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Economía, Sociedad y Territorio ISSN: 1405-8421 [email protected] El Colegio Mexiquense, A.C. México Hernández-Loeza, Sergio Enrique La participación en los procesos de desarrollo. El caso de cuatro organizaciones de la sociedad civil en el municipio de Cuetzalán, Puebla Economía, Sociedad y Territorio, vol. XI, núm. 35, enero-abril, 2011, pp. 95-120 El Colegio Mexiquense, A.C. Toluca, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11116271005 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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  • Economa, Sociedad y TerritorioISSN: [email protected] Colegio Mexiquense, A.C.Mxico

    Hernndez-Loeza, Sergio EnriqueLa participacin en los procesos de desarrollo. El caso de cuatro organizaciones de la sociedad civil

    en el municipio de Cuetzaln, PueblaEconoma, Sociedad y Territorio, vol. XI, nm. 35, enero-abril, 2011, pp. 95-120

    El Colegio Mexiquense, A.C.Toluca, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11116271005

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    La participacin en los procesos de desarrollo. El caso de cuatro organizaciones de la sociedad civil en el municipio de Cuetzaln, Puebla

    Participation in development processes.The case of four civil society organizationsin the municipality of Cuetzaln, Puebla

    Sergio Enrique Hernndez-Loeza*

    Abstract

    The concept of development has been understood in different ways, according to the theoretical perspective which it departs from, as well as its use have been harshly criticized by several authors. In the following pages we argue in favor of retaking the anthropological notion of development, underscoring the importance of the micro analyses of the development processes to give an account of the desires of the popula-tion and the difficulties faced to perform participative exercises and generate colla-boration networks. Based on the analysis of the experience of four civil society orga-nizations located in the municipality of Cuetzaln, Puebla, Mexico, we show some of the reaches, challenges and limits to participation in the development processes.

    Keywords: participation, development, civil society organizations, Cuetzaln.

    Resumen

    El concepto de desarrollo se ha entendido de diferentes maneras, de acuerdo con la perspectiva terica de que se parta, y su uso lo han criticado duramente dife-rentes autores. En las pginas siguientes se argumenta a favor de retomar la nocin antropolgica del desarrollo, ubicando la importancia del anlisis micro de los procesos de desarrollo para dar cuenta de los anhelos de la poblacin y las dificultades que enfrentan para realizar ejercicios participativos y generar redes de colaboracin. Con base en el anlisis de la experiencia de cuatro organizacio-nes de la sociedad civil ubicadas en el municipio de Cuetzaln, Puebla, se muestran algunos de los alcances, retos y lmites de la participacin en los pro-cesos de desarrollo.

    Palabras clave: participacin, desarrollo, organizaciones de la sociedad civil, Cuetzaln.

    *Universidad Intercultural del Estado de Puebla, Mxico. Correo-e: [email protected].

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    Introduccin

    El presente artculo se enmarca en los estudios en torno al papel de la participacin en los procesos de desarrollo y la funcin que las organiza-ciones de accin coadyuvante (Patio y Castillo, 2001) cumplen en los objetivos de las organizaciones de accin directa (Patio y Castillo, 2001), tomando como ejemplo la experiencia de dos grupos de prestadores de servicios tursticos del municipio de Cuetzaln del Progreso, Puebla,1 y su relacin con dos organizaciones coadyuvantes. Estos grupos tienen la caracterstica de que se formaron por iniciativa de los mismos prestadores de servicios, que son habitantes de localidades indgenas y mestizas del municipio. Durante su formacin y consolidacin estos grupos estable-cieron relaciones con organizaciones no gubernamentales con la intencin de fortalecer su organizacin interna, tener vnculos con organismos de gobierno y mejorar la calidad de los servicios que prestan. Su caso nos sirve para analizar el papel que la participacin cumple en la promocin del desarrollo.

    El trabajo se divide en cuatro apartados. En el primero se aborda el concepto de desarrollo y su vinculacin con la participacin; asimismo, nos permite adentrarnos en la problemtica del caso de Cuetzaln. En el segundo apartado se ubica al municipio de Cuetzaln tanto geogrfica como histricamente. En el tercero se presentan los grupos y actores in-volucrados en el caso de estudio. En el cuarto apartado se abordan los logros, deficiencias y retos de estos grupos. Por ltimo se presentan algu-nas conclusiones.

    1. Desarrollo y participacin

    El trmino desarrollo resulta ser complejo y elusivo en su definicin, ya que adquiere diferentes significados en funcin de la perspectiva desde la que se le aborde. En este sentido, se pueden observar diferentes concep-ciones del desarrollo, en funcin del contexto sociopoltico y el paradigma dominante en las ciencias sociales. A grandes rasgos podemos distinguir cuatro grandes momentos en el entendimiento de este concepto.

    Un primer momento del desarrollo es aqul que va de la mano del surgimiento del capitalismo durante el siglo xvi, cuando se empieza a hablar de desarrollo en trminos del progreso de la humanidad y las dis-tinciones entre lo primitivo y lo civilizado, lo atrasado y lo adelanta-

    1 Este trabajo se elabor a partir de una prctica de campo realizada en el marco de los estudios de la maestra en ciencias sociales, con especialidad en desarrollo municipal de El Colegio Mexiquen-se. Agradezco a mis compaeros de la undcima promocin de la maestra, que me hayan permitido hacer uso de las entrevistas que realizaron.

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    do, lo supersticioso y lo cientfico, la naturaleza y la cultura, se vol-vieron lugar comn (Gardner y Lewis, 2003: 27). A mediados del xx se vio al desarrollo como el trnsito evolutivo del sistema social hasta llegar a la etapa cspide, representada por el sistema capitalista occidental.

    El segundo momento comienza con la crisis generada por la segunda Guerra Mundial, ya que el ideal occidental de desarrollo entra en crisis y se cambia la conceptualizacin de desarrollo para amoldarla a los nuevos tiempos. El nuevo proyecto de desarrollo ya no hablaba de progreso evolutivo, sino de modernidad y crecimiento econmico, de la necesidad del uso de la tecnologa y de las ventajas de la urbe sobre el campo. Se pasa de un modelo tutelar de desarrollo al de la industria de la ayuda.

    El tercer momento surge en las dcadas de 1960 y 1970, cuando se plantea que existe una distincin entre un norte desarrollado y un sur subdesarrollado que es producto del proceso de acumulacin originaria de capital, desde el cual se fueron generando zonas que funcionan nica-mente como proveedoras de materia prima (Sur), mientras que existen otras productoras e inyectoras de capital (Norte) que controlan el sistema mundial. Para los tericos de esta corriente, el desarrollo no es resultado de procesos evolutivos, ni del acceso diferenciado a la tecnologa, sino que es producto de una estructura de dominacin histrica que no permite el libre desarrollo del Sur del planeta.

    La respuesta a la teora de la dependencia no se hizo esperar, y slo una dcada despus de su surgimiento se critica su mirada un tanto dogmtica y cerrada acerca del sistema mundial. El trmino de la Guerra Fra y la aparicin de una nueva forma de organizar la economa mundial provocan que nazca una nueva corriente de pensamiento, que se carac-teriza por su rechazo a la modernidad intelectual y cultural (Gardner y Lewis, 2003: 50). Dicha corriente se conoce como posmodernismo, a partir de la cual se insiste en la diversidad y la interculturalidad, se da preeminencia a la multiplicidad de voces que discuten en el entramado social, todo determinismo y acceso a la verdad es rechazado, se hace hincapi en la generacin de discursos y su carga ideolgica. En la posmo-dernidad conviven las crticas conservadoras y las subversivas, y continua-mente se pone en prctica la deconstruccin de todo lo conocido.

    En la perspectiva de los crticos posmodernos, al definir el desarrollo como la forma de vida industrial, se neg la capacidad de pensar maneras distintas de vivir. Desde entonces, desarrollo ha presentado al menos una connotacin: la de va de escape de una condicin indigna, o consi-derada indigna llamada subdesarrollo (Esteva, 2000: 68-69). Los pases subdesarrollados tenan que seguir el camino de Occidente para alcanzar la meta que se les haba sealado. Crecimiento econmico y desarrollo fueron sinnimos por mucho tiempo, por lo que se aboga por el surgi-

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    miento del posdesarrollo. Esta corriente plantea que es necesaria una descolonizacin de la mente, promoviendo otra forma de pensar y de repensar el Tercer Mundo, ajena a los discursos y prcticas dominantes del desarrollo; en definitiva, ya no se tratara de buscar un desarrollo alterna-tivo, sino alternativas al desarrollo, o un posdesarrollo (Viola, 2003: 19).

    Estos cuatro momentos del desarrollo abonan elementos a la discusin sobre su definicin, de donde nos alejamos de las dos primeras visiones, allegadas a las teoras evolucionistas y funcionalistas que observan el de-sarrollo a partir de una visin economicista y modernizadora. Por el contrario, abogamos por una visin antropolgica que trascienda la idea de la teora de la dependencia y la crtica posmoderna, enfatizando que el desarrollo no est orientado nicamente a la satisfaccin de necesidades econmicas, sino que involucra adems la puesta en prctica de estrategias que potencien el desenvolvimiento de las habilidades fsicas e intelectua-les necesarias para lograr bienestar personal y social; dicho bienestar se relaciona con la obtencin de insumos materiales y simblicos que pro-voquen estabilidad emocional en las personas.

    Al entender el desarrollo desde la bsqueda del bienestar personal y social y la obtencin de satisfactores materiales y simblicos, asumimos una visin antropolgica del desarrollo, desde la cual el anlisis de las re-laciones sociales adquiere preeminencia, as como el de los procesos parti-cipativos y la generacin de redes sociales. Esta tarea requiere una visin micro que ponga atencin en las experiencias locales y las problemticas que las organizaciones sociales enfrentan para generar la accin colectiva.

    En los ltimos aos la participacin ha sido fundamental en los pro-cesos de planeacin del desarrollo, pues se le ha presentado como la pa-nacea del desarrollo. En el presente trabajo asumimos que la participacin es un elemento fundamental para los procesos de desarrollo, pero reco-nocemos tambin como fundamental identificar claramente el tipo de participacin al que nos estemos refiriendo. As, tenemos que la partici-pacin va del mero involucramiento fsico a la autonoma y el control de los recursos (Natal, 2002: 19), por lo que es importante no caer en la falacia de creer que todo proceso participativo se ver reflejado en el empoderamiento inmediato (Raff, 2004). En este sentido, se le ha dado demasiado peso a la idea de que la participacin en s es la solucin a los problemas del desarrollo, siendo que se ha puesto poca atencin a cues-tiones como la informacin incompleta con la que cuentan los actores sociales, la duracin del mpetu participativo o los problemas inter e in-tragrupales que desincentivan la participacin. Asimismo es importante

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    recordar que no slo se trata de generar procesos participativos, sino tambin de considerar las formas organizativas locales.2

    Efectivamente la participacin es un requisito para el ejercicio demo-crtico de los procesos de desarrollo, pero es fundamental asumirla de manera crtica. En teora, la participacin funciona como medio de pre-sin al gobierno y los grupos de poder local, pero tambin puede ocurrir que esa participacin sea dirigida desde esos mismos centros de poder sin que realmente se tome en cuenta la realidad de lo local, por lo que es necesario contar con sociedades locales informadas, motivadas, posee-doras del conocimiento mnimo para entender el propio proceso globa-lizador, y consensuadas para actuar proactivamente, o sea, socialmente organizadas (Boisier, 2005: 55).

    Otro elemento a destacar en la relacin entre participacin y desarrollo es el de la generacin de redes entre diferentes tipos de organizaciones. En este sentido es importante voltear la mirada a aspectos que tradicio-nalmente se han olvidado, como las relaciones, los intercambios, las de-pendencias y los tipos de alianzas generados dentro del tercer sector mismo, lo cual se convierte en pieza fundamental para tratar de entender las di-mensiones y caractersticas de los tipos de desarrollo que estn constru-yendo (Vlez, 2007: 4). Estas alianzas responden no slo a la bsqueda de beneficios econmicos por parte de las organizaciones, sino que impli-can tambin la coincidencia ideolgica, metodolgica y organizacional.

    De acuerdo con este orden de ideas, el caso aqu analizado contina la lnea temtica del trabajo de Lugrs et al. (2003) para identificar pro-blemas de participacin en organizaciones sociales que actan en medios indgenas y campesinos, analizando las relaciones creadas entre dos tipos de organizaciones de la sociedad civil presentes en el municipio de Cuet-zaln, Puebla: a) el Centro de Asesora y Desarrollo entre Mujeres, a.c. (cadem) y La Esperanza del Maana, a.c. son dos organizaciones coadyu-vantes, definidas como organizaciones no gubernamentales (ong), en-focadas al apoyo de sectores pauperizados (con todo lo que esto conlleva en trminos de financiamiento, estructura y formas de intervencin) (Patio y Castillo, 2001: 157), mientras que Maseualsiuamej Mosenyol-chicauanij y Caminos de Herradura son organizaciones de accin directa, ya que involucran a sectores de poblacin pauperizados que, aunque detenten alguna figura organizativa legal, mantienen un carcter informal y espontneo en su estructura y accin, adems de que se es el mbito en el cual se mueven sus vidas completas (Patio y Castillo, 2001: 157).

    2 De manera general, por ejemplo, para el caso de Mxico Gustavo Verduzco ha identificado por lo menos tres modalidades de organizaciones: corporativizadas, comunales y comunitarias (Verduz-co, 2001: 42-43).

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    2. Contexto geogrfico e histrico

    El municipio de Cuetzaln se ubica en la parte oriente de la Sierra Norte de Puebla, la cual est conformada por 63 municipios que el gobierno del estado dividi en dos zonas para su mejor manejo: 28 pertenecen a la Sierra nororiental y los 35 restantes a la Sierra norte. Sus lmites son: al sur con los municipios de Libres, Ocotepec, Cuyoaco y Tepeyahualco; al este con los estados de Hidalgo y Tlaxcala; al oeste con Veracruz, y al norte con Veracruz e Hidalgo (mapa i). Las vas de comunicacin que atraviesan la Sierra Norte son tres: en el oeste la carretera federal de Tulancingo (Hidalgo)-Zacatln-Apizaco (Tlaxcala)-Puebla, en el este la federal que une Teziutln-Zacapoaxtla-Puebla, y la interserrana, que comunica a las dos anteriores y conecta directamente a Zacapoaxtla con Zacatln.

    La Sierra Norte de Puebla forma parte del rea meridional de la Sierra Madre Oriental, que se caracteriza por elevaciones promedio de 500 a 2,000 metros sobre el nivel del mar (msnm), relieve quebrado, abundan-cia de agua y vegetacin, y clima templado, aunque muy fluido por la humedad ambiente, que es mayor durante la principal estacin lluviosa de junio a septiembre (Garca, 2005: 26). Las lluvias son intensas en toda la Sierra, alcanzan hasta 200 mm al ao. No se tienen heladas en los municipios colindantes con Veracruz, mientras que en el resto de la Sierra se registran heladas de 30 a 80 das por ao. Tiene cuatro zonas climticas: templada, fra, caliente y clida. La primera se ubica en el lmite sur de la Sierra, donde a partir del valle de Libres-Oriental empiezan a aparecer las tierras altas; las zonas caliente y clida comienzan en las cercanas con el estado de Veracruz.

    En trminos culturales, la Sierra Norte de Puebla se caracteriza por ser una regin multitnica. Bernardo Garca (2005) seala este carcter identifica la influencia de Teotihuacn, Cholula, Tula y Tajn en la con-formacin de la tradicin cultural serrana, as como la presencia de po-bladores otomes, totonacos, tepehuas, nahuas y mestizos. En el ao 2000, la ocupacin de la poblacin de la Sierra estaba distribuida de la siguien-te manera: aproximadamente 63% se dedica a la agricultura, 24.8% a la ganadera, 9.7% a la silvicultura y tan slo 0.25% a las actividades indus-triales (Len, 2000: 39). En cuanto a la tenencia de la tierra, 80% es propiedad privada, 16% ejidal y 3% comunal (Len, 2000: 39). Lo an-terior nos habla del carcter eminentemente agrcola de la Sierra Norte, en donde el principal cultivo es el maz, seguido por el frijol y el caf.

    En cuanto a las actividades econmicas, la ms importante hasta hace aproximadamente siete aos era la produccin y comercializacin de caf, pero con la cada de los precios mundiales de dicho producto se han te-nido que buscar nuevas alternativas productivas. La ganadera es la segun-

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    Mapa iSierra Norte de Puebla

    Fuente: Elaboracin propia.

    da actividad econmica de la Sierra: aporta ms de 30% de la produccin total del estado de Puebla (Len, 2000: 41).

    Como se mencion, el municipio de Cuetzaln se ubica en la parte oriental de la Sierra, es el tercer centro econmico, poltico y social ms importante de esta zona despus de Teziutln y Zacapoaxtla. En su te-rritorio encontramos un clima semiclido subhmedo, que es propicio para el cultivo de ctricos, caa de azcar, caf y una gran variedad de frutas. La altura en el municipio oscila entre 1,200 y 600 msnm; el cul-tivo de caf es propicio en las alturas que superan los 1,000 msnm, por lo que la calidad de este producto es mejor en las comunidades cercanas a la cabecera municipal, lugar que se encuentra ubicado a poco menos de 1,000 msnm. Las colindancias del municipio son: al norte con Jonotla, Zoquiapan y Tenampulco; al este con Ayotoxco de Guerrero y Tlatlau-quitepec; al sur con Zacapoaxtla, Nauzontla y Tlatlauquitepec, y al oeste con Zoquiapan, Nauzontla y Jonotla (mapa ii).

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    El municipio tiene una poblacin de 45,781 habitantes3 repartidos en 217 localidades. La cabecera municipal tiene 5,513 habitantes, lo que representa 12% de la poblacin total del municipio. El 64% de la pobla-cin, es decir, 29,261 habitantes, habla alguna lengua indgena, predo-mina el nhuatl y tambin hay una minora totonaca.

    Cabe destacar que en la cabecera municipal y en especial en el centro de la ciudad se ubican habitantes mestizos en su mayora: de los 5,318 pobladores, 1,093 son indgenas. La concentracin de mestizos en el centro de la cabecera municipal coincide con la situacin de dominacin que la poblacin indgena vive al interior del municipio (a pesar de ser mayora), y los personajes ms poderosos poltica y econmicamente son de origen mestizo. Para entender est situacin, es necesario introducirnos un poco en la historia del municipio.

    Aunque los primeros asentamientos humanos en el territorio que actualmente ocupa el municipio de Cuetzaln se dieron entre los aos

    3 Los datos referentes a poblacin fueron tomados del ii Conteo de Poblacin y Vivenda 2005, del inegi.

    Fuente: Ramos (2005: 15).

    Mapa iiUbicacin y colindancia del municipio de Cuetzaln

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    300 y 400 d.C. (Ramos, 2005: 19), fue durante la segunda mitad del siglo xix cuando comenz la expansin del poblado. Con la promulgacin de las Leyes de Reforma, empiezan a darse las adjudicaciones de tierras, lo que provoc que llegara gente de otros lugares, desplazando a los ind-genas que compartan las tierras comunales desde tiempo inmemorial. Este proceso no se dio pacficamente.

    En la actualidad algunas personas recuerdan todava la figura de Palagustn,4 lder liberal de Cuetzaln que basaba su influencia en su origen (era descendiente de una familia de gobernantes indgenas) y en el ascenso social que tuvo gracias a su participacin en la guardia nacional. El movimiento de resistencia tnica de los nahuas de Cuetzaln estuvo centrado en la lucha por la tierra que dejaron los pasados; la que han cultivado desde tiempo inmemorial. En este sentido la tierra tiene un significado muy amplio en cuanto que simboliza no slo la siembra sino muchos elementos de la cultura nahua de Cuetzaln. La tierra reproduce, vista de este modo, un microcosmos cultural, sin ella la existencia y la identidad tnica de esta poblacin estn seriamente amenazadas (Valde-rrama y Ramrez, 1993: 194).

    En muchas ocasiones los nahuas de Cuetzaln utilizaron la nueva legislacin liberal en materia de tierras en funcin de sus necesidades, en lugar de entrar en enfrentamientos directos con los mestizos. Esta situa-cin se debi a que Palagustn estaba convencido de que la nica forma de conservar las tierras en manos indgenas era aplicando la ley agraria en su propio beneficio, pues de otro modo los de razn las denunciaban como baldas aunque los indgenas estuvieran en franca posesin de ellas (Valderrama y Ramrez, 1993: 197).

    Con el triunfo de Daz, Palagustn lleg a la presidencia de Cuetzaln y se mantuvo en el cargo durante 10 aos, desde donde intent que su gente, los macehuales, se apropiaran de esa nueva realidad poltica y sa-caran de ella el mejor provecho (Valderrama y Ramrez: 1993: 201). Palagustn fue el ltimo gobernante indgena de Cuetzaln, pues los mestizos han logrado mantener el dominio del municipio hasta nuestros das (Valderrama y Ramrez, 1993).

    En la dcada de 1870 se introdujo el caf en la regin, procedente de la zona de Crdoba, Veracruz. La consolidacin del cultivo se dio en la poca en que el gobierno concedi exenciones de impuestos, as lograron consolidarse las empresas comercializadoras del grano (Ramos, 2005: 21). Junto con el caf, la produccin de aguardiente (y de la caa como su

    4 Que estuvo apoyado por Juan Francisco Lucas, uno de los Tres Juanes, figuras emblemticas del liberalismo serrano de origen indgena y que an en nuestros das dejan sentir su presencia en los pueblos de la Sierra Norte. Los otros dos fueron Juan Crisstomo Bonilla y Juan N. Mndez.

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    materia prima) fue otro de los medios a partir de los cuales los mestizos recin llegados afianzaron su poder.

    La historia de los cuetzaltecos durante el siglo xx nos habla de las es-trategias que entablaron para negociar su autonoma, buscando interme-diarios y estableciendo convenios con diferentes actores. Mary Kay Vaughan seala, por ejemplo, el caso de Faustino Hernndez, un maestro de la escuela de San Miguel Tzinacapan que tuvo que demostrar ante la comunidad que era digno de confianza. ste lleg a Tzinacapan en 1937, pero durante sus primeros aos no tuvo ms que un puado de alumnos y fue rechazado por la comunidad. Despus de siete aos, en una reunin con los ancianos del pueblo, se le otorg la vara de la justicia y se le en-treg la confianza de la poblacin, as como a los nios para que les en-seara. El pueblo de Tzinacapan le confiri a Faustino Hernndez el poder de hablar con la gente ajena a la comunidad en nombre de ellos. As, Faustino consigui alumnos a quienes ensear y los sanmigueleos un intermediario que los ayudara en los conflictos con el municipio y el es-tado (Vaughan, 2001: 238-241).

    Esta autora tambin habla de uno de los grupos que trataremos a con-tinuacin, al sealar que en 1995, muchas mujeres de la comunidad formaban parte de la cooperativa regional de artesanas y ganado, alojada en Cuetzaln. Constituy una organizacin que se escindi de la Tosepan Titataniske, dominada por los hombres. Armadas con un fax, catlogos y calculadoras electrnicas, intentaban penetrar en el mercado internacional. Y esperaban hacerlo en sus propias condiciones (Vaughan, 2001: 241).

    3. Organizaciones analizadas

    La organizacin a la que nos referimos antes es la Maseualsiuamej Mo-senyolchicauanij (Mujeres Indgenas que Trabajan Juntas),5 la cual se form en el ao 1985 en la Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske (cartt) con la intencin de vender las artesanas elaboradas por las mujeres. Juana Chepe gerente del hotel Taselotzin, que forma parte de los proyectos de la Maseual menciona que

    La organizacin empez desde 1985, fueron dos comunidades que se empiezan a organizar para vender producto artesanal, para los que no venden con aparado-res, ellas empiezan a organizarse para vender el producto directamente. Fueron comunidades apoyadas por servidores de la uam Xochimilco. Del ao 85 al 89 estuvimos trabajando con ocho comunidades, pero desgraciadamente tuvimos problemas, estuvimos con la Tosepan, pero tuvimos problemas, por eso nosotras decidimos separamos en el ao 91. Entonces empezamos otra vez haciendo re-uniones en una casa particular, nos salimos seis comunidades y las otras dos se

    5 Acerca de esta organizacin vase Prez Nasser (2001).

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    quedaron con la Tosepan, que es una cooperativa mixta. Las seis comunidades que nos retiramos son San Andrs Tzicuilan, San Miguel Tzinacapan, Pepexta, Cuauhtamazaco, Xiloxochico y Chicueyaco.6

    La separacin de las mujeres se debi a que en la cooperativa Tosepan los hombres no vean con buenos ojos que las mujeres controlaran recur-sos econmicos.

    Hubo un problema en la gestin de un recurso que lleg para la parte de empleo, pero ellos queran manejarlo, no queran que las mujeres lo manejramos, de hecho de las comunidades que se quedaron las mismas mujeres de Jonotla nos dijeron que si queramos salirnos, adelante, que estaba abierta la puerta, y pues nos salimos.

    Junto con las mujeres de la Maseual, salieron de la Tosepan un grupo de asesoras que haban estado trabajando con ellas. Entre las asesoras se encontraban Cecilia, Ofelia y Susana, quienes en 1991, al salir de Tosepan, comenzaron a trabajar con las mujeres de la Masehual.

    La Masehual se forma dentro de la Tosepan Titanaske, que es una cooperativa, y en aquel entonces tena mucho impulso, muy grande, tena alrededor de 10,000 socios, principalmente dedicada a la comercializacin del caf y la pimienta. Lo que empezbamos a ver es que se estaban teniendo en ese momento logros impor-tantes, pero que estos logros no se vean mucho en las mujeres ni en los nios [] Y es cuando nos surge la idea de la comercializacin de las artesanas, que es lo que las mujeres hacan y en ese entonces apenas empezaban a vender, pero se venda baratsimo, prcticamente se regalaba el trabajo, entonces empezamos a ir a las organizaciones a travs de la cooperativa a invitar a mujeres a grupos para empezar a organizarse, desde ah era donde a veces no se dejaba que se hiciera el grupo aparte, sino que tena que ser dentro de la asamblea general, finalmente los que opinaban sobre los asuntos de las mujeres eran los hombres, desde ah nosotros empezamos a decir que se necesitaba un grupo aparte para que ellas hablaran.7

    En 1998, siete aos despus de que salieron las mujeres de la Maseual y sus asesoras de la Tosepan, Cecilia, Ofelia y Susana decidieron formar una asociacin civil para apoyar el trabajo de grupos de mujeres en el municipio; as surgi el Centro de Asesora y Desarrollo entre Mujeres (cadem).

    La idea y el eje que ha atravesado todo nuestro trabajo es el del desarrollo de la comunidad con perspectiva de equidad de gnero, hemos trabajado primero con mujeres y luego tambin integrando jvenes y varones adultos [...] la perspectiva de desarrollo la hemos ido perfeccionando, ampliando, adecuando a las condi-

    6 Juana Chepe, gerente del hotel Taselotzin, entrevista realizada el 16 de junio de 2007.7 Susana Meja, integrante del Centro de Asesora y Desarrollo entre Mujeres (cadem), 16 de

    junio de 2007.

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    ciones, entonces ahorita nosotras decimos que trabajamos un desarrollo rural sustentable desde la equidad de gnero y la interculturalidad.8

    Entre los proyectos que han trabajado dentro de cadem destaca la creacin de la Red de Turismo Alternativo de la Sierra Norte de Puebla (Reta Totaltikpak),9 en la que participan siete organizaciones de presta-dores de servicios tursticos de tres municipios de la Sierra Norte de Puebla. Entre los grupos que conforman la Reta est el hotel Taselotsin y los guas de turismo rural y paseos a caballo Caminos de Herradura.

    El grupo Caminos de Herradura est conformado por cinco socios, jvenes en su mayora, que ofrecen el servicio de paseos a caballo y cami-natas en gruta y cascadas. La organizacin comenz

    porque trabajamos en un rancho como encargados y ah hacan un tour unas personas de un hotel que se llama Villas Cuetzaln; hacan un tour caminando y pues en el rancho siempre hay caballos, verdad?, y ganado. Entonces pasaban por ah y la gente nos deca que si les prestbamos un caballo para terminar su recorrido porque ya iban muy cansados, como el tour de ellos era caminando desde el hotel hasta aqu, la carretera, pues los prestbamos. Nos decan cunto nos pagaban, no, no nos debes nada, ah nada ms danos lo que nos quieras regalar para el refresco, pero eran muchas veces las que pasaban y ya despus nos pusimos a pensar y dijimos Pues sabes qu, vamos a ofrecerlo. Y lo ofrecamos all en el rancho, no lo ofrecamos aqu, y s empez a jalar. Despus de ah surgi la idea de empezar a rentar los caballos porque nadie rentaba aqu en Cuetzaln: Vamos a empezar a rentar. Entonces conocimos a otro compaero, que no est ahorita, se llama Evaristo [] los que nos aliamos son los que tenan caballos: Evaristo, su hermano, Valdemar, yo y Eduardo, Bernardo se integr en el [] 2002 y empezamos a hacer los recorridos a caballo.10

    En el ao 2005, la Maseual y Caminos de Herradura empezaron a recibir capacitacin en un programa de la Sedesol denominado Agencia de Desarrollo Local (adl). Las adl buscan aprovechar la labor que han desarrollado organizaciones de la sociedad civil en comunidades ubicadas en microrregiones de alta marginacin. Para convertirse en adl, las orga-nizaciones civiles que han trabajado en una microrregin entran a un concurso en el que deben demostrar conocimiento de la regin y que han realizado trabajo en la misma. En el caso de la microrregin Nororiental 3 formada por los municipios de Cuetzaln, Jonotla, Tuzamapan y Zoquiapan, la organizacin que fue elegida para desarrollarse como adl fue La Esperanza del Maana, a.c.

    8 Idem. 9 www.lareta.org.10 Misael Morales, lder del grupo Caminos de Herradura, 16 junio de 2007.

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    Esta organizacin la patrocina el empresario poblano Rubn Contre-ras Reyes, y comenz sus trabajos en Cuetzaln en el ao 2002, constitu-yndose como asociacin civil en 2003:

    La organizacin nace ante la invitacin por parte del presidente, licenciado Vi-cente Fox Quesada, y por el gobierno del estado de Puebla, a empresarios pobla-nos de participar en el Programa Nacional Adopta una Microrregin. Este pro-grama involucra proyectos de inversin conjunta entre los gobiernos federal, estatal, municipal y el sector privado, de acuerdo con las carencias y necesidades de cada regin. El objetivo de este programa es reducir de manera paulatina, pero constante, los altos ndices de marginacin en el pas, as como erradicar la po-breza, generar empleo y frenar la migracin. Esta convocatoria trajo como consecuencia que un grupo de empresarios, entre los cuales se encuentra el seor Rubn Contreras Reyes, adoptase la Regin Nororiental 3, de acuerdo con la clasificacin del estado de Puebla (Microrregio-nes 1 y 2 Sedesol). Esta microrregin comprende los siguientes municipios: Cuetzaln del Progreso, Tuzamapan de Galeana, Jonotla y Zoquiapan.11

    Las reas de trabajo de la organizacin son: reforestacin, estanques rsticos en comunidades, hospital de medicina tradicional, proyecto tu-rstico en Pen de Jonotla, asesora en huertos escolares, vivienda (pare-des, piso firme y techo digno), jornadas mdicas en comunidad, entrega de juguetes y regalos y fin de ao abrigado.

    El proyecto que ms xito ha tenido es el de la construccin de un vivero, en el que tienen los siguientes subproyectos: produccin de rbo-les forestales de cedro rojo, caoba, pino, cedro blanco y bamb; centro demostrativo y de capacitacin; produccin de hortalizas de traspatio; produccin de plantas de ornato; jardn botnico y huerto medicinal; manejo de lombricomposta; manejo agropecuario con sistema agrosilvo-pastoril; cultivos bajo cubierta plstica; manejo de rboles frutales; pro-duccin y manejo de cultivos perennes y anuales.

    La experiencia de estas cuatro organizaciones nos sirve para analizar la vinculacin entre desarrollo y participacin, as como para identificar los problemas que enfrenta cada una de ellas.

    4. Vinculacin entre desarrollo y participacin. El caso de cuatro organizaciones de la Sierra Norte de Puebla

    El escenario del que partimos nos plantea la existencia de dos asociaciones civiles que fungen como coadyuvantes del desarrollo, as como dos orga-nizaciones de accin directa que ofrecen servicios tursticos, formadas por habitantes del municipio de Cuetzaln. Para estudiar la experiencia de las cuatro organizaciones, dividimos este apartado en dos secciones. En la

    11 Proyecto adl 2007, La Esperanza del Maana, a.c. Documento mecanografiado.

  • 108 Hernndez-Loeza, S. E.: La participacin en los procesos de desarrollo...

    primera analizamos la congruencia entre los planteamientos terico-metodolgicos de las dos asociaciones intermediarias con su forma de intervencin en las comunidades. En la segunda parte, abordamos el papel que la participacin jug en el xito o fracaso de los proyectos emprendidos por las cuatro organizaciones, as como las dificultades que enfrentaron para generar procesos participativos.

    4.1. Las organizaciones coadyuvantes: enfoque, mtodo y acciones

    Como se mencion en el apartado anterior, cadem tiene un enfoque de desarrollo rural sustentable a partir de la equidad de gnero y la intercul-turalidad. Los elementos de su enfoque se fueron construyendo con el paso del tiempo, en funcin de las necesidades que encontraban en la interaccin con los grupos. Al iniciar su trabajo, el enfoque de equidad de gnero era la parte medular de su intervencin, debido a que detecta-ron que la mujer se encontraba sometida en las comunidades indgenas. Al empezar a trabajar con las mujeres se hizo evidente la necesidad de introducir el enfoque de la sustentabilidad para asegurar el bienestar de las generaciones futuras; entendida sta tanto en trminos ecolgicos como sociales, educativos, productivos y culturales. El enfoque de intercultura-lidad se introdujo al reconocer que, al ser indgena la mayor parte de la poblacin del municipio de Cuetzaln, era necesario establecer proyectos que respetaran las diferentes formas de organizacin y apropiacin de los recursos, al tiempo que se busca contrarrestar la situacin de desigualdad que vive esta poblacin.

    cadem cuenta con tres reas de accin. Tiene una coordinadora gene-ral y una persona encargada12 de las siguientes reas:

    1) Fortalecimiento organizativo:

    En esta rea lo que hacemos es apoyar el desarrollo organizacional, desde cmo formar su organizacin, cmo estructurarse, su reglamento base para empezar a organizarse, hacer los planes de trabajo, despus vamos viendo cuestiones de impulso de proyectos, cmo hacer sus trabajos. Toda nuestra metodologa es participativa, trabajamos desde una concepcin de lo que es la educacin popu-lar con las comunidades y tambin con una educacin popular con perspectiva de gnero e intercultural. Entonces trabajamos impulsando, pero que sean los propios sujetos, las mismas mujeres, las mismas personas quienes tomen en sus manos sus procesos, sus proyectos. Nosotras les damos capacitacin, asesora, pero son los propios grupos quienes deciden qu quieren, cmo lo quieren llevar a cabo. Tenemos un programa de formacin de mujeres lderes donde tambin se capacita a las mujeres en la coordinacin de sus grupos, manejo de los grupos,

    12 Los cargos de coordinadora general y coordinadora de rea se van rotando entre las tres inte-grantes de la asociacin.

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    manejo de conflictos, la comunicacin y tambin que ellas se especialicen ms en el desarrollo, gestin de sus proyectos, negociacin con instituciones, todo ese tipo de cosas.13

    2) Derechos humanos y cultura de paz:

    Ah trabajamos tambin sobre el respeto y la defensa de los derechos humanos, sobre todo los derechos de las mujeres, nos hemos ido especializando en la de-fensa de mujeres en situacin de violencia intrafamiliar. Actualmente impulsamos la Casa de la Mujer Indgena [Cami]; donde ellas apoyan a las mujeres que tienen problemas de violencia, maltrato o que se les han vulnerado sus derechos, con acompaamiento, asesora, apoyo emocional y de salud; se les da un apoyo inte-gral para que las mujeres resuelvan su problemtica. Tambin tenemos un alber-gue para mujeres indgenas, ste es directamente del cadem, donde las mujeres que sufren violencia, maltrato extremo, que estn en situacin de riesgo, a veces riesgo de muerte, amenazas de muerte, tienen un lugar donde se les da seguridad, apoyo psicolgico, de salud y de defensa jurdica para resolver sus casos.14

    3) Desarrollo sustentable y medio ambiente:

    Estamos trabajando primero con diagnsticos de medio ambiente de la regin, despus impulsando algunas empresas ecolgicas, una de ellas fue el hotel ecotu-rstico y actualmente se est promoviendo una red de turismo alternativo que se llama Reta. Es una red donde se unen varias organizaciones de jvenes y mujeres que impulsan una actividad turstica, pero desde la sustentabilidad y la idea de la proteccin del medio ambiente [] la idea principal tambin es que el turismo pueda ser ecolgico, sustentable, y apoyar a las familias ms pobres de la regin, que no se quede slo en el municipio apoyando a los hoteles grandes que estn en manos de los ms ricos de la regin, sino que vayan a las comunidades, que conozcan la artesana, que conozcan la produccin de la regin, cmo se trabaja, un poco la cultura.

    Cuando comenz la organizacin hace ms de dos dcadas, las aseso-ras de cadem realizaban un acompaamiento completo de los grupos con los que trabajaban. Ahora estn empezando un proceso de alejamiento para dejar que sean los grupos quienes continen con su proceso de de-sarrollo, slo se les dan asesoras muy puntuales en funcin de sus nece-sidades. Al principio, por ejemplo cuando fuimos asesoras de la Maseual Siumaej, las impulsbamos y como que nos integrbamos a todo el pro-ceso; cada vez ms nuestro trabajo es un poco ms de lejitos, con asesora, capacitacin, pero la comunidad es la que impulsa y lleva a cabo sus proyectos.15 La nueva orientacin que le quieren dar a la organizacin se refiere a dar asesora a organizaciones de asesora, como la Esperanza del

    13 Susana Meja, integrante del cadem, 16 de junio de 2007.14 Idem. 15 Idem.

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    Maana o la Agencia de Desarrollo Rural (adr) que empez a trabajar en la regin aproximadamente hace tres aos.

    Los recursos que recibe cadem provienen de su participacin en con-vocatorias de organismos gubernamentales, como Indesol, Inmujeres y cdi. Sus logros ms sobresalientes se ven reflejados en la organizacin Maseual Siuamej y la Reta Totaltikpak.

    Nosotras hemos visto que cuando trabajamos con las mujeres los beneficios, los logros que ellas obtienen, realmente tienen un impacto muy directo en el bienestar inmediato de la familia. Los recursos que obtienen las mujeres, inmediatamente se invierten en comer mejor, en ropa para ellas y para sus hijos y en la educacin de sus hijos, mucho se va ahorita en la educacin de sus hijos, las mujeres le estn apostando. Ellas te lo dicen, Nosotras queremos que nuestros hijos no vivan como nosotras, que ellos no sufran. Tambin le apuestan mucho a que sus hijas se eduquen para que, dicen, no sufran como nosotros; y s, inmediatamente se ve en eso, a diferencia de los proyectos con varones.

    En lo que respecta a La Esperanza del Maana, tiene como misin

    Mejorar la calidad de vida de los grupos y comunidades indgenas, a travs de la promocin y la generacin de alternativas productivas, econmicas y sustentables, de fomento al desarrollo de capacidades, y de fortalecimiento de grupos y orga-nizaciones sociales. Para lograr esto, realizamos proyectos productivos, talleres participativos, capacitaciones tcnicas, programas de educacin formal e informal, entre otras actividades.16

    Sus objetivos son lograr bienestar social, ambiental y econmico. Su mtodo de intervencin es participativo y tiene como elementos centrales:

    1. Los participantes son esenciales en la toma de decisiones del pro-ceso.

    2. Se reconoce y fortalece el capital humano de las comunidades participantes.

    3. Se fortalecen lazos entre las comunidades al impulsar procesos re-gionales que tengan efectos en la localidad.

    4. Talleres de capacitacin que contemplan una parte terica y son acompaados de actividades prcticas.

    5. Basada en el reconocimiento de las potencialidades culturales y naturales de las comunidades.

    6. Difusin de la informacin y acciones de capacitacin por medio de promotores, comenzando en sus grupos y expandindose a la comunidad.17

    16 Proyecto adl 2007, La Esperanza del Maana, a.c., documento mecanografiado.17 Idem.

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    El principal logro de La Esperanza del Maana se puede observar en el vivero ubicado cerca de Santiago Yancuitlalpan, en el que dan asesora a productores y escuelas, tiene un rea de cultivos experimentales y pro-ducen rboles para reforestar.

    Ambas organizaciones trabajaron en conjunto durante el primer ao que La Esperanza del Maana tuvo a su cargo la adl de la microrregin. En esa ocasin, cadem dise el programa de intervencin y La Esperan-za del Maana se encarg de manejar los fondos. El proyecto consisti, en su primera etapa, en realizar diagnsticos participativos con 15 grupos productivos de la regin para detectar sus necesidades de capacitacin; en la segunda, se consigui el personal especializado que les diera dicha ca-pacitacin. Paralelamente a este proceso, se form a diez promotores, que eran miembros de los grupos con los que se trabaj, para que llevaran a sus grupos capacitaciones orientadas a fortalecer su organizacin interna.

    En este primer trabajo conjunto salieron a relucir algunas diferencias entre la forma de intervencin de ambas organizaciones. A pesar de que las dos parten de una metodologa participativa, la forma de llevarla a cabo era distinta.

    La diferencia radicaba en que La Esperanza del Maana al tener una forma de organizacin vertical, en donde las decisiones las tomaban el seor Rubn Contreras y la responsable de la asociacin civil en Cuet-zaln no tomaba en cuenta la opinin de los miembros de los 15 grupos que trabajaron con ellos. Uno de los participantes de ese primer ao resume las diferencias de la siguiente manera:

    Pues con La Esperanza del Maana logramos cosas buenas y hay cosas que no nos gustaron, sinceramente, y ellos lo saben, no voy a meterme mucho en eso porque es un tema delicado. Lo que te puedo decir es que no hay mal que por bien no venga. Con La Esperanza del Maana tuvimos unas pequeas diferencias, como la organizacin de Reta, y despus decidimos ya no trabajar con ellos; pero logramos cosas buenas con ellos [] porque nos ayudaron mucho, nos abrieron ms el panorama, tuvimos ms visin de a dnde queremos ir, nos acercaron a contactos [] por lo menos en la cuestin organizativa y tcnica nos empezaron a echar la mano y ahorita ya nosotros podemos ir por otros rumbos, sin necesidad de estar al pendiente de ellos.18

    La cita anterior nos muestra que la implementacin de un proyecto de desarrollo no depende nicamente de la metodologa y el enfoque de intervencin, sino que involucra tambin el reconocimiento de las nece-sidades del otro, de la complementariedad de visiones basada en el dilo-go continuo.

    18 Misael Morales, lder del grupo Caminos de Herradura, 16 de junio de 2007.

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    En ocasiones, la planeacin de un proyecto como el de la adl pue-de ser tericamente coherente, pero en su implementacin se distorsionan los principios rectores. En el caso del primer ao de funcionamiento de la adl hubo conflictos internos porque se requera mucho ms partici-pacin de la gente de la comunidad, todo era muy manejado como desde la organizacin que reciba los recursos y muchas cosas se trataban de dirigir y decidir desde ah.19

    Actualmente La Esperanza del Maana se encuentra en un proceso de reestructuracin en el que se busca corregir los errores cometidos en el pasado. La organizacin interna ha sido modificada y se intenta impulsar procesos de reflexin en torno a la importancia de propiciar y valorar la participacin de los actores directamente involucrados en la planeacin del desarrollo. En la bsqueda de conseguir su tercer ao como agencia de desarrollo local, La Esperanza del Maana ha planteado un proyecto de manejo integral de las microcuencas de Zoquita y Malacatoyan, con el que se intenta integrar el trabajo de La Esperanza del Maana y las 18 comunidades que se ubican en las microcuencas sealadas.20

    4.2. Las organizaciones de accin directa: avances y dificultades de la participacin en el desarrollo

    El caso descrito en los prrafos anteriores nos lleva a reflexionar acerca del papel de la participacin en proyectos de desarrollo.

    En el caso del grupo Maseualsiuamej Mosenyochicauanij, la partici-pacin de las mujeres fue difcil porque, como se mencion, la negativa por parte de los hombres era fuerte, adems de que la misma comunidad vea mal que las mujeres se reunieran. Otro factor que limitaban la par-ticipacin de las mujeres era la oposicin de los caciques a que desarro-llaran proyectos que representaran una competencia para ellos, as como las trabas que las autoridades municipales ponan para favorecer los inte-reses de los caciques:

    Hace 15 aos las mujeres ni siquiera podan salir de su casa, ni decir que iban al grupo de mujeres porque ya eran regaadas por el esposo, sealadas por la comu-nidad como mujeres locas que quin sabe qu van a hacer, chismosas: Ah entre mujeres a qu se renen? Les ponan unos obstculos realmente, fue un pro-ceso muy difcil para que las mujeres pudieran empezar a organizarse, a juntarse, a desarrollar sus proyectos. Y pues ah estaban tambin las autoridades que tam-poco aceptaban, las apoyaban muy poco, no aceptaban esto, lo que te mencio-

    19 Susana Meja, integrante del cadem, 16 de junio de 2007.20 Georgina Morn, encargada del rea de estructuracin organizacional de La Esperanza del

    Maana.

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    naba, tambin hace 15 aos haba amenazas de los caciques municipales hacia los lderes y las asesoras que andbamos en esto.21

    As, por ejemplo, cuando se empez a construir el Hotel Taselotsin, las mujeres de la Maseual tuvieron que enfrentarse a los intereses de los grupos de poder de la cabecera municipal:

    Cuando construimos el hotel tuvimos broncas, con los mismos vecinos y los dueos del terreno, que decan que no estaba vendido el terreno, pero como a nosotras nos vendi otra persona tenamos papeles, de hecho los vecinos no nos dejaban pasar, porque como les deca, el material tenamos que pasarlo en la ca-rretera, y fueron a levantar una solicitud y el mismo ayuntamiento nos vino a echar piedra en la entrada para que ya no pasara nuestro material. Entonces es-tuvimos viendo con el gobierno municipal, porque nos apoyaba a nosotras, pero a los vecinos tambin los apoyaba. Gracias a Dios lo arreglamos, tambin ah en la entrada del terreno nos aventamos un problema con el dueo del terreno, demand a la persona que estaba encargada de la obra, lo vino a buscar la polica, pero no lo encontraron y tuvimos que enfrentar los problemas, entonces decidi-mos comprar mejor todo el terreno para ya no tener problemas.22

    Para resolver los conflictos tuvo que intervenir el Instituto Nacional Indigenista (ini), institucin que proporcion los recursos para construir el hotel. Actualmente los hoteleros de Cuetzaln han aceptado la partici-pacin de las mujeres indgenas en las reuniones del consejo de turismo municipal y no se han generado nuevos enfrentamientos.

    En las dos narraciones anteriores podemos ver las tres funciones que cumple la libertad poltica segn Sen (2000). El papel directo se logr al convencer a las mujeres de que son capaces de hacer escuchar su voz y participar en la toma de decisiones que les incumben. En nuestro caso de estudio, el papel que jugaron las mujeres de mayor edad fue fundamental para que la comunidad respetara su participacin. La funcin instrumen-tal se cumple al generar procesos de dilogo entre autoridades y mujeres, donde las primeras tuvieron que ceder ante los reclamos de las segundas. Por ltimo, el papel constructivo se deja ver en la posicin de igualdad que han adquirido las mujeres con respecto a los hombres, adems de que la participacin pionera de las mujeres de la Maseual gener el impulso de nuevas organizaciones de mujeres y de defensa de los derechos humanos.

    Es importante recordar, por otra parte, que la participacin involucra algo ms que formar parte de un grupo.

    Un socio es aqul que da ideas, que da propuestas, que toma decisiones. De nada nos sirve tener un socio que pone su lana para trabajar, pero que nunca viene a una reunin y no da una propuesta; entonces el grupo no va hacia delante, a veces

    21 Susana Meja, integrante del cadem, 16 de junio de 2007.22 Juana Chepe, gerente del Hotel Taselotzin, 16 de junio de 2007.

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    se toman decisiones malas porque noms las tomamos l y yo, que somos quienes estamos ms al frente.23

    Como seala la cita anterior, participar quiere decir involucrarse en la discusin de opciones y la toma de decisiones en torno a los proyectos de desarrollo que se quieren impulsar. Sin embargo, lograr que la gente participe no siempre es tarea fcil.

    Para empezar, pues no opinan tanto, quiz por el miedo, temor a que se puedan equivocar o a regarla, pero despus van ganando confianza, ya como ellos le vayan entendiendo o agarrando la onda, pues ya te empiezan a decir u opinar. Pero al principio no. Ms bien cuesta un poco de trabajo, no siempre es fcil, vas aga-rrando confianza, mientras ms agarras confianza ms te puedes expresar hacia los dems.24

    Generar un ambiente de confianza es fundamental para propiciar la participacin, pero adems de este requisito, otras situaciones intervienen en la disposicin para participar. Una de ellas es la larga tradicin de promesas incumplidas en la zona de Cuetzaln. En muchas ocasiones llegan agentes gubernamentales a prometer apoyos que nuca llegan y esto desmoraliza a la poblacin.

    Cuando la gente ve que no nada ms es irse a sentar, sino a planear al futuro, es cuando se interesa. Y se interesa ms cuando ve un resultado. Este proyecto que nos dieron [equipo para rapel] decan que no, no nos van a dar nada, que puro chisme, pero cuando les llega la noticia de que ya iba a recibir el cheque a Puebla, Quiobole, no que no?, Ah, no pos s, Que mira, que rale canijo. Enton-ces a la gente tambin le da pena, le da pereza participar en las reuniones porque tambin ha sido muy mal informada. De repente le llega alguna persona que le dice Te vamos a bajar este recurso, y les bajan las estrellas y la gente se cree todo, y resulta que nunca les dieron nada. Yo les hago esa observacin a mis compae-ros: nadie nos va a venir a regalar nada. Hay apoyos, solamente que hay que estar preparados para gestionarlos.25

    Otro factor que inhibe la participacin son los chismes. Ha habido casos en que grupos organizados se desintegran debido a que se corre el rumor de que las(los) lderes se quedan con parte del dinero.

    Por ltimo, la situacin econmica que viven los habitantes del mu-nicipio de Cuetzaln es una limitante ms para la participacin.

    Depende de muchas situaciones por las que est pasando la comunidad, de la situacin econmica, a veces realmente aqu es una zona de pobreza extrema, entonces a veces estn tan metidos en la sobrevivencia, de tener que comer ese da, que difcilmente se involucran en el proceso organizativo que a lo mejor a

    23 Misael Morales, lder del grupo Caminos de Herradura, 16 junio de 2007.24 Bernardo, integrante del grupo Caminos de Herradura, 16 de junio de 2007.25 Misael Morales, lder del grupo Caminos de Herradura, 16 junio de 2007.

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    largo o mediano plazo estara impulsando unas mejores condiciones de vida, pero que en ese momento es invertirle tiempo, a veces hasta recursos que la comunidad pues no tiene.26

    En este aparatado se mostr una experiencia de desarrollo en la que la participacin juega un papel muy importante. A pesar de los obstcu-los, las organizaciones descritas han encontrado la forma de generar proyectos de desarrollo basados en la participacin. En buena medida el xito o fracaso de un proyecto de desarrollo depende de cmo se impul-san los proyectos, es lo que deca de que si la idea surge de la comunidad y ellos realmente estn desde el inicio involucrados y queriendo desarro-llar esos proyectos, entonces t nada ms les das los elementos a veces tcnicos, organizativos y de asesora, pues por lo general son los proyectos que s salen adelante.27 Sin idealizar la participacin como la nica solu-cin a los problemas del desarrollo, s consideramos que cuando los ac-tores locales se involucran directamente en la planeacin y puesta en marcha de los proyectos, stos tiene mayores probabilidades de resultar exitosos.

    Conclusiones

    En las pginas precedentes abordamos la relacin entre desarrollo y par-ticipacin, asumiendo un concepto antropolgico de desarrollo y llaman-do la atencin a la necesidad de anlisis micro de los procesos participa-tivos, para identificar problemas de la participacin y las soluciones que desde lo cotidiano se crean.

    En el caso del municipio de Cuetzaln observamos que la poblacin nahua ha sido colocada en una posicin de subordinacin por agentes externos; no obstante lo anterior, esta misma poblacin tiene una larga experiencia en el aprovechamiento de agentes que sirven como interme-diarios para conseguir sus propios fines. Principalmente a partir del siglo xix, los nahuas [de la regin de Zacapoaxtla] lograron conservar su tierra, integridad cultural y un grado considerable de autonoma poltica, pero tuvieron que aceptar el control comercial y administrativo de los ladinos (Vaughan, 2001: 191).

    ste ha sido el caso de grupos como Maseualsiuamej Mosenyolchi-cauanij y Caminos de Herradura. Ambos han sabido utilizar las herra-mientas que organizaciones como cadem y La Esperanza del Maana les proporcionan para insertarse en el mundo global sin perder su cultura local. En el caso de estas dos organizaciones coadyuvantes, observamos

    26 Susana Meja, integrante del cadem, 16 de junio de 2007.27 Idem.

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    similitudes en cuanto a su forma y metodologa de intervencin. Sin embargo, en la puesta en prctica de sus proyectos hay diferencias. En el caso de La Esperanza del Maana se detecta sobre todo en su primer ao como adl una falta de atencin a lo que la poblacin local dice, convirtindose as en un promotor del desarrollo desde arriba. En la ac-tualidad, dicha organizacin se encuentra en un proceso de redefinicin y se ha percatado de est situacin como un problema que debe ser resuel-to. En el caso del cadem, han logrado consolidar una fuerte organizacin de mujeres artesanas, que se han introducido tambin en el rubro de prestacin de servicios tursticos con el Hotel Taselotsin. El proceso no fue fcil, ha sido el fruto de ms de 20 aos de trabajo en el municipio. En la actualidad el cadem tambin se encuentra en un proceso de rede-finicin con el que buscan separarse ms de las organizaciones que ayu-daron a formar, para que tomen en sus manos todo el proceso. Por otra parte, se encuentran impulsando la creacin de una Red de Turismo Al-ternativo, con la cual buscan beneficiar a familias de tres municipios.

    Del lado de las organizaciones de accin directa Maseualsiuamej y Caminos de Herradura, se han tenido algunos problemas para propiciar la participacin, pero han encontrado la forma de solucionarlos en el camino. Entre las cuestiones que inhiben la participacin tenemos: el contexto social que margina a mujeres y jvenes de la toma de decisiones, los chismes, la falta de confianza para expresar la opinin, la promesas incumplidas del desarrollo, la precariedad econmica y los intereses de los caciques y grupos de poder.

    Identificar los problemas de la participacin en un proceso de desa-rrollo no implica negar sus logros, como el reacomodo de las relaciones locales de poder y el desarrollo de habilidades sociales y tcnicas en los miembros de las organizaciones de accin directa aqu analizadas. Si ponemos el acento en los problemas de la participacin es para no idea-lizarla, mejorando as su ejercicio, reconociendo que la sociedad civil y el espacio pblico como lugares de expresin de la autonoma de lo social son, pues, igualmente realidades que al expresar formas ampliadas de participacin democrtica anticipan con objetividad posibilidades de viabilidad a modelos alternativos de democracia (Sermeo, 2006: 28).

    En este sentido, es interesante la experiencia que las organizaciones serranas han construido en torno a la cuestin turstica, ya que ha estado marcada por la generacin de espacios para la defensa del territorio y la cultura locales, ante las tendencias del turismo tradicional que se encuen-tra orientado a las necesidades del visitante. As, por ejemplo, en los primeros das de julio de 2007 recib un correo electrnico de pobladores

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    de Xochitlan28 en el que invitaban a participar en una reunin que se celebrara el 24 del mismo mes, para planear las estrategias de oposicin a la construccin de una brecha que conducira al ro Zempoala. El correo empezaba mencionando que en Xochitlan estamos siendo presas del progreso. Con el correo se anexaba una presentacin de PowerPoint en la que se explicaba la problemtica. En dicha presentacin se sealaba que Xochitlan es considerado por la Conabio como regin terrestre priorita-ria debido a que en ella se encuentran especies animales y flora en peligro de extincin, y que la construccin de la brecha iba a acabar con parte de la biodiversidad del municipio. Asimismo, se sealaba que la justificacin para construir la brecha era para que el turismo llegue al ro y para sacar piedra para construccin. sta es la causa por la que la gente se opone a su construccin. Plantean su posicin en los siguientes trminos:

    Una brecha para llegar al ro?Para que lleguen los autos?Para el turismo?Debemos cambiar nuestros modos de vida y nuestro pueblo para el turismo?Acaso somos un parque de diversiones... Disneylandia?Acabaremos con nuestra naturaleza para satisfacer al turismo?O el turismo debe respetarnos y adecuarse a nosotros y a nuestro espacio?

    El principal argumento de la poblacin radica en que el turismo debe de respetar las condiciones locales de la poblacin y acoplarse a ello, y no al contrario. Vemos en sus demandas el surgimiento de una participacin que busca amoldar el desarrollo a lo local. Adems de que nos muestra un claro ejemplo del uso de las tecnologas de informacin como vehcu-lo para oponerse a las tendencias homogeneizadoras de la globalizacin.

    El correo conclua preguntando Hasta cundo recapacitaremos?, queremos un Cuetzaln en dnde se ha despoblado a la poblacin originara, se comercializa todo, y slo se benefician unos cuantos?

    A manera de conclusin podemos decir que participacin y desarrollo van de la mano, pero en una relacin que no est exenta de problemas. La planeacin del desarrollo requiere de la participacin de la poblacin local para decidir mediante el dilogo con sus pares, as como con agen-tes externos cul es el tipo de desarrollo que quiere y cmo ponerlo en prctica en su territorio, lo cual implica conflictos y desavenencias como elementos inherentes de los procesos participativos.

    28 Xochitlan es un municipio colindante con Cuetzaln en el que trabaja un grupo miembro de la Reta Totaltikak.

  • 118 Hernndez-Loeza, S. E.: La participacin en los procesos de desarrollo...

    Bibliografa

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  • 120 Hernndez-Loeza, S. E.: La participacin en los procesos de desarrollo...

    Entrevistas

    Georgina Morn, encargada del rea de estructuracin organizacional en La Esperanza del Maana, a.c., la cual funciona como agencia de desarrollo local en la microrregin de Cuetzaln, Jonotla, Tuzamapan y Zoquiapan. Entrevista realizada por Icker Cogordan, Fabiola Avia y Eduardo Prez, 16 de junio de 2007.

    Juana Chepe, gerente del Hotel Taselotzin, Cuetzaln. Entrevista realiza-da por Yudmila Gmez y Sergio Vega, 16 de junio de 2007.

    Misael y Bernab, miembros del grupo Caminos de Herradura, turismo rural y paseos a caballo. Entrevista realizada por Sergio Hernndez y Orlando Tapia, 16 de junio de 2007.

    Susana Meja, integrante del Centro de Asesora y Desarrollo entre Mu-jeres, a.c. (cadem). Entrevista realizada por Fabiola Avia, Icker Cogordan, Yudmila Gmez, Sergio Hernndez, Eduardo Prez, Orlando Tapia y Sergio Vega, 16 de junio de 2007.

    Recibido: 22 de abril de 2008.Aceptado: 15 de junio de 2010.

    Sergio Enrique Hernndez-Loeza. Es maestro en ciencias sociales con especialidad en desarrollo municipal por El Colegio Mexiquense y licen-ciado en antropologa social por la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla (buap). Actualmente es profesor de tiempo completo de la Licenciatura en Lengua y Cultura de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, donde coordina el rea cultural del proyecto Atlas lingstico y cultural del totonacapan poblano. Sus actuales lneas de investigacin son: geopoltica municipal y organizaciones sociales en la Sierra Norte de Puebla. Entre sus publicaciones destacan: Organizacin territorial de Jonotla, Tuzamapan y Zoquiapan y sus dificultades para la administracin municipal, en Benito Ramrez Valverde y Hctor Bernal Mendoza (coords.), Investigacin multidisciplinaria en la Sierra Norte de Puebla, Colegio de Postgraduados-uiep-Altres Costa-Amic, Mxico, pp. 365-381 (2009).