2 Puesto que el ingreso de calcio a la planta depende del...

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1. INTRODUCCIÓN En Chile, el cultivo de tomate como cultivo forzado se realiza en invernaderos sin calefacción denominados fríos (GIACONNI y ESCAFF, 1998), por no poseer equipos de control de factores ambientales, como la temperatura, humedad e intensidad de luz. El manejo de estos factores en este tipo de invernaderos sólo se puede realizar en forma relativa a través de la construcción y orientación de éstos y de las cubiertas utilizadas, lo que los hace muy dependientes de las condiciones del medio. Los factores ambientales ejercen influencia sobre los procesos nutritivos de las plantas, y éstos afectan al desarrollo, crecimiento y producción de las mismas, principalmente porque afectan a su fisiología (GUZMÁN, 2000). En los cultivos de tomate en la modalidad de tomate primor temprano plantados en el mes de mayo, en invernaderos fríos, donde las bajas temperaturas y la alta humedad de este mes son difíciles de manejar en forma óptima, se genera un ambiente en el interior del invernadero con temperaturas levemente superiores a las externas y una humedad relativa muy alta. Cuando la humedad interior es alta, el bajo déficit de presión de vapor entre las hojas y el aire hace que la transpiración se reduzca, afectando negativamente al desarrollo de las plantas, lo que influye en el normal crecimiento de ellas (NAVAS, 2000).

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1. INTRODUCCIÓN

En Chile, el cultivo de tomate como cultivo forzado se realiza en invernaderos

sin calefacción denominados fríos (GIACONNI y ESCAFF, 1998), por no

poseer equipos de control de factores ambientales, como la temperatura,

humedad e intensidad de luz.

El manejo de estos factores en este tipo de invernaderos sólo se puede

realizar en forma relativa a través de la construcción y orientación de éstos y

de las cubiertas utilizadas, lo que los hace muy dependientes de las

condiciones del medio.

Los factores ambientales ejercen influencia sobre los procesos nutritivos de

las plantas, y éstos afectan al desarrollo, crecimiento y producción de las

mismas, principalmente porque afectan a su fisiología (GUZMÁN, 2000).

En los cultivos de tomate en la modalidad de tomate primor temprano

plantados en el mes de mayo, en invernaderos fríos, donde las bajas

temperaturas y la alta humedad de este mes son difíciles de manejar en

forma óptima, se genera un ambiente en el interior del invernadero con

temperaturas levemente superiores a las externas y una humedad relativa

muy alta.

Cuando la humedad interior es alta, el bajo déficit de presión de vapor entre

las hojas y el aire hace que la transpiración se reduzca, afectando

negativamente al desarrollo de las plantas, lo que influye en el normal

crecimiento de ellas (NAVAS, 2000).

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Puesto que el ingreso de calcio a la planta depende del flujo transpiratorio, la

disminución de éste genera problemas de absorción de calcio. Este efecto

provoca una deficiencia de calcio, que se ve manifestada en una clorosis

marginal de los foliolos de las hojas en el tomate, que posteriormente se

necrosa, aumentando la susceptibilidad a enfermedades como Botrytis

cinerea (ADAMS, 1986).

Los objetivos de la presente investigación son establecer si existe relación

entre los contenidos de calcio foliar y la incidencia de clorosis apical, el grado

de asociación de dicho síntoma con el ataque de Botrytis cinerea sobre los

tejido afectados, y evaluar el efecto de la aplicación foliar de óxido de calcio

sobre la incidencia de clorosis apical y la incidencia de Botrytis cinerea.

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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1. Clasificación botánica y descripción del tomate: El tomate (Lycopersicon esculentum Mill.) es miembro de la familia

Solanaceae, planta originaria de las planicies costeras occidentales de

Sudamérica, extendiéndose desde Ecuador hasta el norte de Chile (KINET y

PEET, 1997), concentrando la mayor diversidad en Perú.

El tomate es una planta perenne de porte arbustivo que se cultiva en forma

anual. Puede desarrollarse de forma rastrera, semi erecta o erecta y el

crecimiento es ilimitado en las variedades indeterminadas, pudiendo éstas

llegar a 10 m en un año (CHAMARRO, 1995). La ramificación es

generalmente simpodial, con lo que los ejes sucesivos se desarrollan a partir

de la yema axilar del eje precedente y la yema terminal da a lugar a la

inflorescencia (PICKEN, STEWART y KLAPWIJK, 1986).

Las hojas se disponen sobre los tallos alternadamente y son compuestas e

imparipinadas, constituidas generalmente por 7-9 foliolos lobulados o

dentados, de tamaño variable. Las hojas están recubiertas por pelos

glandulares y no glandulares que salen de la epidermis, los que le confieren

el olor característico (MAROTO, 1995). La epidermis del envés, o inferior,

contiene abundantes estomas que facilitan el intercambio gaseoso con el

exterior, mientras que éstos son escasos en la epidermis superior. Los

haces vasculares principales constan de un solo nervio primario del cual

parten en una estructura pinnada, irregular, en los nervios secundarios. Los

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nervios primarios y secundarios presentan floema interno y externo (PICKEN,

STEWART y KLAPWIJK, 1986).

La iniciación de las hojas se produce a intervalos de 2-3 días, en función de

las condiciones ambientales. En general, la producción de hojas y primordios

foliares aumenta con la irradiación diaria y con la temperatura, siendo

constantes cuando las condiciones ambientales lo son. La velocidad de

iniciación de las hojas no se ve afectada por la irradiación diaria durante el

verano, pero sí resulta afectada en el invierno (CHAMARRO, 1995).

2.2. Nutrición con calcio:

2.2.1. Funciones fisiológicas del calcio

La mayoría de las funciones del calcio como componente estructural de

macromoléculas tienen relación con su capacidad de coordinación, mediante

la cual el calcio provee mecanismos de conexión intermoleculares estables,

pero reversibles, predominantemente en las paredes celulares y en la

membrana plasmática (MARSCHNER, 1995).

En los últimos años, el calcio ha generado mucho interés en la fisiología

vegetal y en la biología molecular, debido a su función como mensajero

secundario en la conducción de señales entre los factores medioambientales

y las respuestas de las plantas, en términos de crecimiento y de desarrollo

(FERGUSON y DROBAK, 1988).

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2.2.1.1. Estabilización de la pared celular

El calcio es un componente integral de la pared celular y está involucrado en

la unión de las moléculas pécticas (FERGUSON y DROBAK, 1988). La unión

del calcio como un pectato en la lámina media es esencial para fortalecer las

paredes celulares y los tejidos de la planta. Esta función del calcio se refleja

claramente en la estrecha y positiva correlación entre la capacidad de

intercambio de cationes de las paredes celulares y el contenido de calcio en

los tejidos de la planta, requeridos para un óptimo crecimiento

(MARSCHNER, 1995).

La degradación de los pectatos es mediada por la poligalacturonasa, la cual

es inhibida drásticamente por las altas concentraciones de calcio. De

acuerdo con esto, en el tejido deficiente de calcio, la actividad de la

poligalacturonasa aumenta y un síntoma típico de la deficiencia de calcio es

la desintegración de las paredes celulares y el colapso de los tejidos

afectados, como los pecíolos y las partes superiores del tallo. En las hojas

de las plantas que reciben altos niveles de calcio durante el crecimiento o

que son cultivadas bajo condiciones de alta intensidad de luz, una gran

proporción del material péptico está presente en forma de pectato de calcio.

Esto hace al tejido altamente resistente a la degradación por la

poligaracturonasa. La proporción de pectato de calcio en las paredes

celulares también es importante, tanto para la susceptibilidad del tejido a las

infecciones fungosas y bacterianas, como para la maduración de la fruta

(MARSCHNER, 1995).

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2.2.1.2. Estabilización de la membrana

La función fundamental del calcio en la estabilidad de la membrana y en la

integridad celular se refleja de varias formas. Esto se puede demostrar por el

aumento de la fuga de solutos de bajo peso molecular desde las células de

tejidos deficientes en calcio y, en las plantas con deficiencia severa de éste,

por una desintegración de las estructuras de la membrana y una pérdida de

la compartimentación de la célula (MARSCHNER, 1995).

El calcio estabiliza las membranas celulares al unir el grupo fosfato y el

carboxílico en fosfolípidos y proteínas, preferentemente en la superficie de la

membrana (MARSCHNER, 1995).

Por lo tanto, para cumplir su función en la membrana del plasma, el calcio

debe estar siempre presente en la solución externa, donde regula la

selectividad de absorción de iones y previene la pérdida desde el citoplasma

(MARSCHNER, 1995).

2.2.1.3. El calcio como mensajero secundario

La función del calcio como mensajero secundario puede influir sobre la

actividad enzimática de la célula y regular procesos tan importantes como la

elongación y división celular (POOVAIAH, 1988), además de los procesos

bioquímicos de la senescencia, en los cuales el calcio inhibe la acción de

enzimas pectolíticas (FERGUSON y DROBAK, 1988). En forma general, el

proceso comienza con la recepción del estímulo en la membrana y continúa

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con la liberación de calcio de ciertos organelos, como la vacuola, para

aumentar la concentración citoplasmática, lo que permite su unión a una

proteína conocida como calmodulina. Esto induce un gran cambio

conformacional que posibilita al calcio para funcionar como un activador de

numerosas enzimas, liderando un retraso o una aceleración de respuestas

fisiológicas (POOVAIAH, 1988).

2.2.2. Absorción del calcio

El calcio es absorbido como ion divalente Ca++ (AZCÓN y TALÓN, 2000) a

través del sistema radicular por el flujo generado por la corriente

transpiratoria, o por difusión desde una zona de mayor concentración a una

zona de menor concentración de iones, siendo la primera responsable del

grueso de la absorción. Estos procesos ocurren principalmente en los pelos

radicales y en los ápices de raíces jóvenes, aún no suberizadas (SILVA,

1991).

La absorción de calcio es esencialmente proporcional a la absorción de agua

y ésta es afectada por la transpiración de la canopia, por la luz, por la

humedad y por la temperatura de las raíces (HO, 2000).

Las plantas pueden absorber todos los elementos nutritivos vía foliar. Sin

embargo, en la práctica, la fertilización foliar no se utiliza para aportar todos

los nutrientes, porque las absorciones son relativamente pequeñas y para

satisfacer los requerimientos de los macronutrientes se deberían efectuar

numerosas aplicaciones, las cuales serían económicamente imposibles de

realizar (TRINIDAD y AGUILAR, 1999).

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Las plantas absorben los nutrientes en forma foliar, por tres caminos

posibles: a través de los estomas, de los ectodesmos y de la cutícula

(TRINIDAD y AGUILAR, 1999). Los estomas se pueden describir como

aberturas que se encuentran en las hojas, a través de las cuales se produce

el intercambio de oxígeno y CO2, en los procesos de respiración y

transpiración (SALISBURY y ROSS, 1994). La distribución de los estomas,

así como el tamaño y forma de éstos, varía ampliamente de una especie a

otra (SALISBURY y ROSS, 1994). Pero en general, existen tres a cuatro

veces más estomas en la cara inferior de las hojas en comparación con los

existentes en la cara superior (FLORES, 1999). Los estomas se encuentran

generalmente cerrados en la noche, durante periodos calurosos del día, ante

la presencia de viento excesivo y en un ambiente con bajo concentración de

CO2, entre otros factores (SALISBURY y ROSS, 1994).

Para un máximo ingreso por los estomas, las aplicaciones foliares deben ser

realizadas cuando los estomas se encuentran abiertos. Debido a que los

estomas se encuentran cerrados en la noche y durante el mediodía, es

recomendable realizar las aplicaciones foliares durante las primeras horas de

la mañana; asimismo, existe menos evaporación durante la mañana,

lográndose así una mejor oportunidad para una máxima absorción por parte

de las hojas. Una alta humedad relativa durante el tiempo de aplicación

favorecerá también una mayor absorción al minimizarse la evaporación

(TRINIDAD y AGUILAR, 1999).

Los ectodesmos son espacios submicroscópicos lineares en los cuales la

estructura fibrilar es laxa y bastante abierta. Éstos presentan una forma de

cavernas que se encuentran en la pared externa de la epidermis celular y en

algunas partes pueden alcanzar la superficie de la cutícula. Los ectodesmos

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se pueden hallar en abundancia en las paredes de las células de guarda, en

las cámaras subestomáticas, en líneas sobre las paredes periclinares y

algunos, pueden estar distribuidos al azar en otros puntos de la epidermis.

Los ectodesmos se han asociado con la absorción foliar y la transpiración

periestomática (FLORES, 1999).

La cutícula cubre todos los tejidos aéreos, excepto la peridermis y las

heridas. Está compuesta por cutina, microfibrillas de polisacáridos y ceras

(FLORES, 1999). La absorción a través de la cutícula se produce porque

ésta al absorber agua, se dilata, produciéndose espacios vacíos, los cuales

permiten la difusión de las moléculas. Dado que las hojas jóvenes no tienen

una capa cuticular suficientemente desarrollada, las aplicaciones foliares de

nutrientes se verán favorecidas cuando la planta presente una mayor

proporción de follaje joven, donde se producirá una mayor absorción del

nutriente (GIL, 1995; TRINIDAD y AGUILAR; 1999).

El proceso de absorción de nutrientes por vía foliar tiene lugar en tres etapas.

En la primera, las sustancias nutritivas aplicadas a la superficie penetran la

cutícula y la pared celular por difusión libre o bien, vía intercambio iónico a

través de los ectodesmos. En una segunda etapa las sustancias son

absorbidas por la superficie de la membrana plasmática a través de los

fosfolípidos hidrofílicos. Finalmente, en la tercera, pasan al citoplasma

mediante la ocurrencia de un proceso metabólico (TRINIDAD y AGUILAR,

1999).

La velocidad de absorción foliar de los diferentes nutrientes no es igual en los iones monovalentes y en los de diámetro más pequeño como el potasio. Los

elementos secundarios y los micronutrientes se absorben en períodos que

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van desde unas horas hasta un día. El fósforo es el único nutriente cuya

velocidad de absorción es más lenta. Este concepto es importante, porque

quiere decir que si llueve algunas horas después de la fertilización foliar, la

cantidad de nutrientes que puede lavarse es mínima (TRINIDAD y AGUILAR,

1999).

Además del tipo de nutriente, la velocidad de absorción depende de la

especie cultivada, del ion acompañante, de las condiciones ambientales

(temperatura, humedad relativa y lluvias), de la edad de la planta, de la hoja y

de las condiciones tecnológicas de la aspersión (TRINIDAD y AGUILAR,

1999).

2.3. Transporte de calcio en el interior de la planta: Una vez que ha ocurrido la absorción, las sustancias nutritivas se mueven

dentro de la planta, utilizando las siguientes vías: la corriente de transpiración

vía xilema, las paredes celulares y los espacios intercelulares (GIL, 1995).

Es bien conocido que el calcio se desplaza unidireccionalmente a larga

distancia vía xilema, y que es prácticamente inmóvil en el floema, por lo que

los factores que afectan al ritmo de transpiración afectan de forma notable la

disponibilidad de calcio en los tejidos distales de la raíz y de los órganos en

crecimiento no transpirantes (GUZMÁN, 2000).

Muy poco calcio es traslocado fuera de las hojas una vez que ha sido

asimilado por ellas. De esta forma los tejidos que están activos son

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dependientes del transporte de calcio con el agua a través del xilema

(ADAMS, 1986).

Bajo condiciones de baja humedad, gran parte del agua es transportada

hacia las hojas viejas para mantener la tasa de transpiración. Como

resultado, una baja cantidad de calcio llega a la célula en crecimiento activo,

afectando su crecimiento. Sin embargo, durante la noche la humedad

aumenta y la tasa de transpiración decrece notablemente, permitiendo que el

agua y el calcio se muevan en dirección a los tejidos de baja transpiración.

Se sabe que el calcio es movilizado por la presión de la savia que se

desarrolla durante la noche debido a la actividad de la raíz (ADAMS, 1986).

2.4. Factores que afectan la absorción de calcio:

2.4.1 Déficit de presión de vapor

La humedad, expresada como déficit de presión de vapor se puede usar

como control de la transpiración y absorción de agua de un cultivo en

sistemas de producción en invernadero. Sin embargo, si se genera una

reducción de la transpiración en un ambiente de humedad alta (0,1 Kpa dvp),

puede reducirse la absorción y la distribución de cationes, tales como el Ca y

el K en cultivos de invernadero (ADAMS, 1991).

Ya que el movimiento del calcio se restringe casi exclusivamente al xilema,

se podría esperar que la reducción del flujo de la transpiración disminuyera la

acumulación de calcio (CHOI, CHUNG y SUH, 1997; HOLDER y

COCKSHULL, 1990). Se ha descrito que al exponer una planta a un

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ambiente con humedad alta, se podría provocar una deficiencia leve de

calcio (HOLDER y COCKSHULL, 1990), pero MULHOLLAND et al. (2001 y

2000) y KREIJ (1996) no pudieron demostrar lo anterior, ya que no hubo una

disminución de calcio en las hojas de las plantas de tomate.

La humedad ambiental afecta el desarrollo foliar. Si la hoja es expuesta en

forma prolongada a una humedad alta, se reduce en forma irreversible su

tamaño y rendimiento; además, la humedad alta prolongada reduce

indirectamente y, en menor grado, la calidad de la fruta (MULHOLLAND et

al., 2000; ADAMS y HOLDER, 1992; HOLDER y COCKSHULL, 1990). La

deficiencia de calcio puede tener relación con la restricción de la expansión

de la hoja del tomate cultivado en un ambiente con humedad alta (HOLDER y

COCKSHULL, 1990; BAKKER, 1990).

Una alta humedad favorece el transporte de calcio hacia el interior del fruto

del tomate (ADAMS y HOLDER, 1992; BANUELOS, OFERMANN y SEIM,

1985).

2.4.2. Temperatura de la zona radicular

La temperatura de la zona radicular puede afectar la absorción y la

acumulación de nutrientes (HOOD y MILLS, 1994). La temperatura de la

zona radicular óptima para el crecimiento de la planta tiene relación con la

absorción más alta de agua y de nutrientes y con la acumulación de materia

seca en el tallo (HOOD y MILLS, 1994). Sin embargo, en un cultivo de

tomate de temporada larga, la temperatura de la zona radicular óptima para

el crecimiento, rendimiento y absorción de nutrientes puede aumentar con la

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carga de fruta y con la temperatura del aire (BAKKER y SONNEVELD, 1988;

HURD y GRAVES, 1985).

La temperatura de la solución rizosférica influye de manera importante en la

absorción de agua y de elementos minerales, así como en el desarrollo y

crecimiento del sistema radical. La temperatura óptima de la rizósfera para

favorecer la absorción debe alcanzar cerca de 25º C. Una disminución en la

temperatura de la rizósfera produciría una disminución, tanto en el

crecimiento como en la absorción de agua, nitratos y fosfatos. Cuando la

temperatura radical se incrementa de 14 a 26 ºC (HO y ADAMS, 1989, citado

por GUZMÁN, 2000; NKANSAH y ITO, 1995) se produce un incremento en la

absorción de agua y calcio en plantas de tomate de hasta un 30%. Otros

autores han descrito fuertes disminuciones en la absorción de N, P, K, y Ca,

para temperaturas radicales inferiores a los 13ºC (GUZMÁN, 2000).

2.4.3. Incidencia de luz

La cantidad de radiación interceptada por la superficie foliar se considera el

factor principal que determina el rendimiento y la producción de biomasa, y

está estrechamente relacionada con la intercepción de la radiación

acumulada (GALLAGHER y BISCOE, 1978). Un análisis detallado de la

intercepción de radiación y producción de biomasa debería entregar una

mejor comprensión de los mecanismos de distribución de carbono dentro de

los brotes en condiciones de humedad alta (MULHOLLAND et al., 2001).

Cuando la disponibilidad de agua es abundante y la radiación incidente sobre

las hojas favorece una mayor actividad fotosintética, la demanda de CO2

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dentro de la hoja es alta y los poros estomáticos están completamente

abiertos, disminuyendo la resistencia de la cámara estomática a la difusión

de CO2. Estas condiciones aumentan la transpiración (TAIZ y ZEIGER,

1998), incrementando la absorción de agua y calcio y la distribución de éste

hacia las partes transpirantes de la planta (ADAMS, 1991). Sin embargo,

cuando la intensidad lumínica disminuye conduce a un daño en la hoja de

tomate, asociado, probablemente, a una deficiencia de calcio (AIKMAN y

HOUTER, 1990).

2.4.4. Salinidad

Una alta salinidad reduce la absorción de agua en la planta y en el fruto

(CARVAJAL, MARTÍNEZ y CERDA, 1999; EHRET y HO, 1986), debido a que

un efecto de la salinidad es la inhibición del desarrollo de los vasos

xilemáticos, lo que aumenta así la resistencia al movimiento de agua en el

xilema y, por lo tanto, disminuye el contenido de calcio en las plantas,

particularmente en el fruto y en los tejidos jóvenes (ADAMS y HO, 1989).

2.5. Extracción de calcio en cultivo de tomate: La extracción de calcio en tomate indeterminado varía entre 255 y 390 kg ha-

1, dependiendo del rendimiento obtenido. La mayor extracción de calcio

coincide con el periodo de máximo crecimiento vegetativo (RINCON et al.,

1991). La extracción de calcio presenta cinco etapas. La primera etapa

comienza a partir del primer día de transplante hasta el día 25, donde la

planta se observa en el estado de primer racimo floral. En esta etapa, la

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absorción de calcio es lenta, acumulándose principalmente en las hojas. La

segunda etapa comienza a partir del día 25 hasta el día 72, donde la planta

muestra ya su quinto racimo en el inicio de floración. Se produce un alza en

la absorción de calcio, manteniéndose la acumulación en las hojas. La

tercera etapa se inicia el día 72 hasta el 87, donde la planta ya muestra el

inicio de cuaja del quinto racimo y el sexto racimo en flor. Aquí se presenta

una disminución de la absorción de calcio, producto de los deshojes

realizados. La cuarta etapa comienza a partir del día 87 hasta el día 102,

donde la planta se encuentra con el quinto y sexto racimo cuajado y con el

séptimo racimo en flor. Se observa un leve aumento de la absorción de

calcio. Por último, en la quinta etapa, que parte el día 102 hasta el fin del

cultivo, disminuye la absorción de calcio en forma gradual (VALENCIA,

1996).

2.6. Deficiencia localizada de calcio en la hoja: Los síntomas de deficiencia de calcio son siempre más evidentes en tejidos

jóvenes y zonas meristemáticas de las raíces, tallos y hojas (AZCÓN y

TALÓN, 2000). Las hojas nuevas de plantas con deficiencia de calcio

presentan clorosis intervenal y necrosis marginal. En los márgenes de las

hojas nuevas en rápido crecimiento (de la 3a a la 5a hoja bajo el punto de

crecimiento), esta deficiencia se manifiesta por una clorosis y, si la humedad

persiste esta clorosis (coloración amarilla), pasa a ser café, y una vez que el

tejido está muerto puede ser colonizado rápidamente por Botrytis cinerea

(ADAMS, 1986).

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Una forma transitoria de deficiencia de calcio es inducida por períodos largos

de alta humedad, lo que hace bajar la tasa de transpiración, y de esa forma

el calcio disminuye en las hojas y genera la deficiencia (ADAMS, 1986).

2.7. Deficiencia localizada de calcio en el fruto: El transporte del calcio desde las raíces al fruto en tomate es intrínsecamente

bajo, debido a que el calcio se mueve con la corriente transpiratoria, y el fruto

tiene tasas muy bajas de transpiración. En consecuencia, la concentración

de calcio en el fruto es menor que en cualquier otro órgano de la parte aérea.

La concentración de calcio del fruto puede ser reducida aún más si la

transpiración de la canopia es alta, porque entonces, más calcio es dirigido

lejos del fruto hacia las hojas en transpiración. Además, la distribución de

calcio en el fruto no es uniforme. El sistema xilemático, que lleva el flujo

transpiratorio, está muy escasamente desarrollado hacia el extremo distal del

fruto, y así muy poco flujo transpiratorio alcanza esta región. En

consecuencia, la concentración de calcio en el tejido distal es menor en el

fruto. El sistema xilemático en la parte distal del fruto está especialmente

poco desarrollado en los cultivares susceptibles, y su desarrollo se reduce

aún más si la solución nutritiva es muy salina. Por lo tanto, una alta salinidad

no sólo reduce la absorción de calcio de las raíces, sino que también reduce

el transporte de calcio hacia el tejido distal. Además, la concentración de

calcio en el fruto desciende sustancialmente durante el período de rápida

expansión (cerca de dos semanas después de la antesis). En consecuencia,

la concentración de calcio del tejido distal del fruto puede volverse

críticamente baja durante este período. Este es el momento en que se

induce el blossom-end rot. Cuando la concentración de calcio en el tejido

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distal se reduce bajo un nivel crítico para la permeabilidad de la membrana

celular, se desarrolla blossom-end rot (HO, 2000).

2.8. Botrytis (Botrytis cinerea): Esta enfermedad puede atacar en distintas etapas del desarrollo de las

plantas de numerosas especies hortícolas. Su ataque puede ocurrir

preferentemente en los meses de invierno y primavera. Causa pérdidas

cuantiosas en la producción de tomates en invernadero (APABLAZA, 2000).

El agente causal de la Botrytis cinerea Pers. es un hongo que presenta una

fase saprofítica, permaneciendo en restos de cosecha en el suelo. Puede

formar esclerocios cuando el sustrato se ha empobrecido o cuando las

condiciones son desfavorables (APABLAZA, 2000).

En tomate bajo invernadero los daños más frecuentes son la necrosis de los

foliolos, los que cuelgan y se secan; el aborto floral; la necrosis en las

láminas de las hojas; la necrosis de hojas completas; la muerte de brotes y la

pudrición de frutos en cualquier estado de desarrollo. Un daño importante es

la formación de cancros en los tallos, de coloración café claro, de tamaño

variable que puede llegar a circuncidar todo el tallo y causar con ello

marchitez y muerte de la planta completa (APABLAZA, 2000).

En la producción de tomates de invernadero ésta es la enfermedad más

dañina. Su diseminación es muy rápida y eficaz, ya que el hongo aprovecha

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todo tipo de heridas causadas por la manipulación de las plantas y por la

cosecha escalonada de frutos, para penetrar y establecerse (APABLAZA,

2000).

2.8.1. Condiciones predisponentes

Al analizar en forma global esta enfermedad se encuentra que los factores

temperatura, humedad relativa y luz inciden en forma gravitante sobre el

desarrollo de esta enfermedad (BESOAIN, 2000).

Las temperaturas cardinales en las que aparece son de 35,5 ºC máxima,

22,7 ºC óptima y de 1,6 ºC como mínima (APABLAZA, 2000). Considerando

estos antecedentes se puede inferir que esta enfermedad afectará cultivos

bajo invernadero entre los meses de otoño y primavera (BESOAIN, 2000).

El segundo factor importante de considerar es la humedad relativa,

específicamente humedades superiores al 90%, que provocan que en

algunos tejidos de las plantas exista saturación o agua libre. Este concepto

se asocia con la necesidad que posee el patógeno de germinar e ingresar

internamente a los tejidos, antes que la superficie de éstos se seque

nuevamente. Un aspecto que se encuentra ligado a la humedad relativa es,

sin duda, la temperatura. En invernaderos con una temperatura y humedad

relativa alta durante el día, se produce una condensación o agua libre sobre

los vegetales. Al descender la temperatura en la noche, y si además la

temperatura no baja a los 12 ºC, se produce la condición ideal para que

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ocurra un ataque de pudrición gris, cuando no es factible realizar una

adecuada ventilación para impedir este efecto (BESOAIN, 2000).

Un aspecto no siempre ponderado es el efecto de la luz sobre la pudrición

gris. Este tópico debe ser analizado desde el punto de vista de la planta y del

patógeno. Al desarrollarse un cultivo bajo una condición de baja luminosidad,

la planta y los tejidos de ésta serán más vulnerables, y sobre todo, las

barreras físicas que presentan a la penetración serán delgadas y con un

menor contenido de ceras. Esto le permitirá a Botrytis cinerea una

penetración más rápida y fácil (BESOAIN, 2000).

2.8.2. Control cultural

En un invernadero frío tradicional, es la ventilación la que juega un rol

importante en la disminución y acotación del periodo de agua libre sobre los

tejidos (BESOAIN, 2000), Como alternativas de control se recomienda que

en los cultivos en invernaderos, éstos se aireen diariamente para eliminar el

exceso de humedad, siempre que haya más de 6º C en el ambiente

(APABLAZA, 2000).

Una fertilización nitrogenada excesiva, así como bajos niveles de calcio,

favorecen el desarrollo de esta enfermedad (APABLAZA, 2000), por lo tanto,

un aumento de la concentración de calcio en la solución de fertilización se

puede emplear para prevenir la aparición de esta enfermedad (CANOVAS,

1995).

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Una práctica habitual y muy importante es la eliminación de todos los tejidos

muertos de hojas, frutos o restos florales, a modo de evitar que este

patógeno pueda esporular. Al no existir inóculo o esporas, aunque existan

condiciones favorables, no se va a desarrollar esta enfermedad (BESOAIN,

2000).

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3. MATERIALES Y MÉTODO

3.1. Invernadero: Se utilizó una estructura de dos aguas, con lucarna, de orientación norte –

sur, elegido al azar dentro del módulo al cual pertenecía. Sus dimensiones

fueron de 7,2 m de ancho y 30 m de largo. La altura cenital de 4 m en la

parte más alta y 2,2 m en la más baja de la canaleta, con una relación de 3,1

m3 . m -2.

3.2. Material vegetal: La evaluación se efectuó en la variedad Fortaleza, siendo ésta la más

utilizada en los valles de Quillota – Limache, en cultivo bajo invernadero, con

la modalidad primor-temprano y establecidos en mayo.

3.3. Ensayo 1: Evaluación de aplicaciones foliares de óxido de calcio sobre la incidencia de desorden fisiológico de clorosis foliar en Quillota:

Este ensayo se realizó en el Fundo La Palma, perteneciente a la empresa

Inversiones Quintil S.A., ubicado en La Palma, comuna de Quillota, provincia

de Quillota, V región de Valparaíso, desde el 8 de mayo hasta el 18 de

diciembre del 2001. La plantación correspondió a la modalidad primor

temprano. El transplante se realizó el 8 de mayo. La densidad de plantación

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que se utilizó fue de 27.500 plantas por hectárea, plantadas en una hilera a

20 cm, la cuales fueron amarradas en forma alternada permitiendo un

espacio final de 40 cm entre plantas y de 1.8 m entre hileras. Los manejos

agronómicos que se llevaron a cabo fueron los habituales del cultivo. Dentro

de estos manejos se realizó un control químico de Botrytis cinerea el día 25

de julio.

Se evaluó el efecto del óxido de calcio (Basfoliar Calcio SL, que posee un

17% de Ca) en dos dosis, asperjando la planta en el tercio superior (segunda

hoja bajo el ápice de crecimiento), con un mojamiento de 400 l. ha-1. Las

aplicaciones se efectuaron con un equipo de pulverización manual de

espalda, utilizando 40 lb .pulg2 de presión máxima y empleando boquillas de

cono hueco, con un gasto de 0.45 l. min-1.

3.3.1. Tratamientos

El ensayo comparó el efecto de dos dosis de óxido de calcio foliar y de la

aplicación de sólo agua, frente a un testigo absoluto (sin aplicación), o

tratamiento control. Los tratamientos se describen de la siguiente manera:

T1: Oxido de calcio 680 g .ha -1 (i.a.); 4 l. ha-1(p.c.)

T2: Oxido de calcio 1020 g ha -1(i.a.); 6 l. ha-1(p.c.) T3: Agua con un contenido de 10.4 mg .l de calcio

T4: Testigo

El ensayo comparó el efecto de tres aplicaciones foliares de óxido de calcio

con un intervalo de 15 días entre aplicación, comenzando el 30 de julio

23

durante la aparición del quinto racimo y terminando el 29 de agosto con la

aparición del sexto racimo.

3.3.2. Mediciones

Para la realización de las mediciones de todos los tratamientos se consideró

desde la primera hoja por sobre el quinto racimo hasta la primera hoja por

sobre el sexto racimo, que corresponde a la época donde disminuye la

absorción de calcio bajo estas condiciones de cultivo (VALENCIA, 1996).

3.3.2.1. Síntomas foliares del desorden fisiológico

Cada siete días se evaluó el número de foliolos con sintomatología de

clorosis en cada tratamiento después de las aplicaciones de calcio (Figura 1),

cuantificando el número de folíolos con la sintomatología ya descrita por hoja,

a partir de la primera hoja por sobre el quinto racimo hasta la primera hoja

por sobre el sexto racimo. Una vez terminada la evaluación se determinó el

porcentaje de incidencia del desorden fisiológico, utilizando la siguiente

fórmula:

I = (Número de foliolos afectados). 100 (Total de folíolos de la hoja)

24

FIGURA 1: Clorosis y necrosis marginal de folíolos de hoja de tomate.

25

Para determinar la intensidad del síntoma, se calculó el área foliar afectada

por foliolo, para lo cual se sacaron fotos digitales de las hojas de dos plantas

por repetición, una vez terminada la cuantificación de la sintomatología. Las

imágenes digitales se analizaron con el software Scion Image (Maryland,

Scion Corporación, www.scioncorp.com). El análisis de las imágenes

consistió en tomar la imagen desde el archivo en formato BMP o TIFF, luego

desde la barra de herramientas se pulsó “Options” y luego “Density slice”. La

imagen tomó una coloración roja en algunas partes, luego en la barra de

herramientas “LUT” se desplazó el limite inferior de la línea roja hasta el

extremo inferior, después se movió al extremo superior hasta que quedó de

color rojo sólo el área que se quería calcular; posteriormente, se pulsó

“Analyze” y luego “Set Scale”, donde apareció una ventana donde se definió

la unidad de medida y se colocó una medida conocida de la imagen. Se

pulsó “Analyze” nuevamente y luego “Measure”, y por último se pulsó

nuevamente “Analize”. Luego la opción “Show Results”, donde apareció una

ventana “Results” que contenía el área determinada en la unidad de medida

definida.

3.3.2.2. Incidencia de Botrytis cinerea

El porcentaje de incidencia de Botrytis cinerea por tratamiento fue medida en

base AGRIOS (1996), que señala la incidencia de una enfermedad que

corresponde a la proporción de plantas, hojas, tallos y frutos que muestren

cualquier tipo de síntoma. Para cuantificar la incidencia se contó el número

de folíolos que presentó la enfermedad entre la primera hoja por sobre el

quinto racimo hasta la primera hoja del sexto racimo. Una vez terminada la

evaluación se determinó el porcentaje de incidencia de Botrytis cinerea,

utilizando la siguiente fórmula:

26

I = (Número de foliolos afectados). 100 (Total de folíolos de la hoja)

3.3.2.3. Contenido foliar de calcio

Como la sintomatología de clorosis ocurre en los foliolos del tercio distal de

las hojas de tomate que han completado su desarrollo, se tomó dos muestras

de 20 gramos de cada foliolo. Se obtuvieron con un sacabocado de un

centímetro de diámetro, desde el tercio distal de los folíolos y desde el tercio

proximal de los foliolos que habían completado su desarrollo. Las muestras

se analizaron en el Laboratorio de Suelos y Análisis Foliar de la Universidad

Católica de Valparaíso y se determinó el porcentaje de calcio a través del método de calcinación, utilizando un espectrofotométrico de absorción

atómica (KALRA, 1998).

3.3.2.4. Parámetros agronómicos

Para determinar los parámetros agronómicos, se cosecharon los racimos

quinto y sexto de las plantas y se registró el peso de los frutos que poseían

un diámetro mínimo de 5 cm. El índice de cosecha utilizado fue el 40% de

coloración de los frutos; esto en base a lo expuesto por CHAMARRO (1995).

Con respecto a la distribución de calidades, la selección se realizó en tres

categorías: primera, con diámetro de 7,0 a 8,0 cm; segunda, con un

diámetro de 6,0 a 7,0 cm; y tercera con un diámetro de 5,0 a 6,0 cm,

27

excluyendo los frutos que tuvieran problemas de formación, fisiológicos o

sanitarios.

3.4. Ensayo 2: Evaluación de aplicaciones foliares de óxido de calcio sobre la incidencia de desorden fisiológico de clorosis foliar en Olmué:

Este ensayo se realizó en el Fundo El Arrayán, ubicado en la comuna de

Olmué, provincia de Quillota, V región de Valparaíso, desde el 15 de mayo

hasta el 14 de diciembre del 2002. La plantación correspondió a la

modalidad primor temprano. La plantación se realizó el 15 de mayo. La

densidad de plantación que se utilizó fue de 27.500 plantas por hectárea

plantadas en una hilera a 20 cm, la cuales fueron amarradas en forma

alternada permitiendo un espacio final de 40 cm entre plantas y de 1.8 m

entre hileras y los manejos agronómicos que se llevaron a cabo fueron los

habituales del cultivo. Dentro de estos manejos se realizo un control de

Botrytis cinerea el día 15 de agosto.

Este ensayo se desarrolló bajo las mismas condiciones que el Ensayo 1 en la

localidad de Quillota el año 2001, utilizando la misma metodología para las

mediciones. Sin embargo, el tratamiento agua presentó un cambio en la

concentración de calcio a 26.0 mg . l de calcio y las fechas de aplicación del

óxido de calcio foliar comenzaron el 3 de agosto, durante la aparición del

quinto racimo y terminando el 4 de septiembre con la aparición del sexto

racimo.

28

3.5. Diseño estadístico: Se utilizó un diseño en bloques completamente al azar, con cuatro

repeticiones. La unidad experimental correspondió a una parcela de siete

plantas . m2, que fueron medidas en su totalidad.

El modelo estadístico correspondiente es:

Yij = mij + t + β +ε

Donde:

Yij : Valor Observado en cada unidad experimental

mij : Efecto de la Media General sobre cada observación

t : Efecto del Tratamiento sobre cada observación

β : Efecto de Bloques sobre cada observación

ε : Efecto del Error Experimental Aleatorio sobre cada observación

3.6. Análisis estadístico de los datos:

3.6.1. Análisis de varianza y comparación de medias.

Se verificó si los tratamientos tuvieron un efecto utilizando el análisis de

Fischer. En aquellos casos en que el análisis de varianza indicó que al

menos un tratamiento fue distinto de los otros en cuanto a los resultados (P ≤

0.05), se realizó una comparación de medias de acuerdo al test de Tukey,

29

comparando todos los tratamientos entre sí, con una probabilidad de error de

5%. El análisis se realizó con el software Minitab (Pennsylvania, Minitab Inc.,

www.minitab.com).

3.6.2. Modelo de regresión lineal múltiple

Se realizó la regresión lineal múltiple utilizando el método de los Mejores

Subconjuntos utilizando el siguiente modelo estadístico:

Yi : b0 + b1X1 + bnXn + ε Yi : Variable dependiente b0: Punto de intersección entre la recta y el eje Y b1X1: Variable independiente o predictor1 :

bnXn: variable independiente o predictor n ε : Efecto del Error Experimental Aleatorio sobre cada observación

Se construyeron tres modelos de predicción, para los cuales se detallan a

continuación sus respectivas variables dependientes e independientes o

predictores.

Y1: Sintomatología de clorosis marginal de los foliolos

X1: Concentración de calcio del tejido foliar de la zona proximal del

foliolo.

X2: Concentración de calcio del tejido foliar de la zona distal del foliolo.

Y2: Incidencia de Botrytis cinerea

30

X1: Concentración de calcio del tejido foliar de la zona proximal del

foliolo.

X2: Concentración de calcio del tejido foliar de la zona distal del foliolo.

X3: Porcentaje de incidencia de la sintomatología de clorosis

X4: Porcentaje de área afecta por la sintomatología, obtenido mediante

análisis de imagen.

Y3: Peso de los racimos X1: Concentración de calcio del tejido proximal de los foliolos de las

hojas de tomate.

X2: Concentración de calcio del tejido distal de los foliolos de las hojas

de tomate.

El análisis se realizó con el software Minitab (Pennsylvania, Minitab Inc.,

www.minitab.com).

31

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

4.1. Clorosis marginal de foliolos e intensidad del síntoma:

4.1.1. Análisis de varianza y separación de medias, para la sintomatología de clorosis marginal

La clorosis marginal de los foliolos fue descrita por ADAMS (1986) como una

deficiencia de calcio, por lo que se realizaron aplicaciones de óxido de calcio

foliar para evaluar su efecto sobre la sintomatología antes descrita.

De acuerdo a los resultados (Cuadro 1), no se pueden apreciar diferencias

significativas respecto de los tratamientos en que se aplicó óxido de calcio

foliar y los tratamientos agua y testigo en el Ensayo 1 en la localidad de

Quillota 2001 y en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002.

CUADRO 1. Porcentaje de incidencia de folíolos con clorosis marginal y porcentaje del área foliar afectada en cada tratamiento.

Localidad Tratamientos Quillota 2001 Olmué 2002 % Incidencia Área % % Incidencia Área % CaO 680 g .ha -1 20.5 N.S. 2.8 N.S. 10.9 N.S. 2.6 N.S.

CaO 1020 g .ha -1 19.6 2.6 10.0 2.5

Agua 21.0 3.1 12.0 2.9

Testigo 20.5 3.0 11.9 2.8

N.S.: No significativo (P> 0.05)

32

Se puede considerar, de acuerdo a los resultados, que el síntoma antes

descrito es no sólo una deficiencia de calcio localizada, sino que también

está asociado a otro nutriente como fue descrito por (MULHOLLAND et al.,

2001 y 2000), ya que éstos no pudieron relacionar el síntoma con una

deficiencia de calcio, sino que este síntoma estaría asociado a una

deficiencia localizada de potasio y calcio en el foliolo terminal en la hoja de

tomate, pero no en los otros foliolos de la hoja (ADAMS, 1994;

ADAMS,1991); además HOLDER y COCKSHULL (1990) y ADAMS (1986) y

señalan que este síntoma está asociado a una deficiencia localizada de

calcio, aunque en su estudios no midieron los contenidos de potasio en la

hoja.

4.1.2. Regresión lineal múltiple sobre la sintomatología de clorosis marginal

A continuación se presentan los modelos de regresión lineal múltiple

generados con los datos de los Ensayos 1 y 2.

Sintomatología = 80.0 - 9.25 . Calcio proximal - 2.68 . Calcio distal (1)

Sintomatología = 125 - 3.68 . Calcio proximal - 18.1 . Calcio distal (2)

Sintomatología = 34.7 - 2.72 . Calcio proximal - 3.21 . Calcio distal (3)

Sintomatología = 27.7 - 2.24 . Calcio proximal - 5.22 . Calcio distal (4)

Los modelos presentados incluyen solamente los conjuntos mínimos de

predictores que permitió obtener un coeficiente de regresión estabilizado.

La relación entre sintomatología de clorosis marginal de los foliolos y

concentración de calcio del tejido foliar de la zona proximal del foliolo y la

33

concentración de calcio del tejido foliar de la zona distal del foliolo es de un

99% (1) con los datos del testigo en el Ensayo 1 en la localidad de Quillota

2001 y de un 96% (2) en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002, pero el

porcentaje de correlación disminuye cuando se utilizan los datos de todos los

tratamientos a un 20.5% (3) en el Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 y

a un 17.3% (4) en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002. Ello podría

indicar que la forma de calcio empleada no es la más adecuada para

disminuir la sintomatología.

4.2. Contenido foliar de calcio: Los análisis foliares fueron utilizados para determinar si las aplicaciones

foliares de óxido de calcio foliar aumentaron la concentración de calcio en las

hojas de tomate.

De acuerdo a los resultados (Cuadro 2), se pudo apreciar que las

concentraciones de calcio en la base de los foliolos y el contenido de calcio

distal en el Ensayo 1 de la localidad de Quillota 2001, no presentaron

diferencias significativas entre los tratamientos, lo que concuerda (Cuadro 1)

con MULHOLLAND et al. (2001 y 2000) ya que no se logró asociar el

síntoma con una deficiencia de calcio, pero discrepa con los resultados de

HOLDER y COCKSHULL (1990) y ADAMS (1986), porque éstos asociaron

una deficiencia de calcio al síntoma antes descrito.

34

CUADRO 2. Contenido de calcio en foliolos en la porción proximal y distal (%) en cada tratamiento.

Localidad Tratamientos Quillota 2001 Olmué 2002 Proximal Distal Proximal Distal CaO 680 g .ha -1 5.19 N.S 5.05 N.S 6.31ab 6.01ab

CaO 1020 g .ha -1 5.17 4.73 6.48 a 6.20 a

Agua 5.08 4.68 6.01 b 5.87 b

Testigo 4.72 4.45 5.95 b 5.84 b

Test de Tukey al 5% de significancia. Valores con letras distintas indican diferentes efectos de los tratamientos. N.S.: No significativo (P> 0.05)

En el Ensayo 2 de la localidad de Olmué 2002, hubo resultados significativos

respecto de las concentraciones de calcio en el tejido proximal y distal de la

hoja en el tratamiento óxido de calcio foliar 1020 g .ha -1. Estas

concentraciones fueron distintas a la de los tratamiento testigo y agua e

iguales al tratamiento óxido de calcio foliar 680 g .ha -1, lo que indicaría que

las aplicaciones de calcio foliar aumentan las concentraciones de calcio en

las hojas; sin embargo, no disminuiría la sintomatología de clorosis marginal.

Esta diferencia significativa en el Ensayo 2 de la localidad de Olmué 2002,

respecto al Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001, donde no hubo

diferencias significativas, puede explicarse por los contenidos de calcio del

agua y de suelos (215 ppm MAFF), que en la localidad de Olmué fueron

mayores que los contenidos de calcio en el agua y suelo (185 ppm MAFF)

que en la localidad de Quillota 2001.

Se puede apreciar que la concentración de calcio en la porción distal del

foliolo presenta una diferencia de 0.31 en el Ensayo 1 en la localidad de

Quillota 2001 y- 0.21 en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002, respecto

35

a la concentración de calcio basal de los foliolos. Sin embargo, no se

encontró información sobre el contenido de calcio de los foliolos en la hoja de

tomate. WIEN (1997) señala que en lechuga la concentración de calcio en la

región proximal de la hoja presenta mayores concentraciones de calcio que

en la región distal de las hojas. Además, MORARD, BERNADAC y

BERTONI (1996) señalan que las concentraciones de calcio en los tejidos de

las plantas de tomate son distintas según la edad y la posición de éstas.

En los frutos de tomate la concentración de calcio se distribuye con una

mayor proporción en el tejido proximal que en el distal (HO, 2000; MINAMIDE

y HO, 1993 y BANUELOS, OFFERMAN y SEIM, 1985).

De acuerdo a los resultados de este estudio se podría establecer una

relación entre la distribución y los niveles de calcio en la hoja. Las

concentraciones de calcio son distintas en los tejidos proximales y en los

tejidos dístales en los foliolos de las hojas de tomate.

4.3. Porcentaje de incidencia de Botrytis cinerea:

4.3.1. Análisis de varianza y separación de medias sobre la incidencia de Botrytis cinerea

El porcentaje de incidencia se utilizó como sugiere AGRIOS (1996) para

determinar incidencia de Botrytis cinerea en las hojas de tomate y para

evaluar si las aplicaciones foliares de óxido de calcio disminuyen esta

36

incidencia, según lo descrito por CANOVAS (1995), que señala que un buen

estatus de calcio en la planta diminuye la incidencia de Botrytis cinerea.

De acuerdo a los resultados (Cuadro 3) no se pueden apreciar diferencias

significativas respecto de los tratamientos en que se aplicó óxido de calcio

foliar y los tratamientos agua y testigo, tanto en el Ensayo 1 en la localidad

de Quillota 2001 y como en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002. Este

resultado no concuerda con APABLAZA (2000) y CANOVAS (1995) quienes

señalan que un buen estatus de calcio en la hoja disminuye la incidencia de

Botrytis cinerea. Sin embargo, se realizó un control químico sobre Botritys

cinerea antes de las aplicaciones foliares de óxido de calcio en el Ensayo 1

en la localidad de Quillota y, un control químico entre las aplicaciones de

óxido de calcio foliar en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué, lo que pudo

haber influido en la acción del óxido de calcio foliar sobre la incidencia de

Botritys cinerea.

CUADRO 3. Porcentaje de incidencia de Botritys cinerea en los foliolos en cada tratamiento.

Localidad Tratamientos Quillota 2001 Olmué 2002 Porcentaje de incidencia Porcentaje de incidencia CaO 680 g .ha -1 0.96 N.S. 1.40 N.S.

CaO 1020 g .ha -1 0.86 0.90

Agua 1.37 2.30

Testigo 1.30 1.20

N.S.: No significativo (P> 0.05)

37

4.3.2. Regresión lineal múltiple sobre la incidencia de Botritys cinerea

A continuación se presentan los modelos de regresión lineal múltiple

generados con los datos de los Ensayos 1 y 2.

I. de Botritys cinerea = 2.67 – 2.68. Calcio distal + 4.21 % de área afectada(1)

I. de Botritys cinerea = 4.02 – 0.20. Calcio distal + 0.15 % de área afectada(2)

I. de Botritys cinerea = 2.51 – 3.20. Calcio distal + 4.53 % de área afectada(3)

I. de Botritys cinerea = 3.89 – 0.50. Calcio distal + 1.40 % de área afectada(4)

Los modelos presentados incluyen solamente los conjuntos mínimos de

predictores que permitió obtener un coeficiente de regresión estabilizado.

La relación entre incidencia de Botritys cinerea y la concentración de calcio

del tejido foliar de la zona distal del foliolo y el porcentaje de área afectada

con la sintomatología de clorosis marginal de foliolos es de un 92.2% (1) en

los datos del testigo Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 y de un 97.9%

(2) en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002, lo que no concuerda con

los resultados obtenidos, pero la relación disminuye a un 6.2% (3) en el

Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 y a un 32.9% (4) en el Ensayo 2 en

la localidad de Olmué 2002 al incluir los datos de todos los tratamientos, lo

que indicaría que la forma y/o concentración de calcio empleada no son las

más adecuadas, para la disminución de la incidencia de Botrytis cinerea, o

bien que el control químico efectuado fue eficaz en controlar esta

enfermedad.

38

4.4. Variables agronómicas:

4.4.1. Análisis de varianza y separación de medias sobre las variables agronómicas

HO (2000) señala que al aumentar los contenidos de calcio en las plantas

mejora la calidad y peso de los frutos, por lo que se evaluó si las aplicaciones

de óxido de calcio foliar presentaban relación con un aumento de la calidad y

peso de los frutos de las plantas de tomate.

El número de frutos promedio entre los dos racimos evaluados (5 y 6)

(Cuadro 4) no presentaron diferencias significativas en ninguno de los

tratamientos en el Ensayo 1 de la localidad de Quillota 2001 y en el Ensayo 2

en la localidad de Olmué 2002. Se puede establecer que las aplicaciones de

óxido de calcio foliar no afectan el número de frutos cosechados, sino que el

número de frutos cosechados depende de otros factores como la

temperatura, radiación, competencia con otros frutos y contenido endógeno

de hormonas (KINET y PEET, 1997).

Se pueden apreciar diferencias significativas respecto al peso de los racimos

en los tratamientos en los que se aplicó óxido de calcio foliar, en el Ensayo 1

de la localidad de Quillota 2001 y en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué

2002, lo que concuerda con HO (2000) quien señala que un aumento de los

niveles de calcio en frutos de tomate en rápida expansión provoca un

aumento en la paredes y membranas celulares, mejorando la calidad y

disminuyendo los desórdenes fisiológicos asociados a deficiencia de calcio.

KOMOSA (1984) describe un aumento en el peso de los frutos de tomate,

producto de aplicaciones foliares de calcio y MOHJO et al. (1995) señalan

39

que al aumentar las concentraciones de calcio en la fertilización mejora el

peso de los frutos en las plantas de tomate.

CUADRO 4. Número promedio de frutos y peso promedio de los racimos 5 y 6 por cada tratamiento.

Localidad Tratamientos Quillota 2001 Olmué 2002 Nº frutos Peso de los

Frutos en gr. Nº frutos Peso de los

Frutos en gr. CaO 680 g .ha -1 6.35 N.S. 183.2 a 6.51 N.S. 203.4 a

CaO 1020 g .ha -1 6.21 192.1 a 6.72 a 205.2 a

Agua 5.86 178.5 b 6.51 a 179.1 b

Testigo 5.89 172.9 b 6.00 a 182.1 b

Test de Tukey al 5% de significancia. Valores con letras distintas indican diferentes efectos de los tratamientos. N:S.: No signicativo (P> 0.05)

En el Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 los tratamientos con óxido de

calcio foliar aumentaron significativamente los rendimientos de calidad

primera en relación con el Tratamiento con Agua (Cuadro 5), y en el ensayo

2 en la localidad de Olmué 2002 los Tratamientos con óxido de calcio foliar

aumentaron significativamente la calidad primera y disminuyeron

significativamente los rendimientos de calidad tercera respecto al Testigo y

Tratamiento con Agua.

40

CUADRO 5. Distribución de calidades primera, segunda y tercera de los racimos 5 y 6 en gramos por cada tratamiento.

Localidad Tratamientos Quillota 2001 Olmué 2002 1era 2da 3era 1era 2da 3era

CaO 680 g .ha -1 468 a 522 N.S. 183 N.S. 634 a 431 N.S. 257 a

CaO 1020 g .ha -1 497 a 540 154 621 a 413 279 a

AGUA 294 b 504 222 434 b 384 347 b

TESTIGO 382 ab 484 187 440 b 360 347b

Test de Tukey al 5% de significancia. Valores con letras distintas indican diferentes efectos de los tratamientos. N.S.: No signicativo (P> 0.05)

4.4.2. Regresión lineal múltiple sobre el peso de los frutos

A continuación se presentan los modelos de regresión lineal múltiple

generados con los datos de los Ensayos 1 y 2.

Peso de los frutos = -0.06 + 0.02 . Calcio proximal + 0.03 . Calcio distal (1)

Peso de los frutos = -0.25 + 0.04 . Calcio proximal + 0.02 . Calcio distal (2)

Peso de los frutos = -0.08 + 0.01 . Calcio proximal + 0.02 . Calcio distal (3)

Peso de los frutos = 0.07 + 0.03 . Calcio proximal + 0.01 . Calcio distal (4)

Los modelos presentados incluyen solamente los conjuntos mínimos de

predictores que permitió obtener un coeficiente de regresión estabilizado.

La relación entre el peso de los frutos y la concentración de calcio del tejido

foliar de la zona proximal del foliolo y la concentración de calcio del tejido

foliar de la zona distal del foliolo es de un 97% (1) con los datos del testigo en

41

el Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 y de un 98.8% (2) en el Ensayo

2 en la localidad de Olmué 2002, pero el porcentaje de correlación disminuye

cuando se utilizan los datos de todos los tratamientos a un 41.5% (3) en el

Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001 y a un 48.3% (1) en el Ensayo 2 en

la localidad de Olmué 2002, aunque disminuye la correlación sigue siendo

alta, por lo que esta forma de calcio en este caso sí aumenta el peso de los

racimos, lo que coincide con lo señalado por HO (2002).

42

5. CONCLUSIONES Existe relación entre la incidencia de clorosis apical y el contenido de calcio

foliar y el ataque de Botrytis cinerea, en donde una disminución de los

contenidos de calcio provoca un aumento de la incidencia de clorosis apical y

la incidencia de Botrytis cinerea.

No existe efecto de las aplicaciones de óxido de calcio sobre la clorosis y

necrosis marginal de los foliolos de las hojas en tomate. Del mismo modo,

las aplicaciones de óxido de calcio no disminuyen la incidencia de Botrytis

cinerea en las hojas de tomate.

Las aplicaciones de óxido de calcio aumentan los contenidos de calcio en los

tejidos proximal y distal del foliolo en la hoja en el Ensayo 2 en la localidad de

Olmué 2002. La concentración de calcio es mayor en el tejido proximal que

en el tejido distal de los foliolos.

Las aplicaciones de óxido de calcio aumentan el peso de los frutos. Ello se

relaciona con un aumento de la proporción de frutos de mayor tamaño

(primera), y una disminución de la cantidad de frutos de tamaño pequeño

(tercera).

43

6. RESUMEN En el presente trabajo se evaluó el efecto de la aplicación de óxido de calcio sobre la clorosis marginal de los foliolos de las hojas de tomate variedad Fortaleza, en invernadero frío, para lo cual se realizaron dos ensayos. El Ensayo 1 se desarrolló en la localidad de Quillota, entre los meses de mayo y diciembre del año 2001 y el Ensayo 2 en la localidad de Olmué entre los meses de mayo y diciembre del 2002. Cada ensayo constó de cuatro tratamientos: CaO 680 g .ha -1, CaO 1020 g .ha -1, aspersión con agua y testigo sin aspersión. Se utilizó un diseño en bloques completamente al azar con cuatro repeticiones, cuya unidad experimental correspondió a 20 plantas, a las cuales se les evaluó desde la primera hoja desde el quinto racimo hasta la primera hoja del sexto racimo, los siguientes parámetros: porcentaje de área afectada con la sintomatología de clorosis apical, incidencia de clorosis apical, contenido de calcio en los tejidos proximal y distal del foliolo, incidencia de Botrytis cinerea; y en los racimos 5 y 6 se evaluó el número de frutos, el peso y la distribución de tamaños de estos. Mediante análisis de regresión lineal múltiple se analizaron los datos del testigo, sin aplicación de calcio en ambos Ensayos, detectándose que al disminuir los contenidos de calcio foliar aumenta la aparición del síntoma de clorosis marginal de los foliolos en hojas de tomate y también aumenta la incidencia de Botrytis cinerea. Sin embargo, la aplicación de óxido de calcio no diminuyó la sintomatología de clorosis, incidencia de Botrytis cinerea y no aumentó el número de frutos, pero sí aumentó el peso de los frutos en ambos Ensayos. Sin embargo, la aplicación de óxido de calcio no aumentó el contenido de calcio foliar y la proporción de frutos de mayor tamaño en el Ensayo 1 en la localidad de Quillota 2001, pero si aumentó los contenidos de calcio foliar y la proporción de frutos de mayor tamaño en el Ensayo 2 en la localidad de Olmué 2002. Las aplicaciones de óxido de calcio aumentaron el peso de los frutos, pero debería evaluarse si éstas mejorarían el peso de todos los frutos de los racimos de la planta de tomate, ya que si el aumento de peso de los frutos fuese sobre todos los racimos, esto podría traducirse en un aumento en el rendimiento y en beneficios económicos.

44

7. LITERATURA CITADA ADAMS, P. 1994. Nutrition of greenhouse vegetables in NFT hydroponic

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50

ÍNDICE DE MATERIAS 1. INTRODUCCIÓN 1 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 3 2.1. Clasificación botánica y descripción del tomate 3 2.2. Nutrición con calcio 4 2.2.1. Funciones fisiológicas del calcio 4 2.2.1.1. Estabilización de la pared celular 5 2.2.1.2. Estabilización de la membrana 6 2.2.1.3. El calcio como mensajero secundario 6 2.2.2. Absorción del calcio 7 2.3. Transporte de calcio en el interior de la planta 10 2.4. Factores que afectan la absorción de calcio 11 2.4.1 Déficit de presión de vapor 11 2.4.2 Temperatura de la zona radicular 12 2.4.3. Incidencia de luz 13 2.4.4. Salinidad 14 2.5. Extracción de calcio en cultivo de tomate 14 2.6. Deficiencia localizada de calcio en la hoja 15 2.7. Deficiencia localizada de calcio en el fruto 16 2.8. Botrytis (Botrytis cinerea) 17 2.8.1. Condiciones predisponentes 18 2.8.2. Control cultural 19 3. MATERIALES Y MÉTODO 21 3.1. Invernadero: 21 3.2. Material vegetal: 21 3.3. Ensayo 1: Evaluación de aplicaciones foliares de óxido de calcio

sobre la incidencia de desorden fisiológico de clorosis foliar en Quillota 21

3.3.1. Tratamientos 22 3.3.2. Mediciones 23 3.3.2.1. Síntomas foliares del desorden fisiológico 23 3.3.2.2. Incidencia de Botrytis cinerea 25 3.3.2.3. Contenido de calcio foliar 26 3.3.2.4. Parámetros agronómicos 26 3.4. Ensayo 2: Evaluación de aplicaciones foliares de óxido de calcio

sobre la incidencia de desorden fisiológico de clorosis foliar en Olmué: 27

3.5. Diseño estadístico 28

51

3.6. Análisis estadístico de los datos 28 3.6.1. Análisis de varianza y comparación de media 28 3.6.2. Modelo de regresión lineal múltiple 29

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 31 4.1. Clorosis marginal de foliolos e intensidad del síntoma 31 4.1.1. Análisis de varianza y separación de medias, para la

sintomatología de clorosis marginal 31 4.1.2. Regresión lineal múltiple sobre la sintomatología de clorosis

marginal 32 4.2. Contenido foliar de calcio 33 4.3. Porcentaje de incidencia de Botrytis cinerea 35 4.3.1. Análisis de varianza y separación de medias sobre la incidencia

de Botrytis cinerea 35 4.3.2. Regresión lineal múltiple sobre la incidencia de Botritys cinerea 37 4.4. Variables agronómicas 38 4.4.1. Análisis de varianza y separación de medias sobre las variables

agronómicas 38 4.4.2. Regresión lineal múltiple sobre el peso de los frutos 40 5. CONCLUSIONES 42 6. RESUMEN 43 7. LITERATURA CITADA 44

52

AGRADECIMIENTOS

Al profesor guía de esta investigación Sr. Javier Devia, por su constante

ayuda y dedicación, tanto en la realización de los ensayos como en la

confección del escrito.

Al Sr. Eduardo Oyanedel por su constante guía y apoyo en la confección del

escrito.

A todas las personas, compañeros y amigos, especialmente a Lorena Rojo y

Gloria Páez que de una u otra forma contribuyeron a llevar a cabo esta

investigación.

53

Al esfuerzo y dedicación que

ponen las personas humildes

para lograr cumplir con sus

sueños.

54

TALLER DE LICENCIATURA

EEffeeccttoo ddee llaa aapplliiccaacciióónn ffoolliiaarr ddee óóxxiiddoo ddee ccaallcciioo ssoobbrree llaa cclloorroossiiss

mmaarrggiinnaall eenn hhoojjaass jjóóvveenneess ddee ttoommaattee ccvv.. FFoorrttaalleezzaa bbaajjoo iinnvveerrnnaaddeerroo

ffrrííoo..

QUILLOTA 2003

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO

FACULTAD DE AGRONOMÍA

ÁREA DE HORTALIZAS Y FLORES