Suplemento Cultural 02-08-2013

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Página 3 Una idea original de Rosauro Carmín Q. De la realidad al expresionismo abstracto Suplemento Cultural Guatemala, 2 de agosto de 2013

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Página 3

Una idea original de Rosauro Carmín Q.

De la realidad al expresionismo abstracto

Suplemento CulturalGuatemala, 2 de agosto de 2013

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2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013

sí era mi madre en su ni-ñez. Una muñeca junto a otra muñeca, con su vestido blanco tipo faldón, amplio de la cintura hacia abajo, botas altas y una cinta en la

cabeza. Su pelo siempre fue rubio. Los ve-cinos le llamaban “la canchita”.

Guardo con celo, su cuaderno de Geografía Universal del sexto grado de primaria. Está hecho con primor. Delicadamente delineado y con limpieza, los entornos geográficos. Co-loreado con arte y delicadeza. La letra menu-da de los accidentes geográficos es legible.

Me enseñó a dibujar y a pintar con lápi-ces de colores. Mis tareas escolares llevaron siempre el sello de ella y de tía Carlota, de quien aprendí el esfumado, o sea, mezclar un color con otro en los extremos hasta con-fundirse.

Cuando llegó su primavera, se abrió como un botón de azucena. Y de niña se transformó en una patoja preciosa del barrio de la Concepción. Respetuosa, educada, atenta y servicial con las personas mayores y necesitadas y siguiendo las costumbres de su tiempo, se preparó para la limpieza, la plancha, los fogones y los guisos sin perder su sencillez Su sencillez fue la aureola que la distinguió siempre.

Y cuando las campanas repicaron en su corazón y las rosas y azucenas adornaban su espíritu, llegó el flechazo de Cupido y don Roberto se prendó de sus encantos y se robó su corazón. Formaron su hogar en ple-na juventud.

Su hogar fue bendecido con una familia numerosa –como lo eran las familias de en-tonces- y a todos nos inculcó –no solo bue-nas costumbres-, sino principios y valores para que levantáramos con sólidos cimien-tos, el edificio de nuestras vidas. Honradez,

A

Mi madre doña Luz Ramírez, fue la primera gran maestra

de mi vida. Su niñez la vivió en el barrio de la Concepción y

cursó su educación primaria, en el “Colegio María” de doña Chucita Cervantes, vecina a la casa de los Cardoza y Aragón,

detrás de Catedral. La culminó con notas sobresalientes. Su premio fue el libro “Carlos”

(un compendio de lecturas escogidas, que formó parte

de mi primera biblioteca) Su compañerita de estudios lo fue

la niña Vitalina Mazariegos Rivera, llamada en mi afecto

Doña Vita –esposa de Rodolfo González Arriola- y madre de las bellísimas y queridísimas

personas: Rodolfo, Hilda Ma-rina, Zoila Esperanza, Carlos y

Juanito González Mazariegos.Mario Gilberto

González r.

MI PRIMERA MAESTRALA ANTIGUA QUE VIVÍ

Doña Luz Ramírez, fue la primera gran maestra de mi vida.

FOTO LA HORA: CORTESÍA DE MARIO GILBERTO GONZÁLEZ.

Doña Luz y Don Roberto, quien se prendó de sus encantos y se robó su corazón.

FOTO LA HORA: CORTESÍA DE MARIO GILBERTO GONZÁLEZ.

Guardo con celo, su cuaderno de Geografía Universal del sexto grado de primaria. Está hecho con primor.

FOTO LA HORA: CORTESÍA DE MARIO GILBERTO GONZÁLEZ.A mi madre en su niñez. Los vecinos

le llamaban “la canchita”

FOTO LA HORA: CORTESÍA DE MARIO GILBERTO GONZÁLEZ.

buena conducta, respeto y servicio a perso-nas mayores y necesitadas, aprovechamien-to del tiempo, porque tiempo perdido no vuelve, excelente educación y ser alumnos aplicados para aprender a conciencia y lim-pieza y formar desde niños el futuro incierto.

La mejor flor de su jardín espiritual, fue el agradecimiento. Aun por recibir la cosa más sencilla, se debía de dar las gracias. Si en las frías mañanas de mayo, abría sus pétalos una rosa, era para una niña a quien ella qui-so tanto o si maduraba una guayaba, era para una profesora que era un encanto de mujer. No se daba por dar, sino se de forma deli-cada. Rosita, esta flor abrió sus pétalos para usted o Tonita, esta guayaba ha madurado para usted. Tonita se alejaba regalando aves marías… Nos transmitió el trato amoroso y delicado hacia la mujer. Cuando lo practicó, unas se sienten bien y otras se asombran por-que en estos tiempos eso es inusual.

Estimuló mi afición a la pintura. Me orientó para mejorar un trazo o un color y no escatimó de sus magros recursos, la ayu-da para los útiles escolares y las inquietudes de la pintura. Hoy se cumplen sesenta y un años que cerró su ciclo vital. La campana mayor de San Francisco, anunció esa tarde del lunes, su partida eterna y con los ojos transformados en cascadas de líquido crista-

lino, la amortajamos.Tuvo la devoción

de comprarme cada domingo, un ejem-plar del periódico “La Hora Domini-cal” de rico conte-nido histórico y li-terario. El domingo víspera de su partida, llamaron a la puerta. Era el vendedor del periódico. Lo pagué y con sigilo volví. ¿Quién llamó? –me dijo-. Es el señor del periódico –le respon-dí- ya lo pagué. En su rostro demacrado se dibujó un gesto de malestar. ¿Por qué lo pagó? – me dijo en tono de reclamación- levante la almohada. Lo hice y ahí esta-ba tibia de su calor, la monedita de diez centavos, para pagar el ejemplar de La Hora Dominical.”

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Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013 Suplemento Cultural 3

2 Suplemento Cultural

César Cartagena, artista de origen guatemalteco, presentará su más nueva obra en la Galería

Rozas Botrán, la cual describe como un tratamiento impulsivo

con ligeros movimientos ges-tuales, basado en un lenguaje

muy objetivo, con el fin de representar emociones nacidas

de la realidad. De esta manera, hace uso de la fuerza psicológi-

ca, para plasmar sus obras a través de colores fuertes y

crudos.

GALERÍA

artagena, ha estudiado en diversos lugares, desde la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), hasta va-rias escuelas de arte en la ciudad de Nueva York, en

Estados Unidos, incluso se ha insertado en el mundo del arte a través de la docen-cia, específicamentepor medio del mura-lismo y de la expresión gráfica. Actual-mente, el pintor ha protagonizado casi 40 exposiciones colectivas organizadas en Guatemala, y en países de Europa como Italia, Alemania, Francia, Estados Uni-dos de Norteamérica, Noruega y España.

“Mis obras son de naturaleza abstrac-ta, usando una restringida gama de color, pero con gran riqueza en el colorido, sin-tetizando de cierta manera la luz y som-bra”, expresó.

La forma en que surgen las obras de este artista es poco común, ya que son trabajadas en el piso o apoyadas en las paredes, como si ya estuviesen listas para ser expuestas. A decir de Cartagena, este

C

Por PAoLINA ALBANI

César Cartagena:aCCión e intuiCión del misterio

en la pintura abstraCta

Los Gemelos II, obra de César Cartagena.FOTO LA HORA: GOOGLE IMAGES.

Pintura titulada, Buzo del Mar Rojo. Obra de César Cartagena.FOTO LA HORA: GOOGLE IMAGES.

aspecto es fundamental al realizar sus pinturas por-que son ángulos que le permiten insertarse de lleno en las obras. Igualmente, sus creaciones no siguen ningún patrón o trazo inicial, por lo que los resul-tados derivan en la creación de una nueva realidad, siempre real, pero diferente a la acostumbrada.

“Todo es espontáneo, volviéndose una pintura que automáticamente refleja de alguna manera los fenómenos psíquicos que tienen lugar en mi interior”, indicó el artista. Siendo Cartagena una artista inusual, dentro de sus obras presentará al público “El gran cargador”, una de sus pinturas más grandes, con una dimensión de 6 por 4 me-tros, la cual aseguró tuvo que terminar en la gale-ría debido a que su tamaño le impidió terminarla en otros lugares.

A decir de Thelma Castillo, asesora cultural de la Fundación Rozas Botrán, el trabajo de Cartagena es fácil de reconocer por la gama de tonos, que se restringe a los colores primarios y al negro.

“Se percibe la entrega sin límites y la comuni-cación íntima con el lienzo y la pintura por medio de trazos vigorosos. Los elementos abstractos que construyen las composiciones de Cartagena captan la atención del espectador por sus colores, textu-ras, formas y, en definitiva, por su belleza; pero hasta que el espectador lee el título de la propues-ta o cuando se aproxima a ella, descubre lo que realmente se esconde tras ellas”, indicó la experta cultural, con lo que genera expectativas sobre el significado de las obras de Cartagena.

La Galería, ubicada en la 11 avenida 18-20 zona 14, abrió esta exposición el 1 de agosto, y finali-zará el 7 de septiembre. La muestra estará abierta desde las 9:00 horas hasta las 18:00 horas.

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Suplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013 Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013

Iconoclasta, revolucionaria y trascendente, son algunos de los califi cativos que ha merecido esta novela. Tal vez, importante, sea el menos ostentoso. Acercarse a ella implica conocer a su autor, a sus motivacio-nes, a los tiempos en que fue escrita y a quienes la han comentado, defendido y señalado para determinar

si, en efecto, su publicación fue un verdadero parteaguas literario como dice Seymour Menton. POR CLAUDIA NAVAS DANGEL

E scrita entre 1968 y 1971 en México, Madrid y Guatemala y publicada en México en 1976, esta novela es un testimonio de hechos desencadenados en los pri-

meros años del movimiento guerrillero surgi-do en Guatemala. Narrada a través de las vivencias de cuatro

personajes, uno de ellos, el Bolo, que es el alter ego del autor, entremezcladas con co-herencia sin haber sido escritas en forma cro-nológica, en las cuales el uso del lenguaje, el tiempo y el contenido fueron determinantes para hacer tambalear, no sólo a los sectores de izquierda del país, sino también a críticos y estudiosos de la literatura. Pero para entender mejor por qué «Los com-

pañeros» causó, y causa aún, controversia es necesario hablar de la novela desde distintas aristas. Vale la pena, entonces, empezar por la social y la política, ya que la convulsión que vivía el país, y el hecho de que el mundo es-taba entonces dividido por la Guerra Fría du-rante su gestación y publicación, son determi-nantes para entender el impacto que causó así como otras consecuencias, como su censura por parte del franquismo español, el despre-cio de la izquierda guatemalteca y la catarsis que el autor experimentó a través de la obra.

LA INSURGENCIA CHAPINA Con el estallido del enfrentamiento armado

en 1962, Guatemala entró en una etapa trági-ca y devastadora que signifi có enormes costos humanos, materiales, institucionales y mora-les. En su labor de documentación sobre las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia vinculados al Enfrentamiento Ar-mado Interno, la Comisión para el Esclareci-miento Histórico (CEH) registró más de 200 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos, incluyendo hombres, mujeres y niños. De acuerdo con su propio discurso, la insur-

gencia guatemalteca surgió como la respues-ta de un sector olvidado de la población ante los diversos problemas estructurales del país, representada por un grupo de intelectuales y militares. Frente a la injusticia, la exclusión, la pobreza y la discriminación procla-mó necesario

FOTO LA HORA: GOOGLE IMAGES.

Marco Antonio Flores, mejor conocido como el Bolo Flores, falleció el sábado 27 de julio de este año. El Bolo fue autor de varios cuentos pero se le reconoce como uno de los personajes que cambio el cami-no de la novela guatemalteca.

LOS COMPAÑEROS,BATALLA GANADA POR

MARCO ANTONIO FLORES

tomar el poder para construir un nuevo orden social, político y económico. A lo largo del enfrentamiento armado, los grupos insurgen-tes asumieron como válidas las tesis de la doctrina marxista en sus diversas orientacio-nes internacionales. A fi nales de la década de los setenta, cuan-

do surge la novela en cuestión, el confl icto se agudizó, la actividad de los grupos gue-rrilleros aumentó, cientos de personas des-aparecieron y otras tantas tuvieron que salir al exilio, entre ellos muchos personajes de la vida literaria del país, como Marco Antonio Flores, autor de «Los compañeros». El mundo de las letras y las artes no escapaba

a la situación política que vivía el país porque había censura y la libertad de expresión se encontraba cercada, ya que muchos de sus representantes simpatizaban o militaban en grupos de izquierda. Controlar a los medios radiales, televisivos y escritos, y a las diversas manifestaciones artísticas e intelectuales, era parte de una estrategia integral de los gobier-nos de turno para evitar la diseminación de la ideología izquierdista, sobre todo, en las ca-pas medias de la población urbana. No es sorpresa, entonces, que Marco Anto-

nio Flores, como intelectual y escritor, se ubi-cara en los sectores de la Izquierda marxista: era miembro del PC y, al mismo tiempo, de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Sin embargo, antes de salir al exilio (situación que tocó vivir dos veces) y de escribir la no-vela, había renunciado a esta última agru-pación en 1966 y al PC en 1968, cuando ya había comenzado la novela; pero seguía par-ticipando en los sectores intelectuales de la Izquierda latinoamericana. Los personajes principales de la novela son

guerrilleros, el tono es sombrío y presenta a la lucha armada en su fracaso, provocado por la ideología y las intrigas internas del PC. En otras palabras, desmitifi có por completo la idea de un guerrillero heroico, entregado sin condiciones a la causa revolucionaria. De hecho, uno de los personajes es un man-

tenido y otro es un arribista. En fi n, en vez de escribir una obra de tono panfl etario, de ab-soluto apego a los dictados izquierdistas de entonces (incluso afi rma la relación de Cuba con la insurgencia guatemalteca), Flores pre-sentó un panorama realista y un retrato ob-jetivo, desde su perspectiva, de la izquierda del país. No es, por tanto, de extrañar que por causa

de la novela su autor fuera marginado. Re-cuerda Flores que, hasta antes de publicarla, «era amigo de Eduardo Galeano, de Ernesto Cardenal, de toda la gente (de Izquierda) de Centroamérica y de México». Pero que cuan-do su obra vio la luz, «todos me mandaron a la mierda y me acusaron de traidor», agrega. Tal repudio llegó todavía más lejos, «en

un congreso de la Juventud Comunista, en Chile, una persona, de quien no recuerdo su nombre, -continúa Flores- fue a denunciar-me también como traidor a la Revolución. Es evidente que a nivel político la novela de Flores no pasó desapercibida porque denunciaba debilidades y limitaciones que existieron dentro del seno de la Iz-quierda del país. Sin embargo, nadie le perdonaba su sinceridad y su denuncia fue vista como un atentado a los cimien-tos mismos del movimiento revolucio-nario guatemalteco. Es curioso observar que el exdirigente del Movimiento de Liberación Nacio-nal, Leonel Sisniega Otero, califi ca a Flores como a un comunista “del co-razón”, a diferencia de los comunistas

“por conveniencia”, implicando que por ese motivo renunció de su militancia política.

ROMPIENDO ESQUEMAS Claro que cuando se habla de un texto tan

controversial como éste es necesario entender el desarrollo que hasta ese momento habían tenido las letras en el país y el continente. De

otro modo sería imposible comprender por qué algunos lo han califi cado como de tras-cendental importancia para las letras del país. El primero que llamó la atención acerca del

valor de “Los compañeros” fue el crítico e

investigador de la literatura latinoamericana Seymour Menton. De acuerdo con su evalua-ción este texto de Flores fue el fundador de lo que denominó “nueva novela guatemalteca”. Pero, ¿por qué nueva? Según la investi-

gadora Gloria Hernández la publicación del texto de Flores signifi có, para la literatura guatemalteca, un rompimiento con “el realis-mo mágico, el surrealismo y el criollismo que aún se practicaban en el medio”. Es decir, Flores sacó a la novelística de un localismo que la ahogaba y le abrió las puertas para que incursionara en un mundo de horizontes más amplios y a tono con los tiempos modernos. Entre sus avances de punta se cuentan el

uso de diversos narradores, con cuatro hilos narrativos fundamentales y un quinto de me-nor importancia; el uso predominante de la primera persona, del monólogo interior y el manejo, no lineal, del tiempo. La riqueza del vocabulario del guatemalte-

co, clasemediero si se quiere, como lo han señalado algunos autores, entre ellos Ma-rio Roberto Morales, y hasta vulgar, como dice la escritora, poeta y académica Luz Méndez de La Vega, se refl eja en el uso de palabras como jura (policía), botiquín (cárcel) y chupando (libando) que en su momento, dice De La Vega, causaron escándalo. No se debe olvidar que muchos de los

detractores de la novela y de la obra de Flores en general son herederos de aquellas acusaciones de traición que suscitó su publicación. Y este sentimiento negativo se debe, sin duda, a motivaciones políticas, sin importar que el confl icto armado Interno ya haya desaparecido.

EL VEREDICTO Viene a cuenta considerar si esta obra cam-

bió o no el rumbo de la literatura guatemalte-ca, o si aportó algo trascendente, relevante y fundamental para las letras. En este sentido habría que determinar con

objetividad, libre de prejuicios políticos o res-quemores literarios, el valor de la misma. Si “Los Compañeros” cambió o no el rumbo de la novela guatemalteca aún está, como hemos visto, en pleno debate. Será la historia, las obras y los mismos escritores quienes en su momento reconocerán o no la trascendencia del trabajo de Flores. Lo cierto del caso, por ahora, es que “Los

Compañeros” marcó un hito en la literatu-ra nacional, aunque cree controversia y siga siendo punto de enardecidos debates. Como sentenció el abogado marroquí Juan Maestre Alfonso en su artículo Guerrilleros Antihé-roes, “Los Compañeros” “es una de las me-jores obras de la literatura latinoamericana actual y coloca a Marco Antonio Flores a la altura de García Márquez, (José) Donoso o Vargas (Llosa)”. La fi rma de los Acuerdos de Paz cerró para

siempre ese período de guerra interna que devastó al país durante más de tres décadas y obligó a muchos intelectuales, como al mis-mo Flores, al exilio. También, se supone, cerró la rivalidad entre guerrilleros y milita-res, entre derechas e izquierdas, y abrió paso para que siguieran su lucha por la vía pacífi ca. Pero no acabó con el rencor, incluso odio, que muchos sintieron contra Flores por haber pu-blicado sus verdades en “Los Compañeros”. El epitafi o de Flores bien podría decir que

se trató de un escritor cuya vida fue una su-cesión de batallas contra corriente, contra los dogmas doctrinarios y contra la cultura del ninguneo, la envidia y la marginación. Sin embargo, en lo que a “Los Compañeros” res-pecta, aunque no haya ganado la guerra, esa sí fue una batalla de la que ha salido triunfante, como lo señalan Menton y Gloria Hernández, muy en contra de los designios que tras bam-balinas se maquinaron en contra suya. Otros libros suyos, han sido: El compendio

de poesía completa, La vida es sueño y viaje

hacia la noche, a continuación un fragmento de su libro más polémico: “Los compañe-ros”.

EXTRACTO DE LOS COMPAÑEROS

SEIS TATIANA 1963 Te quedaste estampillada en los vidrios de

la sala de espera. Él se fue haciendo peque-ñito. No te diste cuenta cuando te salió la primera lágrima, sólo sentiste su calor en la mejilla. Todo se te fue alargando, con triste-za, con un dolor en el pecho, con un dolor en la boca, en la respiración, en la palabra. Te arrepentiste de pronto de todo. Tú nunca te habías arrepentido de nada. Pusiste la mano sobre el vidrio y trataste de retenerlo, de den-tarlo, de tenerlo para siempre. Tú eras la cul-pable. Lo supiste siempre. Siempre te diste esperanzas. Tú sabías que era imposible. Fue un año de vida intensa. Sin embargo, te arrepentiste. Como aquella vez que sentados en el Malecón le dijiste que no tenía ningún caso seguir juntos, porque él tenía que irse, tenía que regresar a su país obligadamente y

mó necesario con la insurgencia guatemalteca), Flores pre-sentó un panorama realista y un retrato ob-jetivo, desde su perspectiva, de la izquierda del país. No es, por tanto, de extrañar que por causa

de la novela su autor fuera marginado. Re-cuerda Flores que, hasta antes de publicarla, «era amigo de Eduardo Galeano, de Ernesto Cardenal, de toda la gente (de Izquierda) de Centroamérica y de México». Pero que cuan-do su obra vio la luz, «todos me mandaron a la mierda y me acusaron de traidor», agrega. Tal repudio llegó todavía más lejos, «en

un congreso de la Juventud Comunista, en Chile, una persona, de quien no recuerdo su nombre, -continúa Flores- fue a denunciar-me también como traidor a la Revolución. Es evidente que a nivel político la novela de Flores no pasó desapercibida porque denunciaba debilidades y limitaciones que existieron dentro del seno de la Iz-quierda del país. Sin embargo, nadie le perdonaba su sinceridad y su denuncia fue vista como un atentado a los cimien-tos mismos del movimiento revolucio-nario guatemalteco.

“por conveniencia”, implicando que por ese motivo renunció de su militancia política.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

que tú no podía seguirlo, no p o - días irte con él porque tu gobierno no le permitía salir a nadie, porque estabas pre-sa en la isla, porque tú eras revolucionaria patria o muerte, porque tu centro de trabajo te necesitaba, porque cuando el bloqueo tú te hiciste miliciana y juraste morir pero no rendirte, porque no había técnicos y tú ibas a ser uno de ellos, porque él se tenía que ir porque era un revolucionario y tenía que re-gresar a su país a hacer la revolución, porque él era un intelectual revolucionario y aunque no hiciera la revolución no podía desarrai-garse de su realidad, porque él era un egoís-ta que no iba a sacrifi carlo todo por ti. Todo eso le dijiste, y entonces él, tortuoso que era, te dijo que había que vivir el presente, que el pasado y el futuro no existen y que quien no viva el presente vivirá el futuro frustrado, amargado, derrengado, con unos recuerdos grises, oscuros, sin nada en el pecho y nada en el cerebro y nada en el cuerpo, sin mar-cas de las mordidas del amor, sin marcas en el sexo, con un himen que se pudre como el pasado que será triste y gris, y que entonces no se tendrá pasado ni futuro porque los dos estarán envenenados.

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Suplemento Cultural 54 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013 Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013

Iconoclasta, revolucionaria y trascendente, son algunos de los califi cativos que ha merecido esta novela. Tal vez, importante, sea el menos ostentoso. Acercarse a ella implica conocer a su autor, a sus motivacio-nes, a los tiempos en que fue escrita y a quienes la han comentado, defendido y señalado para determinar

si, en efecto, su publicación fue un verdadero parteaguas literario como dice Seymour Menton. POR CLAUDIA NAVAS DANGEL

E scrita entre 1968 y 1971 en México, Madrid y Guatemala y publicada en México en 1976, esta novela es un testimonio de hechos desencadenados en los pri-

meros años del movimiento guerrillero surgi-do en Guatemala. Narrada a través de las vivencias de cuatro

personajes, uno de ellos, el Bolo, que es el alter ego del autor, entremezcladas con co-herencia sin haber sido escritas en forma cro-nológica, en las cuales el uso del lenguaje, el tiempo y el contenido fueron determinantes para hacer tambalear, no sólo a los sectores de izquierda del país, sino también a críticos y estudiosos de la literatura. Pero para entender mejor por qué «Los com-

pañeros» causó, y causa aún, controversia es necesario hablar de la novela desde distintas aristas. Vale la pena, entonces, empezar por la social y la política, ya que la convulsión que vivía el país, y el hecho de que el mundo es-taba entonces dividido por la Guerra Fría du-rante su gestación y publicación, son determi-nantes para entender el impacto que causó así como otras consecuencias, como su censura por parte del franquismo español, el despre-cio de la izquierda guatemalteca y la catarsis que el autor experimentó a través de la obra.

LA INSURGENCIA CHAPINA Con el estallido del enfrentamiento armado

en 1962, Guatemala entró en una etapa trági-ca y devastadora que signifi có enormes costos humanos, materiales, institucionales y mora-les. En su labor de documentación sobre las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia vinculados al Enfrentamiento Ar-mado Interno, la Comisión para el Esclareci-miento Histórico (CEH) registró más de 200 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos, incluyendo hombres, mujeres y niños. De acuerdo con su propio discurso, la insur-

gencia guatemalteca surgió como la respues-ta de un sector olvidado de la población ante los diversos problemas estructurales del país, representada por un grupo de intelectuales y militares. Frente a la injusticia, la exclusión, la pobreza y la discriminación procla-mó necesario

FOTO LA HORA: GOOGLE IMAGES.

Marco Antonio Flores, mejor conocido como el Bolo Flores, falleció el sábado 27 de julio de este año. El Bolo fue autor de varios cuentos pero se le reconoce como uno de los personajes que cambio el cami-no de la novela guatemalteca.

LOS COMPAÑEROS,BATALLA GANADA POR

MARCO ANTONIO FLORES

tomar el poder para construir un nuevo orden social, político y económico. A lo largo del enfrentamiento armado, los grupos insurgen-tes asumieron como válidas las tesis de la doctrina marxista en sus diversas orientacio-nes internacionales. A fi nales de la década de los setenta, cuan-

do surge la novela en cuestión, el confl icto se agudizó, la actividad de los grupos gue-rrilleros aumentó, cientos de personas des-aparecieron y otras tantas tuvieron que salir al exilio, entre ellos muchos personajes de la vida literaria del país, como Marco Antonio Flores, autor de «Los compañeros». El mundo de las letras y las artes no escapaba

a la situación política que vivía el país porque había censura y la libertad de expresión se encontraba cercada, ya que muchos de sus representantes simpatizaban o militaban en grupos de izquierda. Controlar a los medios radiales, televisivos y escritos, y a las diversas manifestaciones artísticas e intelectuales, era parte de una estrategia integral de los gobier-nos de turno para evitar la diseminación de la ideología izquierdista, sobre todo, en las ca-pas medias de la población urbana. No es sorpresa, entonces, que Marco Anto-

nio Flores, como intelectual y escritor, se ubi-cara en los sectores de la Izquierda marxista: era miembro del PC y, al mismo tiempo, de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Sin embargo, antes de salir al exilio (situación que tocó vivir dos veces) y de escribir la no-vela, había renunciado a esta última agru-pación en 1966 y al PC en 1968, cuando ya había comenzado la novela; pero seguía par-ticipando en los sectores intelectuales de la Izquierda latinoamericana. Los personajes principales de la novela son

guerrilleros, el tono es sombrío y presenta a la lucha armada en su fracaso, provocado por la ideología y las intrigas internas del PC. En otras palabras, desmitifi có por completo la idea de un guerrillero heroico, entregado sin condiciones a la causa revolucionaria. De hecho, uno de los personajes es un man-

tenido y otro es un arribista. En fi n, en vez de escribir una obra de tono panfl etario, de ab-soluto apego a los dictados izquierdistas de entonces (incluso afi rma la relación de Cuba con la insurgencia guatemalteca), Flores pre-sentó un panorama realista y un retrato ob-jetivo, desde su perspectiva, de la izquierda del país. No es, por tanto, de extrañar que por causa

de la novela su autor fuera marginado. Re-cuerda Flores que, hasta antes de publicarla, «era amigo de Eduardo Galeano, de Ernesto Cardenal, de toda la gente (de Izquierda) de Centroamérica y de México». Pero que cuan-do su obra vio la luz, «todos me mandaron a la mierda y me acusaron de traidor», agrega. Tal repudio llegó todavía más lejos, «en

un congreso de la Juventud Comunista, en Chile, una persona, de quien no recuerdo su nombre, -continúa Flores- fue a denunciar-me también como traidor a la Revolución. Es evidente que a nivel político la novela de Flores no pasó desapercibida porque denunciaba debilidades y limitaciones que existieron dentro del seno de la Iz-quierda del país. Sin embargo, nadie le perdonaba su sinceridad y su denuncia fue vista como un atentado a los cimien-tos mismos del movimiento revolucio-nario guatemalteco. Es curioso observar que el exdirigente del Movimiento de Liberación Nacio-nal, Leonel Sisniega Otero, califi ca a Flores como a un comunista “del co-razón”, a diferencia de los comunistas

“por conveniencia”, implicando que por ese motivo renunció de su militancia política.

ROMPIENDO ESQUEMAS Claro que cuando se habla de un texto tan

controversial como éste es necesario entender el desarrollo que hasta ese momento habían tenido las letras en el país y el continente. De

otro modo sería imposible comprender por qué algunos lo han califi cado como de tras-cendental importancia para las letras del país. El primero que llamó la atención acerca del

valor de “Los compañeros” fue el crítico e

investigador de la literatura latinoamericana Seymour Menton. De acuerdo con su evalua-ción este texto de Flores fue el fundador de lo que denominó “nueva novela guatemalteca”. Pero, ¿por qué nueva? Según la investi-

gadora Gloria Hernández la publicación del texto de Flores signifi có, para la literatura guatemalteca, un rompimiento con “el realis-mo mágico, el surrealismo y el criollismo que aún se practicaban en el medio”. Es decir, Flores sacó a la novelística de un localismo que la ahogaba y le abrió las puertas para que incursionara en un mundo de horizontes más amplios y a tono con los tiempos modernos. Entre sus avances de punta se cuentan el

uso de diversos narradores, con cuatro hilos narrativos fundamentales y un quinto de me-nor importancia; el uso predominante de la primera persona, del monólogo interior y el manejo, no lineal, del tiempo. La riqueza del vocabulario del guatemalte-

co, clasemediero si se quiere, como lo han señalado algunos autores, entre ellos Ma-rio Roberto Morales, y hasta vulgar, como dice la escritora, poeta y académica Luz Méndez de La Vega, se refl eja en el uso de palabras como jura (policía), botiquín (cárcel) y chupando (libando) que en su momento, dice De La Vega, causaron escándalo. No se debe olvidar que muchos de los

detractores de la novela y de la obra de Flores en general son herederos de aquellas acusaciones de traición que suscitó su publicación. Y este sentimiento negativo se debe, sin duda, a motivaciones políticas, sin importar que el confl icto armado Interno ya haya desaparecido.

EL VEREDICTO Viene a cuenta considerar si esta obra cam-

bió o no el rumbo de la literatura guatemalte-ca, o si aportó algo trascendente, relevante y fundamental para las letras. En este sentido habría que determinar con

objetividad, libre de prejuicios políticos o res-quemores literarios, el valor de la misma. Si “Los Compañeros” cambió o no el rumbo de la novela guatemalteca aún está, como hemos visto, en pleno debate. Será la historia, las obras y los mismos escritores quienes en su momento reconocerán o no la trascendencia del trabajo de Flores. Lo cierto del caso, por ahora, es que “Los

Compañeros” marcó un hito en la literatu-ra nacional, aunque cree controversia y siga siendo punto de enardecidos debates. Como sentenció el abogado marroquí Juan Maestre Alfonso en su artículo Guerrilleros Antihé-roes, “Los Compañeros” “es una de las me-jores obras de la literatura latinoamericana actual y coloca a Marco Antonio Flores a la altura de García Márquez, (José) Donoso o Vargas (Llosa)”. La fi rma de los Acuerdos de Paz cerró para

siempre ese período de guerra interna que devastó al país durante más de tres décadas y obligó a muchos intelectuales, como al mis-mo Flores, al exilio. También, se supone, cerró la rivalidad entre guerrilleros y milita-res, entre derechas e izquierdas, y abrió paso para que siguieran su lucha por la vía pacífi ca. Pero no acabó con el rencor, incluso odio, que muchos sintieron contra Flores por haber pu-blicado sus verdades en “Los Compañeros”. El epitafi o de Flores bien podría decir que

se trató de un escritor cuya vida fue una su-cesión de batallas contra corriente, contra los dogmas doctrinarios y contra la cultura del ninguneo, la envidia y la marginación. Sin embargo, en lo que a “Los Compañeros” res-pecta, aunque no haya ganado la guerra, esa sí fue una batalla de la que ha salido triunfante, como lo señalan Menton y Gloria Hernández, muy en contra de los designios que tras bam-balinas se maquinaron en contra suya. Otros libros suyos, han sido: El compendio

de poesía completa, La vida es sueño y viaje

hacia la noche, a continuación un fragmento de su libro más polémico: “Los compañe-ros”.

EXTRACTO DE LOS COMPAÑEROS

SEIS TATIANA 1963 Te quedaste estampillada en los vidrios de

la sala de espera. Él se fue haciendo peque-ñito. No te diste cuenta cuando te salió la primera lágrima, sólo sentiste su calor en la mejilla. Todo se te fue alargando, con triste-za, con un dolor en el pecho, con un dolor en la boca, en la respiración, en la palabra. Te arrepentiste de pronto de todo. Tú nunca te habías arrepentido de nada. Pusiste la mano sobre el vidrio y trataste de retenerlo, de den-tarlo, de tenerlo para siempre. Tú eras la cul-pable. Lo supiste siempre. Siempre te diste esperanzas. Tú sabías que era imposible. Fue un año de vida intensa. Sin embargo, te arrepentiste. Como aquella vez que sentados en el Malecón le dijiste que no tenía ningún caso seguir juntos, porque él tenía que irse, tenía que regresar a su país obligadamente y

mó necesario con la insurgencia guatemalteca), Flores pre-sentó un panorama realista y un retrato ob-jetivo, desde su perspectiva, de la izquierda del país. No es, por tanto, de extrañar que por causa

de la novela su autor fuera marginado. Re-cuerda Flores que, hasta antes de publicarla, «era amigo de Eduardo Galeano, de Ernesto Cardenal, de toda la gente (de Izquierda) de Centroamérica y de México». Pero que cuan-do su obra vio la luz, «todos me mandaron a la mierda y me acusaron de traidor», agrega. Tal repudio llegó todavía más lejos, «en

un congreso de la Juventud Comunista, en Chile, una persona, de quien no recuerdo su nombre, -continúa Flores- fue a denunciar-me también como traidor a la Revolución. Es evidente que a nivel político la novela de Flores no pasó desapercibida porque denunciaba debilidades y limitaciones que existieron dentro del seno de la Iz-quierda del país. Sin embargo, nadie le perdonaba su sinceridad y su denuncia fue vista como un atentado a los cimien-tos mismos del movimiento revolucio-nario guatemalteco.

“por conveniencia”, implicando que por ese motivo renunció de su militancia política.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

FOTO LA HORA: CORTESÍA CLAUDIA NAVAS.

que tú no podía seguirlo, no p o - días irte con él porque tu gobierno no le permitía salir a nadie, porque estabas pre-sa en la isla, porque tú eras revolucionaria patria o muerte, porque tu centro de trabajo te necesitaba, porque cuando el bloqueo tú te hiciste miliciana y juraste morir pero no rendirte, porque no había técnicos y tú ibas a ser uno de ellos, porque él se tenía que ir porque era un revolucionario y tenía que re-gresar a su país a hacer la revolución, porque él era un intelectual revolucionario y aunque no hiciera la revolución no podía desarrai-garse de su realidad, porque él era un egoís-ta que no iba a sacrifi carlo todo por ti. Todo eso le dijiste, y entonces él, tortuoso que era, te dijo que había que vivir el presente, que el pasado y el futuro no existen y que quien no viva el presente vivirá el futuro frustrado, amargado, derrengado, con unos recuerdos grises, oscuros, sin nada en el pecho y nada en el cerebro y nada en el cuerpo, sin mar-cas de las mordidas del amor, sin marcas en el sexo, con un himen que se pudre como el pasado que será triste y gris, y que entonces no se tendrá pasado ni futuro porque los dos estarán envenenados.

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“Uno se despierta cuando no puede solucionar los sueños”- Alejandro Sievenking.

CUENTO RURAL

6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013

alvador salió al andén del vagón del tren cuando éste se detu-vo en la Estancia de la Virgen. Mientras llenaban de agua la lo-comotora, cargaban la leña y el carbón para mantener el fuego de la caldera, Salvador llenó sus

pulmones de aire fresco, pese a los calores sofocantes que se desprendían desde los lla-nos de La Fragua. Unos cuantos pasajeros que durante horas habían esperado la llega-da del tren, sentadas en una bancas pintadas

René ARtuRo VillegAs lARA

S de gris, ya estaban cansados de ver los rieles que se perdían en el horizonte, los que iban y los que venían, divisando hasta donde el sol del mediodía hacía que se vieran unas pozas de agua en tembloroso movimiento, que en verdad eran únicamente esas ilusio-nes ópticas que produce el sol del mediodía. Rebeca, su compañera y pareja, una mulata que se vino con él desde las Antillas, se que-dó dormitando dentro del vagón, con las piernas estiradas sobre un asiento del vagón en que viajaban.

En El trEn dE la ausEncia mE voy… El tren arrancó de nuevo y a los pocos

kilómetros se introdujo en un largo túnel que atravesaba una montaña pelada, forma-da de rocas milenarias donde sólo crecían los subines, llenos de espinas puntiagudas. Entonces, el maquinista aminoró la marcha en prevención de los derrumbes que cons-tantemente provocaba la dinamita que colo-caban los guerrilleros, sin qué ni para qué. Y no obstante, la oscuridad momentánea que se produjo dentro del túnel, Salvador siguió en el andén recordando el día en que se fue del pueblo, dejando atrás a sus padres, a sus hermanas y el modo de vida que le cons-truyeron durante dieciocho años. Se largó como lo hicieron sus hermanos mayores; sin escuchar ruegos; sin atender las lágrimas de su madre y de sus hermanas, que lloraron

como si los estuvieran enterrando, que para el caso era lo mismo. Salvador era el hijo menor de los varones que pro-

creó el profesor Enecón Morales, un maestro rural que el gobierno jubiló a la fuerza, pues a pesar de lle-var sesenta años enseñando en la escuela primaria, se negaba a dejar las aulas. “De aquí sólo me sacan con los pies para adelante”, solía decir cuando le sugerían que se jubilara, pues los vecinos principales del pue-blo advertían que ya tenía dificultades para atender los seis grados de la escuela al mismo tiempo: desde leer hasta instruir sobre historia y geografía univer-sal. Un día, un alumno le preguntó:-Don Enecón: ¿es cierto que para llegar a Portugal

hay que pasar por tu galillo?Entonces, sí le colmaron la paciencia y atendió la

orden del gobierno: se fue a su casa. Hasta allí llega-ron los sesenta años de enseñar, que principiaron con

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Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013 Suplemento Cultural 7

aquella ceremonia en el Instituto de Oriente, cuando se le entregó el título de Maestro en Chiquimula de la Sierra. En la bolsa que contenía el título, también iba agregado el nombramiento como profesor de la escuela de ese pueblo lejano y sin nombre definido, pues ya se lo habían cambiado tres veces.Lleno de casas de adobe sin repello, pringadas úni-

camente de cal, como panteones de pobre, con ci-mientos de piedra para formar los patios, que casi siempre tenían al medio un árbol de morro que ser-vía para amarrar a los burros acarreadores de agua y rastrojos. Aquí conoció a la mujer de toda su vida; la pidió en matrimonio y se quedó para siempre, acompañado de una enciclopedia, algunos libros de medicina natural y de primeros auxilios, un texto de gramática castellana, un diccionario de bolsillo, unas novelas de Salgari y un método práctico para tocar guitarra, pues le habían enseñado que un maestro rural debe saber de todo.Cuando sus hijos varones empezaron a cumplir la

mayoría de edad, se fueron de la casa, hacia rumbos desconocidos. Nomás les extendieron la cédula de vecindad, ya no amanecieron. Y lo mismo pasó con Salvador, el menor de los varones. Un día les dijo que se iría a seguir a sus hermanos y por eso el profesor Enecón entró en una profunda tristeza y desilusión; en una melancolía que no cedía con nada. Para sus adentros, pensaba que su esperanza estaba en el destino de Salvador, que debía ser diferente, aunque ahora veía que sus sueños nunca llegarían a ser rea-lidad. Todos los hijos eran presos de la idea que en ese pueblo nadie tenía asegurado el futuro. Don Ene-cón tenía la esperanza que tal vez con Salvador sería distinto, porque fue educado para que hiciera gran-des descubrimientos; para realizar inventos que ayu-daran a sobrevivir mejor en esos páramos que pare-cían olvidados hasta de la magnanimidad de Dios. Y es que estas llanuras llenas de cactus y llanos que

no se comían ni los conejos, vaya a saber uno por qué no agarraban fuego cuando el sol quemaba toda la superficie. A fin de año, la maleza seca y amon-tonada por el aire de noviembre, rodaba en todas direcciones, aventadas por esas ráfagas y ventiscas que tiraban arena para todos lados y pasaba silban-do sobre los árboles de los cercos y las láminas de las casas. A veces, parecía que sobre el lomo de la borrasca iba encaramada la muerte y, entonces, a todos se le despelucaba el cuerpo, se les erizaban los pelos de los brazos, y si por alguna necesidad de bajo vientre se tenían que “salir afuera”, había que hacerlo embozado en una chamarra, con el sombrero calado hasta la orejas, caminando como borracho de feria o casi como un espanto perdido. “Uno sabe, Raymun-da, que si viniera una colonia de judíos, todo esto estaría verde como paraíso”. Doña Raymunda, no le ponía atención a las cavilaciones del profesor. Cuan-do se fue Salvador, estuvo sentada en un taburete, en la banqueta, con la cara apoyada entre sus manos y los codos en las rodillas, viendo cuando Salvador cruzaba la esquina con rumbo a la estación del tren, tarareando una canción de José Alfredo: “En el tren de la ausencia me voy,mi boleto no tiene regreso…” Doña Raymunda se secó las lágrimas con la orilla

de la gabacha y a la distancia oyó cuando el maqui-nista gritó: ¡Vaaaaamonós! Cuando Salvador terminó la escuela primaria, ya

había leído cinco veces todos los libros que tenía don Enecón, incluyendo la revista “Guerra Mundial”, que cada dos meses repartía la Embajada americana en todas las escuelas del país, y la Mecánica Popular que les prestaba el telegrafista. Por esta última agarró afi-ción por los temas de la ingeniería y de las técnicas manuales. Un día que los vecinos amenazaron con hacer un plantón frente a la Oficina de Correos y Telégrafos, pues no se recibían los telegramas, el tele-grafista le mandó llamar para que le arreglara la má-quina Remington, pues los tipos se habían desgasta-do por el uso que también le daba el alcalde Munici-pal y Juez de Paz, para dejar constancia de sus reso-luciones, además de la fregadera de los vecinos que le pedían hacer invitaciones para entierros y misas de muerto. Esa vez la máquina quedó como nueva. Días después, el comandante de la Guardia Civil lo

llamó para que arreglara los pistones de los fusiles de los policías, pues de nunca disparar estaban todos atorados. Cuando consiguió ocupación en el taller “La Velocidad”, se le ocurrió fabricar una máquina para volar. Principió por reconstruir una vieja bicicle-ta de Coster; le adaptó dos palancas largas y dos alas cortas que se agitaban al accionar los pedales. Cuando estaba terminado el inven-to, se subió al cerro de la orilla del pueblo, seguido de muchos vecinos que confiaban en que Salvador, volaría. Y es que en el inicio del invierno, cuando los rayos caían en las campanas del Calvario y sonaban por varios minutos, Salvador colocó un pararrayo para que la gente no se confundiera creyendo que el padre había adelantado la hora de la misa o que algo malo estaba sucediendo para que las campanas sonaran de repente. Por eso, porfiaban en que el asunto de volar

estaba asegurado. Al llegar a la cima del cerro, Salvador pidió colaboración para sostener la bicicleta y entonces empezó a pedalear con energía, hasta lograr que las alas cortas emi-tieran un zumbido parecido al de un colibrí

túnel, empezaron las llanuras llenas de cac-tus que se erguían como dos metros del sue-lo, con una pelusa blanca en la punta, que parecían viejos crucificados. Salvador re-conoció los alrededores y se dio cuenta que ya estaba llegando a su pueblo, sobre todo cuando el tren empezó a frenar y a sacar humo de las ruedas. El día que Salvador se fue, ya se sabía de la

presencia de guerrilleros en la zona; y cuando regresó, los movimientos eran menores, aun-que se sospechaba de cualquier desconocido que apareciera por las calles. Y sólo porque se trataba del hijo menor del profesor Ene-cón, fue que los comisionados no le pusieron mayor atención, como tampoco criticaron que se dedicara a curar gente a base yerbas y que adivinara la suerte con la ayuda de la mulata de ojos verdes que lo acompañaba to-cando un tamborcito que trajeron de Haití. Doña Raymunda no estaba contenta con las actividades de Salvador; y como estaba dedi-cada a la iglesia desde que falleció el profesor Enecón, día a día le consultaba al cura qué hacer con las prácticas diabólicas de su hijo y

MUERTEJULIO FAUSTO AGUILERA

Almuerzo con la muerteCon ella bebo.A mi lado se sientaHablando quedo.Después urgidosDel sueño, hacemos siesta;Ambos dormimos.

Ni en el sueño siquieraNos separamos.Despiertos o en el sueño,Juntos andamos.Y como hermanos,Como hermanillos locosJugueteamos.

Dejo, a veces, de verlaUnos instantes.Burlona se escondíaO me distraje.Pero del aireDe mi piel Surge danzante.

PARA MI AMIGA AMANTECuántos años llevamosDe ser amigos y vivir en guerra.Disensiones y reconciliaciones.Ofensas, duras ofensasPero olvidos. A vecesHemos dejado de vernos buen tiempoPero volvemos. Halagos, dulzuras.Amor.La vieja taza de caféSonríe: Nos conoce demasiado.

No digas que soy librePues no lo soy si te amoEn lo más digno que tienes, estoy,En tus ojos buscando mi poesía.En tus luchas de amor que me reclaman.Tampoco tú eres libre.

Por ahí dijo alguien que la gente trabajaY los poetas hacemos basura,Y quizás muchas cosas son basura en el mundoLas páginas, los pétalos y tantas otras cosas.¿Pero, es que las palabras del amorLlegará un día en que también serán basura?

Mientras aquí vivamosCon nuestra alma metida en nuestra carne,Estos poemas serán tu alimento,Tu alegría,Tu legítimo orgulloY este signo constante:Te habla el amor amiga.

FOTO LA HORA: GOOGLE IMAGES.

chupando polen. Entonces grito: ¡Ya!, y sa-lió disparado cuesta abajo. Unos dicen que lo vieron volar un veinte metros y como a tres cuartas de altura; otros, más escépticos, aseguraron que si mucho se levantó un jeme y no más de tres metros sobre la pendiente. Lo cierto es que a Salvador no le funcionó

el Coster y fue a dar con su humanidad al lavadero municipal en donde terminaba el cerro del Calvario. Después de ese fraca-so, pasó varios meses sin inventar algo de importancia, hasta que el gobierno creó la cédula de vecindad Entonces inventó una cámara fotográfica que tomaba fotos de me-dio cuerpo y que pedían para extender la cédula. En el pueblo, llegó a decirse que en eso estaba metida la corrupción, pues el se-cretario exigía que el interesado presentara cinco fotografías tomadas únicamente con la cámara de Salvador. Desde que Salvador se fue, ya no se supo de

su paradero. Uno arrieros que llevaban ma-guey al muelle de Puerto Barrios, juraban haberlo visto soldando un barco antillano, del que descargaban toneles de ron y carga-ban quintales de café y unas jaulas con loros y guacamayas. Y en verdad era cierto: Sal-vador era ya un hombre de mares abiertos, navegando de isla en isla del caribe, lo que hizo que aprendiera el arte de la santería y los ritos del vudú.Cuando el tres alcanzó el otro extremo del

su nuera. “Hay días en que todos los cuartos se llenan de lagartijas y talconetes que chillan como ratas retozando y por la noche caen piedras en las láminas de la casa, mientras en la obscuridad resaltan aullidos de coyotes y relinchos de garañones en brama”. El cura se concretó a sugerirle que rezara el rosario y que pusiera un poco de aceite de lámpara en el cuarto principal, para ahuyentar los malos espíritus.Como a las dos semanas de haberse caí-

do de un caballo y haberse dado un duro golpe en la cabeza, a fuerza de lienzos de árnica que doña Raymunda y Rebeca le po-nían en la cabeza, que poco a poco Salvador fue recobrando el sentido, como saliendo de un largo sueño. Así vino a darse cuenta que todo era pura ilusión, pura imagina-ción. Que la única verdad era que su padre, el profesor Enecón, había fallecido, que sus hermanos sí se habían largado al extranjero y que él se dedicaba a la mecánica de auto-móviles, motos y bicicletas. Por lo demás, su esposa Rebeca no era mulata, sino blanca, canche y de ojos verdes, originaria de Río Hondo. Entonces, suspiró profundamente y guardó en su silencio el placer de haber via-jado a lugares distantes, aunque todo fuera en sueño. Al menos, en la inconsciencia, había logrado que los inventos que le exigía realizar el profesor Enecón, los había reali-zado y cumplido al pie de la letra.

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8 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 2 de agosto de 2013

AGENDA CULTURAL

VIERNES 2 DE AGOSTO

La Gloria Oscura19:00 – 20:00 horas.Lugar: La Ruleta, arte contemporáneo. Calle Mariscal Cruz y Avenida La Refor-ma zona 4. Bajo el antiguo Cine Reforma.Entrada libre.

¡Mamma Mia!20:00 – 21:00 horas. Lugar: Teatro Lux 6a avenida y 11 calle zona 1.Musical por Saravandah Producciones. Admisión Q100.-

SÁBADO 3 DE AGOSTO

Contaminación Visual10:00 – 18:00 horas.Lugar: The 9.99 Gallery, 5a avenida 11-16 zona 1 2o. piso.Entrada libre. Hasta el 16 de agosto, de miércoles a viernes de 2 a 7 p.m. y sábado de 10 a.m. a 6 p.m.

Club de Lectura para niños de 6 a 9 años14:30 – 16:00 horas.Lugar: La Biblioteca Portal de las Pana-deras 2, Plaza Mayor, Antigua Guatemala 2º. piso. Entrada libre. Todos los sábados del mes.

Concierto Fuckin´Circus19:30 – 20:30 horas. Lugar: Trasbastidores 4a calle 5-10 zona 1.Homenaje a Pearl Jam.Admisión Q35.

DOMINGO 4 DE AGOSTO

Improv Comedy17:30 – 18:30 horas.Lugar: Teatro Dick Smith del IGA zona 4.Teatro. Más información en culturales de IGA [email protected]

LUNES 5 DE AGOSTO

Concurso de Fotografía16:00 – 19:00 horas. Lugar: Anacafé 5ª. calle 0-50 zona 14.Artistas crearán obras de arte en bateas de madera frente al público asistente, se invi-ta a los fotógrafos a participar con la foto más creativa con el tema Artista, obra y espectador. Donación Q50.

Historia Inmediata: Un Tema de Sociología Guatemalteca17:00 – 18:00 horas. Lugar: Instituto Italiano de Cultura 16 calle 2-55 zona 10.

Coloquio con Carlos Guzmán Böckler en colaboración con la Universidad Del Valle de Guatemala. Entrada libre

MARTES 6 DE AGOSTO

Laboratorio de Creación Escénica16:00 – 20:00 horas. Lugar: Centro Cultural de España 6ª. avenida 11-02 zona 1 Edificio Lux 2o., piso.La construcción de obras teatrales a car-go de Luis Carlos Pineda. Inversión Q200 mensuales. Cupo limitado.

Análisis Cinematográfico18:00 – 21:00 horas. Lugar: Teatro Dick Smith del IGA.Descripción: Taller a cargo de Mendel Samayoa y Cecilia Santamarina. 8 sesiones. Q1250.Pendientes de un hilo 201319:00 – 20:00 horas.Lugar: Casa MiMA 8ª. avenida y 14 calle esquina zona 1, parqueo sobre la 14 calle. Inauguración de la muestra de cerámica pintada a mano por Rigoberto Castañe-da Asturias.Entrada libre.

MIÉRCOLES 7 DE AGOSTO

Concierto Pop Lírico19:00 – 20:00 horas. Lugar: Anacafé 5ª. calle 0-50 zona 14. Grupo Vocces, en el marco de la Colec-tiva de Arte Junkabal. Subasta silenciosa de bateas. Donación Q100.

JUEVES 8 DE AGOSTO

Observando, Revisando, Criticando, y Charlando18:00 – 19:00 horas. Lugar: Ciudad de la Imaginación 5ª. calle 14-10 zona 3 Quetzaltenango.Un acercamiento teórico a la exposición Estados de Excepción en la víspera de su conclusión. Entrada libre.

Appasionata19:00 – 20:00 horas. Lugar: Conservatorio Nacional de Música 5ª. calle y 3ª. avenida esquina zona 1.Gala de piano con el Maestro Pascal Gallet.Admisión Q60 y Q30 Boletos a la venta en Fundación Paiz (11 avenida 33-32 zona 5), ArteCentro Paiz (9. calle 8-54 zona 1) y en el Conservatorio Nacional de Música (3a avenida 4-61 zona 1).

Del 2 de agosto al 9 de agosto

Íconos del Belcanto y del Cine19:00 – 20:00 horas. Lugar: Instituto Italiano de Cultura 16 calle 2-55 zona 10.Exposición, venta de afiches de ópe-ra y fotografías de cine.

VIERNES 9 DE AGOSTO

Mediateca del CCE/G10:00 – 19:00 horas. Lugar: Centro Cultural de España en Guatemala, Edificio Lux, 6ª. avenida 11 calle esquina zona 1.Más de 12,000 libros especializados en arte y cultura. De martes a viernes. Sábado de 10 am a 2 pm.

Taller de Clown15:00 – 17:00 horas. Lugar: Centro de Formación de la Cooperación Española, Antigua.Impartido por Claudia Acevedo, para jóvenes de 12 a 19 años.

Radiofreccia (1998)18:00 – 19:00 horas. Instituto Italiano de Cultura 16 calle 2-55 zona 10.Viernes de cine, película de Luciano Ligabue. Versión original con subtítulos en italiano. Entrada libre