Diario del Bicentenario 1835

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101 Siglo XIX, Año 1835 El Bicentenario Presidenta de la Nación: Dra. Cristina Fernández de Kirchner. Unidad Ejecutora Bicentenario: Oscar Isidro José Parrilli; Jorge Edmundo Coscia; Tristán Bauer. Nº de ejemplar: 26 Bicentenario el Construyendo la Patria desde 1810 18 3 5 POLÍTICA BARRANCA YACO El caudillo QUIROGA fue asesinado Por CLAUDIO ETCHEBERRY Historiador El 16 de febrero ocurrió uno de los he- chos más tremendos de nuestra historia: el asesinato del general Facundo Quiroga, en Barranca Yaco, provincia de Córdoba. A pedido del gobernador de Buenos Aires, Vicente Maza, y luego de entre- vistarse con Rosas en la Hacienda de Fi- gueroa para intercambiar ideas sobre la necesidad de postergar la organización nacional, el general Quiroga partió al nor- te, a cumplir con una misión de pacifica- ción entre las provincias de Salta, gober- nada por Pablo Latorre, y Tucumán, por Alejandro Heredia. Durante el viaje, Quiroga se enteró del apresamiento de Latorre y su poste- rior ejecución. Decidió entonces dirigirse a la provincia de Santiago del Estero para realizar un encuentro con los hombres po- líticos más destacados del norte del país, a fin de garantizar la paz y asegurar la uni- dad del territorio, amenazado por intrigas El riojano viajaba a Buenos Aires, cuando fue in- terceptado por una emboscada. Lo asesinaron a sangre fría. Nadie lo duda: fue un crimen político. El agro y la industria, protegidos Juan Manuel de Rosas asumió como gobernador con duras palabras para sus adversarios. La nueva legislación dictada por Rosas favorece a la producción local por sobre la extranjera. POLÍTICA BUENOS AIRES ECONOMÍA LEY DE ADUANAS Pág. 102 Pág. 103

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1835

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Page 1: Diario del Bicentenario 1835

101Siglo XIX, Año 1835 El Bicentenario

Presidenta de la Nación: Dra. Cristina Fernández de Kirchner. Unidad Ejecutora Bicentenario: Oscar Isidro José Parrilli; Jorge Edmundo Coscia; Tristán Bauer.

Nº d

e ej

empl

ar: 2

6

BicentenarioelConstruyendo la Patria desde 1810

1835 POLÍTICA Barranca Yaco

El caudillo QUIROGAfue asesinado

PorCLAudIOETChEbErryHistoriador

El 16 de febrero ocurrió uno de los he-chos más tremendos de nuestra historia: el asesinato del general Facundo Quiroga, en Barranca Yaco, provincia de Córdoba.

A pedido del gobernador de Buenos Aires, Vicente Maza, y luego de entre-vistarse con Rosas en la Hacienda de Fi-gueroa para intercambiar ideas sobre la necesidad de postergar la organización nacional, el general Quiroga partió al nor-te, a cumplir con una misión de pacifica-

ción entre las provincias de Salta, gober-nada por Pablo Latorre, y Tucumán, por Alejandro Heredia.

Durante el viaje, Quiroga se enteró del apresamiento de Latorre y su poste-rior ejecución. Decidió entonces dirigirse a la provincia de Santiago del Estero para realizar un encuentro con los hombres po-líticos más destacados del norte del país, a fin de garantizar la paz y asegurar la uni-dad del territorio, amenazado por intrigas

El riojano viajaba a Buenos Aires, cuando fue in-terceptado por una emboscada. Lo asesinaron a sangre fría. Nadie lo duda: fue un crimen político.

El agro y la industria, protegidos

Juan Manuel de rosas asumió como gobernador con duras palabras para sus adversarios.

La nueva legislación dictada por rosas favorece a la producción local por sobre la extranjera.

POLÍTICA BUEnoS aIrES

ECONOMÍA LEY dE adUanaSPág. 102

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102 El Bicentenario Siglo XIX, Año 1835

de una posible anexión de Jujuy a Bolivia.

Logró que se firmara un acuer-do entre Salta, Tucumán y San-tiago del Estero, por el cual se comprometieron a vivir en paz, sin recurrir a las armas, ya que en caso de desavenencias se somete-rían a la mediación y arbitraje de otras provincias amigas. Se com-prometieron a ser indulgentes con los vencidos y se juramentaron evitar, por el medio que fuera ne-cesario, recurriendo a la fuerza si hiciera falta, cualquier intento de desmembramiento del territorio.

Finalizada con éxito su mi-sión, decidió emprender el regreso a Buenos Aires. Quiroga desoyó los consejos de Felipe Ibarra de tomar el camino de Cuyo y evitar pasar por Córdoba. Era un secreto a voces que los hermanos Reinafé, dueños de la provincia, miraban con hostilidad y recelo a Facundo y era otro secreto a voces que en su paso de ida a través de la provincia de Córdoba se había elaborado un plan para atacarlo en el monte de San Pedro, plan que falló según parece, porque sus verdugos, por temor, desidia o impericia, llega-ron tarde al encuentro.

También rechazó la escolta que Ibarra le ofreció. Quiroga era obstinado, perseverante y valien-te. Estaba convencido de que to-davía no había nacido la persona capaz de matarlo de una manera artera y vil.

Luego de hacer noche en la posta de Ojo de Agua, última pa-rada hacia su infortunio, hizo caso omiso a los comentarios del maes-tro de posta, que con toda preci-

sión advirtió sobre la emboscada que los esperaba en el paraje de Barranca Yaco. No hubo forma de convencerlo. Ni siquiera sirvieron los argumentos y advertencias que el joven Sandivaras, en su afán de ayudar al doctor Ortiz, esgrimió anteriormente confirmando tam-bién el atentado.

Quiroga desoyó a todos, ni si-quiera aceptó los pedidos que le realizó su fiel secretario Ortiz. La decisión estaba tomada y siguió camino, desafiando al destino y a los hombres.

Sólo los que estaban persua-didos de que la patria vale más que la propia vida estaban prepa-rados para el sacrificio supremo. Facundo pertenecía a esa estirpe de hombres; sabía que la sola idea del asesinato político significaba la ruptura de las palabras, signifi-caba la liberación de las fuerzas en la pelea descarnada por el poder. Él ya no quería eso para su patria, estaba empecinado en volar más alto, sus anhelos e ideales se enca-minaban ahora a la conciliación y a la construcción. Sobre esos temas habló con Rosas antes de partir, sobre la organización na-cional y la Constitución.

Aunque siempre exista un aventurero mercenario, capaz de levantar con osadía e impertinen-cia su espada contra la voluntad de las mayorías y del destino (ya que toda vida históricamente importante debe convivir con la contracara de un Judas), reali-zar un crimen político no es fácil. Requiere mucha logística, mucha preparación y mucha inteligencia. Es una misión difícil y quien la lle-

va adelante necesita de un fuerte apoyo político.

La galera, lanzada ya a su des-tino anunciado, siguió avanzando raudamente hasta que fue inter-ceptada por una patrulla de sol-dados a la voz de “¡Alto!”, orden acatada, dado que el viaje no era secreto, sino que por el contrario formaba parte de una misión ofi-cial.

El general asomó su cabeza desde el interior de la galera para enterarse de las novedades y reci-bió como respuesta el traicionero disparo del capitán Santos Pérez, que le perforó el ojo izquierdo de-jándolo sin vida.

Lo que vino después fue de una vileza propia del hecho que se aca-baba de cometer: saqueo, robo de ropas y degüello para todos, para peones, postillones e incluso para un niño de doce años, sobrino de uno de los soldados de la partida que, en su intento de defenderlo, fue también asesinado por su pro-pios compañeros.

Quiroga yacía cubierto de san-gre, guardaba en el bolsillo de su chaqueta la Carta de la Hacienda de Figueroa, que reflejaba la idea que él encarnaba ahora, la de otro país, un país que se quiere alejar de la violencia, para encaminarse hacia la paz y hacia la organiza-ción definitiva.

Quiroga sabía que su aporte a la patria era tan trascendente que valía tanto en vida como en su muerte, por eso no quiso torcer su destino, porque su existencia hacía rato que ya no le pertene-cía, formaba parte de la ilusión de crear una Patria grande.

POLÍTICA Barranca Yaco Y EL aSESInato dE QUIroga

Quiroga pensaba que

todavía no ha-bía nacido la persona capaz de matarlo.

LLEgÓ otra vEz a vaLParaÍSo.El 23 de julio último, el bergantín Beagle echó anclas en la bahía de Valparaíso, puerto principal de Chile. La embar-cación provenía de Tierra del Fuego y, para el naturalista Charles Darwin, fue un lugar de descanso y esparcimiento en un clima más soleado y caluroso que los fríos polares. En la ciudad, Darwin se

reencontró con su antiguo compañero de estudios, Richard Corfield, por lo que aprovechó la visita para recibir el afecto y la cordialidad de su anfitrión. En su diario de viaje, Darwin anotó: “¡Qué cambio! ¡Qué delicioso nos parece aquí todo! ¡Es tan transparente la atmósfera! ¡Es el cielo tan azul! ¡Brilla el sol tanto! ¡Rebosa tanta vida toda la naturaleza! Desde el punto en que hemos anclado, la vista es preciosa. Está edificada la ciudad al pie de una colina bastante escarpada [...] pero por cada cortadura que se abre en los costados de la colina trepan las casas a uno y otro lado”.

LA RUTA DEL BEAGLE

SOCIEdAd

Fueron duras las palabras del brigadier general don Juan Manuel de Rosas al asumir su segunda gobernación de la provincia de Buenos Aires, el 13 de abril, como su-cesor de Juan José Viamonte. Mediante una proclama, manifestó la necesidad de ejercer un poder fuerte, para perseguir de muerte “al impío, al sacrílego, al ladrón, al homicida, y sobre todo, al pérfido traidor que tenga la osadía de burlarse de nuestra buena fe”. Así planea de-fenderse de sus opositores, muchos de ellos exiliados en

Montevideo. Sin dudas podrá hacer su vo-

luntad, ya que cuenta con la suma del poder público, otorgada por la Cámara de Representantes el 7 marzo mediante una ley. Sus únicas restricciones son que deberá conservar, defender y proteger la religión católica, apostólica y ro-mana y que tendrá que sostener la causa nacional de la Federación, que han proclamado todos los pueblos de la República. Recordemos que el ejercicio del poder extraordinario durará todo el tiempo que sea necesario a juicio del gobernador electo.

Rosas cuenta con el apoyo de la Cámara y de los votantes, quienes ratificaron su nombramiento. La Cá-mara confirmó la ley por 36 votos contra 4 y el resultado de la consulta popular fue apabullante, ya que se aprobó por 9.312 votos contra 8.

asumió

roSaScomenzó su segundo gobierno con un duro discurso dirigido a sus enemigos, a los que llamó “pérfidos” y “traidores”.

Viene de la pág. 101

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Las discusiones que prece-dieron al Pacto Federal de 1831, antecedente fundamental de la Constitución Nacional, dieron lugar a un planteo alrededor de la política arancelaria. Pedro Fe-rré, gobernador de Corrientes, al frente del movimiento protec-cionista, pidió a Buenos Aires la revisión de esa política basada en el libre comercio. A su juicio, éste perjudicaba al bienestar del país, arruinaba las pocas industrias sobrevivientes desde 1810 y pro-vocaba una sangría monetaria a favor del comercio extranjero.

Estos planteos no tardaron en hacerse presentes también en Buenos Aires, que hasta entonces había sido renuente a ellos. Una parte considerable de la comuni-dad provincial se oponía al libe-ralismo rivadaviano, y en la Le-gislatura muchos representantes comenzaron a reclamar medidas de protección para la agricultura y la industria. Con ello buscaban recortar la presencia extranjera en la producción local e instar al go-

bierno a seguir el ejemplo protec-cionista de los Estados Unidos.

El 18 de diciembre, Juan Ma-nuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires, quebró la tradición librecambista vigente desde 1821 en lo que se entendía

como un esfuerzo para adecuar la política tarifaria a las necesidades de sectores provinciales y del resto del país. Entre otras disposiciones, la Ley de Aduana dictada por él incrementaba los derechos de im-

portación sobre varios productos y prohibía total o parcialmente la compra de otros, entre ellos bienes agrícolas. Al promover la ley, el go-bernador justificaba sus razones en el hecho de que la agricultura y la industria se resentían debido a

la falta de protección y se carecía de capitales para actuar en los me-dios ganaderos por la ausencia de estímulos: en ambos casos como consecuencia de la importación de productos extranjeros.

La nueva política favoreció el desarrollo del agro bonaeren-se así como el de las otras pro-vincias. El artesanado porteño recibió un apoyo hasta enton-ces desconocido al igual que las industrias vinícolas de Cuyo y Tucumán, las textiles y alimen-ticias de Córdoba y Santiago del Estero y la ovina del Litoral.

No obstante, no se tardó en revisar la política de tarifas ele-vadas. En 1836, con motivo del bloqueo francés, se redujeron en una tercera parte los derechos de todas las importaciones y en 1841 se permitió la entrada de artículos cuyo ingreso estaba hasta entonces prohibido. De esta manera, Rosas abandonó pronto la experiencia proteccio-nista, cuando debió enfrentarse a condiciones externas desfavo-rables.

ECONOMÍA AduANAScon su Ley de aduanas, rosas eligió proteger la producción nacional frente a la competencia de mercancías extranjeras.

Por MArIO rAPOPOrTEconomista e Historiador

Protección para elAGRO y la INDUSTRIA

APARCEROS, losnuevos sociosEn nuestro país hay una actividad eco-nómica que está teniendo cada vez más adeptos. La aparcería es una modalidad de trabajo donde el dueño de la tierra y quien la trabaja establecen un contrato para repartirse los beneficios que ob-tengan en ese terreno. Es decir, por un lado el propietario le entrega a su socio animales o un predio rural, que puede tener plantaciones o no tenerlas, así como sembrados, enseres o elementos de trabajo. La otra parte se ocupa de su explotación agropecuaria, en cualquie-ra de sus especializaciones, y luego se distribuyen sus frutos.También hay novedades con respecto a las exportaciones. Los números indican que el 20 por ciento de las explotaciones

ganaderas en Fuerte Independencia son de 1.000 a 1.999 animales, casi otro 20 por ciento poseen de 500 a 999 y alre-dedor del 60 por ciento restante tienen entre 100 y 499 vacunos.

EL MuNdO INTErNACIONALES

José María vargas ganó en venezuela

golpe de Salaverry en Perú

vicente rocafuerte asumió en Ecuador

Cuando se inicia el debate sobre los candidatos para el período presidencial 1835-1839, José María Vargas se hace fuerte entre los intelectuales que expresan una actitud antimilitarista. La rivalidad existen-te entre los militares, que no admitían que los civiles ejercieran el poder desconociendo su obra en la Guerra de Independencia, más la indiferencia premeditada del pre-sidente José Antonio Páez, ocasionaron choques armados, que llevaron trágica-mente a la deposición del Presidente de la república y la asunción de Vargas. Veintiún días después de jurar, el presidente Vargas presentó su renuncia al Congreso, pero no le fue aceptada. La Revolución de las Reformas lo destituyó el 8 de julio. Con su caída se presentó un estado de anarquía. Mientras el general Páez de-rrotaba a los revolucionarios, Vargas fue llamado de nuevo al gobierno, recuperando la magistratura el 20 de agosto de 1835.

El 23 de febrero, alegando la acefalía en que había quedado el país por el viaje del presidente Luis José Orbegoso al sur de Perú, el general Felipe Salaverry se autoproclamó Jefe Supremo de la República. Orbegoso se había trasladado de visita a Arequipa, región que

le había dado su apoyo incondicional en la guerra civil. Orbegoso volvió a pedirle apoyo a Andrés de Santa Cruz,

presidente de Bolivia, esta vez para derrocar al gobierno de Salaverry. Santa Cruz tam-bién se alarma ante el poder de Salaverry, por lo que planea invadir Perú para derro-

carlo, ya que Orbegoso no podría enfrentarlo. Con estos acontecimientos, Lima quedó en

un estado de anarquía completa. La Junta de Gobierno y el coronel Solar, como jefe de las fuerzas armadas, no supieron ac-

tuar sin la dirección de Salaverry, que había huido. Se cometieron todo tipo

de fechorías hasta que el general Juan Vidal entró el 30 de diciembre y restableció la tranquilidad.

El 10 de septiembre del año pasado, Vicente Rocafuerte fue aclamado por el pue-blo de Guayaquil, Ecuador, como presidente de la República. Puso a las órdenes de Juan José Flores el ejército que había logrado formar, y juntos, consiguieron la victoria definitiva en la batalla de Miñarica, cerca de Cuenca. El 31 de enero de este año, Rocafuerte fue proclamado Jefe Supremo del Estado en Quito y, un día después, en Cuenca, con lo que se consolidó la unidad nacional en torno a su persona. Pocos días des-pués, convocó la Convención Nacional en Ambato, de la cual excluyó al clero. Esto le valió la excomunión por parte de la jerarquía eclesiástica, a la cual él respondió con el destierro al Perú del vicario y otros sacerdotes que se oponían a sus ideas. El enfrentamien-to casi le cuesta el cargo. Sin embargo, en agosto último fue electo presidente constitucional, comenzando así su pe-ríodo de cuatro años en el que promete considerar al trabajo productivo como res-ponsabilidad del gobierno.

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104 El Bicentenario Siglo XIX, Año 1835

PErSONAJE JUan ManUEL dE roSaS

De su padre, León Ortiz de Ro-zas, heredó los ojos claros, la piel blanca, la elegancia del porte y los modales, mientras que de Agustina López Osorio, su madre, recibió la pasión por el mando y el carácter terco y arrebatado. Desde pequeño disfrutó de las tareas rurales en la estancia familiar El Rincón de Ló-pez, en el río Salado del sur.

Fue parte del regimiento de Migueletes de Caballería durante las invasiones pero fue crítico con la Revolución de Mayo.

Después de su enlace con En-carnación Ezcurra, en 1813, de-vuelve los campos que les admi-nistraba a sus padres y forma su propia empresa. Junto con Juan Nepomuceno Terrero y Luis Do-rrego trabaja en la explotación ga-nadera y el saladero de pescado. De esa época recuerda su interés por la vida y las costumbres de sus peones: “Me propuse adquirir esa influencia a toda costa; para ello

fue preciso hacerme gaucho como ellos, protegerlos, hacerme su apo-derado, cuidar de sus intereses. En fin, no ahorrar trabajo ni medios para adquirir más su confianza”.

Se acerca a la política bonae-rense tras la caída del Directorio. El 8 de diciembre de 1829 la Sala de Representantes lo proclamó gobernador de Buenos Aires y le otorgó facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las Leyes. Su administración fue or-denada, recortó los gastos y au-mentó los impuestos.

El sector terrateniente susten-tó el liderazgo rosista. En 1832 fue reelecto pero la Sala de Represen-tantes se opuso a renovarle las fa-cultades extraordinarias y Rosas renunció.

Su prestigio político entre los propietarios bonaerenses creció aún más por su participación en la campaña al desierto. Durante ese período, su mujer y su brazo armado, conocido como La Ma-zorca, conspiraron contra los go-biernos de Juan Ramón Balcarce, Juan José Viamonte y Manuel Vicente Maza.

Rosas fue nombrado nueva-mente gobernador en marzo, esta vez con la suma del poder público. Su medida más reciente fue la Ley de Aduanas, que protege las mate-rias primas y productos locales me-diante el gravado de la mercadería importada con altos aranceles, o directamente con su prohibición. En virtud de esta ley, Buenos Aires está incrementando en forma alen-tadora sus ingresos aduaneros.

Elpatrón

heredó el porte de su padre y el carácter de su madre. La mezcla produjo un líder en to-dos los terrenos y toda-vía falta más para des-cubrirle.

La colección de libros de Marcos Sastre, propietario de la Librería Argen-tina, se encuentra a disposi-ción del público mediante suscripción. Se trata de un millar de libros sobre arte y ciencia. Además, en este reciento se reúne el salón literario, formado por el propio Sastre, Vicente López y Planes, Esteban Eche-verría, Juan María Gutiérrez y Juan Bautista Alberdi. El objetivo es difundir las letras para conseguir un régimen de vida superior.

En la sala del Coliseo, el 13 de junio últi-mo, Esteban Massini estrenó el “Himno de los Restauradores”, con letra de José Rivera Indarte, escrito originariamente para canto y piano, y que había salido a la venta al día siguiente de recibir Juan Manuel de Rosas el gobierno por segunda vez. Comienza diciendo: “Alza ¡oh, Patria!, tu frente abatida/De esperanza la aurora lució/ Tu adalid valeroso ha jurado/ Restaurarte a tu antiguo esplendor”.

El suizo César Hipólito Bacle presenta el primer tomo de El Museo Americano. Su contenido comprende la historia, natu-raleza, religión, biografías y viajes, con descripciones y litografías. Se entrega en fascículos a través de suscripciones, una modalidad muy novedosa. Es el primer libro de una imprenta litográfica argentina. Mientras, en Montevideo se está impri-miendo El Moderador, redactado por los exiliados Julián Segundo Agüero y Andrés Lamas.

MARCOS SASTREInauguró librería

Himno paraROSAS

Dos nuevosPERIÓDICOS

CuLTurA

A pocos meses del estreno de la ópera I Puritani, falleció su autor, Vincenzo Bellini, a los 33 años de edad. La primera presentación fue el 25 de enero en el Théâtre Italien de París, con enorme éxito, y a lo largo del año ha sido presentada en otras 17 oportunidades. Los protagonistas son los mejores cantantes del momento: Giulia Grisi y Giovanni Battista Rubini. La década previa a su muerte, Bellini compuso diez óperas: Adelson e Salvini; Bianca e Fernando e Il Pirata, con la que inicia una fructífera relación laboral con el libretista Felice Romani.

Junto a él produjo La Straniera, Zaira, I Capuletti ed I Montecchi, La Sonámbula, Norma y Beatrice di Tenda. La última fue tan criticada por los especialistas y el público que, al responsabilizarse mutuamente, el músico y el libretista se distanciaron. La siguiente producción, I Puritani, inspirada en el texto Têtes rondes et cavaliers, la realizó en sociedad con el conde Carlo Pepoli. En su haber quedan también seis sinfonías, un concierto para oboe y orquesta, un te deum y numerosas arias, romanzas, canciones y cantatas.

SE ESTrENÓ LA ÓPErA dE bELLINI y Su NuEVO LIbrETISTA

Consejo Editorial: Felipe Pigna, Claudio Etcheberry, Beatriz Gentile, Enrique Mases y María Seoane. Propietario: Secretaría General Presidencia de la Nación -Balcarce 24, CABA-. Equipo de arte, periodístico y de investigación: Caras y Caretas -Venezuela 370-. Director responsable: Víctor Santa María. Directores del Proyecto: Daniel Flores y Cecilia Fumagalli. Editora: Cristina Ricci. Redactores: Fernando Amato, Pablo Galand y Julio Sierra. Investigadoras: María Victoria Camarasa y María Lozano. Diseño gráfico: Mariana Palazzani (jefa), Andrea Masera, Leonardo Solari y Marina Martínez. Ilustraciones: Juan José Olivieri. Investigación fotográfica: Pedro Elichiry y Fernando Calzada. Retoque fotográfico: Iroko Digital. Producción: Raúl Arcomano. Corrector: Jerónimo Zappa. Agradecimientos: Archivo General de la Nación, Biblioteca del Congreso de la Nación, Biblioteca Nacional, Biblioteca del ex Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires, Museo Histórico Sarmiento, Instituto de Historia Argentina Dr. Emilio Ravignani, Museo Histórico Nacional, Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires, Museo de la Ciudad, Museo de la Casa Rosada, Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces, Instituto Nacional Juan Domingo Perón, Instituto Nacional de Investigaciones Histórica Eva Perón, Institutos de investigación de las facultades de la UBA y sus bibliotecas. Registro D.N.D.A. Nro: 840893.Las opiniones vertidas en este diario son responsabilidad de los autores. Diario del Bicentenario tiene como objetivo crear un espacio de pensamiento pluralista con el unico fin de promover el debate.

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