Lámpara es tu palabra para mis pasos. Luz en mi sendero ...

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Lámpara es tu palabra

para mis pasos.

Luz en mi sendero

(Sal 119,105)

Revelación

Palabra de Dios

&

¿Qué es la Revelación?

¿Cuál es el Lenguaje

de la Revelación?

La Revelación Natural

como encuentro con

la creación

La Revelación

Sobrenatural como

experiencia existencial

y salvífica en la

historia

¿Cómo se transmite la

Revelación?

En la Sagrada Escritura

(una Revelación Escrita)

En la Tradición

(una Revelación Vivida)

Dos Comprensiones

(de la Palabra y de la Historia)

La Revelación

por la Palabra

Punto de Partida:

Contexto Antropológico de la Palabra

Su dimensión religiosa:

Dios de revela en la Sagrada Escritura a

través de la Palabra

El lugar de la Palabra en la Tradición

judeo-cristiana:

Gn 1,1-31

Dt 6,4-9 // 6,20-25 // 30,11-14

Jn 1,1-5

Rm 10,8-9

Lc 24,13-35 // Hch 8,26-40

Sal 119,105

Las dimensiones de la Palabra en la

Sagrada Escritura:

En el Antiguo Testamento:

• La Palabra Creadora de Dios

• La Palabra de Dios como Promesa

• La Palabra de Dios como Mandato

• La Palabra de Dios como Alianza

• La Palabra Profética de Dios

• La Palabra de Dios en la Historia de un Pueblo,

de una Comunidad

En el Nuevo Testamento:

• La Palabra de Dios como Palabra

creadora

• Jesucristo es la Palabra de Dios

• Jesucristo es la Palabra Salvadora de

Dios

Consecuencias para la Fe:

• El reconocimiento de que la Palabra de

Dios se comunica a través de la Palabra

Humana

• La Palabra de Dios es fuente de gracia y

salvación

• La Palabra de Dios es Don

• La Palabra de Dios constituye la Misión

de la Iglesia

¿Cuál es el sentido de la

Revelación a través de la

Palabra Bíblica?

La Revelación habla de

Dios y del ser

humano

La Revelación,

fundamentalmente, no

tiene que ver con lo que

Dios da, sino con la forma

como Dios se da

Por tanto, la

Revelación es la

autocomunicación de

Dios al ser humano

Y esta se capta, a partir

de la comprensión de lo

que caracteriza al ser

humano en su estructura

de conocimiento

¿Qué caracteriza la

estructura del

conocimiento humano?

¿La Razón?

Digámoslo mejor:

Su Interioridad

Esto significa que lo que

acontece en la

Revelación es la

comunicación de la

interioridad de Dios a la

interioridad de la

persona

Y el lenguaje expresa

la forma como

comprendemos la

Revelación de Dios

En las lenguas

indoeuropeas, dos verbos

parecen determinar su

estructura sintáctica:

El Verbo Ser o Estar

El Verbo Haber

El Verbo Haber, en

castellano no funciona

solo y por eso decimos

que es un verbo auxiliar

Cuando funciona solo, su

equivalente es el Tener

El Verbo Ser o Estar

Ser = Esencia, Identidad

Estar = Ubicación en el

espacio o la forma de estar

en él

Pero junto al verbo Ser o

Estar, hay otro que los

fusiona: Existir

Existir = Habla de la forma

de Ser y también de la

forma de Estar

Y el verbo Existir es en sí

mismo, un verbo

compuesto:

Ex - estar = Estar saliendo

de sí, o lo que es lo mismo,

Ser saliendo de sí

El ex-istir de Dios es, por

tanto, un salir de sí

Y el salir de Dios de sí, es

la creación

Entonces Dios se

revela en lo que hace

Y si su Revelación es un

estar en sus criaturas,

entonces Dios se revela

existiendo en nosotros

Existir es, para nosotros,

experimentar la

Revelación de Dios

Y experimentar a Dios

significa experimentar

nuestros propios actos

en la misma dirección

de Dios

Dios nos crea finitos,

con la capacidad para

trascendernos

En este sentido, el

pecado es el sentirse el

hombre autosuficiente,

sin deseo de superar

sus propios límites

La Voluntad de Dios,

responde a un profundo y

serio discernimiento

sobre lo que Él quiere de

nosotros

Y esto se capta en la

Interioridad del Ser

Lo que acontece en la

Revelación es, por

tanto, la comunicación

de la interioridad de

Dios a la interioridad

de la persona

Y eso es lo que se debe

tratar de comprender

en el Texto Sagrado

* El Ser humano que

Dios quiere

* La forma como Dios

se revela

En el lenguaje de la

Revelación, no ver es

no comprender,

“pero sus ojos estaban

retenidos para que no le

conocieran”

Lc 24,16

“Dicho esto,

se volvió y vio a Jesús, de

pie, pero no sabía que era

Jesús.”

Jn 20,14

Y Ver,

es Comprender

“Entonces

se les abrieron los ojos

y le reconocieron”

Lc 24,31a

“Les respondió:

Si es un pecador, no lo sé.

Sólo sé una cosa:

que era ciego y ahora veo”

Jn 9,25

“¿Tú crees en el Hijo del hombre?

El respondió:

¿Y quién es, Señor, para que crea en él?

Jesús le dijo:

Le has visto,

el que está hablando contigo, ese es.

Él entonces dijo:

Creo, Señor.

Y se postró ante él.”

Jn 9,35b-38

“Para un juicio he venido a

este mundo:

para que los que no ven, vean;

y los que ven, se vuelvan

ciegos”

Jn 9,39

cfr. Is 6,9; Jr 5,21; Ez 12,2

“¿Entonces entró también

el otro discípulo, el que

había llegado primero al

sepulcro, vio y creyó, pues

hasta entonces no habían

comprendido…”

Jn 20,8-9a

Y en el

Nuevo Testamento,

ver a Jesús es ver a Dios:

“Le dice Felipe:

Señor, muéstranos al

Padre y nos basta.”

Jn 14,8

“El que me ha visto a mí,

ha visto al Padre”

Jn 14,9b

“El que me ve a mí, ve a

aquel que me ha enviado”

Jn 12,45

Y ver a Jesús es

experimentar una

transformación:

“¿No estaba ardiendo

nuestro corazón dentro de

nosotros cuando nos

hablaba en el camino y nos

explicaba las Escrituras?”

Lc 24,32b

“Les respondió:

Si es un pecador, no lo sé.

Sólo sé una cosa:

que era ciego y ahora veo”

Jn 9,25

“Mas, cuando Aquel que

me separó desde el seno

de mi madre y me llamó

por su gracia tuvo a bien

revelar en mí a su Hijo”

Gal 1,15

Y Pablo también es muy

claro con la dimensión

transformadora de la

Revelación:

“Todos nosotros, que con el

rostro descubierto reflejamos

como en un espejo la gloria del

Señor, nos vamos transformando

en esa misma imagen cada vez

más gloriosos: así es como actúa

el Señor.”

2 Co 3,18

“Y no os acomodéis al mundo

presente, antes bien transformaos

mediante la renovación de vuestra

mente, de forma que podáis

distinguir cuál es la voluntad de

Dios: lo bueno, lo agradable, lo

perfecto.”

Rm 12,2