Guía topográfica - Editorial Paidotribo: Libros de ... · Otras estructuras del antebrazo y la...

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Guía topográfica del cuerpo humano Cómo localizar huesos, músculos y tejidos blandos Andrew Biel, LMP Ilustraciones de Robin Dorn, LMP

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Guía topográficadel cuerpo humanoCómo localizar huesos, músculos y tejidos blandos

Andrew Biel, LMP

Ilustraciones de Robin Dorn, LMP

Introducción. Consejos para viajeros 7Guía de empleo 8

Claves 9

Consejos sobre la palpación 10

Creación de un diario de palpación 15

Exploración de las diferencias de textura

de las estructuras 16

Capítulo 1: Viajando por el cuerpo 25Regiones del cuerpo 26

Movimientos del cuerpo 30

Sistemas del cuerpo 36

El sistema esquelético 36

Tipos de articulaciones 38

El sistema muscular 39

El sistema fascial 42

El sistema cardiovascular 44

El sistema nervioso 46

El sistema linfático 47

Capítulo 2. Hombro y Brazo 49Vistas topográficas 50

Exploración de la piel y la fascia 51

Huesos del hombro y el brazo 52

Puntos óseos de referencia 53

Rutas a los puntos óseos de referencia 55

Músculos del hombro y el brazo 65

Músculos sinergistas: músculos que actúan juntos 67

Deltoides 71

Trapecio 72

Dorsal ancho y redondo mayor 75

Músculos del manguito de los rotadores 78

Tendones del manguito de los rotadores 83

Romboides mayor y menor 86

Elevador de la escápula 87

Serrato anterior 90

Pectoral mayor 93

Pectoral menor 96

Subclavio 98

Bíceps braquial 99

Tríceps braquial 101

Coracobraquial 103

Otras estructuras del hombro y el brazo 104

Capítulo 3. Antebrazo y mano 111Vistas topográficas 112

Exploración de la piel y la fascia 113

Huesos del antebrazo y la mano 114

Puntos óseos de referencia 115

Rutas a los puntos óseos de referencia 117

Músculos del antebrazo y la mano 131

Sinergistas: músculos que actúan juntos 134

Braquial 136

Braquiorradial 137

Distinción entre los músculos flexores y extensores

del antebrazo 138

Extensores de la muñeca y la mano 139

Ancóneo 143

Extensor del índice 143

Flexores de la muñeca y la mano 144

Pronador redondo 150

Pronador cuadrado 151

Supinador 151

Músculos del pulgar 153

Músculos de la mano 159

Otras estructuras del antebrazo y la mano 162

Capítulo 4. Columna vertebral y tórax 169

Vistas topográficas 170

Exploración de la piel y la fascia 171

Huesos de la columna vertebral y el tórax 172

Puntos óseos de referencia 173

Rutas a los puntos óseos de referencia 176

Músculos de la columna vertebral y el tórax 190

Sinergistas: músculos que actúan juntos 196

Grupo erector de la columna 198

Grupo transversoespinoso 202

Músculo esplenio de la cabeza y del cuello 205

Suboccipitales 207

Cuadrado lumbar 209

Abdominales 211

Diafragma 215

Intercostales 217

Serrato posterosuperior y serrato posteroinferior 218

Intertransversos 219

Interespinosos 219

Otras estructuras de la columna vertebral y el tórax 220

Capítulo 5. Cabeza, cuello y cara 227Vista topográfica 228

Exploración de la piel y la fascia 229

Huesos y puntos óseos de referencia de la cabeza,

cuello y cara 230

Índice

Rutas a los puntos óseos de referencia 232

Músculos de la cabeza, cuello y cara 242

Sinergistas: músculos que actúan juntos 244

Esternocleidomastoideo 246

Escalenos 248

Masetero 252

Temporal 253

Suprahioideos y digástrico 255

Infrahioideos 257

Platisma 259

Occipitofrontal 259

Pterigoideos medial y lateral 261

Largo de la cabeza y largo del cuello 262

Otras estructuras de la cabeza, cuello y cara 263

Capítulo 6. Pelvis y muslo 269Vistas topográficas 270

Exploración de la piel y la fascia 271

Huesos de la pelvis y el muslo 272

Puntos óseos de referencia 273

Rutas a los puntos óseos de referencia 278

Músculos de la pelvis y el muslo 290

Sinergistas: músculos que actúan juntos 292

Grupo del cuádriceps femoral 296

Isquiotibiales 301

Glúteos 305

Grupo de los aductores 309

Tensor de la fascia lata y cintilla iliotibial 314

Sartorio 316

Tendones de la corva de la rodilla 317

Rotadores laterales de la cadera 318

Psoasilíaco 322

Psoas mayor 324

Ilíaco 325

Otras estructuras de la pelvis y el muslo 326

Capítulo 7. Pierna y pie 333Vistas topográficas 334

Exploración de la piel y la fascia 335

Huesos de la rodilla, pierna y pie 336

Puntos óseos de referencia de la rodilla y la pierna 337

Rutas de los puntos óseos de la rodilla 339

Huesos y puntos óseos de referencia del tobillo

y el pie 344

Rutas de los puntos óseos de referencia

del tobillo y el pie 346

Músculos de la pierna y el pie 356

Músculos sinergistas: músculos que

actúan juntos 358

Gastrocnemio y sóleo 360

Plantar 363

Poplíteo 364

Peroneos largo y corto 365

Extensores del tobillo y los dedos del pie 367

Flexores del tobillo y los dedos del pie 370

Músculos del pie 373

Otros músculos del pie 376

Otras estructuras de la rodilla y la pierna 378

Otras estructuras del tobillo y el pie 384

Músculos sinergistas: músculos que actúan juntos 393

Glosario de términos 397

Etimología 400

Bibliografía 402

Índice alfabético 405

Índice

No cesaremos de explorar

Y el término de nuestra exploración

Será llegar al punto donde empezamos

y descubrir ese lugar por primera vez.

T. S. Elliot, Cuatro Cuartetos

Hace muchos años, cuando era un niño esquelético de

diez años, recuerdo que me pellizqué la carne bajo la

axila y accidentalmente localicé un músculo. Al mover el

brazo de cierto modo, la carne se tensaba y se deslizaba

bajo los dedos. «¡Vaya! –pensé– No sabía que tuviera

músculos!»

Conté a mis padres el descubrimiento y me sugirieron

consultar la enciclopedia para saber qué músculo había

encontrado. Los nombres en latín me confundieron, pero

estuve meses enseñando a todo el mundo aquel mús-

culo único.

Continuó mi fascinación por el cuerpo y sus partes, que

parecían trabajar para generar movimientos, respirar y

vivir. Durante mi preparación para ser masajista, aprendí

que el misterioso nombre del músculo de la axila era el

dorsal ancho. Pronto aprendí a palpar otros músculos, así

como tendones, huesos y tejidos por todo el cuerpo.

También descubrí la importancia de la palpación para el

examen físico de tejidos y la aplicación con seguridad y

eficacia de las técnicas de quiroterapia.

Más tarde, siendo profesor de trabajo corporal y de ana-

tomía palpatoria, me familiaricé con muchos libros que

describían y mostraban la anatomía del cuerpo. Pero

encontré pocos que enseñaran a localizar y explorar

manualmente las estructuras del cuerpo. La Guía topográ-

fica del cuerpo humano está pensada para hacer justa-

mente eso: enseñarte a trazar un mapa, navegar y

«encontrar tus marcaciones» en el cuerpo humano.

En la preparación de cualquier viaje, es útil conocer el

territorio que vas a atravesar. En el caso de cualquier pro-

fesional sanitario, es esencial un conocimiento profundo

de la ubicación y relación entre las estructuras del cuerpo.

Sin embargo, el quiropracticante no puede ceñirse sólo a

un viaje turístico por el cuerpo, desde lejos y sabiendo

sólo de oídas sus cualidades sorprendentes. Debe

emprender la exploración física por una geografía que

nunca es exactamente igual de una a otra persona. Tras

arremangarse, el quiropracticante se debe fiar de sus

manos y sentidos para descubrir el más difícil y fascinante

de todos los terrenos: el cuerpo humano.

Así que ¡bienvenido! Estás a punto de embarcarte en

un viaje que durará toda la vida, pero de la mano de esta

guía tan fiable.

Prefacio

La larga y tortuosa senda de la creatividad se ve a

menudo sembrada de piedras, sin ninguna señal indica-

dora y plagada de caminos sin salida. Por suerte, mi

camino por esta selva quedó despejado con afilados

machetes y con la ayuda experta de muchos guías y

compañeros.

Siempre es un placer trabajar con una artista tan com-

prometida y de tanto talento como Robin Dorn. Gracias

de todo corazón a Lyn Gregory por su ánimo, paciencia y

sugerencias, y a Marty Ryan, por su labor de edición, sus

numerosas ideas y su confianza.

Tuve la suerte de contar con el apoyo de un magnífico

equipo para la tercera edición. Muchas gracias a Jessica

Xavier por sus conceptos de diseño e infinita paciencia. A

Dana Ecklund por su persistencia y su agudo ojo; a

Melinda Helmick por resistir en el fuerte y a la dedicación

del personal de Books of Discovery: Ron Hirst, Jeni

Breezley, BJ Conway, Linda Glandinoto, Sean Griffin, Teal

Mailing, Linda Lee, Christopher Westfall y Audra King.

Gracias a Joan E. Ryan, LMT, MD Aaron Adams, Ashley

Bechel, Miranda Legge, Christine Malles, Gene Martinez y

Mindy Morton por la corrección de las pruebas de

imprenta y por las sugerencias editoriales.

Muchas gracias por su paciencia a Jennifer Spinelli,

Jason Glunt, Alex Gregory, Johanna Kasten, Shane

Nicholsen, Steve Zinder, Nathan Musselman, Holadia,

David Mason y Matt Samet por su ayuda al posar como

modelos y en las sesiones fotográficas.

Gracias a Chris Grauch, Christina Goehrig, Jessica

Basarmanowicz, Kendra Busby, Kathryn Dean, Kathy Eike,

Jean Marie Fay, Joanna Gardner, Nicholas Hammersley,

Anne Hartshorn, Meghan Hearth, Carrie Henderson, Mary

Lynn Jackson, Kimberly Kiriaki, Elizabeth Milliken, Rama

Newton, Thea Satrom, Sare Selko, Penélope Thompson,

Jaime Tousignant y Ashley Wilson.

Gracias a Roger Williams y Martha Austen por su tre-

mendo apoyo a Robin.

También mi agradecimiento a Jennifer ‘JJ’ Brooksh, Kate

Bromley, Clint Chandler, Claire Gipson, Lauriann Greene,

Robert Karman, Chris Maisto, Jackie Phillips, Anthony

Sayre, Diana Thompson, Summer Westfall y a toda la plan-

tilla de Printcrafters.

Muy agradecido a las siguientes personas por sus cono-

cimientos, estudios y estímulo: Leon Chaitow, Sandy Fritz,

Marlene Hertling, John White, Sharon Babcock, Cynthia

Christy, Ann Ekes, Barb Frye, Daniel Gebo, Jim Holland,

George C. Kent, Don Kelley, Lee Haines, Mary Marzke,

Susan Parke, Annie Thoe, Jeannie Waschow y John

Zurhourek.

Gracias también a Jamie Alagna, Adam Bailey, Nancy

Benefore, Alexis Brereton, Deb Brockman, Mary Bryan,

Patrick Bufi, Sylvia Burns, Kirk Burtler, Sean Castor, Thomas

Crown, Jessica Elliott, Vicky Fosie, Dawn Fosse, Joanne

Fowler, Gaye Franklin, Steve Goldstein, Laura Goularte,

Alyce Green-Davis, Leslie Grounds, Joanne Guidici, Petra

Guyer, Debra Harrison, Chad Herrin, Llysa Holland, Ian

Hubner, Melissa Iverson, Leslie Jowett, Diana Kincaid,

Alison Kim, Erica King, Elinore Knutson, Beth Langston,

Dave Lawrence, Andrew Litzky, Kate McConnell, Sean

McDaniel, Becky Masters, Micheal Max, Audra Miador,

Chris Meier, Sandy Merrell, Steve Miller, Debra Nelly, Eric

Newberg, Sally Nurney, Dave Oder, Jillian Orton, Vicky

Panzeri, Paula Pelletier, Anita Quinton, Dee Reeder, Coleen

Renee, Obie Roe, Penny Rosen, Dawn Schmidt, Janice

Schwartz, Gerald Sexton, Joy Shaw, Danny Tseng, Zdenka

Vargas, Brian Weyand, Damon Williams, Cynthia Wold,

Tonya Yuricich y Pantelis Zafiriou.

Mi agradecimiento especial a mi familia por su apoyo y

sus ánimos. La tercera edición de Guía topográfica del

cuerpo humano está dedicada a los estudiantes de trabajo

corporal y quiroterapia de todo el mundo, del pasado, del

presente y del futuro.

Reconocimientos

Guía de empleo 8

Claves 9

Consejos sobre la palpación 10

Creación de un diario de palpación 15

Exploración de las diferencias de textura de las estructuras 16

Consejos para viajeros

Introducción

8

Como los cuerpos adoptan diversas formas y tamaños,

parece poco realista que una guía topográfica del cuerpo

sea aplicable a todos. Si el terreno nunca es el mismo, ¿de

qué sirve un mapa? Aunque la topografía, forma y pro-

porción de cada persona sean únicas, la composición y

estructuras del cuerpo son virtualmente idénticas. Las

diferencias sólo son cualitativas: es fácil encontrar muchas

estructuras en una persona de constitución delgada y

resulta más arduo en una persona muy musculosa o con

gran cantidad de tejido adiposo (0.2).

La Guía topográfica del cuerpo humano está concebida

en el siguiente escenario. Se sigue el recorrido que marca

el libro y se palpan las estructuras anatómicas en un com-

pañero (un amigo o compañero de clase) sobre una mesa

de tratamiento o sentado en una silla. Si eres estudiante,

te aconsejamos avanzar paso a paso, repetir ciertos méto-

dos cuando sea necesario, y explorar el cuerpo durante el

proceso. Si eres un practicante más experimentado, tal

vez quieras trazar tu propia ruta y elegir tus destinos.

Guía de empleo

Guía topográfica del cuerpo humano

La Guía topográfica del cuerpo humano se divide en

siete capítulos, seis de los cuales se centran en las regio-

nes del cuerpo. Primero se explican el contorno topográ-

fico que se aprecia a flor de piel y los ejercicios para

explorar la piel y la fascia. Luego siguen los huesos y pun-

tos óseos de referencia (eminencias y crestas óseas). Los

puntos óseos de referencia se consideran «señalizaciones

del camino». Se emplean para establecer puntos a partir

de los cuales localizar músculos y tendones. Finalmente,

se accede a otras estructuras como ligamentos, nervios,

arterias y ganglios linfáticos.

Siempre que sea posible, se ha establecido un vínculo

entre los distintos puntos de referencia de una región con

el fin de trazar un camino (0.1). Estos caminos están pen-

sados para comprender las conexiones entre estructuras.

Sin esos caminos, el viajero estaría perdido en una selva

de carne y huesos sin orientación posible. Tú y tu compa-

ñero de viaje disfrutaréis más del viaje si tenéis una ruta

que seguir y un punto de destino.

Los procedimientos expuestos en la Guía topográfica del

cuerpo humano son cuidadosos y pocas veces molestos,

aunque lo mejor es practicar con una persona que no tenga

ningún problema serio de salud. Tu compañero o amigo

puede llevar ropa fina y holgada y someterse a la palpación

bajo una sábana para facilitar el procedimiento.

A veces pedirás a tu compañero que se tumbe o se sienta

relajado en la mesa. En otras ocasiones, le pedirás que

mueva una extremidad, flexione una articulación o contraiga

un grupo muscular. Estos movimientos se deben practicar

con fluidez y según unas instrucciones específicas para

poder explorar a fondo la región.

Habla con tu compañero antes de proceder a la palpación

para que sepa cuál es su papel. Además, deja claro de ante-

mano qué áreas del cuerpo quieres palpar y explorar para

que sepa lo que debe esperar.

c

b

d

e

a

(0.1) Ruta por los puntos óseos de referencia

del hombro.

a Espina escapular

b Borde medial

c Ángulo superior

d Ángulo inferior

e Borde lateral

Cada uno de nosotros

tiene un cuerpo distinto…

…pero, aunque

la configuración

de nuestros cuerpos

sea distinta,…

…todos tenemos los

músculos, huesos

y tejidos descritos en

la Guía topográfica del

cuerpo humano.

(0.2) Diferentes somatotipos

EsternocleidomastoideoEl esternocleidomastoideo (ECM) se localiza en las caras

lateral y anterior del cuello. Presenta un vientre amplio com-

puesto de dos cabezas: una cabeza clavicular plana y una

cabeza esternal delgada (5.30). Ambas cabezas emergen

para insertarse detrás de la oreja en la apófisis mastoides.

La arteria carótida discurre a nivel profundo y medial al

ECM; la vena yugular externa cursa superficial a aquélla.

A Unilateral:

Flexión lateral de la cabeza y el cuello hacia el mismo

lado

Gira la cabeza y cuello hacia el lado opuesto.

Bilateral:

Extensión del cuello

Flexión del cuello

Ayuda a la inhalación

O Cabeza esternal: porción superior del manubrio

Cabeza clavicular: tercio medial de la clavícula

I Apófisis mastoides del hueso temporal, línea nucal

superior del occipucio

In Nervio accesorio

1) En decúbito supino con el practicante a la cabeza de la

mesa. Localiza la apófisis mastoides del hueso temporal,

la porción medial de la clavícula y la porción superior

del esternón.

2) Traza una línea entre estos puntos anatómicos para

delinear la localización del ECM. Repara en que las

cabezas del músculo forman una V en la cara anterior

del cuello.

3) Pide al compañero que levante ligeramente la cabeza

de la mesa mientras palpas el músculo ECM. Eso hará

que sobresalga visiblemente (5.31).

Con el compañero relajado, ¿logras asir el ECM entre

los dedos y perfilar su forma?

Esternocleidomastoideo

Claves

9Introducciónetimología ciencia sobre el origen y evolución de las palabras

Nombre de la estructura

Introducción, que describe

la función, profundidad y relación

de una estructura con otras.

Una lista con la Acción, Origen,

Inserción e Inervación

del músculo.

Un dibujo que muestra el Origen

y la Inserción.

Instrucciones meticulosas sobre

cómo palpar una estructura.

Las preguntas de «comprobación»confirmarán la localización. Se te

puede preguntar la localización

respecto a una estructura cercana o

pedir a tu compañero

o a ti que generes cierto movimiento.

A menos que se diga lo contrario, las

respuestas a las

preguntas deberían ser «¡Sí!»

Rutas de palpación alternativas

Busca en los recuadros consejos,

aspectos de anatomía comparativa

y otras curiosidades.

Etimología de los términos

anatómicos

Busca los consejos y precauciones

del señor Huesos

(5.30)

(5.31) Compañero en decúbito

supino

¡Hey!

O

I O

I

Las técnicas descritas en la Guía topográfica del cuerpo humano se deben considerar

rutas que sirvan de guía. Cuando empieces a practicar palpaciones, lo mejor es seguir

instrucciones específicas. Una vez hayas localizado una estructura, se recomienda

que te adaptes y estudies otros métodos para determinar el que mejor te vaya.

Siempre que ha sido posible, se ha incluido un método opcional para localizar una

estructura. Al igual que en cualquier otro viaje de valía, salirse de la ruta establecida

para explorar otras áreas suele comportar descubrimientos maravillosos. Por favor,

no dudes en tomar caminos diferentes.

10

Palpación significa «examinar o explorar mediante el

tacto (un órgano o área del cuerpo), por lo general como

herramienta diagnóstica». Se trata de un arte y una des-

treza que comprende: 1) localizar una estructura, 2) llegar

a conocer sus características y 3) evaluar su cualidad o

estado para determinar el tratamiento.

Los primeros dos aspectos de la palpación –la localiza-

ción y percepción de las estructuras corporales– requie-

ren conocimientos exhaustivos de anatomía funcional y

experiencia mediante una concienzuda práctica manual.

Éste es el objetivo de la Guía topográfica del cuerpo

humano. La evaluación –el tercer aspecto de la palpa-

ción– es un tema muy amplio que requiere un libro

exclusivamente dedicado a él.

Como experiencia en la que participan todos los senti-

dos, la palpación requiere manos y dedos receptivos, ojos

bien abiertos, oídos atentos, una respiración pausada y

quietud mental. Durante la exploración de la topografía y

textura del cuerpo, asegúrate de aplicar los cinco sentidos

en el procedimiento.

Establecer contactoDeja que las manos y los dedos estén alerta y se mues-

tren sensibles al tacto. Unas manos pacientes y relajadas

te permitirán percibir el contorno, la temperatura y las

estructuras.

Durante la palpación, tal vez quieras cerrar los ojos

periódicamente para agudizar la percepción. Para aumen-

tar la sensibilidad y la estabilidad, intenta poner una

mano encima de la otra, usando la superior para ejercer la

presión necesaria mientras la inferior se mantiene relajada

(0.3). Esto permite a la mano inferior mantenerse percep-

tiva mientras la superior controla el movimiento y la pro-

fundidad.

Se pueden localizar estructuras más pequeñas usando

las yemas de uno o dos dedos (0.4). Las estructuras de

mayor tamaño se palpan mejor con toda la mano. Al

esculpir los bordes y lados, el contacto completo de la

mano ayuda a definir la forma completa de una región o

estructura, y también permite comprender mejor las rela-

ciones entre estructuras (0.5).

Consejos sobre la palpación

Guía topográfica del cuerpo humano palpar L. palpare, tocar

(0.5) Usa toda la mano para palpar

la pelvis y el sacro.

(0.3) La mano superior es firme mientras

que la inferior es blanda.

(0.4) Usa las yemas de los pulgares para

explorar los pequeños huesos del carpo

en la muñeca.

Palpar con fuerza frente apalpar con inteligencia

A menudo, con la emoción de localizar algo (sea un

músculo o las llaves del coche), buscas con tal ansia que

disminuye tu percepción física y mental. Surge la frustra-

ción, la respiración se entrecorta y las manos dejan de ser

sensibles. Comienzas a palpar con fuerza. En vez de eso,

debes «palpar con inteligencia» leyendo la información

que recibes sobre la estructura que palpas. Además, al

tiempo que palpas, visualiza la zona a la que tratas de

acceder y cuenta a tu compañero lo que percibes.

Palpa con inteligencia localizando primero la estructura

que quieres palpar en tu propio cuerpo antes de hacerlo

sobre el de tu compañero. La palpación sobre ti mismo

mejorará tu percepción cinestésica de lo que vas a buscar

en tu compañero. Procede también a una lectura en voz

alta de lo que percibes. Oír en palabras lo que perciben

tus manos mejorará tu comprensión y la retención de la

información.

Finalmente, ten paciencia con el proceso de aprendi-

zaje. Concédete «tomar alguna dirección equivocada y

perderte» por el cuerpo. Hay muchas posibilidades de

que te encuentres cerca de lo que estás buscando. Al

dejar que los sentidos reconozcan señales perceptibles

sobre el camino correcto, podrás llegar a tu destino final.

Cuanto menos, mejorCuando comiences a explorar el cuerpo, tal vez no con-

sigas acceder a las estructuras con la rapidez que te gus-

taría. Una reacción habitual es presionar más y a nivel

más profundo con manos y dedos; sin embargo, en vez

de oprimir los músculos y otros tejidos, intenta que sean

los tejidos los que sean atraídos por las manos. Un con-

tacto suave permitirá a las manos percibir, mientras que

una presión excesiva sólo restará sensibilidad a los dedos,

volviendo la palpación una experiencia incómoda para el

compañero (0.6).

Incluso se consigue un mejor acceso a las estructuras

profundas con una presión leve. Paradójicamente, cuanto

más profunda sea la palpación del cuerpo, más lento y

blando debe ser el tacto. Para concluir, la palpación a dis-

tintos niveles del cuerpo no es una cuestión de presión,

sino de intención. Tener muy clara tu intención mientras

palpas diversas estructuras hará que el viaje sea más fácil

y fluido.

11Introducción

Perros, gatos, caballos y otros animales brindan una oportu-

nidad inmejorable de comparar la anatomía musculoesque-

lética por medio de la palpación. Por ejemplo, la próxima vez

que acaricies el gato del vecino, invierte un momento en

localizar su escápula. Compara su forma, localización y los

tejidos circundantes con los de un ser humano o un perro.

Aunque las diferencias anatómicas te sorprendan, serán los

parecidos los que te dejen anonadado.

(0.6) Cuanto menos, mejor.

¡Ya lo noto!

¡Ah!... ¡Yo también

lo noto!

12

Movimientos rodaderos y rasgueodel tejido

Al perfilar la forma o el reborde de un hueso, procede

con movimientos rodaderos transversales, en vez de lon-

gitudinales, del pulgar o los otros dedos sobre su super-

ficie. Es parecido a comprobar el filo de un cuchillo

deslizando un dedo transversalmente sobre la hoja. Haz

lo mismo con las fibras del tejido muscular. Como ras-

guear las cuerdas de una guitarra, este método te

ayudará a determinar la dirección y estado de

tensión de las fibras de un músculo (0.7).

Movimiento e inmovilidadSi tuvieras que comparar la textura de una hoja de

periódico con la del papel de lija, querrías pasar los dedos

por su superficie. Por el contrario, cuando posas la mano

sobre el abdomen de una madre encinta, con la espe-

ranza de notar al feto moverse, dejas la mano quieta y

tranquila. De forma parecida, cuando quieras deter-

minar la dirección de las fibras de un músculo o

perfilar la forma de un hueso, desplaza las

manos sobre su superficie (0.8). No obstante,

cuando quieras percibir la contracción de un

músculo o el movimiento de un hueso, man-

tén quietas las manos y sigue el movi-

miento. Dicho de otro modo, si la superficie

que palpas está quieta, mueve las manos

sobre ella. Si está en movimiento, déjalas

quietas.

He aquí un sencillo ejercicio para

aumentar tu sensibilidad táctil y tus

destrezas de palpación. Necesitarás

para ello una guía de teléfonos y un

pelo humano. Pon el pelo debajo de

una hoja de la guía. Cierra los ojos,

intenta palpar la hoja y localiza el

cabello que pusiste debajo. Cuando lo

encuentres, vuelve a dejarlo donde

estaba y añade una hoja sobre la pri-

mera. Sigue añadiendo páginas hasta

que ya no consigas localizar el cabello.

¿A través de cuántas páginas consigues

palpar el cabello? ¿Cinco, diez, quince?

(0.7) Palpación transversal de las fibras

del músculo braquiorradial.

(0.8) Vista anterior, bordeando

con el pulgar la apófisis

coracoides de la escápula.

Guía topográfica del cuerpo humano

Los movimientos como herramienta de la palpación

A lo largo de este manual, se te pedirá que generes

movimientos específicos en el cuerpo del compañero

con o sin su ayuda. Estos movimientos permiten verificar

la localización de estructuras, así como cualquier cambio

que se produzca en los tejidos.

Los movimientos activos son los que genera tu com-

pañero, que mueve el cuerpo mientras tú palpas u obser-

vas el movimiento. Por ejemplo, el texto tal vez diga: «pide

al compañero que flexione lentamente el codo mientras

palpas el bíceps braquial». Todos los movimientos activos

practicados por el compañero deben ser lentos y fluidos,

ya que los cambios en los tejidos son difíciles de seguir

durante movimientos bruscos y rápidos (0.9).

A veces pedirás al compañero que contraiga y relaje un

músculo. Por ejemplo, «para percibir la acción de los mús-

culos flexores del antebrazo, posa la mano sobre el ante-

brazo del compañero y pídele que flexione y relaje

alternativamente la muñeca». La acción de «encendido y

apagado» de esta técnica no sólo te ayuda a localizar los

músculos y tendones, sino que te brindará una oportuni-

dad de percibir la diferencia entre el tejido contraído y el

relajado.

Los movimientos pasivos son lo opuesto de los movi-

mientos activos. El compañero se relaja mientras mueves

su cuerpo. Por ejemplo, cuando el texto diga «flexiona y

extiende pasivamente el codo», tendrás que mover el

antebrazo mientras el compañero se mantiene quieto y

permite que la acción se produzca (0.10).

Los movimientos resistidos requieren que ambos

actuéis: el compañero trata de practicar una acción con-

tra una resistencia ligera. Por ejemplo, «para percibir la

contracción de los músculos flexores del codo, pide al

compañero que flexione el codo contra tu oposición»

(0.11). Cuando encuentre la ligera resistencia de tu mano,

no se producirá ningún movimiento en el codo del com-

pañero. En este libro, los movimientos resistidos se usan

para diferenciar y comparar la longitud, forma y contorno

de los músculos y tendones.

13Introducción

Un adulto cuenta con más de 600.000

receptores sensitivos en la piel, más

terminaciones nerviosas que nin-

guna otra parte del cuerpo. Las

yemas de los dedos son las áreas más

sensibles, con hasta 50.000 terminaciones

nerviosas por cada 6,452 centímetros cua-

drados. Las yemas de los dedos son tan sensibles que un

solo sensor puede percibir una presión inferior a 1/1.400

de onza, el peso normal de una mosca común.

(0.9) Flexión y extensión activas del codo.

(0.10) Flexión y extensión pasivas del codo.

(0.11) Flexión resistida del codo.

14

En caso de duda, interroga al cuerpo

Durante la palpación, tal vez sientas confusión o te

hagas preguntas sobre las estructuras del cuerpo y sus

alrededores. En caso de duda, interroga al cuerpo que es-

tás palpando. Por ejemplo, tal vez te preguntes: «¿Cuál es

este fino tendón que noto discurriendo a lo largo del em-

peine?» (0.12) El mejor consejo es seguir su curso en

ambas direcciones y ver adónde te conduce. Si discurre

desde el dedo gordo hasta el tobillo y se tensa cuando

extiendes dicho dedo, entonces se trata del tendón del

músculo extensor largo del dedo gordo (pág. 369).

Recuerda siempre, nunca estás solo; el cuerpo está ahí

para ayudarte.

Todas las estructuras tratadas en la Guía topográfica del

cuerpo humano, con su nombre de origen latino o griego,

su forma única y su localización están dentro de ti, de tu

compañero y tus pacientes. Estas estructuras llevan años

esperando a que las descubras. Ten fe y lograrás localizarlas.

Guía topográfica del cuerpo humano

Leonardo da Vinci (1452-1519), que practicó disecciones en secreto por la noche, fue el primero en hacer dibujos de sus hallaz-

gos anatómicos. Sus descripciones anatómicas, plasmadas en más de 750 dibujos, no sólo son detalladas y precisas, sino que

también muestran muchas de las variaciones estructurales que se observan al comparar cuerpos.

Las anomalías plasmadas en los dibujos no son un ejemplo de que el Leonardo artista dominara al Leonardo científico; como

hombre del Renacimiento que era, poco hay que plantearse sobre si dibujó exactamente lo que vio en los cadáveres.

Las estructuras del cuerpo humano no siempre se atienen a los modelos anatómicos. Se han documentado diferencias estructu-

rales en casi todos los músculos, huesos, órganos y principales vasos sanguíneos del cuerpo. Tener en cuenta que esta guía puede

no coincidir siempre exactamente con la geografía de un cuerpo concreto, te evitará cierta confusión o posibles frustraciones.

Tres principios de la palpación1) Muévete con lentitud. Las prisas sólo inter-

fieren con las sensaciones. 2) Evita ejercer

demasiada presión. Menos siempre es mejor.

3) Concéntrate en lo que estás percibiendo o,

dicho de otro modo, tienes que estar por lo

que haces.

Además, puedes practicar la palpación en ti

mismo en cualquier momento. Sí, tal vez te

mire alguien con curiosidad, pero actividades

diarias rutinarias como esperar e ir en autobús

son oportunidades pintiparadas para explorar

la piel maleable, los músculos más pequeños y

los músculos a modo de cables presentes en

los antebrazos y las manos.

(0.12) Exploración de un tendón fino en

la superficie dorsal del pie.

Tendón del músculo

extensor largo del

dedo gordo

¿Te acuerdas de la primera película que viste en tu

vida? ¿Y del primer bocado de lo que pronto sería tu

comida favorita? Es muy probable que esas experiencias

dejen impresiones duraderas. Tal vez recuerdes detalles

de películas que viste con posterioridad o de raciones

posteriores de ese plato delicioso,

pero es probable que con el tiempo

los sentidos y la memoria de esas

experiencias secundarias se reduzcan.

Aprender a palpar no es muy dis-

tinto. Las experiencias iniciales pue-

den dejar una huella más profunda

que episodios posteriores. Por ejem-

plo, explorar la forma, densidad y las

fibras del músculo deltoides por vez

primera puede ser más formativo.

Pero cuando te familiarices más y te

sorprendan menos sus características,

los encuentros posteriores con el

músculo te causarán menos impacto.

La práctica repetitiva propia del

aprendizaje de una destreza nueva, como las artes mar-

ciales, la danza o la palpación, requiere una presencia

constante de cuerpo y mente. Es un viaje difícil, pero muy

gratificante y que puede mejorar si llevas un diario de

palpación. Como un diario personal, este diario es una

crónica de tus experiencias manuales. Puedes almacenar

tus experiencias en la cabeza, pero, ciertamente, es más

eficaz llevar un registro en una libretita o en el ordenador.

Al principio, las notas del diario serán largas y poco defi-

nidas. «El deltoides estaba tenso». «Los isquiotibiales pare-

cían cuerdas». A medida que el instinto palpatorio se

desarrolle y adquieras una mayor percepción de las

variantes del cuerpo, tendrás más capacidad para articu-

lar tus hallazgos. «Conseguir desplazar caudalmente la

fascia de la porción superior del pecho, pero no lateral-

mente». «No pude separar la cintilla iliotibial del músculo

vasto lateral en la extremidad izquierda. La hipertonía fue

ocho en una escala de 10.»

El diario también puede incluir

impresiones, ideas, preguntas y

correlaciones. Por ejemplo, «Esta

semana palpé varios músculos gas-

trocnemio distintos y percibí cuatro

que eran especialmente hipersensi-

bles y con un grado de movilidad

limitado. ¿Es algo normal o sólo una

coincidencia?» O también «Hombre

de 67 años; la fascia superficial de los

isquiotibiales parecía papel de bur-

bujas. Me ha pasado lo mismo con

otras dos personas mayores.»

Por supuesto, esta labor periodística

es una actividad «mental» y la palpa-

ción resulta una herramienta más poderosa cuando se

conecta con las manos, el corazón y las entrañas. Tal vez

quieras dejar a un lado las palabras y usar colores para plas-

mar tus experiencias, o registrar tus experiencias en una

grabadora. Lo mejor de esta actividad es que no hay res-

puestas correctas ni incorrectas.

Con el tiempo, tanto si has explorado los tejidos de

veinte como de doscientas personas, el diario comenzará

a estar plagado de tus ideas y hallazgos. El diario de pal-

pación se habrá convertido en otra cosa: es unas memo-

rias que podrás leer, meditar y que reflejarán todas tus

aventuras.

Creación de un diario de palpación

15Introducción

Palpar cuerpos muy variados en sucesión puede transmi-

tir una experiencia manual sin paralelo. Esto es más fácil

en una sesión conjunta en la que se procede a una rota-

ción en la que distintas personas practican la palpación

de varias personas. Las clases (arriba) y las sesiones de

estudio con amigos o incluso reuniones sociales brindan

oportunidades para una sesión en grupo. La clave para

que sea provechosa consiste en mantener la percepción

de los parecidos y diferencias entre una persona y la

siguiente.

16

Esta sección está pensada para ayudarte a identificar y

comparar las características físicas y los tejidos del cuerpo.

Conocer las diferencias textuales entre estructuras ayuda

a determinar qué técnicas aplicar en una parte concreta

del cuerpo durante tus prácticas.

A continuación ofrecemos descripciones de distintas

estructuras en su estado de salud «normal». El diseño

estructural básico del tejido es idéntico en todas las per-

sonas, pero, por supuesto, la cualidad o percepción con-

creta de un tejido es única como también lo es la

persona a la que se practica la palpación. Por ejemplo, un

corredor de fondo tal vez presente bandas finas y fibrosas

de tejido muscular, mientras que una persona de vida

sedentaria mostrará músculos de textura muy diferente.

Aunque el tacto del tejido muscular es distinto, su estruc-

tura y composición son iguales.

PielAunque a menudo se considera simplemente por su

función protectora del cuerpo, de hecho la piel es el

órgano más grande del cuerpo (0.13). En un varón adulto,

la piel puede cubrir un área superficial de 5,8 m2 y supone

casi el diez por ciento del peso corporal total. La piel

tiene de promedio1,3 mm de espesor, siendo los párpa-

dos los más finos con menos de 0,5 mm. La piel está ínti-

mamente conectada con la fascia superficial y los tejidos

más profundos, y su textura, espesor y flexibilidad varían a

lo largo del cuerpo.

Por ejemplo, palpa la piel del dorso de la mano. Repara en

que es fina, delicada y flexible. Ahora gira la mano y estudia

la superficie palmar. Aquí la piel es más gruesa y dura.

HuesosLos huesos y puntos óseos de referencia (las montañas,

valles y accidentes de la superficie de los huesos) son

fáciles de distinguir de otros tejidos porque su tacto es

sólido. Por supuesto, los huesos se desplazan junto con

las estructuras circundantes durante el movimiento.

A veces, otras estructuras parecen hueso al tacto, por

ejemplo, cuando un músculo se contrae contra una resis-

tencia, su vientre y sus tendones se vuelven muy duros. Los

ligamentos también tienen una cualidad particularmente

sólida. La forma y rigidez de los huesos y los puntos óseos

de referencia son constantes, a diferencia de los músculos

que pasan de blandos a duros y vuelta a empezar.

Exploración de las diferencias de textura de las estructuras

Guía topográfica del cuerpo humano

(0.13) Sección transversal de la piel. Si no te gusta tu piel, espera un

mes. Un adulto normal pierde unas 600.000 partículas de piel por

hora, es decir, de 227 a 454 gramos de piel al año. Mudamos de piel

aproximadamente cada veintisiete días. Esto supone casi mil cam-

bios de piel a lo largo de toda una vida.

Epidermis

Dermis

Músculo

erector

del pelo

Glándula

sudorípara

Folículo piloso

Vasos

sanguíneos

MúsculosEl músculo esquelético, el tejido contráctil que mueve

el esqueleto, se compone de miocitos (fibras), capas de

tejido conjuntivo (fascia) y numerosos nervios y vasos

sanguíneos.

La infraestructura de un músculo es similar a la de una

naranja. Una hoja ancha de fascia envuelve todo el fruto,

hojas más profundas de fascia separan la naranja en gajos

y, finalmente, una capa fina de tejido rodea cada dimi-

nuto brote individual de fruta (0.14).

Si aplicamos esta analogía a un músculo, una hoja de

fascia (el epimisio) rodea el «vientre» muscular, otra hoja

más profunda (el perimisio) envuelve las largas fibras

musculares formando haces y, finalmente, cada fibra mus-

cular microscópica está envuelta en fascia (el endomisio)

(0.15). A diferencia de una naranja, las capas de tejido

conjuntivo emergen por los extremos del músculo para

formar un poderoso tendón. El tendón inserta el músculo

en un hueso.

El tejido muscular tiene tres características físicas espe-

cíficas que sirven para distinguirlo de otros tejidos.

Primero, el tejido muscular tiene una textura estriada,

parecida a una lámina de madera sin lijar. Esto lo diferen-

cia de los tendones, cuya textura es más lisa. La cualidad

fibrosa del vientre de un músculo se debe a los haces de

fibras que discurren en una dirección concreta.

17Introducción

Para que se produzca un movimiento específico, los músculos

desempeñan roles concretos. El músculo que desempeña una

acción se llama agonista, mientras que los músculos que

secundan al agonista se llaman sinergistas. Los músculos que

ejercen la función opuesta a la de un agonista se llaman anta-gonistas.

Así durante la dorsiflexión del tobillo (pág. 35), el agonista

es el músculo tibial anterior. Es ayudado en este movimiento

por dos sinergistas, el extensor largo de los dedos y el exten-

sor del dedo gordo (pág. 369). Desempeñan el papel de anta-

gonistas los músculos gastrocnemio, sóleo y los flexores plan-

tares del tobillo.

Durante la flexión plantar del tobillo, los papeles se invier-

ten. Ahora el agonista es el sóleo (pág. 360), los sinergistas son

el gastrocnemio y los flexores plantares, y los antagonistas son

el tibial anterior, el extensor largo de los dedos y el extensor

largo del dedo gordo.

(0.14) Naranja pelada y visión de la fascia con una lupa.

(0.15) Sección transversal de un músculo esquelético típico.

Fibras musculares

Endomisio que

rodea las fibras

musculares

individuales

Perimisio que

envuelve cada

fascículo (o haz

de fibras)

Epimisio (fascia

profunda) que

envuelve todo el

vientre muscular

Hueso

Paquete neurovascular

Vasos sanguíneos

Periostio

Tendón

18

cial se puede desplazar a un lado. En ocasiones, se com-

prime lentamente con las yemas de los dedos para aden-

trarse a través del músculo superficial en los tejidos más

profundos, usando las distintas texturas y la dirección de

las fibras como guía. Se parece a palpar un músculo con

la piel, la camisa y el jersey encima.

Descubre los tres rasgos característicos del tejido muscular

palpando tu bíceps braquial, el músculo de la cara anterior

del brazo (0.16). Mantén el brazo relajado y palpa las fibras

del bíceps. Fíjate ahora en que las fibras cursan distalmente

(brazo abajo). Luego contrae y relaja el músculo y siente

cómo se tensa y forma una masa sólida y luego se relaja

como un mollete.

Guía topográfica del cuerpo humanoaponeurosis G. nervio o tendón

ligamento L. banda

Segundo, la dirección de las fibras musculares se

emplea para determinar el músculo específico que esta-

mos palpando. Dependiendo de la forma y estructura de

un músculo (0.17), la dirección de sus fibras puede adop-

tar un patrón paralelo, convergente o diagonal. Por ejem-

plo, los músculos que forman el erector de la columna

(pág. 198) presentan fibras verticales que discurren para-

lelas a la columna. Identificar su dirección te ayuda a dis-

tinguir el erector de la columna de las fibras horizontales

y oblicuas de otros músculos de la espalda.

Finalmente, el tejido muscular es único porquepuede estar en un estado contraído o relajado.

Cuando un músculo está relajado, a menudo resulta

blando y maleable al tacto; cuando se contrae, resulta

firme y sólido. A medida que cambia la tensión en el

tejido muscular, tejidos circundantes como tendones y

fascia también cambian, tensándose o relajándose.

¿Cómo se palpa un músculo a nivel profundo de otro

músculo superficial? En algunas áreas, el músculo superfi-

(0.16) Palpación del vientre del músculo bíceps

braquial con un primer plano de su sección

transversal (derecho).

Bíceps braquial

DeltoidesHúmero

Vientre del bíceps braquial

Tríceps braquial

convergente (dorsal ancho,

pág. 72)

dos cabezas (bíceps braquial,

pág. 99)

fusiforme(braquial,

pág. 133)

unipenniforme(extensor largo de

los dedos, pág. 364)

bipenniforme(recto femoral,

pág. 293)

múltiples vientres (recto del abdomen,

pág. 198)

(0.17) Diferentes formas del vientre de los músculos.

TendonesLos tendones insertan músculos en los huesos. Para ser

más precisos, conectan los músculos con el periostio, el

tejido conjuntivo que rodea el hueso (pág. 17). Los tendo-

nes se componen de tejido conjuntivo denso y forman

haces de fibras colágenas paralelas. Cada extremo de un

músculo presenta uno o más tendones.

Los tendones adoptan diversas formas y tamaños.

Algunos son cortos y anchos como el del músculo glúteo

mayor en las nalgas. Otros son largos y finos como los

cables tendinosos de la muñeca. Los tendones, cuando

son anchos y planos, se llaman aponeurosis. Un ejemplo

es la aponeurosis epicraneal (pág. 259), que recubre la

parte superior del cráneo. Todos los tendones resultan sua-

ves, duros y casi elásticos, con independencia de su forma.

Localiza el tendón distal del bíceps braquial sosteniendo

para ello el codo en una postura flexionada (0.18). Primero,

localiza el vientre del bíceps y sigue su curso distalmente

hacia la cara interna del codo. A medida que avances, el

vientre del músculo se volverá más delgado, y en el pliegue

del codo se volverá un tendón liso y fino. Tal vez te parezca un

cable tenso. Explora los costados del tendón.

LigamentosLos ligamentos conectan huesos en las articulaciones.

Su papel es fortalecer y conferir estabilidad a las articula-

ciones. Como los tendones, los ligamentos se componen

de tejido conjuntivo denso; pero, a diferencia de la estruc-

tura paralela de las fibras de los tendones, las fibras de los

ligamentos presentan una configuración más irregular.

La estructura y longitud de los ligamentos varían.

Muchos simplemente cruzan una articulación y se mez-

clan con la cápsula articular más profunda, como el liga-

mento deltoideo del tobillo (0.19). Otros se expanden

entre varios huesos, como el ligamento supraespinoso de

la espalda (pág. 221).

Los ligamentos a menudo resultan densos y tirantes al

tacto y, en ocasiones, resulta posible palpar la dirección

de sus fibras. Si quieres distinguir un tendón de un liga-

mento, explora sus inserciones y su tensión variable. Un

tendón conecta el vientre de un músculo con un hueso,

mientras que un ligamento inserta un hueso en otro

hueso. Un ligamento se mantendrá tenso en todos los

movimientos y estados de contracción.

19Introducción

(0.18) Palpación del tendón distal de tu músculo bíceps

braquial con un primer plano de su sección transversal

(derecho).

Bíceps braquial

Músculo deltoides

Húmero

Músculo tríceps

braquial

Tendón del bíceps

braquial

Músculo braquial

Ligamento deltoideo

(0.19) Vista medial del pie derecho en que aparecen

los ligamentos del tobillo y el pie.

20

FasciaComo los tendones y ligamentos, la fascia es un tipo de

tejido conjuntivo denso. Es una hoja continua de mem-

brana fibrosa localizada debajo de la piel, los músculos y

órganos circundantes. Este sistema fascial forma una

matriz tridimensional de tejido conjuntivo que se

extiende por todo el cuerpo desde la cabeza hasta los

dedos de los pies.

Hay dos tipos de fascia: superficial y profunda. La fasciasuperficial se localiza inmediatamente debajo de la piel

y cubre todo el cuerpo. A menudo percibida como una

hoja delgada, la fascia superficial es en realidad una capa

espacial llena de tejido adiposo, nervios y vasos sanguí-

neos y linfáticos, así como tejido conjuntivo (0.20). La

densidad de la fascia superficial varía de muy fina (en el

dorso de la mano) a gruesa (la planta del pie).

La fascia profunda tiene un diseño más complejo.

Rodea el vientre de los músculos, manteniendo su inte-

gridad y estableciendo separaciones en grupos funciona-

les. También ocupa los espacios entre músculos y, como

la fascia superficial, contiene vasos sanguíneos y nervios.

Porciones de fascia profunda penetran en el vientre mus-

cular y envuelven cada fibra muscular.

Debido a su ubicuidad, la palpación precisa del sistema

fascial requiere un tacto sensible y experto. En la página

siguiente hay tres ejercicios sencillos que ayudan a palpar

la fascia y a percibir su relación con otras estructuras.

Guía topográfica del cuerpo humano septo L. tabique

Fascia profunda

Tejido muscular

Hueso

Periostio

Membrana

interósea

Fascia profunda

Tejido adiposo

Fascia superficial Piel

(0.20) Sección transversal del antebrazo en que aparece la disposición de los huesos, músculos y fascia.

21Introducciónretináculo L. cabestrillo, banda, cuerda

Explora tu fasciaEstira la piel del dorso de la mano (0.21). Repara en que la

piel no se levanta por completo (como cuando separas una

camisa del cuerpo). Esto se debe a que la fascia mantiene la

firmeza de la piel. Intenta hacer lo mismo en la rodilla y otras

partes del cuerpo y fíjate en lo fácil que es levantar la piel y la

fascia en algunas partes del cuerpo y lo difícil que resulta en

otras (0.22).

Este ejercicio está concebido para hacerte una idea de la

continuidad de la hoja de fascia por todo el cuerpo y de que

tirar de una porción de esta hoja afecta el resto.

Dibuja una X pequeña en tu antebrazo. Pon las yemas de

los dedos aproximadamente a cinco centímetros de la equis.

Aplicando una suave presión con los dedos, mueve lenta-

mente la piel del brazo en distintas direcciones distales a la

marca (0.23).

Fíjate en que la X se estira y responde con más facilidad

cuando tiras en cierta dirección, aunque tal vez no se mueva

con tanta facilidad al tirar en otra dirección. Aleja más los

dedos de la X, hasta que termines tirando de la piel de la

mano.

He aquí un ejercicio para mostrar la presencia omnipre-

sente pero fantasmagórica de la fascia. Pon un guante de

látex en la mano de tu compañero y luego un grueso guante

de invierno. Si exploras la mano del compañero, de inme-

diato detectarás la textura y espesor del guante de invierno y

la forma general de las manos y dedos. El guante de látex

(que representa la fascia) tal vez sea más difícil de detectar.

RetináculosUn retináculo es una estructura que mantiene un

órgano o tejido en su sitio. En relación con el tejido con-

juntivo muscular, un retináculo es un espesamiento trans-

versal de la fascia profunda que asegura los tendones en

una posición o localización concretas. Por ejemplo, los

retináculos del tobillo estabilizan los tendones que atra-

viesan la forma curva del tobillo (0.24).

La mayoría de los retináculos son superficiales y accesi-

bles. Un retináculo se distingue de sus tendones más pro-

fundos por la diferente dirección de las fibras. Un

retináculo presenta fibras transversales que discurren per-

pendiculares a los tendones más profundos.

(0.21) Exploración de la fascia

del dorso de tu mano.

(0.22) Exploración de la fascia

de tu rodilla.

(0.23) Exploración de la fascia superficial con

una X trazada sobre el antebrazo.

(0.24) Retináculos del tobillo.

22

Arterias y venasLas arterias y las venas tienen distintas características

que puedes palpar. Por ejemplo, el pulso del corazón se

distingue al presionar una arteria, pero no una vena. Las

arterias a menudo se sitúan en la cara protegida de las

extremidades y están hundidas a nivel profundo de la

musculatura. Algunas venas se pueden palpar superfi-

cialmente y son fáciles de ver en la superficie dorsal de

las manos y los pies.

La localización de una arteria no sólo es necesaria para

tomar el pulso, sino que también es importante para pal-

par otras estructuras. Por ejemplo, al palpar el músculo

esternocleidomastoideo en el cuello, es crucial conocer la

localización de la arteria carótida (pág. 264), el principal

vaso sanguíneo que irriga la cabeza y el cuello, con el fin

de no ejercer presión sobre ella. Si durante la palpación

una arteria se ocluye durante un período largo de tiempo,

la porción distal del apéndice comenzará a hormiguear o

a entumecerse.

Extiende un brazo hacia un lado durante un minuto,

dejando que la sangre se acumule en las venas de la mano y

el antebrazo. Las venas se hincharán al aumentar la presión

y serán visibles (0.25). Para que sean todavía más visibles,

aprieta suavemente el antebrazo con tu otra mano o ponte

un torniquete.

Guía topográfica del cuerpo humano

adiposo L. grasa

bursa L. bolsa

plexo L. tejido, entrelazado

BursasUna bursa es un saquito lleno de líquido que reduce la

fricción entre dos estructuras (0.26). Situadas sobre todo

en torno a las articulaciones, la mayoría de las seiscientas

bursas del cuerpo median entre la piel, los tendones, liga-

mentos, músculos y órganos, y las superficies duras de los

huesos. También se localizan entre dos músculos, dos

tendones, un tendón y un ligamento, o un músculo y un

ligamento.

Las bursitis, o inflamación de una bursa, son una afec-

ción habitual que se acompaña de hipersensibilidad en el

área y crepitación de la articulación. Cuando se inflaman,

las bursas superficiales son fáciles de palpar y, a veces,

visibles. Sin embargo, en su estado normal las bursas no

suelen ser palpables.

William Harvey (1578-1657), a menudo considerado

el primer científico experimental, descubrió la circu-

lación de la sangre a través del cuerpo. Junto con

sus descripciones del sistema cardiovascular,

explicó que las venas están equipadas con válvulas

que impiden que la sangre retroceda entre uno y

otro latido. Para probar su teoría, Harvey ató un tor-

niquete en torno al brazo de su ayudante y dejó

que la sangre se acumulara en las venas distales.

Observó pequeñas hinchazones a lo largo del

curso de las venas que él consideró que eran vál-

vulas. Harvey presionó una válvula y desplazó la

sangre fuera de la vena hacia la siguiente válvula.

Al poner un dedo sobre la válvula distal, la válvula

proximal impidió el reflujo de la sangre y la vena se

mantuvo vacía.

(0.25) Un torniquete vuelve visibles

las venas del antebrazo.

(0.26) Sección transversal de la rodilla destacando algunas

de las bursas de la articulación femorotibial.

Fémur

Rótula

Tibia

NerviosLos nervios tienen forma tubular, se mueven y son sen-

sibles a la compresión (0.27). Aunque es posible acceder a

secciones de nervios y plexos (haces de nervios), lo mejor

es evitarlos. La compresión o pinzamiento de un nervio

puede evocar una sensación de dolor agudo o fulgurante

a nivel local o por la extremidad correspondiente.

Ganglios linfáticosLos ganglios linfáticos recogen la linfa procedente de

los vasos linfáticos. Tienen forma de habichuela y su

tamaño varía desde un guisante hasta una almendra. Los

ganglios linfáticos se localizan en todo el cuerpo en gru-

pos palpables presentes en pliegues como la ingle, la

axila y el cuello (0.28). Los ganglios linfáticos sanos tienen

un aspecto redondeado, se pueden desplazar ligera-

mente y no duelen a la palpación. Difieren de otras glán-

dulas que suelen ser de mayor tamaño y cuya superficie

es irregular y presenta pequeños bultos.

23Introducción

Tejido adiposoEl tejido adiposo es una forma de tejido conjuntivo

laxo. Se deposita a muchos niveles en todo el cuerpo

incluyendo la médula de los huesos largos, en torno a

los riñones, en las almohadillas de las articulaciones y

detrás de los globos oculares. Ni que decir tiene que

algunas de estas áreas quedan fuera del alcance de este

libro.

La localización más palpable del tejido adiposo es la

capa subcutánea de tejido entre la piel y la fascia super-

ficial. Esta capa de tejido adiposo varía de espesor a lo

largo del cuerpo y su consistencia puede ser distinta. El

tejido adiposo suele tener una consistencia gelatinosa,

haciendo fácil hundir los dedos y detectar estructuras

más profundas.

Ponte de pie y comprime la carne de las nalgas para

percibir el tejido adiposo. Sí, tal vez te sientas tonto, pero

repara en la capa superficial de tejido adiposo. Luego

tensa los músculos de las nalgas y repara en la diferencia

de textura entre el tejido adiposo y los músculos a nivel

más profundo.

Vértebra cervical

Plexo braquial

Primera costilla

(cortada)

Vasos

linfáticos

Ganglios

linfáticos

(0.27) Vista anterior del plexo braquial. Los impulsos nerviosos

viajan por las fibras nerviosas a 338 kilómetros por hora

(o 97,5 metros por segundo).

(0.28) Ganglios linfáticos cervicales