Magazine dokkodo nº11

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Ángel Lemus Sensei ONE MINUTE BUNKAI Jujutsu Aikido Karate Chikujojutsu Dokkodo Revista digital Nº11 diciembre | enero 2014/15 Tradición, historia y actualidad de las artes marciales

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Ángel Lemus SenseiONE MINUTE BUNKAI

Jujutsu • Aikido • Karate • Chikujojutsu

DokkodoRevista digital Nº11

diciembre | enero 2014/15Tradición, historia y actualidad de las artes marciales

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DOKKŌDŌ XI, dic/ene 2014-15

SUMARIOpag. 66. Ángel Lemus,

creador de One minute Bunkai

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En portada 14.Ángel Lemus, creador de One minute Bunkai

58. RoninUn puente hacia el Chamanismo Siberiano.

“Si uno quiere de verdad encontrar algo que no

existe donde vive, tiene que moverse e ir a donde está lo

que uno busca”

48. Crónica HistóricaEl sable japonés.

10. Artes marciales japonesasLa importancia y dificultad en la transmisión correcta en un Koryu (古流)

36. Crónicas de Henry PléeUna cabeza bien formada.

42. Shin gi taiLos Yakusoku Kumite de la Matsubayashi Shorin Ryu. Sexta parte.

68. Artes marciales de OkinawaHojo Undo, forjando el cuerpo del Karateka, 3.

32 KuzushiAikido y la resolución de conflictos.

24. InvestigaciónElementos defensivos de los castillos japoneses.

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64. Artes marciales japonesasYoroi Kumiuchi.

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EL FAROL DE DIÓGENES

edita: ACENTO GRÁFICO

editor: Antonio García Piñar revistadokkodo.redacció[email protected]

fotografía y web: Julietta Prado [email protected]

diseño y maquetación: Beatriz Castro Martín

publicidad: [email protected]

dirección: c/ París nº 32, Armilla. 18100, Granada, España.ISSN 23440137

Dokkōdō es una publicación independiente propiedad de Acento Gráfico. Dokkōdō no se responsabiliza de las opiniones de nuestros colaboradores. Queda prohibida la reproducción total o parcial de cualquiera de sus contenidos.

Es conocida la anécdota en la se que cuenta como Diógenes el Cínico, natural de Sínope y contemporáneo de Aristóteles y gran “convulsor” de la socie-dad griega en su momento, transmitía sus enseñanzas:

En cierta ocasión, Diógenes paseaba por las calles a plena luz del día llevan-do un farol encendido. Ante esa extraña actitud uno de sus conciudadanos le preguntó:

-¿Qué haces Diógenes?A lo que el filósofo contestó: ¡Busco al hombre!Difícil sería tras 2.300 años intentar interpretar las palabras del filósofo

griego. Si este suceso fue tal y como se cuenta, y si esas palabras no pudieran ser entendidas en otro contexto. Si hacemos caso a la tradición, Diógenes era un filósofo que no creía en las convenciones sociales, pensaba que la sociedad era la verdadera corruptora del espíritu humano y que el fundamento de la exis-tencia era llevar una vida sin ataduras materiales, espirituales o sociales, tal y como todavía algunos ascetas de la India intentan vivir hasta el fín de sus días. El farol a plena luz del día otorgaba una cierta teatralidad al mensaje, Diógenes juzgaba que no estaba ante hombres (entiéndase hombre como ser natural, ani-mal humano, en estado de vida natural) sino hombres disfrazados de hombres, desnaturalizados, inhumanizados.

Una vez un querido amigo me dio un consejo que aprecié mucho pero que no acepté. Ante la idea de proyectar Dokkōdō, mi maestro y amigo me dijo: “Eso” es muy difícil. Durante un buen rato me quedé pensando en el “eso”, porque “eso” constituía el valor del proyecto. El farol de Diógenes.

¿Podría proyectarse una revista de Artes Marciales (puramente de Artes Marciales) donde primara lo cultural, lo histórico? ¿Y era posible hacerlo sin un tono solamente teórico? ¿Con gente de carne hueso? Es decir, ¿que la historia y la investigación se viera, además de sus escritos, en sus manos, sus pies, sus armas?

Este mes ofrecemos la historia del Sable Japonés, escrito por Robert Rodríguez Sensei, una investigación acerca de las fortificaciones japonesas me-dievales, de la mano de Joaquín Bohórquez, un viaje hacia el chamanismo si-beriano con Pedro Martín, el estudio de Hojoundo con las jarras (Nigiri Game) a través de Iván Gordo, la transcripción e iluminación de un densho de un Koryu, por Cayetano Sánchez, una crónica del gran Henry Plée, un reflexión acerca del Aikido y el conflicto, escrito por Guillermo Balderas, también nos despedimos, muy a nuestro pesar de los Yakusoku Kumite de Shigehide Akamine. Para fi-nalizar, ofrecemos una entrevista a todo un revolucionador de la enseñanza de las Artes Marciales, un verdadero comunicador, Ángel Lemus, creador de “One Minute Bunkai”.

Esto es Dokkōdō, este es nuestro farol a plena luz del día, buscamos el Budo. Un Budo que se disfraza de espectáculo, de deporte, de superficialidad, de mercancía, de agresividad, de violencia gratuita, de zafiedad, de ego... Miles de personas practican un Budo natural, humano, simple, pero invisible, a plena luz del dia.

En el pasado número de nuestra revista, hemos atribuido cargos y responsabilidades a Alfonso Estrada debido a ser uno de los sensei más activos en el panora-ma del Iaido nacional, el mismo nos ha hecho saber que aparte de sus grados en Iaido y Jodo es so-lamente un senpai de su maestro Robert Rodríguez 7 Dan Renshi Iaido, 6 Dan Renshi Jodo y grado más alto en la escuela Sui O Ryu Iso Kenpo en la actualidad fuera de Japón.

editorial

staff

fe de erratas

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Martial Tribes, la nueva red social especializada en artes marciales, permite poner en contacto a los amantes de las diferentes disciplinas en todo el mundo de manera gratuita así como facilitar el flujo de información entre usuarios y clubes.

La proyección de esta nueva red social es mundial y ya ha crecido exponencial-mente llegando a registrar hasta 20.000 usuarios desde su existencia, de los cuales el 40% son de nacionalidad dife-rente a la española el proyecto ha sido realizado íntegra-mente en Marbella a cargo de un equipo de profesionales especializados en las nuevas tecnologías y en las artes marciales.

Entre los usuarios, se encuentran personalidades destacadas como Benno Wai, uno de los máximos expo-nentes de Wing Chun a nivel mundial y el cuatro veces campeón del mundo de Muay Thai, Liam “The Hitman” Harrison.

Se trata de una red social muy intuitiva en la que se dispone de un panel principal donde se puede acceder a toda la actividad de los contactos además de estar informado de las últimas noticias espe-cializadas del sector y conocer eventos y competiciones de cada disciplina.

Una de las novedades que ofrece esta plataforma digital es que los usuarios pueden compartir su currículum con

sus contactos: su experien-cia en cada una de las artes marciales que practica la fecha de iniciación y fin y el grado alcanzado durante su entrenamiento. La idea es poder crear el “árbol genealó-gico” de los grandes maestros de las artes marciales hasta nuestros días.

En boca de Manuel Linares, uno de los respon-sables del proyecto y creador de la innovadora empresa de tecnología malagueña KIBO Studios “Estamos trabajando para poder establecer antes de final de año un equipo de tra-bajo en Hong Kong para que se encarguen de representar Martial Tribes en el continen-te asiático”.

A corto plazo, se espera que Martial Tribes cuente con un sistema de monetización que permitirá a los diferentes clubes registrados vender productos y servicios desde la propia web

www.martialtribes.com.¿Cómo funciona? Cuando abres una

cuenta en Martial Tribes, entras en una red social que conecta a amigos, clubs, alumnos e instructores de cada disciplina en la red. De esta manera, puedes acceder a toda la información de tus contactos y a las actualiza-ciones de noticias que se van produciendo en tiempo real, además de visualizar vídeos

de artistas marciales. Los usuarios pueden compartir en su perfil cualquier vídeo, pro-pio o ajeno, que esté alojado en Youtube relacionado con el arte marcial que prefieran. A través del proyecto de espon-sorización que Martial Tribes organiza, es posible conseguir financiación para poder par-ticipar en las competiciones o incluso conseguir dinero para mejorar las instalaciones de los clubes.

favoritos de dokkōdōNace una red social de artes marciales en España:

MARTIAL TRIBES

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DICIEMBRE/ENERO 2014-15•DKKD

DokkodoRevista digital Nº4

octubre/noviembre 2013Tradición, historia y actualidad de las artes marciales

Shigehide Akamine SenseiEntre el Karate y el Zen

Muay Thai • Iaido • Karate • Aikido • Kobudo • Taichi Chuan • Eskrima

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PORTADA MAGAZINE DOKKODO NÚMERO 4 octubre/noviembre de 2013

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favoritos de dokkōdō

XAVIER TEIXIDÓ SENSEIseminario de koryu bujutsu a cargo de

Los días 31 de Enero y 1 de Febrero se impartirá un seminario de Koryu Bujutsu en Zaragoza. Pese a ser de tipo de introduc-torio, el material de trabajo será ingente de gran valor marcial, histórico y cultural. Xavier Teixidó, profesor con una larga ex-periencia en Budo y Bujutsu ofrece, tras sus numerosos viajes de estudio y aprendizaje a Japón las siguientes escuelas:

Nihon Den Daito Ryu Aikijujutsu Asayama Ichiden Ryu Taijutsu Tenshin Koryu Kenpo

A grandes rasgos, este será el contenido del Seminario

Nihon den Daito ryu Aikijujutsu: - Introducción a la biomecánica Aiki. - Principios diferenciadores entre Jujutsu, Aikijujutsu y Aiki no jutsu. - Ejemplos tácticos y técnicos proce-dentes de los catálogos Soden (Takuma Hisa /Tsuruyama Kozui - shoden), Hiden Mokuroku (Tsuruyama den). Asayama Ichiden ryu Taijutsu: - Introducción a la biomecánica Taijutsu. Koppojutsu. - Comparativa entre Asayama Ichiden ryu y Daito ryu. - Ejemplos tácticos y técnicos de los catálo-gos Chi no maki jodan y chudan. Tenshin Koryu Kenpo: - Exposición teórico-práctica de las artes marciales de Ueno Takashi. - Kihon, drills y ejercicios de atemi carac-terísticos. - Ejemplos tácticos y técnicos de los catálo-gos Iai y shoden mokuroku. - Introducción al Hishigijutsu y las armas ocultas.

Info e inscripciones: www.shoshinkabudo.com608 655 522

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ARTES MARCIALES JAPONESAS

En la actualidad son muchos quienes utilizan la etiqueta Koryu, o Tradicional, para nombrar sus escue-las y estilos, no vamos a jugar a adivi-nar si es cierto o es falso, es preferible que cada quien saque sus propias con-clusiones a partir del Conocimiento y la Información Veraz.

Es falsa la idea de que el Conocimiento, en el Japón tradicio-nal, se transmita oralmente, se hace por escrito mediante la entrega de un rollo manuscrito llamado Makimono ( 巻物) de la escuela o “cosa enrolla-da”, en referencia a que el papel o libro está enrollado en sí mismo. Tiene otros nombres, pero éste es el más utilizado. Conviene dejar claro que esta costum-bre no es única de las Artes Marciales, sino de todas las artes, profesiones y oficios, muy especialmente en la arte-sanía.

Este Makimono puede variar su contenido, desde una simple Acta Fundacional, con el registro de los di-ferentes Soke (宗家) o Iemoto (家元) pa-labras que vienen a significar “Cabeza de familia”, que han ido sucediéndose a lo largo de su historia. En otras oca-siones, este Makimono, incluye su historia, sus técnicas y principios fun-damentales, incluyendo las modifica-

ciones que los sucesivos Soke fueron introduciendo.

De ahí la enorme importancia de su transmisión o enseñanza correc-ta. Para que una escuela, o estilo de Artes Marciales pueda ser califica-da de Koryu, debe poseer ese “Acta Fundacional” y su evolución como cer-tificación de que sus enseñanzas han sido correctamente transmitidas.

Suelen escucharse críticas acerca de que los japoneses únicamente confían estos Makimono a otros japoneses y de ese malestar crecen las escuelas falsa-mente definidas como Koryu, tradicio-nales, fundadas por occidentales con más o menos habilidad, destreza, téc-nica o bases fundamentales de un es-tilo. No vamos a juzgarlo, es lícito, pero sin utilizar la palabra “tradicional” ya que, en este caso, se trataría de una va-riación de las enseñanzas originales y, por tanto, apartadas de la tradición de la Escuela.

Ocurre que estos Makimono fueron escritos, como mínimo, antes de 1868, año de la Restauración Meiji que mar-ca la división entre Koryu Bugei (古流

武芸) o, literalmente, “Antiguos estilos de artes marciales” y los Gendai Budo (現代武道), literalmente “Artes marcia-les de la era moderna”. En el periodo anterior, las familias samurái, cultas, solían usar kanji chinos y frases o de-nominaciones poéticas para sus técni-cas y escuelas, sin embargo el uso de determinados kanji sufrieron modifi-caciones en su significado, por ejemplo Budo también era sinónimo de Bushido e intercambiable con Shido. En 1946 se intenta estandarizar el japonés y se li-mita el uso de los kanji a los Tojo Kanji, una lista oficial que contenía 1850 y en 1980 se edita la lista de Jojo Kanji que contiene 1945 de uso corriente más 284 para nombres propios y lugares.

Si se tiene en cuenta que un diccio-nario aceptable contiene unos 4000 kanji y el estándar JISX0208 contiene 6.879 caracteres y que el número au-menta hasta 11.436 incluyendo caracte-res técnicos, de uso médico, etc. es fá-cil entender que un japonés medio no puede leer ni entender un Makimono original.

Otra dificultad añadida es que, en el lenguaje culto tradicional, no inclu-ye los llamados Okurigana o letras en Hiragana usadas para indicar las in-

La importancia y dificultad en la

transmisión correcta en un Koryu (古流)

Cayetano Sánchez“El Cuervo”

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DICIEMBRE/ENERO 2014-15•DKKD

flexiones verbales, corteses, adjetivales o nominales, con lo que la traducción literal es prácticamente imposible para la gente común y extremadamente difícil para un japonés culto.

Por poner un ejemplo sencillo de esta dificultad: Kote Gaeshi se escribe 小手返し, en un documento antiguo es 小手返 siendoし (shi) el okurigana que sirve para conver-tir el verbo 返 (Kaeru – devolver, regresar, dar la vuelta) en adjetivo siendo る (ru) el verbo. Es decir, en japonés antiguo solo se escribe 返, el verbo en su forma diccionario moderna es 返る y el adjetivo 返し.

Llegados a este punto y con el fin de que nadie se dé por aludido, pondré como ejemplo mi propia escuela, una Koryu lla-mada Shinkyoku (心極) de Taijutsu que, tristemente está llamada a desaparecer, a pesar de que existan en la actualidad 4 ramas que reclaman su legitimidad como sucesoras, ya que el último Soke, Negishi Yuichi (1940-2012), no entregó a nadie el Makimono.

De hecho y aunque en su curriculum oficial figura que obtuvo la 10ª Generación el 5 de mayo de 1973, no firmó el registro de Maestros, siendo su abuelo materno, Kazuzyo Hasegawa, el último que figura en la lista. Ver foto 1.

Lista de Maestros anteriores:

Kanemachi Sichiro Tomoeda 關戶政七

郎公幹

Imanishi Hikoemon今西彥工門

Saigoji Monbatsu柴次郎八

Heiya Kanzaemon平野勘左衛門

Seiga Kenzo勢賀健藏

Ishikawa Enzo石川堰藏

Kanazawa Shozo金澤庄藏

Kanazawa Yoshihiro金澤義廣

Firma de Hasegawa Kazuzyo, la fecha aparece a la derecha, siendo ilegible el año. Foto 2.

Estructura del Makimono

El documento está dividido en varias secciones, la primera que parece ser un acta fundacional: ver foto 3.

Cuyas primeras líneas se pueden tra-ducir aproximadamente como:

“Testimonio de fundación (o acuerdo) oficial

- La escuela de Taijutsu (體術, traduc-ción diccionario: forma clásica de arte marcial) Shinkyoku es creada para ser

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transmitida a través de la descendencia de su (honorable) fundador como viene siendo costumbre, o en su caso a la perso-na superior designada…”

A continuación otro bloque con una espe-cie de “Programa” que consta de 23 técni-cas agrupadas en tres bloques:

Kyomi Shote (強身拾手): incluye 10 for-mas de respuesta ejecutándose con todo el cuerpo. Foto 4.

Takagashira (鷹頭)YubikomiBiobugaeshiKotegaeshiAtamagudakiUdetsukamiMitokeriTaniotoshiRendoriMakikomi

Hote Shote (捕手拾手): con 10 formas para atrapar las manos en el momento del ata-que. Foto 5.

MukadoriTsuidoriWamegeriShigaramiHanegaeshiTaniotoshiIwaishiotoshiKotsumagaeshiKaneotoshiOnami

Kotori Te (居捕手): con tres formas de efec-tuar un agarre. Foto 6.

UdewaKoteotoshikurajime

ARTES MARCIALES JAPONESAS

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Le siguen diferentes aportaciones de los sucesivos Maestros, incluyendo influen-cias y referencias a otro estilo llamado Toryu (當流), que más tarde fueron exclui-das, como puede apreciarse por las tacha-duras en rojo. Foto 8.

Puede apreciarse el cambio de letra, así como, en algunos párrafos la utilización de Okurigana (letras usadas como in-flexiones gramaticales), así como enmien-das y frases resaltadas, lo que indica que fueron diferentes autores quienes elabora-ron el documento.

Muchos de los párrafos indican principios a observar, incluso puntos importantes a tener en cuenta en la realización de las técnicas o recomendaciones a los practi-cantes, igualmente incluye un gráfico con las zonas de ataque de esta escuela. Foto 8.

Conclusión

Las imágenes mostradas corresponden al Makimono de una escuela concreta, esto no quiere decir que todos sean iguales en contenido, pero sí muestran claramente que cada escuela o estilo tradicional tiene su propia identidad, creada a través de los años mediante el estudio y mejora por sus diferentes Soke o Iemoto.

Estas características nos dan una idea de la complejidad y, al mismo tiempo, importancia de una correcta transmi-sión en sus principios fundamentales, ya que, como se puede apreciar, en este caso concreto y, probablemente, en general, las Koryu no contemplan un Programa Didáctico basado en un número de técni-cas concretas, sino más bien un Programa Conceptual que debe ser útil en cualquier situación. Por lo que si estos conceptos no son transmitidos fielmente, la Escuela o Estilo pierde su identidad.

Es por ello que el Makimono solo está reservado a quienes gozan de la confian-za total del Soke, ya que contiene toda la experiencia acumulada a través de la his-toria de la escuela y ésta debe ser preser-vada para continuar evolucionando fiel-mente a los dictados que le dan identidad. Únicamente cuando el Soke tiene el total convencimiento de que estos principios serán transmitidos, entrega el título a la siguiente Generación.

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“Si uno quiere de verdad encontrar algo que no existe donde vive, tiene

que moverse e ir a donde está lo que

uno busca”

Ángel LemusCreador de one minute bunkai

Entrevistado por César González Monteghirfo

Tengo el gusto y honor de tener a Sensei Angel Lemus como un hermano dentro del Karate. Un hombre con mucho conocimiento teórico y prác-tico de las artes marciales en general y del Karate de Okinawa en particular. Es muy generoso con su conocimiento, no se guarda nada de información y esa actitud no es fácil de encontrar.Además, es vicepresidente de la Asociación Zentokukai y Vicepresidente de la Asociación Koshinkan. Es creador del canal de youtube One

Minute Bunkai, muy visitado por personas de todo el mundo y de todas las artes marciales. Fue direc-tor de la revista de artes marciales tradicionales Bugeisha y tiene casi 40 años de práctica consecu-tiva en artes marciales.Por todo esto y por todas las respuestas que van a leer es que pensé que era una buena idea hacer una entrevista a este Sensei, a esta persona, a este amigo.

Con ustedes Angel Lemus.

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¿Recuerdas por qué comenzaste a en-trenar artes marciales?

Mi madre me obligó a empezar Judo a los 13 años. Yo era un niño muy tí-mido. Pero cuando puse mis pies en el tatami por primera vez encontré “mi hogar”. El Judo era muy natural para mí com-parado con mis compañeros de prác-tica, yo tenía los pies planos y anchos, era un niño con piernas grandes y mi centro de equilibrio era bajo y eso es muy bueno para el Judo. Mis pies an-chos me dieron la ventaja y mis Ashi Barai fueron muy efectivos, mis com-pañeros no podían moverme.El Judo fue una gran aventura para mí y me dio la confianza que no tenía. El dojo de Judo se llamaba Bushido Florida Judo Club, el maestro era Frank Payne, todavía enseña Judo y Hakko ryu Jujitsu y continúo en con-tacto con él. Practiqué Judo y competí hasta los 23 años de edad. El Judo me dio muy buen entrenamiento para usar las manos para controlar y tirar, de esto me di cuenta cuando empecé a entre-nar Karate. Aunque muchos de ellos tenían más experiencia que yo en ku-mite deportivo. Yo desde el primer día les di mucha dificultad en Kumite por-que mis bloqueos eran controlando y agarrando sus brazos y ellos no sabían como reaccionar a esta estrategia.El Judo me ayudó mucho y me dio una gran base para continuar después con todas las experiencias que me venían más adelante en mí vida.

¿Cuando comenzaste con el Karate?En 1976 me inicié en el Karate con Sensei Manny Saavedra que fue estu-diante de Peter Urban. Sensei Saavedra tenía un grupo grande llamado Sansei Gojuryu (quiere decir “Goju tercera ge-neración”) este no era Goju de Okinawa sino Goju Japonés con modificacio-nes hechas por el Maestro Urban. El Maestro Urban escribió un libro famo-so llamado “The Karate Dojo”.Estuve con Sensei Saavedra de 1976 hasta el 1983, durante este tiempo yo era uno de varias personas en la orga-nización que nos dedicábamos al estu-dio de Kata (me llamaban la enciclo-pedia de Kata) visitaba muchos dojos y ayudaba a los maestros y estudiantes con sus katas.

¿Alguna vez entraste a torneos de Karate?

Sí, yo estuve muy activo durante los años 1979 hasta 1984. En Miami, Florida, había mucha actividad en to-das las artes marciales. Había un cam-peonato casi todos los fines de semana y yo participé en la mayoría. Pero re-cién en 1982 el estilo que yo entrenaba “Sansei Goju” empezó a ganar trofeos en kata, pues las Katas del estilo Urban no ganaban. Empezamos a ganar cuando Stanley Foodman y yo encontramos un maes-tro llamado Hani Sakas y nos enseñó todas las katas originales de Goju de Okinawa. Cuando empecé a compe-tir con los katas originales empezó el cambio y era frecuente que ganara y estuviéramos entre los 3 primeros puestos en las competiciones.Yo com-petí en Kata tradicional y competí en Kobudo pero en esos tiempos no exis-tía competencia de Kobudo tradicional de Okinawa, los katas eran inventa-dos, no tradicionales.En 1984 gane una gran competición (la USKA National Competition) en Miami que puso a muestro grupo en una po-sición favorable. La noche anterior fue la premier de la famosa película “The Karate Kid”,yo la vi… esta película me dio mucha inspiración y me influyó

mucho pues al otro día, en la compe-tición, tenía un orgullo y energía enor-mes por representar el Goju Karate de Miyagi pues gané el primer puesto de Kata.

¿Qué experiencias tuviste con otras artes marciales?

He tenido muchas experiencias, al-gunas temporales y otras con entre-namiento formal. Cuando vivía en Miami y estaba practicando el Sansei Goju pude entrenar (informalmen-te) en Wing Chun Kung Fu, y Hung-Gar Kung Fu. El Hung-Gar fue una de las experiencias más fuertes porque aprendí la forma del Tigre y la Grulla que es muy larga y y demanda muchí-simo trabajo de piernas por las postu-ras que son muy bajas. Hasta hoy en dia todavía mantengo esta forma en mi práctica de kata.Cuando me mudé a Los Angeles en el año 1995 empecé a enseñar Seibukan en el Parque de Recreacion de Westwood y enseñé allí por 21 años hasta mudarme a Hawaii. Durante este tiempo pude practicar muchas cosas diferentes que estaban a mi al-cance en Los Angeles. En el 1994 em-pecé con Sensei Anthony Márquez en Matayoshi Kobudo y en Diciembre 1995 alcancé el Shodan.

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En 1996 cambié de estilo para tratar Yamanni-Ryu con Sensei Toshihiro Oshiro. SU organización es el RBKD – Ryukyu Bujutsu Kenkui Doju Kai entre-né con Sensei Oshiro durante 3 años, yo vivía en Los Angeles y él en San Francisco.Yamanni-Ryu fue uno de los estilos de artes marciales mas difíciles que ha-bía practicado hasta este punto en mi vida. Es un estilo con una fluidez única y los movimientos son puro combate. Es un estilo verdaderamente antiguo que no ha sufrido la modernización que convierte las artes marciales en deportes. En el año 2001 me di el gusto de estu-diar artes internas de China. El Tai Chi Chuan que escogí fue el estilo Chen, pues es el original y el que tiene téc-nicas de combate puras, pues muchos Tai Chi que se ve hoy perdieron todo lo que debe ser un arte marcial y se prac-tica solamente para mejorar la salud… Tuve la suerte de encontrar a Sifu Qui Chen Guo. Sifu Guo estudió en China con los maestros más grandes de Tai Chi Chuan del estilo Chen, y es-tos maestros cuando pasaron por Los Angeles dieron seminarios privados en la escuela del Sifu Guo. Tuve la gran suerte de entrenar y ver la gran técni-ca y fuerza marcial de tres de los cua-tro Tigres de la “villa de Chen” que es el sitio de donde nació el Tai Chi Chuan.Los tres Tigres de Chen que conocí son, Chen Xiao wang, Chen Zhenglei, y Zhu Tiancai, estos maestros están a un ni-vel de artes marciales que resulta in-creíble, yo creo que ningún karateka hoy en día no está ni cerca de este tipo de experiencvia y sabiduría.Para mí los cinco años de estudio de Chen Tai Chi Chuan fueron formidables y me dieron un nivel de práctica que no pudiera ha-ber logrado simplemente con el Karate.

¿Qué es Zentokukai?Estos son sus enlaces web: www.zentokukai.comYoutube Zentokukai: https://www.youtube.com/ZentokukaiToudeEl Zentokukai es una organiza-ción representante del karate de Chotoku Kyan y su estudiante Zenryo Shimabukuro. Nosotros éramos miem-bros del Seibukan, el dojo fundado por el maestro Zenryo Shimabukuro. El

dojo fue fundado en el 1962 en Jagaru, Okinawa, y el Maestro Shimabukuro tuvo muchos estudiantes de Norteamérica y Japón. El Maestro Shimabukuro falleció en 1969 y su hijo Zenpo Shimabukuro fue entonces res-ponsable por mantener la tradición del Karate de Kyan.En el 1978 la Asociación Internacional de Seibukan fue fundada en Norteamérica con Sensei Ed Takae como su presidente y Sensei Zenpo Shimabukuro como el Instructor Supremo. Este Grupo empezó a tener problemas no solamente por la polí-tica interna pero también por conflic-tos de personalidad del liderazgo. El último entrenamiento fue en 1996 en Grand Junction, Colorado, y después de esta reunión muchas de las escue-las decidieron cortar con la Asociacion Seibukan Norteamérica. Mi maestro Tim Rodgers se fue y yo por supuesto lo seguí. Muchas otras escue-las le preguntaron a Sensei Rodgers qué iba a hacer. Entonces decidió for-mar un nuevo grupo para darle un ho-gar a todos los que no querían seguir con Seibukan. Sensei Rodgers habló va-rias veces conmigo para formar ideas, como soy artista gráfico me encargué de todo el diseño de un nuevo emble-ma, y todo lo que es necesario para for-mar una organización. En Marzo de 1997 la organización

EN PORTADA DOKKODO

(Sensei Rodgers) lleva en su persona

un carácter antiguo, es difícil explicarlo,

es como si fuera un Samurai o un Guerrero de hace

siglos, como si parte de él vive en otro

tiempo donde las artes marciales se usaban

diariamente

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Zentokukai tuvo su primera reunión con todos los sensei que querían ser parte de esa unión, incluyendo Walter Dailey, que fue estudiante directo del Maestro Shimabukuro Zenryo, y… ¡el Zentokukai nació! El Zen-Toku-Kai quiere decir, “ZEN” del nombre de Zenryo, “TOKU” del nombre Chotoku, y KAI quiere de-cir grupo o asociación en Japonés. El Zentokukai fue fundado con Tim Rodgers como el Kaicho -Presidente, Angel Lemus Fukukaicho - Vice Presidente, y Jim Pizii- Secretario. No somos un grupo grande pues cuando un grupo crece mucho el control de la calidad sufre. Pero en 2014 tuvimos 2 dojos de Italia que se unieron al Zentokukai dándonos una presencia internacional fuera de los Estados Unidos.El Emblema de Zentokukai es el escudo de la familia Kyan de Okinawa. La familia Kyan era una familia del estamento “real” pues el padre de Chotoku Kyan, Chofu Kyan fue el ayudante/gerente del último rey de Okinawa.

¿Qué nos puedes decir de tu Sensei Tim Rodgers?

Sensei Rodgers siempre ha sido como una montaña de Karate. Este hombre es uno de los artistas mar-

ciales más fuertes que yo he tenido la suerte de conocer. Él es mi sensei y también es como un padre para mí. Tenemos una conexión muy fuerte que cruza el tiempo y la dis-tancia. Me ha ayudado desarrollar no solamente mi Karate también mi vida personal en buenos y malos tiempos. Sensei Rodgers empezó su Karate en Miami, Florida, en 1958 entrenan-do en Goju ryu con sensei Benjiko Pusan. A los 18 años se inscribió en la Marina de los Estados Unidos, en 1963, en los inicios de la Guerra de Vietnam. Era piloto de helicóptero y vio mucho combate y aprendió muy joven la experiencia del combate real. Él no creció con su Karate prac-ticando deporte sino usándolo para salvar su vida y las vidas de sus compañeros en el campo de batalla. Después terminó en el ejército y re-gresó a Miami donde estuvo en el DEA (la Administración de control de Drogas en la Florida del Sur) por unos años y después trabajó como cazador de recompensas (bounty hunter) para el Estado de Florida. Durante este tiempo él regentaba su dojo de Seibukan con muchas ma-triculaciones y era la única escuela en la Florida del Sur representante de un estilo tradicional con raíces

1. Ángel haciendo la kata Seipai, 1984.2. Zentokukai, junta directiva, I-D Jim Pizii, Larry Hall, Tim Rodgers, Angel Lemus, Walter Dailey.3. Emblema de la Zentokukai.

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en Okinawa.Sensei Rodgers siempre ha sido como un león de Karate, solamente con su mirada, le da miedo y paraliza a cual-quiera que lo mira. Es un Karateka de verdad que desde muy joven tuvo que usar su Karate en situaciones de vida o muerte, eso le da una ventaja que otros no tienen. Maestros dedicados al deporte no tienen la manera de en-señar una arte marcial como el maes-tro Rodgers. Él te lo demuestra de una manera que no hay ninguna duda que sabe lo que está haciendo. Sus golpes son verdaderamente mortales. Él lleva en su persona un carácter an-tiguo, es difícil explicarlo, es como si fuera un Samurai o un Guerrero de hace siglos, como si parte de él vive en otro tiempo donde las artes marciales se usaban diariamente.Simplemente diré que ha sido la in-fluenza más grande en mi vida, que me ha dado la oportunidad de formar mi persona y mi nivel de artes marcia-les. Sensei Rodgers todavía está bien de salud y practica y enseña en su Dojo en el patio de su casa, y es el Hombu Dojo del Zentokukai.

¿La Zentokukai en qué se diferencia de otros estilos y organizaciones?

Zentokukai no practica ni promueve Karate deportivo o la competención moderna, el énfasis es en las técnicas de Koryu “viejo estilo” y los fines de au-todefensa. El Zentokukai se compone de un número de dojos (escuelas) en los Estados Unidos e Italia. La mayoría de estos dojo fueron una vez miembros de la Seibukan Karate-Do Association.

No hay nadie en Zentokukai que esté por encima de cualquier otra persona, no tenemos ningún trono ni rey. Un nuevo estudiante es igual a nuestros miembros mayores.Aunque es muy tradicional en la prác-tica, el Zentokukai es una organización única, ya que permite la expresión in-dividual y de cada Sensei y estudiantes por igual. No está interesada en crear clones sino en ayudar a las personas a descubrirse a sí mismos a través del trabajo duro, disciplina y determina-ción.La Zentokukai es una entidad viva, al igual que los seres humanos se en-cuentra en un estado constante de autoevaluación, en cambio y en creci-miento. Esto es posible por el respeto mutuo de sus miembros sin distinción de sexo o rango. Promueve la comu-nicación abierta y el diálogo y no se contiene ningún conocimiento de sus miembros.Los objetivos principales del Zentokukai no se miden por el ego, la personalidad, los deportes o logros económicos. Se mide en cómo ayuda a cada estudian-te a crecer como ser humano, que sea digno, honorable con la familia y la co-munidad. Esto se logra mediante el uso de la preparación física y la promoción de virtudes propias de forjar un cuerpo fuerte, carácter audaz, que a su vez está marcado por un espíritu humilde.La Zentokukai no está interesado en el rápido crecimiento como organización, por lo que es muy selectivo en el carác-ter de las personas opta por permitir que penetre su círculo. La Zentokukai anima a todos a probar Karate con la esperanza de que conduzca al descu-brimiento del potencial oculto en su interior.

¿Qué Katas entrenan?Las katas de Chotoku Kyan Sensei son, Naihanchi, Seisan, Ananku, Wansu, Patsai, Gojushiho, Chinto y Kusanku. También el Tokumine no Kun que fue el único kata de Kobudo de Kyan Sensei. No tiene muchos Katas como otros es-tilos, y por eso estamos muy contentos pues no hacen falta muchos Katas para entender el Karate. “menos es mejor”. Yo también tengo rango en Matayoshi Kobudo, y Yamanni-Ryu Bo Jutsu, y

EN PORTADA DOKKODO

One Minute Bunkai ha sido algo que

unifica la comunidad marcial, ya que

practicantes de todos los estilos se reúnen para ver los vídeos

1. Tapas de la revista Bugeisha.2. Emblema de la Konshikan.Página siguiente,Sensei Lemus y Rodgers.

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Ufushiku Kobujutsu, así que tengo mu-chos Katas que he practicado y puedo enseñar a mis estudiantes y otros del Zentokukai

Tú eres el creador del canal de youtube One Minute bunkai. ¿Cómo se te ocurrió esa idea?

Primero fue una manera de compar-tir información y las ideas de bunkai que yo enseño a los miembros del Zentokukai. Después de empezar el ca-nal de Youtube lo pensé más y decidí abrirlo al mundo entero, pues no era mala idea como una manera de com-partir con la comunidad mundial mis ideas pues es como una manera de re-pagar todo lo que me han dado otros. Ya van algunos años del canal y ten-go muchos visitantes que lo siguen. Es algo que me fuerza a pensar mucho y me da la oportunidad de crear los ví-deos y esto me mantiene en la prác-tica mucho más. También el canal le da exposición al Zentokukai, a mí, y a todos los que están involucrados en la producción. Lo más importante son las amistades que se han creado a través de este canal en todo el mundo. En el inicio yo quería hacer una pre-sentación con muy poco diálogo (pues en otros canales de bunkai los pre-sentadores hablan demasiado, y yo

creo que esto pierde mucho tiempo, y uno se aburre esperando a la demos-tración). Sensei Rodgers siempre decía que uno tiene que aprender usando “mitori Geiko” - la forma de aprender algo por observación. Así era la manera antigua de enseñanzas. Pues yo intenté hacer un vídeo con muy poco diálogo y era imposible estar en menos de cinco minutos. Y por supuesto el nombre del canal es “One Minute Bunkai (Bunkai de un minuto). También hay que con-siderar el tiempo que me toma y el trabajo que hago gratis, pues nadie me paga por esto pues es una labor de puro amor. Decidí no hablar y usar “mitori geiko”, entonces pude lograr la limitación de un minuto en muchos de los episodios. Una de las cosas más increíbles es que un señor se comunicó conmigo y me dio las gracias por no usar diálogo pues es sordo, y en el formato mío, sin diálo-go, le sirve a él y toda las personas que no hablan inglés. One Minute Bunkai ha sido algo que unifica la comunidad marcial, ya que practicantes de todos los estilos se reúnen para ver los vídeos; son de karate okinawense y japonés, taekwondo, kungfu, MMA, jujitsu etc.

También fuiste director de revista de Artes Marciales Bugeisha. ¿Cómo fue esa

experiencia? La oportunidad de hacer una revis-ta tradicional se presentó a través del Sensei Walter Daily que tenía una com-pañía de armas antiguas de Kobudo lla-mada KEMCO.Bugeisha quiere decir “practicantes de artes marciales” y fue creada para pro-mover los productos y para mostrarle al mundo algo diferente a las revistas en esos tiempos, que no representaban artes tradicionales. Esto fue cuando empezó la locura del BJJ, y todas las revistas como “Black Belt” tenían artí-culos de Jean Claude de Van Damme , películas de Hollywood, y BJJ. En ver-dad no le encontraba ningún valor a esas revistas. Bugeisha fue un éxito mundial con miles de subscripciones y apoyo de la comunidad tradicional de artes de Okinawa y Japón. Para mí fue una experiencia increíble que me abrió muchas puertas a información y a maestros que posiblemente nunca me hubieran dado ningún tiempo y aten-ción. La revista fue impresa durante 1996-1998. Fueron 6 revistas en total, y la número 7 nunca fue a la imprenta. Pero pueden ser conseguidas en CD la colección comple-ta incluyendo la #7 en la tienda de web: www.warrenerentertainment.com

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¿Cómo llegas a relacionarte con la Asociación Koshinkan?

El Año pasado me encontré con Sensei Kazuo Hoshiyama, que es una de las pocas personas en el mundo que tiene licencia para enseñar el estilo secre-to de Okinawa de la Familia Kochiro (Kojo en Japonés). Esto ha sido algo increíble para mí pues este estilo fue mencionado en el libro del autor Mark Bishop que salió en 1995. Y fue algo que me dio mucho ánimo para buscar y ver si lo podía aprender, pero al poco tiempo entendí que no había mane-ra de aprender este estilo, ya que uno tenía que mudarse a Okinawa y ver si encontraba un miembro de la familia y pedirle si uno pudiera aprender su estilo familiar. Desde 1995 yo no he pensado en este estilo hasta el año pasado que empecé comunicarme con Sensei Hoshiyama. Después de unos meses de emails y hablar por teléfono decidí visitarlo en su casa en Phoenix, Arizona y empezó un nuevo capítulo en mi experiencia en Karate de Okinawa. Es un estilo que no se parece a nada a todo lo que vi an-tes, y lo mejor es que no se ha conver-tido ni contaminado con el concepto deportivo, es un estilo que tiene histo-ria y línea familiar desde el año 1392, cuando 36 familias de China se mu-daron a la villa Kuninda en Okinawa cerca del castillo de Shuri. Es un estilo que es puro combate no hay nada que sea una pérdida de fuer-za. Es el único estilo que todavía tiene su bunkai original de todas sus ka-tas. En esto soy muy afortunado pues Hoshiyama Sensei me ha dado la opor-tunidad de ser uno de sus dos vicepre-sidentes del Koshikan, el otro es su estudiante (que lleva 20 años) Sensei Charlie Tapia que también practica Chibana-Ha Shorin-Ryu además de Kojo-Ryu. El Kojo-Ryu está re-formulando mi Karate, es un estilo muy avanzado con técnicas de combate que son muy efec-tivas, esto ha sido como un inyección de adrenalina de Karate puro. También el Kojo-Ryu me ha abrió los ojos para explicar mucho mejor el Shorin-Ryu y otros estilos que yo he practicado. El Kojo-Ryu tiene sus raíces en China y es probablemente el estilo más antiguo de Karate en Okinawa con documen-tación desde el siglo XVII.

Kojo-Ryu tiene 6 kata; las primeras 3 fueron creadas en el siglo XVIII. Son, Tenkan Ken, Kukan ken y Chikan Ken. Las 3 kata antiguas tienen raíces en China y no se saben la edad pero son katas practicadas antes de 1660. Esta son Hakko Ken (Tigre Blanco) Hakkaku Ken (Grulla blanca) y Hakkuryu ken (Dragón blanco)

Las Asociaciones Zentokukai y Koshinkan son hermanas, tienen los mismos objetivos. ¿Puede explicarnos algunos de esos objetivos?

Simplemente es como dos herma-nos que se acaban de encontrar. Pensamos igual, queremos preservar el Karate antiguo, no nos interesa el Karate deportivo (que NO es Karate, es otra cosa). No estamos motivados por fama, ni dinero, pues todos los sensei de Zentokukai y el Koshinkan tienen carreras y trabajos normales, y el Karate se hace aparte, con pasión pero no como un medio de conseguir dine-ro. Cuando uno tiene un dojo comer-cial no se puede enseñar un Karate real. Se puede tener un dojo comercial pero el Karate deportivo y el Karate real tienen que ser separados.Zentokukai y Koshinkan son como una familia grande, con primos y pa-rientes.

¿Quiere decir algo más a los lectores? Simplemente si uno quiere de ver-dad encontrar algo que no existe don-de uno vive, uno tiene que moverse e ir a donde está lo que uno busca. No esperar en casa que venga lo que uno busca.Yo siempre me he manejado en gran-des distancias, como cuando vivía en Los Angeles y estaba entrenando con Sensei Toshihiro Oshiro en Yamanni-Ryu, él vive en San Francisco y eso es 6 horas en coche. Lo hacía 5 veces al año y me quedaba con él dos o tres días. Sucede lo mismo en el caso de las cla-ses con Hoshiyama sensei, tengo que hacer muy grandes distancias para ir a sus clases pero ya lo he visto 3 veces en el primer año estudiando Kojo-ryu. No soy millonario pero tengo una gran determinación y disciplina para buscar el Karate y el Kobudo que he ne-cesitado de practicar durante mi vida. Y como han leído yo he practicado muchos estilos y artes, entiendo que

mucha gente no tiene la posibilidad económica para viajar. Pero uno debe tener “mucha hambre” para buscar información y sabiduría de las artes marciales. Si uno siente esa necesi-dad… esa sensación de “hambre de saber” puede conseguir lo que tanto desea. Especialmente hoy en día con todo lo que está disponible a la punta de nuestros dedos con el internet, y co-municaciones de vídeo. Mucho de lo que hacemos hoy en día es a través de Skype cuando nos en-contramos al otro lado del mundo. El mundo es mucho más pequeño hoy que hace 30 años. Las artes marciales nos dan las herramientas para cam-biar nuestra vida y mejorar y también la vida de los que están cerca de no-sotros. Las artes marciales no son un deporte, no son un juego, son algo se-rio que también puede salvar una vida algún día. También es una actividad que nos mantiene saludables, y nada debería meterse entre las artes mar-ciales y uno mismo. Vamos a establecer nuestras priorida-des, de familia, trabajo, socialización, pero en la lista tiene uno que también poner sus artes marciales y mantener la disciplina de cumplir con el tiempo dedicado a su práctica diariamente. Mi familia y mis amigos saben muy bien que cuando piensan en mí, pri-mero antes de nada dicen que yo soy “Karate”, esto es lo que me define lo que yo soy hoy, mañana, y cuando me vaya de este mundo. Os dejo con este proverbio de Okinawa, es algo hermo-so que representa el espíritu de su cul-tura y el espíritu de Karate:Ichariba choodee. – Cuando nos cono-cemos por primera vez y hablamos, seremos hermanos y hermanas.

EN PORTADA DOKKODO

Direcciones de interés

∙ http://www.koshinkan.org ∙ http://www.koshinkan.org/ameri-calatina∙ One Minute Bunkai https://www.youtube.com/Oneminutebunkai∙ www.warrenerentertainment.com

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Cuando nos conocemos por primera vez y

hablamos, seremos hermanos y hermanas

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Elementos defensivos de losC a s t i l l o s j a p o n e s e s

Joaquín Bohórquez Sánchez

“En la cima de la colina, en medio del poblado, Nobunaga ha edificado su palacio y castillo que, en lo que dice relación a la arquitectura, poderío, riqueza y majestuosidad, bien puede compararse con los mayores edificios de Europa. Sus fuertes y sólidas murallas de piedra alcanzan los 60 palmos de altura e incluso los superan en varios puntos; detrás de los muros, abundan las casas hermosas y exquisitas, todas ellas decoradas en oro y tan cuidadas y distinguidas que parecen llegar al cénit de la elegancia humana. En el centro hay una especie de torre, a la que llaman tenshu, cuya nobleza y apariencia espléndida supera con mucho a las nuestras. Consta de siete plantas, todas ellas, por dentro y por fuera, de maravilloso diseño arquitectónico; tanto por dentro como por fuera, es decir, por dentro, las paredes están ricamente decoradas con pinturas doradas y de colores variados, mientras que la parte exterior de las plantas está pintada en vivos colores… En resumen, el

edificio todo es hermoso, magnífico y brillante. Al estar situado a gran altura y ser de por si, elevado, te queda la sensación de que toca las nubes, pudiendo ser visto des-de varias leguas de distancia. El hecho de que el castillo esté enteramente hacho de madera, no resulta evidente ni de fuera ni de dentro, ya que da la sensación de haber sido construido con sólidas piedras y argamasa”.

Descripción que el misionero jesuita y cronista por-tugués Luis Frois (1532-1597), que vivió más de 30 años en el archipiélago, hace del castillo de Azuchi, cons-truido por Oda Nobunaga en un promontorio sobre el Lago Biwa durante su conquista de las regiones cen-trales.

Collcutt, Jansen y Kumakura. “Japón, el Imperio del Sol naciente”. Atlas Culturales del mundo. Círculo de Lectores. 1990.

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Desde tiempos antiguos, los pueblos han construido estruc-turas defensivas de todo tipo para proteger sus asentamien-tos, repeler a los enemigos o con-trolar sus dominios.

En el Japón de la Edad Media, en los tiempos de los Samurais, las construcciones defensivas adquirieron suma importancia para los Shogunes y Daymios quienes construyeron, a lo largo del archipiélago, castillos y for-talezas para sus residencias o sedes de gobierno.

Esta época conocida como el período Azuchi-Momoyama (1373-1603) fue la que precedió a la unificación y pacificación de Japón, cuando la autoridad y po-derío de los señores feudales se manifestaba en fortalezas impo-nentes que pretendían ofrecerles seguridad frente a posibles ata-ques de sus enemigos.

Los historiadores lo deno-minan Azuchi-Momoyama, re-cogiendo los nombres de dos magníficos castillos que se convirtieron en construccio-nes prototipo de esos tiempos: El Castillo de Azuchi (imagen portada) construido por Oda Nobunaga entre 1534-1582 y el Castillo de Osaka, construido por Toyotomi Hideyoshi, entre 1536-1598. Ambos castillos estaban cerca de Kioto y contaban con un extraordinario diseño que ayudó a definir la tipología de los cas-tillos.

La belleza estructural y la historia de una época que per-manece en estas fortalezas, ha convertido a los castillos en un símbolo para los habitantes del lugar y en un atractivo especial para historiadores, turistas, ar-quitectos, budokas, etc..

Este artículo está centrado en describir los elementos arquitec-tónicos que se utilizaban para tratar de volver inexpugnables los castillos construidos durante la Edad Media y en los tiempos de los Samuráis.

En general, las fortificaciones se construían sobre un montí-culo o explanada que a modo de gran núcleo central se confor-maba con la tierra que se extraía de los alrededores o de los fosos que se excavaban para rodear

la fortaleza. Posteriormente el montículo se revestía de grandes bloques de piedra incrustadas profundamente sobre los talu-des del montículo para confinar la tierra y estabilizar el núcleo.

Por encima de ese imponente basamento, que podía superar los diez metros de altura, sur-gía una construcción tipo torre (tenshukaku) de varios pisos que, en un principio, eran puestos de vigilancia, pero que más tarde se convirtieron en símbolos del prestigio y poder de los Shogunes y Daimyo cuando hicieron de ellos sus residencias habituales y sedes de gobierno.

La defensa del castillo empe-zaba desde la misma ideación o planificación de la obra. De ahí que el emplazamiento fue un elemento importante que con-dicionó el diseño y estructura de los castillos.

Según el emplazamiento hay tres tipos fundamentales de cas-tillo:

Yama-jiro, aquellos construi-dos en una montaña pequeña y que utilizaban sus faldas incli-nadas como elementos defensi-vos;

Hira-jiro, los construidos en las llanuras; e

Hirayama-jiro, los construi-dos en una colina sobre la lla-nura.

Organización básica

Los castillos, dependiendo de su tamaño y de la capacidad eco-nómica del señor feudal, se divi-dían en varias zonas (recintos), tres como máximo, cada una de ellas rodeada por una muralla, fosos o terraplenes y una red intrincada de patios, corredores y pasillos que buscaban dificul-tar la incursión del invasor.“Si se perdía un recinto totalmen-te porque un invasor lo tomaba, podía ser recuperado desde otro lado o aislado totalmente sin de-bilitar sustancialmente la fuerza defensora de los otros recintos”. (Pedro Martín González).

Así pues, cuando se planifica-ba la construcción de un castillo era importante definir cómo este conjunto de elementos ayuda-rían a la defensa de la fortifica-ción, lo que generalmente estaba condicionado por la topografía del lugar.

1. Foto portada Castillo Azuchi.

2. Castillo de Osaka. 3. Chikujojutsu.

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INVESTIGACIÓN DOKKŌDŌ Estilo Rinkaku Estilo Renkaku Estilo Hashigokaku

Hon maru Ni no maru San no maru

En el recinto más interior, lla-mada honmaru, se levantaba el Tenshukaku (torreón principal) y otros edificios residenciales para el uso del Daimyo, donde se su-ponía debía trasladarse el señor en caso de que se produjera un ataque. Las siguientes zonas lla-madas ninomaru y sannomaru (recintos secundario y terciario respectivamente) eran a menu-do situados a modo de “anillos” alrededor del recinto principal.

En estas áreas exteriores se distribuían la mansión habitual del gobernador del feudo, alma-cenes, talleres y residencias de los servidores que con los años

dieron lugar a la formación de verdaderos núcleos urbanos al-rededor de los castillos.

Tipos de organización

Según la forma o dirección en que se implantan las zonas tra-tando de reforzar aún más la de-fensa del castillo se encuentran tres tipos básicos de organiza-ción:

El estilo Rinkaku, donde el honmaru está localizado en el centro y los ninomaru y sanno-maru forman anillos concéntri-cos a su alrededor;

El estilo Renkaku, donde el honmaru y el ninomaru se ubi-can en el centro, con el sanno-maru rodeando a los dos; y

El estilo Hashigokaku, aplica-do prácticamente sólo a castillos de montaña, con el honmaru desplazado hacia un lado, mien-tras que los ninomaru y sanno-maru van quedando más lejos que el anterior.

Fosos

Una de las estructuras defensi-vas más importantes de cual-quier castillo era el foso que rodeaba la muralla. La función principal era no solo establecer una barrera para los invasores, sino prever “un amplio espacio donde no hubiera nada tras lo que se pudieran ocultar los ata-cantes”. Javier Vives Rego

Cuando el castillo se situaba en una llanura, los fosos se lle-naban con agua de los ríos cer-canos que podía alcanzar varios metros de profundidad. Pero cuando la construcción se hacía en la cima de una montaña el foso generalmente era seco. Los fosos secos son en realidad una defensa más fuerte que los fosos

con agua ya que en estos, un ata-cante podría esconderse, nadar a través y hasta saltar al foso si se encuentra la forma.

Según esta característi-ca los fosos con agua se lla-man Mizuhori y los fosos secos Karabori.

Fosos según su forma

Según la Guía de los Castillos Japoneses, los fosos se cons-truían de diferentes formas para dificultar el avance del ejército que intentara cruzarlo. Hay dos formas básicas:

Yagenbori: cuando el foso es cortado en forma de V. Esta for-ma no es muy práctica cuando el foso es muy amplio ya que obliga a cavar mucho y profundo para lograr dicha forma de “V”.

Hakobori: cuando la parte in-ferior es plana y extendida for-mando una especie de caja.

También hay variaciones de estos 2 tipos básicos: kenukibori con fondos redondeados en for-ma de “U” y katayagenbori con la “V” cargada hacia uno de los la-dos (Yagenbori unilateral).

Además de la forma que se daba a los fosos, se construían muros adicionales en el fondo de los mismos para dificultar más

La ilustración siguiente muestra una reconstrucción del Castillo Himeji en su época de mayor esplendor cuando tras sus murallas se levantaban innumerables edificaciones.1. Puerta principal. 2 Establos, 3. Sanomaru. 4. Nishinomaru. 5.Observatorio. 6. Ninomaru7. Shotenshu, 8.Tenshukaku. 9. Honmaru, 10. Puerta trasera

Los esquemas siguientes se

muestran las formas más comunes en las que se organizan los

castillos.

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el intento de cruzarlos. Se denomi-na Unebori cuando hay una sola fila de barreras a lo largo del foso y Shojibori cuando el sistema de ba-rreras es más elaborado.

Murallas (Maru)

Igual que la denominación que re-ciben las tres zonas en que se or-ganiza el castillo, se conocen por honmaru, la muralla más interior o principal, ninomaru la segunda muralla y sannomaru la tercera.

Las murallas se construían co-locando grandes piedras sobre los taludes de las zonas con el fin de confinarlas y estabilizarlas. Dependiendo de cómo se colocaban las piedras o cuán trabajadas esta-ban, varían los tipos de muros. Pero una característica que vale resaltar en todos ellos, es el perfil curvo ha-cia fuera que se daba a la parte más alta de la muralla para hacer más difícil su escalada. Este perfil curvo llamado Ogi-no-kobai (inclinación en forma de abanico) aportaba también mayor altura y esbeltez a los castillos.

Según la Guía de los Castillos Japoneses, dependiendo de cómo han sido acomodadas los muros se han clasificado en dos tipos: Ranzumi cuando se utilizaban

piedras de distintos tamaños sin un patrón y Nunozumi cuando se usaban aquellas de un tamaño si-milar, por lo que se alineaban a lo largo de la muralla.

Y dependiendo de lo trabajadas que estuviesen las piedras, las mu-rallas se clasifican en:

Nozurazumi, cuando se uti-lizaban piedras en su estado na-tural y no se les daba ningún tipo de forma. Estas murallas eran su-mamente débiles y no se podían construir de gran tamaño. Además podían ser escaladas con facilidad;

Uchikomihagi, cuando las pie-dras eran colocadas firmemente unas contra otras, y la cara era desbastada para hacerla plana. Los pequeños huecos resultantes eran tapados con pequeñas piedras.

Kirikomihagi, En este tipo, las piedras eran labradas de tal modo que encajaban perfectamente unas con otras, por lo que prácticamente no quedaban orificios.

Aspilleras y ladroneras

Los muros contaban con cuerpos voladizos y/o pequeños agujeros que se utilizaban para tareas de-fensivas, aunque también servían de ornamentación de la estructura.

Los agujeros, llamados aspille-

De izquierda a derecha y de arriba a abajo,

1. Honmaru tal como se ve desde la parte superior de Kochi-jo. Las paredes hacen un anillo alrededor de la torre del homenaje y se ve la yagura que protege el castillo.

2. Foso con agua del pequeño pero elegante castillo de Matsumoto. El agua llega hasta los pies de la torre.

3. En esta foto se aprecia el foso seco del Castillo Nagoya.

4 y 5. Castillo Yamanaka se aprecian ambos tipos de barreras.

6. Castillo Kumamoto se puede apreciar con claridad la inclinación y el perfil curvo de sus murallas.

7. Castillo Kofu.8. Castillo Kanazawa.

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INVESTIGACIÓN DOKKŌDŌ

ras, podían ser redondos, trian-gulares, cuadrados o rectangula-res según el arma a utilizar. Por ejemplo, los círculos, cuadrados o triángulos (teppo-zama) eran utilizados para disparar armas de fuego (mosquetes), mientras que los alargados y rectangula-res (ya-zama) se utilizaban para el disparo de flechas.

Por el lado interior del muro las aspilleras tenían unas di-mensiones más grandes que por el exterior. Esto permitía una mayor amplitud de barrido para el disparo y al mismo tiempo una mayor protección para el soldado que era difícil de ser al-canzado por alguna flecha a tra-vés del orificio exterior.

Corredores

Un elemento que aumentaba sustancialmente la seguridad del castillo lo constituía un in-trincado conjunto de corredores, pasillos y portones que había que superar para llegar al recinto principal.

Los corredores, flanqueados por murallas , estaban trazados de forma laberíntica para des-orientar al invasor y conducirlo a unos patios que se convertían en espacios sin retorno cuan-do se cerraban los portones por los que se accedían. Una vez ahí quedaban expuestos a las fle-chas y disparos de los soldados apostados tras las aspilleras de los muros.

Yagura

Los Yagura son pequeños edi-ficios tipo torre que servían de almacén (kura) de flechas (ya) y todo tipo de armas, alimentos y suministros. Según su ubicación estratégica, eran más que simple almacenes, pues servían de pla-taformas defensivas y torres de vigilancia en todo el castillo. La mayoría de las esquinas vulne-rables de un muro o de un patio tenían una yagura. En las fotos siguientes tomadas de la Guía de los Castillos Japoneses se pue-den apreciar diferentes tipos de yaguras.

Portones

Hay muchos tipos diferentes de puertas, pero la construcción bá-sica es la misma para todos. Dos columnas que sujetan las puer-tas y que están conectadas por un travesaño en la parte supe-rior. Por lo general, las columnas se apoyan en pilares levantados detrás de ellos para ayudar a prevenir que la puerta sea em-pujado hacia atrás.

A partir de esto, el diseño y construcción de la puerta se de-sarrolló de acuerdo con la posi-ción de la puerta, la función y las necesidades defensivas. A conti-nuación se muestran algunos ejemplos de puertas.

Tenshukaku (torreones)

El Tenshukaku es el torreón más grande que se ve en muchas fo-

Foto: Javier Vives Rego

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En página anterior,1. Castillo Maruoka

(nozurazumi)2. Castillo Edo

(uchikomihagi)3. Castillo de Osaka.4. Aspillera utilizada

para disparar armas de fuego.

En esta página, 6. Castillo Himeji,

se puede apreciar uno de los numerosos corredores que discurren entre altos muros y las aspilleras de defensa.

7. Castillo de Arato, se aprecia uno de los portones que interceptan esos pasillos y cierran los patios donde quedaban acorralados los atacantes después de haber avanzado a ciegas por los corredores.

7 y 8. Castillo Sakasai y Castillo Takane, yaguras tempranas.

9. Castillo Matsumoto, yagura de un nivel.

10‒13. Portones.

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INVESTIGACIÓN DOKKŌDŌ

tos de castillos. Se encuentra enclava-do en el Honmaru rodeada de una red laberíntica de fosos, muros, corredo-res y puertas.

El Tenshukaku no es el propio cas-tillo, sino una parte del mismo. De hecho, algunos castillos no tenían Torreón principal, en especial aque-llos construidos en tiempos pacíficos del período Edo cuando este edificio no era tan importante.

Para incrementar la seguridad del torreón en el basamento no existía ninguna ventana y su única abertu-ra era el portón de entrada que servía de acceso. La estructura de la torre se construía de madera con uno o dos pi-lares centrales que atravesaban todos su pisos y permitía trabar adecuada-mente todas las vigas para asegurar la estabilidad y flexibilidad suficiente ante los terremotos.

Dado que toda su estructura de la torre era de madera, para aumentar su resistencia frente al fuego, se re-vestía exteriormente con una especie de revoco.

Tipos de Torreones

Según la Guía de Castillos Japoneses, hay dos formas de clasificar el torreón principal. Una es en función de la es-tructura y la otra de acuerdo el estilo de la torre. Por la estructura se distin-guen los tipos, Borogata y Sotogata; y por el estilo los tipos, Fukugoshiki, Renketsushiki, Renritsushiki, Dokuritsushiki. Los esquemas de cada tipo contenidos en la Guía son una buena ayuda para visualizar los dife-rentes torreones.

Tipos según Estructura

Tipos según Estilo

Castillo Himeji, se pueden ver los dos pilares centrales que atraviesan sus siete plantas y permite que las vigas se arriostren formando una malla muy trabada y flexible. El castillo aparenta tener por fuera sólo cinco plantas debido al basamento sin ventanas.

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Es Arquitecto (1974) por la UC. de Santiago de Guayaquil (Ecuador). Fundador y Director de las revistas de arquitectura Habitex de Extremadura y Trazos de Ecuador.

Reside en Cáceres desde 1999. Practica Judo, Aikido y estudia Budo tra-dicional. Es Cinturón Negro 1º Dan en Judo por la Federación Ecuatoriana de Judo (1997); Cinturón Negro, 3º Dan en Aikido por la Aikikai Foundation —Aikido World Headquarters— Cinturón negro, 3º Dan e instructor de Aikido por la Asociación Española de Técnicos de Aikido, AETAIKI.

En el año 2011 funda la Asociación Centro de Arte, Budo y Comunicación y a través de la cual desarrolla la escuela “Aikido Cáceres“, en el interés de generar un espacio para promover y divulgar el estudio y práctica de las Artes Marciales en la ciudad y provincia.

En la actualidad profundiza sus estudios sobre Aikido y Budo Tradicional bajo las enseñanzas de Tetsutaka Sugawara sensei, Shihan, Menkyo Kyoshi Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu, uno de los más acreditados budokas de la actualidad.

Asimismo estudia y practica Budo Tradicional en el Kenshinkan Dojo de Badajoz bajo la Dirección de Pedro Martín González, Menkyo Kyoshi Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu (Sugawara Ha).

Imparte clases de Aikido en la Casa Municipal de Cultura “Rodríguez Moñino” de Cáceres y en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y Deporte de la Universidad de Extremadura, Campus Cáceres.

Bibliografía

∙ Pedro Martín González. Chjikujojutsu. Kenshinkan dojo Badajoz. 2013∙ Oscar Ratti y Adele Westbrook, Los Secretos de los Samurais. Alianza Editorial. ∙ Japanese Castles. Guide to Japanese Castle. http://www.jcastle.info ∙ Japón, Cultura y Arte (Cultura Nipón). Blog de Javier Vives Rego. http://culturanipon.blogspot.com.es/2014/07/

arquitectura-japonesa-el-castillo_1.html∙ Castillos Japoneses I: El Castillo Japonés. http://revistacultural.ecosdeasia.com/castillos-japoneses-i-el-castillo-japones/∙ Castillos japoneses II: Construcción y mantenimiento de los castillos. http://revistacultural.ecosdeasia.com/casti-

llos-japoneses-ii-construccion-y-mantenimiento-de-los-castillos/∙ La Mística de los Castillos japoneses / El Atractivo especial de los Castillos. Cultura Marcial. http://www.cultura-

marcial.com.ar/conociendo-japon/151-mistica-castillos-japoneses∙ Collcutt, Jansen y Kumakura. “Japón, el Imperio del Sol naciente”. Atlas Culturales del mundo. Círculo de Lectores.

1990.∙ Wikimedia Commons, Castillos japoneses: http://commons.wikimedia.org/w/index.php?title=Castle&uselang=es∙ Wikipedia Castillos Japoneses: http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_japon%C3%A9s

Fotografías

∙ http://www.jcastle.info.∙ Javier Vives Rego.∙ Pedro Martín González. Chjikujojutsu. Kenshinkan dojo Badajoz. 2013∙ Collcutt, Jansen y Kumakura. “Japón, el Imperio del Sol naciente”. Atlas Culturales del mundo. Círculo de Lectores.

Joaquín Bohórquez Sánchez

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GUILLERMO BALDERAS

aikido y la resolución de conflictos

KUZUSHI

CUANDO ALGUIEN ME PREGUNTA POR QUÉ ELEGÍ EL Aikido dentro de las artes marciales, o por qué practico un arte marcial…, hace que reflexione sobre esta pre-gunta y me lleva al origen de mi práctica.

En esencia el Aikido es una de las pocas artes mar-ciales que no incluye la competición en su práctica y gracias a ello conserva el fundamento de que cuando dos personas están practicando juntas o si se diese la situación, se están enfrentando lo hacen desde los pa-rámetros de un arte marcial, donde ninguno gana ni ninguno pierde, sino que el conflicto entre ambos llega a su fin.

Este fin es el que me atrajo de este arte marcial, pues el fundador indicaba que el objetivo último del Aikido es disuadir a tu adversario del ataque, conse-guir que la persona que intenta dañarte decida no realizarlo. Por supuesto, esto se puede conseguir de muchas maneras, pero la evolución del Aikido nos ha llevado a buscar los medios para que esto ocurra de una manera suave, relajada, y sin agresividad.

Estos elementos es los que dotan a un arte marcial, en mi modesta opinión, de verdadero poder, un arte marcial, o un artista marcial no es poderoso cuando consigue demostrar a los demás cuan fuerte y habi-lidoso es, sino más bien cuando no necesita hacerlo, y cuando consigue en los demás el efecto de que no necesiten que lo demuestre.

En la práctica diaria este es el objetivo que debemos perseguir, perfeccionar el uso de nuestro cuerpo para que esté fuerte y vigoroso, que no quiere decir muy musculado, sino sano y equilibrado, preparado para sacar su máximo de potencial en el momento que se precise, por esta razón no deberíamos de olvidarnos de trabajarlo, de estudiar como obtener los mejores resultados en nuestro entrenamiento para conseguir que nuestras condiciones físicas (fuerza, elasticidad, velocidad y resistencia) estén lo suficientemente de-sarrolladas para que nos permitan realizar aquello

que nos proponemos, y que esto se pueda ejecutar con suavidad, con relajación y sin el miedo que generará agresividad.

Por supuesto que no será el único elemento a mejo-rar, pues está claro que nuestras habilidades mentales deberán estar en consonancia con el resto. Elementos como la memoria, la retención, la concentración, la adaptabilidad y plasticidad cerebral deben de tenerse en cuenta, estos aspectos deben de estar en equilibrio entre sí y por supuesto en equilibrio con el resto.

Aunque normalmente todos estos elementos de la práctica suelen verse alterados por las alteraciones que solemos sufrir en nuestro entrenamiento diario, y que en la mayoría de los casos son producidos tanto a nivel físico como a nivel emocional. Precisamente el hecho de que no incluya la competición este arte marcial, debe llevarnos a reflexionar en que debemos suplir lo que la competición tiene de positivo con el es-tudio diario, pues cuando nos enfrentamos a alguien es cuando ponemos a prueba nuestras habilidades, descubrimos como reaccionamos en una situación que nos genera conflicto, y aprendemos a resolver si-tuaciones comprometidas para nosotros.

En numerosas ocasiones en la práctica diaria nos encontramos que el miedo al fracaso nos bloquea, el miedo a dañarnos o a que nos dañen, en otras la pro-pia valoración de aquellos que nos miran, compañe-ros, asistentes o nuestros propios maestros nos lleva a que se produzca un bloqueo en el equilibrio de nuestras acciones, y como consecuencia directa de nuestro Ki. Al tratarse de un arte marcial basado en el estudio y no en la competencia, elegimos aprender todo esto des-de el aprendizaje progresivo y no desde el aprendizaje forzado que da el combate en la competición, elegimos desarrollar desde el Amor y no desde el sufrimiento.

En el estudio diario cuando descubrimos que nues-tra habilidad técnica no es completamente eficiente en situaciones diferentes y para personas diferentes,

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la duda genera que nuestra determinación en la eje-cución se vea mermada, dando lugar a un inadecua-do flujo de Ki entre nuestro compañero y nosotros. El primer paso para cambiar todo esto será la toma de conciencia de que esto se está produciendo, loca-lizando los mecanismos que se activan en nosotros cuando esto u otra situación conflictiva para nuestra seguridad interna se produce. A partir de este mo-mento estaremos en disposición de encontrar una solución al problema planteado, de no ser así cada vez se volverá más fuerte en nuestro interior y tendrá un mayor efecto en nuestras acciones y decisiones.

Cuando esto sucede, o sea, cuando algún elemento externo nos altera, genera un cambio en nuestro es-tado interior, la pregunta que deberíamos hacernos en primer lugar es por qué, por qué ocurre, porque se activan esos mecanismos, por qué no se pueden controlar estos cambios, por qué se apoderan de mi y toma el mando de mis pensamientos y acciones.

Una vez localizado el porqué, nos encontramos con el cuándo, pues es importante localizar cuando comencé a generar esas reacciones, ya que esto nos descubrirá cual fue el origen donde cada uno inició la construcción de las estructuras mentales que lo sustentan. El preguntarnos cuándo no solo resolverá el origen sino que nos descubrirá en que otras situa-ciones o que otros momentos de nuestra vida estás reacciones se producen del mismo modo.

Descubierto todo ello nos tendríamos que poner manos a la obra para comenzar a generar cambios, en nuestras vidas y en nuestro entrenamiento, para que las estructuras mentales que sustentan nuestras reacciones poco a poco vayan perdiendo soporte, y los cambios en nuestras vidas nos lleven a generar

cambios en nuestra práctica, así como los cambios en nuestra práctica genera cambios en nuestras vidas.

Es por todo esto que cuando practicamos una dis-ciplina nos tenemos que plantear qué hacemos en ella, qué premisas sigue, qué parámetros la rigen, porque debemos de entender que si practicamos de una manera más o menos asidua la misma, genera-rá cambios en nuestras vidas en ese sentido.

En la práctica del Aikido aprendemos que cuando algo nos saca de nuestro centro, cuando algo altera nuestro equilibrio, lo primero que tenemos que ha-cer es no generar una resistencia al cambio. Cuando nos resistimos la energía que pretendía generar un cambio en nuestro estado impacta sobre nosotros y, o bien genera un daño o bien nos provoca un desequili-brio que nos resultará muy difícil de controlar.

Si al adaptarnos al cambio conseguimos que nuestro centro no salga y que nuestro equilibrio permanezca, hemos conseguido neutralizar el efec-to de aquello que pretendía alterarnos, pero si esto no ocurre, la práctica del Aikido nos enseña que no pasa nada, que el siguiente paso es buscar que este desequilibrio sea lo más controlado posible, que in-tentemos no perder el control de nosotros mismos, y que busquemos la forma de recuperar este equilibrio perdido lo más pronto posible.

Otro elemento que nos enseña nuestra práctica es que jamás debemos abandonarnos a nosotros mis-mos, no debemos intentar invadir el espacio de otros y por supuesto no permitir que los demás invadan el nuestro. Descubrimos a lo largo de las horas de en-trenamiento que la mejor manera de cambiar algo en los demás es generar cambios en nosotros mismos y que por las leyes de la naturaleza estos cambios mo-dificarán el estado del otro, pero nunca debe de ser nuestra intención, nuestra pretensión debería ser no dejarnos invadir y si otro intenta modificar nuestro estado, realizar las modificaciones que se necesiten para que el cambio que produzca sea lo más armóni-co y equilibrado posible.

Cuando se habla de Aikido solemos asociarlo a la idea de “usar la fuerza del otro en su contra”, y esto también nos lo enseña la práctica de este arte mar-cial, aunque yo puntualizaría que más que usar la fuerza del otro en su contra, es usar la fuerza del otro en sentido de retorno hacia él, así que a mayor inten-to de cambiar nuestro estado, mayor cambio sufrirá en el suyo.

En realidad nosotros solo nos convertimos en ins-trumentos para canalizar la energía que nos llega, en el intento de evitar que esta energía modifique nues-tra situación, o aceptar que lo haga con el máximo de garantías para que no nos dañe.

En la práctica del Aikido aprendemos que cuando algo nos saca de nuestro centro, cuando algo altera nuestro equilibrio, lo primero que tenemos que hacer es no generar una resistencia al cambio.

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| LAS CRÓNICAS DE HENRY PLÉE |

Publicado en la Revista Karate-Bushido Noviembre 1990

UNA CABEZA BIEN

FORMADA

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c ada hombre cree y estima for-mar parte de la forma de vida más evolucionada sobre la Tierra. Lo que es posible, incluso pro-

bable, en un sentido “globalmente positivo”. Entendiendo esto desde un punto de vista mental, puesto que en lo que concierne a su acción real sobre nuestro planeta, e incluso en el espacio (con más de 4000 “objetos” lanzados fuera del planeta), el hombre se sitúa entre los más contaminadores, es el mayor invasor te-rrestre, e incluso el mayor depredador...

Estas líneas de introducción se toma-rán, probablemente, como reflexiones ecolo-filosóficas. En cambio, como todo en estas crónicas, concierne directamente al Karate Marcial. Al Karate Marcial verdadero que nos despierta hacia la vida, hacia la objetividad. Así, cada hombre cree legítimamente “pen-sar” con un cerebro, el suyo. Mientras que a menudo, no es más que un ordenador medio-cre en el cual se han introducido programas (educación, instrucción, condicionamientos) De hecho, piensa con el cerebro de los otros y muy raramente con el suyo propio.

Hablemos del cerebro. Nuestro cerebro es, a menudo, y al menos por el momento, más eficaz que un ordenador... pero tiene algunos fallos, olvidos en la memoria, y se fastidia a veces por culpa de la emotividad. Lo que no le pasa al ordenador. Sin emociones, sin va-nidad, sin envidia... esto sería lo ideal para obtener una máxima eficacia. De hecho, ese es el ideal que busca el budismo a través del “desprendimiento”. Un ideal un poco triste a primera vista. Pero los budistas “iluminados” prueban lo contrario con su alegría de vivir.

Los investigadores dicen, me gusta recor-darlo porque puede abrir algún ojo que otro, que el único momento en que pensamos realmente seria aquel en el que dudamos, buscando “la Verdad”. Si las cosas fueran así, funcionaríamos bastante bien, pero no es el caso. Puesto que no es uno, sino TRES cerebros superpuestos los que poseemos. Y, según el

cerebro utilizado (visto de una forma simpli-ficada), nuestras acciones y comportamientos son muy diferentes.

Este conocimiento es importante para el Karate, sea deportivo, budo o marcial. En las explicaciones sobre el Karate y sus as-pectos mentales, se escucha y se lee, muy a menudo, “unión cuerpo-espíritu”, “percep-ción intuitiva”, “acción automática”, “reflejo espontáneo”, “instinto”, “agresividad”, “men-tal”, “espíritu”, etc. Es raro que se comprenda claramente lo que realmente entendemos con todo esto. Incluso aquellos que tienen nocio-nes avanzadas en anatomía y fisiología, como los médicos, numerosos en Karate, olvidan sus conocimientos. Como si el Karate y las otras “artes marciales” estuvieran más allá de las leyes naturales y animales. Un ejem-plo, se habla de cuerpo y espíritu como si los dos elementos estuvieran separados. La unión cuerpo-espíritu es una imagen reciente, que data de Descartes (s. XVII). Han hecho falta más de 3000 años para que se admita que el centro motor de la actividad humana era el cerebro....y no el corazón. La unión cuerpo-espíritu no es una realidad, no hay que bus-carla: ya existe. Afortunadamente. Es otra cosa lo que perturba y da la sensación de que esa unión no existe. Que uno no “se encuen-tra bien”. La prueba está en que en algunos momentos privilegiados, esto se manifiesta. Pero no sabemos “disfrutarlos”. Y la sensación desaparece. Es lo que se llama “volver a caer en el sueño”.

Otro ejemplo: se habla de “espíritu”, de “mental, del “pensamiento”, del “alma”... como si estas palabras significaran lo mismo y como si el cerebro no existiera. Por lo menos los intelectuales admiten el “rol” del cerebro pero, aquí está el punto, “el cerebro contiene tres cerebros”, superpuestos.

Además, como si las cosas no fueran lo suficientemente complicadas así, estos cere-bros están separados en dos hemisferios, con papeles muy diferentes, y que accionan cada

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uno de ellos una parte diferente del cuerpo. Se olvida muy a menudo el papel de los dos hemisferios en las defensas o en los encade-namientos de ataque, o incluso en la posición de la cabeza (cuando miramos hacia un lado). Cuando estáis en guardia y no tenéis la ca-beza y los ojos al frente, estáis privilegiando a uno de los dos hemisferios... debilitando un lado de vuestro cerebro, y por lo tanto de vuestro cuerpo. Pocos practicantes han consi-derado que el hemisferio izquierdo de su cere-bro es el centro de la “reflexión” (y de la palabra, entre otras cosas) y ac-ciona el lado dere-cho de su cuerpo... Y que, por supues-to, su hemisferio derecho, que no habla pero que es “espacial”, artista (entre otros), ac-ciona el lado iz-quierdo del cuerpo. Es el más impor-tante en Karate, deportes, danza, etc.

El hombre occidental y su educación, en la que prevalece el hemisferio izquierdo, desarrolla muy poco el derecho por norma general. En Japón, debido a su educación, por ejemplo con los pictogramas, el cerebro izquierdo se desarrollaría más que en los Occidentales. Son los científicos japoneses los que lo dicen, pero es evidente. La noción de hemisferio dominante es muy importante en el arte marcial, aunque solo sea para ponerse en guardia, mirar, bloquear y atacar. Es por lo que la enseñanza tradicional de las postu-ras en Karate, y notablemente en Kihon, tiene cuenta de estas particularidades del cerebro... olvidadas en Kumite.

No sé muy bien cómo hablaros del cere-bro y del sistema nervioso en pocas líneas. Y es algo tan importante para vuestra progre-

sión que tenia que hacerlo algún día. De todas formas, y sin perder de vista la aplicación a vuestro Karate, podéis profundizar en este tema con numerosos libros especializados, que abundan... a pesar de que aún no esté demasiado claro, científicamente hablando. Dentro de 1000 años pareceremos, segura-mente, tan ridículos como en la época (hace solamente 200 años) donde lo esencial de las curas médicas se efectuaba a través de lava-tivas y sangrías.

Sea dicho de paso, es una lo-cura ver como los científicos (y los “graduados” en Karate) pue-den escribir, con autoridad, sobre aquello que aún no han consegui-do definir clara-mente. Como dice Lao-Tseu: “aquel que sabe no ha-bla, aquel que no

sabe habla mucho”, primera versión, puesto que, de hecho, habría dicho algo parecido a: “solo aquellos que no saben hablan y ense-ñan”. Duro, duro. Por lo menos, desconfiad, puesto que desconfiar es realmente “pensar”.

Cuando entramos un poco en el funciona-miento del cuerpo humano, nos quedamos admirados y perplejos. ¿Cómo ha podido todo esto convertirse en algo tan complejo y re-finado? Así, como un breve recuerdo, como todo aquello que vive, estamos totalmente compuestos de células. Cada una tiene una vida autónoma. Especializada. Cada una tie-ne todo lo necesario (cromosomas y genes) para “hacer” un hombre. Es por lo que algu-nos se hacen congelar a su muerte, esperando que un día se encontrará la forma de crear un clon (un doble de ellos) con una de sus cé-lulas, o que se habrá encontrado la forma de

La noción de hemisferio dominante es muy importante en el arte

marcial, aunque solo sea para ponerse en guardia, mirar,

bloquear y atacar. Es por lo que la enseñanza tradicional de las

posturas en Karate, y notablemente en Kihon, tiene cuenta de estas particularidades del cerebro...

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reanimarlos y de curar la causa de su muerte. Cada célula es importante. De hecho, una

sola de ellas puede llevar a la muerte al con-junto (cáncer). Estas células se agrupan para formar nuestros músculos, nuestros órganos, nuestros huesos, nuestra sangre, etc. Ellas se ayudan las unas a las otras, como una colo-nia. Cada una de ellas posee una memoria. Para nuestro naci-miento, por ejem-plo, cada una de ellas ha sido pro-gramada para re-novarse un cierto número de veces, 50 veces de me-dia. Trasplantada entre otras células más jóvenes ella “recordará” cuan-tas veces más va a regenerarse. Lo que hace que el reciente y polémico descubrimiento de la “memoria del agua” (de las moléculas del agua) no parezca imposible.

Todo tendría una memoria, incluidos los minerales. Y caemos así dentro del animis-mo, viejo con más de varias decenas de mi-les de años, que cree en la existencia de una fuerza vital e intelectual (espíritu) en “todo” lo que existe. Los “kami” del Japón no son “dioses” sino “espíritus”: el Fujiyama tiene su “kami”... como cada japonés y cada una de sus células. Esta colectividad de las célu-las funciona con el sistema nervioso, cuyo puesto de control principal se encuentra en el cráneo. Está compuesto de neuronas (otra forma de célula), ellas también autónomas. Son como pequeñas estrellas de mar, con un cuerpo (soma, donde se encuentra el núcleo) y numerosos brazos (las dendritas o axo-nes). Cada neurona tiene sus propias fábricas químicas y eléctricas. Sus miles de “brazos” o ramificaciones están en relación con los “brazos” de otras células para transmitir los mensajes. Parece una locura, pero los contac-tos en cuestión no están “soldados”. Sólo se

rozan. Una corriente en la célula desencade-na una estimulación que provoca una descar-ga de productos químicos (hay una centena de substancias, los “neurotransmisores”) que provocan una corriente eléctrica en las célu-las vecinas que, ellas también, descargan una sustancia química, etc. A cada descarga de sustancia química la célula se vuelve cargar

de “neurotransmiso-res” (en el extremo de sus miles de “brazos”) y se vuelve a enviar otro producto químico que anula todo (todo esto visto de forma muy simple). Las dro-gas aumentan la des-carga e impiden que el neurotransmisor sea activado o anula-

do... resultado: no se puede dormir (cafeína), se está muy excitado (cocaína), no se siente nada (morfina)...

El cerebro es todavía más impresionante. ¿Cómo diablos (si podemos expresarlo así) esa masa gelatinosa, poco presentable, puede orquestar nuestras acciones, nuestros pensa-mientos más elevados y más nobles? Es por no plantearnos el problema de que, hasta ahora, esquivábamos nuestra ignorancia di-vidiendo el problema en dos. Por un lado el cuerpo, la estructura bien tangible de los ór-ganos, la química de las células, todo lo que se diseca y analiza. Y por otro lado, el espí-ritu, las cosas del alma, los misterios de la abstracción, terreno de los filósofos y de los psicólogos.

Ahora sabemos que todo forma parte de un todo, y que lo esencial del centro de la acti-vidad humana es el cerebro. Él memoriza y programa. Mejor aún, puede programarse a sí mismo, lo que aún no puede hacer un or-denador. Como cada neurona o grupo de neu-ronas memoriza y transmite el mensaje a las vecinas, nos deja perplejos de admiración. Incluso nos preguntamos si el cerebro (el del

Es por lo que durante el entrenamiento, cuando empieza a doler, hay que “entrar” en el

dolor, […] El cuerpo permanecerá calmado durante dos o

tres días, el espíritu también (y además lúcido).

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sabio y el nuestro) es capaz de comprenderse a sí mismo. En cierta medida, como con las “drogas” que duermen o vuelven locas a las neuronas, a través de ciertos “trucos” natu-rales (mentales, físicos, respiratorios, etc.) se puede influir en esas descargas. Luego enton-ces, sobre los músculos, los órganos e inclu-so sobre el espíritu. Daos cuenta, el espíritu modificaría el espíritu y también el cuerpo. Es lo que se denomina “modificación de la consciencia”. Incluso se publicó un libro ame-ricano, en los años 70, explicando “100 formas de modificar la consciencia sin drogas”, con medios naturales (la concentración, la me-ditación, el orgasmo y 97 “trucos” similares).

Volviendo a las neuronas, cuando tem-blamos o tenemos algún tic nervioso... es a causa de ellas y en general por culpa nuestra (fatiga, stress, alcohol, etc). Cuando corremos y empezamos a tener calambres (o dolor en el costado) y bruscamente ya no sentimos nada, pudiendo correr mucho más tiempo... es sim-plemente un proceso químico por el que se activa una “anestesia”, la endorfina o ando-morfina, que suprime el dolor.

Es por lo que durante el entrenamiento, cuando empieza a doler, hay que “entrar” en el dolor, ir más allá... para que se produzca esa activación. El cuerpo permanecerá calma-do durante dos o tres días, el espíritu también (y además lúcido) puesto que todo es un todo. Esta es la razón por la que los monjes Shaolin, dicen, se entrenaban 4h por la mañana y 4h por la tarde, cada día... domingos incluidos. Actúa como una especie de droga, (algunos hacen jogging... aumentando la distancia poco a poco, necesitan “droga” y “falta” algo cuando paran más de una semana). Los ka-ratekas que se entrenan con seriedad, como debe ser, sienten la misma “falta” cuando pa-ran, como todos los drogadictos. Por lo tanto, hay que intentar no parar nunca.

He aquí, en resumen, lo que se refiere a las neuronas y células en general. Pero hay que puntualizar, antes de pasar al cerebro, que todas las células mueren y se renuevan un

número limitado de veces, una cincuentena como ya he dicho antes, pero con imperfec-ciones. Coged un documento y fotocopiadlo, luego fotocopiad la fotocopia, y así unas 50 veces... al final no quedará gran cosa del ori-ginal. De esta manera nos llega la vejez y la muerte. Las neuronas se renuevan igualmen-te, excepto las del cerebro. Afortunadamente hay más de las que necesitamos, alrededor de 1’5 kg. Tenemos un cerebro enorme, prác-ticamente inutilizado (usamos un 10% como mucho), y como se dice que “la función crea al órgano”, en este caso sería lo contrario. ¿Qué hicieron nuestros antepasados, “geniales”, con este enorme cerebro que nos ha queda-do?...

¿Qué importa?, lo que ahora cuenta es que incluso perdiendo nuestras neuronas sin cesar (25% de nuestro cerebro habrá des-aparecido a la edad de 50 años), quedará lo suficiente como para seguir siendo tan eficaz siendo viejo como lo éramos en la juventud. Si hacemos lo necesario (actividad física e in-telectual).

O no quedará mucho si hacemos lo que no deberíamos (mala dietética, alcohol, drogas, vida descuidada... o golpes en la cabeza), des-truyendo o despertando, si no tenemos suer-te, una de las 1000 enfermedades genéticas conocidas hoy en día. ¿Habéis visto en lo que se ha convertido el más bello campeón de to-dos los tiempos, Mohamed Ali (Classius Clay), con la boca pastosa, arrastrando los pies a los 40 años? 80 años a la edad de 40 años, se pa-gan muy caros algunos años de Boxeo. Y ade-más, recibió relativamente pocos golpes en relación a los que dio.

Apreciad el valor del Karate que enseña el combate sin los golpes (el “control” no es una estupidez). El encéfalo, en nuestra cabeza, contiene “cerebro”, cerebelo y bulbo raquídeo. ¿Con qué hacemos Karate? ¿Podríamos pen-sar que “automáticamente”? ¿Tenemos refle-jos? ¿Actuamos voluntariamente? Merece la pena reflexionar sobre todo esto. Y hablare-mos de ello en la próxima crónica.

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los yakusoku kumite de la matsubayashi shorin ryu. sexta parteCon las indicaciones orales de Shigehide Akamine Sensei.fotos: Julietta Prado

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shin gi tai

En esta serie de artículos, hemos intentado plasmar la riqueza táctica y estratégica de la escuela de de Karatedo Matsubayashi Shorin Ryu, uno de los máximos exponentes de lo que se ha considerado como es-cuela heredera de Tomari y receptora de múltiples influencias, como el Ryukyu Kenpo de Choki “Saru” Motobu. Hemos de advertir que, al igual que otros manifestaciones de Budo, lo aparente esconde mucho más de lo que se puede ver, y entrenar nuestra mirada, nuestro “saber mirar” y experimentar una técnica o un Kata, da pie para poder aprovechar

todo lo que de por sí tiene que ofrecernos el Karate. Hemos sido fieles a los breves comentarios en boca del propio Shigehide Akamine Sensei durante una práctica formal y diaria. Centrados en fotografiar las se-cuencias (sin fotos fijas, intentando captar la tensión y la relajación, los cambios de ritmo, la disposición de manos y pies en el “momento real”) y escuchar atentamente las aclaraciones de Akamine Sensei no hemos intentado ir “más allá” de lo visto y escuchado para no poner nada de nuestra cosecha. Es el lector, seguramente conocedor de los Yakusoku Kumite de la Matsubayashi Shorin Ryu, ya sea a través de libros, vídeos o la práctica con un Sensei cualificado quien deba sacar todo el jugo a lo visto.

Para terminar, pues, esta serie, ofrecemos la última estrategia plan-teada en los Yakusoku Kumite. La idea es bien simple, se trata de fingir

La idea es bien simple, se trata de fingir una apertura en la guardia propia para

incitar al adversario a golpearnos

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dokkōdō dic/ene

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una apertura en la guardia propia para incitar al adversario a golpear-nos por donde nosotros queremos. Evidentemente, la defensa está pla-nificada hasta cierto punto, por lo que propiciamos que el contrario caiga en la red que hemos creado para “cazarlo”.

La idea es simple pero efectiva. Al ver la secuencia podemos pensar que lo que hay que hacer es simplemente abrir la guardia y “decirle” al adversario que nos golpee. Esta idea es simplista y poco cercana al espí-ritu de los Yakusoku Kumite. En el fondo, la “apertura” que simulamos en nuestra guardia puede ser más sutil e incluso psicológica. Tal vez no sea necesario hacer un gesto “teatral”, tenemos un abanico amplio de movimientos con las manos, torso o pies donde podemos simular que estamos desprotegidos.

Es bien sabido que una de las grandes preguntas y problemas que plantea cualquier arte marcial de “golpeo” es “saber” con qué mano o pie va a iniciar su ataque el oponente, sobre todo si nuestra idea es defendernos y no anticiparnos. Para ello, cada Budo aporta sus solu-ciones, por ejemplo, se intercepta el ataque antes de que se desarro-lle, los bloqueos tienen una fase previa que “chequean” el ataque antes

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dokkōdō dic/ene

de desviarlo o la defensa y el ataque se hace simultáneamente. Estos problemas también ocurren en la lucha con armas, sobre todo armas blancas, donde el margen de error es nulo. Es por ello que muchas es-cuelas de Kenjutsu tienen dentro de su contenido distintos Kamae don-de se establecen varias estrategias de combate. Encontramos así guar-dias neutras donde estamos protegidos ante cualquier ataque, guardias agresivas donde “avisamos” de que estamos dispuestos a atacar con todo y prevenimos al oponente de no atacar, y también guardias defen-sivas donde exponemos “una debilidad”. Este último Yakusoku Kumite tal vez se acerque a lo antes mencionado.

Con este artículo se cierra esta serie. Agradecemos de corazón a Shigehide Akamine Sensei, por su paciencia, simpatía y amabilidad en el trato. Agradecemos a sus alumnos su participación en la sesión fotográfica y en la buena disposición para encontrar la mejor imagen. Invitamos a todo estudioso del Karate tradicional que profundice en los Yakusoku Kumite de la Matsubayashi Shorin Ryu, pozo inagotable de enseñanza en las más profundas raíces del arte marcial de Okinawa.

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sable japonésEl

A

introducción

Autor: Robert Rodríguez Edición: Alfonso Estrada

ntes de ir más allá en el estudio detallado de las hojas japonesas y de sus acabados, creo

que no está de más recordar algunas generalida-des. Hoy en día, tenemos la ventaja de tener acce-so a una documentación cada vez más abundante, precisa y autorizada que cambia de arriba abajo los “Manuales de ideas preconcebidas” que fueron, al menos en este terreno en particular, los tratados de principios del siglo pasado... El sable fue considerado desde siempre por los japoneses, antes que una mera arma blanca, un objeto sagrado, la materialización del código de honor del samurai.

Fue compañero en todo momento, a la vez sím-bolo y garante del guerrero, objeto de cuidados por parte de su poseedor y respetado como él mismo. Podríamos extendernos sin límite sobre este aspecto del sable japonés, pero nos centraremos directamen-te en el estudio del sable tradicional que se mantuvo casi sin cambios, aparte de algunas variaciones en los detalles, durante diez siglos.

La historia conocida del sable japonés comienza con los primeros sables que han llegado hasta no-sotros: aquellos que se conservan en el Shosoin de la ciudad de Nara, podemos darnos cuenta que los elementos que constituyen los trazos característicos del sable japonés ya se encuentran presentes. Se tra-ta de una hoja y su Nakago (espiga), presencia de Yasurime (trazos de lima) y Mekugi Ana (agujero para el pasador de fijación).

Los forjadores japoneses de todos los tiempos y lugares se enfrentaron con los mismos problemas: producir una hoja con un filo muy duro, sin que por ello se rompiera. Resolvieron el problema forjando hojas con una estructura compuesta, incorporando un acero muy duro para el filo, dentro de una hoja de composición más o menos compleja, según las épocas, las escuelas y el tipo de las hojas (sable lar-go, sable corto, puñal). Paralelamente a este procedi-miento de forja, desarrollaron un procedimiento de

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Trabajando con el mineral, grabado xilográfico.

CRÓNICA HISTÓRICA

templado específico: recubrien-do la hoja con un emplasto de arcilla antes de calentar, y re-duciéndolo a voluntad a lo largo del filo, obtenían un templado durísimo para el acero del mis-mo, al tiempo que conseguían un temple mucho más suave para el resto de la hoja. Las hojas pueden ser Katana (sable largo, más de 60 cms.) o Wakizashi (sable corto, de 30 a 60 cms.) algunas en Shinogi Zukuri (fa-bricadas con una arista longi-tudinal) con Yokote (arista per-pendicular al filo delimitando la punta) y Boshi (templado en la punta). Están parcialmen-te templadas gracias al uso del método de la arcilla o Tsuchi Dori. El Hamon (línea de tem-

plado) es recta (Suguha), del tipo Kochoji-Midare (pequeños cla-vos de especia desordenados) en Nioi (martensita fina), o inclu-so, del tipo Hitatsura (templado irregular) en martensita gruesa.

Las hojas están forjadas con diferentes aceros, de manera que la hoja es compuesta y el Hada (piel o textura del acero) es a veces del tipo Itame, aunque lo más corriente, es que sean del tipo Masame (como encontra-remos más tarde en la tradición de las hojas estilo Yamato). Se encuentran numerosas estruc-turas de Nie tales como Chikei, Utsuri, Ji-Nie, Jifu, Shirake, y de estructuras del acero como Sumi-Hada, Namazu-Hada...

Una vez enunciados todos

estos elementos constitutivos del sable japonés, nos podemos preguntar, si no existían o, si no habían sido importados, ya des-de el VII o VIII siglo. Esta conti-nuidad en la técnica, ese gusto por el perfeccionamiento no hu-biera podido suceder si, las ho-jas fabricadas, no hubieran sido suficientemente legibles. Solo a través de un pulido profundo, llevado a un extremo muy refi-nado, se puede poner al desnudo el acero suficientemente, para que se pueda apreciar los deta-lles de la forja. No parece pues presuntuoso pensar que, el pu-lido de los sables, haya podido existir desde el periodo Nara (710-784).

La primera fuente iconográfi-ca que conocemos es una pintu-ra de la era Koan (1278-1311) con-servada en el templo de Tenjin, que representa el gobernador de Satsuma admirando una hoja de sable. La expresión de este embelesado dignatario, con-templativo delante la hoja de su sable, no deja lugar a dudas. Contempla un objeto de arte que no puede apreciarse si el acero y el temple no son visibles. Se puede notar igualmente que no toca la hoja y evita el contacto directo, utilizando la manga de su vestido. Es impensable que, los forjadores no hayan, desde las épocas más antiguas, busca-do constatar el resultado de su trabajo. La técnica de pulido, si nos referimos a hojas antiguas no repulidas recientemente, muestra aristas vivas, ángulos bien dominados, que no pueden ser el resultado de un método evolucionado incluyendo todas las fases del Ji-Togi (puesta a punto).

El Shiage (acabado) era difícil de dominar en los tiempos anti-guos, aunque es posible formu-lar algunas hipótesis. Así, pode-mos imaginarnos que, el orgullo de los artesanos y el comercio de los sables, hayan empujado a al-gunos a especializarse en el pu-lido, para hacer más atractivos, más bellos y más comerciales las hojas de sus sables.

Volviendo a la historia del sa-ble, podemos dividirla general-mente en tres grandes periodos:

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Detalle de templado de

Sable Japonés.

El primero: el periodo Koto “sable antiguo” comienza en el VIII siglo y dura hasta el fin del siglo XVI.

El segundo: llamado Shinto “nuevo sable” del siglo XVII has-ta mediados del siglo XVIII.

La tercera: el periodo Shin-Shinto “nuevo-nuevo sable o sa-ble moderno” de mitad siglo XVII hasta 1868

A continuación de estos tres periodos importantes, siguió el periodo Showa To o Gendai To, que va del 1868 hasta nuestros días.

PERÍODO KOTO (794-1596)

Es durante el periodo Heian (794-1185) que aparece la hoja ja-ponesa tal como la conocemos, curvada y con un solo filo. Se está de acuerdo en señalar que la primera de las cinco tradicio-nes Koto apareció en la región de Yamato, seguida bien pronto por las de Yamashiro y de Bizen. Los sables de esa época reflejan el carácter refinado y esteta de la corte imperial de Kyoto, bajo la influencia de los Fujiwara. Son hojas de una extrema ele-gancia, muy esbeltas y finas, de una curvatura pronunciada muy grácil, con puntas bastan-te cortas en general: más bien hechas para el placer de los ojos que no para el campo de batalla.

PERÍODO KAMAKURA (1185-1335)

Durante este período, en el que el poder pasó a manos de los mili-tares, en un ambiente austero y marcial que tuvo una influencia innegable sobre los forjadores y sus productos. En ese período se vivió las dos tentativas de inva-sión mongolas. Es a principios de este periodo que se origina la escuela Sagami.

Los sables de este periodo tie-nen una apariencia más poten-te: las hojas son más amplias, las puntas más largas, más efi-caces contra las armaduras de metal y de cuero cocido de los mongoles.

PERIODO YOSHINO (1335-1392)

Periodo al que también se le co-noce por “Nambokucho Jidai” (Corte del Norte y el Sur)

Los combates son incesan-tes y la demanda creciente de sables lleva, de una forma ge-neralizada, a una ligera bajada de la calidad de los mismos. Es en este periodo cuando nace la última de las 5 escuelas Koto: la escuela Mino.

PERIODO MUROMACHI (1392-1598)

Periodo en el cual, el Japón va a ser presa de una guerra ci-vil incesante; periodo llamado Sengoku Jidai o tiempo del país en guerra. Como puede esperar-se, un periodo tan fértil en com-bates, favoreció el desarrollo de la actividad de los forjadores. No obstante, hay relativamente pocas escuelas que produzcan hojas comparables a las del pe-riodo precedente y la demanda

incesante fue la causa de una fabricación más apresurada, por los que se los denomina “Kazu Uchi Mono” producido en serie y sin gran calidad. Sin embargo, los pedidos especiales de parti-culares contribuyeron a conser-var las escuelas y la superviven-cia de las técnicas.

El aspecto del sable de este periodo sufrió algunas modifi-caciones bastante destacadas. La caballería sucumbía dema-siado rápidamente al ritmo de los combates como para ser re-novada. Así las tácticas cambia-ron y se pasó a combatir a pie. El “Tachi” que se llevaba suspen-dido y a caballo, era muy incó-modo para un combatiente que tenía que correr y luchar a pie.

El Katana hizo pues su apa-rición, colocado en la cintura, solidario con el cuerpo de de su poseedor, siempre al alcance de la mano y no entre las piernas. Pero este modo de porte prohi-bía las hojas tan largas como las de Kamakura, difíciles de

LOS FORJADORES JAPONESES DE TODOS LOS TIEMPOS Y LUGARES SE ENFRENTARON CON LOS MISMOS

PROBLEMAS: PRODUCIR UNA HOJA CON UN FILO MUY DURO, SIN QUE POR ELLO

SE ROMPIERA

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desenvainar. Se asiste pues a un acortamiento prácticamente ge-neral de las hojas de los sables grandes, y a la aparición del sa-ble pequeño (Wakizashi) apare-jado con la Katana e inseparable compañero del Samurai. No obs-tante, el Wakizashi, que tiene la hoja con la misma sección que la del Katana (Shinogi Zukuri), no aparece, casi apenas antes del siglo XV.

PERIODO SHINTO y SHIN SHINTO, PERIODO EDO(1596-1868)

Aunque el periodo Edo no empie-za realmente hasta el siglo XVII, la era Keicho se considera como el límite entre los periodos Koto y Shinto.

En efecto, las reformas im-puestas por el Shogun Tokugawa Iyeyasu, poniendo en marcha su sistema feudal y centralizando el poder militar, tuvieron por efec-to el cambiar completamente la implantación de los Daimyos y de sus forjadores desde 1596.

La identificación de una hoja con respecto a una escuela de forjado o de templado se vuelve extremadamente difícil

Por otra parte, los forjadores ya no refinan ellos mismos su metal, si no que se abastecen de un depósito centralizado de mi-neral. Utilizan también hierro importado (Namban Tetsu).

Las cinco antiguas escuelas son alteradas y todos estos facto-res hacen que los sables Shinto,

corrientemente de grano fino con grandes templados y de Ara Nie (basto), sean frecuentemen-te más quebradizos, demasiado duros, con cualidades mecánicas menores. No obstante, y como es común en cada nueva era, esta fue saludada por un fantástico impulso de investigaciones y creatividad.

En Kyoto, Ichijo Horikawa Kunihiro y Umetada Myoju, reu-nieron alrededor suyo gran nú-mero de forjadores de talento,

lo mismo que Noda Hankei en Tokyo. Tiempo después, Osaka vio nacer grandes maestros, como Tsuda Sukehiro, Inoue Shinkai (el famoso Masamune de Osaka) y otros. No obstante, con la paz permanente de este periodo, el sable se sofistica cada vez más y, durante el siglo XVIII, se convierte en un objeto de lujo, con templados exuberantes y monturas refinadas en exceso.

Se debe a Kawabe Suishinshi

Masahide, una vuelta a los va-lores tradicionales a los ojos de los forjadores, y una re-adopción de los valores ancestrales. Fue seguido por numerosos notables forjadores, tales como Naotane y Masayoshi. Estos artesanos, se inspiraron principalmente en las escuelas de Sagami y Bizen. Hay que hacer notar que los modelos elegidos, eran frecuen-temente hojas que habían sido acortadas en el siglo XV, como hemos dicho antes, de lo que re-

sulta un cierto desequilibrio en la estética de éstas .

Con la revuelta del Clan Satsuma y la restauración del emperador Meiji tuvieron lugar los últimos combates tradicio-nales. La prohibición de llevar los sables acabó con las últimas forjas. Solo algunos artistas ais-lados continuaron practicando su arte, como Gassan Sada-Kazu.

Se denominan Showa-To a los sables producidos masi-

Sable japonés Gunto, periodo Showa. En la página siguiente, sables de los periodos Heian a Kamakura, se observa la evolución de la espiga y la curvatura.

CRÓNICA HISTÓRICA

SOLO A TRAVÉS DE UN PULIDO PROFUNDO, LLEVADO A UN EXTREMO MUY REFINADO, SE PUEDE PONER AL

DESNUDO EL ACERO SUFICIENTEMENTE, PARA QUE SE PUEDA APRECIAR LOS

DETALLES DE LA FORJA

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vamente para el ejército has-ta la última Guerra Mundial. Paralelamente, fueron produ-cidos según las antiguas tra-diciones excelentes hojas, que fueron ajustadas en monturas

reglamentarias (militares). Son los Gendai-To Se les puede en-contrar en todos cuerpos de los ejércitos de tierra, mar y aire

En resumen, como hemos visto en esta breve introducción del estudio de las hojas japone-sas, su evolución sigue de cerca los periplos de la historia y los cambios en las tácticas y técni-cas. Tengamos bien presentes en nuestra memoria los diferen-tes periodos:

KOTO:De la era HEIAN a principios

de la era KAMAKURA (S. X a prin-cipios del S. XIII)

Mediados de la era KAMAKURA (S.XIII)

Finales de la era KAMAKURA (finales del S. XIII, principios del S.XIV)

Era NAMBOKUCHO (S. XIV)Principios de la era

MUROMACHI (Finales del siglo XIV a finales del siglo XV)

Fin de la era MUROMACHI (S.XVI)

SHINTO:Era MOMOYAMA (finales del

S. XVI, principios del S. XVII)Principios de la era EDO (se-

gunda mitad del siglo XVII)Mediados de la era EDO (fina-

les del siglo XVII a finales del S. XVIII)

SHIN-SHINTO:Finales de la era EDO (finales

del S.XVIII a finales del S. XIX)GENDAÏ-TO:Finales del S. XIX hasta nues-

tros dias.Cuando nos encontrados una

hoja cualquiera, lo que es inme-diatamente perceptible para el observador es su forma.

No dejaremos de insistir en la importancia de esto para situar una hoja. Es por este aspecto del sable por el que comenzaremos nuestra exposición. Uno de los elementos esenciales de la for-ma del sable es su curvatura o “Sori”, su naturaleza o profundi-dad. Los otros elementos son la anchura “Mihaba”, y la sección de la hoja, su tamaño “Nagasa”, la forma de la punta “Kissaki”, del dorso “Mune” y de la espiga “Nakago”,

El solo conocimiento de la evolución de las formas de la hoja permite tener una idea aproximada de la época de crea-ción, los otros elementos, la for-ja y templado, permiten afinar el dictamen y ubicarla de una forma más precisa.

Existen para las hojas largas y medianas tres tipos de curva-turas o “Sori”: Torii-Sori, Koshi-Sori y Saki Sori.

Los Torii-Sari o Naka-Sori tienen una curvatura simétrica con la parte más curvada (sagi-ta) está en la mitad de la longi-tud de la hoja. Algunas veces se la denomina Kyo-Sori (de la ciu-dad de Kyoto), ya que muchas de las hojas de Yamashiro tienen esa forma.

Los Koshi-Sori tienen una curvatura asimétrica con la parte más curvada situada más cerca de la empuñadura que de la mitad de la hoja. Se les deno-mina usualmente Bizen-Sori por las mismas razones que los Kyo-Sori.

En lo referente a los Zaki-Sori, es al contrario, un des-plazamiento de la parte más curvada ligeramente hacia la punta de la hoja, que encuentra su expresión más tangible en la

SI UNA HOJA NO ESTÁ TEMPLADA, NO CORTARÁ, SI LA HOJA ESTÁ

COMPLETAMENTE TEMPLADA, SE ROMPERÁ. ES NECESARIO PUES, CREAR UN ACERO QUE UNA ESTOS DOS ELEMENTOS

TÉCNICAMENTE CONTRARIOS

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curvatura de las Naginata, y que se encuentra también, en me-nor grado en la hojas del periodo Muromachi.

Se puede añadir brevemente que las Koshi-Sori fueron em-pleadas principalmente desde la mitad del periodo Heian hasta el principio del periodo Kamakura, y el Torii-Sori a partir de la mi-tad del periodo Kamakura hasta el periodo Muromachi.

Es evidente que todo lo dicho se aplica a las hojas “Ubu”, aque-llas que no han sido acortadas y, por lo tanto, modificadas en sus proporciones, y que ninguna re-gla es absoluta, hay excepciones, como bien sabemos...

Si los sables japoneses se han conservado a través de los siglos sin grandes daños, no es gracias únicamente a la solidez de su materia prima: el acero. Al con-trario de lo que aparenta, este material es muy frágil. Lo que los ha preservado, es el respeto que tanta belleza ha infundido a muchas personas. Para facilitar

la comprensión del oficio arte-sanal del pulido de las hojas de sable japonesas, tenemos que abordar su elaboración.

En el terreno arrinconado de la Hoplología, el sable japonés es una excepción. Desde el pun-to de vista de su reputación, las hojas de sable japonés son mun-dialmente conocidas. Desde su primer contacto con el mundo occidental, los sables japoneses (Nihon-To) han estado recono-cidas como armas de una gran eficacia.

Desde la aparición de la me-talurgia, la fabricación de una hoja bien cortante se ha topado con dos aspectos opuestos: dure-za y flexibilidad. Si una hoja no está templada, no cortará, si la hoja esta completamente tem-plada, se romperá. Es necesario pues, crear un acero que una es-tos dos elementos técnicamente contrarios. Todos los forjadores del mundo se han encontra-do con este problema; tanto en Occidente como en el Medio

Oriente han intentado soldar en caliente acero de un alto conte-nido de contenido de carbono (elemento duro) sobre un cora-zón con bajo contenido de car-bono (elemento flexible). Este acero compuesto daba ciertos problemas de cimentación. En Oriente, y más concretamente en China, fueron los creadores de métodos de gran eficacia. Los chinos inventaron el templado parcial: por medio de una capa de arcilla, la hoja, se endurecía solo en la parte que formaba el filo. Esta innovación será lleva-da a su forma más elaborada en Japón. Esta técnica que permite asociar un corte duro y un cuer-po de la hoja flexible se expandió en torno a China. Se encuentra desde el Sudeste asiático hasta el Tibet. Pero fue en Japón don-de, el temple parcial y selectivo, será refinado hasta el punto de convertirse en un modelo de ex-presión artística. Este método de fabricación llegó a Japón pasan-do, probablemente, por Corea.

CRÓNICA HISTÓRICA

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El tesoro del Museo Nacional “Shosoin” de Nara conserva ho-jas catalogadas como “chinas” y otras “a la forma china” sin que puedan diferenciarse.

La fabricación de una hoja de sable conlleva varias etapas:

La fundición del mineral

El Tamahagane (acero japonés) se obtiene en un horno llama-do Tatara. Se prende fuego a una acumulación de capas de carbón de madera y de mineral (Satetsu). Gracias a la acción de fuelles, la temperatura alcan-za de 1.200 a 1.500 grados. A la apertura del horno, el mineral se ha reducido y fluye la escoria. Resta una masa de acero llama-da Kera. Esta masa se fracciona, y el forjador determina los tro-zos de acero rico en carbono (1 a 1,2 %) y los menos carbonados. Estos trozos serán batidos en caliente, algunos recargados de carbono por medio de cenizas de paja. El Tamahagane rico en

carbono (1 a 1,5 %) servirá para el Kawagane (acero flexible que formará el núcleo) El forjador apilará en una espátula las lá-minas de Tamahagane alter-nando una capa rica en carbono con una menos carbonada.

La forja (Kitae):

Se suelda en caliente, marti-lleando, el bloque compuesto de acero. Una vez bien cimentado el bloque es alargado y después plegado una decena de veces en diferentes sentidos. El resultado de estos plegados, controlados e intencionados por el forjador, será aparente después del puli-do. En ese momento, se introdu-ce una barra de Shingane ape-nas plegado y pobre en carbono, muy poco refinado. Existen diversos tipos de construcción (Kobuse, Honsan-Mai). Incluso, hay muchos Tanto, fabricados enteramente por Kawagane.

El desbastado de la hoja (Sunube y Hizukuri):

La hoja ya está completamente formada: el Shinogi, el Niku-Oki (superficie del cuerpo de la hoja), el Nakago fueron hechos con el martillo, la lima y el for-món. La hoja ya está lista para el templado.

Templado parcial (Tsuchi Oki)

El forjador prepara un lodo vis-coso hecho de arcilla, de carbón de madera y de polvo de piedra. Aplica este barro (Tsuchi) sobre la hoja según diferentes méto-dos:

In-no Tsuchi/ Yo-no Tsuchi

En el primero (In-no Tsuchi) se unta toda la hoja con la ar-cilla, se le añade más capas de la misma conformando el futuro Hamon. En el segundo (Yo-no Tsuchi), se unta toda la hoja y se retira la parte que es-tará en contacto con el agua y formará el Hamon. La técnica In-no Tsuchi fue utilizada du-rante el periodo Koto (“viejos sables”, 941-1595). Permitía obte-ner un acero menos quebradizo. Estéticamente, la brillantez de los Nie y de los Nioi era menos notoria. Con la técnica Yo-no Tsuchi el Habuchi (línea de ori-gen de las martensitas, al lado del Ji) era más clara, más neta y el Hamon más espectacular. Este estilo fue adoptado durante el periodo Shinto (“nuevos sa-bles”, 1596-1781).

Estos dos métodos permitían

Robert Rodríguez, 7º Dan Renshi Iaido 6º Dan Renshi Jodo y Chumokuroku Sui O Ryu Iai Kenpo

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endurecer en caliente el corte de la hoja. En la frontera entre el acero duro y el dúctil, se produ-ce una cristalización que forma una línea compuesta de marten-sitas. Esta línea es el Hamon, que se traduce por la línea de temple. Esta traducción no es la más co-rrecta, pero expresa llanamente un fenómeno complejo.

Este Hamon, controlado in-tencionadamente por el forjador, contiene en sí mismo la expre-sión personalizada de aquel que la ha diseñado. Normalmente, es una búsqueda de una expresión que puede ser simbólica o figura-tiva. De todas formas, el Hamon, es una firma dentro de la mate-ria. Como en la caligrafía, donde es posible identificar el calígrafo, el Hamon permite reconocer el forjador o la escuela que lo ha elaborado. Esta técnica, refinada hasta el extremo, da al forjador un medio de expresión indivi-dualizado, que ayuda a elevar el sable al rango de objeto de arte.

Templado de la hoja (Yaki Ire)

Después de haberla embadurna-do con la arcilla (Tsuchi), la hoja se calienta a una temperatura cercana a los 700º C. Entonces se la sumerge en agua. En ese mo-mento tiene lugar la alquimia de la cristalización del Hamon. La hoja se calienta y vuelve a templar varias veces para con-trolar la dureza del acero. Esta operación, que el forjador pue-de realizar, es muy peligrosa ya que, por encima de los 250º C, el Hamon desaparece. Durante la operación del Yaki Ire, la hoja se curva. Esta curvatura (Sori) se rectifica con el martillo. La hoja es ajustada para determinar su futura forma. Esta operación se efectúa por el forjador, con la co-laboración del pulidor.

Horimono

Originalmente (periodo Koto) las ranuras estaban forjadas, lo que reforzaba la hoja. Muy pron-to, la ranura fue hecha en la zona del Shinogi-Ji (superficie entre el Shinogi-Ji y el Mune). Esta ranura permitía aligerar la hoja sin perjudicar su robustez. Permite, igualmente, favorecer el corte, al evitar que la carne se pegue a la hoja y frene su pro-gresión...

Las hojas, a veces, se graban con motivos figurativos más o menos simbólicos. Las represen-taciones más clásicas son:

∙ Dragones en ambos senti-dos, que frecuentemente exten-dían una garra para agarrar el Tama (joya).

∙ Los Ken (espadas)∙ Caracteres sánscritos∙ Dioses, entre ellos el más

representado es Fudo Myo (guar-dián de la ley de Buda), aunque a veces se encuentra a Daikokuten (dios venerado por los mercade-res).

∙ Representaciones de anima-les (conejos, libélulas, maripo-sas...).

∙ De vez en cuando, poemas.Las diferentes técnicas de

grabado permiten determinar las escuelas y situarlas tempo-ralmente. A veces son ejecutadas por el forjador mismo, o bien, confiadas a especialistas y sir-ven para decorar o enmascarar los defectos de la forja. Algunas, se realizaron con mucha poste-rioridad al forjado.

La hoja ya está terminada. El forjador solo tiene que firmar-la. Este reconocimiento de su creador se hace habitualmente después de un primer pulido. La firma compromete la responsa-bilidad del artesano o el artista; solo se coloca a la vista del re-sultado.

La espiga de la hoja (Nakago) no se debe limpiar por diferen-tes razones:

∙ Contiene informaciones pri-mordiales, tales como la firma, la fecha y lugar de realización, la persona que la ha realizado, etc.

∙ Los restos de limado (Yasuri-Me) son de una gran importancia para identificar las hojas, para confirmar o invali-dar una firma.

∙ El estado de oxidación es ob-jeto de admiración. Un Nakago de varios siglos guarda en si mismo la marca del tiempo. Por la magia del contacto, se toca la historia de la humanidad.

La hoja ya está creada, ahora el pulidor tiene que revelarla al mundo. Este trabajo es un oficio a parte entera, que no tolera me-diocres. Vemos periódicamente, sables gravemente dañados por aficionados al pulido. Se tiene bien poco respeto hacia estos sables, o muchas ínfulas, para pretenderse como restaurador de estos objetos de arte. La igno-rancia empuja a veces, a aficio-nados normalmente sinceros, a cometer errores irreparables. Es muy fácil quitar metal, pero im-posible de reponer.

Las hojas de los sables japo-neses son testigos de la historia. Generaciones de hombres han permitido que el sable llegue hasta nuestros días, alterarlo o destruirlo es un crimen. La afrenta que se hace a la memo-ria y a su creador es muy grave. El pulido de las hojas del sable japonés es una especialidad que se aprende con un maestro; su enseñanza debe ser confirmada por maestros. La aproximación del autodidacta, que no esta mo-tivada por el dinero, si no por el amor a los sables, es sin duda noble pero le faltará siempre el apoyo de un maestro.

Bibliografía:

∙ LE DAUPHIN, Bernard. Boletín Franco Japonés Nº 2 Sep. 1983,

∙ MILHAU, Laurent. Pierre et sabres, MILHAU Laurent.

Nakago con inscripción, museo de Tokyo

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Un puente hacia el

Texto y fotos: Pedro Martín González

Chamanismo SiberianoEl universo chamánico estaba asentado en la figura del chamán, auténtico catalizador y punto de encuentro entre los seres humanos y los Elementos naturales que le envuelven.

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ronin

ubo un tiempo en el que el corredor de esa estepa que comienza en Hungría y fi-naliza en las costas pacífi-cas de Siberia, era transita-do por un tropel de pueblos nómadas, tribus que cam-paban en esas inmensas planicies abiertamente, sin

tener un lugar estable en el que asentar sus comunidades, viviendo siempre en transición de un campamento a otro, moviéndose en un espacio casi infinito, con una libertad que, para muchos –como Herodoto- resultaba insultante.

Como quiera que Escitas, Sármatas, Hunos, Turcos y Mongoles, pertenecían a ese univer-so siberiano, conformando una cultura nó-mada que habría llegado a las costas del vie-jo Cypango, busqué respuestas en su historia, para acotar las muchas preguntas que surgían dentro de mí en relación a los pueblos autócto-nos de Japón: Jomon, Yayois, Ainus, etc.

¿Cuál era su procedencia? ¿En qué grupo humano habríamos de encuadrarlos? ¿Fueron ellos partícipes del posterior desarrollo del Shintô japonés? ¿Formaron parte del proceso que introdujo el hierro en Japón? ¿Qué supu-sieron para la concepción final de eso que he-mos dado en llamar: Budô?

Como en muchas otras ocasiones, fue Sugawara Sensei quien me abrió las primeras puertas hacia la consecución de algunas res-puestas. El Sensei acababa de llegar de Japón y traía consigo toda una carga de propuestas, ideas, reflexiones e iniciativas, entre éstas: la redacción de algunos artículos para la Revista de la Asociación Mogusa-tô. Después de cenar, estuvimos hablando sobre todo ello y, a medida que avanzábamos, la conversación se fue de-cantando hacia ese punto ancestral, original y alejado ya en el tiempo, que es el Chamanismo: una forma de relacionarse con el entorno y los elementos, muy anterior a los mencionados nómadas centroasiáticos, pero que aquellos aún llevaban escrito en su propio ADN.

A Sugawara Sensei le interesaba mucho ese punto de la investigación que llevaba a cabo, considerando que gran parte del universo cos-mológico del Shintô original se había inicia-do a partir de aquel viejo concepto siberiano y estaba convencido de que las culturas de Asia Menor y Centroasiáticas fueron parte activa en la epopeya del Hierro y su Metalurgia hacia el Oriente.

Consulté las ideas de mi maestro con el profesor Marsaladof, un arqueólogo del Hermitage de San Petersburgo, gran experto en culturas de Asia Central a quien conocí en Moscú, durante el transcurso de algunos con-gresos celebrados en el Roerich Museum de esa Capital. El doctor Marsaladof me confir-

Figura antropomórfica, Museo de Carmen Arnau, Toledo.

Zonas de expansión del Chamanismo.

H

El Chamanismo fue el primer asidero espiritual que el ser hu-mano pudo utilizar para enfrentar las preguntas que le acu-ciaban en torno a lo manifestado —fuerzas naturales, vida y muerte— esto es, un modo elemental de comprender la crea-ción, la naturaleza y nuestra participación en el proceso del existir.

SVERIGENOR.

SUOMID.

POL. E.L.

LI.

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BEL.

KAZAKHSTAN

UZB.TURK.IRAN

CHINAMONGOLIA

J.NK.KYR.

G.

AZ.

Central

Southern

Northwestern

Far Eastern

Siberian

Urals Volga

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1000 km

600 mi

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SVERIGENOR.

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mó las mismas ideas que defendía Sugawara Sensei. Sí. Los Pueblos Centroasiáticos —junto a los Tungus del Amur— fueron partícipes de aquel proceso que también a mí me interesaba desentrañar.

Tratando de aprender más acerca de es-tos nuevos frentes que se abrían, tomé con-tacto con la antropóloga Carmen Arnau. Mantuvimos una correspondencia frecuente y, más tarde, con la aparición de Internet y la llegada de las nuevas tecnologías, continua-mos escribiéndonos de tiempo en tiempo.

Hace unos años visité su “Etnomuseo de los Pueblos de Siberia y Asia Central”, situado en Las Ventas de Peña Aguilera, Toledo. Pudimos entonces escuchar de viva voz, sus inquietu-des, opiniones y puntos de vista acerca del Chamanismo Siberiano, una materia en la que es una especialista de renombre internacional y, desde luego, una auténtica pionera en nues-tro país.

A lo largo de su carrera de investigación,

Carmen ha hollado Siberia en multitud de oca-siones, estudiando sobre el terreno la cultura de numerosos pueblos indígenas de aquella apartada y salvaje —pero atractiva y bella— región del planeta; grupos humanos tales como: Chorses, Altaicos, Yakutos, Buriatos, etc.

El Chamanismo Siberiano ha influido en todo el contexto continental, desde China has-ta India, de Mongolia, a Corea o Japón. Aunque cada una de estas regiones haya desarrollado distintos tipos de chamanismo, adaptando a sus circunstancias esta interpretación de la vida y del mundo, el origen y la raíz de todos ellos fue aquel Chamanismo original que sur-giera en las estepas del Oriente siberiano.

Entendido como una aproximación al pen-samiento religioso, el Chamanismo fue el pri-mer asidero espiritual que el ser humano pudo utilizar para enfrentar las preguntas que le acuciaban en torno a lo manifestado —fuerzas naturales, vida y muerte— esto es, un modo elemental de comprender la creación, la na-

Chamán, República de Tuva, Rusia.

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turaleza y nuestra participación en el proceso del existir.

El universo chamánico estaba asentado en la figura del chamán, auténtico catalizador y punto de encuentro entre los seres humanos y los Elementos naturales que le envuelven. El chamán era el contador de historias, el in-terpretador de sueños, el lector único de una naturaleza misteriosa, el aplicador de la me-dicina más original, el contacto directo con los ancestros, el músico permanentemente acom-pañado del tambor y el interlocutor activo de todo ese panorama que conformó la cosmolo-gía de los pueblos ancestrales.

Mircea Eliade, en su libro “El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis” nos hace mención a los estudios del orientalista fran-cés, Charles Haguenauer (1896/1976) quien, en su obra “Orígenes de la Civilización japonesa”, relaciona el chamanismo japonés con el altai-co (en Asia Central). Según este autor, algunos de los elementos que los chamanes japoneses utilizarían para realizar sus funciones serían, con posterioridad, elementos indispensables de su propia idiosincrasia: el espejo y el sable, o katana, palabra también de origen altaico, cuyas funciones antidemoníacas están consta-tadas tanto en el folklore japonés, como en el teatro y en la tradición oral.

Es sabido que desde el Período Yayoi (aproxi-madamente desde el 300 a. C. al 300 d. C.) es-tos tres elementos han conformado el llamado Sanshu no Jingi (Tesoros Nacionales): Kusanagi (Espada), Magatama (Joya) y Yata no Kagami (Espejo). Los altos ideales que significan estos tres Tesoros continúan vigentes en las tradicio-nes marciales; éstos son: el Valor, la Bondad, la Realización.

En relación al hierro, Mircea Eliade (Bucarest 1907/Chicago 1986) nos ilustra con detalle sobre la relevancia del herrero, el trato ambivalente al que estaban sometidos, el mie-do y la veneración, la necesaria aceptación y el rechazo más cruel. El herrero —mago, hechice-ro y forjador de la espada— era, además, el po-seedor de uno de los secretos más necesarios: el de la Metalurgia, el fuego y sus propiedades. Sí. Los primeros herreros se apropiarían de los patrones mitológicos chamánicos, entroncan-do estos en su propia mitología.

En una de sus más conocidas obras, titula-da “En Siberia”, el escritor inglés, Colin Tuborn (Londres, 1939), se hace eco de la actualidad del Chamanismo en Tuva, Siberia. Tuborn, uno

ronin

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de los mejores narradores de literatura viajera del momento, se embarca en un viaje que co-mienza en San Petersburgo y se adentra en el corazón de la Estepa a través del Transiberiano. Haciendo un alto en distintas zonas neurálgi-cas, como Altai y Tuva, observa y detalla con buen tino la realidad de la situación. El escri-tor nos muestra cómo era la actualidad del Chamanismo en esa República Centroasiática en el año 1931, donde aún existían 731 chama-nes, de los cuales 314 eran mujeres.

Aquella realidad dio paso a un claro progreso científico y, para erradicarla del inconsciente colectivo del pueblo, apartarla del uso diario que de ella se hacía y olvidarla, como algo sumido en una tradición no deseada y superada por el espíritu del cambio que traían los nuevos tiem-pos, fue perseguida, marginada y, finalmente, extinguida incluso con violencia.

No obstante, ahondando en la historia de muchas tradiciones, podremos apreciar el ras-tro difuso del Chamanismo en gran parte del panorama religioso de Oriente. También en Japón.

Japón es un país en el que mayoritaria-

mente las personas profesan dos creencias: Shintoísmo y Budismo. A estas dos formas de religión podríamos añadir el Taoísmo: otra gran influencia en la cultura japonesa y piedra angular de algunas de las filosofías que con mayor profundidad han enraizado en la histo-ria de aquel país. ¿Qué podemos encontrar en el seno de estas filosofías que pueda recordar-nos al Chamanismo Siberiano?

En mi opinión, estos podrían ser algunos de los puntos de encuentro: El culto a los kami de la naturaleza, la multiplicidad de las divinida-des, la veneración a los mayores, una visión circular del tiempo, la práctica de la purifica-ción (Misogi), la visión cosmológica (In Yôdô), etc.

Aún hoy, en muchas Escuelas de Budô y Bujutsu, un altar shintô, o Kamidana, preside el interior del dôjô; se realiza Kuji no In para el Reishiki diario; se muestra respeto a quie-nes son precedentes en la tradición (Sensei y Sempai); se canta con devoción el Norito; se bailan las danzas Kagura; se vocaliza con fuerza el Kototama; se invocan las nobles vir-tudes de los kami, como: Makoto (sinceridad) y Wa (paz espiritual); se apela a la austeridad (Shugyô) y al desapego (Musotoku), etc.

Todas estas, y otras muchas que podríamos añadir, son reminiscencias chamánicas que aún se mantienen vivas dentro de nuestras tradiciones.

Sí. En Bujutsu y en Budô nos rodeamos de elementos que tienen un origen milenario; prácticas y formas que contienen enseñanzas ya obsoletas en nuestros contextos; rituales que en el seno de esta sociedad resultan ya in-útiles. No obstante, bueno y necesario es estu-diar nuestros ancestros, para dar consistencia a esa concepción global, integral y holística que aspiramos a tener del Budô.

Kenshinkan dôjô 2014

El herrero —mago, hechicero y forjador de la espada— era, ade-más, el poseedor de uno de los secretos más necesarios: el de la Metalurgia, el fuego y sus propiedades. Sí. Los primeros herreros se apropiarían de los patrones mitológicos chamánicos, entron-cando estos en su propia mitología.

1. Objeto realizado con cuentas policromáticas. 2. Exvotos antropomorfos. 3. Paisaje siberiano con figura totémica.

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Tras el período Kamakura, los prime-ros núcleos de clanes tribales (Uji) irán pasando a ser organizaciones feudales más modernas (Han). El paso de las relaciones de parentesco y sangre da paso a relaciones de vasallaje y protección a través de la servidum-

bre. El contenido militar y estratégico de estos clanes originales apenas sale de los muros de los poblados (Mura), los castillos y las familias guerreras. Pese a las invasiones mongolas del siglo XIII y las disputas religiosas, el período Kamakura fue relativamente tranquilo en lo que se refiere a los conflictos armados. El Shogunato Kamakura dependía en gran medida de la fidelidad de las distintas familias de la re-gión de Kanto, región japonesa de considerables y fértiles llanuras. Esta fidelidad que fue puesta en cuestión a partir de del siglo XIV propiciando el período Ashikaga o Muromachi. El auge de los distintos clanes (sobre todo de la dinastía Ashikaga, una de la más poderosas y terminará haciéndose con el poder), harán cuestionar el poder omnímodo de Kamakura. De este período proceden las primeras Ryuha (tradiciones marciales) que conocemos a la actualidad, muchas de ellas absorbidas por otras corrientes o desaparecidas.

Pese a que las primeras escuelas mostra-ban su especialización en una faceta única del combate1, pronto se vio la necesidad de que el verdadero sentido de fundar una tradición guerrera hereditaria residía en preservar la experiencia en el máximo de aspectos relacio-nados con la guerra y todos los niveles: manejo de las diferentes armas, estrategia, preparación psicológica y espiritual. Con la aparición de la Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu a mediados del siglo XV, comienza toda una larga saga de Koryu Sogo Bujutsu, escuelas no especializadas sino interesadas en todo el bagaje marcial que el fundador fuera capaz de poseer, de esta ma-nera surgen la Kashima Shin Ryu, Takenouchi Ryu, Tatsumi Ryu, Kashima Shinto Ryu, Yagyu Shinkage Ryu y otras escuelas hasta el siglo XVI.

Desde tiempos pretéritos, la lucha cuer-po a cuerpo había formado parte del pasado guerrero del archipiélago japonés. Los orígenes de las artes marciales sin armas habría que buscarlas, evidentemente en el Sumo. El Nihon Shoki o Crónicas del Japón2, relata que el primer combate se realizó el año 23 a. CC ,bajo el reino del emperador Suinin. La lucha se realizó por pedido del artesano Nomi no Sukune para combatir contra Taima no Kehaya. La lucha es descrita como un brutal combate donde Nomi no Sukune cae muerto bajo los golpes de Taima no Kehaya.

Es solamente en el año 642, bajo el reino de la Emperatriz Kōgyoku, cuando se encuentra un documento históricamente identificado. La Emperatriz quiso, a través de los combates de Sumo, distraer a su invitado, un embajador del reino coreano de Baekje. En el siglo VIII el emperador Shomu mandó a reclutar sumotoris en todo el Japón para que puedan luchar en los jardines del Palacio Imperial durante las fiestas celebradas en el recinto. Estas fiestas eran organizadas el séptimo día del séptimo mes lunar, en agosto según nuestro calendario actual. Así el antiguo combate se convierte en una lucha con costumbres o ritos que lo alejan progresivamente de sus orígenes agrarios y de actividades relacionadas con la guerra.

Hubo, sin embargo, un cambio significativo bajo el reino del Emperador Saga, que le dio al Sumo un nivel cercano al de un arte marcial en el siglo XII, y era practicado por la clase gue-rrera o bushi, junto con las artes marciales: el kenjutsu (sable), entre otras. Durante estos pri-meros siglos aparecen los primeros documen-tos en los que se describe lucha cuerpo a cuerpo con armadura, con armas cortas o sin ellas.

Como podemos imaginar, los guerreros raramente se veían privados de cualquier tipo de arma. En la vida civil, portaban todo tipo de aquellas, que aún siendo de pequeñas dimensiones podían servir para defenderse de cualquier eventual agresión. En el campo de batalla, el potencial desarrollado por las armas

YOROI KUMIUCHIEl Yoroi-doshi es usada de distintas formas para penetrar entre las láminas de la coraza y producir heridas mortales sobre el adversario.

por Antonio García Piñar

T

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como el Yumi (arco) Tachi (sable) Kodachi (sable corto), Yari (Lanza), Naginata (Alabarda) u otras como el Kanabo o el Nagamaki impli-caba que un guerrero desarmado implicaba ser un guerrero muerto.

Sin embargo, la lucha cuerpo a cuerpo sin armas o con armas cortas formó parte del acervo de todas las escuelas antes mencio-nadas sin excepción. La posibi-lidad de que dos jinetes cayeran enzarzados en forcejeos desde sus caballos o que cuando se cerra-ran filas en una confusa nube de hombres sin espacio para blandir sus armas más largas hizo surgir el desarrollo de diferentes méto-dos de lucha con distintos tipos de cuchillos de combate o con las manos desnudas.

Este tipo de combate con armadura se denomina 甲冑 武 具 katchu Bugu. Las técnicas de combate sin armas y con distintos tipos de cuchillos o con el sable corto (Kodachi) se confundían entre sí, esto hace muy difícil

distinguir entre ellas. Podemos imaginar a su vez por qué las técnicas de percusión o “boxeo” eran extremadamente secunda-rias ante un oponente protegido por una armadura de láminas de hierro. Es por ello que los métodos de proyección, derribo, barrido, es-trangulamiento, presa o luxación primaron sobre los de golpeo.

A mediados del período Muromachi, estos métodos son también llamados simplemente Kumiuchi, combate cuerpo a cuer-po usando el cuerpo desarmado o las diferentes armas.

Vamos a detenernos brevemen-te en la aparición de un tipo de arma que prolifera a finales del período Muromachi y de determi-nante importancia en los campos de batalla de la época. Hablamos del Yoroi-doshi, 鎧 通 し, un tipo de daga (“Abre armaduras”) que es usada de distintas formas para penetrar entre las láminas de la coraza y producir heridas mortales sobre el adversario. Esta

daga de grandes dimensiones se portaba en el lado derecho de la cadera, (aunque también se usara atada a la espalda) con la tsuka colocada al lado contrario del habitual, este estilo de colocar la daga era llamado “Metezashi” 馬 手 差y su razón de ser residía en evitar que el adversario pudie-ra echar mano de la daga del adversario en el combate cuerpo a cuerpo. El tamaño de la hoja va-riaba entre los 20–22 cm (aunque existan ejemplares de unos 15 cm más cercanos al tanto, pero de un grosor mayor) constituyéndose por tanto como un imponente y terrible cuchillo de combate y una necesidad básica para el combate cuerpo a cuerpo.

Pronto, la distancia y separa-ción entre Kenjutsu y Katchu Bugu fue inexistente, puesto que una vez que la distancia se acortaba incluso el Tachi podía ser usado para golpear con la tsuka, o con el extremo no cortante de la Naginata 薙刀 (Ishi-zuki) o el Bo 棒.

Según Donn Draeger aunque las enseñanzas contenidas en la Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu [天 真正 伝 香 取 神道 流], no men-cionan el Katchu Yoroi Kumiuchi como un aspecto sistemático de sistema de combate cuando se porta armadura, aunque apare-ce en el programa marcial una clasificación de técnicas cuerpo a cuerpo denominada yawara-ge (“métodos pacificadores”) [や わ ら げ]. Una serie de técnicas de combate para aquel que se haya visto desprovisto de sus armas o que no tiene el deseo de usarlas. Según Draeger, las técnicas usadas son totalmente independientes de las armas aunque en ocasiones se ven acompañadas por el Kodachi [小 太 刀 sable corto].

El desarrollo de la vida urbana en períodos pre-Edo desarrolló por fin métodos de lucha cuerpo a cuerpo sin portar armadura. Estos métodos, además del citado Yawara, fueron denominados “Torite” [捕手] (método para controlar un atacante). Si algo dio fama a la Takenouchi Ryu es

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Los orígenes de las artes marciales sin armas habría que buscarlas, evidentemente en el Sumo.

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el amplísimo contenido técnico de golpes con varias armas naturales del cuerpo, proyecciones, luxacio-nes, inmovilizaciones o estrangula-mientos.

Escuelas antes citadas como la Tatsumi Ryu (que incluye técnicas de Yawarajutsu en su arsenal), la Araki Ryu Kogusoku (donde el Kogusoku también tiene un prota-gonismo u otras) también le dedi-carán su espacio a esta especialidad en la lucha3.

Como podemos comprobar, el aprendizaje de las técnicas de com-bate cuerpo a cuerpo raramente es-taban escindidas del uso de armas cortas que potenciaban su letalidad y su aplicación en el campo de bata-lla. Una de las escuelas que también desarrolló el uso de las armas y e incluso la aplicación de atemijutsu a los espacios que podían quedar libres en la armadura fue la Yagyu Shingan Ryu. Además fue una de las escuelas introductorias del Kakushibukijutsu, el arte de usar armas ocultas de pequeño tamaño.

Con todas las reservas (debido a la movilidad de los conceptos en

el Bujutsu tradicional donde casi siempre existen una numerosa gama de grises para definir realida-des muy próximas) podemos hacer esta clasificación simple siguiendo a Donn Draeger:

1. la armadura pesada: Yoroi Kumiuchi,

2. la armadura ligera: Kogusoku o Koshi no Mawari

3. Sin armadura: Torite o Yawarajutsu

Es durante el período Edo, ca-racterizado por estar Japón en una fase de relativa paz, cuando surge el término “Jujutsu” 柔 術, métodos de lucha basados en el principio de no resistencia sobre el ataque del adversario. Como hemos visto es realmente inexacto pues, denomi-nar los métodos de lucha anterio-res simplemente como “Jujutsu”, denominación tal vez que debiera ser sustituida por Kumiuchi, Yoroi Kumiuchi o Katchu Bogu.

En números sucesivos de Dokkodo iremos ampliando la información sobre los orígenes de estas escuelas, sus tradiciones e idiosincrasia.

1. Del siglo XIV surgen escuelas de Kenjutsu como la Chujo Ryu, la Nen Ryu o de Bojutsu, como la Kukishin Ryu. 2. Escritos en el año 720. 3. Para conocer más datos sobre el uso de armas ocultas remitimos al lector a pasadas ediciones de Dokkōdō, concretamente a los números 8 “El jujutsu tradicional japonés. Una aproximación histórica y técnica”. Y 10 “El Kakushibuki. Las armas ocultas del Jujutsu tradicional”. Escritos por Xavier Teixidó Sensei.

BIBLIOGRAFÍADRAEGER, Donn. Classical Bujutsu. The martial arts and ways of Japan (Vol 1.). New York, Weatherhill. 1971.

MOL, Serge. Classical fighting arts of Japan. A complete guide to Koryu Jujutsu. Tokyo, Kodansha.

RATTI, Oscar & WESTBROOK, Adele. Los secretos de los Samurai. Estudio de las Artes Marciales del Japón feu-dal. Barcelona. Paidotribo. 2004

TEIXIDÓ, Xavier. Yawara Giho. Técnicas cuerpo a cuerpo en el Jujutsu. Barcelona, Alas. 2003

1. Ilustración de portada, Utagawa Kuniyoshi, Luchadores de Sumo.2. Saito Toshimoto y otro guerrero luchando en el agua.3. Hojas de Yoroi Doshi.4. Yoroi doshi.

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Hojo Undo, forjando el cuerpo

del Karateka, 3 nigiri-game

Por Iván García Gordo

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egresamos con la en-trega final de esta serie de Hojo Undo, los trabajos comple-mentarios de las es-cuelas tradicionales de artes marciales de Okinawa.

En esta entrega fi-nal profundizaremos en el uso de una de las herramientas más características, las Nigiri-game, o como son más fácilmente recono-cibles, jarras de agarre.

El origen de estos utensilios quizá sea de los más evidentes de entre todos los Kigu tradicionales, pues como hemos dicho, se trata de unas simples jarras con una boca de un tamaño adecuado para poder ser agarradas.

Al igual que en el resto de las culturas alrededor del globo, las jarras de barro u otros materiales han sido utilizadas principalmen-te para el almacenaje y conserva de productos alimenticios, desde líquidos como licores o aceites, hasta sólidos como grano o vian-das.

Estos objetos tienen mucha re-lación con la principal actividad económica del archipiélago de las islas Ryukyu en los tiempos anti-guos, el comercio en los mares de China, Japón y el sudeste asiático. Okinawa era el punto estratégico donde hacían escala todos los bar-cos que transportaban mercan-cías en esa zona, por lo que debían atracar barcos repletos de jarras y ánforas en el puerto de Naha.

Poco a poco con el paso del tiempo se ha ido puliendo la for-ma externa de las jarras, siendo actualmente fabricadas a medida para practicar Hojo Undo, y es que el tamaño de la boca es muy im-portante.

Una boca demasiado ancha haría imposible abarcarla con la mano, mientras que una dema-

siado estrecha no proporcionaría la mejora del agarre que perse-guimos en el entrenamiento de Nigiri-Game.

Las medidas adecuadas suelen situar el diámetro de la boca entre 9 y 11 cm, pero siempre supeditado al tamaño de la mano del practi-cante. Como todos los utensilios en el Hojo Undo tradicional, deben ser confeccionados a medida para cada bujutsuka, sólo así consegui-remos los mejores resultados po-sibles en cada caso individual.

Es muy común ver entre perso-nas que imitan el Hojo Undo de fo-tos, vídeos o libros, una incorrecta posición del agarre de las jarras Nigiri-Game, ya que con frecuen-cia no se aprecia en detalle la po-sición adecuada.

El detalle se encuentra en la posición del dedo pulgar. Se tien-de de forma natural a agarrar la boca con los 5 dedos como si fue-ra un gancho, es decir, sujetando la boca con la última falange de cada dedo (3ª falange en el caso de los dedos, 2ª en el caso del pulgar) como se ve en la primera foto.

El agarre tradicional nos en-seña que la boca de la jarra debe de ser sostenida con la primera falange del pulgar, remetiendo el dedo hacia adentro de la palma, como se ve en la segunda foto. De esta forma se reduce el área de agarre de la mano, pero se aumenta considerablemente la fuerza del mismo. Esto cobra vital importancia en las aplicaciones oyo de los estilos más antiguos, principalmente Uechi Ryu y Goju Ryu donde el agarre del oponente es tan importante, se busca de-sarrollar la potencia en los dedos hasta el punto de ser capaces de separar los tendondes del hueso, o la piel de la carne del oponente, hechos descritos en textos como el Bubishi.

|DOKKŌDŌ DICIEMBRE/ENERO |

R Mal

Bien

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| ARTES MARCIALES DE OKINAWA |

El objetivo principal del trabajo de Nigiri-Game, el desarrollo de fuerza en el agarre, se obtiene de forma pasiva simplemente soste-niendo las jarras con un correcto agarre, se suele aprovechar este ejercicio para trabajar las Dachis o posturas. Por lo que en la mayoría de ejercicios el trabajo de brazos es muy limitado.

En las ramas tradicionales de karate de Okinawa se comienzan los ejercicios de Nigiri-Game con un pequeño ritual, que varía con cada estilo. Se trata de una aper-tura, como si se fuese a realizar el Kata Sanchin, en frente de las jarras. Dependiendo si se trata de Uechi Ryu o Goju Ryu, se rea-liza el morote haishu uke (Uechi) o morote chudan uke (Goju) en Sanchin Dachi.

Inmediatamente después se cogen las jarras del suelo y se sostienen simplemente a los la-dos del cuerpo, sin ejercer tensión ninguna mas allá de la necesaria en los dedos para impedir su caí-da.

Con las jarras fuertemen-te agarradas, avanzamos hasta bajar a la postura Shiko Dachi, orientado oblicuamente a la mar-cha, como se ve en las imágenes. Debemos controlar todos los as-pectos posturales, espalda recta, rodillas semiflexionadas, cadera correctamente colocada, tensión muscular apropiada, y una vez hayamos alcanzado la postura adecuada, aguantamos momen-táneamente antes de avanzar con el pie contrario y volver a la mis-

ma postura pero con la orienta-ción contraria.

Siguiendo esta dinámica con-tinuamos avanzando de paso en paso, cuidando una correcta postura, girando 180º cuando nos quedemos sin espacio intentando volver hasta el punto inicial. Al principio será altamente costoso, ser capaz de aguantar el peso de las Nigiri-Game en las manos du-rante varios minutos, es un ejerci-cio que requiere práctica.

1. Shiko Dachi

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De la misma forma que en el ejercicio anterior realizamos la apertura tradicional enfrente de los Kigu, y los recogemos del suelo, sólo que esta vez vamos a aguantar en Sanchin Dachi.

Avanzamos lentamente paso a paso cuidando que nuestra postura sea correcta, parando un momento cuanto estemos bien asentados, con el fin de corregir el alineamiento articular y adop-tar una tensión muscular apro-piada. Los puntos importantes de esta postura son la torsión de la cadera, la posición de los pies y las rodillas. Una vez asentados en cada paso, en una correcta posición de Sanchin Dachi, ele-vamos las jarras hasta la altura del hombro, produciendo una inestablidad en el agarre, y ac-tivando los músculos del brazo y hombro. Es un levantamien-to razonablemente sencillo, pudiendo ser ejecutado por los principiantes.

De la misma forma podemos intentar levantar los kigu des-cribiendo un arco frontal hasta colocarlos completamente hori-zontales. Este se trata de un ejer-cicio sumamente complicado, recomendado únicamente para practicantes avanzados que son capaces de sostener las jarras durante largos períodos de tiem-po. Foto “levantamiento 2”

Con el trabajo regular de Nigiri Game conseguiremos desarrollar fuerza en nuestro agarre, estabilizando las débi-

les articulaciones y tendones de los dedos, aspecto fundamental para el correcto desempeño en los ejercicios de Oyo y bunkai, indispensables en toda práctica de artes marciales okinawenses tradicionales, así como desarro-llar la fuerza de los músculos de los brazos, hombros y espalda, cuya consecuencia será el au-mento de la potencia de nuestras técnicas de Karate.

Tras 6 meses de entregas, fina-lizamos esta serie sobre el Hojo Undo, en donde hemos intenta-do arrojar un poco de luz sobre el apasionante mundo de las herramientas tradicionales de Okinawa, siempre describiendo los fundamentos biomecánicos, objetivos y beneficios de la prác-tica de las herramientas más básicas y conocidas. Espero que algunos de los Karatekas o artis-tas marciales que habéis segui-do esta serie hayáis encontrado provechosa esta información, y os hayáis planteado introducir ejercicios de Hojo Undo en vues-tro entrenamiento regular, estoy seguro de que obtendréis gran-des beneficios y apreciaréis otro punto de vista diferente en el en-trenamiento del Karate.

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1. Sanchin Dachi

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| ARTES MARCIALES DE OKINAWA |

Con el trabajo regular de Nigiri Game conseguiremos desarrollar fuerza en nuestro agarre, estabilizando las débiles articulaciones y tendones

Conseguiremos desarrollar la fuerza de los músculos de los brazos, hombros y espalda, cuya consecuencia será el aumento de la potencia de nuestras técnicas de Karate

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