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Contenido

EDITORIAL

Dra. Johanna Paniagua Villalobos, Directora Revista Innovación Universitaria

Lcda. Adriana Orellana Orellana, Editora, Revista Innovación Universitaria

4

ENSAYOS ACADÉMICOS

La relevancia del análisis curricular en las carreras universitarias para garantizar la

calidad de la educación superior

Máster. Carmen Castro Salazar, Universidad Internacional de las Américas

7

La importancia de los actores involucrados en el proceso de autoevaluación para la

acreditación de las carreras ante SINAES

Lcda. Maureen Valverde Granados, Universidad Internacional de las Américas

20

Retos del proceso de acreditación en la Universidad Internacional de las Américas

Lcda. Alejandra Arguedas Villa, Universidad Internacional de las Américas

36

Revisión histórica de la educación universitaria costarricense y los procesos de

acreditación

Máster. Odith Bolandi Castro, Universidad Internacional de las Américas

49

Desarrollo docente y su aporte en la actualización del Plan de Estudio de Periodismo

de acuerdo con las exigencias del medio

Máster. José Pablo Salazar Aguilar, Universidad Internacional de las Américas

61

Yo, Investigador

Máster. Wilson Rojas Herrera, Universidad Internacional de las Américas

73

La extensión social universitaria como medio de formación práctica en el Periodismo

Lcda. María José Chinchilla Valverde, Universidad Internacional de las Américas

86

Normas para la Publicación de Ensayos Académicos y Proceso de Arbitraje en

la Revista Innovación Universitaria

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Editorial

Innovación Universitaria es la revista académica de la Universidad Internacional de las

Américas (UIA), en Costa Rica, la cual se gesta en el Departamento de Investigación de la

Universidad. Los autores de los manuscritos pertenecen a la Escuela de Periodismo y a la

Vicerrectoría de Gestión de Calidad y está dirigida a toda la comunidad educativa.

En esta oportunidad, se presenta una edición especial, que abarca temáticas relacionadas al

proceso de acreditación ante el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior

(SINAES). Su objetivo principal es difundir ensayos –los cuales exponen la experiencia- de los

diversos actores inmersos en el desarrollo de este proceso.

La máster Carmen Castro Salazar, analista curricular de la Universidad Internacional de las

Américas (UIA), expone en su escrito denominado “La Relevancia del Análisis Curricular en las

Carreras Universitarias para Garantizar la Calidad de la Educación Superior” la importancia

del análisis del currículo, esto como un medio que garantice la calidad en la educación superior,

que responda a las demandas profesionales de estudiantes y empleadores. Además, resalta el

valor de la asesoría curricular para el mejoramiento continuo y las modificaciones en el currículo.

El segundo manuscrito titulado “La Importancia de los Actores Involucrados en el Proceso

de Autoevaluación para la Acreditación de las Carreras ante SINAES”, realizado por la

Licenciada Maureen Valverde Granados, analista de la Vicerrectoría de Gestión de Calidad de la

Universidad, expone los actores involucrados en el proceso de acreditación y cómo su

participación es un elemento trascendental para el desarrollo de la excelencia en la calidad

educativa. Asimismo, presenta una visión general de la dinámica evolutiva de la educación

analizando el contexto de la educación superior.

La Licenciada Alejandra Arguedas Villa, analista de la Vicerrectoría de Gestión de Calidad

de la Universidad, presenta su ensayo “Retos del Proceso de Acreditación en la Universidad

Internacional de las Américas”. En este documento, Arguedas, aborda la trasformación, que ha

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tenido la educación superior en Costa Rica por medio del SINAES, contextualiza la vivencia del

proceso de acreditación y expone los principales desafíos que la Universidad atraviesa para lograr

calidad académica.

En esta edición también, tenemos el agrado de presentar el texto que se titula “Revisión

Histórica de la Educación Universitaria Costarricense y los Procesos de Acreditación” del

máster Odith Bolandi Castro, director de la Escuela de Periodismo. Bolandi reflexiona sobre la

transformación de la enseñanza costarricense, desde el surgimiento de las primeras universidades

en Costa Rica. El autor destaca la labor, que se ha desempeñado en los centros privados de

enseñanza, para elevar los estándares de calidad académica que solicita el SINAES.

En el ensayo que se denomina “Desarrollo docente y su aporte en la actualización del Plan

de Estudios de Periodismo de acuerdo con las exigencias del medio”, elaborado por el máster

José Pablo Salazar Aguilar, subdirector de la Escuela de Periodismo, el autor abarca la

importancia de la actualización del Plan de Estudios, en relación con el contexto y la puesta en

práctica del citado plan en las aulas universitarias. Se destaca como punto clave el ejercicio

docente en la aplicación y lineamientos del plan de estudios, con el fin de garantizar la calidad en

la formación de profesionales.

Por otra parte, el máster Wilson Rojas Herrera, coordinador de

Investigación de la Escuela de Periodismo, en su ensayo “Yo Investigador”, evidencia la

importancia de la investigación en el quehacer cotidiano, a la vez que acentúa su significado en la

educación superior y en la docencia universitaria. Como punto sustancial, el citado autor insta a

los profesores a estimular la pasión por la investigación en la comunidad universitaria.

Asimismo, destaca la constante actualización en el tema sujeto de análisis.

El manuscrito “La Extensión Social Universitaria como Medio de Formación Práctica en

el Periodismo”, elaborado por la Licenciada María José Chinchilla Valverde, asistente de la

Escuela de Periodismo, plantea el impacto social que tienen los proyectos de extensión como

generadores de cambio y toma de consciencia. De igual manera, destaca la importancia de las

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acciones de extensión universitaria, para el fortalecimiento de habilidades blandas y para

fomentar el conocimiento en diversas áreas en los estudiantes.

Agradecemos los valiosos aportes de la máster Diana Córdoba Pérez, colaboradora para

esta edición especial de Innovación Universitaria, en la cual se exponen engranajes muy

completos de los pilares que involucra la acreditación por medio de un recorrido, a través de

todos los nexos que deben sostener la calidad académica en un centro de formación superior,

hacia los cuales está comprometida la UIA.

Dra. Johanna Paniagua Villalobos Lcda. Adriana Orellana Orellana

Directora Revista Innovación Universitaria Editora Revista Innovación Universitaria

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ENSAYOS

La Relevancia del Análisis Curricular en las Carreras Universitarias

para Garantizar la Calidad de la Educación Superior

MÁSTER. CARMEN CASTRO SALAZAR

Asesora curricular y de evaluación

Vicerrectoría de Gestión de Calidad

Introducción

La acreditación de las carreras universitarias se ha convertido en todo un reto tanto para las

universidades públicas como para las privadas, ya sean nuevas o con algunas cohortes de

graduados, dado que se ha convertido en el garante de la calidad de la educación superior. El

tratar de ordenar la casa, al menos desde el punto de vista administrativo y bajo los lineamientos

curriculares establecidos por la propia universidad, conlleva un sin fin de retos para el personal

docente, administrativo, estudiantes y todos aquellos actores que de una u otra forma se

encuentren involucrados con el quehacer universitario.

Es de suma importancia que, en la actualidad, cuando existen un sin número de

universidades con un abanico de ofertas educativas el país busque cerciorarse del tipo de

profesionales que se están formando y de las consecuencias, que para la nación traería la

fabricación de profesionales a granel, sin la debida preparación y competencias para el ejercicio

de una profesión. En el 2015 en las noticias se podían leer titulares relacionados con las

siguientes situaciones:

- Sala Constitucional ordena a la Dirección General de Servicio Civil otorgar un puntaje

adicional en los concursos que realice en adelante y en los que participen profesionales

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graduados de carreras acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de la

Educación Superior (SINAES) (Programa Estado de la Nación 2015, p.183).

- Catorce universidades privadas acumulan el 80% de los beneficiarios de la Comisión

Nacional de Préstamos para Educación (CONAPE) y la cartera tiende a concentrarse en

carreras del área de salud (Programa Estado de la Nación 2015, p.183).

Ya en el informe del Estado de la Educación (2016) se pueden leer entre los principales

hallazgos:

- Las carreras acreditadas solo representan un 7% de la oferta académica y desde 2010 sus

graduados con carreras cursadas completamente acreditadas son menos del 10% del total

de profesionales. El 58% de las carreras acreditadas al CONARE, que entregan tres de

cada diez títulos (p. 241).

- No se registra ningún avance en la disponibilidad de información sobre la cobertura y

resultados de la educación superior privada. Si el Estado no ejerce su potestad de

fiscalizar el desempeño de las instituciones, el país seguirá teniendo una imagen parcial y

fragmentada sobre sus logros y desafíos en educación superior. (p. 241)

Sin embargo, no se encontró ninguna noticia en donde se planteará como aspecto

importante el análisis en el campo curricular de las diferentes ofertas educativas, sobre todo en

las áreas de Ingeniería, Salud y Educación.

Como punto de inflexión importante para la escogencia de una carrera de nivel

universitario, los futuros profesionales deben estar convencidos no solo de la profesión que

quieren ejercer, sino que la elección del centro de educación superior sea la correcta. Lo anterior

cobra relevancia, ya que le brindará las mejores herramientas para su desenvolvimiento futuro,

por lo que si se busca la calidad, debe tener en cuenta el currículo correcto (prescrito y oculto),

pues de ello dependerá su calidad profesional.

Así se evidencia que, para las instituciones de educación superior es fundamental mostrar

buen rendimiento académico en la producción de profesionales, pues tanto los centros educativos

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de nivel superior, públicos y privados, realizan una función social encomendada por el Estado y

por tanto, deben ser responsables en su cometido. Lo anterior, tiene gran importancia, ya que el

Programa Estado de la Nación en el capítulo Estado de la Educación apunta que: Las

instituciones privadas, grandes generadoras de diplomas universitarios (el 70% del total), no

muestran innovación en la oferta, no aportan investigación y realizan poco trabajo de extensión.

(2015, p.188), aspectos relevantes dentro del currículum universitario.

Por todo lo anterior y, ante el reto presente que significa la acreditación de carreras

universitarias, la estructura y la organización del plan curricular, ponen de manifiesto la

relevancia de su análisis, dado que es uno de los ejes fundamentales, para garantizar la calidad de

la educación superior. Seguidamente se expondrán algunos aspectos que dinamizan los procesos

pedagógicos en las instituciones educativas terciarias que buscan ofrecer una educación superior

de calidad.

Desarrollo

Cuando la sociedad demanda más y mejores profesionales surge la pregunta de si el sistema

de educación superior o terciario ofrece una formación pertinente y relevante para la demanda de

profesionales que requiere el mercado laboral. De acuerdo con las entrevistas efectuadas a

empleadores por el Programa Estado de la Educación, los análisis de las respuestas ofrecidas

llevan a la conclusión de que: Se requiere de un recurso humano bien formado, con una

abundante dotación de habilidades blandas, un segundo idioma y a un costo aceptable. (Angulo,

s.f. citado por Programa Estado de la Nación, 2015, p.219). De manera que lo acelerado de los

cambios actuales sugiere la necesidad de una formación versátil y un recurso humano con gran

capacidad de adaptación (p.218), para que pueda desenvolverse adecuadamente en el campo

laboral.

Para lograr lo anterior, se requiere que el currículo responsable de la preparación de los

nuevos profesionales demandados por la sociedad sea el adecuado, esté actualizado, sea flexible y

cumpla con las expectativas de los estudiantes y sus futuros empleadores (Programa Estado de la

Nación, 2015, p.231). Así teniendo en cuenta lo anterior, el análisis curricular de las carreras

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universitarias busca garantizar la calidad de la educación superior, dado que es uno de los

aspectos de mayor relevancia, que se presentan en el momento de acreditar una carrera.

Para este fin, las instituciones y programas de educación superior emplean uno de los

mecanismos más utilizados en el mundo, para buscar la salvaguardia de la calidad de la

enseñanza con base en estándares internacionales: los sistemas de acreditación. Las exigencias

anteriores y la búsqueda del Estado por evidenciar el buen uso del presupuesto, que se invierte en

educación superior, ha empleado la estrategia de la acreditación de las carreras universitarias, la

cual busca una autoevaluación exhaustiva, que permita reforzar aspectos débiles de la dinámica

institucional, con miras a certificar la calidad de los procesos internos que se dan en ellas, lo cual

redundaría en beneficios para los empleadores, los estudiantes, las instituciones de educación

superior y por ende, para el país.

Con miras a alcanzar lo expuesto, se propone entre otras estrategias, que las universidades

aprobadas por Consejo Nacional de Enseñanza Superior Privada [CONESUP] cuenten con cinco

años, posteriores a la entrada en vigencia de la reforma de la ley, para acreditar su calidad. En

esta misma línea, se plantea la obligatoriedad de actualizar los planes de estudio y

específicamente, las universidades privadas deberán hacerlo de oficio cada cinco años. (Programa

Estado de la Nación, 2015, p. 227).

En el 2016, solo el 8% de la oferta académica superior autorizada en establecimientos

centrales estaba acreditada. Según el informe del 2017 del Programa Estado de la Educación, a

pesar de la gran cantidad de títulos que representan las carreras de educación en el número total

otorgado por año en las universidades, en 2014 solo el 3% correspondió a carreras acreditadas.

En el caso de ingenierías son el 20% y en medicina el 8%. En 2014, Periodismo e Informática

emitieron una cuarta parte de sus títulos en carreras cursadas según los esquemas de calidad

certificados por el SINAES (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 283).

En este mismo informe, se anota que el perfil de salida de los graduandos es lo principal

para los entrevistados de las universidades y para los graduados. En el caso de los empleadores

les interesa principalmente, que el perfil responda a las necesidades del mercado laboral, sin

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embargo, todos mencionan la importancia que tiene el que los planes de estudio estén

actualizados. El contar con docentes de alto perfil académico y con vocación en investigación

también es un elemento que citan como un componente que impacta la calidad del proceso

educativo, además incluyen el concepto de calidad de la educación, que la carrera realice

actividades en otros campos como la investigación y la extensión cultural, y que favorezca al

desarrollo del país.

Por otro lado, la acreditación fue un factor importante, que se mencionó en relación con la

selección de la universidad donde estudiar. La percepción es que la acreditación es más

importante para ellos mismos que para los otros, mientras que “las universidades consideran que

la acreditación es relevante para ellas en primer lugar, como diferenciador, factor de legitimación

o reafirmación” (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 285). Aunque esto último no significa

necesariamente que se esté dando la mejor educación, sino una educación con ciertas garantías,

pues el proceso educativo tiene muchas aristas.

Una educación de calidad es aquella que garantiza que sus graduandos salgan con

conocimientos actualizados, con un conjunto de valores y principios éticos fundamentales para el

ejercicio de su profesión y una serie de habilidades claves para su desempeño laboral tales como:

la capacidad para trabajar en equipo; autonomía; flexibilidad para adaptarse a distintas

situaciones y resolver problemas; una visión humanista de contribuir a la sociedad, lo que es

importante sobre todo en Medicina y Educación, así como la capacidad para desarrollar

relaciones interpersonales positivas en su entorno profesional en las áreas de Ingeniería y

Periodismo, entre otras.

Todo lo anteriormente anotado apunta a un solo norte, el currículo universitario. De ahí la

relevancia del análisis curricular de las carreras universitarias, con miras a garantizar aunque sea

en parte, la calidad de la educación superior, pues el currículo lo es todo, no solo programas de

estudio, infraestructura, capacidad del cuerpo docente, sino también la actitud, el compromiso

con el centro educativo, la capacidad de enfrentarse a situaciones problemáticas y la búsqueda del

ideal plasmado en la misión y la visión de la universidad, lo cual debe evidenciarse en los

objetivos que persigue la carrera, los objetivos de los programas de los cursos, sus contenidos, la

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concatenación e interacción de los planes de estudio, la relación con los empleadores de los

futuros profesionales y la experticia de la universidad para brindar a sus estudiantes las

capacidades blandas que requerirán sus egresados en el mundo laboral, entre otras expectativas.

Esta situación permite plantear algunos aspectos relevantes para este trabajo, con miras a

evidenciar una situación, que en algunas ocasiones se convierte en un nudo gordiano para una

institución de educación terciaria. Es primordial evidenciar la relevancia del estudio del currículo

de las carreras universitarias en función de procurar una educación superior de calidad.

Aunado a lo anterior, es trascendente:

- Enumerar los elementos que conforman el estado del arte de una carrera universitaria, en

otras palabras, enumerar los elementos que permiten construir la forma en que se han

tratado las carreras, cuáles son sus antecedentes, cuáles son las fuentes de información,

cuáles experiencias se han efectuado en torno a la temática y qué nuevas tendencias flotan

en el ambiente

- Identificar los procesos de gestión de la carrera.

- Especificar el perfil ideal para el estudiante, el docente y el empleado universitario.

- Determinar la relación entre el currículo y la acreditación de una carrera.

El análisis del currículo de las carreras universitarias es de alto interés, por cuanto es un

elemento primordial para que un centro educativo de esta naturaleza pueda ser creativo,

innovador, productivo y proactivo, de tal manera que pueda brindar oportunas y adecuadas

soluciones a las problemáticas sociales en diferentes ámbitos, que como fin primario, propicia la

existencia de las universidades.

El currículo entonces, se concreta en la ejecución de los planes y programas de estudio, los

cuales se convierten en instrumentos dinámicos, solo y cuanto los docentes y los estudiantes

interiorizan su accionar pedagógico como un proceso cotidiano. Todos los elementos curriculares

que los componen corresponden de esta forma a una serie de aspectos del currículo que, de una u

otra manera, sobresalen en los procesos de acreditación.

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De esta forma, el plan de estudios debe responder al estado del arte, en la incorporación de

problemas del entorno. Es un documento que presenta los antecedentes de la carrera, sus

fundamentos conceptuales, sus objetivos, sus fines, ejes y orientación metodológica, los

referentes universales de la disciplina, el perfil de entrada, el perfil profesional o de egreso, la

malla curricular en donde se manifiesta la concatenación de los cursos, el cumplimiento de

requisitos y correquisitos, donde se evidencia la integración de la teoría y la práctica, se presenta

una perspectiva multidisciplinaria, se demuestra el rol de la ética, se establece la inclusión de

tecnologías de información, se evidencian principios y prácticas científicas, se brinda

flexibilidad, se permean actividades extracurriculares, los trabajos finales de graduación son

aportes a la sociedad, la graduación es una actividad conjunta y de relevancia, y los programas de

los cursos cuentan la historia de su evolución, entre otros.

Lo anterior se concreta con estrategias y métodos de enseñanza pertinentes, se promociona

el aprendizaje cognitivo, el desarrollo de destrezas, el interés por el aprendizaje, el pensamiento

crítico y autónomo, así como métodos de evaluación, que evidencien los logros estudiantiles y

permitan al docente mejorar su quehacer en el aula. Se tiene entonces, que la gestión de la

carrera, los cambios al plan de estudios, la actualización del mismo, así como las ocasiones en

que el plan se ha modificado, son motores para tener un programa de estudio, que responda a las

exigencias de los usuarios.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la

Cultura, [UNESCO]:

El currículo es, en términos más simples, una descripción de qué, por qué, cómo y cuándo

deberían aprender los estudiantes. El currículo no es, por supuesto, un fin en sí mismo, más

bien, su objetivo es tanto lograr resultados de aprendizajes útiles y valiosos para los

estudiantes como cumplir una serie de demandas sociales y políticas de gobierno. Mediante

el currículo se resuelven las preguntas imprescindibles de carácter económico, político,

social y cultural acerca de los objetivos, los propósitos, el contenido y los procesos

educativos. La declaración de política y el documento técnico, que representa el currículo,

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reflejan también un acuerdo político y social más amplio acerca de lo que la mayoría de la

sociedad considera más valioso (2016, p.8).

Los criterios curriculares buscan su pertinencia, vigencia y calidad, en la materialización de

la integralidad, la coherencia, la productividad y la modernización de la oferta educativa,

puntualizando en los perfiles de personalidad, el ocupacional, el profesional y el prospectivo.

Permite además la internalización de los contenidos programáticos, el reconocimiento de lenguas

extranjeras, donde el estudio de casos priva sobre la práctica oral docente, fomenta la

programación de estudios interdisciplinarios y relacionados con el entorno, así como la

investigación en los diferentes ámbitos.

Dentro de la capacitación del personal se incorporan conferencias, cátedras, cursos y

programas con preparación internacional. Además, buscan convenios con miras al

fortalecimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje, para emplear las redes académicas,

las bibliotecas electrónicas, procesos de enseñanza virtual y el empleo de la tecnología de punta,

entre otros. Todo lo anterior busca fomentar el aprendizaje de habilidades y destrezas, con el fin

de que los egresados universitarios puedan seguir aprendiendo y generando nuevos

conocimientos e industria, cuando dejen las aulas universitarias.

Para un currículo universitario Rincones y Belkis (2006) citando a Guédez (1998) esbozan

que todo plan de estudios debe contemplar un componente holístico, que es concebido

conceptualmente como un proceso global, continuo e interdisciplinario. Este componente debe

estar integrado por áreas que se adhieran esencialmente a un desarrollo concatenado del

conocimiento según la intención de crear situaciones para la realización y promoción integral del

ser humano (p. 133). Estas áreas son:

Simbólica: Se concretan con un conjunto de objetivos de aprendizaje, que buscan el

dominio de contenidos formales y de estructuras cognoscitivas apropiadas al desarrollo de

principios generales, razonamientos abstractos y relaciones simbólicas de datos y nociones

conceptuales, lo que permite el desarrollo de esquemas de comunicación que reconocen

identifican, comparan y aplican las categorías del lenguaje (p.112).

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Heurística: Evidencia el dominio de estructuras operacionales, metodológicas e

instrumentales que coadyuvan en el desarrollo de capacidades para indagar, inventar y ejecutar

iniciativas, permitiendo comprender el desarrollo de recursos intelectuales ajustables a los

procesos de la investigación científica y a los requerimientos del estudio sistemático lo cual

permite motivar para el dominio de esquemas cognoscitivos y valores, que propicien la fijación

de un espíritu crítico para evaluar, interpretar y juzgar las distintas realidades sociales (p.112).

Idiomas: Permiten ampliar los recursos de comunicación para el acelerado proceso de

producción de conocimiento en el ámbito internacional, lo cual favorece una formación global

del estudiante (p.113).

Actividades Complementarias y de Extensión: Representan programas y contenidos que

responden a la ampliación de posibilidades educativas de autodesarrollo. En este sentido, se

fomentan actitudes y se proporcionan recursos, que capacitan para el auto-aprendizaje y el auto-

desarrollo permanentes (p.113).

De esta manera, la interrelación de las áreas es periódica y acumulativa, en virtud de que el

progreso de cada una contribuirá con elementos que fortalezcan y clarifiquen a las demás. Un alto

porcentaje del currículo debe buscar el promover en el estudiante una formación integral, que le

permita desarrollar de una base conceptual, que facilite la plasticidad intelectual necesaria para

afrontar con éxito los requerimientos tanto académicos como vivenciales de su entorno (Rincones

y Belkis, 2006, p.113).

El marco curricular universitario debe establecer entonces, una serie de funciones

específicas como, por ejemplo:

- Situar la visión, el contexto y el desarrollo socioeconómico, los valores educativos y la

política educativa en un contexto curricular.

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- Establecer la visión, los propósitos y los objetivos del currículo en las diversas etapas, las

transiciones entre ellas y los vínculos entre la educación superior, el trabajo y el

aprendizaje a lo largo de toda la vida.

- Determinar los requisitos para la implementación, la supervisión y la evaluación del

currículo, incluida la prestación de asesoramiento en relación con la pedagogía y las

metodologías de evaluación apropiadas; a los responsables de formular políticas acerca de

los requisitos del currículo y la forma en que pueden contribuir a efectivizar su visión

curricular.

- Explicar la filosofía educativa sobre la que se basa el currículo, y los enfoques de la

enseñanza, el aprendizaje y la evaluación que sustenta esa filosofía.

- Concretar la estructura del currículo en sus ejes de aprendizaje y la justificación de la

inclusión de cada una de ellas.

Conclusión

La acumulación de experiencias por parte del personal universitario involucrado en los

procesos de acreditación es en primera instancia, un importante insumo para el acompañamiento

en las diversas necesidades académicas de una universidad. La asesoría curricular se convierte

entonces en el principal eslabón de la cadena universitaria, dado que permite a las unidades que la

conforman tener claridad de la ruta a seguir para el mejoramiento y modificación de su currículo.

Entre los beneficios que aporta a la organización, así como a la dinámica de las carreras, las

unidades académicas y los servicios comunes en general de la universidad, los procesos de

revisión o autoevaluación han reportado mejoras en las prácticas de registro y sistematización de

la información. Esto permite llevar un mejor control del quehacer de la carrera, lo que a su vez

incide en la transparencia interna y la rendición de cuentas.

Las metodologías de enseñanza también han experimentado un mejoramiento, gracias a los

procesos de acreditación de la calidad de la educación, pues conlleva un análisis de las carreras,

contrario a lo que sucedía. En la actualidad, existe una preocupación por renovar el currículo de

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manera continua, incorporar nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y revisar con

frecuencia el perfil de salida de los graduandos en términos de competencias, destrezas, actitudes

y valores, según requiera la sociedad.

En este sentido, el empoderamiento del personal docente y administrativo es de suma

importancia, pues les permite adueñarse de espacios de capacitación y actualización académica,

para enfrentar el carácter dinámico y cambiante del currículo.

Determinar las exigencias del entorno, asumiendo mayor responsabilidad hacia los

procesos de cambio curricular con calidad es solo el comienzo. Por ello, las carreras

universitarias que se encuentren en procesos de autoevaluación, estén acreditadas o vayan a

reacreditarse (Quintero, Yepes, y Munévar, 2006, p. 282), deben tener en cuenta la relevancia de

la asesoría curricular, dado que en su mayoría los docentes y el personal universitario no poseen

estudios en el área pedagógica, pues no son docentes de carrera.

Cuando los docentes y los discentes logran entender el desarrollo del currículo como un

proyecto y un proceso amplio y complejo, elaborado desde la reflexión, valoración y

mantenimiento institucional, grupal y personal, vigilante y crítica, acceden a nuevos paradigmas

y prácticas a través del intercambio de ideas y experiencias entre ellos Críales (1995) citado por

Rincones y Belkis (2016, p. 114), dado que deben efectuar una evaluación interna sobre la

estructura y organización del plan curricular y sobre el rendimiento académico y los factores

asociados a éste, mediante una evaluación interna.

En el ámbito curricular, las instituciones educativas de nivel superior tienen que responder

a exigencias derivadas de la implementación de una política de evaluación institucional, ligada al

otorgamiento de la acreditación de programas, lo cual exige una evaluación externa que

complemente la interna. Esta evaluación comprende el análisis de egresados, empleadores y del

mercado de trabajo.

Por otra parte, el mundo del trabajo se ha transformado y reclama investigaciones sobre los

impactos y desafíos, que los cambios asignan a los procesos de formación que se realizan en las

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instituciones de enseñanza terciaria, desafíos que se extraen de los perfiles laborales altamente

calificados, los cuales solicitan a los empleadores de las empresas competitivas.

La calidad del currículo se ve afectada entonces, por las percepciones de los grupos

participantes, sus sentimientos, su sistema de valores (Arteaga, Bejarano, Uribe, y Redondo,

2009, párr.47), de manera que lo expuesto evidencia una vez más la importancia del análisis del

currículo que respalda a las carreras de los centros de educación superior que buscan brindar una

educación de calidad.

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Referencias

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Rincones, B. y Belkis, G. (2006). El currículum en una institución universitaria. Sapiens. Revista

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Quintero, J., Yepes, J. y Munévar, R. (2006). La reforma curricular universitaria: evaluación y

mejoramiento académico. Revista Historia de la Educación Latinoamericana. 2006 (8),

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Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 20

La Importancia de los Actores Involucrados en el Proceso de Autoevaluación para la

Acreditación de las Carreras ante SINAES

LCDA. MAUREEN VALVERDE GRANADOS

Analista

Universidad Internacional de las Américas

Introducción

La educación se puede considerar como una herramienta de cambio individual y social que

lejos de perpetuar las falencias que históricamente se han venido dando, debe ser capaz de

transmutar al tenor de la evolución, sus estrategias y mecanismos de abordaje de la enseñanza, en

todos los niveles. El todo de la educación, debe necesariamente, analizarse por sus partes.

Fishel (1990, p. 261), señala que “el carácter lento de la dinámica evolutiva del sistema

educativo costarricense contrasta vivamente en la época actual, con las pautas con que se suceden

a nivel social”. Por tanto, el crecimiento social, económico y tecnológico, debe ir estrechamente

relacionado con el avance en la educación para que esta, pueda dar una respuesta a esas

necesidades imperantes.

Esa realidad descrita, si bien es de larga data, descubre que la situación no ha cambiado y

así como la evolución del entorno exige un desarrollo educativo, también es imprescindible

cuestionar la eficacia e idoneidad de la enseñanza. Una crisis a nivel educativo, no se genera

solamente por índices negativos en cuanto al alcance poblacional, equidad de género,

accesibilidad de la educación, gratuidad, oportunidades, etc., sino también, por la calidad de la

misma.

De tal manera que, a través de los análisis que se realizan, se identifica que dentro de la

enseñanza superior – y específicamente a la que compete-,

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No se registra ningún avance en la disponibilidad de información sobre la cobertura y

resultados de la educación superior privada. Si el Estado no ejerce su potestad de fiscalizar

el desempeño de las instituciones, el país seguirá teniendo una imagen parcial y

fragmentada sobre sus logros y desafíos en educación superior (Programa Estado de la

Nación, 2017. p.241).

En virtud de la prioridad y urgencia de estandarizar los índices de excelencia en la calidad

educativa y poder certificar el nivel de preparación integral que reciben los estudiantes en las

universidades, surge el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES).

El SINAES, a través de los procesos de autoevaluación de las carreras, aprovecha la coyuntura

relacional de los distintos actores del proceso, consolida y garantiza la cultura de calidad en la

educación.

Es necesario considerar lo que significa la calidad para luego profundizar en la calidad de

los procesos de enseñanza – aprendizaje en la Educación Superior. Stockmann (2009, p.19)

citando al Instituto Alemán de Normas (DIN) y a la Organización Internacional de

Estandarización (ISO) (s.f), indica: “La calidad es la totalidad de características (y expresiones de

estas características) concerniente a su aptitud para cumplir exigencias y condiciones previamente

determinadas”.

No obstante, tal como lo indica el autor, la calidad no obedece simplemente a normas

abstractas u opiniones subjetivas, sino que depende también de la inclusión del contexto y del

trasfondo cultural. Esta se encarga de guiar los procesos para generar resultados más libres de

defectos o errores, de modo que respondan a los requerimientos establecidos.

De tal forma que, según Stokmann (2009, pp. 20-21) el principal objetivo de las

valoraciones de calidad es garantizar un proceso de supervisión, que compare la calidad de los

procedimientos y servicios que se ejecutan y se brindan, con los que se pretenden alcanzar por

medio de la planificación. A su vez, procura subsanar las diferencias que puedan presentarse.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 22

El Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES), es un órgano

oficial de acreditación que da fe pública de la calidad de la educación superior mediante los

procesos de autoevaluación de las carreras. Estos procesos van desde la etapa inicial de

sensibilización y reflexión interna de la comunidad académica, la autoevaluación, la evaluación

externa, hasta la etapa de acreditación y mejoramiento continuo. (SINAES, 2009. p.19).

En el caso de las políticas sobre la calidad en la Educación Superior, el SINAES (2009. pp.

10-11) hace especial énfasis en el mejoramiento permanente de la calidad en cada tarea del

proceso de enseñanza y aprendizaje, en la administración de los posibles riesgos existentes y en

la autoevaluación de forma continua. Asimismo, favorece la actualización y la realimentación a

partir del análisis que se realiza, para lograr la excelencia en las carreras de las instituciones de

Educación Superior.

Para garantizar que exista una coherencia entre el desarrollo de los tres ejes fundamentales

de la educación superior como lo son la docencia, la investigación y la extensión, con los

estándares de calidad establecidos por la agencia acreditadora, se requiere de un andamiaje

institucional y contextual. Este permite el desarrollo y consolidación de una cultura de calidad.

El andamiaje del que se habla, se organiza en una estructura que revisa el contexto, los

insumos, los procesos y los resultados en el transcurso de la autoevaluación, con el fin de

alcanzar el logro de los objetivos de las instituciones de Educación Superior, para la acreditación

de las carreras ante el SINAES. Bajo este modelo, la opinión de los actores que se encuentran

involucrados activamente, corresponde al 30% del informe de autoevaluación. Estas poblaciones

se observan con detalle en la figura 1.

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Figura 1. Actores que Participan en el Proceso de Autoevaluación y Acreditación de las Carreras

Con el fin de analizar el papel de los actores dentro de los procesos que colaboran en el

mejoramiento de la calidad de la educación superior, se toma como base el modelo de

acreditación del SINAES, así como la contribución de los principales constructos teóricos sobre

el currículo y aspectos relevantes del Estado de la Nación. Este análisis permite de manera

complementaria, describir el aporte de cada una de las poblaciones participantes.

Desarrollo

Dentro de los aspectos que ayudan a mejorar la eficacia de la educación superior, se

encuentra el desarrollo curricular, de tal forma, que permite el cumplimiento de las metas

planteadas por las instituciones que desean acreditar la calidad educativa. Para la determinación

del carácter óptimo de los planes de estudio, puede considerarse muy necesaria la participación

de los actores involucrados en los procesos de autoevaluación de las carreras.

Gimeno (2010, pp. 299-300), resalta la importancia de los agentes que participan dentro de

la realización de un proyecto a nivel curricular, ya que el sentido y arraigo que tengan, es

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 24

imprescindible para alcanzar el éxito de dicho proyecto. Esta colaboración se genera desde el

desarrollo de los objetivos, los recursos físicos y humanos para llevarlo a cabo, la motivación, las

normativas que lo regulen, la praxis, la evaluación del proyecto y la constante actualización y

renovación de las estrategias enfocadas al logro.

Se destaca que el protagonismo de los agentes participativos (en este caso

específicamente: personal, académico, administrativo, técnico y de apoyo, estudiantes,

empleadores y graduados) facilita su implicación en el proceso. De manera que, cada uno desde

su postura, responsabilidad, nivel de compromiso y capacidad personal y profesional, pueda

aportar los elementos y condiciones claves para desarrollo del proyecto.

Los miembros de la comunidad educativa y los empleadores, permiten a las carreras

accionar coherentemente con la misión y visión institucionales y en concordancia con la misión,

visión y los objetivos de cada carrera, para realizar un análisis integral con la rigurosidad y

objetividad necesaria. La realimentación que surge, a partir de la convivencia y engranaje de

cada ente participante a través del estudio para la calidad, se ha de traducir en la elaboración de

estrategias y propuestas encaminadas al mejoramiento continuo de la educación.

Los actores involucrados en los procesos de las carreras en vías de acreditación y

acreditadas, son pilares estratégicos en los niveles de planificación, evaluación, desarrollo y

mejora constante. Por tanto, se considera necesario analizar cada una de las poblaciones desde su

acción permanente y participativa en este proceso, con el fin de determinar el grado de

implicación que tienen en el logro de los resultados, para responder a las necesidades del entorno.

Los estudiantes

Los estudiantes y su formación integral, son la razón de ser de las instituciones de

educación superior. El estudiante es uno de los actores que permiten legitimar el currículum

planteado por las instituciones, siendo este “una plataforma más amplia y comprensiva que los

contenidos de las materias o asignaturas” (Gimeno, 2010. p. 311).

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 25

Aun cuando no es el único indicador para medir la calidad de los contenidos del currículo,

la capacidad e inquietud por descubrir nuevos aprendizajes, las estrategias metodológicas

(Gimeno, 2010. p.314) y los recursos necesarios, los estudiantes colaboran en tener una visión

más amplia en la gestión curricular. Todos estos elementos se logran abstraer para evaluar el

grado de significación y eficacia de los procesos de aprendizaje.

Los planes de estudio facilitan experiencias de aprendizaje, para que los estudiantes

establezcan vínculos con el contexto social. De esta manera, los educandos ponen a disposición

de la sociedad, sus conocimientos y servicio mediante la responsabilidad social, convirtiéndose

en la unión entre el entorno y la comunidad universitaria.

Asimismo, mediante una evaluación integral y continua, el estudiante realimenta a la

institución sobre cada uno de los servicios académicos, administrativos y recursos pedagógicos

que se disponen para su desarrollo integral. El estudiante facilita visualizar el cumplimiento o no,

de los indicadores de calidad del proceso educativo.

Los estudiantes realizan sus observaciones por medio de sus participaciones en las

asociaciones estudiantiles, ante el Departamento de Bienestar Estudiantil, directoras de carrera,

coordinadores de área y docentes. La discusión de las autoridades universitarias en torno a las

solicitudes de los estudiantes, versus la realidad curricular y el contexto laboral, definen el curso

de acción institucional, para llevar a la práctica nuevas orientaciones didácticas, metodológicas y

de servicios, cuando estas sean requeridas en pro del mejoramiento de la educación.

Personal Académico

Por otra parte, el personal académico de la institución, tiene una participación esencial en

la dimensión del proceso educativo, relacionado íntimamente con la puesta en práctica del

currículo y funcionamiento de las carreras (SINAES, 2009. p.38). El desempeño del personal

académico se relaciona directamente con la metodología de enseñanza y aprendizaje aplicado, la

gestión de la carrera, los servicios, el desarrollo de la investigación y disponibilidad de los

recursos en favor del desarrollo del aprendizaje.

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Quesada, Cedeño y Zamora (2015, p.19) mencionan al respecto: “El desarrollo de la

docencia requiere que los participantes del proceso educativo se apropien de la misión definida

por la institución; conozcan y respeten las características de la población meta y realicen una

práctica coherente con los principios profesionales”. Esto permite que los docentes permeen a

través del ejercicio de su labor con los estudiantes, la esencia del currículo en coherencia con la

misión y visión institucionales.

Las direcciones de carrera, procuran mantener en acción los planes de desarrollo

profesional, que estimulan en los docentes las áreas de conocimiento e interés para el

mejoramiento de sus competencias profesionales y personales. Gracias a estos mecanismos de

motivación, se favorece la continuidad de los procesos y un mayor compromiso para la

excelencia en la calidad de la docencia, en beneficio de los estudiantes.

Los directores de carrera y los docentes, crean escenarios que permiten el contacto de los

estudiantes con la investigación, a través de la aplicabilidad de las nuevas tecnologías, la apertura

al conocimiento y al desarrollo del pensamiento científico riguroso. Mediante las estrategias de

mediación docente, se da la deliberación, el debate crítico, la formación del criterio, la expansión

del conocimiento, la aproximación a terrenos inexplorados y los fenómenos no estudiados.

Asimismo, el personal promueve que las carreras incluyan dentro de la actividad

universitaria, actos académicos tales como seminarios, charlas, mesas redondas y disertaciones,

que propician la identificación con el entorno social y económico de la comunidad. Además, el

personal académico coadyuva a la participación docente y estudiantil en la extensión

universitaria, mediante el desarrollo de los trabajos comunales universitarios, convenios

interinstitucionales; contribuyendo a la solución de problemas detectados.

Por tanto, a través de la gestión de las carreras, la docencia, la investigación y la

extensión, el personal académico no solamente contribuye a mejorar la calidad de la academia en

la Universidad. Con sus acciones permite acreditar y sostener la acreditación oficial de las

carreras, por medio del monitoreo, seguimiento, evaluación y ejecución de las propuestas

descritas en el plan de mejoramiento continuo.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 27

Personal Administrativo, Técnico y de Apoyo

El personal administrativo, técnico y de apoyo, por su parte, debe ser eficiente y suficiente

para atender los distintos elementos de soporte al proceso académico (SINAES, 2009. p. 54). La

idoneidad de los funcionarios que apoyan a la gestión académica permite un desempeño óptimo

en los procesos administrativos y académico – administrativos de la institución, brindando un

servicio con altos estándares de calidad.

El concepto de cliente, como hemos visto, es central en el modelo de gestión de calidad,

nace de las necesidades que tienen las personas, quienes, para satisfacerlas, adquieren,

compran y consumen productos o servicios. Y esta persona, al pagar y adquirir ese

producto o servicio, obtiene conjuntamente el derecho que sea de la calidad esperada y

anticipada (Lepeley, 2001. p.18).

Para las instituciones de Educación Superior Universitaria Privada, además de cliente, el

estudiante es el centro y sentido de ser, hacia quienes están encaminados todos los esfuerzos, para

que la atención que reciben en cuanto a los servicios administrativos y la educación integral,

cumplan y superen las expectativas que puedan tener. El personal administrativo, técnico y de

apoyo es el encargado de todos los servicios a los que los estudiantes tienen acceso.

Dentro de los principios de calidad integral a través de las áreas de gestión organizacional,

Lepeley (2001, p. 20) menciona los siguientes: liderazgo, atención a las necesidades de los

estudiantes, desarrollo de personal y de la organización que participan en la producción de los

servicios educacionales. Asimismo, puntualiza en la planificación estratégica en la educación, en

el análisis, la gestión de la calidad en los procesos de apoyo a la educación y el impacto que esta

función tiene, a lo interno y a lo externo de la universidad.

Tanto las labores que desempeñan los distintos departamentos, como la calidad de la

asistencia que brindan en eficiencia y eficacia y los horarios de atención, son aspectos inherentes

al servicio completo y sistémico de la universidad. Se habla pues de un sistema, ya que, cada

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funcionario y el trabajo que este desempeña, afecta significativamente al engranaje del todo para

que se realice el proceso de la enseñanza y el aprendizaje.

El personal administrativo, técnico y de apoyo, no solamente es parte de la comunidad

universitaria, sino que también es pieza fundamental para el mejoramiento de la calidad

institucional con miras a la acreditación y reacreditación de las carreras. El SINAES (2009. p.54)

establece que este personal debe contar con un plan de desarrollo profesional, para que sus

funciones y servicios estén acordes con las necesidades del proceso educativo y de las demandas

institucionales.

Por tanto, cuando se habla de condiciones óptimas de calidad en cuanto al trabajo que

desarrolla el personal administrativo, técnico y de apoyo, no se desestima a ninguno de los

individuos ni las funciones que realizan, todas son importantes. Además, las autoridades

universitarias, motivan, sostienen y otorgan un peso importante de su gestión, en lograr liderar el

talento humano para que trabajen dentro de un ambiente agradable, con condiciones y clima

laboral idóneo, para que la autorrealización personal influya en la productividad y el compromiso

de los colaboradores con la institución y con la visión constante del mejoramiento en vías de la

calidad deseada.

El líder de calidad concentra la atención en las personas, en sus necesidades y bienestar,

confía en la gente, inspira confianza, tiene visión de largo plazo y perspectiva global,

busca soluciones, promueve ideas creativas, apoya el cambio, estimula las acciones de

otros y las iniciativas proactivas, valora la competencia, aprende de otros, adopta lo

mejor, delega responsabilidad y poder de decisión, da más importancia a lo que los

colaboradores hacen bien y educa en lo que es posible hacer mejor (Lepeley, 2001. p.25).

Desde esta perspectiva, es evidente que la organización busca crecer en función del

bienestar de todos, transformando procesos, mecanismos, estrategias y adicionando los recursos

necesarios para lograr que todos los colaboradores puedan brindar respuestas ágiles y solucionar

problemas de manera asertiva y adecuada. Es así, como una institución evoluciona no solamente

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hacia la productividad como sinónimo de alta calidad, sino de alta calidad como sinónimo de un

proceso sano en donde todas las partes se benefician entre sí.

En una institución educativa, todas las vivencias de los estudiantes son aprendizaje, por

tanto, no se puede pormenorizar que la oferta de los servicios sea parte de este proceso de

aprendizaje, en el que las personas realizan también sus propios ensayos de desarrollo personal y

profesional, comunicación asertiva, solución de situaciones y aprovechamiento de oportunidades.

Estas experiencias serán reproducidas más tarde y de manera prolongada, cotidiana y genuina en

la sociedad; por ello, al hablar de calidad en la educación, cada parte cuenta.

Graduados

Los graduados de la institución son parte esencial de los procesos de autoevaluación para la

acreditación, el mejoramiento continuo y la reacreditación de las carreras de la universidad ante

SINAES. Ellos son uno de los principales indicadores de la calidad de la educación impartida en

las instituciones educativas y de las necesidades del contexto, que van surgiendo a través de los

avances, demandas y exigencias del mercado laboral.

Para mantener actualizadas las carreras, de acuerdo con la evolución de la disciplina, es

necesario medir la inserción laboral de sus graduados y las competencias adquiridas por estos.

Para ello, las instituciones involucradas y comprometidas en el mejoramiento de la calidad,

ofrecen mecanismos para dar seguimiento a esta población, a través de actividades académicas de

actualización profesional y reuniones con las direcciones de las carreras, con el fin de mantener

una constante realimentación de los planes de estudio.

Mediante este vínculo con los graduados es posible obtener información sensible sobre la

preparación recibida durante la carrera, que les ha permitido desempeñarse satisfactoriamente en

su trabajo (SINAES, 2009. p. 71). Estas percepciones representan una gran oportunidad, para

que se puedan detectar las necesidades de actualización en los planes de estudio, que llevan los

estudiantes y de educación continua, para los graduados y su actualización permanente.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 30

La calidad de la educación superior desde la perspectiva de los graduados, permite

“analizar cómo evalúan los graduados las propias fortalezas y las debilidades en su formación

superior para el desarrollo de habilidades para el trabajo y para obtener empleo” (Programa

Estado de la Nación, 2017. p.365). Las cohortes de graduados realizan un análisis de la oferta

académica de la institución y sus características.

Por medio de la evaluación constante de las carreras, los graduados también pueden sugerir

recomendaciones sobre el personal docente, la importancia de la investigación, las instalaciones,

el equipamiento de laboratorios, la infraestructura, los recursos tecnológicos y bibliográficos, los

servicios administrativos y las demandas del mercado. De tal manera que, la universidad

encuentra en esta relación, la coyuntura necesaria y eficaz para tomar decisiones en el rumbo de

la acción pedagógica.

Empleadores

Por su parte, los empleadores también son parte de los actores inmersos en el proceso de

la autoevaluación para la acreditación de las carreras. El sector empleador permite a las

universidades conocer la pertinencia de la educación recibida por sus colaboradores en cuanto al

desarrollo integral de competencias funcionales y vanguardistas, para sustentar y solventar las

necesidades de este mercado.

El vínculo que se tiene con el sector empleador, permite identificar la importancia de la

evaluación constante en aras de contribuir al desarrollo personal y socioeconómico del país:

Evaluar la pertinencia de la educación superior es relevante para dar cuenta del aporte

concreto que las universidades hacen al país, tanto ofreciendo nuevos profesionales para

insertarse en el mundo del trabajo como produciendo el conocimiento científico y

tecnológico que apuntala el desarrollo económico (Programa Estado de la Nación, 2017. p.

274).

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 31

Es esta población la que permite tener un acercamiento más próximo a la evaluación de

los graduados en cuanto a las competencias disciplinares y personales, las habilidades y

capacidades con que se enfrentan a la vida laboral, para avanzar asertivamente y relacionarse en

el ambiente circundante y ante el mundo actual. Los empleadores les permiten a las direcciones

de carrera y a las autoridades universitarias, revisar y gestionar las acciones predictivas para el

desarrollo de disciplinas de punta, que respondan a las demandas que imperan en la sociedad:

Costa Rica vive un período de modesto y volátil crecimiento económico, severo déficit

fiscal y escasas expectativas de creación de empleo. En este contexto, toda medida que

busque mejorar la eficiencia en la asignación de recursos públicos y privados redundará

en mayores posibilidades para aumentar la cobertura y la calidad de educación superior

del país (Programa Estado de la Nación, 2017. p. 274).

El compromiso que tienen las universidades, conlleva a cuestionarse las modificaciones,

que se han de llevar a cabo para que las proyecciones, que se tienen de las carreras, se desarrollen

no solamente en virtud de una certificación nacional de excelencia en la calidad de la educación,

sino verdaderamente en una cultura de calidad. Esta cultura permite el desarrollo de sociedades

económicamente productivas y evolucionadas, individuos éticos, profesionales, autorrealizados y

competentes para colaborar y liderar proyectos innovadores y progresistas.

Conclusión

La educación no es estática, sino que avanza al compás del mundo actual, de las demandas

tanto disciplinares como personales requeridas para la inserción laboral, con altos índices de

productividad; pero también con valores éticos y humanos, con habilidades interpersonales e

intrapersonales. El profesional de hoy es un ser integral, capaz de ajustarse y transformarse ante

el cambio, de dar soluciones alternas a las situaciones por resolver.

Para ejecutar los ideales que se esbozan en la misión y visión de las instituciones de

educación superior universitaria, es tan necesario como imprescindible y urgente, cuestionar el

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 32

qué, el cómo y el para qué de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Para ello, las

instituciones pueden acogerse de manera voluntaria, a pasar todo su escenario educativo por el

filtro de una metaevaluación para el mejoramiento continuo.

Esta metaevaluación consiste en un proceso científico y sistemático en el que cada una de

las partes del todo de la educación, es analizada como participante activo de los procesos que se

realizan para el desarrollo de una cultura de calidad. En Costa Rica, el SINAES es la entidad

nacional que colabora para que las instituciones puedan estudiar sus mallas curriculares, sus

mecanismos, procedimientos, recursos humanos y físicos, entre otros, para garantizar la

excelencia en la calidad de la educación.

Los modelos de gestión de la calidad educativa, procuran comprender el todo de los

procesos de enseñanza-aprendizaje en las partes o elementos que lo conforman. Esta visión

integradora, permite entender y asimilar la importancia de todos los actores que participan en los

procesos de autoevaluación y acreditación de las carreras.

Los estudiantes son el centro y objeto de las instituciones de Educación Superior

Universitaria, los docentes, quienes gestionan y desarrollan el currículo a través de su acción y

mediación pedagógica, el personal administrativo y técnico, quien apoya los procesos educativos,

brindando servicios eficientes y suficientes. Asimismo, los graduados como expertos fungen

como vínculo entre la universidad y el medio laboral.

Por último, el sector empleador, es el que indica la pauta del mercado laboral y las

competencias, que requieren tener los profesionales para enfrentarse a su medio de manera

exitosa. Además de todas estas poblaciones, que intervienen en el mejoramiento de la calidad

académica, existe un entorno que contextualiza, y los insumos necesarios para que se lleve a cabo

un proceso educativo con resultados de alta calidad.

Por tanto, la cultura de la calidad de la educación, se relaciona íntimamente con el

compromiso que tienen las universidades de crear profesionales que sean agentes de cambio en la

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sociedad. Para lograrlo, articula cada uno de los actores que forman parte de los procesos de

autoevaluación con miras a la acreditación de las carreras.

El resultado de la planificación estratégica de las universidades y su capacidad en recursos

diversos para mejorar la calidad de la educación, revoluciona la manera de enseñar y aprender,

preparando a los graduados para enfrentarse a pasos agigantados en el avance tecnológico y la

globalización actuales.

Dentro de los elementos que pueden considerarse para cada uno de los indicadores de

calidad, se mencionan: en el caso de los estudiantes, la importancia de su realimentación a la

Universidad sobre cada uno de los servicios académicos, administrativos y recursos pedagógicos

que se disponen para su desarrollo integral. Asimismo, el valor de sus observaciones dentro de la

gestión curricular.

Por otra parte, el personal académico participa en la dimensión del proceso educativo,

relacionado con el desarrollo del currículo y el funcionamiento de las carreras. El desempeño

docente se refleja en la metodología aplicada, la gestión de la carrera, los servicios que ofrece, el

desarrollo de la investigación y la disponibilidad de los recursos para el desarrollo de los

procesos de enseñanza- aprendizaje de los estudiantes y su relación con el contexto.

El aporte del personal administrativo, técnico y de apoyo, está centrado en la atención

óptima, eficiente y eficaz de los distintos elementos de soporte al proceso y gestión académica, en

cuanto a los procesos administrativos y académico – administrativos de la institución. De esta

forma, la sinergia en los esfuerzos de todo el personal, permite brindar un servicio integral, con

altos estándares de calidad.

Los graduados permiten a las instituciones obtener información sensible sobre la formación

recibida durante la carrera y la relación con esta para un desempeño eficiente y eficaz a nivel

laboral. Esta realimentación surge a tenor de la revisión del currículo y la actualización

permanente de los planes de estudio para la calidad en la gestión curricular y sus resultados, así

como la necesidad de educación continua y actualización permanente para esta población.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 20-35 Valverde, M. “La importancia de…” 34

El trabajo con los empleadores, le permite a la institución evaluar constantemente los

planes de estudio, para contribuir al desarrollo profesional y socio-económico del país. Esta

población tiene un aporte concreto para evaluar la pertinencia de la educación recibida, en torno

al desarrollo de competencias funcionales, disciplinares y personales, tomando en cuenta las

tendencias vanguardistas para responder a las necesidades del mercado.

Un profesional formado bajo los principios de una universidad de excelencia en la calidad

de la educación es capaz de optimizar su desarrollo personal, disciplinar y social para proyectarse

a la sociedad y fortalecer el desarrollo económico del país. De ahí la importancia de contar con

cada uno de los actores involucrados en los procesos de autoevaluación y acreditación de las

carreras ante SINAES. Educación de alta calidad, es sinónimo de progreso y bienestar personal y

social.

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Referencias

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Retos del Proceso de Acreditación en la Universidad Internacional de las Américas

LCDA. ALEJANDRA ARGUEDAS VILLA

Analista

Vicerrectoría de Gestión de Calidad

Introducción

En la actual sociedad del conocimiento en la que se está inmerso, el tema de la acreditación

de carreras ha tomado una importancia gigantesca, dentro del contexto del aseguramiento de la

calidad de la educación terciaria, respondiendo a la creciente demanda de una formación de

excelentes estándares, en pro del mejoramiento del perfil profesional de los estudiantes.

Al respecto, el periódico La Nación, a principios del 2013 dio a conocer un artículo de

opinión que hablaba sobre la importancia de la calidad de la educación universitaria, e hizo un

llamado a la necesaria acreditación de carreras, a raíz de una serie de situaciones que dejaban

entredicho la formación que muchos jóvenes estaban recibiendo, especialmente de universidades

privadas (La Nación, 2013, párr. 1).

Este artículo llama mucho la atención, ya que el año en el que fue publicado, solamente el

6% de las carreras estaban acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación

Superior (SINAES), organismo que está en la facultad de acreditar las diferentes disciplinas

universitarias con un sello de calidad de carácter nacional e internacional. (La Nación, 2013, párr.

1).

Parece que el artículo dio sus frutos, y el país ha brindado su apoyo a que los diferentes

procesos de acreditación se lleven a cabo, ya que actualmente SINAES tiene en la lista a 20

universidades nacionales con el sello de acreditación en una o varias de sus carreras, lo que deja

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 36-48 Arguedas, A. “Retos del proceso…” 37

claro que, si bien es cierto es un proceso voluntario, el aseguramiento de la calidad es un tema

trascendental en la educación superior costarricense y no puede quedar rezagado.

La educación no es solamente un negocio, o por lo menos, no se puede reducir su visión a

eso, por lo que el SINAES ha enfatizado el proceso como un objetivo permanente de cualquier

carrera universitaria que da este paso. Una vez obtenida la acreditación, la carrera debe darse a la

tarea de fortalecer las buenas prácticas y mejorar la gestión en todos sus contextos, con el fin de

mantener el sello distintivo de acreditación, dando fe de la calidad en su formación en aspectos

como plan de estudios, personal académico, infraestructura, metodología enseñanza-aprendizaje,

investigación, extensión y vida estudiantil, entre otros.

Desarrollo

Para contextualizar en la parte histórica de la acreditación de la educación superior

universitaria, se mencionarán varios aspectos, fundamentando la respuesta del presente modelo

que utiliza SINAES en Costa Rica, para obtener una mayor comprensión del mismo.

El actual modelo de acreditación fue tomado de los procesos, que se han llevado a cabo en

Estados Unidos desde el siglo pasado, el cual ha sido reproducido en los diferentes países

latinoamericanos, desarrollado bajo las condiciones sociales, culturales y educativas propias de

cada uno; pero con un común denominador: el proceso se trabaja en tres fases importantes, las

cuales se mencionan a continuación:

1) La primera fase del proceso es la afiliación de manera voluntaria al ente regente en temas de

acreditación. De esta manera se valida o reconoce el inicio de sus actividades académicas en este

sentido.

2) El segundo paso es el seguimiento sistemático del proceso, en tanto se da la autorregulación y

la autoevaluación con miras a la acreditación, por medio de la elaboración de un informe, que

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toma en cuenta diversos aspectos de la Universidad y de la carrera como tal y se desarrolla en un

tiempo perentorio para su posterior revisión.

3) El tercer peldaño es la obtención de la acreditación, así como el reconocimiento público de la

calidad de la educación, tanto de la carrera como de la propia Universidad (Centro

Interuniversitario de Desarrollo, CINDA, citando a Cáceres, 1992, p. 23).

Cabe aclarar que, el informe es revisado por expertos en esta materia, se detallan

observaciones, se programa una cita para la visita in situ por parte de los pares evaluadores, con

el fin de realizar la valoración externa, y a raíz de este proceso se determina la acreditación de la

carrera, o el rechazo de la misma.

En este sentido, el SINAES presenta características especiales, las cuales se mencionan a

continuación:

El SINAES certifica la calidad de programas y carreras de universidades públicas y

privadas. No acredita una universidad, departamentos, decanaturas o facultades.

La institución trabaja con fondos provenientes de las universidades miembro, así como

propios.

Su propósito es equiparar carreras y programas que cumplan con los objetivos de calidad

establecidos, dando fe pública de la calidad alcanzada.

La acreditación como tal es una decisión del Consejo del SINAES y estará fundamentada

en criterios cuantitativos y cualitativos.

El tiempo que se le otorga a una carrera o programa es de cuatro años, dentro del cual es

importante que se abarquen aspectos de mejora y sean solventados, con el fin de obtener

la reacreditación. (Tünnermann, 2008, pp. 321-322).

Acreditación en la UIA

El tema de acreditación de carreras universitarias para la Universidad Internacional de las

Américas es de carácter reciente. A pesar de que fue una de las primeras universidades privadas

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en crearse, la institución es nueva en esta temática, por lo que desde el 2014 se inició el proceso

de incorporación ante el SINAES, expresando que:

El proceso de acreditación de una carrera no es un asunto fácil. Es por ello que la UIA

consideró que, antes de solicitar la afiliación, debía realizar procesos internos de

autoevaluación basados en el modelo de SINAES y, con base en los resultados internos, se

ha trabajado en el mejoramiento de las carreras, de conformidad con el plan estratégico

institucional (La Nación, 2014, párr.5).

De acuerdo con lo anterior, se han realizado esfuerzos importantes para autorregular las

carreras, especialmente las del primer bloque, que fueron: Ingeniería Industrial, Ingeniería

Informática, Periodismo, Medicina y Farmacia. En un primer momento, la directriz giró hacia la

autorregulación de las disciplinas mencionadas y la consecución de los informes de

autoevaluación de las cinco carreras; pero en el camino se fueron dando ajustes, y el proceso

continuó con dos carreras: Periodismo e Ingeniería Informática.

La carrera de Ingeniería Informática realizaba su proceso por cluster o conglomerado, ya

que posee un tronco común de materias en las tres carreras que la conforman: Ingeniería en

Sistemas de Información, Ingeniería Informática e Ingeniería en Software. Por otro lado,

Periodismo realizaba su proceso como única carrera en esta rama, en la modalidad de carrera de

grado.

Ambas carreras desarrollaron sus procesos de forma separada, por la naturaleza de las

mismas. Lo positivo fue el nivel de autoanálisis y autoconocimiento que se permitió tener en cada

una de ellas, manifestando como consecuencia autorregulaciones a lo interno de ambas

disciplinas, mejorando los procesos que se daban, o implementando nuevos aportes para su

respectivo avance.

Este autoanálisis también se dio en el resto de los departamentos administrativos de la

Universidad, donde se subrayó la importancia de estos procesos en cada una de sus áreas, con el

fin de efectuar cambios paulatinos a nivel interno de la organización. Una de las debilidades

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encontradas fue la ausencia de cultura del resguardo de la información de años anteriores sobre

estudiantes, docentes y temas administrativos.

Se debe reconocer que la Universidad ha tenido un carácter tímido, resguardado, receloso

en cuanto a dar los pasos necesarios para la autoevaluación con miras a la acreditación. Como

todo proceso nuevo, y en el que no se tiene experiencia, siempre existen componentes de

inseguridad ante lo desconocido y surgen cuestionamientos sobre el desarrollo de este aspecto en

la vida universitaria; sin embargo, la experiencia que otras universidades privadas puedan aportar

y la trayectoria en dichos procesos, es de valiosa importancia para una institución que apenas está

dando sus primeros pasos.

Una observación importante con respecto al proceso de autoevaluación, es que el citado

procedimiento se bifurca en dos vías: la evaluación interna, que comprende el seguimiento de un

manual de acreditación, facilitado por SINAES para la creación de un informe, en que se detallen

los principales aspectos, que son dimensiones, componentes, criterios, evidencias y anexos, de tal

manera que se evalúe todo lo concerniente a la vida universitaria y sus diferentes partes.

Por otro lado, la evaluación externa es la que realiza propiamente la agencia de acreditación

con el envío de los llamados pares evaluadores, quienes son profesionales expertos en esta

materia, y están en capacidad de aportar sus conocimientos y emitir recomendaciones puntuales

en aspectos de gestión de la carrera en proceso.

Ambas vías son las que permiten otorgar la acreditación a una carrera, la cual es vista con

positivismo por parte de los diferentes sectores, desde las autoridades y los medios académicos,

hasta los organismos gubernamentales y el público en general, todo lo cual avala el proceso y el

quehacer del SINAES en esta materia.

Otra característica importante es la personalización de los manuales de acreditación.

Actualmente, SINAES posee tres manuales para las diferentes disciplinas: Manual de

Acreditación de Carreras de Grado, Manual de Acreditación Oficial para Carreras de Ingeniería,

y Manual de Acreditación Oficial para la Carrera de Arquitectura.

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Cabe resaltar que Costa Rica, así como el conglomerado de universidades públicas y

privadas que presenta, posee un lapso relativamente reciente en el desarrollo de temas de

acreditación de la calidad académica universitaria; sin embargo, los resultados positivos han

saltado a la vista en poco tiempo, generando confianza en las agendas de trabajo de los actores

medulares en temas de educación, sopesando los esfuerzos y creando espacios de entendimiento

para seguir impulsando esta tarea.

Desde este punto de vista, la oportunidad ya está puesta sobre la mesa, y es la circunstancia

de progreso ideal para avanzar hacia una educación de alta calidad, lo cual ha caracterizado a la

U.I.A. desde su creación.

Principales desafíos para la Universidad Internacional de las Américas

En el contexto actual, se estimula y se presiona para que las universidades estén a la

vanguardia en procesos de alta calidad académica, influencia ejercida por la sociedad, y

especialmente por los estudiantes al momento de elegir una universidad que los prepare para la

vida profesional.

Las carreras de Ingeniería Informática y Periodismo han evidenciado que la acreditación es

más que una labor de redactar un informe, para realizar un scanner de cómo están las cosas y qué

es lo que se puede mejorar. Si bien, este proceso ayuda en el objetivo principal el cual es

acreditar, el camino no es sencillo, ya que se encuentra en manos de la misma Universidad el

futuro de los estudiantes, que depositan su confianza en la enseñanza que les será brindada.

Uno de los desafíos, en este sentido, es la creación o el refuerzo de un pensamiento crítico

de alto nivel, que vaya más allá de lo conforme. Así está establecido en la misión de la

Universidad, la cual profesa:

La formación de profesionales que actúen como ciudadanos críticamente conscientes y

creativos respecto de sí mismos, del medio socioeconómico y del sistema de valores

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individuales y sociales, a fin de fortalecer una sociedad con un clima de justicia, libertad y

paz (Universidad Internacional de las Américas, 2014, p. 1).

Es importante aclarar que cada disciplina o carrera lo adapta a su campo de acción, por las

diferencias que se presentan entre ellas. Sin embargo, hay un elemento que no se puede ignorar, y

es que los estudiantes universitarios, en su mayoría, no logran este propósito. De hecho, es una de

las áreas más criticadas por el cuerpo docente, ya que se encuentran con jóvenes que no saben

interpretar la información, no son capaces de realizar un proceso de síntesis y les cuesta mucho

profundizar (Guzmán, 2011, párr.15).

Desde los inicios de la educación primaria, el sistema estructura a los estudiantes para que

memoricen y retengan gran cantidad de información; pero no los capacita para que sean capaces

de aplicar el conocimiento a la cotidianidad, esto es, a la vida práctica. Claramente, el sistema

educativo formal no responde adecuadamente a lo que se anhela alcanzar, lo cual se convierte en

el estandarte desde edades tempranas.

A todo lo anterior se agrega la poca o nula vocación de muchos profesores para impartir

lecciones, lo que deja un sinsabor en la experiencia educativa de muchos estudiantes, que llegan a

la Universidad pensando que todo va a seguir igual. En efecto, en muchos casos esto es lo que

prevalece, dado que los docentes consideran que no es primordial si al estudiante le guste la

clase, lo importante es que la materia sea entendida (memorizada), salga bien en los exámenes y

cumpla con las tareas establecidas.

Otra característica que se desea alcanzar con una educación de calidad es la creatividad de

los jóvenes, en tanto su pensamiento no se limite a copiar modelos ya existentes, sino que sean

capaces de interpretar a su manera el entorno y creen nuevas tendencias e ideas, de las que se

originen nuevas formas de pensamiento.

El ingenio en cualquier rama del saber es importante tenerlo como elemento diferenciador.

Un alumno que da rienda suelta a su imaginación, es un estudiante motivado, constructivo y nada

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conformista. Siempre estará en la búsqueda de innovación, y a nivel de sociedad, es un gran

paradigma que abre puertas a otros conocimientos.

En este sentido, la Universidad debe apostar por este tipo de formación, y crear espacios

para que sus estudiantes se sientan en la libertad de establecer novedades en cada uno de sus

campos de acción. En este sentido, la capacidad crítica del profesor es un ente clave para lograr el

cambio, ya que se le puede definir como un profesional del conocimiento.

Ahora, el cuestionamiento en torno a estas características deseables es de qué manera

logramos, como Universidad, implementar estas reformas tan necesarias y asegurar una

educación de calidad. No es una respuesta fácil la que se puede brindar.

Como institución de educación superior, la calidad está sujeta a diversos elementos, los

cuales van desde la actualización del plan de estudios, hasta la conformación de un cuerpo

docente de alto rango, suscrito al modus operandi de la Universidad, con trayectoria profesional y

académica comprobable y destacada.

La parte administrativa también incide en los procesos de calidad, ya que de la manera en

que una universidad administre sus recursos, así como de la eficiencia y la calidez del personal

para atender las necesidades de estudiantes y docentes, depende el sello característico de una

buena base administrativa.

Además, es fundamental para la carrera o programa mantener contacto con quienes

estudiaron un plan de estudios de bachillerato o licenciatura, es decir los graduados, para

realimentar la urgente actualización de los cursos y las nuevas tendencias en tecnologías y

campos de conocimiento. También se deben estrechar los lazos académicos, por medio de

capacitaciones, conferencias y foros, entre otras actividades con esta población, de modo que el

vínculo con el alma mater se mantenga satisfactorio para ambas partes.

Un grupo de atención importante son los empleadores, quienes son la radiografía de las

competencias requeridas en el campo laboral de los profesionales que salen de las universidades,

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 36-48 Arguedas, A. “Retos del proceso…” 44

debido a la alta competencia generada por la gran demanda de ciertas carreras. Los espacios

propiciados para atender empresarios privados, trabajadores independientes y personal de

gobierno ayudarían en la mejora de la enseñanza sobre las capacidades deseadas.

Otro de los elementos claves es la forma en que la Universidad abre las puertas a los

estudiantes fuera de sus fronteras. Las relaciones que tenga con sus homólogas en otros países es

de carácter obligatorio, y estas relaciones se establecen por medio de convenios en que ambas

partes manifiestan sus intenciones particulares para establecer medios de cooperación académica,

pertinentes en áreas como la investigación, la extensión, la docencia y el intercambio, tanto a

nivel estudiantil como docente.

Lo importante de todo esto es que, no solamente los estudiantes salgan beneficiados, sino

todos los actores involucrados en este proceso, por lo que la autorregulación es un paso clave

para responder a esta y otras interrogantes, ya que el proceso de observar las condiciones actuales

de la carrera y la viabilidad de la información brindada durante el proceso educativo, es

fundamental para tener claros los pasos de mejora en la gestión.

En estos momentos, la idea generalizada de cualquier persona que aspire a un mejor futuro

es enfocar la dirección de su educación como una inversión. El SINAES brinda una descripción

de este enunciado de manera muy acertada, la cual se describe así:

Para que esta inversión rinda frutos, se deben adquirir conocimientos sólidos que doten al

estudiante de talentos para transformar su entorno. En ese contexto, todo estudiante debe

asegurar que su vinculación con el proceso de enseñanza aprendizaje sea seria y que, al

mismo tiempo, el oferente del servicio educativo preste un servicio de calidad (SINAES,

2014, párr.1).

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Conclusión

La Universidad Internacional de las Américas está encaminada a lograr la acreditación de

cada una de sus carreras. Se sabe que el camino no es sencillo y que se debe ganar experiencia en

este tipo de procesos, que generan seguridad para los estudiantes, quienes apuestan su futuro

profesional a la universidad, que les brinde las herramientas requeridas, para salir adelante y ser

competitivos en su desempeño.

La calidad es un aspecto muy amplio y, siendo así, no se puede enmarcar o dirigir

únicamente a los procesos de acreditación de la educación superior. Es importante determinar que

los rangos de acción en este sentido apunten en varias direcciones, y la acreditación es solamente

una de ellas; pero no se puede pensar en atribuirle toda la responsabilidad a dicho proceso.

La educación se actualiza constantemente y una universidad debe reinventarse, pues las

formas de pensamiento trascienden de acuerdo con la época en las que se aplican. La tecnología

avanza a pasos colosales y las personas también deben cambiar para bien de la sociedad. En este

sentido, se hace una invitación a ser proactivos en las facetas de cambio, y no reactivos, para no

ser víctimas de lo que pueda o no pueda pasar.

Asimismo, cabe indicar que la calidad académica no está sujeta a una visión reduccionista

sobre ciertos estándares y criterios autorreguladores, sujetos de aprobación; sino que el aspecto

cualitativo es, a final de cuentas, la parte sustancial del proceso. Esto se enmarca en el

compromiso de los docentes con respecto a brindarle a los estudiantes una buena enseñanza, en la

disposición de los alumnos a aprender, en las características de la malla curricular, en la

naturaleza de los servicios que brinda la casa de estudios, en la idoneidad de la infraestructura, y

en la eficacia de la gestión académica, entre otros elementos (Andión, 2007, p. 88).

La calidad académica atañe a la acción pedagógica, interpretando los resultados de los

diferentes programas de estudio en la transformación intelectual, social y cultural de profesores y

estudiantes (Andión, 2007, p. 85). Además, la congruencia de esos programas con la realidad

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nacional e internacional es determinante, para la formación de estas poblaciones, así como su

impacto a mediano y largo plazo dentro de la sociedad.

Otro punto importante es que la calidad debe atacar problemáticas sociales importantes,

como el desempleo, ya que la educación en todos los niveles se ha caracterizado por formar

personas empleadas, no emprendedoras, lo cual vendría siendo una solución viable, así como un

signo de desarrollo sostenible dentro del país.

Inclusive, muchas de las situaciones de conflicto que posee la sociedad están directamente

relacionadas con la educación brindada a lo largo de la vida. La familia es el centro de la

sociedad, es el caldo de cultivo de pensamientos y contribuciones que aportan las personas al

ambiente inmediato.

Por ende, la educación de calidad comienza desde el hogar, y la enseñanza formal debe

apalancar con buenas bases el desarrollo cognitivo y sociocultural en todos los aspectos

metodológicos y pedagógicos de escuelas, colegios y universidades, independientemente de que

sean públicas o privadas.

En síntesis, la cultura define en buena parte los objetivos que, como sociedad se quieran

alcanzar. En el campo de la educación superior, la calidad se inicia con la buena voluntad de las

partes, acompañada de una buena dosis de compromiso y entusiasmo.

Tanto los que son profesionales como los que aspiran a serlo, deben encauzar sus energías

en la obtención de recursos esenciales, para alcanzar la deseada calidad académica, con el fin de

generar cambios sustanciales. De ahí que seamos todos coaccionantes y enmendemos el camino

hacia el éxito.

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Referencias

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Universidad Internacional de las Américas (2014). Estatuto Orgánico de la Universidad

Internacional de las Américas.

*Contacto: [email protected]

Facebook: alejandra.arguedasvilla

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 49

Revisión Histórica de la Educación Universitaria Costarricense y los Procesos de

Acreditación

MÁSTER.ODITH BOLANDI CASTRO

Director de la Escuela de Periodismo

Universidad Internacional de las Américas

Introducción

En los nuevos paradigmas de la educación superior universitaria a través de los años, la

enseñanza costarricense se ha adaptado a los requerimientos de un mercado en el que los

estándares de calidad son imperantes. En este sentido, las universidades públicas y privadas

asumen el reto de mejora en lo que se refiere a los procesos de acreditación. Esto significa, que

los centros universitarios apuestan por la calidad de sus planes de estudio.

La mayoría de los estudiantes se han formado en las universidades privadas. De ahí que se

denote el alto crecimiento de la misma, a partir de los años setenta, cuando solamente

predominaban las universidades estatales. Este renacimiento trajo consigo la proliferación

paulatina de la educación privada con pocos controles de calidad. Es por ello, que esta diversidad

de opciones plantea un análisis sobre las competencias y exigencias del mercado laboral nacional

e internacional, más aún en un mercado globalizado, que necesita de profesionales con amplias

destrezas y habilidades.

Los cambios actuales propician una flexibilidad curricular en aras de una mejora constante

en la educación. De ahí la importancia de evaluar los procesos de formación. En este sentido, la

función del Estado es esencial en el desarrollo de la educación y por eso, la supervisión en la

calidad es constante y demandante ante los retos de mejora día a día.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 50

Desde esta nueva óptica, la educación universitaria dejará su papel de “enseñadero”, para

convertirse en formadora de nuevos profesionales con responsabilidad social, seducidos por la

investigación, críticos y analíticos del entorno social.

Los procesos de acreditación plantean un nuevo modelo de universidad orientado a

estandarizar los procedimientos en todas las áreas del alma máter. Es decir, no sólo la academia

requiere de cambios, sino que abarca a toda la organización con todos sus departamentos. Esto se

logra con la sensibilización de los administrativos, docentes y estudiantes. Luego de la misma,

vendrá un período de autoevaluación, que desnude todo el quehacer universitario, destacando

debilidades y fortalezas.

El personal universitario apostará por una innovación constante en aras de las necesidades

de la sociedad. La revolución tecnológica y la investigación científica serán uno de los temas

cruciales en el alma máter. Por este motivo, el presente ensayo hace una revisión histórica sobre

los momentos trascendentales de la enseñanza universitaria en el país, con miras a la

consolidación de la calidad académica. Asimismo, expone el proceso de acreditación que lleva la

Escuela de Periodismo de la U.I.A.

Desarrollo

Antecedentes de las universidades en Costa Rica

El surgimiento de los centros de enseñanza costarricense ha tenido diferentes estadios:

según Ruíz (2000) en el libro “La Educación Superior en Costa Rica, Tendencias y Retos en el

nuevo escenario histórico”, en el cual se identifican escenarios de la educación universitaria

costarricense.

El primer centro de enseñanza universitario costarricense se conoció como la Universidad

de Santo Tomás, fundada en 1843, que representó la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, creada

en 1814. Este recinto universitario sentó las bases administrativas, jurídicas e ideológicas de la

sociedad costarricense. Posteriormente, con la desaparición de esta universidad, se inicia la

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segunda etapa que termina, en 1940, con la creación de la Universidad de Costa Rica. Durante

este período, se destaca la Escuela Normal de Costa Rica para la formación de maestros y con

ella se inicia el desarrollo de las bases teóricas de los sistemas de evaluación.

La tercera etapa se gestiona a partir de 1940, con el surgimiento de la Universidad de Costa

Rica, como uno de los principales centros de enseñanza universitaria del país hasta la fecha. Este

fue uno de los modelos visionarios de la administración Rafael Calderón Guardia, aunque debe

reconocerse que sus orígenes ya estaban plasmados en administraciones anteriores.

La iniciativa para su fundación se dio primeramente en el gobierno de Ricardo Jiménez

(1932-1936): por medio de su Ministro de Educación, Teodoro Picado. Se trajo en 1935,

una Misión Pedagógica Chilena con Luis Galdames, para analizar el sistema educativo

nacional. Su libro La Universidad Autónoma se convirtió en el diagnóstico y prescripción

de la Universidad. El proyecto no se aprobó entonces ni en la siguiente administración (de

León Cortés) y tuvo que esperar hasta Calderón Guardia, cuando fue importante la acción

de Luis Demetrio Tinoco, Ministro de Educación (Ruiz, 2010, p.11).

El advenimiento de la Universidad de Costa Rica transformó el acontecer nacional

costarricense, que se consolidó con la gran reforma educativa de Rodrigo Facio, la cual marcó el

entorno nacional. Según Ruíz (2010, p. 15), a partir del surgimiento de esta casa de estudios

superiores, se organizó una comisión encargada de la calidad y la evaluación.

En la década de los años setenta, el crecimiento acelerado de la población costarricense

propició un incremento de estudiantes en la Universidad de Costa Rica. Fue una época de

bonanza económica, que permitió a muchas personas tener acceso a la preparación universitaria.

Este crecimiento desmedido impulsó la creación de la universidad privada, en principio, sin

controles de calidad y la proliferación de muchas universidades más, ante la demanda. En la

década de los setenta se impulsó el crecimiento de otras universidades públicas: en 1972, el

Instituto Tecnológico de Costa Rica y en 1973 la Universidad Nacional Autónoma.

Posteriormente, en 1977, se creó la Universidad Estatal a Distancia. Para 1975 se constituyó la

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primera universidad privada del país, la Universidad Autónoma de Centro América (UACA),

como pionera de la educación privada.

En 1986, nació la Universidad Internacional de las Américas (UIA), primera universidad

aprobada y reconocida por el Consejo Nacional de Enseñanza Superior (CONESUP), bajo el

artículo tercero, de la sección No. 076-86, del 24 de abril de 1986. La UIA, es una universidad

líder en el mercado nacional costarricense, que se ha destacado en varios ejes fundamentales: el

desarrollo humano sostenible, la responsabilidad social, la investigación, la integración en la

globalización. Debido a esta trayectoria académica es que la Universidad puede afirmar que ha

experimentado diferentes estrategias, para mejorar el sistema de evaluación y calidad.

Posteriormente, a partir de 1990, hubo una proliferación de universidades privadas, las

cuales tuvieron el aval y la autorización del CONESUP, para la apertura de centros de enseñanza,

con poca supervisión del ente regulador. Muchos recintos universitarios impartieron clases en

casas de habitación. Durante este período surgió el término popular de “Universidades de

Garaje”, criticando la paupérrima infraestructura y la cuestionada calidad académica de estos

centros educativos.

La diversidad de universidades estatales obligó a la coordinación y planificación

institucional, por lo que desde 1974 se crearon el CONARE y la OPES. De la misma

manera, el 27 de noviembre de 1981, se creó el CONESUP para el funcionamiento y la

autorización de Escuelas y Carreras, así como la aprobación de nuevas universidades

privadas. No se trata de organismos idénticos porque los primeros constituyen una

organización propia de las universidades estatales y realizan una evaluación meticulosa y

detallada de la evaluación global de cada universidad, a la vez que trazan perspectivas

quinquenales y coordinan efectivamente las relaciones de estas instituciones con el

gobierno de turno. El CONESUP, sin embargo, es un ente del MEP, no conformado por

universidades privadas, que busca regular esencialmente, la creación de las mismas,

incluyendo la inspección. (Ruiz, 2010, p.20)

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Como se aprecia, el incremento desmedido de las universidades privadas obligó al Estado a

incrementar controles y regulaciones de funcionamiento, delegando esa función en una

dependencia del Ministerio de Educación Pública llamada CONESUP. No obstante, desde su

creación, careció de recursos para lograr los fines propuestos de supervisión de la calidad

universitaria. Por tanto, la irrupción de universidades cuestiona a partir de 1990 la calidad de la

educación impartida en los centros de educación superior.

Ruptura de paradigmas en la educación superior pública y privada

En 1993, se inició la discusión de regular los sistemas universitarios, mediante un proceso

de acreditación, inspirado en los modelos mundiales y la integración de los mercados

globalizados. Estos modelos, inspirados en estructuras consolidadas de otros países

latinoamericanos y europeos, motivó la creación de un ente acreditador nacional, dotado con

facultades jurídicas, para que de forma voluntaria, las universidades públicas y privadas

sometieran sus carreras a la evaluación externa.

Por primera vez, se menciona el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación

Superior (SINAES). La propuesta surgió de una comisión de vicerrectores de las universidades

públicas. El 23 de marzo de 1993 el plan presentado fue aprobado por los miembros del

CONARE. Luego se conformó la Unidad Técnica de Apoyo (UTA), que recomendó la

constitución del SINAES, para enfrentar los nuevos retos de la educación superior ante los

requerimientos del mercado nacional e internacional y además, para garantizar los estándares de

calidad en la formación de los educandos.

Las cuatro universidades públicas, la Universidad de Costa Rica, la Universidad Nacional,

el Instituto Tecnológico de Costa Rica y la Universidad Estatal la Distancia, por medio del

CONARE, lanzaron un llamado a las universidades privadas, para que se unieran a la propuesta

de creación del SINAES, de las cuales acudieron la Universidad Latina de Costa Rica, la

Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, la Universidad Veritas y la extinta

Universidad Interamericana. En 1999, en conferencia de prensa se anunció la constitución del

SINAES apoyado por ocho universidades, cuatro públicas y cuatro privadas.

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El 22 de abril del 2002, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Nº 8256, avalada por el

Presidente de la República y el Ministro de Educación Pública en mayo de ese mismo año. Esta

Ley le confiere al SINAES la categoría de órgano de interés público, cuya misión primordial es

acreditar, con carácter oficial, las carreras y programas universitarios que cumplan con los

requerimientos de calidad que establezca el SINAES. (Mora; 2007, p.6) A partir de esta fecha, se

gestionó el cambio, para el mejoramiento constante de la calidad académica de los planes de

estudios de las carreras universitarias aprobadas por el CONESUP, sometiendo a la

autoevaluación cada programa de estudio y la casa de formación a nivel general.

Este proceso gestiona en las universidades una conciencia de cambio, en el cual los

procesos requieren de una autoevaluación, autorregulación y compromiso de mejora continua,

pero integrando a todos los actores de la gestión, incluso mirando el entorno y la trascendencia

que tiene la universidad con la extensión social, la investigación y el ámbito educativo.

En este caso particular, Arguin (1986, p. 25) indica que la planeación estratégica puede

definirse como un proceso de gestión, que permite visualizar de manera integrada, el futuro de las

decisiones institucionales derivadas de la filosofía de la institución, de su misión, de sus

orientaciones, de sus metas, de sus objetivos y de sus programas, así como determinar las

estrategias para asegurar su implantación. El propósito de la planeación estratégica no es el de

concebir a la institución como un ente cerrado y aislado, como sucedía anteriormente, sino en

relación estrecha con su medio ambiente.

Las acreditaciones enrumban el norte de las carreras universitarias, que someten su plan de

estudios a la autoevaluación y la autorregulación. Además, definen un plan estratégico para

alcanzar sus metas. El SINAES, como órgano oficial del Estado costarricense, ha sido dotado a

través de la normativa de amplias competencias para lograr sus fines. Entre los objetivos más

importantes se extrae de la Ley 8256, del 17 de mayo del 2002 que originó su constitución:

“Coadyuvar el logro de los principios de excelencia establecidos en la legislación nacional

y el esfuerzo que realizan las instituciones universitarias, para mejorar la calidad de los

programas y carreras que ofrecen.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 55

Mostrar la conveniencia que tiene para las instituciones universitarias someterse al

proceso de acreditación y propiciar la confianza de la sociedad costarricense en los

programas y carreras acreditadas, orientándolas también con respecto a la calidad de las

diferentes opciones de educación superior.

Certificar el nivel de calidad de las carreras y los programas sometidos a acreditación,

garantizando la eficiencia, calidad de criterios y estándares aplicados al proceso.”

De acuerdo con lo anterior, se deduce que el SINAES nació con tres pilares fundamentales

para el mejoramiento de la educación superior costarricense. Y según la normativa vigente la

certificación de las carreras y programas, es un trámite voluntario. No obstante, en estos días ha

ingresado a la corriente legislativa, un nuevo proyecto de ley que le otorgaría mayores facultades

al SINAES, entre ellas la acreditación obligatoria para las universidades autorizadas e

inspeccionadas por el CONESUP.

Escuela de Periodismo de la UIA somete su carrera al proceso de acreditación

La Carrera de Periodismo entró en vigencia mediante la autorización del (CONESUP) en

sesión No. 380, el 12 de agosto de 1999. Posteriormente, reformó su plan de estudios que fue

autorizado por medio del acta No. 556, del 24 de mayo del 2006, ante esta misma institución. En

la última reforma vigente se mantuvo el bachillerato en Periodismo y se constituyeron las

licenciaturas en Periodismo con énfasis en Periodismo Social y la licenciatura en Periodismo con

énfasis en Producción.

En el 2015, la Escuela de Periodismo inició el proceso de sensibilización y capacitación

con los personeros del SINAES. Concientizó a todos los actores, entre ellos los alumnos, los

profesores y los administrativos. También se analizaron algunos elementos esenciales para la

acreditación de la Carrera. Entre los puntos más relevantes están:

Pertinencia del plan de estudios con las necesidades del entorno social y su

vinculación con los referentes universales

Conformación de su claustro docente

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 56

Uso de la tecnología en la ejecución del plan de estudios acorde con los nuevos

enfoques de la comunicación

Vinculación con la extensión social universitaria con los diversos actores sociales

La investigación científica que aporte soluciones a las problemáticas comunales o

genere un ámbito de reflexión o de cambio en la sociedad

El equipamiento de laboratorios con equipos tecnológicos, de acuerdo con las

necesidades de la carrera

Actualización constante del cuerpo docente, administrativo, estudiantes y

graduados

Acercamiento y actualización con los graduados de la carrera

Acercamiento de los empleadores a la gestión de la carrera, para determinar las

necesidades del mercado

Estandarizaciones de los procesos en todos los departamentos de la universidad,

para garantizar la calidad continua

En este sentido, la Escuela de Periodismo evolucionó de una gestión de carrera centralizada

a una Dirección descentralizada, delegando sus funciones en un equipo de trabajo sólido y

consolidado. El personal académico, junto con la Dirección y Subdirección de Carrera,

establecieron estrategias de autorregulación asumidos en el compromiso de mejora, para subsanar

aquellas debilidades detectadas en la autoevaluación.

La autorregulación ha sido un mecanismo vital, para asumir el compromiso de mejora

diaria, comprometida con los altos estándares de calidad de la educación superior. Con ese norte

trazado por la Escuela de Periodismo, el equipo de trabajo se prepara para la evaluación externa o

visita de pares, quienes verificarán el cumplimiento del informe de autoevaluación y el plan de

mejora. En síntesis, el proceso de acreditación para evaluar una carrera contará con cuatro fases,

de las cuales tres de ellas ha cumplido la Escuela de Periodismo y se detallan, según el Manual de

Acreditación Oficial de carreras de grado del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación

Superior, (SINAES):

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 57

Información y Motivación: En esta fase es el comunicado oficial de las autoridades

universitarias para acreditar un plan de estudio o Carrera. Iniciará con un proceso de

sensibilización de los actores involucrados.

Autoevaluación e informe: La Escuela inició la reflexión de las fortalezas y las

debilidades, que fueron detectadas por medio de la aplicación del manual de

acreditación oficial de SINAES. Asume de forma responsable las exigencias del

proceso y genera, de acuerdo con el Manual de Acreditación Oficial:

o La etapa de auto evaluación es para la carrera o programa, un mirarse en el

espejo a la luz de dos referentes obligatorios:

Contrasta sus propósitos, acciones y logros con la misión, los objetivos

y los principios propuestos por la universidad y la carrera.

Analiza y evalúa su quehacer a la luz de los estándares, los criterios de

calidad y los elementos teórico-metodológicos establecidos

oficialmente por SINAES, previamente consensuados con las

instituciones adherentes de educación superior y que son

internacionalmente reconocidos y aceptados. (Sistema Nacional de

Acreditación de la Educación Superior, 2009, p.23).

Tercera fase: La evaluación externa corresponde a la integración de un equipo de

peritos o expertos conformado con dos miembros internacionales y uno nacional

desvinculados con la universidad, garantizando la imparcialidad en la evaluación. La

visita de estos profesionales será de 3 a 5días coordinada con las autoridades de la

carrera y la universidad. Los expertos verificarán las instalaciones, se reunirán con

autoridades y realizarán entrevistas a diferentes grupos como estudiantes, profesores,

graduados, académicos y administrativos.

Cuarta fase: El compromiso de mejoramiento lo asume la carrera y todo su equipo de

trabajo. Es el resultado de las debilidades encontradas en la autoevaluación. La

carrera asume el compromiso de erradicar las problemáticas detectadas, mantener o

mejorar lo existente, ajustando a los estándares de calidad exigidos por el ente

acreditador. Obtenida la acreditación, iniciaría un seguimiento por revisores quienes

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 58

supervisarán el compromiso de mejora. Y en el caso de no obtenerla, el ente

acreditador indicará que sigan con la autorregulación.

Posterior a la visita de los pares, la tarea no termina, porque la Escuela de Periodismo está

llamada a la mejora continua, a través de procesos de evaluación, el compromiso es de todos los

actores involucrados en el proceso de formación. Aunque el reto es gigantesco, se asume con la

responsabilidad de formar profesionales con altos estándares de calidad y abiertos al cambio. Lo

anterior se debe al impacto positivo que ha tenido el SINAES sobre la Escuela y toda la

comunidad universitaria. Después de todo, esta reseña histórica sobre el surgimiento de las

universidades y el SINAES presenta las principales conclusiones.

Conclusión

A pesar de que Costa Rica es un país pequeño y con una población considerable a sus

dimensiones, cuenta con bastantes casas de formación universitaria, tanto a nivel público como

privado. Esto se debe a que se tienen antecedentes bastantes sólidos en materia de universidades.

El país inicia la formación universitaria, muchos años atrás, basada en modelos europeos, que

permiten estándares de alta calidad con miras ambiciosas.

Después de tener un proceso universitario consolidado, por sus antecedentes, se genera en

la educación superior nacional e internacional una catarsis en sus carreras y planes de estudio,

ajustándose a los nuevos paradigmas de la enseñanza. Esto ha generado resultados muy positivos,

gracias a los procesos de autoevaluación y autorregulación propuestos por el SINAES

Es una realidad inminente que un mercado voraz exigirá que los centros de estudios

universitarios ofrezcan una variedad en su oferta académica, basados en una formación con

excelencia y competencias acordes con los requerimientos de los empleadores y de la sociedad.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 59

Las universidades públicas y las privadas han logrado coordinar un trabajo homologado

para la calidad académica en la formación de sus educandos. Es decir, aplican un Manual de

Autoevaluación Oficial de SINAES, en el que se establecen dimensiones, criterios y estándares

equiparando con la certificación o sello de calidad de sus planes de estudio y carreras.

Luego del proceso de reflexión interno y de la autoevaluación, la Escuela de Periodismo

asume un compromiso de mejora constante, que será supervisado por el ente regulador. Por ello,

la Escuela asume el compromiso de mantener y mejorar los estándares de calidad, para promover

una formación académica integral.

En el caso de la Carrera de Periodismo o las áreas de la comunicación, estas pueden optar

por dos certificaciones internacionales. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ofrece la

posibilidad de acreditar escuelas o carreras en comunicación en América Latina. Por otra parte,

la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS) permite que

sus agremiadas presenten sus carreras o planes de estudio para una acreditación por el ente

internacional.

Lo anterior se propone como meta, ya que una carrera de comunicación como esta, debe

ocuparse de alinear todos los elementos del plan de estudio a los requerimientos de una sociedad

viva, la cual cambia constantemente. Por tanto, el reto actual es proyectar estos cambios para

estar a la vanguardia de los ajustes de calidad, las veces que la autorregulación lo dicte.

Por tanto, la acreditación se considera un medio, un camino claro sobre el cual se pueden

gestionar cambios sólidos, que fortalezcan la calidad en la educación costarricense, además de

permitir la estructuración de procesos contundentes de mejora constante, siendo la evaluación un

insumo básico para quienes participan de esta gestión.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 49-60 Bolandi, O. “Revisión Histórica de la…” 60

Referencias

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l'Université Du Québec

Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada del Ministerio de Educación

Pública. (2006). Acta de la sesión ordinaria NO556- 2006

Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada del Ministerio de Educación

Pública. (1999). Acta de la sesión ordinaria NO. 380 – 99

Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada del Ministerio de Educación

Pública. (1986). Acta de la sesión ordinaria NO. 076-86

Ley del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior. Ley No. 8256. Asamblea

Legislativa de la República de Costa Rica (2002)

Mora, J. (2005). Autoevaluación con fines de Acreditación y Cultura de la Calidad en la

Educación Superior de Costa Rica. Seminario de Modernización y Acreditación de la

Educación Terciaria. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0014/001404

/140492s.pdf

Ruiz, A. (2000) La Educación Superior en Costa Rica, San José, Costa Rica. Editorial

Universidad de Costa Rica.

Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior. (2009). Manual de Acreditación

Oficial de Carreras de Grado del Sistema Nacional de Acreditación de la

Educación Superior. Recuperado de: http://derecho.ucr.ac.cr/sites/all/documentos/

Acreditacion/Gestion_de_Calidad/Manual_de_Acreditaci%C3%B3n_Sinaes.pdf

*Contacto: [email protected]

Facebook: Odith Bolandi

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 61

Desarrollo Docente y su Aporte en la Actualización del Plan de Estudio de Periodismo de

acuerdo con las Exigencias del Medio

MÁSTER.JOSÉ PABLO SALAZAR AGUILAR

Subdirector de la Escuela de Periodismo

Universidad Internacional de las Américas

Introducción

En el marco del proceso de acreditación de la carrera de Periodismo de la Universidad

Internacional de las Américas (UIA), ante el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación

Superior (SINAES), es válida la experiencia de los diferentes integrantes de la Escuela, sea cual

sea el aporte, tanto dentro del proceso mismo, como en la aplicación del plan de mejora de la

Carrera, mientras se aguarda la visita de pares del órgano acreditador. El fin del presente

manuscrito es transmitir la experiencia vivida en una franca contribución al legado académico y

profesional que hace esa casa de enseñanza superior.

El Plan de Estudio guarda el espíritu mismo de cualquier eslabón de la cadena educativa

escolarizada, y en la educación universitaria no menos. Su cumplimiento a cabalidad —en forma

y fondo— es tan importante como su actualización, al tenor de la praxis. Esta tarea es un

imperativo donde participan todos los actores del proceso educativo, léase el equipo de trabajo de

la Carrera, los docentes y los educandos, este último segmento es la razón de ser de la

universidad.

Existe la percepción errónea de que la educación y el consecuente ejercicio de la profesión

periodística deben ajustarse a la teoría, manuales y antiquísimos cánones, como en un cuento

talmúdico. Lo cierto del caso es, como ocurre en los asuntos cotidianos más comunes, por

ejemplo, el simple hecho de hablar, la teoría, los manuales, las leyes y las doctrinas se adecuan a

la práctica, jamás a la inversa.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 62

Las últimas tendencias educativas que apuntan hacia el constructivismo responden a

estudios y prácticas demostrados sobre la enseñanza y el aprendizaje en sociedad. Alrededor del

estudiante, la docencia basada en un plan de estudios específico debe estar sustentada en la

realidad y el entorno, así como las competencias de un comunicador. Por supuesto, la

actualización debe ser la constante en aras de evitar la prescripción de los conocimientos y la

experiencia que se transmiten o, en el caso menos crítico, para evadir la incongruencia entre lo

que se enseña y la realidad vivida.

Todo plan de estudio de una carrera universitaria debe contener una base medular que

permanece invariable con el tiempo, contenidos susceptibles de permutas a partir de esa realidad

cambiante, pero mientras que esa práctica no haya sido avalada, seguiría siendo una mera

tendencia. Finalmente, un tercer bloque de conocimientos que son complementarios e ineludibles

en el desarrollo académico integral. El constructivismo establece que del proceso en el aula —o

fuera de ella— aprenden todos como sujetos inmersos en el conocimiento (Rodríguez, 2003, p.

82).

Puntualmente, el epistemólogo suizo, Piaget (1983, citado por Villar, s.f., p. 294),

referente del constructivismo educativo, afirma:

Cada vez que se le enseña prematuramente a un niño algo que

habría podido descubrir solo, se le impide a ese niño

inventarlo y, en consecuencia, entenderlo completamente. Es

evidente que eso no significa que el profesor no tenga que

diseñar situaciones experimentales para facilitar la invención

del niño.

La construcción de ese documento, puntualmente del plan de estudios de la carrera de

Periodismo de la UIA, y su actualización tiene que responder a esa estructura, trascendiendo la

educación privada tradicional, la cual tiende a marginar los estudios generales que a simple vista

no parecen tener relación con el periodismo; pero que son parte indivisible de una ciencia social,

con miras a comprender los fenómenos de la cosa social. Eso profundiza acá.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 63

Por lo tanto, el ‘know how’ o “saber cómo” del profesor, su experiencia en la academia,

su cotidianidad periodística y la actualización en esa rama de la comunicación, son claves en su

capacidad de incluir variantes válidas y perdurables en un plan de estudios. El compartir con la

comunidad estudiantil dentro y fuera —con la consideración de actores sociales exógenos— se

convierte en un hervidero de ideas y argumentos que construyen pensamiento, plantean

interrogantes y solucionan problemas, todo con base en una facilitación del proceso y la libertad

del proceso mismo que ofrece la investigación y la extensión social, por citar dos factores

adicionales.

El docente debe ser ante todo un facilitador de la catarsis, del diálogo y de la discusión

abierta en el aula, sin miedos a la crítica, a escucharla o emitirla. Ahí justamente se construye el

presente y el futuro del plan de estudios, al tiempo que se implementa ese plan que en ese

momento rige. Sin duda, ese proceso se enriquece o se hace endeble con base en el aporte de

todos. Si la formación y el interés propio —docente y educando— son profundos, habrá una

interminable ebullición de nuevos saberes; caso contrario, en cada clase se cumpliría aquella

copla popular del gallo enano, “que en querer y no hacer, se le fue todo el año”.

Con el golpe disruptivo de la tecnología, muchos factores cambian, incluso su orden de

importancia en cuanto al impacto sobre el proceso educativo. Desde la distancia y la

digitalización, hasta la criticidad de la práctica periodística. Concéntrese el lector en este último

punto porque no debería importarnos el canal de comunicación en la construcción del plan de

conocimientos, aunque sí transforma la manera en que se perciben y transmiten los

conocimientos y las experiencias.

La tecnología en el periodismo minó su profundidad, parece no haber duda en eso. Como

consecuencia, es obligación académica idear un balance entre la formación técnica, es decir,

cómo utilizar las herramientas y programas o software para los diferentes medios, con énfasis en

los ordenadores, así como la estructura y formato establecidos para el periodismo y sus géneros;

y la formación pragmática del periodismo como ciencia social para la cual el ser humano debe ser

su causa y efecto, nunca con humanismo extremo, sino con una amplitud tal que el criterio y la

capacidad de análisis emerjan espontáneamente. En ese equilibrio, como se cita arriba, urge la

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 64

formación social complementaria que evite convertir a los periodistas en autómatas insensibles,

expertos en el manejo de cámaras, programas y equipos, pero indiferentes a los diferentes

flagelos de la sociedad.

Es momento para profundizar en la experiencia de reformar parcialmente un plan de

estudios. Colosal responsabilidad, puesto que en este se cifran los futuros comunicadores sociales

del país, y es una labor trascendental porque si un médico ejerce mal su profesión, dañará quizás

una vida; pero si un periodista ejerce mal la suya, acabará con muchas vidas, amputando el

habitus de cada persona que suma la opinión pública y, por ende, reduciendo la capacidad de una

nación de alcanzar la equidad social.

Desarrollo

Si bien el plan de estudio de la Carrera de Periodismo incluye muchas mejoras endógenas,

otras tantas son exógenas, lo que significa un trabajo aplicado sobre el contenido y su estructura

lógica, así como mejoras sostenidas a nivel universitario, como aparato administrativo-

académico, como a partir de su cuerpo docente y estudiante. Como toda organización, sus

miembros son lo más importante, actores vivos del proceso y sujetos integrantes de la muestra a

analizar, susceptibles de mejora.

Al respecto de los eslabones endógenos o los que tienen relación directa con las

competencias y la currícula universitaria, los contenidos apropiados a la realidad de la profesión

en el país y el mundo; la lógica distributiva de esos contenidos a lo largo de la Carrera y sus

énfasis, y la Universidad con su estructura administrativa (aunque esta suele tomarse como una

dimensión aparte) y académica como soporte a la Carrera en cuanto a lo que tiene que ver con el

devenir natural. Esto último, debe ser asimilado por el lector como la autopista a lo largo de la

cual la academia recorra el derrotero universitario para formar comunicadores idóneos, con

ventajas competitivas diferenciadoras de la Internacional de las Américas.

En relación con los aspectos exógenos al plan de estudios, pero que le afecta directamente

y deben considerarse, están la reglamentación propia de la Escuela, contexto social nacional e

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 65

internacional la opinión de empleadores y graduados, mercado (población meta, universidades

que imparten la misma carrera), tendencias comunicativas sobre todo tecnológicas (Umaña,

Calvo, Fallas, Gómez, Jiménez, Soto, Salas y Tencio, 2014, p. 6). Conocer estos elementos

permite definir el objeto de estudio final de la Carrera.

En el rediseño o reforma del plan de estudios, los referentes de la Carrera tanto a nivel

histórico de la mencionada casa de enseñanza, como del periodismo en el país y fuera de este, son

fundamentales para comprender las necesidades de hoy en el área social y académica que el

periodismo debe atender y en las cuales debe desenvolverse y complementar. La construcción

historiográfica no deja de ser compleja al requerir de insumos propios de la UIA, de otras

universidades como la Universidad de Costa Rica, primera casa de enseñanza en periodismo del

país, el Colegio de Periodistas de Costa Rica, y los antecedentes de la comunicación a nivel

global, sin olvidar las realidades de países del continente que comparten flagelos y aciertos, como

fuera de América en paisajes que tal vez sean mejores o peores, pero ciertamente diferentes, en

un ejercicio inteligente de benchmarking.

Con base en lo existente en el Libro de la Carrera de la UIA, se pule el contenido con un

amplio componente de actualización, mientras en paralelo se identifican los vacíos y las áreas

críticas de mejora, a la luz del objetivo: el plan de estudios. Es inexorable el trabajo del plan con

base en el estudiante, no el docente, pero sin olvidarse del rol facilitador de este último.

Recientemente, la ministra de Educación Pública, Sonia Marta Mora, afirmó que las

profundas reformas del plan de estudios de primaria y secundaria aplicadas en la Administración

Solís Rivera (2014-2018), están basadas en las habilidades y competencias del alumno y no en el

docente, aspecto característico en el sistema educativo conductista costarricense, de acuerdo con

el sexto Estado de la Educación 2017, informe que resultó revelador ante los flagelos de la

educación pública costarricense, pese a que Costa Rica es el país latino que más invierte de su

PIB en educación 7,86%, es decir, ¢2,3 billones (Cerdas, 2017, párr. 4).

De vuelta a la urgente necesidad de reformar el plan de estudios de la UIA, el país reciente

en la calidad educativa que solo 7 % de la oferta académica está acreditada, de acuerdo con el

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 66

Programa Estado de la Nación, en su apartado Estado de la Educación. “Desde 2010 sus

graduados con carreras cursadas completamente acreditadas son menos del 10 % del total de

profesionales” y el “58 % de las carreras acreditadas pertenece a las universidades adscritas al

Consejo Nacional de Rectores (CONARE), que entregan tres de cada diez títulos” (2017, p. 241).

Estos datos fuerzan las labores específicas para alcanzar la acreditación ante el SINAES, con

miras a alcanzar la idoneidad de la educación universitaria, sin olvidar que su calidad es el

horizonte de cualesquiera procesos que la persigan.

Por tanto, el Tecnológico de Costa Rica posee 32 % de sus carreras acreditadas, la

Universidad Estatal a Distancia, 15 %; Universidad Nacional, 10 %; y Universidad de Costa

Rica, 7 %. Mientras tanto, todas las universidades privadas se aglutinan en apenas 7 % (p. 242).

Entonces, ante esta realidad citada, la apremiante necesidad se agudiza más las

estadísticas indican que 29.393 diplomas universitarios son otorgados por centros de enseñanza

privada, mientras que 13.854 son provenientes de recintos públicos, en 2015 (Programa Estado

de la Nación, 2017, p. 242). Son más profesionales los que gradúa la educación privada en el

país, en respuesta a una demanda más acelerada del mercado.

La responsabilidad crece en la búsqueda de una educación expedita, pero sin que merme

la calidad, integral, pero sin la tardanza de los protocolos públicos, con todo el debate que esto

provoca entre diversas partes que defiende la necesidad de una educación que sensibilice y forme

ser humanos íntegros, aptos para la convivencia en sociedad. La Internacional de las Américas

posee una comunidad estudiantil como cualquier otra universidad. Accede a ella quien pueda

pagar, con algunas excepciones. El análisis del entorno para la recepción discriminada de

estudiantes de periodismo con base en sus aptitudes y proyección, debe responder a la

configuración del plan de estudios.

Como una cuestión perenne a la discusión universitaria, el acceso siempre será tema de

conversación al estar vinculado directamente con la tendencia demográfica. Al dejar aparte este

tema, no por ello poco importante, según el Programa Estado de la Nación último, “la evaluación

para el mejoramiento continuo de la calidad avanza a pasos muy lentos” (p. 244). Asimismo, dice

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 67

el mismo informe, “la cultura de calidad es un camino que apenas se empieza a transitar y que se

ha venido construyendo con algunas deficiencias”.

Una casa de enseñanza que pretende reformar con actualizaciones su plan de estudios,

debe preguntarse: ¿la formación que brinda responde a la demanda del mercado?, ¿la universidad

propicia una educación en docencia, didáctica e investigación científica en el cuerpo de

profesores?, ¿existe la enseñanza complementaria en el “menú” académico?, ¿existe una correcta

evaluación universitaria? Son interrogantes valiosas que exigen un análisis permanente durante el

proceso de acreditación y después de alcanzado ese escalón para lograr mantener el estándar de

calidad.

Sin embargo, de nada valdría el mejor ejercicio de un plan de estudios si el rendimiento y

la probabilidad de éxito laboral de los estudiantes son bajos. A partir de lo dicho por Isabel

Román, directora del Estado de la Educación, se desconoce lo que sucede en las aulas, en la vida

académica estudiantil (Román, 2017).

Esa separación entre las decisiones académico-administrativas y la vida estudiantil es un

síntoma que se ve reflejado en el rendimiento y las capacidades y competencias de los jóvenes.

Por tanto, en la dinámica del aula, la cual debería ser constructivista, no conductista o empírica,

encuentra su álbum de realidad en las calificaciones, sin evadir el impacto de un modelo de

evaluación antiquísimo. Esta es una de las realidades del sistema educativo nacional como un

todo.

Según Román (2017), son fundamentales las condiciones físicas del aula: ruido,

temperatura, humedad, luminosidad, y gestión del tiempo del docente —puesto que según la

teoría educativa los primeros 50 minutos son los que deben aprovecharse al máximo—, prácticas

no vinculadas con el proceso de enseñanza-aprendizaje, empero se desperdicia el 50 % de la clase

promedio. Otro de los aspectos es la forma en que se da la clase y “mediante una análisis de redes

para ver la interacción y encontramos que predomina una forma de enseñanza del siglo XIX,

porque es el docente magistralmente quien da la clase y los chicos anotando”, comenta.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 68

En realidad, programas de estudio lo que dicen es que se debe usar la tecnología

disponible, trabajar de manera colaborativa, en grupo, resolviendo problemas, para aprovechar

más el tiempo (Román, 2017, párr. 6). Los lineamientos curriculares deben estar definidos y ser

respetados, siendo su naturaleza constructora de aprendizaje y conocimiento nuevo, no repetitivo

de prácticas viejas.

Por lo anterior y sin ánimo de revelar información estratégica para la Escuela de

Periodismo y la Universidad, se agrupan en ejes generales que contienen los elementos esenciales

en la actualización de un plan de estudios para el cual los educandos y sus circunstancias exigen

responder a las exigencias del mercado. A hurtadillas, se puede señalar la digitalización y su

impacto en la comunicación formal o periodística como el gran eje que cobija temas como la

radio y la televisión en internet, la administración de ese nuevo canal híbrido, la ética y

deontología en el mundo digital, el periodismo escrito, la investigación, los datos, la

interpretación, el balance y la rigurosidad, entre otros valores fundamentales del ejercicio

comunicativo.

Como se ha insistido, la ruptura de la resistencia natural dentro del modelo de normas y

comportamiento del docente y del estudiante es determinante en el proceso educativo. Ambas

partes, en una primera instancia, deben abrirse a modificar el sistema conductista y bidireccional,

para construir un diálogo en múltiples direcciones y diverso en voces dentro de cualesquiera

entornos, no solo dentro del aula. Esos dos roles, para empezar, deben depurarse con la

indiscutible ayuda de la plataforma académica virtual para incrementar la cercanía entre los

actores más allá del aula, más allá del mundo físico, sin descartar este, puesto que los presencial

jamás podrá sustituirse por lo digital, al menos no en el mediano plazo.

Conclusión

Es el seguimiento y control del ejercicio docente la clave para garantizar que se apliquen

los lineamientos y, con el paso de las generaciones, se convierta en una práctica de calidad

aceptada que forme profesionales idóneos, no en respuesta al sistema mercantil, sino para la

convivencia en sociedad, conscientes del mismo régimen de bienestar país en el que vive, pero

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 69

también claro de los diversos modelos no aceptados por la norma social, pero tampoco

prohibitivos en el Ordenamiento Jurídico de Costa Rica.

La responsabilidad es de todos en una especie de control cruzado. Las facultades de

Educación de las universidades hoy, gradúan cientos de profesionales en docencia y de carreras

no acreditadas. Es tal vez uno de los primeros pendientes, para lograr paralelamente cambios en

los planes de estudio, reformas que más que reglamentistas son culturales en los docentes

empíricos de la educación superior.

El cambio de paradigma implica modificar la estructura mental rígida no solo del

profesorado, sino de los propios estudiantes y de la estructura administrativa de las casas de

enseñanza. Esta última, debe respaldar cualquier reforma que modernice la educación y que

rompa el ciclo añejo de la clase magistral. Los ensayos vivenciales de una experiencia en el aula,

el campus y la sociedad debe considerar parte flexible de “la clase”. La postura docente hacia la

búsqueda de soluciones a problemas reales y la solución creativa y natural de los estudiantes son

el mejor seguimiento, el cual se puede preevaluar con la revisión del tipo de exámenes y la visita

a los espacios formales del proceso educativo.

Retornando a la importancia de cambiar el modus pensando del docente y estudiantes, a

nivel universitario se torna aún más difícil, puesto que el estudiante promedio ha vivido 11 años

bajo un régimen arcaico de clases magistrales y pizarras llenas de letras y números que no dicen

nada. Entonces, el docente, partiendo de que ya se sensibilizó de la importancia de romper el

paradigma tradicional y por lo tanto pasó a llamarse “facilitador” o “mediador cultural”, juega un

rol crucial en el proceso: “no basta con poner al niño en contacto con el entorno donde estén los

estímulos y objetos adecuados para que ese niño actúe de manera adecuada” (Villar, s.f., p. 302).

Con ayuda de la palanca tecnológica, el binomio facilitador – estudiante debe formarse

mutuamente en un proceso natural, el cual basta con remontarnos a las cavernas para recordar

cómo aprendió el homo sapiens y cómo llegó a ser lo que hoy es. Per se, esa misma historia es un

conocimiento irremplazable en las aulas para comprender la vida misma, cuestión primera,

simple y obligada.

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La calidad de la educación es un abstracto tan intangible como apremiante. El sistema

tiende a volcarse en una u otra dirección. Podría encaminarse hacia la planta física, al apartado

administrativo, operativo, reglamentario, normativo y controlador de horarios, o hacia el

alambicado terreno de la vida en el aula. Así las cosas, limitar la visión hacia uno de esos

escenarios obstaculiza la mejora integral y su continuidad en el tiempo.

Como se mencionaba antes, una actualización del plan de estudios debe estar respaldado

por el entorno. Sus fortalezas son una planta física y plataforma tecnológica robustas y vigentes;

un aparato administrativo y académico actualizado y ágil; una normativa en constante revisión y

actualización en concordancia con el marco jurídico del país y una gestión óptima en el aula y

fuera de esta. Todo debe responder de manera óptima con un resultado sostenido, más allá de la

respuesta eficiente de uno solo de esos estadios.

La parte académica debe estar convencida de la mejora en los contenidos y la nueva

metodología de enseñanza - aprendizaje, mientras que la administración universitaria debe tomar

decisiones en función de esa mejora, aunque no necesariamente sean las más rentables. En el

momento en que la universidad priorice en el lucro, posiblemente verá mermada la calidad

educativa o, al menos, estancada, la cual a posteriori afectará la propia rentabilidad. La

experiencia así lo ha demostrado en aquellas universidades privadas que pretenden seducir

estudiantes con infraestructura ostentosa, lo lograrán ipso facto mediante el despliegue

publicitario, pero los perderán con el tiempo cuando se conozca su realidad en cuanto a la calidad

de enseñanza.

El proceso de actualización del plan de estudios de la Universidad Internacional de las

Américas es un proceso único en el espacio y en el tiempo. La cultura de ese centro de estudios

universitarios es un trópico que debe permear el documento para alcanzar los estándares

académicos de excelencia para la demanda externa de la empresa privada y de la misma sociedad.

La carencia histórica de algunos arquetipos exige su formación que solo se dará con el

tiempo, con las generaciones de jóvenes, en una especie de prueba-error, con la delicadeza que se

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 71

refiere a formar carácter, criticidad, pensamiento, conocimiento y la experiencia en el aula para la

vida colectiva.

Desasociar a la persona del individualismo en que el sistema capitalista la ha atado es el

reto de la Escuela de Periodismo, para que el estudiante deje de pensar en función suya, aislado

del mundo, sino en la experiencia del trabajo colaborativo, de la resolución de conflictos, de la

convivencia laboral y la exigencia de un mejor periodismo técnico-pragmático, el cual no evada

los dogmas del periodismo y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información y la

comunicación.

Las universidades deben en principio mirarse a sí mismas, criticarse. Es uno de las

prácticas más sanas en aras de identificar las debilidades y las amenazas, al tiempo que se

refuerzan las fortalezas y se potencian las oportunidades. Es proceso es de todos, con

participación activa de los académicos y el grupo gerencial, así como de los estudiantes a través

de mecanismos que realimenten tácitamente a los tomadores de decisiones.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 61-72 Salazar, J. “Desarrollo docente y su…” 72

Referencias

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pública. Costa Rica. Recuperado de: http://www.nacion.com/nacional/educacion/Pais-

requiere-recursos-educacion-publica_0_1626237428.html.

Román, I. (2017). Directora Estado de la Educación: Se viene trabajando con un punto ciego, no

se conoce lo que pasa en las aulas. De: http://www.nacion.com/dialogos/Directora-

Educacion-trabajando-conoce-aulas_0_1654834530.html.

Programa Estado de la Nación (2017). Sexto estado de la educación. Costa Rica: Servicios

Gráficos A.C. Recuperado de http://www.estadonacion.or.cr/educacion2017/assets/ee6-

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Venezuela: Revista Laurus. Recuperado de:

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(2014). Guía para el diseño curricular de planes de estudio de la Universidad Estatal a

Distancia de Costa Rica. Costa Rica: EUNED.

Villar, F. (s.f.). El enfoque constructivista de Piaget. España: Universidad de Barcelona.

Recuperado de: http://www.ub.edu/dppsed/fvillar/principal/pdf/proyecto/cap_05_piaget

.pdf.

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Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 73

Yo, investigador

MÁSTER.WILSON ROJAS HERRERA

Coordinador de Investigación de la Escuela de Periodismo

Universidad Internacional de las Américas

Introducción

Como todo a lo largo de la existencia, la vida impone retos que resultan interesantes y

fascinantes de aceptar. Eso ocurrió cuando, en algún momento del trabajo docente, se comenzó

con la ingenua labor de atender, ya sea por tutoría o lectoría un trabajo de tesis. Poco a poco, el

involucramiento ha ido en ascenso y hoy en día se puede vislumbrar con mucha más claridad la

importancia que reviste la investigación en todos los quehaceres del ser humano, y más aún en el

campo de la docencia universitaria. En el transcurso del tiempo, se han encontrado diversas

circunstancias, conocidas por muchos, y que son características al referirse a la investigación.

Una de ellas tiene que ver con la reticencia de algunos docentes a llevarla a cabo, sin saber que,

aunque no lo adviertan, la están aplicando todos los días.

Definitivamente el enfoque tradicional de la educación, que se centra solamente en una

transmisión unilateral de conocimientos del docente al estudiante, resulta débil e ineficiente para

responder a los desafíos actuales que se centran más bien en aprender a aprender, es decir, que el

conocimiento sea parte del quehacer del estudiante y que la educación solamente se limite a

procurar la información y los recursos necesarios para ello cuando sea oportuno. (Bustamante,

2002, p. 29)

Por tanto, solo a través de la investigación se procurará obtener información, la cual será

útil para elaborar los contenidos de una clase, y es labor del docente inculcar en los estudiantes el

afán por investigar, con el propósito de conocer, explorar e involucrarse en la elaboración de

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 74

aprendizajes significativos para ellos, tal y como lo apunta España (2017) al mencionar que: “La

educación que apuesta por la transformación permite que el proceso de aprendizaje se nutra de la

investigación” (p. 109).

Además, se sabe que un imperativo de los tiempos modernos es estar en constante

renovación y cambio, ya que la misma sociedad así lo exige; eso determina que el conocimiento

debe renovarse, y es solamente por medio de la investigación que se logra hacerlo, tal y como se

afirma, dicha renovación se hace a una velocidad difícil de estimar debido al transcurrir actual de

los tiempos (Bustamante, 2002, p. 128).

España (2017) también lo apunta al mencionar que: “Estas pretensiones quedan cortas

ante la duda de cómo innovar, si no se estimula la investigación como herramienta que promueve

la indagación en los entornos de formación y, más bien, el proceso de aprendizaje…” (p. 150).

Adicional a la reticencia de los docentes, se tiene el mismo sentimiento en los estudiantes.

Al hablar sobre investigación, no tienen una idea certera de lo que significa y se limitan a seguir

el plan establecido por el profesor para hacerla, sin que medie un verdadero significado y valor en

la realización de la misma. Los docentes tienden a quejarse de la apatía de los estudiantes en ese

sentido, tal y como lo expone Galán (2007) al mencionar lo siguiente:

A menudo, los profesores universitarios pensamos que la crisis de los estudiantes en cuanto

a su preparación y su falta de interés se debe a algo externo y dejamos de cuestionarnos y

hacernos preguntas sobre nosotros mismos y el valor de nuestra vocación universitaria,

olvidando de este modo las razones por las que enseñamos (p. 19).

Es importante establecer que, si bien es cierto, los que aman la investigación lo

consiguieron porque hubo una guía o estímulo para ello, los estudiantes necesitan que sean los

docentes quienes siembren el germen de la investigación en ellos.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 75

Desarrollo

De los docentes

Freire (2002) citado por España (2017) realiza una interesante alegoría sobre lo que es la

labor docente en la cual se menciona con claridad el valor de la investigación “… mientras

enseño continúo buscando, indagando. Enseño porque busco, porque indagué y me indago.

Investigo para comprobar, comprobando intervengo, interviniendo educo. Investigo para conocer

lo que aún no conozco para comunicar o anunciar la novedad” (p.75). Como se aprecia, no se

puede desligar la labor de educar de la labor de investigar, es más, no se puede enseñar lo que no

se conoce; pero en algún momento se investigó; eso se realiza constantemente, sin percatarse

muchas veces de ello.

Sánchez (2014), por su parte, menciona la importancia de enseñar la investigación a los

jóvenes estudiantes, y es claro al afirmar que, al enseñar a hacerlo, no solo se deben presentar los

modelos y la teoría, sino también, se debe involucrar la práctica, como factor aglutinante de la

primera. De acuerdo con el mismo autor:

Enseñar a investigar es un proceso complejo y una actividad diversificada. La nueva

didáctica de la investigación social y humanística que se propone es, en primer lugar, un

proceso complejo, pues en la enseñanza de la investigación concurren numerosas

operaciones, no menos densas, relativas a 1) lo que se enseña al enseñar a investigar, y 2)

cómo se enseña a investigar. Estos dos tipos de operaciones constituyen dos prácticas

distintas, la de producir conocimiento nuevo y la de enseñar a producirlo (p. 11).

Es importante que, para producir conocimiento en los estudiantes, se les enseñe el proceso

para obtenerlo, y es a través de la investigación que se logrará el cometido. En la introducción de

este texto se mencionaba la relevancia de sembrar el germen de la investigación en los docentes,

y para ello resulta imprescindible que, en primera instancia, ellos estén convencidos del papel que

juega la investigación en la labor y, que en segundo plano, se haga un esfuerzo por aprender y

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 76

comprender las metodologías, con el fin de poder guiar correctamente a los estudiantes en estas

circunstancias.

Precisamente en relación con lo anterior, Belmonte (2002) menciona que:

La competencia del tutor/a viene determinada por su conocimiento acerca de las

metodologías de la investigación y por su capacidad de realizar una buena orientación del

tutorado/a y de la investigación que realiza, de manera que le sea posible por un lado

rentabilizar al máximo su esfuerzo, optimizar el resultado del mismo por otra parte y,

finalmente, obtener el mayor grado posible de satisfacción personal al aprovechar al

máximo la "aventura científica" en que consiste una investigación (p. 53).

Esto es una tarea ardua, por cuanto se deben derribar mitos e ideas preconcebidas acerca

de la investigación, que poco contribuyen a que se dé una apertura y toma de conciencia, tanto

por parte de los docentes, como de los estudiantes.

Otro aspecto que resulta interesante resaltar es que la investigación no puede verse como

un bloque rígido, que no toma en cuenta las diferencias puntuales entre las disciplinas a las que se

aplica. Muchos docentes se aprenden al detalle la metodología y la aplican sin prestar atención a

esas diferencias que harían más válida la investigación.

Al respecto Sánchez (2014) afirma lo siguiente:

…constatar que cada campo científico particular tiene su manera específica de

problematizar, de construir sus observables; de imaginar y construir teorías y marcos de

fundamentación conceptual, así como de comprobar hipótesis. Es por ello que no se enseña

a investigar a un estudiante de filosofía de la misma manera que a un sociólogo, como

tampoco a un historiador que, a un periodista o comunicólogo, y en última instancia se les

enseña a todos ellos de manera diferente que como se le enseña a un médico, a un ingeniero

químico o a un biólogo (p. 12).

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 77

Específicamente, en la carrera de Periodismo, es notorio encontrarse con la dificultad de

confundir la investigación periodística con la investigación pura. Algunos docentes no entienden

todavía esa diferencia, o sienten que es más importante la primera, en detrimento de la segunda.

De esta forma, resulta necesario realizar una aclaración constante, una divulgación activa y un

impulso persistente con el fin de que, lejos de minimizar la investigación periodística, se acoja la

investigación pura como instrumento académico, a fin de poder trasladarlo al quehacer de los

estudiantes en las aulas y fuera de ellas.

Esta divulgación e impulso se dan cuando se logra que los docentes entiendan el valor de

la práctica en la investigación, cómo la misma reviste una importancia extraordinaria en el

quehacer humano y cómo los estudiantes pueden aplicarla.

Al respecto Sánchez (2014) menciona lo siguiente:

No se enseña a investigar con gis y pizarrón. Tal vez haya que decir con más precisión que

la enseñanza conceptual de la investigación es un enfoque válido, pero limitado del

quehacer científico. Cuando se acude a este enfoque se enseña a definir, a describir, a

analizar, incluso a criticar la producción científica, pero no se enseña a generarla. En efecto,

una cosa es entender y definir qué es investigar y otra cosa es realizar una investigación (p.

13).

Por todo lo anterior, resulta importante también que existan productos a partir de la

investigación. Es necesario que la facultad empiece a generar ensayos, artículos y otros elementos

que vuelvan tangible ese accionar, y es necesario que se divulguen para hacer presente la

investigación en el acontecer universitario. El producto de primera mano que se presenta, está en

los Trabajos Finales de Graduación, los cuales, en sí mismos, reflejan pequeñas investigaciones

realizadas por los estudiantes que están próximos a terminar su carrera. No obstante, siempre se

ven como una obligación o un requisito más que como una oportunidad de conocer y dejar huella,

una oportunidad de mejorar y descubrir algo nuevo. Es pertinente lograr que los docentes ayuden

a sembrar de nuevo en sus estudiantes, ese germen de la manera correcta.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 78

Para finalizar este apartado, se plantea la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de docente

investigador se desea tener y cuál se tiene hoy en día? Para ello, se recurre a Galán (2007) quien

aporta dos perfiles de docentes investigadores:

Investigador puro: El profesor se siente motivado para investigar y está en la Universidad

por un interés hacia la investigación. Además, le motiva contribuir al progreso de la

ciencia, las publicaciones, el reconocimiento académico, la búsqueda de la verdad y sus

grupos y relaciones de investigadores. También dedica mucho tiempo a investigar, aunque

considere que la docencia es igualmente importante.

Investigador pragmático: …Quiere sumar méritos para obtener sexenios, ingresos

adicionales por contratos de investigación, reconocimiento y publicaciones; se encuentra

muy motivado por la necesidad de tener que hacer una carrera académica (p. 51).

Con base en lo expuesto anteriormente, podríamos definir un perfil propio para el docente

investigador actual, que se define como un profesor que considera importante investigar, sin

embargo, no encuentra tiempo en sus tareas habituales para hacerlo. Los que sí destinan el tiempo

suficiente para llevarlo a cabo se enfrentan a una serie de temores alimentados por los mitos

sobre si se está preparado o no para hacer investigación. El ideal sería el docente investigador

puro y la lucha constante es ir sumando a las filas profesores con ese perfil.

De los estudiantes

Cuando se habla de los estudiantes, es de vital importancia reconocer, que muchos de ellos

han sido víctimas de un sistema educativo memorístico, reiterativo y centrado en el docente, el

cual busca sumar un título universitario como solución a los problemas económicos y de éxito

personal. Esta crítica ha sido ampliamente ventilada en muchos foros académicos, sin embargo,

no se puede generalizar ni atribuirle a ella todos los problemas que existen en la etapa de la

educación superior.

Específicamente, cuando se habla de investigación con el estudiante, el asunto se torna

más difícil porque muchos de ellos no tienen una idea fehaciente de lo que significa ni de su

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 79

aplicación concreta. Es por ello, que resulta necesario comenzar, poco a poco, a introducir al

discente en este campo.

Belmonte (2002) apunta al respecto:

Resulta evidente que el alumnado no suele estar impuesto en el trabajo de investigación.

Por ello no es lícito exigirle, que al primer intento desarrolle una investigación que alcance

una calidad mínima y que, además, resulte gratificante para él y estimulante para la persona

que la tutora (p. 51).

Por tanto, en la labor docente, es imprescindible la paciencia y la visión general, para

tener tolerancia y saber que este es el panorama que se presenta. Además, como se apuntó

anteriormente, es tarea del profesor encauzar de modo correcto al estudiante en el proceso de la

investigación.

Uno de los obstáculos con los que se enfrenta el docente son las ideas míticas que tienen

los estudiantes acerca de la investigación. Piensan que es algo que está destinado de forma

exclusiva a los sabios, a los eruditos y a las personas de gran inteligencia, concepto que es ajeno a

su realidad. Piensan, además, que se necesita de mucho tiempo y esfuerzo para realizarla y eso

implica tener que abandonar sus ocupaciones favoritas, algo que definitivamente no están

dispuestos a aceptar.

Sobre el particular Belmonte (2002) señala que:

Frecuentemente, en el alumnado suele aparecer una visión peyorativa en la que se identifica

investigar con una actividad semimisteriosa, necesitada de una gran cantidad de recursos y

medios para poder ser realizada y apta únicamente para mentes privilegiadas y, por lo tanto,

inaccesible para él (p.13).

Resulta pues necesario, desmitificar la investigación, hacerla más cercana, accesible y

próxima al quehacer del estudiante, al celebrar sus avances y hacer que ellos mismos descubran

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 80

en ella una herramienta útil y una ocupación placentera, como apunta el mismo autor: “Se ha de

intentar desterrar la idea que investigar es algo raro, misterioso y difícil que sólo pueden realizar

personas muy preparadas y con muchos medios” (p. 48).

Otro de los mitos que manejan los estudiantes acerca de la investigación está relacionado

con el concepto errado de la misma. Piensan que solamente se trata de una búsqueda de

información en libros o medios electrónicos, para copiarla en un documento y presentarla al

docente. Al respecto Belmonte (2002) apunta “…donde el alumnado se considera capaz de

desarrollar un trabajo de investigación, pero que se identifica con una mera revisión del material

publicado sobre un tema concreto” (p.13). Se debe hacer énfasis en que investigar conlleva

descubrir, analizar, deducir y concluir, que ese es el verdadero valor del proceso, y que para

lograrlo, existen una serie de instrumentos que nos ayudan a obtenerlo. Solo así el estudiante

empezará a ver la investigación como un proceso sistemático y no como un simple acto de acopio

de información.

Una de las formas tradicionales, que resultan de mucho provecho a la hora de convencer a

los estudiantes acerca de la importancia que reviste la investigación y desmitificarla a la vez, es

acercar el proceso a su diario quehacer. Si se examina cuidadosamente en la búsqueda de

información y en el análisis están implícitas muchas de las tareas cotidianas que se emprenden,

aun desde antes de convertirse en estudiantes. Al respecto Belmonte (2002) apunta lo siguiente:

“Tranquilizar al alumnado evidenciándole que, ya desde pequeños, ellos mismos se han

comportado y siguen comportándose como investigadores, aun cuando sea de una forma poco

ordenada y sistemática” (p.48).

Como se apreciar, lo único que necesitan los discentes es comprender mejor el fenómeno

de la investigación, y conocer el sistema que les permita, de una manera más ordenada y

coherente, sacar el mayor provecho de sus investigaciones.

Por ello, es labor importante de los docentes el convencer a los estudiantes de que la

investigación no es larga, aburrida ni destinada solamente para los más inteligentes. Es una

aventura del conocimiento, que permitirá abrir muchas puertas del saber, y que resulta una

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 81

habilidad básica en la labor que se espera de ellos en el futuro, tanto en su vida personal como

laboral y profesional.

De acuerdo con España (2017):

El profesorado de la era de la información está llamado a desarrollar competencias que le

permitan convencer al estudiantado de que los aprendizajes promovidos en el salón de clase

le serán útiles en la vida, pues aprenderá a conocer, a aprender, a hacer y ser… (p. 41).

Para finalizar este apartado, resulta imprescindible hacer que el estudiante visualice la

investigación como parte de un todo, que no se trata de una función accesoria, como si fuese un

apéndice en el proceso de aprendizaje. Ella es la punta del iceberg, la cual da inicio y da forma a

la manera en que el discente aprende. En este sentido, la investigación se transforma en una etapa

ineludible y crucial en todo el proceso, que al reconocer su verdadera importancia, se convierte

en elemento ineludible que permite lograr la metacognición a lo largo de la vida del estudiante.

Precisamente son Ruiz, Martínez y Valladares (2010) y Tedesco (2012) citados por España

(2017) que señalan esa integración al mencionar lo siguiente:

Ser gestor de un proceso formativo en donde el accionar pedagógico es promovido desde la

investigación. Supone que la investigación no sea vista como un área del trabajo

universitario aislado, sino como un complemento, un insumo y una guía del proceso… (p.

53).

Conclusión

En términos generales, y después de hacer un recorrido por el panorama actual de la

investigación entre los docentes y los estudiantes, no queda más que decir que la labor que se ha

realizado, desde la Coordinación del área de investigación, ha sido ardua y de grandes

proporciones.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 82

Comenzar por ordenar la labor investigativa de una Escuela entera, en la cual, si bien es

cierto, no se había realizado un mal trabajo, necesitaba de una sistematización más rigurosa y un

responsable que vigilara el cumplimiento de muchas labores propias de la coordinación, que

anteriormente descansaban en funcionarios que tenían esa labor en forma de recargo.

Precisamente es Belmonte (2002) quien ilustra muy bien algunas de esas funciones propias

de un departamento de investigación al apuntar lo siguiente:

Responsabilidad del departamento. Consiste en la concreción de los tipos y características

de las investigaciones que considera adecuadas para los componentes del mismo.

Igualmente ha de facilitar y orientar al alumnado en la elección del tema de la

investigación; establecer los criterios específicos que utilizará el departamento en el

seguimiento del trabajo de investigación; coordinarse con otros departamentos para fijar los

criterios generales de seguimiento; asignar los espacios, medios y recursos disponibles;

finalmente, ha de informar al alumnado de todas estas decisiones (p. 44).

Como se puede apreciar, una de las labores que se han tenido que abrazar de manera

puntual es la divulgación y comunicación de las actividades propias de la Escuela en materia de

investigación, tal como informar acerca de las fechas y procesos para la inscripción de los temas

de los Trabajos Finales de Graduación, así como hacer un seguimiento de los estudiantes en dicha

etapa, divulgar fechas y lugares de las capacitaciones propias del tema, tanto para los docentes

como para los estudiantes, y diseñar una charla informativa previa donde se le brinda la

información necesaria sobre la proximidad a su tesis de grado. Además, es importante resaltar la

labor de asesoría que se les brinda en la elección y formulación de su tema de tesis, la elaboración

de los anteproyectos de investigación, y la coordinación con los profesores tutores y lectores de

tesis, con el fin de facilitar su labor.

Precisamente al respecto, Belmonte (2002) señala como una labor primordial de la

coordinación de investigación el “contribuir a que todo el profesorado del centro docente siga

unos modelos estándar comunes para el alumnado y evitar así agravios comparativos” (p. 46).

Esta estandarización requiere cierto tiempo y esfuerzo; pero resulta indispensable, si se trata de

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 83

aplicar parámetros igualitarios en la elaboración de las investigaciones, dándole seriedad,

rigurosidad y orden, los cual representa, finalmente, el sello que debe caracterizar un proceso de

investigación bien llevado. También resulta importante el lograr, dentro del trabajo de la

coordinación, el interés y la motivación en los docentes por investigar.

Cómo se mencionó, muchos docentes piensan que es difícil el proceso y que no se cuenta

con el tiempo y los recursos para ello. Por consiguiente, es menester el análisis de cada caso en

particular, ya que algunas investigaciones resultan muy sencillas pero valiosas, y en otros casos,

es necesario explicarle correctamente al profesor lo que debe hacer. Solo así se podrá tener un

panorama más claro que motive al docente. Resulta además imprescindible hacerle ver al

profesor que todos los días se investiga, y que para impartir una clase se debe investigar, ya que

solamente por medio de ella se logra estar actualizado y llenar las expectativas de los discentes.

Todo lo que el profesor enseña en su clase es porque lo recuperó de algún otro sitio, ya sea

cuando leyó artículos, hizo alguna búsqueda en Internet, o vio algún video. En pocas palabras,

cuando se puso a investigar sobre el tema y pudo articular su clase. Solo de esta manera, el

docente podrá ser consciente de su labor como investigador y reconocer los aportes que esta

puede brindarle a su labor académica.

Otro aspecto fundamental que tiene a cargo la coordinación de investigación es el de

articular el proceso añadiendo otros actores en el camino, como lo son las instituciones que

desean consolidar proyectos de investigación en conjunto, lo cual desembocaría en proyectos de

extensión social en los cuales, tanto la universidad como dichas entidades pueden convertir lo

estudiado en acciones tangibles por medio de la investigación. Esto también contribuirá a que los

estudiantes se anoten en dichos proyectos, ya que es a través de ellos que la universidad puede

extender su acción fuera de los límites del claustro académico.

A manera de consideraciones finales, es importante mencionar, que para los investigadores

no basta con llevar un curso de metodología. La investigación se lleva en las venas, es una

profesión que atrapa y que conlleva pasión, carisma e identificación. El investigador descubre

esos aspectos a lo largo del tiempo, y termina siendo un convencido más de su necesidad e

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importancia. Esto no es para todas las personas; pero en el momento en que el proceso

investigativo toca las fibras internas, acaban por sucumbir ante su fascinación.

Precisamente al respecto Sánchez (2014) ilustra claramente lo expuesto al mencionar que:

No hay nada más alejado de la formación de investigadores que las prisas burocráticas. En

este caso, hay que insistir en que el investigador no se improvisa; no es resultado de un

paquete de cursos y seminarios de metodología, de epistemología ni de técnicas de

investigación científica. No hay investigadores por decreto ni por nombramiento (p. 15).

Por todo lo anterior, la investigación requiere de docentes que sepan transmitir no solo

conocimientos y procesos, sino ese espíritu investigativo, esa emoción por descubrir y esa

imperiosa necesidad de hacer las cosas bien con sus alumnos. Es una tarea difícil, pero no

imposible, más cuando se es el primero en encontrar en la investigación una vivencia, un estilo

de vida y un sello característico de la personalidad docente.

Y es Sánchez (2014) quien vuelve a recalcar lo expuesto al decir que:

Da la impresión de que en esta época de la comercialización y de la producción en cadena

acosa la tentación de “producir” también investigadores “en serie”. Pero hay que sostener

enfáticamente: primero, que el investigador no es un producto; segundo, que no se envasa

ni se enlata y, tercero, que no se multiplica en cadena (p.15).

No se tiene la certeza aún hacia dónde conducirá este reto, el cual se asumió con intriga en

un inicio; pero de lo que sí se está seguro es que todavía falta mucho camino por recorrer y que el

viaje apenas inicia.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 73-85 Rojas, W. “Yo, investigador…” 85

Referencias

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Sánchez, R. (2014). Enseñar a investigar. Una didáctica nueva de la investigación en ciencias

sociales y humanas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de

Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.

*Contacto: [email protected]

Facebook: wilson.rojasherrera

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 86-98 Chinchilla, M. “La extensión social…” 86

La Extensión Social Universitaria como medio de Formación Práctica en el Periodismo

LCDA. MARÍA JOSÉ CHINCHILLA VALVERDE

Asistente de la Escuela de Periodismo

Universidad Internacional de las Américas

Introducción

La extensión social permite interactuar, aprender y generar un impacto positivo en la

sociedad. Para entender este término, Cabrera y Ayerbe (2012) lo definen de la siguiente forma:

La Proyección Social es la prestación y promoción de servicios profesionales de asistencia

social directa en favor de la mejora de la calidad de vida de la comunidad y su cultura.

Según el modelo de la Proyección Social y la Extensión Universitaria, la universidad se

vincula con la sociedad desde un enfoque unidireccional e influye en ella sin fomentar un

vínculo recíproco (p. 4).

De esta forma, la universidad se vincula con proyectos sociales o ambientales con la

finalidad de hacer consciencia y generar cambios, los autores Ezcurra, Saegh, y Comparato

(2010), mencionan que en la actualidad se debería cambiar el término de proyección social por

responsabilidad social universitaria [RSU]:

Hoy se debe hablar de Responsabilidad Social Universitaria en lugar del viejo concepto de

proyección social de la Universidad. Es decir, no se trata de que la Universidad proyecte el

conocimiento que genera a la sociedad, sino que responda a demandas sociales específicas

interactuando en forma conjunta. (p. 218).

Dichos autores citan, que es fundamental complementar la extensión con la investigación a

lo interno de la universidad, en un proceso que incorpore a docentes y estudiantes. Vallaeys (s.f)

explica que existen cuatro líneas de acción institucional. La primera de ellas se enfoca en la

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 86-98 Chinchilla, M. “La extensión social…” 87

gestión interna, que se basa en enseñarle al estudiante valores y hábitos, de forma que salga de la

universidad con un aprendizaje consciente con la sociedad (pp. 5-6).

La segunda línea se enfoca en capacitar a los docentes en la RSU. Como tercer enfoque

señalan la aplicación de la investigación elaborada por profesores en zonas de vulnerabilidad y

como cuarto énfasis la proyección social, que implica el voluntariado y la participación de los

estudiantes en las actividades, que a la vez les generarán aprendizaje (p. 6).

La realización de acciones de extensión desde el ámbito universitario fortalece el

aprendizaje y desarrollo de capacidades en los estudiantes, les permite conocer las necesidades de

otros y elaborar mediadas que puedan solventar la problemática existente. Estas actividades

fomentan los valores, implementan nuevas prácticas e incentivan la cooperación.

Oviedo, Valverde y Bermúdez (2014) mencionan cuatro impactos en la extensión social

universitaria: organizacionales, educativos, cognitivos y sociales, donde señalan:

La universidad influye en la formación de los jóvenes y profesionales, su escala de valores,

su manera de interpretar el mundo y de comportarse en él. Incide asimismo en la

deontología profesional y orienta –de modo consciente o no- la definición de la ética

profesional de cada disciplina y su rol social. La universidad responsable se pregunta por el

tipo de profesionales, ciudadanos y personas que forma, y sobre la adecuada organización

de la enseñanza para garantizar una formación socialmente responsable de sus estudiantes.

(p. 18).

Para la Escuela de Periodismo de la Universidad Internacional de las Américas [UIA], el

objetivo de realizar este tipo de acciones es fomentar el conocimiento en temas de vulnerabilidad,

inclusión, ambiente, seguridad, recreación y bienestar social, mediante la realización de

actividades que integren a estudiantes y docentes.

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Además, los proyectos de extensión de la Escuela buscan incentivar valores y hábitos en los

educandos, que les permitan desenvolverse éticamente en su profesión y que les proporcionen

destrezas para su desenvolvimiento social.

En el presente ensayo se mostrarán las acciones, que ha realizado la Escuela de Periodismo

en extensión social y la manera en la que los estudiantes han adquirido destrezas y

conocimientos, tanto para su carrera profesional como para el trato humano. De igual forma, se

mencionarán prácticas propias de la profesión que contribuyen a fortalecer la acción social.

Desarrollo

La Universidad Internacional de las Américas (2014) define la política 20 para la extensión

universitaria, en la cual indica como principales medios de proyección a la comunidad:

a. El trabajo comunal universitario (TCU)

b. Los cursos libres dirigidos al público en general

c. Los cursos de actualización profesional

c. Los programas de técnico dirigidos a empresas y al público en general

d. La investigación de problemas de las comunidades y los proyectos de solución

e. El apoyo a entidades y ONGs en la solución de problemas comunales (p. 97)

La proyección social no solo genera un impacto en el ambiente o en los grupos vulnerables

con los que se trabaja, sino que implica un cambio de mentalidad en quienes lo desarrollan. El

docente y el estudiante, que se involucran de manera activa en el proceso, adquieren destrezas no

solo para la academia, sino para la vida.

Bajo esta perspectiva, es fundamental que desde la universidad y las diferentes carreras, se

brinde capacitación a los docentes en cuanto a la formación de sus estudiantes en valores y

hábitos, que, junto con una proyección social adecuada y una responsabilidad social universitaria,

generarán un impacto en la sociedad y en la calidad de profesionales graduados.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 86-98 Chinchilla, M. “La extensión social…” 89

El docente que transmite no solo contenidos, sino también posturas éticas de justicia, paz y

bien, es la proyección social que demarca la pertinencia de una propuesta formativa y que

al final del día, termina por llegar al tejido social, familia, sociedad civil y Estado, para

alterarlo positivamente con el anhelo de bien. (Martínez, Ospina, Rodríguez, Estrada,

Carrillo y Valenzuela, 2015, p. 9).

Tomando en cuenta lo anterior y basándose en la importancia de incorporar en el proceso a

los docentes y estudiantes, la Escuela de Periodismo ha realizado una serie de proyectos, cuya

finalidad es propiciar un mejoramiento del entorno ambiental y generar la concientización del

dolor humano, de las condiciones de vulnerabilidad y de la igualdad de género. Para ello, desde la

Coordinación de Extensión de la Escuela, se identifican los grupos sociales, que requieren apoyo

y las actividades en las que se les puede colaborar.

Para cumplir con lo anterior, se definió una serie de líneas de extensión, creadas con la

finalidad de trazar un norte al momento de colaborar con alguna institución de bien social o

mejora ambiental y que sirve como orientación tanto para docentes como para estudiantes.

Dichas líneas son: “1. Medio Ambiente, 2. Promoción de habilidades para la vida, 3.

Relacionamiento institucional con causa, 4. Bienestar Social Comunitario, 5. Promoción de arte,

cultura, deportes y recreación, y 6. Inclusión Social” (Andrey Urbina Pérez, 2017, UIA,

Coordinador de Extensión Social, Escuela de Periodismo).

En conjunto con Urbina, se colocaron los siguientes objetivos por cada línea de extensión:

1. Medio Ambiente: Promover el cuidado y la protección del ambiente. Incentivar culturas

que propicien el adecuado manejo de los desechos.

2. Promoción de habilidades para la vida: Incrementar conocimientos mediante talleres,

charlas y actividades.

3. Relacionamiento institucional con causa: Desempeñar labores de bien social de forma

conjunta con instituciones.

4. Bienestar Social Comunitario: Implementar acciones que ayuden a disminuir la

problemática presente en las áreas.

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5. Promoción de arte, cultura, deportes y recreación: Fomentar el arte, la cultura, el deporte y

la recreación, mediante la realización de actividades.

6. Inclusión Social: Efectuar acciones que fomenten la inclusión de los diferentes grupos de la

sociedad.

Figura 1. Líneas de Extensión Social – Escuela de Periodismo

Nota: Elaboración propia

En un principio la Escuela de Periodismo, inició su incorporación a la proyección social,

brindando cobertura audiovisual y periodística al encuentro de la Red Americana de Intervención

en Situaciones de Sufrimiento Social (RAISSS) durante tres días en el 2015. Dicha actividad

contó con la participación de diferentes organizaciones de bien social, tanto nacionales como

internacionales, que presentaron sus experiencias con situaciones de riesgo.

Seguidamente, la Escuela realizó un documental televisivo sobre el Hogar de la Esperanza,

institución que brinda atención a personas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y

SIDA, con problemas de adicción o en situación de calle. Dicho documental contenía historias de

vida de los beneficiarios y testimonios de los funcionarios del hogar. Dicho proyecto contó con la

participación de estudiantes y docentes, quienes realizaron entrevistas y asistieron a una actividad

llamada La Carpa, donde se interactuó con personas en situación de calle.

Otro de los proyectos que finalizó la Escuela fue con la Fundación Génesis, una institución

que promueve y desarrolla acciones de asistencia integral a personas en riesgo social, abandono

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 86-98 Chinchilla, M. “La extensión social…” 91

en pobreza, pobreza extrema y vulnerabilidad. En dicho proyecto participaron estudiantes y

docentes, quienes documentaron audiovisualmente testimonios de trabajadores e historias de

vida. Además, se realizó una jornada de alimentación de indigentes en varias zonas capitalinas

como Sagrada Familia, Barrio Cristo Rey, Paseo Colón y calles del casco central de San José,

donde se contó con la participación de alumnos y docentes.

Un proyecto permanente es el programa de radio Acontecer UIA, que trata sobre temas

académicos, docencia, investigación y extensión social. Este es conducido y producido por un

estudiante de la carrera. En la actualidad, el programa ha estado a cargo de cuatro alumnos,

quienes han realizado el espacio radiofónico.

Otra de las iniciativas de la Escuela fue el proyecto con el Colegio México, por medio del

cual se realizaron una serie de capacitaciones a estudiantes de periodismo sobre la equidad de

género, brindadas por la Dirección General de Promoción de Paz y Convivencia Ciudadana

[DIGEPAZ], con la finalidad de que los futuros periodistas, por medio del conocimiento

adquirido, capacitaran posteriormente a un grupo de alumnos del Colegio México, con el fin de

observar su comportamiento y establecer cambios positivos en la diaria convivencia de los

estudiantes.

Sumado a lo anterior, los alumnos recibieron una charla vocacional en la Universidad,

efectuaron la grabación de cuñas radiales y un video sobre el respeto. Además, recibieron una

charla sobre prevención y detección de drogas, proporcionada por la Unidad Canina del

Ministerio de Seguridad Pública. En dicha actividad participaron estudiantes, profesores de la

carrera, docentes y alumnos del Colegio México.

Uno de los proyectos finalizados se realizó con la Municipalidad de San José para el

Festival Transitarte 2017. En esta oportunidad, los estudiantes recibieron talleres sobre el manejo

adecuado de desechos sólidos, con el fin de que explicaran a los asistentes a dicha actividad,

cómo organizar la basura y mantener limpia la capital. Además, los estudiantes realizaron

cápsulas informativas para el Centro de Reciclaje de la Municipalidad de San José, con la

orientación de los docentes.

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Dentro de los proyectos actuales en los que está trabajando la Escuela de Periodismo, se

encuentra la cooperación con Ciudadelas de Libertad y una campaña de prevención de accidentes

de motocicletas con el Consejo de Seguridad Vial (COSEVI). Además, prepara la donación de

juguetes, actividad anual que la Carrera lleva a cabo con la participación de sus estudiantes y

profesores. Este proyecto persigue el apoyo particular a un menor de edad, con el fin de

entregarles obsequios en Navidad a todos de los niños de la Red de Cuido Gato con Botas,

ubicada en Hatillo.

La Escuela de Periodismo, propone cada cuatrimestre la apertura de cursos libres, dentro de

los cuales se pueden mencionar: Periodismo Digital, Community Manager, Periodismo de Datos,

Edición no lineal Adobe Premiere, Fotografía, Técnicas de Oratoria para una Comunicación

Efectiva, Photoshop, Manejo de Cámaras de Televisión, Adobe Illustrator, Periodismo

Deportivo, Locución y Dicción de Radio, entre otros.

Es importante destacar que recientemente, la universidad firmó tres convenios con el

Colegio de Periodistas de Costa Rica [COLPER], el Colegio de Profesionales en Informática y

Comunicación [CPIC] y la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación [CAMTIC],

con el fin de realizar actividades en conjunto, que favorezcan la realización de proyectos y

programas de investigación. Dicha asociación favorece el intercambio de conocimientos entre las

instituciones.

Otra de las actividades que efectúa la Escuela de Periodismo, es la realización de actos

académicos, como charlas y talleres para fomentar el conocimiento de los alumnos. Cada

cuatrimestre se realiza un foro académico durante el cual se invita a estudiantes y graduados a

adquirir nuevos conocimientos, se efectúa un taller de normativa APA, para quienes deben

realizar sus trabajos finales de graduación o bien, de cada curso, y un simposio, en el que se

presentan las mejores tesis o tesinas de cada periodo lectivo.

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Figura 2. Actividades Académicas –Escuela de Periodismo

Formación práctica

Hasta el momento, se ha señalado a la extensión social como un medio de formación

práctica en el estudiante: “Proponemos concebir a la extensión como otra forma de producción de

conocimiento: conocimiento práctico, profesional, que se genera de manera local,

transdisciplinariamente, inductivamente y con finalidades prácticas”. (Ezcurra, Saegh, y

Comparato, 2010, p. 218).

Se entiende de esta manera, que la universidad forma al estudiante, no solamente para

ejercer su profesión, sino que le proporciona valores, hábitos y conductas positivas, genera un

sentido de responsabilidad y un impacto positivo inmediato con su entorno social, cultural y

ambiental. La Universidad El Bosque (2014) señala al respecto:

Se entiende la “responsabilidad”, no como una “obligación”, sino con un sentido de

corresponsabilidad con la sociedad, propiciando en el estudiante universitario el desarrollo

de las competencias necesarias para asumirla como tal en su quehacer diario y en el futuro

como profesional, que contribuye de manera ética, compasiva y altruista al bienestar de la

comunidad (p. 13).

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Dentro de la carrera, se forma al estudiante en ética profesional y se le brindan lecciones de

temática social, además la licenciatura propone un énfasis enfocado en el Periodismo Social,

disciplina que busca generar mayor participación de las poblaciones en riesgo social, entendiendo

las causas de sus problemáticas y propiciando posibles soluciones. Con el trabajo de extensión

que realiza la Escuela, se incentiva en el estudiante el aprendizaje del ejercicio profesional en el

Periodismo Social.

Figura 3. Ciclo de formación de la extensión universitaria

Nota: elaboración propia

De esta manera, se puede afirmar, que el estudiante de periodismo, al ser partícipe de

proyectos de extensión, adquiere destrezas para la vida y para su ejercicio profesional, ya que

aprende a informar equilibradamente, tomando en cuenta la voz de las personas implicadas en la

labor social, su lucha por salir adelante, más que sus problemas físicos o económicos. El alumno

adquiere capacidades para interpretar los problemas sociales, entender las causas y las posibles

soluciones.

Por ejemplo, con los proyectos elaborados en Fundación Génesis y Hogar de la Esperanza,

los educandos aprendieron a informar de manera adecuada sobre las situaciones de riesgo,

aplicando los principios éticos de la profesión y del Periodismo Social, que fueron explicados en

el transcurso de su carrera.

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 86-98 Chinchilla, M. “La extensión social…” 95

De igual forma, con la realización de las cápsulas informativas de los otros proyectos,

adquirieron destrezas prácticas en el manejo escénico, montaje de guion y realización de

producciones audiovisuales, como refuerzo a los cursos impartidos por la universidad.

Tal como se mencionó, cabe destacar que este ciclo de formación aplica para todas las

carreras universitarias, cuya responsabilidad reside en formar profesionales altamente calificados

en su rama, con un sentido de responsabilidad hacia el ambiente y las personas que le rodean, con

valores éticos y morales, que les permitan trabajar con las distintas poblaciones.

Conclusión

El presente ensayo demuestra que el estudiante se encuentra expuesto a panoramas que

colaboran a su conocimiento ético, ambiental, social y cultural y al mismo tiempo le

proporcionan hábitos para el resto de su vida, así como experiencias prácticas que le servirán en

su desempeño como profesional.

El aprendizaje de las vivencias de otros y la manera adecuada de dar a conocer las

situaciones de riesgo social propician destrezas sociales y profesionales, aún más, en el quehacer

del periodismo social.

La integración de alumnos y docentes propicia la generación de conocimientos y de

destrezas prácticas del estudiantado. Al momento de interactuar con poblaciones, se conocen las

causas de las problemáticas, las posibles vías de solución, así como las necesidades de cada una.

Es necesario establecer líneas de extensión social, que contribuyan a guiar los proyectos y

a generar nuevas iniciativas que incentiven a los estudiantes y profesores a realizar las labores

que se planteen.

Las acciones de extensión, generan conocimientos en diferentes áreas profesionales como

el Periodismo Social, que, a su vez, propicia buenas prácticas para la realización de los proyectos

de extensión. Esta relación antes mencionada, genera un ciclo de conocimiento continuo.

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Al realizar proyección social, los involucrados adquieren conocimiento en temas de

vulnerabilidad, inclusión, ambiente, seguridad, recreación y bienestar social. Dicha acción les

permite fortalecer valores y hábitos para su ejercicio personal y profesional.

La Universidad tiene el deber de velar por la formación de los educandos, con el fin de

corresponder a la sociedad con profesionales capacitados en su área y con principios sólidos que

contribuyan al bienestar social y ambiental.

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Referencias

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http://apps.uniamazonia.edu.co/documentos/docs/Programas%20Academicos/Administra

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PAE_2012_2015.pdf

Ezcurra, D. Saegh, A. y Comparato, F. (2010) Educación Superior. Tensiones debates en torno a

una transformación necesaria. Argentina: Eduvim. Recuperado de:

https://books.google.co.cr/books?id=1zJTqJAr6c4C&pg=PA218&dq=extension+social+u

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Martínez, F. Ospina, A. Rodríguez, S. Estrada, L. Carrillo, A. y Valenzuela, S. (2015)

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Oviedo, C. Valverde, J. y Bermúdez, J. (2014) Gestión de la Responsabilidad Social en la

Universidad Nacional de Costa Rica. Costa Rica: Universidad Nacional. Recuperado de:

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Universidad Internacional de las Américas (2014) Manual de Políticas Académicas y Académico-

Administrativas. Costa Rica: Universidad Internacional de las Américas

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Vallaeys, F. (s.f) ¿Qué es la Responsabilidad Social Universitaria? Recuperado de:

file:///C:/Users/Asistente%20de%20Periodi/Downloads/Responsabilidad_Social_Universi

taria.pdf

*Contacto: [email protected]

Facebook: marijose.chinchilla

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 99-102 “Normas para la publicación…” 99

NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE ENSAYOS CIENTÍFICOS O ACADÉMICOS

Y PROCESO DE ARBITRAJE EN LA REVISTA INNOVACIÓN UNIVERSITARIA

Las normas y criterios se basan en el Manual de Publicaciones de la American

Pyschological Association (APA, 2010, 3ra edición en español) y el documento “Indicaciones

para la Elaboración de un Manuscrito Original de Investigación Científica”, del Departamento de

Investigación, Universidad Internacional de las Américas. A continuación se describen algunos

de los criterios que deben tomarse en cuenta para la publicación en esta Revista.

Normas y procedimiento para la entrega de los manuscritos originales:

1. Como parte de los requisitos del Programa de Capacitación y Actualización Docente

(PCAD), se debe entregar un ensayo, éste debe ser entregado vía correo electrónico a la

dirección, [email protected]

2. Posteriormente el equipo editorial de Innovación Universitaria, inicia el proceso de

revisión.

a) El manuscrito debe contener de 10 a 15 páginas máximo en tamaño carta y con

márgenes de 2,5 cm en todas las partes, utilizando un interlineado de 1, 5 y justificado

en todas las líneas del documento

b) En el texto se debe utilizar el tipo de letra Times New Roman de tamaño 12. En las

figuras o gráficos se debe utilizar la tipografía Arial.

c) La estructura, citas y fundamentación debe responder a lo establecido en el documento

Manual de Publicaciones de la American Pyschological Association (APA, 2010)

d) Las y los autores deben asegurarse de que su manuscrito en su totalidad es original, o

tener el texto debidamente citado. El plagio en todas sus formas constituye una conducta

editorial no ética y es inaceptable. En consecuencia, cualquier manuscrito que incurra en

plagio será eliminado y no considerado para su publicación.

e) En el apartado de referencias, éstas se listan alfabéticamente al final del manuscrito y

proporcionan la información necesaria para identificar y localizar cada fuente

Revista Innovación Universitaria 2017, 1 (2): pp. 99-102 “Normas para la publicación…” 100

mencionada en las citas textuales y en las paráfrasis dentro del texto. Utilice el modelo

de la APA (2010) que publica la lista de referencias en un formato de sangría francesa.

Cada entrada contiene los siguientes elementos: autor, año de publicación, título y datos

de la publicación.

Procedimiento de evaluación y arbitraje del manuscrito original en Innovación

Universitaria

a) La editora de la Revista es la encargada de dar acuse de recibido y seguimiento a los

manuscritos y documentos recibidos vía correo electrónico.

b) Una vez revisado el formato del manuscrito, se le comunicará al autor su aceptación

para la segunda revisión o su rechazo para la publicación.

c) Si el manuscrito es aceptado, el o los autores deberán realizar la siguiente declaración

jurada:

DECLARACIÓN JURADA

Yo, ______________________, cédula o documento de identidad ______________, hago

constar que el ensayo titulado “____________________________”. Presentado a la revista

Innovación Universitaria, es original y nunca ha sido publicado o está en proceso de arbitraje, en

otra revista o medio escrito o digital. Y a su vez concedo los derechos de publicación conforme al

artículo 16 de la ley No. 6683, Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, vigente en la

normativa costarricense, cediendo al editor de la revista Innovación Universitaria, los siguientes

derechos Patrimoniales:

a) La reproducción, entendiéndose como copia literaria o artística o de una fijación visual o

sonora, en forma parcial o total, en cualquier forma tangible, incluso cualquier

almacenamiento permanente o temporal por medio electrónicos, aunque se trate de la

realización bidimensional de una obra tridimensional o viceversa.

b) La comunicación al público, directa o indirectamente, por medio electrónico.

c) La disposición de sus obras al público, de tal forma que los miembros del público

puedan acceder a ellas desde el momento y lugar que cada uno elija.

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d) La distribución, entendiéndose como el poner a disposición del público por venta,

alquiler, importancia, préstamo o por cualquier otra forma similar, el original o las

copias de la obra o fonograma.

e) La transmisión pública o la radiofusión de sus obras en cualquier modalidad, incluyendo

la transmisión o retransmisión por cable, fibra óptica, microonda, vía satélite o cualquier

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ser rechazados los manuscritos no serán devueltos a su autor o autores, ni se mantendrá

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