COMUNICACIÓN Y PERSONA HUMANA'

Loreto Caviedes ArmengolliDirectora

Carrera de PeriodismoUniversidad Gabriela Mistral

El tema de la comunicación y el lenguaje sonpreocupaciones centrales de la filosofía y de las ciencias sociales,aunque hoy día se trata más bien de una I-zermenéutica, que de unateoría de la comunicación humana propiamente tal.

La comunicación es una actividad esencial para la personahumana, la que puede realizar su naturaleza social a través deella. Incluso se podría decir que la persona se realiza, se actualiza,a través de la comunicación. Lo que está en potencia pasa a seracto a través de ella.

Hay quienes consideran que la capacidad de comunicaciónes común a todos los mamíferos. Sin embargo, resulta evidenteque entre la comunicación humana y cualquier interacción confunción comunicativa que se produzca entre los animales,_ existeuna diferencia que es mucho más que una diferencia decomplejidad. La comunicación humana está relacionada con lasfacultades del alma de inteligencia y voluntad y con lasociabilidad propia de su naturaleza, sociabilidad que es, a su vez,una demostración de su racionalidad.

El carácter personal del ser humano, que es persona porestar dotado de alma espiritual, está indisolublemente ligado a suser inteligente y libre. Radica precisamente en su facultad deentendimiento la posibilidad misma de ejercer la libertad. Esnecesario conocer, comprender, para poder ejercerla. En esteproceso, la comunicación y el lenguaje juega roles fundamentales.

* Conferencia dictada ante un grupo de profesores de colegios de la IlustreMunicipalidad de Las condes como parte del Diploma en Etica y Valores,realizado en la Universidad Gabriela Mistral.

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Pese a que la inteligencia, en cuanto facultad del alma, nonecesita del lenguaje, ya que es intuitiva (intus legere, es decir, lee alinterior de la cosa), no sucede lo mismo con la razón, ya que ésta esdiscursiva y necesita del lenguaje para su desarrollo, lo mismoque la natural sociabilidad del hombre se realiza discursivamentey necesita del lenguaje.

El ser social del hombre tiene una doble vertiente: se essocial por la riqueza interior que cada cual posee y que necesita ydesea compartir, y por la propia debilidad y necesidad de losotros que todos experimentamos. El hombre no puede estar solo yle resulta imprescindible la existencia de los otros para susubsistencia y realización plena. De este modo, como lo haseñalado Iacques Maritain (La Persona y el Bien Común), elhombre es social a doble título. No sólo por necesidad oindigencia (en cuanto es un individuo), sino, sobre todo, porriqueza interior y generosidad, en cuanto es persona. Por lo tanto,se es social por abundancia y por carencia.

Por su parte, Rafael Alvira explica esto a través de unaparadoja. Dice que ser persona consiste, al mismo tiempo y en elmismo plano esencial, en ser uno, es decir, único, individual, y almismo tiempo, ser relación. No es más esencial al ser persona elser uno, que el ser relación o estar en relación con los otros.

La comunicación es intrínseca al ser persona y está en lagénesis de toda estructura social. Entre emisor y receptor seestablece una comunidad, un ámbito o espacio común. En griegoexistía sólo un mismo término para designar los conceptos deconumicación y de comunidad: la palabra koinonia. Se establece unacomunidad porque se pone en común.

"Comunicación es la relación comunitaria humanaconsistente en la emisión y recepción de mensajes entreinterlocutores en estado de total reciprocidad, siendo por ello unfactor esencial de convivencia y un elemento determinante de lasformas que asume la sociabilidad del hombre”, dice AntonioPasquali.

Boecio definió al hombre como sustancia individual denaturaleza racional. Esta racionalidad implica que el hombre debesalir de sí mismo para adquirir autoconciencia. Es necesarioprimero reconocer al otro como distinto de mí, para luegoreconocerme a mí mismo como individuo. Este doble movimiento

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implica ser social y ser individual. Si faltara uno de ellos, lo socialo la individualidad, no se sería persona.

La manera que tiene el hombre de relacionarse con losdemás y con el mundo es de extraordinaria complejidad, y tienecaracterísticas únicas dentro del reino animal de racionalidad,emocionalidad y culturalidad.

El animal tiene una referencia inmediata a la realidad. Suaproximación no es mediada o simbólica, como en el hombre. Elanimal percibe concretamente lo dado y con notables restriccionesde perspectivas, y reacciona ante ello de un modo instintivo o apartir de pautas aprendidas.

El hombre, en cambio, actúa por una captación pensantede la realidad y por un dominio sobre ella. Esto quiere decir quepuede tener una previsión planificadora sobre la realidad; puedecuestionarla, conceptualizarla, etc. Sin embargo, su aproximacióna la realidad no es sólo racional, si no que también es afectiva.Intervienen las pasiones con toda su riqueza y fragilidademocional. Por otro lado, la aproximación del hombre a larealidad exterior es cultural.

La persona humana es un ser cultural

Esta característica se manifiesta de dos manerasfundamentales:

0 En la perspectiva filosófica, la cultura se manifiestafundamentalmente, en el cultivo de las virtudes. El hombredebe adquirir el hábito de las virtudes. Especialmente lasvirtudes que cualifican a la persona en relación con su finúltimo. Estas son las virtudes morales.

0 En la perspectiva de las ciencias sociales y de la historia, elhombre es cultural en la misma medida que se proyecta adextra creando cultura, la cual al mismo tiempo se reviertesobre él. En este sentido se puede señalar que la cultura esun modo propio de existir del hombre, o un modo dehabitar el mundo con un significado y un sentido. Comoeste significado y sentido no son uniformes u homogéneosen la humanidad, corresponde, entonces, hablar de las

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culturas. Los antropólogos, en particular, sostienen que loque hace del hombre un ser capaz de crear culturas es ellenguaje.

Mediante el proceso de socialización a que la persona essometida desde su nacimiento y que continúa hasta su muerte, lacultura se instala en ella como una segunda naturaleza. Hasta talpunto, que se hace propia y frecuentemente no se es consciente deella.

El hombre posee una conciencia normativa que lo facultapara una forma específica de comportamiento social. Se orientapor códigos de comportamiento en su trato con los demás; seasocia, establece vínculos, asume deberes y compromisossometiéndose a reglas o normas, o bien, procurando cambiarlascuando le parecen inconvenientes. Esto presupone que tieneconciencia de una norma. Estas normas o leyes, si bien en suforma son culturales, en lo fundamental tienen, o deben tener, sucimiento en la ley natural.

En la base de lo cultural está lo lingüístico. El lenguaje esun sistema de signos cargados de significados, los que, en el casode los lenguajes digitales (en la nomenclatura de Watzlawick), sonconvencionales, en tanto que en los lenguajes analógicos (porejemplo, el lenguaje corporal o en las onomatopeias), la relaciónentre significante y significado es directa.

El lenguaje simbólico convencional es un fenómenoexclusivamente humano, pese a que existen muchos intentos porestablecer similitudes entre la comunicación humana y lo queocurre entre los animales de una misma especie. En el animalexisten comportamientos con función comunicativa. Pero en estecaso el llamado “lenguaje animal” consiste en un conjunto deseñales, en su mayor parte innatas, aunque también puedeadquirir algunas por aprendizaje, pero que están insertas en sucódigo genético y obedecen a su estructura instintiva. El lenguajehumano proviene del logos y no de un instinto más evolucionado.

La comunicación humana, en cuanto acto humano, esexclusiva de la especie, por sus características de inteligencia yvoluntad. Sin embargo, la persona humana también tieneconductas comunicativas involuntarias, lo que podríacorresponder a un tipo de lenguaje no verbal, como es el lenguajecorporal. Paul Watzlawick, en su famoso primer axioma dice que

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el hombre no puede no comunicarse. Que siempre, en todomomento y circunstancia, está comunicando. Pero esto estáplanteado desde una perspectiva que identifica comunicación conconducta, y el hombre, así como el animal, siempre tiene algunaconducta, aunque ésta sea dormir. Con esta conducta, según elaxioma, de Watzlawick, se estaría comunicando "estoydurmiendo”.

Sin embargo, si aceptamos que comunicar significa poneren común un significado, lo que implica establecer un ámbitocomún, si yo no tengo conciencia de lo que hago, realmente noestoy poniendo en común. El otro puede leer algún significado enmis conductas inconscientes o involuntarias, pero estasconstituyen señales naturales más que signos comunicativos. Elotro percibe que estoy durmiendo. Pero la percepción no escomunicación, aunque la comunicación implica necesariamente lapercepción. Es como el caso del humo que es señal de fuego. Peroel humo no está “comunicando” que hay fuego.

Cuando las conductas no son voluntarias, no constituyenactos humanos propiamente tal, sino que constituyen "actos delhombre". Estos son actos que, como la respiración, ola circulaciónsanguínea, son efectuados por una persona, pero sin su volición oentendimiento. No hay responsabilidad frente a tales conductas.A este nivel se pueden establecer similitudes con elcomportamiento comunicacional animal. Pero en el caso de lacomunicación como acto humano no puede haber similitudalguna, ya que no se trata de una diferencia de complejidad o degrados, sino que es algo esencial y constitutivamente diferente."Se trata de una diferencia radical, por cuanto su raíz esmetafísica” (Rodrigo Ahumada).

La comunicación humana, dice Francisco Sanabria, noconstituye un fin en sí misma, sino que es un medio que permiteal hombre estructurar su entorno -ordenar, recordar y prever-,acumular y transmitir sus experiencias, dominar su medio (físicoy social), y, esencialmente, vivir en comunidad. A través de lacomunicación simbólica la vida humana pasa de ser purotranscurso biológico para hacerse expresable, asumible y asumida,coherente y ordenable. La coexistencia se torna convivencia, esdecir, vida social.

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El lenguaje simbólico humano es el mediador de sentido.El sentido es algo en que fundamentamos nuestra existencia y esel orientador de la conducta.

El sentido, como el fin, es la fuerza que mueve a laexistencia y en él se funda la raíz de la acción humana. Laactuación de cada cual en sus diversas situaciones, exige siempreun valorar y un elegir, lo cual se realiza en relación adeterminados esquemas de sentido. La necesidad de sentido y lamanera como cada uno se sitúa respecto de su propia existenciafundamenta sus decisiones concretas, dice Alfonso López Quintasen su libro Vértigo 1¿ Extasis.

Ego y Alter

Si bien en la persona humana existe un saber y un sentidooriginarios, la conceptualización del sentido se logra a través delproceso de socialización, de la interacción con otro. Y sólo esposible a través de la comunicación.

El yo no es sólo referido a sí mismo, sino que es tambiénpara “lo otro”. Necesita ir más allá de sí. El ser uno mismo sólopuede realizarse en el ser con otros. El hombre es y estará siempreen el horizonte de la interpersonalidad. Por consiguiente, elproblema de la comunicación humana y el problema del hombresocial van estrechamente unidos. En realidad, son uno y el mismoproblema visto desde dos caras.

lnterpersonalidad significa una relación mutua entrepersonas y en tal relación resulta decisivo el que esas personan sesitúen una frente a la otra con su propia individualidad, cada unocomo un yo singular, no intercambiables, pero, que, sin embargo,pueden colocarse cada una en el lugar del otro. La relación mutuaes de tal tipo que esos “yo” poseen una referencia recíproca y senecesitan mútuamente para su realización personal.

Esta necesidad de una referencia personal recíproca sederiva de dos hechos: en primer lugar, el individuo se percibe a símismo como un sujeto determinado, con una exigencia innata deuna autorrealización de ser y de sentido. En segundo lugar, elhecho de que el individuo pueda captarse a sí mismo de esamanera y que posea su espacio personal, presupone la existencia

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de otros además de él. Es sólo por eso que él tiene la posibilidadde reconocerse como un "sí mismo”, distinto de los demás y deser reconocido como tal por ellos. En el reconocimiento de laexistencia de los otros radica la posibilidad esencial de poderrealizarse partiendo de sí mismo. La auto-conciencia se logra en elreconocimiento de los otros. Se trata de un doble movimiento: unmirar hacia afuera, ver al otro como individuo distinto de mí, paraluego mirarme con un ser individual.

De esta manera, la necesidad y la posibilidad de unacomunicación con los demás se funda en el hecho de que el “yo”puede llegar a conocerse a sí mismo, a saber algo de sí sólocuando puede experimentarse como diferente, pero con otros.

La comunicación humana es relacionante y es simbólica.La persona tiene la capacidad de substituir las cosas por signos.Esta capacidad simbólica, que permite al hombre una riquezaextraordinaria en su potencial de comunicación, ha sido vista, sinembargo, por algunos autores como una limitación de lo humano.

Hoy proliferan las posturas y teorías que, si bien se centranen el lenguaje, postergan a la persona. El problema, que es elproblema mismo de la filosofía contemporánea, es que si no seconoce al ser, no se puede conocer a la persona. Y no conociendo aésta, no se puede analizar la comunicación como un actoplenamente humano.

Para el pensamiento estructuralista de la cultura, sostenidopor Claude Levy-Strauss y otros, resulta infantil considerar laexistencia de su sujeto con libertad y responsabilidad. Segúnexplican Reale y Antiseri en su Historia del Pensainieizto Filostifico i¿Científico, el estructuralismo considera que es de ignorantes seguirhablando de un yo personal. Esta corriente de pensamiento sepresenta como una ciencia "verdaderamente libre de engaños”cuyo objetivo es construir una "nueva conciencia científica" quereconozca la poca o nula libertad humana.

Para este enfoque, el lenguaje es anterior al pensamiento,lo cual es contradictorio en los términos. De alguna manera,existiríamos en el lenguaje, el que está gobernado por unasestructuras subterráneas, de las que el hablante no tieneconciencia, pero que determinan su hablar y su pensar. Estasestructuras subterráneas determinarían nuestra visión de larealidad.

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Por lo tanto, lo importante no sería el sujeto o la persona.Para ellos, no hay un sujeto hacedor de la historia, o un “yo” conconciencia y espíritu libre. El hombre no sería lo que piensa de símismo, ya que la conciencia sería, en el fondo, sólo una ilusión,dice Iose' Miguel Ibáñez Langlois en su texto SLIM QEstructuralisnzo. Este planteamiento que tiene su fundamentooriginal en el pensamiento de Ferdinand de Saussure, esposteriormente complementado con aportes extraídos de lasteorías de Marx y de Freud.

En la elaboración estructuralista, nuestro hablar, que nosparece el texto de un discurso voluntario, no sería sino laexpresión de una estructura profunda que se origina en el interiordel inconsciente, el que no sería sólo la masa de instintos ciegosdel "ello" freudiano, sino que sería lingüístico. El códigolingüístico constituiría la estructura profunda del "id".

La lengua y todos los códigos simbólicos que constituyenuna cultura, con sus creencias, normas y ritos, serían loselementos que nos gobiernas y determinan. De esta manera, en unmundo cada vez más simbólico, la determinación a la que estásujeto el hombre sería cada vez mayor. Según Abraham Moles,frente al torrente de símbolos que enfrenta el hombre de hoy, éstese recluye en sí mismo, en lo que llama la “concha personal” yqueda en un estado de autismo. Para este autor, la comunicación,en lugar de ser vinculante, se transforma en lo que llama "el murode la comunicación”. _ '

Claude Levy-Strauss, uno de los principales exponentesdel estructuralismo, se considera a sí mismo como un marxistapesimista. "Yo, en cambio, (a diferencia del postulado utópicomarxista de la sociedad socialista de la plena igualdad y en la quecada cual tendrá su propia necesidad) veo evolucionar a la/uunanidati, no en el sentido de una liberación, sino de una esclavitudprogresiva _1/ cada vez mas completa del lionibre liacia el graniieterininisnio natural ”, dice. (En Ibáñez Langlois)

Esto es lo que esta corriente de pensamiento busca"desenmascarar". Levy-Strauss señala la necesidad de"transformar las ciencias lzunzanas en ciencias naturales _i/ exactas”,para lo cual es necesario "resolver lo liuniano en lo no /rumano”. Esdecir, agrega, es necesario "disolver al Izonibre”. (Reale y Antiseri)

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Para el estructuralismo, así como para corrientes depensamiento afines con la sociología del conocimiento, la lenguaes algo inmanente. La lengua lo abarca todo, y todo lo real eslingüístico. Sólo puede remitir a algo lingüístico. La subjetividadmisma es, en realidad, objetividad, ya que las personas vendrían aser nada más que unas especies de vasijas para contener laestructura del lenguaje.

Todo lo que existe se reduce a significación. Pero estasignificación no es información en cuanto un dato inmaterial.Explica Ibáñez Langlois que para Levy-Strauss, el espíritu, elinconsciente racional colectivo, no es sujeto sino cosa. Todo es sólocosa. El conocimiento es una relación de cosa a cosa, donde elsujeto no tiene lugar. A esto se refiere cuando afirma que todasubjetividad sería propiamente objetividad.

La persona pasa a ser un lugar donde, debido aparticularidad biológica, reina la estructura lingüística. Alinformación es algo que circula a través de la materia, como unaenergía. En definitiva, no sería más que una especie de procesadorde signos a través de los cuales el mundo efectúa un intercambioCOl'1SlgO ITUSITIO.

Según José Miguel Ibáñez, los dos principios fundacionalesdel estructuralismo son que la lengua no es tanto propiedad delhombre, como éste propiedad de aquella, y, en segundo lugar,que la lengua es un sistema de relaciones internas entre los signos.La valencia de la lengua es pura relación. Un signo sólo puederemitir a otro signo, y así hasta el infinito. En esto consiste lainmanencia del lenguaje.

Resulta evidente que este individuo así determinado por laestructura lingüística no es persona humana, con una dignidadespecífica y con responsabilidad sobre su destino. Siconsideramos, junto Jacques Maritain y Etienne Gilson (quienesllegaron a la misma definición por distintos caminos), que lapersona es un universo de naturaleza espiritual dotado de librealbedrío y de voluntad, no puede estar sujeta a determinismo. Lalibertad humana podrá estar condicionada, pero nuncadeterminada.

A partir de todo lo expresado, podemos concluir que lacomunicación humana tiene las siguientes características:

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1. Es un acto libre (no sujeto a determinismo). Pese a quedebe constreñirse a unos códigos compartidos y a unas normasculturales, cada acto de comunicación humana implica libertad.La persona se comunica por gratuidad o por una necesidad, perosiempre lo hace grandes dosis de libertad.

Esta libertad no se refiere a la arbitrariedad en el empleodel lenguaje. Aunque la significación de las palabras tuvo unorigen convencional, una vez establecida la significación por lacomunidad, se limita enormemente la posibilidad de cambiosarbitrarios. Esto no quiere decir que el lenguaje sea estático, yaque constantemente aparecen términos nuevos, pero sólopermiten comunicación cuando su significación pasa a seraprendida y compartida por otros. "Únicamente en un sentidomuy limitado, el individuo particular crea por sí mismo la formade lenguaje (...). Habla el lenguaje de su grupo (...). Encuentra a sudisposición solamente ciertas palabras y significaciones”, diceMannheim. Esto no cierra la posibilidad de las variaciones, o deenriquecimientos que constante viven los lenguajes, producto delespíritu creador del hombre.

2. Una segunda característica es que en el proceso de lacomunicación, tanto emisor como receptor son activos en laasignación de significados, o en ”rotular” las señales internas queprovocan los signos, como diría Melvin de Fleur en su teoría delisomorfismo de significados. Esta interactividad puede darse enuna relación simétrica, en la cual hay paridad entre losinterlocutores, o en una relación complementaria, en la cual haydisparidad de roles (padre - hijo; profesor - alumno, etc.)

Si bien entre emisor y receptor e produce un vínculo deltipo estímulo -respuesta, no se trata de un estímulo directo-respuesta directa (como podría ser una situación de interaccióncomunicativa entre animales), sino que de un estímulo simbólico,indirecto, y una respuesta simbólica. Algunos autores prefierenreferirse a esta característica de la comunicación humana comopro-activa, para diferenciarla de reactiva propia del esquemaestímulo - respuesta.

Hay teóricos de la comunicación que, influenciados por elpositivismo y el materialismo científico, han considerado que alcomunicar, lo que se traspasa de emisor a receptor es energía. Sinembargo, si esto fuera así, el resultado o efecto de la comunicaciónestaría determinado por el emisor. Sólo dependería de una

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dosificación correcta de la energía, acorde al efecto que se desealograr, según la capacidad de resistencia del receptor. El modeloque grafica esta postura, preponderante en la primera mitad delsiglo XX, es el de la aguja lzipodérinica o de la bala mágica. Según elprimer modelo, así como una vez que se inyecta un medicamentoen un organismo, su efecto debería ser el deseado, si es que se hadosificado correctamente el medicamento adecuado, así elmensaje bien calculado debería lograr su propósito,independientemente del receptor. El de la bala mágica es sólo otrametáfora de la misma idea. Así como en balística se debe calcularel calibre de un proyectil teniendo en consideración la resistenciadel objetivo, también el mensaje bien “calibrado”, ”perfora” y“penetra” en el objetivo, logrando la consecuencia buscada.

Sin embargo, si se considera que lo que transmite esinmaterial, deja abierta la posibilidad a la libertad del receptor y ala imprevisibilidad de los efectos.

La asignación de significados por parte del receptor es unprocedimiento complejo que depende, entre otros factores, de lasexperiencias previas de cada cual. Una máxima que es importanterecordar es que el receptor recibe al modo del receptor.

En la teoría del isomorfisnio de significados Melvin de Fleurexplica la enorme dificultad que existe para que, salvo en losmensajes más simples, emisor y receptor den exactamente elmismo significado al contenido de un mensaje. Muy rara vez .hayidentidad de significación. Por su parte, el sociólogo alemánNiklas Luhmann dice que la comunicación es una inzprobabilidadsuperada. Para que se produzca la comunicación es necesariosuperar diversas improbabilidades, entre las que se encuentranque es improbable que el receptor acepte la propuesta que le haceel emisor; que es improbable que la comprenda en sus mismostérminos.

Evidentemente, esto no implica la imposibilidad de lacomunicación. Tan sólo que es necesario tener presente que nosiempre el receptor entiende lo mismo que el emisor. Por lo tanto,es necesario ir adecuando el mensaje, para lo cual resultanecesaria la comunicación de retorno, o _fi'edbback. Este es elelemento que permite ir evaluando si la comunicación se estáproduciendo, y aplicar las correcciones necesarias.

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3. Otra característica de la comunicación humana es que esacumulativa e irreversible. Acumulativa en el sentido de cadaepisodio de comunicación en que hemos participado se ha hechoparte de nosotros, son parte de nuestra historia de vida. El teóricoFrank Dance grafica cada historia personal de comunicación comoun espiral cuyo inicio está en el nacimiento y que se proyectahacia el infinito. En cada momento de nuestra vida estamos enalgún punto dentro de ese espiral, teniendo incorporado todo loanterior. Paul Watzlawick explica este fenómeno mediante suaxioma sobre la puntuación de la secuencia de hechos. Pese aque la comunicación es un proceso continuo, cada participantepuede puntuarla, es decir, le pone un principio y un fin, según supropia percepción de cada episodio dentro del continuo. Estofrecuentemente produce problemas en las relacionesinterpersonales.

Y así como se acumula (aunque esté siempre en el primerplano de la conciencia), no es reversible. Una vez que algo estácomunicado, asimilado por el receptor, no se puede dar pie atrás."Lo dicho, dicho está”, dice el refrán popular. El emisor puededesmentir lo comunicado, intentar otros mensajes para borrar elmensaje anterior, pero cada uno de esos nuevos mensajes sonotros episodios de comunicación, que no pueden borrar de lamente del receptor el mensaje inicial. No se puede forzar elolvido.

4. Finalmente, otra particularidad de la comunicación esque siempre se produce en un contexto que influye. Lacomunicación nunca ocurre en el vacío, sino que en una situacióny ambiente determinados que inciden en el proceso.

Para concluir, es preciso señalar que la comunicaciónhumana es rica en contenidos. Ella excede siempre la meratransmisión de información o de emociones, porque, en últimotérmino, la comunicación es donación de sí mismo.

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