SUPLEMENTO CULTURAL - HP 309

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Comunicante Comunicante Comunicante VIERNES 09 DE ENERO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 11 En pocas palabras, Juan Rulfo Que las palabras las pongan los demás, los que lean, los que se encuentren, pensaría tal vez Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno Rodolfo Walsh no aparece Volvió aún más delgada la línea entre periodismo y literatura. Al día de hoy cumpliría 88 años, al día de hoy se desconoce su paradero A sus ochenta años de edad, cuando se piensa que la vida es un tobogán de bajada –en todo sentido– para la que no hay retorno, Julio Scherer García desató las furias de todos los infiernos Scherer, para bien o para mal Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5 Carlos Yescas Págs. 6 y 7 Daniel Azdar Pág. 8

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Scherer para bien o para mal

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ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 09 DE ENERO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 11

En pocas palabras, Juan Rulfo

Que las palabras las pongan los demás, los que lean, los

que se encuentren, pensaría tal vez Juan Nepomuceno

Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno

Rodolfo Walsh no apareceVolvió aún más delgada la línea entre periodismo y literatura. Al día de hoy cumpliría 88 años, al día de hoy se desconoce su paradero

A sus ochenta años de edad, cuando se piensa que la vida es un tobogán de bajada –en todo sentido– para la que no hay retorno, Julio Scherer García desató las furias de todos los infiernos

Scherer, para bien o para mal

Por: Juan L. Simental Págs: 4 y 5

Carlos Yescas Págs. 6 y 7 Daniel Azdar Pág. 8

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Juan Rulfo estaba por cumplir 38 años cuando se publicó Pedro Páramo (1955). Entre la publicación de su novela y la muerte de su autor transcurrieron más de tres décadas que vieron cre-cer el prestigio del escritor.Sin embargo, Rulfo nunca consideró la escritura como un trabajo profesional y no le interesó lucrar con el oficio de escritor. Conciliar

el trabajo creador con la sobrevivencia cotidiana fue uno de los mayores retos en la vida de Rulfo. Al paso del tiempo las presiones económicas crecen. Procrea una hija y tres hijos. Quiere conjugar, sin grandes frutos, la creación con la sobrevi-vencia. A la pregunta sobre su silencio editorial, una respuesta habitual es que no

tiene tiempo para escribir porque debe trabajar y man-tener a su familia.Fue postulado para el Pre-mio Cervantes; no haberlo obtenido mengua su salud ya debilitada. Se le diagnostica enfisema pulmonar; cuatro meses después, mientras duerme en su casa (…) muere como un hombre común (7 de enero de 1986). Tras las

exequias oficiales, los medios de comunicación reproducen con exaltación la conmoción de la cultura mexicana y sus representantes a través de pésames y encomios en torno al escritor que arrastró la pesadumbre de su silencio con laconismo imperturba-ble. (Tomado de Juan Rulfo, escritura y sobrevivencia, Roberto García Bonillla; Le-tras Libres, mayo de 2013).

Los primeros 14 días de enero están llenos de muertes notables…

Albert Camus (4), Tina Modotti (5), David Alfaro Siqueiros (6), Juan Rulfo (7), Chabuca Granda (8), Marco Polo

(9), Gabriela Mistral (10), Andrés Henestrosa (10), Agatha Christie (12),

James Joyce (13), Salvador Novo (13) y Lewis Carroll (14).

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La Efeméride

Director Editorial / Juan Lorenzo Simental Editor / Ricardo Bonilla Editor / Daniel Azdar Diseño / Grupo Editorial HADEC

Rulfo y el oficio de escribir

El 9 de enero de 1908 nació Simone de Beauvoir, escritora francesa. “El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal”.

Nomás por hablarde algo…

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

“Pero ¿por qué las mujeres siempre tienen una duda?

¿Reciben avisos del cielo, o qué?”, Juan Rulfo.

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El libro de las pruebas es una excelente opción para comenzar el año

Una novela

para leerse de

corrido

Por: Milton Eloir

L uego de que John Banville recibiera el premio “Príncipe de

Asturias de las Letras” en 2014, se han vuelto a ree-ditar algunos de sus libros aprovechando la fama que concede tan distinguido reconocimiento. Una de estas novelas es “El libro de las pruebas”, el cual acaba de salir a la venta por parte de Alfaguara y que originalmente fue-ra publicada en el año de 1989. Esta obra fue finalis-ta del Premio Broker, uno de los premios literarios más prestigiosos del mun-do de habla inglesa, el cual habría de ganar finalmente en 2005 por su novela “El mar”.

Banville tiene la pecu-liaridad de que también tiene un “alter ego”: Benja-min Black, seudónimo bajo el cual escribe novelas ne-gras, de las cuales tuve el placer de disfrutar “La ru-bia de los ojos negros” (Al-faguara 2014), la cual revi-ve al famoso investigador privado Philip Marlowe, creación del escritor ame-ricano Raymond Chandler y que hasta la fecha es la referencia obligada a la imagen de los detectives de gabardina y sombrero, con cigarro en un mano y la copa en la otra, en un vie-jo cuartucho semi aluzado con persianas horizontales que reciben a una dama en apuros en su despacho.

La sinopsis del tex-to nos dice de la historia: “Freddie Montgomery es un científico de talento exiliado en una isla del Mediterráneo. Llegado el momento de saldar una deuda, su mujer y su hijo son retenidos como garan-tía de pago, y él regresa a Irlanda para conseguir fondos en una búsqueda

Redescubriendo a Banville

que termina en el robo de un cuadro valioso y el ase-sinato de una joven. ¿El móvil del crimen? Ni la avaricia, ni la venganza. Ha matado porque «podía hacerlo»: es un asesino ac-cidental como el que quizá todos llevamos dentro…”

Banville maneja el rit-mo de la obra con gran parsimonia. La narración la hace el protagonista desde el punto de vista de una carta de confesión, la cual está redactada en un tono cínico, propio de un sociópata, que con descaro narra la versión de su his-toria sin tratar de encon-trar la justificación de sus actos, sino como un acto catártico, un desdobla-miento de su personalidad pusilánime e introvertida de la realidad, en un inso-lente asesino pragmático.

La novela se encuen-tra muy bien lograda y la crítica ha señalado que es una excelente forma de in-troducirse a Banville. A mi juicio muy personal es una novela para leerse de co-rrido, ya que atrapa al lec-tor para conocer que acon-tecerá con la historia de Montgomery a través del recuento de sus memorias. Sin embargo a algunos lec-tores les podrá parecer un poco lenta en su desarro-llo y tal vez demasiado re-buscada en algunas partes debido al lenguaje que en algunas ocasiones usa el personaje, pero cuya uti-lización se encuentra ple-namente justificada dentro de la historia.

De las novedades lite-rarias de 2015, “El libro de las pruebas” de John Ban-ville es una excelente op-ción para comenzar el año si es que usted gusta de las novelas de policiacas o de intriga.

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

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Scherer, para bien o para mal“Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos”

En 1988 rechazó el Premio Nacional de Periodismo

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Año 2008, el año del escándalo, aquel cuando los ortodoxos del periodismo se rasgaron las san-

tas vestiduras. Y es que, aunque lo haya postulado Maquivelo como una de las prerrogativas del Príncipe –el que tiene el mando-, para esos que han optado por el oficio de comunicar como una forma de vida, el fin no justifica todos los medios.

A sus ochenta años de edad, cuando se piensa que la vida es un tobogán de bajada –en todo sentido- para la que no hay retorno, Julio Scherer García desató las furias de todos los infiernos. La causa, una que no solo hizo renacer odios y rencores y filiales y no tan filiales correc-ciones fraternas, sino incluso envidias de esas que de santas tienen muy poco: la entrevista que, por una razón nunca del todo revelada, le concedió o le ordenó Is-mael El Mayo Zambada al fundador de Proceso. (Iguales reacciones hubo con las entrevistas a Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, y a Daniel Arizmendi, El Mochaorejas).

La cofradía de escribientes y opi-nadores, de gesticuladores de la panta-lla o dueños del micrófono, condenó el oportunismo –así le llamaron- de aquel que un día libró mejores y más dignas batallas, como cuando Echeverría, en la apoteosis del poder presidencial priista (8 de julio de 1976), intervino Excélsior y expulsó a su director –Scherer- y a los suyos e impuso un mando a modo en la persona de Regino Díaz Redondo. Com-pañeros de batalla de don Julio eran ca-balleros de la talla de Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Vicente Leñero, Miguel Ángel Granados Chapa, José Emilio Pacheco, Heberto Castillo, Abel Quezada y Jorge Ibargüengoitia, entre otros. Todos ellos renunciaron después.

Entre aquellos que dejaron Excélsior está Rafael Cardona, aunque él se antic-ipó al destierro del 76. Un día, simple-mente, se acercó a Julio y le dijo: “aquí está el harpa; hoy dejo de tocar”, “¿por qué?”, fue la pregunta del aún director; “hoy dejo de tocar. Eso es todo”. Enton-

ces se fue. La distancia se hizo entre los dos; el silencio y la lejanía se ex-

tendieron por veinte años. Sin embargo, luego de la andana-

da en contra de Scherer por la entrevista con El Mayo, Cardona publicó un artículo de opinión en el que defendió pública-mente a su antiguo compañero de armas. Don Julio le buscó, agradeció el gesto y le dijo: “Cardona, nunca he pretendido tras-cender por mi nombre; quiero trascender por mi trabajo”.

La pregunta es ahora: ¿trascendió Julio Scherer o trascendió su trabajo? La respuesta, quizá, tiene que ir por una doble posibilidad: trascendieron los dos. Uno sin el otro no habrían subsistido.

Vale la intención del ejemplo: “Julio Scherer García (México, D.F., 7 de abril de 1926 - ibídem, 7 de enero de 2015) fue un periodista y escritor mexicano, director del periódico Excélsior y del Se-manario Proceso. Hasta su muerte, se desempeñó como presidente del Consejo de Administración de CISA S.A. de C.V. Falleció a las 4:30 del 7 de enero de 2015 a consecuencia de un choque séptico en la Ciudad de México.

“No obstante que se matriculó como alumno en la Facultad de Derecho de la UNAM, luego prefirió hacer un cambio y estudió filosofía en la misma universi-dad. Julio Scherer no terminaría ninguna

uno; eso peor es que no hablen. De Julio Scherer se habla hoy y se hablará después. Para bien o para mal. Y eso también es trascender.

“Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos”, respondió Scherer a sus críticos. Entender la respuesta quizá implique ir en el mismo barco, quemar el tiempo y la vida en el afán de comunicar. Solo quien ha optado por este arte puede entenderlo a plenitud.

Para bien o para mal, el nombre de Julio Scherer se confirma –con su desapa-rición física- como uno de los referentes del periodismo en México. Y, como lo dijo Rafael Cardona, “no fue un santo, no fue un pecador. Fue, simplemente, un hom-bre que se entregó a lo que sabía y amaba hacer: el periodista que dijo lo que tenía que decir”.

de estas licenciaturas porque ingresó de forma rápida a Excélsior, y el trabajo en el diario mencionado, además de gus-tarle más, consumió su tiempo…”, Wiki-pedia. Como se ve, es harto fácil que un biógrafo anónimo, como lo son aquellos que nutren una enciclopedia virtual, con-signe fechas: el nacimiento, la muerte, las ocasiones importantes; alguno que otro elemento significativo sobre su personali-dad, y ya está. La posteridad instantánea de la red.

Hoy el país habla de Scherer, de sus obras y de sus opiniones, de sus letras y de sus ocurrencias y osadías; de que, quizá, con el tiempo devino en uno de esos san-tones a los cuales se acude en los momen-tos de incertidumbre en la búsqueda de una guía orientadora, como esos Cristos dolientes sobre los cuales, en viernes san-to, se frota la mano y se santigua buscan-do la unción. Scherer, un poco igual que García Márquez, vivió los últimos años de lo hecho tiempo atrás.

Sin embargo, hoy el país habla de don Julio, y eso es trascender. El peor de los pecados, al modo de Borges, sería pasar indiferente por la vida. Lo dijo Wilde: solo hay algo peor a que hablen mal de

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

Descanse en paz, don Julio Scherer García

Entrevista que realizó al Mayo Zambada le granjeó severas

recriminaciones

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Por: Juan L. Simental

Scherer, para bien o para mal“Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos”

En 1988 rechazó el Premio Nacional de Periodismo

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uno; eso peor es que no hablen. De Julio Scherer se habla hoy y se hablará después. Para bien o para mal. Y eso también es trascender.

“Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos”, respondió Scherer a sus críticos. Entender la respuesta quizá implique ir en el mismo barco, quemar el tiempo y la vida en el afán de comunicar. Solo quien ha optado por este arte puede entenderlo a plenitud.

Para bien o para mal, el nombre de Julio Scherer se confirma –con su desapa-rición física- como uno de los referentes del periodismo en México. Y, como lo dijo Rafael Cardona, “no fue un santo, no fue un pecador. Fue, simplemente, un hom-bre que se entregó a lo que sabía y amaba hacer: el periodista que dijo lo que tenía que decir”.

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

Descanse en paz, don Julio Scherer García

Entrevista que realizó al Mayo Zambada le granjeó severas

recriminaciones

Acerca de don Julio• EstuvoalfrentedeExcélsiorcuandotenía42años;ingresó

antesdecumplirlos18años;estuvode1949a1976.• TrassusalidadeExcélsior,fundólarevistaProceso.El6de

noviembrede1976sepublicóelprimernúmero.• En1986seleentregóelPremioManuelBuendía1986;dos

añosdespuésrechazóelPremioNacionaldePeriodismo.• En 1971 recibió el PremioMaríaMoors Cabat; en 1977

fuereconocidocomoelPeriodistadelAñoporAtlasWordPressReviewdeEstadosUnidos.

• En2001 recibióel reconocimientoRoqueDaltonyenel2002, quizá el reconocimiento quemás lo conmovió: elPremioNuevoPeriodismoCEMEX-FNP,promovidoporelescritorGabrielGarcíaMárquez,en lamodalidaddeho-menaje.

• El20demarzode2014recibióelgradoDoctorHonorisCausadelaUniversidadAutónomaBenitoJuárezdeOa-xaca.

• Sus trabajos más polémicos: las entrevistas a Ismael ElMayoZambada,líderdelcárteldelPacífico;aSandraÁvilaBeltrán,“LaReinadelPacífico”,yaDanielArizmendi,“ElMochaorejas”.

• Escribióuntotalde22librosentre1965y2013.

FUENTE:Excélsior.

Los libros que publicó:

• Siqueiros:Lapielylaentraña.• Lospresidentes.• Salinasysuimperio.• Cárceles.• Parte de guerra, coautor

conCarlosMonsiváis.• Estosaños.• Lapareja.• Latercamemoria.• Elpoder:historiasdefamilia.• El indio que mató al padre

Pro.• LaReinadelPacífico.• Allendeenllamas.• Secuestrados.• Historiasdemuerteycorrup-

ción.• Calderóndecuerpoentero.• Vivir.• Máximaseguridad.• Niñosenelcrimen.

FUENTE:Excélsior.

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Algunas veces los muertos no se van jamás, Rulfo sigue latiendo

Por: Carlos Yescas Alvarado

D esde su firma como escritor de-jaba ver la levedad en sus pala-bras. Un anuncio de lo que sería

su obra literaria, tan breve como imbo-rrable. Que las palabras las pongan los demás, los que lean, los que se encuen-tren, pensaría tal vez Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, o como es mejor conocido y recordado, simple-mente y en pocas palabras, Juan Rulfo.

Y así es, pues su obra completa ape-nas completaría unas 400 páginas en un solo volumen, y si uno piensa en este tipo de compilaciones de autores como Octavio Paz o Carlos Fuentes, resulta realmente breve; sin embargo, lo que nos hace voltear hacia lo breve de su obra escrita es el gran número de textos, ensayos, artículos, conferencias, talleres, charlas y demás que su trabajo escrito ha provocado a lo largo de generaciones, con oleadas de seguidores que van des-de Benedetti, Arguedas, García Márquez, Borges, Fuentes o Susan Sontag.

Sin duda alguna, Juan Rulfo es pro-bablemente el autor mexicano más estu-diado en el país y el extranjero, ya que las encuestas en países como España, Alemania, Noruega y por supuesto Mé-xico, siempre le otorgan un buen lugar a su obra entre las más importantes de la literatura universal.

Y es que en pocas palabras, como era su personalidad, logra transportarnos a un México que parece ya ido, pero al tiempo, hablando de este en un sentido más bien sociológico, brinda una visión de ese país que está por llegar, del que se resiste a irse del todo, de la transfor-mación revolucionaria en una especie de nuevo feudalismo, de un caciquismo renovado que hace al pueblo siempre tener sed; condenados a estar siempre en esa Comala donde todos están muer-tos pero creen que viven: “No. Loco no, Miguel. Debes estar muerto”, dice Rulfo en Pedro Páramo, y en esas líneas po-dríamos encontrar el resumen de gene-raciones enteras de mexicanos; así, en

pocas palabras.

Capacidad increíble en Juan Rulfo la de traer toda la historia a un momento, a unas cuantas páginas. No obstante, cabe preguntarse ¿por qué una obra tan bre-ve? En algún momento, el propio Rulfo diría “Traía un gran vuelo pero me cor-taron las alas”.

Quién o quiénes se encargaron de detener a Rulfo poco importa cuando el resultado ahí está. A partir de su silen-cio creció su importancia, como a partir de la mentira, que no el engaño, nació su realismo fantástico que luego una in-finidad de escritores trataron de imitar, unos, y de continuar, algunos otros.

En pocas palabras, Juan Rulfo

Y más allá de seguir dando datos o es-pecular sobre sus palabras o su silencio, que sea él mismo quien hable, a través de su obra, y como sucedió en su home-naje, cuando pidió a Juan José Arreola que hablara por él, en esta ocasión otro grande de las letras, José Emilio Pache-co, habla por y para Juan Rulfo, haciendo una creación hermosa e hiriente con lí-neas de la obra de Rulfo, para componer un poema y seguirnos demostrando que algunas veces los muertos no se van ja-más, y que, en pocas palabras, Juan Rulfo sigue latiendo.

“Traía un gran vuelo pero me cortaron las alas”

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

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¿Qué tierra es ésta?

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

José Emilio PachecoHomenajeaJuanRulfo

consuspalabras

Hemos venido caminando desde el amanecer.

Ladran los perros.

Grietas, arroyos secos.Ni una sombra de árbol,ni una semilla de árbol,ni una raíz de nada.

Los cerros apagados y como muertos.

Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar.

Aquí no llueve. A la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed.

¿Quién haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve este llano tan grande?

No hay conejos,no hay pájaros, no hay nada.

Tanta y tamaña tierra para nada.

Unos cuantos huizaches,una que otra manchita de zacate con hojas enroscadas.

Nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.

Pero no hay agua.Ni siquiera para hacer buches tenemos agua.

Tierra como cantera que rechaza el arado. Un blanco terregal endurecido donde nada se mueve.

Ésta es la tierra que nos dieron: sombra recalentada por el sol.No es tiempo de hojas.Tiempo seco y roñoso de espinas. Polvo seco como tamo de maíz que sube muy alto.

Seguimos buscando por todas partesentre el rastrojo. Muchas lamentaciones revueltas con esperanzas.

Aquí no hay más que piedras. Aquí los muertos pesan más que los vivos. Lo aplastan a uno.

Allá lejos los cerros están todavía en sombras.Tiempo de la canícula cuando el aire de agosto sopla caliente.

Digan si oyen alguna señal de algo o si ven luz en alguna parte. Si hay olor de paz y de alfalfa, como olor de miel derramada.

Digan si ven la tierra que merecemos. Digan si oyen alguna señal de algo o si ven luz en alguna parte.

Digan si hay aire y nubes. Si hay esperanza. Si contra nuestras penas hay esperanza.

Digan si es necesario lavar las cosas, ponerlo todo nuevo de nueva cuenta, como campo recién llovido.

Digan si ven la tierra que merecemos.Si contra nuestras penas hay esperanza.

Caminamos en medio de la noche con los ojos aturdidos de sueño y la idea ida.

El viento lleva y traela tierra seca.

En la hora desteñida,cuando todo parece chamuscado, no aparecen las aguas. Nuestra milpa comienza a marchitarse.

Llueve muy poco.Le crecieron espinas a nuestra tierra.Somos como terrones endurecidos. Somos la viva imagen del desconsuelo.

¿Qué tierra es ésta? ¿En dónde estamos?

Todos se van de aquí. Nomás se quedan los puros viejos, las mujeres solas.

Aquí vivimos, Aquí dejamos nuestras vidas. Un lugar moribundo.

Ya no se escucha sino el silencio de las soledades.

Y eso acaba con uno.

Aquí no hay agua.

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‘Operación masacre’ es considerada el precursor del “nuevo Periodismo”, anticipándose 10 años a ‘A sangre fría’, de Capote

Por: Daniel Azdar

A causa de la muerte de Julio Scherer escuché repetidas veces y leí en

los diarios menciones sobre la literatura y el periodismo, y que si la línea que los separa es delgada o no. También se re-cordó a los recién fallecidos Vi-cente Leñero o Gabriel García Márquez, por lo que concierne a estas vocaciones.

Por un lado Borges dijo que nunca le apeteció leer el diario. Que hubiera preferido –con ese humor suyo– que se impri-miera un periódico por cada acontecimiento realmente im-portante; “por ejemplo, Colón descubre un nuevo continente”, dijo. Por otro lado, Fernando Benítez decía que el periodis-mo es literatura bajo presión.

Sea cual sea el objeto que se tenga en mano (un diario o un libro), es un hecho que la línea entre periodismo y literatura puede llegar a ser extremada-mente delgada. Un cabello.

(No dedicaré más espacio a Scherer o a Leñero o a Gar-cía Márquez, que de ellos ya se habló y se seguirá hablando; lo dedicaré, en cambio, a un escritor que, de igual manera, se encargó también de volver delgada esa mentada línea: Rodolfo Walsh. Hoy cumpliría 88 años).

Periodista, escritor, mi-litante, intelectual, Rodolfo Walsh modificó su indiferencia política tras la caída de Perón y la consolidación del régimen. Para denunciar el fusilamiento sumario que se dictó en 1956 contra un grupo de opositores, escribió lo que luego se con-vertiría en uno de sus trabajos periodísticos más conocidos: ‘Operación Masacre’.

Y la misma dedicación literaria-periodística puede

encontrarse en ‘El caso Satanowsky’, una de-

nuncia más sobre la corrupción de los

más altos coludidos de la lla-mada Revolución Libertadora; o en ‘¿Quién mató a Rosendo?’, por la muerte de un líder sin-dical.

Para cuando las Fuerzas Armadas llegaron al poder y murió su hija Victoria, Walsh escribió y publicó su última obra, la que le costaría la vida: ‘Carta abierta de un escritor a la Junta Militar’. Y sí. Luego de

Rodolfo Walsh no aparece

“El periodismo es libre o es una farsa”,

Rodolfo Walsh

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar’ le costó la vida, y él lo sabía

“Ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir”, Victoria Walsh

VIERNES 09 DE ENERO DE 2015

CartaabiertadeunescritoralaJuntaMilitar(Fragmento)

Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra que desnuda de ese terror (…)

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que us-tedes llaman aciertos son errores, los que recono-cen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades (…)

De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no exis-te, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.

enviar por correo las primeras copias, fue emboscado y se-cuestrado.

Walsh se resistió, sacó una calibre 22 y se defendió; logró herir a uno de los atacantes, pero fue acribillado.

Al día de hoy no hay infor-mación exacta sobre el parade-ro de sus restos. Se le considera desaparecido.