Resolución de conflictos como caja de herramientasen una facilitación organizacional
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C.I.S. CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIO JURIDICASVolumen 13, Número 13Enero – junio del 2011
ISSN 0124-7255
FACULTAD DE DERECHOBucaramanga
En proceso de ReindexaciónPUBLINDEX – COLCIENCIAS
Director/EditorMarien Yolanda Correa CorredorJaime Gutiérrez Ribero
Comité editorialGutierrez ribero, Jaime. Doctor en Derecho y Ciencias Políticas de la Univer-sidad Externado de Colombia. Exmagistrado de la Sala Penal del Tribunal Su-perior de Bucaramanga. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga.
González laGier, Daniel. Doctorado en Derecho de la Universidad de Ali-cante. Profesor titular de la Universidad de Alicante. Miembro del Consejo editorial de la Revista DOXA.
lópez Daza, Germán Alonso. Doctorado en Derecho Constitucional de la Universidad de Paris II, Panthéon assas. Docente de medio tiempo del pro-grama de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Neiva.
Santamaria Sarmiento, Luis Carlos. Abogado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Especialista en Derecho Publico y Económico de la Univer-sidad de los Andes. Exdirector del Centro de Investigaciones Sociojuridicas del programa de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga. Director Administrativo y Financiero de la misma institución.
zuluaGa Gil, Ricardo. Doctorado en Derecho de la Universidad de Sala-manca. Director de la Revista Criterio Jurídico de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali. Docente titular de la misma institución.
Comité científicopiñar mañaS, José Luis. Doctor en Derecho Universidad Complutense de Madrid. Catedrático Derecho Administrativo Universidad CEU-San Pablo de Madrid. Decano Honorario Facultad de Derecho Universidad de Castilla-La Mancha. Recibió, junto con la Profesora Real Pérez, el Premio San Raimundo de Peñafort de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y el Pre-mio de Investigación de la Confederación Iberoamericana de Fundaciones. Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legis-lación. Autor de numerosas publicaciones.
aGuiló reGla, Josep. Doctorado en Derecho Universidad de Alicante. Profe-sor titular de la Universidad de Alicante. Miembro del Consejo editorial de la Revista DOXA.
González laGier, Daniel. Doctorado en Derecho de la Universidad de Alicante. Profesor titular de la Universidad de Alicante. Miembro del Consejo editorial de la Revista DOXA.
parDo martinez, Orlando. Doctorado en Derecho de la Universidad de Alicante. Director de la Escuela de Derecho de la Universidad Industrial de Santander. Miembro del Comité editorial de la Revista Reflexión Política.
Pares evaluadoresCésar Augusto Romero MolinaErnesto Rueda PuyanaFranz Hederich GarcíaJuan Carlos Morales Meléndez
En proceso de reindexación ante Publindex-Colciencias Publicación de carácter científico y jurídico social que promueve la creación de conocimiento, abierta para divulgar los avances que se alcancen en las disciplinas del Derecho dentro y fuera de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Bucaramanga.
Los artículos y conceptos aquí contenidos no comprometen la Institución, y por tanto se publican bajo la exclusiva responsabilidad de los autores, quienes autorizan su inclusión en esta edición.
Al citar trabajos publicados en esta Revista se debe incluir siempre la siguiente información: Revista DIXI (Bucaramanga, Colombia), 13, pp. __, 2011, abrilCorreo electrónico: [email protected]
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Dirección EduccLuisa Fernanda Muñoz
Corrección de estiloLiliana Ortiz
Revisión textos inglésLeonardo Cano
Diagramación Leonardo Cuellar V.
ImpresiónTeoría del Color, Medellín, ColombiaCarlos Mario Pérez, Gerente
��Contenido
5 Editorial
�� AUTOR�EXTRANJERO�INVITADO 8 Revolución tecnológica, nueva administración y derechos fundamentales Technological revolution, new management and basic rights José Luis Piñar Mañas
�� DERECHO�Y�POLÍTICAS�PÚBLICAS 34 Propuesta académica para la reforma del Sistema General de Seguridad Social en Salud Academic proposal for a reform of Social Security System in Health Care Amalia Tapias Tapias y Ernesto Rueda Puyana
53 Derecho, política e integración Law, politics and integration Oscar Iván Sosa Valenzuela y Mario Andrés Huertas Ramos
82 Una aproximación al precedente administrativo en Colombia. Leyes 1340 del 2009 y 1395 del 2010 An approach to an administrative precedent in Colombia – Acts 1340, 2009 and 1395, 2010 César Augusto Romero Molina, Ximena Cristina García Caicedo y Carlos Miguel Lanzziano Rizo
��MECANISMOS�ALTERNATIVOS�DE�RESOLUCIÓN�DE�CONFLICTOS 94 Resolución de conflictos como caja de herramientas en una facilitación organizacional Conflict resolution as a toolbox in an organizational facilitating Harbey Peña Sandoval
109 La conciliación de conflictos: ¿solución o descongestión? Conflict reconciliation – A solution or release? Beltrán de Jesús Restrepo Arredondo
�� PEDAGOGÍA�JURÍDICA 122 Paradigma jurídico uceista Uceista legal paradigm Eduard Humberto Rodríguez Meléndez
147 Acoso escolar, un problema complejo e invisible: visión social y jurídica Bullying, a complex and hidden issue. A socio-legal perspective Marien Yolanda Correa Corredor, Carlos Armando Villamizar Portilla, Edgar Mauricio Jaimes Guerrero, Elba Alvarado Rivera y Rosalba Quijano Plata
�� DERECHO�PRIVADO� 166 El derecho colombiano frente al uso de información privilegiada en el mercado de valores Colombia’s law against use of insiders in the stock market Camilo Euclides Quiñonez Avendaño 183 La titularización: figura financiera para procurar liquidez en empresas públicas y privadas Securitization – A financial concept to endeavor liquidity in public and private businesses Flavio Alberto Manjarrés Vargas
�� FILOSOFÍA�Y�TEORÍA�DEL�DERECHO 198 La filosofía de David Hume en la Teoría Pura del Derecho de Hans Kelsen: metafísica y justicia The philosophy by David Hume in Hans Kelsen’s Pure Theory of Law – Metaphysics and justice Juan Pablo Sterling Casas
�� Anexos 209 Convocatoria para publicación de artículos Revista DIxI Edición No. 13 Calling for articles publication Revista DIXI Issue N. 13
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Resolución de conflictos como caja
de herramientas en una facilitación
organizacional*
Harbey Peña Sandoval**
Instituto para el Análisis y la Resolución de ConflictosUniversidad de George Mason, Washington D.C.
Resumen
En la resolución de conflictos existen diferentes marcos teóricos para entender sus
fuentes, aplicaciones, teorías, métodos, etc. La resolución de conflictos podría ser
pensada como la integración de tres componentes: teoría, práctica e investigación.
Muchos profesionales y académicos en esta disciplina reconocen la importancia de la
integración de la teoría y la práctica; sin embargo, la brecha entre ellas es ampliamente
aceptada como una de las debilidades de su relación. El presente trabajo busca ilustrar
cómo la resolución de conflictos entendida como una caja de herramientas ayuda a
cerrar la brecha entre la teoría y la práctica, a través de la práctica reflexiva en un caso
de facilitación en una organización internacional.
Palabras clave
Caja de herramientas, conflicto, facilitación, MASC, resolución.
* Este trabajo fue escrito dentro de los estudios de maestría del autor, apoyado y facilitado con
asesoría de Nancy Beiter, PhD en análisis y resolución de conflictos; Julia Roig, presidenta de
Partners for Democaratic Change (PDC); LeliaMooney, directora de los Programas para Lati-
noamérica, y Alejandro Beeche, asociado en PDC.
** Abogado y mediador colombiano con 10 años de experiencia en mecanismos alternativos de
solución de conflictos y candidato a la Maestría en Ciencias para el Análisis y la Resolución de
Conflictos en el Instituto para el Análisis y la Resolución de Conflictos de la Universidad de
George Mason. Correo electrónico: [email protected]
Fecha de recepción de artículo: 8/12/2010Fecha de aceptación de artículo: 31/01/2011
Conflicts Resolution as a toolbox in an organizational facilitating
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Harbey Peña Sandoval
Introducción
La resolución de conflictos como disciplina ha ve-
nido estudiando las disputas por más de cincuenta
años con el objetivo de ofrecer teorías y prácticas que
puedan explicarlos y zanjarlos satisfactoriamente.
Por ende, el objetivo de este trabajo es presentar un
ejemplo de cómo entender esa resolución empleando
la metáfora de la caja de herramientas. Este escrito
está dividido en cinco partes: primero se resumirán
algunos ejemplos de marcos teóricos en la resolución
de conflictos; segundo, se explicará la brecha entre
la teoría y la práctica en este campo, como situación
problemática para esta disciplina; tercero, se presen-
tará la resolución de conflictos como una caja de he-
rramientas (RCCH); cuarto, se detallará la aplicación
de la RCCH en un caso de facilitación en una organi-
zación y, quinto, se ofrecerán algunas conclusiones.
��Marcos�teóricos�de�la�resolución�de�conflictos
Desde la primera edición de la revista Resolución de
conflictos, en marzo de 1957,1 considerada como el
“nacimiento” de la resolución de disputas en Estados
1 Se hace referencia a la revista Conflict Resolution, en su volu-
men 1, No. 1.
Unidos, esta nueva disciplina tiene como objetivo
formular y comprobar teorías para dirimir contro-
versias basadas en la “convicción de que el compor-
tamiento y las interacciones de las naciones no son
un área aislada e independiente de material empíri-
co, sino que es parte de una disciplina mucho más
amplia de comportamiento y la interacción” (Conflict
Resolution, 1957, pp. 1-2). Por ello, la resolución de con-
flictos como una profesión multidisciplinaria ha uti-
lizado diferentes marcos teóricos para explicar cómo
es entendida por sus seguidores.
Ramsbotham, Woodhouse y Miall (2005, pp. 32-
33) exploran esta disciplina a través de cinco gene-
raciones: a) precursores (1925-1945), b) fundadores
(1945-1965), c) quienes consolidaron (1965-1985),
d) quienes reconstruyeron (1985-2005) y e) quienes
universalizaron (2005).2 Ellos definieron la resolu-
ción de conflictos como una disciplina “en la cual las
causas profundas de los conflictos son trabajadas y
transformadas. Esto implica que el comportamien-
to ya no es violento, las actitudes ya no son hostiles,
y se ha cambiado la estructura de los conflictos”
(p. 29). Por otra parte, Pruitt, Kim y Rubin (2004) con-
sideran la resolución de conflictos sociales como una
2 Las palabras originales fueron: consolidators (quienes conso-
lidaron); reconstructors (quienes reconstruyeron) y universali-
zers (quienes universalizaron).
Abstract
In conflict resolution there are several approaches to understand its sources, applications, theories, methods, etc.
Conflict resolution could be conceived as having three parts: theory, practice, and research. Many scholars and pro-
fessionals recognize the importance of joining theory and practice, however, a gap between theory and practice is
broadly accepted as one of the field’s weaknesses. The experience presented in this paper illustrates when conflict
resolution is understood as a toolbox that could bridge that gap between theory and practice by a thoughtful practice
in a case study of international organization facilitation.
Keywords
Toolbox, conflict, facilitation, ADR, resolution.
Resolución de conflictos como caja de herramientas en una facilitación organizacional
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Mec
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mos
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s
diádica,3 dado que el conflicto empieza con cada su-
jeto o extremo de la relación, quien tiene una teoría
de éste; luego se adicionan tácticas de combate; pos-
teriormente aquel se escala y finalmente se desescala.
Entonces, para estos autores el conflicto es “una diver-
gencia de intereses percibida –una percepción por una
de las partes (“parte”) que sus aspiraciones son incom-
patibles con aquellas de otra parte (“otro”) (p. 13)–.
Una forma diferente de entender la resolución es
la presentada por Jeong (2008), quien desarrolla su
marco teórico en dos partes: la primera, el análisis y
las dinámicas de los conflictos; y la segunda, su reso-
lución y transformación. Jeong (2008) afirma que el
objetivo del análisis de conflictos es “dar habilidades
intelectuales para el diagnóstico de los conflictos” y
el etos de la resolución de conflictos es la “exploración
de procedimientos efectivos los cuales ayudan a re-
ducir el sufrimiento humano y minimizar el daño
social y del medio ambiente” (pp. x, 243).
Es así que podría continuarse el ejercicio de revisar
cómo cada académico en la resolución de conflictos
entiende o concibe esta disciplina, pero parece ser que
no existe un marco teórico que integre todos los con-
ceptos y abordajes. Quizás por ello desde el comienzo
la resolución de conflictos se considera multidiscipli-
naria, característica que enriquece la profesión y sir-
ve para reforzar el reto de crear y consolidar su mapa
conceptual. Sin embargo, en este artículo se pretende
presentar el mapa mental propio de quien lo escribe,
para comprender cómo entiende la resolución de con-
flictos, a través de su aplicación en una facilitación.
��La�brecha�entre�teoría�y�práctica
En la resolución de conflictos la conexión entre teo-
ría y práctica es importante, sin que puedan sepa-
3 Los autores utilizan el término diádica para referirse al con-
flicto entre dos partes.
rarse porque ellas se retroalimentan. Precisamente,
David Kolb (1984), citado por Cheldelin, Warfield y
Makamba (2004, p. 64), presenta su modelo llamado
“círculo de aprendizaje”, en el cual se describe cómo la
experiencia es la base de la observación que es trasla-
dada a teorías, las cuales a su vez ilustran las acciones
que crean nuevas experiencias (Cheldelin, Warfield
y Makamba, 2004). No obstante, aunque teoría y
práctica son dos caras de una misma moneda, en la
realidad existe una separación entre ellas. En algún
momento de su vida profesional alguien podría cla-
sificarse como “teórico” o “empírico” (uno o lo otro),
pero raramente los dos. Por ello, parece como si los
profesionales de la resolución de conflictos se encon-
traran divididos en estos dos grupos, y que es difícil
ser aceptado “legítimamente” en los dos. Sin embar-
go, son reconocidas ampliamente las ventajas de apli-
car la teoría en la práctica y retroalimentar las dos.
Por ello, incluso, la integración de teoría y práctica se
ha convertido en uno de los objetivos de los progra-
mas de resolución de conflictos.4
4 Por ejemplo, la Maestría en Ciencias para el Análisis y
la Resolución de Conflictos del Instituto para el Aná-
lisis y la Resolución de Conflictos (ICAR) de la Univer-
sidad de George Mason en los Estados Unidos, insiste
en sus clases en la necesidad de conectar la teoría y las
prácticas. Clases como práctica reflexiva (CONF-713),
práctica (CONF-694), aplicación de la teoría en la prác-
tica (CONF-690), integración de la teoría y la práctica
(CONF-642) y otras, enfatizan la aplicabilidad de la
teoría en situaciones reales (“ICAR Masters Program”,
2010). En Europa, por su parte, la Maestría en Artes en
Resolución de Conflictos de la Universidad de Bradford
exige dos módulos en teoría y práctica en resolución
de conflictos (“Conflict Resolution | Peace Studies |
SSIS | University of Bradford”, 2010). Otro ejemplo es
la Maestría en Artes en Paz y Estudios de Conflicto
de la Universidad de Otego, que tiene como materias
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No obstante, mientras diferentes universidades
ofrecen programas que refuerzan la conexión entre
teoría y práctica, los trabajos en resolución de conflic-
tos se focalizan en la práctica y dejan la teoría a los
académicos, generando como consecuencia el incre-
mento de la fisura entre ellas.
��Resolución�de�conflictos�como�caja�de�herramientas
Como se mencionó en párrafos anteriores, existen
muchas y diversas formas de entender la resolución
de conflictos y su conexión entre la teoría y la prác-
tica. Dugan (1996, p. 10) afirma que algunos son
demasiado teóricos. Por ello el autor de este artícu-
lo diseñó y elaboró un mapa mental que muestra la
resolución de conflictos con la integración de cuatro
partes: teoría, práctica, investigación y práctica re-
flexiva.
La figura 1 muestra el mapa conceptual deno-
minado “Resolución de Conflictos como Caja de
Herramientas” (RCCH), a partir de la aplicación del
concepto de metáfora pictórica de Charles Forceville
(1996), al conectar los cuatro componentes de la re-
solución de conflictos con el símbolo de una caja de
herramientas. Ello, porque en términos generales las
herramientas representan algo organizado, útil y que
tiene un propósito.
La metáfora de la caja de herramientas para el
componente de la teoría sugiere la idea de poder
contar con diferentes recursos para articular las
teorías, los principios y las variables que sirven para
analizar y orientar la resolución de los conflictos.
obligatorias las siguientes: teoría de paz y conflicto
(PEAC401), análisis de conflicto y teoría de la resolu-
ción de conflictos (PEAC402), y práctica de resolución
de conflictos (PEAC403) (“Study Peace and Conflict
Studies, University of Otago, New Zealand”, 2010).
En el componente práctico, por su parte, esta caja
busca ofrecer métodos para intervenir en la reso-
lución de un conflicto. Cada método cuenta con
procedimientos, estrategias y tácticas que guían al
profesional en esta disciplina. Por ello, por ejemplo,
el componente de investigación es una herramien-
ta para fortalecer y retroalimentar los vínculos en-
tre la teoría y la práctica. Finalmente, el modelo de
práctica reflexiva (RP) es aplicable para mejorar las
teorías, habilidades y prá cticas en la resolución de
conflictos. Cada uno de los componentes del RCCH
será explicado a continuación.
Figura 1. Mapa conceptual “Resolución de Conflictos
como Caja de Herramientas” (RCCH).
Fuente: el autor
Teoría�en�la�resolución�de�conflictos�
como�caja�de�herramientas
Las teorías de conflictos y de resolución de conflic-
tos y otros aspectos que las complementan son or-
ganizados en la caja de herramientas en tres grupos:
a) teorías de conflictos y resolución de conflictos; b)
principios de la resolución de conflictos, y c) variables
en la resolución de conflictos.
Teorías en RC
Mediación
Principios en RC
Diálogo
Variables en RC
Facilitación
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Teorías de conflictos y resolución de conflictos
Este grupo incluye todos los abordajes teóricos que
dan luces para el análisis y la intervención en la pre-
vención, manejo, resolución, transformación y posin-
tervención de los conflictos. Entonces, para efectos
de esta propuesta, no se hace la distinción técnica
entre teorías, modelos y axiomas como Nachmias
y Frankfort-Nachmias (1976) lo conciben, sino que,
para simplificar su inclusión, todos son llamados
teorías. Algunas de éstas ayudan a analizar los con-
flictos –como el Modelo de la Doble Preocupación
(Pruitt, 2004, p. 42); el Triángulo de la Satisfacción
de Galtung, citado en Ramsbotham (2005, p. 10), la
Teoría Anidada del Conflicto (Dugan, 1996)– mien-
tras que otras guían en cómo intervenir, entre ellas
el Modelo Elicitivo (Lederach, 1996, pp. 47-70), la
Comunicación Apreciativa (Watkins, 2001), y la Pro-
gresión del conflicto: roles y funciones para los que
consolidan la paz (Curle, 1971).
Principios en la resolución de conflictos
Este grupo contiene criterios que guían la ética de
los profesionales en resolución de conflictos. Estos
principios ilustran las decisiones de los operadores
para actuar de conformidad con los propósitos de
tal resolución. Sin embargo, aunque no existe un
código de ética para esta profesión –como sí lo hay
para otras– la resolución de conflictos tiene algunos
principios desde su creación; por ejemplo, un opera-
dor de la resolución de conflictos debe preguntarse
por su imparcialidad, neutralidad, confidencialidad,
paradigmas, valores religiosos, etc., que orientan sus
decisiones porque existen dilemas que pueden afec-
tar los objetivos perseguidos, es decir, cómo perciben
las personas esta disciplina y cómo se ven a sí mis-
mos. De ahí que una forma de resolver dilemas éticos
es la propuesta por Warfield en Lederach (2002, pp.
213-223), quien presenta los siguientes pasos a seguir:
1. Haga una pausa (pregúntese a sí mismo cómo se
siente). 2. Reflexione (intente dar un significado a
las acciones que usted ha observado). 3. Compar-
ta (comunique su dilema con personas que puedan
ayudarle). 4. Defina las opciones y elija una (trate de
determinar qué alternativas tiene para evitar que la
situación empeore y aplique esa opción).
Variables en la resolución de conflictos
Son factores que un operador puede necesitar tener
en cuenta, ya que es una característica del conflicto
que afecta e impacta su desarrollo. Sin el abordaje de
esas variables no sería posible solucionar el conflicto.
Por ejemplo, poder, género, identidad, cultura, entre
otras, son constantes que pueden influir en la crea-
ción y el desarrollo de la disputa.
Es importante aclarar que las anteriores clasifica-
ciones son subjetivas, porque obedecen a la manera
en que se entiende la resolución de conflictos, y son
dinámicas, ya que pueden cambiar con el tiempo. Se-
guramente existen mejores categorías para organizar
la información presentada, pero lo importante es que
la organización de las mismas en una caja de herra-
mientas permite tener un panorama más claro a la
hora de buscar recursos para el análisis y la resolu-
ción de conflictos, que a su vez admitan la conexión
entre teoría, práctica e investigación con práctica re-
flexiva.
Práctica�en�la�resolución�de�conflictos�
como�una�caja�de�herramientas
Esta sección incluye los diferentes métodos de resolu-
ción de conflictos, por ejemplo: diálogo, facilitación
y mediación, como procedimientos diseñados para
implementar lo que la teoría presenta o trata de so-
lucionar. Los ejemplos mencionados son traídos de
los Mecanismos Alternativos de Solución de Con-
flictos (MASC). Singer (1994, p. 5) los describe con
las siguientes características: 1. Son alternativas que
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existen en algún espacio entre dos extremos: no hacer
nada o escalar conflictos. 2. Las soluciones pueden
ser más privadas y menos formales que las decisiones
judiciales. 3. Permiten a las personas tener más con-
trol sobre el procedimiento para tomar decisiones y
tienen mayor participación en ellos. 4. La mayoría
de ellos fueron desarrollados en el sector privado,
aunque algunos han sido adoptados por las entida-
des públicas y por las Cortes. Incluso en conflictos
internacionales, los términos mantenimiento de la paz,
establecimiento de la paz y construcción de la paz son usa-
dos como métodos de intervención, aunque también
son parte del componente de práctica si el operador
de resolución de conflictos está más interesado en
trabajos de paz (Ramsbotham, 2005). Para el caso,
la práctica de resolución de conflictos que se aplicó
para el presente trabajo fue la facilitación, que será pre-
sentada en detalle más adelante.
Asimismo, el orden de los MASC en la RCCH va
desde el mecanismo menos estructurado (diálogo),
hasta el más estructurado (mediación). Es impor-
tante mencionar que en cada método existen tanto
estrategias, técnicas y tácticas para lograr los resulta-
dos esperados de la intervención, como procedimien-
tos propios que guían cada uno de ellos.
Investigación�en�la�resolución�
de�conflictos�como�una�caja�de�
herramientas
En el presente trabajo no se desarrolla este compo-
nente, ya que no se realizó una investigación previa.
Sin embargo, por su importancia en la RCCH, se
toma y transcribe la definición metafórica de inves-
tigación presentada por el profesor Sandole (2009,
p. 420) en los siguientes términos:
El “puente esencial” entre conflicto/teoría de
resolución de conflictos y la práctica de resolución
de conflictos/formulación de políticas […] es la
investigación que permite a los analistas de con-
flictos, resolución de conflictos y constructores de
paz, así como para operadores y las personas que
formulan las políticas públicas, retroalimentar los
resultados de la práctica de nuevo en la teoría para
reforzar, refinar o refutar para reemplazar en todo
o en parte.
Siguiendo el pensamiento de Sandole, en la RCCH
la investigación está ubicada como un puente entre
teoría y práctica que los conecta y refuerza. Así, exis-
ten muchas maneras de hacer investigación en reso-
lución de conflictos; por ejemplo, en la investigación
narrativa hay tres líneas de pensamiento: estructura-
lismo, funcionalismo y postestructuralismo (Cobb,
2010). Le corresponde al operador de la resolución de
conflictos decidir qué tipo de investigación es la más
apropiada para responder la pregunta de la investiga-
ción o comprobar la hipótesis formulada.
Práctica�reflexiva�en�la�resolución�
de�conflictos�como�una�caja�de�
herramientas
Wallace Warfield, basado en Schön (1983), define la
práctica reflexiva como “el proceso de explorar patro-
nes de acción, haciendo ajustes durante la acción o
pensando en la acción pasada (sic) basado en el conoci-
miento o habilidad de un dominio profesional” (Warfield,
2009, diap. 1).
Por su parte, Cheldelin, Warfield y Makamba
(2004) afirman que la práctica reflexiva permite
pensar en teoría y práctica como fenómenos que se
refuerzan y enriquecen mutuamente. Como se puede
ver, entonces, en la RCCH la práctica reflexiva está re-
presentada en dos elementos: evaluación y reflexión,
los cuales conectan la teoría, la práctica y la investi-
gación. La evaluación significa la preparación que el
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operador de la resolución de conflictos hace previa-
mente a la intervención buscando teorías que orien-
ten su trabajo. Por otro lado, la reflexión implica que
el profesional de la resolución de conflictos deberá
hacerse preguntas a sí mismo para mejorar sus habi-
lidades y retomar/aprender algunas lecciones antes,
durante y después de su intervención.
El modelo de práctica reflexiva ha sido integrado
con el modelo de revisión después de la acción (Sulli-
van y Harper, 1997) citado por Marsick y Sauquet en
Deutschy Coleman (2000), quienes incluyen cuatro
preguntas que invitan al interventor a incrementar
su aprendizaje conscientemente. Las preguntas son:
¿qué intenté que pasara, qué pasó, por qué pasó de
esa manera y cómo puedo mejorar lo que pasó? Estas
preguntas orientadas con una reflexión personal y
crítica: ¿qué intenté, qué acciones, sentimientos o re-
sultados me sorprendieron, cómo se asemeja esta ex-
periencia a mis anteriores experiencias, y qué me dice
esta experiencia sobre puntos de vista diferentes a los
míos? (p. 399) pueden permitirle a los profesionales de
la resolución de conflictos aprender lecciones basados
en las experiencias y reflexionar sobre sus intervencio-
nes. Estas preguntas tienen un gran poder y pueden
ser utilizadas durante o después de la práctica.
En resumen, la RCCH tiene las siguientes carac-
terísticas:
Es dinámica porque las herramientas seleccio-
nadas cambian constantemente a través de
la reflexión. Es cierto que la teoría y práctica
son siempre las mismas, pero cada analista y
resolutor de conflictos personaliza sus herra-
mientas durante una intervención (en acción)
y después puede desarrollar continuamente
sus habilidades usando la reflexión como re-
troalimentación.
Es integrativa porque teoría y práctica depen-
den una de la otra. Por eso, como están repre-
sentadas en la RCCH, la teoría y la práctica son
piezas de un engranaje, conectadas en un sis-
tema complejo. La teoría orienta a la práctica a
través de la investigación, y viceversa.
Es multifuncional porque tiene diferentes pro-
pósitos; por ello el profesional de la resolución
de conflictos tomará una decisión de porqué,
qué, cómo y cuándo utilizar las herramientas.
Entonces, los componentes de la RCCH pue-
den ser utilizados en diferentes conflictos, a
distintos niveles.
Es personalizada porque el operador de la reso-
lución de conflictos es quien decide qué forma
parte de la teoría, la práctica y la investigación.
La clave está en cómo integrarlas coherente-
mente. La eficiencia de la RCCH está en cómo
es empleada inteligentemente por el usuario.
El�Caso:�Facilitación�Organizacional��
en�Partners�for�Democratic�Change
Contexto
El siguiente caso ilustra cómo el autor de este artícu-
lo hizo una intervención aplicando la RCCH en un
suceso real de facilitación en su práctica de análisis
y resolución de conflictos en Partners for Democra-
tic Change (PDC) en Washington D.C., en el periodo
comprendido entre septiembre a noviembre del 2010.
La práctica académica de la Maestría en Ciencias
para el Análisis y la Resolución de Conflictos en la
Universidad de George Mason busca
[…] ofrecer a los estudiantes oportunidades
para usar y desarrollar habilidades en resolución
de conflictos, integrar teoría y práctica en análi-
sis y resolución de conflictos, y generar redes con
profesionales de la resolución de conflictos para
potencializar las oportunidades de trabajo (Ro-
thbart, 2010).
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La PDC es una organización internacional con
veinte años de experiencia construyendo capacidad
local sostenible para el avance de los derechos huma-
nos, el estado de derecho y la inclusión de las comuni-
dades. Ella tiene centros aliados como parte de la red
en Latinoamérica en Argentina, Brasil, Colombia,
México y Perú. El Grupo para Latinoamérica (GL) en
PDC tiene diferentes tareas, una de las cuales es apo-
yar los centros con los proyectos que se desarrollan
en la región. Así, el GL identificó como uno de sus
objetivos el fortalecimiento de su programa geren-
cial de proyectos. Con el fin de lograr dicho objetivo,
se propuso al grupo los buenos oficios como facili-
tador para ayudarles a diseñar e implementar una
herramienta para la administración de los proyectos
(HAP) que les permitiera organizar, administrar y ac-
tualizar la información de éstos de manera eficiente.
En las siguientes líneas se describirá cómo se aplicó la
RCCH en este caso.
Metodología
El primer paso que se siguió fue diseñar la interven-
ción, y para ello se realizó una reunión para tener una
lluvia de ideas sobre la visión de la herramienta para
la administración de proyectos. Luego, teniendo en
cuenta los resultados de esa tertulia, se realizó la faci-
litación como el método que permitiría lograr los ob-
jetivos y establecer las necesidades del GL. Entonces,
casi todos los pasos de esa facilitación se desarrolla-
ron en reuniones conjuntas y separadas con los inte-
grantes del grupo y la presidente de PDC.
A continuación se muestran los resultados de la
intervención mencionada, en el mismo orden en que
se presentaron los componentes del RCCH, empe-
zando por la teoría, siguiendo con la práctica y termi-
nando con la evaluación y reflexión.5
5 No se presentan resultados del componente de investiga-
ción, ya que no se realizó ninguna.
Teorías�de�conflictos�y�resolución�de�
conflictos�aplicados�de�la�RCCH
Aunque la disciplina de resolución de conflictos
tiene diferentes teorías que pueden ser aplicadas,
para el caso que se analiza el facilitador (en este
caso el autor de este artículo) seleccionó y aplicó
algunas teorías que se resumen en los siguientes
apartados.
Conflictos organizacionales
Para los objetivos de esta intervención los conflictos
organizacionales entre el Grupo para Latinoamé-
rica son considerados como parte de la funcionali-
dad necesaria de PDC, según Louis R. Pondy (1992,
p. 257), quien sostuvo que “los conflictos son una
aberración, como un rompimiento en los procesos
estándar, como un brote temporal o afloramiento
en el siempre suave flujo del cooperativo y estable
conjunto de relaciones que conforman una organi-
zación”. Después de más de 20 años de experiencia,
este autor reflexiona sobre el mismo tema y define
los conflictos como la esencia de las organizaciones.
Con este concepto nuevo los conflictos son funcio-
nales para las organizaciones; ellos no son una falla,
sino la razón por la cual las organizaciones existen.
Pondy (1989, p. 97) citando a Karl Weick dice:
[…] las organizaciones consisten en pares nu-
merosos de tendencias opuestas (por ejemplo,
tomar y evadir riesgos, creatividad y eficiencia).
Si no existieran conflictos activos entre esos
dos pares, luego uno de los extremos polares
podría gradualmente convertirse en dominante
en cada caso, la diversidad de comportamien-
tos disponibles para la organización podrían
minimizarse, la organización podría perder su
capacidad de adaptación en la cara del cambio
ambiental, y la organización podría correr un
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alto riesgo de un eventual fracaso. Así, con el
modelo alternativo, el conflicto no es sólo fun-
cional para la organización, éste es esencial para
su propia existencia.
Metáforas y conflictos organizacionales
Una metáfora describe una experiencia o un objeto
gráficamente, dado que en ella hay un argumento
implícito o explícito donde A es como B (Hambur-
ger, 1998, p. 383). Se podría afirmar entonces que
las personas perciben, interpretan y entienden los
hechos a través de metáforas (p. 384); por ejemplo,
cuando alguien dice que su organización o lugar de
trabajo es como un segundo hogar, se refiere a que allí
tiene otra familia (compañeros de trabajo), invierte
la mayor parte de su tiempo (sensación de tiempo
de vida) y tiene lazos emocionales (sentido de per-
tenencia).
Al mismo tiempo, las metáforas son muy pode-
rosas y usándolas se puede significar cómo una per-
sona percibe las cosas en su contexto (si todo lo que
tiene es un martillo, todo se parece a un clavo). Ade-
más, las metáforas tienen impacto en la memoria
de las personas6 y refuerzan el proceso de autocum-
plimiento de profecías7 (pp. 385-388). En este caso,
en la facilitación en PDC se prestó especial atención
a las metáforas que utilizaron los participantes al
describir lo que buscaban para la administración de
proyectos con el fin de tener un mejor entendimien-
to y visualización de sus intereses y objetivos.8
6 Es muy posible que un ladrón al entrar a un banco tienda a
fijarse en el sistema de seguridad.
7 El comportamiento de una persona tiende a ser en respuesta
a cómo percibe a los demás; así, si alguien es considerado
malo, todo lo que haga es malo también.
8 Algunos ejemplos de metáforas utilizadas fueron: “matriz”,
“mapa” y “herramienta”. El objetivo del autor de este artícu-
Modelo de la doble preocupación
Este modelo, presentado por Pruitt (2004) y desa-
rrollado por Rubley Thomas (1976), Van de Vliert y
Kabanoff (1990), muestra cinco estrategias que las
partes en un conflicto pueden aplicar para abordar
su conflicto, habiendo asumido que cada parte tie-
ne dos preocupaciones: una por sus resultados y otra
por los resultados de la otra parte. Las cinco estrate-
gias que alguien podría asumir frente a su conflicto
son:
1. Evitar: aplica cuando la parte A tiene una pre-
ocupación baja por sus propios resultados y los
del otro.
2. Competir: ocurre cuando la parte A tiene una
preocupación alta por sus propios resultados
y una preocupación baja por los de la parte B.
3. Acomodar: sucede cuando la parte A tiene una
preocupación baja por sus resultados y una
preocupación alta por los de la parte B.
4. Colaborar: se aplica cuando A tiene una preocu-
pación alta tanto por sus resultados como por
los de la otra parte.
5. Concesiones recíprocas: ocurre cuando A tiene
una preocupación moderada por sus resulta-
dos y por los de B.
Este modelo fue útil en el caso adelantado para
entender las posiciones de los participantes de la
facilitación y basado en ellas planear estrategias de
intervención. Es importante agregar que casi todo
el tiempo tanto los integrantes del GL como la pre-
sidente de PDC estuvieron en concesiones recíprocas
en las reuniones, porque la preocupación por los re-
sultados mutuos apoyó la facilitació n.
lo en la facilitación fue asegurarse de que los participantes
lograran sus metas teniendo en cuenta sus metáforas.
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La teoría anidada del conflicto9
De acuerdo con este modelo para resolver conflictos
se requiere identificar el nivel en el cual éste ocurre
(Dugan, 1996). Dugan define cuatro niveles para
analizar y abordar los conflictos, los cuales son:
Sistema estructural: hace referencia al cómo PDC
trabaja con los Centros en Latinoamérica por-
que la información para el HAP proviene de
dichos centros.
Subsistema estructural: hace referencia a cómo
PDC funciona como institución, qué prin-
cipios, organizaciones, reglas, experiencias y
otros elementos impactan el GL para cumplir
con el objetivo específico de contar con un
HAP.
Relaciones: son las existentes entre los integran-
tes del GL; los miembros del GL y el facilitador;
el GL y otros grupos en PDC; el GL y la pre-
sidente de PDC; PDC y los centros en Latino-
américa, etc.
Situacion: se refiere al diseño e implementación
de la HAP.
Comunicación apreciativa
Watkins define la comunicación apreciativa citando
a Cooperrider quien dice que “esta incluye de una
manera central el arte y la práctica de hacer pregun-
tas que fortalecen la capacidad de los sistemas para
aprender, anticipar y aumentar el potencial positivo”
(Watkins, 2001, p. 14). Este modelo de intervención
es útil en la facilitación porque ayuda a salir a los par-
ticipantes de su bloqueo y visualizar su futuro para
sobrepasar las barreras. La comunicación apreciati-
va fue usada para invitar a los integrantes del GL a
pensar sobre sus experiencias anteriores que fueron
9 Este modelo fue aplicado para entender mejor los niveles de
lo que estaba pasando en la facilitación.
exitosas y aplicarlas en lo que funcionó en el diseño
del HAP; asimismo, este modelo se empleó para re-
cordar la información que les ayudara a sobrepasar
sus dificultades.
Dinámicas de grupos
Para Dee Kelsey y Pam Plumb (2004) existen cuatro
estados en el desarrollo de los grupos:
Etapa de formación: se da cuando el grupo se in-
tegra por primera vez, o se unen al grupo per-
sonas nuevas.
Etapa tormentosa: se da cuando los integrantes
están preocupados acerca del control, poder e
influencia dentro del grupo.
Etapa normativa: se da cuando los miembros
del grupo están enfocados en crear y tener un
sentido de compromiso con el grupo.
Etapa de realización: es cuando el grupo trabaja
colaborativamente y es altamente productivo.
Con el fin de entender la dinámica del Grupo
para Latinoamérica en PDC es importante saber en
qué etapa se encuentra, tenerlo en cuenta durante el
proceso y recordar que la dinámica puede cambiar a
medida que la facilitación avanza.
Aprendizaje de vía simple y doble
Rahim (2002) habla del concepto del aprendizaje
de vía simple y doble tomando lo establecido por
Argyris y Schon (1996). De acuerdo con Rahim, el
manejo de los conflictos dentro de una organiza-
ción debería promover el aprendizaje en vía doble
porque éste ocurre cuando el aprendizaje es el re-
sultado del cambio de paradigma con el fin de lo-
grar los objetivos organizacionales, para lo cual se
requiere retar las premisas sobre las cuales se fun-
damentan las organizaciones. El aprendizaje de
vía simple se da cuando las organizaciones siguen
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lo establecido por los paradigmas tradicionales, es
decir, sin cambiar las políticas de fondo. Así, para
Rahim el aprendizaje en vía doble invita a las orga-
nizaciones a ganar conocimiento, distribuir el co-
nocimiento, interpretar la información y a guardar
la memoria organizacional (Rahim, 2002). Para la
facilitación que sustenta este artículo, se trató que
los integrantes del GL estuvieran en un aprendizaje
en vía doble porque la herramienta de administra-
ción de proyectos era algo nuevo para ellos en PDC;
la organización se encontraba en una transición de
presidente, y ellos necesitaban concertar la manera
de manejar los proyectos para pasar de una forma
individual a una colectiva o grupal que satisficiera
las necesidades de todos.
Práctica:�facilitación�en�organizaciones�
como�una�aplicación�de�la�RCCH
La Resolución de Conflictos como Caja de Herra-
mientas tiene diferentes métodos para ser aplicados
en una intervención. El profesional en resolución de
conflictos es quien decide qué mecanismo o com-
binación de ellos aplicar en las diferentes etapas del
conflicto. En el caso que se viene informando no exis-
tió un conflicto, o al menos éste no fue evidente. La
situación presentada fue que el Grupo para Latino-
américa de Partners for Democratic Change requería
cumplir con una meta que ellos se propusieron:
Entonces, la facilitación como método de reso-
lución de conflictos es definida como un proceso
en el cual la persona quien es aceptada por todos
los miembros de un grupo, fundamentalmente
neutral, y que no tiene poder de decisión interviene
para ayudar a un grupo a mejorar la manera como
el grupo identifica y resuelve los problemas y to-
man decisiones con el objetivo de incrementar la
efectividad del mismo (Schwarz, 1995, p. 5).
Por ello se insiste en que la facilitación realizada
fue básica porque el objetivo fue ayudar al GL a tener
un proceso que les permitiera diseñar e implementar
la HAP. Por otra parte, esta facilitación fue diseñada
para anticipar posibles conflictos que pudieran surgir
en el grupo, y por ello el facilitador realizó el menor
control posible en el procedimiento (Schwarz, 1995).
Otra característica importante de la facilitación
objeto de estudio, es que el facilitador (es decir, el
autor de este artículo), tuvo además de este rol, el de
miembro del GL. Aunque es recomendable que el fa-
cilitador no sea parte del grupo que allana (Schwarz,
1995), en este caso se asumió tal rol como practicante
universitario en el PDC y con un objetivo académico
específico: aplicar teoría y práctica en resolución de
conflictos. En ese estado de cosas, el facilitador fue
percibido por el grupo como imparcial, sin poder para
tomar decisiones y no sumergido en la cultura organi-
zacional para haber puesto en riesgo su neutralidad.
En las reuniones la facilitación fue dividida en
dos grandes secciones: prefacilitación y facilitación
propiamente dicha. La primera incluye todos los pa-
sos necesarios para analizar y preparar la facilitación,
tales como negociación, evaluación y planeación
(Birkhoff, 2010), y la segunda incluye las diferentes
reuniones sostenidas por tres meses con los integran-
tes del GL y la presidente de PDC.
Dentro de la prefacilitación, la fase de negociación
fue sencilla porque cuando se propuso facilitar el
proceso para diseñar y poner en marcha la HAP, los
integrantes del GL aceptaron y se llegó a un acuerdo
con el facilitador sobre su rol, tareas, responsabilida-
des y resultados esperados. Asimismo la evaluación
fue llevada a cabo en una reunión con el objetivo de
tener un entendimiento amplio, claro y detallado de
qué era lo que el grupo esperaba tener con la HAP.
Después de esa reunión se hizo una búsqueda de las
teorías de conflictos y resolución de conflictos (in-
cluyendo facilitación) para tener una guía de la in-
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tervención del facilitador. La etapa de planeación fue
desarrollada diseñando y preparando las reuniones,
agendas, reglas y logística necesaria; dichas reunio-
nes se planearon con anticipación, y la mayor parte
del tiempo se llevaron a cabo semanalmente, con una
agenda y objetivos específicos a cumplir. Además, el
GL trabajó muy bien durante las reuniones y por esa
razón no se requirió acordar reglas para la facilita-
ción, e igualmente se contó con todos los recursos
físicos y logísticos necesarios como salones privados,
proyector, internet, computadores, tableros, etc.
La facilitación se desarrolló siguiendo los tres
principios propuestos por Schwarz (1995):
Información válida: los participantes comparten
toda la información que tienen).
Opciones informadas y libres: las personas defi-
nen sus propios objetivos y métodos para con-
seguirlos.
Compromiso interno con las opciones: las personas
son libres y responsables de sus decisiones.
Además de los tres principios mencionados se
aplicaron otros presentados por Kaner (2006). Éstos
son:
La participación plena: todos los participantes
son invitados a hablar y compartir lo que pien-
san.
El entendimiento mutuo: los miembros del grupo
entienden y aceptan la legitimidad de las nece-
sidades y objetivos de unos y otros.
Las soluciones inclusivas: las soluciones que son
inclusivas son sabias.
Finalmente, el procedimiento aplicado en esta fa-
cilitación fue el ciclo de diagnóstico e intervención de
Schwarz (1995), en el que el facilitador primero obser-
va los comportamientos, luego infiere el significado
de éstos, después decide si interviene o no, seguida-
mente describe las intervenciones de los participan-
tes y confirma su inferencia, y por último ayuda al
grupo a tomar las decisiones y a cambiar su dinámi-
ca para ser más efectivos.
Práctica reflexiva en la RCCH
La práctica reflexiva fue definida e integrada con el
modelo de revisión después de la acción. Precisamen-
te las reflexiones que se presentan a continuación
son ejemplos de cómo fueron aplicadas la teoría y la
práctica.
Teoría. ¿Existe alguna teoría que se pueda aplicar,
cuáles son los modelos, estrategias y tácticas que se
pueden usar en este caso? Es importante tener una
o más teorías para guiar la intervención como faci-
litador. De la misma forma, toda vez que el método
seleccionado fue facilitación, hay técnicas y tácticas
específicas a ser aplicadas para lograr el objetivo pro-
puesto por el grupo. Algunas técnicas usadas fueron
parafraseo, replanteo, preguntas circulares, y posi-
ción positiva.
Evaluación. ¿Qué intento hacer, cuál es mi papel
en esta facilitación, estoy preparado para esta inter-
vención? Una de las primeras cosas que hice como
facilitador en esta evaluación fue aclarar cuál era el
objetivo del GL: diseñar e implementar la HAP. Con
base en ello, la preparación consistió en estudiar y di-
señar una intervención que permitiera como facilita-
dor ofrecer un procedimiento para facilitar al grupo
conseguir su objetivo.
Práctica. ¿Cómo es esta experiencia: igual o dife-
rente a otras anteriores, qué está pasando, cómo me
siento, cómo puedo intervenir? Esta facilitación fue
diferente a otras que he realizado.10 Uno de los retos
10 Por que el autor era parte del GL y constantemente tuvo que
hacer a un lado su punto de vista como miembro y enfocar-
se como facilitador.
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que se tuvo en esta facilitación fue lograr los objetivos
para cada reunión en el tiempo establecido, que no
era superior a una hora. Para este caso, una de las ven-
tajas fue el no estar emocionalmente comprometido
con los temas que se debatían, porque tuvo presen-
te que la herramienta para facilitación de proyectos
(HAP) era para ellos, aunque el facilitador formara
parte del grupo. ¿Cuándo debo intervenir y cuándo
no? Fue una pregunta que se hizo todo el tiempo en
la facilitación. Por ende, fue importante que el grupo
fluyera por sí mismo, pero también el facilitador fue
responsable de que se lograran los objetivos de cada
reunión y que el grupo estuviera focalizado en el
tema de discusión. Para ello, trató de encausar las re-
uniones siguiendo la agenda acordada para cumplir
con los objetivos a tiempo.
Reflexión después de la intervención: ¿Por qué pasó de
esa manera, cómo puedo mejorar lo que pasó, qué as-
pectos me cuenta esta experiencia acerca de puntos de
vista diferentes a los míos, qué acciones, sentimientos
o resultados me sorprendieron? Algunos de los resul-
tados de esta facilitación dieron la oportunidad de
reflexionar acerca de la intervención del facilitador.
Por ejemplo, se prestó atención a los comentarios (en
las reuniones y por fuera de ellas) de los integrantes
del GL cuando se referían al desempeño del facilita-
dor, porque es clave escuchar y tener presente lo que
ellos dicen sobre su trabajo para efectos de hacer los
cambios necesarios.
Ahora, como el desarrollo de las habilidades del
facilitador fue uno de sus objetivos, para lograrlo re-
flexionó antes, durante y después de su intervención.
Esta experiencia le enseñó que el grupo es libre de to-
mar decisiones de qué y cómo quieren conseguir sus
metas, independientemente de lo que como facilita-
dor piensa que puede ser mejor. En este caso, recordó
la importancia y utilidad de uno de los principios de
la facilitación: opciones informadas y libres, que le ayudó a
entender que las decisiones eran del grupo y no suyas.
��Conclusiones
Como la resolución de conflictos no tiene una for-
ma única para ser entendida, no existe una teoría del
conflicto, así como no hay una forma de concebir
cómo la teoría y la práctica se retroalimentan. En este
documento se presentó la forma que su autor tiene
de entender la resolución de conflictos; por ello, las
siguientes conclusiones son algunas lecciones apren-
didas durante el proceso de comprensión de la reso-
lución de conflictos y su aplicación:
La resolución de conflictos es una disciplina
joven. A pesar de haber pasado más de cin-
cuenta años desde la publicación de la primera
revista sobre el tema, aún no existe un acuer-
do frente a una teoría que pueda explicar por
qué ocurren y cómo se resuelven los conflictos.
Es cierto que existen diferentes abordajes que
provienen de distintas disciplinas, pero la re-
solución de conflictos como disciplina no ha
creado una propia.
Teoría, práctica e investigación son tres partes
de la resolución de conflictos que se retroali-
mentan mutuamente; sin embargo, son necesa-
rias más conexiones entre ellas. La brecha entre
teoría y práctica es una de las debilidades de la
resolución de conflictos que se refleja cuando
los profesionales se identifican como teóricos o
practicantes, en lugar de los dos.
Se dice que la resolución de conflictos como
una caja de herramientas es un ejemplo de
cómo aquella puede ser entendida integran-
do la teoría, la práctica y la investigación a
través de la práctica reflexiva. El profesional
de resolución de conflictos es quien define
cómo diseña y crea su propio mapa mental
para una mejor comprensión de esta discipli-
na. La clave está en cómo conectar los puntos;
Revista vol. 13. núm. 13 enero – junio 2011 ] 107 [
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en otras palabras, cómo se vinculan la teoría,
la práctica y la investigación. Por ello, la caja
de herramientas es una metáfora que mues-
tra una visión general de la resolución de
conflictos, pero es el interventor quien decide
el qué, por qué, cómo y cuándo de su propia
metáfora.
La práctica en Partners for Democratic Chan-
geen Washington D.C. fue un escenario
conveniente y adecuado para la aplicación y
desarrollo de las ideas de la RCCH. Por esta ra-
zón se presentó una intervención en resolución
de conflictos aplicando la RCCH que requirió
teoría, práctica, evaluación y reflexión. En
otras palabras, las herramientas en resolución
de conflictos no solamente sirven para preve-
nir, manejar, resolver o transformar conflic-
tos, sino que pueden ser usadas para ayudar
a grupos a conseguir sus objetivos como es el
caso de la facilitación antes que un conflicto
aparezca.
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