Sendero Mágico

8/2/2019 Sendero Mágico

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2011

Alfonso Castillo Ramírez

[EL SENDERO

MÁGICO] [No todos nacen para ser héroes, y algunos prefieren no serlo,

por no ofender a quien aman.]



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Un lugar......................................................................... 3

Un don ........................................................................... 6

Nuestro héroe. ............................................................... 8

Proponiendo el futuro.................................................. 11



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Un lugar

No es en la segunda estrella a la derecha, ni siquierasobre el arcoíris, más bien era un lugar común, nosabría si llamarlo barrio, colonia, o vecindad, ciudad o

pueblo, simplemente era un lugar, uno tan simple comoel que miramos al salir todos los días, casas normales,árboles normales, escuelas normales, lleno de díasnormales.

Pero las historias contaba mi abuelo, no las hacen loslugares, las hacen las personas que van y vienen por

aquellos lugares, quienes edificaron las primeras casas,los que sacaron las primeras gotas de agua del suelo,quien enseño en la escuela, y sobre todo los niños queahí habían nacido y crecido.

Podemos hablar de Juan el bombero, de Luis el policía, Ana la maestra, Laura la psicóloga, Javier el tendero,

Julio el mecánico, Carlos el orfebre, Virginia la bailarina,Daniela la artista y tantos más cada uno con unahistoria desde niños hasta su adultez, héroes conocidos

pero particularmente estaba aquel cuyo nombre habíasido elegido, aquel que muchos recuerdan pero ignoranen sus vidas por su brillo y esplendor, era tan diferente a

todos que algunos aun dicen que nunca existió.¿Cómo era aquel lugar?, ¿Por qué necesitaría de héroes?,siempre que pensamos en ellos pensamos en problemas



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que no cualquiera resuelve, pensamos en nuestraslimitaciones pensamos en lo que no podemos lograr, enesas cosas extraordinarias.

Mi abuelo sonrió, las cosas extraordinarias las hacen loshombres ordinarios dijo, cuando un hombre es

extraordinario, no es extraordinario lo que hace, porquees normal para él, esas son las perspectivas y los matices

por eso los héroes son personas normales y obligamos alos genios a encerrarse en un mundo solitario sin darles

permiso de entrar en nuestras vidas.

Por eso de niños nos da miedo aprender, por esorechazamos aquello que nos educa, porque la granmayoría comenzaría a relegarnos, a burlarse de nosotrosy no apreciar nuestros logros, dejarían de estar orgullosos de nosotros y esperarían tanto de nosotrosque sentiríamos defraudarlos sino lo damos.

No es que el lugar necesitará héroes ellos existen porquenosotros los creamos y los idolatramos, más bien lahistoria es de aquel que no fue, ni quiso ser héroe, queenfrento su mismo destino si es que tal cosa existe, queera extraordinario y nos enseñó que aun siendoextraordinario, es extraordinario hacer algo, pues puedesdecidir no hacerlo.

Mientras todos se preocupan por dejar huella, nuestroniño miraba las estrellas, se perdía en el mar, se



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encerraba en su mundo y con su imaginación aprendíaa volar, para todos era raro, nunca a la moda, siempredesalineado, limpio y pulcro, pero tan diferente quenadie tenía el valor de acercársele, nadie le tendía sumano o acompañaba en los recreos.

Aquel día dijo mi abuelo, cuando lo conocí sentí una pazincreíble, pero al mismo tiempo un temor enorme, eranuevo en aquel lugar, ese lugar del que no recuerdo sunombre.



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Un don

Sentado leyendo un libro, uno raro de esos que hablancosas locas del futuro y aparatos que no conocemos,concentrado en su lectura, parecía no prestaba atención anada, al menos antes éramos menos inquietos queahora, dijo mí abuelo, de pronto la maestra perdió la

paciencia y le grito; ¿cómo se saca la raíz cuadrada?, erauna pregunta de 2 grados posteriores, muy

tranquilamente colocó un marcador en su libro, selevantó, se dirigió a la pizarra y comenzó a dar laexplicación más entendible de la pregunta, término, y

regreso a su lugar a continuar con su lectura.

La maestra se sintió apenada, había pensado que él noatendía a su clase, es cierto no prestaba atención porqueen sí todo eso ya lo sabía, su pronta respuesta y suexcelente explicación más que integrarlo lo marcaroncomo fenómeno, pero dice mi abuelo, realmente llamo mi

atención, y comencé a mirar todo lo que él hacía.

Después de observarlo durante varios días leyendo me percate de algo extraño en él, había momentos que parecía dormido, y mientras no leía o hacía algo, parecíabalbucear o repetir frases, pensé estaba memorizando o

quizá estaba orando, cuando me acerque me sorprendí aldarme cuenta que era media conversación sininterlocutor, cuando uno es niño no se da cuenta de eso,

pero realmente era evidente su seguimiento.



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De pronto me dijo, que haces aquí, buscas nuevas cosas para burlarte de mí, quedé mudo de aquella pregunta,no sabía que decir, y el empezó a decirme un sin fin decosas sobre mí, comencé a palidecer, me levante ycomencé a correr, pero alcance a oír su voz, cuidado conel quinto paso, seguí corriendo hasta llegar a la escalera

para las aulas, y uno, dos, tres, cuatro escalones y alquinto, resbalé.

Estuve totalmente atemorizado esa semana, nocomprendía como sabía tantas cosas, como sabía tantascosas sobre mí, procuraba evitarle, pretendía no mirarlo,los compañeros continuaban burlándose de él, pero su

paciencia sorprendía, jamás hizo caso a las burlas,siempre metido en sus cosas siempre cuidando su

privacia.

Cada vez veíamos al chico extraordinario y cada vez leenvidiábamos más, lo tenía todo, incluso nuestras

amigas comenzaban a admirarlo, normal en las niñas,conforme van creciendo, y que hacíamos los demás, sólohablar mal de él y alejarlo de esa forma no se metería ennuestros terrenos, creo que su paciencia era un don, y

para nosotros todos aquellos que lo alejaban eran héroes.



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Nuestro héroe.

Lánguido y atrevido, con sus ojos entre cerrados y surisa un tanto cuanto burlona, así era Luis, comenzamosa admirarlo y darle el poder del grupo, y más al ver queera el único que se atrevía a molestar a aquel chico sinmiedo, lo enfrentaba y lo limitaba, muchas veces lo

provocaba y al no tener repuesta de él sólo sonreíacínicamente como si hubiera ganado, y eso nos hacíaadorarlo más.

Nos sentíamos seguros y protegidos, así no podrían

desnudar nuestras vidas, así podríamos seguir siendonormales, ocultando nuestros secretos, y aquel fenómeno no intervendría en nuestras vidas, no seburlaría de nosotros, después de todo el anormal era él, ynuestro protector, nos mostraba lo poco que valía, la clasede persona que no se integraba, que no nos daba lo quenosotros queríamos, nos unió en un solo sentido acabar

con él.

Y mientras tanto, él con su misma paciencia, semantenía absorto en su mundo, siempre acompañado desus libros, y en realidad nunca provocando a nadie, peroeso no lo veíamos, sólo nos preocupaba nuestro bienestar,

niños adolecentes inmaduros qué más da, él nos dabamiedo, era como el coco del que siempre nos hablaronnuestros papás.



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Cuando Clara una de las muchachas se fijó en su cara triste, intento acercarse a él, pero para entonces el noconfiaba en ninguno y ninguna, cuentan que cuandoclara se acercó y lo saludo, el sólo dijo por esto he desufrir, y continuo con su lectura, la osada de clara tomouno de sus libros y comenzó a leerlo, dicen que después

del primer párrafo quedo fascinada, se quedó sentadaleyendo.

Así que había que rescatarla el mago negro nos robaba auno de nuestros miembros y la verdad es que a Luis legustaba y nos convenció que había que rescatarla,liberarla de aquello que no era natural, de aquello queno era normal, con su sonrisa nos incito a quemar suslibros, cuantas tonterías cometemos los jóvenes por loque creemos que es divertido.

Nuestro héroe salió al encuentro, lo provocó más el noreaccionaba, giraba y daba vueltas, pero su paso

cercaban, sólo clara salió a defenderle, se interpuso ygrito que ya era suficiente, que no podíamos juzgar algo que no conocíamos, que no podíamos tener miedo dealgo diferente, por primera vez vi una reacción diferente,soltó los libros y salió corriendo, a Luis sólo le importaba

ponerle fin.

Comenzó la fogata, mientras en los ojos de Clarabrotaban lágrimas, es por tu bien le repetían, no tienesnada en común con ese fenómeno, tu eres como nosotros,



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aquí estarás segura, la abrazó mientras uno a uno loslibros se iban consumiendo, todo lo que pudiesenenseñarnos esos libros estaba desapareciendo, Clara nodecía más se sentía prisionera de su seguridad, habíadefendido algo que le había agradado pero no sabía sihabría más, pensaba que eso era todo, pero mientras

sentía un hueco un vacío que deseaba llenar.



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Proponiendo el futuro

A otro día mientras Luis sonreía como siempre, nuestroenemigo llegó, se acercó a Clara y le dio un paquete, notelas lágrimas en sus ojos, espero que éste lo termines deleer, Clara lo abrazó, el momento era muy emotivo, el diola vuelta cuando Luis le cerró el paso.

Déjala en paz anormal, le dijo, no queremos aquí tusridículas historias, entonces todo cambió, Luis se tornóviolento y comenzó a estrujarlo, ya estoy harto de tidecía, de tu paciencia de tu tranquilidad, eres un

hipócrita, esto debe de acabar, Clara se puso en medio, elgolpe le toco a ella, de pronto él reacciono, es suficiente,dijo, ya la has hecho sufrir bastante, ella sólo ha tratadode protegerme, pero yo no te he hecho nada, ella no tienela culpa que los demás digan que no valgo nada.

Si quieres golpearme hazlo, si quieres que me quite de

en medio lo hago, pero deja atrás tu cinismo, deja de lado tu odio, yo solo vivo de un cuento, yo sólo sueñodespierto, Luis sonrió como siempre como si tuviera lavictoria, él no era nada él estaba humillado, de pronto él,se desvaneció cayó al piso, Luis y los demás corrieron

por el sendero, jalando a Clara, quien quería quedarse,

mientras se alejaban, una luz ilumino el camino, losescépticos cuentan que fue una ambulancia, para otrosera la llama del destino.



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Lo cierto es que por el susto y demás nadie lo recuerda, pero por donde pasamos no hubo más aquel sendero,dicen que Clara recibía una carta diario, y en ella uncapitulo nuevo de tantas historias increíbles, con el

tiempo sólo se convirtió en un mito, en una leyendaurbana, sólo unos cuantos que lo recuerdan y otros

tantos que intentan desaparecerlo.

Hoy algunos preguntan ¿para qué nos sirven loshéroes?, esas figuras que nos dan confort, pero nosengañan, que nos divierten y hacen felices, pero nosatrapan en una creencia de rechazar lo diferente, quenos motivan a ser iguales y no nos dejan vivir conexcelencia, al final los héroes son personas ordinarias.

Dicen que Clara no amo a nadie por conservar surecuerdo y que siempre que iba sola desaparecía por elcamino, algunos cuentan que ante ella se abría aquelsendero, el sendero mágico donde podía escuchar todas

sus maravillosas historias, donde ya nadie podía robar oapartar de lo que era suyo, algunos dicen que Clara lecontó las historias a mi abuelo, aunque debo mencionar que Clara es mi abuela.

Así que las historias del sendero, yacen bajo la llave delropero, sólo basta creer en la magia y mirar con buenos

ojos a quien en verdad nos rescata, para poder mirar elmundo de aquel mítico viajero.

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