Revista Actas Pedagógicas Nº5

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ISSN 0123 - 2088 Actas Pedagógicas Revista del Centro de Estudios de Didáctica y Pedagogía, Cedip Corporación Universitaria de Ibagué Ibagué, Colombia, No 5. Junio de 2001. Tiraje, 400 ejemplares Presidente del Consejo Superior Sr. Santiago Meñaca Castillo Rector Ing. Leonidas López Herrán Vicerrector Académico Federico García Posada, PhD Editora Luz Angela Castaño González, MA Comité Editorial Federico García Posada, Luceli Patiño Garzón, Martha Fajardo Valbuena, Rodrigo Parra Sandoval, Francisco Parra Sandoval, Luz Ángela Castaño González. Colaboran en este número Luz Angela Castaño González, Raúl Cuadros Contreras, Cecilia Correa Valdés, Martha Lucía de Dimey, Edgar Delgado Rubio, Martha Fajardo Valbuena, Humberto Galindo Palma, Federico García Posada, Adela Hernández Díaz, Arcelio A. Hernández Ferreira, Luis Felipe Herrera Jiménez, María del Carmen Moreno Vélez, Luceli Patiño Garzón, Leonardo Solanilla Chavarro. Diseño y Diagramación Centro de Recursos Educativos de Coruniversitaria Ilustraciones Tomadas de: ABADIA MORALES,Guillermo. ABC del folkore colombiano. Bogotá: Panamericana.1995 . A Contratiempo. Revista. Dimensión Educativa: Bogotá Número 2 Octubre de 1987. BELANGER GRAFTON,Carol. Old-Fashioned music illustrations.New York: Dover publications,1990. HARTER,Jim. Music: A pictorial archive of Woodcuts & Engravins.New York: Dover Publications1980 MIÑANA,Carlos et al. Para gigantitos y enanotes. Bogotá: Magisterio. 1990. Impresión El Poira, Editores e Impresores, S.A. Correspondencia y suscripciones Corporación Universitaria de Ibagué, Centro de Estudios de Didáctica y Pedagogía, Cedip. Los conceptos y opiniones de los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores y no comprometen la política del Cedip. Se autoriza la reproducción de los artículos, siempre que se cite la fuente. Agradecemos el envío de la publicación que cite nuestros artículos.

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Tabla de Contenido

Presentación

Artículos de reflexión

Acerca de las funciones políticas de las instituciones educativas. María del Carmen

Moreno Vélez, MA.

Cambio y tradición: Hacia una visión orgánica de la escuela. Martha Fajardo

Valbuena

Kant y el problema de la Metafísica. Edgar Delgado Rubio

Cuando habla la frivolidad. Federico García Posada, Phd

Hacia la comprensión del concepto de evaluación curricular. Luceli Patiño Garzón,

MA.

Implicaciones educativas de la teoría de las Inteligencias múltiples Cecilia Correa

Valdés, MA.

Salud Mental e institución escolar: Un tema para reflexionar Luis Felipe Herrera

Jiménez, Phd

Relación entre lenguaje oral y escrito. Una experiencia de escritura en la

universidad. Luz Angela Castaño González, MA.

La educación musical en Colombia: Se busca una escuela. Humberto Galindo Palma

La enseñanza de estrategias de aprendizaje. Adela Hernández Díaz, Phd.

Los niveles de asimilación del contenido: una pauta para la organización de las

prácticas de laboratorio. Arcelio A. Hernández Ferreira, Phd.

Revisión

El seminario investigativo como opción pedagógica. Raúl Cuadros Contreras

Traducción

Educación y Violencia.Trad:Leonardo Solanilla, Phd

Reseñas

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Presentación

En sus cinco años de labores, el Centro de Estudios de Didáctica y Pedagogía de

Coruniversitaria ha intentado abrir un espacio de reflexión sobre la pedagogía en la

Universidad. Día a día, el CEDIP ha construido su misión acorde con la expresada por la

Institución que la abriga: La formación de ciudadanos, tarea que se convierte en bandera

de todo proyecto educativo que se emprenda. Por ella trabajamos con nuestras

actividades y esfuerzos e, incluso, con la docencia como expresión sencilla pero

contundente de nuestras ideas.

Asimismo, hace cinco años publicamos nuestro primer número de Actas Pedagógicas,

como eje que articula esta reflexión acerca de la enseñanza y el aprendizaje en la

universidad y en el Tolima. Han sido cinco años de trabajo entusiasta y paciente para

aprender como equipo sobre nuestro quehacer docente y, también, sobre la delicada

tarea de producir una revista anual alrededor de la pedagogía. Cada año hemos intentado

agregar nuevos elementos y secciones al contenido y esperamos ampliar las áreas que

cubre la Revista e incorporar otras más específicas y especializadas. Actas Pedagógicas

muestra que la comunidad universitaria ha comenzado a aceptar que el diálogo alrededor

de la pedagogía nos fortalece y nos da identidad.

Es nuestra intención, además, entusiasmar a nuestros colaboradores para que continúen

apoyándonos y, a la vez, ejerzan la difícil tarea de registrar las reflexiones propias del

quehacer docente. Queremos, entonces, enviar una voz de agradecimiento a nuestros

colaboradores de la Universidad y a los docentes invitados de otras universidades para

que continúen muy alertas sobre nuevos desarrollos y posibilidades para el mejor

desempeño de la docencia.

En esta ocasión Actas Pedagógicas tiene como tema gráfico el de “Ibagué, ciudad

musical”. Vivimos y trabajamos en un lugar que se ha definido por losritmos y los acordes,

y entendemos que tras de cada sonido armónico hay un ser humano que se debe a una

educación que, a su vez, es la expresión de un proyecto en el que los maestros

tolimenses han puesto su entusiasmo. Sea éste un homenaje, no a los instrumentos, que

ilustran nuestra revista, sino a las manos y las mentes que hacen posible la música como

símbolo de la ciudad que la justifica y para la que trabaja.

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Acerca de las funciones políticas

de las instituciones educativas

Por: María del Carmen Moreno Vélez*

Abstract

This article develops some general observations around the origins and processes of

educational institutions in the West. It presents references on the work of the Catholic

Church in relation to this social delegation by the Colombian Government. It also identifies

economic organizations and businesses as educators and calls the readers´attention to

the educational politics for which the State should assume responsibility. The article also

calls attention to the things which the society and the State do unknowingly when

confronted with political problems.

Resumen

El presente trabajo recoge algunas observaciones generales en torno a los orígenes de

las instituciones educativas en Occidente. Hace señalamientos sobre procesos educativos

y presenta referencias a las delegaciones que el Estado en Colombia hizo a la Iglesia

Católica frente a esta función social. Identifica las organizaciones económicas como

posibles educadoras y llama la atención sobre políticas educativas que debe asumir el

Estado. Enuncia algunos desconocimientos que la sociedad y el Estado hacen sobre

problemas políticos.

Palabras claves

Educación, instituciones sociales, formación, escuela, dignidad humana, autonomía,

libertad, responsabilidad, deberes, derechos, límites, historia, potencialidades, espíritu

crítico, Estado, Estado social de derecho, formación política, participación, políticas de

Estado, programas de gobierno, acciones de las instituciones.

Las instituciones

Las instituciones, en estas líneas, se entienden como espacios en los que se viven las

relaciones humanas, donde se establecen límites, se conocen propuestas para el ser

social de las personas, se validan y evalúan comportamientos. Ellas, producto del

desarrollo de la vida de la humanidad, reportan su propia historia y, sus funciones están

relacionadas con la organización de la vida social y, por tanto, han de tener en cuenta las

necesidades de los hombres que las construyen, constituyen y las habitan. Las

instituciones, como todos los productos humanos, no son eternas. Por tanto se les pueden

identificar orígenes, desarrollos y perspectivas.

La educación la abordamos como el camino o la opción que tienen las generaciones

adultas para transmitir a los jóvenes sus comportamientos, habilidades, destrezas,

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aprendizajes y, para el caso de los seres humanos, los conocimientos, razonamientos,

elaboraciones, argumentos y abstracciones, producto de sus experiencias reflexionadas.

Entenderemos función, como la capacidad de acción propia de las organizaciones, como

el papel que debe desempeñar cada institución en su contexto social.

Referencias históricas:

Inicialmente, la labor educativa la realizaban las familias que, a su vez, son consideradas

como las primeras organizaciones políticas. Después, las iglesias y los grupos primarios

más cercanos a los individuos asumieron las tareas de apoyo a esa labor. Más adelante,

se sumaron los gremios que, organizados como instituciones, transmitían a los individuos

y grupos que a ellas pertenecían, los saberes útiles para vivir, producir y construir en el

seno de las sociedades mayores, de las cuales hacían parte las mismas instituciones.

En la actualidad, y cada vez con más frecuencia, se reconoce el valor que en los procesos

educativos tienen los “pares”, como expresión que identifica a quienes están en las

mismas o en similares condiciones de edad, relaciones con el poder, con el saber o con la

posesión de bienes materiales o espirituales. Este planteamiento ha estado implícito en

diferentes culturas y, en las nuestras, esta función tiene su expresión, por ejemplo, en el

cuidado de los niños que se delega en los hermanitos mayores. Cada vez más la

psicología y las teorías relacionadas con los procesos de aprendizaje acuden a esta

relación entre pares, cuando de analizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje se

trata.

Por esta vía se ha llegado, incluso, a proponer la relación enseñanza-aprendizaje, como si

una acción fuera necesariamente inherente a la otra. El tema de la reciprocidad entre

estos dos procesos, que se dan en los seres vivos, adquiere connotaciones que admiten

ser discutidas entre quienes, desde distintas concepciones, están interesados en los

planteamientos de la psicología, la pedagogía, la sociología cuando se trata de los

aprendizajes entre seres humanos. Algunos admiten y defienden, desde la

argumentación, las marcadas diferencias existentes en los tiempos y las relaciones frente

a los dos procesos. No necesariamente se aprende al mismo tiempo que se enseña, ni

son absolutamente proporcionales los procesos de aprendizaje con las intenciones de la

enseñanza. Sin embargo, este espacio no lo destinamos a afrontar esta discusión, por

demás muy interesante.

Así, también se hacen análisis y se validan los procesos de educación en los que,

rompiendo con las estructuras verticales de poder, se admite la intervención de

estrategias de enseñanza y de aprendizaje en un entramado complejo de relaciones.

Entonces, cobran validez los procesos de educación en los que los padres aprenden de

los hijos, los profesores de los alumnos, los adultos de los menores, y estas cadenas se

multiplican permitiéndonos reflexionar en las posibilidades de admitir procesos educativos

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multidimensionales y, por decirlo de alguna manera, procesos multifocales en los cuales

unos y otros aprendemos y enseñamos simultáneamente.

Desde diferentes teorías se han construido categorías que hacen referencia al

aprendizaje y la educación formal que se adelanta y acredita en los establecimientos

socialmente reconocidos para este fin y, también a la educación no formal, como la que

se da por fuera de las instituciones educativas, esa que se adquiere a través de las

prácticas y experiencias reflexionadas a partir de diferentes relaciones con otras

personas, con distintos discursos y con diferentes objetos de interés para quienes

aprenden sobre ellos. Sobre esta educación no formal existen reconocimientos sociales

cuando se valoran las habilidades de los sujetos para los desempeños, pero no exige ni

amerita certificación institucional, es decir, omite la acreditación como condición de

reconocimiento.

En este trabajo hacemos referencia, particularmente, a los orígenes y a las funciones de

estas instituciones educativas que conocemos con el nombre genérico de escuela.

Nuestro interés se centra en las instituciones de educación formal y en la responsabilidad

del Estado, la sociedad y la familia en la formación de ciudadanos.

Orígenes de nuestras escuelas

En Occidente, la escuela, ésta que conocemos hoy, la que se confunde con el colegio, el

liceo, el instituto, es realmente una institución moderna, que se instala y coge fuerza en

los regímenes democráticos y en los estados industrializados. Su desarrollo puede

ubicarse a partir de las revoluciones europeas de los siglos XVII y XVIII, cuyos escenarios

principales estuvieron en Inglaterra y Francia. Esas revoluciones incidieron en la

generación de nuevas propuestas industriales, políticas, comunicativas y de intercambio,

mediante las cuales se han cristalizado otras relaciones económicas, civiles y políticas

entre individuos, grupos, estados y nuevas organizaciones sociales, que también

modifican las relaciones al interior de las organizaciones políticas básicas, entre los

estados y entre estos y las empresas de distinto orden.

La escuela, entonces, aparece y se fortalece como la institución capaz de asumir

responsabilidades en la transmisión de los nuevos saberes, respaldando así la función

familiar en lo relativo a la formación de individuos para vivir en sociedad. Debe tener,

además, una función política y civilizadora, que le impone la necesidad de recuperar

espacios propios del Estado para el ejercicio de transmitir a los ciudadanos, los

conocimientos y habilidades útiles al desarrollo social y humano previsto por esa

institución política y, en tal sentido, puede retomar las responsabilidades que antes la

sociedad había dejado en cabeza de la Iglesia. Esta afirmación, en nuestro país, cobra

especial vigencia a partir del Concordato que el Estado colombiano firma con el Vaticano,

hacia 1887.

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El compromiso establecido a través del Concordato abre las puertas políticas a la

intervención de la Iglesia en los asuntos que debían estar, únicamente, en manos del

Estado. Así éste entregó, por ejemplo, la base de la filiación de los ciudadanos cuando

validó y exigió la “Partida de Bautismo” para efectos civiles como la identificación personal

y la filiación familiar. También la Iglesia asumió poder en las relaciones económicas o

patrimoniales a través de la legalización de las uniones maritales reconocidas como

válidas cuando eran consagradas por la Iglesia Católica, independientemente de la

intervención de los poderes civiles. Otra función que le entregó el Estado fue la de la

educación pública, fortaleciendo, aún más, la injerencia que la Iglesia Católica ya había

logrado a través de la educación privada.

Otras instituciones también forman a los ciudadanos

Las instituciones económicas asumen funciones en la transmisión, cultivo y desarrollo de

los saberes, como respuesta a las necesidades sociales. Así aparecen los gremios, los

sectores, las empresas, los consorcios, vinculados a tareas educativas que velan por la

formación de los individuos capaces de responder a las demandas de los procesos

productivos, sean estos del orden de los bienes o de los servicios.

Estas relaciones de las instituciones económicas con la educación se hicieron presentes

en Inglaterra con la preparación pública de los obreros que alimentaron las industrias

producto de la Revolución Industrial. En Alemania también se reconoció la necesidad

política de la preparación, bajo la responsabilidad pública, de los artesanos y trabajadores

metalmecánicos que abastecieron la industria alemana.

En nuestro caso colombiano, desde la década del „50, el Gobierno Nacional reconoció el

papel fundamental de la intervención empresarial en la formación y calificación de la mano

de obra y, como producto de este reconocimiento, se dio origen al SENA, entidad que

identificó desde su fundación, la importancia de la intervención de los sectores

económicos en la educación y formación de la mano de obra y de los mandos medios

necesarios para la, entonces, incipiente industria nacional.

Las urgencias de hoy

La magnitud de las problemáticas nacionales nos imponen caminos de reflexión sobre las

reales posibilidades de una convivencia humana.

Ya Rousseau, en 1762, en El Contrato Social, señalaba: “La paz, la unión y la igualdad,

son enemigas de las sutilezas políticas”1 A esta afirmación llega, en el Libro Cuarto,

después de haber trasegado, a través de los tres Libros anteriores de la misma obra, por

los conceptos, elaboraciones y propuestas sobre lo que significa la esclavitud, la

servidumbre, la ignorancia, el sometimiento... Y a través de toda la obra, señala cómo la

libertad, que es producto de la autonomía del hombre y del reconocimiento de las

1 Rousseau, Juan Jacobo. El contrato social. Editorial Cometa de papel. Medellín. 1996. p.113

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renuncias necesarias a los comportamientos instintivos, no puede lograrse sino a través

de procesos educativos, mediante los cuales, los hombres que reconocen el valor de las

ganancias civiles, son capaces de renunciar a las libertades instintivas individuales para

someterse a la voluntad general que ha de guiar a la obtención del bien común. Para el

autor de El Contrato Social, los procesos educativos permiten identificar las necesidades

básicas de los ciudadanos, la calidad de hombre y su relación con la libertad, la

autonomía y la construcción de los valores morales.2

Reconociendo el mérito de las propuestas roussonianas, y las condiciones de vida de la

población colombiana se hace necesario una reflexión en torno a las exigencias que se

deben hacer al Estado de Colombia, para que asuma desde sus políticas, programas

gubernamentales y realizaciones institucionales, la responsabilidad con la educación de

los colombianos, de tal manera que se nos permita tomar decisiones reales sobre

nuestras acciones, conductas y posibilidades de desarrollo, desde los más elementales

comportamientos de los hombres hasta la más compleja formación cultural de los

ciudadanos.

Es pertinente introducir aquí algunos elementos de reflexión frente a los ordenamientos de

la Constitución Política que, desde su primer artículo, nos está hablando de un Estado

social de derecho. La Corte Constitucional se manifestó frente a este principio

fundamental de la Carta y a través de la Sentencia T 426 del 24 de Junio de 1992 definió:

“El Estado Social (sic) de derecho hace relación a la forma de organización política que

tiene como uno de sus objetivos combatir las penurias económicas o sociales y las

desventajas de diversos sectores, grupos o personas de la población prestándole

asistencia y protección. Exige esforzarse en la construcción de las condiciones sociales

indispensables para asegurar a todos los habitantes del país una vida digna dentro de las

posibilidades económicas que estén a su alcance. El fin de potenciar las capacidades de

la persona requiere de las autoridades actuar efectivamente para mantener o mejorar el

nivel de vida, el cual incluye la alimentación, la vivienda, la seguridad social y los escasos

medios dinerarios para desenvolverse en sociedad.”3

Realmente, sólo una sociedad formada con espíritu crítico sería capaz de exigirle al

Estado la coherencia entre el planteamiento del Estado social de derecho y las

propuestas políticas que coadyuven a la formación de los ciudadanos autónomos y libres.

Es de advertir que en las construcciones conceptuales más ortodoxas ya se hace

presente la estrecha relación entre el concepto de ciudadano y sus facultades de la

libertad y la autonomía en el marco de los planteamientos políticos democráticos. Y desde

2 Ibid. p.p. 12 y 22

3 Asamblea Nacional Constituyente. Constitución Política de Colombia. Compilado, concordado y

anotado. por Francisco Gómez Sierra. Colección Códigos Brevis. Grupo Editorial Leyer. Santa Fe de Bogotá. 2000. p. 13

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esos mismos planteamientos que reconocen la cultura como la posibilidad de expresión

del pensamiento, se ha identificado a la educación como una de las herramientas más

eficaces para la formación de los hombres que cada estado necesita, que cada sociedad

merece.

A manera de ejemplo señalemos: Pensar solamente en los problemas pertinentes a lo

qué es la reproducción responsable implica una decisión política que debe incidir desde la

educación, ya que no se puede asumir responsabilidades vitales sin conocer, realmente,

las condiciones, posibilidades y potencialidades de la vida de un ser humano. La

autonomía de los hombres habrá de consultar no solamente los deseos y los derechos,

sino, que para que realmente se pueda hablar de autonomía, habrá de tener en cuenta los

deberes. Vale recordar lo que señala Rousseau cuando identifica la urgencia de renunciar

a las demandas instintivas en la búsqueda de la libertad civil.

“Lo que el hombre pierde por el contrato social, es su libertad natural y un derecho

ilimitado a todo lo que intenta y puede alcanzar; lo que gana es la libertad civil y la

propiedad de todo lo que posee. Para no engañarse en estas compensaciones, se ha de

distinguir la libertad natural, que no reconoce más límites que la fuerza del individuo, de la

libertad civil, que se halla limitada por la voluntad general”.4

Si Colombia, desde la definición de ser un Estado social de derecho, asume la

construcción de una nueva realidad política debe, entonces, procurar coherencia entre los

mandatos constitucionales y los planteamientos políticos coherentes con ellos y, unos y

otros deben impactar las acciones educativas y los planteamientos sobre la formación.

Así también deben hacerse las exigencias a la comunidad educativa, que según la

Constitución y la Ley, está integrada por padres de familia, maestros, vecinos, y por la

comunidad en general. Estas exigencias han de estar relacionadas con: la calidad de la

educación, el reconocimiento de la historia propia y la apropiación responsable de las

herramientas de la civilización, para ser asumidas, desde su propuesta y creación, hasta

la experimentación con las mismas y, si se quiere, con la comercialización de nuestros

productos.

La educación y el ejercicio de la dignidad

La dignidad humana, fruto del trabajo del hombre, de las reflexiones filosóficas, de los

hallazgos científicos y de los procesos políticos pasa por el reconocimiento de las propias

tradiciones y la conquista autónoma de las mejores condiciones de vida para las mayorías

nacionales. Y éstas no se logran en la actual situación de indigencia de millones de

colombianos, quienes no habitan sus propios espacios domésticos y se apropian de los

públicos, de una manera indigna, porque la sociedad no les ha reconocido sus urgencias

y necesidades.

4 Rousseau. op.cit p. 21.

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Tampoco pueden, los colombianos pobres y los indigentes, elaborar sus criterios porque

se les han negado las posibilidades del debate argumentado, y en cambio, sí se les ha

conducido por los caminos de la violencia hacia la defensa de ideales que no les

pertenecen desde el conocimiento y la reflexión propia. Así, en la mal delimitada época

de la violencia, que reconoce solamente unos años alrededor de la década de los „50, los

campesinos y las mayorías de los pobres se perseguían por unos odios banderizos que

correspondían más a los intereses de los dirigentes que se peleaban por el poder, que a

los propios intereses de quienes se mataban entre sí. Como producto de estos combates,

además de los cruentos enfrentamientos que diezmaron la población, se presentó una

gran movilización migratoria que generó una de las más dramáticas épocas de

desplazamiento conocidas en el País.

Es pertinente anotar que, la experimentación que se ha propiciado a la mayoría de los

pobladores colombianos, ha estado fundamentalmente relacionada con la posibilidad del

sometimiento, la servidumbre, la resignación y la búsqueda de soluciones inmediatas a

los problemas del hambre y de las contingencias del tiempo y del espacio. Bastaría una

juiciosa observación sobre los procesos de desplazamiento de los campesinos

colombianos y las condiciones de los sujetos desplazados, sus perspectivas y

posibilidades, para entender que las condiciones de miseria se contraponen a los

desarrollos culturales y que en ellas, sólo queda la esperanza de soluciones inmediatas

de los problemas cotidianos del hambre, el frío y la fatiga.

Se nos impone la lucha por la defensa de los espacios físicos, por la delimitación de los

territorios, pero no se trabaja por las conquistas culturales que son realmente las que nos

diferencian de la condición de los animales. El Estado, y los habitantes del País, hemos

desconocido, en términos reales, la significación de la educación en la conquista de

condiciones dignas de vida humana.

Recomendaciones

Es propio de la Academia avanzar en estas reflexiones y, en consecuencia con las

funciones de la Universidad (entre las cuales no solamente están la investigación y la

docencia, sino también la extensión) se debe propiciar el reconocimiento de las realidades

nacionales, los planteamientos políticos y las potencialidades del desarrollo nacional y del

desarrollo humano de sus habitantes.

A la familia y a la sociedad en general, así como a las instituciones educativas en

particular, les cabe la responsabilidad de instruir y formar a los ciudadanos, para la

construcción de condiciones de vida digna para todos los vivientes en el País.

Es preciso reconocer el valor de la productividad, la dignidad del trabajo y el mérito de los

esfuerzos individuales en los diferentes proyectos sociales y personales. Sin el orgullo

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que deben producir estos valores, es difícil conseguir la formación de ciudadanos

autónomos, responsables del acontecer político y orgullosos de su nacionalidad.

A través de la Institución Educativa, en todos sus niveles, se debe informar a los

ciudadanos sobre situaciones diagnósticas: Historia, perspectivas y potencialidades del

Estado democrático y particularmente del Estado colombiano, caracterizado en el primer

artículo de la Carta como Estado social de derecho.

Con base en el ejercicio de la educación, se debe formar a los ciudadanos para la

participación política en la solución de todos los problemas de la sociedad colombiana.

Estos van desde el compromiso con la construcción del Estado hasta la resolución de

problemas de manejo político en las localidades, municipios, departamentos y regiones.

Se debe pues construir el Estado con base en el trabajo mancomunado de los

ciudadanos. (Racionalidad informada en la toma de decisiones).

Se debe fortalecer la autonomía en lo individual y la responsabilidad en la construcción

civil del Estado. Los ciudadanos bien informados acerca de las necesidades sociales y de

las políticas del Estado se pueden constituir en vigilantes del actuar de los burócratas,

gobernantes y representantes, lo que facilitará controlar la corrupción y fomentar acciones

productivas que comprometan a todos los colombianos con el fortalecimiento del Estado y

la gobernabilidad de la Nación.

Kalmanovitz recomienda: “Buscar sistemas de representación que generen

responsabilidad política: que el político elegido pueda ser cuestionado por sus bases y

relevado de su cargo si ha conducido mal su representación”5

*María del Carmen Moreno Vélez es socióloga de la Universidad Autónoma

Latinoamericana de Medellín, magister en Orientación y Asesoría Educativa de la

Universidad Externado de Colombia y especialista en Ciencia Política de la Corporación

Universitaria de Ibagué. Actualmente se desempeña como profesora de tiempo completo

de Coruniversitaria y directora de los programas de Preuniversitario y Semestre Especial.

5

Kalmanovitz, Salomón. Las instituciones colombianas en el siglo XX. Libros de Cambio. Alfagrama S.A. Bogotá 2001. p. 43

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Bibliografía

Asamblea Nacional Constituyente, República de Colombia, Constitución Política de Colombia.. Gómez Sierra, Francisco. Compilador. concordador y anotador. Colección Códigos Brevis.Santa Fe de Bogotá: Grupo Editorial Leyer. . 2000

Congreso de la República de Colombia. Ley 115 de 1994. Ley General de Educación. En Código de la Educación. Santa Fe de Bogotá: Colección Códigos Brevis. Grupo Editorial Leyer. . 1997.

_____ Ley 131 de 1994. Ley del Voto Programático

_____ Ley 134 de 1994. Por la cual se dictan normas sobre los mecanismos de participación ciudadana.

KALMANOVITZ, Salomón. Las instituciones colombianas en el siglo XX.Bogotá: Libros de Cambio. Alfagrama S.A. 2001

ROUSSEAU, Juan Jacobo. El contrato social. Medellín: Editorial Cometa de papel. . 1996.

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Cambio y tradición: Hacia una visión orgánica de la escuela

Por: Martha Fajardo Valbuena

Abstract

Education, manifested namely in the school, as one of its concrete expressions, has

reached the XXI century with a kind of “identity and destiny crisis”. On one hand, economic

changes determined the school in the twentieth century in the sense that they forced it to

“become pertinent” and functional for means of production requirements and the problems

that a consumer society generates. Also, the school has been questioned about the real

role that it plays in contemporary society.

Resumen

La educación, y una de sus expresiones concretas, la escuela, llega al siglo XXI con, lo

que podría denominarse, una “crisis de identidad y de destino”. De una parte, la escuela

del siglo XX fue determinada por cambios económicos que le exigieron “hacerse

pertinente” en el sentido de ser funcional para los requerimientos de los medios de

producción y para las problemáticas generadas por las sociedades de consumo. De otro

lado, la escuela está siendo interrogada acerca del papel real de su función en la

sociedad contemporánea.

Palabras clave: Cambio, sentido, educación, novedad, tradición, escuela.

La identidad: El problema de lo nuevo.

La escuela de los últimos tiempos, ha asumido tareas que antaño correspondían a otros

sectores sociales. El cambio, generado por el crecimiento del capitalismo y los procesos

de expansión industrial, produjo la pérdida de espacios educativos y formadores de tipo

informal al servicio de lo intereses colectivos y dejó a esta institución como única

responsable de la formación de personas y ciudadanos.

De este modo, las transformaciones curriculares aparecen en situación emergente y para

satisfacer intereses que están muy lejos de la formación y evolución del conocimiento, fin

de toda sociedad que tenga como centro el bienestar humano. La crisis de identidad se

puede plantear entonces como una pérdida de la capacidad de autonomía y

autoconocimiento. En otras palabras, la escuela actual depende de tal modo de los

requerimientos políticos y económicos, que es incapaz de encontrarse y reconocerse a si

misma. En Colombia vivimos en una institución escolar que ha olvidado quién es.

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Si bien, los pedagogos insisten en teorizar alrededor de la función escolar, esta misma

como organismo, no puede responder a los requerimientos sobre su ser. Cada estamento

escolar tiene su propia idea de lo que es la escuela y para qué “sirve”. Desde esta

perspectiva, los requerimientos planteados a ella son diversos y, en muchas ocasiones,

contradictorios, pues se debaten entre misiones tales como formación de ciudadanos,

reconversión profesional, desarrollo de la inteligencia, formación de personas,

transformación de la sociedad y reproducción de valores. En resumen, podríamos hablar

de dos grandes grupos de “miradas” con respecto a estas exigencias: Aquellas tendencias

que sugieren la adaptación de las estructuras escolares a las necesidades del momento y,

de otro lado, aquellas que exigen de la escuela una suerte de “resistencia” que logre

generar posiciones y acciones críticas con respecto a las diversas situaciones sociales.

Las visiones inmediatistas han convertido la escolaridad en un motivo de exclusión-

inclusión por medio del cual la sociedad juzga y mide a los individuos. Como bien de

consumo, el nivel escolar, en algunos casos, es un producto exclusivo cuya calidad es

directamente proporcional al dinero que se pague por su obtención, entendiendo calidad,

como prestigio y no, como preparación para el pensamiento. De este modo, la educación

escolar se liga directamente al aquí y al ahora y se deja determinar, incluso, por la

tecnología.6

En cierta medida, el aparato escolar se ha “empresarizado”. Los discursos de la calidad

total y de producción han determinado los comportamientos de nuestras instituciones

escolares de modo tácito pero eficiente, a tal punto que ya se habla de franquicias

educativas, producto educativo, calidad del producto, exportación e importación de

insumos educativos7

Educar a un hombre para el trabajo parece ser la consigna que subyace a esta visión

pertinente de la escuela que genera los consumidores para nuevos tipos de productos.

Si, por poner un ejemplo, el avance computacional ha ayudado en el desarrollo del ser

6 “En su desarrollo, la tecnología se caracteriza porque al mismo tiempo interpreta los problemas

de la cultura y, creando una solución, la altera. Mientras en la esencia de la ciencia y del pensamiento moderno se mantuvo una distancia y aún una separación entre cultura y natura, lo característico de la postmodernidad es que vincula, con la tecnología, intrínsecamente estas dos dimensiones” (Guillén 1999, Pág 133) 7 En el reciente Congreso Internacional de pensamiento complejo celebrado en Bogotá (Noviembre

de 2000) el coordinador del evento promocionó en su intervención las llamadas “franquicias educativas”, productos de exportación que desde la lógica de la empresa buscan hacer de la educación un negocio con divisas y dividendos. Ésta fue la ponencia de cierre del evento y, debido al cargo del quien la efectuó, cobra relevancia mencionarla aquí como claro ejemplo de la lógica empresarial que se adapta a la escuela y a la vez la determina. (Ver memorias del congreso)

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social, también es un bien de consumo para el que se preparan los estudiantes en las

aulas.8

Este último elemento contribuye a que la escuela pierda su identidad ya que ella está

determinada por políticas cortoplacistas que le cambian su faz cada cierto tiempo y que

obligan a sus estamentos a vivir en una aparente sensación de cambio continuo que, por

su verticalidad, no alcanza a ser asimilado por quienes tienen la misión de implementarlo.

En Colombia, y quizá en Latinoamérica, la falta de legitimidad de los cambios educativos,

ocasionados por decretos, más que como productos de análisis o planes diagnósticos,

hace surgir la idea de novedad como punta de lanza para avalar todo tipo de propuestas

que pretendan adaptar la escuela a los intereses del momento.

El concepto de novedad, propio de una desviación de las ideas de modernidad, tiene

como base la falsa idea de progreso y de transformación radical en avance siempre

creciente. Lo nuevo implica, ante todo, negaciones del pasado. Éste último se toma como

punto de referencia para negar los procesos históricos y las posibilidades de

autoconocimiento. Desde una lógica de la modernización, frente a lo nuevo, la escuela no

tiene más opción que adaptarse o ser juzgada como anquilosada y retrógrada.

Asumida la escuela como un organismo compuesto, por tanto, de múltiples partes, mal

podría tener éxito una visión en la que el pasado sea negado y la tradición perseguida;

biológicamente, un ser vivo establece una negociación entre lo que permanece y lo que

se transforma; de este modo sucede el cambio. Si bien, cada cuatro años todas las

células del hombre mueren, éstas son reemplazadas por otras que, aunque diferentes,

conservan lo esencial del sujeto: Su información genética. En cuanto a la vida, la novedad

como tal es sólo una combinación o transformación muy sutil de elementos preexistentes.

Lo nuevo existe sólo como referencia a un pasado. Este le determina, lo hace surgir. Sin

embargo, en los procesos sociales, la negación absoluta de lo “viejo” es imposible ya que

los procesos endoculturales no permiten rapidez en las transformaciones mentales que se

necesitan para la acción

La escuela, desde esta situación, habla del cambio, busca lo nuevo, pero no actúa de

acuerdo con lo que teoriza pues su realidad se escapa a un dominio teórico, por demás

ilegítimo e impropio. Surge entonces una actitud de consumo: la moda educativa que

lleva a las instituciones y sus estamentos a consumir teorías foráneas en aras de estar al

8 Este ejemplo es sólo uno de los múltiples que podrían citarse con respecto al modo en el que la

escuela genera dependencias inconscientes con el medio y produce cambios curriculares que no aportan a los objetivo del desarrollo de las sociedades más allá de una acepción economiscista

Page 20: Revista Actas Pedagógicas Nº5

día, de sentirse parte del presente y de lo que la modernización ha dado en llamar,

progreso.

Como conclusión parcial se puede decir que, frente a la moda, la escuela pierde opción

de reconocerse a sí misma y, por tanto, la identidad se disuelve, pues ella se busca hacia

afuera, en modelos que no le corresponden y que pretenden determinarla y encasillarla en

moldes pertinentes para otras realidades u otros intereses particulares.

El sentido: La utilidad del pasado

La escuela, en un primer momento de su desarrollo, poseía un currículo estructurado

para formar al hombre para la vida. Cada sociedad estableció mecanismos educativos

ligados a ideales profundos que tenían como misión la formación de un sujeto social.

Hasta el momento de la revolución industrial, estos ideales fueron una mezcla del Caritas

cristiano, el Humanitas romano y la Areté griega. A pesar de tantos siglos de diferencia,

los cambios educativos no pudieron deshacerse de las construcciones de estos tres

pueblos con respecto a lo que debía ser el hombre y de qué modo debía ser educado9

Pero, una vez la revolución industrial entró en su apogeo, comenzó a ser necesario

hablar de otro hombre, de unos saberes que la industria requería y que un sujeto educado

bajo la lógica del Organon no podía tener. Locke propuso entonces, una reforma a los

planes educativos que incorporó elementos de las ciencias exactas y naturales con el

objetivo de desarrollar las mentes racionales y performativas10 que requería el proyecto

moderno; un proyecto que confiaba en que el conocimiento era fuente de autonomía y de

formación humana.

Así, cada asignatura del currículo estaba destinada a un propósito que podía resumirse en

el desarrollo de todo el potencial humano con el fin de cumplir el proyecto social e

individual de la autonomía. En últimas, el sentido de esta división consistía en dar

oportunidad al sujeto de educarse en la racionalidad y la lógica, para poder comportarse

en el mundo de un modo consecuente entre el hacer y el pensar. Sin embargo, la visión

positivista generó la pérdida del sentido de este proyecto.

Siglos después, la escuela, pensada para potenciar al hombre, se encaminó, desde la

mirada positivista, a la inclinación por medir todo, verificarlo y controlarlo. Así, desvió los

objetivos hasta generar una pérdida de sentido, pues lo operativo se convirtió en el

fundamento del trabajo magisterial. En la escuela, las cosas comenzaron a hacerse por

9 “Hasta bien entrado el siglo XVI, las escuelas estaban organizadas sobre la base del viejo sistema helenístico de las siete artes liberales (Trivium y Quadrivium):retórica, gramática, dialéctica, aritmética, geometría, música y astronomía. La formación seguía siendo humanística en el sentido tradicional. Anteponía las materias literarias a las científicas” Jaramillo Uribe, Jaime. (1990) 10 Performancia: Posibilidad de actuar según un presupuesto teórico.

Page 21: Revista Actas Pedagógicas Nº5

hacerse sin que nadie se preguntara el por qué, componente esencial del proyecto

racional moderno.

Desde estas miradas, la calificación sustituyó a la evaluación y la obtención de diplomas y

acreditaciones se convirtió en el objetivo máximo de la educación. Igualmente, los

profesores se internaron en labores lejanas al trabajo de la enseñanza y se dejaron llevar

por una lógica de acción burocrática que les impidió establecer reales objetivos

educativos. De otro lado, las investigaciones muy importantes, pero fragmentadas, de la

psicología redireccionaron los intereses sociales de la escuela y los centraron en el sujeto,

entendido éste como profesor o como estudiante.

En el siglo XX, la escuela comenzó a perder perspectiva y se debatió entre cumplir con

una serie de requerimientos desde lo inmediato y lo cotidiano y la formación del tipo de

hombre para una sociedad desdibujada por la economía. El universo educativo,

comprendido por las instituciones y la sociedad en su conjunto, perdió consecuencialidad

y correspondencia; la sociedad no se interrogó más por el hombre que debía componerla

y la escuela no se preguntó sobre el sentido de lo que enseñaba y su relación con el

verdadero desarrollo de la cultura. Los sectores productivos, bien lo anotó Lyotard, en su

informe al Consejo de la Universidad de Canadá (1985) son quienes determinan al

hombre que se necesita; la razón instrumental adviene entonces como determinadora de

la función de la escuela.

Esta dependencia generó una pérdida de identidad y, por tanto, de sentido. Pero la

falencia estaba más allá de ser sólo producto de la escuela. La sociedad misma al

privilegiar el desarrollo económico hipertrofió otros aspectos importantes del desarrollo y

concentró sus energías en satisfacer demandas industriales y comerciales explícitas en

las diversas reformas educativas.

Como consecuencia de lo anterior, en la escuela de hoy, las preocupaciones se vierten

hacia lo inmediato. La pregunta fundamental del momento es el medio, el cómo. En su

pérdida de dirección, la escuela no se pregunta hacia dónde ir, qué negar, qué mantener,

interrogantes que ,sin duda, dotarían de sentido la labor pedagógica pues, como apuntara

Freire “hay que pensar el proceso educativo siempre como quien se encuentra frente a

una novedad, aún cuando no todas las veces tenga novedades de qué hablar. Pero al

pensar y repensar la educación pienso o repienso la práctica en que estoy metido” (1976.

Pág.160).

En este sentido freireano, lo nuevo, más que la innovación o el cambio es la actitud de

permanente reconocimiento y, por tanto, de reconstrucción que permite el sentido al dar

respuesta a las preguntas directivas de todo organismo humano: Quién soy, para dónde

voy, de dónde vengo.

Page 22: Revista Actas Pedagógicas Nº5

En esta acepción, lo nuevo depende del sujeto, en tanto se construye a sí mismo y se

determina en su papel público: “Una de las cuestiones fundamentales es la claridad

acerca de en favor de quién y de qué y, por tanto, contra quién y contra qué, hacemos la

educación y de, en favor de quién y de qué y, por tanto, contra quién y contra qué,

desarrollamos la actividad política” (Freire. 1976. 167).

La búsqueda de sentido es el camino permanente que permite el conocimiento de sí. A la

escuela del siglo XXI le corresponde hacer un viaje en espiral que la devuelva al sendero

de sus propósitos originales y amplíe su ser: Formar a un hombre que pueda vivir junto a

otros hombres, que busque su felicidad y la de los demás y que logre canalizar las fuerzas

del mundo para el desarrollo de una política de la vida. De nuevo, en palabras de Freire:

“La escuela debe reconocerse como un fenómeno humano, un fenómeno del cuál, en el

tiempo y en el espacio, cambian los contenidos pero no el sentido; es decir, que por ello la

escuela debe descifrar cada vez más profundamente su realidad para devenir,

transformándose con ella, sujeto activo de su transformación” (1975 Pág. 175).

Martha Fajardo Valbuena, es licenciada en Español principal de la Universidad

Pedagògica Nacional, especialista en docencia universitaria del convenio Coruniversitaria-

Universidad de la Habana, especialista en enseñanaza de la literatura del convenio

Couniversitaria-Universidad del Quindio. Actualmente es profesora del Centro de

Humanidades de Coruniversitaria y le CEDIP de la misma institución.

Citas (para efectos de edición) 1 “En su desarrollo, la tecnología se caracteriza porque al mismo tiempo interpreta los

problemas de la cultura y, creando una solución, la altera. Mientras en la esencia de la

ciencia y del pensamiento moderno se mantuvo una distancia y aún una separación entre

cultura y natura, lo característico de la postmodernidad es que vincula, con la tecnología,

intrínsecamente estas dos dimensiones” (Guillén 1999, Pág 133)

2. En el reciente Congreso Internacional de pensamiento complejo celebrado en Bogotá

(Noviembre de 2000) el coordinador del evento promocionó en su intervención las

llamadas “franquicias educativas”, productos de exportación que desde la lógica de la

empresa buscan hacer de la educación un negocio con divisas y dividendos. Ésta fue la

ponencia de cierre del evento y, debido al cargo del quien la efectuó, cobra relevancia

mencionarla aquí como claro ejemplo de la lógica empresarial que se adapta a la escuela

y a la vez la determina. (Ver memorias del congreso)

3. Este ejemplo es sólo uno de los múltiples que podrían citarse con respecto al modo en

el que la escuela genera dependencias inconscientes con el medio y produce cambios

curriculares que no aportan a los objetivo del desarrollo de las sociedades más allá de

una acepción economiscista

Page 23: Revista Actas Pedagógicas Nº5

4 “Hasta bien entrado el siglo XVI, las escuelas estaban organizadas sobre la base del

viejo sistema helenístico de las siete artes liberales (Trivium y Quadrivium):retórica,

gramática, dialéctica, aritmética, geometría, música y astronomía. La formación seguía

siendo humanística en el sentido tradicional. Anteponía las materias literarias a las

científicas” Jaramillo Uribe, Jaime. (1990)

5. Performancia: Posibilidad de actuar según un presupuesto teórico.

Bibliografía

TRILLA BERNET, Jaume. Otras educaciones. Barcelona: Antropos, 1993.

FEIRE, Paulo. Acción cultural para la libertad. Buenos Aires: Tierra Nueva, 1975

FREIRE, Paulo. Educación y cambio. Bueno Aires: Búsqueda, 1976.

JARAMILLO URIBE, Jaime. Historia de la Pedagogía como Historia de la Cultura. Bogotá: Fondo Nacional Universitario, 1990.

VARGAS GUILLÉN, Germán. Filosofía, pedagogía y tecnología. Bogotá: Universidad de San Buenaventura, 1999

VELILLA, Marco Antonio. La franquicia educativa. Primer Congreso de pensamiento complejo. Bogotá Noviembre 8-10 de 2000. ICFES. Material en CD Rom.

Page 24: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 25: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Kant y el problema de la Metafísica

Por: Edgar Delgado Rubio

“La razón tiene una disciplina (...) Indudablemente le es necesaria una disciplina que

detenga su tendencia más allá de los estrechos límites de la experiencia posible y la

persevere de toda digresión y de todo error (...) Allí donde, como en la razón pura, se

encuentra todo un sistema de ilusiones y fantasías enlazados entre sí y reunidos bajo

principios comunes, se ve cómo es indispensable una legislación completamente especial

(...) un sistema de circunscripción y de examen de sí misma ante la que ninguna

apariencia falsa y sofística pueda subsistir; pero debe sustraerse a algunos engaños con

que se disfraza11”

Abstract

Kantian criticisms assert that metaphysics cannot be considered as science. This does not

mean that metapysics loses its value; rather, it refers to “that” which cannot be an object of

sensible experience, such as soul inmortality, freedom, God´s existence. For this reason,

metapysics receives its value through a rigorous critical foundation like the one that Kant

offers in the XVIII century.

Resumen:

La crítica kantiana plantea que la metafísica no puede considerarse como ciencia. Sin

embargo, esto no significa que pierda valor; por el contrario, es la crítica la que permite

fundamentar “aquello” que no es objeto de experiencia sensible como la inmortalidad del

alma, la libertad, la existencia de Dios. Por esta razón, la metafísica cobra vigor y valor a

la luz de una fundamentación crítica rigurosa como la que emprende Kant en el siglo

XVIII.

Palabras clave: Metafísica, ciencia, conocimiento, crítica, razón.

El punto de partida que Kant tomó para la fundamentación crítica de la metafísica lo

llevará directamente a escribir la Crítica de la Razón Pura, pues la metafísica como

conocimiento puro y racional del ser se efectúa sin tener en cuenta la experiencia. Debido

a esto, y así lo expresa, su “método, hasta aquí, ha sido un mero tanteo”, ya que la

metafísica ha carecido de una prueba rigurosa. Precisamente por ello, la intención de

Kant se revela al inicio de la Crítica de la Razón Pura, en el Prólogo de la primera edición

del año 1791; así, dice “La razón humana tiene, en una especie de sus conocimientos, el

destino particular de verse acosada por cuestiones que no puede apartar, pues le son

propuestas por la naturaleza de la razón misma, pero a las que tampoco puede contestar,

11

Kant, Manuel. Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa, 1987, Pág. 314

Page 26: Revista Actas Pedagógicas Nº5

porque superan las facultades de la razón humana”12. De este modo, una fundamentación

de la metafísica lo lleva al asunto sobre la posibilidad del conocimiento del ser

suprasensible, pues ella tiene como fin el conocimiento de lo suprasensible; así, el asunto

se ve de pronto delimitado a la posibilidad de que el conocimiento del ser se pueda

demostrar. En efecto, en el método utilizado por los científicos se puede hacer patente

que los físicos “Comprendieron que la razón no conoce más que lo que ella misma

produce según su bosquejo; que debe adelantarse con principios de sus juicios, según

leyes constantes, y obligar a la naturaleza a contestar sus preguntas”.13 Por consiguiente,

emprende una crítica a la razón con el propósito de establecer sus límites y sus

condiciones de posibilidad, pues la razón se había extraviado en un sinfín de

especulaciones que ella misma no podía justificar.

Así, advierte el peligro que se manifiesta en los usos ilegítimos de la razón que él mismo

caracteriza como trastornos, perversiones, vicios o extravíos que nacen de su uso

inapropiado en los espacios donde ella se ejerce; por ello, afirma: “Es evidente el efecto

no de la ligereza, sino del juicio maduro de la época, que no se deja seducir por un saber

aparente: es una intimación de la razón, para que emprenda de nuevo la más difícil de

sus tareas, la del propio conocimiento, y establezca un tribunal que le asegure en sus

pretensiones legítimas”14. De este modo, plantea el hilo conductor de lo que será en

adelante el objeto de su reflexión, es decir, la liberación de las máscaras que los intereses

especulativos de la razón han generado para que, una vez descubiertos los simulacros,

afloren a la luz de los intereses prácticos que han de permitir el ejercicio de la libertad, la

imaginación y la creación como realidades constructoras de lo humano.

Así, el trabajo kantiano pone en movimiento las relaciones entre ciencia y metafísica,

asunto percibido a la luz de los intereses teóricos y prácticos de la razón y, por otra parte,

señala el ocaso de la metafísica dogmática: “El teatro de estas disputas sin término

llámase Metafísica”. Sin embargo, es consciente de que ella gozó durante mucho tiempo

de un especial prestigio pues “Su dominio empezó siendo despótico, bajo la

administración de los dogmáticos”15. Más, ahora es preciso someterla al ejercicio de la

crítica, como sostiene en un pie de página: “Nuestra época es la época de la crítica, a la

que todo tiene que someterse...la razón sólo concede a quien ha podido sostener libre y

público examen”16.

Entonces, instaura una nueva actitud frente al saber y a la cultura, pues la crítica se

manifiesta como una voz que, sin avizorar otro interés que el destino feliz de los hombres,

12

Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa,1987. Pág.5 13

Ibid., Pag. 13 14

Ibid., Pag. 6 15

Ibid., Pag. 5 16

Ibid. Pag.6 nota.2

Page 27: Revista Actas Pedagógicas Nº5

se levanta sobre la desértica indiferencia que ciertas disposiciones del saber y la cultura

producen en la “marcha de los destinos humanos”.

Según Heidegger, Kant asume el conocimiento fundamentalmente desde cuatro filones:

“1.El conocimiento es para Kant conocimiento humano. 2. El verdadero conocimiento

humano es la experiencia. 3. La experiencia se realiza en la forma físico-matemática. 4.

Kant ve esta ciencia, y con ello la esencia del verdadero conocimiento, en la figura

histórica de la física newtoniana”17. En la ciencia físico-matemática encuentra el modelo

de la “marcha segura de la ciencia”. Este es el factum incuestionable con el que se

compromete en la investigación de las fuentes del conocimiento.

Sin embargo, el asunto capital lo encuentra en la pregunta que le concierne a la razón

pura de un modo fundamental, pues ante todo, la ciencia es consecuencia de los juicios

sintéticos a priori, por ello, es preciso preguntar sobre éstos. ¿Como son posibles los

Juicios Sintéticos A Priori?18.

El planteamiento de esta cuestión trae una doble situación: de un lado informará sobre

las condiciones de posibilidad del conocimiento, de otra parte, la pregunta entraña el

sentido último de la metafísica. La pregunta en el fondo es de carácter cognitivo con

intención metafísica, pues la ciencia reclama un discurso que la fundamente, es decir, le

señale sus límites y posibilidades; la razón de ello estriba “en que la ciencia, por su parte,

no piensa ni puede pensar...la ciencia, no obstante, tiene que ver constantemente y en su

manera especial con el pensar”19.

El proyecto kantiano con relación a la ciencia, sostiene Habermas, “se hace por primera

vez cuestión de sí mismo y alcanza con ello su propia dimensión específica, atribuyendo a

la filosofía una posición dominante en relación con la ciencia (...) después de Kant la

ciencia ya no ha sido seriamente pensada desde una perspectiva filosófica”20. Por su

parte, Heidegger considera que con la filosofía de Kant el pensamiento moderno entra por

vez primera en la claridad y transparencia de la fundamentación21.

Por consiguiente, la filosofía tiene una tarea: lo epistemológico. Renunciar a ello es dejarla

sin piso, es afiliarse en un claro y craso cientificismo y poner en entredicho el acto mismo

del pensar. En Kant, la ciencia es una expresión de la razón, un interés dentro del abanico

de intereses de la razón humana, un medio para lograr los fines supremos de la razón.

Con la ciencia se cumple, completamente, el interés teórico de la razón, pero la ciencia no

satisface todos los intereses de la razón; ésta encuentra en el conocimiento del mundo -

uso teórico- sólo una felicidad o tranquilidad parcial. Por lo mismo, él sostiene en esta

17

Heidegger, Martín., La Pregunta por la Cosa. Barcelona, Orbis, 1985. pag.111 18

Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. Pag. 35-37 19

Heidegger, Martín., ¿Qué Significa Pensar? Buenos Aires, Nova, 1972. Pag. 13 y 36 20

Habermas, Jurgen., Conocimiento e Interés. Madrid, Taurus, 1982. Pag. 21-22 21

Heidegger, Martín., La Pregunta por la Cosa. Pag. 49 y 52

Page 28: Revista Actas Pedagógicas Nº5

misma dirección, lo siguiente: “Dejad, pues, a nuestro adversario hablar en nombre de la

razón y combatirlo con armas de la razón. En cuanto a lo demás, sigamos al sujeto de la

buena causa (del interés práctico), pues la razón no juega en un combate simplemente

especulativo”22.

Por otra parte, Deleuze, considera que la intención de la Crítica kantiana se sitúa más allá

de la ciencia. El entendimiento tiene fines, pero los fines supremos de los hombres no se

cifran en los productos que ofrece el entendimiento en su ejercicio cognitivo (la ciencia);

ésta informa sobre el mundo objetual o fenómenico, dicho informe aunque sea

apasionante, no constituye la felicidad de los hombres.

Por el momento se puede entrever cómo la amenaza en el plano de los saberes es doble:

de un lado un paso ilegítimo de un entendimiento (la ciencia) que pretende ampliar sus

límites con la ilusión de acceder a la cosa en sí misma (el noumeno); y de otro, la

acechanza constante de la metafísica que también pretende adquirir los titulos de la “tierra

de la verdad”, vestirse con su “nombre encantador”. De hecho, Kant no pretende negar la

metafísica, esta se constituye en condición de necesidad del pensar humano, por ello,

afirma: “...Se volverá siempre a la metafísica, como a una amante de la que no podemos

desenredarnos, porque, como aquí se trata de fines esenciales, la razón debe trabajar sin

descanso, sea en la adquisición de horizontes sólidos, sea derribando los horizontes

anteriormente contemplados”23.

Así, la metafísica se constituye en un eje básico de la cultura. En esta línea pensadores

como Habermas sostienen que lo que se presenta en la actualidad es una “atmósfera

renovadora” o, lo que es lo mismo, una fuerte tendencia de retorno a lo metafísico, pues

en la esencia de dicho retorno juega papel capital el destino histórico de la humanidad,

en palabras de Kant, “los fines esenciales de la razón humana”. Por la misma razón,

sostiene, en el prólogo a la segunda edición, que “... La Crítica está obligada a prevenir de

una vez para siempre, por medio de una investigación fundamentada de los derechos de

la razón especulativa, el escándalo que tarde o temprano ha de sentir el pueblo, por las

discusiones en que los metafísicos (y, como tales, también los sacerdotes) sin crítica se

complican irremediablemente y que falsean después sus doctrinas”24. Contra el poder

peligroso, anárquico y despótico de las escuelas, “la crítica es más bien el arreglo previo

necesario para el fomento de una bien fundada metafísica”25.

Según el relato del prólogo, el monopolio de las escuelas se inscribe en un contexto más

amplio, a saber, en la cuestión de los gobiernos. Para Kant, son estos quienes dan vía

libre, o le ponen interdictos, al ejercicio de los agentes administradores de los saberes en

22

Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa, 1987. Pag. 326 23

Crítica de la Razón Pura., Arquitectónica de la razón pura. pag.366 24

Crítica de la Razón Pura., Prólogo a la Segunda Edición. Pag. 20-21 25

Crítica de la Razón Pura. Ibid., pag. 21

Page 29: Revista Actas Pedagógicas Nº5

las instituciones escolares. Es como si tuviera sus reservas sobre quienes ofician de

maestros de ceremonias de los saberes y los gobernantes; como si la institución

universitaria, en la pluralidad de sus facultades, dispositivos y estrategias, fuera un

conducto de otra clase de poder, esto es, de relaciones políticas; en suma, como si ella

misma fuera un campo de batalla político. Por ello no es arbitrario considerar lo que

Foucault ha sugerido en la Microfísica del poder al sostener lo siguiente: “Entre cada

punto del cuerpo social (...) Entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no

sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder

del soberano sobre los individuos; sino más bien el suelo movedizo y concreto sobre el

que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad de su funcionamiento”26.

En consecuencia, se podría sostener que el pensamiento kantiano representa el primer

movimiento de una búsqueda que pretende desenmascarar las relaciones de vecindad y

mutua complicidad entre saber y poder. Así, se puede establecer la pregunta que

inquiere por el saber: ¿Qué puedo saber?. La Crítica de la Razón Pura tiene como

responsabilidad desentrañar la madeja que se opera entre ciencia y metafísica a través de

un análisis fundamentador de ambas, No obstante, la metafísica se halla en una situación

difícil que la Crítica tratará de encarrilar para darle un lugar dentro del amplio espectro de

los saberes modernos.

En efecto, la tarea de Kant es establecer linderos en los usos e intereses de la razón.

Para ello, divide la metafísica en dos: la que tiene como telos el uso especulativo y la

que tiene como telos el uso práctico, lo cual implica, entonces, una metafísica de la

naturaleza y una metafísica de las costumbres 27. A cada una de ellas le confiere un

contexto desde el cual adquieren significación, y no sólo ha hecho esto sino que, además,

precisa el espacio histórico de la modernidad, donde se hace posible un planteamiento

peculiar de dichas cuestiones28.

Ahora bien, a la pregunta de si es posible pensar la metafísica como ciencia, responde:

“La metafísica es real pero no como ciencia”, lo cual no significa su declinación, pues ella

le sirve de fundamento a la ciencia, al mismo tiempo que le señala sus límites y

posibilidades. Esta relación se infiere de la doble significación del objeto expuesta en la

tematización de los conceptos fenómeno y noumeno lo que implica, al mismo tiempo, una

clasificación del ejercicio que despliegan la sensibilidad, el entendimiento y la razón29. Con

26

Foucault, Michel., Microfísica del Poder. Madrid, La Piqueta, 1977. Pag. 77 27

Crítica de la Razón Pura. Arquitéctonica de la Razón Pura. Pag. 63 28

Cf. Respuesta a la Pregunta: ¿Qué es la Ilustración? En: Filosofía de la Historia. Buenos Aires, Nova, 1964.

Pag. 58-67 En el plantea que ésta se caracteriza por la capacidad del individuo de pensar por sí mismo, de tal

modo, que ello se constituye en el eje fundamental, pues inaugura el ingreso a la Mayoría de Edad, que se

asume como un proyecto de vida, una actitud y una forma de ser. 29

Crítica de la Razón Pura. Introducción. VI. Problema General de la Razón Pura. Pag. 36. Este punto

representa una de las cuestiones de las disputa que, en torno de la metafísica, sostienen las escuelas y las

corrientes filosóficas: el empirismo y el idealismo en la época de Kant; y el positivismo lógico hoy.

Page 30: Revista Actas Pedagógicas Nº5

respecto a este asunto, piensa de la metafísica en los siguientes términos: “La metafísica

es la filosofía que debe exponer este conocimiento (el puro a priori) en una unidad

sistemática”30.

Si la metafísica no se puede legitimar como ciencia, según el cuadro normativo de la

ciencia moderna, esto no significa que haya que renunciar a conducirla por un camino

seguro, claro y coherente; esto es fundamental afirmarlo. La crítica es, en este punto, un

juicio sobre la historia. Cerrar el camino de la ciencia en la metafísica no significa

marginarla a la senda oscura de la simple opinión, o del sin sentido, del mismo modo que

“la crítica no puede hacerse nunca popular”31.

Si la metafísica no puede transitar el camino de la ciencia, tal como lo realiza la física y la

matemática, es pertinente preguntar entonces: ¿Cuál es el camino que la crítica puede

allanar para que la metafísica emprenda una marcha segura? ¿Es la ciencia moderna el

único camino seguro que sirve de modelo para legitimar la ciencia?.

Líneas atrás se había establecido la diferencia entre el uso especulativo de la razón y el

uso práctico. Es claro que se va a valer de dicha distinción para salvar el posible cuello

de botella en el que incurriría. En efecto, la Metaphysica naturalis, sin el ejercicio de la

crítica, pertenecería estrictamente a un “estado de naturaleza” y , por mediación de la

crítica ella ingresaría en un “estado civil” o de cultura, como sostiene Gilles Deleuze32.

Ese estado de naturaleza es análogo a un saber no tematizado, no reflexivo, preteórico y,

por lo mismo, no sistemático y anónimo. Introducir a los hombres en un estado civil o de

cultura significa reconducir este sustrato metafísico hacia un saber temático y

reflexionado, en el que puedan dar cuenta de sus preocupaciones y disposiciones

naturales.

En Kant estas preocupaciones son la inmortalidad del alma, la existencia de Dios y la

libertad de la voluntad33. Por motivo de estas preocupaciones, de suyo metafísicas, el

discurso crítico proporciona un estatuto racional que conduce a la metafísica de un saber

no temático a un saber reflexivo.

30

Crítica de la Razón Pura. Arquitéctonica de la Razón Pura. Pag. 364 31

Crítica de la Razón Pura. Prólogo a la Segunda Edición. Pag. 20 32

Deleuze, Gilles., Spinoza, Kant, Nietzsche. Barcelona, Labor, 1974. pp. 138 33

Kant introduce estas preocupaciones así, “La metafisica tiene por objeto propio de su investigación sólo tres

ideas: Dios, Libertad e Inmortalidad; de tal suerte que el segundo concepto, enlazado con el primero, debe

conducir al tercero, como la conclusión necesaria. Todo aquello de que además se ocupa esa ciencia, le sirve

sólo como medio para llegar a esas ideas y a su realidad. Las necesita, no para ciencia de la naturaleza, sino

para salir de la naturaleza. El conocimiento de esas ideas haría depender la teología, la moral, y por enlace de

ambas, la religión, supremos fines de nuestra existencia, de la mera facultad especulativa de la razón, y nada

más”. Crítica de la Razón Pura. Dialéctica trascendental, libro I . Pag. 182 (Esta nota fue añadida en la

segunda edición).

Page 31: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Finalmente, la crítica aporta elementos para que cada quien en asuntos metafísicos, a

través de la reflexión crítica, salga de la minoría de edad, y se instale en una época de

entendimiento. El hombre debe razonar y no simplemente obedecer. Servirse del propio

entendimiento es básicamente pensar por uno mismo, ser uno mismo quien juzga, valora

y piensa y no, una instancia superior, política o religiosa, que se atribuya el derecho o la

función guardiana pues esta función puede extraviarse de los fines esenciales de la razón.

Dentro de los asuntos metafísicos o la marcha de las cosas humanas, cada hombre es

legislador de sí y, no requiere de la mediación de otro. En cuestiones de vida, cada

hombre ha de poder decidir lo que ha de ser más provechoso para la libre realización de

su existencia, pero a condición de que no haga daño a otro. Se trata, entonces, de que las

posesiones naturales de los hombres en asuntos metafísicos -la marcha de las cosas

humanas- sean realizadas reflexivamente, como un modo de abandonar la minoría de

edad. Y éste es, por supuesto, el compromiso de una metafísica de las costumbres:

trascender el plano de lo heteronómo para que el individuo se instale en el plano de la

autonomía en cuestiones de moral.

Edgar Delgado Rubio, es licenciado en Filosofía de la Universidad Santo Tomás de

Aquino, Especialista en Filosofía de la Universidad del Tolima y profesor del Centro de

Humanidades de la Corporación Universitaria de Ibagué

Bibliografía

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HEIDEGGER, Martín. La pregunta por la Cosa. Barcelona: Orbis, 1985

---------- ¿Qué significa pensar? Buenos Aires: Nova, 1972

KANT, Manuel. Crítica de la Razón Pura. México: Porrúa, 1987

----------- ¿Qué es la Ilustración? En: Filosofía de la Historia. Buenos Aires: Nova, 1964

Notas 1 Kant, Manuel. Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa, 1987, Pág. 314

2 Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa, 1987. Pág.5

3 Ibid., Pag. 13

4 Ibid., Pag. 6 5Ibid., Pag. 5

6Ibid. Pag.6 nota.2

7Heidegger, Martín., La Pregunta por la Cosa. Barcelona, Orbis, 1985. pag.111

8Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. Pag. 35-37 9Heidegger, Martín., ¿Qué Significa Pensar? Buenos Aires, Nova, 1972. Pag. 13 y 36

Page 32: Revista Actas Pedagógicas Nº5

10Habermas, Jurgen., Conocimiento e Interés. Madrid, Taurus, 1982. Pag. 21-22

11Heidegger, Martín., La Pregunta por la Cosa. Pag. 49 y 52

12 Kant, Manuel., Crítica de la Razón Pura. México, Porrúa, 1987. Pag. 326

13 Crítica de la Razón Pura., Arquitectónica de la razón pura. pag.366

14 Crítica de la Razón Pura., Prólogo a la Segunda Edición. Pag. 20-21

15 Crítica de la Razón Pura. Ibid., pag. 21

16 Foucault, Michel., Microfísica del Poder. Madrid, La Piqueta, 1977. Pag. 77

17 Crítica de la Razón Pura. Arquitéctonica de la Razón Pura. Pag. 63

18 Cf. Respuesta a la Pregunta: ¿Qué es la Ilustración? En: Filosofía de la Historia.

Buenos Aires, Nova, 1964. Pag. 58-67 En el plantea que ésta se caracteriza por la

capacidad del individuo de pensar por sí mismo, de tal modo, que ello se constituye en el

eje fundamental, pues inaugura el ingreso a la Mayoría de Edad, que se asume como un

proyecto de vida, una actitud y una forma de ser.

19 Crítica de la Razón Pura. Introducción. VI. Problema General de la Razón Pura. Pag.

36. Este punto representa una de las cuestiones de las disputa que, en torno de la

metafísica, sostienen las escuelas y las corrientes filosóficas: el empirismo y el idealismo

en la época de Kant; y el positivismo lógico hoy.

20 Crítica de la Razón Pura. Arquitéctonica de la Razón Pura. Pag. 364

21 Crítica de la Razón Pura. Prólogo a la Segunda Edición. Pag. 20

22 Deleuze, Gilles., Spinoza, Kant, Nietzsche. Barcelona, Labor, 1974. pp. 138

23 Kant introduce estas preocupaciones así, “La metafisica tiene por objeto propio de su

investigación sólo tres ideas: Dios, Libertad e Inmortalidad; de tal suerte que el segundo

concepto, enlazado con el primero, debe conducir al tercero, como la conclusión

necesaria. Todo aquello de que además se ocupa esa ciencia, le sirve sólo como medio

para llegar a esas ideas y a su realidad. Las necesita, no para ciencia de la naturaleza,

sino para salir de la naturaleza. El conocimiento de esas ideas haría depender la teología,

la moral, y por enlace de ambas, la religión, supremos fines de nuestra existencia, de la

mera facultad especulativa de la razón, y nada más”. Crítica de la Razón Pura. Dialéctica

trascendental, libro I. Pag. 182 (Esta nota fue añadida en la segunda edición).

Page 33: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Cuando habla la frivolidad

Federico García Posada*

Abstract

Frivolity, as a human characteristic, takes us to privilege the passing and momentary over

the essential and perennial. Ignorance, alienation, indiference toward history, over human

beings and humanity are frivolous acts. Institutions like universities come to behave in a

frivolous way when they adopt ideologizing and ideologized ways that make them forget

their true sense with respect to society and knowledge.

Resumen

La frivolidad, como característica humana, lleva a nuestro genero a privilegiar lo pasajero

y momentáneo sobre lo esencial y perenne. Hay frivolidad en la ignorancia, en la

alienación y en el desconocimiento de la historia, de sí mismo y de la humanidad. Algunas

instituciones, como la universidad, llegan a comportarse frivolamente cuando adoptan

modas ideologizadas e ideologizantes que las llevan a olvidar su verdadero sentido con

respecto a la sociedad y al conocimiento.

Palabras clave

Frivolidad, moda, ignorancia, conocimiento, universidad, maestro

El Elogio de la Locura, publicado hace cinco siglos, parecería hoy un libro anacrónico para

los fines que nos congregan. Pero es una obra tan nueva, como nuevos son los

problemas de nuestra época, así éstos aparezcan con las mismas características y la

misma escencia con la que han aparecido en todos los tiempos.

La frivolidad no es exclusiva de las modernas sociedades de masas. No es la

característica que las distingue. Es más bien el resultado de la naturaleza humana,

definida por su imperfección. Mejor dicho, la frivolidad se revela por primera vez en la

mitología judeo cristiana, cuando la humanidad decide correr el riesgo de cambiar el

paraíso terrenal por una manzana... Podríamos decir, incluso, que la frivolidad es el acto

por medio del cual, el hombre sacrifica la posibilidad del gozo eterno por el placer de lo

inmediato. Ésta es una afirmación que puede ser leída, al mismo tiempo, desde el

discurso moral judeo cristiano y desde el psicoanálisis.

El cristianismo se construye como un intento por desandar los pasos, por recuperar el

paraíso perdido. Por eso, Jesús de Galilea recomienda, como técnica para construir una

vida superior, dejarlo todo. Dejar los bienes y los seres queridos, tomar una sencilla capa

y una cruz y seguirlo.

Page 34: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Ya en la antiguedad, un rey daba este consejo para ser feliz: Deshazte de la cosa que

más amas.

Tanto en el relato cristiano como en el consejo transcrito por Herodoto, la felicidad en

términos de plenitud está limitada por el amor a las cosas pasajeras. Su conquista, en

cambio, supone un acto de liberación de las cosas. Es feliz quien abandona las

servidumbres que lo atan en la temporalidad de su existencia.

Séneca pone el acento en el tiempo. Es lo único propio y de su uso depende que nuestras

acciones sean realmente nuestras o sean reiteraciones de la esclavitud. Si el hombres es

dueño de su propia temporalidad, podrá afirmar que su vida ha valido la pena y ha durado

lo suficiente como para justificar la existencia. Séneca plantea frugalidad en el uso del

tiempo, pero también en la querencia, en el deseo de las cosas. Por eso, retoma al menos

en dos de sus obras, una frase atribuída a Epicuro: No es pobre quien tiene poco, sino

quien desea mucho.

El cuerpo se incorpora de manera obvia a este discurso, pues pareciera como la causa

eficiente o inmediata de las debilidades. Por eso aparece la mortificación, no tanto como

un castigo al cuerpo, sino como un método para obviarlo, para disminuirlo a su mínima

expresión. Esa disminución del cuerpo es un trabajo de purificación, tal que se le habilite

como la morada apropiada o templo del espíritu santo. Es decir, se descubre que por la

vía de la mortificación, el hombre puede llegar a identificarse con Dios, al permitirle que

habite en el lugar de su alma, sea como coexistencia, sea como identificación con ella,

aún antes de la muerte física.

Contra la opinión corriente, el cuerpo no significa maldad o pecado en todas las variantes

de la tradición cristiana u occidental. Apenas es una ocasión de pecar, porque el cuerpo

es una cosa de este mundo. En la tradición mística, hay una valoración del cuerpo. Ya

decíamos cómo se le define como templo vivo del Espíritu Santo. La gran tarea del

hombre en el mundo consistiría, pues, en hacer del cuerpo un medio de purificación y no,

de caída.

Por eso, hay dos imágenes muy poderosas en la tradición cristiana: De un lado, la imagen

estática de la asunción de María, que puede ascender al cielo en cuerpo y alma. De otro

lado, la imagen dinámica del cuerpo del crucificado, aporreado, sangrante y convertido

después en cuerpo glorioso del resucitado. En el primer caso se ofrece la alternativa de la

inocencia: Es una eleción exterior al sujeto, desprovista de esfuerzo y de sacrificio. Se

admite que el cuerpo incontaminado constituya en sí, un bien suficiente para Dios. En el

segundo caso, se ofrece la alternativa de la lucha. Es el sujeto quien elige el camino de la

confrontación con el mundo.

Page 35: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Estas dos imágenes mítológicas, esas escenas, se despliegan en la historia humana. Hay

que poner el énfasis en la historia, porque es también posible desconocerla. En efecto,

hubo una secta que rechazaba la procreación y ponía todos sus esfuerzos en la privación.

Con esa conducta, evidentemente negaban la posibilidad práctica de que la humanidad

continuara sobre la tierra y, por lo tanto, la idea misma de historia. En cierto sentido,

reaparece la negación de la historia en la teoría de la predestinación: Al fin y al cabo, si

nada valen las obras, nada vale ese espacio en el cual ellas se realizan.

Así pues, tanto los finalistas convencidos de que era pecar traer más hijos al mundo,

amantes del rigor y la mortificación, como los predestinistas, terminan estando de acuerdo

en la negación de la historia. Lo importante para resaltar acá, es que al negar la historia,

se niega toda posibilidad de que haya bienes terrenales capaces de ayudarle al hombre

en la tarea de la salvación. En otras palabras, la vida humana misma es vana,

despreciable, es decir, toda la humanidad no pasa de ser una divina frivolidad.

En este mismo orden de ideas, desarrollemos ahora la idea de los bienes. Ellos aparecen

asociados tanto a las virtudes como a la idea misma de la perfección. En una perspectiva

moral, la areté de los griegos se confunde con la práctica de las virtudes cristianas.

Templanza, continencia, prudencia, en fin, las disposiciones contrarias a los pecados

capitales, que no son cosa diferente de las distintas modalidades de la concupiscencia o,

para no ir más lejos, de las frivolidades, serían las prácticas que le asegurarían al hombre

el camino de la perfección.

Así pues, hay unos bienes que son impersonales. Actúan como reflejos de la divinidad en

el alma humana. Pero, afincada la tradición cristiana mayoritaria en las obras, también

distingue otro tipo de acciones que se traducen en objetos buenos. Las catedrales

aspiraban a ser un compendio viviente de esas obras buenas: La música sacra, la pintura,

los iconos de la ortodoxia, la arquitectura, el vestido, los ornamentos eran obras

destinadas a glorificar a Dios. Desde esa perspectiva, constituían bienes. Otros bienes

eran prolongaciones del Espíritu Santo: La práctica de la teología, de la filosofía, y hasta

la gramática y la retórica convenían en su escencia con la misma divinidad, pues no eran

cosa distinta que el conocimiento. Era cierto que podrían ser usadas por el demonio para

asaltar al hombre y conducirle a la perdición, pero se les reconocía un bien en sí.

Con todo el proceso de terrenalización que vive la humanidad en un período muy

impreciso que abarca a los siglos XIV, XV y XVI, conocido como el Renacimiento, se

produce una decantación en la determinación de los bienes. Cuando la filosofía

escolástica admite la posibilidad de un conocimiento racional de Dios, sujeto eso sí a las

naturales debilidades e imperfecciones del alma y que por lo tanto debería tener siempre

al lado la fe como juez supremo, se le está dando la bendición a la práctica prosaica de la

razón, entendiendo acá por prosaica aquella razón que, en su ejercicio, no aspira a ser

camino sustitutivo de la salvación.

Page 36: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La razón, así laicizada con la aprobación de las autoridades de la Iglesia, pasa a ser un

nuevo bien. Esa es la puerta por la cual puede resurgir el mundo antiguo del pensamiento

griego y romano a Europa. Antes, la ignorancia del pueblo era una virtud, en la medida en

que le impedía al hombre cuestionar las grandes verdades reveladas y poner en peligro el

don de la fe. Por eso, el pueblo, con la única condición de sujetarse a las demandas

eclesiásticas, podía subir al cielo. Era la época en la cual los pobres de espíritu tuvieron

mejor suerte. Un eco de esos tiempos vive aún entre nosotros.

Pero a partir del Renacimiento, ya no está tan claro que la ignorancia sea buena. Al

menos cuatro obras nos ilustran sobre los inconvenientes de la ignorancia:

El Novun Organon de Bacon, las Meditaciones Metafísicas de Descartes, la Reforma del

Entendimiento de Spinoza y el Elogio de la Locura de Erasmo. Estos cuatro libros cubren

el espectro de casi trescientos años y, aunque no sean las únicas, sí son las más

reconocidas. En ellas, en diverso grado, la ignorancia va siendo el nuevo nombre de la

frivolidad. Si tomé prestado El Elogio de la Locura, es porque ahí, con singular frescura y

desparpajo, Erasmo pone a hablar a la frivolidad. La profunda ironía del libro, solo

reaparecerá varios siglos más tarde en las Cartas Filosóficas y en el Diccionario Filosófico

de Voltaire.

Ha quedado, al fin, establecida la razón como un bien en sí. El juicio acerca de cuál es el

camino que el hombre debe recorrer se traslada de la teología a la filosofía moral y a una

de sus variantes: la filosofía política.

Todavía a mediados del siglo XIX y la primera parte del siglo XX, buena es para el

hombre, incluso como bien supremo, la razón. No es sino mirar en Marx o en Freud,

cuáles son sus ideales de sociedad, sus utopías. Ambas descansan en la lucha contra la

enajenación y aspiran a un mundo en el cual primen las relaciones racionales entre los

hombres. Todo lo que esté por fuera de ese ideal, es miseria. Miseria del que tiene poco y

aspira a mucho o del que tiene mucho y aspira a más. Miseria del que porta su destino

ignorándolo todo de él. Es la miseria del esclavo de las mercancías o del esclavo de sus

esclavos, pero miseria también del hombre que se cree libre solo porque tiene conciencia

de sus actos pero no, de las causas de los mismos y vive amarrado a creencias ajenas.

En lo que pudiéramos llamar una axiología de los más poderosos pensamientos de los

últimos ciento cincuenta años, reaparecen Séneca y Spinoza.

En realidad, la gran diferencia que desde este punto de vista podemos detectar hoy entre

Kant, Marx y Freud, tal vez esté en su apreciación acerca de la actualidad de la

Ilustración. Quizás Kant se entusiasma demasiado, aunque tampoco podemos atribuirle

ninguna predisposición profética. La mayoría de edad del hombre coincide, punto a punto,

con la plena madurez de la historia y con la plenitud del conocimiento en el sujeto, en

tanto que la minoría de edad coincide con la explotación, la ignorancia y la inconciencia.

Page 37: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Y quizás también, por lo mismo, para los tres pensadores, la moral era algo evidente.

Como se ve, no es una gran diferencia.

En fin. El siglo XX nos recibe con unos bienes en sí, digámosles de una vez, valores, más

o menos bien establecidos, al menos en lo que tiene que ver con Occidente y sus

fronteras. Valores políticos escritos en la Constitución de Norteamérica o en los Derechos

del Hombre, pero en todo caso tributarios de la Revolución Francesa: Igualdad, libertad y

fraternidad. Valores de la razón, que son las artes, las ciencias y la tecnología. Valores

para el Ethos particular, que son la honradez, la disciplina, el trabajo y la urbanidad (a

propósito de la urbanidad, traigo a cuento otra vez algo que con frecuencia hago: La

cartilla escrita por Erasmo y titulada “De la urbanidad en las maneras de los niños”). Y

quizás, el bien que tiene el carácter de una clave de arco, a partir del cual se estructuran

todos los demás: el respeto. El mismo imperativo categórico que fue enunciado en el texto

religioso en los términos... “No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a tí mismo”,

o también expuesto por Rousseau en una célebre disertación acerca de la razonable

hipótesis de la condición humana de los grandes simios del Africa.

Del respeto como bien se desprenden en la práctica todas las virtudes del buen

ciudadano o del hombre civilizado. Y, por supuesto, de su omisión se desprenden todas

las conductas brutales. Y prosiguendo el examen al revés, tendríamos que concluir

también que lo contrario de la ciencia es la ignorancia. Del arte, la grosería; de la

urbanidad, la impudicia. De la democracia el autoritarismo, De la igualdad, la soberbia de

clase. De la libertad, la esclavitud.

A estas alturas del siglo XX, cuando no están todavía resueltos estos valores en

instituciones políticas, formas estatales, relaciones internacionales y, lo que es más

importante, en ciudadanos de este mundo capaces de enfrentar la propia vida por su

cuenta y riesgo, presenciamos una especie de involución si se le mira en una perspectiva

cronológica o de debilitamiento desde el punto de vista gnoseológico:

En efecto, están reapareciendo las viejas temáticas de la salvación y del éxito en su

primitiva versión religiosa. ¿Quién no habla ahora con gran propiedad, para no poner sino

un ejemplo, de la misión y de la visión? Parece como si esas dos palabras encarnaran

una verdad inmensa, cuando no son más que la forma actual de toda la ideología

empresarial, que se quiere hacer aplicable a las más diversas actuaciones humanas. Ha

sido una copia fácil de ciertos movimientos sociales exitosos, las religiones,

caracterizados justamente por definirse a partir de la elaboración de una visión finalista de

su acción y la creencia en que su presencia en el mundo se justifica en los términos de

una misión encomendada por la divina providencia.

Si una empresa adopta el modelo de una religión, se piensa que será tan eterna como

ésta. Lamenta uno de verdad, que hasta las unversidades, dueñas ellas mismas de lo que

Page 38: Revista Actas Pedagógicas Nº5

hoy se denomina un modelo exitoso para la supervivencia, mucho más eficaz que el de

cualquier empresa o institución aparecida en los últimos quinientos años (ellas nacieron

hace mil), dejen erosionar su patrimonio conceptual para vertir el saber sobre sí mismas,

en los moldes estrechos de ese frívolo ideologismo.

Y no es sino mirar hacia la literatura del mercadeo, para ver ahí un enclenque

debilitamiento de la Sociología. Y en las doctrinas de moda acerca del crecimiento

personal y el camino del éxito, se nos presentan también, debilitadas, las grandes

construcciones de la filosofía moral. Allá, cada cual con lo suyo. Lo que resulta acá, por lo

menos de mal pronóstico por sus consecuencias para la humanidad, es la tendencia que

con los días será más clara, a construir sentidos artificiosos y cómodos a los valores que

Occidente ha acuñado desde sus comienzos. La actitud meramente denotativa no pasa

desapercibida por los circuitos del poder. Ese vacío de los sentidos tendrá que ser llenado

con las imágenes que más le convengan.

Inevitable en este punto, recordar las consideraciones de Skinner acerca de los valores.

En Más allá de la libertad y de la dignidad plantea, con razón, que esas palabras a las

cuáles tanto valor le atribuye la gente, hasta el punto en que muchos estarían dispuestos

a morir para conseguirlas o defenderlas, bien podrían, mediante un proceso educativo

temprano, adoptar otros significados más apropiados para los fines de la organización

social estable y no conflictiva. He dicho que con razón, porque en condiciones de

laboratorio ello sería evidentemente posible. A un niño se le puede tener convencido de

que los globos se pueden derribar con espejos o que la palabra ´patria´ quiere decir

´bacinilla´. Perdonen el ejemplo. Eso mismo podría hacerse a escala social, para

modificar el sentido de esas palabras, de tal manera que no generen expectativas cuyo

cumplimiento, sencillamente, es imposible en su plenitud por parte de las autoridades. así

pues, ´libertad´ no tendría tantos referentes metafísicos sino que podría estar restringida

en su sentido a poder escoger entre varios modelos de automóvil. Y la ´dignidad´, podría

reducirse hasta no significar más que recibir una tarjeta de cumpleaños por parte de la

oficina de Personal cada año...

Claro está que esa posibilidad implica borrar la historia. Implica deshacer lo andado y

suprimir las páginas tristes o negras de la historia humana. Podría fabricarse otra,

adulterada, según la cual mucha gente murió en la Revolución Francesa exigiendo el

derecho a comer cereales crujientes cada mañana o poder usar pañuelitos desechables.

Si nos fijamos bien, ese camino es el que han empezado a recorrer los comerciales: La

gente se mata por conseguir una coca-cola; estudia para comprar un paquete virtual de

vacaciones y vive toda una vida para poder pagar el seguro de vejez.

Esa adulteración masiva de la historia ha comenzado y, parejo con ella, el olvido de las

fuentes, en el pensamiento, de la formación de los valores. Sobre la base de ese olvido

sistemático, solo algunas tradiciones reducidas al ámbito de unas cuántas familias,

Page 39: Revista Actas Pedagógicas Nº5

podrían garantizar la perpetuación de los valores, mientras las masas permanecerán por

completo alejadas de ellos. Por eso, no les quedará más alternativa para buscar la

salvación, que sigue operando con eficacia en el inconciente católico de América Latina,

que apelar a la redención por los olores, los colores, los cuarzos y el horóscopo.

Pero también, al contrario, si el maestro recupera el hilo de la historia y vuelve su mirada

a las tareas fundamentales podrá declarar, por lo menos, que su vida bien ha valido la

pena.

*Federico García Posada es licenciado en Educación de la Universidad de Antioquia y

Doctor HC en Sociología de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín.

Actualmente es Vicerrector Académico de Coruniversitaria.

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Page 41: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Hacia la comprensión del concepto

de evaluación curricular

Por: Luceli Patiño Garzón*

Abstract

This article presents some theoretical considerations concerning curriculum evaluation.

This is a quality conscious approach with a practical orientation that could reinforce an

internal analysis and a collective reflection around the university towards a self-regulation

practice.

Resumen

En este texto se presentan algunas consideraciones teóricas alrededor de la evaluación

curricular. Es una aproximación cualitativa con una preocupación práctica, que puede

potenciar el análisis interno y la reflexión colectiva del quehacer universitario para

propiciar su autorregulación

Palabras claves

Diseño, evaluación, currículo, autoevaluación, autorregulación y participación.

Antecedentes

La teoría curricular ha definido tres fases del currículo: diseño, desarrollo y evaluación. El

diseño se considera como una planificación de los posibles resultados, y de las acciones y

procedimientos que se pueden prever para llevar a cabo una función educativa dirigida a

fines. Éste se configura desde afuera de la situación; por lo tanto, simplifica la realidad y

ofrece un esquema o modelo para operar.

Los enfoques para diseñar la enseñanza se han iniciado en teorías psicológicas del

aprendizaje, a partir de las cuales se han propuesto modelos para organizar contenidos y

actividades. Esta opción de diseñar currículo ha sido competencia de los técnicos, al

considerar que es una actividad profesional especializada que se realiza fuera del ámbito

de acción de los ejecutores. Así, los profesores y alumnos quedan ubicados como

consumidores del diseño curricular.

Los esquemas dominantes en la teoría del diseño han pretendido, por lo general,

sistematizar y planificar, como en el caso de Tyler y Taba (1973). Este modelo teórico

pretende estructurar en forma lineal y ordenada un proyecto educativo, desde la

filosofía y el reconocimiento de las necesidades de la sociedad contemporánea, para

definir objetivos curriculares, y un plan de estudios que se concreta en los programas de

asignatura y, por consiguiente, en el diseño de evaluación.

Page 42: Revista Actas Pedagógicas Nº5

¿Con qué conceptos abordamos la evaluación curricular ?

No es fácil abordar el tema de la evaluación curricular en la universidad, ya que existe una

tradición centrada en la evaluación sumativa que calcula el valor del objetivo una vez que

se ha desarrollado el programa, determinando así, si estos estaban bien planteados, y si

las metas son positivas o negativas. Stake (1981)34 estudia la diferencia entre evaluación

sumativa y formativa con la siguiente metáfora: “ Cuando el cocinero prueba la sopa, es

evaluación formativa; cuando la prueba caliente, es evaluación sumativa”. Es decir, ya no

existe posibilidad de cambio, porque el proceso se ha terminado.

En realidad, gran parte de la intencionalidad de la evaluación curricular responde a las

necesidades de evaluación externa para acreditar. Este criterio es necesario para

confirmar si la institución como tal cumple con el compromiso social y educativo que la

sociedad le encomienda. Sin embargo, esta evaluación no agota la necesidad de

potenciar la profesionalidad de los responsables de las actividades, lo que se puede lograr

con la evaluación dirigida desde el interior de la universidad, con la intencionalidad de

mejorar y transformar las prácticas cotidianas que, en últimas, se pueden constituir en un

indicador de la búsqueda de calidad.

La responsabilidad social, política y técnica de las universidades requiere de una reflexión

crítica, sistemática y rigurosa de los procesos educativos que se desarrollan en ella, como

garantía y comprobación de que se está trabajando con seriedad y eficacia; para ello, no

basta la autoevaluación. Es necesario el elemento heteroevaluador que realice la revisión

ante las instancias sociales. De ahí, la prioridad de que el currículo tenga un control

técnico-social que potencie la sistematización de la experiencia, la responsabilidad y la

eficiencia.

La Constitución Política colombiana de 1991, al consagrar el principio de autonomía,

reconoció la capacidad de autodeterminación de las universidades, como garantía del

desarrollo propio y particular que le imprime identidad a cada institución, para el

cumplimiento de la función de impartir educación de calidad. Por eso, el ejercicio de

regulación delimita los espacios de autonomía. Al mismo tiempo, le señaló a la sociedad

civil la responsabilidad de acreditar, a través de diversos mecanismos, las actividades que

desarrollan las universidades.

El Estado se abroga el derecho de regular y ejercer la suprema vigilancia, con el fin de

velar por la calidad y el cumplimiento del servicio educativo. En este sentido, la Ley 30 de

199235 rige la normatividad del servicio público de la educación superior. Así mismo, la

34

Santos, Miguel Angel., Hacer visible lo cotidiano. Teoría y práctica de la evaluación cualitativa de los

centros escolares. Ediciones Akal, 1993. 35

- Noguera, Camilo. Linares patricia. El proceso de construcción de las bases de la Educación Superior. Una

tarea inconclusa de la sociedad. Asociación Colombiana de Universidades. Instituto para el fomento de la

Educación Superior.

Page 43: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Constitución en su Artículo 67 asume la educación como un servicio público que favorece

la formación integral e incluye el desarrollo de las capacidades profesionales.

En consecuencia, se entiende la educación como un proceso que le permite al hombre

una construcción de realidad, una explicación del mundo, la toma de decisiones, y la

actuación valorativa de acuerdo con su capacidad crítica. De esta manera, se perfila la

educación, no como la colección de datos, ni la obtención de resultados predeterminados,

sino que contempla la formación como eje básico del acto educativo.

En este sentido, la excelencia académica supera el manejo adecuado del conocimiento

científico y tecnológico y atiende la función social de la universidad como institución al

servicio público de la educación superior. Tiene una importancia fundamental por su

compromiso en la participación activa y directa en el proceso de transformación de las

regiones y del país.

En Colombia, la Misión de Ciencia Educación y Tecnología36 reconoce la relación entre

educación y desarrollo científico. Advierte la necesidad de generar procesos de

modernización educativa como estrategia para ingresar en el menor lapso posible al

nuevo orden económico mundial, el cual está determinado actualmente por el liderazgo en

ciencia y tecnología.

Hay consenso sobre la importancia de la educación superior en los procesos de desarrollo

y se le relaciona directamente con el crecimiento económico; Graciela Amaya37 (1998) lo

expone según las estadisticas recientes: "En los países desarrollados, la tasa de matrícula

en este nivel alcanza el 51%. En los de ingreso mediano como muchos de los países

latinoamericanos y varios de los asiáticos, un 21% (en Colombia es del 14%) y en los de

ingreso bajo, un 6 %."

Las transformaciones que han iniciado las universidades en el aspecto administrativo,

académico e investigativo no son espontaneistas. Responden a unas necesidades en el

cambio de relaciones con el Estado y con la sociedad. En este sentido, no es coincidencia

que la Misión para la modernización de la universidad pública plantee unas estrategias

que están señaladas en el documento entregado en marzo de 1995.38 Entre los aspectos

que cabe señalar tenemos:

- "Proponer esquemas de gestión y planificación de indicadores de desempeño que

permitan una mejora en la administración de las universidades, un fortalecimiento de la

36

Colombia al filo de la oportunidad. Misión de Ciencia, Educación y desarrollo 1994. 37

- Seminario Internacional. Filosofía de la Educación Superior. Transformación de la Universidad Siglo

XXI.Universidad de Antioquia. medellin 2 al 6 de 1996. Memorias. 38

- Misión para la Modernización de la Universidad Pública. Informe final. Bogotá, marzo de 1995.

Page 44: Revista Actas Pedagógicas Nº5

evaluación de su desempeño y una creciente correspondencia de los recursos asignados

con la calidad y cantidad de los productos alcanzados".

- "Proponer estrategias para que, en adición a los recursos públicos y dentro del

desarrollo de los objetivos propios de la universidad pública, ésta puede generar recursos

propios, tanto por los servicios que preste como por las actividades que lleve a cabo con

los diferentes sectores de la sociedad".

Son muy variados los aspectos que inducen las transformaciones de las universidades y

estos están ubicados en un trasfondo de relaciones entre la universidad, la sociedad y el

Estado.

Un punto de especial interés para la comunidad universitaria es el concerniente a las

transformaciones curriculares ligadas a la revolución del conocimiento, que se ha

constituido en la piedra angular de la sociedad moderna. En esta sociedad, el

conocimiento y la educación se han convertido en la materia prima de la nueva

economía. No es coincidencia que en el prólogo al libro Ciencia y tecnología para una

sociedad abierta de Colciencias, se plantee que:

"No basta con la liberación de los mercados para asegurar el avance de la productividad.

Se requiere la formación de una comunidad científicamente calificada, con dominio y

capacidad de acción sobre el saber, pues las ventajas en el juego comercial de nuestra

era no residen tanto en la posesión de las materia primas o de otros atributos geográficos

o naturales, como en el dominio del conocimiento... El conocimiento ha jugado un papel

central en recientes procesos de desarrollo acelerado de otros países. Con la apertura

hay un nuevo mercado que se impone: El conocimiento".39

La revolución del conocimiento lleva consigo requerimientos de transformaciones

curriculares y pedagógicas, lo cual incide en una reorganización del sistema de los

saberes. Desde la primaria hasta la universidad se perfila un reordenamiento de la

organización académica con mayor flexibilidad y con una nueva adjudicación de los

espacios y las prácticas pedagógicas reales, pues se está dando el tránsito a la virtualidad

como consecuencia de los nuevos sistemas de comunicación.

El reto de dar respuesta a las exigencias de desarrollo científico contemporáneo en los

países de América Latina se ha convertido en el referente para superar la situación de

atraso en las esferas sociales y económicas, lo cual incide en los esfuerzos por

reestructurar los currículos de estudio en el marco de la educación superior. Cada vez con

mayor fuerza se requiere de una acción planificada y coordinada que garantice una

relación entre las exigencias de desarrollo económico social y las posibilidades de

39

- Prólogo al libro Ciencia y Tecnología para una sociedad Abierta. Colciencias. DPN.

Page 45: Revista Actas Pedagógicas Nº5

formación en la universidad. Es por esto que la formación no puede dejarse al azar o

mantenerse en una estructura rígida .

Otmara González 40 plantea la dificultad de los actuales “currícula que todavía se

caracterizan por ser fijos, cerrados, poco cambiables con el tiempo, lo que hace que en

muchos casos no se ajusten a las demandas del desarrollo actual y mucho menos a la

rapidez con que se producen las transformaciones sociales”.

Si observamos que la tendencia actual de desarrollo social se presenta con un

panorama multilateral de cambios y transformaciones, se hace imprescindible entonces,

posibilitar sistemas flexibles de formación, con opciones que faciliten la adecuación de

intereses, y necesidades de reconversión y actualización en función de problemas

emergentes en el campo de la profesión.

La revolución del conocimiento, la dinámica en el cambio de producir y construir

conocimiento dimensiona el paso a una cultura pedagógica del sujeto que aprende en la

que, tanto profesores como alumnos, hacen parte de una comunidad de aprendices

permanentes. Preparar a la próxima generación colombiana para ingresar al mundo

moderno exige la creación de nuevos sistemas educativos, lo cual se refleja en el interés

por concretar la propuesta de la Misión en el Plan Decenal de Educación.

En el campo especifico de la universidad se plantea la necesidad de generar nuevos

paradigmas del conocimiento, que permitan sistematizar la experiencia investigativa, para

construir un proceso histórico con miras a una adecuada educación científica y

tecnológica para el desarrollo y para asumir los retos que el mundo moderno le exige.

Se constituye el aspecto legal en un referente para tener en cuenta en la evaluación

curricular, dado que aporta conceptos que no se pueden desconocer y que es necesario

analizar e interpretar, puesto que relativizan los marcos de acción de las instituciones en

lo concerniente a la misión, los objetivos y a los indicadores de cumplimiento que estas

deben potenciar.

¿Cómo pensarla y cómo hacerla?

La autoevaluación se ha constituido en la base del proyecto evaluativo conducente a

consolidar las fortalezas, hacer visibles las debilidades, y proyectar acciones y

procedimientos coherentes con la misión de la universidad.

Estos propósitos, por si solos, no concretan las acciones. Por esta razón, es necesario

construir unos espacios para asumir la complejidad de la vida universitaria. Es por ello

que la decisión política para orientar y apoyar el desarrollo proviene de los directivos

40

- Gonzáles, Otmara. “Currículum: Diseño, Práctica y Evaluación.” material inédito, Cepes, La

Habana.1994.

Page 46: Revista Actas Pedagógicas Nº5

quienes, mediante determinaciones, impulsan la voluntad de consolidar una cultura de la

evaluación y de la transformación permanente en la institución.

La definición de la orientación conceptual, del enfoque de evaluación, de los instrumentos

y metodología que se estén desarrollando deben ser producto de un trabajo de

construcción participativa. As,í el compromiso y la apertura frente a la caracterización de

las prácticas académicas puede promover el análisis del desempeño en el aula de clase,

con la intención de hacer consciente lo cotidiano y propiciar transformaciones desde los

propios protagonistas de la enseñanza.

La autoevaluación permite, asimismo, analizar y construir un conjunto de principios,

fundamentos y orientaciones de la acción. "La universidad que se autorregula" (Kells41) y

que trabaja para lograr un nivel de autoconocimiento que incrementa con cada ciclo su

autoevaluación y fortalece sus procesos en la afirmación permanente puede responder a

los retos y cuestionamientos a los cuales se ve enfrentada”.

El desarrollo de la autoevaluación compromete además a los directivos, administrativos y

miembros de la Institución, desde una perspectiva política y académica, puesto que la

toma de decisiones está iluminada por una conceptualización que fundamenta los

desarrollos institucionales. Compromete también, a los miembros de la comunidad

universitaria puesto que son participantes activos que pueden visualizar el mejoramiento y

las acciones para propiciar transformaciones. Requiere además de sistemas de

información adecuados para los procesos de manejo de información, y para integrar

necesariamente las condiciones institucionales de planificación, desarrollo y seguimiento,

como apoyo para el proceso.

En la búsqueda por asumir desde el interior la responsabilidad de proceder

autónomamente en pro de la excelencia, se pretende consolidar el compromiso y la

apertura frente al cambio y la innovación, siempre que el proceso evaluativo muestre

necesidades de reordenamiento y proponga cambios en forma objetiva.

Aproximación a una propuesta de evaluación curricular

Esta propuesta de investigación inscribe la evaluación curricular en un proceso cualitativo

de construcción social que se desarrolla en tres aspectos: descripción, interpretación y

valoración. Estos aspectos no se desarrollan en forma parcelada como si fueran tres

momentos distintos del proceso. Por el contrario, deben pensarse como una unidad

dinámica de lo que está pasando en un problema específico. Así, como no es posible

pensar en un proceso descriptivo, sin la mediación de un proceso valorativo real, que

compromete una forma de interpretar la realidad, tampoco es posible pensar un proceso

41

- Pabón Fernandez, Nohora. Pedagogía y Saberes. Universidad Pedagógica Nacional. Facultad de

educación. Revista No 8 Santafé de Bogotá, Colombia 1996.

Page 47: Revista Actas Pedagógicas Nº5

valorativo sin la mediación de esa interpretación y sin una forma previa de organización

de lo real.

Según Parlett y Hamilton (1986),42 precursores de la propuesta de evaluación cualitativa,

no se puede fijar a priori, el contenido propio de la evaluación, pues éste va apareciendo

en la medida en que se avanza en la construcción colectiva del programa. En este tipo de

evaluación colectiva, las diversas interpretaciones que emergen se asumen como

significativas, y su propósito es lograr una comprensión cada vez más amplia de la

realidad, pero no necesariamente en la toma de decisiones.

Se ha optado por una aproximación a la evaluación como un proyecto que necesita

recoger información e interpretarla para emitir juicios de valor. Ello implica diseñar

mecanismos ágiles de participación, para que la función de evaluación se convierta en

una reflexión pedagógica, que posibilite el control interno, para analizar cómo funciona la

realidad, transformarla y mejorarla de tal manera que permita reflejar hacia afuera el

espacio de autonomía que se está construyendo.

*Luceli Patiño Garzón es especialista en Docencia Universitaria del convenio de la

Universidad de la Habana Coruniversitaria, magister en Educación de la Pontificia

Universidad Javeriana, candidata al doctorado en Ciencias Pedagógicas del CEPES de la

Universidad de la Habana. Profesora Adscrita al Cedip de Coruniversitaria.

Bibliografía

Colombia al filo de la oportunidad. Misión de Ciencia y desarrollo 1994.

GONZALEZ Otmara. Curriculum, diseño práctica y evaluación. Material inédito. Cepes la Habana 1994.

Misión para la modernización de la Universidad Pública. Informe final Bogotá Marzo de 1.995.

NOGUERA, Camilo. LINARES Patricia. El proceso de construcción de las bases de la educación Superior. Una tarea inconclusa de la sociedad Asociación Colombina de Universidades. Instituto para el fomento de la Educación superior.

PABÓN FERNANDEZ, Nohora. Pedagogía y saberes. Universidad Pedagógica Nacional. Facultad de Educación. Revista no 8 Bogotá, Colombia. 1996.

PARLET, M y Hamilton. La evaluación como iluminación. En Gimeno, J y Pérez, A Y (compiladores). La Enseñanza su teoría y su práctica. Madrid:Akal. 1983.

SANTOS, Miguel. Hacer visible lo cotidiano. Teoría y práctica de la evaluación cualitativa de los centros escolares.Madrid Ediciones Akal. 1993.

42

- Parlett, M. y Hamilton, . " La evaluación como iluminación". En Gimeno, J. y Pérez, A.I. (comp), La

enseñanza su teoría y su práctica. Madrid Akal. 1.983

Page 48: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 49: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Implicaciones educativas de la teoría de las Inteligencias múltiples

Por: Cecilia Correa Valdés*

Abstract

This article presents a basic idea of what “multiple intelligences” mean and relates them

with the learning styles that they suggest. The author advises professors to be flexible

when planning innovative teaching strategies and invites them to think about educational

approaches that brings multiple perspectives orientated to students‟ mind developments.

She concludes with an offer of basic activities for developing different intelligences in

college students.

Resumen

El artículo introduce el tema de las inteligencias múltiples y lo relaciona con los estilos de

aprendizaje a que ellas conducen. Propone al docente planear estrategias innovadoras de

enseñanza con flexibilidad para atender los diferentes estilos. Los invita a reflexionar

sobre la necesidad de trabajar en un enfoque educacional que produzca múltiples

perspectivas hacia el desarrollo de la mente de los estudiantes. Concluye con una

propuesta de actividades básicas que posibiliten el desarrollo de las distintas inteligencias

en estudiantes universitarios.

Palabras claves

Argumentación, estilos de aprendizaje, conocimiento generador, educación para la

comprensión, inteligencias múltiples, experiencias cristalizantes y paralizantes,

actividades didácticas.

En las últimas décadas se han desarrollado innumerables estudios e investigaciones

acerca de cómo se dan los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Sin embargo,

persisten viejos problemas: Los estudiantes olvidan lo aprendido, no argumentan y leen

con bajo nivel de comprensión; pareciera que muchas de las innovaciones logradas en los

últimos años se han quedado sin profundizar o sin aplicar en el ámbito de la enseñanza.

Las evidencias empíricas actuales, al menos para Colombia, muestran que en general, los

estudiantes aplican los conocimientos adquiridos sin comprender la esencia del problema

que están resolviendo; juzgan sin elementos críticos los fenómenos sociales del país.

Adicionalmente, defienden posiciones sin presentar evidencias o argumentos sólidos; los

problemas éticos no son suficientemente dimensionados y rara vez, los enfrentan

racionalmente.

Particularmente en Colombia, alcanzar buenos niveles de comprensión se vuelve una

necesidad inaplazable. Frente al estancamiento económico y a la inmensa

descomposición social, el país requiere de personas con criterios intelectuales, técnicos y

éticos eficientes y transparentes, capaces de producir y proponer soluciones innovadoras

Page 50: Revista Actas Pedagógicas Nº5

y viables a los difíciles problemas de corrupción, de calidad de vida, producción

alimenticia y renovación tecnológica, entre otros. Es urgente que, por un lado, la

universidad entienda su responsabilidad social frente a la producción y aplicación del

conocimiento científico - técnico y por otro, los estudiantes entiendan el conocimiento

como resultado de enfrentar y resolver problemas de la realidad.

Por ello, la comunidad académica universitaria requiere una reflexión sistemática acerca

de las poco eficientes prácticas educativas imperantes, que no consideran los diferentes

tipos o estilos de aprendizaje, producto de las distintas inteligencias de las personas y

tampoco propenden por una educación para la comprensión, ya que “comprender no es

sólo tener conocimiento; es la habilidad de utilizar ese conocimiento para pensar y actuar

de forma creativa y competente en el mundo”43. De ahí que el gran desafío actual de la

formación en educación superior es lograr que los estudiantes alcancen, como mínimo,

tres metas generales, que les permitan poseer un conocimiento generador, en términos

de David Perkins, es decir, un conocimiento que no se acumula sin sentido, sino que

actúa y enriquece las vidas, actos y el entorno de las personas. Las tres metas son las

siguientes: Retención del conocimiento, comprensión y uso activo y productivo del

conocimiento

Sin embargo, el problema tan referido en la literatura pedagógica, acerca del olvido del

conocimiento, parece ser mucho mas amplio. David Perkins lo define como conocimiento

frágil y éste involucra el olvido pero también, los problemas de un conocimiento inerte (

se recuerda pero no se aplica), de un conocimiento ingenuo (el conocimiento suele

tomar la característica de un estereotipo inmodificable) y de un conocimiento ritual (el

conocimiento adquirido sólo sirve para cumplir con los ejercicios de clases).

Además, se requiere producir una nueva visión de la educación centrada en la persona

como ser social activo con una visión pluralista de la mente, que reconoce muchas

posibilidades de cognición. Pero, lamentablemente, la educación actual enfatiza sólo en

lo verbal y matemático, tal vez influenciado por Piaget, quien creyó abarcar la inteligencia

en su totalidad cuando estudiaba el desarrollo de la inteligencia lógico - matemática.

Las inteligencias múltiples conducen a distintos tipos o estilos de aprendizaje. La

competencia cognitiva de un individuo determina diferentes formas de demostrar

conocimientos sobre un tema y se describe en términos de un conjunto de habilidades,

talentos o capacidades mentales que denominamos inteligencias. El desafío para la

universidad es propiciar una educación mas neutra, respecto a las solas inteligencias

lógica - matemática y lingüística que predominan en los modelos pedagógicos

imperantes.

43

Perkins Daniel ¨ La escuela Inteligente.Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente¨

Gedisa Editorial , 1997

Page 51: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Por otro lado, la mayoría de las instituciones educativas se contentan con las actuaciones

mecánicas ritualizadas o convencionales que, de alguna manera, repiten o devuelven lo

que el profesor ha modelado; no hay comprensión. Una formación en la perspectiva de las

inteligencias múltiples puede hacer factible una educación para la comprensión y, en

consecuencia, la posibilidad de resolver problemas.

Bajo esta perspectiva se requiere un enfoque educacional que desafíe las creencias

ingenuas, provoque cuestionamientos, produzca perspectivas múltiples y que, en

resumen, desarrolle la mente de los estudiantes hasta el punto en que sean capaces de

aplicar los conocimientos existentes en situaciones nuevas o en contextos desconocidos

Desarrollo de las inteligencias

La teoría de las inteligencias múltiples plantea que éstas son varias y susceptibles de

desarrollarse; que, además, los individuos las poseen en diferentes combinaciones, con

una generalmente predominante; que éstas se distribuyen en una sociedad o en una aula

de clases y que proporcionan valoración cultural. Lo anterior permite plantear que un

verdadero aprendizaje para la comprensión no puede negar la importancia de los

contextos sociales en los que las inteligencias se desarrollan.

Dos procesos fundamentales en el desarrollo de las inteligencias son las experiencias

cristalizantes y las paralizantes. Las primeras constituyen puntos decisivos, momentos

claves, que inducen el desarrollo de determinada inteligencia y pocas veces son producto

de la actividad escolarizada, por las mismas condiciones de los procesos de enseñanza y

de aprendizaje que privilegian lo ritualizado por sobre las actividades desarrolladoras. Las

paralizantes son experiencias inhibitorias que obstaculizan o, incluso, clausuran el

desarrollo de una inteligencia; éstas normalmente son escolarizadas y ocurren con mayor

frecuencia en los primeros grados escolares. El comportamiento o ausencia de estas

experiencias, determina no sólo las posibilidades de desarrollo de una inteligencia

específica sino, además, la motivación por el saber que caracteriza a un estudiante.

Estrategias didácticas

La teoría de las inteligencias múltiples propone, considerando las diferencias cognitivas

de los estudiantes, que es necesario que el docente desarrolle flexibilidad para planear

variadas estrategias innovadoras de enseñanza, más aún cuando la misma teoría plantea

que no habrá un solo conjunto de actividades que funcione como el mejor para todos los

alumnos en todo momento.

Howard Gardner plantea (1993) que la teoría de las inteligencias múltiples va más allá de

modificar estrategias didácticas, formas de evaluación o ambientes educativos. De fondo,

propone un cambio significativo en la forma de estructurar las instituciones educativas, de

modo tal que los estudiantes tengan el derecho a enfrentarse a experiencias que activen y

potencien su perfil de inteligencias.

Page 52: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Esto se evidencia cuando, en relación con el Proyecto Zero de Harvard, Gardner, plantea:

“La escuela de nuestros sueños es una escuela comprometida con el desarrollo de un

nivel profundo de discernimiento de los estudiantes en cuanto a varias disciplinas

primordiales; Impulsa a los estudiantes a utilizar dichos conocimientos en la resolución de

`problemas y la realización de tareas que pudieran presentárseles en la vida externa al

ámbito escolar. Al mismo tiempo, dicha escuela busca promover la combinación singular

de inteligencias en cada estudiante evaluando su desarrollo regularmente de manera

congruente con las inteligencias44.

Por otro lado, en su libro The Unschooled Mind, el autor, en extenso, se refiere a la

marcada tendencia didáctica actual de enseñar conocimientos de un nivel superficial sin

afectar en los estudiantes la percepción del mundo. Gardner expresa, además, que, como

resultado, los alumnos egresan de cualquier nivel educativo aferrados a muchas de las

creencias ingenuas que tenían desde el preescolar.

Metafóricamente, Gardner plantea la estrategia básica para desarrollar la mente de los

estudiantes como encuentros tipo Cristóbal Colón, que hacen referencia a cómo este

navegante desafió la creencia de que la tierra era plana, navegando “mas allá de la orilla”

y demostrando, así, la forma esférica del planeta. Del mismo modo propone que los

docentes deben desafiar las creencias limitadas de sus estudiantes, impulsándolos “ mas

allá de la orilla” hacia campos y temas en los cuales los alumnos deberán enfrentarse

incluso con las contradicciones de su propio razonamiento. Éste constituye un importante

punto de encuentro con la Zona de Desarrollo Próximo planteada por Vigotsky.

Sin embargo, es necesario establecer unas actividades básicas para posibilitar el

desarrollo de las distintas inteligencias. En general, se puede decir que las estrategias

didácticas mas apropiadas para la inteligencia lingüística son la narración, las reuniones

creativas (Vigotsky dijo alguna vez que un pensamiento es como una nube que vierte una

lluvia de palabras) las grabaciones, los diarios y las publicaciones.

En relación con la inteligencia lógica-matemática, las estrategias didácticas mas

apropiadas son los cálculos y las cuantificaciones, las clasificaciones y agrupaciones, la

interrogación socrática, la heurística y el pensamiento científico. Para la inteligencia

espacial, las estrategias mas adecuadas tienen relación con la visualización, las

indicaciones de color, las metáforas visuales, el bosquejo de ideas y los símbolos

gráficos.

Las estrategias didácticas para la inteligencia física y cinestética son las respuestas

corporales, el teatro y la dramatización, los mapas corporales y las manualidades. Para la

inteligencia musical, los ritmos, canciones, discografías, música para diferentes estados

44

Gardner Howard ¨Estructuras de la mente¨ Tercera Edición , Editorial Paidos, 1993

Page 53: Revista Actas Pedagógicas Nº5

de ánimo. Para la inteligencia interpersonal puede utilizarse el intercambio con los

compañeros, las simulaciones y los grupos cooperativos. Finalmente, para la inteligencia

intrapersonal, las posibilidades de la reflexión personal para el propio proyecto de vida

son estrategias interesantes de incluir.

De este modo, la teoría de las inteligencias múltiples plantea nuevos desafíos a la

educación y a los docentes, especialmente para que estos reflexionen sobre sus métodos

didácticos y comprendan por qué estos funcionan para unos estudiantes y para otros, no.

También los motiva a modificar su menú de herramientas materiales y estrategias para

llegar a un grupo más amplio de estudiantes y no sólo a aquellos con las inteligencias

lingüística y lógica-matemática que han sido, tradicionalmente, privilegiadas en la vida

académica .

La invitación es a tomarse un respiro y detenerse a pensar por qué las aulas de clases se

ven invadidas por las palabras de los docentes y por las actividades escritas que realizan

los estudiantes, con pocas posibilidades para que su perfil de inteligencia se desarrolle.

*Cecilia Correa Valdés es licenciada en Ciencias Naturales de la Universidad de Chile,

especialista en Docencia Universitaria, magister en Investigación y Tecnología educativa

de la Universidad Javeriana. Es candidata al doctorado en Ciencias Pedagógicas de la

Universidad de La Habana y se desempeña como directora del Centro de Estudios

Regionales de Coruniversitaria.

Bibliografía

GARDNER, Howard. ¨Estructuras de la mente¨ México: Editorial Paidos, 1993

PERKINS, Daniel. ¨ La escuela Inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente”.Argentina: Gediza Editorial, 1997.

Page 54: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 55: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Salud Mental e institución escolar:

Un tema para reflexionar

Dr. C. Luis Felipe Herrera Jiménez*

Abstract

The school represents an important link for social human development. Together with the

family, it should offer the foundations for the integral formation of individuals. Childhood

and a good part of adolescence develops at school for many people in the world. This

means that its influence in human beings‟ health is very important. The article intends to

value the importance of strengthening actions towards mental health promotion in schools.

Resumen

La institución escolar representa, a nivel social, un importante eslabón para el desarrollo

humano. Conjuntamente con la familia, la escuela debe proporcionar las bases para la

formación integral del individuo pues, en ella, transcurre prácticamente la infancia y gran

parte de la adolescencia y juventud de muchas personas en el mundo; por tanto, su

influencia en la salud de los seres humanos es determinante. El presente artículo tiene

como propósito fundamental valorar la importancia de fortalecer acciones encaminadas al

fomento de la salud mental en las instituciones escolares.

Palabras claves

Salud mental, institución escolar, educación para la salud, salud escolar.

La salud pública y la educación son dos pilares fundamentales del bienestar del ser

humano. Hoy, no pueden concebirse una separada de la otra. No hay educación sin

salud y no es posible salud plena sin educación.

La obtención de niveles cualitativamente superiores en la educación y en los sistemas de

salud es una necesidad propia de los Estados que se esfuerzan por la atención

plena de los seres humanos y el logro de elevados indicadores de progreso socio-

económico. En este contexto, la institución escolar desempeña un rol fundamental,

pues es reconocido que su incidencia puede ser determinante en el desarrollo armónico

de la personalidad de cada individuo y en el desenvolvimiento de una comunidad o

grupo social determinado.

La época actual se caracteriza por rápidos cambios tecnológicos,la globalización e

interdependencia económica y variados descubrimientos en las más diversas esferas del

quehacer humano. Pero, paradojicamente el auge de la violencia, de las conductas

antisociales, el incremento del estrés y un gran número de trastornos asociados a él

Page 56: Revista Actas Pedagógicas Nº5

resulta notorio en todas las partes del planeta. Tanto la familia como la escuela han

sufrido modificaciones en su funcionamiento que hoy preocupan a la comunidad científica

que aspira a formar seres humanos compententes profesionalmente, con convicciones y

valores humanos sólidos. Pero, ¿qué hacer ante esta situación?

Indudablemente, no puede haber una fórmula mágica que resuelva un variado número de

contracciones que compiran contra el propio desarrollo humano. Es lógico también pensar

que no todos los estados, ni todas las regiones de un país presentan la misma situación,

como tampoco poseen el mismo nivel de desarrollo socioeconómico y cultural, pero no es

menos cierto que hay tendencias generales y como se multiplican los avances

tecnológicos también se están repoducciendo fenómenos nocivos y desctructivos como

el consumo de drogas , la violencia, el maltrato infantil, entre otros.

Bien. Como lo han planteado algunos autores, es necesario forjar el carácter

inconmesurable de la interioridad humana (Hernández, 2000). Esta tarea, en nuestro

criterio exige un esfuerzo de todos los miembros de la sociedad y, en partícular, de la

escuela. Considero que si algún contexto requiere de una transformación sistemática es la

institución escolar, desde los niveles más elementales de la enseñanza hasta el postgrado

universitario. Cualquier acción educativa en aras del mejoramiento de mujeres y hombres,

del incremento de la calidad de la vida y, por ende, de la salud siempre resultará

necesaria, aún en las instituciones donde se considere que existen magnificos indicadores

de excelencia.

Alcanzar una educación que prepare al individuo para una vida saludable requiere

considerar las particularidades de cada etapa del ciclo vital y exige preocupación,

dedicación e integracion de esfuerzos y recursos a nivel regional, de estado y de

organizaciones internacionales.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, a partir de la Conferencia de Alma – Ata en

1978, ha enfatizado en la necesidad de considerar al ser humano como un sistema

integrado complejo, conformado por la interacción de diversos subsistemas. La salud

debe ser valorada como el estado objetivo y subjetivo de bienestar somático, psicológico y

social. (Buendía,1990, Casullo, 1998).

La salud es un proceso integral donde el tipo de motivaciones del hombre, así como la

forma en que éste las configura y se implica en ellas con sus potencialidades

personológicas organizadas resultan esenciales, en el desarrollo del proceso de salud

(González, 1994). Este proceso, como todo proceso social, es humano e histórico. Por

tanto, sus manifestaciones y exigencias van cambiando cualitativamente con el desarrollo

de la humanidad. Con el aumento de la cultura y el desarrollo social de un pueblo, las

necesidades de autorrealización, de expresión creativa, de expresión dinámica de la vida

social, profesional y personal pasan a tener una influencia importante para la salud

Page 57: Revista Actas Pedagógicas Nº5

humana. Precisamente, los elementos antes mencionados nos llevan a reflexionar sobre

el papel de la institución escolar en la salud y, de manera muy especial, en la salud

mental.

Hasta hace poco tiempo, la expresión de salud mental traía a la imaginación de casi

todos, la idea de enfermedades mentales o perturbaciones de la personalidad que

disminuían la capacidad del individuo. Sin embargo, en los últimos tiempos ha crecido el

número de investigadores que consideran la salud mental en una dimensión más amplia.

Es reconocido que en su valoración deben integrarse muchos aspectos de la vida en un

sistema de conducta útil y que se refuerce a sí mismo. Entre estos elementos se

plantean los siguientes (Millon, 1998):

Juicio objetivo. Capacidad para observar toda clase de hechos equilibrados y

exactos, sin pasar por alto unos, ni exagerar otros. Es lo que llamamos buen sentido o

razón.

Autonomía. Capacidad para manejar los sucesos cotidianos con independencia y

autodeterminación.

Madurez emotiva. Capacidad para reaccionar frente a los hechos de manera

emotiva y adecuada, tanto por su tipo como por su grado, a la naturaleza objetiva de la

situación.

Fuerza de autorrealización. Capacidad para trabajar tenazmente y con toda

dedicación. Permite el establecimiento de nuevas metas y retos que contribuyan al

desarrollo personal.

Autovaloración. Actitud positiva de valoración hacia el propio yo, de aceptación

personal.

Respeto por los demás. Aceptación del criterio, derechos y espacio de las demás

personas.

Indudablemente, la adquisición y desarrollo de estos elementos que conforman la salud

mental transcurre en el complejo proceso eminentemente educativo, en el que la

institución escolar desempeña un papel determinante.

En la escuela se inicia el proceso de aprendizaje sistemático de los fundamentos de las

ciencias y comienza una actividad seria y responsable: el estudio, que durante toda la

vida como escolar va a constituir su actividad fundamental y por el cumplimiento de la

cual el estudiante va a ser evaluado por los maestros, padres, compañeros y por la

sociedad en general. Este hecho refleja la gran importancia que tiene para el educando

el obtener éxito, fundamentalmente en los primeros grados, cuando se sientan las bases

para el futuro aprendizaje y se adquieren hábitos y procedimientos de trabajo que

resultarán básicos para toda su labor posterior como escolar. Como resulta lógico, en esta

etapa pueden vivenciarse experiencias destructoras que causan pena, temor u otros

sentimientos desagradables que no pueden eludirse. Ante una situación de este tipo, si el

Page 58: Revista Actas Pedagógicas Nº5

niño recibe un adecuado tratamiento de padres y profesores, la frustración, el dolor o el

daño pueden atenuarse o evitarse en muchos casos.

Desde otro punto de vista, el perfeccionamiento del hombre como ser social transcurre

en íntima relación con la actividad escolar. Es evidente que todos poseemos

imperfecciones humanas, todos somos irracionales y hostiles en ocasiones. Por tanto,

la influencia del profesor, del colectivo escolar y de los miembros de la familia puede

resultar negativa o beneficiosa en la regulación de las emociones y conducta general

del hombre. Ahora, ¿Por qué se puede afirmar que la instituación escolar es un

importante campo de acción para el fomento de la salud mental?. Al respecto se pueden

indicar los siguientes argumentos:

En la instituación escolar transcurre una parte significativa de la vida de los seres

humanos, en especial, en la etapa en que se está formando la personalidad. Es

destacable que a las instituciones educativas no sólo se va a estudiar, sino también a

establecer relaciones sociales, a jugar, intercambiar ideas, vivencias y a desarrollar las

relaciones interpersonales.

A diferencia de las instituciones clínicas, donde las personas asisten por un corto

período de tiempo, sí presentan una dolencia que así lo requiera, al colegio generalmente

se asiste con regularidad en la mayoria de los paises del mundo, en especial durante la

niñez y la adolescencia. Debe tenerse en cuenta también que a veces se requiere de

tratamientos por la presencia de desajustes emocionales o dificultades en el desarrollo de

la personalidad y estos no se realizan por no tener acceso a sus elevados costos.

La institución escolar tiene una tradición formativa más reconocida que los centros

clínicos en cuanto al vinculo con la comunidad y sus diferentes instituciones sociales,

políticas y religiosas.

Los centros escolares también constituyen puntos de encuentro con miembros de las

familias de los educandos, pudiendo desde los mismos influir en los adultos y otras

personas de la comunidad.

Es más fácil desarrollar una cultura sanitaria y del bienestar físico que repercuta en

un estilo de vida sano en los niños y adolescentes que en los adultos, donde muchas

veces ya existen estereotipos y patrones vitales arraigados que son más difíciles de

modificar.

Los profesores, maestros, entrenadores deportivos y otras personas que laboran en

las instituciones escolares detectan muchas veces conductas patológicas y desviaciones

de conducta que, por afectividad o por desconocimiento, los padres en ocasiones no han

apreciado.

Page 59: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Algunos aspectos de interés sobre la salud mental de los alumnos

Durante el proceso de adquisición de conocimientos, se pueden presentar dificultades y

deficiencias que afectan el rendimiento docente del alumno y reflejan su grado de

adaptación al ambiente escolar. Las causas que originan estas dificultades pueden ser

múltiples y variadas y en la mayoría de los casos se interrelacionan e imbrican, por lo

que resulta difícil separarlas. No obstante, se pueden agrupar en tres grandes categorias,

según lo planteado por Freinet (1987).

Las determinadas por el proceso docente-educativo, su organización y dirección.

Las determinadas por la naturaleza y constitución propia del escolar.

Las relacionadas con los riesgos que puede propiciar el ambiente en que crecen, se

desarrollan y se educan los educandos.

El conocimiento de las causas que originan el mal aprovechamiento docente o una

adaptación escolar no satisfactoria es muy importante. Únicamente sobre la base del

conocimiento de las causas que lo determinan se está en condiciones de actuar

consecuentemente en aras de alcanzar el fin y los objetivos educacionales propuestos.

En este artículo nos interesa llamar la atencion sobre los trastornos determinados por el

proceso docente – educativo su organización, y dirección.

La salud mental del escolar se puede ver afectada por diversas razones dentro del

sistema educativo. Entre ellas tenemos las siguientes:

La influencia negativa de los docentes.

El efecto nocivo que en ocasiones provocan otros adultos de la escuela, el personal

de apoyo, el propio director, los entrenadores deportivos.

Otras personas que pueden producir un impacto no deseado en los escolares son sus

compañeros de clases, influencia que, en la adolescencia, es muy notable.

El sistema poco flexible de normas y valores que tienen muchas instituciones

escolares. Aunque estan muy de moda las teorías de aprendizaje con un enfoque nuevo

y constructivista, por lo general el estudiante casi siempre vive en un mundo de

prohibiciones que le molesta y deshumaniza y todo ello parece normal para el adulto. Es

preferible indicarle al alumno lo que puede hacer en la escuela y no, las prohibiciones.

Este aspecto afecta principalmente a los primeros grado de la enseñanza, pero puede

marcar a los alumnos para toda la vida futura.

Generalmente, en la escuela primaria la influencia de las actitudes y escalas de valores

de los compañeros ocupa un segundo lugar en comparación con las del maestro, pero en

la escuela secundaria la influencia de los compañeros de clases es superior a la de

cualquier profesor. De igual manera, en la educación superior, la repercusión de los

colegas de clases en fundamental.

Page 60: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La salud mental del alumno en cierto sentido es el resultado de experiencias saludables.

Estos elementos pueden identificarse con cierta seguridad debido a que parecen provenir

de las necesidades inherentes a los seres humanos.

Según A.H.Maslow (1908–1970), es posible subdividir en cinco categorías las principales

necesidades del individuo, que se manifiestan de forma jerárquica, las cuales este autor

considera indispensables tener satisfechas para lograr una buena salud mental. Estas

necesidades son: de orden fisiológico, de seguridad, de afecto, de respeto y

autorealización.

Tanto profesores como autoridades educativas deben propiciar la autorrealización, pues

la misma es determinante para el bienestar humano. Maslow postuló la existencia de

una voluntad activa para la salud y una jerarquía de motivaciones donde las necesidades

puramente fisiológicas se sitúan en la base y la autorrealización en la cima. (Maslow,

1970).

En la escuela se reflejan muchos aspectos que tienen su génesis en el hogar. Por

ejemplo, la necesidad de confianza, seguridad es básica. Un estudiante, con un hogar

inestable o con necesidades alimenticias, donde primen las malas relaciones entre sus

padres, es común que presente dificultades escolares que afecten su seguridad

emocional.

La autorrealización no es un proceso puramente intelectual. El despliegue de las

potencialidades del alumno depende también del contenido emotivo que se ha

desarrollado, el cual tiene un efecto general que facilita o inhibe sus aptitudes especiales.

Por ejemplo, un estudiante puede obtener bajo rendimiento academico y desarrollar

excelentes cualidades humanas como la cortesía, la modestia, seriedad y otras que lo

pueden resaltar. En el logro de estas cualidades tan importantes para la vida desempeña

un papel fundamental la labor del docente. De igual forma podemos estar ante el caso

contrario: Un menor con buen aprovechamiento docente, pero autosuficiente, poco

delicado en el trato con sus compañeros o irresponsable.

En ocasiones, también la poca comprensión de los maestros y profesores afecta el

desarrollo de aptitudes especiales hacia la música, el deporte e, incluso la investigación.

Una de las reacciones típicas ante la falta de satisfacción de una o más necesidades es

la ansiedad. El escolar, ansioso, teme a la vida misma, enfrenta la totalidad de sus

experiencias con la misma combinación de angustia y de intranquilidad que experimenta

subjetivamente y su ansiedad se manifiesta con frecuencia en forma de perturbaciones

gastrointestinales, gestos nerviosos, dificultades para dormir, palpitaciones cardiacas,

afecciones de la piel, bloqueos intelectuales En casos críticos se pueden observar,

combinadas manifestaciones de ansiedad con depresión, pudiendo aparecer ideas

Page 61: Revista Actas Pedagógicas Nº5

suicidas, desviaciones de conducta severas o abandono de la enseñanza sin concluir el

nivel primario.

En la práctica clínica infantil nos ha resultado de gran utilidad el empleo de técnicas

didáctico–activadoras en las instituciones escolares, las cuales permiten activar las

potencialidades que tiene el escolar y eliminar los síntomas o situaciones que afectan su

desarrollo. También se considera la labor con los docentes, otros adultos de la instituciín

escolar y familiares. En síntesis se ofrece seguridad al menor afectado y se hace una

labor preventiva que repercute de manera inmediata y mediata (Herrera, 2000).

Reflexiones sobre la salud mental del docente.

Los profesores y maestros, como el resto de las personas, tienen necesidades y la forma

en que se satisfacen guarda una relación importantísima con el tipo de influencia que

ejercen sobre sus alumnos. A diferencia de otros profesionales, los educadores laboran

directamente con seres humanos, los cuales, muchas veces, se encuentran en formación.

La autorrealización del maestro influye en el contexto escolar. Un docente frustrado,

amargado, puede resultar muy perjudicial para sus alumnos. Por tanto, debe estar entre

las prioridades estatales favorecer la calidad de vida de los educadores, pues, de lo

contrario, el efecto negativo de ésta se múltiplica socialmente.

Entre los factores que pueden afectar la salud mental de los docentes se pueden

mencionar:

El carácter competitivo y las marcadas exigencias del medio escolar.

La falta de compresión del director o autoridad académica.

La carencia de recursos pedagógicos.

Las malas relaciones entre los profesores. Las dificultades comunicativas entre los

educadores de un mismo centro pueden engendrar fricciones que afecten la docencia y

disminuyan la moral de la institución.

Las malas relaciones con los alumnos.

Las dificultades en las relaciones con los padres de los alumnos y otras personas de

la comunidad.

La excesiva matrícula y hacinamiento.

El escaso período de descanso.

Los problemas de su vida conyugal y personal.

El rechazo al trabajo con niños y adolescentes. A veces se llega a la profesión

pedagógica porque no existe otra alternativa y este aspecto puede ser altamente

perjudicial para la sociedad.

Todos estos factores pueden incidir negativamente en la salud mental del docente y

repercutir negativamente en sus alumnos, llegando incluso a presentarse situaciones de

rechazo escolar que tienen como causa la explosividad, ansiedad, depresión u otras

manifestaciones psicopatológicas del docente.

Page 62: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Desde el punto de vista sanitario, el profesional que se dedica a la dirección de la

actividad escolar y a la supervisión debe estar muy atento a las condiciones en que se

desenvuelve cada maestro o profesor, a sus reacciones emocionales, a sus relaciones

interpersonales y principales preocupaciones. Es necesario diagnosticar a tiempo a los

docentes en riesgo de presentar cuadros clínicos neuróticos u otras manifestaciones

psicopatológicas. Cuando las manifestaciones clínicas son francamente patológicas es

recomendable que el profesor sea orientado para que se atienda en una institución

especializada, donde se determinará si puede o no continuar frente al aula, si requiere de

reposo o si debe pasar a realizar otras actividades.

Puede resultar muy saludable para la institución académica tratar temas relacionados con

la salud mental de manera sistemática. Una via para lograr avances en este campo

puede ser el desarrollo de grupos de profesores o actividades recreativas informales.

También debe tenerse en cuenta que la propia profesión pedagógica tiene aspectos

que pueden contribuir a la salud mental del profesor. Por ejemplo, el docente puede

organizar su vida personal, empleando ciertas estrategias y métodos organizativos que

les brinda la actividad académica. Además, puede desarrollar sus facultades creadoras de

manera que se favorezca su vida familiar y el establecimiento de un proyecto de vida

saludable.

¿Cómo educar teniendo en cuenta la salud mental?

Lo orientacion al factor humano, a la cultura, como fuente general de bienestar y salud se

opone a todas las variantes de tecnocratismo, que pretenden reducir el desarrollo de la

salud a la aplicación de altas tecnologías. El equipamiento más sosfisticado, sin una base

social activa e integral, no penetra los valores humanos que deben estar en las fuentes de

activación de la salud.

Para educar, considerando la salud mental, es fundamental el ejemplo personal del

docente, en un grado mucho mayor que el que se valora generalmente. Al mismo

tiempo, la presentación de prácticas saludables, entre ellas el razonamiento objetivo, el

equilibrio emotivo, el autorrespeto, permitirá el desarrollo de estas virtudes en los

alumnos. El propio profesor muchas veces no tiene una idea clara de hasta donde

repercute su imagen en los alumnos.

Otro aspecto que debe contemplarse es el relacionado con el sistema de evaluación que

se utilice. Está científicamente comprobado que las evaluaciones sistemáticas con un

carácter parcial son más objetivas, pues permiten seguir mejor la evolución académica

del escolar y provocan menos tensión en los educandos.

.

En general, para educar considerando la salud mental deben valorarse varios elementos,

entre ellos hemos contemplado los siguientes:

Page 63: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Deben existir condiciones materiales y ambientales mínimas para desarrollar una

buena labor educativa, dirigida al fortalecimiento de la salud mental. Por ejemplo, deben

conformarse grupos o clases de 25 estudiantes como máximo, con el objetivo de

personalizar la enseñanza en la mayor medida posible. A nivel de establecimiento de

políticas educativas es necesario fomenta las escuelas pequeñas a nivel de urbanización

o barrio.

Se deben aprovechar las condiciones ecológicas y ambientales con el doble objetivo

de propiciar el desarrollo educativo y de fomentar el cuidado del medio ambiente.

El establecimiento del diseño curricular y la creación de materiales docentes debe

seguir la lógica pedagógica, es decir, desarrollarse didácticamente y en correspondencia

con las particularidades del nivel escolar o año académico.

No se debe abusar del empleo de la tecnología. Aunque se empleen los medios

tecnológicos más modernos, como recursos educativos, no debe perderse el contacto con

los educandos; debe recordarse que el medio de enseñanza más moderno no ofrece

afecto.

Es necesario reflexionar sobre la creación y empleo de estrategias educativas que

favorezcan el desarrollo de las potencialidades individuales de los educando y

simultáneamente eliminen o atenuen síntomas y situaciones generadoras de trastornos

emocionales, por ejemplo, las técnicas didáctico–activadoras.

Generalmente, el docente se encuentra en mejores condiciones que muchos padres

para ayudar al escolar a pensar en forma organizada y objetiva.

Para muchos niños y adolescentes, la institución escolar proporciona la única

experiencia planificada y continua para aprender a fijar objetivos y realizarlos. Por

tanto, desde la escuela se debe enfatizar en la necesidad personal de planificar proyectos

de vida saludables.

Considero que en las instituciones escolares, en todos los niveles y en

correspondencia con las características de cada etapa vital, se deben ofrecer cursos

sobre salud y desarrollo humano, donde se incluyan elementos básicos de higiene

general y mental, dieta, educación sexual, preparación para el matrimnio, relaciones

interpersonales y el cultivo de los valores familiares. Además elementos básicos de

salud mental deben trabajarse en todas las materias y niveles de enseñanza, como parte

de la formación integral y de la excelencia educativa a que se aspira llegar.

Siempre debe educarse teniendo en cuenta que aprender a comprender a otras

personas es un principio básico para el desarrollo de la salud mental. El mismo permite

regular la conducta y exige una adecuada capacidad intelectual.

En la preparación de los profesores en formación y en la superación sistemática de los

docentes en ejercicio se deben incluir cursos, donde se ofrezcan alternativas para el

fortalecimiento de la salud mental. Puede resultar muy útil la presencia de un psicólogo o

orientador en la institución escolar.

Page 64: Revista Actas Pedagógicas Nº5

A manera de conclusión

El alcance y mantenimiento de una adecuada salud mental tiene en el contexto escolar

uno de los componentes más influyentes a nivel social.

La adecuada salud mental de escolares y profesores depende de múltiples factores,

muchos de los cuales requieren de un análisis sistemático para evitar la aparición de

trastornos.

La educación considerando la salud mental requiere de la combinación de múltiples

factores, entre los cuales resulta primordial la preparación y atención en el área del

docente

* Luis Felipe Herrera Jiménez, es Doctor en Ciencias Psicológicas (área Psicología

Médica, PhD 1989) por la Universidad de La Habana. Profesor Títular (1997), de

Neuropsicología y Psicopatología en la Universidad Central de Las Villas en Santa Clara,

Cuba, donde también es el Jefe de la Carrera de Psicología. Es profesor invitado del

Progrma de Psicología de Coruniversitaria, 2001

Bibliografía

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Page 65: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Relación entre lenguaje oral y escrito.

Una experiencia de escritura en la universidad

Por: Luz Ángela Castaño González*

Abstract

Oral presentations have become a valuable didactic element to help professors in the

process of organizing ideas and arguments when writing an academic essay.

Resumen

Las presentaciones orales constituyen un elemento didáctico valioso para apoyar a los

docentes-escritores en su proceso de definir el ordenamiento que darán a sus ideas y la

argumentación que presentarán en un ensayo académico.

Palabras claves

Proceso, capacidad de análisis, actitud crítica, presentaciones orales, aprendizaje

cooperativo.

La escritura en el sistema escolar colombiano ha perdido su importancia por diversas y

complejas razones sociales, económicas y de política educativa. Esta situación ha sido

causa de que los niños y jóvenes crezcan más familiarizados con la oralidad y no, con los

procesos que la escritura representa para ellos. Por las mismas razones, entonces, llegan

a la universidad, jóvenes con un bajo desarrollo en sus habilidades escriturales, con

deficiencias en su capacidad de análisis y una actitud crítica débil hacia su carrera y su

entorno.

En los últimos años, sin embargo, profesores e instituciones ha comenzado a tomar

conciencia de su alcance y se han incluido en los currículos, cursos y talleres que orientan

a los estudiantes en las habilidades de este importante proceso; pero, estos esfuerzos,

aunque válidos, son insuficientes a menos que se acompañen de una decisión clara, por

parte de los responsables de los planes de estudio de cada carrera, para involucrar en el

proceso a los docentes de diferentes áreas, y hacer, así, de la escritura, un elemento

imprescindible para el aprendizaje.

Son varias las modalidades de trabajos escritos que se pueden asignar a los estudiantes.

Por ejemplo, resúmenes y reseñas sobre un documento o un libro, o artículos cortos a

partir de una discusión de grupo; podrían también analizar el punto de vista de un autor

sobre un tema específico; elaborar informes de laboratorio, diarios de observaciones,

textos de análisis y comentarios a citas textuales de un autor.

Page 66: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Ejercicios como los anteriores concentran a los estudiantes en una problemática y los

orientan hacia la reflexión propia, y la consulta de fuentes diversas que les permitan

profundizar y tomar posiciones. Aprenden los alumnos a buscar nuevas posibilidades de

revisión de fuentes de información; a apoyar sus argumentos con razones, ejemplos,

reflexiones, citas, nombres, propuestas; se entrenan, también, en formular preguntas sin

temor al rechazo, a compartir con otros lo que leen, presentar ideas y aceptar críticas.

Simultáneamente, los trabajos escritos orientan a los estudiantes a pensar en el lenguaje

propio de la disciplina, a analizar en forma crítica aquello que leen o escuchan; a respetar

las ideas de los demás y responsabilizarse por las propias; a enfrentarse a teorías y

comentarlas desde un punto de vista dado, teniendo en cuenta un propósito, un público

lector y un contexto; a integrar información de diferentes fuentes y producir conocimiento

nuevo; a comparar puntos de vista, señalar diferencias y similitudes, sugerir alternativas y

tomar posiciones. Es un trabajo arduo, lento, de lectura, conversación y reflexión que trae

beneficios importantes a los estudiantes.

La experiencia

En Coruniversitaria se ha desarrollado una experiencia de escritura de ensayos

académicos mediante talleres dirigidos a estudiantes de semestres avanzados o a

docentes. A partir de un texto preparado por el orientador, con elementos teóricos y

didácticos sobre el ensayo académico, se trabaja en talleres, de diez horas teóricas y de

reconocimiento, y 20 horas de producción, que deben concluir con un documento

completo preparado por cada uno de los participantes, sobre un tema de su interés

relacionado con la disciplina que enseñan. Es ésta una oportunidad para los docentes de

“hacerse públicos” en el aula y probar su documento, antes de someterse a una crítica

amplia y especializada. El objetivo final es que los docentes tomen conciencia de la

complejidad del proceso y que se entusiasmen con la posibilidad de escribir sus

reflexiones y publicar. Después de terminado el taller, se ofrecen sesiones de seguimiento

y apoyo con el grupo o con el instructor, para continuar una tarea de asesoría y soporte a

futuras publicaciones del docente.

El ejercicio se ha llevado a cabo bajo los siguientes supuestos:

La escritura es una actividad social e individual, compuesta por procesos complejos e

intenciones diversas, en la que influye el momento particular de la vida de la persona, en

un tiempo y circunstancias específicas. Es un trabajo personal, que se aprende

intencionalmente y se vale de las representaciones mentales y los previos del escritor

(Castelló 1996:201) para construir y estructurar el pensamiento, cambiar conductas,

descubrir y explorar habilidades, mientras se planea, escribe y revisa un texto. Como

proceso, se inicia con un sentido de curiosidad o urgencia por comunicar algo hasta

profundizar y revisar un tema y permitir una interpretación del público. También es un acto

afectivo que se dirige a un público ideal, y una posibilidad de aprendizaje y

Page 67: Revista Actas Pedagógicas Nº5

descubrimiento permanentes. Es a partir de la actividad de escribir, como las ideas

surgen, se estructuran y relacionan con otras para construir un texto organizado y lógico

que comunique sentidos. Escribir tiene también un componente estético en cuanto maneja

la habilidad de comunicar algo por escrito, con fines expositivos, persuasivos y expresivos

e intenta llegar a un equilibrio entre el escritor, el tema y el público.

Se considera la escritura como un eje que articula la vida académica, más que como

una asignatura dependiente de un área dada. Por lo tanto, los profesores de distintas

disciplinas hacen de ésta, parte de su responsabilidad y asignan trabajos escritos a sus

estudiantes, con unos propósitos claros.

Entendemos la lectura como un diálogo entre un lector, con saberes e intereses

específicos, que se interrelaciona con un texto que, a su vez, refleja las ideas de un

escritor, igualmente apoyado por una historia cultural, estética, política e ideológica, que

se comunica por escrito con una intención clara dirigida a un tipo de lector específico. La

relación lector-texto-escritor se ubica en un ambiente comunicativo dentro de un contexto

dado, con intereses e intencionalidades, y los valores e ideología de un grupo social.

(Men1998:49)

La posibilidad de escribir textos académicos es decisión personal. El taller propuesto

está abierto a docentes o a estudiantes de últimos semestres, interesados en formarse

como docentes, en consignar por escrito, reflexiones sobre su disciplina y en compartirlas

con sus estudiantes en el aula, como parte de sus documentos de lectura.

Como es un proceso personal, creativo, artístico, el taller se desarrolla en grupos

pequeños, personalizados, con seguimiento a solicitud del estudiante, duraciones

diversas, y sobre la base de que cada taller es diferente al siguiente. Éste se trabaja

desde una metodología básica pero con la flexibilidad necesaria para efectuar los cambios

necesarios según el tipo de participantes, sus previos, disciplinas e intereses.

Los docentes que han participado han manifestado un poco de temor al iniciar los talleres,

especialmente porque cuando han intentado escribir no lo han logrado, ante la cantidad

de información que poseen y quisieran incluir, lo que ha hecho que se desborden en sus

pretensiones y desistan de la idea. A medida que el taller avanzaba, descubrían la

manera de delimitar el tema de su interés y la importancia de dedicar el tiempo necesario

para planear con rigor el contenido y sus argumentos. Tomaban conciencia del valor de

escucharse, detectar inconsistencias, y de complementar sus ideas a partir de los

comentarios de los compañeros. El ambiente agradable propiciaba la buena recepción a

la crítica y la participación. Otro de los resultados del taller ha sido la toma de conciencia

de los docentes de la necesidad de aclarar sus propios propósitos antes de asignar

ejercicios de escritura a sus estudiantes.

Page 68: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Las presentaciones orales

Una de las estrategias utilizadas en el taller es la de las presentaciones orales que se

desarrollan durante la etapa de planeación del texto. En un espacio de media hora,

aproximadamente, los estudiantes elaboran, para sus compañeros, una presentación de

la organización inicial prevista para el ensayo. Ésta incluye el soporte teórico, un esbozo

de los argumentos que irán a desarrollar y las posibles conclusiones que pueden

deducirse del análisis.

Las investigaciones sobre la escritura en adultos a partir de los´80 (Donovan,1980;

Hashimoto,2000) han reconocido la importancia de la relación entre el lenguaje escrito,

representado a este nivel por la planeación o macroestructura del ensayo (Van Dijk,1979)

y el lenguaje oral, en este caso, las presentaciones orales o informes de avance, si se

quiere. Muchos estudiantes consideran que, en contraste con los comentarios escritos del

profesor, pueden aceptar más fácilmente las sugerencias verbales del docente y de sus

compañeros, cuando se presentan en grupos pequeños, afines, colaborativos.

(Manikas,1).

El hecho de hablar acerca de las ideas propias en frente de sus compañeros, les permite

a los alumnos debatir sus planteamientos en público, fortalecerlos, presentar argumentos

y conclusiones tentativas, a la par que enriquecen sus conocimientos desde las preguntas

de otros. Igualmente, el ejercicio facilita que el estudiante se escuche a sí mismo,

actividad que ofrece un efecto importante en el proceso de clarificación y

complementación de las ideas.

Las sesiones se tornan muy participativas y se escuchan otras voces diferentes a la de la

figura de autoridad del docente, que se considera una más en los acuerdos a los que el

grupo llegue. Se ofrece para grupos pequeños, de disciplinas diversas, si es posible, y

ésta composiciòn facilita discusiones con personas que defienden criterios y aportan

desde una diversidad de enfoques.

El ejercicio se desarrolla bajo la concepción del aprendizaje cooperativo, mediante grupos

de cuatro o cinco personas, para nuestros propósitos, que trabajan juntos hacia una tarea

colectiva en la cual cada miembro se siente responsable de apoyar al compañero en su

presentación. Esta estrategia de enseñanza ha mostrado efectividad en el sentido de que

los participantes fijan rápido el aprendizaje, desarrollan una atención consciente, y se

sienten más motivados sobre los nuevos conocimientos en su disciplina. Además,

promueve la integración y el trabajo entre docentes provenientes de ambientes

académicos y culturales diferentes.

Mediante los grupos, los estudiantes aprenden habilidades interpersonales esenciales

para la vida y desarrollan la habilidad de trabajar en equipo, esencial hoy en el ambiente

Page 69: Revista Actas Pedagógicas Nº5

laboral. Los roles, en este caso, no son fijos, pero con una dirección adecuada del

docente, se logra atención y colaboración hacia la tarea.

La interdependencia en un grupo ayuda a los jóvenes a aprender a dar y recibir, en

simulación de diferentes acciones de la vida diaria y a procesar actividades de discusión

de grupo para el crecimiento de todos. Se recibe y comparte apoyo emocional y

académico en un ambiente de amistad que desmitifica los errores y los considera como

posibilidades de aprendizaje. Cada miembro se convierte en conocedor y aprendiz de

diferentes temas, se nivelan conocimientos y se amplían las relaciones con los

compañeros. Cuando el ambiente se hace más equitativo, los estudiantes participan con

más facilidad y seguridad para aclarar puntos de vista y tomar posiciones. Así, en el taller

se aprende a apoyar o disentir de las ideas de otros con argumentos y a defender las

propias, en un ambiente de confianza importante para la realimentación que cada

miembro.

La utilización de una estrategia como la anterior demanda del docente un alto sentido de

responsabilidad para mantener la dirección del grupo, pues su tarea es indelegable:

Introducir a los estudiantes en el discurso académico y ayudarlos a organizar su

pensamiento, ejercicios que se expresan en un contenido y una forma específicas y con

un rigor disciplinar dado. El trabajo en grupo tampoco puede tomarse como excusa para

que el docente descanse o le asigne el trabajo a los estudiantes más aventajados como

sucede en ocasiones. Éste no podrá pensar por el alumno o dar respuesta a las

preguntas que el alumno debería haber formulado. Tampoco se pretende que, bajo un

disfraz, el profesor sea quien controla la clase ni que el estudiante haga afirmaciones sin

un soporte adecuado a sus ideas.

De todas formas, el profesor debe recordar la responsabilidad que tiene al dirigir un taller

de este tipo, en el sentido de tener en cuenta la información que el estudiante ofrece, la

creatividad con la que la presenta y no dedicarse en forma primordial a la corrección del

lenguaje. Ésta es importante porque comunica sentidos, pero también es fundamental

asegurar la claridad del pensamiento con la que el alumno intenta comunicar su tesis.

Evaluación

Una forma efectiva de evaluar a los estudiantes-escritores es leer los textos escritos como

trabajos en proceso, más que como productos finales y luego, responder a los borradores

con sugerencias para revisiones de fondo. Elaine Maimon, una de los entusiastas del

movimiento que promueve la escritura como transdisciplina del currículo observa que las

versiones iniciales de los textos generalmente son esquemáticas e incompletas. Sugiere,

entonces, que se miren los primeros intentos de escritura de los estudiantes no desde la

óptica de lo que “no es así”, sino de la evolución del proceso y de aquello que el docente

puede ayudar a crear o a mejorar (Hashimoto,2000).

Page 70: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Lo anterior significa cambiar el esquema de corregir en forma intensiva por la inclusión de

comentarios breves y preguntas. Algunos de estos pueden ir acompañados de

sugerencias para expandir ideas, organizar información y, adicionalmente, revisar

ortografía, sintaxis y la estructura de las oraciones. Esta propuesta ayuda a los docentes-

estudiantes de cualquier disciplina a crear conciencia de la importancia de la escritura,

mientras se mantienen ciertos estándares y se dejan de lado las abundantes marcas rojas

que los estudiantes no leen; además, les traslada a ellos la responsabilidad por su propio

aprendizaje. El alumno deberá conformar su archivo de textos que, al final del semestre,

servirá como uno de los elementos de evaluación del taller.

A manera de cierre

En cualquier esfuerzo de escritura académica es importante mantener un equilibrio entre

los argumentos que el autor presenta, el interés del público a quien se dirige y el punto de

vista, es decir, el carácter personal del escritor. Si pensamos en el triángulo comunicativo

tradicional de la relación mensaje- transmisor-receptor, ahora, el mensaje se construye

con apoyo de un grupo; el transmisor es también receptor que escucha, llega a consensos

y comunica, y el receptor, el público a quien se dirige, interpreta a un grupo. El arte en la

escritura, entonces, consiste en tomar la técnica que se aprende sobre el proceso y

presentársela a un público, para informar, facilitar la discusión y transformar, en un trabajo

que termina siendo personal, social y político.

Un profesor que ha tomado un taller de escritura de este tipo, en ambientes como el

nuestro, se fortalece en un medio de confianza y apoya a sus compañeros frente a los

análisis que, luego, serán expuestos al gran público cuando el documento se publique. Es

una forma intermedia de enfrentarse a la crítica, de complementar y fortalecer ideas. Este

docente está en capacidad de comprender mejor la situación de los estudiantes y puede

asumir un papel más activo en el desarrollo de las habilidades escriturales de los jóvenes,

pues muestra a los alumnos cómo los expertos en la disciplina definen un tema, elaboran

borradores, corrigen y reescriben.

Una ventaja adicional de esta estrategia es que al texto se le da tratamiento de actividad

social, en la que otros participan, como sucede en la vida real. No es el escritor un

creador solitario ajeno a las influencias y al aprendizaje que recibe del medio. La

importancia aquí está en que éste comprenda que la escritura y el conocimiento son

actividades sociales que se comparten y complementan a través del diálogo.

Frente a la posibilidad de ofrecer el taller a estudiantes de los primeros semestres, como

experiencia piloto, y si las condiciones están dadas, el profesor de español podría invitar a

un docente de la disciplina para que complemente su labor, apoye y oriente al estudiante

hacia la búsqueda de información y la ordenación del contenido y hacia una expresión

escrita responsable, porque es documentada y argumentada.

Page 71: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Volviendo a los talleres de lectura y escritura que ofrecen muchas universidades, sería

interesante que éstos se incorporaran como parte del contexto y no, como cursos de

servicio, de manera que en ellos participen docentes de otras asignaturas. Esta alternativa

podría complementarse con el ofrecimiento de talleres opcionales de manejo del idioma

para estudiantes de niveles avanzados (no todos son llamados a escribir) que cuenten

con el apoyo de profesores de la disciplina que los orienten y les ayuden a desmitificar el

proceso de pensamiento relacionado con la escritura; talleres que aumenten en grado de

dificultad disciplinar, a medida que los alumnos adquieran práctica y progresen de escribir

comentarios personales, a elaborar abstracciones y argumentos más sustentados.

* Luz Angela Castaño González es licenciada en Lenguas Modernas de la Universidad

de Los Andes, especialista en Docencia Universitaria según convenio U. de La Habana-

Coruniversitaria y M.A. en Literatura Comparada de la Universidad de Iowa, USA. Es

directora del Cedip de Coruniversitaria.

Bibliografía

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Page 72: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 73: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La educación musical en Colombia: Se busca una escuela

Por: Humberto Galindo Palma*

Abstract

The interesting contrast between traditional and academic musical expressions has had

different emphasis in our educational traditions. Experience from the 70‟s show some type

of rebirth in the misic teaching offer and demand that began with a recognition of our

traditional music diversity. The author examines the possibilities of these formative

processes in the near future. He suggests an answer to this and puts forward other

questions related to the relation between education and art as essential factors concerning

the Colombian way of life and music as one of our important cultural phenomena.

Resumen

El interesante contraste entre la música tradicional y la académica, ha ocupado lugares

distintos en nuestra educación musical. Las experiencias aportadas desde los años 70

muestran un renacer de propuestas pedagógicas a partir del reconocimiento de nuestra

diversidad musical tradicional. ¿Cuáles son los posibles destinos de estos procesos

formativos hacia un futuro cercano? El presente artículo pretende responder a éste y otros

interrogantes que hoy buscan esclarecer las relaciones entre educación y arte como

factores determinantes de la calidad de vida de una comunidad que, como la colombiana,

tiene en su música uno de los más grandes patrimonios culturales.

Palabras claves

Educación, arte, música tradicional, música académica, calidad de vida.

Tal y como sucede en la escuela cuando un niño recita la historia del florero de Llorente,

sin saber a ciencia cierta cómo este hecho puede afectar su vida, el aprendizaje de la

música tradicional en las escuelas ha perdido su connotación puesto que ha dejado de

estar conectada con las actividades particulares de quienes la interpretan. Para la

mayoría de nuestros jóvenes resulta de lo más curioso que lo que se canta en la clase de

música nunca suena por la radio y viceversa. Pero todavía más sorprendente encuentran

el hecho de que el maestro encargado de dar la clase de música en la hora libre de los

viernes por la tarde sea mismo de sociales.

Al analizar el caso de la educación musical en Colombia, la historia registra momentos

relevantes, pero de algún modo aislados, de tal manera que no podemos afirmar que ésta

corresponda a una política o derrotero determinado. De una parte está la formación

musical, entendida como la disciplina en la que se preparan aquellos individuos que serán

músicos profesionales, y de otra, la educación musical, entendida como aquella

Page 74: Revista Actas Pedagógicas Nº5

sensibilización a la cual tienen derecho todos que desde el área artística en las escuelas

de básica y media.

En los albores del siglo XVI, fue la iglesia la encargada de dar un orden y normatividad a

la enseñanza musical, porsupuesto en función del oficio religioso. Los anales de la

Corona española registran el ingreso a nuestro país, a la par con armamento militar, de

organillos, vihuelas, flautas y sababuches, instrumentos musicales estos destinados a

nutrir las campañas de evangelización. Se tiene testimonio de coros de indígenas así

como músicos criollos que ejercían como maestros de capilla enseñando e interpretando

los instrumentos, remunerados directamente por España. Músicos como Juan de Herrera

y Tomás Luis de Victoria, son protagonistas de este período reconocido como el Barroco

latinoamericano. En la colonia se marca la diferencia entre la música de salón, que

aprendían las damas de la sociedad en clases particulares de piano, y la música del

pueblo que, a la buena de Dios, se multiplicaría y tomaría rumbos tan diversos como

nuestras gentes raizales.

Dos hitos en esta historia son la fundación de la Escuela Nacional de Música en Bogotá

1887 y la creación del Conservatorio de Música de Ibagué en 1919, los cuales marcaron

el inicio de los centros de estudios musicales en nuestro país, circunscritos a contextos

urbanos, y según el modelo de conservatorios europeos, tanto en sus enfoques, técnicas

y repertorios, como en la formación de intérpretes de orquestas, coros y bandas. Estas

escuelas influyeron en la educación musical de dos maneras:

De un lado, en la formación de compositores quienes, luego de adelantar estudios con

maestros extranjeros, principalmente italianos y alemanes, en estas instituciones, o bien

realizando viajes al exterior, comprendieron la riqueza de su música terrígena y se

animaron a crear obras sinfónicas basadas en aires tradicionales o a recrear estas

tonadas típicas con el aporte de sus conocimientos sobre composición. Son ejemplo de

ellos Juan Crisóstomo Osorio, José María Ponce de León y Guillermo Uribe Hoguín.

En segundo lugar, en la formación de intérpretes virtuosos que luego de pasar por

escuelas técnicas avanzadas, aplicaron éstas a la música colombiana, elevando, por

decirlo así, a la categoría de música de concierto, los bambucos y pasillos otrora

escuchados en veredas y fondas. En este período se destacan las estudiantinas y tríos

instrumentales, con Pedro Morales Pino a la cabeza, que permitieron que estas músicas

del fokllore entraran a los salones de la alta sociedad.

Aún con esto, la tendencia predominante de los conservatorios de hoy en día gira en torno

a la música centroeuropea, y en especial la correspondiente a los periodos barroco y

clásico, por lo que con frecuencia se cuestiona su desconocimiento hacia otros repertorios

que, como el repertorio polifónico del siglo XVI en Latinoamérica por dar un ejemplo,

aportan igualmente al desarrollo técnico e histórico musical de nuestra cultura.

Page 75: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La carrera de educación musical con un perfil profesional se abrió por primera vez en

1964 en las universidades del Cauca y Antioquia, y en 1965 en la Universidad Nacional.

Desde entonces, el carácter universitario de esta carrera ha tenido una orientación más

pedagógica que técnica instrumental. Probablemente, eéte es el punto de partida de una

nueva visión acerca de la importancia de incorporar la música dentro del pensum

académico de escuelas y colegios .

A finales de la década de los 60 llega a Colombia la Misión Alemana e implanta en las

escuelas de básica primaria de las principales ciudades la enseñanza musical apoyada en

las metodologías más en boga en Europa por entonces, a partir de músicas tradicionales

colombianas, aplicadas con un sentido didáctico. Incorpora la interacción de instrumentos

propios del sistema Orff45 como flautas dulces y xilófonos, acompañadas de instrumentos

tradicionales como tiples y bandolas..

El objetivo de la Misión no fue crear academias de música al estilo de los conservatorios.

Por el contrario, se trataba de abrir un espacio dentro de las escuelas de básica y media,

para enseñar la música como parte de la formación integral de los niños colombianos.

Para ello se diseñaron cartillas y se realizaron producciones de discos con estudiantes y

profesores, y su principal aporte lo constituyó, sin duda, el haber formalizado la

enseñanza musical e implementado metodologías específicas para ello. La Misión

Alemana fue relevante en la medida en que dinamizó uno de los factores más importantes

para la reactivación y evolución de las músicas populares del país, como lo es su

registro e interpretación, desde los centros educativos, como se verá enseguida.

Los años 70 marcan un hito en la historia educativa colombiana a nivel político. El

movimiento estudiantil universitario repercutió en la gestación de experiencias de

recuperación de la música andina por parte de jóvenes que clamaban por la construcción

de una identidad latinoamericana. El movimiento se palpó en las principales ciudades del

país: Bogotá, Cali y Medellín. No en vano, algunos de los universitarios de esta

generación fueron los niños que crecieron dentro del programa de la misión alemana.

A partir de entonces, la enseñanza de la música tradicional colombiana tomaría diferentes

rumbos. Desde la tradición oral, las nuevas generaciones ahora impregnadas de ciudad,

buscaron el perfeccionamiento estilístico y se asumieron trabajos de recolección de

músicas campesinas para ser estudiadas y reelaboradas desde una perspectiva

académica. Se pudiera considerar ésta como la época en la que la educación musical

intentó salirse de la escuela bajo la incitativa de jóvenes universitarios quienes, con una

actitud política, cuestionaron currículos y metodologías impartidas desde sus carreras

hasta entonces.

1. Carl Orff, (1895 – 1959) Músico alemán , pionero en la educación musical a partir de instrumentos como

xilófonos y flautas, creador del método que lleva su nombre , adoptado a nivel mundial. N de A.

Page 76: Revista Actas Pedagógicas Nº5

De esta generación parten trabajos como el de Nueva Cultura de Bogotá, Canchimalos

de Medellín, y Jairo Ojeda en el Valle. Todos ellos, como agrupaciones particulares,

empezaron recopilando canciones del sustrato campesino y gestaron procesos de

educación no formal sobre estas músicas en contextos urbanos, a la vez que asumieron

la producción de materiales sonoros y pedagógicos a partir de las mismas. Sin embargo,

este desarrollo tuvo lugar por fuera de los planes estatales que desde las escuelas

normales a nivel nacional se constituyeron en otro escenario igualmente importante para

la preparación pedagógica en este arte.

En 1980, estudios realizados sobre la realidad musical en Colombia46, reflejaron que

apenas un 8% de los profesores de música de las escuelas normales alcanzaban el grado

universitario, mientras un 39% eran autodidactas. Si esta misma situación se hubiera

dado en el terreno de las matemáticas, equivaldría a contar con una mayoría de maestros

que, con gran habilidad, sabían hacer operaciones matemáticas con sus dedos. De otra

parte, al registrar la producción de materiales educativos se encontró que más del 40%

correspondía a métodos de enseñanza inéditos elaborados por los propios maestros.

En 1991 se realizó en Bogotá el Primer encuentro nacional de escuelas y experiencias

pedagógicas de música popular47. Allí se dieron cita aquellos gestores de los años 70,

esta vez multiplicados en significativo número, y maduros en su ejercicio pedagógico

desde las músicas de base popular. El encuentro giró en torno a problemáticas

académicas tales como la implementación de las músicas tradicionales en los currículos,

la profesionalización de los educadores musicales y los trabajos de investigación, en su

mayoría participativos, desde las comunidades y la producción de materiales didácticos

resultantes de las prácticas con música regional, esto último evidenciado como una

auténtica aspiración de todos los profesores de música.

A pesar del poco estímulo que la mayoría reconoce frente a la publicación de trabajos

investigativos o didácticos, un alto número de estos pedagogos han llegado a la etapa de

diseñar su propio material, ante la desactualización o descontextualización de los

métodos importados. El hecho no sorprende si tenemos en cuenta que mientras en

nuestros conservatorios se siguen repitiendo de manera autómata el solfeo de los solfeos,

que en los conservatorios europeos fue revaluado hace más de 15 años. Por otra parte,

en el campo de la música tradicional, no es posible importar métodos, cartillas o

cancioneros sobre música regionales, luego, se comprende la necesidad de producción

intelectual que reclaman nuestros docentes.

46

LONDOÑO, María Eugenia. Estudio de la Realidad en Colombia. Unesco – PNUD. Bogotá Colombia.

1980

47

MIÑANA BLASCO, Carlos. Escuelas y Experiencias pedagógicas de música popular. Estado actual y

perspectivas en Colombia. A Contratiempo. #5. Bogotá. Dimensión Educativa. p. 45.

Page 77: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Las conclusiones principales de este encuentro revelaron que, en efecto, los proyectos

musicales conectados a experiencias de base popular por fuera del establecimiento

educativo se han convertido en propuestas pedagógicas apoyadas en la investigación y

en la permanente innovación desde el conocimiento del contexto donde se realiza el

hecho educativo. De esta forma se quiere hacer frente a los vacíos de las escuelas y

conservatorios que, por su dinámica - usualmente no tan dinámica - se han limitado en los

últimos cincuenta años a repetir modelos rígidos basados en ejercicios técnicos que

buscan el virtuosismo, pero que no se conectan con las músicas vivas regionales o, lo que

es peor, cuando lo hacen, pretenden aplicarle las mismas normas.

Al no reconocer la dinámica propia de una cultura diversa y cambiante, las academias no

alcanzan a registrar el camino andado por estas músicas en el presente y, lo más grave,

tratan de repetir intactas estas expresiones, cuando fuera de la escuela sucede todo lo

contrario: La tradición oral sigue vigente, evolucionando, realimentándose de su propio

saber y de las influencias de otros pueblos que, lejos de empobrecernos, nos han

enriquecido y acercado al mundo.

Músicas y regiones

Recientemente, la política cultural estatal liderada a partir de la creación del Ministerio de

la Cultura, estableció una estrategia para subsanar este desfase histórico: La creación de

un programa de formación en músicas tradicionales para puntos estratégicos de nuestro

territorio. Con esta decisión se daría el primer paso hacia la articulación de músicas

tradicionales y procesos educativos, luego de años de estar dedicados casi

exclusivamente a la recopilación de expresiones que reposan en el centro de

documentación musical del Ministerio, sin revertir ningún aporte a las comunidades de

donde se recoge el material.

Este programa se inició con un proyecto piloto ubicado en la zona llanera, región con una

fuerte tradición musical palpable en la variedad de ritmos y compositores populares que,

inexplicablemente, están ausentes de los currículos en las escuelas de básica primaria.

En esta primera experiencia fue necesario la sistematización y codificación de infinidad de

golpes y estilos de interpretar los instrumentos como el arpa, el cuatro y las maracas. En

ella intervinieron músicos de la región formados en universidades, que hicieron las veces

de recolectores y transcriptores48 de músicas que, aunque están dentro de un sistema

musical cerrado, presentan una gran riqueza armónica, fundamentada en la improvisación

permanente que caracteriza este genero, mejor conocido como el repentismo y que

constituye una de las virtudes que todo buen músico llanero debe dominar.

El segundo paso consistiría en convertir estos apuntes en un método que permitiera su

enseñanza dentro del currículo de las escuelas, articulada a la formación general, con

48

En música el transciptor es aquel que copia a notación musical un referente sonoro determinado. En este

caso , la transcripción garantizaría un mejor análisis de esta música y sus estructuras. Nota del autor.

Page 78: Revista Actas Pedagógicas Nº5

bases técnicas estructuradas y con un reconocimiento desde lo académico. Así mismo se

motivó tanto a intérpretes como a compositores empíricos a estudiar su propia música,

estrategia que permitió unificar y codificar sus formas interpretativas en material

pedagógico que hoy en día se aplica y reconoce en bachilleratos musicales como en

carreras universitarias locales.

El segundo proyecto abordó las músicas de gaitas49 en el departamento de Sucre, donde

los gaiteros mayores, por vejez, están desapareciendo sin dejar herederos de su arte. Allí,

la problemática por resolver era diferente a la de los llanos. En la región caribe, el nivel de

escolaridad promedio es muy bajo, especialmente entre los ancianos portadores de la

tradición, por lo que quedaba descartado de plano, implementar algún método basado en

la lectoescritura musical. Por otra parte, la dinámica de los tambores que predomina en

esta música es igualmente improvisatoria pero dentro de una rítmica constante tan

compleja que, en ocasiones, la notación occidental convencional no cuenta con los

elementos suficientes para transcribirla.

El camino consistió entonces en formalizar el encuentro educativo musical entre ancianos

y niños desde la escuela. Llevar a los mayores a los centros educativos permitiría, por

otro lado, reactivar la memoria plasmada en anécdotas y relatos, base primaria de las

culturas que se nutren desde la oralidad. De modo semejante al proyecto adelantado en

los llanos, los músicos más jóvenes que han tenido la oportunidad de recibir formación

musical académica se han convertido en los principales receptores e innovadores de las

usanzas milenarias heredadas de la cultura africana.

El proyecto más reciente justamente se inicia en el sur del Tolima y toma como sede la

población de Natagaima, eje de las comunidades indígenas del Departamento y

asentamiento de importantes iconos culturales musicales, hoy en proceso de extinción. La

situación particular de esta zona es totalmente distinta a los proyectos anteriores. La

música tradicional de la región registrada por los historiadores de antaño ha desaparecido

prácticamente del contexto social cotididiano; en el mejor de los casos se ha

redireccionado hacia esquemas promovidos por la radio, que pretenden imponer la

música guasca y de carrilera como el emblema de la música del pueblo. Con un desfase

de 50 años, los colegios de secundaria luchan por mantener vivos, repertorios en

representaciones o veladas artísticas de sus estudiantes, particularmente en el contexto

de las festividades del San Juan, como evento catalizador de la idiosincrasia local. Ante el

olvido involuntario de sus prácticas artísticas, el camino parte de un recomenzar desde la

memoria registrada, en este caso, por trabajos de investigación particulares realizados en

los últimos 15 años.

49

Gaitas: flautas largas de cardón, con un pito o boquilla de cera, de origen indígena pero adoptadas dentro de

la cultura afrocaribe colombiana en los conjuntos de porros y cumbias. Nota del autor.

Page 79: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La metodología abordada en este proyecto parte de la reactivación del aprendizaje de

instrumentos tradicionales, tanto en su construcción como interpretación, entre niños y

jóvenes del casco urbano y las veredas más cercanas. El proyecto se desarrolla en las

escuelas como escenario propio, si bien todavía no cuenta con un reconocimiento dentro

de los currículos escolares. En una segunda instancia, los profesores reciben la misma

preparación que los niños, en un proceso que buscará, a mediano plazo, ingresar

formalmente a PEI de los colegios, tal y como ha sucedido en las experiencias de los

llanos y la costa.

El programa de músicas tradicionales del Ministerio aporta, en términos generales,

experiencias interesantes que van encaminadas a la formación musical que, como

característica principal, generan procesos educativos que comparten el saber empírico de

músicos de la región con la disciplina, al vincular métodos propios de la academia, de

músicos formados en lo pedagógico a nivel universitario, para que cada uno haga su

aporte. Mientras el primero aporta un bagaje milenario de un quehacer decantado, vivo y

en permanente transformación, el segundo lo hace desde la sistematización, el registro y

análisis técnico de formas musicales, así como a partir de la descripción y

perfeccionamiento de técnicas interpretativas y de elaboración de los instrumentos.

El otro aspecto significativo de este programa es recuperar la escuela misma como

escenario de este proceso. En el trabajo de Los Llanos, hasta le fecha se ha logrado crear

un bachillerato musical basado en su tradición. Así mismo, la producción de materiales

didácticos ha sido resultado de las experiencias y comunicación entre maestros y artistas

de la región, con lo que se da respuesta a la necesidad de construcción de procesos

formativos acordes a la diversidad étnica nacional.

Del campo a la ciudad

La educación musical en las grandes ciudades, por su parte, responde a momentos de

fusión diferentes y sujetos a una cultura urbana heterogénea. No cabe duda de que las

ciudades tienen gran responsabilidad en la promoción de futuros educadores musicales

que, tarde que temprano, nutrirán proyectos regionales. También es cierto que no todos

los que estudian música sueñan con ser educadores musicales, lo que se evidencia en la

diversificación de oferta de carreras musicales en el país, unas con énfasis en jazz,

composición, informática, o ingeniería de sonido. Con contadas excepciones, algunas

carreras ofrecen la música tradicional como eje. Aún así, es grato registrar cómo jóvenes

citadinos de melena y “walkman” se preparan como instrumentistas de bandola

colombiana con el mayor rigor del caso, inclusive optando por salir hacia países como

España, a adelantar estudios superiores en instrumentos de plectro50, con lo que se

prevee una importante cualificación de estas tendencias.

50

Plectro: plumilla. Pequeña lámina de plástico o de carey utilizada para pulsar instrumentos de cuerda. La

bandola colombiana, es derivada de las mandolinas y badoras españolas, por lo que comparten técnicas

similares.

Page 80: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La convivencia de géneros diversos, que se palpa en los centros urbanos, niega de plano

la postura de enfrentar nuestras raíces a esas músicas foráneas y por el contrario

demuestra que es tan importante generar espacios para una y otra. Por lo menos eso es

lo que se ha podido constatar en escenarios como el festival Mono Nuñez, en Ginebra,

Valle, donde más de la mitad de los artistas participantes son menores de 20 años que

vienen de las principales ciudades y que escuchan tanto rock como cualquier muchacho

de su generación.

Hay música al final del túnel

Controvirtiendo a la mayoría de comunicadores, periodistas y profesores que a diario se

lamentan de que nuestra música se está perdiendo, se debe afirmar entonces que la

evolución de la música tradicional colombiana es palpable y ya hace parte del concierto

mundial de la globalización. Por citar un ejemplo, la producción discográfica nueva de los

grupos, duetos o solistas que hacen música andina colombiana, registrada en cualquiera

de los festivales nacionales puede superar fácilmente los 20 títulos de un semestre a otro,

lo que es bastante, comparado con la nula difusión que le hace la radio a estas

producciones.

Entendiendo que la cultura no sólo se transmite por tradición, sino que la educación

también tiene en sus manos la preservación y fomento es inaplazable, entonces, que se

asuman estrategias desde dentro y fuera de la escuela para equilibrar la balanza y tener

así argumentos para defender con conocimiento de causa un patrimonio, por demás rico y

creativo.

Resulta prioritaria la adopción de métodos de registro, transcripción y actualización de

enseñanza de la música tradicional a partir de las generaciones presentes. Así mismo es

necesario incorporar temáticas pertinentes a los jóvenes. y modificar así el quehacer

frente a la tradición musical desde la escuela como una experiencia creativa y lúdica, no

mecánica y memorística.

Pero, seguramente, como se afirmó en alguna de las conclusiones del Congreso

Latinoamericano , realizado en Santa fe de Bogotá en agosto del 2000, el paso más

importante lo darán los centros de educación superior, universidades y conservatorios,

cuando acojan la investigación, enseñanza, interpretación e innovación de la música

tradicional como una de sus políticas banderas, sin detrimento de su inclusión en

proyectos que impacten positivamente nuestra sociedad.

Page 81: Revista Actas Pedagógicas Nº5

*Humberto Galindo Palma es licenciado en música de la Universidad de Caldas, director

del grupo de investigación musical Cantatierra, investigador y director del grupo vocal-

instrumental de Coruniversitaria.

Bibliografía

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Page 82: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 83: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La enseñanza de estrategias de aprendizaje

Por: Adela Hernández Díaz*

Abstract

The article presents some ideas on learning strategy development in students and their

role in quality improvement of knowledge assimilation. The author writes about the

necessity for teacher qualifications in strategy formation and concentrates on the need to

prepare professors for this purpose.

Resumen

En este artículo se presentan algunas ideas sobre la formación de estrategias de

aprendizaje en los estudiantes y su papel en el mejoramiento de la calidad del proceso de

asimilación de los conocimientos. La autora fundamenta la necesidad de preparar a los

profesores para la enseñanza de dichas estrategias.

Palabras claves

Enseñanza, estrategias de pensamiento, estrategias de aprendizaje, autodesarrollo,

autoreflexión, autoregulación.

Las ideas que a continuación se presentan tienen el propósito de estimular la reflexión

sobre aspectos tan vitales en nuestros tiempos como la formación del hombre a través del

proceso de instrucción escolar.

Por todos es conocido que el vertiginoso avance de la ciencia y la técnica reclama, cada

vez con más fuerza, no sólo una preparación más amplia y precisa a las instituciones

encargadas de la formación de técnicos y profesionales, sino una enseñanza que propicie

el autodesarrollo individual, que dé respuesta a las exigencias de su contexto socio-

histórico.

Tratando de satisfacer estas demandas, se han desarrollado diversas tendencias

pedagógicas que, con diferentes matices, han intentado resolver la problemática

planteada. Todas ellas son expresiónes de la necesaria transformación que debe tener el

proceso de enseñanza y se sustentan en fundamentos teóricos y psicológicos más

acordes con el desarrollo actual. A pesar de sus diferencias, tienen en común el traslado

del centro de atención de la enseñanza (que había sido tradicionalmente el profesor y su

preparación teórica y pedagógica), al proceso de aprendizaje del estudiante y a la leyes

que lo regulan.

Por todo lo anterior, han surgido numerosas investigaciones que pretenden, por un lado,

revelar la importancia que tiene conocer las regularidades del proceso de aprendizaje en

Page 84: Revista Actas Pedagógicas Nº5

la formación pedagógica del profesor y por otro, enfatizar la responsabilidad de que, a

través de la enseñanza, el estudiante aprenda a aprender. En este propósito cobran, a

nuestro juicio, un papel importante las estrategias de aprendizaje y, por tanto, la

preparación del profesor para su enseñanza.

Es precisamente la formación de dichas estrategias lo que constituye el objeto de análisis

de este artículo. Las reflexiones que al respecto se someten a valoración, están

sustentadas en el enfoque histórico cultural de S.Vigotsky y en la Teoría de la Actividad.

Estos presupuestos teóricos nos permiten no solo identificar las características del

conocimiento asimilado sino de penetrar en las regularidades del cómo se construye el

mismo, así como la formación de valores, intereses, sentimientos, es decir, nos brinda la

posibilidad de crear las condiciones pedagógicas requeridas para el desarrollo integral del

ser humano. Por supuesto es ésta una alternativa susceptible de enriquecerse por nuevos

elementos teóricos y de la propia práctica educativa de la cual formamos parte.

Las estrategias de aprendizaje

Resultados de numerosas investigaciones y la propia práctica educativa demuestran que

la ejercitación inconsciente durante x años de escolaridad, no garantiza necesariamente

alto grado de eficiencia en la actividad de estudio de los alumnos, a pesar del esfuerzo

que realizan en este tiempo. Si bien es cierto que en ese período de preparación, el

estudiante adquiere espontáneamente determinadas técnicas, éstas se alcanzan, en su

mayoría, por ensayo-error, de una manera intuitiva y no siempre se garantiza su

efectividad en el aprendizaje.

Lo cierto es que, tanto alumnos como profesores, sienten que los primeros no están

preparados para desplegar un aprendizaje de acuerdo con sus potencialidades, y su

actividad de estudio presenta las siguientes características: Una limitada posibilidad de

establecer nexos entre los diferentes contenidos estudiados; una excesiva memorización;

una pobre aplicación de los conocimientos adquiridos en la vida cotidiana; una carencia

de conocimientos instrumentales que le permitan una utilización segura y flexible de sus

conocimientos y una falta de planificación de sus acciones, entre otros aspectos.

La constatación de esta realidad conjuntamente con los aportes hechos por tendencias

pedagógicas contemporáneas, como el constructivismo, la psicología cognitiva, entre

otros, han creado condiciones propicias para que, cada vez, un mayor número de

investigadores dirijan sus esfuerzos, a resolver esta problemática.

Una de las vertientes en las que se ha trabajado, es la formación de estrategias de

aprendizaje, valorada como una vía que posibilita elevar la conciencia y eficiencia del acto

de aprender. En este sentido son diversas las definiciones de estrategias de aprendizaje

que aparecen en la literatura y, aunque tienen diferentes matices, todas ellas apuntan a la

existencia de vías alternativas más convenientes pare enfrentar el estudio, el aprendizaje

Page 85: Revista Actas Pedagógicas Nº5

de un contenido determinado. En este artículo nos adscribimos a la definición elaborada

por Monereo, C. y colaboradores quienes plantean lo siguiente:

Estrategias de aprendizaje

"Proceso de toma de decisiones, consciente e intencional, en el que el estudiante elige y

recupera de manera coordinada, los conocimientos que necesita para cumplimentar una

determinada demanda u objetivo, dependiendo de las características de la situación

educativa en que se produce la acción''.

Creo que es necesario enfatizar el carácter expresamente dirigido y consciente que se le

otorga a las estrategias, es decir, cómo el sujeto cognoscente a partir de un análisis

reflexivo individual o compartido debe llegar a seleccionar cuál o cuales son las acciones

más adecuadas a la tarea objeto de estudio; son decisiones que debe tomar a partir de

los conocimientos que previamente posee, de las exigencias de dicha tarea y de las

condiciones en que ella está inmersa. Debe resaltarse también su dimensión de proceso,

puesto que esas decisiones pueden fluctuar y adecuarse a las características concretas

del momento de su empleo, por lo que no quedan absolutamente predeterminadas antes

de su ejecución.

A nuestro juicio, esta forma de concebir las estrategias de aprendizaje se corresponde

con las exigencias que actualmente tiene la enseñanza en la formación del individuo, es

decir, de desarrollar en el sujeto, estrategias de pensamiento que le permitan un

aprendizaje cada vez más general e independiente y un autodesarrollo de su

personalidad.

La utilización de dichas estrategias impone algo más que el conocimiento y aplicación de

técnicas o procedimientos; ellas permiten adecuar el aprendizaje a las características de

la actividad mental del estudiante; su utilización adecuada implica una autorreflexión en

cada uno de los momentos de su aprendizaje, el monitoreo de los mismos y, por tanto, la

autorregulación de ese proceso.

La adquisición de estas estrategias, si bien no puede darse con independencia de los

contenidos en base a los cuales se aprende, tienen una serie de rasgos generales que

favorecen su aplicación al análisis de cualquier contenido objeto de conocimiento. Por otra

parte, la propia especificidad de determinadas áreas del saber ha requerido el desarrollo

de estrategias de aprendizaje muy específicas.

Evidentemente existen diferentes tipos de estrategias de aprendizaje entre las que se

encuentran unas, para la comprensión, procesamiento y fijación de la información oral y

escrita; otras, para la solución de problemas y otras más, para la organización,

planificación y control del tiempo. No es objetivo del artículo profundizar en cada una de

ellas, sino evidenciar el papel de las mismas en la calidad de la asimilación y la necesaria

Page 86: Revista Actas Pedagógicas Nº5

preparación de los profesores en estos contenidos para que puedan instrumentar su

enseñanza.

Históricamente, el desarrollo del hombre no ha seguido el camino trazado por la

experiencia hereditaria interna, sino el de la asimilación de la experiencia externa, social,

cristalizada en los medios de producción, objetos, libros, lenguaje. El niño no nace con

modos de comportamientos, formas de pensamiento, conocimientos estructurados, sino

que estos los adquiere y desarrolla en el transcurso de la interrelación con el mundo que

lo rodea, con los adultos y coetáneos.

Es en esta necesaria formación y preparación para la vida, en la que la enseñanza tiene

una incidencia fundamental; no se pretende desconocer la importancia de las premisas

naturales fijadas mediante mecanismos hereditarios, como condiciones indispensables del

desarrollo psíquico del hombre. A nuestro juicio, estos dos procesos muchas veces

estudiados de manera separada por sus particularidades incuestionables constituyen una

unidad dialéctica que debe estudiarse en su interrelación.

Concebir el aprendizaje como proceso activo presupone a un sujeto cognoscente inmerso

en un sistema de influencias pedagógicas que toma en cuenta sus especificidades como

ser individual pero, al mismo tiempo, incluye las regularidades que rigen el proceso de

asimilación de los conocimientos, habilidades, valores y otras formaciones psicológicas.

Esto significa que profesores y estudiantes tienen que estar preparados para enfrentar

este proceso, tanto desde el punto de vista del conocimiento que se enseña, objeto de

asimilación por el estudiante, como de las formas y estrategias para su enseñanza por

parte del profesor y de aprendizaje para el estudiante.

Como anteriormente mencionamos en nuestro trabajo, nos fundamentamos en la

alternativa que nos ofrece el enfoque histórico-cultural, desarrollado por S.Vigotsky y

seguidores, que plantean la enseñanza como fuente del desarrollo psicológico del hombre

a través del contenido por asimilar, orientado al nivel actual de desarrollo y a la zona de

desarrollo próximo.

Partiendo de estos postulados, coincidimos con O.González al concebir la enseñanza

como..." un proceso de educación para la vida y el trabajo, que no se mide por la

capacidad de contribuir a una acumulación lineal de conocimientos sino por la

capacitación del ciudadano a actuar en el cambiante entorno científico técnico, a adquirir y

modificar destrezas y habilidades a lo largo de su vida. Se trata de una educación

permanente, un aprendizaje constante que tiene en cuenta los múltiples aspectos de la

personalidad: intelectuales, afectivos, estéticos sociales y políticos, que trascienden las

instituciones, programas y métodos tradicionales''.

Page 87: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Estas consideraciones le adjudican un nuevo papel a las instituciones escolares, no como

escenario o espacio donde se da el proceso, sino como elemento fundamental para la

transformación social, en tanto debe garantizar las condiciones propicias para el

desarrollo integral de la personalidad del hombre.

Sin embargo, el éxito de esta enseñanza desarrolladora no sólo puede darse por tales

condiciones y por la dirección de la asimilación a la zona de desarrollo próximo, sino que

es imprescindible que se diseñen y ejecuten todas las acciones cognoscitivas adecuadas

al contenido de los conocimientos que revelen sus propiedades esenciales. Por tanto, es

necesario la implicación directa del estudiante en su aprendizaje, en la adquisición de

métodos, procedimientos, modos de acción, para lo cual las estrategias de aprendizaje

constituyen una herramienta de gran valor.

La enseñanza de estrategias de aprendizaje

Al referirnos a esta temática, queremos dimensionar los aspectos relativos a lo

procedimental en la enseñanza: A las vías, procedimientos, acciones conscientes que

debe desplegar el estudiante al apropiarse de un contenido, para que adquiera

significación su aprendizaje.

En esta línea, el profesor debe proporcionar modelos, pautas, análisis autorreflexivo de

sus procesos de pensamiento, "herramientas cognitivas” que orienten la actividad mental

de los alumnos para conseguir los objetivos. Estos modos de actuación primero son

ejecutados con la orientación y participación del profesor y luego la toma de decisiones va

siendo progresivamente responsabilidad del alumno, hasta que lo trace de forma

totalmente independiente.

Lo importante es que el estudiante sea capaz no solo de aplicar la estrategia sino que

pueda reflexionar sobre sus propios procedimientos de autoaprendizaje. Esta exigencia

debe contemplar la tarea docente que el profesor diseñe para el desarrollo de las

estrategias de aprendizaje.

Históricamente los profesores y la enseñanza, por características propias de la enseñanza

tradicional, influyen muy poco en que los estudiantes hagan objeto de análisis, las formas

en que ellos estudian y aprenden sus contenidos. Lo anterior es un reflejo de que el

profesor no conoce con precisión el nivel de partida de sus alumnos, de dar como

verdadero sus puntos de vista, y como un resultado terminado, que no revela su proceso

de construcción, de exigir solo una reproducción del conocimiento y no una elaboración

cognitiva individual a partir de los aspectos esenciales, entre otros elementos.

Esto trae como consecuencia procesos de pensamiento rígidos, mecánicos y una pobre

valoración de cuales son las mejores alternativas para estudiar y aprender las diversas

disciplinas.

Page 88: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Si queremos lograr un pensamiento teórico, reflexivo que potencie la ejecución

independiente y creadora del alumno; tenemos que prepararlo para ello y a mi juicio la

enseñanza de estrategias de aprendizaje constituye una vía que crea condiciones

favorables para lograr dicho propósito.

La enseñanza de las estrategias de aprendizaje, por su carácter consciente requiere del

diseño de actividades que por su complejidad exijan de los estudiantes una

autorregulación de su conducta, que contemple una planificación previa de su actuación,

un control o monitoreo de su ejecución y la evaluación de sus resultados. Es importante

conocer que no todas las tareas reclaman el uso de estrategias, sino aquellas más

complejas de ahí, la importancia de tenerlas en cuenta.

La enseñanza de dichas estrategias debe trabajarse en contextos que sean útiles, y

enseñar fundamentalmente aquellas aplicables a diferentes tareas, materias y otros

contextos. Las decisiones definitivas en el modo de proceder, deben estar precedidas por

un ambiente de reflexión, exploración, y análisis de las diferentes maneras posibles de

abordar la situación.

Otro aspecto importante a tomar en consideración, es que si bien las estrategias de

aprendizaje tienen un sello personal dado por las características del sujeto que aprende,

(objeto de análisis del profesor que enseña), no puede obviarse la conveniencia de una

estrategia x ante determinado tipo de tarea especifica. Es por ello que el análisis de las

condiciones, acciones, procedimientos y el razonamiento que está en la base de esas

decisiones, de determinados tipos de tareas, de la ejecución de sujetos expertos, son

alternativas válidas de referencia, para la enseñanza de estrategias de aprendizaje.

Considero que todas estas ideas justifican por qué el alumno y el profesor deben conocer

como se produce ese proceso de asimilación de los conocimientos y habilidades, cuales

son las leyes que lo caracterizan, de modo de poder comprender por que las influencias

pedagógicas deben adecuarse y estimular cada estadio de ese proceso en desarrollo.

Las guías pedagógicas que indican cómo procesar la información y la utilidad de cada una

de las acciones a realizar, así como seguir el método científico (identificando el problema,

planteando hipótesis, relacionando incógnita con conocimientos que ya posee, prever

posibles resultados, alternativas de procedimientos, condiciones requeridas) para

aprender un contenido, son formas muy convenientes para alcanzar esos objetivos de

enseñanza.

Es bueno señalar, que aunque concedemos una gran importancia a la enseñanza de

estas estrategias, no podemos afirmar que siempre su utilización lleve al éxito del proceso

de aprendizaje, sin embargo, aun en los casos en que fuese así, desde el punto de vista

del desarrollo cognitivo hay una ganancia en cuanto a claridad y precisión de los errores

Page 89: Revista Actas Pedagógicas Nº5

cometidos y sus causas, lo que facilita la rectificación y reajuste con respecto a la

estrategia aplicada.

Por otra parte, es innegable que el pobre uso que se le da a estas estrategias no es sólo

una consecuencia de los problemas que existen en su propia enseñanza, sino que

también inciden en este fenómeno, una cierta resistencia a incluirla en los planes de

estudio, dada por los siguientes factores:

La enseñanza de las estrategias sólo debe ser propuesta a los alumnos con dificultades,

lo que lógicamente expresa una conceptualización estrecha de esta herramienta de

aprendizaje, que en su amplia acepción se exige como un componente del proceso que

hace mas eficiente la actividad de estudio.

El uso adecuado de las estrategias brinda un mejor aprovechamiento deL tiempo, y

optimiza los esfuerzos en el procesamiento de la información con los distintos contenidos

de las propias asignaturas y no como un contenido ajeno al currículo planteado.

La insuficiente preparación de los docentes en esta área hace que se rechace la tarea, a

lo que contribuye el poco peso o valor que se le da a la enseñanza de estas estrategias

como contenido importante que favorece su función de formar al estudiante para

satisfacer las exigencias del mundo contemporáneo.

Adela Hernández Díaz. Es Doctora en Ciencias Psicológicas de la Universidad de La

Habana. En la actualidad se desempeña como Investigadora Auxiliar del CEPES de la

Universidad de La Habana. Fue profesora invitada a la especialización en Docencia

Universitaria de Coruniversitaria.

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Page 91: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Los niveles de asimilación del contenido:

Una pauta para la organización de las prácticas de laboratorio

Arcelio A. Hernández Fereira *

Abstract

This document gives a detailed analysis of lab practices. It starts with a theoretical

presentation and continues with a revision of different types of laboratory practices

according to content assimilation levels. The article concludes with an analysis of a lab

practice in electronic engineering.

Resumen

En esta documento se hace un análisis detallado de las prácticas de laboratorio.

Comienza con una presentación teórica; luego, revisa los distintos tipos de prácticas

ajustados a los niveles de asimilación de los contenidos para ubicarse, finalmente, en el

programa de Ingeniería Electrónica, con el análisis de una experiencia.

Palabras claves

Prácticas de laboratorio, niveles de asimilación, contenido, nivel de independencia,

prácticas integradoras.

Importancia de las prácticas de laboratorio

Las prácticas de laboratorio ocupan un lugar cada vez más importante en el proceso de

enseñanza de las asignaturas, debido, en primer lugar, al carácter activo que le confieren

al proceso de aprendizaje y a la contribución que hacen por objetivizar el conocimiento,

hacerlo más consolidado y duradero. En segundo lugar, son, de las formas de enseñanza,

las que más acercan al estudiante, de forma natural, al trabajo científico-investigativo. De

esta manera, contribuyen al desarrollo de las habilidades para el trabajo científico y a que

cada vez más predomine la lógica del mismo en su actividad profesional. Por último, la

realización de las prácticas de laboratorio desarrolla las habilidades experimentales

exclusivas de esta forma de enseñanza, las cuales no pueden ser desarrolladas por

ninguna de las restantes.

Niveles de asimilación del contenido

En diferentes fuentes de la literatura se reconocen determinados niveles de asimilación

del contenido que identifican una gradación del proceso de adquisición de los

conocimientos y la capacidad de su uso por parte de los estudiantes. Estos niveles de

asimilación van desde el más elemental como lo es familiarizarse con un contenido dado,

reproducirlo, producir a partir de ciertas pautas, y finalmente crear. Pueden, desde luego,

ser expresados en otros términos como reconocer, conocer, saber, saber hacer y crear

pero la esencia es la misma, en el sentido de que expresan qué es capaz de hacer el

Page 92: Revista Actas Pedagógicas Nº5

estudiante con un contenido concreto. En cada una de las formas particulares de

enseñanza en que se organiza el proceso docente, tales como conferencias, clases de

ejercitación, prácticas de laboratorio, talleres, seminarios, visitas industriales, por ejemplo,

se supone que el estudiante asimila el contenido de acuerdo con alguno de estos niveles

y que en su tránsito por ella y durante sus actividades de autopreparación a lo largo del

semestre y durante la carrera debe avanzar paulatinamentehacia niveles superiores.

Variedades del experimento

En aquellas asignaturas en que su objeto de estudio es factible de verificarse por la vía

experimental, casi siempre se organiza un programa de actividades experimentales.

Estas actividades pueden adoptar muchas modalidades que están en correspondencia

con las formas más generales de concebir lo que se conoce como experimento docente y

se diferencian fundamentalmente en los siguientes aspectos: En la forma de participación

que tienen los estudiantes: espectadores, observadores u operarios directos. en el grado

de independencia que presenten durante su desarrollo: trabajan bajo la guía del profesor

o instructor, o las realizan de forma independiente; por el nivel de orientación que reciben

y el carácter que tenga el montaje experimental que se emplea. Así, existen los

experimentos demostrativos en clase, los trabajos de laboratorio bajo la guía o tutela del

profesor, las prácticas de laboratorio independientes con un espectro amplio de

modalidades, los trabajos experimentales para la casa, las prácticas con búsquedas

parciales, las prácticas por proyecto, las prácticas integradoras, entre otras.

Al abordar el tema relativo a un contenido concreto, el estudiante puede participar en

varios de estos tipos de trabajos experimentales que, como regla, deben mostrar la

modalidad conveniente para que, con la realización de los mismos, ellos transiten por los

diferentes niveles de asimilación de dicho contenido desde las formas más primarias

hasta las superiores.

A su vez, con el desarrollo de las diferentes actividades concebidas para los temas y en

su tránsito por ellas durante el semestre, el estudiante también gana en habilidades y está

en mejores condiciones de enfrentarse con un mayor grado de independencia y de aplicar

un determinado contenido de forma creativa en condiciones nuevas y diferentes a las que

se le presentan en el aula.

Es por ello que una organización lógica del sistema de prácticas de laboratorio en las

diferentes asignaturas de una carrera debe contemplar la evolución de éstas en su

carácter durante el semestre y con el tránsito de un semestre a otro. Como regla, en las

asignaturas básicas en que se pretende fijar el contenido de las leyes fundamentales que

sirven de base para el resto de las asignaturas, las prácticas pueden tener una modalidad

más orientadas, dado el hecho de que no siempre es posible que el estudiante reconozca

Page 93: Revista Actas Pedagógicas Nº5

y sea capaz de concebir las condiciones bajo las cuales el fenómeno por verificar se

manifieste de forma perceptible y medible. Sin embargo, con el paso a semestres

superiores, y siempre que sea posible, el estudiante debe ganar en su grado de

independencia y debe cada vez con mayor frecuencia enfrentarse a situaciones nuevas

que le exijan la realización de actividades que lo acerquen al trabajo científico.

Algunas de ellas son la búsqueda de información en las diferentes fuentes como libros,

revistas, catálogos industriales, normas, manuales de los fabricantes de equipos y

dispositivos, y otros que puedan adquirirse vía Internet. También, la formulación de

hipótesis de trabajo, la evaluación de diferentes montajes experimentales para la

obtención de los datos de las magnitudes necesarias, el procesamiento estadístico de

dichos datos y, finalmente, el examen riguroso, crítico y analítico de estos resultados para

confirmar el cumplimiento de las hipótesis y las causas de las desviaciones del

comportamiento esperado.

Con mucha frecuencia encontramos reportes en la literatura acerca de las pautas en lo

que a educación superior se refiere, en el sentido de que se insiste en que los métodos

actuales de enseñanza deben ser aquellos en los que la lógica del trabajo científico se

haga presente, ya que se considera que, para la mayoría de las profesiones, el modo de

actuación durante el desempeño profesional está matizado, precisamente, por el método

seguido durante la investigación científica.

Las prácticas de laboratorio independientes

Estas las realizan los estudiantes a partir de una orientación previa recibida, en la mayoría

de los casos a través de una guía escrita sobre los fundamentos teóricos en que se basa

la práctica, una descripción del montaje experimental que se va a emplear, la forma

concreta de realizar los experimentos con una secuencia de pasos, la recolección y

organización de los datos experimentales, su proceso y análisis. En muchos casos se

puede incluir la forma de presentar el informe de la práctica y un grupo de preguntas para

la autopreparación y para que se respondan luego de realizada la misma, en aras de

centrar la atención del estudiante en los aspectos que requieren su mayor atención.

Las prácticas de laboratorio independientes, a su vez, pueden presentar un espectro

amplio de variedades si nos atenemos al grado de independencia y al nivel de información

previa que recibe el estudiante. En esto es preciso prever que ambos elementos se

desarrollen con un aumento del grado de independencia y un incremento en los

elementos de búsqueda de información, profundización en el contenido, necesidad de

mayor consulta en las fuentes de la literatura, propuestas de montajes experimentales, en

fin, de reducir gradualmente el volumen de la información previa para que él la busque.

Así, va a transformar el proceso de enseñanza paulatinamente hacia una enseñanza

problémica y de planteamiento de situaciones para la búsqueda, sobre la base de los

elementos que ha adquirido, de la respuesta o solución. Esto, sin lugar a dudas, va a

Page 94: Revista Actas Pedagógicas Nº5

acercar al estudiante a su futura profesión, al modo de actuación de un profesional que se

caracteriza precisamente por el enfrentamiento con problemas de carácter técnico, a los

cuales debe hallarles solución.

La experiencia en el programa de Ingeniería Electronica

Precisamente, siguiendo las pautas anteriores, en el Programa de Ingeniería Electrónica

se avanza por este camino. Es así como las modalidades de realización de las prácticas

de laboratorio evolucionan hacia aquellas que alcancen los niveles más elevados de

asimilación, como el de crear, a medida que se avanza de un semestre a otro, dentro del

mismo semestre o en las asignaturas que conforman una disciplina en la carrera.

Así, se comienza con las prácticas independientes de las asignaturas de carácter básico

que podríamos llamar “normales” o típicas: Un alto nivel de información previa, montaje

experimental y forma de realización de los experimentos, orientaciones para la

organización de los datos, su procesamiento y la presentación del informe.También, se

emplea la modalidad de práctica por proyecto y práctica integradora, en las asignaturas

básicas específicas y de ejercicio de la profesión.

En el caso de las prácticas por proyectos, el alumno no se enfrenta a un sistema

preconcebido para la asignatura sino que recibe un problema en cuya solución debe

hacer uso de los contenidos de la asignatura sino también, de conocimientos previos

para, de forma rudimentaria, hacer transitar al estudiante por el camino de la investigación

científica. Ha habido experiencias en las que el propio alumno plantea una propuesta del

objeto de su proyecto y, una vez acordado con el profesor, y verificado que cumpla con

los requisitos anteriores necesarios, lo comienza a realizar. En todos estos casos, el

estudiante presenta un informe o reporte técnico con los fundamentos teóricos, una

descripción de su instalación experimental, la forma de medición, procesamiento

estadístico, cálculos, gráficas, conclusiones, recomendaciones y bibliografía empleada.

Aquí se han ensayado algunas variantes como la de plantear a un equipo de dos

estudiantes la realización de una práctica de laboratorio con todo lo que ello implica desde

concebir y realizar el montaje experimental, construirlo, ensayarlo, hacer las mediciones,

verificar mediante los cálculos o las dependencias analizadas si se verifica el objeto de la

misma hasta la redacción del material que servirá de base para que otros estudiantes la

puedan ejecutar. En otras palabras, se preseanta la guía de la práctica. Esta fase se ha

realizado en la mitad del semestre y en la otra mitad, los estudiantes han realizado

prácticas normales. El ejercicio ha servido para desarrollar una evaluación crítica del

trabajo por parte de todos los estudiantes, para la apropiación de las experiencias y ver

cuáles fueron las soluciones dadas .

También se ha experimentado de forma inversa: Durante una parte del semestre, de

forma paulatina sedesarrollaron las prácticas de laboratorio de la forma normal pero

Page 95: Revista Actas Pedagógicas Nº5

aumentando el grado de independencia y, al final del semestre, se ejecutó un proyecto

que, en ocasiones, tendió a mejorar las condiciones de algunos de los montajes

anteriores, a aumentar su precisión y grado de reproducibilidad, entre otras.

Hay asignaturas que, de antemano, ofrecen la modalidad por proyecto como

planteamiento de la práctica. Los estudiantes reciben el problema y acuden al laboratorio

a efectuar sus montajes y mediciones, y se mantienen en contacto con el profesor en

horarios determinados para resolver dudas, consultar sus ideas sobre la tarea planteada o

recibir sugerencias de fuentes de información.

Una forma superior de modalidad es la de las prácticas integradoras. Éstas presuponen

un trabajo en el que el estudiante ya entra en la fase de creación y, por tanto, le

corresponde a un nivel de asimilación alto.

Estas prácticas integradoras se definen en el pensum y no corresponden a una asignatura

como tal, ya que el problema planteado al estudiante para su solución precisa que éste

aplique creativamente los conocimientos de un grupo de materias que se van

desarrollando de forma simultánea durante ese semestre y de aquellos conocimientos de

materias precedentes. El proyecto se aprueba con la participación de todos los profesores

cuyas materias deben estar integradas y se decide si el grado de complejidad, volumen

del trabajo, por ejemplo, satisfacen los requisitos planteados. Esta práctica prepara al

estudiante para su proyecto de grado que, precisamente, debe ser unresumen de su

carrera que muestre que está preparado para ejercer profesionalmente en este campo.

* Arcelio A. Hernández Fereira. PhD en CienciasTécnicas del Instituto Politécnico de

Kiev, Ucrania. Profesor Auxiliar del Departamento de Física-Química-Electrotrecnia de la

Universidad de Cienfuegos, Cuba. Es profesor invitado del programa de Ingeniería

Electrónica de Coruniversitaria.

Bibliografía

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__________. Fundamentos teóricos de la dirección del proceso de formación del profesional de perfil amplio”. Santa Clara: Editora UCLV, , 1988, 137p.

Page 96: Revista Actas Pedagógicas Nº5
Page 97: Revista Actas Pedagógicas Nº5

El seminario investigativo como opción pedagógica

Por: Raúl Cuadros *

Abstract. The German Seminar has became a valuable tool for intelligence development.

This article shows a panoramic view of this educational practice and presents some

theoretical and practical considerations on its development in the classroom.

Resumen. El Seminario Alemán se constituye en una herramienta pedagógica valiosa

para el desarrollo de la inteligencia. Este artículo presenta un panorama histórico de esta

práctica educativa y elabora algunas consideraciones teóricas y prácticas sobre su

desarrollo en el aula.

Palabras claves: Argumentación, síntesis, protocolo, seminario alemán, escritura.

Breve contexto histórico y cultural

Es preciso ubicar que los fundamentos éticos y epistemológicos de la práctica

pedagógica, denominada Seminario Investigativo, tiene origen en una tradición filosófica y

universitaria específica: la tradición alemana. Así, cuando hablamos de seminario alemán

nos referimos a una práctica pedagógica que apareció en la universidad del siglo XVIII en

un contexto cultural muy peculiar: El de la Ilustración.

El pensamiento ilustrado1 representa la conciencia plena de los profundos cambios que

tenían lugar en la sociedad de ese tiempo. Éste se refiere al cambio brusco que se estaba

produciendo en el continente europeo con el surgimiento de la sociedad capitalista. Con

ella moría el aislamiento de Europa con el resto del mundo y florecía el comercio y los

ímpetus de una clase social nueva que debía poner fin a las ataduras de la decadente

sociedad feudal para establecer una sociedad nueva, fundada en la transformación

permanente de la naturaleza para aprovecharla y convertirla en riqueza.

Esta es la época de la Revolución Industrial que acabó con la artesanía e impuso la

máquina-herramienta y más tarde, la moderna fábrica automatizada. Por tal razón, en

esta sociedad se desarrolló la ciencia moderna tal como la conocemos hoy, pues era

preciso conocer las leyes de la naturaleza para poder dominarla y transformarla para

crear artefactos y procedimientos que aseguraran ese dominio (racionalidad técnica y

tecnológica).

Además, se estaba produciendo una transformación radical en la relación del hombre con

el mundo, pues éste aparecía como sujeto conocedor y, a la vez, constructor de ese

mundo. El hombre se pensó a sí mismo como autónomo moral e intelectualmente y esto

1 fines del siglo XVIII y mediados XIX que tiene sus antecedentes en el siglo XVI con la revolución burguesa

en Inglaterra y la revolución industrial.

Page 98: Revista Actas Pedagógicas Nº5

era posible porque, por primera vez, conseguía transformar la naturaleza como, de hecho,

lo estaba haciendo. En ese contexto, era natural que llegara a la conclusión de que él era

el centro del universo y que el destino del mundo estaba en sus manos. En ese contexto,

abandona las explicaciones teocéntricas y desafía “las leyes de Dios” descubriendo lo

insospechado de los fenómenos naturales. (Más tarde, cuerpos pesados desafían la ley

de la gravedad y el ojo humano conocería lo inconocible del mundo microbiológico y

cosmológico...).

Pero, la autonomía se desplegaba en múltiples direcciones; el motor de esas

transformaciones, pensaba, era su propia razón2. Ésta, se puede decir, sustituyó a Dios -

aunque no desapareciera de su imaginario. Más tarde se esculpirían templos a la razón

y, con base en ella, se organizaría también el mundo social y político.

En este período se desarrollan las concepciones modernas sobre el Estado y aparece la

conciencia - nacida de la experiencia política concreta - de que nadie podía gobernar en

nombre de Dios, como mandando por él, y la concepción del gobierno como depositario

de la voluntad de los electores. Nos referimos a los cambios profundos que introdujeron

las revoluciones burguesas, en especial, la revolución Francesa que consolida a la

burguesía como nueva clase dominante, pone fin al viejo Estado Feudal y da origen al

Estado moderno y a la democracia moderna.

También, en el orden moral se produce una profunda ruptura pues, dado que el hombre

es un ser racional, se exige que éste se sirva de su propia razón5152 para decidir lo que le

conviene sin atenerse a tutores espirituales. Es así como se desarrollan doctrinas

filosóficas y morales rigurosas y exigentes fundadas en la racionalidad, que buscan la

libertad y el respeto por el hombre, asumiendo que éste tiene una dignidad que no puede

ser vulnerada.

En ese contexto es preciso encuadrar la tradición alemana de la que hablamos, con una

salvedad: Alemania era, en ese momento, una sociedad rezagada, si se la comparaba

con Inglaterra o Francia. No en vano, la universidad (la Universidad Alemana del siglo

XVIII), surge como producto de una rebelión estudiantil contra viejas prácticas

pedagógicas, contra el estatismo del conocimiento y contra el divorcio de la Universidad

con respecto a las necesidades de la sociedad y del Estado. En buena medida, ese

movimiento, que empató con el pensamiento filosófico ilustrado alemán, contribuye a que

Alemania avance hacia la modernidad, aún cuando ese proceso se consolida mucho más

2 Kant, Emmanuel. Respuesta a la pregunta qué es la ilustración. En filosofía de la historia. Bogotá Fundo de

Cultura Económica 1994 pág. 25 y 26.

Page 99: Revista Actas Pedagógicas Nº5

adelante, cuando ésta logra conformar un Estado-nación fuerte y desarrolla los medios de

producción a finales del siglo XIX.

Fundamentos éticos y epistemológicos del seminario alemán

La unidad del conocimiento

Se propendía por la integración de todos los saberes bajo una concepción unificadora del

hombre. Es decir, se oponían a la fragmentación del conocimiento en múltiples

especialidades que terminan también por “fragmentar” al hombre, pues éste acaba

perdiendo una visión integral de sí mismo (no se lo forma intelectual, moral y

estéticamente) y es por eso que esta modalidad promueve el trabajo cooperativo

interdisciplinario, entendido como punto de encuentro de distintos saberes que dialogan,

discuten y construyen conceptos y respuestas que van más allá de la rigidez de las

especialidades y de los métodos.

Unidad docencia investigación

Se piensa que la investigación y la docencia van de la mano. En esa medida, la

investigación no es una actividad extraña al mundo concreto. Ésta debe partir de una

relación concreta con el mundo. De hecho, se debe preparar al estudiante con un estilo,

con una práctica educativa diaria que lo forme en el hábito de preguntar y buscar

respuestas. Así, la búsqueda, la investigación pasa a estar en el centro de la actividad

educativa. Al mismo tiempo, la universidad se abre a la sociedad pensando sus

necesidades y problemas para ayudar a resolverlos. En este sentido, es una investigación

para incidir en la sociedad.

Autonomía universitaria

Si bien la universidad se abre a la sociedad para incidir en ella y a contribuir a resolver

sus necesidades y problemas, ésta nunca puede perder su autonomía, pues la

universidad no puede admitir ser gobernada por ningún dogmatismo religioso o político.

Por el contrario, debe posibilitar el diálogo de múltiples formas de pensamiento y nunca

hipotecar su conciencia critica, pues ésta debe incidir en la sociedad para pronunciarse en

contra de tendencias que considere desfavorables para la sociedad.

Educación para la libertad

La universidad debe formar personas, no máquinas, seres humanos pensantes, sensibles

y críticos capaces de actuar como sujetos con autonomía. Debe formar ciudadanos

responsables, capaces de tomar decisiones razonables.

Concepción universal

Hay en esta tradición un sentido fuerte de humanidad, lo que significa que se construyen

o se cultivan los bienes más preciados del hombre: la ciencia, el arte, la filosofía como

Page 100: Revista Actas Pedagógicas Nº5

patrimonio de la humanidad, confiando en el avance permanente del hombre a través de

su razón.

Hábitos y valores que pretende inculcar en el estudiante

Aprender a preguntar: La principal característica de un investigador es su tendencia

permanente a hacer preguntas. Quién no se hace preguntas es porque cree que lo tiene

todo resuelto o porque nada le interesa verdaderamente, o porque no tiene ninguna

preocupación importante que lo inquiete y le robe el sueño. Quien no se hace preguntas

constantemente, al menos en la mayoría de los casos, cree que sabe, pero en realidad

tiene su cabeza repleta de lugares comunes, ideas poco fundamentadas, que acepta

despreocupadamente. Nuestro sistema educativo y muy especialmente nuestras

instituciones de educación superior no gustan de los estudiantes preguntones y en su

lugar prefieren a los “juiciosos” que responden con esmero los “problemas” que se les

imponen como tareas para responder. O, acaso, prefieren a aquellos que no intentan

construir sus propias respuestas pues confían mucho en las verdades de sus profesores.

El seminario investigativo en cambio, prefiere a los “preguntones”; más aún, estimula esa

actividad y la alimenta para promover la más aguda “desconfianza” en las verdades de

maestros y autores reconocidos. Estimula la búsqueda de las respuestas propias y la

apertura permanente a nuevas preguntas.

Escuchar y argumentar: El que escucha no sólo revela una actitud de disposición, de

concentración sino que también demuestra confianza en la capacidad de los demás, pues

considera importantes sus planteamientos como contribuciones provechosas para el

trabajo en equipo. Y es justamente esa idea del trabajo en equipo la que está en la base

del trabajo de investigación, entendido éste como el esfuerzo común por construir

conocimientos. Desafortunadamente, dentro del aula no existe aún el hábito de escuchar.

Al contrario, predomina, tanto entre profesores como entre estudiantes, la costumbre de

esperar que el otro termine para presentar testarudamente nuestras posiciones. Pero

ocurre que quien no escucha bien, tampoco puede argumentar con éxito, pues es

preciso partir de las afirmaciones de los otros para contribuir razonablemente con

nuestros argumentos en la conversación.

Pues bien. Es preciso aprender a escuchar y a argumentar, pues estas dos actividades

son esenciales para que exista un intercambio racional entre quienes participan en un

encuentro inteligente. Más aún, las dos son muy importantes a la hora de construir

conocimientos en la medida en que el conocimiento que quiere ser objetivo -constituirse

en algo válido para muchos- sólo es posible a partir del intercambio subjetivo de muchos

puntos de vista particulares, que se entrecruzan y hacen posible un punto de vista fuerte

y amplio que puede llegar a ser común para muchos. Lo que hacemos en clase, cuando

lo hacemos bien, no es otra cosa que aprender a discutir razonablemente, con el ánimo

Page 101: Revista Actas Pedagógicas Nº5

dispuesto, a la elaboración colectiva de conceptos nuevos o, al menos, a la clarificación

de los ya existentes.

Hacer síntesis y dirigir: Esto se aprende con el tiempo. Se supone que ésta es la

actitud permanente del buen profesor. Su misión es recoger los aspectos centrales de

las discusiones para dar lugar a las conclusiones más acertadas, pero, además, su

actitud de tercero imparcial en la discusión debe posibilitar la concreción de los

participantes, la pertinencia de sus observaciones y el reconocimiento de los asuntos

verdaderamente importantes. Quien cumple el rol de coordinador de la sección se ejercita

en estas funciones tan importantes en la docencia como en muchas otras actividades de

la vida profesional.

Aprender a criticar: La mayoría asume la critica como una actividad destructiva en la que

lo que se persigue es poner en evidencia al otro y demostrar el conocimiento propio sobre

el tema. La crítica es una actividad crucial para el pensamiento y quizás, como hemos

dicho, en ella consiste propiamente el pensamiento. Crítica procede de criba, o actividad

de separar el trigo... Esta cualidad se encuentra íntimamente relacionada con la actividad

del preguntón. Aquel que estudia, que investiga no se conformará fácilmente con lo que

escucha o lee -ni siquiera con lo que él mismo produce; siempre estará atento para exigir

la mayor claridad y sustentación de los argumentos. Quien ejerce el sano uso de la crítica

aprende a realizar oposición académica razonable, persiguiendo siempre “la verdad” o las

buenas razones, más allá de sus apetencias y de sus afectos.

Aprender a leer y escribir: Estas dos actividades resumen todas las anteriores. Quien

lee bien es porque interpreta; quien interpreta se pone en el lugar de quien escribe, lo

escucha pacientemente y discute con él para construir sentido; es así como quien lee

trabaja. Por otra parte, quien escribe piensa rigurosamente, critica, destruye y construye,

(hace síntesis y piensa en sentido fuerte pues piensa varias veces, reflexiona y vuelve

varias veces sobre lo ya considerado3 ). Según esto, lo que busca el seminario

investigativo es formar investigadores; forjar, poco a poco, con cada desempeño de los

roles por él prescritos a lo largo de la participación en las asignaturas de cada carrera. Por

ello, afirmamos que en el seminario de pregrado no se investiga, en sentido propiamente

dicho, pero si se prepara para la investigación.

Desarrollo metodológico del Seminario Investigativo

Los participantes en una seminario investigativo son el director, el coordinador, el relator,

el correlator, el protocolante y los participantes, cada uno con sus funciones específicas:

El director es quien tiene mayor dominio del tema objeto del seminario. En el caso del

preseminario de pregrado, será el profesor ordinario el encargado de dirigir a los

estudiantes a través del camino de aprendizaje en dos sentidos: metodológico y

3 Zuleta Estanislao, sobre la lectura. Primera publicación: Revista discusión No 2 Julio - Septiembre de 1974

Page 102: Revista Actas Pedagógicas Nº5

académico. El coordinador es el estudiante elegido durante la reunión para organizar el

grupo. De esta manera, haciendo las veces director, se entrena para ser maestro, es

decir, para saber conducir, escuchar, guiar y sintetizar.

El relator es quien expone el tema, preparado con anticipación. Dependiendo de la clase

de seminario, se elegirá con anterioridad, como en el seminario de doctorado o de

profesores. En los preseminarios y seminarios de pregrado, el director se elige en el

momento de iniciar la sesión. Esto obliga a todo el grupo a preparar el tema. A través de

esta relación, el estudiante se entrena en la preparación de un tema para un óptimo logro:

el interés que despierta en el grupo. La coherencia interna del tema dependerá de la

fluidez y claridad del lenguaje que utilice. Desarrollará su propia capacidad de

comprensión, al saber presentar un tema sobre el cual ha investigado en diversas fuentes

y fundamentará su actitud crítica personal frente al tema en cuestión.

El correlator es quien juzga la exposición del relator, metodológica y conceptualmente.

Se entrena para una de las tareas más difíciles de la docencia, que es evaluar, es decir,

saber fijar su atención en lo importante del tema (saber discriminar) para estar en

capacidad de complementar. Desarrolla su capacidad de análisis, de síntesis y de

interpretación. Es elegido también por el profesor al empezar la sesión del preseminario o

del seminario de pregrado.Se aconseja, también, que en los seminarios de posgrado y de

profesores se elija el correlator, aunque su función allí no sea para evaluar sino, más bien,

para enfocar la correlación y la complementación del tema y lograr mayor profundización.

El protocolante es quien elabora el protocolo y el director del seminario lo elige al

comenzar la sesión. Juega un papel muy importante, pues el protocolo tiene como fin

recoger lo ocurrido en la sesión del seminario, en dos sentidos: En primer lugar, dar fiel

cuenta de lo ocurrido en la sesión; se asemeja a un acta, en cuanto a su verificación

sobre lo ocurrido en la sesión y, en segundo lugar, plasmar los aportes de quien elabora

el protocolo. En este orden de ideas, se supera al acta, porque quien escribe el protocolo,

una vez terminada la sesión, dispone del tiempo suficiente para la reflexión sobre el

proceso de la discusión, y puede así registrar las inquietudes, acuerdos y desacuerdos

que le susciten. Quien hace el protocolo tiene la misión de evaluar a posteriori todo el

proceso de la sesión.

Los aportes críticos que allí aparezcan, las propuestas y cuestionamientos, abrirán

nuevos caminos para el desarrollo de las sesiones posteriores. De esta manera la

investigación se hará en todo su rigor: Buscar, en forma continua, los vestigios que se

ocultan en la apariencia. El protocolo crea conciencia de la importancia de lo escrito para

poder retomar y evaluar los procesos y, de esta manera, innovar sin necesidad de

empezar siempre desde cero. De cada reunión queda escrito el protocolo, que se lee al

iniciar la siguiente sesión.

Page 103: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Al empezar el seminario se dispondrá del material suficiente y necesario para elaborar las

memorias del seminario. Éstas, que recogen paso a paso el proceso realizado por cada

grupo, serán una valiosa herramienta para posteriores investigaciones en el mismo tema:

evitarán a otros caer en los errores posibles de evadir y mostrarán caminos diferentes

para la investigación.

En nuestro caso es un gran instrumento para trascender la cultura oral y apropiarnos

sistemáticamente de la cultura escrita. El estudiante que elabora el protocolo tiene una

gran oportunidad de practicar la precisión y la claridad del pensamiento escrito. Aprende a

ser imparcial, cuando tiene que referir lo sucedido, tanto anímica como intelectualmente y

a desarrollar la creatividad al adiestrarse en la contextualización de los aspectos

personales y de sus compañeros.

Los participantes son los demás miembros del grupo que no desempeñan algún rol de

los anteriores y conforman el grupo activo central de la sesión. Llevarán a cabo la

discusión general, basados en sus propias conclusiones, fruto del trabajo individual.

Aprenderán a escuchar y analizar por cuanto sus conclusiones deberán relacionarlas con

las exposiciones del relator y del correlator. Fijarán la atención en no repetir informaciones

u opiniones, que ya se han expuesto. Los participantes, de una u otra forma, se

adiestrarán formalmente en las tareas que desempeñan los anteriores participantes. El

coordinador juzgará la actitud y trabajo de cada uno de los papeles. Y, en los

participantes, atenderá específicamente, además de los anteriores, a la capacidad de

preguntar, a la atención sobre las relaciones existentes entre los diversos aportes y a la

dimensión creativa y crítica. De esta manera, el coordinador se estará entrenando en

todos estos aspectos.

Desarrollo cronológico de una sesión del seminario investigativo

Un seminario investigativo se desarrolla siguiendo el siguiente orden:

1. El director abre la sesión. Se elige coordinador, relator, correlator y protocolante.

2. Lectura y aclaraciones alrededor del protocolo de la sesión anterior.

3. Exposición del relator. Se debe fijar el tiempo de duración y éste no debe ser

interrumpido durante su exposición.

4. Exposición del correlator.

5. Discusión. Aquí es muy importante la función del coordinador. No debe limitarse a dar

la palabra. Debe sintetizar y no dejar que la libre asociación de ideas disperse el tema de

discusión, así como retomar los temas que quedan sueltos para dar estructura y cuerpo a

la sesión.

6. Recapitulación y síntesis por parte del coordinador, quien también evaluará la tarea de

sus compañeros.

7. Tema para la siguiente sesión.

8. Entrega al coordinador de los trabajos escritos.

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9. Evaluación y síntesis del director, sugerencias y recomendaciones.

10. Entrega de los trabajos escritos por parte del coordinador al director.

Preparación del trabajo de la asignatura según la metodología del seminario

investigativo.

Para empezar, hay que asumir con toda seriedad que nuestros cursos, cualquiera sea la

especialidad en que nos desempeñemos, no pueden ser en ningún caso una colcha de

retazos, sin sentido claro o sin planeación. Desde el comienzo hay que poder transmitir al

grupo de estudiantes cuál es el sentido y la pertinencia del curso. Por otra parte, hay que

presentar con claridad las condiciones, y posibilidades para sacarlo adelante entre todos

ya que no se trata de “mi materia”; pero éstas presuponen un trabajo juicioso de

planeación y concertación.

1. Hacer una selección de la bibliografía especifica y complementaria con suficiente

anterioridad, que incluya los fragmentos seleccionados que van a hacer las veces de

guías, si ese es el caso, y los lugares en Internet, y entregar este mapa de orientación al

grupo desde la primera o segunda sesión.

2. En la primera o segunda sesión hay que informar sobre la totalidad de los temas y las

fechas que les corresponden. Esto permite que los estudiantes se orienten y planifiquen

su propio trabajo. Ya en este punto se puede tomar 2 opciones:

A. Ese mismo día se asignan también los temas y fechas a grupos o parejas

determinadas y los roles que cada uno deberá cumplir en cada sesión (relator, correlator,

protocolante, coordinador). Los temas se pueden escoger libremente según gustos o

intereses o, si hay dificultades, se pueden sortear ese mismo día.

B. La otra opción es asignar sólo los temas y fechas y luego, en cada sesión,determinar

roles, bien sea individuales, por parejas o grupos, según el tamaño del curso. En este

caso, todos deben estar preparados a ejercer cualquiera de ellos.

3. Hay que recordar con insistencia al grupo de estudiantes que hay que presentar un

trabajo escrito, que en algunos casos pueden ser un trabajo final y en otros, varios textos

que se entregan a lo largo del semestre. Pero, en todo caso, sea que se haya asignado el

tema con anterioridad a un grupo o persona determinada o que se le asigne el rol de

relator en la propia clase, los estudiantes deben preparar una breve síntesis escrita del

tema para leerla en clase. Ésta debe ser lo suficientemente breve, clara y precisa, para

que pueda ser leída fácilmente en clase y ayude a puntualizar los asuntos esenciales

sobre el tema.

4. No hay que olvidar que ésta no es más que una buena propuesta del seminario

Investigativo; no se debe caer en la tentación de convertirla en nuevo dogma, o en una

Page 105: Revista Actas Pedagógicas Nº5

camisa de fuerza que termine asfixiando el trabajo creativo de maestros y estudiantes.

Hay que asumirla sí, por sus virtudes teóricas y metodológicas, como un punto de partida

importante para nuestro trabajo de investigación formativa, y de formación, en un sentido

amplio. Pero, por supuesto, hay que combinarla con otras prácticas pedagógicas que

ayuden a fortalecer el trabajo formativo en el aula y fuera de ella. Existen muchas, aquí

mencionaremos sólo algunas: La clínica o asesoría, los talleres, las clases magistrales,

ojalá breves y pocas, para introducir los temas o fortalecer algún aspecto teórico o

metodológico que ofrezca especial dificultad; trabajos de campo o prácticas; foros y

debates sobre temas candentes.

Existe otra posibilidad que es más que una práctica pedagógica y que bien puede

desarrollarse sirviéndose de la propuesta de seminario Investigativo y hasta de éste en

combinación con otras. Nos referimos a la clase problematizada, que posibilita la

articulación entre el trabajo de investigación formativa de los estudiantes y el de

investigación propiamente dicha de los docentes. Ella consiste en asumir el contenido

temático de un curso no desde lo que el profesor sabe o conoce, sino desde aquello que

quiere saber. Es decir, cada tema del curso se asume como un problema para investigar

colectivamente, tanto por el profesor como por los estudiantes, pues el curso en su

totalidad debe asumirse como laboratorio para el proyecto de investigación que el

profesor está desarrollando junto con otros profesores de su facultad; el curso, entonces,

va a ser como un “pretexto” para la exploración del profesor, en equipo con sus

estudiantes. Y como se trata de avanzar en el conocimiento de algunos asuntos muy

importantes para adelantar el proyecto; éste no puede articularse -como es lo normal-

alrededor de los conocimientos del profesor, sino justamente alrededor de lo que no sabe

y quiere saber, por ejemplo, otras perspectivas de autores desconocidos, métodos o rutas

seguidas por otros investigadores... Aquí, investigación y docencia posibilitan avances

que, de otra manera, no podrían conseguirse.

Algunas recomendaciones sobre la evaluación

El problema de la evaluación es, sin duda alguna, el más álgido en todo intento de

reforma curricular. Si no existe una buena correspondencia entre las teorías y prácticas

pedagógicas y la modalidad de evaluación, el proceso corre el riesgo de caer en un sin

sentido y en el fracaso. Este juicio puede ajustarse a muchos casos en la historia de las

reformas académicas en el país. En la mayoría de los casos, la evaluación es algo así

como un remiendo, algo que se adiciona o superpone al proceso académico y curricular, y

no se la asume como parte integral y sustancial de todo el proceso. Más aún. No se tiene

claro qué hacer con ella. En ocasiones se la reduce a un registro de actividades a las que

se les asignan valores cuantitativos o denominaciones cualitativas (en estos casos el

problema se reduce a un asunto de calificación que, siendo importante, no agota el

problema) o bien se la constriñe a la actividad casi maniática del control y la formalización

de las actividades, como si se tratara del registro frío de movimiento de cuerpos en una

pantalla.

Page 106: Revista Actas Pedagógicas Nº5

En el caso del seminario investigativo, cada uno de los roles adjudicados a los diferentes

participantes en las sesiones van conformando un sistema evaluativo de conjunto. Es

decir, que cada papel permite evaluar: la formación de un cierto carácter moral

(responsabilidad, cumplimiento, autonomía y capacidad critica); el desarrollo de las

competencias en el manejo del lenguaje (leer, escribir, argumentar); la formulación y

elaboración de preguntas pertinentes al tema; la capacidad de resumir, discriminar y

hacer síntesis; la actitud de búsqueda y constancia y el ejercicio de trabajar en equipo.

Habría que evaluar efectivamente la totalidad de esos procesos. Hasta ahora, nuestras

prácticas evaluativas no van más allá de dar cuenta más o menos ajustadamente de la

apropiación de ciertas destrezas, (procedimientos, técnicas) y conocimientos teóricos

mientras el resto de aspectos quedan en el olvido, como ocurre en la inmensas mayoría

de instituciones educativas.

En última instancia, estamos construyendo un proceso formativo que incluye, al menos,

los siguientes aspectos: destrezas investigativas, apropiación efectiva de conocimientos,

desarrollo y construcción de la creatividad. Es decir, todo lo anteriormente escrito, hace

parte de lo que se denomina el ethos del investigador.

Algunas ideas adicionales

Habría que buscar unas prácticas evaluativas que, en efecto, midan la totalidad de los

procesos que el proyecto pedagógico promueve. Asimismo, sería necesario insistir en una

evaluación que haga conciencia en el estudiante de que los conocimientos se construyen

y que son provisionales y no absolutos. Esto lo pregonamos con insistencia, pero la forma

como presentamos las teorías y doctrinas y la manera como evaluamos la experiencia de

los estudiantes con ellas, lleva a formar, de hecho, en los estudiantes una idea contraria.

Una buena manera de empezar a romper con estas prácticas es insistir en evaluaciones

que den cuenta de la comprensión de tales doctrinas y teorías y de su relación y

diferencia con otras. Y, más aún, lograr que en las evaluaciones se haga claridad sobre

dos momentos: Uno es el de la comprensión del texto ( ¿Qué dice el autor?) y otro

distinto, el de su opinión o critica sobre ese texto ( ¿Qué opino acerca de lo que el autor

afirma?).

Cuando se trata de escribir ensayos o de hacer exposiciones en las que el estudiante

debe proponer alguna tesis o punto de vista, hay que dejar muy en claro que no se trata

de presentar sólo aquello que el estudiante piensa sino, más bien, de sustentar con

argumentos por qué piensa lo que piensa ( Argumentar es dar buenas razones). Y por

otra parte, el estudiante debe dar cuenta de las fuentes en las que se apoya; de las tesis

de autores, que comparte total o parcialmente o que rechaza, en las cuales se basó para

que le ayudarán a construir su punto de vista. Esto es importante pues, a menudo, se

piensa, por ejemplo, que un ensayo consiste en hacer afirmaciones, en dejar sentadas

Page 107: Revista Actas Pedagógicas Nº5

verdades propias sin tomarse la molestia de sustentarlas cuidadosamente. También se

piensa que hacer un ensayo es contar o describir algún hecho; contar una película o

transcribir el texto que se propuso como motivación para escribir. Por el contrario, se trata

de argumentar, pues el profesor va a calificar, en estos casos, no qué piensa el estudiante

sino la forma y recursos de los que se vale para sustentar dicha opinión, aunque no la

comparta.

Quizás, lo más importante, en lugar de los trabajos repentinos que se elaboran una

semana antes o el día de la entrega 7y en lugar de las evaluaciones tensionantes de

pregunta y respuestas bajo la mirada “inquisidora” del profesor, sería propugnar por

trabajos que se construyen poco a poco, se corrigen y, si es el caso, se desbaratan. En

otras palabras, trabajos que tienen un tiempo largo para su ejecución y que se presentan

en entregas, en fechas determinadas, que el profesor analiza y presenta sugerencias,

para que el estudiante discuta, pregunte, elabore de nuevo. Este tipo de trabajo,

desesperante para muchos que prefieren una nota de “dos” a tener que volver a empezar,

crea la conciencia práctica del conocimiento como construcción y una disciplina de

búsqueda, esfuerzo y elaboración que van más allá de trabajar para cumplir o responder

un cuestionario o un ejercicio y poder demostrar que se retuvo la información. Todo esto

educa en el trabajo investigativo. Darwin, Newton o Freud no llegaron a sus conclusiones

en una tarde de iluminación en su escritorio. Gastaron muchos años de su vida

elaborando y destruyendo conceptos y teorías que, por mucho que se aprecien, en

últimas, nunca terminaron totalmente.

Por otra parte, se hace necesario terminar de suprimir toda esa carga de autoridad, por

demás aplastante para el propio profesor, que todavía conserva. Si el proceso es cada

vez más colectivo en el aula, la evaluación tendría que encaminarse también hacia allá.

Por supuesto, el profesor debe seguir siendo la ultima instancia pero no, la primera ni la

única; es decir, habría que insistir en la autoevaluación – que fortalece la autonomía y la

autocrítica - y la evaluación en grupo, de cada estudiante, del profesor, del grupo y de la

experiencia en todo el semestre pero colectivamente. Lo más coherente sería poner en

juego todos estos momentos con la visión del profesor para llegar a una evaluación

mucho más global y, en últimas, más objetiva, si se piensa que la objetividad es el

resultado de la intersubjetividad. Esto es mucho más coherente con todo el proceso

pedagógico de Investigación formativa.

Obstáculos

El principal obstáculo que aparece en el camino para impedir que nos apropiemos del

sentido profundo de esta propuesta tiene que ver con una contradicción flagrante entre el

valor fundamental que ésta genera, la autonomía, y el propio carácter y la formación que,

de hecho, la sociedad promueve, la heteronomía. En otras palabras, mientras la

propuesta de investigación formativa insiste en la idea de formar a nuestros jóvenes para

el uso de su libertad, entendida ésta como la autodeterminación responsable, a diario, el

Page 108: Revista Actas Pedagógicas Nº5

mundo en que vivimos los hace dependientes moral e intelectualmente y les coarta

permanentemente su capacidad reflexiva y crítica.

De acuerdo con Adorno, “La organización social en la que vivimos es, hoy como ayer,

heterónoma, esto es, que ningún hombre puede existir en la sociedad de hoy según su

propia determinación; que, mientras esto es así, la sociedad forma a los hombres por

medio de innumerables instancias y canales mediadores; que ellos tragan y aceptan todo

desde el interior de esta figura heterónoma que escapa a ellos. Eso llega entonces

naturalmente también hasta las instituciones, hasta la discusión de la enseñanza política y

a cuestiones similares. Propiamente, el problema de la mayoría de edad hoy es cómo ser

uno - y quién es ese “Uno” es también ya una gran pregunta- puede oponerse y ofrecer

resistencia”.4

No en vano, y aquí nos acercamos a otro obstáculo, la formación heterónoma,

dependiente, que se ha consolidado desde el hogar hasta el colegio, lleva a que nuestros

estudiantes entren en crisis y no sepan cómo utilizar su libertad cuando se les exige

hacerlo. Esto ocurre cuando, acostumbrados a prácticas pedagógicas en las que el

profesor hace las veces de “dispensador” de información que repleta los “vasos vacíos” de

sus estudiantes, éste afirma que él no es dispensador y que ellos no son vasos vacíos.

Peor aún, sucede cuando los convoca a trabajar duramente, cada uno por su cuenta, y,

más tarde, todos en equipo para producir ideas y conocimiento. Entonces sobreviene el

desconcierto pues a los alumnos les resulta muy difícil abandonar su actitud pasiva de

receptor, de vasos vacíos, para asumir la nueva de participarte activo, productor de

conocimiento.

Algo no muy distinto ocurre con nuestros profesores quienes, como buenos hijos de

nuestro tiempo, han sido formados también en la heteronomía y también enfrentan todo

tipo de dificultades para asumir la nueva relación con el estudiante y con el conocimiento

que esta practica pedagógica les propone. El seminario investigativo los invita a no

enseñar como pensaba Sócrates 5 , es decir, les exige asumir el conocimiento como algo

que se construye colectivamente; más aún, como un proceso vivo y cambiante y no, como

un listado de fórmulas o de procedimientos que se acumulan celosamente para ser

vertidos de tanto en tanto, a cuenta gotas, en los receptáculos vacíos llamados

estudiantes. De allí se desprende que el seminario investigativo también exija una relación

distinta con los alumnos. A estos hay que tratarlos como sujetos inteligentes tan capaces

de pensar como nosotros. Y, sobre todo, es necesario asumirlos como sujetos racionales

y sensibles, que discuten y construyen en equipo. Podríamos decir que se debe cumplir el

rol de un entrenador que, simplemente, ayuda - con base en su experiencia - a que el

4 ADORNO, Theodor y Becker Hellmut. Educación para la Mayoría de Edad. Conversación grabada en los

estudios de la Radio Hasseen, RFA, el 16 de Julio de 1969, seis días antes de que Adorno partiera para las que

serían sus últimas vacaciones (fallecería a consecuencia de un infarto el 6 de Agosto) Traducción de R.J.V.

Page 109: Revista Actas Pedagógicas Nº5

deportista de alto rendimiento, capaz y competente, se ejercite cotidianamente en el uso

de sus propias facultades.

Existen, por supuesto, muchas otras dificultades que actúan en contra de la adopción de

esta propuesta. Algunas hunden sus raíces en lo más profundo de nuestra cultura como

esa herencia mezquina y simuladora de la sociedad hispánica denunciada por Rafael

Gutiérrez Girardot6, que promueve el resentimiento y que se resiste a toda forma de

pensamiento ilustrado, aunque el peor influjo no nos viene de esa herencia hispánica. Su

lugar lo ha ocupado el individualismo y el pragmatismo desembozado y vulgar; que

pretende que lo único que tiene valor o sentido es aquello que derive un uso práctico

inmediato; que sea útil en la medida en que satisfaga nuestros apetitos inmediatos y nos

represente algún beneficio económico o nos haga apetecibles como objetos de lujo que

se venden bien. Es así como el consumismo y el ethos del “triunfador” han sustituido el

pensamiento y la mentalidad critica, olvidando que, sin ella no hay pensamiento porque,

en últimas, el pensamiento es critica. Dicho consumismo, que es como una máquina del

deseo, manipula nuestros apetitos para obligarnos a comprar y nos ilusiona con la idea de

que somos libres de escoger y no se detiene ante nada para conseguir lo que desea

(como el modelo de héroe Hollywodesco).

Adicionalmente, nuestro medio cultural no promueve el cultivo de las facultades que nos

hacen propiamente humanos; no se cultiva el arte ni el buen gusto moral. Y algo tan

básico como el cultivo del lenguaje tampoco tiene arraigo en nuestra cultura. Aquí nos

encontramos con un obstáculo tremendo: Nuestro pensamiento está soportado por el

lenguaje, pues con él pensamos (tenga éste la forma de imágenes visuales o imágenes

acústicas. Todo aquel que tenga problemas con el manejo de su lengua materna también

los presenta para aprender, cualquiera que sea el ámbito del saber en el que se ocupe.

De la misma manera, nuestro atraso centenario en el cultivo de la lengua escrita, sumado

al desprecio que la escuela hasembrado en los estudiantes, nos conducen a una dificultad

mayor: El lenguaje escrito es el espacio por excelencia del pensamiento reflexivo. Así,

quien escribe sin saberlo vuelve una y otra vez sobre lo que piensa, lo hace tres o cuatro

veces.Adicionalmente, nuestra torpe y tortuosa relación con el lenguaje esconde todavía

otros problemas, a saber:

Toda lengua es una forma de vida, de vivir en el mundo de cada grupo humano en un

momento determinado de la historia; y todo lenguaje hace posible nuestra relación con el

mundo y nuestra apropiación - construcción- de la realidad. Pues bien, ya pueden intuirse

las incalculables dificultades que se originan en el desprecio y abandono del cultivo del

lenguaje entre nuestros estudiantes y profesores. En este sentido, el aporte hecho por

Cassirer en relación con la función simbólica del lenguaje permite ampliar y reforzar la

6 Gutiérrez Girardot Rafael. Universidad y sociedad. Argumentos. Bogotá. Número 14 - 17. 1986. pág. 63 a

76.

Page 110: Revista Actas Pedagógicas Nº5

idea anteriormente enunciada: “El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen partes

de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbólica, la urdimbre

complicada de la experiencia humana”.8

Los lectores de este artículo bien pueden llegar a pensar que semejante listado de

dificultades no es más que una excusa para justificar la incapacidad, en primer lugar de

quien escribe, de las instituciones educativas y los profesores para sacar adelante

propuestas como ésta. Todo lo contrario: Preferimos partir de la dificultad para enfrentarla

y superarla, pero para lograrlo es necesario contar con un espíritu recio. Hay que

apegarse a los hechos, para no llamarse a engaños y así saber que el conocimiento

implica trabajo y esfuerzo, aunque también satisfacciones, que ninguna otra empresa

podría proporcionar. Se hace pertinente recordar a Fausto:

“También esta noche, tierra, permaneciste firme.

Y ahora renaces de nuevo a mi alrededor.

y alientas otra vez en mí

la aspiración de luchar sin descanso

por una altísima existencia.”9

Notas 1 Fines del siglo XVIII y mediados XIX que tiene sus antecedentes en el siglo XVI con la

revolución burguesa en Inglaterra y la revolución industrial. 2 KANT, Emmanuel. “Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?”. En Filosofía de

la historia. Bogotá Fondo de Cultura Económica, 1994. P25 y 26. 3 ZULETA, Estanislao, “Sobre la lectura”. Primera publicación: Revista “Discusión” No 2

Julio - Septiembre, 1974 4 ADORNO, Theodor y Becker Hellmut. “Educación para la Mayoría de Edad”.

Conversación grabada en los estudios de la Radio Hasseen, RFA, el 16 de Julio de 1969,

seis días antes de que Adorno partiera para las que serían sus últimas vacaciones (

Fallecería a consecuencia de un infarto el 6 de agosto) Traducción de R.J.V. 6 GUTIERREZ GIRARDOT, Rafael.” Universidad y sociedad”. Argumentos. Bogotá.

Número 14 - 17. 1986. pág. 63 a 76.

Bibliografía

ADORNO, Theodor y BECKER Hellmut. Educación para la Mayoría de Edad. Conversación grabada en los estudios de la Radio Hasseen, RFA, el 16 de Julio de 1969, Traducción de R.J.V.

GUTIERREZ GIRARDOT, Rafael. Universidad y sociedad. Argumentos. Bogotá. Número 14 - 17. 1986. pág. 63 a 76.

KANT, Emmanuel. Respuesta a la pregunta qué es la ilustración. En filosofía de la historia. Bogotá: Fundo de Cultura Económica 1994 pág. 25 y 26.

ZULETA,Estanislao, sobre la lectura. Primera publicación: Revista discusión No 2 Julio - Septiembre de 1974

Page 111: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Educación y Violencia

Por: Adalberto Dias de Caravalho*

Trad:Leonardo Solanilla**

Abstract

Contemporary scientific research, mainly through psychoanalysis and sociology, has

shown that Homo Violens are a facet of Homo Sapiens. In the meantime, violence has

emerged as a threat to the survival of humankind. Freedom itself was, for Kant, the

anthropological basis of human rationality that moves human beings towards self-

fulfillment. This paper, based on the critical thought of E.Weil, defends a proposal of an

educational process which, by analysing violence in philosophical terms, attempts to

oppose it.

Resumen

La investigación científica contemporánea, especialmente a través del psicoanálisis y la

sociología, ha mostrado que el Homo Violens es una dimensión del Homo Sapiens. Al

mismo tiempo, la violencia ha surgido como amenaza a la supervivencia de la humanidad.

La libertad era, para Kant, la base antropológica de la racionalidad humana y la

racionalidad conduce a los humanos hacia una autosatifacción. Este documento, basado

en el pensamiento crítico de E. Weil, defiende la propuesta de una educación que, al

reconocer la violencia en términos filosóficos, intenta ejercer oposición hacia ella.

Palabras claves

Violencia social, educación familiar, proyecto educativo, pertinencia, saber, autonomía,

libertad.

La educación ha desempeñado tradicionalmente la función antropológica vital de realizar

la integración del hombre con la humanidad, lo que significa notablemente, según las

palabras de Roger Dadouin (1993,38) “trabajar y tratar la estructura humana del Homo

Violens con el fin de mantener-por medios desviados, dementes, erróneos- su rumbo

como homo sapiens”.

No obstante, el asunto de la educación guarda, hoy por hoy, una relación (problemática)

con dos de las emergencias centrales del fenómeno de la violencia, aparentemente en

contradicción con el objetivo mencionado: A una, estudiada principalmente por el

psicoanálisis, se relaciona con las estrategias de rechazo de las pulsiones y se expresa

bajo la forma de una violencia social donde la educación familiar e institucional juegan su

papel decisivo.

Page 112: Revista Actas Pedagógicas Nº5

La otra, principal, arcaica, ancestral o atávica, parece pertenecer a la constitución misma

del ser humano en tanto que él vive su nacimiento y su evolución (psíquica y física) a

través del tiempo de una manera violenta: violencia de las irrupciones de las

manifestaciones del cuerpo adulto pero violencia también del paso inevitable del hilo

cronológico del tiempo.

Así se verifica la existencia de una contradicción en el seno mismo del segundo plano

antropológico del proyecto educativo: si las intenciones de educar aparecen como

proposiciones de trayectoria hacia el bien, sucede que ellas se confrontan, al mismo

tiempo, con dificultades que son verdaderos obstáculos de principio para su realización y,

de golpe, para su legitimidad. De aquí la constatación de un retroceso epistemológico de

la educación –desarrollado por algunos autores como D. Hameline, (1986), por ejemplo-

hacia el campo de la dialéctica y de la retórica, o estética de la palabra, en homenaje a

los sofistas; un retorno crítico avistado por J. Daignault (1985).

Este autor señala que, desde Sócrates, “en un mismo movimiento se implican

mutuamente la mediación de la pertinencia, el tercero excluido, el juicio de la pertinencia,

la interdicción de contar historias y la constitución de un saber universal”. (41) Después de

Sócrates se asiste igualmente a una “servidumbre de la pedagogía con respecto al saber”

que ordena el ejercicio del juicio de la pertinencia sobre la mediación de la pertinencia,

quitándole así el papel principal a la seducción que los sofistas ejercían sobre el pueblo

obrando “de conformidad con los cánones de las artes de la palabra y de la escena”,

génesis (interrumpida) de una estética de la pedagogía.

En seguida de esta ruptura introducida por Sócrates, Platón va a establecer un lazo muy

estrecho entre el mal y la ignorancia: el mal no es porque participa del no-ser, en

contraposición al bien que es ciertamente porque participa del Ser en el mundo de las

ideas. De aquí la importancia de una pedagogía del saber encargada de asegurar el saber

verdadero, vehículo de acceso simultáneo al saber-ser y al saber-hacer.

Para el cristianismo el saber no será aceptado como el único garante del paso entre lo

que es y lo que debería ser. Una pedagogía del saber-ser será exigida en una escuela

concebida como el medio moral para facilitar la conversión al bien por medio del ascenso

del estado de pecado al estado de gracia.

El humanismo definirá la distancia entre lo que es y lo que debería ser dentro de los

límites de lo que podría ser, es decir, se supone que la abolición de esta distancia “es en

lo sucesivo posible dentro de los límites mismos de nuestro mundo”. “Al mal-ignorancia y

al mal-radical sucede el mal-obstáculo. Porque, con la aparición del sujeto, se da la

posibilidad misma de una voluntad autónoma que se emancipa de los límites impuestos

hasta entonces por medio de una perspectiva estrictamente `objetivista´. Se elige

entonces afrontar el mal, combatirlo” (idem, 71). He allí el gran terreno de intervención

Page 113: Revista Actas Pedagógicas Nº5

para una pedagogía del saber-hacer que, inscrita en los límites de las leyes de la razón,

busca la construcción de la felicidad dentro de las fronteras de lo posible.

De una manera u otra, somos depositarios de la compleja herencia bosquejada, como lo

acabamos de ver, por aportes diferenciados –pero, de todas formas, encadenados- de la

filosofía pre- y post-socrática, de la doctrina judeo-cristiana y del humanismo iluminista.

Por otra parte, es en el contexto de esta herencia donde se constatan los propósitos

actuales de la educación para afirmarse en tanto que proyecto y estrategia de

construcción de comportamientos que favorecen los ideales de la paz, la justicia social, el

respeto ante el otro, la “citoyenneté”. Sería igualmente difícil aceptar gestiones educativas

con otras finalidades intencionales, sea bien cuando se valora sobretodo el principio de un

hombre que posee originariamente una naturaleza buena, sea bien cuando se pone en

primer plano la idea de un hombre que se ha vuelto peligroso por naturaleza como

consecuencia de un proceso de caída cualquiera, debiendo así ser objeto de una

regeneración, ciertamente por medio de la acción educativa.

La primera corriente tiene, de manera general, como representante toda la pedagogía

negativa de la no-direccionalidad, la cual, en sus expresiones más radicales, realiza la

fusión del “laisser-croître” de Rousseau con el “laisser-faire”, partiendo del niño pero

negando la escuela y el autoritarismo del maestro en tanto que focos de alienación.

Inspirándose totalmente en Rousseau, esta pedagogía se le opondrá en última instancia.

No obstante, antes de que esto suceda, compartirá con él la premisa de equivalencia

entre la naturaleza y la bondad de donde fluye el principio antropológico de ausencia de

peligrosidad en el hombre, fundamento, a su vez, del principio pedagógico que pone la

naturaleza como condición del despertar y la contestación educativas.

De esta manera, la libertad individual surge como el núcleo de legitimación de las

opciones pedagógicas, sea en lugar de la “polis” o de la “civitas”, símbolos de la tradición

greco-romana, sea en lugar de la salvación judeo-cristiana de inclinación ético-religiosa.

Dominadoras históricamente, estas visiones del mundo son ahora consideradas como

contrarias al punto de vista del hombre (niño) sujeto. En el marco de referencias de la

“paideia” –como los la evoca W. Jaeger (1968, 5-16)- en torno al hombre como ser

gregario o como yo autónomo, se levanta el hombre como idea, fin común a los poetas,

artistas, filósofos y educadores.

Esta mirada antropoplástica de los griegos sostiene sus concepciones educativas. En

verdad, dentro de su sentido filosófico de lo universal, es de la percepción de las leyes

profundas que gobiernan la naturaleza humana de donde emergen las normas que rigen

Page 114: Revista Actas Pedagógicas Nº5

la conducta individual y la estructura de la sociedad. La creación del hombre viviente se

tornará igualmente, por ellas, la más importante obra maestra.

Al lado de esta perspectiva antropo-social de la “paideia” –o del humanismo de la

“humanitas” de los latinos- la doctrina platónica del Timeo, en función de una caída

explicada por el paso del conocimiento al error, que condiciona el ejercicio de la voluntad,

no nos presenta, por consiguiente, la libertad como la facultad de elegir entre el bien y el

mal, sino simplemente como la tendencia al bien bajo la clarividencia del “logos”. Así

pues, la verdadera liberación tiene raíces en la purificación del espíritu que permite su

realización en el marco espontáneo de su ley.

La República, sin afrontar el dualismo inherente al a priori forma-materia, hace intervenir

el deseo y, de una manera general, los elementos irracionales del alma, como los

responsables de la violencia.

El componente judeo-cristiano de nuestra cultura introduce, usando la expresión de

P.Ricoeur(1960), el “mito de Adán” del origen del mal. Tal mito es “propiamente

antropológico” de acuerdo con la interpretación de F. Laplantine (1976), que agrega: “Lo

que hay de notable y absolutamente original en este mito es que esboza al hombre mismo

como la fuente del mal”.

No son los dioses, ni el destino o la materia los responsables de las desgracias que sufre

el hombre que no acepta ser su autor. A pesar de esto, el mito nos presenta cierta

“difracción del pecado en una cadena complicada de intermediarios” donde Satanás es la

“figura límite de la libertad pura y perversa” que permite que el hombre no sea “peligroso

absolutamente sino peligroso por contagio” (idem, 76).

De otro lado, el mismo autor nos señala que “la Biblia habla siempre del pecado desde la

perspectiva de la salud” lo que significa que “en el judeo-cristianismo, lo primero no es el

pesimismo de la `caída´ sino el optimismo de la cruz” (idem, 77).

Esta topología ternaria (creación-pecado/caída-redención/salvación) impondrá el sentido

de la historia y los itinerarios individuales esbozando, desde el mismo movimiento, la

finalidad religiosa de la educación, la cual deberá hacer conocer al hombre el alcance

moral y liberador de la precedencia ontológica del hombre creado y del hombre –Cristo.

Con el humanismo de las luces, el hombre se negará a ser “liberto criatura y no liberto

creador”. Kant, desde el seno de este marco ideológico, rechaza la idea de un mal

absoluto, fundado sobre una naturaleza del hombre, en beneficio de la concepción de un

mal radical, en tanto que corruptor de otros, pero principalmente donde el hombre es

solamente responsable moral por causa del mal uso (accidental y contingente) que hace

de su libertad. Difiriendo de Rousseau, Kant no parte del hombre natural sino del hombre

Page 115: Revista Actas Pedagógicas Nº5

civilizado. Esta posición no contradice, sin embargo, la concordancia de las finalidades

últimas de la naturaleza con del destino racional del hombre y evita los determinismos

naturales, proclamando la disposición moral que funda la esperanza y la realidad del

progreso.

Y he aquí que “sobre el terreno metodológico de la filosofía práctica, hay una antropología

moral´ que corresponde al tratamiento de una posible educación de la naturaleza

humana” (M. Castillo, 1990, 58). La humanidad – la totalidad humana- se vuelve porvenir

de ella misma, lo que tiene como consecuencia la vinculación del género humano a su

posteridad, mediado por el concepto moral de progreso y justificado por una precedencia

del derecho de la humanidad sobre los derechos de los hombres. Por esto, Kant propone

que “no se debe educar solamente a los niños del estado presente de la especie humana

sino a los de su estado futuro, posible y mejor, es decir, conforme a la Idea de humanidad

y a su destino total” (Réflexions sur l‟Education, 79-80).

Así, se llega a la contemporaneidad bajo el signo de un optimismo que ve los procesos

educativos, en su sentido antropológico, como procesos de humanización creciente ya

que es posible asir el bien y la felicidad a expensas de un debilitamiento y, al mismo

tiempo, de una negación del mal y de la violencia.

Para lograrlo se desarrolla toda una tecnología educativa que nos devuelve

sistemáticamente hacia el dominio de finalidades que sobrepasan los niveles empíricos de

la acción concreta. De una manera más o menos coherente, la educación adquiere un

estatuto teleológico donde los contextos de enunciación y de legitimación se enmarañan y

se justifican mutuamente. Esto en función de la aspiración del hombre a un ideal que tiene

el derecho de conocer y el deber de realizarse en tanto que ser racional, moral y/o

religioso. A veces la educación toma el lugar de la acción política y representa el papel de

una antropología práctica que transpone al nivel de la inmanencia los fines

transcendentes de la cultura.

De hecho, se puede decir, con Luc Ferry (1996) que, después del siglo XVIII se difunde

un vasto movimiento de humanización de lo divino paralelamente con “una lenta e

inexorable divinización de lo humano”. Pero nuestra época introduce la posibilidad de una

mirada escéptica sobre este doble movimiento sobretodo cuando desemboca sobre la

altivez del hombre-Dios que sucede a la arrogancia de la autocracia del hombre-sujeto.

La crítica a la ciencia, la tecnología y la soberanía de la razón emana de una toma de

conciencia provocada por el riesgo de anulación vital inherente ciertamente al poder

incontrolado de esta razón. Una ética del miedo (H. Jonas, 1990) reemplaza entonces a

una ética de la convicción. El llamado a la responsabilidad (E. Levinas, 1972) sobrepasa,

como principio antropológico, el papel primeramente jugado por la libertad.

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La obsolescencia reconocida y reforzada por la era tecnológica no admite sino la idea de

un progreso continuo y triunfal. Lo mismo acontece, de otro lado, con la alianza entre el

positivismo y la escatología que será denunciado inexorablemente con el fracaso de las

grandes ideologías políticas. La crítica del etnocentrismo, a su turno, hecha raíces en una

estrategia de descentralización de la hegemonía de una razón autosuficiente, es decir, del

racionalismo todo poderoso. El relativismo aflora igualmente cada vez más.

Estas tendencias están, entretanto, acompañadas, como ya lo hemos anotado, por el

(re)conocimiento (científico) del hombre como un ser cruel y, en consecuencia, como un

sujeto de acciones crueles, incluyendo la educación en tanto que tiene la arrogancia de

darse el derecho de ser autoritaria y represiva. La duda persiste (con Freud) en lo que

concierne a la posibilidad de la educación para ser capaz de perseguir otros caminos y

otras finalidades.

Desprovista de un fundamento transcendente, la educación puede estar condenada a

repetir y a profundizar la violencia del hombre. Esto esboza su misión y sus tareas sin

tener más la posibilidad de cubrir con un matiz moral el defecto (o la saturación) de

sentido de esta educación.

La crítica de la normatividad pedagógica está presente, durante la primera fase de

renovación de la educación contemporánea, en casi todos los discursos epistemológicos

de la investigación científica de la educación naciente que se organiza en torno al

paradigma positivista. Se rechaza la pedagogía especulativa en nombre de la objetividad

científica. La pedagogía tradicional privada de legitimidad busca un nuevo estatuto y se

presenta entonces como pedagogía experimental, pedagogía científica o desaparece

simplemente, dejando su espacio a la sicología y a la sociología o a las técnicas de

intervención educativas como l’enseignement programmé.

Para evitar también la coerción normativa, los aportes de inclinación más doctrinal, por

ejemplo los de Freinet o los de Dewey, negarán, el primero, la proposición de finalidades

hacia el futuro, el segundo, las ideas de absoluto e imperativo, afirmando el carácter

implícito y modificable de los valores con relación a los objetos y a las situaciones, en el

contexto de una moral pragmática. Montessori ensayará invertir el determinismo de las

fases del proceso neurótico definidas por el psicoanálisis, proponiendo una neutralidad

pedagógica del educador, condición para el inicio de un nuevo humanismo donde los

protagonistas serán los niños así liberados de las obligaciones perversas de los adultos.

En este contexto de crisis de la moral de la trascendencia, ¿representa el pensamiento

trágico un desenlace valedero en cuanto que lo trágico surge como la experiencia de la

irresponsabilidad humana y de un fracaso irremediable ante la circunstancia de no poseer

más que una disociación entre lo divino y lo malo?

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Nos parece que el “kantismo posthegeliano” de E. Weil (1967) aporta ciertamente aquí

una contribución muy interesante en la medida en que establece una relación fundamental

entre la libertad como principio antropológico que sostiene la elección humana y la

filosofía o la violencia como posibilidades. En efecto, para Weil, el hombre es un ser finito

y razonable. En consecuencia, la razón es una simple posibilidad de las que el hombre

dispone: “la otra posibilidad es la violencia”. Esto significa que no sólo la libertad define al

hombre. La violencia es también original e irreductible. En tanto que principio, no podrá

nunca eliminarse.

Así la elección primordial del hombre es una elección libre, anterior a la razón. La elección

por el discurso filosófico no representa una necesidad sino un hecho de libertad “de un

sujeto finito que se levanta por encima de su finitud mediante el pensamiento obrante”. El

“kantismo posthegeliano” de Weil muestra en la conciencia que el homber puede elegir

entre el discurso y la violencia. (M. Perine, 1991)

Con la definición compleja de hombre como ser razonable y finito, la infinitud y la

racionalidad no son más atributos necesarios en el marco de una ontología del hombre,

pero al fin y al cabo posibilidades esbozan en el horizonte de una realización de

potencialidades de este hombre. Es decir, el discurso filosófico no se desprende

necesariamente del centro de una dialéctica finalizada de lo humano porque, como punto

de partida, el ser humano es, por naturaleza, libre y no racional.

En tanto que ser humano, solamente la dimensión de ser razonable es necesaria. Así, el

homo violens no deja de ser homo sapiens. Será, tal vez, menos coherente con su perfil

razonable. Pero, este defecto de coherencia –valedero sobretodo desde la óptica del

discurso racional- no lo despoja de su humanidad. Antes de la razón, la humanidad exige

la precedencia ontológica de la libertad. Este es, de hecho, el verdadero principio

antropológico como principio pre-racional. Este será el único estatuto que permitirá la

coherencia del la elección primordial entre la filosofía (expresión suprema de la razón) y la

violencia.

La libertad como principio es también un principio trágico en la medida que hace posible

que se destruya la coherencia de la dialéctica de la realización racional a través de la

opción por la violencia. Principio trágico igualmente porque la opción por la violencia

amenaza las raíces del principio fundamental de la libertad. Sin embargo, como causa

misma ante sus contrarios, este principio deberá yacer siempre como principio

antropológico en nombre de la coherencia de la humanidad como totalidad dialéctica.

K. Popper (1971) ha percibido esta dimensión trágica de lo humano y, no pudiendo

aceptar sus consecuencias históricas proyectadas en la barbarie de la guerra, proclama

de nuevo la necesidad de ser razonable, lo que implica la tolerancia incondicional bajo la

forma de una fe irracional en lo que concierne a “los derechos iguales y recíprocos de

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convencer a los otros y de ser convencido por ellos”. Esta proclamación presupone, en el

límite, una fe en la razón humana y una creencia en un hombre que no podrá jamás ser

reducido a una configuración racional integral.

Todas estas reflexiones ayudan a reforzar el esclarecimiento del alcance antropológico de

la educación en relación con la idea de plasticidad del hombre en el seno de un ideal de

perfectibilidad que todas las filosofías de inspiración humanista ponen en primer plano.

Con este propósito, se pueden tomar dos posiciones: la una se encamina, simplemente,

mediante la aceptación de la negación de todo el finalismo, a perseguir los puntos de vista

de las teorías de la auto-organización y de la auto-regulación; la otra, implica la aplicación

de la vocación crítica radical de la razón filosófica a la razón pedagógica.

La primera posición no sólo elimina la pregunta de base, sino que, desde nuestro punto

de vista, suprime también de una manera reductora la naturaleza misma de la educación

en tanto que proyecto y proceso humano donde las finalidades están presentes

necesariamente y condicionan las opciones. Todo el proyecto educativo se funda en una

elección subjetiva previa –si bien revisable- que es, de otro lado, una emergencia de la

libertad (pre)razonable del hombre.

La segunda vía impone el reconocimiento de la importancia de la filosofía de la educación

en tanto que vanguardia de la coherencia y de la apertura de los presupuestos filosóficos

de los propósitos educativos. Coherencia racional del discurso y apertura (difícil y

vigilante) extrañeza indeseable (pero posible) de la violencia al nivel de la negatividad del

hombre, pero de una negatividad imposible de sobrepasar en el plano antropológico. De

aquí la necesidad de la filosofía como conocimiento de “lo que resiste y amenaza”, de

una filosofía donde “la razón sabría ser para el hombre únicamente el medium de la

violencia, porque jamás el hombre ha salido del dominio donde la violencia y el miedo son

posibles”. (M. Perine, 1991, 141)

Se puede concluir que la educación contemporánea (hacia la citoyenneté, la paz, la

educación intercultural, ambiental, etc.) cuya necesidad es más urgente que nunca –junto

con la realización de la perfectibilidad del hombre- a causa de su supervivencia, pasa por

la razón filosófica. En efecto, esta educación deberá ser previamente una educación

capaz de desarrollar la capacidad cultural –y no solamente biológica- de una resistencia

vital: resistencia a la violencia percibida como característica humana atávica pero que, en

tanto que tal, se deberá identificar y circunscribir en lo que concierne a su realización en el

nivel de la historia. En nombre de una libertad razonable que la reconoce pero que,

sobrepasada como libertad racional, no acepta más a su inferior. Por lo tanto, se le

reconoce en el marco de una razón abierta, la cual examina, a nivel antropológico, la

negatividad violenta del hombre (pese a no admitirlo en su centro de coherencia).

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No se elimina la violencia, se la combate y se le resiste sin ningún tipo de dogmas. Se

trata pues de empeñarse libre y conscientemente en el proyecto de una educación

(filosófica) del hombre.

*Universidade do Porto, Universidade Portucalense, Porto, Portugal. Traducción de

“Education et Violence”. http//www.bu..edu/wcp/Papers/Educ/EducDias.html.

**Leonardo Solanilla es PhD en matemáticas de Tulane University, New Orleans, USA e

Ingeniero eléctrico de la Universidad de los Andes. Estuvo vinculado al CEDIP de

Coruniversitaria y actualmente es profesor de la facultad de Matemáticas de la

Universidad del Tolima.

Bibliografía

DADOIN, R. La violence. París: Hatier, 1993.

HAMEINE, D. L‟éducation et ses propos. Paris: PUF, 1986.

DAIGNAULT, J. Pour une esthétique de la pédagogie. París: Vuibert, 1985.

JAEGER, W. Paideia. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1968.

RICOEUR P. La symbolique du mal. París: Aubier, 1960.

LAPLANTINE, F. La violence dans l‟histoire. Paris: PUF, 1976.

CASTILLO, M. Fondements anthropologiques de la philosophie de Kant. París: PUF, 1990.

FERRY L. L‟homme-Dieu. Paris: Grasset, 1996.

JONAS, H. Le principe responsabilité. París: Cerl, 1990.

LEVINAS, E. Humanisme de l‟autre homme. Montpellier: F. Morgana, 1972.

WEIL, E. Logique et philosophie. París: Vrin, 1967.

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Page 121: Revista Actas Pedagógicas Nº5

Reseña

Uslar Pietri Arturo. La isla de Robinson.

Oveja Negra. Bogotá, 1980.

Pocas veces, la literatura tiene la oportunidad de hablar de pedagogía. Pero, en este caso

de La isla de Robinson es éste el mejor texto para entender la historia de la educación en

América Latina. Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, es su protagonista.

Al igual que El general en su laberinto de García Márquez, la obra comienza con

Rodríguez cuando viajaba en un bote hacia Perú. Derrotado y anciano, Rodríguez narrará

sus peripecias para poder instaurar el plan de educación republicana en el Nuevo Mundo.

Los maestros lectores encontrarán en estas paginas situaciones parecidas a las las que

vivimos en la actualidad. Entenderán el significado que tiene la educación para un país

dependiente y el sentido de ésta en los planes políticos de un Estado.

Las ideas de la Ilustración traspasan el discurso del maestro de Bolívar y se convierten en

un grito y un reclamo de la historia. Sin educación no es posible la igualdad social y sin

ésta, la democracia es solo una farsa. Rodríguez se niega a aceptar los simulacros de la

naciente burocracia santafereña y sufre en carne propia su condición de librepensador.

La Isla de Robinson es un texto de obligada lectura para los profesores que sienten

necesario reclamar su papel en la sociedad contemporánea. Al finalizar el libro queda la

sensación de que nada puede hacerse sin antes conocer nuestro pasado. Las ideas que

promovieron la denominada Independencia, aún hoy, pueden parecer escandalosas pues,

en el fondo, las condiciones de 1840 y las de este naciente siglo continúan siendo las

mismas.

***********************************

Los siete saberes necesarios para la educación

Elaborado para la Unesco por Edgar Morin, como contribución a la reflexión internacional

sobre cómo educar para un futuro sostenible.

Documento reeditado para el MEN por el ICFES, Bogotá, D.C.Colombia, noviembre de

2000. Original, Unesco, París, octubre de 1999. Reproducción autorizada por la UNESCO

a solicitud del MEN como documento que se socializará durante el "Congreso

internacional de pensamiento complejo", Universidad Externado de Colombia, Bogotá,

noviembre de 2000.

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El fenómeno de mundialización y sus transformaciones sociales es objeto del interés y

reflexión de intelectuales como Edgar Morin y de instituciones como la Unesco, quienes

conscientes de las grandes tensiones que éste produce, unen esfuerzos con el fin de

aportar soluciones a los problemas que afectan a la humanidad.

Los siete saberes fundamentales para la educación proponen una adecuación de ésta a

los nuevos paradigmas que pueden contribuir a formar individuos más racionales,

capaces de comprender la sociedad y el mundo en que viven, pues, los daños producidos

por el progreso comprometen peligrosamente la vida del planeta. Sus manifestaciones

son alarmantes: Escasean los recursos no renovables; la contaminación destruye la

naturaleza y el aumento del desempleo, vinculado al progreso tecnológico, constituye una

fuente de desigualdad. Por estas razones, es preciso reconsiderar la educación en

función de esa evolución inevitable.

Los siete saberes necesarios, en su orden son: Las cegueras del conocimiento; el error y

la ilusión; los principios de un conocimiento pertinente; enseñar la condición humana;

enseñar la identidad terrenal; enfrentar las incertidumbres; enseñar la comprensión; y la

ética del género humano. Cada uno de ellos es una invitación a la lucidez; a conocer los

objetos en sus contextos, complejidades y conjuntos; a reconocer la transdisciplinariedad

como el lazo indisoluble entre la unidad y la diversidad de lo humano; a aceptar que todos

nos confrontamos desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, y vivimos un

destino común; a incluir las incertidumbres que han aparecido en las ciencias, con el fin

de afrontar y asumir lo inesperado; a reformar las mentalidades para lograr la

comprensión mutua entre humanos; a recordar que somos individuos integrados a una

sociedad y a una especie.

Edgar Morin en este trabajo reconoce en la educación el camino para preparar a las

generaciones venideras para las exigencias del mundo actual. Además, pretende

sensibilizar a las personas encargadas de la educación, sobre los grandes vacíos que

caracterizan su formación académica e intelectual.

8 CASSIRER, Ernst. Antropología Filosófica. Fondo de Cultura Económica. Bogotá 1993. pág. 47

9 Citado por Estanislao Zuleta en su “Elogio de la Dificultad y otros Ensayos” Fundación Estanislao Zuleta.

Editor Alberto Valencia. Calí. 1997. pág. 16