Politika nº63

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Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht) Las instituciones funden en primavera... Abstención al 58%...

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Record de abstención: las instituciones funden en primavera

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POLITIKAPOLITIKA 1Año IIII - Edición Digital Nº 63 (16.12.2013)

Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht)

Las instituciones funden en primavera...

Abstención al 58%...

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POLITIKAPOLITIKA2 Año IIII - Edición Digital Nº 63 (16.12.2013)

El título de la célebre canción de Serge Gains-bourg (Te amo, yo tampoco...) resume bien el resultado de las elecciones presidenciales.

Algo está comenzando a oler muy mal en las instituciones legadas por la dictadura, aque-llas que según Ricardo Lagos “funcionan bien” y no conviene cambiar por nada en el mundo.

Cuando un 58% del electorado juzga inútil su participación en la elección del jefe del Es-tado resulta exiguo, por no decir miserable, achacarle el fenómeno a la flojera o a la irres-ponsabilidad del pueblo.

Aún peor es discurrir sobre la conveniencia de obligarle a votar, lo que recuerda los mé-todos de Don Corleone: votar con una suerte de pistola en las sienes no es precisamente una manifestación de la libertad de la opinión pública.

¿Después qué? ¿Verse obligados a celebrar la victoria de tal o cual?

Pedirle a la clase política que tome consciencia del re-chazo que provoca en la inmensa ma-yoría de los chilenos es tiempo perdido.

Cuando intentan convencernos que sólo el Parlamen-to puede cambiar la Constitución nos encontramos en una situación en la que “la transfor-mación de la regla está sometida a la aprobación y al consentimiento de

aquellos que se benefician de ella, puesto que fueron elegidos en virtud de esa regla. Tal sistema equivale a someter la evicción o la ampliación de la elite a su propia aproba-ción” (Bernard Manin - Principios del gobier-no representativo)”.

Es pedirle a los privilegiados que renuncien voluntariamente a sus privilegios.

Nadie dispone de la capacidad de prever el futuro, y las bolas de cristal ya no convencen a nadie. Sin embargo no se corre ningún ries-go al afirmar que esto no puede durar.

La crisis institucional que ya nadie puede ne-gar tiene una solución democrática: convocar una Asamblea Constituyente que le devuelva al pueblo de Chile la soberanía arrebatada a sangre y fuego el 11 de septiembre de 1973.

Negarse a ese camino es una apuesta muy arriesgada. Quienes lo hagan serán respon-sables de las consecuencias.

Je t’aime, moi non plus...

Cuando un 58% del electo-rado juzga inútil su participa-ción en la elección del jefe del Estado resulta exiguo, por no decir miserable, achacarle el fenómeno a la flojera o a la irresponsabilidad del pueblo.

Editorial

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Nuevas minorías...

Tomando en cuenta las cifras del SERVEL(maniobra arriesgada...), los resultados de

la segunda vuelta arrojan lo que sigue:

Electorado: 13.538.778Votaron en la 2ª vuelta: 5.695.764O sea un 42,07 del padrón electoral

Los votos blancos y nulos hacen algo más del 2% de los votos emitidos.

Bachelet obtuvo 3.486 389 votos, o seael 62,16 de los votos expresados, pero sólo

el 26,15% del electorado...

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Lo antiguo y lo nuevoLo legal y lo legítimo

Escribe BVF

Preguntas legítimas: la nueva presidenta Michelle Bachelet ¿tiene algo que ver con la antigua? La Nueva Mayoría que apoyó su candidatura ¿tiene algo que ver con la Concertación? ¿Hay continuidad o discontinuidad en el carácter y en las convicciones de una persona? ¿Continuidad o discontinuidad en los planteamientos e intereses de una coalición política?

Michelle Bachelet, vista de lejos, es una persona que ha demostrado habilidad política (su inaudita capacidad de utilizar el silencio y la vaguedad, por ejemplo) y una simpatía natural que le vale el apoyo espontáneo de una parte de la población chilena. ¿Ha cambiado o sigue siendo la misma? La pregunta es formulada la mayor de las veces por la derecha dura: ¿veremos en ella nuestra aliada económica o una adversaria?

Tiendo a pensar que persiste en su ser, como dicen los filósofos, y que será la misma presidenta que ya fue, aunque los temas para los próximos cuatro años no serán los mismos. Porque es una mujer pragmática. El historiador y filósofo inglés Michael Oakeshott definió perfectamente esa propensión a emplear y apreciar lo que se tie-ne a disposición más que lo que existió en el pasado o lo que podría ser en el futuro; el gusto por lo presente, “no por sus vínculos con un pasado lejano ni por ser per-cibido como un momento más admirable que cualquier otra alternativa, sino por-que es familiar. (…) Si el presente resulta muy árido y no ofrece nada utilizable, la inclinación hacia él será débil o inexistente. Si el presente resulta poco estable, se buscará encontrarle un asiento más firme, recurriendo a la exploración del pasado. Pero cuando hay muchas cosas apreciables en él, sobre todo si se corre el riesgo de perderlas, dicha inclinación se afirma de manera muy potente.”

Oakeshott escribió eso en una notable conferencia cuyo tema era el conservatismo. “Ser conservador, es preferir lo familiar a lo desconocido, lo que ya fue probado a lo que no lo ha sido aún, que prefiere los hechos antes que los misterios, lo real en vez de lo posible, lo limitado a lo desmesurado, lo cercano a lo lejano, lo suficiente a lo sobreabundante, lo correcto a lo perfecto, la risa del instante a la beatitud utópica.” (“On being conservative”, conferencia dada en 1956, publicada luego en Rationalism in Politics, 1962).

En toda su argumentación de campaña, la Nueva Mayoría demuestra que los cambios que propondrá seguirán siendo acordados con la derecha pinochetista. Lo declaran todos sus responsables políticos, empezando por Osvaldo Andrade, presidente del Partido Socialista. La política de los consensos continuará. La Nueva Mayoría cambió de nombre (usurpando una fórmula acuñada por el equipo de Marco Enríquez-Ominami en la campaña del 2009) por el solo hecho de haber incluido al PC, al MAS y a la Izquierda Cristiana devenida Ciudadana. Pero el mismo pragmatis-mo del presente que sirve de motor a la coalición indica que la DC, el PS, el PPD el PRSD no se adaptarán al PC, al MAS y a la IC, sino por lo contrario, estos tres allega-dos tendrán que adaptarse a los hábitos y modales del grupo.

Quién no esté convencido puede procurarse un ejemplar del último libro de María Olivia Mönckeberg, Con fines de lucro, la escandalosa historia de las universidades privadas en Chile (Debate, 2013). La autora da una infinidad de detalles sobre el mun-do de los negocios en Chile, sobretodo los vinculados con la educación. Más allá de lo que llama “las universidades ideológicas”, se constata que la mayoría de las privadas son negociados de antiguos colaboradores de Pinochet, que diseñaron el negocio para sus propios fines privados. Y que no son pocos los ex personeros de la Concerta-ción que también están en ello.

Del conatus, o la persistencia en el ser...

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Es preciso recordar que los civiles que acompañaron y colaboraron con los militares apuntaban al saqueo, al robo sencillo de lo que pertenecía a todos los chilenos. El ejemplo del Inacap, en materia de educación, es uno de los más notables.

Cuenta María Olivia Mönckberg:“El Inacap fue creado en 1966 por Eduard Frei Montalva, con el apoyo de los gobiernos de Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra, Dinamarca y Suiza. El ob-jetivo era capacitar a los trabajadores chilenos —gratis, como se estilaba en ese entonces— para el mejor desarrollo del país. Hacerlo era función del Estado. Para eso se levantaron instalaciones a lo largo de todo Chile, de arica a Punta Arenas. Sus ‘dueños’ en nombre del Estado eran la Corporación de Fomento de la Produc-ción (Corfo) y el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec). Tras el golpe ocurrió lo que con muchas otras entidades públicas que primero fueron desatendidas por la autoridad para después traspasarlas con el pretexto de que la gestión era ineficiente. A partir de 1980, el Gobierno chileno dispuso que el Inacap debía auofinanciarse y, poco a poco, le fue retirando el apoyo económico. Se generó así una política de hechos consumados que culminó en 1989, meses antes del térmi-no de la dictadura, con la entrega total del Inacap, de sus alumnos, de todos sus bienes y de los valiosos terrenos e instalaciones donde funcionaban a la Confede-ración de la Producción y el Comercio (CPC).”

¿Se buscará revertir en los cuatro próximos años ese modelo de privatización? ¿Has-ta dónde la nueva presidenta electa será capaz de llegar en su afán de volver a una educación gratuita y de calidad, que parece ser el eje de su programa? Oakeshott aclara algunas pistas de reflexión: “Tal como la concibe un individuo con inclinaciones hacia el conservatismo en política, la tarea de un gobierno no es encender pasiones ni alimentarlas con nue-vos objetos, sino introducir en las acciones de individuos de por sí ya demasiado encendidos un elemento de moderación; consiste en restringir, en desinflar, en pacificar, en reconciliar; no consiste en atizar las llamas del deseo, sino por lo contrario, en apagarlas. (…) En general se reconoce que la actitud correcta ante un gobierno de este tipo es la lealtad (…), el respeto y una cierta desconfianza.”

Las palabras de Oakeshott tiene gusto a conocido. Apostaría que a eso apunta el nuevo gobierno de Michelle Bachelet. No por que se piense como conservador, pero porque lo es por así decir sin darse cuenta. Quién lo sabe a ciencia cierta es el gran empresariado chileno que ha costeado una parte de la campaña de Michelle Bache-let, y que no duda que sus intereses permanentes habrán de ser resguardados, para lo cual ya tomaron hace mucho tiempo todos las precauciones del caso.

¿Y el 59% de abstención? Desde hace un par de semanas ya se intuía que en la se-gunda vuelta de la presidencial chilena de 2013 la abstención sería importante. Los voceros de la Nueva Mayoría se apresuraron en declarar que cualquiera fuese el nivel de abstención, la elección sería legítima. En Chile, contrariamente a lo que ocurre en las otras democracias occidentales, la legitimidad cuenta por poco o nada.

En Francia, los jefes de gabinete de los ministros de turno mantienen siempre a mano una lista de todos los alcaldes y diputados con la votación que obtuvieron, y cuando piden audiencia, se consulta esa lista y se calcula lo que se les otorgará en función de su legitimidad democrática. En Chile no. En Chile prima lo legal por sobre lo legítimo.

Si legalmente un diputado es elegido con poco más de 11% de los votos, la ley se impone por sobre la legitimidad de ese representante que no representa a casi na-die. Esa es la regla que es y será aplicada. No importa la expresión democrática, no importa que una proporción espeluznante de ciudadanos no se animen a expresar su opinión. Es como si no existieran. No importa.

¿Quién dijo que en Chile el pueblo, fundamento de la soberanía, existe?

Del conatus, o la persistencia en el ser...

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Ucrania: entre dos mundos

Ucrania: el holograma de una revoluciónEscribe Oleg Yasinski - periodista ucraniano residente en Chile

En agosto de 1991, Ucrania, la segunda república de la URSS por su población y potencial económico, declaró su independencia, convirtiéndose así en el segundo país europeo después de Rusia por su tamaño. Durante el siglo XX por la fertilidad de sus tierras Ucrania se conocía como el Granero de Europa y fue el principal productor de acero en la región.

La gestión de los últimos gobiernos se refleja en los datos demográficos. En los últimos 25 años la población de Ucrania bajó de 52 a 44 millones de habitantes. Durante todo el año 2011 en 11 mil localidades del país no se regis-tró ni un solo nacimiento y solamente en 5 de las 25 regiones la natalidad superó la mortalidad. En sus índices de mortalidad por cada 1000 habitantes Ucrania se encuentra en el quinto lugar del mundo detrás de los países más pobres de África. En los últimos años la prensa de Europa Occidental habló mucho de la ex primer ministra Yulia Timoshenko, in-justamente presa por el actual gobierno, acusada de cometer delitos económicos. Los delitos económicos son la práctica diaria de todas las últimas autoridades, incluyendo la actual. Lo injusto no es que ella esté presa, sino que los demás estén libres, incluyendo a sus jueces, que condenándola obedecían órdenes políticas.

La prensa alternativa, en las últimas semanas, escribió bastante sobre el rol de la UE y los EEUU en la crisis ucra-niana y el manejo de la situación de acuerdo a sus intereses. No tengo duda que una gran parte de estas afirmacio-nes es correcta, pero no podemos explicar los complejos procesos políticos en el país sólo hablando de la interven-ción de países occidentales. Sabemos que siempre están presente y también conocemos sus intereses.

Por eso, decidí omitir este tema. Trataré de hablar de aspectos más internos, menos conocidos fuera de sus fronte-ras.

Los últimos sucesos en Ucrania me tomaron por sor-presa. Hace seis meses, cuando estuve allá, las calles de Kiev destruidas por las inmobiliarias, me hacían sentir en una permanente despedida del cuerpo de una ciudad que no existe más. En un ambiente de apatía y resignación nada daba señales de una cerca-na tormenta social.

Recuerdo nuestras semi disidentes disputas estu-diantiles, hace un cuarto de siglo, cuando con tanta facilidad nacían tantos sueños que nunca se hicieron realidad. El mito de la “Perestroika” nos llegó en un solo paquete con las ideas de “la integración europea” y una gran oportunidad de unirnos a ese tan cercano y escurridizo “mundo civilizado”. La restauración del capitalismo en la ex Unión Soviética golpeó no sólo los bolsillos de la mayoría de nuestros compatriotas, sino también nuestras mentes, y el

desmontaje de uno de los mejores sistemas de la educación mundial, iba de la mano con una brutal campaña anticomunista en la prensa, anulando la memoria histórica de nuestro pueblo.

Cuando los medios nos convencieron a todos o a casi todos, de que nuestro país era uno de los más atrasados y peores del mundo, que este mundo no se movía por los idealistas sino por los pragmáticos, tiempo en que nuestros estudiantes en lugar de mé-dicos o astronautas comenzaron a soñar con conver-tirse en millonarios y las chicas querían masivamente casarse con los oligarcas, en nuestra historia pasó algo irreversible y el camino a las “reformas demo-cráticas” quedó despejado.

Después, mientras en el poder se turnaron personajes más o menos siniestros, el Estado gradualmente se

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despojó de sus obligaciones y mientras más celebrá-bamos el Día de la Independencia, más dependiente se volvía el país, y cuando ya nos parecía que estar peor era simplemente imposible, nuestras autorida-des con su habilidad de siempre se encargaban de demostrarnos lo contrario...

Como es sabido, este sistema se llama capitalismo, pero los medios de comunicación postsoviéticos to-davía consideran de mal gusto el uso de un termino tan “comunista”.

La tragedia actual de Ucrania surge desde el actual duopolio en el poder de los partidos políticos tra-dicionales – los del “poder” versus los de la “oposi-ción”- donde una parte sirve a los intereses de los grupos económicos de Rusia y la otra a los grupos occidentales; ambas son hermanas gemelas.

Por eso las valientes y sin duda sinceras moviliza-ciones de cientos de miles de ucranianos bajo las banderas que no son de ellos, lamentablemente sólo fortalecen el actual estado de cosas.

Por otra parte, la población desesperada por la injusticia y totalmente manipulada por los medios, todavía no ve la amenaza del fascismo, la única fuer-za política en Ucrania que actualmente crece y gana terreno gracias a su joven energía, su perfecta orga-nización y una claridad ideológica. Y el nombre de este peor monstruo del zoológico político ucraniano es La Unión Pan ucraniana “Svoboda” (“Libertad”).

Describamos las características de algunos fragmen-tos del rompecabezas ucraniano:

1 . La genteComo sea que termine, la experiencia de la protesta masiva, la auto organización y la solidaridad, el solo hecho de que un millón de personas salgan a las calles de Kiev es un ejercicio necesario para los músculos de la futura sociedad civil, una lección y advertencia para el poder (cualquiera que sea) que destruye el mito de la apatía “natural” y la pasividad del pueblo ucraniano.

Todo empezó cuando, en una de las plazas centrales de la capital, las fuerzas especiales de la policía ucra-niana brutalmente agredieron a un grupo de jóvenes universitarios, que con valentía y pacíficamente defendían su punto de vista. La ciudad entera se alzó para protegerlos, y como suele ocurrir en este tipo de situaciones, la gente mostró sus mejores cualidades.

Este invierno (el del calendario y el otro) va a pasar, la gente volverá a su vida normal, en sus televisores cambiarán de las noticias a la serial, se olvidarán los nombres de los políticos de hoy... pero estas noches de la resistencia al poder para los que las vivieron en las frías calles de Kiev, quedarán con todos y dentro de cada uno. Como y cuando sea que termine.

Pueblo, tal vez, es la última palabra del vocabulario

de los siglos pasados, que hasta hoy es absoluta, lím-pida, sagrada... ¿Qué puede hacer el pueblo cuando se equivoca?

2 . El poderDentro de la repugnante pirámide del poder del mundo actual, sería injusto culpar sólo al presidente ucraniano Víctor Yanukovich. Los delincuentes, sobre todo políticos, nunca actúan sin cómplices.

Y su hermano mayor Vladimir Putin, que lo desprecia profundamente, y el supuesto opositor de Putin, Barak Obama, la Unión Europea hoy colapsada, apa-rentemente creada como un contrapeso al poderío de los Estados Unidos de América; todos ellos ope-ran bajo la misma lógica: la lucha total por el poder y el dominio económico a toda costa y en todas las latitudes.

Las declaraciones sobre “derechos humanos” que “preocupan” a la Unión Europea, habría que colgar-las en el árbol de navidad en la plaza recién recon-quistada por los manifestantes, junto a la figura de Santa Claus, en quien también alguna vez creímos.

Actuando contra el régimen de Yanukovich, sería bueno recordar los nombres de todos aquellos que con su gobierno antipopular e incompetente, asegu-raron el triunfo en la anterior elección presidencial.

Mientras el ciudadano común de Ucrania no partici-pe en la toma de decisiones de estado, todo el actual debate sobre la democracia y la independencia se hace para extraterrestres o para idiotas, o para los mentirosos o incluso para aquellos que se las arregla-ron para combinar las tres características anteriores.

Sin excepción, todos los líderes políticos del actual gobierno ucraniano y de la “oposición” son personas no sólo interesadas, sino, están publicitados y finan-ciados sólo para ser garantes del continuismo del actual sistema económico. Todo lo demás, no es más que el arte de actuación y el trabajo de los asesores de imagen.

La estructura del poder en Ucrania, establecida mu-cho antes de la llegada al poder de su actual elenco, se ha convertido en un filtro que no permite a la gente honesta elevarse más allá de un cierto nivel o hasta el de la toma de decisiones, que se realiza sin el pueblo y por lo general de modo totalmente contrario a sus intereses. Por esto, no es cierto que la violencia en Ucrania comenzó en la noche del 30 de noviembre, nunca se ha detenido y ocurre en todas partes.

Vladimir Lenin, cuyo monumento en Kiev recien-temente intentaron demoler los “demócratas” de turno, proponía que para comprender cualquier acontecimiento político complejo primero había que buscar a quién le favorece. Si intentamos este simple ejercicio, nos damos cuenta de que la represión del campamento estudiantil pacífico en el centro de

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Kiev, la noche del 30 de noviembre, en el momento cuando el movimiento ciudadano “pro-europeo” claramente se debilitaba, fue muy inconveniente para el Gobierno y completamente beneficioso para la “oposición” .

Después de que la gente salió a las calles, no tanto por la “opción europea”, sino en protesta contra la brutalidad policial y la burda interferencia de Putin en los asuntos de Ucrania, en el primer plano apa-recieron los vociferantes “opositores”, los antiguos funcionarios “rupturistas con el régimen” y, lo más importante, la autodenominada “vanguardia” de grupos de choque de la “oposición pro-europea”: la Unión Pan ucraniana” Svoboda”... sí, Europa, pero con un tufillo a Alemania de 1933 ...

3 . El fascismoSi yo fuera Ministro de Cultura de Ucrania y tuviera algunos poderes dictatoriales, obligaría a todos los compatriotas a ver el viejo documental del gran di-rector soviético Mikhail Romm “Fascismo Común”.

Porque resulta que los fascistas de verdad no sólo son los estúpidos Fritz que sólo saben escuchar los gritos del Führer y marchar por las ciudades captu-radas; entre los nazis también existían pensadores destacados, artistas, empresarios y estrategas.

El lema de “Svoboda” de “Ucrania sobre todo” es una copia exacta de la consigna nazi “Alemania por encima de todo”. En una sociedad engañada, empo-brecida y confundida, que espera soluciones simples e inmediatas, el fascismo es eficiente y fructífero.

Especialmente cuando los medios de comunicación reemplazan la educación y junto con la memoria histórica borran nuestro sagrado sentimiento de gra-titud y orgullo por nuestros abuelos, que vencieron una vez (y ellos creían que para siempre) al fascismo en Europa.

Que bien que casi todos ya se han ido y no verán en nuestras calles, con actitud prepotente y vencedora, a aquellos contra quienes lucharon.

Hoy, al inicio de la temporada de la descomposición del miope y corrupto poder político ucraniano, sube al proscenio de nuestra historia -con entusiasmo- un hasta ahora poco conocido pero joven y temerario depredador, cuyo nombre es Fascismo Ucraniano.

Es lo suficientemente inteligente y educado, tiene mucha más imaginación y sentido del humor que sus patéticos oponentes, y en sus ojos, como en los ojos de cualquier fascismo, se ve la muerte.

4 . La historiaLa elite política postsoviética, bajo consignas de independencia y democracia, usurpó el poder en los principados autónomos y para mantenerlo necesitó crear nuevos mitos fundacionales de la historia na-cional. Para lo cual, era necesario destruir los mitos

anteriores. Así, los “luchadores” contra la historia ofi-cial y la censura, con el entusiasmo de un neófito, se convirtieron en los nuevos censores y historiadores oficiales.

La historia de la humanidad en su conjunto es com-pleja, trágica y controvertida, y Ucrania ubicada en el cruce de las rutas estratégicas que unen Rusia, Euro-pa Central y el Mediterráneo, no es una excepción.

Los grandes logros y los grandes crímenes de la época soviética requieren un análisis crítico y equili-brado desde el contexto de su época con sus valores, creencias y realidades. En vez de esto, nos entregan en un folclórico platito azul y amarillo (colores de la bandera ucraniana) un improvisado producto suce-dáneo llamado “historia de Ucrania”.

Los gritos más fuertes sobre la tragedia de Holo-domor (hambruna en el campo ucraniano en los 1932-33) son precisamente de los autores de delitos económicos contra el pueblo ucraniano, cometidos ya en el período postsoviético.

Sobre la “ocupación comunista” suelen hablar los políticos de Ucrania occidental, hermosa y desafor-tunada tierra saqueada por sus nuevas autoridades inmediatamente después de su “liberación”. Allá en los Cárpatos vi aldeas enteras sin gente, porque todos sus habitantes fueron a buscar trabajo a Polo-nia, Italia o Rusia y en las paredes de las casas vacías habían consignas como: “Ucrania para los ucrania-nos” ... es la zona donde, en los 40, actuó el Ejército Insurgente Ucraniano, los más que dudosos nuevos héroes oficiales destacados no tanto en operaciones militares contra los “ocupantes”, como en masacres contra la población civil... Y basta con ir a cualquier librería de Lviv para ver una total ausencia de dife-rentes opiniones.

La nueva historia oficial de Ucrania independiente no es más que un negativo de las fotos en blanco y negro de la historia de la Ucrania Soviética.

5 . La revoluciónEntiendo que las revoluciones si no conducen a un cambio de un sistema socioeconómico por otro sim-plemente no lo son. Si es así, hay que reconocer que la Revolución Naranja, que aparte de transferir el po-der de un grupo económico a otro, no ha cambiado nada. ¿Por qué una no revolución sigue llamándose así?

Las enciclopedias definen la democracia como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pue-blo. ¿No será justamente esto una pesadilla para cualquiera de los políticos ucranianos? ¿Solamente ucranianos? Ahora su codicia y la miopía ha transfor-mado los partidos políticos tradicionales en enormes y frágiles edificios a punto de colapsar y enterrar a sus fieles bajo los escombros. Por lo tanto, la única revolución posible en la actual Ucrania es una demo-crática toma del poder por parte de los nazis.

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6 . El mundo¿Qué pasó con la famosa cortina de hierro y el muro de Ber-lín? Desapareciendo física y políticamente siguen operando en la conciencia de los habitantes del mundo postsoviético, que parecen vivir en una isla. Incluso la gente más educada y admirable en la antigua URSS está tan atrapada por su mundo inmediato, que no quiere ver la profundidad de la actual crisis sistémica de la civilización.

Los paradigmas del siglo pasado desde hace por lo menos un par de décadas ya no son aplicables. La “orientación europea” no es más de uno de estos extin-tos paradigmas. El modelo económico neoliberal fue el arquitecto y sepulturero de la Unión Europea, no le ha dejado a los pueblos de Europa la posibilidad de tener un desarrollo propio (no uniforme, no lineal, pero real-mente nacional) y en la actualidad está reventando por toda la periferia de Europa, donde los estados miem-bros desde hace rato son rehenes del sistema bancario mundial, donde los millones de europeos en unos pocos días pierden las conquistas sociales de siglos ...

¿Qué tan claro es esto para los heraldos oficiales de la “casa común europea” para Ucrania? ¿Qué es? ¿Un ingenuo deseo de escapar del abrazo sofocante de la rancia Rusia de Putin para terminar en los brazos de cualquiera? ¿Entre-garse, si no por amor, por un cálculo? ¿Venderse más caro? ¿Alcanzar a pronunciar en las altas tribunas internacionales algunas frases acerca de la independencia nacional, la de-mocracia y el derecho a elegir?

Y ni siquiera eso. La crisis en Europa es sólo la parte más visible de la crisis de la civilización tal como la conocemos, construida sobre la subordinación del espíritu a la materia, cristiana en su forma y tecnocrática en su esencia. La espi-ritualidad humana ha sido reemplazada por diversos dispo-sitivos dogmáticos de los aparatos eclesiásticos, así como la actividad social de los ciudadanos ha sido sometida a los pesados mecanismos de los partidos políticos.

Prácticamente todos los estados conocidos del siglo XX se de-sarrollaron en la dirección del “progreso” , llamando así a los avances en la producción y al consumo de bienes materiales, convertidos en un fin en sí mismo, convirtiendo la historia hu-mana en una carrera mercantilista, de paso eclipsando lo más valioso que tenemos - los mundos infinitos de nuestro mundo interior, de sus sueños, aspiraciones, búsqueda de unidad, la armonía con el mundo y la humanidad ...

De este modo, hoy se construye una cultura de consumis-mo, soledad , violencia y pérdida del sentido de la vida. La actual globalización ha resultado ser el grado más alto de esta absurda civilización.

Por suerte este modelo va aceleradamente hacia su colap-so global, y los síntomas - desde el cambio climático global hasta el aumento de los problemas de salud mental en la sociedad - son obvios. Posiblemente, tendremos que defi-nir hacia dónde irá la historia humana después del colapso del “capitalismo real”.

Por supuesto, tomando a Ucrania como parte de la historia de la Humanidad.

7 . La alternativa que no existeLos complejos desafíos que enfrenta Ucrania actual no tienen solución en las estructuras de poder tradicionales. Los “pragmáticos ejecutivos de negocios”, “ jóvenes y talentosos economistas”, los “independientes de la política partidista” y otros personajes propuestos al telespectador son un “déjà vu” de las promesas de la perestroika de “vuel-ta a los valores universales”.

El país no necesita tecnócratas independientes, listos para servir con eficacia a los intereses de uno u otro grupo del poder, sino un proyecto nacional real que implique una rup-tura decisiva con la lógica de las décadas anteriores. La in-dependencia de Ucrania debe comenzar no con programas televisivos, con danzas folclóricas ni con nuevas banderas o escudos nacionales, sino retomando el control estatal sobre los recursos naturales y las industrias de importancia estratégica.

Hoy la economía de Ucrania casi en su totalidad se encuen-tra bajo el control de grupos económicos pro-rusos y pro-occidentales, que han convertido la crisis permanente del país en fuente de máxima rentabilidad para sus negocios.

La sociedad ucraniana, víctima de las “reformas” de de-recha, hoy sufre el síndrome de Estocolmo: la mayoría de los ciudadanos socialmente activos miran sólo hacia la de-recha, igual que al principio de la perestroika, a diferencia de Europa, en la que están tan ansiosos por entrar, y que desde hace rato mira hacia la izquierda.

¿Donde está hoy la izquierda ucraniana? Sin contar la del PC y del PS ucranianos cuyo “izquierdismo” desde su fun-dación se ha quedado sólo en el nombre y en la ingenuidad de las antiguas generaciones.

Ucrania es hoy uno de los países más de derecha del mun-do y la mayor parte del debate ideológico se lleva desde la derecha hacia la derecha.

La izquierda de Ucrania es una minoría que continúa prac-ticando su habitual forma de vida dogmática y sectaria, en una eterna lucha por el liderazgo de un hasta ahora inexistente movimiento, con discusiones infantiles sobre los ismos y disputas teóricas de principios del siglo pasado.

La ofensiva de la ultraderecha ucraniana no es sólo mérito del gobierno y la oposición, sino también de su infantil izquierda.

El provincianismo de la izquierda y la derecha ucraniana es comparable, pero los segundos son, lamentablemente, muchos más numerosos y tienen a su disposición, a dife-rencia de los primeros, todos los medios.

Mientras el mundo gira hacia la izquierda, Ucrania continúa siendo una cápsula del tiempo que retrocede lentamente.

¿Queda sólo esperar hasta que sus finas paredes estallen bajo la presión del viento de la historia?

No lo sabemos.

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Legalidad versus legitimidadEscribe Salvador Muñoz - Cientista Político

Estas elecciones fueron históricas –¿cuáles no?– aunque tiene características que la singularizan en nuestra historia reciente. De un lado, desde el plebiscito de 1989 ninguna elección presidencial fue ganada con tanta holgura. Por otro, nun-ca un presidente fue electo con tan pocos votos.

La máxima diferencia la obtuvo Frei en 1993 cuando alcanzó el 58% de los votos emitidos. El presidente electo con la menor cantidad de votos fue Sebastián Pi-ñera en el 2009 con 3,5 millones de sufragios.

Ayer, en el país de los récords curiosos, Bachelet batió dos en un día. Fue electa con el 62% de los votos válidamente emitidos y obtuvo sólo 3,48 millones de sufragios, o sea el apoyo de apenas un 26,15% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral.

Algo no cuadra. Las cifras se prestan siempre para múltiples interpretaciones y en la medida en que tengamos todos los datos disponibles será posible afinar nuestras conclusiones. Esta vez no me centraré en los datos. Ya se verá más ade-lante.

Lo importante es situar los dos “records” en su contexto.

La holgada victoria de Bachelet muestra cuán dañada está la Alianza. El resul-tado de Matthei, corolario de la teleserie de las candidaturas de Golborne y Longueira, y la bajísima aprobación del gobierno de Piñera, no dan pie a muchas interpretaciones. Es una buena noticia para el país que los sectores antidemocrá-ticos retrocedan y se vean obligados a evolucionar.

Sin embargo, la baja votación de Bachelet demuestra que el descrédito de la ins-titucionalidad pinochetista y el rechazo a la clase política que impide la democra-cia no se resuelven con una dosis de “carisma” ni con toneladas de propaganda. “Santa” Michelle no hace milagros.

La enorme abstención que marcó estas elecciones no puede verse como un acon-tecimiento aislado: ella profundizó el descrédito del que goza la actual institucio-nalidad y el rechazo ciudadano de la clase política que lo resguarda e impide su sustitución.

Como dijimos en la edición especial de POLITIKA del 18 de noviembre, al día siguiente de la primera vuelta (http://issuu.com/politika/docs/politika_n__espe-cial), la abstención ratifica una sostenida tendencia que viene desde el plebiscito de 1989: en cada elección participan menos electores que en la precedente. Si seguimos así, en 20 años más votará sólo el 20% más longevo de la población. Pasarse esta preocupante realidad por el fundillo no es ni serio, ni responsable.

Ecos de las presidenciales

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POLITIKAPOLITIKA 11Año IIII - Edición Digital Nº 63 (16.12.2013)

Un presidente electo por el 26% del electorado plantea la cuestión de la legitimi-dad de las instituciones, nos guste o no nos guste.

Al respecto, el presidente del PS Osvaldo Andrade entregó una de las definicio-nes más curiosas de las que se tenga noticia sobre la democracia: “las reglas de-terminan como se eligen los presidentes de Chile, la democracia significa cumplir con esas reglas y es lo que vamos a hacer”.

Andrade ya olvidó que esas reglas las definió una dictadura, lo que explica que viva tan bien en medio de y gracias a ellas. Este discursito arrogante e ignaro forma parte del contexto que lleva la ciudadanía a apartarse de la política y los políticos.

Le pese a quién le pese, el debate sobre la legitimidad de las reglas que nos im-pusieron con sangre y fuego en dictadura está en la mesa. Esta institucionalidad es “legal” sólo para la minoría que se adueñó del país. Eso es lo que defiende el filósofo Andrade.

Sin embargo, los mecanismos que legitimaban la institucionalidad que resguar-da los intereses de un puñado y vulnera los derechos de las grandes mayorías ya no funcionan. El proceso eleccionario está en cuestión, y no es el caso hacerse el de las chacras (a Andrade le encantan las expresiones “populares”).

En este momento político que vive el país la disyuntiva está entre legalidad ver-sus legitimidad. La dictadura amaba la “legalidad”, llevaba actas de todas sus reuniones y publicaba sus decisiones en el Diario Oficial. Pero hasta Andrade (en las noches con luna) reconoce que era profundamente ilegítima.

Del mismo modo, estas elecciones fueron legales. Los resultados serán publica-dos en el Diario Oficial. Pero la legitimidad de las instituciones salió mal parada. E irá de mal en peor, porque se trata de las instituciones de la dictadura que aún empuercan la vida de la sociedad chilena. Hasta que una Asamblea Constituyen-te nos devuelva una Constitución democrática.

Ecos de las presidenciales

Fuente: La Tercera - Edición del 15 de diciembre 2013

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Fracaso de Eurovegas: un suspiro de alivio...

La tan ansiada Inversión Directa Extranjera no llega si no le acuerdan patente de corso. Es lo que hizo la Concertación durante veinte años: ofrecerle seguridad a los corsarios.No hace mucho, ante el clamor que exigía que las grandes mineras pagasen un royalty, el entonces pre-sidente Ricardo Lagos se oponía argumentando: “No se pueden cambiar las reglas del juego…”(sic) En otras palabras, Chile no es un país soberano y no puede modificar sus reglas impositivas sin el acuerdo del capital extranjero.El fracaso del proyecto Eurovegas en Madrid nos entrega otra visión, desde la derecha política: La Vicepresidente Soraya Sáenz de Santamaría justificó la negativa de su gobierno a acordarle todo tipo de garantías al inversionista yanqui diciendo: “Las Cortes (parlamento) son soberanas. Asumir una indemnización por cambio normativo futuro es algo que no existe, yo no lo he visto nunca”.Dicho en otras palabras sí se pueden cambiar las reglas del juego en función de los intereses de la población de un país soberano. Los inversionistas, como cualquier otro ciudadano, deben acatar la ley que es igual para todos, y no tienen el derecho a exigir, ex ante, un blindaje que no tiene razón de ser.Es sabido que la inversión privada extranjera impone exigencias leoninas. Las más comunes son:• Conservar como garantía colateral la propiedad, los derechos y los intereses de la inversión.• Disponer de una garantía de flujo de caja, o sea de recaudación.• Distribuir el riesgo entre el inversionista y la autoridad concedente.• Obtener un largo período de concesión.• Beneficiar de un status de monopolio o cuasi monopolio. • Apoyo comprometido de la autoridad concedente y del gobierno. En el caso del proyecto Eurovegas –la construcción de una copia de Las Vegas en territorio de la Comunidad Autónoma de Madrid– el inversionista estadounidense Sheldon Adelson exigió la mo-dificación de las leyes españolas y europeas (p.ej. sobre el consumo de tabaco), la reducción de los impuestos sobre los juegos de azar al 1%, la eliminación para sus edificios de los límites de cons-trucción en altura, la no aplicación de la legislación laboral, deducciones en el impuesto de trans-misiones patrimoniales y sobre todo “revertir toda la inversión que se realizara, más las pérdidas que se podrían generar ante un posible cambio normativo y una indemnización”.Algo así como las condiciones que les fueron acordadas a los concesionarios del Transantiago (que obtuvieron además la garantía del Estado para la compra del material rodante…).Una de las gotas que desbordaron el vaso fue la exigencia de Adelson de obtener un compromiso escrito del gobierno español y de la Comunidad Europea para impedir cualquier modificación im-positiva que afectase sus exenciones fiscales, exigencia sin precedentes en los países en que opera actualmente. La Unión Europea se negó de plano, y el gobierno de Mariano Rajoy no pudo sino sumarse en la ne-gativa. Sheldon Adelson (15ª fortuna planetaria) anunció entonces la anulación del proyecto.

Las insoportables exigencias de la IDE

Para realizar la inversión inicial, estimada en 6.750 millones de euros, la empresa estadouni-dense aportaría sólo 2.700… El resto sería obte-nido en los mercados financieros locales. Como dijo alguna vez Jean-Jacques Servan-Schreiber,

“pagamos para que nos compren…”

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No votó porque no lo dejaron...

Aquí nada ha pasadoEscribe Erick Beiza Palestro

chileno residente en Austria, razón por la cual no pudo votar

PS: “Este gobierno actuó con una desidia brutal para la participación de los chilenos en las elecciones.” Junto con acusar al gobierno de actuar con desidia frente a la participación de los chilenos en las elecciones presidenciales y de hacer un llamado a votar para mañana, tanto el Presidente del Partido Socialista de Chile, diputado Osvaldo Andrade como el Se-cretario General de la colectividad, Francisco Díaz, aseguraron que la legitimidad del triunfo de mañana está garantizada a pesar de la posibilidad de abstención.El timonel PS subrayó que esperaba que des-pués de no haber fomentado la participación “no vengan con aquel discurso respecto de la legitimidad del triunfo de nuestra candidata a propósito de los niveles de participación, la reglas son claras, las reglas determinan como se eligen los presidentes de Chile, la democra-cia significa cumplir con esas reglas y es lo que vamos a hacer”.“Estamos preocupados por una suerte de pre-campaña para poner en duda la legitimidad de la elección o de la profundidad de las pers-pectivas programáticas de nuestra candidata sobre la base de generar en la abstención un punto político de fondo”, señaló Andrade”.

-------------Me permito hacer algunas observaciones, sabiendo que con esto se reducirá aún más el número de mis amigos, incluidos fami-liares. Además dejo en claro que soy de los que, ¡Oh pecado!, no podrá votar, pero no por decisión propia, sino porque NO TENGO ESE DERECHO (vivo en el extranjero), ya que aparte de irse en puras promesas, el de-recho a voto aún no nos ha sido “concedido” por los honorables binominales.

Puede ser que muchos que creen en Miche-lle Bachelet vean que tras el triunfo del 15 de diciembre se montarán en los centros de poder, los mismos aprovechadores y sinvergüenzas que “atornillan al revés” y que no quieren cambios, los “gatopardos”, que seguirán usufructuando y llenándose los bolsillos. Y, a lo mejor, ¿esta puede ser una de las razones por las cuales los electores no quieren ir a votar?

No será la soberbia de esos “líderes progre-sistas” –que YA AHORA interpretan el claro triunfo de Bachelet en la elección de maña-na como una aprobación de lo que ELLOS HAN HECHO– otra de las razones por las cuales muchos no irán a votar?

¿No será que si la Concertación+ le hubiese dado la merecida PLR a los “líderes de los cambios en la medida de lo posible”, de los arreglines, de la soberbia y el aprove-chamiento y hubiese mostrado una real voluntad de cambios (con elementos progra-máticos incluidos), la cosa hubiese sido muy distinta?

A modo de pregunta: ¿Qué razón tienen los que han sido acusados permanentemente de ultras, derechistas camuflados, locos y en el mejor caso de “ultrones” y/o soñadores de votar por Bachelet si no se sienten repre-sentados y siguen siendo tratados de la peor forma?

No será que el argumento “Si no se vota por nosotros (en este caso por Bachelet) gana la derecha”, ya dejó de servir como elemen-to moralizante, represor de conciencias y amenaza abierta? ¿No será que lo que faltó, aparte de humildad, fueron gestos claros de que “la cosa va a ser distinta”?

¿No cree que poniendo las mismas caras se ha repetido el mismo mensaje ya gastado y poco creíble? ¿No se ha dejado claro con eso que siguen y seguirán mandando los mismos de las últimas décadas y no permitirán cam-bio alguno?

Así, en lugar de haber hecho en su momento la autocrítica correspondiente y haber saca-do las lecciones necesarias, se sacan declara-ciones que solo suenan a ponerse el “parche antes de la herida”.

Una verdadera lástima, ya que se desper-diciará la oportunidad de provocarle una tremenda y más que merecida derrota a la derecha. Hay que decir que esa derrota necesaria es algo que a muchos personeros tipo Escalona les preocupaba ya que, a juicio de estos “Hombres de Estado”, desestabiliza “la democracia” gracias a la que ellos se han hecho del poder y los millones.Así, mañana se quedarán muchos en sus casas “fumando opio”, como dijera un gran estadista chilensis y los gatopardos seguirán en el poder. Se guardará el “programa de cambios” en algún armario, aduciendo que no hay fuerza para llevarlo adelante y solo se pueden hacer las cosas “en la medida de lo posible”. Y...colorín colorado... todo seguirá igual, ya que aquí, ¡nada ha pasado!

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POLITIKAPOLITIKA14 Año IIII - Edición Digital Nº 63 (16.12.2013)

Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht)

Editor general: Luis Casado.Colaboradores: BVF - Salvador Muñoz - Erick Beiza Palestro - Oleg Yasinski - Palomo.Diseño gráfico: POLITIKATraducciones: POLITIKA

La Copia Feliz Palomo