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1 DESCENTRALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y TAREAS DEL MUNICIPALISMO COLECCIÓN IDEAS Mario Rosales 1 Año 12 Nº 120 Julio 2011 1 Experto en Descentralización y Desarrollo Local. Consultor del Observatorio Latinoamericano de la Descentralización. de la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones, FLACMA ( [email protected] ). Este texto se basa en los 2 informes mundiales sobre descentralización de CGLU y otros documentos que se citan. No obstante, parte de la información ha sido actualizada y los juicios son de responsabilidad del autor.

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DESCENTRALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y TAREAS DEL MUNICIPALISMO

COLECCIÓN IDEAS

Mario Rosales1

Año 12 Nº 120

Julio 2011

1 Experto en Descentralización y Desarrollo Local. Consultor del Observatorio Latinoamericano de la Descentralización. de la

Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones, FLACMA ( [email protected] ). Este texto se basa en los 2 informes mundiales sobre descentralización de CGLU y otros documentos que se citan. No obstante, parte de la información ha sido actualizada y los juicios son de responsabilidad del autor.

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“Los primeros esfuerzos de descentralización derivan de imperativos endógenos y

presiones internas: pluralidad étnica, tensiones religiosas, crisis económicas,

demandas de las minorías por participación y representación, presión para

mejorar la gestión territorial. Más adelante, entran en juego factores exógenos,

como redes mundiales que buscan limitar los poderes de los gobiernos centrales y

alientan a nuevos actores a participar en un ámbito internacional globalizado. Su

propagación actual se relaciona con la "tercera ola de la democratización”

donde, desde 1970 en adelante, más de 30 países inician procesos de

descentralización y democratización. Otro factor de propagación son las

organizaciones internacionales -como el Banco Mundial y la Unión Europea- que

exigen reformas descentralizadoras a quienes desean trabajar con ellos”.

Comité de Descentralización y Autonomía Local de la CGLU

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1. INTRODUCCIÓN: EL MUNICIPIO, HISTÓRICO AGENTE DEL DESARROLLO LOCAL

El municipio -con ese u otro nombre- es la forma natural de autogobierno que se

dan las comunidades que habitan en un territorio preciso. Según la tradición y la

práctica latinoamericana, los componentes básicos de la institución municipal

son un territorio, una población, una cultura y un gobierno local. Pero el territorio

es mucho más que un simple espacio físico y constituye un medio ambiente

complejo; la población trasciende la cantidad de habitantes siendo una

comunidad con relaciones sociales y políticas dinámicas; en tanto que la cultura

representa la acumulación histórica de saber generado por la sociedad local

actuando sobre su territorio.

COMPONENTES DEL MUNICIPIO

Un territorio o espacio físico, que posee las características particulares y exclusivas de

una conformación geográfica única. Uno o varios climas; fuentes de agua y riquezas

minerales; riquezas naturales vivientes como flora y fauna locales. Este conjunto

funciona sistémicamente, dando lugar a un medio ambiente específico con rasgos

propios y equilibrios delicados, que es necesario respetar, preservar y valorizar.

Una población, que más que una mera cantidad de personas, es una comunidad

local con una estructura social compleja y dinámicas sociales, culturales y

demográficas particulares, conformada por actores e instituciones variadas, que

originan una sociedad con identidades, intereses y organización compleja. Las

organizaciones y relaciones de confianza establecidas conforman el capital social del

territorio.

Una cultura en su sentido amplio, es decir, saber acumulado por la interacción

constante entre la población y el territorio. La vida local ha generado un idioma,

dialecto o sus variantes; se han creado formas de alimentación en base a los

productos de la zona (comida típica); hay viviendas y construcciones adaptadas al

clima existente (patrimonio arquitectónico); y se han desarrollado costumbres, hábitos

y técnicas propias (patrimonio cultural). La cultura genera una identidad, que permite

que los grupos humanos que allí habitan se distingan de otras comunidades,

desarrollando una autovaloración positiva de sí mismos.

Una institucionalidad, dentro de la cual operan formas locales de gobierno,

compatibles con las usanzas y normas del país, que expresan idiosincrasia y relaciones

de poder, representando a los diversos actores y grupos sociales del territorio.

Elaboración propia

Municipio y principio de subsidiariedad

En síntesis, el municipio es una entidad viva, asentada en un medio ambiente

complejo y delicado, donde habita un conjunto humano dinámico, creador de

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saber y cultura, que articula recursos materiales, capital social, humano y técnico

para generar riqueza y lograr un desarrollo endógeno autogenerado, de modo

de alcanzar niveles adecuados de progreso y bienestar. Igualmente, la sociedad

local posee una historia, expresión del quehacer de sus actores en el tiempo, y

una institucionalidad particular, que incluye al gobierno local. Incluso un

municipio pequeño posee una realidad multidimensional, única y altamente

compleja.

La alta complejidad de la vida local, sus particularidades únicas y la dinámica

imprevisible de cada proceso territorial -más el hecho de que este se desarrolla en

democracia- son recogidos por el principio de subsidiariedad, que establece que

aquello que la comunidad y su gobierno local pueden resolver por sí mismos debe

ser realizado sin otra intervención del gobierno nacional que la de apoyar y

complementar. El principio de subsidiariedad –incorporado en varias

constituciones europeas- contiene varios enunciados que reivindican los derechos

primarios de las comunidades y sus gobiernos locales para ocuparse de sus

asuntos propios, evitando intervenciones tempranas o excesivas de los poderes

nacionales o internacionales.

En este sentido, históricamente los municipios constituyen un genuino agente de

desarrollo local avalado por sus múltiples intervenciones en favor de la población

del territorio tanto para resolver sus problemas, como para proveerla de ciertos

servicios básicos. En la actualidad sabemos que los gobiernos locales resuelven

problemas, prestan servicios y, además, estimulan y facilitan el desarrollo local.

Habiendo sido debilitados durante décadas, es conveniente devolverles

competencias, recursos y autonomía para que ejerzan mejor sus tareas. Es decir,

es necesario descentralizar en el sentido político, administrativo y fiscal del

término.

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2. CENTRALISMO Y PROCESOS DE DESCENTRALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA

América Latina es un continente históricamente concentrado. El centralismo

colonial cede en parte durante la independencia, cuando los cabildos abiertos

de las principales ciudades asumen posturas emancipadoras contra los países

coloniales. Durante el siglo XIX, en las nacientes naciones se suceden guerras y

conflictos internos que confrontan a grupos sociales con intereses diversos. A lo

largo del siglo XX, los emergentes países refuerzan la centralización política y

económica en desmedro de las entidades intermedias y los municipios. Después

de la Segunda Guerra Mundial, la planificación nacional y la política de

sustitución de importaciones mantienen las políticas centralistas que sólo

menguan el último tercio del siglo, por efecto de sucesivas crisis económicas,

políticas y de procesos de democratización.

El Principio de subsidiariedad

El primer postulado del principio de subsidiariedad establece que “el Estado

interviene sólo cuando la sociedad no es capaz resolver sus necesidades por sí

misma y sólo tanto como sea necesario”... con claridad el Estado no debe intervenir

si la sociedad puede resolver un asunto por sí misma.

El segundo postulado del principio de subsidiariedad establece que “cuando el

Estado interviene, lo debe hacer el nivel más cercano a la población: el nivel local”.

Muchas competencias que hoy se ejercen desde dependencias nacionales, han

sido localmente asumidas por la sociedad desde sus orígenes.

El tercer postulado del principio de subsidiariedad establece que: “cuando el

gobierno de ámbito local no puede asumir las competencias que le son inherentes,

lo hace un gobierno de ámbito mayor”. Evidentemente, no todos los municipios

cuentan con las capacidades necesarias para impulsar los diferentes procesos de

desarrollo desde los gobiernos locales y por tanto no logran asumir las

competencias que la legislación establece.

Finalmente, el cuarto postulado del principio de subsidiariedad establece que:

“cuando interviene un ámbito superior de gobierno, éste debe crear las

capacidades necesarias para que asuma las competencias el ámbito al que le

corresponde”. Este postulado debe dar lugar al desarrollo de capacidades locales,

es decir transferir fortalezas, conocimientos, instrumentos y recursos para desarrollar

el capital social de la localidad para que asuma con creciente eficiencia las

competencias que la ley le asigna.

Ugarte, Álvaro, en “El proceso de descentralización en el Perú: logros y agenda

pendiente”. INICAM, Lima, 2009.

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Ventajas de la descentralización

No existen fórmulas o recetas que garanticen el éxito de la descentralización. Sin

embargo, hay beneficios:

1. Eficiencia administrativa. Es muy difícil encontrar la escala ideal para proporcionar

cada servicio público, pero es importante asignar a cada nivel de gobierno las

tareas que puede llevar a cabo más eficientemente (principio de subsidiariedad).

2. Control, equilibrio y transparencia. La existencia de poderes públicos autónomos

promueve la estabilidad, ya que las políticas son elaboradas por un mayor número

de participantes involucrados y con derecho a expresar opinión. Los controles y

balances pueden darse en forma vertical, debido a que el control ejercido por

unos poderes sobre otros aumenta la transparencia.

3. Participación y democracia. La creación de nuevos espacios políticos permite a

nuevos grupos ser incluidos, lo que a su vez amplía y refuerza la democracia y

legitima al Estado.

4. Distribución de poder y estabilidad. La descentralización permite la distribución del

poder entre diferentes sectores sociales, lo que promueve la estabilidad del sistema

mediante la incorporación de mecanismos para controlar la redistribución

democráticamente el poder.

5. Desarrollo económico. La descentralización promueve un desarrollo territorial más

equilibrado, por la autonomía de la gestión. En un contexto de globalización

económica y cultural la flexibilidad de los gobiernos locales y regionales permite

diseñar y posibilita el desarrollo territorial endógeno.

6. Preferencias y tamaños. Los gobiernos locales y regionales tienen más y mejor

información sobre las necesidades ciudadanas, son capaces de identificarlas y

decidir acerca del orden de prioridad y manera de satisfacerlas. El tamaño de los

países y sus niveles de descentralización dependen de la relación entre las

economías de escala (lo cual favorecería la existencia de grandes estados

centrales) y la heterogeneidad de la población y sus necesidades (que favorece la

existencia de pequeños estados y fomenta la descentralización).

7. Competencia y dinamismos. En ambientes democráticos, la competencia entre los

diferentes niveles de gobierno evita crear impuestos innecesarios y limita las

acciones negativas para la población. Los territorios bien gestionados son

dinámicos y atraen población (“votar con los pies”).

8. La cohesión social. La prestación de servicios públicos a nivel de los ciudadanos

favorece la cohesión social. En los últimos años, la justificación de la

descentralización ha pasado de estar más basada en cuestiones de identidad a

centrarse en las mejoras económicas y sociales.

9. Laboratorios de la innovación y creación de los líderes. Los territorios pequeños

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Durante las décadas de los 80 y 90, la transición democrática en varios países

combina reformas del Estado con descentralización, aunque también se

liberalizan las economías y reduce el gasto estatal. Hay varias oleadas

descentralizadoras: una más económica y neoliberal, otra que enfatiza los

aspectos sociales y democráticos2. La primera surge a partir de los 80, en un

contexto de crisis de la deuda y alta inflación y busca reducir el tamaño de la

administración central del Estado, eliminar el déficit fiscal y potenciar el

mercado. Las economías enfrentan ajustes estructurales, se transfiere la

prestación de ciertos servicios a los gobiernos subnacionales y se privatizan otros,

incluidas algunas grandes empresas estatales.

Aunque la situación varía de un país a otro, este primer ciclo de políticas no

genera los resultados esperados y produce severos problemas sociales,

económicos y políticos, como lo expresa el caso chileno. La segunda opción

descentralizadora se desarrolla desde la década de los 90, en medio de crisis

financieras y sociales que afectan a la Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, México,

Perú y Venezuela. Se integran estrategias correctoras del paradigma neoliberal,

que incluyen políticas sociales y mayor preocupación por el desarrollo

democrático y la participación ciudadana.

Desde la década de los 80 los regímenes autoritarios son reemplazados

paulatinamente por gobiernos nacionales democráticos, que estimulan la

elección popular de las autoridades locales. Si bien en 1980 en pocos países se

elegía a los alcaldes y concejales, en la actualidad todas las naciones poseen

gobiernos municipales electos por sufragio universal. La mayor parte de los países

democratiza y reforma sus Estados mediante progresivas transformaciones

institucionales, políticas y jurídicas de las cuales forman parte la descentralización

y el fortalecimiento de los gobiernos subnacionales3.

2 Finot, Iván, 2001 y Wiesner, Eduardo 2003. 3 Valadés; Diego y Serna José María, 2000; Carbonell, Miguel 2004; Fix Héctor y Valencia Salvador, 2005.

constituyen laboratorios para la experimentación de políticas y alientan la

innovación. Es más sencillo aplicar nuevas políticas en pequeña escala y, una vez

logrado su éxito, aplicarlas en territorios mayores. Las políticas locales y regionales

generan ambientes que atraen a personas con talento en gestión.

10. Promoción de la paz. Los procesos de descentralización son un mecanismo

adecuado para reducir los conflictos culturales y aplicar políticas étnicas,

garantizando la participación política, la defensa de las minorías y la eficaz

distribución de los recursos.

Comisión de Descentralización y Autonomía Local de la CGLU

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No obstante, la profundidad de las reformas y su impacto difieren notablemente

de un país a otro. Mientras que las federales Argentina, Brasil, México refuerzan a

los gobiernos intermedios, los países unitarios amplían el rol de los municipios y

varios de estos últimos crean gobiernos intermedios electos en las regiones o

departamentos, como acontece en Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay, con una

mixtura interesante entre federalismo y régimen unitario.

El concepto de descentralización

Existe cierto consenso entre los expertos en distinguir ciertos tipos de

descentralización tales como descentralización política o devolución,

descentralización administrativa o desconcentración, además de la

descentralización fiscal o de los recursos financieros. En la práctica

latinoamericana se combinan diversas modalidades de traspaso, generalmente

con competencias compartidas entre diversos niveles de gobierno y con

participación de privados y organizaciones de la sociedad civil en la gestión real

de los servicios. Se suele distinguir entre:

Descentralización administrativa o desconcentración, en que una unidad

administrativa del Estado delega de modo subordinado la operación de un

servicio. Ciertos gobiernos nacionales han traspasado la administración de

algunos servicios –como la educación, la salud y los subsidios sociales en Chile

durante los años 80- a los municipios, reteniendo el nivel central la capacidad

de decidir acerca de los contenidos y características de los servicios prestados.

Descentralización política o devolución, donde una unidad administrativa

estatal central transfiere sus atribuciones y recursos a una administración local

dotada de autonomía. En este caso, los municipios reciben la competencia y

los medios, pero también desarrollan las capacidades de decidir de modo

autónomo acerca de cómo administrar la función o competencia de acuerdo

a las particularidades locales. En el caso de la gestión del impuesto territorial o

predial en Paraguay o Costa Rica, traspasado desde el gobierno central a las

municipalidades, que ha implicado importantes incrementos de los recursos

locales, en la medida en que hay un esfuerzo fiscal municipal.

Privatización, que implica el traspaso de actividades públicas de producción

de bienes y servicios al sector privado, sea en concesión a largo plazo o con

venta de la empresa, cuando los agentes privados poseen capacidades para

gestionar eficazmente y con costos socialmente razonables. El gobierno

nacional, intermedio o local mantienen sus facultades fiscalizadoras.

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Participación, autogestión o cogestión. Supone la incorporación de los

empleados y la comunidad de usuarios en la toma de decisiones, ejecución

de la prestación y supervisión de la misma. En el complejo mundo actual es

básico incorporar a los usuarios en la gestión de los servicios. Es el caso de

algunas comunidades educativas en Centroamérica o en los Estados Unidos.

O de los servicios de recolección de residuos, que recurren de modo creciente

a los usuarios para lograr la separación de los desechos y reducir su volumen.

¿Qué entendemos por descentralización?

El concepto de descentralización genera acuerdo, pero no consenso. Definimos la

descentralización como: “proceso de reorganización del Estado y transferencia gradual de

competencias originalmente realizadas por el gobierno central -acompañada de los recursos

correspondientes -hacia otras esferas de gobierno (estados federales, gobiernos regionales o

provinciales y gobiernos municipales)”. Existen diferentes tipos y formas:

Tipos de descentralización:

Descentralización política: delegación del poder político, autoridad y recursos hacia los

niveles subnacionales de gobierno, que representa y debe rendir cuentas a la población

local que asignó el poder.

Descentralización administrativa: transferencia desde el Estado central hacia sus extensiones

administrativas locales -o a autoridades del gobierno local- de determinadas capacidades

de planificación y gestión de asuntos concretos, sin perder la potestad de exigir rendición de

cuentas hacia el nivel central de gobierno.

Descentralización fiscal: redistribución de recursos del gobierno central a los niveles

subnacionales de gobierno y de la capacidad de decisión de usar estos recursos de manera

eficaz mediante una gestión financiera transparente.

Formas de descentralización:

Devolución: descentralización política referida a la total transferencia de responsabilidades,

toma de decisiones, recursos y generación de ingresos hacia una autoridad pública local

autónoma, independiente respecto de su autoridad, con potestad legal reconocida dentro

de los límites geográficos donde ejerce autoridad y desempeña funciones públicas.

Delegación: tipo de descentralización administrativa, referida a la redistribución de

responsabilidades administrativas a las unidades del gobierno u organismos que no son

dependencias de la autoridad central, respetando la rendición de cuentas al Estado central.

Desconcentración: el Comité de Descentralización y Autonomía Local de CGLU considera

que la desconcentración no es un modo de descentralizar, y sólo es una dispersión territorial

desde el poder central de ciertas transferencias administrativas de responsabilidades del

gobierno central a las estructuras públicas locales, manteniéndose siempre la responsabilidad

del gobierno local respecto y hacia el gobierno central.

Comité de Descentralización y Autonomía Local de la CGLU

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Visión de síntesis de la descentralización en América Latina

Desde la década de los 80 hasta ahora, los procesos de descentralización se han

aplicado prácticamente en todos los países de América Latina, si bien su

profundidad, resultados y consecuencias varían de un país a otro. Ello refleja las

diferencias de grado de desarrollo, tamaño del Estado, fecha de inicio de la

descentralización y otros factores particulares propios de cada país. Una síntesis

apretada del proceso es la siguiente:

Los gobiernos locales de Colombia y Brasil –países pioneros de la

descentralización- movilizan ahora importantes recursos, gozan de autonomía,

prestan servicios clave y promueven el desarrollo.

Indicadores de descentralización en América Latina por países

País

Ingreso Per

Cápita

ajustado a

capacidad

de compra

en US$

Gasto del

gobierno

general,

GGT: en

miles de

millones de

US$

Gasto del

gobierno

general

en GGT %

PIB

% Gasto de

los

gobiernos

intermedios

en GGT

% Gasto

municipal en

GGT

1. Argentina 14.603 70.468 32,9 42,0 8,8

2. Bolivia 4.357 7.262 43,6 10,2 16,8

3. Brasil 10.607 420.253 31,5 28,7 26,3

4. Chile 13.561 31.064 19,0 --- 12,8

5. Colombia 8.589 48.405 29,8 14,3 18,7

6. Costa Rica 10.870 5.664 21,5 --- 3,7

7. Ecuador 7.931 10,357 18,9 --- 23,4

8. El Salvador 6.498 3.533 17,3 --- 7,0

9. Guatemala 4.694 5.620 15,5 --- 4,4

10. Haití 949 802 15,0 --- ---

11. Honduras 3.750 3.770 26,6 --- 4,9

12. Nicaragua 2.567 1.461 28,0 --- 3,8

13. México 13.971 339.502 31,2 25,3 6,5

14. Panamá 13.347 6.855,2 44,9 1,7 1,7

15. Paraguay 4.585 2.109 20,3 ---- 6,3

16. Perú 8.424 17.137 15,9 17,6 16,4

17. R.

Dominicana

8.273 7.612 17,9 --- 5,3

18. Uruguay 13.808 8.611 30,8 --- 12.3

19. Venezuela 11.846 58.888 25,8 Sin datos 8,0

Fuentes: Observatorio Latinoamericano de la Descentralización FLACMA. Informe Desarrollo

Humano PNUD 2010;

Segundo Informe Mundial CGLU y cálculos propios. Elaboración: M. Rosales

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Chile desconcentra durante los 80 y descentraliza la primera mitad de los 90.

Luego el proceso de descentralización se estanca.

En Argentina la descentralización favorece básicamente a los gobiernos

provinciales y los municipios quedan en gran medida al margen.

Bolivia y Ecuador, desde 1994 y el año 2000 respectivamente, redistribuyen

recursos y trasladan competencias a los gobiernos municipales, avanzando

fuertemente en la descentralización.

En Perú, la descentralización de los 80 se revierte bajo Fujimori y se recupera

desde el 2000.

En Venezuela, la descentralización de los 90 es corregida por reformas que

afectan el nivel local: ahora hay una recentralización sutil, con menor

autonomía y recursos para los municipios.

Uruguay crea recientemente el nivel municipal, que separa a las juntas locales

de los departamentos, conformando 89 municipios y dando lugar a tres

niveles de gobierno.

En Paraguay, pese a los avances de los 90, la descentralización continúa

siendo incipiente.

México avanza en un “nuevo federalismo”, mediante la apertura del sistema

político y la alternancia democrática. Pero las reformas jurídicas y financieras

favorecen a los gobiernos estaduales y los progresos prácticamente no

alcanzan el nivel municipal.

Situación actual de la descentralización en los países de América Latina

País:

Inicio de la

descentrali

zación a

los

municipios

Situación actual de la descentralización y temas de la agenda

nacional

1. Argentina ---- Estancada. No es tema prioritario en la agenda política actual.

2. Bolivia 1994 En revisión. Adecuación de las leyes descentralizadoras a la nueva

Constitución.

3. Brasil 1988 Descentralización consolidada no es prioridad de la agenda

política actual.

4. Chile 1990 Estancada desde mediados de los 90. No es tema de la agenda

política actual.

5. Colombia 1986 Tendencias a la recentralización por crisis fiscal y conflicto armado.

6. Costa Rica 2001 Ley descentralizadora. Dilema: ¿Cómo traspasar las competencias

y recursos?

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Los países centroamericanos y del Caribe evolucionan más lentamente, desde fines de

los 90 y durante la década del 2000.

Guatemala y Nicaragua aprueban leyes de descentralización, en tanto

Honduras y El Salvador incrementan las transferencias financieras a los

municipios.

Costa Rica introduce la elección popular de alcaldes en 2002, pero no se

transfieren nuevos recursos a los municipios, pese a que la ley así lo determina;

Panamá registra avances menores: se eleva a rango constitucional la

descentralización, pero la ley que la aplica no entra aún en vigencia.

En República Dominicana la descentralización está en la agenda pública y la

ley establece el incremento de los recursos municipales, pero este traspaso se

realiza con lentitud.

Cuba permanece centralizada y Haití confronta un severo problema de

gobernabilidad.

7. Ecuador 1997 En revisión: ajustes de las leyes descentralizadoras a la nueva

Constitución.

8. El Salvador 1992 Hay normativa descentralizadora y demandas por incremento de

recursos.

9. Guatemala 2002 Estancada. No es tema de la agenda política nacional actual.

10.Haití 1987 Detenida. Crisis general del sistema político e institucional nacional

y local.

11.Honduras 1993 Pospuesta por crisis política. Debate por municipalización de

educación pública

12.Nicaragua 2003 Recentralización por conflicto político: menos poder y recursos

municipales.

13.México ---- Gobiernos estaduales y del Distrito Federal fortalecidos, municipios

afuera.

14.Panamá 2004 Detenida. La ley de descentralización ha sido suspendida por el

gobierno actual.

15.Paraguay 1992 Mayores transferencias a los municipios. ¿Cómo fortalecer la

gestión municipal?

16.Perú 2002 En proceso, pero municipios reclaman por reducción en la entrega

de recursos.

17.R.

Dominicana

2003 No se cumple ley que asigna 10% del presupuesto nacional a los

municipios.

18.Uruguay 1996 Creación de 89 gobiernos municipales como tercer nivel de

gobierno.

19.Venezuela 2005 Recentralización y debilidad municipal por el agudo conflicto

político.

Fuente: Fichas de países Observatorio Latinoamericano de la Descentralización. Elaboración:

M. Rosales

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En Bolivia y Ecuador la descentralización ha logrado avances importantes en los

años recientes, pero los gobiernos locales deben adecuarse a las nuevas

constituciones vigentes. Colombia, país pionero, enfrenta ahora tendencias

recentralizadoras, presionada por la crisis fiscal y el conflicto armado. Venezuela

ajusta sus estructuras y reduce los recursos y autonomía de sus municipios.

3. LOGROS, LÍMITES Y APRENDIZAJES DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN AMÉRICA

LATINA

En el periodo en el cual se realizan los procesos de descentralización se logran

importantes resultados que profundizan la democracia y estimulan el desarrollo

local. Destaca la elección democrática de las autoridades locales y la

organización de asociaciones nacionales de municipalidades, lo que ocurre en

todos los países. Los municipios cuentan con mayores recursos financieros, cerca

del 20% del gasto gubernamental total promedio regional (sumando los recursos

de los niveles intermedios y municipales) con lo que se incrementa la mayor

inversión local, se amplían y mejoran los servicios municipales y se avanza hacia

un desarrollo más integral, que contribuye a la generación de empleos y a reducir

la pobreza. También se abren nuevos espacios de participación –hecho muy

favorable para las mujeres, nacionalidades indígenas y diversos grupos excluidos-

y también se logra una mejor gestión municipal, con formas más colaborativas de

buen gobierno local.

Algunas naciones marcan pautas en los cambios que benefician a los municipios.

Tal vez los procesos más integrales y profundos son la experiencia pionera de

Colombia o la posterior de Bolivia –entre los países unitarios- junto al proceso del

federal Brasil, donde se aplican cambios en la Constitución y las leyes que

posibilitan una autonomía municipal efectiva. No en vano los innovadores

municipios brasileños han creado el presupuesto participativo. También Perú,

Ecuador, Chile y El Salvador aplican políticas descentralizadoras válidas, aunque

menos profundas.

Logros de la descentralización en América Latina entre 1980 y 2005

Descentralización

política:

En 1980 en América Latina se elegía democráticamente a

alcaldes y concejales en sólo 7 países. En la actualidad, los más

de 16 mil municipios latinoamericanos eligen sus autoridades

locales mediante el voto popular;

Descentralización

administrativa:

Las municipalidades reciben nuevas competencias y tareas,

aunque la mayor parte de ellas son compartidas con otros

niveles de gobierno;

Descentralización El gasto de los gobiernos subnacionales, es decir los gobiernos

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De los procesos latinoamericanos de descentralización se deducen algunas

constataciones y enseñanzas complementarias interesantes:

Además de la elección democrática de las autoridades municipales, en

Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú, Paraguay -y otros países unitarios- se opta

por la elección democrática de las autoridades de los gobiernos intermedios;

Junto con la democratización municipal se abren nuevos espacios de

participación con opciones variadas como el cabildo (reunión abierta de los

vecinos con las autoridades locales), comités de vigilancia, mecanismos de

rendición de cuentas, planes participativos, presupuestos participativos,

plebiscitos y diversas formas de revocación de mandato;

La mayor descentralización fiscal permite que los países más descentralizados

-como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador o Bolivia- los gobiernos subnacionales

dispongan en la actualidad de entre el 25% y el 50% de los recursos

gubernamentales totales;

Hay mayores transferencias para la inversión y el desarrollo económico local,

con parte importante de los recursos generados por la exportación de

petróleo, gas y otros minerales básicos, como lo muestran los casos de Perú y

Bolivia;

En varios países se aprueban leyes generales de descentralización -que

enmarcan el proceso de transferencias de competencias, recursos y

autonomía- en los períodos de varios gobiernos nacionales, haciendo factible

la descentralización al transformarse esta en una política de Estado;

fiscal: locales más los gobiernos intermedios, sube de un promedio

regional del 12% al 19% del gasto gubernamental total;

Participación e

inclusión social:

Se abran nuevos espacios de participación social y ciudadana

y se integra e incluye mejor a las mujeres, etnias indígenas,

grupos pobres y otros sectores excluidos;

Mayor inversión y

mejores servicios:

Se incrementa la inversión local, mejora la infraestructura y se

extienden y mejoran la calidad de los servicios, pero la situación es muy

heterogénea entre los municipios;

Modernización y

buen gobierno local:

Emergen formas nuevas de gestión: junto a administraciones

municipales de operación vertical surgen estilos más abiertos,

horizontales y participativos;

Del Informe “Descentralización y Democracia Local en el Mundo”,

CGLU, Barcelona, 2008.

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Progresivamente, los gobiernos municipales están integrando técnicas

modernas de gestión, la informática y las TICs para mejorar la eficiencia de su

administración;

Surgen estilos de gestión más participativa o de “buen gobierno local”, más

horizontales, que utilizan medios colaborativos para sumar recursos humanos,

técnicos y financieros como mejor coordinación pública-pública, alianzas

público-privadas, participación ciudadana organizada e involucramiento

ciudadano permanente y más cultura cívica;

Se asumen nuevos temas y competencias, como el desarrollo económico

local (para generar empleos), la defensa del patrimonio cultural y el medio

ambiental (frente a la presión productivista de la globalización) y la seguridad

pública o ciudadana (aspectos preventivos).

En algunos países los gobiernos locales juegan roles importantes en la gestión

y/o apoyo de la educación primaria y secundaria y de la salud primaria,

aunque en estas áreas hay todavía polémica (como con la educación en

Honduras o en Chile).

Riesgos de la descentralización

Es importante tener en cuenta los riesgos al aplicar un proceso de

descentralización. Estos son:

1. Lentitud administrativa. Aumentar el número de niveles de gobierno de forma

incontrolada puede dar lugar a procesos administrativos cada vez más lentos,

trayendo consigo un aumento en los costos económicos de la descentralización

(costos de agencia).

2. Ineficiencia económica. Si los distintos niveles de gobierno no coordinan sus

acciones, la competencia vertical puede dar lugar a más impuestos, ya que cada

nivel buscará maximizar sus ingresos.

3. Falta de coordinación. Responsabilidad compartida en los asuntos públicos puede

implicar la aparición de niveles de gobierno que se aprovechan de la falta de

control para maximizar sus beneficios sin contribuir a la creación global de riqueza.

4. Tiranías locales y corrupción. La corrupción es un problema real de todos los niveles

de gobierno. La división de poderes puede dar lugar al surgimiento de tiranías

locales o regionales que monopolizan la acción política, con efectos negativos

para el funcionamiento del gobierno.

5. Aumento de las tensiones. La creación de partidos políticos locales y regionales

puede generar presiones internas y enredar a la estructura estatal creando

tensiones separatistas. Particularmente en los Estados débiles, la descentralización

16

El problema de las inequidades territoriales

En este contexto global favorable, la situación de los diversos tipos de municipios

es muy dispar. La descentralización ha sido favorable para los gobiernos locales

de las grandes ciudades y ciudades intermedias, pero no lo ha sido igualmente

para los municipios urbanos conformados por barrios pobres o en los territorios

rurales. En este sentido, los mayores recursos y autonomía de muchas ciudades

contrastan con la situación de los municipios urbanos pobres, rurales y de las

localidades alejadas. La descentralización –aunque favorable para la mayor

parte de los territorios- refleja las inequidades territoriales existentes, lo que hace

indispensables políticas nacionales financieras y técnicas de compensación, que

no siempre existen o que no poseen la amplitud necesaria.

4. DESCENTRALIZACIÓN FISCAL Y BUEN GOBIERNO LOCAL

Como se afirmó, a partir de 1980 se llevan a cabo procesos de descentralización

fiscal en varias naciones de América Latina. Las políticas aplicadas en los países

más dinámicos influyen en los demás y el conjunto de la región se acopla a la ola

descentralizadora. Así, el gasto descentralizado promedio de todos los gobiernos

subnacionales en Latinoamérica sube de menos del 12% en 1980 a casi el 19% en

torno al 2007 aunque la situación es muy diversa, como se aprecia en el cuadro.

puede provocar conflictos en el corazón mismo de la sociedad.

6. Separatismo y división. Algunos movimientos pueden usar los procesos de

descentralización como plataforma para conseguir la independencia, lo que

refuerza y legitima las divisiones étnicas y, como consecuencia, genera

inestabilidad.

7. Fomento de la desigualdad territorial. La competencia entre territorios puede dar

lugar a situaciones y efectos negativos con malas repercusiones (por ejemplo,

casos de distribución desigual de los recursos naturales o atracción de industrias

contaminantes que afectan el territorio propio y los territorios vecinos)

Comisión de Descentralización y Autonomía Local de Ciudades y Gobiernos Locales

Unidos, CGLU.

17

Mientras los gobiernos intermedios y locales del grupo de países conformado por

Brasil, Argentina, Perú, Colombia, México Perú y Ecuador participan de entre un 55 y

un 22% del gasto gubernamental total; Chile y Uruguay se ubican sólo sobre el 13%;

en tanto Venezuela, Paraguay, República Dominicana y los países

centroamericanos fluctúan apenas entre el 8 y el 2% del gasto descentralizado.

No obstante, si consideramos sólo la descentralización fiscal hacia los municipios,

Brasil sigue siendo el país más descentralizado con un 26% del gasto gubernamental

total, le siguen Ecuador, Colombia, Bolivia y Perú, este último con algo más de un

16%. Más atrás se ubican Chile y Uruguay sobre el 13%, finalmente están Venezuela,

Paraguay, República Dominicana y los países centroamericanos, con entre un 8 y

un 2%. A este último grupo se agrega Argentina con cerca del 9% y México con

algo más del 6% del gasto gubernamental total. Como se señaló, en estos dos

últimos países la descentralización ha favorecido más bien a los gobiernos

intermedios.

18

En esencia, los municipios latinoamericanos se financian con una combinación de

impuestos propios y tasas por servicios -cobrados directamente por los municipios- y

por transferencias o subsidios provenientes del gobierno central. A estos recursos se

agregan otros de importancia menor como los créditos –en los países que está

permitida la deuda municipal-, las donaciones de la cooperación internacional y

otros. Prácticamente en todos los países los municipios tienen ingresos propios, es

decir, impuestos y tasas que cobran directamente, las que representan el 40% de

sus ingresos. Por su parte, las transferencias desde el gobierno central –

condicionadas y no condicionadas- aportan con una proporción casi igual. El resto

son ingresos compartidos y variados otros ingresos.

No obstante, detrás de estas cifras las realidades difieren entre los diversos países y,

en ellos, entre los diversos tamaños y tipos de municipios. En general, los municipios

urbanos con habitantes de altos y medianos ingresos son los que logran niveles

elevados de autofinanciamiento. Luego vienen las ciudades intermedias, los

municipios urbanos pobres, los municipios rurales y los municipios rurales aislados los

cuales poseen, en ese orden, bases económicas débiles que les impiden

autofinanciarse. Un número muy mayoritario de municipalidades de base

económica débil depende en medida mayor de las transferencias y subsidios de los

Estructura de los ingresos de los gobiernos locales en A. Latina (En porcentajes)

País Impues

tos y

tasas

propias

Ingresos

compar

tidos

Transferen

cias

condicion

adas

Transferen

cias no

condicion

adas

Todas las

transferencias

1. Argentina 2006 49.8 42.4 -- 7.8 7.8

2. Bolivia 2008 11.4 17.2 -- 71.4 71.4

3. Brasil 2007 20.1 76.5 -- 3.4 3.4

4. Chile 2007 63.0 -- -- 37.0 37.0

5. Colombia 2006 41.2 -- 58.8 -- 58.8

6. R. Dominicana 2006 58.4 10.4 31.2 -- 31.2

7. Ecuador 2007 34.6 -- -- 65.4 65.4

8. El Salvador 2007 69.9 -- -- 30.1 30.1

9. Guatemala 2002 25.0 5.0 60.0 10.0 70.0

10.Honduras 2004 58.1 11.0 6.0 24.9 30.9

11.México 2007 15.6 45.3 --- 39.1 39.1

12.Nicaragua 2002 44.0 5.0 11.0 40.0 51.0

13.Panamá 2005 49.0 46.1 4.9 -- 4.9

14.Paraguay 2006 34.1 1.8 10.8 53.3 64.1

15.Perú 2008 43.2 48.3 -- 8.5 8.5

Promedio simple 41.2 38.2

Segundo Informe Mundial GOLD. Capítulo sobre América Latina. CGLU, 2010.

19

gobiernos centrales y, en no pocos casos, de las donaciones de la cooperación

internacional.

Gestión participativa, alianzas público-privadas y buen gobierno local

Cualquiera sea su grado de descentralización, en todos los países surgen buenas

prácticas de gobierno que combinan la efectividad de la gestión con mayor

participación. Estas experiencias expresan formas de buen gobierno –o

gobernanza local- que se basan en una gestión más participativa, que combina

medios internos -el liderazgo democrático y el trabajo en equipos- con

capacidades externas para colaborar con otras esferas de gobierno

(coordinación pública-pública), asociarse con agentes privados (alianzas público-

privadas), ampliar la participación y construir una nueva institucionalidad local

para consolidar los modelos de gobernanza o buen gobierno local.

Estilos de gestión de los gobierno locales

Las etapas de desarrollo institucional de un gobierno local pueden distinguir cuatro

situaciones o modelos posibles:

Modelo clientelar pre burocrático. No existe institucionalidad estable y se suelen

producir cambios radicales –que incluyen remociones de personal y

reorganización- cuando hay cambio de una administración a otra, comenzando

casi desde cero. Constituye el punto de partida de la forma de operar del

municipio latinoamericano y está aún presente, en especial en muchos municipios

rurales de territorios de menor desarrollo relativo.

Modelo burocrático. Su estabilidad depende básicamente del respeto y

aplicación de la ley y ordenanzas y su organización interna se basa en

instrumentos tradicionales como los organigramas, reglamentos internos, los

presupuestos actualizados (indexados) rutinariamente año a año, los controles

internos (formales o informales) y el respeto a la jerarquía institucional. La gestión

no incursiona en áreas que formalmente no competen al municipio y este opera

limitado por los recursos humanos y financieros con que cuenta o se endeuda.

Nueva gestión pública. Incorpora un conjunto de herramientas de gestión

derivadas de la experiencia del sector privado y otorga una importancia central a

la eficiencia, es decir, al uso racional y ordenado de los recursos disponibles.

Recurre a diversas formas de gestionar los servicios públicos que incluyen al sector

privado, como la licitación, externalización o privatización. No asigna gran

importancia a los mecanismos participativos de gestión –como el plan, el

presupuesto o la ejecución participativa de los proyectos- y tiende a operar

dentro de los marcos legales y la distribución formal de competencias establecida

entre los diversos niveles de gobierno.

20

En municipios de los más diversos países se observan estos particulares procesos,

realizados en territorios de características diversas, aunque todos ellos integran

elementos similares de buen gobierno. Recordemos los ejemplos paradigmáticos

de Villa El Salvador en Perú; Porto Alegre y Curitiba, de Brasil; San Ignacio Guazú,

Paraguay; Rafaela, en Argentina; Cotacachi y Quito en Ecuador; Belén, de Costa

Rica; Santiago de Chile; Toribio y Bogotá en Colombia; Mérida en México o

Uspantán del Quiché en Guatemala, entre muchos otros.

En todos estos procesos se observa la transición de una municipalidad tradicional

–vertical, clientelista y aislada- a un gobierno local más asentado en redes

colaborativas de actores públicos, privados y ciudadanos, que se apoyan unos a

otros.

Buen gobierno local. El dinamismo de su acción proviene del liderazgo de sus

autoridades, de equipos técnico-profesionales dedicados y de su capacidad de

concertar acuerdos con los actores públicos y privados presentes en el territorio.

Además del buen uso de los medios financieros disponibles, obtiene y moviliza

recursos adicionales a través de la coordinación con otros niveles de gobierno, de

las alianzas público privadas y de la participación ciudadana. La gestión no se

limita al marco establecido por la ley o la distribución de competencias, operando

en base a una visión estratégica del desarrollo del territorio y a las demandas,

aspiraciones y aportes de la ciudadanía.

En la realidad estas formas o estilos de gestión suelen combinarse, aunque la

tendencia de largo plazo es la evolución progresiva desde el primer modelo hacia el

último. Óptimamente, un gobierno local efectivo debiera tener un piso mínimo de

acción y un techo ideal, que opera en función de los dos últimos modelos.

Adaptado de una propuesta de Saúl Barrera, ex director ejecutivo

del Servicio de Administración Tributaria de Municipalidad, SAT, de

Lima y de los conceptos de buen gobierno local.

21

5. LÍMITES Y POTENCIAL DE LA DESCENTRALIZACIÓN

Lamentablemente, la descentralización

en América Latina constituye un proceso

de cambio inacabado. Aunque hay

países que han avanzado bastante, en la

mayor parte hay procesos inconclusos y

situaciones nacionales de alta

concentración del aparato estatal.

Persiste la dependencia municipal de los

gobiernos centrales, la mayor parte de las

competencias son compartidas y los

recursos financieros continúan

condicionados. Si bien se ha generado

abundante nueva legislación los cambios

han sido lentos, dadas las culturas

verticales de gestión pública

predominantes y la baja transparencia de

la información, en particular en el nivel

central.

Pese a la magnitud de las nuevas tareas

que se ha asignado a los municipios -y

que la población ahora demanda con

mayor energía- sigue habiendo una

limitada capacidad financiera municipal y

continúa la alta dependencia local de las

transferencias nacionales. Causa

importante de la reducida efectividad de

la administración local promedio es la

inadecuada gestión y baja motivación de

sus recursos humanos profesionales,

técnicos y administrativos.

La situación de los municipios pequeños,

rurales y alejados continúa siendo precaria

y no se ha desarrollado debidamente el

asociativismo municipal de proximidad -las

mancomunidades- que puede ser el

mecanismo más adecuado para que

estos se articulen entre sí y mejoren sus capacidades de gestión. Esta opción se ha

utilizado en países europeos de tradición municipalista, como los sindicatos

municipales de Francia o las mancomunidades españolas, y constituyen medios

efectivos para fortalecer a los municipios intermedios y pequeños.

Deficiencias de la descentralización en

América Latina

Relaciones desiguales y subordinación de

las entidades intermedias y municipios

ante los gobiernos centrales, amplificadas

por el incremento del fraccionamiento y

la heterogeneidad municipal;

Desfase entre la profusa legislación y la

debilidad en su aplicación, atribuible en

gran parte a las culturas políticas

tradicionales dominantes;

Limitada capacidad financiera de los

gobiernos locales, por resistencias

centrales a traspasar recursos en

contextos de inestabilidad

macroeconómica, falta de políticas de

financiamiento y crédito adecuadas,

baja cultura de pago de ciudadanos

habituados a servicios subsidiados; pero

también por la falta de voluntad política

para fortalecer la capacidad local de

recaudación tributaria;

Baja eficiencia de muchas

administraciones subnacionales en la

prestación de servicios, por ausencia de

políticas de recursos humanos y mal

manejo del personal (excesiva rotación,

ausencia de sistemas de carrera), lo que

incide en un bajo nivel de eficiencia y

profesionalismo del personal;

Limitaciones de la participación

ciudadana en la gestión del desarrollo,

sea por falta de recursos financieros y

humanos locales suficientes, por

inadaptación de las leyes y políticas

centrales, además de dificultades en la

organización y movilización de las propias

comunidades.

Informe mundial: “Descentralización y

Democracia Local en el Mundo”. CGLU, 2008,

Barcelona.

22

Recordemos que en el mundo desarrollado también operan formas institucionales

obligatorias de asociativismo, como las diputaciones provinciales españolas o las

municipalidades regionales de condado de ciertas provincias de Canadá. Ninguna

de estas formas libres u obligatorias de asociativismo municipal de proximidad han

sido plenamente implementadas en América Latina.

Pese a los avances efectuados, aún subsisten fuertes trabas a la participación

ciudadana, en especial las derivadas de la escasez de recursos financieros de libre

Dificultades de aplicación de la descentralización

Durante el proceso de descentralización, la dificultad más grande está en elegir la

fórmula de aplicación de las nuevas formas de territoriales de gestión. A este

respecto, debemos mencionar que hay personas en favor de procesos graduales de

descentralización -sobre la base de la devolución gradual de poderes- y otros que

defienden fórmulas rápidas del tipo “big bang”.

En cualquier caso, parece adecuado aplicar la metáfora de la preparación de un

guisado, usada por algunos autores, acerca de las dificultades para diseñar e

implementar los procesos de descentralización: con el fin para lograr los mejores

resultados, todos los ingredientes deben estar presentes en cantidades correctas y

preparadas de forma correcta. Esta reflexión implica el reconocimiento de la

especificidad local y regional de cada uno de estos procesos.

Parte de la dificultad de implementación se encuentra en el gran número de actores

involucrados en los procesos de descentralización. Las fórmulas “desde abajo” no

pueden operar debidamente cuando falta relación con los actores más próximos a la

población y los propios ciudadanos. La participación de la sociedad civil y del sector

privado son elementos claves de esta modalidad, cuando el objetivo es la correcta

implementación del proceso.

Los procesos de descentralización son, por definición, procesos de colaboración. En

otras palabras, la colaboración entre el príncipe, el comerciante y el ciudadano es

indispensable. Otro de los principales obstáculos es que no es posible medir el éxito de

las políticas de descentralización: hay diferentes combinaciones posibles para el

diseño e implementación de los procesos de descentralización, que hacen difícil

llevar a cabo investigaciones empíricas sobre ella. En relación con los objetivos de los

procesos de descentralización procesos, no hay que olvidar que se trata de procesos

y no de un fin en sí mismo. El principio fundamental de estos procesos se basan en el

creencia de que las tomas de decisiones y la aplicación de las mismas son más

eficientes cuando se realizan en proximidad a los ciudadanos (principio de

subsidiariedad) para mejorar la gestión territorial.

Comité de Descentralización y Autonomía Local de CGLU

23

disposición, otra expresión de la débil autonomía local. Este factor impide aplicar las

metodologías de los planes, presupuestos y proyectos participativos o activar las

capacidades emprendedoras para impulsar procesos de desarrollo local.

Quienes trabajan en procesos participativos saben bien que su éxito depende, en

medida mayor, de la rapidez con que se responde a las demandas de las

comunidades, las cuales generalmente validan su compromiso aportando medios

humanos y materiales. Cuando la respuesta no es rápida –por ejemplo, cuando hay

un largo trámite para aprobar y asignar los recursos a un determinado proyecto- las

motivaciones y compromisos comunitarios se rompen y generan alta frustración de

la población. Los fondos nacionales concursables, en boga en muchos países

latinoamericanos, están casi siempre sujetos a tediosos procesos tecnocráticos y

constituyen una de las mayores trabas a la participación.

Por lo dicho, el movimiento municipalista siempre ha planteado la conveniencia de

asignar la mayor parte de los recursos de modo directo, sin condicionamientos,

superando las tecnologías complejas

de proyectos y los concursos tecnocráticos. Es, justamente, la disponibilidad

inmediata de recursos propios la que permite que los presupuestos participativos

municipales brasileños sean tan exitosos.

24

Comparación de indicadores de descentralización municipal entre Europa y América

Latina

País, año y

(fuente)

Gobierno

Central

Gobierno

Intermedio

Gobierno

Local

País, año

y (fuente)

Gobierno

Central

Gobierno

Intermedio

Gobierno

Local

Dinamarca

2006 (FMI)

49.5 ------ 50.5 Brasil 2008

(CGLU)

45.0 28.7 26.3

Finlandia

2006 (FMI)

64.6 ------ 35.4 Ecuador

2004

(CGLU)

70.8 5.8 23.4

Italia 2006

(FMI)

72.8 ------ 27.2 Colombia

2006,

(CGLU)

67.0 14.3 18.7

Holanda

2006 (FMI)

72.8 ------ 27.2 Bolivia

2008

(CGLU)

73.0 10.2 16.8

Inglaterra

2006 (FMI)

76.6 ------ 23.4 Perú 2007(

CGLU)

79.7 17.6 16.4

Suiza 2006

(FMI)

48.2 31.1 20.7 Chile 2007

CGLU

87.2 ------ 12.8

Noruega

2006 (FMI)

80.3 ------ 19.7 Uruguay

2005,

(CGLU)

87.7 ------ 12.3

Francia

2006 (FMI)

81.6 ------ 18.4 Argentina

2006

(CGLU)

50.1 42.0 8.8

Alemania

2007 (FMI)

59.7 25.2 15.1 El

Salvador

2007 CGLU

93.0 ------ 7.0

Austria 2006

(FMI)

70.7 15.8 13.5 Paraguay

2007

(CGLU)

93.7 ------ 6.3

España

2006 (FMI)

56.3 30.9 12.7 México

2007 CGLU

69.3 25.3 6.5

Irlanda 2006

(FMI)

87.5 ------ 12.5 R.

Dominican

a 2006

(CGLU)

94.7 ------ 5.3

Portugal

2006 (FMI)

88.2 ------ 11.8 Honduras

2006

(CGLU)

95.1 ------ 4.9

Luxemburgo

2007 (FMI)

89.2 ------ 10.8 Costa

Rica

2007(CGLU

)

96.3 ------ 3.7

25

En síntesis, aún con los progresos realizados entre 1980 y el 2005, América Latina

sigue siendo un continente donde el poder público continúa concentrado y los

gobiernos locales poseen todavía competencias confusas, superpuestas y

mezcladas, además de recursos financieros limitados.

Si se realiza la comparación de la situación financiera de los gobiernos locales

latinoamericanos con la de sus homólogos europeos –como se observa en el

cuadro- se verifica una enorme diferencia en el grado de descentralización. No

obstante, también se verifican espacios de oportunidad para entregar

competencias y recursos adicionales a los gobiernos locales, ayudando a

democratizar los países mediante formas de buen gobierno local, que dinamicen el

desarrollo territorial de base endógena.

6. DEBILIDADES ASOCIATIVAS Y CARENCIAS DEL IDEARIO MUNICIPALISTA

La descentralización política es afectada por la atomización de los diversos

actores interesados en ella. Los movimientos municipalistas, los agentes

territoriales, los entes académicos y las organizaciones de la sociedad civil con

vocación democratizadora no han dialogado de modo suficiente, ni han logrado

construir acuerdos básicos para generar una agenda descentralizadora común

en cada país, que vaya más allá de los intereses inmediatos de los diversos

actores.

Hacen falta alianzas entre el movimiento municipal y otros actores territoriales

Aunque el movimiento gremial municipalista tiene potencial suficiente para liderar

el cambio de las estructuras concentradas, hay varios factores que impiden que

ello ocurra. En primer lugar, los gobiernos centrales y los partidos nacionales se

preocupan sistemáticamente de alinear a los actores territoriales tras temas

políticos centrales y liderazgos nacionales, en especial, durante los períodos

eleccionarios, limitando así las iniciativas locales de políticas. A menudo, esto se

realiza mediante formas clientelares, donde los políticos nacionales y

parlamentarios presionan a las autoridades locales, condicionando sus apoyos a

lealtades personales y partidarias.

Bélgica

2005 (FMI)

66.9 22.8 10.4 Panamá

2005

(CGLU)

98.3 ------ 1.7

Promedio

simple

54,2 25.2 20.6 66,1 20.6 11.3

Fuentes: CGLU, BID (Gasto intermedio en Ecuador) y Cuentas Nacionales (Venezuela).

Elaboración: Mario Rosales

26

Por su parte, las asociaciones de municipios no logran combinar,

simultáneamente, estabilidad organizacional, capacidad institucional y visión

estratégica para influir efectivamente sobre los gobiernos nacionales y los

parlamentos. Sin perjuicio del buen trabajo que muchas de ellas realizan, algunas

asociaciones fluctúan entre la influencia de una tecnocracia interna que las

controla en desmedro de las autoridades políticas electas y una sobrepolitización

de su funcionamiento y operación cotidiana, centrada en el corto plazo y con un

discurso político débil y coyuntural.

Una resultante es la insuficiente generación de pensamiento e ideas

descentralizadoras, tanto doctrinarias (principios) como programáticas (políticas).

Muchas veces las propuestas de las asociaciones no poseen una base político-

técnica suficientemente sólida, capaz de influir, motivar y movilizar a otros actores

nacionales y territoriales proclives a la democratización del poder. Por eso mismo,

el movimiento municipal es a menudo sorprendido por el gobierno central o el

parlamento, cuando se discuten las normas y políticas centrales que afectan a los

territorios.

Las reformas descentralizadoras han sido normalmente de iniciativa nacional,

aunque suelen estar muy influidas por las agendas de la cooperación

internacional. No obstante, las propuestas más actuales de política nacional

hacia los municipios incluyen más indicadores y controles centrales, utilizan

tecnologías concentradoras de la información y aplican herramientas sesgadas

hacia la mantención del statu quo. Hoy es común condicionar el traslado de

nuevas competencias y recursos para los gobiernos locales a la evaluación previa

de las capacidades municipales, como ocurrido en Costa Rica o en Ecuador. Así,

los municipios deben pasar un examen de admisión antes de recibir nuevas

competencias o recursos ante funcionarios centrales que se constituyen como

juez y parte.

Al respecto, es bueno recordar que las principales reformas descentralizadoras de

América Latina –incluida la municipalización de Pinochet de los 80- han sido

aplicadas sin condicionarlas a la existencia de capacidades municipales previas,

sino que estas se han desarrollado paralelamente a la descentralización.

Condicionar el traspaso de competencias al incremento “ex ante” de las

capacidades de gestión favorece a los municipios grandes y ricos en desmedro

de los más pobres y alejados, aumentando la inequidad horizontal entre territorios.

Aunque parezca un contrasentido, el condicionamiento “técnico” para asignar

nuevas competencias y recursos a los gobiernos locales es una nueva y sutil

modalidad de concentración.

Ya antes de la reciente crisis económica los procesos de descentralización en

América Latina se encontraban aletargados y amenazados y, de no mediar una

27

fuerte acción de política municipalista, difícilmente se reactivarán y

profundizarán. No obstante, para que ello ocurra, es necesaria una mayor

fortaleza del movimiento asociativo, ojalá actuando en alianza con otros agentes

descentralizadores.

Establecer acuerdos entre municipios y universidades para generar nuevo saber

Igualmente, parece indispensable realizar una mejor gestión del nuevo

conocimiento generado por los logros de la descentralización y las mejores

prácticas municipales. En estos procesos está surgiendo un amplio “saber hacer”

local aún no debidamente sistematizado que, por eso mismo, no está a

disposición del movimiento municipalista, de las autoridades locales, ni de los

nuevos estudiantes de administración pública. Hay carencia de coordinación y

adición de esfuerzos entre el movimiento municipalista y las universidades, que no

han logrado colaborar y apoyarse mutuamente, tanto en lo técnico como en lo

político.

Mientras que en el mundo desarrollado el conocimiento administrativo nace de la

observación y análisis de las propias prácticas de gestión pública, en América

Latina se aprende de textos y casos originados en los países desarrollados. Aún

peor, la mayor parte de las técnicas y métodos de gestión proviene del saber

privado americano, es decir, de las experiencias relevantes de las grandes

empresas privadas americanas. En este sentido, los países latinoamericanos están

frente a una falencia de sus universidades que no investigan, ni sistematizan

debidamente los métodos y técnicas utilizadas en el mundo público local. Las

universidades latinoamericanas en alianza con los gobiernos locales, deben

aprender más de las realidades territoriales, en especial, allí donde hay buenos

gobiernos locales y surgen procesos de desarrollo local de base endógena.

Los entes académicos generadores de conocimiento también deberían apoyar

más directamente a las asociaciones nacionales de municipios, para que estas

mejoren sus propuestas político-técnicas de descentralización. Igualmente se

debe brindar más asistencia técnica a las asociaciones subnacionales de

gobiernos locales y a las mancomunidades territoriales para que realicen mayores

y mejores acciones de apoyo a la gestión de las municipalidades más débiles.

Con todas las acciones señaladas, se podría compatibilizar mejor las opciones del

desarrollo local endógeno con el progreso nacional, con la profundización

democrática y, en especial, con una integración más regulada y cuidadosa al

mundo globalizado, de modo que se proteja y respete debidamente a las

culturas y ambientes locales.

28

7. FRENO A LA DESCENTRALIZACIÓN, CRISIS Y TENDENCIAS RECENTRALIZADORAS

A comienzos del nuevo milenio el proceso descentralizador latinoamericano ha

perdido dinamismo antes de haber logrado un impacto potente y consolidado en

la redistribución del poder público nacional. Los gobiernos nacionales han

reducido su convicción descentralizadora y la banca internacional y las agencias

de cooperación -originalmente afines a la descentralización- priorizan otros

temas como los objetivos del milenio, los efectos nocivos del cambio climático o

la modernización tecnocrática del Estado a través de nuevas formas de gestión

trasladadas desde el sector privado del mundo desarrollado, como la

denominada “nueva gestión pública”4.

La banca del desarrollo –como el Banco Mundial y el BID- y las agencias de

cooperación apuestan, desde hace algunos años, por la internacionalización de

la economía de mercado como la base económica oportuna y necesaria para el

desarrollo de los países. La agenda de ayuda al desarrollo se ha adecuado a esta

óptica y la descentralización ha pasado a ser un tema más dentro del marco

mayor de la modernización del sector público de sesgo tecnocrático,

subordinada a la agenda de liberalización y apertura de las economías al

comercio mundial.

Durante 2008 surge un tremendo e inesperado problema: se desata la crisis

financiera mundial, iniciada en los Estados Unidos, la que se extiende con rapidez

por todo el orbe, con duración y de consecuencias hasta ahora imprevisibles. Los

propios gobiernos nacionales de la Unión Europea están enfrentando difíciles

situaciones, que van desde la crisis fiscal hasta la disminución del ritmo del

crecimiento. Si bien la crisis afecta en especial al mundo desarrollado, sus efectos

llegan a América Latina a través de diversos canales: por ejemplo, mediante la

reducción de los recursos de cooperación para el desarrollo, lo que debilita las

agendas descentralizadoras en muchos países.

Esta situación, sumada a las fuertes luchas por el poder político nacional en varios

países5, ha creado una coyuntura propicia para el resurgimiento de las

tentaciones concentradoras, las que pueden contagiar a muchos gobiernos

centrales. Las tendencias de la economía mundial, el impacto masivo de los

adelantos tecnológicos, más las citadas luchas por el poder en varios países,

permiten prever momentos difíciles para la descentralización y el desarrollo local

endógena.

4 La denominada “nueva gestión pública” se basa en el supuesto de que la baja efectividad del Estado es un problema causado por la mala administración y propone usar métodos provenientes del sector privado. Pero el problema esencial de los municipios es la falta de recursos, hecho derivado del centralismo, lo que no es un problema técnico, sino político. 5 En particular, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia.

29

Efectos centralizadores derivados de la economía mundial y de su crisis

Las grandes empresas internacionales vienen

operado en un entorno mundial de débiles

regulaciones, lo que les ha permitido actuar de

manera muy libre y, a menudo, descontrolada

en el mundo en desarrollo. Parece haber cierto

consenso en que la actual crisis mundial se

debe, en gran parte, a la falta de regulaciones

efectivas, principalmente hacia los grandes

bancos de inversión estadounidenses, aunque

también hacia la banca y grandes empresas

en general.

En los tiempos que vienen, la crisis internacional

de fuerte impacto en el mundo desarrollado

debe afectar también a los territorios

municipales durante un período difícil de

establecer, con impactos negativos para las

economías locales, en especial aquellas que

han logrado insertarse mejor en el mundo

global y, probablemente, con una reducción

importante del empleo local. Es previsible que

haya incrementos importantes en el número de

pobres, desempleados y que en algunos países

se agudicen las tensiones sociales nacionales y

locales.

No obstante los problemas económicos de los

territorios no provienen sólo de la crisis. No

siempre el arribo de capital y tecnologías a través de nuevos negocios es bueno.

A menudo estos flujos no consideran, ni respetan las características y necesidades

particulares de los territorios supuestamente beneficiados. A veces el impacto real

de los nuevos negocios tiene ribetes negativos como ocurre en varias ciudades

de la frontera norteamericana-mexicana, donde junto a los enclaves de maquila

proliferan los problemas sociales y la inseguridad.

Como se afirmó, las autoridades locales no suelen ser consultadas y casi no

existen mecanismos que les permitan oponerse, negociar adecuaciones en los

rasgos de las nuevas industrias u obtener recursos de compensación para los

territorios ambientalmente afectados. El movimiento municipal guatemalteco

conoce bien de estas dificultades, que presionan sobre sus fuentes de agua y

otros bienes naturales, sin que existan herramientas adecuadas para actuar.

Peligros de la “maquila” y las

actividades extractivas para el

desarrollo local

Como es sabido, cientos de

mujeres han sido asesinadas o

han desaparecido durante los

últimos años en Ciudad Juárez,

sin que se aclaren las causas, ni

se haga justicia. Debido a las

migraciones de gente en busca

de trabajo los problemas

sociales y de seguridad de esa

ciudad, desbordan con creces

las capacidades públicas. En

general, hay un gran peligro

para el desarrollo local cuando

este se asocia a la llegada sin

trabas de industrias de maquila -

que transforman insumos

importados en bienes de

exportación- como ocurre con

las maquilas centroamericanas

o de México. La industria minera,

la extracción de hidrocarburos o

las zonas francas de importación

y exportación pueden generar

problemas parecidos.

30

En general, los gobiernos locales no disponen de experiencia técnica, ni de

medios legales para regular a las industrias externas que se instalan en el territorio,

negociar las características de su ingreso u obtener compensaciones legítimas

por su instalación. Sólo en contadas oportunidades esto llega a ocurrir.

También impactan negativamente a los gobiernos locales situaciones que

podríamos caracterizar como “transferencias de corrupción”. Estas quedan

ilustradas con el escándalo de la empresa alemana Siemens que manejaba un

fondo para pago de sobornos en el mundo en desarrollo. Siemens confiesa

públicamente el uso de cientos de millones de euros en sobornos gastados

principalmente en los países en desarrollo.

Pero este caso puede ser sólo la punta visible de un gigantesco iceberg que

involucre a muchas corporaciones y empresas multinacionales en acciones de

corrupción, lo que afectan negativamente a la ya débil institucionalidad de los

países en desarrollo. Lo novedoso es que la corrupción no aparece ahora como

monopolio del mundo en desarrollo, como ingenuamente se creía.

Lamentablemente las grandes empresas de los países desarrollados manejan bien

esos códigos y, muchas veces, los ayudan a diseminar.

Frente a estas realidades inciertas, van a cobrar fuerza durante los próximos meses

y años las propuestas de políticas, cambios normativos y medidas -sugeridas por

las instituciones internacionales y aplicadas por gobiernos nacionales- para

Compensaciones para autorizar la instalación de un hipermercado en Porto

Alegre

Un caso pionero para adaptar la llegada de un actor transnacional al

territorio es la llegada de “Carrefour” a Porto Alegre, Brasil, durante los 90,

pues se trataba del primer gran hipermercado de la ciudad. Antes de

otorgar el permiso de construcción y funcionamiento, la prefectura de la

ciudad negocia y obtiene compensaciones y acciones para atenuar los

impactos negativos previstos en la red vial, en las cadenas productivas de los

pequeños comerciantes, artesanos y productores locales como la creación

de marcas regionales de los productores agrícolas locales para vender sus

productos en el nuevo centro comercial y obras de mitigación vial para

evitar el colapso de las avenidas y accesos al gran hipermercado. También

políticas de relocalización de pequeños comerciantes afectados por la

instalación del nuevo supermercado.

31

intentar compensar la crisis económica y sus desordenes, con políticas que

incluirán regulaciones y controles de todo tipo.

Efectos centralizadores de las tecnologías de la comunicación, TICS

También complican al fortalecimiento y a la autonomía municipal, el acelerado

desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, TICs,

diseminadas de modo poco equitativo en los territorios. Gobiernos centrales,

como el chileno, han montado recientemente sistemas centralizados de

adquisición de insumos y bienes intermedios, obligatorios para todo el sector

público. Los gobiernos locales también deben utilizarlo, con claro perjuicio para

los productores y proveedores locales poco preparados técnicamente para

entrar en el nuevo sistema.

También se crean nuevos sistemas nacionales de monitoreo de los programas

sociales y de la inversión local realizada con recursos centrales, que recargan

excesivamente el trabajo de los funcionarios locales, obligados ahora a

recolectar y enviar información a distintas entidades del gobierno central,

actuando además sin coordinación.

Estas prácticas no contribuyen a la autonomía municipal, sino más bien la

reducen y bloquean, dejando a las municipalidades en una situación

desmedrada dadas sus limitaciones tecnológicas y de recursos, que les impiden

modernizarse con el mismo ritmo del avance del progreso técnico. Si se tiene en

cuenta que los métodos propios del buen gobierno local –por ejemplo: establecer

redes público-privadas de colaboración para el desarrollo- necesitan de una gran

flexibilidad para posibilitar las alianzas y acciones entre actores públicos, privados,

organizaciones sociales y ciudadanos, entonces los controles centrales y las

normas rígidas no hacen más que dificultar la acción de los gobiernos locales.

La modernización puramente tecnocrática se opone al buen gobierno local, ya

que este necesita de una amplia autonomía y flexibilidad para actuar en

conjunto con otros agentes locales, tanto para innovar como para activar el

potencial de desarrollo presente en el territorio.

32

Efectos centralizadores de las luchas por el poder político

En América Latina surge una tercera

tendencia que apunta hacia la

concentración del poder nacional.

Son las polarizadas luchas políticas

que se dan actualmente en

Venezuela, Ecuador, Bolivia o

Nicaragua, que si bien son legítimas,

refuerzan las tendencias

concentradoras de los gobiernos

centrales, los cuales en algunos

casos parecen poco dispuestos a

compartir el poder de manera plural

con gobiernos subnacionales vistos,

a veces, como simples opositores.

Una situación parecida se da en la

década de los 90, bajo el gobierno

de Fujimori en Perú, el cual cercena las atribuciones y recursos de los municipios

provinciales, acusándolos de estar influidos por la oposición. Se volvió fuertemente

atrás en el proceso descentralizador y fueron necesarios varios lustros sólo para

recuperar lo perdido.

8. FORTALECER A LOS MUNICIPIOS PARA ESTIMULAR EL DESARROLLO LOCAL

En este contexto complejo, es de temer un refuerzo de las políticas y acciones

centralistas de los gobiernos nacionales, la reducción de los espacios propios de

la autonomía municipal y una menor prioridad para la descentralización y los

estímulos al desarrollo local de base endógena. Sin embargo, y como lo han

señalado las asociaciones nacionales de municipios, las crisis no deberían mermar

los recursos municipales, ya que en América Latina los gobiernos locales

constituyen la primera línea de contención y contrapeso a los impactos negativos

de la recesión en la vida de las comunidades y personas.

No sólo no se debe afectar a los municipios en circunstancias restrictivas sino, por

el contrario, hay que fortalecerlos, para que mejoren sus capacidades de

prestación de servicios sociales, estimulen el empleo productivo local y

contribuyan a paliar los efectos negativos de la contracción de la economía

global.

FAM Bolivia: ajustar la descentralización a

la nueva legalidad y defensa del municipio

La Federación de Asociaciones de

Municipios de Bolivia, FAM, está jugando un

difícil pero notable papel, tratando de que

la redistribución del poder y recursos -que

debe realizarse para aplicar la

recientemente aprobada nueva

Constitución boliviana- no se haga en

desmedro de la autonomía y el

financiamiento municipal. Situaciones de

similar complejidad afectan a las

asociaciones nacionales de municipios de

otros países de la región.

33

Pero no sólo la difícil coyuntura actual permite

argumentar acerca de la importancia de la

descentralización y el desarrollo local de base

endógena. En la actualidad el mundo entero

parece obligado a plantearse de qué manera es

posible cambiar las actuales formas

contaminantes y depredadoras de producción y

consumo masivos. En este sentido la actual crisis

constituye una valiosa oportunidad para intentar

resolver muchos de los problemas críticos

generados por la negativa combinación del

crecimiento económico descontrolado y

consumismo exacerbado.

Para resolver estos dilemas, una opción bastante

obvia es rescatar y reforzar las conductas

austeras naturales de la población local –propias

de los grupos medios y de los sectores más

pobres- las que deberían ser sistemáticamente

recuperadas mediante la acción municipal.

Frente a los peligros ambientales y sociales

actuales, el desarrollo local de base endógena,

aun en pequeña escala, constituye una

alternativa inteligente, válida y de largo plazo.

Oportunidades para el desarrollo local en

tiempos de crisis

Como es sabido, la base de las culturas

emprendedoras descansa, en gran medida, en las culturas locales. Las formas

microempresariales, artesanales y campesinas de producción en pequeña

escala, ambas presentes por doquier, han proporcionado la base cultural y los

medios necesarios a las familias para subsistir y progresar, con un impacto

ambiental limitado. Esto es lo contrario de lo que acontece ahora en la

Amazonía brasileña, donde grandes hacendados y migrantes recientes talan el

bosque tropical para comercializar la madera e instalar ganadería extensiva, con

efectos devastadores sobre el medio ambiente y las culturas locales.

Recuperación de la cocina

tradicional para combatir la

malnutrición en Nicaragua

Un buen ejemplo de una

oportunidad aprovechada se

da en Nicaragua, donde la

asociación nacional de

municipios, AMUNIC,

apoyada por el PNUD,

maneja un programa

nacional para recuperar las

formas de alimentación

tradicional -nutricionalmente

más equilibradas y de menor

costo- que han sido

desplazadas por la comida

chatarra por influencia de los

medios de comunicación. Se

busca compensar así la

verdadera epidemia de

malnutrición que afecta a la

mitad de los niños

nicaragüenses ya que sus

madres –en especial las que

trabajan- están perdiendo el

hábito de cocinar alimentos

tradicionales y lo sustituyen

por la comida rápida o

envasada.

34

Por el contrario, hay ejemplos

notables de desarrollo local de

base endógena, como el

parque industrial de Villa El

Salvador, en Perú, o la industria

metal mecánica exportadora

basada en la tradición

manufacturera local de la

ciudad de Rafaela, en

Argentina. Pero también están

surgiendo casos más actuales,

como las positivas derivaciones

localistas del turismo nacional e

internacional, que estimula la

recuperación de tradiciones,

fiestas y arquitecturas típicas,

para hacer más atrayente y

acogedor al territorio propio.

Es indispensable insistir en las

bondades y oportunidades que

implica para la humanidad, el

planeta y los territorios el

desarrollo local de base endógena, facilitado mediante el fortalecimiento y

estimulo del modelo horizontal y colaborativo de buen gobierno local. A menudo,

las agencias internacionales de desarrollo y los gobiernos nacionales no ayudan

de modo suficiente, ya que tienden a asumir como inevitables las tendencias

gigantistas en boga, que promueven la adopción de soluciones masivas,

elaboradas y ejecutadas de modo vertical, altamente tecnologizado y, además,

centralizado.

El “Transantiago” una mala y centralista política de transporte masivo urbano

En Santiago de Chile se ha dado un ejemplo dramático y reciente del alto costo de las políticas

nacionales verticales e inconsultas: el sistema de transporte público masivo “Transantiago”, cuyo

fracaso ha hecho que la demanda principal de la mayoría de los santiaguinos sea un transporte

público de calidad. El nuevo sistema de transporte público impuesto desde el gobierno central

-y sin consulta a las 39 municipalidades de la urbe- reemplaza a comienzos del 2007 a las

antiguas “micros amarillas”. Diseñado en base a estudios, consultorías, simulaciones con

tecnología “de punta” y acciones directas del gobierno nacional, el Transantiago ha sido un

fracaso mayor de las políticas públicas centralmente, elaborada de espaldas a los ciudadanos

y municipios. Una demanda recurrente de los santiaguinos es la mejora urgente del transporte

público de la urbe, recuperando las frecuencias y recorridos de las viejas micros amarillas. El

transporte es prioridad uno en Santiago, por sobre los objetivos del milenio.

La “Basura es un tesoro”, programa de

reciclamiento de desechos en municipios de

Nicaragua

Una buena práctica interesante de política local

ambiental es el programa “La Basura es un

Tesoro” de la asociación de municipios de

Nicaragua, AMUNIC, -con respaldo de la

Federación Canadiense de Municipios- que

apoya a un tercio de los municipios

nicaragüenses. Los ejecutores señalan que a

escala local el reciclaje genera empleo,

derivado de actividades generadoras de valor

agregado -mediante el reciclaje manual de la

basura- que reactivan las culturas

emprendedoras, austeras y de uso cuidadoso

de los recursos locales. Tal vez sea poco

estadísticamente hablando -si se lo ve desde

una pura óptica macroeconómica- pero es

mucho cuando se trata de generar una nueva y

equilibrada cultura de desarrollo local

sustentable.

35

Aprovechar oportunidades de la crisis y apoyar al movimiento municipal

En suma, apoyar metódicamente a los gobiernos locales y estimular al

movimiento asociativo municipal permite una modernización adaptada de los

gobiernos locales, estimula el surgimiento de nuevas formas de buen gobierno y,

al mismo tiempo, genera presión democrática legítima sobre los gobiernos

centrales y las agencias internacionales de cooperación. Si bien el objetivo

principal continúa siendo relanzar los procesos de descentralización y

democratización, al menos se debe evitar que los gobiernos centrales cedan a

las tentaciones de reconcentrar el poder y los recursos, desandando lo avanzado

durante varias décadas en casi toda América Latina.

Apoyar el fortalecimiento de las asociaciones nacionales de municipios y

estimular sus alianzas con las universidades para realizar una mejor gestión del

conocimiento o saber local, permitirían proveer a las autoridades locales y a sus

asociaciones de buenos datos y argumentos para mejorar sus capacidades

democráticas de presión y negociación. Mejorar el desempeño de las

asociaciones también ampliaría su influencia hacia los grandes y pequeños

actores públicos y privados –y hacia la ciudadanía entera- en el debate crítico

que se viene sobre el desarrollo futuro.

Una gestión efectiva del saber local es indispensable para contrarrestar las

culturas y argumentos centralistas, para negociar con los gobiernos centrales y

parlamentos, pero es también una valiosa herramienta para mejorar la gestión

municipal, mediante la diseminación y uso frecuente de la denominada

“tecnología de lo obvio”. Es decir, aplicar en el municipio propio lo que otras

autoridades locales ya han realizado con éxito en los suyos.

Llevar a cabo todas estas tareas puede aparecer como intentos vanos de remar

contra la corriente de los estilos de desarrollo en boga, aunque ahora éstos estén

en crisis. No obstante, estas iniciativas parecen indispensables para el progreso

sustentable de la humanidad y, como tales, requieren de la mayor convicción,

motivación y persistencia posibles tanto del propio movimiento municipalista y

descentralizador, como de sus aliados democratizadores.

Al parecer, sólo redes municipales fortalecidas de asociaciones nacionales e

internacionales de municipios, acompañadas de los actores más democráticos

de la sociedad civil y del mundo académico, parecen estar en condiciones de

persistir a todo trance en el impulso de políticas de descentralización afines con

formas de desarrollo humano sustentable de base endógena y amables tanto

con el medio ambiente, como con las personas que allí habitan.

36

9. TEMAS ESTRATÉGICOS DE LA AGENDA MUNICIPAL LATINOAMERICANA

Los principales temas estratégicos de la agenda municipal parecen ser:

La defensa de la autonomía municipal y el impulso constante de la

descentralización, tanto política como fiscal, que constituyen tareas

permanentes del movimiento municipalista nacional e internacional.

Impulso y modernización del movimiento asociativo municipal, nacional

como internacional, para cumplir tanto las tareas de defensa de la

autonomía e intereses municipales como el apoyo al fortalecimiento

institucional de las municipalidades, en especial las más pequeñas y alejadas.

Es necesario fortalecer el movimiento municipal en sus múltiples roles:

nacional-gremial para la defensa de los intereses municipales y la

descentralización; intermedio con énfasis en el apoyo entre municipios,

intercambio técnico y capacitación; y de mancomunidad (o territorio) para

promover el desarrollo local.

El impulso del desarrollo local en su doble vertiente: clásica de extensión y

mejoramiento de los servicios básicos; y más actual, de estímulo y facilitación

del desarrollo económico local endógeno y la generación de empleo

decente.

Defensa del patrimonio ambiental y cultural local, frente a los excesos de la

globalización y el peligro del calentamiento global, para impulsar el desarrollo

y proyectar los territorios locales en el mundo.

Ocuparse de los temas de la seguridad pública: especialmente de sus

componentes de carácter preventivo, en coalición con otros niveles de

gobierno.

Orientar el accionar de los gobiernos locales tras los temas estratégicos del

desarrollo, que van más allá de la simple prestación de servicios públicos,

actuando como efectivos gobiernos locales autónomos capaces de

responder a las necesidades y demandas propias y específicas de los

territorios.

Incorporar las nuevas tecnologías de gestión –en especial las denominadas

TICs- aunque cuidando sus efectos secundarios centralizadores, los que suelen

ser implementados a menudo por los gobiernos centrales.

Proponer a los gobiernos nacionales fuertes políticas de compensación

financiera para las localidades y municipios más pobres urbanos o rurales,

como manera de reducir las inequidades territoriales existentes. En este

37

sentido, el asociativismo municipal puede ser una eficaz ayuda al reunir a

varios municipios pequeños y pobres en un conjunto territorial mayor.

Actualmente los municipios enfrentan la situación y contexto de la postcrisis

económica mundial, donde muchos gobiernos nacionales intentan sortear las

dificultades económicas y políticas reduciendo los recursos municipales. La

opción adecuada es fortalecer a los municipios para que estos se constituyan en

la primera línea de contención de la crisis, mejorando sus servicios, distribuyendo

subsidios sociales focalizados a las familias y grupos pobres y ayudando a

dinamizar las economías locales.

No obstante, no hay que perder de vista ciertos avances sustanciales: desde ya el

progreso de la descentralización acaecida en casi todos los países de la región

durante las décadas recién pasadas. Hoy el movimiento municipalista juega hoy

un rol clave en la defensa de los intereses y autonomía municipal en varias

naciones. En este sentido, Brasil, Colombia, Bolivia y El Salvador –por ejemplo-

poseen movimientos asociativos proactivos, con buena capacidad de

negociación y propuesta. Lamentablemente no en todos los países ocurre lo

mismo y hay naciones donde el movimiento asociativo es aún débil o está

atomizado, como ocurre en México.

El movimiento asociativo municipal latinoamericano debe fortalecerse mucho

más y para ello es importante tanto el trabajo de fortalecimiento institucional

nacional, como el apoyo de la cooperación internacional, la cual ha reducido su

trabajo durante los últimos años.