Secundaria Montessori Lancaster

En la educación Montessori la libertad y la disciplina van relacionadas. Para que haya disciplina en el aula Montessori es requisito indispensable la libertad de elegir trabajo.

La disciplina es consecuencia de la libertad.

Al decir elegir el trabajo nos referimos a opciones de bien, que favorezcan el desarrollo de su personalidad.

PRINCIPIO #1

Cuando el joven comete por primera vez una falta no puede haber una consecuencia “sacada de la manga” de una manera impulsiva. Esta primera falta, la aprovechamos para darle el PRINCIPIO DE REALIDAD. No debe de haber castigo sino existe una regla previa. EL LIMITE Y LA CONSECUENCIA viene en un segundo momento pero es el adolescente quien asume la responsabilidad de su decisión entonces ya no hay castigo sino perdida de un privilegio.

PRINCIPIO #2

Los límites deben de ser sin agresión, tiene que llevar al adolescente a la reflexión; si no reflexiona no se responsabiliza, esto es el gran RETO PARA EL GUÍA MONTESSORI. En el momento en el que el joven se sienta NO respetado se establece una guerra de poder entre el adulto y él y puede actuar de dos maneras: se rebela o se somete. Ambas conductas manifiestan un conflicto con la figura de autoridad.

PRINCIPIO #3

El sometimiento genera dependencia. Ser independiente le permite al individuo tomar decisiones y actuar. Podemos fomentar el proceso de independencia a través de que viva experiencias y hacerlo vivir las consecuencias de acuerdo a si eligió correctamente o incorrectamente. Nuevamente le presentamos el principio de realidad.

EL PRINCIPIO DE REALIDAD

Este principio debe de hacer caer en la cuenta de que las reglas son para toda la sociedad, no solo para unos cuantos o para él. Los maestros deben de hacer sentir al adolescente que él puede ganar todos los privilegios si cumple con las normas.

PRINCIPIO #4

L a libertad depende de la independencia, además de estar ligada a la disciplina. Todo organismo para ser independiente necesita tener una maduración biológica y una madurez física. Para María Montessori la verdadera libertad de escoger está relacionada con el poder de pensar y cada acto de elección será necesariamente precedida por un acto de independencia, es decir el JUICIO.

El trabajo del adulto es ayudar al adolescente a actuar por sí mismo de una manera independiente. El adulto NECESITA RECONOCER la madurez física y biológica de sus alumnos para preparar el ambiente en el cual se van a desenvolver.

Libertad: es poder hacer lo que se debe y lo que se puede.

PRINCIPIO #5

La o el guía Montessori nunca debe de tener miedo de destruir aquello que es malo, lo bueno es lo que debe temer destruir, interpretado como bueno cualquier actividad que lleve al orden a la armonía, al desarrollo y por lo tanto a la disciplina y como malo a cualquier actividad que conduzca a la desintegración de las energías creativas del adolescente y por consiguiente al desorden.

Los adultos tenemos tres funciones primordiales en un ambiente Montessori.

Preparar el ambiente.

Proteger el orden.

Mantener la armonía.

PRINCIPIO #6

Hay una enorme diferencia entre castigo y consecuencia. El castigo viene del poder y por lo general termina en castigo físico. El castigo es una demostración del poder, el poder crea reacciones y cada vez el castigo es más fuerte.

La consecuencia nace del amor, es un recordatorio a cualquier ser humano de que existen límites para su salud, seguridad o por razones prácticas. El castigo sale de la demostración del yo soy más fuerte que los demás. La consecuencia es quitar un privilegio.

PRINCIPIO #7

Cada consecuencia depende de la personalidad única de cada grupo, de cada adulto, adolescente y de cada niño.

Hay que saber distinguir entre el comportamiento y la persona.

PRINCIPIO #8

La consecuencia debe de estar lo más relacionada con el acto, no siempre es posible, entonces la consecuencia será en base de lo que al adolescente le guste más; a mayor edad se debe de buscar una consecuencia que realmente le importe.

PRINCIPIO #9

El amor está en la raíz de la disciplina es decir, en la raíz de autodisciplinarse, de ahí nace la incomodidad de fijar límites por miedo a perder el amor, el deseo de ser querido por parte de los alumnos, lo cual es una emoción muy poderosa. El tomar la decisión de poner límites y consecuencias no quiere decir que no queramos a nuestros educandos, es el amor el que nos hace tomar decisiones por ellos y a veces permitir que ellos las tomen, es una obligación de los guías Montessori tener una toma de decisión bajo esta visión.

PRINCIPIO #10

El adolescente que aprende de su propia actividad, hay que darle lo que necesita y no hacerle ningún cuestionamiento con respecto a su elección. La enseñanza se debe de limitar a satisfacer las demandas mentales del adolescente, nunca dictarlas. Enseñar entonces se vuelve una tarea fácil porque no es necesario elegir qué es lo que hay que darle al adolescente; basta con ponerle al alcance de las manos lo que satisfaga su apetito mental. Por esto se hace inaceptable que el educador se refugie en programas de una manera cuadrada.

PRINCIPIO #11

Los guías Montessori tienen la obligación moral de hacer un trabajo intenso de autoconocimiento. Conocer nuestras propias carencias es fundamental, pero más aun si trabajamos con otras personas. Es importante reconocer dentro de nuestro trabajo los diferentes roles que vamos jugando y qué conductas del niño que yo me comporte de tal o cuál manera. En la medida que yo me conozca puedo contener más al niño.

PRINCIPIO #12

El adolescente debería amar todo lo que aprende, pues el crecimiento mental esta ligado al crecimiento emocional. Hay que hacer que todo lo que se presenta ante él sea claro, bello y que lo lleve directo a la imaginación. Una vez que se encienda la llama de este amor, que el alumno quiera lo que esta haciendo sea lo que fuera, en ese momento se acaban todos los problemas del educador.

PRINCIPIO #14

El adolescente que aprendió actuar por si mismo a dirigir sus propias acciones va a gobernar su propia voluntad, va a crecer como un adulto que no será conducido fácilmente por otros y no necesitará recargarse en los demás. Cuando nosotros esperamos obediencia ciega de un adolescente tanto en casa como en la escuela lo que estamos haciendo es preparar al hombre a ser dócil y seguir ciegamente a los demás. Nosotros vamos a tratar de disciplinar no para que nos obedezca sino para que se convierta en autodisciplina.

PRINCIPIO #13

Es importante establecer que este sistema funciona en equipo con la familia, que los padres de familia estén de acuerdo con este tipo de enseñanza, que tanto en la escuela como en casa haya consistencia y cooperación mutua.

FUENTES:Educar para un nuevo mundo. María Montessori.

Educación y Paz. María Montessori.

Formación del hombre. María Montessori.

Taller de alianza efectiva. Dr. Gregorio Katz y Mina Katz.

Los hijos y los límites. Jaime Barylko.

De la Niñez a la adolescencia. María Montessori.

Disciplina positiva. Vidal Schmill