Trabajo Definitivo
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Formación y Orientación Laboral G.M. Peluquería
Riesgos Laborales en Peluquería
Estela González Herrero Febrero 2014
El trabajo en peluquerías Las personas que desarrollamos nuestro trabajo en peluquería y belleza estamos
expuestos diariamente a un montón de riesgos potenciales que pueden afectar a
nuestra salud.
Nuestro trabajo es muy diverso: Lavar, cortar, tintar el cabello, manicura, pedicura,
depilación, bronceado, etc... Y a veces lo realizamos en locales de reducidas
dimensiones. Es por esto que una correcta distribución del mobiliario, una limpieza
constante y una ventilación e iluminación adecuadas, van a ayudarnos a evitar muchos
de los problemas de nuestra profesión.
Nuestros males vienen de las malas posturas (reiteradas flexiones de muñeca,
mantener la espalda doblada, etc.), movimientos repetitivos (al cortar y lavar el
cabello), del trabajo estático (permanecer de pie durante muchas horas seguidas) y de
una deficiente organización del trabajo (jornadas laborales muy largas, pausas sin
planificar, etc.). Estas situaciones nos provocan: dolores en los brazos, muñecas,
hombros, cuello y piernas (varices, callosidades), lumbalgias, tendinitis, etc.
También manejamos con asiduidad productos (tintes, decolorantes, soluciones para el
moldeado y alisado del cabello, etc.) que contienen sustancias químicas peligrosas
que nos afectan en forma de dermatitis alérgicas, irritaciones, alteraciones
respiratorias, etc. Muchos de estos productos son inflamables y aumentan
notablemente el riesgo de incendio en nuestros locales.
Los accidentes más habituales que nos ocurren son: resbalones y caídas (fracturas,
esguinces, torceduras), cortes ocasionados por tijeras, horquillas o cuchillas y
quemaduras (ceras, secador de pelo, moldeadores, etc.).
RESUMEN TEMA 11 1. Trabajo, salud y medio ambiente laboral El trabajo y la salud son dos términos íntimamente relacionados. El trabajo permite
obtener los recursos económicos necesarios para cubrir nuestras necesidades
básicas, es una fuente de relaciones sociales y contribuye a la satisfacción y
realización personal, ya que por medio del mismo desarrollamos nuestras habilidades
y cualidades.
Por otra parte, en el trabajo están presentes una serie de riesgos que pueden afectar
negativamente a la salud. Antes de profundizar en el análisis de riesgos, debemos
analizar qué se entiende por salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de
equilibrio psíquico, físico y social, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades.
A partir de esta definición, llegamos a la conclusión de que el desequilibrio de alguno
de los tres elementos genera daños para la salud. Así ocurre con los accidentes de
trabajo, con las enfermedades profesionales y otras patologías.
2. Las relaciones entre trabajo, salud y medio
ambiente laboral
La salud influye en el trabajo.
El trabajo influye en la salud.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales considera daños derivados del trabajo las
enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u ocasión del trabajo.
3. Prevención de riesgos laborales: normativa El desarrollo legislativo en materia de prevención parte del Derecho Comunitario y de
la Constitución española de 1978.
Nuestra Constitución, en su artículo 40.2, impone a los poderes públicos la obligación
de velar por la seguridad e higiene en el trabajo. La Unión Europea, por su parte, ha
dictado diversas normas para conseguir armonizar las condiciones de seguridad y
salud en los centros de trabajo de todos los Estados miembros; la principal es la
Directiva Marco 89/391/CEE, cuya transposición al derecho interno dio lugar a nuestra
Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL).
Esta ley sienta las bases normativas en España de la seguridad y salud de los
trabajadores y ha sido desarrollada por diversos decretos incluidos en el esquema que
se recoge a continuación. La LPRL establece un nuevo enfoque en materia de
seguridad y salud en el trabajo, al introducir el concepto de prevención. Es una ley de
carácter activo que persigue actuar sobre los riesgos laborales antes de que se
materialicen.
Las normas que protegen al trabajador de los riesgos a los que está expuesto surgen
de dos derechos fundamentales, que son el derecho a la vida y el derecho a la
integridad física. El derecho a la protección es de tal importancia que el propio ET lo
recoge en su artículo 19.1: El trabajador, en la prestación de sus servicios, tendrá
derecho a una protección eficaz en materia de seguridad e higiene.
Estructura La Directiva Marco (Directiva 89/391, de 12 de junio de la UE) europea que recoge
los aspectos generales de la regulación en materia de seguridad y salud laboral es el
punto de partida de la legislación española. De ella emana la Ley 31/1995, de
Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), que es la aplicación española de la
normativa europea.
La LPRL establece una serie de garantías y de responsabilidades en materia de
seguridad y salud laboral. Los principios básicos se establecen en el artículo 15, y
son los siguientes: evitar los riesgos; evaluar los que resultan inevitables; combatirlos
desde el origen; adaptar el trabajo a la persona; tener en cuenta la evolución
técnica; sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro; planificar la
prevención; anteponer las medidas de prevención colectiva a las individuales, e
instruir adecuada- mente a los trabajadores.
ROTECCIÓN DE LA SA Estructura de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.LUD EN EL TRABAJO A TRAVÉS DEL DERECHO
4. Los riesgos laborales
El riesgo laboral se define como la posibilidad de que el trabajador pueda sufrir un
determinado daño como consecuencia de las condiciones en que realiza su trabajo.
Los factores de riesgo están unidos a las condiciones de trabajo que pueden resultar
peligrosas para la salud de los trabajadores.
5. Los daños laborales
De acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud, la salud conlleva
componentes físicos, mentales y sociales, por lo que toda actividad que altere este
equilibrio debe ser considerada como un daño derivado del trabajo.
Los diferentes factores de riesgo que se han señalado pueden materializarse en
múltiples tipos de daños que se pueden agrupar, de acuerdo con la legislación, en
dos grandes bloques:
• Accidentes de Trabajo.
Un accidente de trabajo (AT) es toda lesión corporal sufrida con ocasión o como consecuencia del trabajo realizado.
• Enfermedades Profesionales.
A diferencia del AT, las consecuencias de una enfermedad profesional (EP) se
manifiestan a medio o largo plazo, puesto que son la consecuencia de una
exposición prolongada a ciertas condiciones ambientales o sistemas de trabajo
nocivos o inadecuados.
La higiene industrial es la técnica de prevención cuyo objetivo es eliminar o prevenir las enfermedades profesionales
Enfermedades derivadas del trabajo
Con motivo del trabajo se pueden sufrir daños psicosociales:
El estrés: una persona sufre estrés cuando percibe unas demandas que superan su
capacidad de respuesta y siente amenazada su estabilidad debido a la percepción
subjetiva de la realidad.
La fatiga laboral es una disminución de la capacidad física y mental que aparece en
una persona después de realizar un determinado trabajo en un tiempo breve y sin
posibilidad de recuperación.
El envejecimiento prematuro es un fenómeno inespecífico de desgaste, provocado
por fatiga crónica acumulada, que provoca una aceleración del envejecimiento
fisiológico normal.
La depresión: situación psíquica patológica en la que suelen coincidir una inhibición
mental (disminución de las capacidades en los procesos de ideación, conciencia,
memoria, atención...) y una inhibición motora (inexpresión, hipotonía muscular,
insomnio...).
Mobbing o acoso laboral: situación en la que una persona o grupo de personas
ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática, durante un tiempo
prolongado, sobre otra persona, en el lugar de trabajo. Burnout o síndrome de estar quemado: es un tipo de estrés laboral que se da
específicamente en las profesiones que mantienen un contacto constante y directo con
las personas beneficiarias del trabajo, en una relación de ayuda o servicio. Los
síntomas principales que lo integran son la baja realización personal en el trabajo, el
agotamiento emocional y la despersonalización. Pueden sufrir este síndrome los
médicos y los profesores.
6. Técnicas preventivas
La higiene industrial es la técnica de prevención cuyo objetivo es eliminar o prevenir
las enfermedades profesionales
La ergonomía es la ciencia que estudia la adaptación del trabajo a las condiciones
fisiológicas y psicológicas de las personas.
La psicosociología es la ciencia que estudia los daños de tipo psicológico que
pueden llegar a sufrirse con ocasión del trabajo realizado, así como otros elementos
que producen insatisfacción laboral o profesional.
La medicina del trabajo es la especialidad que previene, atiende y repara los daños
y enfermedades que se producen en el ámbito laboral.
7. Derechos y obligaciones de trabajadores y
empresarios en materia preventiva
Todos los sujetos implicados en la relación laboral tienen una serie de
responsabilidades en la acción preventiva.
RESUMEN TEMA 12 adaptado a la peluquería
1. Las medidas de prevención y de protección
2. Los riesgos derivados de las condiciones de
seguridad
2.1. Riesgos en los lugares de trabajo
2.2. Riesgos al usar equipos de trabajo
2.3. Riesgos eléctricos
2.4. Riesgo de incendio
3. Los riesgos medioambientales
3.1. Riesgos físicos
3.1.1. El ruido
3.1.2. Vibraciones
3.1.3. Iluminación
3.1.4. Temperatura
3.1.5. Radiaciones
3.2. Riesgos químicos
3.3. Riesgos biológicos
4. Equipos de protección individual
5. Los riesgos derivados de la carga y de la
organización del trabajo (riesgos psicosociales)
6. La señalización de seguridad
1. Las medidas de prevención y de protección
Orden y Limpieza en los Lugares de Trabajo • Evita la acumulación de materiales en las zonas de paso, salidas de emergencia y
vías de evacuación.
• Asegúrate que los materiales almacenados no
dificultan el acceso y visibilidad a los equipos de
extinción de incendios (extintores, bies, etc).
• Los apilamientos de utensilios de trabajo y
demás materiales (toallas, envases de productos,
etc.) en estanterías o armarios, serán estables y
seguros. Respeta el peso máximo soportado por
las mismas y ubica los objetos más pesados o de mayor volumen en las zonas más
bajas.
• Mantén las encimeras y mostradores
limpios y secos.
• Comprueba que las estanterías y
armarios se encuentran anclados a la
pared, evitando así posibles caídas de
objetos e incluso vuelcos de los
mismos.
• Guarda los equipos de trabajo en su
lugar correspondiente.
• Una vez acabado el trabajo con objetos cortantes como las tijeras, navajas, etc.,
recógelos y colócalos en cajones, estuches o fundas.
• Evita la acumulación de cabello, horquillas, cables de equipos de trabajo o utensilios
de trabajo en el suelo.
• Procura que la iluminación sea suficiente en el puesto de trabajo, almacenes y resto
de estancias del centro.
• Si tienes que fregar el suelo, usa calzado con suela de goma.
• En caso de derrames accidentales de líquidos, límpialos inmediatamente o cúbrelos
con un compuesto absorbente, en especial cuando están cercanos a equipos
eléctricos. Señaliza la zona hasta que la situación se solucione.
2.1. Riesgos en los lugares de trabajo La existencia de unas condiciones de seguridad adecuadas es fundamental
para el desempeño del trabajo. Tanto en los centros de peluquería como en los
centros de belleza, es muy importante que los lugares de trabajo se encuentren en
buenas condiciones de seguridad, al objeto de reducir los riesgos por accidente, pues
es bien conocida la relación causal del accidente con espacios reducidos,
separaciones insuficientes, deficientes condiciones de iluminación, inadecuada
distribución de aparatos y equipos, falta de orden y limpieza. Por ello, las instalaciones
deben ser adecuadas en cuanto a:
- La distribución de espacios.
- La disposición del mobiliario y de los equipos y útiles de trabajo.
- Las condiciones ambientales.
- Las zonas de paso, salidas y vías de circulación.
Todos estos aspectos vienen regulados en el Real Decreto 486/1997 de 14 de abril,
por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los
lugares de trabajo. En el artículo 3 se recoge que el empresario deberá adoptar las
medidas necesarias para que la utilización de los lugares de trabajo no origine riesgos
para la seguridad y salud de los trabajadores o, si ello no fuera posible, para que tales
riesgos se reduzcan al mínimo. Los factores que regula esta norma son los siguientes:
- Seguridad estructural.
- Espacios de trabajo y zonas peligrosas.
- Suelos, aberturas y desniveles, barandillas, tabiques, ventanas y vanos.
- Vías de circulación.
- Puertas y portones.
- Rampas, escaleras fijas y de servicio.
- Escaleras de mano.
- Vías y salidas de evacuación.
- Condiciones de protección contra incendios.
- Acondicionamiento para trabajadores minusválidos.
- Orden, limpieza y mantenimiento.
- Condiciones ambientales en los lugares de trabajo.
- Servicios higiénicos y locales de descanso.
- Material y locales de primeros auxilios.
La inexistencia o malas condiciones de seguridad en las peluquerías o centros de
belleza pueden generar peligros y provocar importantes accidentes a los trabajadores
del sector:
a. Caídas al mismo nivel
b. Caídas a distinto nivel
c. Choques o golpes contra objetos
d. Caída de objetos por desplomes o derrumbamientos
Pasamos a exponer cada uno de estos riesgos, sus características, las situaciones
que los pueden producir en el centro de trabajo, y las medidas preventivas más
adecuadas.
a. Caídas al mismo nivel
No deje objetos sueltos encima de estantes
No realice apilamientos incorrectos
Déjese pasos holgados entre objetos
Confirme la estabilidad y anclaje de las estanterías
Recoja inmediatamente cualquier derrame de líquido
No deje puertas ni cajones, abiertos
Utilice ceras no deslizantes
Recoja el pelo del suelo tras el corte
Evite la presencia de cables en zonas
No deje carros auxiliares por los pasillos
Las esquinas del mobiliario deben ser redondeadas
Cuídese de las alfombras sueltas
Descripción del riesgo Pérdida de equilibrio por tropiezos o resbalones que pueden hacen caer al trabajador
al suelo. Los factores de riesgo que pueden propiciar las caídas al mismo nivel
pueden ser:
- Irregularidad en suelos, roturas y desniveles.
- Calzado inapropiado y deslizante.
- Falta del espacio adecuado para realizar el trabajo.
- Suelos mojados de forma accidental por derrame de líquidos o cremas.
- Suelos sucios, impregnados de restos de tintes, de pelos, cremas, u otros productos,
que pueden facilitar los resbalones.
- Desechos de productos colocados de forma desordenada.
- Desorden y existencia de obstáculos en la zona de trabajo (banquetas, carritos,
etc.).
Los accidentes derivados de estos factores de riesgo pueden producir a los
trabajadores diversas lesiones, principalmente traumatismos osteo-articulares, como
fracturas, torceduras y esguinces.
Medidas preventivas - Disponer de suelos antideslizantes, que no dispongan de roturas ni desniveles.
- Mantener el suelo siempre seco, de forma que se limpie de forma inmediata
cualquier vertido que se haya producido. Recoger continuamente el cabello cortado
para evitar las caídas.
- Prestar especial atención a los objetos pequeños como rulos, pinzas, peines,
horquillas, etc. y que también pueden producir accidentes.
- Emplear calzado antideslizante y de bajo tacón.
- Los suelos no deben ser resbaladizos.
- Iluminar correctamente las zonas de trabajo y de tránsito.
MANTENER EL ORDEN Y LA LIMPIEZA EN LAS INSTALACIONES, EVITANDO LA
PRESENCIA DE OBJETOS POR EL SUELO, CARRITOS O CUALQUIER OTRO
ELEMENTO QUE PUEDA SER UN OBSTÁCULO.
b. Caídas a distinto nivel.
Jamás se suba a elementos no pensados para ello Descripción del riesgo
Las caídas de altura o a distinto nivel son aquéllas caídas que
se producen como consecuencia de la pérdida de equilibrio.
En peluquería y servicios de belleza, es frecuente que los
trabajadores alcancen objetos que se encuentran en zonas
elevadas, como estanterías, donde se almacenan los
productos que se utilizan, y producirse caídas como
consecuencia de ello. En los centros de trabajo que
presentan dos alturas, este riesgo se acentúa al obligar al trabajador a utilizar
escaleras fijas para acceder, por ejemplo, a los aseso, almacén, oficinas, etc.
Los factores de riesgo que pueden propiciar las caídas a distinto nivel son: - Escaleras de mano en mal estado.
- Utilizar banquetas, taburetes, mesitas, etc., de forma inadecuada para alcanzar
objetos elevados.
- Barandillas débiles, flojas o inexistencia de las mismas en las escaleras fijas.
- Diseño incorrecto de las escaleras fijas por ser demasiado inclinadas o estrechas.
- Visibilidad limitada por iluminación deficiente.
Las caídas a distinto nivel pueden suponer importantes daños físicos a los
trabajadores: desde pequeñas fracturas y contusiones hasta traumatismos
craneoencefálicos y osteoarticulares.
Medidas preventivas - No utilizar escaleras de mano que no se encuentren en un estado adecuado para su
funcionamiento (huellas resbaladizas, desgastadas, rotas, no uniformes,..).
- No utilizar escaleras con el suelo mojado.
- No subirse a objetos que pueden ser inestables: cajas, sillas, banquetas, etc.
- Utilizar una escalera de mano que esté homologada, y presente seguridad y firmeza
en su uso. Utilizar calzado plano y con plantilla antideslizante.
- Cuando el centro de belleza o la peluquería tengan dos o más alturas, se deberán
utilizar las barandillas o pasamanos siempre que sea posible. No subir o bajar de dos
en dos peldaños.
c. Choques o golpes contra objetos
No deje puertas ni cajones, abiertos Las esquinas del mobiliario deben ser redondeadas No deje carros auxiliares por los pasillos
Descripción del riesgo Los choques o golpes contra objetos se producen, en la mayoría de las ocasiones,
porque los equipos y utensilios que se utilizan en el trabajo, se encuentran colocados
fuera de su lugar habitual. Es frecuente que, en momentos en los que el ritmo de
trabajo es elevado, se descuida el orden en la peluquería o centro de belleza,
generándose el riesgo de choques o golpes con carritos, banquetas, sillas, mesa de
manicura, etc.
Uno de los factores que más influencia ejerce en la prevención de accidentes es el
orden y la limpieza en el lugar de trabajo. Por orden, se entiende la organización que
permite disponer de un lugar adecuado para cada cosa, y que cada cosa se mantenga
en el lugar asignado para ello.
El orden comprende la señalización de pasillos y zonas de tránsito, la colocación del
mobiliario y de los útiles de trabajo, la colocación de estanterías y soportes, el correcto
almacenaje y control de los productos.
La limpieza, en este marco, hace referencia a la retirada de los productos de desecho
(guantes, botes de tintes, bandas depilatorias, etc.).
La falta de las más elementales normas de conservación del adecuado orden y
limpieza en los establecimientos de peluquería y centros de belleza, constituye una de
las principales causas en la generación de accidentes laborales. Además, daña a la
imagen del establecimiento y la de los propios trabajadores, de cara al cliente.
Los accidentes que se pueden generar como consecuencia de los choques y golpes
contra los objetos, pueden ser hematomas, contusiones, torceduras, cortes.
Medidas preventivas - Mantener en todo momento el orden y la limpieza en el centro de trabajo, colocando
los utensilios, equipos y materiales utilizados al finalizar la jornada de trabajo, en su
lugar adecuado. Depositar las basuras y desperdicios en los recipientes adecuados.
- Conviene que los puestos de trabajo estén claramente delimitados y que dispongan
de un lugar fijo para depositar los útiles y herramientas.
- Los equipos y aparatos (secadores, banquetas, carritos, etc.) deben guardar la
separación adecuada de forma que exista suficiente espacio para el acceso y
movimientos seguros de los trabajadores.
- Los objetos y materiales deben estar accesibles al puesto de trabajo.
- Las vías de circulación que conduzcan a las salidas y salidas de emergencia se
deben encontrar libres de obstáculos para su utilización.
- Deben existir protecciones en huecos por los que pudieran caer personas.
- Ordena los espacios para localizar fácilmente el material. Clasifica los productos y
colócalos ordenados (pinzas, tijeras, rulos, etc.).
- Pon en práctica hábitos de trabajo seguros y buenas prácticas basadas en el orden y
la limpieza.
d. Caída de objetos por desplomes o derrumbamientos.
No realice apilamientos incorrectos
No deje objetos sueltos encima de estantes
Confirme la estabilidad y anclaje de las estanterías Descripción del riesgo Este riesgo se produce fundamentalmente en las tareas de almacenamiento y
colocación de los productos. La mayoría de los productos que se utilizan en peluquería
y belleza (cremas, tintes, champús, etc.), se almacenan en cajas en lugares
específicos del centro de trabajo. Los trabajadores a medida que necesitan dichos
productos acuden al almacén para utilizarlos.
En muchas ocasiones, los trabajadores acceden a los productos con los guantes, con
las manos húmedas de haber aplicado una crema, por ejemplo, o con las manos
mojadas, si estaban realizando un lavado de cabeza, etc., de manera que las
posibilidades de que se produzca una caída masiva de los productos almacenados es
bastante alta. A esta situación también contribuye el excesivo ritmo de trabajo que,
sobre todo en épocas puntuales, afecta a las peluquerías y centros de belleza.
Por tanto, la falta de orden y de métodos correctos de almacenaje puede generar
riesgos laborales a los trabajadores del sector.
Los accidentes que se pueden producir como consecuencia de ello son,
fundamentalmente golpes, contusiones, hematomas, etc.
Medidas preventivas - No apilar materiales en los lugares de tránsito.
- Evitar las alturas demasiado elevadas en el apilamiento de materiales para evitar
derrumbamientos.
- Colocar el material más utilizado de forma accesible.
- Utilizar carritos para depositar el material que se coja.
- Establecer las condiciones necesarias para un almacenamiento seguro: colocar los
productos ordenados y siempre con la máxima estabilidad.
- Asegurarse que las estanterías están ancladas adecuadamente.
- El almacenamiento de los productos químicos y herramientas de corte debe
realizarse con la máxima seguridad, identificando su contenido, y separándolo del
resto de los productos.
2.2. Riesgos al usar equipos de trabajo
a. Cortes con herramientas manuales.
Descripción del riesgo Muchas lesiones que se producen en las
peluquerías y centros de belleza se deben al
uso de las herramientas manuales, debido a
su manipulación inadecuada, utilización de
herramientas defectuosas, etc. Tal es el
caso, por ejemplo de tijeras, cortaúñas,
cortacutículas, navajas, etc. Estos útiles de
características cortantes o punzantes
pueden producir cortes y heridas en los
trabajadores que los utilizan si se utilizan en las máximas condiciones de seguridad.
Los factores de riesgo se producen por: - Empleo inadecuado de herramientas cortantes y/o punzantes que se emplean en
procesos de corte del cabello, manicura, pedicura, afeitados, etc.
- Desorden en los desechos de materiales (cuchillas, por ejemplo).
- Utilización de herramientas en mal estado o defectuosas. A este respecto, hay que
señalar que deben tener marcado CE, y se deben seguir las instrucciones del
fabricante en cuanto a su utilización y conservación.
- La carga de trabajo puede hacer que el trabajador manipule estos útiles con excesiva
rapidez, y se produzcan cortes y pinchazos.
- Inadecuada colocación de estos útiles.
Los accidentes que se pueden producir en su manejo son fundamentalmente
cortes, heridas y pinchazos.
Medidas preventivas - Utilizar correctamente y con gran prudencia tijeras, navajas, etc., incluyendo cómo
mantenerlas y afilarlas. Nunca las manipules por su filo sino por los mangos.
- Utilizar sólo herramientas de buena calidad, que estén afiladas y en buenas
condiciones de uso. Si una herramienta está rota, desafilada o dañada, no debe
utilizarse.
- Concentrarse en la tarea que se está haciendo al trabajar con herramientas de corte
y afiladas, efectuando cortes uniformes sin sacudir, levantar o girar la herramienta.
- Cuando se camine con una herramienta de corte, ésta deberá llevarse con la cuchilla
hacia abajo y alejada del cuerpo. Cuando se dé a otro trabajador unas tijeras o
navajas, deben darse con el asa primero y con la cuchilla hacia abajo; nunca se debe
tirar de un trabajador a otro.
- Colocar los útiles cortantes en un lugar seguro. No guardar en los bolsillos de las
batas.
- No utilizar útiles cortantes con las manos húmedas para evitar resbalones y caídas
improvisadas de las manos.
- Retirar los desechos que puedan producir cortes de forma inmediata.
- En los procesos de desinfección y esterilización de útiles cortantes, extrema las
precauciones para evitar los cortes.
LOS TRABAJADORES DEBEN RECIBIR FORMACIÓN E INFORMACIÓN
SUFICIENTE EN LA ADECUADA UTILIZACIÓN DE CADA TIPO DE HERRAMIENTA,
ESPECIALMENTE SI SU UTILIZACIÓN PUEDE GENERAR CORTES.
2.3. Riesgos eléctricos
Descripción del riesgo El riesgo eléctrico lo definimos como la posibilidad de circulación de la corriente
eléctrica a través del cuerpo humano.
Los accidentes derivados de riesgos eléctricos son bastante frecuentes en las
peluquerías y centros de belleza. El uso continuo de la electricidad junto con la
humedad, genera unas condiciones de trabajo en las que se requiere la máxima
prevención. El riesgo eléctrico está presente en la medida en que se realizan trabajos
con equipos eléctricos: tenacillas, secadores, aparatología para tratamientos de
belleza diversos, depilaciones, láser, etc. Además, la electricidad es causa de muchos
incendios y explosiones.
Sin embargo, es posible controlar el riesgo en las instalaciones eléctricas aplicando las
normas de seguridad desde el momento del diseño del equipamiento eléctrico, junto
con unos buenos sistemas de verificación y control periódicos de las instalaciones
del centro de trabajo.
Los factores de riesgo eléctrico son los siguientes:
- Mal estado de cables, instalaciones y aparatos eléctricos.
- Sobrecarga eléctricas que pueden provocar cortocircuitos.
- Humedades próximas a instalaciones eléctricas.
En muchas ocasiones, los problemas suelen surgir cuando, debido a los elevados
ritmos de trabajo en la peluquería o centros de belleza, o por la relajación y confianza
que produce la realización del trabajo, no se adoptan las medidas preventivas para
evitar el riesgo. Muchos accidentes se deben a esta omisión de precauciones.
Cuando una persona se pone en contacto con la corriente eléctrica no todo el
organismo se ve afectado por igual. Hay unas partes del cuerpo que resultan más
dañadas que otras. Éstas son:
Piel: supone el primer contacto del organismo con la electricidad. La principal lesión
son las quemaduras debido al efecto térmico de la corriente. En baja tensión se
originan unas quemaduras superficiales («manchas eléctricas») en el punto de
entrada y salida de la corriente. En alta tensión se pueden llegar a producir grandes
quemaduras con destrucción de tejidos en profundidad.
Músculos: cuando un impulso eléctrico externo llega al músculo, éste se contrae. Si los
impulsos son continuos, producen contracciones sucesivas («tetanización») de forma
que la persona es incapaz físicamente de soltarse del elemento conductor por sus
propios medios. En esta situación, y dependiendo del tiempo de contacto, la corriente
sigue actuando con lo que pueden producirse daños en otros órganos, además de
roturas musculares y tendinosas. La tetanización puede provocar además una
contracción mantenida de los músculos respiratorios y generar una situación de asfixia
que puede dañar irreversiblemente al cerebro y producir la muerte.
Corazón: la corriente eléctrica produce una alteración total en el sistema de
conducción de los impulsos que rigen la contracción cardíaca. Se produce así la
denominada «fibrilación ventricular», en la que cada zona del ventrículo se contrae
o se relaja descoordinadamente.
De esta forma, el corazón es incapaz de desempeñar con eficacia su función de
mandar sangre al organismo, interrumpiendo su circulación y desembocando en la
parada cardíaca.
Sistema nervioso: los impulsos nerviosos son de hecho impulsos eléctricos. Cuando
una corriente eléctrica externa interfiere con el sistema nervioso aparecen una serie de
alteraciones, como vómitos, vértigos, alteraciones de la visión, pérdidas de oído,
parálisis, pérdida de conciencia o parada cardiorrespiratoria. También pueden
afectarse otros órganos, como el riñón (insuficiencia renal) o los ojos (cataratas
eléctricas, ceguera).
Además, indirectamente, el contacto eléctrico puede ser causa de accidentes por
caídas de altura, golpes contra objetos o proyección de partículas.
Medidas preventivas Los riesgos eléctricos tienen su
origen, por tanto, en las
características, forma de
utilización y mantenimiento de las
instalaciones eléctricas. Por ello,
el empresario debe adoptar las
medidas de prevención
necesarias, para suprimirlos o
minimizarlos.
- Mantener las instalaciones y los
aparatos eléctricos en perfecto
estado para su uso (secadores,
tenacillas, planchas de pelo, aparatos de depilación, etc.), realizando las revisiones
pertinentes de forma periódica, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
Adquirir aparatos eléctricos con marcado CE.
- La instalación debe ajustarse al servicio que tiene que dar, garantizando el
aislamiento de las partes activas eléctricamente, y la interrupción automática de la
alimentación en caso de peligro.
- Reponer los enchufes rotos y los cables en mal estado.
- Las zonas en las que haya peligro de riesgo eléctrico deben estar secas.
- Efectuar las conexiones siempre por medio de clavijas normalizadas y no
procedimientos caseros.
- Evitar que los cableados y las conexiones obstruyan zonas de paso de los
trabajadores y del mobiliario, como carros, banquetas, etc.
- La instalación debe contar con tomas de tierra.
- Recubrimiento o aislamiento de las partes activas de la instalación para proteger de
los contactos directos.
- Implantación de sistemas de corte automático, cuando pueda aparecer un defecto
susceptible de favorecer el paso a través del cuerpo humano de una corriente
considerada peligrosa.
- Evitar las sobrecargas eléctricas, evitando enchufar varios aparatos eléctricos a la
misma toma de corriente.
- Para desconectar un cable, tirar del enchufe y no del cable.
- Ante cualquier actuación eléctrica o anomalía que se detecte (humos, olores, exceso
de calentamiento…), proceder a desconectar la corriente eléctrica desde el cuadro
general.
- No manipular aparatos eléctricos con las manos mojadas.
- Los trabajadores del sector deben conocer la simbología y señalización que aparece
en los equipos eléctricos, con el fin de que su utilización se realice en las condiciones
más seguras.
- Se deben comprobar las tensiones en las instalaciones eléctricas de la peluquería o
centro de belleza antes de actuar sobre las mismas.
- Se deben colocar en lugares visibles de los centros de trabajo, señales de prohibición
y precaución próximas a las instalaciones eléctricas.
- Los trabajadores del sector deben conocer la señalización que les advierta de la
existencia de riesgo eléctrico.
2.4. Riesgo de incendio Descripción del riesgo El elevado porcentaje de pérdidas personales y materiales que normalmente
ocasionan los incendios, obliga a conocer las situaciones de riesgos de incendios y
tomar las medidas oportunas para su prevención.
En los establecimientos de peluquería y de belleza se utilizan productos inflamables,
como acetonas, aerosoles, lacas, etc., que, si no se toman las medidas oportunas,
pueden generar incendios y explosiones.
Denominamos incendio a un fuego fuera de control, que puede causar pérdidas de
vidas humanas y/o de bienes materiales.
La seguridad contra incendios contempla todo un conjunto de medidas destinadas no
solamente a evitar su inicio, sin también su propagación.
Un incendio es una reacción química de oxidación-reducción fuertemente exotérmica,
siendo los reactivos el oxidante y el reductor. En terminología de incendios, el reductor
se denomina combustible y el oxidante, comburente. Las reacciones entre ambos se
denominan combustiones. Por lo tanto, para que un incendio se inicie tienen que
coexistir tres factores: combustible, comburente, y foco de ignición que conforman el
conocido “triángulo del fuego”. Todos ellos son igualmente importantes y para evitar el
inicio del fuego basta con eliminar alguno, pues si falta cualquier de ellos, el fuego se
extingue.
Cuando la prevención es insuficiente y se produce el incendio, se utilizan medidas
de protección: medios de detección y alarma, medios portátiles de extinción,
instalaciones fijas de extinción y planes de evacuación y emergencia, con el objetivo
de minimizar las consecuencias humanas y materiales. Una buena protección
depende de conjugar tres factores: detección, extinción y alarma.
Por ello, es fundamental que los centros de trabajo de peluquería y belleza dispongan
de sistemas de detección automática (detectores de humos, de llamas, de
temperatura, y de gases de combustión), y medios portátiles de extinción (extintores).
Un extintor es un aparato que proyecta un agente extintor (agua pulverizada, agua a
chorro, polvo BC, polvo ABC, polvo específico metales, espuma física, anhídrido
carbónico, hidrocarburos halogenados), mediante un sistema de presión interna. Para
que su uso pueda ser eficaz, deberán estar en los centros de trabajo del sector
perfectamente señalizados y con fácil acceso, los trabajadores deben estar
entrenados en su utilización, y debe verificarse con periodicidad su mantenimiento,
comprobando precintos, válvulas, manguera, etc.
Los factores de riesgo que pueden provocar un incendio en una peluquería o
centro de belleza son los siguientes:
- Utilización de productos químicos en los procesos de trabajo.
- Utilizar ropa de trabajo que contenga restos de productos químicos que contengan
sustancias inflamables.
- Recogida de forma incorrecta de los productos de desecho que contengan
sustancias inflamables.
- Colocar combustibles sólidos (papel, madera, plásticos…), que por su estado o forma
de presentación prenden fácilmente, sobre superficies calientes.
- Falta de orden y limpieza en el lugar de trabajo.
- Deficiencias en el almacenamiento de los productos químicos que se utilizan el
sector.
Los accidentes que puede generar un incendio son muy variados: desde quemaduras
superficiales, intoxicación por humos y asfixia por falta de oxígeno, hasta la muerte.
Medidas preventivas
- Mantener las instalaciones, tomas de corriente y aparatos estéticos adecuadamente,
con el fin de evitar fugas o posibles cortacircuitos que puedan generar un incendio.
Seguir siempre las instrucciones del fabricante. Adquirir maquinaria y aparatología
con marcado CE.
- Se deben señalizar en el centro de trabajo los medios de lucha contra incendios, así
como las vías de evacuación.
- Los extintores deben estar claramente señalizados, para que sean visibles y
localizados rápidamente.
- Evitar imprudencias, procurando no utilizar útiles que generen llamas o chispas cerca
de combustibles.
- Recoger rápidamente los restos de productos que se hayan caído al suelo,
impidiendo que se acumulen.
- Manipular adecuadamente los productos inflamables (aerosoles, lacas, etc.).
- Almacenar los productos inflamables y combustibles aislados. Mantenerlos en
recipientes cerrados y alejados de las fuentes de calor.
- Los productos inflamables y combustibles deben estar identificados y señalizados.
- No dejar conectados los apartados eléctricos después de su utilización.
- No sobrecargar las líneas eléctricas mediante la utilización de enchufes múltiples
(ladrones), deberán colocarse bases de enchufe en puntos próximos a los lugares de
utilización.
- Apagar los interruptores una vez acabado el trabajo.
- Los empalmes eléctricos deben estar correctamente efectuados, con clavijas u otros
elementos normalizados.
- Las cajas de distribución donde haya partes en tensión deben estar siempre tapadas.
- Verificación periódica de la instalación eléctrica por un profesional (al menos una vez
al año). En ningún caso se debe “manipular” en las instalaciones eléctricas.
- Mantener el orden y la limpieza para evitar posibles focos de generación de
incendios.
LA FORMACIÓN DE LOS TRABAJADORES EN MATERIA DE EXTINCIÓN DE
INCENDIOS (ESPECIALMENTE EN PAUTAS DE EXTINCIÓN Y EN EL EMPLEO
ADECUADO DE LOS EXTINTORES), ES FUNDAMENTAL PARA PODER ACTUAR
CON SEGURIDAD.
3. Los riesgos medioambientales
3.1. Riesgos físicos
3.1.1. El ruido
Descripción del riesgo El ruido se define como un sonido no deseado. En el ámbito laboral el ruido es un
factor de riesgo que interfiere en la comunicación, disminuye el nivel de concentración
y, por tanto, puede provocar accidentes laborales.
La normativa que regula esta materia es el Real Decreto 286/2006, sobre protección
de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición al ruido, que establece las disposiciones mínimas para la protección de los
trabajadores contra los riesgos para su seguridad y su salud derivados o que puedan
derivarse de la exposición al ruido.
En las peluquerías, aunque no se da un nivel de ruido demasiado elevado, sí puede
llegar a producir molestias e interferir en el rendimiento de los trabajadores: ruido de
los secadores, clientes hablando con los profesionales, cruces de conversaciones, etc.
En los centros de belleza, al contrario, se trata de crear un ambiente cálido,
confortable que contribuya a la relajación del cliente, por lo que el nivel de ruido es
mínimo.
La acción de un ruido intenso sobre el organismo se manifiesta de varias formas. En el
orden fisiológico entre las consecuencias de los ruidos intensos podemos señalar:
• Aumento de la presión arterial.
• Aumento del ritmo cardiaco.
• Vaso-constricción periférica.
• Aceleración del metabolismo.
• Aumento de la tensión muscular.
• Alteración del ritmo respiratorio.
• Sordera
• Hipoacusia
En el orden psicológico el ruido es causa generalmente de molestias y disconfort:
- El desagrado es más fuer te cuando los ruidos son intensos y de alta frecuencia.
- Los ruidos discontinuos e inesperados molestan más que los ruidos continuos o
habituales.
La intensidad del ruido se mide a través del sonómetro y se expresa en decibelios
(Db). El valor de 115 dB es un valor techo y no se deberá sobrepasar sin protección
auditiva. Por debajo de 90 dB no es obligatoria la protección. El nivel que no ha de
sobrepasarse nunca en el centro de trabajo es de 80 dB. Generalmente en las
peluquerías y establecimientos de belleza no se alcanza dicho límite, aunque ello no
significa que el nivel de ruido existente no pueda afectar al disconfort del trabajador, y
hacer que se sienta incómodo en su lugar de trabajo, máxime cuando las jornadas de
trabajo son largas, con lo que aumenta el tiempo de exposición.
Medidas preventivas - El empresario debe valorar el riesgo de exposición al ruido en los puestos de trabajo.
- El empresario debe formar e informar a los trabajadores y a sus representantes
sobre las medidas de prevención del ruido.
- Seguir métodos de trabajo que impidan la generación de un nivel de ruido excesivo,
que impida la concentración del trabajador.
- Utilizar hilo musical, especialmente en los centros de belleza, para favorecer el
ambiente de trabajo y reducir el ruido.
- Comprar aparatos eléctricos con un bajo nivel de ruido.
- Mantenimiento adecuado de los aparatos eléctricos: secadores, aparatos para los
tratamientos de belleza y estética, etc.
- Cuando el trabajador considere que el nivel de ruido es elevado, de forma que le
impida realizar el trabajo de forma segura, utilizará protectores auditivos.
3.1.2. Vibraciones
Descripción del riesgo Hay que referirse también al riesgo derivado de las vibraciones ocasionadas por
aparatos eléctricos empleados en peluquería y belleza, fundamentalmente en la
utilización del secador
Las vibraciones pueden ser consideradas como un movimiento oscilatorio de
partículas o cuerpos en torno a una posición de referencia. Desde el punto de vista
higiénico, el término vibración comprende todo movimiento transmitido al cuerpo
humano por estructuras sólidas capaz de producir un efecto nocivo o cualquier tipo de
molestia. El número de veces por segundo que se realiza completo se llama
frecuencia y se mide en herzios.
La normativa que regula las vibraciones es el Real Decreto 1311/2005, sobre la
protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente a los riesgos derivados
o que puedan derivarse de la exposición a vibraciones mecánicas.
Los aparatos que se utilizan en peluquería y centros de belleza no superan los límites
establecidos, aunque el uso continuado del secador, por ejemplo, puede ocasionar
molestias en las extremidades superiores. Se trata de vibraciones transmitidas a
mano-brazo.
Entre las lesiones que se pueden producir se encuentran:
- Trastornos osteoarticulares como lesiones de muñecas, y afecciones en los codos.
- Problemas vasculares.
- Alteraciones nerviosas.
- Alteraciones angioneuróticas de la mano tales como calambres que pueden
acompañarse de trastornos prolongados de la sensibilidad.
Medidas preventivas - Vigilar el estado de aparatos vibratorios.
- Información y formación a los trabajadores sobre las medidas preventivas.
- Fomentar medidas organizativas, como la rotación de trabajadores en la utilización
de equipos vibratorios.
3.1.3. Iluminación Descripción del riesgo La actividad laboral, para que pueda desarrollarse de una forma eficaz, precisa que la
luz (característica ambiental) y la visión (característica personal) se complementen, ya
que se considera que el 50% de la información sensorial que recibe el hombre es de
tipo visual, es decir, tiene como origen primario la luz. Un tratamiento adecuado del
ambiente visual permite incidir en los aspectos de seguridad, confort y productividad.
La integración de estos aspectos comportará un trabajo seguro, cómodo y eficaz.
La iluminación de los lugares de trabajo deberá permitir que los trabajadores
dispongan de condiciones de visibilidad adecuadas para poder circular por los mismos
y desarrollar en ellos sus actividades sin riesgo para su seguridad y salud. Tanto en
las actividades de peluquería como de belleza se requiere, para la realización de
muchos servicios, de una precisión elevada que, a su vez, requiere de una iluminación
suficiente. Por ello, en muchas ocasiones, se tiende a utilizar potentes sistemas de
iluminación que pueden provocar deslumbramientos, reflejos y, en definitiva, pueden
genera problemas oculares en los trabajadores. También en muchos casos se trata de
atraer la atención del cliente utilizando potentes sistemas de iluminación.
La iluminación de cada zona o parte de un lugar de trabajo deberá adaptarse a las
características de la actividad que se efectúe en ella, teniendo en cuenta:
a. Los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores dependientes de las
condiciones de visibilidad.
b. Las exigencias visuales de las tareas desarrolladas.
Por tanto, la iluminación correcta del ambiente de trabajo debe permitir al trabajador,
en condiciones óptimas de confort visual, realizar su trabajo de manera más segura y
productiva, ya que aumenta percepción visual de los objetos.
En la percepción visual intervienen diferentes factores, como:
- Acomodación: Es la capacidad que tiene el ojo para ajustarse automáticamente a las
diferentes distancias de los objetos, obteniendo de esta forma una imagen nítida en la
retina.
- Adaptación: Es la capacidad que tiene el ojo para ajustarse automáticamente a los
diferentes niveles de iluminación. Para ello la pupila adapta su tamaño al nivel de
iluminación existente. El paso de un lugar muy iluminado a otro a oscuras requiere de
un tiempo de hasta 30 minutos, mientras que de uno a oscuras a otro iluminado
requiere de unos segundos.
- Campo visual: El campo visual del hombre está limitado a un ángulo de unos 180º
en el plano horizontal y unos 130º en el plano vertical, 60º por encima de la horizontal
y 70º por debajo.
- Agudeza visual: Es la capacidad para reconocer detalles pequeños. Aumenta con la
iluminación.
- Contraste: El contraste de brillos o color permite disminuir el esfuerzo visual. Se
puede aumentar con la iluminación.
- Tiempo: El proceso visual requiere tiempo, de forma que el ojo puede ver pequeños
detalles, incluso con bajos niveles de iluminación si se le da tiempo suficiente. El
aumento de luz facilita una rápida visión.
Por tanto, una iluminación adecuada se adaptará a las exigencias visuales que cada
tarea requiera. En general, se puede afirmar que los establecimientos de peluquería y
los centros de belleza buscan crear un ambiente con mucha iluminación, como factor
potenciador de la imagen del propio negocio.
Aunque gran parte de las actividades que se desarrollan requieren de bastante
precisión y por tanto, de la iluminación necesaria, en muchas ocasiones, puede
generar efectos perjudiciales en los trabajadores. Por ello, el nivel de iluminación
óptimo para una tarea determinada corresponde al que da como resultado un mayor
rendimiento con una mínima fatiga.
Algunas actividades de peluquería y belleza requieren mayores exigencias visuales,
como actividades de manicura, maquillaje, algunos tratamientos de belleza, etc. En
estos casos, el nivel de iluminación se adaptará a la tarea a realizar, teniendo que
alcanzar para exigencias visuales altas un nivel mínimo de iluminación de 500 lux,
mientras que para exigencias visuales muy altas se alcanzará un nivel mínimo de 1000
lux. Además de mayores niveles de iluminación, utiliza una iluminación localizada
mediante el empleo de lupas.
También en los servicios de belleza se tiende a utilizar fuentes de luz que den un
ambiente cálido y confortable al cliente.
Un aspecto a evitar son los deslumbramientos, que pueden suponer molestias
oculares a los trabajadores en la prestación de los servicios.
Los niveles mínimos de iluminación de los lugares de trabajo serán los establecidos en
la siguiente tabla, según recoge el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que
se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de
trabajo:
Zonas donde se ejecuten tareas con:
Bajas exigencias visuales 100 lux
Exigencias visuales moderadas 200 lux
Exigencias visuales altas 500 lux
Exigencias visuales muy altas 1.000 lux
Áreas o locales de uso ocasional 50 lux
Áreas o locales de uso habitual 100 lux
Vías de circulación de uso ocasional 25 lux
Vías de circulación de uso habitual 50 lux
De esta forma, los factores de riesgo derivados de la iluminación son:
- Escasa iluminación.
- Inadecuada distribución de las fuentes de luz.
- Deslumbramientos directos, a los que contribuye la existencia de espejos y de
superficies brillantes.
Los efectos en la salud por una exposición continua y reiterada a una iluminación
inadecuada son los siguientes:
- Accidentes: cortes, caídas, quemaduras, etc.
- Fatiga visual: molestias oculares, pesadez de ojos, picores, necesidad de frotarse los
ojos, somnolencia.
- Trastornos visuales: borrosidad, disminución de la capacidad visual.
- Fatiga Mental: cefaleas, vértigos, ansiedad.
- Deslumbramientos: pérdida momentánea de la visión.
Medidas preventivas - Utilizar preferentemente luz natural, ya que produce menos fatiga visual.
- Usar colores claros para las paredes y techos cuando se requiera mayor nivel de
iluminación.
- Iluminar pasillos, escaleras y rampas.
- Proporcionar suficiente iluminación en los puestos de trabajo.
- Proporcionar iluminación localizada para los trabajos que requieran una mayor
precisión.
- Eliminar las superficies brillantes del campo de visión del trabajador.
- Revisar de forma periódica el estado de bombillas.
- Utilizar fuentes de iluminación localizadas cuando las exigencias de la tarea así lo
requieran.
- La iluminación tiene que ser constante y uniformemente distribuida para evitar la
fatiga visual. Deben evitarse contrastes violentos de luz y sombra, y las oposiciones
de claro y oscuro.
- Limpiar las ventanas y realizar el mantenimiento de las fuentes de luz.
- El deslumbramiento debido a la visión directa de una ventana o una fuente de luz
debe evitarse. Se pueden utilizar desde cristales teñidos hasta persianas orientables.
La determinación de los niveles de iluminación se efectuará con fotómetros o
luxómetros.
UNA ILUMINACIÓN ADECUADA CONSIGUE REDUCIR LOS ACCIDENTES, LA
FATIGA Y LA TASA DE ERRORES, ADEMÁS DE INCREMENTAR LA CALIDAD DEL
TRABAJO.
3.1.4. Temperatura
Descripción del riesgo El cuerpo humano precisa para su supervivencia mantener su temperatura en los
límites fisiológicos normales (37º C), reaccionando cuando se le somete a un ambiente
térmico de frío intenso, produciendo hipotermia, pero también cuando el calor es
excesivo, influyendo en ambos casos sobre el rendimiento de los trabajadores.
La primera condición que debe cumplirse para que una situación pueda ser confortable
es que se satisfaga la ecuación del balance térmico; en otras palabras, es necesario
que los mecanismos fisiológicos de la termorregulación sean capaces de llevar al
organismo a un estado de equilibrio térmico entre la generación de calor (de origen
ambiental y metabólico) y la eliminación del mismo.
Los centros de trabajo en los que se realizan actividades de peluquería y belleza
deben mantener una temperatura comprendida entre 14 y 25° C, ya que se pueden
considerar como trabajos ligeros y no sedentarios, según establece el Real Decreto
486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo.
Mediante un sistema adecuado de climatización del aire (a través de electricidad, agua
caliente, vapor, agua fría o líquidos refrigerantes) se debe crear un clima interior
confortable para los trabajadores, de manera que se pueda calentar el aire en épocas
de frío y refrigerar durante épocas más cálidas.
Un aspecto importante a tener en cuenta lo constituye la selección de la ropa
adecuada ya que las ropas voluminosas dificultan el movimiento. Una ropa de trabajo
idónea contribuirá a mantener un mayor confort térmico.
Por ello, los centros de peluquería y de belleza deben contar con una renovación
periódica del aire en el local de trabajo pues la presencia de los contaminantes
químicos puede viciar la atmósfera. El aire que se respira en las peluquerías puede
contener contaminantes en concentraciones altas como consecuencia de los
productos utilizados, lo que puede generar efectos perjudiciales en la salud de los
trabajadores y es fuente de generación de enfermedades profesionales.
Por ello, es adecuado el empleo de sistemas de ventilación/climatización, que tienen
dos funciones primordiales, por una parte suministrar aire fresco en cantidad y calidad
suficientes para mantener la calidad del aire en el centro de trabajo, y por otra
modificar las condiciones termo higrométricas del aire exterior que se introduce en el
centro de trabajo para conseguir un clima confortable en el interior.
La ventilación del centro de trabajo se mide en renovaciones por hora. Una
renovación por hora significa que cada hora entra desde el exterior un volumen de aire
igual al volumen del local de trabajo; de la misma forma, cada hora se expulsa al
exterior un volumen similar de aire interior.
Los trabajadores del sector no deben estar expuestos de forma frecuente o continuada
a corrientes de aire cuya velocidad exceda de 0,25 m/s, al tratarse de trabajos en
ambientes no calurosos.
Los factores de riesgo que se pueden producir son:
- Uso excesivo o inadecuado de productos químicos: desinfectantes, disolventes,
lacas, etc.
- Preparación de mezclas de productos para tintes y diversos tratamientos de belleza.
- Deficientes sistemas de ventilación y renovación del aire.
- Exposición a sustancias tóxicas.
- Contaminantes que proceden del exterior.
Entre las afecciones que se pueden producir se encuentran los dolores de cabeza,
mareos, congestiones, hipotermias, golpes de calor, etc.
Medidas preventivas:
- Revisión periódica de los sistemas de ventilación y acondicionamiento del aire. Evitar
las corrientes de aire.
- Mantenimiento de la limpieza en el centro de trabajo.
- Disponer de accesos adecuados a los diferentes componentes del sistema para su
inspección, reparación y limpieza.
- Prevenir la acumulación de agua estancada bajo los sistemas de refrigeración,
implantando un sistema de drenaje continuo.
- Reparar de inmediato cualquier fuga de agua del sistema de
ventilación/climatización.
- Establecer programas de control periódico de los sistemas de ventilación,
humidificadores, etc.
- Utilizar ropa de trabajo cómoda, ligera, que favorezca la amplitud de movimientos y
facilite la transpiración del cuerpo.
- Formar a los trabajadores sobre cómo afrontar situaciones de ventilación excesiva,
diferencias de temperatura, escasa ventilación en el centro de trabajo.
3.1.5. Radiaciones
Descripción del riesgo Las radiaciones son fenómenos físicos consistentes en la emisión, propagación y
absorción de energía por parte de la materia, tanto en forma de ondas (radiaciones
sonoras o electromagnéticas), como de partículas subatómicas.
Las radiaciones pueden ser de dos tipos: las ionizantes y las no ionizantes. Son las
radiaciones no ionizantes las más frecuentes en el sector de peluquería y belleza:
radiofrecuencia, microondas, infrarrojos, ultravioletas y láser.
Muchos aparatos de belleza se basan en ondas ultrasónicas para procesos de
limpieza de cutis, en los que el movimiento galvánico de electrones contribuye a
eliminar arrugas y otras impurezas. Además, aparatos de alta frecuencia, aparatos de
corriente continua, lámparas emisoras de radiaciones infrarrojas, etc.
Los efectos sobre el organismo son de diferente naturaleza dependiendo de la banda
de frecuencias existentes:
Radiaciones ultravioleta: como lámparas solares y cabinas de bronceado. Las lesiones
que pueden producir son quemaduras solares, envejecimiento de la piel, cáncer de
piel, cataratas, etc.
Radiación infrarroja: lámparas de calor por infrarrojos. Pueden provocar quemaduras
en piel y lesiones oculares.
Láser: procesos de depilación, y diversos tratamientos de belleza. Pueden provocar
daños a la piel y lesiones oculares.
Ultrasonidos: procesos de limpieza de cutis, exfoliación y otros tratamientos de
belleza. Pueden producir quemaduras diversas.
Medidas preventivas:
• Utilizar medios de aislamiento (pantallas, mamparas, etc.).
• Disminuir el tiempo de exposición.
• Informar a los trabajadores sobre los riesgos derivados de la exposición a
radiaciones.
3.2. Riesgos químicos
Descripción del riesgo Los trabajadores del sector, tanto peluqueros como esteticistas, están expuestos a una
amplia variedad de productos químicos en el ejercicio de su actividad, la mayoría de
ellos de carácter tóxico: tintes para el cabello, los productos para el cuidado de la piel y
las uñas, líquidos para permanentes, champús, pinturas utilizadas en el maquillaje,
etc., contaminantes que, si no se toman las debidas medidas de seguridad, pueden
suponer un grave riesgo para la salud de los trabajadores.
Los contaminantes son sustancias de naturaleza química muy variada, desde simples
elementos químicos a compuestos o mezclas muy complejas en estado sólido, líquido
o gaseoso. Normalmente se encuentran dispersos en el aire y en proporciones muy
pequeñas.
El Real Decreto 374/2001, de 6 de abril sobre la protección de la salud y seguridad de
los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos durante el
trabajo, establece que el empresario deberá garantizar la eliminación o reducción al
mínimo del riesgo que entrañe un agente químico peligroso para la salud y seguridad
de los trabajadores durante el trabajo. Para ello, el empresario deberá,
preferentemente, evitar el uso de dicho agente sustituyéndolo por otro o por un
proceso químico que, con arreglo a sus condiciones de uso, no sea peligroso o lo sea
en menor grado.
Los productos químicos pueden afectar al organismo de distintas formas dependiendo
de la concentración de la sustancia en el producto, su toxicidad, la vía de entrada al
organismo y el tiempo de exposición.
Las vías de entrada de los agentes químicos en el organismo son:
Inhalación: Es la vía de entrada más importante. Los gases o vapores que desprenden
muchos productos utilizados en peluquería y centros de belleza como disolventes,
aerosoles, lacas, etc., pueden penetrar en el organismo. A través de las vías
respiratorias penetran junto con el aire que se respira, gases y vapores, polvo y
aerosoles que le acompañan. Si no son retenidos por la mucosidad que recubre los
distintos conductos y expulsados al exterior junto con ella, pueden alcanzar los
alvéolos pulmonares con algún posible efecto sobre ellos y si tienen capacidad, pasar
a su través para incorporarse a la circulación sanguínea.
Vía dérmica: Menor importancia tiene la vía de entrada a través de la piel aunque
muchas sustancias pueden atravesarla en condiciones normales y llegar a la sangre a
través de los capilares. Esto depende de su estado más o menos estropeado, de su
humedad y temperatura, y si está recubierta con ropa, del tipo de tejido y su roce, y de
determinadas sustancias, como el maquillaje o cremas protectoras. Es muy frecuente
que los profesionales de peluquería y belleza sufran dermatitis diversas al poner en
contacto la piel con productos químicos corrosivos.
Vía digestiva: Los trabajadores del sector deben evitar cualquier contacto directo con
los productos químicos a través de las manos o la boca. Deberán utilizar siempre
equipos de protección individual como guantes y mascarilla.
Vía parenteral: Es la vía menos usual pero no menos importante. Consiste en la
absorción de la sustancia química a través de la sangre mediante heridas y cortes.
En la manipulación y utilización de productos químicos por los trabajadores del sector
Pueden absorber los productos químicos a través de la piel o los ojos, inhalar vapores
o partículas peligrosas. Las características de cada trabajador, como su estado de
salud, embarazo y el tabaquismo son factores que agravan este riesgo:
- En la aplicación de tintes y mechas en el cabello se utilizan colorantes y tintes
vegetales. Los colorantes sintéticos son con frecuencia tintes oxidantes permanentes
que utilizan agua oxigenada para oxidar diaminas aromáticas; son irritantes para los
ojos, la nariz y la garganta y producen sensibilización alérgica. Es posible que algunos
tintes metálicos puedan contener compuestos de plomo.
- Muchos productos que se emplean en peluquería (en procesos de lavado,
moldeados, peinados,…) como champúes, fijadores, acondicionadores, geles, cremas,
aerosoles y otros productos para el tratamiento capilar pueden contener alcohol,
bromatos, hidróxido de sodio, ácido bórico, agua oxigenada, amoníaco. Todas estas
sustancias se han asociado con dermatitis y alergias, incluida el asma. Estas
sustancias pueden generar efectos sobre el sistema nervioso central (cefaleas,
mareos, náuseas, somnolencias), producir irritaciones en los ojos, nariz y garganta,
causar problemas pulmonares, congestión nasal, estornudos, asma o dermatitis
alérgica.
- En la realización de servicios de manicura y pedicura, se utilizan sustancias
químicas presentes en los productos para las uñas: acetona, etilmetacrilato y otros
acrilatos, lanolina, etc. Estas sustancias pueden producir irritación de la piel, los ojos,
la nariz, la garganta y los pulmones, así como efectos sobre el sistema nervioso
central. Algunos productos para las uñas también contienen formaldehído, asociado
con alergias y con cáncer de pulmón si el uso es prolongado.
- En los servicios de maquillaje, los esteticistas aplican cremas, bases de maquillaje,
polvos faciales, sombras de ojos, rímel, lápices de ojos, barras de labios, etcétera.
Estos productos pueden contener una variedad de disolventes, colorantes, aceites,
ceras y otros productos químicos que pueden causar dermatitis y alergias diversas.
- En las depilaciones, tanto con cera caliente, como con productos específicos
depilatorios, puede haber riesgo de dermatitis por la existencia de compuestos
alcalinos.
- Hay que referirse también al empleo de productos químicos en las tareas de limpieza
y desinfección del centro de trabajo, que realizan los trabajadores del sector. Para ello,
utilizan detergentes, amoníaco, lejías, desinfectantes, etc., que poseen componentes y
sustancias muy peligrosas.
Los empresarios del sector deben garantizar la reducción al mínimo del riesgo
químico, aplicando medidas de prevención y protección que incluirán:
a) La concepción y la utilización de procedimientos de trabajo, controles técnicos,
equipos y materiales que permitan, aislando al agente en la medida de lo posible,
evitar o reducir al mínimo cualquier escape o difusión al ambiente o cualquier contacto
directo con el trabajador que pueda suponer un peligro para la salud y seguridad de
éste.
b) Medidas de ventilación u otras medidas de protección colectiva, aplicadas
preferentemente en el origen del riesgo, y medidas adecuadas de organización del
trabajo.
c) Medidas de protección individual, acordes con lo dispuesto en la normativa sobre
utilización de equipos de protección individual, cuando las medidas anteriores sean
insuficientes y la exposición o contacto con el agente no pueda evitarse por otros
medios.
Además, debe aplicar las medidas técnicas y organizativas necesarias para proteger a
los trabajadores frente a los riesgos derivados de la presencia en el lugar de trabajo de
agentes que puedan dar lugar a incendios, explosiones u otras reacciones químicas
peligrosas debido a su carácter inflamable.
Se debe llevar a cabo una vigilancia periódica de la salud en los centros de trabajo,
mediante los reconocimientos médicos, cuando la evaluación de riesgos ponga de
manifiesto la existencia de un riesgo para la salud de los trabajadores del sector.
Además, es necesario conocer las etiquetas de los productos y las fichas de
seguridad:
- El fabricante, o en su caso el distribuidor o importador, deberá facilitar antes de la
primera entrega de una sustancia o preparado peligroso, o con motivo de ésta, una
ficha de datos de seguridad con los datos necesarios para la protección de las
personas y del medio ambiente, que deberá ser actualizada conforme existan nuevos
datos al respecto.
- Con la etiqueta se ofrece una primera información sobre un producto peligroso, que
además sirve de recuerdo y advertencia sobre los riesgos que entraña su
manipulación y utilización y las principales reglas de prudencia que conviene
observar.
Es muy importante que los profesionales de la peluquería y belleza conozcan el
significado de los símbolos que aparecen en las etiquetas de los productos que
manejan, ya que, la gran mayoría tiene carácter tóxico, y muchas de ellas son
irritantes, corrosivas e inflamables:
Además, muchos compuestos químicos pueden:
- Tener efectos carcinogénicos por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan
producir cáncer o aumentar su frecuencia.
- Tener efectos mutagénicos: por inhalación, ingestión o penetración cutánea, puedan
producir alteraciones genéticas hereditarias o aumentar su frecuencia.
- Ser tóxicos para la reproducción: por inhalación, ingestión o penetración cutánea,
puedan producir efectos negativos no hereditarios en la descendencia, o aumentar la
frecuencia de éstos, o afectar de forma negativa a la función o a la capacidad
reproductora.
Como consecuencia de esta peligrosidad, los riesgos que se derivan los productos
químicos pueden generar diversos efectos. Pueden generar desde incendios,
explosiones e intoxicaciones agudas (accidentes) hasta daños irreversibles para la
salud a medio o largo plazo, como la silicosis o diversos tipos de cáncer (enfermedad
profesional). Se pueden manifestar sus efectos de una manera más o menos
inmediata como las intoxicaciones y los que se pueden dar lugar a perjuicios patentes
a un medio o largo plazo (intoxicaciones crónicas, sensibilizaciones, cánceres y otros
efectos irreversibles o no a largo plazo.
Una de las alteraciones de la salud más común como consecuencia de la
manipulación de productos químicos entre los trabajadores de peluquería y belleza, es
la dermatitis. Entre las sustancias que pueden producir dermatosis están los
disolventes, como la acetona. Los trabajadores del sector, expuestos en su actividad
diaria a este tipo de sustancias, deben conocer sus efectos nocivos en su
manipulación.
Además, es probable también contraer enfermedades de carácter respiratorio, como el
asma, irritaciones en los ojos, nariz y garganta, así como diversos tipos de alergias.
Medidas preventivas - En las actividades de manicura, en la aplicación del pegamento para uñas artificiales
y durante el empleo de disolventes – acetona – o lacas de uñas, se recomienda el
empleo de mascarilla.
- Cuando se trabaje con sustancias químicas, el área debe estar ventilada, para
prevenir concentración de tóxicos en el ambiente. Disponer de papel absorbente y
otros materiales de desecho en un cubículo sellado. Y retirar los residuos del cubículo
varias veces al día para minimizar la exposición de los vapores.
- Emplear siempre productos conocidos y aprobados por el Ministerio de Sanidad.
Consultar con los fabricantes y suministradores. Mantenerlos tapados y correctamente
etiquetados.
- Lavar y secar bien las manos antes y después del desempeño de las actividades.
- En el manejo de productos químicos se deben adoptar medidas seguras de
manipulación. Se deben utilizar siempre guantes de protección.
- Disponer en el centro de trabajo de las fichas de seguridad de los productos, para
que se encuentren accesibles a todo el personal.
- Ante la utilización de un producto, se deben leer detalladamente las etiquetas, con
el objetivo de conocer los posibles riesgos que se puedan generar y la forma de
prevenirlos.
- Los trabajadores con predisposición a alteraciones cutáneas deberán tener especial
cuidado cuando manipulen estos productos.
- Sustituir los productos peligrosos y tóxicos por otros que no lo sean o lo sean en
menor medida.
- Emplear sistemas de ventilación y aspiración localizada.
- No se almacenarán materiales cerca de los puntos de luz del techo .
- No se debe comer ni beber mientras se trabaje con sustancias químicas.
- Utilizar guantes, mascarilla y ropa de trabajo cuando se manejen productos
químicos.
LOS TRABAJADORES DEL SECTOR DEBEN ESTAR FORMADOS E
INFORMADOS DE LOS RIESGOS Y LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN ADECUADAS
EN RELACIÓN A LAS SUSTANCIAS UTILIZADAS EN LAS ACTIVIDADES DE
PELUQUERÍA Y BELLEZA.
3.3. Riesgos biológicos
Descripción del riesgo Los servicios prestados en peluquería y belleza suponen un elevado contacto físico
con los clientes. Ello puede dar lugar a la generación y contagio de enfermedades de
carácter infeccioso:
- La utilización de cuchillas, agujas, pinzas, máquinas de cortar el pelo, cortacutículas,
limas, etc. ponen en riesgo la seguridad de los profesionales del sector de contraer
este tipo de enfermedades. Los cortes accidentales con útiles manchados con sangre
infectada pueden generar la entrada de sangre al organismo a través de heridas
diversas.
- También el contacto directo con los clientes que presenten parásitos, como los
piojos, o que padezcan enfermedades profesionales, como la sarna, tiña, herpes, etc.
- En raras ocasiones, es posible el contagio a través de la exposición a la sangre de
una persona infectada (virus como la hepatitis C o el VIH/SIDA).
- Los sistemas de ventilación de la peluquería o centro de belleza pueden crear las
condiciones idóneas para el crecimiento y dispersión de los microorganismos o
agentes biológicos.
Medidas preventivas - Para evitar las enfermedades derivadas de riesgos biológicos, es importante
mantener prácticas higiénicas en la desinfección y esterilización de los útiles de
trabajo. Después de llevar a cabo cada actividad, los útiles empleados deben
desinfectarse en autoclave.
- Hay que lavarse las manos con agua y jabón antes y después de atender a un
cliente.
- Después, se deben emplear fundas protectoras de un solo uso para diferenciar
aquello que ya está desinfectado y para evitar, además, que puedan ensuciarse.
- Se deben emplear, siempre que sea posible, objetos de un solo uso.
- Utilizar guantes desechables para cada servicio de belleza que se realice.
- Mantener en buen estado los útiles de trabajo. Por ejemplo, las tijeras y alicates
deben cortar perfectamente.
- Adquirir productos con marcado CE.
- Después de llevar a cabo los masajes se debe desinfectar la camilla. Emplear
sábana para proteger la camilla y para cubrir al cliente. A ser posible, sábanas de un
solo uso.
- Antes de realizar un servicio de belleza, hay que cubrir con una toalla limpia o papel
la superficie de trabajo.
- En las actividades de maquillaje, los pinceles, se deben lavar con jabón neutro
después de cada aplicación o desinfectarlo con alcohol para evitar contagios a través
de la piel.
- Evitar la acumulación de materiales y productos inflamables y siempre alejarlos de
toda fuente de calor.
- Mantener la limpieza en el centro de trabajo utilizando productos desinfectantes.
- Los productos de limpieza inflamables y otras materias peligrosas han de estar
colocados en armarios o locales cerrados y ventilados.
- No ingerir comidas y bebidas mientras haya riesgo de contaminación biológica.
LOS TRABAJADORES DEBEN RECIBIR FORMACIÓN ESPECÍFICA SOBRE
TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES QUE TENGAN SU ORIGEN EN RIESGOS
BIOLÓGICOS, EQUIPOS DE PROTECCIÓN Y MEDIDAS DE HIGIENE.
4. Equipos de protección individual
Como ya se ha señalado, muchas de las actividades que se realizan tanto en
peluquería como en belleza, presentan importantes riesgos para los trabajadores. Con
el fin de minimizar dichos riesgos y de prestar los servicios en las máximas
condiciones de seguridad, se requiere la utilización adecuada de las protecciones
personales, como guantes, mascarillas, calzado, etc.
Se entiende por protección personal o individual la técnica que tiene como objetivo
proteger al trabajador frente a agresiones externas, ya sean de tipo físico, químico o
biológico, que se pueden presentar en el desempeño de la actividad laboral. Esta
técnica de seguridad es complementaria de la colectiva pero nunca será sustitutiva de
la misma. De esta forma, cuando el uso de las técnicas colectivas no resulte posible o
conveniente, como medida complementaria de ella, se deberá recurrir a la protección
individual.
Es importante que los trabajadores del sector sepan que las protecciones personales
no eliminan el riesgo de accidente, sólo reducen o minimizan las lesiones que éste
pueda producir en el trabajador.
El Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, sobre condiciones mínimas de seguridad
y salud en la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual –EPI-,
define EPI como “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador
para que el proteja de uno o varios riesgos que pueda amenazar su seguridad o su
salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”.
Obligaciones de los empresarios.
Los empresarios del sector de peluquería y de belleza han de proporcionar a sus
trabajadores los equipos de protección individual adecuados para el desempeño de
sus funciones, así como velar por el uso efectivo de los mismos, y su mantenimiento,
de acuerdo con el artículo 17 de la Ley 31/95.
Por ello, deberán disponer de gafas, guantes, mascarillas respiratorias, calzado
adecuado, teniendo en cuenta que se manipulan productos químicos de forma
frecuente.
El Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad
y salud relativas a la utilización de EPI por los trabajadores, establece las obligaciones
generales del empresario:
A.- Determinación de puestos de trabajo, riesgos y equipos de protección:
El empresario ha de identificar los puestos de trabajo en los que deba recurrirse a la
protección individual y fijar, para cada uno de estos puestos, los riesgos frente a los
que debe ofrecerse protección, las partes del cuerpo expuestas al riesgo y que, por
tanto, han de protegerse y los equipos de protección individual que deban utilizarse.
B.- Obligación de elegir los equipos de protección individual:
El empresario debe elegir los Equipos de Protección Individual, manteniendo
disponible en la peluquería o centro de belleza la información pertinente a este
respecto, y facilitando información sobre cada equipo.
Los Equipos de Protección Individual deben reunir los requisitos de diseño y
fabricación marcados por la Unión Europea. Sólo pueden comercializarse Equipos de
Protección Individual que tengan marcado CE
C.- Obligación del empresario de proporcionar los equipos:
El empresario está obligado a proporcionar gratuitamente a los trabajadores del sector
los equipos de protección individual que deban utilizar, reponiéndolos en los casos que
resulte necesario.
D.- Obligación de utilizar y mantener los Equipos de Protección Individual:
El empresario tiene la obligación de velar porque la utilización de los equipos se
realice conforme a lo dispuesto en la normativa sobre utilización y mantenimiento de
los Equipos de Protección Individual.
Así, la utilización, el almacenamiento, mantenimiento, limpieza, desinfección y
reparación de los Equipos de Protección Individual deben efectuarse de acuerdo con
las instrucciones del fabricante, que deben figurar en el folleto informativo que
obligatoriamente ha de suministrarse junto al equipo.
Cuando un Equipo de Protección Individual puede ser utilizado por varias personas,
debe estar bien mantenido, limpio y desinfectado. Cuando no se pueda garantizar lo
anterior, se deben sustituir aquellas partes del mismo, de modo que se evite cualquier
problema de salud o higiene a los diferentes usuarios.
E.- Informar y formar a los trabajadores:
El empresario debe ofrecer a los trabajadores formación en el mantenimiento y empleo
de los equipos de protección individual.
El empresario debe informar a los trabajadores, previamente al uso de los equipos, de
los riesgos contra los que les protegen, así como de las actividades en las que deben
utilizarse.
El manual de instrucciones o la documentación informativa facilitados por el fabricante
han de estar a disposición de los trabajadores.
F.- Consultar con los trabajadores o sus representantes:
El empresario está obligado a consultar a los trabajadores sobre la utilización de
Equipo de Protección Individual.
Los trabajadores tienen derecho a efectuar propuestas al empresario, así como los
órganos de participación y representación, dirigida a la mejora de los niveles de la
seguridad y salud en la empresa.
Condiciones de utilización de los EPIs y características.
Los requisitos a exigir a un EPI deberán estar condicionados por el tipo de lesión y el
tipo de riesgo que se pretende evitar o minimizar. Deben presentar una serie de
características que deben ser exigibles par mantener su eficacia.
Guantes de protección Los guantes son el equipo de protección individual más utilizado en la realización de
los diferentes servicios, tanto de peluquería como de belleza. Se deben utilizar
siempre que se trabaje con productos químicos que
produzcan efectos irritantes en la piel del trabajador.
En peluquería, es necesaria su utilización en
actividades de aplicación de tintes, mecha y en
procesos de decoloración, y también en procesos de
lavado y aclarado posterior del cabello que ha estado
sometido a dichos productos.
En belleza, en algunos tratamientos se requiere la utilización de guantes,
especialmente cuando haya contacto directo con productos que puedan ser
especialmente sensibles para la piel. También en procesos de desinfección de equipos
y útiles de trabajo.
Los guantes de protección deben ser de un solo uso. Generalmente son de látex
aunque también pueden ser de vinilo, especialmente cuando el trabajador presenta
alergia al látex.
Mascarillas El uso de la mascarilla debe ser frecuente en la realización de tratamientos de
belleza, sobre todo en la aplicación de productos químicos tóxicos que puedan ser
inhalados por el trabajador mientras realiza el servicio. También es recomendable su
utilización en procesos de desinfección y esterilización de útiles.
Calzado Tanto en peluquería como en belleza es fundamental la utilización de un calzado
ergonómico, que se adapte al trabajador y le proporcione comodidad y seguridad. Hay
que tener en cuenta que gran parte de los servicios, fundamentalmente de peluquería,
se realizan de pie, generándose importantes molestias y cansancio en las
extremidades inferiores de los trabajadores, máxime con largas jornadas de trabajo.
Se recomienda usa tacón bajo, con suela antideslizante para evitar caídas y
resbalones.
Gafas o protectores oculares Su uso no es tan frecuente en peluquería y belleza como en otros sectores, pero
pueden utilizarse en la realización de mezclas de productos químicos, en los que
puedan producirse salpicaduras.
Los equipos de protección señalados deberán ajustarse a los siguientes aspectos:
- Los equipos de protección individual estarán concebidos y fabricados de tal manera
que, en las condiciones normales de uso previsibles a que estén destinados, el
trabajador pueda realizar normalmente la actividad que le exponga a riesgos y tener
una protección apropiada y de nivel tan elevado como sea posible.
- Estarán concebidos y fabricados de tal manera que no ocasionen riesgos ni otros
factores de molestia en condiciones normales de uso. Los materiales de que estén
compuestos los Equipos de Protección Individual y sus posibles productos de
degradación no deberán tener efectos nocivos en la salud o en la higiene de los
trabajadores.
- Deben ser cómodos y eficaces. El trabajador debe poder ponérselos lo más
fácilmente posible en la postura adecuada y puedan mantenerse así durante el tiempo
que se estime, teniendo en cuenta los factores ambientales, los gestos que se vayan a
realizar y las posturas que vayan a adoptar.
Es necesario también hacer una breve referencia a la ropa de trabajo y a los uniformes
que, aunque no tienen la consideración de EPI, su uso es bastante frecuente en
peluquería y en belleza. Para una mayor comodidad del trabajador, deben emplear
batas cómodas y de tejidos ligeros para facilitar los movimientos de las extremidades
superiores.
Obligaciones de los trabajadores.
Los trabajadores del sector tienen que cumplir una serie de obligaciones respecto a los
equipos de protección individual. Son las siguientes:
- Solicitar al empresario información sobre las condiciones de uso y mantenimiento.
- Seguir correctamente las instrucciones para su uso.
- Velar por el correcto funcionamiento del equipo, siguiendo las normas de limpieza y
mantenimiento.
- Colocar el equipo de protección individual después de su utilización en el lugar
destinado para ello.
- Informar de inmediato a su superior jerárquico de cualquier defecto, anomalía o daño
apreciado en el equipo de protección individual utilizado que, a su juicio, pueda
entrañar una pérdida de su eficacia protectora.
EL USO DE LOS EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL ESTÁ ENCAMINADO A
LA PROTECCIÓN DE UN DETERMINADO RIESGO. UTILIZAR UN EQUIPO
INADECUADO EQUIVALE A NO UTILIZAR NINGUNO.
5. Los riesgos derivados de la carga y de la
organización del trabajo (riesgos psicosociales) Carga física Descripción del riesgo La carga física en el trabajo hace referencia a la adopción de posturas y los esfuerzos
realizados mientras se realiza el trabajo. Uno de los aspectos fundamentales en el
bienestar y confort de los trabajadores es la adopción de una postura adecuada de
trabajo. Desde el punto de vista de la seguridad y la salud en el trabajo, es importante
identificar las posturas deficientes para evitar adquirir malos hábitos de trabajo que
puedan desencadenar en enfermedades profesionales.
En muchos servicios de peluquería y belleza se mantienen posturas forzadas, que es
uno de los factores de riesgo más importante en la aparición de trastornos músculo-
esqueléticos.
Podemos definirlos como aquellas lesiones producidas en partes localizadas del
cuerpo humano: músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, incluidos
además, de forma excepcional, los ocasionados en el aparato circulatorio.
Anatómicamente, estos trastornos afectan de forma concreta a espalda, hombros,
cuello, manos y rodillas es decir, a las extremidades superiores e inferiores.
- En la realización de los servicios de peluquería y belleza, se mantienen los hombros
demasiado elevados, como durante la realización de cortes o peinados, o se está con
la cintura doblada, por ejemplo, al hacer masajes, o para alcanzar los productos y
útiles, lo que aumenta la carga sobre la espina dorsal, brazos y piernas.
- Predomina mayoritariamente la postura de pie, sobre todo en peluquería al realizar
servicios de peinado, corte, lavado, mechas, tintes, etc. Pone en tensión la espalda,
provocando dolores en la parte baja. Puede regularmente causar problemas de salud
en pies, inflamación en las piernas, un cansancio muscular generalizado.
- En la prestación de los servicios de belleza, se alternan las posturas de pie-sentada
en función de los tratamientos que se realizan. Así, la manicura, pedicura, los
tratamientos de higiene facial, fotodepilación, etc. se realizan en posición sentada,
mientras que depilación tradicional, maquillaje, las diversas variedades de masajes,
etc. se realizan de pie. De ahí que la adopción de posturas forzadas es más común
entre los trabajadores de peluquería que de belleza, ya que éstos aprovechan los
servicios que realizan sentados para relajar los músculos que hayan podido estar
sometidos a tensión.
- Movimientos continuos y esfuerzos de manos y brazos en la realización de masajes
y la aplicación de productos. Brazos extendidos la mayor parte de las tareas.
- Repetición de movimientos de muñeca más de 4 veces por minuto. Desviaciones de
la muñeca.
- Los servicios de manicura y pedicura, que exigen inclinaciones de cuello hacia el
objeto del trabajo, pueden generar fatiga muscular en las cervicales (se incrementa
considerablemente a partir de una inclinación de la cabeza de más de 30º). Y una
importante presión intervertebral en la zona lumbar, que podría ser la causa de un
proceso degenerativo de la columna en esta zona.
- Fatiga visual al mantener la vista en zonas concretas, especialmente en la realización
de servicios que requieren mucha precisión.
- Posturas forzadas del tronco: giros e inclinaciones. También por el acercamiento
continúo del trabajador para observar la piel del cliente.
Además, los ciclos de trabajo en peluquería y belleza se caracterizan por ser
repetitivos, dando lugar a movimientos rápidos de pequeños grupos musculares. Se
entiende por movimientos repetidos a un grupo de movimientos continuos, mantenidos
durante un trabajo que implica la acción conjunta de los músculos, los huesos, las
articulaciones y los nervios de una parte del cuerpo y provoca en esta misma zona
fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesión.
El método principal para la prevención de este tipo de trastornos es el diseño
ergonómico del puesto de trabajo, para así poder optimizar la carga de trabajo y
conciliar la productividad con la comodidad del trabajador. De esta forma, la
Ergonomía como técnica preventiva, se basa en la adaptación del trabajo a la
persona, y juega un papel fundamental en la adopción de buenos hábitos posturales.
- Los equipos y útiles de trabajo deben ser ergonómicos, adaptándose a la constitución
media de trabajador.
- Las superficies de trabajo deben ser ajustables a la altura del trabajador, y a las
distintas tareas que deben realizar. Si la superficie de trabajo no es ajustable, hay que
facilitar un pedestal para elevar la superficie de trabajo a los trabajadores más altos. A
los más bajos, se les debe facilitar una plataforma para elevar su altura de trabajo.
- La utilización de carros, banquetas, y sillas regulables, tanto para el trabajador como
para el cliente, favorecen un mayor confort para el trabajador y facilita el desarrollo del
trabajo, lo que redunda en una mejora de la calidad del mismo. En este sentido, se
debe facilitar al trabajador un asiento o taburete para que pueda sentarse a
intervalos periódicos .
- Las sillas permiten al trabajador mover las piernas y cambiar de posiciones de trabajo
con facilidad. Las sillas deben ser estables y completamente ajustables la altura del
asiento y del respaldo. Los respaldos son ajustables de arriba abajo y de adelante
hacia atrás o flexionarse con el movimiento corporal para que proporcionen un buen
soporte lumbar. Esto permite al trabajador inclinarse hacia adelante o hacia atrás con
facilidad.
- El respaldo debe suministrar apoyo a la zona lumbar. Otros aspectos a considerar
son el apoyabrazos, el soporte y el acolchamiento. El acolchamiento tiene la función
de distribuir de forma equilibrada la presión del cuerpo. En cuanto al soporte o apoyo
sobre el suelo, su característica más importante es que sea estable. La inclinación
debe ajustarse para permitir varios ángulos del torso. El asiento debe tener relleno
con tapicería que “respire”. La altura debe ser ajustable para dar soporte lumbar y
mantener la posición correcta de la espina.
- El trabajador debe tener espacio suficiente para las piernas debajo de la mesa de
trabajo y para poder cambiar de posición de piernas con facilidad.
- Un apoyo del codo para un trabajo de precisión ayuda a reducir la tensión en
hombros, brazos y cuello.
Medidas preventivas: - Realizar las tareas evitando las posturas incómodas del cuerpo y de la mano, y
procurar mantener, en lo posible, la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y
los hombros en posición de reposo.
- Cambiar frecuentemente de postura, de tal modo que no se mantenga una misma
postura más que durante un corto período de tiempo. Así, se disminuye la probabilidad
de experimentar daños y molestias.
- Utilizar un calzado ergonómico, con empeine reforzado y tacones bajos.
- Evitar los movimientos de flexión, extensión y torsión excesivos.
- Informar a los trabajadores sobre las buenas prácticas de trabajo y sobre la utilidad
de los ejercicios de estiramiento y relajación.
- Minimizar la tensión estática: utilizar apoyapiés fijos o móviles que permitan transferir
el peso del cuerpo de una pierna a otra.
- Evitar los esfuerzos prolongados y la aplicación de una fuerza manual excesiva.
- Utilizar herramientas manuales de diseño ergonómico que cuando se sujeten
permitan que la muñeca permanezca recta con el antebrazo.
- Establecer pausas periódicas que permitan recuperar las tensiones y fomentar el
uso de ejercicios de descanso.
- Evitar trabajar con los brazos elevados.
- Eliminar las torsiones de tronco
- Utilizar soportes para facilitar las posturas adoptadas durante el trabajo y mitigar las
dolencias y cargas posturales, como cinturones y fajas lumbares.
- Aumentar el número de pausas en una tarea repetitiva. Es de señalar la importancia
de las pausas cortas de trabajo que tienden a reducir la fatiga percibida.
- Disponer del espacio suficiente para evitar la adopción de posturas forzados.
Una adecuada prevención de las lesiones derivadas de la carga física del trabajo en el
sector obliga a adoptar las siguientes medidas:
- Medidas basadas en el diseño de los puestos de trabajo para mejorar los espacios,
los métodos y los equipos de trabajo.
- Medidas basadas en cambios en la organización del trabajo, evitando el ritmo
excesivo, organizando sistemas de rotación, pausas y descansos.
- Medidas dirigidas a la mejora de los métodos de trabajo, con información sobre los
riesgos y formación de los trabajadores sobre la forma más adecuada de realizar las
tareas para prevenir lesiones músculo-esqueléticas.
La vigilancia médica debe afectar a los trabajadores del sector, en la medida en que
realizan tareas repetidas que suponen sobrecarga muscular durante toda o parte de su
jornada laboral.
LA DETECCIÓN PRECOZ DE LOS SÍNTOMAS ES FUNDAMENTAL PARA EVITAR
PROBLEMAS POSTERIORES: SE DEBEN ADOPTAR PRIORITARIAMENTE
MEDIDAS PARA LA ELIMINACIÓN O REDUCCIÓN DEL RIESGO AL NIVEL MÁS
BAJO QUE SEA POSIBLE.
6. Los riesgos derivados de la carga y de la
organización del trabajo (riesgos psicosociales) Carga mental
Descripción del riesgo Los trabajadores del sector pueden verse afectados por los llamados riesgos
psicosociales. Son aquellos derivados de las interacciones entre, por una parte, el
contenido de trabajo, el medio ambiente y las condiciones de organización, y por otra,
las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal
fuera del trabajo. Todo esto puede influir en la salud, el rendimiento y la satisfacción en
el trabajo.
Los factores psicosociales puede ser motivados por:
- Las características del puesto de trabajo.
- La organización del trabajo.
- Las características personales.
Las características del puesto de trabajo hacen referencia a una serie de factores que
tienen que ver con el trabajo en sí mismo y las posibilidades de desarrollo que éste
ofrece al trabajador. Entre estos se encuentran los siguientes:
• Iniciativa/ autonomía: consiste en la posibilidad que tiene el trabajador para organizar
su trabajo, regular su ritmo, determinar la forma de realizarlo y corregir las anomalías
que se presentan, etc., lo que constituye un importante factor de satisfacción. La
iniciativa y autonomía que disponen los trabajadores del sector es escasa, ya que se
limitan a seguir las instrucciones que les marcan sus superiores inmediatos, como los
encargados.
• Ritmos de trabajo: La elevada competencia en el sector, determina que los centros
de trabajo traten de mantenerse en el mercado en base a jornadas largas y un ritmo
de trabajo elevado, que acaba influyendo sobre la capacidad física de los trabajadores,
apareciendo situaciones de insatisfacción, ansiedad, depresión, etc.
• Monotonía/repetitividad: Ya se ha señalado que, tanto las tareas que se realizan en
peluquería como en belleza, se caracterizan por su monotonía y repetitividad. En la
realización de peinados, tintes, masajes, etc. son continuos los movimientos
repetitivos, no existiendo situaciones en las que el trabajador pueda variar el contenido
de su trabajo. Sus movimientos se convierten en meros reflejos, disminuyendo su
libertad, y limitándose su intervención únicamente cuando advierte alguna anomalía.
Esta situación puede ser origen de afecciones orgánicas, trastornos fisiológicos u otras
enfermedades.
En este apartado hay que referirse también a la carga mental: es el conjunto de
exigencias psíquicas a las que se ve sometido el trabajador a lo largo de su jornada de
trabajo. Está determinada por la cantidad y el tipo de información que el trabajador ha
de manejar en el desempeño de su puesto de trabajo, y por el tiempo de que dispone
para dar respuesta a las informaciones recibidas.
En las actividades de peluquería y belleza, la carga mental puede llega a convertirse
en un riesgo muy importante, ya que se dan muchas circunstancias para que se
origine:
- Elevado ritmo de trabajo.
- Presión en la realización de las tareas.
- Trato con clientes.
- Relación con mandos y compañeros.
Como consecuencia de una carga mental excesiva, el trabajador puede presentar una
serie de síntomas como irritabilidad, insomnio, absentismo, estados depresivos,
mareos, etc.
La organización del trabajo hace referencia a factores relacionados con la estructura
de la organización y distribución del tiempo de trabajo. La organización debe adecuar
su estructura para conseguir el máximo logro de satisfacción laboral, centrando sus
actuaciones en aspectos como la comunicación en el trabajo, estilos de mando y
participación en la toma de decisiones. También la organización del tiempo de trabajo
debe mantener el equilibrio físico, mental y social del trabajador, considerando sus
necesidades personales, familiares y sociales.
• Comunicación en el trabajo: la comunicación en la empresa contribuye en gran
medida al logro de un adecuado clima de trabajo, ya que el ser humano es por
esencia un ser social y, como tal, tiene necesidad de comunicarse con los demás. En
el sector de peluquería y belleza, la comunicación debe ser fluida para favorecer un
buen clima de trabajo. Hay que referirse también a la comunicación y atención al
cliente, que para muchos trabajadores puede llegar a convertirse en un factor de
riesgo psicosocial, especialmente cuando se trata con clientes difíciles y exigentes.
Una comunicación escasa o deficiente puede influir en el aislamiento del trabajador
dentro del grupo de trabajo, conflictos entre compañeros o con los superiores,
generándose situaciones de insatisfacción, estrés o conflictos laborales y personales.
• Estilos de mando: El mando en la empresa es el encargado de facilitar la
información, dar las debidas órdenes, asignar tareas, etc., y puede adoptar diferentes
estilos. El estilo democrático o participativo es el más beneficioso, y el que produce
más satisfacción al trabajador, aumentando su bienestar y productividad en el trabajo.
Por ello, es importante que los empresarios, gerentes, y mandos intermedios del
sector, adopten conductas flexibles, abiertas, que valoren el trabajo de los empleados
y favorezcan la comunicación con ellos.
• Participación en la toma de decisiones: la organización del trabajo debe favorecer la
participación, lo que favorecerá una mayor productividad, comunicación y satisfacción
en el trabajo. Además, en el ámbito de la prevención de riesgos, esta participación
adquiere un papel preponderante en el sector de peluquería de cara a trabajar en las
máximas condiciones de seguridad y salud. La falta de participación puede ser un
factor causante de ansiedad y estrés.
• Asignación de tareas: es un factor muy importante para fomentar la motivación del
trabajador. Deben ser adecuadas ya que si son excesivas pueden generar estrés,
mientras que si son escasas, pueden infravalorarse las capacidades del trabajador.
• Jornada de trabajo: la duración de la jornada de trabajo y su distribución, debe
facilitar las necesidades personales y sociales de los trabajadores. Debido a la elevada
competencia, en el sector de peluquería y centros de belleza se realizan largas
jornadas de trabajo, ya que el horario de apertura suele ser bastante amplio durante
prácticamente toda la semana. Además, en determinadas épocas, el ritmo de trabajo
es elevado, se trabaja con presión, y no se realizan prácticamente pausas ni
descansos, que son fundamentales para evitar la fatiga y que el trabajador se recupere
de un trabajo muy repetitivo y que exige grandes requerimientos físicos.
Las características personales hacen referencia a todas aquéllas características que
presenta cada trabajador, y que hace que los factores psicosociales incidan de
diferentes maneras en cada persona, dependiendo de su tolerancia y capacidad de
adaptación a las diferentes situaciones. Estas características son: personalidad, edad,
motivaciones, formación, actitudes, factores socioeconómicos, vida familiar, etc.
Los factores psicosociales expuestos dan lugar a la aparición de determinados efectos
que pueden originar múltiples y variadas consecuencias sobre los trabajadores del
sector, entre ellas, el estrés laboral.
El estrés es el resultado de un desequilibrio sustancial entre las demandas del
entorno, y la capacidad de respuesta del individuo para afrontarlas bajo condiciones en
las que el fallo de estas respuestas, puede tener importantes consecuencias. Para que
se produzca estrés, se requiere que el trabajador perciba que las demandas del
entorno superan sus capacidades para afrontarlas.
Los agentes estresantes en peluquería y belleza responden a la siguiente clasificación,
como se ha señalado:
- Relativos al medio ambiente de trabajo: ruido, temperatura, iluminación…
- Relativos a las características del puesto de trabajo: autonomía, ritmo de trabajo,
monotonía…
- Relativos a la organización del trabajo: comunicación, estilo de mando, jornada de
trabajo…
- Relativos a las características personales del trabajador: personalidad, motivaciones,
etc.
Otros agentes estresantes pueden ser los derivados de las condiciones laborales de
los trabajadores: sueldo, posibilidades de promoción, tipo de contratación, etc.
La presencia en el trabajo de uno o varios de estos agentes pueden desembocar en
alguno de los tipos característicos de estrés: el “burnout”, que hace referencia al
agotamiento psíquico en el que se encuentra un trabajador que se siente
infravalorado, fracasado y con una muy baja autoestima en el trabajo. También hay
que referirse al “mobbing”, originado como consecuencia de actuaciones hostiles de
forma continuada hacia un trabajador.
En la medida en que los factores psicosociales se eliminen o se pongan en práctica las
medidas preventivas necesarias, los trabajadores alcanzarán una mayor satisfacción
laboral, que se define como el grado de bienestar que experimenta el trabajador con
motivo de su trabajo.
Medidas preventivas - Organizar el tiempo de trabajo de forma lógica, haciendo uso de las pausas que
faciliten la recuperación física del trabajador.
- Impulsar la formación e información de los trabajadores acerca de cómo afrontar los
riesgos de carácter psicosocial.
- Introducir mejoras en la organización del trabajo, dotar de mayor autonomía y
participación a los trabajadores.
- Asignar a los trabajadores sus responsabilidades, dándoles las instrucciones
necesarias y facilitándoles la realización del trabajo.
- Fomentar la comunicación en el centro de trabajo, tanto entre compañeros como
respecto a los mandos, de forma que cree un buen ambiente laboral que favorezca la
satisfacción y el crecimiento personal y profesional de los trabajadores.
- Repartir la carga negativa del trabajo, cuando no haya podido eliminarse o reducirse,
entre varios trabajadores.
- Implantar un estilo de mando flexible, democrático y participativo.
- Motivar a los trabajadores, reconociéndoles su trabajo y consultando sus opiniones.
- Organizar y planificar el trabajo de forma ordenada, estableciendo las prioridades
necesarias y controlando los imprevistos que pudieran surgir para evitar prisas y
errores.
- No generar conflictos en el trabajo, actuar con transparencia y claridad, evitando la
competitividad entre los trabajadores.
ESTABLECER PAUSAS CORTAS PUEDEN CONDUCIR A UN AUMENTO DE LA
PRODUCTIVIDAD, Y A UNA DISMINUCIÓN DE LA FATIGA Y DEL NÚMERO DE
ACCIDENTES LABORALES