Suplemento Cultural 08-03-2013

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Suplemento Cultural Una idea original de Rosauro Carmín Q. Guatemala, 8 de marzo de 2013 E NCARNACIÓN : D E LA P OLICÍA DE T OLERANCIA A UNA MUESTRA FOTOGRÁFICA P ÁGINAS 2 Y 3

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Suplemento CulturalUna idea original de Rosauro Carmín Q. Guatemala, 8 de marzo de 2013

Encarnación: DE la Policía DE

TolErancia a una muEsTra foTográfica

Páginas 2 y 3

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ARTE, INVESTIGACIÓN Y TRASCENDENCIA SOCIAL JOSÉ

MANUEL MAYORGA: ENCARNACIÓN

“Encarnación” es el título del proyecto de investigación artístico-antropológico sobre algunos aspectos de la prostitución en Guatemala que realizó el fotógrafo José Manuel Mayorga en el Archivo Histórico de la Policía Nacional en 2012 cuyos resultados presenta al público en una exposición enmarcada en la celebración del Día

Internacional de la Mujer y que se inaugura mañana sábado 9 de marzo a las 19:00 en el Centro de Formación de la Cooperación Española de la ciudad de Antigua.

Por Juan B. Juárez

La exposición reúne impresiones en alto contraste en papel de algodón de las fotografías con las que las tra-

bajadoras sexuales de los años 60 y 70 aparecen inscritas en el Registro de Ménades o fi-chadas en el Archivo de De-lincuentes, así como imáge-nes tomadas de otros archivos

2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013 Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

y documentos; la propuesta se completa con fotografías de Daniel Chauche, Michaele Cozzi, Mitchell Denburg y Ós-car Saavedra, fotógrafos pro-fesionales que han documen-tado las circunstancias extre-mas y el aspecto humano de esas mujeres estigmatizadas por ejercer un oficio que al mismo tiempo que alivia pode-rosas pulsiones individuales

y lubrica fundamentales rela-ciones sociales transgrede — y hace transgredir— preceptos morales, legales y religiosos dando lugar a conductas psico y sociológicamente tipificables e introduciendo oscuros senti-mientos de culpa en los diver-sos actores que participan acti-va o pasivamente de esta ambi-gua institución. El catálogo, cuyo diseño fue

elaborado por Ximena Chape-ro, evoca la libreta de control que por ley están obligadas a portar las prostitutas, recoge también el ensayo de presenta-ción que da cuenta de la meto-dología usada por José Manuel Mayorga en la investigación y de las concepciones jurídicas y la legislación que ha regido esta actividad desde 1881 hasta la fecha. También incluye ensa-yos de Ana Cofiño, Anna Carla Ericastilla y Carolina Escobar Sarti, que asumen con la com-petencia intelectual y moral de mujeres consecuentes y libera-das la tarea de desmogigatear el tema sensible de la prostitu-ción y sus ambiguas derivacio-nes en la sociedad guatemalte-ca del siglo XXI y que hacen del catálogo un documento para la historia y una auténtica pieza de colección (apenas 500 ejem-plares). Imprimir los retratos en papel de algodón es un ges-to delicado del fotógrafo —qui-zás el único que merecieron esos rostros endurecidos por la vida— para presentar un tema más bien brutal y estremece-

dor y para absorber —¿y absolver?— las miradas que han de recorrer esta gale-ría siniestra donde aún no se apagan los sufrimientos, las culpas, los prejuicios y las malas actitudes. Que el blanco y el negro puros sean los que definen los rasgos de las retratadas y el espe-sor de sus vidas es, en cam-bio, un recurso expositivo del investigador para lograr que el espectador concentre su mirada y sus reflexiones en lo que verdaderamente importa y articule respues-tas igualmente netas, sin los medios tonos de la con-descendencia, el relativis-mo moral e ideológico y los compromisos de ocasión. Ambos, el algodón y el alto contraste, son en manos de José Manuel Mayorga téc-nicas expresivas para que los hallazgos de su investi-gación y de sus sutiles re-flexiones de artista de nues-tro tiempo encarnen en esos rostros que ahora nos mi-ran directamente a los ojos. Así, confrontados in-

eludiblemente por los ros-tros tristes de las putas, lo que aparece ante nuestros ojos turbados no es la pros-titución como un tema de conversación sino el hecho concreto, personal y social, del manejo de la energía se-xual por cauces subterrá-neos y los efectos, también concretos, en la coloración

Nombre No. Nombre

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Encarnación

Suplemento Cultural 3

APELLIDOS:

NOMBRES:

DIRECCIÓN:

Asunto

Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

de la vida social y de nuestra existencia y nuestra identi-dad personales, coloración siempre desbordada que va de lo estridente a lo violento, de lo oscuro a lo vergonzoso, de lo fantástico a lo dudoso y de lo pasional a lo patológico. Aparte, por supuesto, de lo que haya que decir del uso y abuso de la mujer, institucio-nalizado por la sociedad, le-galizado por el Estado, consa-grado por la costumbre, tole-rado y perdonado por la moral y la religión; y ahora, en el si-glo XXI, estudiado y compren-dido por las ciencias sociales, cultivado por los empresarios y promovido abierta y global-mente por la publicidad y el mercado. Sin embargo, a lo que con-

duce la obra del artista José Manuel Mayorga no es a un mea culpa, ni a una acusa-ción o a una denuncia de la doble moral sino a algo más complejo y sutil. Digamos nuevamente, entonces, que lo que absorbe el papel de al-godón en que están impresos los retratos de las prostitu-tas son las miradas turbadas —¿turbias?— de los especta-dores, que de esta manera se incorporan a la obra y forman parte de lo que está expuesto y de lo que encarna en esta “Encarnación”. En otras pa-labras, el propósito de la obra de arte que se muestra en esta exposición es ese reflejo y la reflexión que de allí se deriva. En ese sentido la obra cier-tamente está compuesta por esos rostros rescatados por el autor de los oscuros archivos policíacos y las imágenes de los otros fotógrafos; también, y con la misma necesidad ma-terial y semántica y la misma intensidad expresiva, por las miradas que tales imágenes suscitan en los espectadores, los textos críticos que recoge el catálogo y el apoyo de los colaboradores y patrocinado-res del ambicioso proyecto ar-tístico-social. Además, deberá

completarse con las reflexio-nes y las posturas persona-les e institucionales que pro-voque con el transcurrir del tiempo, que serán finalmente la prueba de su impacto y su trascendencia. Como puede verse, el pro-

yecto artístico-antropológico titulado Encarnación surge de otra manera de asumir la creación artística y la función social del arte y del artista. Es obvio que aquí no se trata de un artista solitario que crea obras que son la expresión de su talento técnico e imagina-tivo. En este caso se trata de un artista que percibe en sí mismo y en su entorno cier-tas taras espirituales, por lla-marlas de algún modo, sobre las cuales reflexiona e inves-tiga y busca en otras perso-nas e instituciones el apoyo material y conceptual para realizar una obra que catalice pensamientos y reacciones en los miembros de la comu-nidad. Es una obra que se ori-gina en la colectividad y vuel-ve a ella como pauta para una reflexión fundada, después de un proceso de gestación que también tiene mucho de co-lectivo. Así, a los nombres de las prostitutas que calzan los retratos y los de los fotógrafos y escritoras y de la diseñadora ya mencionados, habría que agregar el del curador Carlos Jiménez Vásquez y a Edicio-nes Del Pensativo, Centro de Formación de la Cooperación Española, Fototeca Guatema-la-Cirma, Archivo General de Centro América, Boston Co-llege y Foto Europa Digital, convocados por José Manuel Mayorga para la realización de su trascendente y signifi-cativo proyecto artístico. La exposición estará abierta

al público hasta el 30 de mayo y puede ser visitada de lunes a domingo de 9:00 a 18:00 horas en el Centro de Formación de la Cooperación Española: 6ª. Avenida entre 3ª. y 4ª. Calle, Antigua Guatemala.

Exposición del 10 de marzo al 30 de mayo del 2013

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En aquel momento doloroso el doloroso semblante de Jesús respiraba una mansedumbre infinita; sus ojos contemplaban con dulcísimo expresión a los verdugos. El lictor hizo una señal con la mano y los verdugos comenzaron su afrentosa y terrible tarea.”

Fue atado de manos a una columna para que la espalda quedara al descubierto y en forma curva, ideal para infringirle el castigo ordenado por Pilatos. En ambas imágenes, el escultor respetó los cánones de la figura humana y trató de exponer cómo quedó la espalda destrozada, después de recibir la crueldad de los azotes que sin piedad descargaron los verdugos expertos en ese oficio.

La postura de los pies, muestra la fuerza cómo se afianzaron a las baldosas para resistir cada azote. Enrique Pérez Escriche, narra en su

libro El Mártir del Gólgota que “Los sayones a m a r r a r o n a Jesús en la columna, rasgando su traje por la

espalda hasta enseñar las

carnes.

La FLageLaciónSuplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013 Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

Entre las imágenes que desfilan en la solemne procesión de Penitencia en Viernes Santo, de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de los antigüeños, iglesia de la Merced en Antigua Gua-temala, pasan inadvertidas, dos que representan el duro e inhu-mano castigo de la Flagelación. Una de pie y la otra tratán-dose de incorporar de las baldosas ensangrentadas, sin fuerza física y el cuerpo hecho dolor.

POR MARIO GILBERTO GONZÁLEZ R.Excronista de Antigua Guatemala.

La otra imagen, repre-senta el momento cuando Jesús trató de incorporarse, des-pués de haber des-fallecido de dolor

y quedarse sin aliento. También sobresale la espalda totalmente destrozada, como una pedagogía cristiana de su dolorosa y sangrien-ta pasión, que sólo por amor puso haber sucedido.La imagen trata de arrastrarse con

dificultad, hasta encontrar algo que le sirva de apoyo para incor-porarse. “Cuando lo desataron de la columna, Jesús cayó desfalleci-do a los pies de los verdugos; pero ni una queja, ni una reconvención se escapó de su boca. ¡Dios te sal-ve, rey de Judea! Exclamaba uno, azotando el rostro de Jesús con las duras y ensangrentadas correas que aun conservaba en sus manos…” nos vuelve a describir Pérez Es-criche.El legado artístico de los imagi-

neros de la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de Guatemala, es impresionante por su expresión natural, que junto con la belleza que regala cada imagen, es uno de los tesoros que la distinguen y que cuidan con celo los miembros de las Hermandades de Pasión. Quien las observa, queda fascinado y le despierta el sentimiento de horror por tan cruel castigo.La flagelación era un castigo se-

vero que dañaba, no solo la es-palda sino los órganos vitales. Se aplicaba a los delincuentes previo a su ejecución. Su origen se pierde en el tiempo. Hay quienes encuen-tran indicios en la Biblia contra los siete hermanos Macabeos, otros en la costumbre y leyes judías y romanas. Los antiguos la califica-ron como el mayor castigo para la persona humana y a pesar de que en los tiempos modernos se habla de los derechos humanos, aun se aplica. “La flagelación es tan vieja como

la Humanidad. Era una de las crueldades que la mente humana concibió para dañar a sus semejan-tes. Pero los romanos la perfeccio-naron para hacerla lo más dolorosa y sangrienta posible, hasta lograr convertirla en un procedimiento tan cruel, que era temida en todo

el Imperio romano. La utilizaban como medio de castigo para con los esclavos, criminales y traidores, ya independientemente, ya previa a la crucifixión.”La flagelación era el preámbulo

a toda ejecución. En el caso de Jesús, Pilatos que si creía en su inocencia, lo mandó a flagelar como castigo por hacerse llamar Rey y atentar contra el Poder del Emperador Tiberio. “Le casti-garé y luego lo soltaré” fue la orden que dio. El resultado fue todo lo contrario, porque cuando lo presentó al pueblo físicamente destrozado, éste prefirió la liber-tad de Barrabás y a gritos pidió su crucifixión. Esa es la razón de por qué muchos autores creen que Jesús fue flagelado dos ve-ces. Una por castigo y otra por-que las leyes romanas ordenaban que, previa a la ejecución, el reo debía de ser flagelado para alige-rar su muerte.E l c a s t i g o

consistía en amarrar las manos del reo a la argolla de una columna truncada. Es-tar totalmen-t e d e s n u d o y mantener abiertas las piernas para que el cuerpo formara una curva y dejara la espalda vul-nerable para recibir toda clase de gol-pes. Los licto-res –que apli-caban el casti-go- eran ver-dugos expertos y usaban para los grandes castigos el fla-grum que con-sistía en tres correas que terminaban con unos huesecillos de carnero llamados astrálagos y que causaban severos daños. Las leyes judías determi-naban el número de azotes pero la romana no.“El efecto del flagrum al caer

sita del ex-tremo, al caer

sobre el cuerpo, machacan, per-foran; y como la pesa de hierro de la punta, a causa de la inercia, hace que las correas se agarren al cuerpo, después del golpe de caí-da, al tirar violentamente, arran-can trozos de carne, que saltan del cuerpo o quedan colgando de él en jirones; de tal manera que el efecto del flagrum es como una garra de hierro que arranca la carne (piel, músculos, venas…) a zarpazos. Así podemos entender cómo una sentencia de castigo, era “flageladlo hasta desnudar los huesos”.Se cree que a Jesús le dieron

treinta y nueve azotes. Trece en la espalda y trece en cada uno de los hombros. Otros multiplican la cifra y la llevan a miles de gol-pes. Si es así, lo que dejaron de Jesús, fue un guiñapo de carne maltratada en un reguero de san-gre. No quedó la mínima figura humana, porque si los golpes fue-

ron en la espalda, no se escaparon otras partes del cuerpo.La pérdida de sangre

fue abundante hasta dejarlo exangüe con di-ficultad de permanecer de pie y con un temblor permanente del cuerpo. Enrique Pérez Escri-

che, en su libro El Már-tir del Gólgota, nos lleva al pretorio para que con nuestra imaginación, vi-

vamos lo que Jesús sufrió en esa afrenta dolorosa.

“…en aquel momento horrible solo se escuchaba el silbido de las espinosas varas al caer sobre las ensangrentadas espaldas de Jesús, y los gemidos dolorosos del Divi-no Mártir que murmuraba a la vez en voz baja, perdónalos…”“Cuando lo desataron de la co-

lumna, Jesús cayó desfallecido a los pies de los verdugos, pero ni una sola queja, ni una reconven-ción se escapó de su boca.”La Virgen que seguía desde lejos

la afrenta y el castigo a su hijo, “…se desmayó y fue auxiliada por San Juan, María Magdalena, Ma-ría Cleofás, Marta y Salomé. Fue llevada a casa de Serafia.”En la solemne y majestuosa pro-

cesión, de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de los anti-güeños, de la Merced de Antigua Guatemala, el Viernes Santo por la mañana, desfilan siete imágenes en bulto que representan pasajes rele-vantes de la Pasión de Jesús. La Oración del Huerto, cuando Jesús desfalleció y sudó sangre. Jesús del Prendimiento, cuando

le amarraron las manos y de rey pasó a ser reo. San Pedro en dos imágenes que se alternan cada año.

Una de pie y otra de rodillas, en el momento cuando escucha que le canta el gallo y se arrepiente de negar por tres veces a su Maestro. Jesús de pie atado a la columna que muestra el daño recibido en la espalda y que ilustra esta reflexión. Jesús tirado en las baldosas entre un reguero de sangre. El Ecce Homo, sentado sobre una

piedra, con la espalda destrozada por el flagelo y cubierta con un manto burdo, en una mano sostie-ne una caña por cetro y en la frente, una corona de espinas que le hacen derramar más sangre y por último vestida de blanco, la Verónica sos-tiene el lienzo con el que le limpió el sudor cuando iba en la Calle de la Amargura y El en pago le dejó su rostro estampado.Dilectos médicos se han dedica-

do al estudio y análisis científico de “las tensiones psíquicas de la Pasión”; “Estudio médico-legal de la Pasión”; “Las lesiones trau-máticas de la Pasión.”; “La herida del corazón de Jesús”; “Cómo ha sido mi crucifixión”. Los doctores Antonio Hermosilla Molina es-cribió “La Pasión de Cristo vista por un médico”, el Dr. Antonio López Alonso: “La Muerte de Jesucristo vista por un médico

creyente.” Y este año del 2009, el doctor

Francisco Ortega Viñolo de la ciu-dad de Almería España, en el Pre-gón de Semana Santa, nos habló de “La Pasión y Muerte de Cristo a los ojos de la Medicina del Siglo XXI.” Dilectos médicos se han de-dicado al estudio y análisis cientí-fico de “las tensiones psíquicas de la Pasión”; “Estudio médico-legal de la Pasión”; “Las lesiones trau-máticas de la Pasión.”; “La herida del corazón de Jesús”; “Cómo ha sido mi crucifixión”. Los doctores Antonio Hermosi-

lla Molina escribió “La Pasión de Cristo vista por un médico”, el Dr. Antonio López Alonso: “La Muerte de Jesucristo vista por un médico creyente.” Y el del 2009, el doctor Francisco Ortega Viñolo de la ciudad de Almería España, en el Pregón de Semana Santa, nos habló de “La Pasión y Muerte de Cristo a los ojos de la Medicina del Siglo XXI.”“Las correas de cuero del flagrum

taxillatum, cortaron en mayor o menor grado la piel de Jesús en todo su cuerpo: la espalda, el tórax, los brazos, el vientre, los muslos, las piernas. Las bolas de plomo, caídas con fuerza sobre el cuerpo de Jesús, hicieron toda clase de he-ridas: contusiones, irritaciones cu-táneas, escoriaciones, equímosis y llagas. Además, los golpes fuertes y repetidos sobre la espalda y el tó-rax, provocaron, sin duda, lesiones pleurales e incluso pericarditis con consecuencias muy graves para la respiración, la marcha del corazón y el dolor.”“Pero si en la parte externa Jesús

quedó irreconocible por las heridas y por la sangre, en el interior de su organismo sufrieron también le-siones muy graves órganos vitales,

sobre el cuerpo era desastro-so: Las correas penetraban como cuchillos que cortan y desgarran todo lo que en-cuentran a su paso: piel, gra-sa, músculos, nervios, vasos sanguíneos…, que en pe-

dazos saltan y salpican por todas partes, junto con un profuso sangramiento que se produce bañándolo todo, inclusive a los verdugos. Los trozos de hierro o hueso puntiagudos, así como la pe-

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En aquel momento doloroso el doloroso semblante de Jesús respiraba una mansedumbre infinita; sus ojos contemplaban con dulcísimo expresión a los verdugos. El lictor hizo una señal con la mano y los verdugos comenzaron su afrentosa y terrible tarea.”

Fue atado de manos a una columna para que la espalda quedara al descubierto y en forma curva, ideal para infringirle el castigo ordenado por Pilatos. En ambas imágenes, el escultor respetó los cánones de la figura humana y trató de exponer cómo quedó la espalda destrozada, después de recibir la crueldad de los azotes que sin piedad descargaron los verdugos expertos en ese oficio.

La postura de los pies, muestra la fuerza cómo se afianzaron a las baldosas para resistir cada azote. Enrique Pérez Escriche, narra en su

libro El Mártir del Gólgota que “Los sayones a m a r r a r o n a Jesús en la columna, rasgando su traje por la

espalda hasta enseñar las

carnes.

La FLageLaciónSuplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013 Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

Entre las imágenes que desfilan en la solemne procesión de Penitencia en Viernes Santo, de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de los antigüeños, iglesia de la Merced en Antigua Gua-temala, pasan inadvertidas, dos que representan el duro e inhu-mano castigo de la Flagelación. Una de pie y la otra tratán-dose de incorporar de las baldosas ensangrentadas, sin fuerza física y el cuerpo hecho dolor.

POR MARIO GILBERTO GONZÁLEZ R.Excronista de Antigua Guatemala.

La otra imagen, repre-senta el momento cuando Jesús trató de incorporarse, des-pués de haber des-fallecido de dolor

y quedarse sin aliento. También sobresale la espalda totalmente destrozada, como una pedagogía cristiana de su dolorosa y sangrien-ta pasión, que sólo por amor puso haber sucedido.La imagen trata de arrastrarse con

dificultad, hasta encontrar algo que le sirva de apoyo para incor-porarse. “Cuando lo desataron de la columna, Jesús cayó desfalleci-do a los pies de los verdugos; pero ni una queja, ni una reconvención se escapó de su boca. ¡Dios te sal-ve, rey de Judea! Exclamaba uno, azotando el rostro de Jesús con las duras y ensangrentadas correas que aun conservaba en sus manos…” nos vuelve a describir Pérez Es-criche.El legado artístico de los imagi-

neros de la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de Guatemala, es impresionante por su expresión natural, que junto con la belleza que regala cada imagen, es uno de los tesoros que la distinguen y que cuidan con celo los miembros de las Hermandades de Pasión. Quien las observa, queda fascinado y le despierta el sentimiento de horror por tan cruel castigo.La flagelación era un castigo se-

vero que dañaba, no solo la es-palda sino los órganos vitales. Se aplicaba a los delincuentes previo a su ejecución. Su origen se pierde en el tiempo. Hay quienes encuen-tran indicios en la Biblia contra los siete hermanos Macabeos, otros en la costumbre y leyes judías y romanas. Los antiguos la califica-ron como el mayor castigo para la persona humana y a pesar de que en los tiempos modernos se habla de los derechos humanos, aun se aplica. “La flagelación es tan vieja como

la Humanidad. Era una de las crueldades que la mente humana concibió para dañar a sus semejan-tes. Pero los romanos la perfeccio-naron para hacerla lo más dolorosa y sangrienta posible, hasta lograr convertirla en un procedimiento tan cruel, que era temida en todo

el Imperio romano. La utilizaban como medio de castigo para con los esclavos, criminales y traidores, ya independientemente, ya previa a la crucifixión.”La flagelación era el preámbulo

a toda ejecución. En el caso de Jesús, Pilatos que si creía en su inocencia, lo mandó a flagelar como castigo por hacerse llamar Rey y atentar contra el Poder del Emperador Tiberio. “Le casti-garé y luego lo soltaré” fue la orden que dio. El resultado fue todo lo contrario, porque cuando lo presentó al pueblo físicamente destrozado, éste prefirió la liber-tad de Barrabás y a gritos pidió su crucifixión. Esa es la razón de por qué muchos autores creen que Jesús fue flagelado dos ve-ces. Una por castigo y otra por-que las leyes romanas ordenaban que, previa a la ejecución, el reo debía de ser flagelado para alige-rar su muerte.E l c a s t i g o

consistía en amarrar las manos del reo a la argolla de una columna truncada. Es-tar totalmen-t e d e s n u d o y mantener abiertas las piernas para que el cuerpo formara una curva y dejara la espalda vul-nerable para recibir toda clase de gol-pes. Los licto-res –que apli-caban el casti-go- eran ver-dugos expertos y usaban para los grandes castigos el fla-grum que con-sistía en tres correas que terminaban con unos huesecillos de carnero llamados astrálagos y que causaban severos daños. Las leyes judías determi-naban el número de azotes pero la romana no.“El efecto del flagrum al caer

sita del ex-tremo, al caer

sobre el cuerpo, machacan, per-foran; y como la pesa de hierro de la punta, a causa de la inercia, hace que las correas se agarren al cuerpo, después del golpe de caí-da, al tirar violentamente, arran-can trozos de carne, que saltan del cuerpo o quedan colgando de él en jirones; de tal manera que el efecto del flagrum es como una garra de hierro que arranca la carne (piel, músculos, venas…) a zarpazos. Así podemos entender cómo una sentencia de castigo, era “flageladlo hasta desnudar los huesos”.Se cree que a Jesús le dieron

treinta y nueve azotes. Trece en la espalda y trece en cada uno de los hombros. Otros multiplican la cifra y la llevan a miles de gol-pes. Si es así, lo que dejaron de Jesús, fue un guiñapo de carne maltratada en un reguero de san-gre. No quedó la mínima figura humana, porque si los golpes fue-

ron en la espalda, no se escaparon otras partes del cuerpo.La pérdida de sangre

fue abundante hasta dejarlo exangüe con di-ficultad de permanecer de pie y con un temblor permanente del cuerpo. Enrique Pérez Escri-

che, en su libro El Már-tir del Gólgota, nos lleva al pretorio para que con nuestra imaginación, vi-

vamos lo que Jesús sufrió en esa afrenta dolorosa.

“…en aquel momento horrible solo se escuchaba el silbido de las espinosas varas al caer sobre las ensangrentadas espaldas de Jesús, y los gemidos dolorosos del Divi-no Mártir que murmuraba a la vez en voz baja, perdónalos…”“Cuando lo desataron de la co-

lumna, Jesús cayó desfallecido a los pies de los verdugos, pero ni una sola queja, ni una reconven-ción se escapó de su boca.”La Virgen que seguía desde lejos

la afrenta y el castigo a su hijo, “…se desmayó y fue auxiliada por San Juan, María Magdalena, Ma-ría Cleofás, Marta y Salomé. Fue llevada a casa de Serafia.”En la solemne y majestuosa pro-

cesión, de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de los anti-güeños, de la Merced de Antigua Guatemala, el Viernes Santo por la mañana, desfilan siete imágenes en bulto que representan pasajes rele-vantes de la Pasión de Jesús. La Oración del Huerto, cuando Jesús desfalleció y sudó sangre. Jesús del Prendimiento, cuando

le amarraron las manos y de rey pasó a ser reo. San Pedro en dos imágenes que se alternan cada año.

Una de pie y otra de rodillas, en el momento cuando escucha que le canta el gallo y se arrepiente de negar por tres veces a su Maestro. Jesús de pie atado a la columna que muestra el daño recibido en la espalda y que ilustra esta reflexión. Jesús tirado en las baldosas entre un reguero de sangre. El Ecce Homo, sentado sobre una

piedra, con la espalda destrozada por el flagelo y cubierta con un manto burdo, en una mano sostie-ne una caña por cetro y en la frente, una corona de espinas que le hacen derramar más sangre y por último vestida de blanco, la Verónica sos-tiene el lienzo con el que le limpió el sudor cuando iba en la Calle de la Amargura y El en pago le dejó su rostro estampado.Dilectos médicos se han dedica-

do al estudio y análisis científico de “las tensiones psíquicas de la Pasión”; “Estudio médico-legal de la Pasión”; “Las lesiones trau-máticas de la Pasión.”; “La herida del corazón de Jesús”; “Cómo ha sido mi crucifixión”. Los doctores Antonio Hermosilla Molina es-cribió “La Pasión de Cristo vista por un médico”, el Dr. Antonio López Alonso: “La Muerte de Jesucristo vista por un médico

creyente.” Y este año del 2009, el doctor

Francisco Ortega Viñolo de la ciu-dad de Almería España, en el Pre-gón de Semana Santa, nos habló de “La Pasión y Muerte de Cristo a los ojos de la Medicina del Siglo XXI.” Dilectos médicos se han de-dicado al estudio y análisis cientí-fico de “las tensiones psíquicas de la Pasión”; “Estudio médico-legal de la Pasión”; “Las lesiones trau-máticas de la Pasión.”; “La herida del corazón de Jesús”; “Cómo ha sido mi crucifixión”. Los doctores Antonio Hermosi-

lla Molina escribió “La Pasión de Cristo vista por un médico”, el Dr. Antonio López Alonso: “La Muerte de Jesucristo vista por un médico creyente.” Y el del 2009, el doctor Francisco Ortega Viñolo de la ciudad de Almería España, en el Pregón de Semana Santa, nos habló de “La Pasión y Muerte de Cristo a los ojos de la Medicina del Siglo XXI.”“Las correas de cuero del flagrum

taxillatum, cortaron en mayor o menor grado la piel de Jesús en todo su cuerpo: la espalda, el tórax, los brazos, el vientre, los muslos, las piernas. Las bolas de plomo, caídas con fuerza sobre el cuerpo de Jesús, hicieron toda clase de he-ridas: contusiones, irritaciones cu-táneas, escoriaciones, equímosis y llagas. Además, los golpes fuertes y repetidos sobre la espalda y el tó-rax, provocaron, sin duda, lesiones pleurales e incluso pericarditis con consecuencias muy graves para la respiración, la marcha del corazón y el dolor.”“Pero si en la parte externa Jesús

quedó irreconocible por las heridas y por la sangre, en el interior de su organismo sufrieron también le-siones muy graves órganos vitales,

sobre el cuerpo era desastro-so: Las correas penetraban como cuchillos que cortan y desgarran todo lo que en-cuentran a su paso: piel, gra-sa, músculos, nervios, vasos sanguíneos…, que en pe-

dazos saltan y salpican por todas partes, junto con un profuso sangramiento que se produce bañándolo todo, inclusive a los verdugos. Los trozos de hierro o hueso puntiagudos, así como la pe-

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6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

SEMANA SANTA EN ÁVILA, ESPAÑA: RELIGIOSIDAD, HISTORIA Y TRADICIÓN

Ávila de los Caballeros, Ávila del Rey es la capital de una de las nueve pro-vincias que conforman la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Situada junto al río Adaja, se encuentra a 113 km de Madrid, capital de España.

U

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Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013 Suplemento Cultural 7

n viejo dicho sostiene que Ávi-la es “Tierra de cantos y de santos”. De cantos por el rigor de la tierra abulense, sobria y granítica, austera e inquebran-table, acorde con la solem-

nidad de la mística y el recogimiento y con la dureza del temple de la guerra, De santos, por la cantidad y la importancia de los mismos, como Santa Teresa de Jesús, patrona de la ciudad, y San Juan de la Cruz. Declarada por la UNESCO como “Patrimonio

de la Humanidad” en reconocimiento a la gran importancia de sus monumentos, tesoros de una ciudad que sintetiza magníficamente el espíritu castellano de antaño, en lo que lo militar y lo sa-grado avanzan juntos, inseparablemente unidos. Sus murallas, sus iglesias, sus palacios son el

reflejo de un pasado enormemente rico, que ha dejado también sus frutos en hermosas tradi-ciones. Ejemplo de estas tradiciones es su Se-mana Santa y todos cuantos actos se celebran alrededor de la misma, estando considerada ac-tualmente por el Gobierno de España, desde el año 2005, de “Interés Turístico Nacional”.Ávila, para sus habitantes y para todos los que

la visitan es considerada como la “Jerusalén Castellana” por su similitud geográfica con la ciudad en la que el Señor Jesucristo vivió su Pa-sión, su Muerte y su Resurrección.

ActividAdesDespués de los numerosos actos que se celebran

durante la Cuaresma, con exposiciones, jornadas de música sacra, conferencias, etc, la Semana Santa abulense cuenta con 14 cofradías, hermandades o patronatos que integrados en la Junta de Semana Santa, organizan 16 espectaculares procesiones, iniciándose las mismas el Viernes de Dolores y ter-minando el Domingo de Resurrección, cubriendo todos los días de la semana, incluso algunos de ellos con dos y tres procesiones. Treinta y ocho imágenes y grupos escultóricos

tallados por grandes imagineros, acompaña-dos por centenarias cofradías penitenciales que conservan sus primitivas raíces en el más puro sentir castellano, representan, en las empedra-das calles, la Pasión de Cristo, siguiendo con una tradición antiquísima que tiene su origen en el año 1,540 cuando el Ilustre Patronato de

Emilio iglEsias VElasco

U la Santa Veracruz organizó la primera de las procesiones que dan inicio al am-plio historial con que cuenta la Semana Santa abulense, en la que la austeridad, el recogimiento, el silencio y el bellísimo marco por el que discurren las procesio-nes hacen de la misma una Semana San-ta digna de contemplar para los miles de fieles que se agolpan en las aceras, unos de la propia ciudad y otros llegados de cualquier lugar del mundo.

LA vidA de Jesús en AndAs AbuLensesDescribir las procesiones penitenciales

abulenses es transmitir la emoción de momentos e instantes que quedan gra-bados en la retina de los espectadores que en esos días se acercan por la vieja ciudad que vio nacer a Santa Teresa de Jesús. El lento caminar de pasos y cofrades,

los anderos y costaleros que portan los pasos a los sones de impresionantes bandas de música, la sombra de Cru-cificados y Nazarenos reflejados en la muralla, las velas y faroles de los nazare-nos, el canto del Miserere, el encuentro entre Jesús y su Madre a las puertas de la catedral en la noche de Lunes Santo, el Vía Matris con sus lecturas en dife-rentes plazas de la ciudad, el Vía Crucis alrededor de la muralla con más de diez mil fieles acompañando al Cristo de los Ajusticiados en la madrugada del Vier-nes Santo, hacen de la Semana Santa de Ávila, una Semana Santa especial, de la que se dice que hay que contemplar to-das sus procesiones puesto que cada una es distinta a la anterior y a la siguiente.Son días en los que las tradiciones más

enraizadas se unen en una profunda de-voción.

GAstronomíAY a esta visita se agrega la rica gastrono-

mía abulense tradicional durante todo el año, pero que en esos días nos deja el sabor especial de las flores, las torrijas y el hornazo, acompañados, como bebida, por la tradicional limonada.

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8 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 8 de marzo de 2013

Hijo Pródigo Carlos MartielAcerca del artista

acido en Cuba en el año de 1989, Carlos Martiel se graduó del Instituto Superior de Arte de Cuba. Ac-

tualmente vive y trabaja en Buenos Aires, Argentina. Fue reconocido como uno de los finalistas del premio

Laguna en Venecia, Italia del 2013.Hijo Pródigo es una recopilación de la obra del ar-

tista cubano, en el que se exploran los códigos del len-guaje corporal para abordar temas sociales, culturales,

y políticos con el objetivo de reflejar el escenario guatemalteco.En la exposición Martiel se camuflajea con su entorno a la vez que se mezcla

con la percepción que tiene del mismo. De esta manera, se evalúan las mar-ginaciones a nivel simbólico reflexionando sobre ellas para así encontrar la forma de romperlas. La particularidad de esta exposición es que la obra de arte, el cuerpo

mismo, no está desprovisto de sensibilidad y estética.Las obras expuestas fueron elegidas por su complejidad significativa, in-

terpretación, etapas de trabajo, forma como Martiel tradujo la realidad y las proyecciones del inconsciente, resultado de la interpretación.Al preguntarle sobre su presentación en Guatemala, dijo haberse familia-

rizado con el contexto, mejor conocido por sus altos índices de violencia. “…Hay varios modos de entender la violencia, la violencia que hace peli-grar la vida, que potencia la fragilidad inmanente al ser humano, no la que propone el arte, esa es otra. Entender la violencia sus complejidades, sus niveles, siempre cuesta” - aseguró.Igualmente, el artista habló de su experiencia como creador de angustias,

incomprensiones y contradicciones con respecto al contexto, específica-mente al modo como este determina y limita varios aspectos de la vida. Según Martiel, de manera inconsciente las personas aceptan estos límites. “La violencia se inscribe en nuestro diario, en nuestro cotidiano, exi-

giendo de nosotros conductas y formas de actuar en ocasiones anorma-les, pero ¿qué más anormal que estar sometido a grados de violencia?Afirma que trabajar en este contexto, lleno de incomprensión, margi-

nalidad desmembramiento, ausencia y conciencia rebelde, es saber que nuestro cuerpo no nos pertenece, lo único de lo que somos dueños es de la memoria colectiva.

DeclArAciones Del ArtistA“En mi trabajo aspiro profundizar en la búsqueda de un cuerpo posible

que constantemente se devela y fisura mediante su relación cotidiana con su entono y el imaginario social. Cuerpo que se presenta como un espacio de tránsito, de lucha, de vacío, de reticencia y resistencia que que-da expuesto y/o vulnerable desde su propia corporalidad. Me interesa generar una conducta anómala, endógena, desde la alimentación de mis experiencias personales que, por lo general, concluyen en introspeccio-nes y exteriorizaciones de todo aquello que modula mis proyecciones.De igual modo me interesa la transgresión y sometimiento a experien-

cias excéntricas, anormales, (des)posicionando el cuerpo como institu-ción, como isla, como habitación. Concluyendo así en las dispersiones del empoderamiento desde la construcción de la propia autonomía corporal”.

carlos Martiel

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