ESTUDIOS EPIDEMILÓGICOS Y TRANSMISIÓN DE AISLADOS DE...

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1 1. INTRODUCCIÓN Los cítricos son uno de los principales cultivos en el mundo, liderando la producción mundial de frutos primarios, la que alcanzó a 103 millones de toneladas métricas el año 2003, superando con creces la producción de bananos la que llegó a 69 millones de toneladas métricas el mismo año (FAO, 2004). Este nivel de producción, sus beneficios económicos, efectos sociales y además las propiedades alimentarias y organolépticas, hacen de los cítricos uno de los cultivos mas estudiados, motivando la preocupación de numerosos investigadores en todo el mundo, ante la aparición de nuevas plagas y enfermedades que afecten a este cultivo. Entre las enfermedades importantes, la tristeza de los cítricos es la que ha causado más muertes de árboles de este género en el mundo (CAMBRA et al., 2000). En Chile la producción anual de frutos cítricos es de 268.000 toneladas métricas, con una superficie plantada de 16.100 hectáreas (FAO, 2004), sin considerar mandarinos e híbridos, los cuales según el censo agropecuario de 1997 llegan a 1267 ha (GARDIAZABAL y MAGDHAL, 1998), cifra que probablemente en la actualidad se ha duplicado. El virus de la tristeza de los cítricos (CTV), se trasmite de árboles enfermos a árboles sanos por injertos y por algunas especies de pulgones (CAMBRA et al., 1990), y es el causante de la enfermedad viral mas grave de los cítricos, conocida internacionalmente como tristeza, que empezó a manifestarse en forma epidémica en distintos países a partir de 1930, y hoy en día desde el punto de vista económico, es una de las mas destructivas e importantes que afecta a este tipo de cultivo (CAMBRA y MORENO, 2000).

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1. INTRODUCCIÓN

Los cítricos son uno de los principales cultivos en el mundo, liderando la producción

mundial de frutos primarios, la que alcanzó a 103 millones de toneladas métricas el

año 2003, superando con creces la producción de bananos la que llegó a 69 millones

de toneladas métricas el mismo año (FAO, 2004).

Este nivel de producción, sus beneficios económicos, efectos sociales y además las

propiedades alimentarias y organolépticas, hacen de los cítricos uno de los cultivos

mas estudiados, motivando la preocupación de numerosos investigadores en todo el

mundo, ante la aparición de nuevas plagas y enfermedades que afecten a este cultivo.

Entre las enfermedades importantes, la tristeza de los cítricos es la que ha causado

más muertes de árboles de este género en el mundo (CAMBRA et al., 2000).

En Chile la producción anual de frutos cítricos es de 268.000 toneladas métricas, con

una superficie plantada de 16.100 hectáreas (FAO, 2004), sin considerar mandarinos

e híbridos, los cuales según el censo agropecuario de 1997 llegan a 1267 ha

(GARDIAZABAL y MAGDHAL, 1998), cifra que probablemente en la actualidad se

ha duplicado.

El virus de la tristeza de los cítricos (CTV), se trasmite de árboles enfermos a árboles

sanos por injertos y por algunas especies de pulgones (CAMBRA et al., 1990), y es el

causante de la enfermedad viral mas grave de los cítricos, conocida

internacionalmente como tristeza, que empezó a manifestarse en forma epidémica en

distintos países a partir de 1930, y hoy en día desde el punto de vista económico, es

una de las mas destructivas e importantes que afecta a este tipo de cultivo (CAMBRA

y MORENO, 2000).

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Importantes epidemias de tristeza han destruido millones de árboles de cítricos

injertados sobre naranjo agrio (citrus aurantium (L) Osbeck). Hasta la fecha se

calcula en más de 80 millones, desde 1930, los árboles de naranjo dulce, mandarino y

pomelo injertado sobre naranjo amargo, que han muerto debido al virus de la tristeza

en todo el mundo (CAMBRA y MORENO, 2000).

En muchas regiones donde CTV es endémico (Asia, América del Sur, Australia,

África Central y del Sur), las razas muy severas pueden debilitar y destruir la

citricultura independiente del patrón usado. Además, aquellas áreas donde Toxoptera

citricida (Kirk.) no está presente aún, enfrentan el peligro de su posible introducción

(ROISTACHER y MORENO, 1991).

Aun existen en el mundo áreas productoras de cítricos en las cuales el patrón

predominante es naranjo agrio (citrus aurantium), que es extremadamente

susceptible. Por otra parte los productores y viveristas siguen importando material de

propagación no certificado, con el peligro de la introducción de razas severas que

pueden ser eficientemente transmitidas por áfidos locales y no necesariamente por T.

citricida (ROISTACHER y MORENO, 1991).

CTV ha sido detectado en árboles aislados y aún no tiene carácter epidémico en

muchos países del Mediterráneo y Próximo Oriente (Albania, Argelia, Chipre,

Egipto, Francia, Grecia, Italia, Jordania, Líbano, Libia, Marruecos, Palestina,

Portugal, Siria, Túnez y Turquía) y algunos de América Central y del Sur como

Belice, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, México o Nicaragua (CAMBRA y

MORENO, 2000).

En Chile, de acuerdo a prospecciones realizadas entre las regiones I y VII, se han

encontrado muestras positivas de CTV principalmente en la zona del Oasis de Pica,

sólo en algunos huertos del resto de las regiones, y no se ha determinado la presencia

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de Toxoptera citricida. De acuerdo con lo anterior, Chile, es un país en donde no se

han encontrado razas severas del virus en las principales zonas productoras, y

tampoco su principal vector Toxoptera citricida (CANALES et al., 2001).

Por lo tanto, es muy importante mantener un control en las zonas limítrofes más

propensas al ingreso del principal vector de CTV, y a material vegetal que pueda

contener razas del virus más severas que las descritas en Chile, además de mantener

al país libre de numerosas plagas y enfermedades presentes en el resto del mundo.

Los datos obtenidos en las prospecciones, han permitido localizar la presencia de

CTV y analizar su incidencia a lo largo de la zona citrícola del país (BESOAIN et

al., 2003a). No obstante la dinámica de dispersión, la relación existente con los áfidos

que predominan en los huertos de cítricos de Chile, y la eficiencia de transmisión de

razas de CTV presentes en el país no se conocen.

Por lo tanto, este trabajo busca determinar un patrón de distribución de la enfermedad

en el huerto, asociarlo con los áfidos portadores de CTV que visitan los predios de

cítricos de Chile, y determinar la capacidad de Aphis gossypii (Glover) de transmitir

razas del virus encontradas en Chile.

Estos estudios permitirán recopilar información acerca del carácter real de la

enfermedad en Chile, y con ello poder predecir, prevenir o controlar un posible mayor

desarrollo de esta enfermedad en el país.

De acuerdo con lo expuesto, los objetivos del presente trabajo son:

Realizar estudios espacio-temporales de la distribución de CTV en tres predios de

cítricos en la zona central de Chile.

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Determinar mediante la metodología de brotes pegajosos, la presencia de especies

de áfidos virulíferos que visitan predios de cítricos.

Realizar transmisión de aislados mediante Aphis gossypii (Glover) a plantas

receptoras.

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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1. Antecedentes generales del virus de la tristeza de los cítricos

La enfermedad ha recibido diversos nombres que hacen mención a las características

sintomatológicas encontradas. Los más importantes son: “graft incompatibily” y

“stunt-bush” en Sudáfrica (1904), “podredumbre de las raicillas” en Argentina

(1931), “quick decline” en California (USA) (1939), “bud-union decline” en

Australia (1941), tristeza en Brasil (1942), “hassaku dwarf “ en Japón (1948), “stem

pitting of grapefruit” en Sudáfrica (1949), “lime disease” o “lime decline” en Costa

de Oro, Ghana (1949), “seedling yellows” en Australia (1952) (BOVE y VOGEL,

1975, citados por NARANJO, 1997a).

La tristeza comenzó a expresarse producto del uso masivo de naranjo agrio como

patrón tolerante a otras enfermedades, principalmente Phytophthora spp., que

provoca la gomosis del cuello de la raíz del naranjo dulce (Citrus sinensis (L)

Osbeck) (BAR-JOSEPH et al., 1981).

En Australia, en 1860, y en Sudáfrica, a finales de 1890, se intentó injertar naranjos

dulces y mandarinos (Citrus reticulata Blanco) sobre naranjo agrio y se observó que

los árboles morían en un plazo de dos a tres años, en tanto que los limoneros (Citrus

limon (L) Burn.) sobre agrio crecían satisfactoriamente con desarrollo vegetativo y

producciones normales (WEBBER, 1943, citado por NARANJO, 1997a).

A partir de 1930 comenzaron en distintos países epidemias que causaron el

decaimiento de los cítricos, principalmente sobre naranjo amargo. Entre las más

importantes por el número de árboles afectados están las de Argentina (1930), Brasil

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(1937), California (1939), Florida (1951), España (1957), Israel (1970) y Venezuela

(1980) (CAMBRA y MORENO, 2000).

La problemática que presentó esta enfermedad al manifestarse en forma masiva,

ocasionando la muerte de millones de árboles, llevó a la creación de la Organización

Internacional de Virólogos de Cítricos (IOCV), integrada por numerosos

investigadores de todo el mundo, cuyos trabajos e investigaciones son innumerables.

Esto denota la importancia y la trascendencia que ha tenido esta enfermedad

(ROISTACHER y MORENO, 1991).

En 1949, HUGHES y LISTER citados por NARANJO (1997a), describieron los

síntomas de “stem pitting” y aclareo de nervaduras de las hojas en plantas de lima

mexicana, coincidiendo con ellos investigadores de Brasil, los que sugirieron la

utilización de la misma como planta indicadora. A partir de esta época se hizo posible

diagnosticar cuando un árbol tiene tristeza.

Continuando con investigaciones sobre CTV, en 1979, gracias a los trabajos de

colaboración entre científicos de Israel, EEUU y España, se logró poner a punto el

ensayo Inmunoenzimático (ELISA) para la detección del virus, el cual posee una

importancia trascendental (BAR-JOSEPH et al., 1979; CAMBRA, MORENO y

NAVARRO, 1979, citados por CAMBRA et al., 1991).

2.1.1 Origen y diseminación

La enfermedad de la tristeza es originaria de Asia desde donde se extendió a las

principales zonas citrícolas de todo el mundo, mediante la introducción de material

vegetal (CAMBRA et al., 1990). Una vez instalada la enfermedad en una nueva zona,

los áfidos presentes en ella se han encargado de difundirla a más corta distancia

(CAMBRA, 1994).

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Existen evidencias que indican que el virus pudo ser introducido desde India a

Sudáfrica en el siglo XVII por comerciantes holandeses, y desde ahí se diseminó a

otros países de África y Sudamérica. La introducción del virus a Brasil se produjo

desde Argentina y también directamente desde África del Sur, conjuntamente con

esta se introdujo T. citricida (WALLACE et al., 1956; COSTA, 1956, citados por

NARANJO, 1997a).

En España el virus de la tristeza fue introducido probablemente en la década de los

años treinta, pero fue detectado mucho más tarde, después de su manifestación en

forma epidémica en 1957 (CAMBRA et al., 1990).

CTV fue informado por primera vez en Israel (1956) en plantaciones de limonero

“Meyer” y desde 1970 comenzó a propagarse en los campos de forma natural

(RACCAH, LOEBENSTEIN y BAR-JOSEPH, 1976).

En Estados Unidos CTV fue detectado en la década de los años 50, y al igual que en

los casos de España e Israel esta enfermedad no ha provocado la muerte fulminante

de la citricultura sobre patrón agrio, si lo comparamos con los casos de Argentina y

Brasil (MORENO, 1995).

2.1.2 Distribución e importancia mundial

CTV está presente en todos los países citrícolas, si bien la incidencia es muy variable,

es prácticamente endémico en la mayor parte de Asia, sur de África, Australia y

Sudamérica; tiene elevada incidencia en las principales zonas citrícolas de Estados

Unidos, Israel y España y está dispersándose activamente en varios países de América

Central como Panamá y Costa Rica, e islas del Caribe como República Dominicana,

Jamaica o Cuba. (CAMBRA y MORENO, 2000).

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Es importante mencionar que en la actualidad existen zonas productoras de cítricos en

el Mediterráneo, en América Central o Islas del Caribe donde el naranjo agrio es el

patrón predominante. Esta es una grave amenaza que enfrentan estos países si se

considera que CTV ya esta presente en el Caribe, España y países de América Central

(ROISTACHER y MORENO, 1991).

Se calculan unas pérdidas de 18 millones de árboles en Argentina, 10 millones en

Brasil, 3-4 millones en California, 35 millones en España, 5 millones en Florida, y 4

millones en Venezuela. Una estimación conservadora debería elevar al menos a 80

millones el número de árboles sobre patrón amargo muertos en los últimos 70 años

(CAMBRA y MORENO, 2000).

Unido ha esto se incorpora un elemento más, la imposibilidad de usar el naranjo agrio

como patrón en la mayor parte del mundo, ya que al usarlo como porta injerto de

naranjo dulce, mandarinos o pomelos, CTV es letal. Este patrón, sin lugar a dudas, es

el de mejores cualidades de adaptación a las diferentes condiciones ecológicas,

además posee extremada resistencia a Phytophthora spp., es resistente a la mayor

parte de las virosis de los cítricos y produce frutos de elevada calidad (NAVARRO,

1981, citado por NARANJO, 1997a).

2.1.3 Evolución de la enfermedad en Chile y situación actual

En Chile, el virus de la tristeza de los cítricos está presente desde hace varias décadas,

situación que fue confirmada por una prospección que se hizo en el país entre los

años 1967 y 1970, en cooperación entre la Universidad de Chile y la Universidad de

California (SÁNCHEZ, 1996). Debido a esta situación, en Chile, se prohíbe la

propagación de naranjo dulce sobre naranjo agrio, por la susceptibilidad a CTV que

confiere esta combinación (CHILE, MINIAGRI, 1968).

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En Chile, en 1969, WEATHERS, SÁNCHEZ y PLATT indican que CTV está

presente en limoneros, cv. Meyer, en todo el país, como así mismo los áfidos vectores

del virus. Estudios preliminares revelaron que habían más de 2000 árboles de

limoneros de la variedad Meyer distribuidos a través de Chile y que cada uno de ellos

estaba afectado con el virus de la tristeza.

En ensayos realizados por SÁNCHEZ y WEATHERS (1970), el virus de la tristeza

fue encontrado en varios árboles de tangelo Sampson en un huerto en la zona de

Peumo, y también en tres limoneros Génova, dos limoneros Rugosos y dos limas

Bears en un huerto de Isla de Maipo, estos árboles fueron importados a Chile desde

Estados Unidos en 1942 y 1947 respectivamente.

Durante la temporada 1994/95, se observaron en la zona central de Chile, plantas de

limoneros injertadas sobre patrón C. macrophylla que mostraban una disminución de

crecimiento, clorosis, concavidades y gomosis en el patrón. Las plantas que

presentaban clorosis generalizada reaccionaron en forma positiva el test de ELISA

indirecto, confirmándose la presencia de partículas tipo closterovirus en muestras de

corteza de plantas afectadas (HERRERA, MADARIAGA y SANTELICES, 1995).

BESOAIN (1998) y BESOAIN et al., (1997), en un diagnóstico de enfermedades

causadas por virus y viroides en cítricos, detectan mediante serología e indexaje

biológico la presencia de aislados de tristeza en árboles de lima mexicana, limonero,

naranjo dulce, tangelos y pomelos, en huertos ubicados desde la I Región hasta la VI

Región. Este mismo estudio revela que hasta esa fecha no se ha observado

decaimiento rápido (DI) en plantas de naranjo dulce injertadas sobre naranjo agrio, ni

acanaladuras de la madera (SP) en variedades de pomelo.

Al parecer, las razas severas de CTV no se encuentran en Chile, sin embargo se

requiere un estudio más profundo, con una combinación de diferentes plantas

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indicadoras (BESOAIN et al., 2000). No obstante, durante el año 2001, al observar

dos predios en Pica afectados por este virus se detectó la presencia de pomelos Star

Ruby injertados sobre C. macrophylla con síntomas de acordonamiento de árboles y

acanaladuras en la madera (BESOAIN et al., 2002).

Según la “Prospección de razas severas y áfidos vectores del virus de la tristeza de los

cítricos, presentes entre la I y VII Región de Chile", la incidencia de CTV estimada

por región fue de: 15,3% (I Región), 0,199% (III Región), 0,004% (IV Región),

0,079% (V Región), 0,183% (R. M.), 0,371% (VI Región), 0% (VII Región)

(BESOAIN et al., 2003a).

2.2. Agente causal y propiedades

El virus que causa los distintos síndromes de Tristeza (CTV) pertenece a los

closterovirus (virus filamentoso), con partículas flexuosas de unos 2000 nanómetros

de longitud y 10 – 12 de diámetro. Los viriones de CTV tienen dos proteínas

capsídicas de 25 y 27 kDa aproximadamente, que cubren el 95 y el 5 % de la longitud

de la partícula, respectivamente, dando un aspecto similar al de una serpiente

cascabel. Su genoma está constituido por ácido ribonucleico de cadena simple

(ssRNA) y polaridad positiva de 19226 – 19296 bases, con 12 marcos de lectura

abierta y capacidad para codificar al menos 19 proteínas. Se han descrito numerosos

aislados de CTV que difieren en sus características biológicas, serológicas, perfil de

ARNs bicatenarios, o secuencia de ARN genómico (CAMBRA y MORENO, 2000).

2.2.1 Distribución y movimiento del patógeno en la planta

Se plantea que la mayor concentración de partículas está en el pedúnculo de los frutos

y también en la corteza de los brotes jóvenes. Esta concentración por gramo de

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corteza aumenta hasta los 6 meses tras inocular y luego disminuye (LEE et al., 1987

citado por NARANJO 1997a).

En plantas inoculadas por pulgones o injerto, las partículas se detectan a los 16 – 28

días, período análogo al necesario para recuperar inóculos. No obstante, se requieren

de 8 a 14 días para que el injerto infecte al patrón, dependiendo de las características

inherentes a la combinación injerto/patrón y de las condiciones que reúna el hábitat,

específicamente la temperatura (ROCHA-PEÑA et al., 1993; PRICE, 1966, citados

por NARANJO 1997a).

2.2.2 Rango de hospederos

BOVE y VOGEL (1980) plantean que, aunque todas las especies de cítricos son

hospederas de la enfermedad, la expresión de los síntomas se produce en forma

diferencial, lo que ha llevado a usar algunas especies como indicadoras de las

distintas razas de CTV.

También existen otras especies, fuera de los cítricos que son hospederos de CTV.

MULLER en 1974, logró transmitir CTV por medio de T. citricida, desde de naranjo

dulce a plantas de Passiflora gracilis, la cual es una planta indicadora herbácea, que

muestra síntomas de enanismo y clorosis de las hojas. Otras especies de Passiflora

también han sido utilizadas para observar síntomas específicos de CTV

(ROISTACHER y BAR-JOSEPH, 1987).

El virus también ha sido transmitido a algunas especies de géneros afines a Citrus

como: Aegle, Aeglopsis, Afraegle, Atalantia, Citropsis, Clausena, Eremocitrus

Hesperthusa, Merrillia, Microcitrus, Pamburus, Pleiospermium, Swinglea.

(CAMBRA y MORENO, 2000).

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2.2.3 Razas del virus

CTV tiene gran diversidad de cepas, las cuales difieren en cuanto al rango de

actividad biológica, desde las razas más suaves hasta las más severas, y son causantes

de un amplio espectro de síntomas. Actualmente se han descrito una gran diversidad

de nuevos aislados de carácter severo (ROISTACHER y MORENO, 1991):

- Aislados de “stem pitting” en Sudáfrica, Australia y Japón.

- Aislado severo (B- 12) que produce “stem pitting” en naranjo dulce reportado desde

California.

- Aislado de stem pitting en naranjo dulce destruyendo la producción de naranjo

‘Navel’ en Perú y Australia, donde además afecta a las plantaciones de tangor

‘Ortanique’ (Citrus reticulata x Citrus sinensis).

- Aislado severo de tristeza afectando a naranjos dulces sobre naranjo agrio, en

Florida.

- Raza muy severa, llamada “Macapo”, capaz de inducir síntomas fuertes en naranjo

‘Valencia’ en condiciones de campo.

En presencia de cepas muy virulentas es prácticamente inviable el cultivo de naranjos

dulces y pomelos (NAVARRO, 1981, citado por NARANJO, 1997b). En Israel se

conoce un tipo destructivo de tristeza capaz de matar a los árboles injertados sobre

naranjo agrio aún antes de que el virus sea detectado por un método indicador rápido

(RACCAH, 1976).

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MORENO et al. (1991), citados por (NARANJO 1997b) demostraron

fehacientemente que muchas entidades genéticas pueden estar presentes en un simple

aislado, además de que lograron su segregación o separación física mediante análisis

de dsRNAs. Ellos plantean que la presencia de diferentes razas del virus en una

simple planta puede estar debido a mutaciones de la raza original al pasar el tiempo, a

inoculaciones sucesivas por áfidos que cargan el virus desde otras fuentes, o más

comúnmente a ambos factores.

2.2.4 Sintomatología

Existen dos síndromes característicos de la enfermedad, que son regulados por genes

independientes:

- El primero es el llamado DI (Decline inducing) o decaimiento rápido, el cual

produce una gama de síntomas, lo más generalizado es un decaimiento lento,

acompañado de clorosis, defoliación de los árboles, asociado a pudrición de raicillas,

se observa hojas abarquilladas dentro del nervio central, disminución del vigor y

muerte progresiva de ramillas. En segundo lugar este síndrome provoca una

disminución del tamaño del árbol acompañado de frutos muy pequeños, con

maduración temprana y de mala calidad. La tercera manifestación de este síndrome

conocida como “quick decline” o colapso rápido es la más espectacular, los árboles

aparentemente sanos comienzan a mostrar un marchitamiento de las hojas similar al

producido por falta de agua y en cuestión de una o dos semanas mueren totalmente

(BESOAIN, 1998; ROCHA-PEÑA et al., 1995).

- El segundo síndrome es el denominado punteaduras del tallo (stem pitting, SP), que

produce, especialmente en variedades de pomelo y limas, acanaladura a nivel de la

madera con proyecciones puntiagudas de la corteza, las que calzan perfectamente con

las cavidades a nivel del xilema, lo que induce a un decaimiento y clorosis del follaje

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con pérdida de productividad de las plantas afectadas (BESOAIN, 1998; ROCHA-

PEÑA et al., 1995). Estos aislados de CTV que causan SP severo predominan en la

mayoría de las áreas donde se cultiva cítricos en el mundo (GOTTWALD et al.,

1999).

El síntoma de Seedling yellows fue considerado por mucho tiempo como un tercer

síndrome, sin embargo hoy se sabe que ambos tipos de razas (DI y SP) pueden

producirlo (ROCHA-PEÑA et al., 1995).

2.2.5 Clasificación de especies y variedades por su sensibilidad

CTV manifiesta diferentes expresiones de síntomas dependiendo del cultivar y del

tipo de raza de que trate, es por ello que se han hecho diversas clasificaciones con

respecto a la susceptibilidad o tolerancia de las especies cítricas al CTV.

CARRERO (1981) y NAVARRO (en el mismo año), citados por NARANJO 1997b,

establecieron la siguiente clasificación, según el comportamiento de las diferentes

variedades ante el CTV:

- Variedades hipersensibles: naranjo agrio, limoneros y algunas variedades de

pomelos.

- Variedades muy sensibles: lima ‘Mexicana’, lima dulce de ‘Palestina’, cidro

‘Etrog’, C. hystrix, C. excelsa, C. macrophylla y citrange ‘Uvalde’.

- Variedades sensibles: Pomelos, ‘Kumkuat’, algunos tangors (‘temple’), naranjos

dulces (‘Pera’, ‘Mediterraneo’, ‘Hassaku’) y citranges (‘Savage’, ‘Morton’ y ‘Rusk’).

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- Moderadamente tolerantes: Los restantes naranjos dulces, lima ‘Rangpur’, citrange

‘Troyer’, P. Trifoliata y limón ‘Rugoso’.

2.3. Formas de transmisión de CTV

El CTV se difunde de árboles enfermos a sanos mediante injertos y por áfidos en

forma semipersistente (CAMBRA, 1994).

No obstante, se debe señalar al hombre como el principal vector de la enfermedad a

larga distancia mediante el tráfico no controlado de material vegetal infectado

(CAMBRA et al., 1990).

GARNSEY y MULLER (1986), han realizado ensayos in vitro de transmisión

mecánica comparando distintos tipos cortes e injertos, sobre tallos y hojas de plantas

de diferentes edades.

2.3.1 Transmisión por injerto

Esta forma de transmisión es la causa de introducción de nuevas razas del virus en un

área citrícola y de la dispersión de la enfermedad a larga distancia, como

consecuencia de importaciones no controladas o clandestinas de nuevas variedades

(CAMBRA y MORENO, 2000).

CTV es fácilmente transmitido por injerto, usándose con éxito tejidos de yemas y

trozos de hojas como inóculo. Sin embargo, el porcentaje de transmisión por injerto

va a depender de: las combinaciones donante-receptor y virus-hospedero, del tipo de

tejido infectado, de la madurez del mismo, condiciones ambientales, entre otros

(ROCHA-PEÑA, 1993; GARNSEY y MULLER 1986).

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2.3.2 Transmisión por medio de vectores

Una vez introducido en un área citrícola, a nivel local, CTV puede ser difundido a

árboles próximos por varias especies de áfidos (MORENO, 1995).

Existen muchas especies de áfidos con la capacidad de adquirir CTV, pero sólo siete

de ellas tienen capacidad para transmitir esta enfermedad. Toxoptera citricida, Aphis

gossypii, T. aurantii, A. spiraecola han sido descritos como vectores de CTV en

muchas zonas citrícolas (CAMBRA y MORENO, 2000).

El período de alimentación que requieren los áfidos para adquirir CTV puede ir de

unos segundos a 60 minutos. Igualmente el período mínimo que un pulgón virulífero

requiere para infectar a una planta mientras se alimenta de ella, es relativamente corto

(CAMBRA, 1994). Sin embargo pueden permanecer infecciosos durante 24 a 48

horas (HERMOSO DE MENDOZA, BALLESTER-OLMOS y PINA, 1984).

En el proceso de transmisión del virus, su velocidad y eficiencia tienen una marcada

influencia: la especie de áfido y su estadío, número de insectos, la raza del virus,

planta donante y receptora, temperatura, irrigación, lluvias repentinas y fertilización

(YOKOMI, 1995; HERMOSO DE MENDOZA, BALLESTER-OLMOS y PINA

1986).

2.3.2.1 Principales vectores

Los áfidos que más se destacan por su eficiencia de transmisión son el pulgón pardo

de los cítricos (T. citricida Kirk.) y el pulgón del melón (A. gossypii Glover), los

cuales difieren notablemente en su relación con el cultivo y su capacidad transmisora

de CTV (MORENO, 1995).

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Los cítricos no son el hospedero principal en el caso de A. gossypii, por lo tanto

cuando hay otros cultivos vecinos migran y no logran formar grandes colonias en los

cítricos. Por su parte el vector de CTV más eficiente en el mundo, T. citricida, llega a

ser 25 veces más eficiente que A. gossypii, el cual viene a ser el segundo principal

vector de CTV (GOTTWALD, GARNSEY y BORBÓN, 1998).

T. citricida probablemente es originario de China, es común en el hemisferio sur y en

el este y sudeste de Asia (BOVE y VOGEL, 1975, citados por NARANJO, 1997b).

Por lo tanto el virus de la tristeza es diseminado eficientemente en gran parte del

hemisferio sur por Toxoptera citricida. Mientras que la tasa de transmisión de A.

gossypii y A. spiraecola ha sido significativamente más baja en California y Florida

(RACCAH, LOEBENSTEIN y BAR-JOSEPH, 1976).

A. gossypii, aparentemente es el principal vector en California, Florida, España e

Israel, en donde T. citricida está ausente. El rol de A. spiraecola como diseminador

de CTV a nivel de campo, aún no está completamente resuelto (GOTTWALD,

GARNSEY y BORBÓN, 1998).

En los últimos años T. citricida, se ha establecido en algunos países de América

Central y del Sur (Venezuela, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Colombia y Argentina),

en las islas Madeira y Reunión y en todas las islas del Caribe (excepto Bahamas y

Bermudas). Se ha demostrado que en las regiones donde se establece el pulgón pardo

comienzan a ser más comunes las razas más virulentas del virus (YOKOMI, 1995).

2.3.2.2 Eficiencia de transmisión de sus vectores

Como ya se mencionó anteriormente la eficiencia de transmisión depende de variados

factores entre ellos están la especie de áfido, la raza del virus y la especie de planta

donante y receptora.

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HERMOSO DE MENDOZA, BALLESTER-OLMOS y PINA (1986), compararon

los porcentajes de transmisión de dos tipos de razas de CTV diferentes (un aislado

común en España y otro de reciente introducción que provoca seedling yellows), por

medio de cuatro especies de áfidos. Los resultados indicaron que A. gossypii posee

una alta capacidad para transmitir (30%) el aislado T-300, mientras que A. spiraecola

presenta una baja eficiencia de transmisión (20%) de este aislado. Con respecto al

aislado T-387 fue transmitido solo con un 10% de eficiencia por parte de A.

spiraecola, resultado mucho menor comparado con un 30% de eficiencia que

presentó A. gossypii al transmitir este aislado. Por lo tanto este estudio revela que

Aphis gossypii es para los cítricos españoles el vector más importante de tristeza.

Simultáneamente, HERMOSO DE MENDOZA et al. (1986), compararon la

transmisión de tristeza por Aphis gossypii entre varias especies comerciales de

cítricos. Obteniéndose que A. gossypii tiene mayor capacidad de transmitir CTV

sobre naranjo dulce con un 13,4% como promedio, combinando las tres especies

donantes, seguido por el mandarino con 8,5% como promedio, y al parecer el

limonero es poco apetecido por A. gossypii, con un muy bajo porcentaje de

transmisión en este caso.

YOKOMI et al. (1994), evaluando al mismo tiempo cuatro razas provenientes de

distintas partes del mundo, determinan una eficiencia de transmisión del 41 % para

Toxopteta citricida y un 13% para Aphis gossypii, con eficiencias de transmisión

individual (un áfido por planta receptora) variables según el aislado que se ocupe,

pero estableciéndose una eficiencia media de 16% y 1,4%, respectivamente.

YOKOMI y GARNSEY (1987), determinan una eficiencia de transmisión para cuatro

razas al mismo tiempo del 6,3% para Aphis spiraecola y de 17,9% para Aphís

gossypii. No obstante, se han detectado aumentos de la eficiencia de algunos vectores,

como Aphis spiraecola, Toxoptera aurantii y Aphis gossypii, siendo este último el

19

que ha experimentado los cambios más dramáticos (ROISTACHER y MORENO,

1991; HERMOSO DE MENDOZA, BALLESTER-OLMOS y PINA 1984). BAR-

JOSEPH (1978), sugiere que un cambio en la eficiencia de transmisión ocurre en

función de un cambio en la transmisibilidad del virus, y no en la del vector.

2.3.2.3 Áfidos vectores presentes en Chile

Afortunadamente, la especie de pulgón (T. citricida) más eficiente en la transmisión

del virus de la tristeza no está en Chile (SÁNCHEZ, 1996). Lo que queda

corroborado por BESOAIN et al. (2003a) en la más reciente prospección de CTV

realizada en toda la zona citrícola del país, indicando que hasta la fecha de todas las

muestras de áfidos analizadas no se ha determinado la presencia de T. citricida en

Chile.

Los áfidos que si se encuentran en Chile como vectores de CTV son A. gossypii, A.

spiraecola, T. aurantii, además, se han descrito como plaga de cítricos: Aphis

spiraecola, Aphis craccivora, Myzus persicae, Macrosiphum euphorbiae, (PRADO,

1991). Siendo A. spiraecola uno de los áfidos mas frecuentes e importantes como

plaga de los cítricos, el cual además del daño directo tiene una moderada capacidad

de transmisión de CTV (RIPA, 1999; YOKOMI y GARNSEY, 1987).

Cabe destacar que debido a la ausencia T. citricida no se ha desarrollado una

epidemia de grandes proporciones, aunque la mayoría de huertos viejos de naranjos

dulces están sobre naranjo agrio, combinación muy susceptible (SÁNCHEZ, 1996).

2.4. Caracterización y diagnóstico del virus de la tristeza

La identificación de CTV por síntomas en campo no es segura, además la ausencia de

síntomas no implica que el virus no este presente, ya que éste puede albergarse en

20

plantas tolerantes (GORRIS, MARTINEZ y CAMBRA, 2000). Además que el

decaimiento, más o menos rápido, que ocurre en árboles injertados sobre el patrón

naranjo agrio no es específico (CAMBRA et al., 1991).

Por lo tanto el diagnóstico de la tristeza por métodos de invernadero o de laboratorio

es pues imprescindible (CAMBRA et al., 1991).

2.4.1 Caracterización biológica

Consiste en estudiar los síntomas que cada aislado de tristeza produce en diferentes

hospederos, evaluando en terreno y en invernadero con plantas indicadoras infectadas

con tristeza transmitida mediante áfidos o por injerto. En ambos casos se mide

intensidad, tipo o gama de síntomas y el crecimiento de copa y raíces (BALLESTER-

OLMOS et al., 1993).

La sintomatología de tristeza y las cinco plantas indicadoras utilizadas para la

caracterización de las razas de CTV son:

• Lima mexicana: acanaladura en la madera, aclaramiento de venas y

acucharamiento de hojas.

• Naranjo dulce / naranjo agrio: necrosis del floema, enanismo y “seedling

yellows”.

• Naranjo agrio: enanismo y “seedling yellows”.

• Pomelo Duncan: acanaladura en la madera, enanismo y “seedling yellows”.

21

• Naranjo dulce Madame Vinous: acanaladuras en la madera y enanismo.

Este método de diagnóstico tiene algunos inconvenientes como: el tiempo que se

requiere para la aparición de síntomas es mucho, es costoso y además que las

diferencias entre razas no son absolutas (MORENO, 1992). Otro inconveniente es la

dificultad de su aplicación a tejidos vegétales cultivados in vitro o a áfidos virulíferos

(CAMBRA et al., 1991).

Es por ello que las investigaciones en torno a este tema se han enfocado a desarrollar

nuevos tipos de métodos de diagnóstico más confiables, certeros, rápidos, de uso

masivo y aplicable a gran número de razas de CTV.

2.4.2 Caracterización serológica

La serología ha introducido en el diagnóstico de CTV ventajas muy notables que han

sido completadas con las posibilidades que ofrece la técnica inmunoenzimática

ELISA (CAMBRA et al., 1991).

El método Inmunoimpresión – ELISA para la detección de CTV fue desarrollado

entre 1991 y 1993 en el IVIA de Mondaca (Valencia) en conjunto con el equipo del

Dr. Garnsey del USDA de Orlando (Estados Unidos) (GORRIS, MARTINEZ y

CAMBRA, 2000).

Hoy en día la tendencia es utilizar Inmunoimpresión – ELISA, la cual es más sencilla,

rápido (tres horas), sensible, económico y fiable y no necesita preparación de

extractos. Una gran ventaja que presenta este procedimiento es que las impresiones o

improntas pueden prepararse en el campo, ser almacenadas en laboratorio y

procesadas varios meses después, no tiene riesgos de contaminación y su

22

repetibilidad es muy buena (CAMBRA y MORENO, 2000). Esta técnica es utilizada

en todos los países citrícolas con los anticuerpos monoclonales españoles 3DF y

3CA5. Estos anticuerpos son los únicos que en mezcla son capaces de reconocer a

cualquier aislado de CTV sin reacción alguna con otros componentes de la planta

(GORRIS, MARTINEZ y CAMBRA, 2000).

La relativa facilidad de análisis mediante ELISA y la buena disponibilidad de

anticuerpos monoclonales, han hecho posible abordar grandes prospecciones,

estudios epidemiológicos y programas de erradicación y control de CTV (CAMBRA,

1994).

2.4.3 Caracterización por métodos bioquímicos

Prácticamente existen dos grupos de métodos bioquímicos que se utilizan con este

fin:

- El primero se refiere a las características de las proteínas de la cápside, y se basa

en la fabricación de mapas de péptidos.

- El segundo grupo se refiere a los ácidos nucleicos, bien sean los RNA de doble

cadena que se generan en las plantas infectadas o mediante el estudio del ácido

nucleico del genoma del virus usando sondas de cDNA (NARANJO, 1997b).

2.4.4 Amplificación de fragmentos de ácidos nucleicos

Esto se logra mediante la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), y es una de las

técnicas que se esta poniendo a punto en los distintos laboratorios, ya que entrega un

gran poder de detección y es un método conveniente para los estudios

23

epidemiológicos de CTV (NOLASCO et al., 1995; ACOSTA et al., 1994;

CALVERT, 1987, citados por NARANJO, 1997b).

Es así como en los últimos años se ha obtenido el ARN genómico de distintos

aislados, permitiendo el desarrollo de técnicas basadas en la detección del ARN viral,

tales como Inmunocaptura-PCR, la impresión o cachado captura- PCR o nested-PCR

en un único tubo cerrado. (CAMBRA y MORENO, 2000).

Las nuevas técnicas como el nested-PCR y hemi nested-PCR en un único tubo

cerrado, a diferencia de las anteriores, son técnicas que permiten amplificar las

secuencias de ARN viral de CTV, de plantas infectadas o áfidos virulíferos,

directamente desde el escachado realizado sobre el papel, sin necesidad de realizar

extracción de ácidos nucleicos o inmunocaptura (CAMBRA et al., 2000).

2.5. Dinámica de la distribución espacial de CTV

La velocidad de transmisión de CTV lograda por los vectores en una determinada

región citrícola no depende sólo de la eficiencia de transmisión de las especies de

áfidos presentes (ROISTACHER y MORENO, 1991). Por consiguiente entre los

factores que determinan la velocidad de dispersión de CTV, se encuentran: la

densidad de población y hábitos de vuelo de los vectores, la densidad del inóculo, las

especies de cítricos predominantes y la intensidad y duración de la brotación

(CAMBRA y MORENO, 2000).

A la vez se ha demostrado que la composición de las poblaciones de áfidos vectores

altera la evolución del patrón de distribución espacial del virus, afectando la

diseminación y transmisión de CTV (GOTTWALD, GARNSEY y GIBSON, 2000).

24

Por otro lado, se ha demostrado que la atracción de los áfidos vectores hacia su

hospedero varía según del habito de crecimiento del hospedero, turgencia de brotes,

el color de las hojas, etc. Por lo que estos parámetros, en conjunto con el número de

poblaciones de áfidos y el número de áfidos alados podrán ser incluidos en modelos

espaciales y temporales de CTV más depurados (GOTTWALD, CAMBRA y

MORENO, 1993).

2.5.1 Distribución espacial de CTV según los vectores predominantes

En zonas donde no está presente T. citricida, y Aphis gossypii es el principal vector,

se puede pasar de una incidencia de CTV relativamente baja (5%) a una incidencia

alta (95%) en 8 a 15 años, y posiblemente por su habito migratorio este áfido, infecta

a árboles distantes, obteniéndose como resultado una distribución difusa o al azar de

CTV en campo. Por el contrario, datos obtenidos desde zonas donde el vector

principal es T. citricida, indican que los mismos incrementos tienen lugar en sólo dos

a cuatro años; el hábito colonizador de esta especie de áfido hace que las nuevas

infecciones ocurran en los árboles adyacentes, lo cual hace que la enfermedad se

extienda en forma de manchas, provocando una aparición más agregada del patógeno

en la plantación (GOTTWALD et al., 1999; GOTTWALD, GARNSEY y BORBÓN,

1998; MORENO, 1995).

Si ocurre una coinfestación por ambas especies de áfidos, un gran porcentaje de los

árboles son infectados en el mismo período de tiempo, y resultado de esto puede ser

la rápida diseminación a larga distancia. Esta situación se observa frecuentemente en

la zona del caribe (GOTTWALD et al., 1999; GOTTWALD et al., 1995).

El mismo autor señala que cuando hay una dispersión extensa y difusa de CTV, es

importante considerar el efecto del viento.

25

En análisis de modelos espaciales de CTV realizados en Israel y Florida, cuando A.

gossypi es el vector predominante, y la canopia de los árboles comienza a cerrarse y a

toparse con los árboles adyacentes, se pasa de una distribución al azar a un modelo

agregado de dispersión. La razón por que ocurre esto no esta clara, pero existen

áfidos como A. spiraecola y T. aurantii que a pesar de ser menos eficientes, forman

grandes colonias en cítricos las cuales pueden contribuir a la formación de un modelo

agregado (GOTTWALD et al., 1996).

GOTTWALD et al. (1999), en investigaciones posteriores, trabajando con A. gossypii

como vector revelan que el modelo agregado de dispersión de CTV, es explicado por

infecciones provenientes desde fuera de la parcela y con lo que llaman mecanismo de

transmisión local, el cual muestra a las nuevas infecciones dependientes de

infestaciones previas dentro del huerto.

Aunque Aphis gossypii es un vector más eficiente que Aphis spiraecola, la dinámica

poblacional debe ser considerada, ya que A. spiraecola es mucho más abundante que

A. gossypii, y exhibe una actividad alada mucho mayor. No obstante, se han detectado

cambios en el balance de la fauna afídica favoreciéndose un aumento de la población

del vector más eficiente (ROISTACHER y MORENO, 1991). Esto puede ser efecto

de grandes migraciones hacia los cítricos, debido al hábito migratorio de esta especie,

lo cual se traduce en un aumento en el número de nuevas infecciones (MORENO,

1995).

El hecho de que A. gossypii sea menos abundante en cítricos que A. spiraecola y que

T. citricida (en los países en donde esta presente), se debe a que los cítricos no son el

principal hospedero para A. gossypii, el cual migra antes de formar grandes colonias

(GOTTWALD, GARNSEY y BORBÓN, 1998).

26

En el caso de A. spiraecola no se han desarrollado modelos estadísticos que

expliquen el patrón de dispersión de CTV que pueda conferir este vector, y su rol en

la diseminación de la enfermedad a nivel de campo no está resuelto (GOTTWALD,

GARNSEY y BORBÓN, 1998).

2.5.2 Modelos de distribución espacial

Los modelos estadísticos de distribución, en una comunidad biológica distinguen tres

patrones básicos de dispersión: al azar, agrupadas y uniformes. Para poder determinar

el patrón de distribución espacial de especies que forman una comunidad biológica,

sobre unidades de muestreo (hojas, frutos, árboles, etc.) los datos se deben sintetizar

en una frecuencia de distribución. Esta frecuencia de distribución consiste en el

número de unidades de muestreo con cero individuos, un individuo, dos individuos,

etc. (LUDWIG y REYNOLDS, 1988).

En el caso de los modelos al azar se asume que no hay influencia del ambiente y de

los patrones de comportamiento o de otros individuos. El modelo agregado sugiere

que los individuos se agrupan en partes más favorables para ellos, lo que puede

deberse a un comportamiento gregario, heterogeneidad del ambiente, hábito

reproductivo, intervención del hombre, etc. En cambio los patrones uniformes son

producto de interacciones negativas entre los individuos, tales como la competencia

por comida o espacio. Una vez que el patrón ha sido identificado, el investigador

puede proponer y probar hipótesis que revelen que factores pueden ser los

responsables (LUDWIG y REYNOLDS, 1988).

Al observar la relación entre la varianza del número de individuos por unidad de

muestreo y la media, se puede determinar a que de distribución espacial se ajustan

los individuos dispersos en una comunidad. Los tres tipos básicos de distribución

espacial y su relación varianza – promedio se definen a continuación:

27

Para patrones de distribución al azar: (σ² = λ)

Para patrones de distribución agrupados: (σ² > λ)

Para patrones de distribución uniforme: (σ² < λ).

Donde λ: media de los datos; σ²: desviación estándar (LUDWIG y REYNOLDS,

1988).

Otros valores que ayudan a determinar el patrón de distribución que presenta una

comunidad de individuos, son los índices de dispersión. Estos índices relacionan la

proporción varianza – promedio, sugiriendo una cierta distribución. A continuación

se definen los índices de dispersión utilizados:

- Índice de dispersión: relación o proporción existente entre la varianza y el

promedio. Este método no es tan exacto para medir el grado de agrupamiento de una

población.

- Índice de agrupamiento: variación del índice anterior, también relaciona la

proporción de la varianza y el promedio.

- Índice de morosita: este índice no se ve afectado por cambios en la densidad debido

al azar. Además de relacionar la varianza y el promedio, incluye el número total de

individuos.

En el Cuadro 1, se observan los valores de máxima uniformidad, aleatoriedad y de

máximo agrupamiento para cada uno de los índices utilizados en este estudio.

28

CUADRO 1. Propiedades de los índices de dispersión.

Valor del índice “a”

Índice

Máxima

uniformidad

Aleatoriedad Máximo

agrupamiento

Índice de dispersión 0 1 N

Índice de agrupamiento -1 0 n-1

Índice de Morosita 1-[(x-1)/(n-1)] 1 X

Fuente: LUDWIG y REYNOLDS, 1988

Donde n es el número total de individuos (árboles infectados) en la muestra y ‘x’ es el

número de cuadrículas.

2.6. Prevención y control de la enfermedad

En el caso de España, las prospecciones realizadas han permitido conocer con detalle

la distribución e incidencia real de CTV, independiente de sus síntomas, lo cual ha

sido fundamental para determinar las medidas de control que se llevan a cabo. Por lo

tanto la lucha contra el virus de la tristeza se debe concebir en forma integral, ya que

se deben incluir métodos directos (Cuarentena o impedir la entrada del virus y

erradicación) y métodos indirectos (reducir daños causados por la enfermedad con el

uso de patrones tolerantes y preinmunización) (CAMBRA, 1994; CAMBRA et al.,

1990).

2.6.1 Medidas de exclusión del inóculo

Consiste en impedir la entrada del inóculo a zonas libres del virus mediante medidas

cuarentenarias, esto también involucra evitar la entrada de razas severas en zonas

29

donde el virus esta presente pero en forma aislada o en donde predominan razas poco

agresivas. Para ello son fundamentales las estaciones de cuarentena y las inspecciones

en frontera (CAMBRA y MORENO, 2000; CAMBRA et al., 1991).

2.6.2 Medidas de erradicación

Si la enfermedad ya está presente en una zona determinada, hay que estudiar la

posibilidad de erradicación o en todo caso la realización de planes para disminuir la

cantidad de inóculo (CAMBRA et al., 1991).

Por lo tanto, la erradicación consiste en eliminar la enfermedad en áreas en donde ésta

presente el virus, procediendo al arranque de plantas infectadas. La erradicación para

ser efectiva, debe realizarse más rápidamente que la difusión natural de la enfermedad

(CAMBRA et al., 1990).

2.6.3 Protección cruzada

Cuando la tristeza (CTV) es endémica y se poseen varias razas virulentas, existe la

posibilidad de establecer sistemas de protección cruzada o preinmunización con razas

débiles o poco virulentas que impidan la manifestación de los daños de las razas mas

agresivas (CAMBRA et al., 1991). Esta no es una solución a largo plazo, sino que

considera una estrategia de control intermedia que permite alargar la vida económica

de los árboles (LEE et al., 1995).

2.6.4 Patrones tolerantes y mejoramiento genético

El método indirecto mas eficaz, de lucha contra tristeza, es la utilización de patrones

tolerantes y el control de sanidad en viveros, a partir de material libre de virus

(CAMBRA, 1994).

30

Otra posible vía para disminuir los daños causados por CTV, es la introducción de

resistencia al virus en variedades comerciales por medio de Biotecnología.

Actualmente se están desarrollando plantas transgénicas de cítricos que podrían

expresar genes naturales de resistencia o anticuerpos frente a las proteínas

estructurales de CTV (CAMBRA y MORENO, 2000).

31

3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Estudio sobre la distribución espacial del CTV:

Con el fin de estudiar la distribución espacio temporal de CTV, se realizó toma de

muestras de brotes y captura de áfidos vectores durante la primavera del año 2003 y

el otoño del 2004 en tres huertos comerciales de cítricos ubicados en las comunas de

Ovalle en la IV Región, Limache en la V Región y Paine en la Región Metropolitana.

Según el último censo agropecuario (INE, 1997) estas tres regiones comprenden el

61,3 % del total de la superficie plantada con cítricos en el país.

La elección de estos predios obedece a la presencia en éstos de árboles infectados con

CTV, según muestreos realizados por la Pontificia Universidad Católica de

Valparaíso en el proyecto Fondo – SAG VI – 15 - 0199 de: “Prospección de razas

severas y áfidos vectores del virus de la tristeza de los cítricos, presentes entre la I y

VII Región de Chile entre los años 1999 y 2002”.

Para llevar a cabo este trabajo, se seleccionaron sectores de 400 árboles por predio en

donde había árboles cuyas muestras dieron positivas a la infección de CTV según los

análisis realizados en el estudio de prospección antes mencionado.

El trabajo consistió en tomar muestras de cada sector seleccionado a las cuales se les

realizó Inmunoimpresión- ELISA para analizar la presencia de CTV, además, en los

tres predios, se capturaron pulgones por medio de la metodología de brotes pegajosos,

los cuales fueron llevados a España, donde se les realizó nested-PCR para determinar

la presencia de áfidos portadores de CTV.

32

Las muestras colectadas se analizaron mediante Inmunoimpresión-ELISA, en el

Laboratorio de Fitopatología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso,

ubicado en La Palma, comuna de Quillota, V Región.

3.1.1 Muestreo y recolección del material vegetal

La metodología consistió en colectar material vegetal de los 400 árboles

seleccionados, cuatro brotes por árbol, que correspondió a tomar un brote por cada

punto cardinal. En todos los casos se tomaron brotes tiernos de la temporada y de

unos 15 a 20 cm de largo, desde la altura media del árbol, los cuales fueron

identificados con una cinta blanca que indicaba el número de la hilera y el número

correlativo del árbol dentro de la hilera. De este modo y con la confección de un

mapa del sector se pudo identificar fácilmente cuales son los árboles infectados con

CTV tras realizar Inmunoimpresión- Elisa a los brotes colectados.

Una vez marcados los brotes, estos se almacenaron en bolsas plásticas, las que se

conservaron en un contenedor refrigerado hasta la llegada al laboratorio, para su

análisis posterior.

En los tres huertos, se realizaron dos muestreos de brotes, con el fin de hacer un

seguimiento de la enfermedad a través del tiempo, el primero se realizó durante la

primavera del año 2003, y el segundo se efectuó en otoño del año 2004 como se

mencionó anteriormente.

3.1.1.1 Muestreo en la localidad de Ovalle

En este huerto que corresponde a una plantación de limoneros variedad Eureka sobre

patrón C. macrophylla, el primer muestreo se realizó el 9 de octubre del 2003. A

diferencia de los muestreos en los otros predios, en este predio se analizó además en

33

los 400 árboles un trozo de corteza de 1 cm² de la zona del PI, con la finalidad de

determinar si hay presencia de CTV en esa zona, ya que se plantea que como ambas

especies son hipersensibles (limonero y C. macrophylla), las partes del complejo viral

que se puedan multiplicar en las células del limonero serán las más débiles y por tanto

no afectan a C. macrophylla (NAVARRO, 1981).

En el segundo muestreo también se tomaron muestras de los 400 árboles, y se realizó

el 21 de junio del 2004, en esta oportunidad sólo se muestrearon brotes y no corteza.

3.1.1.2 Muestreo en la localidad de Limache

En este huerto que corresponde a una plantación de naranjo Valencia Late sobre

patrón citrange (troyer o Carrizo), se tomaron brotes desde los 400 árboles del

sector, realizándose el primer muestreo el 19 de noviembre del 2003, y el segundo el

10 de junio del 2004.

3.1.1.3 Muestreo en la localidad de Paine

Este corresponde a un huerto de naranjo variedad Thomson sobre portainjerto

troyer. El primer muestreo se realizó el día 4 de noviembre del 2003, y el segundo

muestreo se realizó el 7 de junio del 2004, y al igual que el caso anterior se

muestrearon brotes tiernos de la temporada de los 400 árboles del sector.

3.1.2 Diagnóstico

Una prueba fácil y confiable para diagnosticar y verificar la presencia de CTV en las

plantas es el test de Inmunoimpresión-ELISA, el cual utiliza técnicas

inmunoenzimáticas con anticuerpos monoclonales específicos, en este caso se

34

utilizaron los anticuerpos 3DF1 y el 3CA5, que reaccionan con epítopes determinados

de la cápside de CTV.

Esta prueba se realizó en el Laboratorio de Fitopatología de la PUCV, y el

procedimiento consistió en cortar los ápices de los brotes tiernos en forma transversal,

posteriormente, una vez hechos los cortes con un bisturí las secciones se imprimieron

con firmeza sobre una membrana de nitrocelulosa, en la cual quedaron las improntas

del material vegetal.

El siguiente paso fue bloquear los poros de la membrana y la superficie no

impresionada con una solución al 1% de albúmina de suero bovino en agua destilada

(20 ml para una membrana), la membrana se mantuvo cubierta en esta solución por

un tiempo de una hora, con una suave agitación y a temperatura ambiente, una vez

desechada la albúmina se agregaron los anticuerpos monoclonales específicos de

CTV ( para una membrana: 1 ml de agua fisiológica tamponada (AFT), más 9 ml de

agua destilada estéril, y 0,1 ml de anticuerpo) marcados con la enzima fosfatasa

alcalina. Luego de un período de incubación de dos a tres hr esta solución de

anticuerpos fue eliminada.

Posteriormente las membranas fueron lavadas con un tampón lavador (25 µl de

Tween 20 + 0,4375 g de sales minerales diluido en 50 ml de agua estéril), con el fin

de eliminar todos los anticuerpos marcados con fosfatasa alcalina que no hayan

reaccionado.

El último paso, correspondió a la aplicación de un sustrato específico (BCIP +NBT)

que reacciona con la fosfatasa alcalina, este sustrato pone de manifiesto el material

vegetal infectado después de tres a siete minutos de incubación, luego se lavaron las

membranas con agua corriente para paralizar la reacción, y se dejaron secar sobre

papel absorbente.

35

La observación de las improntas se realizó bajo lupa 20x, y basta con la presencia de

unos pocos precipitados de color violeta- purpura en la zona del floema para concluir

que se trata de material vegetal infectado.

3.1.3 Análisis espacial y temporal de la enfermedad

Una vez obtenidos los datos de los árboles infectados con CTV, se confeccionaron

mapas de cada huerto, en los cuales se marcaron las plantas infectadas.

Los mapas fueron estudiados dividiéndolos en cuadrículas de igual tamaño. No

obstante debido a que la cantidad de árboles y diseño de plantación era diferente en

un huerto, las cuadrículas no son del mismo tamaño al comparar los tres huertos entre

si.

En cada cuadrícula, se contaron los árboles con infección y luego los datos se

llevaron a una tabla, en donde se ordenaron en número de árboles infectados por

cuadrícula (Xi) y en número de cuadriculas con X árboles infectados (Ni).

Para llevar a cabo el estudio de la dispersión espacial de los árboles infectados con

CTV en cada uno de los huertos visitados, se utilizó la prueba estadística Ji-cuadrado

(X²), verificando el ajuste Poisson, ya que la estructura de los datos y las

observaciones realizadas indicaban que se trataba de una distribución al azar en los

tres predios. Además, se realizó el cálculo de los índices de dispersión para el mismo

estudio y con la misma finalidad.

Para realizar el estudio temporal de la enfermedad se realizó el calculo de Dócima

para comparar proporciones, el cual indica si hay cambios significativos en las

proporciones de árboles infectados entre el primer y segundo muestreo.

36

• Distribución de probabilidad Poisson

Para ver si los datos obtenidos se ajustan a este tipo de distribución, se realizaron los

siguientes pasos:

1. Establecer la hipótesis: La hipótesis es que el número de árboles infectados con

CTV se distribuye al azar.

2. Distribución de frecuencia, Fx: Los datos de las muestras se resumen en una

distribución de frecuencia, es decir, el número de cuadrículas con x = 0, 1, 2,...n

árboles infectados con CTV.

3. La probabilidad de Poisson, P(x): La probabilidad de encontrar x árboles

infectados en una cuadrícula, es decir, P(x), donde x = 0, 1, 2,..., n árboles

infectados, está dada por la serie Poisson:

P(x) = ( !/)ˆ xx λλ −l

Donde scuadrículadetotalNii °∑= /ˆ χηλ ; e: base del logaritmo natural; x!:

factorial de x

4. Frecuencias Poisson esperadas, Ex: Este se calculó multiplicando cada

probabilidad por el número total de cuadrículas. Esto da como resultado un total de

clases de frecuencias de individuos esperados, q = n + 1.

5. Test estadístico Ji-cuadrado para la bondad de ajuste: Esta prueba se usó para ver

cuan bien las frecuencias observadas se comparan con las frecuencias esperadas.

37

El test estadístico Ji-cuadrado se calcula de la siguiente manera:

)7(/)( 22 XEEQ iii ≈−∑= η

Este test estadístico es comparado a una tabla de probabilidades de Ji-cuadrado con q

- 2 grados de libertad. Si el test estadístico es mayor que el Ji-cuadrado tabulado a un

nivel de probabilidad dado, se concluye que es improbable que la distribución siga

una serie Poisson, por lo tanto, se rechaza la hipótesis nula (LUDWIG y

REYNOLDS, 1988).

• Índices de dispersión

Los índices de dispersión fueron utilizados para medir el grado de agrupamiento de

los árboles infectados en el huerto. Son variados los índices de dispersión que se

pueden utilizar en una comunidad ecológica con este fin, por lo cual, para este estudio

los índices utilizados fueron: Índice de dispersión, Índice de agrupamiento e Índice

de morosita.

Índice de dispersión ID = s²/ x

Índice de agrupamiento IC = (s²/ x ) – 1 = ID -1

Índice de Morosita (Id = (n/n –1) (x*/ x )

Donde: x = media de los datos; n = N° total de árboles en la muestra; x* = x + IC

38

Con los valores obtenidos en estos índices se determinó que grado de aleatoriedad o

uniformidad tienen las variables.

• Dócima para comparar proporciones

Para este análisis lo primero fue establecer la hipótesis. Ho: La proporción de árboles

infectados en el primer muestreo es igual a la proporción de árboles infectados en el

segundo muestreo.

Para determinar si la proporción de árboles infectados en el primer muestreo es igual

o significativamente diferentes a la proporción de árboles infectados se realizaron los

siguientes cálculos:

11 /ˆ nxp = ,

22 /ˆ nyp = ,

Donde: “x”es el número de árboles infectados en primer muestreo; “y” es el número

de árboles infectados en segundo muestreo; “n” corresponde al número de cuadrículas

totales.

Luego se calculó: 210 /ˆ nnyxp ++=

Donde: 00 ˆ1ˆ pQ −= ; “Z”: es el Z observado que debe ser comparado con Z tabulado,

para determinar si se rechaza o no la hipótesis nula.

)/1/1(ˆ*ˆ/ˆˆ 210021 nnQpppZ += −

39

3.1.4 Captura de áfidos

Las capturas se realizaron cada 10 días en cada uno de los tres predios en estudio,

comenzando en Limache el 15 de septiembre del 2003, en este predio se realizaron

siete capturas durante esta temporada, siendo la última el 19 de noviembre. En la

siguiente temporada en este predio se realizaron ocho capturas, desde el 19 de abril al

1 de julio del año 2004, sumando para este predio un total de 15 capturas durante las

dos temporadas.

En Paine, se realizaron seis capturas durante la primavera del 2003, y comenzaron el

14 de septiembre hasta el 4 de noviembre. Al igual que en el caso anterior las

capturas se reinician en otoño del año 2004, correspondiendo la primera al 16 de

abril y la última al 28 de junio, completando un total de 14 capturas en esta localidad.

En Ovalle, las capturas se realizaron desde el 27 de septiembre al 30 de octubre del

año 2003, luego se retomaron el 19 de abril hasta 2 de julio del 2004, haciendo un

total de 12 capturas en este predio durante las dos temporadas.

La técnica empleada para la captura de áfidos fue el método del árbol pegajoso.

3.1.4.1 Metodología del árbol pegajoso

El método empleado consistió en pulverizar cada 10 días con un adhesivo

(Soveurode aerosol) 15 brotes de entre 10 a 20 cm de longitud, de cinco árboles

elegidos al azar (tres brotes por árbol), con la finalidad de atrapar áfidos alados que

visitan, se mueven y alimentan sobre distintos árboles dentro del predio. Los brotes

pulverizados correspondieron a brotes tiernos de la parte media del árbol, y fueron

marcados con una cinta para poder recogerlos en la siguiente fecha de captura, donde

se realiza el mismo proceso en árboles diferentes.

40

Posteriormente los brotes con áfidos fueron puestos en bolsas plásticas y llevados al

laboratorio para su posterior separación e identificación.

3.1.5 Identificación de áfidos

Los brotes con áfidos adheridos, se dejaron 48 hr en un frasco con aguarras para

poder liberarlos de las hojas, luego los brotes se sacaron del frasco quedando los

pulgones en la solución de aguarras, los cuales fueron separados de otros insectos y

clasificados con claves entomológicas creadas para identificar especies de pulgones

alados. Una vez clasificados bajo lupa estereoscópica 40x, los pulgones fueron

guardados en alcohol al 70% para ser llevados a España, en donde se les realizó un

análisis de impresión-PCR.

3.1.6 Impresión o aplastado de áfidos

Los áfidos capturados durante la primavera del 2003, fueron analizados en el

Laboratorio de Inmunología del IVIA, España, en donde el 4 de marzo del 2004 se les

realizó nested-PCR para determinar la presencia de partículas virales de CTV.

En el caso de los áfidos capturados durante el otoño del 2004, estos serán analizados

con posterioridad en el IVIA, España.

3.2 Transmisión de CTV por Aphis gossypii:

3.2.1 Aislados

Los 10 aislados utilizados para este ensayo, fueron seleccionados de un total de 100

aislados recolectados en campo por el proyecto “Prospección de razas severas y

áfidos vectores del virus de la tristeza de los cítricos, presentes entre la I y VII Región

41

de Chile entre los años 1999 y 2002”. La elección de los aislados se realizó en junio

del año 2003 en España, y obedece principalmente a la severidad de las razas,

atenuadas o severas, sintomatología y lugar de recolección. A continuación se

presentan en el Cuadro 2, los 10 aislados elegidos para la transmisión de CTV.

Cuadro 2. Origen, serogrupo y severidad de los aislados de CTV chilenos utilizados

en el estudio de eficiencia de transmisión de A. gossypii

AISLADO LUGAR DE ORIGEN REACCIÓN MCA13 SEROGRUPO

231-1 Azapa (+ ) 1

240-1 Matilla (+ ) 1

281-1 Vallenar (-) 4

305-3 Limache (-) 2

369 Paine (-) 2

301-10 Pica (-) 8

496 Ovalle (-) 5

497 Ovalle (+) 3

509 Pica (+) 1

305-2 Limache (-) 7

Fuente: BESOAIN et al., 2003b

3.2.2 Inoculación a plantas donadoras

Se utilizaron 20 plantas de naranjo dulce Madame Vinous como donadoras de los

aislados (dos plantas por cada aislado de CTV), las cuales en septiembre del año 2003

fueron inoculadas mediante tres trozos de corteza con un injerto en T, cuando tenían

un diámetro de 6 mm. Estas plantas se mantuvieron en un invernadero calefaccionado

a temperaturas de entre 20 a 28 °C, luego se les realizó un rebaje a 30 cm, y además

estuvieron sujetas a un régimen continuo de macro y microelementos por medio de

42

fertirrigación, todo esto para estimular “flushes” de crecimiento y traslocación del

virus.

El 21 y 22 de abril del año 2004, se realizó toma de muestras de todos los posibles

brotes donadores para verificar la presencia de CTV mediante Inmunoimpresión, y

junto con esto se realizó una poda de rebaje para estimular el crecimiento de nuevos

brotes donantes.

El 23 de abril las muestras fueron impresas y analizadas, en el Laboratorio de

Fitopatología de la PUCV, con lo que se pudo determinar que brotes son los que

contienen el virus.

3.2.3 Plantas receptoras

Se utilizaron plantas de entre 10 a 15 cm de altura, y correspondieron a 110

naranjos dulce (Madame Vinous) y 110 Limas mexicanas, obtenidas de semilla y

micropropagadas en el Laboratorio de Propagación de la PUCV. Estas plantas de

semillas fueron germinadas en un medio de cultivo MS (Murashige Skoog), luego

fueron colocadas en un medio de multiplicación o enraizamiento, posteriormente, una

vez enraizadas (60 a 90 días desde que fueron puestas a germinar) se trasladaron a la

maternidad del Programa de Certificación de Cítricos de la PUCV, por lo tanto al ser

plantas de semillas y mantenidas en un lugar hermético existe la seguridad que son

libres de virus.

3.2.4 Identificación de Aphis gossypii

Se colectaron muestras de áfidos en la colección de cítricos de la Estación

Experimental La Palma (Quillota), las cuales fueron llevadas al Laboratorio de

Fitopatología de la PUCV, para ser observados bajo lupa, y con la ayuda de claves

43

entomológicas específicas se identificó a Aphis gossypii según características

morfológicas (CHARLIN, 1975; HERMOSO DE MENDOZA, 2004)*. Para

corroborar la identificación, se enviaron muestras de la especie clasificada al

Laboratorio de Entomología del Servicio Agrícola y Ganadero de Valparaíso, donde

fueron clasificados por el método de montaje de Hoyer’s por el entomologo Sr. Luis

Torelli, coincidiendo con la clasificación descrita anteriormente en el Laboratorio de

Fitopatología de la PUCV. Una vez identificada la especie de áfido, estos fueron

colocados por medio de un pincel sobre el sustrato para su multiplicación.

3.2.5 Confinamiento y crianza de Aphis gossypii

El sustrato que se utilizó para la crianza de Aphis gossypii fueron plantas de algodón,

por lo tanto a partir del 15 de marzo se comenzó con la germinación de 100 semillas

de algodón por semana, colocando 15 a 20 semillas por maceta, hasta completar un

total de 1000 plantas, que es la cantidad que se estimó para alimentar a 14000

pulgones aproximadamente. La importancia de tener suficiente alimento para la

multiplicación de los pulgones, radica en evitar que haya competencia por el alimento

y mantener las colonias en el tiempo, mientras se obtiene el número deseado de

pulgones, además de esta manera se evitó que se produjeran generaciones de hembras

aladas que puedan migrar hacia el exterior del invernadero.

La crianza de los áfidos, se realizó bajo condiciones controladas de temperatura (18 –

26ºC), bajo invernadero, donde se aplicó azúcar semanalmente para atraer hormigas,

las cuales favorecen la reproducción de áfidos, además las plantas fueron fertilizadas

una vez a la semana con urea en dosis de 1 g por litro, para tener brotes más turgentes

y apetecibles para los áfidos.

*HERMOSO DE MENDOZA A. Ph D. Ingeniero Agrónomo, Investigador del IVIA,

España.

44

3.2.6 Transmisión

Una vez que se seleccionaron los brotes en donde se alimentarán los pulgones, según

Inmunoimpresión- ELISA, el primer paso es la adquisición, la que se llevó a cabo el

6 de julio del año 2004, para ello se cortaron brotes y hojas de algodón con áfidos, los

cuales fueron pegados (con cinta adhesiva) al brote donante. De esta forma, los

pulgones se movilizan desde los brotes de algodón a los brotes virulíferos, donde

comenzaron su alimentación (adquisición) sobre las plantas donadoras, luego fue

necesario cubrir los brotes donadores para evitar migraciones de áfidos, para tal

efecto, se ideó un sistema, en el que se utilizaron tubos transparentes de 15 cm de

largo y 6 cm de diámetro, estos tubos fueron tapados con malla antiáfidos, dejando un

costado abierto para poder introducir el brote. Una vez puesto el tubo en el brote, se

amarró la malla antiáfidos por donde se introdujo el brote y se dejó 24 horas

adquiriendo el virus.

El segundo paso, corresponde a la transmisión propiamente tal, se realizó el 7 de julio

del 2004. Para tal efecto se cortaron los brotes, y las hojas de las plantas donantes que

contienen los pulgones con el virus adquirido, y se traspasaron a las plantas

receptoras de la misma forma como se hizo la adquisición. Los áfidos se dejaron

inoculando el virus a las plantas sanas por un período de 48 horas.

Pasado las 48 horas, se aplicó un insecticida para eliminar los áfidos. Las plantas

receptoras permanecen en un invernadero con temperaturas que oscilan entre 18 –

25º C , en donde se le realizan evaluaciones periódicas de sintomatología.

45

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

4.1. Captura de áfidos

En la primera temporada de capturas, es decir, en la primavera del 2003, sólo se

encontraron áfidos en los brotes pegajosos de Limache y Paine. Este hecho no

significa que en el huerto de Ovalle, no existieran áfidos, ya que el método del árbol

pegajoso busca atrapar sólo áfidos alados y no colonias ni individuos ápteros. No

obstante, en la segunda temporada de capturas (2004), se encontraron áfidos en los

brotes pegajosos en los tres predios.

La primera captura se realizó en Ovalle, en donde los áfidos no estaban en forma

abundante, lo que provocó que en la primera temporada no se encontrara ningún

pulgón en los brotes pegajosos. Sin embargo, en la segunda temporada de capturas, se

identificó a Aphis gossypii como el áfido mas abundante, seguido muy de cerca por A.

spiraecola (Cuadro 3). YOKOMY y GARNSEY (1987), indican que A. spiraecola es

uno de los áfidos mas frecuentes e importantes como plaga de los cítricos, el cual

además del daño directo tiene una moderada capacidad de transmisión de CTV. Por

otro lado ROISTACHER y MORENO (1991), plantearon que se han detectado

cambios en la composición de la fauna afídica como consecuencia de muchos

factores, entre ellos: resistencia selectiva a determinados plaguicidas, variaciones en

la población de enemigos naturales, o cambios favorables para el aumento de otras

especies de áfidos.

En el Cuadro 3, se presentan los áfidos capturados en las dos temporadas de

muestreos, en las localidades de Ovalle, Paine y Limache.

46

Cuadro 3. Especies de áfidos capturados en las localidades de Ovalle, Limache y Paine durante la primavera del 2003 y el otoño del 2004, mediante el método del árbol pegajoso

Especies y número de áfidos capturados

Época de captura Especies de áfidos Ovalle Limache Paine

Aphis gossypii 0 3 8

Aphis spiraecola 0 1 2

Toxoptera aurantii 0 5 2

Aphis craccivora 0 1 0

Aphis fabae 0 1 1

Myzus persicae 0 0 0

Primavera 2003

NI 0 0 4

Aphis gossypii 8 2 7

Aphis spiraecola 7 3 3

Toxoptera aurantii 0 8 0

Aphis craccivora 0 1 0

Aphis fabae 0 0 0

Myzus persicae 2 2 1

Otoño 2004

NI 3 2 3

NI: no identificado, por estructuras anatómicas incompletas

El hecho de que en la primera temporada de captura en Ovalle no se hayan detectado

pulgones, y en la segunda haya sido A. gossypii el áfido mas frecuente, se explica

con lo que señala GOTTWALD et al. (1996), en donde plantea que por el hecho de

que A. gossypii posee hábitos migratorios, la presencia de éste varía desde una escasa

actividad de alados a aumentos bruscos, indicativo de intensas migraciones de áfidos.

47

En el caso de Limache tampoco se observó gran cantidad de especies aladas de

áfidos, la especie capturada más frecuente en las dos temporadas de captura fue T.

aurantii, seguido por A. gossypii. Se ha visto que Toxoptera aurantii es capaz de

formar grandes colonias en cítricos, los cuales son un hospedero primario de esta

especie de pulgones (GOTTWALD et al., 1996).

En el huerto de Paine, al igual que en los otros dos predios, tampoco se observó

abundancia de áfidos, el pulgón más frecuente en las dos temporadas de captura fue

A. gossypii, en segundo lugar de frecuencia se detectó a A. spiraecola y a T. aurantii.

La baja presencia de áfidos observada en los tres predios, se debió posiblemente a los

manejos realizados en los huertos y a la presencia de numerosos enemigos naturales,

ya que durante las capturas se observó gran cantidad de controladores asociados a los

áfidos, entre los más frecuentes están: Lysiphlebus testaceipes, Adalia deficiens,

Adalia bipunctata, Scymnus bicolor y Chrysoperla, entre otros. El parasitoide L.

testaceipes tiene la característica de que utiliza varias especies de áfidos para

reproducirse. También se destacan depredadores como A. bipunctata que es el

coccinélido que se encuentra con mayor frecuencia asociado a T. aurantii y a A.

gossypii, por su parte el neuróptero Chrysoperla sp es un importante depredador que

controla a la mayoría de las especies de áfidos presentes en Chile (RIPA, 1999).

A pesar de esto, los resultados indican que A. gossypii, está presente en los tres

huertos, mostrando presencia predominante en ciertas épocas del año y bajo

condiciones favorables para su desarrollo en cítricos. Esto es una amenaza latente si

se considera que A. gossypii es el segundo vector más eficiente de CTV en el mundo.

En España CTV se difunde naturalmente por medio de T. aurantii, A. spiraecola y A.

gossypii. Este último es el más eficiente en transmitir las razas allí presente

(CAMBRA et al., 1990).

48

4.2. Impresión o aplastado de áfidos

Las especies de pulgones aplastados correspondieron a A gossypii y a A. spiraecola,

ya que estos son los posibles principales diseminadores de CTV en Chile. Los

resultados de la prueba nested-PCR realizada a los áfidos colectados en los huertos de

Limache y Paine se presentan a continuación en el Cuadro 4.

Cuadro 4: Análisis nested-PCR para detectar CTV en áfidos capturados en las

localidades de Limache y Paine durante la primavera del 2003

Lugar de

origen

Especie escachada Número individuos

escachados

Nested-PCR

positivo

Aphis gossypii 3 1 Limache

Aphis spiraecola 1 0

Aphis gossypii 8 5 Paine

Aphis spiraecola 2 0

De los áfidos capturados en el predio de Limache, se detectó la presencia de

partículas virales de CTV sólo en uno de los tres A. gossypii aplastados. En el caso de

A. spiraecola, se aplastó un individuo resultando con respuesta negativa a la

presencia de CTV. En cambio Paine fue un poco diferente, en este huerto, además de

capturar un mayor número de áfidos, éstos se encontraron en su mayoría virulíferos,

detectándose cinco individuos de A. gossypii portando el virus de un total de ocho

áfidos de esta especie aplastados. También se aplastaron dos A. spiraecola entregando

ambos respuestas negativa a la presencia del virus (Cuadro 4).

Esto indica que probablemente A. gossypii sea el principal vector de CTV en Chile, y

el que estaría transmitiendo el virus de árboles enfermos a árboles sanos,

coincidiendo la mayor proporción de árboles infectados con una mayor cantidad de

áfidos virulíferos presentes, como es el caso de Paine, el cual, al comparar los tres

49

huertos en estudio, es el que presenta mayor incidencia de la enfermedad y un mayor

número de áfidos virulíferos.

4.3. Estudio sobre la distribución espacial

4.3.1 Huerto de Ovalle

En este huerto, se encontraron sólo siete árboles infectados de un total de 400 árboles

analizados, lo que entrega una proporción de 1,75% árboles con CTV, lo cual es una

proporción baja en comparación con los otros huertos en estudio.

Además al comparar los resultados de los dos muestreos realizados en este huerto, se

observa que estos son idénticos, es decir, no hay desplazamiento del virus en el

período transcurrido entre los dos muestreos, por consiguiente, se mantiene la misma

proporción de árboles infectados.

En este caso, el mapa del huerto se dividió en 50 cuadrículas, de ocho árboles cada

uno. En el Anexo 1, se muestra el número de árboles infectados en relación al número

de cuadrículas.

Una vez realizado el análisis y con los datos obtenidos: =λ̂ 0,14 (λ: Número medio

estimado de árboles infectados por cuadrícula); 2observadoχ =0,89, se puede decir que no

se rechaza la hipótesis que la distribución de frecuencias es Poisson. Por lo tanto, la

distribución es al azar.

A continuación se presentan los valores de los índices de dispersión: Índice de

dispersión (ID) =1,1691; Índice de agrupamiento (IC)= 0,1691; Índice de Morosita

( dΙ ): 2,5758.

50

Al analizar los resultados, estos indican que los árboles se distribuyen aleatoriamente

en el huerto, lo que apoya la hipótesis de que los árboles están distribuidos al azar. En

el Anexo 2, se muestra la incidencia y distribución de los árboles infectados con CTV

en Ovalle, en las dos épocas de muestreo.

Por otra parte, los resultados de Inmunoimpresión-ELISA indicaron que en todos los

casos en donde la variedad estaba infectada lo estaba el portainjerto, coincidiendo en

todos los casos variedad y portainjerto infectados en el mismo árbol. Tal efecto puede

ser consecuencia de una contaminación del patrón previa a la plantación o por

rebrotes, ya que al emplearse C. macrophylla como patrón para limoneros, tiene las

limitantes de que se contamine en vivero antes del injerto y la tendencia a emitir

rebrotes en las raíces, las que se pueden infectar con el virus (NAVARRO, 1981). En

este predio, se descarta la posibilidad de que estos árboles hayan sido infectados por

pulgones en el huerto, ya que según el “Proyecto de prospección de razas severas en

Chile” y muestreos realizados en este predio, el virus no se ha desplazado a otros

árboles del sector, desde el año 2002 hasta el último muestreo realizado en este

estudio.

Además ensayos realizados por HERMOSO DE MENDOZA et al., (1986), indican

que cuando el limonero es el donante y a la vez receptor de CTV, hay un 0% de

transmisión del virus, siendo a la vez el limonero el peor receptor cuando el donante

es otra especie de cítrico de interés comercial.

4.3.2 Huerto Limache

En este huerto, la incidencia es mayor que en el caso anterior, encontrándose, en el

primer muestreo 15 árboles infectados de un total de 420, lo que da una proporción de

3,57% árboles infectados.

51

En el segundo muestreo, el número de árboles infectados aumentó de 15 a 17,

llegando a un 4% de los árboles infectados con CTV. Esto quiere decir que el virus se

está moviendo y está siendo transmitido por los áfidos que visitan este predio.

Para realizar el análisis de distribución del virus el huerto, se dividió en 60

cuadrículas de siete árboles cada una. En el Anexo 3, se muestra el número de

cuadrículas con el número de árboles infectados en los dos muestreos realizados.

Al realizar el análisis estadístico de los datos obtenidos en el primer muestreo se

obtienen los siguientes resultados: =λ̂ 0,25 (λ: Número medio estimado de árboles

infectados por cuadrícula); 2observadoχ =0,147, los cuales indican que no se rechaza la

hipótesis que la distribución de frecuencias es Poisson. Por lo tanto, la distribución

es al azar.

Al analizar los datos del segundo muestreo se obtienen los siguientes resultados:

=λ̂ 0,28333; 2observadoχ =0,00386, lo cual también dice que no se rechaza la hipótesis

que la distribución de frecuencias es Poisson.

Por lo tanto se mantiene la distribución de los árboles infectados al azar, y a pesar de

que aumenta la proporción de árboles infectados, esta no es estadísticamente

diferente. Los mapas con la incidencia y la distribución de la enfermedad en la

primavera del 2003 y el otoño del 2004 se presentan en Anexo 4 y 5 respectivamente.

A continuación se presentan los valores de los índices de dispersión obtenidos con

datos del segundo muestreo: Índice de dispersión (ID) = 0,9681; Índice de

agrupamiento (IC) = -0,0319; Índice de Morosita ( dΙ ) = 0,9429.

52

Estos resultados reafirman claramente la hipótesis que plantea que se trata de un

modelo de distribución al azar

4.3.3 Huerto Paine

De los tres huertos en estudio este es el que presentó la mayor proporción de árboles

infectados. En el primer muestreo de un total de 400 árboles, se encontraron 24

respuestas positivas a CTV, lo que equivale a un 6% de incidencia.

En el segundo muestreo, los árboles infectados aumentaron a 25, lo que elevó

levemente la proporción de árboles infectados a 6,25%. En este caso, este aumento en

los árboles infectados también se le atribuye a los áfidos presentes en el huerto.

En este predio, el mapa del huerto se dividió en 50 cuadrículas, de ocho árboles cada

una. El número de árboles infectados por cuadrícula en los dos muestreos, se muestra

en el Anexo 6.

Los datos obtenidos en el primer muestreo, entregaron los siguientes

resultados: =λ̂ 0,48 (λ: Número medio estimado de árboles infectados por

cuadrícula); 2observadoχ = 1,138, una vez analizados, indican que no se rechaza la

hipótesis que la distribución de frecuencias es Poisson. Por lo tanto, la distribución

de los árboles infectados es al azar.

En el segundo muestreo los resultados no fueron muy diferentes y arrojaron los

siguientes resultados: =λ̂ 0,46; 2observadoχ = 1,998, por lo tanto tampoco se rechaza la

hipótesis que la distribución de frecuencias es Poisson, manteniéndose la

distribución al azar.

53

A continuación se presentan los índices de dispersión obtenidos con datos del

segundo muestreo: Índice de dispersión (ID) = 0,7856; Índice de agrupamiento (IC)

= -0,2144; Índice de Morosita ( dΙ ) = 0,5774.

Los resultados obtenidos, indican una distribución al azar, pero en este caso, los

valores no lo expresan en forma tan marcada como fue el caso del predio anterior, lo

que podría confundirse con una distribución uniforme. Sin embargo al complementar

los datos obtenidos, se puede decir con mayor certeza que en este predio la

distribución de CTV no es significativamente diferente a una distribución al azar.

Por otro lado, al comparar las diferencias de proporciones, se puede decir que el

aumento en la proporción de los árboles infectados no es estadísticamente

significativo. Los mapas con la incidencia y distribución de la enfermedad en la

primavera del 2003 y el otoño del 2004 se presentan en Anexo 7 y 8,

respectivamente.

Por lo tanto, los resultados obtenidos indican que si bien el virus se está moviendo en

los huertos de Paine y Limache, este movimiento hacia otros árboles en el sector, no

provocó cambios en el patrón de dispersión al azar de CTV, ni tampoco hubo un

aumento significativo en la proporción de árboles infectados entre el primer y

segundo muestreo.

Este patrón de distribución al azar de CTV en los tres huertos, sugiere que las

infecciones fueron provocadas por los áfidos vectores presentes en ellos,

descartándose la posibilidad de que el virus se transmitió por injerto en vivero, ya que

de ser así el patrón de dispersión de CTV sería mas uniforme o regular,

encontrándose un mayor número de plantas infectadas. TORRES (2002), en un

estudio de prospección realizado en huertos de Pica y Matilla, al analizar la

54

distribución espacial, determina que CTV en estos huertos se distribuye con un

grado de agrupamiento o en forma regular, y señala que esto es atribuible a la

longevidad y a manejos propios del huerto, y a la alta sensibilidad a CTV de las

especies presentes como es el caso de lima mexicana. En contraste, los huertos

analizados en este estudio son relativamente nuevos, en plena producción y con una

combinación patrón/variedad tolerante a CTV. Todos estos factores estarían dando

como resultado una distribución al azar de CTV.

Por lo tanto, la diseminación de la enfermedad posiblemente está siendo provocada

por A. gossypii. En áreas como California, España, Florida donde A. gossypii es el

vector predominante, los hábitos migratorios de éste dan lugar a que las nuevas

infecciones ocurran preferentemente en árboles no adyacentes a los árboles ya

infectados, lo que hace que los árboles con CTV parezcan distribuidos al azar en los

huertos (GOTTWALD et al., 1995).

MORENO (1995), según ensayos realizados con áfidos presentes en República

Dominicana, indica que la eficiencia de transmisión de un individuo de T. citricida es

de 11%, la de A. spiraecola es de 0,3% y A. gossypii, T. aurantii y T. odinae no

parecen transmitir los aislados locales de CTV. Es de señalar, no obstante, que la

capacidad o ineficiencia de estas especies para transmitir CTV cuando el virus se

introduce en un país es sólo temporal, según se deduce de las experiencias de

California, Israel y España, y que pueden transcurrir 20 – 30 años hasta que el virus y

vector se adaptan y comienza la difusión epidémica. Por consiguiente, considerando

lo señalado anteriormente, la tasa de diseminación de CTV en estos huertos puede

aumentar. Sin embargo, este punto no se debe sobredimensionar, ya que a pesar de

que el virus está siendo diseminado, en Chile la gran mayoría de los huertos están

plantados con patrones tolerantes, y además existe un Programa de Certificación de

cítricos libres de enfermedades.

55

4.4. Transmisión de CTV por Aphis gossypii

4.4.1 Crianza de Aphis gossypii

Se logró formar colonias de A. gossypii sobre plantas de algodón, los cuales por

medio de un pincel, se fueron traspasando a otras plantas de algodón para formar

nuevas colonias y aumentar así la población sin agotar el sustrato, ya que los áfidos

tienen la característica poblacional de colonizar un hospedero mediante hembras

aladas, desarrollar la población mediante partenogénesis, hasta que comienzan a

agotar el espacio y el sustrato, momento en el cual comienza una gran formación de

individuos alados que se dirigirán a colonizar otras áreas del mismo vegetal u otro

hospedero en la cercanía, extinguiéndose la población inicial (PRADO, 1991).

La crianza se vio favorecida por la presencia de hormigas, una buena iluminación,

temperatura controlada (entre 18 – 26° C) y alta humedad relativa. Un aspecto

importante es el control de la temperatura, tanto para las crianzas como para las

transmisiones, las que en otros países en su mayoría son realizadas en invernadero

con temperaturas en el rango de 18 a 27 °C, y eventualmente con iluminación con

fotoperíodo para crianza, e iluminación las 24 horas para la transmisión (YOKOMI y

GARNSEY, 1987; HERMOSO DE MENDOZA et al., 1986).

El resultado fue el crecimiento exponencial de la población de áfidos confinados,

llegando a tener 14000 pulgones en un período de tres meses, cantidad suficiente para

poder desarrollar en forma exitosa el proceso de transmisión de CTV. El hecho de

lograr rápidamente un buen número de áfidos, se debe a que A. gossypii se reproduce

habitualmente por partenogénesis telitóquita, esto da lugar sólo a hembras, las cuales

dan origen a aproximadamente 60 descendientes y el incremento de la población es

rápido, dado que una generación puede ser completada en ocho días (RIPA, 1999).

56

4.4.2 Transmisión

En esta etapa, se desarrolló la metodología para todo el proceso de transmisión de

CTV, desde la adquisición hasta la donación a plantas receptoras por parte de Aphis

gossypii. Para ello, se ideó un sistema de tubos cerrados con malla antiáfidos por

ambos costados, los cuales resultaron prácticos y eficientes al utilizarlos en el proceso

de transmisión de CTV por áfidos (Figura 1).

Es importante destacar que si bien los resultados de la transmisión de CTV, no están

disponibles para ser expuestos en este estudio, todo el proceso de la transmisión se

realizó paso a paso, cumpliendo con todos las etapas que la metodología indicó seguir

para poder transmitir con éxito aislados de CTV. Esta metodología, se adaptó a

nuestras condiciones, según experiencias probadas en diferentes situaciones en

Estados Unidos, Israel y España principalmente. Es así como HERMOSO DE

MENDOZA, BALLESTER-OLMOS y PINA (1986), comparó los porcentajes de

transmisión de dos tipos de razas de CTV diferentes (un aislado común en España y

otro de reciente introducción que provoca amarillez de plántulas “seedling yellows”),

por medio de cuatro especies de áfidos, obteniendo diferencias en la eficiencia de

transmisión en relación a especies de áfidos y tipo de aislado.

Cabe señalar que después de un mes de realizada la transmisión las plantas no han

manifestado síntomas, esto se debe a que el virus requiere de un período de

incubación, el cual en sentido general es muy variable, pudiendo ir de tres a cuatro

semanas hasta años (CARRERO, 1981). No obstante, los síntomas en plantas

indicadoras aparecen desde los tres a seis meses, desde realizada la transmisión

(NAVARRO, 1981).

Por lo tanto, para evaluar la presencia de CTV en cada planta receptora se efectuará

Inmunoimpresión-ELISA a los seis meses de realizada la transmisión.

57

a b

c d Figura 1. Proceso de transmisión de CTV por medio de Aphis gossypi: (a) planta

donante de aislados de CTV con sus brotes marcados, (b) crianza de A. gossypii sobre plantas de algodón, (c) áfidos alimentándose de plantas donantes, (d) áfidos alimentándose de plantas receptoras.

58

5. CONCLUSIONES

El estudio epidemiológico de CTV, permitió concluir que en los tres huertos la

distribución espacial de CTV es al azar, y a pesar de que el virus aparentemente se

está dispersando en los predios de Limache y Paine, la distribución se mantuvo al

azar entre las dos épocas de muestreo. No obstante, si bien en estos dos predios

aumentó el número de árboles infectados, se puede decir que el aumento en la

proporción de los árboles infectados no es significativo. En el caso del huerto de

Ovalle no se detectó diseminación del virus.

Mediante la metodología del árbol pegajoso, se pudo capturar áfidos alados que

visitan predios de cítricos, y con ello establecer la presencia de los áfidos

predominantes y virulíferos en tres huertos de cítricos de la zona central de Chile. Los

áfidos virulíferos que se detectaron mediante nested-PCR, resultaron ser todos A.

gossypii, esto, junto con el patrón de distribución al azar de la enfermedad de los

predios en estudio, indica que posiblemente es esta especie la que está dispersando

CTV en estos huertos.

Por otro lado, se logró establecer la metodología de crianza de A. gossypii y del

proceso de transmisión de aislados de CTV por medio de este áfido, el que incluyó la

creación de un sistema de tubos específicos para transmisión del virus por medio de

áfidos.

59

6. RESUMEN

El virus de la tristeza de los cítricos (CTV), ha provocado pérdidas millonarias para el patrimonio de la citricultura mundial a lo largo de todo un siglo. Sin embargo, en Chile, no se han manifestado síntomas de carácter severo en las principales zonas citrícolas, lo cual no indica que el virus no este presente, existen antecedentes de que CTV se encuentra en el país desde 1969. Esto ha sido corroborado por estudios posteriores, como la extensa prospección realizada entre 1999 y 2002. Sin estar ajeno a lo planteado, los estudios de epidemiología y transmisión de CTV realizados en este trabajo buscan recopilar antecedentes sobre el carácter real de la enfermedad y su potencial diseminación en Chile. Por consiguiente, con los resultados obtenidos se ha podido determinar el patrón de distribución de la enfermedad y su incidencia en tres huertos de la zona central de Chile, además se ha podido determinar que en los huertos estudiados de Limache y Paine el virus se está dispersando, pero a bajas proporciones. No obstante, en estos huertos no se espera una expresión de la enfermedad, ya que su combinación “variedad/portainjerto” es tolerante a tristeza. Otra parte de este estudio epidemiológico consistió en capturar áfidos alados que visitan los predios cítricos ( por medio del método del árbol pegajoso), con el fin de determinar la presencia de los áfidos predominantes, y por medio de la prueba de nested-PCR establecer la existencia de áfidos virulíferos. Los resultados indicaron en general para los tres predios a A. gossypii y A. spiraecola como la especie más frecuente, estas especies fueron sometidas a la prueba de nested-PCR obteniéndose que sólo A. gossypii presentaba partículas virales de CTV. Por otro lado, se logró establecer la metodología de crianza de A. gossypii, y del proceso de transmisión de aislados de CTV por medio de este áfido.

60

7. ABSTRACT

Citrus Tristeza Virus (CTV) has caused millions in losses to the citrus industry worldwide over the last century. However, the major citrus-producing regions of Chile have not show severe symptoms of decay or stemp pitting, which does not necessarily indicate that the virus is absent, as there have been reports of the presence of CTV in Chile since 1969. This has been corroborated by an extensive survey done between 1999 and 2002. Considering this, the epidemiologic and CTV transmission studies done in this work attempted to compile records on the actual character of the disease and its potential spread in Chile. Consequently, the results obtained have made it possible to determine the distribution pattern of the disease as well as its incidence in three orchards in the Central Zone of Chile, additionally it was determined that for the orchards studied in Limache and Paine, the virus is spreading, although on a small scale. Nevertheless, expression of the disease is not expected in these orchards, as their variety/rootstock combination is tolerant to CTV. Another part of this epidemiologic study consisted of catching winged aphids which fly over citrus plantings (using a sticky tree), to determine the predominant aphid species visiting these orchards, and to establish the existence of virulent aphids using a nested-PCR test. Results indicated that in general A. gossypii and A. spiraecola were the most frequent visitors to the three sites. When tested using nested-PCR, only A. gossypii was found to contain CTV particles. A methodology for breeding A. gossypii was established, as well as the process for the transmission of CTV isolates by this aphid.

61

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