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    Jude Deveraux

    Prlogo

    Judith Revedoune mir a su padre por encima de las anotaciones contables. A su lado estabaHelen, su madre.

    La muchacha no senta miedo alguno de aquel hombre, pese a todo lo que l haba hecho, deao en ao, para atemori arla. Le vio los o!os enro!ecidos, rodeados de grandes o!e ras. "llasaba que aquel rostro desolado se deba al dolor de haber perdido a sus amados hi!os varones#dos hombres ig norantes $ crueles. replicas e%actas del padre.

    Judith estudi a Robert Revedoune con una vaga curiosidad. &ormalmente no dedicabatiempo alguno a su 'nica hi!a mu!er. (e nada le servan las mu!eres desde que, tras la muertede su primera esposa, la segunda )una mu!er asustada* no le haba dado m+s que una hembra.

    -u queris/ pregunt ella con calma.

    Robert mir a su hi!a como si la viera por primera ve. "n realidad, la muchacha haba pasadocasi toda su vida escondida, sepultada con su madre en habitaciones aparte, entre libros $registros de contabilidad. &ot con satis0accin que se pareca a Helen a la misma edad. Judithtena esos e%traos o!os dorados que volvan locos a al gunos hombres, pero que a l leresultaban inquietantes.

    "l pelo era de un 0uerte tono rubio ro!io. La 0rente, am plia $ enrgica, al igual que el mentn1la nari, recta1 la boca, generosa. 23, servir+4, se di!o. "sa bellea se po da aprovechar conventa!a.

    "res lo 'nico que me queda di!o con vo cargada de disgusto . 5e casar+s $ me dar+snietos.

    Judith le clav la vista, espantada. (esde un principio Helen la haba educado para elconvento. &o se trataba de una piadosa instruccin de plegarias $ c+nticos, sino de enseanasmu$ pr+cticas, que le permitiran desempear la 'nica carrera posible para una mu!er de lanoblea. 6odra llegar a abadesa antes de los treinta aos. Las abadesas se di0erenciaban tantode la mu!er vulgar como el re$ de un siervo1 mandaban sobre tierras, propiedades, aldeas $

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    caballeros1 compraban $ vendan seg'n su propio criterio1 hombres $ mu!eres las consultabanpor igual, buscando su sabidura. Las abadesas daban rdenes $ no estaban a las de nadie.

    Judith saba llevar los libros de grandes propiedades, dictar sentencias !ustas en caso dedisputas $ calcular el tri go necesario para alimentar a determinada cantidad de per sonas.3abia leer $ escribir, organiar la recepcin de un re$ $ dirigir un hospital# todo cuanto

    necesitada le haba sido enseado.7 ahora se esperaba de ella que de!ara todo eso para convertirse en la sierva de un hombrecualquiera.

    &o lo har.

    La vo era serena, pero esas pocas palabras no habran resonado m+s si se las hubiera gritadodesde el te!ado.

    6or un momento, Robert Revedoune qued desconcer tado. &inguna mu!er lo haba desa0iadonunca con tanta 0ir mea. "n verdad, de no haber sabido que se trataba de una muchacha,habra con0undido su e%presin con la de un hombre. 8uando se recobr de la sorpresa,

    abo0ete a Judith, arro!+ndola al otro e%tremo del pequeo cuarto. Aun tendi da en el suelo,con un hilo de sangre corrindole desde la comisura de la boca, ella lo mir sin rastro demiedo en los o!os1 s9o haba en ellos disgusto $ una pica de odio. "l

    contuvo la respiracin por un instante1 en cierto modo, aque

    lla muchacha casi lo asustaba.

    Helen se lan hacia su hi!a sin prdida de tiempo.

    Agaapada !unto a ella, e%tra!o de entre sus ropas una daga de mesa.

    Ante aquella escena primitiva Robert olvid su moment+neo nerviosismo. 3u esposa era deesas mu!eres a las que l conoca bien. 6ese a la apariencia e%terna de ani mal 0urioso, en el

    0ondo de los o!os se le vea la debilidad."n cuestin de segundos la a0err por el brao $ el cuchillo vol al otro lado de la habitacin.3onriendo ante su hi!a, su!et el antebrao de la mu!er entre sus poderosas manos $ rompi elhueso como si 0uera una ramita.

    Helen se derrumb a sus pies sin decir una palabra.

    Robert mir a su hi!a, que segua tendida en el suelo, sin poder comprender aquella brutalidad.

    7 ahora, qu respondes, muchacha/ -5e casar+s o no/

    Judith hio una breve seal de asentimiento $ acudi en a$uda de su madre inconsciente.

    La luna arro!aba sombras largas sobre la vie!a torre de piedra, de tres pisos de altura, $ parecamirar con cierto cansancio ceudo la muralla rota $ medio derrumbada que la rodeaba.Aquella torre haba sido construida doscientos aos antes de aquella h'meda noche primaveralde 9:;9, en el mes de abril. Ahora reinaba la pa1 $a no hacan 0alta las 0ortaleas de piedra.6ero ese no era el hogar de un hombre traba!ador. 3i su bisabuelo haba habitado la torre entiempos en que seme!antes 0orti0icaciones tenan sentido, &icolas de >?>

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    amontonaban contra los muros, desordenadas $ herrumbrosas, entremecladas con los sucios!uncos que cubran las tablas de roble.

    5al era la 0inca de ?>

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    cuello de la chaqueta de lana.39o sus largos aos de rgido adiestramiento en las reglas decaballera le permitan e!ercer tanto dominio sobre su e%terior. 6or dentro, estaba hirviendo."sa maana se haba enterado de que su amada iba a casarse con otro1 se acostara con otrohombre1 de l seran sus hi!os. 3u primer impulso 0ue cabalgar directamente hasta la torre de

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    padre, de sus s'plicas $ ruegos sin %ito. =na ve le mostr el cardenal que le haba costado suinsisItencia en 0avor de Davin. "l muchacho estuvo a punto de enloquecer1 tom la espada,dispuesto a ir en busca del hombre, pero Alice se colg de l, con l+grimas en los o!os,suplic+ndole que no hiciera dao a su padre. "l nada poda negar a sus l+grimas1 por lo tanto,envain el acero $ le prometi esperar. Alice le aseguraba que su padre acabara por

    comprender.6or eso continuaron reunindose en secreto, como niIos caprichosos, aunque la situacindisgustaba a Davin. Alice le rogaba que no hablara con su padre, asegurando que ella lopersuadira.

    Davin cambi de postura $ volvi a escuchar. =na ve m+s, slo percibi el silencio. "samaana haba odo que Alice se casara con "dmund 8hatEorth, aquel pedao de alga marina.8hatEorth pagaba enormes sumas al re$ para que no se lo obligara a combatir en guerraalguna. "n opinin de Davin, no era hombre. &o mereca su ttulo de conde. 3lo imaginar aAlice casada con l le resultaba imposible.

    (e pronto, todos sus sentidos se alertaron# oa el ruido apagado de unos cascos en el suelo

    h'medo. (e inmediato estuvo !unto a Alice, que ca$ en sus braos. Davin susurr , mi dulce Davin.

    7 se a0err a l, casi como si estuviera aterroriada.

    "l !oven trat de apartarla para verle la cara, pero ella se abraaba con tanta desesperacin quele quit el valor.

    3enta la humedad de sus l+grimas en el cuello. (e inme diato lo abandon la clera que habae%perimentado du rante todo el da. La estrech contra s, murmur+ndole 0ra ses cariosas alodo, mientras le acariciaba el pelo.

    -u pasa/, dime. -u te hace su0rir tanto/

    "lla se apart para permitirle que la mirara, segura de que la noche no delatara el escasoenro!ecimiento de sus o!os.

    "s demasiado horrible susurr con vo ronca .

    "s insoportable.

    Davin se puso algo tenso al recordar lo que haba odo sobre el casamiento.

    "ntonces, -es cierto/

    Alice sollo delicadamente, se toc la comisura del o!o con un solo dedo $ lo mir por entrelas pestaas.

    &o he podido convencer a mi padre. Hasta me ne gu a comer para hacerle cambiar de idea,pero l hio que una de las mu!eres... &o, no te contar lo que me hicieron.

    (i!o que... h, Davin, no puedo repetir las cosas que me di!o.

    3inti que el !oven se pona rgido.

    @r a buscarlo $...

    F&oG e%clam ella, casi 0rentica, a0err+ndose a sus braos musculosos . F&o puedesG "sdecir... ba! los braos $ las pestaas . "s decir, $a es cosa hecha. "l compromisomatrimonial est+ 0irmado ante testigos. 7a no ha$ nada que se pueda hacer. 3i mi padre sedesdi!era, ten dra que pagar mi dote a 8hatEorth de cualquier modo.

    La pagar $o di!o Davin, ptreo.

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    Alice le mir con sorpresa1 nuevas l+grimas se agol paron en sus o!os.

    (ara igual. i padre no me permite casarme conti go1 $a lo sabes. h, Davin, -qu vo$ ahacer/ Lo mir con tanta desesperacin, que l la estrech contra s. -8mo vo$ a soportarel perderte, amor mo/ susurr con tra su cuello . 5' eres mi carne $ mi vino, sol $ noche.

    orir... morir si te pierdo.

    F&o digas esoG -8mo podras perderme/ 3abes que $o siento lo mismo por ti.

    "lla se apart para mirarlo, s'bitamente recon0ortada.

    "ntonces, -me amas/ -e amas de verdad, de modo que, si nuestro amor es puesto aprueba, $o pueda estar se gura de ti/

    Davin 0runci el ceo.

    -6uesto a prueba/

    Alice sonri entre l+grimas.

    Aun si me caso con "dmund, -,me amar+s/

    -8asarte/ estuvo a punto de gritar, $ la apart de si . -6iensas casarte con ese hombre/

    -Acaso tengo alternativa/

    Duardaron silencio. Davin la 0ulminaba con la mira da. Alice mantena los o!os castamenteba!os.

    "ntonces me ir. (esaparecer de tu vista. &o ten dr+s que volver a verme.

    "staba $a a punto de montar a caballo cuando l reac cion. La a0err con durea, bes+ndolahasta magullarla. 7a no hubo palabras1 no hacan 0alta. 3us cuerpos se compren dan bien, auncuando ellos no estuvieran de acuerdo. La tmida !ovencita haba desaparecido, reemplaada

    por la apasionada Alice que Davin haba llegado a conocer tan bien."lla le tirone 0renticamente de la ropa hasta que todas sus prendas quedaron amontonadas enel suelo.

    Ri gravemente al verlo desnudo ante s. Davin tena los m'sculos abultados por sus muchosaos de adiestra miento $ le sacaba 0+cilmente una cabea, aunque Alice so la sobrepasar amuchos hombres. 3us hombros eran anchos1 su pecho, poderoso. 3in embargo tena lascaderas estre chas, el vientre plano $ los m'sculos divididos en cadenas.

    3e abultaban en los muslos $ en las pantorrillas, 0ortaleci dos por el 0recuente uso de la pesadaarmadura.

    Alice se apart un paso $ tom aliento entre los dien tes, devor+ndolo con los o!os. Alarg las

    manos hacia l como si 0ueran garras.Davin la atra!o hacia l $ bes aquella boquita, que se abri con amplitud ba!o la su$a,hundindole la lengua. "l la apret contra s1 el contacto del vestido contra la piel des nuda loe%citaba. Llev sus labios a la me!illa $ al cuello.

    5enan toda la noche por delante $ l tena intencin de pa sarla entera hacindole el amor.

    F&oG e%clam Alice, impaciente, apart+ndose con brusquedad. 3e quit el manto de loshombros, sin preocu parse de la costosa tela, $ apart las manos de Davin de la hebilla de sucinturn . "res demasiado lento a0irm con sequedad.

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    Davin 0runci el ceo, pero a medida que las capas de vestimenta 0emenina caan al suelo sussentidos acabaron por imponerse. "lla estaba tan deseosa como l. -u im portaba si noquera perder tiempo para unir piel con piel/

    Davin habra querido saborear su cuerpo delgado por un rato, pero ella lo empu! r+pidamenteal suelo $ lo gui con la mano hacia su interior. "ntonces l de! de pensar en ociosos !uegos

    de amor o en besos lentos. Alice estaba ba!o l, acica te+ndolo con vo +spera1 con las manosen las caderas, lo im pulsaba cada ve con m+s 0uera. 6or un momento Davin te mi hacerledao, pero ella pareca glori0icarse con su potencia.

    F7a, $aG e%igi.

    7 ante su obediencia emiti un gutural sonido de triun0o.

    @nmediatamente se apart de l. Le haba dicho repeti das veces que lo haca porque nolograba reconciliar su pa sin con su condicin de soltera. 3in embargo, a l le habra gustadoabraarla un rato m+s, goar de su cuerpo, tal ve hacerle el amor por segunda ve. Lo habrahecho entonces con lentitud, $a agotada la primera pasin. 5rat de ignorar su sensacin devaco1 era como si acabara de paladear algo $ a'n no estuviera saciado.

    5engo que irme di!o ella.

    3e incorpor para iniciar el intrincado proceso de ves tirse.

    A l le gustaba verle las esbeltas piernas cuando se pona las ligeras medias de hilo1 al menos,observ+ndola as aliviaba un poco ese vaco. @nesperadamente, record que pronto otrohombre tendra derecho a tocarla, 7 en tonces tuvo necesidad de herirla, tal como ella loestaba hiriendo.

    7o tambin he recibido una propuesta matrimonial.

    Alice se detuvo instant+neamente, con la media en la mano. Lo mir a la espera de m+sdetalles.

    (e la hi!a de Robert Revedoune.

    "l no tiene hi!as. 39o varones, los dos casados a0irm Alice instant+neamente.

    Revedoune era uno de los condes del re$1 sus propie dades convertan las 0incas de "dmund enparcelas de sier vo. Alice haba empleado los dos aos pasados por Davin en "scocia enaveriguar la historia de todos los condes, los hombres m+s ricos de @nglaterra, antes de decidirque "dmund era la presa m+s segura.

    -&o sabes que sus dos hi!os murieron hace dos me ses de una terrible en0ermedad/

    "lla lo mir con 0i!ea.

    6ero nunca supe que tuviera una hi!a. =na muchacha llamada Judith, m+s !oven que los varones. (icen que su madre la habadestinado a la @glesia.

    La muchacha permanece enclaustrada en casa de su padre.

    -7 se te ha o0recido a esa Judith en matrimonio/

    6ero ha de ser la heredera de su padre, una mu!er de 0ortuna.

    -6or qu habra de o0recerla a.../ Alice se interrumpi, recordando que tena que disimularsus pensamientos.

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    "l apart la cara1 en la mandbula se le contraan los m'sculos $ el claro de luna se re0le!abaen su pecho desnu do, levemente sudado por el acto de amor.

    -6or qu habra de o0recer seme!ante presa a un ontgomer$/ complet Davin con vo0ra.

    "n otros tiempos la 0amilia ontgomer$ haba sido lo bastante rica como para despertar laenvidia del re$ "nrique @

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    5ienes que regresar antes de que alguien descubra tu ausencia. &o conviene que seme!antehistoria llegue a odos del bravo $ noble 8hatEorth, -verdad/

    "res cruel, Davin di!o ella, pero no se perciban l+grimas en su vo . -?>

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    -u ha pasado/ pregunt al pala0renero que se hio cargo de su caballo.

    Los amos acaban de regresar de un incendio en la aldea.

    -Drave/

    &o, seor. 39o algunas casas de comerciantes. &o haca 0alta que los amos se molestaran.

    7 el muchacho se encogi de hombros, como para e%presar que no haba modo de comprendera los nobles.

    Davin lo de! para entrar en la casa solariega, cons truida contra la antigua torre de piedra queahora slo se usaba como depsito. Los cuatro hermanos varones pre0e ran la comodidad dela gran casa.

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    iles no. &o lo conmova el menor rastro de amor por una mu!er. 6ara l eran todas iguales $servan al mismo propsito, Robert Revedoune ha enviado ho$ a otro mensa!ero di!o,interrumpiendo el silencio . 8reo que le preocupa la posibilidad de que su hi!a muera sinde!arle herederos.

    -"st+ en0erma/ pregunt Raine, que era el humanitario de la 0amilia1 se preocupaba por

    cualquier $e gua herida, por cualquier siervo en0ermo. &o tengo noticias de que as sea respondi el menor , 6ero el hombre est+ enloquecidopor la prdida de sus hi!os $ porque slo le queda una sola muchacha.

    (icen que castiga regularmente a su esposa por no haberle dado m+s hi!os varones.

    Raine 0runci el ceo ante su copa de vino. &o le gus taba que se castigara a las mu!eres.

    -Le dar+s respuesta/ insisti iles, puesto que Davin no responda.

    ue uno de vosotros la tome por esposa propuso Davin . Haced que 3tephen vuelva de"scocia. t', Raine1 necesitas una esposa.

    Revedoune quiere slo al hi!o ma$or replic Raine, sonriendo . (e lo contrario, medeclarara m+s que dispuesto.

    -6or que tanta resistencia/ ob!et iles, en0ada do . 7a tienes veintisiete aos $ necesitascasarte. "sa Judith Revedoune es rica. 5e aportar+ el ttulo de conde. 5al ve gracias a ella losontgomer$ comenaremos a recupe rar lo que perdimos.

    Alice estaba perdida. 8uanto antes lo aceptara, antes comenara a curar. Davin se decidi#

    "st+ bien. Acepto el casamiento.

    (e inmediato Raine $ iles e%halaron el aliento que estaban conteniendo sin saberlo.

    iles de! su copa.

    6ed al mensa!ero que pasara aqu la noche, con la esperana de poder darle tu respuesta.ientras el hermano menor abandonaba la sala, Raine de! que se impusiera su sentido delhumor.

    (icen que no levanta sino esto del suelo indic, poniendo la mano cerca de su cintura $que tiene dientes de caballo. 6or lo dem+s...

    La vie!a torre estaba llena de corrientes de aire1 el viento silbaba en las rendi!as. "l papelengrasado que cubra las ventanas no a$udaba a evitar el 0ro.

    Alice durmi cmodamente, desnuda ba!o los coberItores de hilo rellenos de plumn.

    i seora susurr "la , l ha venido.

    La !oven se dio la vuelta, soolienta.

    -8mo te atreves a despertarme/ di!o en 0ero siseo . -7 a quin te re0ieres/

    Al hombre de la casa Revedoune. Ha...

    FRevedouneG Alice se incorpor, $a del todo des pierta. 5r+eme una bata $ ha que vengaa verme.

    -Aqu/ "la se mostr horroriada. &o, seora, no puede ser. Alguien podra oros.

    3 reconoci Alice, distrada , el riesgo es de masiado grande. (e!a que me vista, $ mereunir con l ba!o el olmo de la huerta.

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    -(e noche/ 6ero...

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    -6or cu+l otro motivo se la mantendra tan oculta,seora/ Robert Revedoune es hombreduro. 3u esposa a'nrenquea desde que l la arro! escaleras aba!o. &o querr+que el mundo veaa una hi!a monstruosa. 6ero no est+s seguro de que esa sea la ran de suencierro."l sonri.3e senta m+s a salvo. -u otro motivo podra haber/ 3i la muchacha estuIviera sana, -porqu no mostrarla al mundo/ -&o la habrao0recido en matrimonio antes de verse obligado a

    ello por lamuerte de sus hi!os varones/ -u hombre dedicara a su'nica hi!a a la @glesia/ "sos9o se lo permiten las 0amiliasque tienen muchas hi!as.Alice contemp9 la noche en silencio."l hombre 0uecobrando audacia. 3e acerc un poco m+s, le cubri unamano con los dedos $ lesusurr al odo# &o tenis motivo alguno para sentir miedo, seora.&o habr+ bella novia queale!e a lord Davin de vos.39o la brusca respiracin de Alice dio seales de queella hubieraescuchado esas palabras. -Acaso hasta el 'ltiImo de los plebe$os sabia de sus relaciones conDavin/ 8ontoda la habilidad de una gran actri, se volvi para sonrerle. Has hecho un buentraba!o $ ser+s... debidamenteIrecompensado.&o quedaba duda alguna sobre el signi0icado desuspalabras. "l se inclin para besarla en el cuello. Alice seapart, disimulando surepugnancia. &o, esta noche no susurr en tono ntimo . aIana. 3e dispondr+ todo paraque podamos pasar m+s tiemIpo !untos. (esli una mano ba!o el tabardo, a lo largodelmuslo, $ sonri seductoramente al ver que l quedabasin aliento. 5engo que irme agregcon aparente reInuencia.6ero cuando dio la espalda a su espa, no quedaron ensu cara rastrosde la sonrisa. 5ena una diligencia m+s quecumplir antes de volver a la cama. "l pala0renero laa$udaIra de buen grado. &o deba permitir que hombre alguno hablara libremente de susrelaciones con Davin... $ el que lo hiciera pagara caro sus palabras. uenos das, padre salud Alice alegremente,mientras se inclinaba para roar con los labios la me!illa deaquelvie!o sucio $ contrahecho. "staban en el primer piso de la torre, que constituauna solaestancia abierta. "ra el gran sa9n, utiliado paracomer, para que durmieran los sirvientes delcastillo $ paratodas las actividades cotidianas. La muchacha repar en lacopa de su padre, queestaba vaca. F"h, t'G di!o +speramente a un sirviente que pasaIba . 5rae m+scervea para mi padre. &icolas

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    8ambi la e%presin de la !oven. Ahora el espa no podra revelar sus relaciones con Davin nisu inters por saber de la heredera Revedoune. 3e apresur a descartar la idea1 la muerte deaquel hombre no tena la menor impor tancia para ella.

    uiero asistir a la boda de Davin con la Revedoune.

    -uieres una invitacin a la boda de la hi!a de un conde/ se e%tra &icolas.

    3.

    F"s que no puedoG -u pretendes de m/

    "sta ve Alice despidi al sirviente $ llen la copa de su padre con sus propias manos.

    5engo un plan di!o de inmediato, con su sonrisa m+s dulce.

    "l 0uego ascenda por el muro de piedra $ devoraba la planta alta de la tienda, construida enmadera. "l aire estaba denso de humo1 los hombres $ las mu!eres que 0ormaban cola parapasar los c+ntaros de agua $a estaban negros. 39o o!os $ dientes se mantenan blancos.

    Davin, desnudo de la cintura hacia arriba, usaba enrgicamente el hacha de mango largo para

    destruir la tienda vecina de la incendiada. "l vigor con que traba!aba no per mita sospecharque llevaba dos das completos es0or+ndo se de ese modo.

    La ciudad en donde arda el edi0icio )$ donde haba otros tres reducidos a cenias* leperteneca. La circunda ban murallas de tres metros $ medio, que descendan por la colinadesde el gran castillo ontgomer$. 3us impuestos constituan el ingreso de los hermanos1 acambio, los caba lleros protegan $ de0endan a sus habitantes.

    FDavinG aull Raine por encima del rugir de las llamas. 5ambin estaba sucio de humo $sudor . Fa!a de ahG F"l 0uego est+ demasiado cercaG

    Davin pas por alto la advertencia de su hermano. &i siquiera mir la pared incendiada queamenaaba caer so bre l. 3us hachaos se tornaron m+s vigorosos, mientras luchaba por dar la

    vuelta a la madera seca que recubra el muro de piedra, para que el hombre que esperaba aba!opu diera empaparla de agua.

    Raine saba que era in'til seguir gritando. Hio una seal cansada a los e%haustos hombres quelo acompaaban para que continuaran arrancando la madera de la pared. "s taba $a agotado,aunque haba dormido cuatro horas# cuatro m+s que Davin. 3aba por e%periencia que,mientras un centmetro cuadrado de la propiedad de Davin estuviera en peligro, su hermano nodormira ni se permitira descansar.

    6ermaneci aba!o, conteniendo el aliento, mientras Davin traba!aba !unto a la pared en llamas.3e derrumbara en cualquier momento. 3lo caba esperar que acabara pronto con su tarea $descendiera la escalerilla hasta un lugar seguro. Raine murmur todos los !uramentos que

    conoca, en tanto su hermano coqueteaba con la muerte. ercaderes $ siervos ahogaron unae%clamacin al ver que el muro gneo se tambaleaba. Raine habra querido ba!ar a Davin porla 0uera, pero sabia que sus 0ueras no superaban a las de su hermano ma$or.

    (e pronto, los maderos ca$eron dentro de los muros de piedra. @nmediatamente Davin se lanpor la escalerilla. Apenas toc tierra, su hermano se arro! contra l para deIrribarlo,ponindolo le!os de la cortina de 0uego.

    Faldito seas, RaineG au99 Davin !unto al odo de Raine, aplastado por su peso . Feest+s as0i%iando.

    FAp+rtateG

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    "l otro estaba demasiado habituado a sus reacciones como para o0enderse. 3e levant conlentitud1 le dolan los m'sculos por el traba!o realiado en esos 'ltimos das.

    As me agradeces que te ha$a salvado la vida/ -6or qu demonios te has entretenido tantotiempo all arriba/ "n pocos segundos m+s te habras asado.

    Davin se incorpor con prontitud $ volvi la cara ennegrecida hacia el edi0icio que acababa deabandonar. "l incendio $a estaba contenido dentro de los muros de piedra $ no pasara a laconstruccin vecina. 3eguro $a de que los edi0icios estaban a salvo, se volvi hacia suhermano.

    -7 qu poda hacer/ -(e!ar que se incendiara todo pregunt, 0le%ionando el hombro1lo tena desarrollado $ cuIbierto de sangre, all donde Raine lo haba hecho rodar porentreescombros $ grava . bien detena el incendio, obien me quedaba sin ciudad.Los o!os deRaine despedan chispas. 6ues $o pre0erira perder cien edi0icios $ no a ti.Davin sonri,haciendo brillar sus dientes blancos $pare!os contra la negrura de la cara sucia. Dracias di!oserenamente , pero creo que $opre0iero perder un poco de piel $ no otro edi0icio.?>

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    3 per0ectamente que se trata de una mu!er. (e lo contrario no se me obligara a casarmecon ella.

    -ue se te obliga/

    Raine se ech atr+s en la silla, incrdulo. "n verdad, los tres hermanos menores haban via!adolibremente por el pas, visitando castillos $ mansiones solariegas de Brancia, hasta de 5ierra3anta, mientras Davin permaneca encade nado a los registros contables. 5ena veintisiete aos$ haca once que apenas abandonaba su heredad, e%cepto por el al amiento de "scocia.@gnoraba que sus hermanos disculpa ban con 0recuencia lo que tomaban por ignorancia, puestoque el primognito no haba tratado m+s mu!eres que las vulgares.

    Davin comen otra ve con paciencia , Judith Revedoune es una dama, hi!a de un conde.3e le ha enseado a esperar ciertas cosas de ti, tales como cortesa $ respe

    to. (eberas haber ido en persona a decirle que deseas ca sarte con ella.

    Davin estir el brao para que la criada le pasara el pao en!abonado. La pechera empapada dela muchacha se adhera a sus pechos llenos. "l la mir a los o!os $ le sonri, sintiendo los

    primeros impulsos del deseo. (espus volvi los o!os a Raine. "s que no quiero casarme con ella. &o ha de ser tan ignorante como para pensar que me casocon ella por algo m+s que sus tierras.

    F&o puedes decirle esoG (ebes hacerle la corte $...

    Davin se puso de pie en la baera. La muchacha se subiK a un banquillo $ le ech aguacaliente en la cabea para en!uagarlo.

    3er+ ma di!o secamente . Har+ lo que $o le diga.

    He visto a demasiadas damas de alcurnia $ s cmo son.

    6asan la vida sentadas en sus habitaciones, cosiendo $ chis morreando1 comen 0rutas

    almibaradas $ engordan. 3on pe reosas $ est'pidas1 tienen todo cuanto desean. 3 cmo tratara esas mu!eres. Hace una semana mand traer de Lon dres algunos tapices de Blandes1 escenastontas, como nn0ulas correteando por los bosques, para que no la asus ten las escenas deguerra. Las colgar en sus habitaciones1 despus pondr a su disposicin todos los hilos deseda $ las agu!as de plata que pueda necesitar. 7 estar+ satis0echa.

    Raine permaneci en silencio, pensando en las mu!e res a las que haba conocido durante susvia!es. La ma$ora de ellas respondan a la descripcin de Davin, pero tambin las haba de0ogosa inteligencia, que eran casi como compa eras de sus esposas.

    -7 si desea intervenir en las cuestiones de la 0inca/

    Davin sali de la tina $ tom la suave toalla de algo dn que le entregaba la criada.

    &o se entrometer+ en lo que es mo. Har+ lo que $o le diga o tendr+ que lamentarlo.

    La lu del sol entraba a torrentes por las ventanas abiertas $ caa oblicuamente sobre el suelocubierto de !uncos, !ugando con las pequeas motas de polvo que centelleaban como partculasde oro. "ra un per0ecto da de primavera1 el primero de ma$o. rillaba el sol $ en el aire0lotaba esa dulura que s9o la primavera puede aportar. La habitacin, grande $ abierta,ocupaba la mitad del cuarto piso. 3us ventanas daban al sur $ de!aban entrar lu su0icientepara calentar la estancia. "l ambiente era sencillo, pues Robert Revedoune no gustaba demalgastar el dinero en cosas que le parecan 0rvolas, como al0ombras $ tapices.

    3in embargo, esa maana el cuarto no pareca tan austero. 5odas las sillas estaban cubiertas

    de color, pues haba vestiduras por todas partes# bellas, lu!osas prendas, todas pasado

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    inadvertida, de no ser porque su 0igura opacaba el brillo de las telas $ las !o$as. 3us piececitosestaban en0undados en suave cuero verde, 0orrado $ ribeteado de armio blanco con manchasnegras. 6or encima de la cintu ra, el tra!e se a!ustaba bien a su cuerpo. Las largas mangas seestiraban desde las muecas hasta por deba!o del cintu rn. 3u talle era mu$ esbelto. "l escotecuadrado e%hiba venta!osamente los pechos llenos de Judith. La 0alda era una blanda campana

    que se meca con suavidad al caminar.3u tela era un te!ido de oro, 0r+gil $ pesado, iridiscente al sol. Le rodeaba la cintura unaestrecha banda de cuero dora

    do con incrustaciones de esmeraldas. "n su 0rente, un 0ino cordn de oro sostena unaesmeralda grande. Le cea los hombros un manto de ta0et+n verde, completamente 0orrado dearmio.

    "n cualquier otra mu!er, el mero brillo de ese atuendo verde $ dorado habra sidoe%cesivo, pero Judith era m+s bella que prenda alguna. Aunque menuda, sus curvas quita banel aliento a los hombres. La cabellera rubioro!ia le penda hasta la cintura $ terminaba enabundantes rios.

    antena alto el mentn $ apretadas las 0uertes mandbulas.

    Aunque pensaba en los horribles sucesos que sobrevendran, sus labios se mantenan suaves $llenos. 6ero eran los o!os los que llamaban la atencin# su color dorado intenso capta ba la lusolar $ los destellos de su tra!e.

    Dir apenas la cabea para contemplar el bello da. "n cualquier otro momento habrasentido deseos de montar a caballo para cruar praderas 0loridas, pero ese da permane ca mu$quieta, cuidando de no moverse para no arrugar el vestido. 3in embargo, no era su atuendo loque la mantena tan quieta, sino lo triste de sus pensamientos. 6ues aquel era el da de su boda,da largamente temido, que acabara con su libertad $ con la 0elicidad conocida.

    (e pronto, se abri la puerta $ sus dos doncellas en traron en la gran habitacin. "stabanruboriadas, pues ha ban venido corriendo desde la iglesia, adonde haban ido para echar unprimer vistao al novio.

    I h, seora ma I di!o aud I, Fes tan apuestoG Alto, de pelo oscuro, o!os oscuros $ hombrosde este tamao I estir los braos en toda su longitud, con un suspiro dram+tico I. &o mee%plico cmo crua las puertas. Ha de hacerlo de costado.

    3us o!os danaban al observar a su ama. &o le gustaba verla tan desdichada.

    I 7 camina as I agreg Joan.

    "ch los hombros hacia atr+s, hasta que los omplatos llegaron casi a !untarse, $ dio variospasos largos $ 0irmes por el cuarto.

    I 3 I asever aud I, es orgulloso. 5an orgulloso como todos los ontgomer$. Act'an comosi 0ueran los dueos del mundo.

    I !al+ 0uera as I ri Joan.

    7 mir de sosla$o a aud, que haca lo posible por no rer con ella. 6ero aud estaba m+satenta a su seora. 6ese a todas las bromas, Judith no haba esboado siquiera una sonrisa. Lamuchacha alarg una mano, indicando a su compaera que guardara silencio.

    I 3eora I di!o en vo ba!a I, -ha$ algo que deseis/ 5enemos tiempo, antes de partir hacia laiglesia. 5al ve...

    Judith mene la cabea. I 7a no ha$ a$uda posible para m. -i madre est+ bien/

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    I 3. (escansa antes de montar para ir a la iglesia. La distancia es larga $ su brao...

    aud se interrumpi, captando la e%presin dolorida de su ama. Judith se culpaba por la0ractura de Helen. Le bastaban sus remordimientos sin que aud cometiera la torpea derecord+rsela. aud habra querido darse de puntapis.

    I -"st+is lista/ I pregunt con suavidad.

    I i cuerpo est+ listo. 39o mis pensamientos necesitan m+s tiempo. -5' $ Joan osencargaris de mi madre/

    I 6ero, seora...

    I &o I interrumpi Judith I. uiero estar sola. 5al ve sea mi 'ltimo instante de intimidad poralg'n tiempo. -uin sabe qu traer+ el maana/

    ?? 7 torn a mirar hacia la ventana.

    Joan iba a replicar a tanta melancola, pero aud se lo impidi. Joan no comprenda a Judith.5ena 0ortuna, este era el da de su boda $, por aadidura, iba a casarse con un caballero !oven

    $ apuesto. -6or qu no era 0eli/ 3e encogi de hombros, resignada, mientras aud laempu!aba hacia la puerta.

    Los preparativos para la boda haban requerido semanas enteras. 3era una 0estividad suntuosa$ comple!a, que costara a su padre las rentas de todo un ao. "lla haba anotado en losregistros cada compra, e%traada por los miles de pieas de tela necesarios para 0ormar losgrandes doseles, a 0in de cobi!ar a los invitados. F7 la comida que se iba a servirG mil cerdos,trescientos terneros, cien bue$es, cuatro mil pasteles de ternera, trescientos toneles de cervea.Las listas eran interminables.

    7 todo eso por algo que ella detestaba desesperadamente.

    A casi todas las nias se las educaba para que consideraran el matrimonio como parte del

    0uturo. &o era el caso de Judith. (esde el da de su nacimiento, se la haba tratado de mododi0erente. 3u madre estaba $a desgastada por los abortos $ por los aos pasados !unto a unesposo que la castigaba a la menor oportunidad. Al contemplar aquella menudencia de vidapelirro!a, Helen qued prendada. Aunque nunca se opona a su esposo, por esa criatura seen0rentara al mismo (iablo. uera dos cosas para su pequea Judith# proteccin contra unpadre brutal $ violento, $ la seguridad de que !am+s caera en manos de hombres similares.

    6or primera ve en muchos aos de matrimonio, Helen se irgui ante el esposo al que tantotema $ e%igi que su hi!a 0uera destinada a la @glesia. 6oco le importaba a Robert lo que 0uerade la madre o de la hi!a. -u le importaba esa nia/ 5ena dos hi!os varones de su primeraesposa1 lo 'nico que haba podido darle esa mu!er medrosa $ gimoteante eran bebs muertos $una hembra in'til. Riendo, acept que la nia 0uera entregada a las mon!as a la edad debida.

    6ero para demostrar a aquella criatura gemebunda lo que pensaIba de sus e%igencias, la arro!por la escalera de piedra. Helen a'n renqueaba de resultas de una doble 0ractura en la pierna,pero haba valido la pena. 8onservaba a su hi!a consigo, en completa intimidad. A veces, nisiquiera recordaba que era casada. Le gustaba imaginar que era viuda $ que viva sola con suencantadora hi!a.

    Bueron aos 0elices en los que adiestr a su nia para la e%igente carrera del convento.

    7 ahora todo eso quedara en la nada. Judith iba a convertirse en esposa# una mu!er sin m+spoder que el que le permitiera su esposo $ seor. Judith nada saba de la vida de esposa# cosamal $ no saba te!er. &adie le haba enseado a permanecer sentada $ quieta durante horas,permitiendo que los sirvientes traba!aran por ella. 6eor a'n# Judith ignoraba el sometimiento.

    =na esposa deba mantener los o!os ba!os ante su marido $ pedir su conse!o en todo. A Judith,

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    en cambio, se le haba enseado que alg'n da seria abadesa, 'nica mu!er a la que seconsideraba igual a los hombres. iraba a su padre $ a sus hermanos de 0rente, ni siquiera seacobardaba cuando el padre le levantaba el puo. "so, por alg'n motivo, pareca divertir aRobert. 3u orgullo no era com'n entre las mu!eres... ni tampoco entre la ma$ora de loshombres, en realidad. 8aminaba con los hombros echados hacia atr+s $ la espalda erguida.

    &ing'n hombre tolerara que, con vo serena, analiara las relaciones del re$ con los 0ranceseso e%presara sus radicales opiniones sobre el tratamiento de los siervos. Las mu!eres debanhablar de !o$as $ adornos. Judith, en cambio, sola de!ar que sus doncellas le eligieran lavestimenta, pero en cuanto 0altaban de las despensas dos sacos de lente!as, su ira era0ormidable.

    Helen se haba tomado grandes molestias para apartar a su hi!a del mundo e%terior. 5ema quealg'n hombre, al verla, la solicitara, $ que Robert accediera al enlace. "so equivaldra aperderla. Judith debera haber ingresado en el convento a los doce aos, pero su madre nosoportaba sepa rarse de ella. La conserv consigo ao tras ao, egostamen te, slo para quetodos sus es0ueros se disolvieran en la nada.

    Judith haba tenido meses enteros para hacerse a la idea de que se casara con un desconocido.&o lo haba vis to ni quera verlo, demasiado tendra que tratarlo en el 0utu ro. &o conoca am+s hombres que su padre $ sus hermanos1 por lo tanto, esperaba una vida !unto a un hombreque odia ra a las mu!eres $ les pegara1 lo imaginaba nada instruido e incapa de aprenderalgo, salvo el uso de la 0uera. 3iempre haba planeado escapar de una e%istencia seme!ante1ahora sabia que era imposible. "n el curso de die aos -sera como su madre/ -=n sertrmulo, siempre temeroso, cu$os o!os se desviaban hacia los rincones/

    Judith se levant, $ la pesada 0alda de oro ca$ al sue lo con un agradable susurro. F&o seraasG Jam+s mostrara su miedo a aquel hombre. 3intiera lo que sintiera, conserva ra la cabeaen alto $ la mirada 0irme.

    6or un momento se le encorvaron los hombros. 3enta temor de aquel desconocido quesera su amo $ seor. 3us doncellas rean $ hablaban de sus amantes con alegra. -Aca so elmatrimonio de los nobles poda ser igual/ -Habra ca balleros capaces de amor $ ternura, talcomo las mu!eres/

    Lo sabra en poco tiempo.

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    instante. Raine trat de que visitara a su novia, pero l se neg. 6uesto que tendra que verladurante tantos aos venideros, -a qu encarar anticipadamente la maldicin/

    8uando iles regres del compromiso, tras o0iciar de representante, 0ue Raine quien leinterrog con respecto a la heredera. 8omo de costumbre, iles di!o poca cosa, pero Raineadivin que estaba ocultando algo. 7 al verse 0rente a la novia, comprendi qu era.

    I -6or qu no di!iste nada a Davin/ I acus I. 3abes cu+nto teme que se trate de una heredera0ea.

    iles no sonri, pero le brillaban los o!os al recordar a su 0utura cuada.

    I 5al ve convenga demostrarle, por una ve, que puede equivocarse.

    Raine so0oc una carca!ada. A veces Davin trataba a su hermano menor como si 0uera un nio$ no un hombre de veinte aos. "l hecho de que iles no le describiera la bellea de su noviaera pequeo castigo para tanto autoritarismo.

    I F6ensar que Davin me la o0reci $ ni siquiera hice el intentoG 3i la hubiera visto habrapeleado por ella. -5e parece que es demasiado tarde/

    3i hubo respuesta, Raine no la escuch. 3us pensamientos estaban 0i!os en aquella pequeacuada, que ape ?M nas le llegaba al hombro. Haba apreciado ese detalle antes de verle lacara. (espus de en0rentarse a sus o!os, oro puro $ rico como el de 5ierra 3anta, $a nada vio.Judith Revedoune lo haba encarado con una mirada inteligente $ serena, como!ustipreci+ndolo. Raine, incapa de pronunciar palabra, se senta sumergido en la corriente deaquellos o!os, "lla no haca caritas ni rea in0antlmente, como casi todas las vr genes# lomiraba de igual a igual, $ esa sensacin le result embriagadora. iles tuvo que darle uncodao para que ha

    blara, mientras el otro se imaginaba llev+ndosela le!os de aquella casa $ de toda aquella gentepara hacerla su$a. Ha ba sentido la necesidad de marcharse antes de tener m+s pensamientos

    indecentes con respecto a la prometida de su hermano.I iles I di!o al ba!ar, con las me!illas surcadas por los ho$uelos, como le ocurra cuandocontena la risa I, tal ve podamos desquitamos de nuestro hermano ma$or por haber nose%igido tantas horas en el campo de adiestramiento.

    I -u planes tienes/ I los o!os del menor ardan de inters.

    I 3i no me 0alla la memoria, acabo de ver a una enana espantosa, de dientes podridos $trasero increblemente gordo.

    iles empe a sonrer. "n verdad haban visto a un verdadero espanta!o al ba!ar laescalera.

    I 8omprendo. &o tenemos que mentir, pero nada nos obliga a decir toda la verdad.I"s lo que $o pienso.

    A'n era temprano cuando Judith sigui a sus doncellas por la escalera, hasta el gransaln del segundo piso. "l suelo estaba cubierto de !uncos 0rescos1 los tapices almacenadoshaban sido colgados all, $ el tra$ecto entre la puerta $ la parte trasera del sa9n era un gruesocamino de lirios $ ptalos de rosa. 6or all caminara al regresar de la iglesia, $a casada.

    aud marchaba detr+s de su ama, sosteniendo en alto la larga cola del 0r+gil vestido dorado $el manto 0orrado de armio. Judith se detuvo durante un segundo antes de abandonar la casa $respir hondo para darse valor.

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    5ard un momento en adaptarse a la 0uerte lu del sol1 entonces vio la larga 0ila de personasque haban acudido para presenciar las bodas de la hi!a de un conde. &o estaba preparada pararecibir los vtores con que la saludaron# un alarido de bienvenida $ de placer por la visin de!oven tan esplndida.

    Judith sonri a manera de respuesta, saludando con la cabea a los huspedes montados, a

    siervos $ mercaderes."l tra$ecto hasta la iglesia sera como un des0ile, ideado para e%hibir la riquea $ laimportancia de Robert Revedoune. +s tarde, podra vanagloriarse de que a la boda de su hi!ahaban asistido tantos condes $ tantos barones. Los !uglares encabeaban la procesin,anunciando con entusiasmo el paso de la novia. Judith 0ue subida al caballo blanco por supropio padre, que hio una seal de aprobacin ante su atuendo $ su porte. 6ara aquella granocasin deba montar de costado1 la desacostumbrada posicin la haca sentirse incmoda,pero lo disimul. 3u madre cabalgaba detr+s, 0lanqueada por iles $ Raine. Los segua unamultitud de invitados, en orden de importancia.

    8on gran estruendo de cmbalos, los !uglares comenaron a cantar $ la procesin se puso en

    marcha. Avanaban lentamente, siguiendo a los m'sicos $ a Robert Revedoune, que iba a pie,llevando de la brida el caballo de su hi!a.

    6ese a todos sus votos $ !uramentos, Judith descubri que se estaba poniendo m+s $ m+snerviosa, La curiosidad con respecto a su prometido comenaba a carcomerla. 6ermanecamu$ erguida, pero aguaba la vista, tratando de divisar las dos siluetas que ocupaban la puertade la iglesia# el sacerdote $ el desconocido que sera su esposo.

    Davin no tena la misma curiosidad. A'n sen'a el estmago revuelto por la descripcin deRaine# al parecer, la muchacha era medio idiota, adem+s de 0ea. 5rat de no mi rar el corte!oque se acercaba r+pidamente, pero el ruido de los !uglares $ los ensordecedores vtores de lossiervos, reunidos a la vera del camino, le impedan or sus propios pensamientos. 8ontra su

    voluntad, sus o!os giraron hacia el des0ile.Al levantar la vista, vio a la muchacha de cabellera ro!o dorada a lomo de un caballo blanco.&o tena idea de quin poda ser, $ tard todo un minuto en comprender que se trataba de sunovia. "l sol centelleaba en ella como si 0uera una diosa pagana rediviva. La mirboquiabierto. (espus, esta99 en una sonrisa.

    FRaineG F"ra de esperar que Raine mintieraG 3u alivio $ su 0elicidad 0ueron tales que, sin darsecuenta, abandon el atrio de la iglesia para ba!ar la escalinata ba!ando los peldaos de a dos endos $ de tres en tres. La costumbre dictaba que el novio esperara hasta que el padre de ladesposada ba!ara a la muchacha de su caballo $ la acompaara por la escalinata parapresentarla a su nuevo seor. 6ero Davin quera verla me!or. 3in or las risas $ los vtores delos espectadores, apart a su suegro de un empe99n $ tom a su novia de la cintura paraba!arla del caballo.

    (esde cerca era a'n m+s hermosa. Los o!os de Davin se regodearon con aquellos labiosblandos, llenos e invitantes. 3u piel era lmpida, m+s suave que el me!or satn. 7 cuando al 0inrepar en los o!os estuvo a punto de lanar una e%clamacin.

    3onri de puro placer $ ella le devolvi la sonrisa, descubriendo sus dientes blancos. "l rugidode la multitud lo devolvi a la realidad. 8ontra su voluntad, Davin la deposit en tierra $ leo0reci el brao, su!etando la mano enlaada a su codo como si temiera verla huir. 5ena todala intencin de conservar aquella nueva pertenencia.

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    Los espectadores quedaron totalmente complacidos por su impetuosa conducta $ e%presaronde viva vo su aprobacin. Robert 0runci pro0undamente el ceo por haber sido empu!ado,pero luego vio que todos sus invitados rean.

    La ceremonia matrimonial se reali en el atrio de la iglesia, para que todos pudieranpresenciarla, puesto que en el interior slo habran cabido unos pocos. "l sacerdote pre gunt a

    Davin si aceptaba a Judith Revedoune por esposa.Davin contemp9 a la mu!er que estaba a su lado, con la cabellera suelta hasta la cintura,donde se riaba a la per0ec cin, $ replic#

    Acepto.

    Luego el sacerdote interrog a Judith, que miraba a su prometido con la misma 0ranquea."ste vesta de gris de la cabea a los pies1 el chaleco $ la amplia chaqueta eran de suaveterciopelo italiano1 esta 'ltima estaba completamente 0orrada de visn oscuro, $ la piel0ormaba un ancho cuello, adem+s de un estrecho borde en la pechera. 3u 'nico ador no era laespada que penda ba!a desde su cadera1 la empu adura luca un gran diamante quecentelleaba ba!o el sol.

    3i bien las doncellas haban dicho que Davin era apues to, Judith no esperaba encontrarse contal aire de 0uera, sino con alg'n !oven delicado $ rubio. bserv su denso pelo negro, que seriaba a lo largo del cuello, los labios que le sonrean $ aquellos o!os, que de pronto le hicieroncorrer un escalo0ro por la columna. 6ara deleite de la multitud, el sacerdote tuvo que repetirlela pregunta. Judith sinti que le ardan las me!illas al dar el s. (ecididamente, estaba mu$dispuesta a aceptar a Davin ontgomer$.

    6rometieron amarse, honrarse $ obedecerse. (espus vino el intercambio de anillos, en tantola multitud, moment+neamente callada hasta entonces, soltaba otro bra mido amenaador parael te!ado del templo. La lectura de la dote que aportara la novia casi no se o$. Aquelloshermo sos !venes contaban con el gran a0ecto de todos. Los no vios tomaron despus sendas

    canastillas con monedas de plata, para arro!arlas al gento reunido al pie de la escalina ta.Luego, la pare!a sigui al sacerdote al interior de la cate dral, silenciosa $ relativamenteoscura.

    Davin $ Judith ocuparon sitiales de honor en el coro, por encima de la muchedumbre de losinvitados. 6arecan nios por el modo en que se miraban 0urtivamente, a lo lar go de aquellamisa larga $ solemne. Los invitados los observaban con adoracin, encantados por aquelmatrimonio que se iniciaba como un cuento de hadas. Los !uglares $a estaban componiendolas canciones que entonaran despus, durante el banquete. Los siervos $ la clase mediapermanecan 0uera de la iglesia, intercambiando comentarios sobre las e%quisitas vestimentasde los invitados $, m+s que nada, sobre la bellea de la novia.

    6ero haba all una persona que no era 0eli. Alice ? de >?>

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    ella se ocupara de record+rselo cuanto antes. &o le permitira olvidarse de eso cuandoestuviera en el lecho con aquel demonio pelirro!o.

    3e mir las manos $ sonri. "ra duea de un anillo... s, lo tena consigo. Algo m+s tranquila,mir otra ve a los novios, mientras iba 0ormando un plan en su mente.

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    =na !oven bien educada !am+s habra admitido que le dis gustaba la idea de casarse con elhombre elegido para ella.

    I ueno, esposa ma I di!o con o!os chispeantes I, eso me complace sobremanera.

    "ran las primeras palabras que intercambiaban... $ no tuvieron tiempo para m+s. Los noviostenan que ponerse al 0rente de la 0ila para saludar a los cientos de invitados que iban a0elicitarlos.

    Judith permaneci serena !unto a su esposo, sonrien do a cada uno de los invitados. 8onoca amu$ pocos de ellos, puesto que su vida haba transcurrido en reclusin.

    Robert Revedoune, a un lado, la observaba para asegurarse de que no cometiera errores. &oestara seguro de haberse liberado de ella mientras el matrimonio no se consumara.

    La !oven haba temido, en un principio, que sus ropas 0ueran e%cesivamente ostentosas,pero al observar a sus hus pedes, murmurando palabras de agradecimiento, compren di quesu atuendo era conservador. Los asistentes vestan colores de pavo real... varios de ellos almismo tiempo. "n las mu!eres se vean ro!os, purp'reos $ verdes. Haba cua dros, listas,

    brocados, aplicaciones $ lu!osos bordados. "l vestido verde $ oro de Judith se destacaba por sudiscre cin.

    (e pronto, Rainee la tom por la cintura $ la levant en vilo para plantarle un sonoro beso encada me!illa.

    :K I ienvenida al clan de los ontgomer$, hermanita I le di!o con dulura, con lasme!illas surcadas por pro0un dos ho$uelos.

    A Judith le gust esa 0ranquea. "l siguiente 0ue i les, a quien ella conoca por habero0iciado l de represen tante durante el compromiso. Aquella ve la haba mirado como cono!os de halcn.

    iles segua observ+ndola de ese modo e%trao $ penetrante. "lla desvi los o!os hacia sumarido, que pare ca estar regaando a Raine por alguna broma sobre una mu!er 0ea. Raine,m+s ba!o que Davin, vesta de terciopelo negro con ribetes plateados1 sus pro0undos ho$uelos$ los risueos o!os aules hacan de l un hombre apuesto. iles era tan alto como el ma$or,pero de constitucin m+s ligera.

    (e los tres, era quien vesta con m+s lu!o# chaleco de lana verde oscuro $ chaqueta verdebrillante, 0orrada de martas oscuras. Le cea las esbeltas caderas un ancho cinto de cuero conesmeraldas incrustadas.

    Los tres eran 0uertes $ gallardos, pero al verlos !untos Davin eclipsaba a los otros. Al menos,as era a los o!os de Judith. "l sinti aquella mirada 0i!a en su persona $ gir hacia ella. Letom la mano $ le aplic un beso en los de dos. Judith sinti que su coran se aceleraba#

    Davin acaba ba de tocarle con la lengua la punta de un dedo.I 8reo que deberas esperar un rato, hermano, aunque comprendo los motivos de tuimpaciencia I ri Raine I. H+ blame otra ve de las herederas gordas $ demasiado alimentadas.

    Davin solt con desgana la mano de su esposa.

    I 6uedes burlarte de mi cuanto quieras, pero so$ $o quien la posee, de modo que reir el'ltimo. tal ve no corresponda hablar de risas.

    Raine de! escapar un sonido gutural $ asest un co dao a su hermano menor.

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    Davin contuvo el aliento al notar que ella le miraba la boca. =na r+pida mirada al sol le indicque a'n 0altaban muchas horas para tenerla s9o para s. &o comenara algo, que no pudieraterminar.

    I 5enemos que volver a la casa I di!o bruscamente I. &uestra conducta $a ha de haberprovocado maledicencia para varios aos.

    La a$ud a ponerse de pie. Al tenerla tan cerca le mir la cabellera, inhalando su especiada0ragancia. 3aba que el sol la haba entibiado1 su 'nica intencin 0ue aplicar un casto beso aaquellos cabellos, pero Judith levant la cara para sonrerle. A los pocos segundos la tenaabraada $ la estaba besando.

    "l escaso conocimiento que Judith tena sobre las relaciones se%uales provena de susdoncellas, que rean como niitas al comparar las proeas amatorias de un homI bre $ otro. 6oreso reaccion al beso de Davin no con la reticencia de una verdadera dama, sino con todo elentuI siasmo que senta.

    "l le puso las manos tras la nuca $ la muchacha abri los labios, apret+ndose a l. Fucorpulento eraG Los m'sI culos de su pecho se sentan duros contra su suavidad1 sus muslos

    eran como acero. Le gustaban su contacto, su olor, $ estrech el abrao.

    (e pronto, Davin se ech atr+s, respirando con !adeos breves.

    I 6areces saber demasiado de besos I observ, en0aI dado I. -Has besado mucho/

    La mente $ el cuerpo de Judith estaban tan llenos de sensaciones nuevas que no repar en sutono.

    I &unca antes haba besado a un hombre. is donceI llas me di!eron que era agradable, peroes m+s que eso.

    "l la mir con 0i!ea1 saba reconocer la sinceridad de aquella respuesta.

    I Ahora volvamos $ recemos para que anocheca temI prano."lla apart la cara enro!ecida $ lo sigui. 8aminaron con lentitud hacia el castillo, sinpronunciar palabra. Davin pareca concentrar su atencin en la tienda que se estaba erigiendo.3i no hubiera su!etado con tanta 0irmea la mano de su esposa, ella habra pensado que la tenaolvidada.

    8omo miraba hacia el lado opuesto, el !oven no vio a Robert Revedoune, que los estabaesperando. Judith s. Reco nociendo la ira en su mirada, se prepar para en0rentarse a l.

    I F(esgraciadaG I sise el padre I. Andas !adeando tras l como una perra en celo. F&o quieroque toda @nglate rra se ra de mG I Levant la mano $ la descarg de revs contra la cara deJudith.

    Davin tard un momento en reaccionar. &unca habra imaginado que un padre poda golpear asu hi!a. 8uando reaccion, lo que hio 0ue hundir el puo en la cara de su suegro, con lo cuallo de! despatarrado en tierra, totalmen te aturdido.

    Judith ech un vistao a su marido. 5ena los o!os ne gros $ la mandbula convertida engranito.

    I &o os atrev+is a tocarla nunca m+s I orden l en vo ba!a $ mort0era I. 3iempre conservo loque me perte nece... $ lo cuido.

    (io otro paso hacia Revedoune, pero Judith lo su!et por el brao.

    I &o, por 0avor. &o me ha hecho dao, $ $a le has hecho pagar esa pequea bo0etada.

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    Davin no se movi. Los o!os de Robert Revedoune iban de su hi!a a su $erno. 5uvo laprudencia de no pronun ciar palabra1 en ve de ello se levant para ale!arse con len titud.

    Judith tir de la manga de su esposo.

    I &o de!emos que nos arruine el da. "l nada sabe, salvo usar los puos.

    3u mente era un torbellino. Los pocos hombres que conoca habran pensado que todo padreestaba en su dere cho si castigaba a una hi!a. 5al ve Davin s9o la considera ba propiedadsu$a, pero su modo de hablar haba hecho que ella se sintiera protegida, casi amada.

    I (e!a que te mire I pidi Davin. 3u vo demostraba que le estaba costando dominar sucar+cter.

    Le desli la punta de los dedos por los labios, bus cando magulladuras o cortes. "lla estudila sombra de su mentn, all donde acechaba la barba ba!o la piel bien rasu rada. 3u solocontacto le a0lo!aba las rodillas. Levant la mano $ apo$ un dedo en la hendidura del mentn."l inte rrumpi su e%ploracin para mirarla a los o!os. Ambos guar daron silencio durantelargos instantes.

    I 5enemos que regresar a la casa I di!o Davin con tristea. La tom del brao para conducirlaotra ve al casti llo.

    Haban estado ausentes m+s tiempo del que pensaban.

    La comida haba sido retirada $ las mesas de caballete, desmanteladas, estaban amontonadascontra la pared. Los m'sicos a0inaban sus instrumentos, pues estaba a punto de iniciarse elbaile.

    I Davin I llam alguien I, t' la tendr+s el resto de tu vida. &o debes acapararla ho$ tambin.

    Judith se a0err al brao del moo, pero pronto se vio atrada a un crculo de enrgicosbailarines. "n tanto la lleva ban $ la traan con pasos r+pidos $ vigorosos, trat de no perder de

    vista a su marido. =n hombre ri entre dientes, hacindole levantar la vista.I Hermanita I di!o Raine I, de ve en cuando debe ras reservar una mirada para nosotros, losdem+s.

    Judith le sonri1 tuvo apenas tiempo de hacerlo antes de que un brao 0uerte la hiciera girar,levant+ndola del sue lo. 8uando volvi al lado de Raine, di!o#

    I -8mo ignorar a hombres tan apuestos como mis cuados/

    I uena rplica, pero, si tus o!os no mienten, es s9o mi hermano el que enciende la lu de lasestrellas en esos troos de oro.

    =na ve m+s, alguien se llev a Judith. "n el momen to en que giraba en braos de otro, vio

    que Davin sonrea a una bonita mu!er de vestido verde $ p'rpura. ?>

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    La tom del brao para conducirla al otro lado del saI 9n, le!os de Davin. Judith permanecimu$ quieta a su lado, observando a Davin, que guiaba a la mu!er de pelo castao por la pistade baile1 cada ve que l tocaba a la mu!er un dolor velo cruaba el pecho de su esposa. Raineestaba absorbido por la conversacin con otro hombre. "lla de! su copa $ camin lentamenehacia 0uera.

    (etr+s de la casa solariega haba un pequeo !ardn amurallado. 8ada ve que Judithnecesitaba estar sola acuda all. 5ena grabado a 0uego la imagen de Davin con la mu!er entresus braos. -6or qu la molestaba tanto/ Apenas haca unas cuantas horas que lo conoca.-u importaba que l tocara a otra/

    3e sent en un banco de piedra, oculto al resto del !ardn. -"ra posible que estuviera celosa/"n toda su vida no haba e%perimentado esa emocin, pero s9o saba que no quera ver a sumarido atento a otra.

    I 3aba que te encontrara aqu.

    Judith mir a su madre $ volvi a ba!ar la vista. Helen se apresur a sentarse a su lado.

    I -curre alg malo/ -Ha sido l poco amable contigo/I -Davin/ I pregunt Judith con lentitud, saboreando el sonido de ese nombre I.

    Al contrario. "s m+s que amable. A Helen no le gust lo que vea en la cara de su hi!a.

    "lla tambin haba sido as. La tom por los hombros, aunque el movimiento a0ectaba a subrao no del todo curado.

    I F(ebes escucharmeG Hace demasiado tiempo que postergo esta conversacin contigo. (a ada esperaba que algo impidiera este casamiento, pero no 0ue as. 5e dir algo que tienes quesaber# nunca !am+s con0es en un hombre.

    Judith quiso de0ender a su esposo.

    I F6ero si Davin es un hombre honorableG I di!o, terca.3u madre de! caer las manos en el regao.

    I Ah, s, son honorables entre ellos $ hasta con sus caballos. 6ero para todo hombre una mu!errepresenta menos que su caballo. =na mu!er se reemplaa con m+s 0acilidad $ cuesta menos."l hombre incapa de mentir al m+s miserable de sus vasallos no duda en contar las peores0+bulas a su esposa. &o tiene nada que perder. -u es una mu!er/

    I &o I di!o Judith I. &o puedo creer que todos sean as.

    I "n ese caso, te espera una vida tan larga $ desdichada como la ma. 3i $o hubiera aprendidoeso a tu edad, mi vida habra sido di0erente. 7o me crea enamorada de tu padre. Hasta se lo

    di!e. "l se ri de m. -3abes lo que signi0ica para una mu!er entregar su coran a un hombre $ver que l lo recibe con una carca!ada/

    I 6ero los hombres aman a las mu!eres... I comen Judith. &o poda creer lo que su madre leestaba diciendo.

    I Aman a las mu!eres, si, pero s9o a aquellas cu$as camas ocupan... $ cuando se cansan deuna, aman a otra. 39o ha$ un momento en que la mu!er tiene alg'n poder sobre su esposo#cuando a'n es nueva para l, cuando a'n opera la magia del lecho. "ntonces l la 2ama4 $ ellapuede dominarlo.

    Judith se levant, d+ndole la espalda.

    I &o todos los hombres ser+n como t' dices. Davin... I 6ero no pudo terminar.

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    Helen, alarmada, se acerc a ella $ la mir de 0rente.

    I &o me digas que te sientes enamorada de l. h, K: Judith, mi dulce Judith, -has vividodiecisiete aos en esta casa sin aprender nada, sin ver nada/ 5u padre tambin era as en trostiempos. Aunque te cueste creerlo, $o tambin era hermosa $ le agradaba. "s por eso por loque te digo estas cosas. -8rees que me gusta revelarlas a mi 'nica hi!a/

    5e prepar para la @glesia, para salvarte de estas cosas. 6rsta me atencin# tienes quea0irmarte ante l desde un principio, de ese modo te escuchar+. &unca le demuestres miedo.8uando la mu!er lo de!a translucir, el hombre se siente 0uerte. 3i planteas e%igencias desde unprincipio, tal ve te escuche... pero pronto ser+ demasiado tarde. Habr+ otras mu!eres $...

    I F&oG I grit Judith.

    Helen la mir con gran tristea. &o poda ahorrar a su hi!a el dolor que le esperaba.

    I 5engo que volver !unto a los invitados. -e acom paas/

    I &o I murmur la muchacha I. @r dentro de un mo mento. &ecesito pensar.

    Helen se encogi de hombros $ entr por el portn lateral. &o haba otra cosa que pudierahacer.

    Judith permaneci sentada en el banco de piedra, con las rodillas recogidas ba!o el mentn.entalmente de0en da a su esposo de lo que su madre haba dicho. =na $ otra ve pens encien maneras de demostrar que Davin era mu$ di0erente de su padre, pero casi todas eranproducto de su imaginacin.

    @nterrumpi sus pensamientos el ruido del portn al abrir se. =na mu!er delgada entr al!ardn. Judith la reconoci de, inmediato, pues vesa de modo tal que la gente reparaba en ella."l costado iquierdo de su corpio era de ta0et+n verde1 el derecho, ro!o1 los colores seinvertan en la 0alda. 8aminaba con aire seguro. Judith la observ desde su banco, oculto entrelas madreselvas. 3u primera impresin, al verla en la recep cin, haba sido que Alice de >?>

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    I 3o$ un hombre $ ella es hermosa. e gust, por supuesto.

    Judith quera abandonar el !ardn. Aun al ver a su esposo con la rubia quiso retirarse, pero sucuerpo pareca convertido en piedra1 no poda moverse. 8ada palabra que oa pronunciar aDavin era como un cuchillo en el coran# l haba suplicado a aquella mu!er que se casaracon l1 aceptaba a Judith por sus riqueas, a 0alta de otra me!or. Fu tonta haba sido al ver

    en sus caricias una chispa de amorGI -&o la amas/ I insisti Alice.

    I -8mo quieres que la ame/ &o he pasado con ella sino unas pocas horas.

    I 6ero podras enamorarte de ella I le espet la ru bia, seca. Dir la cabea a un costado.8uando volvi a mi rarlo haba l+grimas en sus o!os# enormes $ encantadoras l+grimas I.-6uedes asegurar que no la amar+s !am+s/

    Davin guard silencio.

    Alice suspir pro0undamente. Luego sonri entre l+ grimas.

    I 5ena la esperana de verte aqu. He hecho que nos enven un poco de vino.I 5engo que volver a la 0iesta.

    I &o te distraer por mucho tiempo I asegur ella con dulura, mientras lo guiaba a un bancoinstalado contra el muro de piedra.

    Judith la observaba 0ascinada. "staba contemplando a una gran actri. Haba visto cmo seclavaba diestramente la ua en la comisura de un o!o para provocar las l+grimas necesarias.3us palabras eran melodram+ticas. La !oven recin casada la observ, mientras Alice sesentaba en el banco con cuidado, para no arrugar el ta0et+n de su vestido, $ le serva dos copasde vino. 8on movimientos lentos $ rebuscados, se quit del dedo un anillo grande, abri elcompartimiento disimulado $ de! caer un polvo blanco en su propia bebida.

    "n tanto ella comenaba a sorber el vino, Davin le arranc la copa de la mano $ la arro! alotro lado del !ardn.

    I -u haces/ I acus.

    Alice se reclin l+nguidamente contra la pared.

    I uerra acabar con todo, amor mo. 6uedo soportar cualquier cosa si es por los dos. 6uedosoportar que me casen con otro $ que t' desposes a otra, pero necesito tu amor. 3in l nadaso$. I a! lentamente los p+rpados1 su e%presin de pa era tal que $a pareca ser un +ngel del3eor.

    I Alice I e%clam Davin, torn+ndola en sus braos Ino puedes quitarte la vida.

    I i dulce Davin, no sabes qu es el amor para las mu!eres. 3in l $a esto$ muerta. -A quprolongar el tor mento/

    I -8mo puedes decir que no tienes amor/

    I -e amas, Davin/ -3lo a m/

    I 6or supuesto. I "l se inclin para besarla en la boca, a'n con restos de vino. "l sol ponienteintensi0icaba el co lor aplicado a sus me!illas. Las pestaas oscuras lanaban una sombramisteriosa en ellas.

    I FJ'rameloG I pidi ella con 0irmea I. 5ienes que !urarme que me amar+s slo a m, a nadiem+s.

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    6areca poco precio por evitar que se matara.

    I Lo !uro.

    Alice se levant con prontitud.

    I 5engo que regresar antes de que se note mi ausen cia I pareca completamente recobrada I.

    -&o me olvida r+s/ -&i siquiera esta noche/ I susurr contra sus labios, hurg+ndole ba!o laropa. 3in esperar respuesta, escap de entre sus manos $ cru el portn.

    =n sonido de aplausos hio que Davin se volviera. All estaba Judith, con los o!os $ el vestidobrillando en un re0le !o del sol poniente.

    I F"%celente representacinG I di!o ella, ba!ando las manos I. Haca aos que no vea una igual."sa mu!er ten dra que estar en los escenarios de Londres. (icen que se necesitan buenoscmicos.

    Davin avan hacia ella con la ira re0le!ada en el rostro.

    I F6equea mentirosa $ 0alsaG F&o tienes derecho a espiarmeG

    I F"spiarteG I bram ella I. 3al del saln para to mar un poco de aire, puesto que mi esposo Ipronunci con burla esa palabra I me de!aba sola. 7 aqu, en el !ardn, he visto cmo miesposo se arrastraba a los pies de una mu!er llena de a0eites, capa de mane!arlo con el dedomeique.

    Davin levant un brao $ le dio una bo0etada. =na hora antes habra !urado que por nada delmundo era capa de hacer dao a una mu!er.

    Judith rod por tierra, en un alboroto de cabellera arre molinada $ seda de oro. "l sol pareciarrimarle una antor cha.

    (e inmediato Davin se sinti contrito, asqueado de lo que haba hecho, $ se arrodi99 paraa$udarla a levantarse.

    "lla se apart, con el odio brillando en sus o!os. 3u vo son tan serena, tan seca, que lapenas pudo entender lo que deca.

    I (ices que no queras casarte conmigo, que s9o lo has hecho por las riqueas que $o teaportaba. 7o tampoco quera casarme contigo. e negu hasta que mi padre, de lante de mivista, rompi un brao a mi madre como si 0uera una astilla. &o siento amor alguno por esehombre, pero menos a'n por ti. "l, por lo menos, es sincero. &o !ura amor eterno ante unsacerdote $ cientos de testigos, para !urar ese mismo amor a otra apenas una hora despus."res m+s des preciable que la serpiente del "dn. 3iempre maldecir el da en que me unierona ti. Has hecho un !uramento a esa mu!er. Ahora $o te har otro. Ante (ios !uro quelamentar+s este da. 6uedes obtener la riquea que ansas, pero !am+s me entregar a ti de buen

    grado.Davin se apart de Judith, como si se hubiera conver tido en veneno. 3u e%periencia con lasmu!eres se limitaba a las rameras $ a su amistad con unas pocas damas de la 8or te. 5odaseran castas $ pudorosas, como Alice. -u dere cho tena Judith a plantearle e%igencias, amaldecirlo, a ha cer !uramentos con (ios como testigo/ "l dios de toda mu !er era su marido.8uanto antes se lo enseara, me!or sera.

    Davin tom a Judith por la cabellera $ tir de ella ha cia s.

    I 5e poseer cuantas veces lo desee $ cuando quiera

    que se me anto!e, $ deber+s estar agradecida. I La solt $ le

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    dio un empu!n que volvi a dar con ella por tierra.I Aho ra lev+ntate $ prep+rate paraconvertirte en mi mu!er.

    I 5e odio I di!o ella por lo ba!o.

    I -u me importa/ 7o tampoco te amo.

    3us miradas se encontraron# gris acero contra oro. &in guno de los dos se movi hasta quellegaron las mu!eres encargadas de preparar a Judith para la noche nupcial.

    3e haba preparado un cuarto especial para los novios, separando un rincn grande de lashabitaciones altas, alre dedor de una chimenea. All haba una cama enorme, cu bierta con lasm+s suaves s+banas de hilo $ un cubrecama de ardilla gris, 0orrado de seda carmes. "l lechoestaba sem brado de ptalos de rosa.

    Las doncellas de Judith $ varias de las invitadas a$u daron a desvestir a la novia. 8uandoestuvo desnuda, apar taron los cobertores $ la !oven se acost. &o pensaba en lo que estabaocurriendo a su alrededor, sino en su propia san de. "n unas pocas horas haba olvidado unae%periencia de diecisiete aos sobre los hombres1 por unas pocas horas haba credo que uno

    de ellos poda ser bueno $ amable, hasta capa de amar. 6ero Davin era igual que todos1 talve peor.

    Las mu!eres rean estruendosamente ante su silencio.

    6ero Helen comprendi que en la conducta de su hi!a no haba s9o nerviosismo. Re ensusurros, pidiendo a (ios que a$udara a la !oven.

    "res a0ortunada le susurr al odo una mu!er ma $or . "n mi primer matrimonio meencontr en la cama con un hombre cinco aos ma$or que mi padre. e e%traa que nadie loa$udara a cumplir con sus deberes.

    aud ri agudamente.

    Lord Davin no necesitar+ a$uda. (e eso es to$ segura. 5al ve sea lad$ Judith quien necesite a$uda... $ $o o0recera de buena gana mis servicios ri otra.

    Judith apenas las escuchaba. 39o recordaba el !uraImento de amor de su esposo a otra mu!er,el modo en que le haba visto abraar $ besar a Alice. Las mu!eres la cubrieIron con la s+banahasta deba!o de los braos. Alguien le pein la cabellera para que 0ormara una suave cascadaso bre sus hombros desnudos.

    Al otro lado de la puerta de roble se o$ llegar a los hombres, con Davin a hombros. "l entrcon los pies hacia adelante, $a medio desvestido. Los hombres le o0recan a$uIda a gritos $hacan apuestas sobre su desempeo en la tarea que deba realiar. 39o guardaron silencio al

    ponerlo de pie, para mirar a la novia que esperaba en la cama. La s+baIna destacaba el tonocremoso de sus hombros $ la curva plena de sus pechos. La lu de las velas acentuaba las somIbras de las s+banas. 3u cuello desnudo palpitaba de vida. Haba en su cara una 0irme seriedadque le oscureca los o!os como si echaran humo1 sus labios parecan tallados en duro m+rmolbermelln.

    Fanos a la obraG grit alguien . -A quin se tortura/ -A l o a m/

    3e quebr el silencio. Davin 0ue r+pidamente desves tido $ empu!ado al lecho. Los hombresobservaron con avi de cuando aud apart los cobertores, de!+ndoles entre ver el contornode un muslo $ una cadera desnudos.

    FBuera todosG orden una mu!er alta . F(e!adlos en paG

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    Helen ech una 'ltima mirada a su hi!a, pero Judith mantena la vista clavada en las manos,cruadas sobre el regao.

    8uando la pesada puerta se cerr con violencia, la habitacin pareci de prontosobrenaturalmente silenciosa. Judith cobr dolorosa conciencia del hombre que tena a su lado.Davin permaneca sentado, mir+ndola. La 'nica lu del cuarto era la de las llamas que ardan

    en el hogar, ante los pies de la cama. "sa lu bailaba sobre la cabellera de la muchacha,arro!ando sombras sobre sus delicadas clavcu las. "n ese momento l no recordaba haberreido. 5ampo co pensaba en el amor. 3lo saba que estaba en el lecho con una mu!erdeseable. ovi la mano para tocarle el hombro1 quera comprobar si la piel era tan suavecomo pareca.

    Judith se apart bruscamente.

    F&o me toquesG di!o, con los dientes apretados.

    Davin la mir con sorpresa. Haba odio en sus o!os dorados $ tena las me!illas arrebatadas. Larabia le otorga ba m+s bellea, si eso era posible. 7 l nunca haba sentido un deseo tan0urioso. Le rode el cuello con una mano, hun dindole el pulgar en la carne suave.

    "res mi esposa di!o en vo ba!a . F"res maG

    "lla se resisti con todas sus 0ueras, pero nada eran comparadas con las de Davin, que laatra!o hacia s con 0a cilidad.

    FJam+s ser tu$aG le espet ella, antes de que sus labios la silenciaran.

    Davin quera ser suave con ella, pero aquella mu!er lo en0ureca, le inspiraba deseos demaldecira, de volver a pegarle. 6or encima de todas las cosas, deseaba poseerla.

    3u boca descendi hacia la de ella con brutalidad.

    Judith trat de apartarse, pero l le hio dao. &o se trataba del dulce beso de aquella tarde,

    sino de una especie de castigo para disciplinarla. 5rat de patalear, pero la s+ba na que losseparaba le enred los pies hasta que le 0ue casi imposible moverse.

    5e a$udar di!o Davin.

    7 arranc la s+bana, sac+ndola de ba!o el colchn. A'n la tena por el cuello. 8uando la tuvodesnuda ante s, a0lo! la mano para contemplarla, maravillado# los pechos plenos, la cinturaestrecha, las redondeadas caderas. Luego volvi a observar su rostro, sus o!os llameantes.5ena los labios en ro!ecidos por el beso. (e pronto sinti que ninguna poten cia terrestrepoda impedirle poseerla. Actu como si estu viera muerto de hambre, desesperado por elalimento, capa de matar o mutilar para obtener lo deseado.

    La empu! contra el colchn. Judith vio su e%presin sin comprenderla, pero tuvo miedo. Lo

    que l planeaba era algo m+s que un golpe de puo, de eso estaba segura. F&oG susurr, 0orce!eando.

    Davin era un caballero bien adiestrado.

    Las 0ueras de Judith eran las de un mosquito contra un troo de granito. 7 l le prest tantaatencin como a un insecto. "n ve de hacerle el amor, us su cuerpo. 39o sa ba que ladeseaba, que la necesitaba desesperadamente. 3e arro! sobre ella, abrindole las piernas conun muslo, $ la, bes otra ve con violencia.

    Al sentir la diminuta membrana que lo detena qued moment+neamente desconcertado. 6erosigui pu!ando, sin prestar atencin al dolor que eso provocaba a Judith. 8uan do ella grit, l

    le cerr los labios con su boca $ continu.

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    6arece que esta noche est+s ocupado di!o otro de los cantantes, riendo.

    Jocelin sonri, mientras cerraba el estuche de su la'd, pero no di!o nada.

    "nvidio al hombre que se ha llevado seme!ante es posa. "l otro sea9 las escaleras con lacabea.

    "s hermosa, s reconoci Jocelin , pero ha$ otras. &o como ella el hombre se le acerc . Algunos de nosotros vamos a encontrarnos con lasmu!eres de la no via. 3i quieres venir, ser+s bien recibido.

    &o puedo mani0est Jocelin en vo ba!a.

    "l cantante lo mir de sosla$o. Luego recogi su salterio $ abandon el gran sa9n.

    8uando la enorme sala qued en silencio, esparcidos por el suelo cien colchones de pa!a paralos sirvientes $ los invitados de menor importancia, Jocelin subi la escalera.

    3e preguntaba cmo habra hecho aquella mu!er para contar con un cuarto privado. Alice

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    39o un momento despus descendieron m+s. Lo que all vea no pareca tan poderoso. 6ero,ante sus o!os, aquello comen a crecer.

    La muchacha ahog una e%clamacin $ lo mir a la cara. "l estaba despierto, observ+ndola1sus pupilas se osIcurecan segundo a segundo. 7a no era el rela!ado hombre nio que habaestado observando, sino un moo lleno de pasin. "lla trat de apartarse, pero Davin a'n la

    tena su!eIta por la cabellera. 6eor a'n1 en verdad, Judith no deseaba resistirse. Record que loodiaba, pero sobre todo record el placer de hacer el amor.

    Judith di!o l.

    "l tono de su vo le provoc escalo0ros en los braos.

    "l la bes en la comisura de la boca. Las manos de la muchacha pu!aron vanamente contra sushombros, pero aun ese ligero contacto le hio cerrar los o!os, rendida. "l le bes la me!illa, el9bulo de la ore!a $ la boca. 3u lengua busc dulcemente la punta de la otra. La muchacha seech atr+s, sobresaltada, $ l sonri como si comprendiera. 3i Judith haba credo aprender enel curso de la noche cuanto caba saber sobre el amor entre hombre $ mu!er, ahora pen sabaque saba mu$ poca cosa.

    Los o!os de Davin haban tomado un tono de humo.

    La atra!o otra ve contra s $ le desli la lengua por los labios, tocando especialmente lascomisuras. "lla entreabri los dientes para degustarlo.

    3aba me!or que la miel# c+lido $ 0ro, suave $ 0irme.

    "%plor su boca como l lo haba hecho con la de ella, olvi dada de toda timide. "n realidad,olvidada de todo.

    8uando los labios de Davin le tocaron los pechos es tuvo a punto de gritar. 5ema morir ba!oesa tortura. 5rat de atraerle la cabea hacia la boca, pero l emiti una risa grave $ guturalque la hio temblar. 5al ve era su dueo, despus de todo.

    8uando estaba a punto de perder el !uicio, l se acost sobre ella, acarici+ndole la cara internade los muslos hasta hacerla temblar de deseo. Lo recibi con un grito1 no haba alivio para eltormento. 3e a0err de l, cindole la cintura con las piernas, elev+ndose para acompaarcada impulso.

    6or 0in, cuando se senta $a a punto de estallar, e%periment las palpitaciones que la aliviaban.Davin se de! caer sobre ella, apret+ndola tanto que apenas le permita respirar. 6ero en esemomento poco le importaba no respirar nunca m+s.

    =na hora despus se presentaron las doncellas para vestir a Judith $ despertaron a los recincasados. (e pron to, ella cobr aguda conciencia de que su cuerpo $ su cabe llera estaban

    enredados a Davin. aud $ Joan hicieron va rios comentarios sobre ese abandono. Lass+banas estaban manchadas $ haba m+s ropa de cama en el suelo que sobre el colchn. "lcubrecama de ardilla $aca al otro lado de la habitacin, !unto a la chimenea.

    Las doncellas levantaron a Judith $ la a$udaron a la varse. Davin holgaaneaba en el lecho,observando cada uno de sus movimientos.

    Judith no lo miraba1 no poda. "staba abochornada hasta el 0ondo de su alma. (etestaba aaquel hombre. "ra todo cuanto odiaba# vil, mentiroso, codicioso... 3in embar go, ella habaactuado sin el menor orgullo ante su solo con tacto. 6ese a haber prometido ante (ios que nole dara nada de buen grado, daba m+s de lo que habra deseado.

    Apenas not que sus doncellas le desliaban una ca misa de hilo 0ino por la cabea $ un

    vestido de terciopelo verde intenso, cubierto con intrincados bordados de oro. La 0alda

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    dividida de!aba asomar una ancha 0ran!a de enagua de seda. Las mangas, bien amplias, se0runcan en las mue cas1 presentaban algunos cortes por los que asomaba la seda verde clarodel 0orro.

    7 ahora, seora... di!o aud, entreg+ndole una gran ca!a de mar0il.

    Judith mir a su doncella con asombro, al tiempo que abra la ca!a. 3obre un acolchado deterciopelo negro se vea un amplio collar de 0iligrana de oro, tan 0ino como un cabe llo. (e laparte in0erior penda una hilera de esmeraldas, ninguna m+s grande que una gota de lluvia.

    "s... bellsimo susurr la muchacha . -8mo ha podido mi madre.../

    "s el regalo de bodas de vuestro esposo, mi seora corrigi aud con chispas en los o!os.

    Judith sinti la mirada de Davin 0i!a en su espalda $ se volvi para mirarlo. Al verlo en lacama, con la piel tan oscura contra la blancura de las s+banas, se le a0lo!aron las rodillas. Lecost un gran es0uero, pero se inclin en una reverencia.

    Dracias, mi seor.

    Davin apret los dientes ante tanta 0rialdad. Habra querido que el regalo la ablandara un poco.-8mo poda mostrarse tan ardiente en la cama $ tan 0ra 0uera de ella/

    Judith se volvi hacia sus doncellas. aud termin de abotonarle el vestido. Joan le tren unacapa de pelo, que 0ue intercalando con cintas de oro. Antes de que hubieran terminado, Davinles orden salir de la habitacin. Judith pre0iri no mirarlo mientras l se a0eitaba $ se vestaapresuradamente. 3e puso un chaleco castao oscuro, calas $ una chaqueta de lana parda con0orro de lince dorado.

    8uando dio un paso hacia ella, Judith tuvo que es0orarse por calmar su precipitado coran.Davin le o0reci el brao $ la condu!o aba!o, hasta donde esperaban los invitados.

    Asistieron !untos a misa, pero en esa ocasin no se miraron a los o!os ni l le bes la mano.

    6ermanecieron solemnes $ sobrios a lo largo de todo el servicio.Ante la casa solariega de Revedoune imperaba el bullicio1 el aire estaba cargado deentusiasmo. 6or todas partes 0lameaban coloridos estandartes, $a en lo alto de los palcos, $a enlas tiendas que cubran los terrenos. Los atavos centelleaban como piedras preciosas ba!o elsol. Haba nios que corran por entre los grupos de personas $ vendedores, con grandes ca!ascolgadas del cuello, pregonando su mercanca1 vendan de todo, desde 0rutas $ pasteles hastareliquias sagradas.

    La lia en s era un campo cubierto de arena, de cien metros de longitud, bordeado por doscercas de madera $ con otra en el medio. La cerca interior meda apenas un metro veinte dealtura, pero la e%terior llegaba casi a los dos metros $ medio. "l espacio interior era para los

    escuderos $ los caballos de los seores que iban a participar. Buera de la alta cerca, losmercaderes $ los vasallos se apretu!aban, tratando de lograr un me!or sitio para ver las !ustas.

    Las damas $ los caballeros que no participaran ocupaban bancos escalonados, lo bastantealtos como para verlo todo. "stos bancos estaban cubiertos por doseles $ sealados conestandartes que e%hiban los colores de las diversas 0amilias.

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    que sobrepasaba los cincuenta Pilos. 3obre los $elmos ondulaban las plumas con los coloresdel ca ballero.

    Judith caminaba con Davin hacia la ona donde se celebraran los torneos, aturdida por elruido $ los olores que los rodeaban. 6ara ella todo era nuevo $ estimulante, pero Davin tenapensamientos contradictorios. La noche haba sido una revelacin. &unca haba dis0rutado

    tanto con una mu!er como con esa 0lamante esposa. 8on demasiada 0recuencia, sus cpulashaban sido citas apresuradas o se cretas con Alice. Davin no amaba a la mu!er que haba desposado )por el contrario, hablarle lo en0ureca*, pero tam poco conoca pasin tan desinhibidacomo la su$a.

    Judith vio que Raine se acercaba a ellos, con la arma dura completa. "l acero tena grabadasdiminutas 0lores de lis de oro. Llevaba el $elmo ba!o el brao $ caminaba como si estuvierahabituado al enorme peso de la armadura. 7 as era.

    Judith, sin darse cuenta, solt el brao de su marido al reconocer a Raine. "l cuado seacercaba a paso r+pido, con una sonrisa llena de ho$uelos, de las que a0lo!aban tantas rodillas0emeninas.

    Hola, hermanita ma le sonri . "sta maana me he despertado pensando que tu belleahaba sido un sueo, pero veo que era real $ hasta m+s acentuada.

    "lla qued encantada.

    7 t' das m+s brillo al da. -

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    Las mu!eres de iles eran chiste vie!o en el castillo de los ontgomer$. 3tephen, el segundode los hermanos, sola que!arse de que el !ovencito hubiera de!ado embaraadas a la mitad delas siervas antes de los diecisiete aos $ la otra mitad antes de los dieciocho . -&o ves queDavin nos est+ 0ulminando con la mirada/

    Los dos est+is haciendo el tonto observ Davin con un gruido . Ha$ mu!eres de sobra

    aqu. @d a buscar a otra para pavonearos como asnos.Apenas Judith termin de atar la cinta de iles, los dedos de su marido se le clavaron en elbrao, apart+ndola por la 0uera.

    Fe haces daoG e%clam, tratando de liberarse, pero sin lograrlo.

    Har algo peor si insistes en e%hibirte ante otros hombres.

    F"%hibirmeG 5ir de su brao, pero s9o consi gui que Davin la su!etara con m+s 0uera.A su alrededor haba muchos caballeros que se arrodillaban ante las damas para recibir cintas,cinturones, mangas de vestido $ hasta !o$as. 7 l la acusaba de e%hibirse. La personadeshones ta siempre piensa que los otros lo son. 5al ve quieres acu sarme de tus propios

    de0ectos."l se detuvo para mirarla con 0i!ea, oscuros los o!os.

    5e acuso s9o de lo que tengo a la vista. "st+s ar diendo en deseos por un hombre $ nopermitir que hagas de ramera ante mis hermanos. Ahora sintate aqu $ no cau ses m+sre$ertas entre nosotros.

    Dir sobre sus talones $ se march a grandes pasos, de!ando sola a Judith en los palcos quee%hiban el escudo de los ontgomer$.

    6or un momento los sentidos de Judith de!aron de 0uncionar1 no vea ni oa nada. Lo queDavin haba dicho era in!usto. Habra podido olvidarlo sin prestarle atencin, pero l acababade arro!arle a la cara lo que ellos hacan en privado. "so era imperdonable. -Acaso habahecho mal en responder a sus caricias/ 7 en ese caso, -cmo se haca para evitarlo/ Apenasrecordaba los acontecimientos de la no che, porque todo se haba convertido en una deliciosanie bla ro!ia en su memoria. Aquellas manos sobre su cuerpo, que provocaban oleadas dedeleite... Recordaba poca cosa m+s. 6ero l se lo echaba en cara como si estuviera impura.

    6arpade para contener las l+grimas de 0rustracin. 5ena ran en odiarlo.

    3ubi los peldaos para acomodarse en los asientos de la 0amilia. 3u marido la haba de!adosola, sin presentar la a sus 0amiliares. Judith mantuvo la cabea en alto, para no demostrar quesenta deseos de llorar.

    Lad$ Judith.

    6or 0in una vo suave penetr en sus sentidos. Al vol verse vio a una mu!er ma$or, vestida conel sombro h+bito de las mon!as.

    6ermitidme presentarme. &os conocimos a$er, pero no creo que vos lo recordis. 3o$ ar$,la hermana de Davin.

    ar$ tena la vista 0i!a en la espalda de su hermano. Resultaba e%trao en l que se ale!ara,de!ando sin atencin a una mu!er. Los cuatro varones eran sumamente corteses. 3in embargo,Davin no haba sonredo una sola ve a su esposa $, aunque no participaba en los !uegos, ibarumbo a las tiendas. ar$ no comprenda nada.

    Davin caminaba por entre la muchedumbre hacia las tiendas instaladas detr+s de la lia.uchos le daban palmaIdas en la espalda o le hacan guios de entendimiento. 8uanto m+s se

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    acercaba a las tiendas, m+s alto se tornaba el resonar 0amiliar del hierro $ el acero. "ra deesperar que la cordura de esa guerra 0ingida le calmara los nervios.

    "ch los hombros hacia atr+s, con la mirada 0i!a hacia adelante. &adie habra adivinado laciega ira que lo colmaIba. F"lla era una bru!aG F=na bru!a magistral, llena de artiImaasG3enta deseos de castigarla $ de hacerle el amor, todo al mismo tiempo. Ante sus mismos o!os,

    sonrea con dulura a sus hermanos, pero a l lo miraba como si 0uera algo detestable.7 l no poda pensar sino en la noche pasada, en el 0ervor de sus besos $ la codicia de susabraos, 6ero eso s9o despus de que l la obligara a acercarse. La primera ve, haba sidouna violacin1 la segunda, una orden dada tir+ndole dolorosamente del pelo. Aun la tercera vehaba tenido que actuar contra la protesta inicial de la mu chacha. 3in embargo, a sushermanos les dedicaba sonri sas $ cintas de oro... oro como el de sus o!os. 3i era capa dedemostrar tanta pasin por l, despus de haber admi tido que lo odiaba, -cmo sera con elhombre a quien amara/ Al verla con Raine $ iles, Davin la imaginaba toc+ndolos,bes+ndolos... Le haba c