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EL PLANEAMIENTO DE LA ACCIÓN DE DISEÑO TALLER DE ARQUITECTURA VIII – CONFERENCIA 1 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL ECUADOR SEDE IBARRA Arq. Fabio Ochoa

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EL PLANEAMIENTO DE LA ACCIÓN DE

DISEÑO

TALLER DE ARQUITECTURA VIII – CONFERENCIA 1

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL ECUADORSEDE IBARRA

Arq. Fabio Ochoa

SUMARIO Fase investigativa: acopio y procesamiento

de datos Fase de establecimiento de principios

rectores Etapas de análisis y síntesis parciales Fase de comprobación final y

perfeccionamiento Definición de restricciones y jerarquización

de aspectos El análisis de las actividades como punto de

partida

GENERALIDADES

Es innegable que existe una interrelación

entre las distintas facetas de la acción del

diseño, y la complejidad de las etapas de

análisis y síntesis que involucra

acometerla. Surge obviamente la

necesidad de establecer metodologías

operativas que permitan el planeamiento

secuencial de estas etapas, en tiempo y

forma.

GENERALIDADES PLANEAMIENTO implica la organización y control del

proceso de trabajo. PLANEAMIENTO EN TIEMPO representa la confección

de cronogramas que fijen en fechas la culminación de las diferentes etapas de acuerdo a su complejidad, a fin de que no se exceda del tiempo total disponible para la tarea.

PLANEAMIENTO EN FORMA es la definición de la documentación que se deberá tener lista en cada etapa, expresiva de los requisitos obtenidos en la misma, y que, de acuerdo al grado de desarrollo general de la acción de diseño, podrá asumir la forma de programas, informes, diagramas, análisis comparativos, croquis, anteproyectos, modelos, etc. hasta la documentación final de proyectos.

GENERALIDADES Es difícil establecer metodologías

operativas universales, indistintamente aplicables a todos los casos sin que sufran alguna alteración. Siempre es posible caer en una esquematización que exija reajustes en la práctica, sobre todo en problemas complejos. Pero ello no excluye su absoluta necesidad, para no convertir el trabajo del arquitecto en algo errático, imposible de controlar y cumplir con eficacia.

GENERALIDADES Se pueden citar algunas propuestas de estructuración

del proceso de diseño, empleadas por diversos metodólogos. Por ejemplo:

Fase preparatoria (planteamiento del problema), fase de información (obtención de datos), fase de evaluación (definición de la función), fase creativa (búsqueda de formas), fase selectiva (examen de alternativas) y fase de implementación.

En esta propuesta se manifiesta la necesidad de esclarecer con mucha mayor amplitud el contenido de algunas fases, como la llamada creativa.

GENERALIDADES Algunas propuestas abren más es proceso, como la

siguiente:

Definición del problema; análisis de toda posible variable de diseño y ambiental que actúe sobre el objeto; definición de restricciones (requerimientos legales, normas) y redacción de las especificaciones de diseño; creación de concepto básico; análisis de la evolución básica del diseño; investigación de suministradores; optimización; estudio de detalles; cálculo; obtención; prototipos; ensayos y modificaciones finales para la producción.

Estas propuestas, no obstante sus limitaciones, son expresiones de una tendencia hacia la búsqueda de la objetividad y la sistematización, en contraposición a la actividad impulsiva e impremeditada.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

Una vez definido y asignado el problema de diseño, y establecidos por parte del propietario o inversionista sus parámetros más generales, el proyectista requiere reunir la mayor cantidad posible de datos relevantes, antes de iniciar cualquier proceso de decisiones.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS En los ejercicios de diseño que realiza el estudiante de

arquitectura, es común, por razones de tiempo, que reciba ya confeccionada buena parte de la información que requiere para acometerlo. Esto incluye sobre todo el programa funcional del problema específico y otros datos que se imparten en el proceso docente. Sin embargo, casi nunca es así en la vida profesional. Muchas veces hay que dedicar tiempo y esfuerzo considerable a la fase de obtención de información pertinente y, en algunos casos, esta fase constituye una tarea de envergadura en sí misma. Como las demás fases de trabajo, esta variará de acuerdo a la complejidad del problema, y también a la experiencia del proyectista.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

El acopio de datos se dirige a dos objetivos generales:

La elaboración del programa funcional El estudio de experiencias precedentes

(estudio de referentes)

Estas dos líneas pueden, y en cierta forma, deben encararse paralelamente, puesto que se coadyuvan y esclarecen mutuamente.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL PROGRAMA FUNCIONAL

Es la información básica y fundamental, sin la cual no es posible iniciar el proceso de diseño. En su forma más elemental, consiste en una relación de las actividades a realizar en la obra arquitectónica o urbanística cuyo diseño se propone.

Perfeccionando el programa, incluye: la relación pormenorizada de los espacios funcionales

requeridos, sus dimensiones aproximadas, el equipamiento que han de llevar, el número y tipo de usuarios, los requisitos ambientales que presenten, y, en general, la mayor cantidad posible de información para

propiciar el trabajo ulterior.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL PROGRAMA FUNCIONALEn obras que consten de muchos espacios, estos deben agruparse en el programa según zonas funcionales, que podrán corresponder ulteriormente con la estructuración zonal de la propia obra. Por ejemplo, en el programa de un hospital, la relación de espacios podrá agruparse de acuerdo a distintas zonas, como consultas externas, cirugía, cuerpo de guardia y emergencias, etc.

Debe preverse que el programa funcional no tienda a convertirse en una limitante para el diseño, por la inclusión de datos no relevantes que se convierten en aparentes restricciones o por la arbitraria definición de “ambientes” que reduzca la posibilidad de reunir funciones en un solo espacio, establecer relaciones funcionales diversas, etc.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL PROGRAMA FUNCIONAL Por otra parte, el programa debe incluir claramente los

requisitos indispensables, por ejemplo, condiciones necesarias de privacidad, iluminación, ventilación, protección solar y relación con otros espacios, en los casos pertinentes.

La fuente principal de datos para la confección del programa es el propietario o entidad inversionista, que, en los casos en que este trabajo se encuentre sistematizado, lo entrega como documentación previa a la petición del proyecto. En muchos casos, el proyectista debe tomar parte muy activa de este trabajo, extrayendo la información mediante cuestionarios y modelos elaborados para este fin, que tomen datos de distintos niveles de usuarios, pudiendo ir desde los niveles de dirección hasta los usuarios directos.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL ESTUDIO DE LOS REFERENTES Se hace según tres direcciones

fundamentales: Análisis bibliográfico Análisis de ejemplos reales existentes Cuestionarios y entrevistas

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL ESTUDIO DE LOS REFERENTES

Una dirección es el ANÁLISIS BILIOGRÁFICO. Aquí se incluyen el estudio de libros, revistas especializadas, normas, informes y cualquier otra bibliografía disponible sobre el tema.

En términos generales, el especialista debe habituarse al conocimiento y manejo sistemático de los archivos y ficheros de los centros de documentación; estar informado sobre las publicaciones periódicas, y ser capaz de confeccionar en el menor tiempo posible una bibliografía básica sobre un tema dado.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

EL ESTUDIO DE LOS REFERENTES

ANÁLISIS BIBLIOGRÁFICO

Cuando el tema está en constante evolución y cambio, dado el desarrollo técnico actual, los libros pueden resultar obsoletos y hay que acudir a revistas catálogos y otros medios que aseguren la información más reciente disponible. En todo ello actúa la desenvoltura que el proyectista haya ido adquiriendo para enfrentarse a este trabajo, sin que necesariamente implique largas horas y días de dedicación.

La garantía ulterior de la eficiencia y perdurabilidad del trabajo bibliográfico radica en el registro correcto de la información obtenida. A menudo se emplea el método de las fichas, en las que se consigna detalladamente la publicación y su ubicación, para facilitar su posible revisión posterior, y un resumen de los aspectos fundamentales que incluye. En caso de ser necesarios, se fotocopiarán todos los datos importantes.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

La otra línea de obtención de datos es el ANÁLISIS DE EJEMPLOS REALES EXISTENTES. Ésta incluye la visita a obras y edificaciones vinculadas al tema que se encara. La información que se derive de estas visitas, deberá ser expresada en gráficos, fotografías, encuestas a usuarios, opiniones técnicas, informes críticos, etc. Estas visitas son más eficaces cuando se programa en unión de proyectistas, técnicos e inversionistas que tuvieron participación en el proyecto y ejecución de la obra, y que pueden esclarecer las dudas que se susciten.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

La tercera línea es la de CUESTIONARIOS Y ENTREVISTAS a especialistas con experiencia, vinculados al tema. Como éstos por lo general están inmersos en sus propias tareas, es importante preparar con tiempo y muy organizadamente estas actividades, de manera de extraerles el mayor provecho. Las preguntas deben ser concretas y dirigidas, permitiendo que el especialista mantenga amplitud en el marco para expresar su información, sin apartarse del tema.

Algunas veces se preparan cuestionarios que pueden dirigirse simultáneamente a una serie de especialistas, para después procesarlos y obtener un balance de los criterios existentes sobre un tópico dado, pero esta vía solo se emplea en casos muy específicos. El acceso directo, por otra parte, muchas veces proporciona el acceso a una documentación de otro modo prácticamente imposible de analizar.

I FASE INVESTIGATIVA: ACOPIO Y PROCESAMIENTO DE DATOS

OTROS DATOS PERTINENTES

El programa funcional y el estudio de las experiencias precedentes no constituyen aún toda la información básica con la que debe contar el proyectista.

Cuando se conoce el contexto en que la obra se ubicará, es fundamental la información con respecto al mismo. Si el terreno está definido, deberá poseer documentación gráfica acerca de sus dimensiones, construcciones aledañas, características generales del contexto, orientación respecto al norte, régimen de brisas, asoleamientos y datos climáticos en general, así como ordenanzas de construcción y regulaciones legales. Dependiendo del tipo y envergadura de la obra, a veces hay que extender los datos sobre el contexto a toda una región tomando en cuenta sus características geográficas y comunicaciones.

Los datos económicos generales constituyen otro aspecto: presupuesto básico disponible, posibilidades técnico-constructivas, etc. Los objetivos de la obra deben ser claramente conocidos, ubicándolas de ser posible dentro de las aspiraciones básicas del país, la región y la ciudad, actuales y perspectivas, en el plano económico, social, cultural y político, aunque esto muchas veces no depende de los técnicos sino de la voluntad política de las autoridades. Sin embargo, es importante incluir este aspecto desde la definición inicial del problema.

II FASE DE ESCLARECIMIENTO DE PRINCIPIOS RECTORES

Una vez en dominio de la información antes descrita, el proyectista está en condiciones de formular los más generales conceptos acerca de la obra. Esta fase es de fundamental importancia y también se le denomina análisis conceptual.

Incluso razonando la información básica, pueden surgir algunas contradicciones iniciales, que determinan decisiones primarias de diseño. La contradicción entre las dimensiones del terreno y la superficie que requerirá la obra, pude determinar, por ejemplo, la decisión de proyectar una obra de desarrollo en altura.

Las consideraciones de tipo cultural, económico y socio-político; el análisis de las experiencias precedentes, históricamente concebido; el proceso de asimilación y razonamiento abstracto del proyectista, arrojan formulaciones básicas acerca de rasgos generales de la obra.

II FASE DE ESCLARECIMIENTO DE PRINCIPIOS RECTORES

En esta etapa pueden adquirirse criterios sobre si se proyectará una planta cerrada o abierta, compacta o extendida, las relaciones con el exterior que puede tener, elementos o patrones que pueden reiterarse en el edificio, expresión a la que debe aspirarse, y otras muchas ideas teóricas que permitirán que el proyectista se trace objetivos de diseño que viabilicen su labor, respondiendo en primera instancia a la pregunta: ¿cómo ha de ser esta obra?

Por supuesto que estos conceptos variarán en grado de exactitud de acuerdo a la obra, a la experiencia del proyectista, etc. y que solo constituirán hipótesis primarias que podrán irse modificando. Pero de las convicciones certeras que defina el proyectista en esta etapa dependerá la calidad global de la obra de creación. Se puede aceptar una obra con un error funcional menor, o con una estructura no del todo lograda, pero cuando se dice que presenta errores de concepto ello implica un grado de rechazo más amplio y arraigado.

III ETAPA DE ANÁLISIS Y SÍNTESIS PARCIALES

En esta fase, ya se procede al trabajo concreto que conducirá al resultado del diseño. Es una fase compleja y laboriosa, en la cual las diferentes etapas se solapan y entrecruzan, obligando a reconsideraciones y modificación de criterios.

La etapa inicial de esta fase es, por lo general, el ANÁLISIS FUNCIONAL. Cuando el programa funcional es amplio y detallado, llegando a la definición de los requisitos espaciales, su equipamiento, datos sobre los usuarios, etc. de hecho ya se ha realizado parte importante del análisis funcional. El proceso ulterior es el logro progresivo del mayor acercamiento posible a la organización en planta de la obra, que en esta etapa se sintetiza en la zonificación, es decir, la idealización de la planta.

El ANÁLISIS ECOLÓGICO está muy vinculado al funcional, y puede solaparse al mismo desde los momentos iniciales. Requisitos de orientación, ventilación y asoleamiento influyen muy directamente en la organización funcional y afectan la zonificación. Esta etapa tiene expresión en el conjunto de decisiones que se toman con respecto a los elementos para garantizar la eficiencia climática de la obra.

III ETAPA DE ANÁLISIS Y SÍNTESIS PARCIALES

El ANÁLISIS TÉCNICO-CONSTRUCTIVO se realiza a continuación, aunque a veces hay que definirlo al inicio, si constituye un dato programático como, por ejemplo, un sistema constructivo que por razones específicas deberá utilizarse. Esta etapa puede incluir el análisis comparativo de posibilidades constructivas, el establecimiento de módulos dimensionales, el conjunto general de decisiones de diseño en torno a estos aspectos.

La EXPRESIÓN, estará siempre presente en todas las etapas analíticas, pues se resumen en la calidad de diseño obtenida en los aspectos parciales.

No siempre cada etapa analítica conducirá a un resultado único. La valoración de alternativas forma parte del proceso de decisiones. En función del planeamiento en el tiempo de trabajo, no debe quedar alternativa sin analizar. Los criterios últimos se obtendrán de la confrontación de cada alternativa con los requisitos establecidos en los demás análisis y con los conceptos rectores.

III ETAPA DE ANÁLISIS Y SÍNTESIS PARCIALES

Ello a veces implica volver atrás. El retroceder a etapas anteriores para poner a prueba las decisiones alcanzadas, a la luz de la nueva información obtenida, se denomina a menudo retroalimentación y comprobación, y sus características y grado de repetición dependerán del problema.

Es fundamental que en esta y las demás fases del trabajo, el proyectista conserve un registro ordenado de toda la documentación que vaya acumulando, incluso y decisiones desechadas, puesto que así se facilitará el proceso de retroalimentación y comprobación. Por otra parte, el orden y la organización del trabajo contribuirán a su eficiencia general y propiciarán la necesaria intervención en las etapas necesarias de técnicos afines ingenieros civiles, especialistas de distinto tipo, asesores, inversionistas, dirigentes, y las modificaciones, sugerencias y aprobaciones que se deriven.

IV FASE DE COMPROBACIÓN FINAL Y PERFECCIONAMIENTO

Sobre la base de los análisis y síntesis parciales, llega una etapa en la que el proyectista debe reunir sus decisiones y proceder a confeccionar una síntesis general, expresada en una propuesta concreta de diseño.

Esta propuesta no es, sin embargo, un resultado automático, sino una sucesión progresiva de etapas de comprobación y perfeccionamiento, que no excluyen modificaciones y valoración de alternativas.

Por lo general se toman en consideración tres etapas fundamentales:

croquis inicial anteproyecto proyecto de ejecución

Cada uno de ellos puede constar de laboriosas etapas internas de trabajo.

IV FASE DE COMPROBACIÓN FINAL Y PERFECCIONAMIENTO

El CROQUIS INICIAL es la primera síntesis general a que llega el arquitecto, expresada en una documentación primaria; ésta no debe reducirse a la(s) pauta(s). El no adquirir una visión tridimensional desde los primeros análisis puede invalidar totalmente todo el trabajo; decisiones tomadas solo en planta pueden ser hasta absurdas al considerarlas tridimensionalmente. El estudiante de arquitectura debe habituarse a realizar elevaciones, secciones y perspectivas casi a la toma de las primeras decisiones en planta.

Esta etapa inicial es la más laboriosa, puesto que una vez aceptada será la base para todo el perfeccionamiento ulterior. Hay una fuerte participación de técnicos afines y consultores, y, por lo general, debe ser sometida a niveles de aprobación

IV FASE DE COMPROBACIÓN FINAL Y PERFECCIONAMIENTO

La siguiente etapa es el ANTEPROYECTO, que recoge las modificaciones requeridas por el croquis, y lo perfecciona hasta una documentación que, a veces, es bastante extensa y puede incluir desde una graficación de los procesos analíticos anteriores como fundamentación de las decisiones tomadas, hasta modelos tridimensionales, junto a toda la documentación gráfica requerida para explicar los pormenores de la propuesta.

Los anteproyectos deben conllevar claramente las convicciones del proyectista y poseen cualidad de presentación, en correspondencia a la relación contenido-forma.

Una vez aprobado el anteproyecto, se procede a elaborar el PROYECTO DE EJECUCIÓN, que es el conjunto de los planos necesarios para realizar la obra. Esta etapa requiere de gran coordinación y organización entre los factores implicados, y en su transcurso se producen aún modificaciones y diseños en muchos detalles. En función de la obra, el número de planos oscila entre varias docenas y varios cientos o miles incluso. Es definitivamente la labor de un amplio equipo de trabajo, bajo la coordinación de un proyectista general.

DEFINICIÓN DE RESTRICCIONES Y JERARQUIZACIÓN DE ASPECTOS

Desde las primeras etapas analíticas, deben quedar aclaradas para su consiguiente consideración las restricciones que constituyen los límites inviolables para el proyectista. En ese caso pueden citarse: normas de proyecto o construcción de obligado cumplimiento; limitaciones de presupuesto; reglamentos para el uso del terreno; tiempo límite para el desarrollo del proyecto y ejecución de la obra; gama de materiales y sistemas constructivos de posible utilización, etc.

Paralelamente, deben fijarse los aspectos a jerarquizar. Son los objetivos más importantes, que de surgir contradicciones en los procesos analíticos no deberán sacrificarse. Ellos dependerán del tipo de obra: en un hospital, nadie puede pensar en afectar el funcionamiento óptimo de la sala de cirugía por una consideración constructiva o estética, y así, de acuerdo a cada proyecto específico.

EL ANÁLISIS DE LAS ACTIVIDADES COMO PUNTO DE PARTIDA

ELABORACIÓN DE FICHAS, MATRICES DE COMPATIBILIDAD, DIAGRAMAS FUNCIONALES, ZONIFICACIÓN.

En un gran número de proyectos, el aspecto jerárquicamente más importante es el logro del cumplimiento de la función de la obra. De ahí que muchas metodologías operativas se basen como etapa primaria en el análisis funcional, ya que la obra deber servir de marco a una serie de actividades humanas.

Ya se ha mencionado que el programa funcional es el primer paso en este proceso. Cuando el proyectista debe partir del estudio de las actividades, es útil la confección de FICHAS para cada actividad, en las que se consignen los datos relativos a la misma. Al analizar las actividades es importante, para no hacer más extenso y complicado de lo necesario el proceso, no tomar en consideración aquellas actividades que, por su carácter fortuito, no influyan en las decisiones de diseño. Algunos objetivos de diseño, por ejemplo la vivienda, admiten la realización de gran número de actividades en su marco, incluso algunas prácticamente imposibles de prever, cuyo análisis haría que el trabajos e torne demasiado especulativo. Una prueba en ese sentido es preguntarse si esa actividad generará la necesidad de un espacio y su equipamiento, o si, en definitiva, se desarrollará en un marco temporalmente acondicionado por los propios usuarios.

EL ANÁLISIS DE LAS ACTIVIDADES COMO PUNTO DE PARTIDA

El paso siguiente a la definición de los espacios requeridos y sus condicionantes puede ser la elaboración de una o más MATRICES DE COMPATIBILIDAD, expresión gráfica de las posibles afinidades o rechazos entre los espacios en cuestión. Según un sistema de abscisa y ordenada, se relacionan todos los espacios en ambas direcciones; estableciendo la red de perpendiculares, en las intersecciones correspondientes se señalan mediante símbolos gráficos el grado y el tipo de compatibilidad entre cada uno de los espacios. El grado de compatibilidad puede ser muy intenso, relativamente intenso, débil, nulo o incompatible. El tipo puede ser funcional, técnico (por ejemplo, baño y cocina, para lograr concentración de instalaciones), cultural, o de otro tipo definido por el mismo proyecto.

Las compatibilidades definen lo contiguos o distanciados que los espacios queden en la organización de planta. Cuando resulta muy complejo incluir todo el estudio en una sola matriz, o cuando los espacios a considerar son muchos, hay que hacer varias: para cada tipo de compatibilidad o para cada zona funcional.

EL ANÁLISIS DE LAS ACTIVIDADES COMO PUNTO DE PARTIDA

Con el análisis derivado de las matrices, se elabora el diagrama de relaciones funcionales, también llamado organigrama. Aquí se simbolizan los espacios en figuras geométricas (generalmente rectángulos o círculos) y se unen mediante líneas, de acuerdo a la compatibilidad que presenten. Para expresar mejor las relaciones, pueden usarse líneas de distinto grosor, color, discontinuas, etc. El diagrama presenta a veces dificultad para su ejecución, cruzándose las líneas u obligando a circundar espacios con las mismas para lograr la vinculación deseada. Resolverlo con limpieza y claridad es un primer paso concreto hacia la ulterior solución correcta de la planta. También, como se ha mencionado, puede apuntar distintos cuerpos, horizontal o verticalmente.

El diagrama de relaciones funcionales puede ser adimensional, esto es, que las figuras geométricas no reflejen las dimensiones tentativas de los espacios; o dimensional, cuando, es un acercamiento mayor a la concretización, los espacios tienen proporcionalmente la forma y dimensiones que les corresponden.

EL ANÁLISIS DE LAS ACTIVIDADES COMO PUNTO DE PARTIDA

La etapa final de esta fase es la zonificación, donde los espacios, dimensionalmente expresados se organizan según las relaciones establecidas, en un proceso esquemático de aproximación a la planta definitiva. En la zonificación se eliminan algunas abstracciones, como la condición adimensional, y las líneas de unión, y pueden aparecer nuevos elementos, como las circulaciones de distinto tipo, y la consideración de la orientación de espacios con respecto al sol o las brisas; aunque se mantiene la exclusión de otros como el sistema constructivo.

La zonificación se realiza en forma gráfica y es útil en esta etapa de valoración de diversas alternativas. Es particularmente recomendable, de acuerdo al tipo de proyecto, hacer la zonificación tridimensional, mediante un modelo en el que cada espacio esté representado como volumen esquemático. Ello permite apreciar desde el inicio aspectos tales como las diferencias de alturas, la necesidad de relaciones verticales, la volumetría general susceptible de asumir el conjunto, y una serie de posibles sugerencias adicionales de diseño. La identificación de los aspectos o su jerarquización, mediante colores, también coadyuva a la comprensión visual de las posibilidades.

FINC1.- EL

PLANEAMIENTO DE LA ACIÓN DE

DISEÑO

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

LAPIDUS, L. Diseño Arquitectónico. Edit. Pueblo y Educación, La Habana, 1986. P. 130 - 145