Ramiro Juárez Gustavo Alfonso

Grupo: 0022

Taller de expresión oral y escruta

Una clave de la naturaleza del hombre: el símbolo

El presente control de lectura trata sobre el origen del símbolo en la Antropología Filosófica de Ernts Cassirer.

Según Johannes von Uexküll, la vida es una realidad misma que depende de sí misma y no puede ser explicada en términos de física o química y, señala que no se debe suponer una realidad absoluta para todos los seres vivientes. No es una cosa homogénea, si no que se encuentra diversificada en tantos esquemas y patrones diferentes, como organismos diferentes los hay. Los fenómenos que surgen en determinada especie no son transferibles a otras. Las experiencias y las realidades de una especie sólo sirven para sí misma.

Uexküll, parte de aquí y desarrolla un esquema del mundo biológico, siguiendo un método objetivo o behaviorista. La única clave de la vida animal la proporcionan los hechos de la anatomía comparada. Al conocer la anatomía de un animal se puede construir su modo especial de experiencias.

Los organismos poseen un sistema “receptor” por el cual reciben los estímulos externos y uno “efector” por el cual reacciona ante estos estímulos, ambos se encuentran estrechamente entrelazados y generan de un “círculo funcional”.

Aquí suponemos que los humanos vivimos bajo esas mismas leyes biológicas, es decir, partimos de un llamado enfoque organicista pero poseemos una nueva característica, el círculo funcional se amplía cuantitativa y cualitativamente. El hombre ha descubierto una nueva forma de adaptarse a su ambiente. Entre su sistema receptor y efector se encuentra uno intermedio, el “simbólico”. Comparado con los demás animales, el hombre vive en una realidad más amplia o una nueva dimensión de la realidad.

Hay diferencias entre las reacciones orgánicas y las humanas, las primeras son de respuesta inmediata y directa, las segundas son retardadas mediante un complejo proceso del pensamiento que el hombre no puede aludir. Ya no vive sólo en un universo físico sino en un universo simbólico, el lenguaje, los mitos, la religión y el arte forman parte de éste. Todo proceso y experiencia afina y refuerza este universo. La realidad física parece retroceder a medida que la realidad simbólica avanza. El hombre no puede ver ni conocer nada si no es a través de un medio artificial: el lenguaje.

El hombre es animal racional, la racionalidad es un rasgo inherente a todas las actividades humanas. La razón no abarca todas las formas de cultura humana sino que se habitúa a una cultura de la que forma parte y ésta se vuelve referencia para aproximarse a otras culturas, pero todas estas formas de cultura son formas simbólicas. El símbolo es el elemento (físico o metafísico) que procura y transmite la referencia. Por lo tanto se puede definir al hombre como un animal simbólico.

De las reacciones animales a las respuestas humanas

En el hombre, como animal simbólico, el pensamiento y la conducta simbólica se hallan entre los rasgos más importantes pero ¿son dotes especiales del hombre?

Cassirer llama respuesta orgánica a aquella que acompaña a todas las especies desde su nacimiento y es necesaria para la supervivencia, ya que estas van dirigidas a cubrir las necesidades primarias. Son rápidas y directas.

Los animales no siempre reaccionan ante los estímulos en una forma directa y son capaces de una acción indirecta. Pavlov, a través de sus experimentos, llega a la conclusión de que los procesos simbólicos son raros y difíciles de observar en las especies superiores (antropoides) pero pueden ser identificados como antecedentes de los procesos simbólicos humanos.

Otro asunto de discusión es el lenguaje, en específico el lenguaje animal. El lenguaje se divide en diversas capas geológicas. La primera de estas capas es la del lenguaje emotivo, característica que se encuentra hasta en el lenguaje más altamente desarrollado. Entre el lenguaje y el simbolismo existe una relación estrecha.

También hay que aclarar la diferencia entre los símbolos y señales. Una señal es parte del mundo físico del ser; un símbolo es parte del mundo humano del sentido. Las señales son operadores; los símbolos son designadores. Las señales poseen una especie de ser físico o sustancial; los símbolos poseen únicamente un valor funcional.

La inteligencia de los animales es otro tema de discusión. En experimentos llevados a cabo se descubrió que los animales superiores poseen cierta inteligencia para resolver problemas y que las soluciones van más allá del mecanismo de ensayo y error o la mera suerte. La adaptación al medio ambiente o la modificación de este, habla de una atribución de inteligencia a las otras especies animales.

El animal posee una imaginación y una inteligencia práctica, mientras que sólo el hombre ha desarrollado una inteligencia simbólica. El paso de una inteligencia práctica a una simbólica, constituye un proceso lento y continuo de la naturaleza.

El simbolismo con su universalidad, su validez y su aplicabilidad al mundo humano específicamente, es el acceso a la cultura. Un símbolo no es universal sino además, extremadamente variable. Se puede hablar de una misma cosa en diferentes idiomas o explicar algún tema de distintas formas. El símbolo humano se caracteriza por esta variabilidad.

El problema en el que se halla el pensamiento racional ante el pensamiento simbólico es, que el pensamiento racional no alcanzará ni producirá un pleno desarrollo sin el segundo. La percepción juega un papel importante ya que a través de ella, el hombre captará símbolos para su pensamiento.

La reflexión es la capacidad del hombre que destaca ciertos elementos de un fenómeno, lo aísla y concentra su atención sobre ellos y, puede reconocer una o varias cualidades de los objetos.

El mundo humano del espacio y del tiempo.

El espacio y el tiempo constituyen la urdimbre en que se halla trabada toda realidad. No podemos concebir ninguna cosa real, mas que bajo las condiciones de espacio y tiempo. En el contexto mítico se les considera como fuerzas misteriosas que gobiernan todas las cosas, determinan nuestra vida mortal y la vida eterna de los mismos dioses.

La apariencia del espacio y tiempo no es la misma para todos los seres orgánicos, no se les puede atribuir a los organismos inferiores la misma percepción que a los humanos. Existen tipos fundamentales diferentes de experiencia espacial y temporal, existen capas.

El espacio orgánico, se refiere a vivir en un determinado ambiente y adaptarse constantemente a los cambios de este, a las reacciones y a una diferencia entre estímulos físicos y una respuesta adecuada a estos. En la respuesta orgánica, los seres neonatos, poseen un sentido preciso de la distancia y dirección espacial, que parecen obedecer a impulsos naturales de un género particular.

El espacio perceptivo contiene elementos de diferentes géneros de experiencia sensible, óptica, táctil, acústica y kinestésica.

Mediante un proceso mental difícil y complejo, el hombre llega a la idea del espacio abstracto. Esta idea abre paso para un nuevo campo del conocimiento y para una nueva dirección de la vida cultural. Newton hace una diferenciación entre el espacio abstracto y el espacio matemático, el abstracto no se interesa en la verdad, sino en la verdad de proposiciones y juicios.

El espacio primitivo es un espacio de acción y se halla centrado en torno a los intereses y necesidades prácticas deseadas. Difiere radicalmente de cualquier versión intelectualizada y es una visión mucho más efectiva y concreta que el espacio abstracto.

El espacio geométrico hace abstracción de toda la variedad y heterogeneidad que nos es impuesta por la naturaleza dispareja de nuestros sentidos. Nos encontramos con un espacio homogéneo y universal y sólo por medio de esta nueva forma, pudo el hombre llegar al concepto de un orden cósmico, único y sistemático.

La geometría, la astronomía y la astrología son algunas de las artes que ayudaron al hombre a explicar su lugar en la Tierra y el orden del universo. La astronomía surgió de la astrología como una forma mítica para facilitar el entendimiento.

Respecto al tiempo, Heráclito lo define como una corriente continua de acaeceres en la que nadie vuelve sin tregua con idéntica forma.

El pasado, presente y futuro, son una sola forma que no puede ser concebida individualmente. Ewald Hering dice que es un fenómeno natural que se extiende a toda la vida.

Semon define a la mneme como el principio de la conservación de la mutabilidad de todo organismo. La memoria y la herencia son dos aspectos de la misma función orgánica. La mneme o memoria, conserva todas las huellas d experiencias pasadas, supone un proceso de reconocimiento e identificación.

La memoria como reconocimiento de sucesos pasados, se presenta también en la vida de los animales superiores. Pero en el hombre se deben de organizar, sintetizar y juntarlos en un foco de pensamiento y este género de recordación señala nuestra característica humana.

La memoria simbólica es el proceso en el cual el hombre no sólo repite su experiencia pasada sino que la construye, la imaginación se convierte en un elemento necesario del genuino recordar.

La dimensión del futuro constituye un elemento indispensable en el ser humano, se presenta como una expectación dirigida hacia el futuro. Vivimos más en nuestras dudas y temores, ansias y esperanzas en el futuro, tal vez lejano, a diferencia de los animales que se basan en acciones instintivas para sobrevivir en un futuro próximo.

El futuro considerado por el hombre se extiende de manera más basta y su planeamiento es más consciente y cuidadoso. Se puede hablar de un futuro simbólico del hombre.

Referencia: Cassirer. Ernts, Antropología filosófica, Ed. Colección popular/FCE, México, 1997, pp. 45-89.