Palabras Bake paz

Bake Palabraspaz

GESTO POR LA PAZ

Número 55 Zenbakia Año XII Urtea 3 €.

El pasado mes de mayo unaamiga de Gesto por la Paz mellamó para decirme que Mar-tín Esparza había muert o .Estas noticias siempre se re c i-ben en mal momento porq u enunca se quieren oír. Mart í nllevaba ya un tiempo fastidia-do, pero el mismo 25 de abrilvino al último acto contra laviolencia de persecución quehicimos en Bilbao porque sumilitancia en favor de la paz,del respeto a propios y extra-ños, de la justicia... era tal,que si un rayo de sol quetemplara el ambiente se lop e rmitía, allí estaba él ense-ñando su profundo compro-miso con esta sociedad. La verdad es que no queríadejar pasar un número deBake Hitzak. Palabras de Pazsin mencionar a Martín, entreotras cosas, porque era unenamorado de esta revista yde lo que suponía que exis-tiera esta distinta voz depapel. Te echaremos demenos, Martín, todos losaños, en cada acto en favorde la paz y del respeto a losd e rechos humanos de todosy para todos, en las manifes-taciones de enero, en losmomentos en que nuestroánimo decaiga y no tenga-mos claro si el rumbo marc a-do es el bueno –tú siemprehas creído en Gesto-, enNavidad cuando venías apagar tu cuota con unosbombones para compensarcualquier mal rato que nos

Cartas a la cartaCartas a la car ta

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a m a rgara el trabajo... Y,cuando por fin termine todoesto, Martín, y hagamos unrepaso de lo que hemoshecho, de lo que han cam-biado las cosas, de quiénesestuvimos en cada momen-to... cuando brindemos porel final, todos te llevare m o sen el corazón porque tú,M a rtín, has sido uno de estosgranos de arena que term i-nan formando montañas. Tuejemplo, fue la más magistralclase que cualquiera pudierarecibir de compromiso con elresto del mundo. GraciasM a rt í n .

Isabel Urkijo

Mi nombre es Miguel, y soyvoluntario de una ong inter-n a c i o n a l por la paz que sellama Proyectos Encuentro .Hace una semana coincidí enuna mesa redonda en To l e d oo rganizada por YMCA Españacon uno de los miembros devuestra organización, sellama Sabin. No tuve oport u-nidad de intercambiar opi-niones con el, porque mar-ché para Madrid en cuantoacabó la charla, pero mequedé con las ganas. Mehubiera apetecido decirle lomucho que me gustaron suspalabras, que no eran otrasque las de vuestra org a n i z a-ción puestas en su boca. Me

emocioné escuchándolehablar del sentido integradordel silencio y de su repudia atoda (toda) muert e .Si me emocioné hace unasemana, podéis imaginaros loque me emociona hoy. D e n t ro de unas horas saldré ala calle, y pretendo llevar con-migo ese espíritu que com-p a rto con vosotros. El de lapaz como principio, el deld e recho a estar vivos sin con-d i c i o n e s .Son momentos difíciles paratodos los que llevamos uncorazón en el pecho, y mealegra saber que estamos jun-tos en esto. Salid a las callesde Euskadi por mi. Yo os lle-varé por Madrid.Os mando todo mi re c o n o c i-miento y admiración. Ta m-bién es un día triste para elPaís Vasco. Gracias.

Miguel Rubio

Lehen begiratu baten esandaike zuk eta nik gutxitanegin dogula bat bizitzare nbidean, baina hobeto begira-tuta, hau ez da horrela izan:autobus bardina hartzen gen-duan noizik behin Donostiakoe rdigunetik Antiguo alderajoateko, Ondarreta eta Kont-xan zehar paseatzea be gus-tokoa genduan eta ez dakitgogoratzen dozun bainabehin, Donostiako Zuzenbide

Idatzi hau zuretzat daImanol

Hola a quien sea quelea este email

Querido Martín

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Fakultatean, eta zuk eta niknahi barik, ia kantaldi esklusi-boa emon euskuzun lagunbati eta bioi. Ordurako zureaurkako boikot nazkagarr i ab e re fruituak emoten zihar-duen, eta urte gutxi lehena-go plazak betetzen ebazankantariari gizarte honek biz-k a rra emoten eutsan. Hasie-ran lotsa sentitu neban bainaz u re kategoria haundiak las-ter estali eban nire lotsa; kan-taldia hasi baino lehen eske-rrak emotera etorri zinan, etaegoera triste haretan zureabotsik ederrena atara etakantaldi zoragarria oparitueuskuzun. Mehatxu eta irai-nez usteldutako egoera ito-g a rri haretatik ihesi kanporajoan zinela jakin genduan etad e s t e rruan zengozala barr i roegin genduan topo, Gasteiz-ko kaleetan, eta oraingohonetan ni neu joan nintzenzu agurtzera, nire alkart a s u nguztia erakustera… ez gen-duan berba askorik eginbaina triste eta iheskor ikusizindudazan. Imanol, oraindala gutxi konturatu nazaspaldi egin genduela batbizitzako bidean; bizitzare neta askatasunaren balioau l e rtzeko eran. Nik zuri eske-rrak emon aurretik joan zara,beraz, txoko hau apro b e t x a t-zen dot bihotzez eskerr a kemoteko: eskerrik asko zureabotsagaitik, gure artean utzidozun musikagaitik, zuresentsibilitate eta ausard i a g a i-tik, eta mila esker bihotzezz u re jardunari esker EuskalH e rri duinagoa, askeagoa etahobea utzi deuskuzulako.Maite Leanizbarru t i a

M a l l a b i a

Laocoonte advirtió sobre elriesgo de aceptar el caballoen Troya. Pero al final acabópagando con su vida inocen-te el conflicto entre las dosciudades. Tal como dice elfolleto publicado por elMuseo Artium de Vi t o r i a :“Devorado por la violenciadesatada entre dos polishelénicas, destruido su cuer-po y el de sus hijos por laf u e rza de una maquinariai n c o n t rolada, que superaba aquienes la pusieron en fun-cionamiento, Laocoonte es lapersonificación de todas lasvíctimas ocasionadas por laviolencia política: es el arq u e-tipo y, por tanto, “laocoon-tes” han existido siempre y,por supuesto, viven hoye n t re nosotro s ” .Todas las obras son paramirarlas y reflexionar sobre loque quisieron decir art i s t a scomo Bill Viola, Marina Abra-movic, Antony Gorm l e y,Leon Golub, Mona Hatoum,K rzysztof Wodiczko, AnnikaLarsson, Rudolf Herz, AntoniMuntadas, Francesc To rre s ,Txomin Badiola, Juan LuisMoraza, Santiago Sierr a ,e n t re otros. Los montajes hablan del granre p e rtorio de violencia: vio-lencia laboral contra lasm u j e res, violencia de losestados, la guerra como espi-ral infinita, pérdida de sensi-bilidad de los espectadore spor excesivo uso en losmedios, transformación delsignificado de las palabraspor su uso en la violencia,sufrimiento cercano de la vio-lencia ajena, estado contro l a-dor y re p a rtido de violencia,a la violencia por falta dereflexión individual, la cobar-día, etc.Con el fin de relacionar laviolencia general con lavasca, han colocado en algu-nas esquinitas, parejas form a-

das por un grabado de Goyade “Los desastres de la gue-rra” y una foto de prensa deatentados, peleas, funerales,relacionados con ETA o enalgún caso con Atocha o elGAL. La semejanza entre lasimágenes fotografiadas y lasgrabadas son tan grandesque parece que se pidió ap rotagonistas que tomara lapose del goya para la foto-grafía. Bajo cada uno, Goyaescribió una palabra llena dea m a rga sabiduría: “Con razóno sin ella”, “La muerte de lav e rdad”, “No saben a dóndev a n ” , …A mi me hizo re f l e x i o n a r, ysentir dolor por solidaridadcon el dolor ajeno y por lapasividad aborregada fre n t ea la injusticia. Si no gusta lavisión de algún artista, esee n f rentamiento a la obrapuede afianzar nuestra con-vicción. Al salir sólo me ape-tecía ver algo alegre, inge-nuo y simple. Era buena horaver “los Lunnis”.

Isabel Ruíz de Loizaga

Laoconte devoradoExposición sobre la violencia polí-tica. Museo de arte modern oArtium - Vitoria

BakeApdo. 10.15248080 Bilbao

Si quieres expresar tuopinión sobre algúnasunto que te parezcai n t e resante, envíanostu carta.

Tfn.: 944 163 929 Fax: 944 153 285 [email protected]

E s c r í b e n o s

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Esta revista se edita con lacolaboración de la Direcciónde Derechos Humanos del

Departamento de Justicia delGobierno Vasco.

Bake

D.L.: BI-160-93I.S.S.N.: 1137-3016

EQUIPO REDACTOR

J. Herrero ArranzE. Mesperuza Rotger

H. Arbide AzaP. Mezo López

Nº 55 Año XIIseptiembre de 2004

no se identificanecesariamente con las opinio-nes aquí expresadas. Autorizala reproducción de sus trabajos,siempre que se indique su pro-cedencia.Hemen agertzen diren eritziakez dira derrigorrezenak izango. berelanak besteek har ditzaten bai-mena ematen du, haien iturbu-rua aipatuz.

DIRECCION

I. Urkijo Azkarate

DISEÑO Y MAQUETACION

A. Arberas

ILUSTRACIONES

B. Gómez Moral

O P I N I O N

Ellacuria, martir de la PazGABRIEL Mª OTALORA

No basta la condenaREYES MATE

Ataques preventivosJOSU CEPEDA

G A I A : SE PA R A C I Ó N D E P O D E R E S

La politización de la justiciaJOAQUIN GIMÉNEZ

Politización de la justicia e independenciajudicialGARBIÑE BIURRUN

Entre la politización de la justicia y la búsquedade la impunidad jurídicaJUAN LUÍS IBARRA

Montesquieu está moribundoIGNASI GUARDANS

Notas para releer la separación de poderesELVIRO ARANDA

Transición inacabada ausencia de separaciónde poderesRAFAEL LARREINA

Objetivo deslegitimar a la justicia en elPaís VascoLEOPOLDO BARREDA

MezclasMARGARITA URIA

La división de poderes en la era de laglobalizaciónGASPAR LLAMAZARES

EDUCAR PARA LA PAZ

BARRUTIK· Movilización: - Acto contra la violencia de persecución. Tafalla.

- Acto contra la violencia de persecución. Artziniega.- Solidaridad con los amenazados. Gesto y Elkarri.- Acto contra la tortura junto a AI. Bilbao.

· Jornadas: - Pluralismo y Convivencia. Donosti.- Terrorismo en el s. XXI. Visiones.- Forum Barcelona 2004.

RESEÑAS 64

Publicación editadapor la

COORDINADORAGESTO POR LA PAZDE EUSKAL HERRIA

EUSKAL HERRIKOBAKEAREN ALDEKOKOORDINAKUNDEA

Bake

BakeBake

Son cada vez más las voces que están expresando su pre o-cupación por la creciente amenaza a la división de podere sen nuestro Estado de Derecho. A través de los medios de

comunicación, hemos leído y escuchado opiniones contradicto-rias sobre esta cuestión que no es en absoluto baladí. Pre c i s a-mente por tener la importancia que le concedemos, hemos pen-sado realizar este número basado fundamentalmente en lasreflexiones de juristas y de políticos de todas las ideologías. Refle-xiones que, de alguna manera, ayudaran al lector a compro b a rsi hoy, en España, se mantiene inmaculado uno de los pilares delEstado de Derecho, como es la separación de poderes -la noconcentración del poder del estado en una única institución conel fin de articular los controles precisos para evitar arbitrariedadesy abusos de poder-.

La democracia se articula de tal manera que permite la existen-cia de mayorías que, muy seguras del respaldo que cuentan,pueden correr el riesgo de caer en la tentación de extralimitard e t e rminados principios que en su día estableció Montesquieu.

Hay en cada Estado tres clases de poderes: el poder legislativo, elpoder ejecutivo de los asuntos que dependen del derecho de gentesy el poder judicial de los que dependen del derecho civil […] La liber-tad política de un ciudadano depende de la tranquilidad de espírituque nace de la opinión que tiene cada uno de su seguridad. Y paraque exista la libertad es necesario que el Gobierno sea tal que ningúnciudadano pueda temer nada del otro. Cuando el poder legislativoestá unido al poder ejecutivo en la misma persona o en el mismo cuer-po, no hay libertad porque se puede temer que el monarca o el Sena-do promulguen leyes tiránicas para hacerlas cumplir tiránicamente.Tampoco hay libertad si el poder judicial no está separado del legisla-tivo ni del ejecutivo. Si va unido al poder legislativo, el poder sobre lavida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, pues el juez sería almismo tiempo legislador. Si va unido al poder ejecutivo, el juez podríatener la fuerza de un opre s o r.El Espíritu de las Leyes. Montesquieu

En este número de Bake Hitzak ofrecemos las reflexiones de juris-tas como Joaquín Giménez, Magistrado del Tribunal Supre m o ,Garbiñe Biurrun, Magistrada del Tribunal Superior de Justicia delPaís Vasco y Juan Luis Ibarra, Magistrado y Presidente de la Salade lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justi-cia del País Vasco y de políticos de todas las ideologías comoIgnasi Guardans –de Convergencia y Unió-, Rafa Larreina –deEusko Alkartasuna-, Elviro Aranda –de PSOE-, Margarita Uria –deP a rtido Nacionalista Vasco-, Leopoldo Barreda –de Partido Popu-l a r- y Gaspar Llamazares –de Izquierda Unida-. Son re f l e x i o n e splurales, pero que tienen como aspecto común la defensa aultranza de la separación de poderes. Algunos ven más ataquesque otros a dicho principio, pero en varios de estos artículos sedestila la gran importancia que cada día va ganando el cuart opoder: los medios de comunicación.

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Separación de poderes

O P I N I O N N U M E R O 52

opiniónGabriel Mª Otalora

Reyes mate

Josu Cepeda


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El dieciséis de noviembre se cumplirán quinceaños del asesinato de Ignacio Ellacuría. Algu-nos compañeros se salvaron de casualidad al

encontrarse aquella madrugada fuera de la Uni-versidad Centroamericana (UCA) de San Salvador,donde murieron asesinados seis jesuitas, la coci-nera de la residencia universitaria y su hija amanos de soldados salvadoreños. Para ser exac-tos, aquellos militares llevaban la orden de elimi-nar a los tres que consideraban más peligrosos,entre ellos a Ellacuría; lo que sucedió después,obedeció a que no debían quedar testigos paraque la guerrilla salvadoreña pareciese la causantede la matanza. Apenas tres años después, una oportuna -y sonro-jante- Ley de Amnistía General para la Consolida-ción de la Paz extinguió la acción penal y la penade los condenados, además de sobreseer lacausa y prohibir la investigación sobre laautoría de los últimos responsables,dentro y fuera de El Salvador.¿Por qué se ha olvidado tanpronto la memoria de aquellacomunidad de jesuitas y lo quellevó a los inductores al múlti-ple asesinato? Las acusacio-nes de marxismo y de flirtearcon la violencia nunca se hanterminado de borrar. A todo elque propugnaba la Teología dela Liberación se le llegó a situarfuera de la fe cristiana. No es deextrañar, pues, que a Ignacio Ellacu-ría o Jon Sobrino (que sigue allí y sesalvó de la masacre por encontrarse de viaje)hayan sido cuestionados y relegados al olvido, sinvalorar el testimonio heroico de su vida, ni susmotivos, ni siquiera el fruto del trabajo por lamejor de las paces, la paz de la justicia, en estecaso desde la vocación del amor a Dios. No es justo olvidarse tan pronto que aquella masa-cre aceleró el proceso de paz en El Salvador por la

repercusión mundial que tuvo: se creó la Procura-duría para la Defensa de los Derechos Humanos,la Comisión de la Verdad con el objetivo de cono-cer públicamente los hechos violentos más gravessin dejar impunes a los culpables (cosa que al final,no ha sucedido). Se llegó a acuerdos concretos depaz para facilitar la transición pacífica del país,como la reforma de las fuerzas armadas hacia laprogresiva desmilitarización de la sociedad depu-rando el ala más reaccionaria del ejército de unpaís que, en 1979, apenas 870 ilustres apellidosposeían el 40% de la tierra cultivable, y un 73% delos niños sufría desnutrición crónica. Aquellasvidas cercenadas propiciaron claros avances en lapaz. La gran desigualdad entre ricos y pobres y laexclusión social con sus consecuencias violentas,movió al episcopado latinoamericano a expresar aPablo VI que no podía quedarse indiferente antesemejantes injusticias sociales. Aquella situaciónde finales de los sesenta, animó a algunos a com-prometerse con la justicia de los que más sufrían lapobreza y la opresión de “toda la región centroa-

mericana que ha vivido ancestralmente y sigueviviendo en una situación económica que

no le permite a la mayor parte de lapoblación satisfacer sus necesidades

básicas. Aquí radica el principio detodos los problemas sin cuyasolución los conflictos rebrota-rán incesantemente”, en pala-bras del propio Ellacuría.“Toda violencia es mala” procla-maba Ellacuría, pero aclarabaque hay violencias peores que

otras: el uso injusto de la fuerzaes más grave que utilizarla en legí-

tima defensa. Para este jesuita, laviolencia estructural es el foco del pro-

blema porque sume en la miseria a lamayoría de seres humanos del planeta, que no

son pocos. A su vez, esta violencia necesita de larepresión violenta para que las estructuras econo-mico-sociales injustas se mantengan. Finalmente,está la violencia de contestación que intenta miti-gar las dos anteriores, bien desde el odio vengati-vo o la búsqueda de los mismos privilegios dequien ahora oprime, bien ejercitando la dignidad


Ellacuría, mártir de la paz

Gabriel Mª OtaloraMiembro de Gesto por la Paz


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humana de luchar para cambiar la injusticia, almenos hasta recuperar los mínimos derechos fun-damentales. Jon Sobrino resalta que a “Ellacu” (así es como lellamaban) le impactó la misión y el modo de ser deJesús, sus actitudes ante la vida y la muerte, suhonradez con la verdad, su misericordia, su firme-za hasta el final, “la justicia para ir hasta el fondoy, al mismo tiempo, los ojos y entrañas de miseri-cordia para comprender a los seres humanos”. Atodos; también a los ricos. De ahí que la posturade denuncia auspiciada desde la UCA no fue unapostura de poder, sino de firmeza al servicio de lapaz justa consecuencia del cambio de estructurasque liberen al ser humano, tanto espiritual comomaterialmente, en línea con el principio de evan-gelización jesuítico “fe y justicia”. Algunos pensa-ron que la entrada de los jesuitas en esta universi-dad supondría mantener un centro elitista para lasclases más pudientes como contrapeso a la uni-versidad izquierdista de San Salvador. Ellacuríatenía muy claro el objetivo del centro universitario:trabajar sólo por aquél desarrollo que ayude alhombre centroamericano a hallar su propia identi-dad y su propia libertad posibilitándole un desa-rrollo real, pero con la conciencia alerta para que,bajo ningún pretexto, el desarrollo se convierta enforma de dominación. Quizá porque anduvieroncerca de conseguirlo, unas octavillas anónimas sehicieron tristemente famosas: “Haga patria, mateun cura”. La situación se hace cada vez más pre c a r i a :aumenta la violencia de la guerrilla y de la extre-ma derecha, la UCA es atacada varias veces, seproducen matanzas de campesinos, atentados dela guerrilla, monseñor Romero cae asesinado enplena misa por su denuncia de las necesidadesbásicas insatisfechas en gran parte de la pobla-ción. A pesar de todo, Ignacio Ellacuría sigue cre-yendo en el diálogo y la negociación aun estandoel país al borde del estallido social. “Nuestro traba-jo fundamental consiste en salvar vidas”. En suafán pacificador, llevó a cabo cerca de 400 gestio-nes con la guerrilla, el gobierno, los norteamerica-nos y cualesquiera con capacidad de influir en elconflicto.El compromiso le lleva a nacionalizarse salvadore-ño; su esmero por buscar acuerdos despertabacada vez mayores recelos, también en la embaja-da norteamericana, que le veía como un peligrosoizquierdista por decir cosas como que la democra-cia no lo es tanto mientras sea un sistema que solofunciona para el 20% de la población. Arreciabanlas críticas y calumnias en los medios de comuni-cación, y las amenazas de todo tipo que, en elcaso de Ellacuría, fueron de muerte. Todo paracallar la lucidez de teólogo y hombre de acción

que mostró a aquéllos caciques y oligarcas disfra-zados de católicos lo imposible que resulta para uncreyente separar el amor a Dios y el amor al próji-mo.Ellacuría, que siempre contó con el respaldo incon-dicional del “papa negro” Arrupe, tenía muy claroque lo social debía primar sobre lo político; no seechó atrás para criticar el proceso revolucionarionicaragüense por sustituir una injusticia estructuralpor otra. Criticó de igual modo el consumismo yabogó por la renovación de la Iglesia para acer-carse a un testimonio más acorde con la paz y lajusticia evangélicas. Estamos ante un vasco universal, un mártir quedio su vida trabajando por una paz justa desde elcompromiso de vida con una Teología de la Libe-ración de errores y aciertos. Su formación de filó-sofo y de teólogo a caballo entre Karl Rahner yXabier Zubiri guió su vocación a favor del máspobre. Con todo, tuvo tiempo para su gran aficiónal Athletic de Bilbao, al que seguía con pasiónincluso cuando la realidad se tornaba más difícil.Es conocida la anécdota en que él y Jon Sobrinoestaban escondidos en el campanario por una delas incursiones de la extrema derecha. Mientrassonaban disparos abajo, los dos escuchaban por laradio un partido del Athletic. En un momentodado, Sobrino exclamó: “No está todo perdido,acaba de marcar Noriega”. Muchos son los que trabajaron y trabajan por unmundo mejor desde opciones diferentes, en El Sal-vador y en muchos otros lugares: guerrilleros queluchan con sinceridad para dignificar a los suyos,cooperantes voluntarios, incluso oligarcas quedejaron de serlo por seguir la llamada de la justi-cia; es el caso de Enrique Álvarez Córdova, querenunció al cargo de Ministro de Agricultura y llevósu compromiso hasta dar su vida, asesinado porlas fuerzas de seguridad salvadoreñas. Pero Ellacu-ría era un líder que dirigía una universidad dondedesarrollaba una intensa labor académica. Su cali-dad humana e intelectual fue adquiriendo relieveinternacional a través de sus libros, conferencias,artículos y reconocimientos en forma de premios.Había llegado demasiado lejos. Al volver de unode sus viajes donde fue elegido presidente de losrectores iberoamericanos, Ignacio Ellacuría Beas-coechea fue asesinado. La vida sigue, y los que trabajan en contra de lapaz para asegurar sus intereses, tampoco descan-san ahora. Quedémonos al menos con estas pre-guntas tan actuales como cuando los pronunció elbueno de Ellacu: “¿Qué hemos hecho para queestas personas estén crucificadas? ¿Qué vamos ahacer para bajarlos de la cruz?” Son interrogantesincómodos, lo suficiente como para olvidarnospronto de su memoria. q

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Forma parte de nuestra cultura judeocristianau occidental la condena instintiva del crimen.Que el “no matarás” figure entre los manda-

mientos mosaicos o que la conservación de la vidasea consideraba como un derecho natural, sonindicios de que la condena del crimen y la defen-sa de la vida pertenecen a ese tipo de conviccio-nes que transcienden toda creencia o religión yque ninguna circunstancia puede justificar, salvola defensa de la misma vida.Esto es tan elemental que no merece mayorcomentario. Se puede entrar en la casuística perono cuestionar los principios. Que ante un crimenterrorista todos los ciudadanos normales y los par-tidos políticos democráticos lo condenen, comohabitualmente ocurre, parece natural y la cosatampoco debe llamar la atención.El problema moralmente relevante se sitúa en elmomento inmediatamente posterior, esto es, enlas consecuencias políticas que se pueden o no sepueden extraer del terror. Grosso modo se produ-cen en el País Vasco dos actitudes políticas: la dequienes piensan que el terror afecta a las condi-ciones de posibilidad de la democracia y debe obli-gar a éste a movilizar todas sus energías, directa eindirectamente, afín de agostar todo el caldosocial de cultivo del terrorismo, y la actitud dequienes, por muy execrable que sea el crimen, lapolítica debe seguir, por ejemplo, con el plansoberanista, porque los terroristas no deben alte-

rar la voluntad de los demócratas etc. La segundaposición es la propia del nacionalismo democráti-co y la primera de los vascos no nacionalistas.Mi tesis es que estas derivadas políticas no sonneutras desde el punto de vista moral, sino que,muy al contrario, es ahí donde se debe situar eldebate moral en el País Vasco. Plantear el sobera-nismo o cualquier otro proyecto político en plenavigencia terrorista es un desafío moral de y a todoslos vascos que trasciende el ámbito autónomo deun proyecto político. Me explico. La democracia como moral, que decíaAranguren, se basa en la igualdad, en la condiciónde igualdad de todos los miembros de esa socie-dad. Lo pre-político o, si se quiere, la condición deposibilidad de la democracia, es la asimetría oigualdad de sus miembros. La igualdad se puedeexplicar de muchas maneras -desde derecho detodos al voto hasta la afirmación de que todossomos iguales en dignidad-, pero hay una igual-dad básica que sustenta a todas esas. Es la queafirma Hobbes, en el capítulo trece del Leviatáncuando explica la igualdad en el hecho de quetodas nuestras vidas son igualmente vulnerablespuesto que “aún el más débil tiene fuerza suficien-te para matar al más fuerte”. Somos iguales en lavulnerabilidad de nuestras vidas, de ahí que elgesto fundante de la democracia consista engarantizar la vida de todos pues sin esa comúnseguridad no hay igualdad que valga. En el País Vasco, según dicen, hay 40.000 ciuda-danos que tienen que salir a la calle con escolta,amén de la amenaza que se cierne sobre cual-quiera que se exprese pública y críticamente con-tra el terrorismo. Ese hecho crea una desigualdadbásica que contamina cualquier proyecto políticoque haga abstracción de él. Una sociedad divididaentre quienes están o se sienten amenazados y

No basta la condena

Reyes Mate......


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quienes no lo están, aunque todos condenen laviolencia, crea una desigualdad radical que atentaa la moralidad de la democracia. Nada puede sub-sanar esa desigualdad de partida. Ante una situa-ción así sólo cabe plantearse por parte de todos,sobretodo de los no amenazados, una política quetenga como prioridad la garantía de la vida detodos, es decir, la lucha contra el terror y contraaquellas ideas que lo fomenten aunque sea indi-rectamente. Lo prioritario es crear las condicionesde posibilidad de la democracia.Decía Marek Edelmann, un superviviente quefuera responsable de la rebelión contra los nazisdel ghetto de Varsovia, que “indiferencia y crimenson lo mismo”. No se refería sólo a la indiferenciadel espectador que pasa de largo o mira hacia otrolado, sino también a la del político o ciudadanoindignado contra el crimen, que, sin embargo, lositúa como un accidente que no debe impedir pro-seguir el camino. Tenemos que entender que entorno al crimen terrorista se produce una batallahermenéutica que no se refiere al hecho del cri-men, sino a su significación política. Este es elpunto capital que no se suele tomar en considera-ción porque se piensa que una vez condenada laviolencia todo es posible en el doble sentido de a)cualquier proyecto político es moralmente defen-dible si se hace por métodos pacíficos, y b) el aten-tado de los terroristas no puede interferir nuestrosproyectos democráticos. Todo eso queda moral-mente invalidado desde el momento en que elterror divide a la sociedad en dos partes radical-mente desiguales respecto al hecho de existir. Wal-ter Benjamin llega a decir que la prueba más feha-ciente de que el autor del crimen físico ha triunfa-do es que alguien piense que la vida puede seguircomo si nada ocurriera, a sabiendas de que sólounos podrán vivir tranquilos. Esa indiferencia en la

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sucesión de acontecimientos es, dice él, el éxito dela acción del criminal sobre el conjunto de la socie-dad. Debe producirse, por tanto, un desplazamientodel debate moral sobre el terrorismo. Lo decisivono es la condena del crimen -algo que se da porhecho- sino sus consecuencias políticas. No valetodo aunque lo proponga un partido democráticoy por métodos no violentos. El problema moral noes el de la violencia del método, sino la desigual-dad radical que crea el terror entre los que puedensalir tranquilamente a pasear por la calle, a defen-der en público sus ideas o a militar en un partidonacionalista y los que tienen que vivir bajo la ame-naza de muerte o no pueden hablar en públicolibremente. Esa profunda desigualdad no es algoque incumba sólo a los amenazados, sino, desdeun punto de vista moral, ante todo a los no ame-nazados, pues sólo ellos pueden hacer compren-der a los terroristas que se ven obligados a cues-tionar los objetivos que pudiera tener en común siaquéllos (los terroristas) relacionan esos objetivospolíticos con la violencia.Posdata. Conviene distinguir este planteamientodel que hacen los llamados constitucionalistas.Estos, si he entendido bien, parten de una idea deEspaña, recogida más o menos en la constituciónde 1979, que sería la moralmente correcta. Frentea ellos, los nacionalismos más o menos separatis-tas. En mi caso, por el contrario, lo importante esla desigualdad que crea el terror. La causa de esaamenaza puede ser la constitución o el ser gitanoo un nacionalismo moderado. Da lo mismo. Lodecisivo no es la fidelidad al espíritu o a la letrade la constitución, sino la vida que para unos estágarantizada y para otros, amenazada. No hay polí-tica moralmente aceptable que se construya sobreesa desigualdad. q


El gran problema es que, desde el 11 de septiem-bre de 2001, se intenta aplicar dicha máxima a unfenómeno que se escapa del terreno puramentebélico, sin un campo de batalla definido en el quedesplegar una estrategia militar eficaz. CuandoBush y ahora Putin hablan de “guerra preventivacontra el terrorismo”, se están refiriendo, en elmenos malo de los casos, a operaciones “quirúrgi-cas” de envergadura contra hipotéticas basesterroristas en cualquier lugar del mundo, perotales operaciones, por su propia concepción, nobastan para disipar la amenaza, al no incidir en lascausas o factores que la perpetúan.Si algo demuestra la experiencia norirlandesa,aparte de la importancia de la flexibilidad y del diá-logo (y, antes, de la acción policial), es que la lucha

Suele decirse que la mejor defensa es un buenataque. Puede que así sea en algún caso. Novoy a negar a priori toda posibilidad de juste-

za a esa muestra de sabiduría popular, que a ojosvista se aleja un pelín de los principios básicos dela no-violencia. Pero su posible acierto se ciñe a losestrechos márgenes de la lógica militar que la ins-pira, y siempre a corto plazo.

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Terrorismo preventivo

Josu CepedaPeriodista y mienbro de Gesto por la Paz


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laicos y progresistas panárabes que a mediados delos 50 comenzaron a pulular por países ya desco-lonizados, al considerarlos cabeza de puente de laexpansión soviética. El vacío histórico dejado poraquellas corrientes modernizadoras ha sido ahoraocupado por el integrismo islámico, capaz de insu-flar una esperanza redentora y de proyectar unaseña de identidad tan tangible como retrógradasobre millones de desheredados desde Tánger aMindanao. Un ejemplo más reciente y a pequeña escala deeste fenómeno lo encontramos en los territoriostodavía hoy ocupados de Gaza y Cisjordania,donde, durante la Primera Intifada, la administra-ción israelí pasó a tolerar de buen grado las activi-dades y redes de beneficencia de los clérigos inte-gristas para minar el liderazgo de Al Fatah. Ahora,cientos de jóvenes palestinos esperan con devo-ción su turno para atarse un cinturón explosivo ymorir matando.La derrota del terrorismo islámico exige, por tanto,operar con energía en su sustrato ideológico paracontraponer una esperanza de progreso real fren-te a quienes sólo ofrecen muerte y destrucción yuna visión igualmente muerta y fosilizada delIslam. La cosa no está fácil, porque requiere el des-pliegue de una política sostenida a largo plazo,pero conviene subrayar aquí unas cuantas obvie-dades en un momento en el que la sensatez pare-ce haber abandonado el puesto de mando. En la medida de lo posible, hay que favorecer -ynunca entorpecer- la democratización de los paí-

antiterrorista requiere una sabia combinación depaciencia e inteligencia, ambas muy activas.Durante décadas, desde el Ministerio británicopara Irlanda del Norte se impulsó -especialmentebajo gobiernos laboristas- una política incisiva deprotección social orientada a la corrección de ladesigualdad entre las dos comunidades del Ulster.Esa labor fue creando poco a poco unas condicio-nes nuevas que socavaron la base social de apoyoa la violencia de ambos bandos, de manera muyespecial en la comunidad católica, la más desfavo-recida.Obviamente, las características del viejo terrorismoeuropeo de inspiración más o menos izquierdistapoco tienen que ver con las del llamado terrorismoislámico, sobre todo porque éste no admite la másmínima posibilidad de interlocución. Pero la pujan-za del integrismo ideológico que lo alimenta es, enparte, fruto de “nuestro” comportamiento en elpasado. El terrorismo de inspiración islamista es,en gran medida, una de las secuelas de la GuerraFría, que en realidad sólo fue fría y apacible en elHemisferio Norte, y si no que se lo pregunten aquienes la vivieron, por ejemplo, en el sudesteasiático, en Africa o en el Cono Sur americano. Elmundo árabe y musulmán no fue una excepciónen el macabro tablero de ajedrez de la disuasiónatómica. Durante todo ese período, desde Occidente -prin-cipalmente, claro está, desde Washington- se pro-cedió de manera minuciosa y sistemática a abortar,minar o destruir las iniciativas de los movimientos

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de defenderse y combatir al terrorismo internacio-nal, pero conviene hacerlo de manera coordinada,potenciando al máximo el papel de Naciones Uni-das y la primacía del Derecho (frente a limbos ile-gales como el de Guantánamo) por medio del Tri-bunal Penal Internacional, cuya creación EEUU seniega a rubricar.Y urge más que nunca solucionar de forma dignael conflicto palestino-israelí, modelo de limpiezaétnica en el que las resoluciones de la ONU sonsiempre papel mojado, y banderín de enganchepara jóvenes suicidas que ven allí una de nuestrasmás flagrantes contradicciones.El panorama, en efecto, no parece muy alentadordesde el punto de vista del sentido común y de losderechos humanos. En la denominada guerra pre-ventiva contra el terrorismo, últimamente hemosasistido a la infamia y a la invasión ilegal de un paísárabe, a secuestros nocturnos y desapariciones enChechenia, a “asesinatos selectivos” (con un buennúmero de víctimas “colaterales”) por parte delejército israelí… ¿Terrorismo preventivo? q

ses árabes y musulmanes, y frenar la expansión delwahabismo financiado con petrodólares saudíes.Paralelamente, hay que impulsar el desarrollo glo-bal de dichos países, porque es obvio y evidenteque la democracia no es viable por debajo dedeterminado nivel de renta. Pero es fundamental, ante todo, mantener la pro-pia coherencia para no desvirtuar nuestro modelo,que de momento es, con diferencia, el menosmalo de los hasta ahora conocidos. Cuando estáen juego el elemental derecho a la vida, muchosciudadanos se muestran proclives a sacrificar par-celas de libertad a cambio de una mayor seguri-dad, lo que resulta muy comprensible pero pocointeligente, porque ello supone el primer triunfode los terroristas, que detestan nuestro sagradoalbedrío. Ya lo han conseguido en Estados Unidoscon las figuras restrictivas que conforman el“Patriot Act”, y también en Rusia, donde las refor-mas democráticas parecen entrar en una nuevafase de retroceso tras la masacre de Beslan.Sin duda, el Estado de Derecho tiene la obligación

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N U M E R O 55O P I N I O N

Joaquin Giménez García

Garbiñe Biurrun Mancisidor

Juan Luís Ibarra

Ignasi Guardans

Elviro Aranda Alvarez

Rafael Larreina

Leopoldo Barreda

Margarita Uria

Gaspar Llamazares

gaia

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G A I A N U M E R O 55

Joaquín Giménez GarcíaMagistrado Sala Segunda Tribunal Supremo

Si e m p re que oigo hablar deella, me acuerdo cuando enlos últimos años del franquis-

mo, se tachaba a algunos miem-b ros del clero de “hacer política”entendiendo por tal manifestarsecríticamente contra el “Régimen”.Las otras manifestaciones, la deapoyo y bendición, incluida lap resencia de miembros de laj e r a rquía eclesiástica en órg a n o spolíticos, no merecía tal descalifi-cación. Salvando las distancias, creo queexiste un posicionamiento seme-jante cuando se habla de la politi-zación de la Justicia, crítica que

s u rge cuando sus resoluciones noson las “esperables” desde instan-cias situadas en el poder políti-co/económico, o en sus aledaños,y es que la justicia, singularm e n t e

la de orden penal, todavía siguevicaria del diseño con que apare-ció históricamente: una red dearaña cuyos hilos estaban diseña-dos para apresar insectos, no para

detener elefantes. Obviamente lajusticia penal no nació para con-t rolar al poder, sino al servicio deeste y para perpetuarlo, por esoera, y creo que puede seguirhablándose en presente, un fac-tor de multiplicación de la desi-gualdad social en la medida ques i e m p re selecciona, discriminato-riamente, los colectivos sobre losque se aplica.Tal vez, por ello, la tradicional ico-nografía de la Justicia es una ves-tal con los ojos vendados por morde imparcialidad, aunque tam-bién podría sugerir otra interpre-

tación: la justicia no quiere ver lascosas que se dicen y se hacen ensu nombre .Cuando tras la Revolución Fran-cesa, Montesquieu establece el

LA POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA

Idazlearen arabera, epaileak Legeari abotsa emateaz gain,Konstituzio baloreak errespetatuz bere kontzientzia ere jart-zen du. Bidegabekeria salatu ez ezik, epaile bat latza izanbehar da bidegabekeria, zapalkuntza, ustelkeria, behargo-rria... eta abarren aurrean. Orduantxe hartzen dira erabakijudizialak eta batzuek, pribilegioak dauzkatenek bereziki,okerreko begiz jotzen dituzte neurri berriok eta, hartara,justiziaren politizazioa deritzana salatzen dute

Botere politiko/ekonomikotik erraz esaten da jus-tizia politizatzen ari dela euren gustuko erabakiakhartzen ez direnean batik bat

principio de separación de pode-res, su desconfianza a los jueces,f ruto de su actuación en el Anti-guo Régimen, le llevó a concebiral Judicial como un “poder nulo”,los jueces serían “la boca que pro-nuncia las palabras de la Ley”, Leyingenuamente considerada comop e rfecta, al ser emanación de lasoberanía popular, y como talcapaz de preverlo todo y de re s o l-ver todas las contiendas y dar re s-puesta a todos los problemas. Ental “Arcadia” los jueces a través dela estructura del silogismo jurídico,sólo tenían que someter el caso ala previsión legal y extraer, comoconsecuencia, el fallo.Hoy las cosas no son así, ni la Leyes perfecta, ni tiene solución paratodo, ni del hecho que sea demo-crática en su origen, se garantizala realización de la Justicia.La voluntad general es la de lacoyuntural mayoría parlamentariaen cada momento, y por eso, laLey es con frecuencia, la expre s i ó n

de un pacto o consenso que, enno pocas ocasiones, reenvía larealidad del antagonismo de lasdiversas posiciones, al campo dela interpretación y aplicación judi-cial de la misma. Por eso el Ord e-namiento Jurídico se asemeja auna novela en la que cada capítu-lo ha sido escrito por un autor dis-

tinto y por ello, hoy día el PoderJudicial ha ganado un pro t a g o n i s-mo en nuestra sociedad, impen-sable para el legislador del sigloXVIII o XIX, porque nuestra socie-dad tiene como característica másacusada la elevación del Judicial ala categoría de Poder auténtico,en la medida que gran númerode los conflictos y litigios term i n a nen los Juzgados. Estamos en una

democracia judicializada.Esta colocación del Judicial en elv é rtice de la contienda, de todacontienda, se explica por la triplefunción que desarrolla: Es unainstancia pacificadora de los con-flictos de los ciudadanos, garanti-zadora de los derechos funda-mentales de los ciudadanos y

c o n t roladora de la acción pública,verificando que toda la actividadpública está supeditada a la Ley;es singularmente esta función laque convierte al judicial en legiti-mador de todo el sistema demo-crático... a condición de que man-tenga la autonomía en sus deci-siones, es decir su propio discur-so, no vicario ni apéndice de loso t ros poderes del Estado, sólo

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Jarduera publiko guztiek men egin behar dioteLegeari. Honexek hain zuzen, botere judizialabihurtzen du demokraziaren legitimatzaile, betiere erabakietan bere autonomiari eutsita

sometido a la Ley desde el re s p e t oal cuadro de valores y principiosconstitucionales y muy especial-mente, de aquellos a los que sere f i e re la norma concernida, por-que el judicial, ese poder dispersoy omnipresente no debe ser uns e rvidor pasivo de la Ley ni tam-poco un poder por y para los Jue-ces, sino que el poder judicial estápara garantizar la supremacía delD e recho. El Juez persigue la justi-cia, es un creador de justicia enc o n c reto en cada una de las deci-siones que adopte, o p p o rtune eti n o p p o rt u n e, y en la búsqueda deese valor “Justicia” se sirve de lai n t e r p retación como pre s u p u e s t opara la aplicación de la norma. Poreso, como afirma Carlos de laVega Benayas “....la interpre t a c i ó nes el índice más neto de la part i c i-pación acreedora del Juez en larealización del derecho concre-to....”. Hoy día el Juez le presta a la Ley aesa Ley contradictoria, confusa,

obsoleta o con lagunas, no sólosu boca sino también su concien-cia desde la obediencia a los valo-res constitucionales, porque nobasta con denunciar la injusticia,sino que hay que remover los obs-táculos para conseguir –como afir-ma el art. 9-2 de la C.E.—“que lal i b e rtad y la igualdad del indivi-

duo y de los grupos en que seintegra sean reales y efectivas”,removiendo los obstáculos quesean necesarios. Es un claro man-dato que interpela al Juez y que leobliga no sólo a compre n d e r, sinoa comprometerse, a ser beligeran-te contra la injusticia, la explota-ción, la corrupción, las bolsas dep o b reza, las estructuras injustasque generan marginación y delin-

cuencia, contra los ataques a losbienes difusos como el medioambiente o la ordenación delt e rritorio, orden socioeconómico,e t c .Son decisiones judiciales que pue-den ser vistas con pre o c u p a c i ó npor los sectores afectados quepueden ver peligrar sus privile-

gios y que se revuelven contraese “activismo judicial” con ladenuncia de politización de la jus-ticia, porque en el fondo lo queapetece –y son legión en nuestrasociedad desde perspectivasopuestas— es ver al sistema judi-cial vicario de sus intereses, y des-califican a los que no se re s i g n a na este rol pasivo.De esto saben mucho los Jueces

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Botere Judiziala ezin da Legearen morroi hutsaizan, ezta epaileentzako botere ere. Botere Judi-ziala Zuzenbidearen nagusitasuna berm a t z e k odago

de Euskadi donde el maniqueísmode la vida política les ha colocadoen el punto de mira de pasionesopuestas, de suerte que seguida ysucesivamente unos mismos Jue-ces han sido puestos en la picotapor ser sumisos ante unos y glori-ficados por los contrarios, parapoco tiempo después, invert i r s elos papeles, todo ello en funcióndel sentido de sus resoluciones, ypor haberse atrevido a re s o l v e rrazonadamente este o aquel con-flicto que les fue presentado alm a rgen de las valoraciones queen clave política/oport u n i s t apudieran hacerse.También en el resto de España seconstata esta situación re a l m e n t eesquizofrénica. Ni la propia SalaSegunda del Tribunal Supremo seha visto libre de este tipo de des-calificaciones por quienes, dadassus responsabilidades políticas,deberían haber sido más pru d e n-tes con el quehacer judicial –conindependencia de su crítica, que

nunca puede justificar el insulto.Quehacer judicial que tiene porescenario un contexto de con-f rontación –todo juicio es un deciry un contradecir- entre intere s e scontrapuestos; lo que ocurre esque cuando hay decisiones judi-ciales con proyección política por

la personalidad de los implicadosy aquellas son adversas a los inte-reses de éstos, llueven las censu-ras de politización, junto con losaplausos de los bandos contra-rios. En esta situación, el Juez sóloa p a rece respetado cuando sirve alos intereses de quienes están dis-puestos a atropellarle; dicho deo t ro modo, cuando desde deter-minadas instancias el poder judi-cial no rinde el servicio que seespera de su propia ineficacia es

entonces, cuando se diseña lacampaña de politización de la jus-ticia. Por eso hay que huir detodo tipo de tutela o padrinazgoy ser fiel al propio camino quem a rca la Ley leída constitucional-mente, buscando su perm a n e n-te legitimación democrática a tra-vés del proceso y del respeto a laConstitución y a la Ley. Hoy vivimos una verdadera sedde derechos, por parte de secto-res de la población que care c e nde todo. Esa sed de dere c h o sexige una atención pre f e rente dela justicia porque quienes más lanecesitan son los que nada tie-nen, que precisan, como afirm aAdela Cortina, una eficaz pro t e c-ción de sus derechos básicos queel sistema judicial debe tutelar.Y una última reflexión enlaza conla anterior.Acabamos de celebrar la nuevaConstitución Europea de unaE u ropa de 25 Estados. Realmenteson 26 porque en esa Euro p aexiste un colectivo de inmigran-tes de países extramuros de lamisma, cuyo número es superior,sin duda, a la población demuchos de los países que inte-gran la Unión. El Juez que se vea interpelado poresta situación y que en una lectu-ra constitucional de la Ley garan-tice los derechos fundamentalesde tales inmigrantes... ¿también

va a ser estigmatizado como unejemplo de politización de la justi-c i a ?Por supuesto, que la actuacióndel Juez es política, pero conmayúsculas y en modo algunop a rtidaria porque su quehacer es,de forma permanente, tratar deconseguir la justicia en el casoc o n c reto con un perm a n e n t ed i n a m i s m o .Por eso la justicia es la lucha porla justicia. q

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Honetaz asko dakite Euskadiko Epaileek, askotanelkarren aurkako zaletasunen jopuntuan jarri bai-titu bizimodu politikoaren manikeismoak

El control del poder del Esta-do y el papel que en tal con-t rol y en garantía de los ciu-

dadanos ha de jugar el poderjudicial ha sido una pre o c u p a c i ó nconstante en la historia de lasideas políticas. Distintas aport a-

ciones doctrinales sustentadass o b re la base de una justicia inde-pendiente e imparcial han perm i-tido la construcción del modelode Estado liberal moderno, for-malmente presente en práctica-mente todas las constituciones

occidentales, incluida la españolade 1978. Este modelo de Estadose estructura, pre c i s a m e n t e ,s o b re la separación de los tres clá-sicos poderes –el legislativo, elejecutivo y el judicial– y, si biennunca en la historia se ha pro d u-cido una auténtica separacióno rgánica de los mismos, el poders i e m p re ha insistido en declararen todo tiempo y lugar que re s-peta fielmente ese básico princi-pio constitucional. Ciert a m e n t e ,cualquiera que sea la prácticaque en cada momento histórico oen cada Estado se siga, dehecho, en relación a la indepen-dencia del poder judicial, nuncael poder admitirá estar atentandocontra esta independencia ys i e m p re asegurará respetarla. Ahora bien, la evolución históri-ca ha hecho que, como conse-cuencia de diversos factores, lafunción judicial se haya vistoseriamente comprometida, enrelación, de un lado, con la esca-sez de medios para su desempe-

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Garbiñe Biurrun MancisidorMagistrada Sala de lo Social Tribunal Superior de Justicia delPaís Vasco y miembro de Gesto por la Paz

POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA E INDE-PENDENCIA JUDICIAL

A rtikulugileak botere judizialaren buru j a b e t a s u n a re n ,berau eskatzearen eta egunez egun defendatzearen alde egi-ten du. Gurea bezalako estatu ereduarentzat botere judizia-laren burujabetasunak dakarren onuran sinetsita, ezin duziurtasun beraz baieztatu gaur egun botereen banaketa gau-zatzen denik. Epaileek, beren egitekoa gauzatzerakoan edo-zein askatasun maila ukatuz, tekniko huts bezala jardunbehar duteneko ideiaren hedapenetik, Entzutegi Nazionalaedo terrorismo kasuentzako bakarra den Espetxe-Zainketa-rako Epaitegia bezalako organismoak egoteak, MinisterioFiskalaren beraren eraketak, polizia judizialaren funtziona-menduak, gehiengo menperatzailearen eta, batzutan, epailebatzuen aurka egiten den jazarpen mediatikoaren isla denB o t e re Judizialerako Kontseilu Nagusia egoteak, egiazsalantzan jartzen dute burujabetasun hori.

ño y la consiguiente negaciónpráctica de la importancia de sufunción para los demás poderes y,de otro lado, en relación con sualejamiento de la sociedad y consu utilización política.La separación del poder judicialrespecto del auténtico poder polí-tico se ha pretendido mediante laextensión de una idea central,cual es la de que la actividad judi-cial de aplicación de las norm a spositivas es una actividad exclusi-vamente técnica, de donde re s u l-tan consecuencias tales como lamutilación para los jueces ded e rechos que para los demás ciu-dadanos son elementales, soncuales la libre expresión de la ide-ología política, la libre asociaciónpolítica y sindical y la libre expre-sión de la crítica a la actuación delos restantes poderes. Ahora bien,lo más grave no es esta privaciónde derechos, sino el hecho deque, mediante esta opción se pre-tende haber dado un paso defini-

tivo en la necesaria separación dep o d e res, en tanto que, en re a l i-dad, lo que se logra es que elpoder judicial sirva en exclusiva alpoder establecido de maneraacrítica, olvidando que es la pro-pia aplicación honesta y razona-da de la norma la que debe per-mitir el ejercicio democrático dela función judicial.La independencia se sigue confi-

gurando constitucionalmentecomo característica primera yesencial del poder judicial, si biense siguen apreciando import a n t e sdificultades para su plena re a l i z a-

ción. En efecto, una manifesta-ción de ello es la propia existen-cia de la Audiencia Nacional –a laque, en su día, desde muchosámbitos de indubitada trayectoriademocrática, se atribuyeron evi-dentes connotaciones de jurisdic-ción especial–, lo que incide demanera negativa sobre la inde-pendencia judicial, aunque losmagistrados que la integran re ú-

nan esta cualidad, puesto querevela el claro interés en su man-tenimiento y re f o rz a m i e n t o .R e c u é rdese, como simple yreciente ejemplo de ello que,

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Estatu eredu hau, hain zuzen ere, hiru botere kla-sikoen –legegila, betearazlea eta judiziala- bana-ketan egituratzen da eta, egia bada ere histroianinoiz ez dela berauon benetako banaketa organi-korik egon, botereak behin eta berriro aldarrikatudu, aldi eta leku orotan, funtsezko oinarri konsti-tuzional hori leiak ordezkatzen duela

como respuesta a determ i n a d a sdecisiones del Juzgado de Vi g i l a n-cia Penitenciaria de Bilbao, con-trarias a la línea del Ejecutivo, sedecidió crear un Juzgado de estaclase en el seno de la AudienciaNacional, sustrayendo el conoci-miento de las impugnaciones delas decisiones de la administraciónpenitenciaria en relación con pre-sos por delitos terroristas a los Juz-gados “ordinarios”. Tampoco puede negarse que laconfiguración actual del Ministe-rio Fiscal permite una clara pre-sencia activa del Ejecutivo en laAdministración de Justicia. Así, ladesignación del Fiscal General delEstado por el Gobierno y el princi-pio de dependencia jerárq u i c acontribuyen a comprometer seria-mente la independencia judicial yla acción de la justicia, comon u m e rosos ejemplos que, porb u rdos, no vale la pena siquierac i t a r, han puesto de manifiestodurante los últimos veinte años.

O t ro elemento para la re f l e x i ó nen materia de independenciajudicial es el de la policía judicial,que sigue siendo funcionalmentedependiente de los jueces y tribu-nales, aunque orgánica y jerár-quicamente dependiente, en últi-ma instancia, del Ejecutivo, con elconsiguiente condicionamientode la función judicial. En efecto,es normalmente la policía la que

tomará la iniciativa en la persecu-ción de los delitos, lo que, unidoa la misión de promover la acciónde la justicia que constitucional-mente se atribuye al MinisterioFiscal, va a permitir que el princi-pio de oportunidad rija, de

hecho, en el ámbito penal de laj u r i s d i c c i ó n .Añadamos a todo ello otro actorp rotagonista en esta obra nota-blemente coral: el Consejo Gene-ral del Poder Judicial. Órg a n oc reado por la Constitución de1978, su elección, en cuantoreflejo de la mayoría gobern a n t e ,no ha dejado de ser cuestionadaen ningún momento, pese a las

modificaciones legales que al re s-pecto se han ido sucediendo.Aunque resulta innegable que suexistencia supone un notableavance respecto de la anteriordependencia del poder judicialrespecto del Ministerio de Justi-

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Botere judizialak era akritikoan ezarritako botereazerbitzatzea bakarrik lortu nahi da, beste hauahaztuz: arauaren ezarpen zuzen eta arrazoituakberak eragin behar duela funtzio judizialaren jar-duera demokratikoa.

cia, lo cierto es que su elecciónúltima por el Parlamento suponeuna cierta desnaturalización delos mecanismos re p re s e n t a t i v o s ,dada la lógica del Estado de part i-dos y hace patentes los riesgos dela mimética aplicación de la mecá-nica partidista a este órgano, talcomo advirtió en su día el Tr i b u n a lConstitucional. Consecuencia deello es el espectáculo que conti-nuamente se nos ofrece, de deci-siones del Consejo que sistemáti-camente re p roducen el esquemap a rtidista de mayorías – minorías,tanto en lo re f e rente a la políticade nombramientos de carg o sjudiciales como a otras decisionesde no menor entidad. Sólo mereferiré a un supuesto, paradigmade lo que afirmo: me re f i e ro a lasanción disciplinaria impuesta alos miembros de la Sección Cuart ade la Sala de lo Penal de laAudiencia Nacional por una faltade desatención en relación con lapuesta en libertad de un pre s u n t on a rcotraficante y la posterior fugade éste, Sección que había dicta-do resoluciones en materia dedelitos de terrorismo en modoalguno del gusto de la mayoríag o b e rnante. Esta decisión delConsejo General del Poder Judi-cial ha supuesto una auténticaremoción de estos magistradosmanifiestamente molestos o incó-modos para el poder, y se hanvisto así expulsados de un Tr i b u-nal en el que han actuado conmanifiesta independencia –noa f i rmo ni niego su acierto– enmaterias tan sensibles como lasaludidas, lo que ha logrado nosólo modificar la composición detodo un tribunal sino también unc l a ro aviso para navegantes acer-ca de las consecuencias de actuarcomo constitucionalmente es exi-g i b l e .Un último factor de –seamosbenévolos– inestabilidad para elsosiego que precisa el ejercicio dela función judicial y, por ende,para su independencia, es el de lapersecución mediática a que algu-nos jueces se han visto sometidos,

en relación también, mayorm e n-te, con los delitos de terro r i s m o .Muchos jueces, tanto en el PaísVasco como fuera de él, se hanvisto a merced de campañas ded e s p restigio que van más allá delo prudente y de lo honesto, y

han visto interpretadas pública-mente sus resoluciones –basadasen el ordenamiento jurídico–como apoyos al entorno terro r i s t ao como resultado del miedo o dela supuesta ideología “pro – e t a rr a ”del juez en cuestión. En la mentede todos está lo sufrido por lajuez Galindo, que admitió am e ros efectos identificatorios deuna persona el llamado ENA oDNI vasco; la juez Alonso y susresoluciones en materia peniten-ciaria de presos por delitos det e rrorismo, el, a la sazón Pre s i-dente del TSJ del País Va s c o ,Manuel Zorrilla y sus compañero smagistrados Bolado y Díaz deRábago, entre otros, con ocasiónde la desgraciadamente famosaSala de Discordia a propósito dela querella contra la Mesa del Par-lamento Vasco. Sin negar, desdeluego, los necesarios controles dela actividad jurisdiccional, entrelos que se encuentra, sin duda, elc o n t rol público de la misma, haytambién que afirmar que, ademásde lo injusto de la siembra deinfundadas sospechas acerca dela insensibilidad de determ i n a d o sjueces hacia el sufrimiento causa-do por el terrorismo, es de subra-yar lo peligroso que resulta parael Estado de Derecho la difusiónde la idea de la existencia de jue-ces buenos y malos y de que losmalos son, precisamente, quienes

no se aquietan a las exigenciasde una determinada mayoría,aunque adopten decisionesexquisitamente respetuosas conla Constitución y la Ley. Sin olvi-dar tampoco lo nefasto que supo-ne para el sistema democrático el

c o n s i d e r a r, no sólo deseable, sinotambién legítimo, que los juecesdicten resoluciones de compla-cencia para la gran mayoría y debeligerancia activa contra unaminoría, incluso cuando éstaactúa al margen de la ley. Con estos mimbres, es fácil con-cluir que existe, digamos, un cier-to grado de politización de la jus-ticia. Politización que sirve, fun-damentalmente a dos finalida-des: la primera, la de acompasarlas decisiones judiciales a lasexpectativas que, singularm e n t eel Ejecutivo, han sembrado irre s-ponsablemente en muchas oca-siones en la sociedad parademostrar su eficacia –piénseseen cuántas veces hemos escucha-do a altos responsables delG o b i e rno asegurar un determ i n a-do final judicial para tantos deli-tos-; la segunda, garantizar unpoder judicial dócil y acrítico–además de temeroso– ensupuestos de judicialización de lavida política, imprescindibles enmuchas ocasiones. En definitiva,la justicia está lo suficientementepolitizada como para que los polí-ticos crean que pueden no temersu acción y que pueden contro l a rsu reacción. Más de lo mismo,pese a lo cual conviene seguirapostando por el valor indepen-dencia reclamarlo y defenderlocada día. q

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1978ko Konstituzioak sortutako Botere Judiziale-rako Kontseilu Nagusiaren hautaketa, gobernuandagoen gehiengoaren isla den neurrian, beti jarriizan da zalantzan, nahiz eta horren inguruan alda-kuntza legalak izan. Egia esan, Parlamentuak eginduen azken hautaketak mekanismo ordezkatzaile-en nolabaiteko desnaturalizazioa eragin du

En la última semana de julio,se publicó la resolución de laSala de lo Penal del Tr i b u n a l

Superior de Justicia de la C.A. delPaís Vasco por la que se dispuso ela rchivo de la causa seguida, bajola acusación de delito de injuriasal Rey, contra D. Javier Madrazo,C o o rdinador General de IU-EzkerBatua y Consejero del Gobiern oVasco. Las querellas que diero nlugar al proceso penal estabanmotivadas por las expresiones decrítica a la familia real empleadas

en un mitin celebrado en Eibar el13 de abril de 2003, en conme-moración de la II República. El pronunciamiento judicial, en elque se declara que la conductadel acusado no es constitutiva dedelito, ha recibido diferentes opi-niones en los medios de comuni-cación social. En algunos de estoscomentarios se manifiesta el pre-juicio de que el fallo hubiera sidobien distinto en el caso de haberganado el Partido Popular laselecciones generales de marz o .

Esta opinión la expresaba contoda claridad, el miembro de laP residencia de IU-EB, D. MikelArana quien, días antes del actode juicio, declaró que medianteel archivo de las querellas elG o b i e rno del PSOE tenía la opor-tunidad de demostrar “ese talan-te (democrático) del que sehabla”. Siguiendo un idéntico patrón dep rejuicio, al conocer la re s o l u c i ó njudicial el Consejero Madrazomanifestó que consideraba ladecisión del Tribunal como un“triunfo de la democracia”. El sig-nificado implícito de esta declara-ción es que las querellas constitu-y e ron un “ataque” a la democra-cia; y, en igual línea de razona-miento, que fue un “fracaso” dela democracia la decisión delMagistrado instructor por la que,inicialmente, propuso que el Sr.Madrazo compareciera en juiciooral para responder a la acusa-ción de comisión de un delito deinjurias que, ahora, el Tr i b u n a l

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Juan Luís IbarraPresidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo delTSJPV

ENTRE LA POLITIZACIÓN DE LA JUSTI-CIA Y LA BÚSQUEDA DE LA IMPUNIDADJURÍDICA

Artikulugileak Javier Madrazo Sailburuaren aurkako sala-ketari buruzko Euskal Herriko Justiziarako Auzitegi Nagu-siaren sententzia eta honen inguruko jarrera batzuk kon-tuan hartzen ditu ondorengoa argumentatzeko: justiziarenpolitizazioa seriotasunez aztertzeko, ezinbestekoa dela guregizartean era akritikoan ematen den topiko asko ezabatzea.Negargarritzat jotzen du esparru politikoko kargu publikobatzuek beren legitimitatea iturri juridiko beretik, hau da,Konstituzio espainiarretik, jasotzen duten erakundeei jen-daurrean erakusten dieten mesprezua.

Superior ha declarado inexistente. No propongo ningún juicio deintenciones sobre las dos declara-ciones a las que me he re f e r i d o .No sé el parecer profundo quen u e s t ro sistema judicial les mere-ce a las personas que cito. Me fijoen lo que manifiestan en públicorespecto de un suceso real, por-que sus palabras ilustran unaf o rma de percepción social queobstaculiza gravemente la form a-ción de una eficaz opinión ciuda-dana sobre lo que viene común-mente calificándose como “politi-zación de la justicia”.Para abordar con seriedad lacuestión de la “politización de lajusticia” conviene tener un criteriof o rmado sobre la mala catadurademocrática y sobre los perv e r s o sefectos en la convivencia ciudada-na de este tipo de tópicos que cir-culan de manera acrítica en nues-tras relaciones sociales. Si no ledamos importancia a la depura-ción de este factor subcultural nos

a rriesgamos a que una re f l e x i ó n ,a mi juicio necesaria, sobre cómollegar a una relación ética entreactividad política y actuación judi-cial sea sustituida por un meroguiño de complacencia con quie-nes hacen del ruido mediáticouna palanca contra el sosiegoque re q u i e re la función de juzgar;y, en algunos casos, con quienese j e rcen la libertad de opinión

publicada como medio dirigido aquebrar la independencia judi-c i a l .Volvamos, por tanto, a la apare n-te anécdota con la que voy ilus-trando este comentario. De acuerdo con los relatados pre-juicios sobre la actuación de los

Tribunales de Justicia, re i t e r a d o shasta la saciedad en el discursopolítico cotidiano, el pro c e s oseguido contra D. Javier Madrazono hubiera podido re s p o n d e r, enningún caso, a su finalidad insti-tucional, porque siempre consti-tuiría un supuesto ejemplar de la“politización de la justicia” cual-quier juicio dirigido a depurarpenalmente una actuación del

C o n s e j e ro a la que su mismoautor diera el título de política.Con la consecuencia lógica deque debiera verse como unauténtico “triunfo de la democra-cia” el que los miembros delPoder Ejecutivo gozaran deimpunidad para aquellas actua-

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Baieztapen batzuek “justiziaren politizazioa” deit-zen denari buruzko iritzi publiko eraginkorra erat-zea larriki oztopatzen duen pertzepzio soziala era-kusten dute

ciones efectuadas a título subjeti-vo de acción política que, sine m b a rgo, el Código Penal tipificacomo delitos o faltas. Como, porejemplo, las calumnias o injuriasal Rey en el ejercicio de sus fun-ciones o con motivo u ocasión deé s t a s .Dicho con la muletilla de usocomún que fue la textualmenteempleada por la Presidencia deIU-EB, las actuaciones seguidascontra el Consejero re s p o n d i e ro n ,estrictamente, a las característicasp ropias de un “juicio político”. Ydebemos agradecer que, en estecaso, el portavoz político hicieraun ejercicio “educado” de la liber-tad de opinión. Porque en otrasocasiones, lo que se traslada a lasociedad no es una opinión siem-p re discutible, sino, simplemente,un juicio apodíctico en forma dep u ro exabrupto. Un ejemplo de este últimosupuesto de afirmación autode-mostrativa impropia de un carg o

público democrático: en la maña-na del día en que escribo estaslíneas, escucho en una radio lasdeclaraciones del Vi c e p re s i d e n t edel Parlamento Vasco en las que,adoptando una posición abru p t ay admitiendo que su afirm a c i ó npuede tomarse “como un gestode desobediencia civil”, sostiene,

como si se tratara de un hechonotorio, que la Sala de lo Civil y loPenal del Tribunal Superior es unó rgano sujeto a las directrices ei n s t rucciones del Estado; y, por lotanto, niega la potestad de ese

ó rgano judicial para juzgar laconducta de incumplimiento deldeber de colaboración en la eje-cución de las decisiones del Tr i-bunal Supremo de la que se leacusa penalmente. “Eta quito”.C reo que todos somos conscien-tes de que perderíamos el tiemposi re c o rdáramos a este carg o

público que su legitimidad comoVi c e p residente del ParlamentoVasco y la de los Magistrados dela Sala de lo Penal del Tr i b u n a lSuperior de Justicia para juzgarledimanan de una idéntica fuente

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Topiko akritiko batzuen arazketari garrantzirikematen ez badiogu, arrisku bat dugu: nire iritzizbeharrezkoa den gogoeta, ekintza politiko eta jar-duera judizialaren arteko erlazio etikora iristeariburuzkoa, alde batera uztea eta, horren ordez,zarata mediatikoa epaitzeak eskatzen duen sose-guaren aurkako palanka bihurtzen dutenei atse-gin ematea

jurídica que no es otra que la dela Constitución española y el Esta-tuto de Autonomía para el PaísVa s c o .P e ro en el caso que venía comen-tando el afectado, cortés en lae x p resión, había visto a la mismaSala de lo Penal del Tribunal Supe-rior de Justicia como una instan-cia adalid de la lucha democráticacontra los “juicios políticos”. Poreso, en este caso, le expreso consumo gusto mi opinión de que elresultado absolutorio no re q u i e rede una lectura tan épica. Me explico: si nos atuviéramos alcontenido del proceso, éste tuvopor objeto resolver si constituyeno no delito las manifestacionesdel político Sr. Madrazo en re l a-ción con la familia real española.Y el resultado absolutorio del pro-ceso empezó a fraguarse a part i rde las alegaciones form u l a d a sante el Tribunal por el acusado enlas que, convenientemente asisti-do de Letrado, manifestó que lo

dicho en el mitin respondía ale j e rcicio de la libertad ideológicay de expresión por parte de unpolítico profesional partidario dela República como forma de Esta-do. De forma que el contraste entrela conducta convenientementeexplicada por el acusado y laj u r i s p rudencia del Tribunal Cons-titucional y del Tribunal Euro p e ode Derechos Humanos, lleva aa p reciar al Tribunal que el tonodespectivo empleado por el ora-dor no puede alcanzar un re p ro-che penal. La resolución judicialmotiva esta apreciación razonan-do que la lamentable degrada-ción en las formas del lenguajepolítico de la que el acusado hizogala en el mitin no impide que elcontenido de fondo del discursoesté amparado por la libertad ide-ológica garantizada en el art í c u l o16.1 de la Constitución.No debiera, por tanto, sorpre n-der el pronunciamiento absoluto-

rio. Basta con considerar que, alenjuiciar la conducta del acusa-do, cada uno de los miembros dela Sala de justicia estaba legal-mente vinculado por la jurispru-dencia dictada por el Tr i b u n a lConstitucional, en su cualidad demáximo intérprete de las garantí-as en el ejercicio de los dere c h o sfundamentales y las libert a d e sp ú b l i c a s .Nadie, en su sano juicio político,debiera pensar que constituye un“triunfo para la democracia” elempleo de un discurso políticom e n o s p reciante para la dignidadde la persona de quien es Jefedel Estado por decisión de unaConstitución que instaura enEspaña el Estado democrático yde Derecho. Y, en este caso, elp ronunciamiento judicial re s p o n-de al razonable resultado de unmeritorio ejercicio de la defensaLetrada en confrontación pro c e-sal con un no menos razonablee j e rcicio por parte de los quere-llantes del derecho de re c l a m a rde la Administración de Justicia ladepuración de conductas verba-les que, en la forma, según sedice en la resolución, re s u l t a n"agrias, desabridas, de mal gustoy de una impropiedad evidentes"e "inclusive despectivas para ladignidad del Rey".Por lo que el resultado judicial nore q u i e re de otra explicación dis-tinta que la actuación del Tr i b u-nal conforme al imperio de la ley;es decir, de acuerdo con el man-dato constitucional que vincula alos jueces a apreciar en sus re s o-luciones la fuerza de la razón fun-dada en los mejores arg u m e n t o sjurídicos. Muchos de quienes se re c l a m a nen la condición de ciudadanosdemócratas consideran, por efec-to de la carga de prejuicios a laque me he referido, que la expli-cación que acabo de ofrecer esuna pura ingenuidad. Y, a mie n t e n d e r, mientras esto sucedano habrá forma de abordar conéxito la batalla contra la “politiza-ción de la justicia”. q

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Todavía resuenan en nuestro soídos aquellas palabras pro-nunciadas por Alfonso Gue-

rra, cuando para escándalo demuchos, desde su entonces inex-pugnable Vi c e p residencia delG o b i e rno, proclamó aquello deque “Montesquieu ha muert o ” .Ha llovido mucho desde entonces,y sin embargo esa frase sigue sien-do la gran verdad que preside eldía a día de la política española. Y

muchos de los que se rasgaron lasvestiduras al escuchar las palabrasdel político socialista fueron losque poco tiempo después, cuan-do llegaron al poder llevaro nhasta el extremo ese anunciadoe n t i e rro de los principios esencia-les de la teórica separación dep o d e res en que se supone que sefundamenta nuestro sistemademocrático. Ocho años de vida parlamentaria

en el Congreso, cuatro de ellosbajo un régimen de mayoría abso-luta, me han enseñado que laseparación entre ejecutivo y legis-lativo es, en la mayoría de loscasos, una pura ficción formal. Yes que sorprendentemente laConstitución que entroniza estosprincipios ignora el auténtico pilaresencial de la vida política espa-ñola sobre el que pivotan los cen-t ros de poder del Estado: el siste-ma de partidos. Los partidos políti-cos, tal como funcionan hoy enEspaña, hacen imposible en lapráctica la separación de podere s .P o rque son los aparatos de losp a rtidos los que en un sistema delistas electorales cerradas los quedesignan a los Diputados y losque tienen así perm a n e n t e m e n t een sus manos su futuro y, digá-moslo crudamente, la fuente desus ingresos. Son los partidos polí-ticos los que en función de suf u e rza y mediante acuerdos opa-cos ajenos a todo control desig-nan a sus re p resentantes en el

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Ignasi GuardansDiputado del Parlamento Europeo por CIU

MONTESQUIEU ESTÁ MORIBUNDO

A rtikulugileak, Justizia botere betearazletik banandukoduten mekanismoak bilatzeko premia larria dagoela adie-razten du. Horretarako, ezinbestekotzat jotzen du alderdiensisteman bertan aldaketak martxan jartzea, hauek direlakoboterearen benetako kontrolatzaileak eta gauzatze zuzena-ren arduradunak. Aldaketak behar dira, baina azken bate-an, aldakuntza juridiko bakar batek ere ezin du ordezkatu,une jakin batean, beste batzuen estrategia ez-legitimoarenmezulari hustzat hartzea onartzen duen edo onartzen ezduen politikoaren, diputatuaren, epailearen kontzientziaeta erantzukizun indibiduala.

ó rgano de gobierno de la judica-tura. De donde resulta que enmuchas ocasiones la mayoría delos cargos formalmente electos noalcanzan su responsabilidad porsus propios méritos examinadospor sus conciudadanos, sino exclu-sivamente por su grado de lealtadmás o menos ciega o más o menosinteligente a la dirección del part i-do político correspondiente. S o b re esta base tan poco acord econ la realidad de nuestro modeloconstitucional es difícil art i c u l a rluego algo que, de un modo uo t ro, se parezca a la separación dep o d e res. Un Diputado/a de lamayoría necesita mucho carácter,o mucha seguridad fundada enotras razones, para rechazar ocuando menos poner en cuestiónalguna decisión que proceda delG o b i e rno de su mismo color. Ymuchas veces no necesita órd e-nes, la autocensura es mucho máseficaz. Y así es como nos encontra-mos a Diputados incapaces de

plantar cara a decisiones y pro-puestas más que discutibles omanifiestamente mejorables pro-cedentes de un simple Dire c t o rGeneral. Y si eso ocurre a títuloindividual, en una Ponencia oComisión, la sumisión ya es abso-luta cuando se trata de asuntos demayor calado. Porque se ha llega-

do a confundir la necesidad deestabilidad parlamentaria en unsistema como el nuestro, con unParlamento cuya mayoría quedareducida a convertirse en un corode defensores de las excelenciasministeriales. ¿Puede imaginarsee n t re nosotros una situación comola de Tony Blair, buscando con-

vencer a sus diputados de la nece-sidad de la guerra de Irak o de lasv i rtudes de su re f o rma educativa?¿Qué ocurriría en el Congreso si,como en la Asamblea NacionalFrancesa, hubieran sido varios loscandidatos a Presidente de laCámara de entre los propios dipu-tados de la mayoría? ¿Alguien pro-

testó cuando Aznar hizo pública ladesignación de Lucas como Pre s i-dente del Senado a la salida de unConsejo de Ministros poniéndoloal mismo nivel que cualquierc a rgo ministerial, o cuando Zapa-t e ro hizo lo propio anunciando elnombramiento de Manuel Marín?Esta confusión, a nadie se le esca-

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Kongresuko zortzi urteko bizitza parlamentarioak,lau urte gehiengo osoko erregimenaren menpe,b o t e re betearazlearen eta legegilearen art e k obanaketa, gehienetan, fikzio formal hutsa delaerakutsi dit

pa, tiene siempre consecuenciasnegativas para el buen funciona-miento de la democracia, peroéstas se convierten en gravísimasen situación de mayoría absoluta,al quedar entonces el ejecutivofuera de cualquier clase de contro lpolítico real. Por eso es indispensa-ble impulsar los instrumentos quere f u e rcen la dignidad y la re s p o n-sabilidad del Parlamento en unperíodo como el que vivimosactualmente, para hacer suma-mente difícil que situaciones comolas vividas en el período 2000-2004 (no muy distintas, por lodemás, de las vividas bajo mayorí-as absolutas anteriores) puedanvolver a re p e t i r s e .Y algo similar, aunque más matiza-do en sus efectos, ocurre en lo re l a-tivo al Poder Judicial. La sumisiónabsoluta del CGPJ al Partido Popu-l a r, y a través de él al Gobierno, enlos últimos años ha sido una con-secuencia funesta de un sistemamal planteado en el que el órg a n o

de Gobierno de los jueces es unreflejo empeorado de la composi-ción del Parlamento. A lo que sesuma que, por vez primera ennuestra democracia, esta contami-nación vía partidos llegó tambiénd i rectamente al propio Tr i b u n a lConstitucional, con el riesgo grave

que de ello se deriva para la cre d i-bilidad de esta institución capital.Los efectos de todo ello son másmatizados, decíamos, pues aun-que muchos nombramientos quedependen del CGPJ se hayan idoc a rgando de ideología de form acasi enfermiza, a la hora de la ver-dad cada Juez y Magistrado con-

s e rva su propia independencia enla adopción de resoluciones judi-ciales. Independencia, que noneutralidad ideológica, porsupuesto. También aquí sería dedesear que esta novedosa situa-ción parlamentaria de nuestropaís nos llevara a todos a una

reflexión profunda, para ver hastaqué punto pueden adoptarseahora medidas que pre v e n g a nc o rregir la situación hacia el futu-ro. No será cosa fácil, sin duda,pues algunas de las mayores abe-rraciones conocidas en este ámbi-to, como las vividas en los distin-tos momentos de la aplicación de

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Harrigarria da, botereen arteko banaketa tronu-ratzen duen Konstituzioak Estatuko botere-gune-ak erakartzen dituen bizitza politiko espainiarrekofuntsezko euskarria alde batera uztea: alderdiensistema

la llamada Ley de Partidos, hantenido en todo momento la com-plicidad más o menos tácita delhoy Ministro de Justicia. Parece difí-cil, en todo caso, imaginar hoynuevas actuaciones similares aaquéllas. Pero debería ponerse elmáximo esfuerzo, aun sabiendoque no podrá aplicarse del todohasta la renovación del actualConsejo, por establecer mecanis-mos que hagan imposible que serepita una situación en la que derepente parece que el fin justificalos medios y todo el sistema judi-cial se pone al servicio de unacausa política de la forma mástosca y lamentable. No se entienda lo anterior, sine m b a rgo, como el rechazo a todotraslado a sede judicial de cual-quier asunto que se haya origina-do en sede política. Hay aquí unequilibrio delicado que no admitep ronunciamientos generales, ydonde sólo cabe rechazar los extre-mos: ni tiene sentido procesar a un

P residente de un parlamento pord i s c repar de su soberana interpre-tación del Reglamento de laCámara, ni puede quedar fuera dela investigación de los tribunales,con la consiguiente exigencia deresponsabilidad penal en su caso,un accidente aéreo con decenasde funcionarios del estado muer-tos en el que por todas partes apa-recen serios indicios de negligen-cia grave, aunque ello pueda afec-tar directamente a las más altasinstancias militares o a un ex-Minis-

t ro. Estará en manos de la pro p i aresponsabilidad judicial, pre c i s a-mente, y de los sistemas de re c u r-sos del estado de Derecho, re c h a-zar el convertirse en simples mario-netas de una estrategia de part i-

do, al tiempo que se garantiza laigualdad de todos los ciudadanosante la Ley.Por donde llegamos a la conclu-sión de estas líneas. Montesquieuestá moribundo, y se pre c i s a nre f o rmas para mantenerlo razona-blemente en vida. Pero ningunamodificación jurídica podrá re e m-p l a z a r, en último término, a la con-ciencia y a la responsabilidad indi-vidual del político, del Diputado,del Juez, que en un momentodado acepte o rechace ser tratado

como un simple mensajero de laestrategia ilegítima de otros. Alfinal, la salud de la democraciaacaba siempre quedando enmanos de los que la tenemos ques e rv i r. q

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Alderdi politikoek, gaur Espainian duten funtzio-namenduaren arabera, praktikan ezinezko bihurt-zen dute botereen banaketa

Si algo caracteriza al constitu-cionalismo del Estado moder-no es su utilidad para garan-

tizar la libertad de sus ciudada-nos. Tanto el modelo constitucio-nal del continente europeo que seforja frente a las monarquías abso-lutas, como en el modelo delnuevo Estado Federal de los Esta-dos Unidos de América la Consti-tución es un instrumento parac o n q u i s t a r, fortalecer y mantenerla libertad de las personas.Para ello, no basta, aunque seamuy importante, con declarar losd e rechos individuales, sino que al

mismo tiempo el Estado se debeo rganizar como un complejoo rganizativo sometido al Dere c h oy estructurado de acuerdo con elprincipio de separación de pode-res. La expresión más popular deésta idea está en el artículo 16 dela Declaración de Derechos delH o m b re y el Ciudadano de 1789al decir que toda sociedad endonde no estén garantizados losd e rechos, y establecida la separa-ción de poderes carece de Consti-tución. Declaración que refleja deuna forma perfecta esa indisolu-ble unidad entre la garantía de

los derechos y la limitación delp o d e r.En los albores del siglo XXI,donde la globalización es unacompleja realidad también en laf o rmación de las org a n i z a c i o n e spolíticas si queremos que sigansiendo útiles a la defensa de losd e rechos de las personas. Cuan-do el constitucionalismo contem-poráneo ha quebrado muchas delas fórmulas clásicas, por mor delavance del Estado social, de laaparición de nuevos poderes opor el desarrollo en muchos paí-ses del parlamentarismo racionali-zado que ha debilitado al Parla-mento y ha fortalecido, quizáss o b re manera, al poder Ejecutivo,se hace más ineludible quenunca la re f o rmulación de laseparación de poderes en éstenuevo contexto político.En el Estado contemporáneo lacomplejidad organizativa ha lle-vado, incluso, a re f o rmular elconcepto de “poder” para definir-lo más bien como una agru p a-

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Elviro Aranda AlvarezDiputado Socialista. Profesor de Derecho Constitucional

NOTAS PARA RELEER LA SEPARACIÓNDE PODERES

Gaurko konstituzionalismoak ohiko formula asko aldatudu. Botere berriak agertzeak, herrialde batzuetan Parlamen-tuaren egitekoa botere Betearazlearen mesederako makalduduen parlamentarismo arrazionalizatua garatzeak, e.a.,b o t e reen banaketa eszenatoki berri honetan aztert z e r abehartzen gaitu. Artikulugileak estatuaren ikuskera federa-listari buruz ohartarazten du, boterearen banaketa horizon-talari eusteaz gain, boterearen banaketa bertikala garatzendelako.

ción de “órganos”. Una buenamuestra lo tenemos en el “poderlegislativo” que está org a n i z a d opor un conjunto de órg a n o smediante los que actúa (Pre s i d e n-cia, Mesa, Pleno, Comisiones,etc.), y así en el resto de podere sclásicos. Pero esta re f o rm u l a c i ó nde los poderes no queda ahí. Nomenos importante es la apariciónde “nuevos poderes”: Tr i b u n a lConstitucional, Tribunal de Cuen-tas, Defensor del Pueblo. To d oello, sin olvidar que en las org a n i-zaciones políticas supranaciona-les modernas (v. g r. Unión Euro-pea) uno de los debates másintensos también es el sistema def renos y contrapesos de sus pode-re s .Desde luego que este modestoa rtículo, de un modesto diputadoy profesor de Derecho Constitu-cional no pretende tan ard u ae m p resa, pero si que me atrevo, asugerir la necesidad de no olvidarque el poder tiende siempre más

a la autoridad y el abuso que a laautóritas y la limitación y que losciudadanos y una sociedad cívicadebe tener siempre presente y afi-nadas sus armas de defensa.En el siglo XVIII Montesquieu, enel Libro XI, Capítulo VI de su obrael espíritu de las Leyes (1743) for-mula la versión más clásica de ladivisión de poderes (que, por cier-to, ya había expuesto John Lockeen el capítulo XII de su SegundoTratado sobre el Gobierno Civil

(1690) diciendo que la experien-cia demuestra que todo hombreque tiene poder tiende a abusarde él: lo emplea hasta queencuentra un límite. ¿Quién

podrá pensar que incluso la vir-tud tiene límites? Para que nadiepueda abusar del poder, es nece-sario conseguir, mediante la ade-cuada ordenación de las cosas,que el poder frene al poder).La formulación de la división dep o d e res que hace Montesquieu yque impregna el artículo 16 de laDeclaración de Derechos delH o m b re y del Ciudadano se cons-t ruye en Europa como contrape-so del poder del Estado, que en

esos momentos no es otro que elpoder de las monarquías absolu-tas. Es un poder que, aunquesupone un gran avance re s p e c t oa las sociedades pre m o d e rnas, al

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Botereak ‘autoritas’ eta mugaketarako joera ezezik, autoritate eta nagusikeriarako joera du betieta horregatik hiritarrek eta gizarte zibikoak kon-tuan izan behar dute hori eta zorroztuta izanbehar dituzte defentsarako armak

concentrar toda la fuerza puedec o n v e rtirse en el mayor instru-mento de opresión. Los Estadose u ropeos de finales del XVIII y elXIX son, o pretenden ser, Estado-Nación donde la idea de unidades fundamental y, por ello, laseparación de poderes que mejorse ajusta es la de carácter hori-zontal (Legislativo, Ejecutivo yJudicial), incluso la form u l a c i ó no rgánico constitucional del Esta-do contemporáneo sigue priori-zando esa separación horizontaldel poder.Sin embargo, como ya decía alinicio de este artículo, la form u l a-ción Norteamericana de la sepa-ración de poderes, que cada díatiene más fuerza y mejor se haajustado al Estado democrático,no se ocupa tan sólo de la divi-sión horizontal del poder, sinoque se preocupa, y mucho, de ladivisión vertical del poder. Porello, y aunque algunos les puedae x t r a ñ a r, de donde de verd a d

p a rte la teoría de la separación dep o d e res más consolidada no esde la Revolución Francesa, sinode la Revolución Americana, laConstitución Federal de 1787 y laf o rmulación teórica que hace elFederalista, eso sí, interpre t a n d opara esa nueva situación la obrade Monstesquieu.Para el Federalista la verd a d e r adivisión de poderes es la que seo rganiza con la doble garantía: la

primera garantía, es la separaciónde poderes de las unidades terr i-toriales que integran la Federa-ción; la segunda garantía es ladivisión de poderes a nivel fede-

ral. La división de poderes de unarepública compuesta no debeolvidar que el poder cedido por elpueblo debe estar dividido, enprimer lugar, entre dos tipos deg o b i e rnos distintos y, después, lap a rte asignada a cada uno deéstos debe estar subdivididae n t re departamentos distintos.De esta forma nace la doblegarantía, para la defensa de losd e rechos del buen pueblo de

América. Los distintos gobiern o sde los Estados federados se con-t rolan entre sí y, a su vez, cadauno de ellos se controla intern a-mente con su separación de

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Nahiz eta batzuentzat harrigarria izan, botereenbanaketarik finkatuenaren abiapuntua ez daFrantziako Iraultza, Amerikako Iraultza, 1787koKonstituzio Federala eta Federalistak egiten duenformulazio teorikoa baizik, hori bai, egoera berrihonetarako Montesquieuren lana interpretatuz

p o d e re s .La formulación americana de ladivisión de poderes es mucho máscompleja y más ajustada al mode-lo de Estado políticamente des-centralizado. La división terr i t o r i a ldel Estado no tiene que ser tansólo fruto de la vocación de auto-g o b i e rno de ciertos terr i t o r i o s ,también es una buena forma dec o n t rolar al poder y, como haseñalado Pérez Royo, evitar quela relación mayoría-minoría seau n i f o rme en todo el territorio delE s t a d o .En un sistema de parlamentaris-mo racionalizado donde elG o b i e rno y la mayoría parlamen-taria son una misma cosa y actúanal unísono, la organización terr i t o-rial descentralizada es una opor-tunidad más para las minorías y elpluralismo. La mayoría del “podercentral” puede que sea minoría eno t ros niveles territoriales. De estamanera se generan más frenos ycontrapesos a los poderes, centra-

les o territoriales y se fortalece elpluralismo político tan necesario ytan mal tratado en las democra-cias contemporáneas.Para concluir estas notas, he dedecir que esta idea tan antigua ytan nueva es válida para la org a-

nización de los Estados en cuantoque organización política “clási-ca”, pero también puede ser váli-da para la formulación de org a n i-zaciones políticas supranaciona-les como la Unión Europea. Esbueno re f o rzar los instru m e n t o sde división horizontal del poder.Para ello nada más acertado queel Parlamento Europeo y el Tr i b u-

nal de Justicia de la ComunidadE u ropea vayan fortaleciendo sup resencia en la organización insti-tucional de la Unión. Pero tam-bién son importantes instru m e n-tos verticales de control del poderComunitario, y quizás, en esa

línea el procedimiento de alert arápida que establece el Pro t o c o l os o b re la Subsidiariedad anexo alTratado Constitucional de laUnión puede ser una buenamanera de fortalecer el poder delos parlamentos nacionales en lac o n s t rucción Europea que, endefinitiva aquí re p resenta elpoder vert i c a l .q

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G o b e rnua eta gehiengo parlamentarioa gauzabera diren eta batera jarduten duten parlamenta-rismo arrazionalizatuko sisteman, lurralde antola-keta deszentralizatua beste aukera bat da gu-txiengoentzat eta egungo demokrazietan haingaizki tratatua den pluralismoarentzat

En medio del ruido mediáticop roducido por las declaracio-nes y contradeclaraciones de

d i f e rentes líderes políticos suelenestar presentes con cierta fre c u e n-cia –las más de las veces como ins-t rumento de agresión- los concep-tos de Estado de Derecho y Sepa-ración de Poderes. En el últimoaño, y a raíz del debate políticoa b i e rto a partir de la Ley de part i-dos y sus consecuencias de ilegali-zación de opciones políticas eintentos de disolución de gru p o s

parlamentarios -consumados enunos casos y en los tribunales dejusticia en otros-, se ha planteadocon toda su crudeza el debates o b re la existencia o no de la sepa-ración de poderes en el EstadoEspañol. Para quienes pensamos que laseparación de poderes es la pie-dra de toque de la democracia,algo así como el certificado decalidad de un sistema democráti-co, los acontecimientos que se vie-nen sucediendo en los dos últi-

mos años nos llenan de unahonda preocupación y hacen quenos cuestionemos que en el esta-do español, en la práctica, existaun sistema plenamente democrá-t i c o .La ilegalización de fuerzas políti-cas o la negación a miles de ciu-dadanos y ciudadanas, a quienesningún tribunal les ha privadolegítimamente de sus dere c h o sconstitucionales a la part i c i p a c i ó npolítica, del derecho activo y pasi-vo al voto impidiéndoles part i c i-par en los diversos procesos elec-torales celebrados en los dos últi-mos años, constituye una interf e-rencia del poder ejecutivo en lac o n f o rmación del poder legislati-vo o del poder municipal para evi-tar que estos sean un fiel re f l e j ode la voluntad popular. Interf e re n-cia en la que se ha utilizado alpoder judicial para darle aparien-cia de legitimidad, rompiendo asítambién la separación entre elpoder ejecutivo y el poder judi-cial, y situando al Tribunal Supre-

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Rafael LarreinaPortavoz de Eusko Alkartasuna en el Parlamento Vasco

TRANSICIÓN INACABADA: AUSENCIADE SEPARACIÓN DE PODERES

Egilearen ustez, botereen beharrezko deslotzea ez da egungokontu bat baizik eta diktaduratik demokraziara emandakotrantsizio bukatugabe baten adierazgarria. Legearen Esta-tua indartzeko eta, era berean, botereen arteko deslotzeagauzatzeko, ustezko errugabetasuna nahiz eskuhartze poli-tikoaren eskubidea bermatzeko, uste du demokraziarainokobidea jorratu behar dela behin betiko. Horretarakoxe estatuplurinazionalaren onespena, estatuaren tankera osatzekobide anitzak errespetatzea zein hitarren etorkizuna eraba-kitzeko eskubidea onartu behar da.

mo y al propio Tribunal Constitu-cional en la tesitura de ser instru-mentos de injusticias flagrantes yde desprecio a derechos funda-mentales en cualquier constitucióndemocrática como son el dere c h oa la participación política y el dere-cho a la presunción de inocencia.

Una injusticia manifiestaY como botón de muestra, de queéstas no son palabras de ocasiónal albur de un debate político yuna determinada posición políticap a rtidista, analicemos lo ocurr i d ocon la candidatura Ametzak delmunicipio gipuzkoano de Amezke-ta. Este grupo de personas, “inde-pendientes-independientes”, con-c u rría a las elecciones municipalesa la vez que otra candidatura inde-pendiente próxima al PNV, otraindependiente próxima a Batasu-na, otra del PP y otra del PSOE. La candidatura Ametzak fue ilega-lizada, sus recursos fueron re c h a-zados por el Supremo y el Consti-

tucional, a pesar de que los com-ponentes de dicha candidaturahabían señalado por escrito queellos ni habían apoyado, ni apo-yaban, ni apoyarían nunca la vio-lencia. Como bien señalaba en suvoto particular una Magistrada delConstitucional que se opuso a lailegalización de esta candidatura,no se habían tenido en cuenta lasalegaciones presentadas por los

componentes de Ametzak. Comose puede deducir del voto part i c u-lar citado, en todo el proceso deri-vado de la Ley de Partidos –unaley muy deficiente en términos detécnica jurídica- lo de menos era lap resunción de inocencia, la valo-ración de las pruebas aport a d a spor la fiscalía o los escritos y decla-raciones de los afectados aport a-

dos por su defensa; lo únicoi m p o rtante era cumplir las ord e-nes del ejecutivo que había deci-dido con carácter previo quien sepodía presentar y quien no. En medio de la impotencia dequien no tiene más apoyo que larazón, y ante la indiferencia de lamayoría de las fuerzas políticas–incluidas las ilegalizadas-, loscomponentes de Ametzak, que

p ro p u g n a ron el voto en blanco,t u v i e ron el consuelo del apoyomayoritario de sus conciudadanosal obtener los votos blancos el 45por ciento de los votos emitidos. Ye s p e ro que tengan el apoyo delTribunal Europeo de Estrasburg oque si bien no reparará material-mente la injusticia que han sufri-do los vecinos y vecinas de Amez-

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Boteren arteko banatzearen printzipioa urratzenari da eta Legearen Estatua guztiz ahul dabil ikus-puntu demokratikotik begiratuta

keta, al verse privados del gobier-no municipal que democrática-mente habían decidido tener, almenos reparará formalmente lainjusticia al confirmar a Ametzaken su razón y poner al descubiert ola injusticia cometida por la ord e ndel Gobierno español ejecutadapor el Tribunal Supremo y el Cons-t i t u c i o n a l .

Intento de anular la libertad dev o t oLas interf e rencias no solo se hanp roducido en la intervención delG o b i e rno para condicionar la com-posición de cámaras legislativas,evitando que estas sean un fielreflejo de la voluntad popular;también se han producido esasi n t e rf e rencias para condicionar elfuncionamiento interno del Parla-mento Vasco y anular la libert a dde voto de las personas electas. Cuando desde el Gobierno Centralse obliga a intervenir al fiscalgeneral del estado en contra de su

p ropio informe, para que un Tr i-bunal Supremo diga con posterio-ridad a la sentencia lo que no diceen la sentencia sobre la disoluciónde un grupo parlamentario, esta-mos ante una doble interf e re n c i adel poder ejecutivo sobre el poderjudicial y de éste sobre el poderl e g i s l a t i v o .Cuando se pretende que los Tr i b u-nales de Justicia procesen a port a-

voces de Grupos Parlamentariospor haber emitido un determ i n a-do voto, estamos no sólo anteuna interf e rencia inadmisible delpoder ejecutivo sobre el poderjudicial, y de éste sobre el poderlegislativo, sino que estamos anteun intento de subvertir el Dere c h oConstitucional a la re p re s e n t a c i ó n

política mediante re p resentantes yel principio básico de todo fueroparlamentario democrático comoes el de libertad de voto de losm i e m b ros de un parlamento.Cuando todo esto ocurre -y en larealidad ocurre- tenemos desgra-ciadamente que afirmar que seestá vulnerando el principio de laseparación de poderes y que elEstado de Derecho está seriamen-

te debilitado desde el punto devista democrático.

Una tarea pendienteAhora bien, si realmente quere-mos superar ésta situación, debe-mos pre g u n t a rnos si estamos antela enfermedad o ante los sínto-mas, con el fin de impulsar las

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Boteren arteko banatzearen printzipio hauste hauez da egungo kontua, sakonagoa den zerbait bai-zik, egiturazkoa alegia. Azken baten, diktaduratikdemokraziarako trantszio bukatugabea

medidas necesarias que nosdevuelvan a todos a un contextorealmente democrático. Y creo sin-ceramente que esta vulneracióndel principio de la separación dep o d e res no es algo coyuntural,una gripe inoportuna y pasajeradel sistema democrático, sino quees manifestación de algo más pro-fundo, más estructural: la transi-ción inacabada de la dictadura alsistema democrático.C u a renta años seguidos de dicta-dura han dejado una impro n t ap rofunda en la sociedad españolaque no sólo afecta a una concep-ción estática y, por tanto, a-históri-ca del Estado, sino que también semanifiesta en una concepciónlimitadora de la pluralidad que noc ree en la libertad individual quefundamenta la autonomía delindividuo, y que, por tanto, conci-be la ley como algo estático, inde-leble e inmutable, que se imponea la voluntad individual y colectivaanulando los valores democráti-

cos. En otras palabras, los mediosse convierten en fines y la razónde estado sustituye a la razón dela ciudadanía y anula la voluntadpopular democráticamente expre-s a d a .La unidad de destino en lo univer-sal que ignora que el actual Esta-do Español tiene un principio

–bastante cercano en el tiempopor cierto- y por tanto un fin,sigue vigente de una forma u otraen muchas mentes que niegan larealidad ineludible de que esta-mos ante un estado plurinacional.Y como consecuencia de estamentalidad se produce esa políti-ca de que el fin justifica los medioscuando se percibe o se teme que

un modelo determinado de esta-do-nación tiene fecha de caduci-dad. En este contexto es en el que sep roduce esa vulneración del prin-cipio de separación de poderes yla sustitución de la justicia por lavenganza, cuando aparece depor medio la llamada “cuestiónvasca” pero que, en una u otramedida, también afecta a otrasrealidades nacionales como es elcaso de Catalunya.Por esta razón, si queremos re f o r-zar el estado de derecho demo-crático haciendo realidad princi-pios básicos en democracia comola separación de poderes, la pre-sunción de inocencia, el dere c h oa la participación política activa ypasiva, debemos abordar sin dila-ción la finalización del proceso detransición de la democracia a ladictadura que pasa por el re c o n o-cimiento de la realidad de unestado plurinacional, de la plurali-dad de opciones legítimas a lahora de plantearse el modelo deestado, y del derecho a decidir suf u t u ro que tiene la ciudadaníaque conforma esas re a l i d a d e snacionales que existen dentro delEstado. Esto sólo es posible desdeel compromiso democrático indivi-dual que desmitifica y desdramati-za los resultados de la expre s i ó ndemocrática de esas voluntadesciudadanas: no pasa nada si Eus-kal Herria o Catalunya son inde-

pendientes y no pasa nada si nolo son, siempre que esa situaciónsea fruto de la voluntad de su ciu-dadanía libre y democráticamentee x p re s a d a .Esta tarea no es sólo re s p o n s a b i l i-dad de las fuerzas políticas, sinoque también es re s p o n s a b i l i d a dde cada una de las personas quecomponemos esta sociedad. q

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Bitartekoak helburu bihurtzen dira eta estatu arra-zoia hiritarren arrazoiaren gainean jartzen da etahartara, demokratikoki adierazitako herri nahiadeusezten da

Sería John Locke quien acuña-ra el principio de la divisiónde poderes; sus form u l a c i o-

nes fueron casi literalmente re f l e j a-das en la Declaración de Indepen-dencia americana y, a partir deésta, en la Declaración de losD e rechos del Hombre y del Ciuda-dano de la Revolución Francesa.Montesquieu y Vo l t a i re incorpora-rían en Francia la teoría constitu-cional de Locke, ampliando la divi-

sión de poderes al Poder Judicial;de este modo configurada, la divi-sión de poderes –legislativo, eje-cutivo y judicial- se convirtió en labase de lo que se ha denominadocomo “nuestra civilización políti-c a ” .La Constitución Española de 1978refleja con nitidez tal división dep o d e res y regula por extenso elpapel del poder judicial (Título VI),encomendando en exclusiva a los

Juzgados y Tribunales “el ejerc i c i ode la potestad jurisdiccional....juzgando y haciendo ejecutar lojuzgado” (Art. 117.3 C.E.).C o rrelativamente, el Art. 118 C.E.establece la obligación de “cum-plir las sentencias y demás re s o l u-ciones firmes de los Jueces y Tr i-b u n a l e s ” .Desde la entrada en vigor de laConstitución, las polémicas sobrela “politización de la Justicia” o la“judicialización de la política”, entanto en cuanto pudieran cuestio-nar la efectiva división de pode-res, se han centrado en las sucesi-vas re f o rmas de la Ley Org á n i c adel Poder Judicial y del sistema deelección de los integrantes delConsejo General del Poder Judi-cial, “órgano de gobierno delmismo” (Art. 122.2 C.E.).Como es bien sabido, el origen dela polémica se encuentra en lasmuy diferentes interpre t a c i o n e sque permite el Art. 122.3 C.E.,que regula la composición delConsejo General y la interv e n c i ó n

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Leopoldo BarredaPresidente del PP en Vizcaya. Portavoz del PP en elParlamento Vasco

OBJETIVO: DESLEGITIMAR A LA JUSTI-CIA EN EL PAÍS VASCO

Beti sortu izan dira eztabaidak justiziaren politizazioari edopolitikaren judizializazioari buruz, batez ere Botere Judizia-laren Lege Organikoaren eta Botere Judizialeko KontseiluNagusiko kideen hautaketa sistemaren inguruan. Hala ere,artikulugilearen iritziz, kutsu politiko nabarmena duteneztabaida hauek inoiz ez dute zalantzan jarri botereenbanaketa. Bere ustez, euskal nazionalismoen jardunbideekjar dezakete zalantzan printzipio hau: epaile batzuei aipuakentzeko kanpainak, sententziak ez obeditzea, e.a., etaprintzipio hori airean utziko lukeen Euskal Kontseilu Judi-ziala diseinatzea.

del Congreso y Senado, así comode Jueces y Magistrados, en sud e s i g n a c i ó n .A juzgar por las primeras actuacio-nes del Gobierno de RodríguezZ a p a t e ro, la “tentación” de cam-biar las normas para condicionarla toma de decisiones en el Con-sejo –es decir, para favorecer auna minoría que entiende afín-adelanta la re p roducción de lavieja discusión.No parece fácil poner fin a la cues-tión; el consenso en torno a larenovación del Consejo en 2001sería, a la vista de las presentes cir-cunstancias, mucho más frágilque lo que entonces se pudo pen-s a r. Y nada indica que fórm u l a svigentes en otros países sean fáci-les de importar en España. Porejemplo, el nombramiento comom i e m b ro del Tribunal Supremo delos EE.UU. tiene carácter vitalicio,lo que limita la capacidad deactuación del Presidente almomento en que se produce unav a c a n t e .En cualquier caso, la discusión ent o rno a estas cuestiones, pese a suevidente carga política, no hadegenerado en la deslegitimacióndel Consejo General o en el cues-tionamiento de la división dep o d e res, más allá de lo re t ó r i c o .Sin embargo, en nuestro pro p i oámbito, en el País Vasco, y auspi-ciada desde el poder políticonacionalista, venimos padeciendodesde hace varios años toda unacampaña de acoso al Poder Judi-cial, cuyo objetivo no es otro–aquí sí- que el cuestionamientode la Justicia en Euskadi y la des-legitimación de Jueces y Magistra-d o s .No hace falta re c o rdar muchosejemplos; desde la pretensión de“colocar” comisarios del poderpolítico en las oficinas judiciales, ala presión para la euskalduniza-ción de Jueces y Magistrados;pasando por la presión personal ypública para que determ i n a d o smagistrados no tomaran posesiónde sus cargos, las descalificacionessegún el sentido de las decisiones

judiciales, etc...En tiempos recientes, la part i c i p a-ción de miembros del Gobierno yla Administración en manifestacio-nes contra actuaciones derivadasde investigaciones judiciales; lanegativa del Parlamento Vasco aejecutar sentencias y re s o l u c i o n e sf i rmes del Tribunal Supremo; y lasmanifestaciones nacionalistasante las sedes judiciales, cuandolos acusados tienen una re s p o n s a-bilidad política, son otras tantasmuestras de una campaña que nocesa, y de la que el paraguas-batuta de Xabier Arzallluz, diri-

giendo las consignas y cánticosde los manifestantes en la Plazade los Jardines de Albia, frente alTribunal Superior de Justicia delPaís Vasco, es ya todo un símbolo.Se trata de una campaña en laque hay jueces buenos y juecesmalos; en la que se difunden con-signas de “desobediencia civil”f rente a las sentencias de las quese discrepa y que –por tanto- pare-ce que no se deben acatar; y en laque, finalmente, se pone en solfa

el papel de la Justicia en Euskadicuando cumple el cometido, quetiene constitucionalmente enco-mendado, de juzgar y hacer eje-cutar lo juzgado.La aplicación por los Jueces yMagistrados de los desarro l l o slegislativos del Pacto por las Liber-tades y contra el Te rro r i s m o ,incluida la nueva Ley de Part i d o sPolíticos, ha llevado al cénit elcúmulo de descalificaciones vert i-do desde el Gobierno Vasco y losp a rtidos que lo respaldan contra

el Poder Judicial.Del mismo modo que aplauden odenostan al Tribunal Constitucio-nal según les dé o quite la razón,la sujeción a derecho, indepen-dencia y profesionalidad de losjueces y magistrados de cuales-quiera instancias judiciales semide por su grado de coinciden-cia con el razonamiento político-jurídico del nacionalismo vasco.Y es aquí donde ha surgido el ries-go, no ya de deslegitimación delPoder Judicial en el País Va s c o ,sino de que se configure un ver-d a d e ro ataque a la división de

p o d e res. Las últimas exigenciasdel nacionalismo vasco, conteni-das o no en el Plan de Ibarre t x e ,apuntan en esta dirección; se pre-tende, en efecto, configurar un“Consejo Judicial Vasco”, “tro c e-ando” el órgano de gobierno delos jueces por CC.AA; se adelantaun importante papel del Gobier-no Vasco en la composición deese órgano; y no se oculta en losmedios de comunicación la volun-tad de “intervenir” en la Justicia,

evitando que sea un límite a laarbitrariedad del poder naciona-l i s t a .Ese concepto de “una Justicia deaquí” re p resenta, sin duda, laantesala de la liquidación de ladivisión de poderes en el PaísVasco; y, por ende, un ataqueg ro s e ro –y condenado al fracaso-contra los fundamentos de “nues-tra civilización política”; es decir,los fundamentos constitucionalesde nuestra convivencia democrá-tica. q

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Euskal Herrian, eta botere politiko nazionalistatikbabestuta, Botere Judizialaren aurkako kanpainajasaten ari gara; helburu bakarra du honek: Justi-zia zalantzan jartzea Euskadin eta Epaile etaMagistratuak deslegitimatzea

Euskal nazionalismoaren azken eskakizunak bote-re banaketaren bukaeraren aurrekoak dira

Quizá no encaje bien en elobjeto propuesto porGesto, pero adrede quiero

huir de un planteamiento doctri-nal sobre el que hay mucho ybueno escrito y voces más autori-zadas que la mía, de mera políticapráctica. Y mi percepción perso-nal, y por tanto, sesgada, es la

que deseo trasladar.Viví la última legislatura, 2000-2004, como un período negrodesde la perspectiva de los gran-des valores y de la defensa de losd e rechos fundamentales.Todo estaba permitido en unaabsoluta confusión de ámbito dep o d e r. Ahora que acaba de abrir-

se el año judicial –el pasado día14 de septiembre- re c u e rdo elacto del anterior como tenebro s o ,con unos discursos del FiscalGeneral y del Presidente del Tr i-bunal Supremo y del ConsejoGeneral del Poder Judicial –quet u v i e ron amplio eco en losmedios- de absoluta loa al Gobier-no Aznar y a sus logros hasta concríticas al Proyecto de Nuevo Esta-tuto Político Vasco muy bien traí-das a tal ocasión. De unidad depoder y separación de funcionesse hablaba luego en los corr i l l o sdel lunch.La tramitación de la Ley Org á n i c a6/2000, llamada de Partidos Polí-ticos, y pensada sólo para uno, ylos procesos subsiguientes de ile-galización la re c u e rdo como ro d i-llo implacable, mezclando parla-mento, ejecutivo y judicatura enun proceso que no repara en quela Constitución no tiene cláusulade intangibilidad y que, portanto, es posible la defensa decualquier proyecto político, en el

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Margarita UriaDiputada por el PNV-EAJ

MEZCLAS

Diputatuen Kongresuan Alderdi Popularr a ren gehiengoosoko azken lau urteetan bizi izandakoaren ikuspuntuaeskaintzen digu Uria And.ak. Lau urteotan, bere ustez, eten-gabeko nahasketa izan da botere legegile, betearazle etajudizialaren artean. Alderdien Legearen tramitazioa etaBotere Judizialaren Lege Organikoaren erreforma liratekeadibideetako batzuk. Urte judizialaren azken inaugurazioaaurrekoa ez bezalakoa izan bazen ere, nahiko ezkorra dagaurko Gobernuak izan lezakeen jarrerari dagokionez,aurreko akatsak ez zuzentzeaz gain, Botere JudizialekoKontseilu Orokorrean magistratuak hautatzeko gehiengoaksendotzeko erre f o rmak iragarri dituelako, oport u n i s m opolitikoa erakutsiz. Berriz ere, tartean sartzea.

m a rco de los principios democráti-cos, por supuesto.Los intentos de frenar la pro p u e s-ta conocida como del Lehendaka-ri por tierra, mar y aire son otrohito de confusión a señalar:impugnación en vía contenciosa,constitucional, y creación de deli-tos ad hoc, cuya dero g a c i ó nahora prometida, no se ha cumpli-do pese a lo sencillo del trámite.Menos conocidos pero para mimemorables fueron la tramitaciónde una re f o rma de la Ley Org á n i-ca del Poder Judicial apro v e c h a d apara depurar el staff administrati-vo del propio Consejo con invero-símiles preceptos para deshacersede personas concretas de talantep ro g resista: el Consejo pedía, elG o b i e rno lo incluía en el pro y e c t oy la mayoría absoluta lo votaba; oqué decir de que la Ley de Acom-pañamiento aprobada en diciem-b re de 2001 declarase inejecuta-bles todas las sentencias firm e sque condenaban al Gobierno apagar las subvenciones electoralesa una Batasuna plenamente legale n t o n c e s .

Todo ello en un contexto de liti-giosidad y de beligerancia asfi-xiante, en el que el derecho y losjuristas eran protagonistas con tin-tes eminentemente polémicos yp reocupantes. La perm a n e n t einvocación de las leyes y de los tri-bunales encargados de aplicarlas,cada día se hallaba más despro-vista de la idea de Justicia y de lalucha por el Dere c h o .F rente a una propuesta no se

debatía sino que se emitía unv e redicto, se asignaba un cliché ose señalaba un slogan para desa-c reditarla o tacharla de subversi-va. Los planos de la política y deld e recho aparecían, y quizá toda-vía aparecen, peligro s a m e n t em e z c l a d o s .¿ Toca ahora otra época? La aper-tura del año judicial actual que hecitado al comienzo fue “norm a l ” ,sin confusiones ni mezclas: el Fis-cal General presentó su Memoria

valorando la evolución de ladelincuencia y el Presidente delConsejo, sabedor de que en elEjecutivo los tiempos son otros, sedejó de alabanzas y discursóasépticamente de la futura Consti-tución Europea. Se respiraba dis-t i n t o .P e ro ¿habrá más que nuevosa i res? Todavía no se han deshe-cho ninguna de las tropelías yre t rocesos del pasado, e incluso

se han anunciado re f o rmas comoel re f o rzar mayorías para la elec-ción de magistrados por el Conse-jo General del Poder Judicial quepoco tienen que ver con motiva-ciones de concepto o de defensade modelo democrático, sino quese inspiran, a mi juicio, en razo-nes de estrategia de oport u n i d a dpolítica: para que salgan más “delos míos”. Nuevamente la inge-rencia, y es que la tentación parael poder ejecutivo es fuert e .q

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Kontseiluak eskatu, Gobernuak egitasmoan sartueta gehiengo osoak bozkatu egiten zuen

“Toda dignidad, todo orgullo, seapoya en la independencia”

(Rousseau)

No sería necesario decir, por-que resulta obvio, peroconviene re c o rd a r, que,

según nuestra Constitución en suartículo 1.2: “La soberanía nacio-nal reside en el pueblo español,del que emanan los poderes del

Estado”. La realidad es que en losúltimos años hemos asistido alvaciamiento de este artículo conun resultado: la desconfianza delciudadano en las instituciones.Decisiones tan equivocadas comola gestión de la catástrofe delPrestige o el apoyo a la guerra deIrak mostraron a una ciudadaníaindignada el foso abierto con ungobierno y un presidente respon-

sable sólo ante Dios y ante la His-toria, sometido al poder imperial.Hace unos años parecía imposi-ble que en este país se produje-ran situaciones que, ocurridas enotros, se repudiaban sin más o seconsideraban ajenas y lejanaspara nosotros, como si el Medite-rráneo, el Atlántico o los Pirineosnos preservaran de todo lo exte-rior. Pero “l´heure est là”. Con el11-M, parece como si alguienhubiera soltado el ronzal detodos los demonios del infiernopara que actúen sobre la tierra.Nuestros constituyentes temieronque, después de una larga dicta-dura, se produjese el desborda-miento de tendencias centrífugasque condujesen a un Poder Eje-cutivo débil por excesivos afanesde participación popular. Creye-ron preciso reforzarlo, hasta con-v e rtirlo en protagonista casiexcluyente del Estado y conferir alos partidos políticos el monopo-lio de la participación y la repre-sentación popular, eliminando

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Gaspar LlamazaresCoordinador general de Izquierda Unida

LA DIVISIÓN DE PODERES EN LA ERA DELA GLOBALIZACIÓN

Diktaduraren ostean, gure konstituziogileek ezinbestekotzatjo zuten botere betearazlea sendotzea eta alderdi politikoeiherri partehartze eta ordezkapen monopolioa eman zieten,Justiziak baino kontrola ezin zezakeen botere betearazleasortzeaz batera. Hala ere, autorearen arabera, botere honenindependentziak erasoak jasan izan ditu, bereziki gehiengoabsolutuen gobernuetan. Francisco Tomás y Valiente, Balta-sar Garzón, Jiménez Villarejo dira justiziaren duintasun etaohorean itxaropena ematen diguten magistratuetako bat-zuk; hala ere, nahitaezkoa da Justiziaren independentziababesteko mekanismoak arautzea.

cualquier asomo de democraciad i recta, salvo la posibilidad dereferéndum. Quedó así un Ejecu-tivo difícilmente controlable, concapacidad de sustraerse a cual-quier vigilancia institucional, conla única excepción de la Justicia,máxime en los periodos de mayo-ría absoluta del PSOE o del PP.Todo poder corrompe y sec o rrompe si no hay contro l .Cuando es absoluto, entonces lapolítica se convierte en un puertode arrebata capas o en un patiode Monipodio. Sólo a través de laparticipación de la sociedad civilse puede avanzar hacia el controldel poder. Únicamente la denun-cia y la movilización de una opi-nión pública libre y conscientepueden rectificar los desmanes delEjecutivo, como se ha visto tras laguerra de Irak y la manipulacióninformativa del 11-M. La tendencia a la confusión dep o d e res y al sometimiento delEstado a un poder exterior, repre-

senta un peligro para la supervi-vencia de la democracia. La glo-balización neoliberal vacía losEstados de su capacidad degarantizar el bien común y debili-ta los principios fundadores de lassociedades modernas: la demo-cracia, la ciudadanía y la solidari-

dad materializada en el Estado deB i e n e s t a r. El neoliberalismo see n f renta primero a lo público,luego recorta derechos y acabaenfrentándose a la propia demo-cracia. El capital financiero y lasempresas transnacionales traspa-

san las fronteras, conquistan losmercados y ponen de rodillas alos Estados, atravesados por untridente arrollador: liberalización,d e s regulación y privatización.F rente a esa acometida, sóloqueda la esperanza de una glo-balización gobernada y regulada

en el seno de espacios políticosintegrados, como puede ser laUnión Europea.Quienes a finales de los setentasoñaban con una democraciaplena, transparente y participati-va, en la que los ciudadanos con-

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Botereen nahasketarako eta Estatua kanpo bote-rearen menpe jartzeko joera arriskua da demo-kraziaren biziraupenerako. Globalizazio neolibera-lak guztion ongizatea bermatzeko gaitasunik gabeuzten ditu Estatuak eta gizarte modernoen prin-tzipio sortzaileak makaltzen ditu: demokrazia, hiri-tartasuna eta elkartasuna

trolaran a sus gobernantes y laseparación de poderes garantiza-ra el equilibrio del sistema, asistie-ron con desazón al proceso inver-so. En los años de mayoría abso-luta de los gobiernos del PSOE(1982-1992) y del PP (1999-2004), el gobierno controló cadaresquicio de la vida institucional yciudadana, incluidos órganos vita-les del sistema judicial, como elConsejo General del poder Judi-cial, el Ministerio Fiscal e incluso elTribunal Constitucional. El PoderJudicial, para serlo, necesita lamás radical independencia. Cuan-do la política entra en un juzgado,la justicia sale por la ventana.Nuestra Constitución habla deuna democracia avanzada. Pero,aquí y ahora, la realmente exis-tente aún no lo es. Del último cua-trienio de Aznar heredamos unParlamento ninguneado, unPoder Judicial mediatizado y unafiscalía a las órdenes del gobierno.El Poder Legislativo no controlabaal Ejecutivo, del que era un meroreflejo, en un Congreso de losDiputados al que la mayoría desus señorías permanecían mudoso asistían como una comunidadde piedra para apretar el botón. El Fiscal General del Estado, quedebía promover el bien público,con legalidad e imparcialidad, seconvirtió en un apéndice reveren-cial del poder ejecutivo, en un“mester de alferecía”. Hasta que elMinisterio Fiscal no se integre conla necesaria autonomía dentro delPoder Judicial no podrá hablarsede auténtica independencia deesta institución cuya cabeza visiblees nombrada y cesada por elGobierno de turno, sin ningúnmecanismo de autopro t e c c i ó nque no sea la “actitud heroica” desu titular presentando la dimisióncuando no esté de acuerdo cond e t e rminadas directrices, algoque por otra parte no suele ocu-rrir. Por otra parte, no es tiempode héroes, ni tan siquiera esbueno que éstos existan, sino quelo necesario es regular los meca-nismos de protección de la inde-

pendencia, tanto del Fiscal Gene-ral del Estado como de determi-nadas fiscalías especiales.Figuras tan destacadas comoFrancisco Tomás y Valiente (expresidente del Tribunal Constitu-cional, asesinado por ETA), el juezde la Audiencia Nacional BaltasarGarzón o el ex fiscal Anticorrup-

ción, Jiménez Villarejo y tantosotros magistrados de incuestiona-ble independencia, por su corajedemocrático y su capacidad parasuperar presiones y reclamos detoda laya, representan el triunfodel poder de la justicia sobre lajusticia del poder. Son la demos-tración de que, pese a todo, aúnpodemos seguir albergando algu-

na esperanza en la dignidad y elhonor de la justicia propia de unEstado democrático de Derecho.No siempre la Justicia ha tenido nitodos los medios, ni toda la com-prensión, ni todo el acierto, y, sinembargo, ha cumplido un papeldigno haciendo que se respetenlos derechos de defensa y demásgarantías jurídico-constitucionalesde los justiciables.En la legislatura que comienza,con el impulso de la izquierda plu-ral, la democracia española nece-sita fortalecerse. El gobierno nopuede eludir el control parlamen-tario. Las comisiones de investiga-ción deben ser un instrumentoregulado de control, sin que pue-

dan ser bloqueadas por un solopartido político. El fiscal generaldebería ser elegido por mayoríacualificada del Parlamento y porun solo mandato. Y la televisiónpública estar regida por un con-sejo de personas independientes,un director nombrado por lasCámaras y debates entre candida-

tos o representantes de los distin-tos partidos políticos. El Consejo General del PoderJudicial, que nombra a los magis-trados del Tribunal Supremo, alpresidente de la Audiencia Nacio-nal y a los presidentes de lasAudiencias provinciales, debefuncionar por mayoría cualifica-da, cambiando la práctica del

sometimiento servil a la mayoríapolítica del momento. Para quesea independiente, no basta quese aleje del gobierno: debe huirdel poder de la oposición que fuegobierno hasta ahora.P roponemos un programa deregeneración política y de partici-pación democrática, medianteuna reforma de la Ley electoralque garantice una mayor propor-cionalidad en la atribución deescaños; nuevos cauces de parti-cipación directa de la ciudadaníaen la toma de decisiones políticasa todos los niveles, y garantizar laseparación de lo público y lo pri-vado a través de un riguroso régi-men de incompatibilidades.q

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Ministerio Fiskala Botere Judizialean behar adina-ko autonomiaz sartzen ez bada ezingo dugu era-kunde honen benetako independentziaz hitz egin,agintean dagoen Gobernuak izendatzen eta kar-gutik kentzen duelarik burua

Globalizazio neoliberalak guztion ongizatea ber-matzeko gaitasunik gabe uzten ditu Estatuak etagizarte modernoen printzipio sortzaileak makaltzenditu: demokrazia, hiritartasuna eta elkartasuna

educar

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" Primero vinieron a por los comunis-tas,y callé porque yo no era comunista.Luego vinieron a por los judíos,y callé porque yo no era judío.Luego, vinieron a por los católicosy callé porque yo era protestante.Luego, vinieron a por mí,y entonces ya no quedaba nadieque alzara la voz por mí."

Este conocido poema dio sen-tido al nacimiento de Gestopor la Paz hace 18 años y al

trabajo que hemos seguido reali-zando desde entonces. Lo hacecada vez que realizamos el “gesto

por la paz”, la concentraciónsilenciosa, y mucha gente pasapor delante de la pancarta comosi aquello no fuera con ella. Lohace cuando comprobamos ennuestras relaciones cotidianascómo muchas personas siguenpensando que el terrorismo esproblema de otros, les parece malpero no les afecta lo suficientecomo para rebelarse contra él. Yesta actitud, tan típica de nuestrasociedad actual, podríamosextenderla a tantos pro b l e m a sque afectan a nuestro mundo: lasguerras, el hambre, la violencia,las violaciones de los derechoshumanos, en especial de niños ymujeres, y así un largo y negroetcétera...... Estos meses ha tomado relieveotro ejemplo ilustrativo de estarealidad: Guantánamo. Cada vezque pienso en Guantánamo, ypor desgracia tiene que ser dema-siado a menudo, me acuerdo deeste poema del reverendo MartinN i e m o e l l e r, (1892-1984). Pastorprotestante, arrestado por la Ges-

tapo en 1938 y prisionero en elcampo de concentración deDachau hasta 1945.Eduardo Galeano lo describía asíen un artículo: “Seiscientos sospe-chosos, algunos menores deedad, languidecen en ese campode concentración. No tienen nin-gún derecho. Ninguna ley losampara. No tienen abogados, nip rocesos, ni condenas. Nadiesabe nada de ellos, ellos nosaben nada de nadie. Sobrevivenen una base naval que EstadosUnidos usurpó a Cuba. Se suponeque son terroristas. Si son o noson es un detalle que no tiene lamenor importancia”. Y yo me pregunto: ¿Qué es loque tiene que pasar? ¿Hastadónde tiene que llegar la situa-ción de los detenidos de Guantá-namo para que despertemos?Desde la II guerra mundial se hanarticulado muchos organismos deprotección, comenzando por laONU, y pasando por un sin fin deo rganizaciones dedicadas a laprotección de los más desfavore-

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Aitor Casado y XabierAskasibarComisión de Educar para laPaz. Gesto por la Paz

EDUCAR EN LA SENSIBILIDAD,CULTIVAR LA REBELDÍA

cidos en los más diversos campos.Incluso se realizó un tratado pararespetar los derechos de los prisio-neros de guerra: la convención deGinebra. Pero esto no nos liberade nuestra responsabilidad comoseres humanos, como ciudada-nos, de respetar y defender ladignidad de todas las personas,incluso de los detenidos, indepen-dientemente de los delitos quepudieran haber cometido o de lasacusaciones que pesen sobreellos. ¿O es que ese principio deque toda persona tiene derecho aque se le respete su dignidad,simplemente por el hecho de serpersona, en Guantánamo no exis-te?Y es en estos casos cuando laindignación no es únicamente porel resultado de la política deEEUU, o de los abusos de autori-dad de los militares, ni de la inefi-cacia de la justicia, ni tan siquierade la impotencia de los organis-mos internacionales que miran lasituación en el mayor de los silen-cios.Mi indignación proviene de nues-tra actitud, o mejor dicho, denuestra no actitud, de nuestropasotismo, de nuestra indiferen-cia. ¿Eh, hay alguien? ¿Hay vidainteligente?¿Hay un corazón quelate con una cierta sensibilidad?Hace no mucho tiempo millonesde personas salimos a la callepidiendo el cese de la guerra,también salimos para condenar lam a s a c re de Madrid, durantemuchos años hemos estadosaliendo al día siguiente de cadamuerte relacionada con el conflic-to vasco, y todo esto está bien, esnecesario, imprescindible, pero elderecho a la vida, a la dignidadde las personas es universal. Nohay unos y otros, los derechoshumanos no entienden de coloresni de razas ni de ideologías ni dereligiones (o al menos así debieraser). Es fundamental que el incon-f o rmismo que mostramos antecuestiones que nos son más cer-canas, lo manifestemos siempre.Porque todo lo que ocurre en

nuestro mundo nos afecta, nadanos es ajeno a nosotros, nimucho menos a nuestros hijos ehijas. Es preciso educarnos en lasensibilidad ante las injusticias ylas vulneraciones, sin distinción,de los derechos humanos de cual-quier persona. Es preciso cultivarla rebeldía ante todo aquello quedegrada profundamente nuestracondición de humanos.Hace unas semanas el profesorde la universidad de Verona,Giorgo Agamben daba unacharla en Madrid, charlaque, dicho de paso,debía haber dado enNueva York, (pero decidiódarla aquí y no viajar a EEUUcomo boicot ante las restricti-vas normas sobre inmigraciónestadounidenses), en la quecomparaba a Guantánamo conAuschwitz. Giorgio explicaba queel campo de concentración es elespacio que se abre cuan-do el estado deexcepción empie-za a convertirseen la re g l a .Como espa-cio dee x c e p c i ó nt e rr i t o r i a l ,el campose trans-f o rm aen unar e a l i -dad per-m a n e n t emás allá delas re g l a sdel dere c h openal y carce-lario. Y es que merecela pena detener-se en el análisisque hace sobre elpresente como un“permanente estadode excepción” que sepone de evidencia enconflictos tan actualescomo la inmigración oel terrorismo. El mismo

Eduardo Galeano concluía en elcitado artículo que “Guantánamoes el símbolo del mundo que nosespera”.La cuestión es. ¿estamos dispues-tos a resignarnos a que así sea?¿Estamos dispuestos a asumiresta situación como norm a l ?¿Estamos dispuestos a ser los res-

p o n s a -

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bles, aunque sólo sea por omi-sión, de que nuestros hijos here-den este “permanente estado deexcepción” nuestro como normaen el futuro?Es curioso, esto mismo se dijo enla creación de la carta de lasNaciones Unidas hace ya muchosaños, “evitar a nuestros hijos elhorror de la guerra”, pero segui-mos en el mismo punto de parti-da.Quizás podríamos sugerir a laOMS que se incluyera en el pro-grama de vacunación de todos losniños y niñas la vacuna contra lainsensibilidad. Seguramentemucho más peligrosa de cara alfuturo que algunas enfermeda-des oficiales. O que entre lasvitaminas que se dan a losrecién nacidos ademásdel tradicional dayami-neral se suministraseuna con buenas dosisde sensibilidad, incon-f o rmismo y re b e l d í a .Claro que todos sabe-mos que lo importanteviene después, en losvalores en los que esosniños y niñas serán educados pos-teriormente. Y, ¿qué valores van acultivar si a su alrededor nos ven asus mayores mirando a otro ladomientras perviven en nuestromundo situacionescomo la deGuantánamo?Ojalá que elp ro n ó s t i c ode Edua-do Gale-

ano sea erróneo, y que Guantá-namo no sea síntoma del futuroque nos espera, sino, más bien alcontrario, punto de inflexiónhacia un mundo más humano,solidario y pacífico. Ojaláque frente a las raícespoderosas de la indife-rencia y la pasividadcómplices, vaya-mos sembrandoy cultivandolas semillas dela sensibili-dad y lar e b e l d í a ,que nos per-

mitan mirar al futuro con algomás de esperanza, a nosotros, ysobre todo, a quienes sufren másd i rectamente las vulneracionesde los derechos humanos y los

d e s p ropósitos de unmundo que a

menudo pare c etodo menos

c i v i l i z a d o .Ojalá queno nosa c o s -t u m -b r e -m o sn u n c aa lav i o l e n-cia ni a

la discri-m i n a -

ción, sobre todola que sufren las per-

sonas que nos re s u l t a nmás lejanas. Ojalá que no ten-gamos nunca que afirm a raquello de “que paren elmundo, que yo, así, me quierobajar”.Eduquémonos en la sensibili-dad, cultivemos la rebeldía. Yque nunca seamos protagonis-tas de un diálogo que sugeríaJohn Le Carré: - ¿Van a matar a mucha gente,papá? - Nadie que conozcas, queri-do. Sólo extranjeros.q

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Movilización

Jornadas

barrutik

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SI TE AMENAZAN NOS AGREDEN.MEHATXUA ZURI, ERASOA GURI

NO A LA VIOLENCIA DE PERSECUCIÓNTafalla, 27 de junio de 2004 • Artziniega, 1 de agosto de 2004

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El pasado mes de mayo, los días 26 y 27, laCoordinadora Gesto por la Paz de EuskalHerria celebró en Donosita las II Jornadas

sobre Pluralismo y Convivencia. Esta iniciativa res-ponde a una continua preocupación de Gesto porla Paz: la necesidad de trabajar a favor de la con-vivencia de la sociedad vasca desde el reconoci-miento de su pluralidad.

Cualquier proyecto de sociedad que actualmentese diseñe no puede prescindir de lo que hay: unagran pluralidad en la ciudadanía vasca. Esta reali-dad nos debe obligar a articular y buscar formasde regular la convivencia entre diferentes y enpensar únicamente en un futuro construido entretodos y donde todos tengamos cabida. La acepta-ción de la pluralidad como un hecho real y positi-vo implica la asunción del pluralismo como elmejor modelo aplicable a la sociedad vasca y plan-tea la necesidad de encontrar y pactar los criteriosmínimos comunes y los límites que garanticentanto la cohesión social como la existencia del plu-ralismo.

El primer día, con la moderación de Gorka Landa-buru y con el título “La pluralidad en una socie-dad: riqueza o indefinición”, participaron BernardoAtxaga, Garbiñe Biurrun y Koldo Unceta. Atxagase mostró convencido de que asistimos a la faseprevia a la desaparición de la violencia y defendióun profundo cambio cultural que lo define meta-fóricamente como “Euskal Hiria”; una ciudadvasca, abierta y cosmopolita que sustituye el esen-cialismo étnico por el mestizaje urbano, en la quetodos puedan vivir juntos. Garbiñe Biurrun señaló

el gran contraste que existe entre la “pluralidadsocial” que se vive con bastante normalidad ynaturalidad y una insuficiente “pluralidad política”que necesita de la desaparición previa de ETA, unaactitud más abierta y un gran acuerdo esencialentre los partidos. Por su parte, Koldo Unceta refle-xionó sobre la crisis de las ideologías transforma-doras y de la izquierda como utopía emancipato-ria. En su opinión, la persistencia permanente deldebate identitario empobrece de forma sensible elpluralismo político y ofrece una imagen virtual delpaís.

El segundo día participaron Xavier Gurrutxaga,Daniel Innerarity y Gemma Zabaleta, bajo el título“Desarrollo de proyectos políticos en una sociedadplural” y con la moderación de Amagoia López deLarruzea. Innerarity defendió una gestión políticadel pluralismo que tuviera en cuenta que la políti-ca es una actividad que tiene que ver con realida-des contingentes, no con verdades absolutas y esun lugar de compromiso, no de imposición o uni-lateralidad. En su opinión, la política debe servirpara conciliar intereses divergentes, encauzar con-flictos sociales y ser capaz de expresar también eldisenso, no sólo el consenso. Gemma Zabaletadefendió el protagonismo de la sociedad civil que,en su opinión, acabará moviendo a los partidospara explorar nuevas políticas más audaces y másvalientes que admitan sin miedo el pluralismo realde la sociedad. Xabier Gurrutxaga apeló a que elreconocimiento de la pluralidad vasca se sustenteen un compromiso recíproco, en el que el nacio-nalismo vasco aparque su ideal independentistapara poder garantizar una mayor cohesión de lasociedad vasca pero, al mismo tiempo, el Estadoespañol reconozca su carácter plurinacional y per-mita a Euskadi integrarse como nación, desde unaserie de garantías que eviten el vasallaje.

Con la organización de estas Jornadas sobre Plu-ralismo y Convivencia, Gesto por la Paz ha queridocontribuir a la construcción de este futuro paratodos y todas. q

Jornadas Pluralismoy Convivencia

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Gesto por la Paz

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Bernardo Atxaga. Escritor

Xabier Gurrutxaga, Gemma Zabaleta y Daniel Innerarity

Garbiñe Biurrun. Magistrada

Sobre la Violenciade Persecución

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M a n i f i e s t o

Los movimientos sociales Gesto por la Paz yElkarri queremos hacer pública una declara-ción conjunta de denuncia de la violencia de

persecución y de solidaridad con todas las perso-nas afectadas por la misma. Ambas organizacionesrepresentamos trayectorias y formas de trabajodiferentes pero tenemos una voluntad de coope-ración que se asienta en un compromiso compar-tido: la defensa del derecho a la vida y del respetode todos los derechos humanos. No es ésta la pri-mera vez en que desarrollamos actuaciones con-juntas. En anteriores ocasiones, hemos cooperadopara denunciar la política penitenciaria (04-06-97),para celebrar el 50 aniversario de la Declaraciónde los Derechos Humanos en Bilbao (09-12-98),para impulsar una campaña de difusión de unacultura de conciliación (19-10-99) o para desarro-llar distintas iniciativas conjuntas en el ámbitolocal. En esta ocasión volvemos a unir nuestra vozpara pronunciarnos sobre la inaceptable realidadque padecen las personas amenazadas.

Descripción de la situación que denunciamos• La violencia de persecución afecta a miles depersonas en nuestro país. Son personas amenaza-das por ETA que se ven obligadas a vivir con escol-ta por pertenecer a determinados colectivos o por-que expresan públicamente sus ideas o su com-promiso político.• La amenaza es una forma de violencia que seña-la, persigue y pretende aislar a conciudadanosnuestros. La amenaza genera miedo y angustia.Quien está amenazado tiene restringida su liber-tad y debe modificar sus relaciones con el entornopara intentar proteger su vida.• La violencia de persecución atenta, no sólo con-tra las personas a las que va dirigida directamentey sus familiares y entorno más cercano, sino tam-bién contra las bases de la convivencia democráti-ca en una sociedad plural y compleja como lanuestra.

Dos consideracionesA. Un deber cívico. Denunciar clara y públicamen-te esta forma de violencia es un deber cívico porsu gravedad y porque quiebra un conjunto deprincipios con los que estamos comprometidos:

-El respeto a la vida. Todas las personas comparti-mos una misma condición humana que nos haceser iguales en dignidad. Nadie tiene derecho a dis-poner, atentar o amenazar contra la vida de otraspersonas.-La igualdad. Principio que reconoce a todas laspersonas capacidad para los mismos derechos. Laamenaza viola la igualdad de condiciones paraejercer los derechos civiles, políticos y democráti-cos.-El pluralismo. La diversidad de ideas políticas, sen-timientos de pertenencia nacional, identidadesculturales o proyectos estratégicos es una realidadque nos constituye como sociedad y su respeto,defensa y garantía es un principio democráticobásico. La violencia de persecución agrede y mani-pula esta riqueza de nuestra sociedad.-La libertad. Todas las personas tenemos derecho asostener y propagar nuestras propias ideas, siem-pre que éstas estén comprometidas con los dere-chos humanos, así como a expresar nuestro com-promiso político. La violencia de persecución es unatentado directo contra la opción política, la liber-tad de conciencia y de pensamiento de las perso-nas y colectivos amenazados y, en consecuencia,un atentado contra la libertad de toda la sociedad.

B. Imperativo de humanidad. Hacer frente a estarealidad es también un imperativo de humanidadporque el efecto más directo y real de la violenciade persecución es el sufrimiento de las personasamenazadas y de sus familiares. Este sufrimientonos interpela como seres humanos y nos movilizaen diferentes direcciones:-Cercanía. La amenaza provoca soledad y aisla-miento por lo que consideramos necesario rescatardel silencio este sufrimiento y hacer presente nues-tra cercanía.-Solidaridad. La amenaza genera desamparo por loque nuestro compromiso es ejercer y reclamar unasolidaridad activa hacia quienes la sufren. Quienesno estamos directamente amenazados tenemos, almargen de cuál sea nuestra ideología, un especialdeber de solidaridad.-Comunicación. La amenaza puede llegar a crearen sus víctimas desconfianza o distancia hacia elresto de la sociedad, por ello nuestro compromiso

Manifiesto conjunto de Gesto por la Paz y Elkarri Junio 2004

Bakearen aldeko koordinakundearen etaElkarriren manifestu bateratua

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se dirigirá a ayudarles a que recuperen la confian-za en esta sociedad y a reforzar el diálogo entrediferentes.-Convivencia. La amenaza ataca a la libertad y a laconvivencia en esta sociedad plural, por ello Elka-rri y Gesto por la Paz hacen pública su voluntad defortalecer las bases de una convivencia en paz,basada en la defensa de los derechos humanospara todos y todas y del pluralismo.

En función de todo lo anterior adoptamos lossiguientes acuerdos:

1. Cada organización trabajará por sensibilizar a laciudadanía sobre la grave vulneración de dere-chos que padecen las personas amenazadas ydeclarar públicamente nuestra voluntad de res-ponder activamente ante esta injusticia.2. Plasmar este compromiso en el discurso, pro-puestas y actuaciones de ambas organizaciones yen el desarrollo de iniciativas conjuntas en el ámbi-to local para reforzar el rechazo de esta violencia y

transmitir a sus víctimas un mensaje de solidari-dad.3. Ofrecemos nuestro apoyo al Plan por la defen-sa de los derechos y las libertades, contra la vio-lencia de persecución presentado por el GobiernoVasco; sin embargo, no deseamos que dicha ini-ciativa se quede en una simple campaña publici-taria, por lo que solicitamos que, a la mayor bre-vedad posible, se desarrollen y precisen las pro-puestas concretas que se deriven del mismo.4. Solicitar a las distintas instituciones que colabo-ren para garantizar al máximo la seguridad de laspersonas amenazadas y para crear espacios plura-les y unitarios de solidaridad hacia ellas. Sobre laViolencia de Persecución5. Solicitar a todos los agentes sociales y políticos,así como a la sociedad en general que mantenganactitudes y discursos de denuncia y deslegitima-ción frente a la violencia de persecución, de soli-daridad hacia las personas y colectivos afectados,así como de diálogo y concertación para la convi-vencia. q

Bakearen Aldeko Koordinakundea eta Elkarrigizarte mugimenduek adierazpen bateratubat eman nahi dugu ezagutzera jazarpen

indarkeria salatzeko eta berau pairatzen dutenpertsona guztiei elkartasuna adierazteko. Bi era-kundeen ibilbidea eta lan egiteko modua desber-dina da baina gure elkarlanerako borondatea kon-partitzen dugun konpromiso batean finkatzen da:bizitza eskubidearen eta giza eskubide guztienerrespetuaren defentsa. Hau ez da elkarrekin lanegiten dugun lehen aldia. Aurreko batzuetan,elkarrekin lan egin dugu espetxe-politika salatzeko(97-06-04), Giza Eskubideen Adierazpenaren 50.Urteurrena ospatzeko Bilbon (98-12-09), adiskidet-ze kultura zabaltzeko kanpaina bat bultzatzeko(99-10-19) edo herri mailan ekimen bateratu des-berdinak garatzeko. Oraingo honetan berriz erebat egingo dugu mehatxatutako pertsonek pairat-zen duten errealitate onartezinaren aurrean iritziaemateko.

Salatzen dugun egoeraren nondik-norakoa• Jazarpen indarkeria milaka lagunek pairatzendute gure herrian. ETAk mehatxatutako pertsonak

dira, zenbait kolektibotakoak direlako edo jendau-rrean euren ideiak edo konpromiso politikoa adie-razten dutelako bizkartzainekin bizi behar dutenahitaez.• Mehatxua indarkeria-mota bat da, gure herriki-deak seinalatu, jazarri eta isolatu nahi dituenindarkeria-mota. Mehatxuak beldurra eta nahiga-bea sortzen du. Mehatxatuta dagoenak bere aska-tasuna murriztuta dauka eta bere inguruarekinharremanak aldatu egin behar ditu bere bizitzababesteko.• Jazarpen indarkeriak, mehatxatutako pertsonen,bere familiaren eta hurbilekoen kontra ez ezik,gurea bezalako gizarte plural eta konplexu bateanbizikidetasun demokratikoaren oinarrien kontraere egiten du.

Bi irirtziA. Gizalegezko betebeharra. Indarkeria mota haujendaurrean argi salatzea gizalegezko betebeharrada bere larritasunagatik eta gure egiten ditugunprintzipio multzo bat apurtzen duelako:-Bizitza errespetatzea. Pertsona guztiek gizatasunbaldintza berbera konpartitzen dugu, duintasune-

JazarpenIndarkeriari buruz

2004ko ekaina

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an berdinak egiten gaituena. Inork ez dauka esku-biderik beste pertsonen bizitzaz baliatzeko,berauen aurka egiteko edo inor mehatxatzeko.-Berdintasuna. Pertsona guztiei eskubide berberakedukitzeko ahalmena aintzatesten dien printzi-pioa. Mehatxuak eskubide zibil, politiko eta demo-kratikoak erabiltzeko baldintzen berdintasuna bort-xatzen du.-Aniztasuna. Ideia politikoak, nazio-sentimenduak,kultura identitateak edo proiektu estrategikoakgizarte gisa eratzen gaituzten errealitate hutsakdira eta eurekiko errespetua, defentsa eta bermeaoinarrizko printzipio demokratiko bat da. Jazarpenindarkeriak gure gizart e a ren aberastasun hauastindu eta manipulatu egiten du.-Askatasuna. Pertsona guztiok daukagu gure ideiakedukitzeko eskubidea eta hauek hedatzeko –gizaeskubideekin bat baldin badatoz– eta baita gurekonpromiso politikoa adierazteko ere. Jazarpenindarkeria mehatxatutako pertsonen nahiz kolekti-boen aukera politikoaren eta kontzientzia eta pent-samendu askatasunaren aurkako atentatu zuzenada eta, ondorioz, gure gizartearen askatasunarenaurkako atentatua.

B. Gizatasun-agindua. Errealitate honi aurre egiteagizatasun-agindu bat ere bada jazarpen indarke-riaren eragin zuzen eta errealena mehatxatutakopertsonen eta familiartekoen sufrimendua delako.Sufrimendu honek gizabanako gisa interpelatu etalau haizetara mobilizatzen gaitu:-Hurbiltasuna. Mehatxuak bakartasuna eta isola-mendua dakar, horregatik beharrezkoa iruditzenzaigu sufrimendu hau isiltasunetik ateratzea etagure hurbiltasuna adieraztea.-Elkartasuna. Mehatxuak babesik eza dakar, horre-gatik gure konpromisoa sufritzen dutenei elkarta-suna adieraztea eta eskatzea da. Zuzenean mehat-xatuta ez gaudenok, gure ideologia kontuan hartugabe, elkartasun-betebehar berezia daukagu.-Komunikazioa. Mehatxuak gizartearenganako mes-fidantza eta distantzia sor dezake biktimengan.

Horregatik, gizartearengan konfiantza berreskurat-zen laguntzera eta desberdinen artean elkarrizketaindartzera zuzenduko da gure konpromisoa.-Bizikidetasuna. Mehatxuak gure gizarte anitzeanaskatasunari eta bizikidetasunari erasotzen die;horregatik, Elkarrik eta Bakearen Aldeko Koordina-kundeak bakezko bizikidetasunaren oinarr i a kindartzeko borondatea adierazten dute, guzti-guz-tion giza eskubideen eta aniztasunaren defentsanoinarritutako bizikidetasuna, alegia.

Aurreko guztia kontuan hartuta ondorengo eraba-kiak hartu ditugu:

1. Erakunde bakoitzak mehatxatutako pertsonekpairatzen duten eskubideen urraketa larriaz herri-tarrak sentsibilizatzeko eta injustizia honen aurreanerantzuteko borondatea jendaurrean adieraztekolan egingo du.2. Konpromiso hau bi erakundeen diskurtsoan,proposamenetan eta jardueretan eta herri mailakoekimen bateratuetan agerraraziko dugu, indarke-ria honen gaitzespena indartzeko eta bere biktimeielkartasun mezua adierazteko.3. Gure babesa agertzen diogu Eusko Jaurlaritzakaurkeztutako Jazarpen indarkeriaren aurka, eskubi-deak eta askatasunak defendatzeko Planari; denaden, ekimen hau publizitate-kanpaina soil bateangeratzea ez genuke nahi, beraz, lehenbailehenp roposamen zehatzak adieraztea eta garatzeaeskatzen dugu.4. Erakundeei kolaboratzea eskatzen diegu mehat-xatutako pertsonen segurtasuna bermatzeko etaberaienganako elkartasun-eremu anitz eta batera-tuak sortzeko.5. Gizarte eta politika eragileei, eta gizarte osoariberari ere, jazarpen indarkeriaren aurrean deslegi-mizazioaren eta salaketaren aldeko, indarkeria haupairatzen duten pertsonen eta kolektiboenganakoelkartasunaren aldeko eta, azkenik, bizikidetasune-rako elkarr i z k e t a ren eta hitzarm e n a ren aldekojarrerak eta mezuak edukitzea eskatzen diegu. q


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Aceptando una invitación cursada por laFundación Manuel Giménez Abad, creadaen memoria del político aragonés asesina-

do por E.T.A. el 6 de Mayo de 2000, Gesto por laPaz ha tomado parte, como asistente, en las Pri-mera Jornadas Internacionales sobre el Terroris-mo, celebradas en Zaragoza del 21 al 23 de Junio,con el patrocinio de esa Fundación, bajo el temageneral de "Terrorismos en el siglo XXI: su persis-tencia y su declive". El objetivo de las Jornadas erarealizar un análisis actualizado del fenómeno delterrorismo moderno y, en particular, de las dosmanifestaciones del mismo insertas en nuestra rea-lidad más cercana -la de carácter étnico-naciona-lista (los casos irlandés y vasco) y la propia del fun-damentalismo islámico-, de acuerdo con un enfo-que eminentemente plural. Se trataba de combi-nar la reflexión teórica acerca de las causas y losfundamentos del terrorismo, con el análisis de susdiferentes manifestaciones, las estrategias políticaspara aminorarlo, la eficiencia de las políticas anti-terroristas y el papel que cabe atribuir a las vícti-mas. Esa misma pluralidad se reflejaba en la diver-sidad de los ponentes invitados. En las Jornadashan intervenido profesores universitarios españo-les y extranjeros de ciencia política (D. Rapoport, F.Reinares o R. Alonso), periodistas (G. Sánchez, J.M. Irujo o M. García Rey), militantes políticos y víc-timas del terrorismo (A. Roth o M. Pagazaurtun-dua), ofreciéndose de esta manera una visión enla que la gravedad de las reflexiones teóricas seentremezclaba con el apremio que destilaban lostestimonios vivos de quienes han padecido direc-tamente el problema, y todo ello permitía obteneruna visión poliédrica de este complejo fenómeno. Acostumbrados, como estábamos, a ceñir la cues-

tión del terrorismo al problema de E.T.A., resulta almenos de interés verlo enmarcado en un contextomás amplio, así como apreciar las notables dife-rencias de sus distintas manifestaciones. Cierta-mente, resulta muy interesante la línea de reflexiónque trata de encontrar los elementos de continui-dad y de ruptura en lo que D. Rapoport denomi-na las "cuatro oleadas del terrorismo moderno",que atraviesan desde el viejo terrorismo anarquis-ta y de extrema izquierda, hasta el étnico-naciona-lista y de raíz islámica. Esta reflexión en torno a losfactores de universalidad y de especificidad haadquirido una dimensión nueva a raíz de la recien-te internacionalización del terrorismo islámico o de"cuarta generación", de la mundialización delterror a la que aspira ese nutrido conjunto de"mouhadines" dispuestos a responder al "efectollamada" de las guerras locales en los distintos paí-ses islámicos y a actuar en consecuencia al regre-so a sus países de origen. Esta terrible situaciónrequiere, como tan bien explicaron García Rey oReinares, volver a replantearse las relaciones políti-cas, económicas y culturales entre el Oriente y elOccidente, junto al diseño de un conjunto deestrategias políticas destinadas a evitar el auge delos grupos sociales y políticos de corte teocrático,que aspiran a la formación de un estado paralelode carácter islámico, van desplazando gradual-mente a las oligarquías locales más moderadas ygeneran un caldo de cultivo para la aparición dejóvenes dispuestos a sumarse a la "guerra santa" ya favorecer su eventual internacionalización. Y,todo ello, sin olvidar las consecuencias que estefenómeno en auge tendrá en nuestras propiassociedades. Aun sin tenerse que plantear seria-mente el dilema entre seguridad y libertad, es yaincuestionable la necesidad de volver a reforzar losmecanismos políticos y policiales de control delterrorismo y de los sectores asimilados y, cierta-mente, como insistió Velasco, desnudar ante laopinión pública el perverso argumento de que lalucha armada terrorista es un instrumento para ellogro de aspiraciones políticas. Y dos últimos men-sajes, esta vez procedentes de las víctimas delterrorismo presentes en Zaragoza: "es imposibleescapar" a esa realidad, si bien, también, "hay vidadespués del terrorismo". q

Jesus AstigarragaProfesor de la Facultad

de Derecho de la Universidad deZaragoza y miembro de Gesto por la Paz

Visiones plurales sobre elproblema del terrorismo

Jornadas sobre "Terrorismos en el siglo XXI: su persistencia y su declive" (Zaragoza, 21 -23 de junio)

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La Coordinadora Gesto por la Paz de EuskalHerria es una organización que surgió hace ya18 años con el objetivo de ofrecer una cauce

de expresión pública para mostrar el rechazo a lautilización de la violencia con pretendidos finespolíticos. Uno de nuestros rasgos distintivos másimportantes ha sido la movilización y, de formaespecial, los denominados “gestos por la paz”,(concentraciones de 15 min. que se realizan el díasiguiente de producirse una muerte relacionadacon la violencia, con independencia de quien seala víctima). Se realizan estas concentraciones cuan-do se produce un asesinato de ETA (o el GAL en sutiempo) y también cuando muere un presuntoterrorista en un enfrentamiento con la policía omanipulando una bomba. Con ello queremosponer de relieve el valor supremo del Derecho a laVida y el auténtico sinsentido de la práctica de laviolencia terrorista, que el único fruto que consi-gue es la generación de un dolor y de un sufri-miento irreparable.En estos momentos, estas concentraciones o “ges-tos por la paz” se realizan en 130 lugares del PaísVasco y Navarra, lugares donde existen gruposlocales que conforman la Coordinadora Gesto porla Paz de Euskal Herria.

¿Es posible la paz en el País Vasco?Este es el título de esta sesión. Desgraciadamentees necesario afirmar que la respuesta está enmanos de quienes siguen practicando y justifican-do la violencia terrorista de ETA. Desgraciadamen-te de ellos depende. No intentemos transferir estaresponsabilidad.Por tanto, ¿qué se puede hacer mientras llega eseanhelado momento, el de la desaparición delterrorismo? En esta charla desarrollaré los princi-pios y actuaciones que en nuestra opinión sedeben mantener: - Separación de violencia y política.- Defensa radical de los Derechos Humanos, conatención especial a las víctimas de la violencia.- Respeto de la pluralidad y apuesta por el con-senso.

1. Separación entre violencia y política.Este es uno de los principios básicos de Gesto porla Paz. Se concreta en la afirmación de que no exis-te una relación necesaria entre la violencia de ETAy ningún problema político. La violencia de ETA nodepende necesariamente de la existencia de pro-blemas políticos. La mayoría de las personas y gru-pos que se preocupan de los problemas políticosde Euskal Herria rechazan la violencia. Los conflic-tos políticos son naturales dentro de una sociedaddemocrática.Con otras palabras: no es cierto que exista violen-cia porque hay problemas políticos. La violencia deETA sólo es necesaria si se comparte una determi-nada mirada sobre esos problemas políticos. Laviolencia de ETA sólo es política porque nace deun determinado análisis político, pero no porqueresponda necesariamente a un problema político.Entre cualquier hecho político y la violencia no hay

Diálogo: “Hacia un mundo sin violencia”Sesión: “¿Es posible la paz en el País Vasco?”

Sábado, 26 junio 2004

Jesús HerreroMiembro de Gesto por la paz

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una relación necesaria e inmediata, sino que exis-te un elemento intermedio que hace de puenteentre ambas, y que es el de mantener una deter-minada visión de la realidad de Euskal Herria. Yesa es una visión totalitaria.Pero el principio de separación tiene también unadimensión práctica. Pretende liberar a la políticade la trampa de la violencia. Es preciso que lasfuerzas democráticas se comprometan con la tareade hacer lo que se puede y se debe hacer, al mar-gen de la violencia. Distinguir en la práctica entreviolencia y política supone que los partidos seancapaces de plantear propuestas políticas, en elsentido más amplio del término, para su conoci-miento por parte de laciudadanía, su discusióncon el resto de fuerzaspolíticas y su conversióndemocrática en medidasrecogidas en la legisla-ción. Es preciso hacer loque se puede y se debehacer al margen de laviolencia.

2. Defensa radical delos Derechos Humanosy atención especial alas víctimas de la vio-lencia.El problema de la violen-cia persiste por la existen-cia de ETA. ETA es el prin-cipal problema de lasociedad vasca en estosmomentos. El derecho ala vida, que es el derechoque sustenta a todos losdemás, sigue amenazadopor la existencia de ETA.No existen, en estosmomentos, ninguna justificación ni ética, ni políti-ca para el ejercicio de la violencia de ETA.ETA es la única responsable de sus acciones y tam-bién existe una responsabilidad importante entrequienes siguen alentando, justificando o com-prendiendo su existencia. Por tanto, es necesario exigir a ETA que desapa-rezca y que renuncie a la utilización de la violencia,porque no existe ninguna justificación ni ética, nipolítica para su existencia y porque así se lo exigela gran mayoría de la sociedad.Además, hay que indicar que el proceso de desle-gitimación de la violencia, una cuestión que siem-pre ha sido de vital importante para Gesto por laPaz, está en un nivel máximo, por la irrupción deotros terrorismos, que pueden tener otros análisis

y formas de actuar, pero que, como cualquierterrorismo también genera muerte y sufrimiento.

Y al hablar de violencia, terrorismo y el derecho ala vida hay que mencionar a las víctimas. Son lasgrandes perdedoras. Es imprescindible desarrollariniciativas de solidaridad y de reconocimientosocial. Lo más fácil es proporcionar la necesariaasistencia, en todos los ámbitos, a las personasafectadas. Lo más difícil, es proporcionar un arro-pe social necesario, que nunca podrá paliar eldaño recibido. En este sentido, se ha producidoun proceso importante de reconocimiento socialde las víctimas, sobre todo si lo comparamos con

los primeros años de lademocracia en la que serealizaban entierros “ens e c reto”, estaba muyextendido el “algo habráhecho”, o había muchasvictimas que abandona-ban el País Vasco. Esdecir, el ya deleznableasesinato de ETA ibaacompañado en muchasocasiones por una muer-te social de las víctimas.Hoy es necesario oír alas víctimas, oír sus durasexperiencias y que en lamedida de lo posiblepuedan sentir el arropey la solidaridad de lasociedad.En estos momentos,también hay que denun-ciar lo que Gesto por laPaz, ha denominado laViolencia de Persecu-ción, y que es la amena-za permanente, y por

tanto la pérdida de libertad, a que se ven someti-dos miles de ciudadanos, simplemente por defen-der una determinada ideología o por ejercer unaprofesión (como la de juez o periodista). Esta Vio-lencia de Persecición afecta a la libertad de estaspersonas las 24 horas de su día, y también afectaa la libertad de toda la sociedad, que necesita detodas las ideologías y del ejercicio en libertad detareas tan importantes como la de impartir justiciao la de informar. Paliar en lo que se pueda estasituación es responsabilidad de todos: Institucio-nes, partidos políticos y sociedad.

En la defensa radical de los Derechos Humanos,desde Gesto por la Paz, también abordamos otrasrealidades desde estos principios básicos:

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- Hay que abordar las cuestiones de DerechosHumanos al margen del problema de la violencia.- Hay que evitar las excepcionalidades.

Así, al abordar el tema de las torturas, nos hace-mos eco del último informe del relator de la ONU,hecho público a principios de este año. - El relator considera que existen fundamentos sufi-cientes para afirmar la existencia de casos de tor-tura. Entiende que la tortura no es una práctica sis-temática en nuestro país, aunque afirma a su vez,que en el marco legal existen espacios que permi-ten condiciones en las que la tortura puede apa-recer.- Dentro de estos espacios, se hace especial men-ción a la prolongación del periodo de incomuni-cación, como un espacio que “puede facilitar elempleo de la tortura y puede suponer, en símisma, una forma de trato cruel, inhumano odegradante”; y, consecuentemente, denuncia lasúltimas re f o rmas encaminadas a re f o rzar estamedida.- También el relator muestra su preocupación porla persistencia de la política de dispersión de lospresos y se apunta que “si es posible la personapresa o detenida deberá permanecer en un sitiorazonablemente cerca de su lugar de residencia”.- A esto habrá que añadir la aplicación normaliza-

da del articulo 92 sobre la puesta en libertad de lospresos por enfermedades graves e incurables.

Desde la perspectiva de la “excepcionalidad”hemos vivido unos hechos en los, últimos años,que nos han preocupado desde el punto de vistadel fortalecimiento de la democracia. Estos son:- La aplicación en el campo judicial de las denomi-nadas “medidas preventivas” de forma automática,que en algunos casos provoca ciertas dudas desdeel punto de vista ciudadano. Ejemplos: cierres deEgin y Egunkaria. Se presentan como medidaspreventivas pero que ya implican unos hechos deuna tremenda trascendencia y que difícilmente tie-nen carácter regresivo que permita volver a lasituación inicial.- Otro ejemplo de excepcionalidad, a nuestroentender es la actual Ley de Partidos. Si existe,habrá que pedir que se aplique con rigor, pero anuestro entender lo cuestionable es como se gestóla ley: se hizo con una rapidez sorprendente; yaexistía en el Código Penal una vía y unas condi-ciones para ilegalizar a asociaciones políticas; seperdió apoyo cualitativo (aunque cuantitativamen-te fuese importante); se han utilizado unas condi-ciones para ilegalizar que desde el punto de vistaciudadano son al menos discutibles como es la uti-lización de ideologías pasadas de las personas. Es

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una cuestión que debería ser mucho más clara porla trascendencia que tiene. Y todo esto con inde-pendencia de la valoración moral que tengamosde determinados partidos o agrupaciones por suapoyo, comprensión o silencio ante la actuaciónde ETA.

3. Respeto de la pluralidad y apuesta por elconsenso.En el intentar hacer política, con independenciade la violencia, Gesto por la Paz defiende la exis-tencia de un ámbito pre-partidista, en el quedeben existir unos acuerdos básicos necesariospara afrontar el problema de la violencia.Ese consenso se tiene que buscar. En primer lugar,un acuerdo en lo referente a la violencia de ETA,en la lucha antiterrorista, en la atención a las vícti-mas y en la política penitenciaria. Resulta impres-cindible. Y tiene que ser una exigencia permanen-te desde la sociedad civil hacía los políticos.Pero además, atendiendo a la pluralidad de la pro-pia sociedad vasca, es necesario llegar a un acuer-do de un carácter más político, que separe radi-calmente la lucha contra el terrorismo del debatesobre el futuro del autogobierno. El objetivo seríaevitar acusaciones o sospechas que vinculan atoda una ideología, como la nacionalista, con elterrorismo y también evitar que la violencia parali-ce cualquier debate político sobre los proyectos defuturo para la sociedad vasca.Así mismo, debería asumirse la necesidad de ungran consenso para poder abordar los cambiosque pudieran ser necesarios en el modelo de auto-gobierno, aceptando el consenso actual existente,como el punto de partida válido.La aceptación de la pluralidad de la sociedadvasca como un hecho real y positivo implica laasunción del pluralismo como el mejor modeloaplicable a la sociedad vasca y plantea la necesi-dad de encontrar y pactar los criterios mínimoscomunes y los límites que garanticen tanto lacohesión social como la existencia del pluralismo.Estos consensos se deben traducir en una clararespuesta unitaria contra el terrorismo, que sedebe visualizar. El terrorismo se alimenta de la faltade unidad Y un elemento fundamental para poder llevar estoa la práctica, es el diálogo, aceptándolo como uninstrumento democrático fundamental. Es necesa-rio un diálogo normalizado en el ámbito institu-cional y en el ámbito político.

Todo lo aquí expresado son, desde nuestro puntode vista, los principios y las actitudes que hay quemantener para hacer frente a la violencia terroris-ta, pero reiterando que la responsabilidad de laviolencia recae sobre sus autores. De ellos y de

quienes les apoyan depende que desaparezca y,por tanto, que nos acerquemos a la paz. q

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Con motivo de la celebración del “Día Inter-nacional de la Naciones Unidas en Apoyo delas Víctimas de la Tortura”, Amnistía Interna-

cional y Gesto por la Paz queremos trasladar a lasociedad nuestra preocupación ante el fenómenode la tortura y los malos tratos.

Queremos, en primer lugar, condenar todos losactos, métodos y prácticas terroristas en todas susformas y manifestaciones que se produzcan encualquier parte del mundo, por ser criminales einjustificables. Dicho esto, queremos recordar quelos derechos humanos y sus garantías, incluidaslas garantías básicas de las personas privadas delibertad, son indivisibles y deben aplicarse a todos,independientemente de su inocencia o culpabili-dad. Por tanto, todas las medidas para combatir elterrorismo tanto a nivel nacional como internacio-nal deben mantenerse en los límites de la legali-dad y del respeto a los derechos humanos.Afirmamos con preocupación que en este país hayque seguir estando alerta ante un fenómenocomo el de la tortura. Informes como el del Comi-té Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT),o el del Relator de las Naciones Unidas, si bienrecogen mejoras en esta realidad, siguen insistien-do en la existencia de espacios que pueden favo-recer la práctica de torturas o malos tratos. El derecho a no ser objeto de torturas ni de tratos

Comunicado conjuntoSábado, 26 junio 2004

Coordinadora Gesto por laPaz de Euskal Herria yAmnistia Internacional

M o v i l i z a c i ó n

Día Internacional de lasNaciones Unidas en Apoyo de

las Víctimas de la Tortura

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o penas crueles, inhumanas o degradantes esabsoluto y no admite ninguna excepción. En nin-gún caso deben invocarse circunstancias excep-cionales como el terrorismo o la seguridad parajustificar la tortura. Así el artículo 5 de la Declara-ción Universal de Derechos Humanos dice que“nadie será sometido a torturas ni a penas o tratoscrueles, inhumanos o degradantes”.Los gobiernos deben reafirmar y declarar oficial ypúblicamente que la tortura está prohibida siem-pre y que todas las denuncias se investigarán conprontitud y a conciencia.Gesto por la Paz y Amnistía Internacional, quere-mos solicitar a los gobiernos que adopten lassiguientes medidas para evitar las torturas en lascomisarías, cárceles y demás centros de detención:

• Que nos posicionamos en contra del aumentodel periodo de incomunicación que posibilita lacreación de espacios de impunidad y que deberíatender a ser eliminada.• Que la asistencia de un abogado se garanticedesde el momento de la detención en todos loscasos.• Que el detenido pueda ser examinado por unmédico por él elegido, además de por el médicoforense,

• Que se comunique a los familiares de los deteni-dos la situación de los mismos.• Que se instalen cámaras de vídeo que registrenlos interrogatorios bajo control judicial, ya que per-mite proteger los derechos de los detenidos y evi-tar falsas denuncias.• Que se investiguen todas las denuncias de tor-turas de manera rápida, exhaustiva e imparcialpara impedir la impunidad y evitar, a su vez, lasdudas sobre la correcta actuación de las autorida-des públicas.• Que los resultados de esas investigaciones seanpúblicas y que todas los responsables sean juzga-dos por los Tribunales de Justicia.• Que las víctimas de tortura o sus familiares reci-ban pronto una reparación moral y material ade-cuada.• Que las personas con condenas firmes por tor-turas cumplan dichas condenas de acuerdo con lalegislación vigente, sin recibir un trato distinto acualquier otro interno en proceso de reinserción.• Que el gobierno español ratifique el ProtocoloFacultativo a la Convención de la ONU contra laTortura, aprobado en 2002, que tiene como obje-tivo que observadores internacionales realicen ins-pecciones periódicas y sin previo aviso a los luga-res de detención. q

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Nazio Batuek To rt u r a ren Biktimei Babesaadierazteko izendatu duen Nazioart e k oEgunean, Amnistia Internacional eta Bakea-

ren aldeko Koordinakundea erakundeok torturaketa tratu txarrek aurrean dugun kezka azaldu nahidugu gizartearen aurrean.

Lehenengo eta behin, munduko edozein lekutangertatzen diren era eta adierazpen askotako egint-za, metodo eta praktika terrorista guztiak konde-natu nahi ditugu, kriminalak eta ezin justifikatuz-koak direlako. Bigarrenez, giza eskubide guztiaketa hauen bermeak, askatasunik gabe daudenpertsonen funtsezko bermeak barne, zatiezinakdirela eta, errugabe nahiz errudun izan, guztieiezarri behar zaizkiela gogoratu nahi dugu. Beraz,nazio zein nazioarte mailan, terrorismoari aurreegiteko neurri guztiak legaltasunaren eta gizaeskubideen errespetuaren barruan egon behardute.Arduraz adierazten dugu herrialde honetan adiegon behar dugula tortura legezko gertakariarenaurrean. Torturaren Prebentziorako Batzorde Euro-parrarena (CPT) edo Nazio Batuen Kontalariarenabezalako Tostenek, gai honen inguruko hobekunt-zak jasotzen badituzte ere, torturen edo tratu txa-rren praktika eragin dezaketen esparruak daudelanabarmentzen dute.Torturarik, tratu edo zigor krudel, anker edo irain-garririk ez jasateko eskubidea absolutua da eta ezdu salbuespenik onartzen. Inola ere ezin da terro-rismoa edo segurtasuna legezko aparteko baldint-zarik argudiatu, tortura justifikatzeko. Horrela, GizaEskubideen Deklarazio Unibertsalaren 5. artikuluakhauxe dio: “ez zaiola inori torturarik edo zigor edotratu krudel, anker edo iraingarririk ezarriko”.Gobernuek ofizial eta publikoki berretsi eta adiera-zi behar dute tortura debekatuta dagoela beti eta

salaketa guztiak arin eta sakon ikertuko direla.Bakearen aldeko Koordinakundea eta AmnistiaI n t e rnacional erakundeok ondorengo neurr i a khartzeko eskatu nahi diegu gobernuei, komisaria,kartzela eta gainerako atxilotze zentroetan tortura-rik egon ez dadin:

• Zigorgabetasun guneak sortzea ahalbideratzenduen eta deuseztatu egin beharko litzatekeeninkomunikazio aldia gehitzearen aurka ager gaite-zela.• Abokatuaren laguntza atxilotzearen unetikberma dadila kasu guztietan.• Auzitegiko medikuaz gain, atxilotuak berak auke-ratutako medikuak azter dezala.• Atxilotuen senideei beren egoeraren berri emandakiela.• Kontrol judizialpean egiten diren galdeketakerregistratuko dituzten bideo-kamerak jar daiteze-la, atxilotuen eskubideak babesteko eta salaketafaltsuak ekiditeko balio dutelako.• Tortura salaketa guztiak arin, sakon eta inpart-zialki iker daitezela, zigorgabetasuna galaraztekoeta, era berean, agintari publikoen jardunbidezuzenari buruzko zalantzak ekiditeko.• Ikerketa hauen emaitzak publikoak izan daiteze-la eta arduradun guztiak Auzitegiak epai ditzala.• Torturaren biktimek edo beren senideek ordainmoral eta material egokia jaso dezatela berehala.• Torturak direla-ta, kondena sendoa duten pert-sonek kondena horiek bete ditzatela, indarreandagoen legeriaren arabera, birgizarteratze proze-suan dagoen beste edozein presok jasotzen duentratua jasoz.• Gobernu espainiarrak 2002an onartutako Tortu-raren aurkako Nazio Batuen Erakundeko Konbent-zioaren Protokolo Fakultatiboa berretsi dezala eta,ondorioz, erakunde horren helburua bere egindezala: nazioarteko begiraleek aldizkako ikuskape-nak, eta aurretik abisatu gabe, egin ditzatela atxi-lotuak dauden lekuetan. q

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B A R R U T I K N U M E R O 55M o v i l i z a c i ó n

Komunikatu batua2004ko ekainaren 26an, larunbata

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N U M E R O 55R E S E Ñ A S

Tras Asesinato en febre ro, Ete-rio Ortega vuelve a dirigir, encolaboración con el hern a n i a-

rra Elías Querejeta, una películas o b re las víctimas del terrorismo deE TA. En esta ocasión no re m e m o r ahechos pasados, sino que se pre o-cupa de acerc a rnos a la vida dequienes por estar bajo amenaza dela banda han de confiar su seguri-dad en escoltas personales.Los protagonistas no son actore s ,no viven en un lugar ficticio, tam-poco interpretan ninguna historia,ninguna trama, ni tan siquiera ses i rven de recurso cinematográficoalguno. Patxi y José Luis se levan-tan un día cualquiera, se afeitan, se

p reparan, desayunan con su mujery sus hijos y, mientras éstos se diri-gen al colegio, ellos se van a traba-j a r. De jard i n e ro uno, a la fábrica elo t ro. Dos vidas reales que el dire c-tor nos muestra a detalle en susaspectos más cotidianos y huma-nos, lo que nos lleva a poder iden-tificar fácilmente la vida de la mayo-ría de nosotros con las suyas. Hastael instante en que nos extrañamospor la presencia de alguien más. Acada uno le acompañan en todomomento dos personas a cierta dis-tancia, pero lo suficientementec e rca como para perder la intimi-dad personal que cualquiera den o s o t ros pre s e rva. En una apuesta

PERSEGUIDOSDirector: Eterio Ortega Santillana. Guión: Elías Querejeta. 85m. Documental.

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Fortune señalaba el agua como elnegocio más recomendable parabuscadores de grandes beneficiosdespués de que estallara la burbujatecnológica. Las grandes empresasno han perdido un segundo, ygigantes como Vivendi Enviro n-ment, Suez Lyonnaise des Eaux oAguas de Barcelona (Agba), inclusoGeneral Electric, extienden susimperios por más de 120 países.Empresas como Coca-Cola o Pepsise benefician de la escasez de aguapotable y aún así -puesto que sabenque el agua sigue siendo el líquidoque mejor quita la sed- inundanpaíses como México o la India conagua del grifo embotellada que dis-tribuyen mediante marcas comoBon Aqua, Aquafina, Ciel ...Junto al “negocio del agua”, Van-dana Shiva se detiene también enlas “guerras del agua”. El caso para-digmático es el de Oriente Próximo:aunque solamente el 3% de lacuenca del Jordán se encuentra enterritorio israelí, este país satisface el60% de sus necesidades con lasaguas de este río, mientras que susvecinos palestinos deben confor-marse con consumir el 2% del agua-escasa y sucia- que Israel dosificacomo otras armas de guerra. El RíoColorado en la fronteras entre Méxi-

co y EE.UU., las cuencas del Tigris yel Eufrates -ríos que nacen en Tur-quía y que abastecen a las agricul-turas de Siria, Iraq, además de a loskurdos-, o los países ribereños delRío Nilo son todos puntos calientesdebido al agua y, para algunos, losescenarios de las guerras del SigloXXI. Por último, por terminar con lasenseñanzas que más directamentepodemos recuperar para el casoespañol, la autora recoge una frasede su compatriota Arundhati Roy:“Los grandes embalses son para el‘Desarrollo’ de una nación lo que labomba atómica es para su arsenalmilitar”. Denuncia las políticas deconstrucción de grandes embalsesen la India o en China, y el consi-guiente paisaje de pueblos anega-dos, ecosistemas destruidos y ciu-dadanos desplazados que dejandetrás de sí. El 80% de los embalsesse construyen en cinco países, quelidera China acaparando el 50% delos embalses, y ¡entre los que figuraEspaña en quinto lugar! Quizás elnuevo gobierno socialista inicie elprincipio del fin del cúmulo de des-propósitos que supone la no-cultu-ra del agua en España. Quizás.

Borja Bergareche

LAS GUERRAS DEL AGUA. CONTAMINACIÓN, PRIVATIZACIÓN Y NEGOCIOVandana SHIVA - Editorial Icaria – Antrazyt 200 -Barcelona, febrero 2004

Vandana Shiva es quizás unade las mejores representan-tes del pensamiento crítico y

radical que proviene de la India. Eneste libro propone a la Humanidadun cambio de paradigma del agua:pasar del paradigma del mercado alparadigma de la democracia ecoló-gica. Denuncia la apropiación y elcontrol empresarial sobre un bienque debería ser colectivo, mediantela aniquilación de las formas comu-nales de utilización del agua en elnombre del capitalismo más “cow-boy”. En mayo de 2000, la revista

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decidida por la vida, se han vistoobligados a perder intimidad, ap e rder una parte de su propia liber-tad y de la de sus familias.A partir de aquí el documental nosmuestra cómo esas vidas sufre nt e rribles y continuas alteracionespara poder proteger su seguridad yla de quienes les rodean. Desdeque la amenaza de muerte cayós o b re ellos, peligros y dificultadesrodean a las actividades cotidianasmás sencillas, salir de casa, llevar yrecoger a los hijos del colegio,p a s e a r, buscar empleados, hacercompras, echar unas copas, abrir elbuzón, entrar en casa, re l a c i o n a r s econ vecinos, con amistades, masotras añadidas como cambiar puer-tas, cristales, mudarse de casa, re s-ponder a las preguntas de los hijos,acudir a actividades con horarios

fijos, y otras muchas más que sóloconocen quienes se ven bajo esaamenaza y, no olvidemos, sus fami-lias, que han de convivir tambiéncon innumerables medidas des e g u r i d a d .A pesar de la personificación en lasvivencias diarias de José Luis Vela yPatxi Elola, y de las experienciaspersonales del guard a e s p a l d a sJavier Alonso, el documental nosda a conocer la que puede sersituación de cualquiera de los cien-tos de ciudadanos vascos y nava-rros que viven diariamente cone s c o l t a .Sin elementos emotivos para ela d o rno, la película llega a conmo-ver en varios momentos gracias a laf u e rza de los testimonios que en sucondición de ciudadanos nosmuestran sus protagonistas. Y es

que es el aspecto humano el únicoque se aborda, pues ni tan siquierase llega a saber el motivo por elcual están amenazados. Así, a dife-rencia de otras películas que se vie-nen realizando en los últimos añoss o b re el terrorismo de ETA y todo loque le rodea, el documental de Ete-rio Ortega se centra únicamente enlas vivencias humanas de las perso-nas amenazadas, cuestión concre-ta, que en mi opinión, difícilmentepodía haber retratado con mayorrealismo. La película ayuda a cono-cer mejor la situación que vive cual-quier persona amenazada por ETA ,y a ser conscientes de la necesidadde solidaridad que ha de llegarlesdesde cada uno de nosotro s .

E d o rta Martínez Fraile

El libro recoge el análisis delautor sobre la situación políti-ca que vive el País Vasco, e

intenta demostrar que es necesariobuscar soluciones y salidas a la crisisvasca desde un nuevo pacto basa-do en el diálogo y en la búsquedade consensos. Consta de tres par-tes, la primera de ellas bajo el título“La crisis vasca” contiene análisis ypropuestas políticas relativas a lasituación actual. En la segundaparte se hace un recorrido por lahistoria partiendo del intento dearreglo foral de 1839, el arreglofrustrado de 1876 hasta llegar a laactual Constitución de 1978. En latercera parte se recogen una seriede documentos (análisis jurídicos,intervenciones parlamentarias) delPartido Socialista de Euskadi referi-dos tanto a su posición ante el PlanIbarretxe y el Nuevo Estatuto pre-sentado por el Gobierno Va s c o ,como a la propuesta de “Más Esta-tuto” que defiende el PSE.Para el autor, ante la crisis vascaque tiene tendencia a agravarse yhacerse persistente en el tiempo, laúnica salida posible es un nuevopacto político. Desde su rechazoabsoluto al Plan Ibarretxe sostieneque no todo vale para oponerse almismo y que el único arreglo posi -

ble seguirá basándose en el pactointerno. Trata de analizar las condi-ciones para superar la crisis, losposibles términos y contenidos delos acuerdos, el punto de partida,los posibles puntos de encuentro yla necesidad de que cada parterenuncie a sus objetivos máximos yacepte fórmulas intermedias. Pero¿es posible un punto de acuerdocon tantas diferencias? Dependeráde la voluntad política y de la nece-sidad práctica derivada de la corre-lación de fuerzas. Tres ideas que me parecen intere-santes:Frente a la idea de buscar la solu-ción para el tema vasco, el autorsostiene que el problema vasco notiene una “solución” puntual y defi-nitiva, sino “arreglos”, acuerdosparciales, concretos y temporalescon mucha flexibilidad y posibilida-des de adaptación a los tiempos ycircunstancias y que lo más pareci-do a la solución es el manteniendoen el tiempo de la dinámica de“arreglos”.Otra idea interesante es la queconstata la gran dificultad queexiste para alcanzar un pacto políti-co sin acuerdo previo, expreso otácito, sobre la política contra elterrorismo entre los partidos vascos,

indicando que en un clima de con-fianza y lealtad el acuerdo podríaincluso consistir en reconocer eldesacuerdo y trabajar cada cualdesde sus posiciones con responsa-bilidad y lealtad.La tercera idea se refiere a que,siguiendo el camino del pacto ysobre una base de confianza y leal-tad entre las fuerzas políticas, parala concreción de un gran acuerdos o b re el autogobierno no seríaestrictamente necesario el fin defini-tivo y total del terrorismo. Conve-niente si pero no imprescindible. Loúnico imprescindible es el compro-miso entre todos con claridad pordebilitar el terrorismo e impedir quese vuelva a la situación de atenta-dos y la alteración política conse-cuente.Propone que para empezar a supe-rar la crisis actual y hacer posiblemañana un pacto político entre losvascos y entre los vascos y el restode los españoles, se empiece pordejar de hacer lo que dificulte eldiálogo, ir quitando piedras yhaciendo gestos para la distensión,rebajando la radicalidad en los dis-cursos, paralizando la dinámica derecursos judiciales… Es un comien-zo.

M.Inés Rodriguez

LA CRISIS VASCA. ENTRE LA RUPTURA Y EL DIALOGODirector: Eterio Ortega Santillana. Guión: Elías Querejeta. 85m. Documental.

Los testimonios de cada una de las personas que partici-paron en las III Jornadas de Solidaridad con las Víctimasse recogerán de forma íntegra en el próximo número de

Bake Hitzak. Palabras de Paz que saldrá a la luz pública antesde final de año. A todas ellas, muchísimas gracias por su tes-timonio.

Palabras Bake paz

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