¿Llegó el fin de la guerra contra las FARC?

Esta semana con bombos y platillos, el Presidente, junto al líder máximo de las Farc, salieron ante la opinión pública a indicar que le habian puesto fecha para terminar los diálogos.

Sin embargo a los pocos días surgieron contradicciones entre lo que supuestamente se ha acordado.

Este proceso será el primero entre el Gobierno Colombiano y un grupo subversivo, enmarcado en las convenciones firmadas con las Corte Penal Internacional y el estatuto de Roma, este estatuto se estableció fundamentalmente para castigar los crímenes de lesa humanidad.

En el marco de ese estatuto que Colombia ratifico, con unas salvedades que pretendieron dar el espacio para que las farc se desmovilizaran mucho antes, pero no sucedió, muchos de los crímenes cometidos TIENEN que ser sancionados en el país de forma razonable (cárcel, en general)

En lo propuesto y discutido entre gobierno y farc, y de acuerdo con las últimas informaciones, se ha propuesto unos mecanismos que pretenden una “justicia restaurativa” dentro de las cuales no parecen existir penas privativas de la libertad para los principales autores (cabecillas) evento en el cual, si el país lo acepta (mediante un mecanismo que no se conoce, puesto que un referendo ya fue descartado) se establecería un tribunal especial con jueces internacionales, pero impondría penas “restaurativas”, lo cual eventualmente significa que los cabecillas no estarán recluidos.

Este final de acuerdo, que no es aceptable para mucho, contradice además el espíritu del estatuto de roma, y probablemente genere un fracaso al momento de implementar.

Entonces, desde el punto de vista operativo, es muy probable un fracaso en términos de lo que se logre para la desmovilización de las FARC, pero no es el único punto preocupante. Hay otras 3 preocupaciones, la primera es que el vacio de poder en las zonas donde se logre una verdadera desmovilización de las farc puedan ser copadas por bandas criminales, algunas simplemente disidentes de las farc, otras por expansión de las bacrim exparamilitares, una más por el ELN. Hay que considerar que esas zonas son de las mas pobres en términos de cómo vive la población, y los servicios que presta el Estado.

Una segunda preocupación, que se ata a la primera es que el combustible para la violencia, que es el narcotráfico no se ha “desmovilizado”, el negocio seguirá siendo explotado por “alguien”, sean las bacrim, el eln, o narcotraficantes nuevos.

La tercera preocupación esta en el descontento social, que no se va a superar simplemente por la desmovilización de las FARC, si el estado no entra con fuerza a legitimar los impuestos que cobra.

Entonces, mas que de acuerdo o desacuerdo con que las farc se desmovilicen, soy algo pesimista en que se logre, y si se logra, espero que sea la oportunidad para lograr un desarrollo en la provincia.

HERNANDO GOMEZ