el mundo físico, la gente se socializa interactuando en un entorno local: el pueblo, la
ciudad, los suburbios residenciales y, a partir de experiencias compartidas construyen redes
sociales que abren paso a la formación del sentido de comunidad (Castells, 1998). Con la
aparición de la sociedad red se producen nuevas formas de sociabilidad que ya no requieren
de espacios geográficos. En el mundo reticular, la peculiar interacción social mediada por
17 En acercamientos a la comunidad virtual "Electric Minds"<http://www.minds.com>, efectuados entre abril y mayo de 1999, las respuestas a la pregunta What is the reason we use this new kind of medium? What kind of experiences are we looking for? Please feel free and let me know your comments, fueron: 1. Ain't it just fun? 2. Trying to communicate here helps when trying to communicate out there 3. It's all about minds touching 4. Pure dialog 5. Communal writing 6. Freedom 7. Play 8. Sharing 9. Exposition
22
la máquina y los sistemas de procesamiento de signos (software), otorga al individuo una
nueva dimensión experiencial que trastoca también, el sentido tradicional de comunidad
físicamente localizada. Aparecen las comunidades virtuales, inaugurando nuevas formas de
interacción, de agrupar intereses y compartir experiencias en el ámbito de la comunicación
interactiva.
Surge un nuevo sentido de la idea de comunidad. En un mundo virtual esas
comunidades pueden entenderse como las agregaciones sociales mediadas por
computadoras y redes de telecomunicaciones; cuando estas redes unen a las personan como
a las máquinas se transforman en redes sociales, se convierten en redes sociales sostenidas
por computadoras (Wellman y Gulia, 1999). Dichas agregaciones reticulares producen tal
sentido de contacto social, que son capaces de posibilitar la producción de un bien común
(Smith, 1992; Rheingold, 1993). No obstante, el nuevo terreno de congregación, en estos
"sistemas de comunicación" (Donath, 1999:29), en estos espacios virtuales, pueden
encontrarse también los elementos sociales, económicos, políticos y culturales que
constituyen los distintos dominios de una comunidad (Van Vliet y Burguer, 1987 en
Fernback y Thompson, 1995)18. Los individuos en las comunidades en-línea utilizan el
texto para intercambiar argumentos, reunirse en discursos intelectuales, realizar comercio,
compartir ayudar emocional, enamorarse, encontrar amigos, jugar, flirtear.
Quizá hayan descubierto algo maravilloso o una ilusión, lo posiblemente cierto es que
estas tecnologías satisfacen de alguna manera la necesidad de contactos e intercambios de
información que las barreras espaciales y sociales obstaculizan. Lo irónico es que ahora la
18 Sobre el particular es pertinente añadir que aun cuando muchos procesos sociales comunes pueden adaptarse al medio reticular, otros no se transfieren tal cual. "En el ciberespacio, todo el mundo está en la oscuridad". Esta frase de Rheingold (1993) nos hace entender las limitaciones que al interior de las comunidades virtuales podemos encontrar. Sòlo podemos intercambiar palabras. De allí que hayan surgido
23
"superautopista de las terminales tecnológicas" redefine el espacio de lo social desde su
propia lógica a partir de la relación entre cada uno de los mortales con la red.
Esas nuevas formas de socialibidad surgen de experiencias compartidas en el
ciberespacio en que el intercambio simbólico de valores éticos y estéticos, imágenes,
informaciones, conocimientos y hasta necesidades afectivas conforman una nueva manera
de satisfacer las necesidades gregarias de las personas y del estar juntos en un territorio, no
ya geográfico, sino simbólico. Se produce a decir de Lemos (1995) una especie de
territorio simbólico, la ruptura del paradigma moderno entre cultura y técnica; las nuevas
tecnologías favorecen la apropiación técnica de lo cotidiano y también la apropiación
cotidiana de la técnica, de suerte que la formación de sentimientos de conexión a intereses
comunes se produzcan.
Además, la particular interacción entre los actores y la tecnología desarrolla lo que
Oldenburg llama el gran buen lugar, el espacio que es importante para nosotros en la vida
diaria después del hogar y el trabajo. En el tercer lugar, los individuos se reúnen y hablan;
son los lugares donde los miembros de una comunidad interactúan y se dan cuenta de los
intereses que tienen en común (Oldenburg, 1997). Si separamos de esta idea la noción de
localidades particulares y se exploran las relaciones e interacciones que ocurren entre los
individuos, nos aproximamos a una de las cualidades especiales de las comunidades en el
mundo reticular: la dimensión experiencial (Bender, 1979 en Reich, 1997).
Las comunidades virtuales inauguran una nueva dinámica del surgimiento de ideas
compartidas, puesto que los grupos de interés se conforman a partir de afinidades que
hablan de la presencia del sentido de pertenencia que se construye a través de las redes y
ciertas "etiquetas" para la conversación ciberespacial. Las llamadas "netiquetas" que permiten expresar ciertas emociones y sentimientos a través del texto.
24
creando ritos y reglas propias de interacción para el ir y venir de la interacción
comunicativa.
Al igual que las comunidades locales territoriales, las comunidades virtuales crean sus
propias reglas y códigos de interacción social. A falta del contacto visual que implica la
comunicación cara a cara imperante en el mundo físico, sin la presencia de los modos
acostumbrados de intercambio simbólico como los gestos y el tono de voz, las
comunidades en la red han sido capaces de desarrollar códigos para transmitir afectos,
emociones y sentimientos que también constituyen elementos importantes en la
configuración de la identidad de los habitantes de los espacios desterritorializados.
La vida en las comunidades de la reticularidad incluye, además, el uso de reglas de
sanción que actúan como mecanismos de integración de sus miembros y de exclusión y
diferenciación de los otros. Generalmente en ciertos foros de discusión se establecen
normas de comportamiento y condiciones para opinar en los mismos19 para, en algunos
casos, prevenir abusos que perjudiquen a terceros o discusiones excesivamente agresivas
(por ejemplo, evitar el uso de palabras en MAYUSCULAS, las cuales significan "hablar
con altos tonos de voz"); los usuarios que no las cumplen pueden ser "expulsados" (kick
off) del sitio por el administrador/coordinador del foro.
Las comunidades virtuales crean sus propios lugares en el espacio de la red que toman
la forma de la WWW. Según Castells (1997) la WWW permite la agrupación de intereses
19 En los foros de la edición electrónica del diario "El Universal" (www.eud.com), -visitados en el periodo 4-03-01 al 11-03-01- se recomienda evitar las siguientes situaciones que se entienden por abuso: 1. Cualquier uso con propósitos ilegales. 2. Violar la privacidad de otros usuarios, destruir o corromper datos personales. 3. Distribuir masivamente mensajes no solicitados, comerciales o no (spam), a través de los foros. 4. Enviar gran cantidad de mensajes idénticos al mismo destinatario (mail bombing). 5. Violar direcciones de máquinas, de red o de correo electrónico, y responsabilizar a terceros de la acción. 6. Transmitir o divulgar amenazas, pornografía infantil, material racista o cualquier otro que viole la
legislación en vigor del país.
25
en la red y la posibilidad a individuos y organizaciones de interactuar en el espacio virtual.
En la telaraña mundial, se construye una nueva experiencia social en la que el sujeto tiene
una forma alternativa y novedosa de relación social pudiendo funcionar en ella y vivir y
compartir experiencias simbólicas que le construyen un sentido de pertenencia dentro de la
comunidad electrónica20.
Se da allí, como lo expresa Finquelievich (1998), una comunión entre sus miembros
que implica sentimientos personales, como confianza y compromiso21, y en este sentido se
asumen responsabilidades y objetivos que se convierten en colectivos al crear intereses
articulados al desarrollo de la propia comunidad.
Sin embargo, es importante acotar que los procesos de construcción de identidades en la
sociedad red no se dan tampoco exceptos de las luchas por la hegemonía del poder
simbólico social. Las comunidades entablan modos de interacción cultural en el que las
identidades se construyen en el compartir de las flujos de mensajes e imágenes y en el
espacio de demandas y luchas culturales al convertir el ciberespacio en un escenario de
confrontación con el otro simbólico.
5.3. Afinando el carácter comunitario de los encuentros en-línea:
20 Por supuesto que en el espacio de lo virtual existe un ámbito para lo lúdico, que permite la fantasía y la búsqueda de satisfacción de deseos íntimos y personales que tienen que ver con la individualidad del yo, y en el cual el sujeto puede desdoblarse, falseando incluso su propia naturaleza humana; pero en el terreno de la construcción de las identidades colectivas, que suponen las comunidades virtuales, ese juego no está permitido porque en ellas las situaciones de fiabilidad proveen la seguridad ontológica (Giddens, 1993) necesaria en la configuración de las identidades. 21 En efecto, en las primeras incursiones a la mencionada comunidad virtual, el nivel de confianza era limitado: Choconancy en la comunidad Commons: Introduce yourself respondió (01/05/1999) a la pregunta: What kind of experiences are we looking for?: Hiya Gildardo. A bunch of folks have cruised through here asking that question. I have two recommendations: 1) Live here for a while and be part of it, not just an observer 2) Look in the Archives for <Being.Here.> and also check out <Barnraising.>. If there were a search engine, you would quickly find MANY perspectives on your question. Me, I'm just addicted... ;-0 Welcome!
26
Pareciera no haber dudas a nivel de los intelectuales que han pisado el terreno de las
relaciones sociales en el ciberespacio de su carácter transformador, vale decir, de la manera
en que los individuos se relacionan unos con otros. Para Fernback, este proceso de
transformación encierra muchas conductas: "lazos individuales (e.g., amistad, romance,
intereses profesionales), discursos públicos en foros virtuales para el debate, llamadas para
la acción política, redes de actividades ilegales, acechos virtuales, robo y anarquía"
(Fernback, 1999:203).
Sin embargo, y siguiendo a este autor, las lecturas y análisis de la diversa literatura
sobre el tema de las comunidades virtuales realizada, parece coincidir en que son tanto un
objeto de estudio, es decir, una entidad, una manifestación (Fernback, 1999:205) como un
"proceso comunicativo de negociación y producción de una comunidad de significados, de
texturas, de culturas..." (Fernback, 1999:205). De estas dos apreciaciones se desprenden
varias metonimias que enriquecen y ayudan a comprender las cualidades de esta forma de
sociabilidad.
a. La comunidad virtual como un lugar de encuentro : el ciberespacio, el locus de las
redes electrónicas de comunicación y, por lo tanto, de las comunidades virtuales, da lugar a
una representación cultural distinta a la representación geográfica del espacio territorial en
el mundo real. En el territorio, indicador genérico de la modernidad, "las delimitaciones se
vuelven movedizas" (Mons, 1994:21), dando lugar simultáneamente a desplazamientos y
condensaciones de sentido en el que es casi imposible determinar las fronteras "...entre el
afuera y el adentro, [el] espacio público y [el] espacio privado..., [el] trabajo y [el] ocio...,
[lo] local.. [y lo] internacional...,el cuerpo y el objeto, la imagen y lo real..." (Mons,
1994:21). Asi, todo está dominado por la desterritorialización de los lugares, por la
27
existencia de "no-lugares" (Augé, 1992); son éstos donde las comunidades se desarrollan y
la variedad de sentimientos emergen. Las tele-comunidades de esta manera se crean y se
pueblan en espacios ficticios, o al menos percibidos como tales, y logran constituir en
algunos casos sustitutos "...de los universos que la etnología ha hecho suyos
tradicionalmente" (Augé, 1992:39).
b. La comunidad virtual como un símbolo socialmente construido: Sociológicamente,
la vida social está compuesta de acciones o de conjunto de acciones que son el producto de
un proceso selectivo que "...se fundamenta en relaciones de sentido que el actor aprehende,
descubre o crea y lleva a cabo en su vida cotidiana" (Strmiska, 1989:347). Al mismo
tiempo, las relaciones de sentido están ligadas a la motivación de la acción, en la medida
en que éstas son significativas para los actores. Esas relaciones de sentido son, siguiendo a
Strmiska, "...producto de largas y laboriosas búsquedas que comprometen las fuerzas
esenciales del hombre, su afectividad, su racionalidad, su conciencia moral (Bérmudez y
Martínez, 2000a: 55), es por ello que para la descripción de las cibercomunidades el
aspecto simbólico es fundamental, pues los individuos simbólicamente infunden a las
mismas con sentido (Fernback, 1999).
La comunidad asi entendida es un constructo simbólico (Cohen, 1985 en Fernback, 1999)
y por lo tanto social y, sea cual sea su naturaleza, refleja y expresa el mundo experiencial
del sujeto es, parafraseando a Glaserfeld (1996) en sus reflexiones sobre el conocimiento,
construida activamente por el sujeto.
Siguiendo a Cohen (1985) en el sentido de considerar a la comunidad más como la
"substancia sobre la forma", Fernback (1999) propone estudiarlas como una "entidad de
significado", aspecto que deseo examinar y resaltar en este trabajo, pues me permite
28
concebirlas también como existentes más allá de los límites del espacio físico, producidas
así en el ciberespacio.
c. La comunidad como una artefactualidad virtualizada: J. Martín-Barbero en sus
consideraciones sobre el fenómeno de la virtualidad cuestiona la suerte de "extrañamiento"
y de novel existencia que éste parece tener en los "...tratado[s] sabiondamente
cientificista[s] e irresponsablemente optimista[s]..." (Barbero, 1997:30-31) y para
desfetichizarlo utiliza un comentario de Serres sobre La Odisea de Homero:
...el primer relato sobre un navegante virtual que...cuenta 'el
deambular y los naufragios de un marino osado y astuto con el
que su mujer se reunía en sueños, día y noche, tejiendo y
destejiendo en su telar el mapa de los viajes de su marido. ¡el
amante y la amante habían dejado de estar presentes! Mientras
el primero navegaba por el mar real, la segunda soñaba en el
espacio virtual de la red que iba urdiendo. Penelope urdía en el
telar el atlas que Ulises atravesaba a remo y vela, y que
Homero contaba con la lira o la cítara'.(Serres, 1995:14 en
Martín-Barbero, 1997:31).
Levy ilustrándose con la misma referencia de Martín-Barbero amplia la representación de
virtualidad con otros constructos sociales: la memoria, la imaginación, el conocimiento y la
religión son los "vectores de la civilización" (Levy, 1998:28) que han permitido a los
sujetos "...dejar este 'este' mucho antes de la aparición de los ordenadores y las redes
digitales" (Levy, 1998:28).
En cuanto a las comunidades virtuales, puesto que son agregaciones sociales que surgen a
partir de las conexiones de redes electrónicas y dado que los ordenadores son pensados
29
como máquinas que enlazan, "...ellos inherentemente afectan la manera de vincularnos
unos con otros y asi encajan perfectamente en nuestra preocupación sobre la comunidad"
(Jones, 1995 en Fernback, 1999). La artefactualidad que virtualiza incorpora nuevos
espacios y nuevas velocidades que construyen una cultura de nómadas "...no a través del
retorno al paleolítico o a las tempranas civilizaciones pastorales sino creando un medio
social de interacción en donde las relaciones se reconfiguran con un mínimo de inercia
(Levy, 1998:29).
Sobre el particular debo enfatizar, siguiendo a Levy ..."que lo virtual no es imaginario,
produce efectos" (Levy, 1998:29) y ahora, más que antes, las nuevas máquinas
tecnosociales incrementan la posibilidad de reproducción de sentidos, producen un espacio
de comunicación pura, "el mercado libre de intercambio simbólico" (Stone, 1955:33)
gracias a una gran multiplicación del sentido. Es como diría Luhmann (1992), un
fenómeno propio de la complejidad de la modernidad, en el que los sistemas obedecen al
juego múltiple de movimientos contradictorios, pero sin que desaparezca el sentido. Por el
contrario, se trata de nuevas maneras de construcción de ese sentido y en donde la
expansión espacial y temporal atribuible al potencial inmenso de las nuevas tecnologías,
proponen diferentes fundamentos de selección, reconstruídos sobre una base más abstracta
y de comunicación con desconocidos y con nuevas reglas sintácticas (Bérmudez y
Martínez, 2000b)
Estableciendo como supuesto que todas las sociedades han vivido construyendo sus
imaginarios, la clave de este nuevo episodio de la modernidad es como expresa Augé:
interrogarnos acerca de "...cúal es nuestra relación con lo real cuando las condiciones de
simbolización cambian" (Augé, 1997: 21) y cuando el movimiento de la modernidad
ofrece la sensación de estarnos desplazando "...del centro de gravedad de la economía a la
30
cultura..." (Luhmann, 1992: 14), en la medida en que el sentido se refracta, es decir, se
transforma y transfiere en una lógica de desplazamiento del sentido,
desbaratando las modelaciones técnicas estructurales por una
'poética' que recupera el acontecimiento de una cultura
transversal, por un juego posible al margen de las reglas
promulgadas y, no obstante, a partir de las mismas. Es la
posibilidad de la toma singular del mundo a través del juego de
las transformaciones del valor, que contradictoriamente,
permite el sistema de intercambio acelerado de los signos.
(Mons, 1994:208)
En definitiva, se trata, de un nuevo escenario cultural en donde nuevos productores
símbólicos y nuevas maneras de construir el sentido se unen para encontrar la otredad, en
un contexto de difracción del sentido, en donde el juego de metáforas y metonímias se hace
predominante y crea la impresión de estar desenvolviéndose en un espacio sin fronteras
entre lo real y lo imaginario.
d. La comunidad virtual como un locus textual: El uso de la palabra, del texto en el
entorno virtual es lo que a juicio de Noblia (2000) da origen y sustento a las comunidades
en-línea.
Siguiendo a la autora, las comunidades virtuales al construirse, prácticamente, desde el
texto pueden considerarse como discursivas "...en tanto que los modos de interacción
social sólo son posibles a través del lenguaje, mediante textos producidos por personas en
una instancia particular de producción y recepción" (Noblia, 2000:81)
Esta última idea me conduce a la apreciación de un cierto tipo de actor(es) social(es) que
cohabita(n) la urbe electrónica. En principio, a pesar de la existencia de una comunicación
31
caracterizada por un lado, por la ausencia del entorno físico y el contacto cara a cara y, por
otro, por el origen multicultural de los actores, éstos, no obstante, han de compartir ciertas
competencias que los hacen, de alguna manera, particulares; circunstancia esta que revela
la naturaleza del acceso a las NTIC. Sobre el particular, Fernback y Thompson (1995)
reconocen tres barreras para la extensión del uso de la computadora: Acceso económico,
Acceso intelectual y Disponibilidad de tiempo.
Sin embargo, desde una mirada menos clasista y retomando la idea inicial de los actores
sociales de la globalización, resulta apropiado, en este caso, la categoría de
"intermediación cultural y sociopolítica" de García Canclini (1999:31). Así, estimo que los
actores sociales de intermediación valiéndose de sus competencias22 pueden generar
espacios de negociación de imaginarios, "espacios de nuevas interconexiones entre culturas
y circuitos que potencien las iniciativas sociales" (García Canclini, 1999:31), de aquellos o
no con posibilidades de acceso a las NTIC.
d.1. Algunas consideraciones sobre el discurso electrónico: La comprensión de las
comunidades virtuales como discursivas y soportadas en texto (Noblia, 2000:80-81) me
conduce a examinar algunos aspectos del llamado "discurso electrónico" (Brewer y Davis,
1997:1) o "cibertexto" (Denzin, 1999:111).
Brewer y Davis (1997) proponen el término "discurso electrónico" al de "computación
mediada por computadora" pues prefieren centrarse en "cómo los individuos usan el
lenguaje para intercambiar ideas" más que en el "medio o canal a través del cual transfieren
y entregan sus mensajes" (Brewer y Davis, 1997:2).
22 Pueden mencionarse algunas de las consideradas por Noblia (2000:83): "...saber usar una computadora, tener acceso a Internet, conocer las características del programa que va a emplear para hacerlo, poseer un conocimiento básico del inglés, adaptarse a las sucesivas exigencias de actualización..., e ir aprendiendo las convenciones de estas formas de comunicación".
32
El discurso electrónico considerado como una forma de comunicación electrónica
interactiva, posee características tanto de la escritura como de la conversación; por ello es
calificado por Brewer y Davis como la "escritura que se lee como conversación":
Como las conversaciones telefónicas, es transmitido por una
tecnología que reemplaza la comunicación cara-a-cara, en el caso de
la conversación telefónica con voces hablando y en el caso del
discurso electrónico con imágenes en una pantalla. Como cartas, el
discurso electrónico está soportado por un sistema de entregas que
sustituye a la comunicación cara-a-cara por la escritura, que está en
lugar de las voces. Como consecuencia, el discurso electrónico es lo
escrito que a menudo se lee como si fuese hablado, esto es, como si el
que lo envia estuviese hablando en lo escrito (Brewer y Davis,
1997:2)
En Denzin, encuentro que el mensaje que se escribe revela una naturaleza performativa, es
un "perfomance text", el intento de un actor de establecer relaciones con otro o con su
texto. (Denzin, 1999:111). El habla escrita (written speech) en las comunidades virtuales,
como las conversaciones del día a día, genera variadas experiencias cada vez que ocurre,
cada vez que es leida; sin embargo, "...el diálogo que sucede en estos espacios no puede
ser repetido" (Denzin, 1999:112).
Las experiencias y significados que se comparten están circunscritas en las especificidades
concretas de la situación interactiva, por ello Denzi estima que cualquier comprensión del
"cibertexto" y la práctica social que muestra, es significativa pues, es una "...instancia de
una práctica cultural que sucedió en un tiempo y lugar particular" (Denzin, 1999: 112). Es
como "...asir lo invariante, la estructura, en cada una de las...[comunidades
virtuales]...observadas" (Bourdieu, 1995:25).
33
La perspectiva de las comunidades virtuales como comunidades discursivas y el peculiar
carácter dialógico de las mismas, por la naturaleza del "perfomance text", me pueden
ayudar a visualizar en "comunidades atomizadas" (Fernback y Thompson, 1995) la
presencia de lo social que parece negarsele. Al respecto, estimo que los actores sociales
logran a través del medio tecnológico, como lo pudieran hacer en cualquier acto
comunicativo, una tentativa para informar, provocar, inducir a otros que respondan de una
manera particular (Guiddens, 1976:111), en fin, para experimentarse como clase.
Asi como se pregunta Dessiato (1996:83) "¿Cómo puede un individuo, construído
socialmente a partir de su relación y participación con el otro, llegar a sí y tener
experiencia de sí como objeto?" Respondo: los actores sociales en el entorno virtual,
logran la conciencia de sí a través de los otros. Y si se piensa también en los encuentros
con uno mismo en la comodidad de la escafandra electrónica, de uno con nadie, en fin, en
una robinsonada23 virtual (en el sentido de un simple e-comentario con una no-respuesta,
ninguna e-agresión, ningun e-apoyo) se estaría pensando al actor-usuario construido fuera
de toda relación social; pero aún en los casos más extremos, "su procedencia [desde donde
construyó sus experiencias] es el grupo al cual solía [o suele] pertenecer" (Dessiato,
1996:83).
METODOLOGIA PROPUESTA
Puesto que se pretende estudiar las representaciones sociales y discursos de actores,
la metodología a utilizar es, básicamente, de tipo cualitativo. Particularmente como
herramienta se utilizará, de las diferentes disciplinas implicadas en el análisis del discurso,
a la sociolingüística interaccional, debido a sus posibilidades de relacionar el estudio de
tipo cualitativo con perspectivas microsociológicas, cuyos análisis de las acciones de los
34
actores, buscan identificar patrones generales y estructurales en individuos o situaciones
particulares.
Igualmente, como modulo del análisis lingüistico, se recurre a la pragmática, a fin
de profundizar en la posición de los actores, la situación comunicativa y la complejidad del
contexto. A través del componente pragmático se pretende revelar la intencionalidad del
emisor (el signo como síntoma) y la interpretación y reacción del receptor (el signo como
señal).
En términos generales, el componente pragmático va más allá del acto lingüistico
como habla y lo inserta socialmente "...es un acto social por medio del cual se produce la
interacción entre los miembros de una comunidad lingüística" (Molero de Cabeza,
1985:33). Esta interacción además de producir una información, produce una intención de
comunicación que es real, y una posible interpretación y reacción ante el discurso. Los dos
agentes, como actores sociales, desarrollan sus acciones (una real y otra posible) en una
situaciòn comunicativa (van Dijk, 1993:272) que es vital para el componente pragmático.
Este es el contexto, que no sólo los envuelve sino que nutre sus saberes, creencias,
propósitos e intenciones. Para el análisis del componente pragmático, tomaré algunos
elementos del esquema de Molero de Cabeza (1985:49) en el cual se estudian las personas
y circunstancias y los actos de habla.
Del mismo modo, en tanto que se desea desentrañar y comprender el mensaje que
se recibe más como señal y síntoma que como signo, se concederá particular importancia
al recorrido semasiológico, es decir, al que parte de la comprensión de la emisión por parte
del receptor. Sobre el particular, Molero de Cabeza presenta a este último como actor
principal del nivel del discurso, quien
23 En clara alusión al personaje de "Robinson Crusoe" de la obra homonima de Daniel Defoe.
35
gracias a su competencia lingüística y a sus restantes saberes (sobre
el mundo, el contexto, los implícitos del mensaje, el interlocutor...)
identifica los elementos y construye una hipótesis de sentido que lo
conduce a comprender el mensaje y a reaccionar de diferentes
formas, incluida aquí la respuesta lingüística (Molero de Cabeza,
1998:22)
En cuanto a la reacción del actor-receptor, hallo apropiado en Mato (1991) las
condiciones de reconocimiento del discurso, pues me permite apreciar una especie de
competencia reflexiva del actor al "recibir" el discurso. El reconocimiento del discurso
lleva a una producción de otro(s) discurso(s) que será(n) a su vez reconocido(s) (Mato,
1991:162-163). Encuentro, entonces, que la acción discursiva y su
registro/reacción/reconocimiento son "procesos inmanentes" 24, se contienen uno al otro.
Los discursos serán textos escritos y reproducidos a partir de un medio electrónico
como el ordenador conectado en red. Tal soporte le añade al discurso elementos
particulares para su interpretación. Su formato de presentación es la pantalla, en la cual se
ven desplazar verticalmente las páginas escritas. Conjuntamente el texto se combina en la
escritura con hipertextos25, con los que pueden crearse diferentes itinerarios de lecturas e
interpretación, rompiéndose la estructura secuencial de la primera, es decir, de la
escritura.26
24 Esta idea es parafraseando a Reguillo (1999:9) en sus consideraciones sobre la acción social y sus representaciones. 25 Etimológicamente, el prefijo "hiper-" se corresponde con "más que", "superior",, "excesivo", "excesivamente" o con "más allá (de)", "sobre" (Gómez de Silva, 1985:346); al asociarlo con lo escrito, con el texto podrìa arribarse a la de un texto que se ha expandido màs allà de sus dimensiones espaciales. La lectura hipertextual, a diferencia de la textual, permite múltiples recorridos no lineales de lecturas, gracias a su composición de bloque de palabras (o imágenes) unidos electrónicamente en varios trayectos, cadenas o recorridos, en una suerte de "textualidad abierta" (Joyanes, 1997:68). 26 El texto, telepresente, no ocupa uno sino varios espacios en este tipo de soporte. Organizado de manera no secuencial, en el hipertexto se hayan palabras, frases o imágenes asociadas a otros documentos a través de hiperenlaces, que permiten conectar, el texto actual al documento que el hiperenlace apela, que puede hayarse en otras redes de ordenadores, (Joyanes: 1997:69)
36
El tipo de investigación que se llevará a cabo corresponde a los estudios de casos.
Estimo que desde el (los) actor(es) y/o comunidad(es) virtual(es) seleccionado(s) podré
comprender la construcción de representaciones sociales en torno al ciberespacio, en
relación a las experiencias de los sujetos y el contexto en que es vivido. Es posible,
siguiendo a Bourdieu (1995:25) "...asir la lógica más profunda del mundo social" en la
particularidad de ciertas prácticas sociales como "caso de figura en el universo finito de las
configuraciones posibles".
REFLEXIONES FINALES
El presente trabajo tuvo como finalidad presentar una reflexión y un acercamiento
más acabado al fenómeno de construcción de las llamadas "comunidades virtuales". Digo
más acabado en el sentido de constituir la continuación de una reflexión iniciada en la
presentación de un primer borrador de trabajo de mi anteproyecto de tesis doctoral, y que
de intereses pueriles y de necesidades traducidas en conocimientos (Bachelard,
1948:12;16), muchos de ellos ingenuos e insuficientes, ha devenido en ideas más sopesadas
producto de una catarsis intelectual y afectiva (Bachelard, 1948:10) y de una arqueología de
saberes (Foucault, 1969) que ayudaron a descubrir ciertos obstáculos amontonados en mi
vida cotidiana. La inercia epistemológica (casi) vencida parece haber logrado la cesura que
ha permitido desfetichizar el fenómeno de las nuevas tecnologías de información y
comunicación (NTIC), permitiendo la visibilidad de actores sociales que las utilizan y que
dicha práctica, intencionada o no, genera ese nuevo(¿?) fenómeno de la reticularidad social
más artefactualizada que antes.
Con esto pretendí acercarme a la idea de "pluralización social" de Welsch (1992)
con la finalidad de ubicar el fenómeno de las nuevas tecnologías de información y
37
comunicación en general, y el de las comunidades electrónicas en particular, alejado de los
planteamientos que lo demonizan y otros que los liberan de toda carga distópica; por ello,
sin sintuarme en uno u otro lado de los partidarios o no del ciberespacio, las sociedades
contemporáneas ya no pueden conocer una descripción única. Según Lyotard "El cordón
social no está hecho de una única fibra. Se trata de un tejido en donde se cruzan un número
indeterminado de juegos del lenguaje que obedecen a diferentes reglas. Nadie habla todos
esos lenguajes pues carecen de un metalenguaje universal" (Lyotard, 1986:199, en Welsch,
1992:40). Esta "vida en plural" hace que coexistan "...libremente, en todos los espíritus
cultivados, las ideas más disímiles y los principios de vida y de conocimiento más
opuestos" (Valéry, 1957: 992, en Welsch, 1992:43). Asi, las sociedades deben enfrentar una
manera distinta de mirar el tejido de la realidad sociocultural y de afrontar el conocimiento
de la misma. Es concebir el proceso como complejo y contradictorio, superando la
"inteligencia ciega" (Morin, 1990) que es incapaz de comprender el "juego múltiple de las
interacciones y retracciones" de la "diversidad y la unidad". Es entender que no hay
verdades absolutas, y aceptar la incertidumbre como un elemento intrinsico del movimiento
contradictorio de lo real, en donde los procesos de construcción simbólica de la sociedad se
desestructuran y se recomponen en nuevas lógicas sociales (Bermúdez y Martínez, 2000b).
38
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