Ciudadanía VII.JORNADAS - HARTU-EMANAK · Sozialerako Elkartea– 2 00 2ko urrian sortu zen. ......

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LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI ADINEKOAK XXI. MENDEAREN ATARIAN VII. JORNADAS Ciudadanía y participación social Bilbao, 12 y 21 de Noviembre de 2007

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LAS PERSONAS MAYORESEN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI

ADINEKOAKXXI. MENDEAREN ATARIAN

VII. JORNADAS

Ciudadaníay participación social

Bilbao, 12 y 21 de Noviembre de 2007

hartu-emanak –Pertsona Nagusien Ikasketa Iraunkor eta PartaidetzaSozialerako Elkartea– 2002ko urrian sortu zen. Elkartearen helburunagusia gizarte parte-hartzaileagoa, demokratigoagoa eta solidarioa-goa sustatzea da. Pertsona nagusien protagonismoa garatu nahi du,dituzten aukerak, bizitzako esperientzia eta bizitza osoan zehar lor-tutako ezaguerak aprobetxatuz. Bi arloren bitartez agertzen dagizartean: ikasketa etengabea, bizitza guztian zehar lortutako eza-guerak herritar aktiboak izatea ahalbidetzen duelako, eta partaide-tza soziala, beste Elkarte batzuekin batera, sare sozialetan lan egi-teko eta lehenago adierazitako helburuetara bideratutako proiektuakegituratzeko.

PERTSONA NAGUSIAK XXI. MENDEAREN ATARIAN argitalpenmultzoak hartu-emanak elkarteak antolatutako Jardunaldi eta Min-tegietan aurkeztutako txostenen testuak jasotzen ditu. Era berean,egile espezializatuek egindakoak izanagatik, lortu nahi ditugun hel-buruetarako garrantzitsutzat jotzen ditugun lanak ere jasotzen ditu.

hartu-emanak –Asociación para el Aprendizaje Permanente y laParticipación Social de las Personas Mayores–, se fundó en el mesde octubre del año 2002 y tiene como objetivo promover una socie-dad participativa, democrática y solidaria. Su misión es desarrollarel protagonismo social de las personas mayores, aprovechando supotencial, experiencia vital y saberes construidos a lo largo de suvida. Se proyecta en la sociedad a través de dos áreas: la llamadaaprendizaje permanente, porque el aumento del conocimiento a lolargo de toda la vida favorece la consecución de la ciudadanía activa,y la denominada participación social para, en conexión con otrasAsociaciones, trabajar en redes sociales y articular proyectos orien-tados a los fines antes expuestos.

LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI es unconjunto de publicaciones que recoge los textos de las ponenciasdesarrolladas en las Jornadas y Seminarios organizados por hartu-emanak, así como aquellos otros trabajos que, realizados por auto-res especializados, sean considerados de relieve para los objetivosque se persiguen.

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ADINEKOAKXXI. MENDEAREN ATARIAN

VII. JORNADASCiudadaníay participación social

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Hartu-emanak

Calle Principe, nº 5, planta 1ª, departamento 101Tel.: 94 415 51 14 • 48001 BILBAO

E-mail: [email protected]

Ciudadanía y participación social

D.L.: BI-541-04Diseño y Maquetación: Marra, S.L.Impresión: Lankopi, S.A.

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Índice

Introducción 5

En un contexto de cambio global. Transformación social en el siglo XXI 7

D. Igor Ahedo, D. Pedro Ibarra, D. Zésar Martínez.Parte Hartuz. Profesores de la Universidad del País Vasco/EHU

1. Un punto de partida. Democracia y participación ciudadana en el siglo XXI 7

2. Un viaje de ida y vuelta en la acción humana 9

3. Recuperando el sujeto de la transformación social 13

4. La participación ciudadana como eje de transformación 16

5. La magia de la participación 20

6. Epílogo 20

Aprendiendo sobre la participación: 23¿qué métodos y estrategias podemos usar?

D. Igor Ahedo. Parte Hartuz. Profesor de la Universidad del País Vasco/EHU

Dña. Mª José Alonso Olea.Profesora de la Universidad del País Vasco/EHU. Equipo Técnico de Hartu-emanak.

D. Iñaki Peñafiel. Colaborador de Hartu-emanak

1. Contexto y fines que planteamos 23

2. Participar: ¿para qué y quién? 24

3. Fomentando la participación. La técnica nos puede ayudar 27

4. Superando estereotipos negativos. creando tejido social. Creando redes 32

Guía práctica de los blogs para personas mayores y posibles usos 37en participación ciudadana y asociaciones de personas mayores

D. Sergio Sayago. Doctorando en el Departamento de las TICde la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona

1. Introducción y descripción del artículo 37

2. Pinceladas sobre el correo electrónico (e-mail) 38

3. Los blogs 38

4. A modo de conclusión: algunas reflexiones y resumen del artículo 49

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Estas Jornadas, cuya Publicación tiene el lector en sus manos, han surgido de la esencia, de una viven-cia que Hartu-emanak tiene interiorizada desde su nacimiento. Los hombres y mujeres que compo-nemos Hartu-emanak no percibimos la sociedad como un algo estático, no estamos de acuerdo queprincipios deterministas nos lleven a repetir los roles que la sociedad actual todavía tiene asignados alas personas mayores. Nos rebelamos ante los esquemas y estereotipos que limitan y coaccionan nues-tros derechos. Como ciudadanos que somos, queremos desarrollar una vida social comprometida,democráticamente comprometida.

Dicho de otra forma, Hartu-emanak no acepta, por los postulados que lo rigen, el mundo que tene-mos, creemos que <otro mundo es posible>. Es la vivencia de esta esperanza lo que hace realidad ytangible la capacidad creadora de las personas. Por eso, desde su creación, el lema de Hartu-emanakes “queda mucho por hacer”.

Y es como consecuencia de todo esto por lo surgieron estas VII Jornadas de trabajo. Reforzar nues-tro conocimiento de este mundo global que estamos viviendo y de los principios que lo rigen, cono-cer técnicas de análisis para la acción social y nuevas tecnologías que rentabilicen nuestras acciones y,quizás lo más importante, avanzar en la construcción de redes sociales que permitan que nuestrasAsociaciones de personas mayores estén mejor y más coordinadas en aras de hacer más visible y efec-tivos nuestros derechos, y, también, de nuestras obligaciones sociales. Por esto, con estas intenciones,con estas ilusiones, nacieron estas VII Jornadas. Porque, como decía uno de nuestros compañeros,“¿Dónde está escrito eso de que ‘no se puede cambiar nada’?”

El programa, y los textos que siguen, abordan en primer lugar el contexto de cambio global en quese sitúa actualmente el planeta, y el de sus efectos sobre los y las ciudadanas de nuestras comunida-des y, más concretamente, sobre las personas mayores. Bajo esta mirada crítica del marco de la globa-lización, se sientan las bases del recorrido histórico de la ciudadanía. Y se profundiza igualmente enla naturaleza de la participación social y en sus limitaciones y potencialidades a la hora de alcanzaresa ciudadanía democrática.

El siguiente módulo presenta un carácter eminentemente práctico. Se estudian técnicas como elDAFO y el flujograma, que implican directamente a los participantes en el proceso de construccióndel conocimiento, para entrar seguidamente en la técnica del sociograma que nos va a permitir repre-sentar las relaciones entre los actores que intervienen en cada problemática.

Por último, si bien los mayores no hemos nacido con un ordenador debajo del brazo, esto no debeser un impedimento insalvable. También le podemos y debemos sacar partido a todo eso que llama-mos Internet. Para no quedarnos fuera del mundo. Por ello, el objeto de este tercer módulo es pre-sentar los recursos que ofrecen las TICs en el desarrollo de nuevas alternativas de comunicación y cre-ación de redes sociales.

Forma parte del compromiso social de Hartu-emanak el compartir el conocimiento que se crea y,en este caso concreto, el contenido de lo que aconteció y se creó en las Jornadas que celebramos. Deahí nace la decisión de confeccionar y difundir esta Publicación.

Nuestro deseo y nuestra esperanza –la de todas las Asociaciones participantes– es que este trabajo sir-va para seguir avanzando en esta “carrera de fondo” en la que estamos inmersos.

Hartu-emanak

Introducción

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En un contexto de cambio global.Transformación social en el siglo XXI

D. Igor Ahedo, D. Pedro Ibarra, D. Zésar Martínez

No nos engañemos. No son buenos tiempospara la lírica. Nunca como hasta ahora lademocracia ha logrado la hegemonía suficientecomo para presentarse como el único sistemaviable; y nunca como hasta ahora la democra-cia se ha visto tan sacudida en la esencia de sulegitimidad.

1. Un punto de partida.Democracia y participaciónciudadana en el siglo XXI

Hasta la fecha, la legitimidad de la democraciase ha sustentado en el hecho de que sus decisio-nes emanasen de una completa y abierta delibe-ración entre ciudadanos, grupos sociales, órga-nos institucionales y representantes políticos.Sobre esta base, los tiempos pasados han sidotiempos fructíferos para el avance de la demo-cracia. El tiempo en el que muchos hemos vivi-do, el tiempo que han conocido las madres ypadres de nuestros adolescentes de hoy en díaha sido el tiempo de poderosas redes sociales ycomunitarias con capacidad de respuesta, depresión y de contra-poder cara a las institucio-nes. Han sido los tiempos de poderosas diná-micas sociales y vecinales capaces de doblegar la

voluntad de muchas instituciones; han sido lostiempos de potentes movimientos obreros quenos hicieron tocar con los dedos de la mano laposibilidad de una nueva sociedad de hombresy mujeres nuevos; han sido los tiempos de lalucha por lo material, por la satisfacción de lasnecesidades básicas, en lo económico y social(igualdad), en lo político (democracia), en locultural (derechos de expresión), en lo nacional(reconocimiento político-institucional). Hansido tiempos de ilusión… y también de frustra-ción. Porque la igualdad no la hemos alcanza-do; porque la democracia sigue ciñéndose alprocedimiento y no a su fin; porque los dere-chos de expresión local chocan y se debilitan,ahora, con la expresión globalizada; porqueseguimos sin un reconocimiento al derecho a ladecisión de nuestra comunidad.

En otras palabras, el camino hacia la democra-cia no ha finalizado. Queda mucho trecho porrecorrer, aunque hayamos avanzado desde elpunto de partida. Pero, la pregunta es: ¿ahora,cuál es el vagón en el que viajamos en este viajehacia el infinito (la democracia total nunca sepuede alcanzar; quien diga lo contrario alum-bra el peor de los totalitarismos)? Porque no esel mismo vagón que el de hace tres décadas.Nadie dudará que –aunque no sea en todos los

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casos– a nivel generalizado se han debilitado lasredes comunitarias que permitían antaño res-puestas colectivas. La sociedad de clases clara-mente delimitadas, cada una de ella con susbanderas, ha dado paso a una sociedad en laque el trabajo se ha convertido, no en unafuente de conflicto social, sino en una válvulade escape para los deseos irrefrenables del con-sumo. Los que pueden acceder a “estas mieles”han descargado parte de la dimensión social delcompromiso en una creciente satisfacciónhedonista de sus impulsos –en muchas ocasio-nes dirigidos– de bienestar. Los que no puedenacceder a la lógica del consumo derivan enmuchas ocasiones su potencial sentimiento deagravio a una frustración netamente indivi-dual. Porque –todo está conectado– ya se handebilitado las redes de solidaridad existentes enlos barrios, en las familias, en la fábrica, en lacalle. La calle, la fábrica, el barrio, la familia,lugares antaño de conflicto creativo, se han pri-vatizado, se han individualizado. Hemos pasa-do de órdenes sociales relativamente estables,con escalas de desigualdad conocidas y que per-mitían articular nodos de resistencia, a situa-ciones caracterizadas por la heterogeneidad, lafragmentación y con complejidades solo expli-cables desde un proceso de individualizaciónvertiginoso: hoy tenemos un mosaico cada vezmás fragmentado y fluido de situaciones depobreza y de riqueza, de fracaso y de éxito.

Está claro que el sistema liberal democrático–en el que estamos inmersos– siempre ha man-tenido fuera del sistema político a sectoressociales que no disponían de las mínimas capa-cidades y condiciones vitales para poder ejercerde forma plena su ciudadanía. La culpa, claro,no es de los ciudadanos. El sistema liberal de-mocrático ha excluido normativamente a partede la ciudadanía. Al principio de este viaje solovotaban los propietarios, después los hombres,luego las mujeres… pero ahora siguen sinpoder votar, siquiera, miles de inmigrantes a losque se les niega su existencia política. Pero tam-bién ha excluido el sistema por la vía de loshechos, despreocupándose de los que pudiendoser ciudadanos, no usan sus derechos políticos.Y en los últimos años, ha crecido el número de

excluidos de la política. Bien porque crecen lassituaciones de exclusión social (lo que implicadesgraciadamente procesos de limitación delejercicio de la ciudadanía). Bien porque crece lasensación de inutilidad del ejercicio de unademocracia “de baja intensidad”. En últimainstancia, en la medida en que aumenta elescepticismo y el cinismo en relación con laactividad política, en esa medida, la relacióncon políticos e instituciones tiende a volversemás utilitaria, más de usar y tirar, con pocasesperanzas para la influencia o la interacciónauténtica. Se tiende a la legitimación apática. Ala aceptación del sistema en tanto en cuantofuncione bien. El homo sapiens transita delhomo faber al homo consumer a pasos acelerados.De la sabiduría y la confianza en sí mismo sepasa a la confianza de clase transformadorapara llegar a la satisfacción hedonista.

Claro que sigue existiendo luz en este viaje deregreso de la democracia. Siguen surgiendo legi-timidades de resistencia. Mantienen su fuerza.Pero se ven muy limitadas en su capacidad, muydesconectadas con una base social “ausente de lapolítica”, con una base social que ha perdido suconcepción republicana (de intervenir en la respública, en la cosa pública). No extraña, en con-secuencia, que muchas lógicas de resistencia secierren sobre sí mismas. Que se conviertan encomunidades de resistencia reactivas, que sedefienden con la vuelta a los orígenes. Pero laprofundización democrática no puede encontrarsalidas en ghettos identitarios, en ghettos comu-nitarios, en ghettos políticos.

Por eso, la participación ciudadana no es unsimple complemento de la democracia repre-sentativa. La participación ciudadana debe tra-bajar en el cruce de las alternativas existentes:expresando la rebelión frente a una realidadque se nos presenta como única posible; cons-truyendo alternativas a esa realidad; presionan-do y tensando a las instituciones para incidir enlas mismas y lograr que avancen procesos decambio en el sistema. Para ello, para lograrlo,hay que re-tejer redes donde ya no las hay; hayque buscar más allá de las redes existentes (ennuestro caso políticas y partidarias) para permi-

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tir otras rebeliones, otras alternativas, otras pre-siones y otras tensiones a las instituciones.

2. Un viaje de ida y vueltaen la acción humana

La evolución del pensamiento político de lahumanidad se caracteriza por un lento peroinexorable tránsito en el que el ser humanopasa de considerarse objeto de las transforma-ciones que acontecen a su alrededor, a la asun-ción de su papel como sujeto creador de la rea-lidad en la que se inserta. Esta es la esencia dela modernidad, en la que el individuo emergecon toda su potencia sobre dos atalayas desde laque otea su horizonte: la confianza en la razónhumana por una parte; el optimismo en elfuturo del desarrollo por la otra. Sin embargo,a medida que la sociedad articula complejasestructuras e instituciones, el sujeto omnipo-tente y omnipresente que desde la confianza enel individuo encabeza la Revolución Francesa yla Revolución industrial, se ve paulatinamenteencorsetado. Hasta tal punto que se comienzaa cuestionar todo su potencial convirtiendo suacción en secundaria, en tributaria de los corséseconómicos, sociales y políticos en los que elser humano se inserta. La confianza en símismo como sujeto de cambio se ve limitada,reducida a la mínima expresión. En paralelo, seobserva una transición en la escala de la acciónhumana: de la comunidad local al Estado y delEstado al mundo globalizado.

2.1. Del baserri al Guggeheim

Se trata, pues, de un viaje de ida y vuelta en trestiempos que se reflejan claramente en tres gran-des periodos históricos que modifican sustan-cialmente el contexto de desarrollo del serhumano, así como la auto-percepción de suacción transformadora. Tres periodos que gráfi-camente podríamos encarnar en nuestro caso através de tres iconos representativos de la evo-lución de la sociedad vasca: el caserío comoesencia de la comunidad rural; la fábricaEuskalduna como esencia de la sociedad indus-trial moderna; el Guggenheim como fetiche de

la sociedad postindustrial y postmoderna, de lasociedad globalizada.

La sociedad rural, efectivamente, es una socie-dad con un gran peso comunitario, asentada enuna serie de ritos naturalizados y en una claradivisión social del trabajo férreamente mediati-zada por la posición que cada individuo juegadesde que nace hasta que muere en el sistemasocial. En estas sociedades, la transformaciónsocial se circunscribe a la lenta evolución de lacomunidad, de sus códigos y sus posibilidadesde desarrollo. El individuo apenas juega unpapel significativo. El caserío, pues, representala sociedad y la comunidad rural. Es la esenciaque dota de contenido a cada persona. Su nexoentre el pasado y el futuro. Es la institución apreservar, más allá de las necesidades individua-les de cada uno de sus moradores. Una estruc-tura que condiciona totalmente al individuo,ya que su preservación es la garantía de la cohe-sión social de la comunidad. De esta forma, latransmisión del caserío como una unidad indi-soluble explica la lógica del mayorazgo, queaboca a los segundones a la emigración o alsacerdocio. El individuo, pues, se inmola enpos del mantenimiento de la estructura social.A cambio, gana en seguridad, en estabilidad.La comunidad cobija, da calor.

Sin embargo, estas sociedades rurales prontoentran en contradicción con los nuevos tiem-pos. El peso del campo cede fuerza ante elempuje de las ciudades, de los burgos, en losque tras la ruptura de las anteriores estructurasde arrope comunitario emerge con fuerza elindividuo que capitanea la revolución nacionale industrial. La razón y la confianza ciega en undesarrollo inexorable se convierten, pues, en losnuevos fetiches de dinamismo social. En esecontexto, el individuo se encuentra aislado,rotas las anteriores relaciones de seguridadasentadas en comunidades cerradas sobre símismas. Pero, frente al calor de la comunidadperdida, sin embargo, emerge la confianza en símismo, en sus capacidades. La sociedad inmu-table se convulsiona. Se transforma. Y lo hacebajo la fuerza de una nueva forma de comuni-dad: la masa. Así, se desplaza paulatinamente el

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centro de gravedad de la socialización. Superalas fronteras limitadas de las comunidades pri-mitivas y se articula sobre la base de nuevas for-mas de relación simbólicas: la nación se cons-truye como una comunidad imaginada quepermite a personas, que nunca interactuarándirectamente, sentirse parte de una realidadsuperior; las ideologías articulan ciudadanosaislados pero unidos por unas mismas condi-ciones de vida, por unas mismas situaciones deagravio material. Se alzan las banderas naciona-les y las banderas de clase. Surgen nuevascomunidades de destino. De un destino espe-ranzador, prometedor, asentado en la confianzahumana en un nuevo futuro. Rotas las ligadu-ras que encorsetaban la transformación social alos límites de lo natural o lo comunitario,emerge la fé en la razón, en la confianza en laacción liberadora humana. Pero, esta entrona-ción de la razón, lejos de liberar al ser humanode sus ataduras, acabará generando monstruos:la confianza en la razón humana, en la acciónhumana, finalmente acaba sepultada en loscampos de concentración nazis, en los gulashsoviéticos o en el imperialismo capitalista.

Sin embargo, paulatinamente, la sociedad nacio-nal y la sociedad industrial -matronas del nacio-nalismo y del socialismo- van dando paso paula-tinamente a otra sociedad. Una nueva sociedadcaracterizada por sustanciales cambios asentadosen la creciente interconexión planetaria comoconsecuencia del desarrollo de las nuevas tecno-logías de la información. Asistimos, pues, actual-mente, al nacimiento de un nuevo modelo dedesarrollo. Hemos ascendido de escala.Nuevamente. De la comunidad local pasamos ala comunidad nacional. Y de aquí a la comuni-dad planetaria. De baserri a la fábricaEuskalduna. Y de sus cenizas, al Guggenheim,ejemplo de una ciudad internacionalizada, globa-lizada. Bilbao, la ciudad en la que muchos denosotros nacimos, ha dejado de ser “tan pequeñaque no se ve en el mapa”. Bilbao, ahora, está enel mapa. Pero de una forma diferente a cómo laconocimos. De la ciudad fragmentada en piezasseparadas que aislaban la ciudad burguesa de laciudad proletaria, permitiendo el surgimiento desentimientos de agravio en los barrios sobre los

que se alimentaba un potente movimiento veci-nal contestatario… de allí hemos pasado a unaciudad estratificada, en la que el centro y la peri-feria se conectan sin solución de continuidad,rompiendo las anteriores fronteras simbólicasque alimentaban la identidad. Desaparecen,pues, las divisorias urbanas fácticas y la ciudada-nía fluye de los barrios a los centros de consumo,de ocio, de distracción. Pero no desaparecen losproblemas. Porque la ciudad evoluciona a dife-rente ritmos. Los problemas se mantienen, aun-que se oculten tras las luces de un escenario tea-tralizado de aparente estabilidad. Estos proble-mas no desaparecen. Aunque lo parezca, solo seocultan en las bambalinas de la nueva representa-ción social aparentemente ideal (de la que dabuena cuenta un simple paseo por Abandoibarra,en Bilbao, por ejemplo). Efectivamente, estosproblemas se individualizan al no existir estruc-turas comunitarias capaces de alimentar la solida-ridad desde la que antaño se imaginaba unanueva forma de ciudad, más solidaria, menosexcluyente. Y se individualizan doblementecomo consecuencia de la creciente complejidad yfractura de nuestras sociedades.

2.2. Las consecuencias de la globalización

Ya lo hemos apuntado, no existen grandescomunidades homogéneas con problemáticassimilares, sino que, más bien, los problemas sefracturan en tantas variantes como tipos depersonas existen. Efectivamente, la desigualdadsigue existiendo, pero sus descriptores se hanmodificado sustancialmente. Ya no hay un ejepredominante, explicativo único de las des-igualdades, sino multiplicidad de ejes de des-igualdad y de vulnerabilidad. Y es que, desdefinales de los años 70, se producen una serie decambios estructurales, de gran magnitud, quenos sitúan en un escenario social muy distintodel de las sociedades industriales avanzadas enlas décadas de la posguerra mundial:

• La estructura social es cada vez más com-pleja y dinámica, aparecen nuevos ejes dedesigualdad social ligados a la etnia, elgénero, la edad, el territorio... que convier-ten las necesidades sociales en algo mucho

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más fragmentado, complejo e incierto quelo que la clásica sociedad clasista nos llevó aimaginar. Además, en la mayoría de econo-mías industriales avanzadas, las desigualda-des sociales han ido en aumento y han idoemergiendo nuevas realidades de pobreza yexclusión social.

• Hemos pasado de un escenario de creci-miento sostenido a una nueva economíaglobalizada más inestable e incierta; de unmarco de seguridad laboral a un nuevocontexto de inestabilidad, temporalidad yprecariedad en el empleo para amplios seg-mentos de la población. Cada vez más,tomamos conciencia del carácter finito delos recursos medioambientales, de la pro-ducción social de riesgos ecológicos.Revalorizamos la relación del ser humanocon el medio natural.

• Las familias son cada vez más inestables,diversas y dinámicas. Aumentan las tasas deseparación y divorcio, se reconstituyen nue-vas unidades familiares, aparecen nuevas for-mas de convivencia en el hogar (monoparen-talidad, parejas de hecho, parejas homosexua-les...). La mujer se incorpora masivamente almercado laboral y eso presiona hacia el cam-bio las relaciones familiares y de género. Lafamilia es cada vez más un hecho sometido ala reflexividad de las personas y cada vezmenos el resultado de una tradición.

• La juventud y la vejez se alargan y se conso-lidan como etapas plenas de la vida y lasvisiones adultocráticas del mundo entranen crisis. Aparecen nuevas necesidades decorte generacional y nuevos conflictos entregeneraciones.

• Los valores culturales experimentan, tam-bién, profundos cambios. En términos deInglehart, avanzamos hacia una sociedadpostmaterialista donde valores como la sos-tenibilidad, la igualdad entre géneros, laconvivencia comunitaria, la interculturali-dad, la solidaridad con los países del TercerMundo, el derecho a participar... vantomando fuerza y empiezan a proyectarseintensamente sobre las agendas públicas.

• Movimientos migratorios masivos desde elsur hacia el norte del planeta conllevan laemergencia de un escenario social muchomás diverso culturalmente, más fragmenta-do, potencialmente enriquecedor, perotambién conflictivo.

• Finalmente, el Estado va perdiendo sumonopolio regulativo y simbólico tradicio-nal. Tal como lo han planteado algunosautores, el Estado pierde poder hacia arriba(la globalización, la integración europea...);hacia abajo (las regiones, las ciudades...) yhacia los lados (nuevas agencias con poderde regulación). No sólo pierde poder polí-tico, sino también su monopolio comoreferente de identidad de la ciudadanía.Cada vez más, las identidades políticas yculturales toman un carácter multi-nivel: serefuerzan las identidades locales, regionalesy comunitarias, así como las identidadessupra-estatales y globales

Finalmente, el poder se diluye. Frente a la ante-rior visibilización de un poder encarnado enpersonas, grupos establecidos claramente,estratos sociales homogéneos y opuestos en lasituación de agravio de las masas; ahora, elpoder se fragmenta en innumerables piezas yasciende de lo local a lo global perdiendo surostro. El poder, ahora, se articula en una mara-ña inmensa y prácticamente ininteligible derelaciones económicas, comunicativas, simbóli-cas, materiales e inmateriales. En la sociedad enred en la que vivimos, donde todo está absolu-tamente interconectado, donde lo globalirrumpe con fuerza en lo local como un tsuna-mi que devasta anteriores identidades, anterio-res comunidades, anteriores conflictos, elpoder es difícilmente perceptible. El poder estáen todo y en nada. El poder está en los nodosde la red. Por eso se siente, pero es difícilmen-te nombrable, personalizable. ¿Está en losEstados o en las nuevas empresas transnaciona-les? ¿Está en ámbito local o está en la escala glo-bal? ¿Está en la cultura, en la comunicación, enla economía o en las instituciones políticas?¿Está en lo instituído, o en lo que está por ins-tituir? No podemos dar respuestas certeras,

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porque las disyuntivas planteadas son falsas...O dicho de otra forma, está en todo lo mencio-nado, pero sobre todo, en la relación entre cadauna de estas variables.

2.3. Las resistencias

Obviamente, se mantienen las resistencias.Efectivamente, la globalización no podría enten-derse sino anclase de forma clara sus garras en lolocal. Lo global sólo existe desde lo local. La glo-balización no es sino glocalización. El Guggen-heim se asienta en Bilbao. Y lo global hace reac-cionar a lo local, en la medida en que se observacómo las anteriores pautas de desarrollo se venafectadas por una ola identificada como unifor-mizadora, devoradora de lo pequeño. Es lógicoque la globalización, en consecuencia, provoquereacciones en todos los rincones del planeta.Reacciones que tratan de enfrentarse a los efectosperversos de una globalización entendida como“macdonalización” de las sociedades locales:desde la insurrección zapatista al auge del funda-mentalismo, el patrón es el mismo. Sin embargo,deben diferenciarse dos formas de resistencia: lasresistencias reactivas y las proactivas. Las prime-ras tratan de preservar las comunidades aislándo-las al cambio planetario. Reaccionan duramentepromoviendo una vuelta al pasado y al aislamien-to. Generan verdades cerradas sobre si mismas.Absolutas. Seguras. Y con rostro: bien sea el deOsama Bin Laden; bien sea el de John Huston.Las segundas, sin embargo, tratan de defender sucomunidad trascendiéndola. Conectándola conotras comunidades, otros problemas, otrasluchas. Por eso generan verdades que solo lo sonen la medida en que se relacionan con otras ver-dades. No dan muchas respuestas. Se replanteanlas preguntas conectando las verdades e interro-gantes locales con los globales. Por eso no tienenrostro, porque en sí mismas contienen o tratande contener todos los rostros: su imagen, en con-secuencia, es la capucha del SubcomandanteMarcos; quién está detrás de ella es lo de menos.

2.4. Las legitimaciones

Pero, más allá de las lógicas de resistencia, biensean en su forma ghetizada, bien sean en su

proyecto reticular, los tiempos actuales refuer-zan otra lógica, menos amable: la de la legiti-mación del sistema. Efectivamente, comocomenzábamos, no son buenos tiempos para lalírica. De hecho, la actual complejidad del con-texto en el que se mueve el ser humano incen-tiva la aceptación pragmática, el escepticismoen el futuro y el cinismo ante el presente. Lassociedades actuales se asientan sobre tres lógi-cas: la lógica del riesgo, la lógica de la opacidady la lógica de la confianza ciega. Estamos anterealidades crecientemente complejas. Por ejem-plo, en el ámbito de las comunicaciones,hemos pasado de simples instrumentos que nospermitían entender cómo y por qué nos move-mos (por ejemplo una bicicleta) a aparatos cre-cientemente sofisticados que somos incapacesde entender sobre qué lógica funcionan (porejemplo los trenes). Miramos a nuestro alrede-dor y cada vez son más sofisticados nuestrosobjetos más cotidianos. Pero, de igual formasucede en otros ámbitos de nuestra vida: lasleyes, las comunicaciones, las instituciones, etc.nos son opacas. Y todavía peor, en ocasionesfallan. Vivimos en la sociedad del riesgo.Ciertamente, la conexión planetaria nos hamostrado la limitación y finitud del desarrollohumano. Nos ha puesto los límites de la huma-nidad a la vista. Pero, de la misma forma, y amenor escala, observamos cómo el riesgo escapaz de trascender las fronteras, bien sea enforma de chapapote, bien lo sea en forma degripe aviar (¿alguien sabe cuál es su origen, susconsecuencias, su forma de tranmisión? No losabemos, nos es opaca. Y se nos presenta comoun riesgo). Pero, en lo cotidiano, el riesgo tam-bién existe. O la sensación de riesgo. Los trenespueden llegar tarde a nuestro destino sin quesepamos por qué. Incluso puede que los trenesdescarrilen, o simplemente vuelen por los aires,sin que sepamos por qué. El riesgo, pues, nosacompaña en nuestras vidas. Sabemos quepende sobre nuestras cabezas cada vez quemandamos un mensaje SMS (que puede queno llegue sin saber por qué), cada vez que mon-tamos en el coche (cuyos sistemas electrónicosde freno y seguridad pueden fallar sin que sepa-mos por qué), cada vez que nos comunicamos

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RECUPERANDO EL SUJETO DE LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

por Internet (pudiendo provocar la entrada deun virus que nos destruya la información), cadavez que… Cierto, debido a la creciente com-plejidad en la que nos movemos, cada vez sabe-mos menos cómo funcionan las cosas, las insti-tuciones, la sociedad. Y cada vez somos másconscientes del riesgo que acarrean… Pero nose puede vivir bajo esta tensión sino es desde laconfianza. La confianza en que las cosas fun-cionan como deben funcionan. La confianzaen que no fallarán. La confianza en que el téc-nico haya revisado correctamente algo que des-conocemos; la confianza en que el tren no des-carrilará. La confianza en que los expertoshayan analizado todas las alternativas a un pro-blema; la confianza en que el sistema siga fun-cionando. En definitiva, confianza en lasestructuras.

Pero, en paralelo, se pierde la confianza en elindividuo, en su potencial transformador yliberador. Como en las sociedades de antaño, elsujeto se observa a sí mismo como objeto deunas estructuras que lo moldean, condicionanunilateralmente. Sin posibilidad de reciproci-dad. Por eso, la política se convierte en meragestión y marketing. Gestión de la confianza,de la legitimación apática en tanto en cuantolos expertos del sistema (élites políticas) garan-ticen la seguridad y minimicen el riesgo indivi-dual. Y marketing para alimentar la apatía, laconfianza en los únicos conocedores de unasalternativas eficaces a problemas opacos para elcomún de los mortales.

3. Recuperando el sujetode la transformación social

Hace varios años, con motivo de las obras delAVE de Barcelona, el diario La Vanguardiaquiso realizar una fotografía a todos los políti-cos implicados en el desarrollo de esta infraes-tructura, sentados sobre una viga, con los piescolgando sobre el aire. Posaban sonrientes losartífices de una faraónica obra, emulando elicono de otra de las grandes obras de la huma-nidad: la construcción del Empire State,inmortalizada hace décadas en la ya universal

fotografía. La estética era similar. Premedita-damente. Pero no el contenido. Efectivamente,si la obra original representaba la dureza de lascondiciones de vida de los verdaderos protago-nistas de la obra, unos obreros que hasta en lahora del almuerzo se jugaban la vida a decenasde metros sobre el suelo, la imagen del AVEnos presentaba a los “nuevos protagonistas”:una clase política sonriente, autosatisfecha. Losprotagonistas de la historia habían cambiado.El sujeto obrero de antaño había pasado a con-vertirse en un mero objeto accesorio de los úni-cos protagonistas de ahora. Ni una sola imagende las decenas de operarios que trabajaban a lospies de los políticos catalanes. Por arte demagia, desaparece el sujeto humano bajo laesencia de la estructura que actualmente mueveel sistema: una clase política complacida, eleva-da sobre la ciudadanía, premeditadamentepasiva, cuando no premeditadamente ningune-ada. Parecería como si el AVE hubiera surgidode la nada, por el simple devenir, por el acon-tecer lógico de las estructuras económicas y dela comunicación, bajo el mero impulso de losúnicos poseedores del control de las palancasdel cambio social, la clase política: “los quepagamos para que manden”; en los que “con-fiamos mientras las cosas funcionen”.

Esta cuestión nos remite a la relación entre laacción humana y las estructuras en las queintervenimos. Desde algunas perspectivas, seentiende que la acción humana está totalmentemediatizada por las estructuras en las que éstase inserta. Se considera que son las estructuraspolíticas, sociales, económicas, las que condi-cionan la acción humana. Desde esta perspec-tiva, en definitiva, el sujeto social deviene enun simple objeto. Por el contrario, otras apro-ximaciones consideran que la acción humanaes la esencia que conforma las estructuras polí-ticas, sociales y económicas. El sujeto social esla esencia de toda realidad y en consecuencia, lapuede modelar y transformar a su gusto. Sinembargo, esta perspectiva, optimista, se ve con-dicionada por la realidad. La confianza ciega enla acción humana no ha logrado concretarse enun proyecto transformador capaz de liberar alas personas de sus ataduras. Como hemos

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visto, el proyecto liberador de la modernidadno solo no se ha realizado, sino que la percep-ción generalizada es que el ser humano, el indi-viduo, poco puede hacer para transformar elactual engranaje de complejas palancas quedetermina su futuro.

Tratando de superar estas aproximaciones con-tradictorias -acción que determina las estructu-ras; estructuras que determinan la acción-podemos analizar la acción humana funda-mentándola en su carácter relacional; es decir,basada en la interacción cotidiana y el inter-cambio permanente que se produce en ella.Desde esta perspectiva relacional, la praxis(práctica) del actor social está condicionada porlas normas (e instituciones; en definitiva, porlas estructuras) que -realimentadas desde elpasado- definen una serie de pautas a seguir,sobre la base de una asimétrica distribución derecursos para la acción. Pero esos condiciona-mientos estructurales influyen en la accióntanto de modo limitador como facilitador:establecen oportunidades y limitaciones. Por lotanto, posibilitan la acción libre y creadora (elactor siempre tiene la posibilidad de no repro-ducir la pauta de acción institucionalizada yaccionar de otro modo, incluso de un modoinédito), al tiempo que la limita (dentro deunos condicionamientos que limitan aunqueno determinan mecánicamente). Subrayamos,por lo tanto, el carácter dual de la acciónhumana; es condicionada y condicionadora,creada y creadora, influenciada e influyente(Giddens 1995).

Desde esta perspectiva, la estructura social seentiende a partir de ese mismo carácter dual.Las instituciones y estructura sociales son elproducto de las acciones de los actores; y, almismo tiempo, constituyen el entorno condi-cionador que provee los recursos que hacenposible esas acciones. Ni nos vienen simple-mente dadas; ni están bajo nuestro absolutocontrol. Las estructuras, por lo tanto, no sonunas realidades supra-humanas que limitan ycoaccionan el comportamiento de los indivi-duos, sino una realidad que forma parte de laacción humana y al mismo tiempo es su resul-

tado. De forma más concreta, podemos agru-par los elementos estructurales de la realidadsocial en dos grandes conjuntos: por un lado,los esquemas culturales, los principios simbó-licos que guían el pensamiento y la acción(valores, creencias, ideologías, doctrinas, nor-mas, leyes, rituales...); por otro lado, el sistemade redes de interacción e intercambio que con-figuran unos determinados espacios o posicio-nes sociales con base en diferentes principiosdiferenciadores (recursos económicos, recursosculturales, sexo, religión, etnia...) que determi-nan o pueden determinar una asimétrica jerar-quía social en la distribución de recursos, opor-tunidades y poder.

Esquemas culturales y asimétricas redes deintercambio son, por tanto, los elementos queconstituyen las estructuras sociales. Esto supo-ne analizar la estructura social como una com-pleja y dinámica red de normas, recursos y rela-ciones de intercambio que es producida yreproducida por la interacción de los indivi-duos; una red que condiciona la acción de losindividuos y, al mismo tiempo, es condiciona-da por la acción e interacción de los individuos.Una compleja y dinámica red de relacionesestructuradas que produce diferentes posicio-nes sociales estructurales que son transitadaspor los actores no como individuos sino comoactores-red condicionados para su acción porlas oportunidades y limitaciones que su ubica-ción en la estructura social les otorga. Esasposiciones estructurales constituyen el diferen-cial punto de partida para su acción; acciónque potencialmente es creativa y transformado-ra, pero que también puede ser meramentereproductora de lo real, del statu quo, comohemos visto. Efectivamente, en función de laposición estructural o el espacio social transita-do por los actores, éstos interiorizan de modopersonal y creativo (y no mecánico) una seriede modelos, ideas, valores, lecturas de la reali-dad y recursos para actuar en ella. Dicho deotro modo, según la posición estructural losactores-red están en relación con unos determi-nados elementos de la estructura, y no tendránninguna relación con otros elementos (recur-sos, ideas, modelos, pautas de acción...). Es por

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ello que en el seno de una misma sociedad coe-xisten formas de vida y de interacción muydiversas: un mundo donde cohabitan muchosmundos. Un mundo en el que se combina lalegitimación con la resistencia; la resistenciareactiva con la proactiva.

Nuestras relaciones y prácticas cotidianas son laexpresión empírica de esos procesos.Accionamos dentro de situaciones que, enmayor o menor medida, están institucionaliza-das dentro de una estructura y, al mismo tiem-po, realimentamos los elementos instituidos node forma mecánica sino, en mayor o menormedida, de forma propia, inédita. Sin embar-go, inmiscuidos en lo cotidiano muchas vecesno percibimos ni la forma en que lo instituidonos condiciona, ni cómo nuestra acción estácondicionando lo instituido. Es por ello quemuchas veces percibimos la sociedad, sus insti-tuciones y sus estructuras de forma cosificado-ra, estática (como una segunda naturaleza quese nos impone y está fuera de nuestra influen-cia), no percibimos su carácter socio-histórico,intersubjetivo, procesual, contingente. Y no lopercibimos no porque sea una tendencia uni-versal del ser humano, sino -en lo que a lacoyuntura histórica actual de modernidad ypost-modernidad respecta- por los a priorideterministas que hemos interiorizado en elpensamiento moderno: la división cartesianasujeto/objeto y la idea moderna de cambiosocial como un lineal y permanente progreso.

Insistimos, la praxis social de los individuos noes al 100% el resultado directo de su acciónintencional, pero tampoco es al 100% el resul-tado del cumplimiento mecánico de las expec-tativas sociales institucionalizadas: la praxissocial de los actores (la acción que realmenteocurre) es el resultado de una dialéctica entreambas. Y esas prácticas o praxis sociales son lasdeterminantes fundamentales de la realidadsocial, ya que son las que determinan a los pro-pios actores, su interacción y las instituciones yestructuras sociales resultantes. Insistimos denuevo, las estructuras e instituciones socialesno son estáticas, fijas e inexorables, pero ten-dremos a percibirlas y vivirlas así dependiendo

de la praxis que desarrollemos hacia ellas. Siperdemos de vista su origen intersubjetivo, sino percibimos el imaginario que les da vidacomo un producto humano que se retroali-menta permanentemente en la interacción delos actores-red, tenderemos a vivirlas como unarealidad que inevitablemente nos determina.En ese momento, la opacidad, el riesgo y laconfianza se conjuran contra la actividadhumana; contra la responsabilidad republicana(para con la res pública, la cosa pública).Precisamente, desde esta perspectiva relacionalencontramos alternativas.

Porque, en consecuencia, desde nuestra pers-pectiva, los actores-red, en la medida en quedesarrollan prácticas de participación colectiva(es decir, que protagonizan acciones o estrate-gias con la intención de influir premeditada-mente en los procesos sociales y políticos), ten-drán una percepción descosificadora de lasociedad y sus cambios; es decir, percibirán lasinstituciones y estructuras sociales como pro-ducto humano reversible, reformulable einfluenciable. En cambio, en la medida en quelos actores-red no desarrollan prácticas de par-ticipación colectiva (es decir, que en sus redesde interacción no se protagonizan acciones oestrategias con la intención de influir premedi-tadamente en los procesos sociales y políticos),en la medida en que caigan en el ensimisma-miento individualista (y los caminos hacia élson casi infinitos) tenderán a una percepcióninexorable y cosificadora de la sociedad y suscambios: es decir, las instituciones y estructurassociales se percibirán como realidades inexora-bles, no influenciables.

Allí esta el peligro. Porque la cosificación delordenamiento social que supone una percep-ción determinista y evolucionista de los cam-bios sociales, niega e imposibilitan la concien-cia de auto-producción social de los actores. Y,como consecuencia de ello, el supuesto auto-matismo de los cambios sociales establece unaconciencia colectiva en la que la única opciónposible es la mera adaptación impotente a loscambios; una adaptación pragmática, cínica,que deja al margen a la creatividad social, a la

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contingencia y a la posibilidad de pensar yconstruir otras realidades posibles. Si percibi-mos la sociedad únicamente como algo exteriory coaccionador, algo independiente de nuestraacción personal y colectiva, interiorizaremoslos modelos dominantes de convivencia socialy de acción personal (en el actual contextosocio-histórico, modelos basados en la compe-titividad, el utilitarismo y el egoísmo) como lastendencias inexorables de la persona y de laconvivencia social, negando así la viabilidad deotros modelos de convivencia. Nos converti-mos en objetos. Hacemos el viaje de vuelta dela humanidad en su relación con el cambiosocial.

Sin embargo, existen en nuestra realidad socialespacios y redes de interacción en las que sereproducen discursos y prácticas que concibenla producción de la sociedad y sus cambioscomo el resultado de la praxis personal y colec-tiva; es más, la cosificación del orden social y lainevitabilidad de los cambios vigentes se perci-ben como engaños ideológicos construidos yalimentados por la élites privilegiadas en lasactuales dinámicas sociales dominantes; enga-ños ideológicos que además de negar la eviden-te capacidad creadora de la magmática realidadsocial, alimentan el conformismo y la pasividadsocial para establecer una hegemonía que eviteel debate y la contraposición de valores y plan-teamientos ideológicos divergentes. En lamedida que se establece como consenso ideoló-gico dominante el precepto de que hay queaceptar “lo que hay” y “lo que viene” porque nohay otra opción, se destierra el debate demo-crático de ideas y planteamientos económicos ypolíticos diversos.

En este sentido, el discurso dominante sobre elproceso de globalización establece que esoscambios sociales (y por lo tanto el devenir de laconvivencia colectiva) son fruto de una evolu-ción histórica inexorable, una etapa más en lasupuesta tendencia al desarrollo económico ytecnológico creciente de la humanidad; negan-do así que esa evolución pueda transcurrir pordevenires diversos asentados en la acciónhumana. Sin embargo, en reacción o respuesta

dialéctica a esa tendencia ideológica-política,en los últimos años hemos asistido a un resur-gir de la agencia humana, la emergencia a esca-la mundial de un movimiento de movimientosque precisamente bajo el lema de “otros mun-dos son posibles” reivindica el carácter creativode los cambios sociales. De alguna manera estemovimiento de movimientos ha convertido elproceso de globalización (como proceso decambio de las sociedades) en objeto de conflic-to social: ha problematizado esos cambios paraque sus consecuencias y su devenir se convier-tan en objeto de reflexión, debate colectivo ycuestionamiento político. Es decir, democrati-zar esos procesos de cambio para desvelar losvalores y planteamientos políticos que losguían, discutirlos y aceptar que se trata de pro-cesos de cambio social que no son unívocos einexorables sino que admiten modelos, opcio-nes y devenires diferentes.

4. La participación ciudadanacomo eje de transformación

El contexto de cambio de ciclo en la moviliza-ción de la agencia humana y las sinergias de losmovimientos sociales a nivel global arriba refe-rido, y la necesidad en este nuevo ciclo de cons-truir alternativas locales concretas a los mode-los neoliberales, hace que nos planteemos lossiguientes interrogantes al respecto: ¿Asistimosal final de una época caracterizada por la cen-tralidad y supremacía de lo estatal (acceso alaparato del estado) como clave para el impulsode transformaciones sociales estructurales?¿Debe seguir vigente una concepción estatal dela política como práctica aspirante a nuevasformas diferentes de poder? ¿Pueden hacersedesde arriba las necesarias transformaciones?

Y como consecuencia de esas cuestiones…¿hacia dónde dirigir la participación políticapara construir dinámicas políticas democratiza-doras y transformadoras en el contexto de trans-nacionalización política? Las posibles respuestasque se vislumbran parecen apuntar, por unlado, hacia la creación de espacios y estructurasautónomas respecto del entramado institucio-

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nal, que prueban y buscan la puesta en marchade alternativas instituyentes de forma abierta eintegradora (una esfera pública y comunitariano estatal que recree otras relaciones de podermás horizontales y simétricas). Y, por otro lado(aunque no de forma excluyente), hacia el esta-blecimiento de mecanismos de democracia par-ticipativa en el funcionamiento de las estructu-ras de la democracia representativa, para que elpoder público se ejerza según los intereses ydemandas de los más y no de los menos: presu-puestos participativos, planes comunitarios,etc., siendo estos creadores de sujeto colectivo(organización, redes...) con voluntad de ejercero co-ejercer el poder público.

Analizando algunas experiencias concretas enlas que venimos trabajando, partiremos de unaconcepción amplia de la participación o laacción política que distingue en primer lugarentre participación por irrupción y participa-ción por invitación. Los procesos de participa-ción por irrupción o autónomos serían los pro-tagonizados por parte de colectivos y organiza-ciones sociales que (SIN la administración)intervienen espontáneamente en la esferapública con sus reivindicaciones, propuestas ycreación de proyectos colectivos.

Además de la participación por irrupción desdeabajo, desde la sociedad civil, estaría por otrolado la participación por invitación EN meca-nismos establecidos por la administraciónpública en cualquiera de sus niveles (munici-pal, autonómico, estatal o supraestatal), meca-nismos u órganos como Consejos Asesores,Foros Ciudadanos, Agendas Locales, PlanesComunitarios, Presupuestos Participativos, oForos y Cumbres Paralelas de la Sociedad Civil.

Por último, la participación política además deEN lo institucional o SIN lo institucional, tam-bién puede desarrollarse en espacios mixtos yaque algunas iniciativas sociales o políticas pro-mueven procesos de reflexión y acción quedesde abajo aspiran a incluir a responsables téc-nicos y políticos de la administración, al tejidosocial y a la ciudadanía en su conjunto: planescomunitarios de iniciativa social, referéndums o

consultas de iniciativa popular, foros de deba-te,… Aspira a ser un modelo de participaciónautónomo pero que trabaje contando CON lainstitución. Un espacio de confluencia del teji-do social para la interlocución, negociación yeventualmente (cuando halla acuerdos) colabo-ración con las instituciones. La creación de esosespacios que articulen al tejido social y le dotende un presupuesto y funcionamiento autónomorespecto de las instituciones pero para buscar laelaboración de propuestas, su negociación y elacuerdo con las instituciones al respecto, tam-bién puede ser iniciativa institucional en elmarco de un compromiso real por activar meca-nismos de democracia participativa.

Tal y como afirmábamos más arriba, los efectospolíticos de la globalización apuntan hacia unacrisis democrática, ya que se ha acentuado latendencia a administrar el mundo al margendel control político de la ciudadanía. Si lademocracia la entendemos como un funciona-miento político en el que el poder político resi-de en el demos, en la ciudadanía, la tendenciaactual no es ésa sino la de una progresiva con-centración y elitización del poder. Las empresasmultinacionales, los agentes mejor situados enel mercado y las élites financieras son las querealizan un estrecho marcaje a los poderespúblicos y a los responsables políticos; es másesos agentes son los que se están convirtiendoen los interlocutores y co-gestores preferencia-les para las instituciones públicas tanto a nivelglobal como a nivel local. Como consecuenciade ello, las necesidades cotidianas de la ciuda-danía (vivienda, trabajo digno y sin precarie-dad, servicios públicos de calidad...) no secorresponden con las prioridades de las políti-cas públicas.

La globalización neoliberal acentúa tendenciasde concentración del poder político y de des-democratización, ya que reducidas élites cadavez tienen más capacidad de influencia en cen-tros de decisión progresivamente más alejadosde la ciudadanía. Esas élites económicas y polí-ticas transnacionales y locales participan a tra-vés del lobby (y otras formas aún más ilícitas:sobornos, corrupciones, etc.) en el diseño de las

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políticas públicas, pero la mayor parte de losciudadanos y ciudadanas cada vez tienen másdifícil esa participación efectiva. Como conse-cuencia de ello muchas políticas públicas seimplementan de arriba abajo, con intereses nomanifiestos, sin debate social previo y sinmecanismos de participación efectiva para esosdebates sociales.

Invertir esta tendencia elitizadora de la políticapasa porque la ciudadanía recupere la capaci-dad de incidencia política (poder) que estásiendo monopolizada por las elites políticas ydel mercado, evitando así la mercantilizaciónde los servicios públicos e impulsando su rede-finición en base a las necesidades y prioridadesde la mayoría de la población. Para ello es nece-sario recuperar el protagonismo político de losintereses colectivos y de la agencia humana quepuede hacerlos explícitos de forma transparen-te y democrática (y no en base a ocultos intere-ses particulares que se hacen efectivos a travésde estrategias de lobby). Para ello parece nece-sario dar cauce a una participación más creati-va y autogestionada en la vida social y política,y también abrir mecanismos novedosos quepermitan que los ciudadanos/as sean los inter-locutores preferenciales para la co-gestión delas políticas públicas.

Efectivamente, dada la actual correlación defuerzas en el escenario de la globalización neo-liberal, no parecen excluyentes, sino comple-mentarias, dos estrategias que apunten, por unlado, a la construcción de espacios y experien-cias autónomas respecto del entramado institu-cional pero con un marcado carácter abierto,público y comunitario, de forma que, alejándo-se de las actuales lógicas económicas y políticas,se esfuercen en crear espacios para la construc-ción de dinámicas alternativas (en lo cultural,en la vivienda, en lo laboral, en lo político, conconsultas y referendums populares, etc).; esdecir, sin esperar a lo que suceda en el ámbitode lo político-institucional crear en la prácticanuevas realidades instituyentes (ésta es la nuevapráctica política de los movimientos que noestablecen como prioridad la toma del poderpolítico-estatal: los zapatistas, los sin tierra, los

piqueteros, y los centros sociales ocupados demuchas ciudades y pueblos de Europa).Siempre con el sentido alerta de no reproducirlas mismas lógicas, evitando los ghetos y cons-truyendo de forma abierta e integradora verda-deras alternativas a las necesidades cotidianasde los ciudadanos y ciudadanas.

Por otro lado, se antojan necesarias nuevas estra-tegias para regenerar el funcionamiento políticoy técnico de la administración pública para quelos poderes públicos funcionen en base a losintereses de la mayoría (los intereses colectivos)y no en base a los intereses de minorías privile-giadas. En ese sentido, parece urgente superarlos modos de gobernar lo público elitistas yburocratizados, para avanzar hacia maneras másabiertas y comunitarias de gobernar. Para elloson necesarias mecanismos y procesos que posi-biliten la implicación colectiva y la participacióndirecta y continuada de la ciudadanía, para quese convierta en la interlocución prioritaria y ensujeto colectivo decisorio. Efectivamente, laadministración pública más que una gerenciaburocratizada debería aspirar a ser una agenciadinamizadora y movilizadora de la ciudadanía,pero para ello es necesaria una profunda regene-ración del funcionamiento de las institucionestanto en el plano político como en el técnico,una redefinición de lo público de forma partici-pativa y democratizadora.

Sea cual fuere el espacio y los impulsores deprocesos de participación política y democraciaparticipativa, para construir dinámicas demo-cratizadoras y transformadoras hablar de parti-cipación es (o debería ser) hablar de participa-ción en el ejercicio del poder; es decir, redistri-buir el poder y evitar su concentración omonopolización por parte de elites económicaso políticas.

Es por ello que la participación democratizado-ra va más allá del reparto de información, laconsulta o el asesoramiento; aspira a identificary transformar relaciones de poder asimétricas(impositivas) en relaciones de igual a igual.Debe crear oportunidades de acceso al ejerciciodel poder a los sectores sociales (mujeres,

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juventud, tercera edad, minorías, sectores pre-carizados...) que históricamente han sido des-poseídos, perjudicados o excluidos del ejerciciodel poder; es decir, excluidos de los procesosdecisorios en los que se definen necesidadessociales, intereses colectivos, intervencionesprioritarias, asignación de recursos, implemen-tación y evaluación de los programas y proyec-tos correspondientes.

Es por eso que participar es hacerse presente deforma sistemática y continuada en relacionesestructuralmente asimétricas y socio-política-mente conflictivas; las que se establecen entreactores y sectores sociales que expresan ideas,valores o intereses contrapuestos. La política alfin y al cabo es sobre todo relación y conflicto,es conflicto en las desiguales relaciones entregrupos sociales y políticos en el ejercicio delpoder. Por lo que la participación, la democra-cia participativa, debe ser un instrumento paraeliminar o paliar esas desiguales relaciones.

Se trata por tanto de algo más que estar, formarparte o intervenir en algo, se trata de construirprocesos de organización o movilización deuna comunidad de personas por el que asumenconscientemente su papel de agentes o sujetosen el devenir colectivo. Se trata por tanto deuna práctica personal y un proceso colectivoque es -o aspira a ser- formativo (cambios en lasculturas políticas dominantes), igualitario (enlas condiciones y medios para la participación),creativo (identificador de respuestas inéditas) ytransformador (cambiar las cosas quizá no seatomar el poder sino producirlas de otro mododesde abajo).

Esta caracterización de los procesos para lademocracia participativa se contrapone con lavisión que busca establecer mecanismos parti-cipativos para mejorar la legitimidad y la efec-tividad de las políticas públicas implementadaspor las instituciones representativas (cuando norevestirlas de un maquillaje o marketing políti-co más efectivo y desactivador de la disidencia).No se trata de un complemento al actualmodelo de democracia sino de una alternativaa construir a partir de ella.

En cualquier caso, uno de los desafíos máscomplejos es definir mecanismos de participa-ción de abajo a arriba que no se queden sólo enlo local o municipal sino que sirvan tambiénpara incidir democráticamente en ámbitos dedecisión supra-locales y globales. Esto es espe-cialmente relevante dada la complejidad deespacios y redes de poder que se establecen hoyen día a nivel supra-estatal que, como hemosvisto a lo largo del texto, acrecientan la imple-mentación de políticas de arriba abajo sindebates sociales previos ni canales de participa-ción para los mismos (la propuesta de Tratadopara la Unión Europea con su negativa enFrancia y Holanda podría ser un ejemploreciente de ello).

En ese sentido, algunas nociones para ir defi-niendo esos procesos participativos para laspolíticas supra-locales podrían ser las siguien-tes: exigencia de debates sociales previos conigualdad de condiciones (en acceso a medios yrecursos, en espacios comunicativos, etc.) paraque todos los sectores puedan socializar susposiciones y propuestas contribuyendo al deba-te colectivo; y se establezcan así las bases paramecanismos de debate no sólo mediáticos sinotambién sociales en los que los ciudadanos/asno organizados puedan contrastar y negociarsus ideas e intereses en procesos dilatados dedeliberación. Ese proceso complejo y dilatadode debate colectivo podría culminar en el esta-blecimiento de mecanismos plebiscitarios y dereferéndum que abrirían las decisiones al con-junto de la ciudadanía.

Finalmente, en el plano más local, más cotidiano,la participación ciudadana debe con vertirse enuna herramienta que permita retejer las redescomunitarias destruidas por la lógica individua-lista. Participar para empoderar a los que menospoder tienen. Participar para recrear comunida-des que permitan recuperar el sentido solidario,la empatía desde la cual ancla sus raíces un pro-yecto asentado en una ciudadanía responsableconsigo misma, con su comunidad, con su pasa-do y con su futuro. La participación, en definiti-va, aporta la magia que necesita la acción socialtransformadora de hoy en día.

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EPÍLOGO

5. La magia de la participación

Los cuentos infantiles están cargados de valoresque reproducen pautas asentadas en la obe-diencia, el miedo a lo desconocido, lógicas dedominación, roles patriarcales, etc.

Un ejemplo clásico es el del cuento de laCenicienta. Imposibilitada de acceder alPríncipe (por supuesto hombre) como conse-cuencia de la envidia de sus hermanastras y sumadrastra (por supuesto mujeres), sólo lograromper con su aislamiento gracias a un HadaMadrina que todos sabemos que no existe…¿Seguro?

¿Qué pasaría si cambiásemos los términos?Imaginemos que el príncipe fuera, por ejem-plo, el poder, al que sólo acceden unas clasesprivilegiadas, perfectamente relacionadas entreellas, poderosas (la madrastra y las hermanas-tras). El cuento, así visto, nos muestra otrafaceta mucho más real: la de una Cenicientaque podríamos identificar como el/la excluidadel poder, la mayoría de personas que sufrimoslas decisiones de otros, de unos pocos.Probablemente, como en el cuento, ni se nosocurriría imaginar que es posible acceder alpoder, a la capacidad de decisión, a la capaci-dad de decir “así no”.

Y así seguiría todo durante años… A no ser quese nos apareciera el Hada Madrina con sus cala-bazas y ratones… Pero ¿existe el hada madrina?Evidentemente, en nuestro cuento sí. Pero adiferencia de la versión tradicional, no nosbasta con esperar a que nos llegue. Ya hemosvisto que las cenicientas sólo dejan de ser obje-tos en la medida en que sean capaces de encon-trar nuevas formas de pensar que le hagan verque la realidad no les está dada, sino que susituación de subordinación responde a lógicas,a estructuras que aunque nos condicionan,ciertamente, son creadas por los seres huma-nos, por miles de cenicientas y algunas madras-tras. Y por eso, pueden ser cambiadas. Por eso,el hada madrina de nuestro cuento no es másque… la participación. Y sus ratones son lasmiles de experiencias de miles de barrios, deasociaciones civiles, que ponen en marcha pre-supuestos participativos, planes comunitarios,propuestas participativas de ordenación urba-na, espacios autogestionados, espacios de code-cisión. Y las calabazas son las metodologías par-ticipativas: las derivas por nuestros barrios, porlos colectivos que formamos, para imaginarnuevos futuros y entender actuales presentes;los flujogramas para entender nuestra responsa-bilidad en los problemas; las dinámicas de gru-pos para identificar roles y discursos destructi-vos y constructivos; los talleres para reflexionarde nuestros problemas; los mapas de poderpara conocer nuestras relaciones... Apoyadasobre miles de experiencias y centenares de téc-nicas, la participación conecta cenicientas antesaisladas, crea nuevas redes... y lo más importan-te. Cambia el cuento.

6. Epílogo

Como acostumbra a apuntar Manuela, unaamiga de Sevilla con la que compartimos ilu-siones en la participación, se pueden decir lascosas de la forma más sencilla; ¿qué es la parti-cipación? y ¿para qué sirve? tiene tambiénmuchas y variadas respuestas (un método detrabajo, nuevas formas de relación entre laspersonas, redistribuir poderes, crear redes...),aunque para muchas y muchos de los protago-

PríncipePoder

HermanastraPrivilegiado

HermanastraPrivilegiado

MadrastraPrivilegiado

CenicientaExcluida

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EPÍLOGO

Nuevo PrincipeOtras formas de poder

HermanastraPrivilegiado

HermanastraPrivilegiado

MadrastraPrivilegiado

CenicientaExcluida

nistas no se necesita ni un solo argumento:“¡pa´la dignidá! ¡pa´la dignidá nuestra!”.

Participar y vivir participando se ha convertidoen un fin en sí mismo.

Y a reírnos de lo absurdo, y a hacer de lo realabsurdo un posible inventado. Como en elnuevo cuento de la Cenicienta. Con nuevasformas de relación que se presentan esquemati-zadas en el gráfico que sigue, con el que cerra-mos esta exposición.

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Aprendiendo sobre la participación:¿qué métodos y estrategias podemos usar?

D. Igor Ahedo, Dña. Mª José Alonso Olea, D. Iñaki Peñafiel

1. Contexto y fines que planteamos

Como ciudadanos y ciudadanas preocupadas eimplicadas en las dinámicas sociales, nosotros,los mayores, nos movemos en asociaciones–muchas de ellas pequeñas– intentando traba-jar con otros, participando de la manera quesabemos y podemos. A veces nos sentimossolos, otras, superados por las propias dinámi-cas que cada vez nos exigen más… creemos quela participación de todos, la nuestra y la deotros es muy importante para sacar adelante losproyectos de nuestras asociaciones. Y por ellosabemos que necesitamos mejorar nuestra par-ticipación y animar a otros a que lo hagan.

Ahora bien, el colectivo que formamos las per-sonas mayores y/o adultos mayores en estos ini-cios del siglo XXI, es muy heterogéneo y aun-que hemos participado de forma activa en laconsecución de muchos de los derechos quehoy en día disfrutamos, necesitamos herra-mientas que nos permitan ajustar nuestras for-mas de trabajo a los actuales y complejos tiem-pos en los que estamos inmersos. No sabemossi las personas adultas y jóvenes de hoy tienenesa formación, pero somos conscientes que laspersonas más mayores de la sociedad actual

vivieron una juventud y parte de su adultez enuna dictadura, con las consecuencias que ellotiene en las formas de trabajo en la sociedad, enlas expectativas que podemos depositar, etc.

Tener en cuenta esta realidad, esta necesidad dereciclar parte de nuestros discursos y prácticasde intervención social, no nos impide, sino másbien alimenta la necesidad de plantearnos quela participación social es un elemento impor-tante para la vida de las personas, para una vidaasentada en la dignidad y el optimismo vital.Como asociaciones de personas mayores, nosdamos cuenta de que es importante conocer nosolo las dinámicas sociales, sino cómo animar ala participación social a las personas de nues-tros entornos. Por ello, estamos de acuerdo enque nos hace falta conocer una serie de técnicase instrumentos que nos ayudan a ese procesode dinamización social, de participación. Tam-bién es importante llegar a conocer el alcanceque estas técnicas y las nuevas tecnologías tie-nen para nuestros propósitos. Por tanto, unavez planteados el análisis sobre la realidad socialactual y la necesidad de desarrollar una partici-pación comprometida, como grupo, como co-lectivo queremos avanzar en el aprendizaje de

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aquellas técnicas que nos pueden ayudar amejorar nuestros niveles en participación so-cial, y con el convencimiento de mantener unaconexión viva y fructífera entre los colectivosque nos hemos implicado en estas Jornadas.

Al hilo de este seminario y del trabajo que nosproponían hemos podido reflexionar sobre algu-nas cuestiones sobre la participación. Hablamosde la importancia de la participación y de susámbitos. Pero medir esta importancia implicapreguntarnos el para qué participar y el conquién participar. Y también nos obliga a interro-garnos sobre qué dificultades encontramos paraparticipar, y en qué medida las técnicas queaprendemos nos pueden ayudar.

Estas cuestiones son las que vamos a desarrollar acontinuación, ya que son el fruto de nuestrosdebates e intervenciones. Se apreciará en el texto–a pesar de que en la forma de trabajar se huyótotalmente del modelo “ponente/oyente”– lo quees el marco o guión expositivo del ponente, lasreflexiones que genera y algunas de las interven-ciones vivas que aportaron los participantes.

2. Participar: ¿Para qué y quién?

2.1. Introducción

Cuando hablamos de participación en seguidasurgen ciertas reservas al respecto, puesto queaunque como colectivo de personas mayorespodemos afirmar que existe escasa cultura departicipación, también es cierto que muchas delas personas que conforman nuestro colectivovivieron y alimentaron en otros contextospotentes movimientos sociales que intentarontransformar la realidad. “La participación –loexpresa con una mezcla de cautela y recelo unode los participantes– ha cambiado mucho. Hoyhay otras formas, otros medios a los de los 70...allí el contexto social y político era muy diferente.La participación tenia más fuerza, vinculabamuchas más personas... Ahora sigue habiendoparticipación, pero de otra forma”.

Y es cierto que las cosas han cambiado. Losabemos. Hemos vivido y estamos viviendo

esos cambios. Conectando con las primerassesiones de trabajo –ver el capítulo anterior- elgrupo es consciente de que ésta, es “una socie-dad compleja. Sin problemas comunes; en unmundo de creciente individualismo. Una socie-dad asimétrica. Donde unos pocos tienen muchopoder, y otros muchos poco o nada”. Tanto en loglobal como en lo local, reflexionan algunos delos componentes del grupo de debate, parececomo si la sociedad, la vida social, pasase porun proceso de peligrosa deshumanización.Como si todo tendiese a un vacuo horizonte dematerialismo y consumo, que también afecta ala cotidianeidad del colectivo de personasmayores. “Todo es seguridad y consumo. Y estetipo de economía consumista ha desplazado esosvalores, esa visión más humana, más solidaria delhombre. Se ha transmutado en otra más consu-mista, donde sus valores son dinero para gastar,etc. La externalización de los servicios acaba qui-tándole sentido humano a esos actos: a mí que mepaguen por cuidar a un mayor; es una funciónque hago mecánicamente porque al final obtengoun beneficio, pero no porque me satisfaga perso-nalmente.

Pero, por encima de la fría queja y del cervalderrotismo, debemos ser conscientes, en todomomento, que nada de cuanto es o existe en lasociedad es bueno o malo en sí; aunque nosuceda así con el uso que de ello se hace. Poreso, se reflexiona, debemos actuar con arreglo auna ética mucho más humana. Porque ahí radi-ca precisamente el sentido de la participación.

2.2. ¿Para qué participar?

Pues precisamente para eso: para estar no sóloen el mundo, sino también, y sobre todo, conel mundo. Esto es, para enseñar y aprender conlos otros a construir una ciudadanía activa ycomprometida con el bien común; una nuevarealidad que busque en esos intereses más gene-rales la manera de superar las desigualdades; decrear nuevas utopías, esperanzas y sueños.Participar para ser capaces de construir, entretodos los afectados/implicados, nuevas formasde entender y resolver los problemas entre lospueblos. De modo que seamos capaces de

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aprovechar y reenfocar la propia naturaleza deesta sociedad y de los recursos desplegados,para transformarla en otra con un mayor signi-ficado que arrope solidariamente a sus habitan-tes y sus modos de vida; tanto en el plano indi-vidual como colectivo. Porque, a pesar de unaprimera toma de contacto pesimista, en elgrupo de trabajo hay un acuerdo casi generali-zado sobre la posibilidad que tenemos de cam-bio… “Se puede porque todos somos la socie-dad…Debemos y podemos… Si queremos, pode-mos…Ni somos individuos pasivos-contemplati-vos de las estructuras sociales, ni controlamostotalmente las variables de esa transformación (nosomos dueños de todo nuestro futuro). Pero dadoque podemos intervenir en ambas dimensiones,podemos cambiar el futuro”. Y ante esa posibili-dad que se abre al cambio, se considera que hayaspectos de la realidad actual, tecnológica, glo-bal, que nos pueden ayudar. En este contextose entiende la voz de un participante cuandoafirma que… “el concepto de la globalización nosolo es económico. La globalización tiene aspectospositivos: están las Nuevas Tecnologías, las múlti-ples posibilidades de relación, de conocimiento,etc. La clave está en el uso que se haga de estosmecanismos”.

Parece claro, pues, que coincidimos en elentendimiento de la participación como el pro-ceso clave para avanzar en el cambio, así comopara dotarle a éste mismo de sentido. Es decir,comprendemos la naturaleza educativa de laparticipación. Ahora es pues momento de acer-carnos a los distintos modelos y posibilidadesde participación, con el fin de ir familiarizán-donos con aquellos que mejor se adaptan anuestras características y necesidades/deman-das. De forma que esos procesos participativossean útiles para lograr reequilibrar la correla-ción de fuerzas; para fortalecer a la sociedadcivil, para hacerla responsable, republicana(ligada a la res pública, a la cosa pública), ycomprometida con el futuro. Entendemos quela participación debe posibilitar la creación deuna conciencia colectiva en clave transforma-dora que nos ayude a trabajar, desde la base yde una forma real y efectiva junto a los políti-cos y demás elementos competentes, para avan-

zar en la creación de sociedades más equitativasy saludables. A continuación recogeremoscinco maneras diferentes de hacer participa-ción; pero antes queremos incidir brevementeen la necesidad de que el participante vea queel proceso de participación tiene sentido para ély sus intereses y en el modo de lograrlo. Y lohacemos desde la voz de uno de los participan-tes: “Una participación basada en una metodolo-gía crítica y en la experiencia personal le da alparticipante la oportunidad de darse cuenta deque todos tenemos mucho que decir sobre nuestrofuturo. Y cuando esto se materializa en cada caso,pues el individuo lo que entonces pretende esactuar”.

El grupo ha tratado, pues, de responder a la pri-mera de las preguntas: ¿Para qué participar? Sinembargo, pronto saltan las dudas, habida cuen-ta de la creciente utilización por parte de las ins-tituciones del concepto de participación:“muchas veces las instituciones lanzan un procesode participación para justificarse, para legitimar-se. También existen políticos que lo hacen por sig-nificado, pero son los menos… Y sin embargo, losprocesos de consulta ciudadana son más efectivosporque se basan en la experiencia de los propiosimplicados”. A este respecto, se recupera la dis-tinción ya apuntada en el primero de los apar-tados, entre diversas formas de participación, ymás concretamente entre las fórmulas de parti-cipación por invitación y las que lo son porirrupción. Pero, tal y como se señala, lo impor-tante, más que su origen (de abajo a arriba o dearriba abajo) es que “en el momento que articu-lamos la red participativa, todos estamos cogidospor la red. Siempre, claro, que ese proceso de par-ticipación sea horizontal, asentado en la igualdadde condiciones y oportunidades”. Es cierto, seseñala, que las responsabilidades son diferentes.Pero si el proceso de participación es real yhonesto, aunque “al final el que decide suela serel político, con este tipo de proceso todos los que sesientan en la mesa están cogidos por los otros: polí-ticos, técnicos, representantes de vecinos…etc.Todos tienen que respirar el mismo aire; aunquetengan sus más y sus menos; pues si no, el represen-tante de los vecinos se levanta de la mesa, les trans-mite a su colectivo la actitud negativa del político

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y le deja a éste con el culo al aire...”. En definiti-va, desde el momento en que se consolida unproceso de participación, se crean unas relacio-nes de mutua dependencia entre los actoresque, extienden posibles “para qué-s” asentadosen simples necesidades de legitimación (insitu-cional, asociativa) a “para qué-s” más complejosorientados al equilibrio del poder, a la creaciónde ciudadanía, etc. En la medida en que el pro-ceso se profundiza, las variables legitimadoras, otendentes a facilitar la gestión de las políticaspúblicas, van quedando en un segundo plano, ocuando menos son equilibradas con horizontesmás complejos y más ambiciosos. En ese con-texto, el abandono de los procesos de participa-ción de un sector que ve limitado su inicialpoder, se vuelve en su contra. Lejos de lograrlegitimidad, se deslegitima cuando abandonaunilateramente el proceso participativo.

2.3. Cinco maneras diferentesde hacer participación

La cuestión planteada nos remite de formaclara a los contenidos de los procesos participa-tivos, contenidos que presentan su alcance demenos a más en 5 fórmulas de participaciónasentadas en 1) la información, 2) la consulta,3) la codecisión, 4) la decisión a través de con-sultas vinculantes y 5) la co-gestión.

1. Información. Bien de tipo descendente (delas autoridades a la ciudadanía), como ascen-dente (de las y los ciudadanos a las autorida-des). En relación a la información descen-dente, ésta debe ser bien visible y accesible;debe llegar a todos y todas las ciudadanas,incluso a aquellos/as que no parecen mostrarpreocupación alguna por los asuntos públi-cos. Hablamos, por lo tanto, de proporcio-nar a la ciudadanía información en cantidady calidad para permitir una comprensión dela actividad pública, y sobre todo, juzgarla yformarse una opinión propia sobre ella. Delotro lado, entendemos por informaciónascendente la gestión activa de las sugeren-cias, quejas y reclamaciones. En definitiva,para una verdadera “pedagogía de la partici-pación” es imprescindible que este primer

grado o escalón en el proceso participativosea amplio y sólido.

2. Consulta. Es la segunda etapa hacia unacompleta participación ciudadana. Se tratade recoger una opinión de los ciudadanos yciudadanas, que puede ser o no tenida encuenta, para mejorar la toma de decisionesque en última instancia harán las autorida-des competentes. Existen métodos amplios yvariados para ello: encuestas de opinión,encuestas de satisfacción, estudios de impac-to, reuniones públicas, referendums consul-tivos, consejos ciudadanos deliberativos, etc.

3. Concertación. Mediante la concertación, lasautoridades reconocen a los ciudadanos y ciu-dadanas como expertos en las cuestiones queles afectan, además de proporcionarles mediose información y formación suficiente paraexpresar su parecer en relación a la políticaestudiada. Aunque puede ser temporal, loaconsejable es establecer estructuras perma-nentes de consulta, de carácter sectorial o terri-torial, bien con individuos o bien con asocia-ciones y colectivos organizados, lo que facilitaciertos mecanismos de consenso e influenciade los ciudadanos, pero no compromete obli-gatoriamente a las autoridades en los mismos.Supone un paso más en el camino a una com-pleta participación ciudadana.

4. Co-decisión. La forma más habitual de unaverdadera participación ciudadana es lainclusión de la ciudadanía en la adopción dedecisiones que son vinculantes para las auto-ridades. Significa, de hecho, compartir elpoder, codecidir entre ciudadanos y sus re-presentantes; supone un alto grado de impli-cación, una especie de compromiso contrac-tual entre unos y otros. Fórmulas de codeci-sión podrían ser el referéndum decisorio, losconsejos de personas mayores vinculantes,los presupuestos participativos... Hoy porhoy, es una manera de participación casiinexistente en la práctica y, tal y como mani-festó uno de los compañeros “…este es unobjetivo que nos tendríamos que plantear deforma inmediata”.

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5. Co-gestión. La implementación o desarrollode una política pública tiene también sumodalidad participativa. Nos referimos a lacogestión o coparticipación de las autoridadespúblicas y los propios ciudadanos en la ges-tión de los asuntos colectivos. A veces se pro-duce como consecuencia de un proceso de co-decisión, pero también pueden adoptarseacuerdos entre la institución pública y el teji-do social organizado sobre programas deacción previamente decididos, al menos ensus objetivos, por las autoridades; y, a vecestambién, los ciudadanos se apropian del pro-ceso dando paso a la autogestión. Una buenapráctica de cogestión y partenariado implicala co-evaluación de los resultados.

2.4. Posibilidades y límites

Tras la presentación de estas tipologías de proce-sos participativos, el grupo reflexiona sobrelos límites del alcance de estas estrategias. Así,se considera que en toda dinámica de partici-pación existen unos limites inherentes al pro-pio proceso. Habitualmente, se apunta, noparticipa mucha gente, por ello tiene que exis-tir una manifiesta representación de todos losgrupos del territorio. De igual forma, se con-sidera que la participación precisa no solo deinformaciones y consultas esporádicas, sino,sobre todo, de mecanismos formales establesen el tiempo. Solo esta estabilidad posibilitaque se mantengan y refuercen las relaciones deconfianza entre los actores. Desde esta pers-pectiva de estabilidad, se valoran, en un pri-mer nivel, las formas de codecision, que aun-que tienen el límite de que la decisión recae enel responsable político, también generanoportunidades en la medida en que las deci-siones van a venir muy condicionadas por lacapacidad de “presión” del resto de actoresimplicados. Bien es verdad que el grupoobserva las dificultades que se encuentran a lahora de encarar procesos asentados en formasde co-decisión. Se considera que éstas son elresultado de tensiones y choques que ponende manifiesto la voluntad de los actores conmenos capacidad de incidencia política paraparticipar en la toma de decisiones públicas.

En este sentido es ilustrativa la expresión deuno de los componentes del grupo cuandoafirma que “...participamos en una mesa de‘envejecimiento activo’ de la Diputación deBizkaia, pero cuando hablamos de financiacióny apoyo a las asociaciones que trabajan, nosdicen que somos voluntarios y como tal, proble-mas económicos son nuestros”. Se entiende porlos asistentes que, “…además de la voluntad dela parte asociativa, es imprescindible que hayauna previa voluntad política que haga viable elproceso”. Una voluntad política que tiene queser conocida de antemano, para evitar confu-siones que a posteriori aumenten la frustra-ción. Se recuerda, en este sentido, que en oca-siones se “venden” ciertos procesos de partici-pación como co-decisorios, aunque a la horade la verdad no exista voluntad por parte delas instituciones de ceder parcelas de poder.Esta cuestión, en última instancia, alimenta ladesconfianza y la desilusión de los actores quehabrían aceptado tomar parte en el procesoparticipativo. Finalmente, se apunta que ladecisión hoy en día muestra altos niveles decomplejidad, ya que en muchas ocasiones lasrespuestas públicas deben atender a presionesde otras instituciones superiores, e incluso alos intereses de ciertos grupos de presión. Deesta forma, la complejidad en la toma de deci-siones, los límites de las instituciones, etc.dificultan la puesta en marcha de estrategiascon capacidad plena a la hora de decidir par-ticipadamente las decisiones políticas. Detodas formas, es de común asentimiento queel proceso hay que ponerlo en marcha y, si espreciso, denunciar actitudes difícilmente asi-milables.

3. Fomentando la participación.La técnica nos puede ayudar

3.1.Análisis DAFO

Antes hemos convenido que el proceso de par-ticipación es un proceso de aprendizaje –que sedesarrolla participando-, y la cogestión es unhorizonte al que nos podemos ir acercando através de procesos formativos asentados en la

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mutua confianza. Y precisamente, cuando par-ticipamos en un movimiento asociativo engeneral, y de personas mayores en particular,nos encontramos con problemas para que otraspersonas participen. No están motivados, noles interesa, no tienen tiempo…; muchas sonhoy, como siempre, las causas y las razones queconducen al inmovilismo. Pero quizás hemosde ir un paso más allá y ver qué es participarpara ellos y ellas, y que dificultades tenemos opodemos tener.

Las técnicas nos pueden ayudar a identificarmejor estas dificultades, y también aquellaspotencialidades que como colectivo tenemospara su superación. Es el caso de los análisisDAFO: herramientas de diagnóstico que nospermiten visualizar, desde la voz de los pro-pios implicados, aquellos aspectos positivos ynegativos del tema en cuestión, para poderestablecer luego procesos de intervencióncoherentes y eficaces para llegar a su armo-niosa solvencia.

La técnica DAFO responde a las siglas de De-bilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportuni-dades. Es una técnica que se aplica en los estu-dios prospectivos sobre dinámicas sociales par-ticipativas.

Desde hace décadas se está adoptando enEuropa por grupos cada vez más numerosos conaplicaciones en muy diversos ámbitos sociales yeconómicos. Esta técnica alcanza una gran rele-vancia en la planificación estratégica y en eldiagnóstico de necesidades, sin olvidar las pro-puestas de intervención de forma consensuada yparticipativa.

Esta metodología es útil cuando se pretendeimpulsar transformaciones estructurales ydinamizar el cambio, elaborar proyectos deacción, así como crear redes y tramas de cola-boración.

La técnica DAFO se desarrolla en base a cues-tiones que se plantean a grupos de trabajo conel propósito de diagnosticar la situación pre-sente, proyectar situaciones futuras y preveracciones posibles considerando los condicio-nantes tanto en positivo como en negativo querodea la temática a abordar. Tradicionalmentese concreta en preguntas que corresponden aanálisis introspectivos (Fortalezas y Debilidadesde los colectivos de mayores) y aspectos exter-nos (Oportunidades y Amenazas que nos ofre-ce el entorno donde la asociación desarrolla suactividad), preguntas y respuestas que se reco-gerían en un cuadro como el que sigue:

DEBILIDADES

FORTALEZAS OPORTUNIDADES

AMENAZAS

CO

ND

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NA

NT

ES

INT

ER

NO

S

CO

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NA

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Es decir, en nuestro caso lo que nos interesa esver aquellos aspectos positivos y negativos–tanto internos como externos- de las personasmayores para poner en marcha un proceso departicipación ciudadana. Y como la mejorforma de aprender a usar algo es usándolo, noslanzamos en grupo al descubrimiento de estaspiedras y estos puentes que necesitaremos con-siderar y articular para poder afrontar congarantías un proceso de participación.

3.2. Piedras en el camino:Amenazas ydebilidades

En una primera aproximación los y las partici-pantes identificamos varios aspectos que impi-den a las personas mayores participar. Algunostiene que ver con los propios individuos y susituación personal: apatía, egoísmo, cansancio,desilusión, pesimismo, la falta de inquietudes.En otros casos se alude a problemas de deses-tructuración familiar, a esa nueva realidadfamiliar que existe hoy que deja a los mayoresexcluidos, solos...”Los hijos usan a los mayores yse olvidan de nosotros cuando no nos necesitan”.Pero, también hay referencias importantes a lasituación social de las personas mayores: el sta-tus de prejubilado o jubilado que restringe lasposibilidades de participación e implicación endeterminados lugares, la falta de líderes, la esca-sez de estructuras de participación a nivel local,los estereotipos negativos que en nuestra socie-dad existen sobre las personas mayores.

Del análisis inicial lo que se desprende es quehay causas que tienen relación con las situacio-nes personales y familiares de las personasmayores, pero que también existen causasexternas, de tipo social, que tienen que ver conlas estructuras sociales y con la propia imagenque se tiene del mayor en la sociedad.

Las dificultades existen, y están ahí, pero creemosque hay que recordar aquí la frase de PauloFreire, educador brasileño de reconocido presti-gio internacional: convirtamos las dificultades en

posibilidades. Pero además, no hemos de olvidarque el colectivo de personas mayores tiene tam-bién potencialidades que nos ayudan a participar,y que ya están siendo puestas en práctica por laspersonas implicadas en los movimientos socialesactuales.

3.3.Tendiendo puentes:oportunidades y fortalezas

Frente a las dificultades siempre hay posibilida-des, como también nos recordaba Freire. Y laspotencialidades que tenemos son importantes,como se valoraba en el seminario. Las personasmayores “tenemos experiencia, disponemos detiempo, tenemos humanismo, somos altruistas...Además, asumimos compromisos, sabemos escu-char y lo que es muy importante... tenemos ganasde aprender”.

Vemos como enseguida van apareciendo todotipo de situaciones, desde las más cercanashasta aquellas de un cariz muy general. Y ocu-rre que muchas veces el mayor problema quetenemos para participar es que nos enfrenta-mos a gigantes que nos desbordan. Es por ellonecesario diseccionar los aspectos más cercanosde esas realidades y luego ir ascendiendo a con-ceptos más abstractos. Es decir, caminar de lomás concreto a lo más general. Lo cual estácompletamente en línea con esa lógica que yaapuntaba uno de los participantes cuandoauguraba que “solo podremos pensar en formasde gestión supralocal cuando exista un engranajemilimétrico a un nivel local”.

3.4. Flujograma

Vistas ya, si bien a un nivel muy general por loajustado del tiempo del que disponíamos, lasdificultades y potencialidades de las personasmayores para la participación1, entramos delleno en la técnica del Flujograma. Una técnicaque nos va a permitir visualizar claramente elmapa de variables que, en este caso, nos ayuda-rán a entender cuáles son los problemas para laparticipación de las personas mayores, así

1 Remitimos al lector al Libro Verde de las PYMAS (Pequeñas Y Medianas Asociaciones) de personas mayores. ISBN: 84-9772-962-5, donde estos puntos han sidoampliamente desarrollados. Interesados contactar con Hartu-emanak.

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como las causas de los mismos, y las expectati-vas o posibilidades de solución ante las que nosenfrentamos. De este modo vamos dibujandoen la pizarra un cuadro de doble entrada, contres filas y tres columnas, por donde distribui-remos todas las variables que vayan surgiendorelacionadas con los problemas de las personasmayores para la participación; clasificándolassegún su naturaleza -relativa a las normas insti-tucionales, a las costumbres o coyunturales, deactualidad-, y según el grado de influencia quepodemos ejercer sobre ellas (cuando los proble-mas está bajo nuestro control, si podemosinfluir en su solución o si está fuera de nuestrocontrol). Dado que este ejercicio está orientadoa ver que es lo que tenemos, para visualizar quepodemos hacer, hay que barajar el máximonumero de variables. Variables que luego pasa-remos a relacionar de forma que nos permitadiscernir, no solo cuales de ellas son más rele-vantes para alcanzar una participación exitosa,sino también, como reformarlas, aprovecharlas,etc., para poder enfrentar y desarrollar congarantías el proceso participativo.

de las personas mayores, si sólo pueden influiren su solución o si está fuera de su control. Elrico debate que se produce a la hora de ubicar lavariable es importante ya que muestra las posibi-lidades existentes para modificar la situación, asícomo el contexto del problema. Normalmenteel grupo tiende a ubicar los problemas en las filasprimeras (bajo control o podemos influir) aun-que a priori se pensase que podría estar en laúltima (fuera de control). Este hecho alimenta laenergía del grupo, al darse cuenta de que proble-mas que individualmente no se pueden atacar,encuentran solución o posibles salidas desde unadinámica colectiva.

Una vez situadas todas las variables en el cua-dro de doble entrada llega el momento de iden-tificar las relaciones existentes entre ellas. Elobjetivo es identificar cuáles son las variablesque más influencia tienen en otras variablesproblemáticas; y a la vez ver cuáles son lasvariables cuya solución requiere de la soluciónde previos problemas que alimentan el prime-ro. Pongamos un ejemplo: una asociación con-

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Concretamente, la pregunta que se lanza a losparticipantes es: “¿Cuáles son los problemas delas personas mayores para su participación acti-va en la transformación social? ”. Ante esta pre-gunta, cada participante identifica uno o variosproblemas con una palabra. Tras presentar elproblema, el grupo debe decidir dónde colocarla variable. Se tendrá que consensuar si el citadoproblema responde a cuestiones normativas oinstitucionales, si es un problema histórico, decostumbre o si por el contrario es coyuntural.De igual forma se debe consensuar si el grupocree que la solución está en manos del colectivo

sidera que la mala imagen que hay de las perso-nas mayores, es debida a su falta de interés portodo, su conformismo, por la falta de conside-ración hacia el trabajo que desarrolla en su casa,con sus familias, por los estereotipos y prejui-cios sobre este colectivo... De igual forma, lainexistencia de actividad social puede influir en(o profundizar) otras variables negativas comoel que colectivo de mayores tenga bajo niveladquisitivo, pocos medios, niveles bajos de ins-trucción, etc. En el primer caso (mala imagen)nos encontramos con una variable influenciadapor otras 4 variables. Se trata pues de una varia-

Normas Costumbre Coyuntural

Está bajo control

Podemos influir

Está fuera de control

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ble dependiente. De forma que para solucionarla mala imagen se deben solucionar previamen-te las variables que en ella influyen. En elsegundo caso (falta de vida social) se trata deuna variable que influye en otras muchas varia-bles negativas. En consecuencia, anulando estavariable influyente ayudamos a mejorar los ele-mentos negativos de las otras variables. Las pri-mera variables, las dependientes, son las quemás flechas reciben. Las segundas, las influyen-tes, son la que más flechas lanzan.

En consecuencia, toda estrategia de interven-ción orientada a solucionar los problemaspodrá priorizar sobre qué variables hay queincidir para de esta forma ayudar a mitigar elpeso de otras variables (variables influyentes) ya la vez, sobre qué variables carece de sentidocentrar la atención inicial, al depender su solu-ción de la eliminación de los otros problemasque la alimentan (variables dependientes).

En última instancia, el objetivo es maximizarlas energías para evitar pérdidas de tiempointerviniendo en problemas que requieren desoluciones previas. De esta forma, la posiblefrustración se convierte en ilusión al atacar avariables que solucionándolas, conducen a ayu-dara resolver otros problemas.

Lógicamente, la realización de una dinámica dedebate de estas características requiere demucho tiempo para identificar dónde colocarcada problema, para agrupar problemas simila-res, para relacionarlos, para identificar las varia-bles más influyentes y las más dependientes ypara establecer estrategias que traten de resol-verlas. En esta jornada, como no podía ser deotra forma dado el tiempo disponible, noshemos limitado a conocer la dinámica de traba-jo y nos contentamos con identificar los pro-blemas que luego habría que situar en las casi-llas correspondientes, para finalmente relacio-narlos (recogidas en el cuadro anterior). Poreso, lo que sigue no es más que el comienzo deuna dinámica de grupo todavía por ejecutar ensu dimensión global.

De este modo fuimos debatiendo y formalizan-do en el cuadro aquellas variables que nos pare-cían de mayor relevancia a la hora de cuestionar-nos las dificultades de las personas mayores paraparticipar socialmente. A modo de ejemplo, res-cataremos las voces de algunos de los participan-tes para ilustrar algunas opiniones o diálogosgenerados en torno a alguno de esos conceptosque recogimos.

La falta de instrucción se presenta como unproblema importante para la dinámica social

SUPERANDO ESTEREOTIPOS NEGATIVOS. CREANDO TEJIDO SOCIAL. CREANDO REDES

Normas Costumbre Coyuntural

Está bajo control

Podemos influir

Está fuera de control

Esterotipos

Falta decorresponsabilidades

Falta utilización por lasinstituciones

Falta de consideracióndel trabajo doméstico

Mala imagen

Conformismo

Desilusión

Falta de instrucción

Falta de medios

Baja vida asociativa

Soledad

No valor de la experiencia

Desilusión de la familia

Falta afectividad

MolestiaUtilización de los mayores

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de las personas mayores: “La dificultad demuchas personas mayores para transmitir su pro-pia experiencia, derivada de su falta de instruc-ción, influye en que se la considere una personamolesta y no se la escuche. Generando de estemodo una desvalorización de los valores positivosdel mayor”.

Esta cuestión tiene una relación directa conotro problema, que es el de la afectividad:“Cuando la afectividad falla, es clave. El hechode ir o no a la residencia no es la clave, sino elcómo afecta la vejez a la relación de afectividad”.

Otro problema es la falta de autonomía de laspersonas mayores a la hora de tomar decisionesque les afectan, algo que se concreta hasta en lavida cotidiana: “En todo momento debería ser yoquien elija si me quedo en casa, si voy a la resi-dencia…” Sin embargo, esto no sucede asímuchas veces, de forma que son otros los quetoman las decisiones por las personas mayores,lo que indirectamente influye en su estima y supercepción sobre la capacidad de influir en lasociedad

De igual forma, se destaca como problema lapérdida de capital social que de él hacen las ins-tituciones: “El colectivo de las personas mayores esuna mina para explotar. Y ahí está o tiene queestar el político, acercándose y trabajando nopara, sino CON las personas, para explotar esepotencial de forma que sea un producto para lasociedad”.

Cuestión esta que se alimenta con la falta decorresponsabilidad de la sociedad con las per-sonas mayores: “una persona que lleva trabaja-dos 50 años y le ha dado tanto a la sociedad,merece que ésta le devuelva algo…”

De este modo, surgen también otras variables deinfluencia clara sobre la capacidad de dinamiza-ción social de este colectivo. Las enumeramossimplemente: soledad, percepción del colectivocomo molestia para la sociedad, instrumentaliza-ción del colectivo por parte de otras personas(cuidadores de nietos/as), pérdida social del valorde la experiencia, estereotipos negativos variables,falta de medios, falta de consideración del papelde las personas mayores en el ámbito doméstico,

desilusión vital, baja capacidad de coordinación,en definitiva, pérdida del capital social y capitalhumano que la persona mayor ha generadodurante toda su vida.

Vistas ya las técnicas, y cómo cierre de las jor-nadas, decidimos rescatar una de las variablesemergidas anteriormente, concretamente laBaja Capacidad de Coordinación de las perso-nas mayores para enfrentar con garantías cual-quier proceso de participación social, parapoder trabajar con mayor nivel de detalle unaspecto que nos preocupa manifiestamente: laCreación de Tejido Social.

4. Superando estereotipos negativos.Creando tejido social. Creando redes

4.1. Avanzando hacia el Sociograma

Si la técnica del DAFO nos permite identificarlas debilidades, fortalezas, amenazas y oportu-nidades ante cualquier objeto de análisis, el flu-jograma permite centrarnos en los problemaspara analizar sus rasgos y la capacidad deinfluencia que tenemos sobre él, para despuésrelacionar y priorizar los problemas sobre losque intervenir.

Pero, los grupos, y en nuestro caso, más concre-tamente los grupos o asociaciones que forma-mos las personas mayores, no intervenimos enabstracto, sino que lo hacemos en un contextoy mantenemos relaciones con otros actores quetambién trabajan en el ámbito social. Y no soloeso, podríamos llegar a trabajar de comúnacuerdo con colectivos con los que todavía noexiste relación, pero que de crearse, podría ayu-dar en la resolución de los problemas socialesque van más allá de las barreras generacionales.En definitiva, nuestras asociaciones interactúanen un mapa de relaciones con instituciones,empresas, servicios, actores de otras edades...Por ello, deberíamos ser capaces de analizarcuáles son nuestras relaciones actuales, y tam-bién cuáles son las que no existen, pero sinembargo sería deseable que surgiesen. Hacerun sociograma de lo real, nos ayudará a alcan-zar el sociograma de lo ideal

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SUPERANDO ESTEREOTIPOS NEGATIVOS. CREANDO TEJIDO SOCIAL. CREANDO REDES

En consecuencia, el sociograma, o mapa derelaciones, es un instrumento que nos va a per-mitir visualizar los actores y grupos sociales queintervienen ante una problemática concreta,para trazar las conexiones existentes entre ellos.

Un método de trabajo puede consistir en hacertres grupos heterogéneos y repartir tarjetas, unasde forma triangular para representas a los agentesde la administración, servicios, actores privados,otras rectangulares para representar a los agentessociales y otras circulares para representar a losgrupos de población. Cada grupo rellena las tar-jetas con los diferentes protagonistas que inter-vienen en la problemática a analizar, para despuésrelacionarlas.

Para ello se utilizan flechas que unen los diferen-tes actores en términos de relaciones fuertes (dedependencia, colaboración), débiles (de aisla-

miento, desinterés), de conflicto, sin relación,relaciones indirectas (un actor con otro a travésde un actor intermedio). En el grupo se discutehasta que se llega a un consenso sobre las relacio-nes existentes, pero también sobre las que debe-rían existir. De forma que nos encontramos conun sociograma de lo real, que no tiene por quécoincidir con el que consensuamos como socio-grama ideal.

Naturalmente, -casi no es preciso puntualizar-lo- el corto espacio de tiempo de esta Jornadade trabajo, permite solamente designar y cono-cer los caminos o herramientas existentes querentabilizan y mejoran los niveles de participa-ción ciudadana. Sin embargo, podemos ver acontinuación un ejemplo referido al estudio deotra temática, que nos permite ver la interrela-ción entre los grupos.

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4.2. Una obligación: conocer el tejido social

Es verdad que ahora no podemos realizar unsociograma del colectivo de las personas mayo-res, aunque sí reflexionamos sobre las relacio-nes existentes. Pero, si algo tenemos claro, esque los colectivos de personas mayores no pue-den participar solos. Aplicando el mismo argu-mento de “para educar a un niño hace falta unpueblo entero”, aquí también necesitamos atodo un pueblo. Sin embargo, cuando plasma-mos en el papel la actual situación que en elámbito del asociacionismo de los mayoresobservamos y conocemos con base en nuestraexperiencia, nos damos cuenta de que realmen-te ya existe un núcleo de asociaciones que,desde nuestra perspectiva, están relacionadas dealguna forma. Eso genera, por un lado, con-fianza y esperanza, pues en muchos casos esasituación era por emergente, desconocida, y lahemos ido destapando entre todos; pero porotra parte, vemos cómo esas relaciones son tandébiles y someras que su simple conocimientono puede menos que lanzarnos a la acciónnecesaria para su fortalecimiento.

Ante esto, es claro que lo primero a trabajardebiera ser el refuerzo de los lazos entre nues-tras asociaciones. Y para ello coincidimos enque sería muy recomendable hacer un primerdiagnóstico de los problemas de esas asociacio-nes, en su día a día y a un medio y largo plazo.De este modo, no sólo se posibilitaría la revela-ción de esos problemas hasta el momento ocul-tos, sino que dotaría de sentido una posibleacción/participación conjunta de esas asocia-ciones en pos de un interés común derivado deesos problemas detectados. Esto es, debemosser capaces de buscar estrategias creativas y deemplear fórmulas eficaces que fortalezcan lared y resuelvan el problema de la variable quenos ocupe en ese caso; y, del mismo modo, queincidan en la ampliación de la red con aires deimplicación, a distintos niveles sociales, institu-cionales, colectivos de otras edades…etc, demodo que podamos incidir e ir resolviendonuevas variables consecuentes con esas nuevasrealidades de la red.

En este contexto, se recoge el rico diálogo man-tenido entre los participantes, tal y como seaprecia en algunas de las intervenciones quereproducimos a continuación:

• “Los procesos de participación posibilitan laactuación conjunta interna de las asociaciones;y también hacia fuera de las mismas, con loscolegios, comercios, ayuntamientos, etc. Es portanto muy importante identificar bien a losactores implicados para que unos actúen con losotros; y desde ahí con otros, y éstos con los de másallá, etc.”

• “Creo que muchas veces es la especificidad de laque se ocupa cada asociación la que encierra aesas organizaciones en esa especificidad y laaísla. Pero a la vez, por ser el primer contactocon la sociedad, también son grupos potencial-mente abiertos: tantas asociaciones con tantostemas específicos posibilitarían un tejer de redmás amplio, que abarcaría más campos.”

• “Mira, entrando en la situación propia: hay dosgrandes grupos que agrupan la mayor parte delas prestaciones de personas mayores: la BBKcon su Obra Social y los ayuntamientos, queaquí es la concejala de turno quien decidedonde se va a incidir y donde no. Entonces hayque tejer una red que incluya todas las asocia-ciones de mayores, aunque puedan tener carac-terísticas propias que pueden ahora distanciar-nos, pero que tenemos que lograr que se com-plementen.”

• Pero es que también hay un punto muy significa-tivo: en los presupuestos del Ayuntamiento deBilbao, la prestación de servicios sociales es la quemenor partida recibe. Y de ese montante, la mayorparte es para pagar a trabajadores. Así como sehacen estudios millonarios sobre el impacto delGuggemheim, no se hacen sobre la Tercera Edad,sus actividades, inquietudes, etc. Y es porque laTercera Edad es un mundo privatizado, que siem-pre se saca fuera de los presupuestos y siempre hayuna serie de empresas que explotan este sector. Yademás, las carreras sociales nacieron hace 35años. No existen pues herramientas para el análi-sis e intervención de esos problemas. No solo tene-mos que exigir al ayuntamiento esas necesidades

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inminentes de atención a las personas mayores–Servicios Sociales–; sino también de investiga-ción sobre el colectivo.”

4.3. Un reto y una esperanza:crear redes sociales

Por todo ello creemos que en paralelo a diná-micas más globales debieran hacerse dinámicaslocales: como la selección de un tema que que-remos trabajar en nuestro entorno. Y lo hace-mos con las fuerzas y sinergias de todos los ele-mentos implicados. Y siendo conscientes deque para mantener y reavivar esas energías, hayque poner objetivos factibles de conseguir y acorto plazo. Es decir, hay que tender a dinámi-cas basadas en objetivos a corto plazo y orien-tadas hacia alguna variable concreta que puedaser evaluable. No es por tanto, abordar el pro-blema en toda su magnitud y con pocas fuer-zas, sino que con las fuerzas que tenemos irpaso a paso persiguiendo objetivos posibles quenos permitan ir ampliando esas fuerzas de ypara la transformación liberadora..

Un paso más ya está dado con este encuentro,y ahora está en nuestros pies el seguir dejandovisibles huellas o desvanecer nuestras pisadasante un horizonte derretido y sulfuroso comoel que se nos presenta. Porque sabemos que elcambio es difícil, pero también porque sabe-mos que, sobre todo, es necesario.

Y así cerramos este capítulo con las interven-ciones de dos participantes que nos animan acoordinarnos, y aprovecharnos los unos con losotros para seguir manteniendo viva la llama dela esperanza: “Ya hemos visto que existe una redde relaciones más amplia de lo que a priori pen-sábamos. Además, en toda esa red existen canti-dad de voluntades potenciales de juntar paraavanzar en el cambio desde la base”. “ Y tambiéndebemos de ampliar esa red a nuevos participan-tes. Para generar ilusión es necesaria la continui-dad, la creatividad e ir poco a poco haciendocosas”.

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Guía práctica de los blogs para personas mayores y posibles usosen participación ciudadana y asociaciones de personas mayores

D. Sergio Sayago

1. Introducción y descripcióndel artículo

Este artículo está dirigido a las personas mayo-res que quieren utilizar las TIC. Intentaremosdar respuestas prácticas y comprensibles a algu-nas de las necesidades e intereses del colectivode las personas mayores sobre el uso de algunasherramientas de comunicación en línea. Estasnecesidades e intereses surgieron de los diálo-gos entre participantes y ponentes en lasJornadas de Trabajo sobre Ciudadanía y Parti-cipación Social, organizadas por la AsociaciónHartu-emanak.

Este artículo es una guía de uso1 de los blogs.Damos algunas pinceladas del correo electróni-co, porque es otra tecnología de comunicación

en línea muy utilizada, para después centrarnosen los blogs, que suscitaron mucho interésentre los participantes de las jornadas, por lasoportunidades que estos sistemas ofrecen decomunicación constructiva, en grupo y partici-pativa. A continuación ofrecemos unas guíasprácticas que intentan explicar los pasos paracomenzar a utilizar y a entender los blogs.También mostramos ejemplos reales de usos delos blogs, y nos aventuramos a soñar, con lospies en el suelo, sobre sus posibles usos en cla-ves de participación ciudadana y asociacionesde personas mayores.

Para intentar conseguir el objetivo de este artícu-lo, hemos intentado emplear un lenguaje lo máscercano posible a las personas mayores en su

1 Se dice que vivimos en la Sociedad de la Información. Pero también se podría decir que vivimos en la sociedad de los manuales. Casi cualquier aparato o dis-positivo tecnológico (lavadoras, despertadores, ordenadores, etc) lleva asociado un manual, que no debería ser necesario si se siguieran buenos principios dediseño. La tecnología debe adaptarse a las personas, y no las éstas a la tecnología. Sin embargo, eso no ha sucedido todavía, siendo un ejemplo muy signifi-cativo el colectivo de las personas mayores y las TIC; y los manuales pueden resultar de gran ayuda al uso. Los diálogos de las jornadas lo confirman: a muchaspersonas mayores que quieren utilizar las nuevas tecnologías les sería de gran utilidad disponer de una guía de uso que les ayudara tanto en su aprendizaje,como en su uso inicial, o en caso de duda. Buenos manuales podrían mejorar y facilitar la inclusión de nuestros mayores en la actual sociedad del conoci-miento y de la información. Sin embargo, los actuales manuales o guías de uso de las aplicaciones informáticas son incomprensibles para las personas mayo-res, porque no hablan su lenguaje. En este artículo intentamos hablar en el lenguaje de las personas mayores.

2 Larra, R. M. d. (2004). Los Mayores en la Sociedad de la Información: situación actual y retos de futuro. Madrid, Fundación AUNA.

Goodman, J., A. Syme, et al. (2002). Older Adults’ use of computers: A survey. Proceedings Volume 2 of the 16th British HCI Conference, London.

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LOS BLOG

redacción, evitando el estilo más científico y aca-démico, con el que los autores estamos familia-rizados por nuestra formación investigadora.

2. Pinceladas sobre el correoelectrónico (e-mail)

Según estudios nacionales e internacionales2, elcorreo electrónico es una de las aplicacionesinformáticas mas utilizadas por las personasmayores que utilizan Internet. El correo elec-trónico no sólo nos permite enviar y recibircartas digitales, sino también muchas otrascosas como fotografías y videos. Además, ungran número de actividades realizadas enInternet y el acceso a servicios en línea exigentener previamente un correo electrónico. Unejemplo es la creación de blogs (o bitácoras),que se verá más adelante en detalle.

Disponer de una cuenta de correo electrónicoes fácil, rápido, y muchas veces gratuito. Elúnico paso que debemos realizar es rellenar unformulario en alguno de los portales o páginasWeb que nos ofrecen dicho servicio, comoYahoo! o Hotmail.

3. Los blogs

Los blogs son páginas web participativas. Losblogs guardan y muestran textos o artículosescritos por una o más personas en orden cro-nológico. Los blogs nos permiten tomar parteen el contenido de una página web. Es un pasomás en la interacción en Internet. No sólo lee-mos, sino que también creamos contenido. Lopodemos hacer creando nuevos documentos ocomentando los existentes, como se verá másadelante. Esta interacción es una forma de esta-blecer diálogos participativos y constructivos, yésta es la principal diferencia con muchas pági-nas web, dónde nuestra interacción es pasiva enla creación y generación de nuevo material.Este modo de usar Internet es bastante popu-

lar; en el 2006, el número de blogs era de demás de 27 millones3.

Tipos de blog

Los blog se pueden clasificar en dos tipos:

• Externos: Son blogs que ofrecen una solu-ción completa de alojamiento. Es decir, nohay que preocuparse por los detalles técni-cos. Ni tampoco tener un programa insta-lado en el ordenador. Sólo se necesita cone-xión a Internet. Algunas de las herramien-tas más conocidas para crear este tipo deblogs son Blogger (www.blogger.com) yBlogia (www.blogia.com).

• Internos: Nosotros somos responsables detodos los detalles técnicos. Permiten tenertotal control, pero exigen un grado deconocimientos en tecnologías de la infor-mación bastante elevado. Ejemplos deblogs internos son WordPress (http://word-press.org/), Simple PHP Blog (www.simplephpblog.com/) y Live CMS(http://livecms.com/).

Siguiendo con la idea de la guía de uso, a con-tinuación mostramos los pasos necesarios paracrear y trabajar con un blog. Nos hemos cen-trado en Blogia (http://www.blogia.com), quenos permite crear blogs en español de maneragratuita y sin preocuparnos por cuestiones tec-nológicas. La gran mayoría de los detalles téc-nicos son invisibles. Nosotros sólo nos concen-tramos en los que nos interesa: la creación decontenido.

Pasos para crear un blog en Blogia

Paso 1. Escribir en la barra de direcciones del na-vegador la dirección de Internet de Blogia:http://www.blogia.com y apretar Intro. La te-cla Intro es una tecla grande, de forma rectan-gular, situada a la derecha del teclado.

3 http://www.libertaddigital.com:83/php3/noticia.php3?fecha_edi_on=2006-04-11&num_edi_on=1453&cpn=1276271646&seccion=AME_D

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Paso 2. Después del Paso 1, deberíamos ver lapágina principal de Blogia, tal y como se mues-tra en la Imagen 1.

Ahora es el momento de pensar en el nombrede nuestro blog. Como se observa en la ima-gen, el nombre consiste en dos partes, una fijay otra variable. La variable es lo que podemosmodificar, y aquí es donde tenemos que escri-bir el nombre de nuestro blog. Por ejemplo, sise quisiera crear un blog con el nombre de unaasociación de personas mayores, se deberíaescribir el nombre de dicha asociación en lacasilla donde se puede escribir.

Blogia nos informa de la disponibilidad delnombre con el color verde y la frase “está dis-ponible”. La disponibilidad del nombre signifi-

ca si ya existe otro blog con el mismo nombreo no. Al igual que no deberían haber dos per-sonas con el mismo DNI, no pueden haber dosblogs con el mismo nombre. Sino, ¿cuál vería-mos cuando escribiéramos su dirección deInternet?

Paso 3. Una vez hemos escrito el nombre denuestro blog, y Blogia nos ha informado sobresu disponibilidad, debemos hacer clic en elbotón de Crear blog.

Paso 4. Después del paso 3, deberíamos ver unapágina web en la que nos solicita una direcciónde correo electrónico y una contraseña. Semuestra en la Imagen 2.

Imagen 1: Página principal de Blogia

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La dirección del correo electrónico es necesariapara tener un control sobre el blog. Por ejem-plo, toda la información acerca del estado delblog (nuevos comentarios, información deBlogia) se envía a esta persona. La contraseña esnecesaria para poder modificar todo el conteni-do del blog. Los niveles de interacción con losblogs se explican más adelante.

Después de introducir todos estos datos, debe-mos hacer clic en el consentimiento de datospersonales y política de uso, y después en elbotón de Crear weblog.

Una vez realizado el paso 4, ya tenemos el bloglisto para ser utilizado. A continuación explica-mos cómo utilizarlo y los niveles de interac-ción.

Niveles de interacción en un blog

Siguiendo con el ejemplo de Blogia, hay dosgrandes niveles de interacción: (i) la personaque lo controla todo, (ii) el visitante. A conti-nuación los explicamos

(i) La persona que lo controla todo

La persona que lo controla todo conoce la con-traseña. Con la contraseña se puede controlarel contenido creado por otras personas y orga-nizarlo. Ésta es la principal diferencia con elvisitante. El visitante sólo puede participar enla creación de contenido, pero nunca puede eli-minar contenido creado por otra persona.

Un ejemplo ilustrativo de esta diferencia deroles es el control del vocabulario. Si la personaque lo controla todo detecta que hay unoscomentarios inoportunos, los puede borrar. Lapersona visitante sólo podría defenderse deestos comentarios, pero nunca borrar la partici-pación de otra persona.

A continuación mostramos pasos para gestio-nar el contenido para la persona que lo contro-la todo.

Paso 1. Escribir en la barra de direcciones delnavegador web la dirección del blog que hemoscreado. Después, hacer clic en el enlace deAdministrar. Se muestra en la Imagen 3.

Imagen 2: Creación del blog

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Paso 2. Después del Paso 1, deberíamos ver una página web en la que nos pide la contraseña, tal ycomo se observa en la Imagen 4. Vale la pena recordar que la contraseña la escribimos cuando crea-mos el blog.

Imagen 3: Entrar en la sección de Administración

Imagen 4: Introducir contraseña

Paso 3. Después de introducir la contraseña, y hacer clic en Aceptar, entramos en la página de admi-nistración o gestión del blog. Se muestra en la Imagen 5.

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Imagen 5: Sección de Administración del blog

En esta página podemos realizar un gran núme-ro de actividades, desde escribir un nuevo artícu-lo, borrar artículos, editarlos o modificar algunosaspectos del blog. Detallar cada uno de ellos seríauna labor tediosa, porque el manejo del blog seobtiene “peleándose” con él. A continuación de-

tallamos los pasos para crear contenido en unblog, que es algo que nos interesa mucho.

Paso 4. Desde la página de administración,hacer clic en la opción de “Escribir nuevoartículo”. Se muestra en la Imagen 6.

Imagen 6: Escribir nuevo artículo

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Imagen 7: Redactar el artículo y publicarlo

Paso 5. Después del paso 4, deberíamos ver unapágina como la que se muestra en la Imagen 7.Es cuestión de escribir el artículo, detallando eltítulo del artículo y su contenido.

El contenido puede ser texto, imágenes, o unacombinación de ambos. El texto puede estar

formateado; podemos escribir en negrita y cur-sivas. La opción para negrita es la N en colornegro; la opción para cursivas es la K inclinada.También podemos justificar o alinear el textohacia la izquierda, en el centro o la derecha.Otras opciones son insertar emoticonos, queson imágenes que representan emociones.

Paso 6. Después del paso 5, hay que hacer clicen Publicar, como se muestra en la Imagen 7.

Paso 7. Después del paso 6, aparece un texto encolor verde. Esto nos indica que todo ha ido

correctamente. Si queremos ver el artículo quehemos hecho, hay que hacer clic en Des-conectar para volver a la página inicial, tal ycomo Se muestra en la Imagen 8.

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La Imagen 9 muestra cómo aparece el mensaje que hemos escrito siguiendo estos pasos en la páginaprincipal del blog. Como se observa, aparece arriba del todo. El orden de publicación está ligado a lafecha de publicación: el artículo más reciente es el que aparece más arriba.

Imagen 8: Salir del blog para ver los cambios

Imagen 9: Visualización del artículo

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(ii) El visitante

Como se ha comentado anteriormente, la per-sona visitante no tiene acceso a la página deadministración o gestión del blog. Sin embar-go, cualquier persona que visite nuestro blogpuede participar activamente en su contenido,

dejando comentarios. Para dejar un comenta-rio, sólo es necesario seguir los siguientes pasos.

Paso 1. Hacer clic en el enlace Comentario delartículo que deseemos participar en su discu-sión, como se muestra en la Imagen 10.

Paso 2. Escribir nuestro comentario. Para ello,es necesario rellenar un formulario, igual al queaparece en la Imagen 11. El nombre de la per-sona que deja el comentario no es obligatorio,

ni su correo electrónico. Sin embargo, si quere-mos que la persona que lo lea sepa quién hadejado el comentario, vale la pena poner nues-tros datos.

Imagen 10: Hacer clic en el enlace de comentar

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Paso 3. Después de escribir el comentario, sólo es necesario hacer clic en Publicar.

Imagen 11: Rellenar el formulario de comentario

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Imagen 12: Un nuevo comentario ha sido añadido

Sabremos que nuestro comentario está publica-do porque debajo del artículo que hemoscomentado, aparece un número al lado delenlace comentario, tal y como se muestra enImagen 11. Este número se habrá incrementa-do en uno, porque hemos dejado nuestrocomentario.

Observaciones

Llegados a este punto, se podría pensar que lainteractividad del participante es muy limitada.Sin embargo, su interactividad puede incre-mentarse si le hacemos llegar la contraseña.

Esto puede considerarse como una mala prácti-ca, porque las contraseñas siempre son priva-das. Sin embargo, si tenemos un grupo de per-sonas de confianza, con las que estamos traba-jando en un proyecto, tiene sentido difundir la

contraseña del blog entre el grupo, para quetodas las personas puedan participar en la ges-tión y creación del contenido. Como secomenta más adelante, esta difusión de la con-traseña se suele realizar mediante el correo elec-trónico, y puede llegar a crear una red social.

Algunos usos del blog

Los blogs son un tipo de páginas web relativa-mente reciente, y prever cómo se usarán en unfuturo cercano es muy difícil, porque las tecno-logías de la información avanzan a un ritmoincreíble, y porque la gente las utiliza para cosasmuy variadas (y algunas veces, inesperadas).Aquí ofrecemos tres posibles usos, teniendo encuenta los intereses de la participación ciudada-na y las asociaciones de personas mayores.

4 http://es.wikipedia.org/wiki/Red_social

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(i) Redes sociales y un ejemplo con personasmayores

Los blogs son una de las herramientas clavepara crear y dar soporte a las redes sociales.Según de la enciclopedia Wikipedia4:

“Una red social es una estructura social que sepuede representar en forma de uno o varios grafosen el cual los nodos representan individuos (aveces denominados actores) y las aristas relacionesentre ellos. Las relaciones pueden ser de distintotipo, como intercambios financieros, amistad,relaciones sexuales, o rutas aéreas.”

Existen muchos tipos de redes sociales, desdecomerciales a círculos de amistad. Estas redessociales se crean de manera participativa y acti-va. Según Wikipedia, el proceso es:

“En estas comunidades, un número inicial departicipantes envían mensajes a miembros desu propia red social invitándoles a unirse alsitio. Los nuevos participantes repiten el proce-so, creciendo el número total de miembros y losenlaces de la red.”

Un ejemplo de la creación de una red social através de un blog es el blog http://omniaverne-da. blogia.com. Este blog que ha sido creado yes gestionado por personas mayores. El blog seutiliza actualmente en algunos cursos de TIC(Tecnologías de la Información yComunicación) en la Escuela de Adultos LaVerneda-St.Martí, en los que los autores de esteartículo colaboran activamente.

El objetivo de este blog es recoger las necesida-des e intereses de los mayores en el aprendizajey uso de las TIC, además de ser un canal socialde comunicación entre las personas mayorespreocupadas por las TIC. El blog fue creadopor un grupo de personas mayores con la ayudade los autores de este artículo, y la contraseñapara escribir artículos ha sido difundida a todoaquella persona mayor interesada en “contar-

nos algo sobre su experiencia en las TIC” parahacer más grande la red social. Actualmente elblog está creciendo, pero el número de mensa-jes y comentarios muestra que esto de los blogsllama la atención.

(ii) Páginas web

Otro uso muy importante de los blogs es el depáginas web personales y de instituciones.Como se ha comentando anteriormente, algu-nos blogs nos permiten tener nuestra páginaweb sin la necesidad de tener conocimientostécnicos acerca de su funcionamiento. Además,son gratuitos y los visitantes pueden formarparte de la página web.

Un ejemplo, a nuestro modo de ver muy repre-sentativo, son los blogs utilizados en algunoscentros de la asociación SeniorNet en losEstados Unidos. SeniorNet es una red de cen-tros educativos dirigidos al aprendizaje de laspersonas mayores y las TIC. Por ejemplo,SeniorNet en Dallas5 utiliza un blog comopágina web del centro educativo. En esta pági-na web podemos encontrar el material que uti-lizan en los cursos, además de dejarnos la opor-tunidad de comunicarnos con los profesores delos cursos y los estudiantes, así como participaren su contenido6.

(iii) En participación ciudadana

Los blogs también se podrían utilizar en clavesde ciudadanía activa. Sin embargo, creemosque esta área está todavía por explorar, especial-mente si lo comparamos con el uso de los blogscomo páginas web personales.

Sirviéndonos de anteriores jornadas organiza-das por la asociación Hartu-emanak, a conti-nuación compartimos nuestra imaginación ysueños factibles sobre posibles usos de los blogsen temas relacionados con el ámbito asociativode las personas mayores y la sociedad:

5 http://www.seniornetdallas.blogspot.com6 Los autores de este artículo no somos conscientes de ningún centro educativo para personas mayores en España que utilice un blog para permitir una mayor

interacción entre los miembros del centro interacción similar.

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A MODO DE CONCLUSIÓN

Difusión de la memoria histórica de manerainteractiva. La memoria histórica de los mayo-res podría recogerse en un blog, y los jóvenes sepodrían beneficiar de la existencia de la sabidu-ría de sus mayores en un formato más cercanoy actual para ellos. Además, los jóvenes podrí-an participar de la memoria histórica, dejandocomentarios, preguntado a los mayores, etc.

Creación de proyectos de ciudadanía teniendoen cuenta a la ciudadanía. Los proyectos en losque algunas asociaciones de personas mayoresestán actualmente trabajando se podríanponer en blogs para que los interesados pudie-ran aportar su granito de arena, y de estamanera posiblemente recoger información,opiniones y necesidades, que de otra manerasería muy difícil.

Nuestra voz en Internet. Como se ha comenta-do, crear un blog es gratuito y puede utilizarsepara crear una página web, ya sea personal o anivel de institución. En nuestro caso, podría serla página web de una asociación de personasmayores. Y mediante el correo electrónico,podemos enviar nuestra dirección de blog, paraque la gente escuche nuestra voz en Internet.

4.A modo de conclusión: algunasreflexiones y resumen del artículo

En este artículo hemos abordado un tema quemuy poca gente ha tratado todavía; acercar tec-nologías de comunicación relativamente emer-gentes, como los blogs, al colectivo de personasmayores, intentado hablar su lenguaje.

Actualmente existen muchos manuales técni-cos sobre cómo usar e instalar blogs. Sinembargo, su utilidad para personas mayores esmuy discutible, y las jornadas han sido unejemplo. Y, a nuestro modo de ver, este ejem-plo es muy representativo. Hay personas mayo-res que quieren ensuciarse las manos con las

nuevas tecnologías, a pesar de estereotipos, yque como un resultado natural de interaccióncon ordenadores, aunque en principio no debe-ría ser así7, algunas veces necesitan consultarmanuales. Sin embargo, el lenguaje técnico deestos manuales y tutoriales resulta incompren-sible.

Usar las nuevas tecnologías no solo es cuestiónde visión y / o cognición; el lenguaje es muyimportante, y una herramienta inclusiva oexclusiva. Normalmente se tiene una visiónnegativa de los mayores; y los programas que seestán diseñando para ellos en los laboratoriosde centros de investigación naciones e interna-cionales, se centran principalmente en com-pensar los cambios producidos por el envejeci-miento en percepción y movilidad, entre otros.Sin embargo, y aunque tomar estas considera-ciones seguramente es un valor añadido parafacilitar la inclusión de los mayores en las TIC,son de poca utilidad si no hablamos un lengua-je comprensible. Es decir, de poco vale ver bienlas letras en los blogs, si el vocabulario es dema-siado técnico y alejado de la experiencia de lapersona mayor. Es en este aspecto, en el lengua-je, dónde este artículo ha intentado contribuir,con una guía que intenta ser comprensible yclara para personas mayores con cierta forma-ción en ordenadores y Internet. Y es cuestiónde vosotros y vosotras juzgar si lo hemos conse-guido o no.

Como comentario final, la elaboración de esteartículo nos ha servido para entender lo pocoque se sabe de blogs con personas mayores enel contexto de participación ciudadana y aso-ciaciones de personas mayores. En este artícu-lo, tomando como inspiración el trabajo y lasganas de la asociación Hartu-emanak, hemosintentado imaginar posibles usos de los blogspara que os motiven a usarlos y, sobretodo, acorregirnos. Pensamos que los informáticos ydiseñadores de programas informáticos necesi-tan pensar mucho más en las personas mayores,

7 Haciendo uso de una frase de Donald A. Norman en el “Ordenador Invisible” (Paidós, 2000), imaginemos que para cada objeto cotidiano tuviéramos unmanual: sería imposible. Sin embargo, como las tecnologías de la información y comunicación no parecen ir por este camino, los manuales son una piezaimportante, para todos.

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A MODO DE CONCLUSIÓN

no solamente como personas pasivas sino comopersonas activas con ganas e intereses, pero quevosotros y vosotras también tenéis que ponerde vuestra parte.

Finalmente, agradecer a la Asociación Hartu-emanak por abrirnos sus puertas e invitarnos aparticipar en estas jornadas. Especialmente,queremos agradecer a Maite Arandia,quién con-tactó con nosotros en primer lugar, y Ernesto eIñaki, por su hospitalidad y empuje. Como no,agradecer a los participantes sus comentarios,preguntas, dudas, que tanto necesitamos paraseguir avanzado en las TIC.

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LAS PERSONAS MAYORESEN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI

ADINEKOAKXXI. MENDEAREN ATARIAN

VII. JORNADAS

Ciudadaníay participación social

Bilbao, 12 y 21 de Noviembre de 2007

hartu-emanak –Pertsona Nagusien Ikasketa Iraunkor eta PartaidetzaSozialerako Elkartea– 2002ko urrian sortu zen. Elkartearen helburunagusia gizarte parte-hartzaileagoa, demokratigoagoa eta solidarioa-goa sustatzea da. Pertsona nagusien protagonismoa garatu nahi du,dituzten aukerak, bizitzako esperientzia eta bizitza osoan zehar lor-tutako ezaguerak aprobetxatuz. Bi arloren bitartez agertzen dagizartean: ikasketa etengabea, bizitza guztian zehar lortutako eza-guerak herritar aktiboak izatea ahalbidetzen duelako, eta partaide-tza soziala, beste Elkarte batzuekin batera, sare sozialetan lan egi-teko eta lehenago adierazitako helburuetara bideratutako proiektuakegituratzeko.

PERTSONA NAGUSIAK XXI. MENDEAREN ATARIAN argitalpenmultzoak hartu-emanak elkarteak antolatutako Jardunaldi eta Min-tegietan aurkeztutako txostenen testuak jasotzen ditu. Era berean,egile espezializatuek egindakoak izanagatik, lortu nahi ditugun hel-buruetarako garrantzitsutzat jotzen ditugun lanak ere jasotzen ditu.

hartu-emanak –Asociación para el Aprendizaje Permanente y laParticipación Social de las Personas Mayores–, se fundó en el mesde octubre del año 2002 y tiene como objetivo promover una socie-dad participativa, democrática y solidaria. Su misión es desarrollarel protagonismo social de las personas mayores, aprovechando supotencial, experiencia vital y saberes construidos a lo largo de suvida. Se proyecta en la sociedad a través de dos áreas: la llamadaaprendizaje permanente, porque el aumento del conocimiento a lolargo de toda la vida favorece la consecución de la ciudadanía activa,y la denominada participación social para, en conexión con otrasAsociaciones, trabajar en redes sociales y articular proyectos orien-tados a los fines antes expuestos.

LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI es unconjunto de publicaciones que recoge los textos de las ponenciasdesarrolladas en las Jornadas y Seminarios organizados por hartu-emanak, así como aquellos otros trabajos que, realizados por auto-res especializados, sean considerados de relieve para los objetivosque se persiguen.

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