Contratiempo 123 - Mayo 2015

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CHICAGO, ILLINOIS, MAYO 2015 NÚMERO 123 POESÍA EN ABRIL: GANADORES LOS PRESOS PUERTORRIQUEÑOS RINOCERONTES DORIS SALCEDO EN MCA

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Con nuestro ejemplar de mayo 2015, ponemos en manos de los lectores una variada oferta de temas y perspectivas: de lo político, a lo poético, a lo fantástico. Pocos temas políticos en Estados Unidos son tan contradictorios como el de los presos políticos puertorriqueños. No sólo Estados Unidos ha persistido en una óptica colonialista por cuanto concierne a Puerto Rico sino que mantiene encarcelado a uno de los presos políticos de mayor antigüedad en el mundo, Oscar López Rivera. A pesar de la condena internacional, a pesar de la falta de coherencia interna o legalidad del tema de la persecución contra activistas independentistas puertorriqueños, a pesar de la conmutación en las condenas de sus compañeros, López Rivera sigue en la cárcel. Tratándose de un tema muchas veces ignorado por el mainstream nos pareció necesario volverlo a poner en frente de nuestros lectores.

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CHICAGO, ILLINOIS, MAYO 2015 NÚMERO 123

POESÍA EN ABRIL: GANADORESLOS PRESOS PUERTORRIQUEÑOS

RINOCERONTES DORIS SALCEDO EN MCA

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C on nuestro ejemplar de mayo 2015, pone-mos en manos de los lectores una variada oferta de temas y perspectivas: de lo político, a lo poético, a lo fantástico.

Pocos temas políticos en Estados Unidos son tan contradictorios como el de los presos políticos puertorriqueños. No sólo Estados Unidos ha persis-tido en una óptica colonialista por cuanto concierne a Puerto Rico sino que mantiene encarcelado a uno de los presos políticos de mayor antigüedad en el mundo, Oscar López Rivera.

A pesar de la condena internacional, a pesar de la falta de coherencia interna o legalidad del tema de la persecución contra activistas independen-tistas puertorriqueños, a pesar de la conmutación en las condenas de sus compañeros, López Rivera sigue en la cárcel. Tratándose de un tema muchas veces ignorado por el mainstream nos pareció necesario volverlo a poner en frente de nuestros lectores. El excelente trabajo de coordinación del dossier a cargo del escritor puertorriqueño Rafael Franco les permitirá conocer a profundidad el tema, o recordarlo con detalle.

En nuestras páginas de Deshoras, tenemos el orgu-llo de presentar a Carolina Rosa Folmer, de Chicago, ganadora del Segundo Concurso Nacional del Festival Internacional de Poesía en Español Poesía en Abril. El importante incremento en el número de participantes del certamen es testimonio de la creciente extensión de la literatura en español en Estados Unidos y un aliciente para que las entidades organizadoras del Concurso, en especial contratiempo y DePaul Univer-sity mantengan la continuidad del mismo. Junto a los de Carolina Rosa Folmer se publican también poemas de Yolanda Rivera Castillo, de Puerto Rico, y Manuel Ayala, de Chicago, que lograron la segunda y tercera plazas en el certamen. ¡Enhorabuena a todos!

Destacamos también otros contenidos: el inusual tríptico Rinocerontes, consistente en sendos cuentos de Miguelángel Díaz Monges y Gerardo Cárdenas, acom-pañados por una bellísima imagen de Viviana Hinojosa; el debut en nuestras páginas de la poeta española Teresa Iturriaga; el artículo dedicado a Doris Salcedo en la sección Mirada Cómplice; y la elegía de Jochy Herrera al recientemente fallecido Eduardo Galeano.

Ojalá disfruten estos contenidos.

MAYO 2015 • NÚMERO 123

TIEMPO EXTRA3 Poemas de Teresa Iturriaga

4 RinoplastiaGerardo Cárdenas

6 Los rinocerontes sabios de EstambulMiguelángel Díaz Monges

8 Para que Galeano nunca mueraJochy Herrera

9 SXSW 2015: Sabor internacional con un montón de je ne sais quoiCatalina María Johnson

10 Las Tres Hermanas de The HypocritesTanya Victoria

MIRADA CÓMPLICE12 Representación de la violencia: La obra de Doris SalcedoGina Beltrán

DOSSIER14 Conspiración sediciosa:El caso de los presos puertorriqueñosRafael Franco

16 Oscar y la CatarsisAmado Martínez Lebrón

18 Entrevista con Elizam EscobarKarenín Biaggi

19 La lucha de doshermanasKarenín Biaggi

20 El caso de Oscar López RiveraJan Susler

DESHORAS22 IntroducciónGerardo Cárdenas

23 Poemas de Carolina Rosa Folmer

23 Después de la Tormenta

23 Manos

24 Poemas de Yolanda Rivera Castillo

24 Camino a las tinieblas

25 Preludio a un beso

26 Poemas de Manuel Ayala

26 Contra la luz.

27 Ruego al desierto de Altar

contratiempoDIRECTIVAGerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey

DIRECTORA EJECUTIVAMoira Pujols

DIRECTOR EDITORIALGerardo Cárdenas

DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo

CONSEJO EDITORIALAndrea Ojeda, Catalina María Johnson, Gerardo Cárdenas, Julio Rangel, Luis Alejandro Ordóñez, Marcopolo Soto, Noelia Cruz, Olivia Liendo, Kim Potowski, Rafael Franco, Rey Emmanuel Andújar, Stephanie Manríquez, Verónica Lucuy Alandia

COLABORADORESArturo Richardson, CHema Skandal!, Febronio Zatarain, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge Frisancho, Marco Escalante

La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye diez veces por año a la comunidad hispanohablante de Chicago

contratiempo is grateful for the past

and present support of The Chicago

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Illinois, the Illinois Humanities Council,

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La ilustración de portada es una obra original para contratiempo de CHema Skandal!. El artista gráfico es originario de la Ciudad de México y actualmente reside en Chica-go. Su trabajo ha sido publicado en diversos medios y formatos, desde fanzines hasta catálogos de museo y ha sido exhibido en varios continentes. Actualmente reparte su tiempo entre proyectos para diversos clientes así como personales y creativos varios, además de musicales y documentales. Su exposición “Unmasked!” abrirá en Chicago el 12 de junio. Mayor información: www.chemaskandal.com

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POESÍA

Poemas de

Noches de absurdo y duda

Verbo a verbo, intentamos palpar la fuente,el cilindro de la pasión invisible, desigual,huidizo.

Poemas y prosas se curan la ceguera en tierra de nadie, de pasohacia el oasis del espejismo.Insomnio, absurdo, duda.

Al galope, sobre un caballo blanco, se nos acerca el himno de un afán, quizá un engaño... ¿Cómo no responderle con un guiño?

Atrezzo

Crucé la hojarasca una hora después del baile. Dos fueron los besos al ritmo del bolero, dos días libres de frases triviales, doce campanadas de un reloj, puestos de playa, farolillos, humo de anclas, suspiros... festividad del barquero. De vuelta, me tropecé con la noche aterida entre piedras de escándalo, una pirámide de hiedras, penelas en espiral, un terraplén, grietas de una aventura a plena luna y sin sombrero. Para mí había un carruaje, una corona y una copa de roca madre, el viejo atrezzo del deseo, todas esas cosas que prometen los corsarios de ojos negros a las niñas peligrosas. No sé cómo, pero cuajó la madrugada y entré a hurtadillas salseando en el Hotel Ventura Highway. Lo hice todo bien y en orden. Pedí el menú del día: aperitivo marino, verdura fresca, solomillo, vino y café. Pero hacía tanto tiempo que esperaba el sabor del sueño que me olvidé de dejar un hueco para el postre. Qué cabeza la mía.

Teresa Iturriaga (España), es Doctora en Traducción e Interpreta-ción. Ha publicado Mi playa de las Canteras (2005) y traducido obras de varios autores africanos, incluyendo Modou Modou, del senegalés Seydi Ababacar Mbaye (2005). En 2010 edita Revuelto de isleñas, una colección de relatos sobre la escritura y la cocina, Des-velos (2010), así como el poemario Gata en tránsito (2011), Lavirot-te al azar (2012), Rosas rojas para María Walewska (2013), Leonora, la divina loca (2014) y Campos Elíseos (2014) publicado en Aurora Boreal®, de donde se han extraído estos poemas.

Ilustración: Tommaso Meli

Teresa Iturriaga

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FICCIÓN

D e las seis especies de rinoceron-tes –seis, a pesar de lo que diga Wikipedia—la de Anatolia resul-tó, sorprendentemente, la más

tozuda y evasiva. Esto en parte explica por qué, mientras la zoología y los gobiernos se debatían por proteger la caza y extinción del negro, el blanco, el de la India, el de Java y el de Sumatra, el de Anatolia logró escapar a tanta atención y prosperar pese al reducido número de sus ejemplares, su tendencia al pesimismo, y sus dificultades para concebir derivadas en particular de una incurable timidez.

El rinoceronte de Anatolia, no mayor en tamaño adulto que un terrier, espe-cialmente peludo debido a las inclemen-cias de la región, y totalmente negro (lo que dificultaba su localización) rara vez abandonaba los barrancos y cañadas turcos, asomando muy de vez en cuando en campo abierto cuando la calentura de machos y hembras vence al pesimismo. Los raros apa-reamientos, con un cortejo engorroso y desesperante que puede durar años (versiones imposibles de confirmar ubican cada cortejo en coincidencia con los mundiales de fútbol), a duras penas resultaban en gestaciones de crías únicas, negras, peludas y tristonas.

Es por esto que sorprende que se haya visto el otro día a un ejemplar deambu-lando por un café de Estambul. Cómo este pequeño, tímido y evasivo animal consiguió viajar ileso de las montañas de Capadocia hasta la ciudad, y cómo consiguió desaparecer sin dejar huella, presumiblemente para volver a su lugar de origen es algo que la ciencia ha debati-do acaloradamente sin llegar a conclusión alguna.

Quienes no lo discutieron mu-cho fueron Monges y Cárdenas. Para ninguno de los dos, en realidad, resultó tema del menor interés saber cómo se desplazó la criatura hasta el café donde se habían dado cita. Aunque probablemente ambos hayan

RinoplastiaGerardo Cárdenas

Ilustración: Viviana Hinojosa

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FICCIÓN

mostrado algo más de curiosidad en saber cómo escapó puesto que ambos autores habían expresado en voz alta su intención de convertir al animal en tacos de longaniza.

Tampoco viene mucho al caso discutir qué hacían ambos caballeros en un café de Estam-bul, venidos ambos de tan lejos a pesar de que el café, a plena vista de la Torre Gálata, gozaba de una estupenda reputación literaria y de una interesante colección de gramófonos. Ambos han declarado que su intención era impartir un taller de dramaturgia a jóvenes en proceso de recuperación del islamismo, y fue así que armado Monges con libros de Calderón de la Barca, Molière y Beckett, y Cárdenas con ejem-plares de Ionesco, Shakespeare y Miller (ambos habían acordado, previamente, dejar en paz a los clásicos griegos que en Turquía no gustan mucho), y habiendo solicitado sendos cafés turcos (Cárdenas tuvo la tentación de pedir un doble exprés avainillado con un chorrito de caramelo y esencias de almendra, pero Monges le pisó un callo y la cosa no pasó a mayores) y un narguile para compartir, los dos se ubicaron en cómodas tumbonas a esperar a sus alumnos.

Estos fueron llegando de dos en dos, y con expresión desconfiada. No ayudaba el aspecto de melancólico ensayista vasco de pregue-rra de Monges, ni el de despistado cuentista sefardita de Cárdenas. Ni siquiera cuando el primero se enfundó en la casaca del Madrid, y el segundo en la del Barça, disminuyeron los recelos de los alumnos que mayoritariamente eran del Besiktas. Pero entre discutir La vida es sueño y la sura 50 del Corán…

Tampoco queda claro cómo iban a impartir el taller ambos especialistas. Mucho menos, cómo iban a evaluar a sus alumnos. ¿Les encar-garían escribir obras de teatro para calificarlas? ¿Montarían un concurso? ¿Llevarían a cambo una ronda relámpago de preguntas y respues-tas? Todo esto es irrelevante porque no bien había carraspeado Monges para aclararse la garganta, y Cárdenas acomodado los libros, por enésima vez, en forma piramidal, que sobre la mesa que hacía de centro de la discusión saltó el pequeño rinoceronte negro.

La tertulia hizo un silencio inmediato, y con ella todo el café. Meseros y comensales

dudaban si la criatura era perro, gato o cerdo. Alguien comenzó a decir que se trataba de un tapir pero se detuvo ante la mirada airada de un muecín que se había colado en el café en-tre convocatorias a la oración. Monges miró con enojo a Cárdenas, sospechando que este quería utilizar elementos visuales para hablar del Rinoceronte de Ionesco, y le recordó en voz baja que habían acordado no traer utile-ría. Pero antes que el otro pudiera responder, el rinoceronte largó un pequeño berrido, se bebió media taza del café de Monges y soltó en mitad de la mesa una pequeña, redonda, olorosa y verde cagarruta.

Dos de los contertulios, en ese momento, abandonaron el local ofendidos, rezongando contra la arrogancia del Teatro del Absurdo y clamando por el estilo directo y cortante de Eugene O’Neill.

Monges y Cárdenas miraron con angustia a los meseros; estos, a su vez, al dueño del local. Pero este último se hizo el desentendido, encendió su pipa y se perdió tras una cortina metálica. Nadie se acercó a la mesa; nadie reemplazó el café lleno de babas de rinoceronte ni limpió la mierda, que acumulaba ya algunas moscas. El rinoceronte, entretanto, en uno de sus frecuentes ataques de timidez, había caído en cuenta de la precariedad de su situación, e intentaba esconderse detrás del narguile.

Cárdenas tomó el Julio César de Shakes-peare y sigilosamente se colocó tras la dimi-nuta bestia. Pero en el preciso momento en que alzaba el volumen se desató un intenso debate teológico entre meseros y comensales. Estos alegaban que toda criatura rinde plei-tesía a Dios, y que el profeta maldijo a quien cace animales por deporte; pero aquellos insistían en que el rinoceronte era un cerdo, y por tanto impuro, y debería echársele sin mayor contemplación del café. Sólo pudieron coincidir en que no hay más Dios que Allah y que Mahoma es su profeta.

En mitad del debate, que los autores con-templaron sin ganas de abrir la boca, el rino-ceronte volvió al centro de la mesa y sin mayor dilación procedió a masticar páginas del Tartu-fo de Molière. A esto, Cárdenas reaccionó con expresión de ira pero Monges lo tranquilizó

recordándole que a final de cuentas se trataba de una mala traducción. El rinoceronte depo-sitó entonces una segunda cagarruta, esta vez a los pies de otro tertuliano, que prefirió desma-yarse a abandonar el local.

Fue necesaria la intervención del muecín. Éste examinó con cuidado al animal, que se dejó cargar y acariciar, mientras el muecín le cantaba al oído algunos versos de la sura 22 — de hecho la convulsión de la hora final será terrible —. Pero luego de algunos minutos, y mientras el resto de los contertulios abandona-ba el café, mesándose las barbas y sacudiendo la cabeza (aunque en realidad a algunos se les hacía tarde para el Besiktas – Real Sociedad de la Europa League), el muecín se dio por ven-cido. Depositó al animal en el suelo, declaró que si bien no era un cerdo tampoco era clara su naturaleza, indicó que aún Mahoma en su inmensa sabiduría –alabada sea la sombra que le proporcionan las palmeras del desierto—no describió a tan rara criatura pero que siendo bicho de la creación merecía el respeto de los hombres aún si era imposible determinar de qué lado de las leyes dietéticas caería, o si sa-bría mejor con hojas de tomillo o romero.

Se despidió el muecín rumbo a su minarete, los comensales pagaron silenciosamente sus cuentas, la tertulia se desmoronó y el dueño del café y los meseros comenzaron a poner las sillas sobre las mesas y a barrer el suelo. El ri-noceronte escogió ese momento para depositar una pequeña pila de mierda equidistante de los zapatos de los dos autores, restregarse como un gato en los pantalones –primero de Cárdenas, luego de Monges—y desaparecer tan misterio-samente como había llegado.

Los autores recogieron sus libros, pagaron la cuenta, y salieron del café. Antes de cerrar-se la puerta, y en el instante en que el muecín llamaba a la oración, se escuchó el murmullo de Monges a su colega: --esto no pasa en cafés de la Del Valle y además tienen mejores mingitorios.

Gerardo Cárdenas, escritor y periodista mexicano, es director editorial de contratiempo.

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FICCIÓN

N os quedamos atónitos cuando en-tró Andrea con su jarana cantando sones jarochos en inglés. Llevaba gafas de ciega, no lentes oscuros,

sino gafas de ciega, de las que usan los ciegos para que esté muy clara su ceguera.

Yo me había quedado en Estambul desde que Gerardo tuvo que huir hacia Chicago con el disfraz de fraile dominico que le regaló el Patxi antes de que le metieran una faca entre la txapela y la oreja.

No cambió en nada mi rutina. Una frus-tración de vez en cuando, un libro o dos a la semana y el café de siempre. Mi mesa y mis libros. De cuando en cuando una mujer de mala nota me daba asilo en su cuerpo.

Mi salud mermaba paulatinamente y pensé que era tiempo de un cambio drástico en mi vida. Cambié de café.

Fue fastidioso, como toda mudanza. Tarda-ron casi una semana en encontrar el punto de mi bebida y yo no lograba decidirme por algu-na mesa. La que no estaba mal calzada emitía ruidos o iba sobrada para mis necesidades. En algunas había demasiada luz y otras estaban en penumbras. Una tarde, plantado en el umbral, inmenso, me encontré con el patrón frente a frente. Nadie lo había oído hablar nunca pero sabíamos que en otro tiempo había sido capaz de comunicarse en todas todas las lenguas. Hice un vago gesto de respeto e intenté entrar. Me cogió por el hombro con tal fuerza que me intimidó e impidió cualquier reacción por mi parte. Los comensales, abundantes a esa hora, y los empleados tuvieron reacciones de sobresal-to. Los valientes bajaron la vista, los cobardes corrieron a esconderse al baño o a la cocina.

El patrón me guió hacia una pared en cuyos frescos se distinguían figuras bizantinas pin-tadas con un estilo flamenco. Al fondo Santa Sofía y en primer plano lo que parecía la caver-na en que estuvo encerrado Ulises. Fue por ahí que el patrón me condujo hacia la trastienda del café, si se le puede llamar así a un lugar que está fuera del mundo, al otro lado de un muro.

El lugar era silencioso y estaba en tinie-blas. Olía a todos los tabacos del mundo. También a café y, debo decirlo, a sexo. El aroma a sexo era tan fuerte como el del café y el tabaco. Y olía a libros. Me imaginé un sótano o una buhardilla del París del cliché. La mano del patrón me hizo girar hacia un lado y me colocó en lo que mis nalgas reco-nocieron como una silla extremadamente

cómoda, al estilo de los cafés elegantes de otros siglos. Solo entonces me soltó.

No me atreví a hablar. Sabía que era inútil y, en tales circunstancias, hasta peligroso. Extendí mis manos y confirmé mi sospecha. Había una mesa de madera pulida. Quise levantarme y huir, pero no quería levantarme y huir. Así las cosas. De modo que me quedé sentado en las tinieblas aguardando a que se dilataran mis pupilas y fuera capaz de recono-cer el lugar en el que me encontraba.

De pronto otra mano, delicada, femenina, asió mi antebrazo y me condujo a descubrir que ante mí había una taza de café, cigarrillos y puros. Y fósforos. Resignado, abrí un puro, le quité el celofán, mordí el extremo, me lo metí a la boca y encendí un fósforo del que no salió ninguna luz. Todo a tientas, me quemé un dedo al comprobar que el fósforo estaba encendido. Ahora el puro también. Una mano idéntica a la anterior bañó mi dedo en lo que identifiqué como vinagre. Fumé un puro que no se enrojecía. El café no se acababa nunca. Tampoco mis pensamientos.

Recordé cada minuto desde mi llegada a Estambul. La tarde en que conocí al Patxi frente al mar de Mármara, que había cruzado a nado para traerme el mensaje de Gerardo: “Viviana dibujó al rinoceronte. Ten cuidado. Llego pronto.” Recordé a Viviana y sus gatos en Barcelona, Viviana y sus gatos en Puebla de los Ángeles, Viviana y sus gatos en la ciudad de México, Viviana y sus gatos en Mérida. Viviana y sus pinceles de pelo de gato con los que pin-taba cortesanas y brujas, travestis y duendes. De modo que había dibujado al rinoceronte. ¡Pero si aún no sabíamos nada del rinoceronte! Eso fue después, cuando llegó Gerardo con su delirio de la dramaturgia.

Trataba de poner las cosas en orden cro-nológico. No importaban los años de estudio y reflexión, seguía siendo un imbécil necesi-tado de orden y sucesiones temporales. En-cendí otro cigarro, éste era de hebra, negro y fuerte. El fósforo se encendió al tallarlo en el instante mismo en que renuncié a compren-der todo aquel asunto del dibujo y el peque-ño animalejo, porque era pequeño, que vino después de Gerardo.

A partir de ese momento el ambiente pareció iluminarse poco a poco, como si mis pupilas se estuviesen dilatando, lo que sería inútil en esa tiniebla perfecta.

Al aroma a café, tabaco, sexo y libros se agregó el del hachís. Alguien lo fumaba en

mi propia mesa. Alguien aún sin rostro. Quiero decir que aún no tenía rostro, no es que yo no lo viera.

Ya veía y más de lo que quería ver: La orgía inmunda que se desarrollaba a mi alrededor no tuvo precedentes ni en Sodoma ni en los salones de Calígula. No podía haber placer en tales excesos, ni podían ser deseados. Lo más intrigante, sin embargo, era el impecable silencio. Para comprobar que no estaba sordo llevé un dedo a mi oído y lo tallé con suavi-dad. Oía perfectamente. Una mano masculina se apoderó de mi brazo y lo alejó de mi oído. Entendí que ese silencio no podía romperse ni en la forma más íntima y discreta. Prendí otro puro. El café interminable llenaba mi paladar y me llenaba de desprecio por quienes se entregaban a placeres distintos y abomi-nables. Por no ver a esos despojos del espíritu observé las paredes. Incoloras, sin adorno alguno, sin restos de ventanas ni herrajes. El olor a libro se hizo más intenso, pero no había libro alguno en todo ese lugar.

Recordé entonces la llegada de Gerardo tras el aviso del Patxi. “¡Necesitamos libros!”, grita-ba enloquecido. Después fue lo del rinoceron-te. “¡Quememos los libros!”, gritaba enloque-cido. Viviana había dibujado al rinoceronte, después Viviana dibujó al rinoceronte. Patxi se había despedido para llevar a Getxo la noticia del dibujo y los libros. Alguien metió una faca entre su oreja y su txapela. No fue a traición. Él supo que fui yo, lo hice de frente por el bien de los pescadores del Cantábrico.

Todo tenía sentido salvo que yo me fuera a cualquier otro sitio. Todo había sido bueno y a tiempo, siempre que nadie intentara compren-der la sucesión del Tiempo.

De modo que no había libros. Si alguna vez los hubo, prevaleció su aroma. O nunca los hubo y sólo eran aroma, más fuerte que el del hachís, el del café, el del tabaco y el del sexo. Ahora veía más y entendía menos. En otro tiempo me habría sumado a la orgía. Esta vez pasé de ella, repelente, ya sin asco, y miré más allá. Entonces entendí todo: ahí estaban, reu-nidos en torno a una mesa enorme de madera burda y desnuda. Ahí, enormes y hermosos, sin mirar ni mirarse, inmutables, los rinoce-rontes sabios de Estambul.

El prodigio se había realizado, la promesa estaba cumplida. Tras un lapso de parálisis completa pude moverme. Me levanté. Vi que estaba desnudo. Quería acercarme, así estaba

Los rinocerontes sabios de EstambulMiguelángel Díaz Monges

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FICCIÓN

bien, desnudo como ellos. Apenas di un paso me arrastró la podredumbre lúbrica. No es necesario decir nada cuando se dice todo: hice todo y me hicieron todo. Era el camino único hacia ellos. Conocí dolores y éxtasis que no había imaginado, mi cuerpo y mi espíritu, exhaustos, cada vez pedían más. Varias veces intenté salir de esa mezcla de fluidos, sudores y saliva, pero volvía por más. Hasta que, con horror, distinguí el rostro del hombre que fumaba hachís en mi mesa: Era el Patxi. Me miraba sonriente. Casi estaba de vuelta en el lugar del que había partido. Me alejé a toda prisa sorteando cuerpos y placeres de la carne. Y al fin conquisté el otro extremo.

Pocas de las mesas en torno a los rinoce-rontes sabios de Estambul estaban ocupadas. Intenté sentarme en una de ellas pero fue imposible mover la silla. Así con otras tres. Fi-nalmente conseguí colocarme a pocos metros. Qué silencio tan prístino, qué tiniebla tan níti-da, qué exquisito perfume a libros inexistentes.

Fumaba y tomaba café sin pausa. Aprendí a contemplarlos. Cada vez más cerca de su mesa, la mía se desnudaba de tabaco. Cuan-do no hubo más café en la taza, ésta dejó de ser. A mi lado estaban los rinocerontes sabios de Estambul, no necesitaba voltear a verlos, yo sabía que ahí estaban.

En mi contemplación impávida apareció frente a mis ojos el dibujo de Viviana. No era una evocación, sino el dibujo mismo. Ahí es-taba Viviana. La contemplé durante mucho tiempo, no sé, ya no medía el tiempo. Ella no me veía, estoy seguro. Tampoco Gerardo, que había llegado antes pero llegó después con un pequeño rinoceronte entre los bra-zos. En mí no había pensamiento alguno. No tenía nada qué decir o preguntar. Sin em-bargo dijeron al unísono: “Aquí no hay nada. Tampoco aquí está eso que buscas.”

Me hablaban a mí sin dirigirse a mí. Estaban limpios, vestidos, y hablaban. Sus voces fueron terribles. Intenté pedirles que se callaran y lo logré. Fue escalofriante. Oí los ecos de la orgía pero no vi a ninguno de esos demonios vené-reos. Las paredes estaban recubiertas de libros. Y no, no estaban ahí los rinocerontes sabios de Estambul. Era el mismo café de antes.

El patrón se acercó a nosotros y nos preguntó si sabíamos algo del Patxi. Se le acusaba de haber destruido el local a cabezazos “Como un rinoce-ronte, ni más ni menos que como un rinoceron-te”. Le dije que lo había matado. “Bien hecho”,

musitó, “muy bien hecho”. Viviana, precavida, hizo a Gerardo esconder al pequeño animal que cargaba. Lo habían envuelto en el dibujo. El conjunto parecía un pergamino muy antiguo de un tratado muy largo y muy sabio. Aunque yo ya había conocido la sabiduría, así que me pareció un pergamino muy antiguo y nada sabio.

–Yo los he conocido, les dije.Se hizo el silencio otra vez. Un silencio

contrario al anterior, denso e insoportable. Ge-rardo y Viviana me miraron estremecidos. Los comensales y los empleados se me acercaron con dagas y otras armas. Recordé entonces que nadie debe pensar en los rinocerontes sabios de Estambul una vez que los ha visto.

Un sable se posó en mi cogote. Todos pedían mi muerte. Gerardo y Viviana hacían gestos para calmar a la multitud, pero no salían sus voces. Fue entonces cuando entró Andrea con su jarana cantando sones jarochos en in-glés. Llevaba gafas de ciega, no lentes oscuros, sino gafas de ciega, de las que usan los ciegos para que esté muy clara su ceguera.

Nos quedamos atónitos. Detrás de ella venían los fornicadores sudorosos e insacia-bles cargando cuernos de rinoceronte con los que amenazaron a la turba. Viviana, Gerardo y yo alcanzamos la salida. Y corrimos durante meses. En Getxo nos encontramos con el Patxi que nos llevó en su barca hasta el Missisipi. Andrea nos esperaba en Chicago. “No saben lo que pasó en la biblioteca: ni un libro, han desaparecido todos, absolutamente todos”, nos dijo apenas vernos. La nieve caía feroz y nos refugiamos en un edificio de la época de la Prohibición. Todo indicaba que había sido un museo secreto. En el vestíbulo derruido alcan-zamos a distinguir ciertas formas extrañas. Nos acercamos entre penumbras, nuestras pupilas se dilataron y al fin pudimos distinguir. Los reconocí de inmediato: ahí estaban disecados los rinocerontes sabios de Estambul.

Miguelángel Díaz Monges, 1965, estudió Teatro, Arquitectura y Filosofía en la UNAM, donde fue becario del Instituto de Investiga-ciones Filosóficas. Ha publicado desde 1979 en diversos medios. Su obra consta de poesía, ensayo, drama, narrativa y géneros mixtos. En “Sábado” publicó el libro En el retrete del mosto. Es también autor de Notas de desen-canto y otras virtudes.

Ilustración: Viviana Hinojosa

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NARRATIVA

La memoria guardará lo que valga la pena.La memoria sabe de mí, más que yo;

y ella no pierde lo que merece ser salvado.

S iempre dijo Eduardo Hughes Galeano que su trabajo escritural perseguía abrazar a los demás, como verdadero “topógrafo humano” a través de textos

logrados gracias a una autodefinida cualidad de cazador de historias y escuchador de voces, redescubrió los vínculos que la memoria era capaz de rescatar en ese acercamiento autor—lector. Si bien el escritor construye un micro mundo personal en el proceso creativo no menos cierto es que el texto, a su vez, adquie-re una identidad particular que le convierte –motu proprio– en producto eminentemente colectivo. Sobre todo si quien lo elabora quiere escribir para todos, cosa que Galeano logró a través de una monumental bibliografía que marcó generaciones.

En el introito de El libro de los abrazos aparece la frase Recordar: del latín re—cordis, volver a pasar por el corazón, expresión que en su trasfondo metafórico no hace otra cosa que revelar una cierta obsesión del recién fallecido pensador: el rescate de la historia secuestrada en estos tiempos fecundos de amnesia obligatoria. Es decir, el insistir en esa posibilidad humana de evocar imágenes del pasado que surgen desde nuestra conciencia reconocidas ya como propias; ráfagas del existir un tanto metafísicas que de ocurrir lo contrario estarían destinadas al olvido. Por ello Platón separaba la memoria del recuerdo indicando que éste consistía en una opera-ción intelectual que discernía y atrapaba las ideas contempladas por el alma antes de que fuesen enterradas en la cárcel del cuerpo.

Mas este carácter digamos, casi filosófico del escribir no fue el único rasgo evidente en la obra literaria (y vivencial) del inmenso ser humano llamado Eduardo Galeano. En su pensamiento y en su actuar siempre primó la libertad. De pensar y de crear. Por eso rechaza-ba la etiqueta de escritor “político” seguidor de partidos o religiones; desconfiaba de la palabra “política” porque “se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada”. Por igual, rechazó que sus libros fuesen clasificados dentro de género alguno indicando “que lo suyo se trataba de una síntesis de géneros, una tentativa para recuperar la unidad perdida del lenguaje humano”, estilo que ciertos académi-cos catalogaron como Historiografía alternati-va y que por otra parte motivó a José Mujica a definirle como poeta de la historia.

Las temáticas que pueblan las decenas de libros publicados por Galeano reflejan una pasión por todo lo humano y por todo aquello que refleja lo humano: la cosmogonía de nues-tros ancestros, el amor y la violencia; la vida de los bichos, el fútbol y la música; la poesía, el hambre y la antropología; la mujer, el imperio romano y la economía política. Porque este uruguayo universal lo criticó todo y se divirtió con todo. Deambulaba por los lugares con la parsimonia del distraído que atento a cada detalle teme olvidarlos, por lo que en los más inverosímiles momentos sacaba del bolsillo una emblemática mini libretita para anotar ideas. Una por cada página. Allí plasmaba el optimismo y la grandiosa humanidad que le caracterizó, la infatigable crítica contra la injusticia, la pobreza, la guerra, la desigualdad y otras formas sucedáneas de la mentira. Simul-táneamente, reconocía y defendía lo mejor de nosotros: “los humanos son los exterminadores de todo (el prójimo, la naturaleza y los anima-les) y somos en el universo los únicos seres que ríen, sueñan despiertos, dan nuevas músicas a las voces del mundo y crean palabras para que no sean mudas la realidad ni su memoria”.

Aquél lúcido reconocimiento de la necesi-dad de otorgar voz a la palabra ha sido comen-tado por muchos; en nuestro caso, ya hemos alertado sobre la urgencia de fundar una nueva ética que “ante la sucia apropiación de la palabra por parte del poder que le arreba-ta y despoja de su verdadero significado en pos de la men-tira” —como ha indicado el poeta José Mármol— ella ocu-pe el justo lugar que la verdad nos exige. La irónica pluma de Galeano hizo precisamente aquello: dar voz a un conti-nente en el que la historia escrita por ajenos borró las caras y los sueños de ejércitos de hombres y mujeres paridos por la América marrón.

El pasado 13 de abril Eduardo Hughes Galeano –Gius– dejó de estar física-mente junto a nosotros, más la sempiterna reivindicación de la historia plasmada en sus textos seguirá intacta tal como se evidencia en el calendario—libro que fue su última obra publicada en vida,

Los hijos de los días. Justamente en el comen-tario correspondiente al 13 de abril aparece el siguiente párrafo a propósito de la ceremonia de desagravio a la cultura indígena que en 2009 cumplieron los frailes franciscanos en el atrio del convento de Maní de Yucatán: Cuatro siglos y medio antes, en ese mismo lugar, otro fraile, Diego de Landa, había quemado los libros mayas, que guardaban ocho siglos de memoria colectiva.

La entrada final de Los hijos de los días correspondiente al 31 de diciembre explica que en la antigua Roma a fin de espantar los males era recomendado colgarse encima la palabra Abracadabra, en hebreo antiguo envía tu fuego hasta el final. Conversando sobre males durante una visita a Chicago Galeano me confesó que el infarto que sufrió décadas atrás no había sido provocado por el tabaco sino por el estado de cosas en que se encontraba nuestra civiliza-ción; espantemos pues las maldades que nos asolan, porque si de veras “somos un instantito nada más en la memoria del tiempo” vale la pena seguir colgándonos encima la esperanza. Para que Galeano nunca muera.

Jochy Herrera, escritor dominicano, es autor de La flama magna.

Para que Galeano nunca mueraJochy Herrera

Eduardo Galeano

Foto:Mariela de Marchi Moyano

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N Ú M E R O 1 2 3 | 9contratiempo

MÚSICA

P ara la vigésimo octava edición del festival South by Southwest (SXSW, por sus siglas en inglés), la ciudad de Austin, Texas, una vez más atibo-

rrada de decenas de miles de melómanos de toda índole, se rindió ante el vórtice musical del festival de música indie quizás de mayor importancia a nivel mundial.

El carácter musical de SXSW va adqui-riendo cada año un sabor internacional de gran eclecticismo. Este año dieron conciertos bandas de más de cincuenta países. Lo que más nos va quedando claro en este mundo globaliza-do, es que lo que cada artista decide recoger de sus raíces para incorporarlo a su música es un proceso tan maravilloso como misterioso. A con-tinuación les ofrecemos algunos de los momen-tos más sobresalientes de la música internacional que experimentamos en SXSW de 2015.

La nueva musique indieEntre las actuaciones más anticipadas del festival estuvieron las de artistas que reúnen influencias latinas, francesas y africanas. Lisa Kaindé y Naomi Díaz, las gemelas conocidas por el nombre artístico de “Ibeyi” (de la palabra “ibeji” que significa gemela en yoruba) son hijas  del aclamado percusionis-ta Miguel ‘Anga’ Díaz del Buena Vista Social Club. Las bellísimas gemelas dejaron al público embelesado con sus baladas que incorporan cantos yoruba y mezclan electrónica y percu-sión afrocubana dentro de delicadas armonías.

Otro cantante con raíces belgas además de africanas, el super estrella Stromae, dio amplia muestra de sus extraordinarios talentos. Stro-mae baila y canta dentro de un escenario que cuida todos los detalles en su diseño—desde el vestuario del artista, hasta el de sus músicos y los instrumentos—presentando casi viñe-tas de teatro musical. Pero quizás lo más sorprendente fue ver a miles de jóvenes anglosajones abarrotados ante el escenario, cantando a la par del artista en francés. Eso sí lo consideramos como lograr una hazaña.

Made in Chicago pero esta vez con todo y latinosLa noche de conciertos oficial de la ciudad de Chicago presentó entre otras agrupaciones, la actuación de Dos Santos Anti-Beat Orquesta, banda que incorpora a varios jóvenes, pero veteranos, músicos de la escena jarocha y folklórica de nuestra ciudad. El quinteto en-cantó al público con su potente mezcla de jazz, R&B, soul, folk tradicional mexicano, cumbia y salsa, todo con un dejo punk y ligeramente

psicodélico. A la par, lució maravillosamente sobre las paredes otro aspecto del arte de nues-tra ciudad en las imágenes curadas y proyecta-das por Charly García de Sonorama.

Latinidad híbrida sin fronterasRealmente ya no existe sólo una lengua franca musical para las bandas latinas. Tenemos, por ejemplo, a la joven cantante de ascendencia colombiana, Kali Uchis, dotada de una extraordi-naria voz y presencia sumamente sensual dentro del contexto de un neo-soul latino que canta en inglés. Otra maravillosa cantante y compositora cubana, Danay Suárez, con estudios de conser-

vatorio, crea en español un hip hop sumamen-te poético que es canto y rima a la vez y cuyo embrujo es imposible de resistir. Por otro

lado, Centavrus, toma su nombre artístico del apodo de Pancho Villa, o sea, el Centauro del

Norte, e inició su vida artística reimaginando los corridos de la revolución mexicana de mane-ra contemporánea. Hoy día, con DJ y equipo electrónico, acordeón y otros instrumentos, crea ritmos y melodías justo en el cruce entre la electrónica y la música regional mexicana, que en manos de estos hábiles músicos llega al siglo XXI renovada con toques punk y rockeros.

Imagínate otro mundoOtra de las presentaciones más impactantes fue

la de unos jóvenes de Paraguay, quienes forman parte del Landfill Harmonic. Oriundos de un barrio de Asunción cuyo centro es un enorme vertedero, los chicos querían aprender a tocar

música mas no tenían posibilidades de com-prar instrumentos. Decidieron crear los suyos propios con pedazos de basura - sartenes, tubos, monedas viejas— construyendo así saxofones, cellos, violines y otros instrumentos “clásicos”. Cierto que no fue la función musical de mayor nivel artístico y que hubo momentos en que la orquesta desafinaba; pero cuando orgullosamen-te tocaron “Imagine”, la canción visionaria de John Lennon, aunque fuera por unos instantes pudimos ver lo que podría ser un mundo en donde transformamos la basura que hoy afea nuestras vidas y nuestro planeta, en un arte que

nos hace latir a todos el corazón, que como humanos tenemos en común.

Catalina María Johnson es miembro del consejo editorial de contratiempo, escritora y locutora/productora de Beat Latino (www.beatlatino.com), programación radial para estaciones de radio pública a nivel internacional.

SXSW 2015

Sabor internacional con un montón de je ne sais quoiCatalina María Johnson

Fotografías:

Catalina María JohnsonDe arriba a abajo:

StromaeDanay SuárezLandfill Harmonic

Fotografías:

Catalina María JohnsonDe arriba a abajo:

Kali UchisCentavrus

Ibeyi

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ESCENA

D esde su fundación en 1997, la compañía teatral The Hypocrites ha sido una de las más innovadoras en la escena de Chicago, obsesio-

nada por fortalecer la relación entre el artista y su público a través de un juego que lleva hasta el límite la experiencia teatral, desafiando las expectativas de su audiencia.

Sin duda el mejor ejemplo de este trabajo ha sido su puesta en escena All Our Tragic, donde todas las tragedias griegas que sobre-viven son enlazadas en una jornada de 12 horas de duración. Tras presentarse a fines de 2014, All Our Tragic volverá a la escena en junio. Mientras, The Hypocrites interpreta su versión de The Mikado mezclando la fábula japonesa con un escenario saturado de ele-mentos circenses.

Para su décimo octava temporada The Hypocrites explora el absurdo de la come-dia Three Sisters escrita en 1901 por Antón Chéjov, médico, novelista y dramaturgo ruso de quien por lo menos hay que leer una obra en la vida. Chéjov, maestro del relato corto, consideraba a la medicina como su esposa legal y a la literatura como su amante. Three Sisters cuenta con la de Geoff Button, di-rector, actor y docente ganador del (premio redundante?) Jeff Award Non-equity en 1995 como mejor actor en la puesta en escena de Equus. A diferencia de los premios Jeff Awards, la versión Non-equity aplaude el trabajo de los actores de teatro en el área de Chicago que no están afiliados al sindicato.

Button ha participado dentro de la comunidad teatral de Chicago desde el año 2000, y en la actualidad es miembro activo de The Hypocrites. En la obra de Chéjov, Button dirige, adapta y diluye el drama nostálgico a través de una actitud crítica, deconstruyendo los pasos y los errores de las hermanas Prozorov hasta el punto en que cuesta trabajo reconocer al autor dentro de su obra. El director crea su propio drama de decadencia y resignación en la vida, utilizan-do la psicología colectiva de la realidad en la que las hermanas se desenvuelven y la vida futura que desarrollan en la imaginación. Las esperanzas fallidas, la búsqueda equivo-cada, los sueños que se quedan en sueños, la importancia de las insignificantes decisiones que hacemos a diario y el inmenso resultado de las mismas.

Button propone una proyección al público actual: Three Sisters es un espejo de la so-ciedad a la que pertenecemos; las hermanas Olga, María e Irene quedan atrapadas en una

pequeña ciudad, al mismo tiempo que están atrapadas en el umbrío túnel de su glorioso pasado. La obra nos plantea la duda de si se logra una catarsis en la que cada quien devele la razón del triunfo de la rutina por encima de sus ideales, o si caemos en la idealización de lo que no tenemos. En el caso de las hermanas Prozorov, Moscú es símbolo de una mejor vida, la clase aristocrática va desapare-ciendo dándole paso a una nueva burguesía.

La obra se presenta de abril 17 a junio 6, en el Mainstage del Den Theatre, 1329 Milwaukee Ave-nue, Chicago. Más información en www.the-hypocrites.com.

Tanya Victoria, mexicana, es colaboradora de contratiempo.

Las Tres Hermanas de The HypocritesTanya Victoria

Fotos:Evan Hanover.

Sup.Lindsey Gavel, Hilary Williams, Joel Ewing y Mary Williamson en Three Sisters.

Inf. izq.:Lindsey Gavel, Hilary Williams y Mary Williamson en Three Sisters.

Inf. der.:Vance Smith y Lindsey Gavel en Three Sisters.

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Tantos recorridos, tantas historias de inmigración que encuentran en común una sola cosa: el idioma español. contratiempo ha creado Ediciones Vocesueltas para diseminar y promover la literatura escrita en español en Chicago. Estos proyectos de publicación conjunta con los autores han dado frutos desde el 2007, habiéndose publicado seis libros a la fecha. Debemos un agradecimiento especial a los autores publicados en Vocesueltas, cuyo ímpetu, talento y generosidad han hecho posible el establecimiento de este sello editorial.

EDICIONES

VOCESUELTAS

Información: [email protected]

EDICIONES VOCESUELTAS

01 A veces llovía en Chicago. Por: Gerardo CárdenasPrecio US$12.95. 1a. edición (2011) . En español. ISBN: 978-09800042-6702 En la 18 a la 1. Por: Escritores de contratiempo en Chicago. Precio US$14.99. 1a. edición (2010). En español. ISBN: 978-09800042-5-003 Extrasístoles (y otros accidentes). Por: Jochy Herrera. Precio: US$ 19.99. 1ª. Edición (2009). En español. ISBN-13: 978-0-9800042-3-604 Jaleos y denuncias. Por: Stanislaw Jaroszek. Precio: US$14. 1a. edición (2010). En español. ISBN: 978-098000424-3 05 Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago. Por: Jorge Hernández, Febronio Zatarain, Juana Iris Goergen y León Leiva Gallardo.Precio: US$ 15. 1ª. Edición (2008). En español. ISBN-13: 978-0-98000421206 Vocesueltas: Cuatro cuentistas de Chicago. Por: Raúl Dorantes, Bernardo Navia, Fernando Olszanski y om Ulloa. Precio: US$ 15. 1ª. Edición (2007). En español. ISBN-13: 978-0-980004205

01 02 03 04 05 06

Fue un honor recibir a Olvido García Valdés, Héctor Carreto, Gabino Palomares, Natalia Gómez, Frank Báez, Miguel Casado, Arturo Dávila, Xánath Caraza, Mariela Griffor, Irizelma Robles, Giancarlo Huapaya, y una alegría trabajar con Olivia Maciel, Jorge García de la Fe, Verónica Lucuy Alandia, Noelia Cruz, Gerardo Cárdenas, María Luisa Ortega, Silvia Goldman, Febronio Zatarain, Johanny Vázquez Paz, Juanita Goergen, Marcopolo Soto, Miguel Marzana, Anastacio Aranda, Emmanuel Ayala, Javier Chavira, Dawn Joseph, Olivia Liendo, Isabel Calixta Arrellano, John Quall, Julián Quall, Jennifer Patiño, Teresa Hernando, Mimi Rosales y David Itzi Nallah. Un agradecimiento especial al personal y los voluntarios de DePaul, contratiempo y las organizaciones y departamentos socios y patrocinadores del festival.

¡Hasta el 2016!

Comité organizador de Poesía en Abril Gerardo Cárdenas, Juana Goergen,

Moira Pujols y Esther Quintero

Expresamos nuestro más profundo agradecimiento a todos los poetas, artistas, compañeros organizadores y público de Poesía en Abril por hacer posible un año más de celebrar exitosamente la poesía en español en Chicago.

Lo que busca la luzAPRIL 18 – MAY 2

2015

Featured PoetsOlvido García Valdes

Héctor Carreto

DePaul UniversityInstituto CervantesDePaul UniversityComfort StationCultura in Pilsen and Poetry Foundation

April 18April 24April 30

May 1May 2

Locations

A Celebrationof International

Spanish LanguagePoetry

2015

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12 | contratiempo M A Y O 2 0 1 5

MIRADA CÓMPLICE

Página 12Doris Salcedo,

Sín Título, 2003. Proyecto

público efímero,

8va Bienal Internacional de Estambul,

Estambul, 2003. Foto de

Sergio Clavijo. Reproducida por cortesía de la artista,

de Alexander & Bonin de

Nueva York; y de White Cube.

Página 13Superior:

Doris Salcedo, A flor de piel,

2011-12. Pétalos de rosa e hilo.

Instalada en White Cube,

Londres, 2012. Foto de Ben

Westoby.

Inferior:Abajo. Sin

título, 1992. Armario de madera con

cristal, sillas de madera tapizadas,

concreto y acero. The Art

Institute of Chicago,

obsequio de la Society for

Contemporary Art

Photography. © The Art

Institute of Chicago.

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N Ú M E R O 1 2 3 | 13contratiempo

MIRADA CÓMPLICE

E l arte de Doris Salcedo es un arte que nos confronta a la violencia. La variedad de muebles, objetos y pren-das de vestir que pueblan su obra

delata la ausencia del cuerpo humano, y tal ausencia se convierte en el centro mismo de su obra. Ser espectadores del arte de Salcedo es enfrentarse a lo que no está, al tenue rastro de lo perdido: el pelo, los zapatos, la ropa del ser amado; y su violencia radica precisamente en la manera en la que tal ausencia nos agre-de como espectadores.

La exposición retrospectiva de su obra, actualmente en el Museo de Arte Contemporá-neo de Chicago hasta el 24 de mayo, cubre un poco más de dos décadas y media del trabajo de la artista colombiana. Cada una de las diez obras está anclada y dialoga con el conflicto colombiano, el cual sobrepasa la marca de los cincuenta años y cuenta con un largo récord de violaciones a los derechos humanos.

El impul-so creativo de Salcedo nace de una situación violenta es-pecífica que ella transfor-ma mediante un riguroso proceso estético que, en sí, constituye un intento de duelo. El resultado son obras de aparien-cia sobria y callada que parecieran alejarse de la brutali-dad de la que emergen. Tal es el caso de A flor de piel (2014). La obra es un manto tejido de pétalos de rosa que originó como un pequeño arreglo de flores para una enfermera que fue secuestrada y torturada hasta la muerte. Cada pétalo ha sido tratado, preservado y luego coci-do de manera quirúrgica a otros pétalos para formar un gran manto. La fragilidad y belleza de la obra, el querer preservar lo orgánico más allá de la muerte y el trabajo absolutamente meticuloso de cocer un sinnúmero de pétalos representan un arduo y valioso proceso de duelo que honran a la víctima silenciada.

Enfrentarse a la obra de Salcedo es un difícil proceso contemplativo que suscita importantes

preguntas sobre los efectos de la violencia. No siempre es fácil escuchar el dolor y el reclamo de justicia contenidos dentro de sus muebles cortados, sellados con cemento y a veces amal-gamados unos a otros. Sin embargo, lejos de ser un arte abstracto, el arte de Salcedo es un arte concreto que utiliza materiales cotidianos y que surge de situaciones de violencia muy específi-cas que ella investiga personal y extensamente.

Sin Título (1989-2008) es una serie de escul-turas en las que la artista se vale solamente de

los materiales a los que los familiares de las víc-timas tienen acceso para construir, a partir de esa materialidad, objetos que puedan expresar el profundo dolor y las devastadoras conse-cuencias de perder a un ser amado dentro del contexto del conflicto armado.

Cada obra de Salcedo es una profunda reflexión sobre cómo representar la violencia y cómo crear formas e imágenes significativas que honren a las víctimas sin perpetuar la violencia misma. Lo que Salcedo nos ofrece no es otro recuento de actos inimaginables ni la imagen de cuerpos mutilados, sino una experiencia estética profundamente emotiva en la que un mueble atrofiado y un manto de rosas expresan la absoluta desesperanza y el horror de incontables crímenes y de sus cientos de miles de víctimas.

Gina Beltrán, investigadora y escritora, posee un doctorado en literatura latinoamericana de la Universidad de Toronto y ha publicado sobre arte, teatro y literatura latinoamericana.

Representación de la violencia:La obra de Doris Salcedo

Gina Beltrán

“La violencia siempre ha estado presente,uno simplemente necesita cierta manera de mirar, de ver las cosas para descubrir su presencia”. Doris Salcedo

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DOSSIER

Foto:Jan Susle

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DOSSIER

T odos los gobiernos tienen me-canismos de control y defensa, como también instrumentos para mantener el orden y asegurar el

buen funcionamiento de servicios. Sin embar-go, cuando un gobierno busca transformarse en imperio — o guardián del hemisferio, según la Doctrina Monroe en el caso de los Estados Unidos — muchas veces asume posturas y estrategias para salvaguardar sus intereses nacionales a costa de los menos poderosos y las minorías marginadas.

El caso de Puerto Rico es único en el hemis-ferio; ¿es territorio o colonia? Muchas veces se le denomina la “colonia más vieja del mundo”, ya que lleva el estatus colonial por más de 500 años. En este dossier utilizamos el ejemplo de Puerto Rico para adentrarnos en uno de los mecanismos más nefastos que utilizan los gobiernos para mantener a la colonia, o el territorio, en línea. Estamos hablando del encarcelamiento por ideales políticos.

No es nada nuevo. En la misma ciudad de Chicago, cuando surgió el movimiento anarquista estadounidense, muchos proponen-tes prominentes del ideal terminaron tras las barras. También es parte del récord histórico el hecho de que los campamentos de amerindios sirvieron de modelo para los campos de con-centración de la Alemania Nazi. La disidencia y la rebeldía son amenazas para el orden estable-cido y los gobiernos muchas veces no esca-timan al efectuar el control social de dichos grupos de minorías inconformes.

Pero no hay que remontarse a la historia pasada para considerar ejemplos de mecanis-mos represivos dentro del orden establecido. En el último mes salió a relucir un reporte del periódico The Guardian de Reino Unido en el cual se identifica un edificio al sur de la ciudad en el cual se llevan a cabo interrogato-rios controversiales, por no decir cuestiona-bles. Según el reporte, cuando los arrestados ingresan en este edificio, se pierde el rastro oficial de ellos mientras los someten a inte-rrogatorios. El lugar — que ha sido compa-rado con los susodichos blacksites que utiliza las fuerzas armadas en zonas de guerra — ha estado en operación por varias décadas.

Por otro lado, según un reporte del sema-nario Reader de Chicago, la policía de la ciudad ha llevado a cabo varias investigaciones de

activistas pro derechos humanos en los últimos años. Los documentos obtenidos por el Reader a través del Freedom of Information Act(FOIA) están casi completamente ‘oscurecidos’. Muchos de los documentos obtenidos por esta ley llegan a los medios ‘oscurecidos’ o ‘ennegrecidos’ para ocultar la identidad de policías encubiertos y demás información delicada. Pero en este caso, el departamento oscureció hasta la razón del oscurecimiento de tanta información.

El control de la información, la propaganda y los medios noticiosos son algunos de los más conocidos mecanismos de protección por parte del orden establecido. Reuters en Gran Bretaña, Associated Press en los Estados Unidos, TASS en Rusia y la Agencia EFE de España comenzaron como extensiones bona fide de sus gobiernos para promover propaganda a favor de sus países. Por otro lado, los mecanismos de control social de encarcelación han tenido un rol determi-nante en muchas naciones americanas. Tan es así, que hoy día se acepta el verbo ‘desaparecer’ como el acto de las fuerzas del orden de eliminar individuos que critican a viva voz las acciones de sus gobiernos. La historia de muchas naciones americanas — desde Argentina a México — están llenas de activistas desaparecidos.

Puerto Rico nunca se ha distinguido por la violencia social y política que marcó muchos de los otros países del hemisferio. Pero el mo-vimiento en pro de la independencia nacional de la isla ha sufrido persecuciones y desapa-riciones a lo largo del siglo XX. El llamado ‘carpeteo’ que comenzaron las fuerzas navales norteamericanas a finales del siglo XIX conti-nuó bajo el gobierno autónomo establecido en 1952. A pesar de esto, la isla sigue siendo una colonia en la práctica. Pero ese es tema para otro dossier, tal vez.

En el presente dossier nos encargamos del encarcelamiento de líderes independentistas que no han sido acusados de ningún crimen en particular, sino de ‘conspiración sediciosa’. En la práctica, esto ha significado el encarce-lamiento de docenas de individuos por sus ideales. En marzo de 2015, una delegación puertorriqueña de funcionarios de gobierno y defensores de los derechos civiles se dirigió a la Comisión Interamericana de Derechos Huma-nos para reclamar que la liberación de Óscar López era necesaria para poder llevar a cabo un diálogo real en torno al tema de los derechos

humanos en la isla. La problemática de los prisioneros políticos vuelve a estar a flor de piel para los ciudadanos de la isla. El tema es tan vigente hoy como lo fue hace 50 años, en los tiempos de Pedro Albizu Campos y las reyertas nacionalistas de aquella época.

En su ensayo, Amado Martínez Lebrón aborda la situación de Óscar López, último prisionero político puertorriqueño con más de 34 años de cárcel, y brinda una óptica crítica al trato de la disidencia política de la isla en manos de la metrópolis estadounidense. Por otro lado, la artista Karenín Biaggi entrevis-ta a algunos de los prisioneros políticos que fueron liberados hace 15 años por el entonces presidente Clinton. Impresionan los vejáme-nes que conllevan una ideología contraria a la del orden establecido y cómo responden estos individuos para conservar su humanidad en condiciones tan denigrantes. Por último, la abogada Jan Susler, del People’s Law Office, un bufete sin fines de lucro que atiende este tipo de casos, nos describe el ambiente legal que mantiene a López tras las barras aún cuando los puertorriqueños de todos los partidos polí-ticos apoyan la liberación de López.

Los Estados Unidos tienen las cárceles más pobladas del mundo. Las estadísticas nos indican que los presos pertenecen mayormen-te a las comunidades de minorías. Pero los puertorriqueños son solo uno de los grupos representados desproporcionadamente en dichas cárceles. El activista amerindio Leonard Peltier lleva preso desde la década del ’70, por mencionar otro de estos grupos.

La alta incidencia del terrorismo interna-cional, combinado con el ataque a las Torres Gemelas a principio de siglo, han visto una nueva renovación del contrato social que busca la seguridad social a costa de ciertos derechos civiles. La situación no está fácil, y sin duda em-peora aún más antes de ser resuelta de manera satisfactoria para todos. Esperamos que este dossier contribuya con el diálogo necesario para poder comenzar a resolver las injusticias implí-citas en las medidas de seguridad más fuertes que dominan el estado de derecho actual. No serán lecturas fáciles, pero sí necesarias.

Rafael Franco es poeta y narrador puertorriqueño, e integrante del consejo editorial de contratiempo.

Conspiración sediciosa:El caso de los presos puertorriqueños

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DOSSIER

O scar López Rivera es un prisione-ro político puertorriqueño, preso desde 1981 por conspirar contra el sistema. Nunca mató a nadie,

pero está siendo castigado por ser miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Es también un veterano del ejército norteamericano en su guerra contra Vietnam y un revolucionario de izquierda bona fide, como muchos otros antes que él. A Oscar se le encierra como castigo, pero también como escarmiento para todos los que como él, piensen en conspirar o ya conspiren. Oscar es libre, porque se le ofreció salir en 1999 junto a otros de los rebeldes y dijo que no, hasta que no salieran todos sus amigos.

Preámbulo Con el castigo a Oscar, entre muchas otras cosas, el imperio estadounidense nos dice que nos quitará la libertad si exigimos ser libres. Pero si bien es cierto que el gobierno de Estados Unidos nos amenaza con quitarnos la libertad usando a Oscar como ejemplo, no es menos cierto que nos meterían presos solo si no nos matan primero. Podría ser inclusive peor, y como le hicieron a Pedro Albizu Campos, podrían torturarnos en la cárcel casi hasta la muerte.

Muchos independentistas han sido asesinados desde que nos invadieron en 1898; muchos han sido ejecutados por estar relacionados directa o indirectamente a la lucha por la independencia. Así lo evidencia la masacre de Río Piedras en 1935, la Masacre de Ponce en 1937 y el ataque al pueblo de Jayuya en 1950, entre otros casos.

El asesinato de Filiberto Ojeda Ríos a manos del FBI, es particularmente relevante para la reflexión que quiero compartir, primero, porque deciden asesinarlo un 23 de septiem-bre, y en ese mismo día, pero del año 1868 se levantaron cientos de isleños contra el impe-rialismo español en lo que se llamó el Grito de Lares; y segundo, porque fue ya hace 10 años y podemos decir con seguridad que no estimuló resistencia antiimperialista alguna en Puerto Rico. El brutal asesinato de Filiberto de alguna manera me parece que podría simbolizar la muerte de la lucha concreta contra el imperia-lismo, cuando no consiguió provocar nada más allá de la indignación simbólica.

Una reflexión rápida podría sugerirnos que quizás ocurra que Puerto Rico como país ya no se considera a sí mismo una colonia explotada por EE.UU. Podríamos quizás concluir que los revolucionarios separatistas ya no tenían vínculos reales con el país, o inclusive dudar si alguna vez los tuvieron. Podría ser que mucha

gente sepa que estamos explotados pero no le encuentran la salida y están resignados a ser una colonia. También, la razón para la gran apatía o la pasividad que evidenciamos ante nuestra explotación colonial, podría deberse a que el sistema de mercado haya consegui-do el triunfo definitivo con su propaganda. Pero para ilustrar el punto de que la lucha por la independencia desde la autogestión ha desaparecido como opción en la cabeza de la mayoría de los puertorriqueños, quizás ayude hacer un ejercicio de contraste.

La otra cara de la luchaEn Puerto Rico, en el 2012, mataron a un publicista de clase media en un barrio pobre y cientos de personas desbordaron indignadas las calles. La denuncia a la violencia, que se empuñó como respuesta desde la clase a la que pertenecía la víctima, no fue otra cosa que la estigmatización del pobre y la glorificación del estilo de vida burgués. Por pertenecer a la clase media se convirtió en un mártir de la pequeña burguesía, y se le atribuyó a la víctima mayor valor social que a sus conciudadanos pobres. Se desprestigió así la clase social de los asesinos, desbocando en la propagación de la ideología que justifica la persecución de la pobreza y glorificando el paradigma de consumo desde la repetición ad náuseam de la ocupación del “publicista” como si fuera de gran importancia social pertenecer a ese ámbito de la economía.

Así, todos fueron José Enrique, el “publi-cista”, quien se convirtió en el “poster boy” de una clase aterrada por las consecuencias de la pobreza. Se luchó contra la violencia como si fuera resultado de estar sin dios o de una mal-dad abstracta, que se apodera incidentalmente de la gente sin dinero, sin educación, sin salud, sin padres y sin futuro.

Siete años antes, en el 2005, el FBI rodeó la casa en donde se encontraba Filiberto Ojeda Ríos, un viejito de 72 años, a quien dispararon desde la distancia hiriéndolo de muerte. Su asesinato no provocó nada más allá de la indig-nación simbólica de un puñado de personas.

En el 2012 se consultó al país sobre el estatus con un plebiscito. De 2.4 millones de registra-dos, votaron solo 1.7 millones. De los votantes, la mayoría, 958 mil, ya no quieren vivir en un Estado Libre Asociado; 824 mil, la estadidad; y solo 74 mil la independencia.

Con OscarLa historia de Oscar ya es bastante cono-cida y se puede leer en muchas partes. En esta reflexión busco más que explicar quién

fue, tratar de apuntar a lo que representa en este momento histórico, y lo que podría estar representando justo cuando el tema de la descolonización está prácticamente ausente en Puerto Rico. No parece existir ni tan siquiera el interés en el tema, porque la mayoría de las personas no reconocen lo que significa estar viviendo en la colonia.

En Puerto Rico vivimos enajenados del poder político y económico. No controlamos nuestras propias riquezas naturales. Al mis-mo tiempo, empresas multinacionales como Monsanto tienen más de mil 500 acres de tierra sembradas con experimentos, cuando la Constitución prohíbe tener más de 500. Walmart, la empresa más rica del planeta, re-cibe exenciones y subsidios del gobierno de Puerto Rico. Más del 80% de lo que consu-mimos en la isla es importado. Vivimos de la construcción y del servicio con 3.5 millones de habitantes. Menos de 983 mil personas tienen trabajo. El 44.9 por ciento de la po-blación está bajo el nivel de pobreza.

Nuestra quiebra financiera ha sido conse-cuencia de la especulación con bonos del go-bierno y la deuda pública es resultado directo de la corrupción. Nos obligan a usar la flota mercante estadounidense que es la más cara del mundo, y somos el territorio de los EE.UU. con más impuestos, con menos beneficios y con el mayor índice de pobreza.

La sumisión de la catarsisSegún el Diccionario de la Real Academia Española, catarsis significa purga, purificación. Quizás no sea tan fácil entender porqué es un serio problema social y político la propaganda del Estado. De igual forma para las mayorías, es igual de difícil medir las consecuencias de la catarsis que provoca algunas de sus vertientes y manifestaciones. No es fácil tampoco, ver cómo nos programa y nos ordena. Sin embargo, aunque estemos inconscientes de cómo lo hace, el sistema consigue de muchas formas y en una inmensa cantidad de niveles, nuestra rendición a sus intereses. Aquí quisiera describir breve-mente cómo lo consigue usando la catarsis.

¿Alguna vez se han preguntado por qué Ho-llywood, una de las columnas del poder, con su capacidad de propaganda a un nivel incalcula-ble, financia películas antisistema? Hollywood ha sido la punta de lanza del imperialismo cultural por décadas, su propuesta artística ha marcado la historia y tiene su poder puesto justo sobre los mercados. ¿Por qué una indus-tria multibillonaria como ésta, que tiene todo su poder sobre la base del sistema capitalista de

Oscar y la CatarsisAmado Martínez Lebrón

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explotación, invierte en propagar historias con temas revolucionarios en sus películas? ¿Por qué gana el rebelde tantas veces, aún cuando su victoria contradiga los intereses de sus creado-res? ¿Por qué existe por ejemplo, un cantante como Calle 13, que se hace de su fortuna tras convertirse en un ídolo de multitudes, por ser “anti-establishment” y entre otras cosas, por escribir una canción incendiaria contra el gobierno federal de EE.UU. tras el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos? Esto ocurre porque se descubre que es lucrativo ese nicho del merca-do y al serlo, ya no importa lo que diga, sino el

dinero que genere. Por la misma razón,

Ricardo Roselló, un candidato a la goberna-ción por el Partido Nuevo Progresista (PNP), que es el partido conservador y anexionista de Puerto Rico, y hasta inclusive el mismo gobernador pueden abogar por la ex-carcelación de un revolu-cionario independentista puertorriqueño como Oscar, sin aparentemente entrar en contradicción con sus ideas. Lo pueden hacer porque a Oscar se le ha quitado su conteni-do revolucionario y se ha convertido en una obra de caridad en el merca-do, accesible para quien quiera comprarlo.

HollywoodEl final feliz del revolu-cionario en la pantalla grande, como ocurre en Fight Club, The Hunger Games, Avatar o The Matrix nos hace sentir que ganamos, que nos vengamos un poco con la reivindicación de nuestra frustración desde el asiento del espectador.

Las representacio-nes de revoluciones en la pantalla de cine son lucrativas porque apelan a grandes grupos de personas que perciben las contradicciones del sistema y sufren en él

de diferentes maneras, pero piensan que es imposible cambiar las cosas porque saben de la fuerza que ostenta el Estado.

La catarsis que se consigue tras presen-ciar un hecho ficticio que nos conmueve, se convierte en una reivindicación síquica, porque nos lleva artificialmente a la resolución de conflictos a través de las etapas emocionales que nos provoca. Mientras más compleja sea la dramatización, más efectiva es la catarsis; mientras más exitosa sea la catarsis, más gran-de será la liberación de tensión y por lo tanto,

más efectiva la rendición o aceptación del hecho que nos construyan como problema.

Oscar es un revolucionario preso por querer llevar su vida a la altura de sus ideas. No obs-tante, se ve de pronto defendido hasta por los conservadores, porque lo que representa en la conciencia colectiva de los puertorriqueños ya se ha convertido en el remoto eco de un pasado derrotado. Oscar en cierta forma se ha convertido en un personaje de ficción desde su aislamiento histórico y desde la apropiación arbitraria que de su figura han hecho muchos desde el Poder. Esto ocurre así porque se ha tomado el objetivo de su excarcelación como un proyecto de mercado y se pretende liberar al revolucionario con un diseño de campaña pu-blicitaria que usa como modelo las campañas de elecciones y los proyectos de recaudación de fondos de organizaciones sin fines de lucro. Parecería absurdo pero es cierto. Se preten-de liberar a un revolucionario antisistema construyéndolo como a una marca y se vende su excarcelación como un producto. Se vende a cambio de standing, como argumento de defensa, o como dato de currículo. Se publicita como accesorio para adquirir reputación como cuando se visten con trajes de diseñador los políticos. Así, Oscar termina separado de todo su contenido político para dejar solo la figura del anciano, el padre y el abuelo inofensivo.

Quiero la excarcelación de Oscar, claro, pero cuando veo que se pierde el sentido de su sacrificio, y se agua su imagen, ya no me pare-cería tan urgente hacerme parte de ese coro.

Cuando Oscar López Rivera se separa de su contenido político, pierde su valor colec-tivo, aunque nunca pierda su valor como ser humano, claro está. Oscar deja de tener valor revolucionario cuando se consume como marca en el mercado sin referencia a su lucha política porque exigir su excarcelación deja de ser un acto revolucionario cuando las razones para sacarlo dejan de ser revolucionarias. Sin embargo, la vida de Oscar es valiosa precisa-mente porque representa la resistencia armada contra el imperio, y no porque sea un anciano que lleva 33 años preso. Cuando buscamos con el rito machacante la disminución del héroe con tal de salvarlo, no solo perdemos el héroe, sino que perdemos también la lucha.

Amado Martínez Lebrón es artista plástico, escri-tor, productor y cineasta. Además es el creador del movimiento Dios le debe a Hacienda, que busca conseguir que las iglesias paguen contribuciones sobre sus ingresos.

Foto:Jan Suslser

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A mediados de febrero, la escritora y abogada Karenín Biaggi entre-vistó al artista y ex-preso políti-co Elizam Escobar en San Juan

de Puerto Rico. Sería la primera de varias entrevistas que le haría al reconocido artista y a las hermanas Ida Luz y Alicia Rodríguez, también ex prisioneras políticas de la lucha por la independencia de Puerto Rico.

Organizaciones como las Naciones Uni-das reconocen la validez de los pueblos de luchar por la autodeterminación y en contra del colonialismo, condición anacrónica y anatema de la explotación. Entonces, ¿cómo podemos entender las condenas crueles y excesivas que se le impusieron?

Existen maneras de lucha, legislación, donde se expresa el derecho de los pueblos, personas — eso es letra muerta. Uno se ampara … [como] se vio en el caso de Nelson Mandela, entonces con-siderado terrorista. Usó la lucha armada contra el Apartheid — régimen racista, de segregación, colonialismo interno. Acuerdo y consenso… cambia la visión de persona y movimiento, ya todo cambia. Lo mismo Oscar — encarcelado por luchar contra el colonialismo y por la afir-mación nacional. Eso no cambió lo que a él le ha pasado. No solo es lucha armada, [también] es política, cultural, una que lleva siglos en el caso nuestro, desde España. No se trata de legitima-ciones el tomar las decisiones de lo que es justo, independientemente de los altos foros.

Nos han criminalizado. Bajo España, se dio el Grito de Lares. Por más de un siglo hemos estado bajo el colonialismo de los Estados Uni-dos. Hay una tradición de lucha armada desde los taínos, con nuestras condiciones y objetivos bajo los imperios más fuertes de sus respectivas épocas — España y Estados Unidos. En Cuba la lucha fue contra el dictador, no con un impe-rio. Estados Unidos no tomó parte ahí.

En el caso nuestro, todo lo contrario. Un territorio pequeño y todo en contra. Nuestras condiciones históricas y geográficas como lugar estratégico en la geopolítica, nos brindan parti-cularidad. Esa situación ha marcado el papel de nosotros en la lucha. La historia no es solo una cuestión de sucesos, también está el azar, la ironía.

¿Algún familiar informó sus creencias o convicciones en torno a la gesta de lucha que emprendió?

Uno hereda algunas cosas. Ambas partes de mi familia militaron en el Partido Nacionalista. Uno fue encarcelado tras la Masacre de Ponce. A otro, que pertenecía al Movimiento Naciona-lista, lo matan en el 1950.

¿Cómo llega a asumir su gesta de lucha?En 1967 hubo un supuesto plebisci-

to. Tomo parte con amigos de Bayamón

haciendo campaña en contra del mismo. Tomo parte de la FUPI [Federación Universi-taria Pro Independencia], la lucha estudiantil, también ingreso a la Liga Socialista que diri-gía Juan Antonio Corretjer contra el servicio militar obligatorio. Llamaron tres veces. Me-dio día preso. La segunda vez preso declaro que el único ejército al cual pertenecería sería uno de liberación nacional. Tomo parte del Grupo de la Liga Socialista.

¿Podría hablarnos de su trayectoria, desde Nueva York en la década del ’70 hasta el presente?

Entro en las Ligas Socialistas. Entiendo más la mentalidad de la izquierda en los Estados Unidos. Dejo la organización. Establezco relaciones con uno de los comités de trabajo de apoyo a los presos nacionalistas. Ahí entra la lucha clandestina. Estaban las condiciones para una lucha estilo comando, la idea y propósito de formar un ejército.

Estamos en una nueva etapa. Desde que partimos, la lucha era sacar a la Marina [de Guerra] de Vieques. Eso se da luego a través de la resistencia pacífica. La lucha armada ha cesa-do. Creo que estamos en una etapa de incer-tidumbre, de transiciones en Puerto Rico y el mundo. Ha habido muchos cuestionamientos de las ideas que antes se aceptaban.

¿Qué me puede decir del pensamiento mar-xista según las condiciones históricas de hoy?

¿Marx? Más claro que nunca antes, en cuan-to al capitalismo y al límite. Se puede expandir. No se puede desarrollar más, pero tampoco quiere morir. Los sistemas no son puros. Esta-dos Unidos ha tomado formas socialistas para apaciguar a la clase trabajadora. En ese sentido, desde un punto de vista teórico, el capitalismo tiene sus días contados. La ciencia y la tecnolo-gía han creado armas para la autodestrucción del planeta. Estados Unidos usó dos bombas nucleares y no lo consideran un acto terrorista. Clínicamente trabajado. Ante esa disyuntiva, no podemos sentarnos a esperar. Cada cual hace lo que puede dentro de las circunstancias. No todo el mundo está listo para llevar a cabo actos radicales. Apresurados, pero no listos para acatar las consecuencias. Mejor se lleva paso a paso. Para cualquier persona o grupo, es mejor que combata el colonialismo estructural y mental, o sea, lo significativo.

¿Nos podría hablar de su salida de la prisión, de la vida en el afuera y de su significado?

Al salir, me dediqué al área cultural que ha-bía sido solo opacada por la militancia política. Es lo que me ha dado continuidad — defender nuestro ser colectivo, lo que nos define como nación, en comunidad con otras naciones.

Cada lucha es distinta. Para mí, ninguna lucha es completa si no hay una cultural. Después de todo, ¿para qué estamos luchando, por la inde-pendencia? Lo queremos por libertad, espíritu. Se desarrolla la consciencia. Marx usó al artista como ejemplo del nuevo hombre. Por eso los artistas mantienen no una actitud hostil, sino una lucha cultural.

Si la patria es valor y sacrificio, ¿cómo ve la situación de Oscar y el ahora?

Ha habido cambios de organización y de métodos de lucha — de lo contrario, las per-sonas se convertirían en fanáticos. En el caso nuestro, una persona se fue con el gobierno. No sé de otros casos. La mayor parte se han mantenido con los principios intactos. No creo que uno puede pensar que el sacrificio sea la meta. Albizu dijo amor y sacrificio. Hay diversidad dentro de la unidad — pensar que todos tienen que pensar igual es absurdo. Uno tiene que mantener una disciplina férrea, si no el enemigo te va a destruir. Es parte de lo que exige la lucha — no la independencia, sino la libertad. Uno no puede ser naive, pensar que todo es lo que se ve.

¿Podría elaborar en eso que dijo cuando expli-có que durante sus años dentro de la prisión su enfoque era educarse, prepararse lo mejor posible, “sin pensar en salir”?

No soy ni pesimista ni optimista. El que sea optimista o pesimista no cambia las realidades. Picasso dijo que la imaginación existe, pero te tiene que coger trabajando. Corretjer [dijo] que la vida es lucha toda. ¿Toda mi vida? Uno dice, ‘¿y esto es para siempre?’ hay que entenderlo no como una cuestión en contra — es parte de la misma realización de los seres humanos. No verse como Sísifo — imagen que tiene que ver con la existencia, pero también hay otras.

¿Cuánto tiempo hizo de su condena, dieci-nueve años y cinco meses?

No fueron solo diecinueve años y cinco meses. Estuvimos seis años adicionales en probatoria, lo cual es una forma de prisión, atados a una libertad condicionada. Tienes que informar todos los meses tus entradas y salidas económicas de cantidades mayores de $500. No teníamos libertad para asociarnos. Si viaja-ba, tenía que pedir autorización, aunque no la negaron debido a ser parte de mi trabajo. Los agentes podían entrar en mi hogar en cualquier momento. Extendió el tiempo que estuvimos en las prisiones. Cuando Oscar salga, me ima-gino que le pondrán las mismas condiciones.

Karenín Biaggi es una escritora, abogada y artista radicada en Puerto Rico.

Entrevista con Elizam EscobarKarenín Biaggi

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L as hermanas Ida Luz y Alicia Rodríguez son un ejemplo de solidaridad y lucha extraordinaria. ¿Cuán común es que dos hermanas decidan tomar a cabo una

gesta, sabiendo que su libertad estaba en juego, por el bien común? Hay una necesidad imperativa en conocer las voces de mujeres que han hecho el mayor de los sacrificios — perder su libertad, por décadas — para denunciar las injusticias a las cuales está sometida toda una nación.

Hay una perspectiva de lucha particular cuan-do el género es femenino. Nuestra conversación comenzó con las hermanas rememorando a la re-cién fenecida Isabel Rosado, mejor conocida como Doña Isabelita. Me pareció que comenzó el relato ahí por haber una noción de continuidad, de ser parte de una consciencia que ha estado y de la cual toman parte sin el menor deseo de protagonismo. La humildad de enfocar en otro — en otra — ha-bla volúmenes sobre las hermanas Rodríguez.

Las voces de las hermanas — de persona-lidades distintas — se intercalan en el relato. Algunas de las citas son traducidas del inglés, otras permanecen en inglés.

Habla Alicia. Doña Isabel Rosado, fallecida a los 107 años, trascendió. Fue maestra, trabajadora social - mujer que quizás no fue despedida como líder nacio-nal. En esos 107 años, marcó a mucha gente. Quizás no buscó el puesto político abierto de reconocimiento, porque trabajó donde más serviría — en las comu-nidades. Mujer constante, defensora de Puerto Rico ante las Naciones Unidas. Fue una jailhouse lawyer —Doña Isabelita se sentaba con las presas a revisar los papeles, uno por uno. Decía “¡tu fecha pasó!” y ella era quien empezaba a redactar los habeas corpus. En ella se dio un vistazo del aspecto femenino. En Doña Isabelita vimos el mejor ejemplo de la mujer luchado-ra — siempre estaba en ello, en las trincheras.

Continúa Luz. No, no buscó el protagonismo. Nuestra madre también fue una gran luchadora, en todo el sentido de la palabra. No podemos ge-neralizar por género. Alicia, mi mamá y yo hemos estado muy claras en las mismas campañas. He-mos sobrevivido, pero es más que sobrevivir. Pu-dimos asumir ese dolor de la cárcel, esa represión. Nos quitaron la ropa, los lentes de contacto…

Alicia: Empieza la violación física y sicológica.

Luz: Pero tenemos la mente, el espíritu hu-mano. Si uno habla así, de esta lucha de manera mecánica... ser objeto del FBI, de la lucha colo-nial, del Estado… ¿por qué no nos destruyeron? Alicia y yo hablamos mucho, para mantener el balance de las cosas de la vida.

Alicia: Esta lucha… el dolor es global. Los gobier-nos lo que buscan son ganancias, crece la miseria. El sistema penitenciario industrial… el tener que ver a

la familia desde ese complejo… nosotras crecimos en una familia en la cual la familia extendida se daba la mano. Entonces, en prisión, ver que hasta los pañales le quitan a los niños… Las familias son parte esencial de las comunidades, son las raíces de la solidaridad. Entonces, continúa la realidad de la sobrevivencia en su concepción básica — desde otra perspectiva.

Luz: Los modelos económicos internacionales, la globalización, la concentración de poder — eso resultó en que la gente se uniera. Estos modelos de lucha… la idea de que la lucha se concentrara en una sola persona, en un protagonista. Oscar no hizo las cosas solo. Éramos una pareja antes de que el FBI nos identificara. La clandestinidad, en mi caso, duró cua-tro años; en el suyo cinco. Cuando me encarcelaron, he let me know that they pulled the rug under him, que las mujeres tienen un rol importante en la vida y que pueden ver y entender cosas que los hombres no porque tenemos que atender tantas tareas a la vez.

Ambas hermanas hablan sobre la prisión, qué hacer para poder sobrellevar el encarcelamiento. Es en extremo difícil escuchar acerca de los vejá-menes sufridos por las mujeres, saber que estando encarceladas por el aparato Estatal pueden ser y son violadas. Es terrible escuchar “that’s what prison does to you — 07157. I can still remember my prison number.” Sin embargo, la conversación rápidamente regresa al colectivo.

Alicia: Somos los hijos de los trabajadores de la tierra, nos sacaron de la misma, así que vamos a cuestionar eso.

Luz: Y luchamos por la independencia de Puerto Rico. Como colectivo, le dimos la espalda al juez. Ninguno pensó en la salvación individual.

Hablan sobre la posición clara asumida de explicar que fueron prisioneros de guerra. Las Naciones Unidas, los Convenios de Gi-nebra, un sinnúmero de resoluciones apoyan esa perspectiva.

Dicen que como puertorriqueñas en Chicago se identificaban claramente con los movimientos de tantos otros — los indígenas, los chicanos, las Panteras Negras y el pensar de Malcolm X, los vietnamitas. Es esa noción de continuidad aludida desde el mismo comienzo de la conversación.

Teníamos unos veinte años. Sabíamos las consecuencias. No teníamos nociones románticas en cuanto a ello. Sabíamos por qué la gente estaba marchando, haciendo demostraciones. Veíamos el empobrecimiento emocional y espiritual imperante. Éramos pobres… un tío en Chicago nos trató de convencer de la promesa de la vida suburbana — eso no llena. Mejor la pobreza con dignidad. Nosotros le pasábamos dinero a nuestros padres, que no querían esa vida. Tampoco nosotras.

Alicia: En el clandestinaje, nos capturan. Nos llevaron a corte. Durante el proceso, arresto y la posición de prisioneros de guerra. No hubo compasión. Quisieron hacerme lo más invisible posible. El juez quería que me sometiera, que sucumbiera, quería hacerme partícipe. “¡Que viva Puerto Rico Libre!”. Me amordazaron.

Luz: The bailiff said “If I could, I would have you shot.” Muzzled. Poked eyes. Handkerchief, mouth, tape. Knees pressed against kidneys. HUMMING. In the bullpen — no chair, no toilet. Piso sucio. Cemento y frío. Sin poder usar el baño.

Lo que previene que una persona sucumba es no olvidarse de quiénes son — es fundamental. Es la habilidad de saber quién eres. Hay que conocer el proceso y cómo proceder. No es el mundo del exterior. Todo está hecho para arrastrarte hacia abajo. Pero siempre está la conexión del amor — somos gente hermosa. Mujeres puertorriqueñas, existiendo.

Nuestros padres nos amaban. La mancha de plátano. El amor de padres, era un barrio mezclado, mujeres polacas, babushkas, japonesas, italianas — amor. Vi algo de lo universal en esos elementos — esa fue la semilla. It was a force to be reckoned with — pero no llegaron a rompernos. Nunca nos sentimos solas. Asumimos ciertas posturas. Cuando primero nos encarcelaron, papi dijo “Ustedes mismas se hicie-ron la cama. No lloren ahora”.

Los primeros tres años estuvieron en el mismo complejo carcelario, pero las man-tuvieron separadas. Habían otras hermanas que podían estar juntas.

Alicia: A nosotras nos mantuvieron separadas. Nos pusieron a limpiar — pero no dejamos que nos afectara. Lo que hagas, lo tienes que hacer bien y con orgullo. No nos daban con qué limpiar ni desinfectar. Yo usaba mi propio detergente. Siempre la cogían con nosotras. Mucho odio, racismo. Nos declaramos Prisioneras de Guerra. No nos dejamos vencer.

Luz: Nosotras entendemos de dónde saca Oscar la fuerza. No se le debe tener lástima. Él conserva su dignidad y su integridad.

Alicia: La colonización es el crimen mayor aquí. Tienes que conocer tus derechos. Tenemos derecho a defendernos — ¿y se supone que siga-mos tus reglas? A mí nunca me debieron de haber acusado. ¿Qué evidencia tenían? Ninguna.

Luz: Conocemos al Oscar que es prisionero po-lítico. Como prisionero de Guerra. Nuestras expe-riencias no endulzan la pastilla. Lo que sea que le hagan a él, no los están haciendo a todos nosotros también. Yo respeto las decisiones de Oscar.

Karenín Biaggi es una escritora, abogada y artista radicada en Puerto Rico.

La lucha de dos hermanasKarenín Biaggi

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O scar López Rivera es un puer-torriqueño de 72 años de edad quien ha estado preso en cárceles de los Estados Unidos durante 34

de ellos por su compromiso con la indepen-dencia de Puerto Rico, que ha sido colonia de los Estados Unidos desde 1898. La ley inter-nacional hace del colonialismo un crimen contra la humanidad y protege los derechos de los colonizados, incluyendo los puertorri-queños, a la autodeterminación.

Los puertorriqueños se han organizado en busca de su autodeterminación a lo largo de la ocupación colonial, primero de España y luego de los Estados Unidos. Desde 1898, miles de puertorriqueños han sido encarcelados por su lu-cha en pos de la independencia. Estados Unidos ha criminalizado inclusive la abogacía en pro de la independencia y la Oficina Federal de Investi-gaciones (FBI) mantuvo una operación de descré-dito, persecución y destrucción del movimiento independentista. La policía puertorriqueña, con apoyo del FBI, mantuvo archivos de inteligencia sobre los independentistas, que simplemente ejercían sus derechos constitucionales.

Es en este contexto histórico y político que López Rivera y sus compatriotas participaron en la lucha por la independencia. A principios de los 80, un grupo de puertorriqueños, inclu-yendo a Oscar, fueron arrestados en el área de Chicago y acusados de conspiración sediciosa, es decir, del uso de fuerza contra la autoridad de Estados Unidos sobre Puerto Rico al ser parte de una organización independentista clandestina. No fueron acusados de matar o herir nadie, pero recibieron sentencias despro-porcionadas de entre 35 y 90 años.

Inmediatamente tras su encausamiento, Oscar fue enviado a la prisión de máxima seguridad en Leavenworth. El FBI lo encausó además por intento de escape, agregando otros 15 años a su condena, que llegaba ya a 70 años. Fue trasladado a la superprisión de Marion, en Illinois, donde estuvo 12 años, además de otra temporada en ADX en Florence, Colorado, considerada la Alcatraz de las Rocallosas, en total aislamiento y privación sensorial, condi-ciones que son condenadas por organizacio-nes como Amnistía Internacional y la ONU. Estando preso, murió su madre y no pudo ir ni al funeral; y nació su nieta, y solo la ha podido ver a través de un cristal a prueba de balas.

En 1999, como resultado de una campaña internacional de derechos humanos, el presi-dente Bill Clinton declaró que las sentencias de Oscar y sus compañeros eran excesivamen-te largas y ofreció conmutarlas por el tiempo ya servido, lo que implicaba la liberación inme-diata. Pero en el caso de Oscar, la oferta incluía

que pasara otros 10 años en prisión, con lo cual no habría sido liberado hasta 2009. Tras mucha deliberación colectiva, Oscar decidió seguir en prisión hasta que todos sus compa-ñeros fueran liberados, al entender también que el Buró de Prisiones y el FBI nunca lo de-jarían cumplir las condiciones. Sus coacusados fueron libertados y recibidos como héroes en Puerto Rico, donde viven muchos hoy en día, además de Chicago y Florida.

En 2010, el otro coacusado que no fue incluido en la conmutación de 1999, y que cumplía una pena de 70 años, fue liberado bajo palabra tras 30 años, dejando a Oscar como el único preso independentista puertorriqueño, lo que constituye también el encarcelamiento más largo de la historia del movimiento.

Oscar solicitó en 2011 su libertad bajo palabra al cumplir los requisitos de la misma. La Comi-sión de Libertad Condicional probablemente nunca se ha topado con un caso así, en el que un presidente de Estados Unidos consideró que los criterios habían sido satisfechos, otros coacusa-dos han sido liberados, y toda la sociedad civil puertorriqueña, del gobierno a la Arquidiócesis a la Barra de Abogados apoyan su liberación.

Pese a ello, la Comisión de Libertad Condi-cional de los Estados Unidos la negó, adjudi-cando que Oscar siga preso hasta cumplir la totalidad de su condena en 2023, para cuando ya tendrá 82 años de edad. Si bien consideró la determinación de Clinton, la Comisión enten-dió que la misma no era obligatoria.

El 29 de mayo de este año, se cumplirán 34 años del arresto de Oscar. En Puerto Rico, Oscar es un ícono y una fuerza unificadora en una sociedad donde pocos están de acuerdo en temas políticos. Todos los gobernadores, desde 1985, apoyan su liberación y el actual goberna-dor hasta hizo un viaje a la prisión federal en Indiana donde lo tienen para conocerlo.

Las comunidades puertorriqueñas de Estados Unidos también apoyan su liberación, así como los principales sindicatos y muchas iglesias, incluyendo la Iglesia Metodista Unida, y la Iglesia Unida de Cristo. El apoyo a nivel internacional incluye a varios premios Nobel, el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, el Movimiento de los No Alineados, y varios presidentes latinoamericanos.

La Administración Obama insiste que otros países han liberado a sus presos políticos, incluyendo durante las recientes negociacio-nes para la normalización de relaciones con Cuba. Para aquellos que creen que los derechos humanos por casa empiezan, este caso ofrece al presidente la oportunidad perfecta para hacer lo correcto: ejercer su poder constitucional para conmutar la sentencia de Oscar y permitirle que vuelva a los brazos de su familia y de su pueblo.

Jan Susler, abogada estadounidense, es especialis-ta en derechos humanos y derechos de los presos políticos. Es integrante de la People’s Law Office, en Chicago, desde 1982.

El caso de Oscar López RiveraJan Susler

Foto:Jan Suslser

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DESHORAS

Por segundo año consecutivo, el Festival Internacional de Poesía en Español Poesía en Abril convocó a un concurso a nivel nacional para poetas hispa-nohablantes residentes en los Estados Unidos y Puerto Rico.

En torno al tema de La Luz — tema central del VIII Festival que se verificó del 30 de abril al 2 de mayo — se recibieron 65 poemas para la consideración

de un jurado integrado por la poeta puerto-rriqueña Noelia Cruz (ganadora de la primera edición, en 2014), la poeta española Ana Meri-no, y el poeta argentino Ezequiel Zaidenwerg.

De la siempre difícil labor de los jurados, surgió con claridad el criterio final: un poe-ma ganador y dos finalistas.

El jurado entendió que el poema ganadora era Después de la tormenta, presentado bajo el seudó-nimo de Carola Castellanos; que segundo lugar era el poema Camino a las tinieblas, bajo el seudó-nimo de Virginia Dávila, y tercero el poema Contra la luz, bajo el seudónimo Manuel Valdovinos. Abiertas las correspondientes plicas, se identificó a la poeta ganadora como Carolina Rosa Folmer, de Chicago; a la ganadora del segundo lugar como Yolanda Rivera Castillo, de Puerto Rico; y al del tercer lugar como Manuel Ayala, de Chicago.

Para nuestros lectores, incluimos en las siguientes páginas una selección de poemas de

estos tres autores: de cada uno, el poema con que participaron y un poema adicional someti-do ex preso para esta sección.

Esperamos sean de su agrado.

Introducción y selección de textos a cargo de Gerardo Cárdenas. N. del E: Gerardo Cárdenas fungió como secretario técnico del Jurado del II Concurso de Poesía del Festival Poesía en Abril, y en tal calidad fue quien develó para el jurado la identidad de los poetas cuyos trabajos fueron seleccionados en primero, segundo y tercer lugar.

Fotografías de Nacho Guevara. Más de su trabajo en www.nachoguevara.com

Fotografía: Nacho Guevara

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DESHORAS

Fotografía: Nacho Guevara

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Después de la Tormenta*

Comienza con el olor a mojado en la alfombra del auto.Y claro, cuando te hace abrir la ventana, te llega todo el lago con viento en la cara. Lo malo de que suban los grados es que se empieza a sentir alguna cosa.

Tratas de no notarlo, pero te das cuenta de que sí: traías la piel puesta.Hasta ahora ni la habías sentido.Era más fácil hacer como que no estaba o pensar que la dejaste allá, gastada.

Total, todo era frío y blanco, casi que no era necesaria.Si había un roce, un abrazo, o el hormigueo que pasa por la espalda; se olvida o se habla de otra cosa y le negás al cuerpo la memoria.

Como el silencio estorba, te llenas las orejas de letras y las manos de cosas para poder abrazarlas y no sentir el vacío,la ciudad y el resplandor que va cambiando.

Hasta ya el sol te mira raro y vos ni lo habías notado Preferís quedarte quieta en el abismo oscuro del invierno - Ya ves, es cierto, la lluvia pega y cambia.

Todavía no hay orgullo, pero ya llueve de otro modo. Si le pegas la espalda al dibujo caído de una ventana. Si sentís hojas que esperan por vos a que las partas.

Como un poco ahora se entiende, y aunque ya no queda nada del verano, secás las manos de la lluvia que ya no se congela;que cae en silencio y para; como un llanto que ya no lava penas...

*Poema ganador del II Concurso de Poesía

Manos

¿Cómo entender que mis manostengan tanta memoria?¿De correr cuerdas y cuellosdiapasones, panzas, maderasel tacto de una cejametales redondos, suaves, fríosmetales, pelos, agujeros?¿Cómo es que mis manos también olvidan?Por ejemplo cuando me acorde el otro díaque se me habían borrado tus piernas.Sé que eran muy lindasprolijas y fuertes. Esbeltas.Pero me dio tanta alegríadespertarme y saberque se habían ido. tal vez con seguir tocandopueda continuar todo este olvido.

Poemas de Carolina Rosa Folmer

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DESHORAS

Camino a las tinieblas

El ojo de la ternuraencuentra oscuroeste pasillo que me separa de aquello, de la cosa, el asunto, la situación.

La vela se apaga sola, me quemo el dedo y la pared sabe al fríode hospitales ybancos llenos de huella de palomabajo la suerte perra de haberse encontrado la vena aquél día en que todo empezó.

Pero lo que pasa es que esoestá lejos de mí, muy lejosy la luz se ha divorciado de mis asuntos, me tropiezo con los zapatos,las libretas y algunos libros,el zafacón confotos de adrenalinay fiestas buenas que sigosoñando si me levanto.

La visión, las pestañas yla montura que me mantienen lúcidapor el callejón, zaguán o cementerio, camino vecinal o carretera,vereda tropical de la malaria,entrada con nombre a casa deHades Martínez,vecino constante y entrometidocon planta eléctrica y linternas eveready, cómo me sonríes al otro lado porque sabes lo torpe que soy cuando no veoel asunto, la cosa inalcanzable,mi ojo apagado y la vela.

Descansamos de tantos días maltratados, dejamos de tratar por llegar ilesos, sabemos que ya no importa el color,que ya no importa nada yla luz nos abandonacuando se abre una puerta y la escuchamos.

Poemas de Yolanda Rivera Castillo

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DESHORAS

Preludio a un beso

No es el filo de la piedra, sinotu cinturasuave en la puerta verde de una cuatro-por-cuatro.No es el hedor tornasoladode los pájaros vulnerables en tu alero,es la ruedaque te lleva a casa,es el olor preferido de su cuerposu primer día que es mi último.

Ambos-a-dos,qué quiere usted,qué quiere el ángel amado,el ala armada de metales cortos y precisos,qué se le ofrece a la mancha de sangreque arrastro lejosy me delata por los adoquines del pueblo,qué se le ocurre a tu cabeza numérica,a tus curvas contra el metal pulido,qué sueña tu pesadilla velozque hoy cruza mi puerta cuando apenas me asomo.

Es que mami venga a salvarme,que cubra mi rostro de tu mirada,que avance a cercenar las alas milagrosas,ángel vengador,punta de lanza,soldado raso en el desiertofrente a una mujer desarmada.

Y es que todos los caminos llevan a una gran peregrinación,nos dejan dormidos como si fuera cierto,como el ojo de la sabiduría en amazon,como el tercer ojo del cuartel de policía,como aprender que verte salir a recibirla ambos-a-dos,alas de paloma,puertas cerradas de súbito,es un party de reggaetóncualquier día.

Fotografía: Nacho Guevara

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DESHORAS

Contra la luz.

Estas calles no son mías,

no las camino yo,

las camina mi sombra,

mi tragedia.

Estas letras no son mías,

no las escribo yo,

mi historia está perdida

en las oscuras gavetas.

Estos faros de ciudad no son míos,

no hablan mi lengua,

que es de carbones encendidos.

No es mía esta ciudad

de esquinas rojas,

de parques largos y aburridos.

Hay un águila en Logan Square

que observa mis pasos

y siempre al acecho

trata de aclarar mi contorno

con su mirada de

deprimente atardecer.

Mi piel de ceniza de volcanes

impugna esa luz

de nacimiento frío.

¿Qué pueden hacer las galeras

contra los millones de gritos?

¿Qué pueden hacer los embalses

contra los millones de ríos?

Poemas de Manuel Ayala

Fotografía: Nacho Guevara

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DESHORAS

Ruego al desierto de Altar

Desierto, patria de huesosy de ilusiones muertaslimpia con tu arenala tristeza de los ojos.

Salvia del espíritu del lobocura los piesde los que perdieron su camino.

Tierra de calientes piedras,y de noches, las más negras,reza con tu viento una oraciónal oído del Diosque a sus hijos olvidó.

Fotografía: Nacho Guevara

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TALLER DE LITERATURA DE CONTRATIEMPOTE INVITA A SU EVENTO DE

PERFORMANCE POÉTICO Y POESÍA ESCÉNICA

FEBRONIO ZATARAINEMMANUEL DÍAZ

MIGUEL MARZANAANASTACIO ARANDA

CRISTIÁN ROLDÁNMARCOPOLO SOTO

INVITADA ESPECIAL:JOHANNY VÁZQUEZ PAZ

MIÉRCOLES 27 DE MAYO A LAS 8:00 P.M EN CULTURA IN PILSEN1900 S. CARPENTER ST. CHICAGO IL

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