Va d'educació nº14 - Entrevista a Ramiro Calle

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Ramiro Calle, Maestro y escritor de yoga De nada sirve brillar con la mente si el corazón está seco En tu escuela de yoga tendrás alum- nos que son padres y madres, ¿Los ves felices? Hay, claro que sí, diferentes padres y madres. Unos son más felices y otros más desdichados, obviamente. Depende de la relación entre ellos, la relación entre padres e hijos y otros muchos factores. Enseñamos a los alumnos que la dicha también hay que buscarla dentro de uno y tiene mucho que ver con la paz interior. ¿Nos puedes explicar qué es y qué nos lleva a la putrescibilidad? Detrás de todo está la voracidad del ego. El ego crea tres tendencias insanas: la ofuscación, la avaricia y el odio. Todo poder es simiente de putrescibilidad. Esto pasa también, por tanto, en las organizaciones y lo instituido. Mientras no cambie la mente del ser humano, habrá pu- trescibilidad y corrupción. Todo sería diferente si las tendencias insanas fueran vencidas por las sanas: luci- dez, generosidad y compasión. ¿Es posible aprender a ser padres y madres felices? Por supuesto. Hay que lograr relacio- nes armónicas, sinceras, generosas y tolerantes. Uno debe empezar por armonizarse consigo mismo. Si supe- ramos agujeros psíquicos y carencias emocionales, nos llevaremos mejor con los demás. Tal como nos senti- mos, así nos relacionamos. ¿Transmitimos un concepto erróneo de la felicidad a los hijos? Proyectamos nuestros deseos y no enseñamos a los niños a descubrir sus propios valores y desarrollar sus potenciales. Tenemos expectativas sobre los hijos, que son las nuestras y no las suyas. Les hacemos creer, como nos han hecho creer a noso- tros, que la dicha es solo diversión y entretenimiento, y no les enseñamos a estar con ellos mismos, a saber propiciar su paz interior. zEn alguna ocasión has comentado que los colegios a los que fuiste de niño eran campos de concentración, ¿por qué? En mi época era así, como explico en mi autobiografía; ahora por fortuna todo es diferente. Tuve que soportar los golpes del director de mi cole- gio, un ciego bastante sádico. Era el colegio Alemán. No había ningún lugar para la creatividad, sino para la obediencia ciega y abyecta. Eso mata lo mejor del alma infantil. ¿Y qué opinión le merecen los cole- gios de hoy en día? La educación es la que falla en ge- neral. Hoy en día la falta de respeto de los alumnos por los profesores es alarmante y clamorosa. Y como el sistema educacional es malo por lo general, se basa en acumular datos y nada más, pero la suma de informa- ción no es sabiduría. ¿Qué debemos hacer para ser nues- tros propios líderes? Apuntalar adecuadamente su autoes- tima y no ser con ellos ni demasiado condescendientes ni demasiado autoritarios. Pero enseñarles que la vida muchas veces hay que afrontarla con esfuerzo y con dolor, eso es lo importante, como decía Eric Fromm. Muchos padres no quieren ver sufrir a sus hijos y lo que hacen puede que sea perjudicial para el propio niño, como la sobreprotección ¿qué les recomiendas? La sobreprotección es terrible para la psicología del muchacho. No aprende a vivir y luego será muy vulnerable porque tendrá muchos problemas. ¿A qué deberíamos darle más valor? Al equilibrio psíquico, a la compa- sión, a la acción correcta. ¿Crees que la crisis ha aportado algo bueno al espíritu del alma? Los especuladores aún han especu- lado más, han abusado más de los débiles. Nada va a cambiar si no cam- bia la mente del ser humano y eso comienza con la educación adecuada y desde la infancia. Hay que traba- jar para una educación no basada sólo en la cultura y la acumulación de datos, sino en la autoformación, la educación social, el respeto y la compasión. De nada sirve brillar con la mente si el corazón está seco. 2 “Tenemos expecta- tivas sobre los hijos, que son las nuestras y no las suyas.” “Tal como nos sen- timos, así nos rela- cionamos. ” “La falta de respeto de los alumnos por los profesores es alarman- te y clamorosa. La suma de informa- ción no es sabiduría.” Entrevista realitzada per Mar Llanas engo 74 años. Nací y vivo en Madrid T

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La Granja escola de Sta. maria de Palautordera entrevista a l'escriptor i mestre de ioga Ramiro Calle

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Ramiro Calle, Maestro y escritor de yoga

De nada sirve brillarcon la mentesi el corazón está seco

En tu escuela de yoga tendrás alum-nos que son padres y madres, ¿Los ves felices?Hay, claro que sí, diferentes padres y madres. Unos son más felices y otros más desdichados, obviamente. Depende de la relación entre ellos, la relación entre padres e hijos y otros muchos factores. Enseñamos a los alumnos que la dicha también hay que buscarla dentro de uno y tiene mucho que ver con la paz interior.

¿Nos puedes explicar qué es y qué nos lleva a la putrescibilidad?Detrás de todo está la voracidad del ego. El ego crea tres tendencias insanas: la ofuscación, la avaricia y el odio. Todo poder es simiente de putrescibilidad. Esto pasa también, por tanto, en las organizaciones y lo instituido. Mientras no cambie la mente del ser humano, habrá pu-trescibilidad y corrupción. Todo sería diferente si las tendencias insanas fueran vencidas por las sanas: luci-dez, generosidad y compasión.

¿Es posible aprender a ser padres y madres felices? Por supuesto. Hay que lograr relacio-nes armónicas, sinceras, generosas y tolerantes. Uno debe empezar por armonizarse consigo mismo. Si supe-ramos agujeros psíquicos y carencias emocionales, nos llevaremos mejor con los demás. Tal como nos senti-mos, así nos relacionamos.

¿Transmitimos un concepto erróneo de la felicidad a los hijos?Proyectamos nuestros deseos y no

enseñamos a los niños a descubrir sus propios valores y desarrollar sus potenciales. Tenemos expectativas sobre los hijos, que son las nuestras y no las suyas. Les hacemos creer, como nos han hecho creer a noso-tros, que la dicha es solo diversión y entretenimiento, y no les enseñamos a estar con ellos mismos, a saber propiciar su paz interior.

zEn alguna ocasión has comentado que los colegios a los que fuiste de niño eran campos de concentración, ¿por qué?En mi época era así, como explico en mi autobiografía; ahora por fortuna todo es diferente. Tuve que soportar los golpes del director de mi cole-gio, un ciego bastante sádico. Era el colegio Alemán. No había ningún lugar para la creatividad, sino para la obediencia ciega y abyecta. Eso mata lo mejor del alma infantil.

¿Y qué opinión le merecen los cole-gios de hoy en día?La educación es la que falla en ge-neral. Hoy en día la falta de respeto de los alumnos por los profesores es alarmante y clamorosa. Y como el sistema educacional es malo por lo general, se basa en acumular datos y nada más, pero la suma de informa-ción no es sabiduría. ¿Qué debemos hacer para ser nues-tros propios líderes?Apuntalar adecuadamente su autoes-tima y no ser con ellos ni demasiado condescendientes ni demasiado autoritarios. Pero enseñarles que la vida muchas veces hay que afrontarla con esfuerzo y con dolor, eso es lo importante, como decía Eric Fromm.

Muchos padres no quieren ver sufrir a sus hijos y lo que hacen puede que sea perjudicial para el propio niño, como la sobreprotección ¿qué les recomiendas? La sobreprotección es terrible para la psicología del muchacho. No aprende a vivir y luego será muy vulnerable porque tendrá muchos problemas.

¿A qué deberíamos darle más valor?Al equilibrio psíquico, a la compa-sión, a la acción correcta. ¿Crees que la crisis ha aportado algo bueno al espíritu del alma?Los especuladores aún han especu-lado más, han abusado más de los débiles. Nada va a cambiar si no cam-bia la mente del ser humano y eso comienza con la educación adecuada y desde la infancia. Hay que traba-jar para una educación no basada sólo en la cultura y la acumulación de datos, sino en la autoformación, la educación social, el respeto y la compasión. De nada sirve brillar con la mente si el corazón está seco.

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“Tenemos expecta-tivas sobre los hijos, que son las nuestras y no las suyas.”

“Tal como nos sen-timos, así nos rela-

cionamos. ”

“La falta de respeto de los alumnos por los profesores es alarman-te y clamorosa.La suma de informa-ción no es sabiduría.”

Entrevista realitzada perMar Llanas

engo 74 años. Nací y vivo en Madrid

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