ESTHER COHEN Narrar:testimoniar ante el enmudecimiento de...

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44 ESTHER COHEN porque la sociedad de 1914 ya presentaba esos rasgos deformes y asesinos.P Lo que no habria que perder de vista, yen esto Kafka fue tambien un buen escucha, es que la maquina misma de la colonia enloquece hacia el final y se autodestruye, dejando con esto abierta la posibilidad de que eSe mundo cerrado de "reacciones tdenticas" no cumpla finalrnente su objetivo. Victor Klemperer, fuologo judeoaleman que sobrevive al nazls- mo, describe en LTL La lengua del Tercer Reich las caracteristicas del lenguaje bajo el regimen nazi: "Desde el primer dia de guerra y hasta la caida del Tercer Reich, todo 10 que es heroico en la tierra, en el mar y en el cielo, lleva el unlforme"." La lengua, insiste, sufrira tam- bien un vaciamiento al caer de manera inevitable en la inhumana unttormacton. Las "reacciones identicas" de las que habla Arendt, y que describe con minuciosidad Kafka en "La colonia", son 10 que acabara por sucederle a la lengua bajo el regimen nazi. Tambien ella quedara petrificada, abreviada y reducida a su minima expre- sion, como el "musulman" de los campos, pero tambien, como los condenados de "La colonia". La turbadora descripcion del proceso judiciario pareciera conducir no a la lucha por la sobrevivencia de unos sobre los otros, sino a 10 que Hannah Arendt llamaria la erradi- cacion del concepto de ser humano. Si es esto 10 que intentaron los campos, aunque sin lograrlo del todo, como defiende Robert Antelme en La especie humana, la maquina penitenciaria muestra en toda su crueldad la misma intencion: hacer desaparecer tanto al individuo y su espontaneidad, como al propio concepto de ser humano. Es asi como la larga noche de Europa no parece haber caido en 1933 ni en 1939, ni siquiera en 1942, con la "solucion final". La oscuridad ya estaba presente gestandose paso a paso, momento a momento, en 1914, y Franz Kafka fue capaz, con una lucidez asom- brosa, de escuchar sus gemidos, fue capaz de pensar 10 imposible, en ese mundo "tan repugnante" que fue el suyo. Fue capaz incluso de presagiar el probable olvido que acompaiia la huida del viajero y con este, la posibilidad siempre abierta de que la colonia penitenciaria reaparezca en algun lugar, en otro tiempo. 20Primera verdadera "guerra total" de la era dernocratica y de la sociedad de masas en la que murieron trece millones de hombres [... J la muerte anonima masiva, la masacre industrializada, las ciudades bombardeadas y los paisajes devastados. Los "campos de honor" adquiririan un aspecto medlto: el da las trincheras kilometrtcas en donde los soldados agonizaban durante meses cubiertos de barro, rodeados de alambres de puas Y a veces de cadaveres y ratas. (Traverso, 2002: 91). 21 2002: 19. Narrar: testimoniar ante el enmudecimiento de la lengua [Es posible que el antonimo de "olvi- dar" no sea "recordar", sino justicia? Hayim Yerushalmi Hurbinek era nadie, un hijo de la muerte, un hijo de Auschwitz. Parecia tener unos tres ados, nadie sabia nada de el, no sabia hablar y no tenia nombre: aquel nombre se 10 habiamos dado nosotros [...J Hurbinek, que tenia tres ados y probablemente habia nacido en Auschwitz, y nunca habia visto un arbol: Hurbinek, que habia luchado como un hombre, hasta el Ultimo suspiro, por conquistar su entrada en el mundo de los hombres, del cual un poder bestial 10 habia exiliado; Hurbinek, el sin-nombre, cuyo minuscule antebrazo habia sido firmado con el tatuaje de Auschwitz; Hurbinek murio en los primeros dias de marzo de 1945, libre pero no redimido. Nada queda de el: el testimonio de su existencia son estas palabras mias. I La mitad del arte de narrar, escribe Benjamin, radica en relatar una historia libre de explicaciones, vaciada de cualquier psicologismo im- puesto.t En su ensayo sobre el narrador Benjamin, en 1936, apelaba a la austeridad de 10 narrado, a la necesidad de volver a una tradicion en la que los actores del relato -narrador y escucha- pudieran en- tregarse una vez mas a la "facultad mas segura entre las seguras": contar historias. La Gran Guerra vino a poner al descubierto, sos- tenia, el eclipse de este oficio: "[No se nota acaso que la gente volvia enmudecida del campo de batalla?".! Benjamin, con su mirada aguda y premonitoria, acierta al vis- lU~brar el fin de una epoca y la caida de las facultades de la lengua bajo la ruptura de la civilizacion que represento la Primera Guerra; I p . 2 nrno Levi, 1997: 21-22. 31999a: 117. Ibidem. 112. ""raverso, 2002: 23. 4S

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porque la sociedad de 1914 ya presentaba esos rasgos deformes yasesinos.P Lo que no habria que perder de vista, yen esto Kafka fuetambien un buen escucha, es que la maquina misma de la coloniaenloquece hacia el final y se autodestruye, dejando con esto abiertala posibilidad de que eSe mundo cerrado de "reacciones tdenticas"no cumpla finalrnente su objetivo.

Victor Klemperer, fuologo judeoaleman que sobrevive al nazls-mo, describe en LTL La lengua del Tercer Reich las caracteristicas dellenguaje bajo el regimen nazi: "Desde el primer dia de guerra y hastala caida del Tercer Reich, todo 10 que es heroico en la tierra, en elmar y en el cielo, lleva el unlforme"." La lengua, insiste, sufrira tam-bien un vaciamiento al caer de manera inevitable en la inhumanaunttormacton. Las "reacciones identicas" de las que habla Arendt,y que describe con minuciosidad Kafka en "La colonia", son 10 queacabara por sucederle a la lengua bajo el regimen nazi. Tambienella quedara petrificada, abreviada y reducida a su minima expre-sion, como el "musulman" de los campos, pero tambien, como loscondenados de "La colonia". La turbadora descripcion del procesojudiciario pareciera conducir no a la lucha por la sobrevivencia deunos sobre los otros, sino a 10 que Hannah Arendt llamaria la erradi-cacion del concepto de ser humano. Si es esto 10 que intentaron loscampos, aunque sin lograrlo del todo, como defiende Robert Antelmeen La especie humana, la maquina penitenciaria muestra en toda sucrueldad la misma intencion: hacer desaparecer tanto al individuo ysu espontaneidad, como al propio concepto de ser humano.

Es asi como la larga noche de Europa no parece haber caidoen 1933 ni en 1939, ni siquiera en 1942, con la "solucion final". Laoscuridad ya estaba presente gestandose paso a paso, momento amomento, en 1914, y Franz Kafka fue capaz, con una lucidez asom-brosa, de escuchar sus gemidos, fue capaz de pensar 10 imposible, enese mundo "tan repugnante" que fue el suyo. Fue capaz incluso depresagiar el probable olvido que acompaiia la huida del viajero y coneste, la posibilidad siempre abierta de que la colonia penitenciariareaparezca en algun lugar, en otro tiempo.

• 20Primera verdadera "guerra total" de la era dernocratica y de la sociedad de masas enla que murieron trece millones de hombres [...J la muerte anonima masiva, la masacreindustrializada, las ciudades bombardeadas y los paisajes devastados. Los "campos dehonor" adquiririan un aspecto medlto: el da las trincheras kilometrtcas en donde lossoldados agonizaban durante meses cubiertos de barro, rodeados de alambres de puas Ya veces de cadaveres y ratas. (Traverso, 2002: 91).212002: 19.

Narrar: testimoniar ante elenmudecimiento de la lengua

[Es posible que el antonimo de "olvi-dar" no sea "recordar", sino justicia?

Hayim Yerushalmi

Hurbinek era nadie, un hijo de la muerte, un hijo deAuschwitz. Parecia tener unos tres ados, nadie sabia nadade el, no sabia hablar y no tenia nombre: aquel nombrese 10 habiamos dado nosotros [...J Hurbinek, que tenia tresados y probablemente habia nacido en Auschwitz, y nuncahabia visto un arbol: Hurbinek, que habia luchado comoun hombre, hasta el Ultimo suspiro, por conquistar suentrada en el mundo de los hombres, del cual un poderbestial 10 habia exiliado; Hurbinek, el sin-nombre, cuyominuscule antebrazo habia sido firmado con el tatuaje deAuschwitz; Hurbinek murio en los primeros dias de marzode 1945, libre pero no redimido. Nada queda de el: eltestimonio de su existencia son estas palabras mias. I

La mitad del arte de narrar, escribe Benjamin, radica en relatar unahistoria libre de explicaciones, vaciada de cualquier psicologismo im-puesto.t En su ensayo sobre el narrador Benjamin, en 1936, apelaba ala austeridad de 10 narrado, a la necesidad de volver a una tradicionen la que los actores del relato -narrador y escucha- pudieran en-tregarse una vez mas a la "facultad mas segura entre las seguras":contar historias. La Gran Guerra vino a poner al descubierto, sos-tenia, el eclipse de este oficio: "[No se nota acaso que la gente volviaenmudecida del campo de batalla?".!

Benjamin, con su mirada aguda y premonitoria, acierta al vis-lU~brar el fin de una epoca y la caida de las facultades de la lenguabajo la ruptura de la civilizacion que represento la Primera Guerra;Ip.2 nrno Levi, 1997: 21-22.31999a: 117.Ibidem. 112.

""raverso, 2002: 23.

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el silencio de los que regresaban mudos de experiencias que con-tar era el sintoma de la perdida de una memoria y de un sentidocapaz de darle nombre al sufrimiento, a la batalla, al exilic, inclusoa la muerte. Y al mismo tiempo, este regreso sin "gloria" hablaba deldesencanto anticltmattco de una guerra en que el soldado habiadejado de ser el neroe de la historia para convertirse en un engranajemas de la masa anonima, acribillado por la gran tecnologia y no porla lucha cuerpo a cuerpo. Benjamin es 10 suficientemente perceptivopara darse cuenta de que la Primer a Guerra marcaba un momentode ruptura, "un trastorno social Y psicologico profundo en el cualdesde entonces es comun ver el acto fundador del siglo XX".4Peroen 1936, a tres anos del ascenso de Hitler al poder, Benjamin hablatambien de 10 que sera el sistema totalitario nazi: el silencio de susheroes que vuelven mudos de la guerra se convierte en la granmetafora de 10 que sera la muerte no solo anonirna de la GranGuerra, sino en los "cadaveres sin muerte -en Auschwitz no semoria, se producian cadaveres-"5 de los campos de exterminio

......,nazis. Ya no habra mas lenguaje capaz de dar cuenta de estos muer-tos despojados de su propia muerte. Y Benjamin parece haberlovislumbrado en el mutismo de sus soldados que vuelven, des de 1918,sin experiencias que relatar, sin historias que contar.

No obstante, a pesar de esta lucidez extraordinaria, la percep-ci6n de Benjamin, me atreveria a decir, no alcanzara a traspasar deltodo la rnuralla de 10 inenarrable: su clarividencia se detiene antelos umbrales del abismo: el proceso de enmudecimiento de la lenguasolo estaba incubandose Y poco tiempo habria de transcurrir paraque, un par de afios despues, el Lager, el espacio concentracionario,sometiera finalmente a la lengua a un est ado de mutismo y resque-

/ brajamiento totales. La autentica aptitud de narrar, Yesto, sin duda,Z, no estaba dispuesto a vivirlo el propio Benjamin, parecio entonces

reducirse a cenizas; el Lagerse convirtio en ellugar donde, en mediodel hacinamiento Y la desgarrada convivencia, el hombre no encon-tro mas el aliento de la palabra del otro sino solo su silencio; sofoca-da por la inantcion, por ese inane que es el vacfo de toda humanidad,la palabra fue incapaz de contarse historias, de contarse su propiahistoria. Al limite, y como escribiera el otro "anunciador del fuego",Kafka, 10 que qued6 de esa lengua fue algo mas 0 menos parecido ala risa de Odradek, "la risa de alguien que no tiene pulmones y quesuena mas 0 menos como el susurro de hojas caidas"."

Los N ARRADORES DE AUSCHWITZ 47Primo Levi vuelve una y otra vez en sus novelas y entrevistas a larecurrente pesadilla de quienes habitaron los campos: volver, con-tar Y no ser escuchados. LNo es esta acaso la profecia ma1dita deOdradek?: narrar sin que e1 narrador pueda hacerse oir, sin oxigenoque pueda dar cuenta de 10 "inenarrab1e". 0 bien, mirado desde e1otro extremo, Lno hab1a este susurro a su vez, de 1a atrofia de quiena partir de ahora no sabe seguir e1 relato, de quien ha perdido 1acap acid ad de la memoria? Porque, en efecto, la narracion, al menos ')aquella a la que se refiere Benjamin, lleva implicito un saber/ quepasa exactamente por el escuchar y el recordar: "Narrar historias )siempre ha sido el arte de seguir contandolas, y este arte se pierde siya no hay cap acid ad de retenerlas"."

LHasta donde la literatura puede estar inmersa en su tiempo eimbuida de la experiencia de su epoca al grado de ser capaz de dibu-jar con "perversa exactitud" los alcances de una barbarie por venir?Benjamin y Kafka abririan desmesuradamente los ojos y se mirarianaterrorizados, como su angel de la historia, al ver sus premonicio-nes encarnadas en la "catastrofe" del siglo, maillamada "progreso" .Porque "progreso" es el adelanto de la tecnica, aunque esta hayaheche posible la existencia de esas fabricas eficacisimas de produc-cion de cadaveres.vY la lengua?, LeI narrador?, LeIrelato? Al igual queHurbinek-Odradek, pareceria que tampoco pudieron hacerle frentea la autentica catastrofe: enmudecieron sin poder dar respuesta. Lalengua, como escribe Celan, "paso a traves y no tuvo palabras para10que sucedio".?

Sin embargo, yaqui radica el misterio de la literatura y del artede narrar, el mismo Celan escribe: "Estabamos muertos y podiamos )respirar'"? y asi, a pesar del mutismo impuesto por el asolamiento, \0.'1;1 - ~Q\

testimonia por 10 vivido; su experiencia y la de miles mas atraviesa \' lo\ J.<r..,por esta frase clara, austera, "adelgazada". La habita. Nada de psico-· - OJ

/

lOgiSmOS ni razonamientos; la palabra se nos ofrece desnuda, de pie, *"cast en medio del campo, certera y frugal frente a 1a muerte, y con- >vencida a1 mismo tiempo de aquel imposible: respirar en medio deesa inexplicable e insolita especie de muerte. Ahi esta el testimonio,y eso es 10 que importa. Celan, poeta, narra su historia y asi resistea la agonia y a la destruccion, con su palabra desaffa la barbarie del

5Agamben, 2000: 66.6Citado en Bloom, 1990: 375.

'"EI arte de narrar se aproxima a su fin porque el aspecto epico de la verdad,es decir, la sabiduria, se esta extinguiendo" (1999: 115). Y como escribe Benja-min, "Ia memoria es la facultad eptca que esta por encirna de todas las otras" (ibi-dem, 124). Ese saber del que nos habla, esa sabiduria, estaria directamentellgada a la capacidad de la memoria, facultad eptca y sabia por exceiencia.'Benjamin, 1999a: 118."Celan, 1999: 497.'°1999: 57.

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.) Lager. Y10hace de la misma manera en que la escritura de Primo Levi" esta ahi para dar vida a la existencia de Hurbinek; porque despues de

la lecci6n concentracionaria, el testimonio no puede ni debe s610dar

<cuenta, es necesario que de vida, que al testimoniar haga presente lahistoria, la humanice: el testigo bien podria ser, en nuestro tiempo,quien viniera a ocupar ellugar de la resistencia, el de la oposici6n alolvido, es decir, el espacio del narrador que tanto anhelaba Benjaminy que parece haber sucumbido en la Gran Guerra.

Annette Wieviorka, en su libro L 'ere du temoin, sostiene que s610al final de la decada de 1970 emerge de manera consistente la figuradel testigo en relaci6n con el exterminio del pueblo judio durantela Segunda Guerra. Es el momento, insiste, en que este adquiere sufuerza y su lugar indiscutible en la historia. Otros estudiosos, comoEnzo Traverso, ubican este momenta de emergencia de la figura deltestigo en 1961, ano del proceso Eichmann en Israel, cuando se miraal testimonio casi como un proceso terapeutico donde, por vez pri-mera, "el que logr6 volver" pudo decir su palabra, relatar su historia.Esto, por supuesto, no quiere decir que antes de esas fechas no sehubiera hablado del universo concentracionario, pero podria decirseque este no habia ocupado hasta entonces un lugar determinante enla respuesta colectiva al fen6meno que marc6 de manera tan incues-

)tionable la experiencia del siglo XX.Ahora bien, Primo Levi, y en estosu voz se situa de manera intempestiva frente a la "era del testigo",

'"" escribe cuando aun nadie quiere saber de la experiencia de los earn-

[

Pos: 1947, ano de la publicaci6n de Si esto es un hombre, resulta aunpara las mismas victim as que padecieron el Lager, un momenta enel que se intenta la reincorporaci6n a la sociedad despues de la de-vastadora experiencia del exterminio. Pocos son los oidos dispuestosa escuchar el horror de la barbarie, como pocos fueron los que de-cidieron escribir su propio testimonio. Jorge Semprun opto, como elmismo 10dice, por la vida y no por la escritura, y s610cuarenta anosdespues decide escribir su intimo relato, La escritura o1a vida. De ahientonces que la palabra de Primo Levi sea, en mas de un sentido, unacto intrepldo, casi epico, de resistencia, lucido, austero y conscientea pesar de la cercana distancia que intenta a toda costa recuperar,a traves de la narraci6n, el estremecimiento de la experiencia vivi-da. Levi rescata eso que Benjamin llamaria la dimensi6n oral de lanarraci6n; de ahi que en una de sus tantas entrevistas relate una y otravez: "Yo volvi del Lager con una carga narrativa incluso patol6gica.

Los NARRADORES DE AUSCHWITZ 49Recuerdo muy bien ciertos viajes en tren . ,cuando iba por Italia para recu en 1945, recien regresado,laboral: buscaba trabajo Y en ~e;ar, para reCOnstruir ml situaci6ncosas a Ios primeros que' se ponf ren r~cuerdo haber contado mis

an a tiro A p '.citado al viejo marinero de Cole id . roposno de esto he "-,que va a una boda y se burla ;~ ~e ~ue cuenta s,uhistoria a gente /mismo".u Primo Levi, antes de escribir ues y.o hacia exactamente 10manera del narrador benjaminiano E ~,emple~a narrando a Ia Vieja-¥sario relatar, se trata de un debe Y' sda conSClente de que es nece-

. r. to 0 esto porque P 'Iescntor, se trata no tanto de cont " "h ara e , comoacto si se quiere terapeutico . ar su is~ori~ .personal como unma "Ios hundidos", darles Ia 'p~~~ de hacer JUstlCiaa los que el lla-despues de la "victoria" descans:r~ a esos m~ertos que ni siquierapueda darles humana sepultura. en paz SI no surge la voz que

Pero atestiguar por un mundodespues de Auschwitz, una resistenci una le~gu~ :racturados exige,mas alIa de Ia ley. Ser testigo e a ~ una JustIC.laque.van muchoacto heroico, no se es un ma;tir. n es~as.ClrcUnstanClas,.deja de ser untestigo porque no se muere Par' e~ ecir, ~on referenCla al griego, unel testimonio con la propia Vid: par testimonio de la fe, no se pagajudicial de Ia Cultura latina en I' ero t.ampoco .se trata del testigolengua, ya que s610 el el t~Sti a que crertn racismo se juega en lael que tiene testiculos' y por e~oque, co~o su nomb~e 10 indica, esci6n.12Tanto la heroicidad Clefs testlgo, puede ejercsr esa fun-

. omo a uerza de la Ie d fteStimonio concentracionario P Yque an uera delconocemos capaz de atesti ~ ero tampoco. se trata del testigo quebanal que este sea. Habria q~ea~a~~~~u:~qUler aCO~tecimiento, porLevi, ejerce un acto de justicia cotidian mbre a qUlen, co~o Primopar la escritura, por esa narraci6n d 0Ique pas~, n:cesanamente,haber expirado Con la guerra de 1 e a expenenCla que pareceprosa explicita sin rodeos tambi 91~. ~ con tar por escrito y en esavida de los earn os el ' . ien a ~ gazada por Ia experiencia, Iade la historia b!ja~in~~~~;t;:~ ~o~lerte ~n una es!,e~ie de angelobserva aterrorizado las ruinas d I erenCla.de aquel, este no s610ende, ecttis, y transforma su e pasad~" sino que cuenta y, pordel COntador de historias' en relato en. ~ccIOn en Ia mejor tradici6nPara quien escucha I' .s,unarracion hay siempre un "consejo"

La ,una eCCIOnde vida. 13voz de Primo Lev'

POdria haber en la descriPC~,nod es la del heroe; lque heroismo__ IOn e un sUbmundo en el que victimaIII2levi, 1998: 130.

En esta '6ti acepcI n, de manera obvia .Ilenen la capacidad de ser tesug y a Partir de la etimologia, s610 los hombres

Benjamin, 1999a: 114. os.

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y victimario, cada uno de manera distinta, perdieron el rostro?Tampoco es la del juez implacable que exige justicia 0 que clama porla venganza. Dar testimonio a traves de la palabra escrita es parael hacer justicia exigiendo que la mas absoluta singularidad, quees por definicion incomunicable, sea sin embargo la ocasion para

~ extraer una leccion de historia. Dar testimonio es recuperar el habla, es"narrar, como escribe Benjamin, su vida y su dignidad" haciendoque en la figura del narrador, "el justo se encuentre consigo mis-mo" .14 Porque la justicia va estrechamente ligada a esa cap acid ad denarrar y relatar historias, en este caso, la historia de los campos,con su violencia y su turbacion, En pocas palabras, 10 justo iria de lamana de la escritura de la barbarie.

Narrar es, pues, en este contexto, un acto de justicia que con-voca a una "comunidad" mas que al individuo en su singularidad.Testimoniar, Y en buena me did a el relato de la segunda mitad delsiglo XXesta marcado por el testimonio (baste solo pensar en la can-tidad de relatos tanto escritos como filmados sobre 10 que fue elacontecimiento de la Guerra), es tomar la palabra del otro, hablar ensu lugar y, a diferencia del heroe 0 del testigo judicial, quien escribeda voz a aquellos que en su momento estuvieron imposibilitadospara hablar 0 incapacitados para hacerse oir. Pero sobre todo, el quetestimonia recupera una dimension politica y social del relato quese fue desgastando con el tiempo pues, escribe Levi: "precisamente

(

porque el Lager es una gran maquina para convertimos en animales,nosotros no debemos convertirnos en animales [...J y por 10 tantose debe querer sobrevivir, para contarlo, para dar testimonio; y quepara vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto,la armazon, la forma de la civtlizacton" .15 "Nos quitaran hasta el nom-bre: y si queremos conservarlo, deberemos encontrar en nosotros lafuerza de obrar de tal manera que detras del nombre, algo nuestro,algo de 10 que hemos sido permanezca"." Y es que en el nombre seconcentra 10mas intimo y "narrable" del ser humano. Somos aquelloque nuestro nombre ha ido acumulando a 10 largo de una vida, elnombre es ese "signo voluminoso" del que habla Roland Barthes, car-gada de un espesor pleno de sentidos ambiguos y contradictorios, unsigna vasto y espacioso que aloja tanto a la vida como ala muerte, "elnombre es la frontera que divide el territorio del sentido del desiertodel delmo"."

14IbIdem.134.I'Levi, 2001: 42.»tbtaem: 26.=cn. Cohen, 1999: 43.

Los NARRADORES DE AUSCHWITZ 51Por ello es necesario aferrarse a el

I veria a decir Levi, poder morir si no s ~orque desde donde, se atre-<. hacerlo, un lugar en el que pueda ce~:~:~;s~n nombre des de :1 cual N~

tatuado no responde por el sentid d . la muerte. Un numero, 0 e una VIda y d \numero no habla sino del abismo del d li . e una muerte; un ~Auschwitz no son autenticas m rt .e mo. Por ello las muertes de J

d" ue es, SIOOotra cosa ' (VI

pue e monr SIpor principio se ha d . d porque lcomo se ~ -intima que todos habitamos ~sPoJa 0 al hombre de esa casa/somos despojados de ella 10q~eque t amamos nombre propio? Y sila figura del "musulmar," '18 es res ~ es eso que Levi describe comor~cordar siquiera la exis~enci: ~fs~~e ~e muerto en vida incapaz deCIa de su morada mas intima h e un nombre, la permanen-escribe Levi: y umana. Son ellos, los musulmanes,

los, hundidos, 10s cimientos del campoanoruma, continuame t ' ellos, la masade no hombres que nmearehnovada y siempre identica,

rc an y trabajan e '1 .apagada en ellos la llama divi . n SIencro,para sufrir verdaderamente Se ~a, ddemasiado vactos yase duda en llamar . u a en llamarlos vivos:

muerte a su muerte t 1temen porque estan demasiad ' an e a que noSon los que pueblan mi m~ can~ados para comprenderla.rostro, y si pudiese encer mona con su presencia sintiempo en una ima en rar a ,todo el mal de nuestroresulta familiar: gen, escogena esta imagen, que me

tar: un hombre demacr dinclinada y las espaldas encorv d a 0, con la cabezacuyos ojos no se uede a as, .en cuya cara y enpensamtenro''.» p leer ru una huella del

l'Son -I' I• mu tIP es las interpretaciones uemusuIman" ocup6 ese lugar en los c! :e z: dado p~ra explicar por que el termino

tricl6n y sus bajas temperaturas las posicio gunos sostienen que era el grado de desnu-d~ la impresi6n de arabes en ~sici6n d~IOI~de .sus cuerpos que vlstos a 10lejos podianplicaci6n mas probable envia al . nifi P gana, Pero de acuerdo con Agamben la ex-qu srg cado del termt a . 'I Iese somete incondicionalmente a la volun tad d .Dtos rabe muslim, que significa aquela eyenda del presunto fatalismo tsla . e 10S y que se encuentra en el origen de

el m dl mico tan difundld Ie ioevo (Agamben 2000- 45) Existen I 0 en as culturas europeas desdePed' . ,. . sten otras expli .d ra Judaica a la voz Muselmann: OUt"!" d icaciones como la que da la Enciclo-cerivar de la actitud tipica de estos deportad sobre todo en Auschwitz, el termino pareceI~ las piernas dobladas al estilo orient I os, Ia dectr, ~I.de estar postrados en el suelo

VI,2001: 98-99. a, con a cara rtglda como una mascara" (:40).

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.d d los campos se trata ahora, paraFrente a ellos, los hundi os e un mere acto de voluntad,Levi, de cont~r I~s. hist~~a~ n~t~:be sobrevivir porque se debesino por un ejerciao de e er: to de exterminio acompanado

/ con tar. Se debe luc~ar c~ntra eldPr~ye~ontra el proyecto expreso de" del mayor de los silencios, es ecir,

Himmler en 1943:

d .. , de hacer desapa-Fue necesario tomar Ia grav~ eCT~n No quedaran masrecer a este puebblol ~~ laJ.~~~aqU~· habran encontrado

e restos de po acion dqu [ ] Ustedes estan ahora entera osabrigo en alguna parte ... stedes mismos. Yo pienso

uardaran todo eso para uy g , nos habria valido que nosotros -todos nosotros-que mas sobre nuestras espaldas por nuestrocargaramos con esto bTdad y que lleva-

ueblo que tomaramos la responsa 11 20

~amos ~uestro secreta con nosotros a la tumba.

. reto destinado a la tumba,Habra entonces que combatir ~se se~esaparecer toda huella delresquebrajar ese proyecto ~e ~~e;hundidos Y los sa/vados, los SSxterminio. Como refiere Levi en . . .

~e divertian en advertir dnicamente a los prtsioneros:

De cualquier manera que termadino~~~agU~er~~~~:r~u;~~~tr osotros la hemos gan . d

~~~t;l~; pero inc1uso si alguno ~~~~~~~:~~~e~~ :~~st~no 10 creeria. Tal vez haya sosp 'd ' haber ningunagaciones de historiadores, pero no po :a d struidas las

con vosotros seran ecerti~umb~e ~:eqU~guna llegase a subsistir, Y aunq.U(~prue as. ~sotros llegara a sobrevivir, la gente dtraal~~~~s dheechos que contais son demasi~do monstruo~~~q idos: dira que son exageraclOnes de la ppara ser crei . 1 garemos

da aliada y nos creera a nosotros, que 0 nepagan La historis del Lager, seremostodo, no a vosotros: . 21

nosotros quien la escribs (SlC).

. . d 1 La er debe ser escrita por gente comoPor esta raz6? la h1s.tona e b~nek adquiere existencia gracias a suLevi, para quien la vida ~e .Hur 1 hecho mismo de ser narradaescritura y una vida mas Justa por e

. e 10s ReichsJeitery 10s GauJeiteren posen2°Helrich Himmler, discurso pronunciado a~t W. iorka 2000: 19).el 6 de octubre de 1943 (Discours secrets, citado por IWV ,

21 Levi, 2000: 11.

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por el escritor. Y es que no se trata s610 de la vida de aquel nino enconcreto, sino de la de toda la humanidad doliente, de los hundidosy musulmanes del campo, y la palabra de Levi, al hablar de su expe-riencia esta hablando simultaneamenrs de la realidad potencial detodos nosotros, aunque no hayamos sido "habitantes de los campos".Porque la barbarie, a partir de la experiencia concentracionaria delsiglo XX, se ha incorporado a nuestro proceso civilizatorio. Formaparte de nuestra herencia. Hurbinek y Levi son personajes de nuestrotiempo, son parte de la historia mas intima y desgarrada de nuestrosiglo XX,y por ello tanto el relata del escritor como la no-vida de unsin-nombre llarnado Hurbinek apelan al individuo, pero tambien a lacongregaci6n; no a la buena conciencia del sujeto, sino a la justiciacotidiana del mundo en que vivimos. La experiencia de los camposnos convoca a todos en la me did a en que, como escribia HannahArendt en 1946, en la "soluci6n final" no se trataba de matar porrazones humanas, sino que se habia creado un sistema de exterminiocuyo fin ultimo consistia en "erradicar el concepto de ser humano''.«Asi, el testimonio se constituye, desde el campo de la narrativa, en latierra donde la justicia deviene dia con dia, donde esta se actualiza 'de manera cotidiana y donde, de nuevo con Benjamin, el justo se fJvV" 0""- '"'-encuentra consigo mismo. Hacer lusticia, narrando 10 sucedido es, '7pues, impedir que el concepto de ser humano, 0 la especie humana, ""-~'como la llama Robert Antelme, desaparezca de nuestro vocabulario,de nuestro "paisaje" conceptual, politico y social.

Claude Lanzmann, en su pelicula Shoah (1985), filmada a 10largo de diez anos, ha insistido en mas de una ocasi6n en que no pre-tendi6 en rungun momenta hacer un documental hist6rico. No hay,en las diez horas que dura la pelicula, una sola escena de archivo niun solo muerto, cremado 0 gaseado; ni una sola escena de violencia. rfV"-.r

Y no obstante, en los campos vacios que la camara recorre lenta-mente en silencio 0 en el silbido de los trenes que corren a traves delos campos desiertos, en el presente, como si el acontecimiento quenarrara no perteneciera al pasado, Lanzmann se constituye (cons-truye) en testimonio que apela implacable a la justicia, a esa justiciaque esta mas alla de la reconstrucci6n de los hechos 0 del castigode los culpables. En ese lenguaje entrecomillado, imperturbable dela carnara que recorre con la misma aparente serenidad los lugares,ahora vacios, del horror, asi como las voces de sus entrevistados,algunas veces en sitios esplendidos como las playas de Tel Aviv,

"Citado en Traverso, 2001: 86.

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Lanzmann se propone ejercer una justicia que en mucho se asemejaa la de Levi y, con el, a la que Benjamin exige de todo narrador. Elefecto dramatico de los testimonios, entre los sobrevivientes comoentre los nazis, no surge, con algunas excepciones, de la explotaci6nde la imagen desgarrada del testigo, ni siquiera de un exceso infer-mativo; por el contrario, son las figuras "adelgazadas" de los trenes

<y de los campos, vacios y sumidos en el siJencio, como es.cuchando ~10 lejos las voces de quienes alguna v~z los poblaron, q~len~~ atesn-guan por el horror y de esta manera ejercen un acto de jusncia. Lan-zmann sigue cuidadosamente los relatos de sus testigos, pero sabeque la verdad no pasa por la pura informaci6n que ellos. p~seen: esnecesario que otra instancia venga a recuperar al lenguaje (incluidoel cmematogranco) del mal en que ha caido. No se trata unicamentede comunicar como escribe Derrida en Fuerza de ley. "desde estepunto de vista, el nazismo ha sido realmente la figura mas notablede la violencia mediatica y de la explotaci6n politica de las tecnicasdel lenguaje comunicativo, del lenguaje industrial y del lenguaje dela industria ...".23 Se trata mas bien de deconstruir ese lenguaje dela comunicaci6n y hacerlo pasar, adelgazandolo, por el filtrode 10 narrable. Yaqui 10 narrable vend ria a ser sin6nimo de 10justo.Porque la justicia no radica en la revelaci6n del archivo, sino en losintersticios que este deja al descubierto.

He insistido en la expresi6n "adelgazar la lengua" tanto al refe-rirme a la poesia de Celan como a la prosa de Primo Levi 0 allenguajecinematograftco de Lanzmann. Pero habria que aclarar: adelgazar noes 10 mismo que abreviar. Un abismo separa estos dos verbos: elprimero nos conduce al narrador depurado y "justo", el otro nosdevuelve la cara del nazismo. Lo abreviable es 10 no narrable, 10 quepasa por la mutilaci6n de la memoria; 10 abreviable es.organizaCi?ny tecnica. Victor Klemperer dedica buena parte de su vida a estu~larla lengua del nazismo y apunta como uno de tos rasgos centrales estela uniformaci6n generalizada de toda experiencia.24 La lengua no sesalva, tarnbien ella adquiere los rasgos del Fuhrer: se vuelve rigid a,dura, impermeable. Su voz se convierte en un grito que ordena, quellama al PUEBLO,a los compafleros del PUEBLO,a los enemigos delPUEBLO,a los vecinos del PUEBLO,ese pueblo siempre con mayuscu-las que nada tiene que ver con su gente ni con sus historias. Ya queel Tercer Reich y con el, su lengua, estan hechos s610 de solemnidad,se podria decir que "sufre de falta de cotidianidad y que su enfer-

"Derrida, 1997a: 143.»cn. K1emperer, 2002: 19.

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medad es mortal".» La lengua del Tercer Reich abrevia, no adelgazay al hacerlo, canc~la toda posibiJidad de rememorar y con gela tod~pal~br~ en una f?rmula aprendida que nada tiene que ver con laautentlCa memona narrable. Eterno, fananco solemnef iti f ,. . , " promesaana ca, ananca profesion de fe, pueblo organizacjon- en e t" I . " s ostermmos, ~ nazismo coagula la lengua alemana expulsando deella. cualquier ca~ac~d~d de historiar y, con ello, de humanidad. EInazismo es, de pnncipio a fin, un congelamiento de la memoria Isuya, una lengua s610 de mayusculas que ha perdido el don de s a

ti d . serna~r~ rviza a, e~ decir, llevada al terreno de la letra minuscuja, de 10'/cotidiano y testimoniable.

Walt~r Benjamin, en sus "Tesis de filosofia de la historia" de194?, ,bajo el golpe que Ie signific6 el pacto germano sovieticoescnbla:· 'Articular hist6ricamente el pas ado no significa conocerlo ' como ver- .~aderamente ha sido ' . Significa adueiiarse de un recuerdo tal como ?,-""- C r-e~te, relsmpagues en un mstante de peligro. Para el materialismohistorico .se trat~ de fijar la imagen del pasado tal como esta se pre-sen~a de improviso al sujeto hist6rico en el momenta del peligro. Elpeligro ~menaza tanto al patrimonio de la tradici6n como a aquelJosque reciben tal patrimonio. Para ambos es uno y 10mismo: el peligro~e ser convertidos en instrumentos de la clase dominante. En cadaepoca e~ preciso esforzarse por arrancar la tradici6n al conformismoque esta a punto de avasallarla. EI Mesias viene no s610 como Reden-tor, sino tambien como vencedor del Anticristo. S610 tiene derechoa encender en el pasado la chi spa de la esperanza aquel historiadortraspasado por la idea de que ni siquiera los muertos estsrdn a salvodel enemigo si este vence. Yeste enernigo no ha dejado de veneer."

Conocer la historia, reconocer nuestro pas ado no es enton-c~~, c~nocerlo "como realmente ha sidon, es decir, en su 'concep-cron hist6rica positivista, sino atraparlo en ese instante de peligroen el que esta historia relampaguea por un momento, casi como losrescoldos de un fuego que esta por extinguirse y que resplandecenu? m~mento antes de apagarse de manera definitiva. Comprender lahlstona de los campos no es aceptar pasivamente la historia oficialCont d . 'a a siempre por los vencedores, aun cuando en este caso no setrate del triunfo nazi. Se trata mas bien de "pasarle el cepiJIo a con-trapelo", otra expresi6n benjaminiana utilizada en la tesis VII y quevendria a impugnar toda lectura lineal de la historia; se trataria de

2S Ibidem. 68.'<Benjamin, "Tesis VI", 80.

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leerla y penetrarla en ese instante fulminante de peligro leyendola acontracorriente. Hay que aduefiarse, como 10 hace Levi, de recuerdoscomo el de Hurbinek, a quien recupera a traves de esos momentos depeligro en el que el nombre y, con el, el hombre, perdian el rostro, esdecir, su dignidad.

Primo Levi, a traves de su escritura y de la sensibilidad para elpeligro que su propia experiencia le dio -con frecuencia afirmabaque Auschwitz habia sido para el otra universidad, pues ahi aprendiocosas que no hubiera aprendido en ninguna otra parte-, fue capazde aduenarse de un pedazo de la historia y con ello logro hacerle jus-ticia. Primo Levi, entonces, se convierte en una especie de historiadorbenjaminiano cuando sabe, y su escritura asi 10 muestra, que ni losmuertos estaran a salvo del enemigo si este vence. Yno se trata, comoescribe Michael Lowy comentando las "Tesis", de que esta amenazase de "necesariamente bajo la forma primitiva y grosera de la restau-racion monarquica de los Estuardo que maltrataron la osamenta deCromwell, sino por la falsificaci6n 0 el olvido de sus combates"." Losmuertos muertos estan, pero es necesario darles otro tipo de sepul-tura, ubicarles en un lugar de la historia donde su vida adquiera unsentido, aunque sea aquel que puede darle un narrador como el queapunta Walter Benjamin.

Ahora bien, el enemigo, como escribe Benjamin, no ha dejadode veneer. Yen la epoca que escribe las "Tests", 1940, era "la media-noche del siglo" en Europa. Las victorias del enemigo, para retomarde nuevo las palabras de Lowy, "eran monumentales: derrota de laEspana republicana, pacto germano-sovietico, ocupaci6n de Euro-pa por el Tercer Reich". Sin embargo, "y a pesar de su vocaclon deCasandra y su pesimismo radical, Benjamin no pudo haber previstoAuschwitz'l." Por ello hay que darle nombre y voz a quien en vidano la tuvo. Es necesario que la historia del Lager no la escriban losvencedores, es un deber que esta historia la escriban los otros. Ennombre de los vencidos, los hundidos, hay que hacer que los muer-tos descansen finalmente en paz. Por ello debemos estar alertas.

Vivimos bajo tiempos sombrios, escribia Celan, y las sombrasconstruyen a paso lento sus propios espacios: Por ello, y parafra-seando a Calvino, habra que ver si de hecho vivimos en las som-bras del infierno -y Auschwitz 10 fue; que y quien en este universono es infierno, no es oscuridad 0 barbarie- para darle espacio yhacerlo durar. Hurbinek no sobrevivio al campo, murio, como dice Levi,

"Uiwy, 2001: 51.28 Ibidem. 53.

Los NARRADORES DE AUSCHWITZ 57antes de ser redimido, pero abandon6' .mo Levi, ese lugar de las tinieblas y de 'l:~:~~s ~ la escntura, de Pri-palabras del escritor su humanidad perd'd ar~, y encontro en lassu vida, humana sepultura. 1 a y 0 tuvo, del relato de