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Articulo sobre el proceso al POUM durante la guerra civil española de 1936-1939

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  • EL PROCESO DEL POUM: PROCESO ORDINARIO DE UNA JUSTICIA EXTRAORDINARIA

    Franois GodicheauUniversidad de Toulouse

    El ttulo de este artculo constituye sin duda una provocacin. Lamisma est dirigida hacia la interpretacin poltica de los acontecimientosque sern analizados, segn la cual el proceso del POUM, que fue enrealidad el proceso de una parte de la direccin del POUM, fue unproceso de Mosc en Espaa; para retomar las palabras de los mismospoumistas, se dira el proceso de la represin calificada de estalinistacontra la revolucin espaola, smbolo de una poltica moscovita res-ponsable de la derrota ante las armas franquistas. Mi objetivo, con estaprovocacin, no es el de entablar una polmica con quienes sostienen unainterpretacin tal, sino de llamar la atencin sobre la represin en cues-tin, fenmeno mucho ms complejo de lo que se supone, que desbordamuy ampliamente las desventuras del POUM. En realidad, se notar queeste proceso no fue sino la punta del iceberg y que el trozo de hielo notiene finalmente la forma esperada. En fin, ms all del romanticismo re-volucionario que hace del POUM la bella durmiente del bosque en uncuento poltico moralista, puede divisarse un trnsito general de la historiade la guerra civil espaola. Esta ltima ha sido frecuentemente un gnerohistrico en el cual han primado la bsqueda de responsabilidades y laobtencin de lecciones a partir de una lectura, de una historia de nues-tros padres, que se aprende para servir al presente (la historia magistravitae) y no la de un pasado consumado al que habra que comprender.

    Curiosamente, el proceso en cuestin jams ha dado lugar a la publica-cin del menor anlisis histrico de las fuentes. Constituye un buen ejem-plo de la ilusin corriente a propsito de la guerra civil, que pretende quetodo o lo esencial sobre el conflicto ya ha sido escrito. Esta afirmacinpuede sorprender, dado que existen libros sobre el tema. El primero, Elproceso de Mosc en Barcelona, de Joaqun Gorkn, es en realidad un libro

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  • de recuerdos de uno de los principales acusados del proceso, que presentaun anlisis poltico. El autor insista en l sobre la voluntad de los comu-nistas espaoles y rusos de organizar en Barcelona un proceso al estilomoscovita y de su fracaso. Este fracaso est por supuesto ligado a que elasunto se desarroll en Espaa, donde los comunistas no manejaban com-pletamente la situacin, pero sobre todo con las calidades que presentabael POUM, verdadero partido revolucionario, capaz de suscitar una olade solidaridad internacional y de provocar manifestaciones de simpata dehonestos adversarios como los dirigentes de la CNT o del PSOE.

    El segundo libro sobre la cuestin, titulado El proceso del POUM, fueescrito por otro dirigente de ese partido, aunque de menor envergadura(Andrs Surez) y publicado por Ruedo Ibrico el ao siguiente. Su subt-tulo, Un episodio de la revolucin espaola, nos advierte sobre la perspec-tiva desde la que ha sido escrito: toma posicin en la malhadada gesta dela guerra como testimonio sobre un asunto cruel, donde el personaje mspuro de la revolucin el Partido Obrero de Unificacin Marxistaera sacrificado a pedido del partido de la contrarrevolucin internacio-nal. El libro reprodujo por primera vez algunos documentos originales yen particular la sentencia del proceso as como denegaciones a las deliran-tes acusaciones de Mosc.

    Los diez primeros aos de la transicin no aportaron nada nuevo en elplano historiogrfico: los captulos consagrados a la represin durante laguerra civil o a las luchas polticas en el campo republicano trataron de lahistoria en forma de contraproceso. Es verdad que la idea de revelacio-nes de los archivos goz de un gran xito los aos siguientes, y los histo-riadores de Rusia han escrito abundantemente en contra de esa idea. Luego,los estudiantes franceses admiradores de la aventura del POUM y, marcadospor la pelcula de Ken Loach, Tierra y Libertad, soaron o intentaron haceruna tesina sobre la cuestin, pero como esa interpretacin ha sido dada yadesde hace largo tiempo y las pruebas han sido aportadas, lo nico que lesrestaba era analizar esos documentos como historiadores, es decir, contex-tualizarlos nuevamente y vincularlos a otros procesos y al conjunto del mo-vimiento represivo posterior a los das de mayo de 1937 en Barcelona.

    Un proceso entre otros

    La represin despus de mayo: cuadro general

    Los enfrentamientos que ensangrentaron a Barcelona del 3 al 7 demayo de 1937 produjeron centenares de muertos y provocaron importan-

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  • tes cambios polticos. Esquemticamente, los militantes de la CNT y delPOUM enfrentaron a las fuerzas de seguridad, respaldadas por los mili-tantes del PSUC y del Estat Catal, pequeo partido nacionalista radical.Se puede considerar que los primeros, mucho ms numerosos y beneficia-dos con el apoyo de la mayora de los obreros de la aglomeracin, domi-naron claramente el terreno hasta que la direccin de la CNT orden elcese del fuego y la vuelta al trabajo. El mes siguiente, la CNT se habadistanciado de los dos gobiernos: del de la Generalitat y del de la Rep-blica, que resida en Valencia. El 7 de mayo, da despus del cese delfuego, cada campo retuvo varias centenas de prisioneros logrados durantelos ltimos das, pero pocas jornadas despus, la justicia y las fuerzas depolica comenzaron a arrestar a los militantes que abandonaban las barri-cadas, segn un movimiento que no dejaba de ampliarse hasta finales delmes de agosto y que se prolong durante ms de un ao. Esta ola de arres-tos y de procedimientos es muy poco conocida. Afect a unas 4000 perso-nas de las cuales el 90% pertenecan al movimiento libertario mientrasque el resto eran extranjeros o militantes del POUM y dio lugar a cen-tenares de procesos. Estas detenciones afectaron a todo el territorio cata-ln, y no slo a Barcelona; la proporcin de militantes arrestados en lospueblos fue incluso mayoritaria hasta agosto. A partir de finales del ve-rano, el nmero de prisioneros super el millar, y no volvi a bajar de esacifra hasta enero de 1937. En la prisin central de Barcelona, la Modelo,dos de seis galeras fueron ocupadas por cientos de prisioneros antifas-cistas. Por tanto, despus de mayo de 1937 y durante un ao, tuvo lugaruna amplia represin que no concerni al POUM sino de manera muymarginal.

    Sera lamentable ver en estos acontecimientos slo la represin delos das de mayo. Los arrestos comenzaron en realidad antes de mayo de1937 y el debilitamiento de las posiciones controladas por la CNT, enconsecuencia, no hizo sino multiplicarlos. Los dos fenmenos, enfrenta-mientos y represin, se originaron en las fuertes tensiones polticas de losmeses precedentes, producto de la irresolucin de la cuestin del poder enCatalua despus del verano de 1936. Entre el otoo de 1936 y el de1937, una serie de acontecimientos escandi el regreso del poder polticoa una coalicin de Frente Popular en curso de recomposicin, despus deuna ola revolucionaria que se rehusaba a retraerse. Se puede partir de laexpulsin del POUM fuera del gobierno de la Generalitat, el 13 de di-ciembre de 1936, como respuesta a una exigencia del PSUC. Fue tambindurante esa poca que se tomaban medidas para disciplinar y controlar lasmilicias de la retaguardia constituidas en Barcelona como en otras locali-dades de Catalua, que hacan reinar, desde el verano, el orden revolu-

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  • cionario. El orden pblico se convirti en asunto de la Junta de Seguri-dad Interior, en la cual tenan sede el conjunto de las organizaciones pol-ticas antifranquistas, el POUM incluido, y que dispona en Barcelona deun cuerpo de polica compuesto de voluntarios de diferentes partidos ysindicatos, las Patrullas de control. El conseller de gobernaci de la Gene-ralitat (Ministro del Interior), dispona paralelamente de sus propios hom-bres, los Guardias de Asalto.

    Las fricciones entre estos dos cuerpos tuvieron lugar bien pronto, re-flejo de los enfrentamientos polticos entre los partidarios de un poder re-volucionario la CNT et le POUM y los de la legalidad republicanael PSUC y los nacionalistas catalanes. A estas tensiones se agregabanlas provocadas en las sociedades pueblerinas por los levantamientos delverano de 1936: la aparente unanimidad revolucionaria de julio-agosto,dej lugar a una recomposicin poltica que en muchos casos cobr el as-pecto de una oposicin UGT/CNT. Esta ltima, disponiendo de ms ar-mas, domin a sus adversarios y, al tiempo, retard la revancha social.Esta ltima fue precipitada por la represin pos-mayo, a partir de junio-julio de 1937.

    Los choques sangrientos ya haban ocurrido, como en La Fatarella, enenero de 1937, en Sant Mart Centelles en febrero y en Bellver de Cer-danya en abril, con un saldo general de unos cuarenta muertos. Despusde los acontecimientos de mayo, los enfrentamientos se multiplicaron. Poruna parte, los acontecimientos referidos ocurrieron en Barcelona, peroafectaron a varias decenas de localidades, en particular a las ubicadas alsur de la provincia de Tarragona y en la comarca de Osona (Vich, Tore-ll); por la otra, la (re)conquista del poder local por los adversarios de losanarquistas ocasion algunas veces tiroteos y vctimas. As, en Puigcerd,seis militantes de la CNT fueron muertos por los Guardias de Asalto el 10de junio de 1937, mientras que en Barcelona, el comienzo del mismo mesestuvo signado por disputas entre los Guardias y las Patrullas de Control,que dejaron siete muertos y once heridos.

    Paralelamente a la accin represiva de la polica y de la justicia, y al-gunas veces en colaboracin con esas administraciones, el PSUC llevuna poltica de provocacin y de enfrentamiento sistemtico con la CNT,la FAI y las Juventudes Libertarias: la bsqueda de las armas se trans-form en el pretexto de verdaderos asaltos de locales sindicales que, porvarios motivos, preferan no provocar una nueva explosin de violenciacomo la de mayo. El punto culminante de esta escalada tuvo lugar el 20de septiembre de 1937, con el asalto de la caserna libertaria sita en el con-vento de los Escolapios por una verdadera armada de policas del PSUC,que contaba incluso con varios carros de asalto. En el transcurso del ve-

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  • rano, mientras que las prisiones se atestaban, en diferentes barrios de laciudad se realizaban razzias, que dejaban como saldo cada vez ms deun centenar de arrestos de delincuentes, vagabundos, desertores y re-fractarios al servicio armado: otro orden se estaba construyendo en Barce-lona.

    Este orden no se construa solamente en la calle. En el plano institu-cional, a partir de la primavera de 1937, se asisti a una transformacindel sistema judicial, que dio lugar al nacimiento del Tribunal Especial deEspionaje y Alta Traicin que juzgaba a los dirigentes del POUM. El r-bol no debe taparnos el bosque. Por una parte, la creacin de ese Tribunalespecial, verdadera jurisdiccin poltica que dejaba escasas garantas a losacusados, tiene sentido en un movimiento general de politizacin y de mi-litarizacin de la justicia republicana, comenzado antes de los aconteci-mientos de mayo. Por la otra, el proceso de los dirigentes del POUM norepresenta sino una nfima parte de la actividad de los Tribunales Especia-les, a la par de varias decenas de otros procesos incoados contra prisio-neros antifascistas y varios centenares de otras sentencias libradas contrapersonas de derecha o polticamente indiferentes (pero consideradas cul-pables de alta traicin, por ejemplo, por haber ocultado a un desertor o ha-ber pronunciado una frase inadecuada).

    En general, las instituciones judiciales republicanas haban sido seria-mente daadas en el curso de la revolucin del verano de 1936, y su re-construccin avanzaba con dificultades. Si bien se haba pasado de unatotal ausencia de control de parte del gobierno de la Generalitat a una si-tuacin ms tranquila y controlada, la realidad era que muchas comarcascatalanas no tenan juez de primera instancia (o bien los que tenan eraniletrados) y que la mayor parte de las localidades ya no tenan jueces depaz. La reorganizacin de la justicia y el relevamiento de su aparato sobreel territorio cataln comenzaron con los hechos de mayo: durante loscombates, los anarquistas que circulaban cerca del Palacio de Justicia deBarcelona eran arrestados e inculpados por los magistrados de guardia.Los cadveres encontrados en las proximidades del mencionado Palacioeran contados y examinados, reunidos en grupos ms o menos arbitrarios,y dieron lugar a la apertura de instrucciones contra X.

    Estos recorridos fueron el inicio de una acumulacin de procesos cuyacoordinacin, desde el 10 de mayo, estuvo confiada al juez especial Rodr-guez Dranguet. El objetivo asignado a este proceso fue el descubrimiento yla punicin de los autores y los instigadores de la rebelin, pero todoslos asuntos eran instruidos por los jueces de primera instancia de Barce-lona y de Catalua. Los acontecimientos anteriores a mayo como los deLa Fatarella, sucedidos algunos meses antes, y por los cuales se entabl

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  • una instruccin en el cuadro de lo que fue luego el proceso de mayoestaban vinculados a este conjunto. Finalmente, al cabo de algunos meses,la montaa abrigaba una sonrisa, y todos los procesos se siguieron separa-damente, derivando frecuentemente, durante el otoo y el invierno de1938, en sentencias absolutorias. Ntese que entre los inculpados en lasdecenas de procesos coordinados por el juez especial, no se encuentransino militantes anarquistas de la CNT y alguno del POUM.

    Otro gran asunto confirma la existencia de una intencin, por partede la justicia republicana en proceso de reestablecimiento, de organizar elproceso no solamente de los acontecimientos de mayo, sino tambin detodas las manifestaciones de violencia vinculadas a la revolucin desde el19 de julio de 1936, y ms generalmente, de las tendencias polticas de-signadas como culpables de esas violencias: fue el caso del asunto lla-mado de los cementerios clandestinos, confiado al juez especial Bertrnde Quintana. Este, investigando sobre los asesinatos, ejecuciones e inhu-maciones ilegales perpetradas por los Comits revolucionarios durante elverano de 1936, se presentaba en las ciudades y pueblos de donde prove-nan las demandas y las denuncias, haca instalar precintos en el cemente-rio, desenterraba cadveres, proceda a realizar las identificaciones, arres-taba gente e inculpaba a los sospechosos. Ms de una centena de antiguosmiembros de aquellos comits, en la mayor parte de los casos anarquistas,fueron apresados. Haba menos de una decena de militantes del POUM,cinco del PSUC y uno de la ERC. Los cinco del PUSC fueron liberadosrpidamente: no porque el caso de Sitges (por el que haban sido arresta-dos y acusados) haba sido cerrado (los dems acusados permanecieron enprisin y fueron juzgados a finales de ese invierno), sino porque el PSUC,que contaba con Ministros en el Gobierno de la Generalitat, haba interve-nido eficazmente.

    Por lo tanto, la cuestin de los cementerios clandestinos no derivtampoco en un gran proceso sensacionalista. Pero permiti, como el pre-cedente y como otras tantas decenas de procesos contra militantes de laCNT (por tenencia de armas, por ejemplo), movilizar a la justicia republi-cana entorno de un proyecto y llegar, al cabo de algunos meses, a una si-tuacin satisfactoria desde el punto de vista de la cobertura del territoriocataln por una administracin regular y activa.

    Este movimiento no slo concerna a Catalua. En el Levante, dondetambin fueron arrestados cientos de militantes de la CNT, del POUM ydel PSOE, se provoc la misma reorganizacin judicial, aplicando comoen Catalua un decreto vlido para todo el campo republicano y prepa-rado, antes de mayo, por el Ministro de Justicia del gobierno de Largo Ca-ballero, el Anarquista Garca Oliver (a quien los prisioneros e imputados

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  • anarquistas de Barcelona no dejaron de llamar para la direccin de laCNT). Ese decreto de Garca Oliver, aparecido en el Boletn Oficial del 7de mayo de 1937, apuntaba a armonizar un dispositivo judicial en plenamutacin, tomando en cuenta las novedades introducidas por la justiciapopular surgida del primer periodo de la guerra y las necesidades deuna justicia adaptada a las circunstancias de la guerra, es decir, a la protec-cin de la sociedad y del Estado contra los enemigos internos. En esemarco fueron creados los Tribunales de Guardia, que representaban unprocedimiento ms expeditivo y un retroceso importante de las garantasde defensa, adems de la militarizacin de ciertos delitos y la reforma delos Jurados de Urgencia. Pero conservaron el sistema del jurado popular yslo estos ltimos fueron instituidos en Catalua despus del decreto del 7de mayo.

    El Tribunal Especial de Espionaje y Alta Traicin y otros organismosrepresivos

    A partir del 22 de junio de 1937, fecha de la creacin del Tribunal Es-pecial de Espionaje y Alta Traicin (TEAT), comenz a edificarse otrajusticia, muy diferente a la justicia popular en muchos sentidos. El naci-miento de estas nuevas instituciones ha sido considerado, hasta aqu,como una consecuencia directa de los enfrentamientos de mayo y de lavoluntad de represin de los perdedores del POUM. La expresin msclara de esta interpretacin se encuentra en un libro de Vctor Alba, refe-rente al estudio de la justicia durante la guerra. Para este autor, el TEATfue creado pocos das despus del arresto de los principales miembros delComit Ejecutivo del POUM, de manera de poder juzgarlos y condenarlosen el marco de un gran proceso por espionaje y traicin, a imagen de losque se practicaban en Mosc. Menos taxativo, G. Snchez Recio hizo dela represin del POUM una de las dos razones de la creacin del tribunalde marras, siendo la otra la voluntad de llevar a cabo un espionaje eficazdel derrotismo organizado que se desarrollaba al calor y en la medida quela guerra se prolongaba.

    Sin negar la voluntad de los comunistas de organizar un proceso deMosc en Espaa, parece importante descartar toda simplificacin quepostule la manipulacin de las instituciones republicanas espaolas porlos hombres de Mosc. El que la operacin implicada por el procesodel POUM fuera un semifracaso, el que slo se hablara de un procesocuando en realidad esos tribunales tuvieron muchos (juzgaron cientos decausas) y el hecho que el decreto fuera tomado por el Ministro de Justicia

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  • Manuel de Irujo que no era precisamente un amigo del PCE constitu-yen indicios suficientes para rechazar toda explicacin mecanicista.

    Antes del 22 de junio de 1937, el espionaje poda ser procesado antetribunales populares, en virtud de un decreto del 13 de febrero de 1937,firmado por Garca Oliver, que fijaba penas que iban desde 12 aos detrabajos forzados hasta la pena capital. Ese texto fue largamente retomadoen los decretos del 22 y del 29 de junio que instituyeron el TEAT. En par-ticular, se encuentran all ciertas ideas que devinieron luego caractersti-cas de la severidad y hasta de los excesos de la justicia de excepcin: lamilitarizacin de los delitos, la adopcin de un proceso muy sumario, elprincipio de ejemplaridad de las penas rechazado al comienzo por el na-cionalista y demcrata vasco Manuel de Irujo, pero aplicado tras su dimi-sin en diciembre de 1937 y la creciente indeterminacin de los delitos,que combinada con la condena de la intencin que le haba sido compro-bada al mismo ttulo, otorgaba amplias posibilidades para la acusacin. Elartculo 6 estableca por ejemplo una equivalencia entre los delitos msgraves (alta traicin, espionaje) y la menor hostilidad hacia el gobierno olas instituciones republicanas.

    Este tribunal-muralla de las instituciones fue efectivamente concebidosegn una lgica que privilegiaba la eficacia y la celeridad. Estaba com-puesto por cinco jueces: tres civiles, uno de los cuales era nombrado ainstancias del Ministro del Interior, y dos juristas militares nombrados porel Ministerio de Defensa. Deba incoar procedimientos sumarsimos esta-blecidos en el Cdigo de Justicia Militar y juzgar a puertas cerradas. Lapena mnima que poda sancionar era de seis aos de reclusin en campode trabajo y la mxima poda llegar hasta la pena de muerte. Esta ltimadeba ser aprobada en Consejo de Ministros antes de su ejecutoria, y po-da ser objeto de una apelacin que daba lugar a un nuevo proceso... ins-truido por el mismo tribunal.

    El texto del decreto permita, por supuesto, juzgar a los dirigentes delPOUM arrestados pocos das antes en un clima de gran severidad,que abra la puerta a las extravagantes acusaciones del PCE. Pero su com-petencia no terminaba all. Manuel de Irujo reivindic durante largotiempo su paternidad sobre ese texto, y se opuso a las ultranzas comunis-tas en la persecucin de sus enemigos del POUM. El 22 de agosto de1937, el mismo Ministro cre otro TEAT que deba tener sede en Barce-lona, con jurisdiccin sobre toda Catalua, y fue dividido en tres tribuna-les. Sin embargo, las negociaciones con el Consejero de la Justicia de laGeneralitat, Pere Bosch Gimpera, que haba solicitado el privilegio deproponer jueces para su nominacin y hasta el Presidente del nuevo tribu-nal, ms otras dificultades administrativas de todo tipo, hicieron que el

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  • TEAT no pudiera funcionar sino a partir de finales de noviembre de 1937. Fue en este momento que un decreto del Presidente del Consejo de

    Ministros, Juan Negrn, cre otra institucin, los Tribunales Especiales deGuardia (TEG), destinados a entender sobre los ilcitos enumerados en eltexto del 22, por el cual el flagrante delito sera constatado. Esta nuevainstitucin estaba todava ms alejada de la justicia popular que la pre-cedente, y ms prxima que aqulla a los simples tribunales militares: secompona de tres jueces, nombrados por los Ministros de Justicia, del In-terior y de Defensa respectivamente. Los dirigentes del POUM no tuvie-ron que ver con los TEG, mentados por los inculpados como la fotoma-tn, dado que la duracin de la instruccin 24 horas y de losprocesos mismos eran breves y, en cuanto a las sentencias, las penas demuerte fueron verdaderamente numerosas.

    Estas nuevas instituciones condenaron a muerte o a pesadas penas deprisin a muchos militantes anarquistas culpables de haber distribuidoo impreso propaganda clandestina y hostil al gobierno, o simplemente depertenecer a redes furtivas de defensa de la CNT. Se intent confiarles loscasos de los cementerios clandestinos y de los acontecimientos demayo, pero esta iniciativa de los jueces especiales Dranguet y Quintanano prosper. Entre los inculpados en los procesos por propaganda clan-destina (que caan bajo el delito de derrotismo), a la par de los activis-tas de las Juventudes Libertarias, puede encontrarse a algunos militantesdel POUM, sobre todo a quienes haban intentado mantener una actividadpoltica a pesar de la prohibicin del partido. stos no recibieron sancinjudicial sino al final del proceso, en octubre de 1938.

    El proceso de los dirigentes del POUM, entonces, fue el primero deuna larga serie. Su instruccin comenz durante el verano de 1937, mien-tras que para los TEAT catalanes entraron en accin a comienzos de di-ciembre del mismo ao. Los primeros casos que trataron concernan casisiempre a militantes anarquistas; la actividad de represin de la quintacolumna y la de los enemigos ideolgicos de derecha de la Repblica nocomenzaron realmente hasta febrero de 1938.

    Una escena poltica, aunque no solamente...

    El proceso pblico de los dirigentes del POUM, instruido por elTEAT de Valencia Especial POUM, como le decan los magistrados dela poca, no tuvo lugar hasta octubre de 1938, pasado ms de un ao delcomienzo de la instruccin, cuando el destino de la Repblica pareca se-llado. En ese momento, al tiempo que la ltima ofensiva del gobierno de

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  • Negrn, la batalla del Ebro, pareca mal barajada, Munich haba confir-mado las orientaciones pacifistas de las democracias, desvaneciendo lasesperanzas espaolas. Unos das antes de que Checoslovaquia fuera sacri-ficada, Negrn anunci a Gnova el retiro de las Brigadas Internacionales,en una tentativa de hacer creble la independencia de la Repblica frente ala URSS.

    La situacin poltica haba cambiado profundamente desde junio de1937, cuando Andreu Nin y la direccin de su partido fueron arrestados.Una unin nacional llamada Frente Popular Antifascista haba sido edi-ficada a espaldas de Juan Negrn, pero ya presentaba serias fisuras, men-cionadas como crisis en las memorias de Juan Zugazagoitia. Tanto elPCE como su aliado cataln, el PSUC, enfrentaron numerosas dificultadesy oposiciones, y estaban lejos de ser, en el momento, la fuerza hegem-nica que ciertos autores pretenden. En medio de vientos que anunciabanla derrota, se asista a una suerte de despertar de las instituciones republi-canas, en primer lugar de las Cortes, delante de las cuales Negrn pre-sent, a comienzos de mayo, una febril defensa de su poltica, desper-tando la adhesin de los diputados pero sin lograr convencerlostotalmente. En diferentes frentes, los anarquistas haban dejado de perderterreno en el control de las unidades militares frente a los comunistas, loque result evidente cinco meses ms tarde, tras el golpe de Estado de Ca-sado en Madrid.

    En el curso de los 14 meses posteriores al arresto de los principalesacusados, varios acontecimientos marcaron el desarrollo de la instrucciny terminaron por condicionar el proceso mismo. En el curso de este pe-riodo se puede ver el bosquejo de los objetivos de los unos y de los otros,as como las diferentes implicancias del asunto.

    Actores, objetivos y relaciones

    La historia que los autores cercanos al POUM cuentan a propsito dela persecucin sufrida por su partido, simplifica enormemente la distribu-cin de roles: en ella puede encontrarse el grupo de las vctimas y el delos torturadores, teniendo stos la caracterstica comn de ser agentes deMosc. Pero se ha visto que las vctimas no se redujeron al grupo diri-gente del POUM; se puede traer a colacin el relato de las vicisitudes delproceso, para presentar a los actores de la acusacin.

    Nin y los suyos fueron objeto de una verdadera persecucin de partedel PCE y del PSUC, entre quienes actuaba la polica poltica del Ko-mintern: el grupo de policas que arrest a los miembros del Comit eje-

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  • cutivo del POUM el 16 de junio de 1936 en Barcelona era dirigido porJulin Olaso, uno de los elementos clave del dispositivo policial clandes-tino comunista. Nin fue raptado, torturado y asesinado y algunos de suscamaradas tambin sufrieron un secuestro a la salida de la Crcel Mo-delo de Valencia, sin que las autoridades de la Repblica pudieran ejercercontrol alguno sobre esos actos extra-legales. Pero estos acontecimientosprovocaron un escndalo y los Ministros de Justicia, Manuel de Irujo, ydel Interior, Julin Zugazagoitia, se movilizaron para desbaratar las ma-niobras comunistas. El relato de esta larga pulseada entre estos ltimos ylos demcratas que, en Espaa y fuera de ella trataron de defender a losacusados, puso en escena, segn una polarizacin excesiva, a los agentesdel estalinismo de un lado (los malos, que tuvieron la iniciativa) y delotro a las conciencias (los valientes), siempre a la defensiva (los bue-nos). Para relativizar esta polarizacin pueden hacerse varias observacio-nes.

    Los comunistas no eran los nicos adversarios del POUM interesa-dos en su eliminacin: por una parte, los nacionalistas catalanes de laERC tenan sus razones para condenar a Gorkn y sus amigos; por laotra, la lgica institucional de la reconstruccin del Estado, haca casinecesario el proceso de aquellos que aparecan como los revoluciona-rios ms intransigentes. Para comprender esto, es necesario retomar unlibro fundamental sobre la poltica catalana de los aos 1930, desafortu-nadamente muy poco ledo y menos utilizado: La Catalua populista, deEnric Ucelay da Cal. Lamentando la ausencia de trabajos universitariossobre el POUM durante la guerra carencia que no ha sido solucio-nada, Enric da Cal deplora tambin la subestimacin sistemtica delrol de la ERC y de la Generalitat republicana. Muestra que el ancestrodel POUM, el Bloc Obrer i Camperol, desde los inicios de la Repblica,fue un concurrente directo de la ERC para la representacin del catala-nismo progresista y en las tentativas de captacin de la base obrera ce-netista.

    La creacin del POUM en septiembre de 1935, as como su abiertapretensin de tomar la conduccin del mundo obrero cataln, lo convirtien un adversario peligroso. Al da siguiente del 19 de julio, cuando laERC se derrumbaba en la mayora de las localidades catalanas ante lapresin revolucionaria y los activistas de la CNT, el POUM vea aumen-tar sus fuerzas considerablemente, mientras que el PSUC, otro concu-rrente de la ERC, estaba a punto de nacer. Tras la crecida de las tensionesentre las fuerzas antifranquistas catalanas sobre la cuestin del orden p-blico, una mayora de la ERC se opona firmemente al POUM y a laCNT, y tena todas las razones para sentirse satisfecho con la eliminacin

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  • de ese Partido en junio de 1937. Se ver que los republicanos tenan supropio sistema de acusacin contra los dirigentes del POUM, coherentecon su ofensiva general de orden, que animaban en colaboracin con elPSUC.

    As, puede colocarse el foco en el interior de los partidos para notarque las cosas eran todava ms complejas. Los republicanos catalanes es-taban divididos, pero el PSUC tampoco era un conjunto homogneo, mu-cho menos reductible a un simple instrumento de Mosc. Sin entrar enlos detalles de la argumentacin contra una concepcin policial de lahistoria, que adora poner en escena a agentes, manipuladores y complots,se puede observar, siempre con Ucelay de Cal, que la composicin socialdel PSUC y su inscripcin en la realidad poltica catalana han hecho sinduda, en su encarnizamiento contra el POUM, bastante ms que las rde-nes venidas del lejano Stalin. Ms all de que los dos partidos eran concu-rrentes directos en el control de la UGT, el PSUC tena una composicinsocial mixta. Por un lado y esta es la explicacin tradicional dada porlos autores filopoumistas haba acogido una buena parte de la pequeaburguesa catalana hostil a la revolucin; por el otro, por sus componentespopulares confrontados a graves problemas de aprovisionamiento, las pro-clamas revolucionarias del POUM podan aparecer como ultras o peligro-samente aventureras.

    El PSUC era un partido complejo, atravesado por tendencias contra-dictorias, pero que alentaba varios tipos de razones para atacar al POUM.Comparta algunas con el PCE y otras con la ERC. Y por supuesto, nohay que olvidar la importancia del gobierno sovitico y sus agentes enEspaa, diplomticos, militares, policas y consejeros polticos. Para losdirigentes comunistas y sus amigos rusos, el proceso del POUM, ademsde eliminar un concurrente poltico, tena una consecuencia importante:como en Mosc, se tratara para ellos de luchar a escala internacionalcontra el trotskismo, presentando a esta corriente como una red contra-revolucionaria de ayuda a los fascismos y ms ampliamente, de eliminartoda divergencia comunista calificndola de trotskismo. Que el procesotuviera lugar en la Espaa republicana poda tener una ventaja doble: lade acreditar la idea de que se trataba de una red trotskista aliada a losfascistas y no de un problema circunscrito a las fronteras de la URSS, yla de aprovechar una credibilidad suplementaria que poda aportar la co-laboracin de instituciones republicanas en el proceso, de cara a la de-fensa de los trotskistas y a las denuncias de la maquinacin en boga enMosc.

    Estas intenciones y los mtodos probados en Rusia, condujeron alPCE y a sus consejeros soviticos a montar una acusacin de traicin, a

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  • inventar sistemticamente pruebas y declaraciones y a ejercer toda suertede presiones sobre las instituciones represivas. Pero estas instituciones noeran sobres vacos ni perfectas correas de transmisin. En las prcticasdesarrolladas alrededor de la cuestin del POUM, puede reencontrarse loarbitrario habitual de la polica republicana especial, brutal y frecuente-mente pletrica de desprecio por las formas judiciales. Por supuesto, eneste caso preciso, la iniciativa correspondi a una polica directamenteorientada por el partido que no dejaba de reclamar la cabeza de los acusa-dos, el PCE. Desde los allanamientos a diferentes locales del POUM, delos JCI, de la Seguridad Roja del POUM, y de los domicilios de ciertosmilitantes, hasta la confeccin de falsas pruebas, una cierta polica actuen lugar del juez de instruccin, que era fuertemente incitado a ratificar eltrabajo.

    Sin embargo, es necesario recordar que las relaciones entre el aparatode la justicia especial y la polica (entre la cual el DEDIDE, Departa-mento Especial de Informacin del Estado, frecuentemente confundidocon el SIM) trabajaban estrechamente. En todos los asuntos concernientesa los TEAT, la parte de la instruccin atinente a los magistrados en gene-ral fue muy corta y basada casi exclusivamente en las conclusiones y losmateriales aportados por la polica. En este proceso puede verse unasuerte de modelo de esas relaciones: a partir de una acusacin poltica, elsospechoso era derivado por la polica a la jurisdiccin especial. sta de-ba dar forma jurdica al anatema pronunciado por uno o por varios parti-dos y retomado por la polica. Este anatema era plenamente poltico por-que el sector policial encargado del asunto dependa directamente de ladireccin comunista. A pesar de todo, el GPU no controlaba completa-mente la polica especial; ejerca sin duda una fuerte influencia, pero staestaba ya en los orgenes de un aparato arbitrario y brutal, que facilitabaenormemente la tarea de los tovarich.

    Igualmente, la justicia especial de los TEAT, aunque semi-militari-zada y tendiente a convertirse en una simple auxiliar de la polica, debaresponder a reglas de derecho que hacan que no todo era posible. So-bre todo estaba vinculada al Ministerio de Justicia y al Tribunal Supremo,por lo que haca parte de un aparato judicial autnomo, con magistradosdotados de una cultura de la represin diferente a la de los policas (in-cluso cuando compartan un cierto apriorismo sobre los acusados) que nopoda borrarse completamente delante de la polica o de la presin polticaejercida desde los peridicos.

    Ante la enormidad del montaje policial en torno al proceso delPOUM, y la exclusividad con la cual la polica tendi a tratar el asunto, eljuez de instruccin Miguel de Mora, desafectado de su misin (realizar la

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 851

  • instruccin), no pudo sino manifestar su exasperacin. En este sentido, el26 de noviembre de 1937 escribi a Manuel de Irujo:

    En cumplimiento de su mandato, debo informal a V. E. cuales sonlas causas principales que obstaculizan la terminacin del sumario so-bre actividades ilcitas de diversos elementos del POUM.

    Afectan las diligencias que se practican a diferentes provincias peroprincipalmente a Catalua. En esta regin fueron detenidas innumera-bles personas, entre ellas bastantes extranjeros actualmente en prisin;La DGS y la Jefatura Superior de Polica pusieron a disposicin delJuzgado los detenidos y parte nada mas de las supuestas pruebas deconviccin, consistentes en copiossima documentacin y objetos diver-sos, pero no explicaban dichos organismos, cuales eran las causas de lasdetenciones, ni remitan las actas de los registros en que haban sido ha-llados los documentos y objetos, dejando igualmente de enviar granparte de lo ocupado, con lo cual era imposible determinar los cargosacumulados contra cada uno de ellos y la responsabilidad individual delos encartados. De varios de los detenidos se supo que guardaban rela-cin con los sumarios que instruyo, pero sin que hubieran sido puestosa la disposicin de este juzgado, por lo que fue preciso dirigir comuni-caciones a la jefatura de polica y a los directores de las prisiones parasaber a que atenerse.

    Luego, explic que tras cinco infructuosas demandas de documenta-cin, se vio obligado a viajar a Barcelona, donde encontr al responsableprincipal de la polica, el comunista Burillo, que afirmaba, con sus agen-tes, necesitar todava ciertas piezas confiscadas. Agreg: sindome difcilconvencerles de que los tribunales, para juzgar, necesitan las pruebas deconviccin autnticas. El SIM, habiendo advertido que el juicio delPOUM se consumara pronto, le inform el 6 de septiembre tener en supoder () una buena cantidad de material correspondiente a esta organi-zacin, que dej aqu el camarada Valent, jefe de la brigada que vino arealizar las detenciones El juez termin por enumerar otras irregularida-des, manifestando los pocos escrpulos de la polica en materia de ins-truccin judicial, y anunciando las prcticas del TEAT e incluso la arbitra-riedad de los TEG catalanes:

    Los casos de Agentes de Polica que son citados a declarar y nocomparecen; de informes solicitados de Autoridades que no se evacuan;de traducciones de idiomas en el Ministerio de Estado que no se reali-zan son numerosos y esta falta de cooperacin a la obra de la justiciacontra la que luchamos tenaz y pacientemente impide la rapidez en laconclusin de un sumario de verdadera trascendencia.

    852 Franois Godicheau

  • Maniobras de este calibre ponan en peligro la reputacin de las insti-tuciones de la Repblica y podan ser peligrosas, sobre todo porque sumediatizacin era extrema: todos los das, la propaganda comunista caacomo una avalancha, en Espaa y fuera del pas; al mismo tiempo, a nivelinternacional, los aliados del POUM contra-atacaban denunciando el es-cndalo del asesinato de Nin y las condiciones de instruccin de la causa.Por lo dems, la ultranza de las acusaciones de espionaje y de traicinpremeditada contra el POUM no poda sino inhibir a los medios republi-canos catalanes: quizs por la crudeza de aqullas, los que haban colabo-rado con el POUM en el gobierno y ms all no salan indemnes, quizsporque aqullas haban sido rechazadas por el pblico como extravagan-cias, todos los partidos participantes de la mascarada corran el riesgo depasar por mentirosos, al mismo ttulo que el PC.

    Manuel de Irujo y algunos ms eran concientes de este problema y delpeligro que corra la Repblica al hacerlo visible para el extranjero. ElMinistro vasco luchaba para que la justicia trabajara segn sus propiosmtodos. La institucin que haba creado, el TEAT, era una de sus apues-tas en esta lucha: su orientacin, su funcionamiento, sus relaciones con lapolica, todo poda ser pesadamente marcado por este importante prece-dente que era el proceso del POUM. El Ministro reaccion rpidamente alas intromisiones de la polica sobre las competencias de la justicia y de laDireccin General de Prisiones: el 31 de julio, Irujo escribi a su colegadel Interior, Zugazagoitia. Le comunicaba las inquietudes de personas quele haban preguntado, en Pars, si el cadver de Nin haba sido encon-trado. El Ministro del Interior respondi asegurndole: nada irreparablepudo haberse pasado

    El 2 de agosto Irujo escribi al Fiscal General de la Repblica, Ortegay Gasset, para solicitarle que estuviera muy atento a la famosa prueba detraicin del POUM presentada por los policas comunistas. Esta consistaen un plano milimetrado de Barcelona, confiscado al jefe de una red falan-gista, el ingeniero Golfn, en cuyo dorso haba un texto en tinta invisibleque pona en cuestin al POUM y estaba firmado N. Desde la aparicinde esta pieza, fue evidente para los ms altos responsables del aparato judi-cial que se trataba de un grosero fraude. El Ministro solicit a Ortega yGasset no slo la verificacin de la autenticidad de la apostilla al dorso deldocumento, sino tambin sondear a la polica para saber cmo le haba lle-gado, los nombres de las personas implicadas y otros datos precisos. Tam-bin le pidi que investigara sobre la desaparicin de Nin y nombr un juezespecial a tal efecto, Moreno Laguia. Pero ste, despus de haber cuestio-nado a los responsables comunistas de la polica, debi dejar su labor rpi-damente, para no seguir la misma suerte que el dirigente del POUM.

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 853

  • La respuesta de Ortega y Gasset machaca sobre la necesidad de impo-ner en este asunto el punto de vista del Estado y los mtodos de la Justi-cia, en contra del punto de vista partisano y de los mtodos policiales

    El problema creado a la Repblica con la desaparicin de D. An-drs Nin, aparte del aspecto jurdico que ya de por s sera suficientepara preocupar al Gobierno empeado en mantener un rgimen de dere-cho, arrastra una modalidad poltica con repercusin interior objetiva-mente enderezada a desintegrar nuestra retaguardia, y de orden interna-cional en el cual la reaccin producida es de extraordinariaconsistencia.

    Por lo tanto, los republicanos estaban listos para condenar al POUM ypara eliminarlo, pero slo por ciertas razones. Esto se trasluce en las de-claraciones de Miravitlles, uno de los dirigentes de la ERC, Comisario dela Propaganda de la Generalitat y antiguo camarada de ciertos acusados.ste habra manifestado a Manuel de Irujo:

    el desagrado que toda la opinin republicana de Catalua senta al tenernoticia de cierto documento elaborado en medios comunistas de Barce-lona y presentado oficialmente por la polica del Gobierno, en el cual sealuda a relaciones entre Nin y Franco, hecho monstruoso segn aqul,ya que, en Catalua no sorprendera a nadie la condena de Nin comorector de sucesos revolucionarios contra el orden legal constituido.

    Por su parte, Companys, delante de quien el jefe de la polica barcelo-nesa, Burillo, haba exhibido el famoso plano milimetrado, se haba irri-tado y declar que si Nin poda ser acusado como responsable de los he-chos de mayo, todo lo dems era escandaloso. Fuera del PCE, la opininpoltica dominante de los socialistas y de los republicanos era en conjuntofavorable a una condena para los levantamientos de mayo, lo que entra-aba la eliminacin del POUM del paisaje poltico y ayudaba a la recom-posicin de una unidad desprovista de todo objetivo revolucionario.

    Esta ofensiva contra las maniobras comunistas no terminaba ah. Suinicio y la vigilancia de Irujo, entre otros, motivada por las repercusionesinternacionales, arriesgaban el prestigio de la Repblica. Estos caminosconstituyeron por lo tanto un freno a los movimientos comunistas: el pro-ceso del POUM no poda convertirse en un proceso de Mosc, porque elPC no era el nico partido en la arena. Haba adversarios y partidarios queno estaban dispuestos a seguirlo ciegamente.

    854 Franois Godicheau

  • Hacer decir la propaganda por la justicia. La etapa Toroncher: primera victoria de la amalgama

    Estos dos conjuntos de objetivos, interiores y comunes a la mayorade los partidos, y exteriores, exclusivos de los comunistas y agentes esta-linianos, hicieron nacer dos grupos de acusaciones muy ntidamente dis-tinguibles. Se las encuentra desde los primeros interrogatorios en julio de1937 y hasta el ltimo da del proceso en octubre de 1938. Las actas delos interrogatorios realizados en Madrid por la polica los das 13 y 15 dejulio y firmadas por Valent, comportan dos cuestiones: cmo el POUMhaba planificado y organizado los hechos de mayo de 1937 y cules eransus relaciones con los trotskistas y los voluntarios extranjeros en sus l-neas, censados como agentes de la GESTAPO. Las preguntas interpuestaspor el juez instructor en septiembre de 1937 son siempre las mismas:apuntan hacia los vnculos con la Gestapo, la ayuda a los franquistas y ellevantamiento de mayo. Se mezclaban acusaciones verosmiles que po-dan dar lugar a una investigacin judicial o a su extrapolacin poltica. Elobjetivo era el de servirse del aparato judicial para dar crdito a la propa-ganda.

    Los comunistas, bien pronto, lograron una primera victoria. El 23 deagosto, el presidente del TEAT de Valencia, Jos Taroncher Moya, anti-guo monrquico y candidato conservador en las elecciones del distrito deSagunto, antiguo juez de vagos y maleantes durante el bienio negro, fuedestituido por el Ministro de Justicia. El Ministro se percat de que loscomunistas tenan una importante influencia sobre este hombre, sin dudaa causa de su pasado. Justo antes de dejar su cargo, Taroncher redact elacta de inculpacin y la transmiti al fiscal, Jos Goms, enteramente abo-cado a los objetivos del NKVD. El texto, redactado a la ligera y en cuyocontenido basculan numerosas acusaciones a pesar de la sintaxis, denotauna victoria de los comunistas. En efecto, fue la primera vez que apareciun apoyo oficial a la tesis de la traicin en provecho de los franquistas yde la Gestapo, tesis que todos fuera del PCE encontraban grotesca:

    [los acusados] puestos de acuerdo con individuos extranjeros afectos ala Gestapo Alemana, que hasta ahora no han sido presentados, por elmes de Mayo ltimo realizaron en Barcelona con el fin de perturbar laaccin del Gobierno actos hostiles a ella con carcter secreto y reser-vado, as como un levantamiento militar, haciendo llegar a dicha capi-tal las milicias formadas por el POUM bajo la advocacin del BatallnLenin, abandonando el frente de Huesca con sus armas incluso artille-ra, para restar fuerzas a la defensa de la Repblica y ayudar a la acti-

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 855

  • tud rebelde, as como para conseguir la descomposicin de la retaguar-dia () el referido partido realizaba un trfico ilcito de armas en be-neficio propio, al objeto del levantamiento referido, as como el queprocedieron a exportar dinero y efectos de valor a Francia ocupndolestambin claves circulares de sustitucin y un cdigo telegrfico quedemuestran se empleaban por aquel Partido con fines de ocultacinpara la transmisin de noticias y consignas; que mantenan relacionessecretas con elementos extranjeros y entrevistas fuera de Espaa parafines sospechosos.

    La precipitacin es inteligible en el estilo, y la torpeza del juez mo-nrquico cuyo dominio de la retrica del proceso de Mosc es muy rela-tiva, confiere al texto este aspecto de puzzle de elementos no jerarquiza-dos, redundantes, a veces contradictorios, pero que sin embargo realizanla amalgama entre la cuestin de los hechos de mayo y la de la traicin.El abogado del POUM, Benito Pabn, subray lo ridculo de este texto,que podra hacer rer si la situacin no fuera tan trgica.

    La calificacin de Goms: segunda victoriaLos elementos puestos en desorden por el juez se reencuentran luego

    en la acusacin del fiscal. ste introdujo una separacin estricta entre doslneas de lectura: por un lado los hechos de mayo y por el otro el espio-naje, incluso si pretenda vincularlos en la intencin prestada a los acusa-dos de perjudicar a la Repblica. La estrategia del fiscal era ms fina queel texto del juez o que las groseras preguntas de los policas. Intentabaabonar la hiptesis de una preparacin intencional de los hechos de mayoligada a una estrategia de lucha contra el gobierno desde el inicio de laguerra. Es por esto que introdujo la acusacin de espionaje mezclando lava directa pero desacreditada del plano milimetrado (as como otros frau-des y manipulaciones del mismo tenor) y una va indirecta que, como sever, fue ms sutil.

    En sus conclusiones, adopt la lgica ya observada en los escritos delos fiscales de los cementerios clandestinos o de las octavillas y peri-dicos ilegales. Atribuy un sentido muy preciso y proyect una intencio-nalidad importante a actos que, tomados separadamente, no significabanni traicin ni derrotismo. Afirm que desde el comienzo de la guerra, elPOUM llev una intensa y dura campaa poltica de oposicin contra to-das las dems organizaciones antifascistas para reemplazar el gobiernopor un gobierno obrero y campesino el cual, lgicamente, deba reposar

    856 Franois Godicheau

  • en manos de miembros del POUM. As, intent jugar sobre las preven-ciones contra la poltica revolucionaria de este partido y su rechazo deintegrarse completamente al Frente Popular Antifascista, nuevo nombrede la coalicin que llevaba el bando republicano de la guerra. Esto per-miti subrayar su aislamiento para presentarlo como el nico obstculoen el camino de la unidad. El fiscal, a continuacin, propuso una lecturade los hechos de mayo destinada a hacer del POUM el nico chivo ex-piatorio:

    Individuos afiliados al POUM y dirigidos por el Comit ejecutivonacional de dicho Partido inician el alzamiento disparando desde la te-lefnica de Barcelona contra las fuerzas de la Guardia de Seguridad; le-vantan por las calles barricadas; asaltan los edificios pblicos, se prepa-ran a formar un gobierno que denominan de obreros y campesinos;arrastran con su demagogia a algunos sectores obreros que creyeron debuena fe que el alzamiento era para defender las conquistas sociales dela Repblica, asesinan a numerosas personas pertenecientes a partidos yorganizaciones del Frente Popular; ponen en peligro la vida y los bienesde sbditos extranjeros; utilizan contra las fuerzas del ejrcito popularque acuden a contener el alzamiento los fusiles, las ametralladoras, loscaones y los tanques y autos blindados que las milicias del POUMfueron detrayendo del armamento que el gobierno central enviara parael Frente de Aragn.

    A continuacin propuso el argumento segn el cual la 29ava divisincomandada por Rovira, donde se encontraban la mayora de los militantesdel POUM que combatan en el frente, habra dejado el mismo para to-mar Lrida, cuando en realidad, slo un pequeo destacamento haba idopara constatar que en Lrida el orden no estaba perturbado y, acto se-guido, haba vuelto a sus lneas tras lograr un acuerdo con las autoridadesde gobierno locales. En el pasaje, el fiscal record que uno de los mayoresdesafos para el gobierno republicano, despus de los hechos de mayoera el de presentarse como garante del orden contra el desorden revolucio-nario, as como contra el orden ilegtimo de los militares rebeldes:

    todo ello repercuti notablemente en la situacin militar de la Rep-blica en favor de las armas enemigas y puso a Catalua y al resto de laEspaa leal al borde de una intervencin directa de las potencias Euro-peas, especialmente Italia, y cuya intervencin hubiera dado fin al man-dato del Gobierno republicano, para sustituirle por el de los Generalesrebeldes, pues, como deca la prensa internacional el GeneralsimoFranco es el nico que puede en Espaa formar un gobierno de orden yque sea garanta de paz en Europa.

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 857

  • Para terminar, el fiscal abord el tema de la traicin en beneficio deFranco, veta que resumi de la siguiente manera:

    [lo que prueba que] el POUM, como entidad social dirigida por su Co-mit ejecutivo estaba en ntimo contacto con las organizaciones fascis-tas de la Espaa rebelde a las cuales serva y asimismo en relacin di-recta con las organizaciones internacionales conocidas con eldenominativo genrico de trotskistas y cuya actuacin en determi-nada potencia amiga de la Repblica espaola puso de relieve que sehallan al servicio del fascismo Europeo y Asitico.

    La ltima expresin el fascismo europeo y asitico revela tanto elmimetismo con los trminos empleados en la URSS agentes del fas-cismo, del imperialismo, de la Gestapo y del Mikado que no podra sersuscrito ms claramente en esta parte de la acusacin. La diferencia con elprimer texto, escrito por el juez Taroncher, estriba en que el vnculo con laGestapo y los franquistas no reposa solamente ya en pruebas groseras alestilo del plano milimetrado; se monta, ms sutilmente, sobre una organi-zacin misteriosa entre la opinin espaola, los trotskistas y los extranje-ros, estos ltimos, siempre sospechosos. Ya se vern las consecuencias,para los extranjeros y los trotskistas en cuestin, de esta voluntad de acu-sacin de convocarlos como pruebas de cargo contra los dirigentes pou-mistas.

    El decir del proceso: un teatro poltico

    Desde que el proceso comenz, las preguntas del fiscal dieron cuentapermanentemente de los mismos dos grandes temas. Sus esfuerzos por darla impresin de una continuidad entre la cuestin de los hechos demayo y las acusaciones correspondientes a la propaganda estalinistafueron vanos. El carcter plano de las preguntas sobre la Gestapo esasombroso. Desde los primeros das, cada acusado fue interrogado pri-mero por el fiscal y luego por el abogado Rodrguez Revilla, sucesor deBenito Pabn. Las preguntas se repetan sin variaciones notables; comen-zaban todas por una tentativa para hacer que el acusado confesara que elPOUM haba combatido desde el verano de 1936 al gobierno, que eratraidor y contrarrevolucionario, que haba luchado contra el ejrcito yhasta preparado el levantamiento de mayo.

    Luego, el fiscal preguntaba al acusado si conoca a tal o cual extran-jero, enumerando nombres sin relacin entre s, exactamente como en los

    858 Franois Godicheau

  • interrogatorios practicados por las brigadas Herz y Sheyer-Kinderman delservicio policial del PC alemn, y como en todo proceso hecho al modoestalinista, el simple hecho de conocer a una persona permita imputar alacusado, su participacin en las actividades ilegales atribuidas a su cono-cido. La lgica no era otra que la de la enfermedad contagiosa: la met-fora del enemigo poltico visto como una peste cobr cuerpo en la accinjudicial. Desde entonces, la argumentacin racional y la investigacin delos vnculos entre causa y efecto, no tuvo mayor sentido. El inters delfiscal carg sobre los extranjeros del POUM de cultura germnica o sobrelos italianos, todos ellos censados como agentes de la GESTAPO y delOVRA respectivamente. Para dar slo un ejemplo, el fiscal, tras haber ha-blado a Gorkn de una red de espionaje probablemente ligada al POUM,le pregunt en el mismo movimiento si conoca a un cierto Walter Sch-wartz, si el POUM tena demasiados extranjeros, si l Gorkn tenarelaciones directas con ellos y con cules especficamente. Enseguida,volvi a preguntarle sobre Walter Schwartz, para saber si era el jefe delgrupo alemn del POUM. Inquieto por saber hasta cundo haba funcio-nado el consulado de Alemania en Barcelona, por fin, le pregunt simple-mente lo siguiente: Alguno de los alemanes que iban a verle a Ud noeran agentes de la Gestapo?

    Estas preguntas sobre los extranjeros se producan casi sin importarcundo, en el transcurso de cada interrogatorio, interrumpiendo una seriede otras cuestiones que apuntaban sobre diferentes aspectos de la acusa-cin. El fiscal saltaba del cabo al rabo sin descanso. Otras preguntas pare-cen surgir de la nada, verdaderamente artificiales, brutales y sorprenden-tes, en la medida en que, evidentemente, el fiscal no esperaba unarespuesta positiva. Siempre dirigindose a Gorkn, concaten las siguien-tes preguntas: era cierto que el alemn Kopp haba, junto con Rovirallegado a un acuerdo de no-agresin con los fascistas en el frente deHuesca?, era cierto que el CE del POUM, desde la crcel, haba prepa-rado un atentado contra Prieto u organizado atentados contra los generalescomunistas Walter y Modesto? A esta retrica retorcida, Gorkn respondiburlndose de que el fiscal retomara exactamente las acusaciones vertidascontra el POUM en un libelo escrito por un agente estalinista, traducidoinmediatamente en varias lenguas por el aparato de propaganda del Ko-mintern e intitulado Espionaje en Espaa.

    El fiscal no cej, y continu con la misma cantinela, enumerando loselementos de acusacin que haba seleccionado, evocando los ttulos de ladeuda y de las acciones encontradas en el local del POUM por la poli-ca: un cuadro del El Greco que el POUM habra hecho pasar por la fron-tera para venderlo en Francia, y la idea de que el Estado Mayor alemn

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 859

  • era la fuente de entradas econmicas del partido. Enseguida, retom elasunto de los acontecimientos de mayo, buscando imponer su versinde los hechos, segn la cual el POUM habra desencadenado las hostilida-des desde la Telefnica. Termin con estas dos preguntas, ciertamentebrutales:

    Fiscal: Y eso [los hechos de mayo] era siguiendo consignas que lesdaban a Uds la organizacin fascista internacional?

    . . .

    Fiscal: En resumen: han recibido Uds dinero de Alemania e Italiapara trazar las lneas de conducta a partir del 3 de septiembre de 1936?

    Frente a todos los acusados, el fiscal buscaba proponer una imagenhomognea del POUM como traidor y aliado de los fascistas, imagenque hara olvidar el hiato entre un modelo de acusacin considerado ve-rosmil para todos (los acontecimientos de mayo) y otro que apareca ge-neralmente como una calumnia monstruosa. Su tctica consista en alter-nar preguntas sobre uno y otro tema tanto como en sugerir la existenciade una conexin lgica que no llegaba a establecerse. Las insinuacionessobre las relaciones con el fascismo y la Gestapo, incluso si abonadaspor otros acerca de los extranjeros o sobre los trotskistas de la seccinBolchevique-Leninista, aparecan forzadas de manera tal que los acusa-dos las tomaban como insultos y se quejaban frente al Presidente del Tri-bunal. Se podra preguntar por qu el fiscal se obstinaba en proponerlas,consciente de su magnitud y de la imposibilidad de probar esas acusacio-nes...

    Propaganda y fuego de la rampaLa respuesta puede encontrarse en las circunstancias en que se desa-

    rroll el proceso: el aparato de propaganda de la Internacional Comunistainvirti mucho en este asunto, testimonio de lo cual rinde el importantenmero de periodistas comunistas extranjeros presentes en la sala. El quelos insultos polticos hasta entonces reservados a los peridicos de esa co-rriente fueran oficializados en un cuadro legal por un fiscal republicano,sirvi enormemente a la propaganda estalinista: el proceso era, paraella, una tribuna de legitimacin. El aparato propagandista jams perdiun minuto. A lo largo de todas las sesiones, los adolescentes distribuansobre la Rambla y en las calles circunvecinas, volantas no firmadas quedivulgaban extractos de la acusacin del fiscal.

    860 Franois Godicheau

  • Las acusaciones imputadas por los testigos de cargo, en particular pordos altos responsables militares comunistas, tampoco iban por el bies dela verosimilitud. El general Cordn subsecretario del Ejrcito, cercanoal Ministerio de Defensa por ejemplo, declar que la 29 divisin eracontrolada por el POUM y que estaba relacionada con el enemigo.Cuando la defensa le solicit precisiones, fue incapaz de hacerlas. El abo-gado Gonzlez Revilla le hizo reconocer que en mayo de 1937 l habaestado en Crdoba y que no lleg al frente del Este hasta el mes de junio.Enseguida, un cierto Virgilio Llanos Manteca, cont cmo toda la 29 di-visin se levant, arrastr a una parte de la 28 y se dispuso a tomar L-rida. Agreg:

    que conoce muchos actos realizados por la 29e divisin que favorecana Franco, a Hitler y a Mussolini; era un frente donde estaba establecidoun pacto de no agresin al enemigo. All no se disparaban tiros. All seconversaba continuamente con el enemigo. All el enemigo vena a lasfilas nuestras y los nuestros iban a las filas del enemigo ()

    No ajustndose a las exigencias de la verosimilitud, y cometiendo tor-pezas por exceso de celo, la acusacin de origen estalinista no sirvi fi-nalmente ms que a la propaganda exterior, y, de antemano, parece haberestado resignada a no convencer. Incluso la versin de la historia de loshechos de mayo est evidentemente lejos de la realidad, al punto tal queno tena la menor chance de ser admitida. Signado ms por relaciones defuerza poltica que por reglas jurdicas aplicables en tiempos normales,el proceso se resolvi ms fuera que dentro de la sala de audiencias. Gor-kn inform que el PCE haba reunido decenas de cartas del frente exi-giendo la pena de muerte para los acusados y que Negrn, impresionadopor estas demandas, convoc a su oficina a Ramn Gonzlez Pea, Minis-tro de Justicia, a Mariano Gmez, presidente del Tribunal Supremo, aIglesias Portal, presidente del Tribunal de Espionaje y a Jos Goms, el fa-moso fiscal del proceso, para pedirles su acuerdo en relacin con esa exi-gencia de pena de muerte que la armada haca or, lo que habra levantadola moral de las tropas en tiempos de depresin. La conferencia de Munichacababa de terminar, decepcionando las ltimas esperanzas republicanas.

    Los acusados del POUM eran conscientes de que la teatralidad era unode los elementos esenciales del proceso, y no vacilaron en hacer del mismouna tribuna, segn un modelo relativamente corriente de los procesos pol-ticos, al igual que participaron en la construccin de la escena, respon-diendo a la propaganda comunista con la suya propia. Andrade denuncien su interrogatorio la presin organizada desde la calle y, la inmediata re-

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 861

  • levancia otorgada a las palabras del fiscal, dejaron manifiesta la estrategiacomunista de legitimacin de las acusaciones polticas. Los acusados sedefendan insistiendo sobre la manipulacin de la acusacin por parte delos intereses soviticos, bien denunciando los prrafos tomados del libeloya mencionando, bien respondiendo como lo hizo Gironella: S seor Vy-chinski. En el centro del escenario principal de ese gran teatro, ellos ac-tuaron situando su discurso en el mismo registro que el de sus adversarios,volviendo sobre sus testigos, sus amigos y sus periodistas.

    Frente a las presiones polticas sobre los magistrados, el desfile detestigos de la defensa manifestaba la existencia de una mayora republi-cana aferrada al anhelo de una justicia que dictara una sentencia en totalindependencia; esa misma mayora, un mes antes, no haba podido expre-sar su voto de censura contra Negrn, a causa de carecer un proyecto pol-tico alternativo. Vicente Guarner, principal asesor militar del republica-nismo cataln y antiguo jefe de operaciones del frente oriental, ridiculizlos testimonios de dos militares comunistas que rendan homenaje a labravura y la devocin de la 29 divisin. Manuel de Irujo, en su calidad deantiguo Ministro, inform todas las anomalas vinculadas a la accin de lapolica en ese asunto y las inquietudes internacionales sobre la indepen-dencia de la justicia espaola. El socialista Galarza afirm que los he-chos de mayo no haban sido ni organizados ni provocados por organiza-cin alguna. Mart Roura, dirigente republicano cataln, encareci. LargoCaballero, por fin, record que ...las jornadas de mayo fueron la culmi-nacin de la pugna existente entre las organizaciones polticas y sindica-les de Catalua. Que de ninguna manera iba la lucha dirigida contra laRepblica. Al igual que Federica Montseny, se erigi en garante de lacalidad antifascista de los acusados.

    El PC no estaba en la situacin descrita por Bolloten, que no se basms que en fuentes impresas, y no tom en serio los escritos de Togliattidonde describe todas las dificultades que encontraban. La influencia pol-tica y militar de este partido haba dejado de crecer, y su juego de cambiode alianzas termin por dejar detrs suyo enemigos incapaces de encon-trarse en un proyecto poltico, pero lo suficientemente amargados comopara hacerles frente en el terreno simblico: la CNT los consider comoenemigos al mismo ttulo que a los franquistas, y se reorganiz con el ob-jetivo de contrarrestar su estrategia de infiltracin de las instituciones,particularmente del ejrcito. En el seno del PSOE, Largo Caballero, aquien haban hecho asignar a residencia, los odiaba tenazmente y puso ensu contra toda el ala izquierda de su partido, mientras que los otros dos l-deres, Prieto y Besteiro, soaban cobrarse revancha contra ellos (lo que elltimo hizo pocos meses ms tarde, alindose con los anarquistas madrile-

    862 Franois Godicheau

  • os y el coronel Casado para dar un golpe de Estado anti-comunista). Encuanto a los republicanos, sin duda fueron menos consistentes como par-tido poltico, pero siempre estuvieron dispuestos a defender la imagen dela Repblica. Los nacionalistas vascos y catalanes, guardaban fuertes ren-cores a Negrn.

    Un proceso que recuerda a otros...

    Calificacin de los delitosLa manera en que los acontecimientos de mayo fueron reconstruidos

    por el discurso del fiscal para validar la idea de una intencionalidad departe del POUM evoca, fragmento por fragmento, los procedimientos em-pleados en otros procesos polticos incoados contra anarquistas en elmarco del asunto de mayo o del asunto de los cementerios clandesti-nos.

    Puede tomarse, en principio, el caso del proceso de Mora de Ebro: an-tes del da de la Audiencia, la reconstruccin a la que se libr el fiscal enel asunto Mora, tendi a otorgar coherencia poltica a los actos. Los pre-sent como intencionales, como partes de un plan urdido con premedita-cin. Su enumeracin de los hechos estuvo precedida de la siguiente in-troduccin:

    Los procesados [] el da 3 del prximo pasado mes de Mayo aligual que ocurran en distintos puntos de Catalua y con la misma in-tencin y propsito se levantaron en armas contra el legtimo Gobiernoantifascista.

    Su visin de las cosas se subordinaba a un punto de vista poltico querechazaba considerar las circunstancias sociales y polticas muy espe-ciales desde el 19 de julio y por lo tanto de explicar realmente los en-frentamientos. Decidi no ver sino a individuos en funcin de su lealtad odeslealtad frente al rgimen y del gobierno que lo encarnaba. Por lo tanto,los hechos no haban acaecido sino haca algunas semanas, y el proceso seinstruy sobre el mismo lugar de los acontecimientos, lo que en teora de-biera de haber limitado las fabulaciones. Pero lo que permiti al fiscal dis-torsionar la realidad de la manera en que lo hizo, fue la existencia de unconsenso poltico que consider su maniobra como algo posible y en ab-soluto escandaloso. El abogado de la defensa apenas si pudo refutar suversin, y no mucho ms que eso.

    El proceso del POUM: proceso ordinario de una justicia extraordinaria 863

  • En el proceso por los acontecimientos de mayo en Tarragona, la re-construccin de los hechos y la calificacin por el fiscal son casi idnticasa las realizadas en el caso precedente y en todos los procesos locales estu-diados. El conflicto poltico estaba incluso ms claramente presente enesta acusacin:

    En los 5, 6 y 7 de mayo prximo pasado, al igual que ocurri enotras Ciudades de Catalua, se produjo en esta ciudad un movimientosubversivo en contra del Gobierno de la Repblica y de sus Institucio-nes, por el cual diferentes elementos se levantaron en armas agrediendoa la Fuerza Publica y a entidades y elementos antifascistas con fuego defusil () apareciendo como dirigentes en esta Ciudad del expresadomovimiento lo procesados () que ocupaban destacados cargos dentrode la CNT y juventudes libertarias.

    Se encuentra el mismo procedimiento de parte del juez especial, Ber-trn de Quintana, en el asunto de los cementerios clandestinos. La pri-mera formulacin data del 1 de octubre de 1937, en el acta de acusacindel proceso de Balany. Tras haber recordado la existencia del levanta-miento militar antirrepublicano del 18 de julio de 1936, el acta dice:

    prevalecindose del trastorno producido por los cambios frecuentes atales movimientos, mxime la importancia que han tenido y tienen losregistrados en nuestro pas, algunos elementos abusando de la fuerza delas armas, de las que eran poseedores, impusieron el terror entre otrospuntos en Sant Feliu de Codines.

    Bien diferente es la redaccin del 18 de febrero de 1938: en las con-clusiones del fiscal, tras los mismos preliminares, puede leerse

    Una vez creada la situacin de hecho de la traicin rebelde, quienesvivan en el territorio que permaneca legal al rgimen republicano es-paol y que luchaba por el triunfo de ste, intervinieron o fueron direc-tamente autores de incidentes destinados a desacreditar la Repblica,incluso en el plano internacional, incidentes que implicaban una ayudaevidente a los enemigos del pueblo que se haban levantado en armas.Estos incidentes son los siguientes ()

    Puede considerarse esta nueva formulacin como cannica, dado quese la reencuentra en todos los procesos de los cementerios clandestinos.

    Un caso iniciado el 25 de enero de 1938 implic a Leonardo Segura,acusado y rpidamente condenado por derrotismo a 6 aos de prisin re-

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  • glamentaria. Este joven anarquista haba tenido la imprudencia de leer elperidico clandestino Libertad en el tren, y la mala suerte de haberlo he-cho sentado frente a un agente de polica. Se le reproch haber ledo eseperidico a sabiendas e, incluso, de incitar a su lectura; el polica afirmque el joven le haba mostrado un artculo titulado la cheka funciona.El acta de acusacin es particularmente dura:

    con nimo de deprimir la moral pblica, desmoralizar al Ejrcito, dis-minuir la disciplina colectiva, y el crdito y autoridad de la Republicaen el interior del pas y coadyuvando con su proceder a las maquinacio-nes de los fascistas que intentan desmoralizar la retaguardia republi-cana, fue detenido el da 21 del corriente mes y ao por dedicarse a di-fundir un peridico clandestino Libertad en el que aparecen artculosy entrefiletes netamente derrotistas y deshonrosos para el prestigio delos Gobernantes de la Repblica.

    La aparicin en un dossier de estos folletos y peridicos clandestinos,marca de infamia, sealaba a un enemigo poltico al que haba que casti-gar. La sustentacin sobre la palabra judicial de una lectura poltica de losacontecimientos pasados, conformaba un proyecto poltico presente: unavez que el derecho haba sido dicho, los hechos eran establecidos pblica-mente, reputados de haber sido de tal forma. Instalados. Las palabras pro-ducan cosas. Por este motivo fue extremadamente importante para los co-munistas lograr que expresiones como espiones trotskistas pagos porFranco fueran cosas.

    La sentencia

    Fue pronunciada el 29 de octubre de 1938, despus de ocho horas deintensas deliberaciones. El jurado sufra la presin de la calle, organizadapor el Partido Comunista, que exiga la pena de muerte, pero era muyconciente, al mismo tiempo, de que en este proceso se jugaba la integri-dad de la justicia republicana y, por extensin, la del aparato de Estado re-construido. Finalmente, se impuso la lnea del consenso: los acusados delPOUM fueron condenados por lo que todos le reprochaban y por lo quetodos estaban dispuestos a condenarlos desde el verano de 1937: su apoyoa los obreros de Barcelona durante los hechos de mayo y su rechazo a in-tegrarse a la unin republicana de la guerra de liberacin nacional, in-cluso si esta frmula perteneca esencialmente al PCE.

    El texto de la sentencia no deja la menor duda en cuanto al sentido dela condena: un primer y extenso Resultando expone la versin de la histo-

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  • ria de la guerra civil adoptada desde julio de 1936. Frente a la tentativa delos militares rebeldes, los partidos polticos republicanos, las organizacio-nes populares y las masas populares se haban unido de manera espont-nea para oponerse a ellos y defender las instituciones de la Repblica, loque implica una primera distorsin de la realidad de julio de 1936. Luego,el texto aborda con gran pudor el tema de los desrdenes y de la revolu-cin: defensa que se hizo al comienzo a travs de la concepcin que cadaorganizacin ciudadana tena sobre la organizacin social y la constitu-cin del Estado. Lo importante, en este relato, era no dejar la impresinde que, en cualquier momento despus del 19 de julio, las acciones se ha-ban salido fuera del cuadro de la defensa de la Repblica: cualquier otrofenmeno se acredit como espuma, como agitacin efmera y marginal:

    Esta actuacin inconexa de los diversos grupos que constituan launin defensiva del contenido democrtico en la lucha contra los suble-vados () creaba dificultades al gobierno, que era regulador de las msdiversas aspiraciones, y podan poner en peligro el triunfo del poder le-gtimo sobre el faccioso instaurado por los sublevados.

    Ante esta situacin, el tribunal explic que todos los partidos habantomado nota del peligro, postergado sus diferencias y olvidado sus aspira-ciones particulares para ayudar al gobierno participando en la direccinde los asuntos y a travs de todo tipo de acciones:

    de tal forma, casi desde los primeros momentos de iniciarse la subleva-cin militar, se lleg a definir en la conciencia de cuantos contra ella lu-chaban que el deber de todos los espaoles liberales era el manteni-miento de las instituciones legtimas, la solucin de los problemaspblicos dentro del marco constitucional y la defensa de la Repblicademocrtica como denominador comn de todas las tendencias progre-sivas, smbolo de convivencia de los espaoles y estado poltico quepermite un desarrollo pacfico de todos los idearios.

    La falla del POUM, justamente, habra sido romper ese cuadro idlico:no podra expresarse ms claramente la defensa del Estado republicano yde sus instituciones, y a la vez contra los facciosos juzgados por cente-nas a manos de los diferentes TEAT desde haca ms de un ao y contralos revolucionarios de julio-agosto de 1936. A los acusados se les repro-ch:

    persistieron en su lnea revolucionaria, encaminada a la implantacinms inmediata posible de la ideologa que le es propia, sin considerar

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  • los perjuicios que en aquellos momentos poda ocasionar su actuacina los supremos intereses de defensa del Rgimen como representantede las aspiraciones inmediatas de los dems sectores de la vida nacio-nal.

    Era esa su verdadera traicin: la sentencia los describe como malosEspaoles, incapaces del sacrificio de sus ideas en pos del superior idealde la unin nacional. As, las acciones precisas animadas por el POUMson descritas en esta direccin y en tres clases: la primera, la oposicin ala militarizacin de las milicias; la segunda, oposicin al gobierno; la ter-cera, la lucha por un orden revolucionario a la retranca y la participacinen los hechos de mayo. El prrafo sobre la oposicin al gobierno recuperaexactamente las mismas palabras que servan, en los procesos por Hojasclandestinas, para caracterizar el delito de derrotismo:

    Oposicin violenta al gobierno legtimo y crtica acerba de las dis-posiciones adoptadas por el mismo, as como de las instituciones de laRepblica y de los partidos y organizaciones que le apoyan, como me-dio de debilitar el rgimen actual y crear las condiciones externas preci-sas par tomar el Poder, lo que haran primeramente en Catalua y a serposible en el resto de la Espaa leal, e instaurar de tal forma un rgimencomunista organizado con arreglo a sus postulados de partido.

    Ah, la tendencia de la sentencia a otorgar una fuerte intencionalidad alas acciones de los acusados era mucho ms viva que en el proceso porpropaganda clandestina, pero la lgica seguida fue la misma: toda la pro-paganda del POUM fue considerada a posteriori como clandestina,prohibida. Los dirigentes de este partido fueron acusados en los trmi-nos que aparecan en los casos de los cementerios clandestinos.

    Con esta labor, los procesados antes mencionados contribuyeron asostener un estado de agitacin y rebelda en parte de la clase trabaja-dora, quebrantando la disciplina colectiva que tan necesaria era en losgraves momentos por que atravesaba la Repblica, pusieron en peligroel prestigio de sta ante la opinin internacional () y favorecieron eneste sentido, indirectamente y aun cuando ello no fuese su propsito,los designios de los rebeldes.

    Al momento de abordar los levantamientos de mayo, la sentenciadesminti categricamente la intencin y la preparacin de un putsch,contradiciendo todas las afirmaciones precedentes del fiscal y de lapropaganda comunista incluidos los procesos de mayo locales. La

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  • presentacin de los enfrentamientos se hizo, raramente, conforme a loshechos:

    Se encontraban los procesados de que queda hecha mencin ocupa-dos en el desarrollo de tales actividades cuando el da tres de mayo demil novecientos treinta y siete tuvo lugar en Barcelona una colisin en-tre grupos de obreros y la fuerza pblica. () Algunas agrupacionesobreras de Barcelona, que no aparecen concretadas en este procedi-miento, secundaron la actitud de sus compaeros de la Telefnica paraimpedir se llevara a efecto lo acordado por la Generalidad de Cataluay por consecuencia se extendi por toda la ciudad la lucha entre gruposde obreros y la fuerza pblica ()

    El texto de la sentencia retoma la acusacin en un solo punto. ElPOUM, siempre opuesto al gobierno, haba credo que era su hora y sehaba solidarizado con el movimiento para marchar contra la dualidad depoderes, gracias a la formacin de Comits de Defensa de la Revolucin.No habiendo podido arribar a sus fines, pidi a los obreros se retiraranconservando sus armas.

    Finalmente, el POUM solamente estaba convencido de ser un par-tido revolucionario peligroso, un fenmeno poltico discordante con elresto de las organizaciones. Fue condenado por su divergencia polticacon el conjunto de los partidos del Frente Popular.

    La sentencia abona en un pargrafo ciertas elucubraciones del fiscalasociadas a los policas estalinistas:

    De lo actuado no se desprende como probado que los acusados faci-litaran a los elementos facciosos noticias de ninguna clase referentes ala situacin de los frentes de batalla u organizacin de la retaguardia,que hayan mantenido relaciones directas o indirectas con ellos ni conorganismos policacos ni militares de los pases invasores, que estuvie-ran en contacto y ayudaran a grupos u organizaciones falangistas delpas, o de otra clase, que prestan apoyo a los combatientes rebeldes, nique hayan recibido para la propaganda poltica de su partido ayuda eco-nmica de los enemigos del Estado. En cambio se desprende de lo ac-tuado que todos ellos tienen una marcada significacin antifascista, quehan contribuido con sus esfuerzos a la lucha contra la sublevacin mili-tar y que la actuacin que queda expresada responda nicamente alpropsito de superar la Repblica democrtica e instaurar sus propiasconcepciones sociales ()

    El mensaje era claro: no se condenaba al POUM por disidente yopuesto al estalinismo sino por oposicin al orden poltico republicano.

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  • Se trataba de un juicio poltico emitido por un tribunal poltico. Que steno sigui la grosera lgica de amalgama propuesta por los soviticos ysus celadores espaoles, es otro asunto, que tiene que ver con la realidadde las relaciones de fuerza poltica en octubre de 1938, verdadera raznpor la cual no se pudo realizar un proceso de Mosc en Barcelona. ElTribunal de Espionaje, atribuyndose el conocimiento de un delito califi-cado de rebelin que por tanto no entraba entre sus competencias sinoen la de los Tribunales Populares, hizo acto de autoridad.

    Conclusiones

    La persecucin del POUM fue una realidad: este partido fue diezmado,prohibido; sus dirigentes fueron apresados y fueron vctimas de acusacionesinjuriosas; su secretario general, torturado y asesinado. Esta represin debamucho al particular ensaamiento de los dirigentes soviticos, del Komin-tern y de los comunistas espaoles, pero no puede ser reducida slo a esto.El proceso del POUM es el rbol que oculta el bosque de la represin lan-zada tras mayo de 1937, destinada a castigar a los partidarios de una guerrarevolucionaria. Las formas adoptadas por esta represin nos hablan sobretodo acerca de la militarizacin y de las transformaciones polticas delfrente republicano. En cuanto al proceso mismo, se ha visto que tanto desdeel punto de vista de los actores, de las motivaciones y del resultado final, lascosas fueron mucho ms complejas que lo que quiere hacer creer el habitualrelato politizado del acontecimiento. Hay instituciones polticas (partidos),jueces y policas, cuyos discursos pueden converger o divergir en funcinde lgicas interiores propias. Pero en lugar de confundir a los partidos conlos personajes, lo que hace falta es interesarse en la forma en que estos dis-cursos y estas lgicas se cruzaron para componer una trama poltica.

    Uno de los mayores puntos de inters de este proceso poltico estribaen mostrar cmo todos los actores participantes intentaron utilizar unapropiedad esencial del discurso jurdico, su capacidad de marcar profun-damente la realidad, para hacer existir ciertas invenciones como elcomplot trotskistas internacional o la idea segn la cual el orden republi-cano no haba dejado de existir jams desde julio de 1936. Mientras quelos comunistas quisieron convertir el discurso de los procesos de Moscen una tribuna legitimante, sus adversarios republicanos y socialistas to-maron el lugar de la formulacin y de la proclamacin de una versin ofi-cial de la historia reciente a retener. En un momento donde la derrota es-taba cercana, fue como si las instituciones republicanas hubieran tomadola palabra, ocluyendo con su voz la cacofona de amigos y enemigos.

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