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BOLETÍN ENERO – FEBRERO 2002

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BOLETÍN ENERO – FEBRERO 2002

001 EFECTO DEL NIVEL DE PROTEÍNA DE LA DIETA PREPARTO SOBRE EL RENDIMIENTO DE VACAS PRIMÍPARAS Y MULTÍPARAS DE RAZA HOLSTEIN

002 EFECTO DE LA SUPLEMENTACIÓN DE ENERGÍA SOBRE LA UTILIZACIÓN DE NITRÓGENO EN VACAS LECHERAS EN LACTACIÓN ALIMENTADAS CON ENSILADO DE HIERBA

003 EFECTOS DE LA SUPLEMENTACIÓN PROTEICA SOBRE LA UTILIZACIÓN DE NITRÓGENO EN VACAS LECHERAS EN LACTACIÓN ALIMENTADAS CON ENSILADO DE HIERBA.

004 RESIDUOS ANTIBIÓTICOS: PERCEPCIÓN VS REALIDAD

005 CUERPOS CETÓNICOS EN LECHE Y SANGRE DE VACAS LECHERAS: RELACIÓN ENTRE LAS CONCENTRACIONES Y UTILIZACIÓN PARA LA DETECCIÓN DE CETOSIS SUBCLÍNICAS

006 FORMULACIÓN DE SUPLEMENTOS Y SUSTITUTOS DE CALOSTRO Y ADQUISICIÓN DE INMUNIDAD PASIVA EN TERNEROS NEONATOS

007 FRACASO REPRODUCTIVO EN VACUNO LECHERO DE ALTA PRODUCCIÓN: ¿CUÁNDO ACABARÁ?

008 YEYUNITIS HEMORRÁGICA DE LA VACA LECHERA. ¿UNA ENFERMEDAD EMERGENTE?

009 COMPLEJO DE MALFORMACIONES VERTEBRALES: UN NUEVO SÍNDROME TERATOLÓGICO RECIENTEMENTE DESCRITO EN EL GANADO VACUNO

EFECTO DEL NIVEL DE PROTEÍNA DE LA DIETA PREPARTO SOBRE EL RENDIMIENTO DE VACAS PRIMÍPARAS Y MULTÍPARAS DE RAZA HOLSTEIN

J.E.P. Santos, E. J. DePeters, P. W. Jardon, y J. T.HuberJ. Dairy Sci. (2001) 84: 213-224Traducido y resumido por: Silvia Gargallo (Universidad Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

La nutrición de las vacas lecheras en el preparto puede tener un gran impacto sobre la salud durante las primeras fases del postparto y sobre la producción de leche. La disminución de la ingestión de materia seca (IMS) durante las últimas semanas de gestación puede comprometer el balance de nutrientes y la producción postparto. Por ello, es necesario ajustar la concentración de nutrientes de la ración para asegurar un aporte adecuado y minimizar los posibles desórdenes metabólicos durante el período de transición que va desde el momento inmediatamente anterior al parto hasta varias semanas después.Desde la publicación del NRC (1989) se han destinado varios estudios a la determinación de los requerimientos de proteína bruta (PB) y proteína no degradable en el rumen (PNDR) de la vaca lechera a final de gestación. La mayoría de estos estudios no encontraron beneficios en la adición de mayores niveles de PB y PNDR en el preparto sobre el rendimiento postparto. No obstante, estos trabajos no consideraron la calidad de la fuente de PNDR ni el número de partos de los animales como factores influyentes en los resultados.La mayoría de investigaciones que se han realizado acerca del efecto de la nutrición proteica preparto sobre la producción, han utilizado sólo vacas multíparas. En consecuencia, el objetivo de este estudio fue comparar los efectos del incremento del nivel de PB preparto, mediante la suplementación con fuentes de PNDR al final de la gestación, sobre la producción, metabolitos en sangre y actividad ovárica de vacas Holstein primíparas y multíparas.

Materiales y métodos

Se utilizaron 106 vacas Holstein en preparto, que se asignaron al azar a dos tratamientos con el fin de evaluar los efectos de dos niveles de PB en la dieta preparto sobre la producción postparto durante una lactación completa (53 vacas por tratamiento). Los tratamientos consistían en un nivel moderado de PB (MP; 12.7 % PB, 36 % PNDR) y un nivel alto (HP; 14.7 % PB, 40 % PNDR). El nivel de PB de la dieta HP se incrementó añadiendo una mezcla a base de proteínas de animales marinos (APB) a un 3.4 % sobre el total de MS de la ración. Las dos raciones fueron formuladas de manera que cumplieran o excedieran los requerimientos del NRC (1989) para una vaca en preparto con un peso de 650 kg. Ya que durante las últimas semanas de gestación los requerimientos en nutrientes aumentan a la vez que la IMS disminuye, los tratamientos empezaron 32d antes de la fecha de parto esperada para cada vaca y se mantuvieron hasta el día del parto para asegurar que todas las vacas recibieran la dieta experimental durante las 3 últimas semanas de gestación. Tras el parto, todas las vacas recibieron la misma ración y el mismo manejo. Los datos de producción se anotaron durante toda la lactación (285 DEL), pero los datos de incidencia de enfermedades, parámetros reproductivos y condición corporal (CC) sólo se tomaron durante los primeros 120 DEL, 150 DEL y 150 DEL respectivamente.Durante el período preparto se tomaron muestras semanales de las raciones y de sus ingredientes, para determinar su composición. En el postparto sólo se analizaron muestras mensualmente. El contenido en PNDR se calculó a partir de los valores del NRC (1989) para los ingredientes de la ración y a partir de publicaciones previas para el suplemento APB.Durante el período preparto, las vacas se alojaron separadas en dos instalaciones abiertas, donde eran alimentadas en grupo en función del tratamiento. Durante el postparto, las vacas primíparas y multíparas fueron alojadas en la misma instalación, aunque separadas por una barrera divisoria. Las raciones se administraban una y dos veces al día en el período pre- y postparto respectivamente, sin restricción de la ingestión. El ordeño se realizaba cada día a las 0300 y a las 1500 h, y se anotaba la producción. Una vez al mes se tomaban muestras de leche de dos ordeños consecutivos para analizar su contenido en células somáticas (CCS), grasa y proteína.También, dos veces a la semana durante el preparto y en los días 2, 5, 15 y 30 postparto se tomaron muestras de sangre de la vena o arteria coccígea. El plasma de las muestras fue separado y congelado hasta su posterior análisis. A partir del plasma se analizó el contenido en ácidos grasos no esterificados (NEFA), beta-hidroxibutirato (BHBA) y glucosa. Todas las muestras se analizaron por triplicado. El diagnóstico de cetosis subclínica se consideraba si el nivel de BHBA era superior a 10 mg/dl.La CC de las vacas se midió en dos días consecutivos al inicio del tratamiento y en la semana 22 postparto, y una vez a la semana durante el experimento.Se eligieron al azar 40 bloques de vacas, de las que se tomaron muestras de calostro en el primer ordeño postparto. Estas muestras se sometieron al análisis de PB, sólidos totales, cenizas e IgG total.Empezando el día 10 tras el parto, se escaneó el tracto reproductivo de cada vaca dos veces a la semana hasta el día 45 postparto (10 ecografías/vaca) utilizando un transductor rectal de 5.0 MHz. Se consideraba el día de involución total del útero cuando este volvía a su posición en la cavidad pélvica y no se observaba ningún contenido en los cuernos uterinos. Los ovarios se escanearon para identificar y medir el tamaño de los folículos, para verificar la presencia y medir el área del cuerpo lúteo (CL), y para detectar estructuras quísticas. Se consideraba que una vaca tenía un quiste ovárico, si el ovario presentaba una estructura redonda, de pared delgada, generalmente anecoica, con un antro superior a 25 mm de diámetro, durante dos ecografías consecutivas en ausencia de un CL. Según su diámetro los folículos se clasificaron en: clase I, de 3 a 5 mm; clase II, de 6 a 9 mm; clase III, iguales o mayores a 10 mm. También se monitorizó la aparición de la primera ovulación tras el parto y el número de ovulaciones múltiples. La aparición del estro se detectaba mediante observación diaria de los animales, y la inseminación artificial (IA) se realizaba tras un período de espera voluntaria tras el parto de 45 días. La gestación se detectaba mediante ecografía 28 o 30 días tras la IA y se confirmaba quince días después mediante palpación rectal. Las vacas que no quedaban gestantes recibían una inyección i.m. de 25 mg de PGF2a y eran inseminadas cuando se les detectaba el estro.Los rechazos de alimento se pesaban antes de administrar la ración, a la misma hora en ambos tratamientos. La IMS durante el preparto fue similar para ambos grupos (HP y MP). Las vacas parían en las instalaciones de preparto, e inmediatamente eran ordeñadas y trasladadas a la instalación de postparto.El diseño del experimento fue un diseño de bloques completamente al azar. Las vacas multíparas se agruparon en bloques según la producción de leche equivalente a 305 d de la lactación previa, equilibradas según el número de lactación y después asignadas al azar a uno de los dos tratamientos. Las primíparas se agruparon según la edad y fecha esperada de parto, y se asignaron al azar a uno de los dos tratamientos. Los datos se analizaron mediante el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS.

Resultados y discusión

Producción de leche

El incremento de la PB en el preparto de 12.7 a 14.7 % produjo un aumento significativo de la producción de leche durante los primeros 120 DEL (P < 0.03), debido principalmente a un incremento en la producción de leche en las vacas primíparas. El rendimiento de las vacas multíparas en las primeras fases de la lactación no se vio afectado por la concentración de proteína durante el preparto, siendo los valores medios (por día) de producción de leche, leche corregida en grasa, grasa y proteína en leche de 42.9 kg, 41.4 kg, 1395 g y 1290 g, respectivamente. Por el contrario, las vacas primíparas alimentadas con la dieta HP produjeron (por día) 2.0 kg más de leche, 3.1 kg más de leche corregida en grasa al 3.5 %, 140 g más de grasa en la leche, y 57 g más de proteína en la leche que las alimentadas con la dieta MP durante los primeros 120 DEL. Estas diferencias en el efecto del nivel de proteína preparto sobre la producción lechera de vacas primíparas y multíparas, podrían ser asociadas a los mayores requerimientos de proteína para el crecimiento y a la menor IMS en proporción al peso del animal en las vacas primíparas respecto a las multíparas.Cuando se analizaron los datos de la lactación entera (285 DEL), se observó que en vacas multíparas alimentadas con la dieta HP disminuía en 1.8 kg/día la producción de leche corregida en grasa. También en estos animales se observó un descenso en la producción de leche equivalente a 305 días. Estos descensos en la producción se asociaron a una menor persistencia de la lactación en vacas multíparas alimentadas con dieta HP. No obstante, las vacas primíparas que recibieron la dieta HP tuvieron una producción de leche equivalente a 305 días superior a la de las primíparas con tratamiento MP. La concentración de proteína en la leche durante la lactación completa no resultó afectada por la concentración de proteína en la dieta preparto, mientras que la producción de grasa y proteína en leche no varió debido al tratamiento en las primíparas, pero disminuyó en las multíparas con dieta HP. Estos datos sugieren que las vacas primíparas y multíparas responden de manera diferente ante la concentración de proteína de la dieta preparto, y que mientras en las primíparas algunos de los beneficios de la dieta HP observados durante los primeros 120 DEL se mantienen durante toda la lactación, en las multíparas no se observa ninguna ventaja al administrar una dieta preparto con más de 12.7 % PB.El CCS no resultó alterado por las dietas preparto, y se mantuvo bajo a lo largo de la lactación para ambos tratamientos, aunque las vacas primíparas presentaron menor CCS que las multíparas.

Composición del calostro, metabolitos en sangre y CC

La composición en nutrientes del calostro no se vio afectada por las dietas preparto. El contenido total en sólidos del calostro de las vacas multíparas alimentadas con la dieta HP tendió a disminuir, mientras que en las primíparas tendió a aumentar (P < 0.14). El nivel de IgG del calostro de vacas multíparas, con una media de 6037 mg/dl, no varió a causa del nivel de proteína preparto. En las vacas primíparas, tanto en las alimentadas con la dieta MP como en las que recibían la HP, la composición del calostro fue similar. Sin embargo, la concentración de nutrientes del calostro de las primíparas fue superior a la de las multíparas.En cuanto a metabolitos plasmáticos, sólo se observaron pequeños cambios durante el preparto. No se detectó ningún impacto de la dieta preparto sobre la concentración plasmática de glucosa ni en las primíparas ni en las multíparas. Las concentraciones plasmáticas de NEFA en el preparto tendieron a aumentar en vacas alimentadas con la dieta HP (P < 0.09), en gran parte debido a un aumento en las primíparas. No obstante, durante el postparto no se observó ningún efecto de la dieta preparto sobre la concentración plasmática de NEFA en ninguno de los grupos de animales. La concentración de BHBA tendió a ser baja durante el preparto en las primíparas y multíparas alimentadas con la dieta HP. Este efecto podría ser debido a que el mayor aporte de aminoácidos de la dieta HP podría haber favorecido la oxidación completa de los ácidos grasos y reducido la cetogénesis en el hígado.Ni la CC media ni los cambios de CC durante el pre- y postparto, fueron afectados por los tratamientos dietéticos de primíparas y multíparas. Ya que la CC refleja las reservas energéticas del animal, estos datos sugieren que la alimentación durante el preparto con dietas más densas en proteína no tuvo impacto sobre la pérdida de reservas corporales durante las últimas 4 semanas de gestación y las primeras 21 semanas de lactación.

Parámetros reproductivos, actividad ovárica e incidencia de enfermedades

La mayoría de parámetros reproductivos no se vieron afectados por el nivel de proteína preparto. La media de DEL hasta la detección del primer CL fue de 30.1 d. La involución uterina completa tendió a reducirse en las vacas alimentadas con dieta HP (P < 0.13), pero los días hasta la detección del primer estro y los días hasta la primera IA no variaron a causa de la dieta preparto. Tampoco se observó ningún efecto sobre la media de días abiertos ni en primíparas ni en multíparas. Las tasas de concepción a la primera IA y de gestación a los 150 DEL, no difirieron entre las vacas que recibían dieta HP y las alimentadas con MP. No obstante, trabajos previos realizados con menos animales, detectaron una disminución en el número de servicios por concepción en vacas primíparas alimentadas con niveles altos de proteína durante el preparto.Las vacas alimentadas con dieta HP presentaron menos folículos de tipo I (P < 0.01), pero no se observó ningún efecto de la dieta preparto sobre el número de folículos de los tipos II y III. La población folicular total tendió a incrementar en las vacas con dieta MP (P < 0.06). Las primíparas alimentadas con HP y las multíparas alimentadas con MP tuvieron mayor número de folículos de gran tamaño. Los folículos grandes, más estrogénicos, podrían aumentar la inmunidad uterina, promover la involución uterina y acelerar el retorno de la actividad ovárica postparto. Aun así, los DEL hasta el primer CL, los DEL hasta la detección del primer estro postparto y los DEL hasta la involución uterina, no variaron en función del nivel de proteína de la dieta preparto.La incidencia de quistes ováricos no difirió entre tratamientos, tanto en primíparas como en multíparas, y todos ellos aparecieron antes de la primera ovulación postparto. La incidencia de ovulaciones dobles durante los primeros 45 DEL no quedó afectada por el tratamiento preparto. Aunque se observó una tendencia en las multíparas de una mayor incidencia de ovulaciones dobles, no se detectó ninguna interacción entre tratamiento y número de parto. Es posible que la mayor producción de leche de las multíparas determinara estos resultados, ya que la incidencia de ovulaciones dobles parece estar afectada por el nivel de producción.La incidencia de retención de membranas fetales, piometra, fiebre de la leche, mamitis y cetosis subclínica fue similar entre tratamientos. No se observó interacción entre tratamiento y número de parto para ninguna de estas enfermedades.

Conclusiones

El aumento de la PB y PNDR de la dieta mediante una mezcla APB durante las últimas 4 semanas de gestación, mejoró el rendimiento lechero de las vacas durante los primeros 120 DEL, pero el efecto se asoció a un incremento en la producción de las vacas primíparas y no de las multíparas. Los datos de la lactación completa sugieren que los efectos positivos de un nivel de proteína preparto superior al 12.7 % sobre la producción, difieren entre vacas primíparas y multíparas. Las multíparas alimentadas con dieta HP produjeron menos leche, leche corregida en grasa, grasa y proteína en la leche, y tuvieron menor producción estandarizada a 305-d. Por el contrario, la producción de las primíparas se vio favorecida por la administración de dieta HP durante el preparto. La composición de la leche y del calostro, los parámetros metabólicos y reproductivos, y la CC no quedaron afectados por un mayor nivel de proteína en el preparto. Estos datos sugieren que las vacas primíparas y multíparas podrían tener diferentes requerimientos de proteína durante las últimas fases de la gestación. Los resultados indican que las primíparas requieren una dieta con más del 12.7 % de PB durante las 4 últimas semanas de gestación. No obstante, como se ha visto en estudios previos, el incremento del nivel de PB por encima del 12.7 % sobre el total de MS de la ración, podría no ser beneficioso para las vacas multíparas.

EFECTO DE LA SUPLEMENTACIÓN DE ENERGÍA SOBRE LA UTILIZACIÓN DE NITRÓGENO EN VACAS LECHERAS EN LACTACIÓN ALIMENTADAS CON ENSILADO DE HIERBA.

A.R. Castillo, E. Kebreab, D.E. Beever, J.H. Barbi, J.D.Sutton, H.C. Kirby, and J. FranceJ.Anim. Sci. 2001. 79:240-246 - Traducido y resumido por: Silvia Gargallo (Universidad Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

La eficiencia de utilización del nitrógeno dietario en vacas es generalmente baja y esto es debido seguramente a la mala utilización del N en el rumen. Un factor importante en la síntesis de proteína microbiana es la disponibilidad de sustratos energéticos. Teóricamente, los concentrados energéticos que contengan varios carbohidratos con diferentes ritmos de degradación en el rumen, deberían ser más eficientes que los concentrados simples en la captura del N degradado en el rumen a partir de forrajes de alta calidad. No obstante, algunos estudios afirman que la mejora del grado de sincronización entre la liberación de energía y nitrógeno en el rumen no incrementa necesariamente el rendimiento microbiano.Una gran proporción del N ingerido es excretado por orina y heces, pudiendo suponer más de un 70% del consumo diario de N. La contaminación ambiental con N en forma de amoníaco y nitratos se considera un problema potencial en todo el mundo. El manejo de la nutrición podría ser una vía efectiva para incrementar la utilización de N y disminuir su excreción en vacas lecheras.El objetivo de este estudio fue considerar la utilización de N en vacas lecheras en lactación alimentadas con una proporción significativa de ensilado de hierba, así como establecer de qué manera se puede mejorar la eficiencia de utilización de N mediante una suplementación estratégica de la dieta. La intención del estudio fue también considerar las consecuencias medioambientales derivadas de la excesiva excreción de N por las vacas.

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento se llevó a cabo en el Centre for Dairy Research (CEDAR) de la Universidad de Reading. Se utilizaron seis vacas multíparas de raza Holstein-Friesian desde el inicio hasta la mitad de la lactación. Las dietas eran a base de ensilado de ryegrass de primer corte (Lolium perenne) preparado sin aditivos y administrado con cuatro alimentos concentrados. Cada día se administraban a cada vaca 7 kg de concentrado en pellets sobre el ensilado de hierba (10 kg) en dos veces y en base a materia seca (MS). Las raciones totales ofrecidas eran isoenergéticas en cuanto a energía metabolizable y basadas en una predicción de la ingestión de materia seca (IMS) de 17 kg/día (AFRC, 1993), con un total de 600 g/kg de IMS procedentes del ensilado de hierba. En el caso que las vacas consumieran más que la IMS predicha, se les ofrecía un 10% más de ensilado y concentrado.Las cuatro mezclas de concentrados (como tratamientos) se formularon utilizando diferentes fuentes de carbohidratos para aportar diferentes ritmos o cantidades de carbohidratos disponibles en el rumen. Los tratamientos fueron: elevado nivel de fibra (HFND), maíz como fuente de almidón de baja degradabilidad (LDS), cebada como fuente de almidón de elevada degradabilidad (HDS) y azúcares solubles (SS). Estos cuatro suplementos fueron formulados para contener 160 g PB/kg MS. Se realizaron cuatro períodos experimentales, en cada uno de los cuales se dedicaban las semanas de la 1 a la 3 para adaptación a la dieta y para determinar la IMS diaria y producción de leche. En la semana 4 (semana de muestreo y balance de N) se recogían durante 6 días la orina y las heces totales, además de medir la ingestión de alimento, los rechazos y la producción de leche. Las muestras de alimento, heces y orina se almacenaron congeladas y fueron secadas a 60ºC para su posterior análisis.Se estimó la degradabilidad de la proteína y materia seca de las raciones experimentales usando la técnica in situ.Las muestras de ensilado, leche, orina y heces fueron descongeladas para determinar su contenido en N total. Después, todas las muestras, excepto las de orina y leche, se secaron durante 96 h a 60ºC y fueron molidas a 1-mm antes de su análisis. Se determinó nitrógeno total, fibra neutro detergente (FND) del ensilado, contenido en almidón y extracto etéreo de los concentrados, materia orgánica (MO), así como los carbohidratos solubles de los alimentos. También se analizó el contenido en lactosa, grasa y proteína de las muestras de leche.Los datos se analizaron estadísticamente con el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS.

RESULTADOS

Composición del alimento:La composición química del forraje, incluyendo las estimaciones de la degradabilidad in situ, indicó una moderada calidad del ensilado, con bajo contenido en PB y elevada FND. Debido a esto, el contenido proteico de las dietas (media de 143 g PB/kg MS) fue menor que el esperado.El índice de degradación de MS de los concentrados varió de 0,06/h en el suplemento LDS hasta 0,12/h en el SS, con valores intermedios para HNDF y HDS. En la degradabilidad de la PB se observó un rango desde 0,08 (SS) hasta 0,18/h (HDS).

Ingestión de MS Y MO:Las ingestiones de MS fueron similares en todos los tratamientos. Los rechazos sólo contenían ensilado de hierba y estaban libres de concentrados. La digestibilidad de MS fue mayor para los tratamientos LDS y HDS. La menor digestibilidad de MS en los concentrados HNDF Y SS se asocia a un mayor contenido en FND y cenizas comparado con otros concentrados. No se encontraron diferencias en la digestibilidad de la MO. La ingestión de MO fue mayor en HDS y LDS en comparación a SS, siendo HNDF intermedio, en gran parte debido a diferencias en el contenido en MO de los concentrados.

Producción y Composición de la Leche:La producción de leche no se vió alterada por el tipo de concentrado, con una media de 19,9 kg/d. Tampoco afectó el tratamiento al contenido en grasa y lactosa de la leche, aunque sí hubieron diferencias en el contenido en proteína. Las concentraciones de proteína fueron mayores en los tratamientos basados en almidón, con una media de 32,9 g proteína/kg leche, y disminuyeron a 30,9 y 30,0 g/kg en los tratamientos a base de azúcares solubles y fibra respectivamente.

Balance de Nitrógeno:No se observaron diferencias significativas en la excreción total de N en heces ni en las secreciones en leche, pero las cantidades de N total excretadas por la orina fueron afectadas por el tratamiento (Tabla 1). El suplemento basado en almidón de alta degradabilidad (HDS) presentó una excreción de N en orina un 30 % superior a la de otros tratamientos. La menor proporción de N dietario en orina se obtuvo con el tratamiento LDS, aunque los suplementos HNDF y SS también dieron niveles bajos que no diferían significativamente del LDS.

Tabla 1. Balance de N

Tratamientoa

Unidad

HNDF

LDS

HDS

SS

SEM

Ingestión de N, g/d

345

341

369

365

6.21

Excreción de N, g/d

Heces

112

137

125

140

7.75

Orina

95.8x

86.7x

134.0y

96.5x

6.77

Leche

98.4

102.1

99.3

95.2

3.61

Balance de N

47.9

15.0

9.9

33.8

16.0

Excreción de N, g/kg N ingerido

Heces

317

400

340

382

18.8

Orina

270xy

254x

366y

261x

19.2

Leche

278

300

269

261

13.2

Balance de N

133.0

45.6

24.0

95.1

47.3

a Los tratamientos eran concentrados a base de elevados niveles de NDF (HNDF), almidón de baja degradabilidad (LDS), almidón de elevada degradabilidad (HDS), y azúcares solubles (SS).x,yDentro de la misma fila, las medias con diferente superíndice son diferentes (P < 0.05).

CONCLUSIÓN

En vacas lecheras es posible mejorar la utilización de N mediante la disminución de la ingestión de N en dietas equilibradas. La cantidad y forma de excreción de N puede ser manipulada cambiando la fuente de energía del concentrado, sin efectos sobre la producción o calidad de la leche. Específicamente, los suplementos con una elevada proporción de almidón de baja degradabilidad disminuyeron la excreción de N urinario, probablemente por un incremento en la excreción de N fecal. Con una menor absorción de N, la eficiencia de utilización de N sería mayor y disminuiría la cantidad de N excretado con la orina.

EFECTOS DE LA SUPLEMENTACIÓN PROTEICA SOBRE LA UTILIZACIÓN DE NITRÓGENO EN VACAS LECHERAS EN LACTACIÓN ALIMENTADAS CON ENSILADO DE HIERBA.

A. R. Castillo, E. Kebreab, D.E. Beever, J. H. Barbi, J. D. Sutton, H. C. Kirby, J. FranceJ.Anim. Sci. 2001. 79:247-253 - Traducido y resumido por: Silvia Gargallo (Universidad Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

Aunque la proteína de la hierba fresca es utilizada eficientemente, el proceso de ensilado puede afectar negativamente a su calidad. Por consiguiente, se ha incrementado el uso de suplementos proteicos para mejorar la producción de leche, particularmente la concentración de proteína en la leche. No obstante, aumentando simplemente la concentración de proteína de la ración lo que se obtiene es una disminución de la eficiencia de utilización de la proteína.Se ha mostrado un gran interés en la suplementación de fuentes de proteína de baja degradabilidad para mejorar la disponibilidad de aminoácidos (AA). Sin embargo, la respuesta de producción a la suplementación con proteína no degradable en el rumen (PND) no ha permitido sacar conclusiones.El nitrógeno consumido por encima de las necesidades se excreta a través de la orina y las heces, contribuyendo a la contaminación medioambiental. Se estima que una vaca de 650 kg excreta 116 kg N/año, de los cuales un 12% podría ser debido a la volatilización de amoníaco.El objetivo de este trabajo fue examinar los efectos de varios concentrados isoenergéticos, con dos niveles de concentración proteica a tres niveles de degradabilidad, sobre la utilización de N y producción de leche de vacas alimentadas a base de ensilado de hierba. Con niveles bajos de proteína, se espera que la proteína degradable en el rumen (PD) sea limitante, lo que incrementaría el paso de urea de la sangre al rumen y reduciría el N de la orina. Con niveles altos de PD, una mayor cantidad de N será absorbida en forma de amoníaco o se desaminarán más AA, incrementando así la excreción de N a través de la orina. Además este estudio pretendía considerar aspectos medioambientales en cuanto a forma y cantidad de N excretado.

MATERIALES Y MÉTODOS

El experimento se desarrolló en el Centre for Dairy Research de la Universidad de Reading. Se utilizaron seis vacas Holstein-Friesian desde el inicio hasta la mitad de la lactación. El peso medio inicial era de 620 (± 56) kg.Las dietas eran a base de ensilado de ryegrass de primer corte (Lolium perenne) preparado sin aditivos y administrado con cuatro alimentos concentrados. Cada día se administraban a cada vaca 7 kg de concentrado en pellets sobre el ensilado de hierba (10 kg) en dos veces y en base a materia seca (MS). Las raciones totales ofrecidas eran isoenergéticas en cuanto a energía metabolizable y basadas en una predicción de la ingestión de materia seca (IMS) de 17 kg/día (AFRC, 1993), con un total de 600 g/kg de IMS procedentes del ensilado de hierba. En el caso que las vacas consumieran más que la IMS predicha, se les ofrecía un 10% más de ensilado y concentrado.Los concentrados (como tratamientos) fueron formulados para aportar 210 y 290 gPB/kg MS para el nivel bajo de proteína y el nivel alto respectivamente, con tres degradabilidades para cada nivel (elevada = H, media = M y baja = L). Para ello, los suplementos fueron formulados con diferentes proporciones de harina de soja como proteína de elevada degradabilidad y una soja tratada con formaldehído (Sopralin) como fuente de proteína de baja degradabilidad.Se realizaron cuatro períodos experimentales, en los cuales las semanas 1 a la 3 fueron utilizadas para adaptación a la dieta y determinación de la ingestión y la producción de leche. Durante la semana 4 se comprobó si existían diferencias entre tratamientos en cuanto a ingestión o producción y composición de la leche, y la semana 5 se destinó a medir el balance de N total. Para ello se tomaron muestras de leche, alimento, heces y orina, que se almacenaron congeladas hasta su posterior análisis (Castillo y col., 2001).

Los datos fueron analizados mediante el procedimiento GLM del paquete estadístico SAS.

RESULTADOS

Composición del alimentoLos análisis químicos del ensilado de hierba indicaron que se trataba de un forraje relativamente maduro con baja concentración de proteína (123 g/kg MS).Las concentraciones proteicas de los suplementos fueron similares a las esperadas (210 y 290 g PB/kg MS). No obstante el contenido en FND incrementó a medida que disminuía la degradabilidad de la proteína, en parte debido a la mayor cantidad de proteína insoluble. El almidón y los carbohidratos solubles representaban una media de 515 y 424 g/kg MS respectivamente para cada nivel de proteína.Los valores de degradabilidad de la proteína de los concentrados fueron 642, 516 y 383 g/kg PB para los niveles H, M y L respectivamente.

Ingestión de alimentoEl incremento del nivel de proteína o el cambio de degradabilidad de los suplementos no supuso ningún cambio en la IMS del ensilado (10,6 kg/día) ni en la IMS total (17,9 kg/día). La digestibilidad total de la MS fue elevada (762 g/kg MS) y no sufrió variaciones debidas al tratamiento. Así, se estimó que la concentración media de PB fue de 159 y 190 gPB/kg MS para las dietas de bajo y elevado contenido en proteína respectivamente.

Producción y composición de la lecheLa administración de niveles elevados de proteína no afectó significativamente a la producción de leche ni a la composición o producción de grasa, proteína y lactosa. De la misma forma, la degradabilidad de la proteína no tuvo efecto sobre la producción y composición de la leche. No se observaron interacciones significativas entre nivel y degradabilidad de proteína.

Balance de NAunque hubo un efecto significativo del nivel de proteína sobre la ingestión de N, con una media de 100 g/día de diferencia entre niveles, aparentemente no se observaron diferencias en la excreción de N por heces y por leche. La degradabilidad de la proteína tampoco tuvo efectos sobre la salida de N con las heces o con la leche. No obstante, hubo un efecto notable tanto del nivel como de la degradabilidad de la proteína sobre la excreción urinaria de N. Además, se detectó una interacción entre el nivel y la degradabilidad de la proteína, de manera que la excreción de N en orina aumentaba a medida que se incrementaba la degradabilidad, siendo este aumento mayor en las dietas con elevado contenido en proteína. Una concentración baja de proteína (150 g/kg MS) y un nivel medio-bajo de degradabilidad dieron como resultado una reducción significativa de la excreción de N sin comprometer el rendimiento lechero (media de 24,8 kg/día), en términos de producción y composición.Finalmente, se observó que con un aporte diario de N inferior a 400 g, la principal forma de excreción era en forma de N fecal, mientras que a medida que la ingestión crecía por encima de este nivel incrementaba de forma exponencial la excreción de N urinario.

CONCLUSIÓNES

Una disminución de la concentración de proteína redujo de forma sustancial la excreción de N urinario sin comprometer el rendimiento lechero. Las dietas con fuentes proteicas de baja degradabilidad también redujeron la salida de N por orina con pequeños cambios en la producción de leche. La forma de excreción del N es importante desde el punto de vista medioambiental. Con dietas bajas en proteína se consigue una mayor eficiencia de utilización de N, siendo las heces la principal vía de expulsión. A medida que la ingestión de N supera los 400 g/día aumenta de forma exponencial la excreción de N urinario. Más del 70% del N que excede los requerimientos del animal es expulsado en forma de orina, contribuyendo a las emisiones de amoníaco que contaminan el medio ambiente. Hay que considerar estos resultados de acuerdo al impacto medioambiental de la excreción fecal o urinaria de N y a las posibilidades de manipular estos procesos.

RESIDUOS ANTIBIÓTICOS: PERCEPCIÓN VS REALIDAD

Gary D. Neubauer, DVM. Co-Chair Minnesota Milk Residue Task force.The Bovine Practitioner- NO. 32. 1 - Traducido por: Marta Busquet Solé, Universidad Autónoma de Barcelona.

INTRODUCCIÓN

Actualmente los residuos antibióticos son un tema preocupante para nuestras ganaderías. Todos tenemos más o menos claro de cómo y porqué pueden aparecer, pero en realidad nos preguntamos si existe riesgo aunque se esté haciendo un buen uso, o sólo son el resultado de un manejo indebido. Este articulo esta dirigido a aclarar algunas de las dudas que se plantean al administrar estos antibióticos a nuestros animales.

PREVENCIÓN DE LOS RESIDUOS PROHIBIDOS, PROTECCIÓN DE LA LECHE

Todos aquellos involucrados en la producción de derivados de la leche tienen la responsabilidad de evitar su posible adulteración. Así, tanto los ganaderos, como los veterinarios, y las industrias, juegan un papel fundamental.

Hoy en día, gracias a programas educacionales realizados en todos los sectores, y a los grandes avances tecnológicos, la detección de residuos en los productos alimenticios ha disminuido en gran medida. Aún así, la mayoría de los consumidores siguen considerando este tipo de sustancias como muy peligrosas para la salud.

La publicidad contraria, junto al sensacionalismo, han contribuido a dejar serias dudas en los consumidores sobre la compra de posibles productos contaminados. Como resultado, grupos activos de consumidores y políticos, entre otros, se han involucrado enormemente en el establecimiento de una policía pública para preservar la seguridad alimentaría. Desafortunadamente, la sociedad en general es poco consciente de cuan complicado resulta para el ganadero solucionar este tema.

Como resultado de todo esto, ganaderos y veterinarios se plantean dos opciones: regularse a sí mismos con estándares sensibles, o dejar que la legislación imponga sus reglas.

Se ha estimado que los residuos representan un coste de 10 millones de dólares para la industria láctea estadounidense, no sólo por el coste de los productos contaminados, sino también por la mala publicidad realizada. Así pues, resulta necesario que los productores puedan asegurar la inocuidad y pureza de sus productos, y esto puede hacerse si sabemos como prevenir la aparición de residuos ya desde un principio.

TESTS INAPROPIADOS PARA ANIMALES INDIVIDUALES

Para prevenir residuos inadecuados en la leche, la solución más lógica seria realizar análisis apropiados de forma individual para cada animal. Desafortunadamente, esto no es tan sencillo. Estudios realizados en Estados Unidos demuestran que muchos de estos tests son de poca fiabilidad científica, que en muchos casos obligan a rechazar una leche que está en perfecto estado y que sólo representan un coste más para el ganadero.

Los antibióticos aprobados para el uso en vacas productoras de leche son extremadamente seguros si son utilizados siguiendo las indicaciones del prospecto. Además, desde las administraciones se imponen unas normas muy estrictas a las empresas farmacéuticas para comercializar con este tipo de productos. El cumplimiento de estas normas es mucho más seguro que cualquier test que se pueda realizar posteriormente en la leche.

ANÁLISIS DEL TANQUE, NO DE LA VACA

Claramente, hoy en día, los ganaderos tienen incentivos importantes para asegurarse que la leche que producen no esté contaminada con residuos prohibidos. Pero la psicosis creada alrededor del uso de este tipo de productos, ha provocado que los ganaderos dejen de tratar problemas como la mastitis, y otras enfermedades bacterianas, por miedo a que los residuos antibióticos puedan aparecer en la leche.

En la mayoría de los casos, las vacas con más riesgo de contaminación de la leche son: 1) vacas secas tratadas recientemente, 2) vacas secas tratadas recientemente que paren antes de lo previsto; y 3) vacas tratadas durante el período de lactación.

Una vaca seca tratada con un producto antibiótico suele tener entre 10.000 y 100.000 partes por billón (ppb) o más de residuo en la leche. Una vaca con un período corto de secado tendrá un rango entre 100 y 1.000 ppb, dependiendo de la duración del período de secado. Una vaca seca con un período de secado de duración suficiente tendrá de 0 a 100 ppb en el momento de la lactación.

Para vacas lactantes, la leche recogida durante el tratamiento podrá tener entre 10.000 y 100.000 ppb del producto, mientras que al final del tratamiento volverá a marcar unos niveles de 0 a 100 ppb. Los animales con un rango entre 0 y 100 ppb se consideran libres de residuos, y no contaminan la leche del tanque. Las vacas con niveles entre 10.000 y 100.000 fácilmente podrán contaminar todo el contenido del tanque.

Nunca se hará análisis a aquellos animales secos recientemente tratados o a los que se encuentran en media lactación, puesto que esta leche nunca debería llegar al tanque.

En vez de realizar los test al final de la lactación de forma individual para cada animal, los productores deberían analizar la leche de sus tanques, antes de enviarla a la central lechera, con un test igual o equivalente al que se realiza en la industria. Si el análisis da positivo debería realizarse de nuevo en la industria, y si se confirma, la leche debería ser rechazada. Este sistema permite al ganadero detectar la leche contaminada antes de que sea transportada y contamine el tanque del camión. Si tenemos en cuenta los miles de dólares que puede ahorrarse el ganadero si no tiene que pagar por otro tanque, el dinero invertido para realizar estos análisis en la granja es muy poco.

Como última opción, antes de adquirir lo tests, los productores deberían evaluar el coste derivado de realizarlos en cada tanque.

 

PROBLEMAS DERIVADOS DE LA APARICIÓN DE RESIDUOS PROHIBIDOS EN LA LECHE

En la mayoría de los casos, los residuos encontrados en la leche, o en sus derivados, son debidos a errores cometidos en la granja.

Las causas principales de la adulteración de la leche suelen ser el resultado del ordeño por error de ciertos animales de la granja, como por ejemplo:

- Vacas secas recientemente tratadas que son ordeñadas accidentalmente.- Vacas tratadas con antibiótico que no han finalizado su tiempo de espera.- Vacas que paren antes de lo previsto, con un período de secado corto.

Estos animales tienen niveles de antibiótico lo suficientemente altos como para provocar la adulteración de grandes volúmenes de leche. Si se da el caso, se recomienda seguir los siguientes pasos:

- Hacer un inventario de todos los productos farmacéuticos utilizados en la granja, incluyendo los tratamientos durante el período de secado, los realizados para la mastitis durante la lactación, los antibióticos inyectables y todo tipo de sustancias de uso terapéutico.- Revisar los registros de todas las vacas lactantes tratadas y la duración de los períodos de secado de las vacas que han parido recientemente.- Hablar con los cuidadores que ordeñaron las vacas en el momento que se produjo la contaminación.- Averiguar si algún animal en período de secado podría haber sido ordeñado accidentalmente.- Inspeccionar todos los equipos de ordeño para asegurarse que la leche de las vacas tratadas no está almacenándose en el tanque junto a la leche no contaminada. Debemos tener en cuenta, que aunque sea poca la cantidad de leche con residuos adicionada ya puede contaminar todo el tanque.

La mejor manera, pues, de evitar la contaminación es la prevención.

CUERPOS CETÓNICOS EN LECHE Y SANGRE DE VACAS LECHERAS: RELACIÓN ENTRE LAS CONCENTRACIONES Y UTILIZACIÓN PARA LA DETECCIÓN DE CETOSIS SUBCLÍNICAS

F. Enjalbert, M.C. Nicot, C. Bayourthe, y R. MoncoulonJ. Dairy Sci. 84:583-589 (2001) - Traducido por: Marta Busquet Solé, (Universidad Autónoma de Barcelona).

INTRODUCCIÓN

La cetosis es una enfermedad común en las vacas lecheras de alta producción. Normalmente, se produce como consecuencia del balance energético negativo que se establece al principio de la lactación, aproximadamente a los 2 meses postparto. Aunque algunas veces, la cetosis, no presenta sintomatología clínica, esta puede repercutir en la producción de leche y la reproducción, y suele verse asociada a incrementos en los casos de desplazamiento hacia la izquierda del abomaso, y/o a disminuciones de la inmunidad.

Debido a su gran repercusión económica, la detección de vacas con cetosis subclínica se hace cada vez más necesaria, ya sea para el tratamiento individual del animal o para la realización de mejoras en la dieta.

Tanto la cetosis clínica como la subclínica, consisten en un incremento de las concentraciones de los cuerpos cetónicos en los tejidos y la leche de las vacas. Como método para su detección se ha utilizado frecuentemente la medición de BHBA en sangre (>1200 µmol/L). Pero este es un método difícil de aplicar para los ganaderos, de ahí la aparición de tests semicuantitativos (determinación de BHBA en leche) que permiten obtener un resultado inmediato.

Los objetivos del presente estudio fueron: 1) investigar la relación entre las concentraciones de acetona (Ac), acetoacetato (AcAc), y BHBA en sangre y leche, 2) asegurar la fiabilidad de las concentraciones de BHBA obtenidas mediante un test semicuantitativo, el test Ketolac strip, y 3) proponer valores ajustados para la detección de la cetosis subclínica, utilizando la medición de las concentraciones en sangre y leche de Ac, AcAc y BHBA, o de BHBA en leche mediante el test Ketolac.

MATERIALES Y MÉTODOS

Animales

Para la realización del estudio se utilizaron 60 vacas Holstein, 40 de las cuales pertenecían a una estación experimental, y las 20 restantes a un rebaño comercial con alta prevalencia de cetosis. La mayor parte de los animales se encontraban entre la 2ª y 4ª lactación (no se utilizaron vacas primíparas). Todas las dietas administradas tenían como base ensilado de maíz.

Los análisis se realizaron: entre las 2 y 4 semanas postparto, en la estación experimental, y en el rebaño comercial a todos los animales que se encontraban por debajo de las 6 semanas postparto. Se consideraron como positivas verdaderas, de cetosis subclínica, las vacas con concentraciones de BHBA en sangre superiores a los 1200 µmol/L. A estos animales se les realizó otro muestreo, a los 3 días posteriores, para confirmar el diagnóstico.

La recogida de muestras de sangre (vena coccígea) y leche (incluyendo el test Ketolac) se realizó durante el ordeño de la tarde.

Para el test Ketolac los resultados se clasificaron como: de 0 a 49, de 50 a 99, de 100 a 199, de 200 a 499, y de >500 según la concentración LBHBA (leche) en mmol/L.

Tabla 1. Concentraciones de los cuerpos cetónicos (mmol/L) en sangre y leche de las vacas negativas verdaderas y positivas verdaderas.

 

Negativas verdaderas (n=101) 1

Positivas verdaderas (n=24) 2

Todas las vacas

MEDIA

SEM

MEDIA

SEM

MEDIA

SEM

Sangre

Ac

177

13

356

40

211

14

AcAc

89

8

236

19

117

9

BHBA

584

27

1719

108

802

50

Leche

Ac

184

11

375

40

220

14

AcAc

40

2

74

5

47

2

BHBA

69

7

231

26

100

9

1Negativas verdaderas: vacas con una concentración BHBA em sangre inferior a 1200 mmol/L2Positivas verdaderas: vacas con una concentración BHBA en sangre superior a 1200 mmol/L

De las 125 muestras de sangre estudiadas, el 19.2% obtuvo un valor superior a 1200 µmol/L de BHBA en sangre, y por tanto, se consideraron positivas a la cetosis sublclínica (aunque esta muestra no se considera representativa debido al bajo número de animales). Una posible explicación a este resultado podría ser que la mayoría de los análisis se realizaron a las 2 y 3 semanas postparto a animales entre 2-4 lactaciones, condiciones en que la prevalencia de la enfermedad es más elevada.

De los resultados obtenidos, se pudo observar una elevada correlación entre las concentraciones de Ac y AcAc en sangre, a diferencia de la concentración de BHBA, que tuvo una correlación más baja con las dos anteriores.

En el presente estudio, no se encontraron diferencias significativas en la relación SAcAc/SBHBA (concentración en sangre), entre los grupos de animales sanos y los enfermos. Esto es debido al equilibrio de conversión, a nivel metabólico, de AcAc a BHBA, que no se ve afectado por el estado cetonémico del animal.

El rango del coeficiente de correlación entre las determinaciones de los tres tipos de cuerpos cetónicos fue de 0.68 a 0.75.

Las concentraciones de Ac en leche y sangre fueron muy parecidas, con una relación LAc/SAc de 1.04. No se obtuvo una correlación tan elevada para las concentraciones de AcAc y BHBA en sangre y leche, que fueron de 0.40 y 0.12 respectivamente. En estos dos últimos casos, las concentraciones en leche fueron mucho más bajas que las concentraciones en sangre.Estas concentraciones más bajas del AcAc y el BHBA en leche eran de esperar, puesto que el BHBA puede ser utilizado por la glándula mamaria para la síntesis de ácidos grasos y el AcAc suele ser convertido a butirato.

Tabla 2.Concentraciones de BHBA (mmol/L) en leche medidas en 5 rangos diferentes del test Ketolac strip.

Clasificación Ketolac mmol/L

n

Media

SEM

Mínimo

Máximo

0-49

24

26

6

0

134

50-99

41

47

5

0

186

100-199

35

102

9

0

256

200-499

16

222

24

74

438

>500

9

314

41

106

511

Para los resultados obtenidos con el test Ketolac, el rango de valores fue mucho más elevado, ya que se trataba de un test enzimático, y en general tendieron a sobrestimar las concentraciones verdaderas de BHBA en leche (sobretodo en el caso del rango >500µmol/L).

Tabla 3. Mejor valor crítico, sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo (pV+), y valor predictivo negativo (pV-) de los cuerpos cetónicos en sangre y leche, asumiendo que los animales positivos verdaderos fueron aquellos con concentraciones en sangre de BHBA >1200 mmol/L.

 

Mejor valor crítico mmol/L1

Sensibilidad %

Especificidad %

PV+

PV-

Sangre

Ac

175

91.7

68.3

40.7

97.1

AcAc

125

91.7

84.2

57.9

97.7

Leche

Ac

160

91.7

57.4

33.8

96.7

AcAc

50

91.7

73.3

44.9

97.4

BHBA

70

91.7

64.4

37.9

97.0

Ketolac

100-199

95.8

63.4

38.3

98.4

1Mejor valor crítico: concentración límite para decidir si una vaca es positiva, con una sensibilidad por encima del 90%.

En general, para los diferentes métodos de detección de los cuerpos cetónicos, resultó que un aumento en las concentraciones determinadas se traducía en una disminución de la sensibilidad y un aumento de la especificidad del método. La intersección entre las curvas de especificidad y sensibilidad fue más elevada para la medición de AcAc en sangre, lo que indica un buen valor epidemiol ógico y elevados valores predictivos positivos.

Las determinaciones de AcAc en sangre y leche obtuvieron los valores más altos de especificidad y de valor predictivo positivo. El valor crítico de 125 µmol/L para AcAc en sangre, se confirma con las concentraciones observadas en animales sanos, 30 +-10 µmol/L, y de 180 +- 10 µmol/L en vacas con cetosis subclínica. El correspondiente valor de AcAc en leche, 50 µmol/L, es compatible con su valor en sangre y la media de la relación SAcAc/LAcAc observada en el presente estudio.Aunque como método, la determinación de AcAc, es muy fiable, presenta inconvenientes en la recogida de muestras, puesto que necesita una rápida precipitación de las proteínas y las muestras deben ser congeladas.

La utilización de SAc para la evaluación de la cetosis obtuvo una mayor especificidad que la respectiva medición en leche, así pues aún no está claro cual debería ser el valor crítico de esta última.

La determinación de LBHBA para discriminar las vacas cetonémicas demostró ser tan fiable como el SAc. El valor crítico escogido para esta determinación fue de 70 µmol/L.

La determinación de la concentración de LBHBA mediante el test Ketolac strip, con valores críticos entre 100 y 199 µmol/L, obtuvo unos resultados de sensibilidad, especificidad y valores predictivos similares a los obtenidos con los análisis químicos enzimáticos, lo cual confirma la sobreestimación de SBHBA cuando es medido con este test.

CONCLUSIONES

En el presente estudio queda demostrada la existencia de ciertas correlaciones entre las concentraciones en leche y sangre de los diferentes cuerpos cetónicos, y que la determinación semicuantitativa con el test Ketolac strip puede ofrecer resultados de gran utilidad.

Puesto que la cetosis subclínica puede ser debida tanto a factores individuales (nivel de ingesta o producción), como a factores de rebaño (dieta durante el período de secado y al principio de la lactación), la detección individual puede ser realizada mediante la medición cuantitativa o semicuantitativa de los cuerpos cetónicos en sangre y leche. Las vacas positivas deben ser tratadas, y se hará necesaria una corrección de la dieta cuando la prevalencia de vacas afectadas sea elevada.

FORMULACIÓN DE SUPLEMENTOS Y SUSTITUTOS DE CALOSTRO Y ADQUISICIÓN DE INMUNIDAD PASIVA EN TERNEROS NEONATOS

Referencia: J. Dairy Science 84:2059-2065 (2001)Traducción: Aina Rotger Cerdà (Universitat Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

La inmunidad pasiva se adquiere mediante la administración de calostro materno, que contiene una gran cantidad de IgG, a terneros neonatos durante las primeras horas de vida. Desgraciadamente, demasiados estudios indican que la adquisición de inmunidad pasiva es inadecuada en terneros en los Estados Unidos.Un fallo en la adquisición de inmunidad pasiva se puede deber a una baja concentración de IgG en calostros de baja calidad, o por otra parte, a un déficit en la absorción de las inmonuglobulinas por parte del ternero.Los suplementos de calostro constituyen una fuente externa de IgG cuando el calostro materno es de baja calidad, o para reemplazarlo totalmente cuando no es asequible, por problemas de agalactia, mamitis u otras causas.Clásicamente, los suplementos de calostro (CS) se obtienen como derivados de la secreción Láctea (leche o calostro), suero sanguíneo bovino o huevos de pollo. La absorción de IgG de los CS derivados de la secreción láctea ha sido considerada baja en diversos estudios, aunque la causa no haya sido aún esclarecida. Por otra parte, la absorción de Inmunoglobulinas de suplementos derivados de proteínas del suero sanguíneo es alta y muy similar a la del calostro materno.La mayoría de suplementos de calostro proporcionan entre 25 y 45 g de IgG/dosis (suele ser de 454g), para reconstituir en 2 litros de agua. Por eso, administrar una o dos dosis de suplementos no proporcionará la suficiente cantidad de IgG necesaria para asegurar una buena inmunidad pasiva en terneros neonatos. Los especialistas veterinarios recomiendan consumir un mínimo de 100g de IgG durante las primeras 12 horas postparto. Por eso, los reemplazantes del calostro deberían proporcionar un mínimo de 100g de IgG en una forma que sea directamente absorbible por el ternero.El objetivo de este estudio, es comparar la concentración plasmática de IgG y su eficiencia de absorción en terneros alimentados con un suplemento derivado de suero bovino o con concentrados de IgG formulados como reemplazantes.

MATERIALES Y MÉTODOS

Preparación de ingredientes y alimentos del experimentoPara la obtención de suero, se recolectaba sangre de mataderos oficiales que hubiera pasado los controles y fuera considerada apta para el consumo humano. Después se centrifugaba para separar el plasma de los eritrocitos. Posteriormente se eliminaba la fibrina y el suero se filtraba y se secaba hasta conseguir un polvo fino que contenía aproximadamente un 20% de IgG y un 75% de PB. Posteriormente el suero se mezclaba con otros productos hasta conseguir una concentración de IgG del 11% (SC-1) o del 10% en (SC-2)Los reemplazantes del calostro se obtuvieron mediante un concentrado de IgG proveniente del suero (> 50% IgG) obtenido por dos métodos distintos. Ambos concentrados se mezclaron con otros ingredientes hasta formar los reemplazantes CR-1 y CR-2 probados en el experimento 1 y aportando una cantidad de 100 g IgG/ dosis (454 g)En el experimento 2 los reemplazantes CR-4 y CR-3 se prepararon sustituyendo parte de la lactosa por grasa animal o no, respectivamente. Se formularon para aportar 122 g IgG por dosis.Todos los productos se pesaron en dosis de 454 g y se almacenaron a temperatura ambiente.Cada dosis se reconstituía con 1,9 L de agua caliente.

Tabla 1.: Clasificación y composición de los calostros administrados en los experimentos 1 y 2.

 

Experimento 1

Experimento 2

Ingredientes

CS-1

CR-1

CR-2

CS-2

CR-3

CR-4

Suero vacuno

55%

0%

0%

50%

0%

0%

Lactosa

26.5%

25.9%

43.1%

37.5%

37.5%

32.5%

Concentrado Ig (método 1)

0%

55.6%

0%

0%

50%

50%

Concentrado Ig (método 2)

0%

0%

38.4%

0%

0%

0%

Grasa animal

5%

5%

5%

5%

5%

0%

Otros ingredientes

13.5%

13.5%

13.5%

12.5%

12.5%

12.5%

Procedimiento experimental

En los experimentos 1 y 2 se utilizaron 60 y 100 terneros Holstein respectivamente, procedentes de una misma explotación de California. Los terneros se seleccionaban si no presentaban ninguna malformación genética visible o signos de enfermedad. Se separaban de la madre 10 minutos después del parto, se pesaban, identificaban, y se trasladaban a un cubículo individual con una fuente de calor.En el experimento 1, los terneros se asignaron aleatoriamente a uno de los 4 tratamientos siguientes: 3,9 L de calostro materno después de nacer y una segunda toma de 1,9 a 3,9 L 8 horas después; 454 g de CS-1 después de nacer y una segunda toma 8 horas después; 454 g de CR-1 después de nacer; o 454 g de CR-2 después de nacer. En los tratamientos CR-1 y CR-2 no se les dio una segunda toma. Todas las tomas se administraron con biberón.En el experimento 2 los terneros se asignaron aleatoriamente a uno de los 5 tratamientos siguientes: 454 g de CS-2 al nacer y una segunda toma 8 horas después; CR-3 después de nacer, sin una segunda toma; CR-3 después de nacer y una segunda toma a las 8 horas; CR-4 después de nacer, sin una segunda toma; o CR-4 después de nacer una segunda toma a las 8 horas. En este segundo experimento todos los líquidos se administraban vía sonda esofagal.El calostro materno se usó en el primer experimento como control positivo.Se sacaron dos muestras de sangre, después de nacer y a las 24 horas para analizar la concentración plasmática de IgG en los terneros.

RESULTADOS

Experimento 1El peso al nacimiento no se diferenció entre los tratamientos (37,1 Kg de media).La administración de los tres tipos de tratamiento no tuvo ningún efecto observable durante el periodo experimental. La proporción de terneros que no tomaban por si solos el calostro y que tuvieron que ser alimentados por sonda esofágica fue aproximadamente de un 10% y sin ningún efecto del tipo de tratamiento.La concentración plasmática de IgG al nacimiento, no pudo ser medida en todos los terneros por problemas de manejo, pero en los que se analizó fue superior a 0 g/L. Respecto a la concentración plasmática de IgG a las 24 horas sí hubo diferencias significativas entre tratamientos. La concentración plasmática fue superior en el grupo que recibió el calostro materno, por ser un calostro de alta calidad y tener una alta concentración de IgG. También se observó una tendencia a tener una concentración mayor el tratamiento CS-1 respecto a los dos grupos de reemplazantes. Y dentro de los reemplazantes, la concentración fue mayor en el grupo CR-1 respecto al CR-2.La eficiencia aparente de absorción fue menor en el tratamiento con calostro materno.El peso al final del experimento, a los 60 días, no se vio afectado por el tratamiento al igual que el número de tratamientos veterinarios requeridos durante este periodo, que fue inferior a un tratamiento por ternero, indicando un alto nivel de manejo de la explotación.

Experimento 2La concentración plasmática de IgG al nacimiento no se pudo medir en la mayoría de los terneros, por problemas de manejo.La concentración plasmática de IgG a las 24 horas se vio afectada por la cantidad de IgG administrada (gramos/dosis) pero no por la inclusión de grasa en la fórmula. El aumento en la cantidad de IgG consumida, puede ser por un aumento en la concentración o por un aumento en el número de tomas.El ritmo de crecimiento y el número de tratamientos veterinarios requeridos no se vieron afectados por el tratamiento.

DISCUSIÓN

Los resultados de este estudio indican que las IgG derivadas del suero o los concentrados de IgG se absorben igual en terneros neonatos.La fuente de IgG, así como el método de procesamiento puede influir a su posterior absorción y vida media de las IgGs en sangre.Al igual que en otros estudios, la concentración plasmática de IgG en los terneros alimentados con los suplementos obtenidos a partir de secreciones lácteas (CS-1 y CS-2) fue inferior al mínimo requerido para tener una buena inmunidad pasiva, pero su eficiencia de absorción fue marcadamente superior que en otros estudios en donde se evaluaban suplementos a base de secreciones lácteas. La cantidad de IgG aportada por estos suplementos, sería insuficiente para asegurar una buena inmunidad pasiva.El método de fraccionamiento del plasma sanguíneo para obtener los reemplazantes puede afectar a la absorción posterior de las IgG. Si se utiliza polietilenglicol, método ampliamente usado, se reduce considerablemente la concentración plasmática de IgG a las 24 horas. Este descenso puede deberse a una alteración en la absorción, o en su metabolismo.La administración de una segunda toma del reemplazante en el experimento 2, aumentó la concentración plasmática de IgG respecto al grupo de animales que recibió una sola toma. Aunque el incremento debido a esta segunda toma es pequeño, es una estrategia ampliamente usada en las explotaciones para intentar aumentar la inmunidad.La adición de determinados ingredientes como grasa en la formulación de reemplazantes no tuvo ningún efecto negativo en la absorción de IgG, como indica su concentración plasmática y su eficiencia de absorción aparente estimados en el experimento 2. Esto tiene implicaciones importantes en la formulación de reemplazantes. El calostro, además de su función inmunitaria, constituye una importante fuente de calorías. Por eso, los productos incluidos en los reemplazantes deben ser ricos en carbohidratos y grasas. A parte de las calorías, el calostro es una fuente importante de proteínas, vitaminas, minerales, factores de crecimiento y hormonas. Las necesidades en estos componentes todavía se desconocen, y claramente se necesitan estudios para mejorar la composición de los reemplazantes y aumentar la supervivencia de los terneros neonatos.Los terneros que recibieron el calostro materno tuvieron una eficiencia de absorción aparente menor que los que recibieron el suplemento, probablemente debido a la alta cantidad de IgG consumida en este grupo (6 L de calostro de alta calidad). Esta alta cantidad puede maximizar las proteínas intestinales de unión y reducir la eficiencia absorción aparente.El número de intervenciones veterinarias requeridas en los dos experimentos fue muy bajo (0,5-1,1 tratamientos/ternero), indicando el alto nivel de manejo de la explotación.De cualquier manera, el número de terneros con una concentración plasmática de IgG < 10g/L indica una falta de relación entre morbilidad, mortalidad y concentración plasmática de IgG.Los suplementos de calostro producidos en Estados Unidos, están regulados y se exige que produzcan un aumento en la concentración plasmática de IgG en 20 animales neonatos por encima de un mínimo estándar para cada especie. Hasta ahora, ningún suplemento aprobado se ha demostrado que supere estos mínimos. En el experimento 2, la concentración plasmática de IgG excedió el estándar establecido para la especie bovina (10g/L) en terneros que recibieron 122 o 244 g de IgG.Nuestros datos sugieren que la cantidad de IgG administrada y el método de procesamiento son críticos para asegurar una buena transferencia de inmunidad pasiva. Por otra parte, es importante reconocer que los productos que aportan menos de 100g de IgG/dosis no se deberían utilizar como reemplazantes, al ser ineficientes.

CONCLUSIONES

La composición de los sustitutos y reemplazantes del calostro, así como los métodos utilizados para la concentración de las IgG a partir de productos del suero pueden afectar a la posterior absorción de las IgGs.El método de obtención de concentrados usando polietilenglicol, reduce la concentración plasmática de IgG, por un mecanismo aún desconocido.Finalmente, destacar que un aumento en la cantidad de IgG administrada, también constituye un aumento en su concentración plasmática.

FRACASO REPRODUCTIVO EN VACUNO LECHERO DE ALTA PRODUCCIÓN: ¿CUÁNDO ACABARÁ?

Referencia: M. C. Lucy (2001) Reproductive loss in High-Producing Dairy Cattle: When will it end? J. Dairy Science 84: 1277-1293Traducción: Aina Rotger Cerdà (Universitat Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

El rápido progreso en genética y manejo de la ganadería lechera ha conducido a una nueva situación donde un menor número de vacas lecheras cubren las crecientes demandas en leche y productos derivados. Para cubrir las demandas del siglo 21, una vaca estará produciendo individualmente más leche y estará en rebaños muy grandes.La producción de leche de una vaca individual depende de su habilidad para quedarse preñada, ya que la lactación se inicia y se renueva en cada gestación. En un intento de ganar tiempo y eficiencia, las vacas lecheras son inseminadas y preñadas durante la lactación. Gestación y lactación se sobreponen hasta el periodo de secado previo a la siguiente lactación. Por eso, surge la necesidad de establecer la gestación durante lactación. Todas estas mejoras productivas han acarreado una serie de problemas, como es un descenso en fertilidad y eficiencia reproductiva. La causa de esta disminución en la eficiencia reproductiva es probablemente una combinación de factores fisiológicos y de manejo que tiene un efecto aditivo en la eficiencia reproductiva .

ESTADO ACTUAL DE LA SITUACIÓN REPRODUCTIVA EN EL VACUNO LECHERO

La primera cuestión que debemos plantearnos es si realmente existe una disminución en la eficiencia reproductiva. Diversos autores norteamericanos han observado una disminución en la concepción en el primer servicio del 65% en 1951 a un 40% en 1996. También se ha observado una disminución en los índices de concepción tras la inseminación artificial.Descensos en la eficiencia reproductiva no sólo ocurren en Estados Unidos. Se han observado descensos equivalentes en la concepción al primer servicio en Irlanda, Reino Unido y Australia. Las causas de estos problemas reproductivos en Europa y Australia pueden ser distintas de los que afectan a Estados Unidos. Por ejemplo, la rápida adopción de genética procedente de Norte América y el aumento en producción de leche en países donde la alimentación se basa en el pastoreo, la mejora genética adoptada puede no ser la adecuada para este tipo de alimentación y manejo. La extensión de este descenso reproductivo, desgraciadamente, no está bien documentada. Los productores deben hacer un esfuerzo individual para apuntarse a un programa de control de producción, por lo que los datos de estos centros de testage no son una muestra representativa de todas las granjas de Estados Unidos. Este error pone al descubierto una clara necesidad de estudiar a nivel nacional las causas de este descenso reproductivo, con el fin de identificarlas y solventarlas .

¿ES LA MAYOR PRODUCCIÓN DE LECHE LA CAUSA DE ESTE DESCENSO REPRODUCTIVO?

La producción de leche de las vacas de Estados Unidos ha aumentado aproximadamente un 20% en los últimos 10 años. Al mismo tiempo, los índices de eficiencia reproductiva (intervalo entre partos y número de servicios por concepción) han empeorado. A partir de estos datos, clásicamente se ha hecho una asociación intuitiva entre aumento en la producción de leche y problemas reproductivos. Hay un claro efecto antagonista entre estos dos factores, pero los mecanismos no están tan claros. Hay otros factores como son la época de parto o problemas en el postparto, identificados en estudios en Europa y Australia, que tienen consecuencias más negativas sobre los índices reproductivos.Los datos reproductivos de rebaños de diferente nivel de producción también sugieren un efecto casi nulo de la producción de leche en la eficiencia reproductiva. De hecho, los rebaños de alta producción generalmente tienen mayor eficiencia reproductiva. Esta mayor eficiencia puede reflejar una mejor nutrición, mejor estado sanitario y mejor manejo reproductivo. Pero si se compara, dentro de un mismo nivel de producción, los índices reproductivos actuales son considerablemente peores que los de principios de la década de los noventa. Claramente, los factores que aumentan la producción de leche también están provocando un descenso en la eficiencia reproductiva en los rebaños de Estados Unidos.La alta producción de leche no se debería confundir con el efecto del balance energético negativo.Al principio de lactación, las vacas sufren un proceso normal de partición de nutrientes y movilización de tejido adiposo. Si la energía consumida no es suficiente para cubrir las necesidades de mantenimiento y lactación, los animales están en balance energético negativo, con pérdida de peso y descenso en la condición corporal. Sin embargo, los animales de alta producción suelen compensar sus mayores necesidades con una mayor capacidad de ingestión y no son los más afectados por el balance energético negativo.Estudios epidemiológicos sugieren que las enfermedades postparto, como son cetosis, retención de placenta, mamitis... tienen un efecto más negativo sobre la eficiencia reproductiva. Pero estos factores, a diferencia de la alta producción de leche, son mucho más puntuales y afectan a pocos animales del rebaño. Por esto, los efectos de la alta producción de leche sobre la reproducción son más importantes porque en rebaños de alta producción se verán afectados todos los animales de la granja.

OTROS FACTORES QUE PUEDEN EXPLICAR ESTE DESCENSO REPRODUCTIVO EN EL VACUNO LECHERO.

Tamaño del rebaño: en los últimos años, se observa un aumento en el tamaño de los rebaños, como estrategia para aumentar la producción. Un 30% de las vacas en Estados Unidos se encuentran en granjas de más de 500 animales. Los productores aumentan su rendimiento aumentando el número de animales, un 50 % de las vacas que entran son novillas preñadas que parirán y tendrán la primera lactación en la explotación. Diversos estudios han identificado a las novillas de primera lactación como propensas a sufrir fallos en la concepción. Además, las novillas de primera lactación representan un alto porcentaje en el rebaño cuando la tasa de reposición es alta por problemas reproductivos.El aumento del tamaño del rebaño crea un nuevo paradigma para el manejo reproductivo. La detección visual de animales en celo y su posterior inseminación artificial, método clásicamente usado en pequeñas lecherías, tiene poco éxito en este tipo de explotaciones. La detección de celos por métodos diferentes de la observación comportamental (moco vaginal, detectores de movimiento) y la realización de estas tareas por empleados no concienciados, en lugar del propietario, contribuye notablemente al descenso reproductivo. Por todo esto, el aumento del tamaño del rebaño está creando la necesidad de nuevas estrategias de manejo reproductivo.Estado de salud: el alojamiento en estabulación fija juntamente con el manejo de grandes rebaños, aumenta el riesgo de sufrir infecciones mamarias y uterinas, que aumentan el riesgo de padecer infertilidad.Uso de Somatotropina Bobina recombinada (bST): la administración de esta hormona es una práctica frecuente en Estados Unidos para aumentar la producción de leche. Ésta práctica se ha visto asociada con un aumento de los días vacíos y un empeoramiento en los índices reproductivos. Pero su contribución al fracaso reproductivo es modesta. La bST se introdujo en EE.UU. en 1994, cuando los problemas reproductivos ya habían empezado. Por otra parte, en muchos países que también sufren descensos reproductivos, su uso no está autorizado.Además de un aumento en la producción de leche y cambios en el manejo por un aumento en el tamaño del rebaño, hay una larga lista de factores que pueden contribuir a deteriorar la eficacia reproductiva del ganado lechero de EEUU. Por ejemplo, la consanguinidad del ganado Holstein, está alrededor de un 5% y se prevé que aumente en los próximos años con la consiguiente penalización en los índices reproductivos. Otro componente que puede afectar negativamente a la actividad reproductora, es el cambio ambiental experimentado en la última década. El calentamiento global provoca un aumento del fallo reproductivo por estrés por calor.Finalmente, se debería tener en cuenta que la ineficiencia reproductiva en el vacuno lechero puede deberse a una causa, en estos momentos, totalmente desconocida e inesperada. De esta forma, los factores que ahora identificamos como responsables (alta producción de leche, rebaños más grandes...) pueden tener un papel mucho menor comparado con las causas de infertilidad todavía por descubrir.

FISIOLOGÍA REPRODUCTIVA DEL VACUNO LECHERO MODERNO

Intervalo del parto a la primera ovulaciónEn el ganado vacuno moderno, se observa un aumento en este intervalo de aproximadamente 10 días y un aumento en el porcentaje de anestro al inicio de la estación reproductiva. Estudios realizados con vacuno lechero mejorado confirman este retraso. Más aún, identifican una subpoblación con unos intervalos equivalentes a los de los años setenta y otra subpoblación, de unos pocos animales, con unos intervalos muy largos que son los que causan este empeoramiento general.Este retraso se puede explicar parcialmente, por un aumento en el balance energético negativo en el vacuno mejorado. El balance negativo reduce los pulsos de LH en el postparto, y consecuentemente retrasa la actividad ovárica.

EL CICLO ESTRAL

Cuerpo luteo y progesterona:La progesterona es necesaria para mantener la gestación en el vacuno lechero. En los años setenta, se identificó el bajo nivel de alimentación y la pérdida de peso corporal como causantes de un descenso en la concentración de progesterona. De aquí surge la hipótesis de que sea la alta producción de leche la causante de este descenso en la concentración de progesterona y, consecuentemente, de los problemas de infertilidad. Esta hipótesis se contrastó, y efectivamente se estableció un vínculo entre selección genética por producción de leche y descenso en la concentración sanguínea de progesterona.Hay varios mecanismos potencialmente responsables de causar esta disminución en la concentración de progesterona. Se ha observado una disminución en el tamaño del cuerpo luteo en animales de alta producción y podría verse relacionado con una disminución en la secreción de progesterona (medida todavía no determinada). Otro mecanismo podría ser un mayor metabolismo en hígado. Diversos estudios han demostrado un aumento en el metabolismo de la progesterona al aumentar el nivel de alimentación y han llegado a la conclusión de que el vacuno seleccionado tiene una menor concentración de progesterona porque tiene un mayor nivel de ingestión y metabolizan la progesterona a un ritmo mayor.Además de una baja concentración de progesterona, diversos grupos de investigación han identificado una alta proporción de fases luteas anormales en animales mejorados. Esto dificulta la predicción de cuando van a volver a entrar en estro. Este retraso en la luteolisis, o momento en que se rompe el cuerpo luteo pede ser provocada por un descenso en la concentración plasmática de estradiol (el estradiol folicular es un elemento básico para la cascada de la luteolisis).Las largas fases luteas en los animales mejorados, al igual que pasa en vacuno que sufre estrés por calor, puede reflejar un mal estado de salud folicular, lo que reduce la secreción de estradiol y provoca un fallo en la cascada de la luteolisis, que es un mecanismo estradiol dependiente.

Crecimiento folicular y estradiol: Como se ha mencionado anteriormente, es frecuente que el vacuno lechero sufra en el postparto un balance energético negativo y pérdida de peso corporal. Estos fenómenos tienen un efecto negativo sobre el desarrollo folicular. Beam (1995) observó que al estar en balance negativo el folículo dominante necesita más tiempo y un tamaño mayor para alcanzar la concentración de estradiol necesaria para provocar la ovulación. Esto puede llegar a provocar folículos persistentes cuyos ovocitos son menos fértiles que los ovocitos de los folículos de crecimiento rápido.

EXPRESIÓN DEL ESTRO

La detección del celo es un componente esencial de los programas reproductivos. El descenso actual en la eficiencia reproductiva, podría estar asociado con una baja expresión del celo. En ganado vacuno mejorado se ha observado una disminución en la duración y en la intensidad del estro. Por eso, es difícil su identificación si los periodos de observación se limitan a dos veces al día y menos de 30 minutos.Pocas investigaciones han evaluado las causas de la baja expresión del celo. La expresión del celo es muy difícil de estudiar porque depende del animal en sí y de las interacciones sociales establecidas en el rebaño.La producción de leche no parece afectar a la expresión del celo, que sí se ve más afectada por el tipo de suelo e instalaciones en que se encuentran los animales, siendo el menos favorable el suelo de hormigón.

PROBLEMAS OVÁRICOS

El aumento en la producción de leche aumenta el riesgo a padecer quistes ováricos (presentes en un 10% del vacuno en EEUU). Los quistes ováricos, a su vez, son causa de infertilidad.

GESTACIÓN

Calidad del esperma y del ovocitoLa gestación empieza en el momento de unión de un espermatozoide y un ovocito, pero los factores que afecten a la salud de los gametos determinarán la competencia del embrión para desarrollarse.La capacidad para desarrollarse del ovocito viene determinada por el periodo de desarrollo folicular que precede a la ovulación. El estrés por calor es un ejemplo de un factor que actúa durante el desarrollo folicular y cuyos efectos son visibles, con infertilidad, mucho tiempo después.Otros estudios han demostrado que el estado de lactación y el estado energético también influyen a la calidad del ovocito. También se ha observado un efecto negativo de la alta selección genética y la primera lactación sobre la viabilidad de los ovocitos. Todo ello sugiere que la eficiencia reproductiva esta comprometida por la selección genética así como por la primera lactación.Los estudios se centran mucho más en la fisiología de la vaca que no la del toro. No hay evidencias de que se haya producido un descenso en la fertilidad de los toros usados para IA en los últimos 50 años, y el problema del descenso en la eficiencia reproductiva se centra casi exclusivamente en las hembras.

Desarrollo embrionarioClásicamente se habían considerado las reproductoras repetidoras como hembras con dificultades para quedar preñadas. Ahora se sabe que son las que tienen un alto nivel de mortalidad embrionaria.La muerte embrionaria puede ocurrir en dos momentos diferentes; el temprano, justo después de la concepción; o el tardío, en el estado filamentoso.La muerte embrionaria puede sugerir que el útero no es capaz de mantener el desarrollo embrionario o que el embrión es defectuoso. Por estudios de transferencia de embrión cruzada se ha podido demostrar que las vacas repetidoras y posiblemente también las seleccionadas no pueden mantener la gestación porque el ambiente uterino no es el óptimo.El útero puede no ser capaz de sintetizar el Factor de crecimiento embriotrófico. Su concentración puede verse disminuida si la madre tiene una baja condición corporal.

ÁREAS PARA FUTURA INVESTIGACIÓN

Manejo reproductivo aplicadoLa clásica recomendación de las detecciones de celo por observación durante dos periodos diarios de unos 30 minutos cada día y la posterior inseminación artificial debería ser modificada. Los animales se deberían observar durante periodos más largos e inseminarlas a las 6 o 8 horas después de la primera detección del comportamiento de celo. De todas formas, las vacas alojadas exclusivamente en suelo de hormigón tendrán un celo menos intenso y serán más difíciles de detectar.La inseminación artificial programada representa una gran ventaja, porque los animales son inseminados sin una detección previa del celo. Pero para asegurar un porcentaje de éxito aceptable se necesitan programas hormonales de sincronización del desarrollo folicular y de la ovulación. Inyecciones regulares de PGF2a son un buen método de sincronización, pero aún así, hay más de un 50% de fallos después de la primera inseminación, normalmente por muerte embrionaria. El segundo celo, en estos animales repetidores es mucho más difícil de predecir, porque no es regular y los métodos hormonales de sincronización del segundo celo son más complicados, al haber en el rebaño animales preñados y animales vacíos.

EFECTOS METABÓLICOS DE LA LACTACIÓN EN LA REPRODUCCIÓN

Los estudios se han centrado en vacas de alta producción, pero los animales de producción moderada también tienen problemas reproductivos. Por eso, en el ganado lechero hay un efecto general de la lactación en la capacidad reproductiva. El parto y la subsiguiente lactación llevan a una disminución el la capacidad de concepción. Se deberían definir las señales metabólicas y endocrinas que causan una disminución en la capacidad de concepción.Se han estudiado los picos hormonales que determinan la ovulación y el establecimiento de la gestación, y aunque todos tienen un papel y un efecto notable no se ha podido identificar el responsable del problema.

ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LOS ÍNDICES REPRODUCTIVOS EN EL VACUNO LECHERO

Los problemas que afectan al ganado vacuno no tienen fácil solución. La selección de los animales para mejorar sus características reproductivas es una posibilidad. Los caracteres reproductivos tienen heredabilidades bajas, pero el coeficiente de variación es muy alto. Por eso, la selección es posible, pero se ha observado una correlación genética negativa entre fertilidad y producción de leche. Los programas de selección en Escandinava también incluyen caracteres funcionales no productivos como son fertilidad y resistencia a la mamitis. De esta manera, aunque la mejora en producción de leche sea menor, estos modelos aportan una mayor eficiencia económica.Otro importante factor a tener en cuenta, es la nutrición en el pre y postparto, por su gran efecto en la eficiencia reproductiva. Por eso, es esencial realizar análisis y balances de las raciones. Finalmente, se necesita más transparencia y una transferencia de información más rápida entre los centros de investigación y los ganaderos.

CONCLUSIONES

La eficiencia reproductiva en el vacuno lechero esta disminuida en todo el mundo. El aumento de la producción de leche individual es un factor que contribuye al problema. Pero además del aumento en la producción de leche, hay otros factores igual de importantes también involucrados. Estos factores incluyen aumento en el tamaño del rebaño, aumento de las plazas en estabulación fija, aumento en el porcentaje de consanguinidad y el calentamiento de la tierra. En respuesta a la selección genética por producción de leche, también se han producido cambios en la fisiología reproductiva. Si comparamos los índices reproductivos de hace unos años con los de ahora se observa un aumento en la duración del intervalo del parto a la ovulación, una mayor incidencia de anestro , una concentración de progesterona más baja, un mayor índice de ovulación múltiple y una mayor mortalidad embrionaria.Este fracaso reproductivo puede solucionarse pero se necesitará un gran esfuerzo de todas las partes implicadas en la ganadería lechera (productores, veterinarios, investigadores…).

YEYUNITIS HEMORRÁGICA DE LA VACA LECHERA. ¿ UNA ENFERMEDAD EMERGENTE?

George StillwelClínica de Especies pecuarias, Facultad de Veterinaria, Universidad de Lisboa, PortugalTraducido del portugués por Juan Vicente González, Ana Filipa Pina y Susana Astiz

INTRODUCCIÓN

A menudo, como profesional clínico de los bovinos de leche, me he encontrado con casos de muerte súbita y con enfermedades de evolución hiperaguda, que no dan tiempo a instaurar ningún tratamiento. En muchas de estas ocasiones, el diagnóstico no llega a ser concluyente, ni siquiera tras la necropsia. El conocimiento de varias afecciones que pueden conducir a estas situaciones, es, por lo tanto, esencial para poder prevenirlas.En este trabajo describo un caso clínico como introducción para la descripción de un síndrome- “hemorragic bowel disease”, “hemorrhagic jejunitis of dairy cattle”, o yeyunitis hemorrágica de la vaca de leche, citado recientemente en EE.UU. como una enfermedad emergente (The Bovine Practitioner 2001, 35 (2)). En Europa, aún no ha sido publicada ninguna referencia de este síndrome.El objetivo de este trabajo no es hacer la denuncia de una nueva enfermedad, sino describir este síndrome, para que otros colegas veterinarios, la puedan reconocer tras su descripción y además, queremos cumplir los siguientes objetivos:

· Permitir que los veterinarios puedan llegar a un diagnóstico en casos futuros y facilitar así su prevención y tratamiento

· Aportar bases y pistas para futuros estudios más profundos sobre la etiología del proceso.

· Llamar la atención sobre la hipótesis de que este síndrome podría ser un signo de que nuestras vacas muy productoras puedan estar sometidas a un nivel de estrés metabólico, que podría ser responsable de un agotamiento funcional y de un fallo absoluto de su sistema inmunitario.

CASO CLÍNICO

Este caso es solamente uno entre varios de los animales con los que nos hemos encontrado durante nuestra actividad clínica, pero por haber sido objeto de un examen clínico exhaustivo y metódico, sirve perfectamente de ejemplo. Casos previos a los que nos hemos enfrentamos sólo pueden ser considerados como sospechosos de padecer este síndrome, ya que, al no estar éste descrito aún, no lo reconocíamos como tal.El caso descrito era una vaca de una explotación de 200 animales en lactación, dos ordeños diarios, una media de producción de 9.500 kg/vaca/año y con una ración unifeed a base de silo de maíz, heno de alfalfa, harina de maíz, gluten de trigo, soja y semilla de algodón. En la granja no se registraron casos semejantes previos, si bien hay que señalar, que no todos los casos de muertes súbitas o dolencias hiperagudas ocurridas en el pasado, habían sido diagnosticadas.El caso se trataba de una vaca de raza Holstein-Frisian, de aproximadamente, 6 años de edad y parida de 60 días (parto normal). Dos días atrás presentaba una temperatura rectal de 38,6ºC, timpanismo gaseoso, ligera enoftalmia y bajada drástica de la producción. Lo primero que hizo el propietario, bajo nuestra indicación, fue instaurar una fluidoterapia (40 L de agua con cloruro sódico y potásico), más administración de propilenglicol vía oral y de solución de calcio vía intravenosa.Al no mejorar la vaca nos llamaron para explorarla y tratarla. La vaca, que se encontraba tumbada en un cubículo, presentaba signos claros de dolo (gemidos, bruxismo, estiraba frecuentemente los miembros posteriores y se miraba el flanco) presentaba, además, una considerable enoftalmia, ingurgitación de los vasos esclerales, temperatura rectal de 38,2ºC y era reacia a levantarse.

Cuando se levantó, el examen clínico reveló: un perfil de abdomen tipo “papple” (“pera-manzana”), una condición corporal de 3,5, signos de dolor, frecuencia cardiaca de 87 ppm, respiratoria de 28 rpm, la auscultación pulmonar era normal, se observaba ausencia de movimientos ruminales, líquidos a la sucusión en abdomen derecho, las heces eran oscuras y de olor fétido, los ganglios palpables eran normales, las mucosas rosadas y el tiempo de relleno capilar se encontraba aumentado. A la palpación rectal se observaron más signos de dolor encontrándose heces en poca cantidad y con el aspecto ya comentado; el rumen estaba distendido por la presencia de gas, y en el abdomen derecho se palpaban vísceras (no identificadas) también distendidas, por gas.Se procedió entonces a una punción abdominal en dos localizaciones diferentes: detrás del apéndice xifoides, a la derecha de la línea blanca, saliendo un líquido (abomasal) translúcido de pH 3; y la otra localización fue la pared abdominal derecha, delante de la babilla, y dorsal a la vena mamaria, de donde se extrajo un líquido de color castaño, maloliente.Se realizó un análisis de sangre con determinación de bioquímica sanguínea (con el aparato i-Stat) y un hemograma de rutina en el laboratorio. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

EXAMEN SANGUÍNEO RÁPI