Lámpara incandescente

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Lámpara incandescente Ampolleta, bombilla, bombillo, bombita, foco, lámpara o lamparita. Lámpara incandescente antigua, con filamento de carbono. Una lámpara incandescente es un dispositivo que produce luz mediante el calentamiento por efecto Joule de un filamento metálico, hasta ponerlo al rojo blanco, mediante el paso de corriente eléctrica. En la actualidad, técnicamente son muy ineficientes ya que el 90% de la electricidad que utilizan la transforman en calor.

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Lámpara incandescente

Ampolleta, bombilla, bombillo, bombita, foco, lámpara o lamparita.

Lámpara incandescente antigua, con filamento de carbono.

Una lámpara incandescente es un dispositivo que produce luz mediante el calentamiento por efecto Joule de un filamento metálico, hasta ponerlo al rojo blanco, mediante el paso de corriente eléctrica. En la actualidad, técnicamente son muy ineficientes ya que el 90% de la electricidad que utilizan la transforman en calor.

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Nombres en distintos países

ampolleta (Chile) bombilla (Colombia, El Salvador y Guatemala[formal], España, Puerto Rico y

EE. UU.; en Argentina y Uruguay significa ‘tubo metálico para tomar mate’; en Chile, tubo de cualquier material para ingerir líquidos)

bombillo (Colombia y Guatemala[usual], El Salvador [formal], Republica Dominicana, Cuba y Venezuela)

bombita (Argentina y Uruguay) bombita de luz (Argentina) foco (Paraguay,Ecuador, El Salvador, México, Perú y Colombia; en Argentina y

Chile significa ‘faro u óptica del automóvil’) lamparita (Argentina y Uruguay)

Historia

El invento de la lámpara está atribuido habitualmente a Thomas Alva Edison, quien contribuyó a su desarrollo produciendo, el 21 de octubre de 1879, una bombilla práctica y viable, que lució durante 48 horas ininterrumpidas. El 27 de enero de 1880 le fue concedida la patente, con el número 223.898. Otros inventores también habían desarrollado modelos que funcionaban en laboratorio, incluyendo a Joseph Swan, Henry Woodward, Mathew Evans, James Bowman Lindsay, William Sawyer y Humphry Davy. Es uno de los inventos más utilizados por el hombre desde su creación a la fecha, su creación está ubicada según un ranking de la revista Life como la segunda más útil del siglo XIX. La comercialización de la bombilla por parte de la compañía de Thomas Alva Edison estuvo plagada de disputas de patentes con sus competidores, incluyendo un pleito en el que Heinrich Göbel declaró haber construido en el año 1854 la primera bombilla. Aunque en 1893 varios pleitos estimaron1 que era "altamente improbable" que Heinrich Göbel hubiese inventado la bombilla en aquella fecha, un competidor de Edison, Franklin Leonard Pope escribió un artículo2 en el que describía a Göbel como un inventor no reconocido, originando un mito que persiste hasta la fecha.

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Funcionamiento y partes

Consta de un filamento de wolframio (también llamado tungsteno) muy fino, encerrado en una ampolla de vidrio en la que se ha hecho el vacío o se ha rellenado con un gas inerte, para evitar que el filamento se volatilice por las altas temperaturas que debe alcanzar. Se completa con un casquillo metálico, en el que se disponen las conexiones eléctricas.

La ampolla varía de tamaño con la potencia de la lámpara, puesto que la temperatura del filamento es muy alta y, al crecer la potencia y el desprendimiento de calor, ha de aumentarse la superficie de enfriamiento.

Inicialmente el interior de la ampolla estaba al vacío. Pero actualmente está rellena de algún gas noble (normalmente kriptón) que evitan la combustión del filamento.

El casquillo sirve también para fijar la lámpara en un portalámparas, por medio de una rosca o una bayoneta. En Europa los casquillos de rosca están normalizados en E-14, E-27 y E-45, siendo la cifra los milímetros de diámetro.

Se ha conseguido mejorar las propiedades de esta lámpara en la lámpara halógena

Propiedades

La lámpara incandescente es la de menor rendimiento luminoso de las lámparas utilizadas: de 12 a 18 lm/W (lúmenes por vatio) y la que menor vida útil tiene, unas 1000 horas, pero es la más popular por su bajo precio y el color cálido de su luz.

No ofrece muy buena reproducción de los colores (rendimiento de color), ya que no emite en la zona de colores fríos, pero al ser su espectro de emisiones continuo logra contener todas las longitudes de onda en la parte que emite del espectro. Su eficiencia es muy baja, ya que solo convierte en trabajo (luz visible) alrededor del 15% de la energía

1. Envoltura - ampolla de vidrio - bulbo 2. Gas inerte 3. Filamento de wolframio 4. Alambre de contacto (va al pie) 5. Alambre de contacto (va a la base) 6. Alambres de soporte 7. Soporte de vidrio 8. Base de contacto 9. Casquillo metálico (culote) 10. Aislamiento

11. Pie de contacto eléctrico

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consumida. Otro 25% será transformado en energía calorífica y el 60% restante en ondas no perceptibles (luz ultravioleta e infrarroja) que acaban convirtiéndose en calor.

Lámpara compacta fluorescente

La lámpara compacta fluorescente o CFL (sigla del inglés compact fluorescent lamp) es un tipo de lámpara fluorescente que se puede usar con casquillos estándar con rosca Edison estándar (E27) o pequeña (E14). También se la conoce como:

Lámpara ahorradora de energía Lámpara de luz fría Lámpara de Bajo Consumo Bombilla de Bajo Consumo

En comparación con las lámparas incandescentes, las CFL tienen una vida nominal mayor y usan menos energía eléctrica para producir la misma iluminación. De hecho, las lámparas CFL ayudan a ahorrar costes en facturas de electricidad, en compensación a su alto precio dentro de las primeras 500 horas de uso.

Mercado

Presentadas mundialmente a principios de los años ochenta, las ventas de las lámparas CFL se han incrementado constantemente debido a las mejoras en su funcionamiento y la reducción de sus precios. El más importante avance en la tecnología de las lámparas fluorescentes (incluidas las CFL) ha sido el reemplazo de los balastos magnéticos o cebadores (transformadores usados para su encendido) por los del tipo electrónico. Este reemplazo ha permitido la eliminación del efecto de "parpadeo" y del lento encendido tradicionalmente asociados a la iluminación fluorescente.

Las lámparas compactas fluorescentes utilizan un 80% menos de energía (debido principalmente a que producen mucho menos calor) y pueden durar hasta 12 veces más, ahorrando así dinero en la factura eléctrica.El mercado de lámparas CFL ha sido ayudado por la producción de lámparas que pueden ser integradas o no. Las primeras contienen un tubo, un balasto electrónico y un borne atornillable en un portalámparas estándar; éstas permiten que las lámparas incandescentes sean sustituidas fácilmente. Las lámparas no integradas permiten el reemplazo del tubo y el uso prolongado del balasto; ya que el balasto electrónico tiene mayor duración que el tubo, puede ser más costoso y sofisticado al ofrecer la opción de graduar la intensidad de luz. El uso de las lámparas no integradas está restringido a usuarios profesionales, tales como los hoteles.

Cada vez que un particular instala una bombilla de bajo consumo se ahorra la emisión de 20 kg de CO2 a la atmósfera al año. La sustitución de las bombillas incandescentes en

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la Unión Europea ahorraría al menos 20 millones de toneladas de CO2 al año, lo que equivaldría a cerrar 25 centrales que utilizan energía contaminante.

Las lámparas CFL son producidas para su uso con corriente alterna y con corriente continua. Estas últimas suelen ser usadas para la iluminación interna de las casas rodantes y en luminarias activadas por energía solar. En algunos países, se suelen usar estas últimas como reemplazo de las linternas a base de queroseno.

Comparación de potencia eléctrica

En la tabla de la derecha se comparan potencias eléctricas de distintos tipos de lámparas para un mismo flujo luminoso.

Las CFL tienen una duración media de unas 8000 horas de funcionamiento. La duración media de una lámpara incandescente está entre 500 y 2000 horas de funcionamiento dependiendo de su exposición a picos de tensión y a golpes y vibraciones mecánicas, además de la calidad de la propia lámpara.Las CFL usan típicamente cerca de una cuarta parte de la potencia de las incandescentes. Por ejemplo, una CFL de 15 W produce la misma luminosidad que una incandescente de 60 W, es decir, que el rendimiento luminoso de la CFL es de aproximadamente 60 lúmenes/W.El kilovatio-hora es la unidad usada para medir el consumo de energía eléctrica en la mayoría de los países. El costo de la electricidad en España oscila ronda los 0,09 € por cada kilovatio-hora. Seguidamente, se muestra un cálculo que ilustra los costos de aplicación de cada tipo de lámpara.

Lámpara incandescente

CFL

Equivalente de salida de luz

IncandescenteCompacta

fluorescente lámp. CCFL lámp. LEDFluorescente

clásica

25 W 5-6 W  ? 4,5 a 9 W  ?

40 W 8 W  ? 6 a 12 W  ?

60 W 11–13 W  ?  ?  ?

75 W 18–20 W  ?  ?  ?

100 W 20 a 25 W  ?  ?  ?

125 W 26 a 30 W  ?  ?  ?

150 W 35 a 42 W  ?  ?  ?

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Los cálculos anteriores toman en cuenta la influencia del calentamiento de la lámpara sobre los costos de energía. La energía que no se usa en la generación de luz, se convierte en energía calorífica. Por tanto, las lámparas incandescentes producen sustancialmente más calor que las CFL para una determinada potencia luminosa. Durante los meses fríos, las lámparas incandescentes pueden ayudar a calentar las habitaciones y oficinas; pero en los meses cálidos, éstas lámparas hacen que los sistemas de aire acondicionado tengan que gastar más energía eléctrica para el enfriamiento.

Colores de luz en las lámparas CFL

Esta fotografía de diversas lámparas ilustra el efecto de las diferencias de temperatura de color.

Las lámparas de colores "blanco cálido" o "blanco suave" (2700 K – 3000 K) proporcionan un color similar al de las lámparas incandescentes, algo amarillenta, en apariencia. Las lámparas "blanca", "blanca brillante" o "blanco medio" (3500 K) producen una luz blanca-amarillenta, más blanca que la de una lámpara incandescente pero aún considerada como "cálida". Las lámparas blanco frío (4100 K) emiten más de un tono blanco puro y las llamadas daylight (luz diurna, de 5000 K a 6500 K) emiten un brillo blanco levemente azulado.

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La "K" representa la relación del color y la temperatura medida en kelvin. La temperatura de color es una medida cuantitativa. Cuanto mayor sea esta cifra, más "fría" (azulada) es la sombra de los objetos que rodean a la lámpara. Los nombres de color asociados con una temperatura de color particular no están estandarizados en las CFL modernas y en las lámparas de trifósforo como éstas con el estilo de las antiguas lámparas fluorescentes de halofosfato. Existen variaciones e inconsistencias entre diversos fabricantes. Por ejemplo, las CFL fabricadas por Sylvania tienen una temperatura de color de 3500 K, aunque la mayoría de las lámparas que tienen la etiqueta "daylight" tienen temperaturas de color de, al menos, 5000 K. Algunos fabricantes no incluyen este valor en los empaques de las lámparas, pero esta situación empieza a corregirse ahora que se espera que los criterios de la norma estadounidense Energy Star para CFL requieran este valor impreso, en su revisión 4.0.

Las CFL son producidas también en otros colores menos comunes, como:

rojo, verde, naranja, azul y rosa, principalmente para usos decorativos. amarilla, para iluminación exterior, porque no atrae a los insectos. "Luz oscura" o "Luz negra", para efectos especiales.

Las CFL con fósforo generador de UVA (rayos ultravioleta A), son una fuente eficiente de luz ultravioleta de onda larga (luz oscura), mucho más que las lámparas incandescentes de "luz oscura", ya que la cantidad de luz ultravioleta que produce el filamento de estas últimas es acorde a la radiación del llamado cuerpo negro y la radiación ultravioleta es solo una fracción del espectro luminoso generado.

Al ser una lámpara de descarga gaseosa, la CFL no genera todas las frecuencias de luz visible; el índice actual de producción (renderizado) de color es un compromiso de diseño. Con menos que un perfecto renderizado del color, las CFL pueden ser insatisfactorias para iluminación de interiores, pero los diseños modernos, de alta calidad, han demostrado ser aceptables para uso en el hogar.

Inconvenientes

A pesar del ahorro energético y económico que suponen las lámparas CFL o de bajo consumo, éstas presentan varios inconvenientes:

1.- Contaminación: las lámparas CFL contienen mercurio, muy contaminante y que obligará a crear una red de reciclaje de las lámparas. La rotura de lámparas puede generar complicaciones de salud a algunas personas.1

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2.- Vida útil: Los ciclos de encendido y apagado de las bombillas CFL afectan la duración de su vida útil, de manera que las bombillas sometidas a frecuentes encendidos pueden envejecer antes de lo que marca su duración teórica.2

3.- Lentitud de respuesta: Las bombillas de bajo consumo no se encienden inmediatamente, existiendo un lapso de tiempo de aproximadamente dos segundos entre que se presiona el interruptor y la bombilla se ilumina. También tarda unos minutos en alcanzar su máxima intensidad de iluminación.

4.- Zumbido: Al igual que sucede con las lámparas fluorescentes, es relativamente frecuente que con el tiempo algunas bombillas empiecen a emitir un zumbido

5.- Parpadeo: Algunas bombillas de bajo consumo pueden presentar parpadeos.

6.- Escasa potencia: Todavía no existen en el mercado bombillas CFL de gran potencia. Las bombillas más potentes son además muy grandes, por lo que muchas veces no son compatibles con las luminarias actuales.

En general, se puede concluir que las lámparas de bajo consumo no son apropiadas para lugares de paso u ocupación ocasional, tales como pasillos o aseos, y sí para el resto de estancias.3

Otras tecnologías de CFL

Otro tipo de lámpara fluorescente es la fluorescente sin electrodos, conocida como lámpara radiofluorescente o de inducción fluorescente. A diferencia de otras lámparas fluorescentes convencionales, la iluminación se lleva a cabo mediante inducción electromagnética. Esta inducción es efectuada mediante un núcleo de ferrita con un embobinado de hilo de cobre que se introduce en el bulbo de la lámpara encapsulado en una cubierta de vidrio con figura de "U" invertida. El embobinado es energizado con corriente alterna a una frecuencia de 2,65 o 13,6 MHz; esto ioniza el vapor de mercurio de la lámpara, excitando el recubrimiento interno de fósforo y produciendo luz. La ventaja principal que ofrece esta tecnología es el enorme aumento en la vida útil de la lámpara, la cual es típicamente estimada en 60 000 horas.

Otra variante de las tecnologías existentes de CFL son los bulbos o lámparas con un recubrimiento externo de nano-partículas de dióxido de titanio. Esta sustancia es un fotocatalizador que se ioniza cuando es expuesto a las radiaciones ultravioleta producidas por la CFL, siendo capaz de convertir oxígeno en ozono y agua en radicales hidroxilos, lo que neutraliza los olores y elimina bacterias, virus y esporas de moho.

La lámpara de luz fluorescente de cátodo frío (CCFL, por sus siglas en inglés) es una de las formas más nuevas de CFL. Las lámparas CCFL usan electrodos sin filamentos. El voltaje que atraviesa a estas lámparas es casi 5 veces superior al de las lámparas CFL y la corriente entre sus terminales es de alrededor de 10 veces menor. Las lámparas CCFL tienen un diámetro de casi 3 mm y son usadas en la retroiluminación de los monitores delgados. Su tiempo de vida útil es de aproximadamente 50 000 horas y su rendimiento luminoso es igual a la mitad de las lámparas CFL.

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Actualmente, están empezando a extenderse las bombillas de LEDs blancos. Tienen un rendimiento y duración similar o incluso superior a las fluorescentes compactos y además se pueden encender y apagar (incluso cientos de veces por segundo) sin que su vida útil se vea afectada.

Tipos de lámparas CFL

Biax o CFL lineal CFL globoCFL

reflectoraCFL espiral

CFL diseñada para asemejarse a una lámpara incandescente.

Se muestra un bulbo incandescente a la derecha para establecer una comparación

La luminaria fluorescente, también denominada tubo fluorescente, es una luminaria que cuenta con una lámpara de vapor de mercurio a baja presión y que es utilizada normalmente para la iluminación doméstica e industrial. Su gran ventaja frente a otro tipo de lámparas, como las incandescentes, es su eficiencia energética.

Está formada por un tubo o bulbo fino de vidrio revestido interiormente con una sustancia que contiene fósforo y otros elementos que emiten luz al recibir una radiación ultravioleta de onda corta. El tubo contiene una pequeña cantidad de vapor de mercurio y un gas inerte, habitualmente argón o neón, sometidos a una presión ligeramente inferior a la presión atmosférica. Asimismo, en los extremos del tubo existen dos filamentos hechos de tungsteno.

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Historia

El más antiguo antecedente de la iluminación fluorescente posiblemente sea un dispositivo construido por el físico alemán Heinrich Geissler en 1856, mediante el cual obtuvo una luz de brillo azulado a partir de un gas noble (como argón o neón) encerrado en un tubo excitado con una bobina de inducción. Debido a su forma, este dispositivo pasó a llamarse "Tubo de Geissler". En la Feria Mundial de 1893, fueron mostrados dispositivos fluorescentes desarrollados por Nikola Tesla.En 1891, el inventor estadounidense Daniel McFarlane Moore comenzó a realizar experimentos con tubos de descarga gaseosa, creando así en 1894 la Lámpara Moore, que se trataba de una lámpara comercial que competía con las bombillas de luz incandescentes creadas por su antiguo jefe Thomas Alva Edison. Estas lámparas que contenían nitrógeno y dióxido de carbono emitían luz blanca y rosada, respectivamente y tuvieron un éxito moderado. Sería en 1904, cuando las primeras de estas lámparas fueron instaladas en unos almacenes de la ciudad estadounidense de Newark. Como las labores de instalación, mantenimiento y reparación de estas lámparas eran dificultosas, no tuvieron éxito.En 1901, Peter Cooper Hewitt demostró su lámpara de vapor de mercurio, la cual emitía luz de coloración verde-azulada, que era inapropiada para la mayoría de los usos practicos. Sin embargo, su diseño fue muy cercano al de las lámparas actuales, además de tener mayor eficiencia que sus similares incandescentes.En 1926, Edmund Germer, Friedrich Meyer y Hans Spanner propusieron incrementar la presión del gas dentro del tubo y recubrirlo internamente con un polvo fluorescente que convirtiera la radiación ultravioleta emitida por un gas en estado de plasma en una luz blanca más uniforme. La idea fue patentada al año siguiente y posteriormente la patente fue adquirida por la empresa estadounidense General Electric y bajo la dirección de George E. Inman la hizo disponible para el uso comercial en 1938. Los conocidos tubos rectos y de encendido por precalentamiento, se mostraron por primera vez al público en la Feria Mundial de New York, en el año 1939. Desde entonces, los principios de funcionamiento se han mantenido inalterables, salvo las tecnologías de manufactura y materias primas usadas, lo que ha redundado en la disminución de precios y ha contribuido a popularizar estas lámparas en todo el mundo.

Elementos necesarios para su funcionamiento

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Figura 1.- Esquema de conexiones de una lámpara fluorescente

En la Figura 1 se aprecian los elementos de que consta la instalación de una lámpara

En esta figura se distinguen, aparte de la propia lámpara, dos elementos fundamentales: el cebador (también llamado "partidor" o starter) y la reactancia inductiva.

El cebador (partidor) está formado por una pequeña ampolla de cristal rellena de gas neón a baja presión y en cuyo interior se halla un contacto formado por láminas bimetálicas. En paralelo con este contacto se halla un condensador destinado a actuar de chupador de chispa o apagachispas. La presencia de este condensador no es imprescindible para el funcionamiento del tubo fluorescente pero si ayuda bastante a aumentar la vida útil del par bimetálico cuando es sometido a trabajar como interruptor de altos voltajes. Por esta razón se recomienda usar la iluminación fluorescente en regímenes contínuos y no como iluminación intermitente.

El elemento de reactancia inductiva está constituido por una bobina enrollada sobre un núcleo de chapas de acero, el cual recibe el nombre de balastro o balasto o "ballast". El término balasto no debe ser confundido con el material usado en la construcción de vías de ferrocarril.

Funcionamiento

Detalle del cebador de una lámpara fluorecente

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Al aplicar la tensión de alimentación, el gas helio contenido en la ampolla del cebador se ioniza con lo que aumenta su temperatura lo suficiente para que la lámina bimetálica se deforme cerrando el circuito, lo que hará que los filamentos de los extremos del tubo se enciendan. Al cerrarse el contacto el cebador se apaga y el gas vuelve a enfriarse, con lo que los contactos se abren nuevamente, esta apertura trae como consecuencia que el campo magnético creado en la reactancia inductiva se "desmorone" o desaparezca produciendo una variación brusca del campo magnético lo que trae como consecuencia, de acuerdo a la ley de inducción de Faraday, la generación de un alto voltaje capaz de producir una descarga dentro del tubo fluorescente y por lo tanto una corriente de electrones que van a interactuar con los átomos de Hg y Ar, emitiendo luz ultravioleta principalmente. El voltaje aplicado a los filamentos es pulsatorio porque la energía eléctrica que alimenta el circuito es de corriente alterna (50 Hz en Europa y 60 Hz en USA y Japon)

La función del condensador, contenido en el cebador, es absorber los picos de tensión que se producen al abrir y cerrar el contacto, evitando su deterioro por las chispas que, en otro caso, ocasionarían.

Los filamentos, al calentarse, desprenden electrones que ionizan el gas argón que llena el tubo, formando un plasma que conduce la electricidad. Este plasma excita los átomos del vapor de mercurio que, como consecuencia, emiten luz visible y ultravioleta.

El revestimiento interior de la lámpara tiene la función de filtrar y convertir la luz ultravioleta en visible. La coloración de la luz emitida por la lámpara depende del material de dicho recubrimiento interno.

Las lámparas fluorescentes son dispositivos con pendiente negativa de la resistencia eléctrica respecto de la tensión eléctrica. Esto significa que cuanto mayor sea la corriente que las atraviesa, mayor es el grado de ionización del gas y, por tanto, menor la resistencia que opone al paso de dicha corriente. Así, si se conecta la lámpara a una fuente de tensión prácticamente constante, como la suministrada por la red eléctrica, la lámpara se destruiría en pocos segundos. Para evitar esto, siempre se conectan a través de un elemento limitador de corriente para mantenerla dentro de límites tolerables. Este elemento limitador, en el caso de la instalación de la Figura 1, es la reactancia inductiva.

Finalmente, la disminución de la resistencia interna del tubo una vez encendido, hace que la tensión entre los terminales del cebador sea insuficiente para ionizar el gas contenido en su ampolla y por tanto el contacto bimetálico queda inactivo cuando el tubo está encendido.

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Compensación en lámparas fluorescentes

El conjunto tubo fluorescente-balasto-cebador posee elementos reactivos (bobina y condensadores) que consumen y ceden potencia reactiva respectivamente (la bobina la consume los condensadores la ceden). A menudo se intercala entre los terminales de entrada un condensador que tiene la finalidad de permitir que el factor de potencia del dispositivo sea cercano a 1. A este tipo de compensación se le denomina compensación en paralelo debido a este arreglo.

El siguiente cálculo permite saber el valor (en pico o nanofaradios) del condensador que hay que intercalar, ya que si es colocado uno de valor mayor al necesario, aumentará la corriente y su consumo, por lo que es importante encontrar el idóneo.

donde:

C es la capacitancia del condensador. P es la potencia activa absorbida por el conjunto. es el ángulo cuyo coseno es el factor de potencia inicial, antes de la

compensación. es el ángulo cuyo coseno es el factor de potencia final, después de la

compensación. V es la tensión de entrada. f es la frecuencia en hercios de la tensión de entrada.

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Ejemplo: Si un tubo es de 18 W, con f = 50 Hz, V = 230 V (CA) y con factores de potencia final de 0,85 e inicial de 0,226, el condensador a usar debe ser de 4 μF (microfaradios).

Propiedades

Las lámparas fluorescentes tienen un rendimiento luminoso que puede estimarse entre 50 y 90 lúmenes por vatio (lm/W).

Una cuestión curiosa es que la luminosidad de la lámpara depende no solamente del revestimiento luminescente, sino de la superficie emisora, de modo que al variar la potencia varía el tamaño, por ejemplo, la de 20W mide unos 60 cm, la de 40W, 1,20 m y la de 60W 1,50m. (actualmente serían de 18, 36 y 54 W respectivamente).

Su vida útil es también mucho mayor que la de las lámparas de incandescencia, pudiendo variar con facilidad entre 5000 h y más de 15000 h (entre 5 y 15 veces más), lo que depende de diversos factores, tales como el tipo de lámpara fluorescente o el equipo complementario que se utilice con ella.

Hay en el mercado distintos modelos con diferentes temperaturas de color. Su temperatura de color está comprendida generalmente entre los 3000 K y los 6500 K (del Blanco Cálido a Luz Día Frío). Sin embargo, en la actualidad se pueden conseguir tubos con una amplia gama de temperatura de color, lo que permite encontrar con relativa facilidad modelos que van desde los 2700 K hasta los 8000 K.

Su índice de rendimiento de color habitualmente va de 62 a 93, siendo el valor de 100 la representación correcta de colores en los objetos iluminados y 70 un valor considerado aceptable.

Desventajas

Las lámparas fluorescentes no dan una luz continua, sino que muestran un parpadeo que depende de la frecuencia de la corriente eléctrica aplicada (por ejemplo: 100 Hz, en España, 50Hz para corriente alterna). Esto no se nota mucho a simple vista, pero una exposición continua a esta luz puede dar dolor de cabeza. El efecto es el mismo que si se configura una pantalla de ordenador a 50 Hz.

Este parpadeo puede causar el efecto estroboscópico, de forma que un objeto que gire a cierta velocidad podría verse estático bajo una luz fluorescente. Por tanto, en algunos lugares (como talleres con maquinaria) podría no ser recomendable esta luz.

También causa problemas con las cámaras de vídeo, ya que la frecuencia a la que lee la imagen del sensor puede coincidir con las fluctuaciones (oscilaciones) en intensidad de la lámpara fluorescente.

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Las lámparas fluorescentes ven reducida su vida útil si son encendidas y apagadas de manera continuada.

Las lámparas fluorescentes con balasto antiguo no pueden conectarse a un atenuador normal o dimmer (un regulador para controlar el brillo). Hay lámparas especiales (de 4 contactos) y controladores especiales que permiten usar un interruptor con regulador de intensidad.

Desde mediados de la década de los 80, hay una solución para evitar estos inconvenientes, que es el balasto electrónico, que ha cobrado gran importancia a partir de mediados de los 90. En este sistema se hace funcionar al tubo de la misma manera que en la forma tradicional pero esta vez en una frecuencia de más de 20 kHz con lo que se evita mucho el efecto estroboscópico, logra que el parpadeo sea invisible para el ojo humano (y a su vez que las cámaras de vídeo difícilmente logren captarlo), y que desaparezcan ruidos por trabajar por encima del espectro audible. También se obtiene una mejora del 10% en el rendimiento de la lámpara.

Encendido

Las lámparas fluorescentes necesitan de unos momentos de calentamiento antes de alcanzar su flujo luminoso normal, por lo que es aconsejable utilizarlas en lugares donde no se están encendiendo y apagando continuamente (como pasillos y escaleras). Por otro lado, cómo se ha dicho, los encendidos y apagados constantes acortan notablemente su vida útil.

De hecho, casi se considera que su vida útil se puede medir en número de encendidos. Por ejemplo, una lámpara que tenga una vida útil de 3000 h en un uso de 8 h diarias ininterrumpidas, puede tener una vida útil de 6000 h con un uso de 16 h diarias ininterrumpidas.

Con el balasto o reactancia electrónica antes nombrado, sustituyendo a la reactancia tradicional y al cebador, el encendido del tubo es instantáneo alargando de esta manera la vida útil. De todos modos, siempre tarda un tiempo en llegar a su luminosidad normal.

Otras desventajas

Cabe anotar que este tipo de luz, que es difusa, no es aconsejable para la lectura (lo que incluye las tareas o trabajos escolares) u otro tipo de trabajos "finos" debido a que impide una adecuada y eficiente fijación de la vista sobre el objeto. El efecto difuso de la luz fluorescente hace que los contornos de elementos mínimos o "finos" tiendan a desaparecer impidiendo la fijación visual adecuada, lo cual genera fatiga visual que podría conducir al estrés y a un rendimiento deficiente en la labor emprendida.

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Para evitar estas circunstancias negativas es aconsejable utilizar, para la lectura y labores similares, bombillos o focos de luz de tungsteno (lámparas incandescentes) que resultan ser los más apropiados para estos efectos.

También se deben evitar las lámparas halógenas por su alta producción de rayos ultravioleta o luz ultravioleta.

Lámpara halógenaLa lámpara halógena es una variante de la lámpara incandescente, en la que el vidrio se sustituye por un compuesto de cuarzo, que soporta mucho mejor el calor (lo que permite lámparas de tamaño mucho menor, para potencias altas) y el filamento y los gases se encuentran en equilibrio químico, mejorando el rendimiento del filamento y aumentando su vida útil.

Algunas de éstas lámparas funcionan a baja tensión ( 12 voltios), por lo que requieren de un transformador para su funcionamiento.

La lámpara halógena tiene un rendimiento un poco mejor que la incandescente: 18...22 lm/W y una vida útil más larga: 1.500 horas.

La lámpara halógena tiene un filamento de wolframio dentro de una cobertura de cristal de cuarzo con gas halógeno en su interior, que permite que el filamento pueda alcanzar altas temperaturas sin deteriorarse, produciendo mayor eficiencia y una luz más blanca que las bombillas comunes, además de radiar luz ultravioleta.

Por esta razón no se deben utilizar las lámparas halógenas como lámparas de mesa ya que se utilicen como iluminación para la lectura u otras actividades similares. Hay que evitarlas debido a que los rayos ultravioleta o luz ultravioleta que ellas emanan inciden negativamente sobre el cristalino aumentando las posibilidades de acelerar el proceso degenerativo que conduce a la presencia de cataratas. Este efecto negativo, producido por las lámparas halógenas de mesa para la lectura, se potencia por razón de su cercanía a los ojos, lo cual incluye el reflejo de los rayos ultravioleta o luz ultravioleta proveniente de las hojas que se estén leyendo o de los otros elementos con los cuales se esté trabajando. (Para impedir perjuicios en la visión, [esto incluye a los escolares para hacer sus trabajos o tareas] las lámparas para lectura deben tener lámparas de incandescencia corrientes, que son los bombillos o focos esféricos clásicos que se han utilizado para la iluminación de las habitaciones de las casas. También se pueden utilizar las modernas de bajo consumo que tienen el balasto electrónico y no producen vibración de la luz)

Otro problema que tienen es la elevada temperatura que alcanzan, lo que obliga a tomar precauciones para evitar quemaduras si se manipulan encendidas. Asimismo, debe evitarse tocar la ampolla de una de ellas con los dedos, ya que la grasa presente en la piel al calentarse puede dañar (desvitrificar) el cuarzo hasta el punto incluso de destruir

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la lámpara (por ello, numerosas lámparas halógenas llevan otra ampolla de cristal sobre la propia, permitiendo así su manipulación)

Lámpara de plasma

Lámpara de plasma de 20 cm de diámetro

Efecto que produce un objeto conductor (como una mano) al ser aproximado al cristal de la lámpara de plasma

Electrodo central de una lámpara de plasma

Una lámpara de plasma (también llamada "bola de plasma" o "esfera de plasma") es un objeto que alcanzó su popularidad en los años 1980. Fue inventada por Nikola Tesla tras su experimentación con corrientes de alta frecuencia en un tubo de cristal vacío con el propósito de investigar el fenómeno del alto voltaje. Tesla llamó a este invento Inert Gas Discharge Tube (tubo de descarga de gas inerte).

Descripción

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Las lámparas de plasma están disponibles en multitud de formas, siendo las más frecuentes esferas y cilindros. Aunque haya muchas variaciones en su forma, una lámpara de plasma es por lo general una esfera de cristal transparente, llena de una mezcla de varios gases con baja presión, y conducida por corriente alterna de alta frecuencia y alto voltaje (aprox. 35kHz, 2-5kV), generada por un transformador de alta tensión. Un orbe más pequeño en su centro sirve como un electrodo. Emite "serpientes de luz" (en realidad, gas ionizado) que se extienden desde el electrodo interior hasta las paredes de la esfera de cristal, dando una apariencia similar a múltiples y constantes relámpagos coloreados.

La colocación de una mano cerca del cristal altera el campo eléctrico de alta frecuencia, causando un único rayo dentro de la esfera en dirección al punto de contacto. Cuando se acerca cualquier objeto conductor a la esfera se produce una corriente eléctrica; como el cristal no bloquea el flujo de corriente cuando están implicadas altas frecuencias, actúa como el dieléctrico en un condensador eléctrico formado entre el gas ionizado y, en este caso, la mano.

Peligros Potenciales

Hay que tener cuidado al colocar dispositivos electrónicos (como un ratón de ordenador) cerca o sobre la lámpara de plasma: no sólo puede calentarse el cristal, sino que la elevada tensión puede inyectar una carga estática sustancial en el dispositivo, aún con la cubierta protectora plástica. El campo de radiofrecuencia producido por las lámparas de plasma puede interferir con ordenadores portátiles, reproductores digitales de audio, y otros dispositivos similares. Además, cuando se coloca un metal sobre la superficie de cristal de una lámpara de plasma, existe riesgo de quemaduras; es muy fácil que la electricidad se abra camino hacia objetos metálicos, especialmente cuando éstos se encuentran sujetos por ciertos materiales conductores, por ejemplo, la piel humana.

Después de unos minutos de encendido constante, cerca de la esfera de cristal suele acumularse ozono. Éste se acumula de manera más acelerada si se coloca una mano o un objeto metálico sobre el cristal.

Historia

En la patente estadounidense 514,170 ("Incandescent Electric Light", 6 de febrero de 1894), Nikola Tesla describe una lámpara de plasma. Esta patente es de una de las primeras lámparas de alta intensidad. Tesla tomó un tipo de esfera incandescente con el elemento conductor suspendido y le aplicó alto voltaje, creando así la descarga. Más tarde, Tesla llamaría a su invención "Inert Gas Discharge Tube".

El popular producto que se vende actualmente en todo el mundo fue inventado por el artista Bill Parker mientras era estudiante en el MIT. Más tarde lo desarrolló cuando era artista residente del Exploratium science museum. La tecnología necesaria para hacer las

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mezclas precisas de gases de las esferas de plasma actuales, especialmente los gases raros de alta pureza, no estaba a disposición de Tesla. Para crear los vivos colores, la gama de movimientos y los complejos patrones que aparecen en las lámparas de plasma actuales se usan estas mezclas de gas, formas de cristal variadas y circuitos integrados, y todos fueron desarrollados y patentados por Bill Parker entre los años 1980 y 1990. Las lámparas típicamente contienen xenón, kriptón y/o neón, aunque también pueden usarse otros gases.

Usos

Las lámparas de plasma se emplean principalmente con fin lúdico y decorativo, como curiosidades o juguetes por sus efectos de luz únicos y los "trucos" que pueden ser realizados sobre ellas moviendo las manos alrededor. También podrían formar parte del equipo de laboratorio de una escuela con objetivos de demostración. Por lo general no se emplean para iluminación.

Además, las lámparas de plasma y sus variaciones han sido empleadas como apoyos y fuentes para efectos especiales de programas de televisión de ciencia ficción. Por ejemplo, aparecen como parte de la tecnología Borg en Star Trek: La Nueva Generación y aparecen en la apertura de los episodios de Expediente X.

Lámpara de lava

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Lámpara de lava típica

Una lámpara de lava es un tipo de lámpara típicamente usado más para la decoración que para la iluminación. El fluir apacible de las gotas de cera formadas al azar sugiere una corriente de lava.

Cómo funciona

La lámpara típica consiste en una bombilla de iluminación, una especie de botella de cristal que contiene agua (transparente o coloreada), cera translúcida, un rollo metálico de cable y un pequeño cono de metal que se coloca en la parte superior. El cable y la bombilla están ocultos en la base de metal, sobre la que la botella (la parte de cristal) se coloca, y que actúan calentándola.

Para que la lampara funcione, la cera tiene que ser ligeramente más densa que el agua a temperatura ambiente, y ligeramente menos densa en condiciones más calientes. Esto pasa porque la cera se expande más que el agua cuando son calentados. Siendo cera fundida y agua dos liquidos immiscibles, los dos liquidos se mantienen separados.

La bombilla calienta el contenedor de cristal en el inferior, y debido a la diferencia de temperatura con la atmósfera, el contenedor tarde o temprano disipa el calor presentado. Este método de transferencia de calor se llama convección.

La cera se queda en la parte inferior del contenedor de cristal hasta que el calor hace que se derrita, y tarde o temprano se hace menos densa que el resto del líquido. Al mismo tiempo una pequeña parte de la cera se eleva hacia la parte superior. Allí, lejos de la fuente de calor, la cera se enfría, se contrae, y como su densidad aumenta vuelve a caer hacia el fondo del contenedor. La diferencia de calor entre la parte superior e inferior es de sólo unos grados.

La cera común es mucho menos densa que agua, y flotaría encima del agua a cualquier temperatura. Para conseguir una cera de densidad muy cercana a la de agua, la cera se mezcla con Tetracloroetileno - un liquido más denso que agua, immiscible con agua pero miscible con cera fundida en cualquier proporción. Tetracloroetileno es el liquido habitualmente usado en las tintorerías para la limpieza en seco. Se pueden usar varias combinaciones de dos liquidos immiscibles de densidad muy similares, sin embargo uso de liquidos como alcohol o aguarrás conllevan un peligro importante de incendio en el caso de ruptura de la lampara encima de la bombilla caliente.

El rollo metálico inferior ayuda a disminuir el número de gotitas de cera individuales, haciendo las gotas que descienden se aglomeren en una sola masa de cera fundida en el fondo. El ciclo de ascensión y caída de gotas de cera sigue mientras que la parte inferior del contenedor permanece caliente y la parte superior algo más fresca. Las temperaturas de funcionamiento de las lámparas de lava varían, pero normalmente oscilan alrededor de los 60 °C (140 °F).

La temperatura exterior influye en el tamaño y cantidad de las gotas de cera; por ejemplo, en verano se formarán muchas y pequeñas, mientras que en invierno tardarán más en formarse y serán pocas y de mayor tamaño.

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Si se usa una bombilla con demasiada o muy poca potencia la "lava" no circula, quedando toda arriba o abajo. El comportamiento caótico hace imprevisible el movimiento en una lámpara de lava, de ahí que puedan ayudar en la creación de libretas de un solo uso en el uso criptográfico.

El color de la cera y el aceite a menudo varía y puede ser encontrado en muchas combinaciones diferentes.

Historia

El inglés, Edward Craven Walker, inventó la lámpara de lava original y más conocida en los años 1960. Él la llamó el "Astrolight" o la "Astro Lámpara" y la presentó en una feria de muestras de Hamburgo en 1965, donde el empresario Adolph Wertheimer tomó nota. Wertheimer y su socio de negocio Hy Spector compraron los derechos americanos al producto y comenzaron a producirlo como la "Lava Lite®" vía una corporación llamada Haggerty Enterprises y negociando bajo el nombre "Lava World International@"

La lámpara de lava se hizo un icono de los años 1960, donde el constante cambio y la demostración intensa de color fueron comparados a las alucinaciones psicodélicas de ciertas drogas populares recreativas, como el LSD. En los años 1990 Walker vendió sus derechos a Cressida Granger, cuya compañía Mathmos sigue haciendo lámparas de lava y otros productos relacionados.

Lámpara de neón

Lámpara de neón pequeña (tipo NE-2) junto a una regla milimetrada

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Lámpara de neón encendida (tipo NE-2)

Una lámpara de neón es una lámpara de descarga de gas que contiene principalmente gas neón a baja presión. Este término se aplica también a dispositivos parecidos rellenos de otros gases nobles, normalmente con el objeto de producir colores diferentes.

Descripción

Se hace pasar por el tubo una pequeña corriente eléctrica, que puede ser alterna o continua, provocando que éste emita un brillo rojo anaranjado. La fórmula exacta del gas es típicamente la mezcla Penning (99,5% neón y 0,5% argón), que tiene un voltaje de ruptura menor que el neón puro.

Las lámparas de neón son dispositivos de resistencia negativa, en el que incrementar el flujo de corriente por el dispositivo incrementa el número de iones, decrementando así la resistencia de la lámpara y permitiendo que fluyan corrientes mayores. Debido a esto, la circuitería eléctrica externa a la lámpara de neón debe proporcionar un método de limitar la corriente del circuito o éste se incrementará hasta que la lámpara se autodestruya. Para lámparas del tamaño de intermitentes, se usa convencionalmente un resistor para limitar la corriente. Para las de tamaño rótulo, el transformador de alto voltaje suele limitar la corriente disponible, a menudo contando con una gran cantidad de inductancia de fuga en la bobina secundaria.

Cuando la corriente que circula por la lámpara es menor que corriente del circuito de descarga de corriente más alto, la descarga luminosa puede volverse inestable y no cubrir toda la superficie de los electrodos. Esto puede indicar envejecimiento de la lámpara, y se aprovecha para las lámparas de neón decorativas que simulan una llama. Sin embargo, mientras una corriente demasiado baja provoca parpadeo, una corriente demasiado alta incrementa el desgaste de los electrodos estimulando la pulverización catódica, que recubre de metal la superficie interna de la lámpara y provoca que se oscurezca.

El efecto de parpadeo está provocado por las diferencias en el potencial de ionización del gas, que depende del espacio entre los electrodos, la temperatura y la presión del gas. El potencial necesario para disparar la descarga es mayor que el necesario para

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sostenerla. Cuando no hay corriente suficiente para ionizar todo el volumen de gas en torno a los electrodos, sólo ocurre una ionización parcial y el brillo aparece sólo en torno a parte de la superficie de los electrodos. Las corrientes convectivas hacen que las zonas brillantes asciendan, de forma no muy diferente a las descarga en una escalera de Jacob. Un efecto de fotoionización puede observarse aquí, a media que la zona del electrodo cubierta con la descarga puede incrementarse por la luz brillando en la lámpara.

Aplicaciones

La mayoría de las lámpara de neón pequeñas, como las comunes NE-2, tienen una tensión disruptiva de entre 90 y 110 voltios. Esta característica permite su uso como reguladores de voltaje o dispositivos de protección de sobretensión simples.

En los años 1960 General Electric, Signalite y otras marcas hicieron pequeñas lámparas de neón extra-estables para usos electrónicos. Idearon incluso circuitos lógicos digitales, memorias binarias y divisores de frecuencia usando neones. Estos circuitos aparecieron en órganos electrónicos de los años 1950, así como en alguna instrumentación.

Las lámparas de neón pequeñas se usan como indicadores en equipos electrónicos. Las mayores se usan en rótulos de neón, ya que debido a su bajo consumo eléctrico son buenas luces nocturnas. Debido a su relativamente rápido tiempo de respuesta, en los primeros desarrollos de la televisión las lámparas de neón fueron usadas como fuente de luz en muchas pantallas de televisión mecánica. También se usaron para muchos otros fines: dado que una lámpara de neón puede actuar como oscilador de relajación con la adición de una resistor y un capacitor, puede ser usada como una lámpara destellante simple u oscilador de sonido. Las lámparas de neón con electrodos de diversas formas llamadas tubos Nixie también se usan como displays alfanuméricos.

En las lámparas excitadas con corriente alterna, ambos electrodos producen luz, pero en las excitadas con corriente continua sólo brilla el electrodo negativo, por lo que puede usarse para distinguir entre fuentes de corriente alterna y continua, así como para asegurar la polaridad de las fuentes de continua.

Las lámparas de tamaño pequeño también pueden rellenarse con argón o xenón en lugar de neón, o mezclado con ése. Aunque la mayoría de las características operativas permanecen iguales, las lámparas emiten una luz azulada (incluyendo alguna ultravioleta) en lugar del característico brillo rojo anaranjado del neón. La radiación ultravioleta puede también usarse para excitar un recubrimiento de fósforo del interior de la bombilla y proporcionar así una amplia gama de diversos colores, incluyendo el blanco. Una mezcla de neón y kriptón puede usarse para obtener luz verde.

Historia

Nikola Tesla mostró sus luces de neón en la Exposición Universal de Chicago de 1893. Sus innovaciones en este tipo de emisión lumínica no fueron patentadas regularmente. Georges Claude inventó una lámpara de neón en 1902 y la mostró en público en 1910.

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Lámpara de haluro metálico

Lámpara de haluro metálico en un poste del alumbrado público, se le puede apreciar el tono del color emitido por la lámpara

Las lámparas de haluro metálico, también conocidas como lámparas de aditivos metálicos, lámparas de halogenuros metálicos, lámparas de mercurio halogenado o METALARC, son lámparas de descarga de alta presión, del grupo de las lámparas llamadas HID (Hight Intensity Discharge). Son generalmente de alta potencia y con una buena reproducción de colores, además de la luz ultravioleta. Originalmente fueron creadas en los años 1960 para el uso industrial de estas pero hoy se suelen aplicar en la industria tanto como el hogar.

Usos

Son de uso industrial tanto como de uso doméstico. Generalmente se le suele usar en estaciones de combustible, plazas y alumbrado público. También se le suele usar en la iluminación de acuarios. Por su amplio espectro de colores, se le suele usar en lugares donde se requiere una buena reproducción de colores, como estaciones de televisión y campos deportivos.

Funcionamiento

Como otras lámparas de descarga de gas eléctrica, por ejemplo las lámparas de vapor de mercurio (muy similares a la de haluro metálico), la luz se genera pasando un arco eléctrico a través de una mezcla de gases. En una lámpara de haluro metálico, el tubo compacto donde se forma el arco contiene una mezcla de argón, mercurio y una variedad de haluros metálicos. Las mezclas de haluros metálicos afecta la naturaleza de la luz producida, variando correlacionadamente la temperatura del color y su intensidad (por ejemplo, que la luz producida sea azulada o rojiza). El gas argón se ioniza fácilmente, facultando el paso del arco voltáico pulsante a través de dos electrodos, cuando se le aplica un cierto voltaje a la lámpara. El calor generado por el arco eléctrico vaporiza el mercurio y los haluros metálicos, produciendo luz a medida que la

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temperatura y la presión aumentan. Como las otras lámparas de descarga eléctrica, las lámparas de haluro metálico requieren un equipo auxiliar para proporcionar el voltaje apropiado para comenzar el encendido y regular el flujo de electricidad para mantener la lámpara encendida.

Componentes

Los principales componentes de la lámpara de halúro metálico son los siguientes. Tienen una base metálica (a veces una en cada extremo), que permita la conexión eléctrica. La lámpara es recubierta con un cristal protector externo (llamado bulbo) que protege los componentes internos de la lámpara (a veces también es dotado de un filtro de radiación ultravioleta, provocada por el vapor de mercurio. Dentro de la cubierta de cristal, se encuentran una serie de soportes y alambres de plomo que sostienen el tubo de cuarzo fundido (donde se forma el arco voltaico y la luz), y a su vez este se encaja en los electrodos de tungsteno. Dentro del tubo de cuarzo fundido, además del mercurio, contiene yoduros, bromuros de diferentes metales y un gas noble. La composición de los metales usados define el color y la temperatura de la luz producida por la lámpara.

Otros tipos tienen el tubo donde se forma el arco de alúmina en vez de cuarzo fundido, como las lámparas de vapor de sodio. Usualmente estos son llamados haluro metálico de cerámica o CMH (del inglés Ceramic Metal Halide)

Algunas lámparas son recubiertas internamente con fósforo para difundir la luz.

Balastros

Las lámparas de haluro metálico requieren balastros para regular el flujo continuo del arco y proporcionar el voltaje apropiado a la lámpara. Algunas lámparas grandes contienen un electrodo especial de encendido para generar el arco cuando la lámpara es encendida, generando un parpadeo leve al momento del encendido. Las lámparas más pequeñas no requieren un electrodo de encendido, y en lugar de este utilizan un circuito especial de encendido, que se encuentra dentro del balasto, generando un pulso de alto voltaje entre los electrodos de funcionamiento.

En el caso de los balastros electrónicos, algunos están disponibles para las lámparas de haluro metálico. La ventaja de estos balastros es un control más preciso y exacto de la potencia, proporcionando un color más consistente y una vida más larga de la lámpara. En algunos casos se dice que los balastros electrónicos incrementan la eficiencia de la lámpara, reduciendo el consumo eléctrico, pero hay excepciones, por ejemplo las lámparas de alta frecuencia (High Output) o muy alta frecuencia (Very High Output) donde el rendimiento no aumenta con el uso de balastros electrónicos.

El tiempo de vida de estas lámparas va desde las 20.000 a 22.000 h

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Lámpara de vapor de sodio

Lámpara de vapor de sodio a baja presión en un poste de alumbrado público

Las lámparas de vapor de sodio son una de las fuentes de iluminación más eficientes, ya que generan mayor cantidad de lúmenes por vatio. El color de la luz que producen es amarilla brillante.

Se divide en dos tipos:

Vapor de sodio a baja presión (SBP): la lámpara de vapor de sodio a baja presión es la que genera más lúmenes por vatio del mercado, y por esto es la más utilizada en las lámparas solares. La desventaja de ésta es que la reproducción de los colores es muy pobre.

Vapor de sodio a alta presión (SAP): la lámpara de vapor de sodio a alta presión es una de las más utilizadas en el alumbrado público ya que tiene un alto rendimiento y la reproducción de los colores se mejora considerablemente aunque no al nivel que pueda iluminar anuncios espectaculares o algo que requiera excelente reproducción cromática.

Características

El foco de vapor de sodio está compuesto de un tubo de descarga de cerámica translúcida, esto con el fin de soportar la alta corrosión del sodio y la altas temperaturas que se generan; a los extremos tiene dos electrodos que suministran la tensión eléctrica necesaria para que el vapor de sodio encienda.

Para operar estas lámparas se requiere de un balastro y uno o dos condensadores para el arranque.

Para su encendido requiere alrededor de 9-10 minutos y para el reencendido de 4-5 minutos.

El tiempo de vida de estas lámparas es muy largo ya que ronda las 24000 horas.

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Usos

Su uso se destina principalmente al alumbrado de grandes avenidas, autopistas, calles, parques y donde la reproducción de los colores no sea un factor importante.

También son usadas de forma casera en el cultivo de plantas en el interior.

Lámpara de vapor de mercurioLas lámparas de vapor de mercurio de alta presión consisten en un tubo de descarga de cuarzo relleno de vapor de mercurio, el cual tiene dos electrodos principales y uno auxiliar para facilitar el arranque.

La luz que emite es color azul verdoso, no contiene radiaciones rojas. Para resolver este problema se acostumbra añadir sustancias fluorescentes que emitan en esta zona del espectro. De esta manera se mejoran las características cromáticas de la lámpara, Aunque también están disponibles las bombillas completamente transparentes las cuales iluminan bien en zonas donde no se requiera estrictamente una exacta reproducción de los colores.

Para su operación las lámparas de vapor de mercurio requieren de un balastro.

Una de las características de estas lámparas es que tienen una vida útil muy larga, ya que ronda las 25000 horas de vida aunque la depreciación lumínica es considerable.

Existen casos en los que en este tipo de lámparas los polvos fluorescentes han desaparecido por el paso de muchos años y sin embargo la lámpara continúa encendida.

Estas lámparas han sido usadas principalmente para iluminar avenidas principales, carreteras, autopistas, parques, naves industriales y lugares poco accesibles ya que el periodo de mantenimiento es muy largo. Actualmente, las lámparas de aditivos metálicos (o Lámpara de haluro metálico), particularmente, las que encienden por pulso o pulse start, proveen mejores características a lo largo de su vida útil.

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