ANEXO SEP. 2011

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Edición 513 ANEXO 2011 Súplicas de Esperanza Brigadier General ADOLFO CLAVIJO S uena varias veces el teléfono. Por fin, alguien levanta el auricular del viejo aparato instalado en el comedor auxiliar de la casa: - ¡Aló!, buenas tardes... Al otro extremo de la línea, una voz pregunta con amabilidad: - ¿Hablo con la señorita Descoordinación? - Sí señora, le responden. ¿Y yo con quien hablo? - Con Improvisación. ¿Te acuerdas de mí? - Claro que sí. Trabajamos juntas en La Uribe; en Cravo Norte; Caracas; Tlaxcala; Palacio de Viana, en Madrid; en Mainz y Maguncia, allá en Alemania; en El Caguán; en La Habana y en Ralito. ¡Qué bueno oírte! ¿Y qué es de tu vida y de los otros miembros del equipo? - ¡Pues!, responde Improvisación, te cuento que sigo en lo mismo. Mien- tras pueda, impido que la gente se prepare para hacer las cosas. Traba- jo para que todo se haga a la topa tolondra, con arrebato; me esfuerzo para que todo salga mal. - ¡Sí! claro, comenta Descoordinación Y continúa Improvisación, dejando notar algo de entusiasmo: - Respecto de los amigos, ya estoy contactando a Ignorancia, a Ingenui- dad y al doctor Intromisión. En la charla con Ignorancia la noté un poco retrechera porque piensa que el Gobierno ya conoce bien a la contraparte y, siendo así, ella no tendría trabajo en una nueva nego- ciación. Sin embargo, yo le expliqué y la convencí de que en su área de responsabilidad las cosas siguen iguales, que el Gobierno sigue cre- yendo que las Farc y el Eln son solitas, que nadie las apoya. También hablé con la china Ingenuidad y se ilusionó mucho porque ella sabe que si hay un nuevo proceso de paz ella cumplirá un papel trascendental, como lo hizo en 1984, en 1998 y en 2005. Me queda pendiente contac- tar al señor Afán, al doctor Intromisión y a la señora Agenda, pero que ellos están ansiosos por volver a colaborar ya que llevan seis años sin arruinar intenciones de paz. Al profesor Incoherencia no lo llamo porque sé que está ocupado. - Qué pena por haberme demorado en contestarte, le dice Descoordi- nación a Improvisación, pero era que estaba amasando un embrollo y tuve que lavarme las manos para poder tomar el teléfono. ¿Y qué nos espera ahora? le pregunta, acabando de secarse las manos, a la vez que se acomoda en un asiento. ¿Hay algunos diálogos o acercamientos en ciernes entre el Gobierno y las guerrillas, que nos pongan a trabajar? Improvisación le contesta que sí, que por eso los está llamando. Pro- pone que el equipo se reúna, analice la situación actual y se prepare para actuar, cumpliendo cada quien con su papel. Agrega que tienen que dar- le vida a otro fracaso en las nego- ciaciones Gobierno–guerrilla. Des- coordinación se muestra de acuerdo con la idea y manifiesta que se pre- parará para hacer lo suyo. Improvisación afirma que, con- trario a lo acostumbrado, ya tiene todo listo para la reunión que se lle- vará a cabo en su casa el miércoles siguiente y que ya citó a un exper- to para que les explique cuál es la situación reinante y por qué se debe echar a perder cualquier negociación de paz que se emprenda. Llegó el anhelado miércoles. En las horas de la tarde se encuen- tran muellemente acomodados en la sala de la casa de Improvisación los distinguidos asistentes Descoor- dinación, Ignorancia, Ingenuidad, Agenda, Intromisión y Afán. Las paredes están decoradas con foto- grafías ampliadas, fieles registros de las labores del equipo en procesos de paz o diálogos gobierno y guerri- lla anteriores. Por ejemplo, hay un retrato del presidente Andrés Pastra- na con un asiento desocupado a su lado. Hay también una foto de ‘Tiro- fijo’ en Casaverde, rodeado del par- tido comunista de la época (1984), de políticos y periodistas que hacen recordar lo único a que se llegó en ese proceso de paz: una tregua que benefició a las Farc. Se veía una foto de varios funcionarios del gobierno Madrid Tlaxcala La Habana Mainz Caracas Maguncia

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Súplicas de esperanza, por Brigadier General Adolfo Clavijo Ardila

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Edición 513

ANEXO2011

Súplicas de Esperanza Brigadier GeneralADOLFO CLAVIJO

Suena varias veces el teléfono. Por fin, alguien levanta el auricular del viejo aparato instalado en el comedor auxiliar de la casa:

- ¡Aló!, buenas tardes...

Al otro extremo de la línea, una voz pregunta con amabilidad: - ¿Hablo con la señorita Descoordinación?

- Sí señora, le responden. ¿Y yo con quien hablo?

- Con Improvisación. ¿Te acuerdas de mí?

- Claro que sí. Trabajamos juntas en La Uribe; en Cravo Norte; Caracas; Tlaxcala; Palacio de Viana, en Madrid; en Mainz y Maguncia, allá en Alemania; en El Caguán; en La Habana y en Ralito. ¡Qué bueno oírte! ¿Y qué es de tu vida y de los otros miembros del equipo?

- ¡Pues!, responde Improvisación, te cuento que sigo en lo mismo. Mien-tras pueda, impido que la gente se prepare para hacer las cosas. Traba-jo para que todo se haga a la topa tolondra, con arrebato; me esfuerzo para que todo salga mal.

- ¡Sí! claro, comenta Descoordinación

Y continúa Improvisación, dejando notar algo de entusiasmo:

- Respecto de los amigos, ya estoy contactando a Ignorancia, a Ingenui-dad y al doctor Intromisión. En la charla con Ignorancia la noté un poco retrechera porque piensa que el Gobierno ya conoce bien a la contraparte y, siendo así, ella no tendría trabajo en una nueva nego-ciación. Sin embargo, yo le expliqué y la convencí de que en su área de responsabilidad las cosas siguen iguales, que el Gobierno sigue cre-yendo que las Farc y el Eln son solitas, que nadie las apoya. También hablé con la china Ingenuidad y se ilusionó mucho porque ella sabe que si hay un nuevo proceso de paz ella cumplirá un papel trascendental, como lo hizo en 1984, en 1998 y en 2005. Me queda pendiente contac-tar al señor Afán, al doctor Intromisión y a la señora Agenda, pero sé que ellos están ansiosos por volver a colaborar ya que llevan seis años sin arruinar intenciones de paz. Al profesor Incoherencia no lo llamo porque sé que está ocupado.

- Qué pena por haberme demorado en contestarte, le dice Descoordi-nación a Improvisación, pero era que estaba amasando un embrollo y tuve que lavarme las manos para poder tomar el teléfono. ¿Y qué nos espera ahora? le pregunta, acabando de secarse las manos, a la vez que se acomoda en un asiento. ¿Hay algunos diálogos o acercamientos en ciernes entre el Gobierno y las guerrillas, que nos pongan a trabajar?

Improvisación le contesta que sí, que por eso los está llamando. Pro-pone que el equipo se reúna, analice la situación actual y se prepare para actuar, cumpliendo cada quien con su papel. Agrega que tienen que dar-le vida a otro fracaso en las nego-ciaciones Gobierno–guerrilla. Des-coordinación se muestra de acuerdo con la idea y manifiesta que se pre-parará para hacer lo suyo. Improvisación afirma que, con-

trario a lo acostumbrado, ya tiene todo listo para la reunión que se lle-vará a cabo en su casa el miércoles siguiente y que ya citó a un exper-to para que les explique cuál es la situación reinante y por qué se debe echar a perder cualquier negociación de paz que se emprenda.Llegó el anhelado miércoles. En

las horas de la tarde se encuen-tran muellemente acomodados en la sala de la casa de Improvisación los distinguidos asistentes Descoor-dinación, Ignorancia, Ingenuidad, Agenda, Intromisión y Afán. Las paredes están decoradas con foto-grafías ampliadas, fieles registros de las labores del equipo en procesos de paz o diálogos gobierno y guerri-lla anteriores. Por ejemplo, hay un retrato del presidente Andrés Pastra-na con un asiento desocupado a su lado. Hay también una foto de ‘Tiro-fijo’ en Casaverde, rodeado del par-tido comunista de la época (1984), de políticos y periodistas que hacen recordar lo único a que se llegó en ese proceso de paz: una tregua que benefició a las Farc. Se veía una foto de varios funcionarios del gobierno

Madrid

Tlaxcala

La Habana

Mainz

Caracas

Maguncia

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del presidente César Gaviria con caras largas y manos vacías, descendiendo del avión que los traía de Tlaxcala. Además se apreciaban unas fo-tos de �lvaro Leyva y los esposos �auss �ale-�lvaro Leyva y los esposos �auss �ale- �ale-manes), que embaucaron al mandatario del mo-mento y lo convencieron de que las Farc y el Eln querían abandonar las armas. A los pocos minutos se hizo presente el doc-

tor Conjura, a quien la anfitriona Improvisación, presentó, recalcando que es PhD, académico, politólogo, ideólogo, sociólogo y conferencista. Leyó su extenso curriculum vitae y pidió que el equipo lo aplaudiera. El Profesor, como todos le dicen, saludó con mucha gentileza a los asis-tentes, tomó la palabra y les hizo ver lo importante que es cada uno de ellos para evitar que se le dé término al conflicto colombiano, porque, como lo explicará en su intervención, a Colombia le con-viene que la confrontación siga su curso, hasta que se haga realidad el proyecto político de ma-tricularla como un miembro más de la inclinación ideológica que prima en la región. Manifiesta que el conflicto interno debe subsistir ya que ayuda a concretar este propósito. Les agradece mucho su concurso ya que aunque ellos no hacen parte de su tendencia ideológica, de todas maneras, con su injerencia en los desarrollos del proceso, con-tribuyen enormemente con la causa. Con voz pausada y muy seguro de lo que decía,

el profesor continuó su intervención. Recalcó que el proceso debe adelantarse; que hay que pro-moverlo; que hay que dejarlo avanzar bastante pero que no se puede dejar coronar con nego-ciaciones o acuerdos que favorezcan al gobierno o que vayan en detrimento de las guerrillas, porque el proyecto político que él promueve, conocido como Socialismo del Siglo XXI, le sirve a Co-lombia. Recaba que la responsabilidad del fraca-so del proceso, que es lo que se debe buscar, está en manos de quienes están sentados en esa sala y considera que el trabajo no les será difícil porque todos son muy conocidos en el medio oficial. Indicó que las condiciones para una negociación

política del Gobierno con las Farc y el Eln están dadas o se están dando. Hizo caer en cuenta que el Presidente ha venido acariciando la idea, hablan-do de que en su mandato logrará la paz -aunque no haya indicios a la vista- y recordando que na-die está autorizado por él para tomar contactos con los grupos ilegales; son jugadas de póker. Eso es ir preparando el terreno; acariciando la idea. Contó que Piedad Córdoba visitó los gobiernos de izquierda de Suramérica pidiendo apoyo para la paz en Colombia y ha venido hablando de un intercambio de rehenes y que les está pidiendo a las Farc que liberen a los militares y policías que tienen detenidos. El Profesor hizo un paréntesis para confesarles que esa carreta es necesaria para ablandar al Gobierno. A continuación, aseveró

que la Corte Suprema de Justicia está ayudando con el propósito del proceso al borrar de tajo la in-formación de los computadores de ‘Reyes’ como prueba jurídica, fallo que beneficia a los cercanos a las Farc para que queden libres de culpa y pue-dan intervenir en la negociación. Aseguró que la absolución del cura Javier Giraldo de los cargos que se le imputaban también va en la dirección de darles contentillo a las Farc, y que las embestidas judiciales contra miembros de la Fuerza Pública les sirven a éstas y al Eln para exigir, como tema de negociación, detrimento o menoscabo para la Fuerza Pública, con lo cual cobran venganza y hacen disminuir la culpabilidad de ellos en el conflicto. El señor Afán interrumpió la disertación para co-

mentar que la arremetida terrorista de las Farc y el Eln de los últimos meses negaba cualquier posibi-lidad de acercamiento de las guerrillas con el Go-bierno, inquietud que el conferencista aclaró, ex-plicando que esa arremetida puede estar haciendo parte de la posibilidad de la negociación ya que el Gobierno puso como condición para iniciar unos diálogos la liberación unilateral de los secuestra-dos. Como los secuestrados constituyen la prin-cipal carta de la guerrilla y, al mismo tiempo, el punto más vulnerable del Gobierno, la guerrilla, en principio, no va a atender ese requerimiento. Entonces, es posible que se cambie la exigencia de liberación de secuestrados por una cesación total de actos terroristas, lo que las Farc y el Eln harían gustosos para mostrar su ‘noble’ voluntad de reconciliación. Añadió que esto facilitaría el comienzo de la negociación y, así, la entrega de los secuestrados se convertirá, entonces, en la

moneda de transacción de la negociación y hará que el Gobierno ceda en sus posiciones, lo que fa-cilitará el proyecto político de la izquierda: meter en los acuerdos, en forma abierta o tácita, todo lo que le convenga. Terminada la charla de Conjura, se plantearon

otras inquietudes y se expresaron algunos co-mentarios adicionales mientras todos degustaban un aromático capuchino acompañado de galletas ‘Las Delicias’– que las está vendiendo muy caras el Consejo de Estado- todo ello servido por Es-peranza, la empleada de la casa. Después de las onces, el doctor Conjura se despidió y entonces empezó el meollo de la reunión, con la interven-ón, con la interven-, con la interven-ción de cada uno de los asistentes restantes. Una vez más se hizo a la palabra el señor Afán,

que con su acostumbrada inquietud, manifestó: - Yo ya he venido incidiendo en el interés del

señor Presidente para que busque que su obra magna o su principal objetivo de gobier-no sea la paz de los colombianos. Él tratará de lograr la paz, pero nosotros tenemos que trabajar para que se firme un acuerdo im-previsible, que no llegue a nada. Yo cumplo con mi labor de afanar al Presidente para que adelante un proceso de paz precipitado, y ustedes tienen que complementarla haciendo que todo sea improvisación, descoordinación, y que el Gobierno actúe siempre con ingenui-dad e ignorancia sobre lo que realmente quie-ren las guerrillas y su combo.

Luego les contó que él venía trabajando con ahínco en el proyecto de ley que cursa en el Con-greso sobre procesos de paz, ley que obligará al Gobierno, y si es del caso a los que vengan a con-

La silla vacia

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tinuación, a desbocarse a buscar la paz a como dé lugar, llevando siempre las de perder. - Muchas gracias, maestro Afán, dijo Im-

provisación.

Acto seguido, les comunicó que ella estaba lista para influir en los funcionarios gubernamentales con el fin de que no elaboren planes pormenoriza-dos; que nada de lo que hagan se base en la reali-dad nacional; que no conozcan las intenciones de las Farc, del Eln, ni de quienes tienen nexos ideo-lógicos o políticos con esas organizaciones. Pro-metió que se metería en las mentes de los encar-gados por el Gobierno de adelantar las gestiones de paz, con el fin de embolatarlos para que todo lo hagan mal. Luego, les recordó que ella jugó un rol primordial en el proceso de Paz de Belisa-rio Betancur y, en especial, en el de Pastrana. Les contó que ya está tomando las medidas para que, como se hizo antes, el Gobierno no vaya a tener en cuenta el concepto de los militares y policías porque ellos sí saben lo que está pasando y por eso hay que marginarlos.Como de costumbre, el doctor Intromisión in-

terrumpió para decirles que desde que recibió la llamada de Improvisación se había puesto a traba-jar y que ya tenía una lista de personas naturales y jurídicas a quienes va a solicitarles que traten de meterse en el proceso y disimuladamente lo lleven a que se convierta en un nuevo fiasco. En el borrador de la lista que les leyó figuran, en-tre otros, Piedad Córdoba, Iván Cepeda y otros del agonizante Polo Democrático; individual y colectivamente, todos los miembros de la ONG Colombianos y Colombianas por la Paz, la Comi-sión Nacional de Reconciliación, el Colectivo de Abogados Alvear Restrepo, el Partido Comunista Colombiano, la Comisión Colombiana de Juris-tas; en lo posible, va a incluir asociaciones y per-sonas que acompañaron los diálogos en La Ha-

bana, Madrid, Mainz y Maguncia. Además, para que metan basa en el proceso en la dirección que favorece el proyecto regional, piensa contactar a Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, a re-presentantes de Amnistía Internacional, a direc-tivos del Foro de Sao Paulo, a Ortega, Correa y Chávez, a los participantes en el “encuentro por la paz” que se realiza en Barrancabermeja, entre ellos la Asociación de Campesinos del Valle del Río Cimitarra, la Corporación Acción Humani-taria del Catatumbo, la Federación Nacional Sin-dical Unitaria Agropecuaria, el Programa de De-sarrollo y Paz del Magdalena Medio y la Diócesis de Barrancabermeja.Así mismo, les comentó que intentará que in-á que in- que in-

cidan en el proceso aquellos congresistas es-tadounidenses que siempre escuchan y les hacen caso a las ONG colombianas que los abordan para quejarse de las violaciones a los derechos humanos en Colombia y para torpedear el TLC. Buscará que Baltazar Garzón asesore en la parte jurídica del proceso. Entre los planes está también organizar una comisión parecida a la Comisión de Notables que funcionó en El Caguán, cuyos miembros, al ser todos de izquierda, jalonarán el proceso a favor de la contraparte del Gobierno. Añadió que se procurará que organismos, em-á que organismos, em- que organismos, em-

presas, compañías, asociaciones, estadouniden-ses, europeos y latinoamericanos visiten la sede de los intercambios para darles estatus, trascen-dencia e importancia internacional a las guerri-llas, y se insistirá en que los sindicatos y las or-ganizaciones gremiales pasen por allá a exponer sus quejas, como se hizo en El Caguán. Les ex-plicó que esto posiciona a las Farc y al Eln ante la prensa y la opinión pública y les permite reivindi-carse un poco. Que, si es posible, se podría repetir lo que se hizo en Tlaxcala, donde desfilaron casi todas las entidades estatales rindiéndoles cuentas a los jefes guerrilleros. Que esto inclinaría la ba-

lanza de los acuerdos hacia el lado que necesitan. El equipo La Inconsistencia se sintió satisfecho

con el trabajo que está adelantando el doctor In-tromisión. Se le dio la palabra a Agenda, quien, después de descruzar las piernas, puso sobre las rodillas un cuaderno con notas que iba tachando a medida que las citaba y explicaba su alcance. Dijo que la negociación debe llevarse a cabo en el sitio que determine la guerrilla, no en otro; con despeje militar, dándole cumplimiento a la agenda que propongan las comandancias gue-rrilleras, no a la del Gobierno, que debe limitarse a sufragar los costos que demande el proceso y a atender oportunamente las necesidades logísticas que acarree la negociación, como se hizo en pro-cesos anteriores. Que hay que procurar no darle más facultades al Gobierno. Que los temas para firmar los acuerdos de paz serían: las guerrillas no deben entregar las armas; ningún integrante de las guerrillas debe ir a la cárcel; todos los gue-rrilleros presos deben quedar en libertad; a los militares no se les pueden perdonar sus delitos; el Ejército debe reducirse y, si es del caso, se de-ben aceptar guerrilleros que quieran incorporase con mando de tropas; todos los guerrilleros deben recibir una subvención del Estado por un tiempo que se debe acordar; tanto las Farc como el Eln quedan convertidos en partidos políticos, con to-dos los derechos que los otros partidos tienen, y sus miembros pueden entrar a ocupar cargos pú-blicos de nombramiento o de elección, tal como se hizo con el M-19 y el Epl; antes de un año debe instalarse una asamblea constituyente con facultades para cambiar la actual Constitución, dándole preferencia a las recomendaciones de las Farc y el Eln, que designarán sus delegados a esa asamblea. Los asistentes asintieron y acogieron las ideas

con aplausos. Quedaron contentos. A continua-ción, habló, en forma muy breve, Descoordi-nación, que se limitó a decir: - Trataré de que en asuntos trascendentales

cada quien dispare para su lado, que nadie se integre con nadie y que ninguna propuesta que favorezca al Estado articule con otra que vaya en la misma dirección.

Proceso de paz con Pastrana

Piedad Córdoba

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�ientras todo esto ocurría en la sala de la casa de Improvisación, Esperanza, la empleada, desde un pequeño cuarto contiguo que hacía las veces de estudio, escuchaba toda la conversación, trataba de grabar en la cabeza lo que oía, tomaba breves notas de algunos temas y, a veces, se comunicaba muy brevemente con alguien por teléfono celular: recibía instrucciones. Ignorancia e Ingenuidad también

hicieron intervenciones cortas. La primera prometió encargarse de que el Estado, en general, y el Go-bierno, en particular, sigan creyendo que sobre el conflicto interno y el problema subversivo de Colombia sólo tienen responsabilidad las Farc y el Eln, que en la guerra política y la guerra jurídica, las conjuras y conspiraciones que acompañan la confrontación, no tienen nada que ver las organizaciones gubernamen-tales que aparentemente defienden los derechos humanos, ni políticos radicales de izquierda, ni gobiernos vecinos, ni el Foro de Sao Paulo, ni partidos comunistas de otros países. Además, deben admitir que las Farc y el Eln no tienen velas en el narcotráfico.Por su parte, Ingenuidad manifestó

que se encargaría de que el Estado colombiano, en especial las autori-dades que tengan poder de decisión en las conversaciones de paz que se adelanten, crean ciegamente en la buena voluntad de paz de las Farc y

el Eln y en su sinceridad para adelan-tar un proceso de paz. Que hará todo lo que esté a su alcance para que el Gobierno quede convencido de su patriotismo. En igual forma, que los funcionarios de los organismos y entidades que reciban responsabili-dades con relación al proceso que se acometa queden totalmente persua-didos de que quienes por ideología y por ser cercanos a las guerrillas de-sean participar en las negociaciones lo hacen de buena fe, despojados de intereses políticos y personales. Una vez terminadas las interven-

ciones de todos los invitados, la reu-nión se hizo menos formal. Todos empezaron a desearse suerte mu-tuamente en el cumplimiento de sus compromisos y ofrecimientos y a comentar sobre la necesidad de de-jar nuevamente en alto el nombre del Equipo La Inconsistencia. Improvi-sación quedó de informarle sobre el desarrollo y resultados de la reunión al Director Técnico del Equipo, pro-fesor Incoherencia, que por estar ocupado en labores de asesoramien-to en el Congreso, no pudo asistir. Garantizó, así mismo, que le comu-nicaría los detalles del encuentro al Honorable Magistrado Incongru-encia, el que con la excelente labor que viene cumpliendo en la Rama Judicial le hace honor a su apellido. Después de esta charla informal los integrantes de La Inconsistencia se despidieron con fuertes abrazos. Una vez se alejaron, Improvisación se retiró a su alcoba, en el segundo piso, mientras Esperanza hacía lo propio: se encerró en su cuarto, al fondo de la casa, en el primer piso, con la información fresquita de lo que acababa de escuchar.Allí, en su pequeña alcoba, Espe-

ranza no pudo dejar de pensar que por más de cincuenta años ella ha sido una desplazada más de varias regiones del país. Que es una víc-tima patética de la violencia. Que para muchos, su esposo, Porvenir, ha muerto, y otros ya no creen en él. Que sólo le queda su amiga, Con-vivencia Pacífica, que lucha por pre-dominar. Es a ella a quien le ha esta-do pasando la información de la reu-nión que acaba de terminar. Luego

de recordar su triste pasado, volvió a llamarla y le narró todos los por-la y le narró todos los por-menores que escuchó furtivamente. Convivencia le prometió que haría todo lo que estuviera a su alcance para echar a perder las intenciones del Equipo La Inconsistencia, pero que lo veía muy difícil porque los funcionarios civiles encargados de cuestiones de seguridad y defensa nacional estaban blindados por cua-tro personajes que los hacían impe-netrables a su bella amiga Sensatez, su enlace en las esferas oficiales. Sensatez le había dicho que los cua-tro personajes que se paseaban oron-dos por toda la órbita gubernamental y estatal eran Soberbia, Arrogancia, Protagonismo y Figuración. Unos incidían en unos funcionarios, y otros, en otros, haciéndoles creer que sólo ellos poseen la sabiduría que necesitan las conversaciones de paz, que les sobra talento y que en ese sentido son infalibles. Conviven-cia agregó que haría todo lo posible por influir en el estado de ánimo del profesor Incoherencia, que es acce-sible, pero que no trataría de hacerlo con el �agistrado Incongruencia, porque en el ámbito de él, es inútil gastar corriente.Esperanza le pidió a Convivencia

que, de todas maneras, insistiera con todos, que, mientras tanto, ella rezará por el éxito de sus gestiones para que por medio de la próxima negociación la paz sea una realidad en todo el país. Con estas buenas intenciones en mente, Esperanza y Convivencia se despidieron y colga-ron sus celulares. Y, en efecto, Espe-ranza se arrodilló ante una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y se puso a rezar. Estas fueron sus súplicas: - ¡Has, Señor!, que no aparezcan

duplicados de la llave que tiene en su bolsillo el Presidente, que son las únicas para abrir la puerta de los diálogos, y que, a la vez, esa llave sirva para ce-rrar la puerta de acceso a in-tromisiones impertinentes en las negociaciones.

¡Has, Señor!, que, como a los perros no los capan dos veces, al proceso no vayan perros a los que no les hayan hecho esta

cirugía, porque pueden terminar operados. ¡Has, Señor!, que el Director Técnico de La Inconsistencia –junto con su equipo- no pueda coger a golpes la próxima nego-ciación.¡Has, Señor!, que la sencillez y la lógica impregnen a los fun-cionarios que sean nombrados para articular acuerdos con la guerrilla.¡Has, Señor!, que en asuntos de negociación por la paz de Co-lombia, el Estado colombiano por fin gane una.Amén.

Como corolario se tiene que Co-lombia puede salir del conflicto si sus dignatarios -estatales y guber-namentales- cumplen a cabalidad con sus responsabilidades en todos los objetivos que se tracen para lograr la paz. Si las cumplen sim-plemente por cumplirlas, cayendo en las mismas tendencias y errores que se cometieron en el pasado, o incurren en nuevos desatinos, se-guiremos en guerra. Revisar al de-talle las actitudes y procedimientos que llevaron a las frustraciones conocidas y proceder a corregir-los es la mejor forma de garantizar que por fin podremos dejar de vivir contando víctimas directas de la ig-nominia de los de allá e indirectas de la imprevisión de los de acá.

Álvaro Leyva

Ralito

Belisario Betancur