Aprender y enseñar en colaboracion

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APRENDER Y ENSEÑAR EN COLABORACION MARA GUADALUPE RÍOS CÁRDENAS

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APRENDER Y ENSEÑAR EN COLABORACION

MARA GUADALUPE RÍOS CÁRDENAS

El estudiante no está sólo

Las actividades de aprendizaje en un entorno virtual pueden ser las de siempre. Lee este texto, mira este video, escucha esta grabación y resuelve estas preguntas.

En las primeras aplicaciones de cursos en línea apenas incorporaban herramientas para la comunicación y el trabajo en grupo. La evolución de los entornos virtuales ha sido importante, tanto las plataformas de e-learning como el uso de del software social permiten la comunicación y el trabajo colaborativo entre estudiantes y profesores.

La potencia de las aplicaciones del software social para la formación es enorme. Sin embargo, en la formación en línea todavía es escasa ya que aparecen problemas metodológicos y tecnológicos que conviene resaltar.

En primer lugar, es preciso cambiar el sistema de formación modificando el tipo de actividades que debe realizar el estudiante.

En segundo lugar, los estudiantes también tienen que adoptar sistemas de estudio que combinen el aprendizaje con áreas de interacción y trabajo en el grupo.

Finalmente, la tecnología propia de la web social no ha sido generada para el aprendizaje en situaciones formales, por lo que posee algunas deficiencias en los procesos de gestión y organización de las intervenciones, en el empaquetetamiento del conocimiento generado, en su reutilización, en las evaluaciones de las intervenciones y en el proceso de seguimiento rápido y eficaz de las interacciones.

Por qué aprender en colaboración

Las buenas practicas en el aprendizaje en línea recomiendan una pedagogía que dé apoyo al desarrollo de comunidades de aprendizaje.

Cabero (2003) considera que el trabajo colaborativo de los estudiantes nos ofrece una serie de ventajas, como son: crear interdependencia positiva entre los miembros, generar debates en torno a la búsqueda de estrategias de uso y resolución de problemas, facilitar el intercambio de información y la construcción social del conocimiento…; En cierta medida podemos decir que el aprendizaje colaborativo prepara al estudiante para asumir y cumplir compromisos grupales, ayudar a los compañeros, solicitar ayudas a los demás, aprender a aceptar los puntos de vista de los compañeros, descubrir soluciones que beneficien a todos, ver puntos de vistas culturales diferentes, aprender a aceptar crítica de los demás, exponer sus ideas y planteamientos en forma razonada, y familiarizarse con procesos democráticos

En la formación en línea es muy importante crear comunidades de aprendices y para ello es fundamental diseñar unas buenas actividades para promover la interacción, el intercambio y el trabajo en grupo.

Como señala Wenger (1998), una comunidad de práctica se crea alrededor de tres elementos básicos:

(1) comprensión compartida, la cual es constantemente renegociada por sus integrantes;

(2) compromiso mutuo, que une a sus miembros en un grupo cohesionado, y

(3) un repertorio compartido de recursos comunes como resultado de una práctica compartida.

La investigación sobre el aprendizaje en línea evidencia la necesidad de cambios en la práctica pedagógica y organizacional, que tienen repercusiones en las formas de interacción dentro de los espacios virtuales.

Aprender en grupo, en cooperación y en colaboración son expresiones que se están utilizando frecuentemente como sinónimas. Sin embargo, conviene establecer algunas diferencias que resultan importantes.

La cooperación y colaboración no difieren en los términos ni tampoco en cómo están definidas las tareas, pero sí en la forma en que éstas están distribuidas. En la cooperación la tarea está diseñada en actividades independientes. La coordinación sólo es requerida para ensamblar los resultados parciales.

El aprendizaje colaborativo está diseñado para entrar justo cuando el cooperativo termina. Esta transición puede ser considerada como un continuo que se desplaza desde un sistema muy controlado y centrado en el profesor a un sistema centrado en el estudiante en que ambos (profesor y estudiantes) comparten la autoridad y el control del aprendizaje.

Otra diferencia a destacar es que la utilización de una metodología de trabajo grupal o cooperativa no implica necesariamente una concepción socioconstructista del aprendizaje. El trabajo en grupo puede ser diseñado sin que necesariamente estemos adoptando un modelo que busque la elaboración o construcción conjunta de conocimiento.

¿Cómo aprender en colaboración?

Los procesos de aprendizaje colaborativo tecnológicamente mediados dependen de tres elementos o factores básicos: la situación de aprendizaje, las características del grupo que colabora y la tecnología que se utiliza para apoyar o mediar la colaboración.

No cualquier tarea se presta a un diseño colaborativo, ni todos los objetivos de aprendizaje se pueden alcanzar de forma más adecuada desde este enfoque. Por lo tanto, hay que empezar por determinar los contenidos y los objetivos de aprendizaje para los que es adecuado un diseño colaborativo o, mejor, cuando un diseño colaborativo puede ayudar a conseguir los objetivos propuestos de forma más adecuada.

Una vez establecidos los objetivos de aprendizaje grupal o colaborativo deberán identificarse las tareas mediante cuya realización se pueden conseguir. El docente deberá decidir el tipo de estrategia colaborativa que se utilizará para desarrollarlas.

Kirschner (2004) propone un modelo para mejorar las prestaciones de los entornos de aprendizaje colaborativo basado en tres dimensiones relacionadas con la actividad, que juegan un papel clave en el diseño: la propiedad de la tarea, el control de la tarea y el carácter de la tarea.

La propiedad de la tarea hace referencia a la pregunta de quién determina la tarea o expresándolo de otra forma, quien determina lo que cada uno de los participantes del entorno colaborativo debe hacer y quien se encarga de dirigir el proceso.

La propiedad de la tarea tiene que ver con la intencionalidad de las acciones de aprendizaje. La intencionalidad se puede conseguir otorgando a los estudiantes más participación en el desarrollo de las tareas, de modo que sean ellos quienes formulen los objetivos personales y colectivos de aprendizaje.

La responsabilidad individual hace referencia a la percepción que desarrolla el aprendiz en relación a su compromiso personal con la actividad que debe realizar.

El éxito de cada miembro está íntimamente ligado al del resto del grupo, y viceversa. La interdependencia positiva se establece a través de objetivos de grupo (aprender y asegurarse de que los demás miembros del grupo también aprenden), reconocimiento grupal (el refuerzo no es individual, sino de grupo), división de recursos (distribución de la información y limitación de los materiales) y roles complementarios.

El carácter de la tarea tiene que ver con cómo se determina si una tarea es relevante o no para los estudiantes. En los entornos colaborativos, tiene que ver también con quien determina si la tarea es o no relevante para el grupo.

El control de la tarea hace referencia al papel del docente y de los estudiantes respecto el itinerario, las acciones y el flujo del aprendizaje durante el desarrollo de la tarea. En este sentido, el control de la tarea puede estar más o menos en manos de los estudiantes en función de la medida en que éstos pueden determinar aspectos como el grado de profundidad con que trabajan unos u otros temas, el tiempo que dedican a cada cuestión, la forma en que se organizan para ello, etc.

En el trabajo colaborativo, otro aspecto importante es la formación de los grupos.

La organización puede ser diversa en función del contexto y las actividades.

Podemos generar grupos por afiliación voluntaria o establecerlos en función de grados de homogeneidad (de interés, nivel de conocimiento, formación previa, intereses, capacidades, etc.) o, por el contrario, optar por grupos heterogéneos (nivel de conocimiento, formación previa, intereses, capacidades, etc.).

No hay una fórmula mejor que otra ya que depende mucho de la situación.

Lo que es importante es establecer mecanismos de control para asegurar que si no hay un buen funcionamiento o se dan discrepancias sea posible la regulación del grupo.

El diseño de actividades colaborativas

Desde el punto de vista del diseño del proceso de aprendizaje es preciso pensar en diversos aspectos:

• La conformación de los grupos de trabajo

• La planificación (individual y grupal) y la gestión del tiempo teniendo en cuenta la asignación de roles, la distribución de las tareas, etc.

• Los procesos de comunicación e interacción.

• Los procesos de negociación y gestión de conflictos también son importantes.

• La dimensión ética del aprendizaje colaborativo.

• La evaluación, autoevaluación y coevaluación son fundamentales.