Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

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    ••

      CUADERNOS

      DE I N V E S T I G A C I O N

    tees*-

      — ^

    m

     JdH|

    > v* . . « * - • - -•-

    Z>1  P R D OJ YM R

    SO LI DA RI

      D A D Y

      FACCIONALISMO

    ©

    J a v i e r

      Albo

    IM

    1977

    ~t .

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    L P R D OJ YM R

    SO LI DARI

      D D Y

      FACCIOIMALISMO

    ©

    Javier Albo

    1977

    DERECHQS

      RESERVADQS

    Dspoeito

      Legal

      190: 75

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    Y A L E

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    Aka liwruja wali

      sum

     amuyt'ampi lup'inakampi

    markapan aeki jikxatankam irnaqiri aymaranakatakiw

    wakicht'ataxa.

    Aka

     jach'a markasanxa aymaranakax mayacht'asisaw

    t"aqastanxa, ma" suma kusi sit jakafi jikxatafikama.

    Ukanakatakiw wakicht'atax  aka  liwruja.

    Janiti  aymaranakanxa amtawinakasa lurawinakasa

    walir

      sartanapax

     vakiski? T'aqa

      t'aqa

      sarnaqanax

    janiw walikit'i. Ukarapixa aynacht'akipuninaiaiwa.

    Mayacht

     T

    asinan uk."axa, nayraqatarupuniy sart'anani.

    Uka-fcwa aymaranakax wal

      wall

     amuyt 'asiskapxtanxa,

    Aka, liwrun

      qilqatanakapanxa kuna

      pantjatas utjchi

    ukaxa, yuspaxaranipxamawa yatiyanipxitat uk"axa.

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    LA PARADOJA AY MARA : SOLID ARIDA D Y FACC IONAL ISMO

    Aunque

     planteado

      aqui para el

     mundo aymara,

      el

     problema

      que nos ocupa

    podria sin duda extenderse a un

     nivel panandino,

     Mas

     aun

      la paradoja

    de"

     cierta solidaridad coexistente con

     faccionalismo

      interno puede

     pre_

    senta rse con cierta regul aridad en campesinos  con clara  identidad so-

    cio-cultural  y una inestabilid'ad  cronica en el control de sus  propios

    recursbs«

      Estas circunstancias se dan en forma peculiar en el mundo

    aymara,

      por

     lo

      que un analisis

      detalladd

      de este caso puede ilustrar

    aspectos  teoricos, apar te de sus  obvi^s  aplicaciones a un nive-1 pr&c-

    tioo.

    En el presente trabajo me  limitare  a presentar  los  principales aspe c

    tos de la paradoja, tal como  la veo en el moraento actual,  mostrando

    all mismo

      tiempo

      c6mo este aspec to parad ojico encaja den tro de la

     orga_

    nizacion social y

     simbolica

      del

     aymara.

      De

     momento

      no pretendo ir

     mas

    alia-  En el  planteamiento faltan  desarrollar  aun rauchas dimensiones

    aqui  s6lo insinuadas,  como  la hist6rica, la  psico-social,  la relacion

    con

     no-aymaras,

      etc. Solo quiero

     mostrar

      la

     coherencia

      interna, dentro

    de la cultura aymara, de la coexistencia de un fuerte sentido de grupo

    y un fuerte  divisionismQ

    B

      En la parte final insinuare  algunos  puntos

    de posibie utili dad e n la  busqueda  de factores ambientales  explicati-

    vos

    0

      Pero se trata de exploraciones

     aun inciertaso

      En colabo racion con

    otros colegas

      seguimos

      estudiando algunos de estos aspectos y espera-

    mos  poder ofrecer algunos resultados en un futuro  proximo„

    Los datos no proceden de ninguna comunidad concreta. Mas  bien he hecho

    un intento (nada  facil  y excesivamente  audaz) de buscar  lineas genera-

    les,

      en base

     al

      analisis de unas 60 respuestas a un

      cuestionario-son-

    deo sobre el

      tema,

      proc eden tes de casi todo el territorio

      aymara, des-

    de La Paz a Potosi,  y en base a mis propios contactos con aymaras  so

    bre todo del  de'partamento  de La Paz y en menor  grado de Oruro y Potosi

    'durante los cuatro

     ultimos anos,

     Aunq ue incluyo al gun os datos de

     Puno,

    el grueso del material se refiere

     al-aymara

      boliviano.

    En sinte sis la parad oja co nsiste en que por una parte el ayma ra tiene

    un

      fuerte sentido de grupo, ha

      demostrado

      una resistencia colectiva a

    la desin tegra cion cultu ral en un grado superior al de otros grupo s an-

    dinos y en algun os casos in cluso ha llegado a formar movimientos  de

    fuerte contenido etnoce ntric o; pero por otra parte , y al mismo

      tiemfoo,

    uno de los

     elementos mas tipicos

      en su

     esquema

      cultural es un f accio

    nalismo interno, con  manifestaciones  en el ciclo  familiar,  socio-poli-

    tico, religioso,  etc*., que Ipgicamente pareceria  deber llevar ,a la des_

    integi*aci6n,

      sobre todo

      teniendo

      en

     cuenta

      las presiones del

      mundo

      ur-

    bano

      circundante„

    La paradoja se

     r.efleja tambien

      en las reacciones de la gente ante los

    aymaras-

      Muchos forasteros que por

     primera

      vez entran en contacto con

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    ŝ£  sus problemas.  uno de los primeros puntoe  que salta  a la vista es

    'la

     mutua descorifian'za

      y el

     divisionismo

    0

      Unos

      y

     otros

      tienen

     raz6n*

    1. EL AYMARA COMUNI TARIO

    El' aymaraj en  medio de la aparente  soledad de -la Pu na es un ser que

    no puede vivir aisladoo  Vive sumergido  en sus grupos primarios:  la

    famil'ia y la  comunidad

    0

      Casi no puede  tomar  decisiones ni organizar

    su trabajo, ni

     davertirse,

      ni rez ar si no es con refer encia a estos

    grupos a los que

     pertenece«

      Incluso su

     individualis.mo,

      del que

     como

    ser

      humano

      no

      esta. exento,

      se manifiesta

      principalmente

      como un

     egois_

    mo  comunitario,  de grupo,, "  .

    Sin entrar en

     muchos

      detallas he

      escogi&o

      dos de los

     posibles' intficÊ

    dor es del fuerte sentido comun itari o del ayma ra para

     explicar

      este

    punto.

    l,„l

    e

    - :Decisioneq comunitarj.as

    c

    Uno

      de los

     campos

      en que.

     aparece- mas

      este control de todo, el grupo es

    sin duda en la 'manera  do manejar la"republic?"  local.

    Ello.

     puede

      obuervarse ya

      en el sentido rotativo de

     cargos, cargas

      o

    beneficios', que he llamado-en  otra parte la  "democracia  aym ara (Albo

    1972a0>

    i

    Incluso en muchos  lugares  en los que se ha introducido  la organiza-

    cion 'sindioal campesina

      de.

     cuno mas mouerno,

      persiste el

      esquema

      de

    que todos

     los.miembros del:grupo —s ean

      estos

      familias, estancias,-

    zcnas, conrnnidadeo,

      o grupos de

     comunidades—

      vaya n pasando por turno

    rotativo a ir ocupando los diversos cargos necesarios para el funcio-

    namiento  del  grupo»  La igualdad  de cportunidades (y de, inoportuhida-

    des)-  para todos y cada uno es consi derad o un crite rio mas importance

    que el de

     aptitud

      para el

     cargo

    c

      Es cierto que este enfoque

     lleva

      con

    frecuencia a que la

     actividati comunal

      sea estatica y

     ciclica. El

      pro-

    greso

      queda sujeto

      al chance de que

     el•turno de'

     autorida d recaig a so-

    .bre alguno  mas  capacitado o inhovador

    0

    3  Pero este mismo hecho fomen-

    ta el sentido c omural • casi rit ual , de toda la ges ti6n comunitaria  y

    exige,  para su buen  funcionamiento,  un consta nte control comuni tario

    .sobre

      los que

     estan

      de servicio en

     un-periodo

      determinado. Este siste

    ma genera

      tambien

      una cierta

     mistiea

      de

     -"servicio

     a la

     comunidad"

      en

    contraposicion

      a la de

      "peder

      sobre la comunidad

    m£s

      propia de los

    sistemas occidentalei:;* Finalment e puede  gene'rar  una especie de conse-

    jos  comunalesj  ordinariamente ,'informales, que son los que en real idad

    tomaran  las decis iones importantes (no simplemente  rutinarias) de la'

    comunidad,- -En

     este sentido.no es raro que el

     grupo "multiple

      de a-utori

    dad.es de un determinado' ano,  tanto  tradicionales  (corregidor,  jilaqa"

    t-as, mallkus,

      etc.; como de nuevo

      cuno

      (principales carteras sindica-

    les,^ junta vecinal,  e t c )  actue  en conjunto : Todos caminan  juntos ,

    http://sentido.no/http://dad.es/http://dad.es/http://dad.es/http://sentido.no/

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    3.

    me comento

      alguie n en

     Jesus

      de

     Machaca.

     Dentr o de este

      esquema

      es

     tam

    bi en frecuente que los

      "pasados"

      (autoridades de

     anos

      anteriores) no

    solo tengan un status especial sino que funcionen

     adem&s

      como cons ul-

    tores para

      determinados

      asuntos mas importa ntes. Estas son varias hue

    lias actuales-

     de

     lo

      que

      qUizas

      fueron los

     consejos

      de

     amaut'as

      de

    tiempos

      antiguos

    s

      e incluso de

     algun

      caso mas

     moderno

      com o el, del pri

    me'r nucleo  escolar de Warisata, (Perez  1962)°

    Pero el sentido de decision Comunitaria no se limita  al  grupo  de la

    elite

      dirigen'te

     ni

     mends

      al grupo informa l de

      "pasados".-. Normalmente

    las decisiones pasan ademas por el tamiz de la

     asamblea comunitaria

    en que participan

     activamente

      los

     hpmbres

      jefes de

      familia,

     y. de s-

    pues, en

      forma

      menos

      visible pero quizas

     mas

      eficaz, pasan

     ademas

      por

    el tamiz- de cada hogar donde marido  y mujer  tienen' consultas  sobre el

    asunto antes de' llegar a una decis ion  firme

    u

      E n asuntos impuestos des_

    de afuera, la situacion de dependencia centenaria influye para que es

    tas

     asambleas

      sirvan a veces

     simplemente

      para

      transmitir

      ordenes (por

    ejemplo,

      la prestacion vial

     anual

      o

     algun

      requisit o para la escuela).

    Per o en asun tos dent ro del contro l de' la comu nida d estas asa mble as

    son un foro de expresi on y proces o -C-olectivo de- decisiones que sorpren

    de al forastero por su grado de par tic ipa ci6 n y por su sentido de res -

    peto democratico.  Suelen ser asambleas pacificas  en las que el mismo

    t'ema es

      repetido

     machaconamente

      por diversos participantes hasta lie-

    gar a cierto con senso com unitar io

      explicitamente asimilado

      o, si

      este

    ho se

     logra,

     hasta que los

     miembros empiezan

     a desf ilar h aci a sus,

     ca-r

    sas.  En este caso.  si el asunto es de  importancia,  no es proba ble que

    los dirigentes solos  tomen  la decision a yu  cuenta y  riesgc

    La frecuencia de asambl eas

      varia segun

     las

     circunstancias.,

     En la epo-

    ca de la

     Reforma

      Agraria, en que la

      sol'idaridad

     _campesina

     11-ego

      a su

    apice,' hab£a  asambleas al

    p

     menos  semanales. La asistencia esta abierta

    a todos, pero no todos asist en,  ccbrandose  a veces multa  por la ina-

    sistencia  ho justificada. Actualmente 'hay lug ares en que se  reunen

    raensualmente, otros en que se

     reunen

      simplemente cuando hay asun tos

    sea

      cual

      sea

     la

    :

     frecuencia,. otr os que

     hacen

      coincidir la asamblea con-

    trabajos

      comunitarios

    5

      etc.

     Tampoco

      es r'aro que' eh torno a

     ,1a

      asamblea

    ocurra algun -tipo  de  celebradon  o ritual, con lo que se refuerza la

    mistiea  comunitaria. La asamblea  suele  ser al  nivel  de comunidad en el

    sentido  m£s restringido  de la'palabra,  equivalence'a sind icato (o ca-

    bildo,

      en

     a lg

    U n 0

    s

      lugares). En

     .pueblos

      de

     Oruroi

     donde p ersis te la idea

    de una raarka con var ios

      ayllus,puede

      incluir a rep res ent ante s de toda

    la .marka(ver

      k„j)„

    Co mo p arte de su labo r format'iva,el equip o de

     CIPCA

      ha

     estimulado

      innu

    merables  sesiones de sociodrama con grupos .aymaras  en muchos lug ares y

    circ.unstancias  sobre las  cos'tumbres  y la  problematica rural»  En la  ma-

    yoria  de las ocasiones los  campesinos  partic ipante s han incluido den

    tro del sociodrama, en forma

      espontanea, c-.l̂ una asamblea-

      comunitaria.

    E s que se trata de la  instituc,i6n -obvia en que el aym ara d ebat e ha bi

    tualmente

      sus asuntos.

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    Eeta democracia rot'ativa

      no se

     limita

      a la toma de

     decisiones*'

     Alcanza

    igualmente  la'distribuci6n  equitativa de obligacio nes onerosas, cuotas,

    trabajos, etc. y

     tambien de'posibles

      beneficios,

     como^por ejemplo titu

    los de

     Eeforma

      Agraria sobre terre nos. Son

     muy

      pocos los casos de

     indi.

    viduos que

     „hayan tram^tado

      en forma person al sus titulos ejecutoriales

    an te el Serv icio de Reforma Agraria. El  sujeto obvio para este tramite

    es la comunidad, a traves de un grupo especialmente comisionado  por

    e'lla.

     En una

     comunidad

      de

     Jesus

      de Machaca

     ~ha

     ocurrido

     e# 197^ un

      caso

    de un grupo de

      k

      faniilias.emparentadas  que habia tramitado  y consegui-

    do a espa ldas de la comuni dad sua titul os in divi dual es sobre la sayafia

    qu e oc upab an, en una zona eh liti gio con la comun idad

      vecina*

      Al ente-

    •rarse

      la

     comunidad,

      conv0c6 una asam ble a en la que todos los

     comuna-

    'rios,  indignados, resolvieron  desconocer  la resolucion y destinar el

    terreno a parcela escolar,'es

     decir

      a zona de uso y benefi cio

      comunal,

    Inclus o en la introd uccion de

     determinadas

      innovaciones

      de

      tipo

     agrope_

    cuario no es raro que  ello  ocurra en forma com unit aria , o al menos en

    u n grupo  dentro de la  comunidad.'

    1. 2 Senti do de recipro cidad y trabajo colect ivo.

    Muchos han

     llamado

      la atenci6n sobre la riqueza de instituciones de

    ayuda  mUtua, re.ciprocidad y trab ajo s colec tiv os en el mundo  cultural

    andino (ver

     Albertl

      y Mayer,

     eds. 197^*

      con

      bibliografia).

      De

      tiempo

    en tiempo algunos

      observador.es

     precipitados han deducido de

     ahi

      el

    sentido comunista  o colect ivista de estas  sociedadeSo  S in llegar a

    '

     esta apreciacion

     insostenible,

      es eviden te que el senti do de recipr o

    cid ad y ayuda grupal es uno de los

      teraas

     culturales and inos mas desa-

    rrollados.

    Dent ro del mismo los ayma ras actuale s

      mahtienen

      una variedad de insti

    tUciones  que no se encuentra. en otros g rupos an din os, al men os en T3oli

    via.

     Ademas, bajo

      el mismo

      nombre

      pued en esconderse realidades diver-

    sas

      s"egun

     la regi6n y realidades

     multiples

      de la

     misma institution

      y

    region. El lector  familiarizado  con Xa  literatura antropoi6gicayandi"-

    na ensegui'da observara" semejanzas' y contrates entre la s  descripcfories

    que siguen y las

     que"dive]?sos

     autores

      sefialan

     en

     otros

    1

    ,lugares

     de

     'Boli

    via,-

      Chile,

     'Peru

     y Ecuado r. Por ejemplo en Ecuador

      la~ minga-

     no se pare

    ce tanto a la mink'a  aymara sino a la  faena,  y en el Peru, central el

    waje

      no

     equivale

      a nuestro

     w ti

      sino al  afn±.  No es este el

     lugar

      para

    expli car en detalle

      este, aspecto. Aqui

      me

     limitare

      a pres enta r una lis

    ta rapida- de dive rsas modalidades  detectadas eh el campo  aymara actual

    a t rave s del sondeo,  indicando «n  cada caso algunas de sus peculiarida

    des y los lugare s en

     que

    :

     se

     h-

      indicado su

     vigencia. ~~

    1.21. Instituciones de trabajo colectivo,,

    En todas

      ellas

     lo pecul iar es el trabajo conjun to de un grupo relativ a

    mente numeroso  de  individuos,  ordinariamente  varones, Como complemento"

    la s

     mujeres

      fo'rman tambien con frecuencia un grupo de cocineras que

    preparan  comida  y bebida para los traba jadores varon es. A veces este

    trabajo y comida colecti vos tiene tambien algun  ritual, o bien ocurre

    http://observador.es/http://observador.es/http://observador.es/

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    5.

    con ocasi6n de algun  rito, por  ejemplo  del rito de la  primera siembra.'

    En cuanto a los individuos participantes-, las mismas  instituciones pue

    den

      facilmente

      consistir en un trabajo de todos para alguna obra de in

    teres  colect ivo, o de todos para el b'eneficio  de algu no del  o an,  o

    de todos. para

     beneficio,

     de alg una

      autoridad.

      Debido. a la

     situ-„cion

      sub

    ordi nada que tie ne el aymar a cg n rela ci on a lo s vec-inos,. aut ori dad es

    criollas

      y hasta hace poco a

     .los

     patrones, se

     ha-dado .con

      frecuencia

    la decadencia de estas institucione s de, trabajo c ole cti vo, conv irti en-

    dose en una

     mera utilisaci6n

      de

     mano

      de obra barata del indio para el

    servic.io  del no-indio . ,En este grupo de insti tucio nes a bun dan mas l os

    nombres de

     .origen

     caste llano , debido en parte a esta

      utiliz&cion

      por

    parte de patrones y auto rida des cri olla s, y en parte debido ,al propio

    origen

     i£3torico espaiiol

      de algu nas de estas instit ucio nes (ver

     Argue_

    das 1968).

    Aqui  enumerare  las instituci o

    mordial

      el trabajo cole ctiv o.

    bien otras  caracteristicas, s

    nes clasificadas en

     seccipnes

    o eh ciertos luga res caract er

    transferencias de.usos

      y sent

    region ahdina.  Tambien puede

    nes ocurran en coordinaci5n

     c

    bio  mutuo  de servici os,  cf.  1

    de

     modo

      que cada

     una

      de las c

    el benefici-o  de la otra*.  -

    nes que tienen como caracteristlca  pri-

    Pero algunas de

     ellas

      pued en tener

      tam-

    egun  el lugar  0 uso,  y otras  institucio^

    siguientes, pueden tener

      tambien-'a

      veces

    izaciones de trabajo  colectivo.' Estas

    idos

     semanticos.

     es corr iente

     'en' toda-

     la

    darse el caso de q"Ue- algunas  institucio-

    on

      otras. Por

      ejemplo,-un

     ayni (intercam-

    .24) puede darse entre  dos•comunidades,

    omunidades

      haga tra bajo

     colectivo

    1

     para

    La frecuencia de •instituciones de trabaj o en conjuntc-encuentra  su

    eco

      tambien

      en el propio

      idioma

      aymara, a traves de la

      particula -ni,

    que aplicada a numerales  o adjet ivos como muchos , todos , etc. in-

    di ca la- idea

     de^estar

      o. hace r

      algo

      en conjunto.

    He

     aqui

      las institucio nes clasif icadas en este grupo;

    a) Faena,  o phayna. Nombre  generi co en la mayoria  de regiones  para in-

    dicar algun tipo de trabajo en conj unto , ordinariamente  durante  to

    do un  jornal. En alguna parte (ej. Tablachaca, Turco) solo se llama

    faena al trabajo .colectivo  que'.dura muy  pocas horas:.

    Algunas instituciones

     relativamente analogas reciben

      otros no mbres

    locales, como por ejemplo:  ,., -i

    junta (pro v. Larecaj- y Yungas> 5.

    .Cooperatiya

      (Colquiri)

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    10/64

    6.

    b) Jayma o

     Ayma.

      Bertonio define

     haymatha

      como ir a traba jar en

     las

    chacaras

      que

     se

      hacen de

     comunidad, -como

      son las del caciq ue,

      fis

    cal,

      o de los

      pobre's, etc.'U Actualmente

      en

     algun lugar

      (por, ejem

    plo, Quiabaya,

      provinc ia Larecaj a) esta palabra

      se

     consi dera como

    el equiyal ente aymara del caste llano faena * Posiblemente.,la po -

    pula ridad de esta palabra

      cas^tellana

      en todo el mundo

     aymara

      se

    debe  a que  f£cilmente  se confunde  con l a  que originariamente indl

    caba  la institucion  de trabajo' col ect ivo por' antonomasia,  pero

    ^ que  ya se ha ido- perdiendo  en muchas- pa.rt.es. 

    En los

     valles

      de Italaque,

     .Timusi, etc,

      jayma ha venido a indicar

    algun

      traba jo, colec tivo o no, que se

     real'iza

      s6lp a

     primeras

      ho-

    ras de la

      manana

      (ver

      tambien

      Miranda

      1970)-

      En varias

      partes•(Co

    pacabana, Aroma,

     Paca-jes)

     jayma indica

     primordialmente algun

      te

    rrene

      para uso colectivo, pOr

      ejemplo

      para la capilla, la

      escuela,

    ,

     el corr egid or, etc. y que

      —c om o tal—*

     exig'e

     tambien

      trabajo

      cole£

    -tivoi

      :

    °) Cooperativa-. E^uivale  a faena en Colq uiri  Ccf. a).- En  dlversas  par

    tes en que se ha n introducido l as

     llamadas

      tf

    cooperativas", £stas

    no

      siempre

      se

     parecen

      al conc ept o o cci den tal die

     la palabra.-

     Varias

    v.eces incluyen

     la adquisicion

      de un terreno

     comun

      para los socios

    y trabajado en

     comun

     por

     ellos en

     una forma no

     muy

      distinta a la

    de los trabajos colectivos

      tradicionales.

     Tam bie n es frecuente que

    estas

      "cooperativas"

      sean agrupaci ones

      temporales, mas

      que

     perma- •

    nentes,

      para

     conseguir'

     juntos

     algun objetivo.

     Una vez logrado este,

    la llamada

     ,cooperativa

      se disuelve de hecho (ver

      1..227).

    d ) Comuna. Equivale  a  faenaj  en la zona de colonizacion  de Cara nav i y

    Alto  Eeni (cf. a ) 

    ©)

     Colectivo.

     Nombre alternative

      de la

     .faena

      en la

     parte,

     occiden tal de

    Oruro

      (cf. a)

     -

      ' ' , ' '

      '.'

     •

    f) Junt a. Faena hecha. concretam ente para una obra comunitaria  (Quiaba_

    ya , pro v. Larec aja ; cf . a-) ^«

    g ) Chuqu. En  el Nor te de Pot osi in dica el trabajd  colectivo iniciado

    por un individuo para su propio  beneficio.  (Si el trab&jo  es  inicia

    do por la com unid ad, se llama  faena)  * Eh es-ta  regi6n los trabajos "*"

    colec tivos son muy  corrientes  a todo nivel  y en ellos adqui ere una

    importancia  primordial la comida y bebida en comun.

    h )

     Umaraqa.

     Est a ins titu ci6n se encuent ra sobre todo en la parte Sur

    de La Paz y Norte de Or ur o. Por la provin cia Inquisiv.i (Colquir i,

    Qhawari),

     se indica que era (antes mas que ahor a) un trabajo colec

    tivo agrico la rotati vo. Todos juntos

     empezaban

     a trab ajar en casa

    de una

      familia,

      la

      cual dbsequiaba

      buena cant idad de comida y bebi

    da,

      y

     despues

      el grupo iba pasando

     ,de

     casa en casa en fech as

     .ulte-

    riores, hasta que todas las

      familias

     habi an recibido la ayuda de to

    dos. En Colquiri

      anaden

      que, al princ ipio de la

     siembra,

      este

      traba

    jo va acompa nado de

     musica* "~

    http://pa.rt.es/http://pa.rt.es/

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    11/64

    1

     »=• —

    7.

    En otras partes  (Ayoayo, Lawachaca, Paria,, Llanquera)  la umaraqa ha'

    quedado reducida, al

     parec'er,

     a la ayu da

     agricola

      a

     .cambio

      de comi

    da entre grupos

     m£s

      reduci dos de pers onas . Por eje mplo, la colabora

    ci6n con la

     yunta,

      a

     cambio

      de comida.

     Tambien

      a este

      nivel

      puede

    • incluir algun a

      musica, danza

      e incluso ritos (Llanquera,

     prov.,Caran

    gas).

    ^ AchuQalla.  En reali dad se refi ere a toda la ceremonia  de  techado

    de una: nuevacasa,  con muchos- elementos  rituales . Pero el centro  de

    toda la acti vidad es el trabajo cole ctiv o  del techado. Es corrient„e

    en casi todo el mundo aymara..-

    j.) >Wajjrfea./.EjB

     dificil d escr ibir esta

      ins-bitucion,

     por las. muc has

      varie-

    dades

     locales... -Bertonio

      define

     huayca

      como raz6 n o causa para en-

    trflienerse

      en, algo y el verbo corres pondie nte

      cbmo

      M

    arrebatar

      de

    las

     manos".

     Ya hay

      e-h

     estos con cept os alg o de, la idea de

     competen-

    cia que caracteriza el verbo aymara actual

     waykasina(.quitonearse)

     t

    comun

      en casi todas las

     .regiones.

     Por otra parte

     Miranda. (1970)-

      de

    fine

     w^yka

      qomp "chacra  que los colojios de una'hacienda cultivan

    :rVtbdc%-§'

    :

    n""conju,ht.Q.T fuer'a de  3̂ a tarea . En sintesis-, pare ce que las

    tres ideas que entran en esta insti tucion son la de cierta competi

    cion, la de grupo , y la de trabajo extra no h ab it ua l.

    En el Oeste- de Or ur o Iprovs. Sajama  y Atawallpa), wayka viene  a-equi

     valer

      casi a faena

      (cf.a),

      aunq ue sin perder la idea de

     competen>-

    cia:

      Trabajar al vencers e

      uhos

      a otros

    (Turco).

      En Qhawari y Si-

    was (Inquisivi) hacer una

     waykeadita"

      indica

      tambien

      el ir competi

    tivamente a

      ayudar a

     algun particular,

    En cambio en otras partes parece haber prevalecido  princj.palmente

    la idea de trabajo extr a, en la forma ind icada por Mir and a. Ello  su

    cedla  sobre todo en regibnes  de haci enda s. Pero ha persisti do en al

    guna -forma tambien desbu^s  de la Reforma  Agraria. Asi  en Larecaja '

    actualmente  wayka indica que un grupo de catopesinos  sin tie rra se

    . "ponen  de acuerdo para ayudar a algun pampesino  o ex-patron con tie

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

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    1970 ), y es aplic able tanto a individuos como a grupos  enemigos.  De

    ahi que a veces pueda traer tambien la idea de competencia:  una co

    munidad

      quiere

      tambien hacer

     Lo

      que ha

     observado

      en otra (Sicasica).

    Pero tiene  tambien  otro sentido de condescendenci a : perdonar de  J

    su obligaci6n al que no asiste a

     algun

      trabajo. col ect ivo por buen a

    excusa (prov. Inq uisi vi y Loayza).. Pasad a al

     nivel

     'de rel aci one s

    entre individuos , puede indicar t ambien la ayuda mutua  por la que

    alguho

      "mira"

      los

      terrenos,

      ganados, etc.

     de. algun

     ausente o

     impe-

    dido.

    En alg uno de estos

      senti-dos

     la uhaqa es conoc ida en las

     proifiiicias

    Aroma, Inquisivi, Loayza,

      Ingavi,

      y en el Lago

     Titicaca j?6r

     ;

    toda

     la

    region de Puno-Chucuito,  y en la. provincia  Camacho-,

     

    j

     •').- Pnasi.  Faena para ayudar a las autoridades: (Italaque)

    A -to'da la enumeraci6n anter ior podr ian ."anadirs.e otra's ̂ tivldades  que

    directamente indican determinada operaci'6'n

     por ejemplo

     Igyk'a pichaiia

    (limpieza  de acequia) , qarpa 9 qhicha- (riego^ etc«

    f

      pero 'que pueden

    r.ealizarse- tscmbi6n.*;

    v

    en fornfa de-;trabajo- co'lectivo. - ,  •:-

    . " " ' " " .. .

     i

    ' - . ' ' * . • 

    En cuanto al  tipo  de 'trabajos  que con ma's 'frecuencia se realizan  en

    fprma^colectiva,, estah- todos' los, relaqi-onados co

    v

    n .alguna  obra comuni*-

    ^k^ia'-.de enve'rgadura^ comq

      una

      escueia,_-iglesia-, "=u

     otro edifici o

     publi^

    00 ;  lp£. references  a la  defensa  conjunta frente. a

    :

    \alguh peligro  natural^ ;

    'poor'ejemplo de'fensivos ;en'-epoca  de lluvias . Puesto que estos riesgos  ' 1

    pueden lie-gar a muchos, pero

     Jiaso

     a paso , esta

     defejisa

      conjun ta puede j

    beneficiar inioialmente

      s6lo a

     alguna- familia.

     P©r

      Challavito. (prov

    #

      A

    .

    Sauc'ari), por ejemplo,, el ano  197*S  con mucha*" "frecuencia  se ha  ido 11a* J

    mando

      a los

     eomunarios,

     pa ra 'que ac ud ie ra n

     a defender,

     de

     "la

      inundaci6n

    las-'parcelas -d'd

     una u otra

      faffiilia. Los' canfinos .y

     acequi as ha n sido

      i

    tambiSn &e;sde siempre p.bjeto de trabajos "comunitarios  una vez.. pasada

    la>epoca det-lluvists'.

     Este tipo de

      trabajo*

     colec tivo ha ll egado

     .incluso

    a ladquirir rarigo

     de

     impuesto nacional, a graves

      de la

      llamada "presta-

    ci6n~vial",  por la que cada  campesino  enTfbrma'-colectiva  ofrece tree

    dias anuales

      de

     .trabajp e.n ml'

      arregl o de

     Cainihos, en, medio

      de

      frecuen-

    tes

     libaciones

    :

    - y'regocijo.

     En regiones

     masva-cp^dentadas

      el trabajo co-

    . lectivo  se,.

    ;

    ext'iende  tambien a caminos  de herradura y en muchas  comuni-

    dade£ cubre:'muchos m&s/dias  que la presta cioh vial  obligatoria,  arre-

    glaiido o,tros„caminos secundarios,

      o abriendo otros nuevos. La apertura

    de caminos.es una

      de'las

      principales ocasion es para la coor dinaci6n

    del -trabajo'" colectivo de-^varias comunidades. A veces los peligros na-

    turales obligan casi

     por

      necesidad a

     consumir

      muchos jornales en tra

    bajos colectivos, con lo que se va acrecentando el sentido de solida-

    ridad,' En los *valles  de la prov inci a Loayza (Luriba y), por ejemp lo,

    el sentido solidario puede explicarse en buena parte por la necesidad

    de construir

     constantemente

      defensivos contra las torren tera a y

      tempo^

    rales. 

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    13/64

    9-

    Las ante rior es ocasiones suel en darse en todas par tes . Ademas, segun

    las circunstancias, pueden  onurrir  actividades colectivas debido a

    otras ca usas. Una de las ra£s corri entes son los trabajo s

      agricola.s.

    Pero estos se dan en forma colectiva  principalme'nte  en las c omun ida-

    des de tamano  pequeno. En otras par tes es mas frecuente el ar reglo

    entre  unas pocas  familias,  o simplemen te el trabajo asalar iad o. No

    es rar o que se mencione  como motivo  de accio n colectiva  el pelear

    contra otra comunidad, en las,regiones  en que existe  faccionalismo.

    Algun  tipo de activida d col ectiva ,servil,  es decir para benefi cio

    de autorida des, dirigentes, vecinos del pueblo, profesores,

     -etc.jse

    .indica

      tambien en varias partes,

      sobre todo

      en el Nort e de Potosi y

    cerca de puebl os

     relativamente aislados.

     Pe ro en el

     lado

      boliviano

    muchos

     mencionan-

     que este tipo de acti vida d servil ha decr ecido en

    los

     ultimos anos. Significativamente,

     la

     mayori,a

      de lugares

      sondea-

    dos acerca de

      este

    :

    aspecto,

      en el

      departamento

      de

     Funo,

     Peru, indi

    can trabajo colectivo

      de-

     tipo serv il.

    La unidad que se

     suele

      agrupar para

     algun

      trabajo colect ivo es la co

    munidad en sentido

     estricto,

      es decir la que

     comparte

      un mismo

      s

    indi-

    Cato

      (donde los hay ) y auto ridad es de nivel

      minimo

      (secretarios gene-

    •rales,

      jilaqatas, etc .) capace s de convocar

      regularmente

      asambleas a

    las

      que asisten

      todas

     las base s. Las principal es ocasiones en

     que-.lle

    gan a colaborarse v arias

     comunidades

      son la construc cion de

      caminos

    ,

     nuevos,. de

     nucleos escolares,

      y de algunos edificios u obras

      comunes

    en'el  pueblo al centro de todas las comunidades de una region.  Espe-

    cialmente en el

     ultimo

      cas o la pr esi on puede- veni r de grup os

     no-ayma_

    ras que en ultima  instancia son los principales  beneficiarios  de es

    te trabajo colectivo  mancomunado".  '

      r

    1.22o  Instituciones -de propiedad  compartida.

    Ante todo debe' men cio nar se  aqui,  en forma gen era l, todo el asu nto de

    la tenencia de la tie rra . Sab ido es que entre los aym ara s -como en

    tantas sociedades agrarias y pastorileS-  la propiedad  de la  tierra

    era  originariamente  algo solo concebib le al nivel de la colectividad,

    'mas o meno s ex tens a, de modo  que para los individuos solo cabia  cier-

    to

     nivel

      de

     usufructo.

     A pesar de un

     sinfin

      de expbl iacion es en la epo

    oa 'colonial y repu blic ana y de div"ersbs intejitos  de  "individ.ualizacion"

    de la propiedad durante la Republica  (Barnadas 197-5)-i la  propiedad

    juridicamerite  colectiva se ha mantenido  en casi todas las co munid ades

    originarias' que se libraron de- ser hacienda s- Much as de ellas  guardan

    con orgullo y

     sec-reto documentos

      de la

      §poca

      colonial y republicana

    en'los

      que se especifi ca esta propied ad colec tiva . Esto s d ocumen tos

    estan

      en

     manbs

      de

     "apoderados" nbmbrados

      por la comunidad y se

     mantie

    nen

     lejos

      de la

     mirada

      de

     extranos.'Es^a

      t'enencia de tierra comunita

    ria es,

      sin duda,

     una'base'eConomica

      que

      explica

      en parte la pr eval en

    cia

      d-e la solidarida.4

     al nivel comunitario .

    Al nivel de usufructo, la situacion varia

      mucho.

     En lugares mas ais

    lado s, como el Norte de

     Potosi,

      y en

     lugares.

     donde ha y exceso de t ie

    rra con poca s posib ilid ades de agri cul tur a, como en el Oeste de Or u

    ro, hay

     ampl-ia-

     flexibilid ad de uso. Bajo tales cir cuns tanc ias es fre-

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    14/64

    10,

    cuente^que

      un indiv iduo adq uie ra el usufr ucto de cual quie r terreno

    .desde  que lo limpia  ha st a el fi n del c'iclo ro ta ti vo de produccifin.

    Pero en otros lugares'mas c£ntricos  y m£s densamente  poblados los

    derechos individuales quedan mucho ni£s delimitados  por la  costum-

    bre. Cada  familia  cono ce desde. tiemp o  inmeraorial los terre nos de

    su. uso . A dem as la

     Reforma

      Agrari a, aunque previo la posibilidad de

    la

     propiedad

      colectiv a y cooperativa, en la

     practica

      ha acelerado

    'el

     proceso de

     parc-elacion

     individual.

     Prdcticamente

      todas las titu-

    lac'iones  de ex- hac ien das y la raayoria de las dotaciones' en zona s de

    colonizaci6n  se han hecho  eh  forma de propie dades  familiares indiyi^

    duales.  Con este ejemplo, hay tambien  bastant es comunidades  origina

    rias que desean y'algunas  que ya ha n logrado este tipo de  titula-

    ci6n individual

     mds-"moderna".

      De todos

     modos

      incluso en estas

      ind^

    vidua liza cione s de uso, asi como en las ex-hacie ndas que ya

     habeas

    perdido la prop ieda d cole cti va, este derecho

      ultimo

      de la comunidad

    sobre los miembros  se maniflesta eficazmente  en momentos  especiales

    como el de asignar terrenos que ha n quedado  vacantes,  o el de afec-

    ta r .terrenos  de uso particula r para satisfacer algun a necesidad co

    mun prioritaria (escuela,  nuevo pueblo, etc.), o incluso para  expul

    sa r

      a, algiin

     miemb ro que por su

     comportamiento indigno

      no

     merezca

      se

    guir us.ando 'terrehos de la

     comunidad. ". -

    En el

     res'to, de

      esta seccion

      in'cluire*

     otros

     arreglos; especfficos, m£s

    o menos

      ins

    :

    titucionalizados,.

     que

     afeqtan

      la propied ad, el uso; o la

    distribucion de

     tierras, recursos,"dinero,

      u

     dtrp

      tipo.de

      bienes,

      en

    tre los diversos individuos que

      forman

      u n grupo.' En una secci6 n si -

    guiente me referire

     a •los-.intercambios

      entre

      familias individuales*

    a )

     Aynuqa•

      Tierras de comunidad destina

    tiva, ordinariamente  con periodo s de

    . comunidad suele  tener dentro de esta

    - celas  (qallpa) que usufructua  desde

    dividual, pero sincronizada con las

    vidu os en sus

     respeptivas

      parcelas.

    qas ha' sid o descrito en detalle por

    bo 1972a). En alguna regio n del Nort

    llaman manta.

    das al cultivo  en forma rota-

    desc anso . Cada miembro de la

    aynuqa una o unas pocas  par-

    tiempo immemorial  en forma in

    actividades de.

     los

      otros indi

    El complejo sistema

      de

     aynu-

    Carter

      (1967;

      ver tambien

     Al-

    e de Potosi y Sur de Orur o se

    b)- La ki . Literalmente,  distribucion. Se refiere en algunas partes

    (por ejemplo, Jesus  de Machaca) a-la ceremonia  en tiempo de Carna

    val -por la que simb6lic amente se distribuyen las parcelas de las

    aynuqas

      entre

     los

      miembros de la comunidad. De todos

     modos

     la dis

    tribucion solo es

     simbolica,.

     pues todos con ocen ya sus parcel as.

    En tiempos

      de

      hacienda algunos patrones

      mantenian expresamente

    una distribuci on real

     ,y .periodica

     d e las-- qal lpa de a yn uq a, com o

    .una eficaz medlda  de control y poder sob re sus  colonos.

    c)  Jayma (cf. 1.21 b>. Originariamente' era el nombre  de cualquier

    tierra de  c-oraunidad..-Ultimamente' en los-pocos  lugares en que pe r-

    mariece

      este nombre suele tratarse de pequeno s terrenos as ociados

    a

      algun

      santo (jayma de Sta.

     Barbara,

      por ejempl o)

     ...La

     parcel a es

    http://tipo.de/http://tipo.de/http://tipo.de/

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    15/64

    1 1

    • • culti vada algun a vez  colectivamente  y habitualmente  esta  a cargo de

    algun  encargado o mayordomo. Los beneficio s producidos por esta  ja^

    ma son utilizados para gastos relacionados con la fiesta,  capilla,

    etc. del santo al que

     esta dedicada.

     Puede haber alguna jayma ded i-

    cada a fines

     m£s "profanos,

      como la escuela,

     algun

      cargo de autor i-

    dad, etc. Pero en esos

     cases mas facilmente

      se ha perdido el nombre

    origihario.

     Este se

     mantiene

      en alg unas par tes de la regi on del Ti-

    . tlcaca (Puno, Omasuyos,

      Italaque, y sobre todo la provincia Manco

    Kapa c; cf. De Lucca}  y en algunas partes de la*- prm-inciaa.. Aroaa,

    I'ngavi y Pacajes.

    4 ) Parcela escolar. Con cambio de nombre , la costumbre. anti gua ha revi

    vido en muchas parte s,  estimulada  por los profes ores de la e scu ela .

    Teoricamente

      la dotaci6n de una parcela a la escuela es un requisi-

    to del Minist erio de Edu cac ion para la con ces i6n de una nueva esc ue

    la fiscal, pero no

     siempre

      se

     cumple

      y s6lo algunas veces la parce

    la existente cumple la

     mision

      deseada de

     experimentaciSn

      agropecua-

    ria y/o sustento para gast os de la esc uel a.

    e ) Pastizales colectivos y semicolectivos.  Son relatiyamente  frecuentes

    en los lugares en que hay zona de Puna o Cor dil ler a. En las ori llas

    de lagos  los totorales,' tambien colectivos ,  cumplen

     1

    una misi6n

      anA-

    loga.  En cambio no hay rebanos  colectivos.

    f)

     Cambios

      de usufructo de terreno para pastoreo. En la mayor parte del

    Altiplano los

     mismos

      terrenos se dedic an a la agri cult ura durante

    dos, tres, o

     m£s anos

      y despues

      descansan un numero

      de anos que

      va-

    ria segun

      el tipo de terreno. Durante esta segunda

      fase_

     estos terre

    .nos  sirven para el pastoreo y entonces muchas ve ces  cambia  el siste

    ma de tenencia, o mejor  los derechos de usufructo. Ello. sucede  mis

    facilmente en los ter renos de aynuqa. Un determin ado ter reno pued e

    ser usufructo ancestral  de- una familia  X  en los periodos de cultivo

    (qallp a) y en cambio ser usufructo  igualmente  ance stra l de otra fa-

    milia S", o. inclu so ser pasto reo  comun  durant e los peri odos de des -

    .canso-pastoreo.

      Este usufruct o puede ser sellad o a traves de la

    anaqa,

      o

     choza-estancia que

      la

      familia

      tiene inst alada en su zona

    de pastoreo.

     Carte*

    1

      (1967* cap.8)

      describe tambi en el derecho de

    unta,

      que

     61

      observo en

     Irpa

      Chico (prov. Ingavi) y que yo he obser

    vaao

      tambien en

     varios

      lugares de las provincias Aroma

     .y

      Pacajes.™

    segun

      este derecho, durante

     los anos

      de descanso, cada familia tie

    ne der.echo  de -pastoreo  sobre franjas rectas y m&s  o menos.-determina

    das de terreno que Van  desde su sayana (solar familiar con terrenos"

    adyacentes) hasta' la part e de la ayn uqa , c erro , bofedal,  etc. que

    le  queda enf rent e.

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    16/64

    12.

    semillas-mejoradas, aguas"potables  u otro servicio  de la c omuni dad,

    etc.-

    1

    Pe"ro'"una

      vez consegu ido el objet ivo, la cooperat iva

      yadeja

      de

    funcionarv

      Por

      lo-mismo,

      aunque se menc iona n varios lugares con coo

    pe'rativa'S"de ;diversos  tipos, esta informacion  resulta  falaz  en la

    * mayoria'-de

     ;

    los".casos. 0 es simplemen te la huella de haber llenad o

    un

     requisite

      o deseo de agen tes ext ernos , sin mayor

      funcionalidad,

    •-

      o

      funciona-en .forma

     parecida

      a

      los trabajos

      oOlec-tiyos

      y otras ins

    tituciones  tradicionarles de uso

    ; y

    sincronizado"  de algun os bienes.

    h

    r

    )'

    :

    Cuotas. En'-practicamente todas

      las regiones

      esta

      es

     la

      :

    '-forma

      mas

     ha_

    bitual de

     capitalizarse

      cuando se

     necesitg, emprender

      alguna

      obra

      co

    munitaria. La cuo ta pued e ser en forma de dinero , o de bien es  con-

    cre tos , o de traba jo. Lo mas corrien te es que sea igual  para todos,

    independientemente

      de los diversos nivel es de riqueza dentro de la

    v.

    -

    *"

     comu nidad . ,

    i^-^amarf

     c e

     ~da- en el No rte de Pot osi (al menos centre l o s 'Laymi  tanto

    de Puna como de

     Valle,

      en Chayanta y en San Pedro).

     Ante-

     todo se

    refiere a una

     celebracion

      a la

     Pachamama

      que ocurre re gularme nte

    •Cada-ano. -en la epoc.a cer em on ia l de n'oviembre-dicienibre,  y o'casio-

    nalmente  cuando- surge  alguna -necesidad,  como plaga, sequia,  etc.

    El

      pasante

     ̂ principal

      pone una

      oveja,

      y el resto-

     de

     los

      comunarios

    -"•• cOntribuyen

      con sus

     alimentos

      y con objetos

     necesarips

      para el ri

    tual.

    Como en el caso'-de la rama,- hay muchas ocasiones festivo-rituales

    ' eh

      que se pon en en

     comun bie~nes

     y/o

     alimehtos.

      S6lo a

     modo

      de ejem

    pl'o,' incluyo

      otro caso muy

     ^recttente'en

      casi

      todo'

     el

    mundo

      aymara:

    3 )

     Arbov Pifes-ta

     en

     comun de'dinero, alimentos,

      bebida,

      etc.

      con oca-

    .si5n "de

     

    .alguna  fiesta. El  nombre viene del  "arco"" que suele  levan-

    tar  el princ ipal .pasante.  Los diversos concurrences  van  colocando

    en el arc o sus pres ente s, grac ias a 16s cuales

      todOs^ tendran

      una

    -

      buena

      fiesta.

     El

      pasante ofrece a

      todos ellos'una bueha

      comida y

    •bebida. En realddad'se  trata de una  densa  red- de  intercam'bios  de

    reciprocidad del tipo que sera ana-lizado  en 1*24.

    1.25. Servicios-para'

     la

     comuni-dad-. ~- ••

      •

    Desde la presente perspectiva

      deberiamos

      analizar

      aqui nuevamente

    todos-

     los

      cargos

    v

    comunitarios. El

      concepto de

     mit'a

      o turno reaparece

    aqui  como una forma -por la que tod os los de la comunidajd van  sirvien-

    do.-al grupo

    %

      un os tra s otr os y a tra ves de- una se rie

     larga. de sefvi-

    c

     ios

     o-cargos

      no

      necesaria'raente

      de

     autoridad.

     Aqu i entrari, ap ar te de

    l o s cargos considerados  en la  sec'6i-6n-..l', los que p asa n fiestas' a di

    ver sos niveles, los  delegados  para atender a alumnos  y profesores

    (alcaldes o-*iamaUt'as

      e'scolares),

      lbs que

     cuidan'

     las cha cra s i ncl uso

    ritualmente

     r(yapu alc ald e,

     o qamana), etc.

    Evidentemente

      esta

     iroagen

     de servicio a l grupo

     ha^sido

      distorsionada

    con frecuencia por los no-aymaras  hacia servici o al pode roso . De esta

    forma la.hacienda  fue creando todo el llamado sistema  de pongueaje,  y

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    17/64

    13'

    otros cargo s de autoridad fueron creando sus  sistemas  de servidores,

    mayordom os, etc. Aun hoy

    5

      despues  de la reforma agraria, se sigue  co-

    rr ien do el riesg o de rein cidi r en esta' dis tor si6 n en. ins tit uci one s

    :

    «uevas.

      Por ejemplo en algunas escuelas los

      "alcaldes escolares"

      no

    'difieren mucho  de lo que hab ria sido un pong o del profesor. Pero en

    •general, en los c asos e n que no hay claramente-. un"sehor",  prevalece

    la imagen

      de servicio al

     grupo*.

     E n

     Copac'abana,

     por

      ejemplo,

      los

      reli

    giosos

     qui'sieron eliminar

      el

     antigUo

      sistema

      de

      mayordomos que por

    turno Servia n en el santuari o. Pero la s propias  comunidades' se opu-

    sieron,  por cons ider ar que la pres enci a de un dele gado de ellas  en

    el santuario era una  especie  de .garantia  para el grupo contra  calanu

    dades

      naturales. '

      v

    1.24. 'Instituciones de reciprocidad.

    L a s

      instituciones

      agrupadas en este

     ultimo

      grupo ya no tien en a la

    colectividad

      como'sujeto

      u

     objeto.

      Se

      trata mas

      bien de un

     intercam-

    bio de b.ienes  o energia  entre  unidades, individuales*  Estas suelen

    ser  familias,  pero en alguno de los casos pued en ser unidad es  mas  am

    plias,

      como

     comunidades-,

     Tambien

     aqui tanchos

      de

     lps intercambios

      vie

    n en

     acompaiiado's

      de comida, bebida

      ritual

    s

      u otras rauestras de

     calor

    i nterpersonal.

    L a  importaricia  del concepto de reciprocidad en el mundo aymara  viene

    senalada tambien'

     lingulsticamente

      a tr aves de div ersos rasgos. como la

    exis'tencia

      de

     varies

     r adi cal es que* tien en

     doble

      direc cion (pedir/pres

    tar,  comprar/vender, etc*)?  o el sistema bipersonal. del verbo aym ara

    que obliga a senalar una persona sujeto y otra persona-obj eto (Alb6

    1974).

    a )  Yanap-i

    P

     Litetalmente,  ayuda. Es la relacion al nivel mas  intimo,

    entre las  familias  mas vinculadas por parentesco real  o,ritual.

    Say  que  darla siempre  que se  solicita*  Se da tan por supuesta, que

    no exige una reciprocidad estric ta. .

    b ) .Ayni. Es el nom bre generico comun en todo  el ,mundo .aymara para de-

    signar un tipo de interca'mbio  que exige reciprocidad  estricta,exa£

    tamente

      en el mismo tipo de trabajo o bi en

     recibido.

     Suele l levar-

    se cohtab ilid ad de ayn is prestados' o

     recibidos.

    Ciertos 'tipos  de ayni  qcurren en,todas  partes- Por ejemp lo, en tra

    bajos

     agricolas

      y para

     .intercambios

      de

     regalos

      o ay ud as en aliraen-

    'tos, bebidas, etc*

      con

     ocasion

      de

      tnat^imonios,

      presterios,

     al

      cons

    t

     truir casa "niieva, etc. Otros ayni.  por ejemplo para prestarse  pla-

    ta o para oumplir  cargos  comunitarios,, han empezado  a ,perderse'en

    alg una s regiones, sobre todo en aque llas e n que se estan in trodu-

    ciendo sistemas economicos o

     politicos m£s

      occidentales.

      Finalmente,

    hay unas pocas regiones que aun. mencionan  aynis por  motivos  de pe-

    leas  o venganza'So  Estas regiones estan diseminadas  por tpda la ;geo-

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    18/64

    14-

    Es dificil es tablecer frecue ncias de ay ni . Much os dicen que ahor a

    estd  perdi endo fuerza, y que es prefer ible hacer  arreglos de tipo

    mas

      tran sacc iona l, a base de pagar jornal es, sin una ulterior

      obli

    gacion de reciproci dad. Pero en la

     practica

      el ayni se sigue prac-

    ticando habitualmente. Un  informante  de Yungas, zona con fuerte  im

    pacto de la

     economia moderna

      de

     mercado

      y caract erizad o por su me-

    nor  tradicionalismo,  me hizo una  estimacion  de que a lo largo del

    ano  ha bri a he cho mas 'de un centen ar de ayn is y habria  recibido tam

    bien

     mas

      de cien aynis de

     Otra

      gente.

    c )

     Mink'a.

      Es el tercer tipo gener alizad o de ayuda . A diferencia del

    anterior,  el. pago no eer exactaraente  en el mis mo tipo -de serv ici o,

    lo cual  exigiria  d'emora  en el tiempo, sino  inmediatamente  en el

    moraento

      de

      recibif el'servicio,

      con lo que se tiene mas a la

      mano.

    Por  ello  la mink'a se parece  mas  al sala rio de tipo moderno.  Pero

    la forma de pago no suele ser en metalico  sino en especle,  por

    *

      ejemplo con el mismo

      producto

      que se

     esta

      cosec hando , y suele

      im-

    plicar comida para el que  esta  ayudando con mink'a. Tambien  suele

    lla,marse  mink 'a al sustit uto que acude a un trabajo* en vez del

    que

      deberia

      hac erl o, a cambio de

     algun

      tipo de

      paga.

    d ) Sataq a, o sathaqa. Es otra forma  tambien  muy generali'zada. El  pro-

    pieta rio de un terreno entrega algun surfco a otro indi vidub . El

    prop ieta rio es quien pone la semilla y el trabajo.

     El

      beneficiario

    sim plem ente lo cos ech a. Con 'todo hay- tambien casos en que el bene

    ficiario pone s u semilla y/o su trabajo. Ello depende en parte de

    la

      funcion concreta

      de cada sa taqa .

    La sataqa puede ser simplemente una  manera  de manifestar  araistad  a

    un famili ar, o a un' hue spe d. 0  tambien  pue de ser' una m ane ra de en-

    trenar a un hijo

      menor

      para su vida de adulto. En otros casos es

    la manera de retri buir algun a ayud a,  quizas  en la propia  siembra.

    Finalmente  es una forma de dar acceso a algo de tierra a los que

    no tienen (ver Carter

     1964: 50).

     Fuera de los

      primeros

      casos. la

    sataqa.introduce algunos"tipos  de recipr ocida d entre los que no

    son del todo iguales, quizas  por no tener tierras en igual  canti-

    dad-o

    e )

     Chiki,.

     Se parec e

     a" "la

      sata qa , ,pero s6lp se

     c.onoce

    ;

     en alg una s regio

    ne s haci a el Nort e del lago Titicaca,  tanto  en  el lado  peruano co

    mo

      en-el

      boliviano., Suele

     haber

      algunas var iac ion es

      ent-p

      sataqa y

    chiki,

      en

      cuanto a la cantidad de terreno

      implicada.

     Er

     Larecaja

    (Quiabaya) y,  Yungas ('Coripata) el chiki pu ede l legar a ser el

    prestamo

      de una parcela al que no tiene, sin otra mayor

      pbligaci6n

    por parte del

      ultimo,

      excepto ayudar alguna vez en forma relativa-

    mente  voluntaria al  donante.

    Por Aroma (Lawa chaca ) chiki es la reunion de la comunidad para ele-

    . gir

      autoridades-

     tradicional es. En Tablachaca (Loayza) equivale a

    una faena que dura todo el

      dia;

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    19/64

    15.

    f

    ) Qhatichi, unaqa.

      Son otros nombres locales de la

     misma relacifin

      de

    intercambio.

    g) Waki. Esta ins tituci 6n se conoce en casi tod as par tes , con  excep-

    ci6n

      de Yungas, del Norte de Poto si, y de mu chas

     "partes

      de Oruro.

    S u

      sentido

      mas corriente es el de un intercambio de tierra y semi

    H a . —una, especie de arreg lo  de compahia, aparc irfa»  o al p arti r

    — , pero en

     pequeiias

     cantidades.

     El

      caso tipico ocurre cuando un

    individuo  se" encuen tra co n que su semilla no le  alc anza para el

    terreno que ya habia

      preparado,

      y en cambio otro individuo

     "se

      en

    cuentra con que tenfa m£s semilla  de la que cabla  en el terreno

    que habia preparado. Entonces los dos

     ee ponen

      de acuerdo y

     siem-

    bran la semilla del segundo en -el terre no del primero.. A  diferen-

    . cia de lo que sucede  en los contratos criollos "de compafiia,  en el

    waki tanto el dueno del terreno como el  duefio del producto  reali-

    ..'zan juntos todos los trab ajos, y al final se reparten la cos echa.

    Para

      garantizar

      la equidad del reparto, se asignan surcos

     alter-

    nos a cada un o. A veces el tlrmino  waki a llegado a per  equivalen

    te al arreglo

      m5s

      occident al de aparc er£a entre un prop ieta rio con

    tierras que no trabaja y un trabajador sin tierras propias.

    Para Bertonio huaque  es "pa

    r

    rte, porci6n, precio, m&rito";. y e l ver

    bo

     correspondiente

      es

     "concertar

      de hacer

     algo...

      juntos;

     .venir

      al

    justo".

    h )

     Medieros.

     Por m uchas part es de Oru ro, excepto a l Nort e, cerca de.

    La Paz, no se practica el waki, quizas  por haber poca agricultura.

    Pero

      en estas regiones

     eminentemente

      ganader as y viajeras se cono

    ce un

     arreglo, analogo.

      Cuando un individuo va con su

     rebano

      de 11a

    mas a hacer u n viaje, por ejemplo para hacer trueque de prod uct os

    en los valles, puede hacer un arreglo de

     mediero

      con otro indivi

    duo, de modo  que la mitad  de la carga sea del dueno de las llamas

    y la otra

     mitad,

      sea del

      otro.,

     Cuando

     gste ultimo

      yiaje,

     hara

      otro

    tanto.

    i )

     Manqharuna, Manq'ayana,

      Es

      otro

      arreglo propio de ganadero s (Oruro,

    Pacajes, Aroma, Inquisivi).'Un  individu o tiene una cria  que se le

    muere. Ent onc es la entrega a otro indi vidu o quien se la c ome

    (manq'ayana=  hacer  comer),  y a- cambio al cabo de un and  entrega

    otra cria viva al primero . Este intercamb io suele hacer se para

      ayu

    dar al  incremento  de los rebahos  de los individuos  ma's pobr es en

    ganad..:  si

      que

     ."tisne .:ma-B JU*oadc> 'iaeume'

     la

     .mifectft dftJLa_cria:.4fcl jque:

    tiene menos garia'doV---

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    20/64

    16.

    k )

     Truegue. Aparentemente

      el trueque, conocido en todas partes, es una

    mera  transaccion comercial  en la que se utilizan produc tos en vez

    de din ero, por ser

      6ste

      muy escaso. Esta es sin duda la funcion

     prin

    cipai del trueque- Por eso

     hay

      tarifas bastante bien establecidas so

    bre que  cantid'ades  deben intercambiarse  en cada caso . Sin embargo a

    rai z del trueque sur gen muchas vece s otras relacio nes de intercam

    bio

     ,vincu'los

      inter-familiares,

      regalos,

      etc*,

      que hac en

     pertine^i

    te su raenci6n aqu i.

    l.J. Otras  manifestaciones  de  comunitarismo

    Lo dicho hasta aqui deberia bastar para ver la fuerte vinculaci6n del

    aymara con sus grupos

     primarios,

      es decir, su sentido comunitario. Evi

    dentemente  cada uno de los hechos senalados  hasta aqui  no basta para pro_

    'bar en forma aisl ada el sentido comuni tario del aym ara . Pero el panora

    ma v isto en conj unt o resulta. inipresionante. Aunq ue he insist ido en los

    aspectos  mas formales,  no debemos- olvida r que e n la g ran mayoria  de

    lo s casos apuntados , tanto de asambleas y decisiones comunitarias,como

    de ins tituc iones de trabajo y ayuda

      mutua,

      es tos int erc amb ios van acorn

    panados  de comida, de bebida, y'muchas  veces de ceremonias  rituales.

    Es decir, la relaci6n se

     lleva

      a cabo en medio de un

     ambiente

      que ayu

    da a

     crdar "communitas"

      en el sentido utilizado por Turner

      (I969)'

      se

    subray a el sentid o de comunid ad y solidar idad  emotiva, por  encima  del

    de mera transacci6n o contrato.

    Apa rte de los indicadores

      mencionados

      has ta aqu i, que giran solo en

    torno de dos

      temas,

      se podrian

     desarr'ollar

      varios

     m£s.

     Por ra zone s de

    espacio, aqui me

     limltare

      a sehalar

      telegraficamente

      algun os otros:

    . las fiestas y ceremonias religiosas, a todo

      nivel;

    .  el sentid o de lealta d a los gr upo s a los que esta adscri to un in

    dividuo por

      nacimiento

      (familia, comunidad,

      etc.);

    . el

     papel

      de la comunidad y sus. auto rida des en la redis tribuc i6h

    de reoursos  v aca nte s y en la ay uda a los miembros' rods neces'^ta-

    dos*  en las comun idade s aymara s no hay  mendlgos;

    .

      La

      organizacion

      residencial, con centros construidos casi

      exclu-

    sivamente

      para la inter accio n comun itari a en torno a fiestas, fe-

    rias , asa mbl eas, e tc. Por ello

      abunda'n

     los puebl os de fin de se-

    raana que sig uen vaci os la mayor part e de los dias ordinaries.

    Per o en estos mismos  aspect os en que se realza  la comunid ad reapar ece

    co n frecuencia nuestra para doja. A veces el

     egoismo

      y la desconfi anza

    se

      manifiesta

      con mayor viveza

     precisamente

      en las

     mismas

      ocasiones de

    comunitarismo  sehaladas hasta aqui.  No es quiza s pura causal ida d el

    que la  misma  raiz ayni, que designa la forma  mas  conocida de ayuda mu

    tua,que

     use

      tambien

      para

      formar

      un verbo que significa discu tir .

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    21/64

    17.

    2. EL AYMARA  INDIVIDUALISTA'

    Pasemos  a most car a hor a esta otra- cara de la mo ne da . El  aymara  no. lle-

    ga a quedar  sumergido cpmpletamente por> el grupo. Mantiehe  claramente

    su propia identidad individual. Sin embargo, la

     presipn posltiya

      y ne-

    gativa  ejerc'ida 'por el grupo, .junto  con otros fa ctores que varian se-

    gun las

      pircunstancias,

      determinan

      con frecuenc ia que esta ident idad

    del individuo frehte ai  grupo se manifieste  bajo la figura de mutua

    desconfianza,

    envidias,

      y

     eirentualmente

      tambien bajo la forma de agre-

      mas  o menos. reprimida  que en algu nos  casos  puede  llegar  a sa-

    lir

      a la' sup erf ici e, en f orma de

     pleitos; demandas,

      o incluso vio len -

    cia-

     Con lo aqui sehalado

      no pret endo

     adherirme

      a las

      imagenes evidentemen-

    te distorsionadas sobre el caracter  del ayma ra, present adas por todo

    un coro de investigadores y escritores.

     Estos

      en la

     mayoria

      de

     .los

      ca

    sos

      conbcieron

     al aymara. sol o a

      distancia,

      a traves de los vecinos de

     -pueblos, los hacen dados , p.. las empresas  de sus con-hacionales,  ex-

    tranjeros

      establecidos en,la region, aymara*

      Ademas casi

     todos'

     escribie

    ron- en Ipocas  en que la opresion sobre el aymara  por parte de hacendados,

      y autorid ades se hacia sentir

      mucho ma«

      que en- el

     momento

      ac-.

    tual  (ver resumen  de opiniones en Bolton 1973) • En base a mis cpnoci-

    mientos

      del aymara bolivi ano actua l, puedo asegu rar que estas

     .explica-

    ciones

      reproducen muchos

     clix^s

      y preju icios encontrado s

     aun

      hoy

      dia

    en gente "culta"  de la ciudad*. Pero no repr oduc en la realidad aym ara .

    En algunos casos la insistencia de esta leyenda negra en subrayar los

    rasg os de hostilidad e inaccesibil idad del aym ara puede reflejar la

    distan cia que el aymara ha

     mantenido,

      y en forma algo suav izad a sigue

    manteniendo,  frente a los grupos sociales  que  lo han  sometido,,explo-

    tado o

     marginado

      durante sigl os. En realida d este

     distanciamiento

      que

    a l

      extraiio aparece

      sobre todo como hostili dad e inacc esibil idad, puede

    esconder mas bien una personalidad noble y digna,  dificil de doblegar,

    capaz

      de desarrollar un

     sentido

      de identidad y, dadas las debidas cir

    cunstancias, de solidaridad  de grupo frente a estos mismos  grupos que

    l a

      amenazan.

    Pero dejemos

      este aspecto de las relaciones verticales

      ehtre

      aymaras

    y las

     clases dominantes

      para otra

     oportunidad..

     Aqui me

     limitare

      a ana

    lizar  las relaciones horizontales entre campesinos aymaras.  Primero

    sefialare

     algun os aspe ctos gene rales del individ ualismo ay mara y

     des-

    pues mostrare  como esta actitud tiene su faceta en las propi as instit u

    ciones

     ay ma ra s y va construy.endo todo un siste ma pro pens o al facc iona -

    lismo.

      f

    2.1.. Indivi dualis mo en la  politica intracomunitaria.

    El

      individualismo y desconfianza del aymara

      puede

      observarse

      perfecta-

    mente  en aquellas  mismas  ocasiones e instit ucion es en las que se conso

    lida

      su vivencia c omuni taria . Por

     ejemplo, eh

      el

      nombramlento

      de car

    gos y en las asambl eas. Debido en parte a los conflic tos surgi-dos por

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

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    18.

    querer

      imponer democracias

      y valores

     competitivos

      occidentales en la

    orga niza ci6n social aymara (por ejemplo a traves de los llamados  sin

    dica tos ), varios de los  mecanismos  de control  mencionados  en 1.1.

    funcionan a veces

     deficientemente.

      Entonc es las autoridades de turno,

    o elegidas por medio de un simulacro  de votacion libre  que camufla al

    gun

      tipo de rotacion, quedan un poco lanzadas a su propia

      suerte.

      Es

    tos dirigentes se quejan de .que las "bases"  (i.e. el resto de la comu

    nidad) no quieren colabor.ar y de que ni siquiera asisten a las asam

    ble as que ellos convoca n; o de que, si acud en a las asamblea s, las ba

    s es asumen  una actitud pasiva o falsa, diciendo por  detras,  o al reti

    ra rs e, lo contra rio de lo expresado

     publicamente minutos

      antes. Pare-

    ceria. que ento nces la auto rida d queda conv ertid a en un simple chivo

    expiatorio"  que debe cargar durante un aho todas las obligaciones y

    pecados de la comunidad. Las bases la dejan sola en el ruedo

      mirando

    l a lidia detras" de la es taca da. En situaciones  como estas lasasambleas

    para

      nombrar

      cargos podrian caricaturizarse como una carrera

      comunita

    ria para ver- quien escabulle  mejor  el bulto.  Sobre todo en el nombra-

    mientp'de  cargos  secundarios,  menos sujetos a rotaciones  automaticas,

    unos se dedican a

     sugerir.

     nombres de candidatos y los candidatos su-

    geridos se dedican a excusarse apelando a que son demasiado  viejos o '

    j6ve nes, o a que ya han

     cumplidp"

      con otros

     .cargos. El

      que- no

     logra

    escabullirse  (a vec es por estar aus en te ) es el que carga con el car

    go.' No f altan ca sos en que la asamb lea decid e nomb rar al mas flojo  o

    criticon

      para que apre nda a no

     protestar.

      Es

     comprensible

      que en

    todo s esos casos, cuando al fin del ano las autorid ades acab an su

    purgatorio, s6lo piensen en

      "descansar".

      Todo el sistem a conduce en-

    t6nc es a una rutina individual ista y poco

      creativa.

    El

      sistema de aut orid ade s y decisiones

      comunitarias

      de la

     mayoria

      de

    comunidades  aymaras se mueve  en una cuerda  floja  con elementos  del

    po lo comu nitar io idea lizado e n 1.1 y element os del polo individual is

    ta caricaturizado en el parrafo precedente. El  que el aOr6bata  se

    acerq'ue a uno o a otro  polo depende en parte de la per ici a de las pr o

    p'ias co mu ni da de s y sus di rig en tes , y en par te de una s'erie de fa cto-

    r'es ambientalesa  que me referire  en la  ultima  parte de este trabajo.

    Tomemos

      otro ejemplo, el de la distribucion equitativa de beneficios

    entre todos lbs mie mbr os de la comunida d. La equidad de la di stribu

    tion

      pued e deberse no solo a un espiritu igualitario

      sino

      tambien a

    la desconfianza colectiva. Hace unos anos hubo una iniciati va en una

    colon ia de Yung as para introducir  naranjos.  Pero la iniciativa  fraca

    s6 hasta que por fin toda la comunidad

      logro

      po nerse de 'acuerdo y al

    unisono  todos introdu;ieron  naranjos en sus parcelas . La raz6n dada

    para explicar

      es

    1

    '

     o

     fu^:

      Ahora ya no hay peligro de que los que no

    ti en en n aran jas se las quite n a los que ti enen . Las rautuas sosp e-

    chas encontraron su equilibrio a traves de una accion

      colectiva.

      La

    desco nfian za engendro un cierto comunit arismo . Pero un comunitarismo

    que en ultima instancia  era solo una yuxtaposici6n sincronizada de

    ihdividualismos.

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    20.

    cobra  eficazmente  la multa a los inas isten tes. Pero  liohaft-multae

    sirvenpara  que las autoridades hagan un obsequio  (refresco,  panes,

    etc-)*

     a los asistent es en la siguiente reun i6n

      comunitaria.

    Los trabajos colectivos pueden ser tambien la ocasi&n para la

      compe-

    tencia entre grupos dentro de la comunidad, o entre comunidades, si

    se trata de obras de mayor  envergadura*. Cada grupo  suele- tener  asigna

    da-uha  tarea bien -especlfioa,por  ejemplo un  ala determinada  de la es_

    cuela-, un  tramo  del camino, etc.  y cada grupo  tomara  sumo cuidado en

    que los otros

      cumplan

      su

     cometido.

      Si un grupo

      falla

      eh

     la

      part e que

    tiene asignada, ninguno de los

     demas movera un

      dedo para

     reemplazarle

    en la misma-, aunque

      el-

     resultad o sea que la

     obra,

      por ejemplo el cami

    no, resulte  incompleta  en perjuicio' de  todos los' par tic ipa nte s. Hay in

    cluso  una de las -instituciones  de trabajo colectivo , la wayk a, que  im-

    plica  en si misma la idea de trabajar en forma competitiva  dos o m£s

    grupos.

    Otro caso

      ilUstrativo

      es el de la aynuqa. Ya he

      mencionado

      que se tra

    ta de

      terrenos- comunitarios-

     en que toda la comuni dad

      siembra

      y cosecha

    lo mismo y al mismo ti emp o. Pero e n esas aynu qas cada familia tiene su

    par cel a o pa rc el as , 'bien. delimitadas  desde .'tiempos ancestrales. A fin

    de cuen tas en las ayn uqa s toda la comunidad trabaja en tierras  comuni-

    taria s, pero a traves del trabajo y usufru cto bie n individua lizad o de

    cada fa milia. Tambie n aqu i el trabajo y propiedad colectivos son la

    yuxtaposicion sincronizada de

      individualismos.

    En cierta  medida -se puede consi derar que todo el proc eso de relaci ones

    interfamiliares  a trav es del matrimonio  y despues a traves de las re

    des de

     compadrazgo es

      una

      institucionalisaci6n

      canalizadora de un sin-

    fin de acc ione s de ayuda mu tua. Ahora bien,

      tanto-

      los ritos

      como

    las pr&cticas  que giran en torno a esta institucion social  multiple,

    una de las mas desarrolladas-del mundb  aymara, reflejan una vez  mas

    esta sinfonia a  contrapu'nto  de ali anz as, se ntido de grupo e  individual

    lismos desconfiados.

     En los ritos ini ciales del matrimonio abunda n los

    simbolismos

      de desconfian za y agresi vidad entre las familias

      protago-

    nistas que, tras el

     acuerdo,

      culminan con una

      celebracion

      de

      unidad.

    Despu©*6 del ma trimoni o persist e la- Clara  division entre los dos grupos

    farailiares eh  medi o de su mutu a colabo raci 6n, e incluso esposo y espo-

    sa pueden mantener  por anos  las propiedades separadas de sus bienes.

    Asiraismo  las ali anz as entre famil ias, que va n surgiendo de matrimonios

    y

     compadrazgos",

     al mismo tiempo que consol idan gr upos y redes de

     cola-

    boraci6n, pueden

     llevar

      a

      delimitar

      zonae geograficas y facciones so-

    cia les en la co muni dad (Albo 1972 b, Carter '1972)„

     Tambien

     aqui

     vemos

    desconfianz"as  que se resuelv en en alianzas y alianza s en que persiste "

    la yuxtaposicion (no fusi6n) de intereses  particulares.

    2.3 . Individuali smo de grupo

    Resumiendo

      lo dicho hasta aqu i, el aymara res uelve mucha s veces la

      te£

    si6p  entre individualismo y comunita rismo por medio del individualismo

    en grupo. Ello puede

      lograrse

      o

      oien

     haciendo desfilar

      sucesivamente

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    21 i

      todos y cada uno por los serv ici os y carg os

      comunitarios,

      o bien sin

    o de empresa  conju ntas, en las que en ultima  instancia s6lo

    e

     uiaiforman

     los intereses part icula res den tro de una

     comun matriz

      ins-

    itucipnal.- Evidentemente, a la larga,  esta reso luci on grupal de lo s

     mistiea  comunitaria que ana

     al principio del tr abajo .

    o de la comunidad aymara local abun dan las desco nfianz as, envi-

    s

      etc

    v

    ,-y  en algu nos lugare's' las di visiones y pleitos internos no

    on

     tampoco

      desconocidos. Los casos

     mas

      frecuentes suele n ser peque-

      por danos  causados por animales  en sementeras ajenas,  por

     palabras£ntercambiadas  durante una borrachera, por confl ictos

     marido

      y

     mujer

      y

     ocasionalmente

      por

     algun

      caso de

     infidelidiad

     embarazo  sin matrimonio. Tambien son frecuentes en luga

    es mas  poblados los litigi os por her enc ias . Todo ello es compatib le

    la existencia del sentido co muni tari o. En su gran

     mayoria

      estos

      resue lven -o mantienen  a raya- localmente  con las autori

     asamblea".

     Pero una manera de

     manifestar enojo, estimula

    a quizas  desde afuer a de la comunid ad, puede ser elevar el caso.hasta

    dades criollas del pueblo o a los abo gado s de la ,ciudad. En

      caso excepcional el conflicto

      puejie llevar

      a la

     muerte

      del culpa

      por ejemplo del c&nyug e infiel o m£s frecuentemente  de un ladr>5n

    tero (hay poco robo

     intracomunitario).

     Pero entonc es la propia co

      se solidariza con el que ha

     administrado

      justicia por su cuen-

    a y sirv.e  de cober tura frente a la auto rid ad  externa.  En otros  casos,

     espor&dicos,

      el culpable pued e ser forzado , directa o

     indirect

      a abandonar la comunidad," reestableciehdose  asi de nuevo la

    . A pesar de lo anterior y grac ias a esos mecanism os in

    hay una relativa

     armonia

      dentr o de la comunid ad, e n

     valle  de Cochabaraba..

    o ind icador de la misma tranq uilid ad es la -escasez de brujer ia de

    otros de la misma comu nid ad. A p-esar  de la gran

     practicas

      en el mundo

     magico

      aymara (Tschopik

      1951)»

      'son

     re_

      pocas las

     practicas tendientes

      a

      embrujar.a

      otro

      miembro

      comunidad.. En los casos de erabrujamiento 'la victima buscada sue

     algun

      individuo

     mal

      identificado, por ejemplo

     alg$n

      ladron des-

    o, o algu ien de 'otra  comunidad.

     puntb  el sigUiente hecho puede ser significativo  para

    r el indi vidu alis mo de grupo del aym ar a. Hay- una  creencia  muy

     fetos

    :

     que

     mueren

      sin bautizar

      (limpu,

     achachila  (abuelo), divinidad ances tral de los

    os. Por lo tanto hay que enterrar sus

     cad£veres

      en la pun ta de

    rro s-a cha chi la. D.e otro

     modo llegaraii granizadas,

    j

     hela das y

     mach'a (calamidades) a "la'

     com uni dad (no al individuo.)

     culpable.

    1

      llega

      alguna de estas

     ca'la'midades

     a la c omun i

    l yatiri (sabio sace rdot e) y las auto rida des hace n investi ga-

     mujeres  para averiguar  cu^l  de ellasha  en

      limbo ' dent ro

     deulos limites comuaitarios

      sin

      llevaclo

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

    26/64

    22.

    al  cerro. Ahora bien en vari as comunid ades de Omasuyos, regi6n especial^

    mente  proclive al  faccionalismo,  se cuenta que la gente ha llegado a

    una

     simplificaci6n

      del rito. En vez de llevar el

     cadaver

      hasta el ce

    rro,  demasiado  lejano, se limitan  a enterrarlo dentro.de los liraites  de

    alguna comunidad vecina. De esta forma la comunidad culpable se libra

    de la

     calamidad

      y si el achach ila decide vengarse,

      el daho caera'

     en

     to

    do caso -sobre la comuni dad v eoina, lo cua'l ya no tiene  importancia

    (Allen 1972)- Algo parecid o se hace por todb Oruro con la s

      enfermeda-

    des, que se van sacando de una comunidad a otra, construyendo casitas

    magicas  en los caminos  junto a los

     (

    linder'os.

    -  3-  EL AYMARA FACCIONALISTA

    De todo lo dic ho has ta aqu i se deduce que el comu nita rism o ha nacido

    de intereses indiv idua les. Grac ias a la coordi naci6n acumulativa  de

    esos inte rese s, se' va forja ndo

     ciertamente algun

      comunitarismo. Pero

    el

     germen

      original

      subiste.

     Por eso

     hemos

      habla do de i ndividualismo

    de grupo. De ahi al facci onalis mo solo hay un  paso. Basta que los ihte_

    res es de uno de los gru pos en tre n en conflicto c on los de otr o.

    Este faccionalismo puede revestir distintos grados de

      gravedad.

      En mu

    chos casos  esta  solo latente. Cuando sale a la superficie suele  mani-

    festarso

     ant e todo en forma verbal

     con-pcasion

      de los encuentros

     inter_

    grupales en las fiestas , sobre todo bajo los efectos

      del -alcohol. El

    siguiente grado puede ser un pleito entre comunid ades que

     -puede

      durar

    decadas y hasta siglos y llenar miles de

     paginas

      en expediente s, sin

    mayores

      resulta dos, e xcepto para los bolsillos de los abog adbs . A ve

    ces el calor  de la disp uta  llega  a la confro ntacio n fi sica. La chispa

    pued e ser el desvio de una ace qui a, el pri nci pio del barbecho o cual

    quier otr o tipo de acc i6 n unilate ral en torno al pbjeto de la cont ro-

    versia.  Enton ces puede haber intercambios  de -golpes, pddradas,  guerra

    de hondazos,

      etc.,

     de los que pueden quedar algunas

     victimas,

      herid os 0

    muertos,

      como

      saldo.

      En casos mas

     extremos,

     no del todo ra ros , esta

     s_i

    tuacion puede volvers e cronica y los  in  identes de violencia se ha-

    „cen

      entonces reiterativos,

     acumulanddse

      las victimas por cada

      lado.

    El

      apend ice y el

     mapa

      2

     muestranlos

      lugares en que he constatado fac

    cionalismo a

     menor

      o mayor n ivel. Aqui me concentrar e en

     analizar

    otros aspectos

     mas

      estructurales de este

      faccionalismo,

      como son los

    niveles organizacionales en que ocurre, los motivos es'timulantes, y

    los resultados en sentido de

      subdivisiones

      ent'r.e comunidades.

    3-1*  Niveles de faccion alismo en la  organizacion  social

    En otro artic ulo (Albo 1972a ) ya

     indiqu6

      la dificultad para

      determinar-

    con precis ion que es la comunida d para el aym ara . Porqu e son varios

    los circulos

     concen'tricos comuni'tarios'

    ;

    -a

      que pertenece un ayma ra. Poco

    http://dentro.de/http://dentro.de/

  • 8/19/2019 Albó, Xavier. (1977). La Paradoja Aymara. Solidaridad y Faccionalismo

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    23.

    desi-u^s ("Albo 1972 b), analizando lo s proceso s de alian zas  interfamilia

    res a traves de

     matrimonios

      y

     selecqi6n

      de

     padrinos, mostre"

     c6mo pue

    den irse- formando  diversos subgrupos en una comunidad, los cuales poten

    cialmente

     pueden

     llegar

      a facciones dentro de la comuni dad,

     y

      con bas-

    tante

      frecuencia.a

      la

     forma.ci6n parcial

      o definitiva

      \e

      nuevas

     comunida_

    des,

      fragraentadas

      de la comunidad origin al.

    Por todo l o d i c h o , este faccionalismo puede

      darse

      a diversos nivele s.

    El mds

      frecuente suele ser entre

     -dos

     o

     m5s

      comunidades colindantes

      cla-

    ramente  definidas como  unida'des 'distintas, El  segundo nivel mas  fre

    cuente es entre grupos dentro de

     la

      misma

      comunidad*

      Estos grupos son

    n frecuencia nuevas comun idad es en gestaci on, las cuale s en un

     momen-

    to algido  del conflicto  llegaran a su autonomia  definitiva  (manteniendo

    [nucha's veces vin culos c on la comunidad madre  o las o tras aeocomunidades

    herm anas a otros niveles o para

      determinadas

      actividades y colaboracio-

     nes ). Un tercer nivel me nos f recuente pe ro no exce pcio nal de  facciona-r

    lisrao se da entre grupos de comuni dad es, sobre todo cuando entre los

    dos gru pos l itig ante s cruza una' frontera

     mas importante,

      por ejemp lo en

    tre comunidades

    ,

     pertenec ientes a distintos pueblos , a distintas provin -

    cias, o a dis tintos departament