El antiguo Cercano Oriente

En el mapa puede verse como los tres grupos lingüísticos, explicados anteriormente, migraron hacia los continentes africano, asiático y europeo. Dando origen, junto con los pueblos autóctonos, a las civilizaciones milenarias que serán estudiadas a lo largo de las siguientes unidades.

Asiánicos:

Pueblos nómadas provenientes del Asia Central que se pusieron en movimiento entre el IV y III milenio a. C.

Se establecieron en las márgenes de los ríos Amarillo, en Asia oriental; Indo, sur de Asia central; Tigris y Éufrates en la Mesopotamia asiática.

Sus idiomas no formaron una familia lingüística dado que no tuvieron un origen común.

Entre los pueblos que se destacan podemos mencionar a los: casitas cretenses, guteos, hurritas, y sumerios.

Semitas:

Pueblos nómadas que se pusieron en movimiento durante el III milenio a. C. siguiendo las rutas de los oasis y las regiones menos áridas de la península arábiga.

Se instalaron en las márgenes de los ríos Éufrates y Tigris y en el pasaje Sirio-Palestino.

Los pueblos más destacados fueron: acadios, amorreos, arameos, cananeos, fenicios y hebreos.

Indoeuropeos:

Pueblos pastores de las zonas cercanas al mar Negro y el mar Caspio que realizaron distintas migraciones iniciadas para el año 2000 a. C.

Se asentaron en Europa y diferentes regiones de las márgenes de los ríos Éufrates y Tigris.

Como su nombre lo indica es la fusión de las lenguas entre el continente europeo y el río Indo.

Difundieron la domesticación del caballo, el uso del carro de guerra y las armas de hierro.

De los pueblos más importantes podemos nombrar: en una primera migración a los aqueos, jonios e hititas. Y en la segunda, aproximadamente para el 1200 a. C., a los latinos, dorios, medos y persas.

Los Sumerios

S. XXX al XXIV a. J. C.

Durante el IV milenio a. J. C., llegaron a la región de la Baja Mesopotamia los sumerios pertenecientes al grupo lingüístico de los asiánicos.

Se instalaron a lo largo del Éufrates y de sus afluentes, en múltiples ciudades-estados.

Gracias al sistema de disecado del suelo y el riego artificial la región del delta mesopotámico conoció un largo período de prosperidad.

El centro de cada ciudad era el palacio y el templo.

Las ciudades-estados eran política y económicamente independientes unas de las otras. Aunque rivales entre sí. Lo cual favoreció la dominación posterior de los acadios.

Tablilla de escritura cuneiforme sumeria

Reino de Akkad

S. XIV al XXII

De origen semita, los acadios fueron los primeros en construir la unidad de Mesopotamia y asegurarse el control de todas las rutas comerciales de la región.

El primer rey de Akkad fue Sargón I, quién destrono al rey de Kish, dominó todas las ciudades sumerias y conquistó territorios cercanos.

Instauró como lengua oficial el acadio desplazando al sumerio. Sin embargo, a pesar de la dominación política y administrativas a las ciudades sumerias, los aportes culturales como así también las creencias e instituciones religiosas fueron respetados.

A la muerte del gran rey, Sargón I, estallaron revueltas de los pueblos dominados que se combinaron con incesantes guerras fronterizas, revoluciones palaciegas e invasiones que determinaron la caída del primer imperio mesopotámico.

Sargón I

Época de la III Dinastía de Ur

S. XXI al XX a. J. C.

Al finalizar la dominación gutea en las ciudades sumerias dio paso al resurgimiento de dicha cultura con el predominio de la ciudad de Ur, Uno de los períodos más brillantes de toda la historia mesopotámica porque se logro reconstruir en parte el imperio akadio. Y gracias a la paz que hubo durante casi un siglo, renació la cultura sumeria.

Detalle del Estandarte de Ur

Invasión Amorrea – Período Babilónico

S. XIX al XVII a. J. C.

Los amorreos de origen semita, se instalaron en la región de Akkad y fundaron la ciudad de Babilonia a las márgenes del río Éufrates.

Con la supremacía ejercida por los semitas, la cultura sumeria empieza a desaparecer debido a los cambios étnicos, lingüísticos, políticos y sociales profundos.

Fue el rey Hammurabi (1790-1750 a. J. C.) quién consolidó la organización política y social de toda la Mesopotamia. Al dominar desde el golfo Pérsico hasta la ciudad asiría de Mari, en el norte. Y desde Siria hasta la zona lindante con Irán.

Sin duda, el código escrito, que lleva el nombre del rey, fue un importante aporte cultural. Aunque no fue el primer código escrito de Mesopotamia si es el único del que conservamos el escrito original.

Hammurabi

Código de Hammurabi

Los pueblos mesopotámicos eran politeístas. Sus dioses estaban representados como fenómenos naturales o características antropomórficos.

Los mesopotámicos veían sus ciudades-estados como copias terrenales de un modelo y orden divino. Cada ciudad-estado era sagrada ya que estaba relacionada con un dios o una diosa.

Una costumbre muy extendida fue la adivinación. Esta práctica podía realizarse de varias formas:

El examen de las vísceras de un animal sacrificado

La observación de las formas de las nubes

El movimiento de los astros

A través de la consulta de oráculos

Cilindro acadio con iconografía

religiosa

Kudurru donde se ven los distintos

símbolos que representan a dioses

mesopotámicos

Hasta la formación de los grandes imperios semíticos de Mesopotamia (acadios), la organización política estaba basada en ciudades-estados. El centro de cada ciudad estaba dado por dos edificios:

El palacio, lugar que oficiaba de residencia real y de fortaleza.

El templo, que además de cumplir funciones religiosas, eran el centro económico de la ciudad.

El poder político era detentado por un rey-sacerdote que representaba a la divinidad protectora de cada ciudad.

Con la llegada de los pueblos semitas se dejo a un lado la organización de la ciudad-estado para pasar al sistema de imperio. El gobierno era ejercido por un rey, generalmente con todas los poderes –políticos, económicos, militares y religiosos.

Por las condiciones geográficas de la región, la principal actividad económica era la agricolo-ganadera . Cuyos productos más importantes eran: cereales, como la cebada y el trigo, los frutos de la palmera.

Debido a la carencia de materias primas básicas como la madera, la piedra y los metales desarrollaron el comercio con Fenicia y con la meseta de Anatolia.

El valle del Nilo fue llamada por los egipcios como Ta Kêmt, es decir “la Tierra Negra”.

Ésta región de 2000 Km, es recorrida por el río Na-ite-ru, Nilo, desde la primera catarata hasta su desembocadura, en forma de delta, al Norte, en el Mar Mediterráneo. De esta manera queda divida la región en:

Ta Mehu, el Bajo Egipto, ubicado desde la ciudad de Menfis hasta la desembocadura en el Mar Mediterráneo.

Ta Shema, el Alto Egipto, al sur del Bajo Egipto.

Es justamente, gracias a la influencia del río Nilo que el paisaje desértico cambia y da paso a 30.000 Km2 de superficie de tierra cultivable.

Época Tinita – 3000 al 2700 a. J. C.

Dinastía I y II

Con los últimos faraones queda consolidada la unidad estatal. Y la administración central. Con capital en la ciudad del Bajo Egipto, Menfis.

Reino Antiguo – 2700 al 2300 a. J. C.

Dinastías III - VI

El estado egipcio se encuentra unificado completamente desde la primera catarata hasta la desembocadura del Nilo en el Mar Mediterráneo.

El poder político concentrado en la figura del faraón considerado de origen divino, inicia el sistema monárquico teocrático.

Este período esta considerado de gran esplendor debido a la construcción de obras públicas monumentales, como las pirámides de Gehza y las relaciones comerciales desarrollada.

1° Período Intermedio – 2300 al 2050 a. J. C.

Dinastías VII – IX

Período de crisis en el cual el faraón pierde su poder a mano de distintos nomarcas que crean dinastías simultáneas.

La administración también se ve perjudicada debido a la disminución del tesoro real. Y a que los cargos administrativos empiezan a considerarse hereditarios.

Imperio Medio – 2050 al 1750 a. J. C.

Dinastía XI y XII

Recomposición del poder central en manos de una dinastía de la ciudad de Tebas, nueva capítal.

Reestablecimiento del control administrativo central. Y por lo tanto de las relaciones comerciales y de la construcción de obras públicas..

2° Período Intermedio – 1750 al 1550 a. J. C.

Dinastías XIII – XVII

Invasión de uno de los pueblos del Mar llamado Hicsos. Quienes se beneficiaron a partir de la perdida del poder real y dominaron la región por un período de doscientos años. Durante ese tiempo introdujeron el caballo y el carro de guerra

Imperio Nuevo – 1550 al 1100 a. J.C.

Dinastías XVIII –XXIV

Una dinastía originaria de la ciudad de Tebas expulsa a los Hicsos y reanuda el poder central.

Gracias al uso de las armas de guerras aportadas por los Hicsos la nueva dinastía tebana logró la máxima extensión del estado.

En un primer momento cada aldea al margen del Nilo adoraba a una divinidad protectora que la gobernaba. Al producirse la unión de todas las aldeas bajo un estado centralizado los egipcios adoraron, además de la divinidad protectora de su nomo, a otros dioses convirtiendo su religión en politeísta.

En la religión egipcia se puede diferenciar dos tipos de culto: el público – estatal y el privado. Los datos que han llegado a nosotros son escasos, ya que no se dejaron fuentes religiosas escritas salvo las referidas al culto público-estatal ellas son: los “Textos de las Pirámides” y el “Libro de los Muertos”.

Los dioses fueron representados en distintas formas: humana (antropomorfismo); animal (zoomorfismo) y mezcla humana-animal (antropozoomorfismo).

El culto a los dioses ocupaba un lugar principal en la vida de los egipcios.

Uno de los rituales más importantes era el que se practicaba a los muertos. El culto funerario residía en la creencia de la existencia de una vida más allá de la muerte. La misma no era considerada como un fin sino como un pasaje a la vida eterna, en caso de pasar victorioso por el juicio de las almas.

La vida eterna era concebida como una réplica de la terrenal y por tanto el alma del difundo tenía las mismas necesidades que en la vida terrenal: un cuerpo incorrupto, por ello se practicaba el embalsamación del cuerpo y se lo depositaba en un sarcófago, y este en una tumba. Se enterraba al difunto junto con comida, bebida, muebles y distintos artículos que harían la nueva vida placentera.

Sarcófagos

Escena contendida en el Libro de los Muertos. XXX° Dinastía

Antes del 3000 a. J. C., Egipto estaba integrado por distintas aldeas, llamadas nomos, que se encontraban a ambos márgenes del río Nilo. Los nomos se encontraban agrupados en dos culturas: una al Sur, Alto Egipto, personificado por el dios Seth, y otra al Norte, Bajo Egipto, simbolizado por Horus, hacia el 3000 a. J. C., entraron en lucha.

Según la tradición, fue Menes o Narmer quién unió los dos territorios en un solo reino. Y a partir de ahí, la historia de Egipto estará atada a las diferentes dinastías que se sucedieron en el dominio de región.

Fue una Monarquía Teocrática. Debido a su naturaleza divina el supremo gobernante solo podía contraer matrimonio con su propia hermana a fin de conservar la pureza de sangre. El faraón, al ser venerado como a un dios, tenía todos los poderes: religioso, político, judicial, militar y administrativo. Sin embargo, contaba con la ayuda de diversos colaboradores para el ejercicio del poder: visir, nomarcas, sacerdotes y escribas.

En la cúspide de la pirámide social se encontraba el faraón que, en esencia, era el estado en sí mismo. Por debajo de él se situaban, en dife­rentes escalones jerárquicos, los funcionarios que lo ayudaban a dirigir y administrar el país. En la base de la pirámide, estaba situado el pueblo el cual estaba obligado a trabajar para el Estado, su condición no era la de hombres libres tal como se concibe en la actualidad pero tampoco la de esclavos. A quiénes, por último, se los ubicaba fuera de la pirámide.

La base de la economía egipcia era la agricultura. La cual se complementaba con la ganadería y pesca. El especial ecosistema del Nilo condiciona los principales aspectos de la vida del antiguo Egipto. Dependerá de la superficie cultivable cada año el cálculo preciso de los impuestos, los recursos humanos y las obras públicas que serán necesarios poner en ejecución.