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Colombia Orinoco

Darío Fajardo Montaña / Fondo Fen Colombia / Fernando Urbina

Contenido

PRESENTACIÓN ............................................................................................................................... 3

DEL EDITOR ACADEMICO AL LECTOR ..................................................................................... 5

PROLOGO - ORINOQUIA: COLONIZACIÓN, FRONTERA Y ESTRUCTURACIÓN

TERRITORIAL ................................................................................................................................. 10

LA GRAN CUENCA DEL ORINOCO ............................................................................................ 40

BIOGEOGRAFÍA DE LA ORINOQUIA COLOMBIANA ............................................................. 75

FLORA ORINOQUENSE .............................................................................................................. 120

LA FAUNA DE LA ORINOQUIA ................................................................................................ 172

LAS SOCIEDADES INDÍGENAS DE LOS LLANOS: SISTEMAS ECONÓMICOS Y

CARACTERÍSTICAS SOCIO-CULTURALES ............................................................................ 217

IMPACTO DE LAS MISIONES RELIGIOSAS Y DE LAS GUERRAS

DE INDEPENDENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN Y DESTRUCCIÓN DE PUEBLOS Y

CIUDADES COLONIALES EN LOS LLANOS ........................................................................... 251

EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN TERRITORIAL DE LA ORINOQUIA COLOMBIANA EN

EL SIGLO XIX ............................................................................................................................... 274

AVENTUREROS, CRONISTAS Y CIENTÍFICOS EN LA ORINOQUIA .................................. 298

ENCUENTRO DE DOS SABIOS: SER INDÍGENA EN EL LLANO DEL PRÓXIMO MILENIO

......................................................................................................................................................... 325

LA CULTURA LLANERA Un análisis etno-semiótico ................................................................ 353

SISTEMAS DE PRODUCCIÓN EN LA ORINOQUIA COLOMBIANA .................................... 369

PETRÓLEO Y DESARROLLO ..................................................................................................... 398

RED VIAL Y TRANSFORMACIÓN URBANA HACIA EL FUTURO ...................................... 418

LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN LA ORINOQUIA ......................................................... 437

LOS AUTORES .............................................................................................................................. 454

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PRESENTACIÓN

Por

ALBERTO MONTOYA PUYANA

Presidente

Financiera Energética Nacional S.A.

Viaje de Edouard André 1875-

1876

Caza de monos en los

Llanos. Matando a la madre se

apoderan de la cría

Lámina de Riou

En la Orinoquia, territorio al cual está dedicado este libro, se vislumbra con fuerza y

esperanza la Colombia del siglo XXI. Esta región hacia la cual se está desplazando el eje

del desarrollo del país, cuenta con un riquísimo inventario de recursos económicos y

culturales que con el petróleo y las inmensas pasturas, aptas estas para más moderna

ganadería y el exitoso desarrollo de la agroindustria, constituyen un transecto biofísico y

social cuyo desarrollo a cabalidad modificará substancialmente el conjunto económico

nacional y determinará de manera destacada la expansión territorial del país.

Estas elementales reflexiones hacen inaplazable la necesidad de considerar esta región de la

patria como una realidad política importante y precisar así su papel estratégico dentro del

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conjunto del país y su notable aporte social, económico y cultural a la Colombia del año

2000.

Dentro de este pensamiento consideramos que es fundamental el conocimiento a conciencia

de la Orinoquia, de las dinámicas que rigen las relaciones entre sus gentes y el espacio que

ocupan, de los elementos culturales que han ido desapareciendo, de los que han venido

consolidándose y de aquellos elementos nuevos que determinan el proceso de articulación

social, económica y espacial que la Orinoquia está estableciendo con el resto del país. Aquí

resulta oportuno recordar lo determinantes que son para el desarrollo de las sociedades las

características del espacio en el cual se construyen y se asientan, porque es en este proceso

de la construcción social e histórica del territorio, es en este proceso de ocupación y

apropiación donde se consolida la identidad y se valoriza la cultura como condiciones

necesarias para un buen vivir de la sociedad.

Por las anteriores consideraciones y porque el desconocimiento casi absoluto de esta región

de la patria han generado el desdén de varias generaciones de gobernantes sobre la

Orinoquia, creimos que el FONDO FEN COLOMBIA y la FINANCIERA ENERGÉTICA

NACIONAL S.A. dentro de su programa de edición de libros sobre las grandes regiones

colombianas debían, al aproximarnos al nuevo siglo, producir este volumen cuyo aporte

fundamental es hacer una caracterización de esta importante e interesante región de la

patria.

Con esta obra, en consecuencia, pretendemos señalar algunos elementos que contribuyan a

un ordenamiento territorial que apunte al manejo sustentable de los recursos naturales,

como el más alto requerimiento para la construcción espacial que se adelante

particularmente en aquellos lugares del planeta donde el patrimonio más valioso es una alta

diversidad biológica.

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DEL EDITOR ACADEMICO AL LECTOR

Una de las regiones de Colombia menos conocida e investigada es la Orinoquia. Más aún,

los estudios profundos y sistemáticos que se han realizado sobre esa inmensa cuenca

permanecen en el olvido o en la indiferencia y nunca llegaron al gran público tanto regional

como nacional. Para el colombiano medio este territorio significa ―llanura, soledad y

viento‖.

Si bien es cierto que los llanos herbáceos que señorean sobre una gran parte de la planicie

constituyen el paisaje más típico de la región oninoquense, también lo es que en la cuenca

del Orinoco hay mucho más que eso: Andes, selvas, serranías, planicies de erosión, etc. El

desconocimiento de tal realidad afecta gravemente la visión de los problemas y las

posibilidades allí presentes, porque reconocer sólo una parte de la realidad significa la

exclusión de aquellas otras que no se quieren o no se pueden ver.

Consciente de ello, el Fondo para la Protección del Medio Ambiente ―José Celestino

Mutis‖ FEN-Colombia, convocó a un selecto grupo de especialistas sobre la Orinoquia para

que hiciesen un resumen, lo más completo posible, sobre la conformación de toda la zona

orinoquense de Colombia y las relaciones entre su sociedad y su espacio como elemento

unificador delimitador se tomó la hidrografía, enmarcando el estudio en la cuenca del

Orinoco en territorio colombiano. Ello significa salirse de la planicie y ascender los Andes

y las sierras guayanesas (como la Macarena) hasta las nacientes de todos los ríos tributarios

del Gran Orinoco. Igualmente, significa empujar los límites hacia el sur del río Guaviare

entrando a la selva hasta encontrar la bifurcación con los ríos que drenan hacia el

Amazonas: el Guainía-Río Negro, el Vaupés, el Apaporis, el Caguán.

Aunque se usó la hidrografía como el elemento que mejor podía darnos la visión regional

orinoquense, ello no quiere decir que ésta sea la única caracterización posible. Por ejemplo,

el Corpes engloba en su concepción de Orinoquia los departamentos cuyas capitales se

encuentran en la planicie oriental dentro de la cuenca; y por sus relaciones históricas-

económicas, le agrega el Departamento del Vaupés, perteneciente a la cuenca del

Amazonas. En realidad, las regiones se analizan de acuerdo con elementos que varían

según el punto de vista adoptado por los investigadores: morfología, vegetación fauna,

hidrología, economía, historia, etnología, política, etc. Lo importante es tener claro el por

qué se usa un determinado indicador y mantenerlo sistemáticamente.

Detrás del presente estudio está la preocupación por el manejo ambiental y la

sustentabilidad de los recursos. Especialmente por el manejo de las aguas en una de

cuencas hidrográficas más ricas del planeta pero, a su vez, de mayor fragilidad. La vertiente

andina que desciende hasta la planicie es demasiado abrupta y los ríos que nacen allí

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literalmente se desploman centenares de metros por cada kilómetro de recorrido horizontaL

La capacidad erosiva de ellos resulta muy grande y se aumenta con la acción del hombre:

por medio de la tala de. los bosques, la construcción de carreteras y el pésimo manejo de las

tierras agrícolas. El. poblamiento masivo de la vertiente Andino-orinoquense representa una

catástrofe potencial si continúa con la fuerza y la falta de planificación actual.

Igualmente, los importantes descubrimientos petroleros en Arauca, Casanare y Meta están

causando innumerables efectos ambientales directos e indirectos sobre las cuencas

hidrográficas, la flora y la fauna.

Tales efectos no provienen tanto del manejo de los crudos sino de la tupida malla

infraestructural que exige tal industria. Principalmente las carreteras a los pozos, el tendido

y mantenimiento de los oleoductos, poliductos y gasoductos, las plantas de almacenamiento

y los campamentos. A su vez, la telaraña infraestructural petrolera atrapa gente como si

fuesen moscas atraídas por la facilidad en las comunicaciones, las fuentes de empleo, la

valorización de la tierra y la ampliación del mercado. Todos los espacios libres se copan y

saturan generando una súbita demanda sobre los recursos sin dar tiempo para establecer

reglas claras de utilización. Es la piñata de los recursos, en donde cada cual usca agarrar lo

máximo posible sin importarle qué y a quién pueda atropellar en su loca corrida. Es

necesario controlar todo esto para que el espejismo de la riqueza no se transforme luego en

pobreza total, cuando se descubra que el tesoro no estaba en el petróleo sino en la tierra que

lo guardaba.

El piedemonte orinoquense es actualmente la región de Colombia con el más alto índice de

crecimiento poblacional. De la noche a la mañana surgen pueblos de la nada; los pueblos se

convierten en ciudades en urbes. El llanero raizal ha perdido rápidamente sus puntos de

referencia y le resulta muy difícil crear una cultura nueva ante las avalanchas de cambios

que se suceden uno tras otro. La Orinoquia se urbaniza a una velocidad de vértigo pero

mantiene algunos referentes culturales de su largo período rural, los cuales pueden

pemitirle mantenerse a flote. Especialmente la idealización del hato ganadero y la dura

libertad del vaquero en la llanura abierta han servido para mantener el sentimiento

identificatorio indispensable para no llegar al caos. El culto al caballo y la vaquería

reflejado en el deporte del coleo, la tradición culinaria de la ―mamona‖ o ternera asada, que

siempre ha sido parte de la vida de los hatos. Además, la música ―llanera‖, originada en las

misiones y haciendas de los jesuitas en donde se introdujo el arpa como instrumento de

oficio religioso entre los indígenas y los esclavos negros; ellos se encargaron de difundirla

por los hatos y pueblos, mezclándolo con el cuatro y los capachos en la música popular.

Esas tradiciones han demostrado ser herramientas muy poderosas para sostener la unidad y,

más aún, para ―llánerizar‖ a los ―guates‖ andinos. Un migrante se torna llanero en una sola

generación mientras que, por ejemplo en Bogotá se requieren tres para tornar los migrantes

en bogotanos. La falta de tradiciones identificatorias es un fuerte obstáculo para la unidad.

La cultura no es un lujo, es una necesidad.

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La historia y la geografía son también elementos identificatorios, en cuanto muestran los

procesos de creación social del territorio y su producto espacial. La historia de la Orinoquia

se caracteriza por un sino trágico en donde cada período está señalado por la destrucción

casi total de la población y su enmarca: la época precolombina, que según indican las

últimas investigaciones arqueológicas fue más importante de cuanto se creía hasta hoy, fue

cruelmente arrasada por la conquista española; igualmente, el intenso trabajo reorganizador

de los misioneros coloniales terminó con. las guerras de independencia que llevaron a los

pueblos, los hatos, la economía y los habitantes muy cerca de la extinción total. Ya a

mediados del siglo XX, la recuperación difícilmente lograda durante 130 años tuvo el

enorme daño de la Violencia: miles de muertos, pueblos quemados y bombardeados y hatos

abandonados fueron e! saldo de ese cruento período. Hoy se vislumbra la redención de la

Orinoquia, pero las huellas de tantos años de sufrimiento durarán mucho tiempo en la

historia y en el paisaje.

Chorro de Ventanas a 30Km de

Puerto Carreño aguas arriba del río

Orinoco.

Lugar conocido corno Mis Amores,

cuyas piedras según las creencias

locales

son hábitat de un caimán gigante.

Foto - María Claudia Díazgranados

Actualmente se presentan en la región dos grandes bonanzas: una legal, el petróleo; otra

ilegal, la coca. Ambas generan enormes ingresos monetarios que están irrigando

generosamente la economía oficial y particular e impulsando cambios infraestructurales sin

precedentes en Colombia. Aunque no se pueden ver las dos bonanza con una misma óptica,

ya que la çoca produce daños gravísimos sobre la sociedad en general, hay ciertos efectos

económicos relativamente compatibles por su perversidad, es decir, contrarios a los

buscados.

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Como fue analizado magistralmente para Venezuela por Roberto Briceño-León en su libro

los efectos perversos del petróleo, la explotación petrolera genera ingresos por regalías para

las regiones, que tienen el efecto de transformar a las sociedades receptoras en rentistas.

Prácticamente se alquila el subsuelo y el suelo a cambio de un porcentaje de las ganancias y

ese .lucro transforma una sociedad productora en una sociedad derrochadora. Los

incentivos para generar riqueza real se acaban, ya que es difícil encontrar alguna actividad

que dé ingresos tan altos como el petróleo. Ya no es rentable producir y, por eso, la

economía se concentra en el sector terciario, especialmente en la venta de artículos, de lujo,

y en la especulación inmobiliaria. Nada se produce, porque es más barato importar debido

ajos altísimos costos de la mano de obra que tiene como base salarial la ofrecida por las

empresas petroleras.

Otro problema concomitante es. la conversión de los puestos públicos en una forma de

participar en la renta petrolera. La corrupción administrativa deja de ser un delito para

convertirse en un derecho adquirido a fin de sacar la parte que a cada cual le corresponde

de la riqueza colectiva. Ello no solo produce corrupción sino que, además, anarquiza la

administración públiça conduciéndola a su parálisis.

La coca también tiene efectos económicos perversos parecidos a los del petroleo, en el

sentido de que acaba con todas las demás actividades productivas porque las encarece

excesivamente. Los salarios-coca no permiten la producción agrícola; la gasolina-coca, que

se compra a precios enormes, encarece el transporte; el cemento-coca, comprado cinco o

diez veces por encima del precio medio nacional para usarlo en la extracción dé la cocaína,

encarece la vivienda; y el derroche de los coqueros produce efectos inflacionarios que

hacen la vida muy difícil para el ciudadano honrado. La coca es, por lo tanto, el beneficio

para unos pocos a costa del bienestar de la mayoría. Y eso sin contar con los efectos sobre

la moral pública al crear el espejismo del dinero fácil., especialmente en la juventud.

En los análisis realizados por los diversos autores que enriquecieron con sus aportes esta

visión general de la Orinoquia, se reflejan la formación científica de cada uno de ellos y el

estado de los diversos problemas enfocados. Entre los economistas y planificadores se nota

el optimismo generado por el gran desarrollo actual de la Orinoquia; evidentemente, hay un

crecimiento acelerado, impulsado por los grandes aportes en dólares que está generando el

petróleo Los cambios son muchos y ellos se aprecian en más trabajó; mayores ingresos per

cápita y en el mejoramiento de la infraestructura necesaria para sostener el crecimiento.

Pero los ecólogos y sociólogos miran la otra cara de la moneda: ese ‗tipo de‘ crecimiento

no es sustentable en‘ la forma como se está llevando a cabo actualmente. Los daños al

ecosistema ya están alcanzando niveles irreversibles y no hay planes consistentes para

detenerlos. Igualmente el crecimiento masivo de la población no está dando tiempo para

planear adecuadamente el futuro que se puede ofrecer a los ,desheredados de las bonanzas,

que son la mayoría. Son más las necesidades que se van creando frente a las que se van

solucionando. El pasivo crece y amenaza el porvenir.

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Orinoquia se encuentra entre un pasado de violencia y pobreza, fue necesariamente debe

superar, y un posible futuro de riqueza y verdadero desarrollo, que depende mucho de las

decisiones que sean tomadas hoy. Este libro apuesta a favor de ese futuro.

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PROLOGO - ORINOQUIA: COLONIZACIÓN, FRONTERA Y

ESTRUCTURACIÓN TERRITORIAL

Por DARÍO FAJARDO MONTAÑA

La economía colombiana ha estado ligada, desde sus orígenes en la época colonial, al

comportamiento de los precios internacionales de sus exportables. El tamaño de las

economías ligadas estos productos, posiblemente. con la excepción del café, no han

generado estructuras que permitan márgenes significativos de autonomíay, en

consecuencia, las regiones productoras de estos bienes también han estado condicionadas

en su desarrollo, su expansión y contracción, por estos comportamientos de los mercados

internacionales. Este ha sido el proceso de los ciclos dél oro y la plata, desde las. épocas de

los ―reales de minas‖ de Cáceres y Zaragoza en Antioquia, Mariquita en Tolima y

Pamplona en Santander, hasta los trágicos y escandalosos episodios de las empresas

mineras del Chocó; de las quinas, la tagua, el caucho y ahora del petróleo y los cultivos

para fines ilícitos en Orinoquia y Amazonia.

Esta ha sido la historia de prácticamente todas las regiones colombianas, como lo ha sido en

otras latitúdes en donde no se han consolidado economías nacionales fuertes, con efectos

nocivos para los países y regiones en donde ello ha ocurrido, La Orinoquia, región a la cual

está dedicado este libro, no ha escapado de este sino, pero su potencialidad, vislumbrada

por generaciones de empresarios, desde los jesuitas en el siglo XVII hasta por quienes

tienen hoy a la región en su mira, posee proyecciones que pueden modificar buena parte del

conjunto económico nacional y de su ordenamiento espacial.

La Orinoquia colombiana ha sido vista desde los centros de poder en donde se ha

construido el ordenamiento político y económico del país, como una frontera permanente,

desposeída de valor económico, político y estratégico. Como veremos, esta visión no hace

justicia al significado de sus recursos y solamente se explica dentro de la lógica del poder

encabado en el mundo andino.

Por otra parte, los efectos que la incorporación del conjunto de estos recursos tiene y tendrá

para el país, exceden el significado coyuntural de un ciclo exportador. Sin embargo, una

región como realidad política supone no solamente la existencia de sus recursos o la

explotación de los mismos, sino la comprensión de su papel dentro del planteamiento

estratégico nacional y la configuración efectiva de un proyecto político encaminado a hacer

real este papel.

La historia de esta región ha enmarcado distintos episodios de afirmación y existen

manifestaciones de diversos esfuerzos encaminados a fortalecer su identidad Sin embargo,

la ubicación geográfica de la región con respecto al país no la ha configurado, dentro de la

visión nacional, como región estratégica. En las circunstancias actuales, cuando la

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Constitución Nacional ha hecho de la descentralización un principio político rector y se

reconocen a las regiones y a las comunidades sus espacios de negociación en el conjunto

nacional, en concordancia con las tendencias que se desarrollan al nivel internacional, la

incorporación de la Orinoquia en el planteamiento estratégico nacional precisa de un

proceso en doble vía, de las comunidades de la región hacia la nación y de ella y de su

estado hacia la región y sus comunidades. Este proceso, a su vez, demanda el

entendimiento de la región y sus recursos y una comprensión de las dinámicas que rigen las

relaciones entre las sociedades y su espacio. En otras palabras, se requiere de ―una teoría de

lo regional‖ y de ―una teoría sobre la región‖, para impulsar la comprensión estratégica de

la Orinoquia çolombiana como parte de la nacionalidad.

Estas son las tareas para las cuales Colombia: Orinoquia espera realizar su aporte y estas

líneas así lo proponen en esa secuencia: algunas reflexiones teóricas sobre las relaciones

―espacio-sociedad‖ y el ordenamiento del espacio, seguidas por algunas anotaciones

básicas sobre las características de la región, como soportes para delinear una propuesta.

Las reflexiones teóricas han sido expuestas por el autor en otras oportunidades y en esta

ocasión se presenta una síntesis de las mismas.

Las fronteras como construcción social

Las fronteras constituyen un tema de interés para distintos campos de las ciencias, desde la

geografía humana, la antropología y la arqueología hasta la politología. Tal como lo

plantean los geógrafos humanos, como Carl Sauer, tanto en el caso de este concepto como

en el de ―límite‖ hay una participación de la intervención humana: en las fronteras, según se

ha clarificado cada vez más, se trata de espacios de influencia de sociedades diversas; los

límites, que pueden tener correspondencia con aspectos físico-geográficos, guardan

relación igualmente con el propio desarrollo de las sociedades.

En efecto, como lo señala Ernesto Guhl, al tratar las relaciones entre fronteras políticas y

límites naturales, estos últimos, como en el caso de cotas altimétricas o de tipos de suelos,

etc., pueden demarcar niveles restrictivos para la ocupación humana, pero ello depende del

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desarrollo tecnológico con el que cuente una sociedad determinada. Un ―límite natural‖ de

ocupación del espacio para una sociedad puede no ser válido para otra que disponga de los

medios técnicos y tecnológicos requeridos para superar las restricciones impuestas por

dicho límite.

A continuación se presenta una reflexión teórica en torno a la temática de las relaciones

entre las sociedades y sus ―especialidades‖ (siguiendo la propuesta de J. L. Coraggio,

1988). Esta exposición se centra en los temas básicos de la reflexión teórica, a saber: las

dinámicas de las articulaciones espaciales y los desequilibrios regionales; los impactos de

los conflictos generados en el interior de la frontera sobre las regiones en proceso de

articulación con el sistema espacial nacional y las relaciones entre las formas de ocupación

de las fronteras con las políticas nacionales.

El espacio, producción social

A finales de los años setenta, se abrió paso el tema de ―lo regional‖ como parte de los

debates académicos en torno al Estado y sus relaciones con los distintos sectores sociales,

dentro y fuera de las formaciones nacionales y plurinacionales. ―Lo regional‖ pareció

reemplazar a la ―cuestión campesina‖, tema que había captado previamente el interés de las

ciencias sociales, en particular de la sociología y la antropología.

La sucesión de estas dos problemáticas, ―campesinos‖ y ―región‖, no obedeció al azar. El

estudio de las economías y sociedades agrarias necesariamente desbordó, desde sus

comienzos, las particularidades internas de las mismas, para indagar sobre sus relaciones

económicas, sociales, políticas y culturales con el entorno nacional e internacional. Alain

Lipietz (1977) pionero de la temática regional, planteó, precisamente, el asunto de las

relaciones entre campesinos y desarrollos regionales, considerando las alternativas de

disolución o articulación .de estas unidades de producción al desarrollo económico, de

acuerdo con las peculiaridades de‘unas y otro. Este ángulo fue destacado posteriormente

por Eduardo Archetti (1989), quien señala la estrecha articulación que existe en América

Latina entre ―cuestión -campesina‖ y ―cuestión regional‖. Sin dejar de lado la ―temática

campesina‖, la exploración sobre la cuestión regional debió remontarse al nivel más general

de la constitución del espacio y sus implicaciones epistemológicas. Lipietz y Horacio

Sormani (1977) enfatizan la concepción de la construcción histórica, y por tanto social, del

espacio, señalando la indisolubilidad de las relaciones entre las agrupaciones humanas y la

elaboración física e intelectual de sus hábitats.

Esta reflexión, en términos más amplios, sustenta cómo ninguna sociedad existe en el

vacío, sino que se desarrolla dentro de un espacio concreto, al cual transforma al apropiarse

de sus recursos, interpreta y valora, estableciéndose una estrecha y continua relación entre

las características de cada sociedad y las de su entorno.

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Esta relación se dinamiza permanentemente, no sólo por el uso que las sociedades hacen de

los recursos disponibles y significativos dentro de su hábitat, sino, también, por las

transformaciones que ocurren en su haber tecnológico, con el cual la determinación de los

límites naturales se convierte en condicionamiento: la disponibilidad de medios técnicos

para neutralizar las condiciones climáticas (abrigo, combustible, etc.), permite ocupar

espacios que sin ellos serían inhabitables o aprovecharlos en períodos en los cuales, de otra

forma, sería imposible hacerlo (inviernos, etc.).

De la concepción del espacio como construcción social, se desprende un conjunto de

derivaciones del cual hacen parte los componentes espaciales de la formación de los

mercados, la articulación de regiones en sistemas regionales y el papel del Estado dentro de

la operación de estos sistemas.

Cafetales en los Llanos S. XIX. Viaje de Edouard

André 1875-1876

Lámina de Riou

Los procesos de producción y circulación de bienes, como todas las demás actividades

sociales, ocurren en un espacio; así como todas las demás actividades sociales, la

apropiación dé los recursos y la producción de bienes, como resultado de los desarrollos

técnicos, adquieren niveles crecientes de especialización, dando cabida a la división social

de la producción, la cual se expresa también en términos espaciales: por razones del acceso

a las materias primas, por otras conveniencias técnicas, sociales y culturales, como lo puede

ser la valoración de los espacios, su visualización, etc., ocurre una división social espacial

del trabajo.

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Dentro de esta misma dinámica tiene lugar el desarrollo del intercambio y la circulación de

la producción dentro de un ámbito territorial. Los procesos productivos y la circulación

(formación y desarrollo del mercado) en espacios característicos, conducen al

establecimiento de relaciones entre estos mismos espacios y por ende, a la configuración de

sistemas regionales construidos sobre la base de la especialización productiva y la

circulación. Las leyes económicas (formación del valor) se expresan en la construcción de

estos sistemas a través de las jerarquizaciones paulatinamente establecidas, cuyos

contenidos tienen que ver, fundamentalmente, con la apropiación social y territorial de

excedentes generados en la producción y en la circulación.

Los estudiosos de las culturas andinas (Troll, Murra, Kauffmann, Ravines,‘ etc., citados por

E. Guhl), han destacado una característica peculiar referida a su despliegue espacial como

es la ―integración vertical‖ en la producción y circulación, resultante de la brusca

disposición del relieve, la cual comprende notables elevaciones dentro de cortos espacios.

A diferencia de otras estructuras geográficas como las dispuestas en Europa Occidental o

Norteamérica, en donde grandes o medianas planicies ofrecen superficies continuas para la

producción agrícola y facilitan la circulación, en la América andina el desarrollo agrícola ha

debido sustentarse en tecnologías para declives pronunciados (andenes, etc.) y configurar

una oferta cuya heterogeneidad guarda más relación -con los pisos térmicos en los cuales se

despliega, que con variaciones estacionales a lo largo del ciclo anual. De esta manera, la

satisfacción de las necesidades de estas sociedades se ha consolidado históricamente a

través de la integración de una oferta producida en un mosaico espacial dispuesto

verticalmente y articulado bajo sistemas operantes durante siglos.

El desarrollo de la minería colonial en lo que fuera la Nueva Granada (siglos XVII y XVIII)

se sustentó, a su vez, en procesos de articulación regional, en donde la especialización

minera del occidente (desde Barbacoas, Nariño, hasta Nóvita, Chocó, adentrándose hasta

Cáceres y Zaragoza), tuvo su complementación en el oriente agrícola (provincia de Tunja y

Vélez, etc.) dentro del aparato colonial, el cual estableció las regulaciones para la provisi6n

.de mano de obra (conducciones y mitas) y alimentos. Estas regulaciones fueron

aplicadas en gran medida, para garantizar la actividad minera, de importancia vital para el

sistema fiscal español; su cumplimiento fue rigurosamente vigilado y constituyó el punto

de referencia para las reclamaciones de encomenderos, mineros y comerciantes.

(Colmenares, G.; González, M., Fajardo, D. 1968).

Desarrollos económicos más recientes, como lo son la producción azucarera o la bananera

afianzada en el Urabá antioqueño en la década de 1960, escenificaron, igualmente, procesos

de integración entre las áreas especializadas en cultivos y las de economía campesina,

proveedoras de los ―bienes salario‖ requeridos para sustentar la mano de obra aplicada a la

producción agroindustrial. Esta misma ―lógica‖ de articulación sustentó la formulación y

aplicación de distintos proyectos de desarrollo regional en varios países del ―Tercer

Mundo‖, en particular dentro de América Latina, con los cuales se mejoraron las

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condiciones de la producción y la productividad para estabilizar el desarrollo de elementos

más competitivos de las economías nacionales.

En el caso del régimen colonial y ya dentro del ordenamiento republicano en el caso de los

sucesivos programas de colonización, en si los de colonización dirigida, en los proyectos de

―ciudades intermedias‖, etc., se advierte, con todos los matices de cada caso, el papel

asumido por el Estado en la organización del territorio como espacios de producción

económica y reproducción social.

Las observaciones anteriores destacan los temas de interés para las problemáticas referidas

a las dinámicas de los asentamientos humanos en la Orinoquia; ellas son: el espacio como

construcción social; la relación entre la diferenciación del espacio y la diferenciación en el

desarrollo social y, por último, la función del Estado en la organización del territorio.

La diferenciación socio-espacial y las fronteras

Héctor Capraro (1988), uno de los analistas que recientemente se han ocupado de las

relaciones ―sociedades-espacio‖ propone de manera escueta: ―la región es una consecuencia

de la división? social del trabajo‖. Detrás de esta afirmación se encuentran una serie de

reflexiones que bien merecen ser consideradas ―in extenso‖ por sus implicaciones.

En primer lugar, los dos términos de la proposición, el espacial y la actividad social y

productiva aparecen entrelazados en una relación de causalidad; la región (el espacio o una

porción específica del mismo) es un resultado de la actividad de la sociedad. No se niegan

las características físicas de este fragmento espacial, pero su constitución, su delimitación

hacia el exterior y en su interior, es el resultado de la intervención humana, según lo

expuesto inicialmente.

Salinas de Upín cerca de villavicencio, S. XIX

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Viaje de Edouard Ancré, 1875-76

Lámiva de Riou

Este razonamiento se proyecta en un sentido dinámico, histórico, al considerar que las

sociedades humanas no son estáticas; por su esencia se transforman, se expanden en sus

tamaños y en sus necesidades, amplían sus demandas y presiones sobre los recursos a partir

de los cuales logran su supervivencia. La expansión de una sociedad, de su actividad

productiva conduce a la ampliación de su espacio de influencia; internamente conduce

también a la diversificación de sus actividades, al desarrollo de la división del trabajo

dentro de sus propios miembros, según líneas de sexo y edad inicialmente. A su vez, en

procesos suficientemente conocidos, a la ampliación productiva y a la búsqueda de

intercambios de excedentes por bienes deficitarios.

Teniendo en cuenta que los procesos productivos, como cualquiera otra actividad social,

ocurren en un espacio específico, la especialización de las labores también tiende a ocurrir

en espacios diferenciados, según la disponibilidad de los recursos y los desarrollos

tecnológicos de la sociedad. Obviamente, la recolección, la pesca y la cacería, para hablar

de etapas tempranas de la historia de las sociedades, ocurrían en espacios diferenciados de

aquellos de la vivienda, de la horticultura o la elaboración de instrumentos. Igualmente,

dadas las particularidades del desarrollo de las sociedades y de la oferta de los recursos se

generaron procesos de especialización n productiva de las comunidades, los cuales a su vez

dieron pie al establecimiento de relaciones de complementación y, de paso, a la articulación

de los espacios y el paulatino establecimiento de sistemas jerarquizados de relaciones

espaciales. Múltiples son los casos señalados y estudiados, siendo el de la complementación

de regiones mineras con regiones agrarias durante los siglos XVI-XVIII en la América

colonial, tal vez, uno de los más conocidos en nuestra historia.

La expansión de una sociedad sobre un espacio como resultado de su crecimiento

demográfico y de la ampliación de sus demandas de recursos, puede implicar procesos de

conflicto con otras sociedades ya establecidas en tal espacio y, consecuentemente, el

desarrollo de procesos militares o políticas que expresan las nuevas relaciones territoriales.

Esta dinámica es una de las múltiples posibilidades de desarrollo de las sociedades; en

efecto, una vía evolutiva de una determinada sociedad puede ser su propia diversificación

productiva, pero otra, su especialización o también, lo más común, una combinación de

distintos grados de especialización y diversificación, con las peculiaridades que ello puede

implicar en su organización interna, en sus instituciones políticas y en sus representaciones

culturales.

De acuerdo con esa propia dinámica interna y con las características físicas, ecológicas,

culturales, etc. de su entorno, la proyección en el tiempo de una determinada sociedad lleva,

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necesariamente, a su expansión sobre el espacio y al establecimiento de variados tipos de

relaciones con las sociedades circundantes. Este proceso conduce, entonces, a la definición

de las fronteras, las cuales resultan de la propia configuración de los asentamientos

humanos, de los límites de su capacidad de control de un territorio en términos técnicos,

culturales y militares y de las capacidades de las sociedades vecinas para controlar sus

propios territorios.

A este respecto dice Lattimore (1968): ―Una frontera se crea cuando una comunidad ocupa

un territorio. A partir de allí, la frontera se conforma y modifica de acuerdo con la actividad

y el crecimiento de la comunidad o por el impacto causado sobre ella por otra comunidad‖.

De esta propuesta sintética se destacan los elementos para ser desarrollados en tomo al tema

de las fronteras como núcleo de este ensayo y de la problemática que enlaza a los demás

trabajos de este libro: la connotación de construcción histórico-social y las relaciones que

se establecen entre las comunidades que eventualmente compren por un espacio. Este

mismo autor destaca, en consonancia con la primera observación, el carácter móvil de las

fronteras, su modificabilidad a través del tiempo y como resultado de las transformaciones

ocurridas en las propias sociedades.

A este respecto, Lattimore señala cómo un determinado accidente geográfico puede ser

calificado como frontera por una comunidad: un borde montañoso, apreciado como

inexpugnable. Sin embargo, esta percepción posiblemente se modifica con el paso del

tiempo y el desarrollo tecnológico, con lo cual el significado de dicho accidente se altera

totalmente; igual puede ocurrir con cualquiera otra ―frontera natural‖ (un río, un lago, una

extensión desértica) la cual es apreciada como ―insuperable‖ en virtud de los alcances

tecnológicos de esa sociedad en un momento determinado de su desarrollo. histórico; sin

embargo, transformaciones posteriores de su acervo técnico (medios de transporte,

etc.) modifican esta percepción y por tanto su significado como ―barrera‖.

El carácter histórico-social de las fronteras, el estar supeditadas a los procesos de desarrollo

de las sociedades que se encuadran dentro de ellas, imprime otro rasgo digno de tenerse en

cuenta: las fronteras, más que un corte tajante entre espacios ―propios‖ de determinadas

comunidades, constituyen ámbitos de transición en los cuales se hacen sentir las influencias

de las comunidades distribuidas a‘uno y otro lado de tales fronteras. Patricia Vargas (1993)

en su estudio sobre las comunidades Embera y Cuna enfrenta la temática de la

territorialidad como eje de sus análisis y privilegia el tratamiento de las fronteras, para las

cuales pronope una definición en el sentido planteado anteriormente: ―la frontera la

entiendo como la transición entre dos o más territorialidades. Esto es, territorios donde

predominan formas culturales de una sociedad específica, se dan avanzadas de otra

sociedad en formas tales como la militar, la misional, la economía extractiva, la comercial,

la minera, la agrícola, etc‖.

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De esta manera se afianza la apreciación de las fronteras, no como un ―simple‖ límite

físico, sino como una construcción social. En términos más amplios, la frontera forma parte

del proceso de apropiación de un territorio por una sociedad dada, dentro del cual establece

su identidad frente a sí mismo y a las sociedades vecinas y sus límites expresan la

capacidad de apropiación de ese espacio. En virtud de la, propia dinámica de cada sociedad,

las fronteras pueden tener un carácter móvil; una sociedad en proceso expansivo tiende a

ampliar su dominio sobre los territorios .de otras sociedades con miras al control de

recursos estratégicos, a través de medios militares, culturales, políticos, comerciales, etc.

La ocupación de las fronteras es, entonces, el proceso a través del cual una sociedad en

expansión toma territorios de otras sociedades absorbiéndolas, destruyéndolas o

desplazándolas, para entrar posteriormente a articular estos nuevos espacios a su engranaje

económico, político y social.

La expansión territorial implica, para las sociedades que la asumen, la capacidad de

acumular y dirigir recursos de distinta índole sobre los espacios disputados para afianzar su

dominación en ellos; implica también, la capacidad de afianzar por distintos medios su

control, suma que subraya, a su vez, la disponibilidad del aparato político, económico, y

militar representado por el Estado. Este aparato resume, entonces, la visión estratégico-

espacial de los sectores de la sociedad interesados en su expansión, así. como su capacidad

de intervención sobre el territorio objeto de la misma. De esta manera, en procesos de

expansión territorial, se afirma la función del Estado como integrador del territorio; a

dicha función se hará una referencia más detallada posteriormente.

Las consideraciones anteriores conducen a precisar el tratamiento de las relaciones entre la

sociedad, el territorio y los recursos naturales con las funciones políticas del Estado en lo

referente al ordenamiento espacial.

La ocupación del espacio y el ordenamiento territorial

El tema de la ocupación de las fronteras corresponde, esencialmente, a la ocupación del

espacio y más específicamente, al establecimiento, en áreas determinadas, de asentamientos

con nuevos sistemas de poblamiento. Esta definición básica contiene varias implicaciones

que se examinan a continuación.

Al hablar de ―establecimiento‖ se hace referencia a un proceso de alguna duración

temporal, durante el cual se desarrollan actividades dirigidas a posibilitar la subsistencia de

un colectivo humano, en este caso, a partir del aprovechamiento de recursos disponibles en

ese espacio. Tales actividades se cumplen a partir de la existencia efectiva de los recursos

disponibles, cuya utilización requiere él conocimiento de su esencia, sus atributos, formas

de empleo y acceso a los mismos.

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19

La ocupación de espacios dentro de esta dinámica tiene otras implicacioness. De una parte,

conlleva el desplazamiento de las poblaciones que acceden a los mismos a partir de sus

lugares de origen, motivado por razones de distinta índole, como pueden ser el agotamiento

de los recursos que garantizaban su existencia previamente, el crecimiento demográfico que

desborda la capacidad de su espacio nativo para sustentar a los nuevos miembros, o las

presiones efectivas de otras comunidades para apropiar los recursos que sustentaban a la

población original.

El territorio y los recursos naturales

Ahora bien, al hacer referencia a un territorio como ―continente de un determinado proceso

de asentamiento humano se contemplan como parte del mismo y comprendidos como

sistema, a todos sus componentes bióticos y abióticos: el suelo y sus elementos químicos, el

relieve y sus accidentes, las aguas, el clima, la fauna y la flora. Estos componentes del

medio se convierten en recursos (renovables o no renovables) según el significado que

tengan para las comunidades asentadas en ese espacio o para otras comunidades con

intereses y acceso a los mismos.

La transformación en recurso de estos componentes del espacio está asociada con el

conocimiento que tenga de ellos el grupo humano, del valor que represente para su

supervivencia y de las capacidades que desarrolle, por observación y experimentación o por

adquisición de conocimientos, para su aprovechamiento. A más de estos procesos, que se

convierten en la base de la apropiación del recurso, se generan las capacidades de

transformarlo (técnicas y tecnologías) y de representarlo dentro del sistema de relaciones

con el medio circundante. En esta esfera se ubican los conocimientos, sacralizados o

científicos, de los recursos y las formas de desarrollarlos y transmitirlos.

Por otra parte, la valoración de los recursos naturales y del territorio en general por parte de

la sociedad, conduce á la búsqueda del control y apropiación por parte de ella misma o de

los sectores que, dentro de ella, cuenten con los medios para ejercer este control y

apropiación, lo cual plantea conflictos, potenciales o reales, con otros sectores de la

sociedad u con otras sociedades. En uno u otro caso, la definición del control de estos

recursos conlleva la utilización de medios de distinto tipo (políticos, jurídicos militares,

etc.) para hacer efectiva la voluntad de exclusión del acceso.

Una parte fundamental del desarrollo histórico de cualquier sociedad es la definición de su

territorio. En ella participan: la identidad de las poblaciones que conforman el

conglomerado nacional (¿quiénes conforman esa nación?); la definición del espacio

necesario para su preservación y desarrollo (¿qué espacio requiere?) y, por último, las

capacidades de ese conglomerado social para logra, el reconocimiento su territorio (¿cuál es

―su‖ espacio?). En cada uno de estos componentes participan, a su vez, otros elementos

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çomo son la historia, la cultura y las relaciones políticas como parte de la identidad, los

conocimientos científicos y técnicos del territorio y de los recursos (el desarrollo de los

conocimientos geográficos, geológicos y mineralógicos, hidrológicos, botánicos,

etnográficos, etc.), como bases para el reconocimiento y valoración del territorio y, por

último, la capacidad política, técnica y militar de la sociedad para proteger, preservar y

ordenar su espacio, que bien puede ser el nacional.

El reconocimiento del territorio (y sus recursos) y la valoración del mismo en términos de

las necesidades presentes y futuras de la preservación y desarrollo de la nación, se expresa

en una jerarquización de los espacios que lo componen, a fin de establecer y aplicar

criterios y prioridades en su ocupación, aprovechamiento, protección y defensa. De alguna

manera podría decirse que la capacidad para valorar el territorio se expresa en su protección

efectiva.

De acuerdo con lo anterior, las políticas dirigidas hacia el ordenamiento territorial y

ambiental y hacia la administración del espacio, expresan tanto el conocimiento de sus

componentes y dinámicas como la apreciación que de ellos ha logrado la sociedad en

función de su supervivencia y desarrollo, así como la capacidad real para preservarlo y

protegerlo. Este es el sentido de una política de doblamiento, dentro de la cual se estimula o

desestimula la ocupación de determinados espacios mediante la asignación de recursos para

infraestructuras y producción, apoyos fiscales, etc., o se penaliza el uso de determinados

recursos o el simple asentamiento.

―Puerto‖ o finca a orillas del río Güejar, cerca de

la Sierra de la Macarena

Foto-Fernando Urbina

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Por otra parte, con respecto al diseño y aplicación de las políticas públicas, su efectividad

descansa en el reconocimiento que se haga en ellos de los interlocutores, sus intereses y la

concertación que se adelante en función del bien público. Este componente político

incorpora otro ángulo estratégico en las relaciones ―territorio recursos naturales-sociedad‖,

cual es el acceso real de los miembros de las colectividades a los recursos que brinda ese

espacio.

En efecto, el desarrollo de cada sociedad lleva aparejados procesos de diferenciación entre

sus miembros en razón de su poder físico, económico, político, destrezas adquiridas, etc.; lo

cual se expresa en el control efectivo que cada grupo, dentro de ella, ejerce sobre el acceso

a sus recursos: tierras, territorios y lugares estratégicos, aguas, minerales y otros bienes

valorados por la sociedad. Puede afirmarse que los conflictos internos y externos de

cualquier conglomerado humano ocurren en tomo al control de sus recursos; alrededor de el

se organiza cada colectividad y también en tomo a su aprovechamiento y desarrollo se

transforman las capacidades espirituales, científicas y técnicas de cada sociedad.

De esta manera, la realidad de cualquier ordenamiento del territorio y de sus recursos

ordenamientos territoriales y ambientales) expresa, no solamente el conocimiento y

valoración que la respectiva sociedad logre de ellos, sino también las relaciones de poder

existentes en su interior y, en una u otra forma las relaciones que puedan existir entre esa

sociedad y otras que compitan por sus bienes.

Ahora bien: la historia de las sociedades, al girar en tomo al manejo de sus territorios y

recursos, es así mismo la historia de las formas como esas sociedades se han apropiado de

ellos, los han transformado y desarrollado. La valoración que hoy se ha generalizado sobre

los llamados ―conocimientos o saberes tradicionales‖ en torno al aprovechamiento‘ humano

de los recursos naturales (etnobotánica, etnozoología, medicinas étnicas, etc.), no es cosa

distinta que el reconocimiento de la validez que tienen estos conocimientos como resultado

de la observación, la experimentación y la generalización sobre las propiedades de esos

recursos.

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La cantina es prácticamente la única diversión urbana

del colono y su maldición.

Allí deja los pocos lucros que haya podido sacarle a

sus cosechas

Foto-Fernando Urbina

En este mismo orden de ideas, la ocupación sostenida de un espacio por una sociedad

conlleva el desarrollo de conjuntos de conocimientos que podrían definirse como la

―interpretación de la capacidad resistencial de ese espacio‖: es el conocimiento de sus

posibilidades y limitaciones, de los medios técnicos para aprovecharlas y la capacidad de

transmitir ese conocimiento (ver Utria, 1992). La sucesión de poblaciones en un espacio

implica entonces, la permanencia de una determinada tradición, en manos de un continuo

social (etnia, etc.) o su suplantación por otro conglomerado social, con la consecuente

apropiación de esos saberes o su desconocimiento. La mayor valoración de los recursos y

de las sociedades que los han descubierto y transformado conduce necesariamente a la

valoración de estos conocimientos.

Dentro de esta lógica se ubica la aceptación cada vez más generalizada en la actualidad, de

los saberes obtenidos por las comunidades indígenas, campesinas o raizales en el manejo de

los recursos naturales y más específicamente, de la biodiversidad.

Los estudios etnobotánicos y de los sistemas de producción de estas comunidades (Castaño;

1993; Correa, 1990; Garzón y Macuritofe, 1993; Hetch y Cockburn, 1994; Politis,1996;

Schultes,- 1988; etc.) han colocado en el haber científico los aportes de grupos humanos

con tradiciones centenarias y aún milenarias de manejo de su hábitat. Junto con ello, se han

alcanzado algunos niveles de profundidad en la comprensión de la génesis de determinados

paisajes (como construcción antrópica) y, consecuentemente, del significado de la acción

humana en la transformación de los ecosistemas y en la configuración de la biodiversidad.

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Los adelantos alcanzados en estas líneas del conocimiento han permitido no solamente un

mayor entendimiento de la ecología en general, sino también abrir paso a la participación

efectiva de las comunidades en el manejo de los recursos naturales asociados a sus

territorios. De las visiones que privilegiaban un conservacionismo excluyente con respecto

a las comunidades, se ha llegado a reconocer como ellas han transformado y desarrollado

sus ecúmenes (incluyendo, la biodiversidad), lo Gual permite entender que el manejo le las

―claves de la capacidad resistencial‖ de su espacio histórico posibilita a sus comunidades la

sostenibilidad de su entidad social, económica, política y cultural.

Esta perspectiva permite también comprender que si las condiciones técnicas de

aprovechamiento de los recursos consultan las posibilidades del medio con respecto ala

población que debe sustentar, es posible garantizar la permanencia de esa comunidad y su

desarrollo en un determinado hábitat; si las presiones ejercidas sobre la oferta ambiental y

las tecnologías para su aprovechamiento no consultan estas capacidades, este poblamiento

no será sostenible.

Ocupación de ecosistemas estratégicos

Alwin Gentry, en un conocido artículo (1993) formula una pregunta aparentemente simple:

―por qué un mundo que tiene más especies es más rico qué uno que no las tiene?‖. Este

interrogante, puerta de entrada a la valoración económica de la biodiversidad, conduce

también a la valoración de los espacios en los cuales ella se desarrolla.

En efecto, la primera característica de la dinámica de los organismos es su ubicación en un

espacio dado, dentro del cual se transforma y entra en relación con otras manifestaciones de

vida. Es en el espacio en donde actúan las variables climáticas, edáficas, etc. y con respecto

a las sociedades humanas, el inventario y el despliegue físico de los organismos y de los

demás componentes del medio‘son los condicionantes de sus posibilidades de desarrollo.

Anteriormente se ha señalado que la distribución social del territorio y de sus recursos

depende del conocimiento y valoración que se tengan de ellos, pero también de las

relaciones de poder que configuren a esa determinada sociedad. Por otra parte, la

interacción entre el medio y las comunidades humanas induce transformaciones de variados

alcances en los ecosistemas, dependiendo de las presiones que se ejerzan sobre esos

recursos y de ‗las características técnicas de esas presiones.

Una determinada sociedad puede establecer patrones de aprovechamiento‘de su oferta

ambiental sostenibles durante períodos prolongados, pero al incrementar sus demandas sin

transformar sus tecnologías productivas induce desbalances en‘ las dinámicas de esos

recursos, con lo cual pone en riesgo su propia sostenibilidad, como lo han demostrado

numerosas culturas.

Page 24: Colombia Orinoco

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El incremento de estas demandas puede provenir de la ampliación de la base demográfica o

de las relaciones de poder, expresadas en formas de apropiación de los recursos en el

interior de esa sociedad o de exigencias externas ejercidas sobre ella. Por .estas razones la

sostenibilidad es, necesariamente, un resultado del desarrollo histórico de las sociedades, de

la evolución de sus conocimientos sobre su entorno y de la capacidad de adecuar sus

demandas (incluyendo las derivadas de su configuración tecnológica), a las posibilidades

efectivas de su entorno.

La heterogeneidad de los ecosistemas guarda relación con las magnitudes de la

biodiversidad: una mayor variedad de espacios geográficos y, por tanto, una mayor

variedad ecosistémica conduce, necesariamente, a una mayor biodiversidad, o en palabras

de Andrés Etter, a la megadiversidad biológica de especies (1993). Por otra parte, la acción

de las comunidades humanas sobre su entorno genera transformaciones de diversos

alcances en la biodiversidad desarrollada en cada ecosistema y estos alcances guardan

también relación con el conocimiento existente sobre los recursos y su valoración para estas

comunidades.

La indagación científica y los conocimientos tradicionales en torno a la composición de los

ecosistemas y a sus dinámicas permite establecer la importancia, interrelaciones y

jerarquizaciones de los sistemas naturales, lo cual, en términos de las ciencias y de la

gestión ambiental, se traduce en la identificación de los denominados ―ecosistemas

estratégicos‖ (Márquez, 1996).

Esta caracterización expresa entonces, el significado de espacios específicos, en los cuales

se ha generado una elevada biodiversidad, la cual a su vez, incide en la riqueza natural de

espacios circundantes. Según lo expresado acerca del ordenamiento territorial-ambiental, en

la medida en que una sociedad conoce su espacio y sus recursos y los valora de acuerdo con

sus necesidades del corto, mediano y largo plazo, establece una organización para el uso y

destino de cada uno de los componentes de su territorio.

Esta organización del espacio traduce, como lo hemos visto, no solamente los

conocimientos disponibles sino también y de manera determinante, las relaciones de poder

que estructuran a esa sociedad. Puede existir una elevada valoración de un espacio en

términos de su significado ambiental, pero si la sociedad respectiva no tiene condiciones

políticas para preservarlo, difícilmente puede haber coherencia en las acciones que incidan

en su preservación o destrucción: ―Un grupo social que no tiene el poder y la capacidad

para comandar sus relaciones sociales no tiene tampoco el poder y ‗la capacidad para

ordenar sus relaciones con el medio natural‖ (Domínguez, 1992, p. 67).

Reflexiones sobre la colonización y los recursos naturales en Colombia

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En Colombia, dadas las características de su desarrollo histórico, económico y político, la

ocupación del territorio no ha traducido un proyecto estratégico de largo alcance. Ha sido

más el resultado de las formas de apropiación privada del territorio, derivadas, en un

principio, de la administración colonial española y, posteriormente, del enajenamiento que

hiciera el débil estado republicano a favor de los sectores más poderosos de la sociedad de

entonces (Le Grand, 1988). En esta secuencia han incidido de manera determinante y,

prácticamente desde sus principios, los mercados externos: durante el período colonial

español, la búsqueda de los veneros auríferos y de las minas de plata configuré buena parte

de los distritos de la administración territorial (Colmenares, 1988). Luego del agotamiento

de este recurso ocurrieron los ciclos de las quinas, el añil, el tabaco, la ganadería (en la

Costa Atlántica), el café, el caucho, la tagua, las pieles y finalmente los ―cultivos, ilícitos‖,

como dinamizadores de las sucesivas ampliaciones de la frontera agrícola.

En la retaguardia de esta dinámica han actuado, a su vez, los patrones históricos de tenencia

de la tierra, así como también los efectos del modelo de desarrollo acogido por las

dirigencias nacionales. Según lo señalan los distintos estudios sobre el tema y lo ratifican

las evaluaciones más recientes de la problemática agraria colombiana (Heath & Deininger,

1997), la tenencia de la tierra en el país está caracterizada, definitivamente, por una elevada

concentración de la propiedad: baste citar a los mencionados expertos del Banco Mundial,

quienes señalan como entre 1960 y 1988 el coeficiente de Ginni solamente se desplazó de

0.867 a 0.840, tendencia confirmada por la recientemente publicada Encuesta Agropecuaria

de 1995 (DANE, 1996). A su vez, esta tendencia se ha conjugado con un modesto

desarrollo productivo, centrado fundamentalmente en la mediana y pequeña propiedad

(Mesa, 1989).

Por otra parte, las condiciones de la política macroeconómica para la producción agrícola y

pecuaria, en particular las tasas de interés y cambiarias, y en conjunto, la sobreprotección

brindada por el Estado al sector financiero, han confluido con la concentración de la

propiedad y las consiguientes rentas monopólicas de la tierra, para generar una agricultura

no competitiva, desligada de sistemas eficientes de procesamiento agroindustrial y

comercialización.

Con ello, las posibilidades de reasignación a otros sectores productivos de la población

expulsada del campo por la concentración de la propiedad y por las formas de violencia

asociadas a ella (de lo cual son dicientes las cifras actuales sobre desplazados del campo

por los conflictos armados), tal como lo recomendara Lauchlin Curie a comienzos de los

años cincuenta, se han hecho particularmente limitadas y traumáticas. El resultado ha sido

el incremento de la informalidad y la pobreza urbana, dentro de un panorama de extendido

desempleo de carácter estructural.

En este contexto acompañado por la reconocida debilidad del Estado, es fácil, comprender

las tendencias demográficas de la ruralía colombiana, en donde se distingue, de una parte,

Page 26: Colombia Orinoco

26

la continuidad de las migraciones campo-ciudad en las áreas centrales del país y, de otra, la

ampliación de los procesos colonizadores de las tierras bajas cálidas de nuestros bosques

húmedos (Oninoquia, Amazonia, Andén Pacifico, Valle medio del Magdalena, Urabá).

El afianzamiento de la concentración de la propiedad territorial rural ha ocurrido con fuerza

particular en las tierras de mejor vocación agrícola y pecuaria, aun cuando no

exclusivamente en ellas, como lo demuestra la Encuesta Agropecuaria mencionada. Al

margen de estos espacios han quedado otros territorios (relictos de los páramos y el grueso

de los bosques tropicales), los cuales, al tiempo que constituyen santuarios de

biodiversidad, por la configuración de sus suelos y sus características climáticas no ofrecen

atractivos para la producción agrícola o pecuaria dentro de los patrones tecnológicos

dominantes, convirtiéndose así en las áreas marginales propicias para el asentamiento de las

poblaciones expulsadas del interior de la frontera agrícola, siguiendo tendencias claramente

reconocidas a nivel mundial, de los procesos que han conducido a conflictos económicos y

políticos derivados de la concentración. de la propiedad rural y la exclusión de los,

pequeños campesinos del acceso a la tierra, (ver Bitiswanger, 1993).

En otros términos, las colonizaciones campesinas tienden a dirigirse hacia espacios que, por

sus características edafológicas y climáticas, han generado amplios contenidos de especies

biológicas, al tiempo que presentan limitada potencialidad para las prácticas agrícolas y

pecuarias dominantes.

Confluyen en este cuadro dos grandes componentes de un ordenamiento territorial: de una

parte, la valoración de los territorios y sus recursos, resultante de la difusión; en muchos

sectores de la sociedad, de conocimientos y apreciaciones, prácticamente universales, sobre

la biodiversidad y la urgencia de su conservación. Por otra parte, el surgimiento de

condiciones políticas que, eventualmente, pueden facilitar acuerdos entre los pobladores y

el Estado en torno a la organización del territorio y al manejo

de sus recursos.

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El desorden característico de la ocupación previa de estos

territorios fije, como ya se señaló, el resultado de una

ausencia de Estado, de un vacío en la jerarquización de los componentes del espacio

nacional, de la carencia de políticas y orientaciones para el poblamiento, la formación de

los asentamientos humanos y el acceso a la tierra, El resultado ha sido, a más del profundo

deterioro ambiental y la ampliación de la pobreza, el surgimiento de condiciones que ponen

en jaque el modelo social, económico y político vigente. Al mismo tiempo, la Carta Política

reconoce la creciente demanda de las comunidades por ampliar sus caminos de decisiones

en la gestión del Estado, del territorio y del patrimonio ambiental, con todo lo cual queda en

el pasado la pretensión de ordenar la casa desde arribar, de imponer un ordenamiento del

espacio nacional desde la cúpula del Estado central, pretensión que demostró con creces, su

plena inoperancia..

No obstante, el propósito central de la sociedad en su conjunto de alcanzar un desarrollo

sostenible en términos ambientales, económico y políticos, solo podrá ser viable con una

gestión participativa pero también técnicamente orientada. Es acá en donde se abren las

demandas para desarrollar métodos participativos y eficientes de gestión ambiental.

En este punto es necesario insistir en el reconocimiento de las realidades presentes en las

relaciones entre las comunidades y su medio natural. En primer término, la formulación de

cualquier proyecto de gestión ambiental ha de partir de clarificar los objetivos y metas del

mismo, sustentados en un diagnóstico adecuado de las condiciones ambientales y humanas

del espacio definido como escenario del proyecto (ver Etter, op. cit., pp. 58-59).

Al respecto se deberá tener en consideración la génesis de los asentamientos, la cual

explica, en buena medida, las características y tazones del manejo ambiental. En segundo

lugar, es necesario contar con la valoración de los saberes tradicionales sobre el territorio y

sus recursos y, no menos importante aún establecer las bases y contenidos de la

concertación en torno a la ocupación y manejo de los espacios previstos como escenarios de

los acuerdos.

Las colonizaciones en la perspectiva histórica

Como lo testimonia un creciente número de trabajos, la colonización de las selvas y

llanuras subtropicales tropicales de América, tiende a convertirse en un área especializada

de lo que pondría llamarse las "sociologías de la colonización". En estos estudios, que

muestran con profundidad cada vez mayor las especificidades de este proceso en nuestras

latitudes, se plantean distintos temas, corno son las tecnologías de uso de los recursos, los

choques culturales (que han conducido, por ejemplo, a la liquidación de comunidades

indígenas), las relaciones con el Estado, etc.

En el caso colombiano tienden a configurarse ciertas peculiaridades que vale resaltar desde

ahora, el ciclo migración-colonización-conflicto-migración", que traslada a muchos de sus

Foto-Fernando Urbina

Page 28: Colombia Orinoco

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actores, inclusive a través del tiempo y el espacio, como elementos constantes en el proceso

de la colonización y que detrás de ellos lleva y reproduce las estructuras agrarias y las

contradicciones propias de ellas, prácticamente a todos los rincones de la frontera agrícola.

Una segunda particularidad que se va haciendo visible en esta historia, es la presencia de la

organización de los colonos, fenómeno que contrasta con el individualismo que

comúnmente se presenta en las sociedades de frontera.

El lector encontrará que este último elemento no constituye propiamente una generalidad en

todo el proceso; se origina, según los testimonios, en ciertas regiones del sur y del oriente

del Tólima, determinado por condiciones gremiales y políticas características, y de allí se

expande gradualmente hacia zonas en donde se proyectan las sucesivas corrientes de

colonos, expulsados por los continuos conflictos agrarios y políticos. En esta expansión la

práctica de la organización deviene, podríamos decirlo, en parte de una cultura de la

colonización.

Un aspecto que amerita mayor estudio y reflexión es el referido a la configuración social de

los espacios en la colonización. Por lo general, en nuestro caso, las apreciaciones sobre la

ocupación del espacio en las fronteras reseñan la formación de núcleo pre-urbanos o

urbanos, la estructuración de la tenencia y uso de la tierra, la aplicación o construcción de

infraestructura etc.; sin embargo, dichas apreciaciones carecen de una visión de conjunto

sobre el espacio, sus articulaciones y sus dinámicas. Como se verá más adelante, la

ocupación de ese "medio país" que enmarcaría la Oninoquia y la Amazonia colombianas

configura, en forma gradual, la prospectiva, de integración de un vasto espacio, con

características ecológicas, , económicas, sociales, políticas y culturales marcadamente

disímiles de las que con anterioridad han estado presentes en la integración del país andino

o del "país" de las sabanas y litorales caribeños.

Estos "nuevos" elementos lo son sólo en las proporciones en que intervienen en su mezcla.

El "capitalismo rapaz" que hoy actúa en el narcotráfico y actividades asociadas, es nuevo,

solamente en sus alcances y dimensiones: las tradiciones del campesinado andino hunden

sus raíces en las sociedades coloniales y postcoloniales del siglo XIX pintadas por Eugenio

Díaz o Medardo Rivas, sin embargo ahora se encuentran en, nuevos espacios y disponen de

mayores recursos. Pero hay también esos elementos novedosos que antes se señalaban: la

organización político-gremial como factor de cultura colonizadora y, con ella, las

proyecciones militares que plantean las experiencias guerrilleras. Esto ,es lo "viejo" y lo

"nuevo" que entra a integrar a esta nueva Colombia de las selvas y de las llanuras

orientales. A continuación se examinan los aspectos históricos de la colonzación que sé han

considerado más relevantes.

Se han caracterizado corno colonización al proceso de apertura de la frontera agrícola, a

través de distintos tipos de trabajadores del campo. Las tierras que ha delimitado esta

frontera han estado varias veces bajo títulos de uno u otro tipo (mercedes reales,

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concesiones, haciendas) que son finalmente impugnados, pero sin dejar de construir un

condicionante para el usufructo de las mismas.

Hato en medio del Llano

Foto - Fernando Urbina

La ocupación del territorio colombiano por parte de los conquistadores europeos se

extendió, en lo fundamental, por los valles y cordilleras andinos y por la llanura del Caribe,

buscando el acceso de los recursos minerales (oro y plata) a la mano de obra (y

subsecuentemente a la tributación indígena). La ocupación se dirigió luego a las tierras que

permitían la producción de los alimentos y otros bienes requeridos para los asentamientos,

al igual que 'el control de la misma mano de obra.

Las características económicas, políticas y culturales dé la Conquista definieron una. rápida

concentración de la propiedad territorial, afectando negativamente tanto a las comunidades

indígenas como a las capas de mestizos y "blancos pobres", que comenzaban a configurar

el campesinado.

Las diferentes regiones que hacia la terminación del período colonial (finales del siglo

XVIII) componían el entonces territorio de la- Nueva Granada, sirvieron de marco para la

estructuración de sociedades diferenciadas, en las cuales, al parecer, el patrón común lo

constituyó la concentración de la propiedad territorial, (ver por ejemplo, Fals Borda, 1979;

Colmenares, 1975; López T., 1970), si bien con matices de ocurrencia local, según lo

señala Marco Palacios en sus referencias a la propiedad agraria en Cundinamarca (Palacios,

1981).

La densificación demográfica ocurrida en las regiones centrales del país a partir de la

segunda mitad del siglo XIX estimuló el desbordamiento de las fronteras agrícolas.

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30

Previamente, algunas zonas habían escenificada procesos puntuales de colonización, esto es

de asentamientos estables en el interior de medios selváticos para desarrollar economías de

base agrícola, recolectora y cazadora, como lo fueron los "palenques", de esclavos

cimarrones. No obstante, las colonizaciones de este tipo que se sostuvieron durante mayor

tiempo, no trascendieren los, límites microrregionales, restringiéndose a constituir un

componente de la configuración étnica-regional. A diferencia de los últimos movimientos,

las colonizaciones desarrolladas en las vertientes andinas entre finales del siglo XVIII y

comienzos del XX, trascendieron las. esferas locales y proporcionaron productos para la

articulación de Colombia con los mercados internacionales en diferentes coyunturas del

período (Ocampo, 1984; Le Grand, 1988).

Tal vez el más conocido de estos procesos de colonización ha sido el antioqueño, analizado

en un principio por James Parsons (l949) y revaluado más adelante por Alvaro López Toro.

Independientemente de la ideologización elaborada sobre este fenómeno, centrada en una

imagen democrática e igualitaria de un proceso que en realidad estuvo alejado de tales

características (Arango,1977; Christie,1986), sus alcances sociales, económicos y

espaciales' le otorgan un lugar preponderante en la formación de la Colombia rural.

Estas características están cimentadas en las relaciones sociales desde las cuales se proyectó

la colonización antioqueña. De tales relaciones sociales generadas por una economía

minera de explotaciones pequeñas e inestables, realizada por trabajadores libres estaban

completamente ausentes los vínculos propios de las sociedades hacendarias que primaron

en otras regiones del país. De igual manera estaban ausentes otras formas de sujeción entre

los mineros y comerciantes, como las que tuvieron ocurrencia, por ejemplo, en el Brasil

(López Toro, op. cit). Una peculiaridad de la colonización antioqueña consistió en la

vinculación temprana que ocurrió entre empresarios capitalistas de la región y los pioneros

de la colonización. Está vinculación, dado el poder de los pioneros y en virtud de su interés

por valorizar las tierras que respaldaban los bonos de deuda pública que habían adquirido,

se tradujo en la asignación de fondos para la construcción de infraestructura y la

legalización de la tenencia de las tierras colonizadas en las primeras etapas de la ampliación

de esta frontera.

De tal manera, las primeras fases de esta colonización actuaron sobre tierras en concesión

(como ocurriera desde la providencia del oidor Mon y Velarde a finales del siglo XVIII).

En otros términos, era una colonización que contaba con la anuencia del Estado y de los

empresarios locales, factor que facilitó la dinamización del proceso a través del apoyo con

infraestructuras, que permitió una más rápida integración económica de la frontera. Los

flujos posteriores de la colonización se proyectaron ya sobre tierras baldías: en este caso,

sin embargo, las particularidades de la organización social y de la ideología dé estos

núcleos de colonos, enfáticamente colectivistas y organizados, dieron vía a una pronta

articulación con la administración estatal. Comentando la relación que entonces se dio entre

las instituciones estatales y las comunidades de colonos, López Toro advertía con una

Page 31: Colombia Orinoco

31

premonición plenamente válida para las condiciones actuales de la colonización: "Si las

expectativas de aquellos pioneros hubiesen auspiciado la consolidación del latifundio en las

nuevas colonias, es presumible que la vigencia de la ley, la preservación del orden público

y el control de los conflictos sociales se hubieran convertido en problemas insolubles para

una administración pública tan inestable como la de Colombia durante el siglo pasado".

(op. cit.: 43).

El modelo inicial de la colonización antioqueña se modificó posteriormente dando paso a

procesos de concentración de la propiedad. En estas condiciones los nuevos emigrados no

pudieron constituir las pequeñas y medianas empresas agrícolas de la primera etapa y

configuraron la base de una población dependiente. El papel de esta última en su carácter

de asalariada dentro del proceso de acumulación que dio base a la industrialización del

noroccidente colombiano, ha sido estudiado por Mariano Arango, quien, sin embargo,

desestima las etapas de mayor equilibrio social y económico que sirvieron de sólido

fundamento al posterior desarrollo". (Arango, op.cit).

El proceso colonizador antioqueño, por su significado económico y social y por su

prolongación temporal, que se extiende desde finales del siglo XVIII y prácticamente hasta

el presente, si se tiene en cuenta la incorporación de tierras en Urabá y el Magdalena

Medio, ha opacado en alguna medida fenómenos similares ocurridos en otras regiones del

país. Jorge Villegas, en sus estudios sobre la propiedad agraria en Colombia, enmarcó estas

historias en el conjunto por él denominado "la colonización de vertiente" y en ella englobó

tanto la expansión antioqueña como los procesos que tuvieron lugar en el centro y oriente

del país, originados en contextos diferentes del primero (Villegas, 1978).

Los testimonios sobre la colonización de occidente insisten en señalar la génesis de la

misma en la pobreza de los suelos y la inestabilidad de la explotación de la minería del oro.

En el oriente, particularmente en Santander, Jorge Villegas, con base en las cifras de

población, considera los efectos de la crisis artesanal resultantes de la política librecambista

asumida por los gobiernos nacionales, como factor desencadenante de la expansión sobre

las tierras de vertiente en el oriente colombiano. A este respecto es importante considerar

cómo determinadas condiciones externas se han constituido en factores de presión para los

procesos de ampliación de la frontera agrícola del país con una recurrencia como la que hoy

se advierte, cuando diversos frentes de colonización reflejan la impronta, tanto de la crisis

de las economías occidentales y sus secuelas de deterioro en las estructuras productivas del

Tercer Mundo además del empobrecimiento de sector sociales que buscan salidas en la

aventura colonizador como el floreciente mercado de narcóticos.

Villegas, en sus estudios, explora, además de las etapas iniciales de la mencionada

colonización, su extensión hacia el oriente (Manizales, Pereira y el norte de Tolima) y los

procesos ocurridos en Cundinamarca Boyacá y los Santanderes. La colonización del Viejo

Caldas, tal como lo revela el autor, con base en las evidencias documentales,

Page 32: Colombia Orinoco

32

definitivamente se aparta la imagen idílica de la conquista democrática de la frontera. El

proceso ya visto en sus desarrollos e implicaciones legales y jurídicas, estuvo desde sus

inicios sacudido por conflictos sociales de distinta índole. En un principio, es evidente la

diferenciación entre aquel que disponían de recursos económicos para afrontar colonización

con recuas de mulas, bastimentos y herramientas, etc., y aquellos que solamente contaban

con su fuerza de trabajo y la de sus familiares, quienes eran frecuentemente contratados

como taladores y para que más adelante se convirtiesen en arrendatarios de poseedores de

la tierra. Pero las mayores contradicciones se habrían de desarrollar, a lo largo de todo el

siglo XIX y a principios del presente, entre los colon independientes y favorecidos por

concesiones ampliadas de manera fraudulenta, a medida que los peones abrían perspectivas

a las selvas de vertiente.

Estos conflictos los ilustra el autor en torno a las concesiones de Villegas y Aranzazu, y a

las sociedades de Gónzalez Salazar y Burilá. Allí se aprecia como esfuerzo de los

concesionarios por extender sus dominios y aprovechar la valorización creada por el trabajo

de los colonos, tropezó en forma continua con la resistencia de estos últimos, y cómo la

retaliación de los acaparadores se dio entonces bajo la especie de amenazas, incendios de

casas y destrucción de enseres, formas de violencia que habrían de repetirse un siglo más

tarde en el marco de la crisis política y social que consumió al país por más de una década y

en la cual la mayor parte de las víctimas fueron, igualmente, campesinos y colonos.

La ampliación de la frontera agrícola en el centro oriente y el oriente del país -esto es,

Cundinama Boyacá y los Santanderes-, la documenta Villegas únicamente con las

memorias de Medardo Rivas y Manuel Ancízar. Este proceso ocurrió, según referencias,

dentro de las líneas trazadas por la política de asignación de baldíos que, len particular

desde la desamortización de Bienes de Manos Muertas, afianzó y fortaleció la formación

del latifundio. En esta modalidad, la población Campesina que se desplazó de los antiguos

resguardos indígenas y de otros núcleos humanos hacia la frontera agrícola, desmontó las

tierras en los bordes de las haciendas, abriendo paso a la expansión de las mismas sobre los,

baldíos de la nación.

Page 33: Colombia Orinoco

33

Placa conmemorativa de la entrega de armas por la guerrilla del Llano al general Alfredo

Duarte Blum

durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla.

Foto: Andrés Hurtado

Marco Palacios, sustentado en los censos de población de 1843, 1870. y 1912, así como en

los estudios geográficos de Alfred Hettner, Agustín Codazzi, J. Holton y, primordialmente

en el Catastro de Cundinamarca, pone en evidencia, además, la particular regionalización

de la estratificación social de este arraigado asentamiento, mediante la cual se definían -con

gran persistencia hasta el presente- nítidas subzonas de pequeña, de mediana y de gran

propiedad. Esta red social proyectó "puntas" de colonización hacia tierras templadas y -aún

frías (Alto Sumapaz), algunas de las cuales fueron protagonistas de los conflictos que más

adelante habrían de configurar los desarrollos centrales de este estudió; tales fueron los

casos de Sumapaz y del Tequendama, zonas en las cuales se dieron dos tipos de conflictos:

el no reconocimiento de la propiedad de las haciendas sobre los baldíos y la lucha por el

derecho a la siembra de café: dificultades afrontadas organizadamente por los colonos y los

campesinos.

ORINOQUIA: ALGUNOS RASGOS BÁSICOS

La heterogeneidad regional

Según lo señalan los estudiosos, muchas de las visiones dominantes sobre la región se han

caracterizado por el simplismo de su imaginario, tanto humano como paisajístico. Algunos

trabajos, de los cuales se contó con una muy buena muestra en el Primer Simposio de

Historia de los Llanos colombo-venezolanos, celebrado en 1988, contrastan estas visiones

con los resultados de investigaciones que dejan ver, entre otras cosas, las complejas

Page 34: Colombia Orinoco

34

relaciones entre las diversas modalidades de los asentamientos precolombinos y la

heterogeneidad de los ecosistemas de la región, las visiones estratégicas que se han

generado sobre la región y los proyectos políticos y económicos concomitantes, así como

las múltiples perspectivas que plantea la Orinoquia colombiana para el desarrollo del país.

Colonos 'vegueros" rumbo al pueblo.

Foto: Diego Garcés

De acuerdo con estas realidades y con los procesos que hoy escenifica este espacio de la

geografía nacional habría que re-pensar su significado dentro de una visión de más largo

plazo del desarrollo colombiano. En efecto, la región, al tiempo que abarca una importante

porción del territorio colombiano, comprende dentro de ella varias subregiónes,

identificadas inicialmente como "piedemonte", "llanura" y "selva", con sus componentes de

suelos y ecosistemas, sobre los cuales han avanzado estudios relevantes realizados por el

Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Asociados con estos trabajos existen también

análisis referidos a los procesos históricos y socioeconómicos de las subregiones y las

tendencias poblacionales, todo lo cual sustenta la apreciación sobre la creciente dinámica

de desarrollo configurada en tomo a la explotación de los hidrocarburos, el afianzamiento

de la agroindustria de algunos rubros, lo cual ha atraído, de una parte, crecientes

inversiones internacionales y nacionales y de otra una extensa movilización de población.

Las relaciones socio-políticas dentro de las cuales avanzan estas tendencias favorecen

procesos de concentración de la propiedad por medios violentos, lo cual no ha hecho cosa

distinta que reproducir y ampliar los escenarios del conflicto interno. Estas condiciones

afectan, necesariamente, las perspectivas de la región y dado su significado, es

indispensable prever un desarrollo más armónico de las mismas.

Las tendencias del desenvolvimiento de la región apuntan, como se ha señalado, hacia la

ampliación de su base poblacional y hacia un muy rápido incremento de su participación en

Page 35: Colombia Orinoco

35

el conjunto de la economía nacional. En efecto, según los análisis de la información

intercensal, la Orinoquia encuadra un proceso de rápido crecimiento poblacional: de

acuerdo con el Corpes (1994), "en 1951, según el Censo Nacional de Población, la región

contaba con 122.878 personas de las cuales el 27.9% residían en los incipientes

conglomerados urbanos. Cuarenta y dos años después, Censo de 1993, su población se

había incrementado 8 veces más, es decir, alcanzaba 975.342 personas. Y se gana peso

relativo en el total nacional pues en 1951 se contenía al 1.1% de la población, en 1964 el

1.6%; en 1973 el 1.9%, en 1985 el 2.2% y en 1993 el 3%."

De acuerdo con esta tendencia y teniendo en cuenta que la población regional en 1994

asciende a 1.068.928 personas, en diez años (2004) habrá aumentado a 1.92 1.227

habitantes. Estas cifras se traducen en un aumento absoluto de 852.349 personas durante la

década con un promedio de 85.000 nuevos pobladores por año en la Orinoquia.

Por otra parte, en lo referente a la participación de la región en la actividad económica

nacional y con las salvedades que implican las limitaciones de las cifras disponibles, se

calcula que en la presente década, la Orinoquia genera entre el 4 y el5% del PIB nacional.

Esta participación se sustenta particularmente en dos rubros: la producción agrícola y el

petróleo, los cuales, según el CORPES, se comportan de igual manera que el resto de la

economía nacional: "a medida que se logra un mayor nivel de producto interno bruto, el

sector agropecuario pierde participación y el empleo agrícola disminuye como proporción

del total".

En el comportamiento de la producción agrícola en los rubros de mayor productividad

(arroz y palma africana), es evidente la ventaja de la región frente al conjunto nacional: a

comienzos de los años noventa, con anterioridad a la crisis que marcó al período, se

estimaba que la región producía "cerca del 27% de la producción total nacional de arroz y

en términos regionales el departamento del Meta generaba el 76% del grano mientras

Casanare aportaba el 23% del mismo". Para ese entonces se registraba un importante

incremento de la producción en el Meta con un aumento inferior de la superficie cosechada,

indicativo de una mejora sustancial de la productividad por hectárea. Según los análisis del

CORPES, la palma africana producida en la Orinoquia representaba el 40% del total

nacional, concentrada en el Meta y Casanare. La soya se siembra preferencialmente en el

Meta (99% para 1992) y la producción regional representa el 25% del total nacional. En el

caso del sorgo su producción se concentra en Casanare (90%) y se genera el 6% del total

nacional. El algodón del Meta (69%), Casanare (21%) y Vichada (4.7%), aporta el 4.5% del

total nacional.

Estas cifras hoy resultan afectadas por el proceso de la apertura económica, la cual ha

inducido un descenso en la producción al exponerla a la competencia de los mercados

internacionales. Vale señalar que en el caso de la soya, el país amplió las importaciones

procedentes de Bolivia, en donde la estructura de costos resultaba altamente competitiva

Page 36: Colombia Orinoco

36

frente a la colombiana. En efecto, mientras en nuestro país el costo de la renta del suelo

participaba en un 11%, en Bolivia. este rubro solamente representaba el 1%, situación que

pone sobre la mesa los costos que la concentración de la propiedad territorial representan

para la competitividad de la producción nacional.

A este respecto vale también señalar cómo la Encuesta Agropecuaria de 1995 (DANE,

1996) señala al departamento del Meta como uno de los que presentan los mayores niveles

de concentración de la propiedad territorial, a la vez que se ha constituido, según la

información censal, en una de las principales áreas de expulsión de población por razones

de violencia.

En cuanto a la industria de los hidrocarburos, se advierte que este sector aporta cerca del

92% del total de regalías liquidadas por la explotación de recursos naturales no renovables.

Para el futuro inmediato se estima que esta participación ascienda a niveles aún superiores

al 95% cuando empiecen a operar los recientes hallazgos petroleros en el piedemonte

llanero: "en 1979, la participación regional ascendía al 3,3% del total de regalías petroleras;

catorce años luego, sé había incrementado al 40,3% y para los próximos años se espera que

esta participación alcance niveles superiores al 95% del total mencionado, una vez

empiecen a operar las explotaciones de Cusiana y Cupiagua. En este sentido se estima que

las reservas de petróleo efectivas en dichos yacimientos ascienden a 2.200 millones de

barriles mientras las reservas de gas ascienden a 85 mil millones de metros cúbicos".

En términos de regalías y en cifras absolutas, la región recibió, por concepto de

participación en las mismas la suma de $418.094 millones de pesos entre 1979 y 1993. Para

efectos comparativos, la Nación realizó en la región una inversión por valor

de $105.559 millones de pesos entre los años 1987 y 1990 inclusive. Así, el Tesoro

nacional, durante cuatro años realizó una inversión equivalente al 25% del total de la

participación recibida por los departamentos y municipios petroleros de la reglón durante

los últimos catorce años.

La magnitud de estas cifras contrasta, sin embargo, con las brechas en las condiciones del

desarrollo social de la región, según lo constata el estudio realizado por el Instituto Sinchi

en el departamento del Guaviare (1996). Las dificultades generadas por las condiciones

ambientales y a la concentración de la propiedad territorial, se añade el manejo

patrimonialista dado a los recursos públicos, lo cual incide en la ampliación de los

conflictos sociales en el conjunto de la región. Este fenómeno ha generado nuevas tensiones

en las fronteras, particularmente en la colombo-venezolana, poniendo de manifiesto la

fragilidad del control que el Estado colombiano tiene sobre las mismas, a pesar del carácter

estratégico que la región representa para el país.

Hacia una propuesta: la Orinoquia en el planteamiento estratégico nacional

Page 37: Colombia Orinoco

37

Las reflexiones, cifras y análisis precedentes proporcionan una visión de la Orinoquia en

donde se combinan, de una parte, la potencialidad de sus recursos, ya en explotación, así

como las tendencias de la población, que evidencian la constitución gradual de un nuevo

eje en el desarrollo de la economía nacional y de las estructuras regionales de sus

asentamientos humanos.

Es evidente que la región representa un recurso estratégico como territorio (considerada en

conjunto, con su población, sus recursos y su localización geográfica), pero Colombia no ha

dispuesto en ella una capacidad para construir una frontera sólida, no en términos

estrictamente militares sino, más importante aún, como marco para el desarrollo de robustas

economías regionales que fortalezcan a los débiles asentamientos hoy existentes y

reemplacen la peligrosa y precaria economía del narcotráfico que hoy nos ha conducido a

una tragedia nacional. Definitivamente, la presencia actual de la nación y de su Estado en la

región no refleja una valoración estratégica de la misma.

Por otra parte, los conflictos desatados en buena parte de nuestra Orinoquia, resultantes del

traslado hacia su interior de las problemáticas derivadas de la concentración de la

propiedad, del aprovechamiento inadecuado de los recursos naturales, de la pobreza y la

exclusión, han resultado en la extensión hacia ella de los escenarios del uarcotráfico y de la

guerra asociada con él de una u otra forma. En este panorama se ha abierto camino la

desestabilización de la frontera, con los riesgos que una situación de conflicto puede

representar para una región poseedora de recursos estratégicos para el desarrollo de quien

los controle.

Ante esta perspectiva, la responsabilidad de la nación es la de incorporar a la región en su

"visión de futuro", desarrollando una estrategia que permita construir la región como

resultado de una política de poblamiento, con sus particularidades y consensos y dentro de

la perspectiva de los intereses de la nación en su conjunto. Un propósito de esta naturaleza

solamente podrá sustentarse mediante la generación de situaciones de equilibrio en el

acceso a los recursos producidos por la sociedad, como base de su solidaridad con un

proyecto nacional dirigido a establecer condiciones sostenidas de bienestar y convivencia

pacífica para todos los colombianos y de capacidad nacional para defender sus intereses

estratégicos ante la comunidad internacional.

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Page 40: Colombia Orinoco

LA GRAN CUENCA DEL ORINOCO

CAMILO DOMÍNGUEZ.

Profesor de la Universidad Nacional de Colombia

Raudal "alto" en el río Inírida. Las duras rocas

graníticas producen

estos saltos que interrumpen la navegación.

Foto - Fernando Urbina

¿Qué es la Orinoquia?

El concepto básico para identificar la región de la Orinoquia es el de cuenca hidrográfica,

aguas que confluyen eh el río Orinoco. Esto Es decir, el área donde se recogen todas las

incluye: a) las vertientes andinas donde nacen los tributarios del norte y del occideñte; b) el

Macizo de las Guayanas, donde nacen los tributarios del sur; y, c) las planicies, hacia el

centro, donde nacen las aguas de morichales y pequeñas sérranías, que se agregan, en su

mayoría, a los afluentes que bajan de los Andes.

Page 41: Colombia Orinoco

41

El gran río y sus afluentes crean una identidad regional que se imprime subregionalmente a

las geoformas por donde discurren las aguas que se juntan a la región hidrográfica. Es así

que podemos hablar de una subregión GuayanoOrinoquense, otra Andino Orinoquense, y

de una Planicie Orinoquense en la cual están incluidas las llanuras herbáceas denominadas

Llanos del Orinoco.

En total estamos considerando un gran valle, que en su parte plana tiene un promedio de

500 km de ancho, flanqueado por montañas que al noroccidente ,en los Andes, llegan a

superar los 5.000 metros de altura (Nevado del Cocuy) y al suroriente, en la Guayana,

llegan a los 2.875 metros (Monte Roraima). Es una superficie de 1‘032.524 km 2

, de los

cuales 388.101 (37,6%) están en Colombia y 644.423 (62,4%) en Venezuela. En este

último país la región orinoquense cubre cerca del 70,6 % del territorio nacional, mientras

que en Colombia cubre el 34 %.

Geomorfología

Subregión GuayanoOrinoquense. Debido a la deriva de la corteza terrestre (demostrada por

Wegener) el antiguo continente de la Pangeae se fracturó en el Mesozoico y derivó en

grandes trozos que hoy ‗hacen parte de la India, Africa central, la Antártida y Suramérica.

El trozo que hoy forma parte de Suramérica cubre la mayoría de la Amazonia y la

Orinoquia, en los grandes macizos ubicados al sur y al norte del Valle del Amazonas

denominados, el primero Macizo Central Brasileño, y el segundo Macizo de las Quayanas.

El Macizo de las Guayanas se extiende, de oriente a occidente, desde muy cerca del Océano

Atlántico hasta la Sierra de la Macarena, al pie de los Andes; y en dirección norte sur, va

desde las vegas del río Orinoco hasta unos doscientos kilómetros antes de llegar al río

Amazonas. En su mayor parte el Macizo ha sido destruido por la acción de los movimientos

tectónicos y por intemperismo, a lo largo de centenares de millones de años desde el

Precámbrico hasta hoy, dejando extensas planicies donde las rocas antiguas subyacen bajo

delgadas capas de arena o de sedimentos (peniplanos y pediplanos). Los contactos entre

esas superficies de erosión y los sedimentos más recientes están marcados por saltos y

raudales,, producto de la erosión diferencial de superficies con diversa dureza. En algunos

lugares de esa planicie aparecen peñoles (montañas islas), pequeñas serranías y mesas que

son cerros testigos de las antiguas alturas hoy desaparecidas. En la parte colombiana y

venezolana los ríos que nacen en la planicie guayanesa se bifurcan bien hacia el Amazonas,

bien hacia el Orinoco.

Hacia el nordeste y el oriente, el Macizo se eleva en grandes sierras y gigantescos bloques

(tepuyes) ,que se encumbran verticalmente a un promedio de 2.000 metros, pero que llegan

a los 2.875 m en el Monte Roraima y a los 3.014 m en el Pico de la Neblina, Un espinazo

de grandes sierras (que pertenecen a la cuenca amazónica) separa la mayoría de afluentes

del Orinoco de los del Amazonas en Guyana, Surinam y Guayana Francesa. Estas son las

Page 42: Colombia Orinoco

42

sierras de Tapirapeco, Parima, Pacaraima Acaraí y Tumucumaque. De estas sierras se

desprenden ramales entre los cuales se encajonan profundamente los numerosos ríos que se

forman en esas montañas, descendiendo furiosamente en raudales y saltos hasta encontrar

las planicies sedimentarias en donde los cursos se tornan mansos.

En esta región hay que considerar como forma especial a la Sierra de la Macarena, ubicada

al suroccidente en medio de los afluentes superiores del Guaviare: el Guayabero y el Ariari.

Dicha Sierra está constituida en su mayor parte por rocas cristalinas del Precámbrico y

sedimentos paleozoicos que alcanzan alturas superiores a los 3.000 metros. Su ubicación,

en un ángulo donde confluyen los Andes (con sus rocas mesozoicas), las selvas

amazonenses y las sabanas orinoquenses, ha producido un mosaico geológico, pedológico y

biótico en donde han encontrado refugio especies únicas de animales y plantas.

Subregión de la Planicie Orinoquense. Entre las montañas del Macizo de las Guayanas y la

Cordillera de los Andes se forma una extensa planicie, en su mayor parte de origen

sedimentario del Terciario y Cuaternario, más algunas porciones de la planicie de erosión

sobre el basamento guayanés. Este enorme valle se extiende en forma de arco, primero de

sur a norte y luego de occidente a. oriente, por 1.500 kilómetros.

Hay un imperceptible descenso de 17,3 centímetros por kilómetro desde el alto río Inírida,

que tiene una altura promedio de Z60 metros sobre el nivel del mar, y la desembocadura del

Orinoco al Océano Atlántico en el Delta Amacuro.

El ancho promedio de la planicie es de 500 kilómetros, pero en algunas secciones alcanza a

tener más de 700 kilómetros. Tal es el caso del extremo sur, desde el río Orinoco hasta el

pie del Macizo de Sumapaz sobre el paralelo 3° 30‘ N, en donde alcanza un ancho de 800

kilómetros.

Por lo tanto, una parte de la planicie está confundida con la Subregión Guayano-

Orinoquense: entre el Guaviare y el Guainía y costeando el Orinoco (por el occidente) entre

el Guaviare y ‗el Meta. En esa parte surgen pequeñas mesas, serranías y cerros aislados en

medio del valle, que pueden observarse a gran distancia porque cortan abruptamente un

horizonte aplanado. No obstante que los suelos son en su mayor parte arenosos y la roca

aflora en muchos lugares, hay gran coincidencia entre esa parte de la planicie guayánica y

las formaciones vegetales de tipo amazónico. Sin embargo, la causa debe procurarse en

factores climáticos y no edáficos (suelos), relacionando los vientos alisios con el número de

meses secos, como veremos más adelante.

A partir del río Vichada, primero hacia el norte y luego hacia el oriente, la planicie está

cubierta principalmente de los pajonales llaneros en los interfluvios y de los llamados

bosques de galería en las vegas de los ríos. Se entra, entonces, a los paisajes de sabana, que

van desde el río Orinoco hasta cerca de la Cordillera de los Andes, en Colombia y

Venezuela.

Page 43: Colombia Orinoco

43

El Llano es una sinfonía instrumentada entre el clima, la morfología y el suelo. La mayor o

menor fortaleza de uno cualquiera de esos factores transforma el paisaje dándole nuevas

formas y colores a la vegetación. Durante seis meses llueve torrencialmente en el Llano,

inundándolo en su mayor parte y desbordando los ríos en los otros seis meses hay una

sequía severa, mantenida por los alisios del noreste, que sólo puede ser soportada por una

vegetación muy resistente a tal fenómeno. Por eso, una morfología alta y con fuerte,

escorrentía puede ser muy favorable en el período seco; al contrario, las partes bajas o

―esteros‖, son muy útiles durante la sequía porque mantienen pastos verdes, pero en el

período de lluvias están sometidas a las inundaciones.

Las diferencias altitudinales en el Llano pueden ser vistas a nivel macro, para grandes

superficies, y a nivel meso y micromorfológico. A nivel macro se distinguen las altillanuras

de los llanos de inundación; por ejemplo, la altillanura del Departamento del Vichada, con

sus ríos incrustados en la planicie sedimentaria por su mayor fuerza erosiva, y la llanura de

inundación del Arauca, en Colombia y Venezuela, con sus enormes esteros y

entrelazamientos de sus ríos y caños que durante las lluvias, se juntan en una sola masa de

agua.

Las masas de sedimentación terciaria, cerca de la cordillera, representan geoformas de

extensión media, alcanzando varios centenares de kilómetros cuadrados. Por lo general se

componen de piedras y gravas conglomeradas, con alturas entre 100 y 200 metros y

cortadas por farallones en sus lados. Se encuentran en el Departamento de Arauca, en la

parte colombiana, y en el Estado de Anzoátegui, en los llanos de Venezuela.

Hay una microforma muy especial en las áreas en donde existen médanos fósiles del

Pleistóceno, entre el Apure y el Casánare. Los médanos arenosos y los ―bancos‖ de gredas

se levantan unos pocos metros sobre los grandes planos inundables del bajo llano,

conformando taludes naturales en los que se construyen las casas de las haciendas y por

donde se trazan los caminos de invierno‖. Un camino de ese tipo es el que describe Agustín

Codazzi en su viaje entre Betoyes y Arauca, en 1856, atravesando las inundaciones del Ele,

el Lipa y los esteros de Cachicamo.

La planicie remata en su extremo oriental en el grandioso delta del Orinoco, cotiocido

como Delta Amacuro. Esta es una región pantanosa, producto de los avances sobre el

océano por los sediméntos que arroja el gran río en su desembocadura. Estos pantanos están

cubiertos de selvas y manglares muy intrincados, famosos por las plagas que los habitan.

Subregión AndinoOrinoquense. La Cordillera de los Andes y su prolongación venezolaná

conocida como Cordillera de la Costa, forman un anfiteatro gigantesco, de casi 2.000

kilómetros de longitud, que‘enmarcan la Planicie Orinoquense hacia el norte y occidente.

Las vertientes que drenan sus aguas hacia tributarios del río Orinoco conforman un cinturón

que podemos denominar AndinoOrinoquense.

Page 44: Colombia Orinoco

44

Como esas montañas fuerzan a las masas húmedas de los llanos hacia las pártes altas,

producen lluvias orográficas que regresan a las llánuras en forma de innumerables ríos,

algunos de ellos gigantescos, tales como el Guaviare, Meta, Casanare, Arauca y Apure. Por

ello, aunque este cinturón representa menos del 6% de la Orinoquia, tiene una enorme

importancia para la totalidad del sistema hidrográfico.

La subregión AndinoOrinoquense se inicia, al sur, en la Cuchilla los Picachos, que la

separa de la subregión AndinoAmazónica. Más al norte se encuentra el Macizo de Sumapaz

que complementa con sus aguas la formación de los dos grandes ríos que constituyen el

Guaviare: el Guayabero y el Ariari.

Entre el Sumapaz y la Sierra Nevada del Cocuy, las nacientes de los ríos que fluyen hacia el

Meta se encuentran a muy poca distancia de las grandes ciudades del Altiplano

Cundiboyacense y de los núcleos económicos que, como Bogotá, toman aguas de los

afluentes superiores y transforman en energía, varios dé sus caudales. Un río de historia tan

importante como el Teatinos, donde se dio la batalla de Boyacá, pertenece a la cuenca del

Meta y se encuentra a pocos kilómetros de Tunja.

En la Sierra Nevada del Cocuy se forman grandes helesos y lagunas glaciares que proveen

de agua a numerosos caudales que descienden de sus cumbres. Los ríos Casanare, Ele y‘

Arauca tienen sus principales cuencas de captación entre esas cumbres, lo cual les garantiza

un buen caudal durante todo el año porque la sequía del verano se compensa con Los

deshielos. Ya en los Andes de Venezuela, los helerós de la Sierra Nevada de Mérida

proveen parcialmente de agua a varios afluentes superiores del Apure que van por el

Caparo y el Suripa.

Entre la Sierra Nevada del Cocuy y la Sietra Nevada de Mérida, la Planicie del Orinocó se

introduce profundamente en los Andes formando una especie de ―bahía‖ resguardada de los

vientos alisios y, por lo tanto, muy húmeda. Allí se han originado las selvas del Aráuca,

Sarare y Uribante, que actualmente están siendo arrasadas por la colonización.

Entre Barquisimeto y Valencia, donde se encuentran los afluentes superiores del Cojedes y

el Pao, la cuenca del Orinoco sobrepasa los10 grados norte y se acerca hasta las costas del

Mar Caribe a menos de 25 kilómetros. Esos ríos, lo mismo que el Guárico y su afluente el

Orituco, nacen en pequeñas serranías y mesas que hada ‗el oriente van‘ siendo cada vez

más bajas. Al oriente del Estado Guárico y en el Estado de Anzoátegui las aguas en esas

mesas de poca altitud fueron captadas por la gran cuenca del río Unare y sus numerosos

afluentes que van hacia el Caribé directamente. Por ello, los afluéntes del Orinoco nacen al

sur de los Llanos y con de muy corta longitud. Sin embargo, aunque los ríos de la costa

norte invaden hacia el sur, las formaciones vegetales llaneras llegan hasta la costa, pero

mezcladas con formas arbustivas.

Page 45: Colombia Orinoco

45

Al extremo oriental, en el Estado de Monagas, la Cordillera de la Costa sólo da origen a

pocos afluentes del Orinoco, los cuales se juntan al río Guanipa que desemboca en el Caño

Mánamo, el brazo más norteño del Delta Amacuro. En la práctica podemos decir que la faja

AndinoOrinoquense termina en el alto Orituco, afluente del Guárico, en‘el meridiano 66° al

suroriente de Caracas.

Laguna del Pañuelo, una de las más hermosas del ría orinoco en cercanías

a Puerto carreño. Sus bordes se encuentran enmarcados por grandes rocas

pertenecientes a la formación del Escudo Guayanés, que encierran

además encantos e historias.

Islas castillo en el medio Orinoco. cerro granítico donde

observamos las marcas de crecientes.

Fotos - fernando Urbina

Page 46: Colombia Orinoco

46

El río Arauca corre difícilmente sobre la planicie formando

un curso divagante con grandes meandros

Llanuras de desborde en Arauca durante el verano.

La fauna migra hacia los ríos principales.

Fotos - Diego Garcés

La hidrografía

El drenaje de la cuenca del Orinoco es muy diverso y complejo, debido a la gran variedad

de estructuras geomorfológicas que deben recorrer los numerosos ríos que conforman esa

Page 47: Colombia Orinoco

47

red. El Macizo de las Guayanas, la Planicie y los Andes generan tipos muy diversificados

de corrientes fluviales unidas, sin embargo, por la imponente masa del Orinoco.

Exceptuando los primeros kilómetros de recorrido a partir de su nacimiento y su

desembocadura, el Orinoco va recostado al Macizo de las Guayanas, siguiendo su contorno

al occidente y al norte. Este fenómeno se debe, posiblemente, a los sedimentos que se

depositan en mayor cantidad al pie de los Andes creando un suave declive, primero en

dirección al oriente y luego hacia el sur, lo cual fuerza a las aguas que descienden del

Macizo de las Guayanas a permanecer al inicio de la Planicie, creando un canal en su orla.

El río Orinoco nace al sur del Macizo de las Guayanas en la Sierra de Parima. El lugar de

su nacimiento, en el Pico Delgado-Chalbaud, se localiza a los 1.047 m.s.n.m. Luego

desciende en dirección oriente-occidente por unos 250 km hasta encontrarse con el río

Mavaca. Desde ese punto tuerce su curso hacia el NW hasta su encuentro con el gran río

Guaviare.

Casi en la mitad de ese trayecto se produce un interesante fenómeno de interconexión

fluvial entre el Orinoco y el Río Negro (afluente del Amazonas) por medio del Brazo

Casiquiare. Este fenómeno de interconexión, o anastomosis, es de un inmenso valor porque

sirve de canal navegable entre dos de las cuencas hidrográficas mayores del mundo.

Grandes exploradores, como Francisco Solano, Alexander von Humboldt o Hamilton Rice,

dedicaron notables esfuerzos al estudio de este fenómeno. Lo más interesante es que,

aunque existe un desnivel suficiente para llevar las aguas del Orinoco hacia el Río Negro a

una velocidad promedio de dos metros por segundo, el alto Orinoco no haya sido capturado

por el Río Negro, convirtiéndolo en afluente del Amazonas. Los 250 kilómetros de ese

canal natural pertenecen totalmente a Venezuela, siendo transitados por algunas lanchas

pequeñas y medianas, con capacidad entre 100 y 300 toneladas.

El encuentro del Guaviare con el alto Orinoco es el encuentro de dos ríos prácticamente

iguales en cuanto a caudal. Ya en ese punto el Orinoco ha recorrido 890 km de su curso

mientras que el Guaviare tiéne 1.350,km de longitud. Siempre se tiene la duda de si el

Guaviare no es verdaderamente el alto Orinoco, como fue planteado por Humboldt en

su Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente. Sin embargo, como lo

resuelve el mismo científico, el rumbo y el tipo de las aguas oscuras que prevalecen en el

medio Orinóco son las mismas del curso que viene del Macizo de las Guayanas, lo cual

indica que ese es el verdadero Orinoco.

La porción de 510 km del Orinoco, entre la boca del Guaviare y la boca del Apure, es

considerada como el medio Orinoco, El río toma un curso norte hasta la boca del Meta; de

allí hasta el Apure forma el llamado Codo del Orinoco, en donde el río gira en un arco de

aproximadamente 225 km para tomar un nuevo curso hacia el oriente.

Page 48: Colombia Orinoco

48

Ese tramo del Orinoco se caracteriza por los grandes raudales que impiden la navegación

continua, especialmente los de Atures y Maipures. Ellos son de paso difícil aun para canoas

descargadas, las cuales deben ser arrastradas por sobre lajas de piedra en varios puntos. Por

el lado venezolano existe una carretera entre Morganito y Puerto Ayacucho que sirve para

el traslado de mercancías, obviando por tierra el paso de los raudales.

En el medio Orinoco el caudal del río se aumenta básicamente por los grandes ríos que le

caen por su orilla izquierda. La mayoría de ellos nacen en los Andes y tienen aguas

barrientas. Casi todos son navegables por embarcaciones medianas de entre 50 y 300

toneladas. Además del Guaviare están: el Vichada, con 700 km de longitud; el Meta, con

1.000 km; el Arauca, con 1.000 km y el Apure, con 1.110 km. Algunos de los afluentes de

estos ríos llegan a ser gigantescos, tal es el caso del Inírida (afluente del Guaviare), el

Casanare (afluente del Meta), el Portuguesa y el Cojedes (afluentes del Apure).

La planicie entre el Meta y el Apure, conocida como llano bajo o llano de inundación se

caracteriza por el gradiente casi nulo de sus ríos y la gran precipitación que reciben durante

el periodo de las lluvias. Esas grandes masas de aguase encuentran con las del Orinoco y se

forma un represamiento de ellas, desbordando los cauces e inundando centenares de miles

de km 2

. Las aguas de los ríos y caños se juntan en una intrincada red de canales y lagunas,

conocidas en la región con el nombre de esteros. El llano de inundación cumple un

importantísimo papel ecológico para la biota, al mismo tiempo que es la gran válvula de

seguridad que evita el desbordamiento masivo del cauce principal del río. Si, en nombre del

progreso, se desecan los esteros del Lipa, Ele, Arauca, Sinaruco, Capanaparo y Apure, el

nivel del río Orinoco ascenderá varios metros durante el "invierno", arrasando las ciudades

ribereñas del bajo Orinoco.

Los grandes mantos de agua, temporales y permanentes, que se forman entre el Meta y el

Apure son, además, santuarios para la fauna orinoquense de todo tipo y refugio para las

aves migratorias. Esas lagunas son lugares para el desove de los peces, fuente de

alimentación para los saurios y quelonios, áreas de pastoreo para los chigüiros y manatíes,

orillas de anidación protegida para las aves y los saurios, áreas de caza y reproducción para

las anacondas y las boas, y zonas de caza para los "tigres" (jaguares), tigrillos, leones

(pumas) y demás gatos de las selvas y sabanas.

Aunque sabemos poco de las aves migratorias que visitan los Llanos, se tienen informes

sobre el pato careto ( Anas discors); chorlos y caicas (Bartramia Longicauda); gaviotas de

río ( Sterna spp.); gaviota picotijera (Rynchops cinerascens); la garza del ganado (Bubulcus

ibis); alcaravanes (BeLonopterus spp.); la tijereta (Muscivora tyrannus); el halcón

peregrino (Falco peregrinus); el halcón palomero (Falcon columbarius); el águila

pescadora (Paridion haliaetus); el águila migratoria (Buteo swainsoni) y muchas más.

Page 49: Colombia Orinoco

49

A partir de la boca del Apure y el Manapire (que desemboca 16 km más abajo) se encuentra

el bajó Orinoco. La población de Caicara marca el inicio de la navegación para barcos de

gran calado y la parte más desarrollada del gran río que mide 750 km.

En el bajo Orinoco pierden importancia los afluentes del lado izquierdo y la ganan los

afluentes que descienden desde las Guayanas. Primero el Cuchivero y luego los enormes

ríos Caura y el Caroní-Paragua. El Caura, con aproximadamente 800 km de longitud y el

Caroní, con 1.000 km, descienden de las sierras de Pacaraima y Parima, desde alturas

cercanas a los 2.000 m hasta casi el nivel del mar. En ese fuerte descenso se cargan de una

gran energía que está siendo utilizada en centrales hidroeléctricas, especialmente en la

segunda represa del mundo, Gurí, que da la energía necesaria para la intensa minería de

hierro y aluminio del Caroní, en Cerro Bolívar (Ciudad Piar), Arrozal, El Pao y El Callao.

En el caso de El Callao, estamos dentro de la cuenca del Cuyuní que peltenece al río

Essequibo y no al Orinoco. Sin embargo, está muy vinculado al Caroní por la carretera que

lo une a Ciudad Bolívar y a Ciudad Guayana. Gran parte de la cuenca del Essequibo es,

reclamada por Venezuela como parte de su territorio.

El delta del Orinoco, o Delta Amacuro, es un inmenso abanico cuyo arco mayor mide 300

km. Tiene 12 canales. importantes y una multitud de pasos menores por pequeñas islas. Los

canales de mayor navegación son de norte a sur: Manamo, Pedernales, Tucupita, Araguao,

Laran y Río Grande. Es un laberinto de pantanos muy insalubres. En uno de sus canales se

encuentra la población de Tucupita, capital del Estado Delta Amacuro.

Page 50: Colombia Orinoco

50

Clima

La ubicación plánetaria de la Otinoquia, en una faja latitudinal que va desde 0 ° 40' N, en la

Sierra Tapirapeco (al sur del Estado Amazonas) hasta los 10 017 'N, en el alto río Pao (en el

Estado de Carabobo), nos está indicando un área totalmente tropical y parcialmente

ecuatorial. Esa ubicación determina unas condiciones en la dinámica meteorológica que

caracterizan el comportamiento de los factores climáticos.

Además de la ubicación planetaria hay que tener en cuenta factores regionales y locales que

transforman el desarrollo general creando comportamientos climáticos más localizados. Tal

es el caso de la orografía, la cercanía o lejanía del mar, las grandes superficies inundadas y

la cercanía o lejanía del Ecuador.

Los climas ecuatoriales y tropicales no significan necesariamente altas temperaturas como

generalmente se cree, ya que lugares con nieves perpetuas, como los nevados del Cocuy y

Mérida, también tienen climas tropicales. Al trópico, y por ende al Ecuador, lo caracterizan

la falta de verdaderas estaciones y la distribución en casi 12 horas de luz y 12 de oscuridad

durante Los días de todo el año, con variaciones muy, pequeñas. Lo importante de la zona

tropical, es decir la faja comprendida entre los 23 1/2

grados sur y los 23 1/2

grados norte, es

el movimiento hacia el norte y el sur de la Convección Intertropical, CIT, una faja de bajas

presiones causada por el calentamiento que proviene de la insolación vertical del sol según

su movimiento entre los dos trópicos. Las grandes masas calentadas ascienden y, al

descompresionarse, se transforman en lluvias convectivas a todo lo ancho de la CIT. Sólo

cuando el trópico está libre de la CIT se presenta la sequía.

El cinturón intertropical es de ancho muy variable: cuando es angosto alcanza a cubrir una

misma zona dos veces al año y a dejarla libre otras dos veces (bimodal) cuando es muy

ancho, sobre grandes zonas abiertas o planas, produce un solo. periodo de lluvias y otro de

sequía (monomodal). La excepción es la faja propiamente ecuatorial-tropical (2 1/2

grados

norte a 2 1/2

grados sur) que nunca se ve totalmente libre de la CTI y, por eso, tiene lluvias

durante todo el año, aunque disminuidas hacia julio o hacia enero.

En general todo el valle del Orinoco es monomodal, con un solo periodo de lluvias y otro

de seca, llamados impropiamente invierno" y "verano" en una terminología ya fuertemente

arraigada en el Trópico. No obstante que toda la Orinoquia se encuentra en el hemisferio

norte, se llama "invierno" a 'las lluvias que se presentan con más fuerza entre junio y

septiembre, es decir al verano planetario de dicho hemisferio. Al contrario, el "verano" o

período seco se da con mayor fuerza entre diciembre y marzo, que corresponde al invierno

del hemisferio norte.

Page 51: Colombia Orinoco

51

En algunas áreas, como en el alto Orinoco-Río Negro, el

período de lluvias es todavía más fuerte y prolongado,

iniciándose en abril y llegando hasta fines de noviembre y

aún hasta mediados de diciembre; más de ocho meses

durante los cuales hay fuertes aguaceros diarios, la mayoría

de los cuales se prolongan durante varias horas. En realidad

esta zona carece de un verdadero período seco ya que se

encuentra sobre la faja ecuatorial; por eso, aún en los meses

de enero y febrero se pueden presentar intensas lluvias en

medio del "verano".

La faja de las calmas inicia su cubrimiento de la Orinoquia,

por el sur, durante el equinoccio de abril y alcanza su total

cubrimiento en el solsticio de junio, cuando la vertical solar

llega al Trópico de Cáncer. Las lluvias comienzan a

disminuir cuando la vertical solar traspasa de nuevo el

Ecuador hacia el sur, a finales de septiembre, "arrastrando"

tras de si la faja de las calmas que, sin embargo, sigue

cubriendo gran parte de la Orinoquia varios meses más

hasta despejarla casi totalmente (excepto al extremo sur) en

diciembre, en el solsticio de invierno del hemisferio norte.

Cuando se inicia el "invierno" y antes de finalizar este, se presentan fuertes tormentas

eléctricas y chubascos violentos en toda la Orinoquia. Esto se debe a la inestabilidad de la

atmósfera cargada de humedad, lo cual facilita la formación de cúmulonimbus que

ascienden verticalmente a gran velocidad, cargándose eléctricamente en grandes cantidades

por la intensa fricción. Resulta uno de los' espectáculos más sobrecogedores de la

naturaleza observar una tormenta de esas durante el mes de noviembre, con todo el cielo

cubierto de nubes intensamente negras pero cruzadas por centellas que revientan como

explosivos en la medida que se unen con la tierra. Junto con los rayos se desploman las

nubes en gruesas gotas, que golpean horizontalmente debido a la fuerza de los vientos al

iniciarse la lluvia, y luego se, transforma en una cortina tan densa que hace difícil respirar.

Ese fenómeno de los vientos locales cuando se inician las lluvias se debe al repentino

enfriamiento de la atmósfera creando una isobara de alta presión que se desplaza en la

dirección de donde todavía está seco. Para el hombre y los animales de las selvas y las

sabanas la fuerza de los vientos es la medida de la fuerza de las lluvias que los siguen.

El alto Orinoco y sus afluentes inician la creciente antes que el medio y bajo Orinoco y por

eso el río principal represa las aguas de los afluentes que le van cayendo a lo largo del curso

hasta su desembocadura. Principalmente los ríos del llano bajo, entre el Meta y el Apure,

son los más afectados por ese fenómeno. Los ríos se van hinchando de la boca hacia arriba,

poco a poco, hasta que comienzan a llegar las aguas que bajan de los Andes, en donde el

Una de las quebradas que

descienden desde la Sierra de

La Macarena creando un

hábitat muy rico.

Foto: Femando Urbina

Page 52: Colombia Orinoco

52

"invierno" se inicia después. Hacia él mes de junio ya no cabe tanto líquido en el cauce de

los ríos y comienzan a desbordarse. Como si esto fuera poco, en abril se inician las lluvias

en el medio y bajo Orinoco y todos los ríos, caños, esteros y lagunas de la planicie también

se desbordan hacia junio. De allí en adelante, hasta septiembre, los llanos bajos forman una

sola laguna que se pierde en el horizonte. Sin embargo, la vida florece a más no poder

debido al desove de los peces, la llegada de las aves migrantes, el despertar de los saurios

que permanecían enterrados bajo el lodo, el apareamiento de los chigüiros y la enorme

multiplicación de los insectos hematófagos que hacen su agosto con el bullir de la vida.

En octubre comienzan á disminuir las lluvias y los ríos se van limitando a su cauce. En

noviembre comienza la sequía con la llegada de los vientos alisios del nordeste.

Los alisios del nordeste se originan en el centro anticiclonal de las Azores, en el Atlántico

Norte, y se dirigen hacia el centro de bajas presiones de la CIT, ubicada muy al sur durante

los meses de noviembre a marzo. Son vientos planetarios de largo curso que, debido, al,

efecto de Coriolis, tuercen su dirección hacia el suroeste barriendo el norte de Suramérica

durante esos meses.

Los alisios se caracterizan por su inversión térmica, siendo relativamente más fríos a ras del

suelo que arriba. Por eso no permiten la formación de nubes, desecando todo a su paso,

excepto cuándo son impulsados bruscamente hacia las montañas después de cruzar las

llanuras ardientes. Los vientos corren libremente por los Llanos durante el día y la noche,

acelerándose en lo más fuerte del "verano" por las bajas presiones que se originan en la

Planicie, lo cual aumenta su poder desecante y la capacidad para dispersar las nubes.

Mientras más plano y libre de obstáculos mayor es su aceleración y su fuerza desecante.

Por eso las llanuras abiertas son las que sufren la mayor sequía, especialmente cuando en

una llanura un poco más alta y bien drenada, porque allí se juntan la evaporación y la

escorrentía dejando los suelos totalmente secos y agrietados durante el verano. Tal es el

caso de los llanos del Vichada, en Colombia, y de Calabozo, en Venezuela.

Mientras más violento es el cambio entre el "verano" y el "invierno" son menos las especies

de plantas que lo pueden resistir 1

Ellas deben sobrevivir al ahogamiento bajo las aguas de

la inundaciones para, en el siguiente período, sobrevivir sin una gota de agua con

temperaturas que sobrepasan los 40 0C hacia el mediodía. Sólo algunas "pajas bravas" de

sabana y algunas plantas muy bastas como el chaparro -(Curatella spp.) han logrado

adaptarse evolutivamente a semejantes condiciones, enseñoreándose totalmente de los

Llanos.

Las montañas juegan un papel muy complejo en la distribución de las lluvias y los vientos.

La faja AndinoOrinoquense es muy húmeda y lluviosa, especialmente hasta los 2.000 m de

altitud, en donde se conservan todavía relictos de las selvas que existían originalmente allí.

Page 53: Colombia Orinoco

53

Más arriba se producen cinturones de bosque nublados hasta los 3.500 m que es donde se

inician los páramos y las regiones nivales.

La Guayana también es muy lluviosa, pero los suelos pedregosos y arenosos tienden a

producir cierto grado de sequedad edáfica, lo cual se refleja en la menor exuberancia de los

bosques guyanenses. Sobre las rocas de los tepuyes sólo puede surgir una vegetación muy

pequeña y esparcida, adaptada para vivir en las condiciones de pobreza absoluta dé los

suelos. En otros casos, la interposición de altas sierras en el camino de los vientos

humectantes produce efectos totalmente opuestos en uno y otro lado de la montaña. Tal es

el caso de la Sierra de Parima que se interpone frente a los vientos que provienen del

Océano Atlántico condensando su humedad hacia el oriente dando origen a una selva muy

densa y húmeda; al contrario, cuando los vientos descienden hacia el occidente ya vienen

secos y se encargan de absorber la humedad de la zona, dando origen a la Gran Sabana

guayanesa en el alto Caroní.

Las montañas andinas y de las guayanas encajorianlos alisios forzándolos a seguir el

camino del Meta y del alto Vichada, al pasar el Codo del Orinoco. Por eso, no se puede

navegar en el alto y parte del medio Orinoco con embarcaciones a vela. Luego de pasar la

boca del Meta se da un cambio muy grande en el movimiento atmosférico: si remontamos

las aguas de este último río, de oriente a occidente, podemos llegar casi hasta las bocas del

Upía utilizando velas en casi todo el trayecto; al contrario, si seguimos remontando el

Orinoco tomamos rumbo hacia el sur y el Macizo de las Guayanas obstaculiza los vientos

alisios del NE. Como lo notaron Humboldt, Codazzi y Chaffanjon, la atmósfera se torna

quieta y pesada, aumentán las lluvias, la plaga de mosquitos se vuelve insoportable y ya no

hay vientos para impulsar las velas. Antes del inicio de la navegación con motor, el

remontar el alto Orinoco y sus afluentes era una penosa operación que se realizaba

únicamente a fuerza de remos.

Los alisios entran por la costa venezolana a los Llanos, especialmente por el ancho paso

que deja el Valle del Unare. Se extienden luego por la planicie en dirección suroccidental

trazando un gran arco que, en las cercanías de la Serranía de la Macarena, toma una

dirección sur logrando penetrar en las selvas amazónicas al sur del río Guayabero. Ese

último rezago de los alisios es, posiblemente, la causa de que existan las Sábanas del Yarí,

una planicie cubierta de pastos en medio de la selva.

Los promedios meteorológicos que se dan a continuación muestran que la Oninoquia

venezolana es más seca que la colombiana. La parte oriental, en Valle de la Pascua y

Ciudad Bolívar, llega a tener hasta seis meses secos al año. Sin embargo, el Delta Amacuro

(Tucupita) tiene una seca más corta, de tres meses, y Santa Elena del Uairén ya no presenta

meses secos no obstante ser una región de sabanas.

Page 54: Colombia Orinoco

54

En la Oninoquia colombiana los sitios más secos son Arauca y Puerto Carreño, en donde la

sequía se extiende entre los meses de noviembre y marzo. En la medida que nos acercamos

a la cordillera o vamos hacia el sur aumenta la lluviosidad y hay menos meses secos.

Tenemos, por ejemplo, que en Saravena (Arauca) y Villavicenció Cjvleta), que están muy

cerca de la cordillera, sólo el mes de enero es verdaderamente seco.

En San Carlos del Río Negro, que se encuentra a menos de 2 ° N, ya se hace sentir con toda

intensidad el efecto ecuatorial, no hay un solo mes seco y todos los meses del año la

precipitación media rebasa los 200 mm, superando los 400 mm durante los meses de junio

y julio.

Divisiones político - administrativas de la Orinoquia

Aunque, como decíamos inicialmente, el concepto básico para distinguir la Orinoquia es el

de cuenca hidrográfica, no existe un ordenamiento territorial que se guíe por la hidrografía

para su división político-administrativa. Especialmente en la faja AndinoOninoquense la

conciencia sobre la pertenencia a la gran cuenca es muy vaga -y confusa. Por lo tanto, es

muy difícil la unión de esfuerzos para manejar los recursos ambientales. Esa conciencia de

pertenencia se refleja en la participación o no en organismos regionales de tipo económico

social o ambiental. Tales el caso de las corporaciones regionales orinoquenses,. las cuales

sólo actúan con los estados o departamentos de la planicie o de la Guayana segregándose

del cinturón AndinoOninoquense.

Algo que tiene una importancia fundamental es la localización de la capital de cada división

político-administrativa. Si el centro administrativo se encuentra sobre la cordillera, en una

cuenca hidrográfica que no sea Orinoquense, el resto del territorio que sí pertenece a la

cuenca del Orinoco pierde el carácter Oninoquense: La capital imprime su carácter aunque

la mayor parte de su espacio haga parte de otra cuenca. En el caso colombiano es notable,

como ejemplo, el Departamento de Boyacá, el cual pertenece casi en un 40% a la cuenca

del Orinoco pero no participa en los organismos regionales de ella.

Lo contrario ocurre en las divisiones administrativas pertenecientes a la subregión

OninocoAmazonense del sur de la cuenca, las cuales agregan segmentos de ríos

amazónicos o del Essequibo a la Orinoquia, por razones históricas, económicas o por

facilidades de comunicación. Tal es el caso del Meta, Guaviare y Guainía en Colombia, y

de los estados de Amazonas y Bolívar en Venezuela:

Meta: debido a que el municipio de Macarena llega hasta el río La Tunia, participa en la

cuenca del Caquetá, afluente amazónico;

Guaviare:. en el sur y el occidente es recorrido por el Vaupés (afluente del Río Negro) y

por el Apapónis (afluente del Caquetá);

Page 55: Colombia Orinoco

55

Guainía: toda su parte sur pertenece a la cuenca del Río Negro.

Estado de Amazonas: en su mayor parte es Oninoquense, pero al sur los departamentos

(equivalentes al municipio colombiano) de Casiquiare y Río Negro, con 61.000 km 2

,

pertenecen a la cuenca del Guainía-Río Negro;

Estado Bolívar: su extremo noroniental (con 28.000 km 2) pertenece a la cuenca del

Essequibo, por tener dominio de la parte alta del río Cuyuní.

Page 56: Colombia Orinoco

56

Ruth Lyli Flórez

Page 57: Colombia Orinoco

57

Diego Garcés

Andrés Hurtado

Page 58: Colombia Orinoco

58

Diego Garcés

Page 59: Colombia Orinoco

59

Page 60: Colombia Orinoco

60

Page 61: Colombia Orinoco

61

Page 62: Colombia Orinoco

62

DATOS CLIMATOLÓGICOS

ENE

RO

FEBR

ERO

MAR

ZO

ABRI

L

MAY

O

JUNI

O

JULI

O

AGO

STO

SEPT

IE

OCT

U

NOVI

EM

DICI

EM

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

Prec.

ARAUC

A

10 2

7.2

9 28.

2

30 2

8.7

120

27.5

199

26.3

280

25.7

270

25.5

222 2

5.9

177

26.4

160

26.7

91 26

.9

27 2

6.9

PUERT

O

CARRE

ÑO

12 2

8.9

22 30

.1

34 3

0.6

118

29.2

120

27.5

452

26.4

418

26.2

336 2

6.5

209

26.9

178

27.5

96 28

.3

31 2

8.3

PUERT

O

INIRID

A

75 2

6.5

82 27

.7

118

27.3

234

26.5

95 2

6.1

401

25.6

452

25.5

356 2

5.7

315

26.0

212

26.2

196 2

6.4

112

26.4

SAN

JOSE D

OCUNE

30 2

7.1

53 28.

3

129

27.9

251

26.5

350

25.5

439

24.7

318

25.4

300 2

4.9

284

25.3

272

25.7

176 2

6.2

79 2

6.4

SARAV

ENA

50 2

5.4

86 25.

9

126

25.8

286

25.7

391

25.5

416

24.3

318

24.6

337 2

5.0

313

25.3

304

25.7

176 2

5.4

104

25.4

V/CENC

IO

58 2

6.3

111

27.0

197

25.4

517

25.4

563

24.8

507

24.1

400

23.9

393 2

4.4

363

25.3

432

25.1

398 2

5.4

145

25.4

SAN

FERND.

0 2

6.5

5 27.

3

12 2

8.7

75 2

8.6

172

27

250

25.9

280

25.8

275 2

6.0

160

26.5

120

26.9

45 2

6.8

5 26

.6

MATUR

IN

55 2

5.0

28 25.

3

25 2

5.9

40 2

6.8

105

26.7

210

25.8

200

25.8

180 2

6.0

130

26.6

105

26.6

115 2

6.0

105

25.4

VALLE

DE

PASCU

10 2

5.8

10 27.

0

8 27.

8

40 2

8.1

110

27.9

205

26.2

170

25.5

165 2

6.0

105

26.7

70 2

6.8

30 2

6.9

15 2

6.7

Page 63: Colombia Orinoco

63

A

TUCUPI

TA

80 2

4.9

48 25.

3

50 2

5.7

60 2

6.2

125

26.3

220

25.9

205

26.0

180 2

6.4

120

27.8

105

27.0

135 2

6.0

140

25.3

CURIAP

O

175

25.5

98 25.

6

95 2

5.8

120

26.2

250

26.6

265

26.2

245

26.3

170 2

6.8

135

27.1

155

27.0

210 2

6.3

210

25.8

PUERT

O

AYACU

CHO

25 2

8.0

25 28.

4

60 2

8.5

150

27.6

310

26.0

410

25.6

400

25.5

290 2

5.8

190

26.0

175

26.4

120 2

7.0

45 2

7.4

CIUDA

D

BOLIV

AR

25 2

6.9

15 27.

0

10 2

8.0

25 2

8.6

115

28.3

155

27.0

180

27.0

170 2

7.5

155

28.0

90 2

8.0

55 2

7.9

40 2

7.1

SAN

CARLO

S

245

26.0

225

26.1

295

25.9

305

25.7

400

25.2

410

25.0

360

24.9

305 2

5.4

270

25.9

265

28.0

230 2

6.1

215

26.0

SANTA

ELENA

70 2

0.1

65 21.

0

85 2

2.1

155

22.0

220

21.7

250

21.0

220

20.7

190 2

1.0

120

21.2

120

21.7

125 2

1.5

95 2

1.2

Prec. = Precipitación en milímetros T°= Temperatura en grados centigrados

Page 64: Colombia Orinoco

64

CUENCA DEL ORINOCO

DIVISIÓN POLÍTICO ADMINISNTRATIVA

COLOMBO VENEZOLANA

DIVISIONES POLÍTICO - ADMINISTRATIVAS DE COLOMBIA Y

VENEZUELA QUE PARTICIPAN, TOTAL O PARCIALMENTE,

EN LA CUENCA DEL ORINOCO

Venezuela

Estado Participación en la cuenca Capital

Delta Amacuro

Amazonas

Bolívar

Monagas

Anzoátegui

Guánico

Aragua

Cojedes

Carabobo

Yaracuy

Portuguesa

Apure

Barinas

total

casi total, excepto Casiquiare y Río Negro

casi total, excepto el Cuyuní

total

parte sur

total

sólo el extremo sur

total

parte sur

sólo el extremo sur

total

total

total

Tucupita

Puerto Ayacucho

Ciudad Bolívar

Maturín

Barcelona

San Juan de los Morros

Maracay

San Carlos

Valencia

San Felipe

Guanare

San Femando

Barinas

Page 65: Colombia Orinoco

65

Mérida

Táchira

Lara

Trujillo

sólo el alto Unibante

sólo el alto Unibante

sólo el extremo sur

sólo el extremo sur

Mérida

San Cristóbal

Barquisimeto

Trujillo

Colombia

División Departamental Participación en la cuenca Capital

Guainía

Guaviare

Meta

Vichada

Arauca

Casanare

Cundinamarca

Boyacá

Norte de Santander

parcial, excepto el Guainia - río Negro

parcial, excepto el Vaupés y el Apaporis

casi total, excepto el río La Tunia

total

total

total

parte oriental

parte oriental

alto río Arauca

Puerto Inirida

San José

Villavicencio

Puerto Carreño

Arauca

Yopal

Bogotá

Tunja

Cúcuta

La Región AndinoOrinoquense

Las vertientes andinas que pertenecen a la cúenca del Orinoco, en Colombia y Venezuela,

tienen solamente una superficie de 56.673 km cuadrádos, lo cual es un poco mas de una

vigésima parte de la cuenca. Sin embargo, tienen una población de 2‘52 1.000 de

habitantes, lo cual representa el 31,3 % dé toda la población orinoquense. Esas altas

densidades están ejerciendo una fuerte presión sobre los recursos bióticos e hídricos de gran

parte de las nacientes de los ríos que ya empiezan a sufrir daños en los ecosistemas. Las

divisiones administrativas que tienen a su cargo dichas cuencas hidrográficas son las

siguientes:

MUNICIPIOS ANDINOORINOQUENSES DE COLOMBIA

NORTE DE SANTANDER

MUNICIPIO CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

AREA

TOTAL

AREA

INCLUIDA

CÁCOTA

CHITAGA

LABATECA

PAMPLONA

No

Total

Total

Total

Parcial

135

1.172

249

313

135

1.172

249

51

Page 66: Colombia Orinoco

66

PAMPLONITA

SILOS

TOLEDO

No

Parcial

Total

Parcial

300

376

141

14

376

133

TOTAL 7 2.130

ARAUCA

MUNICIPIO CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

ÁREA

TOTAL

AREA

INCLUIDA

FORTUL

SARAVENA

TAME

No

No

No

Parcial

Parcial

Parcial

1.024

907

5.542

2.877

Total 3

2.877

CASANARE

MUNICIPIO CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

ÁREA

TOTAL

ÁREA

INCLUIDA

ACUAZUL

CHÁMEZA

HATO

COROZAL

LA SALINA

MONTERREY

NUNCHIA

PAZ DE

ARIPORO

PORE

RECETOR

SABANALARGA

SÁCAMA

TÁMARA

TAURAMENA

YOPAL

No

No

No

No

No

No

No

No

Parcial

Total

Parcial

Total

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Total

Parcial

Total

Total

Parcial

Parcial

1.455

289

5.581

194

759

1.101

12.115

786

179

408

291

1.136

2.391

2.532

663

289

375

194

483

303

258

138

129

243

291

1.136

538

668

Page 67: Colombia Orinoco

67

TOTAL 14

5.758

BOYACÁ

MUNICIPIO. CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

ÁREA

TOTAL

AREA

INCLUIDA

ALMEIDA

AQUITANIA

BERBEO

BOYACA

CAMPOHERMOSO

CHINAVITA

CHISCAS

CHITA

CUBARÁ

CUCAITA

CUÍTIVA

GÁMEZA

GARAGOA

GUATEQUE

GUAYATÁ

GÜICÁN

JENESANO

LA CAPILLA

LABRANZAGRANDE

MACANAL

MIRAFLORES

MONGUA

NUEVO COLÓN

PACHAVITA

PÁEZ

PAJARITO

PAYA

PESCA

PISBA

RAMIRIQUÍ

RONDÓN

SAMACA

SAN EDUARDO

Total

Total

Total

Total

Total

Total

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Total

Total

Total

Parcial

Total

Total

Total

Total

Total

Parcial

Total

Total

Total

Total

Total

Parcial

Total

Total

Total

Parcial

Total

si

si

Si

No

No

No

No

No

No

No

Si

Si

No

Si

si

No

No

57

876

67

48

302

128

664

614

1.164

43

43

117

240

37

81

917

53

54

686

198

265

354

50

67

326

322

584

247

298

139

159

150

106

57

876

67

48

302

128

422

346

963

6

21

38

210

37

81

696

53

54

686

198

265

234

50

67

326

322

584

91

298

139

159

58

106

Page 68: Colombia Orinoco

68

SAN LUIS DE GACENO

SANTA MARÍA

SIACHOQUE

SOCOTÁ

SOGAMOSO

SORACA

SUTATENZA

TASCO

TENZA

TIBANA

TOTA

TUNJA

TURMEQUÉ

ÚMBITA

VENTAQUEMADA

VIRACACHÁ

ZETAQUIRÁ

Total

Total

Parcial

Parcial

Parcial

Total

Total

Parcial

Total

Total

Parcial

Parcial

Total

Total

Total

Total

Total

No

No

No

No

No

No

Si

247

532

167

617

214

83

41

210

49

133

216

118

80

130

151

64

255

247

532

19

410

62

83

41

48

49

133

19

77

80

130

15

64

255

TOTAL 50

10.338

CUNDINAMARCA

MUNICIPIO CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

ÁREA

TOTAL

ÁREA

INCLUIDA

CAQUEZA

CHIPAQUE

CHOACHÍ

CHOCONTÁ

FÓMEQUE

FOSCA

GACHALA

GACHETA

GAMA

GUASCA

GUATAVITA

GUAYABETAL

GUTIERREZ

JUNÍN

LA CALERA

MACHETA

Total

Total -

Total

parcial

Total

Total

Total

Total

Total

Parcial

Parcial

Total

Total

Total

Parcial

Total

Si

No

No

No

Si

No

Si

106

130

209

302

4‘78

115

441

257

107

346

294

212

427

337

340

224

106

130

209

37

478

115

441

257

107

134

91

212

427

337

158

224

Page 69: Colombia Orinoco

69

MANTA

MEDINA

PARATEBUENO

QUETAME

SANTAFE DE

BOGOTÁ D.C.

TIBIRITA

UBALÁ

UBAQUE

UNE

VILLAPINZÓN

Total

Parcial

Parcial

Total

Parcial

Total

Total

Total

Total

Parcial

SI

No

No

No

No

103

1.192

893

138

1.518

57

551

117

213

235

103

824

220

138

434

57

551

117

213

45

TOTAL 26

6.165

META

MUNICIPIO CABECERA

INCLUIDA COBERTURA

ÁREA

TOTAL

ÁREA

INCLUIDA

ACACIAS

BARRANCA DE

UPÍA

CUBARRAL

CUMARAL

EL CALVARIO

EL CASTILLO

GUAMAL

LA URIBE +

MESETAS

LEJANÍAS

RESTREPO

SAN JUANITO

VILLAVICENCIO

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Total

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Parcial

Total

Parcial

No

No

No

No

No

No

No

No

No

1.149

668

1.158

580

286

573

638

8.287

852

289

162

1.328

620

10

1.080

95

286

205

585

4.566

784

110

162

275

TOTAL 13

8.778

SANTANDER

MUNICIPIO CABECERA INCLUIDA COBERTURA ÁREA TOTAL ÁREA

Page 70: Colombia Orinoco

70

INCLUIDA

CERRITO

CONCEPCIÓN

TONA

Parcial

Parcial

Parcial

No

No

No

416

333

342

254

175

139

TOTAL 3

568

Superficie y población AndinoOrinoquense de Colombia

La vertiente oriental de los Andes colombianos hacia el Orinoco es -bastante despoblada si

la comparamos con la vertiente que mira hacia el Magdalena; sin embargo, tiene una

densidad 6,4 veces Mayor que la Planicie. Esta última tiene 2,4 habitantes/km 2

, mientras

que la parte andina tiene 15,4 habitantes/km 2

.

DEPARTAMENTOS MUNICIPOS AREA INCLUIDA POBLACION

ARAUCA

BOYACÁ

CASANARE

CUNDINAMARCA

META

NORTE DE SANTANDER

SANTANDER

3

50

14

26

13

7

3

2.877

10.338

5.758

6.165

8.778

2.130

568

13.031

263.228

24.035

186.673

42.553

29.093

6.427

TOTAL 116 36.614 565.040

Superficie y población AndinoOrinoquense de Venezuela

Los Andes orinoquenses de Venezuela son mucho más poblados qué sus correspondientes

colombianos, debido a que son menos húmedos y, en su mayor parte, no son tan abruptos.

En sólo 17.059 km2 tienen 1‟955.959 habitantes, lo cual arroja una densidad de 114,7

habitantes/km 2

. También se debe tener en cuenta que muchas regiones costeras son

demasiado secas y por eso se prefieren las vertientes hacia la Orinoquia para el desarrollo

de la ágricultura y la ganadería, lo cual concentra un a mayor población.

ESTADO SUPERFICIE POBLACIÓN

ARAGUA

LARA

YARACUY

TRUJILLO

MÉRIDA

2.824

2.912

1.200

1.270

3.347

372.255

756.258

55.503

86.253

127.150

Page 71: Colombia Orinoco

71

TÁCHIRA 506 558.540

TOTAL 17.059 1‘955.959

Total de la región AndinoOrinoquense

En total la región AndinoOrinoqueñsede Colombia y Venezuela, desde la Cuchilla de los

Picachos, al suroccidentée, hasta el alto río Orituco, al nororiente, cubre una región

montañosa de sólo 53.673 km 2

, pero tiene una población de 2‘520.999 habitantes. La

densidad para Colombia es de 15,4 habitantes/ km 2

, mientras que para Venezuelaes de

114,7 habitantes/km2.

SUPERFICIE POBLACION

COLOMBIA

VENEZUELA

36.059

17.059

565.040

1‘955.959

TOTAL 53.673 2‘520.999

Superficie y población Orinoquense total

Superficie y población orinoquense total-Venezuela

ESTADO

AREA

TOTA

L

ÁREA

INCLUID

A

POBLACIÓ

N

TOTAL

CAPITA

L

DENSIDA

D

MEDIA

POBLACIÓ

N

AMAZONAS 181.000 120.000 75.210

66.085

DELTA

AMACURO 40.200 40.200 94212

94.212

BOLÍVAR 238.000 199.500 1‘OO 1.804

1‘001.804

MONAGAS‘ 28,900 28.900 502.539

502.539

ANZOATEGU

I 43.300 29.700 931.836 121.139 18.72 556.067

GUÁRICO 64.986 64.986 513.385

513.385

ARAGUA 7.014 2.824 1‘359.668 435.094 13 1.82 372.255

Page 72: Colombia Orinoco

72

COJEDES 14.800 14.800 192.368

192.368

CARABOBO 4.650 2.378 1‘734.640 1‘092.623 138.07 328.326

LARA 19.800 2.912 1‘299.269 662.627 32.15 756.258

YARACUY 7.100 1.200 395.651 67.261 46.25 55.503

TRUJILLO 7.400 1.270 536.938 34.364 67.92 86.253

PORTUGUES

A 15.200 15.200 599.670

599.670

APURE 76.500 76.500 285.412

285.412

BARINAS 35.200 35.200 456.263

456.263

MÉRiDA 11.300 3.347 604.619 175.340 37.99 127.150

TÁCHIRA 11.100 5.506. 876.628 245.456 5 6.86 558.540

TOTAL

644.423

6‘55 2.090

Hacienda en los Llanos, Siglo XIX

Superficie y población orinoquense total-Colombia

Sumando la población AndinoOrinoquense con el resto de la cuenca del Orinoco

colombiana tenemos un total de 1‘S 11.938 habitantes para una superficie de 388.101 km2,

el resultado es una bajísima densidad de 3,9 habitantes/km 2

.

Page 73: Colombia Orinoco

73

Esta densidad se muestra aún más baja si el cálculo se realiza para los 351.487 km 2 de la

planicie, porque allí sólo hay una población de 946.898 habitantes, lo cual indica una

densidad de 2,4 habitantes/km 2

.

DEPARTAMENTO SUPERFICIE POBLACIÓN

ARAUCA

BOYACÁ

CASANARE

CUNDINAMARCA

GUAINÍA

GUAVIARE

META

NORTE DE SANTANDER

SANTANDER

VICHADA

23.818

10.338

44.640

6.165

72.238

42.327

85.635

2.130

568

100.242

152.814

263.228

168.685

186.673

23.580

75.254

583.418

29.093

6.427

22.766

TOTAL 388.101 1‘511.938

Superficie y población para toda la gran cuenca del Orinoco

Como resultado final de los cálculos anteriores, tenemos que toda la cuenca del Orinoco

tiene una superficie de 1‘032.524 km 2

, en donde habitan 8‘064.028 personas, arrojando una

densidad de 7,8 habitantes/km 2

.

SUPERFICIE POBLACION

VENEZUELA

COLOMBIA

644.423

388.101

6‘552.090

1‘511.938

TOTAL 1‘032.524 8‘064.028

Sin falsas expectativas podemos decir que la cuenca del Orinoco ofrece enormes

posibilidades actuales y futuras para un verdadero desarrollo sustentáble. La baja densidad

poblacional permite planificar sin çavsar los traumatismos que ocurren en las áreas

densamente pobladas y hay muchos recursos que pueden ser utilizados para elevar el nivel

de vida sin dañar el ecosistema. Exceptuando los suelos, que no son de altá calidad pero-

que pueden mejorarse, la región ofrece enormes recursos de agua, petróleo y minerales,

además de luz, calor y humedad que significan energía biótica aprovechable si se utiliza la

tecnología adecuada para transformar esa riqueza potencial en riqueza real.

Page 74: Colombia Orinoco

74

BIBLIOGRAFÍA

Bustamante, Edgard (coordinador) - Maravillosa Venezuela. Círculo de Lectores, Caracas,

sf. -

Codazzi, Agustín. Provincia de Casanare. Inédito

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Humboldt, Alejandro von. Viaje « las Reg i ones Equinocciales del Nuevo Continente.

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Imprenta IGAC, Bogotá, 1983. -

Venezuela. Anuario Estad í stico de Venezuela 1991. Republica de Venzuela, Presidencia

de la República,- Oficina Central de Estadística e Informatica OCEI, Casacas, 1991.

Page 75: Colombia Orinoco

BIOGEOGRAFÍA DE LA ORINOQUIA COLOMBIANA

JOAQUÍN MOLANO B.

Universidad Nacional de Colombia

―Vuelve a tener sentido pensar en la naturaleza como algo vivo. La vieja cosmología de la

máquina del mundo, con el ingeniero divino como accesorio opcional, está siendo

reemplazada dentro de la propia ciencia.‖ - -Sheldrake, 1994

Foto - Fernando Urbina

De la vida y la geografía de la vida

Es claro que los conceptos con los cuales. hemos venido construyendo la visión del mundo

a través de siglos han venido transformándose, al igual que los conceptos y las visiones de

la naturaleza, de la vida y de sus ambientes. Si reconocernos la diversidad en esos ámbitos,

en la cultura y en las propias sociedades, no debe asombramos la riqueza que podamos

encontrar al abrir nuestra perspectiva de interpretación al mundo de la complejidad. La vida

Page 76: Colombia Orinoco

76

es una prodigiosa aventura que comenzó a gestarse por allá hace quince mil millones de

años y que se aproximó más a su génesis cuando el. agua surgió del maravilloso crisol de la

mega-atmósfera, donde la energía y la materia definieron transmutarse en un sistema solar

con una Tierra azul cubierta de agua y de vida. Hace cerca de tres mil quinientos millones

de años se vienen desarrollando los procesos evolutivos y cualitativos de la vida, creando

estructuras, funciones y características mediante el completo sistema metabólico, cuya

acción permanente hace funcionar y perfeccionar el sistema de la vida.

En esta misma dimensión encontramos al ser humano, el cual empezó su proceso de

hominización hace sólo veinte millones de años, de quien se sabe que hace sólo un millón

de años cumplía su proceso evolutivo. Esto significa que cerca del 99,6% de la historia del

planeta se efectuó sin su presencia y que toda la existencia humana se ha realizado sin

desligarse de la naturaleza. Para entender la vida en su larga historia y comprender el vivir

como condición cultural, hay que integrar la vida a la naturaleza y la sociedad y la cultura a

la misma naturaleza. Esta ha sido desvirtuada en su profundo significado de fuerza creadora

y reguladora del mundo. Al ser personificada se convirtió en madre, en la fuente y la fuerza

sustentadora de todas las cosas. En las mitologías antiguas, la madre tierra era la fuente

original del universo y gobernaba el destino, el tiempo, la eternidad, la verdad, la sabiduría,

la justicia, el amor, el nacimiento y la muerte (Sheldrake, 1994).

Hoy, la naturaleza es casi una abstracción que no nos contiene y que se suplanta con

términos reducidos y equívocos como entorno, ambiente, conservación y todas aquellas

ideologías altruistas de la supervivencia. En una síntesis breve, se puede decir que hay una

inmensa dificultad para pensar y aceptar que el ser humano -hombre y mujeres, se debe, y

pertenece a la naturaleza. Volver a ella, en palabras de Sheldrake (1994), significa

reconectarse con las fuentes de la vida.

Reconociendo la diversidad ambiental, tanto en elementos como en factores, nuestro

territorio antes de ser abrazado por la civilización estaba formado por tres grandes paisajes:

las selvas, dominantes en su extensión como bioma intertropical favorecido para promover

la exuberancia de la vida; las sabanas septentrionales de Suramérica, formaciones vegetales

y animales donde predominan las gramíneas sobre terrenos planos, ondulados y disectados,

sometidos a ritmos estacionales marcados en donde se suceden inundaciones y sequías a

través del año; finalmente, los páramos, complejos y variados biomas de las altas montañas

andinas ecuatoriales y subecuatoriales, con una composición vegetal, la cual va desde

especies autóctonas endémicas hasta plantas circumpacíficas y cosmópolitas.

Selvas, sabanas y páramos eran los paisajes dominantes que conformaban el territorio

colombiano antes de la penetración europea de la civilización (Molano,1992). Sobre

complejos sistemas montañosos, en sus vertientes, valles transversales, valles interandinos,

altiplanicies, sabanas inundables, sabanas disectadas, sábanas onduladas, páramos altos,

páramos medios y páramos bajos, la vida se reprodujo bajó máximas condiciones de

Page 77: Colombia Orinoco

77

biodiversidad , haciéndonos herederos de una naturaleza plena de vida y de abundancia,

dentro de la cual hemos construido naciones, territorios y patrias.

La diversidad cultural tiene a lo largo de la historia humana una amplia representación de

hombres y mujeres conformados y evolucionados bajo distintos patrones, pautas y prácticas

productivas y organizativas de sus vidas: son los indígenas, los europeos y los

contemporáneos. Los indígenas, hombres tempranos de América, habitaron nuestras selvas,

sábanas y páramos haciendo uso de múltiples estrategias culturales y de sistemas

productivos diversos, exitosos tanto para la naturaleza física y biótica, como para la

continuidad de los procesos socio-próductivos y simbólicos. Construyeronn en su larga

historia paisajes que expresaban su realidad dinámica y compleja, como procesos para la

perpetuidad de la vida de una sociedad.

En dichos paisajes se expresaban las relaciones de identidad entre la naturaleza la sociedad

entretejidas por los fuertes lazos del pensamiento mágico, en el cual la representación y

comprensión del mundo están referidos a una realidad original vinculada con el orden

cósmico y la sacralidad; donde los atributos de las singularidades ontológicas del orden de

lo primordial, lo verdadero, lo permanente: Los mitos expresaban esas formas de

representación y entendimiento de sí mismos, del entorno o de la relación con su ambiente;

surgen del imaginario colectivo y proporcionan la cohesión y la identidad tanto del grupo

como del individuo. El universo animista estaba pletórico de símbolos, de mundos

escondidos o intuidos, de situaciones presentidas, en los cuales los hombres y las mujeres

desarrollaban sentimientos de coherencia, de pertenencia y solidaridad con el ser del

mundo, presupuesto de todo acontecer.

De acuerdo con Sheldrake (1994), es un universo poblado de fuerzas concebidas de manera

cosmomórfica, representadas con el mismo tejido del universo; una naturaleza-encantada,

vaso comunicante entre las esferas de la phisis, la vida y la sociedad.

Las selvas, las sabanas y los páramos eran la vida, el universo sin fin, el todo; sin elementos

aislados de su entorno ni tampoco enmudecidos ante los símbolos. De esta manera se

construyó el núcleo de nuestras culturas americanas, expresado bajo un lenguaje críptico

donde se manifiestan las complejas relaciones con la cultura, la vida y los paisajes. Se‘

trataba de la comprensión del mundo por la identidad con él.

Este pensamiento mítico aún pervive en cerca de ochocientos mil colombianos, quienes

hablan más de sesenta lenguas y representan la más larga y auténtica tradición cultural,

pues hoy, a pesar de los avances tecnológicos y científicos, no hemos podido alcanzar las

respuestas que los pueblos nativos lograron hace milenios para entender comprendiendo y

no solamente explicando el mundo.

Desde tiempos inmemoriales hasta el siglo XVI se dio por entendido que el mundo de la

naturaleza estaba vivo. Sin embargo, con la llegada de los europeos a nuestro suelo arribó

Page 78: Colombia Orinoco

78

un modelo distinto, un paradigma basado en lo utilitarista y lo antropocéntrico, en el cual el

conjunto de los seres está al servicio del hombre, atendiendo a sus deseos y sus

preferencias, sin una ética que ponga límites a los deseos humanos ni a la ventaja

individual. Este paradigma ha sido denominado cómo el modelo civilizatorio. Bajo este

modelo hemos contrapuesto mito y ratón, hemos desacralizado el mundo mediante una

riesgosa aventura intelectual, la cual ha dejado al ser humano frente a la responsabilidad de

sus actos (Angel, 1989) Al desmitificar el mundo natural, se despeja el camino para la

manipulación tecnológica amparado en la filosofía mediante la cual se busca dar coherencia

al nuevo orden, junto con el derecho como instrumento de dominio de la naturaleza y la

sociedad y con el aporte de una visión cristiana del mundo convertida en dogma.

Estos tres pilares sirven de base para implementar el proceso de conquista y posterior

colonización de nuestra naturaleza y nuestras sociedades americanas. Así nacemos a la

modernidad afianzando la civilización como discurso ideológico que se impone bajo los

criterios de la racionalidad, desconociendo y negando nuestra realidad cultural y natural-

americanas. El modelo europeo fue pautando determinadas maneras de producir, construir

y percibir la realidad. En términos de la comprensión de la vida exuberante y desconocida

encontrada en todos nuestros ambientes y paisajes, no hubo sino una voluntad de dominio

sobre la naturaleza y una neutralidad valorativa, la cual nos dispuso ante la fatalidad de un

único modo de producción ante el mundo.

Esta forma de vernos se fue manifestando en la destrucción de las múltiples expresiones de

la. vida neoecuatorial encontrada desde el mar hasta las selvas y desde las sabanas hasta los

páramos. El modelo europeo daba a la producción una prioridad absoluta sobre las

condiciones de la biodiversidad de nuestros paisajes y ecosistemas y sobre otras

dimensiones de lo humano. Con la tala y la quema de nuestras selvas, sabanas y páramos,

se fue destruyendo la vida americana hasta configurar paisajes mediterráneos en nuestros

valles, litorales y montañas. Con el descreimiento y la desesperanza, fuimos inferiores

porque fuimos diferentes y porque no alcanzamos el reconocimiento de los criterios

universales de la cultura occidental. De esta manera, hemos venido transitando un

progresivo y permanente proceso de destrucción de la vida bajo un modelo civilizatorio que

ha perdido toda noción de armonía y de sentido.

Nunca se había alterado en forma tan palpable el equilibrio de los ciclos de la vida por

acción antrópica. Surgimos a nivel planetario bajo un sistema unificado de explotación del

mundo natural, no exactamente como consecuencia del desarrollo tecnológico, sino como

consecuencia de sin sistema de acumulación y explotación ligado a los símbolos de

progreso y civilización. En nuestro subcontinente los complejos sistemas naturales físicos y

bióticos, las diversas expresiones culturales de la sabiduría, las variadas formas de

organización social y política, fueron sometidas a la destrucción.

Page 79: Colombia Orinoco

79

En la visión de Rosenzvaig (1996), éramos el desorden frente al orden de la civilización, la

cual retrataba a una nación civilizada como un país sin naturaleza y cultura propias. A la

ideología de la civilización se integró la ideología del desierto, entendida como una política

para considerar a nuestros territorios como despoblados, como espacios vacíos. El desierto

es el punto culminante de la naturaleza entendida como barbarie. Estas ideologías se

amparaban en una visión mecánica y naturalista del mundo, de acuerdo con el esquema de

las ciencias físicas, el cual había copado para entonces todos los espacios posibles de una

mirada universal del mundo y de la sociedad.

Con los aportes de las revoluciones científicas de la modernidad, pudimos saber que la

naturaleza no puede ser influida por hechizos ni encantamientos, sino que bajo la razón

técnica es gobernada por leyes impersonales, las cuales operan de modo uniforme en todo

momento y lugar, permitiendo un control y dominio creciente del mundo.

Bajo estas profundas determinaciones, la geografía, esa antigua pero indispensable

herramienta para sabernos en los espacios del tiempo, nos ayuda a descifrar las fisonomías

que poseímos en nuestros orígenes territoriales y en nuestros ambientes de la naturaleza y

de la vida. El universo americano en las zonas ecuatoriales, nos muestra en la etapa pre-

europea una configuración muy distinta a la construida durante el largo período colonial y a

la heredada y transformada bajo el período republicano. El país, en su inmensa área, poseía

una cobertura continua de selvas, las cuales se levantaban frente al mar o se prolongaban en

él como manglares, manteniendo una desconcertante penetración por las planicies litorales,

los valles interandinos, los valles andinos, las distintas vertientes hasta alcanzar las islas de

páramo en las cumbres andinas o unirse al universo verde de la Amazonia.

En la Orinoquia colombiana las selvas revestían los piedemontes y parte de las planicies

para alcanzar una última proyección, dentro de las sabanas como selvas longitudinales a las

corrientes que buscan el río Orinoco o fragmentándose en las sabanas como matas de

monte. Una biogeografía de la vida que existió antes de transitar por los caminos de la

civilización nos muestra una herencia natural y cultural, la cual no tiene representación en

los paisajes conocidos en el presente. Nos desconocemos y nos asombramos de nuestros

orígenes de abundancia, complejidad y diversidad dentro de los cuales fuimos construyendo

sociedades empobrecidas junto a ambientes cada vez más desestabilizados y pauperizados.

La biogeografía es una rama de las ciencias geográficas impregnada de naturalismo y de

una visión mecánica del mundo, la cual tuvo en la etnobotánica y la geografía de las plantas

unas herencias tempranas hacia la segunda mitad del siglo XVIII. Posteriormente se

convierte en una disciplina decimonónica de gran interés para el conocimiento de países y

subcontinentes de distintas regiones del mundo, caracterizándose por atender a la

distribución de los seres vivos sobre la superficie terrestre, tomando en cuenta los factores

que intervienen en dicha distribución, unas veces, y los intereses por conocer las

potencialidades de los recursos así distribuidos otras. Se trató de superar

Page 80: Colombia Orinoco

80

metodológicamente el rígido criterio de oponer tajantemente a los organismos y sus

condiciones reales de existencia. Su evolución la va perfilando como una disciplina

integral, en la cual convergen:

a. el estudio de las áreas geográficas determinadas por familias, géneros o especies de

organismos vivos, de cuyo desarrollo surgieron los estudios corológicos;

b. el estudio de las comunidades de organismos tomando en cuenta composición,

organización dinámica y extensión geográfica con lo cual se dio lugar a la biocenología;

c. finalmente, el análisis de las relaciones de las comunidades y los organismos con los

elementos y factores del medio natural, mediante lo cuál se dio origen a la ecología.

De esta manera, la biogeografía estructuró un campo de saber en el que aproximó las

ciencias de la vida, las ciencias naturales las ciencias geográficas, con lo cual no sólo

proyectó y dio origen a otras disciplinas, como la ecología, sino que realizó aportes al

conocimiento mediante descripciones geográficas sencillas pero a la vez con información

documentada de las ciencias biológicas.

Además, en una perspectiva contextual, se relacionó con un conjunto de ciencias o campos

de la ciencia en donde cabe destacar la fisiología, la paleontología, la botánica, la

climatología, la edafología, la geomorfología, la paleobotánica, la hidrología y la

genética entre otras tantas, lo cual le permitió configurarse como una ciencia síntesis o

puente, más relacionada con la comprensión de la presencia, de la vida en determinado

lugar que con la explicación particular de algunas características, o relaciones especificas

de ella o de su entorno.

Tampoco fue una ciencia acabada o estrechamente relacionada con la determinación de

leyes y regularidades, tan común para las ciencias naturales imbuidas por el modelo

mecanicista del orbe. La biogeografía, con el progresivo avance del conocimiento del

mundo y con el desarrollo de la conciencia sobre la importancia de la vida bajo cualquiera

de sus manifestaciones, se convierte en una importante disciplina de corte ambiental, la

cual tiene como misión generar una reflexión profunda, ya no únicamente sobre la

distribución de la vida, sino sobre la permanencia y continuidad que posee bajo

determinantes más complejos, en donde no sólo se pueden contemplar los elementos

biogeoquímicos del entorno sino una gama de situaciones sociales, políticas y culturales

proyectadas por las sociedades modernas desde hace cerca de cinco siglos. La biogeografía,

sin perder la vida Lomo objeto de estudio, se ha visto obligada a evolucionar

considerablemente en la determinación de- las nuevas condiciones naturales y socio-

culturales que enmarcan el panorama de la vida en el tiempo presente. Así, el puente con

las ciencias de la sociedad es más amplio y comprende muchas más razones para tratar de

conseguir y entender el sentido de la vida, cuando hemos copado el planeta con nuestros

proyectos y nuestras acciones contundentes y paradójicas.

Page 81: Colombia Orinoco

81

La biogeografía contemporánea entiende que debe asumirse un análisis e interpretación

más profundos de la existencia y permanencia de la vida; sobre todo cuando hemos

contrapuesto al hombre y la naturaleza; hemos desintegrado el tiempo y el espació, hemos

separado el conocimiento de la sabiduría, hemos opuesto al sujeto y al objeto y hemos

aislado la teoría de la práctica, todas ellas dentro de un modelo de fragmentación del mundo

y de la vida. Por lo tanto, la biogeografía no puede encargarse únicamente de la distribución

de la vida sobre una sección del planeta, cuando muchas especies han desaparecido en

tiempos relativamente breves, o cuando las existentes se hallan en vía de extinción.

Tampoco es posible detener la mirada sólo en las plantas o algunos taxones animales,

cuando el ser humano ha copado el planeta y sometido e integrado la vida bajo poderosos y

complejos procesos de socialización.

La biogeografía, al finalizar este siglo y a comienzos del siglo XXI, debe ser una disciplina

geográfica-ambiental con unas elaboraciones teoricas novedosas, en las cuales no

desconozca las formaciones ideológicas ocurridas paralelamente con la aprehensión de la

naturaleza y con su historia evolutiva y cultural. Como campo de la cultura, la biogeografía

debe convalidarse con experiencias concretas, experiencias de vida. Aquí residen su

importancia y su riqueza, su espacio para reafirmar su singularidad y su propia naturaleza.

La biogeografía puede explorar los caminos de la vida para traer el mundo de la naturaleza

al palco de la subjetividad, con el fin de establecer otras formas de sentido y otras

posibilidades, de comunicación .

Laguna de alta montaña en la cuenca de captación de

río Orinoco

Page 82: Colombia Orinoco

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Ascenso de las neblinas orinoquenses en el páramo

alto

Fotos - Andrés Hurtado

Medios naturales y ambientes de la Orinoquia colombiana

La Orinoquia es considerada por antonomasia como una región natural de Colombia.

Región geográfica reconocida en la homogeneidad de algunos elementos naturales, en

donde sobresale la aparente geomorfología plana y una relativa continuidad de la cobertura

de gramíneas. Dicha caracterización regional acompañada de esa homogeneidad del medio

natural, ha permitido construir un concepto en parte obvio y en parte equívoco, pues el

Llano o las sabanas, como es denominada una porción importante de la Orinoquia fue

considerado a través de los siglos como un territorio vacío de seres humanos y de recursos

naturales de importancia. Es la concepción de desierto de vida, la ideología que dará cuenta

de procesos violentos de conquista, los cuales convertirán al Llano en sujeto posterior de

colonización de sus sabanas y selvas.

Considerada como una región geográfica unificada en torno a la cuenca hidrográfica del río

Orinoco, la Orinoquia colombiana posee un conjunto de elementos que la estructuran,

vinculan, relacionan y definen. El espacio regional subtendido por la cuenca hidrográfica

comprende distintas áreas y unidades de paisaje, aparentemente independientes de las

tradicionales llanuras orientales. Esos paisajes o subunidades orinoquenses son:

Subregión AndinoOrinoquense

• Páramos

• Selva andina y sub-andina

• Piedemonte de influencia andina

Page 83: Colombia Orinoco

83

Subregion de los Llanos O r ie ntales

• Planicies de pantanales y desbordes

Sabanas planas de la altillanura

Sabanas onduladas o disectadas

• Sabanas de desborde

• Llanura eólica

• Zona aluviales recientes

Subregión del Andén orinoqués

Subregión transicional Orinoquia-Amazonia

Sierra de la Macarena

La vida en cada uno de estos paisajes o conjuntos de ecosistemas, está ligada a un

sinnúmero de fenómenos y condiciones paleoambientales y ecológicas, los cuales han

venido evolucionando no sólo atendiendo a las dinámicas ecuatoriales que rigen esta

porción del planeta, sino incorporando amplios procesos de poblamiento y organización

territorial. Veamos cada una de dichas subregiones.

Subregión AndinoOrinoquense

Comprende los amplios flancos que ofrece la Cordillera Oriental colombiana sobre la

cuenca hidrográfica del Orinoco. Corresponde a la parte maciza y enhiesta de la Cordillera

y abarca longitudinalmente una extensión cercana a los seiscientos kilómetros. Político-

administrativamente, incluye territorios de los departamentos dé Caquetá, Huila,

Cundinamarca, Meta, Boyacá, Santander, Casanare, Norte de Santander y Arauca. Vergara

y Velasco (1981) la denominaba Cordillera de las Llanuras, observando que en ella crecen

juntas las selvas y las sabanas, en una tierra cortada por profundos barrancos a cuyo pie

corren los ríos, y luego empinados estribos que con vegetación o sin ella trepan hasta la

región de los páramos. Es allí donde se encuentran bosques enteros de piñas silvestres, que

con su aroma embalsaman el aire, y también árboles productores de resinas y bálsamos

variados; pero la mayor parte del suelo aun permanece despoblada e inculta y sin caminos

que den acceso a quienes quieran aprovechar sus grandes riquezas. Esta visión la obtiene el

autor citado en la década de los ochenta del siglo pasado.

La vertiente cordillerana integra tres biomas o zonas de vida con una fisonomía vegetal y

animal características. El primer bioma lo constituye un conjunto de páramos, el cual

Page 84: Colombia Orinoco

84

corona y circunda las partes más elevadas del macizo montañoso andino. Sobresalen entre

otros muchos, los páramos de Sumapaz,- Chingaza, Guasca, Toquilla, Pisba, Rechíniga,

Güicán-Cocuy, Carcasí, Almorzadero y Tamá. Estos páramos han heredado un paisaje

geomorfológico de origen glaciar y fluvio-glaciar, razón por la cual se encuentran surcados

de lagunas y lagos, donde comienzan muchos de los ríos y quebradas que buscan tributar al

océano Atlántico a través del río Orinoco. Algunos ríos se desprenden desde los campos

nevados, como ocurre con la Sierra Nevada del Cocuy.

En este conjunto de páramos encontramos una gran riqueza biológica, producto no sólo del

arribo dé una considerable cantidad de especies tropicales y extratropicales sino también

del ascenso y adaptación de la vegetación ecuatorial, la cual progresivamente fue

evolucionando a medida que los Andes emergían hasta cubrirse de nieves y heleros. Por

esta razón, los páramos contienen muchas especies endémicas acompañadas de especies

migrantes venidas de las regiones australes, antárticass, boreales y circumpacíficas. La

caracterización de estos páramos la han realizado connotados investigadores entre los

cuales destacan: Ancízar (1983), Codazzi (1958), Cleff (1977), Bernsen (1991),

Cuatrecasas (1989), Guhl (1982), Hettner (1976), Rangel (1989) y Van der Hammen

(1979).

Muchos de estos páramos son parques nacionales, sobresaliendo para la subregion

AndinoOrinoquense el Parque Nacional Natural del Cocuy, con 306.000 hectáreas; el

Parque Nacional Natural Chingaza, con 50.374 hectáreas; el Parque Nacional Natural de

Pisba, con 45.000 hectáreas; el Parque Nacional Natural de Sumapaz, con 154.000

hectáreas, y el Parque Nacional Natural Tamá, con 48.000 hectáreas, todos ellos

establecidos con el propósito de conservar la importante riqueza biológica de los altos

Andes ecuatoriales.

El segundo bioma lo constituyen las selvas de vertiente, denominadas selva Andina y selva

Sub-Andina, las cuales copan en buena medida los flancos cordilleranos desde

proximidades de los páramos hasta alcanzar los 800 metros de altura sobre el nivel del mar.

Parte de estas selvas están comprendidas y protegidas por los parques naturales antes

citados. Estas selvas de vertiente se diversificaron en forma considerable por causa de la

enorme versatilidad del relieve, las variables condiciones climáticas generadas por los

cambios altitudinales y la integración ecológica alcanzada para cada nicho, hábitat o

conjunto de ecosistemas. Estas selvas coparon todas las vertientes de los Andes

colombianos, incluyendo altiplanos y profundos cañones. Ellas han representado la mayor

riqueza en biodiversidad de nuestro país, pues han evolucionado en un amplio espectro de

ambientes dentro de los cuales hubo necesidad de adaptarse generando diferenciaciones

específicas y asumiendo las barreras que la propia orografía ofrecía como condición de

existencia.

Page 85: Colombia Orinoco

85

Por fortuna para la Orinoquia, las selvas de vertiente se mantienen en forma considerable,

debiéndose destacar los núcleos que circundan al Páramo de Sumapaz y que comprenden

las cuencas altas de los ríos Papaneme, Guape, Güejar, Ariari, Blanco y La Cal. Otra

sección de selva se encuentra aún entre el Páramo de Chingaza y los Farallones de Medina,

intervenida por colonización tardía, comprendida por las cuencas de los ríos Guatiquía,

Caney, Guacavía y Humea. Otro núcleo de selva existe desde la parte alta del río Cusiana

hasta las estribaciones del Páramo de Pisba, incluyendo los valles altos de los ríos Charte,

Cravo Sur, Pisba, Paüto y Ariporo. Un cuarto núcleó selvático, más extenso y mejor

preservado que todos los anteriores, lo representa el espeso conjunto selvático que se

extiende al oriente de la Sierra Nevada del Cocuy-Güicán, cubriendo la parte alta, media y

baja de la vertiente y conformada por, las cuencas de los ríos Casanare, Aguas Blancas, Río

Negro, - El Playón, San Lope, Tocoragua, Tame, Cravo Norte, Cusay, San Miguel, Bojabá,

Covaría, Cubugón y Margua, en Colombia, y Cutufí, Sanare y Quinimarí, en Venezuela.

Parte de estas selvas integran la porción superior del refugio selvático pleistocénico del

Sarare,valioso enclave de la biodiversidad de las selvas de la Orinoquia, similar en

importancia a la Sierra de la Macarena.

En la parte inferior de la vertiente AndinoOrinoquense, encontramos la tercera formación

selvática, representada por un conjunto de vegetación densa de piedemonte, el cual guarda

mayor identidad con las selvas de la Amazonia. Por condiciones edafológicas y pluviales

conjugadas con unas especiales características ecológicas, la selva de piedemonte se

extendió desde cerca de los mil metros sobre el nivel del mar hasta una altura próxima a los

doscientos metros sobre la planicie oriental.

Las selvas amazónicas delimitaban las sabanas siguiendo tres modelos: uno transicional,

formado por sabanas inclusas dentro de un mosaico de caatingas y selvas de galería, por el

sector meridional; una orla de selva cuajada de piedemonte alimentada por considerables

volúmenes de precipitación, la cual se proyectaba hacia el piedemonte AndinoOrinoquense

en Venezuela, situándose al occidenté de las sabanas hasta alcanzar cerca de cien

kilómetros de extensión y un último conjunto de selvas proyectadas sobre el Andén del

Orinoco, constituidas por selvas de galería, hylea amazónica y algunas caatingas y sabanas

inclusas no dominantes, por el oriente. Las sabanas en territorio colombiano estaban

circundadas por selvas de distinto tipo, las cuales también atravesaban, como selvas de

galería dichos llanos.

El conjunto de ecosistemas selváticos del píedemonte reunía las condiciones más

favorables para el desarrollo de la vida vegetal. Permitía no sólo captar la abundante

precipitación y acumular la humedad en el microclima bajo el dosel sino también propiciar

las condiciones óptimas para realizar la síntesis de las proteínas dé manera continua, razón

por la cual los espacios de la selva se convirtieron en los refugios terrestres más adecuados

para contener y preservar las especies vivientes. Las selvas de piedemonte se transformaron

en refugios estratégicos para la vida vegetal y animal, pues las poblaciones se irradiaban

Page 86: Colombia Orinoco

86

tanto hacia la vertiente, manteniendo la unidad de las selvas andinas, como dispersándose

por el corredor de selva densa del piedemonte longitudinal de la cordillera, o proyectándose

hacia el oriente por las selvas de galería, permitiendo así importantísimos ciclos vitales de

la fauna en sus más variados taxones. Las selvas de piedemonte se redujeron

considerablemente durante las épocas secas de las glaciaciones pleistocénicas y muchas de

ellas definitivamente no desaparecieron, haciendo posible la conservación de la

biodiversidad y favoreciendo su especiación.

Alta montaña andino-oriquense Foto-Andrés Hurtado

El ría Guaviare es un típico río blanco porque viene de la Cordillera de los

Andes y lleva muchos elementos en suspensión. La fauna acuática es relativamente rica.

Foto-Fernando Urbina

Page 87: Colombia Orinoco

87

Raudales de Tomachipán en el alto Inírida. Bajo las aguas aparecen las plantas de "carurú"

que sirven de alimento a las dantas.

Fotos - Fernando Urbina

Los pastos naturales o "pajas bravas" en floración. Cuando están totalmente

maduras no pueden ser digeridas por el ganado

Foto - Diego Garcés

La transformación de estas selvas de piedemonte. es, señalada por Ganuza (1924), citado

por Pérez (1997), quien indica en su obra la riqueza y exuberancia de las especies de fauna

y flora existentes tanto en el piedemonte como en la planicie selvática. Ganuza expresa que

la abundancia de la vegetación que existió en el período precolonial y colonial no es nada

comparable a la pobreza de la fisonomía vegetal actual, pudiéndose señalar la existencia de

Page 88: Colombia Orinoco

88

abundante macrofauna (en tamaño y cantidad) para los tiempos antiguos, extinguida y

cambiada por una escasa microfauna en el presente. Un estudio más reciente de Svenson

(1996), señala como para 1950 el actual departamento de Arauca contaba con una

superficie de selvas del orden del 45% de su territorio; el desmonte por colonización se

inició en 1960 y ya hacia 1990 se habían destruido cerca del 90% de estas preciosas selvas,

herederas del refugio selvático pleistocénico, con menos de un 10% del aprovechamiento

de sus maderas, pues las quemas siguieron los procesos de tala y no fue posible evitar la

destrucción de aquel refugio biogeográfico de la diversidad.

Un tercer ejemplo de la cobertura selvática del piedemonte lo tomamos, entre otros

muchos, de Bates (1948), quien realizó una visita en 1941 a sectores circundantes a

Villavicencio, y expresó que la vertiente cordillerana andina en este sector fue

indudablemente continua en cuanto a su cubierta selvática. Manifiesta la presencia aun

perdurable de la selva en varios sectores, la cual bajo condiciones naturales es

prácticamente inatacable por el fuego. Sin embargo, en los últimos siete años el autor citado

encontró una destrucción considerable de la selva para convertir dichos lugares en sabanas

de pastizales para los ganados. Las planicies de piedemonte estaban igualmente cubiertas

de selvas lluviosas, extendidas en más de 20 kilómetros hacia el este; no obstante, se

encontraban para entonces sabanas antrópicas entre los ríos Negrito-Guatiquía, Guacavía -

Guatiquía, Guayuriba-Metica y Humea-Cabuyaro., manteniéndose la selva en torno a los

cursos de los ríos y sus caños afluentes como selvas de galería, de las cuales hoy ya no hay

nisiquiera rastros.

Las sabanas naturales distaban más de 80 kilómetros de Villavicencio y se localizaban al

oriente del río Metica. Esta visión obtenida por Bates, apenas da cuenta de la lograda por

Restrepo (1957), .quien desde el Alto de Buenavista, en 1869, observó la inmensa planicie

de selva, la cual de trecho en trecho dejaba ver el agua de sus ríos. Sólo una sabana roturada

en las selvas de Apiay existía como expresión de las misiones jesuíticas en esta porción de

la Orinoquia. Restrepo dice que es muy difícil hacer una enumeración siquiera aproximada

de los abundantes‘ productos de estos territorios, entre los cuales exalta las quinas,

ipecacuanas, zarzaparrillas, gusanos de seda, caobas, ébanos, guayacanes, sándalos,

granadillos, macanas, copaibas; así como un listado de especies faunísticas inexistentes

para los estudiosos de la biogeografía de estas zonas en el tiempo presente.

Subregión de los Llanos Orientales

Çomprende la porción de sabanas septentrionales de Sudamérica, las cuales a manera de

cuña hacen presencia en el territorio colombiano, desde los ríos Arauca, Capanaparo y

Meta en el noreste, hasta el Guayaberoy el Guaviare en el suroeste. El subsuelo de estas

sabanas se ha conformado de materiales cenozoicos, principalmente del Terciario, tanto de

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origen marino como continental. El Cuaternario corresponde a coberturas de sedimentos

fluviales y paludales aportados por las corrientes que cruzan las planicies y acumulaciones

que el viento genero durante las glaciaciones extendiéndolas como campos de dunas en

vastas áreas del. actual Llano. Todos los materiales sedimentarios, tanto de edad terciaria

como cuaternaria descansan sobre una antigua plataforma perteneciente al Escudo de las

Guayanas, el cual aflora en algunas secciones de la Cordillera Oriental, sobre el margen del

Andén Orinoqués y en las serranías y montes islas que se extienden desde el territorio del

Guainía hasta la Sierra de la Macarena. El escudo está formado por rocas precámbricas

cuya edad oscila entre los mil y mil ochocientos millones de años.

Tectónicamente, la plataforma que contiene las sabanas está delimitada por sistemas de

fallas o profundas rupturas, las cuales se ubican en el piedemonte andino y guayanés,

respectivamente. Sin embargo, existe una falla diagonal en sentido SW-NE, la cual no sólo

fragmentó la plataforma central de las sabanas, sino que dejó el bloque occidental en

proceso de hundimiento o subsidencia. El río Meta sigue el curso de esta falla y puede

decirse que ha sido captado ó inducido a seguir su rumbo. El bloque al occidente del río

Meta mantiene una subsidencia activa, razón por la cual sus paisajes se caracterizan por el

desborde y anegación de extensas áreas en territorio de Arauca, Casanare y Meta. Esta

subregión inundable ha sido catalogada como Orinoquia mal drenada tomando en cuenta

criterios técnicos. asociados a esquemas productivos, tipo revolución verde. En verdad no

se trata de una Orinoquia mal drenada, sino de una Orinoquia bien inundada, en donde se

retienen considerables volúmenes de agua, los cuales provocan una elevada producción

acuática continental de singular valor ecológico, económico y cultural.

Los Llanos Orientales han sido reducidos a una interpretación fisiográfica homogenizante,

lo cual ha impedido conocer la enorme variabilidad de los paisajes geomorfológicos y la

desigual distribución y comportamiento de los elementos climáticos, edáficos, hídricos,

vegetales y animales, sin adicionar a ello los procesos complejos de intervención y

ordenamiento de su territorio por la acción humana. Hernández (1994), agrupa este

conjunto de ambientes y paisajes como sabana abierta, sabana arbolada, morichales,

médanos con vegetación de sabana abierta, bosque de galería, vegetación de pantano y

piedemontes, sabanas y bosques de los afloramientos rocosos, bosques de altillanura y

matas de monte, estableciendo cómo en o dentro de estas agrupaciones existen las sabanas

y los pastizales. Otras caracterizaciones han agrupado a la Orinoquia en su conjunto de

paisajes geomorfológicos donde se ubica el piedemonte, los aluviones recientes, la

Orinoquia mal drenada, la Orinoquia bien drenada y el Andén del río Orinoco (FAO, 1965

y Cortés, 1978, citados por Mejía, 1984). Los criterios que respaldan estas sectorizaciones

se basan en análisis disciplinares procedentes de la biología, la geomorfología y la

edafología acompañados de algunos fundamentos climáticos y ecológicos; en síntesis, una

sectorización natural del entorno. Reconociendo dichas condiciones naturales, pero

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90

sabiendo de las amplias transformaciones provocadas por el ser humano, analizamos a

continuación las subunidades de los Llanos Orientales.

Planicies de pantanales y desbordes

Conforman una considerable extensión de sabanas y selvas situadas en su mayoría sobre la

margen izquierda del río Meta y hasta alcanzar las estructuras bajas del piedemonte. En

conjunto los ríos Arauca, Casanare, Meta y Vichada poseen una superficie pantanosa de

97.870 hectáreas, acompañadas de 16.600 hectáreas de ciénagas. Además de las áreas de

desborde de los ríos que divagan sobre las planicies, encontramos en los departamentos de

Meta, Casanare y Arauca, pero continuando eh el Estado de Apure en Venezuela, una

extensa área deprimida entre el piedemonte y el río Meta, en la cual los ríos que provienen

de la cordillera o del piedemonte, a medida que avanzan sobre la planicie se van tornando

zigzagueantes y altamente meándricos, mostrando una gran cantidad de madres viejas como

producto de un lento y a veces indefinido tránsito hacia la llanura inferior. Dentro de esta

dinámica se llega a un momento en el cual los ríos prácticamente desaparecen o se reducen

a caños de balos volúmenes de caudal y estrechos cauces, rodeados de amplias áreas de

desborde o campos de pantanales. Los ríos incidentes en estas áreas deprimidas se

subsumen expandiéndose sobre el horizonte de las sabanas, alimentando ciénagas, esteros,

raudales y complejas estructuras de pantanos con distinta extensión y profundidad,

determinados por los meso y microrrelieves de la propia dinámica hidráulica (orillares), o

por, la aparición de dunas y escarceos.

En un lenguaje más accesible podemos decir que los ríos cordilleranos desaparecen en los

pantanales y que estos transforman y condicionan la dinámica hidráulica de las corrientes

que buscan desembocar sobre el río Meta. Luego de transitar las aguas por las amplias

áreas de los pantanales sin cauce fijo o preestablecido, paulatinamente empiezan a buscar

cauces menores, los cuales inician el origen de otros ríos, incluso con otros nombres para

finalmente desembocar en el río Meta o uno de sus afluentes de importancia.

El curso de los ríos Capanaparo, Cinaruco y el propio río Gravo Norte

En el mapa sobre unidades fisiográficas se representan algunos pantanales dentro del área

aluvial de desborde, delimitados por la sabana formada de dunas y médanos, los cuales

establecen un campo extenso de relieves eólicos extendidos por los departamentos de

Arauca, Casanare, Meta y Vichada. Los pantanales y áreas extensas de desborde son

verdaderos refugios para la vida continental y acuática. En lugar de desecar los pantanales,

apoyados en el criterio moral de mal drenados, debemos reconocer, con una visión más

amplia y completa de la vida, que en las zonas de los humedales orinoquenses poseemos

una riqueza invaluable en especies ac4ticas y anfibias. No se trata de destruir estos refugios

biogeográficos acuáticos, sino de aprovechar la producción natural de las aguas

preservando sus ecosistemas y haciendo sustentable su uso y manejo. La desecación ha sido

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una práctica desafortunada de los planificadores agrarios, quienes en una interpretación

equivocada de nuestro entorno ecuatorial, han pretendido asemejarnos a otros países sin

agua y sin selvas. De acuerdo con Mejía (1981), Colombia condensa cerca del 3% del agua

del planeta y cuenta con regiones que reciben las más altas pluviosidades del globo, lo cual

hace posible que el país aporte alrededor del 12% del caudal del río Amazonas. No se trata

de recuperar las tierras del agua, sino de mantener el agua sobre la Tierra, pues el agua es

origen primordial donde todo se diluye y crece. La biogeografía convoca a otras disciplinas

a dedicar más atención y producción de pensamiento en torno al mundo del agua, con el fin

de conocer y comprender la calidad y la naturaleza de estos cuerpos, su estructura y

funcionamiento, su metabolismo y su dinámica, las formaciones y secuencias de la vida en

las comunidades acuáticas y las complejas relaciones entre los ciclos pluviales, los ciclos

fluviales, los ciclos biológicos, los ciclos de eutrofización y los ciclos productivos y

reproductivos de las sociedades humanas.

La Orinoquia colombiana es una región con 7 a 8 meses de lluvias abundantes durante el

año y con uña nubosidad alta que transfiere considerables volúmenes de agua de origen

oceánico. Además, cuenta con una extensa red de quebradas, caños y ríos que transitan por

las sabanas a través de cauces irregulares, meándricos y trenzados, los cuales se explayan

sobre vegas y playones, desbordándose en muchas oportunidades para anegar áreas de

influencia o para alimentar esteros, ciénagas y pantanales. El agua es estacional sobre las

sabanas pero ella ha construido ambientes fluviales y lacustres esenciales para la

conservación de la vida en esos ambientes oligotróficos y de aparente pobreza.

Los pantanales siembran los ríos y caños de peces, caimanes, babillas, caracoles, tortugas,

cangrejos y un universo de especies del fitoplanton y zooplanton, aportando a su vez una

considerable riqueza en avifauna, batracios, reptiles y mamíferos al ambiente continental.

El agua en la Orinoquia define la fisonomía de grandes paisajes y ella se convierte. en el

centro de dichos panoramas en ambientes lénticos o lóticos por donde transitan los caminos

que conducen a la vida. Desecar la Orinoquia es cometer los mismos errores en que hemos

caído en el Caribe, el Cauca, el Magdalena o en los altiplanos andinos. Sin duda el modelo

a seguir es otro, si es que existe.

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Sabanas no inundables

Se encuentran ubicadas al sur y al Oriente del río Meta y Metica hasta hacer contacto con el

Andén del Orinoco. Estos Llanos Orientales son conocidos como la Altillanura, por estar

ubicados al Oriente sobre el bloque que demárca la falla tectónica del río Meta. Se

subdividen en dos unidades: la Altillanura plana la Altillanura disectada. Geológicamente

están conformadas por materiales sedimentarios acumulados en ambientes marinos y

costeros, redepositados al emerger la Cordillera Oriental, donde han sido sometidos a

procesos de intemperización y lavádo profundo, lo cual ha disminuido su composición

mineralógica y en consecuencia ha empobrecido sus suelos. De acuerdo con Botero (1990),

la Altillanura está formada por materiales aluviales pliopleistocénicos, los cuales fueron

afectados por la gran falla que corre e induce el cauce del río Meta. Posee drenajes con

dirección éste y sur y por lo tanto la Altillanura no pertenece únicamente a las sabanas del

Meta-Orinoco, sino que también integran el área transicional de la Orinoquia y la

Amazonia.

La Altillanura plana, como paisaje particular, se sitúa al sur del río Meta y comprende

buena parte del departamento del Vichada. Posee una cobertura de materiales acumulados

por el viento, dando lugar a campos de dunas formadas por arenas finas. El relieve es suave

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con proceso de disección. amplia en donde los ríos depositan sedimentos, en forma

cuasihorizontal. En el paisaje de la Altillanura se encuentran pequeños valles de erosión en

torno a los cuales se forman selvas de galería; aparecen también depresiones anchas y

alargadas de tipo erosionalcoluvial, que dan lugar a los esteros.

Debido a que el drenaje es imperfecto en grandes áreas, se presentan fenómenos de

encharcamiento durante el período de lluvias, generando anegamiento del suelo, sobre todo

en donde el agua tiene una lenta penetración. Cada uno de estos ambientes determina una

vegetación propia y un mayor o menor desarrollo de las especies comunes, sobre todo

arbóreas y arbustivas. La Altillanura presenta como dominante una vegetación de sabana

herbácea extensa y continua con presencia de leñosas dispersas o concentradas en matas de

monte y selvas de galería. Las especies de gramíneas más abundantes son Trachypogon,

Andropogon, Axonopus, Paspalum y Leptocoryphium. Las especies arbóreas están

distribuidas en relación con las aguas que drenan la Altillanura y con la calidad de los

suelos en cuanto a contenido de algunos elementos menores y una determinada presencia

de mesofauna del suelo.

Complementa a la Altillanura plana la Altillanura disectada, la cual se extiende

inmediatamente al sur de aquella, ocupando territorios de los departamentos del Meta y

Vichada. Sus paisajes se caracterizan por un conjunto de lomeríos y colinas completadas

por taludes de distinta longitud, pendiente y modelado, junto con depresiones y valles

zigzagueantes entre la multitud de domos. Sobre el horizonte, donde aún no ha sido

destruida la capa superior de sedimentos pleistocénicos, se observa la fisonomía relictual de

la planicie que conformaba la Altillanura. Se conoce también como Serranía en razón de

que el proceso de erosión. y modelado ha dado lugar a meso y micro relieves, los cuales se

asocian con las geoformas de una serranía, En la Altillanura ondulada y disectada existe un

conjunto de formas o mesorrelieves de gran variabilidad, provocados por múltiples patrones

de erosión. En cada forma o conjunto de ellas se establecen condiciones distintas para la

ocupación de la vegetación, siendo dominantes las gramíneas sobre los planos superiores y

las laderas largas, y esteros y matas de monte o selvas de galería que se forman sobre las

depresiones plano-cóncavas, los fondos de valle y las vías de drenaje. Al deteriorarse el

suelo original, se ha perdido. un potencial importante para el desarrollo de una vegetación

más exuberante; la intemperización y el proceso de denudación han permitido la creación

de corazas formadas por óxidos de hierro y aluminio, lo cual hace de esta región un lugar

apto para ganadería extensiva y agricultura de subsistencia muy localizada. La Altillanura,

de acuerdo con Sarmiento (1994), es por excelencia la tierra de las sabanas estacionales.

Subregión transicional OrinoquiaAmazonia

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95

Abarca una franja de extensos ecotonos entré sabanas y selvas con una extensión cercana a

los ciento veinte mil kilómetros cuadrados al sur del río Vichada, que comprende las

cuencas de los ríos Uva, Guayabero, Ariari, Guaviare, Inírida, Papunauay Alto Vaupés.

Políticamente corresponde a territorios de los departamentos de Mcta, Vichada, Guaviare,

Guainía y Vaupés.

Los paisajes integran geomorfológicamente un conjunto de altillanuras, proyección de la

Altillanura llanera hacia el sur, las cuales se identifican, de acuerdo con Botero (1990), en

Altillanura ligeramente ondulada, Altillanura fuertemente ondulada, estas dos geoformas

localizadas entre la llanura aluvial del río Meta y la llanura aluvial del río Vichada; luego,

entre la anterior llanura y la llanura aluvial del río Guaviare aparece una altillanura

moderadamente ondulada con algunas terrazas antiguas. Esta Altillanura llanera posee una

menor altura relativa debido a la inclinación regional del relieve. Por el incremento de la

humedad, se cubre parcialmente de selvas. Al sur del río Guaviare se encuentran todavía

algunos segmentos de Altillanura con vegetación de sabana, como es él caso de las

Sabanas. de la Fuga. Un poco más al sur lasa superficies pliopleistocénicas aparecen más

onduladas y emergen dentro de ella formas colinares de edad paleozoica, en ciará

discordancia (Botero, 1990). De manera similar a la Altillanura más septentrional, las

ubicadas a lado y lado del río Guaviare también sufren de anegamiento por

encharcamiento. Las terrazas antiguas pueden tener dos tipos de cobertura vegetal, siendo

predominante la vegetación sabanícola en las existentes entre los ríos Vichada y Guaviare,

en tanto que las del Vaupés y Guainía tienden a mantener selvas ralas o caatingas. Yendo

dé norte a sur podemos hablar de sabanas con penetración de conjunto de selvas, pero

adelante del Guaviare la selva ya contiene a las sabanas y éstas aparecen inclusas dentro de

la propia hylea.

El área transicional Orinoquia-Amazonia constituye un espacio de contacto a través de un

complejo ecotono, el cual es mucho más difícil de ubicar debido a la acción humana tanto

indígena como de caucherías y colonización contemporánea. Allí las selvas y las sábanas

ocupan territorios de distinto tamaño y diferente densidad. Las selvas alcanzan

significativos espacios entre los interfluvios así como a lo largo de las vegas de los ríos.

Son selvas de galería o de planicie aluvial muy semejantes a las selvas amazónicas

propiamente dichas; se encuentran igualmente selvas ralas con pisos ocupados por

herbáceas y súbarbustivas y sobresuelos de arenas blancas, denominadas caatingas;

finalmente se hallan selvas mucho más localizadas sobre afloramientos rocosos tipo

serranías, colinas y montes islas, las cuales alcanzan una diferenciación fisonómica en

razón de la presencia de fragmentos del Escudo Guayanés, compuestas por rocas

remetamorfizadas con coberturas graníticas de escaso o nulo desarrollo edáfico y rigurosas

condiciones ambientales.

Son selvas ralas con individuos que reducen su tamaño, las cuales exhiben características

escleromorfas y presentan un, endemismo notable. Por otra parte se convierten en refugio

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96

de especies pantropicales como es el caso del género Velloziaentre otros. Los suelos de esta

zona transicional se desarrollan en general sobre sedimentos derivados de la saliente

precámbrica del Vaupés, las cuales guardan en su génesis su carácter hidromórfico o

podzólico. Según Domínguez (1985), los suelos de esta formación son muy arenosos, con

una escasa capa de materia orgánica, cuya pobreza en nutrientes provoca en la vegetación

estructuras xeromórficas y esclerosis. Rodeando estas selvas o existiendo en forma inclusa

están las sabanas de Gramíneas,Ciperaceae, Rapataceae, Xiridaceae Orchidaceae.

Como área de transición entre sabanas selvas, esta subregión establece un importante

contacto de continuidad y de ruptura entre dos biomas, cuya interpretación, manejo, estudio

y ordenamiento requiere de una investigación integral y unas decisiones políticas de

desarrollo sustentable.

Subregión del Andén Orinoqués

Integran esta subregión los territorios situados sobre la margen izquierda del río Orinoco en

territorio colombiano, en una franja que se extiende desde proximidades a Puerto Inírida

hasta Puerto Carreño, abarcando una banda de cerca de 70 kilómetros al occidente del río

Orinoco. Es denominada por Botero (1990), como paisaje de la Altillanura residual con un

relieve muy suave, casi plano, alterado sólo por ciertos afloramientos rocosos, algunas

veces haciendo parte del mismo plano y otras formando montes islas. Por fuera de estas

áreas rocosas se encuentran grandes planos de depósitos arenosos interferidos por valles

erosionados y esteros. Esta superficie de aplanamiento está cubierta en gran parte por

materiales sedimentarios provenientes de la cordillera, los cuales se adelgazan de occidente

a oriente hasta desaparecer totalmente. Sobre la superficie de esta peniplanicie compleja se

presenta una delgada capa de arenas eólicas de escaso espesor. La vegetación intercala

sabanas arboladas con Byrsonima y Curatella rodeando selvas ralas o transicionales de

poco desarrollo, por encontrarse sobre afloramientos rocosos y depresiones. Esta

vegetación marca otro ecotono nuevo con Cransición hacia los tipos de sabanas de origen

guayanés y selvas ralas sobre interfluvios o dunas sobre los aluviones de los ríos. La

confluencia de una red amplia de ríos y caños sobre el río Orinoco hace que se integren las

selvas sobre el Andén Oninoqués, extendiéndose hacia las sabanas a través de los valles de

los ríos Tomo, Bita, Tuparro, Vichada, Mataven, Guaviare e Inínida (Molano, 1996).

Salamanca (1983), establece que la vegetación no tiene un tipo de dominancia de

gramíneas, como en el caso de las sabanas típicas de la Altillariura, sino que las plantas son

de tipo arbustivo y árboles pequeños, cuyo desarrollo depende de su localización o relación

con las delgadas capas de materia orgánica y la disponibilidad de agua o en el subsuelos La

vegetación tiende a soportar condiciones de estrés debido a la rápida circulación del agua

por los ecosistemas, lo cual determina un carácter xeromorfo acentuado. Sobre algunos

afloramientos de las rocas del Escudo de las. Guayanas se encuentran especies de Vellozia,

Paepalanthus, Mandavilla, Cissus y Eleochaeris, entre otras.

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Por constituir transición entre las sabanas propiamente dichas de la Altillanura, las

formaciones de selva sobre el Escudo Guayanés y las sabanas del Escudo de Guayanas, este

Andén tiene una importancia grande en términos biogeográficos, máxime cuando en el

macizo de las Guayanas se encuentra el centro de origen y de dispersión de muchas

especies vegetales y animales. Debido a ello, en 19.80 se creó el Parque Nacional Natural

del Tuparro, el cual comprende 548.000 hectáreas. La fauna es muy diversa habiéndose

reportado dos nuevos géneros de cánidos (Chrysocyon brachyurus y

Speothos venaticus), dentro de una amplia gama de primates, nutrias, tigres, armadillos;

osos, báquiros, venados infinidad de aves y peces de colores.

Subregión de la Sierra de la Macarena

Situada en el extremo suroccidental de la Oninoquia, conforma un conjunto de estructuras y

paisajes enclavados en el piedemonte andino y rodeados de mesas, vegas, cañones, colinas,

llanuras de inundación, afloramientos rocosos y geóformas de la vertiente baja cordillerana.

Posee una doble delimitación si se tiene en cuenta la serranía antigua, la cual está

delimitada por los ríos Duda, Guayabero y Guejar, en tanto que como reserva natural se

extiende desde el propio piedemonte andino hasta abarcar la convergencia de las cuencas

de los ríos Aniani y Guayabero.

Ha sido un lugar excepcional para el desarrollo y la evolución de la vegetación y la fauna

de origen guyanense, amazónica, orinoquense y andina, razón por la cual ha sido

considerada corno "un laboratorio de la naturaleza", como "un tesoro del mundo", como

reserva biológica", como "enclave biogéográfico", como "reserva natural", como "reserva

biológica integral", como "patrimonio científico mundial", como "reserva nacional para la

ciencia", como "reserva biológica única en el mundo", según declaraciones de

investigadores, viajeros, científicos e instituciones nacionales e internacionales vinculadas a

la preservación de la diversidad y el estudio de la evolución y la permanencia de la vida.

En cuanto a su origen geológico y morfológico, la Sierra de la Macatena es un núcleo

rocoso emparentado con el Escudo de las Guayanas, una vieja estructura de edad

precámbrica, la cual tiene expresión en el territorio centrooriental de Colombia como

basamento sobre el cual descansan muchos tipos de sedimentos marinos y continentales;

aparece también como fundamento de las vertientes cordilleranas a manera de macizos

como el de Garzón, Quetame o Guantiva en la Cordillera Oriental o como contrafuerte de

las vertientes de la Cordillera Central.

Esta herencia geológica precámbrica o paleozoica define la estructura continental del

territorio colombiano; finalmente aparece también como montes islas (Inselberges),

zócalos, peniplanicies, escudos y serranías, entre las cuales se destacan Naquen,

Araracuara, Chinibiquete y La Macarena. Por causa de su origen tan antiguo en el tiempo y

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98

debido a los múltiples eventos contenidos en su propia evolución, la Sierra de la Macarena

es considerada un relieve insular de singular valor a través del cual se conectaron

biogeográficamente los Andes al centro de origen y dispersión de las Guayanas, desde el

cual se poblaron las rocas desnudas surgidas del fondo del mar o las rocas rejuvenecidas

integradas en el proceso emersivo andino.

Los mares del período Terciario, antes de emerger la Cordillera Oriental contaban con un

archipiélago amplio sobre la plataforma guyanesa, el cual se alejaba de los litorales sobre

las márgenes del actual río Orinoco y se articulaban en un núcleo donde a no muy larga

distancia se encontraban la Sierra de la Macarena, el Macizo de Garzón, Los Picachos, el

Macizo de Quetame y el Macizo de Guantiva, junto con otros menores, los cuales la

Cordillera incorporó en sus sedimentos y los mantiene en su estructura.

Los cambios paleoclimáticos y la transformación geomorfológica sufrida bajo la influencia

andina, permiten interpretar el importante papel cumplido por la Sierra de la Macarena en

tanto isla biogeográfica oceánica, isla biogeográfica continental amazónica, isla continental

oninoquense e isla continental guyanesa, todo lo cual fue generando una compleja

composición de la flora y la fauna a manera de mosaico biológico de gran diversidad. Es

por esto que en los estudios e investigaciones allí realizados se han hecho, hallazgos en

términos de nuevas especies cosmopolitas, especies endémicas y especies pantropicales.

Analizando los aspectos biogeográficos de la Sierra podemos destacar, bajo condiciones del

presente, la abundancia de la vegetación existente tanto sobre su propia estructura como en

los terrenos terciarios y cuaternarios que la circundan. En primer lugar se destaca un paisaje

de selvas extendido sobre las vegas, las terrazas y las colinas que hacen contacto con las

geoformas del piedemonte. La selva original la circundaba en su totalidad y la penetraba en

sus valles y laderas interiores, provocando una cobertura propia, emparentada en las selvas

amazónicas y las selvas andinas. Sobre el domo de la Sierra, tachonado de tepuyes y

emergido desde los cuatrocientos metros hasta los dos mil metros sobre el nivel del mar,

existe un basamento cristalino bastante antiguo, en el cual hay suelos más delgados y de

menor fertilidad que contienen una vegetación compleja donde se matizan taxones de

distintos y distantes orígenes.

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Una muestra de la diversidad biológica de la Sierra de la Macarena, en un territorio de

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1‘019.036 hectáreas, sobre un domo de 120 km de largo y entre 20 y 40 km de ancho, lo

expresa Avellaneda (1989), al referir un listado preliminar de treinta órdenes botánicos

representados por sesenta y tres familias; y una gama mucho más amplia de géneros y

especies, además de una significativa presencia de macro, meso y microfauna, lo cual

comprueba la importancia de esta área biogeográfica en donde es posible hallar contactos y

ecotonos de especies de selva húmeda, selva rala, vegetación xerofítica y vegetación de

sabana, definidas como formaciones vegetales de selvas densas, selvas ralas, matorrales

densos, matorrales ralos y vegetación herbácea. Una versión ilustrada con detalle, la

encontramos en el trabajo sobre mamíferos realizado por la Asociación para la Defensa de

La Macarena, difundido con fines conservacionistas (Cabrera y Molano, 1995). Luego de

sobrepasar el cinturón selvático del río Guayabero en dirección sur se encuentran las

sabanas del Refugio extendidas hasta el caño Morrocoy, cuya selva de galería las separa de

las sabanas de La Tunja extendidas a lo largo del río TuniaMacaya (alto río Apaponis), y un

poco más hacia el suroccidente se encuentran las sabanas del Yarí con una extensión mayor

a los 100 kilómetros cuadrados siguiendo a lado y lado del río Yarí

(Domínguez, 1985), convirtiéndose en el núcleo de sabanas amazónicóoninoquenses más

próximas a la línea ecuatorial con tan sólo 1° 10‘ de diferencia latitudinal.

Estas sabanas inclusas presentan una vegetación herbácea donde se combinan géneros o

familias como las gramíneas, las ciperáceas, las bromeliáceas y guardan relación con las

sabanas que se encuentran en la zona suroniental de la Sierra de la Macarena, conocidas

como sabanas de Caño Cristales, caño Cufuche y sabanas El Temblón, homogenizadas

mediante quemas, pero con una composición florística más relacionada con flota de los

antiguos escudos, como la familia de las Velloziaceae presente en África y América.

Por todas estas maravillosas condiciones de la historia natural, física y biótica, la Sierra de

la Macarena ha sido reconocida a nivel mundial como un refugio de la vida planetaria y

continental y considerada por ello patrimonio de la humanidad; y a nivel nacional,‘

mediante su establecimiento como Reserva Nacional en noviembre de 1948 según la

Ley 52. En noviembre de 1963 fue incorporada a la Universidad Nacional con fines

científicos y educativos y en 1989 fue creado el Parque Nacional Sierra de la Macarena,

con un área de 630.000 hectáreas, integrado a un área de manejo especial de 3‘5OO.OOO

hectáreas, las cuales comprenden además la Cordillera de Los Picachos y el Parque

Tinigua. Como una acción más directa en términos administrativos y gubernamentales, el

Ministerio del Ambiente ha creado una corporación regional exclusiva para la Sierra de la

Macarena, procurando así realizar una gestión ambiental de mayor proyección sobre este

territorio.

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101

Caño Limón

Foto -Diego Garcés

La Orinoquia colombiana posee en forma compartida con la Amazonia un conjunto de

ecosistemas invaluables, los cuales integran un banco biológico de plasma germinal

(Molano, 1972), no sólo para conservar sino para estudiarlo y utilizarlo con el fin de

restablecer su propia dinámica y la de otras áreas a recuperar con especies autóctonas.

Los cinco microambientes antes presentados además de constituirse en medios naturales

propios, integran una gran variedad de ecosistemas y paisajes, los cuales vienen a

conformar las unidades biógeográficas básicas de la Orinoquia, en cada una de las cuales

podemos aprender a comprender y a apreciar las fuerzas y los procesos que conforman el

mundo de las sábanas y las selvas en la Alta Orinoquia.

Génesis, posibilidades y riesgos

La biogeografía proyecta una imagen de la naturaleza de los biomas, de las estructuras de

Page 102: Colombia Orinoco

102

sus paisajes y de la permanencia y continuidad de la vida. En la Qrinoquia se despliega ante

nuestros ojos el subcontinente suramericanp con sus estructuras de montañas, selvas y

sabanas, tan a menudo considerados como elementos sobreentendidos. Es aparente la

distribución casual de sus paisajes, y por ello debemos aún explicar brevemente la acción

conjunta de complejas fuerzas, las cuales operaron dentro de temporalidades múltiples en

fases siempre dinámicas.

De la génesis

Como paisaje biogeográfico, la Orinoquia atendió en su desarrollo y conformación a las

fuerzas fundamentales que esculpieron y plasmaron la tierra tanto física como

biológicamente. Los elementos del ambiente físico, así como los componentes de la vida

neoecuatorial aquí surgida, se desarrollaron atendiendo al equilibrio variable que siempre se

mantuvo entre la tierra y el agua (continente-Océano), las fuerzas que construyen montañas

y las que erosionan y degradan las superficies emergidas, el desarrollo de las comunidades

vegetales y las poblaciones animales, los cambios macroclimáticos y las condiciones

climáticas regionales y locales. Los paisajes de la Orinoquia son una escena fragmentaria

de la prolongada-historia del continente.

Las sabanas del norte de Sur América son formaciones vegetales de pastos y hierbas con

gran continuidad como estrato herbáceo y con una relativa discontinuidad en las especies

arbóreas, las cuales se distribuyen ya sea como plantas leñosas dispersas, como matas de

monte o como selvas de galería, de acuerdo con las características específicas de los suelos,

las aguas y las propias adaptaciones de las plantas. Estas sabanas se definen

biogeográficamente como sabanas neoecuatoriales, haciendo alusión a las condiciones de

humedad y al régimen temporal anual, el cual establece un prolongado período de lluvias

hasta de 9 meses, seguido de un período seco con duración máxima hasta de 5 meses.

Las sabanas neoecuatoriales encuentran en el agua condiciones formativas importantes,

pues debido a la convergencia de las masas de origen oceánico y continental sobre la franja

ecuatorial, esta zona se ctonvierte en una de las más húmedas del planeta. El agua se

manifiesta y permanece mediante abundantes precipitaciones, que se tornan más elevadas

en volumen sobre los márgenes de las sabanas en donde existen condiciones más

apropiadas para condensar las masas de nubes que se desplazan por las sabanas. Hacia el

centro de ellas disminuyen los valores de precipitación, descendiendo progresivamente

desde los 2.000 mm hasta alcanzar promedios anuales inferiores a los 1.300 mm de

pluviosidad.

La temperatura no fluctúa significativamente como es usual en las zonas isotérmicas

ecuatoriales, por lo tanto podemos expresar que la estacionalidad en esta franja del planeta

sobre las bajas latitudes es pluvial a lo largo del año y es diaria en términos de su máxima

Page 103: Colombia Orinoco

103

variabilidad térmica. Estos parámetros ambientales determinan la fisonomía de la sabana,

tomando en cuenta los criterios ecológicos que las regulan. Sarmiento (1994), precisa que

tanto en los aspectos funcionales como en su misma fisonomía los cambios son

manifiestos, presentándose un tapiz verde durante el período de lluvias como consecuencia

de la activa reproducción de la vegetación y el intenso crecimiento de todas las formas

vivas en general; por el contrario, durante la época de sequía la vegetación y la vida

sabanera en general soportan un rigor extremo, el cual se evidencia en el estrés que deben

soportar las especies de estos ecosistemas, los cuales deben incluso detener sus ritmos

biológicos hasta alcanzar fases de reposo o latencia total; entonces la fisonomía adquiere un

carácter estival, con tonalidades de color amarillento pardusco, grisáceo y negro, colores

asociados con los procesos de marchitamiento hasta culminar en la quema de la sabana.

Una muestra de las sabanas se presenta en la figura sobre tipología en donde Sioen y

Vareschi (1982), sintetizan algunos caracteres que representan las sabanas inundables, las

sabanas no quemadas, las sabanas quemadas y pastoreadas, las sabanas sobre llanuras

inundables sometidas al fuego, las sabanas arboladas sobre las planicies y las sabanas

arboladas sobre serranías o mesas disectadas. Los perfiles de estas sabanas expresan una

fisonomía no ecológica sino antrópica o ambiental. La fisonomía y el funcionamiento de

estos ecosistemas, sobre todo en los últimos siglos, mantienen en los sistemas de uso y

manejo que las sóciedades llaneras han establecido, los principales determinantes para su

continuidad y su expresión en términos de paisajes contemporáneos. En estos procesos de

construcción del entorno donde convergen la producción natural de las sabanas y las

distintas formas de la producción social, es donde la biogeografía tradicional encuentra

enormes dificultades para poder responder por la distribución de los organismos vivos

sobre una determinada región.

Remontándonos un tanto más en el tiempo, sin descender hasta sus orígenes en el Terciario,

queremos interpretar los cambios biogeográficos provocados por la acción global de las

glaciaciones e interglaciaciones sucedidas durante el período del Pleistoceno, sobre todo en

su fase tardía, cuyos registros aparecen más evidentes en este lugar del planeta. El proceso

de enfriamiento global produjo la formación de extensos casquetes y campos de hielo en las

partes altas de las montañas con un consecuente proceso de desaturación de la atmósfera

expresa en un resecamiento general, el cual creó condiciones para que los biomas

alcanzaran otros patrones de distribución, desconocidos bajo las circunstancias reinantes

durante el clima de interglaciación que vivimos.

En el mapa sobre glaciaciones se representa la distribución de los principales biomas

relacionados con la Orinoquia durante el período glaciar, interpretando la dinámica seguida

para entender estas transformaciones básicas, las cuales no sólo han marcado el carácter de

dominancia o de refugio, sino que conforman la herencia de los procesos genéticos de las

sabanas y de las selvas en el oriente del país. Por causa del descenso de la temperatura y la

considerable reducción de la humedad relativa, la parte central de los llanos orinoquenses

Page 104: Colombia Orinoco

104

cambiaba la fisonomía de sabana por la de desierto o región árida.

La acción de los vientos alisios estimulada por amplios gradientes de presión y

prácticamente reales barreras, hizo posible que los materiales cuaternarios y aun las arenas

finas, arcillas y limos fueran removidos y acumulados por el movimiento del viento

provocando campos extensos de dunas y médanos, estudiados por Tricart (s.f.) y Khobzi

(1981); este último autor distingue cinco fases áridas producidas entre el antepenúltimo

glaciar y el Holoceno.

Los acumulados eólicos que cubren gran parte de las llanuras colombo-venezolanas

presentan como característica una variada existencia yendo desde paleoformas fósiles hasta

dunas y médanos activos; se encuentran desde dunas parabólicas hasta dunas

longitudinales, estas últimas más propias de los desiertos; hay campos de dunas más o

menos homogéneos en tanto otros se encuentran muy disectados por las corrientes; las hay

antiguas y recientes evidenciando la reiterada acción de los paleoclimas áridos en forma

cíclica; las hay evidentes y las hay sepultadas, como expresión de la continuada migración

de las arenas. Donde ellas no aparecen, sobre todo en la franja de influencia andina en los

llanos occidentales y suroccidentales, puede existir el desierto o la zona árida intensa, peto

los acumulados más gruesos y pesados impidieron la presencia de las geoformas del viento.

Contrasta en el presente, la existencia de una amplia llanura eólica formada bajo

condiciones de extrema aridez dentro de las áreas inundables o llanuras de desborde,

sirviendo las dunas y medanos de diques, bancos de arena y otras formas que adquieren el

carácter de relieve positivo durante las prolongadas lluvias y son usadas para mantener los

ganados a salvo o para contener las viviendas o algunas otras expresiones de la

infraestructura social llanera.

Raudal "alto" en el

Inírida medio. La

planicie de las guyanas

con sus rocas de

Llano inundado

Foto - Diego Garcés

Page 105: Colombia Orinoco

105

extraordinaria dureza,

obliga a los ríos a

correr en forma de

raudales.

Foto - Fernando

Urbina

Los ojos de agua donde van a beber los granados en

medio del hato

Foto - Fernando Urbina

Page 106: Colombia Orinoco

106

Descenso de las aguas al inicio del verano en los

esteros de Casnare

Foto - Diego Garcés

Page 107: Colombia Orinoco

107

En los más fuerte del verano los fondos de las lagunas

quedan

expuestos al sol y se cuartean por expansión

Durante estos eventos glaciares, la sabana circundaba o penetraba en forma insular sobre

los campos de dunas, médanos y escarceos o hacía transición con los espacios desiertos con

coberturas vegetales muy pobres, las cuales ganaban continuidad a medida que los climas

se tornaban menos secos. El límite de las sabanas variaba fundamentalmente, pues además

de ser marginal al área de extrema aridez, penetraba por los espacios antes ocupados por las

selvas hasta alcanzar los piedemontes andinos y el corazón de la Amazonia colombiana,

principalmente sobre las selvas que ocupaban la proyección del Escudo Guayanés conocido

como Saliente del Vaupés en Colombia y hasta proximidades del refugio selvático de

galería sobre la planicie aluvial de los ríos Putumayo, Caquetá y Amazonias.

Las sabanas, al extenderse sobre el espacio de las selvas amazónicas y de piedemonte

andino, obtuvieron una riqueza mesológica importante para su proceso de adaptación y

especiación, pues al tener que ocupar una mayor diversidad de biotipos y provocar

interacciones más complejas con ambientes y especies distintas, encontraron más

oportunidades y más riesgos, debiendo incorporar agentes evolutivos eficaces en el

conjunto de la biocenosis. De esta manera, las planicies orientales del país estaban cubiertas

por sabanas en una proporción dominante con una franja desértica en parte de los actuales

departamentos del Meta, Vichada, Casanare y Arauca. Completaba la distribución

biogeográfica de los desiertos y las sabanas, un conjunto de refugios selváticos marginales

tanto en las sabanas como en las estructuras andinas y el Escudo de las Guayanas. Se

destacan allí los refugios del Napo y la planicie aluvial de los ríos Caquetá y Putumayo,

situados en la parte suroccidental de la planicie oriental.

Page 108: Colombia Orinoco

108

A lo largo de la Cordillera Oriental, tanto en territorio colombiano como venezolano, se

extendía una selva basal entre los 800 y los 2.200 m.s.n.m., la cual servía de refugio

longitudinal al eje cordillerano, dentro del cual convergían las múltiples especies vegetales

y animales de las selvas andinas, subandinas y ecuatoriales, en un apretado cinturón de baja

vertiente. Se destacan unos importantes refugios por su continuidad como son la Sierra de

la Macarena y las selvas del Sarare, núcleos biodiversos en dónde se conservó un gran

número de especies de flora gondwanica, pero donde además se provocaron procesos de

especiación, los cuales vinieron a enriquecer las selvas y sabanas de planicie, así como las

formaciones vegetales de vertientes andinas.

Otro refugio de gran significado, lo representa el de Imerí, ubicado sobre y en las márgenes

del Escudo Guayanés comprendiendo la región del Alto Rionegro Guainía. Sus selvas

mantenían elementos vegetales y faunísticos de floras amazónicas y guayánicas, con las

cuales se repoblaban buena parte de las selvas del Guainía, Vaupés, Quaviare. y Vichada,

en territorio colombiano.

Un último refugio lo constituye la franja selvática ubicada en las bocas del río Orinoco

sobre el Delta Amacuro, la cual mantuvo en sus espacios elementos higrófilos de mucha

irrelevancia, como los manglares en la franja de influencia marina y la selva suramericana

en el Hinterland más continental. A partir de estos refugios pleistocénicos se repoblaban las

especies selváticas del presente, durante un tiempo relativamente breve. Como es conocido,

durante la última glaciación iniciada hace cerca de 116.000 años, se provocaron entre 20 y

25 eventos glaciares con sus correspondientes fases interglaciales, sucesos que debieron

afectar con mayor o menor intensidad las áreas de distribución biogeográfica de los biomas

de desierto, selva y sabana antes anotados.

Las planicies orientales orinoquenses, una vez que se provocaba el paso de la glaciación

hacia la interglaciación, cambiaban la ubicación anterior de sus biomas, bajo una

distribución biogeográfica bastante diferente, no sólo en términos de sus áreas sino en la

localización y composición de los ecosistemas. En el mapa sobre los óptimos

representamos los nuevos espacios ocupados por las sabanas y selvas; ahora carentes de

desiertos o zonas de extrema aridez. La planicie orinoquense colombo-venezolana se cubre

de campos de gramíneas y sabanas abiertas o arboladas, matas de monte o morichales,

vegetación de pantanos y campos inundables, selvas de galería y sabanas de altillanura,

sabanas de mesas y sobre afloramientos rocosos.

Es una región extensa con cerca de 500.000 km 2

en una matriz dominante de pastizales,

surcada de selvas en torno a las corrientes de drenaje, las cuales se convierten en rutas y

puentes de contacto y expansión de las especies de las selvas circundantes a los llanos y en

refugios de una rica fauna mixta selvático-sabanícola. Las selvas de galería interconectan y

dispersan el germoplasma de las selvas y las sabanas. De manera general, las sabanas se

visualizan ahora como una gran isla de pastizales dentro de un mar verde de selvas

Page 109: Colombia Orinoco

109

ecuatoriales, las cuales las penetran a través de una gran cantidad de canales (selvas de

galería), fragmentándola en subunidades menores caracterizadas no sólo por sus

condiciones morfológicas y edáficas, sino por su fisonomía y funcionamiento.

Florísticamente, la sabana de pastizales muestra una gran diversidad de especies en los

distintos estratos y ambientes climáticos y edáficos. En las sabanas planas, onduladas y de

abanicos, predomina la saeta peluda (Trachipogon vestitus)acompañada de pasto de

embarre (Paspalum pectiriatum) y rabo de mula (Leptocoryphium lanatum). En las sabanas

húmedas se encuentran variedades de pajas de agua (Hymenachiie amplexicaulis, Luziola

spruceana, Panicum elephantzpes, Panicum dichtomiflorum y Paspalum repens), asociados

con herbáceas de distinta parte (Xyris sp., Abolboda sp., Paepalanthus sp., Heliconia sp.) y

arbustos o árboles pequeños (Xilopia sp., Vismia baccifera, Cassearia sp. y Genipa caruto).

Las sabanas secas dominantes en la altillanura comportan varias especies de gramíneas

como saeta peluda (Trachipogon vestitus) guaratara (Axonopus purpusii)paja lisa o

saeta (Trachipogon plumosus) pasto negro (Paspalum plicatulum) y el pasto de

embarre (Paspalum pectirtatum) cuya dominancia o presencia se corresponden con las

mesas o planicies altas o medias, con capas endurecidas de óxido (arrecifes) o sobre suelos

pedregosos. Se asocian matas de monte y arbustos dispersos relacionados con la acción de

los termitas y las fuentes de agua, sobresaliendo la palma de. corozo (Acrocomia sp.) el

manteco (Byrsonima crassifolia) el moriche (Mauritia minor) , el merecure (Licania

pirifolia) el gualanday (Javacanda sp.) el chaparro (Curatella americana) y el

chaparrote (Palicourea rigida).

Las selvas de galería, los morichales no intervenidos y las matas de monte extendidas como

selvas de pantanos, poseen una composición florística distinta y más variada sobresaliendo

la palma de corozo (Acrocomia sp.), el gualanday (Jacararula obtusifolia), el árbol flor

amarillo (Tabebuia serratifolia), y el japumo (Xilopia aromatica), el

bototo (Cochlospermun orinocense) , el caruto (Genipa caruto), el tórtolo (Schefflera

morototoni) , el niopa o yopo (Anadenanthera peregrina), las chibechas (Ficus spp.), las

ceibas (Ceiba pentadra) , el cachicamo (Calophyllum sp.) ,guamos (Inga

spp.), cañafístulos (Cassia moschata), la palma de macana (Enterpe precatoria) , la palma

chiapo o zancona (Socratea exorrhiza), palma de chontaduro (Bactris gasipaes), la palma

mil pesos (Jessenia bataua), palma de mayorca (Oenocarpus sp), palma de cubaro

(Bactris cubaro) , guafas o guaduas (Guadua sp.)árboles de tacay (Caryodendrum

orinocense) y corpulentos árboles de cedro macho(Bombacopsis quinatum). Estos árboles,

arbustos y palmas se ubican en selva de galería o selvas pantanosas las cuales pueden

alcanzar varios kilómetros de ancho y muchos, más siguiendo longitudinalmente las

corrientes de agua; en otras circunstancias, las matas de monte son nichos o parches de

vegetación selvática, aislados un tanto de tales corrientes, pero asociados a depresiones,

termiteros o lugares con niveles freáticos altos.

Page 110: Colombia Orinoco

110

Las matas de monte, como plantea Hernández (1994) si no se les interviene por tala y

control por fuego, tienden a invadir o recuperar los espacios de las sabanas.

Las selvas de estos ambientes son indudablemente estratificadas con buen número de

parásitas y epífitas y con una fauna asociada de gran riqueza donde sobresale el venado

sabanero (Odocoileus virginianus), el zorro gatuno (Vulpus cinereo argenteus), el oso

palmero (Myrmecvphaga tridactyla), el oso mielero (Tamandua tetradactyla), roedores

menores (Sigmoden sp. y Zygodontomys sp.), el cachicamo o armadillo (Dasypus

novemcinctus y Das ypus kappleri), el perico -ligero (Brady pus griseas y Choloe pus

hoffmanni), el tigre colorado (Felis concolor) , el canaguaro (Felis pardalis) el

tigrillo (Felis wiedii),la danta (Tapirus terrestris), el maparito (Galactis vittata) el venado

soche (Mazama americaria),la lapa o tinajo (Agouti paca). Sin agotar el inventario de

mamíferos, los ecosistemas de sabana y selvas poseen una abundancia grande de aves,

reptiles, anfibios, peces, insectos, arácnidos, etc., cuyo conocimiento aún espera ser

descifrado tanto en sus. determinaciones como en su etología.

Las selvas que rodean las sabanas septentrionales de Suramérica no poseen las mismas

características desde la perspectiva de su origen, pues algunas de ellas derivan de refugios

selváticos, otras de sectores con área de influencia seca sobre el margen caribeño, otras

desde campos de desborde o. inundación y otras desde serranías o fragmentos de escudos

antiguos. Esto permitió caracterizarlas como selvas de serranías y mesas al sur de Puerto de

La Cruz y sobre territorios del Valle de Pascua, Zaraza y Guanipa en el sector centro-norte

de Venezuela; selvas de piedemonte en territorio, de Táchira, Barinas y Portuguesa en la

parte centro-occidental de Venezuela; selvas de piedemonte de los territorios del Meta,

Casanare y Arauca; selvas de serranías y mesas en el sector de la Sierra de la Macarena y

las vegas del Ariari-Guayabero; selvas transicionales amazónicas del Guaviare, en el sector

sur de la Orinoquia; selvas de galería y caatingas del Guainía, Guaviare y Vichada, en el

oriente de Colombiá; selvas del Andén Orinoqués con influencia de formaciones geológicas

y vegetales del suelo guyanés sobre las márgenes del medio Orinoco; selvas del Estado

Amazonas extendidas a lo largo de los valles fluviales y delimitadas por serranías y

sabanas; selvas del bajo Orinoco-Caroní, las cuales delimitan los llanos al sur del río

Orinoco y selvas del Delta Amacuro, extendidas sobre las islas y penínsulas del gran delta.

Bajo condiciones pre-civilizatorias europeas, estas selvas se extendían como una orla verde

que delimitaba los ambientes de sabanas y los vinculaba con las dominantes selvas

ecuatoriales de planicies, litorales y montañas.

Comparativamente, los límites biogeográficos de las sabanas y las selvas orinoquenses y

amazónicas muestran una gran movilidad espacial y temporal ante la acción de los eventos

glaciares e interglaciares. La fisonomía de los paisajes biogeográficos dentro de estos

eventos globales se muestra de manera contrastante, sobre todo cuando el mundo de la vida

atiende las fluctuaciones y los cambios de la sequía y la humedad, el calor y el frío, la

Page 111: Colombia Orinoco

111

aridez y las inundaciones, los refugios de selvas y de desiertos, todos ellos ocurridos en la

Orinoquia desde tiempos pleistocénicos.

En el mapa sobre la situación prehispánica se encuentran representados los espacios

ocupados por las selvas y las sabanas antes de la intervención europea sobre la Orinoquia

colombiana y en una etapa de afianzamiento del óptimo climático interglacial. Debe

resaltarse la extensa red de selvas que circundan y atraviesan las sabanas, reduciéndolas a

islas de mayor o menor tamaño con una configuración determinada por la forma

longitudinal de los ríos y sus selvas de galería o por las características morfológicas del

relieve, llegando en muchos casos a constituirse en formaciones vegetales azonales dentro

del bioma dominante de las selvas, sobre todo al sur y al occidente del río Vichada.

Ese carácter insular de las sabanas puede haber significado para algunas especies

condiciones evolutivas y/o adaptativas propias, pues el carácter de la sabana

permanentemente inundada, sabana parcialmente inundable, sabana disectada, sabana de

dunas y escarceos, sabana marcadamente estacional y sabana sobre suelos oligotróficos,

‗ofreció en cada caso y bajo condiciones ecológicas distintas, posibilidades para

determinadas especies y limitaciones para otras que buscaron dispersarse o colonizar

espacios más amplios. Esta forma de existencia insular, unida a los drásticos cambios

ambientales generados por las glaciaciones, pueden considerarse responsables de las

variaciones genéricas y la diversidad especifica encontrada tanto en las características

propias de las especies como en los procesos fisiológicos de respuesta a la nutrición, la

reacción al calor, la luz y la humedad acordes con los ritmos temporales anuales en la zona

ecuatorial y subecuatorial.

Este carácter aislado también hizo posible que algunas especies propias de otros ambientes

lograran refugio en estas variadas sabanas, donde si no encontraron un ambiente óptimo, si

hallaron ciertas condiciones y exigencias de vida análoga. Esta situación se aprecia sobre

todo en las sabanas sobre afloramientos del Escudo de las Guayanas, ya sea sobre

peniplanicies o sobre serranías, donde es frecuente encontrar refugios de especies

paleoendémicas como es el caso del género Vellozia,emparentado con flora del Escudo de

las Guayanas y los escudos africanos; el caso de las piñas silvestres con los géneros Navia,

Ananas y Aechmea correspondientes a la provincia biogeográfica guyanesa.

Sobre las peniplanicies o sedimentos rocosos del escudo granítico antiguo, las

características edáficas establecen condiciones particulares de, afianzamiento de la

vegetación, adquiriendo ésta la fisonomía sabanoide con predominio de familias

de Xiridaceae, Ciperaceae, Juncaceae, Eriocaulaceae y Gramíneae, acompañadas de

arbustos y árboles con coberturas no densas en donde es posible encontrar los géneros

Ilex sp. y Roupata sp. de la familia Clusiaceae; Gongylolepis martiana de la familia

Compositae, y otras especies como Bonnetia martiana, la ceiba enana Pochota coriaceae,

Schefflera sp., Senefelderopsis chiribiquetensis, Tepuianthus savannensis, Graffenrieda

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112

fantastica, Clusia chiribiquetensis, Clusia sessilis y Clusia columnaris,así como piñuelas

del género Pitcarmia, según lo establece Hernández (1994) para las planicies de

denudación, mesas y montes islas encontrados en el área transicional entre Orinoquia y

Amazonia.

En el mapa sobre sabanas y selvas prehispánicas de la Orinoquia colombiana puede

visualizarse que las sabanas no son completamente dominantes y que a pesar de mantener

una continuidad con las sabanas venezolanas, el contacto y la interpenetración de estos

biomas es cada vez más interpolado e intercalado hasta llegar a formar asociaciones mixtas

de plantas y animales. Entendidas así, las sabanas del oriente de Colombia eran más

reducidas en su tamaño, más localizadas en su distribución, más arboladas y de mayor

armonía con la fauna, más insular en términos de las condiciones hídricas, edáficas,

morfológicas y ecológicas de los distintos ambientes y más estables en términos de la

estacionalidad, hídrica y la acción del fuego. Es decir, unas sabanas que no conocemos

hoy, en razón de los cambios profundos provocados en sus paisajes y sus estructuras

ecosistémicas por los sistemas de uso, y las prácticas de manejo a que han sido sometidas

desde hace cerca de quinientos años.

Esta nueva forma de existencia la representamos en el mapa actual de las sabanas y las

selvas de la Orinoquia colombiana, en el cual de manera comparativa con el mapa

precedente, puede establecerse el contraste que manifiesta la distribución de los biomas en

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113

consideración. Indudablemente es fácil de visualizar el retroceso de las selvas tanto en el

piedemonte como en las vertientes orinoquenses, así como la casi destrucción o reducción

extrema de las selvas de galería. Concordante con este proceso, encontramos el de

sabanización de la Orinoquia, el cual no sólo expandió la matriz de pastizales sobre los

espacios selváticos, sino que integren un solo cuerpo las estructuras vegetales y faunísticas

de las sabanas insulares. Además, integró sabanas inclusas en las selvas al conjunto de

sabanas orinoquenses y creó nuevas sabanas antrópicas dentro del bioma selvático

transicional hacia la Amazonia.

Ahora muchas fracciones de selva se mantienen como insulares dentro del mar de

gramíneas y son indudablemente formaciones relictuales frente a la acción antrópica, que

no encuentra aún forma de mantenerlas menos de restablecerlas. La vertiente

AndinoOrinoquense posee unos modos de transformación de las selvas desde, el período

colonial, en el cual fueron roturadas y posteriormente penetradas para conformar sistemas

de producción agrícola y pecuaria de tipo mediterráneo, las cuales a pesar de haber

logrado afianzarse bajo la modalidad de economías campesinas expresan cada vez más

profundos problemas ambientales.

El piedemonte selvático fue talado y potrerizado en una franja que se extendía entre los 70

y los 120 kilómetros desde las colinas y mesas del piedemonte hasta la curva de nivel de los

200 metros sobre el nivel del mar. Así de la selva original sólo hay relictus sobre la

vertiente destacándose los refugios selváticos, del Sarare y la Sierra de la Macarena,

también .en proceso de colonización, es decir, de destrucción de su diversidad por causa de

la inequidad, el hambre y el conflicto

Perspectiva ambiental de la Orinoquia

Es de reconocer que las sabanas ecuatoriales suramericanas junto con los demás

ecosistemas y biomas de selvas de planicies (Airicos) y selvas de vertiente (Arcabucos),

páramos, vegetación xerófila de enclaves interandinos y litorales, así como la vegetación

hidrófila de várzeas, zapales, pantánales, esteros, igapós, morichales y deltas, représenta

uno de los paisajes más variados en término de sus medios naturales, sus ritmos

estacionales, su variedad de hábitat, nichos, vegetación y su fauna interrrelacionada con

todos los biomas circundantes. Con tales características era, y aún manifiesta serlo, una de

las regiones intertropicales donde los organismos vivos alcanzaron un gran desarrollo

tomando en cuenta la variedad de formas vivas, la complejidad de sus relaciones y lo

específico de sus procesos adaptativos.

La evolución de la vida en las regiones ecuatoriales encuentra en las selvas, las sabanas y

los páramos una riqueza mesológica sin igual, sobre todo si se toma en cuenta la diversidad

y ritmicidad de los elementos y factores abióticos que conforman dichos ambientes,

precedidos por la precipitación siempre abundante bajo muchas formas y tiempos; los

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114

procesos de escorrentía y flujos sobre y dentro de los écosistemas; la distribución del calor

en amplias gamas de temperatura; la enorme variabilidad de los paisajes; generadas por la

altitud, enriquecidos por la disyunción y la longitud de las vertientes; el continuado proceso

formativo de los suelos donde convergen la abundancia de rocas, la variación de sus climas,

la biodiversidad de la flora y la fauna, agentes creadores, transformadores y diferenciadores

de la riqueza edáfica ecuatorial; y el fuego determinado en forma natural por la producción

primaria, la luminosidad, la insolación y la frecuencia de las lluvias.

Representa una visión muy estrecha limitar la Orinoquia sólo a los paisajes de las sabanas

orinoquenses. Esta es una perspectiva que debemos cambiar antes de reducir todos los

demás ecosistemas y paisajes de selvas y pantanales existentes en vertientes, piedemontes,

serranías y distintos tipos de planicies a campos de gramíneas bajo la acción reductora del

fuego. Las sabanas están representadas por un conjunto de ecosistemas pirófilos cuya

adaptación y evolución ha determinado características propias de las especies. Incluso en el

proceso temprano del poblamiento de las sabanas, el uso del fuego constituyó una práctica

consuetudinaria en fines de uso y manejo de estos paisajes.

Esta práctica se incrementó de manera considerable y en forma progresiva con la llegada de

los españoles y alemanes a las sabanas de Venezuela y Colombia. Desde entonces, no sólo

las sabanas naturales sino los demás ecosistemas arbolados y selváticos vienen recibiendo

la acción del fuego como una práctica de limpieza; es decir, de homogenización de su flora

y su fauna. Es la historia de la civilización que no pudo entender las bases de la riqueza

biológica y cultural ecuatorial y que optó por reducir la naturaleza a la destrucción del

fuego, proyectando un país de cenizas y de humo. Este es uno de los problemas ambientales

centenarios que aquejan y acosan a los biomas y paisajes de la Orinoquia colombiana y la

Orinoquia en general.

Como consecuencia de esta concepción de "limpieza" y de las prácticas de manejo de un

mundo ilímite, "desierto" e "inagotable", hemos venido constituyendo desde hace ya varios

siglos un desierto biológico. La ganaderización de'la Orinoquia como sistema y práctica

productiva, es igualmente un proyecto europeo vendido en nuestro medio como un destino

inexorable para "aprovechar" la Orinoquia. Sin embargo, la producción de proteína animal

a partir de bovinos es la más costosa en términos ecológicos, económicos y ambientales.

Para que estos ganados pasten es necesario quemar la sabana, es decir, reducir a energía

toda la biomasa y así privilegiar el surgimiento de brotes tiernos para los vacunos, en

detrimento de la alimentación de todas las cadenas tróficas milenarias que enlazan selvas,

sabanas, pantanales, altillanuras y serranías.

Aunque como plantea Sarmiento (1994) hay una verdadera dependencia de muchas

especies por el fuego, el uso indiscriminado y continuo cuestiona la capacidad de

supervivencia de muchas otras formas vivas y de la sabana biodiversa, reduciéndola a

pastizales pirorresistentes de gran pobreza biológica. Sólo a manera de ejemplo, la

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115

producción de proteína animal entre el ganado vacuno y los chigüiros es prácticamente

incomparable a favor de este último, el cual requiere de los pastos naturales, las sabanas

inundadas, las matas del monte y todo el tejido de los ecosistemas orinoquenses.

Biogeográficamente las sabanas actuales aparecen como paisajes homogéneos de gran

intervención antrópica y con profundas transformaciones en su funcionamiento y su

estructura. Además, ha existido un progresivo proceso de expansión de los pastizales sobre

áreas que anteriormente habían sido selvas, siendo el piedemonte el ejemplo más claro de

las sabanas de origen'humano y cuyos procesos de construcción se desconocen o hacen

parte de epopeyas lejanas en las memorias de los colonizadores mayores. De todas maneras

el paso de selva a sabana no está en las raíces culturales, es la herencia de una nación que

debería mantener elementos de identidad con las selvas y las sabanas hechas. De estas

acciones socioeconómicas no ha escapado ni siquiera la Reserva de la Macarena, Parque

Nacional Natural, patrimonio de la humanidad; la cual al ser alcanzada por los procesos de

colonización semiespontánea y semidirigida, así como por la estrategia insurgente y la

colonización del turismo, se ha ido convirtiendo en un espacio cada vez más intervenido

por el saqueo y extracción de la madera, la caza y tráfico de fauna, la tala y las quemas para

agricultura itinerante, la roturación para el cultivo de coca y en general la incorporación de

sus recursos a la economía del mercado que la circunda y la demanda.

La tala en las selvas de vertiente ha desregulado el flujo de las corrientes de agua que nacen

desde los propios páramos. Es frecuente en época de lluvia el desbordamiento de los ríos y

aún el cambio de cauce como consecuencia de la deforestación de las vegas. Con el

desbordamiento se están aportando materiales cordilleranos al piedemonte, transferidos

ahora en mayor cantidad por los procesos de erosión de distinta índole, así como la

remoción de escombros o de materiales que se deslizan sobre los cauces. El agua que

inundó siempre las sabanas y que averió los cauces de los caudalosos ríos, amenaza ahora a

las sociedades llaneras que se establecieron en sus márgenes, donde instalaron una

infraestructura valiosa, todo lo cual incrementa el potencial de riesgo por inundaciones y

por avalanchas.

Se agrega a estas acciones el desencadenamiento de procesos naturales no regulados,

la contaminación de aguas servidas y los desechos o residuos de la producción, lo que han

ido convirtiendo a los ríos en corrientes con dificultades para mantener sus condiciones

fisicoquímicas y por tanto su productividad acuática tradicional. La pesca ha escaseado y

cada vez más nos aproximamos a los ríos de hambre, desconocidos en otros tiempos en la

Oninoquia.

El potencial de riesgo sísmico se torna ahora más preocupante, sobre todo cuando la

infraestructura urbana y la productiva de la Orinoquia han crecido considerablemente y se

han ubicado sobre el piedemonte, donde se encuentra un importante conjunto de fallas

conocido como Sistema Guaicaramo, el cual no sólo delimita la estructura cordillerana de

Page 116: Colombia Orinoco

116

la planicie oriental, sino que afecta directamente la mayor parte de las estructuras

cuaternarias no cohesionadas y por tanto de mucha inestabilidad.

El riesgo socio-económico tiene múltiples expresiones, tales como la implementación de

sistemas productivos que han hecho perder la autosuficiencia alimentaria de los pobladores;

la extracción de recursos naturales de la vegetación y la fauna con lo cual se va perdiendo

la biodiversidad relictual existente aún en algunos ecosistemas secundarios; la explotación

del subsuelo, principalmente de los hidrocarburos con la cual se generan situaciones

sociales, económicas, políticas y culturales desconocidas, convirtiéndose temporalmente en

un espejismo y una contradicción al desarrollo regional y local y deja las herencias del

abandono y la miseria cuando culminan las economías de extracción; el enfrentamiento de

los actores en conflicto, el cual crea condiciones para despoblar regiones por muertes,

amenazas y desplazados, perdiendo así los recursos humanos necesarios para la producción

y el desarrollo socio-económico; y, finalmente, una acción estatal que no tiene la

posibilidad de incidir en los procesos sociales y políticos y cuya calidad y proyección no

alcanza para desarrollar las bases sustentables de una sociedad equitativa y armónica con su

naturaleza física y biótica.

La infinidad de paisajes que atraviesan el horizonte orinoquense contienen una larga

historia de creación, transformaciones, saqueo, cambios y modificaciones, las cuales hacen

de dicha fisonomía un motivo de gran preocupación y de profunda reflexión. Las sabanas

que hace años descubrieran los viajeros ya no existen como tales o son muy diferentes. Las

clasificaciones que de ellas se han hecho, se han ido desvirtuando y hay necesidad de

redefinirlas. La ciencia, con todo su desarrollo, no ha contado con la capacidad ni con la

fortuna de poder detener el avance de destrucción y cambio de estos ambientes.

Una biogeografía contemporánea se ve abocada a replantear sus conceptos, y sus métodos

para poder dar cuenta de la permanencia del cambio. Predomina un proceso de construcción

del espacio geográfico donde el horizonte ilímite ahora constituye un mundo finito, donde

los recursos naturales inagotables se visualizan como limitados, donde la producción

inagotable de la naturaleza es ahora entendida como frágil, sobre todo en términos de la

permanencia de la vida; donde la propia racionalidad productiva no se puede exaltar como

único modelo a seguir; donde la naturaleza no puede concebirse ni manejarse como algo

externo a nosotros mismos.

En la Oninoquia la historia de la naturaleza, la historia social y la historia cultural acumulan

una sucesión de rupturas y fragmentaciones locales y regionales, las cuales vulneran tanto

las estructuras de la naturaleza ecosistémica como la dimensión ética y política de los

pueblos y comunidades que integran las sociedades orinoquenses. La biogeografía como

disciplina que aborda la espacialización de la vida, por su propia necesidad interpretativa,

asume a la naturaleza como un todo integrado en la identidad de la naturaleza y la sociedad,

buscando así no sólo convocar diálogos interdisciplinarios sino aportar a la problemática

Page 117: Colombia Orinoco

117

ambiental contemporánea elementos de unificación y de análisis, tan necesarios ante la

precariedad interpretativa de estas relaciones complejas. El concepto de naturaleza tanto

para la Orinoquia como para cualquier otro lugar se convierte en un elemento fuertemente

unificador del pensamiento de la humanidad.

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Page 120: Colombia Orinoco

FLORA ORINOQUENSE

J. ORLANDO RANGEL-CH.

Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia

Fernando Urbina

Introducción

Este manuscrito, con punto de gravedad en los tratamientos sobre la flora y la vegetación de

áreas aledañas y propias de la cuenca del Orinoco, pretende dar una visión integradora que

se inicia en las partes altas en las estribaciones de la Cordillera Oriental en la región de

Sumapaz, costado que mira a San Martín; incluye luego a la Sierra de la Macarena y

concluye con el tratamiento de los ambientes que se involucran en la llanura inundable y en

la Altillanura.

Se confiere especial énfasis a los tipos de vegetación definidos según las especies

dominantes en densidad y en cobertura y se adicionan algunos rasgos de su ecología,

principalmente características del suelo y del clima.

Gradiente montañoso (región de Sumapaz)

Se consideran aquí: la alta montaña (por encima de 3.000 m de altitud), la media montaña

(1.100-2.900 m) y la baja montaña (por debajo de 1.100 m).

En cada región se encuentra vegetación zonal, es decir aquella que alcanza su desarrollo

acorde con las variaciones climáticas a nivel general, y azonal, que para su establecimiento

depende de suministros extras en algún factor como humedad del suelo o contenido de

nutrientes.

Page 121: Colombia Orinoco

121

La vegetación de alta montaña

Abarca las regiones de vida del páramo (pajonales, matorrales, chuscales) y la Andina

(bosques, selvas), según Cuatrecasas(1958) y Rangel (1991).

El monto anual de las lluvias es de 1.972,2 mm con variación entre 706 y 5.449,8 mm

(Tabla 4). El promedio mensual multianual es 164,35 mm (58,8- 454,2 mm). El régimen de

distribución de las lluvias es unimodalbiestacional, con 8 meses humedos (desde abril hasta

noviembre). La época lluviosa va desde abril hasta noviembre; los meses más lluviosos son

junio y julio con 266,7 y 252,7 mm respectivamente (Aguilar & Rangel, 1995). El período

seco va desde diciembre hasta marzo y el valor mínimo corresponde al mes de enero con

55,52 mm (Figura 1). La temperatura media fluctúa entre 4,8 y 100 C. La temperatura

máxima promedio es 11 \° C.

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5

Page 122: Colombia Orinoco

122

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80.

2

Page 123: Colombia Orinoco

123

Región de vida del páramo

Vegetación zonal

Incluye tipos de vegetación muy sencillos en su estructura y en su composición florística,

como prados, herbazales y matorrales, hasta bosquecitos y bosques bien desarrollados que

son complejos en su arreglo fisonómico y en su constitución florística (Figura 2).

Figura 1. Marcha anual de la precipitacion en

la Alta Montaña .

Region de Sumapaz

Prados

Vegetación con predominio del estrato rasante o en algunos casos con un estrato herbáceo

pobre en cobertura y con uno o dos elementos dominantes. Dentro de esta categoría se

pueden incluir los cojines o colchones de plantas que crecen sobre cubetas, lagunas y

lagunetas como los tremedales de Plantago rigida, Azorella crenata, Disticha muscoides y

Wemeria humilis. Los más importantes dominados por una o dos especies son:

Draba sericea. Vegetación en tapetes, en donde aparecen Draba

sericea, Niphogeton ternata, Hypochoeris sessiliflora, Cerastium arvensis y especies

de Senecio. Se le encuentra en la vía al cerro Nevado entre 3.600-3.900 m.

Rlyzcocarpus purpuracens y Racomitrium cris pulum. Vegetación que se establece en el

límite superior de la zona de condensación en sitios con bastante humedad, en terrenos muy

inclinados y rocosos, entre 3.600 y 3.900 m.

Senecio summus. Tapetes densos en donde también se encuentran hepáticas y musgos

como Metzgeria gigantea, Plagiochila depenclula, Poro trichum sp., Amphidium y

cyathicarpum, Bartramia angusti.folia, Mohrinia ehrenbergiana, Radula sp., Plagiochila

cuatrecasas u y Herbertus subdentatus. Se distribuye entre 4.000 y 4.200 m.

Page 124: Colombia Orinoco

124

Senecio niveo-aureus y Erythrophyllopsis andina.

Vegetación dominada por Erythrophyllosis andina y Senecio niveo-aureus; se establece

entre 3.950 y 4.350 m. Entre las especies acompañantes figuran: Hypochoeris sessili flora,

Luzula cf. racemosa, Lachemilla tanacetifolia, Aongstroemia julacea, Zygodon

pichinchensis, Tortula andicola, Bryum argenteum, Leptocaulon albicans y especies

de Draba y Cladonia.

Senecio niveo-aureus y Luzttla gigantea. Vegetación que crece en zonas protegidas en

donde se favorece de los cambios climáticos bruscos. Es frecuente encontrarla en el límite

entre las franjas media del páramo y el superpáramo (4.000-4.100 m). Otras especies

importantes sois: Baccharis tricuneata y Orftrophium peruvianum.

Senecio canescens y Calamagrostis effusa. Vegetación con área de distribución restringida.

Entre las especies acompañántes se encuentran Arcytophyllum muticum, Carex

pichinchensis, Hypericum prostratum, Pleurozium schreberii y Bremutelha sp.

Valeriana plantaginea y Racomitrium cris pulum. Comunidad rosetófila (4.000-4.100

m) con briofitos que crecen sobre las rocas. Valeriana plantaginea forma largas rosetas de

color verde oscuro; otras especies asociadas son Racomitrium crispulum, Erigeron

chionophilus, Polystichiurtr sp., Alstenstenia paludosa y Montia meridensis; son muy

llamativas las rosetas de Senecio niveoaureus y de Draba rositae subsp. sumapacis.

Matorrales

Vegetación arbustiva con altura menor de 5 m y predominio de elementos leñosos; se

establecen desde el páramo bajo hasta el superpáramo. Los matorrales con mayor área de

distribución están dominados por especies de Diplostephium (romero de

páramo), Pentacalia, Castilleja (bandera de Castilla) e Hypericum (chites). Entre las

comunidades más ampliamente distribuidas se encuentran las de Hypericum

laricifolium y Penta4zlia vemicosa. Otros matorrales de significancia ecológica son los

siguientes:

Page 125: Colombia Orinoco

125

COMUNIDAD DE Espeletia grandiflora y

Calamagrotis effusa

CUNDINAMARCA; PARAMO DE

SUMAPAZ, ALREDEDORES DE LA

CUCHILLA

DE LA RABONA, 3700 — 4025 m

Pentacalia reissiana. Dominan los arbustos de Pentacalia reissiana, acompañado

por Hypericum laricifolium ssp. laricoides, Rumex tolimensis (lengua de vaca), Carex

pichinchensis, Valeriana plantaginea, Greigia cf. mulfordii (piñuela) y por los musgos y

hepáticas S ymphyo.gyna sinuata, Sphagnum sancto-josephense y especies

de Breutelia. Este tipo de matorral, muy frecuente en él Páramo de Sumapaz entre los 3.400

y 3.900 m, representa la escasa vegetación leñosa que aún persiste en la zona, razón por la

cual debe promoverse su conservación.

Diplostephium alveolatum. Además de Diplostephium alveolatum, son elementos

importantes Diplostephium revolutum,Baccharis tricuneata (sanalotodo) y

Castilleja fissifolia. Se encuentra entre 3.400 y 4.020 m.

Pentacalia nitida. Vegetación ampliamente dominada por Pentacalia nitid.a. Entre las

especies acompañantes figuran Miconia salicifolia, Fuchsia sp., Acaena clon gata y

especies de Geranium, Oxalis y Pemettya prostrata. Se establece entre 4.000-4.100 m.

Arcytophyllum nitidum. Los arbustos de Areytophyllum nitidum están acompañados

por Castillejafissifolia (bandera de castilla), Altensteinia fimbriata, Baccharis

tricuneata (sanalotodo), Hieracium avilae y especies de Lourteigia y de Espeletia. Se

establece entre 3.750 y 3.900 m.

ArcytophyUum caracasanii y Cortaderia sericantha.

Page 126: Colombia Orinoco

126

Matorral bajo con un estrato arbustivo dominado por Arc ytophyllum caracasanii; se

distribuye entre 3.400- 3.650 m.

Hypericum laricifolium. Matorral con 3 estratos. La especie dominante, Hypericum

Laricifolium ssp. laricoides, está acompañada por Thuidium peruvianum, Hypnum amabile,

Peltigeria dolichorhiza, Peltigeria pulverulenta, Orthrosanthus chimboracesnsis, Geranium

sibbaldioides y Pernettya prostrata. Es un tipo de vegetación de amplia distribución en la

zona.

Hypericum juniperinum. Matorral bajo (3.700 m) dominado por Hypericum

juniperinum. Entre las especies asociadas figuran Rumex acetosella, Espeletia

grandifloro (frailejón) y Arcytophyllum muticum.

Diplostephium juajibioyi. Matorral bajo (3.500 m) en donde además de Diplostephium

juajibioyi, son especies comunes Centropogon ferrugine.us, Gynoxys pendula, Acnis tus

quitoensis, Miconia andina, Miconia mesmeana var. jabonensis, Miconia salicifolia,

Polystichum sp., Ribes andicola, Solanum bogotense, Echeveria bicolor y Herbertus

subdentatus.

Valeriana arborea y Gynoxys hirsutissima. Matorrales altos, en sitios rocosos y abrigados

(3.500-3.700 m), en donde el ecoclima es más favorable. Se presenta un estrato arbustivo

en el cual dominan Valeriana arborea y Gynoxys hirsutissima, acompañados por

Hypericum laricifolium, Diplostephium alveolatum, Miconia salicifolia y Hes peromeles

heterophylla. En el estrato herbáceo, las especies características son: Myrrhidendron

glauscesceris, Castilleja fissifolia y Cestrum melanochloranthum. Sobre el suelo se

establecen Sizigiella anomala y especies de Plagiochila.

Baccharis revoluta y Cortaderia cf. nitida . Matorral paramuno (3.600-3.650 m) con

especies que alcanzan hasta 3 m. Se distinguen tres estratos: uno arbustivo, cuyas especies

características y dominantes son Baccharis revoluta, Pentacalia vernicosa, Baccharis

tricuneata, Hypericum thuyoides y Pentacalia vaccinioides; uno herbáceo donde los

elementos característicos son Cortaderia cf. nitida, Sisyrinchium cf. jamesonii,

Orthrosanthus chimboracensis, Festuca dolichophylla y Val e ri a na pldntaginea y un

estrato rasante dominado por Are ytophyllum muticum, Geranium

sibbakliodes y Lachemilla hispidula.

Chuscales

Vegetación dominada homogéneamente por el bambú paramuno (Chusquea tessellata) ,

crece en sitios húmedos hasta pantanosos. Entre los de mayor área de distribución figuran

los dominados por:

Chus quea tesseflata y Sphagnum magellanicum. Chuscal con un tapete homogéneo de

musgos en donde domina Sphagnum magellanicum. También son especies

Page 127: Colombia Orinoco

127

importantes Sphagnum sancto-josephense y Breutelia karsteniana. Crece en los alrededores

de. lagunas, lagunetas y charcas (3.700-4.000 m).

Chus quea tessellata, Espeletia grandiflora y Calatnagrotis effusa. Chuscal-frailejonal

(3.700-4.025 se asocia con el pastizal de Calamagrostis effusa de tal manera que constituye

una mezcla de varias asociaciones. Además de las espedes dominantes también son

importantes Pernettya prostrata, Rhynchospora macrochaeta, Bartsia orthocarpiflora y

especies del estrato rasante como Geranum sibbaldiiciides, Sphagnum magellanicum y

Campylopus se. Se establece en terrenos planos, encharcados y en laderas inclinadas con

suelos secos.

Bosques achaparrados

Son un tipo de vegetación con un estrato de arbolitos de 8-10 m de altura, en donde casi

siempre dominan una o dos especies. Ejemplo típico lo constituyen, los bosques

de Polylepis (palo colorado o coloradito), los de Escallonia myrtilloides (tibar) y de Hes

peromeles heterophylla (mortiño). En algunos casos sus áreas de distribución se han

fragmentado debido a la acción de los glaciares. Los más importantes se encuentran

dominados por:

EscaUonia myrtilloides. Vegetación que crece sobre las bases de la morrepas que están

permanentemente saturadas de agua. En el estrato arborescente acompañan a la variedad

dominante, Cestxum parvifolium y especies de Gynoxys y de Diplostephium.

Vegetación azonal

Se establece en charcas, lagunas, lagunetas y en áreas pantanosas; depende de un

suministro extra de agua para su perpetuación. Se diferencian varias categorías (Cleef,

1981):

Prados

Los más importantes se encuentran dominados por:

Campylopus cavifolius (musgo). También son frecuentes otros elementos de amplia

distribución en la vegetación del páramo como Pernettya prostrata var. purpurea,

Riccardia sp., Ariastrophyllum leucocephalum y Lepidozia macrocolea. Se distribuyen

entre 3.400 y 3.650 m.

Page 128: Colombia Orinoco

128

Equisetum bogotense. En ocasiones la especie dominante forma tapetes densos. Otras

especies acompañantes son Rhynchospora macrochaeta y Eleocharis acicularis. Se

encuentra a 3.450 m.

Lupinus alopecuroides y Mimulus glabratum. En el estrato herbáceo domina Lupinus alo

pecuroides (frijoliulo), acompañado por Mimulus glabratus y Calceolaria mexicana. Sobre

el suelo se encuentran Anomobryum plicatum, Senecio niveoaureus, Calamagrostis

ligulata y Ranunculus flagelliformis. Se establece entre 3.500-4.000 m, en hondonadas

pantanosas.

Breutelia lorentzii (musgo). Cubre áreas húmedas y con buena cantidad de agua en el

sustrato, entre 3.700 y 4.000 m. Las especies dominantes son Breutelia

lorentzii yRhacocarpus purpurascens y están acompañadas de Ourisia

muscosa y Brachiolejeunea securifolia.

Depranocladus revolvens. Cubre a manera de tapiz zonas pantanosas a 3.700 m, en las

cuales además del musgo dominante aparecen Werneria pygmaea y Oritrophium

limnophilum ssp. mutisianum.

Vegetación de pantano

Entre las comunidades con mayor área de distribución y mas representativas por sus

aspectos de estructura y de composición florística, figuran:

Matorrales

Ageratina tinifolia. En esta vegetación, además de la especie dominante Ageratina

tinifolia, aparecen como asociadas Baccharis prunifolia, Escallonia myrtilloides,

Hypericum lycopodioides, Hypericum lariicifolium, Gynoxys sp., Ribes andicola, Vallea

stipularis, Oreopanax sp., Miconia salicifolia, Bucquetia glutinosa y especies

de Pentacalia, Miconia, Geranium y Cestrum. Se establece en los bordes de corrientes de

agua, en cercanías de los bosques alto-andinos, en áreas clareadas. Aparentemente alcanza

mayor desarrollo cuando hay áreás desprovistas de vegetación natural. Se distribuye entre

3.300 y 3.450 m.

Diplostephium revolutum. Se conforma un estrato arbustivo en donde dominan las copas

redondeadas de Diplostephium revolutum, acompañado por Puya goudotiana, Chus quea

tessellata, Aragoa abietina. Se distribuye en sitios planos, muy pantanosos entre 3.400 y

3.700 m.

Page 129: Colombia Orinoco

129

Cortaderales

Vegetación dominada por especies de Carex (cortadera) y otras formas graminoides. Se

extienden ampliamente por las orillas de las lagunas, lagunetas, en zonas esporádica y

permanentemente inundables. Las más comune tienen como dominantes a:

Carex jamesonii, Carex pichinchensis y Carex acutata Entre las especies acompañantes

figuran Lachemilli ma;;doniana, Calamagrostis effusa (paja de páramo) Pernettyaprostrata

var. pupurea (reventadera), Blechnun loxense, Valeriana plantaginea, Symphyogyna

sinuata Lachemilla mandoniana (guarda rocío), Ranunculw flagelliformis , Nertera

granadensis, Senecio subruncinnatw y Polytrichum commune. Otras especies acompañantes

son Sphagnum magellanicum, Are ytophyllum muticum Hypericum y Paspalum

bonplandianum.

Pastizales

Los más importantes se encuentran dominados por:

Calamagrostis ligulata. Pastizal bajo dominado por especies de gramíneas que alcanzan

hasta 50 cm de altura. Son especies características importantes: Calarnagrostis ligulata,

Cerastium imbricatum, Montia meridensis, Draba sericea, Geranium confertum y Lupinus

cf. verjonensis. Se establece entre 3.400 y 3.900 m.

Cal amagrostis ligulata con los musgos Drepanocladus aduncus y Calliergonella

cuspidata . Entre las especies acompañantes se encuentran Scorpidium scorpioides,

Campylopus sp., Elatine cf. chilensis y Cardamine bonaerensis. Se establece en lagunetas y

depresiones con espejo de agua a 3.480 m.

Calamagrostis ligulata y Montia fontana. Pastizal en el cual figuran como, especies

asociadas Montia fontana y Epilobium meridense. Se establece en depresiones húmedas del

Nevado de Sumapaz hasta 3.900 m. Está claramente asociada con el sustrato fangoso.

Calamagrostis ligulata con el musgo Sphagnum sanctojosephense. En un estrato

herbáceo dominan Calamagrostis ligulata y especies de Carex. Las especies dominantes

del estrato rasante son Sphagnum sancto-josephense, Sphagnum

magellanicum y Pleurozium schreberi. Se encuentra bien desarrollada en la Laguna

Primavera 3.530 m, en el Páramo de Sumapaz.

Calamagrostis ligulata y el musgo Breutelia allionii. Como especies asociadas

aparecen Carex bonplandii y especies de Campylopus y Geranium. Sustituye a la

comunidad anterior en la medida en que aumenta la elevación, entre 4.100-4.200 m.

Vegetación de turbera

Page 130: Colombia Orinoco

130

En lagunetas, lagunas y depresiones se establecen plantas que crecen en forma de cojines o

tapetes. Con el material de arrastre que llega por las aguas se va produciendo la

colmatación de las cavidades y se producen colonizaciones vegetales que se caracterizan

por el dominio de una o dos especies. Cuando la turbera se ha extendido y el sustrato se ha

consolidado invaden otras plantas como gramíneas que van a iniciar el proceso de

terrización del ambiente. Sobresalen las comunidades dominadas por:

Plantago rigida y Sphagnum cf. magellanicum. Cojines de amplia distribución en la región

(3.500-3.700 m); se establecen en hondonadas y cubetas terrizadas, muy húmedas. Entre las

especies acompañantes se encuentran Werneria humilis, Eryngium humile, Diplostephium

revolutum, Carex pichinchensis y Colobanthus quitense.

Muhlembergia fatigiata y Plantago rigida. En un estrato herbáceo alto ocasionalmente se

encuentran las cañas del bambú paramuno Chus quea tessellata y arbustos de Pentacalia

vaccionioides. En el estrato bajo son dominantes Carex pichinchensis, Valeriana longifolia,

Calamagrostis interrnedia, Calamagrostis effusay Festuca dolichophylla. Son bastante

comunes entre 3.500 y 3.900 m.

Werneria humilis. Entre las especies asociadas figuran Gentiana sedifolia, Carex tris ticha,

Diplostephium revolutum, Breutellia karsteniana, Sphagnum magellanicum y Pernettya

prostrata.

Azorella multif ida. Cojines dominados por Azore ha multifida a la cual se asocian los

musgos Breutehia chrysea y Bryum ehlipsifolium. Se establecen valles estrechos entre

4.050 y 4.200 m.

Esfangales

Vegetación de charcas, lagunetas, con bajo contenido de nutrientes en el sustrato. Los

principales se encuentran dominados por:

Sphagnum cyclophyllum. Vegetación de charcas y corrientes de agua entre 3.800-3.900

m. Sphagnum cyclophyllum es la especie dominante; en ocasiones aparece como especie

acompañante Isoetes novogranatensis.

Vegetación acuática

Plantas que arraigan en el fondo de lagos, lagunetas y charcas. En ocasiones sus órganos

vegetativos salen a la superficie, mientras en otras están sumergidos (Cleef, 1981; Rangel

& Aguirre, 1983). Se encuentran comunidades dominadas por:

Potamogeton berteroanus y Scorpidium scorpioides. En lagunetas y pequeños riachuelos,

como en la laguna La Guitarra a 3.425 m, en el Páramo de Sumapaz. Las especies

Page 131: Colombia Orinoco

131

dominantes son Potamogeton berteroanus, Isoetes glaciahis, Eleocharis acicularis,

Myriophyllum elatinoides y Scorpidium scorpioides. Otras especies acompañantes

son Lilaeo psis schaffneriana y Nitehla flexilis.

Especies del helecho acuático Isoetes. La zona paramuna de Sumapaz es quizás una de las

más ricas en variedad y diversidad de especies de Isoetes, las cuales en su mayoría dominan

en una localidad determinada, originando asimismo comunidades con características

ecológicas muy particulares.

Entre las comunidades propias de riachuelos y quebraditas, entre 3.500 y 4.100 m, las de

mayor extensión están dominadas por: Isoetes karstenii, Isoetes sociae , Isoetes cleefii e

Isoetes glociahis. Casi siempre están açompañados por especies de briofitos

como Ditrichum submersum, Isotachis serrulata, Blindia magellanica, Cryptochila

grandiflora, Calypogeia andicola y plantas vasculares como Elatine cf.

chilensis y Calhitriche cf. nubigeria.

Limosella australis. Vegetación típica que se establece en la laguna de La Primavera, cerca

del Páramo de Sumapaz a 3.700 m, en donde dominan Limosella austrahis yMyriophyhlum

elatinoides; como especies acompañantes figuran: Hydrocotyle ranurtculoides, Elatine

chilensis y Eleocharis acicularis.

Hydrocotyle ranunculoides y Myriophyllum (quitensis) elatinoides. Vegetación anfibia.

Aunque preferentemente arraiga en lagunas, puede resistir en ambientes pantanosos como

en la laguna La Primavera a 3.550 m. Las dos especies dominantes forman una capa

espesa. En la superficie aparecen como especies flotantes Azohla fihicoides y Wolffia sp.

Dendrocryphaea iatifoiia y Platyhypnidium riparioicles. La especie dominante y exclusiva

es Platyhypnidium riparioides y puede estar acompañada deDendrocryphaea latifohia,

Grimmia apicola var. rivularis y especies de Riccardia y de Racomitrium.

Nite lila ciavata y Nitella fiexilis. Vegetación completamente sumergida en donde las

especies características están acompañadas por Egeria canadensis, Potamogeton

ihhinoiensis y Myriophyhlum elatinoides. Esporádicamente se censaron algas

como Dichotomosiphon cf. tuberosum y Calo thrix sp. Se encuentra en la laguna La

Guitarra en la región de Sumapaz a 3.600 m.

Región de vida andina (2.950-3.500 m)

Vegetación de las selvas y bosques

Page 132: Colombia Orinoco

132

Selva de Weinmannia microphyila, Clusia cf. multiflora y Neurolepis cf. aperta. Se

presenta un estrato arbóreo, con elementos hasta de 25 m de altura en el cual

dominan Weinmannia microphylla, Ciusia multiflora y especies de Miconia y

de Freziera. En el estrato bajo es muy particular el vigor de Neurolepis aperta que forma

agrupaciones densas. Se establece entre 2.900-3.100 m en el camino entre «El Buque y San

Martín» (Llanos Orientales).

Bosque de Weinmannia rollotii, Weinmannia microphylia y Neurolepis

aperta.Vegetación que sustituye en el gradiente altitudinal (3.100-3.300 m) a la selva

de Weinmannia microphylla. La característica más singular es la abundancia dominancia

de Wéinmannia rohlotii, cuyas hojas con coloración rojiza por el envés, confieren rasgos

fisionómicos muy particulares a la fitocenosis.

Bosque ralo de Myrsine dependens, Buddieiia lindenii y Miconia ferruginea. Con

elementos de 8-10 m de altura y dominio de Myrsine dependens. Se establece entre 3.300-

3.400 m en sitios con un contenido bajo de agua en el sustrato.

Bosque de Miconia cf. salicifolia, Oreopanax nitidum y Dipiosthephium

tenuifolium. Vegetación arborescente que bordea el límite altitudinal superior en las

cercanías del páramo entre 3.400 y 3.600 m (3.550 m). Además de las especies dominantes,

son de importancia Gaultheria floribunda. e Ilex cf. kunthiana.

Bosque bajo de Miconia cleefii y Baccharis macrantha. Vegetación con aspecto

fisionómico singular por el colorido de los tallos y flores de Miconia cleefli. Entre las

especies asociadas figuran Castillejaflssiofolia, Gaubtheria floribunda y Baccharis

tricuneata. Es el último tipo de vegetación con dominancia de formas leñosas en el

gradiente altitudinal, ya que a continuación se presenta el pajonal de páramo.

Bosque de Clusia multiflora, Ternstroemia cf. meridionalis y Schefflera sp. En el estrato

arbóreo, donde también es importante Ciusia aff. Minor, se presentan elementos de 20 m de

altura. En el estrato subarbóreo son dominantes Ilex sp., Hedyosmum bonphandianum,

Miconia sp. y Ardisia cf. foetida. En los estratos bajos són muy frecuentes los individuos

de Neurolepis aperta, Macleania rupestris y especies de Pilea y Elaphoglosum (entre

2.900-3.100 m). Los sitios en donde arraiga esta vegetación son casi planos, el suelo no es

muy profundo, tiene una capa de humus de 20 cm de espesor promedio. En algunos casos

hay afloramientos rocosos. Sobre el suelo se dispone una capa de hojarasca más o menos

homogénea .en su distribución.

Bosque de Ciethra cf. fagi folia y Ciusia minor. Como especies acompañantes

aparecen Ocotea cahíophylla y Weinmannia balbisiana. En el estrato de arbolitos

dominan Terns troemia meridionaiis, Brune hija comochadifohia y Drimys

granadensis. En los estratos bajos dominan Neurolepis aperta y especies

Page 133: Colombia Orinoco

133

deCybianthus y Miconia. La comunidad se establece entre 3.100-3.300 m; los sitios son

inclinados y el suelo es profundo.

Bosque de Ternstroemia cf. meridionalis y especies de Ciusia y de Schefflera.Vegetación

con elementos que alcanzan 20-2.2 m de altura. En el estrato arbóreo inferior

aparecen Weinmannia cf. microphyila y especies de Ibex y Ardisia. En los estratos bajos

domina ampliamente Neuroiçbis aristata que forma tapetes homogéneos; como especie

asociada figura Epiclendrum sp. Los sitios en que se establece en algunos casos tienen

bastantes rocas; el suelo es superficial (80 cm de espesor), la capa de hojarasca es de 5 cm

de espesor.

Figura 2: Marcha anual de la precipitación en la media Montaña

(1.100-2.900M) Region Sumapaz

La vegetación de la media montaña

En esta franja, el monto promedio anual de las lluvias es 2.313,56 mm, con variación

entre 854 y 5.449 mm (Tabla 1). El valor promedio mensual es de 192,8 (71,2-454,2 mm).

El régimen de distribución de las lluvias es unimodal-biestacional, con 8 meses húmedos.

El período de mayor Çoncentración de lluvias comprende desde abril hasta noviembre y el

mes más lluvioso es julio con 304,76 mm. El período de lluvias escasas comprende

diciembre hasta marzo; el valor mínimo se presenta en enero, con 66,76 mm (Figura 3). La

temperatura media fluctúa entre 11,5 y 1 7 ° C y la temperatura máxima entre 18 y 24

0C.

Los tipos de vegetación que se encuentran en esta franja son los siguientes:

Selva de Weinmannia cf. glabra, Weinmannia cf. fagaroides, Myrsine ferruginea y

Ciusia minor. En los estratos altos con elementos hasta de 20 m de altura, las especies

dominantes son Weinmannia glabra. Ternstroemia meridionaiis, Brune bija

comocbadifolia, Nectandra aff. reticubata y especies de Sympiocos y Hieronyma. El

sotobosque, muy tupido, está dominado por especies de Hedyosmum (silba-silba, granizo),

de Pa icourea y por Ruagea glabra. Los estratos bajos están representados por especies

de Chiamaedorea, Cybianthus, Asplunclia, Schefflera, Chidemia y Miconia. La capa de

hierbas es de apreciable cubrimiento, las especies dominantes pertenecen a los

Page 134: Colombia Orinoco

134

géneros Greigia (Bromeliaceae), Trichomanes (Polypodiaceae) y Chaniaedorea (Palmae).

Entre los trepadores aparecen varios helechos como Eriosorus

flexuosus y Ehaphoghossum sp. La vegetación sé establece entre 2.100-2.300 m, en el filo

que de la colonia penal de Acacías sube hasta las cercanías del Buque, en el sector de

Sumapaz.

En los sitios estudiados la pendiente varía desde nula o casi plana hasta pronunciada. Los

troncos están muy epifitados por especies de musgos y de hepáticas. Sobre el suelo

abundan los musgos, indicativos de la elevada humedadambiental; la hojarasca es

abundante, cubre cerca del 60% del suelo. Las copas de los árboles con frecuencia se caen;

los troncos en descomposición son usuales; son muy comunes las raíces sostenedoras en el

arbolado.

Bosque ralo de Weinmannia fagaroides, Ternstroemia meridionalis, Cybianthus sp. y

Drimys granadensis.

Constituye la vegetación de la cima en el filo que de la colonia penal de Acacías conduce

hacia la región de Sumapaz. Es un claro ejemplo del efecto de filo sobre el porte de la

vegetación, estos bosques suelen ser más propios de sitios más altos, cerca de 3.100 m, pero

por alcanzarse el punto mayor a este nivel en el filo montañoso, se produce el corrimiento

de los límites corológicos. No hay un estrato arbóreo definido; los elementos más altos

alcanzan 7 ni de altura y conforman un estrato de arbolitos raquíticos, con copas

discontinuas. Entre las especies dominantes figuran Drimys granadesis Gaidaendron

punctatum, Cybianthus sp., Weinmannia roibotji, Weinmannia microphylla y variedades

de Freziera, Miconia (Melastomataceae), Clusia (Clusiaeeae)

y Hedyosmum (Chloranthaceae). En los estratos bajos,.las especies con mayores valores de

abundancia-dominancia son Cuhcita connifoiia, Gauitheria fohiobosa e individuos

de Sympbocos y de Chamaedorea. Entre la epífitas aparecen Sphyrospertum cordifohium,

Eriosorus flexuosus, especies de Schefflera y de Aspbundia. Las epífitas vistosas están

representadas por Ebheanthus purpureus y especies de Grammitis (helecho,

Polypodiaceae). La vegetación se establece entre 2.400 y 2.450 m; aunque no se diferenció

un suelo verdadero en sentido estricto, sobre éste se dispone una capa espesa de briofitos

terrestres; los arbolitos crecen bastante separados unos de otro.

Selva de Weinmannia microphylla y especies de Aichornea (Euphorbiaceae) y

de Matisia (Bombabaceae). Vegetación con elementos de 35-40 m de altura y copas de 40-

50 m 2

que conforman. una bóveda arbórea continua; además de las especies dominantes, en

el arbolado también aparecen ejemplares de

Sapotaceae, Nectandra(Lauraceae), Guarea (Meliaceae) y Cinchona (Rubiaceae). En el

Page 135: Colombia Orinoco

135

sotobosque bien desarrollado y vigoroso dominan las palmas, acompañadas por Miconia

ferruginea, Garcinia (Rheedia) madruño, Trichiiia sp., Psychotria fuliginosa y especies

deClusia, Cybianthus, Siparuna, Guarea y Eugenia. En los estratos bajos

aparecen Psychotria poeppigiana, Aegiphila sp., Piper grande y especies de Ardisia,

Chamaedorea y Sympbocos. Entre las trepadoras aparecen Elaphoghossum eximium,

Gurania sp. y especies de Peperomia, Passiflora y Asplundia. Los sitios sobre los cuales se

establece esta vegetación son ligeramente inclinados como en el camino entre la colonia

penal de Acacías y la Argentina (1.700-2.000 m); el suelo es muy pobre en materia

orgánica; las raíces no profundizan más de 60 cm; en ocasiones son frecuentes los.

guijarros. La hojarasca cubre casi la totalidad del sitio.

Selva de Biliia columbiana y especies de Pouteria ((Sapotaceae),

de Eschweilera(Lecythidaceae) y de Aichornea (Euphorbiaceae). Vegetación con un

estrato arbóreo muy vigoroso, cubre más del 75% de la superficie; además de las especies

dominantes también aparecen representantes

de Cupania (Sapindaceae), Sapium(Euphorbiaceae), Myrtaceae, Matisia (Bombacaceae)

y Guarea (Meliaceae). En el sotobosque, crecen de manera muy densa individuos

de Graffenrieda(Melastomataceae), Urera (Urticaceaae), Cornus peruvicna,

Remigia (Rubiaceae), Cinchona, Trema micrantha e Inga (Mirnosaceae). En los estratos.

bajos predominan especies

de Cephaehis (Rubiacae), Reneaimia (Zingiberaceaea), Begonia,

Chamaedorea y Piper (Piperaceae). Las enredaderas más frecuentes son especies

deGurania, Anthurium (Araceae), Monstera (Araceae) y Polypodium (Polypodiaceae). Los

árboles están poco epifitados, los.sitios (1.000-1.500 m) sobre los cuales arraiga la

vegetación son muy inclinados, hay bastantes guijarros, la hojarasca cubre cerca del 90%.

La vegetación de baja montaña

En esta franja, el monto anual de la precipitación es 1.172,8 mm con variación entre 687 y

1.585 mm (Tabla 1). El promedio mensual multianual es 97,7 mm,con valores que van

desde 57,3 hasta 132,1 mm. El régimen de distribución de las lluvias es bimodal-

tetraestacional, con predominio de meses secos (7). La época de mayor concentración de

las lluvias comprende desde marzo hasta mayo; la segunda época corresponde a octubre y

noviembre. La época de menor concentración de lluvias va desde junio hasta septiembre,

con el menor valor (54 mm) en el mes de agosto (Figura 4). La temperatura media es 22 0C

y la máxima promedio fluctúa entre 32-330C.

Los tipos de vegetación que se encuentran en esta franja son los siguientes:

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136

Selva con especies de Brosimum, Inga y Zanthoxylon (Rutaceae).Corresponde a una

vegetación alta, con elementos de 35 m de altura, en la zona de transición entre las regiones

de vida subandina y tropical. Además de las especies dominantes también son importantes

las especies de Ficus, Cecropia, Porouma (Cecropiacéae), Cedrela y Qcotea (laurel

arenillo). En el sotobosque muy desarrollado dominan las palmeras: especies de Socratea,

Chamaedorea y Bactris, junto con Saurauiaflocosa, Ruagea glabra, Stromanthe tonckat y

especies de Micunia. En los estratos bajos las especies más comunes pertenecen a los

géneros Heliconia y Dicfenbachia. También son característicos de esta selva Campehia

zanonia, Anthurium formosum y Asplenium escragnollei. Entre las epífitas

aparecen Peperomia sp. y Poiypodium fusco punctatum. La comunidad se establece entre

900 y 1.050 m. en el sector de San Cristóbal, en los alrededores de la colonia penal de

Acacías (Meta).

Bosque de Cassia cf. moschata y especies de Miconia. Se caracterizan por el dominio

absoluto de especies de Legúminosae; come asociadas aparecen Cecropiasp.

y Dydimopartax morototonii. En el sotobosque las especies más frecuentes pertenecen a los

géneros Inga, Vismia, Cecropia y Miconia minutiflora. Los estratos bajos son

florísticamente pobres, muy ralos. Los sitios son planos, se notan evidencias de entresaque.

Bosque con especies de Leguminosae. El dosel es continuo, los troncos son erectos, están

epifitados por líquenes, predominan las especies de Leguminosas, Cecropia y Guarea. En

el sotobosque son frecuentes dos especies de palmeras y varias de Rubiaceae. Esta

vegetación se encuentra representada en los alrededores de Acacías (Meta).

Figura 3. Marcha anual de la precipitación media en la baja montaña

(menos de 1.100 m). Region de Sumapaz

Análisis de la riqueza y de la diversidad vegetal

En el sector analizado desde la parte baja hasta la alta montaña se obtuvieron registros de

1.141 especies vegetales, 479 géneros y 180 familias (Rangel et al., 1995).

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137

Las familias con mayor número de especies son: Asteraceae, Polypodiaceae y Orchidaceae

(Tabla 2). Entre las familias con mayor número de géneros se encuentran: Asteraceae,

Orchidaceae y Poaceae (Tabla 3).

Los géneros más ricos en especies son Senecio (Compositae), Ciadonia (Liquen)

yBaccharis(Compositae) (Tabla 4).

Tabla 2. Familias con mayor número de especies en el gradiente de montaña de la región de

Sumapaz.

FAMILIA No. Especies

Asteraceae

Polypodiaceae

Orchidaceae

Poaceae

Rubiaceae

Rosaceae

Melastomataceae

Solanaceae

Scrophulariaceae

Ericaceae

157

49

48

48

33

28

26

25

24

24

Tabla 3. Familias con mayor número de géneros en el gradiente de montaña de la región de

Sumapaz.

FAMILIA No. Géneros

Asteraceae

Orchidaceae

Poaceae

Rubiaceae

Ericaceae

Polypodiaceae

Solanaceae

Apiaceae

Rosaceae

Melastomataceae

50

22

20

19

11

11

10

9

8

8

Tabla 4., Géneros con mayor número de especies en el gradiente de montaña de la región

de Sumapaz.

Page 138: Colombia Orinoco

138

GÉNERO No. Especies

Senecio-Pentacalia

Cladonia

Baccharis

Miconia

Campylopus

Epidendrum

Peperomia

Espeleda

Agrosus

Breutelia

27

17

15

15

12

12

12

8

8

7

PARQUE NACIONAL NATURAL SIERRA DE LA MACARENA

Se localiza éntre 2°15´ - 3°3´ latitud norte y 73°50´ -74°12´ longitud oeste. Cubre un

área de 630.000 hectáreas, con altitudes desde los 200 hasta 2.800 m. Mide 130 km de

norte a sur y 35 km de oriente a occidente. Está ubicado en el extremo suroccidental

del departamento del Meta y comprende áreas de los municipios de La Macarena,

Mesetas, Vista Hermosa, San Juan de Arama (del cual dista unos 100 km) y Puerto

Rico. Su límite septentrional es el río Cafre y las cabeceras del caño Cabra. Al sur

limita con el río Guayabero y al occidente con el río Duda. La Macarena se sitúa sobre

un basamento precámbrico del Escudo Guayanés. En el extremo noreste de la Sierra,

se encuentran rocas sedimentarias fosilíferas del Cámbrico y del Ordovícico, cubiertas

por areniscas gruesas sin fósiles, que se consideran pertenecientes al Devónico. En el

valle longitudinal de la porción sur de la Sierra, encima de areniscas rojas y

semitubulares, aparece la formación Guayabero (del Paleoceno), con areniscas

arcillosas, lutitas grises y verdes y areniscas rojas de origen marino. La mayor parte dé

la planicie ondulada que ciréunda la Sierra está formada por rocas sedimentarias que

datan del Oligoceno al Plioceno, de origen fluvial o lagunar marino y constan de

conglomerados, areniscas y arcillolitas (INDERENA, 1990).

Los suelos son moderadamente evolucionados, usualmente pobres en nutrientes y

poco profundos (Orthents). En la planicie ondulada, al sur del caño Sardinata, los

suelos son ácidos, muy evolucionados y a los tipos Haplorthox y Dystropepts. En la

planicie ondulada al norte del mismo caño, que flanquea la Sierra por el nordeste, los

suelos se desarrollan sobre terrazas antiguas, bien drenadas, pero pobres en nutrientes;

se presentan los tipos Haplorthox, Dystropepts y Ultisoles. En la vega del río

Guayabero, desde las inmediaciones de la confluencia del caño Lozada hacia el

oriente y en los lechos de inundación de los caños Yarumales, Correntoso, Cabra y La

Ceiba, los suelos son poco evolucionados. En las partes altas; los suelos son escasa o

Page 139: Colombia Orinoco

139

moderadamente evolucionados, usualmente pobres en nutrientes y poco profundos

(INDERENA, 1986).

El patrón de distribución de la precipitación es unimodal-bioestacional con un período

de lluvias de seis meses desde abril hasta septiembre. El promedio mensual es de

216,4 mm. El mes más húmedo es junio, con 324 mm. La época menos lluviosa está

comprendida entre octubre y marzo y el mes con el valor más bajo es enero, con 38,8

mm. La temperatura máxima promedio en la estación La Macarena (350 m) es 33,40

C; el valor extremo se registra en marzo con 350 C y el valor mínimo de 31,90 C en

junio-julio. La temperatura media es de 25,5 0

C. La temperatura mínima muestra un

valor promedio anual de 18,60 C. Diciembre es el mes con el valor mínimo y en

noviembre, con 19,4 °C, el valor máximo.

La media anual de evaporación es 111,2 mm y la época de mayor evapotranspiración

va desde octubre hasta marzo; febrero es el mes con el máximo valor, 139,4 mm. La

fase con mayor intensidad del fenómeno se inicia en abril y culmina en septiembre

con el valor más bajo en junio con 84,2 mm. El período con los mayores valores de

evapotranspiración se inicia en septiembre y va hasta finales de marzo, meses secos

que coinciden con la época de los menores valores de humedad relativa y los mayores

valores de temperatura máxima y temperatura media. El valor mayor mensual de

evapotranspiración potencial es 136,5 mm en enero y el total anual es 1.444,6 mm.

El análisis de Thornthwaite registra un índice de humedad de 68,63 y un índice de

aridez de 5,60; el factor de humedad es 65,27.El tipo de clima es B3 rA'a',

caracterizado por ser húmedo, sin déficit de agua, megatermal y baja concentración de

calor en el período de verano térmico (Rangel et al., 1995).

Vegetación

De acuerdo con Rivas & Sánchez (1990), al nororiente de la Sierra, entre 450 y 500 m,

se presenta un bosque multiestratificado con elementos superiores a los 25 m de

altura, en donde las palmas y las lianas son abundantes al igual que las epífitas y

hemiepífitos. En el estrato arbóreo se encuentran Biblia

cohumbiana (cariseco), Brosimum uti l e, Cariniana pyriformes y especies

de Eschweilera y Mabea. En los rastrojos secundarios predominan Pteridium

aquiinum y Heliocarpus cf.popayanensis. Muñoz et al (en prensa), para el sector de

La Cutía diferenciaron tres tipos de hábitat con su respectiva vegetación así:

Sabana

Page 140: Colombia Orinoco

140

Compuesta principalmente de gramíneas con una altura hasta de 60 cm, entre las

cuales dominan Axono pus pulcher, Trachypogoh plumosus y Andropogon

leucostachyus. Se encuentran también algunas especies arbustivas de los

géneros Hyptis (Labiatae) y Miconia (Melastomataceae) En la sabana se encuentran

parches de vegetación arborescente con un dosel de 10 a 15 m de alto, en donde las

especies más frecuentes son Didymopanax (Schefflera) morototonii (mano de

oso),Erythroxyium macrophyhlum (coca), Jacaranda caucana (guayacán), Pera

arborea, Raimondia cherimoiioides, Vismia niacrophyiia (punta de lanza) y Xybopia

aroniatica (tinto).

Bosque de galería

Vegetación con más de 20 m de altura y cinco estratos. En el herbáceo, las especies

dominantes pertenecen a los géneros Ruellia (Acanthaceae), Pera (Euphor-

biaceae),Stylosanthes (Fabaceae), Sinningia (Gesneriaceae), Heliconia (Heliconiaceae

), Hyptis(Labiatae) y Lantana (Verbenaceae). En el estrato arbustivo predominan

especies

de Clusia (Clusiaceae), Hirtella (Chrysobalanaceae), Davilla (Dilleniaceae), Siparuna

(Monimiaceae), Piper (Piperaceae), Polygala (Polygalaceae) y

de Miconia(Melastomataceae). En el estrato subarbóreo, son frecuentes las especies

de Inga(Mimosaceae) y Cassia (Caesalpinaceae). En el estrato arbóreo tanto inferior

como superior, se establecen especies

de Fusaea (Annónaceae), Nectandra (Lauraceae), Machaerium (Fabaceae), Cecropia

(Cecropiaceae) e Inga (Mimosaéeae). La topografía del terreno varía entre ondulada y

plana. Se observó una fuerte actividad antrópica, representada en tala y quemas.

Bosque secundario

Vegetación también con cinco estratos. En el herbáceo, las especies más frecuentes

pertenecen a los géneros Senna (Caesalpinaceae), Mimosa

(Mimosaceae), Mikania(Compositae), Miconia (Melastomataceae)

y Davilla (Dilleniaceae). En el estrato arbustivo se encuentran representantes de las

familias Myrsinaceae, Myrtaceae, Sapotaceae, Rubiaceae, Melastomataceae e

Hypericaceae. En el estrato subarbóreo, se encuentran especies de los

géneros lnga (Caesalpinaceae), Miconia(Melastomataçeae), Bunchosia (Malpighiacea

e) y Cassia (Caesalpinaceae) y en el arbóreo inferior de Bunchosia (Malpighiaceae).

Esta zona ha sido alterada por las quemas y la deforestación causada por los colonos

de la región.

Hirabuki (1990) se refirió a la vegetación quese establece entre los aluviones que

genera el río Duda y las terrazas a 80-100 m de altitud. En las zonas recientemente

abandonadas por el río se establecen matorrales dominados por

Page 141: Colombia Orinoco

141

Tessaria integrifoLia(Asteraceae) y Cecropia sp. (Moraceae); en los estratos bajos

domina Hymeriachne amplexicaulis (Poaceae). A continuación y en los barrancos

dominan las especies de Cecropia y gramíneas; en este tipo de bosque hay un

incremento vigoroso de las trepadoras. El tipo de vegetación que sigue se caracteriza

por el aumento de la complejidad florística y estructural, aparecen individuos hasta de

30 m, especialmente de Sponclias mombin. En los clareos naturales, se

encuentran Phenakospermumgrácrnense (Strelitziaceae) y en los estratos bajos,

especies dePariaria y Olyra.

Análisis de la riqueza y de la diversidad vegetal

Para las partes cubiertas en el inventario, los estimativos preliminares cifran en 1.568

las especies de plantas vasculares y en 144 las de criptógamas.

Las familias de angiospermas mejor representadas a nivel específico son:

Legurrdnosas, Poaceae y Rubiaceae (Tabla 5). Entre las familias con mayor número

de géneros están Leguminosae, Rubiaceae, Poaceae y Asteraceae (Tabla 6). Los

géneros más ricos en número de especies son Miconia y Ficus (Tabla 7).

Tabla 5. Familias con mayor número de especies en la Sierra de la Macarena.

FAMILIA No. Especie

Leguminosae

Poaceae

Rubiaceae

Melastomataceae

Moraceae

Euphorbiaceae

Bromeliaceae

Palmae

Asteraceae

Araceae

86

72

67

63

50

44

37

36

36

30

Tabla 6. Familias con mayor número de géneros en la Sierra de la Macarena.

FAMILIA No. Géneros

Leguminosae

Rubiaceae

39

39

Page 142: Colombia Orinoco

142

Poaceae

Asteraceae

Euphorbiaceae

Melastomataceae

Moraceae

Apocynaceae

Palmae

Cyperaceae

31

22

20

20

15

15

15

13

Tabla 7. Géneros con mayor número de especies en la Sierra de la Macarena.

GÉNERO No. Especies

Miconia

Ficus

Peperomía

Piper

Paullinia

28

19

17

15

11

Vegetación de páramo alto. Al fondo un frailejonal

(Espeleria spp) Nevado del Cocuy

Foto - Andrés Hurtado

Page 143: Colombia Orinoco

143

Selva sobre selva. Arbol cubierto de epifitas

y parásitas de gran belleza

Foto - Fernando Urbina

Quebrada

encañonada

en la Sierra

de la

Macarena. L

a intensa

humedad

propicia el

desarrollo de

muchas

aráceas:.

Foto -

Fernando

Planta de Vellozia sobre la Sierra de la

Macarena. Esta planta muy antigua se encuentra

sobre los relictos del Macizo de la Guayana

Foto - Fernando Urbina

Page 144: Colombia Orinoco

144

Urbina

Al frente un pajonal de sabana. Son gramíneas

pirófilas muy resistentes a la sequía,

generalmente del género Trachypogon.

Al fondo un morichal, formación casi homogénea de la

palma moriche (Mauritia)Foto - Diego Garcés

Endemismos

Entre las especies con área de distribución endémica y/o restringida figuran Justicia

cystolithosa, Justicia charadrophilla y Justie ia oreopoa (Acanthaceae); Aechmea

bromeliifolia (Ptromeliaceae), Asplundiarhodea (Cyclanthaceae); Aniba

panurensis(Lauraceae), Eschweilera cabrerana y Gustavia

macarenensis (Lecythidaceae), Hiraea idroboana (Malpighiaceae); Cuphea

philombria (Lythraceae), Geonoma euspatha y Geonoma

interrupta (Palmáe); Alternanthera porrigens var mearsii(Amaranthaceae), Connarus

jaramilloi y Connarus perturbatus (Connaraceae),. Mezia incluidens (Malpighiaceae), lnga

macarenensis (Mimosaceae), Piper echinovarium (Piperaceae), Sterculia

guapayensis (Sterculiaceae) y Vellozia macarenensis (Velloziaceae). Qtros registros

importantes los constituyen los hallazgos de Tabebuia

uleana (Bignoniaceae), Anomospermum reticulatum(Menispermaceae) y Dimerocostus

strobilaceus (Zingiberaceae).

Page 145: Colombia Orinoco

145

Piedemonte y planicie

En esta extensa zona, el gradiente altitudinal varía entre 80 y 500 m. Se pueden considerar

tres subregiones naturales: Piede monte con elevaciones hasta 500 metros y en las

proximidades de las estribaciones de la Cordillera Qriental; abanicos aluviales (<400 m)

sujetos a inundaciones estacionales y Altillanuras no sujetas a inundaciones estaciónales.

Aunque los suelos tienen en general características físicas buenas, el nivel de fertilidad es

muy bajo como lo demuestra la pobreza en materia orgánica y en elementos nutritivos para

las plantas. La acidez es muy marcada, el contenido de aluminio de cambio es alto. Se

presenta carencia casi total de minerales fácilmente intemperizables y ricos en los

elementos requeridos por la vegetación (Fundación Universidad Jorge Tadeo Lozano,

1913). Los materiales que forman los suelos del Llano, especialmente los Oxisoles, han

llegado a una etapa de su evolución en la cual la mayor parte de los elementos nutritivos

está en el ciclo orgánico que se forma entre la vegetación y la materia orgánica del suelo.

La parte mineral está constituida por minerales muy difícilmente alterables como el cuarzo,

la caolinita, los óxidos y sesquióxidos (Fundación Universidad Jorge Tadeo Lozano, 1973).

Los valores máximos de la temperatura se encuentran en el primer trimestre del año; la

diferencia entre los extremos es 4-5 0C. La temperatura máxima promedio es de 33,6

0C. Se

presenta una isotermia anual con un valor promedio de 25,9 0

C. La temperatura mínima

promedio es de 19 0

C. En general hay un período de baja humedad relativa en el último y

primer trimestre del año y un periodo de alta humedad entre abril-agosto con un máximo en

junio y julio. El valor medio es de 80,4%, con una distribución homogénea alrededor de

esta media (Rangel & Aguilar, 1995). Hay un período de concentración de brillo solar entre

el último y primer trimestre del año, que alcanza su mayor valor en diciembre, enero y

febrero. El período de disminución del fenómeno va desde febrero-marzo, hasta

septiembre-octubre, con el valor mínimo en junio; el valor promedio es de 149,9 h.m. La

evaporación es mayor en enero y febrero y disminuye hasta mayo y junio cuando se

presentan los valores mínimos. La evaporación promedio es 108,25 mm. El régimen de

distribución de las lluvias es de tipo unimodal-biestacional con una temporada lluviosa

entre abril y noviembre; julio tiene el registro más alto de precipitación 370 mm; la

temporada de «sequía» va desde noviembre hasta febrero, enero es el mes con menor

precipitación 25 mm. La precipitación varía desde menos de 1.500 mm al año en el sector

nororiental hasta 3.500 mm en el piedemonte al occidente de la región (Rangel et

al., 1995).

Vegetación

En la extensa. región se establecen diferentes comunidades definidas con base en la

fisonomía y en la composición florística (PRÓRADAM, 1979; FAO, 1965).

Page 146: Colombia Orinoco

146

En cuanto al carácter original o secundario de los tipos de vegetación dominante de sabanas

o bosques, no existe un criterio unánime. Quizá cuando aumenten los trabajos de cursos

experimentales como el de Torrijos (1996) se tendrán mejores elementos de juicio para

esclarecer el asunto. Rangel et al. (1995) compilaron la información pertinente y

propusieron un arreglo con base en las características florísticas y en las unidades de

paisaje, que muestra el siguiente reparto (Figura 5).

Paisaje de la llanura aluvial

Zona bajo la influencia directa de los ríos; los suelos varían desde bien a mal drenados,

según su localización en los bancos o en los bajos. Los suelos de los bancos son por lo

general de texturas gruesas, mientras que en los bajos hay suelos de texturas finas. Según el

tiempo de colonización y la estabilización de la vegetación, se reconocen etapas con

predominio de elementos de porte bajo, tipo matorral y bosques achaparrados y etapas

maduras con elementos de más de 15 m de altura.

Bosques de vega

En esta categoría se incluyen bosques de las vegas de los ríos Arauca y Guaviare. Las

especies dominantes pertenecen a los

géneros, Ocotea (Lauraceae), Brosimun(Moraceae), Eugenia (Myrtaceae), Protium (Burser

aceae), Pouteria (Sapotaceae) y Nectandra (Lauraceae). En los estratos medios aparecen

como especies dominantes Pro tium tenuifolium y Vismia baccifera y en el estrato

inferior Calliartclra surinamensis (Mimosaceae) y especies de Jessenia (Palmae).

Bosque tipo morichal

Vegetación con una dominancia marcada de Mauritia flexuosa, cuyos individuos pueden

alcanzar 18 m de altura y conformar un dosel casi homogéneo. La dominancia específica

del estrato superior se repite en la parte media. En el estrato inferior figuran Hedyosmum

bomplaridianum (Chloranthaceae), Trichantera gigantea(Acanthaceae), Miconia

scorpioides, Caraipa llanorum (Guttiferae), Alchomea triplinervia y especies de Protium,

Vochysia y Cecropia.

También se han reseñado otras comunidades como el Bosque mixto dominado por especies

de Nectandra y de Palmae y el Bosque de Jessenia polycarpa y Alchomeasp.

Page 147: Colombia Orinoco

147

Bosques de las terrazas bajas (terrazas del río Guaviare)

Los estratos superiores tienen como especies dominantes

a Guarea sp., Hemicrepidospermum rhoifolium (Burseraceae), Pera

arborea (Euphorbiaceae), Virola sebifera (Myristicaceae) y Aspidospernia sp.

(Apocynaceae). En el estrato niedio aparecen Guarea sp., Virola sebifera y Attalea

insignis. En el estrato inferior son frecuentes los individuos de Oenocarpus minor, Scleria

malaleuca (Cyperaceae), Orthopappus angustifolius (Asteraceae) y Spatiphyllum

canaefolium (Araceae).

PRINCIPALES TIPOS DE VEGETACION

EN UN CORTE IDEALIZADO EN LOS

LLANOS

ORIENTALES — QRINOQUIA

COLOMBIANA

Paisaje de la altillanura

Los suelos de la Altillanura tienen texturas finas a moderadamente gruesas, son profundos,

de buenas características físicas pero con niveles bajos de fertilidad; se presenta erosión por

escurrimiento concentrado y erosión laminar y eólica localizadas (Cortés, 1986). Los suelos

bien drenados de las Altillanuras son altamente susceptibles a la erosión por el viento y por

las aguas de escurrimiento. Los suelos pobremente drenados de los paisajes eólicos y de las

Altillanuras son muy propensos a sufrir solifluxión (Fundación Universidad Jorge Tadeo

Lozano, 1973). Problemas importantes con relación al manejo de estos suelos son el peligro

de erosión y los movimientos de masa debido a estabilidad deficiente (Goosen, 1971). La

vegetación presenta marcada heterogeneidad de. especies y por sus condiciones

fisionómicas corresponden a los bosques de transición entre la vegetación muy húmeda

tropical de la Amazonia y la vegetación menos húmeda de la cuenca del Orinoco. Se

caracteriza por presentar un estrato arbóreo superior en el cual los elementos dominantes

pertenecen a Didymopanax morototonni (Araliaceae) y especies de Aspidosperma,

Page 148: Colombia Orinoco

148

Nectandra y Brosimun. En este estrato entran a figurar varias palmas como Socratea

durissima, Astrocaryum vulgare y Oenocarpus minor. En el estrato inferior, las especies

más frecuentes son Calliandra surinamensis (LEGMimosaceae), Miconia sp,

Waltheria glomerulata (Sterculiaceae) y Curatella americana (Dilleniaceae).

Terrazas aluviales

En el estrato superior con individuos de más de 15 m de altura, los elementos más

importantes pertenecen a Pourourna guianensis (Cecropiaceae), Rinorea

microcarpa(Violaceae) y a especies de Protium, de Virola y de Nectandra. En el estrato

inferior abundan las palmas como Jessenia polycarpa y Maximiliana elegans.

Paisaje de las colinas de piedemonte

Se ubican en la zona de transición entre las formaciones boscosas de la cordillera y las de la

sabana. Los suelos pueden ser excesivamente drenados, con texturas gruesas y finas y con

alta susceptibilidad a la erosión. Las diferencias en el clima y en las características de los

suelos a lo largo del piedemonte hacen que se presenten cambios. en la vegetación. Un

arreglo espacial (geográfico-ecológico) muestra las siguientes particularidades:

ZONA SUR: Con montos elevados de precipitación (2.200 mm). La vegetación tiene un

estrato superior en el cual los elementos dominantes pertenecen a Iríartea

cometo (Palmae), Enterolobium éontortisiliqua y especies de Protium, Virola, Nectandra,

Ocotea y Pourouma. En el estrato inferior se encuentran individuos deVismia baccifera,

Clusia sp, Clavija sp, Heliconia sp. y de las palmas Iriartea corneto y Euterpe sp.

ZONA CENTRAL: Es la región menos húmeda de las tres en consideración; eh la

vegetación se manifiestan como elementos importantes especies de palmas como Socratea

durissima, Iryartea sp. y Attalea insiguis.

ZONA SEPTENTRIONAL: La vegetación se asemeja a la de los bosques de Jessenia

polycarpa con Hyeronima alchorneoides.

Sabanas

Page 149: Colombia Orinoco

149

Según FAO (1965) y la compilación de Castillo (1992) y de Ratigel et al. (1995), los tipos

de sabanas que se pueden diferenciar son: sabanas con restos de bosque, sabanas

inundables, sabanas húmedas sabanas secas (Figura 6).

Sabanas con restos de bosque

Sabana de Melinis minutiflora. La especie dominante es Melinis minutiflora;también son

importantes Homolepis aturensis, Panicum versicolor y Panicum trichoides (Poaceae).

Otras especies asociadas son Andropogon bicornis, Andropogon selloanus, Panicum

pilosum (Poaceae), Scleria hirtella (Cyperaceae) y varios arbustos pioneros de la sucesión

hacia bosque, como Vismia baccifera (Hypericaceae) y especies de Miconia.

Sabana de Paspalum carinatum. En esté tipo de vegetación aparece un estrato bajo con

individuos entre 10-20 cm de altura; las especies dominantes son Paspalum carinatum,

Trachypogon montufari, Trachypogon vestitus y Bulbostylis junciformis(Cyperaceae).

Otras especies asociadas son Paspalum pectinatum y Rhynchospora globosa. Un elemento

leñoso típico de esta sabana es Bowdichia virgilioides.

Sabana de Trachypogon ligularis y Paspalttm carinatum . Vegetación con 2 estratos; en

el superior aparecen elementos leñosos como Bowdichia

virgilioides(LEGFabaceae), Curatella americana y Cassia tetraphyfolia, junto con las

gramíneas dominantes Trachypogon ligularis y Paspalum carinatum.

Vegetación quebrada

Foto - Fernando urbina

Page 150: Colombia Orinoco

150

Este árbol, con más de diez metros de diámetro en la

base del tronco,

ha sido protegido por su dueño durante años: Sierra de

La Macarena

Transectos Florísticos Abalizados

Page 151: Colombia Orinoco

151

Foto y flor de

"totumo" o maraco

(ouroupia guianesis) a

orillas del Ariari.

La planta es muy

apetecida por los

animales

de la selva

El yarumo o guarumo

(Cecropia sp. )

Coloniza

las vegas de los ríos y

los conucos recién

abandonados. Sus

hojas basifican el

suelo

Foto - Diego Garcés

Flor de Bromelia

Foto - Miguel Morales

Bosque secundario

con sotobosque de

palmas

en crecimiento.

Casanare

Foto - Fernando

Urbina

Sabanas inundables

Ocupan un medio periódicamehte inundado con un nivel de agua de más de 10

cm de altura. En este ambiente se establece vegetación con elementos que

Page 152: Colombia Orinoco

152

constituyen un estrato arbóreo superior en donde aparecen Mauritia flexuosa y un

estrato inferior dominado por las gramíneas Manisuris aurita, Mesosetum

chaseae y Mesosetum rottboe llioides, unto con elementos arbustivos

como Ipomea crassicaulis y Jussiaea lithospermifolia.

Se diferencian varios tipos de acuerdo con la dominancia de especies

de Andropogon.

Sabana propiamente dicha de Andropogon . Las especies dominantes

son Andropogon bicornis, Andropogon hipogynus, Andropogon virgatus,

Sorghastrum parviflorum y Rhynchospora sp. Otras especies frecuentes

son: Axonopus sp, Jussiaea lithospermifolia, Eriochrysis holcoides,

Setariageniculata, Cyperus has pany Rhyrtchospora barbata.

Sabana de Andropogon virgatus. La especie dominante es Andropogon virgatus.

Sabana de Mesosetum. Las especies dominantes en el estrato superior

son Eriochrysis liolcoides, Mesosetum chaseae y Mesosetum rottboellioides y en

el estrato inferior Panicum stenoides.

Sabanas húmedas

La vegetación se establece sobre sitios húmedos ocasionalmente inundados con

nivel de agua poco profundo; se caracteriza por la presencia de Eriochloa distach

ya, Paspalum erianthum, Fimbristylis complanata, Psidium eugenii y especies de

Blechnum. Agrupa los siguientes tipos:

Sabana de Leptocoryphium lanatum. La vegetación muestra un estrato superior

con macollas de Elionurus tripsacoides, Manisuris aurita y con elementos

leñosos como Jussiaea lithospermifolia y Rhynchanthera grandiflora. En el

estrato medio se encuentran Leptocoryphium (Anthenantia) lariatum,

Andropogon selloanus, Axonopus purpusii, Eriochrysis hoboides, Sorghastrum

parviflorum y Rhynchospora globosa.

Sabana de Trachypogon ligularis. Vegetación con un estrato superior con

elementos leñosos de Byrsonima crassifolia, Curatella americana, Pavonia

speciosa (Malvaceae), Psiclium guianeense (Myrtaceae) y gramíneas de 5 0-60

cm de altura, entre las cuales figuran Trachypogon ligularis, Leptocoryphium

lanatum, Andropogon selloanus y Pasjalum pectinatum.

Page 153: Colombia Orinoco

153

Sabanas secas

Se establecen en ambientes secos, sobre suelos bien drenados que no se inundan.

Se distinguen los siguientes tipos

Sabana de Trachypogon vestitus y Axonopus purpusii. En la vegetación se

diferencian 2 estratos; en el superior figuran como dominantes Trachypogon

vestitus , Panicum versicolor, Sporobolus indicus y Setaria geniculata. En el

inferior aparecen Axonopus purpusii, Andropogon brevifolius, Panicum

stenodoides, Paspalum convexum, Aristida capillacea, Gymnopogon

fastigiatus, Panicum laxum, Thrasya paspaloides, Centrosema angustifolium,

Chaptalia nutans (Asteraceae), Eriosema simplicifolia (LEGFabaceae) y

especies deBorreria (Rubiaceae) y de Polygala (Polygalaceáe). Se distribuye

en los abanicos inferiores desde el río Guacavía hasta el río Tame; en los

diques de desborde entre los ríos Upía y Humea y en las terrazas

intermedias del río Meta (FAO, 1964).

Sabana de Paspalum pectinatum. Las especies dominantes son Paspalum

pectinatum, Trachypogon ves titus y Leptocoryphium lanatum. En la

vegetación leñosa se presentan individuos aislados de Curatella americana, o

matas de monte con Palicourea rigida, Jacaranda

lasiogine (Bignoniaceaea), Xylopia aromatica (Annonaceae) y Lantana

moritziana (Verberiaceae). Se le encuentra en las terrazas altas de San

Martín, San Juan de Arama, en las mesetas de los ríos Casanare y Ariari

(FAO, 1964).

Sabana de Trachypogon vestitus. Aparece solamente como

dominante Trachypogon ves t itus. Con menores valores de cobertura y

presencia, figuran Paspalum pectinatum y Leptocoryphium lanatum.

Vegetación acuática y de pantano

En zonas inundadas con agua corriente se establecen manchas de vegetación

flotante y arraigada con Eichornia heterosperma, Panicum laxum, Commelina

ele gans, Eleocharis mutata y Polygonum punctatum. Ejemplo típico de esta

vegetación se encuentra en los raudales de los ríos Cinaruco y Cravo Norte

(FAO, 1964). En los planos meándricos se establecen manchas de vegetación

dominadas por Leersia hexandra.

Page 154: Colombia Orinoco

154

Hymenachne amplexicaulis y Ludwigia inclinata. Entre las plantas acuáticas

propiamente definidas figuran Cabomba piauhyen.sis, Eichorniadiversifolia,

Echinodorus tenellus y Eleocharis minirna (Castillo & Forero, 1991).

Análisis de la riqueza y de la diversidad vegetal

Para esta extensa región natural, se registran 2.700 especies, correspondientes a

807 géneros y 180 familias.

Las familias más ricas a nivel genérico y específico son Rubiaceae, Leguminosae

y Poaceae (Tablas 8 y 9). Los géneros con mayor número de especies

son Psychotria y Palicourea (Tabla 10).

Tabla 8. Familias con mayor número de especies en la Orinoquia.

FAMILIA No. Especies

Rubiaceae

Leguminosae

Poaceae

Cyperaceae

Melastomataceae

Asteraceae

Orchidaceae

Euphorbiaceae

Palmae

Apocynaceae

705

255

214

96

94

79

68

60

46

44

Vegetación a orillas de un caño en la planicie.

Casanare

Foto - Diego Garcés

Page 155: Colombia Orinoco

155

Foto y flor de "totumo" o

maraco

(ouroupia guianesis) a

orillas del Ariari.

La planta es muy apetecida

por los animales

de la selva

El yarumo o guarumo

(Cecropia sp. ) Coloniza

las vegas de los ríos y los

conucos recién

abandonados. Sus hojas

basifican el suelo

Foto - Diego Garcés

Flor de Bromelia

Foto - Miguel Morales

Bosque secundario con

sotobosque de palmas

en crecimiento. Casanare

Foto - Fernando Urbina

Sabanas inundables

Ocupan un medio periódicamehte inundado con un nivel de agua de más de 10 cm de

altura. En este ambiente se establece vegetación con elementos que constituyen un estrato

arbóreo superior en donde aparecen Mauritia flexuosa y un estrato inferior dominado por

Page 156: Colombia Orinoco

156

las gramíneas Manisuris aurita, Mesosetum chaseae y Mesosetum rottboe llioides, unto con

elementos arbustivos como Ipomea crassicaulis y Jussiaea lithospermifolia.

Se diferencian varios tipos de acuerdo con la dominancia de especies de Andropogon.

Sabana propiamente dicha de Andropogon . Las especies dominantes son Andropogon

bicornis, Andropogon hipogynus, Andropogon virgatus, Sorghastrum

parviflorum y Rhynchospora sp. Otras especies frecuentes son: Axonopus sp, Jussiaea

lithospermifolia, Eriochrysis holcoides, Setariageniculata, Cyperus has

pany Rhyrtchospora barbata.

Sabana de Andropogon virgatus. La especie dominante es Andropogon virgatus.

Sabana de Mesosetum. Las especies dominantes en el estrato superior son Eriochrysis

liolcoides, Mesosetum chaseae y Mesosetum rottboellioides y en el estrato inferior Panicum

stenoides.

Sabanas húmedas

La vegetación se establece sobre sitios húmedos ocasionalmente inundados con nivel de

agua poco profundo; se caracteriza por la presencia de Eriochloa distach ya, Paspalum

erianthum, Fimbristylis complanata, Psidium eugenii y especies de Blechnum. Agrupa los

siguientes tipos:

Sabana de Leptocoryphium lanatum. La vegetación muestra un estrato superior con

macollas de Elionurus tripsacoides, Manisuris aurita y con elementos leñosos

como Jussiaea lithospermifolia y Rhynchanthera grandiflora. En el estrato medio se

encuentran Leptocoryphium (Anthenantia) lariatum, Andropogon selloanus, Axonopus

purpusii, Eriochrysis hoboides, Sorghastrum parviflorum y Rhynchospora globosa.

Sabana de Trachypogon ligularis. Vegetación con un estrato superior con elementos

leñosos de Byrsonima crassifolia, Curatella americana, Pavonia

speciosa (Malvaceae), Psiclium guianeense (Myrtaceae) y gramíneas de 5 0-60 cm de

altura, entre las cuales figuran Trachypogon ligularis, Leptocoryphium lanatum,

Andropogon selloanus y Pasjalum pectinatum.

Sabanas secas

Se establecen en ambientes secos, sobre suelos bien drenados que no se inundan. Se

distinguen los siguientes tipos

Page 157: Colombia Orinoco

157

Sabana de Trachypogon vestitus y Axonopus purpusii. En la vegetación se diferencian 2

estratos; en el superior figuran como dominantes Trachypogon vestitus , Panicum

versicolor, Sporobolus indicus y Setaria geniculata. En el inferior aparecen Axonopus

purpusii, Andropogon brevifolius, Panicum stenodoides, Paspalum convexum, Aristida

capillacea, Gymnopogon fastigiatus, Panicum laxum, Thrasya paspaloides, Centrosema

angustifolium, Chaptalia nutans (Asteraceae), Eriosema simplicifolia (LEGFabaceae) y

especies deBorreria (Rubiaceae) y de Polygala (Polygalaceáe). Se distribuye en los

abanicos inferiores desde el río Guacavía hasta el río Tame; en los diques de desborde

entre los ríos Upía y Humea y en las terrazas intermedias del río Meta (FAO, 1964).

Sabana de Paspalum pectinatum. Las especies dominantes son Paspalum pectinatum,

Trachypogon ves titus y Leptocoryphium lanatum. En la vegetación leñosa se presentan

individuos aislados de Curatella americana, o matas de monte con Palicourea rigida,

Jacaranda lasiogine (Bignoniaceaea), Xylopia aromatica (Annonaceae) y Lantana

moritziana (Verberiaceae). Se le encuentra en las terrazas altas de San Martín, San

Juan de Arama, en las mesetas de los ríos Casanare y Ariari (FAO, 1964).

Sabana de Trachypogon vestitus. Aparece solamente como dominante Trachypogon

ves t itus. Con menores valores de cobertura y presencia, figuran Paspalum

pectinatum y Leptocoryphium lanatum.

Vegetación acuática y de pantano

En zonas inundadas con agua corriente se establecen manchas de vegetación flotante y

arraigada con Eichornia heterosperma, Panicum laxum, Commelina ele gans, Eleocharis

mutata y Polygonum punctatum. Ejemplo típico de esta vegetación se encuentra en los

raudales de los ríos Cinaruco y Cravo Norte (FAO, 1964). En los planos meándricos se

establecen manchas de vegetación dominadas por Leersia hexandra.

Hymenachne amplexicaulis y Ludwigia inclinata. Entre las plantas acuáticas propiamente

definidas figuran Cabomba piauhyen.sis, Eichorniadiversifolia, Echinodorus

tenellus y Eleocharis minirna (Castillo & Forero, 1991).

Análisis de la riqueza y de la diversidad vegetal

Para esta extensa región natural, se registran 2.700 especies, correspondientes a 807

géneros y 180 familias.

Page 158: Colombia Orinoco

158

Las familias más ricas a nivel genérico y específico son Rubiaceae, Leguminosae y Poaceae

(Tablas 8 y 9). Los géneros con mayor número de especies

son Psychotria y Palicourea (Tabla 10).

Tabla 8. Familias con mayor número de especies en la Orinoquia.

FAMILIA No. Especies

Rubiaceae

Leguminosae

Poaceae

Cyperaceae

Melastomataceae

Asteraceae

Orchidaceae

Euphorbiaceae

Palmae

Apocynaceae

705

255

214

96

94

79

68

60

46

44

Vegetación a orillas de un caño en la planicie. Casanare

Foto - Diego Garcés

Page 159: Colombia Orinoco

159

Vegetación a orilla de un caño en la planicie: Casanare

Foto - Diego Garcés

Tabla 9. Familias con mayor número de géneros en la Orinoquia.

FAMILIA No. Géneros

Rubiaceae

Leguminosae

Poaceae

Asteraceae

Orchidaceae

Euphorbiaceae

Melastomataceae

Apocynaceae

Cyperaceae

Palmae

105

76

66

41

26

26

25

20

20

18

Tabla 10. Géneros con mayor número de especies en la Orinoquia.

GÉNERO No. Especies

Psychotria

Palicourea

Panicum

Coussarea

156

38

3 5

19

Page 160: Colombia Orinoco

160

Subregiones

Las tendencias en la repartición según subregiones muestran que la Altillanura (subregión

3) registra el mayor número de especies 1.505, pertenecientes a 653géneros y 155 familias;

le siguen la subregión 1 (Piedemonte) con 754 especies, 393 géneros y 127 familias y por

último la subregión Abanicos aluviales (subregión 2) con Z32 especies, 173 géneros y 72

familias (Rangel et al., 1995).

Las familias mejor representadas en cuanto al número de especies en las diferentes

subregiones son:

Subregión de Altillanuras: Rubiaceae (560), Leguminosae (178), Poaceae (182) y Palmae

(33).

Subregión Piedemonte:Rubiaceae (230), Leguminosae (94), Poaceae (68) y Solanaceae

(16).

Subregión de Abanicos aluviales: Rubiaceae (59), Poaceae (37), Leguminosae (27) y

Boraginaceae (6).

En cuanto al número de géneros, las familias mejor representadas son:

Subregión de Altillanuras: Rubiaceae (89), Leguminosae (63), Poaceae (61) y Palmae (10).

Subregión Piedemonte: Rubiaceae (51), Leguminosae (39), Poaceae (22) y Polypodiaceae

(9).

Subregión Abanicos aluviales: Rubiaceae 23), Leguminosae (21), Poaceae (20),

Cyperaceae 7) y Sapindaceae (4).

PARQUE NACIONAL NATURAL

EL TUPARRO

Se localiza en el departamento del Vichada, en jurisdicción del municipio de Puerto

Carreño, al occidente del río Orinoco, que le sirve de límite oriental en la frontera con

Venezuela, entre 5°00´ y 5°34´ latitud norte y entre los 67°52´ y 69°10´ longitud oeste.

Limita al sur con los ríos Tuparrito y Tuparro, al norte con el río Tomo y al occidente con

los caños Hormiga y Janipa, en la zona conocida como el Tapón. Es una extensa llanura

aluvial que incluye ríos de cauce lento con áreas pantanosas asociadas y bosque ribereño,

extensos pastizales y palmares inundados, entre 80 y 315 m de altura. El 85% del Parque

puede llegar a inundarse en la estación húmeda (Scott & Carbonell, 1986).

Page 161: Colombia Orinoco

161

En el área del Parque predominan las rocas del Precámbrico que pertenecen al Escudo de la

Guayana sobre el' cual se han depositado sedimentos lacustres y salobres. Los

afloramientos del Escudo Guayanés de origen Precámbrico y Paleozoico se sitúan hacia el

sector oriental, bordean el bajo río Tomo y parte del Orinoco y constituyen los

llamados Inselberge o domos aislados. Se presentan como cerros redondeados convexos y

se hallan rodeados por afloramientos cenozoicos (Kohbzi et al., 1980) con arenas blancas

que le confieren características especiales a la flora que allí arraiga (Barbosa, 1992).

Los suelos tienden a ser ferralíticos, espesos y lixiviados, tienen texturas francas y franco-

arenosas. En algunos sectores de la reserva, los suelos son arenosos, espesos de tipo

Tropectic, muy ácidos y varían de acuerdo con la geomorfología y con la posición

topográfica. En la Altillanura plana predominan los tipos Ustox o Psamments, en la

Altillanura cóncava varían entre Aquepts., Psamments, Aquods y Orthox y en la Altillanura

disectada a lo largo de los caños son Ustox u Orthox. En las llanuras de desborde son

Fluvents, Aquents, Aquepts y Aquopts. En los esteros, los tipos más comunes son Aquopts

y Tropepts (Inderena, 1986).

La temperatura máxima promedio es 34,5 0

C, con una expresión mayor en marzo; la

temperatura media anual es 26,4° C y la temperatura mínima es 20,1 0

C. La precipitación

anual es 2.981 mm. El régimen de distribución. de las lluvias es de tipo unimodal-

biestacional con una época de concentración de lluvias de 7 meses de duración, que se

inicia en abril y concluye en octubre; la época seca comienza en noviembre y termina en

marzo (Lowy & Rangel, 1993).

Vegetación

Según Vincelli (1981) y Barbosa (1992), en el área del Parque se presentan diversas

comunidades vegetales que obedecen. en su distribución a las variaciones en el ecoclima y

en el sustrato. De manera general se pueden agrupar así:

Bosques de Altillanura

Presentan un estrato arbóreo bien definido en el cual dominan Jacaranda

copaia(Bignoniaceae), Qualea rosea (Vochyziaceae), Parkia

pendula (LEGMimosaceae), Couma macrocarpa (Apocynaceae) y Sclerolobium sp.

(LEGCaesalpiniaceae). Se establecen especialmente en el extremo sur del Parque, en sitios

con suelos bien drenados.

PALMARES DE ATTALEA sp. Se establecen sobre afloramientos graníticos, en algunos

casos sobre la roca desnuda. Según el grado de meteorización de la roca, la pendiente y la

Page 162: Colombia Orinoco

162

formación de suelo, se diferencian varios estadios o fases de sucesión que culminan con los

bosques de Attalea (Palmae).

En una de las fases sucesionales, se establece un bosque dominado en los estratos altos

por Hymenolobium petreutn (LEGFabaceae), Platycarpum orinocense(Rubiaceae), Cordid

bicolor (Boraginaceae), Tapirira guianensis (Anacardiaceae) y en los estratos bajos

por Crotalaria maypurensis (LEGFabaceae) y Mimosa microcephala (LEGMimosaceae).

En otra fase del proceso de suéesión, es característico el dominio de Vellozia

litophilla (Velloziaceae), Anthurium bonplandii (Araceae) y Pitcairnia

pruinosa(Bromeliaceae).

Bosques riberinos en áreas inundables

Presentan un estrato arbóreo en donde son dominantes Couma

macrocarpa(Apocynaceae), Calo plrvllum lucidum (Guttiferae), Jessenia

bataua y Mauritia flexuosa (Palmae). En el sotobosque predominan Phenakospermum

guianense(Strelitziaceae), Heliconia psittacorum (Musaceae) y especies de Calathea y

de Ischnosiphon (Maranthaceae).

Bosques riberinos en áreas no inundables

Las diferencias florísticas con el anterior tipo de vegetación son marcadas; ene1 estrato

arbóreo dominan Himatanthus articulatus (Apocynaceae), Sclerolobium odoratissimum,

Hymenaea courbaril (LEGCaesalpiniaceae) y Enterolobium

schomburgkii (LEGMimosaceae).

Bosques en áreas de rebalse

Hay un estrato arbóreo en el cual dominan Ocotea cymbarum (Lauraceae); Campsiandra

comosa (LEGCaesalpiniaceae), Machaerium inundatum(LECFabaceae), Licania

longistila (Chrysobalanaceae), Malouetia virescens(Apocynaceae), Miconia

aplostachya (Melastomataceae), Pithecellobium divaricatum y Pithecellobium

glomeratum (LEGMimosaceae).

Page 163: Colombia Orinoco

163

Morichales o palmares

Dominados por Mauritia flexuosa (Palmae, moriche) en sitios encharcados; también se

encuentran especies de Chamaecrista (LEGCaesalpiniaceae); Heliconia

psittacorum (Musaceae), Desmodium barbatum (LEGFabaceae) y Byrsonima coccolobae

folia (Malpighiaceae).

Sabanas

De acuerdo con la dominancia a nivel florístico, las sabanas en la Altillanura pueden

constituir: a) Vegetación caracterizada por especies de Paspalum; b) Sabanas de Stipay c)

Sabana dominada por especies de Stipa y de Mesosetum.

En la llanura aluvial son muy característicos los zurales, en donde son especies

características Axono pus aureus (Poaceae), Elyonurus adustus (Poaceae), Palicourea

rigida (Rubiaceae), Byrsonima verbacifolia (Malpighiaceae), Rhync.hospora

barbatay Scleria muhlenbergii (Cyperaceae). Análisis de la riqueza y de la diversidad

vegetal

Para el área del Parque se estiman en 535 las especies de plantas superiores, que

corresponden a 111 familias y a 344 géneros (Vincelli, 1981; Barbosa, 1992). No se cuenta

con inventarios de la flora criptogámica, ni de hongos, ni de líquenes. La cifra representa el

25% de las especies con área de distribución en la Oninoquia colombiana; puede

considerarse como alta y da una idea de la riqueza florística de la zona.

Tabla 11. Familias con mayor número de especies en el Parque Nacional Natural El

Tuparro.

FAMILIA No. Especies

Leguminosae

Poaceae

Melastomataceae

Rubiaceae

Apocynaceae

Cyperaceae

Chrysobalanaceae

Bignoniaceae

Palmae

Orchidaceae

46

44

28

27

21

21

16

13

12

12

Page 164: Colombia Orinoco

164

Tabla 12. Géneros con mayor número de especies en el Parque Nacional Natural El

Tuparro.

GÉNERO No. Especies

Licania

Miconia

Hyptis

Rhynchospora

Panicum

Palicourea

Paspalum

12

10

9

8

7

6

6

Las familias mejor representadas en número de especies son: Leguminosae, Poaceae y

Melastomátaceae (Barbosa, 1992) (Tabla 11). Los géneros más ricos en número de especies

sor Licania, Miconia e Hyptis (Tabla 12).

Endemismos

De acuerdo con Barbosa (1992) y con la base de datos del proyecto Biodiversidad

(Rangel et al., 1994) las siguientes especies tienen áreas de distribución endémica y/o

restringida: Pseudobombax croizatti (Bombacaceae), Casearia

ultnifolia(Flacourtiaceae), Mabea parviflora (Euphorbiaceae), Chamaecrista

parvistipula(LEGCaesalpiniaceae), Hymenolobium

petraeum (LEGCaesalpiniaceae), Byrsonima coccolobifolia (Malpighiaceae), Psidium

salutare (Myrtaceae), Cattleya violaceae(Orchidaceae), Geonoina diversa, Oenocarpus

minor (Palmae), Axonopus anceps, Mesosetum loliiformis, Paspalum carinatum, Paspalum

contractum, Paspalum pectinatum, Paspalum pulchellum, Sporobolus

cubensis (Poaceae), Qualea paraensis(Vochysiaceae) y Aristolochia

goudotii (Anistolochiaceae).

Page 165: Colombia Orinoco

165

Canal de desagüe de una laguna en el verano,

antes de caer al río Arauca. Pasto de Chigüiro

Foto - Diego Garcés

CONSIDERACIONES FINALES

Los tipos de vegetación en la zona objeto del trabajo incluyen desde las comunidades

abiertas, pajonales y pastizales dominados por especies de gramíneas, tanto en la parte alta

del gradiente de montaña como en las sabanas, hasta la vegetación boscosa y selvática de

las franjas media y baja de la cordillera que igualmente guarda semejanzas florísticas y

estructurales con la de las vegas y la de los bosques de galería de La Macarena y de la

Oninoquia.

En el páramo del costado oriental del macizo de Sumapaz, la vegetación está tipificada por

los matorrales dominados por especies de Asteráceae, los chuscales con el bambú

paramuno Chus quea tessellata y los prados, fitocenosis indicadoras de las condiciones de

elevada humedad ambiental de la vertiente. En la vertiente interna que mira al valle del

Magdalena (menos húmeda) por el contrario predominan los pajonales con Calamagrostis

effusa y los frailejonales con Espeletia grandiflora yEspeletia sumapacis.

La vegetación de las selvas y bosques de la parte media del gradiente montañoso es muy

singular por su porte fisionómico y por la composición florística; en algunos casos estas

comunidades constituyen parches relictuales de las extensas selvas y bosques originales con

especies de Weinrnannia (encenillo).

En el espacio cordillerano, la riqueza florística a nivel de familias muestra a las Asteráceas,

Polypodiáceas, Orchidáceas y Poáceas como las más diversas, patrón que sigue la tendencia

señalada por Rangel (1995) para otras series altitudinales en los Andes colombianos. Entre

los géneros más ricos en especies, aparecen Senecio (Pentacalia), Baccharis y Miconia.

Page 166: Colombia Orinoco

166

Los pocos datos disponibles sobre la vegetación de La Macarena, especialmente de la parte

baja, muestran el predominio de bosques con Billia columbiana (caniseco) y Brosimum

utiie (lechero) entre otras especies que guardan bastante parecido con las fitocenosis de las

franjas baja y medias de la zona andina, igualmente dominadas por estas especies. La

ausencia de levantamientos de vegetación completos, no facilita una comparación a un

nivel más profundo, pero es relevante la similitud florística con base en las especies

características. La vegetación abierta de pajonales con especies

de Andropogon, de Trachypogon y A xonopus se asemeja bastante a las sabanas de la

Orinoquia, obviamente su área de distribución es más reducida. En la Sierra de la

Macarena, la riqueza de la flora muestra a las familias Leguminosae, Poaceae y Rubiaceae

con el mayor número de especies, patrón similar al que presentan las subregiones de la

extensa región natural adyacente de la Oninoquia.

En la Oninoquia predominan los pajonales y pastizales en ambientes ecológicos muy

variados (sabanas secas, húmedas, inundables, con restos de bosque). En los sitios bajo la

influencia directa de un nivel freático superficial se establece vegetación boscosa y

selvática en ciertos casos muy parecida en su composición florística y en su aspecto

fisionómico con la de la cercana región Amazónica como los, palmares con Mauritia

flexuosa (morichales de los Llanos, cananguchales de la Amazonia), los bosques de vega

dominados por especies de Pouteria, Brosimum y Lauraceae y los bosques de terrazas y

colinas con especies de Sclerolobium, Entero lobium e Hymenaea. A nivel de inventario

florístico, quizás sea la Oninoquia una de las regiones naturales con mejor nivel de

conocimiento; los estimativos más recientes sitúan en una cifra cercana a las 3.000 especies

su riqueza florística con predominio

de las familias Rubiaceae, Leguminosae y Poaceae. De las subregiones que se consideran

en la extensa Oninoquia, la Altillanura presenta la mayor concéntración de especies.

Conservación y nuevas áreas propuestas

En el gradiente de montaña, las regiones central y norte del macizo de Sumapaz quedaron

incluidas como Parque Nacional Natural desde 1977. Cleef (1997) propone que la zona

alrededor del Nevado de Sumapaz con sus valles amplios y sus laderas sea considerada

como zona protegida, una categoría de santuario de flora y de fauna, en razón a la

considerable cantidad de endemismos en su flora. La vegetación del superpáramo (por

encima de 4.000 m) se establece sobre un basamento calcáreo, único en el norte de los

Andes (Cleef, 1997). Quizás si se logra conectar esta franja con la de los bosques y selvas

dominadas por especies de Weinmannia (encenillos) de la parte media de la montaña, se

estaría seleccionando una zona ideal con superficie adecuáda para promover programas de

protección de la vida silvestre en donde puedan subsistir elementos cuyas poblaciones se

Page 167: Colombia Orinoco

167

consideran en estado crítico de conservación, como el oso de anteojos (Tremçrctos

ornatus) y el tigrillo (Felistigrina).

La superficie de la Sierra dé la Macarena fue declarada Reserva Natural el 24 de noviembre

de 1948. En 1989 se delineó nuevamente y los límites actuales se conectan con los de la

Reserva Natural Parque Tinigua y con los del Parque Cordillera de los Picachos. Habrá que

definir e impulsar programas de canalización de intereses entre los colonos y los

campesinos de la zona, buscando la preservación de la parte alta de la Sierra.

En la Oninoquia la superficie protegida es de 11.888,8 Km2 que corresponde a las

localidades de los Parques Nacionales Naturales de Cordillera de los Picachos, El Tuparro y

Ttnigua; la superficie sin protección oficial de los recursos bióticos es 142.304,4 Km. En la

Orinoquia en los ambientes de Altillanura todavía se encuentran extensas zonas cubiertas

por vegetación boscosa que no han sido utilizadas en la agricultura por las condiciones

naturales; sin embargo se están implementando las técnicas para implantar cultivos

integrales que facilitan un manejo sostenido. Ante las expectativas de un incremento en el

uso de los ambientes de Altillanura, deberían impulsarse acciones concretas para establecer

áreas de reserva en este paisaje. Se propone la creación de una zona de amortiguación que

incluya un corredor que comprenda localidades de Puerto López, Puerto Gaitán, Puerto

Carreño y Gaviotas. En la Llanura Aluvial de Desborde se propone como área de

amortiguación los alrededores de Caño Limón, donde en la actualidad se lleva a cabo la

extracción petrolera; esta zona en años anteriores fue propuesta como. santuario de fauna y

flora.

Árbol con raíces tabulares o

bambas.

Bosque de galería en Casanare.

Page 168: Colombia Orinoco

168

Amenazas

Los bosques de la parte alta del gradiente montañoso

(vertiente oriental) están en peligro por la extracción de las especies maderables; sin

embargo la distancia considerable que los separa de los poblados, favorece por ahora su

preservación. Aparentemente, la amenaza mayor para la conservación de la biota en esta

vertiente llanera se relaciona con los planes futuros para utilizar el agua de los reservorios

naturales (lagunas, lagunetas, charcas). Las obras civiles que se ejecutarán: carreteras,

represas, campamentos, transformarán considerablemente el paisaje; por lo tanto, si se

desea preservar; es urgente cuanto antes definir las zonas dé conservación.

En la Oninoquia, de acuerdo con Castaño (1993), la actividad que más ha afectado a la

región en los últimos años es la prospección y explotación petrolera. En el área se

encuentran dos grandes complejos, Caño Limón, en el departamento de Arauca, y Cusiana,

en el departamento de Casanare. La explotación del petróleo es una seria amenaza para la

estabilidad del patnimonió natural, genera un deterioro cultural agudo por las trochas de

exploración que permiten a cientos de colonos establecerse inadecuadamente en el área,

con serias consecuencias socioeconómicas no sólo para los inmigrantes sino también para

los pueblos tradicionales que habitan estos territorios. El impacto principal se ha ejercido

sobre el plano de inundación del río Arauca, principalmente por las redes viales asociadas a

la construcción y operación del centro petrolero que han interrumpido los flujos naturales

de los sistemas hidrológicos. Durante la fase de prospección, la utilización de explosivos, la

construcción de helipuertos, la tala de vegetación sobre transectos de cientos de kilómetros

y el uso de herbicidas y desfoliantes han influido negativamente sobre los recursos

biológicos. Durante la fase de producción hay contaminación química a través de la

llamada agua de formación. La quema permanente de gas en las explotaciones, libera a la

atmósfera altas concentraciones de anhídrido sulfúrico, monóxido de carbono y anhídrido

carbónico que contaminan severamente el aire, dañan la vegetación y provocan las

migraciones de insectos, aves y otros animales (Castaño, 1993).

También ha contribuido en la degradación de ciertos ambientes la ganadería extensiva y

semi intensiva, actividad implicada seriamente en la pérdida de la biodiversidad, al reducir

significativamente el nivel de materia orgánica en el suelo y aumentar la erosión y

compactación de los suelos. En los paisajes aluviales y de piedemonte la extracción

intensiva de maderas es la principal actividad.

En El Tuparro aparentemente no se presentan amenazas que afecten la biota del Parque; sin

embargo el entresacado de los bosques que se hace de manera ilegal, la caza y la pesca

incontroladas pueden afectar su riqueza biótica.

Agradecimientos

Foto: Fernando Urbina

Page 169: Colombia Orinoco

169

A la bióloga Sofía Lleana Rentería y a la tecnóloga en Recursos Naturales Renovables Aída

Garzón por su colaboración en la preparación del manuscrito.

BIBLIOGRAFÍA

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Page 172: Colombia Orinoco

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LA FAUNA DE LA ORINOQUIA

THOMAS R. DEFLER

Imani, Universidad Nacional de Colombia - Fundación Natura

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ

Conservación Internacional de Colombia.

Caracara (Polyborus)

Foto - Garcés

INTRODUCCIÓN

La típica fauna orinoquense, está representada en la literatura y la tradición por los

animales que han sido más evidentes al ojo o al oído humanos, o los que con mayor

frecuencia figuran en los cuentos, leyendas y temores de la gente, o aquellos que son el

blanco más frecuente de. la caza para consumo. Los más conocidos y fácilmente

observados en los Llanos Orientales incluyen el venado sabanero (Odocoileus

Page 173: Colombia Orinoco

173

virginianus), el chigüiro (Hydróchaeris hydrochaeris), y la corocora roja (Eudocimus

ruber). La fauna orinoquense abarca también a uno de los animales con la vocalización más

poderosa del reino animal como lo es el araguato o mono cotudo (Alouatta seniculus) qué

puede ser escuchado a varios kilómetros de distancia, o las diversas especies de

guacamayas (Am spp.), cuyas bandadas rompen el silencio de la mañana al dirigirse a sus

habituales lugares de alimentación o al atardecer cuando regresan a sus dormideros.

También comprende varios animales que se consideran peligrosos para los humanos, como

el tigre (Panthera onca), el güío negro o anaconda (Eunectes murinus), el caimán del

Orinoco (Crocodylus intermedius) y la cuatronarices (Bothrops atrox).

Por ser las más evidentes y vistosas, las aves son tal vez el grupo de vertebrados que mayor

simpatía despierta en el público en general. Igualmente es el grupo de más alta diversidad

dentro de los vertebrados, ya que puede superar el millar de especies y subespecies. Esta es

la región natural que contiene un mayor porcentaje de la avifauna nacional; no obstante, su

estado de conservación deja mucho que desear y los cambios introducidos al medio

ambiente, por el desordenado e inconsciente desarrollo agrícola y pecuario, han reducido

notablemente las poblaciones de diversas especies y puesto en duda la. supervivencia

regional de otras, cuya distribución natural ha tenido en los Llanos una importante zona de

alimentación en sus habituales y obligadas rutas de migración transcontinental o regional.

Dentro de los grupos más conocidos se encuentran las zancudas o ciconiiformes, cuyo

orden incluye todas las garzas, garzones o gabanes, como son llamados eh nuestra

Orinoquia y dentro del cual se encuentran las aves de mayor talla del país; otros miembros

de este orden son las corocoras, las cuales descuellan por su hermoso colorido, así como

por los desplazamientos masivós desde sus áreas de alimentación hasta los dormideros o

garceros. Otro grupo de gran vistosidad y relevancia es el de los patoso anseriformes,

particularmente los pisingos (género Dend ocygna) , que presentan masivas migraciones

locales desde las planicies hacia el piedemonte, que se suman a las migraciones

transcontinentales.

Page 174: Colombia Orinoco

174

Sin embargo, hay cientos de otras especies animales

menos conocidas que conforman. esta riquísima

fauna. A pesar de que las especies sobre las cuales

existe mayor información en el país se encuentran en

los Llanos Orientales, en conjunto la fauna

orinoquense ha sido poco estudiada y su diversidad es

mucho. más alta a medida que nos acercamos a la

zona selvática al sur de las sabanas. Los extremos en

variabilidad topográfica y en abundancia de

vegetación generan diversos niveles horizontales de

riqueza de especies, así la diversidad es más baja en

las planicies, pero va aumentando a medida que se

avanza hacia el suroccidente. Adicionalmente la

multiplicidad de algunos grupos de vertebrados aumenta desde el nivel de las sabanas hacia

el piedemonte y disminuye desde el piedemonte hacia las alturas de los páramos. Así en la

figura sobre la distribución se ilustran los niveles en la diversidad de especies de primates,

que varían desde dos especies en las planicies de los Llanos, hasta once especies en la

selvas orinoquenses, probablemente debido al aumento en las posibilidades de hábitats que

brindan las selvas del sur de la región. Igual sucede con otros grupos, de mamíferos, aves,

reptiles y anfibios.

A diferencia de la zona norte de la región orinoquense, la selva que circunda los ríos

Guayabero, Guaviare e Inírida es continua y cerrada; y gradualmente se conecta con la

selva amazónica. Por esto la región órinoquense desde el punto de vista biológico no es

fácil de separar de la hylea amazónica. Por ello la fauna de la Orinoquiageneralmente no es

endémica, sino que forma parte de una fauna amazónica sensulatu, la cual se extiende desde

las selvas más australes y penetra en los bosques de galería de la sabana, aunque con un

evidente empobrecimiento sucesivo de especies.

Fauna de los Llanos Orientales

Los Llanos son para mucha gente la parte más familiar de la Orinoquia, particularmente por

la facilidad de observar su fauna y por la abundancia y vistosidad de sus elementos. Por

esta razón existe una visión más romántica sobre estos territorios que sobre las selvas o las

laderas andinas, que también forman parte de la región desde un punto de vista

biogeográfico. Sin embargo, parece sorprendente el hecho de que los Llanos contengan

pocas especies nativas o endémicas, a pesar de poseer una gran similitud con las grandes

sabanas africanas, en las cuales sus inmensas manadas de mamíferos son endémicos. Sin

embargo, el origen de los Llanos Orientales es comparativamente reciente, tal vez menos de

un millón de años. Sus suelos son sumamente pobres y se formaron a partir de la

El zocay (Callicebus cupreus

ornatus) se encuentra en el

piedemonte, al suroccidente de la

Orinoquia. Es monógamo.

Foto: Sara Defler

Page 175: Colombia Orinoco

175

sedimentación de la Cordillera de los Andes y de las arenas ólicas del antiguo Escudo

Guayanés al oriente. Este hecho probablemente ha limitado el desarrollo de un mayor

número de endemismos. Es importante subrayar que la fauna de los bosques de galería que

surcan las planicies de las sabanas orinoquenses en realidad corresponde a una fauna

amazónica empobrecida, con la adición de algunos elementos de otras formaciones

vegetales del norte.

Peces

Los peces orinoquenses de agua dulce son escasamente conocidos. Se han contado 258

especies para la región hasta el momento, aunque en la Orinoquia venezolana la lista de

peces supera las mil especies. Es probable que la Orinoquia colombiana, tenga 75% de las

especies identificadas en Venezuela, más otras endémicas colombianas, pero faltan las

investigaciones indicadas para verificarlas (Hernández C., 1993). Muchas éstas son

aquellas igualmente conocidas en la Amazonia o de especies muy relacionadas, dado que

hay conexiones acuáticas entre estas dos gigantescas cuencas que han permitido

intercambios hasta cierto punto. Se puede destacar el famoso temblón (Electrophorus

electricus) , que ha generado muchas leyendas y temor por el peligro de su descarga

eléctrica, especie encontrada en ambas cuencas. También se puede destacar el

pavón (Cichla ocellaris), pez frecuentemente buscado como fuente de proteína.

Seguramente los peces más notorios en la Orinoquia son las variedades de "caribes" o

"pirañas" (Serrasalmus spp.), los que generan mucho miedo por los cuentos de ataques, y es

verdad que bajo ciertas circunstancias, sobre todo si hay sangre presente en el agua, son,

capaces de devorar un animal grande en minutos. Otro pez muy apreciado por los

pescadores es la payára (Hydrolycus scomberoides) , que posee una boca llena de dientes

alargados e impresionantes y crece a veces más de un metro. También la

gamitana (Colossoma brachypomus) es muy apreciada por su carne. Muchos peces

ornamentales se encuentran en esta cuenca y ello ha conducido a un gran comercio

internacional. Entre ellos se pueden nombrar las tetras (Cheirodon axelrodi, Axelrodia

riesei y otras),, hacha (Thoracocharx stellatus, Amblydoras hancocki), el "cuatro-

ojos" (Anableps anableps, Ancistrus spp.), varios cíclidos como Aequiclens spp., Cichl

asoma spp., el famoso Poecilia reticulata y varias otras especies de este género, y muchas

más.

Reptiles y anfibios

En este conjunto muchas especies llaneras se relacionan no sólo con las selvas del sur de la

Orinoquia y de la Amazonia, sino que particularmente recibieron una fuerte influencia

xerofítica del sur de América y América Central. Algunas especies de ranas del

género Leptodactylus muestran areales de distribución muy amplios, desde el sur de

Page 176: Colombia Orinoco

176

México hasta Bolivia. Algunas especies de reptiles y anfibios tal vez evolucionaron en las

zonas xeroffticas del NE de Sur América y penetraron en los Llanos a través de los

corredores favorables disponibles. Según Rivero Blanco & Dixon (1979), entre ellas se

pueden destacar las siguientes: las ranas (Bufo granulosus, Hyla crepitans, Hylarostrata,

Leptodactylus bolivianus y Pseuchsparadoxus); el morrocoy (Geochelone carbonaria) ; los

lagartos (Ameiva ameiva, A.bifrontata, Cnemidophorus lemniscatus, Gymnophthalmus

speciosus, Tropiclurus torquatus) y las serpientes (Crotalus durissus: la

cascabel, Mastigodryas pleei, Micrurus isozonus, Pseudo neuwiedi, Tantilla semicincta

y Thamnodynastes strigilis).

Las especies que se encuentran tanto en los Llanos como en la selva circundante debido a la

presencia de agua durante muchos meses del año son las siguientes: tres

anuros (Bufomarinus, Hyla microcepha l a, H. rubra); un crocodilio, la babilla, (Calman

crocodylus); una tortuga (Kinosternon scorpioides); un lagarto, la iguána(Iguana iguana); y

tres serpientes (Eunectes murinus, Helicops angulatus y Leptodeira annulata).

El grupo más ampliamente distribuido por su plasticidad ambiental comprende: tres

lagartos (Ameiva ameiva, Thecaclactylus rapicauclus y Tupinambis tequixin) y doce

serpientes (Boa 'constrictor, Clelia delia, Drymarchon corais, Epicrates cenchria, Imantodes

cenchria, Leptophis ahaetulla, Mastigodryas boddaerti, M. bifossatus, Oxybelis aenus,

Spilotes pullatus, Sibon nebullatus, Tantilla melanocephala).

Finalmente los reptiles y anfibios, que pueden considerarse como endémicos de la

Orinoquia son cuatro ranas (Hylaminuscula, H. wandae, Physalaemus enesefae y Pipra

parva); un cocodrilo, el caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius); una tortuga

(Podocnemis vogli); nueve lagartos (Anolis onca, Bachia bicolor, B. guianensis, B. talpa,

Gonatodes vitatus, Hemidactylus palaichtus, Lepidoblepharis sanctaemartae,

Ophryoessoides erythogaster, Tretioscinactus bifasciatus); cuatro culebras (Bothrops

lansbergii, Crotalus vergrandis, Helicops danieli, H. scalaris).

Algunos de los animales más sobresalientes en una forma u otra de los arriba mencionados

son el sapo (Bufo marinus), el morrocoy (Geochelone carbonaria), los lagartos (Ameiva

ameiva y Tupinambis tequixin), los crocodilios, la babilla (Caiman crocodylus), el caimán

del Orinoco (Crocodylus intermedius) y las serpientes: la boa (Boa constrictor), el güío

negro (Eunectes murinus), la cascabel (Crotalus durrissus) y la cuatronarices (Bothrops

atrox).

El sapo (Bufo marinus) es el anfibio más frecuentemente visto en las proximidades de las

áreas habitadas y usualmente se refugia en los alrededores. Cuando llueve, se observan

mucho más que durante la época seca, y es común encontrarlos cerca a las fuentes de luz

artificiales donde cazan insectos. Los ejemplares más grandes tienen un tamaño apreciable

y pueden ingerir otras ranas y animales pequeños.

Page 177: Colombia Orinoco

177

El morrocoy (Geochelone carbonaria) a veces se encuentra en gran abundancia en ciertos

bosques de galería y en las sabanas circundantes. Esta atractiva tortuga tiene vistosas

marcas rojas en la cabeza y las patas. Se alimenta de animales muertos e igualmente de los

frutos caídos al piso. Ha sido una fuente de carne para indígenas y colonos. El

lagarto Ameiva ameiva, es el lagarto más evidente en los claros cerca a las casas y en las

sabanas. El verde brillante de los machos adultos contrasta con las hembras, menos verdes,

y los dos muestran poblaciones muy altas en los hábitats apropiados. La iguana (Iguana

iguana) también alcanza poblaciones bastante altas en los árboles cercanos a los poblados y

a lo largo de cursos de agua, lanzándose a la corriente desde grandes alturas cuando se

sienten presionadas. Su carne es apreciada al igual que sus huevos, los cuales son puestos

en suelos arenosos usualmente ribereños. Otro lagarto típico, es el mato o lobo pollero

(Tupinambis tequixin) que usualmente alcanza una talla de 1 m. Es un cazador agresivo y

se vuelve un problema cerca de los poblados, dado que caza y mata a los polluelos de las

gallinas y otros animales domésticos.

Dentro de los crocodilios, la babilla y el caimán del Orinoco son los elementos faunísticos

más importantes de los Llanos. Aunque la babilla no es peligrosa para los seres humanos,

es cazada y comida por éstos. Por la importancia comercial de la especie, se han

desarrollado notables programas de cría en cautividad. En contraste, el caimán del Orinoco

es un animal que alcanza mayores tallas que las babillas y su agresividad causa mucho

temor. Dado que su piel es comercialmente valiosa, la especie ha sido cazada casi hasta la

extinción en muchas regiones de su distribución. Se debe considerar como una especie en

peligro para ser protegida por lo menos en los parques nacionales y reservas de la

Orinoquia.

La boa (Boa constrictor) se encuentra frecuentemente en el bosque de galería y la

vegetación adyacente. Estos boidos pueden alcanzar hasta 4 m de largo y son considerados

como un peligro potencial para los animales domésticos. Sin embargo, no son peligrosos

para el hombre; En contraste, el güío negro o anaconda puede alcanzar más de 11 m de

largo, y se considera peligrosa bajo ciertas circunstancias, ya que ha atacado y matado seres

humanos. Es un cazador nocturno en los flujos de agua. donde acecha y atrapa roedores

grandes como la lapa (Agouti paca), el chigüiro(Hydrochaeris hydrocaeris) o a varios

rumiantes cuando van a beber, como los venados (Mazama spp.) y tal vez el zaino (Tayassu

tajacu) . Otra serpiente bastante temida es la cascabel (Crotalus durissus),la cual se halla en

bosques muy secos y en las sabanas. Su mordedura puede ser peligrosa. Las más frecuente

es la cuatronarices (Bothrops cf. atrox) , tal vez porque es atraída hacia las casas por la

presencia de roedores pequeños que son su principal alimento.

Page 178: Colombia Orinoco

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1. Serrasalmus: El pez caribe famoso por su gran voracidad. Ataca en cardúmenes. Foto -

Diego Garcés 2. Rana Hyla. Foto - Diego Garcés 3. Tortuga morrocoy (Geochelone

carbonaria). Es una tortuga de hábitos terrestres, muy común en los bosques

de galería. Foto - Fernando Urbina

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1. Lagarto (Cnemidophorus Lemniscatus). Foto - Diego Garcés 2. Serpiente del

llano. frecuentemente se encuentra cerca al agua. Es una serpiente poco

venenosa. (Helucps. sp). Foto - Diego Garcés 3. Caimán llanero (Crocodylus intermedius),

especia en extensión por hacer sido cazado bárbaramente para sacar su piel. Río

meta. Foto - Diego Garcés

Aves

Al igual que los demás grupos de vertebrados, las aves del Llano comprenden especies

adaptadas a hábitats abiertos, otras dependen de superficies de agua, y algunas tienen una

elasticidad adaptativa que les permite sobrevivir en muchos tipos de hábitats. El régimen

climático de esta región con un marcado período de lluvias con afluencia masiva de aguas y

otro de fuerte verano abruptamente cambia las condiciones de vida para muchas especies

animales. No obstante, las aves, gracias a su posibilidad de desplazarse fácilmente,

Page 180: Colombia Orinoco

180

aprovechan al máximo la oferta ambiental de recursos alimenticios de las épocas favorables

tal vez como ningún otro grupo animal.

Muchas de ellas ocupan los bosques de galería y la franja de selva del sur de la Orinoquia.

De éstas las que ocupan el piso del bosque comprenden ocho especies de gallinetas de

monte o perdices (Tinamidae), que sólo frecuentan los estratos bajos para dormir. Este

interesante grupo de aves tiene hábitos diurnos y crepusculares y se caracteriza por la

vistosidad de sus huevos de tonos azules y achocolatados, los cuales colocan

descuidadamente en el piso entre las raíces tabloides de algunas especies de árboles. Las

más evidentes corresponden al género Tinamus, gracias a su mayor tamaño y a la forma

vigorosa de vuelo, el cual es apreciado cuando el observador desprevenido se acerca a un

individuo que espera hasta que el intruso esté muy cerca para, abruptamente, levantar el

vuelo y ocultarse a corta distancia, gracias a su coloración mimética. Con predominancia

por los estratos arbóreos tenemos cerca de 14 especies y subespecies de crácidos de pavas y

güacharacas (Cracidae), que constituyen junto con los tinámidos un importante recurso

alimenticio para las comunidades indígenas de la región. Las más evidentes por el bullicio

que generan al amanecer y atardecer cuando se reúnen masivamente son las guacharacas

del género Ortalis. Por su tamaño y vistosidad podemos mencionar a las pavas Penelope

jacquacu, Aburria pipile y a las seis especies de paujiles del género Crax.

Resalta en los límites de las matas de monte, en las riberas de los caños y en los bosques de

galería la tirana o tigana, Eurypyga helias, hermosa ave representante de una familia

monotípica (Eurypygiclae) llamada así por el despliegue arrogante de sus alas que

muestran un hermosísimo e intrincado diseño de color. Varias especies de palomas

(Columbidae), al menos 15, pueblan esta región, siendo las más comunes las

torcazas Columba speciosa, C. cayennensis y O. subviriacea, las abuelitas Columbina

minuta, O. talpacoti, Claravis pretiosa, la paloma pipa Leptotila rufaxilla. No menos de

veintitrés especies de loros (Psittacidae) se encuentran representados en la Orinoquia,

siendo los más evidentes por su tamaño y colorido vistoso las guacamayas Ara macao, A.

ararauna, A. chloroptera, A. severa y A. manilata,los pericos de los géneros Brotogeris,

Touit y Forpus y las cotorras Amazona ochrocephala y A. amazonica. De las familias del

orden más diversificado del país tenemos los colibríes (Trochilidae), con un total de 149

especies a nivel nacional y 63 en la región, entre los que podemos destacar a los ermitaños

del género Phaethornis, estrechamente asociados con los platanillos (asociaciones

de Heliconia) y a otros chupaflores como Anthracothorax nigricollis , Chlorestes notatus,

Chlorostilbon mellisugus, Thalurania furcata, Amazilia versicolor, A. fimbriata. Otro de

los grupos de gran complejidad y diversidad es el de los atrapamoscas (Tyrannidae), cuyas

especies son altamente silvícolas y gran parte de ellas de hábitos crípticos, lo cual las hace

difíciles de observar y de reconocer, aún para el observador especializado. Esta familia

alcanza alrededor de cien especies, que representan cerca del 60 % del total del país. Otros

grupos de importancia son las soledades trogones (Trogonidae), de gran belleza y colorido,

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181

con ocho especies; los martín pescador con cinco especies que surcan las riberas de los ríos

y quebradas en busca de alimento; once especies de tucanes de los

géneros Ramphastos y Pteroglossus, principalmente mantienen el concierto diario de estos

bosques con su lúgubre y lastimero canto. Las veinticinco especies de carpinteros (Picidae),

animan los atardeceres con su martilleo constante sobre los troncos secos y vivos durante la

construcción de sus nidos, siendo los pioneros en la perforación de oquedades que

posteriormente son utilizadas por una cadena de inquilinos, entre los cuales se encuentran

otras especies de aves, mamíferos y reptiles que año tras año las van acondicionando para

alojar allí a sus familias. De las 70 familias representadas en la región merece mencionar

también a los azulejos, suimas y cardenales que poseen cerca de 65 especies en la

Orinoquia, todas ellas de vistoso colorido, como el del azulejo siete colores Tangara

chilensis.

Aunque la mayoría de aves llaneras se localizan en los denominados bosques de galería,

una quinta parte de las especies se encuentran asociadas a los ríos y esteros o lagunas

permanentes, sean ribereños o aislados en medio de las sabanas, en cuyo caso se denominan

matas de monte. Como se mencionó anteriormente esta avifauna está altamente relacionada

con la del norte de Venezuela ya de las planicies de la región MagdalenoCaribe. dentro de

sus elementos importantes encontramos: dos garzones (Ciconiidae) (Ciconia maguan,

Jabiru myctenia); cuatro coclíes y corócoras (Threskiornithidae) (Theristicus caudatus,

Cercibis exycerca, Eudocimus albus, E. ruber); tres gavilanes (Accipitridae) (Circus

buffoni, Heterospizio.s meridiorialis, Buteo albicaudatus); tres halcones

(Falconidae) (Polyborus plancus, Milvago chimachima, Falco femoralis); una paloma

(Columbidae) (Scardafella squammata) ; tres loros (Psittacidae) (Aratinga acuticauda, A.

pertinax, Forpus conspicillatus); un buho (Strigidae) (Speotyto cuniculania); un bucónido

(Bucconidae) (Hypnelusruficollis); un hornero (Furnatiidae) (Phacellodomus

rufifrons); dos hormigueros (Formicariidae) (Sakesphorus canadensis y Thamnophilus

nigrocinereus) ; tres mosqueros (Tyrannidae) (Atalotriccus pilaris, Todirostrum sylvia,

Machetornis nixosus); un cucarachero (Troglodytidae) (Thryothorus rufalbus); dos mirlas

(Turdidae) (Turdus Leucomelas y T. nudigenis) ; un motacílido (Motacillidae) (Anthus

lutescens); tres ictéridos (Icteridae) (Agelaius icterocephalus, Icterus nigrogularis,

Sturnella magna); una tanagra (Thraupidae) (Euphonia chlorotica) y pinzones, espigueros y

canarios (Fringillidae) (Arremonops conirostris, Sporophila plumbea, S. intermedia, Sicalis

flaveola, Emberizoides herbicola, Ammodramus humeralis), entre otros.

El grupo de aves más asociado a las superficies de agua como los ríos, caños, lagunas o

esteros y sabana inundada se puede enumerar como sigue: las garzas Ardea cocoi,

Casmerodius albus, Egretta thula, Florida caerulea, Butorides stniatus, Bulbulcusibis,

Synigma sibilatrix, Nycticorax nycticorax, Trigrisoma lineatum(Ardeidae) y Cochlearius

cochlearius (Cochleariidae); el garzón Mycteria americana(Ciconiidae) y los coclíes

(Threskiornithidae) (Mesembrinibis cayennensis y Phimosus infuscatus); el pato

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cucharo (Ajaia ajaia); el buitre de ciénaga o arauco (Anhimidae) (Anhima cornuta); los

patos (Anatidae) (Amazonetta brasiliensis, Dendrocygria viduata, Neochen jubata y

Cairinia moschata); las pollas de agua (Rallidae) (Aramicles cajanea, Porphyrio martinica

y P. flaviros tris); el zambullidor patirrayado (Heliornithidae) Heliomis fulica; la tirana

(Eurypygidae) Eurypyga helias; el gallito de ciénaga (Jacanidae) Jacania jacaría; los

martín pescador Chloroceryle amazona, C. americana, C. inda y C. aenea entre otros.

Mamíferos

El areal de distribución de muchos de los mamíferos encontrados en los Llanos son

extensiones de la fauna amazónica, aunque la composición que se encuentra en los bosques

de galería es menor en diversidad de lo esperado para un área cubierta de selva. Una de las

especies cuya distribución está relacionada estrechamente con las grandes planicies, es

precisamente el venado sabanero (Oclocoileus virginianus), el cual no penetra en la selva,

pero es abundante en los pastizales. No obstante, parece existir en los claros o minisabanas

que esporádicamente se presentan en los bosques típicamente amazónicos, así como en

otras vastas regiones, con hábitats similares, del resto del continente suramericano hasta

Norteamérica. Actualmente se le puede observar fácilmente donde no está sujeto a presión

de caza, llegando a ser numeroso en áreas donde se les protege. Sin embargo, la ganadería

ha traído consigo una de las peores enfermedades de los animales de pezuña hendida, la

fiebre aftosa, la cual conjuntamente con la cacería es la responsable de la erradicación de la

especie en amplias zonas de la región.

Un buen ejemplo de la elasticidad ambiental es el puma o león (Felis concolor), el cual es

común en muchas partes de los Llanos, y su distribución alcanza toda Sudamérica hasta la

Patagonia, e igualmente hasta Norteamérica. Aunque el tigre mariposo (Panthera onda) no

tiene una distribución tan amplia como la del puma, sí se encuentra en todos los bosques

tropicales y subtropicales hasta el norte de Argentina, al sur, y hasta México. A pesar de

que estos dos grandes felinos están considerados como componentes de la fauna

amazónica, sus distribuciones son pan-neotropical, en el caso del tigre mariposo, y

panamericana en el caso del puma.

Chuchas

La fauna llanera también incluye algunos marsupiales, siendo los más conocidos la chucha

de oreja negra (Didelphis marsupialis), la chucha roja real (Metachirus nuclicaudatus), el

micuré (Micoureus cinereus), y el tunato común (Marmosa muniria). Estos animales son de

hábitos nocturnos, y su dieta está constituida principalmente por invertebrados, pequeños

vertebrados y una vasta gama de frutos silvestres y cultivados. La primera de ellas

frecuenta con regularidad las áreas de habitación campesinas en busca de alimento,

especialmente aves de corral. Se les conoce como activos y persistentes predadores y

Page 183: Colombia Orinoco

183

cuando son agredidos simulan estar muertos para evitar golpes mayores y después se alejan

a recuperarse de sus lesiones.

Osos hormigueros

Los osos hormigueros no tienen dientes y presentan un rostro muy alargado, precisamente

adaptado a sus particulares hábitos alimenticios. La lengua es extremadamente larga y

cilíndrica, por lo tanto adaptada para ser introducida en las complejas madrigueras de los

termiteros y hormigueros, cuyos habitantes les sirven de alimento. El oso hormiguero

palmero (Myrmecophaga tridactyla), es la especie más grande de esta familia, alcanza hasta

los 40 kg de peso. Frecuentemente se les observa andando por las sabanas, especialmente al

atardecer, aunque probablemente pasan más tiempo escondidos en los montes de galería.

Estos animales se mueven por grandes extensiones en busca de comida, hormigas y

termites que consiguen mediante el uso de sus fuertes garras delanteras, con las que se dice

pueden matar hasta al predador más peligroso como el jaguar. El tamandua u oso

melero(Tamartdua tetradactyla) es mucho más pequeño que el palmero con sólo 4-8 kg de

peso. Se ve rara vez lejos de su hogar en el dosel del monte, donde se mueve ayudado por

su poderosa cola prensil. Estos animales tienen hábitos diurnos y crepusculares y se

alimentan de termites, hormigas y abejas que elaboran sus nidos especialmente en los

árboles, donde el oso palmero no puede alcanzarlos. El osito trueno

(Oyclopes didactylus) es el más pequeño de los hormigueros y difícil de ver debido a su

tamaño pequeño (200 g) y sus hábitos nocturnos, aunque también son considerados raros,

por sus bajas densidades de población. Estos animalitos se desplazan sobre las ramas

siempre colgantes, cazando hormigas y otros insectos.

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184

1. Anaconda (Eunectes murinus), es de hábitos acuáticos. Puede alcanzar entre 8 y 12 m

de longitud y un peso cercano a una tonelada. Sin embargo, la inmensa mayoría de los

especímenes no sobrepasan los tres metros. Mata sus víctimas por constricción. Foto -

Diego Garcés 2. Venado caramerudo (Odocoileus virgianus) joven. Este venado no entra a

la selva porque tiene cachos ramificados en edad aduslta. Foto - Diego Garcés. 3. Sapo

gigante (Bufo marinus). Foto - Diego Garcés

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185

1. Las corocoras rojas (Eudocimus ruber) son posiblemente las aves de pantano más bellas

de Suramérica. Su pico es curvo para escarbar en el lodo en busca de comida. Hay

también corocoras blancas (E. albus) y negras (Phimosus spp.). Foto - Diego Garcés 2.

Pato carretero (Neochen jubata). Es migrante. Se encuentra en parejas. Foto Diego

Garcés 3. Cachicamo común (Dasypus novemcinctus). Tiene una gran difución en las

selvas y sabanas orinoquenses donde es muy apreciado por su carne. Foto - Fernando

Urbina

Perezosos

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186

Los perezosos de los Llanos comprenden dos especies, el perezoso de tres dedos (Brady

pus variegatus) y el de dos dedos (Choloe pus hoffmanni). El de dos dedos usualmente es el

más común y la manera en que se reparten dentro de los bosques y sus relaciones

interespecíficas son poco conocidas. El primero de ellos está probablemente mejor

adaptado a diversas condiciones del hábitat, ya que se le puede encontrar tanto en el bosque

como en árboles aislados y en manchas de guarumos (Oecropia sp.); en cambio el perezoso

de dos dedos parece restringido a bosques primarios con poca o ninguna intervención. Sus

hábitos alimenticios incluyen las hojas, flores, renuevos y algunos frutos de una gran

variedad de especies.

Armadillos

Los armadillos comprenden cinco especies en los Llanos Orientales y debido a la presión

de caza el más grande de ellos está en peligro de extinción. Este armadillo gigante, también

llamado trueno u ocarro (Pniodontes maximus) alcanza los 30 kg de peso y es de hábitos

nocturnos. Se alimentan principalmente de hormigas y termites que se utican tanto en las

áreas abiertas como en el piso del bosque o sabana. Viven en cuevas, las cuales excavan

con sus fuertes y grandes uñas. El armadillo hediondo(Cabassous unicinc tus) pesa

alrededor de 2-4 kg, es nocturno y también se alimenta de hormigas y termites. La cola está

desprovista de escamas grandes, razón por la cual le aplican el nombre común de coletrapo.

Habitan en cuevas excavadas tanto en barrancos en las sabanas como dentro de los bosques

de galería. El armadillo sabanero (Dasypus sabanicola) es tal vez el más conocido. Son

cazados en las sabanas por mucha gente, que los persiguen con perros hasta atraparlos.

Aunque consumen también hormigas y comejenes, adicionalmente comen animales

muertos, frutos, hongos y otro material vegetal. Dasypus kappleni o el armadillo artacacho

se encuentra más en los bosques mientras Dasypus novemcictus, el cachicamo, se encuentra

en una variedad de hábitats desde bosque hasta sabana.

Murciélagos

Los murciélagos orinoquenses son mal conocidos y falta mucho trabajo para distinguir de

modo completo las especies que allí se encuentran. Sin embargo, existen algunas

colecciones y estudios que han originado la lista de la Tabla 1, cuyo total comprende 96

especies de las 171 registradas para el país.

Rivas & Sánchez (1990) reportaron 43 especies de murciélagos para una zona del norte de

la Sierra de la Macarena, cuyo hábitat incluye bosques de galería, sabana y vegetación

secundaria. Esta comunidad comprende más o menos el 25% de las especies colombianas y

es una de las agrupaciones de murciélagos más rica en especies identificadas para el

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187

neotrópico. La comunidad está compuesta de 32% frugívoros nómadas, 20% frugívoros

sedentarios, 15% insectívoros aéreos, 23% insectívoros del follaje, 6% polinívoros, 2%

carnívoros y 2% hematófagos. Una especie (Carollia perspicillata) fue muy dominante

sobre todas las demás, representando 56% de todos los individuos capturados y liberados.

Las que le seguían en abundancia eran Antibeus planirostris (9,1% del total), Desmodus

rotundus (5.4%) y Artibeus fuliginosus (4,2%).

Como estos animales voladores son nocturnos y generan cierto temor entre los pobladores,

no son muy conocidos a nivel particular por la gente. Sin embargo, por su número de

especies son una parte muy importante de la diversidad de los mamíferos. Probablemente

más de 100 especies se encuentran en la Orinoquia. Las más conocidas están siempre

relacionadas con las actividades domésticas, ya sea porque viven en los techos y paredes de

las casas o porque inciden sobre la salud de los animales domésticos, como es el caso del

murciélago vampiro (Desmodus rotundus)cuya actividad se manifiesta por las hemorragias

que produce en los cuellos y otras partes del ganado vacuno y caballar principalmente, a los

cuales luego de morderlos lame su sangre aplicándoles con la saliva un anticoagulante cuya

acción dura varias horas. Otro de los acompañantes cotidianos, cuando se desplazan en

canoa especialmente por las riberas de los ríos y quebradas, es el "murcielaguito narigón",

Rhinchonycteris naso, que vive en grupos sociales de 3 a 45 individuos, usualmente

alrededor de 12, colgados de las ramas bajas, de tal manera que al acercárseles salen

masivamente espantados para buscar la rama más cercana.

Primates

Como este grupo'requiere de manera imprescindible de árboles para vivir, el número de

especies de primates en los Llanos Orientales es bajo y se limita a los bosques de galería y

matas de monte. No obstante, el araguato o cotudo (Alouatta seniculus) es uno de los

animales de la región que genera un reconocimiento dentro de la fauna regional,

especialmente por su poderosa vocalización, la cual se siente en el ambiente en la

madrugada y al atardecer como elemento muy típico de estas tierras. Esta particularidad es

frecuentemente resaltada en las canciones de música llanera. Usualmente estos monos

viven en grupos de alrededor de seis individuos con un macho adulto, tal vez un macho

subadulto y 2-3 hembras con crías. Se alimentan en un 50% de hojas tiernas y 50% de

frutos y flores. Otro primate igualmente conocido es el maicero (Oebus apella) que

comúnmente se encuentra en los mismos bosques de galería donde habitan los araguatos.

Viven en grupos de 8-10 individuos, normalmente con un macho adulto, otros machos

subadultos y varias hembras y crías. Son omnívoros, y comen todo lo que puede servirles

de alimento: frutos, vertebrados como lagartos, polluelos, pequeños mamíferos, insectos,

etc. En las zonas de colonización aprenden a invadir y a comer los cultivos de maíz, cacao

y otros sembrados por lo cual en esas localidades son considerados como plaga. Son muy

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188

inteligentes y existen muchas historias sobre sus estrategias para ganarse la vida y escapar

de sus enemigos. En ciertas partes de los Llanos (como el norte del Arauca y el este del

Vichada) es reemplazado por el cariblanco (Cebus albifrons) , un tipo de maicero con una

coloración muy clara. En el Vichada'lo denominan como "mono blanco", en contraste con

el "mono negro" (O. apella). Allí se encuentran en manadas de hasta 35 individuos, con

varios machos y hembras adultas con sus crías. También son omnívoros con una dieta muy

similar a los "monos negros".

Las viudas o viuditas (Oallicebus torquatus) no son bien conocidas como fauna típica de

los Llanos Orientales, sin embargo se encuentran en poblaciones no muy extensas al sur del

río Tomo, en el occidente del Departamento del Vichada. Estos pequeños primates

monógamos de 1,5 kg viven en parejas con una o dos crías y se alimentan de pequeños

frutos, insectos y a veces de hojas tiernas. Son frecuentes en los montes cercanos al centro

de visitantes del Tapón en el Parque Nacional Natural El Tuparro.

En la noche llanera se puede escuchar la vocalización del mico nocturno o marteja (Aotus

sp.), único primate de actividad nocturna en el mundo. Estos animales duermen en huecos

de árboles muertos o en nudos de bejucos de donde salen en la noche para buscar su

alimento, el cual está constituido especialmente por frutos e insectos. Son monógamos y

usualmente no se observan en grupos más de 2-5animales. Su distribución no incluye la

porción central del departamento de Casanare ni el norte del río Tomo en el departamento

del Vichada.

Al sur del río Vichada y al oeste del río Metica y por el rebalse del río Meta hacia el oriente

se encuentra el tití (Saimiri sciureus) , que es un primate pequeño de 1 kg de peso que anda

en grupos de 15-20 individuos con varios machos y hembras adultas. Se alimentan de

insectos y frutos. Otra especie monógama que tiene hábitos similares a los de las

viuditas (Callicebus torquatus) es el mico Oallicebus cupreus ornatus que entra a los

Llanos solamente en el límite suroccidental. Al acercarse al piedemonte empiezan a

aparecer pequeñas manadas de la marimonda (Ateles belzebuth) y de los

churucos (Lagothnix lagothricha), que prefieren los bosques más altos y densos.

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Mico "güeviblanco"

(Saguinus inustus)

Selva transicional hacia la

Amazonia, al sur

del río Guaviare

En el bosque alto y denso

del piedemonte,

La Macarna y el guaviare

se encuentran

el churro (Lagthrix

lagothrica)

La marimonda o mico

araña (Ateles Belzebuth)

en la selva densa. Su cola

tiene

excelentes cualidades

prensiles

Cusumbo (Nasua nasua),

anda en pequeñas

manadas de hembras con

sus hijos. El macho es

solitario, excepto en la

época de apareamietno

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190

Las viudas o viuditas (Callicebus torquatus) no son

bien conocidas como fauna de los Llanos,

sin embargo se encuentran en poblaciones no muy

extensas al sur del río Tomo, al occidente

del departamento del Vichada. Foto Sara Defler

Nombre científico: Pteronura brasiliensis - Nombre

común Perro de agua, nutria gigante.

Especie en peligro de extinción. Mamífero que se

alimenta únicamente de peces y

cuya piel fue apreciada en la década de los 50. Río

Bita (vichada). Foto Fernando Trujillo

Carnívoros

Page 191: Colombia Orinoco

191

Hay 14 especies de carnívoros conocidos en los Llanos Orientales y queda la posibilidad de

que exista por lo menos otra especie de cánido de zonas abiertas, muy común en el Brasil,

donde es denominado ―lobo guará‖ (Orysocyon brachyurus) del cual se tienen algunas

evidencias en la región. De los cánidos, uno es conocido como el perrito

venadero (Speothos venaticus); caza en pequeños grupos en las sabanas y bosques,

inclusive zambulléndose en el agua tras sus presas. El zorro perruno(Oerdocyonthous), es el

cánido más frecuentemente observado gracias a los faros de los vehículos debido a que le

gusta andar de noche a veces por las carreteras. Más raro es el zorro gatuno (Urocyon

cinereoargenteus), que se distribuye desde Norte América hacia el sur alcanzando

precisamente el extremo sur de su areal de distribución en los Llanos.

De la familia de los mapaches (Proc yonidae) se encuentran tal vez tres miembros en los

Llanos Orientales. El cusumbo (Najua niasua) es diurno y anda usualmente en manadas de

20-30 individuos entre hembras y crías, ya que los machos son solitarios, excepto durante la

época de apareamiento. Poseen una trompa alargada que utilizan para husmear en cualquier

hueco donde pueda haber una posible presa, por lo general pequeños vertebrados o

invertebrados. También comen frutos y viven en muchos tipos de bosque. El

mapache (Proc yon cancrivorus) es nocturno y vive cerca del agua donde caza muchas de

sus presas tales como peces, cangrejos e insectos. Es solitario o en grupos de varias hem-

bras con algunas crías; durante el día duerme en árboles huecos. El perro de monte, mico

nocturno o cuchicuchi (Potos flavus) es un carnívoro solitario que es frecuentemente

confundido con el mico nocturno (Aotus sp.), por sus hábitos nocturnos y porque a menudo

confluyen en los mismos árboles para alimentarse. Andan ruidosamente de árbol en árbol y

su gritería nocturna es a veces el sonido que predomina en el bosque. El leoncillo o mico

nocturno (Bassaricyon gabbii) a veces se confunde con Potos flavus o el primate Aotus sp.,

porque se juntan los tres en el mismo árbol.

De la familia de los mustélidos (Mustelidae) se pueden destacar cuatro especies todas ellas

caracterizadas por su cuerpo alargado y ágiles movimientos y astucia. El mapuro (Galictis

vittata), un animal de 2 kg que anda solo o en parejas por los bosques y sabanas cazando

diversas presas, el ulamá (Eira barbara) también de hábitos solitarios o por parejas, se les

observa en el piso o en los árboles por cuyas ramas se desplazan con agilidad y elegancia y

con menos frecuencia en la sabana abierta, aunque no muy lejos de los árboles; come lo que

encuentre a su paso (incluyendo a veces micos y muchos frutos); pesa alrededor de 3-7 kg,

es de color castaño oscuro a negro, pero tiene la cabeza más clara. La nutria (Lutra

longicaudis) se encuentra especialmente en los ríos más pequeños, usualmente por parejas

o solitaria; su dieta está constituida casi exclusivamente por peces y crustáceos. Su colorido

es castaño oscuro. El perro de agua (Pteronura brasiliensis) vive en los ríos medianos e

inclusive en ríos y quebradas utilizados por las nutrias y probablemente las reemplazan en

los lugares donde compiten. Esta especie llegó a sus límites poblacionales más bajos en la

década de los 70, debido a la caza incontrolada para obtener sus pieles. No obstante, gracias

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al control internacional la especie está volviendo a aparecer ahora en muchas partes de su

area de distribución original, e incluso es más fácil observarlas que antes. En el Parque

Nacional Natural El Tuparro en el Vichada siempre han tenido una población sana e

igualmente en el río Bita al norte de El Tuparro. Es la especie de nutria más grande en el

mundo, llegando a alcanzar 25-30 kg. Viven en manadas de 6-8 individuos que

comprenden la pareja con sus crías de varios años. Mantienen madrigueras ribereñas y

―resbaladeros‖ por donde se lanzan al agua; igualmente mantienen ―comederos‖ donde

pasan el tiempo ingiriendo pescado, su principal alimento, y observando su terreno, el que

defienden enérgicamente.

Los gatos o félidos (Felidae) son el grupo más destacado de la fauna, en particular las

especies grandes y potencialmente peligrosas. Hay cinco especies que se encuentran en los

Llanos. El tigrillo, canaguaro o manigordo (Felis pandalis) es posiblemente el más común

de estos gatos llaneros. Andan solitarios en busca de animales pequeños y no les gusta

mucho subir a los árboles. Pesan de 8-9 kg y su colorido y diseño es muy atractivo. En esta

especie la cola es más corta que la pierna trasera. El tigrillo peludo (Felis wiedii), es más o

menos del mismo peso del anterior; también posee una piel manchada, pero en el cuello los

pelos se dirigen hacia adelante en contraste con F. pardalis, cuyos pelos se orientan hacia

atrás. La cola de E. wiedii es más larga que el miembro trasero. Esta especie de tigrillo

también caza vertebrados pequeños, pero es más arborícola que F. pardalis. El tercer gato

pequeño de los Llanos es el gato pardo o gato servante (E. yagouaroundi) que pesa entre 5-

9 kg, y es de un color gris o castaño salpicado sin manchas. Es nocturno y diurno y anda en

pareja o solitario. Comen mamíferos pequeños, aves y reptiles y frecuentan varios tipos de

vegetación.

El puma o león colorado (Felis concolor), utiliza la Sabana y las orillas de los bosques para

la caza de sus presas favoritas como son los venados, los chigüiros, armadillos, etc. Pesan

hasta 130 kg, y poseen un color castaño amarillento con el vientre más claro. Son tímidos y

en muchas partes de su distribución rara vez son observados. En algunas zonas la ausencia

de presas naturales los motiva a predar animales domésticos, por lo cual son erradicados

mediante partidas de caza organizadas.

El tigre o jaguar (Panthera onca), es una de las especies de la fauna más famosa y temida

para mucha gente, aunque en realidad este felino de 100-160 kg es tímido y usualmente

evita el contacto con los humanos. Posee unos ciento cincuenta nombres en las diferentes

lenguas indígenas y en español a nivel nacional, lo cual denota su importancia en términos

culturales. Existe una fase melánica en la cual los individuos son predominantemente

negros y por esta razón la creencia popular de asociarlos con otra especie que llaman

―pantera‖. Son activos cazadores y dentro de sus presas se encuentran el venado, algunas

aves, peces, perezosos, armadillos, caimanes y delfines de agua dulce. Al igual que el

puma, los eventuales ataques a animales domésticos generan la preparación de partidas de

caza entre los lugareños, las cuales acosan y persiguen al animal hasta atraparlo.

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Delfines

De las dos especies de delfines de agua dulce del país, solamente la tonina (Inia

geoffrensis) que alcanza 2-3 m y un peso de hasta 160 kg, es conocida en los Llanos

Orientales, y todos los trabajos de campo recientes desarrollados por especialistas en el bajo

río Meta no encontraron rastros de Sotalia fluviatilis que sí es muy abundante en la

Amazonia. Sin embargo es conocida en otras partes de la Orinoquia. La tonina se encuentra

tanto en ríos grandes como en quebradas pequeñas adonde llega en persecución de los

peces que constituyen su dieta principal. Su aleta dorsal no es muy conspicua, en contraste

con la de Sotalia. Según uno de los científicos más estudiosos de este grupo, las toninas de

los Llanos suelen ser mucho más juguetonas y saltadoras que las de la cuenca amazónica.

Manatí del Caribe

Este mamífero acuático (Tnichechus manatus) se encuentra en el río Meta y otros ríos

orinoquenses al norte. Es perseguido por su carne y por eso está bastante amenazado, a

pesar de ser difícil de detectar. Se alimenta de pastos y otra vegetación disponible flotante o

ribereña. Como su nombre lo indica es la misma especie del Caribe que penetra también a

otros ríos del país corno el Atrato, Sinú, Magdalena y tributarios y en todas ellas su

supervivencia se encuentra seriamente amenazada.

Danta

La danta (Tapirus terrestris) es el mamífero nativo más grande de los Llanos Orientales y

una de las tres existentes en el país; se encuentra además en todo el piso cálido de

Colombia excepto en la planicie costera del Pacífico donde es remplazada por la danta

centroamericana (Tapirus bairdii). Alcanzan 250 kg de peso, por lo cual son altamente

apreciadas como presas de caza. Son vegetarianas, grandes nadadoras y de actividad más

nocturna que diurna. Son solitarias y tímidas, aunque se forman grupos con frecuencia en

los denominados salados, donde por ser predecibles son cazadas con facilidad, tanto por los

nativos como por los colonos. De día descansan en la vegetación muy densa y cuando se

sienten amenazadas huyen despavoridas causando gran alboroto. Tales ruidos son a veces

el único indicio de que una danta está cerca.

Ungulados

Se encuentran dos especies de cerdos silvestres y 3 especies de venados en los Llanos. El

zaíno o báquiro (Tayassu tajacu) es el más común de los cerdos de monte; o por lo menos,

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194

el más observado. No obstante, los datos sobre la densidad de esta especie son precarios.

Anda en manadas pequeñas, usualmente de 6-9 individuos, que no hacen mucho ruido si no

tienen la sensación de peligro, en cuyo caso chasquean los colmillos de una manera ruidosa

y amenazadora. Pueden pesar entre 17-30 kg y se distinguen por su pelaje ralo, grueso y

erizado con un collar pectoral blaliquecino característico. La segunda especie de cerdo es el

cafuche o chacharo como se le conoce en otras partes del país (Tayassu pecari). Es mucho

más grande, ya que llega a pesar entre 25-40 kg, es de un color más oséuro en comparación

con la otra especie de Tayassu y la barbilla es de color blanco. El cafuche anda

erráticamente en bandas muy grandes, a veces de más de 100-200 ejemplares, las cuales

son muy perse.guidas por los cazadores. En ambos casos son omnívoros y consumen una

gran variedad de frutos, semillas y pequeños animales que recogen del piso.

Nombre cientifico: Inia geoffrensis hurnboldtiana. Nombre común:

Tonina, delfín rosado. Río Orinoco (Vichada). Foto: Femando Trujillo

En los Llanos existen 3 especies de venado en la parte que comprende las sabanas y los

bosques de galería. El venado sabanero o coliblanco (Odocoileus virginianus) es el más

observado, dado que vive en las sabanas circundantes a los bosques de galería. Su

visibilidad y su tamaño grande, de 30-50 kg, lo hacen un blanco fácil para el cazador. Su

coloración es acanelada y posee una cornamenta muy ramificada en los machos. Por ser

una especie de pezuña hendida es muy susceptible a la fiebre aftosa, enfermedad que ha

traído consigo la muerte a muchos individuos debido a su cercanía con el ganado vacuno.

Es por eso que la especie ha desaparecido en muchas partes de los Llanos.

En los bosques de galerías habita el venado colorado (Mazama americana), que es mucho

menos visible y conocido que el venado sabanero, dado que está mejor adaptada al interior

de bosques y selvas. Estos animales pesan alrededor de 24-48 kg y se alimentan de frutos

caídos, vegetación (brotes y hojas tiernas), hongos y flores. Son de un color rojizo en el

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195

dorso y en el vientre, y los machos poseen cornamentas sencillas, sin bifurcaciones, que

permiten un desplazamiento más eficiente dentro del bosque.

El más pequeño de los tres es el venado cenizo o gris (Mazarrta gouazoubi ra) , que

alcanza un peso de 11-18 kg y tiene un color grisáceo con el vientre blanco. Probablemente

se encuentra con mayor frecuencia en las zonas selváticas del sur, pero de todas maneras

son poco conocidos y observados en comparación con el venado colorado.

Ardillas

La ardilla colorada (Sciurus igniventnis) , es la más común en el Parque Nacional Natural

El Tuparro y se encuentre igualmente en el note del Vichada. Este animal tiene el color del

tronco blancuzco amarillento mezclado cor negro, con antebrazos. y vientre anaranjados; se

mueve desde el dosel del bosque hasta el piso. Se alimenta de las nueces de palmas y otros

frutos disponibles. Otra especie, S. g ranatensis, se encuentra también en sectores de los

Llanos.

Cafuche (Tayassu pecari). Cerdo de monte que anda en grandes manadas de 100.200

individuos.

Es muy perseguido como presa por los grandes carnívoros y el hombre.

Foto: Sara Defler

Ratones

Hay numerosos roedores de este grupo en los Llanos, como son los ratones

arroceros (Qryzomys capito y otras); el ratón aterciopelado sabanero (Qecomys speciosus) ;

el ratoncito espinoso oriental (Neacomys spinosus) ;la rata acuática (Nectomys

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196

squamipes); el ratón trepador (Rhipidomys spp.); la rata acuática (Holochilus venezuelae); y

las introducidas: la rata negra (Rattus rattus) y la rata de Noruega (Rattus norvegicus). Se

encuentra también el ratón exótico llamado ratón doméstico (Mus domesticus).

Roedores caviomorfos

Estos roedores son de tamaño bastante grande y evolucionaron como un grupo endémico en

Sur América. Incluyen el puercoespín común (Coendou prehensilis) de 3-5 kg, de color

negro o castaño oscuro con el pelo modificado en forma de espinas para la defensa. Son

arborícolas y comen frutos, semillas y corteza; Tal vez el caviomorfo más conocido es el

chigüiro o capybara (Hydrochaeris hydrochaeris), el roedor más grande del mundo ya que

alcanza los 35-65 kg de peso y andan en ciertas partes de los Llanos en manadas muy

numerosas. Se alimentan de pasto y sus hábitos son acuáticos con gran habilidad para

zambullirse rápidamente y caminar bajo el agua. La lapa o guagua (Agouti paca) es el

animal más perseguido por su carne. Pesa 5-13 kg, y es de color castaño con 3-4 listas de

manchas blancas a lo largo de los flancos. Son nocturnos y solitarios, excepto durante el

período reproductivo en el cual la madre permanece con sus crías. Comen frutos caídos en

el piso y son comunes cerca al agua, donde pueden escaparse fácilmente de sus enemigos a

través de complejas redes de túneles con múltiples salidas, inclusive algunas subacuáticas.

El jpicure o ñeque (Dasyprocta fuliginosa) pesa 3,5 kg, es de un color negruzco con pelos

punteados de blanco, vive solitario o por parejas en los bosques. Come frutos y nueces y es

fuertemente perseguido corno pieza de caza, especialmente por su carne. Los ratones

escontatos o jabalíes (Proechimys sp.) son los más conocidos y se encuentran representados

por varias especies.

Conejos

La Orinoquia contiene dos especies de lagomorfos o conejos, una especie Silvilagus

floridanus o conejo sabanero, cuya areal de distribución más austral llega a los Llanos, y

S. brasiliensis el conejo de monte o tapiti, una especie que está ampliamente distribuida en

Sur América, especialmente en las orillas de bosque y selva (ecotono). El conejo sabanero

es la especie más observada en los pastizales de los Llanos orientales.

Las selvas orinoquenses

Tal vez el número de especies de todos los grupos animales se incrementa a medida que se

penetra en las selvas de la Orinoquia con respecto a la región de las sabanas, aunque no

existen listas muy completas para la mayoría de los grupos. Lynch (1979) anota que las

selvas orinoquenses o lo que él llama "supra-amazónicas" son las áreas con menor

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197

endemismo de ranas, representadas tan sólo por 2 especies hasta la fecha. El área contrasta

ampliamente con la alta Amazonia con 80 especies endémicas reconocidas hasta 1979.

Los reptiles tampoco son fáciles de contabilizar para estas selvas, pero la información

disponible demuestra un aumento en las serpientes crotálidas y elápidas de manera que de

las 45 especies de culebras en toda la Orinoquia, 38 ó más se encuentran en la selvas y 18

en los Llanos, y entre las 58 especies de lagartos selváticos, tan sólo la mitad se encuentra

en los Llanos. De las corales y cuatronarices, hay 3 especies de Micrurus y una especie de

Bothrops en los Llanos y 6 de Micrurus y 2 Bothrops en la zona sevática. Igualmente hay

un aumento abrupto en el número de especies de aves en las selvas orinoquenses en

comparación con las de los Llanos, pero especialmente en ciertas familias que dependen de

néctar, flores y frutos, como los picaflores, palomas, loros, quetzales, jacamares, bucónidos,

carpinteros, trepatroncos, hormigueros, saltarines, cotíngidos, tanagras, ictéridos, etc. Las

selvas albergan la majestuosa águila harpía (Harpia harpyja) y a otras típicas aves de selva

que no pasan a la sabana, como las monjas (Monasa nigrifrons y M. morphoeus), los

tentes (Psophia cre pitans) y el paujil nocturno (Nothocrax urumutum), entre otras.

En los mamíferos también el aumento en número es notable. Casi todos los registrados para

los Llanos se encuentran en las selvas. Pero, adicionalmente hay más

marsupiales (Philander opossum, Chironectes minimus, Marmosops sp., Marmosa lépicla,

etc.); ocho especies más de primates (Saguinus fuscicollis, 5. nigricollis, 5. inustus, Ateles

belzebuth, Cacaj áo melanocephalus, Aotus vociferans, A. trivirgatus); otra especie de

cánido (Atelocynus microtis); una más de venado (Mazama gouazoubira); más ardillas

(Microsciurus flaviventer), y de otros roedores como el ratón conocono crestiamarillo

(Isothrix bistriata), yel ratón puyoso pequeño (Mesomys hispidus), además de una gran

variedad de murciélagos.

De los primates de las selvas orinoquenses, quizás el más destacado es el

churuco (Lctgothrix lagothricha). En la Orinoquia hay dos subespecies de churuco, L.I.

lagothricha que es el común al sur del río Guaviare y de las selvas al oriente del río Caguán

y L.llugens, la subespecie más amenazada que se encuentra en el piedemonte y los parques

nacionales: Sierra de la Macarena, Tinigua y Cordillera de los Picachos. Este robusto mico

anda en grupos de 20-40 animales con varios machos y hembras adultas y sus crías. Comen

más que todo frutos y tragan enteras las semillas, las cuales más tarde caen al piso de la

selva en las heces. Así, este animal juega un papel de gran dispersor de semillas en la selva

orinoquense e inclusive amazónica.

Otra especie de primate que se encuentra al sur del río Guaviare es el chucuto

(Cacajao melanocephalus), no muy conocida ni numerosa en Colombia. Esta especie de

uacari, con una cola truncada vive en las cuencas de ríos de aguas negras donde se alimenta

de semillas usualmente inmaduras. Socialmente practican un sistema de fisión-fusión donde

Page 198: Colombia Orinoco

198

varía el número del grupo, desde uno o pocos hasta más de 100 animales andando juntos,

de acuerdo con la oferta alimenticia disponible.

También habita al sur del Guaviare el pequeño primate Saguinus inustus o "tití diáblito" o

"hueviblanco", que es poco conocida. Su densidad es elevada en la vegetación secundaria,

cercana a las actividades humanas, y generan cierta dependencia con el desarrollo de estos

bosques, aunque también se hallan selva adentro. Sus manadas varían de 5-9 individuos y al

parecer son insectívoros (50%) y frugívoros (50%), como otros miembros más conocidos

de este género.

La Sierra de la Macarena

La Sierra de la Macarena se encuentra situada en una posición tal que su flora y fauna

tienen elementos de origen amazónico, andino y guyanense, por lo cual se constituye como

un eslabón único desde el punto de vista biogeográfico, lo que motivo su establecimiento

primero como Reserva Biológica en 1948 y luego, en 1989, como área de manejo especial,

conjuntamente con otros tres parques nacionales. La fauna es muy variada al igual que la

flora: en las partes bajas se presentan elementos básicamente amazónicos y orinoquenses

yen la parte alta existen algunos elementos andinos.

De los anfibios la más interesante es una "rana marsupial" de las alturas (Gas trotheca

medemi). Los reptiles incluyen el caimán del Orinoco (Crocodylus interinedius); la

babilla (Caiman crocodylus); y dos especies de cachirre (Paleosudius txigonatus y

ypalpebrusus); la tortuga mata mata (Che lus fimbriatus); la terecay (Podocnemus unifilis);

el morrocoy (Geochelone denticulata) y la tortuga tapaculo (Kinosternon scorpioides).

De las 500 especies de aves que son conocidas en el Parque, por lo menos 33 de ellas,

primariamente andinas, alcanzan su distribución más oriental en la Sierra de la Macarena.

Estas aves incluyen un halcón (Accipitridae) (Accipiter striatus); dos halcones

(Falconidae) (Micrastur ruficollis y Falco deiroleucus); un crácido (Cracidae) (Aburria

aburri); una paloma (Columbidae) (Geotrygon violacea); dos psitácidos

(Psittacidae) (Ara militaris y Touit stictoptera); seis colibríes (Trochilidae) (Phaethornis

griseo gularis, Colibri delphinae, Colibri thalassinus, Arnazilia viridigaster, Chalybura

buffonii); una soledad (Trogonidae) (Trogon personatus); dos trepatroncos

(Dendrocolaptidae) (Xiphocolaptes promeropirhynchus y Dendrocolaptes picumnus); un

hormiguero (Formicariidae) (Myrmeciza atrothorax);los atrapamoscas (Tyrannidae)

(Myrmeciza immaculata y Leptopogon superciliaris, Leptopogon superciliaris,

Platyrinchus mystaceus, Pyrrhomyias cinnamomea, Sayornis nigricans y Platyritichus

cororíatus); dos mirlas (Turdidae) (Myadestes ralloid.es y Catharus dryas); un ictérido

(Icteridae) (Icterus chrysater); dos remitas (Parulidae) (Myioborus miniatus y Basileuterus

culicivorus); tres azulejos (Thraupidae) (Tangara guttata, T. xanthocephala, y T.

Page 199: Colombia Orinoco

199

nigroviridis) y dos fringílidos (Fringilidae) (Atlapetes brunneinucha y Zonotrichia

capensis).

En los mamíferos la mayoría de las especies que se encuentran en las selvas orinoquenses

también alcanzan la región de La Macarena, por lo cual la mayoría de la fauna de

mamíferos representados allí es amazónica (sensu lato). Sin embargo, algunos elementos

como el oso de anteojos (Tremarctos omatus) se encuentran en las partes altas de la Sierra,

siendo una especie que proviene de la región andina, igual que el curí (Cavia porcellus) y la

ardilla Sciurus spadiceus tricolor, mientras que el venado sabanero (Odocoileus

virginianus) es un elemento ampliamente distribuido en todo el continente americano.

De los primates de la Sierra se pueden destacar los del género Aotus (probablemente A.

brumbacki), además de las viuditas Callicebus torquatus, C. cupreus ornatus (esta última

subespecie endémica de Colombia), Cebus apella, Alouatta seniculus, Saimiri sciureus,

Ateles belzebuth y Lagothrix lagothricha. La marimonda (Ateles belzebuth) es el primate

más amenazado del grupo por las modificaciones ambientales del oriente de la Sierra. Esta

especie requiere de la protección que le brindan los tres parques que se encuentran en la

Sierra de la Macarena y las estribaciones de la cordillera adyacente. Lamentablemente sus

poblaciones siguen disminuyendo al igual que otras especies de primates grandes del país.

Fue precisamente en La Macarena, al norte del río Guayabero, donde hace 30 años Lewis

Klein llevó a cabo una investigación ecológica básica de este primate. Encontró que viven

en una sociedad similar a la de los chimpancés, donde las hembras viven con sus crías y

andan con ellas y sus amigas, mientras los machos incluyen en su propio ámbito varias

hembras con las cuales se juntan solamente de vez en cuando.

Otra subespecie amenazada es el churuco de montaña Lagothrix lagothricha lugens, que

también depende de los tres parques de la región de La Macarena para su sobrevivencia,

dado que el resto de su areal natural está bastante deteriorado por la deforestación.

Page 200: Colombia Orinoco

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1. Chinche

2. Rana

3. Picure o ñeque (Myoprocta sop.). Pequeño roedor muy astuto. Persigue la yuca de los

conucos y por eso es sometido a una intensa casería. Foto - Sara Defler.

4. Camarón del río

5. Loricariichtus sp.

6. Farlowella sp.

7. Hemisorubim sp.

8. Anguila (Synbranchus marmoratus)

Foto - Diego Garcés

Page 201: Colombia Orinoco

201

Chenchena o pava hediondo

(Opisthocomus hoazin). Vive

en las lagunas u caños, en

grupos Es una ave muy

primitiva

Foto - Diego Garcés

Alcaraván (Vanellus chilensis)

el ave simbólica se

Llanon. Anda en el suelo y

protege sus huevos con furia,

lanzando grito estridente y

sobrevolando sobre el invasor.

Foto - Diego Garcés

Garza blanca con copete negro

y cara azul (Pilherodus

pillatus). Se la encuentra en el

piedemonte llanero

Foto - Diego Garcés

Tente (Psophis crepitans). Ave

corredora muy apreciada por

indígenas y colonos como

protectora del hogar, debido a

que si alimenta de serpientes y

alimañas peligrosas.

foto - Fernando Urbina

Page 202: Colombia Orinoco

202

Graza azul (Ardea cocoi)

Foto - Diego Garcés

Cigüeña migrante Jabiru

myceteria que anda en los

Llanos durante la época seca y

en el invierno vuela al

hemisferio sur .

Foto - Diego Garcés

Piedemonte orinoquense

Biogeográficamente el piedemonte orinoquense es una extensión de la selva aledaña

orinoquense, y a su vez una extensión de la selva amazónica, pero con un empobrecimiento

de especies amazónicas debido a su carácter. original como península y con una orientación

del sur al norte. Sin embargo, hay especies de fauna que no son propiamente amazónicas,

como los primates Callicebus cupreus ornatus, Aotus brumbacki y Ateles hybridus. El

piedemonte es un hábitat más fértil y con más precipitación durante la época seca que los

Llanos, y es por eso que sus bosques son más densos y tienen más especies de plantas y

animales en comparación con los bosques de galería. Esta región de la Orinoquia, desde

alrededor de los 500 m hacia arriba, tiene unos elementos especiales que parecen tener su

origen allí, tal vez denotando un refugio pleistocénico, que Brown (1982) ha llamado el

"Refugio de Villavicencio", el cual estaría caracterizado por un complejo de mariposas

endémicas de las subfamilias Heliconiini Ithomiinae (Nymphalidae). Hernández C. (1992)

sugiere que este refugio se extendió desde el río Ariari hasta el Casanare y desde alturas de

unos 500 m hacia arriba, conectándose con los bosques nublados.

Igualmente el ratón Oryzomys yunganus se halla principalmente en esta zona, aunque

también se extiende hacia el sur. Otra especie de roedor amenazado que se encuentra

esporádicamente (tal vez debido a ios disturbios antropogénicos) en las laderas de la

cordillera es la pacarana (Dinomys branickii). Los primates Callicebus cupreus ornatus y tal

vez el primate Aotus brumbacki se encuentran en las partes más bajas y son también

elementos endémicos del piedemonte. De la primatofauna completa de esta parte de la

Page 203: Colombia Orinoco

203

Orinoquia se pueden destacar, aparte de las especies nombradas anteriormente, el tití

(Saimiri sciureus albigena), el choyo (Lagothrix lagothricha lugens) y las marimondas

(Ateles belzebuth y Ateles hybridus), este último sin duda el primate más amenazado de

toda la Orinoquia debido a la pérdida de su hábitat.

Bosque montano

El bosque montano ocupa la parte de las laderas desde el piedemonte hasta el páramo, que

corresponde a la transición del piso cálido o tropical (desde 600-1.000 m.s.n.m.) pasando

por todo el piso templado (subtropical) hasta el páramo a alturas de más o menos 3.000-

4.800 m.s.n.m. No se pueden definir los límites altitudinales exactos, ya que éstos varían

según las condiciones locales de humedad, temperatura y suelos. Generalmente se puede

decir que la temperatura promedio anual varía en un termogradiente altitudinal de 0,54-

0,66 0

C/100 m. El piso térmico cálido de las tierras bajas (o tropicales) puede tener

básicamente una temperatura anual de más de 24 0

C. Según esta relación si un sitio cerca a

Villavicencio a 600 m.s.n.m. tiene una temperatura de 27 0

C al mediodía, se puede calcular

que en un transecto altitudinal, un lugar en la Cordillera al oeste a los 1.500 m.s.n.m. tendrá

una temperatura de más o menos 22 0

C y en el páramo a 4.000 m a la misma hora podía

tener unos 7 0

C.

El termogradiente en las laderas de la Cordillera afecta mucho la flora y la fauna que se

encuentra en cada altura, debido a los efectos fisiológicos. En el caso de los animales

probablemente los cambios en los tipos de vegetación también serían factores importantes

que afectan la fauna. Tales efectos del termogradiente causan una disminución en el

número de especies de la mayoría de animales desde el piso cálido, donde se hallan (en el

común de grupos) en números más altos, hasta el páramo, donde se encuentran los más

bajos. Efectos de termogradiente en las plantas también controlan la oferta alimenticia

disponible de la vegetación, la cual establece un límite en las densidades de ciertas especies

de animales y también impide que dos competidores convivan en la misma zona.

Todos estos efectos (fisiológicos, disminución de alimento y competencia), establecen los

límites de altura para cada animal. Cada límite natural es distinto y por eso el

empobrecimiento de la fauna desde el piso cálido ocurre paulatinamente. Desde la planicie

hasta las alturas de 2.300-2.600 m.s.n.m. la fauna tiene su origen básicamente en elementos

de las tierras bajas y las tolerancias altitudinales de esta fauna también varían; por ejemplo,

los osos hormigueros (Myrmecophagidae) desaparecen a los 1.700 m, y su principal

alimento, las hormigas en general, casi desaparecen a los 2.000-2.6000 m.s.n.m. (Ortiz,

1991), aunque algunas pocas especies alcanzan al páramo.

Los primates muestran una tolerancia térmica con relación a la raíz cúbica de su peso

corporal, de tal forma que las especies pequeñas alcanzan poca altura en su distribución

Page 204: Colombia Orinoco

204

natural y las grandes pueden llegar hasta alturas considerables. Así, en la Orinoquia las de

menor talla tienen un límite de 500-600 m.s.n.m (Saguinus nigricollis, S. fuscicollis,

Callicebus cupreus y C. torquatus). El Saimiri sciureus, que es un poco más grande que los

anteriores, puede llegar hasta los 1.500 m y los más grandes como: Ateles belzebuth hasta

los 2.500 m, Cebus apella y Lagothrix lagothricha hasta los 2.800 y 3.000 m

respectivamente. El que llega más alto es el Araguato o aullador Alouatta seniculus que

alcanza los 3.200 m.s.n.m. No obstante existen excepciones a la regla, como ocurre con el

pequeño primate nocturno o marteja Aotus hershkovitzi o A. lemurinus, los cuales parecen

poseer algunas adaptaciones fisiológicas que les permiten sobrevivir en alturas

considerablemente mayores a las de otros primates de tamaño similar.

Después de los 2.600 m.s.n.m el número de especies desciende rápidamente, mientras la

proporción de especies endémicas aumenta. Además, empiezan a dominar las especies que

tienen su origen en los Andes. De las aves un análisis de Hilty & Brown (1986) destaca los

siguientes elementos andinos en:

las laderas de la Orinoquia: 2 Anatidae, 4 Accipitridae, 1 Falconidae, 4 Cracidae, 2

Rallidae, 2 Columbidae, 4 Psittacidae, 1 Caprimulgidae, 2 Strigidae, 32 Trochilidae cerca a

Bogotá, 3 Trogonidae, 1 Capitonidae, 4 Ramphastidae, 7 Pícidae, 3 Dendrocolapidae, 13

Furnariidae, 1 Formicariidae, 2 Rhinocryptidae, 1 Pipridae, 7 Cotingidae, 22Tyrannidae, 1

Hirundinidae, 1 Corvidae, 5 Troglodytidae, 1 Turdidae, 1 Motacillidae, 1 Vireonidae, 1

Icteridae, 5 Parulidae, 7 Coerebidae, 16 Thraupidae y 7 Fringillidae. El número de

chupaflores (Trochilidae) es especialmente numeroso a estas alturas.

Otra parte de la avifauna incluye aquellas que se encuentran también en el piedemonte y

que suben hasta cierta altura. Ellas incluyen un Apodidae (Chaetura cinereiventris), varios

Trochilidae (Phaethornis griseogularis, P. guy,. P. augusti, Doryfera johannae,

Campylopterus falcatus, Colobri delphinae, C. thalassinus, Klais guimeti, Lophornis

delattrei, Popelairia popelairii, Chlorostilbon poortmanni); un Buconidae (Malacophila

fulvogulans); tres Ramphastidae (Aulacorhynchus haematopygus, Ramphastos ambiguus,

Campylorhamphus trochilirostnis); un Funariidae (Synallaxis cinnamomea); tres

Formicaniidae (Myrmotherula schisticolor, Herpsilochmus rufimarginatus, Chamaeza

campanisona, Graflaria guatimalensis). El resto de esta avifauna comprende especies que se

encuentran en un amplio rango de hábitats en todo el país e incluyen las siguientes: aura

cabecirroja (Cathartes aura); el gallinazo (Coragyps atrátus); águila pescadora (Pandion

haliaetus); el gavilán grillero (Buteo magnirostnis); el corcovado de cresta (Colinus

cristatus ); el pájaro ardilla (Piaya cayana); el currucutú (Otus choliba); el bujío común

(Nyctidromus albicollis); el barranquero (Momotus momota); el cabezón alifronjeado

(Pachyramphus polycolpterus); el mosquero (Elaenia flavogaster); el atrapamoscas sinirí

(Tyrannus melancholicus); 4 cucarachero (Troglodytes solstitialis); el sinsonte (Mimus

gilvus); el vireo ojirojo (Vireo olivaceus) y el chamón-mirla enano (Molothrus bonariensis).

Aves avistadas por INDERENA (1984) para los bosques de montano bajo de los páramos

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de Chingaza són la gallineta azul (Tinamus tao); el paujil (Crax alector); el paujil copete de

piedra (Crax pauxi); las pavas (Penelope argyrotis y P. jacquacu); el pato de los torrentes

(Merganetta armata); el toropisco (Pyroderus scutatus); el águila de isidora

(Oroaetusisidori) ye! gallito de roca, tuncí o berreador (Rupicola peruviana).

Hay una gran cantidad de anfibios en las laderas, especialmente ranas de las familias

Dendrobatidae, Hylidae y Leptodactylidae. Tal vez esta riqueza está influenciada por el

gran número de hábitats de quiches o bromelias que se encuentran en los árboles de este

tipo de bosque. Una nana recientementemente descrita Gentrolenella acanthidiocephala

(Ruiz C. & Lynch, 1989) pertenece a esta parte de la Oninoquia al igual que muchas otras

especies de anfibios y reptiles. Algunas ranas que no se encuentran en los propios Llanos sí

se hallan aquí. Otra rana común es Centrolene gecko ideum, una de las pocas ranas que

incluyen peces en su dieta y en un lugar de las laderas a 2.000 m se encontraron también las

rana Colostethus subpunctatus, Hyla bogotensis, Hylaphyllognatha, Eleutherodáctylus

frater, Eleutherodactylus sp. y Centróienella sp. (Rueda A., 1994).

Bosque nublado

Es verdad que todas las laderas pueden nublarse, y con el

aumento en la altura se incrementan las nubes y disminuye la

incidencia solar, causando varios cambios en la vegetación, así

como hábitats disponibles párata fauna. En este artículo se

denomina el bosque montano alto como "bosque nublado"

propiamente dicho, que corresponde al bosque más próximo al

páramo, más o menos entre 2.000 3.000 m el mismo piso térmico

frío.

La diversidad de la fauna en bosque nublado se ha disminuido

apreciablemente por las condiciones ambientales. Inventarios

llevados a cabo en la Reserva Carpanta, aportaron algunos datos

valiosos sobre esta zona. Esta reserva ocupa tierras en la zona del

piso térmico frío entre 2.340-3.340 m.s.n.m., lo que incluye el borde (ecotono) entre los

últimos bosques y el páramo. El inventario de anfibios y reptiles encontró solamente 6

anfibios y muy pocos reptiles en estas alturas (Rosas, 1993). Los grupos más diversificados

fueron las aves con 156 especies y los mamíferos con 23 especies. Algunas son de estas

alturas, como es el caso del guache (Nasuella olivacea) que es un prociónido cuya ecología

y comportamiento son desconocidos, pero también se encuentra el cusumbo (Nasua nasua)

de la misma familia. Tal vez uno de los elementos de gran importancia por su tamaño,

aunque presumiblemente extinguida en parte de su areal, es la danta de páramo (Tapinis

pinchaque). Adicionalmente se encuentran el puma (Felis concolor); el gato servante (Felis

yagouaroundii); el conejo (Silvilagus brasiliensis); la ardilla (Microsciurus pucheranii); los

ratones acuáticos (Icthiomys hidrobates, Neusticomys monticolus y Chibchanomys sp.) y

Diego Garcés

Page 206: Colombia Orinoco

206

posiblemente los roedores cnicétidos (Aepeomys Iugens, Thomasomys hilophilus y

Adodon si.); tal vez la pacaraná (Dinomys branickii) y el venado Mazama rufinus.

Sumando las posibilidades con los registros actuales daría un número de 36 especies de

mamíferos para la región, silos que faltan en el inventario pueden ser registrados (López &

Montenegro, 1993). Esta parte del bosque montano está muy amenazada, debido a la tala

para la agricultura.

El bosque nublado del Parque Nacional Natural Chingaza y el Sumapaz albergan la

gallineta azul (Tinamus. tao); el paujil (Crax alector erythrognatha); el paujil copete de

piedra (Pauxi pauxi); las pavas (Penelope argyrotis y P. jacquacu jacquacu); el pato de los

torrentes (Merganeta armata colombiana); el toropisco (Cephalopterus ornatus); el gallito

de roca (Rupicola peruviana aequatonialis) y el águila (Oroaetus isidoni), entre otras

(INDERENA, 1984).

Ouanuco o comichi (Anhima cornuta) , Ave de las vegas y pantanos.

Tiene un cuemito en la cabeza y espolones en las alas.

Páramo

Los páramos tienen una cifra para su fauna aún más empobrecida por las condiciones

rigurosas de este tipo de hábitat. Sin embargo se encuentran unos anfibios y lagartos

interesantes, como por ejempo, la salamandra o charchala (Bolitoglosa spp.) y once

especies de ranas, entre las cuales se puede destacar Hyla labialis kraussi, Hyla bogotensis,

Hylopsis buckleyi, Golosthetus subpunctatus, Eleutherodactylus bogotensis, E. elegans, E.

buergeni, y la nana endémica Atelopus muisca (Rueda A. & Hoyos, 1991). Se encuentra en

estas alturas solamente una culebra, Atractus crassicaudatus. Entre los 4-5 lagartos

simpátnicos en cada comunidad se encuentran Anadia bogotensis, Proctoporus striatus, P.

Page 207: Colombia Orinoco

207

heterodermus, Stenocercus cf. trachycephalus (probablemente se incluyen dos especies), 5.

latchi (en Cocuy), y Stenocercus sp.

De las aves del páramo, tal vez la más famosa es el cóndor (Vultur gryphus) que

antiguamente se encontraba en todo el país particularmente en la zona andina aunque sus

desplazamientos gracias a su capacidad de vuelo, podían llegar hasta los mismos Llanos

orientales en busca de alimento. El pato turnio (Oxyura jamaicensis andina) es una de las

aves típicas de estas alturas. Otras especies son el águila de páramo (Geranoaetus

melanoleucus); los patos (Anas flavirostnis.y Anas flavorostris); la caica común (Gallinago

nobilis); la caica sola (Gallinago stricklandii); el aguardientero (Grallania quitensis); las

quinchas (Lesbia victoniae, Ghalcostigma heteropogon, Oxypogon guerinii, Metallura

tyrianthina tynianthina y Eniocnemis cupreoventris); los furnáridos (Cinclodes fuscus

oriovatus, Asthenes flammulata flammulata, Schizoeaca fuliginosa fuliginosa y

Leptasthenura andicola); la alondra (Anthus bogotensis); el azulejillo (Dubusia taeniata

taeniata) y el fningílido Phrygilus unicolor grospizotesa (Hernández C. et al., 1984).

Gircunstancialmente esta región alberga los e1çmento~ terrestres de mayor talla en el país,

algunos de ellos restringidos a sus alturas como el venado sabanero (Odocoileus virginianus

goudoti), el más im.ponente representante de las siibespecies colombianas y la danta conga

o de páramo (Tapirus pinchaque), aparentemente casi extinta en Cundinamarca. El oso de

anteojos (Tremarctos ornatus), único representante de los úrsidos en Suramérica y el cóndor

de los Andes (Vultur gryphus), son otros de los grandes exponentes de la fauna nacional

que aunque permanecen en las grandes alturas gran parte de su tiempo también bajan a

otros pisos térmicos con frecuencia.

Conservación de la fauna orinoquense

La conservación de la fauna oninoquense se encuentra estrechamente ligada con la de los

ecosistemas. Desafortunadamente la gran actividad que en los últimos años se ha

desarrollado en las zonas del piedemonte oninoquense y amazónico ha venido ejerciendo

notables cambios en los ecosistemas que se encuentran aguas abajo de todas las fuentes de

los ríos que tienen su origen en las estribaciones andinas. Si analizamos rápidamente la

conformación ortográfica de la Orinoquia, podemos observar que toda la red de afluentes

que tributan al río

Orinoco se originan en la vertiente oriental de la Cordillera Oriental y corren serpenteantes

hacia el Orinoco, su destino final. Esta situación posibilita que todos los elementos

contaminantes generados en las cabeceras puedan ser transportados rápida y eficientemente

hacia el oriente, afectando toda la productividad de la cuenca. En la actualidad, tal vez el

riesgo más amenazador es el desarrollo petrolero de la región, el cual ha generado una

impresionante red de interconexión por medio de oleoductos, la cual necesariamente

Page 208: Colombia Orinoco

208

atraviesa las innumerables corrientes, cuyos derrames accidentales o provocados por las

actividades guerrilleras ya han demostrado su capacidad de daño por las grandes

extensiones involucradas y por el efecto devastador sobre la productividad del ecosistema

acuático. Pero no sólo el transporte de petróleo crudo es preocupante, pues ya se ha

demostrado que las labores de perforación también tienen consecuencias caóticas para el

medio acuático, por la introducción al sistema de elementos contaminantes procedentes de

los lodos utilizados para la labor de perforación, en virtud del inmenso volumen generado

por esta labor, necesariamente se producen desbordamientos en las piscinas que los

retienen, yendo a parar irremediablemente a las quebradas y ríos cercanos.

En segundo orden tenemos el gran desarrollo agrícola de la región del piedemonte, en la

cual los sembradíos de arroz, particularmente, se han incrementado a cientos de miles de

hectáreas en los últimos años. Esta actividad involucra al sistema impresionantes cantidades

de pesticidas y fertilizantes que terminan en las corrientes de agua. Adicionalmente los

cultivos de arroz, por el gran volumen de agua que utilizan, posibilitan un hábitat atractivo

para las poblaciones de aves acuáticas, especialmente patos, que por esas épocas confluyen

en sus migraciones locales y transcontinentales en la región, lo cual no es necesariamente

benéfico para su conservación, dado que su presencia es rechazada violentamente por los

cultivadores, llegando en algunos casos a ser envenenados masivamente con cebos.

Adicionalmente, las prácticas de caza y el desarrollo ganadero han tenido un papel negativo

en la conservación de importantes elementos de la fauna regional, ya que para citar algunos

casos, como es el del venado llanero o caramerudo, sus poblaciones se han visto diezmadas

principalmente por su contagio con la fiebre aftosa, erradicando poblaciones de grandes

extensiones más eficaz y rápidamente que cualquier actividad de caza ilegal. Un caso

similar del efecto negativo de la ganadería ha sido el del chigüiro, cuyas poblaciones vienen

sufriendo aprovechamientos irracionales o envenenamientos masivos e ilegales para evitar

la competencia con el ganado, ignorando de esta manera el gran potencial de la especie

como recurso económico, que con adecuadas prácticas de manejo podrían llegar a superar

en productividad a cualquier especie exótica de la región. Toda esta gran problemática

requiere grandes esfuerzos educativos y de control que deben profundizarse urgentemente.

El reto es entender y aceptar el hecho de que la fauna y la flora de Colombia son una

riqueza para el país y buscar soluciones que permitan una conservación integral de los

recursos, paralela a un desarrollo racional. El pueblo necesita comer, pero el país necesita

asegurar el futuro para la inmensa diversidad que pertenece al pueblo colombiano y al

mundo. La educación tiene que onientarse en el sentido de que estos recursos son

vulnerables y que representan una de las herencias más ricas en el mundo entero. La

pérdida de esta riqueza significa una disminución de las opciones de supervivencia en el

futuro del país. Si un organismo no parece ofrecer un valor directo o de capital actualmente,

nadie sabe aún lo que pueda representar para las próximas generaciones.

Page 209: Colombia Orinoco

209

Hay ahora varias especies en la Oninoquia que están altamente amenazadas y que merecen

una protección especial, si pretendemos asegurarlas para el futuro. Por ejemplo, la danta

(Tapirus pinchaque) es una de las más afectadas y a pesar de tener un areal extenso, es tal

vez la que mayores presiones enfrenta, por ser un animal muy predecible y por la opción de

rentabilidad que ofrece al cazador, dado su gran tamaño y aprecio como pieza de caza. El

cóndor (Vultur gryphus), símbolo del país, aunque se ha reintroducido en los últimos años

en Sumapaz, tiene una población muy reducida y en muchas partes de su areal histórico ya

no se encuentra. El chigüiro (Hydrochaenis hydrochaenis) y el venado coliblanco

(Odoçoileus virginianus), representan. el segundo grupo de grandes vertebrados

amenazados que requieren urgentes medidas de manejo que permitan lograr su

supervivencia. Aunque es elemento andino típico el oso de anteojos (Tremarctos ornatus),

quizás es la especie de mamífero más amenazada en todo el país y su conservación depende

principalmente de la educación y difusión que corrija las creencias erróneas que sobre. ella

existen.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a través de la

Comisión de Sobrevivencia de Especies y sus grupos de especialistas, ha sido trascendental

en la definición de un sistema de evaluación del estado de las especies amenazadas en el

mundo, que nos ayuda a enfocamos en aquellas que más necesitan atención en cuanto a su

estado de riesgo. La tabla final lista las especies colombianas clasificadas en el sistema de

la UICN. Las especies generalmente llamadas "amenazadas" tienen tres niveles o categorías

distintas que miden el nivel del peligro: "Ct" ("Crítica") o la más amenazada, una especie

que está a punto de extinguirse; "En" ("En peligro"), una especie no tan críticamente en

peligro, pero que está fuertemente amenazada, y "Vu" ("Vulnerable"), una especie eh

peligro pero en un nivel más bajo qué las otras dos. Estas tres categorías tienen definiciones

técnicas que permiten a los especialistas en cada grupo identificar el nivel de riesgo para

cada especie de una manera más racional que en las anteriores clasificaciones. La Tabla

presenta una lista de especies y subespecies amenazadas, de las cuales 3 especies snñ "Cr",

4 especies y una subespecie son "En" y 12 especies y 2 subespecies son "Vu" en la

Oninoquia.

Se debe aceptar que la situación de la fauna silvestre a nivel regional atraviesa por un

período crítico, por lo cual los esfuerzos institucionales, tanto de las empresas del Estado

como de las que aprovechan los recursos naturales deben ser urgentes y coordinados, so

pena de perder irremediablemente en el inmediato futuro la opción de aprovechar los

beneficios de nuestra herencia natural.

Page 210: Colombia Orinoco

210

Tabla 1. Lista de murciélagos oninoquenses depositados en la colacción del Instituto de

Ciencias Naturales de k Universidad Nacional de Colombia y en la colección del Intituto

von Humboldt.

Especies Lanos Selva

La Macarena Piedemonte Laderas Páramos

Familia Emballonuridae

Centronycteris maximiliani X

Cormura brevirostris

X X

Cyttarops alecto X

Page 211: Colombia Orinoco

211

Diclidurus albus X X

X

Peropteryx leucoptera X X X

P. kappleri

X X

P. macrotis

X X

Rhynchonycteris naso X X X

Saccopteryx bilineata X X

X

S.canescens X

S. leptura X

S. vespertilioniae X

X

Familia Noctilionidae

Noctilio albiventris X

N .labialis X X

N. leporinus X X X

Familia Mormoopidae

Pteronotus pamelli X

Familia Phyllostomidae

Subfamilia Phyllostominae

Chrotopterus auritus

X X

Lonchorhina aurita X X X

L. orinocensis

X X

Mycronycteris brachyctis X

M. megalotis X X X

M. minuta X

X

M. nicefori X

X

M. brachyotis X

X

M. hirsuta X

X

Mimon crenulatum X X X X

M. megalotis

X X

Phyloderma stenops X X X X

Phyllostomus discolor X X X X

P. elongatus X X X X

P. hastatus X X X X

Tonatia bidens X X X X

T. brasiliensis X X X X

T. carrikeri X

X

T. minuta X X X X

Page 212: Colombia Orinoco

212

T. silvicola X X X X

Trachops cirrhosus X X X X

Vampyrum spectrum X

X

Subfamilia Glossophaginae

Anoura cultrata X

X

A. geoffroyi X X X X

Choeroniscus godman X

X

Glossophaga alticola

X X X

O. longiróstris X X X X

O. soricina X X X X

Subfamilia Lonchophyllinae

Lionycteris spurrelli X X X X

Lonchophylla robusta X X X

L. thomasi X X X

Subfamilia Carollinae

Carollia brevicauda X X X

C. castanea X X X

C. perspicillata X X X

Rhinophylla alethina X X X

R. fischerae X X X

R. pumilio X X X

Familia Emballonuridae

Subfamilia Stenodermatinae

Ametrida centurio X

Artibeus cinereus X X X

A. crenulatum X

A. fuliginosus X X X

(A. obscurus)

A. hartii X X X

A. jamaicensis X

A. lituratus X X X

A. pamelli X

(Pteronotus pamelli)

A. phaeotis X X X

A. planirostris X X X

Page 213: Colombia Orinoco

213

A. falla X

Chiroderma trinitatum X

C. villosum X

Mesophylla macconnelli X

Platyrrhinus branchycephalus X

P. helleri X

P. infuscus X

P. vittatus

X

Sphaeronycteris toxophyllum X

Stiurnia erythromos

X

S. lilium X X X

S. ludovici X

X

S. tildae X

X

Uroderma bilobatum X X X

U. magnirostrum X

Vampyressa bidens X

V. pusilla X

Subfamilia Desmodontinae

Desmodus rotundus X

Familia Vespertilionidae

Subfamilia Vespertilioninae

Eptesicus brasiliensis X

Lasiurus borealis

X

L. ega X

Myotis albescens X

Myotis nigricans X X X

M. riparius X

Rhogeessa tumida X

Familia Molossidae

Molossops planirostris X

Molossus ater X X X

M. molossus X

M. tropidorhynchus X

Nyctinomops laticaudatus X X X

Tadarida brasiliensis X

Page 214: Colombia Orinoco

214

Tabla 2. Clasificación con el sistema de la UICN de fauna orinoquense amenazada en

las tres categorías más altas

Especies y subespecies orinoquenses en peligro CR

(critico)

EN (en

peligro) VU(vulnerable)

choyo -Lagothrix lagothricha lugens X

caimán llanero - Crocodylus intermedius X

armadillo trueno o gigante - Priodontes

maxI mus X

danta del páramo - Tapirus pinchaque

X

pacarana - Dinomys branickii

X

copetipiedra - Crax pauxi

X

mico marimonda - A t eles hybridus hybridus

X

oso palmero - Myrmecophaga tridactyla

X

mico nocturno de Brumback -Aotus brumbacki

X

oso andino - Tremarctos ornatus tonina Inia

geofrensis X

mico nocturno - Aotus lemurinus

X

perro de monte, perrito venadero -

Speothosvenatacus X

comadreja colombiana - Mustel felipei

X

perro de agua - Pteoronura brasiliensis

X

manatí del Caribe - Tr I chechus manatus

X

cotorrita pechiparda - Pyrrhura calliptera

X

perico alisaraviado - Touit stictoptera

X

cabezón - Peltocepalus dumerilianus

X

boquiblanco de Hernández - Sagunius

nigricollisherriandezi X

socay - Callicebus cupreus ornatus

X

marimba - Ateles belzebuth belzebuth

X

Page 215: Colombia Orinoco

215

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Page 217: Colombia Orinoco

LAS SOCIEDADES INDÍGENAS DE LOS LLANOS: SISTEMAS ECONÓMICOS Y

CARACTERÍSTICAS SOCIO-CULTURALES

AUGUSTO J. GÓMEZ L.

Profesor de la Universidad Nacional de Colombia

INES CAVELIER DE FERRERO

Investigadora Fundación ERIGAIE

SISTEMAS ECONOMICOS Y CARACTERÍSTICAS SOCIO-CULTURALES

Las imágenes negativas que muy pronto, desde el siglo XVI, surgieron sobre las sociedades

aborígenes de los Llanos (―caribes‖, ―gentiles‖, "vagabundas‖, ―bárbaros‖, etc.) todavía

difundidas ampliamente en el siglo XX, han impedido advertir, sin prejuicios, las

ingeniosas estrategias por ellas desarrolladas para el manejo y domesticación de cultígenos

y, en general, para la utilización de los recursos. En contraste con la subutilización

económica y particularmente agrícola del Llano en la actualidad, las investigaciones

arqueológicas y etnohistóricas sugieren cómo en el pasado prehispánico las sociedades que

Fernando Urbina

Page 218: Colombia Orinoco

218

allí habitaron desarrollaron complejos sistemas que hicieron posible el manejo y

aprovechamiento eficiente de los ecosistemas regionales.

Tales habilidades y conocimientos fueron desarrollados durante largo tiempo por grupos

humanos llaneros, cuyas características y cronología comienzan a conocerse. En efecto, y si

bien hasta hace poco se consideraba remota una ocupación de las tierras bajas tropicales por

grupos de cazadores-recolectores, en los Llanos se han registrado asentamientos de esta

etapa. En la región del medio río Orinoco venezolano, sobre terrazas, bancos y diques

adyacentes al cauce actual o al antiguo, se encontraron tres sitios cuyos componentes

arcaicos estarían relacionados con aquellos de la región andina, en la Cordillera Oriental

colombiana (Barse 1995). La primera fase fue registrada en los sitios Culebra y Provincial

(fechados en 9.020 ±)

100 y 9.210 ± 120 A.P.). En este último, un conjunto de raspadores de lasca y herramientas

producidas por abrasión y picado, asociados a fogones con carbón vegetal y restos de frutos

de palma, yacían en un paleosuelo, remanente de la antigua cobertura ―boscosa‖. A partir

de este período temprano, se habría desarrollado otro componente registrado también en el

sitio Culebra, del cual se obtuvieron raspadores y dos puntas de proyectil con tallos

contraídos, cuya materia prima es ajena a la hoya del Onrinoco. Con similares

características se encontró un piso de ocupación que contenía piedras quemadas éstos de

frutos de palma junto con raspadores en POZ Azul Sur-2, fechado en 7010 ± 190 A.P. Los

materia es de este segundo componente, y en especial la presencia de puntas de proyectil,

se han interpretado como el reflejo de las condiciones ambientales más secas del Holoceno

medio (Barse, 1995), donde una situación de vegetación de sabana haría necesarias

herramientas de caza para animales típicos de este ambiente.

Hacia esta misma época, un abrigo rocoso cercano río Guaviare, al suroniente de la Sierra

de la Macarena, era usado como vivienda por grupos de cazadores-recolectores hace 7.250

años. Poseían una tecnológía simple dirigida a la explotación de recursos del bosque, tanto

animales como vegetales, y posiblemente debido a su uso para maderas y otras plantas, se

encuentran predominantemente herramientas de raspador elaboradas en chert, cuarzo y

cuarcita. Además consumían frutos diversos, cuyos restos aún carecen de idenificación. A

partir de las características de precipitación y vegetación actuales, se puede suponer que el

hábitat en el cual desarrollaron sus actividades de caza y recolección sería selvático. Sin

embargo es posible que fuera algo menos húmedo que el actual, si tenemos en cuenta los

resultados de los análisis paleoclirnáticos, los cuales se tratarán en detalle más adelante.

Se ha postulado (Barse 1995) que esta tradición arcaica en los Llanos, con grupos

dedicados a la caza y recolección, que posiblemente derivó hacia un manejo hortícola

incipiente, pudo continuar hasta hace 4.000 6 3.000 años. Esta situación podría verse

reflejada en los hallazgos del sitio La Maporita localizado en el piedemonte del

Casanare. Allí, un piso de ocupación fechado en 3620 ± 50 A.P., contenía artefactos líticos

Page 219: Colombia Orinoco

219

tallados obtenidos con una técnica sencilla de percusión directa. Sin embargo, a diferencia

de los otros sitios mencionados en donde predominaban los raspadorespropios para trabajo

sobre madera; en este caso se tiene una mayor proporción de lascas de corte, seguida por

desechos de talla, núcleos, y finalmente los raspadores en menor cantidad. En el lugar se

observó un deposito de arenas finas transportadas por el viento, que es característico de tina

sabana con vegetación abierta; esto permite proponer que la tecnología lítica descrita refleja

un uso orientado a este hábitat (López et al. 1993).

Aunque escasos, los datos sobre estos primeros asentamientos de cazadores-recolectores

indican distintas formas tecnológicas propias para la explotación de recursos variables, el

acceso a los cuales pudo verse afectado por los cambios de vegetación y clima del

Holoceno, desde hace unos 10.000 años. Tales variaciones se han verificado en la región de

las sabanas orientales a partir de perfiles palinolégicos de los llanos al sur de San Martín,

donde se identificó un período seco y vegetación predominante de gramíneas, desde c.

6000-5000 hasta el 3800 A.P. Igualmente, mediante sondeos efectuados en la sabana de

Rupununien Guyana se pudieron apreciar fases de cambio climático representadas por

vegetación de gramíneas en la época seca y fría del 7300 y del 6000 A.P., alternando con

bosques algo más húmedos donde predominaban árboles de Byrsonima (Van der Hammen,

1992). Según estas informaciones, así como las características de las ocupaciones

tempranas en las sabanas orientales basta ahora conocidas, se puede señalar que los grupos

primigenios de cazadores-recolectores preferían ambientes ribereños más húmedos y una

vegetación con mayor componente boscoso. La ubicación de estos pobladores en zonas con

menor variación estacional posiblemente buscó evitar la escasez de algunos alimentos,

previsible en las sabanas con marcada sequía anual. Es posible que desde estas primeras

ocupaciones surgieran algunas estrategias de subsistencia de los grupos nómadas llaneros,

como alta movilidad para explotar biotopos diferentes en busca de alimentos, y las prácticas

de distribución de recursos en el interior y entre bandas. De igual forma es aparente qué

desde muy temprano las poblaciones llaneras seleccionaron las palmas y su hábitat de

bosque de galería y esteros como recursos de importancia, zonas que posteriormente serían

valiosas para la agricultura.

Antes de considerar los desarrollos de grupos sedentarios, es relevante hacer unas

consideraciones generales sobre la discusión de las relaciones entre culturas-basadas en

maíz (semicultura), respecto a aquellas que tenían como base de subsistencia el cultivo de

yuca (vegecultura). Cada uno de estos sistemas ha sido tradicionalmente identificado a

partir de los instrumentos característicos para procesar tales alimentos. De esta forma las

manos y metates indicarían una subsistencia basada en maíz mientras que los platos

budares implicarían el cultivo de raíces, particularmente la yuca brava (no obstante véase

De Boer, 1975). Actualmente los arqueólogos prefieren contar con restos vegetales

carbonizados o secos, así como polen, para establecer las prácticas de subsistencia del

pasado. Sin embargo en los años cincuenta sé carecía de estos datos, así que los

Page 220: Colombia Orinoco

220

arqueólogos Cruxent y Roüse (1958), siguieüdo los planteamientos de Sauer se basaron en

las evidencias indirectas ya mencionadas y propusieron que en Venezuela, contrario al

origen andino del poblamiento postulado por Steward, había dos grandes centros de

desarrollo cultural: uno oriental, temprano, situado en la cuenca del Orinóco, con la yuca

como alimento principal y representado por la tradición Saladoide Barrancoide; y otro

occidental, temporalmente posterior, que estaría concentrado alrededor del Lago de

Maracaibo, con importantes elementos ceremoniales y agricultura de maíz. A partir de tales

centros se habría dado una interacción posterior, originando híbridos como el

Araúquinoide. Posteriormente, los grupos maiceros se habrían expandido, prevaleciendo en

gran parte del país (Cruxent & Rouse, 1958).

Algunos elementos del desarrollo cultural mencionados en estas hipótesis se han podido

reconstruir con mayor detalle a partir de investigaciones realizadas tanto en Colombia como

en regiones vecinas de Venezuela, ubicadas éstas hacia el norte y oriente del territorio

colombiano; Estas informaciones nos permiten uña aproximación a la historia del

piedemonte septentrional, así corno los llanos medios y bajos, antes de considerar las

peculiaridades de las sociedades del piedemonte sur, que se relacionarán posteriormente. El

primer caso corresponde a los llanos altos y medios de Barinas, que prolongan los llanos de

Casanare y Arauca hacia el nororiente, bordeando la Cordillera Oriental o de Mérida. Allí

la ocupación por ceramistas cultivadores de maíz de la serie Osoide se ha identificado para

la primera fase llamada Caño del Oso (2180-1300 A.P.). Posteriormente, la presencia de

budares indicaría que la gente de la fase La Betania (1300-750 A.P.), asociada con la

expansión Arauquinoide, dependía de la yuca para la subsistencia (Zucchi 1968,

1972,1973). Otros trabajos (Garson, 1980; Spencer & Redmond, 1992), han planteado el

surgimiento de cacicazgos a partir del 1450 A.P., caracterizados por una jerarquía de

asentamientos en tres niveles, con un gran centro regional y construcciones de montículos,

calzadas y campos drenados. Adicionalmente se constató un crecimiento demográfico: sólo

tres pequeños asentamientos pertenecen al período 1650-1450 A.P., mientras que entre

1450 y 950 A.P. se encuentran 32 sitios habitados. Para la última época, la diferenciación

social es aparente en las viviendas y los entierros. Aunque se ha discutido que los

intercambios a larga distancia en los Llanos eran de baja intensidad y estaban basados en

bienes de prestigio (Gassón, 1996) en este caso se han identificado varios elementos que

permiten suponer un nivel de organización socio-política avanzado, como el incremento del

comercio con la zona andina y las técnicas defensivas para la guerra. Igualmente se

considera avanzada una tecnología agrícola con campos drenados donde predominaba el

cultivo del maíz (Spencer & Redmond, 1992).

Otro sector cuya ocupación prehispánica puede relacionarse con la expansión

Arauquinoide, son las llanuras eólicas del río Meta y sus afluentes, en Arauca. Allí, un

patrón de asentamiento ribereño fue identificado en tres sitios que ocupan de 1 a 2

hectáreas cada uno, ubicados en las riberas de los ríos Casanare, Ariporo y Meta (Giraldo

Page 221: Colombia Orinoco

221

de Puech, 1988). Los materiales cerámicos fueron divididos en cinco tipos según sus

características de pasta y color de superficie. El tipo A, más abundante, presenta formas de

anchos cuencos de base anular plana y platos hondos de bases planas (budares), utilizados

probablemente para la preparación del casabe. Los escasos elementos decorativos son

acanaladuras, impresiones de cestería y textiles, falsas asas, asas modeladas zoomorfas, y

pintura roja, carmelita o negra alternada con rosado en motivos curvos, ángulos o rombos.

También existen pintaderas cilíndricas con motivos geométricos. Una fecha obtenida en

Bomhay, en la margen meridional del río Meta, sitúa tos hallazgos en 767 ± 85 A.P. y la

autora considera que la cerámica se relaciona con aquella de Arauquín, sitio epórumo

localizado en el Orinoco medio de Venezuela.

El sistema de campos elevados relacionado con el desarrollo de complejidad socio-política

también fue utilizado en tiempos prehispánicos en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia,

Surinam y Guayana Francesa, y constituye una manifestación de la adaptación de grupos

agricultores a ecosistemas que, como los del Llano, presentan fuertes períodos de exceso y

de falta de agua durante el ciclo anual. Los campos drenados, montículos o camellones de

cultivo, buscan manejar las condiciones de anegamiento e igualmente aprovechar la

humedad remanente en época de sequía. En Colombia tales áreas modificadas han sido

registradas en la zona de colinas disectadas, en un sector de bajos del caño Cumaral, cerca

al río Manacacías (Reichel-Dolmatoff, G. y A., 1974). El complejo de caño Cumaral cubre

unas 100 hectáreas y en una sola de ellas se contaron cerca de 1.000 montículos. Cada

amontonamiento de tierra puede medir entre uno y seis metros de diámetro y tienen de 60 a

100 cm de alto. Las excavaciones y recorrido del área no permitieron identificar cerámica

asociada o elementos que permitan establecer su cronología, pero el autor considera que

fueron hechos por el hombre, en época prehispánica con el fin, de sembrar yuca. Los

terrenos bajos son apropiados para la siembra en tanto se puedan controlar las inundaciones

a las cuales están expuestos durante la temporada de lluvias. Tales montículos, según los

autores, podían servir para sembrar raíces como la yuca, pues su elevación sobre el pantano

protegería las plantas de la excesiva humedad. Adicionatmente en verano, los montículos

conservarían un núcleo de textura floja apropiado para el crecimiento de estos cultígenos.

Unos pocos montículos, similares a los descritos, se encontraron en un bajo adyacente al

caño Húmapo, cerca de su desembocadura en la margen sur del río Meta (Mora & Cavelier,

1984). Para estos sectores modificados se carece hasta el momento de asentamientos

relacionados o de evidencias directas, como polen o restos de plantas, que puedan darnos

luces sobre el tipo de vegetales allí cultivados.

Un caso ilustrativo para la hipótesis de Rouse y Cruxent sobre la existencia temprana de un

―centro cultural oriental‖ de vegecultores, se ha identificado en Parmana, medio Orinoco

en, Venezuela, donde Roosevelt (1980) encontró fases sucesivas de ocupación desde hace

unos 4.000 años. En una primera época (4050 a 2750 A.P.) se presentaban pequeños

asentamientos sobre los diques del río Orinoco, con una baja densidad de población (0,2 a

Page 222: Colombia Orinoco

222

0,3 habitantes por kilómetro cuadrado) y una subsistencia basada en yuca, a juzgar por los

budares y las pequeñas astillas de piedra, testigos remanentes de antiguos ralladores dé

madera incrustados con esquirlas agudas. Luego estas gentes fueron abruptamente

reemplazadas ó absorbidas por otros grupos emparentados con el occidente de Venezuela.

En este período (2750 a 1550 A.P.); cuando los poblados eran más grandes y aparecen en

mayor cantidad, se encuentran los primeros restos de maíz y metates. Se ha calculado que

la población entonces creció hasta cuatro veces más que la del período anterior. En una

tercera época, donde se reconoce la influencia de los Arauquinoides, se estabiliza la

población, que llega a ser hasta 20 veces mayor que durante la primera ocupación. La

autora estima que hay una correlación temporal entre la primera aparición del maíz y el

crecimiento demográfico. Si bien cuestiones tan relevantes como las tratadas en esta

reconstrucción histórica se pueden establecer para las zonas adyacentes, la región del medio

Orinoco de Colombia continúa inexplorada. Sin embargo las similitudes entre algunos

materiales cerámicos encontrados en proximidades de Puerto Carreño, en territorio

colombiano, permiten suponer la ocupación de esta región al menos por gentes de una de

las fases tempranas (Ronquín-Sornbra) señaladas por Roosevelt. De igual forma los

hallazgos de Castaño permiten proponer una interesante secuencia de cambios culturales, y

cabe a los investigadores colombianos continuar tales estudios.

Pinturas rupestres en el río Guayabero. Eatos

perroglifos, cuya antigüedad se desconoce, se

encuentran

principalmente en los grandes raudales y representan

escenas de caza y pesca. Foto: Enrique Bautista

Para la época tardía se han registrado en el norte de los Llanos de Colombia otras zonas que

dan cuenta de formas diversas de asentamiento y de utilización de los recursos regionales

en la antigüedad. En virtud de la investigación desarrollada por Mora y Márquez, en 1982,

Page 223: Colombia Orinoco

223

se conoce la ocupación de los llanos altos del municipio de Yopal durante la primera mitad

del siglo XVII (1620 + 50) así como sus formas de utilización del medio:

―Los habitantes pertenecientes a esta etnia parecían preferir para ubicar sus asentamientos

el área extensa de abanicos aluviales. Allí la escasa pendiente, los materiales finos, la

existencia de un horizonte impermeable en los suelos y la abundancia de lluvias durante la

temporada invernal, los obligaba a buscar dentro del territorio aquellas partes más altas y a

salvo de las inundaciones periódicas: bosques de galería y matas de monte.

Podríamos decir que dentro de un paisaje conformado por grandes extensiones de sabana,

que no presenta accidentes topográficos notables y con suelos mal drenados, estos

habitantes intentaban la maximización del medio buscando aquellos lugares en los cuales se

conjugaba el mayor número de unidades de paisaje diferentes, obteniendo de esta manera

las ventajas de todos ellos a lo largo de las estaciones‖. (Mora y Márquez, 1982,p. 9).

En esta región se localizaron más de 20 asentamientos prehispánicos, separados entre sí por

distancias entre uno y cinco kilómetros y asociados a zonas de cobertura boscosa. Todos

ellos son superficiales (10-30 cm de profundidad) y de poca extensión (100 a 300 m 2). La

actividad agrícola constituía la base de la economía, a juzgar por el gran número de platos

budares, hachas de piedra y percutores líticos, que sugieren el consumo de yuca y semillas.

Esta base se habría complementado con la caza de pequeños mamíferos y aves, cuyos

restos se encontraron dentro del basurero excavado.

La ocupación del piedemonte y llanos altos meridionales, exige inicialmente una

consideración geográfica que introduzca las diferencias con las regiones presentadas

anteriormente. En efecto, se ha considerado como transicional entre llanos y selva

amazónica, la franja del río Guaviarey su continuación hacia el norte, adyacente a la Sierra

de la Macarena y la Cordillera Oriental, en virtud de las condiciones climáticas imperantes.

Una lectura dé los datos de precipitación y temperatura desde el norte llanero hacia el

Amazonas muestra un cambio gradual desde una estación seca marcada con una menor

precipitación. anual y temperaturas más altas, hacia estos sectores .cercanos al bosque

húmedo tropical, donde las estaciones de sequía y lluvias apenas se diferencian, la

cobertura boscosa ayuda a mantener más baja la temperatura, y en general se cuenta con

mayores precipitaciones.

Page 224: Colombia Orinoco

224

Pintura rupestre del Inírida. Representa un venado, un

bagre y diseños

geometricos de sebucanes. Foto: Femando Urbina

Es en este paisaje donde se ha logrado identificar una serie de yacimientos que comparten

un componente cerámico estilísticamente muy similar. A partir de estas informaciones,

complementadas por unas fechas tardías, se ha planteado que para, el siglo XVI un

conjunto de grupos identificados por los cronistas pueden corresponder a los restos

encontrados por los arqueólogos. Esta situación nos permite, en páginas subsiguientes,

recopilar información de crónicas para complementar el esquema cultural. Sin embargo,

surge la inquietud sobre la antigüedad de tal ocupación, su filiación y proceso de desarrollo

en el área. Es aquí donde algunas pistas provenientes de fuentes diversas pueden ayudar en

la reconstrucción; la cual deberá ser corroborada y complementada con futuros estudios.

Desde el trabajo de áreas culturales propuesto por Steward con base en informaciones del

siglo XVI y siguientes, Kirchoff, apoyado en datos lingüísticos, mencionó que en la zona

sur dé los Llanos, los habitantes denominados Guayupe debían pertenecer a la familia

Arawak. Posteriormente, Reichel-Dolmatoff (1978) señaló el parecido entre ciertas

costumbres reportadas por los cronistas para los Guayupe, y aquellas de la región del

Vaupés. Entre ellas apuntaba que el consumo de alucinógenos como el yopo

(Anadenanthera peregrina), árbol leguminoso característico de sabanas y el tabaco eran de

primera importancia. Esta práctica se asociaba a la capacidad chamanística de convertirse

en jaguares, complejo relacionado con plantas alucinógenas, la mayor parte de ellas

asociadas con la selva tropical. Sin embargo el autor anota que el uso del rapé de yopo es

característico de las sabanas, aunque también se observó en el alto Orinoco, la región del

Vaupés y entre los Huitoto, grupo selvático. Adicionalmente, el autor presenta la

distribución de grupos Arawak en la porción noroniental del Vaupés, y formula la hipótesis

Page 225: Colombia Orinoco

225

según la cual el pluralismo cultural de la zona podría haberse originado cuando bandas de

cazadores recolectores, cuyo remanente son los Makú, habrían sido desplazadas por una

entrada posterior de los Arawak, siendo éstos a su vez divididos por invasores Tukano.

Varios trabajos se han ocupado de la dispersión Arawak en Suramérica, especialmente

Lathrap (1970), quien señaló la distribución de lenguas pertenecientes al tronco Arawak

desde las Antillas hasta el Gran Chaco. El movimiento de grupos de selva tropical se habría

originado en el Amazonas central con dos grandes oleadas migratorias, que en busca de

suelos aluviales fértiles. finalmente habrían colonizado hasta las zonas más extremas ya

mencionadas. El trabajo más reciente de Zucchi (1988) en el alto Orinoco indica una gran

complejidad cultural en lo arqueológico, y la reconstrucción de tradición oral entre grupos

indígenas actuales permite suponer como habrían sido en el pasado algunos de estos

movimientos a lo largo de los ríos. El caso de los Piapoco, hoy considerados gente de

sabana, es ilustrativo: desde una creación mítica en algún raudal del Alto Isana o Caquetá,

en la selva tropical, habrían llegado al Vaupés, para luego remontarlo y por tierra llegar

hasta el Guaviare. cerca de la confluencia del río Ariari. Desde esta zona sucesivos

desplazamientos los habrían llevado al Atabapo, Orinoco, Vichada, Meta, Pauto, y

finalmente a sus lugares de habitación actuales entre el Vichada y el Guaviare.

Si bien las posibles vinculaciones esbozadas deberán explorarse a partir del registro

arqueológico, algunas similitudes en los materiales cerámicos han llevado a varias

propuestas respecto a la filiación de estas gentes. Marwitt apunta la vinculación con el

horizonte polícromo de la Amazonia, así corno con la fase Cotua del alto Orinoco,

relacionada a su vez con los Saladoides del bajo Orinoco. Por otra parte, los datos de

distribución de sitios arqueológicos con materiales similares apuntan a la ocupación de una

serie de unidades fisiográficas que habrían compartido una cobertura boscosa significativa.

El sitio hasta ahora ubicado más al norte por Marianne Cardale (comunicación personal)

corresponde a la salina de Upín, en el municipio de Restrepo. Siguiendo hacia el sur, en las

terrazas del río Acacías, un pequeño asentamiento fechado en 1570 ± 50 A.P. presenta los

mismos ‗materiales, asociados a restos carbonizados de maíz, frutos de la palma de

chontaduro y restos de vainas de yopo (Mora y Cavelier, 1984). En ambas bandas del río

Ariari, entre Cubarral y Puerto Lleras, Marwitt (1973, 1975) registró 24 sitios, algunos de

los cuales con extensiones de más de seis hectáreas. Los materiales cerámicos, acumulados

densamente aunque en poca profundidad, se caracterizan por tener desgrasante de tiestos

molidos, arena o caraipe, una corteza silícea molida. Los budares son comunes, así como

grandes ollas de base plana y boca amplia; también se encuentran ollas pequeñas con

bordes salientes, cuencos con adornos zoomórficos en el borde, y varias ollas y cuencos de

forma cuadrada o romboidal. Varias grandes ollas que fueron usadas como urnas de

enterramiento son representaciones antropomorfas con rasgos faciales, brazos y piernas

aplicados y modelados. Es común la decoración incisa combinada con modelado, así como

la pintura roja y blanca sobre rojo en diseños similares a los incisos. Una fecha temprana,

obtenida en un banco del río Ariari cerca de Puerto Caldas, es de 2710 A.P., mientras que

Page 226: Colombia Orinoco

226

una posterior obtenida en Granada corresponde al 1140 A.P. El autor encuentra que la

cerámica es muy homogénea y no explica las posibles diferencias entre materiales con una

considerable distancia cronológica entre sí. Otro hallazgo en la misma zona, el cual fue

imposible fechar, corresponde al poblado de Puerto Santander, donde se encontró un

cementerio con gran cantidad de urnas, algunas de ellas antropomorfas, así como ollas y

cuencos correspondientes al mismo estilo ya mencionado (López y Mora, 1990). En su

interior, huesos calcinados atestiguan la práctica de incinerarlos difuntos, que fuera descrita

por el cronista Aguado.

En años recientes, una prospección realizada en el río Guayabero logró identificar

elementos complementarios a los ya relacionados, indicando la máxima extensión

meridional hasta ahora registrada para estas gentes. López (1993) registró 9 sitios,

efectuando cortes detallados en dos de ellos. En el sitio de Angosturas 1, y asociada al

mismo estilo cerámico ya relacionado, se obtuvo una fecha de 1670 ± 100 A.P.

Adicionalmente se hallaron instrumentos líticos para molienda, yunques y golpeadores.

Es evidente que la ocupación prehispánica de esta región de piedemonte y llanos altos del

sur del Meta tiene un componente selvático. Sin embargo la diversidad de formas de

ocupación y de aprovechamiento de los recursos así como el control de diferentes

subregiones del paisaje por parte de la misma etnia, como las terrazas en varios niveles,

planos aluviales, sabanas interfluviales y piedemonte cordillerano, implican una prolongada

ocupación de estas áreas, lo cual llevó a su aprovechamiento integral.

Las investigaciones recientes corroboran la diversidad y complejidad de los asentamientos

prehispánicos, muchos de los cuales prolongaron su existencia hasta bien avanzado el siglo

XVII. La correlación de informaciones tales como la localización de asentamientos,

testimonios etnohistóricos y de cronología establecida con base en análisis de radiocarbono

de los yacimientos arqueológicos, hizo posible la delimitación de un territorio habitado por

la etnia de los Guayupe. En síntesis, los investigadores expresan al respecto:

―Así se pudo identificar un estilo cerámico con una etnia de principios del siglo XVI,

proponiéndose algunas pautas de poblamiento, de acuerdo con la especialización

económica de cada conjunto habitacional. Con lo anterior se indica la existencia de una

fuerte cohesión política en el interior del territorio, así como un intercambio de productos;

éste para elementos como el algodón, abarcaría de igual forma a otros grupos (los Muisca

del altiplano).

El área que se encontraba ocupada por estos indígenas durante el siglo XVI y con toda

posibilidad en los antecedentes, comprende algo más de 42.000 kilómetros cuadrados y

representa una alta complejidad...‖. (Mora y Cavelier, 1985).

En el piedemonte del Meta los Guayupe tenían sus viviendas o bohíos, que ―son largos y de

vara en tierra, a quien los españoles llaman caneyes, en donde habitan y moran muchos

Page 227: Colombia Orinoco

227

indios casados juntos y su dormir es en hamacas de algodón o de Damazagua‖ (Aguado,

1930; Tomo II, p. 146). Las tierras altas, libres de inundación, y las tierras bajas,

conformaron el territorio de esta etnia:

―La provincia de los Guayupes, cuya región y tierra participa de los altos de la cordillera y

de lo bajo de los Llanos; porque desde donde el pueblo (San Juan de los Llanos) está puesto

para arriba, está toda la serranía que cuelga y depende de la cordillera, donde toda la más de

esta gente Guayupe, están poblados; la cual es tierra no muy escombrada ni rasa, porque a

partes tiene y cría en sí grandes montañas y partes sabanas‖. (Aguado, 1930;TomoII,p.

136).

La yuca y el maíz, lo mismo que bienes provenientes de las actividades de la caza y la

pesca, fueron la base del sustento de los Guayupe:

―los mantenimientos de estos Guayupes son yuca, maíz, cazabi y pescado y carne de

venado que, como dije, se matan en esta tierra muchos, puercos de monte que llaman

vaquira y todas otras comidas; empero, su principal sustento es el beber y todo lo más del

maíz y yuca que cogen lo desprenden en hacer sus brebajes‖. (Aguado, 1930; Tomo II,

p.149).

A la producción y consumo de estos bienes correspondió un sistema de creencias y

nociones asociadas con el movimiento astral durante el año, dentro del cual les fue posible

determinar los períodos de lluvias y los signos de fertilidad y abundancia, directamente

ligados con los ciclos agrícolas, de pesca y de caza:

“Cuando la luna trae consigo un cerco redondo que la ciñe toda icen que es señal de gran

fertilidad y abundancia de comidas, y espera muy prósperos temporales y cuando el cerco

de la luna es quebrado o medio lo tienen a muy mala señal; así de hambres como de

enfermedades y otras calamidades, y para quitar estos males que por el prodigio de la luna

entienden que les han de sobrevenir, salen de sus casas y comienzan a soplar a todas

partes, con el cual soplo dicen que echan la futura calamidad fuera de su tierra, y

tras e stos hacen grandes ayunos, con las cuales cosas ellos están satisfechos que todo

punto hacen cesar aquellas cosas que imaginan haberles de sobrevenir por la señal de la

luna”. (Aguado, 19 30; Tomo II, p. 157).

Rituales y fiestas celebraban los Guayupe para honrar a Inainigui quien les ―ha dado y da

todos los mantenimientos de yuca, maíz, carne, pescado y otras cosas para su sustento‖

(Aguado, 1930; Tomo II, p. 156). También acostumbraban a tomar la yopa y el tabaco, lo

primero, una semilla o pepita de árbol y lo otro ―es cierta hoja que crían, ancha, larga y

vellosa, y esto lo toman en humo, unas veces por la boca y otras veces por las narices‖

(Aguado, 1930; Tomo II, p. 151). También, con motivo del entierra de sus muertos

celebran ceremonias los Guayupe, para las que se adornaban con ―ricos atavíos y

chagualejas o joyas de oro y cuentas hechas de caracoles y algunos cobertores de plumas‖.

Page 228: Colombia Orinoco

228

(Aguado, 1930; Tomo II,p. 153).

Puntas metálicas de flechas

para la pesca. La caña se

obtiene de

la ‗cañaflecha‘ o

―cañabrava (Gynertum

sagitsarum).

Foto: Femando Urbina

En cuanto a las relaciones de los Guayupe entte sí y con sus vecinos Aguado expresa que:

―es gente que se hace muy poca guerra la una a la otra, ni aún a las naciones comarcanas,

antes procuran vivir en ocio y quietud‖. (Aguado, 1930; Tomo II, p. 149)..

El sedentarismo, el aprovechamiento de tierras altas y bajas, lo mismo que un desarrollo de

la agricultura complementada con la caza, la pesca y la recolección, fueron característicos

de esta etnia.

Similar a este esquema es la propuesta de Lathrap (1970), quien destaca que la cultura de

selva tropical surge tempranamente como un desarrollo amazónico basado en el cultivo de

raíces, en el cual no participaron agentes externos. Estas perspectivas, más allá de la

preocupación por los movimientos de población y lasinfluencias dé una cultura o región

sobre otra, señalan la necesidad de encontrar explicaciones para los desarrollos autóctonos

a‘partir de ocupaciones tempranas en los mismos llanos, sin restar importancia al hecho de

que se dieron relaciones entre diversas gentes provenientes de ambientes y culturas

distintos, lo cual enriqueció tales procesos.

Page 229: Colombia Orinoco

229

En la‘misma ―provincia‖ donde más tarde se fundara San Juan de los Llanos, y vecino de

los Guayupe, tuvo su territorio la nación de los indios Saes, ―que‘ en algunas cosas difieren

y‘varían de las costumbres de los guayupe porque en todo lo demás casi son uniformes y

así no habría mucho que decir dé ellos‖. (Aguado, 1930; Tomo II, p. 159).

―Grandes trabajadores y agricultores‖, tuvieron los Saes por principal comida la yuca,

batatas, pan de maíz y pan de yuca, lo mismo que maní, fríjoles y ―otras legumbres de poca

sustancia, con que viven tan contentos y lucios y gordos como otras naciones con sus

opulentas comidas‖. (Aguado, 1930; Tomo II, pp. 159, 161, 162).

Según Aguado, en Cuanto a vivienda, ceremonias y concepciones, los Saes guardaban

semejanza con los Guayupé. Sin embargo, aquellos, ―gente robusta e indómita y fugitiva‖,

fueron enemigos de los españoles a quienes opusieron resistencia, negándose a su ―trató,

conversación y amistad‖, actitud opuesta a la asumida por los Guayupe frente a los

invasores.

Fueron fundamentalmente los territorios Guayupe y Sae los que sirvieron de punto de

escala y de sustento a la mayor parte de los grupos invasores durante el siglo XVI. Esta

circunstancia explica en parte el hecho de que se haya tenido descripciones detalladas de

ellos. No ocurrió lo mismo con otras etnias, como los Omeguas, que ocupaban entonces

territorios entre los ríos Meta, Guayabero y Guaviare. (Mora, Cavelier, 1985; pp. 2 1-56).

Es posible sin embargo obtener de la obra de Aguado nombres y referencias breves sobre

otros grupos y pueblos, de los que poco se puede inferir con relación a su economía y

organización social. No obstante, esas referencias nos sugieren una más vasta ocupación de

los Llanos y diversas formas de adaptación que replantean la concepción tradicional de un

nomadismo asociado a prácticas caníbales de grupos en estado salvaje‖, concepción ésta

difundida y esgrimida por "huestes conquistadoras‖ y más tarde por misioneros para

justificar la guerra contra aquellos.

Referencias en torno a la ―provincia‖ de los indios Eperiguas o pueblos como el del cacique

Buzama y el denominado Capoquingua, estabieéido en la cumbre de un alto cerro, lo

mismo que el conformado por ocho grandes casas en la banda sur del río ―Guayare‖;‘ ―con

buen golpe de gente‖ y el de Barranca Bermejas con ―veinte grandes casas de morada‖, dan

testimonio de la diversidad étnica y de sus asentamientos en los Llanos en el siglo XVI.

Otros, mencionados por el mismo cronista, como los ubicados en lo que más tarde los

españoles llamaran Valle de San Jerónimo, ―de razonable disposición de tierra y de algunos

poblezuelos‖, o el aledaño a un río ―que tenía cantidad de labranzas de yuca, maíz y batatas

donde se ‗holgar5n los españoles‖, más las tierras de los indios de Papamene Choques,

estos virtualmente establecidos dentro de los límites territoriales de los Guayupe, confirman

esa diversidad (Aguado, 1930; Tomo II, pp.l65, 172, 173, 176, 181, 191; Tomo 1, p. 324).

El poblamiento del piedemoñte de los llanos del Casanare también sugiere una gran

Page 230: Colombia Orinoco

230

complejidad económica y cultural, gracias a los distintos asentamientos de etnias que allí

habían prosperado hasta el siglo XVI.

Los Tunebo, cuyo territorio en la parte sur limitaba con el de los Muiscas, tuvieron sus

asentamientos durante el período prehispánico en la vertiente oriental de la Sierra Nevada

del Cocuy y en tierras planas del Llano (Langebaek, 1985; p.S). Estos asentamientos que

constituyen virtualmente un caso característico de la estrategia de verticalidad, lo que le ha

permitido a esta etnia acceder secularmente a recursos de diferentes pisos térmicos,

parece muy a pesar de las evidentes presiones que históricamente sobre ella y sus territorios

sé han ejercido:

―En las laderas de La cordillera, los agricultores Tunebo aprovechan los diferentes pisos

‗térmicos desde el llano propiamente dicho, hasta las tierras frías y el páramo. Cada unidad

familiar posee viviendas y sembrados en los pisos medio y alto que habitan en forma

sucesiva y también se desplazan periódicamente a las tierras planas del llano en busca de

productos de pesca y recolección‖. (Ortiz, Pradilla; 1984; pp. 4,5).

La vecindad espacial entre los Tunebos y Laches ha generado dificultades en la

delimitación dé los sendos territorios que ocupaban en el siglo XVI:

―En el área del Güicán, cerca del cacicazgo de Pan queba sujeto al Cocuy, tenía sede un

grupo llamado Tunebo, probablemente constituido por indígenas de la Nación tuneba de

Guaycana que figura como una parte del cacicazgo de Panqueba en documentos coloniales

de finales del siglo XVI y comienzos XVII‖. (Langebaek, 1985; p.3).

Pimpina. Alfarería-

indígena antropomorfa y

muy decorada de los

Page 231: Colombia Orinoco

231

grupos Guahibo.

Vichas Foto: Roberto

Marín

Langebaek advierte la necesidad de establecer una diferenciación entre Tunebos y Laches

en virtud de confusión que al respecto subsiste, sirviéndose para el de las referencias

existentes en fuentes tempranas:

“Las fuentes tempranas, especialmente en las crónicas, se habla de Ladies pero no de

Tunébos. Luego, en papeles más tardíos se hace frecuente referencia a los Tunebos como

nación rebelde en oposición a los indígenas ladinos reducidos al sistemas de

encomienda, a la vez que se les ubica en una gran diversidad de sitios como los

alrededores de Chita, las cabeceras del río Cravo, Labateca y “en general” en todo el

piedemonte desde Labranzagrande, al sur, hasta alcanzar territorio veúezolano.

Según La información disponible, parece probable que inicialmente se llamara Tunebos a

los indígenas pertenecientes al cacicazgo Lache de Panqueba cuya sede principal está en

Ciüicán (el mismo Guaycana), pero que con el tiempo el nombre se generalizaría a todos

aquellos indígenas, no necesariamente de la confederación del Cocuy, libres de dominio

español en la sierra, corroborando la hipótesis de Triana en el sentido de que los Tunebos

actuales ―posiblemente fueron derivados de los Laches de Güicán‖ (Langebaek, 1985;pp.

3,4).

Estas y otras dificultades que han surgido en la delimitación de los espacios étnicos de la

primera mitad del siglo XVI, obedecen en gran medida a los desplazamientos y cambios

ócurridos desde que la presencia de los europeos se insinuara y se expresara en estos

territorios. Sinembargo, existen todavía múltiples posibilidades de responder los

interrogantes que han ido surgiendo en los últimos años y planteados especialmente a partir

del avance de las investigaciones arqueológicas. El acceso a nuevas fuentes documentales

como, por ejemplo, la revisión de los testamentos de los caciques del siglo XVI (Gaspar,

1596; Tomo 21), conduciría a respuestas pertinentes.

Estrategia similar en cuanto al manejo de diferentes pisos térmicos para el acceso a diversos

productos, parece haber sido la .de la confederación del Cocuy durante el período

prehispánico, según estudios, recientes:

“El territorio de la confederación del Cocuy incluía los flancos occidental, oriental y sur

de la Sierra Nevada de este mismo nombre y abarcaba pisos térmicos- desde Las nieves

perpetuas hasta los llanos orientales, es decir, tierras de páramos (3.000 y

más m.s.n.m.), frías (2.000-3.000 m.s.n.m.), templadas (1 .000-2.000m.s.n.m.), y cálidas

(hasta 1 .000m.s.n.m.). Más que ninguna otra parte de la cordillera oriental de Colombia,

Page 232: Colombia Orinoco

232

el territorio ocupado por los Laches se caracteriza por su enorme variedad de nichos

ecológicos como resultado de variaciones „en altura, régimen de lluvias y fertilidad de las

tierras”. (Langebaek,1985; p. 2).

La revisión de la información documental del siglo XVI relacionada con el Cocuy permite

inferir su importancia económica durante el período prehispánico, virtualmente por su

condición de centro de intercambio, clave en la circulación de productos provenientes de

las tierras bajas y medias (de los Llanos), dirigidos hacia las tierras altas (territorio Muisca,

Tunebo y Lache especialmente), lo mismo que de otros bienes que circularon en sentido

contrario, es decir, de las tierras altas hacia las medias y bajas.

El papel del Cocuy como centro importante de intercambio y circulación de bienes diversos

durante el período prehispánico, se explica precisamente por su ubicación privilegiada, en

razón de limitar su territorio de un lado con sectores étnicos muiscas (de Sogamoso y

Duitama) y del otro, con múltiples etnias vecinas:

―En el flanco oriental, por su parte, los cacicazgos del Cocuy tenían por vecinas a varias

comunidades, tal vez étnicamente emparentadas, pero que no habían alcanzado un

desarrollo político considerable, como sería el caso de Támara y Tecasquirá que no eran

sujetos a nadie, así como con diversos grupos achaguas y caquetíos que vivían en el llano

propiamente dicho.‖ (Langebaek, 1985; p. 2).

Ya hemos sugerido en párrafos anteriores la operancia de vínculos entre diferentes etnias.

Efectivamente los llanos altos y bajos constituían el hábitat de distintas naciones indígenas

cuya red de relaciones (regionales e interregionales) las integraba a espacios más amplios,

permitiéndoles el acceso a recursos, como los producidos en los altiplanos andinos y otros

de selva húmeda tropical, de la región amazónica. A su vez, las sociedades indígenas

llaneras suministraron importantes materias primas y bienes a sociedades vecinas y

virtualmente a otras establecidas en territorios más distantes.

Algodón, miel, yopo, tabacó, aceite (extraído de huevos de tortuga), ají, plumas, maní,

fueron algunos de esos bienes que sirvieron a las etnias del Llano para obtener otros

como.la sal, objetos de oro, mantas, etc., testimonios tempranos confirman la existencia de

relaciones de intercambio y aun los orígenes y los destinos de los productos:

“Andan desnudos en carnes los indios Guayupes no porque les faltaría algodón de que

hiciesen vestidos, mas por ser ellos en sí lajativos y de poco trabajo, y también como la

tierra es tan cálida que jamás se siente frío en ella, aunque sea tiempo de muchas aguas,

no hay rigor de frío que los compela a abrigarse como a otros indios de tierras frías, como

son los de Santa Fé, Tunja y Vélez, que aunque en los naturales Moxcas no se coge ningún

algodón, ellos por abrigarse y tener con que cubrir sus carnes lo traen de estos llanos y

gente que junto a ellos habitan”. (Aguado, 1930; Tomo 11, p.145).

Page 233: Colombia Orinoco

233

Otras referencias sobre los Cuayupe señalan su utilización de ―anchas trenzaderas de

algodón‖, ―hamacas de algodón‖ y su costumbre de consumir ―yopa‖ y ―tabaco‖, hábito

este muy generalizado en todo el Nuevo Reino. En este ámbito de las relaciones de

intercambio, llama la atención la utilización entre los Guayupe de ―joyas de oro y cuentas

hechas de caracoles‖ lo que sin duda obtenían de otras etnias, mediante trueque con‘

algodón, yopo y tabaco. Obsérvese, en consecuencia, que los Guayupe no tuvieron

tradición como orfebres ni como tejedores (Aguado, 1930; Tomo II, p.p. 145, 146,

151, 153).

Langebaek expresa sobre la naturaleza de estos intercambios que ―los muiscas adquirían

productos de las más diversas procedencias, como totumos, yopo, guacamayos, algodón,

miel y cera de los llanos orientales‖ (Langebaek, 1985; p. 20). El mismo investigador en

otro de sus trabajos reitera y amplía su afirmación anterior:

―las relaciones de intercambio con la región de los llanos orientales parecen haber sido

importantes. Al igual que para los Muiscas, las planicies del oriente resultaron

supremamente atractivas para los indígenas de la sierra que allí podrían obtener una gran

variedad de bienes que no conseguían, o escaseaban, en su territorio. El piede monte se

describe en documentos de archivo y relaciones de cronistas y viajeros, como una región

muy rica en yopo, miel, cera, cueros de felino, algodón, coca, totumos, guacamayas y

papagayos, así como maní. Los indígenas caquetíos producían algodón, miel, aves de

plumería, totumos, coca y yo po, en Chipa había excedentes de miel y pescado y en

Guicureo y Chuaca los indígenas conseguían guacamayos y papagayos para trocarlos por

mantas‖. (Langebaek, 1985; p.16).

De informes sobre el Nuevo Reino de Granada se infiere la existencia de relaciones,

durante el período prehispánico, de los grupos de los Andes con los de la vasta extensión de

los Llanos y Orinoco:

y aunque de aquellos ámbitos de tan basto [sic) dominio en más de 1.500 leguas, habitado

de bárbaros indómitos, hay varias noticias de las que con sus experiencias tuvo Francisco

de Utre y de que pasasen a ellos los de la provincia de los ANDES con toda su riqueza

antes que los españoles pacificacen los del Perú‖. (Tienda de Cuerbo; 1734, folios: 50,51).

Los indios de Cabalo, en los Llanos, que años después harían parte de la jurisdicción del

Santiago de las Atalayas, tuvieron tradición como tejedores, con acceso directo a la materia

prima, algodón, lo que más tarde contribuyó a su sometimiento y menoscabo: ―en la ciudad

de Santiago de las Atalayas, los achagua... encerrados, atareados todo el día en desmontar e

hilar algodón, más oprimidos y sujetos que si fueran esclavos...‖. (Ospina Vásquez, citado

por Romero, María Eugenia, 1983).

Dentro del conjunto de las relaciones de intercambio antes señaladas, la sal tuvo un lugar

preponderante en los hábitos de coonsumo de los grupos étnicos del Llano durante el

Page 234: Colombia Orinoco

234

período prehispánico (Langebaek, 1985; pp. 22,23). A ese mismo recurso, a su producción

y circulación, estuvieron íntimamente asociados procesos posteriores, como el del ingreso y

consolidación de las misiones en el piedemonte llanero y el del surgimiento y expansión de

la frontera ganadera. Si bien núcleos como Zipaquirá, Nemocón, Gachetá, Taura y Vijua se

habían especializado en la producción de sal, este producto lo obtenían los grupos del Llano

del ―pueblo de la sal‖:

―En el territorio de la confederación del Cocuy, parte importante de las actividades

económicas se orientaba a la explotación de sal en el ‗pueblo de la sal‘, en el alto

ríoCasanare, cuyos indígenas declararon en 1571, ‗hacer sal y cocerla‘ para darla a

comunidades vecinas a cambio de mantas, algodón y carne. Al pueblo de la sal‘ acudían

miembros del cacicazgo del Cocuy con maíz, papas y fríjoles para conseguir el producto,

así como los de Sacama quienes obtenían algodón en los llanos ‗a trueco de sal que llevan

del dicho pueblo‖. (Langebaek, 1985;pp. 21, 22).

Las rutas y destinos de la sal y de muchos otros productos, hacen suponer itinerarios más

extensos e intensos que no sólo cubrían los Llanos en distintas direcciones. Estos sugieren

vínculos efectivos con áreas más distantes e inclusive con sociedades asentadas en las

costas, cuya comprobación contribuiría a despejar importantes interrogantes en tomo a la

presencia de ciertos grupos humanos en los Llanos y la Amazonia. Frecuentes

desplazamientos de sectores indígenas desde el bajo Orinoco hacia el interior‘ de los Llanos

en busca del ―hombrecillo de oro‖ y la evidencia de haberse hallado en su poder piezas del

―precioso metal‖, confirman la gran extensión de las redes de intercambio. En las crónicas

mismas de Castellanos, Piedrahita y Simón, se afirma ―que por el río Casanare circulaban

mantas, panes de sal y figuras de oro provenientes de la cordillera en cuyo rastro vinieron a

salir a los pueblos de... Cocuy y Chita...‖. (Langebaek, 1985; p. 17).

La circulación de éstos y de muchos otros productos con base en los cuales se generaron

redes comerciales regionales e interregionales (Morey, 1975; Langebaek, 1985), señala las

dimensiones de un universo prehispánico dinámico, complejo y más integrado que el de

simples hordas y bandas salvajes errantes, sin ninguna adaptación y compenetración con su

medio y sin otro vínculo con sus vecinos que no fuera el de la guerra y la antropofagia.

El estado actual de los estudios arqueológicos, lo mismo que las contribuciones de trabajos

sobre arte rupestre y de la investigación etnohistórica sobre los Llanos Orientales

colombianos posibilitan el conocimiento en su conjunto de dinámicas económicas

regionales diferenciadas y ofrecen importantes pautas para la comprensión de intensas

relaciones interregionales.

Page 235: Colombia Orinoco

235

Plumas direccionales para

flecha. Esas plumas se obtienen

de guacamayas y gallitos de

roca.

Foto: Femando Urbina

Mora, después de evaluar los resultados de las investigaciones arqueológicas, cuestiona

precisamente una de las visiones más difundidas sobre los Llanos y plantea, a manera de

conclusión, la existencia de sociedades más complejas:

«Todo lo anterior permite desechar la visión que se tuviera de los Llanos Orientales, como

territorios ocupados a lo Largo de los tiempos por pequeños bandas de cazadores

nómad a s, sin asentamientos permanentes y con una baja cohesión socio-política. Por el

contrario, se erige ante nuestros ojos La existencia de „nuevos‟ sistemas de agricultura,

una alta población , un intrincado sistema comercial y la existencia de

cacicazgos». (Mora, 1985; p. 9).

RELACIONES DE CONTACTO: LOS INICIOS DE LA DESESTRUCTURACION

DE LAS SOCIEDADES ABORIGENES

En la primera mitad del siglo XVI varias expediciones europeas habían ingresado ya por

distintos frentes al territorio llanero. La expedición orde[nada por Gonzalo Jiménez de

Quesada con el propósito de establecer la ubicación de las minas de esmeraldas, llegó hasta

la provincia y señorío del cacique de Somoridoco Esta expedición, encabezada por el

capitán Pedro Fernández de Valenzuela, observó desde el sitio de las minas ―una anchura y

llanura de tierra apacible a sus ojos que, con el deseo y codicia que tenían de haber otra

cosa mejór y mas rica que la de la fortuna les había puesto en las manos, se les figuraba que

la que veían no podía dejar de ser tierra muy próspera y de mucho valor‖. (Aguado, 1930;

Tomó I p. 197). Aguado refiriéndose a este suceso expresa:

―Era esta llanura que desde estas minas veían, los llanos que ahora dicen de Venezuela,

tierra toda anegadiza y de rara y paupérrimas poblaciones, y muy enferma por los malos

Page 236: Colombia Orinoco

236

aires que en ella corren, mediante los gruesos y corruptos vapores que de las tierras

anegadizas y lagunas se levantan y congelan‖. (Aguado, 1930; Tomo 1, p. 197).

Informado Jiménez de Quesada de la veracidad de la existencia de las minas de esmeraldas

y de las llanuras que sus súbditos habían observado, se dirigió hacia Somondoco de donde

envió al Capitán San Martín y a otra gente de a pie y de a caballo a descubrir y a ver lo que

era la tierra llana:

―El capitán San Martín siguió su descubrimiento y viendo la mala disposición de la tierra

por do iba, envió a decir al general que no curase de seguirle, porque no había disposición

de tierra por donde iba para poder pasar con su gente; porque, demás de ser agria y

doblada, era muy estéril y falta de comida...”. (Aguado, 1930; Tomo I,p. 198).

Entre tanto, Nicolás de Federman, Teniente de Jorge Espira (gobernador éste de Venezuela

y quien también había entrado a los Llanos en demanda de El Dorado) saliendo de la ciudad

de Coro y después de visitar las provincias de Pacabueyes y Valle de Upar, prefirió seguir

su descubrimiento por la vía de los llanos de Venezuela, llegando al pueblo de Nuestra

Señora, donde más tarde se pobló la ciudad de San Juan de los Llanos. Desde allí remontó

la cordillera e ingresó a las tierras de Pasca, jurisdicción del cacique Moxca, sufragáneo de

Santa fe, donde entró en relación con Jiménez de Quesada.

Espira había perdido contacto con su Teniente Federman al haberse equivocado de ruta. En

consecuencia envió a su cápitán Montalvo de Lugo desde Coro, çon el fin de dar aviso a

Federman y a su gente, para que no se perdiese. Encargado de esta misión, el capitán

Montalvo llegó a la provincia de Barquisimeto de donde se desemboca a los Llanos.

Estando en esa provincia se encontró con el Capitán Reinoso a cuyo cargo. había auedado

parte de la gente de Sedeño, Gobernador de Trinidad, que había llevado desde la costa de

Maracapana y Cabahua en busca del Meta.

Indígenas Puinaves del río lnírida. Foto: Femando Urbina

Muerto Sedeño en esta expedición, fue elegido Reinoso Capitán General y después de

haber enfrentado muchas dificultades, casi ―perdido y desbaratado‖, volvió atrás, llegando a

Barquisimeto donde fue puesto presa por Montalvo, y enviado a Coro para que de allí lo

Page 237: Colombia Orinoco

237

despachasen a Santo Domingo para ser juzgado por presuntas resistencias y desacatos a

jueces de la Audiencia.

Montalvo, sumando la gente de Reinoso con la suya, ingresó a los Llanos en busca de

Federman, ―donde pasó su gente por el yugo y trabajo que los demás sus antecesores en esa

derrota habían pasado, con hambres y enfermedades y muertes, así de tigres como de

caimanes y otros infortunios que consumían a los hombres (Aguado, 1930; Tomo 1, p.

321). Antes de llegar al pueblo de Nuestra Señora, por donde Federman había transitado,

indios de la sierra le informaron de la existencia allí de españoles y atravesando la

cordillera llegó a Tunja donde estableció estrecha relación con Hernán Pérez de Quesada,

jefe supremo de esa tierra, en ausencia dé su hermano, Gonzalo Jiménez de Quesada.

Pérez de Quesada, animado por Montalvo de Lugo, promovió la idea de organizar una gran

expedición para descubrir El Dorado, ―...o de cierta noticia adelante de los Choques y

Papamene, a quién atribuyeron este nombre de Dorado. Porque como el capitán Montalvo

había andado en toda la jornada con el Gobernador Jorge Espira, había visto las noticias

que los indios de Papamene y Choques les habían dado de que adelante de aquella mala

tierra había infinitas gentes que poseían gran cantidad de oro y plata, y en el reino había en

este tiempo gran número de gente y todo en él no se podría sustentar sin notable daño de los

naturales, fue fácilmente Hernán Pérez determinado de juntar gente e ir en demanda de las

tierras que el capitán Montalvo le decía, en las cuales, como he dicho, le prometía gran

facilidad, así de riquezas como de naturales‖ (Aguado, 1930; Tomo 1, pp. 321, 322).

Cocina típica de la cultura

Curripaco. El perro busca el fuego

para contrarrestar

el frío biológico producido por la

alta humedad.

Foto: Femando Urbina

Page 238: Colombia Orinoco

238

Pueblo de indígenas deculturados a

orillas del río Inlrida: Este tipo de

ptieblos crea numeroso

problemas ecológicos, nutricionales

y sanitarios para sus habitantes.

Foto: Femando Urbina

Fue esta quizá la expedición más numerosa que ingresó a los Llanos. Estuvo conformada

por doscientos ochenta hombres bien aderezados, de los que habían hecho parte tanto de las

filas de Jiménez de Quesada, como de Federman, Belalcázar, Lebrón y de las que había

traído consigo Montalvo. Para la misma expedición fueron reunidos entre ocho y diez mil

indios e indias Moxcas, como cargueros y ayudantes de tropa.

En el mes de septiembre de 1540, Hernán Pérez de Quesada y los capitanes Montalvo,

Martínez y Maldonado, partieron con su tropa e indios de Santa fe hacia el pueblo de

Nuestra Señora, en los Llanos, atravesando la cumbre de los, páramos de Pasca, donde

sufrieron las primeras bajas por temporal de frío.

Después de reponerse a tropa en el pueblo de Nuestra Señora, esta avanzó hasta el río

Guanayare y cruzándolo llegó posteriormente al río Papamene, ―que está a la entrada de las

montañas por donde Hernán Pérez rehusó entrar temiendo su perdición y la de su gente‖

(Aguado, 1930; Tomo 1, p. 323). Siguiendo la descripción de Aguado (y por la descripción

que él mismo hace del río Papamene y del curso de éste) ―las montañas‖ a las que Hernán

Pérez incursionó con su gente eran precisamente las de la Sierra de la Macarena.

Después de las muchas dificultades que vivió esta expedición de Hernán Pérez, unos pocos

de los que la conformaban lograron ascender al valle de Sibundoy donde se integraron a los

grupos de conquistadores que algunos años antes habían ingresado desde el Perú con

Belalcázar para la conquista de lo que más tarde sería la Gobernación de Popayán. El

fracaso rotundo de esta expedición lo describe detalladamente Aguado y ,lo resume en uno

de los apartes de su obra:

Page 239: Colombia Orinoco

239

―Perdió Hernán Pérez de la gente que sacó del Nuevo Reino, desde que se metió por las

montañas de Papamene y Choques hasta que llegó al Valle de Sibundoy, pasados de cien

españoles y más de ocho mil personas de indios e indias y la mayor parte de los caballos

que todos fueron muertos de hambre y ahogados en ríos y de enfermedades que por la mala

constelación de la tierra les daban y a manos de indios‖. (Aguado, 1930; Tomo I,p. 331).

Una reflexión en torno a las características de las expediciones que hasta aquí hemos

relacionado, nos permite de manera preliminar determinar el interés de las mismas en la

búsqueda de minerales preciosos, es decir, lo que históricamente se conoció como la

búsqueda de ―El Dorado‖. De otro lado y en estrecha relación con tal búsqueda, las

incursiones a los Llanos tuvieron un efecto desintegrador y devastador sobre las distintas

etnias indígenas que hasta entonces habían entrado en contacto con tales expediciones,

como bien puede interpretarse‘ del texto que a continuación citamos:

―... donde comúnmente los españoles solían llamar el pueblo de Nuestra Señora, paresciole

tierra de buena disposición para tener minas de oro, y en ella había cantidad de naturales,

aunque no muchos, los cuales después vinieron a ser menos; porque como todas las

compañías de los españoles que salían antiguamente a descubrir y venían bajando la

Sierra iban a parar y descansar en esta provincia de estos Guayupes y pueblo de Nuestra

Señora, y en aquel tiempo se hacían esclavos los indios, demás de esto no tenían cuasi por

escrúpulo matar, ni maltratar, ni castigar, ni cargar, ni sacar de sus naturales los indios,

fueron estos pobres Guayupes muy arruinados y destruídos así de sus personas, mujeres e

hijos como de sus casas y haciendas; porque antes de Federmán estuvo en ellos alojado el

gobernador Jorge Espira, con más de trescientos hombres muchos días, y después de él

estuvo el Teniente Federmán con ciento setenta hombres y después de Federmán estuvo

Hernán Pérez de Quesada, que salió del reino en demanda del Dorado con más de

doscientos hombres y más de ocho mil indios Moscas, que son ruina y asolación de todo lo

que por delante topan; y después de Hernán Pérez de Quesada estuvo el General Felipe de

Utre con otros cien hombres; y toda esta gente se sustentaba en tiempo que en esta

provincia de los Guayupes esta de lo que los míseros indios tenían para su sustento y cada

cual de estos capitanes y de sus soldados procuraron haber y tomar lo s indios que podrían

de esta provincia y nación para que les sirviesen; pues gente tan combatida fue y tan

salteada y llevada en cautiverio ,imposible es que quedase mucha de ella, porque

considerados los daños que en aquellos tiempos se hacían en los indios tan libre y

atrevidamente, es imposible que estos Guayupes, habiendo estado en ellos las compañías

de gentes que se ha referido, no dejase de ser tan atribulados y destrozado cuanto he

significado y mucho más (Aguado, 1930;Tomo II‟, pp. 117,118).

En este orden de ideas, la caracterización de las relaciones de contacto entre las

expediciones europeas y los grupos étnicos del Llanos que las padecieron en el

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240

transcurso del siglo XVI y primeras décadas del siglo XVII, no corresponde a la noción de

conquista. Si se observa el carácter de paso transitorio de las expediciones y su objetivo

principal, alcanzar ―El Dorado‖, debe excluirse la idea de la acción conquistadora en los

Llanos. La incursión de tales expediciones allí, no generó un control permanente de

carácter militar, político y social de las sociedades indígenas o de un número significativo

de miembros de éstas, como sí aconteció, por ejemplo, en territorio Muisca, donde fue

posible, en el mismo siglo XVI, la instauración y el funcionamiento de la encomienda.

En contraste con lo ocurrido en el territorio Muisca, en los Llanos los ―repartimientos‖ de

indios fueron escasos. Las pocas encomiendas que se concedieron, lo fueron más de

nombre, pues no rindieron los frutos (tributos) esperados por sus titulares, en virtud de las

dificultades que éstos encontraron para ―poner en policía‖ a sus tributarios y en razón de

otras causas estructurales relacionadas con las formas de ocupación del espacio y de

aprovechamiento tradicional de los recursos de la región.

Los repartimientos otorgados afectaron, dentro del conjunto del extenso territorio llanero,

tan sólo a la escasa población nativa adscrita a las entonces restringidas jurisdicciones de

Támara y Santiago de las Ataláyas.

La administración de estas encomiendas fue delegada en algunos casos a mayordomos que

en ausencia de sus titulares carecieron de poder efectivo para el control y funcionamiento

de las mismas (Jiménez de Quesada, 1565). En otros casos, surgieron prolongados pleitos y

disputas entre quienes se consideraban con méritos para acceder al título de una misma

encomienda (Sánchez, 1593). Mientras se dio curso legal a dilatados trámites y probanzas,

huyeron y/o se extinguieron los ―naturales‖ tributarios o encomendados y, por supuesto,

perdieron vigencia las encomiendas.

Pero otras causas también contribuyeron históricamente para hacer impracticable allí esta

institución de la encomienda. En particular, la actitud de los indios frente a las formas de

control y de dominación que se pretendieron instaurar (y entre éstas, las tendientes a

someterlos al pago de tributo), no fue pasiva. Por el contrario, las sublevaciones indígenas

precisamente de Santiago de las Atalayas en el siglo XVI (Rojas, 1590) constituyeron una

respuesta frente al intento de los invasores por instaurar un nuevo orden.

El contacto entre los europeos y las sociedades indígenas de los Llanos que lo padecieron

durante el siglo XVI, se tradujo en el despoblamiento de sus territorios étnicos, en virtud de

la huida masiva de los nativos, de la esclavización, de las enfermedades, produciéndose, en

consecuencia, la rápida desaparición de muchas de dichas sociedades.

Es posible determinar, para la época, la desocupación de territorios étnicos específicos

(especialmente en el piedemonte del Meta), particularmente los ocupados por aquellas

sociedades sedentarias que habían desarrollado la actividad agrícola. También, los

miembros de los grupos afectados directamente por el contacto, al huir hacia la ―tierra-

Page 241: Colombia Orinoco

241

adentro‖, crearon presiones sobre otros espacios étnicos que aún no habían sido penetrado

por las incursiones europeas del siglo XVI. Son frecuentes las descripciones en la obra de

Aguado que permiten observar estos fenómenos de huida, dispersión, aniquilamiento y

desaparición de los grupos involucrados en el encuentro con los europeos:

―.. y así marchó (Avellaneda) con su gente hasta llegar a un paralelo que los españoles

llamaron de las Barrancas Bermejas, que tenía veinte casas grandes de morada en cuyas

entradas había hechos algunos hoyos con estacadas en que los españoles cayesen y se

estacasen. Los moradores de este pueblo, desde que vieron la gente que a él llevaba

enderezado su camino, desarmaron sus moradas y huyeron...”. (Aguado, 1930; Tomo II,

pp. 176, 177).

Pero no sólo el contacto en virtud de la presencia y de los ―adelantamientos‖ europeos trajo

como consecuencia entre los indígenas de los Llanos la huida y la dispersión de éstos. El

contacto allí revistió un carácter particularmente violento. Cuando Hernán Pérez de

Quesada estando en los Llanos pretendió retornar (en vista de los reiterados tropiezos de su

expedición), por él mismo camino que había ingresado, dos de sus acompañantes le

aconsejaron no hacerlo, a causa de que toda la tierra que atrás dejaban era de poblaciones, y

esas quedaban tan destruidas y arruinadas que se creían no hallarían en ellas ningún género

de comida con que poder salir a lo raso y perecían todos de hambre en el camino‖ (Aguado,

1930; Tomo 1, p. 325).

Otras descripciones más patéticas, relacionadas con el aniquilamiento de indígenas, trae

Aguado al referirse a los enfrentamientos de las tropas de Avellaneda con grupos indígenas

de los Llanos:

“y como los indios, prosiguiendo su huida, se fuesen retirando a una montaña que cerca

estaba y fuesen en tanta cantidad que los unos a los otros se impidiesen huir y caminar,

eran más damnificados de los soldados y negros que iban siguiendo el alcance, y matando

y desjarretando otros dejaban el camino bien poblado de cuerpos de indios. Y añadióseles

a los bárbaros otro daño mayor, y fue que como en el camino de la montaña estuviese

atravesado un grueso árbol que les impedía el huir con ligereza, caían los unos sobre los

otros, y en este lugar no les era a los que les seguían más matar indios que hormigas”.

(Aguado, 1930; Tomo II, p. 176).

Bajo las características señaladas se produjo el contacto entre ―blancos‖ e indios en los

Llanos durante el siglo XVI. En ese contexto surgió una frontera móvil, es decir, un

―espacio desocupado‖ o ―tierra de nadie‖ (definido y redefinido constantemente, según la

dirección, el ritmo y la intensidad de las penetraciones europeas), que separaba a los

distintos grupos étnicos de la presencia y de la acción invasora. Esta frontera móvil se

caracterizó por el avance de las incursiones de las expediciones, el aniquilamiento

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242

progresivo de los nativos y el desplazamiento de la mayoría de los grupos sobrevivientes en

su intento por escapar a su extinción total.

Durante la segunda mitad del siglo XVI, las características de las expediciones que

incursionaron en los Llanos mi se diferenciaron estructuralmente de las realizadas en la

primera mitad del mismo siglo. En el año de 1555 Juan de Avellanada Temiño, con

permiso otorgado por los Oidores para descubrir y aprovechar las minas de oro que

encontrase, preparó un nueva expediciónñ a los Llanos. Con este propósito, reunió en Santa

fe veinticinco españoles a quienes equipó con su propio caudal y emprendió la expedición

que daría lugar a la primera fundación de San Juan de los Llanos, en 1556, teniendo como

punto de iniciación el paraje conocido entonces por los españoles como Nuestra Señora.

Avellaneda, que era encomendero y vecino de Santa fe, había participado en calidad de

soldado en la expedición de Federman y años antes de vincularse a las filas de éste había

estado con el capitán Herrera en el río Uripaparia y luego había penetrado a las tierras de

Cabagua, en compañía de Jerónimo Ortal. Después de recorrer muchas tierras incógnitas

salió a la provincia de Tocuyo y Barquisimeto con Nieto y Alderete donde entró en relación

con Nicolás de Federman y su gente.

Salió Avellaneda de Santa Fe y cruzando la cordillera halló una población que estaba a la

entrada del territorio de los Guayupes que le pareció propicia y de buena disposición para

establecimiento y fundación. Allí hizo Avellaneda contacto con su principal o cacique,

llamado Marizaqua, persona estimada entre los Guayupe, contacto que realizó por medio de

Juan de Gutiérrez de Aguillón que conocía bien la lengua y era encomendero de otro

cacique más cercano a Santa fe llamado Paz.

La niñez indígena mira su

difícil futuro.

Page 243: Colombia Orinoco

243

Aguado en su narración permite advertir la existencia de

diferentes etnias vecinas entre sí en el piedemonte llanero y

sus relaciones de amistad e intercambio tradicional, que a su vez fueron aprovechadas por

Avellaneda en su propósito de fundar una población en los Llanos:

―Este principal de la encomienda de Aguilón tenía antigua contratación y amistad con el

cacique Marizagua, que iba así mismo con Juan de Avellaneda y la demás gente por cuya

intersección y la importunación de Avellaneda el Cacique Marizagua envió hablar a ciertos

principales de los Guayupes llamados Yaya y Qauere, Tamajagua, haciéndoles saber cómo

estaban allí en sus pueblos los españoles dichos, que pretendían pasar adelante a sus

poblaciones a vivir entre ellos y que según con él las muestras habían dado, era gente que ni

hacía ni pretendía hacer ningún mal ni daño a los indios, antes les trataban bien y

amigablemente y les daban de lo que tenían; entre los cuales venía Aguillón, español, a

quien él tenía particular amistad y voluntad, y entendía que les sería favorable; y de que el

principal o capitán de los españoles deseaba verlos en su amistad que le parecía que debían

ganarlo por la mano y ser sus amigos y venirle a visitar; pues después de fuerza o de grado

lo habían de venir a hacer‖. (Aguado, 1930; Tomo II,p. 119).

En estas circunstancias y mediaciones los caciques Guayupes establecieron contacto con

Avellaneda y su gente, quienes entregaron a los indios ―rescates de españoles‖, es decir,

cuentas de vidrio y cuchillos en gratificación por su actitud de alianza. Esta relación se

materializó en el poblamiento tanto de indios como de españoles de la una y otra banda del

río Ariári respectivamente, quedando separados unos de otros por el cauce del río mismo,

medida ésta aplicada por Avellaneda para evitar los desmanes de españoles contra los

nativos.

Después del dispendioso recorrido de Avellaneda que le permitió estrechar relaciones con

los Guayupe, debió emprender otro, en busca de minas dé oro. ―Los indios, como en esta

provincia jamás lo acostumbraron a sacar, no supieron dar razón de lo que se les preguntaba

y así estaba el negocio más ciego y oscuro de lo que Avellaneda quisiera‖. Sólo sería un

tiempo después cuando un grupo enviado por Avellaneda, compuesto por negros e indios,

buenos lavadores y sacadores de oro, hallaron muestras de mineral de buen quilate en las

cabeceras del río Ariari.

A partir de entonces le fue concedido el permiso legal para fundar, poblar y adelantar los

«repartimientos de naturales» acostumbrados en estos casos, y así estableció una fundación

(en 1556) siete leguas más adelante del establecimiento original en el río Ariari (de 1555) y

que más tarde fue trasladada a tres leguas más abajo, en las riberas del río Guape, a una

legua del pueblo que antes los españoles habían conocido como Nuestra Señora.

El proceso seguido de fundación, traslado y retraslado que caracterizó la existencia de esta

población, una de las más importantes de las creadas en los Llanos en el siglo XVI (con

Foto: Femando Urbina

Page 244: Colombia Orinoco

244

Santiago de las Atalayas), obedeció a la dinámica propia de la actividad minera de aluvión,

en tanto el agotamiento del mineral superficial obligó a la búsqueda de nuevos yacimientos

y, en consecuencia, al abandono de las fundaciones iniciales. Esta circunstancia económica

explica la vida efímera y, en general, el fracaso de las nuevas fundaciones que por entonces

emprendió Avellaneda en los Llanos. También y bajo la misma perspectiva es explicable la

poca prosperidad de las minas y el cuadro de ruina que por entonces presentaba ya San Juan

de los Llanos, según lo expresado por el mismo cronista:

“De ella [Santafé) salió perdido [Avellaneda) y se volvió a vivir a San Juan de los Llanos,

donde ha estado sustentándola hasta el día de hoy, aunque con trabajo suyo y de los

españoles; porque los indios y naturales de aquella provincia fueron después mucho menos

de los que al principio parecieron, porque las minas de oro no salieron tan prósperas

como pensaron y las muestras dieron y así ha sido este pueblo másdestrucción y ruina de

españoles, que por ir y venir a él y sustentarlo han perecido ahogados de ríos y muertos de

indios y de fieras, que en pro ni utilidad particular ni general...”. (Aguado, 1930; Tomo

II,p. 134).

Persistió Avellaneda en sus intentos de ir a poblar en aquellos lugares donde encontrase

minas de oro, siéndole otorgada licencia para buscar y descubrir el Valle de la Plata del que

tiempo antes se tenía noticia entre españoles. Con este propósito salió con su gente de San

Juan de los Llanos e ingresó a territorio de los indios Eperiguas donde cruzó el río Oma,

alojándose más tarde en las riberas del Guayare. Después de sostener varios

enfrentamientos con distintos grupos de indios y de fundar la ciudad de Burgos, de efímera

existencia, cruzó la cordillera y transitó por el Valle de las Tristezas hacia Santafé, no sin

antes haberse dispersado los pocos hombres que quedaban de su fracasada expedición.

Avellaneda regresó de nuevo a San Juan, donde ya pocos españoles acudían, hallando las

minas abandonadas y un escaso número de indios. Desde entonces esta temprana

fundación, que había perdido ya su importancia inicial como centro minero, dejaría también

de ser el lugar usual de arribo y de encuentro de los expedicionarios que allí incursionaban

en busca de El Dorado y perdería su importancia como eje del contacto y de asimilación de

los grupos nativos.

San Juan de los Llanos corrió con una suerte similar a la de muchas otras fundaciones

tempranas cuyo nacimiento, prosperidad y existencia dependieron en gran medida de sus

yacimientos metalíferos, desapareciendo casi por completo cuando éstos se agotaron.

Aguado advirtió precisamente desde entonces, la íntima relación de la vida de estas

fundaciones con las posibilidades de aprovechamiento de sus minas:

―Y doy cierto que si el Capitán Avellaneda no hubiera de ordinario residido en este pueblo,

entiendo que se hubiera despoblado, porque en semejantes pueblos o ciudades, en faltando

los fundadores de ellas, que los procuran sustentar por su propia honra, luego son perdidos

Page 245: Colombia Orinoco

245

y los que tienen minas de oro e indios y las minas durasen‖. (Aguado, 1930; Tomo II,p.

199).

El aislamiento de San Juan de los Llanos de céntros de poder español, en proceso de

consolidación, como Santafé, Popayán o Tunja, hizo más vulnerable su existencia. Sólo

sería durante el siglo XVII y en el transcurso del siglo XVIII, cuando grupos misioneros

realizaron intentos por fomentar pueblos (de indios o «reducciones») en los Llanos, cuando

San Juan viviría una lenta pero efímera recuperación. Todavía en el siglo XVIII y a pesar

de los esfuerzos de los jesuitas por incorporar la región de los Llanos y, por supuesto, a sus

habitantes nativos, estos seguían resistiendo, al avance evangelizador y «civilizador».

Además del suicidio, se sabe de otros comportamientos culturales de resistencia indígena

frente al sometimiento, como el de la «esterilidad buscada», mediante prácticas abortivas y

el uso de plantas anticonceptivas, según lo observó el padre Gumilla, por largos años

misionero en el Orinoco durante el siglo XVIII:

«Dos razones, tanto más fuertes cuanto más observadas y remiradas con largas reflexiones

y experiencias, convencen y prueban la dicha voluntaria esterilidad; porque en primer lugar,

muchas personas de maduro juicio han observado, que en las partes en que decaece

conocidamente el número de indios, se ven muchas indias sin hijos, y enteramente estériles:

y éstas son las casadas con indios; pero al mismo tiempo se reconoce en los mismos parajes

y pueblos, que todas las indias casadas con europeos o con mestizos, cuarterones, mulatos,

zambos y también las que se casan con negros, son tan fecundas y procrean tanto, que

pueden apostar, a buen seguro, con las hebreas, más rodeadas de hijos. ¿Y quién habrá a

quien no cause armonía, dé gran golpe, y le dé en qué esta tan visible y notable diversidad

entre unas y otras indias de un mismo país, temperamento y de un mismo lugar?

¿Qué causa oculta hay aquí? ¿Qué diferencia? Digo que de la diferencia nace la causa: la

diferencia está en que si la india casada con indio procrea, salen indios humildes,

desatendidos de las otras gentes, prontos a servir hasta a los mismos negros esclavos

(como ya dije en su lugar), salen los indios sujetos al abatimiento, hijo de la cortedad de su

ánimo y de su innato temor, obligados al tributo, que aunque llevadero, se mira como

carga y lunar; pues no quiero parir semejantes hijos, dijeron y dicen las indias de las

catorce islas Marianas (por otro nombre de los ladrones) y a lo más (como de la nación de

los guayanos me aseguró el Rmo. P. Fra. Benito de Moya, religioso capuchino, misionero

apostólico y dos veces prefecto de sus misiones) logran sólo el primer parto para su

consuelo, y toman yerbas para impedir los demás. Es cierto que la esterilidad voluntaria y

buscada con tales medicinas es detestable., es contra la ley de Dios y contra el bien del

género humano; pero no se puede negar que hay males, los cuales, o realmente o la apre-

hensión, sean peores que la esterilidad mirada en sí puramente, por falta de hijos de que

va acompañada; y así vemos que en este sentido dijo Cristo a las hijas de Jerusalén:

cuando llegue la calamidad que os anuncio entonces serán dichosas las estériles y aquellas

cuyos vientres no dieron fruto; y en este sentido excita Isaías a que los estériles alaben a

Page 246: Colombia Orinoco

246

Dios; y el apóstol a la de Galacia: porque llegada la tribulación, sentirán sólo su propio

daño, y no la congoja de ver en él a sus hijos». (Gumilla, citado por Jaramillo Uribe;

1989; pp. 133-134).

Según Ortiz y Pradilla, a pesar de los efectos destructivos de las expediciones

―conquistadoras‖ (pueblos devastados y campos), todavía en el siglo XVIII se mantenían

vivos los mecanismos de integración social entre los grupos indígenas sobrevivientes de los

Llanos, basados en la complementariedad ecológica, diversidad de estrategias de

subsistencia y especialización técnica como bases del comercio intertribal; exogamia étnica

y clanil y relaciones jerárquicas como marco de las relaciones interétnicas; multilingüísmo

e intercambios rituales de paz para mantener el acceso a los recursos (Ortiz, Pradilla, 1984;

pp. 1,3).

Fernando Urbina

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IMPACTO DE LAS MISIONES RELIGIOSAS Y DE LAS GUERRAS

DE INDEPENDENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN Y DESTRUCCIÓN DE PUEBLOS

Y CIUDADES COLONIALES

EN LOS LLANOS

HÉCTOR PUBLIO PÉREZ ÁNGEL

Centrode Historia de Casanáre

Yopal, Casanare

ACCIÓN DE LAS REDUCCIONES Y DE LAS MISIONES

Con el arribo de españoles a los Llanos en 1531, tras el Dorado (Xerirá), se alteraron las

formas de vida de los nativos llaneros; sin embargo, la insistencia de los conquistadores en

la búsqueda del Xerirá, poco a poco se esfumó. Fueron entonces encomenderos, cazadores

de esclavos y misioneros los que fundaron, a partir de reductos y misiones, pueblos y

ciudades en los Llanos con la impronta de la vida: española por lo que el proceso de

poblamiento colonial y el ensanchamiento de la frontera oriental colombiana está ligado al

papel desarrollado por las comunidades religiosas, y en especial de los jesuitas.

Page 252: Colombia Orinoco

252

Si bien es cierto que los españoles fundaron poblaciones en las entradas del Llano

(piedemonte) la misión fue la institución más importante de la dominación imperial sobre la

población nativa llanera y como resultado de la mezcla entre españoles e indígenas resultó la

cultura del hombre de a caballo los llaneros, quienes contribuyeron de manera efectiva en las

guerras de Independencia.

La expansión de. los religiosos en los Llanos se inició junto a la organización de

expediciones españolas, de cuya acción surgieron tres ciudades ubicadas en el, piedemonte:

Santiago de las Atalayas (1588, que se convirtió en capital de los Llanos, San José de Pore

(1644) y Santa Rosa de Chire (1672). Estas ciudades, aunque fundadas por españoles, fueron

sitios coyunturales o de plataforma de los misioneros para lanzarse al contacto de las tribus

que deambulaban por la llanura. El español siempre rehusó internarse en una región que sólo

le ofrecía penalidades y dificultades por los caminos; la rudeza del clima y, la hostilidad de

los indígenas; por esas razones su influencia apenas se aproximó al piedemdnte con el

desarrollo de encomiendas y de unos pocos pueblos.

Fueron las reducciones y misiónes 106 rasgos más conspicuos utilizados por agustinos,

dominico, franciscanos y jesuitas desde 1620 hasta 1767, para llegar a convertir a miles de

indígenas de los Llanos, con métodos desde los más filantrópicos hasta los más aberrantes

según el Comisionado Alvarado (Cuervo, 1881); hacia 1760 tenían reducidos a más de

15.000 indígenas con 31 misiones, de las que más de la mitad eran de los jesuitas (Del

Rey,1966, p. 283).

Logrado el proceso de cristianización a través de la misión, dieron solidez a una próspera

economía dela región durante los siglos XVII y XVIII a mediante de la enseñanza de labores

agrícolas y ganaderas, dando origen con ello a la organización de un complejo socio-

económico con la formación de pueblos y haciendas.

El éxito misionero alcanzado con las reducciones y misiones, modificó el panorama socio-

cultural de los Llanos; los antiguos pueblos de indios, al ser sometidos al régimen de

doctrina, con el paso del tiempo se convirtieron en parroquias de «españoles», llegando a

adquirir la categoría de pueblo o ciudad durante la colonia. En la época republicana, algunos

mantuvieron la categoría de municipio, otros desaparecieron por circunstancias como las

adversidades geográficas (clima, lluvias y sequías), por las perturbaciones constantes de

nativos belicosos o por el retiró de los religiosos, entre otras causas.

Durante el proceso aculturizador por parte de los misioneros para reducir a los nativos de los

Llanos los jesuitas implementaron el diseño clásico español, para dar origen a sus

asentamientos: alrededor de la plaza central localizaban la iglesia, la casa de Gobierno, los

graneros públicos y la casa del cura. Las calles estaban situadas en ángulos rectos y se

extendían hacia afuera desde la plaza. Los indios construían sus casas grandes y adecuadas

para albergar varias familias, las que hacían con materiales locales (Rausch, 1984).

Page 253: Colombia Orinoco

253

Para el siglo XIX se siguen los mismos lineamientos como lo afirma Legrand: "El primer

paso para la construcción de un caserío era la construcción de la Capilla; una tarea colectiva.

Venían luego la plaza de mercado, el cementerio y la cárcel; edificaban también, una escuela

y una oficina para el Inspector de Policía, asignado allí por las autoridades departamentales.

Al mismo tiempo entraban en escena tenderos y artesanos, ansiosos de proveer mercancías

como machetes, telas, sal, fósforos, cuya producción no estaba al alcance de los colonos,,

Poco a poco estos asentamientos de frontera se fueron convirtiendo en pueblos vigorosos por

su actividad económica y religiosa; aunque algunos perdieron su categoría y son hoy en día

corregimientos, otros se han mantenido como municipios" (Legrand, 1988, p. 55).

Otros aspectos que identifican la construcción de un pueblo llanero son: la amplitud de sus

calles y de la plaza central y un árbol o árboles como el samán, ceiba, yopo, caracaro y

variedades de palma; como ejemplos se pueden señalarlos municipios de Sabanalarga,

Yopal, San Martín entre otros.

La construcción de pueblos para atraer a los nativos y la figura paternalista del misionero,

fueron borrando los rastros de una cultura nativa en los Llanos, transformando aquel paisaje

socio-cultural, por el europeo de corte feudal, dando origen a una cultura caracterizada por

una permanencia casi inamovible, algunas veces en lo relacionado con las costumbres, otras

veces en lo arquitectónico en casos específicos como Támara y Nunchía, a pesar de muchos

momentos aciagos de violencia a que han estado expuestos a través del tiempo.

DISTRIBUCIÓN DE LOS MISIONEROS EN LA REGIÓN

Hacia 1620, jesuitas y dominicos intentaron penetrar en el piedemonte llanero, pero la

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254

resistencia del clero secular y de españoles encomenderos, los hicieron desistir, El 12 de

julio de 1662 Diego de Egües organizó la Junta de Propaganda de Fide la que dividió a los

Llanos en cinco grandes territorios y asignó responsabilidades a los religiosos en cada uno

de ellos, subvencionandoa cada misión con$1.000 pesos para las campanas, vestidos y otros

útiles, además de pagar $350 y $450 por año, a cada misionero en el campo.

El convenio del 12 de julio dio a cada orden religiosa la sección de los Llanos sobre la cual

había demostrado interés. Las asignaciones al sur del río Meta fueron vagas, debido a los

escasos conocimientos geográficos de la zona; los Dominicos recibieron la misión entre

Chíos y Mambita en Medina, la que había sido iniciada por el misionero Ronquillo. El clero

secular continuaría en las ciudades de San Juan y San Martín. El territorio oriental de estos,

o la parte de los Llanos visitada por P. Bernardo de Lira en 1655, fue para los franciscanos.

El acuerdo confirmaba a los agustinianos en las doctrinas de Chita, Támara y pueblos

circundantes en Casanare, a los cuales les habían servido por muchos años, en algunos casos

desde 1585. También quedó consignado que se les permitía entrar a los Llanos de San Juan

y San Martín, desde su doctrina en Fómeque. La Junta ordenó a los recoletos (una rama de

los agustinos que apareció en la Nueva Granada en 1604, por algún tiempo llamados

candelarios), fundar misiones entre los ríos Upía y Cusiana. Finalmente otorgó a los jesuitas

los valles desde el río Pauto hasta San Cristóbal y Barinas, excepto los pueblos asignados a;

los agustinos y todos los Llanos de Caracas, siguiendo una línea imaginaria del río Pauto

hasta las junglas al sur del Meta.. A pesar de su imprecisión, este arreglo fue efectivo y se

mantuvo con algunas alteraciones menores hasta la expulsión de los jesuitas en 1767

(Rausch, 1984).

Los agustinos tenían las mejores condiciones en Casanare, debido a que desde 1628 venían

sosteniendo las doctrinas de Chita, Támara, La Salina, Pisba, Paya, Guaseco, Morcote,

Labranzagrande y Chámeza. La nueva misión de Sácama fue fundada en 1678. Hacia 1770

los agustinos tenían bajo su control 6.458 indios en diez pueblos con indios Tunebos y

Giraras, es decir aquellos grupos nativos ubicados sobre el piedemonte llanero.

Page 255: Colombia Orinoco

255

FUENTE Jane M. Rausch, Una frontera en la sobona tropical. Los Llanos de Cplombia,

1531-1831; Colección Bibliográfica Banco de la República, Bogotá, 1954

Page 256: Colombia Orinoco

256

FUENTE Jane M. Rausch, Una frontera en la sobona tropical. Los Llanos de Cplombia,

1531-1831; Colección Bibliográfica Banco de la República, Bogotá, 1954

Page 257: Colombia Orinoco

257

UBICACIÓN DE LOS ESTADOS MISIONEROS EN RELACIÓN CON LA FRONTERA

ENTRE LOS

IMPERIOS COLONIALES DE ESPAÑA Y PORTUGAL

Los agustinos intentaron establecer una cadena de misiones por el piedemonte, pero

fallaron en su intento pues al desplazarse de la doctrina que tenían en Caqueza hacia los

Llanos de San Juan y San Martín y al oriente de Medina no pudieron establecer una misión

permanente, por dificultades como la oposición de los encomenderos sobre esta zona de

frontera.

Los franciscanos tuvieron éxito en los Llanos de San Juan y San Martín, fundando pueblos

como San Miguel del Ariari, Santo Eccehomo de Cüranabe y San Antonio de Mararyal

sobre la Sierra de la Mácarena, además de. Tamane, Vijaguál, el Rayo y Arriane con 360

indígenas. A pesar de estas importantes referencias, es poca la información que se Conoce

acerca de la acción de esta comunidad en la formación y consolidación dé los pueblos

llaneros.

Page 258: Colombia Orinoco

258

Los recoletos concentraron su acción entre los ríos Upía y Cusiana, fundando con Achaguas

en la región de la quebrada Upamena, la reducción de Barroblanco o Sabana Alta, sobre las

riberas del Cusiana. En 1664, fundaron sobre esta misma área la misión de Concepción de

Iximena, localizada cerca del caño Dumagua. Estas misiones prosperaron gracias a la

hacienda Xixigua que ellos organizaron a lo largo del río Túa y el Upía.

Mientras tanto los jesuitas, con la visión que los caracterizó, fueron absorbiendo a lo largo

de todo el Reino sitios estratégicos hasta lograr la organización de un gran complejo

económico-cultural mediante la creación de reducciones, misiones, haciendas y pueblos de

los Llanos; al parecer, los objetivos de la comunidad estaban proyectados hacia el control

social, ideol6giéo y económico de toda América desde el norte hasta el sur; hipótesis que se

puede sustentar al observar la disposición de las tierras que dominaron a través de las

misiones y haciendas hasta 1767.

Los jesuitas habían intentado ingresar a los Llanos en 1620, pero la pertinaz oposición del

clero secular y los colonos españoles los hicieron desistir. Treinta y nueve años después

(1659), Ingresaron por seguida vez a los Llanos. Para facilitar tal empresa, realizaron el

intercambio de la doctrina de Tópaga en Boyacá, por la del Pauto-Manare, estableciendo

misiones en lame con indígenas Giraras, en San Salvador, sobre la margen derecha del río

Casanare, con Achaguas; y en Patute con Tunebos. Así mismo crearon las reducciones de

Macaguana, San Ignacio y San Joaquín de Atamare, las que fracasaron debido a una

epidemia de viruela y por la hostilidad de lqs Goahibos.

En 1661 (antes del convenio de Fide), por solicitud del Padre Cujía, los jesuitas recibieron

una merced de tierras de tres estancias de ganado mayor a uno y otro lado del río Casanare

(AGN: Richmond,-844., fi. 4). Con esta merced nace la Hacienda Caribabare, la que llegó

a tener 447.700 hectáreas, la más grande en extensión con relación a las demás haciendas

de América española. A partir de Caribabare surgen las haciendas de Tocáría y Cravo en

Casanare, extendiendo luego su dominio a Patute, Betoyes y Barinas al norte y Apiay al sur

en el Meta.

Al reconstruir la extensión y delimitación de las haciendas llaneras a través de los archivos,

se logró establecer que estas tuvieron continuidad territorial de sur a norte en una franja

entre el piedemonte y la llanura, utilizando en dicha área un fuerte control del comercio en

ganado, productos agrícolas y textiles con Tunja, Santa fe y Santiago de las Atalayas,

intercambio comercial que también se extendió con Barinas, y con la ruta del Orinoco hacia

el mar y hacia Europa.

A finales del siglo XVII los jesuitas, acosados por las inclemencias del medio, por las

enfermedades, por el ataque tanto de encomenderos como de indígenas belicosos, redujeron

su acción cristiano-colonizadora. Sin embargo, en 1715 fue asignado el Padre Joseph

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259

Gumilla, quien inició una nueva ofensiva de evangelización a partir de lame y 7Betoyes

para fundar misiones entre los ríos Casanare y Cravo Sur en Casanare.

Con la acción evangelizadora de Gumilla se fundaron los pueblos de San Francisco Regis

de Guanapalo por el Padre José Cabarte en 1723, más tarde trasladada con el nombre de

Surimena. Nuestra Señora de la Concepción por el S.J. Juan Rivero en 1727; también

trasladada con el nombre de Jiramena. San Miguel de Macuco por el S.J. Manuel Román;

Casimena por el S.J. Juan Espinosa en 1746.

Mientras tanto, Gumilla seguía buscando un control sobre el río Orinoco, fundando en 1731

a Concepción de los Guaquiries, San José de los Mapoyes, Santa Teresa de Tabage y

Nuestra Señora de los Ángeles. Gumilla viajó a España y con la experiencia recogida

publicó El Órinoco Ilustrado: Historia Natural Civil y Geográfica de este gran Río, obra

básica de consulta para conocer la acción de los jesuitas en los Llanos.

El impacto de los religiosos en la reconstrucción de pueblos llaneros, en primera instancia

generó un proceso económico-social, fortalecido a partir de la organización de las

haciendas agrícolas. También contribuyeron en la modificación de la cultura nativa en

aspectos como su forma de vida, la concepción de su entorno, la idea de propiedad, la

creencia en sus dioses, el idioma, entre otros. Así mismo, los nativos de la región fueron

diezmados por la violencia en el contacto colonizador al constituirse en uno de los puntos

de codicia entre españoles encomenderos, misioneros y extranjeros holandeses y alemanes;

estos últimos se mezclaron con caribes para cazar nativos Sálivas y Achaguas y quitarles la

piel, muy apetecida en los mercados europeos para hacer lámparas (Rodríguez, 1987, p.

57).

También contribuyeron al descenso demográfico, las enfermedades y epidemias del blanco

europeo; el traslado de nativos de una reducción a otra y la prohibición hecha por los

misioneros de cazar y pescar, creó además un estado de desnutrición y apatía incluso para

la misma reproducción entre ellos, originando una alta disminución de la población durante

los siglos XVII y XVIII, que condujo a la desaparición de muchos reductos indígenas y de

poblaciones que estaban relativamente consolidadas (Sánchez-Albornoz ,1977).

Los misioneros en su afán evangelizador insistían en organizar pueblos para mantener su

control en la región. Al respecto se afirma que el cura, tratando de obtener el

consentimiento de algunos indios para ser bautizados, así fracasara volvía a insistir en la

labor de organizar un pueblo. Usualmente seleccionaba un sitio cerca de un río, el cual le

proporcionaba tierra fértil y le permitía en lo posible comunicarse con Otros asentamientos.

Si comprobaba que la selección original era indeseable, movía el pueblo a un mejor sitio sin

mucha ceremonia; y la frecuente movilización fue una característica de los incipientes

pueblos llaneros. La primera casa construida por los indios era para el misionero, quien la

utilizaba como su residencia y como iglesia. Cuando la comunidad crecía, los indios

Page 260: Colombia Orinoco

260

construían su propia iglesia en bahareque(paredes de estacas entrelazadas con cañas y

cubiertas con barro) y palmas, o solamente palmas (Pacheco,1959, p. 378).

Los misioneros utilizaron diversas argucias para mantener en sumisión a los nativos. Por

ejemplo, aprendieron sus propios dialectos y les enseñaron a alabar al dios cristiano en su

misma lengua; los mismos rituales y cantos nativos fueron acomodados para alabar a Dios,

para introducirles luego el idioma castellano y así enseñarles a leer y escribir. El sacerdote

jesuita Gumilla observó que para fortalecer la creación de un poblado era fácil atraer

inicialmente a los nativos no belicosos adiestrándolos en una actividad manual, e

implementar así trabajos en talleres de herrería, hilandería, carpintería y sastrería, etc.

En el aspecto económico-agrícola los misioneros crearon «el campo de Dios» y el «campo

del hombre». Cada reducción, como germen del pueblo, tenía su campo común llamado

«campo de Dios», cuyas cosechas eran para la comunidad y para vender en poblaciones

circunvecinas. De igual manera, tenían un terreno donde les hacían cultivar en forma

individual para sí mismos, con la prohibición de vender sus cosechas; éste era llamado «el

campo del hombre», con el que se fueron introduciendo en la mentalidad nativa el concepto

de la propiedad privada sobre la tierra.

Los nativos más dóciles y leales fueron preparados para cargos políticos y militares. Cada

pueblo tenía capitanes nativos, tenientes, policías y gobernadores, quienes eran los

encargados de anotar los actos de holgazanería y embriaguez de los demás nativos. El

cronista Rivero afirma que los sábados en la tarde se reunían para rezar y castigar con

azotes o con el cepo a quienes habían cometido las fallas señaladas; termina diciendo el

cronista: las autoridades nativas fueron tan cumplidoras de su tarea asignada que no dejaron

escapar la menor falta sin perdonar a nadie, señalándoles como modelos para muchas

repúblicas (Rivero, 1956, p. 256).

La estructura socio-jurídica creada por los misioneros en pueblos nativos coloniales de los

Llanos estableció tan fuertes costumbres, que tales formas y comportamientos se observan

y se están aplicando en los actuales resguardos de nativos llaneros de manera similar; por

ejemplo en la jerarquía de Gobernador y Capitanes en los resguardos de Mochuelo, Orocué

y de Barronegro en Casanare. En el caso de los castigos, no hay mayor verdugo para la

población que el mismo indígena o el mestizo para con su propio pueblo, constante

arraigada no sólo en la mentalidad colombiana sino en la latinoamericana.

En los Llanos de Casanare se creó una cadena de misiones que se fueron convirtiendo en

aldeas, poblaciones y ciudades con un régimen administrativo riguroso. Sin embargo, es

importante señalar una primera etapa en la conformación de poblaciones en los Llanos,

antes de la llegada tanto de españoles como de misioneros, lograda por los nativos quienes

habían establecido algunas que, aunque incipientes, tenían una estructura que permitía tal

categoría. Es el caso de Chámeza, fundada en 1429 por el Cacique Chámeza, cuyo sitio

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261

original fue trasladado luego por los encomenderos; Sácama, cuya población también figura

en los archivos como población indígena propiamente establecida, y La Salina, pueblo

formado por indios Laches en 1537 (Correa, 1965).

Con el ingreso de las comunidades religiosas establecemos una segunda etapa, (siglo XVII

y parte del XVIII), que resulta ser la de mayores avances en el proceso de colonización,

ampliación de la frontera y creación de ciudades coloniales, hasta antes de la expulsión de

los jesuitas (1767). Después de la expatriación de los ignacianos hasta 1810, fueron otras

comunidades religiosas las que generaron un nuevo proceso de poblamiento y construcción

de poblados en los Llanos, resaltando la destrucción y abandono de otros. Se puede

mencionar entre ellos a San Regis de Guanapalo Macuco, Jiramena, Casimena, Santa

Helena del Cusiva, San Joaquín de Garibay, Santa Helena de Upía, Mesa de San Pedro,

Sabana Alta, Iximena, Recetor, Zapatosa Morcote, el Morro, Nunchía, Manare, Ten, Pauto,

San Salvador. En el caso de Recetor y Chámeza aún conservan como pueblos; otros

subsisten con corregimientos, pero la gran mayoría han desaparecido.

Una tercera etapa corresponde a la creación de algunas poblaciones (cinco en total) en uno

de los períodos más precarios para los Llanos como lo fue el siglo XIX. Unas se han

mantenido, quizás con el mismo ritmo de crecimiento y poblamiento colonial o han logrado

un relativo desarrollo por circunstancias coyunturales de carácter económico o social en

relación con fenómenos de violencia; mientras que otras han desaparecido por

circunstancias administrativas, geográficas o climática

Sin embargo, y a pesar de la caracterización que hace Oviedo de las poblaciones coloniales,

se puede señalar que reconstruir los comienzos de una población y recibir la denominación

de ciudad como tal, tropieza con serias dificultades conceptuales. Es necesario tener en

cuenta que no existieron durante la colonia unos parámetros definidos que dijeran a partir

de qué momento un simple villorrio se convierte en aldea, pueblo o ciudad. Quizás se han

categorizado como tales en el presente estudio por sus funciones comerciales,

administrativas religiosas; en algunas por su estructura física, etc., puesto que las

referencias demográficas son fragmentarias y mal permiten una escala real, porque su

población es mestiza itinerante, mientras que la indígena es una parte dócil y otra indócil, lo

que no permite señalar una población más o menos constante y definida.

En los Llanos de Casanare existen poblaciones de origen indígena, colonial, republicano y

contemporáneo; unas se conservan quizá como nacieron; otras han desaparecido; algunas

han tenido un relativo desarrollo y otras son de joven formación y están viviendo un franco

desarrollo.

EL IMPACTO DE LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS

La expulsión de los jesuitas en 1767 creó una desestabilización en las poblaciones llaneras;

mientras que los jesuitas hacían trabajar al nativo haciéndolo sentir bien el Corregidor de la

Page 262: Colombia Orinoco

262

Provincia e inclusive las otras comunidades religiosas los trataban con mayor rudeza, lo

cual originó un antagonismo de parte de los españoles y mestizos hacia los ignacianos.

Pero, pese a tal situación, los pueblos que antes eran de control jesuita, empezaron a

reactivarse bajo el control de los dominicos.

Iglesia en los Llanos; del libro

Viaje de Edouard André:

1875-1876

El clima insalubre y ardiente, la cantidad de mosquitos y alimañas y la rivalidad entre

indígenas y mestizos redujo el interés de los misioneros y disminuyó la población nativa al

buscar controlarlos en un poblado. De otra parte la hostilidad del medio hacía que se

trasladaran con frecuencia las poblaciones, inclusive cambiando el nombre. Por ejemplo en

1767 Jiramena tenía 137 habitantes, en 1783 la población decayó a 123 habitantes y fue

trasladada a un nuevo sitio con el nombre de Nuestra Señora de los Dolores Pajure, y en

1806 su población era de 140 indígenas Achaguas.

Los franciscanos, a través de cartas al Provincial acusaban el aislamiento geográfico, la

pobreza material, los escarpados caminos (en los pueblos del piedemonte) y en los Llanos

los crecidos ríos sobre todo en invierno, la rudeza del clima y las distancias entre los

pueblos, pues eran necesarios varios días de camino para llegar de uno a otro. Un

misionero, escribió que sus habitantes sólo viven de plátano y casabe; decía además: yo ya

no tengo paciencia para soportar tanta necesidad y penalidades, ni tanto trabajo (Ancua

Robledo, 1910, p. 248). De otra parte la abierta hostilidad de los funcionarios locales contra

los misioneros era radical; por ejemplo en 1801 el alcalde de San Martín presentó cargos

contra Juan Joaquín Zubieta, misionero franciscano, acusándolo de trasladar los pueblos de

un sitio a otro para poder cobrar mayores estipendios (Rausch, 1984, p. 206). Una muestra

Page 263: Colombia Orinoco

263

de esa movilidad se percibe en el informe de Fray Vicente Olarte, el 29 de octubre de 1806,

cuando indicaba que un total de 1.542, Goahibos y Achaguas residían en siete pueblos

distribuidos así:

San Miguel de Túa (antes Macurrubá), 328; Santa Cruz de Marayal (antes Pachaquiaro),

280; San Antonio de Cabuyaro (antes Iracá), 166; Nuestra Señora de los Dolores de Pajuare

(antes Jiramena), 140; Nuestra Señora de Campoi del Arrojo (antes Rayo), 212;

Concepción de Arama, 268; Maricuare (antes Macatía), 148. La iglesia del poblado de

techumbre de paja con dos campanas de tamaño mediano, tenía una apariencia pobre, pero

decente. Los indígenas cuidaban con esmero sus viviendas y sus campos (Ancua, 1910, p.

261).

Los recoletos administraron los poblados fundados antes de la expulsión de los jesuitas:

Sabana Alta (Upamena) fundada en 1662; Iximena en 1664 con 1.335 habitantes; San

Pedro de Upía a comienzos del siglo XVIII; además administraron Sunimena, Macuco y

Casimena.

El éxito de los recoletos se fue acrecentando a tal grado que en 1789 renunciaron al

subsidio económico de la Corona y crearon otras haciendas con el fin de fundar nuevas

poblaciones. En 1797, Guanapalo, Guacavía, Caviuna, Buenavista y Santa Rosalía tenía

cada una su propia hacienda y al llegar el año de 1810, según el censo, los recoletos tenían

nueve poblaciones con 8.070 indígenas, al igual que nueve haciendas con 104.400 cabezas

de ganado, 2.981 potros y 6.044 yeguas (Ganuza, 1921, p.57)

LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN

Y DESTRUCCIÓN DE PUEBLOS LLANEROS

El agudo descenso de la población nativa redujo la prosperidad de las poblaciones llaneras,

al disminuir, la mano de obra en la entonces regular industria textil y en el trabajo de la

ganadería por parte de la también diezmada población mestiza. Es de anotar que así como

la Provincia sirvió con sus gentes a la causa independentista, al mismo tiempo entregó las

riquezas de sus indígenas, de sus gentes y sobre todo el ganado de las haciendas que

administraban los religiosos por lii que la Provincia quedó sumida en un estado de

postración.

El panorama que se presentaba debilitó la actividad económica de Santiago de las Atalayas,

Chire y Pore como las ciudades más avanzadas; con mayor razón la de poblaciones

menores como Ten, Manare, Pauto, Támara, Morcote entre otras; tal estado de zozobra hizo

emerger la rivalidad entre los corregidores y los misioneros, señalando que los clérigos

tenían el poder absoluto sobre las poblaciones y que los indígenas obedecían más al Çura

que al Corregidor considerando a este último corno «juez de palo» (Arciniegas, 1951, p.

228).

Page 264: Colombia Orinoco

264

Desde 1781, las desacertadas reformas económicas emprendidas por Gutiérrez de Piñeres

encendieron la chispa de levantamiento popular en más de la mitad de las poblaciones

llaneras, las que participaron con decisión en los conflictos de los comuneros y la

independencia, dejando como consecuencia el deterioro y extinción de muchos de estos

pueblos.

Los pueblos llaneros estuvieron supeditados a las disputas e intrigas entre funcionarios

locales y religiosos; pero la suspensión de un religioso por lo general lo llevaba a un estado

de precariedad o a su extinción. Tan sólo el ataque de los indígenas a los pueblos hacía que

sus clérigos y funcionarios locales se unieran para pedir soldados y así poder retener a los

indígenas cristianizados. En un informe del Padre Miguel Blanco alertaba la disminución

de indígenas en los pueblos señalando que en Soledad del Gravo quedaban 141, San Javier

de Cuiloto 141, San José de Ele 18º y San Joaquín de Lipa 180-(Ganuza, 1921, p. 99).

Decadenciaque se acentuó, pues en 1807 el Corregidor indicaba que en las poblaciones

anteriores tan sólo quedaban 117 personas; Gravo tenía 15 viviendas; Cuiloto 44; Ele 23;

Lipa ya estaba abandonado.

Desde el año 1810 se buscó a través de un proyecto incentivar la acción de los recoletos

con la creación de un colegio en Morcote, pero pasados tres años de insistencia, el Colegio

no funcionó. En 1803 el Virrey Mendinueta, para incentivar la acción misionera y poder

sostener los pueblos, hizo una propuesta en tres etapas, que consistían en crear en los

Llanos un obispado, fundar un colegio para capacitar misioneros y fomentar la colonización

de inmigrantes blancos, medidas que se buscaba implementar ante la notoria decadencia de

los pueblos llaneros.

Teniendo en cuenta que la actividad ganadera y la acción misionera eran el sustento

primordial de las reducciones y de los pueblos llaneros, la expulsión de los jesuitas y el

proceso de acomodamiento de las otras comunidades religiosas en el Llano durante el

período 1767-18 10 desestabilizaron la economía regional y social de los llaneros. Un

segundo renglón de la economía alrededor de la producción de algodón y textiles pudo

sostener, no el desarrollo, sino la permanencia de los pueblos como el caso de Pore, donde

existió también una curtiembre de pieles que convertían en cueros de gran calidad.

Pueblos como Pore, Santiago de las Atalayas, Chire, Puerto de Casanare, Manare y

poblaciones circunvecinas a la Provincia como Cáqueza, Lengupá, Labranzagrande, Socotá

y Chía se surtieron durante el siglo XVIII de las haciendas de Gravo, Garibabare, Tocaría y

Apiay (Oviedo, 1930, p. 220).

Page 265: Colombia Orinoco

265

FUENTE: Jane M. Rausch. Una frontera en la sobona tropical. Los Llanos

deColombia 1531-1831.

Colección Bibliográfica Banco de la República, Bogotá, 1994

Page 266: Colombia Orinoco

266

1. Plaza e iglesia de Acacías , Meta

Foto - Miguel Morales 2. Plaza principal de Cumaral, Meta. La amplitud de las calles es

típica de las ciudades nuevas de la Orinoquia

Foto - Miguel Morales 3. Ruinas del Pore colonial: Esta población es el símbolo de la

atormentada historia llanera.

Foto - Andrés Hurtado 4. Placa en recuerdo del paso efectuado por las tropas de la

Independencia por la población de Pore, en junio de 1819, rumbo a Paya, Pisba y la Batalla

de Boyaca.

Foto - Andrés Hurtado 5. Facciones de una bella jovencita llanera

Foto - Diego Garcés 6. La vaquería se inicia al amanecer y termina al ocaso

Foto - Fernando Urbina

De otra parte, las haciendas contribuyeron a la formación de la estructura social de los

pueblos de los Llanos, en el momento en que empezaron a liberar la mano de obra

convirtiendo a indígenas, mestizos y blancos pobres en peones jornaleros y concertados, lo

que originó un campesinado de precarias condiciones económicas, el que aún prevalece

como trabajador de hato. Mano de obra que se concentraba en los pueblos de Gravo, Paya,

Manare, Morcote y Támara. Este sistema conllevó la decadencia de la población indígena y

el crecimiento de la población mestiza; con este sistema es notorio el afán de los

hacendados por liberarse de los tributos sociales y religiosos a que estaban obligados por la

contratación de mano de obra indígena.

Page 267: Colombia Orinoco

267

La liberación de la mano de obra indígena y el crecimiento del trabajador mestizo,

fortalecieron el creciente conflicto social reflejado en los ataques de los indígenas, en

especial de Goahibos a las haciendas y a las poblaciones; así mismo la reacción del mestizo

haciendo emboscadas para acabar en masa la población indígena. También surge el

abigeato o robo de ganado, práctica que ejercían tanto mestizos como indígenas, que produ-

cía un grave estado de zozobra y de precariedad económica, teniendo en cuenta que la

hacienda estaba íntimamente ligada a la evolución de los pueblos y ciudades llaneras.

Encontramos entonces que con el deterioro de las haciendas y con el viraje en el sistema

laboral, desaparecieron muchos pueblos, especialmente aquellos donde la mayoría de su

población era indígena.

A lo largo de la época colonial la Corona siempre consideró la fundación de ciudades como

un elemento primordial en el proceso de conquista y colonización de nuevos dominios. El

inmigrante español que se estableció en América provenía de un medio urbano; en

consecuenciaa en los territorios fronterizos, en particular, consideró a las poblaciones como

el núcleo de donde emanaban la autoridad y el orden, aparte de los lineamientos de una

vida civilizada, lo que se oponía por completo a la supuesta anarquía reinante en las

culturas indígenas.

Page 268: Colombia Orinoco

268

Llegada a Villavicencio

Del Libro Viaje de Edouard

André: 1875-1876

El proceso acostumbrado para la conformación de un grupo indígena consistía en la

reunión de varias familias que se congregaban en una aldea o caserío, que con el tiempo se

convertía en una viceparroquia, anexa a la parroquia más próxima. Desde un punto de vista

legal la definición de parroquia involucraba una comunidad cuyo único objeto era servir de

residencia a los españoles, y contenía una iglesia, una cárcel y un ente legal conformado

por magistrados civiles. Para la creación de nuevas parroquias según autorización emanada

del arzobispo se requería un número adecuado de habitantes que permitieran el

sostenimiento de tres cofradías, las que a su vez, debían producir los ingresos suficientes

para pagar al párroco un estipendio anual mínimo equivalente a ciento cincuenta o

doscientos pesos, aparte de los elementos esenciales para la celebración de los ritos

católicos (Phelan, 1978, p. 40).

Existía una jerarquía perfectamente definida entre ciudades, poblaciones, aldeas y

parroquias, de donde se desprenden las rivalidades entre centros urbanos que trataban de

dar realce a su renombre político o administrativo, y desempeñaban un papel preponderante

en el origen de innumerables situaciones de conflicto en la Nueva Granada durante la época

de la colonia (Colmenares, 1978, p. 285).

Entre 1767 y 1810 en Casanare sólo se fundaron dos parroquias; ninguna en los Llanos de

San Juan y San Martín. A medio camino entre Pore y Morcote se intentó refundar la

parroquia de Tocaría, fundada durante el siglo XVI, pero que había sido consumida por el

fuego en dos oportunidades, lo que hizo abandonar tal intento. Hacia 1770 habitaban en

aquel paraje unas 100 personas las que tenían que trasladarse a Morcote á recibir el culto

religioso, pero debido a que el camino se hacía intransitable en época de invierno

solicitaron sus habitantes, con el apoyo del Gobernador Francisco Domínguez de Tejada y

Page 269: Colombia Orinoco

269

del cura de Morcote, la creación de la parroquia; dicha solicitud fue aprobada por el

arzobispado y se fundé entonces la parroquia de San Carlos de Nunchía, el 27 de noviembre

de 1770 (AGN: Poblaciones de Boyacá, Vol. 2, fis. 845-901).

El segundo pueblo fundado fue la Villa de Santa Bárbara de Arauca el 4 de diciembre de

1780 por iniciativa del sacerdote Juan Isidro Daboin y de un trabajador agrícola de Barinas,

quienes asistieron a los indígenas, llevando al lugar ganado de Barinas, Cuiloto y Betoyes y

unos esclavos negros. Cón ellos construyeron, a orillas del río Arauca, casas con techumbre

de palma y con el permiso del Gobernador Caicedo que tenía su residencia en Morcote,

nació así dicha parroquia, que tuvo gran. prosperidad debido a la facilldad de comunicación

con el comercio venezolano.. En 1793 ya tenía la categoría de Viceparroquia anexa a Chire

hasta que llegó a convertirse en una importante ciudad con residencia de españoles,

desalojando lentamente la población indígena.

De esta manera encontramos que en un lapso de 40 años tan sólo sé fundaron dos

poblaciones en los Llanos, señalándose el lento crecimiento y la decadencia de las ciudades

antiguas como estaba ocurriendo con Santiago de las Atalajas, Pore y Chire que vivían urja

situación de gran pobreza. En Chite por ejemplo, ya no había personal calificado para

desempeñar cargos públicos, por lo que se nombré un alcalde pedáneo (el que atiende

cargos de poca importancia y castigaba faltas leves); además se acusé al Padre Ferrena de

haber cambiado de lugar cinco veces a la población de Chire.

Igual situación se vivió en Santiago de las Atalayas, cuyos habitantes también se

empeñaron en buscar una situación más favorable para su población, localizada en las

riberas del río Aguamena, en la parte de una montaña que impedía el paso de los vientos,

con un clima húmedo y malsano que provocaba continuas enfermedades en sus habitantes.

El gobernador Domínguez de Téjada, pronosticó que si no se cambiaba de lugar esta

población se extinguiría; con el entusiasmo de algunos habitantes se trasladó dicha cuidad a

un sitio llamado Chitamena al otra lado del río Cusiana, cuyos trabajos de construcción se

adelantaron en agosto de 1778 (AGÑ: Poblaciones de Boyacá, Vol. 2, fi. 671).

En adelante Santiago de las Atalayas vivió un permanente litigio discutiendo si volvían al

mismo sitio o si se resignaban a seguir a orillas del río Chitamena. Esta ciudad continué en

franco deterioro, hasta llegar a extinguirse entre la segunda y tercera década del siglo XX, y

luego desaparecer de los mapas de Casanare.

También se encuentra que al sur la primera ciudad que se había fundado en 1555 en las

llanuras del Ariari, San Juan de los Llanos, luchaba por sobrevivir o por anexarse a San

Martín porque no había quien ocupara los cargos municipales. En 1785 Fermín García,

Alcalde de San Juan, las emprendió contra un palenque de negros libertos que vivían cerca

al pueblo y que en su concepto constituían una amenaza para la población, pidiendo ayuda

a la escolta de San Martín para tal objetivo pero le fue negada (AGN: Negros y Esclavos de

Page 270: Colombia Orinoco

270

Boyacá, Vol. 2, fis. 392-424). No se conoce en qué terminó tal intención, pero podemos

señalar la importancia de la existencia de un palenque en los Llanos que junto al de los

esclavos negros llevados a las haciendas. de Caribabare y Tocaría, contribuyen a

profundizar en el estudio sobre la formación de la población mestiza llanera. Además, se

pudieron detectar las enconadas rivalidades entre pueblos vecinos, aspecto que también

contribuyó a la destrucción de muchos pueblos coloniales como el caso señalado.

Al finalizar el siglo XVIII, San José de Pote era la única ciudad existente de seis que habían

fundado los españoles en el siglo XVI. en el piedemonte llanero. Según el censo de 1-7 78,

la representación mestiza de Pote ascendía al 79% del total de la población de la Provincia

esta ciudad también llegó a ser capital de la Nueva Granada en el período independentista

(18 de diciembre de 1818), y permanece aún corno un pueblo olvidado, sin haber podido

vivir ni siquiera de su propia gloria.

En 1824 José Manuel Restrepo, Ministro del Gobierno, aducía que a la ausencia de

sacerdotes era atribuible la desaparición de muchas poblaciones en las regiones del

Orinoco, Apure y Meta y proponía la promulgación de nuevas leyes que propiciaran el

regreso de los religiosos a dichos sitios, situación que pocas veces sé cumplió.

El 16 de julio de 1826, Salvador Camacho Roldán, siendo Gobernador se enteré que un

vecino de Chire había fundado dos poblados indígenas con los nombres de San Simón y

San Francisco Ciriaco de Córdoba en las riberas del Meta. Camacho abrigaba la esperanza

de que este fuese el comienzo de una nueva era de desarrollo en la Provincia, pero muy

pronto quedó desencantado puesto que dichas poblaciones pronto desaparecieron, porque

los mestizos nunca pudieron establecer buenas y duraderas relaciones con los

indígenas (Gaceta de Colombia, julio 16 de 1826). A medida que la población y la

economía decaían de manera progresiva, Camacho Roldán presentó su renuncia al cargo de

Gobernador en 1827 con una predicción de mal augurio: «La Provincia marcha hacia la

ruina; poco a poco desaparece la población y la poca riqueza que queda. Me apena en lo

más profundo de mi alma lo que sucede, y soy impotente para resolverlo» (Carta de

Camacho a Santander, enero 25 de 1827. Bushnell, 1954, p. 189).

De otra parte Juan Nepomuceno Moreno, nativo de Casanare, comandante de armas en la

Independencia, luché por reivindicar la Provincia del estado de postración en que se

encontraba después de la guerra; fue tal el desconocimiento del gobierno granadino hacia

los Llanos, que Moreno propuso en 1830 anexar la Provincia a Venezuela, acción que no

prosperó por lá rivalidad entre caudillos venezolanos y casanareños.

Juan Nepomuceno Móreno conservé su popularidad e influencia en Casanare hasta su

muerte acaecida en 1839. En su hato cercano a la Fragua, parroquia dónde había nacido,

comenzó a formarse el pueblo de Moreno, un asentamiento que llegó a eclipsar a Pore que

era su capital, convirtiéndose en la población más próspera entre 1870 y 1885 (Ayape,

Page 271: Colombia Orinoco

271

1941, p. 794). Pero en la primera década del siglo XX de Moreno ya no quedaban sino las

ruinas, dé las cuales aún se conservan algunas paredes en bloque de barro y calicanto,

dejando notar calles amplias y casas grandes y espaciosas.

Los Llanos de Casanare, durante el siglo XIX, quedaron sumidos en el olvido republicano y

muchos de sus pueblos no resistieron los embates de la miseria y de la violencia; como

recuerdo sólo queda su historia de haber contribuido a la formación de la nacionalidad

colombiana, siendo apenas nuevos hechos coyunturales como la guerra de los Mil Días o la

violencia de 1948 al 53, los que hicieron que algunas poblaciones desaparecieran, como

Moreno y Zapatosa, o que nacieran otras, como Sevilla, Paz de Aniporo y Aguazul. De la

misma manera, en el orden económico los recientes hallazgos petrolíferos están

fortaleciendo y proyectando un vigoroso desarrollo de poblaciones de reciente fundación

como Aguazul y Paz de Aniporo, ya mencionados, además de Tauramena, Yopal y

Villanueva entre otras, en las que también han aumentado las secuelas negativas que trae

consigo este tipo de crecimiento.

Podemos finalizar diciendo que va en camino de cumplirse el pronóstico del Senado

cuando el 29 de septiembre de 1892 se afirmó que: «Los Llanos de Casanare y San Martín,

por su topografía, fertilidad de sus suelos y la abundancia y riqueza de sus productos

naturales, está llamada a ser en corto plazo, el centro de la civilización más avanzada, tal

vez, y tan rico como cualquiera de los territorios actuales del interior» (Anales del Senado,

Septiembre de 1892, p. 167).

Campamento provisional. Alto Inírida. Indígemas

Curripacos

Foto - Fernando Urbina

Page 272: Colombia Orinoco

272

BIBLIOGRAFÍA

Fuentes de Archivo

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Page 274: Colombia Orinoco

EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN TERRITORIAL DE LA ORINOQUIA

COLOMBIANA EN EL SIGLO XIX

GUIDO BARQNA B.

AUGUSTO GÓMEZ L.

CAMILO DOMÍNGUEZ

Cascada de Chijara en el camino a Villavicencio.

Viaje de Edouard André. Lámina de Riou

TRANSFORMACIONES TERRITORIALES DURANTE EL SIGLO XIX

Las guerras de Independencia significaron una pérdida enorme para la Orinoquia, ya que se

destruyeron tres siglos de formación territorial que se habían logrado por medió de una

extrema crueldad y sacrificio. Durante el período colonial el Estado español y las Misiones

jesuíticas lograron crear pueblos de tipo europeizante, abrir haciendas ganaderas, establecer

la navegación en numerosos ríos y trazar caminos para el comercio. Una enorme riqueza

social estructurada con el sudor y la destrucción cultural de las comunidades indígenas de la

región que, mal que bien, ya hacían parte de esa nueva realidad.

La guerra significó la desocupación de pueblos enteros, de los cuales la mayoría de sus

habitantes sucumbieron en la lidia, más por hambre y enfermedades que por las balas. Los

indígenas que no perecieron en la lucha se retiraron a las montañas en busca del sustento y

Page 275: Colombia Orinoco

275

para huir de las numerosas enfermedades que se desataron por las hambrunas y por la falta

de salud pública. Las haciendas fueron desocupadas, porque los combatientes tomaron las

reses y los caballos como impuesto de guerra, llevándolas a la ruina. Sin gente, sin pueblos

y sin haciendas se acabó el comercio y los caminos y la navegación perdieron su objeto.

Cuando terminaron las guerras el gobierno republicano quiso reorganizar este caos, pero la

escasez de recursos limitó demasiado su actuación. Además, no hubo gente para repoblar y,

para ahondar el problema, la población indígena se declaró en franca rebeldía contra un

nuevo sistema que los discriminaba aún más que el antiguo. El Gobierno no trató al indio

como ciudadano, simplemente lo usó como animal de trabajo o de imposiciones. Luego,

cuando se rebeló, lo manejó como una plaga que se debía combatir. En el Llano, como en el

resto de América, el conflicto entre modernización, sinónimo de civilización y vida

comunitaria, sinónimo de barbarie, se convirtió en la ―ley de las fronteras‖ que se resolvió a

costa del exterminio físico de los antiguos pueblos americanos.

Page 276: Colombia Orinoco

276

A partir de 1820 se inició la reconstrucción de los pueblos que aún quedaban y se buscó

establecer una organización administrativa y un gobierno. Para 1831, cuando se creó la

República de la Nueva Granada, se dividió administrativamente el país en departamentos,

éstos en provincias, las provincias en cantones, y los, cantones en distritos parroquiales. La

mayor parte de la Orinoquia quedó integrada en el Departamento de Boyacá, bajo el

nombre de Provincia de Casanare, cuyos límites iban desde lo alto de la Cordillera hasta el

río Guaviare y desde el río Upía hasta los ríos Arauca, Meta y Orinoco. La parte al

occidente del río Upía se integró a la Provincia de Bogotá, del Departamento de

Cundinamarca, con el nombre de Territorio de San Martín.

―Posteriormente fueron abolidos los departamentos y quedaron sólo las provincias. Esta

división duró más de veinte años‖ (Pérez, 1883, p. 111). Para el censo de 1843, San Martín

figuró como cantón de la Provincia de Bogotá, con una población de 1.877 habitantes. Sus

ocho distritos parroquiales eran: San Martín, Cabuyaro, Concepción de Arama, Giramena,

Medina, San Antonio de Iracá, San Juan y Santo Tomás.

Page 277: Colombia Orinoco

277

Para el mismo censo, la Provincia de Casanare figuró con una población de 18.489

habitantes. Estaba compuesta por seis cantones y 29 distritos: Pore (Pore, Támara,

Trinidad); Arauca (Arauca, Arauquita, Cuiloto); Chite (Chire, Betoyes, Macaguane,

Manare, Muneque, lame, Ten); Macuco (Cafifí, Guayabal, Maquivor, Surimena); Nunchía

(Paya, Labranza grande, Marroquín, Morcote, Nunchía, Pisba); Taguana (laguana,

Barroblanco, Chámeza, San Pedro, Santiago, Zapatosa).

En 1853 fueron abolidos los cantones y San Martín volvió a ser territorio de la Provincia de

Bogotá.

Casanare continuaba siendo provincia en 1856 cuando fue visitada por la Comisión

Corográfica. En el mapa regional y en los documentos inéditos escritos por Agustín

Codazzi aparece la siguiente información que nos da la mejor idea de su organización

territorial a mitad del siglo XIX:

―Cuadro sinóptico de la provincia por circuitos municipales y distritos‖

En lugar de dar cuadros geográficos, físicos y estadísticos de cada Circuito Municipal

daremos una rápida noticia sobre cada una de las cabeceras de estos centros eleccionarios;

pues que todos están en circunstancias iguales en cuanto a los terrenos y no saben las

mismas autoridades hasta dónde llegan sus límites; de manera que sería imposible

determinar la extensión de cada Circuito, y lo que verdaderamente encierra en sí. Por lo que

toca a la posición de cada pueblo, su altura, temperatura, datos estadísticos y frutos que

cultivan, todo se halla en el cuadro estadístico que precede, y sería superfluo repetirlo; lo

mismo diremos sobre las plantas y animales, que se encuentran en la descripción general y

que se, hallan en cada fracción en que está dividida la Provincia con objeto puramente

eleccionario.

Circuito de Moreno, cuya cabecera es Moreno

Hoy capital de la Provincia de Casanare. Se llama así porque el Concejo Municipal le puso

ese nombre para recordar la memoria de un casanareño que llegó a ser

general y que había combatido en la guerra de la Independencia. Se halla situado en una

bella mesa no muy lejos del río Ariporo y cerca del de Muese. Por un acuerdo del mismo

Concejo Municipal se transfirió la capital, que antes estaba en Pote, a un pequeño

vecindario, llamado La Fragua, sin duda porque allí había existido o existía una herrería;

todo esto se hizo en 1850, época en que una peste asolaba a Pore, y desde entonces quedó

casi abandonado este pequeño pueblo y se improvisó uno de palma que hoy cuenta ya

muchas casas de teja en la mesa ,de que hablamos. Es fácil llevar el agua del Ariporo al

centro de, la población, cuando haya más riqueza y espíritu público. Se diría que los que

están en esta capital se hallan como transeúntes que apenas ponen la tienda de campaña

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para dormir y levantarse por la mañana, a seguir su viaje, así es que no han pensado en la

educación primaria.

Circuito de Melgarejo, cuya cabecera es Chire

El nombre de Melgarejo recuerda a un Coronel casanareño muerto en la última campaña de

1854 para restablecer el orden constitucional, y en cuanto a Chire da pena recordar que fue

ciudad fundada por Don Adrián de Vargas en 1689, y en el año de 1792, según Oviedo,

tenía 100 vecinos, y hoy cuenta 400 no más. Su posición no es la misma de entonces, pues

ha ocupado tres diferentes lugares en estas sabanas. En la guerra de la Independencia se dio

en la sabana, que ocupaba entonces, que no es la que tiene hoy, la celebración dada contra

la caballería española por el General Ricaurte el 31 de octubre de 1815. El pueblo donde

hoy está situado Chire no tiene más casas de paja que las que forman en el cuadro de la

plaza.

Circuito de Arauca, cuya cabecera es Arauca

Esta villa fue fundada a las orillas del río de este nombre y en 1782 era Parroquia, puesta en

el término entre los llanos del Apure y Casanare. Ha sido siempre un punto comercial para

la compra y venta de los ganados al paso que la navegación del Arauca, sobre cuya orilla

está fundada la villa, le ha facilitado el comercio con Guayana por medio del Orinoco.

Desde un principio ha servido y sirve aún hoy de abrigo a muchos venezolanos que están

mal en su tierra y buscan una nueva donde vivir y progresar. Siempre este punto será

interesante por su posición y por el comercio que puede hacer.

Circuito de Cisneros, cuya cabecera es Labranzagrande

Recuerda el nombre de un jefe de caballería casanareño, que murió gloriosamente en las

calles de Bogotá luchando contra los dictatoriales en 1854. Labranzagrande existía ya en

1761. Un buen curato que tenía muchos indios y más de 300 vecinos blancos y mestizos,

hoy es el más poblado de toda la Provincia y aquel también que tiene más caserío de teja.

Su posición en el camino para trasmontar la cordillera a Sogamoso lo hace tanto más

interesante cuanto que podría hacerse a la orilla del río, un camino llano por donde pasaran

los ganados sin fatiga, y sin despearse ene1 tránsito, como hoy sucede, por el actual camino

en que se ven forzados, por las muchas piedras, a cubrir toda senda con una gruesa capa de

paja. También está en una situación favorable para potreros, sea para engordar, sea para

hacer que descansen los ganados, y la serranía se presta maravillosamente hasta para un

camino para carros, lo que se hará cuando así lo exija la gran población, riqueza y

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comercio; hoy solamente se debería pensar en un buen camino por la cantidad de los

ganados, único comercio que puede hacerse.

Circuito de Gutiérrez, cabecera Cafifi

Este trae a la memoria otro valiente jefe que murió al lado de su compatriota Cisneros por

la misma causa y el mismo día en Bogotá. En cuanto a Cafifí no es de antigua fundación:

los restos de Guanapalo destruido plantaron un pueblo en la orilla izquierda del Pauto por

ser éste el río por el cual se navegaba hasta cerca de Pore cuando era capital y hoy sirve

también para los de Moreno. Allí se estableció un administrador de aduana que está ya

suprimido. Cafifí como pueblo está en la infancia y sobre todo tiene un temperamento

malsano. La cifra de su población de 218 almas habla elocuentemente en el particular.

Circuito de Taguana, cabecera Chámeza

El nombre de Taguana es triste en la historia, pues siendo Parroquia fundada en 1793 llegó

a ser cabecera de Cantón, y tres veces cambió de posición, y siempre fue destruida por las

pestes; así es que hoy no figura ni como aldea. Chámeza fue Parroquia en 1791 y se

llamaba de Vija por causa de que antes estaba fundada en otro lugar donde había una mina

de sal gema, que por la caída de un pedazo de cerro quedó perdida y se transfirió al lugar

actual, en un plano donde hay piñales silvestres y cerca de un ojo de agua que da una sal

hermosa. Su posición cerca de otras salinas y en un valle sano, debería prosperar más de lo

que se ve y sus malos caminos son la causa que la pone fuera de todo movimiento

comercial.

Los distritos parroquiales que pertenecen a cada Circuito Municipal están en el cuadro

estadístico que antecede, de esta breve noticia, y por el número de sus habitantes y de sus

ganados, se viene en conocimiento de lo que son pues que en cuanto a caserío son todos de

paja, si se exceptúa a Marroquín, Nunchía, Paya, Pisba, Pote, Támara y Ten, en donde hay

algunas casas de teja." (Codazzi, Informes, 1856).

En 1868 y 1869 San Martín y Casanare pasaron a la administración directa de los Estados

Unidos de Colombia en calidad de territorios, cedidos a ella por los estados de

Cundinamarca y Boyacá. En ese cambio, la Unión agregó a San Martín la región

comprendida entre el Meta y el Guaviare, segregándola de Casanare. Este último territorio

quedó limitado a la región que hoy comprende los depártamentos de Arauca y Casanare.

Cuando se crea la República de Colombia, en 1886, la situación de los Llanos continuó en

calidad de territorios hasta muy avanzado el siglo XX.

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LA COMISIÓN COROGRAFICA EN CASANARE Y SAN MARTÍN DENTRO

DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO NACIONAL

La definición de Colombia como Estado nacional, surgida a partir de 1821 con la

Constitución de Cúcuta y reafirmad a posteriormente en todas y cada una de las cartas

constitucionales y sus reformas posteriores, efectuadas en el siglo XIX y hasta 1886, puso

de presente la necesidad de contar no sólo con la Carta o el Mapa de la Nación sino, a

través de ésta, de incorporar territorios y poblaciones que hasta ese momento estaban muy

débilmente articulados al sistema político-institucional, económico y social, de la naciente

República. En este sentido, para los gobiernos nacionales de ese entonces se presentaron

tres niveles de dificultad que a la postre serían los que mayor incidencia tendrían en el

rompimiento del proyecto inicial de Estado nacional, cuya concreción estuvo enmarcada en

la creación de la Gran Colombia.

En efecto, la herencia colonial, al centrarse en el proyecto de indianidad y establecer un

sistema político, económico y social que sólo servía a los intereses de la metrópoli, dio

lugar al surgimiento histórico de fronteras administrativas que estaban al servicio de la

transferencia de excedentes, propios de economías extractivas, a España. Para ello creó

centros urbanos hegemónicos desde los cuales controlar y administrar los diferentes grupos

de población sujetos a la exacción colonial. Este proceso, cuyo desenvolvimiento requirió

aproximadamente trescientos años, propició la consolidación de poderes locales y

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regionales, en manos de los sectores de elite constituidos, creando tensiones permanentes

de toda índole entre éstos y los funcionarios de la Corona, desde la segunda mitad del siglo

XVIII. Con el advenimiento de la Independencia el ejercicio del poder político y

administrativo, propio del ensamblaje colonial, se desplazó a estos grupos hegemónicos, sin

transformar estructuralmente las fronteras administrativas originalmente establecidas. Fue

así como, en el momento del surgimiento de la Gran Colombia, el incipiente Estado

nacional arrastró consigo problemas derivados de las tensiones de grupos hegemónicos

locales y regiones administrativas en competencia, dando lugar a obstáculos de integración

funcional de estos territorios entre sí.

El segundo nivel de dificultad, profundamente relacionado con el anterior, se desenvolvió

en articulación con la relativa especialización productiva regional que todos y cada uno de

los territorios coloniales habían logrado desarrollar a lo largo del período colonial, frente al

sistema económico internacional de la época. De acuerdo con esta circunstancia, mientras

la Nueva Granada aparecía como ―espacio‖ productor de metales preciosos y

posteriormente, en los años finales del siglo XVIII, de quinas, la Capitanía de Venezuela

era considerada como productora principalmente de cacao. Lo mismo sucedió con la

Audiencia de Quito, cuyos obrajes servían para transferir productos textiles a otras regiones

vecinas, especialmente el Virreinato del Perú y la Gobernación de Popayán. En este

sentido, la participación mercantil en la esfera internacional para la mayoría de las grandes

divisiones administrativas coloniales, sólo estuvo respaldada por ciertas materias primas

(los cueros, el palo brasil, quina, cacao) y metales preciosos. Esta débil articulación

económica de las antiguas divisiones administrativas coloniales al mercado internacional de

principios del siglo XIX, condujo, progresivamente, al afianzamiento de las diferencias

políticas y administrativas de los sectores sociales. que habían tenido protagonismo en la

separación de estos territorios de los destinos de la metrópoli, y con ellas, a la exacerbación

de intereses económicos por enormes extensiones de territorios aún no explotados, que se

suponía contenían ingentes riquezas con las cuales participar en el conjunto de la economía

capitalista de esta centuria. Lo anterior condujo a incrementar las presiones para controlar,

por parte de cada una de las divisiones administrativas heredadas, cuya memoria aún no se

había perdido, los ―territorios‖ hasta ese momento ―ausentes‖, en los términos de sus

jurisdicciones tradicionales, y con esto al agrietamiento y posterior ruptura del proyecto

consolidador de la Gran Colombia.

Finalmente y como consecuencia de los dos niveles problemáticos y de complejidad

anteriores, los desplazamientos de población a los ―territorios ausentes efectuados ante la

inercia de la voluntad política de los gobernantes del Estado nacional y aún de los sectores

hegemónicos regionales, reiniciaron con mayor fuerza los ciclos espasmódicos de

economías extractivas y con éstos la redefinición de los componentes étnicos de la nación

que pugnaba por surgir. En efecto, se dio lugar a movimientos de colonización territorial

enmarcados en concepciones de ―barbarie, salvajismo‖ y ―civilización‖ que

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comprometieron radicalmente a grupos nativos de selva y llanuras~ que no habían sido

articulados definitivamente al proyecto de indianidad originalmente trazado. Surgieron

―fronteras‖ que ya no tenían nada que ver con las divisiones político-administrativas

coloniales y mucho menos con aquellas que en los órdenes internos dividían unas

provincias de otras. Ello produjo para el Estado nacional colombiano del siglo XIX, nuevos

niveles de dificultad en su capacidad de presencia institucional en los territorios de esta

manera vinculados y a su vez, la exigencia de revisión y actualización de las demarcaciones

internacionales efectuadas a finales del siglo XVIII y en la primera década del XIX.

En este orden de ideas, la Comisión Corográfica dirigida por. Agustín Codazzi se inscribió

en el contexto problemático anterior. Como tal, ella no sólo respondía al interés de erigir la

Carta de la Nación. La prospección del territorio nacional conformado por los

asentamientos humanos con sus diversas formas de poblamiento y economías y por

enormes extensiones de cuya composición apenas se tenía noticia, exigió el trazado, en el

plano, de los caminos que se debían recorrer y de los itinerarios militares que en su tránsito

se debían establecer. A la par de esto, sus miembros estaban en la obligación de atender a

las variantes locales y regionales de usos y costumbres, a las diferencias económicas, a las

posibilidades de articulación de una región con otra u otras y establecer la existencia de

grupos ―indígenas‖ a los cuales someter y adoctrinar.

De allí que sus resultados no sean sólo de orden geográfico y militar. Por el Contrario, y en

contravía de la Creencia generalizada de lo que fue esta Comisión, el análisis de sus

alcances da lugar a lo que podríamos llamar una visión crítica del camino elegido para la

construcción de la nación, tanto en el nivel de sus ejecuciones como en el pensamiento de

sus protagonistas.

En otras palabras, el estudio de los materiales de la Comisión Corográfica, al ser ésta.

prácticamente la primera propuesta de ordenamiento territorial nacional, permite establecer

las regularidades sociales, culturales, económicas y políticas que determinaron el camino de

la nación y sus efectos en los órdenes interno e internacional posteriores. Pero así mismo,

da pie para comprender el papel reservado para los miembros de los grupos étnicos que

poblaban bajo diversas formas de organización social la mayoría de los llamados

―territorios ausentes‖ y aún algunos de los que habían sido vinculados a la integración

política y social, desde el período colonial. Dentro de esta perspectiva, el análisis de la

Comisión al poner de presente las dinámicas económicas y sociales que gravitaron sobre el

conjunto de la población colombiana y sobre su organización política, señala cómo se

construyó el ―camino de los desencuentros‖ entre los miembros formales de la nación

política y las otras naciones. Da lugar a un ―cuadro‖ dibujado con todos los ingredientes

ideológicos que hablaban de una ―superioridad moral‖ de los nacionales hispanizados y

―civilizados por la impronta cristiana‖ frente a los naturales de esas otras naciones. Se

enmarca dentro de un movimiento, internacional para la época, de genocidio, etnocidio,

esclavización, reserva e ‗internación de naturales que construyeron varias ―épicas‖ como la

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norteamericana en los territorios del oeste, la mexicana en la frontera con la nación política

anglosajona y la colombiana, venezolana y brasileña en la Oninoquia y selva amazónica.

En este sentido, en el siglo XIX no sólo fue importante el movimiento científico

internacional que buscaba construir lo más detalladamente las respectivas cartas ciudadanas

de las naciones políticas del mundo, sino los procesos de expansión interna de todas y cada

una de las repúblicas existentes en este período que dieron lugar a profundas

modificaciones en sus ordenamientos internos y en sus fronteras internacionales, con la

consecuente generación de conflictos bélicos y diplomáticos muchos de los cuales todavía

no han llegado a su fin. La Comisión Corográfica, en estas circunstancias, se desenvolvió

en el interior de estas problemáticas, dando lugar a una historia cuyos efectos gravitan en la

actualidad.

EL ESTADO NACIONAL Y LOS “TERRITORIOS AUSENTES”

Analizada la distribución territorial y poblacional heredada por la Gran Colombia,

fácilmente se descubre un hecho asombroso que comprometió hombres, sociedades y

regiones, en los años iniciales del siglo XIX y hasta bien entrada la actual centuria: las

fragmentaciones regionales y, con ellas, la insularidad de las estructuras territoriales que

sirvieron de asiento a los sistemas económicos y sociales que han caracterizado la sociedad

colombiana en su conjunto a lo largo de su vida republicana. En efecto, mientras que

algunas regiones lograron crear mecanismos y redes de articulación social y económica

entre sus pobladores y con otros pertenecientes a espacios económicos subsidiarios, muchos

otros territorios apenas si fueron mencionados y tenidos en cuenta en el marco de las

relaciones políticas y sociales instauradas.

Paradójicamente, tal y como lo revelan los cronistas de Indias y luego los diarios e informes

de viajeros, las ―noticias‖ que se tenían de muchos territorios enmarcados dentro de la Gran

Colombia por los límites internacionales establecidos en las postrimerías del siglo XVIII y

posteriormente a lo largo del XIX, al mismo tiempo que ―hablaban‖ de las ingentes

riquezas existentes en su interior, mencionaban las ―hordas‖ de tribus ―salvajes‖ que las

poblaban y los enormes esfuerzos que había que hacer para integrar estos territorios al

concierto de la ―economía nacional‖. Esta visión contradictoria, preñada de imágenes y

representaciones tantas veces repetidas desde el período colonial, a la par que aproximaba

estas regiones al ―imaginario de lo nacional‖, las alejaba en cuanto a sus posibilidades de

una efectiva incorporación a la sociedad que se representaba a sí misma como heredera de

las tradiciones que hacían de Europa, en el siglo XIX, el lugar y el espacio privilegiados de

realización del capital, y con él, de la civilización.

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Fernando Urbina

Para el Estado nacional surgido de la épica independentista, los espacios en los que no se

había enmarcado el entable colonial eran ―territorios ausentes‖: de vida social regulada

eficazmente por el sistema político e institucional que lo caracterizaba; de actividades

económicas que se asemejaran a aquellas que se habían desarrollado a lo largo de

trescientos años de dominio colonia[pero que al mismo tiempo estuvieran en capacidad de

integrarte a la división internacional del trabajo surgida dentro del sistema económico a que

se había dado lugar con la Revolución Industrial y la ampliación de las redes de marcado al

nivel mundial; de un sistema religioso y cultural (la religión católica), capaz de modificar

las costumbres ―bárbaras‖ de los pueblos y naciones que en su interior se asentaban. La

paradoja consistía en que la ―ausencia‖ no era entendida en relación con la debilidad

estructural del Estado nacional recién surgido, sino como expresión de la ―naturaleza‖ de

los hombres y del medio que habían resistido por más de trescientos años la épica

devastadora de hombres, pueblos y culturas, conocida como colonización española.

De allí que, iniciada la fase republicana y no importando las diferencias políticas y sociales

que intervendrían en la disolución de la Gran Colombia, se desarrollaran procesos

tendientes a colonizar estos territorios, reproduciendo las mismas tecnologías de genocidio,

sujeción y subordinación frente a sus ―naturales‖, que se habían dado en el período

colonial, por parte de todos los Estados nacionales surgidos al ―calor‖ de las contiendas

políticas del siglo XIX. El desenvolvimiento de estos procesos estuvo caracterizado,

históricamente, por la puesta en marcha de dos ―modelos‖ de colonización que claramente

respondían a los mecanismos de articulación/desarticulación regional, empleados desde el

período colonial.

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Lámina de los Llanos de Casanare realizada por la

Comisión Corográfica.

Mediados del siglo XIX

El primero de ellos, fue producto de la expansión dinámica de las antiguas economías

agrarias y mineras que se habían logrado consolidar desde la segunda mitad del siglo

XVIII, en relación con determinados centros urbanos del interior (Santa fe de Bogotá,

Cartagena, Santa fe de Antioquia, Ambalema, Popayán, Pasto, etcétera), y a su vez,

redistribuyendo los territorios de resguardos indígenas originalmente asignados a estas

comunidades por la Corona. Este movimiento, que implicó el desplazamiento de

poblaciones indígenas de resguardo a sitios circunvecinos, se efectuó como producto de las

relaciones money-commodity surgidas en particular como efecto de la demanda agregada

de bienes e insumos para las economías extractivas de metales preciosos y minerales, así

como resultado de la ganadería extensiva que se impulsó fundamentalmente desde el siglo

XVIII. Los llanos de San Martín y Casanare fueron lentamente poblados e ―integrados‖ de

esta manera a la economía virreinal y luego de la República.

El segundo ―modelo‖, que va a surgir como resultado de la economía capitalista

internacional del siglo XIX y posterior, se desarrolló en relación con las economías

extractivas de materias primas impulsadas por el Estado nacional colombiano. En su

interior, guardadas las diferencias de lugar y época, se reprodujeron los mismos sistemas de

principios del período colonial, de sujeción de naturales por medio de su esclavización y

explotación. En el siglo XIX fueron comprometidos con su dinámica, el extenso territorio

del Caquetá, los llanos de San Martín y Casanare, las llanuras del Magdalena y las selvas

del Opón y del Carate, principalmente.

En este orden de ideas, el análisis de los materiales de la Comisión Corográfica dirigida por

Agustín Codazzi, más de permitirnos comprender los alances de la misión científica

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colombiana más importante del siglo XIX y hasta hoy, nos da pie para establecer una

reflexión crítica sobre sus logros en los territorios de los llanos de Casanare y San Martín;

en los cuales se desarrollaron los dos ―modelos‖ económicos y de‘ocupación territorial

antes señalados. Es por ello que consideramos de relevancia no solo el levantamiento de los

pianos cartográficos, de los itinerarios de los caminos recorridos, y todos los materiales

escritos de la Comisión, sino su ubicación en el marco de la organización estatal

colombiana existente en ese entonces.

LA SITUACIÓN DE LOS LLANOS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

La participación indígena, lo mismo que de mestizos, negros y mulatos de los Llanos en el

proceso de independencia, produjo consecuencias sociales y económicas considerables en

la región. Las antiguas reducciones indígenas fundadas por los misioneros jesuitas, cuya

desintegración se había iniciado, desde la expulsión de la Compañía, terminaron por

despoblarse. La incorporación de un gran número de hombres a los ejércitos y la creciente

demanda de ganados y productos para el sustento de éstos, se tradujo en el abandono de los

conucos y en el agotamiento de los hatos que bien pronto provocaron la ―decadencia de tan

vasto territorio‖ (Gobierno Supremo, 1822; folio 592).

Las cifras señalan un drástico declive demográfico regional en el transcurso de los años

1812 y 1822, ‗‗porque mueren los hombres y no son reemplazados‖. Según los censos

levantados por Salvador Camacho, Gobernador de los Llanos en la época, en el año de

1812 habitaban allí 48.862 almas; en 1821, 19.604, y en 1822, 17.451, es decir, una

disminución de.31.411 almas en diez años (Camacho, 1823, fls. 589-596).

Este exterminio de los llaneros y, con ello, los ―desiertos campos feraces‖ configuraron una

nueva situación regional. Las tierras sobre las cuales los misioneros jesuitas habían

levantado sus haciendas (posteriormente adquiridas por particulares) y aquellas que

progresivamente colonos y hacendados incorporaron al contexto colonial; perdieron su

importancia económica y, con ello, se inició en la región un período de depresión

generalizada. Esta circunstancia permitió el retorno de los miembros indígenas

sobrevivientes a sus antiguos territorios étnicos, lo que en conjunto hizo posible su lenta

recuperación demográfica y la reanudación de sus desplazamientos estacionales, lo mismo

que el ejercicio de sus actividades productivas tradicionales.

La nueva situación que se produjo en los Llanos, en virtud de los efectos de las guerras de

independencia, puede apreciarse, por ejemplo, en los informes de la época, como aquel

levantado por el Gobernador de Casanare sobre las ―tierras baldías y aun desconocidas y

habitadas por los indios gentiles y guahibos‖. Esa nueva situación regional de crisis y de

ruina estuvo expresada, también, por la desaparición de ―pueblos demolidos por la guerra‖

y los que quedaron despoblados: porque ―los indios se hallan en los montes‖ o en ―partidas

sublevadas de indígenas‖ que se retiraron a parajes distantes. Según se desprende de las

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descripciones del mismo informe en referencia, la banda sur del río Meta, que había sido

zona de refugio de grupos indígenas durante el siglo XVII y XVIII, seguía siendo una

―tierra incógnita‖ en la primera mitad del siglo XIX:

“Indagando las distancias por jornadas y después reduciendo estas a leguas, he creído que

sobre un poco más o menos no faltan de quince a veinte mil leguas cuadradas entre la

serranía y la llanura; esta última es inmensa y aún desconocida en las aproximaciones del

río Meta. No va incluido en este cálculo el territorio que esta Provincia posee al otro lado

del Meta, cuyos términos, según las relaciones de los que han navegado el Orinoco y de él

han pasado al río Casiquiare y al Ríó Negro que desemboca ene1 Marañón, se extiende

hasta las posesiones del Brasil por las cabeceras de los ríos Caquetá, Putumayo y Napo,

que desaguan también en el Marañón (Amazonas)‖. (Informe, 1825, fis. 868-873).

A mediados de la década de 1820, tan sólo en algunos lugares situados en la cordillera

persistían reductos de poblaciones y allí había ―tierras pertenecientes a particulares‖, y en

uno que otro espacio en el llano, ―pero siempre aproximado a la serranía‖. Entre tanto, en el

Cantón Oriente ―todas las tierras‖ eran consideradas baldías y muy fértiles, donde los indios

―gentiles vivían tan robustos cuanto lo puede estar un hombre bien asistido en Bogotá‖. En

cuanto al Cantón Norte (Tame), las tierras que se extendían entre el Caño-Negro y el río

Casanare también eran consideradas por la época como baldías, no habiendo sido posible

obtener noticias de otros ―terrenos, a efecto de ser muy remotos y muy revestidos de indios

gentiles‖. Desde las bocas del río Lipa hacia las bocas del río Aniporo,‘ costeando éste

hacia arriba, hasta la boca del río Chite y de ésta en línea recta a salir por la parte norte

hasta la boca del caño Cuao, se calcularon ―120 leguas cuadradas de tierras baldías,

compuestas de sabanas remotas, montañas y algunos caños, en donde también subsisten los

gentiles Guahibos‖. En total se calculó por entonces (1825) que en el Cantón del Norte

había 336 leguas de tierras baldías ―habiendo quedado excluidos de esta tasación los

resguardos de los pueblos de Lipa, Iguanitas, Cuiloto y Cravo, los cuales, con excepción de

Cuiloto, no se hallan fundados, pues la guerra los demolió, pero sus habitantes tratan de

hacerlo porque aunque al presente se hallan en los montes...‖. Entre tanto, las montañas

comprendidas desde el río Ele hasta el río Atauquita, estaban ―habitadas por los gentiles

Tunebos, el lugar de Arauquita [era] habitado por varias partidas sublévadas de indígenas

que se [hallaban] reunidas en aquel paraje‖ (Informe, 1825, fis. 868-873).

Un conjunto de causas, todas ellas estrechamente relacionadas con la depresión y ruina

generalizada que se vivió en los Llanos a partir de las guerras de independencia, explican la

desestructuración de aquellos pueblos de indios que aún subsistían que fueran fundados en

los siglos XVII y XVIII, lo mismo que el menoscabo de las misiones religiosas. En este

sentido, el Corregidor y Juez Político del Departamento de Chita señalaba que los naturales

comprendidos en los pueblos de su partido (Chita, Cocuy, Guacamayas, Boavita, Chirca y

Güicán), que habían dado prueba de su contribución y servicio a la causa libertadora,

estaban reducidos a la miseria, quedándoles cómo único recurso para su Sustento las tierras

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de sus resguardos (Corregidor, 1820, fi. 86). También, la resistencia de los indios a pagar

tributo contribuyó al despoblamiento de vatios de los antiguos pueblos de misiones al huir

los ―naturales‖ a los montes:

“Los pueblos de C hisca y G ü icán, que son misiones, se vieron en tiempo anterior es el

mejor aumento por los rápidos progresos que iba haciendo en ellos la conversión de los

infieles, al celo y política moral que observaron aquellos ministros evangélicos, pues sólo

en el pueblo de Güicán se llegaron a contar ciento y tantos indiecitos de doctrina; pero

!qué dolor! luego que se trató de exigirles el tributo a los que ya convertidos y cristianos

moraban en el pueblo, detestaron y apostataron de la religión, huyendo a los montes a

donde antes era su residencia y en número tan considerable que de los convertidos no

quedaría la décima parte, quedando tan escarmentados que en tantos años que han pasado

no se ha arrepentido uno de aquellos, pero muchos menos convertirse un infiel, aunque

hayan tratado de persuadirlo, siendo la respuesta uniforme de todos, que no quieren

nuestra religión, porque los obligan a pagar tributo, y que ellos son libres desde su

nacimiento”. (Angarita, 1820, fi. 90. Véase también Moreno, 1820, fis. 65,72-75,77;

Montaña, 1821,fls. 80,81).

En otros casos, la crisis producida por las guerras de independencia y las dificultades para

controlar la extensa llanura, estimularon la formación en la región de grupos de ―indios

cimarrones‖ y de ―zambos‖ dedicados al saqueo, que pretendieron además engrosar su

número mediante el asalto y la captura de indios de los pueblos de misiones (Blanco, 1820,

fis. 1088-1091). Otra de las causas que contribuyó a la extinción de los ya deprimidos

establecimientos o ―reducciones misioneras‖, además de la huida de los indios a los

montes, fue la falta de recursos económicos pata el. mantenimiento de la iglesia y la

doctrina. Los ganados y bienes de las antiguas haciendas fueron tomados pata el sustento de

las tropas, lo mismo que los fondos que originalmente sirvieron de base económica para la

conformación de pueblos de indios en los Llanos:

―En oficio de 20 de septiembre pasado No. 676 me previene indique a V. S. los medios que

puedan adoptarse para repoblar los pueblos destruidos en las misiones de Meta y Cuiloto:

para hacerlo con la extensión y claridad posible y que se logre el éxito, caso que la empresa

se realice, es preciso suponer, primero, que las iglesias así como las casas de los antiguos

pobladores enteramente desaparecieron. Segundo, que igual suerte sufrieron los fondos que

se establecieron en el principio de su fundación, para socorrer los indígenas de ambas

misiones y manutención de sus iglesias consistentes en ganados y bestias que se sacaron de

las haciendas de Macuco, Guanapalo, Surimena y Casimena. Tercero, que los indígenas se

han retirado a los montes y recobraron su primitiva salvaje vida‖. (Camacho, 1823, fis.

652,653; 1823, fis. 604-607; Lee, otros, 1824,fls. 888-893).

Muchos otros testimonios de la época dan cuenta de la precaria situación económica de los

Llanos, que hacía imposible la adecuada administración de la región, lo mismo que del

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lamentable estado de las poblaciones. En 1824, cuando renunciara el Juez Político ordinario

del Cantón Oriente,, Teniente Coronel Getónimo Nabas, el Gobernador de Casanare

solicitó al Gobierno Superior que no se aprobara la renuncia en referencia ya que durante la

administración de Nabas habían mejorado considerablemente los pueblos, ―o por mejor

decir, él los ha creado de nuevo, pues se hallaban en una lamentable languidez y

desolación‖. El mismo Gobernador atribuyó la causa de la renuncia de Nabas a las

dificultades económicas de la administración. regional, de ahí el pago inoportuno de los

sueldos por falta de compradores de ganados y de la notable. escasez de caballos que

impedían la administración de las haciendas, de donde se satisfacía tal salario (Nabas, 1824,

fis. 256, 257). Por los mismos años la Junta Provincial de Casanare solicitó la construcciÓn

de varios puentes y la composición de caminos, ya que la falta de aquellos y el mal estado

de éstos obstaculizaban el comercio y las comunicaciones de dicha Provincia con las de la

antigua- Nueva Granada. La misma Junta planteó la necesidad de la ―reducción de los

bárbaros indígenas‖, labores todas éstas que en conjunto debían emprenderse para

―desarrollar la riqueza que hoy está muerta‖ (Junta Provincial, 1825, fi. 224). No sólo el

mal estado de los caminos sino también el dominio territorial que sobre algunas áreas

habían alcanzado por entonces los Guahibos, ‗contribuyó a agravar ‗la ostensible crisis

económica de los Llanos y la tuina de las poblaciones que ya desde las guerras de

independencia se había iniciado... a todo esto se sumó la epidemia de viruela:

―Notoria y sabida es la cruel persecución que los habitantes de esta provincia sufren de los

bárbaros llamados guagivos; pero en ninguna parte los peligros son mayores que en el

tránsito de esta capital al cañón de Arauca. El comercio y las comunicaciones casi están

obstruidas de una a otra, a causa de que no pueden viajar dos o tres personas solas sin

arriesgar su vida a eminente (sic) peligro como la triste experiencia los acredita. ¡Cuántos

han sido asesinados en aquellos desiertos y pasos montuosos y difíciles de los ríos y caños

que hay que atravesar!. La dificultad y el riesgo momentáneamente se aumentan con la

destrucción que van experimentando las parroquias de Tame, Macaguane, Betoyes y

Cuiloto. Situadas éstas en el tránsito, son un apoyo y consuelo a los pasajeros y temor a los

salvajes. Como se compongan de indígenas, gentes miserables, por consecuencia de la

viruela, y aun de las exacciones que se les [ilegible) de numerosas que eran han quedado

reducidas a tan corto número de vecinos que ninguna alcanza aciento...‖. (Junta Parroquial,

1825, fis. 103,104).

Page 291: Colombia Orinoco

291

Lámina de la Comisión Corográfica. Mediados del siglo XIX

Frente al obstáculo que, según las autoridades regionales de la época, constituía la

existencia de ―indígenas salvajes‖, se solicitaron recursos económicos y se propusieron

posibles estrategias pata su reducción. Una de estas consistía en ―darles socorros de carne y

algunas herramientas‖ a los ―indígenas errantes que salen a las poblaciones del Meta en

capitanía de 200 y 300‖, haciendo uso de los virtuales reçursos de las haciendas. Se sugirió,

además, que estos socorros de carne y herramientas debían ser entregados a Siriaco

Córdoba, hombre blanco que vivía entre los indígenas errantes, todo lo cual tenía como

principal fin fundar poblaciones, ya que eran ―muchos los indígenas que podían civilizarse

en las costas del Meta, Casanare y del Arauca‖, poblaciones que serían guiadas por cuatro o

seis hombres que les enseñarían a los nativos a ―trabajar, a construir sus casas, a que los

mantengan siempre reunidos, y a que cuiden las herramientas y demás con que sean

auxiliados‖ (Camacho,. 1826, fi. 237). Sin embargo, la puesta en práctica de las estrategias

sugeridas significaba la disponibilidad de recursos económicos, los cuales eran escasos,

tanto por el estado de ruina que en la región había causado la guerra (especialmente en

cuanto al bajo .número de ganados), como por la saca ilícita hacia Venezuela de las pocas

cabezas de vacunos que hablan quedado después de la guerra:

―... la actual situación de este Cantón (Chire) es dueña de la más grande compasión a

consecuencia de la suma pobreza e infelicidad que envuelve a sus habitantes los que la

mayor parte son indígenas infelicísimos, pues uno y otro que tengan algunos cortos bienes

en ganados vacunos, perdieron la mayor parte de ellos en el año próximo pasado de 1826,

que por algunos extra i dores (sic) de ganados de esta provincia para la de Venezuela

actualmente se lo llevaron, dejándoles por este medio infeliz, en virtud que como apenas

Page 292: Colombia Orinoco

292

empezaban a procrear por rebaños muy pequeños por muy pocos que les quitaron los

dejaron destituidos, siendo tan verídico que con excepción de cinco individuos que residen

en toda la comprehensión del Cantón que tienen un medio pasar, el resto de habitantes

deben titularse mendigos pues no piden limosna por un acto de virtud, todo promovido de

los motivos siguientes: primero, y principalmente el que la guerra pasada desoló a este

Cantón con tal efecto que hasta el año 1821 no se veía en toda la extensión de sabana que

comprende a éste, que es desde el río Cravo al de Aríporo, un solo mueble de la especie

cabalgar o vacunos, pues todo se había consumido por las tropas republicanas y nada por

los españoles, debiendo o llegaban (sic) con verdad que ninguno de los cantones de esta

provincia le iguala a éste en la destrucción y desolación, y sin que parezca temeridad el

asegurar que de todos los cantones de que se compone la República, apenas se presentará

igual a éste en los padecimientos, y patriotismo, lo que por su notoria publicidad

físicamente está probado, sobrepasándole en mayor grado de las otras parroquias de este

Cantón, la ciudad de Chire que no tan sólo cooperó con todos sus habitantes; que la mayor

parte murieron en la lucha de la independencia, sino con todos los intereses de que existía,

pues con todo contribuyó para sostener las emigraciones y tropas de la República, no

reservando ni los vasos sagrados y demás fincas destinadas al servicio del culto divino, su

cofradía de donde se cubría la congrua sus tentativa del curay oblata, todo, todo lo tomó el

Estado y hasta la fecha apenas se le han devuelto cuatro piezas de las del servicio del

templo, lo que se ha conseguido en virtud de los repetidos reclamos hechos por esta

municipalidad y por último de sus sacrificios incendiado por las tropas republicanas con el

objeto de que no se refugiase en él las tropas enemigas, todo lo expuesto ha impedido e

impedirá el que se conserva y progreso este cantón, (sic) inter la representación nacional

en mérito del relato que quedó hecho no le facilite su felicidad concediéndole algunas

exensiones de algunos de los pechos con que se hayan gravados sus habitantes con el de la

captación y el de estipendio con que se hayan gravados los indígenas de las parroquias

conocidas antes con el nombre de Casanare, cuyo gravamen no alcanzaban a cubrir por

impedírselo su actual estado de pobreza y que cuando se llega el caso de ejecutarlos al

pago de algunas dichas pensiones por sus res prctivos jueces toman el arbitrio de fugarse a

los montes con sus familias, de donde jamás vuelven; efecto físico y que en grado excesivo

de pocos años a esta parte, ha causado la despoblación de dichas parroquias...”. (Moreno,

1827, f l s. 183-186).

Las guerras de independencia no sólo causaron una notable escasez de recursos y la

disminución sensible del comercio regional e interregional sino, además, la pérdida de los

sistemas de control sobre aquellos núcleos de población indígena que durante el siglo

XVIII estuvieron adscritos a pueblos y misiones. El caso de los Tunebo, que habían estado

sujetos durante el período colonial al régimen de doctrina, constituye un ejemplo de la

nueva situación que se planteara en la primera mitad del siglo XIX: éstos habían

conformado núcleos de población en zonas de refugio que estaban al margen del control

Page 293: Colombia Orinoco

293

político-administrativo y religioso y habían adquirido la condición de ―infieles‖, motivo por

el cual el nuevo té gimen expidió decretos para lograr su ―conquista‖ y ―civilización‖:

―Habiendo extendido la visita de provincia hasta los pueblos de Güicán y Chiscas situados

al pie de la sierra donde están radicadas considerables porciones de indígenas infieles, que

son allí conocidos con el nombre de Tunebos, he hallado un objeto bien digno de la

benignidad y celo del gobierno. Confieso que carecía de esta noticia y al ver la facilidad

con que se pueden atraer éstos a la religión, e introducir civilidad entre ellos, he creído de

mi deber buscar arbitrios para este fin ".

―Ofíciese a los curas de las parroquias de Chiscas y de Güicán, diciéndoles que esta

prefectura ha propuesto al supremo gobierno la conquista y civilización de los indígenas

tunebos, que para dar órdenes del caso, el gobierno quiere conocer por menor los medios

que podrán adoptarse para reducirlos a poblado y civilizarlos; que para evacuar este

informe la prefectura quiere oír lo que sobre el particular dirán y aconsejarán los

expresados‘ curas...‖. (Prefectura, 1829, fás. 200, 202).

El abandono de fundaciones y pueblos por parte de los indígenas fue una constante

histórica regional durante la segunda mitad del siglo XIX. Las autoridades locales

consideraban que ―la fuga de los naturales hacia los montes‖ se debía al cobro de la

contribución personal con la cual no podían cumplir los indígenas dado que ―en aquellos

pueblos no se encuentran vecinos blancos agricultores o criadores que los puedan ocupar,

siendo para ellos muy dificultoso hallar dinero si no es ausentándose a tres o cuatro días de

distancia a hacer trabajo, como al cantón de Arauca y al del centro‖. En el año de 1830 se

produjo la fuga de ―los indígenas de Tame y Betoyes por cobrarles la contribución

personal‖ y en consecuencia se propuso que el prefecto de Boyacá ptocutata formar una

milicia de hombres blancas y honrados que se encontraran en los pueblos para la reunión de

los indígenas que se habían fugado y para la ―recolección‖ de, los que habían variado de

domicilio, lo mismo que para el control de los testantes (Osorio, 1830, fis. 140,140a;

Vesga, 1829, fls, 147,148). Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos para adelantar las‘

acciones sugeridas, tendientes a evitar la fuga de los indígenas hacia los montes, fueron

pocos los resultados conseguidos dada la escasez de recursos económicos, tanto en la

instancia regional como en la ―nacional‖, lo cual impidió la vinculación y sostenimiento de

misioneros y milicias, reduciéndose la capacidad de control de las autoridades locales

frente a los grupos nativos, que poco a poco fueron recobrando su vida ―errante y salvaje‖ y

retornando a su estado ‗‗gentil‘‘ haciendo suya una territorialidad cada vez más amplia con

base en patrones de caza, pesca, recolección y horticultura, configurándose así una nueva

situación sociocultural en la historia dé los Llanos, a cau6a de la crisis económica y

político-administrativa del nuevo régimen cuyos sistemas de control y de poder no

alcanzaban los linderos de las extensas llanuras.

Page 294: Colombia Orinoco

294

La obra adelantada por la Comisión Corográfica entre los años de 1855 y 1856, y dirigida

por el General Agustín Codazzi, permite establecer el retorno de distintas etnias y grupos

indígenas a sus territorios tradicionales después de las guerras de independencia que habían

provocado un notable declive demográfico (de ―libres‖, ―mestizos‖ e indios de las

reducciones) y, con ello, una disminución de las presiones sobre la población nativa.

Aquellos miembros de las sociedades indígenas que habían sobrevivido gracias a haberse

internado en zonas de refugio y, en consecuencia, libres de las ―pestes y las enfermedades‖,

hicieron posible la reconstrucción dé grupos que progresivamente ocuparon aquellos

territorios donde años antes misioneros, hacendados y colonos se habían establecido. La

observación de las fuentes cartográficas elaboradas por la Comisión en referencia, a

mediados del siglo XIX, así lo demuestran.

En este contexto de recuperación demográfica y de acceso a sus territorios tradicionales, los

grupos indígenas sobrevivientes volvieron a encontrar en el cultivo del maíz, de la yuca

(dulce y amarga), lo mismo que en la caza, la pesca y la recolección, las fuentes básicas

para su reproducción. Las ―Noticias de la Comisión Corográfica‖ dan cuenta de la situación

general indígena en los Llanos por el año de 1856, de sus actividades, del aprovechamiento

de los recursos y de sus características socioculturales.

Según la apreciación de los miembros de la Comisión Corográfica, y particularmente de

Agustín Codazzi, no habría sido difícil reducir estos distintos grupos indígenas a la ―vida

social‖, y sus ―limitadas facultades intelectuales‖ se modificarían con el tiempo y ―con la

mezcla con otras personas más inteligentes que ellos‖. Según el concepto de la Comisión en

referencia, estas ―razas‖ no habían progresado. Por el contrario, habían disminuido por el

efecto de las pestes y de las enfermedades, muchas de las cuales no conocían antes, como la

viruela y el sarampión que habían ―hecho estragos y destruido razas enteras‖. Codazzi

comentaba que en sus viajes al alto Orinoco observó que ―ríos enteros habían quedado sin

un solo poblador‖, porque los indios habían muerto de sarampión excepto algunos que se

habían internado en la selva huyendo de la enfermedad.

El mismo Codazzi, en su condición de director de la Comisión Corográfica,. consideró

como los dos más grandes obstáculos para el desarrollo de la Provincia de Casanare, la

existencia de los indios y las condiciones climáticas del territorio. Estimaba que ―para hacer

retroceder a estos bárbaros se necesitaría de una gran población, la que no podía llegar sino

paulatinamente. El mismo geógrafo observaba que por entonces era imposible hacer la

guerra a los indios o emprender su reducción total, pero creía que no era difícil alejar sus

incursiones (Ardila, Lleras, 1985, pp. 262, 263). En síntesis, las medidas propuestas por la

Comisión para ―poblar los Llanos Orientales‖ consistían en la mezcla de los nativos con

una ―gran masa de población‖ (no indígena), lo mismo que la distribución entre ellos de

herramientas y regalos:

Page 295: Colombia Orinoco

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“No debemos creer que los indios de Casanare y Meta se podrán reducir con discursos ni

aprendiendo la doctrina cristiana. Esas cosas se conseguirán más tarde, cuando una

gran masa de población se haya mezclado con ellos y hayan formado una raza distinta,

como ha sucedido con las demás partes de la república.

Entre tanto se debería hacer lo que hacían en otra época los misioneros, sirviéndonos en

lugar de éstos, de hombres de color, acostumbrados no solamente al clima, sino a tratar

con tribus.

Estos tendrán el título de Capitanes pobladores y se les daría lo necesario para atraer con

regalos algunas familias a vivir en ciertos puntos sobre el río Meta. Allírecibi rían

herramientas, levantarían chozas y se les daría carne y vestuario... Naturalmente el

capitán poblador habría de dar a sus indios participación en las ganancias, para que con

ellos podrían formar siembras de tabaco y café”. (Ardila, Lleras, 1985, p. 266).

Efectivamente, la incursión de contingentes de población que en calidad de extractores (de

quinas, garcetos; pieles, etc.) y que en condición de colonos fueron ingresando y

estableciéndose en los Llanos desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX,

generaría procesos de ocupación y poblamiento estructuralmente diferenciados de aquellos

que habían permitido hasta entonces la reproducción de los grupos nativos y, literalmente,

harían ―retroceder a estos bárbaros‖, los indios, como expresara Codazzi. Desde mediados

del siglo XIX se emprendió una guerra de exterminio, especialmente contra los Guahibos,

Cuivas y Chiricoas... esa guerra continuó a lo largo del siglo XX.

BIBLIOGRAFÍA

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despoblamiento por obligársele a los indios a pagar tributo‖. Archivo General de la Nación,

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Montaña, José Antonio. ―Solicitud del Síndico Procurador Municipal Interin del Cantón de

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Moreno, José Nepomuceno. ―Solicitud para que se exima del pago de tributos los indios

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Fondo Indios; Tomo 1; folios 65, 72-75, 77. Año 1829.

Page 297: Colombia Orinoco

297

Moréno, José Nepomuceno. ―Solicitud para que se exima a los indios del pago de algunas

obligaciones (capitación, estipendio y oblata) y fuga de éstos a los montés‖. Archivo

General de la Nación, Sección República; Fondo Indios; Tomo 1; folios 183-186. Año

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Navas, Gerónimo. ―Carta de renuncia del Juez Político del Cantón & Oriente. Macuco‖.

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Vesga, Francisco Javier. ―Exposición de motivos sobre la necesidad del cobro de tributos a

los indios y la fuga de éstos a los montes produciéndose la extinción de los pueblos‖.

Archivo General de la Nación, Sección República; Fondo Indios; Tomo 1; folios 147-148.

Año 1829.

Page 298: Colombia Orinoco

AVENTUREROS, CRONISTAS Y CIENTÍFICOS EN LA ORINOQUIA

MARIO MEJIA GUTIERREZ

El recuento de exploradores, viajeros y científicos en la Orinoquia podría presentarse al

menos en dos grandes períodos: colonial y republicano, excusando referencias a los

viajeros de la mitología indígena.

La época colonial se manifiesta en correlación con las tres políticas metropolitanas que se

sucedieron en la administración de los asuntos americanos: la de los Reyes Católicos, la de

los Austrias y la de los Borbones.

La época republicana, a su vez, acusa la influencia del balance de poder entre Europa (en

particular Inglaterra) y los Estados Unidos de América con respecto a sus intereses en

Sudamérica. Desde luego ocurrió alguna expresión de nacionales en la exploración de los

territorios de cada país.

Page 299: Colombia Orinoco

299

El presente relato llega hasta la década de 1950, es decir, hasta una época en que los

aventureros de sello personal han sido ya reemplazados por empleados de instituciones. No

nos referiremos a la labor de estas instituciones ni de sus contratistas.

Período de los Reyes Católicos (1492-15 19)

Inocencio VI concedió en 1486 la Bula del patronato a los Reyes Católicos, donde la

cooperación entre la Iglesia y el Estado cae bajo la dependencia de este último, al acceder

al derecho de proponer candidatos a los nombramientos eclesiásticos. En Bulas de 1493

Alejandro VI otorgó a los Reyes Católicos el derecho exclusivo de evangelización. El "Pase

Regio" de 1538 facilitó luego a los Habsburgos controlar toda disposición eclesiástica a las

áreas de conquista, y poner en marcha la política de "reducciones" (a cargo frecuentemente

de misioneros), paralela a la de "encomiendas" (casi siempre a favor 'de los militares

conquistadores).

Las "capitulaciones". constituyeron el inicial instrumento descubridor de los Reyes

Católicos, modalidad qué sería heredada por los Austrias o Habsburgos.

Fue Fernando. el Cátólico quien en 1514, determinó convertir la aventura, americana en

empresa estatal de colonización, hecho que ocurre con la expedición de Pedrariás a Urabá

(Alvarez, 1944). El teólogo Francisco de Cobos redactó para ésta empresa el famoso

"requerimiento".

"...y al cabo de diez y siete días los cuales nuestro señor me dio de próspero viento, martes

31 de julio de 1498 a medio día nos amostró tierra, e yo la esperaba el lunes antes... . Esta

vez no fue Rodrigo Triana quien gritó tierra! sino Alonso Pérez a la vista de Trinidad. A

continuación Colón (en su tercer viaje) explora las costas del Orinoco:

"torno a mi propósito de la tierra dé Gracia y rió y lago que allí hallé, a tan grande que más

se le puede llamar mar que no lago mas yo muy asentado tengo en el ánima que allí donde

dije es el Paraíso terrenal..." (Gómez. 1978); es el Mar Dulce de Colón.

Alonso de Ojeda, compañero de Colón en su segundo viaje, contaba con el apoyo de su

homónimo y primo, inquisidor de España, íntimo del obispo de Burgos Juan Rodríguez

Fonseca, malqueriente de Colón. Es así como el de Burgos favorece la aventura de Ojeda,

financiada (no por la corona, que ya había adquirido compromisos con Colón) sino por

comerciantes de Sevilla. En esta expedición vienen Juan de la Cosa; para morir en Turbaco,

Américo Vespucci, para dar un nombre al continente, y Juanoto Berardi, proveedor de

armas, agentes de los Médicis y representante de Colón ante la corte. Zarparon el 18 de

mayó de 1499. Su periplo por las costas del norte de Sudamérica los llevó desde las

Guayanas hasta Urabá, ésta la gobernación concedida a Ojeda.

Al poco tiempo de Ojeda zarparon Alonso Niño (compañero de Colón en dos viajes) y

Cristóbal Guerra, arribando al Golfo de Paria y regresando a España a principios de 1500.

Page 300: Colombia Orinoco

300

Vicente Yáñez Pinzón avistó costas del Brasil en enero de 1500. A su regreso, costeando,

es bautizado el Orinoco como río Dulce; al retorno, cargado de palo brasil para tintorería de

textiles, hizo escala Yáñez en La Española el 23 de junio de 1500.

En febrero de 1500 salió de España Diego de Lepe, quien viajó hasta cabo San Agustín

(Brasil) en cacería de esclavos. Cristóbal Guerra especializó su segunda expedición a Paria

enel "rescate" de perlas (Gómez 1978).

Con Colón, Ojeda, Niño, Yáñez, Guerra y Lepe se cierra el período de los Reyes Católicos,

para Continuar con el de los Austrias.

Período de los Habsburgos (1519 - 1700)

Los jesuitas fueron en Sudamérica los principales (y a veces únicos) ejecutores de la

política imperial y misional, mediante las "reducciones" de los Llanos, Maynas, Quijos,

Chiquitos y Guaraní, que constituyeron la real posesión española en la indefinida frontera

luso-española, donde cada una de estas coronas realizaba operaciones expansivas.

Expulsados por los Borbones en 1767, al ser considerados un peligro político para la

"modernización ilustrada", los jesuitas constituyen la fuente fundamental de crónica

exploradora y viajera de los Llanos de Colombia: Gumilla, Rivero, Gilij, Cassani son los

cronistas más conocidos de aquella época; Mercado, por el contrario, es el menos

mencionado de este grupo.

Dos aventureros inauguran el período de los Austrias: Juan Berrío o Berrío de Queixo, en

1520, fracasando en forzar las barras del río y regresando con el nombre del curso bajo:

"Uyaparí"; allí naufragó Juan Cornejo en 1531. (Gómez, 1978).

Diego de Ordaz, 1531-32, remontó el Orinoco desde el mar en extensión del orden de mil

kilómetros, hasta los grandes raudales a la altura de Ayacucho, virando luego, guiado por el

indígena Tanate, por las bocas del Meta hacia arriba. Este buscador de Eldorado, había

ganado de Carlos V escudo de armas y títulos de comendador de Santiago y adelantado del

río Marañón por sus aventuras al lado de Ojeda, Juan de la Cosa, Cortés y Velázquez. Fue

el primer europeo en. escalar el Popocatepetl. El 20 de mayo de 1530 se firma su

capitulación:

"...primeramente vos doy licencia e facultad para que por nos y en nuestro nombre y de la

corona real de Castilla podays conquistar y poblar las dichas tierras y provincias que hay

desde el dicho río del Marañón hasta el cabo de la Vela de la gobernación de los dichos

alemanes en que puede ayer dozientas leguas de costa poco más o menos con tanto que no

toqueys en cosa alguna que sea dentro de la demarcación del serenísimo Rey de Portugal

nuestro hermano...

Zarpó Ordaz de San Lúcar de Barrameda el 20 de octubre de 1530. Sus tenientes Jerónimo

de Ortal, Alonso de Herrera y Alvaro de Ordaz, sucedieron a Diego de Ordaz en las

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301

exploraciones del Orinoco con insuceso. Fue envenenado por su rival Ortiz de Matienzo en

viaje de dilucidación de discordias a la Real Audiencia de Santo Domingo. Antonio Sedeño

compitió con Ortal desde la gobernación de Trinidad, y murió rumbo al Meta, "enyerbado

por cierta india esclava". Se atribuye a Diego de Ordaz la fundación de efímera vida de

Santo Tomás de las Guayanas en 1532, cerca de las bocas del Caroní en el Orinoéo

(Gómez, 1972; Mejía, 1993). Herrera reconoció el Meta ampliamente en 1535 (Acevedo,

1974). Mientras Ordaz y sus tenientes invirtieron la década de 1530 buscando El dorado de

Manoa por el Orinoco y el de los Andes por el Meta, los Welsers creyeron hallarlo por el

piedemonte del Llano: desde Coro-Venezuela los agentes de los Belzares, banqueros

alemanes financieros de Carlos V, buscaron el paso hacia el Birú por el pie de monte de la

Cordillera Oriental,, llegando hasta los ríos Caguán, Guaviare y Vaupés de una parte, y

hasta Cundinamarca por otra: Jorge Hobermuth von Spira 1536, Nicolás von Federman

1538, Felipe von Hutten 1541. Se atribuye a Federman la fundación de nuestra Señora de

Fragua en 1538, que se repetiría 18 años después como San Juan de los Llanos, en

cercantas del río Guape, tributario del Ariari, por Juán de Avellaneda, subalterno de los

Quesadas de Santa Fe de Bogotá (Acevedo, 1974; Mejía, 1984; Arciniegas, 1988).

El clan de los Quesadas organizó diversas aventuras hacia Oriente: Hernán Pérez de

Quesada, 1542; Juan de Avellaneda, 1555; Frañcisco Pérez de Quesada, 1556; Antonio de

Berrío y su hijo Femando, 15 84-97, y luego su nieto Antonio de Mendoza.

Hernán Pérez de Quesada explora los piedemonte del Caquetá y del Putumayo, 154 1-42;

mueren siete mil de sus ocho mil indios cargueros; la expedición es licenciada en Sibundoy,

valle que ya venía siendo conquistado y colonizado desde Pasto (Mejía, 1993). Hernán se

titulará después "descubridor del país de la canela" (Arciniegas, 1988).

Mocoa y Ecija de los Sucumbíos son fundadas en 1556 por Francisco Pérez de Quesada

para explotar con brazos de indio placeres auríferos. Estos poblados son pronto destruidos

por las tribus cofanes y encabelladas (Mejía, 1993).

Ambos hermanos, Hernán y Francisco, mueren de rayo en puerto sobre el Magdalena

mientras viajaban a Cartagena para dirimir sus pleitos con los Lugo de Santa Marta, ante la

llegada del visitador Diez Aux de Armendáriz (Arciniegas, 1988).

El 27 de octubre de 1561 le es cortada la cabeza, después de arcabuceado, a Lope de

Aguirre, apodado "el tirano", "en el amplio escenario que tenía por fondo a Barquisimeto".

Aguirre había desembarcado su tropa (en especial sus enfermos) en la isla de Margarita,

bahía de Paraguache, ,hoy de El Traidor, el 20 de julio de 1561. Su ingreso por el Orinoco

probablemente buscara la reconquista del Birú, quizás retomando por el Casiquiare al

Amazonas. Esta célebre aventura venía siendo planeada por el virrey del Perú y marqués de

Cañete Don Andrés Hurtado de Mendoza desde 1559, con el objeté de ocupar a los

levantiscos del Perú y de Quito en la conquista del país de Omagua o de Eldorado.

Page 302: Colombia Orinoco

302

Partieron los guerreros desde el Cuzco, vía Quito, a los astilleros de Topesana en el

Huallaga, de donde zarparon el 26 de septiembre de 1560. El lo. de enero de 1561, el jefe

de la partida, Don Pedro de Ursúa (el enamorado de Doña Inés de Atienza) fue asesinado

por Aguirre en las bocas del Putumayo. Dice Aguirre en su carta de rebeldía a Felipe II:

"...a la salida que hicimos del río de las Amazonas, que se llama el río de Marañón, vine a

una isla de cristianos que se llama La Margarita... (Gómez, 1978).

En febrero de 1569, saliendo de Santa Fe de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada, ya con

setenta años, expedición a desde sus encomiendas del piedemonte llanero con 300

españoles, 1.500 indios, 1.100 caballos, 600 vacas, 800 cerdos, buscando El dorado hacia

Guayana (Manoa); al cabo de dos años y medio regresan a Bogotá cincuenta españoles y

treinta indios. Se calcula en 150 mil ducados la inversión personal de Quesada en esta

entrada (Mejía,1993; Arciniegas, 1988).

La uva caimarona o camuirró (Pourouma cecropiaefolia) es descrita por el cronista. Juan de

Castellanos en textos de Elegías de varones ilustres de indias(Patiño, 1985), con motivo de

este viaje. No obstante el alto costo de su aventura, Gonzalo Jiménez de Quesada obtiene la

gobernación de El dorado. Dice en su testamento:

"Declaro por mi sucesor en la segunda vida de la dicha gobernación de Eldorado al capitán

Antonio de Berrío, marido de Doña María (de Oruña), mi sobrina, o si él fuese muerto, a su

hijo mayor (Fernando), y asilo suplico a su majestad lo conforme a la merced que me hizo

de ello"(Arciniegas, 1988).

En 1574 se llevó a cabo la segunda tentativa de Don Pedro Malaver de Silva en busca de

Eldorado; de sus 170 hombres sólo sobrevivió Juan Martín de Abújar quien de prisionero

de los indios pasó a cacique, fugándose luego a Margarita (Gómez, 1978). Don Antonio de

Berrío era veterano de guerra en Lombardía, Flandes e Italia, y contra moros en Africa. Fue

el primero en establecer la ruta Bogotá - río Casanare - Meta Orinoco - Guayana - Trinidad

en 1584 -86;. llamó al río Meta, Candelaria; fundó el efímero poblado de Santísimo

Sacramento en el estrecho de Barraguán (entre las bocas del Meta y del Apure). En su

segunda viaje desde Bogotá, 1591 93,fundó en Trinidad a San José de Oruña; un poco más

arriba del complejo del delta pobló Santo Tomás de Guayana en 1593, lo que ahora se

llama los Castillos de la Guayana; luego promovió mediante su teniente Domingo de

Ibargoen y Vera la más numerosa expedición del siglo XVI a América: familias enteras

hasta 2.000 personas, 20 capitanes, 22 religiosos, zarparon de San Lucár de Barrameda el

23 de febrero de 1596. A la vista estaba Eldorado, hacia Manoa como lo informara a Berrío

el cacique Morequito. Tan lucida esperanza se esfumó prónto: desaveniencias con el

gobernador Vides de Cumáná por disputas territoriales, fracaso del capitán Alvaro Jorgé

con la flor de lbs soldados en busca de Manoa, y aparición de Raleigh en escena: quemó a

santo Tomás y tomó preso a Berrío; luego de liberado, murió Berrío en 1597 en Santo

Tomás a la edad de 75 años. (Gómez 1978). Con la expedición de Berrío, 1596, vino a

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América el jesuita Bernabé Cobo, de vocación naturalista, quien pasó a Santo Domingo en

1597 y a Cartagena en 1600; de 1629 a 1642 trabajo en Centroamérica, y luego se radicó en

Lima, donde murió en 1657. De su extensa obra Historia del Nuevo Mundo los libros

qóinto y sexto tratan de plantas americanas, en general peruanas. Su permanencia en el bajo

Orinoco fue fugaz (Patiño, 1985).

El lugarteniente de Raleigh, Lawrence Keynes, informó a Europa sobre el curare en su

segundo viaje (1617-18). Sir Walter Raleigh, poeta, filósofo, historiador, marino, cortesano,

inventor, estadista, pirata, iniciador del imperio inglés, en 1595 organiza su primera

aventura guayánica, dos más en 1615 y una cuarta en 1616. En su fantasioso libro El

descubrimiento del vasto, rico y hermoso imperio de la Guayaná recoge la leyenda de

los hombres-rayas, de Sipapo, que tienen la boca en el ombligo. Según Raleigh "Guayana.

es un territorio que nunca ha sido saqueado ni explotado, la tierra jamás ha sido arada ni la

bondad del suelo ha sido nunca abonada, las tumbas no se han abierto para sacar el oro, las

minas no se han excavado ni los templos se han saqueado...". "El soldado común peleará

por el oro, y se podrá pagar a sí mismo sin encogimiento con patenas de medio pie de

anchas...". Encerrado 13 años en la Torre de Londres bajo el cargo de conspiración contra

el rey Jacobo (sucesor de la "Reiná Virgen", Isabel), se dedicó a meditaciones y artes de

laboratorio de donde resultó su monumental obra Historia del Mundo. Pierde su cabeza,

mejor dicho se la cortó el verdugo en 1618, al regreso de su cuarta piratería, porque ya tenía

perdida desde 1595 cuando empezó a soñar con Eldorado de Mánoa y desde que su hijo

murió en lucha con los españoles en 1616 (Mejía, 1993; Gómez, 1978).

Don Manuel Martín de Mendoza y Berrío, sucesor de Fernando Berrío (hijo éste de

Antonio), costeó al jesuita Dionisio Mesland para que hiciera fundaciones en la Guayana.

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304

Don Martín fundó en 1643 el Triunfo de la Cruz y Nueva Cantabria del Orinoco, efímera,

aunque próspera, cerca de la actual Cabruta (Gómez, 1978).

Desde temprano el siglo XVII, los jesuitas venían construyendo sus reducciones: Paraguay

desde 1609, Casanare desde 1611, Maynas desde 1619. El origen jurídico de esta forma

político - religiosa se atribuye a las leyes de Burgos, 1512; a las instrucciones a los padres

jerónimos, 1516; a las Nuevas Leyes, 1545; la reducción en poblados había sido propuesta

por Fray Bartolomé de las Casas, 1516, quien fracasó en su intento en Cumaná, 1520

(Iribértegui, 1987).

El jesuita Pedro de Mercado nació en Riobamba (Ecuador) en 1620; ingresó a la Compañía

en Quito en 1636 y pasó al Nuevo Reino en 1655 como párroco del real de minas de Santa

Ana (Falan, Tolima). Fue rector en Honda en 1659, maestro de novicios en Tunja en 1667,

rector de la Universidad Javeriana en Santa Fe en 1687, viceprovincial en 1689. Murió en

1701 en Santa Fe. La Historia de la provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de

Jesús, del padre Mercado, cubre el período 1618 - 1683. Algunos de los párrafos de la obra

del padre Rivero son copia textual de Mercado y"puede decirse que la mayor parte de la

obra del padre José Casani, Historia de la Compañía de Jesús de la provincia del Nuevo

Reino de Granada, no es sino un resumen y arreglo de la obra del padre Mercado (según el

jesuita Juan Manuel Pacheco en el prólogo de la edición de la mencionada Historia del

padre Mercado, 1957 (Biblioteca de la Presidencia de la República de Çolombia).

La alianza de la casa Berrío con los jesuitas obra durante la Gobernación concedida a

aquellos. Don Fernando Arias de Berrío confía su doctrina de Chita a lo~ jesuitas y desde

allí visita con el padre Miguel Jerónimo de Tolosa las fundaciones de Morcote, Támara y

Pauto, que son luego asistidas respectivamente por los padres Diego de Acuña, Josef

Dadei y Domingo Molina. Las expediciones de Raleigh dan al traste con el poder de los

Berrío. En consecuencia, la Guayana y cayendo cada vez más en la órbita de las

gobernaciones de Venezuela.

En 1660 el padre provincial, Hernando Cabero, reinicia la intervención de la Compañía en

el Llano con., la exploración de los padres Francisco de Alvarez y Prancisço Jimeno,

quienes recorrieron territorios de Pauto, Casanare y Cravo. En consecuencia la Compañía

trasmutó la próspera doctrina de Tópaga por la pobrísirna de Pauto, fundando en el puerto

de Casanare.

"a la banda que mira al Nuevo Reino..., el pueblo San Salvador del puerto de nurnerosisirna

nación ajagua..., y posteriormente 1661-64 a Tame entre los giraras, a Nuestra Señora del

Pilar de Patute entre tunebos, a San Francisco Javier de Macaguane entre los ayricos, a San

Ignacio en el Pauto entre Guaibos y Chiricoas,. a San José de Aritagua seis días Casanare

abajo entre ochaguas, a San Joaquín de Atanari y San Joaquín de Onocutare en el bajo

Cravo, çerca del río Meta...".

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305

En 1681 comienza la evangelización jesuita al Orinoco, desde Santa Fe a través del

Casanare y del Meta; primeros misioneros los padres Ignacio Fiol, Gaspar Bech, Cristóbal

Ridel y Agustín de Campos. Según relación del padre Julián Vergara, misionero en el

Orinoco, los padres Fiol, Beck y Theobast murieron mártires de los'caribes en 1684. Ya los

caribes venían pertrechádos por los herejes ingleses y holandeses en busca de "macos" o

esclavos. La fuga del padre Vergara del Orinoco-al Pauto tomó "ciento y cinco días, los

sesenta por tierra y los cuarenta y cinco por agua...

La carta del padre Vergara no deja dudas en cuanto que a cada fundación o reducción

jesuita le correspondía un hato. Ya desde la época de los Berríos el padre Mesland se

quejaba desde Guayana que se le habían acabado los ganados.

Entre 1638-39 tuvo lugar la expedición de Don Pedro de Texeira, portugués, quien remontó

el Amazonas, terminando en Quito. Con Texeira regresaron a Quito los legos Fray

Domingo Brieva y Fray Andrés de Toledo quienes habían recién surcado el. Napo y el

Amazonas hasta su desembocadura (ya antes el jesuita Ferrer había navegado, el primero,

el Putumayo desde Quito, y sus compañeros padres Luca de la Cueva y Raimundo de Santa

Cruz exploraron el sureste hoy colombiano). El capellán jesuita Cristóbal de Acuña, rector

del colegio de Cuenca, hizo la crónica del viaje, y en ella hay referencia a la anastomosis

del Casiquiare:

"...A la banda del norte está un río muy grande con legua y media de boca y aguas tan

negras, que se distinguen de las otras, efecto que dio nombre al río llamándole Negro. El

piloto mayor que navegó dos o tres días por este río Negro,dice que según la noticia que

pudo tener de algunos indios, nace este río en algunas sierras vecinas al Nuevo Reino de

Granada y que en su origen se divide, en dos brazos; el uno de ellos con el nombre de río

Negro, desagua después de largo curso en el de las Amazonas, y el otro viene a desaguar en

el mar del norte a la vista de la isla de Trinidad y piensan que este río es el famoso río

Orinoco..." (Acevedo, 1974).

La crónica de Acuña se tituló Nuevo descubrimiento del Gran Río de las Amazonas. Se

explica este espíritu colaborador entre portugueses y españoles por cuanto Portugal y

España forman parte de una misma corona entre 1580 y 1640 (Mejía, 1993).

Entre 1647-48 se llevó a cabo la exploración del, río Apure desde Barinas por Miguel- de

Ochogavia, quien. dio término a su aventura en Santo Tomás de Guayana. Ya Jorge. Spira

y Felipe Hutten habían cruzado este río un siglo antes (Gómez, 1978). Su cronista fue Fray

Jacinto de Carvajal en Relación del descubrimiento del río Apure, hasta su ingresó en el

Orinoco; es la primera mención de frutales endémicos. Patiño aporta una lista de quince

árboles frutales identificables hoy en esta crónica (Patiño, 1985).

No obstante el misionamiento (de su parte los dominicos se habían instalado entre el Ariari

y el Humea, según Domínguez, 1982), la práctica de "guerra justa" y "rescate" tuvo

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subsiguientes desarrollos: el padre Rivero relata las incursiones de Alonso Jiménez, hacia

1606, sobre los achaguas del río Meta; las de Lázaro de la Cruz; las de guayaneses que

penetraron hasta el río Uva; las de Antonio de Tapia, 1650, y Juan López Picón, 1657

(ciento cuarenta esclavos) que usaron la ruta Meta -Muco - Vichada - Orinoco; las de Don

Francisco de Unsueta sobre los achaguas del Casanáre; las del capitán Navarro quien entró

en conflicto con el padre Ellansi en tierra de achaguas. Trae el padre Rivero la historia del

indígena Chepe Cavarte, adoptivo el padre José Cavarte, ambos grandes andariegos

evangelizadores del Uva, del Barraguári y del Airico. .

Período de los Borbones (1700 - 1810)

Continuando la misión iniciada desde los Habsburgos, los jesuitas fueron pioneros del lado

español en buscar la posesión del alto Orinoco: fundaron Pararuma en 1733; Carichara en

1734-36; San Borja en 1738; Cabruta y Anabeni en -1739 y por la misma época San Juan

Nepomuceno de Atures (primero del lado derecho y luego del izquierdo del río, que es el

lado vadeable del raudal). Destacóse en estas labores el Padre Francisco González (Gómez,

1978).

En la Historia de la provincia de San Antonio del Nuevo Reino de Granada en'la religión de

Santo Domingo de Fray Alonso de Zamora, publicada en Barcelona en 1701, se citan

algunas plantas llaneras (Patiño, 1985). Zamora no parece haber sido misionero del Llano.

El padre Joseph Gumilla es el cronista llanero más conocido; formó parte del último grupo

de jesuitas que misionaron desde Santa Fe hasta las costas, de Guayana. Nació en Cárcer -

Orihuela, en 1686, ingresó a la Compañía en 1704; fue enviado a Santa Fe en 1705; se

ordenó en 1714; partió para los Llanos en 1715, donde dispuso de inmediato la fundación

de San Ignacio de los Betoyes; Pasó nueve años en el Apure. En 1731 exploró las -bocas

del Orinoco buscando rutas de abastecimiento a las misiones. La serie de fundaciones

jesuitas reiniciadas en 1661 sobre el Casanare y las nuevas sobre el Orinoco y otros

tributarios recibieron pronto el ataque de holandeses, "judíos" e ingleses aliados con los

caribes. En sólo 1732 se habían fundado la Purísima Concepción de Guayqueries, San José

de Mapoyes, los Ángeles y Santa Teresa de Sálivas (al decir del padre José del Rey, quien

sigue): "El 24 de enero de 1733 los jefes Taricura y Araguare reanudaron sorpresivos

asaltos" en septiembre y octubre destruyeron San Miguel de Vichada, San José de

Otomacos y San Ignacio de Guamo...". En 1734 los jesuitas entregan los pueblos Guayanos

a una comisión de dominicos y de agustinos. De inmediato el misionamiento del medio

Orinoco es entregado a las misiones de Píritu de Observadores de San Francisco y el bajo a

los padres capuchinos catalanes: fue el fin de la gobernación de El Dorado de Quesadas y

Berríos y el afianzamiento de los gobernadores de Cumaná y de Nueva Andalucía. Los

jesuitas Llauri y Julián de Vergara fueron restituidos entonces a la misión de Casanare. En

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1737 Gumilla pasa al rectorado del colegio de Cartagena y en 1738 es designado provincial

del Nuevo Reino. Ese año viaja a Madrid y a Roma como procurador y en 1741 publica en

Madrid su famoso Orinoco ilustrado (en 1791 se publica una versión corregida con el

título Historia natural, civil y geográfica de las naciones situadas en las riveras del

río Oninoco...etc.). Regresa en 1743 al Nuevo Reino y fallece el 16 de julio de 17.50. Se le

recuerda también como habilísimo artesano y como conocedor de lenguas indígenas

(prólogo de Luis Duque Gómez a la edición facsimilar de la compañía Carvajal, de Cali,

1984, de la mencionada Historia Natural de 1791).

Gumilla menciona la "entrada" en 1728 de Juan González Navarro, hijo del gobernador de

Margarita, por orden del gobernador de Trinidad, Don Agustín de Arredorido, "Orinoco

arriba hasta que el piloto perdió el tino; y al cabo de catorce meses de continuos riesgos de

la vida, se volvieron sin noticia alguna cierta del célebre Dorado, que era el único fin de su

viaje".

De Gumilla se infiere que holandeses y "judíos" fueron los inventores del endeude: "porque

la paga, valor o rescate que da el holandés al caribe por un esclavo, que llaman Itoto, es una

caxa con llave y en ella diez hachas, diez machetes, diez cuchillos, diez mazos de abalorios,

una pieza de platilla para su guayuco, un espejo para pintarse la cara a su uso, y unas tixeras

para redondear su melena; y más una escopeta, pólvora y balas, un frasco de aguardiente, y

otras menudencias, como son agujas, alfileres, anzuelos, etc. Pero lo que el caribe da por un

esclavo cuando lo compra en las Naciones distantes, es un hacha, un machete y algunas

vagatelas mas... Con todo siempre viven adeudados los más de ellos y tanto que los mismos

holandeses y judíos de Surinama les obligan a salir o acompañar, para ir cobrando algo y no

perderlo todo".

El gobernador de Cumaná, Don Carlos de Sucre, calculaba por la época el comercio de

esclavos en 600 ó700 anuales. Gumilla estima que hacia 1738. el contrabando de Filipinas a

México, de Brasil a Perú, de Curazao y Jamaica a tierra firme constituía el más valioso

renglón comercial.

Gumilla no conoció personalmente territorios del Orinoco más arriba de las bocas del

Guaviare; por eso negó en principio la anastomosis del Casiquiare, hecho que admitió

después del viaje del padre Román.

El jesuita Juan Rivero misionó en los Llanos entre 1720 y 1736, año de su muerte. Había

nacido en el reino de Toledo en 1681. En su Historia de las misiones de los Llanos de

Casanare y de los ríos Orinoco y Meta describe el aprovechamiento delos recursos

naturales de flora y fauna y las formas de cultura material de Guahibos, Chinicosas,

Achaguas, Ainicos, Giraras...

Este es un libro que debe constituir, junto con los de Gumilla y Gilij, lectura obligada de los

trabajadores etnosociales y naturalistas en Orinoquia. La obra de Rivero fue de publicación

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tardía, 1883, según anota Patiño. Rivero sobresalió como estudioso de lenguas indígenas:

airico, botoye (arauca y ele) y achagua como lo anota Ramón Guerra Anzola en el prólogo

de la edición de 1957 de la Biblioteca de la Presidencia de la República de Colombia.

El padre José (Joseph) Cassani escribió la Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús

del Nuevo Reino de Granada en la América, descripción y relación exacta de sus gloriosas

misiones en el reino, Llanos, Meta y río Orinoco, publicada en Madrid en 1741. Este

cronista ya lo hemos mencionado con ocasión de la obra del padre Mercado (quien dicho

sea de paso no conoció en persona el Llano).

Fotos Diego Garcés

El padre Filipo Salvatore Gilij, italiano, trabajó 6 años en Santa Fe. En 1749 misionó por el

Meta y el Orinoco hasta Carichana. Residió 18 años entre Tamanacos y comarcanos, hasta

la expulsión de la Compañía en 1767,. Escribió .su obra en Europa: Ensayo de Historia

Americana (Patiño, 1985).

Se mencionan como fundaciones capuchinas del bajo Orinoco: San Miguel del Palmar,

1746; Nuestra Señora del Rosario de Guasipati, 1757; Belén de Tumeremo, 1788 (Gómez,

1978).

En 1726 el criador Pedro,Figueroa, del actual estado de Anzoátegui, regaló 28 vacas y 2

toros que fueron base de la ganadería guayanesa,. que en 1778 contaba con 180.000

cabezas en las misiones y 40.000 de particulares (Gómez, 1978).

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Gómez (1978) menciona al cirujano Nicolás Hortsmann como explorador de diversos

afluentes de la banda derecha del alto Orinoco: otro que le insistía a Eldorado.

El 4 de febrero de 1744 el, padre Manuel Román salió de Cabruta con una escolta de

salivas y el soldado Casagrande, Orinoco arriba, noticioso de la presencia de portugueses al

sur de Maypures, encontrando en las cercanías del Atabapo una embarcación de

portugueses procedente del Río Negro, en compañía de los cuales el P. Román pasó del

Orinoco al Casiquiare y de éste al Río Negro. Román permaneció ocho meses en dominios

portugueses del alto Río Negro hasta el regreso del padre Aquiles Avogadri desde el Pará;

éste investigaba para la corona de Portugal "si son bien o mal comprados los indios

esclavos". En seis años Avogadri había registrado ocho mii esclavos. Se estiman en veinte

mil en el período 1740-50 (Mejía, 1993).

La Comisión de Límites: las coronas de España y Portugal habían convenido en enero 13

de 1750 en Madrid, la creación de una Comisión Mixta de Límites en las posesiones

amenicanas.

Un doble matrimonio se había realizado en 1728: Fernando VI de España (que asumió el

trono en 1736) con Bárbara de Braganza de Portugal, y José de Portugal con Ana Victoria

de España. El tratado buscaba perfeccionar las jurisdicciones territoriales y ajustar barreras

a las potencias rivales instaladas en las Guayanas. Dice la cédula española:

"He nombrado para que vayan por el río Marañón a Don José de Iturriaga (quien había sido

director de la Compañía Guipuzcoana de Venezuela), jefe de la escuadra de la real armada;

a Don Eugenio de Alvarado, coronel de infantería; a Don Antonio de Urrutia, capitán de

navío de mi armada; y al capitán de fragata Don José Solano, para que sirvan de comisarios

míos en primero, segundo, tercero y cuarto lugar, por el orden de su nombramiento, los

cuales... atravesarán el río Orinoco, conduciéndose por tierra o por agua hasta las cabeceras

del río Negro...". Además de los jefes (de los cuales Urrutia murió recién llegado), la

comisión contaba con José de Iguja, gobernador de Cumaná, el geógrafo Juan Galán, los

ingenieros Juan Monri Pizano y José Vir, los cósmógrafos José de los Santos Cabrera,

Francisco Quelén, Apolinar Díaz de la Fuente y Juan de Arias (con sus auxiliares Ignacio

Millán, Vicente Díaz, Nicolás Guerrero). Los botánicos médicos Pedro Loeffling, sueco

discípulo de Lineo, Benito Paltor y Antonio Condal; dibujantes como Juan de Dios Castel;

ciruj anos: Francisco Rodríguez, Antonio Ramírez, Antonio Alvarez y Matías Veral

(Useche, 1984; Gómez, 1978; Mejía, 1993).

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Loeffling murió prematuramente en febrero 22 de 1756, siendo continuada su labor por el

franciscano Añtoriio Caulín, capellán de la comisión Unó de los encargos a Loefflirrg era

conceptual sobre las éxstencias de cacao y canela: Gumilla había mencionado una canelá

del Orinoco, el Guarimán Aniba canelilla, diferente de la caqueteña (ésta en vano confiada

a Mütis) (Patiño, 1985). La obra de Caulín, Historia de la Nueva Andalucía con varios

capítulos de la flora lánera, se publicó en 1779 (Patiño, 1985).

Iturriaga entró en contradicción con los jesuitas del Orinoco y obtuvo por cédula real de

noviembre 2 de 1762 la entrega de la misión de Maypures (jesuita) a los capuchinos

andaluces. Gilij dice que él transmitió esta orden al encargado del lugar padre Francisco

Olmo, en 1764, quien le dio cumplimiento.

El padre Olmo, jesuita, acompañó desde San Juan Népomucenó de Atures a los delegados

de la comisión de límites, quienes fundan en 1758 San Femando de Atabapo, sobre la

población Guaipuinabe de Maracoa; del capitán indígena Cruceru, misión cumplida por

José Solano; subalterno del virreynato de Santa Fe. Destruida San Fernando en 1760 por los

indígenas, el padre Olmo regresó a Atures: sería el último actor de la Compañía en la etapa

borbónica en el alto Orinoco. (Atures había sido fundado en 1682 por el padre Ignacio Fiol,

en 1734 por el padré Olmo y en 1748 por el padre Francisco González, según Gómez,

1978).

Fue entonces electo "presidente de las nuevas misiones del alto Orinoco y río

Negro" fray José Antonio de Xerez, de quien se conocen varios informes (1766,1768,1769)

dirigidos a Solano (Iribertegui, 1987). En la primera carta, Xerez se excusa de presentarse

en. Santa Fe y cuenta las diligencias hechas para fundar Santa Bárbara y para llevar más

indígenas a San Carlos y a San Francisco Solano, y se lamenta de la usurpación de

territorios del alto Río Negro por los portugueses, quienes han construido el fuerte de San

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José de los Maravitanas (su última avanzada). En el segundo informe se refiere a la

abundancia de la nuez Bertolethia y de los cacaotales silvestres; en el tercero cuenta la

apertura del camino del istmo de Pimichín:

"...y es la abertura de un ancho de 6 varas del camino, que corre desde el caño Tuamimi del

río Atabapo hasta el de Pimichini que entra al río Negro, y consistiendo en 4 horas de

camino por tierra se excusan 30 días de navegación que se gastan desde las bocas del río

Guaviare y Atabapo hasta la cabecera del Casiquiare y desde allí al río Negro...". Se da el

crédito de esta obra al teniente de fragata Don Nicolás Guerrero.

El gran personaje de la comisión de límites (que actuó hasta 1760) y subsiguientes trabajos

fue Don José Solano, ingeniero, geógrafo, gobernador del Casiquiare (Iturriaga fue

nombrado gobernador de Guayana). Solano preparó entre 1756-59 las condiciones para

obtener alianza con los Guaipuinabes, liderados entonces por Crucero, quienes proveían de

esclavos a los portugueses; Crucero aceptó en 1758 la conclusión del fuerte de San

Fernando de Atabapo. Solano promovió acercamientos amistosos con Irao, guerrero contra

los portugueses; y con Immo, jefe de los Manetivitanas. Exploró la ruta del Meta en 1757,

llegando hasta Santa Fe; ordenó a Patricio Díaz y a Juan Romero la exploración del

Guaviare, quienes viajaron hasta Santa Fe, entre mayo 8 y diciembre 17 de 1758.

Simultáneamente se practicó la ruta del Vichada, que ofrecía salidas al Meta por los ríos

Muco, Guarrojo y Planas. Por sus órdenes exploraron el alto Orinoco Andrés Fernández de

Bohadilla, Apolinar Díaz de la Fuente, Simón Santos.

Solano promovió numerosos poblamientos en la nueva modalidad borbónica (capitanes

indios controlados por tenientes colonos): San José de Maypures, frente~ a Sanariapo,

1756; San Fernando de Atabapo en dos ocasiones, 1758-59; la apertura del camino de

Pimichín; las fundaciones de Yavita y Manoa en 1760 por los caciques homónimos en los

extremos del istmo de Pimichín; las de Santa 'Bárbara de Ventuari, San Francisco Solano,

San Carlos, San Felipe; introdujo ganados a la Esmeralda (Mejía, 1993).

Solano (según Gómez,1978) fue luego (1763-71) gobernador de Caracas, capitán general

de la provincia de Venezuela. En 1771 fue promovido al gobierno de Santo Domingo, de

donde pasó a España. Allí se desempeñó como capitán general de Andalucía y gobernador

de Cádiz. Participó en las campañas de Rosellón, comandó las tropas que invadieron a

Portugal en 1807, siendo asesinado en asonada popular en Cádiz en 1808 (mayo 29).

Recibió la orden de Santiago, el marquesado del Socorro, los grados de capitán de navío y

de teniente de guardias marinas. Con Solano se dilucida la fantasiosa cartografía que cursó

entre 1656 y 1730 donde se relacionaba el río Caquetá con el Orinoco, por ejemplo.

(Acevedo, 1974).

El actor subsiguiente a Solano es Manuel Centurión Guerrero de Torres, gobernador de

Guayana. Éste propició más de una expedición a los afluentes de la banda derecha del alto

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Orinoco: las de Antonio Santos de la Fuente 1770-71 y 1774-75, ésta con el capitán

Antonio Barreto, veterano del grupo de Solano; la de Nicolás Rodríguez, 1775-76,

compañero de Santos en la primera aventura (partió de Angostura, saliendo al río Blanco).

En las Memorias científicas de Mutis, publicadas por la Academia de Ciencias de

Estocolmo, 1769, apéndice II, se incluye una "Memoria sobre las palmas del Nuevo

Reino", al parecer, de la pluma del cura de leguas en el río Upía, corresponsal de Mutis,

donde se describen palmas de Casanare (Patiño, 1985). Como se sabe, la Real Expedición

Botánica confiada a Mutis tuvo carácter marcadamente andino.

Probablemente el viajero científico más divulgado en Sudamérica haya sido Alejandro de

Humboldt (Berlin, 1769-1859), quien arribó a costas venezolanas el 16 de julio de 1799 en

compañía de Amado Goujaud, llamado Bonpland (La Rochela, 1773 - Santa Ana,

Argentina, 1858) (Patiño, 1985). Por el azar de una epidemia en su barco, estos viajeros

deciden quedarse en tierra hasta mejor oportunidad: "...Sin la enfermedad que reinó a bordo

del Pizarro, no hubiéramos penetrado jamás en el Orinoco, el Casiquiare y hasta los límites

de las posesiones portuguesas del río Negro" (Gómez, 1978, citando a Humboldt). Los

viajeros penetran al Llano por Villa de Cura, San Juan de los Mórros, el Sombrero,

Calabozo y San Fernando, descendiendo por el Apure al Orinoco, río que alcanzan el 5 de

agosto de 1800. Del Orinoco pasan a Atabapo y por el istmo de Pimichín al Guainía o

Negro, hasta San Carlos, regresando por el Casiquiare al Orinoco, por donde bajan hasta

Angostura, y cruzan hacia Caracas por los Llanos de Pao (Gómez, 1978). Es bien conocido

que en su libro Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, Humboldt sugiere

al Guaviare como origen del Orinoco, tal como ya lo había escrito Fray Pedro de Aguado:

"...el Orinoco es el mismo Guavyari...", adoptando el punto de vista de los "geógrafos

naturales" indígenas. Humboldt describe el fuerte de San Felipe, construido bajo la

dirección del ingeniero José Gabriel Clavero en 1755, y máxima avanzada militar española

en el alto Río Negro. Cabe mencionar al naturalista Alexandre Rodríguez Ferreira, del lado

brasilero, quien recorrió el medio y bajo Río Negro entre los años 1783 y 92. Este viajero

cumplió papel fundamental en las negociaciones de límites entre España y Portugal, pues

sus informaciones fueron muy útiles a los lusitanos (Domínguez y Mejía, 1988).

Período republicano (1810 - 1950)

Gómez, 1978, menciona el periplo del canónigo Cortés de Madariaga "quien salió de

Bogotá el 14 de junio de 1811 hasta llegar al Meta, navegación que continuó por el Orinoco

- Arauca -Apure y Guárico, rumbo a Caracas, donde llegó el 29 de Agosto."

En 1819 el Congreso de Angostura recibió solicitud de los súbditos ingleses Ricardo

Jaffroy, Carlos Herring, Guillermo Walton y Tomás Noulan para crear una provincia

Page 313: Colombia Orinoco

313

(prolongación de la Guayaña inglesa) con el nombre de "Nueva Erín", cuya capital sería

"Nueva Dublín"; respaldaba la solicitud el coronel Jaime S. English.

En 1823 el congreso de la Gran Colombia (Angostura), concedía privilegio al coronel

inglés James Hamilton para establecer navegación a vapor por el Orinoco, no cumplido por

el solicitante, iniciándose así una larga lista de pioneros y de buques en la epopeya de la

navegación del Llano. Su libro Travel to the interior province of Colombia (London.

Murray, 1827) fue publicado en castellano en 1955 por el Banco de la República (Acevedo,

1974).

Francisco Antonio Zea (Medellín, 1766 - Bath, Inglaterra, 1822 ) entre 1791 y 1794 fue

agregado por el virrey Espeleta como botánico a la Expedición Botánica. Preso por

conspirar con Nariño, fue descerrado a Cádiz. Sobreseído en 1799, casó con linda española

y pasó a estudiar a París en 1803 con el apoyo del gobierno de Godoy. A la muerte de

Cavanilles, le sucedió como director del Jardín Botánico de Madrid. Su intervención en el

Llano se debió a funciones políticas en el congreso de Angostura de 1811 del cual fue

vicepresidente. A partir de 1817 dirige El correo del Orinoco.Pasa en 1819 a Europa como

plenipotenciario de la Gran Colombia, en especial encargado de asuntos financieros. En

1822 contrató la Comisión Científica Francesa, constituida por Mariano de Rivero y Ustariz

(químico peruano), Juan Bautista Boussingault, Francisco Roulin (zoólogo), Justino María

Goudot y James Bourdon (entomólogo); careciendo el gobierno de fondos adecuados, los

comisionados se tuvieron que dedicar a labores comerciales diversas (Patiño, 1985).

Humboldt y Arago fueron protectores afines de varios miembros de esta comisión;

Humboldt le escribe a Boussingault

"... He aquí mi querido Boussingault, algunos pequeños instrumentos que dejo sobre su

mesa... (julio, 1822)...fui a buscar al señor Paulin para pedirle que llevara a usted las

obsidianas, el perlstein, la sienita y el granito rojo que encierro en una cajita..." (agosto 5 de

1822) ..."le envío, mi querido amigo, el último cuaderno de los Andes"...(agostó 13 de

1822)" Para mi pequeña tranquilidad le envío, querido amigo, un crédito de mil francos...

por nuestra amistad le ruego no preocuparse por este dinero" ... "es posible que lea pronto

en los diarios que yo acompañaré al Rey de Prusia al congreso de Verona y durante su viaje

a Nápoles, cosa que me alejará algunos meses de mis trabajos, pero no cambiará nada a los

proyectos que deben reunirme con usted en el Nuevo Mundo..." (agosto 21. de 1822). Y en

agosto 22 de 1822: "...Querido amigo, usted se contrató por cuatro años y si no se casa en

Bogotá, lo que es posible que suceda, porque usted es joven, espiritual y amable, y yo no

sería quien me opusiera a ello, pasará otros largos años conmigo bajo mi techo" ... "Si no

me hubiesen pintado a sus ojos como un hombre poco accesible, habría tenido la felicidad

de conocerlo cinco meses antes y habríamos podido modificar nuestros proyectos...". En

agosto 31 de 1822: "Cómo me ha hecho feliz su carta, mi querido amigo, estaba triste

Page 314: Colombia Orinoco

314

porque temía que hubiese partido sin recibir mi último despacho" ... "le envío prueba,

todavía en borrador, de mi geognosia..."(Boussingault, Memorias).

El aun joven Alexander Humboldt en su viaje por el río Orinoco,

realizado en compañía del botánico Aime Bonpland

El 13 de enero de 1824 Boussirigault, Rivero y Roulin (cirujano militar, cleptómano, según

el primero), partieron de Santa fe al Llano por la vía de Cáqueza, llegando a Apiay el 21,

donde dejaron un clérigo que venía castigado por vida licenciosa. Visitaron los Llanos de

San Martín y de San Juán de Arama. Descendieron en mula por la ruta del Humadea al

Meta, que navegaron curso abajo dos, tres semanas. Doblegados por las fiebres

regresaron a Bogotá por la misma ruta de ingreso, al cabo de dos meses. De Chipaque dice

Boussingault: "aldea india de cabañas circulares, cubiertas de paja"; y de San Martín:

"miserable aldea, pomposamente llamada La Villa de San Martín de los Blancos

(sic)... Todo un fiasco la gran misión científica francesa en los Llanos, que fue encargada

de llenar el vacío dejado por Hurnboldt", al decir del propio Boussihgault. Este relata que

su grupo disparó, causando heridos y pronosticando muertos, sobre una partida de

Guahibos que, a distancia, les tiraron unas flechas en unas playas del Meta. Después de

negocios mineros Boussingault regresó a Francia donde se le tiene como fundador de la

química agrícola.

Page 315: Colombia Orinoco

315

Pueblo de los siusí en Cururú, cuára. Rio Aiary:

foto - Koch - Grünberg

Cachoeira Yurupary. Río Caiary - Vaupes

Foto - Koch-Grünberg

Goudot viajó al Meta y a los Andaquíes (1824), pasando luego a excursiones andinas.

Regresó a Europa en 1842 donde trabajó un tiempo en el Museo de Historia Natural de

París. Volvió a Colombia donde murió en Honda en 1845 en la mayor miseria (Patiño,

1985).

En 1837-38 Agustín Codazzi, en cumplimiento de contrato geográfico con el gobierno de

Venezuela, remontó el Orinoco para comprobar la anastomosis del Casiquiare. Es famoso

Page 316: Colombia Orinoco

316

su informe sobre la situación del cantón Río Negro que ―se puede llamar una República

distinta de la de Venezuela; allí no impera la lei, y sólo el capricho del jefe político y de sus

subalternos alcaldes que se creen ser las únicas que deben allí mandar y que aquel su

patrimonio, y los indios sus esclavos‖. (Iribertegui, 1987).

Por iniciativa presidencial del general Tomás Cipriano de Mosquera, en 1849 Codazzi fue

contratado por el gobierno del general José Hilario López para el levantamiento de la carta

geográfica de la Nueva Granada, en cuyas labores murió Codazzi de fiebres en la aldea de

Espíritu Santo (hoy Codazzi) en 1859. Códazzi realizó su séptima excursión en 1856,

cuando visitó los Llanos de San Martín, Meta, Casanare y Arauca.

Grabado mostrando al viajero

francés Edouard André,

quien viajó por el territorio de

Casanaré.

(Meta) en 1875-1876 . Lámina

de Riou

Regresó a Bogotá por Medina y Gachalá; había bajado por el cañón de Chingaza a Cumaral

(Acevedo, 1974; Mejía, 1984).

José Jerónimo lriana (1828 - 1890) fue uno de los integrantes de la comisión geográfica de

Codazzi; entre 1851 y 58 colectó 50.000 muestras de 4.500 especies, que entregó en 38

volúmenes. Colectó en los Llanos de San Martín en 1858. En 1855 había sido comisionado

a Europa para trabajar con el botánico belga Jean Jules Linden en una flora útil de

Page 317: Colombia Orinoco

317

Colombia, labor que Linden no fue capaz de cumplir. En 1871 se le encargó de revisar en

Madrid los archivos de la Expedición Botánica, labor que realizó en 1872, publicando un

libro sobre las quinas. En 1867 y 1889 dirigió el pabellón colombiano de la exposición de

París, recibiendo galardón en 1867.

André en compañia de chiquillos de Villavicencio en una

cacería de mariposas

Viaje de Edouard André: 1875-1876

―De 1838 a 39, Roberto H. Schomburgk, alemán al servicio de Inglaterra, saliendo de

Demerara remontó el Esequibo, pasó al río Branco y después de atravesar la Sierra Parima

descendió por el Padamo al Orinoco para seguir por el Casiquiare al Amazonas‖ (Gómez,

1978; Iribertegui, 1984).

―El brasileño Pedro Joaquín Ayres, después de explorar el Cuyuní, subió por el Sipapo a

mediados de 1842, y de sus cabeceras salió al Ventuari, por el que bajó al Orinoco‖

(Gónez, 1978). Ayres estuvo ligado a la proyección comercial brasileña hacia el alto Río

Negro (Iribertegui, 1984).

Dionisio de Arnaud se desempeñó como comisario del Mawaca, entre 1835 y 37, nombrado

por el gobernador de Guayana, general Tomás de Heres. Fundó varios poblados (Gómez,

1978). Personiaje notable del medio siglo fue Francisco Michelena y Rojas, llamado el

―viajero universal‖, por haber dado vuelta al mundo tres veces. Fugaz y ético gobernador

del territorio de Amazonas, 1858, visitó la región cuatro veces. En 1855 remontó el

Orinoco y el Atabapo, descendiendo por el Guainía - Negro hasta el Amazonas. Invirtió en

ello Cuatro años. En 1858 exploró el Cunucunuma y el Mawaca, el Casiquiare, el Tigre y el

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318

istmo de Pimichín regresando por el Orinoco hasta el mar. Murió en Yavita en 1876 dizque

de caída de árbol. Su obra Exploración oficial fue publicada en Bruselas en 1867 (Gómez,

1978).

Patiño (1985), reseña algunos botánicos que colectaron en el Llano (y por supuesto en otros

lugares de Venezuela .y Nueva Granada o Confederación Granadina): Jean Jules Linden,

belga, 1843, en Barinas y Carabobo; Nicolás Funk, luxemburgués compañero del anterior,

quien vino a llevar orquídeas; Herman Gustav Wilbelm Karl Karsten, prusiano, quien hacia

medio siglo fue al Llano acompañado de Triana: de allí la taxonomía del inchi o cacay o

tacay Cariodendron orinocense, una de las grandes plantas promisorias del oriente

colombiano; Karl Ferdinand Appun, de Silesia, quien exploré los llanos venezolanos entre

1849-58, y estudió la flora guayánica en 1850 y 1871; se suicidé en 1872; Richard Spruce,

inglés, quien partió hacia. Belén en 1849, explorando territorio amazonense brasilero, por el

que penetró al complejo del Casiquiare y afines entre 1853 — 54; Alfred Russell Wallace,

inglés, famoso por haber formulado la teoría de la evolución antes que Darwin: ingresó a la

Amazonia por Belén en 1848, donde permaneció cuatro años y desde donde incursioné en

el alto Río Negro en 1851; vendía insectos a coleccionistas de Europa. Eduard Franzuás

André, francés (el que se nos llevó las bromelias y los anturios), quien entró por Puerto

Salgar en 1875 y atravesé el país hasta Ecuador; de Bogotá se desvié, a los Llanos de Meta

y 2asanare; en uno de sus dibujos aparece su grupo disparando a discreción sobre aves y

micos de la selva.

Joaquín Díaz Escobar se atribuye la fundación de Orocué en 1858 como un acto geopolítico

frente a las pretensiones venezolanas sobre los Llanos de Colombia. La obra Bosquejo

estadístico de la región oriental de Colombia y medios económicos para su

conquista, sometimiento i desarrollo industrial y político, 1879, construye un diagnóstico

de la situación en ese momento; contiene pasajes guasones y pintorescos, tales como aquel

en que calcula el número de mosquitos del Llano.

Agustín o Augusto Trouchon, francés, explorador, industrial e inventor (se le atribuye un

ventilador para coágular caucho), fracasado de Guayana, se estableció en 1860 en Solano-

Casiquiare, siendo considerado el pionero de la cauchería en la Orinoquia selvática

(Gómez; 1978).

Page 319: Colombia Orinoco

319

Procesamiento de la mandioca:

la masa se exprime por

medio del tipití. Foto: Th. Koch

– Grünberg

Juan Bautista Dalia Costa (1823 -94), ha sido calificado de ―infatigable viajero‖;

gobernador repetidas veces de Guayana, mereció el título de ―civilizador‖ por su espíritu

altruista y dinámico (Gómez, 1978).

En 1884, Juan Chaffanjon, explorador francés, fue encargado por el Ministerio de

Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia de la historia natural y antropológica del río

Orinoco. Dice en su obra L‘Orenoque et le Caura, París, 1889, que él puso el pabellón

francés en las fuentes del Orinoco el 18~de diciembre de 1886. Algunos lo tildan de

inexacto (Gómez, 1978).

El misionero José de Calazans Vela en 1889 explora el Guaviare. En su libro Desde

Villavicencio hasta San Fernando de Atabapo describe los recursos del río para atraer la

atención el gobierno colombiano en momentos en que Venezuela hacía concesionaria de los

recursos naturales regionales a la Compañía General del alto Orinoco (Mejía, 1993).

En 1870 se publica Una excursión al territorio de San Martín, de Emiliano Restrepo. Este

autor a la par de Joaquín Díaz Escobar, constituye obligada lectura para los colombianos

interesados en el Llano; es el punto de vista de un patriota y progresista en términos

decimonónicos: enfatiza la prioridad del camino Bogotá - Villavicencio en cuanto obras

públicas; reclama los derechos de Colombia el caño Casiquiare, defendidos en Caracas por

Page 320: Colombia Orinoco

320

el plenipotenciario Manuel Murillo Toro; es prospectivo sobre renglones agrícolas;

defiende el tamaño del hato en 2.500 hectáreas, con potreros de cien hectáreas; describe

formas de cultivo en la sabana, especialmente la de acorralamiento de ganado para

enriquecerla con estiércol; entiende la seguridad alimentaria a nivel de finca; cree en la

civilización de los ―salvajes‖ a través de peonaje sobre la hacienda Ocoa, de Reyes y Silva;

describe modelos de biodiversidad; hace aportes a la extracción de salde Upín, su

transporte, comercio, precio y efecto sobre la ganadería; consigna elementos de cálculo

para entender que una hectárea de piedemonte valga cincuenta centavos; nos recomienda la

lectura de Gumilla, Cassani, la geografía de Felipe Montenegro Colón, Caulín, Michelena,

la geografía de Felipe Pérez, Rivero, la memoria de límites de José María Quijano Botero;

nos informa la existencia de petróleo en Medina...

Trampa giráo para capturar peces pequeños Foto: Th. Koch -

Grünberg

Iribertegui, 1984, menciona la presencia en San Femando de Atabapo del conde Ermanno

Stradelli en 1880. Debemos a Stradelli la primera versión de nuestra epopeya indígena el

yuruparí.

Gómez, 1978, trae una apretada relación de viajeros y científicos del medio siglo y fines del

XIX. El botánico escocés Richard Spruce, quien, entrando por el Amazonas, remonta el Río

Negro y se establece en San Carlos durante 1853-54, explorando amplios territorios. Los

venezolanos Miguel Tejera, Alfredo Jahn y Vicente Marcano: Tejera es jefe de la

delegación de su país a la comisión de límites de 1879-80; Jahti en 1886, siguiendo la ruta

Page 321: Colombia Orinoco

321

Orinoco-Casiquiare-Río Negro; Marcano en 1887, hasta los raudales de Atures. Los

naturalistas franceses Jules Crevaux y Eugenio Bougerot: Crevaux, explorando el Guaviare

y bajando el Orinoco hasta el delta, 1880- 81; Bougerot, estudiante de la flora del Sipapo.

Los colombianos Modesto Garcés y Santiago Pérez Triana: Garcés, bajando por el Vichada

al Orinoco, internándose desde San Félix al Yuruarí, 1~885 y publicando Un viaje a

Venezuela.Pérez, quien en 1894, huyendo del furor político, hace la ruta Túa-Metá-

Vichada-Orinoco, rumbo a Europa, publicó su libro De Bogotá al Atlántico, donde entre

enumeración de recursos naturales-y elucubraciones bizantinas nos cuenta cómo su guía le

fabricó una bolsa con senos frescos de guahiba, muy a pesar de Pérez y probablemente de

la guahibá también, 1894.

Acevedo, 1974, menciona a Otto Burger, quien en 1896 - 97, enviado por la Academia de

Ciencias-de Götinga, viaja desde Barranquilla hasta el Orinoco. Domínguez y Mejía, 1988,

mencionan las exploraciones del estadinense C. C. Todd, 1899, sobre el Orinoco y el

Amazonas.

En Gómez, 1978, hacemos ingreso al siglo XX con el venezolano B. Tavera Acosta quien

exploré el sistema Guainía . Río Negro hasta Cocuy en 1900; en 1903 pretendió llegar a las

fuentes del Orinoco, fracasando; entre 1904-8 se dedicó al bajo Orinoco. Herbert Spencer

Dickey, quien a principios del siglo se interesó por el origen del Orinoco;. el estadinense

Arthur Fríel, 1923, quien escribió El río de las siete estrellas.El ex rey Leopoldo de

Bélgica, a quien la palma chiquichiqui esperé para que le diera su nombre, Leopoldimia

piassava, 1952, Territorio Federal del Amazonas. El lingüísta, antropólogo y naturalista

alemán Thedor Koch-Grünberg exploré entre 1903 - 5 el alto Guainía y el Caquetá. Entre

1910 - 13 exploré las montañas de la Guayana venezolana y de la inglesa, saliendo a San

Fernando de Atabapo y de allí al Amazonas. Sirvió a Inglaterra.

Toca mencionar a Hamilton Rice, quien según Domínguez y Mejía, 1988, al servicio de

Estados Unidos e Inglaterra recorre el Ariari, el Guaviare, el Inírida, el Isana y el Río

Negro, en 1911. De acuerdo con Iribertegui (1904) en 1920, Rice pretendió penetrar a

territorio guajaribo, donde ―por miedo ametrallaron a varios yanomamis‖ fracasando desde

luego la expedición (otro Boussingault).

Es en esta década de 1920 cuando se desarrolla la acción de La Vorágine de José Eustasio

Rivera (1889 - 1928), publicada en 1924. Rivera residió en Puerto Carreño y en San

Femando de Atabapo.

El período de 1920 a 1945 corresponde a la exploración de los recursos mineros de la

Guayana venezolana por diversas compañías; por ejemplo la United Steel Corp. a través de

la Orinoco Mining Co., capítulo culminante de los exploradores mineros de fin del siglo

XIX, como Cyrennius Fitzgerald en 1886 y George Turnbull en 1887 (Gómez, 1978).

Page 322: Colombia Orinoco

322

Es en 1924 cuando se concluye la carretera Puerto Ayacucho - Sanariapo (hecha a mano,

cargando tierra en conchas de charapa a falta de carretillas), frente a los grandes raudales.

Santiago Aguerrevere es el ingeniero, a la vez fundador de Puerto Ayacucho (Gómez,

1978).

Edouard André y sus ayudantes preparando las colecciones

de botánica y zoología en una posada en Chipaque

El 9 de octubre de 1937 el aviador estadinense Jimmy Angel, acompañado de su esposa y

un peon, arboriza su avioneta sobre la cima del cerro Auyantepuy (del sistema Roraima,

compartido hoy por Venezuela, la Guayana inglesa y Brasil), para crear méritos sobre el

salto Churunmerú de 802 metros de altura, y a doce días de penosa marcha desde el caserío

indígena de Camarata (Gómez, 1978).

Acevedo, 1974, aporta la relación de mapas, cartas y planos de limitantes de fronteras;

ejemplos, plano general del sector Yavita - Pimichín, comisión Suiza, 1923; plano de la

línea Arauca - Meta, 1932, Comisión Mixta; plano descriptivo construido por la comisión

colombiana sobre el cruzamiento del río Capanaparo en la línea Arauca - Meta; plano del

río Arauca desde Arauquita hasta Todos los Santos, Comisión Mixta, 1930; carta

geográfica del río Orinoco entre los ríos Meta y Vichada, Comisión Mixta, 1931; carta de

las islas Ratón y Tiro en el río Orinoco; plano del río Arauca en la bifurcación del Guárico,

1930, etc.

Iribertegui, 1984, destaca los estudios arqueológicos y antropólógicos de J. M. Cruxent y

Karmen Kaye en 1948 - 49; de Cruxent en la expedición franco - venezolana, 1950 - 51; de

Cruxent y el rey Leopoldo en 1953; de Cruxent con Betty Meggers y Clifford Evans, 1957.

Page 323: Colombia Orinoco

323

Forzoso es referirse a la Expedición franco - venezolana, 1951, que declara haber llegado a

las fuentes del Orinoco en noviembre 27 de 1951. Uno de los dos brazos originarios del

Orinoco había sido explorado en 1942 por Miguel de Lemos e Hilario Itriago, criollos.

BIBLIOGRAFÍA

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Colombia. Vol. XXIV, Bogotá, Ed. Lerner, 1974.

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Page 324: Colombia Orinoco

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Page 325: Colombia Orinoco

325

ENCUENTRO DE DOS SABIOS: SER INDÍGENA EN EL LLANO DEL PRÓXIMO

MILENIO

MARÍA EUGENIA ROMERO MORENO

A las familias Catimay y Llmejé de Morichito (Casanare),

Gaitán, de.PLinas y Abaribá; Cantanay y Martínez en

Humapo (Meta); a CasiWo Yepes y a Juan Bautista

Mariño.

A Berichá Aguablanca en Cubará (Boyacá)

Káua disparando con la cerbatana. Río Aiary

Foto - Koch-Grünberg

Preámbulo: Historia y región

Page 326: Colombia Orinoco

326

La llanura orinoquense colombiana cobra cada día un papel más importante en el ámbito

nacional e internacional, no solamente por la existencia de reservas de recursos naturales

como el gas y el petróleo así como empresas agroindustriales, sino por su recurso de

paisajes y ambientes promisorios para el establecimiento de centros de población tanto

urbana como rural. Por otra parte, incipientemente ya parece tomar cuerno un interés y

necesidad de las comunidades y de la sociedad en general por ocupar y relacionaxse con el

espacio en una forma adecuada al medio con empresas de educación ecológica, turismo

científico y ecológico así como con explotaciones biodesarrolladas como la piscicultura, la

cría de especies nativas, la silvicultura, entre otras. Sin embargo, los esfuerzos para estos

intereses no parecen suficientes; la ecología tal y como toma forma en la región y en el

país, por supuesto- aún pertenece a un discurso y no desempeña un efecto real y cotidiano

en la sociedad y en los grupos sociales.

La región orinoquense, como tal, ejerce un significativo papel en razón de su localización

en la parte septentrional de América del Sur 1

y es bien seguro que en épocas prehispánicas

fue lugar de paso de poblaciones procedentes del Amazonas y viceversa así como de los

Llanos Occidentales de Venezuela. Debe recordarse, por ejemplo, la migración de grupos

Arauquinoides migrantes de los Llanos del Orinoco de Venezuela, pórtadores de

tradiciones como la elaboración de cerámica. (Zucchi, Alberta, 1968).

Más recientemente, durante el siglo XIX tuvo lugar una amplia migración de población

procedente de Venezuela que se instaló en pueblos ribereños del llano metense, araucano y

casanareño.

Las visiones promisorias sobre la región ya las habían propuesto viajeros como A.

Humboldt (1846) y Felipe Pérez (1862) entre otros, en el siglo XIX mientras que

gobernantes como Rafael Reyes (1905) y Alfonso López Pumarejo (1936) trataron de poner

en práctica diversas estrategias como explotaciones productivas la construcción de vías, la

colonización dirigida, la adjudicación de baldíos, estudios de diversa índole y la creación de

asentamientos

A pesar de algunos esfuerzos ya realizados, solamente en el futuro se podrán ver grandes y

mejores acciones para el bienestar y el nivel de vida de sus habitantes. En la Orinoquia

existe en la actualidad el crisol de una sociedad nueva como proceso económico, social y

étnico en curso.

1 Se anota que es más o menos a comienzos de la década de los años 1980 cuando comienza a aparecer en la

literatura sobre la región la denominación "Orinoquia - región orinoquense"; antes más bien denominada "los

llanos o el llano".

Page 327: Colombia Orinoco

327

Curandero indígena con pinturas rituales hechas con el achiote (Bixa orellana). El

sombrero y el traje "occidental" muestran el sincretismo entre dos culturas.

Foto: Femando Urbina

En la historia de la región orinoquense es posible identificar elementos comunes con la

historia de otras regiones de "frontera" como Urabá y Amázonia, entre otras en donde a

través de constantes movimientos político-sociales se han dado etapas específicas a saber:

la conquista, la esclavitud, la aniquilación y desplazamiento de las etnias indígenas, el

adoctrinamiento por parte de las misiones, los ciclos de explotación de quina, caucho,

animales y pieles de animales, fibras, resinas y más recientemente el auge de la producción

de estupefacientes como la pasta de coca y la cocaína. Ello ha dado lugar a una sociedad

con unas relaciones determinadas dentro de ella misma y hacia afuera, donde

"las relaciones socio-políticas dentro de las cuales avanzan estas tendencias, favorecen

procesos de concentración de la propiedad por medios violentos, lo cual no ha hecho cosa

distinta que reproducir y ampliar los escenarios de conflicto interno. Estas condiciones

afectan, necesariamente las perspectivas de la región y, dado su significado es

indispensable prever un desarrollo más armónico de la misma." (Fajardo, Darío, 1997).

Conflictos económicos y sociales característicos, del siglo XX en la región han dejado

como resultado grupos humanos emprobrecidos que habitan los tugurios de ciudades y

pequeños pueblos además de colonos y campesinos trashumantes, sin tierra, desplazados

debido a conflictos con la propiedad y al tipo. de explotación del medio, además como

Page 328: Colombia Orinoco

328

resultado de las características que han tomado las relaciones productivas, han tenido que

acudir a la "migración de retorno esto es, a abandonar sabanas, selvas y conucos que

construyeron y ocuparon hace 15 ó más años.

"Los conflictos desatados en buena parte de nuestra Orinoquia, resultantes del traslado

hacia su interior de las problemáticas derivadas de la concentración de la propiedad, del

aprovechamiento inadecuado de los recursos naturales, de la pobreza y la exclusión, han

resultado en la extensión hacia ella de los escenarios del narcotráfico y de la guerra

asociada con él de una u otra forma."(Fajardo, op. cit.).

Los grupos indígenas no han sido ajenos a la historia reciente en la Orinoquia: afectados

por la ocupación de su territorio ancestral en sabanas y matas de monte hubieron de

plegarse unos a las instituciones de la misión, la hacienda y el hato; otros buscaron más al

oriente y al sur refugio en selvas y sabanas adquiriendo recientemente el derecho a

Resguardos y Reservas. Al escribir la historia del siglo XX en la Orinoquia deberá

afirmarse que ésta se caracterizó por los conflictos políticos y sociales derivados de las

relaciones productivas en el interior del país que llevó a una amplia migración de población

desde finales de los años 1950 hasta 1960 durante la etapa conocida como "la guerra" y, por

un continuo conflicto social, político y militar entre actores del narcotráfico, el

paramilitarismo, la guerrilla y miembros de las instituciones del gobierno, donde la

población civil integrada por campesinos, colonos, comerciantes, agricultores, ganaderos e

indígenas entre otros- se encontró entre el fuego cruzado.

Foto de una antigua maloca del alto Río Negro

tomada por el etnólogo Theodor Koch - Grünberg

Page 329: Colombia Orinoco

329

En el futuro próximo es deseable que los esfuerzos de investigación sociológica,

geográfica, antropológica, etnológica, histórica y etnográficá se desarrollen ampliamente

para ser divulgados entre sus coterráneos y que de esta manera el saber ciéntífico

acumulado cumpla el papel de la ciencia: diseminar y profundizar el conocimiento. Para

ello el hombre orinoquense y llanero del siglo XXI se apoderará de lo mejor de la

tecnología para conocer, reproducir y ampliar este acervo social y cultural, compartirlo en

su región y con los habitantes de otras áreas del país.

El espíritu del próximo milenio abre compuertas para establecer y desarrollar mecanismos

de ampliación y divulgación del conocimiento adquirido en diversas ramas del saber: la

etnología, la etnohistoria, la arqueología, la literatura oral, el folclor, la ecología, la

geografía y la historia.

Es importante señalar que en el contexto del desarrollo institucional la creación de centros

académicos regionales en la Orinoquia es bien reciente; la Universidad Tecnológica de los

Llanos Orientales.-Unillano se creó en 1976; en la década de los años 80 le siguieron la

organización de instituciones como Córpometa y los programas de educación a distancia de

diversos centros como la Universidad Santo Tomás y la Escuela Superior de

Administración Pública -ESAP-, entre otras. La Universidad de la Amazonia en Florencia

fue creada en 1982 y el Instituto de Investigaciones Amazónicas Imani, en 1984. Existen

todas la posibilidades de dar estructura y acogida a esfuerzos de investigación que permitan

desarrollar, divulgar y compartir el conocimiento sobre la región.

¿Quiénes son ellos?

Los grupos indígenas de la Orinoquia han utilizado tradicionalmente los nichos ecológicos

o biomas de manera alternativa. Estos grupos, ligados estrechamente al medio natural,

mantienen una relación directa con los elementos que le proporcionan al hombre los medios

de subsistencia, elementos que deben ser aprovechados en forma racional manteniendo el

equilibrio que permita la supervivencia

Los grupos étnicos llanero-colono y las distintas etnias de ascendencia aborigen, a saber:

Achagua, Amorúa, Chiricoa, Cuiva, Curripaco, Guahibo-Sikuani, Guayabero, Macaguane,

Maciguare, Piapoco, Piaroa, Sáliba, U'wa (Tunebo) y Yaruro, son los grupos que ocupan la

región orinoquense. Actualmente estas etnias, en su mayor parte, acusan graves y

preocupantes situaciones de deterioro físico y cultural y escasos niveles de bienestar en su

vida cotidiana; viven el arrebatamiento e invasión de los territorios ancestrales y la crisis

en la identidad y organización política. Aún los grupos aborígenes son vistos con una

actitud generalizada de superioridad por parte de la sociedad nacional que -

desafortunadamente- ya en el siglo XXI, no ha cambiado.

Page 330: Colombia Orinoco

330

Las formas "antiguas" esto es, coloniales- de dominación: esclavitud, vasallaje,

servidumbre, endeude, adoctrinamiento, han sido sustituidas por otras; algunas de ellas

permanecen; entre éstas, por ejemplo, el endeude, la servidumbre, el clientelismo y el

adoctrinamiento religioso y político.

Las estructuras sociales y económicas fueron cambiando con e tiempo y algunas de ellas

sabemos que desaparecieron; pero desconocemos si las etnias actuales han sustituido

totalmente los objetos de intercambio intertribal e interétnico por otros; si se dan

intercambios ceremoniales, ajustados a nuevas realidades religiosas; o si, por ejemplo, las

cadenas productoras de curare, barbasco, caraño, objetos de fibra, canastos, ralladores de

yuca, achiote, pescado seco para no citar sino unos pocos artículos aún perviven. Es cierto

que han adoptado un amplio número de objetos y alimentos de la sociedad occidental.

Poco se conoce respecto a la dinámica social del mestizaje entre miembros de grupos

étnicos y de estos con individuos de la sociedad de los ―blancos‖. La evidencia histórica de

los grupos étnicos llaneros señala que prácticamente ningún grupo habita en la actualidad

sus territorios ancestrales y que difícilmente en algunos de ellos con los Achagua por

ejemplo, sería posible reconstruir una historia de origen debido a la conversión religiosa

impositiva que han vivido. Con otros como los Sáliba, Piaroa, Cuiva o subgrupos Sikuani-

Guahibo aún sería posible generar y emprender dichos procesos de autodeterminación.

Los desarrollos de construcción social en las etnias indígenas manifiestan la consolidación

de nuevos grupos mestizos o llaneros. Por ejemplo, son muy claras las condiciones de

aculturación con situaciones de bilingüismo y biculturalismo, en las que aún se distinguen

componentes de la vida social y la cultura, las costumbres, los ritos, la artesanía, la

toponimia regional y local, el folclore y los modos de vida. Mientras ello sucede, existen

otros grupos que no aceptan tan fácilmente la adopción de nuevas costumbres y hábitos de

vida.

Sin embargo, continúan los procesos y las relaciones para la construcción social, dinámica

y acelerada en los diversos espacios geográficos de la región orinoquense; allí podrán

desarrollarse otras actividades sociales y productivas de grupos y comunidades para

continuar adaptando y construyendo a partir de su pasado y de su experiencia en sus

relaciones con ―los blancos y racionales‖- la reproducción de su propia vida e historia

social.

―En la confluencia del Camejíy del Orinoco se descargan los bagajes, y los indios,

familiarizados con todos los escollos del raudal, conducen la piragua hasta la embocadura

del Toparo, donde ya el peligro se considera pasado... Cada una de las rocas que forman los

escaños del Raudal se conoce con un nombre particular: Uirapuri, Suripamana, Avagurí,

Jaarivenl...‖ Alejandro von Humboldt. Viaje a las regiones equinocciales. (1846, pg. 228).

Page 331: Colombia Orinoco

331

Introito

Antonio Umejé, Sáliba de Orocué, conocía las riberas del Meta como la palma de su mano,

eran tantas las veces que había hecho ese viaje desde niño con su padre Ramón, en curiara a

vela desde Orocué hasta el Casanare y aún más allá del Meta y del Orinoco, hasta cerca de

Caicara donde vivían sus parientes Joropa, del grupo Sáliba; también había ido hasta Puerto

Lucera frente a Puerto Ayacucho a visitar a sus tíos Yaguidua por parte de madre; pero para

subir a Puerto Lucera tocaba llegar a Casuarito, pasar a Puerto Ayacucho y dar la vuelta por

Venezuela pues los raudales no dejaban navegar.

Sus amigos Sikuani le habían contado que ―aquellas piedras inmensas que rodean el

Orinoco y las bocas del Vichada eran resultado de las virutas desperdigadas cuando la gente

bachaco había roído el árbol de Kalibirinae, el árbol de la comida.‖ El cerro Autana, el

Sipapo, el Unianato, todos esos sitios tenían sus historias Sikuani.

―Durante horas la selva se había empinado hacia el cielo, del que sólo se percibían algunos

jirones azules o blancos inmóviles por los entretejidos de ramas y hojas. Luego, de pronto,

se abrió ante una gran piedra blanca y chata, agrietada en todos sentidos, como un

ventisquero, por precipicios que era preciso saltar uno tras otro. Hacia el norte esta

plataforma se detenía encima de un cañón sombrío del que subía el enorme trueno del río.

Hacia el oeste la prolongaba un mamelón de doscientos metros, donde la selva empezaba

de nuevo y que una delgada línea blanca, en la cima, separaba del cielo. Sobre toda la

superficie del acantilado, animales, hombres y signos rojos cabalgaban en un palimsesto de

danzas inmóviles. Allí estaba.

¿ Cuánto tiempo hacía que las aves del cielo y las fieras de la selva eran los únicos que

conocían ese gran libro de imágenes abierto en medio del silencio? Sin duda siglos

y q uizá milenios. Mirábamos uno tras otros todos esos dibujos de los cuales los unos

brillaban de un color rojo tan vivo como si hubiesen sido trazados la víspera, mientras que

otros, borrados en sus tres cuartas partes, no eran más que sombras de color de rosa que

corrían por la piedra.

Quién? ¿ Cuándo? ¿ Cómo?. ...‖. Alain Gheerbrandt La Expedición Orinoco - Amazonas

(1948 - 1950).

Antonio era un experto en la navegación a vela y conocía cómo y dónde conseguir las

maderas para hacer las canoas y canaletes. De su tío Horacio Joropa aprendió a hacer los

cabos de vela, las botavaras, el. tangón, la espadilla y- las palancas en maderas duras, de

cedro o majagüillo. También sabía elaborar cuidadosamente los animales que ahora se

vendían como artesanía; ya era como un poca difícil conseguir los palos de cedro,

saquisaqui y el ―palo de boya‖ para tallar dantas, lapas, arditas, lagartos, tigres,

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morrocoyes, osos, venados, canaletes y remos de juguete; tenían que ir cada vez más

adentro de las matas de monte; en las escuelas le gustaba enseñar a los niños el arte de la

manufactura de los animalitos.

Diversos estilos de los recipientes para llevar dardos

envenenados para cerbatana.

Foto: Koch – Grünberg

Antonio nació en Paravare en las riberas del río Meta, por allá en los años de mil

novecientos cuarenta y pico, antes de la. ―guerra‖, el se acordaba de Guadalupe Salcedo,

de los hermanos Parra y del Bautista; escuchó las andanzas de Eduardo Franco y de la

entrega de las armas en Paz de Ariporo; por ese tiempo pasaron un par de años en

Venezuela huyendo de la violencia; entonces Antonio debería tener unos ocho años. Hijo

de Rosa Catimay y de Ramón joropa, de pequeñito comenzó a ir a la escuela y luego lo

llevaron al internado de Orocué. Solamente en vacaciones podía ir a casa de sus padres;

extrañaba todo lo de su aldea: las chagras, los conucos, el huerto de frutales del abuelo con

mangos, limones, naranjas y lechosas; le gustaba sentarse junto al fogón de la cocina en un

rancho separado de la casa, según costumbre que decían venía de la gente Atsáwa; añoraba

las cacerías de candelillas y las linterneadas de caimán en la noche cuando se podían ver las

estrellas fugaces.

Paravare había sido fundado por uno de sus abuelos -Juan Joropa- en los días del gobierno

del viejo López, el muelón. Antonio aprendió las letras y siguió trabajando con el Vicariato

como maestro en las escuelas Sáliba de Casanare; estuvo en El Consejo, en el mismo

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333

Orocué, en Guanapalo y en Paravare; su último puesto lo había tenido en Caño Mochuelo,

en las escuelas de La Juliana y Cucurital. Hablaba con fluidez el Sáliba, el español;

comprendía el Guahibo o Sikuani que llamaban ahora.

Lámina de la Comisión Corográfica

sobre la Orinoquia.

Indígenas Guahibos en ini morichal.

S.XIX

La mayor parte de sus parientes venían a Orocué al mercado dominical e iban a la iglesia de

Orocué a los casorios y bautizos; trabajaban en conucos y chagras en cultivos de yuca

dulce, yuca brava, plátano topocho y cambure, arroz, maíz y frutales; otros más tenían

ganados, marranos y caballos.

Sus hermanas - Inés y Rosa - residentes en Cubarral, Caño Mochuelo, eran expertas

alfareras; con la técnica tradicional de la abuela Jacinta Tapaje recogían la tierra de ―loza‖ o

tierra dura y la mezclaban con la ceniza de la concha de palo cagüí -canapé- para hacer las

vasijas. De sus diestras manos salían hermosas y suaves pimpinas en forma de mujer,

budares, ollas, tinajas, alcancías, muñecas, figuras de toninas, unas para el uso diario y la

mayor parte de ellas para llevarlas a vender a Orocué o a Yopal.

Page 334: Colombia Orinoco

334

Poblado indígena en el Andén Orinoqués.

Al pie hay una serranía de formación guayanesa.

Foto: Femando Urbina

Su mujer Carmen. Chamarraví, Sáliba de la antigua ―nación del Duya‖ había fallecido

hacía varios años sus hijos, Jacinto y Manuel vivían aún en Paravare con sus mujeres e

hijos; Umejé tenía ya cuatro nietos; vivía casi continuamente en Paravare cuando no

trabajaba en las escuelas.

El encuentro de Ikotia y Antonio

José María o Ikotia, chamán, careca o piache de todas las tribus del Tomo y del Tuparro

estaba en el mismo sitio en donde Antonio Umejé le había dejado hacía algunas lunas, en el

muelle de Puerto Carreño, la ciudad del Orinoco y del Meta; él mismo creía que en ninguna

parte del mundo se veía el cielo tan redondo y combado como allí. Se encontraron cuando

el. uno, Antonio, esperaba una faléa que lo llevara a, Santa Rosalía y de allí a Orocué y José

María se iba a visitar a sus-parientes en las aldeas del Bita. Antonio y José María eran bien

andariegos, como mucha de la gente indígejia y llanera que habita en las sabanas del

oriente.

Incomprensiblemente todo el paisaje. quedó quieto, sin moverse como en una fotografía: al

fondo, el Río, para Antonio el más inmenso y hermoso del mundo el Orinoco en su

encuentro con el Meta el cielo azul torneado por las figuras caprichosas de las nubes con

caras redondas como duendes. Antonio comenzó a imaginarse, como lo había hecho otras

veces, de. quiénes podrían ser esas caras, los objetos personas o duendes que podían

representar. ¿Acaso era el dueño de las dantas que ahora se tornaba esquivo pues esos

Page 335: Colombia Orinoco

335

animales ya no se veían? ¿o el dueño de los pescados a quien se pedía permiso antes de ir a

la pesca? Así, se le pasó un rato.

Antonio había vivido los días anteriores en el río, en las aldeas Sikuani a donde solamente

.se llega por entre caños cubiertos de selva como la boca de un túnel, entrando por los

caños. Buscando, buscando a canalete había podido entrar al Bita, hasta llegar a Guáripa,

Caño de La Hormiga y Caño Bachaco a visitar a viejos amigos; por allá vivía el viejo

Tanilao Ponaré con quien conservaba una gran amistad.

Existe un paso con la triple incisión en forma de ―V‖ que señala la entrada del paso secreto,

con el Signo, en la entrada del Caño de la Guacharaca, situado a unas dos horas de

navegación, más arriba del Vichada: conduce, bajo bóvedas de vegetación a una aldea de

iridios Guahibo, que tiene su atracadero en una ensenada oculta. ―Alejo Carpentier. Los

Pasos Perdidos, 1987, p.415

Antonio conocía tanto esas sabanas, caños y ríos así como los del Casanare, porque había

trabajado como profesor y luego como inspector de la Contratada. Eran exactamente las

,cinco de la tarde y allí, en el parque enmarcado por inmensas palmas y sombreados

almendros y floramarillos, estaban la iglesia, él comando, la antigua comisaría, el banco,

casi todas construcciones nuevas. Las calles, aún sin pavimentar, permanecían de color

arena rojiza, como las había conocido de chiquito. De repente las gentes en motocicletas y a

pie, los niños, los carros, los soldados, todos se quedaron quietos como estatuas, tal como

lo habían hecho años atrás, al escuchar el himno. Dos veces al día se izaba j arriaba la

bandera de la patria llevada hasta el patio de armas por un estafeta que portaba una caja de

madera. Mientras tanto, la banda dé la Armada interpretaba el himno nacional.

José María -Ikotia- ya no se ‗ocupaba de trabajar como motorista en el Apostadero; hacía

ya varios años había decidido volver a su ―comunidad‖, a Kiley, en el Aiwa Vichada a

ocupar el cargo de capitán y piache ambos cargos al tiempo honor que no muchos habían

podido alcanzar. Pero sus ocupaciones y el deseo de viajar lo llamaban a ñavegar por el

Méta, el Guarrojo, el Vichada y el Orinoco; era su modo de vida. Sus manos encallecidas

estaban ahora quietas, luego ya ocupadas en prender un cigarrillo, en apagar el fósforo, en

cambiarse la cachucha de un lado para otro. No tenía ni un cabello blanco. ―Los hombres

chamanes no tienen canas‖ le había dicho a Antonio algún día y entonces él no logró

comprenderlo.

José María conocía casi todos los meandros y remansos del Río y sus afluentes: el Meta, el

Torno, el Tuparro, Ariporo, el» Pauto, La Hermosa, e‘l Vichada o Vitsaramene, el Uva, el

Iteviare y el Siare çon el Chupave y el Tiyabá; había subido por el Guaviare, pasando por

Barranco Mina, Barranco Ceiba y Barranco Colorado, visitando a la gente Cunimía o

Guayabero que venía paso a paso huyéndole a la colonización del piedemonte del Ariari.

Había alcanzado a ascender, bien arriba, a las rocas del Guayabero y del Papamene, donde

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la niebla se juntaba con el frío de la montaña, ese Sitio lo llamaban ―el otro mundo‖. Había

visitado las cabeceras del Atabapo y del Ventuari hasta adentro de Puerto Inírida en la

Guainía con una cuadrilla para sacar el chiquichiqui. Conocía las sabanas del Vichada y del

Tomo a la perfección.

Antonio y José María se sentaron a conversar de cara al río, saludándose como si se

hubieran visto ayer, como solamente se saludan los viejos amigos; José María le ofreció la

mano de una manera particular, haciendo un cuenco con la palma rozando la de Antonio

casi imperceptiblemente. La gente Jiviya casi no se saludaba con el discurso y saludo

ceremonial Atsáwa y Sikuani que era lo ―antiguo‖ sino con la mano, como el ―racional‖. El

discurso se dejaba para recibir las visitas en las ceremonias de cosecha o de celebración.

Pero mientras tanto Antonio Umejé había visto otros ríos y lagos, el Cauca y el Magdalena,

el Arauca, el Atrato y el Paría. ..y tantos otros; Antonio iba al mundo de los blancos y

siempre volvía; se sentía más Sáliba que ―blanco‖. Con caminar pausado bajaron al puerto,

que ahora estaba unos cuantos metros más abajo. Se dibujaban al oriente unas nubes negras,

cargadas de tormentas como se ven en septiembre y que ya casi traían el estruendo del

trueno; a Antonio, lastimosamente el río ya no le pareció tan inmenso; se sentaron a la

orilla, encima de una canoa de madera de cedro volteada, calafateada con peramán, de

textura tan suave.

En la playa permanecían las huellas del mercado matutino, hojas secas, frutas podridas,

pedazos de cebollas y tomates. Los colores del cielo creo que no tienen nombre: era un azul

intenso, otro azul más claro; más allá un rosicler, en el fondo, en los confines, un gris

mojoso con destellos naranjas.

Oteando el horizonte, Ikotia permaneció unos minutos en silencio. Luego, quitándose la

cachucha y dándole vuelta en las manos me dijo:

“Oiga pariente , ¿qué le parece si va hasta Kiley en Aiwa Vichada y nos hace una visita?

saque el tiempo y por allá los esperamos; para el tiempo de la tortuga en enero,

pitsunijuaneto lo esperamos. Si llega a ir podemos ir a mariscar y de pronto hasta a

pescar, ¿no le parece?”

Antonio se quedó pensativo y recordó la última vez que había visitado Kiléy; también había

sido en verano, el viaje había sido con su mujer, la finadita Carmen y las petribas,

organizaron baile de jalecumá, de cacho e ‗venado y carrizo, obviamente acompañado con

yucuta y yare -sopa con ají y pescado; había mucha comida lapa y danta con ají. Todos

estuvieron en la wakera, ceremonia del intercambio de comida de caza y pesca; como que

las telarañas del tiempo le estaban nublando la mente y los ojos. Pero le dijo:

“Bueno pariente, por allá le llego, tengo deseos de comprar unos perros y de negociar

unas vacas, me dicen que por allá están como buenos esos animales... Juan Ponaré me

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prometió unos perros, allá le caigo, no sé cuándo pero allá llego.” De costumbre estos dos

personajes se llamaban parientes .

La visita en el verano pitsunijuaneto, tiempo de tortuga

Así fue como Antonio decidió ir a visitar a José María en Kiley, poblado en el resguardo

Aiwa. Añtonio como buen Sáliba quería ser más sedentario, quedarse un tiempo en

Paravare o en Orocué; pero algo en su vida interna lo impulsaba a viajar, a no quedarse

mucho tiempo en un sitio, y a ―andar‖ como la gente Jamorúa (Amorúa) y Cuiva; ellos sí

habían sido los nómades por excelencia. Salió temprano de Santa Rosalía en donde había

logrado comprar ―bastimento‖ para el viaje y un mercado de grano para el pariente; la falca

lo llevó a él y a su hijo Ramón hasta el puerto de Remolino adonde esperaron a la tarde que

llegaría un camióó con destino a Santa Rita. No era fácil que allí llegara, pues los que

viajaban a Santa Rita no acostumbraban a hacer el desvío para entrar a Remolino, Colgaron

los chinchorros en la tienda de Marcolino, un colono tólimense conocido por ser más amigo

de los indios. Al día siguiente pasó un camión que los podía llevar a Kiley; allí lo recibió

con la hospitalidad de siempre José María, Ikotia.

José María lo invitó a su rancho, le asignó el rincón de las visitas donde Antonio guindó su

chinchérro. Esperaron a la tarde para degustar un caldo de curito que habían preparado las

nietas de José María. Antonio notó con interés que a la izquierda de la entrada del rancho,

que ya no tenía tanta forma como la maloca tradicional con el techo hasta el piso, había‘

una repisa con una montaña de papeles y unos libros. Con curiosidad preguntó a José María

de dónde habían salido aquellos papeles, a lo que él le contesté: ―Me los han traído los

profesores, los bilingües de Santa Teresita que a veces vienen por acá‖.

Todavía con mayor curiosidad Antonio preguntó a Ikotia si era cierta la belicosidad que se

decía tenían los Guahiboso los Cuivas en el pasado. ―Pues sí que éramos bravos‖,

respondió Ikotia, ―pero también era como parte de leyenda, de fama de guerreros; pero los

―blancos nos acostumbraron a flechar y nuestros abuelos respondieron flechando las falcas,

reses, gentes, todo por igual así era de antiguo. Venían a robarnos las petribas, las pollas

decían ellos y nosotros respondíamos con flechas con veneno. Nos corrieron de las sabanas

y ya casito llegamos á Venezuela; mejor dicho, con los asuntos recientes, ¿no sabe usted

que ya varias familias Curripaco se han ido para Venezuela?

Pero los Guahibos de antaño también hacían intercambios, con o sin ceremonias, visitaban

las aldeas Atsáwa -Achagüa- para canjearles flechas, achiote, pescado y carne de monte, a

cambio de productos como casabe, mañoco, catibía y tubérculos. En esos mirray se

encontraban además otros productos como perros de caza, do los Guayabero Cunimía,

colláres de cuentas que traían los Piaroa o Pume de dónde los Ye‘kuana Makiritare, arcos

de madera, artículos de fibra, yopo, piedras para pulir ollas peramán, aceite de seje, palo

brasil, onoto, pinturas y hamacas; recibían conchas marInas de bien lejos además de caraño

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y otoba preparado por los U´wa del Cocuy. El curare venía de abajode bien abajo del llano,

en su encuentro con las selvas del Atábapo.

―Por eso se sabe que éstos llanos y selvas del Orinoco y sus gentes somos como hermanos

con las gentes del Amazonas,, compartimos muchas cosas como las vasijas dé barro, las

variadas clases de yuca brava, la cesterías, todo lo que son cebucanes, balayes, mapires,

catumares; ellos también tienen flautas de pan o carrizos, ají, caapi, yopo, curare y

maracas‖.

―Yo he conocido casi todas esas momowi o gentes, los Yaruro o Pume como emparentados

por la lengua con los Piaroa, los Amorúa o Jamorúa caminantes y navegantes que ahora

viven muy juntos con los Sikuani. Ahora viven por grupitos los Wipiwe, Siripu y Mariposo

en Caño Mochuelo; después de ocupar las vastas llanuras allí han quedado unos pocos.

Hasta a los Cuiva los han arrinconado en el Aguaclara.‖

Ikotia señaló con ese comentario la sabiduría que poseía sobre los indígenas del llano, del

piedemonte y dé la selva y continuando la conversa le dice a Umejé: ―¿No ve pariente

como los Atsáwa y ustedes los Sáliba han sido los que más se ,han tratado con los blancos?

¿Por qué?, porque tienen algo así como un alma de comerciantes, de tratar más con objetos

y con gentes. Eso del comercio como que hasta ahora lo estamos aprendiendo nosotros los

Sikuani.....estamos aprendiendo de las vacas y del arroz, ahí poco a poco pero estamos

aprendiendo.

Los Curripaco y los Puinave del lnírida son El casabe o torta de yuca brava constituye

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muy hábiles en la elaboración de canastos. Es

un trabajo básicamente femenino pero los

hombres también saben hacerlos. Foto:

Femando Urbina

el ―pan‖ orinoquense y amazónico.

Acompaña casi todas las comidas. Foto:

Femando Urbina

―Antes mucho antes del mundo los Jivi eramos todos animales, de allí viene la gente tigre

y la gente guacamaya que son del alto Vichada, la gente del mico, del bajo Vichada, pero

también la gente sardinita, caimán, danta, perro de agua y otras. Esas gentes, esos momowi

o grupos de gentes se distinguían por pertenecer a cierto río, al Ariporo, al Tuparro o

cualquier otro; se diferenciaban además por su hablar más rápido o lento el mismo idioma;

unos eran más altos y robustos, otros más bajitos y regordetes, a veces se los comparaba

con el mismo animal al cual pertenecían. Esos grupos han cambiado; se han acabado unos y

otros se están rehaciendo‖.

―Nuestra vida de todos los días está marcada por las cosas que nos rodean, la maloca, los

instrumentos de cacería y pesca, los canastos para el trabajo de la yuca; en los cebucanes y

sopladores se distingue la pinta del curito; la piel del güío y de la rana aparece en las guapas

y balayes que tejemos; así que nuestra historia está ahí. En canastos como en los libros de

los blancos- nosotros leemos las historias en el tejido de las fibras de juajuá; en los cielos

estrellados está la historia de la familia Tsamani-Iwinai o las Pléyades -Kajuyali es la

constelación de Orión. Cada recodo del río o en las grandes piedras del Orinoco; cada

raudal tiene su relato‖.

―A tres o cinco kilómetros de Encaramanada (cerca a las bocas del Manapire) se levantaba,

en medio de la sabana, una peña llamada Tepuremene la Roca Pintada. Muestra dibujos de

animales y signos simbólicos. Las representaciones que hemos encontrado en rocas de

lugares ya deshabitados son Estrellas, Soles, Jaguares, Cocodrilos. No me parecieron

objetos de culto religioso‖. Alejandro von Humboldt. Viaje a las regiones equinocciales

(1859)

Antonio lo escuchaba en silencio y pensó por qué su pueblo Sáliba ya casi no recordaba

historias como esas, lo que contaban los ancianos eran historias de la Virgen y de la

iglesia... esa memoria ya no existía, seguro que los Sáliba sí tenían algún otro relato además

del de Puru.

Con las sombras de la noche acordaron salir temprano a pescar en las lagunas para poder

preparar un buen guiso con casabe.

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El "zarzo". parte alta de la vivenda en áreas inundables:

Allí se vive durante el inverno.

Foto - Fernando Urbina

Al día siguiente, caída la tarde, después de haber repartido los valentones producto de la

pesca, Antonio y José María se sentaron en la puerta de la casa, junto a un árbol de yopo;

pára ellos dos era muy importante conversar, escucharse entre sí, aunque a veces, José

María era el que más hablaba. Ocasionalmente, escuchaban el silencio en la oscuridad de la

noche. Al oriente se veían las Pléyades -Iwinai-, los miembros inteérantes de la familia

Tsamani que viajó al cielo para convertirse en estrellas.

―Los Sikuani hemos aprendido mucho con el tiempo -dijo Ikotia- ―usamos la sabana y los

bosques, según si llueve o es verano; aquí hay un tiempo y una época para cada cosa; el río,

el monte, el morichal, los animales, todo es un cuerpo que debe ser cuidado y respetado.

Aquí todo tratamos de compartirlo con el vecino o el pariente; un favor no se le niega a

nadie, la comida que se consigue se reparte y el que no lo haga, recibe, una sanción del

grupo‖.

La mariscada es la forma para obtener carne, y claro, de paso podemos ir a mariscar

mañana o el día después, ¿no le parece?, los Sikuani del ―llano adentro‖, esto es del

Vichada, salen a mariscar en verano y en partes donde aún se consiguen algunas especies;

les acompañan los hombres adultos y los niños desde pequeños.‖

Allí terció Antonio ―atravesándole el macho‖; quería explorar el conocimiento de José

María acerca de un tema del cual era difícil que él hablara: ―¿Y cómo así que los Sikuani

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son supersticiosos? ¿creen en muchos agüeros, en maras y duendes, en maleficios y

augurios, cómo es eso?‖.

José María entendió para dónde iba el Umejé encendieiido un pielroja, con escupitajo al

piso de tierra le dijo:

―Vea pariente, todo lo que nos rodea, las plantas, la yuca, los animales y hombres todos

somos por igual seres vivos, como personas; pero hay espíritus vengativos que andan

haciendo el mal que a cualquiera lo puede afectar en un momento u otro; así que le puede

dar reumatís por un maleficio; si un piache le manda el maleficio y usted no tiene las

hierbas maras, la protección, entonces se puede morir. Pór eso los piaches hemos sido

perseguidos desde siempre y se han atacado nuestras creencias. Hay enfermedades

producidas por brujería o maleficios que sólo reconocen y curan los médicos indígenas...‖ .

―El maneni o Tsawikuli es un maleficio mal hecho, o brujería; a ella obedecen las

enfermedades que no conocemos o a las que no se le encuentran una clara explicación,

como el cáncer y la lepra. Vea pues que los Maciguare por ejemplo, pensaron que fue por la

―brujería‖ de los Wipiwi y Amorúa unos casos de sabañones y una muerte misteriosa

ocurrida dentro de la comunidad hace algunos años.‖

―Nosotros como piaches vemos el presente y el futuro en los sueños, en las visiones con

yopo, y para las curaciones tenemos un poder que nos da la sabiduría y el aprendizaje

además de la protección del dueño de cada objeto curativo; entre poderes amigos- y

enemigos podemos curar con el soplo acompañado de cánticos, invocaciones, bailes, pases,

succiones, rezos y bebedizos.‖

―Frío del hacha,

frío de las gotas de agua,

que se produzcá mejoría:

Sal dolor, no molestes más.

Pececito mueve la boca.

Pececito, canto para que salgas...

Esa noche, Antonio y José estuvieron fuera del rancho hasta que Venus se apareció por el

oriente. A la semana siguiente tuvo lugar una ceremonia del rezo del pescado pues Lucía,

nieta de Ikotia, había llegado a la edad de muchacha. Una gran fiesta congregó a la

parentela para la noche del rezo del pescado.

Finalizando esa luna, Antonio Umejé se fue abajo, hasta la casa de Juan Ponaré, en

Buenavista, caiño Mataregia, en el Bajo Vichada. Allá llegó a negociar sus perros, trata que

le tomó algunos días más. Después, con perros y dos vacas paridas Umejé volvió a Kiley

antes de emprender el viaje de regreso a Santa Rosalía.

Derebü, el hombre tigre

Page 342: Colombia Orinoco

342

Habían pasado como dos lunas, llegaba a su fin el tiempo de la tortuga y Antonio no se

decidía a marcharse. Sabía que tenía que volver a Orocué, tal vez a buscar un trabajo en la

Alcaldía, o posiblemente con el FER; le había prometido al doctor Sarmiento del FER de

Yopal que volvería para las clases de febrero, pero no acababa de decidirse; mientras tanto,

las clases ya habían empezado. Allí, en las sabanas del Vichada la ―vida era tan sabrosa...!‖.

Disfrutaba de la amistad cálida de su ―pariente‖ José María y hasta había pensado en llevar

al chinchorro de cumare a Weninae, Julia, la petriba sobrina de José María.

Un atardecer con el sol de. fuego ocultándose en la cercana mata de monte, José María

inició una de sus acostumbradas conversas, que a veces, terminaban cuando los luceros ya

aparecían por el occidente.

―¿ Se acuerda de la historia que le conté en la Guainía?‖ le dijo José María a

Antonio.‖Quiero que escriba esa historia, que la escriba para mí y para mis nietos que van a

la escuela de Santa Teresita del Tuparro, ellos ya saben leer y la quieren escribir en lengua;

ahora hay unos profesores que les enseñan a escribir en Sikuani; por eso quiero volver a

contársela hoy.‖

Antonio lo miró a los ojos, pequeños, achinados y de color indefinido; observó con detalle

los profundos surcos de su faz; analizó su edad indefinida y el color de su tez; dirigió la

vista a la inmensidad del cielo y a los rayos del sol que rielaban en el agua del porrongo

cercano.

Antonio soñaba despierto, eso le sucedía desde pequeño y no lo podía evitar; en cualquier

instante, debido entre otros al color del cielo, a una melodía de tambor o de flauta tsitsito, o

acaso al rítmico botuto, al aroma de las flores, del mastranto o de la guaratara, todo eso lo

transportaba lejos, a evocar épocas pasadas, entonces así viajaba en el espacio y en el

tiempo; en ese momento algo así le sucedió y recordó aquel día en que había visto a las

toninas cerca de las Bocas de La Hermosa, en la caída al Meta. Sintiendo una emoción que

jamás olvidó y que le daba gusto recordar, Antonio corría por la playa de la orilla del río,

con una tropilla de chiquillos detrás de él, gritando al unísono: ―...las toninas...las

toninas...las toninas!...‖. Eran como cuatro!! En una fotografía que tiene ya muchos años

apenas se notan cuatro manchitas muy pequeñas; Antonio sabe que son las toninas y

bufeos, aquellas dos mujeres que de tanto bañarse en el río se convirtieron para siempre en

toninas!.

―Kasibali , punto cierto,

fantástico, lejano.

Hoy, ayer, un día

sueño con el mar, la tarde que se pierde

entre la lluvia de octubre, un mes desmoronado..‖.

Page 343: Colombia Orinoco

343

Volviendo en sí, regresando de su divagación , pues Antonio era poeta, trató de responder

la pregunta de José María y haciendo memoria le inquirió: ―¿Pero cuál historia? ¿Cuál de

todas Sus Historias? ¿La de cuando los ríos de estas sabanas y selvas corrían de abajo hacia

arriba, hacia las montañas? ―.

Antonio pensó ojalá sea esa Historia, la de antes del gran cataclismo, de la inundación,

cuando las aguas de los ríos del Llano y de la selva corrían de abájo para arriba, mucho

antes del árbol de la comida Kalivirinae, de Kutsi kutsi la ardilla, de danta y la gente

bachaco..cómo quisiera escuchársela hoy!!

―Con frecuencia las figuras jeroglíficas han sido talladas a mucha altura en Las paredes de

la Roca Pintada, en sitios a donde sólo podría Ile garse con andamios. Si se pregunta a los

indígenas cómo fue posible tallar aquellas imágenes, responderán sonriendo, como si

dijesen algo que sólo un blanco puede ignorar, que cuando la Gran Crecida, sus abuelos

llegaron hasta aquellas alturas en la Piragua...‖ Alejandro von Humboldt. Viaje a las

regiones equinocciales. (1859).

―Hay mañanas en que quisiera ser naturalista, geológo, etnógrafo, botánico, historiador,

para comprenderlo todo, anotarlo todo. Una tarde descubrí con asombro que los indios de

aquí conservan el recuerdo de una epopeya que Fray Pedro está reconstruyendo a

fragmentos. Es la historia de una migración caribe, en marcha hacia el norte, que lo arrasa

todo a su paso y jalona de prodigios su marcha victoriosa.‖

―Se habla de montañas levantadas por la mano de héroes portentosos, de ríos desviados de

su curso, de combates singulares en que intervinieron los astros. Las noches en que se

emborracha ritualmente con un polvo sorbido por huesos de pájaros, el Capitán de los

Indios se hace bardo y de su boca recoge el misionero jirones del cantar de gesta, de la

saga, del poema épico, que vive oscuramente -anterior a su expresión escrita- en la

memoria de los Notables de la Selva.‖ Alejo Carpentier. Los pasos perdidos (1987).

José María seriamente le dijo:

―No, esa no. Quiero es contarle la historia de Derebü el hombre tigre, el que nunca murió.‖

―¿Derebü?!...?...‖ Antonio cerró los ojos, con mucho esfuerzo buscó en el libro de las

remembranzas y llegó a su mente la imagen de una noche de inmensa oscuridad y estrellas,

alrededor de una coleman en el internado de Puerto Inírida, la luna se reflejaba en el río...

Allí estuvieron escuchando esa historia, pero, ¿incompleta? Antonio, con su memoria de

Sáliba conocedor del mundo indígena y del mundo ―del racional‖, buscó inútilmente en los

recodos de su cabeza y no pudo encontrar su final; algo estaba fallando en su cerebro;

debería buscar al brujo de Wualabó a ver qué le decía, o, tal vez, podría formular su

inquietud al mismo Ikotia, pero lo dudaba pues podría pensar que le iba a dar la locura y le-

tendrían que cantar:

Page 344: Colombia Orinoco

344

―Deja que vaya esa mariposa.

Canto para que sueltes todo lo malo,

todo lo malo que tienes en el cuerpo... vete mareo.

Danta: te estoy sobando con la mano

esta cabeza loca, esta cabeza mareada...

te quito el sueño, te quito el mareo...

Mawine - xeno (árbol) que invoco para curar

aleteo del pavo real...

Pensamiento de tu corazón, espinas de la sensitiva,

crezcan rápido; aleteo de las aves que empiezan a volar..

te quito la locura y quedará solo el sueño...‖.

Antonio le tenía miedo al mal de la cabeza, mal que le había dado también a su tío y a su

abuelo. Esa noche los acompañaba Falla no recordó su primer nombre, ¿acaso Octavio? el

experto cauchero del río Algodón luciendo una larga melena, blanquísima y lisa. Había más

personas: un enfermero Piapoco, que le salvé a la hora de la siesta en el puesto de salud el

día anterior de una mordedura de culebra verde esmeralda: el siseo de la culebra sobre la

madera lo despertó y ante su llamado que a pesar de la desesperación y del susto no supo

cómo pudo ser sereno, el piapoco - abrió la puerta para darle muerte con un machete... ¡La

volvió un tasajo! .

Estaban allí -escuchando esa historia- un teniente de la Armada, comandante de un ARC,

de lo que después fue la Fuerza Naval de Oriente, con sede en Puerto Carreño, un

supervisor de la Contratada, otras dos o tres personas del Ministerio qué estaban

identificando los hitos de las fronteras con Venezuela y Brasil localizados en medio de las

selvas; decían que venían del río Xié y de San Carlos del Río Negro, en el Cocui.

Antonio no logró identificar sus nombres ni las caras de otras personas. Los rostros estaban

cubiertos por las sombras del tiempo... como telarañas; eso le estaba sucediendo

últimamente con inusitada frecuencia.

―Derebü era el piache de los piaches... el curaca mayor comenzó José María poseía las

sabidurías y conocimientos de la tierra y del cielo, del fuego y del agua. Desde niño recibió

de sus abuelos y tíos, de Wanaka y Maulesi, los más profundos pensamientos, relatos y

palabras de la piedra acera, cayácl la piedra del fuego que traían del septentrión, de adentro

de otras selvas. Le enseñaron acerca de las plantas y sus dueños, del yopo, el caapi, la coca,

el curare, la xuipa, el barbasco y el tabaco. Conocía las fibras de las palmas -cumare, seje,

moriche, choapo, pipire, cubarro y otras- además, sabía para qué servían sus frutos y sus

lianas; en su largo entrenamiento de años aprendió cómo hablar con los dueños del bosque

y de los animales para pédirles los permisos necesarios.

Page 345: Colombia Orinoco

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Elaboración de la torta de casabe

sobre el budare o asador.

Las mujeres Puinave realizan esta

labor diariamente,

Foto: Femando Urbina

En su memoria guardó los cantos y relatos sobre el origen de la gente tigre, de la gente

danta, de la gente araguato y de sus mundos. Se ejercité en sanar y curar con soplos,

maracas, hierbas, frutos y raíces.

Pero un día, por el gran Río -el Meta conocido antes como Metha- vinieron subiendo unas

canoas inmensas -como malocas flotantes- con hombres brillantes; traían animáles grandes

más altos que las dantas para en ellos cabalgar. Eran cuatro curiaras inmensas; después

supo que los llamaban bergantines. Cerca del Siare, sitio en el Orinoco, visitaron la maloca

de Derebü mientras las mujeres y los niños estaban en las chagras y los demás hombres

habían ido de cacería. Cuando ellos regresaron -uno a uno- los fueron aprehendiendo. Los

extraños traían hachas de metal y tubos de fuego. Cuando se hicieron presentes los viejos

piaches sabios, a el-los también los apresaron.

Con ellos venía un hombre danta nativo del Alimena, llamado Francisco, él ya no era de la

gente tigre; había cambiado su lengua, su gente, hasta su vestido. Entonces se dirigió a

Derebü para invitarlo a un viaje por el río arriba, quería ir hasta encontrar Manoa, la ciudad

del oro. Derebü hizo creer que él no sabía nada de eso, que no conocía el asunto, pero él

comprendía perfectamente que por allí arriba, por el río Catnimani y la Sierra Cupuira en el

Alto Oninoko se llegaba al río Branco y luego al encuentro con el ―otro gran río‖, el

Amazonas, el río de muchas leguas que salía a encontrarse con el mar, con el agua grande.

Eso lo conocía por la vida de la gente Kawini y los relatos del Kuwai; ellos eran los

guardianes del gran bosque que albergaba los remansos y meandros de esos ríos; ese

espacio representaba el corazón recóndito del mundo, pero allí no podía entrar nadie sin

ayuno, sin rezo y sin permiso anticipado de los dueños de los animales.

Page 346: Colombia Orinoco

346

Derebü -cuyo verdadero nombre era Jowai- no estaba interesado en viajar, ya había

explorado suficiente. Conocía mentalmente lo que había más allá del Río, de las sabanas y

de las selvas. Había visto con los ojos del espíritu -en sus viajes astrales cuando sorbía

yopo- lo que existía debajo de la tierra, en el mundo acuático de Bakats6lowa y arriba,

arriba, en los cuatro cielos de los cuatro colores y en el pueblo de Tsamani, las estrellas que

habitaban el cielo. No hubo excusa posible; se lo llevaron al día siguiente en una canoa

maloca que le pareció inmensa. Tuvo que dejar a su mujer, Ainawi y a sus dos hijos

pequeñitos, Dali y Lipai.‖

José María se detuvo en este punto -y repitió-: ―Eso fue hace mucho, muchísimo tiempo. El

jefe de los hombres brillantes de las malocas viajantes por el río se llamaba Alonso de

Herrera y venía del otro lado del Orinoko. Su viaje se debía a la búsqueda del oro, de la

ciudad de Manoa y el árbol de la canela, eso era lo único que querían. Lo buscaban con

ansiedad por el Perú, por los Quixos, por el Orinoko, por el Metha, por todas partes del

continente ".

Los extraños deseaban de Derebü su ayuda para encontrar las aldeas de oro y los árboles de

las especias. Así fue como estuvo con ellos casi diez lunas; comenzando en la luna de la

tortuga charapa hasta la luna parida, cuando la luna aparece con una estrella junto, con un

hijo llamado Pomona.

Los soldados se fueron cansando de ir para un lado y otro; subieron los raudales de

Carichana y abandonaron las canoas gigantes en los raudales de Atures y Maipures;

siguieron en otras canoas de Guaypunabis y a pie. Pero además, se dieron cuenta que

Derebü o no sabía o tuo quería llevarlos hasta donde estaba el Metha, el oro; por más

búsquedas no lograron encontrar el árbol de la canela. Escapando de bravos indios que les

flechaban al paso, sufrían hambres -janipa-, faltaba la comida, sentían fríos en las

madrugadas; los caballos se habían muerto y formaron parte de la dieta; estaban fatigados.

―Desde La confluencia del río Paruasi, el Orinoco está lleno de rocas y arrecifes de granitó

por lo cual se forman allí los rápidos o pequeñas cataratas, que a primera vista pueden

inquietar al viajero por sus muchos remolinos... En el sector de su curso orientado de sur a

norte se extiende sobre el Orinoco una cadena de montañas graníticas. Frenando dos veces

en su carrera, rompe furioso a través de las rocas que forman gradas y diques

transversales.., nada hay tan grandioso como este paisaje. Situado de modo que se domine

con la mirada la interrumpida serie de cataratas, la enorme superficie de espumas y vapores

iluminados por los rayos del sol poniente, parece como si se viera todo el río colgando

sobre su lecho... Las dos grandes cataratas del Orinoco se originan al quebrar el río las

Montañas del Parima.

Los indígenas las llaman Mapara y Quitunam, nombres que sustituyeron los misioneros

por los de Atures y Maypures, apelativos de las tribus que han reunido en dos pueblos más

Page 347: Colombia Orinoco

347

cercanos a dichas cataratas...” Alejandro von Humboldtl Viaje a las regiones

equinocciales (1846).

Decidieron volver a bajar el Orinoco y entre uno de aquellos caños, tal vez entrando por el

Vichada cerca de Aiwa, lo que hoy es Santa Rita, o por el Tuparro Araita, pensando que

regresarían al gran. río los cogió un verano y el galeón o bergantín, como llamaban a la

maloca navegante, se quedó atascado entre el monichal. Inútilmente trataron de sacarlo y

prefirieron abandonarlo y buscar el noroniente por medio de los caminos de la sabana.

Una mañana, un lugarteniente de, Herrera, el más descontento de todos con la situación,

aprovechando la ausencia del capitán mayor y cansado con la indiferencia de Derebü le

colocó una soga al cuello con una piedra bien atada con sogas de canangucho. El capitán

ordenó tirarlo al río, al Orinoco; pocos hombres lo acompañaban pues los demás se habían

salido a buscar maderas y çacería; con la soga atada al cuello Jowai se hundió en el

aguabájo el peso de la piedra. Ni siquiera Francisco Alimena movió un dedo para evitar la

tragedia.

Jowai bebió el líquido cristalino del gran Río éste, por ser de fondo de piedra no tenía

arenanado y conversé con las toninas, con los bufeos; caracoles, con el dorado y el

valentón. Alcanzó a recibir un destello fulminante, rojo, como un fogonazo de pólvora...

En esos instantes entendió que su espíritu abandonaría para siempre la faz de la tierra y que

iría a otra parte a juntarse con sus ancestros. Sintió que no podría volver a cónversar con el

dueño de la danta, del pecarí y que jamás se volvería a convertir en hombre tigre. Ya no

podría ver jamás al caimán negro del Lipa. Pero no, Jowai quería vivir, deseaba volver a

ver a Ainawi y a los niños construyendo pequeños arcos y flechas para jugar. Deseaba

volver a ver las palmas de seje floreciendo y su chagra con copas de oro y diversas matas

de yuca nobawa, dalikai y otras; quería navegar por el Tomo y el Duya, bajo el sol inmenso

y sentir la brisa fresca en el rostro. Quería, quería ir a la fiesta del Jalecumá, deseaba,

anhelaba tantas cosas... como buscar huevos de tortuga terecay en la playa venanera...!

Banquitos rituales utilizados por indígenas Puinaves.

Foto: Fernando Urbina

Page 348: Colombia Orinoco

348

Nadando hasta el cansancio, haciendo figuras como los bufeos, Jowai alcanzó una orilla,

luchando por librarse de la soga con las piedras. Agotado, pudo llegar -de noche- a la Isla

de Atures; sobre las piedras le pareció ver o soñar a lo lejos la silueta del Ujiianato de

donde salieron las gentes del interior de la tierra al comienzo del mundo.

Y allí, desde ese instante, vivió para toda la eternidad, ¡para siempre! Se Convirtió en

aitawa, en eterno. Jowai vivió para hacer y enseñar otras cosas; permaneció para hacerle el

bien, cuidar y curar á las gentes de los llanos de la sabana, del río y del bosque. Conocía los

remedios de las plantas y hojas, como el koduiro o guayabo de monte para cicatrizar las

heridas, o el aniroai, gualanday, para curar las afecciones de la piel. Vivió con la gente

danta, con la gente tortuga, con la gente tigre. Inútilmente buscó a Ainawi, a los niños y a

su tribu pero no los encontró; le dijeron que se habían ido a Caicara con la gente danta,

escapando de Herrera y sus soldados.

Cuando iba al morichal se quedaba vagando por semanas o acaso meses; allí vivía su

transformación, se convertía en hombre tigre; aprendió jodas las lenguas de la sabana y de

la selva, el sikuani, el piapoco, el atsáwa, el piaroa, el makiritare, el cuiva; aprendió estas

lenguas, las de los hombres y las de los animales mientras recogía en su mochila raíces,

hojas, piedras, semillas, ojos de venado y cuarzos.

Tiempo después se topó con otros hombres brillantes y subiendo el Orinoco buscaron las

fuentes del Guaviare y del Atabapo y fueron más al sur tratando de hallar el tesoro de

Yaguarcocha, el Inca. Pero todo fue en vano e inútil; Jowai volvió para buscar mujer en el

clan de la garza y tuvo otros hijos, nietos y bisnietos.

Regresó a su tierra cerca del Gran Río y fue chamán, cazador, pescador, caminante del

bosque y recogedor de hierbas y raíces, recolector de chiquichiqui, siringuero y canoero.

Estuvo en Carreño, cuando la violencia y para la época del problema con el médico Bayer,

se unió a sus cuadrillas durante un tiempo. Después, andando, estuvo empleado de

motorista en el Apostadero... y quiso volver a su gente, a Kiley Aiwa donde se quedó con

su mujer y sus hijos...‖.

José María sonrió.., y no dijo una palabra más.

Antonio Umejé lo miró aterrado y pasmado, su confusión no tenía límites, no lo podía

creer, se le caía la comba del mundo encima! En su medio siglo de vida Sáliba y occidental

jamás había escuchado o leído algo similar.

―Entonces... hace tiempo le conocí y aquí está, mirando al porrongo, conversando

conmigo‖, pensó Antonio... José María es Derebü, es Jowai, es Ikotia... es... es... ¡el hombre

tigre!!

Page 349: Colombia Orinoco

349

José María Ikotia, el de los múltiples nombres y vidas, sonrió con picardía; mientras

Antonio, riendo y llorando al tiempo no sabía qué decirle. Con su rostro hacia el río, Ikotia

recibía el reflejo rojizo del sol y un atardecer como sólo se ve allí les acompañaba con su

último rayito de sol rielando sobre las aguas. Ikotia, con la nobleza de siempre, dando un

par de suaves palmadas en el hombro de Antonio le dijo:

―Ya sabe cómo es..

Antonio recordó que el color de los cielos al atardecer se debía, según los Sikuani, a la

silueta de la ardilla Materri cuando fue lanzada al cielo al tratar de tumbar el árbol de la

comida, el Kaliavirinae.

Ahora, han pasado varias lunas y José María acaba de terminar de leer detenidamente ―Su

Historia‖. La historia de Ikotia, de Dowebü, de Jowai, el hombre tigre, el hombre aitawa, el

ser eterno.

GLOSARIO

balay o guapa: canasto plano -de 20 a 8O cm - adonde se sacan las tortas de casabe una vez

se han cocinado en el fogón. Elaboradas con fibra de juajuá, de diferentes colores: café,

rojo y negro; tienen distintos diseños como aquellos de las pieles de güío, pescado curito,

las estrellas, etc.

barbasco: bejuco silvestre y cultivado en los conucos utilizado para pescar. Se machaca el

bejuco muy bien y las fibras se botan al agua de tal manera que sueltan una sustancia que

adormece a los peces y permite su captura.

budare: plato de cerámica utilizado para tostar las tortas de casabe.

cagüí: árbol de cuya corteza se extrae ceniza para mezclar en el barro para elaboración de la

cerámica Sáliba. Conocido como kawinae o canapé. (Mayna pacif).

canangucho: tipo de palma cuyas hojas de utilizan para techar casas, hacer canastos y

sogas.

casabe: torta elaborada con harina de yuca brava previamente cernida.

catibía: forma de preparación de la harina de yuca brava, empacada en hojas de plátano o

canangucho, especial para viajar.

catumare: canasto abierto en la parte superior, tejidoen palma de cumare o fibra de mimbe o

mamure. Sirve para cargar la yuca, las pepas o frutos del conuco y del monte.

Page 350: Colombia Orinoco

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cebucán: especie de tubo hueco hecho de fibra de juajuá. Según la historia Sikuani

Masuldani lo hizo imitando la boa constrictor; su tejido imita la piel de este animal.

También se dice que su tejido representa el camino Diosonamuto que atraviesa los llanos de

occidente a oriente sin cruzar ningún río.

chagra: conuco, sementera, sembtadío. Chacra.

chamán: payé, piache, careca, brujo, hechicero, adivino, curandero indígena.

chiquichiqui: fibra utilizada en la elaboración de escobas.

coca: arbusto de unos tres metros de alto cuyas hojas mascan los indios mezcladas con

polvo de caracol o cenizas. Produce fuerzas para trabajar y evita el hambre.

conuco: sementera, sembradio, chagra.

cumare: palma. De las hojas se extraen fibras utilizadas para tejer mochilas y hamacas.

curare: sustancia resinosa y venenosa proveniente de la corteza del árbol de merecure,

utilizada para emponzoñar flechas y lanzas. Contiene estricnina.

curiara: embarcación y medio de transporte por excelencia de los indígenas del Llano. Se

construye del tronco ahuecado de un árbol, de una sola pieza.

falca: borigo, embarcación construida de varias piezas, calafateada, tradicionalmente con

techos de palma.

maloca: habitación típica de las tribus amazónicas, de gran tamaño y con una importancia

social, religiosa y ritual. La maloca tradicional podría albergar hasta doscientas personas.

matas: hierbas o piedras utilizadas como protección para los maleficios.

matas de monte: ―asociaciones vegetales que se presentan dispersas en la sabana y dan

lugar a la toponimia local como medio de orientación. Algunas tienen palmera Mautitta,

chaparros, moriches Humboldt, A. Viaje a las regiones equinocciales. 1846, pg. 125).

peramán: resma elaborada con caucho utilizada para calafajear embarcaciones.

siringuero, siringa: persona que trabaja en la extracción del caucho hevea.

wakera: ceremonia del intercambio y repartición de comida y de los productos de caza y

pesca.

yagé: bebida alucinógena utilizada por chamanes y curacas indígenas como parte de los

rituales. Se prepara de un bejuco de su mismo nombre.

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yare: jugo resultañte de exprimir la yuca brava, cocinada. Se consume como sopa con ají,

acompañado de carne o pescado.

yopo: alucinógeno con poder adivinatorio y mágico ampliamente utilizado por las tribus del

Llano. Extraído del árbol de su mismo nombre (Anadenanthera peregrina) en Sikuani se

llama dopanae. Dopabene: polvó de yopo. Se inhala por la nariz con un instrumento

denominado tsiripu que consta de dos cañones de plumas de garza o de huesos delgados

que se sujetan formando una Y, en cuyos extremos se adhieren dos pepas pequeñas de

cumare que se acomodan en las fosas nasales.

yuca brava: alimento esencial de las tribus oninoquenses y amazónicas. Se conocen

variadas clases con características especiales cada una; antiguamente también eran gente y

hablaban. Se encuentran la yuca caimán, la yuca guabina, la yuca coporo, la yuca

bocachico, la yuca pavón.

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Page 353: Colombia Orinoco

LA CULTURA LLANERA

Un análisis etno-semiótico

HILDA LUCÍA DÍAZ G.

El presente artículo tiene como propósito aprovechar la información existente sobre las

características de lo llanero, para intentar descifrar la significación simbólica delos textos1

verbales y no verbales, de algunas manifestaciones culturales llaneras.

La semioticidad (significación) de una cultura, está dada fundamentalmente por la forma en

que esa sociedad se relaciona con los signos y los convierte en un sistema de representación

1 El concepto de texto qué manejamos es el que propone Lotman:

“Entendemos por texto en un sentido más amplio, cualquier comunicación que se haya registrado (dado) en un determinado sistema signico. Desde este punto de vista, podemos hablar de un ballet, de un espectáculo teatral, de un desfile militar y de todos los demás sistemas sígnicos de comportamiento como de textos, en la misma medida en la que aplicamos este término a un texto escrito en una lengua natural, a un poema o a un cuadro”. Jurij Lotman et al. “El problema del signo y del sistema sígnico en la tipología de la cultura anterior al siglo XX”. En: Semiótica de la cultura. Ediciones Cátedra, Madrid, 1979. (:245).

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354

para facilita comunicación social. Dentro de los elementos culturales que sufren este

fenómeno están los comportamientos sociales, los mitos, los ritos, las creencias. La lengua

cumple un papel muy importante en la relación del signo con la comunicación puesto que

se efectúa a través de ella. Sin embargó, el estudio de la tipología de una cultura no sólo se

hace a través de la lengua, ya que existen otros tipos de lenguajes que también juegan un

papel muy importante, como el no verbal y el icónico.

Así, en este estudio de la cultura llanera consideramos en primer lugar la correspondencia

de lo simbólico con el lenguaje verbal y el no verbal, es decir, las manifestaciones

culturales expresadas a través del habla particular del llanero, y a nivel no verbal, los

diferentes tipos de rituales que se realizan en diversas ocasiones. En segundo lugar,

tratamos la relación simbólica espacio-sociedad llanera, y las relaciones proxémicas del

llanero con su entorno.

La propuesta de análisis de la cultura llanera que hacemos es, hasta donde sabemos,

novedosa. En este artículo pretendemos sólo proponer una fuente insospechada de

información sobre el llanero y su entorno, dejando planteada la necesidad de eláborar un

estudio de la cultura desde esta óptica.

Consideraciones generales

Desde el punto de vista del significado de una cultura ante propios y extraños es muy

importante tener en cuenta que ―la cultura no es un conjunto universal, sino tan sólo un

subconjunto de una determinada organización. Por esto al hacer un estudio semiótico de la

cultura vemos cómo la organización cultural que presenta un determinado grupo cultural es

una organización cerrada que se presenta con el transfondo de la no-cultura. La no-cultura

es lo diferente, lo extraño a mi modo habitual de ver, sentir y actuar en el mundo. Es una

religión diferente, un modo de vestir diferente, una manera de pensar diferente. Pero

siempre el sentido de nuestra propia cultura está dado por la oposición, por esa existencia

del otro, de la no-cultura, que es lo que en últimas dota de significado a mi propio

comportamiento cultural‖.2

Así, el sentido está en la diferencia.

El estudio semiótico de la cultura llanera nos lleva a considerarla como un conjunto que

hace parte de una macrocultura, la colombiana. A su vez, una tipología de esta cultura nos

plantea la existencia de las subculturasque la conforman: la de los cultivadores, la del

llanero citadino, la del llanero criollo, la de los colonos. Los rasgos significantes -

semióticos- que caracterizan estas subculturas, son los que van a hacer diferente al llanero

del costeño, del bogotano y del habitante de cualquier otra región del país. Por su parte, el

conjunto de rasgos semióticos que caracterizan la macrocultura colombiana, permiten

diferenciar al colombiano de un francés o un mexicano.

2 Jurij M. Lotman y Boris A. Uspensky. “Sobre el mecanismo semiótico de la cultura”. En: Semiótica de la

cultura. Velograf, Madrid, 1979. (:67).

Page 355: Colombia Orinoco

355

Lámina de Edouard André. Vaquería en el Llano, Obra de Riou,

En la base de la significación de la cultura llanera está una oposición fundamental que es la

esencia que caracteriza lo llanero: el estatismo versus la movilidad. Así tenemos que una de

las características del llanero criollo es su movilidad, puesto que tiene que desplazarse

continuamente para laborar en los hatos. Este hecho genera formas especiales de

relacionarse con la sociedad y el entorno, determinadas no sólo por la oferta de trabajo en

los hatos, sino también por las épocas de invierno y de verano, que en el Llano rigen el tipo

de trabajo que se realiza.

El colono, otra de las subculturas llaneras, se desplaza también por motivos diferentes; su

vida está atravesada por un continuo movimiento. Por su parte, el llanero citadino ha

perdido su movilidad y se ha vuelto relativamente sedentario obligado por los nuevos

oficios que desempeña. Los cultivadores o conuqueros son, dentro de esta cultura,

prácticamente una minoría. Sin embargo, en razón de su oficio se vuelven sedentarios,

hasta que el terreno se agota y se ven obligados a buscar un sitio más fértil.

La movilidad del llanero es lo que caracteriza a esta raza como una raza bravía que necesita

de grandes espacios para poder vivir y que la lleva a buscar por todos los medios su

libertad; hecho ampliamente demostrado en las gestas libertadoras y en las diferentes

épocas de violencia de la región y el país.

Por otro lado, es interesante observar cómo en las épocas de grandes cambios sociales las

culturas aumentan su signicidad (aumento del simbolismo). En los Llanos este aumento de

simbolismo se ve reflejado en la sociedad consumista que impone hasta en el hato más

alejado en la llanura o en la espesura del bosque, la presencia del radio, del televisor o del

teléfono, que han ido suplantando lenta pero inexorablemente la tradición oral. Los

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356

cuenteros de antaño han ido desapareciendo para dejar espacio al vacío de comunicación e

interacción humana que trae consigo la televisión. Además de la connotación que estos

electrodomésticos tienen, pues se convierten en signo de estatus para el que los posee.

Relación de la cultura con el lenguaje verbal y no verbal

En el análisis semiótico de la cultura, un elemento importante a tener en cuenta es la

relación de ésta con la lengua natural. El desarrollo de la lengua natural dentro de una

cultura ―es lo que proporciona a los miembros del grupo social el sentido intuitivo de la

estructuralidad con su transformación del mundo ―abierto‖ de los realia en el mundo

―cerrado‖ de los nombres, obliga a los hombres a interpretar como. estructuras fenómenos

cuya estructuralidad, en el mejor de los casos, no es evidente... Es suficiente con que los

participantes en la comunicación lo consideren una estructura y lo utilicen como tal, a fin

de que comience a revelar propiedades paraestructurales. Se comprende pues, cuán

importante es la presencia, en el centro del sistema de la cultura, de un manantial tan

vigoroso de estructuralidad como es el lenguaje‖.3

Resulta pues comprensible cómo el habla de una región identifica de manera inequívoca al

habitante de la misma: la ―r rodada‖ del bogotano, la‖ s sibilante‖ del paisa. El llanero

tampoco está exento de características peculiares en su expresión.4

Según un estudio

realizado por el profesor José Joaquín Montes del Instituto Caro y Cuervo5

, los siguientes

son los aspectos típicos del habla llanera:

La herencia indígena. Los habitantes indígenas de la comarca han dejado su huella en el

lenguaje cotidiano del llanero, en diferentes términos que han ido pasando de las lenguas

indígenas al español. Así tenemos voces indígenas en los nombres de las plantas de la

región como cumare, mapora, suy, yaray, bototo, etc. En los utensilios que el criollo ha

adoptado de las culturas indígenas tales como chiramo ―utensilio colgante‖ (expresión

utilizada en Tame), budare, mapire ―canasto‖ (expresión utilizada en Arauca); catumare

―vasija de palma‖, corota ―vasija de totumo‖; o en los alimentos indígenas como majule

―papilla de topocho‖, catibía ―masa de yuca rallada‖.

Las voces indígenas aparecen de manera natural en los toponímicos del territorio, pues

muchos de los nombres que estos sitios tenían, se deformaron y adaptaron a la

pronunciación del español dando así lugar a hidrónimos y topónimos como Guatiquía,

3 Idem. (:70).

4 Según Saussure el habla es el evento individual en el que interviene la voluntad del individuo para realizar

las combinaciones que considere pertinente hacer Ferdinand de Saussure. Curso de lingüística general. Nuevomar, México, 1982 (:35,40,41). 5 José Joaquín Montes. El español hablado en los Llanos Orientales. Presencia, Santa fe de Bogotá, 1996

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357

Guaviare, Aniani, Guayuniba, Guarca, Guanicaramo, etc.

Otra expresión menos conocida del aporte indígena es la hecha a la antroponimia de la

región en apellidos como Catimay, Cuburuco, Humejé, Yavimay, Guanay, Cuyaré, etc.

El desarrollo interno. Según Montes las condiciones peculiares del Llano hacen que la

lengua se reorganice en microsistémas léxicos que dan origen a que un verbo como mirar

haya avanzado sobre el campo semántico de ver y hacer borrar casi completamente este

último verbo del uso corriente. ―Entonces miró el presidente Rojas Pinilla que el Llano era

una gran belleza‖, ―¿El no está por aquí? ―No lo he mirao‖. Aparentemente. la pareja oír-

escuchar está corriendo con la misma suerte, y en este par el último verbo tiende a absorber

el primero. Típico del Llano es también establecen una clase especial en la -clasificación de

las, musáceas comestibles; el llanero las divide en tres grupos: plátanos, cambures y

topochos y hace del último grupo la clase, particular mencionada. Este fenómeno quizás

se deba a la importancia de esta especie en la alimentación del llanero. La influencia de lo

indígena se observa también a través de expresiones y dichos que reflejan la lucha sorda

que desde tiempos ancestrales se ha desarrollado entre los indígenas y todos los ―blancos‖

que los han despojado de su territorio. Es común escuchar al criollo expresarse del indígena

a través de estos vocablos; en ellos queda plasmado lo que el llanero . piense del indígena

en palabras como Tunebo, que equivale a ―montaraz‖, y guajibo a ―tímido o huraño‖.

‗Montes cita un refrán que refleja de manera patética la violación de los derechos de los

indígenas en su vida y propiedades causados en años recientes por la disputa entre

―blancos‖ e indios por el espacio, por la tierra: ―Ni burro es bestia ni indio es gente, ni

casabe sirve pa‘ bastimento ".

Existen también voces de raigambre hispánica tradicional usadas en el Llano con un sentido

particular como: el cerro, ―la cordillera, la zona andina‖; guate persona de la cordillera‖;

saquero, ―el que compra ganado‖; el interior, ―al occidente de la cordillera‖ y muchas más.6

6 A este respecto consultar el diccionario sobre el habla llanera de Hugo Mantilla Trejos. Diccionario llanero.

Talleres del Grupo Impresor Ltda., Bogotá, 1987; y María Teresa Cobos. “Del habla popular en el Llano” en: Boletín cultural y bibliográfico. Vol. XI, N.5. S.E., Bogotá, 1966.

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358

Angulo de techo en una casa.

Techo de hoja de palma

finamente tejido.

Foto: Femando Urbina

A nivel de la fonética podemos observar la influencia de las hablas de tipo ―serrano‖ (de

Boyacá, Cundinamarca y Santander) que integran un rasgo distintivo del ―español del

Atlántico‖, el yeísmo o igualación en un sólo fonema de la 11 y la y.

En la pronunciación de la r se encuentran también rasgos del ―español Atlántico‖ y el

―serrano‖, es decir, en algunos sitios se pronuncia débil y con frecuencia asibilada, es decir

parecida a unas como en cantar (rasgo serrano), y en otros se asimila la r a la 1 (rasgo

―Atlántico‖). Lo mismo sucede en la articulación de las (implosiva) como en maíh o la

pérdida como en cataplama. En la gramática y el léxico del llanero, se observan también

influencias del español costeño y andino.

Otro rasgo distintivo del lenguaje verbal de la comarca, es la composición de coplas a

propósito de cualquier evento de la vida que merezca ser recordado. Las coplas pueden ser

cantadas o declamadas, en ellas se prohibe, se exhorta, se aconseja, se exalta o se enamora

según sea el caso y la necesidad. Casi cualquier cosa se puede decir a través de ellas. En

este tipo de expresión oral se sincretiza la influencia española, en cuanto a la composición

musical y la tradición oral del indígena habitante de la región.

En las leyendas y las creencias encontramos también algunos rasgos distintivos que

identifican al llanero dentro de la cultura colombiana. Dentro de las más conocidas está la

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359

costumbre de ―rezar‖ el ganado con el objeto de sanarlo de alguna dolencia, cuyo

origen está en España. En Colombia la gran mayoría de las supersticiones tienen influencia

indígena, española o africana.7

Las leyendas del Llano constituyen el último aspecto que tendremos en consideración,

dentro de la relación cultura-lenguaje verbal. En general las leyendas de la región tienen

origen indígena, español o religioso. Una de las más conocidas e‘ la del Silbón o la historia

de Secundino Guanay descendiente directo de los indígenas Achagua. Se cuenta que

Secundino trabajó como caballicero (encargado de las bestias en un hato ganadero) durante

mucho tiempo, y un buen día impulsado por una ambición desbordada decidió

independizarse y hacerse rico a como diera lugar. Para ello el protagonista mata a un

sinnúmero de personas, con una característica en todos los casos: antes de ocurrir la muerte

de la persona se escuchaba un silbido que le ponía los pelos de punta hasta al más guapo.

Secundino termina muriendo víctima de su propio invento, atraído hacia un bajo del río en

una noche borrascosa por el silbido del mismo diablo. A partir de su muerte y en noches

oscuras sin luna, miles de llaneros aseguran haber visto un jinete vestido de negro sobre un

caballo del mismo color emitiendo un silbido que aterroriza al que lo escucha.

En la base de toda leyenda existe en general un código ético que busca transmitir una

enseñanza moral, lo mismo que unas normas de comportamiento. La narración de un mito

tiene como objetivo central un hacer transformador que contiene tres dimensiones: la

pragmática, la cógnitiva y la tímica (del griego thumia, de thumos ―corazón‖, afectividad).

La significación (sentido último) de una leyenda no es simplemente una transmisión del

saber; mediante la búsqueda de un objeto valor (en el caso del Silbón la acumulación de

riqueza sin importar los medios), pone en relación dos participantes de la cadena

comunicativa: el destinador (quien la cuenta), y el destinatario (el que la escucha), con el

objetivo de lograr una transformación en el último. En el Silbón esa transformación puede

ser de tipo pragmático, no ser codicioso; de tipo cognitivo, todo mal tiene su castigo; o de

tipo tímico, sentir terror frente al mal. Así, las leyendas cumplen con su objetivo

fundacional, la transformación del ser mediante una lección aplicable a la vida real.

El lenguaje no verbal. Las expresiones del lenguaje no verbal más auténticas de la región

están expresadas en los rituales, a través de los cuales el llanero busca retrotraer mediante la

realización del ritual costumbres ancestrales que actualizan las recomendaciones,

prohibiciones o exhortaciones de sus antepasados. También se utilizan para pedir la

realización, a criaturas celestiales, de favores especiales.

Estos rituales pueden ser de carácter sagrado o profano. Dentro de los primeros tenemos el

velorio del angelito, costumbre heredada de los españoles, que despide de este mundo al

7 Para obtener una información más detallada sobre las supersticiones en Colombia consultan: Javier

Ocampo López. Supersticiones y agüeros enColombia. El Áncora Editores, Bogotá, 1993. 310 Ps.

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360

niño muertd‘ con un baile en el que participan sus padres, los familiares y amigos y que

dura toda la noche. Otro ritual conocido es el baile ofrecido a San Pascual Bailón; algunos

dicen que después de conseguido el favor requerido, otros dicen que debe realizarse antes

de conseguirlo. En cualquiera de los dos casos el oferente debe bailar durante toda la noche.

En estos rituales el espacio sagrado se actualiza en el presente a través del baile: el angelito

parte de viaje al otro mundo en medio dé la música y la celebración de los deudos y amigos

de la familia, y los favores de San Juan se consiguen bailando toda la noche sin descanso.

El baile es pues el enlace entre el mundo sagrado y el mundo profano, lo mismo que la

música, puesto que no hay baile sin música. Igualmente en los dos rituales la celebración

dura toda la noche, elemento que connota la presencia de un código cosmogónico que

relaciona la vida con el día, la muerte con la noche. El tránsito del mundo terrenal al mundo

celestial se hace en la noche; así como la noche da paso a un nuevo día, la muerte da paso a

la vida celestial en un caso, y ene1 otro al contacto con el santo personaje que va a prodigar

sus favores.

El propósito de fondo de los rituales en todas las épocas de la humanidad, ha sido el de

transmitir la ideología dominante y conseguir la intenionización de patrones de

comportamiento y creencias que van perfilando las sociedades de cada época. Un análisis

del sentido del ritual, no importa su carácter profano o sagrado, nos muestra cómo en la

base semiótica (de significado) del ritual existe un código que es el que transmite, a

distintos niveles, el mensaje que se desea comunicar.8

8 Esta afirmación es válida incluso para sociedades tan antiguas como la maya. A este propósito consultar:

Hilda Lucía Díaz. Approche ethno-sémiotique de l’image précolombienne. La gestuetle maya dans le nituel de l’autosacrifice. Thése de doctorat de l’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales. Paris, Nov. 1993,

Page 361: Colombia Orinoco

361

Las diferentes interpretaciones de este mensaje, se relacionarán directamente con los elementos

culturales que posea el decodificador (la persona a quien va dirigido el mensaje), para poder extraer

de él la información contenida.

En los dos rituales mencionados, es claro que la ideología que se transmite a través de su

práctica es la católica, por las deidades a quienes se dirigen y por ser tradiciones traídas por

los españoles, que utilizan de manera sincrética la música de los habitantes de la región

como elemento importante de acompañamiento en la ejecución del ritual. En la actualidad

estos rituales tienden cada vez más a desaparecer para ser reemplazados por costumbres

más citadinas. De todas formas es interesante observar que son costumbres que se han

conservado durante varios siglos y que sólo hasta hoy, ante el avance de los medios de

comunicación, han tenido que ceder terreno a otras formas de expresión y de transmisión de

la ideología.

Dentro de los rituales llaneros con carácter profano más conocidos está el de las famosas

Cuadrillas de San Martín. Este ritual, que lleva más de dos siglos representándose, sintetiza

la influencia en la formación de nuestra cultura de los tipos raciales indígena, español,

negro y moro. San Martín es uno de los pueblos más antiguos de los Llanos; fue fundado en

1555. El espectáculo de las cuadrillas fue creado por un sacerdote español, cura párroco de

San Martín, en 1735 y a partir de ese año se celebra todos los 11 de noviembre. El

espectáculo ecuestre está compuesto por cuatro cuadrillas de doce jinetes cada una. Cada

cuadrilla representa a los siguientes grupos étnicos: Guahibos, Negros, Moros y Blancos

simbolizando los razas que se mezclaron en la formación del criollo colombiano. Durante el

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362

acto ritual se interpretan diez escenas, que están relacionadas con el encuentro brutal y la

fusión posterior de las razas mencionadas, pasando por la conquista, la colonia, la

independencia y la república, con una gran riqueza expresiva, sobre todo por el movimiento

y las figuras de los jinetes en sus desplazamientos por el campo ecuestre.

Dentro del ritual profano de las Cuadrillas de San Martín cada una de las escenas

representadas está asociada a un recorrido diferente, cuyo contenido simbólico está dado

por una mímica particular. La narración gestual representada se ha conservado durante

varios siglos, transmitiendo de generación en generación un código biológico que tiene

como oposición fundamental la vida versus la muerte, que en última instancia le da sentido

y legitimidad a la representación. En cada una de las escenas, la vida termina imponiéndose

en los combates que libran entre sí los grupos étnicos representados; siempre hay un

vencedor que logra imponer sus condiciones de sometimiento, encargándose a su vez el

ritual de transmitir la ideología de ese vencedor. Así vemos como el estudio de los gestos y

la gestualidad en una cultura proporciona informaciones invaluables que ponen de

manifiesto y transmiten relaciones de tipo religioso, político y social.

Relación del espacio y la cultura

El paleontólogo Leroi-Gourhan afirma que para todo grupo humano el hábitat responde a

una triple necesidad:

la de crear un medio, un instrumento de supervivencia económica técnicamente eficaz;

la de asegurar una distribución espacial al sistema de relaciones sociales, y

la de poner orden al cosmos; esto es organizar desde un centro material y simbólico, el

universo circundante y, a su vez, soportar una imagen ordenada deluniverso9

La necesidad de tener un espacio delimitado para el accionar cotidiano del individuo, es

una de las condiciones básicas, de realización de cualquier especie humana o animal. El

espacio es el que marca las fronteras entre uno y otro grupo, pero a su vez es el que permite

que las interacciones se efectúen a partir de una noción de pertenencia, que da la seguridad

para que la comunicación que se busca sea efectiva. Sin espacio, los conflictos aparecen y

la comunicación se cierra.

La historia de la humanidad está plagada de invasores que han despojado de sus territorios

a pueblos, naciones y grupos humanos. La Oninoquia no es una excepción y la historia de

la región está determinada por la historia de los desalojos, primero de los indígenas por

9 Leroi-Gourhan, André. El gesto y la palabra. Caracas, U. Central, 1971 (:311).

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363

parte de los españoles, luego de los indígenas por parte de los criollos, de los colonos por la

violencia, de los indígenas por los colonos; es una historia que hasta el presente no termina.

Estos desalojos casi permanentes, al menos para una parte de la población, generan algunos

rasgos particulares en las expresiones culturales que veremos más adelante cuando

hablemos de los colonos.

La relación espacial de las otras dos subculturas, la del llanero criollo y el citadino, está

determinada por las oposiciones básicas que le dan significación a su imaginario

proxémico. La primera de estas oposiciones es la de espacio abierto y espacio cerrado. Para

el llanero criollo su macrocosmos es la llanura inmensa, es la esencia del espacio abierto sin

límites. Por su parte el llanero citadino ha restringido ese espacio al urbano, su hábitat se

transformó en un espacio cerrado, limitado por las propias fronteras de la ciudad. Los dos

tipos de espacio dan origen a formas diferentes de relacionarse con él, apareciendo la

segunda oposición fundamental de significación aquí y afuera. En el análisis de esta

oposición es necesario considerar la persona que habla y la que escucha, el destinador y el

destinatario.

Cuando el que habla es el llanero criollo, el aquí y los elementos que lo constituyen son los

que los hacen diferentes del que está afuera, que no está en la llanura, que está en la ciudad.

Esos elementos están relacionados no sólo con él espacio geográfico ocupado, sino también

con la forma como el llanero criollo se relaciona con ese espacio.

El modelo espacial del llanero criollo está conformado por un centro material que organiza

su cosmos, el hato. Al interior del hato, el microcosmos gira alrededor de la vivienda del

patrón y de la suya, en caso de habitar en una fundación.10

La forma económica de

explotación, el hato, genera una forma de vida puesto que el llanero criollo prácticamente

carga con su "casa" al hombro durante sus desplazamientos por la llanura en busca de

trabajo y durante el traslado del ganado de una parte a otra. Así, lleva la capotera donde

introduce la hamaca o chinchorro, el bayetón o poncho de paño para protegerse de la lluvia

10

En el hato o hacienda, forma de explotación económica que introdujeron los jesuitas en 1624

aproximadamente, la vivienda principal o casa más grande es destinada para la habitación del dueño. Se acostumbra a construir una casa más pequeña para el encargado del hato y su familia. Cuando la casa principal es lo suficientemente grande, se destina un sector de la misma para la habitación del encargado. En el hato puede haber uno o varios fondos o fundaciones que son casas más pequeñas situadas en los linderos, donde vive un hombre con su familia responsable de cuidar el ganado y los linderos de la fundación. Es la casa principal del hato existen diferentes tipos de trabajadores que están bajo la responsabilidad del caporal o encargado, quien es el jefe de la peonada. Desde el comienzo de la organización territorial del llanero, el hato pasó a ser el eje de toda actividad económica y social, además de generar conflictos interétnicos con los indígenas de la región compitiendo por los espacios territoriales que los blancos y criollos quitaban al indígena.

Page 364: Colombia Orinoco

364

(en la actualidad se ha cambiado por "el encauchado", una especie de capa hasta los pies,

hecha de plástico), y la carne seca o frita que lleva en el pollero11

sobre el anca del caballo.

Incrustaciones de piedrecitas cuarcíticas sobre una tabla untada de goma

peramán para fabricar ralladores de yuca. Estos ralladores son artesanías

de trueque muy valiosas en el alto Orinoco y Río Negro. Rio Isana.

Foto: Koch- Grünberg

El aquí determina también los elementos que permiten al llanero criollo ser diferente del

que está afuera, del citadino. Esta oposición llanero criollo ¡ llanero citadino señala la

frontera entre lo tradicional y lo conservador frente a lo moderno y evolucionado. Sin

embargo, el proceso diferenciador todavía no está terminado, sigue en curso, es un proceso

joven que comenzó hace sólo unas décadas. Por esto el llanero citadino conserva todavía

mucho de su arraigo a la llanura, a algunas costumbres que se originaron en el trabajo del

ganado, como el coleo; a algunos alimentos que se comían en los trabajos del Llano, como

la carne salada. Por su parte el llanero criollo ha incorporado algunos de los elementos de la

modernidad a su vida cotidiana: el televisor, el radio y en algunos hatos la telefonía celular.

En el modelo espacial del llanero se encuentran confrontadas dos lógicas del espacio, dos

topologías; cada una de ellas se expresa a través de elementos que le son propios. Así

tenemos una tipología de lo homogéneo, expresada en elementos como el geográfico, el

social y el político y una tipología de la diferencia, en la que el tópico es el de los lugares y

no el de las partes, en la que las diferencias se integran y no se yuxtaponen. Tanto en el

11

El pollero es un doble talego hecho en tela que al colocarse sobre las ancas del caballo cae como las alforjas.

Page 365: Colombia Orinoco

365

imaginario del llanero criollo como en el del citadino, el espacio geográfico por excelencia

es la inmensidad de la llanura; el espacio social gira en tomo a la familia nuclear y el

espacio político está determinado por las actividades de esta índole, que se ejercen en los

poblados y las ciudades. Las diferencias que se manifiestan a nivel del espacio geográfico

habitado llanura-ciudad, se integran para dar origen a un imaginario que a pesar de tener

diferencias caracterizadas por la oposición rural no rural, se muestra como un conjunto

homogéneo que distingue al llanero del colombiano dé cualquiera otra región.

La ciudad se contrapone al pueblo en cuanto a la extensión espacial que ocupa; sin

embargo, estos dos espacios topológicos comparten en su organización espacial interna

algunos rasgos que caracterizan las ciudades y los pueblos de Colombia. La organización

comporta tres redes que se superponen entre sí y que cumplen una función.

La red urbana se construye alrededor de un centro topográfico simbólico, el espacio

político, que funciona en el centro de la ciudad o del pueblo, cuyo significante semiótico es

el poder, puesto que en el centro de la ciudad están concentrados los sitios en que se ejerce

el poder tanto político como religioso: la catedral y el palacio de gobierno en tomo a una

plaza principal.

Yeguas en el corral. Animales de cría indispensables en los hatos.

Foto: Femando Urbina

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366

Llaneros del vichada (1972)

Foto - Fernando Urbina

Niños Sikuani - Vichada.

Foto - Fernando Urbina

La segunda red está constituida por el espacio social cuya unidad es el barrio. En el barrio

se expresa la unidad familiar, se establecen los contactos que dan soporte a la red social.

Tanto el espacio político como el social están comunicados por el espacio del intercambio

la calle. Allí es donde se efectúan las transacciones de toda índole, es la unidad de

consumo.

En las ciudades y pueblos llaneros existe además un espacio topológico importante cuyo

significante es el económico, es el centro de acopio y venta del ganado.. En estas ciudades

y pueblos el intercambio no sólo se da en las calles, en los mercados y supermercados, sino

Page 367: Colombia Orinoco

367

que tiene un espacio exterior significante, de carácter vital para la economía de la región.

Estos espacios, están generalmente localizados en las afueras del espacio urbano,

simbolizando con ello su ligazón al hábitat natural de los huéspedes vacunos que alberga.

Los colonos

Es otra de las subculturas llaneras. El rasgo. semiológico que caracteriza a este grupo

cultural es el de la movilidad. El colono es una sociedad adaptativa en continuo cambio que

construye un tipo de sociedad sin raíces profundas.

La significación de la sociedad del colono está determinada por una oposición fundamental

que es la unidad versus la pluralidad. El grupo humano trashumante de los colonos, está

formado en la gran mayoría de los casos por gentes venidas de varios departamentos

(Cundinamarca, los Santanderes, Huila, Boyacá y recientemente del Valle), que han sido

desplazadas por la violencia y han buscado refugio en las tierras de la Orinoquia, y más

comúnmente en el piedemonte llanero. Por razones de supervivencia, los colonos se

constituyen como un grupo humano, la unidad, que tiene en sus interior múltiples y

variadas características culturales, la pluralidad.

El colono posee aparte del rasgo semiológico de la movilidad, otra característica que le es

propia, relacionada directamente con la actividad económica más importante que ejerce, el

cultivo de plantas alucinógenas. Según un estudio adelantado por la Universidad Nacional

de Colombia, dentro de los hábitos culturales del colono se distingue una gran avidez por la

información política nacional e internacional, puesto que de allí deducirá, de manera

generalmente acertada, las variaciones en el precio de la coca, según oscile la política de

represión del narcotráfico y del narcocultivo.

Respecto a las creencias y a la religiosidad que mantienen los colonos, no existen prácticas

con diferencias significativas de las del llanero de otras regiones. El colono tiene

supersticiones y prácticas animistas, como por ejemplo, el rezo de los animales; y la iglesia

a través del Vicariáto Apostólico del Ariari, tiene el control por lo menos nominalmente, de

la totalidad de las escuelas e internados.

En conclusión, podemos decir que un estudio semiótico de la culttiira pone de relieve

diferentes tipos de relaciones simbólicas, proxémicas, éticas, topológicas que no pueden

demostrarse con un mero inventario de los rasgos que caracterizan una cultura.

Page 368: Colombia Orinoco

368

BIBLIOGRAFIA

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Page 369: Colombia Orinoco

SISTEMAS DE PRODUCCIÓN EN LA ORINOQUIA COLOMBIANA

MARIO MEJÍA GUTIERREZ

De acuerdo con FAO, 1966, y Cortés, 1978, la llanura orinoquense colombiana ofrece

cinco grandes paisajes geomorfológicos que cubren 26 millones de hectáreas, una cuarta

parte del territorio nacional.

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370

Cuadro No. 1

ORINOQUIA COLOMBIANA

PAISAJES GEOMORFOLÓGICOS

FAO, 1966. CORTÉS, 1978

PAISAJES HECTÁREAS PORCENTAJES

Piedemonte

Aluviones recientes

Orinoquia mal drenada:

- Llanura aluvial

de desborde

- Llanura eólica

- Pantanos

Orinoquia bien drenada:

- Terrazas aluviales

- Altillanuras planas

- Altillanuras disectadas

Andén Orinoqués

653,8

1.286,9 2.950,6

2.076,9

210,6 666,9

4.200,0

9.000,0

5.000,0

2,5

5,0 11,3

8,0

0,8 2,6

16,0

34,6

19,0

TOTAL 26.045,7 99,8

El piedemonte y los aluviones recientes

Corresponden al inmediato sistema andino; fueron primeramente paisajes de selvas; han

venido soportando la mayor intervención en términos de ―Revolución Verde‖: ganadería de

ceba y agricultura tecnificada (palma africana, cacao, plátano, arroz, algodón, sorgo, soya);

debido a la alta fertilidad natural de los suelos se destaca el núcleo palmero de Villanueva,

al nordeste de Villavicencio.

La Orinoquia mal drenada

Está situada en Arauca y Casanare entre el piedemonte y el río Meta. Es el área del chigüiro

y de los garceros.

Está dedicada a la ganadera extensiva de cría. Se caracteriza por una alternancia entre el

período pluvial o de inundación y el período seco o de escasez de pastos y agua. Soportó

primariamente paisajes de selvas, sabanas, morichal, lagunas y pantanos.

La Orinoquia bien drenada

Consta de terrazas aluviales (que alternan con los aluviones recientes), primariamente en

selvas y hoy ―desarrolladas‖ con actividad agropecuaria, y de altillanuras, ya planas, ya

Page 371: Colombia Orinoco

371

disectadas, cubiertas primariamente de sabanas, dibujados sus drenajes dendríticamente con

bosques de galería (ls &bien dreñados) y con morichales (los mal drenados);.

Su destino ha sido la ganadería de cría, hoy en tránsito a ceba a partir de algunas

introducciones teçnológicas. Estas sabanas de altillanuras ocüpan en Meta y Vichadá el

espacio al sur de la falla del río Meta hasta el ecotono de la selva amazónica en el río

Guaviare.

El Andén Orinoqués

Se sitúa en el Vichada, al oeste del río Orinoco. Es paisaje de sabanas y del ecotono de la

selva amazónica. Se distingue de las altillanuras por la naturaleza marcadamente guayánica

del andén, manifiesta en sedimentos superficiales cuarcíticos. Se proyecta este ecotono

selvático por Guainía y Vaupés hasta el río Caquetá. Es en este andén donde se dan las más

exageradas manifestaciones de la ganadería extensiva de la Orinoquia colombiana, tanto

por el manejo a fuego de las sabanas, como por la utilización del área (hasta sesenta

hectáreas por cada res).

MODALIDADES HISTÓRICAS DE USO DE LA TIERRA

A través del proceso histórico de poblamiento de la llanura orinoquense han ido surgiendo

diversos métodos, modalidades, sistemas o estructuras de aprehensión de los recursos del

entorno; un esquema al respecto se ofrece a continuación:

Indígenas

Uso de selva, sabana y río

Conuco de: mata de monte, playón o várzea, vega, morichal, sabana.

Huerto de las frutas.

Coloniales

Extracción de esclavos

Extracción de fauna y flora

Hato (vacunos de cría).

Modernas

Extracción de recursos del agro para la exportación

Ceba de vacunos

Page 372: Colombia Orinoco

372

Agricultura tecnificada

Ensayos de silvicultura y piscicultura

Extracción de minerales

Narcotráfico

―Módulos de Apure y Casanare

Tales actividades coexisten actualmente y son utilizadas en diversos grados por las

diferentes culturas llaneras:

así, por ejemplo, mientras algunos grupos indígenas empiezan a apropiarse de la práctica de

la ganadería vacuna, investigadores naturalistas insisten en la promisoriedad de múltiples

especies vegetales y animales de selvas, ríos y sabanas.

MODALIDADES INDÍGENAS: El ámbito de la biodiversidad múltiple

Uso de la selva, sabana y río

Los cronistas y viajeros son pródigos en enumerar las aplicaciones de diversa índole de los

productos de la naturaleza.

Selva

La selva de las sabanas se compone de morichales (en los ―bajos‖, depresiones mal

drenadas) y de matas de monte en ―altos‖ de sabana o en ―bajos‖ bien drenados.

Las selvas de vega de ríos barrosos (en especial Meta y Guaviare), contienen a su vez

recursos específicos. Las selvas del Andén Orinoqués (Vichada, Guainía) y las del

Guaviare participan de los aportes del ecotono amazónico. Como es evidente la fauna

terrestre y la acuática han acomodado sus ciclos reproductivos y migratorios a las

modalidades hidrográficas y fenológicas impuestas por el ciclo climatológico.

A continuación un listado de plantas de selva obtenido por el autor en la Orinoquia central

colombiana, cultura Sikuani:

Palmas alimenticias de mata de monte

Page 373: Colombia Orinoco

373

Moriche - Maurida, sin duda la palma fundamental del Llano, proveedora de nueces

(cuando está verde el fruto), de aceite (cuando está maduro el fruto), de almidón de su

cogollo, de materiales de construcción, de larvas de coleóptero al descomponerse el tallo,

fundamento de la cadena alimenticia acuática y ambiente reproductivo de un sinnúmero de

aves.

El Seje — Jessenia, como fuente primaria de ―leche‖ (bebida obtenida de sus frutos

maduros macerados en agua tibia) y ocasionalmente como fuente de un aceite escaso con

calidad de olivas.

Palmas cucurita — Maximiliana, Seje chiquito, palma de agua, chiquichiqui —

Leopoldinia; Choapo — Socratea, coquito — AtaLea, Manaca — Euterpe: se consume la

―chicha‖ de sus frutos o sus cogollos o palmitos.

Árboles alimenticios de mata de monte

Avichure o sorva o pendare o juan soco — Counia: fruto y látex

Algarrobo — Hymenea: pulpa o arilo harinoso y seco de sus frutos

Madroño — Rheedia: arilo acídulo de los frutos

Caruto — Genipa: pulpa del fruto

Caimito — Chrysophyllum: pulpa del fruto

Lechemiel — Lacmellea: fruto

Merecure — Lycania: pulpa del fruto

Sarrapio — Cumarouna: pulpa del fruto

Chirimoyo montañero — Rollinia: pulpa del fruto

Guácimo — Guazuma: fruto maduro

Yarumo — Cecropia: las inflorescencias

Piñuela — Bromelia: del sotobosque: el fruto acídulo con

apariencia de lulo, en los racimos erectos.

Árboles alimenticios del piedemonte y de la vega del Meta

Palma Cumare — Astrocaryum: la nuez del fruto

Cacay o Inchi — Carodendron: sus nueces

Hobo — Spondias: pericarpio del fruto y la buena energía de su sombra

Cometure: sus frutos dulcísimos similares al fruto del cafeto. La mata de monte y la selva

de vega proveen una serie de aves, mamíferos y reptiles de alguna importancia en la vida

cotidiana y cuya larga lista tendremos que ahorrarnos en consideración al espacio

disponible.

Sabana

Los tipos de sabana son múltiples. En general la sabana proveyó al indígena multiplicidad

de plantas medicinales, a la vez que le sirvió de fuente de cacería: la quema de pedazos de

sabana fue en sí un método de caza.

Page 374: Colombia Orinoco

374

El principal herbívoro mamífero de la sabana indudablemente ha sido el chigüiro —

Hydrochaerus, frente a los de las sabanas de altillanura, representados en dos insectos: las

hormigas arrieras Atta y Acromyrmex y los comejenes, ambos aportantes de formas

comestibles

Los alimentos arbóreos de sabana están representados en uvo Coccoloba, manteco

B yrsonima, merey o marañón Anacardium, caruto Genipa, algarrobo Hymenea, palma de

corozo.

Lámina sobre agricultura indígena a orillas del Orinoco que se

encuentra en

el libro del Padre Felipe Salvador Gilij: Ensayo

de Historia Americana.

Ríos y ciénagas

Sin duda la fuente proteica indígena fundamental. Gumilla, Ribero y Humboldt se

maravillaron de la diversidad acuática y del tamaño de algunas especies.

La tortuga charapa Podocnemis, constituyó el recurso principal, agotado en la época de la

cauchería. En 1883, relata Pérez Triana, en la playa de Manteca situada entre las bocas el

Meta y del Apure: ―la cosecha de huevos alcanzaba para producir de setenta a ochenta mil

galones de aceites equivalente a cuatro o cinco millones de huevos, parte de la postura de

tal vez medio millón de adultas que llegaban a las playas de esa sola isla cada año...‖

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375

1. Arrozales con sistemas de ruego y carreteras

internas Foto - Diego Garcés

2. Planta procesadora de arroz Villavicenvia.

Foto - Miguel Morales

3: Planta procesadora de aceita de palma.

restrepo .meta

Foto - Miguel Morales

4. Faena ganadera en el llano inundable

Foto - Fernando Urbina

5. Piscicultura Granja Experimental Agua

Linda. Cumaral Meta

Foto - Miguel Morales

6: Labores agrícolas modernas con el uso

de cosechadores

Foto - Diego Garcés

CONUCO

Constituye la modalidad agrícola proveedora de energía, representada en el cultivo de la

yuca Manihot en especial, la variedad "brava": "... que las plantó en estas indias el glorioso

apóstol Santo Tomás", al decir del padre Ribero.

Page 376: Colombia Orinoco

376

Se distinguen al menos cinco tipos de conucos: de sabana (por relatos de cronistas y por

excavaciones de arqueólogos), de mata de monte, de vega, de playón o várzea, de

morichal, todavía practicados a excepción del de morichal, ya en desuso.

Cada tipo de conuco manifiesta técnicas especificas para su realización, además de un

preciso conocimiento del transcurso anual del clima:

Conuco de mata de monte

En la literatura se le llama también chagra, roza, milpa, agricultura de corte y quema,

itinerante, trashumante, migratoria.

El conuco fundamental, el de yuca, se lleva a cabo mediante la secuencia siguiente;

Diciembre enero : socola y derriba

Febrero: quema

Marzo: siembra

Abril: siembra de asociados.

Asociados plátano topocho, tavena mapuey ñame, caña, piña, sandía, parsha, luló,

áhuyama, zapallo, ocumo, ajíes.

Este tipo de conuco puede albergar desde dos decenas de razas de yuca (Sikuanis) hasta tres

o cuatro decenas (Puinaves, Piarpas, Curripacos) cada uno con uso y durabilidad

específicas; esta diversidad habido estudiada al detalle por el autor de '"Diversidad de

yuca, Manihot esculenta. Krantz en Colombia: Visión geográfico cultural", 0986-88.

Del conuco de yuca se extraen alimentos durante dos o tres años mientras se abandona al

barbecho natural (unos cinco años como mínimo. Este tipo de conuco se ha vuelto crítico

en el sector de las sabanas, donde sólo el 10% de la tierra consiste en matas de monte,

porque la presión demográfica acorta cada vez más las tecnologías microbiales,

trofobióticas, orgánicas, propias de las agriculturas alternativas.

El maíz se cosecha a veces como cultivó de mitaca, al estilo "tapao", así.

Agosto: "salida de aguas", socola, derriba

Septiembre: siembra

Octubre y Noviembre: Tiempo seco, cosecha

Conuco de vega

Se prefiere aquí el maíz como elementos fundamental en la siguiente secuencia, tomada por

el autor en el Meta Sicuani:

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377

Enero: socola y derriba

Febrero: quema

Marzo: siembre

Abril y mayo: limpias

Junio: Cosecha desde canoa

(la vega está inundada nuevamente)

Conuco de playón, várzea, verano sereno

Es modalidad común con Amazonia y caribe. Se utilizan las playas (parte del lecho del río

en estiaje), que quedan en seco par períodos mayores de sesenta días. Estas playas se

preparan (corte y quema de hierbas riberanas) en el verano anterior. Al año siguiente, en la

medida que aparecen los playones (octubre a mayo), se procede a la siembra.

Para el efecto se utilizan cultivos de período supercorto: yucas de tres meses, maníes,

frijoles, maíces precoces, arroces, zapallos, sandía, tomate. Obviamente, playones altos

permiten cultivos de mayor período: yucas de siete meses, algodón de cinco meses.

A principios del siglo XVIII el padre Gumilla había observado entre los Otomacos:

"también labran el terreno que van dejando las lagunas, cuando van secándose, al paso que

va menguando el Orinoco, y como aquella es tierra podrida, logran abundantes cosechas...".

Conuco de morichal

En desuso en el Llano colombiano, todavía practicado por los Karina del mesollano

venezolano, según Civrieux, 1974.

Para el conuco de morichal, recordado por los ancianos Sikuanis del Meta, se construyen

camellones de tierra, que resultan alternando con zanjas de drenaje; obviamente, la siembra

se ejecutará sobre los camellones.

Una variante de la técnica de camellones-zanjas, consiste en levantar montículos (las tolas y

tolitas del Pacífico tumaqueño), como lo sueñan los ilustradores del libro del padre Gilij,

donde las raíces de yuca semejan zanahorias, los papayos aparecen con un dosel estilo cola

de pavo, los plátanos simulan palmas datileras.

En el Caribe las tolas y camellones se convierten en eras alzadas, como lo relata Oviedo.

Civrieux anota que la yuca "tua - tua" es preferida por los Kanina para ser cultivada en

morichales.

Conuco de sabana

Page 378: Colombia Orinoco

378

De esta estructura quedan algunos vestigios estudiados por Zucchi y Denevan, 1974,

Barinas, caño Ventosidad.

Ya el padre Gumilla había escrito: "levantan la tierra de uno y otro lado del surco, tapando

la paja y el heno con la tierra extraída del uno y del otro lado; luego siembra su maíz, yuca

o manioca y otras raíces, en todas partes gran cantidad de pimiento...".

HUERTO DE LAS FRUTAS

A diferencia de las culturas caribeñas (Oviedo trae una larga lista de frutas de los huertos),

y de las culturas de selva más sedentarias, el huerto de las frutas parecería poco practicado

en las sabanas. Los cronistas de los siglos XVII y XVIII se refieren a las frutas como

aprovechamiento de la flora espontánea.

Humboldt escribe: "...el 15 de Julio (1800) llegamos a la fundación o Villa de Pao,

establecida en 1744 y excelentemente situada para servir de depósito entre Nueva

Barcelona y Angostura. Su nombre completo es Concepción del Pao. En los alrededores

hay algunos árboles frutales, cosa rara en las estepas. Vimos incluso cocoteros que, a pesar

de la gran distancia del mar, parecen muy corpulentos...".

De Civrieux afirma que la actual fruticultura Kariña es imitación de los vecinos criollos

Nosotros diríamos que la fruticultura de árboles permanentes es consecuencia de la

sedentariedad. Así lo hemos visto entre los Sikuani, maestros de la subsistencia nómada,

hoy obligados a localizarse.

MODALIDADES COLONIALES

"GUERRA JUSTA" Y RESCATE

Es con la expedición de Pedrarias Dávila a Urabá, 1514, cuando Fernando el Católico toma

la decisión de sustituir las "capitulaciones", instrumentos de relación de la Corona con

aventureros, exploradores (Colón, Niño, Guerra, Ojeda), por una política estatal de

descubrimiento, conquista y colonización. Se redactó entonces el requerimiento, forma

sacramental de conminación a los indios para reducirse a obediencia y cristianización. La

no aceptación inmediata del requerimiento justificaba la guerra y por lo tanto la

esclavización.

La modalidad de "Guerra justa" perduró como política española hasta 1680, cuando fue

oficialmente prohibida en la administración de Carlos II. En el directorio de Pombal se

Page 379: Colombia Orinoco

379

tomaron medidas similares (década de 1760) de parte de los portugueses (las coronas lusa e

hispana estuvieron unificadas entre 1580 y 1640).

El rescate, desde, luego, se refiere a las relaciones de comercio impuestas por los

conquistadores a los indígenas, las cuales van evolucionando desde la encomienda de

prestación de servicios, a la de pago de impuestos (1549), hasta el reclutamiento para

trabajo forzoso, pago en obrajes y construcciones: Coatequil en México, Mita en el Perú.

Las rivalidades entre metrópolis colonizadoras exacerbaron las prácticas de esclavización: a

cambio de herramientas, mercancías y armas. Los Guaipuinabes del alto Orinoco y los

Canijonas de Amazonia se convirtieron en proveedores de esclavos a los portugueses, y los

Caribes del mesollano a los holandeses.

Se ha dicho que Caribes y Guaipuinabes y Guahibos llegaron a incursionar hasta los altos

Meta y Guaviare.

Entre 1530 y 1590 hubo veintisiete incursiones europeas en territorio orinoquense, lo que

implicaba recuperación de costos capturando indios para la carga y para la venta. En 1744

los registros reales portugueses contabilizaban treinta y seis mil esclavos extraídos en el

alto Río Negro, y en ese mismo año los registros jesuitas alcanzaron a mostrar la salida de

doce mil indígenas cautivos del Llano.

Por supuesto, la Conquista destruyó las extensas relaciones de intercambio entre los

distintos grupos indígenas, no obstante el control simultáneo de diversos pisos altitudinales,

que fue política de autoabastecimiento de las culturas indígenas, y que afectaron el

piedemonte llanero, por donde se transportaba sal desde la Cordillera Oriental hacia la

llanura, y se llevaba yopo, sustancias medicinales y artesanía de la llanura a los templos

muiscas del interior andino.

Cada cañón de río andino fue utilizado como camino entre la cordillera y el llano,

especialmente cuando había alguna salina de por medio.

Los esposos Morey, 1975, sugieren cinco grandes mercados indígenas en la estrella fluvial

del Oninoco: el mercado tortuguero de los raudales de Atures y de Maipures; el mercado de

pescado en los raudales de Atures; el mercado tortuguero del Guaviare Inírida; el mercado

de pescado en el piedemonte (los Morey citan sólo el del río Cojedes); el mercado de

curare.

EXTRACCIÓN DE FLORA Y FAUNA

Esta actividad constituyó otra contrapartida de reséate. Humboldt encontró en el

campamento tortuguero de Pararuma (entre las bocas del Apure y del Meta) que los

misioneros comerciaban telas, aparejos de pesca y herramientas metálicas europeas contra

Page 380: Colombia Orinoco

380

productos indígenas: tabaco, peramán o breo o resma de ―maní‖, tinte, chica, huevos de

tortuga, aceite de estos huevos, aves vivas (especialmente gallitos de roca) y micos.

Animales vivos eran exportados a Europa como curiosidades tropicales. Humboldt compró

algunos con el mismo fin.

CRÍA DE GANADOS

El ―hato‖ constituye la obra maestra colonial en el Llano. Los jesuitas lo llevaron a la

máxima expresión en sus reducciones. De acuerdo con Gómez Picón (1978) fue en 1530

cuando la audiencia de Santo Domingo redespachó a Venezuela dieciocho vacas paridas,

dos potros garañones y diez yeguas jerezanas; este pie de cría y once familias cordobesas,

encabezadas por Cristóbal Rodríguez, partieron de El Tocuyo para fundar el caserío de San

Luis de la Unión en el piedemonte, entre el Arauca y el Apure. Para fines del siglo XVI ya

existían en el Apure y Guárico 14.000 vacunos y 7.000 caballares; a mediados del siglo

XVII veinte hatos contaban allí 138.000 cabezas.

La Comisión de Límites, a mediados del siglo XVIII, hizo esfuerzos por dar base

económica a la propuesta colonizadora borbónica en el alto Orinoco. No se trataba ya del

modelo inicial de poblamiento separado entre europeos e indios por encomienda, sino de

las fundaciones mixtas con capitán indígena y tenientes colonos.

Don José Solano, al servicio del Virreinato de Santa Fe, por indicaciones del propio Don

José Iturriaga, comisionado de límites, envió ganado vacuno a Santa Bárbara en las bocas

de Ventuari; su conductor, Miguel Sánchez, murió al llegar a dicho sitio. Ocho años

después el gobernador de Guayana Miguel Ceñtunión despaché otro lote vacuno a las

sabanas de la Esmeralda, ganados que ya habían desaparecido en 1795. Desde luego las

sabanas o caatingas del alto Orinoco constituyen un ambiente menos nutritivo a los ganados

que las sabanas graminosas del llano.

El plan geopolítico de los Quesadas, la comunicación del Nuevo Reino de Granada con la

Metrópoli, podría efecttiarse por la ruta Casanare-Orinoco (calificada todavía a mediados

del siglo XIX por el geógrafo Eliseo Reclus como la ruta natural entre Bogotá y Europa).

Se trataba de una conclusión que resumía las experiencias de los Welsers al Llano desde

Venezuela (década de 1530), las de los propios Quesadas y de sus tenientes, desde Bogotá

(décadas de 1540 y 50) así como las de Ordaz y Hortal desde las propias bocas del Orinoco.

Page 381: Colombia Orinoco

381

Aserrío maderero en el Retorno.

Guaviare

Foto: Fernando Urbina

Don Antonio de Berrío, al casar con sobrina de Gonzalo Jiménez de Quesada, hereda los

planes políticos de los fundadores del Nuevo Reino. Entre 1584 y 97 Don Antonio y sus

tenientes establecieron la ruta Bogotá -Casanare - Meta - Orinoco - Trinidad, fundando

Santo Tomé de la Guayana (después Angostura) y San José de Oruña en Trinidad.

Don Martín de Mendoza y Berrío, tercera generación de los Berríos (Don Antonio y luego

Don Fernando) encomendero de Chita, hace alianza con los jesuitas y equipa al padre

Dionisio Mesland para qué continúe fundaciones en la Guyana (bajo Orinoco).

En 1661 se procede a la fundación jesuita de San Salvador del Puerto de Casanare, dándose

principio a la extensa cadena de fundaciones de esta Compañía en Orinoquia hasta su

expulsión. en 1767.

La reducción jesuita implica también actividades artesanales. Manare, Morcote, Támara

produjeron y comerciaron lozas y lienzos que abastecían al Llano y que competían en el

altiplano andino con las artesanías de Quito, Socorro y Tunja.

Los mayores hatos de los jesuitas fueron los de Caribabare, Cravo y Tocaría en la región

del Casanare, y de Apiay en la región del Meta. Hatos menores fueron: San Miguel de

Macuco (Orocué) con 22.000 reses en 1730; San Francisco Regis (2.068 indios) con 20.000

reses, 1716, situado según Humboldt en el desfiladero Barraguán entre las bocas del Meta y

Page 382: Colombia Orinoco

382

el Apure; San Luis de Casimena (1.032 indios) con 24.000 reses, 1746; San Agustín de

Guanapalos (663 indios) con 33.000 reses, 1763 (Romero, 1983). Hatos misionales

posteriores a los jesuitas muestran inventarios modestos; es el caso de los agustinos: Santa

Rosa de Capabune (460 indios) con 900 reses, 1794; San Pablo de Guacavía (631 indios)

con 1.200 reses, 1784; San José de Caviona (458 indios) con 900 reses, 1793; San Nicolás

de Buenavista (450 iridios) sin inventario, 1794; San Guillermo de Arimena (405 indios)

con 900 reses, 1805 (Romero, 1983).

Correlativa con la estructura del hato se generó la institución de los vegueros, fuerza de

trabajo auxiliar, relativamente independiente, con agricultores de autosubsistencia,

proveedores del hato.

Crías de caballos en el piedemonte

Foto - Fernando Urbina

Page 383: Colombia Orinoco

383

Conos de Chiqui-chiqui, fibra que se extrae de la palma Leopoldinia piassaba.

Se usa en fabricación de escobas y cepillos. Río Guianía

MODALIDADES MODERNAS

Con esta denominación nos referimos a la evolución republicana de la aprehensión de los

recursos. La ganadería en el primer siglo republicano continúa basándose en el hato de cría.

De otro lado la introducción de las jóvenes repúblicas al comercio internacional desataría

modalidades extractivas que constituyen la más dolorosa historia de las relaciones entre la

clase empresarial exportadora y los aborígenes del sector selvático.

EXTRACCIÓN DE RECURSOS DEL AGRO PARA LA EXPORTACIÓÑ

Humboldt, 1800, postulaba a Angosturas como puerto de ventajas frente a la Guaira y

Puerto Cabello con relación a la navegación á vela hacia Europa. Las actividades del alto

Orinoco se realizaban entonces en el eje San Fernando de Atabapo-San Fernando de Apure-

Barinas. El llano barinés entregaba mulas, azúcar, cacao, cueros, añil, algodón a cambio de

géneros europeos.

Agustín Codazzi, al servicio entonces del gobierno de Venezuela, denunciaba en 1838 las

abusivas relaciones de servicio de los indígenas en el alto Orinoco: ―...la primera medida

que toman al recibir el bastón Codazzi se refiere a ―los políticos‖, o sea, a los

administradores gubernamentales es la de llamar a todos los indios útiles, hacerles

abandonar sus conucos y casa y llevarlos al Casiquiare a cortar madera, otros a reunir

chiquicbique, y después a torcer cabuya, a construir lanchas; mientras que las mujeres las

emplean en tejer chinchorros, dándole su pacotilla al 500 por ciento

Page 384: Colombia Orinoco

384

En 1841, Páez, en su ―decreto orgánico de las misiones de Guayana‖, se ocupa de reafirmar

los derechos ciudadanos de los indígenas, y ordena que éstos ,sean asistidos en sus

contratos por el director de la reducción o quien lo represente.

En 1845, Soublette vuelve nuevamente en un decreto contra los abusos en el alto Río

Negro, y especialmente apunta a que los funcionarios de las reducciones remuneren a los

indios cuando, se‘ sirvan de ellos, y además respeten los compromisos de los indios con

terceros.

En 1856, José Tadeo Monagas, en decreto de junio 2, vuelve sobre la ―igualdad‖ ciudadana

de los indígenas ante sus contratantes. Y en 1857 ―queda abolida, la moneda ficticia de

corotos‖, capital circulante del endeude.

En 1873,José Antonio Guzmán Blanco decreta entre otras medidas igualitarias para los

indios,, que ―con la muerte del indígena quedan canceladas todas las deudas‖, frente a la

heredabilidad de los compromisos. Pero el llamada ―padre y protector de los pobres»

también decreta:

Art. 31 . El cargo de concejil es inexcusable de todo indígena idóneo para el caso, el

servicio de posta o correo en el Territorio y el de bogas, patrones y prácticos. Por estos

servicios deberá alimentársele y remunerársele suficientemente.

Art. 32. También es cargo inexcusable el servicio de cazador o de pescador impuesto por el

prefecto con duración determinada cuando, según la costumbre y necesidad, esto sea

indispensable, a juicio del gobernador. Deberá igualmente alimentarse y remunerarse

racionalmente al indígena que preste estos servicios.

Este artículo 32, es toda una síntesis de la estructura vertical social de opresión y explica la

rebatiña regional del poder político en alianza con los mercaderes locales: un centenar de

gobernadores entre 1842 y 1900.

Destácanse aquí, de un lado, Michelena y Rojas, ―el viajero universal‖ (uno de los cuatro

gobernadores del breve período 1856-57) en cuya fugaz administración prevalecieron el

respeto a los derechos ciudadanos, la libertad de movimiento, el pago del salario en dinero;

y de otro, Tomás Funes, 19 13—1921, personaje que tipifica‘ el comerciante — gobernante

de la época.

El decreto de Guzmán Blanco es particularmente agresivo contra Colombia:

Art. 35. Por el Ministerio de Hacienda se dictarán las medidas necesarias al establecimiento

de una aduana, para las importaciones de Colombia, en el punto limítrofe con Venezuela,

que es donde se reúne el Guayabero y el Ariari para formar el Guaviare. Esta oficina deberá

establecerse, entre tanto, en San Femando de Atabapo, se faculta al gobernador del

Page 385: Colombia Orinoco

385

Territorio para que la vaya situando hacia el este (sic), hasta que pueda definitivamente

colocarse en el punto mencionado.

Trataba el presidente Guzmán de aprovecharse del bajo nivel de posesión de Colombia

sobre el Guaviare, frente a la presión de Colombia hacia el este a través de los ríos Meta y

Arauca.

Joaquín Días Escobar se declara consciente de esta situación geopolítica, por lo mismo

justifica la fundación de Orocué, en agosto de 1858, que él se atribuye. Colombia había

decretado en 1861 la libre navegación del Meta y sus afluentes y mantenía aduana en las

bocas del Casanare.

En 1869 el ejecutivo venezolano reglamenté el tránsito comercial hacia Colombia y creó el

resguardo de El Amparo en Arauca. Venezuela buscaba heredar los beneficios que le

confería el hecho de que Angostura fue sede del primer gobierno de la Gran Colombia. En

1819 José Prudencio Padilla fue encargado de limpiar de naves de guerra españolas el bajo

Orinoco.

Entre agosto de 1818 y marzo de 1819 el Puerto de Angostura registré 204 zarpes y

atraques. En 1818 el gobernador inglés de Trinidad, ,Mr. Wooffor, ensayé la navegación a

vapor hacia el bajo Orinoco. Ese mismo año la goleta ―Baninesa‖ hizo el aprendizaje de la

ruta hacia Nueva York.

En 1821 el Congreso Grancolombiano decretó exencines a la importación de elementos

necesarios para la agricultura, la minería y la navegación. Se prohibía la importación de

azúcar, panela y añil; y en 1823 el coronel inglés James Hamilton recibió privilegio para

navegar a vapor el Orinoco, iniciativa fallida.

Entre 1856 y 57 se logró establecer un servicio de vapor por el río Meta. En 1864 el Orioco

era visitado por buques de 16 banderas europeas y de Estados Unidos. A su vez, las casas

comerciales de Manaos se proyectaban sobre el alto Orinoco y el Río Negro.

En 1862 el comercio del Guainía y del Atabapo declaraba que las mercancías brasileras

resultaban más baratas que las introducidas desde Angostura. Mientras‘ tanto el piedemonte

llanero continuaba su intercambio andino: Codazzi, en cumplimiento de su contrato con el

gobierno de José Hilario López, anota que el cantón de Cocuy, de la provincia de Tundama.

―con los indios Tunebos recibe el cantón: cacao, cera, mochilas, otoba, caraña y la yerba

yopa, que cura la encefalia; da en cambio: sal, ruanas, herramientas y objetos de adorno.

Con Casanare recibe el cantón ganado vacuno; da en cambio: caballos, mulas, salones‖.

Entre 1860 y 1869 pasaron por Ciudad- Bolívar (Angostura) con fines de exportación:

Page 386: Colombia Orinoco

386

Pieles de res 1‘400.000 unidades

Pieles de venado 494.000 unidades

Sarrapia 327.000 libras

Bálsamo de copaiba 249.000 libras

Tabaco 28.000 pacas

Algodón 16.000 balas

Café 16.000 sacos

A lo anterior se añaden cantidades no precisadas de cacao, caucho, amargó, dividivi y añil.

El estilo de las importaciones era, en 1821: sillas de montar, fuetes, cajas de costura,

vestidos, jabones, cepillos, brochas y escobillas, negro de humo, pantalones, barberas,

navajas, tijeras, pistolas, sables, cerveza.

Los productos principales de extracción selvática orinoquense fueron en su orden histórico:

El chiquichiqui; fibra de la palma Leopoldinio., que ya era conocida desde la época

colonial, para torcer cables de marinería.

La quina; que se exploté en el piedemonte llanero. Villavicencio aparece en 1842 como

fundación de agricultores de Quetame que necesitan una base para obtener pieles de

animales silvestres y quina, y que creen poder cultivar allí cacao y caña (Romero, 1983);

las quinas orientales no alcanzaron a ser exportadas.

La sarrapia era ya exportada en 1824 desde Casanare a Inglaterra. La nuez del fruto se

utilizaba como aroma para tabaco. Hacia 1885 se alcanzó el pico de la extracción al

amparo del más alto precio: dos mil bolívares por quintal. Fue desplazada hacia Í930 por

sustancias sintéticas.

Las exportaciones colombianas de caucho comenzaron hacia 1854 con base en árboles de

los valles interandinos mediante la técnica del derribo. Hacia 1890 sólo se encontraba goma

en la periferia del país: Pacífico, Amazonia, Orinoquia. Trouchon,. francés, es señalado

como iniciador de la cauchería en el Casiquiare en 1860. En 1912 se concentraban en

Villavicencio las gomas de Castilloa y‟Hevea del Meta y del norte del Caquetá. Iribertegui

(1987), aporta un minuciosa relación de las casas inglesas, alemanas y corsas que

usufructuaron la cauchería desde Ciudad Bolívar.

En Orocué tuvo asiento la Casa Siebert—Franzino, liquidada en 1902, que sostenía

relaciones con todo el Llano colombiano, sabanero y selvático, en cuyo inventario final

figuraban cueros de res, de venado, plumas de garza, copaiba, café y sarrapia.

La organización de la cauchería contaba con cuatro estructuras ejecutivas (Iribertegtii,

1987), a saber:

Page 387: Colombia Orinoco

387

Los regatones o embarcaciones encargadas de recoger productos en las barracas y regresar

cargadas de mercancías industriales para el avance o endeude.

Las barracas o bodegas a la orilla del río dado en concesión o vendido por el gobierno.

Los gobernantes o cazadores de indios y en general ejecutivos de los grandes comerciantes.

Los mañoqueros, proveedores de mañoco o fariña, el alimento básico suministrado al

indígena a la campaña selvática (octubre a mayo en las zoñas bajas para el caucho, y junio a

septiembre en las altas, para la balata).

También se dio, en menor escala, la posibilidad del trabajo independiente, especialmente

por parte de colonos no indígenas. La participación de colombianos ligados a compañías

caucheras -―del Río Negro aparece en relaciones detalladas de Iribertegui:

Colombianos 19, frente a 44 otros no venezolanos.

Colombianos 21, frente a 47 otros no venezolanos.

Colombianos 22, frente a 19 otros no venezolanos.

Colombianos 19, frente a 23 otros no venezolanos.

Las industrias locales básicas de la época estuvieron en la línea de las embarcaciones y de

la producción de caña de azúcar ―melao‖ y destilería: cada comerciante tenía su destilería.

La cauchería entra en crisis hacia 1913; la producción proveniente de plantaciones inglesas

y holandesas de oriente recibirá un ―segundo aire‖. con la segunda guerra mundial, cuando

los japoneses toman aquellas plantaciones, incluyendo los cultivos de quina (que habían

acabado con la quinería colombiana desde 1882, lo que explica que las quinas del alto

Orinoco no fueron explotadas). Con motivo de la guerra aparecieron la quina y el caucho

sintéticos. Este ―segundo aire‖ fue protagonizado por la Rubber Develo pment Company,

Agency of U. S. Government y su carnal la “Chiclet‖, gerenciadas ambas en el alto Orinoco

por el señor Pacheco, indio mexicano.

En 1951 el caucho dejó de figurar en las estadísticas colombianas de exportación y en‘

1957 se expide un decreto de nulidad del endeude.

La balata o el balatá, exclusivo de los cerros del alto Orinoco, antecedente y contemporáneo

del caucho. Esta goma se obtenía derribando los árboles, de donde el recurso terminé

arrasado hacia 1920.

Las plumas de garza, que hicieron furor en Európa entre 1880 y 1914.

Otro elemento fundamental del abuso de los gobernantes y comerciantes sobre los

indígenas fue la desaparición de las misiones españolas, y en general toda clase de clero, al

triunfar los republicanos. Fue el militar venezolano Hipólito Cuevas el ejecutor de la

expulsión de los franciscanos del alto. Orinoco en 1817. Por esta misma época Juan

Page 388: Colombia Orinoco

388

Aldana, jefe patriota, había degollado 22 capuchinos realistas de Guayana. Capuchinos y

salesianos reasumen un siglo después con la ley de misiones de 1915 y el Reglamento de

1922. Recordemos que para los jesuitas el indio encomendado o reducido era un hombre

libre, filosofía política que los llevó a perder el favor de la Corona. En Colombia fue

necesaria la derrota del radicalismo liberal para que en 1890 se restableciera el servicio

misional y los curatos en las periferias indígenas.

EVOLUCIÓN DE LA GANADERÍA HACIA CEBA

Recuento histórico

La expulsión de los jesuitas en 1767 constituyó un depresión en la ganadería vacuna de

cría, así como también la guerra de Independencia, al menos en la segunda década del siglo

XIX

Ya habíamos mencionado antes la vinculación de hacendados de aliento del país andino al

piedemonte (ejemplos el dominio Yacuana con 22.000 hectáreas y la hacienda El Buque de

Sergio Convers Codazzi y de Sergio Convers Sánchez, yerno del general Codazzi).

Fundamentalmente se trataba de ganaderías de cría y de levante.

El estado general del piedemonte y del llano adyacente, es descrito desde Orocué por

Joaquín Díaz Escobar hacia 18-79, dando por sentado que la actividad principal es la

producción de vacunos para ser cebados en el interior andino (a donde se arreaban por

mediocres caminos de herradura) o para ser embarcados en los ríos Arauca, Casanare y

Meta, hacia Venezuela.

―Otros ramos de industria actual, en general son aún más insignificantes, como las

queseras, manufacturas de cabuya y chinchorros de parte de algunos indios errantes, la

extracción de aceites (de huevos de tortuga en especial), elaboración de dulce casabe,

almidón, la pesca y la caza, artículos de consumo interior, y de alguna exportación,

consistiendo ésta en los ganados indicados ya; y por agua veinte mil cueros de res al pelo,

recolectados aún en algunos pueblos del interior (andino), algunos cueros de venado y tigre,

cuatro mil quintales de café, quinientos chinchorros o hamacas, cuarenta quintales de goma

elástica (caucho), doscientos quintales de queso, ciento cincuenta quintales ‗de carne

salada, algo de casabe y dulce en melao y arroz. Esto es todo lo que exportan anualmente

esos pueblos, por el Meta y el Arauca hacia Ciudad Bolívar, importando en cambio sobre

dieciséis lanchas veleras $800 mil en licores, sal, loza, quincallería y telas de algodón y de

hilo‖.

Díaz estima en $12.000 las mercancías ―que por el Orinoco le van a nuestras tribus del

Inírida y del Atabapo‖, y calcula que las dos quintas partes de todas las importaciones están

representadas en licores.

Page 389: Colombia Orinoco

389

Díaz aprecia el esfuerzo de algunos grandes ganaderos del piedemonte y de Orocué en los

que veía una esperanza progresista y cita los empresarios Bernardo Herrera, Uribe y

Lorenzana, Emiliano Restrepo, José Alonzo, Gabriel Antonio Reyes Luis y Leopoldo

Andueza, Luis Valiente, Benigno Meléndez, Antonio y Ramón del Real, Sergio Convers,

Ramón Oropesa, Socorro Figueroa, Lino Barreto, Antonio Mantilla, Antonio y Ricardo

Roldán, Manuel Chaparro, Antonio y Agustín Samudio, Esteban Castillo, Juan Abella,

Francisco Chaparro y algunos más.

Como empresas agrícolas conexas (Díaz no especifica los cultivos, pero otros autores como

Mistral hablan de cacao, caucho, sarrapia, caña), menciona las de Convers, Restrepo,

Reyes, Silva, Suárez y Fortul.

El mismo Joaquín Díaz Escobar, 1879, enfatiza el papel de avanzada de Orocué sobre los

desiertos del Llano, y dice que apenas fundado hace 18 años (1858) ya rivaliza con Arauca

y San Martín: ―le constituyen trescientas casas pajizas y tres cubiertas de zinc: mil

cuatrocientos habitantes colombianos y venezolanos, comerciantes, ganaderos, marineros y

unos pocos agricultores.. En su jurisdicción hay hoy doce fundaciones o haciendas que no

bajan de sesenta mil reses; empezando la de El Tigre de los señores Reyes Patria, la de

Guarimena de los señores Del Real, la de San Pablo del señor Antonio Reyes Çamacho, la

de la Ceiba del señor Luis Valiente, la de La Venturosá, la de Barrera, El Diamante, El

Gusto, Maremare, Duya, La Miel y otras del atrevido empresario Benigno Meléndez, cuya

fundación se encuentra al, otro lado del Meta, como de vanguardia y contacto con las

hordas salvajes‖. ―Fuera de esas doce haciendas hay otras pequeñas fundaciones en esa

jurisdicción, de individuos que tienen cortos rebaños, que no bajan de cuatro mil reses o

mas‖.

No deja de registrar Díaz Escobar la resistencia venezolana a los enclaves colombianos,

pues a pesar de todo esto, también es preciso decirlo, ese importante pueblo ya se ha visto

en víspera de dejar de existir por amenaza del bandalaje de algunos venezolanos de malos

sentimientos que han penetrado hasta allí, y cuyos hombres están amenazando de muerte

todo este desarrollo‖. Por lo tanto ―el Gobierno general sin demora debe trasladar allí la

capital departamental de ese territorio‖.

El tamaño ideal de hato es considerado por Díaz én diez mil hectáreas. En las buenas

fundaciones la densidad ganadera era entonces de una res por ocho hectáreas. Hacia 1960 la

FAO y otros autores estimaban en dos mil quinientas hectáreas el tamaño mínimo del hato

sabanero, con alrededor de quinientas reses. El hato mínimo propuesto para la década de

1960 por técnicos del CIAT era de 60 vacas en 300 hectáreas.

Díaz es crítico de los factores limitantes de la productividad del hato, en particular las

condiciones climáticas y la calidad de las hierbas de la sabana: el piedemonte ―apenas ha

llegado a la pequeña significación de 250.000 reses de cría‖; la natalidad era del 20% anual,

Page 390: Colombia Orinoco

390

se suponían 30.000 partos por año que se balanceaban con una extracción de 13.000 reses

hacia Venezuela y los Andes colombianos adyacentes, 8.000 de consumo local y 9.000 de

aumento del inventario. Darle sal al ganado dos veces por mes se consideraba práctica

eficiente; la sal se importaba de Venezuela en cantidad de mil toneladas anuales: el precio

de la sal en Ciudad Bolívar era de $6 por carga de diez arrobas granadinas y se vendían en

el Llano colombiano entre $15 y $20 por carga. En las simultáneas revueltas de 1860 en

Colombia y Venezuela, la sal subió a $100 por carga. Díaz sostiene que la sal para

ganadería tendría que valer a $0,20 la arroba.

Se recetaban quemas anuales de la sabana, y se da a entender que los pastos sabaneros

alcanzaban entonces un metro de altura. Ya Qumilla había dicho que la altura superaba la

de un hombre.

La derrengadera, el muermo y la hermosa diezmaban los criaderos de caballares (diez mil

muertes en Casanare y San Martín en 1877); el agua fría era tenida como excelente remedio

contra la derrengadera, y el amoniaco por vía nasal contra el muermo; una gran cantidad de

afecciones en animales y en humanos se trataban con limón.

La única manufactura de exportación indígena eran las hamacas de cumare, adornadas de

plumas, ―que alcanzaban el fabuloso precio de ochenta pesos- en: los mercados de París y

de otros lugares de Europa.

Pocos caminos eran practicables hacia el interior nacional: el de La Uribe a Colombia-

Huila, el del cañón de Cusiana (Sogamoso-Iza-Cuítiva-Tota-SisbacáChámeza-Tauramena-

Puerto Uverito del Cusiana) y el de Bogotá por Cáqueza hacia el Meta y San Martín. La

opción de ceba comienza en el piedernonte a principios del siglo XX con la introducción de

los, pastos puntero - Hyparrhenia y Chopín -Melinis. En la década de 1930 el camino de

Cáqueza se transforma en carreteable que une a Bogotá con Villavicencio, vía que se

extendió a Puerto López (la puerta de la altillanura) entre 1932 y 1936. Hacia 1928 se

fundan los grandes hatos de Pupure(del, colombiano Miguel Melgarejo) y Casuria, en los

alrededores de Puerto Gaitán, la puerta del Vichada.

Arauca y Casanare continuaban usando caminos de herradura. Dice Romero (1983):

―Recuas y bueyes viajaban desde Támara a Socotá con café; desde Arauquita hasta la

Provincia de Gutiérrez con 200 cargas semanales de cacao y había continuo tráfico de

partidas hasta de 500 bueyes cargados entre Arauquita y La Aguada; en sus cercanías se

encontraba el puerto de La Plata sobre el Pauto‖.

Los ganados de Arauca y Casanare subían al altiplano por los caminos de Soatá-Chita

(Cañón del Casanare) y de Güicán-Boavita (cañón del Rudiván-Arauca).

―La guerra civil de 1948-53 deprimió severamente la ganadería. Pueblos enteros fueron

incendiados (ejemplo: Uribe, Cumaral, La Aguada, Moreno Pachaquiaro, Trinidad, Ten).

Page 391: Colombia Orinoco

391

Los ganados dormían entre las casas y comían la cal de las paredes a falta de sal. Es posible

que hacia 1950 el inventario de los Llanos del Meta alcanzara apenas a 300.000 cabezas‖.

(Romero, 1983)

En la década de 1940 las trochas carreteables de la Troco, compañía petrolera, facilitaron la

penetración por automotor a la altillanura en todas direcciones: el Vichada resulté

accesible: la actual carretera a Santa Rita, bordeando el Vichada, se atribuye a dicha

compañía.

Tecnologías para la producción vacuna

A continuación nos referimos a siete tecnologías, tres de ellas con tradición y cuatro

propuestas en vía de práctica y ajuste:

Colonial. Es el sistema descrito por Díaz Escobar de pastoreo extensivo de sabanas. El

fuego es la herramienta fundamental: las razas casanareña y sanmartinera se produjeron en

esas condiciones. Ganaderías de cría.

Colonial más minerales. Se da suplemento, al animal con 16 kg de minerales anuales. La

natalidad al 50%. Mestizaje cebú. Ganadería de cría.

Braquiaria. introducido en el piedemonte en la década de 1950 para ceba de mestizaje

cebú. División de potreros. Suplemento de minerales en 22 kg/año/cabeza.

Natalidad 65%. Capacidad de carga 1,3 a 1,7 reses/ha. Novillos de tres a cuatro años con

350-470 kg.

Sabaria de gramíneas y leguminosas. Fue propuesta de la década de 1960 originada en el

CIAT de Carimagua: la gramínea promovida fue el Andropogon gayanus(africano) con

leguminosas acompañantes: Stylosanthes, Pueraria, Desmodium. Se le atribuye al sistema

el 75% de la natalidad. Carga de 2 reses/ha. Por supuesto, división de potreros y

suplementación de minerales.

Potreros de apoyo a la sabana. Esta propuesta de los años sesenta es una aproximación al

sistema de gramíneas y leguminosas. Se apoya el pastoreo extensivo de sabanas con

algunos potreros especialmente adecuados. Desde luego, se suplementan con minerales.

El potrero arborizado. Es propuesta del autor, desde 1981. Se apoya en la capacidad de

ramoneo sobre árboles y arbustos. En el cerrado brasilero el 60% del consumo del animal

proviene del ramoneo en la estación seca (la estación crítica).

La ganadería al estilo guajiro es otro ejemplo pertinente. La sabana no sólo posee árboles

pirorresistentes sino que es susceptible de sustentar con apoyo de abono orgánico múltiples

árboles forrajeros. Edgard López y Rubén García con la dirección del autor trabajaron esta

propuesta en San Rafael de Planas entre 1981-84.

Page 392: Colombia Orinoco

392

Forrajes alternativos. Es propuesta de los años ochenta con modalidad de riego en el

período noviembre-marzo. Necesita aportes sustanciales de abono orgánico.

Se considera especialmente apta para pequeña ganadería, se basa en el cultivo intensivo de

forrajes de alto potencial de biomas: caña, plátanos, arbustos proteicos.

Evolución de los inventarios y la productividad

Inventarios. El cuadro No. 2 refleja apenas el mantenimiento de los inventarios en los

últimos veinte años, como corresponde a la situación adversa a las opciones de la vida rural

que se ha venido agudizando en el país: la crisis general de valores inherentes al

materialismo social; los conflictos de orden público del último medio siglo; las relaciones

de poder y posesión creados por el narcotráfico en los últimos años y sus correlativos de

delincuencia común.

Los efectos de la violencia internacional económica (renuncia a la seguridad alimentaria

nacional y a la protección al agro frente a la apertura al comercio mundial), desencadenada

en los noventa, se han sentido en mayor grado en el campo agrícola, además de la violencia

social interna.

Cuadro No. 2

ORINOQUIA COLOMBIANA

INVENTARIO BOVINO (MILES DE CABEZAS)

REGIÓN 1977 1 1995

2 1996

Arauca

Casanare

Meta

Vichada

Guaviare 4

Guainla 5

238

1.662

1.159

375

15

2

510

2.752

-

-

-

-

-

1.885

1.354 -

60

5

1. Mejía, 1980. 2. Encuesta Nacional Agropecuaria, 1995; Nótese la incongruencia con las

de URPAS, patente en el caso del Casanare, 3. URPAS 4. Estimado a partir de Acosta,

1.993. 5. PRORADAM y estimativos del autor

Fuentes: Mejía, 1984, y Urnas departamentales, 1997

Productividad. Este asunto, a la vista de las cifras de la URPA, 1996, revela que el Meta (el

departamento demográficamente más desarrollado del Llano) ha sido la región más

dinámica en cuanto transformaciones de las pasturas (1,1 millones de hectáreas de ―pradera

mejorada‖ frente a 2,4 millones de hectáreas de ―pradera tradicional‖), y que el ordeño de

Page 393: Colombia Orinoco

393

vacas en producción ha sido más practicado (aunque apenas 88 mil vacas en ordeño con

sólo 3 litros/ vacas/día frente a un total de 645.000 vacas secas).

El sesgo lechero del Caquetá (a partir de 1970 por efecto de la apertura del mercado Nestlé-

Cicolac), contrasta con la afirmación del Llano hacia carne.

La evolución de la capacidad de carga muestra los más distantes extremos: desde un

mínimo de 0,09 cabezas por hectárea en los altillanos de Puerto Gaitán (donde se halla el

centro experimental Carimagua del ICA; dAT) hasta un máximo de 1,56 en el piedemonte

(Cubarral), para un mediocre promedio de 0,39 en 3,5 millones de hectáreas:

el tránsito de la ganadería extensiva a la intensiva apenas se plantea en el Llano en vísperas

del tercer milenio.

LA AGRICULTURA

Cabe mencionar aquí tres aspectos: la agricultura de abasto o subsistencia típica local

(yuca, plátano); la agricultura de colonización o tránsito a la ganadería, y la agricultura

tecnificada.

La agricultura de abasto crece al ritmo demográfico: es el caso de la yuca, elemento

altamente perecedero, el plátano con más opciones de durabilidad. Aprovecha el

mejoramiento de las vías hacia los grandes mercados, en especial hacia Bogotá.

La agricultura de colonización se ha especializado en maíz manual y arroz secano también

manual: los cultivos ilícitos se han convertido en distractor frente a este tipo de agricultura

y a la de abasto local.

Cuadro No. 3

ORINOQUIA COLOMBIANA

EVOLUCIÓN DE LOS CULTIVOS ENTRE 1.985 Y 1994

MILES DE HECTÁREAS

CULTIVOS ARAUCA CASANARE META VICHADA GUAVIARE

1985 1994 1985 1994 1985 1994 1985 1994 1985 1994

Cacao

Caña panela

Palma africana

Plátano

5.9

0.2

*

7.0

9.7

0.4

*

17.3

*

4.9

1.7

8.0

*

*

7.9

4.5

6.0

2.1

5.9

9.8

1.9

1.0

42.0

18.8

*

*

*

*

*

*

*

0.4

*

*

*

*

0.8

0.4

*

1.2

Page 394: Colombia Orinoco

394

Yuca

Algodón

Arroz riego

Arroz secano mecanizado

Maíz tecnificado

Maíz manual

Sorgo

Soya

5.0

*

*

*

*

27.0

*

*

3.4

*

*

*

*

7.7

*

*

3.7

*

13.0

1.8

0.1

7.6

1.1

*

1.7

0.4

20.0

15.5

0.3

5.0

1.0

*

3.1

9.2

34.8

35.6

4.2

9.7

13.6

0.1

5.2

0.5

53.5

45.4

13.3

15.5

10.2

15.3

*

0.4

*

*

*

*

*

*

0.2

0.3

*

*

*

0.5

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

1.0

*

*

*

*

8.5

*

*

* inexistentes o poco significativo. Fuentes: Urpas regionales

En la agricultura tecnificada el Llano ha privilegiado a partir del medio siglo: palma de

aceite, algodón, arroz de riego y arroz secano, soya, sorgo, maíz El Meta ha sido el

departamento de mayor desarrollo agrícola.

El cuadro No. 3 refleja las tendencias de crecimiento o de retroceso de las principales

opciones de Cultivo en los últimos años (1985-94). Los crecimientos se han dado en palma,

plátano, arroz y soya. Pero la reposición en palma es apenas del 2% anual (El

Espectador, abril 27 de 1997)

Silvicultura

Lejos está el Llano colombiano de las superficies sembradas en Pinus caribea en el lado

venezolano.

Los pioneros de la silvicultura han sido: Triplex Pizano en Puerto Gaitán desde 1976,

Gaviotas desde 1977 y Pinoquia S.A. en La Venturosa desde 1979;

Piscicultura

Como resultado de la deforestación andina los ríos han aumentado su nivel de arrastre de

sedimentos; la tala riberana ha dejado los peces sin, alimento; los agroquímicos han

envenenado las fuentes; la sobrepesca nunca tuvo control. Ya no estamos en la época de

Gumilla, de Ribero o de Humboldt. No obstante, todavía la pesca registra algunos

tonelajes; ejemplo: Meta, 1.776 entre 1970-78 y Arauca 1.004 toneladas eñtre1982-88,,

Según URPA, en 1996 catorce empresas piscícolas cubrían 132 hectáreas en 7 municipios

del Meta, lo que indica ya el incipiente paso de la piscicultura de los pequeños pozos de

subsistencia a tamaños comerciales.

Page 395: Colombia Orinoco

395

De todos modos, aún estamos lejos de la piscicultura moderna china con diez eslabones de

la cadena trófica en cada estanque, rendimiento de 20kg/día/ha, y extensiones en bloques de

ochenta mil hectáreas, como en los alrededores de Cantón.

PROSPECTIVAS VEGETALES PROMISORIAS

Salvador Camacho Roldán, en sus memorias de fines del siglo XIX, destaca para el Llano

frutales nativos como el merecure y el lechemiel; Humboldt destacó el moriche, el

peramán, el algarrobo, el laurel; Gumilla el moriche y ,el seje; la extractiva selvática se

encarnizó encaucho, balata, chicle, chiquichiqui, copaiba, sasafrás, sarrapia; Díaz destaca

árboles maderables como mure, congrio, cachicamo, samán.

En la fauna acuática destácanse los chigüiros (sobresalientes en la Orinoquia mal drenada),

así como numerosos reptiles y quelonios, babillas, champas, para mencionar las dos de más

alto potencial.

Todavía quedan enclaves de selva de altísima importancia biológica de extensión

suficiente. Sólo en vía de ejemplo citaremos para el departamento de Arauca 99.000

hectáreas en el piedemonte, 71.000 hectáreas intactas en la alta montaña cocuyana y 77.000

poco intervenidas. La vida no puede perder actualidad en nuestro país; la vida es una sola.

Cada persona que muere, cada árbol que se abate, cada insecto destruido, disminuyen la

cantidad total de vida.

En los sistemas de producción que implican formas de vida es urgente introducir métodos

de no violencia, opciones de vida, propuestas alternativas frente a los biocidas de la cultura

química, proyectos no sólo sostenibles sino también autosustentables.

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Page 397: Colombia Orinoco

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PETRÓLEO Y DESARROLLO

ORLANDO AGUILAR G.

CARMEN GALEANO

LEONEL PÉRÉZ B.

CORPES Orinoquia

Lámina de Edouard André. Los pájaros en lso Llanos. Obra de

Riou

HISTORIA DEL PETRÓLEO

Los contratos petroleros de concesión con grandes ventajas para el capital extranjero fueron

la modalidad que predomine desde 1905.

A partir de los años 40 compañías multinacionales buscaron petróleo en la Orinoquia

colombiana. En los años 70 los expertos mostraron las bondades petrolíferas del subsuelo

orinoquense. La eliminación del sistema de concesión y la nueva forma de asociación

estimularon al capital extranjero.

El contrato de asociación es una herramienta que ha usado el país desde 1974 para vincular

capital extranjero de riesgo y tecnología privada internacional en la exploración de

petróleo. Bajo esta modalidad se han encontrado los yacimientos petrolíferos en

la Orinoquia.

La filosofía del contrato de asociación es que el socio privado realice bajo su propio nesgó

las inversiones exploratorias. En caso de encontrarse un campo productivo, su explotación

Page 399: Colombia Orinoco

399

la hace asociado y no individualmente, bajo la dirección de un comité ejecutivo en el que

están representados la Nación, con Ecopetrol, y la empresa asociada.

Desde la creación de este sistema de contratación dicha distribución corresponde al 50 por

ciento para Ecopetrol y otro tanto para el socio privado. En 1989 se introdujo una variación

en esta proporcionalidad, condicionándola al volumen de producción acumulado, así: desde

el inicio de la, explotación hasta un acumulado de 60 millones de barriles, al socio le

corresponde 50 por ciento de la producción después de regalías. Desde este punto, por cada

30 millones de barriles de producción acumulada el socio recibe el 5 por ciento menos

hasta llegar a un mínimo de 30 por ciento, que se da a partir de 150 millones de barriles.

En 1996 se incorporé, para los nuevos contratos de asociación, el factor R, parámetro

internacionalmente reconocido, qué ‗permite hacer una distribución de la producción más

razonable económicamente. Para la repartición se tiene en cuenta el volumen de invérsión,

la producción, los costos y los precios del petróleo.

En Casanare y el Meta los primeros hallazgos se lograron en los años 70 en las zonas de

Trinidad y Tocaría, primero, y Apiay y Cubarral, después. Se destacaron por sus éxitos las

siguientes compañías extranjeras: Occidental, Shell, British Petroleum, Triton, Total y -

Chevron, además de Ecopetrol, que es el socio principal en representación del Estado

colombiano.

ARAUCA

El Departamento de Arauca durante varios años estuvo enmarcado en un.. contexto de

abandono y marginalidad. Su economía se basaba principalmente en la actividad

agropecuaria. Los recursos para inversión y gastos operativos del Departamento provenían

directamente del gobierno nacional. Por supuesto, eran insuficientes para atender las

necesidades de un Departamento atrasado.

Su cobertura en servicios de salud y educación era extremadamente baja y adolecía de la

infraestructura vial y energética.

La explotación petrolera en Arauca se inicia en 1959 con la perforación del pozo la Heliera

1 en Puerto Rondón y el pozo Tame 1 por la Socony-Mobil y la Shell en 1960. En 1980,

Intercol perfora los pozos Arauca 1 y 2 en Saravena. En 1981 Ecopetrol perfora el pozo Río

Ele. Las anteriores perforaciones tuvieron una producción modesta.

La actividad exploratoria a comienzos de los años 70 estaba en detrimento, lo que condujo

al país a convertirse en importador neto de crudo a partir de 1975. Esta situación llevó al

gobierno nacional a dar un viraje en la política petrolera, en el sentido de abolir el sistema

Page 400: Colombia Orinoco

400

de concesión y abrir paso al esquema de contrato de asociación, para estimulan la

vinculación de compañías petroleras internacionales al sector.

Como fruto de esta política se produjo el descubrimiento del pozo de Caño Limón, el más

importante en la historia colombiana hasta ese entonces, con reservas de 1,2 billones de

barriles. Un año después se descubrieron otros pozos, como La Yuca. y Matanegra. Estos

hallazgos marcaron el repunte de la producción de crudo que le permitió al país no sólo

alcanzar su autosuficiencia petrolera a partir de 1986, sino recobrar su condición de

exportador neto de crudo. Desde la óptica regional, este descubrimiento abrió las

posibilidades de desarrollo a una zona secularmente marginada.

La explotación de Caño Limón significó para la entonces intendencia y otros entes públicos

de Arauca, así como para la Nación, un aumento considerable en sus ingresos. En 1986 los

recursos transferidos por el sector de hidrocarburos a los diferentes entes de la

administración pública en el país sumaron $17.798 millones, monto del cual el

departamento de Arauca, los municipios de Arauca, Arauquita, Saravena y el Corpes

Orinoquia recibieron el 38,1 por ciento.

En 1987, gracias a la mayor producción de crudo y a las reformas introducidas al régimen

de regalías mediante la Ley 75 de 1986, las cesiones subieron a $44.491 millones.

En la actualidad Arauca dejó de ser el primer productor para darle paso a Casanare con sus

pozos de Cusiana y Cupiagua.

Caño Limón Arauca

Page 401: Colombia Orinoco

401

CASANARE

Las primeras exploraciones que se realizaron en el

piedemonte llanero, en la cuenca de los Llanos Orientales, las realizó la empresa Shell en el

pozo San Martín 1 con resultados negativos.

Posteriormente, en la década de los 60, se perforaron los pozos Unete, Tauramena,

Buetiavista y el Morro, que aunque dieron señales de petróleo, no presentaron resultados

favorables. En los 70 se realizaron 12 exploraciones sin resultados positivos hasta que en la

década de los 80 se inició una tercera etapa, firmándose 14 contratos de asociación, más de

6.000 km de sísmica y 22 pozos perforados.

Los objetivos propuestos no se alcanzaron porque no existía la tecnología para perforar a

grandes profundidades en una zona con enormes dificultades geológicas y poca

información del subsuelo.

Los pozos perforados en Cusiana y Cupiagua alcanzan entre 15.000 y 18.000 pies de

profundidad, poco más del doble de los perforados en el yacimiento de Caño Limón en

Arauca.

En 1982 Ecopetrol y la compañía estadounidense Triton Colombia Inc., perforaron los

pozos la Cabaña 1 y La María 1 con resultados negativos. En 1987 la empresa inglesa

Bnitish Petroleum Exploration BP, designada operador, y la compañía francesa Total,

adquirieron una participación en este contrato de asociación denominado Santiago de las

Atalayas.

En 1988 con la perforación del pozo Cusiana 1, se descubre el gas y se abandona Cusiana 2

por problemas mecánicos. En 1990 se inició la perforación del pozo Cusiana 2,

comprobándose así la presencia de un gigantesco yacimiento de petróleo y de gas en el

piedemonte casanareño, denominado Campo Cusiana.

Con la evaluación de este campo, en 1992 se perforó el pozo Cupiagua 1, que permitió el

descubrimiento de una estructura diferente, denominado campo Cupiagua.

Foto - Diego Garcés

Page 402: Colombia Orinoco

402

Los hidrocarburos de estos campos contienen petróleo, gas y agua y se encuentran almacenados en

tres formaciones geológicas diferentes: Mirador, Barco y Guadalupe.

El alto grado de porosidad y permeabilidad de la roca sedimentaria en donde se hallan los

hidrocarburos permite un alto grado de fluidez, logrando eficientes niveles de producción.

Los crudos de Cusiana y Cupiagua son de excelente calidad, su bajo contenido de sal y

azufre, y la ausencia de metales, como el vanadio y el níquel, los hacen atractivos para el

mercado mundial. Los campos contienen más de 2.000 millones de barriles de petróleo y

cantidades significativas de gas.

Con el propósito de optimar la infraestructur de oleoductos existentes en el país, la

producción de Cusiana y Cupiagua se realiza en dos etapas: la primera permitió producir

190.000 barriles por día, mientras que la segunda permitirá estabilizar la producción en

500.000 barriles diarios.

Las inversiones para el desarrollo del proyecto se estiman en 5.000 millones de dólares e

incluyen construcción de las instalaciones y oleoductos y trabajos de perforación.

META

Page 403: Colombia Orinoco

403

Ecopetrol realiza actividades de exploración y explotación en el área de la Oninoquia desde

los años 70, cuando se descubrieron los campos de Castilla y donde actualmente explota en

asociación, con la Chevron los campos Castilla y Chichiméne.

El descubrimiento del Campo Apiay se realizó en 1981, con la perforación del pozo Apiay

1, que produjo en pruebas 1.500 barriles diarios de petróleo. Con este hallazgo se

intensificó la exploración en el área, dando como resultado el descubrimiento, de los

campos Sunia, Guatiquía y Libertad.

Para el desarrollo de estos campos se perforaron 52 pozos en el área Apiay-Aniani, se

intensificó el trabajo en los campos Castilla norte y este; se construyeron las estaciones

recolectoras de crudo Apiay-Sunia-Libertad. El proyecto de gas cuenta con una planta

compresora, una unidad deshidratadora y estaciones receptoras de gas en Villavicencio y

Bogotá. Se construyó además una planta de refinería y el Oleoducto Central de los Llanos

que transporta el crudo a los centros de refinería del país.

Existen tres estaciones recolectoras (Apiay, Surja y Libertad-Reforma) con capacidad de

tratamiento de 45.000 barriles promedio día y 150.000 barriles de almacenamiento.

Las estaciones tienen como objetivo separar, medir y recoger la producción de crudo, gas y

agua para dejar el crudo dentro de las especificaciones exigidas para su entrega a las

estaciones de bombeo del Oleoducto Central de los Llanos, el cual lo envía a la Refinería

de Barrancabermeja para su procesamiento.

La planta de refinería se diseñé para procesar 2.500 BPD de crudo de los campos de

Castilla y Apiay y para producir 1.500 BPD de asfalto sólido con el fin de abastecer la

demanda del centro y oriente del país. Además del asfalto, se obtiene para el Departamento,

250 BPD de Gasolina, 100 BPD de queroseno, 650 BPD de ACPM.

De la planta de gas diseñada para procesar 18 millones de pies cúbicos por día MPCD de

gas proveniente de los campos de Apiay, Sunia y Libertad-Reforma, se obtiene gas

combustible, gasolina natural y propano refrigerante. La planta genera el gas combustible

para consumo doméstico de Villavicencio y Santa fe de Bogotá.

El gasoducto Apijiy-Villavicencio- Bogotá - con una longitud de 133 kilómetros, transporta

15 millones de pies cúbicos por día -MPCD- de gas asociado proveniente de los campos de

Apiay, Sunia y Libertad. Por último se construyó la estación de bombeo Apiay que recoge,

almacena y despacha los crudos provenientes de los campos de Apiay, Sunia y Libertad-

Reforma.

IMPACTOS SOCIECONÓMICOS DEL PETRÓLEO EN ARAUCA

Page 404: Colombia Orinoco

404

Hasta el descubrimiento del campo petrolero de Caño Limón, el departamento de Arauca

estuvo enmarcado en un contexto de abandono y marginalidad. Su población rural se

dedicaba a la ganadería extensiva y a la agricultura de subsistencia. Su población urbana

dependía del comercio con Venezuela y de la burocracia local. Los recursos para

funcionamiento e inversión del Departamento provenían del gobierno nacional. Pon

supuesto, los recursos transferidos eran insuficientes para atender las necesidades de un

Departamento atrasado.

Arauca pasó de un presupuesto de un millón de dólares en 1985 a cien millones de dólares

en 1991, por concepto de regalías petroleras. Luego habría de comenzar el declive.

Antes de Caño Limón, en Arauca había solamente 130 kilómetros de carreteables

construidos por el Incora -con dineros del BID- entre 1963 y 1978. Estos carreteables se

hallaban alrededor de Saravena, mientras en sitios como lame solamente se utilizaba el

transporte aéreo. En Arauca, la capital, la única vía terrestre era la carretera hacia San

Cristóbal y Cúcuta, por territorio venezolano. Entre 1964 y 1967, el gobierno venezolano

había construido el puente internacional José Antonio Páez para facilitar el uso de esta

carretera. Las oficinas gubernamentales eran muy pobres. Las coberturas en la educación

primaria y secundaria, así como los servicios de acueducto y alcantarillado eran

extremadamente precarios. No había televisión ni telefonía.

Se tenían 25 mil hectáreas de agricultura de subsistencia y 50 mii hectáreas de pastos

mejorados. La red de caminos vecinales en la práctica no existía. Análoga situación se daba

con la asistencia técnica, programas crediticios, capacitación, mercadeo, bodegaje y

actividades complementarias. El concepto de agroindustria era desconocido.

Después de Caño Limón, no obstante la duplicación de la población de Arauca, los

indicadores demuestran el buen uso de las regalías.

En 1983 Arauca contaba con 66.171 habitantes aproximadamente, de los cuales el 70 por

ciento se estableció en el piedemonte y el 35 por ciento restante se ubicó en la parte este del

Departamento.

Arauca comprende dos subregiones principales: sabana y piedemonte, además de la

cordillera y la selva del Lipa, que determinaron el surgimiento de dos modos de explotación

económica diferentes. En la sabana se encontraba a modo de explotación del territorio el

modelo del hato ganadero. En el piedemonte se encontraba la débil producción agraria

(plátano, cacao, maíz y yuca). La cordillera y la selva estaban vírgenes, con sus riquezas

faunísticas y maderables intactas.

Excepción hecha de entidades como el Incora y la Caja Agraria, las instituciones públicas

se caracterizaban por su ausencia. Esta situación de por sí negativa se agudizó con la

Page 405: Colombia Orinoco

405

aparición de lo que se podría considerar un para Estado: la guerrilla, que desde finales de

los años setenta, instaura un régimen de control en la región.

En 1982 la Occidental, como parte de la asociación Cravo Norte, perfora el pozo número

uno que posibilita el hallazgo de Caño Limón, en junio de 1983. Con un total de 1,2

billones de barriles de reservas calculadas, este campo inicia su vida útil el 7 de diciembre

de 1985, habiendo producido un promedio de 193.000 barriles diarios y un total de‘778

millones de barriles en el lapso 1986-1996. Caño Limón que ha aportado el 65% d‘e sus

reservas, producirá el 35% restante en los próximos quince años.

Estos 778 millones de barriles extraídos a diciembre 51 de 1996, generaron 750 millones de

dólares en forma de regalías al departamento de Arauca y 200 millones de dólares a los

municipios productores (Arauca, la capital, recibió el noventa por ciento, Arauquita y

Saravena, el restante diez por ciento). Á continuación se describe la utilización de estos

recursos:

VIAS

Se construyeron y pavimentaron 457 kilómetros de las siguientes carreteras: Sanavena-

Arauquita-Arauca, 120 krn; Arauca-Tame-río Casanare 231 km; SaravenaTame, 70 km;

Saravena-río Bojabá, 18 km; Tame-río Tame, 5 km; lame-Rincón Hondo, 14 km. Así, el

departamento de Arauca tieñe un promedié de 19,6km de pavimento por cada 1.000‘ km2,

el cual es mayor que el promedio nacional. Culminados 67 km que se hallan sin pavimentar

en el tramo Arauca-Tame,.y 60 km en el trayecto Araúca-Arauquita, el Departamento podrá

disfrutar de un buen anillo vial uniendo los cinco municipios más poblados de su territorio.

Se construyeron, además, 426 kilómetros de las siguientes carreteras: Rincón Hondo-Puerto

RondónGravé Norté 166 km; Arauca-Cravo Norte, 120 km; Arauca-Caracol, 140 km. Estas

vías requirieron diez grandes puentes y casi 200 de tamaño pequeño o mediano. Entre los

primeros se destacan los ubicados sobre los ríos Agualimón, Bojabá, Banadía, Cananal,

Lipa, Ele, y dos sobre el río Gravo.

Se pavimentaron 130 kilómetros de calles en la ciudad de Arauca, 50 km en Saravena, 50

km en lame y cantidades menores en los demás municipios del Departamento. Se,

ampliaron y mejoraron los aeropuertos de la totalidad de los municipios araucanos. Arauca

es quizá el único Departamento de Colombia que tiene cuatro aeropuertos pavimentados y

tres semiásfaltados con suelo-cemento.

Durante mucho tiempo el río Arauca produjo centenares de familias damnificadas y

pérdidas materiales millonarias en la capital departamental. Este flagelo fue desterrado

gracias a la riqueza petrolera. Con recursos del municipio de Arauca se inició en 1990 la

construcción del Dique Perimetral, un terraplén de odié kilómetros de largo por dos a tres

Page 406: Colombia Orinoco

406

metros de alto que rodea la ciudad. Dos años después con recursos del Departamento se

duplicó la extensión del Dique.

En servicios públicos el departamento de Arauca en el último decenio aumentó de manera

significativa las coberturas de los servicios de acueducto y alcantarillado. La cobertura del

acueducto que en 1985 era del 40 por ciento subió a un 62,5 por ciento en 1993. La

cobertura del ,servicio de alcantarillado en el Departamento tuvo un aumento drástico al

pasar de 6,6 por ciento en 1985 al 32,8 por ciento en 1993.

La cobertura del alcantarillado del municipio de Arauca, la capital, es de sólo el 48 por

ciento. Se realizan ampliaciones y extensión de redes para lograr coberturas del 90 por

ciento en el lapso 1997-1998, incluyendo un sistema de tratamiento de aguas residuales.

Tame, el segundo municipio en importancia del Departamento, aunque con racionamiento,

tiene acueducto con cobertura física total, con redes de distribución en buen estado y con

cobertura de la micromedición del 84,7 por ciento.

Planta de almacenamiento de crudos en Caño Limón, Arauca.

Foto: Diego Garcés.

Page 407: Colombia Orinoco

407

Torre de perforación en el

piedemonte de Casanare. Foto:

Andrés Hurtado

Llegada de los crudos a la planta

de Apiay, Meta.

Foto : Fernando Urbina

La cobertura del servicio de energía eléctrica aumentó considerablemente en el transcurso

del periodo 1986-1996. En 1985 la energía eléctrica de la ciudad capital (doce horas

diarias) era suministrada por Venezuela. En los demás municipios se tenía una cobertura

promedio de dos a cuatro horas diarias, mediante el uso de plantas Diesel. En 1993 el

cubrimiento urbano habla ascendido al 65,5 por ciento durante 24 horas diarias, mientras la

rural alcanzaba el 27 por ciento.

En lo concerniente a las telecomunicaciones, Telecom en 1995 estableció diez mil líneas

telefónicas y programó 25.000 a largo plazo. El programa incluyó un sistema que integra 85

comunidades rurales a la red telefónica y la ampliación del DDN, DDI y servicio de telex.

Se hizo posible la señal de televisión, la cual tiende a mejorar.

En cuanto a educación, la cobertura de primaria y secundaria en el Departamento pasó del

40 y 12 por ciento en 1985, al 95 y 28 por ciento respectivamente, en 1993.

En los años 90 aparecieron diez instituciones de educación superior, la mayoría de ellas

apoyadas por el Departamento y la ciudad capital. En, 1 996. Arauca contaba con 1.632

estudiantes universitarios. Gracias al Fondo de Fomento Educativo se becaron cerca de

3.000 profesionales en todas las universidades del país y se patrocinaron posgrados dentro y

fuera del país

Page 408: Colombia Orinoco

408

Con la Universidad Nacional se capacitó a nivel de Magister un grupo de quince

profesionales. En el exterior realizaran estudios de posgrado treinta profesionales, La

mayor parte de estos últimos regresó a Arauca a prestar su apoyo a la región.

En 1996 se logró la vinculación de la Universidad Nacional‘mediante la creación de una

Sede, similar por su orientación a las establecidas en otros puntos de frontera del territorio

nacional. Esta conquista había sido planteada por el Plan Quinquenal de Desarrollo como

un asunto estratégico para la consolidación socio-cultural del Departamento.

En el sector de la salud lo primero que se percibe como diferencia entre los años 1985 y

1992, es la diversificación en las profesiones relacionadas con la salud. También se podría

hablar de un mayor número de profesionales por habitante, sino se tuviera el gran aumento

poblacional que se suscitó en estos años. El fenómeno de diversificación se observa

también ,en la infraestructura física,, con una mayor presencia de centros y puestos de

salud, así como hospitales regionales y municipales en los cuales ha mejorado la capacidad

de atención.

Para el sector agropecuario, a través del Fondo de Desarrollo Agropecuario, se hicieron

créditos pon 50 millones de dólares a pequeños y medianos empresarios logrando así

incrementar la frontera agropecuaria.

IMPACTOS SOCIOECONOMICOS DEL PETRÓLEO EN CASANARE

El departamento de Casanare ha cobrado importancia nacional a partir de los

descubrimientos, exploración y explotación de los campos de Cusiana y Cupiagúa, entre los

principales, ubicados en los municipios de Tauramena y Aguazul respectivamente.

Esta bonanza del oro negro, a pesar, de traerle grandes beneficios socioeconómicos, puede

generar problemas consustanciales a través del proceso de desarrollo en el territorio

casanareño.

Es importante anotar que Casanare reporta regalías desde 1990, y que de los 19 municipios

que la componen, 9 de ellos son productores (ver cuadro de producción), lo cual le permite

al Departamento percibir regalías tanto en el orden departamental como en el orden.

municipal (ver cuadro de regalías).

Teniendo en cuenta que Casanare pertenece a la Oninoquia colombiana, región rica en

hidrocarburos, es importante mirar cómo en el curso de la historia el departamento. de

Arauca en su bonanza petrolera tuvo mucho que ven con el desarrollo de la región

casanareña. Con inversión producto de las regalías de Arauca a través del Fondo de

Inversión Regional -Corpes Oninoquia (ver comportamiento de 1990 a 1996), ha realizado

Page 409: Colombia Orinoco

409

obras de infraestructura vial, eléctrica y diversos programas de desarrollo social. (Ver

cuadro regalías).

AÑO REGALÍAS PRODUCIDA EN ARAUCA

INVERTIDAS EN CASANARE APORTE %

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

568‘814.423

20.881‘294.3 10

18. 169‘023.878

1.71 7‘7 15.544

995‘832.895

1.339‘147.870

854‘792.400

4,7

47

52

17

11

13

8

Fuente: Distribución Presupuestal Corpes Orinoquia 1 990-1996: julio de 1997.

Vale la pena observar como en los años 1991 y 1992 Arauca aportó considerablemente al

desarrollo casanareño, especialmente en la construcción de la Troncal del Llano en

diferentes tramos y en vías secundarias tales como: Aguadara-Monterrey-Aguazul; Tocaría-

La Cabuya; Vía Yopal; Pajanito-Unete; La Cabuya-Sácama-Arenal.

Con estos aportes Casanare tuvo la posibilidad de fortalecer su malla vial y prepararse para

el proceso que posteriormente se abriría con su bonanza petrolera que empezó a

desarrollarse a partir de 1996 y se proyecta hasta el 2010.

En los últimos años, Çasanare se ha convertido en centro de transformación económica,

social y política tanto a nivel nacional como internacionalmente. La explotación de los

campos petroleros de Cusiana y Cupiagua y las reservas energéticas probables a lo largo del

piedemonte, le otorgan una condición crítica para el desarrollo nacional y de posibilidades

para superar las carencias de los habitantes de su región en los próximos años.

En este sentido Casanare, a pesar de los conflictos socialés y políticos que le ha tocado

afrontar, se viene preparando para asumir el reto que le traerá esta bonanza. Ha diseñado

diferentes propuestas programáticas, como el plan de desarrollo ―Primero Casanare 1996-

1998‖, que tiene incorporado el componente vial como una de las principales posibilidades

a desarrollar y que espera realizar con la participación tanto de entidades locales como

nacionales.

Teniendo claro que del presupuesto departamental el 90% proviene de las regalías, el

gobierno regional tiene proyectado utilizar el 43% del total en infraestructura de apoyo a la

producción, quedando un 57% para inversión social y fortalecimiento institucional.

Page 410: Colombia Orinoco

410

Durante 1996 y primer trimestre de 1997 se ejecutó sólo un 16,5%, teniendo entre sus obras

más representativas:

-Pavimentación y mantenimiento de la Troncal del Llano.

-Pavimentación y construcción de las vías secundarias: Aguazul-Maní; La Nevera-San

Luis de Palenque; Pore-Trinidad.

-Construcción y mantenimiento de vías terciarias, de las cuales se construyó durante tan

corto tiempo el 60,9% de lo programado para 1997 y el mantenimiento de 198,9 kilómetros

de vías terciarias,

-Se han adelantado obras en materia de interconexión y expansión eléctrica.

Hacia el futuro se tiene prevista la construcción de 70 kilómetros de redes primarias de

transmisión de energía eléctrica y dar paso a la creación de la Empresa de Energía de

Casanare, para beneficio de todos sus pobladores.

-Expansión y potencialización del sistema de telecomunicaciones.

-Proyecto de gasificación.

-Apoyo a los programas de salud, educación, mejoramiento de vivienda rural y saneamiento

básico.

Todos estos proyectos y ejecución de obras son y serán de gran beneficio para la región, ya

que le incorporan a su dinámica social permanente, los servicios básicos que hasta el

momento no poseía el Departamento, garantizando además la reactivación de otros sectores

de la, economía, lo cual permitirá unas mejores condiciones de desarrollo y crecimiento.

Pero no todo es positivo. Esta bonanza, que apenas comienza, trae consigo problemas

sociales y el Departamento aún no está totalmente preparado para recibirlos y atacarlos a

tiempo. Ellos son: la migración permanente y creciente buscando posibilidades de trabajo

ante el creciente desempleo en el resto del país; los efectos inflacionarios que hacen que la

población de escasos recursos no tenga acceso a los bienes y servicios, la inseguridad social

de actores en conflicto al margen de la ley, que de no atacarse a tiempo, afectan

directamente la tranquilidad y convivencia ciudadana, en especial en los grandes centros de

producción petrolera; expresiones de lumpenización y prostitución, que afectan

directamente a la población civil, en últimas la receptora de todo el acontecer diario.

La celeridad de los tiempos actuales no ha brindado un tiempo suficiente para atender todas

las demandas históricas y las nuevas, lo cual se refleja en la baja calidad de vida de la

población departamental.

Page 411: Colombia Orinoco

411

El Departamento tiene el reto de generar condiciones para superar las tendencias

divergentes y apoyar la creación de nuevos espacios que le permitan la realización plena de

las fuerzas productivas y unas mejores posibilidades de desarrollo a la población en

general.

Se debe entonces, por lo tanto, estar bien preparados para la etapa post-petrolera, que

requiere la integración del mercado interno, subir el nivel de vida de la población, la

provisión de la infraestructura, medios y servicios, lo cual genera estímulos que permiten la

consolidación de las dinámicas productivas, de los diferentes sectores y agentes modernos

para la ampliación de k5s espacios económicos regionales, y por lo tanto garantizar mejores

condiciones para la actividad productiva de los sectores marginados, a fin de incorporar de

una forma adecuada a las nuevas oportunidades productivas y sociales. Todo esto sin

olvidar la población vulnerable (creciente en la región), que a pesar de los apoyos dados no

ha logrado integrarse a la modernización socioeconómica y que como todos los demás

ciudadanos tiene el derecho a participar de los beneficios del desarrollo que enmarca en el

próximo decenio la actividad petrolera.

El Casanare del futuro dependerá de la forma como se empleen los recursos actuales y

potenciales, provenientes de la participación en las regalías producto de la explotación

petrolera.

IMPACTOS SOCIOECONÓMICOS DEL PETRÓLEO EN EL META

La dinámica económica del departamento del Meta no es ajena al sector petrolero. Aunque

su participación en el desarrollo local es menor que Arauca y Casanare, el petróleo, y ahora

el gas, han sido importantes para elDepartamento y los municipios productores

(Villavicencio, Acacías, Castilla la Nueva, Puerto Gaitán y San Martín).

Page 412: Colombia Orinoco

412

Las gigantescas antorchas donde se queman los gases generados

por los crudos iluminan el río Arauca.

Foto: Diego arces

Con el aporte de las regalías departamentales y municipales, los recursos del Fondo de

Inversión Regional, FIR, y con los aportes del Fondo Nacional de Regalías, FNR, a partir

de 1994, el Departamento ha impulsado programas y proyectos en los diferentes sectores

socioeconómicos, que han permitido multiplicar los recursos provenientes de otras fuentes

de financiación para su inversión.

Antes del petróleo el Meta tenía un sector agropecuario consolidado en la región, al igual

que un sector agroindustrial en proceso embrionario. El Departamento no sólo depende del

sector agropecuario, ya que diversificó su economía impulsando otros renglones como los

servicios, el comercio y una pequeña industria que, aunque no compite con los grandes

centros industriales del país, es representativa.

La actividad económica en la Orinoquia está afectada por variables exógenas y endógenas

del modelo aperturista y por las políticas adoptadas a nivel nacional para ajustarse al

mercado mundial. A pesar de lo anterior y con índices negativos de crecimiento en algunos

sectores, el sector agropecuario sigue estando a la vanguardia.

Sectores como el minero (incluido el petróleo), el comercio, la industria manufacturera, los

servicios del gobierno y el transporte han tenido un peso significativo en el PIB

departamental.

La diferencia del Meta con los demás departamentos de la Orinoquia está en que su

economía es diversificada. La cercanía de Bogotá con su capital Villavicencio, la convierte

en el centro más atractivo y de mayor conveniencia para intercambio comercial y de

Page 413: Colombia Orinoco

413

servicios. Arauca y Casanare están dependiendo del petróleo; Guaviare, Guainía y Vaupes

ricos en biodiversidad y recursos naturales, basan su economía en un sector agropecuario

incipiente y en cultivos ilícitos. De los departamentos de la Orinoquia es el Meta el que más

aporta al PIB nacional con el 1,7%.

Históricamente se demuestra que las regalías son en promedio, en la última década,

il‟55% de los ingreso. del presupuesto departamental. El Méta participa con el 10,6% de la

producción de crudo del país a través de Ecopetrol y las compañías extranjerss ubicadas en

Acacías, Castilla la Nueva y Puerto Gaitán. También participa con el 4,7% de la producción

de los derivados del petróleo como la bencina, el ACPM, el asfalto y ci gas. Con el crudo

de Castilla se produce el 19% del asfalto del país y en el campo de Apiay se obtiene el 11%

de gas nacional.

Con las regalías directas y con los recursos indirectos para ejecutar anualmente, es

comprometedor asegurar que el desarrollo del Departamento y el nivel de vida de su

población se debe esencialmente al petróleo, menos conociendo que sólo hasta mediados

de 1997 es departamento petrolero, con recursos adicionales que no van al Fondo Nacional

de Regalías. Sin embargo tampoco puede olvidarse que el petróleo es importante en la vida

de los metenses.

En la actualidad Villavicencio y los municipios cercanos están creciendo aceleradamente.

Esto obedece a fenómenos migratorios de población que busca mejores alternativas de vida

y más aún hoy, con la construcción de la vía Bogotá Villavicencio.

La migración ha dinamizado al sector de la construcción al sector financiero, y a los

servicios personales y domésticos que aunque están afectados por la crisis de la economía

nacional, relativamente se están fortaleciendo en el Departamento.

Para los municipios productores de petróleo y gas en el Meta la situación es diferente.

Villavicencio es el primer productor municipal con 16.13 1‘992.620 millones de pesos en

regalías entre 199 y 1996, luego están Castilla la Nueva y Acacías con 7.796‘O55 15 y

5.224‘967.388 millones de pesos respectivamente. Las regalías de San Martín y Puerto

Gaitán son muy Inferiores a los anteriores municipios. Lo importante del análisis esta en

que Villavicencio a pesar de recibir más dinero que los otros municipios juntos sólo recibe

en promedio corno regalías el 14% de sus ingresos del presupuesto, mientras que para

Castilla la Nueva y Acacías las regalías tienen un peso fundamental.

Page 414: Colombia Orinoco

414

Las serpientes de acero de los

oleoductos, gasoductos y

poliductos cruzan

el piedemonte y ascienden los

Andes transformando el paisaje

y produciendo

efectos ambientales de

delicadas consecuencias.

Foto: Femando Urbina

Lo anterior significa que para Villavicencio, al igual que para el Meta, el petróleo es

importante pero puede sobrevivir cuando se agote porque su economía también es

diversificada. En lo concerniente al proyecto de masificación del gas se considera de gran

valor ya que tiene un alto contenido social, pues suministra gas doméstico a las familias de

bajos recursos en condiciones seguras. A la vez reemplaza el consumo de energía eléctrica,

produciendo menores desechos y con un costo inferior favoreciendo el ahorro de energía

del país.

IMPACTOS AMBIENTALES

Mediante el Decreto No. 1753 del 3 de agosto de 1994, el Ministerio del Ambiente

reglamento la expedición de licencias ambientales como elemento necesario para la

protección del medio ambiente y los recursos naturales.

Page 415: Colombia Orinoco

415

De acuerdo a esta reglamentación esta tarea le corresponde a Corponinoquia en la región.

Las compañías petroleras y Ecopetrol están incluyendo la gestión ambiental en sus

proyectos. La filosofía ambientalista se basa en los siguientes principios que ha adoptado

Ecopetrol para el manejo sustentable del desarrollo: planificar con el componente

ambiental; responsabilizar a todos los niveles de los efectos ambientales producidos por la

toma de decisiones; la conservación de los recursos es deber de todos; la prevención de los

impactos negativos debe incluirse en la planificación de las acciones; la investigación debe

estar al servicio de la sociedad y su entorno natural.

La política del sector petrolero obliga a realizar estudios ambientales, con planes de

manejo, de contingencia y mitigación que involucran componentes como el ecológico, la

contaminación ambiental, lo estético y los aspectos humanos.

Esta política tiene sus restricciones pues los procesos y estudios establecidos sólo se hacen

en el área donde se localiza el proyecto, situación que permite ajustar los planes de manejo

ambiental para un adecuado control de las etapas de construcción y operación de los

mismos. Con esta política queda por fuera el resto de región que se ve afectada

directamente por los proyectos del sector, desconociendo en gran parte los ecosistemas con

su intercambio biológico.

Los estudios de impacto ambiental deben tener un carácter integral y un enfoque sistémico

que permita las interrelaciones entre los componentes del sistema tales como los recursos

naturales, la infraestructura y el hombre. En Arauca no se tuvo presente este enfoque

sistémico, no se preparó a su población ni a sus dirigentes. Por eso hubo errores con alto

costo social y ambiental: se realizaron obras innecesarias y mucha imprevisión para impedir

el deterioro del medio ambiente. La destrucción de ríos y caños, bosque, fauna y flora, se

liga a la colonización acelerada y la apertura de vías de comunicación.

Se advierte gran incapacidad para enfrentar los problemas de la sociedad araucana post-

petrolera. Parecería que lo único consistente es la rogativa de la dirigencia para que

aparezca más petróleo con sus regalías. Lo cierto es que se tiene una buena infraestructura

material y empresarial para progresar sin necesidad de nuevos descubrimientos petroleros,

siempre que se "despetrolice" la mentalidad emergida con el aparecimiento de Caño Limón

y se piense en la nueva realidad.

En Casanare el impacto ambiental tiene que ver con el medio biofísico. Se presenta como

un impacto de carácter puntual a la vez reforzado con la mencionada estrategia de la

empresa petrolera de no hacer evidente desde un comienzo, la magnitud real global que

puede alcanzar el proyecto en su máximo desarrollo.

Otros efectos que deben tenerse en cuenta en la región y en general en el país son los

relacionados con el recurso agua. El medio acuático es el de mayor sensibilidad desde el

Page 416: Colombia Orinoco

416

punto de vista ecológico. Estos riesgos están ligados a las dificultades en el manejo de

grandes volúmenes de aguas asociadas.

Los riesgos incluyen la posibilidad de derrames de crudo, lodos de perforación y otras

sustancias contaminantes por errores o fallas de tipo técnico en las estructuras de manejo de

dichas sustancias. Los factores externos como atentados a las líneas de conducción,

deterioran el medio ambiente y reflejan a su vez, problemas de orden público en el área de

influencia.

Las consecuencias de un derrame tienen implicaciones a nivel de microcuencas y cuencas

hidrográficas. El trato que se le da a este tipo de problemas se realiza con planes de

contingencia, sin manejo integral de la cuenca afectada.

Es importante evaluar los impactos negativos generados por la radiación que se presenta

por la combustión de 600 mil pies cúbicos de gas/día en Casanare. Lo mismo que los

efectos de la emisión de partículas de polvo a la atmósfera.

Sobre el recurso suelo, dadas las condiciones geotécnicas del piedemonte llanero con

presencia de geoformas y una estructura poco estable, cualquier acción fuerte sobre el suelo

conlleva riesgos sobre su estabilidad y el desgaste orgánico.

El desequilibrio que se genere sobre el clima, la cobertura vegetal, los drenajes, la

topografía y morfología del suelo, incide en la dinámica del sistema para alcanzar su

estabilidad física.

Sobre lo estético, la intromisión de elementos extraños deteriora la composición del paisaje.

Es obligatoria para las empresas petroleras la secuencialidad en el proceso de descapote y

de remoción de la capa orgánica, para que no ocurra como en los proyectos del Centro de

Producción Final, CPF, de Cupiagua y Cusiana, donde se pretendió retirar de una sola vez

todo el material de descapote, deteriorando el paisaje y comprometiendo la estabilidad del

suelo, la cobertura orgánica y la seguridad de los trabajadores.

Al paisaje lo afectan las instalaciones para la perforación de los pozos, las obras lineales

tales como líneas de flujo y de transmisión eléctrica, lo mismo que las vías necesarias para

el desarrollo de los proyectos petroleros.

En lo concerniente al factor humano, a pesar de los programas sociales y de la inversión

que las empresas petroleras realizan cada año, el aspecto cultural se ve afectado, teniendo

como resultado directo alteraciones y modificaciones substanciales de las condiciones

socioeconómicas y ambientales de las comunidades del área de influencia. También se

causan impactos indirectos que obedecen a la dinámica de los proyectos con consecuencias

que se evalúan en el mediano y largo plazo.

Page 417: Colombia Orinoco

417

Los programas establecidos para atacar los impactos directos generalmente están

relacionados con educación, infraestructura básica, programas comunitarios, información,

monitoreo y seguimiento de los proyectos. Para los impactos indirectos son definitivos los

programas de fortalecimiento institucional y desarrollo económico.

Para la bonanza petrolera en Casanare es necesaria la planificación de Yopal, pues ya

comienza su transformación acelerada, se notan los cambios en la organización física,

económica, social, cultural, política y ambiental. Las actividades alrededor de la industria

petrolera conllevan una serie de impactos negativos que se reflejan en deterioros

ambientales, en cambios del aparato productivo, en la organización social y en las

condiciones generales de orden político, regional y territorial.

Los planes de manejo, aunque bien formulados, dan sólo respuesta parcial a la problemática

asociada al los impactos ambientales, por tanto deben rediseñarse para que cumpla con los

propósitos de prevenir, mitigar y compensar los efectos de la ejecución de los proyectos

petroleros.

Se requiere de grandes esfuerzos para atender en forma adecuada los asuntos ambientales.

De acciones integrales depende la solución a los problemas reales de calidad de vida de las

poblaciones. Es fundamental comprender las interrelaciones entre los ecosistemas, la

dotación de infraestructura vial y energética,. el saneamiento básico y el establecimiento de

formas de economía productiva de acuerdo a las condiciones de fragilidad de tales

ecosistemas.

BIBLIOGRAFÍA

Cámara de Comercio de Villavicencio. Indicadores económicos regionales. Villavicencio,

1994.

Cámara de Comercio de Villavicencio. Indicadores económicos regionales Villavicencio,

1996.

Distribución presupuestal Corpes Orinoquia 1990. 1996. Villavicencio, julio de 1997.

Ecopetrol. Estadísticas de la industria petrolera. Ecopetrol, Santa fe de Bogotá, 1995.

Ecopetrol. Estadísticas de la industria petrolera. Ecopetrol, Santa fe de Bogotá, 1996.

Ecopetrol. El petróleo y su mundo. Santa fe de Bogotá, Ecopetrol, s.f.

Ecopetrol. Gerencia plan de desarrollo "primero Casanare". El Yopal mayo de 1997.

Page 418: Colombia Orinoco

RED VIAL Y TRANSFORMACIÓN URBANA

HACIA EL FUTURO

LEONEL PÉREZ B.

CORPES Orinoquia

Diego Garcés

POBLAMIENTO DEL LLANO

Que entre los indígenas precolombinos del Llano y los Chibchas del altiplano

cundiboyacense hubo un intenso intercambio, comercial, lo han venido demostrando los

estudios recientes de los historiadores nativos y foráneos. Este se produjo a través de

caminos aún existentes, sobre los cuales se transaron mercancías de diversa índole que

expresan un grado significativo de complejidad de la estructura económica y social de los

aborígenes orinoquenses.

Page 419: Colombia Orinoco

419

En este escenario, aparecieron los conquistadores españoles que por la fuerza trataron de

someterlos, llevarlos a Santa fe y dispersarlos. También hubo esfuerzos por organizarlos en

poblaciones como San Martín, San Juan de los Llanos, Medina o La Salina.

Luego, a comienzos del siglo XVII llegaron los jesuitas, unos provenientes de la cordillera,

otros del río Orinoco. Su ordenamiento propició un tipo de poblamiento diferente. Sus

haciendas se convirtieron en el prototipo de lo que iría a constituir en. Los siglos siguientes

la forma de poblamiento más típica de la Orinoquia. Este modelo recuerda las haciendas

feudales de donde emergieron los burgos, que más tarde se transformarían en las ciudades

de la época moderna.

Desde mediados del siglo XVI los misioneros jesuitas establecieren un modelo de

poblamiento basado en haciendas, colegios y formas de mercadeó avanzados para la época.

Sus haciendas más importantes fueron las de Caribabare. Tocaría, Cravo y Apiay,

localizadas en el piedemonte de lo que hoy son los departamentos de Arauca, Casanare y

Meta, respectivamente.

Con el paso de los siglos se dieron otras formas de poblamiento, cuja consolidación

demográfica advierte, diferencias regionales en su interior. En el siglo XIX se consolidaron

formas distintas de poblamiento en el piedemonte llanero de Arauca, Casanare y Meta, en

las colonizaciones del Ariari, el Sarare y Guaviare, la Sierra de la Macarena, así coma en

Guainía, Vaupés y Vichada:

En los distintos oleajes demográficos la historia del poblamiento llanero avanzó con el afán

de controlar y poseer las extensiones de tierra allí existentes: Con el dominio territorial los

grupos advenedizos aspiraban a favorecer la expansión de formas económicas tradicionales:

latifundios de ganaderías extensivas ante todo.

Los habitantes ancestrales de los bosques y las vegas del piedmonte y de las sabanas fueron

desplazados de sus antiguos territorios por lo blancos que llegaron a poseer y explotar

tierras. Más tardé las diferentes guerras de independencia y las guerras civiles motivaron la

emigración de la población ―blanca‖ e indígena. Los ganaderos de Arauca, Casanare y

Meta ayer como hoy, se enfrentaron a los indígenas (Guahibós y Tunebos, entre otros),

buscando desplazarlos a través de medios casi nunca pacíficos.

El poblamiento de la Orinoquia estuvo cruzado y delimitado por diferentes conflictos

interétnicos que en últimas determinan la posesión y el uso de las tierras,. Esto puede verse

reflejado en la percepción del llanero actual y del colono hacia el indígena. La actitud de

los primeros hacia los ―indígenas suele ser de menosprecio; hasta hace poco tiempo muchos

los consideraban ―irracionales‖ o sub-humanos.

El Estado ha tratado de reglamentar en los últimos años la adjudicación de reguardos y

reservas para los grupos indígenas. Sin embargo,. la tarea no ha sido fácil y algunas

Page 420: Colombia Orinoco

420

reservas todavía tienen en su interior colonos que se niegan a abandonarlas. Los conflictos

interétnicos continúan entre los actuales habitantes del Llano, aunque ya no tienen la

frecuencia y las manifestaciones tan brutales de antaño.

De todos modos, la tecnificación de la ganadería y la explotación petrolífera reciente han

valorizado la tierra, lo cual ha contribuido a exacerbar la competencia por los espacios

territoriales existentes. Puede decirse que el conflicto está vivo y continuará mientras no

haya allí verdadera reforma agraria y más eficiente presencia estatal.

CRECIMIENTO POBLACIONAL EN COLOMBIA Y LA ORINOQUIA

Mientras en Colombia la tasa de crecimiento poblacional ha decrecido de 3,5 en 1950 a 1,9

por ciento en los años 90, en la Orinóquia esta tendencia se ve compensada por los flujos

migratorios que impulsan un crecimiento alto respecto de otras regiones1

. Aquí, el

crecimiento supera el 5 por ciento. En 1973 la región albergaba el 1,5 por ciento de la

población nacional; en 1985 el 2,7 por ciento y en 1993 el 3,4. Todo indica que la

Orinoquia tendrá más del 10 por ciento de la población colombiana antes del año 2020.

Las colonizaciones del Llano (campesina espontánea, de frontera y la armada),

provenientes de los departamentos de Boyacá, Tolima, Cundinamarca, Santánder y Huila,

se iniciaron hacia el piedemonte llanero, primero, y hacia la altillanura y laregión selvática

del sur, después2

. Diversos factores de índole económica, social y cultural han generado

un elevado índice de migración desde diversos sitios del interior del país hacia los Llanos

Orientales, lo que ha llevado a un gran crecimiento de las ciudades y poblados,

especialmente del piedemonte llanero.3

El piedemonte llanero ha sido el área por excelencia para el asentamiento colonizador. Esta

subregión está situada en un corredor que se localiza entre la Cordillera Oriental y de 20 a

40 kilómetros al este de la misma. Según estudios de FAO y el IGAC, la extensión de este

corredor es de 653.755 hectáreas4.

En el piedemonte llanero se encuentra el oçhenta por

ciento de la población de la Orinoquia. Dentro de las diez ciudades más pobladas están:

Villavicencio, Yopal, Acacías, Granada, lame, San Juan de Arama, San Martín y Saravena.

1 Corpes Orinoquia. Orinoquia hacia el siglo XXI. S.L., S.E., 1994.

2 Corpes Orinoquia. Pp. Cit. P. 30.

3 “Algunos aspectos urbanos de los Llanos Orientales” en: Economía Colombiana. No. 105. Máyo.junio 1974.

(:67.72). 4 Leonel Pérez Barefio, “Subregiones y estudios de carácter socio-económico en la Orinoquia colombiana”:

Memorias del Encuentro Nacional de Investigadores sobre la Orinoquia. ICFES, Santa fe de Bogotá, 1983. Ps. 178-179.

Page 421: Colombia Orinoco

421

Paso del río Guaviare, hace 100 años

El colono de la Orinoquia -antes campesino de los Andes-, aparece en los años 50 a raíz de

los programas de pacificación y reforma agraria. En el piedemonte araucano y casanareño

el colono se dedicó a la agricultura tradicional deviniendo luego en pequeño ganadero

intensivo. La colonización campesina que se concentra en torno a la Sierra de la Macarena,

el Cañón del Duda y la cuenca del Ariari-Guejar, después de los años 70 ha venido

dependiendo principalmente de los cultivos ilícitos. Las recientes colonizaciones del

Vichada y el Guaviare, connotan varias actividades económicas: coca, ganadería, turismo,

forestación y comercio, en un territorio donde aún la presencia del Estado es precaria. En

esta región, por ejemplo, son muy pocos los cultivadores que acreditan propiedad de la

tierra.

En los próximos cincuenta años, la región del piedemonte llanero seguirá experimentando

cambios tecnológicos y sociales que están en la base del crecimiento urbano. El

mejoramiento de las vías de comunicación y los servicios públicos, intensificarán esta

tendencia. El riesgo que se debe evitar es que este auge no sea planificado, pues la

experiencia ha mostrado que en las zonas de súbito crecimiento, el desarrollo urbano ha

adolecido de bienestar, social y economías autosustentbles. Las bonanzas muchas veces

dejan secuelas amargas de improvisación y derrocho.

Page 422: Colombia Orinoco

422

Villavicencio y los Llanos. Lámina de Riou

Lanchones del Meta y el Orinoco. Foto: Diego Garcés

En la reestructuración y modificación del espacio urbano se debe recordar que éste es un

fenómeno social y cualquier cambio espacial urbanístico debe servir de ―puente entre el

funcionamiento global de la ciudad y la operación particular de cada uno de sus

Page 423: Colombia Orinoco

423

elementos‖.5

Por esta, al planificar las ciudades del siglo XXI, se deben centrar los

esfuerzos en mejorar las condiciones de vida de las ciudades intermedias dotándolas de

infraestructuras sociales, económicas y políticas que coadyuven a mitigar la migración

hacia las grandes ciudades.

En los últimos años los gobiernos locales han ganado una mayor autonomía política y

administrativa. Dentro de sus competencias están la reglamentación y control del

ordenamiento urbano, del ambiente y la planeación territorial. El reto de los próximos años

requiere equipos de especialistas que adelanten los estudios de proyección del poblamiento

urbano del piedemonte llanero para el siglo XXI.

LOS ACCESOS ANDINOS

El poblamiento orinoquense ha crecido en buena medida sobre la base del avance en la

construcción y mejoramiento de carreteras para conectar su mercado con los centros de

consumo de las regiones andinas vecinas. Se destacan seis accesos andinos, por los que

diariamente pasan más de diez mil vehículos en ambas direcciones. De norte a sur, estos

son:

Total

Km

Km

Pav.

Km sin

Pav.

1. Pamplona-Saravena 170 25 145

2.Socha-Sácama-Tame

(Ruta Libertadores) 181 62 119

3. Sogamoso-Aguazul-Yopal 124 100 24

4. Chocontá-Guateque-Sabanalarga (Alterna al Llano) 130 46 84

5. Bogotá-Villavicencio 92 92 0

6. Colombia-Uribe 112 0 112

5 Ciudades y ciudadanía. La política urbana de “El Salto Social”. Documentos Conpes, Ministerio de

Desarrollo Económico/INURBE, Santa fe de Bogotá, s.f., ps.3 y 4.

Page 424: Colombia Orinoco

424

Carretera en construcción que va hacia La Macarena, Meta.

Foto,: Femando Urbina

Podría desarrollarse la variante Sogamoso Labranzagranide -El Morro-Yopal, que reduce

en un treinta por ciento la ruta por Aguazul.

Se observa que entre los accesos andinos al piedemonte llanero, se tiene un 40 por ciento

pavimentado y un 60 por ciento sin pavimentar, sobresaliendo por su mayor consolidación

las rutas Villavicericio-Bogotá y Sogamoso-Aguazul-Yopal y por su atraso las carreteras

Colombia-Uribe y Pamplona-Saravena. En lugar intermedio están las vías Alterna al Llano

y Ruta de Los Libertadores, cuyos tramos pavimentados llegan al 30 y 35 por ciento,

respectivamente.

La vía Pamplona-Saravena

El acceso Pamplona-Saravena tiene una longitud de 170 km, de los cuales están

pavimentados 25. El Instituto Nacional de Vías hace inversiones importantes en los 76 km

comprendidos entre Pamplona y Alto de Santa Inés. Su trazado preliminar es bastante

precario a nivel de afirmado;, su mantenimiento y adecuación son escasos. La vía une a las

poblaciones de Samoré, Gibraltar, San Bernardo de Bata y Cubará.

La vía Socha-Sácama-Tame

El acceso Socha-Sácama-Tame es un trayecto de la Ruta de los Libertadores, con una

longitud de 181 km de los cuales están pavimentados 4 km en el tramo Sácama-La Cabuya

Page 425: Colombia Orinoco

425

y 57 km entre La Cabuya y TAME. En 1997, el Fondo Nacional de Regalías, Findeter y el

Corpes Orinoqtiia invirtieron 2.5O0 millones de pesos en algunas obras de arte y

colocación de material de afirmado en tramos críticos de la vía. El Corpes Orinoquia, con el

apoyo del Corpes Centro Oriente y la Gobernación de Boyacá, elabora los estudios y

diseños para la construcción de una vía moderna de importancia binacional. Para la

culminación de está vía se requiere su inclusión dentro del programa de expansión de la red

nacional, lo cual. ya ha sido aprobado por el Invías y se halla en estudio por parte del DNP

y el Conpes.

La vía Sogamoso-Aguazul-Yopal

Esta vía tiene una longitud de 124 km. El último trayecto por pavimentar, Crucero-Corinto-

río Unete de 24 km está siendo asfaltado por el Instituto Nacional de Vías, que está

invirtiendo 8.489 millones de pesos. Se espera culminar la pavimentación a mediados e

1998.

La vía Chocontá-Guateque-Sabanalarga (Alterna al Llano)

El acceso Chocontá-Guateque-Sabanalarga, de 130 km, considerado como vía alterna para

el transito Bogotá-Villavicencio, es una carretera de primer orden que sirve al sur de

Boyacá, Casanare y al Oriente de Cundinamarca, además de que en su trayecto se encuentra

la represa de Chivor. Esta vía, atendida por el Instituto Nacional de Vías, tiene previstas

inversiones entre 1997 y 1998 por valor de 3.214 millones de pesos para su recuperación y

pavimentación además de las inversiones de la Empresa de Energía de Bogotá e Isagen por

un valor de 1.350 millones de pesos.

La vía Bogotá-Villavicencio

El acceso Bogotá-Villavicencio, antaño de 110km, tiene hoy una longitud de 97 km. Con la

construcción de los dos túneles a la salida de Bogotá y a la entrada a Villavicencio, la

distancia se reducirá a 92 km. Actualmente el Instituto Nacional de Vías realiza su

readecuación a un costo de 93,8 millones de dólares.

Los trabajos están divididos en tres tramos, comprendidos entre el km O y el km 55 que

construye Coviandes S.A. mediante un contrato de concesión durante 16 años; del km 55 al

km 87,5 lo construía Andrade Gutiérrez S.A., mediante un contrato directo del Instituto

Nacional de Vías (esta firma fue cambiada en abril de. 1997); del km 87,5 a la intersección

Page 426: Colombia Orinoco

426

con la vía a Acacías en Villavicencio, construye Recchi G.L.E de Italia, mediante un

contrato directo del Instituto Nacional de Vías.

Se espera que antes de diciembre de 1999, la vía de 92 kmsin incluir aún los dos túneles

haya sido culminada satisfactoriamente. De ser así, se reducirá el tiempo de transporte

terrestre a la mitad, de tres horas a 90 minutos, entre Bogotá y Villavicencio.

La vía Colombia-Uribe

El acceso Colombia-Uribe tiene una longitud de 112 km, de los cuales 40 están en

explanación. Esta vía que une al Departamento del Meta con el Huila permitirá el acceso

del Llano al Océano Pacífico y su conexión con la vía Panamericana hacia el Ecuador.

Hace parte de la carretera Buenaventura-Caracas. El Corpes Orinoquia realiza los estudios

y diseños pertinentes.

LA TRONCAL DEL LLANO

El proyecto de la Carretera Marginal de la Selva nace como un acuerdo de integración

internacional entre Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia en el año de 1963.

Posteriormente, Venezuela se une al proyecto.

A su paso por el Llano colombiano, entre San José del Guaviare y el río Arauca, la

Marginal de la Selva se denomina Carretera Troncal del Llano. Se presenta como una vía

de integración regional que facilita la comunicación de las poblaciones que cruza; integra

espacialmente la zona del piedemonte, facilita la integración del mercado regional, es decir,

el flujo de personas, bienes y servicios dentro de la región y de ésta con el resto del país y

permite el tránsito desde la zona andina hacia Venezuela y desde este país hacia el Océano

Pacifico.

La Troncal del Llano tiene como objetivo principal ser el proyecto motor de una estrategia

nacional para una paulatina ocupación de la región a través de un sistema intermodal de

transporte que permita ampliar la frontera agrícola, facilitar el acceso de los productos

regionales a los centros de consumo y posibilitar el reordenamiento territorial del área que

cruza.

Se plantea que el auge del mercado llanero se logrará en la misma medida que se garantice

la integración regional, mejorando las condiciones de operación de la red troncal y

garantizando la comunicación expedita entre las principales zonas de producción.

Page 427: Colombia Orinoco

427

La Troncal del Llano ha avanzado en los departamentos de Arauca, Casanare y Meta. En

Arauca se tienen 75 km pavimentados y 46 km sin pavimentar; en Casanare 240 y 58 km,

respectivamente, y en el Meta 240 y 170 km, respectivamente. Sólo falta un puente grande

por construir: el del río Casanare en San Salvador, cuyo diseño realiza el Comes Orinoquia.

La Carretera Marginal de la Selva cuenta con 1.850 km de los cuales se tienen

pavimentados 853, es decir un 46 por ciento. El Instituto Nacional de Vías tiene

proyectadas inversiones para el período 1997-1998 de 50.000 millones de pesos, de lo que

podría tomar la vía del piedemonte más del setenta por ciento.

LAS VÍAS DEPARTAMENTALES HACIA EL LLANO ADENTRO

Además de los seis accesos andinos principales y la Troncal del Llano, se vienen

construyendo cinco carreteras importantes que avanzan en la dirección oeste-este. Estas

vías buscan extender la frontera económica hacia el Llano adentro, lográndose así la

aproximación de la frontera al mercado colombiano. Estas seis vías pueden describirse de la

siguiente manera:

La Diagonal Tame-Arauca

Esta carretera es la más nueva y avanzada de todas. Fue ideada, construida y pavimentada

en solo diez años (1987-1996). Tiene una longitud de 174 km, de los

cuales a diciembre de 1996 se tenían pavimentados 1 km. Esta vía se adelantó en su

totalidad con recursos regalías del departamento de Arauca, el cual invirt allí 90 millones

de dólares en el lapso considerado. Su impacto económico se expresa en el aparecimiento

consolidación de pequeños poblados como Panam Puerto Jordán, Santo Domingo, Flor

Amarillo y Betoyes los cuales han establecido una pujante agricultura tecnificada (arroz y

plátano, especialmente), ganadería y un activo comercio. También se observa un impacto

negativo fuerte sobre el medio ambiente, el cual se refleja en la destrucción dramática de

las fuentes hídricas, fauna y la flora. Por lo menos 29 km de pavimento destruyeron por

falta de mantenimiento en el lapso 1996- 1997.

La vía río Bojabá-Saravena-Arauquita-Arauca

Esta carretera de 180 km, tiene 120 km a nivel pavimento y 60 sin pavimentar (en el

trayecto Arauqúita-Arauca). Corre paralela al río Arauca atraviesa una zona rica en

agricultura, ganadería maderas y pesca.

Page 428: Colombia Orinoco

428

La vía Tame-Rondón-Cravo Norte

Esta vía, de 180 km, también fue construida con recursos de regalías del Departamento de

Arauca. Tiene catorce kilómetros de pavimento y el resto a nivel de base granular. Corre el

riesgo de ser deteriorada en forma grave por los fuertes inviernos y la precariedad de su

mantenimiento. Esta obra acarreó una inversión de 30 millones de dólares en el lapso

señalado.

La carretera La Nevera-San Luis

Esta carretera tiene 27 km pavimentados de los 80 km previstos; viene siendo construida

desde 1995 con recursos de regalías del departamento de Casánare. Es muy probable que

sea pavimentada antes de los próximos tres años, habida cuenta las grandes inversiones que

allí se realizan y se prolongaría hasta Orocué sobre el río Meta. Vale la pena indicar que

testé municipio casanareño, destacada población en el siglo XIX, tiene todas las

condiciones para recuperar su esplendor y convertirse en un eje de desarrollo importante.

La carretera Pore-Trinidad

De 75 km, de los cuales se encuentran pavimentados 20. Avanza a ritmo lento.

La vía. Aguazul-Maní

La vía Aguazul-Maní de 56 km viene siendo construida y pavimentada con recursos de

regalías, del Departamento de Casanare. Esta obra, que se acerca al río Metá, favorece una

muy fertil región en la cual se han consolidado modernos cultivas alma de arroz, palma

africana, así como forestación y ganadería. Con seguridad logrará ser pavimentada en un

lapso muy cortó porque ya se tienen 38 km con asfalto.

La carretera Villavicencio-Puerto López-Puerto Carreño

Se viene construyendo hace más de 50 años y avanza en forma lenta. El tramo

Villavicencio-Puerto López, de 86 km, se encuentra bien pavimentado, con lo cual se ha

favorecido una extensa región arrocera, ganadera y turística. El tramo Puerto López-Puerto

Gaitán de 116 km, se encuentra pavimentado en su primera mitad. Llano adentro, pasando

por Carimagua; esta vía se utiliza de modo intenso durante el verano y en forma más

reducida en el invierno. Los 800 km que separan a Villavicencio de Puerto Carreño se

Page 429: Colombia Orinoco

429

constituyen en un reto ambicioso para lograr concretar en forma de carretera pavimentada

durante los próximos decenios. En su derredor sobre todo en el Vichada- se hallan las ores

tierras para la forestación.

La carretera de La Dignidad: Puerto Carreño. Puerto Nariño

Se localiza paralela al tío Orinoco y lleva el nombre de La Dignidad por cuanto hoy en día

los colombianos deben utilizar la carretera venezolana para arribar a territorio de Colombia,

debido a la imposibilidad de atravesar los raudales de Atures y Maipures del río Orinoco.

La carretera de La Dignidad, de 350 km, une a Puerto Carreño y Puerto Nariño, pasando

por Casuarito y el Parque El Tuparro. Este último; de inmenso valor ecológico y turístico,

seguramente será reconocido con mayor conciencia en los próximos años.

LA NAVEGABILIDAD DEL RIO META

El Corpes Orinoquia, a través de un convenio con él Ministerio de Transporte y el

Ministerio del Medio Ambiente, prepara un plan de manejo que busca recuperar la

navegabilidad del río Meta. Las áreas de trabajo inmediato son la reforestación de riberas,

reconfiguración geométrica del cauce, análisis general de la cuenca y aprovechamiento de

las fotografías nuevas del cauce. Estos proyectos se dividen en Proyectos Departamentales

y Proyectos Piloto.

PROYECTOS DEPARTAMENTALES DE REFORESTACION

La evidencia que surge del estudio de la cuenca indica que el proceso de deterioro tanto

hidráulico como ambiental fue causado por la deforestación de las riberas y por la

incapacidad del río para crear islas viables y reforestarlas nuevamente así como las playas

que se van formando,. El río se ha vuelto, más ancho, menos profundo y más lento, lo que

ha limitado seriamente la navegación. Además, el río deja de producir el elevado volumen

de pepas, frutas e insectos que alimentaban los peces, con lo cual la ictiofauna se acaba.

Siguiendo esta línea de análisis, el primer paso para la rehabilitación del río debe ser la

reconstrucción del cordón forestal en sus riberas. Y este cordón debe responder a los treinta

metros de ancho que exige la Ley.

Se han estado considerando tites estrategias para disminuir los costos de estos proyectos

departamentales. Una es la disminución del largo total del cordón forestal (984 kilómetros

en el Meta y 756 km en el Vichada). Otra estrategia es el desarrollo de sistemas más

eficientes para la siembra de las plántulas. Y la tercera estrategia es el desarrollo de

Page 430: Colombia Orinoco

430

sistemas más económicos de protección del cordón forestal, recién sembrado, de los

ataques del ganado.

Los proyectos piloto de reforestación

Los proyectos piloto de reforestación de riberas tienen los siguientes objetivos:

1. Evaluar los diferentes sistemas de siembra: semilla, estaca, trasplante.

2. Evaluar el comportamiento de las diferentes especies nativas que se han preseleccionado.

Estas especies deben tener buena capacidad de agregar y compactar el suelo por las

características de sus raíces; del en poder sobrevivir a las inundaciones y deben ser capaces

de crecer con rapidez.

3. Evaluar el comportamiento real del nivel de tolerancia. Este nivel ha sido definido como

del 12,5%, equivalente a los cuarenta y cinco días. Esto significa que durante el 12,5% del

tiempo del año, aproximadamente 45 días, las áreas sembradas estarán cubiertas dé agua y

tolerarán la inundación.

4. Obtener criterios que orienten la organización y la logística de los proyectos

departamentales y que permitan refinar los procedimientos enunciados en los proyectos ya

preparados.

5. Desarrollar criterios que lleven a minimizar los costos de los proyectos departa-

mentales, especialmente con relación a la protección del ganado.

6. Ensayar y evaluar medios biológicos para incrementar la tasa de crecimiento de las

especies transplantadas.

En principio se piensa que sería útil desarrollar proyectos piloto en tres sitios

representativos de la cuenca: Puerto López., Orocué y Puerto Carreño.

Proyectos para la reconfiguración geométrica del cauce

Si la deforestación de las riberas permitió la ampliación del cauce, una vez en mar un

proyectó de reforestación debe pensarse en idear instrumentos para disminuir nuevamente

el ancho del cauce a las condiciones originales. Se ha considerado que la mejor manera de

lograrlo es ―siguiéndole la corriente al río‖, es decir, colaborando con el río en lo que éste

trata de hacer con dificultad, y aplicando en tal proceso la tecnología moderna.

Se ha observado que el río trata de crear islas en tos puntos más anchos depositando en

ocasiones hasta 40 cm de arena por año; luego las reforesta y las une a ,la tierra firme. Pero

la capacidad del río para hacer su trabajo se ha disminuido por la carencia de desechos

vegetales y de semillas en las riberas.

Page 431: Colombia Orinoco

431

Para acelerar la creación de islas y el cierre de brazos, se ha planteado la construcción de

―trinchos de río‖ consistentes en clavar palos y utilizarlos para apoyar barreras de bolsas de

plástico llenas de agua y arena.

Los carretables del Llano.

Fuente de Oto, Meta

Foto: Miguel Morales

EL TRANSPORTE AÉREO

El transporte aéreo en la Orinoquia comenzó en 1935, cuando los aviones catalinas

comenzaron a acuatizar en pavimentados, que en orden de importancia son los de Yopal,

Apiay, Villavicencio, Arauca, Tame, San José del Guaviare, Puerto Carreño, Inírida,

Saravena, Arauquita, Carimagua y Villanueva. En la actualidad se trabaja en la

pavimentación del aeropuerto de Mitú. Otros veinte se hallan en buen estado y se tiene

decenas de pistas adecuadas para el transporte de carga y pasajeros.

ESTRUCTURACIÓN TERRITORIAL

Camilo Domínguez ha expuesto algunos de los problemas que determinan en el piedemonte

llanero la organización territorial sobre una jerarquía de funciones que parte de un epicentro

y se extiende en forma ininterrumpida hacia los extremos de su periferia‖. Son ellos: la

Page 432: Colombia Orinoco

432

ausencia de vías de comunicación, la predominancia de latifundios, la baja densidad

demográfica regional y la extrema violencia.

Es probable que la falta de carreteras tienda a ser ,un problema en vía de superación en

corto plazo, habida cuenta del magnífico. avance de las vías al Llano y dentro del Llano en

sus departamentos principales. El peso del latifundio es más significativo en Casanare que

en Meta y Arauca. Los dos últimos problemas señalados por el profesor Domínguez son

indiscutibles.

Análogamente, se podrían señalar nuevas circunstancias que propician el impulso

poblacional, a saber: el descubrimiento de los más importantes hallazgos petroleros y

gasíferos de la historia nacional en el piedemonte araucano y casanareño; la dinámica de la

integración colombo-venezolana; la modernización de la carretera Bogotá-Villavicencio; la

ampliación y consolidación del sistema educativo regional; la posibilidad de implementar

procesos científicos y tecnológicos en el mediano plazo.

La subregión de Casanare

El citado autor concentra su atención en la estructuración territorial del Casanare, que

abarca tres sub-centros en búsqueda de liderazgos urbano-funcionales a saber: El del

centro, mediante el sistema conurbano Yopal-Aguazul que, unido por 27 km sobre carretera

pavimentada,. tiende a constituirse en área urbana capaz de compartir funciones en materia

de educación y salud, actividades económicas y prestación de servicios administrativos.

Entre ambas poblaciones, hoy cabezas de explotaciones petrolíferas, albergan alrededor de

100.000 habitantes. De esta forma, el eje Yopal-Aguazul se convierte en el epicentro

urbano más importante de la Orinoquia después de Villavicencio (400.000 habitantes).

En el sur, Villanuéva que representa el motor de una significativa actividad agrícola,

ganadera y forestal, se consolida sobre la base de la modernización rural y el mejoramiento

de las vías carreteables. Antes de que culmine 1998, la carretera Villavicencio-Villanueva

Yopal-Paz de Ariporo, de 370 km, estará pavimentada en su totalidad, lo cual dará impulso

al corredor petrolero que se extiende por el piedemonte casanareño. La Vía Alterna al

Llano, por su parte, avanza lenta y seguramente hacia su completa pavimentación.

En el norte, el sub-centro urbano lo constituye Paz de Ariporo, población que lidera los

intereses de la zona más atrasada del Casanare. Esta, que se ha visto favorecida por la

terminación y mejoramiento de la Ruta de los Libertadores (Socha-Sácama-La Cabuya),

comprende además los municipios de La Salina, Sácama, Hato Corozal y Pore, además de

Nunchía y Támara. El avance en la Troncal del Llano, que llegó a nivel de pavimento a Paz

de Ariporo en diciembre de 1997, le dará gran impulso a su economía.

La subregión de Arauca

Page 433: Colombia Orinoco

433

En el departamento de Arauca, durante los últimos 40 años se han diferenciado tres

subregiones: Tame, influida por Boyacá y Casanare; Saravena, auspiciada por los

Santanderes; y Arauca ligada a Venezuela y, en épocas más recientes, afectada por la

migración que propició la era petrolera.

Estas tres ciudades constituyen un triángulo que encierra la actividad económica sustancial

del Departamento. Terminando la pavimentación de los tramos faltantes, la orientación de

la producción y el comercio habrán de transformar la realidad económica araucana.

De otra parte, como fuerzas centrípetas y centrífugas, los poderes de atracción de ambos

lados de la frontera habrán de determinar el destino final del acumulado social y

económico. En este aspecto, es predecible que la dinámica de la integración binacional

colombo-venezolana ejercerá gran influencia sobre Arauca y la Orinoquia.

La subregión del Meta

En el Meta se pueden también concebir tres polos de atracción económicos y poblacionales.

El primero y más influyente, Villavicencio, cuya cercanía a Bogotá y liderazgo regional le

garantizan un crecimiento acelerado. A este polo se vinculan Restrepo y Cumaral, puntos

de enlace con el sur de Casanare.

Un segundo polo se desarrolla en el Arjari, cuya capital, Granada, concentra el esfuerzo de

la colonización que gira en su derredor. Este polo ha subsumido en su empuje a poblaciones

tan tradicionales como San Martín y San Juan de Arama.

Un tercer polo orientado por Puerto López y que mira al río Meta y al Vichada, construye

un modelo económico interesante sobre la base del ecoturismo, haciendas ganaderas

modernas y proyectos de forestación.

Cuadro No. 1

POBLACIÓN ORINOQUIA

Meta

Arauca

Casanare

Guainla

Guaviare

Vaupés

Vichada

618.427

137.193

158.149

13.491

57.884

18.235

36.336

59,5%

13,2%

15,2%

1,3%

5,5%

1,7%

3,5%

Page 434: Colombia Orinoco

434

Total Orinoquia 1 ‗039.715 100,0%

Fuente: Dane, Censo 1993.

El Censo de Población de 1993 indica que el 59,5 por ciento de los habitantes de la

Orinoquia se hallan en el departamento del Meta, el 15,2 por ciento en Casanare, el 13,2

por ciento en Arauca y el restante 12,1 por ciento en Guaviare, Vichada, Vaupés y Guainía.

Un estimativo para 1997 permite observar que al terminar este siglo, Casanare habrá

mostrado el mayor índice de crecimiento demográfico nacional, como consecuencia de la

explotación de sus yacimientos petrolíferos, los más grandes del país descubiertos hasta

ahora.

LAS CIUDADES DE LA ORINOQUIA

El cuadro No. 2 que se refiere al crecimiento de las ciudades en la Orinoquia durante el

lapso 1973-1993, muestra que entre las diez ciudades de mayor crecimiento se hallan cuatro

de Arauca, tres del Meta, dos de Casanare y una del Guaviare. Establece que mientras

Colombia creció un 47,4 por ciento en el período considerado, Villanueva lo hizo en

un 574,6 por ciento, Yopal en un 319,8 por ciento y Villavicencio en 178,9 por ciento.

Page 435: Colombia Orinoco

435

Cuadro No.

CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES DE LA ORINOQUIA

DURANTE 1973-1993

1973 1985 1993 %

1

Vill

anu

eva

.(C)

2

Leja

nías

(M)

3 La

Mac

aren

a

(M)

4

Yop

al

(C)

5 Sa

n

Jose

del

O.

(O)

6

Ara

uqui

ta

(A)

7

Ara

uca

(A)

8

Vill

2.132 1.906 1.710 10.

662 12.105 5.760 12.35

4 97.596 12.040 13.184

6.693 9.847 5.091 23.1

6941.476 13.91226.736

191.001 19.308 15.010

14.384 12.700

10.367 44.76

1 48.237 22.9

3

1 39.796 272.

118 26.049 28

.491

574,6 566,3506,2 31

9,8 298,4 298,1222,1

178,8 116,3 116,1

Page 436: Colombia Orinoco

436

avic

enci

o

(M)

9

Sara

ven

a

(A)

10

Tam

e

(A)

Fuente: Dane Censos de 1973, 1985 y 1993.

Si se advierten las nuevas circunstancias que afectan a Yopal y Villavicencio, es de esperar

que en el lapso 1993-1997 estados ciudades encabecen la lista de crecimiento poblacional.

De ser así, tenderá a consolidarse el corredor petrolero ubicado en su recorrido.

Entre esas diez poblaciones no aparecen aún Puerto Carreño, Inírida y Mitú; sin embargo

en estas se desarrollan también procesos importantes de consolidación urbana. Con mayor

presencia estatal, obras de infraestructura y modernización institucional, el avance se

producirá más pronta y eficientemente.

Page 437: Colombia Orinoco

LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN LA ORINOQUIA

HILDA LUCÍA DIAZ G.

En el último cuarto de siglo el mundo contemporáneo ha estado viviendo una serie de

cambios tecnológicos y de replanteamientos de paradigmas científicos, llevando a una

posición de primera línea los procesos de progreso y de difusión del conocimiento. Estos

cambios han permitido una reestructuración del poderío económico mundial y han abierto

la posibilidad para los países en vías de desarrollo, industrializarse y de avanzar hacia una

nueva división internacional del trabajo. Según el Consejo de Competitividad Europeo "en

el siglo XXI habrá siete industrias de punta: la biotecnología, la informática, la

microelectrónica, las telecomunicaciones, la robótica, la industria de nuevos materiales y la

aviación civil. Ninguna de estas industrias depende de los recursos naturales. Ni de la mano

de obra batata. Ni siquiera del capital, que va a donde lo llaman con la velocidad de la luz.

Estas industrias dependen de un nuevo factor de producción: se llama el

conocimiento...". 1

Así pues tenemos que en el contexto económico internacional se gesta

en los albores del siglo XXI, un predominio económico de los países que logren consolidar

una hegemonía científica y tecnológica.

Casi todo el mundo coincide en reconocer que el conocimiento será el capital más

importante con que contarán los países que pretendan seguir teniendo predominancia dentro

1 Hernando Gómez Buendía. "El futuro es ya" en Lecturas Dominicales, El Tiempo, noviembre 9 de 1997. (:

5).

Page 438: Colombia Orinoco

438

del concierto internacional. "La experiencia demuestra que la generación de conocimiento y

el avance tecnológico constituyen motores poderosos del desarrollo y del progreso de las

sociedades contemporáneas. La existencia de personas formadas para investigar y aplicar

creativamente el conocimiento incide más que la abundancia de recursos naturales, la mano

de obra y el capital, en la capacidad de los países por resolver sus problemas".2

Colombia, como la mayoría de los países del hemisferio sur, ha experimentado en los

últimos cincuenta años variaciones profundas que han afectado su estructuras sociales y

económicas con resultados que comienzan a verse en un cambio en los valores, la calidad

de vida y las actitudes de los ciudadanos. Estos cambios comienzan a reflejarse en la

aprobación de la nueva Constitución en 1991 y en la torna de conciencia de estas nuevas

direcciones de la competitividad a escala mundial, como la expedición de la ley 29 de 1990

que "asignó al Estado colombiano la responsabilidad de promover y orientar las

actividades de ciencia y tecnología y de vincularlas a los procesos de desarrollo económico

y social que buscan el mejoramiento de las condiciones de vida la población colombiana". 3

Así, la formación de personas competentes para investigar se convierte en uno de los

mayores retos para el país en el siglo XXI.

Prácticamente es a partir de la promulgación de Ley 29,de 1990

que el país se concientiza de la importancia del estímulo a la

Ciencia y la Tecnología para su desarrollo, lo mismo que para

acrecentar su competitividad en el mercado internacional. Hasta

ese momento la investigación era considerada "cosa de

académicos" y tarea sólo de algunas universidades que podían

darse el lujo de patrocinar investigaciones. Esta actividad se

cumplía principalmente en el centro del país y esporádicamente se

impulsaba en algunas otras regiones.

Esta nueva política tiene como beneficio adicional el permitir que

las regiones tengan también acceso a los recursos que el Estado

destina a la investigación.

La Política Nacional de Ciencia y Tecnología está centrada en cinco estrategias

encaminadas a "integrar la ciencia y la tecnología en los diversos sectores de la vida

nacional, buscando incrementar la competitividad del sector productivo en el contexto de

una política de internacionalización de la economía y mejorar el bienestar y calidad de

vida de la población colombiana".4

2 Angela Restrepo Moreno et al. "En búsqueda del potencial de los universitarios colombianos para la

investigación". En: (Innovación y Ciencia. V.V - N. 4 1996. :48.55). 3 Colciencias. Política de regionalización de la ciencia y la tecnología. Mimeo

4 Idem. (:6).

Fernando Urbina

Page 439: Colombia Orinoco

439

La situación que experimenta el país, en el campo de la ciencia y la tecnología, muestra que

una gran parte de los problemas que limitan su avance están ligados a situaciones

estructurales. Los factores que hasta el momento han implicado un atraso en el desarrollo

de estas actividades son, entre otros: las condiciones deficientes en las que se imparte la

educación básica primaria y secundaria; la falta de temas y esquemas pedagógicos que

incentiven en el educando inclinaciones investigativas; la debilidad de los programas de

pregrado existentes en las regiones; la poca relación de los procesos docentes y los

investigativos y dé éstos con los procesos productivos; la falta de una infraestructura

adecuada para el desarrollo de procesos de investigación en los centros académicos del

país; la baja remuneración del trabajo de los investigadores; la poca familiarización y

acceso a herramientas como Internet, redes de transmisión de datos, teleconferencias y el

naciente proceso de institucionalización del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.

La solución a estos problemas es a largo'plazo. Para ello se deben "diseñar políticas,

estrategias, mecanismos e instrumentos que permitan abordar el complejo conjunto de

circunstancias que intervienen en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país. Se

trata de promover planes estratégicos y planes de acción que comprometan a todos los

actores interesados, incluidos el Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y las

instituciones de cada región, pues sin la acción decidida de cada uno de ellos será imposible

encontrar vías hacia la superación real y concreta de las dificultades

que hoy experimentamos".5

El gran reto para el país es, entonces, lograr un fuerte desarrollo de la ciencia y la

tecnología que involucre a todas las regiones que lo conforman, lo mismo que a todos los

sectores de la población implicados, tanto civiles como gubernamentales, para poder lograr

ser competitivo en el mercado internacional.

LA REGIÓN DE LA ORINOQUIA Y EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Con la aprobación de la Constitución Nacional de 1991 se comienzan a generar otros tipos

de relaciones entre a sociedad civil y el Estado, lo mismo que entre la Nación y las

entidades territoriales. Estas nuevas bases constitucionales dan una gran importancia a las

regiones, convirtiéndolas en el pilar fundamental del proceso de descentralización abierto a

partir de ese año en el país. El proceso de formación de las nuevas regiones se da por la

asociación voluntaria de los departamentos con el objeto de impulsar el desarrollo

económico y social del respectivo territorio. Este nuevo ordenamiento es tenido en cuenta

por parte de Colciencias, para la organización de la gestión de las actividades de la ciencia

y la tecnología en Colombia.

A partir de las recomendaciones de la Misión Nacional se desarrollaron, entre 1990 y 1991,

una serie de instrumentos jurídicos cuyo propósito es el de involucrar las dinámicas

5 Op. cit. (:8).

Page 440: Colombia Orinoco

440

regionales en la construcción de una base de conocimiento para el país. Esta estrategia

busca aprovechar las fortalezas y habilidades de cada región, con el objeto de lograr la

interacción y comunicación científica y tecnológica entre las diversas regiones que

conforman el país.

En la comarca, esta política ha tenido su expresión a través de la Comisión Regional de

Ciencia y Tecnología Orinoquia, que desde su creación en 1994 ha impulsado diversos

programas para el apoyo de la Ciencia y la Tecnología, como la Feria de la Ciencia, el

programa de Cuclí-Cuclí (que estimula en los niños la inclinación hacia la investigación) y

las convocatorias regionales y nacionales para la financiación de proyectos de investigación

en distintas áreas del conocimiento, entre otras actividades.

Adicionalmente, a partir de la creación de la Comisión Regional de Ciencia y Tecnología

de la Orinoquia se comienza a hacer un seguimiento más sistemático de los avances del

conocimiento en la región, lo mismo que a establecer el estado del arte mediante el

documento elaborado por la Misión Regional.

En este documento se proponen de acuerdo a los resultados del estudio realizado, las líneas

de investigación prioritarias para la región. Esta Misión estuvo a cargo de destacados

investigadores y otros actores importantes de la vida regional.

Aproximación al estado del arte en ciencia y tecnología en la región orinoquense (Arauca,

Casanare, Meta y Vichada)

Colciencias dividió el país en cinco regiones en el marco de la Ciencia y la Tecnología, y

considera dentro de la Orinoquia los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada.

Dicha división difiere de la utilizada por el Corpes de la Orinoquia que incluye, además de

los departamentos mencionados, a Vaupés, Guainía y Guaviare. En el documento que la

Misión Regional de Ciencia y Tecnología Orinoquia elabora para Colciencias en 1994, la

región de la Orinoquia está conformada por los cuatro departamentos inicialmente

mencionados.

Este documento parte de considerar la gran variedad en flora y fauna que posee la región y

la falta de atención que el país le ha dado a esta biodiversidad, que es una potencial riqueza

para la economía colombiana. A pesar de tener cerca de 80.000 especies de plantas

comestibles, sólo 50 de ellas constituyen el 90% de nuestros alimentos. Se afirma que en el

país se ha perdido la sabiduría de los aborígenes americanos, quienes manejaron los

recursos naturales con ingenio respondiendo a las dificultades del terreno y a la diversidad

de los pisos térmicos (multiplicidad de ecosistemas, huerto habitacional, agricultura en

terrazas, etc.), teniendo como consecuencia la deforestación creciente que se observa en

diversas áreas de la Orinoquia colombiana.

Page 441: Colombia Orinoco

441

Por otro lado, se considera que debido a la subordinación de la política educativa al

esquema de países ricos y pobres, dominantes y dominados, norte y sur, la educación

secundaria y universitaria en Colombia es de acceso limitado y elitista y el sistema

educativo se basa en la información, es sustitutivo y repetitivo, y no estimula la

participación. En consecuencia, el educando no adquiere una actitud hacia la investigación,

el análisis y la participación en procesos constructivos. A su vez, los pénsumes de

secundaria y universidad poco corresponden a un objetivo de identidad nacional, a un

reconocimiento de lo que hemos sido y somos, lo que tenemos en recursos y su

potencialidad, lo que hace que nos conozcamos poco.

Dice además el documento, que la tenencia de la tierra y su utilización en la región, son

factores que generan una gran tensión social. Es el caso de la ganadería extensiva, en donde

la rentabilidad social está cuestionada por el mínimo empleo que genera, menos de 20

jornales/ha/año (Forero, 1991) y sobre todo porque en la zona de frontera agrícola es la

herramienta utilizada para el crecimiento del latifundio que origina serias tensiones sociales

(Fajardo, 1989 y Molano, 1990).6

La aproximación que hace la Misión Regional al estado de la Ciencia y la Tecnología en la

zona, está basada en una muestra de 150 encuestas que cubren tres áreas de investigación y

nueve programas definidos. De 125 encuestas realizadas, el área Agrícola y Pecuaria aporté

el 74,4% de las mismas, confirmando así la vocación de la región. Esta área cuenta con el

recurso humano más altamente calificado, 17,4% entre PhD, master y otros posgrados.

"Los grupos de investigación del programa de Ciencia y Tecnología Agropecuaria

actualmente trabajan de manera especial en manejo agronómico, fitomejoramiento, ajuste

de transferencia tecnológica y manejo de reproducción animal. Su principal fuente de

financiación es el Estado a través del presupuesto nacional".7

En el año 95 los proyectos de investigación estuvieron dirigidos hacia el área del mercado,

desarrollo socio-económico del sector rural, fitomejoramiento, preservación de recursos

naturales, reproducción animal, transferencia tecnológica y programas de ceba y levante.

Según el mismo documento, el programa de Desarrollo Tecnológico, Industrial y de

Calidad es el segundo en importancia dentro del área agropecuaria. La tecnología industrial

apoya a la pequeña y mediana empresa privada, quienes son escépticos en cuanto a su

ampliación y modernización, debido a la deficiente infraestructura energética, vial y de

servicios básicos. La actividad se centra en la producción, la asistencia técnica y la

comercialización.

6 Colciencias. "Misión Regional de Ciencia y Tecnología Orinoquia" En: Ciencia y Regiones. La construcción de

un país. Antropos, Santa fe de Bogota, 1994. (:354-355). 7 p. cit. (:363).

Page 442: Colombia Orinoco

442

El programa de Desarrollo Industrial y de Calidad carece de una infraestructura científico-

tecnológica apropiada, que le permita desarrollar investigaciones fundamentales dirigidas a

la producción y transformación de productos derivados del sector animal.

El programa de Ciencias del Medio Ambiente y el Hábitat tiene como actividad principal el

manejo y la preservación de los recursos y conservación de especies. Este programa centra

los estudios. que realiza en el desarrollo sostenible del medio, conservación de especies

animales, conservación, de microcuencas y reproducción de especies vegetales nativas. La

divulgación de los trabajos sobre el tema se hace a través de dos revistas internacionales,

cinco nacionales y algunos boletines regionales. Los estudios de biotecnología son

realizados por la Universidad de los Llanos y muy pocas entidades de la región se

encuentran vinculadas a los proyectos de investigación en el área.

En cuanto a los estudios en las áreas de las Ciencias

Humanas tenemos que en 1983, en el Encuentro de

Investigadores en Orocue, se establecieron algunas

líneas de investigación antropológica que ampliaban

los intereses meramente etnográficos que hasta el

momento habían predominado. Entre 1.980 y. 1990

aparecen realizadas 144 investigaciones que

contemplan nuevas temáticas relacionadas con

diversos grupos sociales, campesinos y colonos y con

las relaciones interétnicas, sociales y económicas de

estos grupos. Como tarea urgente para los años

venideros sé plantea realizar estudios más profundos

de lingüística y etnología de las comunidades

indígenas; desarrollar investigaciones sobre los

aspectos socioculturales del colono y el veguero;

sobre la significación del hato como el centro del

poder político en la llanura y de las relaciones

interétnicas que se dan en su interior. Es también necesario indagar sobre los procesos de

impacto en la población que habita los Llanos Orientales, de los nuevos procesos

productivos como la agroindustria y la economía petrolera, lo mismo que los ligados a la

economía informal. En general, en el campo de las Ciencias Sociales y Humanas los grupos

de investigación de la región se inclinan por trabajar en programas de desarrollo económico

regional y local lo mismo que de servicios y patrimonio -cultural-. Los trabajos sobre

Historia de la Orinoquia se han centrado en él estudio de temas regionales que sirven o han

servido para corroborar epopeyas de hombres ilustres o eventos históricos en los cuales los

Llanos han tenido alguna relación marginal. Las necesidades más sentidas de este sector

están en la capacitación y especialización en las disciplinas afines, ya que la región no

cuenta con programas de postgrado o maestría.

Fernando Urbina

Page 443: Colombia Orinoco

443

Una temática importante que ha sido objeto de la investigación de folclorólogos y algunos

antropólogos, es la relacionada con la tradición oral. Los investigadores han recogido, en la

mayoría de las veces de manera poco sistemática, la gran variedad de formas de expresión

oral del folclor llanero, entre otras las coplas, las leyendas; creencias y canciones de la

Orinoquia. Este es un campo abierto a la investigación de lingüistas, semiólogos y

antropólogos que se interesen por las manifestaciones orales de la cultura, que corren el

nesgó de desaparecer ante él avance de los nuevos medios de comunicación que son

visuales por excelencia.

En cuanto a las Ciencias-de la Salud; el documento no precisa el estado del arte debido a la

falta de información confiable y al estado de dispersión de la misma. Un estudio sobre las

condiciones de salud en la Orinoquia debe tener en cuenta las características de cada uno de

los departamentos que conforman la región su población (algunos con mayoría indígena), la

cercanía o no a la capital del departamento y el uso de otras prácticas de sanación corno es

el caso de las medicinas tradicionales de los indígenas.

En los últimos años se ha venido trabajando en la Facultad de Enfermería de la Universidad

de los Lianos en el área de la medicina tradicional de los indígenas, y algunos de los

trabajos de investigación que se han desarrollado como requisito para optar al título

profesional desde 1988, se han dedicado a este tema. Hasta el presente se. cuenta con cerca

de 106 monografías descriptivas que son una buena referencia sobre los problemas de salud

de la región, particularmente de Villavicencio.

El estudio de las diferentes formas que toma la violencia en la región es otro de los ternas

que merece toda la atención de los investigadores sociales. El homicidio es la primera causa

de mortalidad en la región y lo cierto es que todas las formas de violencia campean, desde

la guerra de "baja intensidad" de la guerrilla contra el Estado, y viceversa, hasta las formas

más crudas de la delincuencia común. La violencia ejercida contra los niños, aparte dé los

maltratos originados por la guerra y la pobreza, es común y en Villavicencio se comete

anualmente el más alto número de agresiones sexuales infantiles en el país, con lo que esta

capital tiene un deshonroso primer puesto dentro del panorama nacional.8

8 Según estadísticas del ICBF Regional Meta.

Page 444: Colombia Orinoco

444

En lo relacionado con la Economía los trabajos

orientados a interpretar los procesos económicos de

la Orinoquia brillan por su ausencia. Esta carencia se

explica en parte por la ausencia de modelos o

escuelas de pensamiento económico regional. Las

recientes aproximaciones interpretativas globales

más importantes responden a la necesidad de

formular planes de desarrollo regional y tienen las

limitaciones propias de lo ordenado

institucionalmente con propósitos de viabilidad

inmediata.9

En el desarrollo económico de los Llanos, como lo

señalan numerosos estudios, tuvieron un

considerable impacto las Misiones. Este fenómeno

no ha sido estudiado en profundidad y existe una

carencia de estudios comparativos y del marco

geopolítico que inspiraron las Misiones y las clausuraron.

En cuanto al aspecto demográfico en la región, muy relacionado con el desarrollo

económico, es imperioso adelantar estudios de poblamiento que den cuenta de los nuevos

flujos migratorios producidos por la violencia, los desplazamientos y el narcotráfico que

han hecho llegar a la zona gente de diversa procedencia social, geográfica y étnica. En los

últimos años los indicadores de necesidades básicas insatisfechas han descendido y

ciudades como Arauca, Yopal, Villavicencio, han experimentado un aumento de la

población flotante alterando considerablemente los ejercicios de planeación estratégica y

prospectiva que se habían realizado hasta el momento en que se elaboré la investigación de

la Misión Regional (1994).

El estudio sugiere como temas de investigación necesarios para la región...los

siguientes: establecimiento de sistemas de información; bases de datos; indicadores

estratégicos; estudio de las diversas formas de conocimiento de los indígenas y mestizos;

estudios antropológicos y etnológicos de las formas de producción ancestrales;

consecuencias de la permanencia histórica de las misiones jesuíticas frente. a otras

misiones; particularidades de la economía del petróleo en la Orinoquia frente a otras áreas

de producción; formas de desarrollo de la economía del petróleo; etnias y relaciones

fronterizas en la Orinoquia y la Amazonia; potencial de uso y tenencia de la tierra; estudios

comparativos de la Oninoquia colombiana y venezolana; dinámica de las migraciones y el

poblamiento en la Orinoquia. Otra área que precisa investigación tiene que ver con la.

9 Por ejemplo él Plan de Desarrollo Regional 1994-2OO4, del Corpes de la Orinoquia.

Fernando Urbina

Page 445: Colombia Orinoco

445

valoración de las especies silvestres en general y con las extracciones de material genético

y su importancia estratégica.10

La región debe propiciar la creación de centros de documentación y bibliotecas conectadas

a los más modernos sistemas de información. Al respecto se han comenzado a hacer

algunos esfuerzos. que se han materializado en la biblioteca Germán Arcieniegas,

inagurada en noviembre de 1997, y la biblioteca de la Oninoquia que funciona en la sede

del Corpes de la Orinoquia, desde el mismo año, donde se pueden consultar una gran parte

de los trabajos publicados y de investigación que se han hecho sobre la región. Por otro

lado, un gran avance en las comunicaciones satelitales se logró a mediados de 1997 con la

instalación de un nodo regional para Internet en Villavicencio, con lo cual los costos de la

comunicación se abarataron pues hasta ese momento se efectuaba vía Bogotá.

ENTIDADES QUE REALIZAN INVESTIGACIÓN EN LA ORINOQUIA

La investigación en la Orinoquia se ha centrado básicamente en las áreas agropecuarias en

las que se concentran, como vimos anteriormente, más del 70% de los esfuerzos

económicos y de capital humano. Debido a esta situación, dentro de las recomendaciones

del Plan de Desarrollo Regional 1994-2004 del Corpes de la Qrinoquia, se enfatiza en la

necesidad de crear una inteligencia regional "en todas las áreas del conocimiento,

profesiones y técnicas, en cuanto capital humano disponible para la comprensión,

asimilación, adecuación, promoción y administración de la realidad socioeconómica,

política y cultural de la Orinoquia, al interior y exterior de la región". 11

Igualmente se

propone la creación del Instituto Orinoquense de Investigaciones que adelante estudios en

tecnología para la producción, ciencias básicas naturales y en áreas socioeconómicas,

políticas y' culturales.

Es indudable que la Oninoquia necesita impulsar la investigación, a corto plazo, en otras

áreas del conocimiento que permitan trazar políticas de desarrollo más acordes con las

necesidades reales.

Las entidades más importantes que actualmente adelantan estudios de investigación en la

Orinoquia son las siguientes:

British Petroleum Exploration

Esta multinacional invierte recursos en programas de beneficio para la comunidad que

habita en cercanías a los sitios de exploración. Las inversiones que ha hecho hasta el

momento han sido en las áreas de desarrollo humano, fortalecimiento institucional,

10

Op. cit. Colciencias, 1994. (:363 - 388). 11

Corpes de Orinoquia. Orinoquia hacia el siglo XXI. Plan de desarrollo regional 1994-2004. S.E., S.L., 1994. (339).

Page 446: Colombia Orinoco

446

desarrollo empresarial, protección ambiental, e infraestructura. Igualmente la BP financia la

granja experimental de "El Alcaraván" localizada en Arauca.

GORMAD - Corporación Orinoquia Mal Drenada

Esta Corporación se constituyó en agosto de 1994 con el apoyo de diversas entidades, entre

ellas el Ica, Corpoica, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, la Universidad de los Llanos,

los Fondos Ganaderos de Arauca y Casanare y Fedearroz. Dentro de los aspectos básicos

que se propone estudiar en la Orinoquia están el del clima, el régimen de lluvias y

humedad, la intensidad y duración del brillo solar, lo mismo que impulsar la divulgación y

mercadeo de los resultados de las investigaciones en la región que posee 27 millones de

hectáreas.

El SINGHI-Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas

Es una corporación civil sin ánimo de lucro, vinculada al Ministerio del Medio Ambiente.

A pesar de que su radio de acción más importante está localizado en la Amazonia, se

incluye entre los Institutos que investigan en la Orinoquia puesto que su acción cubre los

departamentos del Guanía y del Guaviare considerados dentro de la Orinoquia por el

Corpes.12

El Sinchi nació como la Corporación Araracuara y como tal sostuvo con el

gobierno de Holanda un contrato de 1967 a 1990. Debido a la ley de protección del medio

ambiente la Corporación se transformó en el Sinchi. Las áreas de investigación del Instituto

son cuatro: biodiversidad, sistemas de producción, asentamientos humanos y sistemas de

información. El Sinchi completé 20 años de operación en la región.

Orinoquia siglo XXI

Esta fundación privada sin ánimo de lucro fue creada en 1988 y recibió recursos de

Colcultura, y otras entidades hasta 1993. Las áreas de investigación fueron principalmente

en Arquelogía, Historia, Música, Folclor y Cultura. Su directora, María Eugenia Romero

Moreno, es una especialista de la región que ha publicado diversas obras sobre la

Orinoquia. Esta fundación cuenta con un Centro de Documentación y mantiene colecciones

etnográficas itinerantes.

El Instituto de Investigaciones para la Orinoquia colombiana de la

Universidad Tecnológica de los Llanos Orientales

Este Instituto fue creado en 1987 pero sólo hasta 1993 comenzó a realizar una labor

significativo. En la actualidad existen 36 investigaciones adelantadas por profesores de la

12

Los datos sobre las entidades que realizan investigación en la Orinoquia han sido tomados de un trabajo de consultoría que el Instituto SER realizó para el Corpes en los años 96 y 97. Instituto SER de Investigación. Propuesta para la creación del Instituto Orinoquense de Ciencia, Tecnología y Formación Avanzada. Mimeo.

Page 447: Colombia Orinoco

447

Universidad y cofinanciadas por otras entidades. La gran mayoría de estas investigaciones

estén motivadas por la necesidad de los profesores de cumplir con uno de los requisitos de

ascenso en el escalafón.

La Universidad posee una granja experimental y una estación piscícola para los estudiantes

de Ciencias Agropecuarias, que son utilizadas para la realización de algunos proyectos de

investigación.

El Instituto de Investigaciones publica, con el apoyo de la Universidad, tres revistas

científicas en las cuales se dan a conocer los resultados de las investigaciones. Estas

revistas son: Orinoquia, revista científica del Instituto de Investigaciones para la Orinoquia

Colombiana; Experiencias y reflexiones en salud, revista de la Facultad en Ciencias de la

Salud, y Revista M.V.Z., de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la

Universidad de los Llanos.

CORPOICA- Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria

Corpoica es una entidad conocida ampliamente en la región. La sede de Villavicencio tiene

también a su cargo las granjas experimentales de La Libertad y Canimagua,

respectivamente, con una extensión de 1.350 y 27.000 hectáreas. Un 70% de las

investigaciones realizadas por la Corporación se hacen por petición de los interesados y se

llevan a cabo en las fincas o instalaciones de los agricultores y empresarios que las

solicitan.

Recientemente se formulé el Plan Estratégico de Investigación que definió cuatro áreas: el

programa agrícola; el pecuario, el de transferencia de tecnología el de sistemas de

producción (cultivos anuales, perennes economía campesina y sistemas agropastoriles). Se

busca que los proyectos que se adelanten en cada una de las áreas definidas tengan el

componente de transferencia de tecnología que ha sido una de las debilidades que se

quieren superar en las investigaciones por venir.

Las instalaciones de la granja La Libertad poseen una infraestructura bastante completa que

comprende desde las maquinarias necesarias para las labores de campo hasta sofisticados

laboratorios de fitopatología, entomología, fisiología y reproducción. Se cuenta con un

personal de 35 investigadores, la mitad de los cuales poseen título de posgrado. Por otro

lado, la Corporación cuenta con un programa de pasantías, de seis meses de duración,

establecido con varias universidades del país. Los proyectos de investigación se desarrollan

al interior de grupos interdisciplinarios que buscan dar soluciones de manera integral a los

problemas planteados en sus trabajos.

La investigación y el medio ambiente

Page 448: Colombia Orinoco

448

La Orinoquia ha pasado a engrosar el número de regiones que con una idea equivocada de

desarrollo han ocasionado graves daños a sus ecosistemas, deteriorando sus recursos

naturales, incrementado los niveles de contaminación, erosionando sus culturas,

subestimando el conocimiento local y en general alejándose del verdadero sentido de

desarrollo: el hombre como ser integral de la naturaleza, como parte de un todo, como

ser de un universo cósmico en equilibrio.13

En la región no sólo se está dando una pérdida del conocimiento de algunas culturas

indígenas ancestrales sobre el medio ambiente y su relación con el uso de la tierra, sino

también de destrucción de la biodiversidad y de los recursos genéticos, de los suelos y las

aguas, lo cual causa sedimentación en los cauces con desbordes e inundaciones, que

ocasionan una disminución de los suelos y aguas y de la lluvia por la deforestación.

Es prioritario entonces, emprender un estudio integral que dé cuenta de las formas en que la

naturaleza y el hombre puedan volver a encontrar un equilibrio, antes de que el proceso

actual de destrucción se torne irreversible. Esta responsabilidad también nos compete a

nivel internacional, puesto que es necesario preservar unas de las faunas y floras más ricas,

y algunas especies únicas en el mundo.

Tomar conciencia de la importancia de estos estudios pasa por hacer un análisis diferente

de la historia de la región "... la historia de las sociedades, al girar en tomo al manejo de sus

territorios y recursos, es también la historia de las formas como esas sociedades se han

apropiado de los mismos, los han transformado y desarrollado. La valoración que hoy se ha

generalizado sobre los llamados conocimientos o saberes tradicionales en tomo al

aprovechamiento humano de los recursos naturales (etnobotánica, etnozoología, medicinas

étnicas, etc.),no es cosa distinta que el reconocimiento de la validez que tienen estos

conocimientos como resultado de la observación, la experimentación y la generalización

sobre las propiedades de esos recursos‖. 14

Esta área del conocimiento está en mora de asumirse en la región de manera integral,

aprovechando al máximo toda la riqueza de los saberes tradicionales que por siglos han

interactuado con el medio de manera armónica.

La situación de la investigación en la Orinoquia, hasta aquí descrita, ha avanzado muy poco

en los casi 3 años que han transcurrido después del estudio que efectuó la Misión Regional

de la Orinoquia. En algunos casos incluso ha desmejorado, como en el del Centro

Experimental de Carimagua que perdió el principal aporte económico que lo sostenía, el del

CIAT, sumiéndolo en una crisis muy difícil de resolver.

13

Colciencias.”Misión Regional de Ciencia y Tecnología Orinoquia”. En: Ciencias y regiones. La construcción de un país. Ediciones Antropos, Santa fe de Bogotá, 1994. (:351). 14

Darío Fajardo. “Orinoquia: Colonización, frontera y estructuración territorial”. En este mismo libro, 1998.

Page 449: Colombia Orinoco

449

Fernando Urbina

LA EDUCACIÓN EN LA ORINOQUIA

El desarrollo de la Ciencia y la Tecnología va de la mano con el de la educación y

capacitación del recurso humano; son dos caras de una misma moneda. Los éxitos y las

carencias de la educación se ven reflejados necesariamente en los comportamientos y

resultados dé la investigación.

La orientación que actualmente se le da a la formación educativa universitaria deja mucho

que desear, ya que desde hace tiempo no responde a las necesidades de la sociedad actual.

Galileo decía acertadamente: ―Mi ciencia se discute en las plazas públicas; desgraciada la

época en que la ciencia ya no sea tema en los mercados‖. Esa época ―desgraciada‖ se puede

sentir en Colombia pues lamentablemente la ciencia ha sido, sólo en contadas ocasiones,

tema de los ―mercados y plazas públicas‖, es decir, de las universidades de la época

moderna.

En el sentido del pensamiento de Galileo, la universidad debería ser el centro cultural más

importante de la ciudad y la aldea; de donde irradien la ciencia, los conocimientos, las artes,

los experimentos y atesore y circule por sus cátedras las llamadas medicinas alternativas,

las creencias y tradiciones y los saberes intuitivos. Para esto es importante profundizar y en

muchos casos establecer un diálogo de saberes que requiere publicaciones, intercambios de

maestros y conferencistas, concursos diversos y una adquisición y utilización intensiva de

los medios de comunicación.15

En la Orinoquia, por ejemplo, se debería estudiar en profundidad la gran sabiduría que

poseen las comunidades indígenas y establecer un diálogo de saberes con ellos, diálogo que

15

Misión Nacional para la modernización de la universidad pública. Informe final. Mimeo, Bogota, 1995. (:8.9).”- Los datos que utilizamos en esta parte del documento han sido extraidos del análisis realizado por Claudia Bahamón para el Corpes de la Orinoquia en el documento Información estadística sobre la educación superior en la Orinoquia de 1997.

Page 450: Colombia Orinoco

450

seguramente enriquecería entre otras cosas nuestra visión del mundo, la interacción del

hombre con la naturaleza y las formas de relacionarnos con nuestro cuerpo en procura de

un mayor equilibrio interno y externo.

La falta de una educación orientada a formar investigadores se deja sentir con más fuerza

aún, debido a lo extenso y aislado del territorio. El acceso a la educación, a pesar de

haberse aumentado considerablemente los centros educativos, deja todavía mucho que

desear en cuanto a su calidad. Los profesionales egresados de la región, están en la gran

mayoría de los casos en desventaja frente a la competencia de los egresados de otras

universidades del país. Es común encontrar en los más diversos oficios, como secretarias,

recepcionistas y taxistas a personas que poseen títulos universitarios en Psicología,

Administración de Empresas y otros, que por no haber podido conseguir trabajo en el área

de su especialización se ven obligados a emplearse en cualquier cosa.

El panorama de la situación de la educación superior en la Orinoquia nos muestra algunos

datos sorprendentes, en cifras que son poco conocidos. Actualmente se ofrecen en la

Orinoquia un total de noventa carreras en diversas instituciones de educación superior.

Entre los años 91 a 97 se han abierto en el Meta 12 centros educativos, 3 en el Vaupés, 6 en

el Vichada, 11 en Arauca, 9 en Casanare, 7 en Guanía y 5 en Guaviare. Las modalidades

que se ofrecen son la presencial, semipresencial y a distancia; algunos de ellos sólo ofrecen

esta última.

La modalidad semipresencial se ha convertido en la favorita de los estudiantes que hacen

cursos de posgrado, así tenemos que de 104 estudiantes que hacían posgrado en la

modalidad presencial en 1994 y ningún estudiante en la semipresencial, se pasó en el 97 a

tener 672 estudiantes en la modalidad semipresencial y ninguno en la presencial.

Al nivel de pregrado las carreras que cuentan con mayor número de estudiantes en la

modalidad presencial son Administración Financiera con 1.823 estudiantes; Administración

Pública y Municipal con 1.928 estudiantes; Administración de Empresas y Agroindustria

con 2.666 estudiantes; Agronomía con 1.645 estudiantes; Contaduría Pública con 3.079

estudiantes; Derecho con 1.671 estudiantes; Ingeniería de Sistemas con 1.337 estudiantes;

Licenciatura Básica Primaria con 1.159; Licenciatura en Producción Agrícola con 1.150 y

Medicina Veterinaria con 1.623 estudiantes.

Según estos datos, aparentemente la región podré contar con un número suficiente de

especialistas que por lo menos al nivel de pregrado colaborarán en los procesos de descen-

tralización que se originaron en el país a partir de la Constitución del 91. Además, podemos

observar que las carreras que han sido tradicionales (Agronomía y Medicina Veterinaria) en

la región y que están de acuerdo con la productividad de la misma, siguen teniendo la

preferencia dentro del estudiantado. Sin embargo, es preocupante ver que las Ciencias

Sociales y Humanas siguen a la zaga en una región en la que cada vez se hace

Page 451: Colombia Orinoco

451

imprescindible contar con antropólogos, sociólogos, economistas, semiólogos, geógrafos e

historiadores que den cuenta de los fenómenos sociales que deben estudiarse en

profundidad.

Entre los posgrados que cuentan con mayor número de estudiantes están Gerencia en

Servicios de Salud con 215; Gestión de la Planificación Urbana con 148; Gestión Pública

con 141; Maestría en Administración con 123 y Derechos Humanos con 76.

El aumento de los estudios de posgrado no se ve reflejado en los proyectos de investigación

que obtienen financiación de Colciencias en las convocatorias nacionales, aunque sí se

percibe a nivel regional en donde se pasó de no tener ningún proyecto aprobado en las

convocatorias nacionales de Colciencias de los años 94 y 95, a lograr dos en ciencias

agropecuarias y uno en educación en el 96. En las convocatorias regionales que impulsa la

Comisión Regional de Ciencia y Tecnología se pasó de 14 propuestas en el año 95 a 46 en

el 97. La gran mayoría de estas propuestas adolecen de un manejo mínimo de las técnicas y

herramientas de investigación, pero reflejan un creciente interés por su ejercicio. En las

becas que Colciencias otorga anualmente para realizar maestrías y doctorados en el

exterior, la Orinoquia no ha obtenido ninguna. ¿Será este fenómeno el reflejo de una

formación académica deficiente o un desinterés por los cursos de formación en el exterior?

A nuestro parecer puede tratarse de una combinación de los dos factores puesto que en

general el llanero, el que ha nacido y ha sido criado en la región, es bastante pegado al

terruño y es posible que por la misma razón hayan tenido tanta acogida los cursos de

posgrado que actualmente se ofrecen, y porque económicamente resulta más accesible

estudiar en el sitio donde habita la familia. Por otro lado, la evidente baja calidad de la

formación educativa elimina a los posibles participantes antes de haberse presentado a

concurso.

El manguaré, primera forma de

comunicación en la Orinoquia.

Lámina de Gumilla en su libro El

Orinoco llustrado

Page 452: Colombia Orinoco

452

LA EDUCACIÓN Y EL FUTURO DE LA REGIÓN

El análisis de los datos de la situación de la educación superior en la Orinoquia nos lleva a

plantearnos una serie de interrogantes sobre el futuro de los profesionales que están

egresando cada año con un título universitario. Existe en el momento una amplitud de

ofertas educativas que sorprenden en una región que tradicionalmente ha estado aislada de

los avances educativos e investigativos del centro y otras regiones del país. Es innegable

que los empresarios dedicados al negocio de la educación han visto en la región una yeta

rica para explotar y por ende influenciar con las variadas ofertas que se encuentran en el

mercado. Lamentablemente esas ofertas no han tenido en cuenta la necesidad de formar

profesionales en áreas que como las Ciencias Sociales y Humanas carecen de personal

calificado que asuma los estudios urgentes que la región necesita.

Es importante que las universidades e instituciones que ofrecen estudios de educación

superior planeen las carreras, hacia el futuro, de acuerdo a las necesidades reales de la

región, mejorando la calidad de los programas y la formación de investigadores en las áreas

que reclama con urgencia la Orinoquia, como: manejo del medio ambiente, educación

ambiental, las diferentes variedades de las ciencias sociales, informática y todos los nuevos

avances de la comunicación, etc.

Si se continúa con la tendencia actual se obtendrá como resultado profesionales frustrados

que han gastado tiempo, dinero y energía capacitándose en áreas que se irán saturando

progresivamente, con el agravante de contar con pocas ofertas de trabajo disponibles,

aumentando con ello el subempleo y las posibilidades de generar más violencia ante la

carencia de oportunidades laborales y de un mejor nivel de vida.

La otra posibilidad, mucho más positiva, es que el alto número de estudiantes egresados de

los diferentes posgrados en la región sean un factor de presión para que se establezcan, en

corto tiempo, centros de investigación de alto nivel que ofrezcan maestrías y dados para

formar la ―inteligencia de la región‖ que esta os en mora de crear. Por lo demás una política

de este tenor atraería a una parte del estudiantado que tradicionalmente se educa en Bogotá

hacia Villavicencio, constituyéndose en una ciudad estudiantil alternativa con la

infraestructura y el capital humano necesarios para la docencia y la investigación. Para ello

también es urgente pensar en mejorar la calidad de las carreras y posgrados que existen en

la actualidad.

La región y en especial Villavicencio por su cercanía a la capital del país, con la nueva

carretera que quedará a tan solo hora y media, reune las condiciones para convertirse en

ciudad estudiantil alternativa a Santa fe de Bogotá, como ya se dijo. Es muy probable que

esta haya sido una de las razones que han movido a universidades como los Andes, la

Javeriana y la Nacional (que abrió la sede Arauca en noviembre de este año). entre otras, a

estudiar la posibilidad de abrir subsedes en la región.

Page 453: Colombia Orinoco

453

La planificación seria y organizada será la única arma con la que se podrá evitar en un

futuro muy cercano, cuando la carretera Bogotá-Villavicencio esté terminada, que la puerta

de entrada al Llano se convierta en un centro turístico para fines de semana de los

bogotanos con todas las secuelas que ello implica.

Page 454: Colombia Orinoco

LOS AUTORES

AUGUSTO J. GÓMEZ L.

Antropólogo, Universidad del Cauca. Maestría en Historia Andina de FLACSO. Docente

investigador, Universidad Nacional-Leticia. Publicaciones recientes sobre Amazonia y

Orinoquia: Indios, colonos y conflictos. 1870-1970; La economía extractiva en la

Amazonia colombiana, 1850-1930 (en coautoría con Camilo Domínguez); Obras completas

de la Comisión Corográfica: el territorio del Caquetá (en coautoría con Guido Barona y

Camilo Domínguez).

CAMILO DOMÍNGUEZ

Doctor en Geografía Humana, Universidad de Sao Paulé, Brasil. Profesor de Geografía

Política y Geografía del Amazozias en el Departamento de Geografía y en el Instituto

Amazónico de Investigaciones (IMANI) de la Universidad Nacional. Autor de varios libros

y numerosos artículos sobre las temáticas amazónicas y orinoquenses.

CARMEN GALEANO

Economista, Universidad Autónoma Latinoamericana. especialista en evaluación

socioeconómica de proyectos. Asesora del CORPES Orinoquia en formulación y

evaluación de proyectos departamentales y municipales y seguimiento a la inversión

nacional. Participó en el diagnóstico del plan. regional de desarrollo de la Orinoquia, en la

elaboración de presupuestos de proyectos sociales y en el estudio de factibilidad para la

implementación de empresas rentables. Coordinó el manejo de las relaciones

interinstitucionales con entidades internacionales de cooperación para el desarrollo.

DARÍO FARDO MONTAÑA

Antropólogo, Universidad. Nacional de Colombia, Master in Arts, Historia de América

Latiúa, Universidad de California en Berkeley. Profesor asociado, Facultad de Ciencias

Económicas, Universidad Nacional. Consultor, Instituto Interamericano de Cooperación

para la Agricultura-IICA; Autor de: El régimen de la encomienda en la Provincia de Vélez,

1968; Violencia y desarrollo, 1978; Haciendas campesinos y políticas agrarias en

Colombia, 1993; Colonización y estrategias de desarrollo, 1997, entre otros.

Page 455: Colombia Orinoco

455

GUIDO BARONA B.

Historiador. Profesor, universidades del Cauca y del Valle. Autor de: Legitimidad y

sujeción; Los paradigmas de la "invención" de América; La maldición de Midas en una

región del mundo, colonial; Popayán 1730-1830; editor y comentarista (junto con Cámilo

Domínguez y Augusto Gómez) de la Geografía Física y Política de la Confederación

Granadina: estado del Cauca, territorio del Caquetá, en: Obras Completas de la Comisión

Corográfica.

HÉCTOR PUBLIO PÉREZ

Historiador. Maestría en Investigación y Docencia de la UPTC-Tutija. Ha trabajado la

historia de la Orinoquia; director de la revistá Caribabare que contiene varios de sus

artículos. Autor de: La participación de Casanare en la guerra de independencia, 1809-

1819; y La hacienda Caribabare: Estructura y relaciones de mercado, 1,767-18 10.

HILDA LUCÍA DÍAZ G.

Filología e Idiomas, Universidad Nacional. Master en Ciencias del Lenguaje de la

Universidad Autónoma de Puebla, México. Doctorado en Antropología Social y Etnología

de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Dirigió el proyecto de

creación del Instituto Orinoquense de Ciencia, Tecnología y Formación Avanzada,

Villavicencio.

INÉS CAVELIER DE FERRERO

Arqueóloga con postgrado en palinología. Miembro directivo de la Fundación Erigaie.

Tesis: Contrapunteo Llanero, Departamento de Antropología, Universidad de los Andes,

Bogotá, 1983. Coautora, con Santiago Mora: Ámbito y ocupaciones tempranas, de la

América tropical; "Resultados preliminares de una prospección en el piedemonte llanero,

Departamento del Meta"; Maguaré; "Guayupes y Achaguas: siglo XVI", en: Los Llanos,

una historia sin fronteras.

ORLANDO RANGEL

Page 456: Colombia Orinoco

456

Doctor en Biología (Ph.D.), Universidad de Amsterdam. Profesor Asociado, Instituto de

Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, del cual fue Director. Más de 100 artículos

científicos publicados. Entre sus libros: Ecología de los páramos andinos, una visión

preliminar integrada; Vegetación y ambiente en tres gradientes montañosos de Colombia;

Colombia, diversidad biótica 1 y II; Glosario fitoecológico de las Américas, Vol.I: América

del Sur: países hispanoparlantes.

JOAQUÍN MOLANO B.

Magister Scientiae en Ecología Tropical. Candidato a Doctor en Ecología Tropical.

Director, Universidad Nacional-Arauca. Autor de: Estudio biogeográfico del páramo de

Guerrero, 1983; Villa de Leiva, una catástrofe ecológica, 1990; "Paisajes de la alta montaña

ecuatorial" y "Problemática ambiental del páramo andino", en: El páramo, ecosistema de

alta montaña, Serie Montañas Tropoandinas, Vols. 1, 2: 995-96;"Paisajes de Villa de

Leyva", en: Villa de Leyva: Huella de los siglos,1986.

JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ

Biólogo, Universidad Nacional. Autor de varios libros y artículos sobre fauna y parques

nacionales. En prensa: Los loros de Colombia. Director Científico de Conservación

Internacional - Colombia.

LEONEL PÉREZ B.

Sociólogo, Magister en Ciencia Política del Instituto Tecnológico de Massachussetts.

Profesor universitario. Director del CORPES Orinoquia. Investigador y funcionario en

programas orinoquenses, especialmente en el campo de la planificación. Autor de: Los

planes de desarrollo en la Orinoquia y la Amazonia, 1986; La ruta de los libertadores, 1997;

Multinacionales, Estado y petróleo, 1998.

MARÍA EUGENIA ROMERO MORENO

Antropóloga, postgrado en la Universidad de Southern Illinois. Investigadora y directora de

programas en "Orinoquia Siglo XXI". Ha participado en programas de investigación y

seguimiento de proyectos sociales en nutrición y salud. Autora de varios libros y

numerosos artículos sobre la Orinoquia.

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MARIO MEJÍA GUTIÉRREZ

Agrónomo, Universidad Nacional-Palmira. Profesor de economía agrícola y problemas del

desarrollo U.N.-P.. Ha publicado más de una docena de libros y numerosos artículos sobre

Orinoquia y Amazonia.

ORLANDO AGUILAR G.

Economista. Estudios de Maestrfa en Planeación Urbano-Regional, Universidad Nacional-

Medellín. Asesor del CORPES Orinoquia. Autor de: "Los asentamientos del Área de

Manejo Especial de la Macarena, AMEM", en: Orinoquia la Región, 1997; Región

Orinoquía Visión monográfica, CORPES Orinoquia, 1996; "La Reforma y la Morfología

urbano regional", en: Revista Universidad Nacional de Colombia, 1993; "Las finanzas

públicas en el Estado de Antioquia", OIKOS, 1988.

THOMAS R. DEFLER

Ph.D. en Zoología (con énfasis en ecología y comportamiento animal, principalmente

primates) de la Universidad de Colorado. Estableció la Estación Biológica Caparú en el

Vaupés donde lleva 15 años de investigaciones sobre primates. Profesor Asociado del

IMANI (Instituto Amazónico de Investigaciones de la Universidad Nacional). Ha publicado

numerosos artículos sobre primates y conservación. En prensa: Primates de Colombia:

Historia natural y conservación, español e inglés, ilustrado por Sara B. Defler.