Grupo1
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Al entrar al despacho de profesores, Juan abrió inmediatamente su correo
electrónico. Había un mensaje nuevo en su bandeja de entrada, era de su mujer,
Laura:
Hola Juan,
Te estoy llamando por teléfono pero supongo que estás en clase con
tus alumnos. Verás, es que he tenido un accidente al salir del
garaje con el coche: una rana salió del desagüe y, sin darme
cuenta, la pisé... Como me siento culpable había pensado que
quizás podrías utilizarla en tu clase de biología y diseccionarla
debajo de la cámara de documentos.
La tengo en el coche dentro de una caja…
De pronto sonó el timbre. ¡Fin del recreo! Cerró el correo y salió corriendo de
la sala de profesores.
Ahora tenía clase de física y química con alumnos de 3º de la E.S.O., estaban
dando las leyes de los gases y se le había ocurrido realizar un pequeño experimento
con los ITP-C...
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Mientras colocaba los sensores del ITPC, teniendo sumo cuidado con el
orden, pensaba en que tenía suerte de tener la cámara de documentos ya que cuando
él era alumno había que matar una rana para cada grupo, y hacían grupos de dos.
Se decidió a hacer la disección con los alumnos de
cuarto y grabarla para poder proyectar en la pizarra digital
a los alumnos de primero solo las partes menos
desagradables.
Antes de finalizar la clase, el profesor mandó a cada
alumno que fueran recogiendo las cosas y que no se
olvidarán de coger por cada grupo un memoria USB
(pendrive), para guardar todos los datos que obtuvieron con el ITP-C, para así hacer el
cuestionario y las gráficas para la próxima clase.
Cuando llegó a casa se puso a pensar... y se dio cuenta que los gráficos
obtenidos sólo lo podrían ver cada uno de sus alumnos en su ITP-C, así que decidió
dar su siguiente clase en un aula que tuviera una PDI y así poder proyectar todo los
datos de todos los alumnos en la pizarra. Y así lo hizo... pero cuando llegó a clase el
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día siguiente, habían robado el proyector de la pantalla. Inmediatamente Juan avisó
al conserje y éste le dijo que la PDI no estaba porque en la última clase del día
anterior no funcionaba bien, así que fue enviada al distribuidor para arreglarla.
Minutos más tarde, Juan volvió a clase, hizo grupos de 3 personas, y repartió
un activote por grupo. Tras resolver las dudas que los alumnos tenían sobre el trabajo
de fin de curso, empezaron el concurso: los diferentes grupos
votaban con su activote a las preguntas que Juan iba proyectando.
¡Estaban entusiasmados! Quedaban 4 semanas para fin de curso, y
los grupos estaban muy igualados. ¡Los ganadores se llevarían un
Tablet-PC! Pero lo que no sabían era que en realidad el centro no
podría compensar a todos los miembros del grupo con un Tablet-
PC, por lo que jugarían una última ronda entre los propios miembros del grupo
ganador y el Tablet-PC sería para el que obtuviera mayor puntuación. El segundo
ganaría un Netbook y el tercero una webcam.
Tampoco sabían es que este curso el examen final de la asignatura iba a ser
vía on-line. En su clase de siempre, cada uno de los alumnos cogería un portátil de un
carrito. Podrían acceder a todo el material de la asignatura, pero había un
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inconveniente, no había mucho tiempo…
El día transcurría casi con normalidad a pesar de la ciclo génesis explosiva
que invadía la península. Nuestro protagonista sentía que a pesar del tiempo que
llevaba rehacer todo el curriculum para adaptarlo a los nuevos recursos digitales al
final merecía la pena. Era el primer curso que había comenzado a usar la PDI-
electromagnética y, a pesar del tiempo que le llevó aprender, casi todo le parecían
ventajas. Sin embargo, en varias ocasiones al llegar a clase había desaparecido el
bolígrafo digital, más porque algún profesor despistado se lo había llevado que por la
travesura de los alumnos, así que debía trabajar en paralelo entre el “PowerPoint” y
la pizarra tradicional.
Durante uno de los cambios de clase, mientras aclaraba algunas dudas a
algunos de sus alumnos, recibió un nuevo mail en su PDA particular, al abrir el mail
a Juan le cambió la cara por completo, nada mas leer el correo miró a su alrededor
angustiado. En el correo leía: “Pareces estresado hoy, con el jersey rojo manchado de
tiza. Por cierto, sé lo que de verdad pretendes al hacer los exámenes on-line “.
Buscó con la mirada a Pedro. Ese chico taciturno y silencioso que, a pesar de
sus buenos modales y unos resultados académicos excelentes, tenía un aire
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sospechoso. Tal vez era esa mirada esquiva, tal vez la asiduidad con la que pasaba las
tardes en la sala de ordenadores de la biblioteca, sombra eterna del becario
responsable de la Intranet. Pedro revisaba su Smartphone y le dedicó la más extraña y
hermética de las sonrisas a Juan.
No, bien pensado no podía ser Pedro. El detalle del "Jersey rojo manchado de
tiza" es obra de una mente observadora, calculadora y fría. Pedro carecía de esas
características y además es un crio con poca imaginación.
Sin duda esto es obra de una niña... O niñas. ¿Sera el
grupito de las " divinas de la muerte”?. El caso es que
cada vez que me las encuentro las veo siempre con
sus súper Smartphone de última generación,
chateando, haciéndose fotos de lo más tonto o
grabando videos de sus compañeros "friquis" que luego
cuelgan en internet en esos foros en los que todos se cuentan todo. Si, sin duda han
sido ellas.
El caso es que el jersey había sido ensuciado con tiza roja en un momento en
el que Juan se había ido a hablar con la directora. No hablar personalmente sino
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mediante Skype por ordenador, ya que la directora se encontraba de luna de miel en
el Caribe… ¡En plena época de exámenes y la directora de viaje! Mientras tanto las
“osea” parecía que habían hecho de las suyas, pero ellas no sabían que el colegio
estaba controlado por video cámaras en todas las clases y habían sido grabadas, la
prueba se hallaba en el ordenador de secretaria, pero no era tan fácil entrar en los
ordenadores para encontrar las pruebas, ya que a ese ordenador sólo se podía acceder
con un lector de huella digital o con lector de DNI electrónico; Juan intentó una y otra
vez entrar con su DNI electrónico, pero Juan escribió la contraseña tres veces mal y…
error fatal se tenía que ir a una comisaría, por lo que su intento de encontrar a los
culpables se había evaporado y justo en ese momento: ZAS! Se abre una ventana en el
ordenador que ponía:”NO INTENTES DESCUBRIRNOS”.
Juan fue a comisaría asustado y confuso, puesto que ya ni él sabía por lo que
le estaban atormentando tanto, en la comisaría explicó que al introducir mal una clave
el DNI se le había estropeado y que era por eso por lo que estaba allí, sin más el
funcionario de turno se lo reparó y Juan volvió a su casa.
Esa noche pudo dormir a duras penas. A la mañana siguiente a su vuelta al
colegio, en la primera hora de la mañana, en todas las clases de 4º de ESO, en una de
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las cuales estaba Juan, al encender las PDI´s, en todas las clases la primera imagen
que apareció fue la de Juan saliendo de comisaría.
Juan se quedó perplejo y para quitar su imagen de la PDI rápidamente puso
un DVD en clase. Al principio los alumnos se reían, murmuraban…pero Juan los
hizo callar.
Mientras los chicos veían la película, Juan no paraba
de darle vueltas al asunto. ¿Por qué le estaba pasando todo
esto a él?.
Comenzó a repasar los hechos: revisó las horas y la fecha de los mensajes
recibidos, las miradas extrañas, reacciones anormales de profesores y alumnos, el
pantallazo de “no intentes descubrirnos” y su propio video saliendo de la comisaría.
Estaba claro ya que no era la rana quien le seguía: su mujer se había encargado de
eliminarla. Sin embargo, sospechaba que la directora pudiera estar dirigiendo el
cotarro desde Punta Cana por videoconferencia y utilizando al becario de la biblio, a
Pedro y a las “osea” en un complot de amenazas por pararle los pies al “nuevo
profesor”.
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Juan intentaba poner en práctica todo lo aprendido en el máster de Comillas
pero alguien había detrás intentando evitarlo. Le habían advertido de las dificultades
pero nunca imaginó lo que vendría después: esa misma tarde Laura tuvo un
accidente.
Al enterarse de la noticia y antes de que algo más dentro de sí le paralizara,
corrió hacia la PDI más cercana, concretamente a la barra de herramientas estándar
situada en el lateral izquierdo y con el puntero del lápiz golpeó con fuerza como si se
hubiera vuelto loco. Los botones de minimizar se habían bloqueado. Todo parecía
haberse descontrolado, pero qué estaba haciendo, por qué se sentía culpable, por qué
no confiaba en nadie, ni siquiera en la directora. Salió disparado hacia el hospital. Las
manos le temblaban mientras conducía. De pronto, una luz estridente similar a la de
un retroproyector enfocó intermitentemente hacia su coche, como si su lente tuviera
vida y al instante.
Sonó el teléfono móvil. Era su mujer Laura y le dijo: Juan me han trasladado
al hospital que hay cerca de tu colegio, tengo la pierna rota, me la han escayolado y no
puedo andar. ¿Puedes venir a recogerme? Por cierto, antes de llegar a casa fui a
recoger la cámara de fotos digital a la tienda como me pediste, ya la habían arreglado
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y la podías usar en la fiesta de fin de curso pero cuando me caí, la cámara cayó
conmigo y se ha roto.
Después de colgar el teléfono se dio cuenta de que la luz que enfocaba su
coche era la sirena de un vehículo policial. La multa por exceso de velocidad y por
hablar por el móvil parecía segura, pero resultó ser Pablo,
un amigo suyo del barrio. Parecía que su suerte cambiaba,
pues se libró de las multas y le dijo que le ayudaría con el
acoso que estaba sufriendo. Para ello, iba a consultar unas
bases de datos de la policía, similares a Dialnet y otras que
Juan conocía, pero que servían para detectar los
antecedentes policiales de los miembros del colegio de
Juan. Su amigo puso cara de sorpresa, en la base de datos
había una persona miembro del colegio. Esta persona estaba fichada por apropiarse
de lo ajeno, tomaba “prestado” las nuevas tecnologías que entraban en los colegios,
como PDI, proyectores, etc. para luego venderlas. Esta persona era Pedro Pablo
Arroyo García, - dijo Juan con sorpresa.
Su mirada se quedó fija en la pantalla del notebook que sostenía su amigo.
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Incrédulo, fue al colegio dispuesto a resolver el enigma. Una algarabía estaba
reunida en la puerta del colegio. El sonido de una sirena. Alumnos expectantes.
Profesores con cara de preocupación. Cuando se acercó a la ambulancia, vió una
camilla en la que iba Susana Garrido, la chica más popular. Viviana su mejor amiga
iba junto a ella. Llevaba consigo las cosas de su amiga. De pronto, con el bullicio,
cayó el Smartphone del bolsillo del abrigo de Susana. Nadie pareció darse cuenta.
Con disimulo, Juan tomó el móvil y vio un mensaje que parpadeaba en la pantalla:
"the game is over", el remitente era Judit Sanon.
Tardo un rato en reaccionar. ¿Quién es Judit Sanon? No le sonaba de nada. De
repente le vino la luz " Lo que no está en internet simplemente no existe". Cogió su
móvil, se conecto a la red y a través de Google tecleo el nombre de la misteriosa
mujer. ¡¡¡¡¡ Sorpresa¡¡¡¡¡, resulto ser la mismísima Presidenta Ejecutiva de una
compañía de capital 100% Israelí con sede social en Tel Aviv llamada ITP.
Su sorpresa fue mayúscula cuando descubre que esta firma se dedica al
desarrollo de alta tecnología orientada al mundo de la educación. Juan vaciló, el
recuerda que conoció a una tal Judit cuando estuvo estudiando aquel curso en Israel,
para aprender las nueva tecnologías del ITPC pero solo estuvo tres semanas y no
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podía creer que aquella poderosa mujer que aparecía en la televisión y miembro de
uno de los lobbys más poderosos de Israel era aquella chica callada a la que rechazó
en la fiesta de despedida del curso. Se hacía tarde y olvidaba que tenía que preparar
el material para la clase de comunicación audiovisual de mañana. Los chavales de 3º
de la E.S.O. estaban filmando con cámaras de cine un videoclip para enviarlo a "Aquí
hay tomate”.
Observó a sus alumnos con las cámaras de cine. Apenas sabían usarlas,
toqueteaban todos los botones como un profesor novato con una PDI nueva. Ayudó a
levantar uno de los focos que se había caído. Al mirar hacia atrás, observó que había
una furgoneta aparcada en la calle. En ese momento se dio cuenta: esa furgoneta
llevaba allí aparcada más de dos semanas. Se dirigió hacia ella y cuando estaba a dos
metros, se encendió el motor y arrancó. Demasiada casualidad. Decidió ir a los
ordenadores a mandarle un correo electrónico a su amigo Juan. Estaba
asustado y no sabía a quién recurrir. Al entrar en la sala tuvo se dio
cuenta de que alguien había estado allí y había salido
apresuradamente. En uno de los ordenadores había una memoria
USB. La guardó en su bolsillo y en una esquina, fuera de todas las
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miradas y aún a riesgo de desembocar en divorcio, llamó a su amigo el poli para que
fuera a recoger a Laura al hospital y la llevara a casa. Saludó amablemente a Hipólito,
el conserje, atravesó seguro de sí mismo el pasillo de los taquilleros mientras los
alumnos recogían ya sus macutos para irse a casa y a la puerta de secretaría, ya vacía
después de la última campana, pasó su tarjeta magnética para fichar la salida:
teóricamente la jornada laboral había terminado para él. Bajó por las escaleras de
servicio y se encerró entonces en uno de los trasteros del sótano a esperar que se
despejara el panorama. Empezó a anochecer. Su plan era entrar en la biblioteca y
comprobar todos los archivos multimedia que tanto el becario, como Pedro Pablo y
Susana Garrido habían estado utilizando en los últimos días: la clave estaba en el
video de la comisaría y su ejecución simultánea desde el servidor para ser emitido
desde todos los proyectores. No era obra de un principiante. ¿Quizá en ese pendrive
estaba la respuesta?
Pocos ruidos se oían ya a lo lejos y, al tener clara su próxima acción Juan se
relajó y se quedó dormido. Se quedó dormido en un instante de tranquilidad,
posiblemente uno de los pocos que había tenido en los últimos días. Su cabeza no
aguantaba más, ¡tenía más movimiento que el Facebook de un adolescente! ¡Si su
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cabeza fuera un ITP-C estarían ahora mismo los 8 sensores conectados! Pero ni su
cabeza era una red social ni un ITP-C, era un estallido de imágenes y sospecha; por un
lado la rana muerta, mensajes anónimos, sentimiento de ser perseguido, tiza roja,
sangre roja…. ¿sangre roja? Se despertó exaltado y se puso a correr por los pasillos
hacia su rincón favorito.
Mientras su blackberry en el bolsillo empezaba a vibrar; Despertó
sobresaltado, e inmediatamente conecto la memoria USB. En una carpeta había una
foto donde se veían dos figuras que fisgoneaban desde la valla del colegio, todo lo
que estaba ocurriendo el día que a Susana se le cayó el Smartphone. Achino un poco
los ojos para enfocar mejor y ¡Vaya, que cosa más rara! Que hacían el padre de Clara
Campoamor y la madre de Pantaleón Pantoja a ese día por el colegio. ¡Alguien le
estaba dejando una pista!
Una alarma programada en su blackberry lo saco de su desconcierto y de
repente fue como ver la luz al final del túnel, comprendió que los tentáculos que
orquestaban el sabotaje del que era objeto, se extendían desde el Estado de Israel
hasta algunos de los miembros del AMPA. Vino entonces a su memoria la cita de
Napoleón Bonaparte que había leído días antes en su ebook “La ambición jamás se
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detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza”. Su primer impulso fue llamar a su
amigo Pablo, pero no pudo pues en ese momento la batería de su sofisticada
blackberry murió. Sin dudarlo salió del colegio, corrió hacia su coche, abrió el
netbook que llevaba en su mochila, conecto el modem USB y escribió: S.O.S. No pudo
continuar escribiendo porque de pronto todo se puso negro.
Cuando abrió los ojos, no podía ver con claridad y tenía un fuerte dolor de
cabeza. Comenzó a hablar atropelladamente: "¡los israelíes!, ¡todo ha sido un
complot!" Una voz tranquila dijo: "No se inquiete, sufrió un desvanecimiento y ahora
está en el hospital. Parece que tiene alguna patología en el cerebro y es posible que
haya sufrido algunas alucinaciones. No se preocupe, está usted en buenas manos.
Aún no sabemos de qué se trata exactamente, pero le estamos monitorizando, le
haremos además un escáner y algunas otras pruebas. Luego procesaremos todos los
resultados haciendo un tratamiento digital de los datos, señales e imágenes. Los
ingenieros biomédicos colaboran con nosotros en su caso con las últimas novedades
en TIC."
Se tranquilizó. "¡Qué interesante! ¿Podríamos transmitir todo el proceso
seguido por los ingenieros biomédicos a mis alumnos de 2º de bachillerato por
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videoconferencia? Creo que será muy formativo para ellos".
En ese momento llaman a su puerta:
-¿Habitación 313?
-Juan responde, sí es esta
-¿Usted es Juan?
- Sí, ese soy yo.
-Soy un repartidor y le traigo un ramo de flores con una tarjeta.
-Ah, muchas gracias, dejé ahí el ramo, al lado del netbook, y deme la tarjeta.
-Aquí tiene. Debo irme, sólo cumplo obligaciones.
-Gracias.
Al irse el repartidor Juan abrió la nota en donde ponía: “Sólo llevas dos meses
en el colegio y ya de baja, espero que te mejores” Fdo.: La directora.
Esto inquietó mucho a Juan, ¿La directora estaba detrás de todo esto? ¿Lo
único que quiere es que me vaya del colegio? La verdad que a la directora desde un
principio no le gusto mis métodos con las TIC para utilizar con los alumnos; ¿Hasta
donde será capaz de llegar?.
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Necesito ayuda de Pablo," pensó Juan. Cogió su netbook de la mesilla de
noche, abrió su correo electrónico y escribió: "Hola, Pablo! Te estoy escribiendo desde
el hospitla. No sé por dónde empezar. La información que te voy a revelar es muy
importante... y puedes correr peligro. Te ruego, en ningún
caso guardes esta información en tu ordenador. Grábalo
en un CD o imprímelo con tu impresora multifunción..."
Por un instante creyó sentir que se le agarrotaban los
pulmones y se le aceleraba el pulso. Respiró
profundamente, contó hasta las 10 para poner en orden su
pensamiento y siguió.
Siguió en el hospital, era mitad de mañana cuando se
quedó dormido… empezó a soñar una y otra vez de que lo perseguían, de que ya no
sólo eran sus alumnos… sino que algo más fuerte se le avecinaba, en su mente se
agolpaban imágenes de televisiones, ordenadores, teclados, pizarras… pero…
Juan estaba demasiado cansado pero su cabeza no podía dejar de pensar, le daba
vueltas una y otra vez a todos los acontecimientos de los últimos días, todo era muy
extraño.
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Las imágenes se le agolpaban una y otra vez, echó la vista atrás para ver como
se había iniciado, todo comenzaba cuando Laura su mujer, le había mandado un
email diciéndole que había atropellado a una rana, las clases de biologías con los ITP-
C, todo hasta ahí parecía transcurrir sin ninguna problemática, pero todo empezó
cuando habían robado el proyector, después que el bolígrafo digital había
desaparecido, como para olvidarse del sms que le llegó a su PDA con “Pareces
estresado…sé lo que pretendes”; y esto era ¿Por qué Juan había hecho la propuesta de
hacer los exámenes finales online? Imposible, algo más había detrás de todo esto, y
así fue cuando los hechos siguieron un camino muy extraño, en donde cada vez Juan
parecía que se iba andando en un túnel muy oscuro y donde él era el punto de mira;
Juan no podía de pensar que había hecho mal, ¿Por qué aquel pantallazo de “No
intentes descubrirnos”?, Juan sólo quería estar en paz, poder volver a dar sus clases,
estar con sus alumnos, volver a la vida, volver a su vida. Como olvidar el accidente de
Laura, el vídeo de la comisaría, el regreso a su vida de Judit Sanon, ¿Es casualidad
que vuelva a la vida de Juan?
Juan no podía evitar que en su cabeza fueran pasando una diapositiva tras
otra, solo podía ver imágenes, personas, acciones…Juan tenía mucho miedo.
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Transcurrieron unos segundos cuando entró la enfermera:
- Juan, ¿Cómo estás? ¿Estás pálido? ¿Has descansado algo?
- Es imposible, no puedo descansar, tengo miedo, no estoy tranquilo, todos
estamos en peligro.
- No te preocupes Juan, aquí no te va a pasar nada, te pondré 5 miligramos de un
tranquilizante para que puedas descansar.
- Muchas gracias.
La enfermera se retiro y aún no pasados 20 minutos Juan cayó en un profundo y
placentero sueño.
Al despertarse Juan estaba desconcertado, seguía siendo de día, pero ¿Qué día?,
en ese mismo momento llamó a la enfermera.
- Juan, ya tienes mejor cara, te ha venido muy bien el descansar.
- ¿Cuántas horas he dormido?
- Pues ha transcurrido un día entero.
- ¿Un día entero? ¿Y mi mujer? ¿Mi colegio? ¿Mis alumnos?
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- Tranquilo Juan, no debes alterarte, tu mujer está en la cafetería, acaba de bajar,
en breves vendrá el médico, te dará el alta y volverás a casa con tu mujer.
- Muchas gracias.
La enfermera se retiro y al momento entró su mujer por la puerta:
- Cariño, ¿Cómo estás?
- Laura, todo…todo es muy raro, no sé que me paso y si…
- Tranquilo, no pasa nada, ahora recogemos las cosas que nos vamos, que el
médico ya te dio el alta, la tengo aquí.
- Vámonos, no me gustan los hospitales.
Al salir del hospital la mujer le propuso que fueran por el colegio para ya dejar
los papeles de la baja y Juan aceptó.
Al llegar al colegio todo estaba muy raro, había un silencio absoluto, ¿Silencio en
el colegio?
Laura, algo raro está pasando en el colegio, fíjate, no se oye nada, las aulas vacías,
luces apagadas.
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- Echemos un vistazo por todas las instalaciones a ver si encontramos a alguien.
- Está bien.
En ese momento Laura hacía que Juan se dirigiera hacía el salón de actos.
- Juan vamos al salón de actos, a lo mejor están en una conferencia.
- No había nada programado, pero…vamos…
Entraron al salón de actos por la parte del escenario, Juan
estaba girando sobre sí mismo cuando de repente todo se
iluminó, todos gritaron:
- ¡INOCENTE!
Allí estaban todos, sus alumnos, el personal de servicios,
directora, profesorado, miembros del AMPA, Pablo, Judit… no falta uno. Juan no
salía de su asombro…
- ¿Qué está pasando? ¿Qué es esto?
En ese mismo momento la directora se acercó a Juan y le explicó:
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- Juan, durante estas últimas semanas has sido nuestro inocente. Los alumnos de
Bachiller están participando en un nuevo proyecto de cortometraje titulado “El
profesor más inocente”, y tú fuiste nuestro gran inocente.
- Pero…¿Y la multa? ¿El accidente de Laura? ¿La
comisaría?...
- Todo estaba programado, los alumnos buscaron cada
detalle, programaron ordenadores, las PDI…Todo.
- ¿Y…?
- Y tranquilo, gracias a ti han conseguido el primer
premio y el colegio tendrá una ayuda de 10.000 € para
dotar al centros con todas las novedades TIC.
GRUPO 1:GRUPO 1:GRUPO 1:GRUPO 1:
LETICIA CHAMOCHÍNLETICIA CHAMOCHÍNLETICIA CHAMOCHÍNLETICIA CHAMOCHÍN
CRISTINA COENCE CRISTINA COENCE CRISTINA COENCE CRISTINA COENCE
CARMEN DE LA LLAVECARMEN DE LA LLAVECARMEN DE LA LLAVECARMEN DE LA LLAVE
CRISTINA GILCRISTINA GILCRISTINA GILCRISTINA GIL
JOSE MIGUEL MIÑANBRESJOSE MIGUEL MIÑANBRESJOSE MIGUEL MIÑANBRESJOSE MIGUEL MIÑANBRES