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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA URGENCIAS EN EL ANCIANO 1 Nº 12 - Junio 2008 ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA www.amegmadrid.org La prevención de la dependencia La prevención de la dependencia desde el punto de vista de los mayores Seguimiento del mayor polimedicado El anciano hospitalizado La dependencia en el anciano institucionalizado

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

URGENCIAS EN EL ANCIANO 1

Nº 12 - Junio 2008 ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA

www.amegmadrid.org

La prevención de la dependencia

La prevenciónde la dependenciadesde el punto de vista de los mayores

Seguimiento del mayorpolimedicado

El ancianohospitalizado

La dependenciaen el anciano institucionalizado

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SUMARIOAMEGREVISTA DE

ENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

Núm. 12Junio 2008

ASOCIACIÓN MADRILEÑA

DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA

www.amegmadrid.org

CONSEJO DE REDACCIÓNPRESIDENTE

Eduardo Seyller

DIRECTORA

Carmen Berenguer

REDACCIÓN

Eduardo SeyllerManuel Gil

Mª Teresa RodríguezCristina FernándezLuis Miguel Novillo

Marilia NicolásAntonio Peñafiel

Juan Manuel CuñarroElias Martín

DISTRIBUCIÓN:

En todos los centros de la Comunidad de Madrid

y este número, en algunos deMéxico, Colombia, Chile y Argentina

EDITA:ASOCIACIÓN MADRILEÑA

DE ENFERMERIA GERONTOLÓGICA

Colegio de Enfermería de MadridAvda. de Menéndez Pelayo, 93

28007 MadridTel./Fax 91 501 73 61

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El criterio que publicamos en los distintos artículos deeste informativo es de exclusiva responsabilidad de susautores y no expresan necesariamente la opinión quepueda tener la Dirección y el Editor.

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06 FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMAALFONSO LÓPEZ PULIDO

27 LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORESEDUARDO RODRÍGUEZ ROVIRA

42 PROGRAMA DE SEGUIMIENTO DEL MAYOR POLIMEDICADO EN ATENCIÓN PRIMARIAFLORA ESPEJO MATORRALES

50 EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO: UNA REFLEXIÓN ENFERMERAPATRICIA LATORRE MARCO

76 PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO INSTITUCIONALIZADOLORENA MONTEALEGRE INIESTA

79 ¿SE PUEDE ENVEJECER CON HUMOR? BEGOÑA CARBELO BAQUERO

84 TALLER MAYORES LECTORES: UNA INICIATIVA PARA PREVENIR LA DEPENDENCIALOLES DÍAZ ALEDO

92 PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN MAYORES: VI JORNADA AMEG CONCLUSIONES

93 EVALUACIÓN DE LA JORNADA AMEGMARILIA NICOLÁS DUEÑAS

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 20084

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La Revista de Enfermería Gerontológica es un

medio de comunicación profesional entre los aso-

ciados de la Asociación Madrileña de Enfermería

Gerontológica y publica los trabajos relacionados

con la profesión que su consejo de redacción con-

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ción de la Asociación en Avenida de Menéndez

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ción de correo electrónico:

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ción continuada, Actualidad científica, Gerontología

y sociedad, Gestión y recursos para nuestros mayo-

res y Tablón de anuncios.

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no deben haberse presentado simultáneamente a

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cación de revistas biomédicas de Vancouver.

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pasará a ser propiedad de la ASOCIACIÓN MADRI-

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

EDITORIAL 5

El día 6 de marzo de 2008 secelebró la VI Jornada de la Asocia-ción Madrileña de Enfermería Geron-tológica. Por sexto año consecutivo,la AMEG reunió a cerca de 250 pro-fesionales de la salud, sobre todoenfermeros y auxiliares de enfer-mería, interesados en la mejora de lacalidad de los cuidados a personasmayores.

Bajo el lema de PREVENCIÓNDE LA DEPENDENCIA, la jornadatuvo como escenario la Residencia dePersonas Mayores de la Comunidadde Madrid Doctor González Bueno.

Lo que ha sido un logro para lahumanidad: alcanzar más años devida, a partir de la mejora general dela salud de la población, no puedeconvertirse en un problema. Ladependencia en edades avanzadasse está convirtiendo en el problema ycentro de atención de todos los siste-mas políticos, sociales y científicos;la razón es que la dependencia escausa de deterioro de la calidad devida individual, familiar y económicay social.

La clave para prevenir la depen-dencia en edades avanzadas esmantener hábitos de vida saludablesdurante toda la vida. La mala noticiaes que la prevención de la depen-dencia tiene que ser un esfuerzo detodos, continuo, coordinado y res-ponsable. La buena noticia es quenunca es tarde para adoptar hábitosde vida más saludables.

Pero, ¿cómo convencer a lapoblación de que el esfuerzo perso-nal es imprescindible? Y ¿cómo coor-dinar a los distintos profesionalessociales, sanitarios y otros paraalcanzar objetivos de prevención dela dependencia?. La responsabilidad

de los profesionales de la salud es irdando pasos para alcanzar la meta.

Como presidenta de la Jornada,desde el primer momento, cuandonos fue encomendada la organiza-ción, junto con Carmen Berenguer,tesorera de AMEG, por la Junta Direc-tiva de nuestra asociación, pensé enque el tema de esta VI Jornada teníaque reunir a enfermeros de los dossistemas, sanitario y socio sanitario,puesto que los objetivos profesiona-les son coincidentes y las preocupa-ciones por los problemas de la aten-ción a mayores son similares. Segui-mos hablando de continuidad en laatención, de comunicación y coordi-nación entre el sistema sanitario y elsocio sanitario, pero en la realidadson pocos los avances que se hanhecho y escasos los esfuerzos porparte de la Administración.

En esta Jornada anual de laAMEG hemos querido prestar aten-ción a este importante tema de laDependencia en la vejez, pero desdela perspectiva de la Prevención. Losprofesionales del equipo de enfer-mería tenemos una gran responsabi-lidad como educadores y como pro-motores de una vida saludable entodos los ámbitos de trabajo.

Las personas no deberíanesperar a estar enfermos, o depen-dientes o ingresados en una institu-ción para recibir atención preventiva;se necesita un cambio de mentali-dad; todas las actuaciones de los sis-temas sanitario y social, en todas lassituaciones, de salud o enfermedad,deberían incorporar intervencionesde prevención.

Esta Jornada ha sido un foro dereflexión y de debate sobre aporta-ciones a la prevención de la depen-

dencia para conseguir una longevi-dad de calidad.

Los objetivos de la actividadfueron: reflexionar sobre las clavesde la prevención desde la perspecti-va de los propios mayores, conocerprogramas específicos de prevenciónen Atención Primaria, debatir acercade las posibilidades de reducir elriesgo de dependencia en mayoreshospitalizados, revisar las interven-ciones enfermeras que pueden mejo-rar la dependencia en institucionesresidenciales y en centros de díagerontológicos. Así mismo, se trabajósobre la evidencia científica delpapel del humor en la salud y en loscuidadores y se presentó un Progra-ma de Lectura de Mayores, y su fun-ción como instrumento terapéuticopara la prevención de la dependen-cia, tanto física como cognitiva.

De momento, el primer paso essacar a la luz aquellas estrategias queestán dando ya resultados positivos. Yesto es lo que intentamos hacer.

A pesar de que no se pudierontratar todos los temas importantes,por razones de limitación de tiempo,esta VI Jornada de la AsociaciónMadrileña de Enfermería Gerontoló-gica volvió a demostrar una vez másque persiste el interés en los equiposde enfermería por avanzar y mejorarlos cuidados a los mayores.

La calidad de las ponencias y laparticipación de los asistentes nosllenó de satisfacción y también deesperanza en construir un mundomejor para la salud y la calidad devida de los más mayores. En estenúmero de la revista AMEG se pre-sentan las conferencias de losponentes invitados para que ustedespuedan juzgarlo.

EDITORIAL

Prevención de la dependenciaMarilia Nicolás DueñasPresidenta de la VI Jornada AMEGProfesora de la Escuela de Enfermería. Puerta de Hierro. CAM-UAM

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 20086

Alfonso López PulidoDoctor en Historia. Universidad Complutense de Madrid

Licenciado en Filosofía y Letras. Universidad de ValladolidProfesor Invitado de la Universidad Carlos III de Madrid

Profesor de Enseñanza Secundaria

El concepto de ancianidad en la antiguaRoma, sufrió una clara mutación a lo largo

de los tiempos. Esta evolución no sólo se debió a los propios cambios que el paso

del tiempo impuso, sino también a que las consideraciones biológicas

y sociales fueron influidas, de una manerapoderosa, por cuestiones de tipo político:tras la instauración del principado como

fórmula de ejercicio del poder, la máximaautoridad ya no reside únicamente

en el Senado —integrado en los primerostiempos por los de mayor edad,

de ahí su nombre, que deriva de senex, el anciano—, puesto que surge la figura

del princeps —el emperador—, cuya edad no constituye

un elemento determinante.

IntroducciónLos ancianos, en la antigua Roma, tuvie-

ron un papel importante, sobre todo en la vidapolítica y social —gracias a los privilegios queles otorgaba el derecho romano— y en losámbitos culturales —merced a los modelos dela literatura y la filosofía griegas—. Si bien espreciso señalar que, en el caso que nos ocu-pa, importancia no ha de significar necesaria-mente ventaja o preferencia, sino más bienpresencia, puesto que los romanos dedicaronmucha atención al anciano, pero ésta fue, porlo general, negativa, de lo cual se hacen bas-tante eco los escritores de la época, aunquehubo opiniones y posturas dispares. Además,esta atención se debió a que se planteó el pro-blema de la senectud en todos sus aspectos —médico, psicológico, demográfico, político y

Fragmentos literariossobre la

Ancianidad en Roma

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 7

social—, por lo que nos encontramos con elprimer momento histórico en el que la ancia-nidad tuvo un tratamiento verdaderamentesignificativo. Algunos investigadores del pasa-do siglo, señalan que ello está relacionadocon que el anciano tenía un peso demográficoimportante en el Imperio romano, conociéndo-se, a partir del siglo II d.C., un proceso deenvejecimiento, sobre todo en Italia, que pue-de extrapolarse, en cierto modo, al que expe-rimentamos en el Occidente contemporáneo.Esta situación, habría dado lugar a que, en elcampo relativo a las decisiones y la mentali-dad, los ancianos ejerciesen un papel notable(MINOIS, 2001:34-39).

La importancia concedida a la anciani-dad, también se encuentra presente en la mis-ma concepción que se tiene del historiador —scriptor rerum—: desde Fabio Píctor (s. III a.C.)se consideraba que el historiador romano eraaquél que, tras una carrera militar y política,dedicaba el ocio de su edad madura y de suvejez a instruir a los demás con los ejemplosdel pasado (ANDRÉ y HUS, 2005: 91), es decir, sededicaban los años de la senectud (BIELER, 1987:

110), recogiendo en cierto modo las ideas dePlatón, a la producción intelectual y a la inves-tigación sobre el pasado: la edad provecta erala de la fecundidad de la mente y del espíritu.Ejemplos de esto los encontramos en Sem-pronio Asellio (ss. II y I a.C.), Salustio (s. I a.C.)y en Tácito (ss. I y II d.C.): «[...] reservo para mivejez el principado del divino Nerva y el gobier-no de Trajano.»; I, 6, 1: «[...] Galba es un viejoinválido, pero un espíritu lúcido.», (Historias, I, 1, 6)

En las páginas siguientes, vamos aenmarcar nuestro estudio en el período com-prendido entre finales del siglo III a.C. y el sigloIV d.C., época en la que se sitúan las produc-ciones literarias de los autores escogidos,cuya visión directa vamos a plasmar, abrire-mos una ventana a la Roma antigua y sus pro-tagonistas nos hablarán de la senectud.

I. EL TEMOR A LOS ANCIANOS: LA RIDICULIZACIÓN LITERARIA

Desde los primeros tiempos, los ancia-nos, a los que se les consideraba como pose-edores de un don divino y de una gran sabi-duría, detentaron en las estructuras sociales

de las civilizacionesprimitivas una posi-ción preeminente.

En la antiguaRoma observamos,en un principio, unaactitud positiva, pues-to que la propia len-gua latina se encargóde establecer la digni-dad de la ancianidad,ya que mostró espe-cial esmero en consi-derar la vejez humanade forma distinta a lade los animales ycosas: mientras que,en español, el adjetivo viejo sirve para designara las personas, los animales y las cosas, el latíndistingue, para que no haya ningún tipo deduda, entre senex para personas, vetulus paraanimales y plantas y vetus para cosas, lo cualda idea de que, al distinguir los significantes, seestá reflejando la dignidad de los significados yde los designados (LÓPEZ MOREDA, 2003:74)

El prestigio de la ancianidad en los prime-ros tiempos de la historia de Roma, procedíadel poder y la autoridad que ejercían los patres,es decir, los pater familias y que se materializó,desde el punto de vista político, en la institucióndel Senado: la República romana confiaba en laedad avanzada y no así en la juventud y, porello, este amplio período está repleto de gober-nantes de bastante edad que, en difíciles situa-ciones, recibieron plenos poderes:

«Camilo fue llamado al sexto tribunado, pero lo rehu-

saba porque ya estaba muy avanzado de edad —corría

el año 381 a.C. y ya tenía sesenta y seis años— [...] y

estaba enfermo. [...] Regresó con muchos despojos a

Roma, demostrando que fueron más inteligentes que

nadie quienes no se dejaron llevar por el miedo a la

debilidad y vejez de un caudillo con experiencia y valor

[...] y lo prefirieron a los jóvenes que pedían y estaban

ansiosos por el mando. [...]Por decisión unánime eli-

gieron dictador a Camilo. Éste era bastante viejo; le

faltaba poco para cumplir los ochenta años. Pero com-

prendiendo la necesidad y el peligro, no puso ningún

reparo, sino que al instante aceptó el mando [...] La

muerte le llegó a Camilo en su momento oportuno —a

los ochenta y dos años—, tanto por edad como por

realización de su vida y afligió a los romanos [...].» (PLU-

TARCO, Vidas paralelas. Camilo, 37, 1-43, 2.).

Marcus Claudius Tacitus(ss. I y II d.C.)

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 20088

En estas circuns-tancias, no es deextrañar que la épocarepublicana pueda serconsiderada como laedad de oro de laancianidad, puestoque la senectud dictala ley tanto en la fami-lia como en el Estado,concentrando riquezay autoridad.

El pater familiasconstituía el cabezade familia, el miem-bro masculino demás edad, que, en

muchas ocasiones, era de avanzada edad yposeía el poder absoluto sobre toda la familia,siendo su autoridad ilimitada y llevando acabo acciones de tipo judicial entre sus miem-bros, entre ellas la condena a muerte.

Estos poderes considerables de los paterfamilias durante la República explican el lugaresencial que ocupan los ancianos en la socie-dad, pero a la par, son el semillero que engen-dra verdaderos odios hacia los provectos queno acaban de morir. Así, a medida que avan-zan en edad, ven aumentar su familia y susbienes y crecer su poder, que es conservadosin merma hasta su muerte. Ello dio lugar a unexacerbado conflicto generacional, puestoque los hijos están sometidos a su padreanciano hasta una edad relativamente avan-zada —los cuarenta, los cincuenta años—, enuna situación de minoría de edad, hasta quesu progenitor fallece. Estos conflictos hallaránsu expresión a través de la comedia romana,que criticó a los ancianos que poseían esepoder absoluto y dominaban a sus familiasmediante el terror, pudiéndose indicar, sinlugar a dudas, que el tema de la pugna entrepadre e hijo no ocupa un lugar semejante enninguna otra literatura. Se trató siempre de unmotivo atractivo para los espectadores el delanciano odioso y engañado por sus hijos,desesperados por tener que obedecer a suviejo y tiránico padre y que encontraban en laburla y el engaño su único alivio, ya que larebelión abierta o incluso el resentimiento porparte de los jóvenes contra este sistema erademasiado arriesgado: habría podido provo-

car la condena a muerte del atrevido hijo porparte del juez con poder ilimitado, el paterfamilias. De ahí que se emplee la escena tea-tral para expresar los sentimientos reprimidoscontra los omnipotentes cabezas de familia.Ello nos lleva a afirmar que un análisis porme-norizado sobre los ancianos y sus relacionescon los jóvenes en la escena romana, puedeconstituir una fuente de información bastantefiable para comprender la opinión que los anti-guos romanos tenían sobre la senectud (MINOIS,

2001:42-43).

Son innumerables los fragmentos de laliteratura de la Roma republicana, sobre todoen torno al siglo II a.C., consagrados a estetema y que rezuman agrios ataques contra losancianos, de los que se toma venganza sobreel escenario y a los que se les ridiculizamediante toda clase de epítetos.

Fue el comediógrafo Plauto (254-184a.C.) el que quizá mejor represente estas dia-tribas contra los ancianos, puesto que, en casitodas sus obras, aparece un personaje-tipo dela comedia, el del padre severo, libertino,temido, pero burlado en la acción. Es llamati-va esta cuestión, pues Cicerón, en su obraSobre de la vejez (XIV, 50), señalaba que pre-cisamente Plauto había compuesto dos de susmejores obras, el Pseudolus y el Truculentus,representadas en el 191 a.C., cuando ya cami-naba por la ancianidad, puesto que tenía másde sesenta años.

Veamos algunos de los ejemplos másimportantes. Así, en Casina se observa cómoel hijo debe someterse a su anciano padre —Lisídamo—, enamorado de una joven esclava,y éste es engañado por su esposa —Cleústra-ta— y sus esclavos, que se burlan de él:

«Cleústrata.- ¡Eh, tú, pelanas, moscón canoso,

apenas me puedo contener de decirte todo lo que

te mereces, ir por las calles a tu edad, apestando a

perfume, viejo calavera! [...] Sé que no hay otro vie-

jo más calavera que tú. ¿De dónde vienes, tunante,

dónde has estado, por dónde has ido de bureo,

dónde has estado bebiendo? ¡Traes una curda,

demonio! ¡Fíjate, fíjate cómo está el capotillo de

arrugado! (239-247).

«Lisímaco.- Estoy comido de vergüenza, no sé

qué partido tomar ni cómo voy a presentarme a la

vista de mi mujer, estoy perdido; toda mi ignominia

ha quedado al descubierto, desgraciado de mí,

estoy del todo perdido; me han cogido in fraganti,

Comedias de Plauto

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 9

no sé cómo me voy a poder disculpar ante mi

mujer, me he quedado sin mi capa, pobre de mí,

con esas bodas clandestinas. Voy a buscar a mi

mujer dentro y pondré mis espaldas a su disposi-

ción por la ofensa que le hecho. ¿Hay aquí quizá

alguien que quiera ponerse en lugar mío? No sé

realmente qué hacer, como no sea que imite a los

esclavos que han cometido alguna fechoría y coja y

me marche de casa: porque si vuelvo a casa, ¡ay de

mis costillas! ¿Encima viene éste ahora con esas

pamplinas? , diréis; ¡caray!, es que no tengo ganas

de recibir palos, aunque merecidos me los tengo.

Echaré piernas por aquí y me daré a la fuga.

«Cleústrata.- ¡Eh, alto ahí, viejo verde! (939-

960).»

En la Asinaria —La comedia de losasnos—, de nuevo aparece el padre anciano ylibidinoso —Deméneto—, el hijo —Argiripo— y lamujer dominante —Artemona—:

«Artemona.- Por favor, ¿dices que mi marido

está ahí de copeo con mi hijo y que le han dado a

la fulana veinte minas y que el padre comete una

desvergüenza tal a sabiendas de su hijo? [...] Es el

más pillo de todos los mortales, un borracho, un

donnadie, un libertino que no puede ver a su mujer

ni en pintura. [...] ¡Mira que ponerse de copeo con

el hijo y repartirse con él la amiga, el viejo ese

decrépito que se dedica a corretear por locales de

mala fama. (850-868) [...] Te juro, Deméneto, que

vas a cenar hoy el castigo que te mereces.

«Deméneto.- Mala noche me espera: mi mujer

me condena y me lleva a casa. (937-938) [...]

«EL CORO DE ACTORES.- Este viejo, al no querer

privarse de nada a espaldas de su mujer, no hizo nin-

guna cosa nueva ni rara, sino ni más ni menos que lo

que hacen todos. Ni hay tampoco nadie de condición

tan dura ni de ánimo tan firme, que renuncie a darse

gusto, si se le presenta la ocasión. Ahora, si queréis

interceder para que el viejo no reciba una paliza,

esperamos que lo podréis conseguir si nos dais un

sonoro aplauso. (942-946).»

En la Aulularia —Comedia de la olla,transformada por Moliere, en el siglo XVII, enEl avaro—, se nos presenta la historia de unviejo avaro —Euclión— que encuentra un teso-ro y, debido al miedo que tiene a perderlo, loacaba extraviando en la realidad. En esta obrase critica la avaricia, considerada como otrode los defectos paradigmáticos de la vejez,algo que ya señaló Aristóteles (Retórica, II, 14-

15, 1389 a) y volvió a indicar Terencio (Adelp-hoe, vv. 832-836). En la Aulularia, se le repro-cha al pater familias que, como único propie-tario de todos los bienes de la familia, losmaneje a su capricho hasta su muerte y nopermita que sus hijos tengan lo necesariopara satisfacer sus propias necesidades,sobre todo con las muchachas. La comediales enseñará cómo poder sacar, con maña, lascantidades queridas engañando al viejo padre(GONZÁLEZ-HABA, 2000:36).

Para no extendernos en exceso con lasmuestras de Plauto, señalemos únicamenteotros muchos ejemplos en su obra: la ridiculi-zación de los ancianos Perífanes y Apédices,en Epídico o la crítica y el engaño a los ancia-nos a través de Teoprópides y Simón de laMostelaria; la rivalidad de los ancianosDemifón y Lisímaco con los amores de sushijos en El mercader; las escenas de humorde Nicobulo y Filóxero en las Báquides o lajovialidad de Periplectómeno en El soldadofanfarrón, en el que, de una forma llamativa,este buen anciano lo que representa, en reali-dad es el negativo del senecto común, al quese vuelve a criticar con virulencia.

Y, para finalizar con el comediógrafo,citemos una de sus frases: «La agilidad meabandona, estoy surcado por la vejez, mi cuer-po se pliega bajo el peso de los años» (Los dosMenecmos, 757), la cual nos sirve para citaral lingüista y estudioso Varrón, que, emplean-do un tópico recurrente en la literatura latina,especialmente cuando se compara el declivede la ancianidad con la lozanía de la juventud,nos dice: «A quien viste hermoso cuando eraniño, ahora, en la vejez, lo ves deforme»

(VARRÓN, Lingua Latina, V, 3).

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200810

A pesar de todo, estos testimoniosarquetípicos tienen una justificación demográ-fica, dado que en la época hubo un mayornúmero de ancianos entre los hombres queentre las mujeres: el doble de hombres que demujeres con más de sesenta años, debidofundamentalmente a los partos. De ahí partela explicación de que no sean habituales lospersonajes femeninos de edad avanzada en laliteratura y sí la presencia de viudos, despren-diéndose de esto último el que fuese muy ele-vado el número de matrimonios entre un hom-bre anciano y una mujer joven, o al menos lagran diferencia de edad que hay entre losesposos, por lo que son escasas las parejasde ancianos que envejecen juntos. Teniendoen cuenta esto, nos es más fácil comprenderque una buena parte de la comedia latina se

base en el tipo literario del viejo libidinosoenamorado de la misma mujer que su hijo o eldel anciano casado con una joven mujer quele engaña con amantes, así como que losespectadores de Plauto y Terencio reconocie-sen en la escena una situación tanto máspicante por lo habitual.

Esta constante presencia de provectosen la literatura, revela la importancia del pro-blema social que constituye la vejez a comien-zos del siglo II a.C.: el anciano todopoderosoes detestado y en muchas familias se esperasu muerte con impaciencia, pues será unaliberación para todos (MINOIS, 2001:39 y 56). Esteaspecto es el que Terencio (190-159 a.C.)escenifica en Adelphoe, si bien el punto de vis-ta y la forma de tratarlo son distintos a losempleados por Plauto, lo cual se debe a que

tuvo la suerte de formarse en un medio dearistócratas cultos, que son, precisamente,para los que escribe sus comedias, muchísi-mo más delicadas, más sentimentales y tam-bién más moralizantes. La vejez es vista deotra forma: al mostrar a los padres como másindulgentes, los ancianos son mucho menosnumerosos, pero menos caricaturizados. Ellono obsta para que volvamos a encontrarnoscon el problema del enfrentamiento entregeneraciones, como se nos muestra en elHeautontimorumenos —El atormentador de símismo—, en el que dos ancianos, Menedemoy Cremes, tienen problemas con sus respecti-vos hijos. Adelphoe se centra en torno al arduoproblema de la educación de dos hermanos,en un caso liberal, en otro rígida. Así, Demea yMición son dos ancianos hermanos de talantemuy diferente: el primero es el severo y preo-cupado padre de dos hijos, Esquino y Ctesi-fonte; el segundo, un solterón libertino y jovial,que ha adoptado a uno de sus sobrinos,Esquino, al que educa de forma condescen-diente, para ganarse así el amor filial del quecarece, mientras que Ctesifonte recibe unasevera educación por parte de Demea, que esdesgraciado: se da cuenta de que los que lerodean sólo esperan su muerte, por lo que nose siente amado y sufre por ello:

«[...] a mí, en cambio, quizá me desean que

muera. [...] Yo también quiero ser amado y estima-

do por los míos. Si esto se consigue con dádivas y

complacencias, no me quedaré atrás. ¿Y si llega a

faltar el dinero? No me importa nada, pues ya soy

muy viejo.»(876-884).

Valiéndose del dolor de este personaje,patético en el fondo, es probable que Terencioquisiera aconsejar a los ancianos de su época,darles una lección de mansedumbre. Pero noexagera los rasgos, intenta mostrarse imparcial:

«[...] con los años somos más cuerdos para

todo lo demás: una sola falta le trae la vejez a los

hombres: todos nos preocupamos del dinero más

de lo necesario; esto lo despertará en ellos el paso

del tiempo.» (832-836).

Vemos como la forma difiere de la dePlauto, pero no así la realidad social que estáen la base de estas comedias: la crítica de laomnipotencia de los padres entrados en años(POCIÑA, 1986:45).

En la época hubo un mayor número de ancianos entre los hombresque entre las mujeres: el doble de hombres que de mujeres conmás de sesenta años, debido fundamentalmente a los partos. De ahí parte la explicación de que no sean habituales lospersonajes femeninos de edad avanzada en la literatura y sí lapresencia de viudos, desprendiéndose de esto último el que fuesemuy elevado el número de matrimonios entre un hombre anciano yuna mujer joven, o al menos la gran diferencia de edad que hayentre los esposos, por lo que son escasas las parejas de ancianosque envejecen juntos.

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 11

En la misma línea de Plauto, Terencio yVarrón, se situaron los llamados por Cicerónpoetæ novi o neotéricos, herederos de lospoetas alejandrinos, con elevadas dosis deindividualismo y de reflexión personal, querecogieron el sentir griego, bastante pesimis-ta, respecto de la realidad de la vejez y la pro-ximidad de la muerte (ARCAZ POZO, 2000:12). Poe-tas como Catulo, Helvio Cinna, Calvo, QuintoCornificio y Cecilio, cuando, en sus poemas,mencionaron a la senectud, lo hicieron de for-ma descarnada, burlándose de ella, porqueaún, a mediados del siglo I a.C., la ancianidadsigue representando la censura moral y esconsiderada por estos jóvenes como el ejem-plo de incapacidad para el placer, para elamor y de la envidia más abyecta:

«¡Vivamos, Lesbia mía, y amemos, y todos los

rumores de los viejos, demasiado severos, valoré-

moslos en un solo as.»; «[...] viejos velludos que no

pueden menear sus pesados lomos.»; «[...] A cier-

to paisano mío quiero que desde tu puente vaya

precipitado al lodo de cabeza y de pies, pero preci-

samente por donde el abismo es más negro y,

sobre todo, profundo de todo el río y de todo el

estanque pestilente. [...] Se trata de un hombre vie-

jo, muy sin gracia y sin más discreción que la de un

niño de dos años [...]. Éste, aunque está casado

con una joven en la flor más tierna de la vida, esto

es, una niña más delicada que un tierno cabritillo

[...] para él no vale un comino, ni la atiende, ni se

levanta de su rincón, sino que se queda echado [...]

Así es este viejo y estúpido paisano mío que ni ve

nada, ni oye nada, ni sabe tampoco quién es él mis-

mo, ni si existe o no existe.». (CATULO, Poemas, 5, 1-

2; 16,11; 17, 9-12 y 14-24).

Si pasamos a considerar a las mujeresde edad, destaca la figura de la mater fami-lias, que, aunque permanecía en un segundolugar, gozaba de la simpatía y tolerancia de laprole. En realidad, no disfruta de más dere-chos que sus hijas, pero posee una gran auto-ridad puesto que, en la práctica, ella es la quemanda en la casa. Aunque la comedia la pre-senta a veces como una persona desabrida,asimismo se le da un carácter más razonableque su marido, cuyas pasiones ella ridiculiza(GONZÁLEZ-HABA, 2000:73).

Los autores y el público sienten más sim-patía por ella, que se burla del pater familias

en connivencia con sus hijos y sus esclavos, yque también está sometida por la ley al tiranodoméstico, por lo que es manifiesto que com-parte en muchos casos el resentimiento fami-liar hacia su esposo. Su influencia no es des-deñable, hasta el punto que se ha podidodecir que la República obedecía a los senado-res y que los senadores obedecían a sus muje-res (MINOIS, 2001:40-41).

Si el viejo pater familias es temido y odia-do, la mujer de edad tiene un destino másoscuro y, además, la anciana sola es abando-nada y despreciada, siendo extrema la cruel-dad en lo relativo a su fealdad física, ya que, alser el cuerpo femenino el símbolo de bellezadurante la juventud, este mismo se convertíaen el emblema de la decrepitud absoluta en lavejez, un verdadero insulto para los sentidos,sobre todo cuando la mujer se obstina en que-rer inspirar amor.

A pesar de no ser el único pero sí el máscruel, el poeta Horacio, aunque hablaremossobre él más adelante, mostró su rechazo con-tra las ancianas en sus Épodos, donde llega aperder la ponderación y cae en la vulgaridadmás indecente, con un lenguaje que pasa decrudo a soez:

«¿Te preguntas, hedionda, cargada de años, /

qué es lo que inhibe mi virilidad / cuando tienes

negros los dientes / y tu vieja decrepitud surca tu

frente de arrugas / y tu asqueroso ano abre su boca

entre dos secas nalgas? ¡Claro!; me excitan tu pecho

y tus apergaminadas tetas, / parecidas a ubres de

yegua, / y tu vientre flácido y tus flacos muslos /

pegados a unas hinchadas piernas; «[...] Cojamos al

vuelo la oportunidad que nos brinda el hoy / y, mien-

tras nuestras rodillas tienen el vigor y es pertinente,

disípese de nuestra frente el fruncimiento de la

vejez.». (HORACIO, Épodos, VIII, 1-9; XIII, 4-6)

Además, en la plautina Aulularia —Come-dia de la olla—, también observamos el despre-cio de los ancianos hacia las mujeres de edad:

EUCLIÓN.- ¡Te pego desgraciada para que lo

seas de verdad y para que lleves una vejez tal

como te la mereces de mala que eres. (40-42) [...]

¡Mira cómo rezonga para sus adentros, la maldita!

Los ojos te voy a sacar, malvada, para que no pue-

das andar espiando lo que hago. Te juro que si te

mueves de ahí ni un dedo ni una uña o si vuelves

la cara para acá antes de que yo te lo ordene, en la

horca vas a acabar, a ver si así aprendes. No he vis-

Si pasamos aconsiderar a lasmujeres de edad,destaca la figura dela mater familias, que, aunquepermanecía en un segundo lugar,gozaba de lasimpatía y toleranciade la prole. En realidad, no disfruta de másderechos que sushijas, pero posee unagran autoridad puesto que, en la práctica, ella esla que manda en lacasa. Aunque lacomedia la presenta a veces como una personadesabrida, asimismose le da un carácter más razonable quesu marido, cuyaspasiones ellaridiculiza

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200812

to en mi vida una vieja más mala que ésta. ¡Menu-

do miedo le tengo!, de que se las arregle para

engañarme si me descuido y que se huela dónde

está escondido el oro; en la nuca tiene también

ojos, la maldita. (52-66)

Sin embargo, a pesar de todo lo expuesto,existe una creación artística original de Roma,el retrato, que fue un paradigma de veneraciónpor los ancianos, de forma tal que podemosafirmar que sus creadores supieron darle aesta forma de expresión, fundamentalmenteescultórica, una dimensión de reflexión sobre elcarácter, el rango social y la condición del hom-bre (BANDINELLI, 1970: 132). Una civilización que hapodido crear estas obras maestras no podía seren el fondo hostil a los ancianos. Esta dimen-sión se halla unida al realismo del retrato roma-no cuyas bases estéticas se fundamentaban enel predominio de los rasgos diferenciales y loselementos singularizadores, por lo que, en unprimer momento, se hizo a partir de mascarillasde cera sobre la cara de los difuntos, a travésde una técnica, ya descrita por Polibio y Plinio elViejo, que pretendía conseguir una fiel repro-ducción de los rasgos físicos de los distintosmodelos, los cuales eran rostros envejecidospor el paso del tiempo, actuando a modo derepertorio de cualidades y resumen biográficode quienes merecían ser recordados, puestoque las imagines maiorum, es decir, los retratosde los antepasados, son los primeros ejemplosde la plasmación de la concepción que existía,desde Aristóteles, de que el rostro resumía lascualidades del alma, mezcladas dolorosamentecon los efectos de la muerte:

«[...] otras clases de imágenes eran las que se

veían en los atrios de nuestros mayores. No eran

obras de artistas extranjeros, ni eran de bronce, ni

mármol, sino rostros de cera, guardados cada cual

en su correspondiente armario y destinados a figu-

rar en los entierros de los miembros de la familia

como imágenes de antepasados, pues a todo falle-

cido le acompañaba siempre la caterva de familia-

res que le antecedieron». (PLINIO EL VIEJO, Historia

Natural, XXXV, 6).

La vejez, dominó sobre el retrato durantela época de la República, hasta que la llegadadel Principado, dio fin a esta tradición, al con-taminarse por el ideal heroico de los heleni-zantes (BELDA NAVARRO, 1995:78).

Vemos, pues, que, durante siglos, retra-to, ancianidad y muerte, fueron ideas muy pró-ximas entre sí. De ello da fe el griego Polibio,en el siglo II a.C., al que le parece magníficoque los romanos pongan de relieve los méritosde sus antepasados y de los ancianos:

«¡Hay que ver a estos romanos, el respeto que tie-

nen a sus muertos! ¡Cómo ellos asumen todo lo que

éstos han hecho y hacen de ellos plataforma y sostén

para encumbrarse en la vida política con verdadero

orgullo! Es un pueblo que está ufano de sus mayores,

de sus ancianos. Así debían ser los griegos.»

Esta afirmación la hizo al constatar queen una galería de imagines romanas lo que seobservaba era una mayoría de viejos iracun-dos, arrugados, desdentados, que mostrabanque sus vidas se hallaban en su último capítu-lo, cuyas biografías ya no poseían páginas enblanco. Éste fue el ideal del retrato romanoauténtico: el hombre al final de su vida, elsenex, el hombre de consejo y experiencia,consciente de que el momento culminante dela vida es aquél en que ésta toca a su fin. Encambio, los griegos, por el contrario, exaltabana la juventud y denostaban la ancianidad, yello lo demostraban en sus creaciones artísti-cas. Bástenos contemplar cualquier esculturagriega que pretenda ser el retrato de un per-sonaje importante: estamos, en realidad, anteuna idealización y sólo vemos unas cabezasde hombres jóvenes, apolíneos, en lo mejor dela vida (BLANCO FREIJEIRO, 1989:45).

II. EL TEMOR A LA VEJEZ: LA ADMIRACIÓN Y LA INDIFERENCIA.

La situación expuesta en las páginasprecedentes, sufrió importantes cambios apartir del siglo I a.C., cuando dio comienzo unperíodo inestable en todos los ámbitos, cuaja-do de enfrentamientos y guerras civiles, quehicieron que todos los valores tradicionalessufrieran una enorme mutación. Las convul-siones políticas y sociales favorecieron la apa-rición del individualismo y, gracias a ello, seafianzaron fuertes personalidades. Elloinfluyó, en el terreno que nos ocupa, en que,tanto el papel y funciones del pater familiascomo los del senado, fuesen cada vez máspuestos en cuestión, lo cual dio lugar a unaprogresiva disminución de sus prerrogativas.

Una civilización que ha podido crear

estas obras maestrasno podía ser en el fondo

hostil a los ancianos.Esta dimensión se halla unida

al realismo del retrato romano

cuyas bases estéticasse fundamentaban

en el predominio de los rasgosdiferenciales

y los elementossingularizadores

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 13

Precisamente fue en ese contexto en elque Cicerón, ya anciano, en los primeros díasdel año 44 a.C. y sabiendo que la muerte le ron-daba, compuso uno de los diálogos más influ-yentes en la cultura occidental, Cato Maior, aun-que a la posteridad pasó con el título explicativoque le dieron Valerio Máximo y Plutarco: Desenectute —Sobre la vejez— (LÓPEZ MOREDA, 2003:74).

Esta obra, la única latina dedicada en suintegridad a los ancianos, representa un hitoesencial en la historia de la edad provecta. Yello por varias razones: por su argumentación,por la calidad de su estilo y por el lugar queocupa en la literatura. En cierto modo, causaextrañeza que la civilización romana, tan seve-ra con los ancianos, haya producido estaextraordinaria apología de la vejez, única pormuchos conceptos (MINOIS, 2001:72).

Cicerón, para conseguirlo, parte del princi-pio de que la naturaleza es la mejor de las guías,puesto que «No es verosímil que, habiendo des-crito bien las otras partes de la vida, haya des-cuidado el último acto» (CICERÓN, Sobre la vejez, II, 5).

Observamos en este tratado una volun-tad pedagógica, con carácter de texto educati-vo, siendo sus recomendaciones perfecta-mente aceptables en la praxis gerontológicaactual, lo cual queda plasmado, cuando losprotagonistas manifiestan: «[...] pudiéramosaprender de ti antes con qué argumentos nossería más fácil soportar una edad que ya vahaciéndose notar». (II, 6).

El libro se estructura en torno a cuatrograndes apartados que encierran todo aquelloque, a su juicio, «hace parecer miserable lavejez». En el desarrollo de los mismos, alternacon una considerable profusión de considera-ciones de tipo costumbrista, relativas a coetá-neos, mencionadas a modo de ejemplos, unaserie de elementos que tienen que ver direc-tamente con lo que hoy llamaríamos pérdidasligadas al envejecimiento fisiológico, así comomultitud de consejos, muchos de los cualespueden perfectamente ser incluidos en cual-quier manual actual de educación gerontológi-ca (RIBERA CASADO, 2001:25).

Se trata de un diálogo, ambientado en laprimera mitad del siglo II a.C., siguiendo elmodelo de los de Platón, entre personajeshistóricos: Catón el Viejo, de ochenta y cuatroaños de edad y aún en pleno uso de sus facul-tades, y dos jóvenes, Escipión —más tarde lla-

mado el segundo africano, el conquistador deCartago y de Numancia— y su amigo Lelio, quele expresan al anciano la admiración que sien-ten por la vitalidad que demuestra a una edadtan avanzada, y el senecto, que monopoliza eluso de la palabra en la mayor parte de la obra,les va desvelando su concepción sobre la vejez.

Sin embargo, el diálogo comienza seña-lando que Catón es una excepción, pues en lavida corriente los ancianos son desgraciados yla vejez que nos muestra es una senectud ide-al: la edad provecta de un rico y culto propieta-rio, de buena salud, conocido y honrado, imbui-do de la más alta filosofía para todos sus actos,

«[...]suelo admirar, Catón, no sólo tu excelente y

perfecta sabiduría en las demás cosas, sino tam-

bién y principalmente el que nunca me diste la sen-

sación de que para ti fuese pesada la vejez, cuan-

do para la mayoría de los ancianos es tan odiosa

que dicen soportar una carga más pesada que el

Etna».(II.)

Pero Catón piensa que los que critican lasenectud no son muy juiciosos, puesto que lamejor opción es saber aceptar con buen áni-mo todas las edades de la vida, viendo lo posi-tivo que tienen cada una de ellas:

«[...] la culpa no está en la edad sino en las cos-

tumbres. Pues los ancianos moderados, no exigen-

tes y de buen carácter, pasan una vejez tolerable;

en cambio, el fastidio y el mal carácter resultan

molestos a cualquier edad [...] Las armas más ade-

cuadas para la vejez son, Escipión y Lelio, los cono-

cimientos y la práctica de las virtudes, que cultiva-

das en cualquier edad, si has tenido una vida larga

e intensa, producen frutos admirables; no sólo por-

que nunca te abandonan ni siquiera en el último

momento de la vida –cosa que ya es de gran impor-

tancia-, sino también porque la conciencia de una

vida bien llevada y el recuerdo de las muchas

cosas bien hechas son algo muy gratificante.» .(III)

Todo este comienzo representa una recu-peración de Platón, y en particular del discursode Céfalo en la República (329 a-d; LÓPEZ PULIDO,

2005:10-11.), pero, a continuación explica los casosde Quinto Máximo y de Ennio, que compara a losde Platón, de Isócrates y de Gorgias, todos ellosvenerables ancianos plenamente satisfechos desu vejez, según la opinión más común, para lle-gar al nudo gordiano del diálogo:

«Pues bien, cuando lo medito en mi interior,

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200814

encuentro cuatro motivos por los que la vejez pue-

de parecer miserable. La primera porque aparta de

las actividades, la segunda porque debilita el cuer-

po, la tercera porque priva de casi todos los place-

res, la cuarta porque no está lejos de la muerte. Si

os parece bien, veamos qué entidad tiene y lo jus-

ta que es cada una de estas razones.» .(V)

•Primer motivo: la ancianidad hacedesaparecer la actividad.

«La vejez aparta de las actividades. ¿De cuáles?

¿Acaso de las que se llevan a cabo mediante la

juventud y las fuerzas? ¿Es que no hay actividades

propias de la ancianidad que se realizan con la

mente, a pesar de estar débiles los cuerpos [...]Y los

que dicen que la vejez no es apta para gestionar

cosas, no aducen nada; [...] No hace las mismas

cosas que los jóvenes. Pero hace cosas mayores y

mejores. Las cosas grandes no se hacen con las

fuerzas, o la rapidez, o agilidad del cuerpo, sino

mediante el consejo, la autoridad y la opinión; cosas

de las que la vejez no sólo no está huérfana sino

que incluso suele acrecentarlas. [...] “Ya, pero la

memoria disminuye”. Estoy de acuerdo, si no la ejer-

citas o si es que eres lerdo por naturaleza. [...] Sófo-

cles compuso tragedias hasta una edad avanzada

[...] ¿Acaso la vejez obligó a aquél a enmudecer en

sus estudios [...]? ¿Es que en todos estos la dedica-

ción a sus estudios no duró lo que su vida?» (VI-VII)

Pero se podrá objetar que los viejos lle-gan a ser odiosos a los demás. Nada máslejos de la realidad:

«Pues del mismo modo que los viejos sabios

disfrutan con los jóvenes dotados de un buen natu-

ral, y la vejez se les hace más llevadera a los que

son amados y motivados por los jóvenes, así tam-

bién los jóvenes disfrutan con los consejos de los

viejos, [...] y entiendo que no soy menos agradable

para vosotros de lo que vosotros sois para mí. Pero

veis cómo la vejez no sólo es lánguida e inerte, sino

laboriosa, siempre haciendo o imaginando algo,

desde luego según a qué se dedicó cada uno en la

vida pasada.» (VIII)

•Segundo motivo: la vejez hace disminuirnuestra fuerza física.

En este segundo argumento observamosuna de las cuestiones llamativas de esta obra,a la que ya hemos aludido con anterioridad, yes la de que, no tratándose de un libro médi-co, incluye comentarios relativos a la salud ylos lleva a cabo desde una perspectiva en laque destaca las ventajas de la ancianidad ylas posibilidades de alcanzarla y vivirla en lasmejores condiciones posibles. Para ello, nosproporciona multitud de recomendaciones yejemplos. De esta forma, trata de postergar laidea fatalista de que las limitaciones inheren-tes a la edad conllevan una barrera insupera-ble a la hora de conseguir una buena calidadde vida, así como también rebate la idea,todavía sostenida por algunos en la actuali-dad, de que senectud y enfermedad son con-ceptos similares (RIBERA CASADO, 2001:24).

Además de lo expuesto, el autor relativi-za el valor de las pérdidas que tienen lugardurante el envejecimiento en cuanto a lacapacidad física, incorporando elementos delo que podríamos denominar como geriatríapreventiva:

«Ahora no deseo yo las fuerzas de un joven más

de lo que, siendo joven, deseaba las de un toro o

un elefante. Hay que aprovecharse de lo que hay y,

hagas lo que hagas, hacerlo según tus fuerzas.[...]

En conclusión: utiliza ese don (la fuerza) mientras

lo tengas; cuando lo pierdas, no lo eches de

menos, [...]Pues hay un curso determinado de la

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 15

vida y un solo camino de la naturaleza,[...] y a cada

parte de la vida le ha sido dada su sazón.¿Qué tie-

ne de extraño en los ancianos si alguna vez están

enfermos, cuando ni siquiera los jóvenes pueden

escapar de ello? [...] Es preciso llevar un control de

la salud, hay que practicar ejercicios moderados,

hay que tomar la cantidad de comida y bebida con-

veniente para reponer las fuerzas, no para ahogar-

las. Y no sólo hay que ayudar al cuerpo, sino mucho

más a la mente y al espíritu. Puesto que también

éstos se extinguen con la vejez, a menos que les

vayas echando aceite como a una lamparilla. [...]

Así pues la vejez es honorable si ella misma se

defiende, si mantiene su derecho, si no es depen-

diente de nadie y si gobierna a los suyos hasta el

último aliento. [...]Pues al que vive metido en estos

estudios y trabajos no se le nota cuando le llega la

vejez. Y así la edad envejece poco a poco sin sen-

tirlo y sin quebrarse de golpe, sino que se extingue

con el paso del tiempo.» (IX-XI).

•Tercer motivo: la ancianidad priva de los placeres.

Ésta es, quizá, una de las críticas máscomunes que surgen y, por lo general, cir-cunscrita al campo de los placeres de los sen-tidos, cuando una de las mayores ventajas dela vejez es redimirse de esa esclavitud:

«Sigue la tercera acusación contra la vejez: la

que dice que carece de placeres. ¿Qué excelente

regalo de la edad si realmente aleja de nosotros lo

que es más pernicioso en la juventud! [...] Por todo

eso nada hay tan detestable como el placer, si es

verdad que éste, cuando es demasiado grande y

prolongado, extingue toda la luz del espíritu.[...] si

no conseguimos despreciar el placer mediante la

razón y la sabiduría, debemos estar muy agradeci-

dos a la vejez, que ha conseguido que no nos ape-

tezca lo que no nos conviene. Pues el placer impi-

de el buen juicio, es enemigo de la razón y, por así

decir, ciega los ojos de la mente y no tiene ninguna

relación con la virtud. [... » (XII-XIV).

•Cuarto motivo: la vejez señala la cercaníade la muerte.

«Queda la cuarta causa, la que más parece

angustiar y tener en vilo a los de nuestra edad, la

cercanía de la muerte, que ciertamente no puede

estar lejos de la vejez. ¡Pobre del anciano que a lo

largo de su vida no haya visto que la muerte ha de

ser despreciada! Ésta, o debe ser mirada con la

mayor indiferencia, si es que el alma se extingue por

completo, o debe ser incluso deseada si es que la

conduce a algún lugar donde ha de ser eterna. [...]

¿De qué tengo que tener miedo si después de la

muerte no voy a ser desgraciado y puede que hasta

sea feliz? Aunque ¿quién es tan necio, por más que

sea joven, que tenga por cierto que va a vivir hasta

el atardecer? [...] Pero el joven espera que va a vivir

mucho tiempo, y esto un anciano no puede esperar-

lo. [...] Esta esperanza no la tiene el viejo y por ello

está en mejor condición que el joven, puesto que lo

que éste espera aquél lo ha conseguido ya: éste

quiere vivir mucho, aquél ya vivió mucho.» (XIX).

La obra concluye así:«Por todas estas razones, Escipión (pues dijiste

que tú y Lelio solíais admirarme por esto), la vejez me

resulta ligera y no sólo no me es molesta sino que es,

incluso, agradable. [...] Si no vamos a ser inmortales,

es deseable, por lo menos, que el hombre deje de

existir a su debido tiempo. Pues la naturaleza tiene

un límite para la vida, como para todas las demás

cosas. La vejez es el último acto del drama de la vida,

de cuyo agotamiento debemos huir sobre todo si esto

se añade a la hartura. Esto es lo que tenía que deci-

ros acerca de la vejez, a la que ojalá lleguéis, para

que las cosas que me habéis oído decir las podáis

comprobar por experiencia.» (XXIII).

Sin lugar a dudas, el tratado es precioso ysu lectura debió proporcionar solaz a algunosancianos de buena posición social y económica,ya que posee el mérito de recoger todo lo quepodía señalarse en la época para consolar a lossenectos, pero es muy probable que no consi-guiera convencer a la mayoría, porque el propioCicerón, que ya tiene sesenta años y que dedicala obra a su amigo Ático, de sesenta y tres, des-de la introducción admite que su propósito esintentar consolarle de la cercanía de la anciani-dad, cuyo peso teme, lo cual pone en evidenciaque el autor opinaba que la vejez no constituíapor sí misma un período dichoso. Algunos inves-tigadores sostienen que el hecho mismo de queCicerón hubiese sentido la necesidad de escribiresta consolación ya es suficientemente ilustrati-vo, a lo que habría que añadirle que el conteni-do de algunas de sus cartas a Ático, nos indicanque este ideal está lejos de ser alcanzado inclu-so por el autor (MINOIS, 2001:79).

Retomando nuestro hilo argumental,debemos hacer hincapié en que ya hemos seña-

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lado con anterioridad que, en esta época turbu-lenta, de mediados del siglo I a.C., tanto el sena-do como el pater familias son cada vez más dis-cutidos, lo cual da lugar a que sus poderes dis-minuyan. Se subvierte el orden establecido: esla hora de los discursos políticos o, para los tími-dos o los decepcionados, de la cavilaciónromántica sobre las incertidumbres de la fortu-na, la brevedad de la vida humana, del repliegueintimista sobre sí mismo y la constante preocu-pación sobre el carácter efímero de los amoresy de la juventud. A la crítica extravertida de losviejos en la comedia, suceden las lamentacio-nes de los poetas sobre su destino personal y elde sus amores, condenados a marchitarse. Estaépoca en la que la historia parece acelerarse,potencia la conciencia del paso del tiempo quetrae a todos la temida vejez. Todas estas cues-tiones alcanzarán su pleno desarrollo en la épo-ca de Augusto.

Pese a todo, en los primeros compasesdel nuevo régimen —el principado o Imperio—,apreciamos cierta ambigüedad en el trato dis-pensado a los ancianos y fue el poeta Virgilio elque mejor ejemplificó esta dicotomía, ya que,mientras que, por una parte, se erige en el por-tavoz del mensaje político de Augusto —el res-taurador de la autoridad del pater familias y lasvirtudes romanas en el seno familiar— y en laEneida nos presenta la figura de Anquises, elpadre anciano, venerado y respetado por suhijo Eneas, también nos señala la debilidadcorporal de la vejez, reitera el carácter misera-ble de la ancianidad y, sobre todo, sitúa a lasenectud junto a las peores desgracias:

«Pero la tartajosa vejez mi sangre embota con

su hielo / y desfallecen yertas las fuerzas de mi

cuerpo. Si tuviera yo ahora / los bríos juveniles que

tuve en otro tiempo, esos en que engreído / confía

ese insolente [...]» (Eneida, V, 395-398).

«Enfrente del vestíbulo, al entrar en la misma

hoz del Orco, / el Dolor ha plantado su cubil y los

Remordimientos / vengadores y los pálidos Morbos

y la triste Vejez. / Allí el Miedo y el Hambre, malig-

na consejera y la odiosa pobreza, espantosas de

ver, y la Muerte y la Pena.» ( Eneida, VI, 273-277).

Del mismo modo, en otra de sus obras,las Geórgicas, nos presenta a la vejez comoalgo digno:

«[...] (si el caballo) demasiado torpe por los

años, desfallece, reténlo en la cuadra y sé consi-

derado con su vejez, en modo alguno vergonzosa»

(III, 96-98), y, a la par, como algo pobre y triste:

«[...] la hormiga, que teme la vejez necesitada.» (III,

67-69). «Luego vienen las enfermedades y la triste

vejez y el sufrimiento y nos arrebata finalmente sin

piedad la inflexible muerte.» (I, 186).

Horacio, aunque en menor medida, tam-bién repite la postura virgiliana, ya que, poruna parte, habla con beatitud sobre la ancia-nidad: «[...] conceded, oh dioses, piadosascostumbres a una dócil juventud; / un tran-quilo descanso, oh dioses, a la vejez.» (Car-men sæculare, 46-47), pero en él es muchomás fuerte su rechazo hacia la vejez, comonos muestra en sus Odas, «[...] no despreciestampoco los dulces amores ni las danzas,muchacho, / mientras está lejos la blancaancianidad morosa.», (I, IX, 15-16); «[...] vieja ydespreciada, llorarás[...]», (I, XXV, 8); «Losaños transcurren fugaces / y la piedad noofrece dilación a las arrugas / ni a la inmi-nente vejez / ni a la implacable muerte.», (II,XIV, 2-5), pero, sobre todo en sus Épodos,como más arriba señalábamos. Pero el poetano se detiene ahí y, en otras composiciones,considera a los ancianos como avaros, timora-tos y débiles mentales:

«El anciano está expuesto a innumerables

males; amontona su dinero y luego, lo deja a un

lado y no se atreve a usarlo; administra sus asun-

tos con timidez y lentitud, los aplaza para el día

siguiente, tiene pocas esperanzas, poca actividad,

querría ser dueño del futuro; es difícil para la con-

vivencia, gruñón, elogia el tiempo en que era niño,

no cesa de criticar y reprender a los jóvenes. Los

años traen consigo muchas ventajas, que nos qui-

tan cuando estamos de vuelta.» (Arte Poética, II,

310-320).

O como objeto de enriquecimiento, amerced de gente sin escrúpulos:

«Cuando alguien te envíe algún regalo, mánda-

selo a un viejo. [...] sé astuto y hazte con testa-

mentos de viejos por doquier [...]Recomiendo a

este respecto: si tramposa mujer o liberto por ven-

tura manejan a un viejo senil, hazte socio suyo;»

(Sátiras, II, 5, 11, 24, 70-72).

De igual forma, Horacio, retomando unaidea típica de la Antigüedad, la de la divisiónde la vida en períodos de siete años, cuandoalcanzó la edad de cuarenta y dos, le indicó a

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 17

su amigo y protector Mecenas, a través de unacarta, que ya había recibido la rudis —vara quese les entregaba a los gladiadores a los que seles concedía la libertad o el retiro— y quehabía entrado en el séptimo septenario de suedad, en el que llegaría la disminución de lasfuerzas, lo cual era compensado ampliamentecon un mayor desarrollo del intelecto y larazón, que eran, sin embargo, acrecentadosen el octavo septenario. Pero, cuando sealcanzaba el décimo septenario, el hombreera aquejado por el deseo de morir (RIPA,

1987:64).

Estas ideas de Horacio denotan una cla-ra e inexorable evolución de las mentalidades,puesto que la época de las guerras civilesentre César y Pompeyo, la del segundo triun-virato —Octavio, Lépido y Marco Antonio— y lade la llegada del Principado, es también la delrealismo y la de la relativización de los valoresmorales. En este ambiente turbulento, laancianidad pierde peso y apenas puede espe-rar favores sociales o políticos (MINOIS, 2001:64).

Otros poetas mostraron también su preo-cupación por la vejez. Es el caso de Propercio(47-15 a.C.), que, al igual que Horacio, perte-nece al círculo de Mecenas y también ridiculizaa una anciana: «Yo vi que su rugoso cuello sehinchaba con la tos / y pasar sangrientosesputos entre sus dientes cariados, / y exhalarsu alma podrida en las esteras paternas: [...]»,(Elegías, IV, 5, vv. 67-69), y nos comenta lasdesgracias de la vejez, más bien maldiciones:

«¡Pero que a ti te abrume l vejez con años disi-

mulados / y lleguen las siniestras arrugas a tu figu-

ra! / ¡Que entonces ansíes arrancar de raíz los

cabellos blancos, / ay, mientras el espejo te repro-

cha tus arrugas, / y, rechazada, tengas que sufrir

en propia carne la soberbia / altivez, y, vieja, te

lamentes de lo mismo que tú hiciste! / Estas mal-

diciones funestas te ha cantado mi poesía: /

¡aprende a temer el fin de tu hermosura! (Elegías,

III, 25, vv. 11-18).

Del mismo modo, el joven Tibulo (54a.C.-19 a.C.), está obsesionado con la anciani-dad que nunca llegará a conocer: «¡Cómo sequeda echado, al llegar el fatal momento deuna vejez sin fuerzas, el caballo que se lanzóel primero de las barreras de Elea!» (Elegías, I,4, vv.31-33). Esta preocupación por los malesque aquejan a la senectud, le hace manifestar

en sus elegías su deseo de aprovechar la vidadurante la juventud, porque cuando se es vie-jo ya es tarde para todo:

«Ay, tarde se llama al amor, tarde a la juventud,

cuando la canosa vejez ha teñido la anciana cabe-

za. Entonces hay deseos de belleza: entonces se

cambia el color del cabello para disimular los años,

teñido con corteza verde de nuez. Entonces apare-

ce la preocupación de arrancar de raíz las canas y

de ofrecer, pulidas las arrugas, un rostro nuevo. »

(Elegías, I, 8, vv. 40-47).

Sin embargo, es mayor aún el miedoa la muerte que el temor a envejecer:

«¿Qué locura es llamar con guerras a la espanto-

sa Muerte? Está próxima y, a escondidas, con silen-

cioso paso se acerca. [...] Mucho más digno de elogio

es éste a quien en medio de una familia servicial le

sorprende la perezosa vejez en estrecha cabaña. Él

mismo va siguiendo a sus ovejas, su hijo a los corde-

ros y a él cansado, a la vuelta, le tiene preparada

agua caliente su mujer. ¡Así querría ser yo! Que se me

conceda que mi cabeza empiece a blanquear por las

canas y que cuente, anciano, los hechos del tiempo

pasado.» (Elegías, I, 10, vv. 33-44).

A pesar de todo lo expuesto, fue el poetaOvidio (43 a.C.-17 d.C.), el que más criticó laedad anciana, aunque no la llegó a conocer,pues murió a los sesenta años. Algunos inves-tigadores sostienen que ello se debe a las ten-dencias hedonistas del escritor y a su trayecto-ria vital, ya que en toda su obra se rezuma laexhortación a disfrutar de los placeres del pre-sente y se nos induce al deleite amoroso, y, porel contrario se nos muestra a la ancianidadcomo algo funesto y pernicioso, que llega ensilencio, sin darnos cuenta, el mayor mal dese-able para los enemigos, como leemos en elEpicedio de Druso: «¡Que una larga vejez caigasobre mis enemigos!» (LÓPEZ MOREDA, 2003:77). Aello, además, hay sumarle el que pasó los últi-mos ocho años de su vida desterrado en la ciu-dad de Tomos —Constanza, Rumanía—, a ori-llas del Ponto Euxino, pobre, desconsolado ytriste, sufriendo sobre sí mismo, según noscuenta, todo aquello que había criticado:

«[...] apenas se contuvieron mis manos de arran-

carle su canosa y rala cabellera, de sacarle sus ojos,

llorosos de tanto vino, y destrozarle sus mejillas llenas

de arrugas. ¡Qué los dioses te priven de todo hogar, y

te den una vejez sin recursos, largos inviernos y eter-

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na sed.», (Amores, I, 8, 110-114); «[...] vejez huérfana

de parientes;», (El arte de amar, II, 272-273).

Este poeta mundano tiene aproximada-mente cincuenta y cinco años cuando escribelas Tristes y ya se lamenta de los signos de lavejez, en un fragmento en el que son eviden-tes los ecos de la poesía griega arcaica, mar-cadamente pesimista en ocasiones, en parti-cular de Safo y de Anacreonte:

«Ya mis sienes se parecen a las plumas del cis-

ne y la blanca vejez tiñe mis negros cabellos. Ya se

acercan los años frágiles y la edad más inerte, y ya,

débil como estoy, me resulta penoso el moverme»,

(IV, 8, vv. 1-5),

Se cansa de esperar en las orillas delmar Negro y lamenta no poder conocer unavejez apacible:

«Ahora era cuando, una vez puesto fin a mis

trabajos, debería vivir sin que me inquietara ningún

temor, disfrutar de los ocios que siempre agrada-

ron a mi espíritu, hallarme a gusto en medio de mis

aficiones, vivir en mi pequeña casa y entre mis vie-

jos Penates, y en los campos paternos que ahora

carecen de dueño; y envejecer tranquilo en el rega-

zo de mi esposa, con mis queridos amigos y en mi

patria.», (IV, 8, vv. 5-12).

Antes de su exilio, Ovidio se había dedi-cado también a los temas mitológicos, con lasMetamorfosis, donde vemos cómo Medea,esposa de Jasón, rejuvenece al anciano Esón,su suegro, sometiéndolo a un sueño letárgicoy reemplazando su sangre con unas bebidasmágicas:

«Tan pronto como vio esto, Medea, empuñando

una espada, seccionó la garganta del anciano y,

dejando salir la sangre antigua, la llena con sus

jugos; una vez que Esón los embebió recibiéndolos

por la boca o por la herida, su barba y sus cabellos,

despojados de canicie, adoptaron un color negro,

huye expulsada la escualidez, se alejan la palidez y

la decrepitud y las profundas arrugas se llenan con

carne añadida y sus miembros rebosan vigor; Esón

se maravilla y recuerda que él era así en otro tiem-

po, cuarenta años antes.» (VII, vv. 285-294).

La mitología no hace otra cosa que mos-trar algunas de las meditaciones y cavilacionesde los hombres y una de ellas es la de la eter-na juventud: Venus devuelve la juventud aFaón, el viejo marino de Lesbos, del que Safose enamora, y Baco rejuvenece a sus nodrizas.

Ya señalábamos antes, en el comentarioa la obra de Cicerón y en las de algunos poe-tas —Horacio, Tibulo, Propercio, Ovidio—, cuálera el ambiente que se respiraba durante lacrisis de los últimos años de la República y eladvenimiento del Imperio, e indicamos quetodas estas convulsiones dieron lugar a unadisminución el poder del Senado —que ya semantuvo durante todo el Imperio—, lo cualredundó en un descenso de la influencia polí-tica y social de los ancianos. Observamos, así,que muchas de las funciones ejercidas por elpater familias pasaron a ser competencia dela justicia común y desaparecieron la mayorparte de sus facultades: los viejos ya no regen-tan institucionalmente el mundo romano.

Esta pérdida de influencia de los patresestá marcada por varios jalones sucesivos. Así,la patria potestas se va debilitando durante el

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 19

Alto Imperio: los miembros de la familia podíandenunciar ante el magistrado los abusos delpater; el derecho de vida y de muerte sobre loshijos se reglamentó con rigor y el padre puedeser obligado a emancipar al hijo si lo castigasin un motivo justificado, de la misma formaque tampoco puede casarlo contra su volun-tad. Todo ello hace que los hijos adquieran per-sonalidad jurídica: pueden actuar judicialmen-te, conformar un patrimonio distinto del de supadre, convertirse en propietarios y contraerobligaciones contractuales.

En una etapa posterior, durante laAntigüedad Tardía, la patria potestas pierdetodo el carácter público y se convierte en algoestrictamente privado: desde el año 319 elpadre ya no puede condenar a su hijo y a par-tir del 374 ya no puede abandonarlo, si bien yaen el siglo II se había establecido la obligacióndel progenitor de ocuparse del sustento de losmiembros de su familia.

Asimismo, la influencia materna experi-menta un llamativo acrecentamiento: la madrepuede llegar a ser tutora de sus hijos y ceder-les, en herencia, su patrimonio. De esta forma,los hijos acaban por escapar de la autoridadde sus padres y conservar sus derechos desucesión en la familia. Así, de un modo paula-tino, se ha ido desmantelado la potestad queel padre tenía de por vida, y, por consiguiente,la del anciano. Aunque su autoridad moral sigasiendo grande ya no dispone de instrumentosjurídicos para poder ejercerla. (MINOIS, 2001:42-43).

A pesar de todo, ello no significó que losancianos perdiesen todo su papel político, ya que,a título individual, se ve todavía a muchos de ellosdetentando cargos de suma importancia, empe-zando por los emperadores. Aún, en los mediosimperiales se continúa confiando en la experien-cia y la sabiduría de los viejos políticos. Un ejem-plo lo podemos observar durante el mandato dela primera dinastía, la de los Julio-Claudios, en laque el consilium princeps, el máximo consejo pri-vado del emperador, está compuesto por veintesenadores y treinta caballeros, que siguen enactivo de un gobierno al otro, asegurando la con-tinuidad de la política imperial (CIZEK, 1982:214-5).

En este nuevo período, el del Principado,los valores tradicionales cambiaron y, aten-diendo sobre todo a componentes de tipo ide-ológico, se dio, con frecuencia, la oposición de

los conceptos de juventud y vejez, como valo-res a los que se les revistió de una importan-cia singular. Así, la juventud del instauradordel nuevo régimen, Augusto, sustituyó al omni-presente anciano de la etapa anterior, y ellosimbolizó los componentes ideales del nuevopolítico, en un intento de olvidar las turbulen-tas acciones y rivalidades que le llevaron alpoder. Romper con todo lo anterior era tam-bién saldar el antiguo sentido memorial delretrato y convertirlo en un vehículo de exalta-ción y propaganda imperial (BELDA NAVARRO,

1995:62).

Como sucedió durante el período helenís-tico, la suerte sonrió entonces a los astutos, alos audaces y a los ambiciosos, cualquiera quefuese su edad. Pero, mientras las monarquíashelenísticas, a pesar de ser herederas de unaGrecia que en ciertos casos despreció a laancianidad, representaron un progreso paralas personas de edad provecta, el Imperioexperimentó un retroceso de la condición de lasenectud. Ya hemos visto como va perdiendosu poder familiar y político, que era el que jus-tificaba la prolongación de su actividad, y esohace que el anciano se convierta en la encar-nación del sufrimiento: la soledad, la decrepi-tud, el dolor y la debilidad físicos, la fealdad. Laliteratura reflejó entonces esta transformación:los inicios del Principado van marcando ladesaparición, si bien lenta, de la crítica socialhacia la senectud y, así, al viejo lascivo, avaro yomnipotente de Plauto y Terencio le sucede elanciano decrépito y horrendo de Juvenal, pues-to que al no causar miedo ya, sus taras físicasdan lugar a la burla. Del mismo modo, el argu-mento casi siempre presente del conflictopadre-hijo se transforma en excepcional.

Debemos insistir en que esta visión pesi-mista de la vejez no es sólo un hecho literario,sino que es el espejo de la realidad social, locual explica, en parte, el que durante la segun-da mitad del siglo I y los comienzos del siglo II,la influencia creciente del estoicismo en losgrupos sociales dominantes, unida a la deses-peración provocada por la soledad y el sufri-miento moral y físico, dio lugar a un auténticoraudal de suicidios entre los ancianos, querecibieron la aprobación y la admiración de laalta sociedad romana (ROCA MELIÁ, 2001:17). YaSéneca lo había justificado sin paliativos en suepístola LVIII a Lucilio, ya que las Cartas a

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200820

Lucilio nos transmiten lo fundamental de suopinión sobre esta cuestión:

«La frugalidad puede prolongar la vejez, que no

debemos ambicionar, como tampoco rechazar. Es

agradable estar consigo mismo el mayor tiempo posi-

ble, cuando uno ha hecho de sí mismo una compañía

digna de gozar. Así, pues, emitiremos nuestra opinión

sobre este punto: si conviene desdeñar los últimos

días de la vejez, y no aguardar hasta el final, sino pro-

vocarlo con nuestras manos. [...] Con todo investigare-

mos esto: si la última parte de la vida se compone de

heces o de un elemento limpísimo y purísimo, siempre

que la mente esté incólume, y la sensibilidad intacta

ayude al alma, y el cuerpo no esté agotado y moribun-

do. Porque es muy

importante saber si es

la vida o la muerte lo

que uno prolonga.

Pero, si el cuerpo es

incapaz de sus funcio-

nes, ¿por qué no pro-

vocar la salida de una

alma agotada?[...] Son

escasos aquellos a

quienes una vejez pro-

longada condujo has-

ta la muerte sin afren-

ta; para muchos su

vida languideció inacti-

va sin ningún prove-

cho para sí. [...] No

abandonaré la vejez

en el caso de que me

conserve íntegro para

mí mismo, pero ínte-

gro en aquella parte

más noble; por el con-

trario, si comienza a perturbar mi inteligencia, a des-

quiciarla en sus funciones, si no me permite ya vivir,

sino respirar, saltaré fuera de un edificio descompues-

to y ruinoso. No rehuiré con la muerte la enfermedad

en tanto sea curable y no perjudicial para el alma. [...]

No obstante, si me doy cuenta de que he de sufrir

constantemente el dolor, partiré, no por causa de él,

sino porque me va a poner obstáculos para todo aque-

llo que motiva la vida. Es débil e indolente quien a cau-

sa del sufrimiento decide su muerte, necio quien vive

para sufrir.» (32-36)

También sabemos que lo expuesto porSéneca no eran recomendaciones altisonantes,puesto que él y un nutrido grupo de sus con-

temporáneos llevaron sus convicciones filosófi-cas hasta sus últimas consecuencias. Sinembargo, su opinión sobre la vejez no deja deser equilibrada para el momento que le tocóvivir, ya que, aunque considera que si la senec-tud se convierte en algo penoso, no hay quedudar en suicidarse, no siempre se ve obligadoel anciano a seguir este camino, lo cual contra-dice, en cierto modo, a lo que, a comienzos delsiglo II, otro estoico, Epicteto, con casi ochentaaños, llegó a sostener, puesto que manifestóque el hombre debía desempeñar imperturba-blemente su papel hasta el final, cualquiera quefuese su estado. El viejo Séneca defiende en

estas cartas su dere-cho al retiro y habla lar-gamente de la vejez:

«Hay que querer a la

vejez, pues está llena de

satisfacciones cuando se

sabe utilizarla bien [...] La

edad avanzada, que aún no

ha llegado al estado de

decrepitud, es muy agrada-

ble, y creo incluso que el

que ha llegado a conseguir-

la tiene sus placeres: al

menos tiene el placer de no

necesitar ya placer alguno

(XII). Conviene no permane-

cer ocioso; hay que trabajar

para la posteridad (VIII), ycontinuar estudiando:«Un hombre, por viejoque sea, tiene siem-pre algo que apren-der» (LXXVI), porque

los filósofos deben pasar su vejez medi-tando, ocupación que aportará paz y feli-cidad y abrirá el camino de la eternidad:

«¡Qué dicha, qué hermosa vejez espera al que

se ha puesto bajo su protección! Tendrá discípulos

con quienes podrá tratar tanto los problemas más

pequeños como los más importantes, a quienes

podrá consultar diariamente sobre sus intereses,

que le dirán la verdad sin agravios, le alabarán sin

adulación, a semejanza de los cuales él podrá

modelarse».

Llamativo es el siguiente comentariosobre el descuido de la apariencia física y laropa, si uno quiere conservar a sus amigos:

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 21

«Hay que velar por la propia vejez tanto más

cuidadosamente si sabemos que eso es agradable,

útil o deseable a los ojos de una persona que nos

es querida. Hay que abandonar las ambiciones

políticas o las económicas y buscar la tranquilidad,

renunciar a la búsqueda de honores y anteponer el

descanso a todo lo demás».

A diferencia de lo que manifestó Plutarco,Séneca desprecia a los que se meten en nego-cios cuando están entrados en años: «¿Haymayor bajeza que prepararse para la vidacuando se es ya viejo?» El anciano debe renun-ciar a los placeres de la juventud: «Cuenta tusaños y te avergonzarás de desear las mismascosas que deseabas cuando eras niño; date lasatisfacción de ver morir tus vicios antes quetú.» (XXVII). También repite una idea enunciadaya en su tratado De brevitate vitæ: «La verda-dera vejez no espera al número de años; el ver-dadero anciano es el sabio, cualquiera que seasu edad.» (XCIII), la cual volverá a ser tratada,con cierta asiduidad, por los escritores cristia-nos: «¿Queréis saber cuál es la duración máslarga de la vida? Es vivir hasta haber adquiridola sabiduría. Porque un hombre tenga el peloblanco y arrugas no puede creer que haya vivi-do mucho tiempo, no ha vivido mucho tiempo,sino que ha durado mucho tiempo. ¡Cómo!¿Crees que ha navegado mucho quien, sor-prendido desde el puerto por una cruel tem-pestad, se ve azotado acá y allá y da vueltasconstantemente en el mismo lugar bajo elsoplo cambiante de los vientos desencadena-dos? No ha navegado mucho, sino que ha flo-tado mucho».

También son ridiculizados los viejos que,maquillándose, querrían hacerse pasartodavía por jóvenes: «Ancianos decrépitosmendigan en sus plegarias un suplemento dealgunos años. Se disfrazan de jóvenes, seadormecen con mentiras y se engañan contoda confianza como si pudieran al mismotiempo engañar al destino.»

Sin embargo, a pesar de todo, y como yavimos también en Cicerón, por muy estoicoque sea, a sus sesenta y tres años, conscien-te de que la vejez le vuelve amargo en ocasio-nes, no puede deja de confesar:

«A dondequiera que vuelvo la mirada, descubro

indicios de mi vejez. He llegado a mi quinta, cercana

a Roma, y deploro los gastos de aquel edificio ruino-

so. [...] La quinta surgió entre mis manos: ¿qué por-

venir me aguarda si tan descompuestos están unos

sillares tan viejos como yo? [...] Los plátanos están en

muy mal estado, pero yo los había plantado, yo había

visto sus primeras hojas, también son viejos. [...] Esto

debo a mi quinta: que mi vejez se me haga patente a

dondequiera que me dirijo.» (XII, 1-4).

De esta manera, apreciamos que inclusola filosofía más noble no es un antídoto contralos momentos de depresión que surgen de laancianidad, pero Séneca tiene el mérito dehaberlo reconocido (MINOIS, 2001:66-67).

No obstante, todos los ancianos roma-nos no llegaron a estos extremos. Plinio elJoven, que relata los suicidios de algunos ami-gos y conocidos, también nos transmite ensus Cartas, el ejemplo de una vejez apacible,confortable, activa y prudente, sin excesos, lade su amigo Espurina, quien, a los setenta ysiete años, tras haber ejercido distintos cargospolíticos y militares, se había retirado a susposesiones:

«[...] en mi vejez, si el destino me permitiese lle-

gar a ella, no quisiera imitar a nadie antes que a él.

No hay en efecto nada mejor planificado que aque-

lla manera de vivir. [...]Por la mañana permanece

en la cama durante una hora, a continuación pide

las sandalias y recorre a pie una distancia de tres

millas para ejercitar tanto su cuerpo como su espí-

ritu. Si le acompañan algunos amigos, mantiene

con ellos conversaciones muy eruditas; si no, se

hace leer algún libro, [...]Después sube a un carrua-

je, acompañado de su esposa, un singular ejemplo

para su sexo, o de alguno de sus amigos, como de

mí mismo recientemente. ¡Qué agradable, qué dul-

ce retiro!¡Qué hechos, a qué grandes hombres

escuchas! ¡De qué grandes principios te imbuyes!;

[...] Después de un recorrido de siete millas, hace a

pie una milla más, luego se sienta otra vez o se reti-

ra a su habitación y a su escritura. Escribe, en efec-

to, en latín y griego cultísimas poesías líricas, que

tienen una asombroso encanto, una asombrosa

dulzura, una asombrosa delicadeza, cuyo valor

aumenta la personalidad del autor. Cuando se le

anuncia la hora del baño (a media tarde en invier-

no, una hora antes en verano), da desnudo un

paseo al sol, si no hace viento. Después juega a la

pelota con ardor y durante mucho tiempo, pues

también combate la vejez con este tipo de ejerci-

cio. Después del baño se acuesta un rato y aplaza

el momento de la comida; entretanto escucha

«Hay que querer a lavejez, pues está llenade satisfaccionescuando se sabeutilizarla bien [...] La edad avanzada,que aún no hallegado al estado dedecrepitud, es muyagradable, y creoincluso que el que hallegado a conseguirlatiene sus placeres: al menos tiene elplacer de no necesitarya placer alguno (XII).Conviene nopermanecer ocioso;hay que trabajar parala posteridad (VIII).

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200822

mientras alguien lee alguna cosa más trivial y agra-

dable. [...] El resultado es que Espurina ha conser-

vado a los setenta y siete años intactos el sentido

de la vista y el oído; además, un cuerpo ágil y lleno

de vigor y de la vejez tan sólo la prudencia. Ésta es

la vida a la que yo aspiro en mis votos y mis pen-

samientos, y a la que llegaré con la mayor alegría,

tan pronto la consideración de mi edad me permi-

ta tocar a retirada. Entre tanto vivo agotado por mil

tareas, de las que el mismo Espurina me propor-

ciona consuelo y ejemplo.» (III, 1, 2-12)

Vemos, pues, una valoración positiva, lade la vejez como plácido retiro después deuna vida ajetreada y plena de múltiples ocu-paciones, el merecido descanso. Llamativo esel que Plinio el Joven muriese a los cincuentay tres años y no pudiese disfrutar de ello. Pero,de nuevo, estamos ante un ideal, del que muypocos ancianos disfrutan. Sin embargo, elmismo Plinio traza, en otra de sus Cartas, elretrato de otro anciano, vanidoso y aburrido, alque sólo frecuentan por su riqueza:

«Es asombroso cómo se reúne una muche-

dumbre a su alrededor. Todos le maldicen, todos le

odian, pero se precipitan a su encuentro, le aco-

san, como si le apreciasen, como si le amasen, y

para decirte en pocas palabras lo que siento, inten-

tan ganarse su favor. Se mantiene recluido al otro

lado del Tíber, en sus jardines, donde ha cubierto

una amplísima área con inmensos pórticos, y la ori-

lla del río con estatuas suyas, pues, en el colmo de

la avaricia, es despilfarrador, en el colmo de la infa-

mia, vanidoso. [...] Dice que quiere casarse de nue-

vo, esto también lo hace tan perversamente como

todo lo demás. Pronto tendrás noticias de la boda

de un hombre afligido, los esponsales de un ancia-

no; lo uno demasiado pronto, lo otro, demasiado

tarde.» (IV, 2, 4-7).

A caballo entre los siglos I y II d.C. algu-nos poetas continuaron con su sarcasmo. Así,el cáustico Marcial (40-104) ironizó en susEpigramas contra una anciana prostituta:

«Tais huele peor de lo que huele la jarra vieja

de una avaro / batanero, pero recién rota en medio

de la calle, peor de lo que el / carnero recién hecho

el amor, peor de lo que las fauces de un león, peor

de lo que la piel arrancada a un perro del otro lado

del Tíber, y peor de lo que huele un pollo cuando se

pudre en un huevo abortivo, peor de lo que un

ánfora / estropeada por el garo corrompido. Para

cambiar engañosa este olor por otro [...] se rejuve-

nece con psilotro [...] o se cubre tres y cuatro veces

con habas espesas para quitar las arrugas.» (VI,

93, vv. 1-11).

Sin embargo, vislumbramos en él un áto-mo de dulzura:

«Quiera ella al anciano con el tiempo, pero ella

también / a su marido entonces, aunque lo sea, no

le parezca vieja.» (IV, 13, vv. 9-10).

Juvenal (65-128), a través de sus Sáti-ras, es quizá el último en maltratar, de una for-ma sistemática, a los ancianos, y en caricatu-rizar sus debilidades y su fealdad:

«Y ahora, ¿qué me aconsejas después de

haber perdido el tiempo en esperanzas fallidas?

Pues la fugaz edad florida precipita su carrera des-

cendente, esta porción brevísima de la vida angos-

ta y miserable. Mientras bebemos, mientras vamos

en pos de coronas, y perfumes y mozas, se nos

echa encima una vejez en que no pensamos» (IX,

125-129).

«[...] “¡Prolóngame la vida, Júpiter, concédeme

muchos años! Esto es lo único que imploras tanto

si tu cara rebosa salud como si la tienes amarillen-

ta. ¡Pero qué males terribles e incesantes padece

una vejez dilatada! Ante todo contempla un rostro

mal parecido, deforme e irreconocible; en vez de

cutis una piel fea, unas mejillas fláccidas y unas

arrugas como las que, allí donde Tábraca extiende

sus bosques umbríos, surcan el entorno de la boca

ya mustia de la mona que es madre. Muchas son

las diferencias que hay entre los jóvenes [...] La faz

de los viejos es siempre la misma, la voz y los

miembros temblorosos, la cabeza calva y la nariz

acuosa como la de un niño. Ha de roer, el pobre, el

pan con unas encías desdentadas. Repele tanto a

su mujer y a sus hijos, siente tanta repugnancia de

sí mismo que asquearía incluso a Coso, el cazador

de testamentos. Su paladar, insulso, no se deleita

ni con el vino ni con la comida. También hace ya

mucho tiempo que no sabe qué es hacer el amor, y

si lo intenta, el miembro diminuto le cuelga hernia-

do, y colgará aunque se lo acaricien la noche ente-

ra. ¿Es que se puede esperar otra cosa de las

canas de esta ingle enferma? [...]

Uno anda mal del hombro, otro de los riñones,

y un tercero, del muslo. Aquél perdió los dos ojos y

siente envidia de los bizcos; los mortecinos labios

de éste toman la comida de manos ajenas.[...]Mas,

peor que cualquier achaque de los miembros en

¿Queréis saber cuál es la duración

más larga de la vida?

Es vivir hasta haber

adquirido la sabiduría.

Porque un hombretenga el pelo blancoy arrugas no puede

creer que haya vividomucho tiempo,

no ha vivido muchotiempo, sino que

ha durado mucho tiempo.

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 23

los viejos es la demencia, pues no recuerda el nom-

bre de los sirvientes ni reconoce la cara del amigo

con quien cenó la noche anterior, ni tan siquiera los

hijos que ha tenido y educado. [...]¿Que las faculta-

des de su alma no han perdido vigor? En tal caso

deberá celebrar los funerales de sus hijos, deberá

contemplar la pira de la mujer que ha querido, la de

sus hermanos, y las urnas funerarias de sus her-

manas. El castigo infligido a los que viven mucho

tiempo es envejecer vestidos de luto, con tristeza

perpetua, con gemidos incesantes y desgracias

siempre renovadas. El rey de Pilos, si otorga algún

crédito al ilustre Homero, fue ejemplo de una larga

existencia [...] Pero preguntaba a todos los com-

pañeros allí presentes la causa de que él dure has-

ta esos tiempos, qué crimen ha cometido merece-

dor de una vida tan larga. (X,188-256).

Estos dos ejemplos, los de Marcial yJuvenal, son de los últimos en recoger ácidascríticas contra la senectud. Después de ellos,estas demostraciones serán sustituidas pormeros clichés o ejercicios de estilo, ya que losancianos han perdido todo su interés literario,pues han dejado de ser temidos por su poder.Podemos rastrear su presencia en algunacomposición poética, como en las Púnicas deSilio Itálico o en las Elegías de Maximiano, oen los dos autores que mostramos a conti-nuación, Claudio Eliano, del siglo II, y Libanio,ya del siglo IV, que, de una forma muy tenue,alivian el olvido en el que van a quedar sumi-dos los ancianos, siendo su paso por el Impe-rio romano, no mucho más afortunado que elque protagonizaron por el mundo helénico.

Así, Claudio Eliano, pone de manifiestopreceptos propios del derecho natural cuandonos dice, en su Historia de los animales:

«Cuando el león llega una edad avanzada y

está abrumado por la vejez, en manera alguna pue-

de cazar y gusta de descansar en cuevas o en las

guaridas de la selva, y no se atreve a enfrentarse ni

siquiera con las fieras más débiles porque des-

confía de su edad y conoce la debilidad de su cuer-

po. Y son sus cachorros [...] los que van a cazar.

[...]Y no fue Solón el que ordenó este comporta-

miento (el cuidar a sus padres) a los leones jóve-

nes, sino que lo aprendieron de la Naturaleza, a la

que nada importan las leyes de los hombres, pues

ella es una ley inmutable.» (IX, 1).

«Licurgo promulgó una ley humanísima a mi jui-

cio, en virtud de la cual los jóvenes debían ceder

sus asientos y el paso a los ancianos, por respeto

a la edad que todos ansían alcanzar con el

beneplácito del destino.» (VI, 61).

El rétor Libanio, profesor del emperadorJuliano, al comunicarnos este hecho en susCartas, «Seguramente haces caso de Solón ymantienes a tu padre después de haber ter-minado tus estudios.» (II, 137, 3), nosdemuestra todavía la presencia de un respetoa la ancianidad, ya que el legislador atenienseSolón (PLUTARCO, Vida de Solón, 22, 1) dictó una ley porla que el hijo tenía obligación de cuidar a supadre, a no ser que éste no le hubiese enseña-do un oficio.

CONCLUSIONES.Se nos puede acusar de reflejar, casi de

forma exclusiva, la situación de los ancianosde los grupos dominantes -senadores, caba-lleros, algún liberto enriquecido-, pero tratarde soslayo la situación de los senectos de laplebe y los esclavos, o incluso mostrar losejemplos de aquellos que encarnaban el ide-al del anciano para un romano: ricos, cultiva-dos, discretos y con excelente salud, por loque reunían en sí mismos todas las condicio-nes necesarias para un retiro feliz. Ello escierto, pero sólo hasta cierto punto, debido aque, la propia naturaleza de nuestro estudio,ha impuesto unos límites: la mayor parte delos autores se refirió a miembros de los gru-pos sociales dominantes y no a los integran-tes de otros sectores o estamentos, para losque el silencio de las fuentes escritas es casitotal. Podemos rastrear su presencia leyendoentre líneas, y los vemos pasando el tiempoen los espectáculos circenses o en las plazaspúblicas jugando a los dados, o inclusotomando parte en algún sarao, como ciertaElia Catella, quien, a los ochenta años, seexhibía todavía en los bailes en época deNerón. En cuanto a los esclavos de edadavanzada, en el caso de que no se consiguie-se venderlos —que era lo que recomendabaCatón, en su De re agricultura—, podían serliberados o abandonados en la calle o cercadel templo de Esculapio.

Del mismo modo, podemos estar deacuerdo con Minois cuando señala que elúnico terreno en el cual los romanos han tra-

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200824

tado siempre bien a la vejez es el de las artesplásticas, como son algunos bellos ejemplosde retratos de parejas de ancianos esposos,que casi podrían hacernos olvidar los sarcas-mos de Plauto, la crudeza de Horacio o laacrimonia de Juvenal. Este contraste mues-tra que en Roma se tuvo conciencia de laambigüedad fundamental de la edad provec-ta, noblemente trágica y ridículamente cómi-ca, mezquina en sus defectos, sublime ensus cualidades (MINOIS, 2001:80). Poco dado alas generalizaciones, práctico ante todo, elgenio romano ha hablado de los ancianos,dejándoles expresarse por sí mismos, muchomás que de la vejez, y en esto se diferenciadel mundo griego. El Sobre la vejez deCicerón, el primer tratado apologético com-pleto sobre la senectud, es más un conjuntode ejemplos individuales que un compendiosobre la vejez en general, de la misma mane-ra que otros autores han criticado a persona-jes concretos y no a un período de la vida,con lo que se ha logrado salvaguardar lacomplejidad y las contradicciones de la

vejez, sus miserias y su grandeza. Al recha-zar las categorías y las ideas, los romanoshan eliminado las simplificaciones reducto-ras y mantenido la dignidad del anciano.

De todas formas, lo expuesto nos debellevar a una reflexión, puesto que se observa,a lo largo de los tiempos, una ambigüedadpermanente en el destino de los ancianos:cuanta más autoridad y poderes les confierela ley, más detestados son por las generacio-nes siguientes, como hemos visto en la socie-dad romana. En el polo opuesto, cuanto másdesprovistos de derechos están, más despre-ciados son, como podemos constatar en lasociedad actual. ¿Seremos capaces de ofre-cer a los ancianos sólo la alternativa de serodiados o despreciados?

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FRAGMENTOS LITERARIOS SOBRE LA ANCIANIDAD EN ROMA 25

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 27

1.- Introducción.En los países de la OCDE se dedica a pre-

vención y programas de salud pública sola-mente el 3% del gasto medio en salud (Indica-dores de Salud, 2005, OCDE). Esta cifra sereduce al 1,3% en España. Estos datos indi-can con más exactitud que cualquier declara-ción institucional grandilocuente la importan-cia secundaria que tiene la prevención ennuestros sistemas sanitarios.

Sin embargo como señala la mismaOCDE un mayor esfuerzo en prevención podríagenerar nuevas oportunidades para mejorarla salud y aliviar los sistemas de asistenciasanitaria. Esa mejora de la salud redundaríaen un retraso o alivio de las situaciones dedependencia asociadas al envejecimiento.

Como dice la Sociedad Española deGeriatría y Gerontología (SEGG), no hay mejoratención a la dependencia que su prevención.La dependencia no es algo inevitable en elenvejecimiento, aunque es lógico que existauna correlación. Pero la persona mayor enfer-ma o dependiente, lo es por su enfermedad,no por la edad. Esto es muy importante por-que mientras no se puede influir sobre laedad, sí se puede intervenir sobre otrasmuchas variables que afectan a la enferme-dad. Y la enfermedad es la principal causa dela dependencia. Por lo tanto si logramos pre-venir la enfermedad (y los accidentes), dismi-nuirán las situaciones de dependencia.

De hecho existen evidencia científicapara afirmar que es posible disminuir de for-ma significativa la incidencia, prevalencia eintensidad de la enfermedad, discapacidad ydependencia. La teoría de la compresión de lamorbilidad, primeramente formulada por Fries

(1980) y difundida ampliamente por Manton(1982), parece que se va confirmando empíri-camente, de tal forma que el envejecimientode la población no va acompañado de unaumento más que proporcional de la depen-dencia, como se auguraba, circunstancia quese achaca a las medidas de prevención y pro-moción de la salud.

Es necesario reorientar las prioridadesen los sistemas sanitario y sociosanitario,para dar primacía al conocimiento del estadode salud e investigar la prevalencia de lasenfermedades y de las circunstancias que lasfacilitan, prevenirlas y paliar la discapacidad.O como se ha dicho también hay que efectuarun cambio de paradigma, de curar a preveniry fomentar la salud, de la preponderancia delos aspectos negativos —enfermedad- a lospositivos— promover la salud, como señala laConferencia de Otawa de 1986 y prevenir lasenfermedades.

Vamos a revisar primero lo que las insti-tuciones internacionales más relevantes hanapuntado sobre este tema, a continuación loque dice la reciente Ley de Dependencia y porúltimo algunas reflexiones sobre temas con-cretos de promoción de la salud y prevenciónrelacionados con las personas mayores. Pre-viamente recordaremos que la ConstituciónEspañola en su artículo 43 en los puntos 2 y 3determina que “compete a los poderes públi-cos organizar y tutelar la salud pública através de medidas preventivas y de las pres-taciones y servicios necesarios” “Los poderespúblicos fomentarán la educación sanitaria, laeducación física y el deporte. Asimismo facili-tarán la adecuada utilización del ocio”. Enotros artículos se aludirá a otras medidas rela-

LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA

desde el punto de vista de los mayoresEduardo Rodríguez Rovira

Presidente Grupo INDASPresidente COPEMA

La persona mayor

enferma

o dependiente,

lo es por su

enfermedad,

no por la edad.

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200828

cionadas con el fomento de la salud en rela-ción con el medio ambiente, el disfrute de unavivienda digna y adecuada etc.

2.- La Prevención de la Dependencia y la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento.

El Plan de Acción Internacional (PAI) dela II Asamblea Mundial sobre el Envejecimien-to de Madrid 2002 (II AME), estableció comoorientación prioritaria II “El Fomento de lasalud y el bienestar en la vejez”. De una formareiterativa y enfática el párrafo 58 del mismodeclaraba que “Las personas de edad tienenpleno derecho a contar con acceso a la aten-ción preventiva y curativa, incluida la rehabili-tación y los servicios de salud sexual. El Plenoacceso de las personas de edad a la atencióny los servicios de salud, que incluye la preven-

ción de las enfermedades, entraña el recono-cimiento de que las actividades de promociónde la salud y prevención de las enfermedadesa lo largo de la vida deben centrarse en elmantenimiento de la independencia, la pre-vención y demora de las enfermedades…” Lainsistencia en el concepto prevención en estepárrafo no es casual e indica la importanciaque se da al mismo en el mantenimiento de laindependencia personal. Una aproximacióncorrecta a la promoción de la autonomía yatención a la dependencia debe comenzarcomo señala el PAI de la II AME con la promo-ción de la salud y la prevención de las enfer-medades. Esta es la asentada doctrina quedefienden los expertos y todos los documen-tos oficiales que tratan el tema.

La cuestión primera que desarrolla laorientación prioritaria II señalada nos recuer-da la Carta de Otawa para el Fomento de laSalud (1986) y la Conferencia Internacional

sobre la Población y el desarrollo (1994) en laque se fijó el objetivo de aumentar los añoscon buena salud.

A continuación se señala que el “pilar delenvejecimiento con salud” son las actividadesde promoción de la salud y el acceso universalde las personas de edad a los servicios desalud durante toda la vida. “Una perspectivaque tenga en cuenta la vida entera suponereconocer que las actividades dirigidas alfomento de la salud y a la prevención de lasenfermedades deben concentrarse en mante-ner la independencia, prevenir y demorar laaparición de enfermedades y discapacidadesy proporcionar atención médica y mejorar elfuncionamiento y la calidad de vida de las per-sonas de edad que ya sufren discapacidades”(artículo 63)

Seguidamente describe aquellas medi-das que van más allá de las específicas parainfluir en la salud de los individuos, como sonlos factores ambientales, económicos y socia-les, el entorno físico, la geografía, la educa-ción, la ocupación, los ingresos, la condiciónsocial, el apoyo social, la cultura y el género yque de hecho influyen en la salud. “Las mejo-ras que se produzcan en la situación econó-mica y social de las personas de edad gene-rarán también mejoras en su salud”. Tambiénse refiere a los obstáculos que encuentra lamujer durante toda la vida que tienen un efec-to acumulativo para el bienestar social, econó-mico, físico y psicológico de sus últimos años(artículo 64)

Por último se refiere a la contaminaciónque afecta a la calidad de vida de los niños ylas personas que envejecen, a la malnutrición,a la actividad física y al hábito de fumar (artí-culo 65)

En el artículo 66 establece como objeti-vo 1: “Reducción de los efectos acumulativosde los factores que aumentan el riesgo desufrir enfermedades y, por consiguiente, laposible dependencia en la vejez” y detalla 8medidas concretas dirigidas a este objetivo,entre las que están:

—Políticas de erradicación de la pobreza—Asegurar condiciones que permitan alas familias y comunidades proporcionar

“Las mejoras que se produzcan en la situacióneconómica y social de las personas de edadgenerarán también mejoras en su salud”.

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 29

protección a las personas que envejecen —Determinar y hacer frente a los factoresambientales y socioeconómicos que con-tribuyen a la discapacidad—Concentrar la promoción de la salud, laeducación sanitaria, las políticas de pre-vención y las campañas de información enlos riesgos derivados de una dieta pocosaludable, la inactividad física, del hábitodel tabaco, de la exposición involuntaria alhumo del tabaco, el abuso del alcohol y eluso indebido de medicamentos.

El objetivo 2 trata de la “Elaboración depolíticas para prevenir la mala salud entre laspersonas de edad” una serie de medidas paracumplir el objetivo:

—Intervención temprana para impedir oposponer la aparición de las enfermeda-des y discapacidades —Programas de vacunación de adultos—Disponibilidad de programas primariosde reconocimientos médicos, a costoaccesible para las personas de edad—Incentivos a los profesionales de losservicios sociales y de salud para aseso-rar a las personas que están llegando ala vejez—Atender los peligros derivados del aisla-miento social y las enfermedades mentales—Promover la participación de los mayo-res en actividades cívicas y culturales

Por último la cuestión 6 trata de las per-sonas con discapacidad y su objetivo primeroes el “Mantenimiento de una capacidad fun-cional máxima durante toda la vida…” Entrelas medidas se destacan, como era de espe-rar, “políticas, legislación, planes y programasnacionales y locales para tratar y prevenir ladiscapacidad…”. Se mencionan los serviciosde rehabilitación física y mental para las per-sonas de edad con discapacidad y la promo-ción de viviendas adaptadas y la creación deestímulos para llevar una vida independiente.

Comprobamos como hemos anticipadoque es llamativa la insistencia del PAI de la IIAME en los temas de la prevención y promo-ción de la salud, reconociendo de esta forma

la importancia que se las atribuye. No cree-mos que exista otra declaración institucionalque trate tan exhaustivamente el tema de laprevención.

El Foro Mundial de ONG sobre el Enveje-cimiento que se desarrolló en paralelo a la IIAME, también menciona en sus Propuestas yRecomendaciones el tema de la prevención,como es lógico: “Es necesario desarrollar pro-gramas de prevención, desde las vacunacio-nes hasta una adecuada nutrición, salud den-tal, así como la potenciación de medidas posi-tivas como actividad física, evitar el tabaquis-mo y el alcoholismo etc. y la detección precozde patologías y síndromes geriátricos de altaprevalencia”

La ConferenciaRegional de Berlín de2002, organizada porla UNECE para aplicarestos principios de la IIAME a la región euro-pea hace hincapié enla promoción de lasalud y del bienestar alo largo de toda la vida,lo que requiere unaaproximación intersec-torial, señalando laimportancia de los fac-tores sociales, econó-micos y ambientales.

La reciente Decla-ración de León, de noviembre 2007 recalca quelas políticas que permitan a las personas alcanzaruna edad avanzada más sana deben ocuparse dela promoción de la salud, de los estilos de vida salu-dable, de la rehabilitación y mejora de la preven-ción, el tratamiento y cuidados que exigen lasenfermedades, la fragilidad y las discapacidadesde la vida avanzada.

A partir del PAI de la II AME, que estable-ce detalladamente la doctrina sobre la pre-vención y promoción de la salud, vemos quelas siguientes reuniones internacionales quehan revisado su cumplimiento no hacen otracosa sino repetir pobremente los conceptos yaseñalados sin añadir nada nuevo. Sin embar-go en las reuniones organizadas por expertos,

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como la que hoy celebramos aquí, se concre-tan más las medidas de prevención.

El VIII Congreso Nacional de Organizacio-nes de Mayores ha realizado una revisión delPAI en Abril 2007 con ocasión de celebrarse enese mes el quinto aniversario de la II AME,siguiendo las recomendaciones de la Comisiónpara Desarrollo Social de Naciones Unidas. Endicho Congreso Agustín Rivero tuvo una desta-cada intervención sobre “El papel de la Preven-ción en la Salud de las Personas Mayores”.

Por ejemplo en la Declaración de Yuste,realizada en Octubre 2007, como consecuen-cia del Foro sobre Longevidad Activa y Salu-

dable, cuatro conclusiones de nueve estándedicadas a temas de prevención. La conclu-sión cuarta establece la necesidad de políti-cas de prevención aplicadas con la mayor pre-mura, lo que precisa el establecimiento de unproceso educativo sanitario en el que losgeneralistas adquieran un compromiso espe-cial con la ayuda de especialistas médicoscomo son el ginecólogo en la mujer y el urólo-go en el varón, así como la importancia delgeriatra, cuya presencia en el medio hospita-lario ha de ser favorecida. En las conclusiones4, 5 y 6 menciona escenarios preventivos enurología (intervención en la hiperplasia prostá-tica benigna, la disfunción eréctil, la inconti-

nencia etc.), en temas ginecológicos y en pato-logía cardiovascular, en la que el mejor cono-cimiento del endotelio permite establecer nue-vas estrategias preventivas.

3.- Prevención y Ley de Dependencia de 2006

El VI Congreso Nacional de Organizacio-nes de Mayores, celebrado en Valladolid enOctubre 2003, se dedicó íntegramente altema de la Dependencia en las personasmayores. En el Congreso se aprobó por unani-midad un documento con las “Bases para unaLey Estatal de Protección Social a las Perso-nas con Dependencia”. La Base 10 despuésde hacer referencia al PAI de la II AME, señala:“La eficacia de una ley de protección a ladependencia será tanto mayor cuanto mejorse puedan administrar los recursos de que sedisponga, cuanto mejor estén definidas lassituaciones y cuantos menos casos haya queatender. Todo ello se consigue con un buensistema de prevención de la enfermedad y dela dependencia asociada, así como la promo-ción del envejecimiento activo, lo que retra-sará e incluso eliminará en alguna medida ladependencia. Por ello consideramos de extra-ordinaria importancia que esté presente en laLey este concepto. Aunque no se trata real-mente de un servicio para las personasdependientes, tiene una relación directasobre la situación global de la dependencia,especialmente con el futuro de la misma…” Acontinuación se mencionan las campañas deprevención sanitaria, hábitos alimenticios ypone en un primer plano el papel de la Geron-tología, que debe estar presente en las estruc-turas sanitarias.

Ciertamente, la prevención de la depen-dencia constituye uno de los principios que ins-pira la Ley de Promoción de la Autonomía Per-sonal y Atención a las personas en situaciónde dependencia, de 14 diciembre 2006 (Leyde Dependencia) “El establecimiento de lasmedidas adecuadas de prevención, rehabilita-ción, estímulo social y mental” (artículo 3 g) Esmás, mientras que el Libro Blanco proponía laprevención solamente como un criterio de

“La eficacia de una ley de protección a la dependencia será tanto mayor cuanto mejor se puedan administrar los recursos de que se disponga, cuanto mejor estén definidas las situaciones y cuantos menos casos haya que atender. Todo ello se consigue con un buen sistema de prevención de la enfermedad y de la dependencia asociada, así como la promoción del envejecimiento activo, lo que retrasará e incluso eliminará en alguna medida la dependencia.

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 31

actuación, la Ley la incluye en el catálogo deservicios lo que parece resaltar más su impor-tancia: “Los servicios de prevención de lassituaciones de dependencia y los de promo-ción de la autonomía personal” (artículo 15)

A pesar de esta declaración de principios,sorprende que en la parte dispositiva se dedi-que un único artículo, el 21, con un contenidotrivial, a la prevención de las situaciones dedependencia. En primer lugar se da una defini-ción muy somera seguida de la tópica referen-cia a la coordinación entre servicios sociales ysanitarios. Por último dispone que el ConsejoInterterritorial del Sistema para la Autonomía yAtención a la Dependencia (SAAD) “acordarácriterios, recomendaciones y condiciones míni-mas que deberían cumplir los Planes de Pre-vención de las situaciones de Dependencia queelaboren las comunidades Autónomas, conespecial consideración de los riesgos y actua-ciones para las personas mayores”. Ni siquierase marcan plazos para la elaboración de los cri-terios y condiciones mínimas y el condicional“deberían” quita fuerza a la obligación que seimpone a las Comunidades Autónomas. Afortu-nadamente prácticamente todas tienen instau-radas dentro de la Atención Primaria de Saludservicios de prevención y detección de proble-mas en personas mayores y en muchas estánimplantados servicios de atención al alta hospi-talaria y de atención a los ancianos de riesgo.Pero queda claro que la nueva Ley no aportanada en este aspecto.

El Reglamento del Consejo Interterritorialpermite crear grupos de trabajo y ponenciasespecíficas con expertos externos. Debería cre-arse uno especial para estudiar los criterios ycondiciones mínimas de los planes de preven-ción tal como exige el artículo 21 de la Ley.

Para terminar la referencia a esta Ley, ysiguiendo a Demetrio Casado es importantedistinguir en cuanto a la práctica de la acciónpreventiva de los factores de riesgo de las dis-capacidades, entre aquella que se realizamediante prestaciones individuales determi-nadas —consejo genético, tratamientos deatención temprana, rehabilitación siguiente alas reducciones de fracturas de cadera, etc.—y la acción preventiva de carácter colectivo —

educación para la salud, medidas medioam-bientales, buenas prácticas de la asistenciasanitaria—. Las individuales deben de recibirel mismo tratamiento normativo en el sistemaque los otros servicios del catálogo y las queno estén garantizadas dentro del SistemaNacional de Salud (SNS) —tratamientos deatención temprana— deben de adquirir eseestatus jurídico en el SAAD.

La coordinación de servicios sanitarios ysociales, imprescindible en la prevención,cuya principal causa es la enfermedad, es unaaspiración recurrente desde el Informe Abrilde 1991, reiterado en el Plan GerontológicoEstatal de 1992, en el Acuerdo Marco entrelos Ministerios de Sanidad y Asuntos Socialespara la coordinación sociosanitaria de 1993,el Acuerdo del Congreso de los Diputados parala consolidación y modernización del SistemaNacional de Salud de 1997 y las Bases paraun Modelo de Atención Sociosanitaria (2001).Por último la Ley de Cohesión y Calidad delSNS, de 2003, definió la prestación sociosani-taria, pero el Decreto de 2006 que establecela cartera de servicios del SNS no incluye laprestación sociosanitaria. Que la Ley deDependencia vuelva a insistir de una formaredundante y abstracta en la necesidad evi-dente de coordinación, especialmente en eltema de la prevención (A. Jiménez de Lara), yno aborde su implantación o que al menosestablezca un plazo perentorio para ello, esotra oportunidad perdida.

De nuevo en este caso también muchasautonomías han tomado la iniciativa que deberíahaber correspondido a la Administración Central ydesde el programa catalán de Vida als Anys de1986 se han ido implantando planes de coordi-nación como por ejemplo los de Valencia, Progra-ma PALET, 1995, Castilla y León en 1998 o elPlan de Cantabria 1999-2005, etc.

4.- Promoción de la Salud.La Carta de Otawa (1986)

La distinción entre Promoción de laSalud y Prevención de la enfermedad o de laDependencia en nuestro caso, puede pareceruna disquisición semántica, basada solamen-

La coordinación

de servicios

sanitarios y sociales,

imprescindible

en la prevención,

cuya principal causa

es la enfermedad,

es una aspiración

recurrente desde el

Informe Abril

de 1991, reiterado en

el Plan Gerontológico

Estatal de 1992,

en el Acuerdo Marco

entre los Ministerios

de Sanidad y Asuntos

Sociales para

la coordinación

sociosanitaria

de 1993, el Acuerdo

del Congreso de los

Diputados para la

consolidación y

modernización

del Sistema Nacional

de Salud de 1997

y las Bases para un

Modelo de Atención

Sociosanitaria

(2001).

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te en resaltar un aspecto positivo —la salud—o uno negativo —la enfermedad—. Es claro quela promoción de un estado saludable previenede las enfermedades y que la prevención delas enfermedades fomenta la salud. Esa es larazón de que muchas medidas concretas sedescriban en unos casos como medidas depromoción de la salud y en otros casos comopreventivas de las enfermedades.

Para estas reflexiones se utilizará la defi-nición de la Carta de Otawa, la promoción dela salud consiste en promocionar a los pue-blos los medios necesarios para mejorar susalud y ejercer un mayor control sobre la mis-ma. Se trata de un concepto positivo y son lasadministraciones públicas las que asumen elprotagonismo para el conjunto de la sociedad.El concepto de salud como bienestar no con-cierne exclusivamente al sector sanitario. Poreso la Conferencia de Otawa en su primerpárrafo nos dice que tiene como fin dar “unarespuesta a la creciente demanda de una nue-va concepción de la salud pública en el mun-do”. Estamos hablando pues de una reformu-lación de la salud pública.

De esta forma la Carta detalla las condi-ciones y requisitos para la salud en los que tie-ne que basarse necesariamente una mejorade la salud y de la calidad de vida:

—La paz—La educación—La vivienda—La alimentación—La renta—Un ecosistema estable—La justicia social—La equidad

La OMS en su documento Salud y Enve-jecimiento de 2002, confirma que las desi-gualdades sufridas en los primeros años devida en el acceso a la educación, el empleo yla atención sanitaria están relacionadas demanera crítica con la situación y el bienestarde la vejez

La promoción de la salud exige la accióncoordinada de todos los implicados: gobier-nos, sectores sanitarios, sociales, económi-cos, familias, comunidades, medios de comu-

nicación, la industria y autoridades locales.La promoción de la salud debe de ir más

allá del mero cuidado de la misma. Los servi-cios médicos deben de ser reorientados paraproporcionar no solo servicios médicos y clíni-cos, lo que implica cambios en la educaciónprofesional. La promoción de la salud debeformar parte de todos los programas políticosy combinar medidas legislativas, fiscales ycambios organizativos. La acción conjuntacontribuye a unos bienes y servicios sanos yseguros, una mayor higiene de los serviciospúblicos y un ambiente más grato y limpio. Exi-ge la participación efectiva de la comunidad,para lo que es necesario el acceso a la infor-mación y a la educación sanitaria, preparandoa la población para las diferentes etapas de lavida y para que afronte las enfermedades ylesiones crónicas.

5.- Reflexiones sobre medidasconcretas de promoción de la saluden los mayores.

Teniendo como marco la Carta de Otawapasemos a analizar algunas políticas de pro-moción de salud, relevantes para los mayores:

El envejecimiento activo: La OMS utilizadesde hace unos años este concepto, quesegún sus propias palabras es más completoque el de “envejecimiento saludable”. Es tam-bién, por supuesto, un concepto más amplioque el de la capacidad para estar físicamenteactivo. Aun en situación de enfermedad o condiscapacidades se puede seguir colaborandoactivamente con las familias o en el ámbitocomunitario. La actividad “permite a los mayo-res mejorar al máximo sus posibilidades deautonomía, buena salud y productividad”.

Desde luego el trabajo remunerado enactividades gratificantes es la forma más sanade envejecer. Aun cuando parezca que una delas aspiraciones más generalizadas en lapoblación es la de dejar de trabajar, con-vendría conocer el estudio publicado reciente-mente en el British Medical Journal en el quese demuestra que los que se jubilan a los 55años tienen una tasa de mortalidad el doble

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 33

de alta en los 10 años siguientes a su jubila-ción que los que se jubilan a los 65 años. Des-de muchos puntos de vista, pero desde esteque tratamos ahora, la prejubilación por partede grandes empresas de personas “jóvenes”de 50 años (4.000 empleados en TVE recien-temente) es un escándalo y claramente discri-minatorio cuando es la edad, no la capacidado adaptación al puesto, la exclusiva razón dela nefasta acción.

La actividad puede ser también de tra-bajo no remunerado, contribuyendo habitual-mente a labores domésticas y concretamentela atención a los nietos, que facilitan la conci-liación de obligaciones familiares y el empleode las parejas más jóvenes. La participaciónde las personas mayores en redes sociales yde ocio es otra forma de actividad positiva.Las administraciones públicas deben seguircreando Centros especializados de mayores,para que estos, concretamente los que no ten-gan medios para acudir a clubs privados,desarrollen vida social. Esa actividad puederealizarse también trabajando como volunta-rios en la comunidad a través de institucionesy ONG. No solo se contribuye al bienestar delos demás sino a su propio bienestar mental y

su propia salud. Según NU la contribucióneconómica del voluntariado —si fuera remune-rado— estaría entre el 8 y el 14% del PIB de lospaíses desarrollados.

El envejecimiento activo lo relacionamosinmediatamente con la actividad física. Estáplenamente demostrado que la actividad físi-ca moderada retrasa el envejecimiento funcio-nal y reduce el riesgo de muchas enfermeda-des. Merz y Forrester demostraron en 1997que la actividad física moderada y periódicareduce el riesgo de muerte cardíaca entre 20y 25% en las personas con enfermedadescoronarias y crónicas.

Seguramente el mayor riesgo a todas lasedades y en nuestro caso de las personasadultas es el sedentarismo. Si bien la decisiónde realizar la actividad física es individual, laspolíticas públicas deben facilitar en lo posiblezonas verdes cerca del domicilio de la pobla-ción, zonas seguras, espacios para actividadesrecreativas destinadas a los mayores elimina-ción de barreras arquitectónicas en la propiavivienda —especialmente en el modelo verticalde viviendas de las grandes ciudades—, en losviales y toda clase de accesos y en el transpor-te, que faciliten la movilidad de las personas

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de edad. Las autoridades locales tienenmucho que decir en este terreno y de hecho seempiezan a ver actuaciones en este sentido,pero tendría que haber una acción sistemáticapropulsada por el Consejo Territorial del SAAD,para que se incluyera en los Planes de Preven-ción de las Comunidades Autónomas.

La existencia de barreras arquitectónicasestá muy relacionada con los accidentes enpersonas mayores. Se trata de un factor deriesgo debido al deterioro de la capacidad decoordinación, trastornos neurológicos o rela-cionados con el equilibrio, los déficits senso-riales de vista y oído y a la ausencia de activi-dad física. Una de cada tres personas mayoresde 65 años se cae al menos una vez al año ycerca de la tercera parte sufre fracturas y otraslesiones. Las caídas producen una alta morbi-mortalidad. Según la OECD el porcentaje demuertes en hombres de más de 80 años quesufren una caída es del 18,6% y en mujeresmayores de 80 años, nada menos que el 42%,cifra que evita otros comentarios sobre la tras-cendencia de prevenir este riesgo. Otra conse-cuencia es el síndrome post-caída que sufrenmuchas personas (más del 70%) y que secaracteriza por el miedo a sufrir nuevas caídas(J.M. Ribera). Las autoridades locales deberíanimplantar medidas sistemáticas de inspecciónde las condiciones en que se encuentran laspersonas de mucha edad que viven solas yestas medidas deberán también estar recogi-das en los Planes de Prevención de las Comu-nidades autónomas tras las recomendacionesdel Consejo Interterritorial del SAAD.

La Carta de Otawa señala la renta y laeducación como condicionantes de la salud.Está también demostrada la alta correlaciónentre la pobreza y la falta de educación con ladiscapacidad, la dependencia y la muerte. Laspolíticas sociales de ayudas en la vejez, comoson las pensiones no contributivas en España,cuyas cuantías deben de ser superiores, vanorientadas a corregirlo. Según señala la OMSuna política clave para el envejecimiento acti-vo es la de proporcionar programas de educa-ción y formación permanente dirigidas a laspersonas mayores para que puedan aprenderdurante toda su vida (y por supuesto previa-

mente mientras trabajan), especialmente enlas tecnologías de la información.

Nos hemos referido anteriormente a lasredes sociales que favorecen la participación yactividad de los mayores. Desgraciadamentesegún se envejece se pierden relaciones fami-liares y amigos y en muchos casos se produceel aislamiento y la soledad, cada vez más fre-cuente en nuestro tiempo. Se trata de uno delos riesgos más graves de dependencia y muer-te. Según cita la OMS, en Japón las personasmayores que carecían de contactos socialesfueron 1,5 veces más propensas a fallecer enlos tres años siguientes que las que teníanmás apoyo social. En los EE.UU. se ha demos-trado que las personas con gran apoyo social,especialmente de la familia, se recuperabancon más facilidad después de la cirugía decadera. De nuevo insistimos en la necesidadde la creación de redes sociales públicas parafacilitar la integración social de este tipo demayores, el fomento del voluntariado y la visitaorganizada de los asistentes sociales.

Posiblemente la soledad, el abandono, ladepresión (las enfermedades mentales estánescasamente diagnosticadas y poco tratadasen las personas mayores) o el no superar unaenfermedad es la causa de la insoportabletasa de suicidios que asciende progresiva-mente con la edad llegando a las cohortessuperiores a 85 años al 11 por cien mil enmujeres y al 65 por cien mil en hombres.Como referencia en las edades entre 25 y 64años oscila alrededor del 3 por cien mil. Rei-teramos la necesidad de medidas como lasenunciadas en el párrafo anterior

La Carta de Otawa se refiere también ala Paz y Justicia Social como condicionantesbásicos para la salud. Aquí sólo nos interesatocar el tema de la seguridad pública, que tan-to afecta a las personas de edad. Cuando exis-te inseguridad pública, los mayores viven contemor y tienden a aislarse y encerrarse en susviviendas, con las repercusiones negativasesperables en su salud física y mental. Es unhecho que afecta a toda la población, pero losmayores son especialmente vulnerables altirón, al robo en los cajeros automáticos y alallanamiento de morada. Efectivamente esta-

La Carta

de Otawa señala la

renta y la educación

como condicionantes

de la salud.

Está también

demostrada la alta

correlación entre

la pobreza

y la falta de

educación

con la discapacidad,

la dependencia

y la muerte.

Las políticas sociales

de ayudas

en la vejez, como son

las pensiones

no contributivas

en España,

cuyas cuantías deben

de ser superiores,

van orientadas

a corregirlo.

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 35

mos ante condicionantes básicos para lasalud, por ello es esencial la prevención de laviolencia de todas clases, incluida la domésti-ca y la institucional para con los mayores.

Algunas voces han sugerido que una veztransferidas las competencias de gestión de lasalud a las Comunidades Autónomas, el Minis-terio de Salud debería desaparecer. Pero per-manece lo que es la competencia más impor-tante, la política sanitaria. Las campañas sani-tarias, de promoción de hábitos saludablesrealizadas en los últimos tiempos, a pesar detodas las críticas sufridas por algunos aspec-tos corregibles en su planteamiento y su ins-trumentación son muy positivas. Aunque seanhábitos individuales, el abuso del tabaco,alcohol o las drogas, requieren campañaspúblicas de sensibilización y de regulación,especialmente en los aspectos en que estoshábitos perjudican a terceros, como puedenser los hijos (“Esta niña fuma”. Un paquete aldía”). Lo mismo sucede con la evitación delabuso en la utilización de los medicamentos,circunstancia especialmente importante en elcaso de personas de edad a veces polimedi-cadas, susceptibles de complicaciones y reac-ciones adversas.

Igualmente promoción de salud es elfomento de una nutrición saludable y las medi-das de carácter higiénico que han casi erradi-cado las intoxicaciones de la población. Encuanto a lo primero, en los mayores existen lascircunstancias antagónicas de que el 43% tie-ne sobrepeso y al mismo tiempo otro 10% estádesnutrido, cifra que puede aumentar al 30%en las personas institucionalizadas en hospita-les y residencias. Los cambios en la dieta de lapoblación desde una dieta equilibrada y sanacomo era la mediterránea, afecta incluso a laspersonas de edad. La estrategia Naos puestaen marcha por la Agencia Española de Seguri-dad Alimentaria, tiene como fin la prevenciónde la obesidad, a través de una alimentaciónsaludable y la promoción de la actividad física.Está demostrado que la combinación del ejer-cicio físico, la comida de frutas y verduras y laausencia de abuso de alcohol o tabaco alargala vida en 14 años, según un reciente estudiode la Universidad de Cambridge. Por otro lado

según estudios publicados en JAMA la dietamediterránea conjuntamente con el ejerciciofísico reduce en 22% el riesgo de contraerenfermedades cardiovasculares. Pensamosque la estrategia Naos es merecedora de unimpulso aun mayor y debe alcanzar a las per-sonas mayores.

También tenemos que suscribir las cam-pañas de prevención de los accidentes de cir-culación, por lo menos en su concepto, si bienpuedan ser criticables en determinados aspec-tos. Aunque utilicemos la palabra prevención,como en los casos de salud anteriores, cree-mos que se trata también aquí de promociónde hábitos correctos de circulación. La preven-ción primaria de los accidentes de circulaciónentendemos que es la que debe de adoptar lapersona individual. El tráfico especialmente enlas ciudades es un enemigo de las personasde más edad y provoca gran inseguridad enellas. Las lesiones y muertes de peatones seproducen más frecuentemente entre las per-sonas de edad. Velocidades exageradas,semáforos con cambio rápido de luces antecoches impacientes, pasos de cebra no respe-tados por los conductores cuando observanindecisión lógica en los mayores, aceras insufi-cientes, obras frecuentes son algunas circuns-tancias que las autoridades de tráfico y laslocales deben vigilar estrictamente. Las medi-das de limitación de velocidad, siempre quesean razonables, constituyen una política clarí-sima de promoción de la salud, que afecta atoda la población. Sin embargo aunque las per-sonas mayores, según las estadísticas, tienenproporcionalmente menos accidentes, por sufragilidad, su mortalidad es más alta que enotras edades.

La extraordinaria ola de calor que se pro-dujo en el verano de 2003 cogió de sorpresa ala población y las autoridades en Europa occi-dental. La tasa de mortalidad en algunos paí-ses, como Francia, fue altísima (unas 15.000personas). En España, aunque se dijo que nohabía sido tan grave, los datos estadísticos desobremortalidad del periodo demostraron aposteriori que se habían producido segura-mente 6.500 fallecimientos debido a esta cau-sa, la mayor parte personas mayores. Como

Promoción de salud

es el fomento de una

nutrición saludable y

las medidas de

carácter higiénico

que han casi

erradicado las

intoxicaciones de la

población. En cuanto

a lo primero, en los

mayores existen las

circunstancias

antagónicas de que

el 43% tiene

sobrepeso y al mismo

tiempo otro 10%

está desnutrido, cifra

que puede aumentar

al 30% en las

personas

institucionalizadas en

hospitales y

residencias. Los

cambios en la dieta

de la población

desde una dieta

equilibrada y sana

como era la

mediterránea, afecta

incluso a las

personas de edad.

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URGENCIAS EN EL ANCIANO 37

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consecuencia de ello existe un Plan nacionalde actuaciones preventivas de los excesos detemperaturas sobre la salud. También lasComunidades Autónomas tienen planes regio-nales. Lo más importante de estos planes noes sólo alertar anticipadamente sobre los ries-gos e informar sobre medidas preventivas, sinoconocer los lugares de acogida previstos (cen-tros de mayores, centros de salud, otros edifi-cios institucionales) acondicionados parasoportar los efectos del calor, de forma que laspersonas mayores frágiles (los mayores “mayo-res”, los que viven solos y los más pobres) pue-dan pasar las horas de más calor o incluso lanoche, mientras que se reservan camas dehospitales para atender las emergencias quecon seguridad se producirán.

Algunas de las campañas públicas demás éxito son las de erradicación de enferme-dades infecciosas. Dejando aparte las infanti-les (la erradicación de la polio o la viruela sonparadigmáticas), tienen un gran éxito las cam-pañas de vacunación dirigidas a personasmayores, como son la gripe con un grado decumplimiento de más de 65% en personasmayores, y recientemente la antineumocócica.

Facilitar el acceso a la sanidad, eliminan-do barreras o reduciendo los tiempos de espe-ra de la atención especializada, de la realiza-ción de pruebas de diagnóstico e intervencio-nes quirúrgicas es una medida de promociónde salud y prevención de enfermedadesimprescindible. OCU ha publicado un estudioen febrero 2008 en el que en España el tiempoque transcurre de media en la sanidad públicaentre el momento que el paciente pide cita alespecialista, se hace la prueba ordenada yvuelve a la consulta para recibir un diagnósticoes de 121 día! A ello habría que añadir, aunqueaquí el sistema funciona mucho mejor, los díastranscurridos entre la petición de visita a aten-ción primaria y la cita con el especialista y porsupuesto la espera para la intervención quirúr-gica, si se necesita, que es donde hasta ahorase había puesto más esfuerzo para que seredujera. “Demasiado tiempo… para diagnosti-car una enfermedad que puede ser grave y enla que unas semanas (no digamos unos meses)resultan vitales” (OCU)

No queremos pasar por alto otras políti-cas que influyen decisivamente en el fomentode la salud y por tanto en el retraso de ladependencia en las personas mayores. Lainvestigación de las causas de las discapaci-dades y la dependencia, los tests de la predis-posición genética a determinadas enfermeda-des que podrían permitir una intervención pre-coz, el estudio de las enfermedades prevalen-tes, analizando aquellas medidas que puedeninfluir en evitarlas o demorarlas y la elimina-ción del abuso y maltrato familiar o institucio-nal de los mayores que tanto les puede afec-tar en su salud física y mental, son algunas deestas políticas.

Por último son plausibles iniciativas comoel Observatorio de Riesgos Sanitarios, creadopor la Comunidad de Madrid para prevenir, eli-minar o reducir los riesgos sanitarios o el Pro-grama de Actividades de Prevención y Promo-ción de la Salud (PAPPS) desarrollado por laSociedad Española de Medicina Familiar yComunitaria (SEMFYC), con recomendacionesperiódicas sobre prioridades y métodos preven-tivos, basados en la evidencia científica. Entrelos modelos extranjeros hay que citar el Progra-ma de Atención Integral para personas mayo-res (PACE), financiado en EEUU por medicaid ymedicare, dirigido a la atención del mayor en sudomicilio y que tiene un gran componente pre-ventivo. El éxito del mismo queda patente cuan-do reduce la utilización hospitalaria en 50%.

Hemos detallado algunas de las políticasde promoción más importantes. Aunque el sis-tema sanitario tiene mucho protagonismo enlas medidas, vemos que en otras, a veces lasmás importantes a largo plazo, la responsabi-lidad es de diferentes áreas de la Administra-ción Pública, a todos los niveles, central,autonómico y local y de los servicios socialesincardinados en las mismas.

6.- Políticas de Prevención.Reflexiones sobre algunas medidasrelacionadas con los mayores.

Es convencional distinguir entre preven-ción primaria, secundaria y terciaria, segúnque la prevención se haga en la fase prepa-

Facilitar el acceso a

la sanidad,

eliminando barreras

o reduciendo los

tiempos de espera de

la atención

especializada, de la

realización de

pruebas de

diagnóstico e

intervenciones

quirúrgicas es una

medida de

promoción de salud y

prevención de

enfermedades

imprescindible.

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LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 39

togénica, antes de que exista la enfermedad(primaria), se realice en la fase subclínica,detectando y tratando precozmente la enfer-medad que ya existe, pero que no se manifes-taba (secundaria) o trate de evitar o disminuirlas secuelas de la enfermedad declarada (ter-ciaria). Andreu Segura denomina prevenciónprimordial a la promoción de la salud que aca-bamos de ver.

La prevención trata de mantener y mejo-rar la calidad de vida en relación con la depen-dencia de las personas mayores, preservar laautonomía de las mismas. La prevención,como dice la OMS, hay que realizarla en todaslas etapas de la vida, especialmente en las eta-pas más tempranas de la vida. Cicerón poneen boca de Catón el Viejo: “La falta de fuerzasse debe con más frecuencia a los fallos de lajuventud que a los de la vejez, pues una juven-tud viciosa e intemperante le deja a la vejez uncuerpo agotado”. También es importante en lavida adulta y en las personas de edad. Espe-cialmente en las personas mayores frágilesque son susceptibles a incapacidad secunda-ria a trastornos menores (Román García) Nosdetendremos en algunas de las medidas ysolamente mencionaremos otras.

Prevención primaria:Entre las medidas de prevención prima-

ria se encuentran fundamentalmente lasmodificaciones del estilo de vida de las perso-nas mayores, como son el envejecimiento acti-vo, la realización de actividades físicas, con-trol del peso y la adopción de una dieta sana(la mediterránea está recomendada). Alhablar de la promoción por parte de las admi-nistraciones públicas nos hemos referido atodo este grupo de medidas, antes como polí-ticas públicas, ahora como una responsabili-dad de las personas de edad, que debe serprioritaria para cada individuo.

Del mismo modo la persona mayor debede evitar el abuso de alcohol (responsable decirrosis alcohólica, neuropatías etc.) y tabaco(responsable de gran número de enfermeda-des, cáncer, arterioesclerosis, EPOC etc.)

La persona mayor debe cuidar sus órga-nos sensoriales haciéndose revisiones periódi-

cas de la vista y del oído. La falta de vista uoído son causa de muchos accidentes. Lasayudas en forma de aparatos auditivos debenser fomentadas. La visita al podólogo es tam-bién importante. Debe cuidarse la salud buco-dental, prestación que debería mejorarse en laSeguridad Social. La vacunación contra la gri-pe, el neumococo o el tétanos tiene hoy todaslas facilidades y las tasas de vacunaciones enmayores de 65 son altas, como hemos dichoantes, pero deben de ser incrementadas.

Las mejoras en la vivienda privada tam-bién pueden prevenir accidentes y caídas. Hayque eliminar obstáculos en la propia casa,donde ocurren el 70% de estos accidentes,mejorar la iluminación, establecer asideros,

antideslizantes, etc. que ayuden también lamovilidad dentro de la vivienda.

El chequeo periódico debe ser recomen-dado y facilitado. Se debería instaurar enEspaña un examen periódico en mayores de65 años similar al proporcionado en EstadosUnidos a través de la US Preventive Task For-ce. Se trata de una revisión que comprende latoma de tensión arterial, peso, talla, examenvisión, oído, valoración de problemas de labebida, cognitivos, sociales, mamografías,analítica básica, consejo médico sobre alco-hol, tabaco, automedicación, dieta, ejerciciofísico, ingesta de calcio, prevención de acci-dentes, caídas, salud mental, salud bucoden-tal, vacunaciones, fomento de la participación

“La falta de fuerzas

se debe con más frecuencia

a los fallos de la juventud

que a los de la vejez,

pues una juventud viciosa e intemperante

le deja a la vejez un cuerpo agotado”.

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social etc. Como se ve es un chequeo no solomédico, sino de enfermería y asistencia socialmuy amplio.

Prevención secundaria: La detección y tratamiento precoz de las

enfermedades es clave en el envejecimiento.Es esencial el cribado periódico de las enfer-medades más frecuentes en las personas deedad. En determinados tipos de cáncer porejemplo. Los más frecuentes en la mujer sonel cáncer de mama y el de cuello de útero yestán recomendadas también para las muje-res mayores. Las vacunas aparecidas recien-temente contra el papiloma humano son unavance en la prevención de este último. Eltemor a las mutilaciones en el cáncer demama hace que se retrase el diagnóstico pre-coz. A partir de los 50 años se recomiendahacer las mamografías anualmente, habién-dose aumentado la edad recomendada, elimi-nando restricciones anteriores, mientras exis-ta una esperanza de vida razonable. En elhombre la incidencia del cáncer de colón yrecto aumenta a partir los 65 años y llega al50% de su incidencia en los mayores de 70años. La Asociación Española de Gastroente-rología ha solicitado de las autoridades públi-cas la realización de pruebas diagnósticas atodos los mayores de 50 años.

Como es bien sabido la mujer tiene unaesperanza de vida de alrededor 7 años máselevada que el hombre, pero la salud de lamujer mayor es peor que la del hombre. Ello hallevado a los expertos a diseñar estrategias deatención y prevención específicas para lasmujeres. Según la Sociedad Española de Meno-pausia 40% de las mujeres mayores de 65años sufre alguna forma de discapacidad, fun-damentalmente ligada a la osteoporosis. Es pri-mordial la prevención de esta enfermedad, pri-maria, cuando se produce el climaterio, secun-daria, cuando aparecen los síntomas.

Si la menopausia es una llamada deatención hacia el envejecimiento de la mujer,el ageing man tiene sus enfermedades pro-pias, como la hiperplasia benigna de próstata,pero el heraldo del envejecimiento bien puedeser la disfunción eréctil que está correlaciona-

da con la enfermedad cardiovascular, hastatal punto que puede ser un factor predictivo deenfermedad coronaria (Vela Navarrete).

Uno de los mayores éxitos de la medicinaes la disminución significativa de morbimorta-lidad de la enfermedad cardiovascular, lo quese ha conseguido controlando los factores deriesgo. En primer lugar en la hipertensión, con-trolando la presión arterial a través de los ser-vicios médicos, complementados con el segui-miento en domicilio o la farmacia, realizandoejercicio físico y mediante una dieta sana. El70% de los ancianos tiene hipertensión sistó-lica, pero según la SEH solamente uno decada tres hipertensos, de todas las edades,está controlado en España. Otras enfermeda-des cardiovasculares en las que es importan-te realizar la prevención secundaria son lainsuficiencia cardiaca, primera causa deingresos en pacientes ancianos y la hiperco-lesterolemia.

La fibrilación ventricular primaria originala mayor parte de los fallecimientos que seproducen en las primeras horas del infartoagudo de miocardio. La herramienta más efi-caz de mejora de las expectativas de supervi-vencia del paciente consiste en identificar yrevertir las arritmias letales, que es el objetivode la desfribilación. Los expertos defiendenque se instalen desfribiladores en espacios degran afluencia de público, que puedan ser uti-lizados por personal no sanitario, debidamen-te formados. La más reciente regulación deeste tema es la realizada el 31 de enero deeste año por la Junta de Castilla y León.

Más del 20% de las personas mayoresde 60 años tiene Diabetes del tipo II y la cifraestá aumentando. Esta enfermedad se consi-dera una auténtica epidemia en los paísesdesarrollados. En España se calcula una pre-valencia de 10% sobre la población. Losdiabéticos tienen un alto riesgo de padecerenfermedades cardiovasculares. Existe evi-dencia de que la enfermedad puede ser retra-sada o prevenida con el ejercicio físico, dietasadecuadas, etc. A menor nivel social, mayor esla tasa de la enfermedad. En este punto sola-mente queremos señalar la importancia deuna adecuada formación terapéutica del

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

LA PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS MAYORES 41

paciente para reducir las complicaciones agu-das y la hospitalización

La operación de cataratas, que ha mejora-do extraordinariamente en términos de seguri-dad, rapidez y coste, constituye la intervencióncon mayor tiempo de espera en la SeguridadSocial, lo que hace suponer que se trata de unainexplicable barrera de entrada, con los riesgosde accidentes, caídas y pérdida de calidad devida que supone para los mayores. Mencionare-mos aquí la prevención del Glaucoma y otrasenfermedades como la Mácula que estáaumentando su prevalencia entre mayores

Prevención terciaria: Cuando la enfermedad ya se ha declara-

do en la persona mayor es importante evitarlas secuelas que pueda dejar y que no se cro-nifique provocando discapacidad y dependen-cia. En el anciano la fase aguda de la enferme-dad es el momento de mayor riesgo de quedardependiente. “Una inadecuada atención a laspersonas mayores de 80 años lleva a la crea-ción de dependencia innecesaria, a mayor cro-nificación de las enfermedades, mayor sufri-miento y atención únicamente paliativa”. (Isi-doro Ruipérez). La dependencia muchas vecesprogresa de intensidad tras una hospitaliza-ción no atendida, ni rehabilitada correctamen-te (Gómez Pavón). Solamente haremos refe-rencia a alguna medida que nos parecen tras-cendentales en la prevención terciaria.

El anciano frágil, con enfermedades cróni-cas, que sufre una enfermedad aguda o des-compensación en una enfermedad crónica,debería ser tratado en unidades especializadasde geriatría con equipos multidisciplinarios(médicos, enfermeras, trabajadores sociales).Estas unidades indicarán los ejercicios de fisio-terapia, los de rehabilitación posthospitalaria yla planificación del alta, determinando los recur-sos sociosanitarios que necesitará cuando sal-ga del hospital. Apoyamos a la SEGG en cuantoa su reivindicación de que los hospitales cuen-ten con unidades geriátricas, cuando los mayo-res son los principales usuarios de los mismos.

Anticoagulantes, hipoglicemiantes, antihi-pertensivos, hipolipemiantes, antiinflamatorios,etc. son medicamentos que frecuentemente

son prescritos a las personas mayores. Hay queprever la posibilidad de reacciones adversas,muy frecuentes en los mayores, que deben deser puestas en conocimiento del prescriptor. Porotra parte el correcto cumplimiento de la medi-cación es imprescindible para el control de laenfermedad y eso no ocurre con gran frecuenciasegún demuestran numerosos estudios.

La primera causa de muerte cardiovas-cular en mujeres españolas y la segunda enlos hombres es el infarto cerebral o Ictus. Entotal 40.000 personas, preponderantementepersonas mayores. Además el ictus deja33.000 dependientes al año. Se calcula quesus costes directos son alrededor del 3% delos costes sanitarios. Siendo tan importante,menos de la mitad de los enfermos que hansufrido este infarto cerebral tiene acceso aservicios adecuados, porque en pocos hospi-tales están implantadas unidades de ictus,que consiguen reducir nada menos que el30% de muertes o dependencia derivadas deesta enfermedad. Este sería otro paradigmade prevención terciaria.

CONCLUSIÓN

La promoción de la salud, la prevención,

el diagnóstico precoz y la rehabilitación son las

armas más eficaces contra la dependencia.

Por ello se echa de menos que la Ley de

Dependencia aborde tan someramente estos

aspectos. En consecuencia hay que requerir al

Consejo Interterritorial del SAAD que cree

inmediatamente un grupo de trabajo sobre los

mismos. En cualquier caso pedimos que las

Comunidades Autónomas sigan desarrollando estos

temas, como muchas lo están haciendo ya.

En el diseño de políticas de promoción de la salud,

prevención y rehabilitación y en la adopción de las

medidas pertinentes, la enfermería

y concretamente AMEG, sociedad especializada,

ocupan un espacio prioritario, como se verá en las

ponencias de esta VI Jornada.

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200842

IntroducciónEl aumento de la esperanza de vida y la

realización de intervenciones preventivas conobjetivos terapéuticos cada vez más estrictos,son algunos de los factores que influyen enque cada vez se utilicen más fármacos, tantopara curar como para prevenir problemas desalud (1).

La mayor morbilidad, el número de fár-macos que les prescriben y las condicionesfisiopatológicas, hace que los ancianos seconviertan en una población vulnerable, porlas posibilidades que tienen de interaccionesmedicamentosas, olvido y confusiones (2).

Uno de los problemas más importanteses la falta de adherencia al tratamiento, sobretodo en patologías crónicas, donde se estimaque el cumplimiento terapéutico se sitúa entreel 30 y 50% (3,4).

La falta de adherencia relacionado con medi-camentos se considera un problema con entidadpropia (5) estando, considerado por la OMS comoun tema prioritario de Salud Pública (6).

La polimedicación se observa con másfrecuencia en pacientes muy mayores, que aveces viven solos y que pueden tener proble-mas cognitivos, que de alguna forma dificultanla comprensión de instrucciones que les danlos profesionales sanitarios, etc.

La polimedicación también se relacionacon el aumento del número de hospitalizacio-nes, visitas de Enfermería a domicilio injustifi-

cadas, fracturas, problemas de movilidad,malnutrición y muerte (1,7).

Hace 12 años que se ponen en marchatanto en Estados Unidos como en Países Euro-peos, como en el SNS Británico, programasdestinados a la revisión de medicamentoscomo iniciativa clave en la mejora de utilizaciónde medicamentos; contando con los profesio-nales sanitarios y el farmacéutico comunitario.

En España existen trabajos que avalanlos programas de revisión de medicamentos,con Equipos de Atención Primaria(8)) y equi-pos de farmacéuticos comunitarios, obtenién-dose resultados similares(9).

Los problemas detectados en estos estu-dios son:

—Falta de adherencia (26%)—Utilización de un fármaco erróneo(22%)—Terapia innecesaria (13%)—Reacciones adversas medicamentosas(11%)—Infradosificación (9%)—Dosis excesivamente elevadas (5%)

La Consejería de Sanidad y Consumo,por Decreto 6/2006 de Consejo de Gobierno,establece programas y protocolos específicospara pacientes crónicos que incluirán la revi-sión periódica de los tratamientos farmacoló-gicos en los pacientes polimedicados, como

Programa de Seguimiento del

Mayor Polimedicado en Atención Primaria

Espejo Matorrales, F.; Arnal Selfa, R.; Cárdenas Valladolid, J.; Cañada Dorado, A.; García Ferradal, I.

Flora Espejo MatorralesSubdirectora Enfermería

Gerencia Atención Primaria Área 4

PALABRAS CLAVE: Programa Polimedicado, Atención Primaria, Personal de Enfermería

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

PROGRAMA DE SEGUIMIENTO DEL MAYOR POLIMEDICADO EN ATENCIÓN PRIMARIA 43

mínimo, cada seis meses, debido a que laadherencia al tratamiento contribuye a:

—Disminuir las visitas no programadas alos Centros de Salud (41%)—Reducir la utilización de las Urgencias(14%)—Reducir los ingresos hospitalarios (4%)

Los protocolos de actuación debengarantizar la adecuada coordinación entre losEquipos Asistenciales de las Áreas Sanitariasy los Farmacéuticos de Oficina de Farmacia(10) .Al igual que fomentar la responsabilidaddel paciente en sus cuidados y proporcionadleherramientas que mejoran el cumplimientoterapéutico.

El Programa se establece en la Comuni-dad de Madrid y cada Área de Atención Prima-ria lo desarrolla acorde a sus característicaspoblacionales y de recursos, siendo común losobjetivos, % de población diana, materiales,método e indicadores de resultados.

Los objetivos para mejorar la salud y lacalidad de vida de la población mayor de 75años polimedicada son:

—Detectar y resolver problemas en la uti-lización de los medicamentos.—Incrementar el conocimiento y mejorarlas actitudes que tienen los pacientesrespecto al manejo de su medicación.—Mejorar el cumplimiento terapéutico delos pacientes polimedicados

La población diana son los Mayores de75 años residentes en la Comunidad deMadrid y que tome seis o más principios acti-vos diferentes.

Los materiales empleados son:—Una bolsa —Hoja informativa con las característicasdel Programa, para el paciente—Modelo de hoja de medicación, para elpaciente—Hoja de comunicación desde el Centrode Salud con la Oficina de Farmacia—Hoja de comunicación desde la Farma-cia al Centro de Salud

—Folleto educativo, para el paciente—Hoja de preparación del SPD (SistemasPersonalizados de Dispensación) por elpaciente—Instrucciones de preparación del SPDpor los profesionales sanitarios—Hoja registro de actividades y solicitudde SPD a la Dirección General de Farma-cia y Productos Sanitarios—Documento de adhesión de la Oficinade Farmacia

Las actividades planteadas:—Revisión de tratamientos y revisión deluso de los medicamentos. —Educación Sanitaria: Se explora a lapoblación diana sobre la adherencia,posología e indicación. Se realiza unavaloración cognitiva y social. —Entrega de materiales para la mejoradel cumplimiento terapéutico y el adies-tramiento en su uso: folleto,(SPD), Eti-quetas u otros (11) .

Los profesionales participantes son losprofesionales del Servicio Madrileño de Salud,Personal Facultativo, Personal de Enfermería yPersonal Farmacéutico que voluntariamentese adhieran al programa.

La captación activa se realiza:—En los Equipos de Atención Primaria(EAP), a través de la consulta a deman-da, programada o domiciliaria de Médi-cos y Personal de Enfermería.—En las Oficinas de Farmacia, en el pro-ceso de dispensación, a pacientes o cui-dadores.

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200844

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URGENCIAS EN EL ANCIANO 45

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200846

La captación pasiva se realiza a través decampaña en los medios de comunicación (car-teles y hoja informativa dirigida al paciente).

Después de su captación se le entrega alpaciente en el Centro de Salud o en la Farma-cia una bolsa dónde pondrá los productos queutiliza habitualmente, ya sea fármacos, pro-ductos de herbolario y otros de venta libre.

El Personal Facultativo realiza la revisiónde tratamientos, para buscar la idoneidad decada medicamento en términos de eficacia,seguridad y coste/efectividad; y facilita “laHoja de Medicación”, en la que figura los fár-macos, su posología, fecha de inicio y fin detratamiento.

El Personal de Enfermería realiza la valo-ración del paciente: los productos que utiliza,si conoce su indicación por problema desalud, la posología, registrando adherencia,duplicidad y otras.

Así mismo realizará una valoración delgrado de dependencia, de la capacidad cogni-tiva y de la adherencia al tratamiento terapéu-tico y farmacológico por medio de test (Barber,Pfeiffer y Morisky-Green-Levine) y entrevistaestructurada para detectar las necesidadesde información y formación del paciente enrelación a los medicamentos así como evaluarlos posibles problemas con el uso de los mis-mos. Las intervenciones enfermeras estaránencaminadas a resolver el problema de mane-jo inefectivo del régimen terapéutico y elincumplimiento farmacológico (NIC)(12, 13).

Otros de los pilares del programa es lacoordinación entre los profesionales de los Cen-tros de Salud y de los Farmacéuticos Comunita-rios o de las oficinas de Farmacia.

Cuando las actividades del programa sevayan a realizar en la oficina de Farmacia, elPersonal de Enfermería o Facultativo facilita-ran al personal Farmacéutico un documentode derivación, donde se le especifica el SPD,que se recomienda y la ”Hoja de Medicación”del paciente.

El seguimiento y evaluación del progra-ma se realizará al menos al paciente cada seismeses. Aunque algunas actividades, comotest, conocimiento de SPD y adherencia, se

realizarán al menos al inicio cada tres mesesy antes si lo requiere las circunstancias espe-ciales del paciente (14,15) .

La implantación del Programa en el Área4 de Atención Primaria, en sus 21 Centros deSalud con 32 EAP, se realiza en Noviembre de2006 con:

—La formación de los profesionales delos EAP: 301 Médicos, 284 Enfermeras—La población susceptible, 10.000mayores ( el 16% de la población total)—Nombramiento de una Enfermera Res-ponsable del Programa en la Gerenciadel Área y otra en cada Equipo de Aten-ción Primaria (EAP)—Distribución de material: bolsas, pasti-lleros, dícticos, hojas, etc. Un Enfermerode Sistemas de Información del Área,elabora los protocolos informáticos en laHistoria Clínica electrónica para el regis-tro del Programa—Revisión sistemática del tratamientopor el Personal Facultativo—Revisión de uso de fármacos por partedel Personal de Enfermería—Revisión del botiquín doméstico cum-plimiento terapéutico y adherencia al tra-tamiento—Recomendación y entrega de materialsi precisa.

Los resultados de cobertura en Febrerode 2007 son de 3.5% (342 pacientes) y un2.1% de revisión de tratamiento médico, loque nos lleva a tomar medidas para mejorarresultados:

—Formación de los profesionales de losEAP con peores resultados—Inclusión de objetivos relacionados conel Programa en el Contrato de Gestión decada EAP—Devolución de listados de resultados acada Enfermera para mejorar el registro.—Rediseño de los protocolos informáticos—Incorporación de flash informativo enla historia clínica de todo paciente sus-ceptible de inclusión o mejora de suseguimiento

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PROGRAMA DE SEGUIMIENTO DEL MAYOR POLIMEDICADO EN ATENCIÓN PRIMARIA 47

La primera evaluación se inicia con 342 pacientes en Febrero de 2007 y en Diciembre lacobertura es de 5037 pacientes. Aumentando progresivamente y de una forma favorable el restode indicadores.

Fuente: Atención Primaria Área 4 (la cobertura está calculada en base al 16% de la población diana teórica y susceptible y el resto de indicadores en base a los pacientes reales incluidos).

Conclusiones• El programa del Mayor Polimedicado ha sido liderado fundamentalmente por Personal deEnfermería.• La formación de los profesionales, la monitorización sistemática e informática y la coor-dinación han permitido incluir oportunidades de mejora que lo impulsan.• Buenos resultados al año de su implantación, (cobertura del 100% y buenos indicadoresde seguimiento).• Implicación activa del paciente y/o cuidador principal.

Bibliografía1. Medicines and older people: an accidente waitingto

happen?.National Prescribing Service Newsletter.Disponible en:http://www.nps.org.au/resources/NPS_News/news34/news34.pdf

2. CURRY LC, WALKER C, HOGSTEL MO, BURNS P, Teaching older adultsto self-manage medications: preventing adverse drugreactions. J Gerontol Nurs. 2005 Apr;31(4):32-42.

3. LEAL HERNÁNDEZ M, ABELLÁN ALEMÁN J, CASA PINA MT, MARTÍNEZ

CRESPO J. Paciente polimedicado ¿Conoce la posología dela medicación?¿Afirma tomarla correctamente? AtenciónPrimaria. 2004; 33(9):451-6.

4. BAENA DÍEZ JM, MARTÍNEZ ADELL MA, PEREGRINA T. Selección demedicamentos en el anciano (I). Característicasdiferenciales y criterios genéricos de selección. FMC2003;10(7):501-507.

5. HERRERA CARRANZA J. El incumplimiento terapéutico comoproblema relacionado con los medicamentosdiferenciado. Pharmaceutical Care Española 2001;3:446-448.

6. PALOP LARREA V, MARTÍNEZ MIR I. Adherencia al tratamiento en elpaciente anciano. Información terapéutica del SistemaNacional de Salud. 2004;28:113-120.

7. FRAZIER SC. Health outcomes and polypharmacy in elderlyindividuals: an integrated literature review. J GerontolNurs. 2005;31(9):4-11.

8. PARODY RÚA E, SEGU TOLOSAB JL. Efectividad y estimación decostes en una intervención sobre problemasrelacionados con los medicamentos en AtenciónPrimaria. Atención Primaria 2005;35:472-477.

9. Avaluació de l´efectivitat d’un sistema personalitzat dedispensació en la millora de l’adherencia al tractament iel control de les malalties de base en pacientspolimedicats més grans de 65 anys. Resumen disponibleen http://www.farmaceuticonline.com/cgi-

bin/farmapublic premsa/consultar.pl?idcom=64 [fechade acceso 12-12-2005].

10. Resolución relativa al papel del farmacéutico en el marco dela seguridad sanitaria. Adoptada por el Consejo deMinistros del 21 de marzo 2001, en la 746 reunión deDelegados de los Ministros.

11. ATOZQUI J, DÍEZ NOGUERA A. Determinación del grado desatisfacción en el uso de un sistema personalizado dedosificación. Pharm Care Esp 2004;6:91-94.

12. CODINA C. Educación sanitaria: Información al paciente sobrelos medicamentos. Monografías Dr. Antonio Esteve, nº28. Barcelona, Ediciones Doyma, SL, 2000. Disponible en:http://www.esteve.org/FEsteve/content/publicaciones/1075713965.47/pub.pdf

13. FDA: Piénselo Muy Bien: Una Guía Para el Control de losBeneficios y Riesgos de las Medicinas. Disponible en:http://www.fda.gov/cder/consumerinfo/think_Spanish.htmFDA: Sea un miembro activo de su equipo de atenciónmédica. Disponible enhttp://www.fda.gov/cder/consumerinfo/active12panelSpa.htm.FDA: Los medicamentos y usted: Guía para adultos demás edad. Disponible enhttp://www.fda.gov/cder/consumerinfo/medAndYouSpan.htm

14. MACHUCA M, FERNÁNDEZ-LLIMOS F, FAUS MJ. Método Dáder: Guíade Seguimiento Farmacoterapéutico. Granada:Universidad de Granada; 2003 (ISBN: 84-600-9866-4).Disponible en: http://www.cipf-es.org/f les /doc004.pdf

15. FAJARDO P C, BAENA M, ALCAIDE ANDRADE J, MARTÍNEZ OLMOS J, FAUS

M, MARTÍNEZ-MARTÍNEZ F. Adaptación del método Dáder deseguimiento fármaco- terapéutico al nivel asistencial deatención primaria. Seguimiento Fármaco-terapéutico2005;3(3):158-164.

Cobertura Revisión tratamiento Revisión uso Conocimiento medicación Conocimiento posología Test Morisky SPD Valoración bolsa

Febrero 3.5 2.1 51.2 84.8 83.2 57.6 57.1 50.1

Septiembre 109.4 82.4 56.5 90.8 91.2 88.3 60.9 54.5

Diciembre 129.7 80.6 62.7 92.0 92.4 90.3 67.3 61.6

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200848

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URGENCIAS EN EL ANCIANO 49

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200850

INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACIÓN PERSONAL

El sentido de mi presencia y mi aporta-ción a estas jornadas, no es tanto mi expe-riencia en el cuidado de personas ancianas(ésta no es todo lo amplia como para darmeautoridad a la hora de hablar de ello), comouna cuestión de INQUIETUD.

En efecto, tres años al cuidado depacientes mayoritariamente ancianos en elmedio hospitalario, son suficientes paraempezar a hacerse una idea de cuál es lasituación; y a la vez, son todavía pocos comopara que a uno no se le haya pasado aún elsusto de lo que se ha encontrado (por desgra-cia con el tiempo, se llega a desarrollar unacierta tolerancia a lo inadmisible…)

Por eso me presento como alguien aquien las circunstancias personales y labora-les han llevado al encuentro con una realidad,a mi modo de ver, dramática y desde luegodigna de denuncia y de alerta a las institucio-nes competentes en la materia:

LA HOSPITALIZACIÓN INDUCE, POR SÍ MISMA, EN EL PACIENTE ANCIANO,UN SEVERO AUMENTO DE LA DISCAPACIDADPSICOLÓGICA, COGNITIVA Y FUNCIONAL PARADESARROLLAR UNA VIDA SATISFACTORIA, ASÍCOMO UN AUMENTO TAMBIÉN DRAMÁTICODE SU DEPENDENCIA BASAL.

Muchos estudios, corroboran estehecho. Para los ancianos, la hospitalizaciónpuede ser un evento catastrófico; los efectosde la enfermedad precipitan un declive mayoren esta situación y amenazan sus habilidadespara vivir independientemente si la enferme-dad llega a curarse o no. En concreto un estu-dio de Callen, Mahoney, Wells, Enloe y Hughes(2004) estableció que en el año 2000 losadultos mayores de 65 años tuvieron unnúmero de ingresos hospitalarios cuatroveces mayor que los menores de 65 años, contiempos de estancia hospitalaria más prolon-gados y mayor número de pruebas diagnósti-cas, todo lo cual se acompañó de un mayordeclive de su estado basal y funcional.

PREVENCIÓN DE LA

DEPENDENCIA

EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO:

Una reflexiónenfermera

Patricia Latorre MarcoENFERMERA.

UNIDAD DE MEDICINA INTERNA

DEL HOSPITAL PUERTA DE HIERRO DE MADRID.

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 51

Además ello parece ser independientede la enfermedad que motiva el ingreso yestar más bien relacionado con los diseños eintereses de los servicios hospitalarios moder-nos, con los grandes síndromes inherentes alhecho de estar hospitalizado, con las compli-caciones nosocomiales y con los efectosadversos de las terapias modernas y prácticashabituales del hospital; todo ello convierte elfenómeno en una realidad IATROGÉNICA, don-de el hospital no sólo no sería un entorno pro-tector del anciano, sino un enemigo peligroso.

Mi encuentro con esta realidad no me hadejado insensible, sino por el contrario muypreocupada y afectada, hasta el punto decuestionarme el sentido de llevar a cabo mitrabajo en la Unidad de hospitalización a laque pertenezco; ésta no es desgraciadamenteuna Unidad de Geriatría especializada en laatención a la población anciana (que por otrolado ocupa casi la totalidad de sus camas),sino un Servicio de Medicina Interna.

En esta reflexión trataré de exponer elproblema como lo veo y -para evitar una visióndemasiado parcial y subjetiva- como lo ve ensu totalidad el equipo de enfermería de lasdos Unidades de hospitalización que acogenmayor número de ancianos ingresados en elhospital al que pertenezco. Compartiendoesta inquietud pretendo encontrar solucionesen pro de las cuales trabajar en común.

A continuación trataré de exponer la mag-nitud del problema en claves demográficas. Megustaría después matizar qué es hablar dedependencia en el anciano en el marco hospita-lario y buscar las posibles causas de ella y porúltimo quisiera proponer lo que podrían ser algu-nas soluciones a este terrible problema.

2. APUNTES DEMOGRÁFICOSLa edad demográfica de las poblaciones

es un dato de gran significación, pues limita einfluye la participación de la población en lamayoría de los hechos vitales (producción, eco-nomía, riesgo de enfermedad e incapacidad).

En los países desarrollados las pirámi-des poblacionales muestran una gran tenden-cia hacia el envejecimiento.

Este fenómeno influye de forma decisivaen las demandas asistenciales, que en unapoblación envejecida se incrementan con noto-riedad, y resultan todo un reto para los gestoressocio-sanitarios. Precisamente Europa es unapoblación que envejece rápidamente. Actual-mente cuenta con una población mayor de 60años que asciende casi a 1/3 del total. Muchospaíses superan un índice de envejecimiento del15% y superarán el 20% en el año 2020

Estos datos revelan que la población mun-dial se va a enfrentar a un crecimiento exacer-bado de la población mayor de 65 años, grupode edad con una prevalencia de enfermedad ysobre todo de incapacidad más elevada.

Esta situación sin precedentes mere-cería una profunda reflexión del impacto quetendrá sobre los servicios socio-sanitarios, yaque nos enfrentamos a una población cre-ciente que es gran consumidora de los recur-sos, con una clara disminución de la pobla-ción generadora de los mismos.

Índices de envejecimiento (%) para 1960-2020 en personas >65 años

Evolución demográfica de la población española

Evolución del crecimiento en millares de personas >80 años en países europeos

País 1960 1986 2000 2020

Estados Unidos 9,3 12,1 12,2 16,2

Dinamarca 11,2 15,3 14,9 20,1

Suecia 11,8 17,5 16,6 20,8

Reino Unido 11,7 15,3 14,5 16,4

Italia 9,1 13,1 15,4 19,1

Francia 11,6 13,2 15,2 19,5

Alemania 10,6 15,1 17 21,7

Suiza 11 14,7 16,8 24,4

España 8,2 12,8 14,6 17,9

De OCDE, 1990

Año Población total Población >65 años >65 años (%)

1981 37.682.355 4.272.018 11,3

1990 39.400.667 5.094.380 12,8

2000 40.689.410 6.110.265 15

2010 41.205.654 6.243.554 15,1

De INE. Anuario Estadístico, 1985

País 1980 2025 Crecimiento (%)

Polonia 541 1.215 125

Dinamarca 148 285 93

Suecia 265 529 100

Reino Unido 1.553 2.707 74

Italia 1.239 3.149 157

Francia 1.662 2.915 75

Alemania 1.687 3.512 108

Suiza 174 436 151

España 630 1.943 208

De United Nations, 1991

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200852

En España, de 1981 al 2001 el númerode personas mayores de 65 años experimentóun incremento del 64% al tiempo que sereducía en un 40% el número de niños meno-res de 14 años.

La esperanza de vida está en los 79,7años en el año 2002 (por encima de la mediaeuropea que era de 78,3 años). Según el Ins-tituto Nacional de Estadística el número deniños es en el año 2002 del 14,7% frente alde mayores de 65 años que era de 17%; deéstos últimos, el 32% sufre algún tipo dedependencia para la realización de las ABVD,además de la disminución de la salud propiade la vejez, ascendiendo esa cifra hasta el47% cuando tienen entre 80 y 84 años.

Las personas mayores de 65 años ocu-pan anualmente del 30 al 50% de las camas dehospitalización aguda, con una estancia mediaun 32% superior a la tasa general, y consumenel 60% del gasto farmacéutico total.

Las camas de los hospitales se estángeriatrizando, con el consiguiente desconcier-to, por no encajar la demanda con la oferta.

Visto este panorama, podría considerarsecuanto menos negligente, e incluso temerario,que las autoridades en materia de sanidad ycobertura social no estén empleándose a fondoen el diseño de estrategias para que la pobla-ción envejezca con dignidad y protección.

3. EL ANCIANO HOSPITALIZADO: ¿EN MANOS DEL ENEMIGO?

El envejecimiento conlleva una serie demodificaciones morfológicas, psicológicas,funcionales y bioquímicas que origina natural-mente el paso del tiempo en los seres vivos.

Se caracteriza por la pérdida progresivade la funcionalidad de órganos y sistemas, dela capacidad de adaptación ante los cambiosy de la reserva energética del organismo. Losmecanismos homeostáticos del anciano, res-ponsables de mantener el equilibrio en elmedio interno ante cambios internos o exter-nos, se enlentecen, disminuyendo progresiva-mente su sensibilidad y amplitud, producien-do respuestas más recortadas hasta llegar aun punto de desestructuración completa en el

que su acción es imposible, lo que conduce ala muerte.

Desde un punto de vista subjetivo, la per-sona comienza a sentirse vieja cuando perci-be una pérdida del control de su vida, cuandosu capacidad de adaptación se ve limitada porel deterioro físico, la lentitud mental, la ausen-cia de motivación en la vida o el cambio en lafrecuencia o en la calidad de las relacionesinterpersonales.

En los últimos años ha nacido un con-cepto muy representativo de la vivencia de lavejez.

Se ha dado en llamar fragilidad; si repa-ramos en que frágil es todo aquello que puededeteriorarse con facilidad, entenderemos queesta es una calificación apropiada del ancia-no. Esta fragilidad se traduce en vulnerabili-dad ante situaciones de estrés y disminuciónde la capacidad de reacción ante ellas.

Muchas de estas situaciones represen-tan pérdida de la reserva funcional, pero noproducen incapacidad bajo circunstanciasordinarias; sin embargo cuando se asocian ala especial forma de presentarse la enferme-dad en este grupo etario, el sobre-estrés y lospeligros que puede representar la hospitaliza-ción, hacen que se sobrepase la frontera y seinicie el deterioro funcional; además paramuchas de estas personas el ingreso hospita-lario puede acarrear complicaciones no rela-cionadas con el motivo de ingreso o con sutratamiento específico.

Es decir, si sumamos el fenómeno natu-ral del envejecimiento + la presencia de pato-logía + los peligros inherentes a la hospitaliza-ción, el resultado lleva al debilitamiento físicoy a la involución orgánica que unidos a lasposibles carencias afectivas y sociales puedenabocar en la irremediable incapacidad.

Varios estudios coinciden en declarar loque mi propia experiencia me devuelve:

—McVey (1989) encontró una incidenciade deterioro funcional al alta hospitalariadel 36%.—Hirsh y cols. (1990) del 65% + 10% alalta. —Intouye (1993) declara que el 30%

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 53

comenzará a sufrir deterioro a partir del3º día de hospitalización.—Sagger (1996) del 30%.—Warshaw y cols. y Pinholt y cols. ofre-cen resultados aún peores con el 65 y69% de deterioro durante el ingreso—Intouye, Bogardus, Baker, Leo-Sum-mers y Cooney (2000) constataron tam-bién que del 34% - 50% de los ancianoshospitalizados sufrían este declive entreel ingreso y el alta. —Otros muchos autores han señalado eldeterioro funcional como la principalcomplicación de la hospitalización enancianos y sentencian que sólo el 50%de esos ancianos recuperará alguna delas capacidades perdidas a los tresmeses del alta (Hanson, Mahoney y Pal-ta, 1999).

Un estudio más reciente (2003) deCovinsky et al. Realizado minuciosa y detalla-damente, discriminando hasta cinco subgru-pos diferentes de una muestra de ancianoshospitalizados con deterioro funcional, conclu-ye que éste se presentó en el 35% de losancianos; dicho porcentaje incluye un12% deancianos cuyo deterioro funcional sólo fueatribuible a la estancia hospitalaria, puestoque no lo presentaban en el momento deingreso ni siquiera a causa de la enfermedad.P.Gamarra habla en su estudio, de un impactode la enfermedad y la hospitalización en un51,3% de los ancianos.

En España, el Servicio de Geriatría delHospital Monte Naranco realizó un estudioque arrojó datos también contundentes: seestudió la incidencia del deterioro funcionalmediante los índices de Barthel y Lawton, delos pacientes ingresados en la Unidad de Agu-dos, del Servicio de Geriatría, durante un año(1994 a 1995), así como las posibles varia-bles clínico-asistenciales, cognitivo-afectivas ysocio-demográficas asociadas al mismo.

Se obtuvo una incidencia de deteriorodel 72% durante el ingreso y del 26,8% al mesdel alta...

P. GAMARRA-SAMANIEGO. Estudio en Hospital de Perú,1999. Comparación del estado general de salud en

tres momentos diferentes del ingreso

Deterioro funcional durante la hospitalización

Complicaciones hospitalarias

P.GAMARRA: Deterioro funcional en un estudio

sobre capacidad funcional en anciano hospitalizado

Estado general 115 días previos Admisión Alta

Excelente 13 (6,5) 0 0

Bueno 120 (59, 7) 4 (2,0) 65 (32,2)

Regular 48 (23,9) 115 (57,2) 64 (31,8)

Pobre 20 (10,0) 82 (40,8) 72 (35,8)

Tablas de contingencia rxc: X2 = 203,5, p<0,005

ABVD disminuídas n %

1 8 2,0

2 9 14,4

3 17 8,5

4 25 12,4

5 6 3,0

6 10 5,0

Total* 103 51,3

*Disminución en una o más ABVD

n %

Pacientes con al menos una complicación 87 43,3

Pacientes con dos o más complicaciones 40 19,9

Tipo de complicación

—Infección respiratoria 40 19,9

—Infección urinaria 36 18,4

—Úlcera de presión 28 13,9

—Confusión 21 10,4

—Caídas 6 2,9

—Reacción adversa medicamentosa 5 2,5

—Infección de piel y tejidos blandos 4 2,0

—Trombosis 1 0,5

DETERIORO FUNCIONAL DURANTE LA HOSPITALIZACIÓN

FIGURE 1. Pre-admission and Discharge Activities of Daily Living Function for Patients (N=201) who Decline in Function during the Hospitalization

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0Bathing Dressing Toileting Moving Eating Continence

•PRE-AADMISSION 54.2 76.6 75.6 74.6 89.6 86.6

•DISCHARGE 31.3 48.8 42.8 45.8 66.7 66.7

Gamarra, P Bol SPMI 2001

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200854

Deterioro funcional del anciano r/c hospitalización.MAPFRE medicina, 1996.

Servicio de Geriatría del Hospital “Monte Naranco” de Oviedo.

Incidencia del deterioro para ABVD según índice de Barthel durante el ingreso y al mes del alta.

Incidencia del deterioro funcional para AIVD según índice de Lawton

Ingreso Alta

Alimentación 10,7% 5,3%

Baño 26,7% 17,2%

Aseo 12% 5,3%

Vestido 21,3% 5,3%

Deposición 1,3% 2,7%

Micción 6,7% 4%

Retrete 20% 5,3%

Traslados 25,3% 8%

Deambulación 20% 12%

Escalones 50,7% 10,7%

Actividad Incidencia

Teléfono 4%

Compras 20%

Comida 10,7%

Casa 17,3%

Ropa 9,3%

Transporte 16%

Medicación 12%

Economía 13,3%

n %

63 2,03164 5,28

49 1,58%29 0,9340 1,29

407 13,09

48 1,5439 1,25

1.457 47,06345 11,10375 12,06

15 0,48

12 0,391 0,03

13 0,4215 0,48

24 0,777 0,23

3.103 100

Problemas programación intervención quirúrgicaProblemas programación pruebas o procedimientos diagnósticosAdmisión prematura No disponibilidad de quirófano Procedimientos que no se realizan en fin de semana, vacaciones, etc.Retraso resultados pruebas o interconsultas necesarias para evaluar el alta

Demora en escribir la orden de alta Demora en iniciar la orden de alta Pauta médica conservadoraFalta plan documentado de diagnóstico y/o tratamiento Retraso resultados pruebas NO necesarias para evaluar el alta Otros

No hay familiares para cuidar al paciente en el domicilio La familia no esta preparada para cuidar al paciente El paciente / familia rechazan un alta con cuidados alternativos adecuados Otros

No se dispone de plazas en centros alternativos No existen centros alternativos

Problemas programación en pacien-tes que requieren continuar ingresa-dos en el hospital n: 752 (24,2%)

Demora alta por problemas bajo laresponsabilidad del hospital o delmédico n: 2.279 (73,5%)

Demora alta por problemas delentorno del paciente n: 41 (1,3%)

Demora alta por falta alternativashospital n: 31 (l,0%)

Total

Motivos de las estancias inapropiadas

Motivos n %

1. Pruebas diagnósticas y/o tratamiento pueden realizarse ambulatoriamente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .48 . . . . . . . . . . . . .482. El paciente vive muy lejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . . . .23. La realización de las pruebas ambulatorias tiene mucho retraso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4 . . . . . . . . . . . . . .44. El paciente requiere ingreso en un nivel inferior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . . .15. El paciente requiere cuidados en un hospital de crónicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . . . .16. El paciente requiere cuidados de enfermería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . . . . .28. Admisión prematura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33 . . . . . . . . . . . . .339. Tratamiento o pruebas no documentados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . . . . .2

10. Procedimiento quirúrgico podría realizarse de forma ambulatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . . . .111. Necesidad de cuidados terminales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . . . .112. Paciente ingresado para custodia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . . . . .213. Incumplimiento del tratamiento necesario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .1 . . . . . . . . . . . . . . .119. Otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2 . . . . . . . . . . . . . . .2

Total 100 100

Motivos de ingresos inapropiados

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 55

El ingreso en un hospital representa unriesgo para los ancianos, especialmentepara los de más edad, generando en ellos undeterioro funcional a veces irreversible o que—en cualquier caso— se prolonga demasiadoen el tiempo tras el alta hospitalaria.

Este hecho se agrava si atendemos alresultado de algún estudio que concluye queexiste un elevado número de estancias hospi-talarias inadecuadas debidas a los estilos depráctica de los clínicos y la organización hos-pitalaria; en uno en concreto, el 18,9 % de losingresos y el 49,9 % de las estancias hospita-larias objeto del estudio, se evaluaron comoinadecuadas (5).

4. ¿QUÉ ES HABLAR DE DEPENDENCIA EN EL PACIENTE ANCIANO HOSPITALIZADO?

En mi experiencia existe un orden deaparición de las manifestaciones de ese dete-rioro funcional (cuyas cotas yo ampliaría hastadenominarlo más bien deterioro humano opersonal) secundario al ingreso en un hospitalno geriátrico.

Dichas manifestaciones son consecuen-cia de los grandes FANTASMAS asociados a lahospitalización, y no tanto, o no siempre, a laenfermedad.

Éstos son mis fantasmas, los que me tie-nen asustada y que quisiera que entre todosintentásemos espantar; en definitiva el dete-rioro funcional durante la hospitalización es elresultado de la interacción del estado desalud previo y la capacidad de respuesta antela agresión (la enfermedad) + las actuacionesdiagnósticas y terapéuticas de los profesiona-les + los fantasmas del hospital que voy aintentar identificar uno a uno para poderloscontrolar y combatir.

•REPOSO IMPUESTO Y/O ASUMIDOCuando el anciano ingresa, con frecuen-

cia todas las personas implicadas en ello, asu-men que el paciente tiene que encamarse.

No es extraño que el debut de una pato-logía aguda o la descompensación de una cró-nica, requieran el primer día un reposo encama; pero posiblemente desde el segundo

debería de ser obvio que el anciano salga dela cama durante el tiempo que permita susituación y evolución; deberá hacerlo durantela mayor parte del día, sobre todo en losmomentos de ingesta alimenticia y al menosprimera media hora de digestión; regresará ala cama sólo para realizar una pequeña siestay para el descanso nocturno, que de por sísuele alargarse más de lo necesario y aconse-jable en estas edades, por cuestiones de orga-nización hospitalaria.

Pero la realidad es otra y el anciano enfer-mo pasa encamado demasiado tiempo; comoúnico progreso durante toda su estancia puedeocurrir que se le levante a un sillón una o –consuerte- dos veces al día; queda olvidada en unasutil renuncia por parte de todos, su habitualcapacidad de trasladarse solo, de caminar porla habitación o por el pasillo, de alcanzar obje-tos que necesite, de asomarse a una ventana…de todo lo que implique movimiento.

Pero alguien dijo “la vida es movimiento”,y es cierto porque el movimiento es necesariopara todo cuanto a uno le hace sentir vivo: ase-arse, arreglarse, pasear, buscar novedades oestímulos, comunicarse, entretenerse, hacerlas “necesidades fisiológicas” de la maneramás natural e higiénica posible, beber o comersegún las propias apetencias y necesidades…

Quizá ni los cuidadores ni el propioanciano son conscientes del alto precio queestá pagando por su ingreso en el hospital.

Por eso uno de los síndromes geriátricosque acarrea tras de sí nuestro fantasma delreposo impuesto es el síndrome de inmovilidad,en lenguaje enfermero síndrome de desuso.

El síndrome de inmovilidad o desacondi-cionamiento es un problema geriátrico carac-terizado por una reducción marcada de la tole-rancia al ejercicio (respuesta taquicardizante,hipertensión arterial, disnea…), progresivadebilidad muscular y, en casos extremos, pér-dida de los automatismos y reflejos posturalesque posibilitan la deambulación, el traslado yen definitiva el movimiento. El resultado finales una imparable “cascada de dependencia”.

Desde un punto de vista fisiológico, esbueno tener presentes las posibles complica-ciones de la inmovilidad.

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200856

Para comprender la importancia deldeterioro funcional severo que supone lainmovilización baste decir que el 50% de losancianos que se inmovilizan de forma agudafallecen en un plazo de 6 meses.

Es también un hecho constatado, tantoen mi propia experiencia como en la biblio-grafía, que el paciente anciano ingresado enlas Unidades de hospitalización aguda, nosuele ser beneficiario de un programa derehabilitación; en el hospital donde trabajo nose solicita interconsulta al Servicio de Rehabi-litación, ni se prescribe ningún tipo de fisiote-rapia a los pacientes ancianos.

Normalmente estos Servicios están des-bordados sólo con la asistencia a pacientescon una situación aguda y no crónica de dis-capacidad, habitualmente producida por untraumatismo o por intervenciones quirúrgicas.

Tras una inmovilidad prolongada se pro-ducen alteraciones en los diferentes órganos ysistemas que son doblemente peligrosas por-que tienden a perpetuar el síndrome.

Los sistemas afectados con mayor rele-vancia son el sistema cardiovascular y el mús-culo-esquelético, aunque se afectan la mayoríade los sistemas orgánicos. Su repercusión enel pronóstico del anciano inmovilizado puede

ser más relevante que la propia enfermedadsubyacente, pudiendo aparecer incluso trascortos períodos de encamamiento:

•SISTEMA CARDIOVASCULAR:Hipotensión ortostática. Disminución de

la tolerancia al ejercicio. Reducción del volu-men circulante y de la reserva funcional. Trom-bosis venosa profunda y tromboembolismo

•SISTEMA RESPIRATORIOHipoventilación: la posición supina produ-

ce una caída de la PO2 de 2 a 8 mmHg (sufi-ciente para producir confusión mental en elanciano). Alteración del binomio fisiológico ven-tilación-perfusión. Disminución de la capacidadvital. Menor reflejo tusígeno Aumento de la pro-ducción de moco con éxtasis de secreciones.Disminución de la movilidad ciliar. Atelectasias.Colapsos parenquimatosos. Infecciones respi-ratorias por aspiración y por contaminación.

•SISTEMA MUSCULO-ESQUELÉTICOEl reposo en cama produce una pérdida

de masa muscular del 10% y la consecuentedebilidad muscular (riesgo de lesión) y una pér-dida del volumen plasmático de 600ml (riesgode ortostatismo, síncopes…), contracturas,reducción del rango de movimiento, deformidady rigidez articular por retracción de los elemen-tos capsuloligamentosos y musculares a causadel desuso. Osteoporosis por inmovilización.Tendencia a las fracturas... Desmineralizaciónósea (aumento de la frecuencia de fracturasespontáneas y caídas consecuentes).

•DESCENSO DEL FLUJO SANGUÍNEO MUSCULARcon la consecuente degeneración de las fibrasque se atrofian perdiendo su capacidad contráctily la fuerza muscular global; de igual modo, laausencia de contracción muscular origina unadisminución paralela del tono nervioso que man-tiene ese tono muscular. Puede abocar incluso enla adopción de posturas viciadas irreversibles.

•SISTEMA NERVIOSOMayor deterioro cognitivo. Alteración del

equilibrio y la coordinación. Trastornos de laatención. Desorientación en las tres esferas.

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 57

•SISTEMA DIGESTIVOAnorexia. Trastornos de la deglución y

enlentecimiento del proceso digestivo. Ten-dencia al reflujo gastroesofágico. Estreñimien-to e impactación fecal.

•SISTEMA GENITOURINARIORetención urinaria y vaciamiento vesical

disminuido que producen el aumento de lasinfecciones urinarias. La incontinencia urina-ria puede verse aumentada hasta en un 40 o50% de los ancianos hospitalizados a causade la inmovilidad y a las dificultades paraimplementar sus habituales estrategias paraevitarla (ambiente extraño, camas elevadas,prescripción de reposo, barandas en camas,sondajes vesicales, contenciones mecánicas,vías, bombas y otros dispositivos que limitanel traslado al wc, así como el uso de psicotro-pos que reducen la percepción de la necesi-dad de evacuar). Litiasis renal cálcica poraumento del calcio en sangre producto de laresorción ósea que provoca la inmovilidad

•SISTEMA ENDOCRINOBalances minerales negativos (N, Ca, S,

P, Mg, K, Na). Mayor resistencia a la insulinacon empeoramiento de la tolerancia a hidra-tos de carbono. Elevación de la parathormona.Deficiencias inmunológicas con alteración dela respuesta del sistema.

•SISTEMA TEGUMENTARIOÁreas cutáneas dolorosas y eritemato-

sas. Maceración y atrofia. Aparición de lastemidas úlceras por presión.

•DIMENSIÓN PSICOLÓGICAApatía, tristeza, depresión, frustración

ante la incapacidad, aislamiento. Delirium. Sín-drome de la incapacidad aprendida (comporta-miento regresivo psicomotor). Miedos. Pérdidade motivación, de autoestima y autoconfianza.Dificultad para expresar sentimientos.

Todas estas serían las consecuencias ela inmovilidad que trae consigo el reposo liga-do erróneamente al ingreso en un hospital.

•SUMISIÓN: DE ANCIANO A PACIENTELos ancianos que ingresan en el hospital

adoptan con frecuencia una actitud de some-timiento, claudicación y delegación total delcontrol de su propia vida.

Quizá porque perciben el medio hospita-lario como algo ajeno, inabarcable para sucapacidad de comprensión en cuanto a lo tec-nológico; o quizá porque todavía pertenecen alas generaciones en que la figura del médico(y cuanto le rodea) así como sus decisioneseran incuestionables.

Es inusual que el anciano emita quejas oexigencias en cuanto a sus derechos o expreseabiertamente desacuerdo con las medidasterapéuticas o con el trato recibido. El anciano“se entrega” sin pedir explicaciones; no sueleser conflictivo pero tampoco participativo. Noaportará ideas ni sugerencias que puedan facili-tar su evolución ni optimizar su plan de cuidados

Además existe evidencia científica deque a medida que envejecemos los procesosmentales son menos eficientes y que elimpacto de la edad en las capacidades cogni-tivas (memoria, juicio, cálculo, orientación,percepción, comprensión, resolución de pro-blemas, comunicación…) es más acentuadocuando la persona se encuentra en ambientesdesconocidos y cuando tiene que llevar a cabotareas nuevas para él.

No es de extrañar que por todo ello, laactitud del anciano en esta situación sea deretracción.

•CAMBIOS SUSTANCIALES EN EL ESTILO DEVIDA: escenario, horarios, dieta, imposición decompañía extraña, pérdida de intimidad, cam-bios en la medicación, normas y hábitos delpersonal…

Al igual que sucede en los niños, losancianos por su mayor vulnerabilidad y elequilibrio inestable al que les conduce sunatural proceso de envejecimiento, necesitanmás sensación de seguridad.

Y de igual modo que es aconsejable paralos niños establecer rutinas que les ayuden aanteceder lo que va a ocurrir, parece lógicoque los ancianos encuentren en ello tambiénuna ventaja.

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200858

Si la “evolución” (en el caso del niño)para que se realice en armonía precisa deasentarse sobre el soporte de las rutinas, la“involución” armoniosa precisará de ese mis-mo soporte; los hábitos y rutinas hacen al niñolas veces de trampolín y al anciano las vecesde colchón amortiguador.

La necesidad de improvisar y la incerti-dumbre generan ansiedad, mientras que loshábitos, rutinas y costumbres proporcionanunas referencias seguras y tranquilizadoras

El anciano tiene establecidas esas ruti-nas en cuanto a horarios, escenarios, menúsalimenticios, rituales antes y después decomer y de dormir, personas, ritmos, tiempoempleado en sus actividades pero el hospitalarrasa con todo ello imponiendo su modelorígido e inamovible de marcar las pautas y dehacer las cosas. En ese arrastre se lleva con-sigo la sensación de control del anciano.

La institución hospitalaria impone alanciano que ingresa, unas normas de convi-vencia y un ritmo de vida rígido y muy diferen-te a los propios. Como consecuencia el ancia-no, que al ingreso era capaz de realizar lastareas básicas e instrumentalizadas de suautocuidado, deja de hacerlas por un meca-nismo de ajuste de su conducta al medio.Tiende a adoptar una actitud pasiva que con-lleva un efecto generador de dependencia.

•MODELO HOSTELERO COMO CRITERIO DE CALIDAD.

Ocurre que hoy por hoy la estructuraorganizativa de los Centros socio-sanitariosparte del criterio de calidad basado en mode-los hosteleros además de clínicos, donde a lospacientes se les evita la realización de todasaquellas tareas también propias del autocui-dado, encaminadas a cuidar su espacio y suentorno: hacer la cama, mantener su habita-ción, armario y baño limpios y ordenados, par-ticipar en la disposición y retirada de su ban-deja de comida…

Ello trae consigo que si la situación seprolonga, el anciano pierda por desuso lasdestrezas manuales y la capacidad de hacer-lo. La expectativa que el anciano tiene de supropia valía, disminuye.

•AUSENCIA DE EXPECTATIVA DE VALÍA DEL PERSONAL CUIDADOR RESPECTO AL ANCIANO.

La expectativa que tiene el personal cui-dador respecto de la autonomía del anciano,tampoco es halagüeña. El personal asume y con ello fomenta la invali-dez del anciano sin siquiera ponerle a prueba;a veces además esta actitud se adopta porahorro de tiempo: siempre es más rápidohacerlo por él y garantizar que está hecho,que invertir el tiempo que el propio pacientenecesita, supervisando y reforzando que lohaga por sí mismo; esto por lógica afectanegativamente al rendimiento del anciano.

•OBSTÁCULOS PARA EL DESCANSO-SUEÑO ADECUADO.

En este caso podríamos hablar de ruidosnocturnos, espacios desconocidos, ausenciade confort en camas y almohadas, procedi-mientos terapéuticos e ingresos a horas pro-pias de descanso, rituales entorno al sueñoque se pierden al ingresar…. Durante el díatampoco se produce el desgaste energéticoque predisponga por la noche al descanso;por todo ello en el hospital es complicado rea-lizar un sueño apacible y reparador.

•DEPRIVACIÓN BRUSCA Y BRUTAL DE ESTÍMULOS NATURALES.

El cómo afecta la falta de descanso y desueño reparador así como la deprivación delos estímulos naturales más básicos (aire fres-co, sol, oxígeno, lluvia, luz, frío y calor natura-les…) en el deterioro de la persona se podríaapoyar con argumentos del ámbito de la psi-cología, pero no lo creo necesario porqueparece caer por su propio peso: el hospital esun encierro obligado y prolongado, muchasveces acompañado de la incertidumbre decuándo terminará.

•DESARRAIGO DE ENSERES PERSONALES Y FAMILIARES ESTIMULANTES, REFERENCIA-LES Y PROTECTORES PARA EL ANCIANO.

Me refiero a su casa, su mobiliario, fotos,recuerdos, ropa, pijamas, amuletos, cadenas,reloj o anillos, su almohada, la manta que

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 59

quizá acostumbra a tener en las rodillas… y enmuchas ocasiones también supone un desa-rraigo doloroso si vive con algún animaldoméstico y se “cuidan” mutuamente (gatito,perro, canario…). La separación que el hospi-tal representa de estas cosas tan queridasproduce en el anciano un vacío que actúa anivel de su equilibrio mental y anímico en con-tra suya.

•DESPERSONALIZACIÓN: UNIFORMIDAD EN EL VESTIDO Y TRATO

A su llegada al hospital, el anciano estambién despojado de sus señales de identi-dad: su ropa, enseres, efectos personales… yes obligado a vestirse de una manera normal-mente poco favorecedora, con el atuendo (elpijama) que representa el momento de mayorintimidad y que quizá tiene connotaciones de“inferioridad de condiciones”, expuesto a lavista de un montón de gente desconocida yademás uniformado al resto de los pacientesingresados, como uno más, sin más. Y lo quees peor, en alguna ocasión puede llegar a oírque se le designa con el nombre de una pato-logía o del número de su cama (lo que afortu-nadamente yo creo que se hace cada vezmenos)

•DIFICULTAD DE LOS SERES QUERIDOS PARA ACUDIR O PERMANECER CON EL ANCIANO.

El hospital se hace también un lugarinhóspito para el encuentro del pacienteanciano con sus seres queridos y visitas, posi-blemente la única fuente de estímulo para él.

La tendencia demasiado arraigada es lade hacer salir al familiar de la habitación paraprácticamente cualquier procedimiento o cir-cunstancia que nos lleve a entrar; el númerode veces que esto ocurre se multiplica almenos por dos.

Si el familiar se encontraba tratando deconsolar, entretener, poner al día para mante-ner conectado con su mundo exterior, animara su anciano, las continuas interrupcionesentorpecen esta terapia tan valiosa comocualquiera de las nuestras; posiblemente estodesanime a los familiares a visitar a su ancia-

no si tenemos presente las renuncias y esfuer-zos que a veces esto exige en el frenético rit-mo de vida actual.

Hoy por hoy en el hospital sigue sin exis-tir cultura promovedora de la participación delfamiliar en los cuidados del anciano, de tal for-ma que el que podría ser un magnífico recur-so, es absolutamente desaprovechado.

•IMPOSIBILIDAD DE CONTINUAR CON LAS AIVD.

Tendrá que abandonar las tareas querealizase independientemente al sacarle desu entorno y no existir en el hospital ni siquie-ra una aproximación a ellas. En este caso merefiero a las contempladas en la escala de

valoración de Lawton: capacidad para usar elteléfono, para ir de compras, para preparar lacomida, para cuidar de la casa, para lavar laropa, para usar los medios de transporte, pararesponsabilizarse de su medicación y paramanejar asuntos económicos.

•VARIABILIDAD E INESTABILIDAD DEL PERSONAL CUIDADOR.

Las planillas del hospital no contemplana la hora de su elaboración el que las enfer-meras y auxiliares que cuidan al pacienteanciano, cambien lo menos posible. En unentorno de por sí hostil y temido como proba-ble fuente de agresiones (aunque sean con finterapéutico), malas noticias, trato estandari-zado… el hecho de estar cada día en manos

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de personas distintas multiplicará por lógica ladesconfianza, el miedo, la sensación de inse-guridad; el establecimiento de una relaciónterapéutica satisfactoria para ambas parteses casi imposible y se limita a las estanciashospitalarias muy prolongadas, lo cual no esdeseable.

•BARRERAS ARQUITECTÓNICAS Y OTRAS TRAMPAS.

Las características estructurales del hos-pital lo convierten en un lugar difícil para elanciano: camas altas, barandas, espaciosreducidos y llenos de obstáculos, mala venti-lación y aclimatación, suelos encerados o bri-llantes que resbalan o parecen mojados, pasi-llos iguales que hacen efecto laberinto… todoello asusta al anciano y desanima a la deam-bulación

•AUSENCIA TOTAL DE DESARROLLO DE ACTIVIDADES RECREATIVAS Y DE DESARROLLO DE HÁBITOS.

El hospital, todo el mundo lo sabe y loacepta, es el reino del aburrimiento y la mono-tonía. Es uno de los lugares donde mejor sematerializa la relatividad del tiempo: mientrasel personal corre desaforado porque no daabasto ni le da tiempo a lo básico, el enfermoingresado y el familiar ven pasar los minutoscon desesperación. Parece literalmente quese viviera en dos dimensiones temporales dis-tintas. Esa sensación de lentitud embebe alanciano, de por sí falto de motivación, de unapeligrosa apatía que contribuye al deterioropersonal.

Además habitualmente (en lo que yoconozco) no existen para el anciano y su fami-liar ni espacios ni material ni personal desti-nado al desarrollo de actividades “re-creati-vas” (sala de estar, juegos de mesa, video otele en común, manualidades, material parapintar o escribir…), ni su habitación ni el espa-cio que le es destinado para su ingreso, propi-cian en lo más mínimo estas actividades ( enel hospital donde yo trabajo sería imposibleincluso que una anciana hiciera punto o gan-chillo, porque carecería hasta de la ilumina-ción necesaria).

Si el anciano tiene hábitos distractorios,el hospital es una ruptura con ellos la mayoríade las veces; otras veces el anciano tienehábitos nocivos, como el tabaco o su copa osu vino en la comida…, y el hospital le obliga asu deprivación, lo que en estas edades no tie-ne –a mi modo de ver- más que desventajas yun malestar añadido a su situación.

•DESCONEXIÓN SOCIAL SECUNDARIA.Vendría a ser la ruptura con las personas

que forman parte de su vida en un segundo -pero también importante- plano: vecinos, ami-gos del parque o del centro social, tenderos,panadero, portero, farmacéutico, iglesia…. ytodos aquéllos que sin querer entretejen unarealidad en equilibrio inestable o vulnerable acausa de la edad.

En ocasiones, el anciano no sólo eraindependiente en su vida basal, para las ABVDy las AIVD, sino además para las llamadasAAVD (actividades avanzadas de la vida diaria)que vendría a suponer su participación activaen grupos sociales, culturales, religiosos alnivel incluso de compromiso

El hospital representaría una vez más lapérdida y desconexión de algo muy valioso yenriquecedor para él

•PRESENCIA Y SOMBRA DE LA MUERTE.La muerte en el hospital se vive aunque

no suceda en la propia habitación porqueimpregna el ambiente (ruidos, olores actitu-des…) y al personal cuidador de una formainequívoca.

Es fácil de entender cómo se sentirá y loque pensará el anciano que ve morir a com-pañeros de habitación o a otros pacientes dela Unidad en que se encuentra hospitalizado.

5. OTROS DEMONIOS… EN BUSCA DE LOS CULPABLES

Antes de empezar a señalar “culpables”de todo cuanto acontece al anciano hospitali-zado, he preferido realizar una sencillaencuesta a todo el personal de la Unidad enque trabajo, para que mi percepción personalno distorsione esta exposición.

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 61

Entrevisté a cuatro represen-tantes del equipo médico, adjuntos yresidentes de último año, de cadauno de los dos equipos (en total ochomédicos internistas); del equipoenfermero, a 12 enfermeras y 15auxiliares, casi la totalidad excluyen-do personas recién incorporadas alpuesto de trabajo.

Tres preguntas abiertas, me lle-varon a conclusiones unánimes.

1º.- ¿Cómo crees que influye lahospitalización en sí misma enla capacidad funcional delpaciente anciano?

No hubo nadie que me con-testara que no existe excesivarelación o que no haya perci-bido nada al respecto:

NADIE. Ni del sector médi-co formado por dos equiposcon enfoques y abordajesterapéuticos totalmente dis-tintos, ni del equipo de enfer-mería formado por enferme-ras y auxiliares.

Todo el mundo coincide enque aparte de que el ancianoingrese enfermo y limitadopor su situación aguda, elhospital entraña un severoperjuicio para el paciente.

Uno de los médicos internis-tas adjunto, me llegó a decircon un tono entre la broma y lapreocupación: “Nooo, si yosiempre lo digo: el hospital esmalísimo para la salud…”

2º.- ¿Cuáles crees que son lascausas de que esto suceda?

El equipo médico señala ladesconexión de su entorno y eldesarraigo que llevan al pacientea una pérdida de todas sus refe-rencias y a presentar un cuadroconfusional que desencadenatoda una serie de perjuicios alanciano; el equipo de enfermería

dirige el dedo acusador a laimposibilidad de cuidar el aspec-to funcional del paciente y deprotegerle más, debido a lasenormes cargas de trabajo; unsector del mismo grupo (30%)me sorprendió señalando antesbien, al anciano y su familia, queal ingreso en el hospital adoptanuna actitud absolutamente pasi-va y de autoexclusión y delega-ción o entrega de todo lo relativoa su propio cuidado.

Abordaré éstos y otrosdemonios analizando su signi-ficado y magnitud.

•CONTRADICCIÓN ENTRE LAS PRIO-RIDADES DEL ANCIANO Y LAS DELHOSPITAL.

Cuando un paciente ancianoingresa en un hospital de Agudos,éste no suele detenerse en la valora-ción funcional de su estado previo obasal ni del estado derivado de lasituación de enfermedad.

Al no existir correspondenciaentre las patologías y la situaciónfuncional en que quedan los ancia-nos, las incapacidades raramenteson identificadas y atendidas con laprontitud y el rigor científico con quese relacionan el proceso patológico yla intervención terapéutica.

Pero el estado funcional delanciano es un factor de evolución ypronóstico crucial que termina que-dando en el tintero.

Sin embargo… para la mayoríade los ancianos las limitaciones fun-cionales suponen un problema muchomayor que la propia enfermedad.

Así pues, la perspectiva delmédico internista puede no coincidiren cuanto a sus objetivos con la delpaciente y su familia.

Este especialista no suele verclara la necesidad de una valoraciónfuncional ni las áreas que hay quevalorar; tampoco llegan al acuerdo

sobre la búsqueda de dificultadeslatentes no declaradas todavía;sostienen que los problemas asin-tomáticos no son incapacitantes.

En definitiva en el medio hospi-talario es raro que se lleve a cabouna valoración de la capacidad fun-cional del anciano con instrumen-tos contrastados de medición; losmédicos están centrados en losproblemas clínicos y no enfocan losdetalles relativos a la capacidadfuncional.

En cuanto al equipo de enfer-mería, éste se ve obligado a limitarsu función a la mera asistencia a

causa de las enormes cargas de tra-bajo; quedan abandonadas en el cui-dado del anciano las funciones depromoción de la salud, prevención yprotección de las complicacionestardías, rehabilitación, educación alanciano y sus cuidadores informales,soporte emocional…

Para mayor agravante la funciónasistencial dedica la mayor parte desu tiempo y energía, a la tareas dele-gadas: administración de la medica-ción prescrita, toma de constantes yrecogida de multitud de datos al ser-vicio del médico (analíticas conti-nuas, ECG, toma de muestras, peso ybalance hídrico…), preparación y ges-

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tión para un sinfín de pruebas diagnósticas,pase de visita médica, solicitud de ajustes deltratamiento médico a petición del paciente o lafamilia… de tal suerte que la función propia dela enfermera, queda arrinconada o anuladapor imposibilidad de dedicarse a ella.

En palabras de A. Peñafiel, “la enferme-ra de estas Unidades queda convertida en un

profesional al servicio del médico y no delpaciente”

Si la enfermera quiere participar en algu-na medida en el autocuidado del anciano parasu mejor valoración, y el establecimiento de larelación terapéutica con él, tiene que trabajara marchas forzadas, renunciando a cualquiertipo de planificación ni reflexión de los cuida-

dos y dejando en la jornada laboral toda laenergía de que dispone para el día (y en oca-siones más) ; se sale entonces del hospitalcon un balance energético muy negativo y lasensación de haber trabajado “a destajo” sinla profesionalidad que necesita el anciano.

Evidentemente son Unidades con enor-mes cargas de trabajo, de pacientes añosos,muy demandantes por su delicada situación,con pluripatología y polimedicación, con unacompleja mezcla de enfermedades, minus-valías y condicionantes sociales y familiares,con mermada respuesta a los cuidados y a laamplia terapéutica, con crecientes necesida-des de rehabilitación…y altos niveles dedependencia que se acentúan en nuestrasimpotentes manos.

Se ha llevado a cabo algún estudio sobrela posibilidad de padecer el “síndrome deburn-out” en estas Unidades de enfermería.

Se concluyó que el Agotamiento emocio-nal (agotamiento físico y psíquico + fatiga +desgaste + sentimiento de estar al límite) uni-do a la frustración respecto a la capacidadpara hacer frente a las necesidades del ancia-no estaban presentes de manera alarmanteen estas Unidades.

•PLANTILLA DE ENFERMERÍA.Al hilo de lo expuesto anteriormente es

aquí donde tiene cabida explicar una de losfactores más votados como culpables de todala problemática del anciano hospitalizado.

Una buena dotación de personal en loque al equipo de enfermería se refiere, podríasobradamente ahuyentar todos los fantasmasque acechan al anciano. No es más que cues-tión de recursos, y dentro de ellos, del recursopor excelencia: el tiempo.

Todos los estudios hablan del papel yposición clave de la enfermera para paliar,demorar o incluso impedir el deterioro delpaciente anciano en el hospital.

Yo estoy plenamente convencida de quela enfermera es la pieza fundamental por suconcepción del paciente como un ser biopsi-cosocial, lo que le convierte en el profesionalpreocupado y capaz de abordar todas lascarencias del anciano, sin caer en enfocar el

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interés y volcar el cuidado, la atención y losrecursos únicamente en el aspecto biológico.

Se señala al profesional de enfermeríacomo el experto en observar, recabar datossobre la capacidad funcional del anciano paraAVD, sin olvidar realizar una valoración sobreesto mismo dos semanas antes del ingreso (condatos que proporcione el paciente, informes desu lugar de procedencia y/o su familia); tam-bién contribuye a ello la posición y el contactotan cercano al paciente, además de estar mez-clado continuamente en sus AVD en el hospital.

Este profesional puede además tenermentalidad la rehabilitadora y reinsertora querequiere el anciano para retomar las riendasde su autocuidado, especialmente si el profe-sional de enfermería dedicado al anciano, seha especializado en el enfoque gerontológico,ya que tendrá más conocimientos y motiva-ción de su parte.

La capacidad enfermera de crear eimplantar programas educativos para el ancia-no y sus cuidadores, es otro magnífico aliadopara la consecución del objetivo.

Pero la gestión de los recursos humanosen el ámbito hospitalario no está de nuestraparte.

En los modelos de gestión actuales, ladotación de personal no se establece por car-gas de trabajo o lo que sería más lógico, porniveles de dependencia y de riesgo de depen-dencia de los pacientes a su cuidado; en defi-nitiva, no se brinda según las necesidades pre-visibles del tipo de pacientes de cada Unidad.

De lo contrario, lógicamente, las Unida-des geriátricas deberían de ser por su com-plejidad ampliamente explicada, las más“mimadas”…. Pero la realidad muestra todo locontrario.

Quizá uno de los problemas es que noexisten muchos estudios que demuestren loque de todos es sabido. Uno que sí lo hace, esel llevado a cabo en el año 2007 en un hospi-tal de la red sanitaria pública, del SAS.

Analizaron la capacidad de prestación decuidados del equipo de enfermería de tresUnidades de hospitalización de MedicinaInterna y la compararon con la demanda decuidados de los ancianos.

La estimación de la capacidad de pres-tación de cuidados de la plantilla de enfer-mería fue de 2,8 horas/paciente/día; a partirde la medición de niveles de dependencia, lademanda de los cuidados media por parte delos pacientes fue de 4,9 horas/paciente/día.

Esta diferencia supone un déficit anualde 51 profesionales de enfermería en la plan-tilla de las tres unidades de hospitalización(eran rigurosamente necesarios 17 profesio-nales más de los que había, lo que corres-pondía a algo menos del doble de la dotaciónde la Unidad…)

En una realidad como ésta, no resulta tansorprendente que acompañar al anciano hastael cuarto de baño a su paso, brindándole eltiempo y los dispositivos que precise, esperarcon él mientras orina o hace deposición en elinodoro, supervisar que haga una buena lim-pieza post-evacuación y devolverle seguro a susilla o sillón (¿mínimo 20 minutos?)

O acudir a realizar al anciano encamadouna pequeña sesión de ejercicios de moviliza-ción pasiva o activa; o acompañarle a caminarunos metros por el pasillo; o brindarle la posi-bilidad de realizar su propio aseo matutinomientras se le vigila para evitar accidentes ose le suple en las maniobras estrictamentenecesarias para que no pierda la capacidadque trae consigo de su hogar; no parece tansorprendente que todas estas acciones de cui-dado de clara competencia enfermera seanun lujo o un sueño

Inalcanzable con los medios disponibles,y que se supla con la colocación de un pañal(de consecuencias nefastas para el anciano), elaseo en cama y otras tristes alternativas con laconsecuente insatisfacción para ambas partes.

•COMPLICACIONES NOSOCOMIALES:Infecciones respiratorias, infección uri-

naria, incontinencia urinaria y fecal, estreñi-miento, depresión, ansiedad e insomnio,cuadro confusional y deterioro cognitivo,lesiones por caídas, lesiones producidas porla contención mecánica, infección tegumen-taria, UPP, reacciones adversas a medica-mentos, pruebas diagnósticas y/o trata-mientos, trombosis, desnutrición y deshidra-

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tación, efectos secundarios de los dispositi-vos de uso clínico (vías, sondas, materialpunzante, oxígeno, monitores, contencionesmecánicas…).

Las complicaciones nosocomiales norequieren prácticamente explicación. Es fácilpara quien trabaja en el entorno hospitalariointuir su frecuencia, y su repercusión. Es ciertoque la exposición a estos peligros del hospital,puede considerarse un riesgo razonable que,puesto en una balanza frente a la posibilidadde diagnóstico y tratamiento de un procesoagudo, siempre tiene que valer la pena correr.

Pero quienes presenciamos este hechosabemos que con demasiada frecuencia,sobre todo en pacientes ancianos, estas con-secuencias están lejos de ser minimizadas.

La bibliografía habla de que cerca de lamitad de los accidentes iatrogénicos son cau-sadas por la medicación los ancianos recibencomo media unos ocho nuevos medicamentosdurante el ingreso y la mitad de las medicacio-nes previas se cambian por otras nuevas, loque aumenta el número de efectos adversos.

En un estudio de ancianos hospitaliza-dos, el 18% sufrió reacciones adversas deeste tipo, y un uno por mil murió por los efec-tos colaterales (Gorbien et al. 1992). Otrosestudios (Gray, Sager, Lestico y Jalaluddin,1998) revelaron que el 50% de los ancianosque experimentaron efectos medicamentososadversos, sufrieron un declive importante enuna o más de sus ABVD porque de hechoestas reacciones adversas son la causa en el25% de los casos del deterioro en los ancia-nos hospitalizados; por ejemplo algunossedantes y analgésicos prescritos para dormir,controlar la agitación o el dolor pueden causarsedación diurna (predisponiéndole a pasarmucho más tiempo en la cama), marcha ines-table con caídas y lesiones secundarias, ortos-tatismo, confusión mental…

Ello sin hacer mención de los posibleserrores cometidos en la prescripción o en laadministración de las complejas medicacio-nes, (con los delicados ajustes de dosis reque-ridos por la natural situación involutiva delanciano), errores de los que siempre será unavíctima especialmente vulnerable.

Cualquier proceso infeccioso sufridodurante la estancia hospitalaria como conse-cuencia del entorno, de la terapéutica (inmu-nosupresión secundaria, pruebas invasivas,dispositivos…) obliga a otro tratamiento para-lelo, a un alargamiento de la estancia hospita-laria y a nuevas ocasiones de exposición afenómenos desventajosos siempre para elanciano.

Otro de los terribles enemigos delpaciente anciano, por sus connotaciones éti-cas y de atentado contra el derecho funda-mental de la libertad es LA COTENCIÓN FÍSICAY QUÍMICA a la que el anciano es sometido (yaquí la palabra “sometido” se siente como encasa) con una frecuencia digna de reflexión.Baste observar estos cuadros del Programa-denuncia

Desatar al Mayor y al Enfermo de Alzheimer, de CEOMA y la Fundación Iberdrola.

PORCENTAJES DE USO DE SUJECIONES FÍSICASEN 8 PAÍSES

Dinamarca Francia Islandia Italia Japón España Suecia EE. UU.

%* 2,2 17,1 8,5 16,6 4,5 39,6 15,2 16,5

Extraído de la revista Age and egeing (1997)*Porcentaje de residentes que son sometidos a algún tipo de sujeción física diaria y no diariamente.

EFECTOS POTENCIALES DOCUMENTADOS DEL USO DE FÁRMACOS PSICOTRÓPICOS TRANQUILIZANTES

EN PERSONAS MAYORES

•Delirium/alteración del pensamiento.•Deterioro de la función cognitiva.•Deterioro de la comunicación.•Depresión.•Deterioro funcional físico.•Mayor probabilidad de ser objeto del uso de sujeciones físicas.•Movimientos físicos de repetición y rigideces. Riesgo de caídas.•Problemas de equilibrio, Hipotensión. Riesgo de caídas.•Mareo/vértigo. Riesgo de caídas.•Marcha inestable. Riesgo de caídas.•Deshidratación.•Estreñimiento extremo crónico. Retención de orina.

EFECTOS DOCUMENTADOS DEL USO RUTINARIO DE SUJECIONES FÍSICAS EN PERSONAS MAYORES

Físicos Psicológicos•Úlceras por presión •Miedo / pánico•Infecciones •Vergüenza•Incontinencias (urinaria y fecal) •Ira•Disminución del apetito •Agresividad•Estreñimiento •Depresión•Pérdida del tono muscular •Aislamiento social•Atrofia y debilidad •Retiro/apatía

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 65

Estas prácticas limitadoras de la libertady de la dignidad se emplean con escalofriantefacilidad en nuestro medio, sin referenciaslegales específicas ni protocolos suficiente-mente validados y por tanto no siempre de laforma adecuada; ello da a sus detractoressobradas razones para interpretarla como unaforma de abuso, negligencia o maltrato.

Aunque nadie emplee esta medida conmala intención, me cuestiono si de verdad con-sideramos siempre (no tiene cabida otra fre-cuencia) otras alternativas, dado que no existeevidencia científica a su favor para manejar elriesgo de lesiones o los problemas de conduc-ta, y sin embargo sí existen suficientes eviden-cias sobre sus efectos destructivos.

Todas las complicaciones nosocomialesmerecen un apartado extenso más que deexplicación, de concienciación sobre ellos,pero su desarrollo necesitaría otra exposicióncompleta y todos en este foro sabemos suetiología y su alcance.

Todas están interrelacionadas y se arras-tran unas a otras. Por ejemplo se prescribenmúltiples pruebas diagnósticas de dudosa uti-lidad a un anciano ingresado y se le sometepara ellas a una preparación molesta y poten-cialmente adversa como el ayuno, las solucio-nes evacuantes, los contrastes yodados…quecon frecuencia lleva al anciano a un cierto gra-do de deshidratación y de desnutrición, deastenia y de malestar; queda entonces en unaposición aún más desventajosa frente a losenemigos ya mencionados y se prepara elcamino a males mayores como las bien cono-cidas y malvadas UPP.

Si hasta ahora hablaba de fantasmas,no podían faltar las brujas. Su insidiosa apari-ción y sus consecuencias devastadoras hansido ampliamente tratadas en la literatura einvestigación científicas.

Me detendré un momento en otra de lascomplicaciones nosocomiales:

EL DETERIORO COGNITIVO que sufre elanciano hospitalizado, la causa más señaladapor el equipo médico como culpable del dete-rioro global de estos pacientes.

Se sabe que a medida que envejecemos

los procesos mentales son menos eficientes yque evidentemente esto redunda en el funcio-namiento cotidiano de la persona; pero eldeclive en las conductas cotidianas, es muchomenos pronunciado de lo que cabría esperar,cuando la persona permanece en su entornohabitual, con sus ritmos y costumbres comohilo conductor de su vida.

El impacto de los déficit cognitivos es encambio mucho más acentuado cuando setraslada al anciano a ambientes desconocidosy cuando tiene que llevar a cabo tareas queson nuevas para él.

Si esto se produce en el marco de un pro-ceso patológico agudo (muchas enfermeda-des lo producen secundariamente y tambiénlos medicamentos para tratarlas) y en unescenario como el que vengo describiendo,

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parece lógico pensar que la integridad cogniti-va del anciano pende de un hilo muy fino.

Un elevado número de ancianos hospitali-zados, sufrirá una alteración de sus funcionesmentales superiores: memoria, orientación,percepción, lenguaje, pensamiento, juicio, cál-culo, comunicación y resolución de problemas;alguno o la asociación de varios puede verseafectado por el trastorno orgánico y/o por elpropio encierro hospitalario. Además puedecursar con presencia de alucinaciones, incapa-cidad de reconocer objetos y personas y agita-ción como signo más frecuente que desenca-denará toda una serie de circunstancias yactuaciones adversas para el anciano.

Los datos indican que 1/3 de los pacien-tes mayores de 70 años, la mitad ingresan conun cuadro confusional agudo y la otra mitad loacaba desarrollando durante la hospitaliza-ción; lo veremos además presente en un 15%de los pacientes geriátricos intervenidosquirúrgicamente y en un 50% de los interveni-dos de cadera (Marcantonio, 1996)

•ALARGADOS TIEMPOS DE ESTANCIA.Cuando un paciente permanece en un

hospital más tiempo del estrictamente nece-sario para estabilizar la situación aguda o des-compensada que le condujo al mismo, empie-za a ser víctima de uno de los principales cul-pables señalado unívocamente por todos losimplicados en los cuidados: el alargamientode la estancia hospitalaria; este factor de ries-go aparece en todos los estudios realizadossobre el deterioro funcional en ancianos,como variable dependiente de gran peso enlos resultados.

Los perjuicios analizados a lo largo de estaexposición, que el hospital tiene para el anciano,se ven aumentados exponencial y no aritméti-camente con el tiempo de hospitalización.

Las causas de que se alarguen más de lodebido estos tiempos son múltiples, pero lograve es que la mayoría de las veces nodependen del anciano sino de la estructura ydesorganización hospitalaria: demoras en laspruebas, pérdida de resultados, días festivosen los que no se toman decisiones ni seprevén antes de su llegada,

Descoordinación entre servicios inter-nos, complicaciones nosocomiales, falta deprevisión en cuanto a toma de contacto con lafamilia o con los lugares de destino, o encuanto al material o conocimientos que elanciano necesite para proseguir con su cuida-do y el terrible hecho, analizado en recientesestudios, del abandono del anciano en el hos-pital después del alta médica por parte de lafamilia (en 1995: 77 casos, en 1996: 224 y en1997: 211 casos en el hospital objeto de esteestudio)

Relación entre estancia media e incidencia del deterioro funcional para ABVD.

Estudio sobre deterioro funcional r/c hospitalización. Servicio de Geriatría Hospital Monte Naranco. 1996

•DESCOORDINACIÓN ENTRE NIVELES ASISTENCIALES.

La implantación del Proceso de atenciónenfermero en un área asistencial, sigue sien-do una tarea compleja y en algunos ámbitos,una tarea pendiente pese a contar con elinterés y la motivación de las enfermerasimplicadas.

Sin embargo la omisión en documentarnuestra práctica y nuestras observaciones, nosólo priva a la enfermería del rigor, la riquezay la consideración que merece, sino ademásal paciente, en este caso al más frágil de lospacientes, de que exista un documento queatesore todos los datos y secuencia de su his-toria holística e integral de salud; documentoque sería deseable que le acompañara por losdistintos niveles de atención sanitaria que ten-ga que visitar.

Lo cierto es que no existe del todo (aun-que se ha avanzado mucho al respecto) esacomunicación entre niveles de asistencia, conlo que cada toma de contacto del anciano, esun volver a empezar, con todo lo que ello supo-

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>9 >10 >11 >12 >13 >14 >15 >16 >17Días

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ne de retraso en el abordaje de sus deficien-cias y de protección de sus capacidades.

•LA FRONTERA BORROSA DE LA ÉTICADebido al desarrollo de las ciencias

biomédicas, sobre todo en el aspecto tecnoló-gico, y a la mejora de los niveles de salud, seha producido una disminución de la tasa demortalidad.

Pero la cuestión es, como decía un slo-gan americano extendido hace unos años, si“hemos añadido vida a los años que añadi-mos a nuestra vida”; porque vivir más años,puede ser una ventaja cuestionable, si la cali-dad de esos años añadidos es precaria.

Desde mi humilde, pero alertada expe-riencia, cuando un paciente anciano ingresaen un hospital de tercer nivel sin Servicio deGeriatría ni siquiera como Servicio consultor,se infringe con frecuencia el principio de “nomaleficencia”

Creo que existe una alarmante ausenciade criterios claros acerca de lo que es y lo queno es realmente una actuación fútil para elanciano; entendiendo por actuaciones fútilesaquellas que carecen de utilidad real para él yque por tanto podrían ser omitidas (y con ellastodos los riesgos, efectos adversos y moles-tias para el anciano)

El derecho del paciente a realizar un con-sentimiento informado con las tres condicio-nes indispensables para que su cumplimientosea correcto (información, reflexión y libertad),suele ser ignorado por completo cuando setrata del paciente anciano.

Por una parte lo veo justificable, puestoque el objetivo del médico especialista nor-malmente médico internista, es el de diagnos-ticar y curar la enfermedad que motiva elingreso; su enfoque y objetivo será puramentebiomédico y posiblemente empleará todos losrecursos a su alcance (y en el hospital sonmuchos) para conseguirlo; pero lo hará quizáa cualquier precio y dejando en un segundoplano aspectos posiblemente más apremian-tes para el beneficio del anciano como el tra-tamiento rehabilitador

Determinados procedimientos diagnósti-cos o terapéuticos pueden ser devastadores

para el paciente o su familia debido a los efec-tos adversos que conlleva la preparación o laprueba en sí misma; y los dispositivos de ins-tauración de ciertos tratamientos son tan agre-sivos, que en ocasiones resulta dudoso si com-pensa su efecto supuestamente beneficioso.

6. POR FIN…LAS SOLUCIONESLlega el momento de buscar, imaginar,

inventar un poco de esperanza para nuestra“historia de terror”.

Las soluciones a toda la problemáticaexpuesta a lo largo y ancho de la reflexión, talcomo suele ocurrir en las situaciones de crisis,se van desprendiendo por sí solas y por sentidocomún; sólo habría que saber verlas, creer enellas y encontrar en las autoridades competen-tes el apoyo necesario para llevarlas a cabo.

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Contrastando mi propia opinión y expe-riencia con la del resto del Equipo, explorandola literatura y reflexionando desde la inquie-tud, una solución se erige como la principal eimprescindible: Urge la implantación de unaherramienta común para todos los implica-dos en el cuidado del anciano hospitalizado.

Serviría de punto de encuentro para eseequipo multidisciplinar que debería aunarobjetivos, criterios, esfuerzos y acciones paraque el paciente anciano sea tratado comonecesita y merece.

Ese equipo multidisciplinar formado pormédicos, enfermeras, auxiliares de enfer-mería, trabajadores sociales, equipo de cuida-dos paliativos, fisioterapeutas y cuidadoresinformales. Deberá disponer además de cana-les fluidos de comunicación e intercambio deinformación con los equipos multi-disciplina-res de otros niveles asistenciales responsa-bles del anciano, niveles de los que procede yniveles a los que regresará al alta hospitalaria;estos equipos deberían en principio ser máscompletos al contar con terapeutas ocupacio-nales, nutricionistas y psicólogos.

La herramienta de la que hablo es laVALORACIÓN GERIÁTRICA INTEGRAL (VGI)

Está definida como: “un proceso multidi-mensional e interdisciplinario diseñado parala identificación y cuantificación de todos losatributos y de los déficits importantes a nivelmédico, funcional, psicológico y social delanciano, con el fin de conseguir un plan racio-nal de tratamiento, cuidados y óptima utiliza-ción de los recursos”.

Habrá que comenzar por reconocer queel paciente anciano hospitalizado, estáexpuesto a múltiples problemáticas consus-tanciales con el envejecimiento que van a con-dicionar la evolución de su enfermedad y lasconsecuencias de ésta en su autovalimiento.

Estos problemas, que derivan de aspec-tos cognitivos, emocionales, funcionales ysociales, merecerán que se les conceda igualo más importancia que a los puramentebiomédicos y deberán ser evaluados y aborda-dos de forma conjunta por todo el equipo.

Efectuada esta valoración integral desdelos diferentes puntos de vista de los profesio-nales del equipo, se podrá diseñar un

PLAN INDIVIDUALIZADO DE ACTUACIÓN PREVENTIVA,

TERAPÉUTICA Y REHABILITADORA

Que se continúe en el tiempo aunque elanciano vaya pasando a manos de diferentesequipos según su circunstancia; además, lamencionada VGI para ser útil, deberá some-terse a un plan de seguimiento evolutivo queconstate los beneficios de los planes, cuida-dos y tratamientos instaurados.

Una sola vez el plan partiría de cero; des-pués sería como una coherente carrera derelevos cuya meta será proporcionar al ancia-no CALIDAD de vejez y vida.

Beneficios de la VGI•Mayor precisión diagnóstica.•Reducción de la mortalidad.•Predicción del riesgo de deterioro.•Mejoría del estado funcional.•Calidad asistencial.•Evitar la adversidad secundaria a inter-venciones sanitarias.•Disminución de institucionalización yhospitalización.•Utilización eficiente de recursos.•Comunicación fluida entre niveles asis-tenciales.•Posibilidad de diseño de plan estratégicocon garantías de éxito.

Datos a recoger en la VGI•Datos biomédicos, diagnósticos actualesy pasados.•Datos farmacológicos.•Datos nutricionales.•Datos psicológicos, cognitivos y emocio-nales.•Datos funcionales básicos e instrumentales.•Datos sociales de capacidad de comuni-cación y sistemas de apoyo.

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 69

La VGI se llevará a cabo desde:

•VALORACIÓN CLÍNICA DEL ANCIANO:Este es uno de los pilares de la VGI; ana-

lizará la situación clínica con cuadro patológi-co, signos, síntomas, alteraciones analíticas…que deberá de ir acompañada de la valoraciónpsíquica, funcional y social para evaluar elimpacto de la enfermedad en estas esferas.Deberá basarse en la minuciosidad y en lapaciencia. Al realizar el estudio clínico-orgáni-co del anciano, lo haremos teniendo en cuen-ta cómo se presenta la enfermedad en estasedades, presentación que se caracteriza por:

•Pluripatología•Instauración atípica y sintomatología lar-vada•Frecuentes complicaciones clínicas•Tendencia a la incapacidad y a la cronicidad•Aparición frecuentemente en forma depérdida de capacidades funcionales•Aumento de la polifarmacia basal•Mayor dificultad diagnóstica•Frecuente tendencia hacia la gravedad yla muerte

•HISTORIA CLÍNICAContemplará todos los antecedentes

personales y la historia farmacológica.

•ANAMNESIS GENERAL Y POR APARATOSLa realización de la anamnesis deberá

superar dificultades como que la sintomato-logía sea pobre y larvada sin la existencia deun síntoma guía o principal, que el ancianoachaque algunos síntomas a la vejez y losobvie, que los olvide, que pueda tener déficitssensoriales o cognitivos para expresarlos….Tras realizar la anamnesis objetiva, deberíavalorarse la percepción subjetiva de su estadode salud, la interpretación de lo que le estáocurriendo en este momento y de sus expec-tativas de pronóstico y evolución; estos datosserán relevantes para la dirección que tome elproceso. Lo completará la descripción por par-te del anciano, de un día típico de su vidahabitual.

•EXPLORACIÓN FÍSICA COMPLETA

•PRUEBAS COMPLEMENTARIAS

•CONSENTIMIENTO INFORMADO ANTES DELABORDAJE TERAPÉUTICO.

De todo lo largo y ancho de esta VGI,quiero detenerme en el apartado que corres-pondería a la valoración de la capacidad fun-cional y evaluación del grado de autonomía.

Este es el aspecto en el que se debe vol-car de forma especial y (específica respecto acualquier otro grupo etario) el esfuerzo y laenergía de los profesionales dispuestos a tra-tar al anciano.

En el ámbito hospitalario, es el profesionalde enfermería quien se encuentra en posiciónprivilegiada para hacerlo, con el asesoramientopuntual del médico, el fisioterapeuta o rehabili-tador y el trabajador social para cuestiones con-cretas como cuantificar la fuerza muscular o losrecursos económicos familiares.

La concepción biopsicosocial que laenfermería tiene del usuario de sus cuidadosy la posición a pie de cama propician estalabor.

Existen múltiples escalas de medida quese pueden encontrar en la bibliografía comoproducto de la experiencia y la investigacióncientífica al respecto.

Se han concebido focalizando el interésen diferentes aspectos, bien funcionales obien de otra esfera que siempre tendrá reper-cusión última en la capacidad funcional (áreacognitiva, psíquica, social, apoyo familiar,motivación personal…)

•Cuestionario de Barber•Índice de Katz de independencia paraAVD•Índice de Barthel•Escala de Lawton•Cuestionario de Pfeiffer (SPMSQ)•Miniexamen cognoscitivo de Lobo•Escala de depresión de Yesavage•Escala de incapacidad de La Cruz Roja•Escala de incapacidad psíquica de LaCruz Roja•Test del informador•Valoración del estado funcional en ancia-nos de Plutchik

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200870

•Escala de Hodgkinson•Family Apgar•Escala de valoración geriátricade Stockton (Meer y Baker) paraancianos •CAPE (Clifton assesment proce-dures for the elderly)

Índice de Katz para las ABVDEs el más frecuentemente empleado

en el medio hospitalario

BañarseINDEPENDIENTE. Necesita ayuda para

lavarse una parte del cuerpo, o lohace solo

DEPENDIENTE. Incluye la necesidad deayuda para entrar o salir de labañera

VestirseINDEPENDIENTE. Se viste totalmente

(incluye coger las prendas delarmario) sin ayuda. Excluye el ata-do de los cordones de los zapatos

DEPENDIENTE. No se viste solo

Usar el retreteINDEPENDIENTE. No precisa ningún tipo

de ayuda (incluye la entrada ysalida del baño). Usa el baño

DEPENDIENTE. Incluye usar orinal ocuña

MovilidadINDEPENDIENTE. No requiere ayuda para

sentarse o acceder a la camaDEPENDIENTE

ContinenciaINDEPENDIENTE. Control completo de la

micción y defecaciónDEPENDIENTE. Incluye control total o

parcial mediante enemas, sondaso el empleo reglado de orinal y/ocuña

AlimentaciónINDEPENDIENTE. Lleva la comida del pla-

to, o equivalente. a la boca sinayuda

DEPENDIENTE. Incluye no comer y lanutrición parenteral o enteral porsonda

Por ayuda se entiende la supervisión, direc-ción o ayuda personal activa. La evaluacióndebe realizarse según lo que el enfermo reali-ce y no sobre lo que sería capaz de realizar

CLASIFICACIÓNA Independiente en todas las activida-

desB Independiente en todas las activida-

des, salvo unaC Independiente en todas las activida-

des, excepto bañarse y otra funciónadicional

D Independiente en todas las activida-des, excepto bañarse, vestirse y otrafunción adicional

E Independiente en todas las activida-des. excepto bañarse, vestirse, usodel retrete y otra función adicional

F Independiente en todas las activida-des, excepto bañarse, vestirse, usodel retrete, movilidad y otra funciónadicional

G Dependiente en las seis funcionesOtros Dependiente en al menos dos funcio-

nes pero no clasificable como C, D, Eó F

Índice de Barthel para medición deABVD

Comer10 INDEPENDIENTE. Capaz de comer

por si solo y en un tiemporazonable. La comida puedeser cocinada y servida por otrapersona

5 NECESITA AYUDA. Para cortar lacarne o el pan, extender lamantequilla, etc., pero escapaz de comer solo

0 DEPENDIENTE. Necesita ser ali-mentado por otra persona

Lavarse (bañarse)5 INDEPENDIENTE. Capaz de lavar-

se entero. Incluye entrar y salirdel baño. Puede realizarlotodo sin estar una personapresente

0 DEPENDIENTE. Necesita algunaayuda o supervisión

Vestirse10 INDEPENDIENTE. Capaz de poner-

se y quitarse la ropa sin ayuda5 NECESITA AYUDA. Realiza solo al

menos la mitad de las tareasen un tiempo razonable

0 DEPENDIENTE

Arreglarse5 INDEPENDIENTE. Realiza todas

las actividades personales sinninguna ayuda. Los comple-mentos necesarios puedenser provistos por otra persona

0 DEPENDIENTE. Necesita algunaayuda

Deposición10 CONTINENTE. Ningún episodio

de incontinencia5 ACCIDENTE OCASIONAL. Menos de

una vez por semana o necesi-ta ayuda para enemas y supo-sitorios

0 INCONTINENTE

Micción (valorar la situación en la semana

anterior)10 CONTINENTE. Ningún episodio

de incontinencia. Capaz deusar cualquier dispositivo porsi solo

5 ACCIDENTE OCASIONAL. Máximo unepisodio de incontinencia en24 horas. Incluye necesitarayuda en la manipulación desondas u otros dispositivos

0 INCONTINENTE

Ir al retrete10 INDEPENDIENTE. Entra y sale solo y

no necesita ningún tipo de ayu-da por parte de otra persona

5 NECESITA AYUDA. Capaz de mane-jarse con pequeña ayuda; es

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 71

capaz de usar el cuarto debaño. Puede limpiarse solo

0 DEPENDIENTE. Incapaz de mane-jarse sin ayuda mayor

Traslado al sillón / cama15 INDEPENDIENTE. No precisa ayu-

da10 MÍNIMA AYUDA. Incluye supervi-

sión verbal o pequeña ayudafísica

5 GRAN AYUDA. Precisa la ayudade una persona fuerte o entre-nada

0 DEPENDIENTE. Necesita grúa oalzamiento por dos personas.Incapaz de permanecer sentado

Deambulación15 INDEPENDIENTE. Puede andar 50

m, o su equivalente en casa,sin ayuda o supervisión deotra persona. Puede usar ayu-das instrumentales (bastón,muleta), excepto andador. Siutiliza prótesis, debe sercapaz de ponérsela y quitárse-la solo.

10 NECESITA AYUDA. Necesita super-visión o una pequeña ayudafísica por parte de otra perso-na. Precisa utilizar andador.

5 INDEPENDIENTE. (Ensilla de rue-das) en 50 m. No requiereayuda ni supervisión

0 DEPENDIENTE

Subir y bajar escaleras10 INDEPENDIENTE. Capaz de subir y

bajar un piso sin la ayuda nisupervisión de otra persona

5 NECESITA AYUDA. Precisa ayuda osupervisión

0 DEPENDIENTE. Incapaz de salvarescalones

Índice de Lawton para medir lasAIVD

Capacidad para usar el teléfono1 Utiliza el teléfono por iniciativa

propia y sin ayuda1 Marca números bien conocidos1 Contesta el teléfono, no marca0 No usa el teléfono en absoluto

Ir de compras1 Realiza todas las compras

necesarias sin ayuda0 Compra pequeñas cosas0 Necesita compañía para reali-

zar cualquier compra0 Completamente incapaz de ir

de compras

Preparación de la comida1 Planea, prepara y sirve las

comidas adecuadas con inde-pendencia

0 Prepara las comidas si le pro-porcionan los ingredientes

0 Prepara la comida, pero nomantiene una dieta adecuada

0 Necesita que se le prepare lacomida

Cuidar la casa1 Cuida la casa sin ayuda o ésta

es sólo ocasional1 Realiza tareas domésticas ligeras1 Realiza tareas domésticas

ligeras, pero no mantiene unnivel de limpieza aceptable

0 Necesita ayuda con todas lastareas de casa

0 No participa en tarea domésti-ca alguna

Lavado de la ropa1 Lo realiza sin ayuda1 Lava o aclara algunas prendas0 Necesita que otro se ocupe de

todo el lavado

Medio de transporte1 Viaja con independencia

1 No usa transporte público, sal-vo taxis

1 Viaja en transporte público sile acompaña otra persona

0 Viaja en taxi o automóvil sólocon ayuda de otros

0 No viaja en absoluto

Responsabilidad sobre la medicación1 No precisa ayuda para tomar

correctamente la medicación0 Necesita que le sean prepara-

das las dosis con antelación0 No es capaz de responsabili-

zarse de su propia medicación

Capacidad para utilizar el dinero1 No precisa ayuda para mane-

jar dinero ni llevar cuentas1 Necesita ayuda para ir al ban-

co, grandes gastos, etc.0 Incapaz de manejar dinero

De todas ellas la que consideromás completa el SMAF (Sistema demedida de autonomía funcional) quese desarrolló a partir del conceptofuncional de la salud y de la clasifi-cación internacional de deficiencias,incapacidades y handicaps de laOMS. Creo que es una escala devaloración que contempla todas lasáreas de la persona sin extendersedemasiado ni resultar inhábil.

Esta escala atribuye un nivel de0 a 3 a cada ítem, valorando siemprelo que el anciano realmente hace yno lo que podría o debería hacer;para cumplimentarlo se empleantodas las fuentes de información dis-ponibles: la entrevista al anciano, asus cuidadores y/o familiares, laobservación del anciano y su entornoy la puesta a prueba del mismo.

El nivel 0: persona autónoma /nivel 1: persona que requiere unavigilancia o una estimulación/ nivel2: persona que necesita ayuda/ nivel

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200872

3: persona dependiente; en una revisión pos-terior se incluyó el nivel 0,5 para personas quepueden realizar la función de forma autónomapero con dificultad. Al SMAF se adjunta uncuadro de evaluación que valora en cada ítemsi los recursos materiales y sociales suplen laincapacidad reflejada cuando ésta existe.

Lista de ítems del SMAF y su correspondencia. En la clasificación

de incapacidades de la OMS

Dimensiones e ítems del SMAF Clasificación de las incapacidades de la

OMS

a) Actividades de la vida diaria Deterioro de 1- Alimentarse la capacidad personal2- Lavarse Deterioro en destrezas3- Vestirse4- Mantenerse5- Función urinaria6- Función intestinal7- Uso del inodoro

b) Movilidad Deterioro de 1- Traslado la capacidad motora2- Circular por el interior3- Utilizar prótesis, ortésis o dispositivo de ayuda4- Trasladarse en silla de ruedas5- Subir y bajar escaleras6- Circular por el exterior

c) Comunicación Deterioro de la comunicación1- Ver2- Oír3- Hablar

d) Funciones mentales Deterioro del comportamiento1- Memoria2- Orientación3- Comprensión4- Juicio5- Comportamiento

e) Actividades instrumentales de la vida doméstica Deterioro del autovalimiento1- Mantener la casa2- Preparar la comida3- Hacer las compras4- Hacer la colada5- Usar el teléfono6- Usar medios de transporte7- Responsabilizarse de la propia medicación8- manejo del presupuesto económico

De cualquier modo, la elección de la esca-la o instrumento de medición de la capacidadfuncional del anciano, tiene a mi modo de verque contar con una única condición indispensa-ble: La de ser aceptada por todos los responsa-bles del cuidado del anciano, en todos los nive-les asistenciales por los que pase el mismo.

Lo demás es secundario y bastaría conunificar los criterios al respecto.

La idea detrás de la VGI es la creación deun PLAN DE TRATAMIENTO CONJUNTO, que enmanos enfermeras adoptará la forma de PLANDE CUIDADOS, en manos médicas la de ABOR-DAJE DIAGNÓSTICO Y TERAPIA FARMACOLÓGI-CA, en manos del trabajador social la de PLANDE REINSERCIÓN Y DOTACIÓN DE RECURSOSAL ALTA, en manos de los fisioterapeutas, tera-peutas ocupacionales o médicos rehabilitado-res la de DISEÑO DE PROGRAMA DE MOVILI-ZACIÓN Y CAPACITACIÓN…

De este modo la VGI tendrá intenciónpredictiva y resolutiva para que “no se tratede encender una vela en medio de la oscuri-dad relativa, sino que establezca un sistemade electricidad permanente”. Si se aúnan losesfuerzos y se emprende un plan conjunto conun objetivo común en el periodo de recupera-ción de la enfermedad, el anciano alcanzarálos máximos resultados posibles.

Dentro del seno de la VGI, la bibliografíaapunta también al empleo de un instrumentoque ha demostrado ser ventajoso para la pro-tección de la capacidad funcional del anciano;se trata de los PREDICTORES DEL RIESGO DEDECLIVE FUNCIONAL EN ANCIANOS HOSPITA-LIZADOS.

En ellos se recogen datos concernientesa los factores o variables que se ha demostra-do en la investigación participan en la pérdidade capacidad funcional del anciano.

En ellos se contemplaría y evaluaría: lasituación médica previa, la edad, los proble-mas cognitivos previos, los problemas dedependencia para ABV previos, la depresión yel tiempo previsto de estancia hospitalaria.

Desde el punto de vista enfermero y tra-bajando siempre con la metodología del “Pro-ceso de atención de enfermería”, con su fasede valoración ya matizada en la explicaciónanterior en lo relativo a capacidad funcional yampliada a todos los patrones de salud decompetencia enfermera, se trabajará con unaserie de diagnósticos prevalentes en el cuida-do del anciano:• Déficit de autocuidado para las ABVD Y

AIVD en cuanto a higiene, arreglo perso-

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 73

nal, vestido-desvestido, eliminaciónintestinal y urinaria, y alimentación.

• Riesgo de lesión: broncoaspiración, caí-da, asfixia, intoxicación …

• Deterioro (o riesgo) de la nutrición y apor-te de líquidos por defecto.

• Deterioro (o riesgo) de la integridad cutá-nea y tisular.

• Deterioro de la movilidad física.• Intolerancia a la actividad.• Riesgo de Síndrome de desuso.• Riesgo o problema real de estreñimiento,

incontinencia fecal e incontinencia urinaria.• Complicación potencial de infección 2ºa

dispositivos hospitalarios, acúmulo desecreciones, UPP, heridas traumáticas.

• Manejo inefectivo del régimen terapéutico• Riesgo de cansancio en el desempeño

del rol del cuidador• Deterioro del patrón del sueño• Afrontamiento individual y/o familiar ine-

fectivo

La enfermera que cuida al anciano velarápor que éste conserve la integridad de sus capa-cidades basales ; para ello le suplirá en las áre-as del autocuidado y sólo en la medida que susituación le impida hacerlo, capacitándole pocoa poco a retomarlo cuanto antes.

Le protegerá de las posibles complica-ciones nosocomiales y de los riesgos queentraña el hospital ; le administrará el trata-miento prescrito por el médico para la resolu-ción de su enfermedad y le preparará y procu-rará las pruebas diagnósticas que éste nece-site ; diseñará y ejecutará planes de cuidadospara los grandes síndromes geriátricos quepueden presentársele al anciano hospitaliza-do o que de hecho ya padezca; le proporcio-nará la posibilidad de un plan de rehabilita-ción y movilización tempranos evitando desdeque sea posible el encamamiento y promo-viendo la posición vertical y la deambulación,tan ventajosas para el paciente; extenderá suscuidados y atención a la familia u otros cuida-dores informales adiestrándolos e implicándo-los en las técnicas de cuidado que el ancianopueda requerir durante el ingreso y sobre todoal alta ; mediará entre los cuidadores informa-

les y otros profesionales del equipo; prepararáal anciano y a sus cuidadores para el momen-to del alta.

Para que todas estas áreas de compe-tencia enfermera puedan ser abordadas a lapar que este profesional desempeña sus fun-ciones delegadas por parte del médico, hacefalta una segunda solución:

DOTACIÓN EFICAZ DE RECURSOS HUMANOS

Quizá una forma de encaminar esta solu-ción que se hace ineludible pasa por poner enmarcha estudios locales de cargas de trabajo,y niveles de dependencia en las Unidades depresencia mayoritaria de pacientes geriátricos.

Los estudios acerca de la problemáticaque nos ocupa, señalan al profesional enfer-mero como el dotado de los conocimientos ylas habilidades necesarios así como la posi-ción privilegiada junto al anciano, para que lahospitalización tenga en él, un impacto bene-ficioso pleno, protegiéndole definitivamentedel ya ampliamente identificado y etiquetado“síndrome disfuncional”.

Pero ello resulta imposible si no se dis-pone del personal necesario, fenómeno queno sólo tiene como consecuencia el que no selogre el objetivo último, sino serios perjuiciospara el anciano y para el propio profesional.

ENTORNO FAVORABLETambién me parece una solución abor-

dable, el crear dentro del ámbito hospitalario,un ambiente propicio a la evolución favorabledel anciano.

Como ya he descrito, el hospital en suforma y estructura actuales es hostil para elpaciente anciano.

En el hospital en que yo trabajo, la Uni-dad de hospitalización para el Servicio de Psi-quiatría, ha sido diseñada pensando en el bie-nestar del paciente con dicha patología. Suaspecto es totalmente diferente al resto, lumi-noso, acogedor, confortable y ambientado conel aire de un hogar.

En los hospitales que disponen de Uni-dades de hospitalización infantil (Pediatría,Maternidad, Neonatología…) también el entor-

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200874

no es favorable al bienestar de suspequeños protagonistas, procurandoque se sientan lo mejor posible yminimizando las connotaciones hos-pitalarias.

Mi reivindicación para elpaciente anciano va en la mismalínea; quiero defender Unidadesgeriátricas que permitan a las fami-lias aportar enseres y objetos perso-nales del entorno habitual del ancia-no, que le permitan mantener un hiloconductor con su realidad exterior yuna motivación y esperanza de regre-so a ella.

Dichas Unidades favoreceríanademás de la seguridad mental, laseguridad física del anciano, con unaestructura adaptada: camas conaltura regulable, asideros a lo largode las paredes, suelos antideslizan-tes, cuartos de baño con suelo-sumi-dero y con inodoros provistos deasientos elevadores, iluminación yventilación óptimas, indicaciones cla-ras en los pasillos (colores) libres deobstáculos y caracterizados por laamplitud y el orden, puertas conpicaportes altos, grandes relojes ycalendarios también grandes, luces-guía en el suelo, timbres accesiblesen habitación y baño, estantes ycajas adecuados y seguros para eldepósito de audífonos, dentaduras,gafas…, material especial de higiene(braga y calzón de celulosa en lugardel pañal, pijamas y camisonescómodos y seguros), salas comunespara TV. y otras actividades de ociocon otros pacientes y familiares,puertas accesibles con sillas de rue-das y andadores...

ABORDAJE ESPECIALExiste un interesantísimo estu-

dio al respecto de todo lo menciona-do. En él, se creó una Unidad Espe-cial diseñada para minimizar eldeterioro funcional de los ancianos,

con características físicas como lasdescritas.

Además se predeterminaron trespuntos más en su especial diseño:

•Filosofía de atención médicacentrada en el anciano y no ensu enfermedad, Poniendo énfa-sis en la consecución de laindependencia y rehabilitación.Para el desarrollo de este pun-to, los enfermeros medían yevaluaban cada día las funcio-nes físicas, cognitivas y psico-sociales de los ancianos (yaque está descrito que el declivepuede sobrevenir desde el ter-cer día de ingreso) y ponían enpráctica programas diseñadospara mejorar la capacidad deautocuidado en continencia,aseo personal, nutrición, movili-dad, sueño, cuidado de la piel,estado anímico… protocolos lle-vados a cabo por enfermeros y,también por enfermeros, eva-luados a diario.

•Plan de alta con el objetivoprioritario de regreso al domici-lio. Y no a un Hospital de LargaEstancia o a una Residencia deancianos. Para ello se planifica-ba un plan de alta desde elprincipio del ingreso, con parti-cipación del Trabajador social yde la enfermera de atencióndomiciliaria si se preveía queiba a ser preciso.

•Revisión del tratamientomédico. Con el fin de minimizaro eliminar los efectos adversosde fármacos, pruebas, terapiasy procedimientos limitando eltiempo de su empleo e instau-ración por ejemplo.

Los resultados de este intere-sante estudio en el que se comparó

dos grupos de ancianos heterogéne-os de los cuales uno fue incluido enla Unidad de Programa Especial y elsegundo en una Unidad convencio-nal de hospitalización, fueron muysignificativos al alta:

Resultados al alta en cuanto a la capacidad funcional respecto

a ingreso

Grupo de la Unidad Especial65 ancianos (21%) Mucho

mejor39 ancianos (13%) Mejor151 ancianos (50%) Sin cam-

bios22 ancianos (7%) Peor26 ancianos (9%) Mucho peor

Grupo normal40 ancianos (13%) Mucho

mejor33 ancianos (11%) Mejor163 ancianos (54%) Sin cam-

bios39 ancianos (13%) Peor25 ancianos (8%) Mucho peor

Además hay que añadir que loscostes sanitarios fueron muy simila-res, es decir los ventajosos resulta-dos que ofrecía el diseño de una Uni-dad Especial, no supusieron un agra-vante económico; para más apoyo yéxito de la iniciativa, dentro del grupoespecial fue menor el número deancianos que tuvieron que ser deri-vados al alta a Hospitales de Largaestancia: 43 pacientes (14%) frentea los 67 ancianos (22%) del grupo dehospitalización convencional.

Este bonito estudio apoya fir-memente mi defensa de una hospi-talización para el paciente anciano(sólo cuando sea estrictamentenecesaria e imposible tratar sudolencia desde la atención primaria y

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO HOSPITALIZADO 75

domiciliaria o en la Residencia insti-tucionalizada en la que viva habitual-mente) de características especiales,con personal comprometido y moti-vado para esta causa, con criteriosmédicos geriátricos y a pensada paray por el anciano.

No puedo hablar de solucionese ignorar otra que se hace primordial.Si queremos que el cuidado delanciano sea coherente y siempre lle-ve una dirección inequívoca y sinrodeos hacia la calidad de vida, hayque establecer una firme:

COORDINACIÓN ENTRE NIVELES ASISTENCIALES

Para ello vuelve a hacersenecesaria la creación de un docu-mento que sirva de intercambio deinformación completa acerca delestado de salud y situación funcio-nal, psíquica y social del anciano encada momento

Debería de ser único y cronoló-gico, de modo el equipo sanitario querecibe al anciano sabe cual deberáser su punto de partida, igual que enuna carrera de relevos.

El origen o primera emisión deldocumento correspondería al lugar onivel asistencial donde el ancianorealice su primera toma de contactocon la asistencia sanitaria.

Puede emitirse desde la Aten-ción Primaria, por parte conjunta desu médico y enfermera de familia,con otros datos aportados -si proce-de- de su trabajador social, o cual-quier otro terapeuta que haya inter-venido en cualquier aspecto de saluddel anciano.

Podría emitirse en otro supues-to, por parte del equipo de salud dela Residencia de ancianos si elpaciente vive en una institución deeste tipo; o podría emitirse desde elhospital, si es este el lugar de prime-

ra asistencia para un anciano encuestión de salud, y se completaríaal alta con todos los datos de la VGI ytodas las intervenciones y detallesimportantes de su proceso evolutivo.

Dicho documento será de granvalor para el anciano y sus futuros cui-dadores de los distintos niveles asis-tenciales, garantizándole seguridad yuna atención mejor encaminada.

7. PARA CONCLUIRNo se me ocurre mejor forma

de concluir que escuchando la voz delos protagonistas. Un estudio feno-menológico llevado a cabo en el año2006 resume en cuatro afirmacio-nes, las preferencias del ancianoreceptor de cuidados.

Son cuatro afirmaciones unánimes:•La inutilidad de una vida quese consume en la inmovilidad yen la inconsciencia.•El deseo de no generar moles-tias a los otros•El deseo de morir sin sufrir•El deseo de vivir en un climade confianza, humanidad, amory respeto.

La cuestión es si de verdad cre-emos y sentimos que nuestros mayo-res merecen ver cumplidas estasmodestas reivindicaciones.

Incluso si no es sencillamentenatural, que trabajemos con todaslas fuerzas para proporcionar a nues-tros ancianos y a los ancianos que undía seremos nosotros mismos, unaetapa final de la vida tan satisfacto-ria como corresponde a quienes hanallanado el camino que pisamos.

Si partimos de esta convicción,parece urgente ponerse manos a laobra en esta empresa que es propor-cionarles el cuidado y la protecciónde máxima calidad imaginable.

Si ello pasa por desbaratar eldiseño de los actuales Servicios eInstituciones que les acogen, porcambiar radicalmente mentalidadesy reinventar el modelo sanitario ysocial, por mi parte creo que vale lapena.

Es muy urgente que dejemos depresenciar cómo el Sistema Sanitariotal como está hoy concebido, siguesin colmar las necesidades de laspersonas más venerables y entraña-bles de nuestra sociedad, las másdignas de consideración.

Y no debiéramos frenar esfuer-zos hasta que no exista ni un soloanciano a quien se haya condiciona-do un final de la vida como ningunodesearíamos para nosotros.

Parece más que razonable tra-bajar por ellos y por su final feliz, porlo que son y lo que fueron, con profe-sionalidad y gratitud.

Sería estupendo que nunca tuvierarazón quien dijo:

Nadie da gracias al cauce seco… por su pasado.

R.TAGORE

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PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA

EN EL ANCIANOINSTITUCIONALIZADO

Lorena Montealegre IniestaENFERMERA DE LA RESIDENCIA SAN CAMILO. TRES CANTOS, MADRID

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIA EN EL ANCIANO INSTITUCIONALIZADO 77

El envejecimiento de la población es unhecho de gran trascendencia con repercusio-nes en la economía, en la sanidad, en las rela-ciones familiares y sociales, en la organiza-ción del ocio, en el consumo, en la política y enla demanda social.

Actualmente en nuestro país sólo cuentacon 3,5 plazas en residencias por cada cienmayores de 65 años, o en un atio más signifi-cativo únicamente existen 14 plazas por cadacien mayores de 80 años. El principal proble-ma es el déficit de plazas, en el 77% de lasresidencias hay listas de espera y en las públi-cas llegamos hasta el 93%.

Habitualmente nos enfrentamos a unpaciente de edad avanzada, pluripatológico,con alteración funcional, poli-medicado y concierta dificultad para la comunicación conotros debido a la de la deambulación, de lavista o del oído.

CAUSAS DE LA DEPENDENCIALas principales causas de dependencia

en el anciano institucionalizado son:

De aquí nace la importancia de realizaractividades preventivas con cada uno de lospacientes para evitar la dependencia. Segúnla OMS “La Salud del anciano como mejor semide es en términos de función”, siendo lacapacidad funcional uno de los mejores indi-cadores de salud.

La valoración funcional se consideraprioritaria por ser uno de los mejores indica-dores del estado de salud, de la calidad devida, un buen predictor de morbimortalidad ydel consumo de recursos asistenciales.

Según nos ingrese un residente en elcentro debemos realizarle una escala de fun-cionalidad, una de riesgo de UPP y una de caí-

das saber con que residente vamos a comen-zar a trabajar.

Será necesario realizar con cada resi-dente un plan de cuidados personalizado porparte de cada uno de los profesionales quetrabajemos con el residente, es decir, lo quedenominamos equipo interdisciplinar que rea-liza un trabajo multidisciplinar

PREVENCIÓN DE LA DEPENDENCIAa) Dependencia de las ABVDs

Lo que para cualquiera de nosotros puedeser normal, o lógico, para un mayor con ciertasdificultades no lo es tanto, por eso es necesariorealizar ciertos cambios, poco pueden ser:

•Eliminar barreras arquitectónicas•Tener en cuenta sus gustos y preferen-cias a la hora de comer y de vestirse, ensus hábitos y sus costumbres…Deberemos hacerle una valoración de

cuidados, donde observaremos todas lasnecesidades diarias que tiene, en cuales deellas necesita que se le supervise, en cualesuna mínima ayuda y en cuales de ellas nece-sita totalmente de otra persona para poderrealizar las ABVDs.

Para ello deberemos saber las alteracio-nes que presenta en cada uno de los patrones(Respiratorio, higiene, alimentación...)

Tenemos que considerar que es muyimportante que todo aquello que el pacientepuede hacer pos sí mismo debemos continuarfomentando que lo haga, para evitar la así ladependencia, aunque necesite mayor tiempo.

b) PolifarmaciaLa prevención de la Polimedicación viene

determinada no sólo por el número elevado demedicamentos (más de 4), sino por:

•La utilización inadecuada•Por reacciones adversas•Por interacciones medicamentosas•Presencia de 3 ó más enfermedades•Pobre salud autopercibida•Dependencia física•Edad superior a 75 años•Depresión•Alto número de consultas a los servi-cios sanitarios

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c) DemenciaA pesar de los progresos efectuados, la

mejora básica de la calidad de vida de estospacientes y sus familiares se fundamenta enel diagnóstico correcto y en el tratamiento sin-tomático pero, sobre todo, en la información yel soporte profesional y humano. La demenciaes una fuente de morbilidad e incapacidadfuncional importante en los países desarrolla-dos.

El cuidado del paciente demente suponeademás una gran carga psicosocial.

En España, se sitúa en torno al 5-10% enlos mayores de 65 años y la Enfermedad deAlzheimer se sitúa en torno al 48%.

Factores de riesgo:

•Edad•Antecedentes familiares •HTA•Diabetes•Cardiopatía isquémica•Dislipemia•ICTUS previos

CONCLUSIÓNComo conclusión destacar lo importante de:

•Control periódico del grado de funcio-nalidad del paciente•Adoptar medidas preventivas•Evitar las principales causas.

FACTORES RIESGO

—Hipotensión postural (Descenso de tensiónarterial )

—Benzodiacepinas

—Uso de >4 medicamentos—Alteraciones de la marcha—Iluminación

—Suelos

—Escaleras

—Baño

—Mobiliario

—Calzado y ropa

—Factores de la calle

—Factores climáticos—Factores en el transporte

MEDIDAS POTENCIALES DE PREVENCIÓN

—Elevar el cabecero, medidas que mejoren elretorno, suspensión de medicamentos osustitución

—Buscar causa de insomnio, medidas NO far-macológicas

—Revisión de polifarmacia—Cuidado diario de pies, deformidades…—Evitar deslumbramientos y sombras, luces

nocturnas, interruptores al alcance.—No deslizantes, evitar alfombras, cera anti-

deslizante—Siempre iluminadas, peldaños no superio-

res a 15 cm, pasamanos, fondo y borderesaltado y en buen estado

—Asideros en baño, ducha e inodoro, sueloantideslizante, WC alto, no cerraduras

—Utensilios de diario siempre a mano, armariosde puertas correderas, sillas con reposabra-zos, camas anchas y con altura adecuada.

—Suelos antideslizantes, no andar con calceti-nes, no zapatos de tacón y ropa que facili-te el movimiento

—Evitar zonas de obras y aceras estrechas,bancos altos, existencia de charcos, pla-cas de hielo

—Evitar salir días de nieve, hielo o intensa lluvia—Escalones de subida al bus de altura ade-

cuada, rampas, ir sentado, prepararse conantelación para salir.

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¿SE PUEDE ENVEJECER CON HUMOR? 79

IntroducciónEl titulo se explica porque

muchas veces me he cuestionadoeste aspecto. Con toda la documen-tación que he revisado y mi humildeexperiencia, todavía no consigo res-ponder esta pregunta.

Parece que hay evidencias quellevarían a responder afirmativamen-te, y trataré de presentarles cómoestá el estado del tema en la actuali-dad, y algunas estrategias que a míme han llamada la atención.

Pero también existen referen-cias a que -en parte- se pierde esteaspecto de las personas con la edad.

Creo que en definitiva, comomuchos otros aspectos de la vida hayque tomar conciencia de la impor-tancia del fenómeno, probar, vivir laexperiencia y ajustarse las alternati-vas al propio gusto.

He querido iniciar este espaciorecordando una frase significativa deOscar Wilde, “La vida es demasiadoimportante como para tomársela enserio”, porque recoge la necesidadhumana de reír, incluso ante las difi-cultades, y conecta con otra menosconocida de un amigo: La vida esuna broma compartida... porque deella nadie sale con vida”.

En foros profesionales me pare-ce bueno recordar que la OMS en laConferencia de Atenas, en 2001 dedi-caba su informe anual primera vez ensu historia a la salud. En el informe sealertaba de que las enfermedadesdel siglo XXI iban a tomar una granrelevancia sobre todo las enfermeda-des relacionadas con la salud mental:ansiedad, estrés y depresión.

Se sabe que las cifras sobre latasa de depresión van en aumento,

para hacerse una idea, en España,hay 4 millones y medio de personasdiagnosticadas de este trastorno.

El 20% de las personas que acu-den a consultas tienen un problemarelacionado con la depresión, es deciruna de cada cinco personas que seacercan a las consultas por diversosmotivos salen con esta etiqueta.

Y otro dato curioso, España esuno de los países que más ansiolíti-cos recetan a sus infantes.

Estas cifras llaman la atención ycomo profesionales de la salud tene-mos responsabilidades al respecto, almenos algo que decir y hacer anteestos problemas, porque los nacidosdespués de 1955 tienen 3 veces másposibilidades de padecer una depre-sión que los nacidos previamente.

Aunque una buena parte de lasdepresiones pueden tener causas bio-

¿SE PUEDE ENVEJECERCON HUMOR?

Begoña Carbelo BaqueroCoordinadora de la línea de Investigación humor-salud. Universidad de Alcalá.

Autora del libro: El humor en la relación con el paciente. Barcelona, Masson 2005.

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químicas o genéticas ésta epidemiano es biológica, más bien está deter-minada por los numerosos cambiossociales, y cambios en el rumbo de losobjetivos y valores de nuestra socie-dad, en la que prima exceso de con-sumo, abuso de sustancias, competi-tividad, y una preocupación enfocadaa valores más estéticos que éticos.

Después de cuatro años, en2005 la OMS ha vuelto a llamar laatención acerca de que no se hanpuesto en marcha por parte de losgobiernos occidentales programasde bienestar y de saludmental orientados a con-trarrestar este problemaen notable aumento.

Algunasinvestigaciones

La tristeza y el desa-nimo se pueden prevenir,podemos aprender atomarnos los sucesos dela vida con más ligereza,podemos si tomamos con-ciencia del problema y noslo proponemos aprender apensar con un estilo másoptimista porque ademásla tristeza viene acom-pañada de un menornúmero de ocurrencias yde una incapacidad para transmitircariño y amor.

Por otro lado se ha investigadoque la tristeza, genera una peor pre-disposición, y los problemas de salud,evolucionan desfavorablemente.

Las investigaciones de los efec-tos de la alegría y el buen humor sonrecientes, pero se ha observado quesirven para aliviar la tensión y elestrés, superar la inseguridad y paraafrontar los fracasos.

En la escuela no nos enseñan aser amables, alegres y simpáticos. La

amabilidad genera buen humor y engeneral- la gente amable y alegre esapreciada.

Preferimos compartir nuestrotrabajo con colegas alegres y son-rientes que con los tristes o enfada-dos... ¿es verdad? A los pacientes lesocurre lo mismo, y el cuidado enestas circunstancias adquiere unvalor añadido.

Se sabe que hay una estrecharelación entre el estado de ánimo y eldesarrollo y evolución de ciertasenfermedades. Rhonda Byrne en El

Secreto, un best seller con el que yaha ganado más que la autora delbest seller Harry Potter, defiende:

“La felicidad depende en granparte de nosotros mismos”

Más que de las cosas que nossucedan. La falta de confianza enuno mismo o las creencias limitado-ras son nuestros peores enemigos.

Las enfermeras y los profesio-nales de la salud en general tenemosuna responsabilidad añadida anteestos hechos... ¿por qué? Porque lasenfermeras somos un referente, y

damos ejemplo con nuestra forma deser y de estar en el mundo.

Las personas a las que cuida-mos pueden tomar parte de ese“ejemplo” y conformar su propiaidentidad. Por eso es tan importanteque las enfermeras mostremosinterés y alegría por la vida, optemospor estilos de vida atractivos, sea-mos alegres en nuestro día a día ytengamos buen humor.

Psicología positivaTodas estas ideas de

los beneficios de las emo-ciones positivas las recogela psicología positiva quedesde hace unos años vie-ne enfocando sus objetivosa las características positi-vas de las personas y aúnreconociendo que las emo-ciones menos saludablesexisten pone su atenciónen el desarrollo y potencia-ción de aquellas fortalezasque tenemos las personaspara afrontar las situacio-nes difíciles.

Esta psicología delas llamadas fortalezas esla psicología de las posibi-lidades. Se trata de poten-ciar aspectos como los

valores, creencias, optimismo, creati-vidad y también el sentido del humor

Así, lo que hacemos cuandonos enfrentamos a un hecho difícilde nuestra vida, en vez de enfocar-nos en la ansiedad, estrés o tristezaque nos produce, nos enfocamos enlos recursos positivos que todo elmundo tiene y los potenciamos...esto es en esencia lo que trata deabordar la psicología positiva.

En el año 2006 en la recomen-dable película ¿Y tu que sabes? Arntzy Laszlo decían:

La tristeza y el desánimo se pueden prevenir,

podemos aprender a tomarnos los sucesos

de la vida con más ligereza,

si tomamos conciencia del problema

y nos lo proponemos,

podemos aprender a pensar

con un estilo más optimista porque además

la tristeza viene acompañada de un menor

número de ocurrencias y de una incapacidad

para transmitir cariño y amor.

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¿SE PUEDE ENVEJECER CON HUMOR? 81

“La forma de hacernos un biena nosotros mismos es mediante loque le hacemos a nuestra mente...”

Así que potenciando la enormecapacidad protectora, ayudando alas personas a un mejor afronta-miento de las situaciones, mejor fun-cionamiento en la vida y en el traba-jo y más alta satisfacción en general.

Iniciativas en EspañaEn España empieza a proliferar

un movimiento creciente “humor-salud” y proliferan iniciativas que tie-nen como tema central el humorcomo los “Payasos de hospital”, enlas que la risa es el medio terapéuti-co para afrontar y en muchos casosaliviar la presión psicológica y animara los niños hospitalizados.

En la Universidad de Alcalá des-de el año 2003 se ha formalizado elproyecto HUMOR-AULA, que aúna losproyectos docentes e investigadoresde todas las Universidad es Españo-las y que tiene entre uno de sus obje-tivos prioritarios reivindicar el humorcomo un bien de la humanidad,además de:• Promoción de la investigación

científica sobre el humor, tesisdoctorales y proyectos de inves-tigación fundamentalmente.

• Crear un espacio de encuen-tro a través de unas jornadasanuales entre docentes e inves-tigadores y autores de humorgráfico.

• Poner a disposición del públi-co un centro de documentación.

Además en julio de este año, laUniversidad de Alcalá será Sede delCongreso Mundial de la SociedadInternacional de Estudios sobre elHumor, organización que reúne a losinvestigadores de todas las discipli-nas del mundo para compartir sus

avances sobre este fenómeno, queen sus reuniones ha llegado porejemplo a algunas conclusiones:

• El humor es una parte

importante de la comuni-

cación interpersonal y de

las relaciones humanas.

• La risa, como expresión

máxima del buen humor

facilita la comprensión

mental y la aceptación

positiva de las distintas

situaciones relacionadas

con la pérdida

de la salud.

Ayuda a la adaptación.

• No existe cultura humana

desprovista de humor.

Los principios de este movi-miento comenzaron a hacerse céle-bres en la década de los noventa conla experiencia Pike Place Fish, unapescadería de la ciudad de Seattleque estaba en bancarrota.

A punto de cerrar a los emplea-dos que iban a ir al paro la compra-ron en régimen de cooperativa y seplantearon una iniciativa divertidaque reflotó el negocio y en la actuali-dad es un ejemplo empresarial y undestino turístico.

Los pescaderos se basaron enrecuperar para la venta una capacidadhumana reprimida, la risa, abandonan-do el exceso de formalismo y siendomás espontáneos y creativos haciendoque cangrejos, rapes y atunes cantenmientras saltan de una mano a otra oson cuidadosamente troceados.

En la actualidad, la venta es unejemplo de diversión con los com-pañeros y clientes y además de ven-der juegan y lo pasan bien.

Así que cuando nos pregunta-mos ¿pero que es esto del sentidodel humor?

La propuesta es que tenemosque entenderlo de forma amplia,como “una actitud o tendencia a verel lado risueño o irónico de lascosas”. Un concepto multidimensio-nal, en el sentido de que está rela-cionado con la forma de mirar y deinterpretar el mundo que nos rodea,una capacidad de jugar aún siendoadultos, de mostrarse divertidos ypor supuesto una forma de pensarmás optimista que nos ayude a alige-rarnos de la realidad.

Algunos beneficiosExiste evidencia sobre los efec-

tos que tiene sobre nuestra saludprestan atención a la risa.

Reír tiene efectos sobre nuestrasalud fisiológica, psicológica y social.

Los hallazgos van desde una mejo-ra de la circulación y respiración hasta unaumento de las inmunoglobulinas.

Unas risas también mejoran la

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200882

digestión. Un poco de humor distraey alivia de síntomas como el dolor ypor supuesto también actúa sobre elestrés, ya que las endorfinas quesegrega nuestro sistema neuroendo-crino cuando reímos son antagonis-tas de las hormonas del estrés: porejemplo cortisol o adrenalina.

También cumple una funciónsocial: suaviza las relaciones y facilita lacomunicación.

Al hilo del estrés, Patty Wooten,una enfermera investigadora de losefectos del humor que llevo a cabovarias investigaciones, incluidas losservicios de urgencias y llega a con-clusiones de las experien-cias recogidas tan saluda-bles como que el sentidodel humor puede ayudar-nos a pasar por alto loantiestético, a tolerar lodesagradable, a superarlo inesperado y a sonreíren medio de lo insoporta-ble.

Wooten dice que larisa resulta ser como el“canario de las minas” enla asistencia, haciendoreferencia a la costumbrede hace ya algunos años,cuando no se disponía deequipos sofisticados para la detec-ción del gas, entonces los mineros lle-vaban a las minas cuando bajaban apor el carbón, una jaula con un cana-rio.

Como el requerimiento de oxi-geno del canario era superior al delhombre, el canario era un fiel indica-dor del aporte de oxigeno.

Si la atmósfera de volvía tóxica,el pájaro moría. En un mundo cam-biante como el de hoy en día, la risa esnuestro canario ¿se escuchan lossonidos de la risa en sus unidades?Pues si es que no, puede que la situa-ción no sea muy buena para la salud.

La risa es esencial para el bienestar físico, mental

y espiritual.

Para los profesionales de lasalud, es importante crear un entor-no de risa sana en su trabajo. Es uninstrumento para la supervivencia,para desconectar del sufrimiento y ala vez seguir siendo sensibles a dichosufrimiento.

Creatividad y humorPero ¿cómo crear humor? ¿Cómo

puedo utilizarlo en mi vida diaria?

Es fácil si tomamos concienciade que existen numerosas formas yformatos de humor y que cada perso-na puede encontrar la suya o suyas.

El hecho de compartir unas risascon nuestro entorno ya aumenta lamotivación y el entusiasmo y cambiala percepción de los problemas.

Es verdad que no todo el mun-do comparte la misma apreciación ogusto por los mismos contenidos.

Lo que a una persona le repeleo no le gusta nada, a otra puededejarle impasible o encantarle. Así esel reto del aprecio del humor.

Por eso es interesante investigar

para descubrir. Debemos encontrarnuestro estilo preferido y disfrutar.

Tampoco todas las personasson hábiles contando chistes. Perotodo el mundo puede aprender acontar historias o anécdotas.

Por ejemplo algunas enferme-ras utilizan con éxito saludos inicia-les sobre todo si captan ansiedaden el paciente, frases como “felici-dades por venir a verme... yo mismaestoy tentada de ir al médico pero alfinal nunca voy”, o cuando recogendatos para la historia como la fechade nacimiento... “yo también nacíen septiembre... la gente de sep-

tiembre es mi favorita”, sihace frío “hemos pedidoque nos instalen una chi-menea a ver si ya para lapróxima vez...” o si hacecalor “pronto instalare-mos una piscina en laconsulta”

Son comentariossencillos que contrastancon el clásico: soy la Srta..Lucía ¿porque motivo vie-ne a la consulta?

O sencillamente unaactitud abierta y de bús-queda de recursos... cuan-do nos abrimos a esta posi-

bilidad el mundo nos regala momen-tos francamente gloriosos.

El desarrollo del sentido delhumor, se puede resumir en tres acti-tudes básicas: comprender, apreciary compartir el humor.

De hecho casi todo cumple sufunción siempre que sea una formarespetuosa y se cumplan unos bre-ves requisitos: No vale reírse de sinoreírse con. Pueden utilizarse anécdo-tas, comentarios, juegos de pala-bras, humor gráfico, chistes, comics,adivinanzas, situaciones fingidas,disfraces u otros objetos.

El resultado es una mejor com-

El hecho de compartir unas risas

con nuestro entorno

ya aumenta la motivación y el entusiasmo

y cambia la percepción de los problemas.

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¿SE PUEDE ENVEJECER CON HUMOR? 83

prensión del dolor ajeno y un altogrado de empatía.

Para que el humor sea terapéu-tico, nunca debe ser agresivo, niexcluyente, ni racial o sexista.

Debe estar relacionado con lasituación y ligeramente trivial.

Si es hostil o agresivo puedeincrementar la tensión en vez de dis-minuirla y ser contraproducente.

El humor de los mayoresEn mi experiencia es muy cierta

la frase: si le ayudas a reír le ayudasa vivir, tanto como ésa otra frase delpremio Nóbel Severo Ochoa: “Elhumor hace al ser humano”, porquede alguna manera humaniza en elsentido de que ayuda a los mayoresa sentirse conectados, a superar lasdificultades, afrontar su situación, eincluso sobreponerse de las pérdi-das. Compartir y escuchar su humorles hace sentirse importantes y depaso lleva implícito un mensaje: aun-que soy el profesional ¿ves que pue-do ser simpático?.

La salud puede ser cuidada conprofesionales más sonrientes quedisfrutan, disminuyen la tensión yestán relajados.

Las personas mayores tienenun arte especial para contar chistes,estos encierran su visión del mundoy de la vida y les ayuda a superar lasperdidas a las que están sometidosen esta etapa: de fuerza, de vitalidadde significado social y de apoyossociales.

De hecho muchas de sus bro-mas se refieren a temas objeto de sudeterioro. Cuando permitimos queemerja su iniciativa podemos escu-char ejemplos del tipo: “tomo tantasmedicinas que voy a montar mi pro-pia farmacia” o “me voy a mudar alconsultorio y así me evito el billete deautobús”

¿Se puede desarrollar el “humor propio”?

En mi experiencia, desde 1996trabajando en seminarios, talleres ycursos, incluidos los postgrados ydesde distintos y variadas discipli-nas y enfoques de la atención a lasalud, y ¿por qué no decirlo?: tam-bién en alguna empresa, es posibley además, muy recomendable, yaque fenómenos como la alegría, elhumor, la espontaneidad o la creati-vidad pasan desapercibidos en otrostipos de enseñanzas regladas ennuestro país. Es bastante sencillo deaprender por parte de los profesio-nales, y está relacionado más quecon la capacidad o con los conoci-mientos, con las actitudes y la volun-tad de la persona que son las quepermiten dejar emerger el espíritujuguetón y aventurero que todos lle-vamos dentro, pero que a partir decierta edad, ésa que consideramosque todo lo que hacemos es muyserio y solemne, lo escondemos enlo más recóndito de nuestro ser ysolo se permite dar a conocer si noslo facilitan. No obstante, y para irpracticando, proponemos algunasiniciativas sencillas:

• Cree que es bueno

para la salud

• Busca situaciones

propicias

• Ríete de ti misma/o

• Busca un botiquín

antiseriedad

• Inventa... nombres/pala-

bras

• Planea el relax

y la diversión

• Sonríe por dentro

y por fuera...

En definitiva: permítete sacarpasear un rato el niño o la niña quellevas dentro.

Para terminar, y cerrar este tiem-po compartido quiero recordar unafrase que un viejo sabio dijo un día:

“La naturaleza concedió al serhumano imaginación para compen-sar lo que no es y sentido del humorpara aceptar lo que realmente es.”

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TALLER MAYORES LECTORES

Una iniciativa para prevenir

la dependenciaLoles Díaz Aledo

MAESTRA, PERIODISTA Y LICENCIADA EN HISTORIA MODERNA. DIRIGE EL TALLER DE LECTURA DE MAYORES DE LA FUNDACIÓN LA CAIXA

“Mayores Lectores” se puso en marcha como experiencia piloto, en doce grupos de otras

tantas Comunidades Autónomas en el último trimestre de 2006. Ante los resultados

satisfactorios de esta prueba, en enero de 2007 se inició en numerosos lugares y en la

actualidad son casi trescientos los grupos de personas mayores de toda España que están

siguiendo este Programa, en centros propios de la Fundación la Caixa y en otros en los que

desarrolla sus actividades mediante convenios con las CCAA o los Ayuntamientos.

La idea, su desarrollo, los materiales de trabajo, la selección de los libros, la formación de

los/las dinamizadores/as, etc. es de quien suscribe este texto, pero “Mayores lectores” nunca

habría dejado de ser un proyecto, para convertirse en una realidad, sin la Fundación la Caixa

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TALLER MAYORES LECTORES: UNA INICIATIVA PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA 85

Presupuestos de partidaIgual que esta Jornada de la

AMEG tiene como lema “Prevenciónde la dependencia”, “Mayores Lecto-res” se puso en marcha para contri-buir a la promoción de la autonomíapersonal y por tanto también a la pre-vención de la dependencia.

Partiendo de que consideramosque ser mayor no significa solo pérdi-das y riesgos, sino también compen-saciones y logros, y valorando estaetapa de la vida como un tiempo detransformación y cambio, no de aco-modación, con esta iniciativa apos-tamos por un envejecimiento activo,creativo y feliz, en oposición al enve-jecimiento como sinónimo de enfer-medad, dependencia e inutilidad...

Hoy sabemos que las personasmás activas, que más miran al futu-ro, que tienen más y mejores contac-tos sociales, viven más y mejor. Y queun nivel alto de actividades socialestiende a estimular la actividad físicay mental y favorece el desarrollo deuna mejor salud y una vida más felizy longeva.

Por eso, queremos contribuir adesarrollar en las personas mayorestodo aquello que favorezca su creci-miento personal, su desarrollo inte-lectual y su capacidad de elegirsegún sus propios criterios.

Creemos que “Mayores Lecto-res” puede servir para prevenir y fre-nar el deterioro social, cognitivo, físi-co y funcional, apoyando la auto-nomía y la independencia.

Para mejorar la comunicaciónfrente al aislamiento y la soledad. Ypara mostrar tanto a las y los partici-pantes, como a sus familias y al restode la sociedad, una imagen de vejezactiva, positiva, crítica y solidaria y,con ello, al mismo tiempo, demostrarla falsedad de tantos mitos y tópicossobre el envejecimiento presentes enla sociedad actual.

Qué queremos hacerComo el título del taller indica,

nuestro instrumento es la lectura. Apartir de ella, como actividad indivi-dual y colectiva, pretendemos:• Fomentar el hábito y el placer

de leer.• Estimular la atención• Ejercitar la memoria• Favorecer el encuentro y las

relaciones humanas• Practicar la conversación• Fomentar el debate• Recuperar la creatividad• Estimular la imaginación• Elevar la autoestima.

Para conseguir estos objetivos,nuestro taller de lectura tiene ciertaspeculiaridades, que lo hacen distintoa otros talleres que existen inclusocon igual nombre. Y tampoco tienenada que ver con un taller literario.

Dicho claramente, en ningúncaso se trata de ver quién lee mejoro quién sabe más; ni de convertir alos participantes en expertos de laobra de un autor. Tampoco es un forode discusión política, ni un lugar parael lucimiento personal de nadie

Se trata de disfrutar, compartir, participar.

Por eso es más bien un punto deencuentro, una oportunidad para elintercambio de ideas, pensamien-tos, vivencias y sentimientos.

Para dar suelta a la creatividad,o recuperarla si en el camino de lavida la hemos perdido... Y, si se ter-cia, para hacer cosas juntos los talle-ristas y otras personas que quieransumarse. Con recuerdos, pero conactualidad. Porque nuestro tiempoes éste, no el pasado. Es éste y elque vendrá. El presente y el futuro.

El reto es realizar juntos un tra-bajo complejo. Porque, como queda

dicho, no se trata sólo de leer y hablar.Lo leído y hablado tiene que llevarnosa actuar. La imaginación y la creativi-dad de todo el grupo son necesarias.Cada persona tiene algo que aportar yes necesario que lo haga.

Por qué un taller En una clase hay un profesor y

unos alumnos. Alguien que sabe másy que enseña a los otros. El aprendi-zaje es vertical: de arriba abajo.

Un taller, en cambio, supone unaprendizaje horizontal: todos apor-tan, todos participan, todos apren-demos de todos.

Ninguna persona es más queotra, nadie es más importante quelos demás, porque lo que se pone encomún no es lo que se sabe, sino loque se es, lo que se ha vivido, la pro-pia experiencia vital

Por eso hemos optado por untaller, no por una clase. Y esto esmuy importante tenerlo claro.

Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre. Por eso aprendemos unos de otros.

PAULO FREIRE

Por qué un taller de lecturaSeguramente, los objetivos que

perseguimos con esta iniciativa sepodrían alcanzar de otra manera,pero hemos optado muy consciente-mente por esta fórmula.

El libro, para nosotros, es unaherramienta que utilizamos paramotivar un proceso de reflexión inte-rior, personal, compartido con otros.Un proceso de reflexión que mueva alcambio, al entendimiento, que ayude

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200886

a asumir la realidad y como conse-cuencia de todo esto, lleve a la felici-dad. Felicidad que está dentro denosotros mismos, que no hay quebuscar fuera. No toca en la lotería.Se descubre en las pequeñas cosasde todos los días.

También hemos optado por untaller de lectura• Porque leer es un buen ejerci-

cio intelectual, que es buenofomentar. Las personas mayo-res, en general, ya son cons-cientes de la necesidad dehacer ejercicio físico y de hechomuchas lo realizan a diario.Pero es importante insistir en elejercicio intelectual porque esigualmente necesario paramantenerse “en buena forma”

• Porque es una actividad de gru-po, que se apoya en una activi-dad individual, o si se prefiere,una actividad individual que dapaso a una comunitaria.

• Porque tomando el libro comointermediario, se dialoga sobreasuntos, experiencias, dificulta-des de la vida, alegrías, viven-cias, recuerdos... con otras per-sonas que, a buen seguro, tie-nen mucho en común

• Porque también se puedencompartir las preocupaciones,los miedos, las dudas, inclusohechos concretos que afectanen este momento de la vida

• Porque, en un marco de con-fianza, sin miedo a ser ridiculi-zadas, todas las personas pue-den expresar sus ideas o senti-mientos

• Porque puede proporcionar unavivencia común feliz de personasque se sienten activas y útiles

• Porque es una oportunidad depasar un rato agradable, disfru-tando de la compañía de losdemás y con interés por apren-

der, ayudar y disfrutar de la vida• Porque la reunión semanal es

una posibilidad de crear nuevasrelaciones de amistad y apoyomutuo, algo que es igualmentenecesario para disfrutar debuena salud. (Todos sabemosque la salud no es sólo laausencia de enfermedad sinoun estado de bienestar físico,mental y social)

Leemos por gusto, porque nosgusta leer (es lo primero que dicentodos los asistentes cuando el primerdía se les pregunta por qué se hanapuntado), pero también porque nosinteresa leer con otros.

El reto es • Llegar a leer no sólo porque

hemos aprendido a pronunciarlas palabras escritas, es decirporque sabemos leer.

• Ni tampoco sólo porque cono-cemos el significado de cadauna de las palabras.

• Aún más, no leemos sólo, y noes poco, para extraer y compren-der el significado de un texto

• sino para, a partir de todo eso,reflexionar con sentido positivosobre nosotros mismos: lo quehemos vivido, y lo que estamosviviendo. Lo que sabemos y loque aún podemos aprender.

En el taller, como han dichomuchos de los mayores que ya llevanun tiempo participando, aprendemosa leer de otra manera. “No trabajamosel libro, trabajamos nuestra propiavida” en expresión de una participan-te de Donostia. Y es cierto, porque nonos interesa el personaje, ni su histo-ria, ni sus posturas ante la vida... sinolas nuestras, las del grupo.

El libro, es un instrumento quehay que leer de otra manera, con otra

mirada. Tomando ideas, fragmentos,incluso a veces sólo palabras del tex-to que estamos leyendo, para ligarlocon nuestras experiencias.

Porque la experiencia de cadacual es su punto de apoyo para sol-ventar positivamente las situacionesque presente la vida en este momen-to y en el futuro.

Y este es el otro gran instru-mento que utilizamos en el taller: laexperiencia. Porque la aportación detodos y cada uno de los miembros sehace desde ahí: su experiencia vital.

La experiencia no es un peineque nos dan cuando nos hemos que-dado calvos. No es un recurso deconsuelo: a una persona mayor, queya no sirve para casi nada, le deci-mos que tiene experiencia. La expe-riencia es un valor, y como tal tene-mos que considerarla.

Y como experiencia tiene todoel mundo, todo el mundo puede par-ticipar en el taller, y aportar válida-mente, tenga los estudios o conoci-mientos que tenga. En el taller novalen los títulos.

Trabajamos desde el cerebro ydesde el corazón. Desde lo que pen-samos y sabemos y desde lo quesentimos. Y ambos son importantes:conocimientos surgidos de la vida ysentimientos.

El nuestro es, por tanto, untaller diferente a otros que existencon igual o parecido nombre

Qué metodología empleamosLa metodología se basa en el

uso del diálogo como medio decomunicación y desarrollo y enfomentar la creación de grupo que esmucho más que la suma de las per-sonas que lo forman.

Ambas cosas requieren:• un clima de confianza que per-

mita expresarse con libertad

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

TALLER MAYORES LECTORES: UNA INICIATIVA PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA 87

• una atmósfera que motive acti-tudes positivas

• la seguridad de ser escuchado, yrespetado en la propia forma deser, de pensar, de manifestarse

• respeto y tolerancia a las ideasy puntos de vista de todos

Porque solo así se puede darvalor a la historia personal de cadauno, pero viéndola desde la perspecti-va del presente. Hay que dar valor a lovivido, para poder tener valor, ser váli-do, continuar siéndolo, en el presente.

También es fundamental que elclima, la atmósfera de los encuen-tros del grupo no tenga un tonomelancólico, pesimista, mirando sólohacia atrás, hacia los recuerdos, sinoque debe motivar actitudes positivasy optimistas.

Para conseguir todo esto espreciso que haya una persona quedinamice el grupo. Dinamizar esayudar a avanzar. El/la dinamiza-dor/a tiene que asumir una funciónactiva impulsando las relaciones deafecto y simpatía entre los compo-nentes del grupo, aportando infor-mación, resolviendo dudas y pregun-tas y buscando soluciones a las difi-cultades que puedan aparecer.Ellos/as tienen que favorecer que

todas y cada una de las personasque participen en el taller• Se desarrollen, es decir: sepan

resolver mejor las situacionesen que la vida las coloque

• Disfruten del encuentro conlos/las demás y del grupo

• Saquen de su interior la creati-vidad, la iniciativa, aporten lomejor de sí mismas

• Rompan las barreras que, enocasiones, les impiden partici-par, empezando por las queestán en su propio interior: “Yoya no sirvo, no valgo, soy mayor,pertenezco al pasado, no tengonada que aportar, nadie mevalora...”

• Para que, al relacionarse más ymejor, convivan también mejor

Porque todo esto tendrá conse-cuencias muy concretas y positivasen los miembros del grupo• promoverá su bienestar personal• mejorará su calidad de vida y

su salud• contribuirá a que el proceso de

envejecimiento sea normal y nohabilidades y capacidades

• Se sentirán motivadas paraseguir siendo y estando activas,participativas, críticas, creati-

vas, solidarias y útiles• Y como consecuencia de todo

esto vivirán más años y losvivirán mejor, con ilusión, felici-dad, y sentido de su dignidadpersonal y de su valía.

• O sea, habremos potenciado suautonomía personal y estaremospreviniendo la dependencia.

Dinámica de trabajoLo primero es crear los grupos,

que no deben ser demasiado gran-des pues hay personas que puedensentirse intimidadas, ni demasiadopequeños para que la falta de algúnmiembro un día no dificulte la reali-zación de la actividad. Estamos tra-bajando con unas quince personaspor grupo, aunque algunos tienenmenos y también en algún caso,pocos, son más. El grupo se reúneuna vez a la semana, en una sesiónde una hora y media o dos horas.

La dinámica de funcionamientoes muy sencilla: cada semana se leeindividualmente en casa el númerode páginas que se haya acordado enla reunión anterior.

Cada persona elige de esas pági-nas un fragmento que le haya llamadoparticularmente la atención. Fragmen-

La experiencia no es un peine que nos dan cuando nos hemos quedado calvos.

No es un recurso de consuelo: a una persona mayor, que ya no sirve para casi nada,

le decimos que tiene experiencia.

La experiencia es un valor, y como tal tenemos que considerarla.

Y como experiencia tiene todo el mundo, todo el mundo puede participar en el taller,

y aportar válidamente, tenga los estudios o conocimientos que tenga.

En el taller no valen los títulos.

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200888

to que leerá en voz alta en la reunión,explicando por qué lo ha elegido.

De esas aportaciones de todos,irán saliendo los temas para el deba-te y la reflexión.

El dinamizador/a dejará que eldiálogo transcurra por donde los par-ticipantes lo vayan llevando pero,para situaciones de estancamiento,de dificultad por cualquier motivo,tiene preparadas alternativas queayuden al grupo a avanzar.

Es importante también fomen-tar que los participantes aportenmateriales que busquen en libros, enInternet, etc. que tengan que ver, ohagan relación a los asuntos que setratan en cada momento.

Y que la actualidad siempre ten-ga un hueco: que se comenten pelícu-las, obras de teatro, exposiciones, pro-gramas de televisión, libros... que sehagan partícipes unos a otros, o inclu-so que decidan llevar a cabo algunaactividad junta, ya fuera del taller.

Las normas de funcionamientotambién son muy sencillas, pero con-viene dejarlas muy claras desde elprincipio para que haya buenaarmonía y fluidez en el diálogo. Bási-camente son• Ser respetuosos/as con las opi-

niones de los/las demás y tam-bién al expresar las propias

• Ser tolerantes con las ideas delos/las demás

• Respetar el turno de palabra paraque haya un diálogo ordenado ytodos/as puedan participar

• Escuchar a quien esté hablando.Hay que aprender a escuchar sininterrumpir ni crear conversacio-nes paralelas. Escuchar esmucho más que oír.

• Evitar monopolizar las sesioneshablando continuamente y limi-tando las posibilidades de inter-venir de los/las demás

• Mantener un tono adecuado,cordial y educado

• Tener presente que todas lasaportaciones son igualmenteválidas

• Tratar de ponerse en el lugardel otro, o de la otra, cuandoesté manifestando una opinióno vivencia diferente a la nuestra

• Y tener claro que no hace faltallegar a una conclusión única.Lo importante es el intercambiode ideas y experiencias y apren-der unos de otros.

El cuaderno de grupoCada grupo dispone de un cua-

derno en el que los distintos miem-bros de forma rotativa van anotandoen su casa, después de cada sesión,lo más destacable de ésta desde supersonal punto de vista.

Es otro punto de apoyo de estainiciativa que pretendemos sirvapara:• Completar la tarea individual.

Además de leer hay que hacerel ejercicio de expresarse tam-bién por escrito

• Servir de cauce para la creativi-dad de cada cual. Cada perso-na tiene libertad absoluta pararecoger el contenido de cadasesión. Hay quien “levantaacta”; quien hace un a modo deensayo sobre lo ocurrido; quienprefiere recurrir a un poemapropio o ajeno, o a un dibujo,para reflejar lo vivido. Algunosaportan materiales que buscanen diversas fuentes y que enri-quecen los temas

• Al igual que en la lectura no setrata de ver quien lee más,mejor o más deprisa, en laescritura del cuaderno tampocose pretende el lucimiento denadie. Es una tarea colectiva,

que todos pueden llevar a caboy cuyo resultado será más enri-quecedor cuanto mayor sea elnúmero de personas que hayanparticipado

Finalizada la lectura de un librosi al cuaderno le quedan hojas dis-ponibles, se propone que se inter-cambie con otro grupo. De esta for-ma pueden saber unos qué comen-tarios o actividades ha motivado enotro lugar la lectura del mismo libro.

Por qué hemos elegido unos libros concretos.

En principio, es imprescindibleque sean unos libros concretos pues-to que no se trata sólo de leer, sinode llevar a cabo un trabajo personaly colectivo complejo, que no se pue-de improvisar. Es necesario haberpreparado a fondo la actividad y quelos dinamizadores dispongan de unmaterial de apoyo —Guía didáctica—para el programa en general y unmaterial específico para trabajar concada libro.

Los que hemos elegido sonlibros que por su contenido, por sutemática, por cómo están escritos, sir-ven para alcanzar los objetivos gene-rales que pretende el programa, y quepodemos resumir diciendo que se tra-ta de favorecer un envejecimientoactivo, con calidad de vida y auto-nomía. Y los objetivos transversalesque se derivan del tipo de actividad ysu funcionamiento: leer, comprenderlo leído, aprender a expresarse, sercreativos, aprender a escuchar, practi-car la tolerancia, salir de casa, rela-cionarse con otros, tomar parte enuna actividad que nos “compromete”personalmente... Utilizar cuantosmedios y actividades sea posible parahacer trabajar la mente, fomentar lacreatividad y la imaginación etc.

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TALLER MAYORES LECTORES: UNA INICIATIVA PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA 89

Pero además, con cada uno deellos, perseguimos también unosobjetivos específicos.

En concreto utilizamos:—Historia de una maestra, Josefi-na Aldecoa—La hoja Roja, Miguel Delibes—¿Qué me quieres, amor?Manolo Rivas—Al pie del magnolio, MarinaMayoral—La plaza del diamante, MerceRodoreda—Pan negro, Emili Teixidor—Dos letters, Bernardo Atxaga—Los secretos de la felicidad,Sebastiá Serrano—Donde el corazón te lleve,Susana Tamaro—Escucha mi voz, SusanaTamaro

—La lluvia amarilla, Julio Llama-zares—La sonrisa Etrusca, José LuisSampedro

Algunas consideraciones más

Con lo dicho hemos queridoexplicar por qué y para qué se hanpuesto en marcha los talleres “Mayo-res lectores”, “Amics lectors” enCataluña y Baleares, y de qué mediosnos servimos.

Pero nos importa señalar quehay algunas otras ideas que constitu-yen algo así como la filosofía quesubyace debajo de esta iniciativa.Filosofía que determina todo el fun-cionamiento.

Me refiero a qué entendemosque es un lector, qué es la lectura,

qué es aprender, cuándo se apren-de...

Etimológicamente hablando,lector es quien recoge las palabrascon los ojos y las lleva a la mente.

(Legere = recoger)Siguiendo a Paulo Freire, consi-

deramos que lector es quien “Se implica en el texto e implicael texto en la vida; el que usa lapalabra para transformar lavida y usa la vida para transfor-mar los textos; el que transfor-ma el mundo con palabras”

La lectura genera personasindependientes. Saber leer permiteacceder a los conocimientos y a lainformación y eso nos hace ser máslibres.

La lectura proporciona capaci-dad de reflexión y comprensión. En

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REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200890

definitiva, nos hace más cultos porque culturaes todo aquello que ayuda a superar las pro-pias limitaciones.

Cuando la memoria y el pensamientointervienen en la lectura de un libro, el lectorya no pone solo la boca en la actividad de lalectura, sino que pone sobre todo la mente.

Leer no es sólo un modo de entretener-se, de pasar el tiempo muerto o de matar eltiempo. Es el medio más eficaz para adueñar-se del lenguaje, lo que, a su vez, es condiciónindispensable para el desarrollo de la inteli-gencia, la plenitud afectiva de nuestras rela-ciones y la dignidad de nuestra convivencia.(1)

Sabia es aquella persona que llega al finalde su vida y es capaz de aceptar su trayectoria enla vida cotidiana.

“La experiencia y la sabiduría no se con-sigue sólo con los años, sino con lacuriosidad y la reflexión sobre los acon-tecimientos y las ideas”.

GONZALO TORRENTE BALLESTER, escritor.

Siempre es tiempode aprender

Aprender algo sirve para no anquilosar-se. El placer de aprender aumenta la calidadde vida. Hay que mantener viva la capacidadde conocer cosas nuevas.

El profesor Francisco Mora, neurobiólo-go, Catedrático de Fisiología humana en laFacultad de Medicina de la Universidad Com-plutense de Madrid y autor entre otros librosde “El reloj de la sabiduría” y “Cómo funcionael cerebro”,

Invita a aprender un idioma, viajar o estu-diar matemáticas cuando se es mayor, paramantener el cerebro en plena forma. Porque,según él, todo lo que sea aprender y memorizarcambia nuestro cerebro para bien.

Aprender algo junto a otros cuando se esmayor• Permite permanecer activos intelectual-

mente, mantener en forma las faculta-des mentales.

• Aprender proporciona una agradablesensación de bienestar, que se apoya enla satisfacción de haber sido capaz dehacerlo, con lo que aumenta la confian-za en uno mismo.

• Facilita la relación con otras personas,en una etapa de la vida en la que pue-den haber disminuido los contactos yrelaciones al abandonar la vida laboral.

• Obliga a salir de casa, moverse, cumplirun horario... todo ello es beneficiosopara ordenar el tiempo y disfrutarlo, enlugar de perderlo.

• Por todo ello, mejora el estado generalde salud, la sensación de bienestargeneral: físico, psíquico y social.

La creatividad es una facultad inherente a la condición humana, algo que no

puede desligarse de nuestra propia naturaleza.

Sin embargo, a lo largo de la vida y por diversas circunstancias, hace que

vaya desapareciendo, inhibiéndose, escondiéndose en algún lugar secreto de noso-

tros mismos.

¿Por qué nos pasa esto? Porque tenemos miedo. Miedo a ser distintos, demasia-

do originales... Es mucho mas seguro seguir las normas, los modelos impuestos.

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

TALLER MAYORES LECTORES: UNA INICIATIVA PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA 91

• Aunque se siga teniendo “goteras”: tensión alta, coleste-rol, reuma etc. se relativizan y dejan de estar en el cen-tro de la vida.

Ver demasiado la televisión deteriora la memoria. El25% de la audiencia de la televisión son personas de másde 65 años. El consumo de televisión aumenta con laedad y en nuestro país, los mayores de 65 años dedicanuna media de más de cinco horas al día a ver televisión.

Un estudio elaborado por la Universidad de la ciudadde Nueva York plantea que las personas de mas de 70años que ven demasiadas horas la televisión durante eldía, con contenidos basados en magazines, programasde cotilleo y culebrones, tienen más deterioradas sushabilidades cognitivas, su memoria y su capacidad deatención.

Los investigadores, dirigidos por el doctor JoshuaFogel, trabajan sobre la hipótesis de que existe algún tipode asociación entre los gustos en materia de televisión yla aptitud mental, una relación que podría resultar útilpara evaluar el declive de funciones cerebrales con elpaso de los años.

Recuperar la creatividadLa creatividad es una facultad inherente a la condi-

ción humana, algo que no puede desligarse de nuestrapropia naturaleza.

Sin embargo, a lo largo de la vida y por diversas cir-cunstancias, hace que vaya desapareciendo, inhibiéndo-se, escondiéndose en algún lugar secreto de nosotrosmismos.

¿Por qué nos pasa esto? Porque tenemos miedo.Miedo a ser distintos, demasiado originales... Es muchomas seguro seguir las normas, los modelos impuestos.

—A tu edad hay que vestir de oscuro.—Compórtate, que ya no tienes edad para hacerestas cosas—Eso no está bien—¡Cuándo se ha visto que una mujer...!Vivimos mediatizados por la opinión de nuestros

padres, maestros, jefes, amigos, el entorno en el que nosmovemos.

Tenemos miedo a romper las normas sociales y serseñalados por los demás. Lo aceptado, lo lógico, losupuestamente correcto, es más seguro. Tenemos miedoa ser distintos, a parecer extraños, a hacer el ridículo

Y hay aún otro potente inhibidor, la creencia (falsa,por supuesto) de que uno no puede ser creativo

Para pensarLas personas mayores que han realizado ejercicios

cognitivos de manera continuada, están en mejores con-diciones, desde el punto de vista mental y físico y son máscapaces de realizar de forma autónoma las tareas propiasde la vida cotidiana, que quienes no lo han hecho.

Esta es la conclusión a la que han llegado los inves-tigadores que han participado en el programa “Active:entrenamiento cognitivo avanzado para mayores indepen-dientes y vitales”, que se ha llevado a cabo durante cincoaños en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos yen el que han participado 2.832 personas con una mediade edad de mas de 73 años y medio.

Hasta ahora se sabía que la disminución de lascapacidades mentales comportaba mayores dificultadespara realizar las llamadas actividades decisivas de la vidadiaria, pero no estaba claro si el ejercicio mental paramantener o mejorar esas capacidades podía prevenir laaparición de esas dificultades funcionales.

Las personas que han participado en el programaActive han seguido sesiones de ejercitación de la memo-ria y del razonamiento. El resultado ha sido espectacular,ha demostrado que hacer ejercicio mental frena la pérdi-da de capacidades cognitivas y posiblemente también lasfuncionales. Es decir que mantiene en forma el cuerpo yla mente.

Por todas estas y otras razones, hemos puesto enmarcha esta iniciativa. Convencidos de que, como dijoShakespeare “Sabemos lo que somos, pero no lo quepodemos llegar a ser”.

Y sin decaerPorque, como dice un proverbio chino

“Si te sientas en el camino, ponte de

frente a lo que aún has de andar y de

espaldas a lo que has andado”.

(1) Del libro de J. ANTONIO MARINA Y MARÍA DE LA VÁLGOMA, La magia de la lectura

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200892

CONCLUSIONES:

1La coordinación entre los profesionales delos distintos niveles de cuidados sanitarios

y socio-sanitarios es la clave del éxito en laprevención de la dependencia en mayores.

2El trabajo en equipo es fundamental paraalcanzar consenso en los objetivos y crear

criterios comunes en las actividades de pro-tección de la autonomía personal de las per-sonas mayores.

3La formación de los profesionales y laimplicación de todos junto con los mayo-

res y sus cuidadores facilita la tarea de pre-vención de la dependencia y fomento de laautonomía personal.

4El tratamiento farmacológico es causa denumerosos problemas de cumplimento y

efectos no deseados, motivo de hospitalización ydeclive en el proceso de envejecer. El programade Seguimiento del Mayor Polimedicado, lidera-do por enfermeros de AP reduce estor riesgos.

5La hospitalización puede ser muy perjudi-cial para los mayores, pero con el compro-

miso individual y grupal de los profesionales ylos recursos suficientes podríamos proteger-les y conseguir que se alcance la autonomíaprevia a la hospitalización.

6En las residencias de mayores, los planesde cuidados individualizados con mentali-

dad preventiva y rehabilitadora son el mejormedio para la prevención del deterioro funcio-nal y cognitivo.

7Los centros de día son un recurso excelen-te para mantener la funcionalidad y/o

reducir el deterioro, proporcionando un espa-cio y tiempo activo y productivo.

8La figura del tutor en el Centro de Día esrelevante para la obtención de informa-

ción y coordinación de los profesionales queparticipan en el cuidado de los clientes mayo-res. Se ha evidenciado que esto contribuye apersonalizar los cuidados y disminuir el gradode dependencia en la medida de lo posible.

9El humor es un instrumento al alcance detodos, que siempre tiene una influencia

positiva sobre la salud y la calidad de vida detodas las personas.

10Es posible que, incorporando volunta-riamente actitudes positivas, se mejo-

re la percepción del envejecimiento y sus con-secuencias.

11Los profesionales del cuidado debería-mos incorporar estrategias de humor

en los cuidados de los pacientes mayores,siempre respetando sus deseos.

12El humor acerca al profesional al suje-to de sus cuidados y acorta distancias

psicológicas, siendo beneficioso para ambos.

13La lectura es un instrumento útil paraprevenir el deterioro de las funciones

intelectuales en el proceso de envejecer.

14La experiencia en talleres de lecturaha mostrado que estos favorecen la

interacción social, la expresión de sentimien-tos y motiva a las personas mayores de todoslos niveles de formación a activar sus funcio-nes intelectuales. Además, es un medio paraobligar a moverse, arreglarse y mejorar su fun-ción física.

15Siempre es tiempo de aprender, y sepuede trabajar hoy para evitar la

dependencia de mañana.

VI JORNADA AMEG: PREVENCIÓN DE LA

DEPENDENCIA EN MAYORESMarilia Nicolás Dueñas

Presidenta de la VI Jornada AMEG / Profesora de la Escuela de Enfermería. Puerta de Hierro. CAM-UAM

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

CONCLUSIONES Y EVALUACIÓN VI JORNADA AMEG 93

EVALUACIÓN DE LA JORNADA AMEG

Como viene siendo habitual, durante la VI Jornada de la AMEG, se entregó a cada asistenteun documento de evaluación, a cumplimentar y entregar en la secretaría. El modelo de evalua-ción sobre la calidad percibida por los asistentes contiene cuestiones sobre el contenido y losobjetivos de la Jornada, el aprovechamiento y utilidad de la misma, documentación y soportepedagógico, evaluación de los ponentes, organización y transmisión de la información y páginaWeb de la AMEG. Se pide que se evalúe, en una escala tipo Likert, del 1 al 10 cada cuestión.(Modelo adjunto).

RESULTADOS: Los gráficos reflejan los resultados en términos de puntuación media de cada

grupo de cuestiones.

Figura 1

Figura 2

10

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7

6

5

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3

2

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OBJETIVOS Y CONTENIDO

7,18 7,36 7,4 7,34 7,45

10

9

8

7

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5

4

3

2

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APROVECHAMIENTO JORNADA

7,18 7,36 7,4 7,34

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200894

Figura 3

Figura 4

Figura 5

10

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4

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SOPORTE PEDAGÓGICO Y DOCUMENTACIÓN

7,25 7,07 7,1 7,08

10

9

8

7

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5

4

3

2

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EVALUACIÓN DE PONENTES

7,56 7,81 7,17

10

9

8

7

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ORGANIZACIÓN

8,19 6,72 6,34

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CONCLUSIONES Y EVALUACIÓN VI JORNADA AMEG 95

Figura 6

ANÁLISIS DERESULTADOS

Un año más, la calidad percibida por losasistentes refleja una buena evaluación.Como se puede ver en los gráficos presenta-dos, la calidad de contenidos, aprovechamien-to y utilidad, soporte pedagógico, evaluaciónde los ponentes y organización obtienen unaspuntuaciones medias por encima del 7, enuna escala del 1 al 10.

Las puntuaciones referidas a informa-ción sobre las actividades de la AMEG y lainformación sobre las Jornadas son másbajas, 6,34 y 6,62 respectivamente. Cada añose hace un esfuerzo grande por que lleguenlos programas a la mayor parte de los centrosresidenciales y a las áreas de salud y hospita-les de la red pública; cada año se intenta des-de la junta directiva de la AMEG dar mayordivulgación a las actividades de la Asociación,en especial a través de la publicación de surevista AMEG y su página web, pero una vezmás, las puntuaciones más bajas, llegando alsuspenso, son para el apartado de la páginaWEB de la AMEG.

La página está bien diseñada y actuali-zada desde nuestro punto de vista. Contienebuenos enlaces y es revisada y mimada porsus responsables, Juan Manuel Cuñarro Alon-so y la colaboración de Manuel Gil, ambos

miembros de la junta directiva de la Asocia-ción, con dedicación y desinterés.

Nuestra impresión es que los equipos deenfermería seguimos teniendo cierta resisten-cia a los medios informáticos, ya impuestospor la sociedad de la información y la comuni-cación, y que aún con pocos usuarios habitua-les, al menos para temas profesionales. Noobstante, recogeremos esta “crítica” de losasistentes, y nos comprometemos a buscaralternativas de solución.

Para terminar, en cuanto a las sugeren-cias, destacan las siguientes:• Influir desde la Asociación en las Auto-

ridades Competentes para incrementarlos recursos humanos en residencias.

• Incluir la carrera profesional paraenfermeros de residencias.

De los temas sugeridos para futuras jor-nadas destacan:• Seguimiento de la Ley de Dependencia• Nutrición de mayores• Control de calidad aplicado a cuida-

dos de mayores• Cuidados paliativos orientados a

mayores

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1

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PÁGINA WEB AMEG

4,45 3,9 4,21

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200896

Grupo de Estudio Madrileño de

Úlceras Crónicas (GEMUC)

AMEGAsociación Madrileña de Enfermería Gerontológica

B O L E T í N D E P A R T I C I P A C I Ó NTodos necesitamos tu participación. Rellena este boletín y envíalo, mediante correo, fax o e-mail a la dirección indicada

INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES: AMEG. c/ Menéndez Pelayo, 93, 3ª planta (Colegio Oficial de Diplomados en Enfermería de Madrid). 28007 MADRID

Tel./Fax: 91 501 73 61. www.amegmadrid.org E-mail: [email protected]

Apellidos: Nombre: DNI:

Dirección: Localidad: C.P.:

Tel: E-mail:

Titulación: Centro de Trabajo:

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ASOCIACIÓN MADRILEÑA DEENFERMERÍAGERONTOLÓGICA

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Constitución del Grupo de Estudio

JustificaciónLas heridas crónicas son un importante

problema de salud en el que hasta el momento losprofesionales de enfermería tenemos un papel pro-tagonista.

En este sentido, en la Comunidad deMadrid, existen profesionales que están liderandoproyectos interesantes en documentación, investi-gación y docencia, pero que pierden fuerza al estarcentrados en una zona de influencia concreta comoes un hospital o área de salud determinada.

Ha llegado el momento de construir unespacio común en el que podamos unir esfuerzos ycanalizar estos proyectos y contribuir al desarrollocientífico de la prevención y tratamiento de las heri-das de piel.

Con el fin de unir a los profesionales queestán liderando el estudio y la práctica clínica deeste problema, queremos constituir este grupo, demodo que sirva como instrumento para fomentar laelaboración de criterios clínicos comunes, basadosen evidencias científicas y que permitan orientar alos clínicos, investigadores, docentes,…

Pretendemos colaborar con cualquier gru-po dentro o fuera de nuestra comunidad, y de nues-tro país, que coincida con nuestros objetivos. Estavisión aperturista nos permitirá hablar un idiomacientífico de consenso nacional e internacional, ynos permitirá contribuir a la construcción de unared científica sin fisuras de crecimiento y desarrolloconjunto.

Desde la Asociación Madrileña de Enfer-mería Gerontológica (AMEG), queremos constituireste grupo, vinculando con nuestra estrategia decreación de grupos de trabajo AMEG, como unaaportación más al cumplimiento de nuestra misión:“Hacia una ciencia y arte del cuidar, digna, humanay de calidad para nuestros mayores”.

Objetivos •Generales—Aglutinar a profesionales madrileños queestén liderando la prevención y tratamiento deheridas crónicas en la Comunidad de Madrid.—Constituir un grupo consultor para profesiona-les, farma-industria, organismos públicos y pri-vados que coincidan con nuestros objetivos.—Crear un espacio común donde se puedacanalizar formación, investigación, publicacio-nes, etc., relacionado con las heridas crónicas.

•Específicos—Publicar un suplemento de heridas crónicasanual en la revista AMEG.—Organizar actos científicos que difundan lapráctica basada en la evidencia en la preven-ción y tratamiento de heridas crónicas.—Canalizar proyectos de investigación que permi-tan aumentar los conocimiento en este campo.—Desarrollar proyectos docentes que permitanaumentar los conocimientos, actitudes y habili-dades relacionadas con las heridas crónicas.—Establecer relaciones con otros grupos nacio-nales o internacionales para realizar intercam-bios de experiencia, información, etc.

GEMUC

Grupo de Estudio Madrileño de

Úlceras Crónicas (GEMUC)

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AMEG

REVISTA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA • Núm. 12 • Junio 200898

¿quiénes somos?

Somos un colectivo compuesto por pro-

fesionales de enfermería de la comuni-

dad de Madrid, con la intención de

constituir una organización sin ánimo

de lucro, encaminada hacia la búsque-

da continuada de unos cuidados dig-

nos y de calidad para nuestros mayo-

res.

¿Qué perseguimos?

—Organizar un programa docente que

permita formar profesionales expertos

en enfermería gerontológica.

—Promover y organizar grupos de tra-

bajo e investigación que permitan con-

solidar la ciencia y arte de la enfer-

mería gerontológica.

—Informar y facilitar la contratación de

nuestros asociados en centros que pre-

cisen Enfermeras/os y Auxiliares

gerontológicas/os.

—Elaborar literatura propia de enfer-

mería gerontológica.

—Asesorar en la asistencia, docencia,

investigación y gestión en enfermería

gerontológica.

—Defender los derechos de nuestros

mayores, haciendo un especial hinca-

pié en la persecución de los malos tra-

tos.

¿Qué servicios te ofrecemos?

—Programa de formación continuada.

—Asistencia a Congresos y Jornadas a

un precio reducido.

—Revista trimestral.

—Acceso y/o consulta a textos, mono-

grafías, y documentos relacionados

con la Enfermería gerontológica.

—Ofertas de trabajo en el sector.

—Asesoría jurídica a ancianos y profe-

sionales.

—Apoyo y asesoría en cualquier activi-

dad científica relacionada con la Enfer-

mería gerontológica.

—Página web actualizada con informa-

ción relacionada con el mundo de la

Enfermería Gerontológica

http://www.amegmadrid.org

LA ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE ENFERMERÍA GERONTOLÓGICA

BOLETÍN DE ASOCIACIÓN A LA AMEG

Rellenar y enviar a la sede de la Asociación, junto con una foto tamaño carnet a:Colegio de Enfermería de Madrid. Avenida de Menéndez Pelayo, 93-3ª planta, 28007 Madrid

Tel. 91 504 73 61 / www.amegmadrid.org

NOMBRE DNI

DIRECCIÓN

LOCALIDAD CP TEL

TITULACIÓN

CENTRO DE TRABAJO

SUSCRIPCIÓN GRATUÍTA

Fecha y firma

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