los problemas de conducta en adolescentes

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 Resumen La investigación se ha realizado sobre la base de una muestra aleatoria de 531 adoles- centes de edades comprendidas entre los 12 y 16 años, que representan a la población general. El objetivo que pretende es analizar la relación entre los problemas de conducta del adolescen- te y algunas variables del entorno sociofamiliar como la estructura familiar, la clase social y los estilos educativos de los padres. Asimismo, se analiza el peso que la estructura de la persona- lidad y/o la crianza tiene en la manifestación de los problemas conductuales de los hijos. Los resultados muestran que los problemas conductuales en las dimensiones exteriorizada e interiorizada están muy relacionados con los hábitos de crianza, principalmente, con los fac- tores de  Disciplina, Apoyo y Autonomía . Igual- mente, las variables socio-familiares como la clase social y la estructura familiar mantienen una conexión significativa con la emisión de las conductas antisociales. Palabras Clave Problemas de Conducta. Hábitos de Crianza, Estructura de la Personalidad. Estructura fami- liar. Clase social. Abstract The research used a sample of 531 teena- gers whose ages ranged from 12 to 16, who re- present the general population. The aim was to analyze the relation between teenagers’ conduct problems and some social and family environ- mental variables such as family structure, so- cial class and parents’ educational styles. Like- wise, the impact of personality structure as well as upbringing on the manifestation of children’s behaviour problems were also analyzed. The results show that externalising and in- ternalising problem behaviours are highly rela- ted to upbringing, mainly, to the following fac- tors  Discipline, Support and  Autonomy. Social class and family structure are also connected with antisocial behaviours. Key words Problems Behaviours. Upbringing. Persona- lity Structure. Family structure. Social class.  A  NA M  ARÍA T UR  , M  ARÍA V  ICENTA M  ESTRE Y V  ICTORIA DEL B  ARRIO / ACCIÓN PSICOLÓG ICA, 2004, vol. 3, n.  o 3, 207-221 207 LOS PROBLEMAS DE CONDUCT A EXTERIORIZADOS E INTERIORIZADOS EN LA ADOLESCENCIA: RELACIONES CON LOS HÁBITOS DE CRIANZA Y CON EL TEMPERAMENTO EXTERIORIZED AND INTERIORIZED BEHA VIOUR PROBLEMS IN ADOLESCENTS: RELATIONSHIP WITH UPBRINGING AND TEMPERAMENT ANA MARÍA TUR*, MARÍA VICENTA MAESTRE* Y VISTO RI A DEL BARRIO** 1 * Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Básica. Avda. Blasco Ibáñez, 21 46010. Valencia **UNED. Departamento de Psicología de la Personalidad, Evaluació n y T ratamiento Psicológicos. Madrid 1 UNED. Departamento de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos. Madrid.

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Investigación sobre los cambios de conducta en adolescentes

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  • Resumen

    La investigacin se ha realizado sobre labase de una muestra aleatoria de 531 adoles-centes de edades comprendidas entre los 12 y 16aos, que representan a la poblacin general.El objetivo que pretende es analizar la relacinentre los problemas de conducta del adolescen-te y algunas variables del entorno sociofamiliarcomo la estructura familiar, la clase social y losestilos educativos de los padres. Asimismo, seanaliza el peso que la estructura de la persona-lidad y/o la crianza tiene en la manifestacin delos problemas conductuales de los hijos.

    Los resultados muestran que los problemasconductuales en las dimensiones exteriorizada einteriorizada estn muy relacionados con loshbitos de crianza, principalmente, con los fac-tores de Disciplina, Apoyo y Autonoma. Igual-mente, las variables socio-familiares como laclase social y la estructura familiar mantienenuna conexin significativa con la emisin de lasconductas antisociales.

    Palabras Clave

    Problemas de Conducta. Hbitos de Crianza,Estructura de la Personalidad. Estructura fami-liar. Clase social.

    Abstract

    The research used a sample of 531 teena-gers whose ages ranged from 12 to 16, who re-present the general population. The aim was toanalyze the relation between teenagers conductproblems and some social and family environ-mental variables such as family structure, so-cial class and parents educational styles. Like-wise, the impact of personality structure as wellas upbringing on the manifestation of childrensbehaviour problems were also analyzed.

    The results show that externalising and in-ternalising problem behaviours are highly rela-ted to upbringing, mainly, to the following fac-tors Discipline, Support and Autonomy. Socialclass and family structure are also connectedwith antisocial behaviours.

    Key words

    Problems Behaviours. Upbringing. Persona-lity Structure. Family structure. Social class.

    ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 207

    LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EXTERIORIZADOS E INTERIORIZADOS EN LA ADOLESCENCIA: RELACIONES

    CON LOS HBITOS DE CRIANZA Y CON EL TEMPERAMENTO

    EXTERIORIZED AND INTERIORIZED BEHAVIOUR PROBLEMSIN ADOLESCENTS: RELATIONSHIP WITH UPBRINGING AND

    TEMPERAMENT

    ANA MARA TUR*, MARA VICENTA MAESTRE* Y VISTORIA DEL BARRIO**1* Facultad de Psicologa. Departamento de Psicologa Bsica. Avda. Blasco Ibez, 21 46010. Valencia

    **UNED. Departamento de Psicologa de la Personalidad, Evaluacin y Tratamiento Psicolgicos. Madrid

    1 UNED. Departamento de Psicologa de la Personalidad, Evaluacin y Tratamiento Psicolgicos. Madrid.

  • Introduccin

    Las investigaciones en torno a los proble-mas de conducta infanto-juvenil han demostra-do ampliamente la conexin que estos mantie-nen con las caractersticas paternas y con elentorno socio-familiar (Caprara y Zimbardo,1996; Sobral, Romero, Luengo y Marzoa, 2000;Eisenberg, Zhou, Losoya, Fabes, Shepard,Murphy, Reiser, Guthrie y Cumberland, 2003). Apesar de ello, no queda clara la relacin de cau-sa-efecto cuando se habla de problemas con-ductuales (Achenbach, 1995) por lo que se ha-bla, ms bien, de factores de riesgo y, encontraposicin, de factores de proteccin o resi-lience, entendida como la capacidad para lograruna adaptacin favorable a pesar de las cir-cunstancias adversas (Vanistendael y Lecomte,2002; Eisenberg, Valiente, Fabes, Smith, Reiser,Shepard, Losoya, Guthrie, Murphy y Cumber-land, 2003).

    Los factores de riesgo, que han demostradomantener relaciones significativas con los ele-mentos de crianza, constituyen un amplio aba-nico de elementos y hechos que abarcan tantofactores personales de los padres y de los hijos,como las caractersticas demogrficas y socio-ambientales.

    En primer lugar y en relacin con las carac-tersticas personales de los padres que han sidoobjeto de estudio, cabe sealar aquellas que ver-san sobre las enfermedades mentales, delincuen-cia o antecedentes de conducta antisocial, alco-holismo y drogadiccin (Rutter, 1994). Otras,centradas en aspectos de la personalidad como ladepresin, el neuroticismo, la extraversin o elestrs (Woodworth, Belsky y Crnic, 1996). Y otrasque analizan los problemas afectivos y de calidadde las relaciones conyugales (Baumrind, 1991;Gotlib y Avison, 1993; Grusec, Goodnow yKuczynski, 2000; Mestre, Fras, Samper y Na-cher, 2003; Tur, Mestre y Del Barrio, 2004). Detal forma que la conflictividad familiar, la estruc-tura de la misma familia y la psicopatologa delos progenitores contribuyen, entre otros, al de-sarrollo de los trastornos conductuales y emo-cionales de los hijos (Gotlib y Avison, 1993; Bra-gado, Bersab y Carrasco, 1999).

    En el otro extremo y por los mismos moti-vos, las caractersticas de los nios tambin han

    sido objeto de diferentes estudios. Los resulta-dos indican que los rasgos temperamentalescomo el neuroticismo, la impulsividad y la ines-tabilidad emocional inciden negativamente en laconducta (Caprara y Pastorelli, 1993; Mestre,Samper y Fras, 2002). Igualmente, tienen unarelacin negativa con la conducta, con la bs-queda de sensaciones, con la impulsividad y conel locus de control externo (Chico, 2000; Sobral,Romero, Luengo y Marzoa, 2000). Semejantesituacin se produce con variables cognitivo-emocionales como la empata, la emocionali-dad controlada y los sentimientos de autocon-trol, al demostrar que stos actan comoagentes inhibidores frente a la exteriorizacinde las conductas agresivas (Mestre, Fras, Sam-per y Nacher, 2003)

    Otras investigaciones han implicado a am-bas, tanto a las caractersticas paternas comoal temperamento de los hijos, incluyendo, eneste sentido, el grado de emocionalidad, de au-tocontrol o de autorregulacin, en la competen-cia social de los mismos nios ( Eisenberg, Fa-bes, Guthrie y Reiser, 2000; Mestre, Samper yFras, 2002; Mestre, Fras, Samper y Nacer,2003; Tur, Mestre y del Barrio, 2004). Asimis-mo, se ha comprobado que ambas dimensio-nes, las caractersticas de los padres y el tem-peramento del hijo, inciden sobre lapersonalidad de ste ltimo (Bandura, 1999).

    En relacin con las caractersticas demogr-ficas y socio-ambientales, diferentes estudiosponen el acento en la importancia del aprendi-zaje social-cognitivo (Bandura, 1986,1999). Seha verificado que los factores sociales son cru-ciales a la hora de inculcar modelos o estiloseducativos, tanto desde la perspectiva de losprogenitores como de los hijos, ya que ambos sealimentan de lo que observan y de lo que, parabien o para mal, est permitido y es adecuado oinadecuado en el entorno en el que se desen-vuelven (Bandura, 1999; Grusec, Goodenow yKuczynski, 2000; Eisenberg, Zhou, Losoya, Fa-bes, Shepard, Murphy, Reiser, Guthrie y Cum-berland, 2003).

    En cualquier caso, entre las caractersticassocio-ambientales, que han sido investigadas,se encuentran el clima familiar (Caprara y Zim-bardo, 1996; Mestre, Fras, Samper y Nacher,2003), la clase social (Mayor y Urra, 1991; Ro-

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  • mero, 1996; Sobral, Romero, Luengo y Marzoa,2000; Del Barrio, Mestre, Tur y Samper, 2004),el sexo de los padres (Lytton y Romney,1991), laedad de los padres (Kandel, 1990; Hann,Osofsky, Barnard y Leonard, 1994; King Rad-pour, Naylor, Segal y Jouriles, 1995), y las se-paraciones y los divorcios (Amato y Booth,1991; Del Barrio, 1997, 1998).

    As pues, se puede afirmar que la familia y elentorno en el que crece el nio aporta los mode-los a seguir y, al tiempo, sirve de poso para laejecucin de las futuras conductas. De este modo,la mala calidad de las relaciones puede ser pre-cursora de la agresin y facilitar la vulnerabilidademocional en el nio (Grusec, Goodenow yKuczynski, 2000; Eisenberg, Gershoff, Fabes,Shepard, Cumberland, Losoya, Guthrie yMurphy, 2001). Se han demostrado efectos nega-tivos cuando las relaciones estn cargadas de hos-tilidad y de abuso fsico, aun en el caso de que secontrolen las variables ecolgicas familiares ybiolgicas del nio (Dodge, Bates y Pettit, 1990).O cuando viven inmersos en climas emocionalesfros e irascibles con pocas manifestaciones decario procedentes de los padres (Cumming yZahn-Waxler, 1992). O en ambientes donde reinauna disciplina parental inconsistente y con au-sencia de reglas disciplinarias (Hoffman, 1975;Maccoby y Martn, 1983; Baumrind, 1989; Het-herington y Parke, 1993; Grusec y Goodnow,1994; Grusec, Goodnow y Kuczynski, 2000).

    Asimismo, las relaciones paterno-filialespueden quedar marcadas por determinados fac-tores exgenos, que ejercen, a su vez, una in-fluencia directa sobre el carcter de las personaso sobre su asentamiento emocional. Estos fac-tores se refieren a la inestabilidad laboral, alapoyo social percibido por los progenitores y ala calidad de las relaciones que stos estable-cen con su entorno (Bronfenbrenner, 1990;Scarr, 1992); y a las expectativas de los padrespara que los hijos alcancen la independenciaeconmica lo antes posible (Cox y Paley, 1997;Del Barrio, 1998). Por tanto, para concluir, sepuede afirmar que los factores del entorno in-fluyen sobre las prcticas de crianza o estiloseducativos de los padres y que stos fomentanun tipo de relacin u otro, adaptndola a las re-acciones de los hijos. Todo ello, canalizar lafutura personalidad del hijo y su adaptacin so-cial y emocional al entorno circundante.

    Este estudio persigue el objetivo de analizarla relacin entre problemas de conducta quemanifiesta el adolescente, en sus dimensionesinteriorizada y exteriorizada, y algunos facto-res como la estructura de la personalidad y elentorno socio-familiar en el que se desarrolla.En concreto, los estilos de crianza y las variablesdemogrficas de estructura familiar y clase so-cial. A modo de resumen las variables analiza-das son:

    a La estructura de la personalidad.

    b Variables del entorno prximo que inclu-yen los estilos de crianza, la estructura fa-miliar y la clase social.

    c Variables personales relativas a la con-ducta externalizada e internalizada

    Se espera obtener conexiones entre ambosextremos, es decir, los problemas conductuales ylos factores ambientales analizados. De la mis-ma forma, perseguimos analizar el valor discri-minativo de los factores de crianza frente a losestructurales de la personalidad ante la mani-festacin de las conductas difciles de los ado-lescentes. Todo ello, en una etapa evolutiva, laadolescencia inicial y media, en la que se incre-mentan los conflictos relacionales paterno-filia-les (Smetama y Asquith, 1994; Motrico, Fuentesy Bersab, 2001). Con todo, y al hilo de las in-vestigaciones, cabe esperar que los factores am-bientales modularn la emisin de problemasde conducta en mayor medida que los factoresrelacionados con la estructura de la personali-dad.

    Mtodo

    Participantes

    El estudio se ha realizado sobre una mues-tra, obtenida aleatoriatoriamente, de 531 alum-nos y sus madres. Aunque la muestra inicial fuede 1006 adolescentes, ms del 50 % de la mismano se ha tenido en cuenta para realizar los an-lisis estadsticos, dado que se ha adoptado elcriterio de estudiar la poblacin que haba cum-plimentado la totalidad de los cuestionarios.

    La seleccin del alumnado se ha realizadoatendiendo a los siguientes criterios: que cur-

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  • saran la Etapa Educativa de la Secundaria Obli-gatoria, que estuvieran escolarizados en Cen-tros Pblicos y Concertados, que se encontraranen lugares geogrficos diferentes de la Comuni-dad Valenciana.

    De los 531 alumnos, 278 realizan los estu-dios en la Escuela Pblica 118 chicos y 160chicas, y 253 en la Escuela Privada-Concerta-da, de stos 148 son chicos y 105 chicas. Tienenentre 12 y 16 aos, aunque, debido al efecto derepetir algn curso a lo largo de su escolariza-cin, encontramos a 22 alumnos de 16 aos y 7que han cumplido los 17, lo que representa el4,1% y el 1,3% respectivamente. Todos ellos vi-ven en los municipios de Elche (152 sujetos),Alboraia (34), Paterna (107), Torrent (112), Va-lencia (94) y La Vall dUix (32 adolescentes).Por lo tanto, pertenecen a las tres provincias va-lencianas.

    Procedimiento

    La fuente de informacin sobre la que se habasado la investigacin ha abarcado al mismoalumnado y a sus madres. Se considera que lasprogenitoras, a pesar de la transformacin delpapel de la mujer en la sociedad actual, conti-nan teniendo un papel superior a los padres enlos problemas cotidianos del hogar, an tenien-do trabajo extradomstico (Parra y Oliva, 2002;Valio y Lpez, 2004)

    Para tomar los datos y pasar los cuestiona-rios, un equipo de profesionales se desplaz alos Centros Educativos y, en este entorno, se or-ganizaron las sesiones de una hora de duracin.Al tiempo, se entreg a las familias el cuestio-nario sobre hbitos de crianza Parent-ChildRelationship Invertory (PCRI-M) (Gerard,1994) y el Child Behavior Checklist (CBCL)(Achenbach y Edelbrock, 1978, 1983) para sucumplimentacin, acompaado de una sesininformativa y una carta de presentacin. Se con-t con el apoyo de los profesores para la recogi-da de la informacin procedente de la familia.

    Con esta informacin se han llevado a cabodiferentes anlisis estadsticos por medio delSPSS, dirigidos a contrastar los objetivos defi-nidos anteriormente. Para ello, se han elabora-do, en primer lugar, diferentes anlisis de va-

    rianza entre los hbitos de crianza y las varia-bles descriptivas formuladas, constituidas porla estructura familiar y por la clase social. En se-gundo, un anlisis de correlacin entre los fac-tores de crianza, el temperamento y los proble-mas de conducta con la finalidad de hacer unaprimera aproximacin a las vinculaciones quepuedan mantener entre s ambas variables. Encualquier caso, se espera verificar la relacin deinterdependencia entre los hbitos de crianza ylos problemas de conducta que manifiesta eladolescente, informados, en este caso, por lasmismas madres.

    Finalmente, se ha procedido a realizar sen-dos anlisis discriminantes entre variables, conel objetivo de estudiar el peso de los hbitos decrianza y de la estructura de la personalidad enla afloracin de los problemas conductuales enla adolescencia, en su dimensin internalizada yexternalizada. En ambos han actuado como va-riables independientes los hbitos de crianza yla estructura de la personalidad. Y como varia-bles dependientes los problemas de conducta.Para ello, se han distribuido en tres grupos laspuntuaciones de cada uno de los factores de losdiferentes instrumentos BFQ, PCRI-M yCBCL. El criterio aplicado para la obtencinde los grupos ha sido el de tomar las puntuacio-nes que estuvieran por encima o por debajo dela media en una desviacin tpica. Con la apli-cacin de este criterio se han obtenido los si-guientes grupos: (i) un grupo bajo, alejado 1dt dela media (1dt); (ii) un segundo grupo, o grupointermedio, comprendido entre +1 dt de la me-dia; (iii) por ltimo, el tercero es el grupo altoque aglutina a los sujetos que han obtenido pun-tuaciones por encima de la media en 1dt (+1dt).

    Instrumentos

    Child Behavior Checklist (CBCL) (Achenbachy Edelbrock, 1978, 1983). Adaptacin espaolade Del Barrio y Cerezo (1990).

    Autoinforme de puntuacin estndar con118 items, cerrados y abiertos. Valoran la per-cepcin de la madre sobre los problemas con-ductuales del nio. Se aplica a los padres/ma-dres de nios de edades comprendidas entre 4 y16 aos. El formato de respuesta para cadacuestin consta de 3 alternativas, presentadas

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  • en una escala de frecuencias. Evala los sndro-mes interiorizados y exteriorizados de los pro-blemas de conducta. Comprende los factores deAgresividad, Depresin, Conductas obsesivo-com-pulsivas, Delincuencia, Ansiedad Somtica, Pro-blemas Somticos, Delincuencia no socializada,Hiperactividad y Retraimiento Social.

    Las propiedades psicomtricas de la escalaapuntan que la fiabilidad test-retest oscila entre.80 y .90. La validez es de .78. La correlacin en-tre madre-padre es de .90, mientras que entrepadres y maestros flucta entre .60 y .70. Laconsistencia interna de la escala ha quedado de-mostrada en repetidas ocasiones (Achenbach yEdelbrock, 1983; Caprara, 1986; Caprara y Pas-torelli, 1989, 1993; Roa, 2000).

    Parent-Child Relationship Invertory (PCRI-M) (Gerard, 1994) (Adaptacin espaola de Roay del Barrio, 2001)

    Valora las actitudes de la madre hacia lacrianza y hacia los mismos hijos. Est consti-tuido por 78 items. De ellos 56 son directos y 26inversos. Los items directos se formulan sobrela base de las dificultades percibidas acerca dela crianza. Los inversos sobre la percepcin po-sitiva de la madre sobre la misma. Comprende 8escalas: Apoyo, Satisfaccin por la crianza, Com-promiso, Comunicacin, Autonoma, Disciplina,Distribucin de Rol y Deseabilidad Social. Laspuntuaciones altas indican una buena actitudhacia la crianza.

    Los datos psicomtricos, aportados por elautor, obtienen un coeficiente alfa de Cronbachentre .70 y .88. La fiabilidad test-retest alcanzaentre .68 y .93. En poblacin espaola, a partirdel mismo estadstico, la fiabilidad oscila entre.48 y .68 (Roa y Del Barrio, 2001). En este estu-dio el alfa oscila entre .52 y .70 para las diferen-tes escalas del cuestionario.

    Big Five Questionnaire (BFQ) de Caprara,Barbanelli, Borgogni y Perugini (1993; 1994).Adaptacin espaola realizada por Carrasco(2001)

    A travs de 65 items evala los factores queintervienen en la estructura de la personalidad,basada en la teora de los Cinco Grandes (BigFive). Estos factores se refieren a Energa, Amis-tad, Conciencia, Estabilidad Emocional y Aper-tura a la experiencia. Se presenta mediante una

    escala tipo likert con formato de respuesta de 5alternativas.

    Las caractersticas psicomtricas del cuestio-nario, aportadas mediante el alpha de Cronbach,fluctan entre .74 y .90 para cada uno de los fac-tores (Caprara y Zimbardo, 1996). En poblacinespaola, Carrasco (2001), la fiabilidad oscila en-tre .61 para el factor Amistad y .87 para Concien-cia. En medio se encuentran Energa y Estabili-dad Emocional con .77 cada uno y con .82Apertura. En este estudio, el coeficiente de fiabi-lidad, obtenido a partir del mismo estadstico,apunta entre .65 para el factor Amistad a .83 enConciencia y Apertura. Energa y Estabilidad Emo-cional obtienen .79 y .82, respectivamente.

    Indice de posicin social de Hollingshead(1957). Este instrumento permite determinar laposicin social a travs de la combinacin de 2factores, la profesin y el nivel de estudios delpadre. Solamente, en aquellos casos en los quela madre se constituye como cabeza de la fami-lia por razones de viudedad, separacin o solte-ra, es ella quien aporta los datos referentes a suprofesin y a su nivel de estudios.

    El Indice de Hollingshead establece, de unaparte, siete categoras diferentes para la profe-sin del padre, que van desde grandes ejecuti-vos, profesores o jueces, hasta trabajadores nocualificados. Y, de otra, una gama de siete cate-goras para los estudios, desde licenciado uni-versitario hasta estudios de algn curso de laEnseanza Bsica. La combinacin de ambosfactores, profesin y nivel de estudios, permiteobtener la posicin que ocupa la familia y,con ella, el sujeto dentro de la estructura dela sociedad. Este ndice divide en 5 niveles losestratos sociales: I:Alta; II: Media-alta; III: Media;IV: Media-Baja; y V: Baja.

    Resultados

    En primer lugar, cabe sealar la relacin en-tre los problemas conductuales de los adoles-centes y la clase social, y entre aquellos y la es-tructura familiar. Las tablas 1 y 2 muestran laconexin que establecen estas variables tras losanlisis de varianza elaborados al efecto.

    Por lo que se refiere a la clase social, staofrece una situacin de contraste. De una parte,

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  • muestra relaciones significativas con los pro-blemas interiorizados de Depresin, Obsesivo-Compulsivo, Problemas somticos, Retraimien-to y Delincuencia-no social. De otra, nomantiene relaciones significativas con los pro-blemas de conducta implcitos en la dimensinexteriorizada, como son la agresividad, la hipe-ractividad, la delincuencia y, en menor medida,la ansiedad somtica. En cualquier caso, y alamparo de los resultados obtenidos, cabe sea-lar que los estratos sociales bajos mantienenmayores conexiones con los problemas conduc-tuales interiorizados, como el retraimiento, losproblemas somticos, la depresin o los trastor-nos obsesivo-compulsivos..

    La vinculacin entre los factores interiori-zados del CBCL y la clase social, confirma la co-nexin entre trastornos de conducta y clases so-ciales bajas, que se manifiesta, de formagradual, a medida que decrece el estatus socio-econmico, de tal forma que los trastornos seagravan en las clases sociales ms desfavoreci-das. Con todo, las clases sociales I, II y III tien-den a equipararse. A partir de ah, se produceun aumento paulatino de las puntuaciones, quevan agudizndose en la medida que decrece laclase social. En este sentido, al hilo de los resul-tados, los adolescentes de la muestra pertene-cientes a la clase social IV tienen mayor proba-bilidad de manifestar problemas conductuales,que los de las clases sociales I, II y III y, a su vez,la probabilidad sube en la clase social V. En losfactores de Retraimiento y Depresin la diferen-

    cia entre las clases sociales III y V llega a ser decasi un punto (Tabla 1).

    Los resultados obtenidos indican que laclase social constituye un factor de riesgo parala emisin de problemas conductuales. Dichasconclusiones se encuentran en la misma lneaque las obtenidas por Mayor y Urra (1991).Con todo, se trata de una variable controver-tida que obtiene resultados contradictorios en los diferentes estudios (Farnworth, Thorn-berry, Kronhn y Lizotte, 1994; Romero, 1996;Roa, 2000; Sobral, Romero, Luengo y Mar-zoa, 2000).

    En cuanto a la conexin entre los proble-mas de conducta y la estructura familiar, opera-tivizada como familia completa o nuclear vs.familia monoparental, cabe sealar, como mues-tra la tabla 2, una importante vinculacin entreambas variables, donde prcticamente todos losfactores mantienen relaciones significativas conla estructura familiar. Excepcin hecha con losfactores Depresin y Problemas somticos, quese mantienen al margen.

    Sobre la base de los resultados se puede in-dicar que los problemas conductuales tienenmayor incidencia en familias monoparentales.Una vez ms, la familia nuclear puede estar enmejores condiciones para establecer criterios ymostrar un mayor apoyo ante la labor educati-va, lo que puede determinar un mejor estilo edu-cativo. Todo ello, por tanto, puede tener una in-cidencia positiva en la conducta del adolescente

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    TABLA 1. Relacin entre los problemas de conducta y la clase social

    FACTORES CLASE SOCIAL

    CBCL I II III IV V F Sig.

    Agresividad ns ns ns ns ns ns nsAnsiedad somtica ns ns ns ns ns ns nsDelincuencia ns ns ns ns ns ns nsHiperactividad ns ns ns ns ns ns nsDelincuencia-no social 0,7 1,172 0,831 1,165 1,153 2,145 ,016Depresin 3,333 2,586 3,347 3,854 4,211 1,988 ,020Obsesivo-Compulsivo 1,366 1,517 1,505 2,000 2,211 2,541 ,005Problemas somticos 1,233 0,931 1,336 1,455 1,663 2,790 ,007Retraimiento 2,266 2,827 2,652 2,994 3,559 2,115 ,012Puntuacin total ns ns ns ns ns ns ns

  • y facilitar, a la vez, la disminucin del grado deproblematicidad de la conducta.

    En el lado opuesto, cuando uno de los pro-genitores se encuentra slo ante la crianza pue-de reducir la percepcin de apoyo emocional ysocial hacia la labor educativa, elevar la incon-sistencia en los criterios de disciplina y, a la vez,sentirse menos comprometido e interaccionaren menor medida con el hijo. Esto puede con-ducir a una falta de criterios y a cierta inseguri-dad en la crianza, lo que puede fomentar losproblemas conductuales de los adolescentes. Portanto, al hilo de los resultados se puede con-cluir que ambas variables, familia monoparentaly clase social baja, se constituyen como factoresde riesgo ante la manifestacin de los problemasde conducta de los adolescentes.

    A continuacin se ha realizado un anlisiscorrelacionar, entre los hbitos de crianza y losproblemas conductuales de los adolescentes,ambos percibidos por las madres, con la finali-dad de estudiar la relacin establecida entreambas. El anlisis muestra correlaciones signi-ficativas negativas, p< 0.01 y p

  • Seguidamente se ha analizado el peso deltemperamento y de la crianza ante la emisinde los problemas conductuales. Con esta fina-lidad se ha recurrido al anlisis discriminantepara, as, estudiar el efecto de las variablespredictoras que mejor discriminen ante la ma-nifestacin de los problemas de conducta. Lle-gado a este punto se han organizado dos an-lisis discriminantes, utilizando como variablesdependientes, en uno los sntomas externali-zados, en otro los internalizados. Sendos an-lisis se han realizado con la tcnica multiva-riada del Anlisis Discriminante en ModoAnlisis, puesto que el objetivo perseguido esconocer la influencia de las variables predicto-ras estructura de personalidad y estilos de lacrianza sobre los problemas conductualesinteriorizados y exteriorizados en sus condi-ciones de altas y bajas, es decir, el grupo de su-jetos que obtienen puntuaciones superiores ala media ms una desviacin tpica y el grupoque est en la media menos una desviacin t-pica.

    Centrados en los problemas de conducta in-teriorizados, el anlisis discriminante paso apaso, realizado con una submuestra de 182sujetos, 89 incluidos en el grupo bajo y 93 en elgrupo alto, aporta una correlacin cannicade 0,678, estadsticamente significativa para di-ferenciar los dos grupos de problemas de con-ducta interiorizada. Dicho anlisis reduce a sie-

    te las variables que poseen fuerza suficientepara discriminar en el criterio de menor y ma-yor internalidad.

    Para llevar a cabo este anlisis ha sido nece-sario recurrir a la opcin de grupos separados,dado que las matrices de covarianza no eraiguales (M de Box=56.139, F28, 112442.2 = 3.117,p=0,002). La clasificacin se ha realizado, portanto, atendiendo a las matrices de covarianzade los grupos para las funciones cannicas dis-criminantes (M de Box = 0.229, F1, 97072.06 =0,228, p = 0,633).

    La funcin discriminante clasifica correcta-mente el 83,5% de los casos, utilizando los dosgrupos de problemas de conducta interiorizada(alto/bajo). Este porcentaje se distribuye en el84,3% para el grupo bajo, en sntomas interiori-zados0, y el 82,8% para el grupo alto, que es elcolectivo que mantiene manifestaciones eleva-das de sntomas internos. La asignacin de lossujetos a los subgrupos se ha basado en el gradode semejanza a las respuestas medias o centroi-des de la funcin discriminante. Estas se co-rresponden con el 0,937 para el grupo bajo, demenor internalidad y 0,896 para el grupo alto,de mayor internalidad.

    Los coeficientes de estructura, que repre-sentan la correlacin de las puntuaciones decada variable con las puntuaciones de la fun-cin discriminante, permiten obtener las varia-

    214 ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221

    TABLA 3. Correlaciones significativas entre estilos de crianza y problemas conductuales de los adolescentes

    ESCALAS DEL PARENT-CHILD RELATIONSHIPS INVENTORY ( PCRI-M)

    FACTORES CBCL Apoyo Autonoma Comunicacin Deseabilidad Disciplina Distribucin Implicacin Satisfaccin Totalsocial de rol crianza

    Agresividad -339** -342** -138** 166** -492** ns -131** -256** -395**Ansiedad somtica -217** -213** ns 146** -280** ns ns -138** -221**Delincuencia -193** -170** -126** ns -345** -107* -095* -216** -280**Hiperactividad -294** -264** -196** 183** -379** ns -181* -223** -350**Delincuencia-no social -194** -282** -146** ns -325** -089* -168** -272** -333**Depresin -322** -219** -141** ns -262** -113** ns -181** -290**Obsesivo-Compulsivo -284** -243** -100* 086* -364** -115** -089* -192** -311**Problemas somticos -216** -213** ns ns -285** ns -091* -149** -253**Retraimiento -383** -320** -154** 163** -460** -095* -196** -234** -409**Total -381** -345** -170** 160** -489** -112* -162** -274** -429**

    Nivel de significatividad:** 0,01 * 0,05

  • bles que el anlisis discriminante selecciona portener mayor poder discriminador, en la condi-cin de alta y baja internalidad. De esta forma,aquellos coeficientes de correlacin cercanos acero indican una escasa asociacin entre am-bas puntuaciones, mientras que, los que se acer-can a la unidad anuncian una alta asociacinentre las variables independientes y la funcindiscriminante.

    En este caso, como se puede observar en latabla 4, la variable con mayor poder discrimi-

    nador corresponde a Disciplina (.792), seguidode Apoyo (.652), y de Autonoma (.543). Conti-nan Inestabilidad (.377) y Satisfaccin (.329).Las tres primeras, junto con satisfaccin, co-rresponden a diferentes aspectos implcitos en lacrianza. Mientras que Inestabilidad forma partede los factores estructurales de la personalidad.Los factores estructurales de Amistad, con carganegativa en la funcin discriminante, y Con-ciencia apenas tienen importancia puesto quese encuentran en ndices excesivamente bajos ycercanos a cero (.088 y .018, respectivamente)

    ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 215

    TABLA 4. Saturaciones de las variables en la funcin discriminante(condicin altos / bajos problemas de conducta internalizados)

    Variables independientes

    Cuestionario FactoresFuncin I

    PCRI-M (1) Disciplina .792PCRI-M Apoyo .652PCRI-M Autonoma .543BFQ (2) Estabilidad .377PCRI-M Satisfaccin .329BFQ Amistad -.088BFQ Conciencia .018

    (1) PCRI-M: Parent-Child Relationship Inventory (Gerard, 1994)(2) BFQ: Big Five Questionnaire de Caprara et al., (1993; 1994)

    En relacin con la dimensin exteriorizadade los problemas de conducta, el anlisis dis-criminante paso a paso (Wilks) confirma,igualmente, que la funcin discriminante es es-tadsticamente significativa para diferenciar alos dos grupos de externalidad (n menor Exter-nalidad = 108; n mayor Externalidad = 81) conuna correlacin cannica de 0.667, p

  • precisado seleccionar para realizar su funcin,aquellas que muestran mayor poder discrimi-nador son Disciplina (.879), Autonoma (.546),Apoyo (.464), Estabilidad (.395) y Apertura(.358), sta ltima con signo negativo. Todosaluden al mbito de los estilos de crianza, ex-cepto Estabilidad que forma un factor estructu-ral de la personalidad (Tabla 5).

    Estos resultados son indicadores de la im-portancia que el entono familiar, observado atravs de los hbitos de crianza que percibenlas madres, ejerce sobre la conducta del adoles-cente internalizada y externalizada. Por lo tanto,los problemas interiorizados y exteriorizadospueden ser regulados, en gran medida, por lamediacin del ambiente bien hacia peor, agra-

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    vndolos, bien hacia mejor, atenuando o alige-rando las dificultades comportamentales.

    En relacin con la contribucin que la es-tructura de la personalidad infiere sobre los pro-blemas conductuales, la vinculacin es bastantebaja. nicamente el factor Estabilidad mantienerelaciones significativas tanto con la dimensininterna como con la externa, con coeficientesde correlacin de .377 y .395, respectivamente.

    En este sentido, se puede afirmar que la es-tabilidad emocional, como capacidad que con-duce a saber dominar ciertas emociones comola ansiedad y el control del estrs, o los impulsoscomo el dominio de la irritabilidad, la clera ola frustracin, sostiene relaciones significativaspositivas con la afloracin de los problemas con-ductuales en ambas facetas, interiorizados-exte-riorizados.

    Adems, los problemas conductuales de ten-dencia interna sostienen relaciones significati-vas, con signo negativo, con el factor estructuralde Apertura. Todo esto viene a indicar que la ap-titud de los adolescentes para abrirse a la nove-dad, as como la tolerancia en los valores y enlos estilos de vida o la capacidad de ampliar losintereses culturales, se constituyen en factores

    protectores ante a la exteriorizacin de los pro-blemas conductuales. Por otra parte, tambines signo de que la facultad de los sujetos deabrirse a la novedad, sin bloquearse, y de sertolerante ante posiciones enfrentadas, afectams a la dimensin exteriorizada y, dentro deella, a los factores de hiperactividad o delincuen-cia, y menos a la interiorizada.

    Discusin

    Los resultados de la investigacin muestranconexiones entre los problemas de conducta deladolescente y las variables relativas al entornosociofamiliar. De entre ellas, se observan aso-ciaciones consistentes con el estilo de crianzaque reina en los hogares. Un estilo educativoque fomente relaciones clidas entre los miem-bros de la familia y que establezca criterios dis-ciplinarios slidos y consistentes, sin obviar lasnecesidades internas de cada uno de los com-ponentes, es un estilo que cuenta con garantapara salvar con xito las situaciones difcilesque puede atravesar la familia.

    En primer lugar, los anlisis realizados conla Clase Social indican que esta variable mantie-

    TABLA 5. Saturaciones de las variables en la funcin discriminante(condicin altos / bajos problemas de conducta externalizados)

    Variables independientes

    Cuestionario FactoresFuncin I

    PCRI-M (1) Disciplina .879PCRI-M Autonoma .546PCRI-M Apoyo .464BFQ (2) Estabilidad .395BFQ Apertura .358

    (1) PCRI-M: Parent-Child Relationship Inventory (Gerard, 1994)(2) BFQ: Big Five Questionnaire de Caprara et al., (1993; 1994)

  • ne relaciones significativas con el desarrollo deproblemas conductuales, especialmente, con losfactores de delincuencia-no social, depresin, ob-sesivo-compulsivo, problemas somticos y retrai-miento. Los adolescentes pertenecientes a losestratos sociales ms desfavorecidos cuentancon mayores probabilidades de manifestar estetipo de trastornos. Los resultados demuestranque los chicos y chicas de las clases sociales I, IIy III mantienen una incidencia semejante en re-lacin con el grado de problematicidad de lasconductas manifiestas. La incidencia se elevaen las clases sociales IV y V, estratos socialesms bajos, que presentan mayores ndices deconductas antisociales. Estos resultados se en-cuentran en la lnea de los obtenidos por Mayory Urra (1991). Aunque, como se ha comentado,se trata de una variable controvertida dado quelos resultados obtenidos en otras investigacioneshan sido contradictorios (Farnworth, Thorn-berry, Kronhn, y Lizotte, 1994; Romero, 1996;Roa, 2000; Sobral, Romero, Luengo y Marzoa,2000).

    A pesar de esto, se puede considerar que unaclase social baja mantiene formas de comporta-miento propias y singulares, escaso nivel edu-cativo, poco apoyo social y deficiente satisfac-cin laboral, adems de un entorno vecindarioy amistades que se encuentra en condicionessemejantes. As pues, entendida en su contexto,puede llegar a constituir un factor de riesgo entanto en cuanto puede transmitir mensajes, va-lores y conductas prximos a los calificadoscomo poco adaptados (Cox y Paley, 1997; DelBarrio, 1998), como pueden ser la escasa aten-cin prestada a los hijos, debido a las condicio-nes adversas en las que se desenvuelve la vida delos propios progenitores, o el no dar importanciaal rendimiento escolar ni al esfuerzo por conse-guir mejores notas, o las expectativas de los pa-dres para que logren la independencia econmi-ca cuanto antes mejor, aun a costa de tenertrabajos sin cualificacin profesional (Bronfen-brenner, 1990).

    En segundo lugar, y en relacin con la es-tructura familiar, llama la atencin la situacinde vulnerabilidad que llega a tener la familiadesmembrada o monoparental. Las familiascompletas o nucleares, formadas por amboscnyuges y la prole, cuentan con mayores posi-bilidades de fomentar mejores hbitos de crian-

    za. Parece ser que la convivencia y la posibilidadde compartir decisiones relacionadas con laeducacin de los hijos, alientan a la madre y lapredisponen a enfrentarse a la crianza con en-tusiasmo y con actitud positiva.

    En el lado opuesto, la familia monoparentalpuede constituirse en factor de riesgo y, comotal, desencadenar o ser caldo de cultivo de lasconductas difciles, tanto en su dimensin in-terna como externa. El hecho de que uno de losprogenitores se encuentre slo ante la crianzapuede afectar a la percepcin de apoyo emocio-nal y social ante la labor de educacin-crianzade los hijos, que, como se ha comentado, es im-portante en estas situaciones.

    Con esto no se puede concluir que el hechode pertenecer a una familia monoparental com-porte problemas conductuales. Como se ha co-mentado, esta situacin se constituye nica-mente como factor de riesgo y, de esta forma,puede comportar cierta vulnerabilidad en de-terminadas ocasiones o ante la toma de deci-siones en momentos concretos, en los que pue-den aflorar sentimientos de inseguridad eincertidumbre. Ms todava, en la etapa evoluti-va analizada, de los 12 a los 15 aos, en la quelos cambios fsicos se acompaan de cambioscognitivos, emocionales y de bsqueda de nue-vas sensaciones, por lo que se le puede conside-rar, en s mismo, un periodo moldeable y sujetoa las influencias externas. Esto hace pensar quese trata de una etapa decisiva para la consolida-cin de los valores transmitidos desde la familia.A estos valores familiares se van incorporandolas influencias externas a travs de los entornossociales.

    Por lo tanto, en aquellas familias asentadassobre valores slidos, los enfrentamientos en-tre padres e hijos debidos a las ansias de liber-tad y de nuevas experiencias propias de estaetapa evolutiva transcurrirn de manera tran-sitoria. Por el contrario, la poca solidez en laeducacin de las primeras edades puede tenerconsecuencias muy negativas en el futuro delhijo. Se ha demostrado que la falta de accesibi-lidad y de supervisin de los padres, acompaa-da de la escasa o nula comunicacin paterno-fi-lial se relaciona con la tendencia de los hijos arelacionarse con compaeros conflictivos y afomentar conductas de riesgo de carcter anti-

    ANA MARA TUR, MARA VICENTA MESTRE Y VICTORIA DEL BARRIO / ACCIN PSICOLGICA, 2004, vol. 3, n.o 3, 207-221 217

  • social (Eisenberg, Fabes, Guthrie y Reiser, 2000;Sobral, Romero, Luengo y Marzoa, 2000; Mes-tre, Samper, Tur y Dez, 2001; Rodrigo, Mi-quez, Garca, Mendoza, Rubio, Martnez y Mar-tn, 2004).

    Se ha comprobado, asimismo, que los niosque viven una situacin traumtica, como con-secuencia de un divorcio despus de un periodode mala convivencia y de manifestaciones hos-tiles entre los cnyuges, tienden a incrementarlos problemas conductuales (Hodges y Bloom,1984); mantienen mayores dosis de conductasdelictivas y bajan bruscamente en los estudios(Roa y Del Barrio, 1998). Cuentan, tambin, conmayor riesgo a tener embarazos prematuros, acasarse precozmente y a abandonar el hogar(Thomas, Farrell y Barnes, 1996). Suelen mos-trar, tambin, descenso en el rendimiento, in-troversin social, baja autoestima y problemasconductuales. Esta situacin conduce a una dis-minucin del nivel socioeconmico en la edadadulta (Amato y Booth, 1991).

    Resultados semejantes se han obtenido enotras investigaciones, que comprueban la rela-cin entre algunas caractersticas del contextofamiliar, como las relaciones hostiles entre susmiembros, o relaciones de abuso, climas fami-liares fros y poco cariosos, criterios discipli-narios poco consistentes y ambivalentes, etc., yla agresin infantil (Baumrind, 1967,1973; Ban-dura, 1973; Patterson, 1982; Dodge, Bates y Pet-tit, 1990; Cummings y Zahn-Waxler, 1992; Ber-kowitz, 1993; Caprara, Pastorelli y Weiner, 1994;Caprara y Zimbardo, 1996; Krevans y Gibbs,1996; Del Barrio, 1998).

    Caprara, Pastoreli y Weiner (1994) y Capraray Zimbardo (1996) obtienen resultados que apo-yan el acercamiento social-cognitivo para en-tender los mecanismos de riesgo y desviacinde la conducta. Entre estos mecanismos los fac-tores ambientales las relaciones establecidasen el seno familiar o en el entorno escolarocupan un lugar destacado. El feedback emo-cional, los mensajes de los dems que recibenlos sujetos vulnerables y de riesgo, las atribu-ciones y las expectativas forjadas, constituyenfactores que conducen, casi irremediablemente,hacia la manifestacin de las dificultades com-portamentales. Por su parte, los adolescentesque reciben un feedback social positivo, y se per-

    ciben aceptados por los dems, tienden a definirestrategias alternativas de resolucin de proble-mas relacionales, antes de manifestar conductasnegativas (Pakaslahti y Keltikangas-Jrvinen,1996; Katainen, Rikknen y Keltikangas-Jrvi-nen, 1999).

    En la misma direccin, en un estudio recien-te, Mestre, Samper, Tur y Dez, (2001), han ob-tenido conexiones significativas entre las per-cepciones de los sujetos con respecto a las rela-ciones que mantienen con la madre o con el pa-dre, y los trastornos de conducta. Igualmente,aquellas modulan la disposicin prosocial de loshijos, lo cual interfiere con la conducta difcil.

    A modo de conclusin, cabe sealar que laafloracin de problemas de conducta, tanto enla dimensin exteriorizada como en la interiori-zada, guarda relacin con la crianza y con losestilos educativos de los padres. En ambas di-mensiones la situacin es semejante. Las varia-bles que mantienen una fuerza mayor en la fun-cin discriminante son Disciplina, Apoyo yAutonoma, seguidas de Inestabilidad emocio-nal. Las tres primeras forman parte de los fac-tores ambientales, mientras que la inestabilidademocional constituye un factor estructural de lapersonalidad. Y, de los tres primeros factores, esel de Disciplina el que obtiene valores ms altos,situndose alrededor de.800, lo que indica elfuerte peso de esta variable en el desarrollo delas conductas antisociales. Con todo ello, se pue-de concluir que las familias que actan median-te estilos de crianza firmes, sustentados sobrecriterios que inculcan la autonoma de todossus miembros y fomentan buenas relaciones in-trafamiliares, sobre la base del afecto y del cari-o, son las que mejores resultados obtienen enla educacin de los hijos. Un estilo de crianzaequilibrado forma un salvoconducto para laeducacin y el desarrollo de conductas asenta-das socialmente. Todo esto sugiere que los fac-tores ambientales tienen ms fuerza que los es-tructurales en el proceso de afloracin deproblemas conductuales interiorizados y exte-riorizados.

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