Sendero Estrategico

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 El siguiente material se reproduce con fines estrictamente académicos para estudiantes, profesores y colaboradores  de la Universidad ICESI, de acuerdo con el Artículo 32 de la Ley 23 de 1982. Y con el Artículo 22 de la Decisión 351 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena.  ARTÍCUL O 32: “Es permitido utilizar obras literarias o artísticas o parte de ellas, a título de ilustración en obras destinadas a la enseñanza, por medio de publicaciones, emisiones o radiodifusiones o grabaciones sonoras o visuales, dentro de los límites justificados por el fin propuesto o comunicar con propósito de enseñanza la obra radiodifundida para fines escolares educativos, universitarios y de formación personal sin fines de lucro, con la obligación de mencionar el nombre del autor y el título de las así utilizadas”.  Artículo 22 de la Decisión 351 de la Comisión del Acu erdo Carta gena.  ARTÍCUL O 22: Sin prejuicio de lo dispuesto en el Capítulo V y en el Artículo anterior, será lícito realizar, sin la autorización del autor y sin el pago de remuneración alguna, los siguientes actos: b) Reproducir por medio reprográficos para la enseñanza o para la realización de exámenes en instituciones educativas, en la medida justificada por el fin que se persiga, artículos lícitamente publicados en periódicos o colecciones periódicas, o breves extractos de obras lícitamente publicadas, a condición que tal utilización se haga conforme a los usos honrados y que la misma no sea objeto de venta o transacción a título oneroso, ni tenga directa o indirectamente fines de lucro;...”.

Transcript of Sendero Estrategico

  • El siguiente material se reproduce con fines estrictamente acadmicos para estudiantes, profesores y colaboradores de la Universidad ICESI, de acuerdo con el Artculo 32 de la Ley 23 de 1982. Y con el Artculo 22 de la Decisin 351 de la Comisin del Acuerdo de Cartagena. ARTCULO 32: Es permitido utilizar obras literarias o artsticas o parte de ellas, a ttulo de ilustracin en obras destinadas a la enseanza, por medio de publicaciones, emisiones o radiodifusiones o grabaciones sonoras o visuales, dentro de los lmites justificados por el fin propuesto o comunicar con propsito de enseanza la obra radiodifundida para fines escolares educativos, universitarios y de formacin personal sin fines de lucro, con la obligacin de mencionar el nombre del autor y el ttulo de las as utilizadas. Artculo 22 de la Decisin 351 de la Comisin del Acuerdo Cartagena. ARTCULO 22: Sin prejuicio de lo dispuesto en el Captulo V y en el Artculo anterior, ser lcito realizar, sin la autorizacin del autor y sin el pago de remuneracin alguna, los siguientes actos: b) Reproducir por medio reprogrficos para la enseanza o para la realizacin de exmenes en instituciones educativas, en la medida justificada por el fin que se persiga, artculos lcitamente publicados en peridicos o colecciones peridicas, o breves extractos de obras lcitamente publicadas, a condicin que tal utilizacin se haga conforme a los usos honrados y que la misma no sea objeto de venta o transaccin a ttulo oneroso, ni tenga directa o indirectamente fines de lucro;....

  • Cerec

    Ediciones Uniande.

    Reconocer la guerra para construir la paz

    Mara Victoria Llorente Malcolm Deas Compiladores

    ~ ICES! BIBLIOTECA 1111111111111111111 047259

    Grupo Editorial Norma B

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    Primera edicin: febrero de 1999 /~'04/

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    Cerec, 1999 Cra. 22 N" 36-63, Of. 30' Santa Fe de Bogot Ediciones Uniandes, 1999 era. la N'l IRA-lO

    Santa Fe de Bogot Editorial Norma, S. A., 1999 Apartado 53550 Santa Fe de Bogot, Colombia

    Cubierta: Ana Cristina Mnera

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    Prohibida la reproduccin total o parcial por cualquier medio sin autorizacion escrita de las editoriales.

    Impreso por Cargraphics S. A. - Impresin digital Impreso en Colombia Printed in Colombia

    E.~te lihro ~e compuso ell caracteres he Basken'iIle

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    CONTENIDO

    Pre.v 11/ (1 ri 11

    Introducci6n A propsito ele un demorado esfuer7.o ch'il MALCOLM DEAS

    Las Farc-F.p: Ulla mirada (tctual ALFREDO RANGEL

    El sellelero cSlratRko dd ELN: del idcali~mo gUt'Yarisla al clientclislllo armado ANDRS PEATE

    Expallsi{Hl territorial oc la~ gucrrillas ('()IOll1hiatlas: geografa, {'('(HloIlla y violencia CAMILO EClIANDA

    Los paramilitares y su estrategia FERNANDO CUBIDES

    Lajllstie:ia e11 Hna sodedacl ynlenta MAURICIO RUBIO

    Criminalidad 11rhana en Colomhia MAURICIO RUBIO

    Fjn:ito regular, conflktos irrcgulaIT . .;;: la in . .;;tihlci6n militar en los tltill10S quin(T ailos ANDRS DVILA

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  • ANDRS PEATE

    El sendero estratgico del ELN: del idealismo guevarista al clientelismo armado

  • DOS CONCEPTOS: ESTRATEGIAS V PLANES

    Tal ,'C7, existen slo dos dilicultades para poder perci-bir la estrategia del ICLN, Y muhas est,in ms en nuestra mente y en nuestro lenguaje que en algn lugar de clima templado en las l110ntailas de Colombia: la primera es entender que cuando hahlamos de organizaciones huma-nas, arnladas o no, legales () dandestinas, el trmino "es-tratt'gia" es Ilmcho ms que un plan'; la segunda, aceptar que la Unin Camilisla del Ejrcito de Liheracin Nacio-nal, para llamada al menos una \'ez por su nomhre actnal cOlupleto, es una organizacill de personas. es decir, un grupo de seres lnllnanos articulados entre s, C0l110 un nr-ganiSl110 vivo. en torno a ltn ol~jetivo y con una estructura ordenada.

    l. Es probable que el1 el mundo de las palahras existan las plag"'1s. tilla de las cuales pone dc moda su uso)" lo extienden hasta quitarles casi del todo su significado. La palahra "ejecu-tivo", pur c;jemplo, CJlIC designaha tina de las ramas del poder p(ihlko de Illl('stl,l democrada (1 acaso un puesto t:on respon-sabilidad gerencial el1 la empresa pr\'ada, hoy quiere decir desde un hus hasta un almuerzo. Algo similar parece estar ocu-rriendo con la palahras "estrategia" r "estratgico": antes rcscr-vmlas al campo de lo Inilital~ hoy parece filie se hllhicran tomado por asalto muchas reas de la vida cotidiana, luego de haber folunizaclo el lxiro de las empresas r los negucios; y allnflue afortunadamente no hemos llegado torhwa ~lllmite de los "de-sayunos estratgicos", su clllpko exagerado ha terminado por

    dcsdiIJl~j,lr su real signiHcado y verdadero contenido. En el m~jor de los casos la palabra "estrategia" ha terminado siendo ltlilizada como un sintlnimo, elegante y dislingtlido, del trmino "plan". y cuando se trata de analizar la estrategia de organiza-cioncs armadas, esta confusin es llludw m,s que simple se-mntica.

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    Ms que un plan, una estrategia es un consenso inter-no sobre lo que una organizacin debe y no dehe hacer para sohrevivir y prosperar, es decir, para perpetuarse, y para acumular recursos, influencia y prestigio, expandir-se en el espacio, y 3U111entar el nUllero de sus 111iembros o seguidores, de forma sostenihle.'

    Una estrategia no es una simple lista de deseos, espe-fanzas y ambiciones; pero siempre contiene los asuntos que una organizacin percibe como crticos y vitales, los cuales adem,is deben permanecer hajo su controlo in-fluencia, en el presente cercano. Tan es as, que general-mente el proceso exitoso de su formulacin comienza con ponerse de acuerdo sohre aquellos". Slo puede decirse, sin elnbargo, que una organizacin tiene una verdadera estrategia cuanelo ha surgido \111 amplio acuerelo interno sobre el manejo ele estos asuntos que ele hecho no tienen que ser constantes; por lo tanto, la estrategia no elebe ser una especie ele tahla de piedra con diez mandamientos, ni un plan ultrasecreto en el fondo de una oscura arca tri clave -al estilo ele las pelculas de Maxwel Smart-, sino un "enfoqne", una '"verdad" que todos los ll1iembros de una organizacin, o al menos todos los que en ella cuen-tan, cOluparten y aceptanl,

    2. Bruson,john. En especial los captulos 5, 6, 7 Y 8. Para aclarar el concepto de estrategia es muy til recurrir a los tex-tos bsicos de teora de las organizaciones de las facultades de Administracin. El referido es un buen texto.

    ~. Brllsoll denomina a estos "asuntos crticos pero maneja-bles" como asuntos estratgicos. bid.

    4- Ibid. Durante la poca de la Guerra Fra, por ejemplo, los EE.ULJ y la U,R.S,S perciban que su sobrevivencia como naciones dependa, entre otras cosas, del xito o fracaso que tuvieran los

    ANDR S PEA TE

    Si l causa de restricciones lnateriales, realidades histtl-ricas () incluso verdaderos prindpins ticos ulla organiza-cin percihe que UII aSlInto, pese' a ser mlly importante, escapa a Sil control () influencia, es mil)' proha blc que ste, tarde o tenlpl',(IUO, en la prctica, no sea tratado conlO "crtico y\'ital", y salga cle aqllella;)' esto es as porqlle IIna estrategia no es un doclllllcnto Inatriz para echar discur-sos y hacer prodatnas, sino lUl conjunto de conceptos, escl"tos () no, qne al irradiarsf' dentro de la organizacin le clan l sus I1lielnhros ''tlIla gua para la accin"\ una es-pecie de lente cOllceptual qlle les permite iclentificar los aSllntos peligrosos para el grupo, \111 esqllema sencillo qlle

    planes del otro por al1lpliarsu influencia en tetreros pases. Una revolucin socialista en Gl"enada, el as('enso por \'as dClllocni-tkas de un gobierno de iZf]ui"nla en Chile, o Hna primavera demo(Tica en Praga, no eran desde su perspecti\'a, asuntos del pueblo de otro pas, sino \'ariadones de un asnnto dtal propio f]ue ameritahan la inter\'encin de SllS (~jrcilos o nterpos ell-nthierlOS de seguridad. Para e1man(:io de este aSlllllO ,,lal cada hando tena una directriz general que formaha parte de Hna estrategia global que en PlI'tt~ consista en tolerar y apoyar go-bernantes locales t:"1l sus "he as de influencia, siempre y cuando fueran liles}' leales en su lucha COlllra. el otro. Cienalnente el apoyo a ciertos mandatarios nacionales y la intt'l"\'encin en asuntos ~ienos han dehido resultar difciles de justificar dentro ele los principios declarados formalmente por rada hando; pero tnda discusin interna se z

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    permite distinguir los amigos de los enemigos ("our bas-lards" vs, "tlleir saints"), y las posiciones "correctas" de las "herejas",

    An cuando no sea escrita (conlo sucede en la mayo-ra de los casos) la estrategia de una organizacin acta como una especie de "partitura gruesa" que clarifica a todos sus miembros cules son los asuntos por atender y cules no, de modo que permita canalizar y enfocar los esfuerzos a lo verdaderamente importante, No es de extla-liar, por lo tanto, que los mienlbros de una organizacin que con sus palabras o acciones ponen en duda la validez de la estrategia vigente, sean vistos con desconfianza por los dems y hasta tratados como traidores, Quien pone en entredicho una estrategia, por [uela de los espacios tole-rados para ello, pone en juego la cohesin misma de la organizacin y, desde el punto de vista de los dems, atenta contra su supervivencia.

    Veamos si un ejemplo permite ilustrar mejor este pun-to. Durante la confrontacin Este-Oeste, el EI.N, cOlno casi todas las organizaciones guerrlleras del continente, con-sideraba que contar con el respaldo de algn pas de la esfera socialista era un "asunto crtico y vital", No slo -corno se cree normahnente- para tener una fuente ex-terna de apoyo logstico y financiamiento, que en el caso de los e!enos tal vez nunca fue considerable, sino para ob-tener dos cosas an ms importantes para toda guerrilla que comienza: a,) Ganar legitimidad internacional, es

    tarea prioritaria hacia recomponer el aClllllulado y afianzar la cohesin poltica", Ejrcito Nacional, (1966), Para los denos esa 'U' en su sigla, de "unidad", no significa convergencia de lnerlios distintos para un nico fin, sino homogenizacill de tc-tica y estrategia frente al enemigo.

    ANDRS PEATE

    decir, status de ':fl1'edomfigh,,",,', como llamaha Reagan a sus contras en Nicaragua, en lugar de la odiosa y temihle etiqueta de "terrorista"; b,) Conseguir una escucla que en-selle' C61110 or-glllizar!iif', pUC!ii crear UIl grupo organizado (es decir gobernado) de homhres con armas requiere IIIU-cho esfuerzo, y lllucho 111s si ste es danne!iilino.

    El santo pau"6n al cual el EI.N se encomend "estrat

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    lO mesinico de la guerra de guerrillas que se conoce como la "teora del foco" o "foquismo"7. Para el primer ELN lo crtico y vital era mantener el vnculo con Cuba, lo cual traa consigo el premio de aceptar un enfoque estratgi-co que en la isla haba resultado victorioso.'

    Como veremos ms adelante, la derrota del ELN en la campaa de Anor (1974), le ense a la organizacin que su apego al foquismo no era bueno para su sobrevivencia y prosperidad, y que la teora cubana no supona un pre-mio sino un elevado precio. Despus de una larga, difcil

    7. Ver Guevara, Ernesto, (1960). El foquismo se diferenci de otras doctrinas revolucionarias a partir de la hiptesis de que la nica manera vlida ele hacer una revolucin socialista en Amrica Latina era mediante elllSO de las annas en zonas rura-les, organizarlas en pequeos grupos errantes de guerrilleros (focos). Todos los esfuerzos de una organizacin revoluciona-ria deban orientarse exclusivamente a apoyar los focos anna-dos con logstica o reclutando combatientes. Cualquier otra forma de hacer la revolucin era considerada como revisionista. Para el ELN inicial el foquismo era la "alternativa a las tendencias reformistas de la izquierda legal y a las f01111as de auto-defensa proclamadas por las FARe". Ver Harnecker, Marta, (1988),32.

    8. No obstante. sera un grave error pensar que la culpa de la existencia del ELN radica tan slo en un gobierno extraruero o en la pIUa por el poder mundial entre la URSS y los ELUlI que caracteriz esos aflos. Aunque es muy fcil endilgarle la culpa de nuestros males internos a la situacin externa, las condicio-nes de nuestro pas a I11ediados de la dcada de los 60, en par-tindar el sentido de injnsticia y los agravios no resueltos que quedaron en muchas zonas rurales del pas desples de La Vio-lencia, debieron tambin haber contribuido al surgitniento del ELN y otros grupos insurgentes. Es lnlly posible, como piensa el Dr. Rafael Pardo Rueda, que "procesos de paz" que pasan por encima de lajusLicia y que no contemplan siquiera la clarifi-

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    y violenta discusin interna, el FI.N se deshizo tanto del "fOqllislllO gllcvarista" COlllO de Sil lder creador Fahio Vsqucz Castal'io, pcro mantllvo alguna nna de \'nclllo con la isla esperando almcnos UIl reconocitnC'nto yapo-yo internacional cuando tliunh.:tra la rc\'ohtdn en Cokml-hia, COlllO consta en varias de sus puhlicaciones !I.

    Con el derrumbe del muro de Berln en 1 !l91, la desa-paricin del campo socialista y el debilitamiento insospe-dIado de Cuba, cl ELN acept la nucva realidad impucsta

    caci6n de los hechos ms atroces, como lo fue en cierta medirla el Frente Nacional, no sean sostcllihles y aunque funcionen por tUl tiempo terminen generando ms violencia,

    9 Ver en particular lIC-ELN, (ln~)()). A 1l11estra manera de ver, una interesante}' lllUy ltilluel\ de investigadn para quienes se interesan en estudiar las relaciolles exteriores de Colomhia, son los detalles del "nculo entre el Fl.~ y Cuha, S11 c\'olucn despus de 197 rl y sohre to(lo su verdadero estado anual. Es posible que all torl,wa existan elementos que ayuden l la paci-ficacin ele los ele nos, o no, pero de todos modos no nos pare-ce muy acertado pellsar que el (~olllandanLe Fidel tiene las llaves del proceso de p.u. nm las guerrillas

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    por las circunstancias; y afirm sin mayor dil1cultad que el apoyo de los pases socialistas, incluyendo a Cuba, no era ya un asunto "crtico y vital" para la organizacin ,n. En otras palabras, el ELN, al percibir que el asunto de un pas tutor haba dejado de ser una variable importante, simple-mente hizo lo que dice la teora que toda organizacin hace ante iguales circunstancias: sac el tema de su lista de asuntos "crticos y vitales", sin importar lo vital que haya sido en el pasado, y enfoc sus esfuerzos a otros temas.

    EL ELN COMO LO QUE ES: UNA ORGANIZACIN Tal vez lo dicho permita mostrar que hay nuevas posi-

    bilidades de anlisis sobre el fenmeno de las guerrillas sobrevivientes en Colombia, que surgen dentro de la teo-ra de las organizaciones. La razn es tan simple que me temo parece de perogrullo: gstenos o no, el EIN y las FARC son organizaciones a'rmadas.

    Tengo la impresin de que hasta el momento la mayor parte de los esfuerzos por comprender estos fenmenos, se han enfocado en la segunda palabra subrayada y no en la primera", es decir, en lo que parece diferente, atracti-vo y especial de estas organizaciones: "los fierros", las his-torias de rebelda y de gesta armada, las entrevistas en el IlIon te con cognac francs y cigarrillos norteaolericanos gratis, y no en lo que parece comln e incluso aburrido:

    10. "tvluchos pases socialistas han entrado en crisis y ellla-ruado Campo Socialista se derrumb, quedando serianlcnte li-lnitada la posibilidad de que detenllinaclos pases sean retaguardia de nuestra revolucin". UC-ELN, (lgg6).

    11. Prueba de ello es el extraordinario y rico trabLYo de Alfredo Molano, as conlO buena parle de las llamadas colum-llas de anlisis de los principales medios inlpresos del pas.

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    el hecho de que estos gmpos armados son organizaciones, como bien lo demuestra t,1I1 slo su capacidad de sobre-vivir a lo largo cid tiempo."

    Enllli opinin, un obstculo impurtante para aprehen-der la estrategia del EI.N, proviene de nuestra dificultad para aceptar esto, y a ello concurren las 111s encenrlinas pasiones, pues si se It-s ve ('omo un gl'llpo de bandoleros es 1nposihle reconocerle estrategia alguna a quienes a lo sumo tendran planes y estratagemas sin mayor articula-cin y amhicin. El desenfoque es tudava mayor si se les ve COllU> "vanguardia de ihllllinados" o "perros rahiosos". El EI.N, cOlno toda organizacin 11l1l11ana lue haya denlos-.raflo inters en pennanecer y crecer, tiene una estrate-gia. ':1 La tarea, en t.ollCCS, se refiere a conocer cules son sus asltntos crticos y vitales.

    LOS ASUNTOS CRITlCOS DE LA ESTRATEGIA DEL ELN

    La estrategia actual del EI.N es fmto de su trayectoria. Esta organizacin no lleg a ella 1l1eTliante discusiones con

    12. Tal "el no es una coincidencia flue tanto Nit:oh'is Rodr-guez Bautista (Gabino) comu el Cura Prcz, los dos "supremos"

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    consultores y expertos, sino a travs de sus propios fraca-sos y aciertos, de un arduo, violen to y letal proceso de prueba y error que ha durado ms de 35 aos. Los elenos aprendieron cules son los asuntos claves para su sobreVl-venda y prosperidad en la escuela de la vida y de la muel' te, y por ello es necesario referirnos a su trayectoria.

    A su regreso de Cuba en 1962, algunos de los miem-bros de la BrigadaJos Antonio Galn decidieron pasar cle la palabra a la accin y, en la vereda La Fortuna en el municipio de San Vicente de Chucur (Santander), crea-ron el primer en te guerrillero del pas tiel al foquismo guevarista, con miembros de dos o tres familias campesi-nas de esta zona "herederas directas de las prcticas de la guerrilla liberal de Rafael Rangel">".

    Pasaron clos aos y la moral de los miembros de este foco no iba por el mejor de los caminos, pues el levanta-miento popular que ellos crean inminente en todos los pases de Amrica Latina y que esperaban capitalizar y dirigir en Colombia, pareca bastante distante, y lo que es peor, nadie se haba percatado de su existencia ni de sus importantes fines. Entonces Fabio Vsquez tom la cleci-

    nos, somos contrarios a los totalitaristlloS y al que seres huma-nos vivan bajo el temor de las armas. Pero tatnbin pensaJnos que no es negando su naturaleza de organizaciones, insult.ln-dolas ni alabndolas como vamos a poder entenderlas. Y no veo rmo vamos a poder pacificarlas e integrarlas al resto de la Na-cin si priInero no las entendemos, que es lo fine lral31UDS de hacer aqu.

    14. Lpez Vigil, Mara, (1988), 32. Nicols Rodrguez Bau-tista (Cabino), el mxinlo lder del ELN hoy. naci precisa1ucll-te en ese lugar hace 46 aos. Las notas histricas que siguen. son tomadas de las obras citadas an1..erionnente.

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    sin de atacar el puesto de polica de la pc

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    probablemente sin que hubiera podido disparar una sola bala. Su muerte, parad~jicamente, fue lo m",jor que le ocurri al ELN en sus primeros diez ailos de existencia, en tanto se transfonl1, como el Che, en un poderoso sln-bolo que le aport mucha notoriedad y publicidad espe-cialmente entre crculos progresistas del continente europeo, tan ensoriados con parasos revolucionarios en Amrica como instalados en la vida burguesa y las seguri-dades propias del mundo industrializado. ,,;

    Ese estallido de publicidad fue crucial para el EI.N. De repente, el grupo descubri que su nombre pareca estar en el centro de la discusin poltica del pas; que su dis-curso era escuchado y discutido por algunos intelectuales y polticos, y que atraa la atencin de los medios de co-municacin y de algunos lderes sindicales del sector pe-trolero 17

    Con Simacota y la muerte de Camilo, el ELN aprendi que su fortaleza estaba en la figuracin pblica mediante la combinacin de acciones armadas con un discurso na-

    lb. Arenas,Jaime, (197 1), b3 17. Medina Gallego, Carlos, (1997). Ver en particular pgs.

    Gg, 190, 19J, 21 1, 351. Segn este autor, el viejo ELN encontr desde un principio en la uso la trascendencia de la reinvindca-dn salarial, "un seclor influenciable por la propuesta armada" y que comparte un discurso radical. Tambin opina Medina que el f.t.N influy desde muy temprano a algunos lderes de la uso y de Fedepetrol. quienes como simpatizantes o tuilitantes in-tro(h!.ieran el discurso eleno en las discusiones del sindicato, producindose una confluencia de posiciones y una cOluple-mentaridad de intereses, lo cual no significara una subordina-cin poltica mutua. El ELN no ha tenido ni tiene una influencia hegell1nica sobre la uso, sino que una nlnora dentro del sin-dicato ha visto en las annas de los elenas una faBIla de adelan-

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    conalista, raclical y totalit.ario qut' atrajera la atencin de sectores "progresistas" de la sociedad, la cual, en efecto, ha logrado en repetidas ocasiones desde Sima cota hasta el lllimo Congreso Petrolero organizado por Ecopelrol hajo exigencia de sectores de la ,'so en 19!}li, a pesar de su ese as\> poder vercladero o de su impopularidad entre el grueso de la pohlacin nacional.

    El EJ.N de 1

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    ambos elementos claves para mantener la cohesin y la moral de la organizacin armada, y por lo tanto vitales y estrdtgicos. Trgicamente para lantos hogares de Colom-bia, los elenos encontraron en la "toma" y destruccin de puestos policiales rurales, y en el asesinato o humillacin de policas y soldados, la primera y ms fcil forma de conseguir esa audiencia; y aunque hoy ha encontrado otras formas, como la voladura sistemtica de oleoductos, o el secuestro de notables regionales, piensa que aquellas le continan reportando rditos propagandsticos, ade-11ls de unas cuantas arnlas adciona)es. En efecto, aunque nllnca ha llegado a ejecutar algo tan burdo como la toma del Palacio de Justicia, el EIN, como el M- 19 se desvive por la propaganda, aunque en ocasiones le haya sido contra-producente l !),

    La escuela primaria en Santander El EI.N desde Simacota creci de un modo lento pero

    19- El primer atentado contra infraestructura de transporte petrolera fue el 15 de agosto de 196", segn cita de Medina Gallego, Carlos, (1997), 136. Pero no fle parte de una accin sistemt.ica, coordinada y sostenida como la que padece hoy el oleoducto Cao Limn. De otra parte, el 9 de marzo de 1967, Fabio Vsqllez organiz un asalto a un tren pagador del ferro-carril del Magdalena en Cimitarra. Luego de volar la carrilera y matar a un oficial de polica. cinco agentes y tres empleados pblicos, los guerrilleros escaparon con el dinero de la nmi-na hacia la selva. Lo interesante del hecho es que fue cubierto por un periodista luexicano de nOlllbre Mario ~lenndez de la revista Sucesos, quien haba sido contactado por Fabio Vsquez en la ciudad de ~,fxico para que viniera a Colom bia a escribir algunas crnicas sobre el ELN. Menndez hizo su tarea con tan-ta diligencia, que ocasion serios problelnas de seguridad para

    ANDRS PEATE

    estahle hasta 1!l73, cuando lleg a contabilizar unos 270 hoolhrcs en anuas. Los ('onlhatientes se encontrahan or-ganizados en cuatro o cinco grupos llamados "frentes", cada uno de los cuales era el resultado de !lIcrtes lealtades personales a un lder, pero al final todos frrcamente co-trolados por Fahio Vs'lucz Castaiio. Est.os !(cos no se asentahan en alguna zona especfica, sino que, errantes, huscahan enlhoscadas f~ciles colltra el ejrcito o "tolnas" de cuartelillos de polica principalmente en puehlitos de Santander y del vecino slIr de Rolvar. El ELN de ese en-tonces era, segn sus propias palabras, "exageradanu'Jltc militarista"; su prioridad estaha en el ataque a objetivos militares blandos,)' continuar aumentando c1nmero de homhres en annas~".

    A pesar de que en la Colombia des'~iustada de hoy, con-!()rlllar un grupo armado de 270 homhres puede parecer-nos irrisorio, lo cierto es que este primer credlnicllto result tan difcil de alcanzar o de controlar que desen-caden una serie de aconteciolientos que, conlhinados

    algunos integrantes de la organizacin, )' sus rcport~!jes fueron utilizados como pruehas legales en procesos judiciales condu-cidos contra miemhros del ELN posteriormente. Ver Arenas, Jaime, (1971 ), 1 A!-I ~17. Atn hoy, el EI.N husca cada tanto orga-nizar entre\'istas ext..:lllsi\'as con periodistas extraqjeros.

    2(). Segn Gahino, en L"ez Vigil, Mara, (S.F.), 1 ~(j Y I :l!l. En cuanlo a los rrentes, "los grupos .')c denominaroll en ese ticm-:-po segn se llamara el responsahle. en el conccpto c

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    con el "militarismo" propio del foquismo guevarista, con-dl!jO a la organizacin al borde de su total aniquilamien-to luego de la campaIia Anor que adelant el gobierno en 1974-

    Al empezar el aumento de sus integrantes, el ELN des-cubri, como es obvio, que mantener un grupo de hom-bres armados, por pequeiio que sea, cuesta mucho dinero. Dentro de la concepcin purista y romntica propia del enfoque guevarista, los elenos crean que el principal so-porte financiero de su lucha deba provenir del "apoyo campesino", es decir de la poblacin circunvecina a los focos guerrilleros, o de asaltos a sucursales de la Caja Agra-ria y robos al pago mensual de las entidades pblicas, pero stos por Sll lnislna naturaleza eran fuentes extraordina-rias de financiamiento y no era posible contar con ellas de modo ordenado y planificado".

    Al principio, a cambio de comida entregaban a los cam-pesinos unos papelitos de cuaderno con el ttulo de "Bo-nos de Esperanza Revolucionaria", donde el EI.N se comprometa a pagar 20 30 pesos de yuca o pltano el da que triunfara la revolucin". No es difcil imaginarse los sentimientos de los campesinos pobres ante sto, y por tanto, entre llls creca el nmero de hOlllbres, tns dif~ cil era contar al menos con el apoyo pasivo de la poblacin local, asunto que como se sabe es vital y por lo tanto estra-tgico para toda organizacin armada, ya sea ilegal o del Estado, qne pretenda conducir con xito operaciones de guerrillas en una zona.

    El crecimiento hizo que pronto aquella prctica fuese

    21. Ver Medna Gallego, Cados, (1997), 233 22. Segn Gabino en LpezVgil, Mara, (S.F.), 236.

    ANDRES PEATE

    irrelevante y superada por otras de lerza autojustilieadas por un supuesto car,eter salvador o protector de quienes las impulsahan. As, la relacin del primer H.N con 1" base campesina pronto se has6 exclusivamente Cilla fuerza, por lo que la pohlacinlot.:al se IlIOsln) cada ,'el Ins inclinada a colahorar con el Estado. '1

    El crecimiento tambin ohlig

  • 72 El sendero estratgico del ELN

    el Ejrcito haba previsto con anticipacin los movimien-tos de la guerrilla, y haba reforzado los puestos de polica y forjado un plan para apoyarlos rpidamente en caso de ataque, deludo continuidad a algunas iniciativas nllitares exitosas de aos anteriores.~-I

    Asimismo, Anor fue el inicio de una campaila militar del Estado contra el EIN, debidamente planificada, con objetivos claros, sostenida en el tiempo, acompaada de procesos y condenas legales, y respalda por el Gobierno. La conduccin de las tropas, adems, estuvo en manos de una oficialidad que aos atrs haba peleado en Corea b,\jo el mandato de las Naciones Unidas, y que era distin-ta, reahnente de lite, para usar los tnninos actuales,l![l

    La campaa de Anor fue un duro revs para el EI.N: varios de sus integrantes, incluyendo dirigentes, perdie-ron la vida en combate y muchos fueron capturados y debidamente procesados ante tribunales de guerra; pero su relevancia -como la de toda operacin sera de guerra de guerrillas- no puede medirse simplemente en trmi-nos de bajas, capturas y sentencias judiciales, sino por el mensaje que stas transmitieron a los miembros de la 01~ ganizacin: "El EI.N no es exitoso, y pertenecer a l puede

    24.Varias acciones importantes contra el ELN se haban con-ducido con xito antes de Anor. De hecho, varios de sus tniem-bros hahan sido capturados y procesados legalmente en un exitoso juicio verbal de guerra en 1969.

    25. Esta oficialidad haba aprendido tcnicas militares dife-rentes a las tradicionales y especialmente aptas para la s:ucrra de guerrillas de ese tienlpo en Colombia. Oficiales como Alvaro Valencia Tvar que haban estudiado a su oponente, saban la importancia de la integracin con la poblacin local y conocan como lograrla.

    ANDRS PEATE

    llevar al cem .. nterio o a la crcel". A pt'sar de 'lile el grito d .. gllerra del U.N desde ese entonces era: "Ni IIn paso atnis, liberacin o mllerte . (NtII'AUlM) .... el mensaje que trallslniti Anor desencaden IlHlchas deserciones. En 1974, en 1111 slo atio, el ELN pas de 270 guerrilleros a luenos de 70. 'Jli

    Esta cmela realidad trajo consigo IIn profundo desen-canto entre nHIChos de sus mielnhros, quienes COlllCIl-7.anm a criticar el foquismo. el pUl'smo guc"arista y la ('nn

  • 74 El sendero estratgico del ELN

    disidente, un traidor, un infiltrado, un enemigo encubier-to, un culpable de la derrota. Viendo enemigos detrs de cada uno de sus hombres, Vsquez CastaIlo se march a Cuba a finales de 1974 con el pretexto de gestionar algn apoyo adicional que ayudara a remontar la crisis. Desde la isla, pretendi, como los hacendados espantados hoy por la guerrilla, continuar orientando a la organizacin mediante el uso del radio y reuniones peridicas con su segundo, Cabina, quien, a los 24 aIlos, qued a cargo de la "administracin de la finca" .'7 Vsquez intent suprimir la crtica en su contra mediante el empleo de la fuerza, y orrlen Ulla serie de "~justicianlentos" internos; pero ya haba perdido la confianza de la mayora de sus hombres y la organizacin se dividi. Se desat entonces una vel~ dad era guerra interna por el mando, sin consenso sobre el qu hacer ni autoridad para imponerlo, salvo en torno a la necesidad de relevar a Fabio Vsquez de toda respon-sabilidad, lo que sucedi en 1976.

    Los golpes del Estado no cesaron desde Anor", y des-pus de cada lino la organizacin o sus facciones se reu-nan para encontrar culpables que luego eran ejecutados. Entre 1974 y 1978 vivi un perodo de autoaniquilamien-to donde perdi la mayor parte de sus miembros con ideas y capacidad para conducir a otros, precisamen te el recurso ms valioso que puede tener cualquier organizacin.

    27 [bid., 336. 28. El ms importante es conocido al interior del ELN como

    el "Febrerazo", ocurrido en febrero de 1977 cuando el Ejrci-to deSIuantel toda la estructura urbana del ELN en Bogot con un nportante decomiso de infraestructura logstica, documen-tos y varias deLenciones. Cabino escap de ser capturado por poco. Ibid',365, 366.

    ANDRS PEATE

    Muchos murieron ante pelotones de fusilamiento propios, otros M' vieron ohligados a ~jcntlar Inisiones suicidas como muestra de lealtad, los ms afortunados logl"aron "lbandon;lr hl organiZ3t'i6n (' incorporarse al ~1-19 o a la "ida civil'''.

    En Anor el ELN aprendi a sobrevivir El perodo entre 1 !J74 Y 197R es crucial para entender

    al FIN de ho)' )' a Sil actual estratC'gia. Debajo cid brutal proceso de alltodeslruccin movido por el ansia de poder personal y el afn de encontrar culpables de los re\'(~ses, se cIllpez6 a gestar en sectores del H.N ulla rellexin en-focada a revisar la experiencia de Allor en la perspcrli\'a de salir de la crisis. Se trataha de un dchate para redescu-brir los "asunlos crticos pero manejables" de los que de-penda la vida o muerte del I'.LN; literalmente. tina discusin estratgica.

    29 .lTn error haO;lante parecido {~S el que ha ocurrido n'cicn-femerue como reaccin a Ja ('.,calada iHn}~1da de los grupos gucrrilleros, A raz del ataque contra un pcqttf.'tlO puesto militar encargado de proteger una torre de cOlllllnicaciones en el ce-rro de Patasca)'. el gobierno anunci de forma casi inmediata la h~ja de una serie de oficiales en la lnea de mando relaciona-da con ese puesto, Este tipo de acdoncs ("iegas puede satisfacer el deseo de mostrar que pese a todo se gohierna. pero no ayuda a atacar las causas races quc hacen posihle que este tipo de ata-ques de la guerrilla contra pequct10s pucstos militares f1jos Sean exitosos, Despus de todo, Patasen)" no es el primer descalabro de este tipo que OCUlTe, Si realmente se d{~seaha transmitir un men"l~jc de anOHl1lab;()', el Gohierno o fJuicncs dicen ~jercl'r la oposicin en el Congn:'so han dehido pedir la rcnuncia dd Ministro d Dclensa. fJuien es el \'crda

  • 76 El sendero estratgico del ELN

    En este perodo, algunos elenos por su propia cuenta comenzaron a analizar las experiencias de otros grupos guerrilleros, especialmente las F,\RC, y comenzaron a pen-sar en copiar lo conveniente. En 1975 se incorpor a la guerrilla armada un grupo urbano, entre quienes se con-taban algunosjvenes miembros de Fecode que al llegar comenzaron a formular una serie de preguntas simples pero difciles e incmodas de responder: Por qu no cre-cenl0s? Por qu no nos articulanl0s a las causas "revin-dicacionistas" de sectores de la poblacin? Por qu no articulamos la lucha armada a la lucha poltica? Existen formas de financiar la guerrilla sin estar recostados sobre la poblacin local?""

    Como es natural, estas preguntas no fueron bien reci-bidas, y muchos fueron tildados de traidores y tuvieron que salir de la organizacin, pero al final su simpleza y contundencia calaron entre los que sobrevivieron a las purgas y facilitaron un debate sobre las raCes de los ma-les del EI.N, sin que se desencadenaran mutuas recrimina-ciones ni tuvieran que tnatarse tanto entre s. Los restos del EI.N se organizaron entonces en torno a dos posicio-nes en 197T a) La "Lnea Oficial", compuesta en su ma-yora por guerreros rurales y dirigida por Gabino, defenda el enfoque foquista pero aceptaba la posibilidad de introducir cambios y ajustes; b) "El Replanteamiento", conformada principalmente por tericos de la ciudad y dirigida por un paisa, defenda la necesidad de integrar, a nivel nacional, la organizacin afinada con movlnien-tos sociales como algunos sindicatos; y a nivel local, pro-pona que los frentes armados deberan hacer trabajo de

    30 .lbid., 353

    ANDRS PEATE

    lnaSas (:onlo ?ipoyo a paros cvicos () procesos (le n'c\\pe-radn de tierras.

    La discusin cntre estos dos ~rt1pos no hIt' f;cil~'; los tericos urbano.~ clIclonaron incluso la \'alidez lolal de la lucha arrnada, algunos propusieron unirse a "Finnes" y dedicarse a hacer poltica Iq;al solamente, )' descalifica-ron la preparadn ideolgica)' la capacidad armada de sus C()Inpal'ieros rurales. Al prindpio, el debate fracas, porque se pas de los argumentos a los califIcativos, la "Unea Oficial" llam revisionistas a los del "Replantca-Iniento", pero al final nadie sali l1UI('Tlo y varias de las propuestas de los tericos urbanos literon paulatinamen-te acogidas.:"

    El FtN con\en7.aha a descuhdr que para sohrevi\~ir se necesita aprender de los errores y 'lile' no es posible apren-der IlIlIcho si la discusin gira en torno de encontrar cul-pables, cuando la causa de los errOI-es no est en las personas sino en la concepcin de la lucha, en la estrate-gia. Esta es tal vez, la principal y ms importante caracte-rstica del EI.N actual: Hna organizacilH} que discute el resultado de SIIS acciones, aprende de ellas y cambia, adap-ta o precisa su estrategia segtn le convenga. Hoy todava lo hace de un modo l1Iuy lento, pero no se puede l1Ienos-preciar esta capacidad.

    Anor C0l11enZ a ser "i"~ta por luieluhros sohre\'hiell tes de la organizaci6n COlllo una escuela de lucha contrain-surgentc donde era posible aprender lecciones y cllseil.an-zas, Illllchas de las clIalC's lo flleron con dificultad, otras tardaron en difllndirse entre los sohrevivientes, yalgllnas

    31. Para detalles sohre esta discusi6n \"cr bid., 357 ,2./bid.

    77

  • 78 EL sendero estratgico del ELN

    todava hoy son objeto de espordicas discusiones intel~ nas; pero al comenzar la dcada de los 80S el EI.N, aunque en vas de extincin y con el rabo entre las piernas, haba aprendido, o estaba a punto de aprender al menos las si-guientes siete lecciones fundamentales sobre los asuntos de los cuales depende la sobrevivencia de un grupo gue-rrillero en la Colombia contempornea, que son hoy tema de an.1isls recurrente en sus escritos internos y constitu-yen parte del corazn de su estrategia:

    l. Para una organizacin armada que pretende adelan-tar acciones de guerrillas, tener buenas relaciones con la poblacin local es un asunto de vida o muerte. Sin el apoyo (al menos pasivo) de sta, nin(una estructura (uerrillera est en capacidad de sobrevivir mucho tiempo.""

    2. El apoyo de la poblacin local basado en la fuerza es fngiL Ganarse la colaboracin de la comunidad por va del miedo no dura y es contraproducente. En la primera oportunidad se(ura que tenga, la poblacin entregar a la (ueITilla.

    3. No es posible tener buenas relaciones con la pobla-cin local si sta debe cargar con el costo financiero de su existencia. Lograr !cHlllas de financiamiento que elimi-nen la necesidad de recostarse en la poblacin campesi-na es vitaL

    4. La lucha guerrillera no se da slo en lo militar sino tambin en la poltica locaL El apoyo de la poblacin es muy diHcil de conseguir si la estructura armada no toma partido en favor de movimientos polticos locales que

    33. Mucho se hubiera ahorrado el ELN. si hubiese ledo con atencin revolucionaria a Mao ZeDong: "La guerrilla debe ser a la poblacin, lo que el pez es al agua".

    ANDRS PEATE

    defienden "causas pnl(resistas", y no se pone a su orden. Una (uerrilla, para sohrevivir, necesita nn vnculo r('al y concreto con la poblacin que tiene alrededor.

    5. Una guerrilla que crece Se encamina lIada su propia destruccin si no cuida y rHOlllnevc la formacin de "ula-dros", miembros capacts de dirigir a otros y de aportar ideas al grupo. Depender 11111

  • 80 El sendero estratgico del ELN

    Entender las lecciones que la organizacin aprendi a raz de Anor es pues esencial para entender su compor-tamiento actual, centrado por ejemplo en el secuestro. Hasta que no enfrente una realidad que le seale que esta prctica escapa de su controlo tiene altos costos, el EI.N va a seguir secuestrando al por nlayor lnientras sea un grupo armado, porque de ello depende en buena parte su sobreviven cia. El secuestro es un asunto estratgico para el EI.N de hoy.";

    Peate, Andrs ,( 1 991). Sea esta la ocasin para reconocer que el trmino "clientelismo armado" que tan bien describe la lna-nera como el ELN actual busca comprar el apoyo de la poblacin cirnmvecina se lo debo a mi tutor de tesis Makohn Deas. El ELN puedejustificar internamente la contradiccin ,e~llre un discm:so que ahoga por una nueva fornla de hacer pohuc.a y un~s ~CCIones que reproducen las vit:;jas prcticas clienteh~tas. dICiendo que conseguir el apoyo de la poblacin circunvecina a,sus fren-tes armados es estratgico, y cita el recuerdo de Anon para fa-cilitar el c.:onsenso. Ms adelante verenlOS con detalle cmo y dnde lleg a descubrir y apropiar para s las tcnicas de rela-cin con la comunidad que los caciques eleclorales han usado por dcadas en Colombia.

    36. El ELN hoy, a pesar ele ser slo la mitad de, homhres en anuas que las FARC, es responsable al parecer y a~roxlluadamente, del mismo de nmero de secuestros por ano que las FARC (25 % del total de secuestros anuales, ver estadsticas en el en-sayo de Camilo Echanda. incluido en este volumen? lo cual debe estar relacionado con el hecho de que fue la pnmera or-ganizacin guerrillera en Colombia que se vi en la necesidad de recurrir al secuestro extorsivo para obtener recursos. "En los primeros aos no las hicimos ['retenciones'] porque eso slo lo hacan los delincuentes comunes y no queramos que nos con-fundieran. pero ya para esas fechas otras organizaciones latinoa-mericanas empiezan a hacer retenciones para conseguir fondos

    ANDRS PEATE

    Anor tamhit'n cnselia IIna importante leccin tanto para los f]llC creen que la solucin annad;;l es inoperante como para los qllc crcen qlle es la lnica opcin eficaz frente a una organizaci{lll annada insurgente, ('11 tanto llloslr{) que es posihlc dislllinuir 111ilitannente a un 111ovi-miento gllerrillero si se conocen bien SIlS dehilidades y rOle talezas, y si la campaa militar cuenta con el respaldo de la pohlacin local y se ejecuta bajo los lmites quc impone la ley; pero tamhin que ello es insuficiente: lo que huhie-ra cllninaclo al ELN colno I1HlVinlicntn armado clandestino en ese tl1ornenlo, hubiese sido una oferta generosa de dilogo y de sollldn poltica al mismo tiempo que la call1-palia militar.:"

    )' nosotros tamhj(;ll. En Colomhia fuimos los iniciadores de esto", Segn Gahino, en Lpcz Vigil, Mara, (S.F.), "19

    Sin cJ11hargo, inlroclucir y poplllarizar esta prctica en el EI.N no fue tarca m.cil: muchos se opusieron a ella por considerarla indigna ele la tica rcyolucionaria, aunque l la postre el ham ore}' el miedo, que no son amigos de los ideales, hicieron de las suyas: las lecciones de Anor acabaron con las eluelas )' hoy es prohahle que exista un amplio consenso inLerno al rcspcc.:to, sencillamcnte porque el ELN sabe quc no secuestrar ell gran csc.:ala significa endosarle ahiertamcnte el costo de la organiza-cin a la hase campesina cirCUll\cdna a sus frentes, cOlllas con-seclIelldas expuestas. Adems, el secuestro otorga al menos otra VCnl.~ja: asusta mucho al segmento acolllodaclo de la poblacin quc licne intereses ell las zonas de operaciones ele sus frcnles, yel temor EKilita la extorsin con el pn:lcxto de venta ele pro-leccin al estilo "Cosa Nostra", a agclltes eco1l6micos, sociales e incluso polhkos, fluC disC\\l('n y clcddcn la respec\va asigna-cin del gasto Pllhliro IlHlIlidpal. El pago de estas extorsioncs otorga un fJl!jO de c

  • 82 El sendero estratgico deL ELN

    Arauca: lecciones universitarias de c1ientelismo armado Como se dijo, una estrategia tambin es el consenso

    sobre lo que una organizacin debe y no debe hacer para prosperar; y en el caso del EI.N, diez al10s despus de apren-der las lecciones para sobrevivir en Anor, en Arauca aprendi dos lecciones sobre cmo prosperar de la mano del ti'ente "Domingo Lan": a) cmo hacer clientelismo armado; y b) cmo "onleiiar" al sector productor de hi-drocarburos,'"

    A raz de la crisis de Anor, buena parte de los simpati-zantes del El N quedaron aislados y sin contacto con los lderes de la organizacin que, C0I110 henlos visto, se el1-conlraball enfrascados en una purga interna o debatien-

    do mantenerse abierta como complClnento a la solucin de fuer-za y aprovechando el mmnent.l.lmrle los xitos 111ilitares yjudicia-les que vinieron en los tres ailos siguientes. Esto probablclnente hubiese debilitado el ala radical y militarista de la organizacin, y fortalecido el grupo que al interior del "Replanteamiento" lla-maba al ELN a seguir el camino de la democracia. No es Jlli in-tencin eriginne en juez del pasado. No hablo de Anod con el fin de buscar ct!lpables, incluso yo he aprendido algunas de las lecciones de los cienos. Hablo de Anor para intentar aprender lo que puede ser un camino exi toso para pacificar al pas en el futuro cercano. Creo que Anor nos ensea que el dilema en-tre solucin negociada y solucin de fuerza, que suele cobrar tanta vigencia en poca de campailas presidenciales, no existe. La (lIIica solucin al levantamiento arnlado l ya sea guerrillero o paramilitar, es una solucin negociada apoyada en lajusticia y respaldada efectivamente en la fuerza. Pero esto es telna de otro ensayo.

    38. Para ms detalles a este respecto ver Peate, Andrs, (1991). en especial los captulos "The Elenos" y"The Oil Fever",

    ANDRS PEATE

    do teoras doctrinarias. La luayora de estos simpatizantes erall urhanos, pero tambi

  • 84 El sendero estratgico del ElN

    dice hoy: "guerrilla que no opera, guerrilla que desapa-rece".:IH

    Por razones que hay que investigar mejor, las acciones iniciales del "Domingo Lan" en la regin del Sarare no suscitaron mayor reaccin del Estado c.olombiano, aunque ello puede deberse al espectacular surgimiento del M-lg Y del trfico de marihuana en la Costa Atlntica de finales de los 70, que habran dispersado al Estado de la tarea ini-ciada en Anor. Hay que reconocer, sin embargo, que en ese momento el M-19 y los "marimberos" representaban sin duda un mayor peligro para los intereses del pas que un pequeiio foco de una organizacin diezmada.

    Aunque los pequel10s logros armados del "Domingo Lan" ayudaron a mantener el espritu de lucha de los ms duros dentro de la organizacin, no ayudaron a mejorar la situacin flnanciera del EI.N. Es muy probable que nada o casi nada del excedente que este Frente en sus inicios logr extraer de los hatos llaneros fuera remitido a ayu-dar a la organizacin; estos recursos, muy limitados por cierto, deben haber sido utilizados por el mismo para cre-cer y expandirse. De hecho, en Ig82, el ELN estaba tan acabado que hubo de recurrir a contribuciones del M-lg para poder subsistir."lo

    El "Domingo Lan" mantuvo, porun tiempo, la doctri-na foquista que dio origen al ELN; no tena ni se preocu-paba por tener un entronque real con la poblacin de colonos que comenzaba a desmontar la selva del Sarare. Muy probablemente los rehua, y si secuestraba ganaderos era para no tener que "ponerle la totuma" a los colonosI '.

    39. En Medina Gallego, Carlos (1997),345 40. Harnecker, Marta, (1988 ),23. 41 .Harnecker, Marta, (1998),36.

    ANDRS PEATE

    Pero la llegada de las r.\I,e al piedemonte de Arauca en 19fb le Jllostr otro canno p .

    En lugar de enrocarse en "tomas" de puehlos y ataques simblkos contra pequel10s puestos de polica, las FARC adoptaron en 1 !l78 una estrategia poltica de "trahajo de rnasls" en las zonas de colonizad!))1 agrcola del pas, con el objetivo estratgico de capitalizar las demandas de im'el' sin pblica)' crdito sllbsidiado de las direrentes organi-zaciones de colonos, y crear IIna base de apoyo poplllar a nivel local y regional qlle le permitiera declarar la existen-cia de una "zolla liherada" que recihira rcconociJnienlo internacional por parte de gobiernos socialistas amigos, para finahnente tn.lnSronnarst' en un verdadero t:jrdto capaz de enrrentar all~jrcito Nacional en Hna guerra de posiciones y tomar control de toda Colombia.

    Al principio de la dcada de los Ro, las EIRe compartan con el EI.N el compromiso de imponer un rgimen socia-lista en el pas; pero, a diferencia de ste, crean que la mejor manera de al'anzar hacia Sil objetivo era combinan-do el liSO de las armas con otras formas de lllcha tales conlO la 111anipnJacin de paros c"icos, la infl\lencia so-bre juntas de accin COllHlllal y el apoyo a procesos de in\'Clsi{ul de Lierra '\ o la participacin en poltica electo-ral con candidatos controlados por la organizacin, todas ellas acciones tan o Ins ilnportantes que atacar UIl pues-to de la polica. l'

    42. I't'liate, Andrs, (1991). 43 Pardo Rafael. ( 199(j) 44- Ministerio de Defensa Nacional, (1989).12. Las F.IRe

    apro,echaron el ofrecimiento de paz del gohierno Betancur, en especial el alto al fuego. para ~je(lHar su expansin sin mayor dificulta,!.

    85

  • 86 EL sendero estratgico deL ELN

    Fue as como aquellas optaron por dejar de ser la van-guardia del proletariado y se transformaron en la retagua1c dia del colono durante la dcada de los 80. mediante lo cual incrementaron sus frentes de 7 en 1978 a 38 en 1989. y expandieron su rea de influencia de sus tradicionales refugios andinos hacia la frontera de colonizacin de los Llanos Otientales y piedemonte llanero.'; Enla regin del Sarare montaron su frente nmero loen 1982 y lo llama-ron "GlladalllPe Salcedo" en memoria de un guerrillero liberal de la poca de la violencia que se hizo famoso por SIlS expediciones en contra de los indgenas tunehos. los verdaderos duelos de esta selva del Sarare:";

    En el Sarare aplicaron las FARC esta estrategia y apro-vecharon que los funcionarios del Instituto de la Reforma Agraria (INCaRA) estaban posiblemente acostumbrados a que la asignacin de recursos pblicos de crdito a colo-nos individuales o para construccin de infraestructura comunitaria estuviese mediada por recomendaciones de polticos regionales con representacin en el Congreso. que se daban a cambio de apoyo electoral. Entraron pues en estejuego clientelista como cualquier harn electoral. pero introdl!jeron una regla nueva: los funcionarios del INCORA adems de recibir papelitos y llamadas con reco-l11cndaciones ahora iban a enfrentar alnenazas de 111Uerte.-17

    4,rj. Ver al respecto captulo sobre las FARC en este volumen. 46. En un pas que Iualdice su violencia pero ensalza y ala-

    ba a quienes la promueven. la imagen de Guadalupe Salcedo se ha transforrrlado en la de paladn de causas populares y sm-bolo de coraje llanero.

    47. Para una descripcin ms detallada de este proceso ver: Peate, Andrs, (199 1 ). 55-71.

    ANDRS PEATE

    En su atan estratgico de ganar apoyo popular local. esta organizadn descubri las ventajas del clientelismo armado. o como dira Mao ZcDong: el pez encontni la manera de comprar agua usando los recursos pblicos.

    Como es de suponer. esto brind a las FARC una r;pida y honda influencia poltica en el Samre en muv poco tiem-po; los votos por el partido conservador prct.icatnente desaparecieron en la zona. yel partido liheral tambin perdi terreno aunque no en la lnisma propoH.:ill, lodos en fan)l de la Unin Patritica (11P). un partido electoral C1"eado por las FARC como parte de la negociacin de paz con el gohierno Detancur'".

    En 1981i. la 111' gan las elecciones para el Congreso y el Consejo Intendendal en los tres lIlunicipios que COIl1-ponen la regin dd Sara re, con el concurso de algunos lderes conservadores y liberales del Sarare que se haban pasado a sus filas; otros nnlricfOll asesinados o tuvieron f]ue irse de la zona lll , La situaci6n fue todava peor para los polticos tradicionales y mejor para las FARC. cuando poco despes se hicieron efectivas las prinlcras elecciones populares de alcaldes. Ahora stas iban a querer tener alcaldes de bolsillo.

    Ninguno de estos caminos de Ilnanciacin e influen-cia poltica debi pasar inachcrlido al "Oomingo Lan". q\le comenz hacia mediados de la dcada ele los Ro a re-pensar seriamente la validez de Sil cksdeio por la (Comhi-nacin ele formas de hteha' ... pero el principal obstculo

    4R. {bid . r,8. 4!l (bid.. 40. [,0. Esto lo corrohoran Medina Gallego, Carlos, (1997), 380

    Y Harnecker. Marta. (1\)8R). R7

    87

  • 88 El sendero estratgico del ELN

    para acogerla estaba en que debido a su herencia foquista, no tena una estructura poltica legal.

    Entre 1986 y 1990, las FARC en el Sara re se dedicaron a retribuir a la clientela de colonos qlle les permiti alcan-zar su triunfo electoral local; pero como es inevitable en el juego c\ientelista, el segmento de la poblacin que no apoy a la up o para el cual no alcanzaron los recursos, se sinti alienado e injustamente tratado, y algunos polticos independientes, temerosos de que aquellas optaran por la fuerza para lograr un control electoral total de la zona, buscaron a los elenos del "Domingo Lan" y les propusie-ron una alianza en torno de sus candidatos, lderes de base o juntas de accin comunal en las siguientes elecciones municipales en 1988. A cambio de recibir proteccin, estos polticos locales independientes ofrecieron canali-zar inversin hacia las juntas de accin comunal que el grupo eleno requiriese seducl~ y le propusieron consul-tar su opinin sobre el tipo de obras que la poblacin pudiese necesitar,5 1

    El "Domingo Lan" decidi entonces entrar a la compe-tencia dientelista, y despus de las elecciones de 1986 comenzaron a respaldar la organizacin de paros cvicos ya presionar con anlenazas de Dluerte a los funcionarios del INeORA como parte de su campaia para la eleccin de alcaldes. Esta competencia entre guerrillas llev al Sara re a ser la regin del pas donde se prochtieron ms paros cvicos en todo el gobierno de Barco'" hasta el pun-to de un promedio de uno cada tres meses, al acercarse las elecciones de 1988. Algunos eran canalizados por los

    5l.Peate, Ancls, (19~)l), especialmente el captulo: "The Oil Fever".

    52. El EspectadO/; febrero 2 de 1988.

    ANDRS PENATE

    liherales independientes, otros por la \TI', y otros por anlhos.

    Al final, los liberales independicntes y 1

  • 90 El sendero estratgico del HN

    unas reservas recuperables de ms de mil millones de ba-rriles y capaz de producir unos 250.000 barriles da, cifra superior al consumo diario del pas en aquel entonces. Calio Limn fue una verdadera y gran bendicin para e! pas, pues no slo recuper la auto-suficiencia petrolera, sino que adeuls se conv-ti en un exportador nlodesto de crudo, precisamente en un momento en el que se ne-cesitaba una fuente adicional de divisas para enfrentar los severos efectos de la crisis de la deuda latinoamericana."

    Pero para exportar el crudo del Caiio Limn era ne-cesario construir un oleoducto, cuya construccin le per-miti al "Domingo Lan" encontrar una fuente fcil de financiacin y un punto neurlgico de presin contra los intereses nacionales. Como se decidi evacuar el crudo de! Cao Limn sin entrar a Venezuela, lo que tal vez hubie-se sido ms razonable, se oblig diseiiar una ruta que atra-viesa el Sarare, la zona que el "Domingo Lan" haba escogido como santuario. Fue como guardar el ganado en la cueva de un tigre hambriento.

    En lodos los negocios, el tiempo es oro; y en uno de magnitud como e! desarrollo de Calio Limn, un peque-.10 retraso puede significar una suma enorme de dinero. El oleoducto era urgente, y su construccin se le encomen-d a un consorcio de fU'mas de conocida reputacin inte.~ nacional. El tramo que cruzaba el Sarare fue asignado a

    54. Es muy probable que una buena parle de nuestra actual eSlabiJidad macrD-econmica y la facilidad con la que el pas super las dificultades econllcas de la dcada pasada se ha-yan debido al crudo que Occidental encontr en Cai.o Limn. A mi manera de ver, el papel redentor del petrleo de Cao Limn, y de la poltica petrolera que hizo posible su descubri-tniento. no ha sido justarnente reconocido.

    ANDRS PEATE

    una lirma alemana cllyas capacidades tcnicas la colocan entre las mejOlTs del mlllHlo en este tipo de obras pero cllyo nombre reslIlta ingrato para los colombianos. A los tres 111CSCS de iniciar actividades el1 Arauca, esta cOlnpa-iia haba sufrido cualro ataques de la guerrilla contra sus frentes de trahajo en el Sarare; cuatro de sus empleados hahan sido asesinados; otros cuat.ro se encontrahan se-cuestrados; y los trabajos se encontrahan prcticamente parali7.ados dehido a que casi cada vereda del Sarare por donde iha l pasar d tuho. se hallaba en paro cvico COII-tra el proyecto y exigan la construccin de todo tipo de infraestructura cOlllllnitaria rural.

    Para lidiar con las exigencias de los paros cvicos. el proyecto del oleoducto organi7. 1111

  • 92 El sendero estratgico del ELN

    Limn- Covias al "Domingo Lan" tal vez nunca se sepa. Los elenos hablan en sus publicaciones de aproximada-mente cuatro millones de dlares, que parece cre1ble dado el costo total del oleoducto, y que puede haber parecido insignificante a los dueIlos y ejecutores del proyecto; pero para el ELN, acostumbrado a negociar con testarudos ga-naderos, debi haber sido todo el dinero del mundo, con el cual em pez a recuperarse de su crisis a partir de 198:\.';'

    El triunfo financiero conseguido con el oleoducto, le permiti al "Domingo Lan" expandirse desde Arauca hacia el noroeste siguiendo el derecho de va del tubo hasta llegar a las sabanas del Cesa1; de manera casi que pa-ralela el contorno de nuestra frontera con Venezuela. El truco para conseguir esta expansin fue seguir un esque-

    55. Aqu es conveniente hacer algunas aclaraciones. No cree-mos que este pago haya sido posible sin el conocimiento de funcionarios del Estado, pues es bien sabido que Ecopetrol luanliene un riguroso, celoso y eficaz control contable de este tipo de proyectos. Posiblemente ms de una persona de peso en esta empresa estatal tuvo que saberlo, tal vez incluso permi-tirlo. Como tantas otras veces, la agenda oe seguridad nacional fue ignorada en favor de puntos importantes de la agenda eco-nmica o riel sector energtico. De otra parle, la sUllla citada fue importante para el resurgimiento del ELN pero no por las razones que usualmente se cree. Posiblelllente una buena par-te se malgast, como ocurre con los premios gordos de la lote-ra, y una gran SUllla que entra por una sola vez a la c~a de una organizacin, no ayuda a fortalecerJa como tal. al contrario de un fhtio sostenido de caja; lo importante de este pago fue que el "Domingo Lan" aprendi lo fcil que era "ordear" un pro-yecto de este tipo, y gracias a esta experiencia el ELN desarrolla-ra un especial apetito por los proyectos energticos de ah en adelante.

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    l11a de intennerliacill de recursos de ayuda con1l1nitaria entre el proyecto j' las ("omlln idad"s vecinas al who. Si los contratislas encargados de las obras civiles del oleoducto, acogan las "indicaciones" del FI N respecto al enganche de

    trab"~iador('s y apulas COlllllllitarias, las ohras transcurran sin encontrar obstculo de los \T'cinos de las l11ismas, quie-nes a Sil vez, descllhran qll(, los miembros del FI.N eran el m

  • 94 El sendero estratgico del ELN

    rimen taba opciones estratgicas que a la postre respon-deran con hechos las preguntas formuladas por aquel grupo de maestrosjvenes de Fecode ailos antes. El "Do-mingo Lan" haba demostrado, sin proponrselo, la ventaja de estar en zonas del pas importantes para el de-sarrollo de proyectos energticos o mineros grandes.

    Perdida la vergenza del secuestro y de copiar las prc-ticas clientelistas, 10 inlportante era radicarse en regiones donde el desarrollo de proyectos mineros o energticos abran grandes oportunidades de ejecutar ambas cosas; esas regiones, denolllinadas ahora como "estratgicas", sobre las cuales se enfoca el grueso de los esfuerzos, se encuentran en todas las zonas petroleras y carbonferas del pas: Arauca, Casan are, Sabana de Torres, Barrancabenne-ja, Guajira y el Cesar.

    A partir de 1986, toda la organizacin se integra nueva-mente, ahora en torno al liderazgo del frente "Domingo Lan, que reestablece con sus acciones y sin proponrse-lo, "una gua para la accin", un consenso sobre lo que es importante hacer para crecer como organizacin armada. Esta integracin se consolid con la realizacin de un Segundo Congreso, donde el ELN adopt de facto la com-binacin de formas de lucha al establecer como objetivo el poder municipal, dando total va libre al secuestro y acordando especializarse en "regiones estratgicas".'"

    57. UC-ELN, (l990), captulos 3, 4, 6

    ANDRS PEATE

    CONCLUSIONES ,8

    La principal y ms importante caracterstica del FIN actual es que es una organizacin '1ue discute el resuha-do de sus acciones, aprende de ellas y cambia, adapta o precisa su estrategia y sus prcticas segl1 le convenga. Es un estudian te ansioso de aprender

  • 96 El sendero estratgico del ELN

    En lo local, ha encontrado una manera de ocultar el costo financiero que su existencia tiene sobre la poblacin local circunvecina a sus frentes. La extorsin a las activi-dades empresariales rentables que se adelantan en sus zonas de influencia tiene como ohjeto evitar endosarle a aquella el costo material de su existencia como organiza-cin armada. Hasta ahora este esquema, cuya piedra an-gular es el secuestro, ha resultado eficaz y es por ello que varios frentes del EI.N parecen contar al menos con el apo-yo pasivo de la poblacin local rural en algunas zonas del pas.

    Sin embargo, no se requiere de una gran agudeza in-telectual para percatarse de que en el largo plazo aquella terminar pagando con mayor desempleo y pobreza los desincentivos a la inversin productiva que imponen la extorsin y el secuestro de empresarios y administradores acomodados.

    En algunas cuantas localidades del pas, el E1.N se ha eIigido en un actor clien te lis ta, como cualquier vi"jo ba-rn electoral tradicional que busca comprar el apoyo de sectores de la poblacin local a travs de facilitar atajos hacia las arcas de los recursos pblicos, que suelen ser eficaces en tanto se acolnpailan con frecuencia de anle-nazas de muerte. En las pocas localidades del pas donde este esquema se ha enraizado, no hay duda de que la poblacin local brinda apoyo activo a los frentes elenos simple y llanamente porque se beneficia directa y materialmente de ello. Polticas pblicas orientadas a fa-vorecer con inversin pblica las zonas de violencia gue-rrillera, basadas en el consabido clis de "la falta de presencia estata1", aunque bien intencionadas, fortalecen

    ANDRS PEATE

    este esquema y ayudan sin quererlo a perpetuar los fren-tes guerrilleros.

    A pesar de lo anterior, el FI.N es en realidad un gigante con pies de balTo. Es cierto que es la organizacin ha en-contrado una nl,Hlcra de conseguir un apoyo popular lo-cal en algunas panes del pas, pero lo ha h

  • 98 El sendero estratgico del ELN

    sacio en el dientelismo no es sostenible. Ganarse la cola-boracin de la comunidad comprndola con favores de intcnnediaCn de recursos es muy frgil ydepende de que las reglas del juego poltico no cambien. Tal vez esta sea la razn por la que a veces el ELN parece ser, en la prctica, tan conservador y respetuoso del status quo. Pero esta organizacin todava no ha aprendido las lecciones pol-tkas que algunos doctores clientelistas descubrieron con sorpresa al final de sus carreras pblicas en Colombia, al asistir al derrumbe de sus apoyos electorales.

    Paradjko y triste destino el del ELN, que comenz emulando al Ch para terminar como un cacique electo-ral de vereda, que reclama su derecho sohre la nmina pblica municipal mediante el uso de las armas, para pa-sar de ser la aurora de un maana socialista para tenni-nar atrapado por el peso de su propio pasado.