"Notas sobre una expedición a Puerto Piojo" por Jeymer Gamboa

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Notas sobre una expedición a Puerto Piojo Jeymer Gamboa -- Hoy formé parte de una expedición. Nos juntamos un grupo de aproximadamente cincuenta personas frente al Riachuelo en las orillas de Caminito, en La Boca, frente al conocido puente de Avellaneda. Ese fue el punto de partida. Todos llegamos temprano y demasiado arropados para un clima que más bien fue caluroso. Los expedicionarios empezamos a desenfundar cámaras, libretas, mapas y grabadoras con el objetivo de documentar el recorrido que haríamos esa mañana hasta un lugar llamado Puerto Piojo. Ahí se encuentra la playa que en algún momento sirvió como lugar de descanso y recreación para los pobladores de la zona de Avellaneda, Dock Sud, Isla Maciel y otras localidades cercanas a la orilla del Riachuelo. Miembros del Club de Regatas de Almirante Brown (CRAB) han remado durante varios años, y en diferentes épocas, por las aguas de esta zona. Algunos de ellos son los encargados de guiar la expedición de esta mañana hasta un paraje que, desde hace mucho tiempo, es prácticamente inaccesible para la comunidad y sobre el que, de seguro, la mayoría de los habitantes de Buenos Aires desconoce su existencia. Los regateros visten camisetas del club (blanco con azul) y llevan banderas con sus distintivos. Sus voces son chillonas y manifiestan genuino entusiasmo para dar indicaciones, contar anécdotas o proporcionar información geográfica o histórica del lugar. Dos miembros del club y una documentalista, también

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Notas tomadas por Jeymer Gamboa durante una expedición a Puerto Piojo, la última playa de Buenos Aires, en la desembocadura del Riachuelo en Dock Sud.La Expedición formó parte del proyecto Expediciones a Puerto Piojo (www.expedicionesapuertopiojo.wordpress.com).Jeymer Gamboa es poeta y videoartista. http://www.jeymergamboa.com.ar/

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Notas sobre una expedicin a Puerto PiojoJeymer Gamboa

--Hoy form parte de una expedicin. Nos juntamos un grupo de aproximadamente cincuenta personas frente al Riachuelo en las orillas de Caminito, en La Boca, frente al conocido puente de Avellaneda. Ese fue el punto de partida. Todos llegamos temprano y demasiado arropados para un clima que ms bien fue caluroso. Los expedicionarios empezamos a desenfundar cmaras, libretas, mapas y grabadoras con el objetivo de documentar el recorrido que haramos esa maana hasta un lugar llamado Puerto Piojo. Ah se encuentra la playa que en algn momento sirvi como lugar de descanso y recreacin para los pobladores de la zona de Avellaneda, Dock Sud, Isla Maciel y otras localidades cercanas a la orilla del Riachuelo. Miembros del Club de Regatas de Almirante Brown (CRAB) han remado durante varios aos, y en diferentes pocas, por las aguas de esta zona. Algunos de ellos son los encargados de guiar la expedicin de esta maana hasta un paraje que, desde hace mucho tiempo, es prcticamente inaccesible para la comunidad y sobre el que, de seguro, la mayora de los habitantes de Buenos Aires desconoce su existencia. Los regateros visten camisetas del club (blanco con azul) y llevan banderas con sus distintivos. Sus voces son chillonas y manifiestan genuino entusiasmo para dar indicaciones, contar ancdotas o proporcionar informacin geogrfica o histrica del lugar. Dos miembros del club y una documentalista, tambin organizadora de la actividad, parten desde las aguas de Caminito en un bote de remos rumbo a Playa Piojo. El resto de la expedicin se trasladar en busetas y carros para encontrarse ms tarde con ellos. Es un trayecto corto, de unos pocos kilmetros, pero no exento de dificultades y restricciones. Algunas personas se anotaron en esta expedicin para cerciorarse de que Playa Piojo existe. --Yo soy un fantico de la regata, la fotografa y el cine. Giro mi cabeza, maravillado, para ver quin dice esto y, en el asiento de atrs de la buseta, veo a un hombre de setenta aos, menudo y risueo que conversa con otra compaera de viaje. Se llama Alfredo y es la memoria viva de la zona de Dock Sud y lugares aledaos. Es decir, de sus calles, sus antiguos bares de marineros y su paisaje de trnsito fluvial. Un decorado que se ha ido transformando con el tiempo, segn los cambios de las actividades econmicas y sociales del pas. Alfredo, el gua de este viaje por la zona del Riachuelo, conoce con detalle cada muro y calle del barrio. As lo demuestra cuando hacemos una parada en el terreno donde funcion la antigua sede del CRAB, ah ahora hay una cancha de ftbol5 y unas torres de apartamentos. Antes haba un galpn con techo a dos aguas, enfrente tena una rampa y un balcn, hecho todo de madera. Desde esa rampa bajbamos el bote al ro. Yo vine en el 70 a buscar mi bote de carrera. Yo corr con el boteM4. En esa poca Alfredo tambin alternaba el ejercicio de los remos con el de la fotografa y las filmaciones documentales, que l mismo se encargaba de revelar en su casa. De esos aos atesora un archivo con fotografas y pelculas de sper8 con recuerdos de sus compaeros del club durante las competencias o entrenamientos, pero tambin del paisaje de la zona y los vecinos que en ese entonces vivan por estos barrios o se acercaban los fines de semana a los llamados recreos para hacer picnic. Tengo una foto de mi abuelo l era gaitero en uno de los recreos que estaban aqu, esto antes era otra cosa, con muchos rboles. Durante el trayecto en la buseta, Alfredo describe otras imgenes: una foto del horizonte, con el petroqumico al fondo y un chico sosteniendo un bagre sobre una canoa. Hoy no traje la cmara, quiero estar tranquilo, son muchas emociones las que tengo al recorrer estos lugares donde antes hacamos regata. Pasamos al lado de uno de esos sitios, donde ahora hay una drsena en el Canal de Dock Sud con navos y mquinas de dragado. Antes era el espejo de agua donde tirbamos cancha. Hacamos 2000metros de cancha. Tirar cancha era medir el tiempo para una carrera. Iba una lancha al lado de nosotros y a veces tambin un auto donde alguien se encargaba de medir esos tiempos. En este canal tambin hacamos los ejercicios de entrenamiento. Tengo una carpeta con todos esos ejercicios y tambin con todos los programas y resultados de regatas. --Un amigo, quien que me invit a esta expedicin, me habl hace unas semanas de un poeta y letrista de tango llamado Hctor Pedro Blomberg. Desde entonces leo con entusiasmo sus poemas, crnicas periodsticas y escucho sus tangos, como La pulpera de Santa Luca. En el recorrido de hoy, al bajar por la Avenida Nicols Avellaneda hacia la ciudad de Dock Sud, me acord de los poemas de Blomberg: Las veladas del bar Garibaldi tenan

olor a sangre, a whisky, a espuma y a carbn;

all, cuando los hombres llegaban o partan,

sonaba de los mares la terrible cancin.

Dnde estarn aquellos rudos aventureros,

Ulises andrajosos que hablaban en ingls

de extraas Odiseas a bordo de veleros,

y de obscuras Iliadas hacia el Este de Suez?

Eran de Glasgow y Gnova, de Cdiz y el Pireo,

de Hamburgo y San Francisco, de Capetown y Bombay.

A veces, en la noche, parece que an los veo,

y escucho alguna historia que sucedi en Shanghai.

--Dejamos atrs la ribera portuaria de Dock Sud y encarrilamos hacia nuestro destino. Del lado izquierdo: mquinas excavadoras, camiones, galerones y estructuras de hierro de las areneras de la zona, con las que levantan sus pequeas cordilleras. Del lado derecho: gasolineras Shell, algunos tanques de combustible y cruces de carretera. Luego entramos en un camino de tierra. Del lado izquierdo: el polo petroqumico con sus enormes depsitos cilndricos, blancos y numerados y, un poco ms al fondo, la zona del puerto con sus gras rojas y los contenedores bien alineados rojos, verdes o blancos recortados contra el azul del cielo, completamente despejado. Del lado derecho: abundantes matorrales de ricino, algunos restos de chatarra y las fachadas de las casas y pulperas, con sus ladrillos anaranjados y perros echados enfrente, del barrio Villa Inflamable.--Llegamos a las instalaciones de Prefectura y bajamos de las busetas. Retomo una conversacin con Alfredo que haba quedado en el aire. Algo sobre la relacin entre la fotografa y las regatas. Para m son dos aficiones muy fuertes. Los miembros del club somos ms que amigos, somos hermanos inseparables y era muy importante tener recuerdos de toda esa poca, de esa camaradera, por eso siempre andaba con la cmara. El grupo de expedicionarios se amontona en la entrada, frente al prefecto que empieza a dar un efusivo saludo de bienvenida. Me despisto y salgo de nuevo al camino de tierra para tomar unas fotos. De la entrada de Villa Inflamable salen en una bicicleta dos chamacos, deben tener entre nueve y once aos, y vienen hacia donde estoy apuntando con la cmara. El que est sentado sobre la barra no abre la boca nunca, no saluda ni sonre. El que est sobre los pedales, con una camiseta de la Seleccin Argentina, es el que habla. Qu andan haciendo por aqu?. Le contesto que estamos buscando un lugar que se llama Puerto Piojo. Nosotros andamos buscando cobre me retruca el muchacho, sin darme tiempo para explicar mucho nuestra presencia en el lugar. Le pregunto cunto ganan por un kilo de cobre y me dice que 50pesos. Luego me seala un rollo de alambre que est encima de una pila de chatarra y carroceras oxidadas, como cascarones de insectos gigantes, rodeados de pasto y juncos. Me pregunta que si se lo pueden llevar y le digo que claro.--Desde Prefectura debemos seguir el recorrido a pie. El sol vertical de la una de la tarde me produce picazn en la coronilla de la cabeza. A medida que avanzamos, se hace ms notoria la presencia de vegetacin tupida y ms rboles, pero tambin empezamos a divisar llamativas estructuras de hierro y tuberas. Caminamos hasta la entrada de un muelle propanero, que es el lugar por donde debemos acceder a Puerto Piojo y, de ah, a la playa, ms o menos a un kilmetro de distancia. En la entrada de ese muelle nos enteramos de que, por una descoordinacin interna de Prefectura, no estn aprobados todos los permisos para acceder a la playa. Los organizadores de la actividad y miembros del CRAB tratan de remediar la situacin, aunque no fue un error de ellos. No hay forma, la burocracia no cede. De todas formas, nos permiten entrar a Puerto Piojo, pero no podremos ir hasta la playa y, adems, dejan en claro que no se puede tomar fotografas. Las cmaras los inquietan mucho. Esto no desanima al grupo. Caminamos al lado de una plataforma donde hay barcos propaneros y todo tipo de utilera e infraestructura nutica de gran escala. Hay muchos carteles con advertencias de no fumar ni usar los celulares. Estamos en una zona privada y, al parecer, hay mucho recelo con las visitas ajenas a la compaa que distribuye el gas propano. --En Puerto Piojo divisamos en toda su amplitud el Ro de la Plata. El sol es radiante y centellea sobre la superficie del agua. Me paro en el borde de una rampa, al lado de montacargas amarillo. Al fondo se ve una porcin de tierra con edificios industriales y una chimenea con su sombrero de humo. Por el lado izquierdo, a lo lejos, aparece el bote que despedimos en La Boca. Vemos a sus tripulantes mover los remos con tranquilidad, pero sin perder el ritmo de brazos y piernas que se flexionan, sincronizados, para propulsar el bote y acercarse de a poco hacia la orilla donde estamos; vienen escoltados por una lancha de Prefectura que se mantiene distante. Saludamos a los regateros e intercambiamos experiencias. Los expedicionarios terrestres aprovechan para descansar, tomar mate y comer una cremona. Otros sacan fotos solapadas o dibujan croquis. Entre los comentarios de la gente, escucho que alguien dice: la playa de Puerto Piojo la dragaron y la convirtieron en un muelle propanero; en caso de siniestro, la explosin es lejos. Luego pregunto sobre esta informacin y alguien me comenta que eso es cierto, pero que la playa se volvi a formar cerca de ese muelle. Piojos Beach, como le dice Alfredo, resiste. --En Puerto Piojo hay buques, sogas marineras, boyas negras apiladas frente al ro, tubos metlicos que se extienden paralelos a la calle, una rampa con un montacargas amarillo, un paisaje industrial frente al Ro de la Plata, matorrales de ricino y un camino de tierra que va hacia la playa. --El bote con sus tres tripulantes sigue su ruta. Los que venimos por tierra, regresamos por donde venimos. Al pasar otra vez en la buseta por Dock Sud, Alfredo recuerda la carbonera que funcionaba antes en ese lugar, que era adonde llegaban antes los barcos carboneros de Inglaterra. Al subir por la Avenida Avellaneda (debajo fluye entubado y silencioso el riachuelo Maciel), Alfredo seala hacia un costado un punto preciso. Ah donde nosotros vemos los cientos de contenedores bien alineados rojos, verdes o blancos, l ve grandes e irregulares montaas de carbn. --Estamos de regreso en el punto de partida. Ayudamos a subir el bote por la rampa de Caminito y lo ponemos a escurrir. Nos tomamos las respectivas fotos de grupo expedicionario y el grupo se empieza a disolver con saludos de despedida y los ltimos comentarios sobre el viaje. De ah acompao a los organizadores, de la Oficina Proyectista, y otros amigos a comer en una pizzera de La Boca. Durante el almuerzo seguimos conversando sobre lo que hicimos durante el da, vemos fotos y videos que documentan la existencia de la playa de Puerto Piojo. Hay promesas de hacer la segunda parte de la expedicin y alzamos nuestros vasos de moscato por eso.