EL SENTIDO DE LA HISTORIA · Augusto de Roma. Felipe n de España ... Comte, emprende la ... cuanto...

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EL SENTIDO DE LA HISTORIA POR Luis LOPEZ DE MESA LABORAToJlIOS FUSTERY, S. A. ACIDO NICOTINICO 50 FUSTERY, Iny. de 1 c. c. con 50 mg. ACIDO NICOTINICO 100 FUSTERY, lriy. de 5 c. c. con 10 mg. ACIDO NICOTINICO 50 FUSTERY, Tabs. ACIDO NICOTINICO 100 FUSTERY. Tabs. B-MINA ELIXIR FUSTERY (Complejo B). B-MINA 1.000 FUSTERY (Vitamina B I ), Iny. de' 1. c. c. de 1.000 U. 1. B-MINA 3.330 FUSTERY (Vitamina B I ), Iny. de 1 c. c. de 3,330 U. 1. B-MINA 8,325 FUSTERY (Vitamina el), Iny. de 2 c. c. de 8.325 U. 1. B-MINA 33,300 FUSTERY (Vitamina B I ), Iny. de 5 c. c. con 33,300 U. 1. por c. c., y de 1 c. c. B-MINA TABLETAS FUSTERY (Vitamina B I ). C-MINA 1.000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 1 c. c. C-MINA 2,000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 1 c. c. C-MINA 10.000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 5 c. c. C-MINA TABLETAS FUSTERY (Vitamina C). K-MINA 2 FUSTERY Iny. (Vitamina K), de 2 mg. K-MINA 5 FUStERY Iny. (Vitamina K), de 5 mg. K-MINA 1 FUSTER,Y Tabs. (Vitamina K), de 1 mg. K-MINA 2 FUSTERY Tabs. (Vitamina K), de 2 mg. .. Goethe Y autor de una célebre Filosofía dI ,. Historia. púes SQ8tUVO que la Providencia mantiene el "plan unitario" que .iguen tu naciones en .u armoniQ?O deaenvolvimimto vegetativo. en .u unidad biol6¡icl. por de- cirlo así. Mas olvidar que esb idea .ur•• implícita o explicitamente anotada en tdcléll los textos primitivo. y recienta que exponeD la creación providencial del mundo? HesíO- do y Moisés tendrian que figurar a la ca- beza de este concepto. y aun más remotarnm- te. los ignotos forjadores de esU tnía qtíé' bubo en Egipto y en Caldea. o en Babílonla. sobre todo. y en no impo/ta cuál otro put-- blo de los prehistóricos o abistóricos que exU. tieron y exi.ten. Entre sí las religiones se disputan 'violea- lamente la posesión de esta certidumbre coD- ceptual y con frecuencia se acríminan de de u nas a otras. Ello carece de imporUlI,N eliminatoria. porque si- bien hi.t6rieameiltt considerada toda religi6n verdadera es O fuE en el momento de su génesis una herejía triunfante. en ·su conjunto poseen el deno- míilador común de la común religiosidad que las engendra y sostiene. y así. esta concepci6n del origen y de los fundamentos de la historia puede considerarse punto menos'.que de suyo y sentimentalmente irrefutable. o in- conmovible al menos. La tesis filos6fíca corresponde ind.udable- mente a Hegel. su expositor sistemático más profundo. Constituye la columna vertebral de su "panlogismo" como hoy se le designa, por cuanta es armaz6n puramente mental. ;. s610 mental tal vez. ya que difícilmente diera acoplarse con los hechos. Razón sale de sí misma. se objetíva particularmente y 'a sintetizada ,en lo realizando en su periplo la razón la libertad y la justicia. Filósofo del Estado -por el Estado y para el Estado a la vez- Hegel qi,te en la Alemania de su époc¡¡ habia culminado ya la evolución de! Espíritu. sin cuidarse po- co ni mucho de la situación de ese en otras partes. ,y sin advertir que aquel Es- tado por a o por b. en sí o a través de perso- nas que intensamente lo encarnaron. como Augusto de Roma. Felipe n de España. Luis XIV de Francia, Cromwell de Inglaterra, ;. aun entre nosotros los gobernantes que ..- piraron a robustecerlo en grado sumq. #1 modo de Diego José Portales de Chile o de- Rafael Núñez en Colombia. ya había ob- plenitud de imperio en todas sus fun- ciones y en muchas más que asumi6 'cocr- citivamente. Y de haber vivido hasta hoy. visto bubíera también el tratamiento que a esa Libertad y esa Justicia de su propia manifestada esencia di6 e! Estado una centuria después. por la boca diligentí- sima de Goebbe!s. uno de los más demoníacamente hábiles que uva el siglo XX. y por los hecbos terríficos de su Capitán. el autónomo Hitler. Otro tanto. aunque en escala menor. po- dríamos decir de algunos precur.ores déI na- zismo. J. G. Droysen y H. von Treit.cbke. por ejemplo. que quizás se a.ustarían hoy de ver los frutos lejanos de su predicación do- cente. y sin embargo... comoquiera que el Estado. a pesar de aquello. casos remotos que fueron otrora reducidos a silencio y dos ya peur. asimismo. del cionante fracaso del germanisÍno pOllerío;. continúa ampliando el radio de 'UI operacio. nes. acreciendp su potencia íntima y diendo las nuevas normas de iu vaúIlaje Por el mundo. máxime el! las DacioHes que r mismas se tuvieron por las más dem0tí:4ta- MEXICO, D. F. interpretacionea que hoy tenemos del deve- nir histórico y su. normas. Cuando el padre de la sociología. Augu.to Comte, emprende la revisión de e.te negocio. su esquema reproduce en otra forma la de- finición del narbonense. puesto que encasilla las edades del hombre en tres grupo•• la re- ligiosa. la metafísica y la técnica. o po.itiva. como él dice. Pero las interpretaciones abundan. y por cierto que las tenemos de toda ín- dole. religiosas. filos6fícas. cientificas y aun meramente fantásticas. o alocadas e incon- gruentes. Es que el hombre nunca ha descui- dado la meditaci6n de este tema. como que siempre le tuvo en el primer plano de su curiosidad mental y de su más grave in- quietud. ¿Qué mueve el curso· de la historia. qué influye en el hacinamiento de las .ociedades humanas y en la organizaci6n de su cultura? Por ver de hallar algún entendímiento de tales cuestiones, ya que su esclarecimiento ca· bal es muy difícil. he coordinado en once especies la interpretación que de ellas han hecho los más conspicuos tratadi;tas de v- rias épocas. Desde luego, la· primera que surge en el orden cronológico del pensamiento es la te- Iigíosa. Se atribuye su paternidad eminente a San j\.gustín. y a Bossuet su apadrinamien- to mayor. Sin embargo. otros hubo que la promulgaron con notoria vehemencia. como el monje mediocval Joaquín de Fiore y el mismo Johann Gottfried Herder. amigo de SECCION VITAMINICA LIVERPOOL 155 sa RedonlÜ. Lance!ote o Lanzarote del Lago. Tristán de Leonís. Parsífal (Perceval o Par- luvaus. propiamente) con su bomólogo de los Nibelungos. que trueca a Atila en Erzel o Adí. a Godomar de Borgoña en Guntber. a su ilustre ,Jlaisano Segerio en ti magnífico Sigurg o Sígfrido. a Teodorico de Verona en el Díetiicb de Berna. enlazando los dos ciclos con el emblemático caballero Loben- grín. en la poética fábula de que fué bijo de Perceval. El ciclo de Carlomagno y sus doce pares tiene con el ciclo de Napoleón preciosos puntos di fontacto espiritual. en que lo ver- dadero y lo mítico se tocan para adquirir valor simbólico muy impresionante. Don Roldán (o Hruodlant). Oliveros. Oger y Reinaldos emparientan moralmente con Ney. Berthier. Murat. Massena. Bernadotte y Soult. etc,. así encarnando en lo hist6rico contem- poráneo la poemática ficción o semificción de otros siglos. Ni se queda atrás en ,esta gesta nuestra estirpe española. pues el ciclo heroico-libe- rador del Cid resurge en el grandioso ciclo de Bolívar. ccm personajes de la altura ha- zañosa de Páez. de C6rdova y de Sucre. que no desdicen de los enhiestos del mundo. Tenía. pues. razón Vico en' conservar ese disparate de su antitécnica clasificación de las edades históricas del hombre. Sin que esto signifique que Varrón de Narbona no estuviese en lo justo. Su fórmu- la es impecable a la luz de nuestro criterio actual. y con ella se vinculan las múltiples TEORIAS E HIPÓTESIS.-Este somero exa- men de la vida contemporánea me conduce lógicamente. y como de la mano. a inquirir cuáles son o cuáles. a lo menos. pudieran ser. las causas que determinan la bistoria del hombre. por ver si en ellas consiste el tras- torno en que hoy se encuentra el mundo o. al contrario. si es que nos hemos desviado de su cauce normativo y eficiente. Iniciar. pues, una breve excursión por los dominios de eso que suele decirse filosofía de la historia. Lo que no es ciertamente fácil. ya que ¡¡bunda en varias, y a las veces. muy sutiles opiniones y en no pocas contradicciones asi- mismo. En este momento. v. gr .• me vienen a la memoria las dos célebres nomenclaturas que hicieron de las principales épocas de la humanidad Varrón de Narbona y Juan Ba'u- tista Vico. y pienso que pueden servirme de punto de partida para algún esclarecimiento de este arduo tema, Dice Vico que la historia humana ha pasa- do por tres épocas o edades. a saber: la de los dioses. la de los héroes y la del hombre común. en fin; mientras que el narbonense. diez y ocho siglos antes, ya la había divídído técnicamente en tiempos oscuros, tiempos fa- bulosos y tiempos históricos. muy conforme. sin duda. con lo que hoy admite la ciencia. Cómo. pues, fué ello posible que el padre de la filosofía de la historia. según se ha llamado a Vico. se mostrase tan inferior en este asunto a un escritor latino de casi dos' milenios atrás? Pues no se asombre de ello usted. señor lector; que aun nosotros los hombres cultos de este siglo y de esta hora propugnamos iguales opiniones. sin saberlo. es verdad. pero sin disculpa también. porque las damos de muy conscientes de nuestra sabihondez y de muy perítos en esos achaques de historia. Tome usted y revise la narración del Paraí- so adámico y hallará b época de los dioses; compulse con los titanes y los héroes de la Hélade la vída de los patríarcas bíblicos. y de algunos de sus grandes campeones. como Adán. Noé, Matusalén. Sansón. David. etc .• y comprenderá que ésa sigue siendo la edad heroica de todas las mitologías; descienda a la historiografía normal y se encontrará al fin entre los hombres. y no deja de ser cautivadoramente imprr- sionailte el que el heroísmo hebreo estribe sobre todo en la longevidad. mientras que el de otras naciones se fundamente en la acción. y que el uno se condicione en la sujeción a Dios. en tanto que el otro aparezca casi siem- pre como tremenda rebeldía para con los dioses o e! destino. Por otra parte. esto parece haber sido ten- dencia írrevocable del hombre en todas las edades suyas. ya que lo observamos en e! ciclo de A'gamenón. para la Grecia homérica. en el de Rama para la Indía. ciclo de Noah y de la Torre de Shinar o de Babel en Babilo- nia. y aun en los americanos aborigenes de Quetzalcóatl. Manco Cápac y Bochica. L'os Amautta-Kuna de! Perú trazaron la misma división de Vico. diciendo que prímero hubo los seres divinos (Wari-Wiracocha-Runa). luego los gigantes (Wari-Runa) y al fin los hombres (Purun-Runa). Es que los pueblos todos tienden a bacer del héroe un intermediario entre Dios y el hombre común. a veces mezclando a la trama apote6sica buen golpe de hechicería. pero con tal similitud de rumbos a través de todas las edades de la civilización que muchas oca- siones me ha retenido el desciframiento de su frecuente ocurrencia histórica. Compare usted. señor lector. ti ciclo heroico·legenda- rio del rey Arturo y sus caballeros de la Me- UNIVERSIDAD DE MEXICO 11

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EL SENTIDO DE LA HISTORIAPOR Luis LOPEZ DE MESA

LABORAToJlIOS FUSTERY, S. A.

ACIDO NICOTINICO 50 FUSTERY, Iny. de 1 c. c. con 50 mg.

ACIDO NICOTINICO 100 FUSTERY, lriy. de 5 c. c. con 10 mg.

ACIDO NICOTINICO 50 FUSTERY, Tabs.

ACIDO NICOTINICO 100 FUSTERY. Tabs.

B-MINA ELIXIR FUSTERY (Complejo B).

B-MINA 1.000 FUSTERY (Vitamina BI ), Iny. de' 1. c. c.de 1.000 U. 1.

B-MINA 3.330 FUSTERY (Vitamina BI ), Iny. de 1 c. c.de 3,330 U. 1.

B-MINA 8,325 FUSTERY (Vitamina el), Iny. de 2 c. c.de 8.325 U. 1.

B-MINA 33,300 FUSTERY (Vitamina BI ), Iny. de 5 c. c.con 33,300 U. 1. por c. c., y de 1 c. c.

B-MINA TABLETAS FUSTERY (Vitamina BI ).

C-MINA 1.000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 1 c. c.

C-MINA 2,000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 1 c. c.

C-MINA 10.000 FUSTERY (Vitamina C), Iny. de 5 c. c.

C-MINA TABLETAS FUSTERY (Vitamina C).

K-MINA 2 FUSTERY Iny. (Vitamina K), de 2 mg.

K-MINA 5 FUStERY Iny. (Vitamina K), de 5 mg.

K-MINA 1 FUSTER,Y Tabs. (Vitamina K), de 1 mg.

K-MINA 2 FUSTERY Tabs. (Vitamina K), de 2 mg.

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Goethe Y autor de una célebre Filosofía dI ,.Historia. púes SQ8tUVO que la Providenciamantiene el "plan unitario" que .iguen tunaciones en .u armoniQ?O deaenvolvimimtovegetativo. en .u unidad biol6¡icl. por de­cirlo así.

Mas ~cómo olvidar que esb idea .ur••implícita o explicitamente anotada en tdclélllos textos primitivo. y recienta que exponeDla creación providencial del mundo? HesíO­do y Moisés tendrian que figurar a la ca­beza de este concepto. y aun más remotarnm­te. los ignotos forjadores de esU tnía qtíé'bubo en Egipto y en Caldea. o en Babílonla.sobre todo. y en no impo/ta cuál otro put-­blo de los prehistóricos o abistóricos que exU.tieron y exi.ten.

Entre sí las religiones se disputan 'violea­lamente la posesión de esta certidumbre coD­ceptual y con frecuencia se acríminan de fra~­de unas a otras. Ello carece de imporUlI,Neliminatoria. porque si- bien hi.t6rieameilttconsiderada toda religi6n verdadera es O fuEen el momento de su génesis una herejíatriunfante. en ·su conjunto poseen el deno­míilador común de la común religiosidad quelas engendra y sostiene. y así. esta concepci6ndel origen y de los fundamentos de la historiapuede considerarse punto menos'.que unj~ér~~ide suyo y sentimentalmente irrefutable. o in­conmovible al menos.

La tesis filos6fíca corresponde ind.udable­mente a Hegel. su expositor sistemático másprofundo. Constituye la columna vertebralde su "panlogismo" como hoy se le designa,por cuanta es armaz6n puramente mental. ;.s610 mental tal vez. ya que difícilmente p~_

diera acoplarse con los hechos. Razón q~~

sale de sí misma. se objetíva particularmentey vuelv~ 'a sí sintetizada ,en lo Abso¡~toA

realizando en su periplo la razón individ~al.

la libertad y la justicia.Filósofo del Estado -por el Estado y

para el Estado a la vez- Hegel p~esume qi,teen la Alemania de su époc¡¡ habia culminadoya la evolución de! Espíritu. sin cuidarse po­co ni mucho de la situación de ese Espírit~en otras partes. ,y sin advertir que aquel Es­tado por a o por b. en sí o a través de perso­nas que intensamente lo encarnaron. comoAugusto de Roma. Felipe n de España. LuisXIV de Francia, Cromwell de Inglaterra, ;.aun entre nosotros los gobernantes que ..­piraron a robustecerlo en grado sumq. #1modo de Diego José Portales de Chile o de­Rafael Núñez en Colombia. ya había ob­teni~o plenitud de imperio en todas sus fun­ciones y en muchas más que asumi6 'cocr­citivamente. Y de haber vivido hasta hoy.visto bubíera también el tratamiento que aesa Libertad y esa Justicia de su propiamanifestada esencia di6 e! Estado Ale,m~n

una centuria después. por la boca diligentí­sima de Goebbe!s. uno de los bombre~ másdemoníacamente hábiles que uva el siglo XX.y por los hecbos terríficos de su Capitán. elautónomo Hitler.

Otro tanto. aunque en escala menor. po­dríamos decir de algunos precur.ores déI na­zismo. J. G. Droysen y H. von Treit.cbke.por ejemplo. que quizás se a.ustarían hoy dever los frutos lejanos de su predicación do­cente.

y sin embargo... comoquiera que elEstado. a pesar de aquello. casos remotos quefueron otrora reducidos a silencio y fU~ra­

dos despu~s. y a peur. asimismo. del e~cionante fracaso del germanisÍno pOllerío;.continúa ampliando el radio de 'UI operacio.nes. acreciendp su potencia íntima y eXt~­diendo las nuevas normas de iu vaúIlaje Porel mundo. máxime el! las DacioHes que ~ rmismas se tuvieron por las más dem0tí:4ta-

MEXICO, D. F.

interpretacionea que hoy tenemos del deve­nir histórico y su. normas.

Cuando el padre de la sociología. Augu.toComte, emprende la revisión de e.te negocio.su esquema reproduce en otra forma la de­finición del narbonense. puesto que encasillalas edades del hombre en tres grupo•• la re­ligiosa. la metafísica y la técnica. o po.itiva.como él dice.

Pero las interpretaciones abundan.y por cierto que las tenemos de toda ín­

dole. religiosas. filos6fícas. cientificas y aunmeramente fantásticas. o alocadas e incon­gruentes. Es que el hombre nunca ha descui­dado la meditaci6n de este tema. como quesiempre le tuvo en el primer plano de sucuriosidad mental y de su más grave in­quietud.

¿Qué mueve el curso· de la historia. quéinfluye en el hacinamiento de las .ociedadeshumanas y en la organizaci6n de su cultura?

Por ver de hallar algún entendímiento detales cuestiones, ya que su esclarecimiento ca·bal es muy difícil. he coordinado en onceespecies la interpretación que de ellas hanhecho los más conspicuos tratadi;tas de v ­rias épocas.

Desde luego, la· primera que surge en elorden cronológico del pensamiento es la te­Iigíosa. Se atribuye su paternidad eminentea San j\.gustín. y a Bossuet su apadrinamien­to mayor. Sin embargo. otros hubo que lapromulgaron con notoria vehemencia. comoel monje mediocval Joaquín de Fiore y elmismo Johann Gottfried Herder. amigo de

•SECCION VITAMINICA

LIVERPOOL 155

sa RedonlÜ. Lance!ote o Lanzarote del Lago.Tristán de Leonís. Parsífal (Perceval o Par­luvaus. propiamente) con su bomólogo delos Nibelungos. que trueca a Atila en Erzelo Adí. a Godomar de Borgoña en Guntber. asu ilustre ,Jlaisano Segerio en ti magníficoSigurg o Sígfrido. a Teodorico de Veronaen el Díetiicb de Berna. enlazando los dosciclos con el emblemático caballero Loben­grín. en la poética fábula de que fué bijo dePerceval.

El ciclo de Carlomagno y sus doce parestiene con el ciclo de Napoleón preciosospuntos di fontacto espiritual. en que lo ver­dadero y lo mítico se tocan para adquirirvalor simbólico muy impresionante. DonRoldán (o Hruodlant). Oliveros. Oger yReinaldos emparientan moralmente con Ney.Berthier. Murat. Massena. Bernadotte y Soult.etc,. así encarnando en lo hist6rico contem­poráneo la poemática ficción o semificciónde otros siglos.

Ni se queda atrás en ,esta gesta nuestraestirpe española. pues el ciclo heroico-libe­rador del Cid resurge en el grandioso ciclode Bolívar. ccm personajes de la altura ha­zañosa de Páez. de C6rdova y de Sucre. queno desdicen de los ~ás enhiestos del mundo.

Tenía. pues. razón Vico en' conservar esedisparate de su antitécnica clasificación de lasedades históricas del hombre.

Sin que esto signifique que Varrón deNarbona no estuviese en lo justo. Su fórmu­la es impecable a la luz de nuestro criterioactual. y con ella se vinculan las múltiples

TEORIAS E HIPÓTESIS.-Este somero exa­men de la vida contemporánea me conducelógicamente. y como de la mano. a inquirircuáles son o cuáles. a lo menos. pudieranser. las causas que determinan la bistoria delhombre. por ver si en ellas consiste el tras­torno en que hoy se encuentra el mundo o.al contrario. si es que nos hemos desviadode su cauce normativo y eficiente.

Iniciar. pues, una breve excursión por losdominios de eso que suele decirse filosofíade la historia.

Lo que no es ciertamente fácil. ya que¡¡bunda en varias, y a las veces. muy sutilesopiniones y en no pocas contradicciones asi­mismo. En este momento. v. gr.• me vienena la memoria las dos célebres nomenclaturasque hicieron de las principales épocas de lahumanidad Varrón de Narbona y Juan Ba'u­tista Vico. y pienso que pueden servirme depunto de partida para algún esclarecimientode este arduo tema,

Dice Vico que la historia humana ha pasa­do por tres épocas o edades. a saber: la delos dioses. la de los héroes y la del hombrecomún. en fin; mientras que el narbonense.diez y ocho siglos antes, ya la había divídídotécnicamente en tiempos oscuros, tiempos fa­bulosos y tiempos históricos. muy conforme.sin duda. con lo que hoy admite la ciencia.~ Cómo. pues, fué ello posible que el padrede la filosofía de la historia. según se hallamado a Vico. se mostrase tan inferior eneste asunto a un escritor latino de casi dos'milenios atrás?

Pues no se asombre de ello usted. señorlector; que aun nosotros los hombres cultosde este siglo y de esta hora propugnamosiguales opiniones. sin saberlo. es verdad. perosin disculpa también. porque las damos demuy conscientes de nuestra sabihondez yde muy perítos en esos achaques de historia.Tome usted y revise la narración del Paraí­so adámico y hallará b época de los dioses;compulse con los titanes y los héroes de laHélade la vída de los patríarcas bíblicos. yde algunos de sus grandes campeones. comoAdán. Noé, Matusalén. Sansón. David. etc.•y comprenderá que ésa sigue siendo la edadheroica de todas las mitologías; descienda ala historiografía normal y se encontrará alfin entre los hombres.

y no deja de ser cautivadoramente imprr­sionailte el que el heroísmo hebreo estribesobre todo en la longevidad. mientras que elde otras naciones se fundamente en la acción.y que el uno se condicione en la sujeción aDios. en tanto que el otro aparezca casi siem­pre como tremenda rebeldía para con losdioses o e! destino.

Por otra parte. esto parece haber sido ten­dencia írrevocable del hombre en todas lasedades suyas. ya que lo observamos en e! ciclode A'gamenón. para la Grecia homérica. enel de Rama para la Indía. ciclo de Noah yde la Torre de Shinar o de Babel en Babilo­nia. y aun en los americanos aborigenes deQuetzalcóatl. Manco Cápac y Bochica. L'osAmautta-Kuna de! Perú trazaron la mismadivisión de Vico. diciendo que prímero hubolos seres divinos (Wari-Wiracocha-Runa).luego los gigantes (Wari-Runa) y al fin loshombres (Purun-Runa).

Es que los pueblos todos tienden a bacerdel héroe un intermediario entre Dios y elhombre común. a veces mezclando a la tramaapote6sica buen golpe de hechicería. perocon tal similitud de rumbos a través de todaslas edades de la civilización que muchas oca­siones me ha retenido el desciframiento desu frecuente ocurrencia histórica. Compareusted. señor lector. ti ciclo heroico·legenda­rio del rey Arturo y sus caballeros de la Me-

UNIVERSIDAD DE MEXICO 11

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dism,inuir ~iquiera el alcance normativo que .;genio adqUiere en nuestra especie. Mas. entea-­dámonos cautelosamente: yo no concibo quelos héroes creen determinadas corrientes h~toncas. sino que las encarnan o conducm.A mi entender. y descuente el lector lo quejuzgue presunción de mi ineptitud. el héroecuanto hace es infundir su estilo personal alos movimientos sociales o nacionales queacaudilla e impone. Esto considerado el asun­to en sí. valuado a la luz de la filosofía dela historia. Mas ello no contradice el méritopersonal que el genio añade a su misión conel ejercicio de sus dotes eximias. el lustre.pues. y la plusvalía. por así decirlo contérmino de moda. que imprime al mensajesocial que le cupo en suerte. al mensaje 10-

cial que a él .!e induce y él a su vez personal­mente conforma.

Qué lejos queda esta hipótesis de la eco­nómica que con el nombre de "materialismohistórico" sostienen hoy día innumerablestratadistas de este asunto. En verdad. nuncadescuidaron los historiadores aludir al ele­mento econ·ómico que condiciona el bienestarde las gentes o el referirse a él con ahincadointento. Las grandes mígraciones humanas.las guerras de conquista. las luchas de la pleberomana y las de los siervos. esclavos y colo-nos de todas las regiones del mundo así 10enseñan. y mal podían ignorarlo quienes lo re­lataron o padecieron alguna vez. Con todo.en la forma sistemática (l. caza y pastorea;n. agricultura y artesanía; nI. industria ymecanismo). y con el predicamento de quedisfruta al presente emana de los estudios deCarlos Enrique Marx y Federico Engels quevieron la luz pública a mediados del siglo XIX•en parte. pero parte decisiva. sugeridos yapor los anteriores de Saint Simon. y apoya­dos dialécticamente en las obras de LudwigFeuerbach y de Hegel. Dudo de que hoy .~~

exista historiador o sociólogo alguno que' :1

descuide esta interpretación. aunque sólo sea ·o:~parcial o colateralmente. y miles son. millo- :;~nes tal vez. los que la siguen con inmutabl~ ...,

.~

fe de catecúmenos. Escritores de la taHa de l .

Lamprecht y Seligmann la reciben como bueninstrumento de análisis y hábil guia para laconducta de las sociedades. así sostenganla validez interpretativa de otras normas.

y tienen r~zón. Siendo lo económico me­dio fundamental d~ subsistencia para indivi­duos y naciones. es inútil discutir su catego­ría de validez suprema. Ello no obstante.otros valores existen que mueven también elcurso de la historia y que a éste le disputan aveces la prelación y el triunfo. Con ocasión deotras indagaciones yo mismo me he fabrica-do un esquema de los móviles supremos delespiritu. de los anhelos que simultánea o al­ternativamente le rígen: Libido essendi. libidoagendi. libido sentiendi. libido cognoscendi.libido imperandi... que abarcan el amorde ser. a que primordialmente corresponde la

sus oplOlones. y al mismo ~rist6teles. quiendiez ynutve siglos antes que Bodin. y pocodespués que Hipócrata. asimísmo entrevió elmérito de este influjo. Montesquieu. Miche­let. Ellsworth y Buckle adoptaron tambiénesta opinión. pero ella debe IUI más técnicasexplanaciones a la gente moderna. Peschel.Ratzel y Haushoffer en Alemania. Vidal laBlache en Francia. que sentaron las bases dela antropogeografía. que yo mísmo investiguéhace poco con relación a Colombia. Y sobretodo. los interesantes estudios del norteame­ricano Huntingdon acerca del clima y la ve­getación. y los que el ruso Tchíjewsky ahoraadelanta respecto de la acción de los ciclosde radiación solar en los movimientos migra­toríos del hombre.

Otros se han complacido en encomiar el al­cance. para muchos absoluto. que tienela constitución étnica de las naciones en eldesenvolvimiento cultural del hombre. y asísabemos cómo el francés Arturo de Gobineau.el inglés Houston Stewart Chamberlain. losamericanos Madison Grant y Samuel J. Hol­mes. los alemanes Rosenberg y sus discipulos.etc.• inicialmente apoyados en alguna opinióncolateral de Max Müller. y más directamen­te todavia en el patriciado orgulloso de al·gunos pueblos conquistadores del mundo; enese concepto de estirpe privilegiada que vadesde Moisés y Pericles. desde Julio César yMahoma hasta Napoleón. Dísraeli. TeodoroRoosevelt y Hitler. han librado ruda batallade polemistas en pro de esa opinión. que mu­chos otros. los más. agriamente desdicen.Eruditos tan sensatos como Franz Boas yPaul Rivet. v. gr.• sonríen ante especulacio­nes de esta índole. y todo el peso de· la cien­cia apoya hoy la tesis de que en el mundo.en nuestro mundo al menos. no hay razasindemnes de contaminación étnica.

Esto no obstante. yo me cuidaría muchode negar virtudes. propias y preclaras dis­posiciones a ciertas estirpes que en el decursode las edades han venido alquitarando enbuen ambiente los mejores atribu.tos físicos.morales y culturales del hombre•.y que éstosse trasmiten en condiciones propicias. comoya lo saben o deben de saber en nuestra patrialos que entienden en el grave problema in­migratorio.

Mucho se roza con esta teoría racial elsobreprecio de lo heroico. enérgicamente pre­conizado poI"'Carlyle y Emerson. por GabrielTarde y William James. por Nietzsche. enfin. y centenares otros. Montesquieu y Voltai­re inclusive. que polimáticamente sustentandicha opainión también. El auge que últi­mamente adquirieron los estudios biográficostiene mucho que ver con ~ta actitud r~veren-.

cial del hombre por los héroes de su historia.y aunque toda biografía es fundamentalmen­te autobiográfica. y todo héroe es el productode una responsabilidad moral y de un mo­mento crítico. no sería yo osado a deslucir o

REMIN6TONRANp INTERNACIONAL. S.A.MEXICO, D.F. - MADERO 55

PORTATIL

REmlnGTOn RRnDMUY UTII,. PAHA El. ESTUDIANTE, o:

INIJ/SPrNJA8JL PARA El. VIAJERO: .:::

los tiempos. ni con la simi­litud de recorrido que hacentodas las naciones para laadquisición de su entidad ysu cultura. que no parecesino que unas a otras in·conscientemente se plagian yrepiten.

Es pensamiento un pocoromántico que por coinci­dencia me sugiere la actitudde Juan Jacobo Rousseau.quien. llevado sin duda delas ingenuas versiones quedel mundo aborigen america­no circulaban por Europaentonces. remotamente ema­nadas de las que Las Casasy Colón emitieron antes.opinó que no había progre­so síno deterioro moral enlas sociedades cultas. y queel hombre primítivo era pu­ro y bueno conforme a lanaturaleza. Negación. portanto. de los atributos másnobles del progreso espiri­tual de la especie. e implíci­ta condenación de la histo­ria en sí; posición románticay escéptica a un mismo tiem­po que nadie prohijaría_ hoyformalmente. y que sólo per­manece al estudio de las nue­vas generaciones como epi­sodio conceptual curioso yefímero. Romanticismo queotras épocas ya conocieron.conforme se deduce de las

leyendas de una "edad dorada" en que elhombre vivió a los principios de su his­toria. abandonada luego o primitivamentecancelada por los dioses. La literatura detodas las édades. comenzando por el Gé­nesis. se hizo eco de estas concepciones román­ticas de la historia. y por los tiempos de Rous­seau. o poco adelante. Chateaubriand yBernardino de Saint-Pierre las enjoyaron conla labia de su estilo maestro. En este mismosuelo de Amüica Juan Zorrilla de San Mar­tín. Julio Arboleda y algunos otros obtuvie­ron triunfos resonantes de aquel románticohontanar de la pureza aborigen.

De su lado. los ingenios adictos a las nor­mas positivas de la ciencia han buscado lasolución dentro del cuadro suyo. y así vemoscómo el ilustre Hipócrates trató de la in­fluencia que el clima ejerce en las sociedadeshumanas. y nuestro prócer Francisco Joséde Caldas elaboró con este· concepto juiciosque aún perduran como muy valedera ~por­

tación científica. En este camp~ es justo re­conocer a J. Bodin. el insigne autor de laRepública. primacía de visión por lo acerta­do de sus juicios y la época en que emitió

Profesor Luis López de Mesa, eminente pensador yhombre de letras colombiano, de fama continental, cuyolibro Nosotros y la Esfinge, que se imprime actualmen­te en Bogotá y del que forma parte el capitulo que hoyempieza a publicar UNIVERSIDAD DE MÉXICO, será uno

.' de los mayores éxitos editoriales del año

Cas y cultas. algo de intrínseca verdad debe dehaber en ese postulado de Hegel. Porque aeste predominio despótico del Estado recu­rren los sabios y los necios. los proletarios ylos capitalistas. los escépticos de toda laya yaun los pontífices de algunas religiones vi­gentes.

A esta especie filosófica corresponden tam­bién las interpretaciones que del curso his­tórico de la humanidad han hecho los idea­listas de toda índole. los panteístas sobretodo. y hasta los estoicos en mucha parte.sino que entremezclando tan frecuentementesus lucubraciones filosóficas con principiosde religión que los hacen confusos y me exi­men dé considerarlos en escalafón aparte.

En orden lógico. y por contraposición.me viene ahora a las mientes la idea de mu­chos. Voltaire. digamos. de que es el azar.el mero azar de las "fuerzas naturales". loque rige los destinos del hombre y su rumbohistórico por ende. Es mucho decir y es nodecir nada. pues que es eso mismo 10 quese intenta dilucidar. el cómo del seno dela ceguedad arcana ha podido nacer un mun­<lo de conciencia y de espíritu..

Otros pensadores que han ahondado más-en la materia. Comte. Stuart MílI. Spencer.Taine. Quetelet y Buckle. por ejemplo. re­huyen esta actitud de efugio que la voz "azar"·encierra en su propia indeterminación. y.1dhieren .a la hipótesis de que el acoittecerhumano. como las sociedades y pueblos que.en él se constituyen. son el producto de lasmismas causas naturales que rigen los de­más fenómenos de la creación. los organizan<tn armonia de magnitudes y potencias. sinnecesidad de influjo foráneo ni de voluntad1nteligente alguna. A mí poco me seduce estaferminología de la "causalidad". y adelante<Iiré cómo pudiera concebirse en otra formaque no entrañe un "actuar". una "opera­-ción"· que los fenómenos determine y ajuste.

Francisco Guicciardini. que con Maquia­velo inicia la historiografía moderná. con­cibi6 la historia de cada pueblo como hecho.ingular. anticipadamente oponiéndose al ci-

.dismo .rotatorio de su conterráneo Vico yal ciclismo cultural de Speng1er. Esta sin­gularidad no encaja bien con lo que Hegel11amaba el "Geistzeit" o sea el espiritu de

12 UNIVERSIDAD DE MEXICO

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LOS ~AlmACEnesmAS' GRAnDes y

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Espiritualización: Arte. religión. filosofía.economía. estado (Mesopotamia. Egipto.Persia. Grecia. Palestina. etc.). .

Mancomunidad ecuinénica: Catolicismopaulino. estoicismo. ciudadanía romana ge­neral, asimilación de los bárbaros.

Salvación: Cristianismo. arabismo. budis­mo. confucionismo. etc.

Humanación o definición de la especie.

Socializición: Lenguaje. hogar. primerosutensilios.

desarrollo perenne. Esta es opinión casi uni­versal. apoyada por filósofos egregios y man­tenida por científicos de primera categoría enel mundo. Mi actitud. sin embargo. es muyotra. pues tras largas y difíciles cogitacionesy de arduos esttldios. yo no podría ,honesta­mente apart~rme del concepto de que la natu­raleza es una en sí y sólo fragmentada en"reinos" aislados por el espejismo que no.impone la perspectiva de su inmenso campode acción, del distanciamiento progresivo. desus funciones. que de exrreino a extremo es­ras mismas hace ver como irreductibles a undenominador común. El tema es tan vasto ensu conjunto y tan sutil en muchos de su.componentes. que requiere tratamiento apar­te. y así lo haré en estudio posterior que con

el nombre de "Antropologia filo~ófica" ten­go ya más cuidadosamente elaborado y casilisto para incorporar en este volumen.

(Concluir6)

Personalidad: Autonomía de la concienciaindividual y de las naciones.

•Ilustración: Ciencia. racionalismo y pro-gresismo.

Libertad: Emancipación política. democra­cia. liberalismo económico. etc.

Equidad: Socialismo. cooperación. protec­cionismo del Estado. seguros .. ,

subentendiendo. naturalmente. la perfecciónen cada caso. es decir. el 'cumplimiento totaldel destino que les incumbe. Porque nadie pre­tendería que ello significa el que cada indi­viduo o cada pueblo o cada periodo de hu­manidad es un mensaje. pero solamente encuanto individuo. nación y humanidad en­carnen algún destino histórico.

Con esta norma heuristica hallaremos fá­cilmente que la historia humana nos revelalos siguientes mensajes supremos:

Edad Media:

Renacimiento. Reforma yexpansión geográfica:_

Del Siglo XVII al XpC:

Siglo XIX:

Siglo XX:

Desde Augusto hasta ei co­mienzo de la ·Edad Media:

Pre-paleolítico;

Desde el paleolítico hastala invención de la agri­cultura:

.Desde la agricultura hastael Imperio Romano:

l~ Jornada:

2~ Jornada:

7~ Jornada:

51lo Jornada:

6l!o Jornada:

9~ Jornada:

3l!o Jornada;

8~ Jornada:

El hombre es un mensaje;el individuo es un mensaje social;la nación es un mensaje de. cultura;la humanidad es un mensaje de Dios ...

piadas solitariamente. ya que los pueblos re­piten en su propio vivir unos mismos derrote­ros de elaboración cultural, sino el mensajeespiritual conjunto que se manifiesta y orga­niza en ciertos espacios de la historia.

En alguna ocasión puse como lema y q¡í­grafe de un libro mío la siguente cláusula:

Cualquiera objetaría este cuadro diciendoque los mensajes emblemáticos de cada jorna­da se pueden ya ver o columbrar en las otras.y que ninguno de ellos se circunscribe exacta­mente al período que yo le marco. antes bien.sobrepasa esos límites por atrás y por adelan­te. sin la precisión que presupongo para ellos.Lo que no tiene ninguna importancia en tra­tándose de cosas de la vida. que es de indoleirreductible y fluctuante. y sí la tiene paraadvertirnos la continuidad de la historia y la

unidad de su espíritu.

Dicho cuadro nos avisa que no es fácil in­terpretar esa historia como ciclos nacionalescerrados. ni aun como ciclos culturales inde­pendientes. y hasta nos conduce a creer en unproceso ascensional del conjunto histórico. queañade a las leyes naturales de la materia algúnsentido diferente. Pues vemos que se apartade la constanc'i~ con que ésta repite sus accio­nes sin mutación de resultados. sin superarseen sí. como la vida parece realizarlo en su

¡ 4l!o Jornada;

de realidad y fué adelanto fecundo en otrascreaciones. Pues. y conviene repetirlo enfática­mente. los inventos. aquellos artificios y má­quinas. y aquellas normas de trabajo y deconducta que el hombre ya asociado ha venidoproduciendo para estabilizar o fortalecer suvida. para embellecerla y darle significacióntras<endente. no sólo cumplen la funcióninmediata de su oficio y propósito. sino queson de suyo fértiles en engendrar otras nue­vas invenciones y en disciplinar la sutil~za

de la mente inventiva y sus discursos. pordonde .la espiritualización del hombre y sucultura ideal les deben cuanto son. al fin yal cabo. y cuanto aún puedan ~r en lo futu­ro. y es esto precisamente. lo que me decidióalguna vez a rechazar la tesis spengleriana deque la civilización material es una a modode petrificación y muerte de las culturas. y asostener. en cambio. su feliación inversa.

y ya que n03bro a Spengler. recuerdo queno he comentado la hipótesis del ciclismohistórico. ora de los ciclos temporales de Vi­co. ora del universal orgánico de Herder. orade los que ciegamente se producen por leynatural, como 10 insinuaron otros pensadoresde la talla de Maquiavelo. Hellwald, Hart­mann y Schopenhauer, ya. en fin. en circuitosaparte de cultura. como Spengler las concibe.

Propiamente no es original suya esta hipó­tesis. Para ser justos tendríamos que rememo­rar a Kurt Breysig. que a mediados del si­glo XIX expuso algunas opiniones pertinentesa esta teoría histórica. y decir. además. cómoha ido pasando el fervor primigenio que enEuropa y América suscitó Spengler a raíz dela primera edición de su libro. Ahora prevale­ce el rumbo de los que estudian la historia co­mo ciencia del espíritu. a semejanza de Dil­they. Wildelband. Rickert y Weber. el prime­ro. sobre todo. tan difundido como encomiadoen las universidades de América.

En vista de todas estas opiniones. cuál más,cuál menos verosímil. sino que muchas deellas contradictorias entre sí, está uno tenta­do a conceder razón a Hipólito Taine cuando.con ese su perspicuo don de análisis. nos lasdió conjuntamente resumidas en su fórmulade que los hechos históricos se producen se­gún "la raza. el medio y el momento", abar­cando así cuanto los otros expositores de esteasunto conceptúan ser normativo del procesohistórico.

A mí personalmente me enamora esta apo­tegmática concisión de Taine. mas no dejade inquietarme el hecho de que diciendo mu­cho en abstracto carece de definición concre­ta. pues no sabe uno si el término "momento"significa algo así como el "Geistzeit" o es­píritu de los tiempos de Hegel. o meram~ntela concatenación temporal del acaecer histó­rico. ni si la voz "raza" presupone preemI­nencia particular de alguna. Sobre todo. lapalabra "medio" es de suyo tan universalque se hace nebulosa como sujeto de un juiciode aplicación objetiva: posición geográficay clima ambiente. estructura social y equip~

instrumental de civilización. tradición y cos­tumbre ... nada. en fin. desborda de la sig­nificación de este vocablo, pero todo al finse nos escapa de él por su misma agobiadoraamplitud.

MI TESIS.-Es tan sencillo que mnchos lahallarán simple o a 10 menos ideológicamenteingenua, Con tal que no sea inoperante y síútil. como 10 ha sido para mÍ, aquella ca­lificación no me preocupa. ni casi me importa

. de suyo.La he tomado de la historia. mas no del

contenido de la historia. que ya en su des­pliegue universal constituye tal volumen dehechos que su lectura y análisis absorberíala existencia de un hombre y abrumaría al finsu mente. sino de lo que eQ realidad subsistecomo nuevo aporte de cada una de las gran­des jornadas de esa historia universal, fijan­do como límite de tales jornadas precisa­mente aquel su producto de novedad. Por­que no los siglos. que son mensura conven­cional y externa del acontecer histórico. nila misma existencia de las naciones contem-

lucha material económica. pero asimismoel amor por la sensibilidad. desde la concu­piscente hasta la moral y la estética. el amorpor expresarnos. por ejercer la energía inte­rior que nos alienta y las virtudes morales eintelectuales que adornan nuestro espiritu.placer indecible si los hubo y fuente de esasacciones que informan la santidad y el he­roismo. muy más preciadas que la vida aveces; el amor de conocer y de saber. quepara muchos vale tanto como la suma detodos los otros amores. y el amor. en fin.de predominar. d.e mandar y ser primero. quehasta en los más humildes animales. y nose diga el hombre. mueve a intensa pugna.a bizarrías y a orgullo.

De que se deduce que algo más existe enel encauzamiento histórico que la mera luchapor las bases económicas de la vida social. yque ese algo. esa "sobreestructura". comoMarx lo reconoce, es el quilate - cumbre delespíritu. su razón de ser y el galardón dehaber sido.

Muy emparentada con esta teoría. aun­que más elástica de suyo y no menos hábil.es la concepción de Lester Ward acerca de que10. grandes inventos guían el curso históricode la humanidad. Paladinamente confieso quetrabajé muchos años en esta línea de inves­tigaciones. y aun obtuve buena copia de in­formación sobr? los instrumentos más útilesy su acción en el desarrollo de la cultura.pero que luego me desentendi del asunto yaun cobré desgano de él al advertir que yaese filón de historia había sido explotadoabundantemente. Y ello fué error de mi par­te. porque todavía ofrece algunas novedadesdignas de mayor escrutinio y más dilatadaaplicación al curso de la historia. Partía yoeste tema en dos órdenes bien diferenciados.aunque convergentes en su objetiva finalidad:los hallazgos que cuasi espontáneamente en­riquecieron el haber cultural del hombre. ylas invenciones propiamente dichas de suingenio. El fuego. el abrigo rupestre. la natu­ral germinación de las semillas útiles. el rodi­llo que sugiere la rueda. la espina vegetal oanimal que anuncia la lezna y el punzón.y conduce lógicamente al alfiler. al dardo. alanzuelo y a la aguja. productos ya de la in­ventiva humana; el leño flotante que guiala imaginación hacia la canoa y el barco; elremo y la vela que debieron surgir de la ma­nipulación casual de utensilios naturales; elcautiverio accidental de algunos animales queprodujo su domesti~ación y posterioresusos ... Todo esto sobre la base de una men­te ya evolucionada para discernir entre lacausa y el efecto. entre el sujeto y el objeto.entre lo presente y lo futuro. entre la accióny la previsión. constituyó los sillares de nues­tra civilización primitiva y el comienzo in­defectible. aunque brumoso. de la historia.

Porque. pensaba yo y argüia dentro demí. esos instrumentos que nos deparó el azar.no sólo capacitaban al hombre para vivircon mayor holgura y ahorrar tiempo utiliza­ble en la meditación, para la rumia de 10 queera ya y ya tenia, al lado de lo que podíaluego ser y obtener adelante, basamento detoda la evolución social. sino que le acucia­ban a pensar y le agilitaban al raciocinio.le hacían más amplia la imaginación y mássutil el discernimíento suyo.

En esos hallazgos fortuitos se cimentó todala civilización del hombre. corno en un hechoprotector y un germen estimulante a la vez.hogar propio y poblamiento urbano. agri­cultura y almacenamiento de provisiones.navegación y comercio. amplitud de tiempoy seguridad de espacio para el arte. la indus­tria y la meditación. para el. ejercicio. enfin. de las funciones sociales y la definiciónde la persona.

Mas otras adquisiciones hubo que fueronel prodigio de alguna averiguación tenaz o deafortunada intuición. genial a veces. que cons­tituyen el más eficiente motivo del progresocultural del hombre. Vidas enteras y austerasconsagradas al descubrimiento de algo quesólo existia en pálida vislumbre allá en lamente. y que un día alboreó. tomó cuerpo

UNIVERSIDAD DE MEXICO * 13

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EL SENTIDO DE LA HISTORIAPOR LUIS LOPEZ DE MESA

elA. o1ST RI BUIooRAWestinghouse ,S. A.SUBSIDIARIA DE INDUSTRIA ElECTRICA DE MEXICO S AAV JUAREZ 76, MEXICO. D. F. ZARAGOZA SUR 632 MONTERREY, N l

,

(CONCLUYE)

.Quisiera. eso no obstante. escarmenar unpoco ahora algunos términos que aparecenen mi cuadro anterior sobre el mensaje delas grandes jornadas de la historia. pues ad­vierto que pueden prestarse a relativa vague·dad y no poca incertidumbre.

Así. por ejemplo. el vocablo "salvación"que califica la sintesis historial de la EdadMedia no establece que el hombre de aq'Jeilossiglos hubiera logrado resolver definitiva­mente el problema de cómo vincularse a: Dios•, ser feliz en la "vida futura". sino que eseproblema fue el núcleo cardinal de todas susactividades y su máxima inquietud.

La solución que se dió de él nos ofrececasi todo un diagnóstico espiritual de aque­llas .épocas. Supuso que dicha salvación sóloera posible mediante la gracia de algún inter­cesor poderosísimo. y así fué ampliando cadadía más el radio de eficacia y el número deaquellos mediadores. princípiando por Cristo,el perfecto y paradigma de todos. siguiendocon María. su madre inmaculada. la iglesiaen sí. encabezada por los pontífices. los san­tos de la comunión espiritual del mundo. losángeles de la corte de Dios. y aun por lasánimas redimidas del purgatorio. Constitu·yóse. pues. toda una falange de mediadoresexcelsos. con la entrañada convicción de quela parvedad moral del hombre y lo proclivede su naturaleza eran insuficientes o inconve­nientes para merecer tamaña gracia él mismo.

El hombre de la Reforma reaccionó contraesta "diminutio capitis" de su estatuto perso­nal religioso. y proclamó orgullosamente queél podía entablar con Dios el diálogo propi­ciatorio de la gracia sin ningún intermedia­rio. a no ser Cristo. y esto en cUanto Cristoera Dios también o delegatario suyo.' Crecía.pues. la personalidad del hombre y cancelabaasí el mensaje espiritual de los tiempos medie­vales. descalificándolo en proporciones tre"mendas.

En consecuencia de dicha actitud. ya esehombre. hecho moderno con irre.frenable or­gullo de su reciente autonomía. dedicóse aensanchar sus conocimientos. y se hizo sabioen muchas ciencias. filosofó audazmente yproclamó la cra del progreso indefinído. conel lábaro de la "Ilustración". preeminente. enel siglo XVIJI.

Para tal situación tenía que surgir. y abun­dantemente surgió. un anhelo de libertad ci­vil. de libre disposición de su persona' y desus bienes. La democracia. el capitalismo. la'emancipación de tutelas coloniales. fueron elfruto de aquella nueva condición del bomlilre.y de ahí que los decenios finales del XVIII Y

~oda la centuria XIX le viesen atareado. trá­gicamente atareado. en hacerse libre. y procla­mar que lo era de suyo hasta el solo límitede la libertad ajena.

Mas no fué poca su sorpresa y no pocoel desconcierto suyo al verificar a principiosde este siglo xx que la ilustración y la libe·ración dejaban en pie conflictos sociales ypersonales catastróficos. A remediarlos ocu­rrió con la norma de la "Equidad". quecreyó encarnada en el socialismo de una uotra' indole. desde el socialismo de Estado has­ta el comunismo absoluto. desde el -gobiernode la técnica impasible hasta la exaltación dela piebe.

Y no estamos contentos. Ni nos salvamos.ni somos libres. ni nos satisface nuestra saobiduria. ni la personalidad ejerce la plenitudde sus funciones, ni la equidad se cumple. Eneste sentido teMmos que declarar humilde­mente que la Cultura Eurasiática. progenitoray ,mantenedora de este engañoso elenco de fe·

Iicidada le liquida boy con muy grave dé­ficit. COIDO intenté probarlo en las primerasbojas de ate escrito.

Ello nos conduce a inquirir dónde estuvoel motivo del error y dónde pudiéramos ha­

llar la enmienda posible.y como esto no es accesible sin el recono­

cimiento preliminar de 10 que ba determinadola espiritualización del hombre. 10 que lehizo sujeto de cultura. y de historia porende. m~voy a permitir ingenuamente ensa·yar algún breve análisis de este' muy traji­nado y enmarañado asunto.

Partiendo de aquellas circunsta~cias quepor mutación biológica y lenta adecuaciónal medio ambiente de su existencia el pre­hombre se hizo hombre. cualquiera que seala "Phyle" o cadena genealógica de la espe­cie que aceptemos para dicha evolución. cosaque aquí no importa definir por el momento.y aceptando lo que be dicho acerca de' losprimeros ballazgos espontáneos con que esehombre de aquellas nebulosas edades enrique·ció su capacidad de defensa e inició el ejer­cicio interpretativo e inventivo de la mente.tenemos que reconocer que su asociación engrupos más y más amplios. su agrupamiento.pues. en sociedad. así fuese todavía rudimen·taria y transeúnte en ocasiones. constituyó elestímulo supremo para la invención de otrosrecursos' y el pausado advenimiento de lacultura.

Admirable fué. lIsin duda. el milagro de serindividualmente hombre. 'ente de concienciaya erguido ante el m'Undo en esa pasmosaoposición de objeto y de sujeto. de esos dos

Calidad, precisión. rapidez y segurI'dad son las más notables caraClcrí.li.eas tradicionales de' los Elevadores Eléc·trlcos \....estinghouse. probadas sati~f3c­

torlamente en todás partes del mundo.

imperios en que su presencia inteligente divi.dió la creación. él. de un lado. aunque di­minuto y fr¡gil. Y de otro la inmensa maloi­tud del univtrso: admirable también la orga.nización de la familia en núcleo de coopera.ción operativa y afectiva ya coherente. quea esa criatura humanada acondicionó paramejor defenderse de los embatu enemigos dela naturaleza y de otras especies animales;pero nada es equiparable en eficiencia al he·cho de constituirse en sociedad ele hombreprimitivo.

De ahí adelante toda la historia futura deese hombre se partió en dos luchas aparente.mente contradictorias: la de fortalecer IUS

agrlIpaciones parciales para el mejor dominiode la naturaleza ambiente. y la te combatirseentre si esos parciales ,agrupamientos. El de­nominador común de aquellas actitudes in·cidentalmente advtrsas entre sí y en ocasionesgra"emente dañosas del imperio final de' laespecie sobre el mundo. consiste en que unay otra emanan de ese mismo anhelo de -supe­ración y lo intensifican. adecuan_ y pulen. yasi intensificando. adecuando y puliendo aquelanhelo. el sujeto mismo de la "anbelación".ese bombre. se iba creando con ell.o su propioespíritu.

De ello se deduce que la sociedad es la pri·mera fuente del espíritu. y que la historia esel procc"so de creación de ese espíritu.

Y con decir esto surge instantáneamentela esfinge: ¿Es aquel espíritu hacedor o eshechura? ¿Se da el espíritu como entidad in­dependiente del hombre. o sólo existe en laexistencia del bombre? Si 10 primero. la bis-

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toria tendr¡ ineludiblemente un Itntido reli.gioso. la humanidad y el mundo tendrán queentendtrse como adjetiVal de entidades pre.vias invisibles. de la divinidad abscóndíta.desde luego. Si 10 segundo. el hombre esllÍadquiriendo progresivamente 101 atributoa conque él mismo concibe a la divinidad. se adhaciendo Dios.

Mas ello es que la primeról hipótesis tro­pieza con insolubles contradiccionea en el en­tendimiento de cómo se articulóln eate mundoy el otro mundo. esle espiritu criatura y eseotro espíritu creador; y que la segunda pre.supone. catastróficamente a mi ver. la limi·tación de Dios a la brevedad del tiempo his­tórico y a la precariedad de la exi.tenciaplanetaria en que vivimo•.

De ahí que haya tenido que investigar otrasolución y apoya~1a en más amplioa detalle.que los que puedo exponer en e.te someroapunte. por lo cual remito al bondadoso lec.tor que quiera seguir el curIO de mis lucu·braciones. que las busque adelante.

Empero. con una u 'olra bipótesia. o conla mía. si se quiere. el significado y el derro~

tero de la historia no sufren ningún equívo­co. que sobre las bases de lo expuesto ante­riormente. ahora ya podemos enunciar aín­téticamente su rumbo y desentrañar de él10 que tenga de nOmlativo y útil para lasnuevas generaciones.

Porque' si la sociedad es fuente del espí­ritu. la mayor amplitud que ella obtenga re·dundará en la mayor amplitud de éste. y asíde tal premisa lógil.'amente se sigue 'que laexpansión ecuménica de esa sociedad y sumáximo perfeccionamiento constituyen el desi­deratum supremo del hombre y la estaciónterminal de su viaje bistórico. La historia ven­dría a ser como la memoria de la humanidadconjunta. la cultura representaría su concien­cia i1)t'electuál y el espíri'tu equivaldría alresumen de ambas.

Lo que sugiere 'que la t.specie humana secomporta como la unidad de un- ser. cuya'vida se expresa en la bistoria Y: n.o en unanación o conjunto de naciones :meramente.yuxtapuestas en el espacio viral- de 10 ais-

. rencia. y nos instruye sobre la mancomunwdde su destino.

En consecuencia. la trayectoria del deve­nir humano se encamina bacia la IOlidaridaduniversal 'del hombre y a la conjunción detodas las modalidades de cultura en unitariacultura universal también. por donde nos re-,sulta el imperativo moral de que· todos lospueblos de la tierra deben someter sus aspi·racio'nes egoístas a este mandato culminantede la especie. acondicionando a ·tl .u Sobera­nía. su· economía. los recursos de IU tknica yel afecto natural de sus corazones. Porque si10 que tenemos ya de espíritu nació de iocie­dades relativamente pequeñas y ciertamenteaisladas elltre sí. es de suponerse que la ·inte­grada sociedad ecuménica del homllre pro.duzca espiritualidad inmensamente mayor.más segura de su destino. más bondadosa ensu comportamiento y má.. muchísimo mú.feliz de suyo.

Y quién sabe si' así. desputs de vencer elhombre el espacio. como ya lo está venciendo.no pueda asimismo dominar el tiempo ef1me.ro y procurarse uno al amaño de SUI Intimasaspiraciones. ora dilatándose en tI. ora di·latando aquél en su propia duración prnonal.o de cualquier otro modo que la mure poe-teriormente conciba. .

La progresiva adquisición de aabe~ :" depoder que registra la historia universal delhombre. y el progresivo esclarecimiento de laconciencia de su ser y su poder. que hastadonde podemos averiguado hoy dla parece

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que es emínentemente norteña. Desde luego. •ya despuntan las diferencias caracteriológicaa' .¡r:entre Inglaterra. digamos. y Australia. su hi. ~ja remota. entre Argentina. aqui en Amé- -~.

rica, y Estados Unidos. que muchos definen.'.como oposiciones momentáneas de índole~:deconómica o de mero orgullo. y que yo me - j ~

atrevería a enlazar tambíén con este otro'- 'motivo. ..~

Ello no es desconcertante para quienes es-'\ ~tudien el comportamiento de las dos ZOIl34•• ' :

austral y boreal, en la realización de cierras .:'leyes naturales. el movimiento ciclonal del' .-~,

aire. por ejemplo. que en la una se hace a' _la derecha y a izquierda en la otra. como la "';;j

imagen que el espejo nos devuelve. Y sí de ;.tal manera ocurren también las cosas del es- -:',piritu. podría ser que a la larga lo que para 101 :.~

íncolas de una parte apareciera normal. fuera ...revesado y torcido para los de la otra. Laa. ""'"especies vivas de ambos ·'reinos". animal y ve'-' .';,., ...getal, difieren mucho en tre sí cuando se dan' ,;,en uno y otro hemisferio a la vez o se halldado alternativamente con el transcurso decortas edades. según se observa en los mamí·. ­fe ros superiores, el hombre ínclusive.

, Es que el espacio y el tiempo esconden aúna nuestra mente la solución de innumerables'::"':enigmas. De este último sabemos que fluye'de un antes a un después, mas no hemos des·'cifrado. ní advertido quizás en todo su alcan·ce, la posibílidad de que tenga asimismo unarriba y un abajo. un descenso, pues, comolo sugiere la aceleración de su wrso. Muchas: ~ ~

gentes opinan que esa premura coo que trans- • _ .curren los años en .la senectud es ilusión del-·.

. hombre y nada más. como lo es igualmente . j;-:'la lenta procesión del tiempo en los años ín- ,::,.

fantiles. Yo no lo sé con plena certidumbre "\'

de saber, mas en el cuadro anterior de las ';j

grandes jornadas de la histori". y en otros._ 'f'muchos casos. se percibe claramente aquel fe­

nómeno de la aceleración, 'muy a la manera

que ocurre en la caída de los cuupos.

arrogantemente alguna perduración y algunasignificación en si también. Esta pasmosarealidad de ser y de entender no puede ainacancelarse en el deshoje intrascendente deunas cuantas cifras del calendario común, ybusca un puesto de propiedad irrevocable enlas entrañas del cosmos. El mismo ante símismo es la incógnita máxima de su concien­cia y e! problema más insoluble de cuantossolicitan su audaz discernimiento. El mismoes para sí mismo (fuera de toda desviaciónesquizofrénica) el sér más extraño y remoto,Vive consigo sin conocer su origen. sin vis­lumbrar siquiera su destino ulterior, y aunsin entender lo que es en sí. y se observasorprendido de ser lo que' es, luminosamentevivo y oscuramente incierto, en tal confu­sión de incertidumbre y de evidencia que lapresencia de su yo es la más exótica presen­cia que halla para él en el mundo.

Peregrino visitante que surge de la nochey en la noche enigmáticamente se esfuma.es hacia fuera un rebelde ante el orden na­tural, por no querer ser cosa suya o ente co­mún, y es bacia adentro. el pavoroso con­flicto de conocerse un día y no poseerse así mismo eternamente.

y como esa rebeldía, que es individualpor excelencia. y ese conflicto interior. indi­vidual también. constituyen estímulos funda­mentales para la vida asociada del hombre. enreligión y arte sobre todo. se deduce que noes discreto disminuir la personalidad de esehombre, y menos aún posible anular su in­dividualidad eminentísima.

RUMBOS y PERSPECTlVAS.-La VlSlOn deeste momentáneo conflicto entre el Estadoy la individualidad del hombre me recuerdael augurio de Lenin (y de Engels, natural··mente ...) respecto del triunfo final de és­ta. cuando las sociedades .ayan adquírido lamadurez moral a que se encaminan históri­camente. Un no sé qué de ello se vislumbraya en el recorte de las autonomías naciona­les que se discute en las asambleas que estu·dian los problemas de la paz y nueva orga­nización estatal del mundo. ¿Hasta dóndeserá ello posible? Al lado de ese noble an­helo de fraternidad ecuménica se yergue dul­cemente imperativo el sentimiento de patria.vinculado a las horas supremas de la vidaen que se formaron corazón y espíritu y noshicieron lo que somos con la emocíón depresencia de otros seres que perduran en nos­otros indisolublemente unídos a la esencíamisma de nuestro ser. y que en realídad deverdad en muchísíma parte substancialmentenos informan y constituyen..

El amor hará también este milagro. Cuan­doquíera que amamos en algún pa·ís. así seadiferente y remoto, este país adquiere en nues­tros corazones valor intrínseco de patriaadoptiva, y aun definitiva a veces. Confie­mos en que al amarnos unos a otros en todoslos ángulos del mundo. ese gentilisimo sen­timiento de patria se ampliará en nueva magonitud y adecuación nueva. similarmente re­tributiva y perdurable.

Un poco se dificultará la acelon uniformeen esta solidaridad común por razón de ladiferencia de ritmo que existe en los diversoscontinentes de nuestra. geografía planetaria.El tiempo asiático es más pausado que eleuropeo. y éste lo es más que el correspon­diente de la América del Norte. y es de pre­suponer que en lo futuro haya otros tiemposregionales distintos. Ello implica graves con­secuencias para la armonía o el desorden delespíritu. pues ya se percibe la inquietud mo­ral de aquellos pueblos de ritmo pausado quepor una u otra causa. generalmente econó­mica o política. vense constreñidos a traba­jar o a pensar al modo trepidante de Nort.eAméríca, sin lograr lo uno ní conservar lootro. y sí obtener de! tal conflicto temibledosis de confusión propía y nueva angustia.

El caso podrá presentarse muy pronto alconstituirse la cultura austral de que he ba­blado en otras ocasíones. en contraposíción,o en oposición al menos. con la eurasiática.

dad, libertad, santidad. justícia y belleza.tienen o no existencia en sí, fuera de su re­lación funcional con nuestro espíritu. Ladiscusión es posible, y ya ha sido entablada\·igorosamente. si se propone el tema en abs­tracto. pues de que esos valores "valgan"1outomáticamente, es decir. aisl~dos de la pre-sencia del hombre. se deducirían conclusionesde primera magnitud para e! plan conjunto dela creación. porque ello significaria la pre­existencia de algún orden superior inteligente,y no de un orden secundario de adecuacionesmeramente funcionales de magnitud y posi·ción. Mas si se plantea pragmáticamente. esa saber. conforme ocurre. sin lucubracionesfilosóficas en sí. no cabe duda de que enausencia de la mente humana aquellos va­lores por lo menos no serían perceptibles.Porque. ¿cómo preciar las gemas y el oro.o los frutos de la vegetación. sin alguien quelos vea y use de ellos? ¿Ni qué serían las flo­res del mundo. el suave susurro del vientoen las frondas. los palacios luminosos delalba, los misteriosos paisajes de carmín', deoro y de violeta que enjoyan el lecho ponenti­no del sol. o la ínmensa copa azul cenitaldel mediodía en las ·praderas aromadas delmundo. ante la mustia soledad de un cosmossin espíritu. que aquellas maravillas vea. oíga,estime y contemple?

y en lo humano i cuánto mayor es lacategoría v;¡lorativa del individuo personal!Mudas para siempre estarían hoy la bellezade Fríné sin Praxiteles. la donosura de Es­ter sin Asuero. la tímida dulzura de Rut sinBooz. Y no que sólo permanezcan esas vir­tudes ante la mirada contemplativa del hom­bre, sino que éste. al percibir el impacto emo­tivo de su presencia augusta. otros mundosevoca en ellas y de otra luz las víste. porquees don suyo individual que cuanto recibe enel alma devuelva magnificado y tocado deespíritu. La poesía del Dante universalizó laefímera beldad de una virgen que alguna vezvió pasar al lado suyo. orillas del Amo; elpil1cel de da Vinci desentrañó de la sonrísaequívoca de Madonna Lisa Cherardini laperennidad del sortilegio femeníno; los cin­celes de Canova detuvieron para siempre enel mármol impoluto de Carrara e! mamen.táneo portento de Paulina Bonaparte. eIsaacs el colombiano contuvo en poemáticaeternidad el instante fugítívo de una ternu­ra inocente.

y no es fuerza que tengamos que recu­rrir a la magia del arte para estas magnifi­caciones que el hombre individuo realiza enel ejercicio de su existencia personal; tambiénlos humildes conocen el ensalmo de aquellafáustica revelación y lo viven a solas con­sigo. No hay ser humano que no haya sen­tido pasar por su espíritu alguna vez la tre­mulante ola de misterio que sintetiza el mun­do en la mirada de unos ojos cualesquiera,en el vago rumor de una catarata remota. enel parpadeo confuso de las constelaciones.en el perfume ondulante de una pradera encen­dida de sol. Lo que él recibe es un. hechoparcial y diminuto. Lo que él siente es laplenitud del cosmos en aquella fugitiva le­vedad. El la magnifica especularmente. ysin poder negar que esos ojos. ese rumor, lacintilación aquella y aquel efímero perfumeconcentran en sí entitativamente la plenituduniversal del ser, esto no tendría sentido exis­tencial sín aquel humilde ente humano queJo acoge en sí y lo valora en su conciencia,

i Ni qué sería de la santidad sin aquellosSan Franciscos de Asís que la encarnaron in­'dividualmente en el mundo; ni qué de labondad sin un Vicente de Paúl que la ejer­ciera alguna vez. o de la verdad que no vivíe­se en la mente de algún Galileo o Newton.de algún Platón o Sócrates. realmente vivos?¿O qué belleza femenina sería imaginable sino hubiesen existido las mesdames Recamiery ladies Hamilton que individualmente. latuvieron y enseñaron a los hombres?

Es que el bombre en sí es también magni·tud universal que no se resigna al merotránsito efímero de su existencia. y reclama

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unlca en el cosmos. nos permiten ampliareste concepto de conciencia humana a unomás vasto d.e conciencia universal. Creciendocada día aquel s¡¡ber y aquel poder. prometendominar las leyes del mundo en corto tra­yecto de siglos por venir. y dotar con elloal hombre de la esencía o la semblanza deDios.

La cuestión de que sea esencia o virtuddivina la que está adquiriendo el hombre. osólo similitud y semblanza de Dios. es lamás abstrusa que se ofrece a nuestro juicio.Pero es fundamental. y no conceptúo per­misible a mi generación el eludir su plantea·miento. por lo cual he de volver sobre estepunto en capítulos posteriores de esta obra.para dar el ejemplo moral que me corres­ponde entre los míos como míembro de esageneración, aunque no esté calificado paraello o lo esté muy medio<remente.·

Mas no puedo dejar para entonces. aun­que haya luego de revisarlo con mayor am­plítud, el concepto de que aquella unidadcultural. y espiritual por ende, del génerohumano, que hace de la especie hombre unser orgánico en sí. implique la consideraciónde que el individuo en ella carece de signi­ficación propia. En los conjuntos biológi­cos gregarios que la naturaleza ensayó for­mar unitariamente en edades anteriores delmundo. abejas, termes y hormigas. por ejem·plo. e! individuo se subordinó tanto a la co­munidad que se nos presenta como separa­do órgano funcional suyo. En e! hombre.ese índivíduo retiene funcíones propías queno nos permiten considerarle totalmente ad­jetívo de su especíe. como 10 está intentandohacer e! Estado moderno. según observacio­nes que esbocé al principío de este estudio.

La probanza de tal aserto no sería difícil.mas sí prolija. por las múltiples facetas queposee. El prímer consíderando que debemostener en cuenta, 10 constituye la apreciaciónde sí los grandes valores que componen elcuerpo de la cultura. economía. verdad. bon-

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el patrimonio heredable. Los viudos. al esta~

blecer otro hogar. tendrían que constituirnuevo patrimonio. heredando del ~nterior locorrespondiente, como cualquier heredero cé­libe que contrajese nupcias. El patrimonio sinherederos pasaría al Esudo o a la beneficen- ;cia pública. a menos que la familia en posi_,bilidad de extinguirse. adoptase una o algu. ¡

nas personas que la continuara con su ~om-.bre y sus haberes.

La vida me ha enseñado que los vínculos,familiares son preciosos por' innúmeras ra-;zones. principiando por las de afecto y pro­tección cordial. y encomiando. sobre todas.'la formación intima de una personalidad cul­ta y noble. que sin aquellos vínculos ..¡ aquel.prestigioso ambiente es punto menos que im-'posible. Tales razones me han inquietado:siempre y guiado a insinuar algunas Rformasen la distribución de los ~neficios de la' iD>'dustria. como la que hace pocos 'días propuse,de que los obreros tuviesen participaci6n eDel reparto anual de las utilidades de las em­presas a que corresponden. mas no eDtrega!!-'do directamente a ellos esta participaciónsino a las mujeres jefas del hogar. para que'éste. y los hijos sobre todo. hubiesen así ma­,yores recursos de subsistir y dignificarse.' allidonde los hombres. como entre Dosotros freocuentemente ocurre. dilapidan, en ocio temo:poral y en vicios el minúsculo salario qU~:reciben.

Otros de los rumbos que sería útil con-otemplar en esta breve interpretación de lahistoria y su perspectiva en 10 futuro, cono'siste en el problema religioso. que a tOdos,grandemente nos incumbe y preoc'upa. Sino:que para enfocarlo mejor dentro de la vida;social e individual del hombre. y aal acercar-:nos. un poco más siquiera. a su abstruso en-'tendimiento. conviene desbrozar co~ pRvioanálisis otras rutas de la invtatigaci6n ideo­lógica. como tímidamente lo inte!ltari ai los:siguientes apartes de este opáaculo., '

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ahora. o de patrón fijo. que me parec). amás de detestable siempre. a la larga inhi­bidor de todo esfuerzo.

Para que un régimen familiar de esta layapudiera str operante. sería ineludible limitarsu constitución al matrimonio y sus fÍec-

, tos inmediatos: esposo. esposa e hijos célibes.Al casarse uno de éstos tendria que formarotra familia. y sólo heredaría de la anterioral extinguirst ésta por muerte de todos .usmiembros. pues de otro modl:>. no stríá es­table lá fortuna familiar. De este hecho stdesprendería otro de los bienes posibles detal institución familiar económica. la di­ficultad de divorciarse los cónyuges sin perderel culpado su nuevo patrimonio. con quetendría que regresar. como lo practican nues­tros aborígenes de la Guajira; a su familiaanterior. o rehacer fatigosamente otra vida.Habría también 'que dejar puerta de escapea ciertos infQrtunios ineludibles o necesariosafectos. en la conservación de un sistema le­gal de fáciles adopciones. conforme fué éos·tumbre y legal uso entre los antiguos ro­manos.

Precepto constitucional de esta magnitudrequiee e la elaboraci6n muy cuidadosa. y al­go difícil.' de! estatuto legal corRSpon4íente,y así. conceptúo útil ampliar un pocó másel análisia de sus posibles complicaciones. Laherencia. desde luego. nos presenta una de~us mayores dificultades. que sin embargo DO

considero insoluble. Así. por vía de medita­ci6n. aduciré algunos ejemplos: como sola­mente la entidad familia podria poseer patri­monio privado. ella sólo sería sujeto legal deherencia. así. caso de muerte de uno de loscónyuges. la familia conservaria su unid-adcon el sobreviviente y los hijos menores. Alllegar éstos a determinar edad. veinticinccaños. por ejemplo. tendrían que ~scoger en­tre casarse para recibir su porción de herenciao hacerse con eIJa. miembros adoptivos de otrafamilia. pues de 10 contrario. los ctlibes. conventaja injusta. retendrían indefinidamente

aparece como el más alequible y promisorio.~omo el único tal vez hoy día. Y no es ab­solutamente nuevo. que pues a -tI Rcurrie­ron los hombres de personalidad vigorosaen todos los momentos de crisis moral queha padecido la especie. agonía del paganismoclásico. por ejemplo. y agonia del cristia­nismo medioeval. más cerca de nosotros. Elesfuerzo defensivo de un Marco Aurelio. enaquelIa edad. de un Spinoza no hace mucho.de un Guyau. un Littré. un Stuart Mili enpleno siglo XIX, asi nos lo dice en carne vivainobjetable., ,Cuanto a lo' económico. tenemos: al frente

problema. de doctrina. problemas de conv,e­nienc~ social y realidades subsistentes, quedefienden su' permanencia con tesón irreduc-'tibie.

Es muy posible que el capitalismo indivi­dual de arandes proporciones. que permite lapropiedad personal ilimitada en cabeza deun solo hombre. haya desaparecido para siem­pre. ya, que doctrinariamente no es equi­tativo que habiendo muchedumbres desam­puadas unos pocos disfruten de riquezas ydemás recursos superiores a las necesidadespersonales y aun a las posibilidades propiasde consumo. '

De, ahi que el Estado pretenda hoy diahacerse el mediador y e! regulador de la for­tuna. no sin veleidades de administrador yde pestsor también. Hasta ahora. infortuna­damente. se ha mostrado pésimo gerente denegocios. sin imaginación creadora. sin inte­rés administrativo y. sobre todo. sin respon-,sabilidad moral efectiva. Presupone mal. gas­ta mal. ejecuta mal y todo 10 hace con len­titud y embrollos. hasta e! punto de que esel hazmerreír de los negociantes listos y de!pu'eblo.

Para obviar este obstáculo gigantesco ycasi insoluble. se han multiplicado ú'ltima­mente las entidades administrativas de relati­vo gobierno autónomo. con que un tanto secorrigen algunas deficiencias anotadas. masno muchas ni mucho. Es que nada reempla­za los desvelos del in terés inmediato. ni nadasuple la agudeza mental que su acicate sus­cita y a,un engendra de suyo. Ello es que laconductá de los negocios de propia pertenen­cia no sólo produce máxima dedicación porafecto y ,mayo'r habilidad por la constantedisciplina de su ejercicio. sino que la rique­za en sí. tal vez por representar un triunfo,acrece las capacidades intimas de la persona.er ,e! 'orden moral desde luego. y en elintelectual muy frecuentemente. Fuera de es-otoo la alegría de poseer algo propio es valorque de personal trasciende a social. porque elgozo de vivir constituye un desideratum de lasociedad. que por eso. en mucha parte, stprodujo. y una fuerza. seguramente enorme.para ejercer y enaltecer la vida en sí y 'con­tinuarla.

Ante estos hechos y estas deducciones unose pregunta si no habría algún camino inter­medio que nos redimiese un poco más de~-JuelIos trastornos. y de mi parte he llegadoa concebir que la institución del capitalismofamiliar pudiera ayudarnos a resolver esteasunto. Sería algo así como limitar la pro­¡:.:edad privada a la entidad familia. ~asta el!lmite de una holgura noble. o sta. hasta ob­tener el capital que permita mantenerse sintrabajo adicional alguno. Es decir. un' r~i­men de familia rentista. que estimule paraproducir' primero. y así la riqueza social nose estanque en la posible desgana de un co­munismo o de un socialismo de Estado. y¡,ermita luego a los miembros de esa familiadedicarse al cultivo desinteresado de su voca­ción. inclusive las obras de arte. de especula­ción mental o técnicas que a primera vistapudieran parecer a la comunidad caprichosase inútiles.

Este "capitalismo familiar limitado" ten­dría también otras ventajas. En primer tér·mino. consolidaría los vínculos familiares.declinantes hoy. y en segundo. evitaría lamonotonía de un vivit spcial excesivamentereglamentado y "standard". como decimos

¿E•• ,acaso. que d tiempo "st mueve" enti vacío hac~ un núcleo de atracción. comoen la gravedad ocurre? De stt ello así y asícontinuar con dicha acderación. no. aproxí­mariamos mucho a su máxíma intensidad. o'lo que es decir. a que un segundo represen­tara la eternidad misma. y así volviéstmos a10 arcano prec'ósmico en que eternidad ytiempo st c;.onfunden. Sería una manera deconsumirst d mundo en sí. una refundíciónde la exístencia aparente en la substancia per­manente. Sabemos. sin embargo. que a estaacdetación dd tiempo corresponde una ex­pansión del espacio. visible. según datosrecientes. en la periferia de las nebulosas espi­rales que limitan nuestro mundo. y sabemostambién que est máximum de la aceleraciónes matemáticamente inasequible ... Una ex­plicación más sencilla nos proporciona el con­siderar esta acderación del tiempo como tiresultado de la mayor carga de impulso quela acumulación de los recursos instrumentales.conceptuales y mentales en sí impone a losacontecimientos. haciéndolos aparecer más rá­pidamente; pero. de uno u otro modo. ti he­cho de esa aceleración persiste con toda lamagnitud de sus prodigiosas consecuenciasfinales.

Incógnitas de nuestra humana concepclOnactual dd cosmos. a que pudiéramos referirotras. análogas suyas. que duermen su sueñode infinitud en la recóndita esencia dd es­píritu. Porque esos conflictos que nos des­conciertan ¿no son. también. poderoso aci­cate de la espiritualidad del hombre? ElIo esque si no los hubiera. tampoco existiría despiritu. Ciertos conflictos nos hacen pensar.nos hacen ser, y esto nos conduce al abstru­so postulado de Parménides. remozado hacepoco por la dencia, de que el sér es pensa­miento y la divinidad d pensamiento en si.

Más todavía : fuera de estos conflictosideológicos que mueven y conmueven d ra­zonamiento. de los de la sensibilidad que an­teriormente expuse como vena alimenticiadd arte. y de aquellos del sexo que acarreantantas neurosis. según el extremado concepto,de Fuud, otros existen en el orden moral quedesde tiempos remotos engendraron porcionesmuy extensas de nuestra actual contexturareligiosa. Lo demoníaco. por ejemplo. Deésa lucba interna a que asistimos para la de­terminación de nuestra conducta, verdaderoestrado de litigios de parte y contraparte,trágico a veces, st fué formando el mundode las potencias auxiliares benéficas. cohorteceleste. ángel guardián. daimón de Sócrates.y las malévolas de tipo satánico. El hombreasistió en la entraña de su espíritu a esa lu­cha entre Migud y Lucifer desde la iniciaciónde su conciencia moral. y les dió entidadaparte. con culto de evocación o de exorcis­mo, Hoy día entrevemos que nosotros' mismossomos el demonío y el ángel. según la ac­titud que esos conflictos determinen en nues­tra conciencia moral y son proyecciones ha­cia el mundo.

y ahí aparece un rumbo nuevo.Verdad es. y noble verdad. que la moral

arranca de la convivencia social de los' hom­bres y que por la equidad de dicha convi­vencia st sostiene. Pero est fundamento so­cial st enaltece y fortifica en el concepto dedignidad del hombre. La parte obligatoria dela moral es. put¡o social en sí. mas la partepersonalmente digna de orgullo consiste enla satisfacci6n Rtributiva de estimar uno supropia conducta como norma social indefec­tible. y saberst ejemplarmente puro. Respon­sabilidad social y dignidad personal son lospolos de este eje de la conducta. La elimina­ción de móviles externos. ora de jefaturamoral. ora de Rtribución concupiscente. y elimplantamiento de la moral sobre basesmás íntimas. es triunfo por venir que pode­rnos saludar gozosamente. así parezca hoy.y así sea todavia dificil.

ElIo es que habiendo languidecido la fuer­za conductiva de la moral religiosa. y siendoinsegura y, esquiv~ble en ocasiones la coer­citiva del Es~do. este nuevo rumbo se nos

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