Universidad fútbol -...

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BOGOTÁ D.C., No. 53, DICIEMBRE 21 DE 2003 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987 Universidad y fútbol un reencuentro necesario Con 65 años a cuestas, el estadio Alfonso López, de la Universidad Nacional, se dispone a prestarle un nuevo servicio al fútbol colombiano. El retorno de la primera división a este templo del deporte, símbolo de modernidad y de la entrada del país al siglo XX, entraña el probable inicio de una nueva etapa, más esperanzadora, para esta disciplina. La estrecha relación entre fútbol y prestigio nacional, de la que hoy muchos estados son conscientes, amerita este nuevo paso en la historia del estadio Alfonso López. Págs. 16 y 17 AGRICULTURA, NEGOCIACION DÍFICIL DEMOCRACIA Y ESPACIO PÚBLICO MORAÑO Y LA CULTURA LATINOAMERICANA LOS REALITIES FRENTE A LA REALIDAD VILLANOS Y CANCIONES GEL: LA REVOLUCIÓN DE LA AGROQUÍMICA DESORIENTACIÓN PROFESIONAL COLOMBIA, PAÍS IRREPETIBLE BOGOTÁ: CIUDAD IMAGINADA 4 6 10 11 12 15 18 20 24 ECONOMÍA CIUDAD PERFIL MEDIOS ENSAYO CIENCIA Y TECNOLOGÍA EDUCACIÓN MEDIO AMBIENTE CULTURA Convocados por la Universidad Nacional, inves- tigadores en transporte masivo de varios países de América Latina y Europa opinan respecto al futuro de este sistema de transporte masivo. A pesar del confort alcan- zado por Transmilenio, unido al aumento de la velocidad promedio de desplazamiento, los ex- pertos se muestran es- cépticos por la ausencia de políticas comple- mentarias. Pág. 9 Transmilenio y malla vial Basados en los estudios que demuestran el marcado ca- rácter hereditario del cán- cer de colon, investigadores de la Universidad Nacional, en cabeza del médico genetis- ta Alejandro Giraldo, han desarrollado un nuevo método para la detección de esta enfermedad, basado en el ras- treo meticuloso de los factores genéticos. Pág. 19 Genes y cáncer de colon El proceso de reinserción, no de paz, iniciado por el Gobierno con dos bloques de autodefensas, si bien desactiva sectores de un importante actor armado, despierta serias dudas en el ámbito internacional y jurídico. La posibilidad de que dichas negociaciones den pie a la impunidad hace difícil que exigencias similares de perdón y olvido sean hechas por otros actores del conflicto. Págs. 2 y 3 Reinserción de paras: luces y sombras ILUSTRACIÓN DE ENRIQUE LARA Partido clásico entre Millonarios y Santa Fe en los años cuarenta, en el estadio Alfonso López.

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BOGOTÁ D.C., No. 53, DICIEMBRE 21 DE 2003 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987

Universidad y fútbolun reencuentro necesario

Con 65 años a cuestas, el estadioAlfonso López, de la UniversidadNacional, se dispone a prestarleun nuevo servicio al fútbolcolombiano. El retorno de laprimera división a este templodel deporte, símbolo demodernidad y de la entradadel país al siglo XX, entrañael probable inicio de una nuevaetapa, más esperanzadora, paraesta disciplina. La estrecharelación entre fútbol y prestigionacional, de la que hoy muchosestados son conscientes, ameritaeste nuevo paso en la historiadel estadio Alfonso López.Págs. 16 y 17

AGRICULTURA, NEGOCIACION DÍFICIL

DEMOCRACIA Y ESPACIO PÚBLICO

MORAÑO Y LA CULTURA LATINOAMERICANA

LOS REALITIES FRENTE A LA REALIDAD

VILLANOS Y CANCIONES

GEL: LA REVOLUCIÓN DE LA AGROQUÍMICA

DESORIENTACIÓN PROFESIONAL

COLOMBIA, PAÍS IRREPETIBLE

BOGOTÁ: CIUDAD IMAGINADA

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ECONOMÍA

CIUDAD

PERFIL

MEDIOS

ENSAYO

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

EDUCACIÓN

MEDIO AMBIENTE

CULTURA

Convocados por la Universidad Nacional, inves-tigadores en transporte masivo de varios paísesde América Latina y Europa opinan respecto alfuturo de este sistema de transporte masivo. A

pesar del confort alcan-zado por Transmilenio,unido al aumento de lavelocidad promedio dedesplazamiento, los ex-pertos se muestran es-cépticos por la ausenciade políticas comple-mentarias. Pág. 9

Transmilenio y malla vial

Basados en los estudios quedemuestran el marcado ca-rácter hereditario del cán-cer de colon, investigadoresde la Universidad Nacional, en cabeza del médico genetis-ta Alejandro Giraldo, han desarrollado un nuevo métodopara la detección de esta enfermedad, basado en el ras-treo meticuloso de los factores genéticos. Pág. 19

Genes y cáncerde colon

El proceso de reinserción, no de paz, iniciado por el Gobiernocon dos bloques de autodefensas, si bien desactiva sectores deun importante actor armado, despierta serias dudas en el ámbitointernacional y jurídico. La posibilidad de que dichas negociacionesden pie a la impunidad hace difícil que exigencias similares de perdóny olvido sean hechas por otros actores del conflicto. Págs. 2 y 3

Reinserción de paras: luces y sombras

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Partido clásico entre Millonarios y Santa Fe en los años cuarenta, en el estadio Alfonso López.

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POLÍTICAAcerca de la necesidad de la existencia de los partidos políticos, Jaime Andrés Niño,

investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Iepri, afirma que tienenuna labor fundamental como mecanismos de construcción de reputaciones, clave para reducir lasineficacias de la delegación política. Advierte, además, que “los candidatos, motivados por su afánde ganar, con frecuencia presentan plataformas programáticas que no obedecen a sus preferenciasideológicas” lo cual, sumado a la incapacidad de los votantes para distinguir las reales conviccionesde los candidatos, da como resultado que muchas veces se hagan elecciones adversas.

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Desmovilización paramilitar

Luces y sombras

Carlos Medina GallegoProfesorFacultad de Derecho, Ciencias Políticas yRelaciones Internacionales

La reciente desmovilización de dos bloques de las AUC emerge cada vez más como unprograma piloto del paramilitarismo en general, encaminado a inmunizar a este actorarmado de toda acción jucicial. la lucha contra la extradición y la reforma al Código Pénal,en el centro de la ofensiva.

El proceso de desmovilización del bloque Ca-cique Nutibara en la ciudad de Medellín, a finalesde noviembre, y de las autodefensas de Ortega enel Cauca, a comienzos de diciembre, como resulta-do de las gestiones de acercamiento y diálogo conlas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) reali-zadas por el gobierno nacional, que condujeron alos acuerdos del 15 de julio en Santa Fe de Ralito,ha generado una preocupación mayor en la co-munidad internacional de derechos humanos y enlos distintos sectores de la sociedad civil colom-biana, sobre los mecanismos de aplicación de jus-ticia en torno a los delitos atroces y de lesa huma-nidad, y las posibilidades de que estos sucumbana prácticas de impunidad agenciadas desde el es-tablecimiento.

En general, en los medios académicos, socialesy políticos se piensa que el proceso de desmoviliza-ción de los grupos paramilitares en el país, en elcamino de alcanzar una paz estable y duradera,debe erigirse en la construcción de unas relacionesde confianza no solamente entre los actores direc-tamente comprometidos en el mismo, sino, lo quees esencial, en la plena aceptación de la sociedadcolombiana en general, víctima directa e indirectade sus acciones. Los procedimientos y las garantíasque soportan esa confianza para el cumplimientode lo acordado por las partes en el escenario políti-co deben ceñirse al ordenamiento jurídico en el quese producen las dinámicas de diálogo, negociacióny desmovilización, y a las obligaciones adquiridascon los tratados internacionales, de tal manera quela justicia no se convierta en víctima de los afanespolíticos e institucionales.

Nadie en el país se negaría a la construcciónde un proceso de paz que pusiera fin al terror, laangustia y la incertidumbre en la que viven millo-nes de colombianos. Nadie se negaría a celebrarel fin de la dictadura del miedo y la muerte y eladvenimiento de la convivencia pacífica. Sin em-bargo, la historia reciente de muchos países deAmérica Latina y el Caribe, entre los que se pue-den señalar Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Bra-sil, Honduras, El Salvador, entre otros, nos enseñaque procesos como este o similares deben cons-truirse sobre bases firmes en el orden jurídico, éti-co y moral, político, económico y social, que con-voquen la mayor cicatrización de las heridasgeneradas por la barbarie y terror que ha golpea-do al conjunto de la sociedad colombiana en suhistoria reciente y que hoy constituye parte fun-damental de sus reclamos de justicia.

El desmovilizado

Los acuerdos de desmovilización de los gru-pos paramilitares nos convocan a una caracteriza-ción de este actor que nos permita mirar la di-mensión real de la problemática que se pretendesolucionar y las implicaciones que esta pueda ge-nerar a futuro. No se trata en este caso de hom-bres armados con el deseo de incorporarse a lavida civil e institucional después de un largo pe-ríodo al margen, en una confrontación con acto-res institucionales y contrainstitucionales, en ejer-cicio privado del poder de la fuerza con propósitosdefinidos. No, el fenómeno del paramilitarismo esmucho más que eso: los grupos paramilitares sonel hecho militar de mayor crecimiento en los últi-mos años, de mayor efectividad criminal en térmi-nos del ejercicio de las prácticas del terrorismo y elmejor soporte con que ha contado el Estado parael desarrollo de su estrategia de guerra contrain-surgente.

Los grupos paramilitares desplazaron a la gue-rrilla de importantes regiones del país, transforma-ron sustancialmente las relaciones con la población,aniquilaron la resistencia social y la oposición de-mocrática de la sociedad civil, se convirtieron ennuevos agentes de la acumulación capitalista, ge-nerando en el campo el fenómeno del desplaza-miento forzado y por esa vía la relatifundización yla implementación de grandes proyectos agroindus-triales, bajo su tutela.

Como estrategia de guerra, unieron la luchaantisubversiva con la industria del narcotráfico y elrespaldo al Estado en una sola concepción de la gue-rra irregular, que fue construyendo corredores para-militares, territorialidades propias, zonas de consoli-dación del fenómeno, y la irrupción de paraestadoslocales, que se fueron entrelazando hasta convertir-se en un fenómeno nacional de poder.

Los paramilitares han contado con el apoyode amplios sectores empresariales, hacendados,ganaderos, comerciantes, instituciones de seguri-dad del Estado (FF. MM. y Policía), Fiscalía y go-biernos locales y regionales, con una significativarepresentación en el parlamento colombiano y unaprofunda afinidad con la actual administración yla concepción de Estado comunitario.

Su proceso ha permeado importantes sectoresde la población que los apoya y los considera auto-ridad. Han demostrado la efectividad del crimen y

el terror como instrumen-to de control social y polí-tico y de acumulación ydefensa de la riqueza. Elparamilitarismo ha sosteni-do y desarrollado una es-trecha relación con elnarcotráfico hasta hacerparte de sus procesos eco-nómicos, ha organizadosus ejércitos, vigilado suseconomías, desalojadocampesinos y generadoprocesos de relatifundiza-ción narcoparamilitar endistintas zonas del país.

Ha construido una es-trategia de legitimaciónsocial que cuenta con unamplio apoyo de los me-dios de comunicación y undiscurso de redención so-cial y política de la socie-dad colombiana, sobre elcual construye su "autori-dad moral", generando unfenómeno de fascismo so-cial creciente.

Sus economías de gue-rra se levantaron sobre las

Aspecto de la desmovilización del bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia, el pasado 25 denoviembre en Medellín

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POLÍTICA

El paramilitarismoha sostenido ydesarrollado unaestrecha relación conel narcotráfico hastahacer parte de susprocesos económicos,ha organizado susejércitos, vigilado suseconomías, desalojadocampesinos y generadoprocesos derelatifundizaciónnarcoparamilitaren distintas zonasdel país.

prácticas del narcotráfico, el secuestro, la extorsión,el robo de combustible, la apropiación de recursosoficiales, especialmente de carácter municipal y de-partamental, la expropiación de tierra y la genera-ción de economías agroindustriales mediadas porel testaferrato, entre otros mecanismos de finan-ciación que comprometen las economías regula-res, las industrias regionales e incluso la presenciatransnacional en la explotación de recursos estra-tégicos.

Para alcanzar el nivel de desarrollo del fenó-meno, recurrieron a todas las formas posibles decriminalidad y terror, asesinatos selectivos, ma-sacres, magnicidios, torturas, detenciones desapa-riciones, sicariato, atentados, desplazamiento for-zado, crímenes atroces y de lesa humanidad. Esesta la magnitud del actor que se pretende des-movilizar mediante una ley de alternatividad pe-nal, en un proceso en el que, si no explícitamente,se le está solicitando a la sociedad colombiana queotorgue, bajo la promesa de una paz incierta, elrecurso de perdón y olvido.

En síntesis, el paramilitarismo se ha convertidoen un fenómeno militar, social, económico y polí-tico de una gran complejidad en los espacios lo-cal, regional y nacional, cuya percepción no pue-de reducirse a la de un grupo de hombres armadosque operan por fuera de la ley y que ahora quie-ren desmovilizarse y reincorporarse a la vida socialy política del país. Reinsertar el cuerpo militar sintomar en consideración el conjunto del fenóme-no equivale a legalizarlo.

Preocupaciones de un proceso gris

Descritas las características generales del actora desmovilizarse, la magnitud del fenómeno querepresenta y la complejidad alcanzada por el mis-mo, no es extraño que surjan una serie de inquie-tudes e incertidumbres sobre el proceso que seviene adelantando y las implicaciones sociales, eco-nómicas, militares y jurídicas del mismo. En suconjunto, estas preocupaciones podrían sintetizar-se en los siguientes aspectos: para algunos no exis-te un auténtico liderazgo político y militar, y el quehay está más unido a pequeños feudos paramili-tares que funcionan como estructuras empresa-riales de la guerra terrorista y el narcotráfico. Lasfracturas y contradicciones internas, los interesesparticulares y las diferencias en los desarrollos eco-nómicos, sociales y políticos de las distintas es-tructuras, que se han puesto en evidencia, impo-sibilitan un proceso en bloque y la garantía de sudesmovilización total.

La desmovilización de los paras desajusta elsistema de seguridad construido por empresariosy ganaderos que usufructúan económicamente laslógicas del terror y se sienten inseguros con la des-aparición del fenómeno. Se considera que el Esta-do no tiene la capacidad de garantizar la seguri-dad y dar cobertura a la totalidad del territorionacional donde opera el narcotráfico y la guerrillay que la ampliación del pie de fuerza tendría unelevadísimo costo económico para el país y el sa-crificio de recursos de inversión social que seríandestinados a la guerra

Las Fuerzas Militares pierden su más importan-te aliado, el actor más exitoso -incluso que ellasmismas- en la recuperación del territorio nacional,si llega a darse su auténtica desmovilización. En al-gunas regiones en las que la experiencia paramili-tar se gestó dentro de la institucionalidad, el proce-so terminaría siendo una reinserción institucional ala manera de soldados y lanceros campesinos.

La guerra paramilitar se ha hecho una empre-sa rentable de seguridad parainstitucional, que haido creando un oficio y una forma de vida de laque a muchos les resultaría difícil desprenderse,pues equivaldría a renunciar a un tipo de econo-mía y recursos que legalmente no serían de tanfácil adquisición.

Mientras los actores insurgentes del conflictocolombiano permanezcan activos, los paramilita-res van a ser considerados como una opción paraenfrentarlos. Pueden cambiar líderes, siglas y dis-cursos, y continuar operando después de un pro-ceso en el que se hace inventario de acumulados,se lavan economías, se indultan y legalizan jefes ydirigentes y se oxigena un gobierno cuyo origenestá estrechamente ligado a este fenómeno.

A estas preocupaciones se suman las que tie-nen que ver con los riesgos de unir a los procesosde desmovilización los delitos del narcotráficocomo conexos, incluyendo a empresarios de la dro-ga en eventuales acuerdos en los que, despren-diéndose de parte de los capitales para contribuira la reparación del daño causado, legalizarían depaso sus fortunas y se reinsertarían a la vida legal.

Los paramilitares han venido trabajando des-de sus propios intereses la desmovilización: hanhecho las consultas necesarias y han contratado,según se sabe, los estudios correspondientes delas opciones que les ofrece la ley para determinarlas características de las demandas en el campojurídico en la negociación política del proceso. Lasrecomendaciones giran en torno a lograr una ne-gociación que evita la extradición por delitos co-nexos con el narcotráfico, señalan que no se lespuede juzgar por el delito de "concierto para de-linquir", aconsejan modificar el Código Penal paraaplicar adecuadamente la sedición y el terrorismo.

Demandan del Gobierno Nacional y de la so-ciedad un tratamiento político para sus delitos,argumentando que si es político levantarse en ar-mas contra el Estado igual lo es levantarse en ar-mas para defenderlo.

El creciente rechazo nacional e internacional alos términos de la ley de alternatividad penal pro-puesta por el Gobierno, en la aplicación de unanovedosa interpretación del llamado DerechoTransnacional, escuetamente simplificado por la vi-cepresidencia en la trilogía verdad, justicia y repa-ración de daños, que en la práctica tienen que verfundamentalmente con el grado de impunidad "ju-

rídicamente tolerable", en un proceso de esta natu-raleza, corre el riesgo de terminar de hecho conver-tida en una ley de perdón y olvido, al buscar que elvictimario acepte su responsabilidad, repare a lasvíctimas o a sus familiares y tenga algún tipo depena alternativa distinta a la prisión, lo que resultaun tratamiento judicial benévolo para la naturalezade sus crímenes.

El compromiso adquirido por el Gobierno debuscar mecanismos judiciales para facilitar la rein-serción de las agrupaciones al margen de la ley,en este caso, los paramilitares, lo obliga a tratarde armonizar la legislación con los tratados inter-nacionales.

La situación no es fácil. El Gobierno, ha inicia-do un proceso en el que, sin anclajes jurídicos cla-ros, pone en riesgo no solo su propia legitimidad,construida sobre la fuerza y con mucha precarie-dad, sino los fundamentos mismos del Estado so-cial de derecho.

Lo mínimo a tener en cuenta

Para superar esta situación y adelantar un pro-ceso con justicia, es importante tomar en consi-deración varios aspectos:

1. Ponderar en su justa dimensión la naturale-za y la complejidad del fenómeno paramilitar y loque el mismo ha significado en el escalamiento dela violencia, las transformación de las relacionesde poder local y regional, los proceso de acumu-lación violenta de capitales, el desarrollo de la eco-nomía del narcotráfico, la generación del fenóme-no del desplazamiento forzado, la violación de losderechos humanos y el Derecho Internacional hu-manitario, entre un centenar de aspectos que nose pueden pasar por encima.

2. Prestar especial atención a la situación de lasvíctimas y a sus aspiraciones de justicia, en térmi-nos de cero impunidad para los delitos cometidospor estos grupos, creando para ello una comisiónde la verdad y la reconciliación, con instituciones ypersonalidades de la comunidad nacional e inter-nacional.

3. Tomar en consideración las observaciones yrecomendaciones de los organismos de derechoshumanos del orden nacional e internacional, másque confrontar y descalificar sus pronunciamien-tos, y proceder conforme al ordenamiento jurídicocolombiano y a los tratados en materia de derechointernacional humanitario y derechos humanos.

4. Establecer los verdaderos alcances de un pro-ceso de esta naturaleza y las posibilidades realesde su superación definitiva, de tal manera que esteno se reactive con el cambio de administración yenfoque en la conducción del Estado.

5. Cuidarse de que en el camino de despara-militarizar el conflicto, no se termine por institu-cionalizarlo como fenómeno complejo de carác-ter social, económico y político.

6. Prever las consecuencias de la vinculaciónde los desmovilizados a tareas de seguridad en elcontrol del orden publico, o en los espacios delsector público, lo que podría enviar como mensa-je, en una sociedad como la nuestra, desemplea-da, un eslogan como “hágase paramilitar, consi-ga empleo y otros beneficios”.

7. Tener absolutamente claro que una ley deperdón y olvido, de facto, deja un mal precedentepara la historia futura de los conflictos armados. Yque no se puede alcanzar una autentica paz sobreel terreno de la impunidad.

El Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, artífice delproceso de reinserción de los grupos paramilitares.

D I V E R S I D A D • O P I N I Ó N • E X P R E S I Ó N

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ECONOMíA

Mientras crecen las vocesen demanda de una mayortransparencia en lasnegociaciones para la firmade un acuerdo bilateral de librecomercio entre Colombia y EstadosUnidos, el sector agropecuario,desde el ámbito oficial, ponesus cartas sobre la mesa.

Carlos Gustavo Cano*Especial para U.N. Periódico

La agricultura frente al TLC

De los tres pilaresde las negociacionesde libre comercio solopodrán alcanzarseacuerdos para los dosprimeros casos.

El Gobierno de Estados Unidos ha insistidoen que las negociaciones de libre comercio que seadelanten con Colombia tengan como guía el tra-tado suscrito con Chile. Es una situación sobre laque no hay objeción alguna, siempre y cuando sereconozca, como en efecto el Representante Co-mercial de Estados Unidos lo ha admitido, la espe-cificad de la agricultura colombiana.

Para empezar, la agricultura chilena es muchomás pequeña que la nuestra, en términos tantoabsolutos como relativos dentro del PBI; su com-posición está determinada por condiciones agroeco-lógicas propias de las zonas templadas; y, con rela-ción a la norteamericana, es de contraestación y,por tanto, complementaria. En segundo término,hay que tener en consideración el origen rural delconflicto social que padece Colombia y la estrechaconexión existente entre la suerte de nuestra agri-cultura y el terrorismo, como quiera que, según loha explicado reiteradamente el presidente Uribe,cada vez que aquella se debilita, se fortalecen loscultivos de uso ilícito y los grupos violentos quederivan su financiamiento fundamentalmente de suexpansión y tráfico.

Ahora bien, de los tres pilares de las negocia-ciones de libre comercio -el libre acceso a los mer-cados, la eliminación de los subsidios a las expor-taciones y la supresión de las ayudas internas a losagricultores-, solo se podrán alcanzar acuerdosrespecto a los dos primeros. El tercero tendrá queser negociado en la Organización Mundial del Co-mercio (OMC) con las otras potencias agrícolas,como la Unión Europea, Japón, Corea y Canadá,aparte de México. Entre otras razones, porque re-sulta técnicamente inviable distinguir y luego ex-cluir de dichas ayudas internas a los productoressegún destinen o no su producción a un mercadode un país específico.

No obstante, en el caso de los renglones mássubsidiados y, en consecuencia, los más distorsio-nados a través de sus precios internacionales, se-ría indispensable adoptar salvaguardias, derechoscompensatorios o contingentes arancelarios du-rante el período de transición. Ahora bien, dadaslas peculiares características de la agricultura deColombia, de su conflicto social y del flagelo delas drogas, dicho período deberá ser más prolon-gado que el acordado en el Tratado de Libre Co-mercio (TCL) con Chile (12 años), y aún que el delcelebrado con México (15 años).

Subsidios a las exportaciones

En cuanto a los subsidios a las exportacionesdestinadas a Colombia, Estados Unidos deberáeliminarlos en su totalidad, poniendo fin a la apli-cación del Export Enhancement Program, del DairyExport Incentive Program, del Market PromotionProgram, y del Export Credit Garantee Program. Acambio, deberá disciplinar los créditos para finan-ciar las exportaciones a nuestro país únicamentemediante la aplicación de tasas de interés y plazoscorrientes de mercado.

En materia de acceso de nuestra agricultura almercado norteamericano, Colombia seguirá untratamiento rigurosamente recíproco. En tal sen-tido, deberá presentar, al igual que lo hará a suvez Estados Unidos ante nosotros, un conjuntode demandas mínimas al inicio de las negociacio-nes -aparte de la racionalización de las normas deorigen y la eliminación del escalamiento arancela-rio que discrimina contra los procesos de agrega-ción de valor-, entre las que cabe señalar de ma-nera sumaria las siguientes:

Para el azúcar, aumento en el primer año de ope-ración del TLC de la cuota anual de 25.000 a 160 miltoneladas, resultante del promedio de las cuotasdejadas de utilizar por los demás países beneficiariosdurante los últimos tres años. Y, tras incrementosadicionales y graduales a lo largo del período de tran-sición que se convenga, la liberación total, sin aran-celes ni cuotas, al final del mismo.

Bioetanol: eliminación a partir del primer añode operación del TLC del arancel y de los impues-tos adicionales para los alcoholes etílicos o mez-clas que los contengan, y que se destinen a usocomo combustible, o para producir mezclas congasolina, a fin de ser usadas como combustible.

Carne de bovino, leche y derivados lácteos:adopción a partir del primer año de operación delTLC del principio de regionalización de las zonaslibres de aftosa con vacunación, así como de otrasenfermedades, de suerte que mediante la fijaciónde una cuota significativa con incremento gradualy sin aranceles a lo largo del período de transiciónhasta su liberación total, Colombia pueda comen-zar a efectuar sus exportaciones de carne y lecheal mercado norteamericano, previo el diligencia-miento de los protocolos sanitarios y la acredita-ción de los frigoríficos y las plantas de pulveriza-ción de Colombia por parte de las autoridadesnorteamericanas, concretamente del Food SafetyInspection Services (FSIS). Igualmente, supresiónde la prohibición de las importaciones de produc-tos de carne no cocidos, como los jamones y lassalchichas.

Frutas tropicales, pulpas, jugos y demás pre-parados: resolución favorable y expedita en el pri-mer año de operación del TLC de las solicitudespendientes de aprobación fitosanitaria para lasfrutas tropicales y sus productos derivados prove-nientes de Colombia por parte del APHIS y el FSIS.Ya se impartió la aprobación para uchuva, pitahayay lulo en fresco. Están pendientes el tomate deárbol, el tomate de mesa, la papaya hawaiana, laguanábana, la granadilla, la guayaba y la curabaen fresco, entre otras. Se deberá extender el acce-so para las pulpas, jugos y demás productos ela-borados que se deriven de dichas frutas.

Recursos marinos, acuicultura y pesca orna-mental: flexibilización a partir del primer año deoperación del TLC de las normas ambientales y eli-minación de las barreras arancelarias y no arance-larias sin soporte científico confiable y suficientepara productos clave de nuestro potencial de pes-ca en el mar, como el atún y el camarón, por partedel Nacional Marine Fisheries Service.

Hortalizas frescas y preparadas, plantas medi-cinales y sus derivados, y plantas vivas: flexibiliza-ción de las normas cuarentenarias y eliminaciónde las barreras arancelarias y no arancelarias sinsoporte científico confiable y suficiente para lasimportaciones por parte del APHIS y del Fish andWildlife Service. Igualmente, agilización de las ins-pecciones de plantas y flores frescas en Miami ydemás puertos -conocidas como el Plant Protectionand Quarentine Program-, cuyas demoras debi-das a la rigidez para establecer más de un turno ycuyos excesivos costos por horas extras y otrosconceptos (cerca de US $4 millones en el 2002) sehan constituido en una formidable barrera al co-mercio en el caso de las flores colombianas.

Aceite de palma: supresión de las normas deetiquetado que discriminan sin soporte científicoconfiable y suficiente en contra de las propieda-des del aceite de palma, y apertura y liberacióncomercial del mercado norteamericano parabiodiesel destinado a la sustitución de ACPM.

Finalmente, para Colombia capítulo esencial delTLC con Estados Unidos tendrá que ser, sin duda,la constitución de un fondo para la reconversióntecnológica de su agricultura. Dicho fondo debe-rá dotarse primordialmente con recursos no re-embolsables provenientes de la cooperación nor-teamericana, en una cuantía equiparable, a valorpresente, a la que recibió Colombia durante la re-volución verde, entre mediados de la década delsesenta y mediados de la del setenta.

* Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural.

seguido por Ecuador y Honduras, y las naciones con el menor riesgo son Uruguay y Costa Rica,sostiene la nueva versión del Índice Latinoamericano de Vulnerabilidad ante el Libre Comercio pre-sentado en la reciente cumbre de Miami. Entre los 10 países más vulnerables, ocho corresponden anaciones donde el peso de las exportaciones en la economía es alto o muy alto, con alta proporción deproductos primarios. En la mayoría de los países estas exportaciones alcanzan más del 67%, pero enalgunas naciones, como Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Panamá, ascienden al 85%.

El país más vulnerable ante las propuestas económicas del ALCA es Nicaragua,

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Las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia debentener, según el Ministerio de Agricultura, un tratamiento especial para el sector agropecuario.

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ECONOMÍA

Dependencia cerobase para un agro sostenible

Heliodoro Argüello Arias, Ph.D.Profesor AsociadoFacultad de Agronomía

El creciente peso de los agroquímicosen la estructura de costos de los alimentos,una realidad que va en contravía a todo esfuerzode autosuficiencia alimentaria.

La agricultura ha permitido a la sociedad nosolo el progreso, en términos de calidad de vida,sino también fortalecer la cultura y la identidad delos pueblos. Ha estado íntimamente ligada a teji-dos sociales, a naciones y etnias y hasta al orgullonacional, así como el café identifica en buena par-te a la cultura colombiana, el arroz identifica a loschinos, el maíz a muchos pueblos precolombinos,la yuca a las comunidades amazónicas y la papa ala cultura andina, entre otros ejemplos. Esa iden-tidad no solo está basada en unas tecnologías ade-cuadas, sino en algo más importante, en el desa-rrollo de tejido social, de relaciones, sin las cualesla tecnología por sí sola no hubiera sido exitosa. Ellogro ha dependido en gran medida de cómo lossistemas productivos son fruto de un nivel de altí-sima compatibilidad entre los recursos naturales,el conocimiento de su buen uso y el desarrollo deuna capacidad organizativa, innovadora y de adap-tación local para superar las restricciones, sin te-ner que depender de tecnologías externas.

La palabra riesgo a menudo resume la percep-ción que los productores rurales tienen de la soste-nibilidad. El riesgo es bien percibido por el peque-ño productor cuando es renuente a los programasde transferencia de tecnología. Y no es porque noentienda las nuevas tecnologías, sino más bien por-que estas apuntan a romper su racionalidad, es decir,a convertir sus sistemas de producción en depen-dientes de los paquetes tecnológicos o, mejor, decosas que él sabe que a la larga no podrá pagar,como el crédito, los fertilizantes, los plaguicidas,los fungicidas, los herbicidas.

Los altos rendimientos por unidad de área lo-grados por los paquetes tecnológicos “modernos”se basan en una alta dependencia de insumos ex-ternos, entre los cuales, hasta la última décadadel siglo XX, los fertilizantes, plaguicidas y herbi-cidas eran los más importantes, pero que en elnuevo siglo han comenzado a ceder su espacio ala nueva estrategia de acentuar aún más la de-pendencia a través de la forma más sofisticada deagricultura por contrato, las semillas transgénicas,donde ya el productor no será más un empleadoindirecto de las casas de agroquímicos, sino direc-to de las pocas multinacionales que en el mundomanejarán las semillas.

Los agroquímicos, en la mayor parte de los cul-tivos, representan entre el 35% y 50% de los costosdirectos. La dependencia a estos insumos, en granparte, es la causa de que la rentabilidad sea margi-nal para el productor; mientras las ganancias sequedan en manos de los comerciantes de insumos.Esta realidad plantea graves conflictos de equidadsocial, ya que, como se manifestó anteriormente,la subordinación genera una relación tal que losproductores terminan trabajando para el beneficiode las compañías de agroquímicos.

El efecto, de esta situación en la seguridad ali-mentaria muestra repercusiones de sumisión aúnmás graves. Colombia era autosuficiente en pro-ducción de alimentos, pero a partir del año 2000es un importador neto.

En el campo de la producción animal, el fenó-meno es notable en las materias primas para losconcentrados, industria que produce anualmentealgo más de tres millones de toneladas, elabora-das con un 70% de materias primas importadas.Solo en el caso del maíz amarillo, la industria im-porta cerca de dos millones de toneladas, mien-tras en el caso de la soya (grano y torta) se impor-tan alrededor de 200 mil toneladas. Esta situación

se ha venido dando debido a la falta de políticasque defiendan la producción nacional. La natura-leza excedentaria de los mercados internacionalesde estos productos, que en un contexto de libremercado repercute en la definición de los preciosinternos, ha conducido a la postración económicay productiva de muchos productores, que no pue-den competir en condiciones de tal desigualdad.

Hacia sistemas de producción condependencia cero

La sociedad hoy en día demanda disponibili-dad de alimentos abundantes, baratos y sanos. Latendencia, sin embargo, nos muestra que estos,aunque abundantes, son no solo cada vez máscostosos, sino que además son contaminantes, enmuchos casos con riesgos graves para la pobla-ción y el ambiente.

Aunque desde hace algún tiempo se viene de-mostrando que se pueden producir alimentosabundantes, baratos, y particularmente sanos, sintener que depender de los agroquímicos, a travésde tecnologías limpias que incluyen compostaje,biofertilizantes, biopesticidas y sistemas de pro-ducción diversificados en el tiempo y en el espa-cio, todavía no se cuenta con políticas que esti-mulen de manera decidida la investigación, elcrédito y la transferencia de tecnología para im-pulsar decididamente estas tecnologías.

Las tecnologías basadas en el uso de insumoslimpios permiten no solo producir alimentos sa-nos, sino disminuir el grado de dependencia quelas tecnologías que los agroquímicos han genera-do. Así mismo, el negocio de la agricultura tendríaunas relaciones más justas, de tal manera que las

ganancias se redistribuirían hacia los productores.A mediano y largo plazo, las tecnologías limpias,gracias a sus efectos benéficos para el ambiente,tienden a disminuir los costos de producción, ge-neran mayor uso de mano de obra y, por ende,mayor empleo. Como la sociedad igualmente tien-de a pagar más por la calidad, los Estados ten-drán que reconocer que parte de los gastos ensalud deben ser encaminados a estimular la pre-vención de enfermedades, donde la calidad delalimento es la clave.

Como un ejemplo que permite analizar las ver-daderas posibilidades de sistemas cero dependien-tes, es de sumo interés la experiencia del progra-ma nacional de agricultura orgánica de Costa Ricay, en especial, del proyecto hortalizas orgánicas.Frente a la problemática expuesta, allí la produc-ción de hortalizas emerge como una alternativapotencial para dar respuesta a los pequeños pro-ductores, ya que su desarrollo conjuga las dos va-riables principales que requieren para afrontarexitosamente los nuevos escenarios económicos ycomerciales: ciclo corto y bajo costo. Su condiciónde productos perecederos puede ser tratada conuna adecuada organización de los productores yla transferencia de tecnologías actualmente dis-ponibles en el mercado, lo cual sle confiere un ma-yor valor agregado a la producción.

En la experiencia costarricense, la remolacha,el cilantro, la lechuga americana y la Boston, asícomo la zanahoria, presentan mayores rendimien-tos con el manejo convencional. Para ello, los pro-ductores emplean grandes cantidades de agroquí-micos, tanto fertilizantes como pesticidas, y estose ve reflejado en los costos de producción, con laconsecuente carga económica que ello represen-ta. A pesar que en la actividad orgánica se le dedi-ca tiempo al manejo del suelo, sería de esperarque estas acciones presenten una mayor concen-tración de sus costos en el rubro de mano de obra;sin embargo, llama la atención que, de los 10 pro-ductos analizados, cinco tienen costos de manode obra menores que sus similares convenciona-les; entre estos: cilantro, lechuga americana, le-chuga Boston, perejil y habichuela. La remolachaorgánica genera porcentajes de participación muysimilares a la convencional.

En los 10 casos analizados, siete productos or-gánicos presentaron mayor rentabilidad que losproductos convencionales: repollo morado, remo-lacha, brócoli, habichuela, lechuga Boston, repo-llo verde y zanahoria. El resto de productos dieronuna mayor rentabilidad en los casos convenciona-les. De estos, el brócoli, el repollo morado, el re-pollo verde y la habichuela dan mayor rendimien-to por área (productividad) que sus similaresconvencionales.

Se puede aspirar a la sostenibilidad en la medi-da en que se logre una adecuada compatibilidadentre los recursos naturales, el conocimiento de subuen uso y el desarrollo de una capacidad organi-zativa, innovadora y de adaptación local, de talmanera que los excedentes económicos queden enla región, permitiendo el encadenamiento de acto-res sociales y productivos, disminuyendo la depen-dencia de factores externos. Este encadenamientodebe fortalecer la cultura y con ella la autoestima yel desarrollo de las comunidades rurales.

Las negociaciones del ALCA se desarrollan en momentos en que América Latinay el Caribe comienzan a ampliar la cobertura y los programas de tratamiento contra el sida. HumanRights Watch señala que “Brasil, enfrentando las presiones conjuntas del gobierno y de las compa-ñías farmacéuticas norteamericanas, ha reducido el número de muertes asociadas a la enfermedaden 50% a través de un plan nacional que garantiza al paciente el acceso universal al tratamientoantiretroviral. Lo mismo están haciendo Argentina, Costa Rica y Uruguay”.

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La autosuficiencia alimentaria, un reto que impone soluciones a la creciente dependencia delos agricultores respecto a los insumos producidos por los países industrializados.

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Carlos Mario YoryProfesor AsociadoFacultad de Artes

De la imagen de “desarrollo”, que alienta su dimensión física, a la auténtica construcciónde lo público en cuanto tal. Una aproximación al caso de la ciudad de Bogotá.

El espacio públicocomo escenario de gobernabilidad

Gobernar la ciudady salir con éxito deello es mucho máscomplicado quegobernar un Estado,en la medida quelas ciudades sonlugares donde losciudadanos venrealizarse susopciones.

42 salas de teatro y cerca de 1.000 estableciminetos que ofrecen escenarios culturales. Sin embargo, apesar de la variedad de la oferta cultural en la ciudad, para los bogotanos no es una prioridad de calidad devida, pues según el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) por lo menos dos terceras partes de ellos noasiste regularmente a ningún evento cultural. Entre las razones, se cuenta la carencia de motivación a laciudadanía, los costos que implica acceder a ella, la exclusión de algunos grupos poblacionales y la prefe-rencia por invertir el tiempo libre en otras actividades.

Bogotá cuenta con 93 salas de cine, 102 bibliotecas, 45 galerías de arte, 63 museos,

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La noción de desarrollo es, sin lugar a du-das, una de las más ambiguas y complejas en lasciencias sociales. Acuñada en el siglo XX como con-secuencia de la dinámica social y económica sus-citada mundialmente por la revolución industrial,se convirtió, a partir de la Segunda Guerra Mun-dial, en el estandarte que, bajo el deseo de consti-tuir un orden global, Occidente, en cabeza de sunación más poderosa, EE.UU., impulsó sobre labase de alentar la realización de toda una serie deacciones orientadas principalmente a la revitaliza-ción de Europa y, con posterioridad, a mejorar lascondiciones de vida de las naciones “más atrasa-das” a través de la generación de ese peligrosísi-mo y asimétrico pacto que representó la Alianzapara el Progreso.

La consecuencia de esta política mundial no sehizo esperar en las naciones de economías máspobres: una irracional carrera modernizadora que,dadas sus específicas condiciones políticas, eco-nómicas y sociales, no podía generar más que unefecto de “modernismo sin modernidad”, o lo quees lo mismo, de “desarrollismo sin desarrollo”, yaque mientras la inversión en obras de infraestruc-tura e industria se disparaba (de la mano con eldeterioro ambiental) la inversión social decaía, puesla prioridad consistía en pasar, sin escalas, de lamula al jet, y el “progreso” suponía un derrotero

de índole exclusivamente técnica-tecnológicaorientada a la productividad per se. Obviamente,pronto se dejó sentir la enorme brecha existenteentre desarrollo y crecimiento económico, pues losindicadores que asumían estos dos conceptos comocorrelativos no contemplaban el acceso al empleo,al cobijo, a la alimentación, a la salud, a la educa-ción, a la calidad ambiental e, incluso, a los dere-chos humanos, como variables fundamentales atener en cuenta.

Por lo anterior, quizá el principal problema quesubyace, a la hora de usar el término, estriba en lanoción de valor que, a través de él, se pone enjuego y, consecuentemente, en aclarar qué ideade desarrollo es la que se defiende. En cualquiercaso, debe entenderse como un asunto social y,por lo mismo, como una construcción colectivaque, en todo, ha de responder, en su filosofía einstrumentos, con derroteros y expectativas socia-les a través de los cuales un determinado grupohumano establece su relación con el entorno y, apartir de él, con el mundo en general.

No obstante, lo que ocurrió en las ciudades deAmérica Latina a lo largo de su denodada bús-queda de desarrollo -tratando de imitar el modelodesarrollista impuesto por los países de las econo-mías más fuertes- fue un debilitamiento aún ma-yor de sus economías (inversamente proporcionalal aumento de su dependencia), motivado por unadesesperada venta de imagen (valga decir, de atrac-tivo) a través del lenguaje de desarrollo, moderni-zación y progreso que, en sus particulares códi-

gos -promovidos como valores universales- alen-taba la civilidad. Consecuencia de esto, la ciudaddebía abocarse a la construcción de enormes yatractivas infraestructuras, así como de edifica-ciones emblemáticas cargadas, en lo posible, deun modernizante “estilo internacional”. Enormesinversiones que, al menos en las postales, pro-mocionan una idea de pujanza capaz de atraerel capital.

Lo paradójico de esta situación es que la reali-zación de estas grandes obras -que debían cons-truirse a cualquier precio para mostrar una ima-gen que atrajera la inversión-, se llevaba a cabocon esa misma inversión, constituyéndose en unode los principales canales de una deuda externa,en consecuencia, siempre en aumento. De estasuerte, las ciudades latinoamericanas “progresa-ron” hacia afuera a costa de la acumulación deuna enorme deuda social, pues el “progreso”, eraevidente, no llegaba a todas partes; tal como loevidencian sus perfiles urbanos en donde los ras-cacielos aparecen rodeados de cinturones de mi-seria y marginalidad.

En este contexto, las vías cobran un papel fun-damental; no es gratuito que la idea de desarrollose mida, todavía, por la calidad y cobertura delpavimento -valga decir, de la calzada y no de susaceras- como al parecer recomienda el modeloeficientista anglosajón, para el cual la calle no esotra cosa que una engorrosa distancia entre doslugares a superar de la manera más rápida posi-ble; aspiración a la que sirve no solo el transportemasivo (preferiblemente el Metro), sino, y sobretodo, el vehículo privado.

En cualquier caso, sea introduciéndose en lossubterráneos o conduciendo a toda velocidad porlas autopistas que unen la vivienda con los centrosde empleo o diversión, lo que ocurre en el referen-te anglosajón es una negación del espacio de lacalle en cuanto tal; a fin de cuentas, el espacio pú-blico que esta podría proporcionar es maravillosa-mente suplantado por el centro comercial y, másrecientemente, por internet. Lo que aquí ocurre esque el retrotraimiento del espacio público redundaen el propio retrotraimiento de lo público en cuan-to tal y, con ello, en la pérdida del peso específicode la calle y de su enorme valor comunicativo.

De esta forma, con la importación del modelodesarrollista vino también la implantación del mo-delo espacial que lo acompaña y de su estéticaaséptica y purista, la cual entra a desplazar la par-te árabe del modelo hispano-musulmán de ciu-dad que hereda Latinoamérica; hispano en lo con-cerniente al uso administrativo (eficiente, jerárquicoy racional) que este hace de la cuadrícula (razonespor las cuales sobrevive en el nuevo modelo); ymusulmán en lo que se refiere al uso de la callecomo espacio de vida, encuentro e intercambio,

El mobiliario urbano, la cara más visible de un concepto de espacio público jalonado por los gobernantes gracias a susdividendos políticos.

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Las eleccionespasadas representanuna reacción a lapolítica neoliberaltal como se vive enlas ciudades (...).Reaccionaron lasclases media ypopular al deteriorode su vida personaly las dificultadesque trae.

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En marzo de 1946 el "panóptico", como se conocía la Penitenciaría de Cundinamarca,fue designado como sede definitiva del que hoy conocemos como el Museo Nacional deColombia, sería inaugurado el 9 de abril de 1948 pero debido a los acontecimientos deorden público por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, tuvo que ser postergado. Este edificioque contiene cerca de 20.000 piezas de todas las épocas de la cultura nacional, este añocelebra su aniversario número 180, lo que lo convierte en el museo más antiguo del país yuno de los más antiguos de América.

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habida cuenta del imaginario del bazar que alien-ta el mercado informal (mercado persa) y, con él,de la “indeseable” presencia (para el urbanismoanglosajón que imitamos) de los milenarios ven-dedores ambulantes (razón por la cual no sobre-vive), amén del valor del recoveco, el nicho y, en-tre otras cosas, la calle ciega que, como herederosdel mundo árabe, impregnan nuestra propia ideade ciudad; más cercana, por lo mismo, del urba-nismo mediterráneo que del imaginario manha-tanesco que por todas partes promociona hoy endía la aldea global.

Lo que es absurdo es tratar de responder al “pro-blema ”de los vendedores ambulantes” metiéndo-los a todos en un edificio”, para que así, cumplien-do con el imaginario purista de ciudad promovidopor la modernidad, tengamos que subir cinco pi-sos para comprar un caramelo o un cigarrillo; esto,para no hablar de los conflictos generados, de estaforma, entre los propios vendedores ex ambulan-tes por acceder a un lugar en ese “privilegiado pri-mer piso” que, en su contacto con la calle (valgadecir, con la dinámica de la ciudad), promueve unescenario de rivalidad. ¿Por qué no pensar, por ejem-plo, en corredores-bazar donde, en atención a nues-tra tradición urbanística y, por lo mismo, histórica ysocial, el vendedor ambulante se sirva de la dinámi-ca urbana, a la vez que la propia ciudad se benefi-cie de la generación de un espacio controlado que,aparte de brindar impuestos, dinamice y enriquez-ca la propia vida de la ciudad?

Como quiera que sea, el “retorno al espaciopúblico” que, en el caso de Bogotá, ha impregna-do el espíritu de las últimas dos administraciones,sea para atraer la inversión a través de una ima-gen desarrollista de progreso que, en la vía de laciudad-postal, promueve la puesta a punto de unaescenografía tan atractiva como carente de corre-lato histórico-social; o para alentar la construcción“colectiva” de la ciudad a través de una participa-ción consultiva (y no deliberativa y proactiva) querefuerce la gobernabilidad validando las accionesde gobierno y no apostándole verdaderamente auna construcción grupal; pone en evidencia lanecesidad de superar su común espíritu tan tec-nocrático y eficientista como carente de sostenibi-lidad. Resulta tan deprimente ver el deterioro dela Fashion City de Peñalosa que, desde luego, to-dos disfrutamos, como asistir a los estertores dela Cultura Ciudadana de Mockus a través del tristeespectáculo callejero de los niños malabaristas, ode los “mimos de oportunidad”, madres necesita-das que, con sus hijos en brazos, esperan obteneruna “ventaja competitiva” sobre el resto de lamendicidad al pintarse la cara de blanco y “hacer-se a un lugar” en cualquier estratégico semáforode la ciudad. En razón de lo anterior, considera-mos que son ocho los retos fundamentales que sederivan de aquí para las próximas administracio-nes (en el caso deseable que decidan evaluar estasdos experiencias y retomar lo que de positivo com-porta, desde luego, cada una de ellas):

1. Abogar por la construcción colectiva de unaimagen de ciudad verdaderamente concertada (yno simplemente consultada) con la ciudadanía, alo que bien puede contribuir una reestructuración,recualificación y redimensionamiento de los En-cuentros Ciudadanos.

2. Redefinir el perfil y, desde aquí, la filosofía,los alcances y competencias tanto del Departamen-to Administrativo del Espacio Público, como de laDefensoría del mismo, en la vía de que dejen deser entes reactivos y, por lo mismo, policivos, aladoptar una función básicamente fiscalizadoraque, a lo más, los coloca en el simple plano de

“oficinas de quejas y reclamos”; para convertirseen verdaderas piezas claves en la estructuraciónde lo público en cuanto tal; lo cual supone el queasuman papeles tan proactivos y propositivos comocercanos a las administraciones locales y a las de-más instancias distritales con las que necesaria-mente tendrán que interactuar de manera eficien-te y coordinada. (A este respecto cabe destacar elesfuerzo que, aunque incipiente, adelantan en laactualidad el Departamento Administrativo delespacio público, junto con el Instituto Distrital deCultura y Turismo y el Departamento Administra-tivo de Acción Comunal Distrital, que medianteconvenio con las universidades Nacional y de losAndes llevan a cabo el Programa “Acuerdos parala sostenibilidad y la gestión concertada del espa-cio público”).

3. Posibilitar la indispensable unificación de lamuy variada y dispersa normativa en la materia parano crear confusión en la ciudadanía e ineficienciaen la gestión administrativa donde muchas vecesse superponen, por falta de comunicación y de co-ordinación, las distintas competencias.

4. Garantizar la sostenibilidad económica delas acciones adelantadas mediante la creación deuna instancia de Gestión del espacio público que,a través tanto de un Fondo concebido para el efec-to, como de una estrategia de consecución per-manente de recursos, den cuenta de esa otra di-mensión de este, hasta ahora inexplorada, que esla de su productividad; bien sea de manera direc-ta a través de la explotación de sí mismo (turismourbano o publicidad, por ejemplo), o indirecta através de las intervenciones urbanas que el mis-mo, en su adecuado uso y diseño, conecta y/oposibilita.

5. Dotar la intervención sobre el espacio públi-co de un hondo sentido local, lo cual supone, porun lado, “abrir” un espacio al diseño participativo,desde donde dejemos de reproducir el mismo“modelito” de parque finlandés por toda la ciudad;y, por otro, servirse de él como escenario de coordi-nación interinstitucional e intersectorial en la vía deefectuar pactos y acuerdos en corresponsabilidadmultiactoral en torno a su uso y ocupación. La ideaes que el espacio público dote a la gestión de laAdministración (tanto Distrital como Local) de unadimensión territorial en la vía de alcanzar la nece-saria coordinación interinstitucional que demanda,particularmente a nivel local, la realización de losdistintos proyectos que, de una u otra forma, so-bre él tienen inherencia.

6. Otorgar a las localidades mucha mayor res-ponsabilidad y competencia, en el diseño, controly administración de su espacio público; para lo

cual sería deseable la creación de una instanciaterritorial que coordine, integre, instrumente yracionalice, a nivel local, tanto las UPZ, como laparticipación ciudadana en los procesos de pla-neación y concertación. Lo cual supone redimen-sionar y reforzar el papel de estas últimas (a laluz de los objetivos del POT de la ciudad) tantoen la elaboración de los Planes de Desarrollo Lo-cal, como en el manejo del tema del espacio pú-blico dentro de ellos.

7. Concebir el espacio público como elementovertebrador (en sus diferentes escalas), tanto delos proyectos promovidos por la AdministraciónCentral, como de los propios proyectos conteni-dos en los respectivos Planes de Desarrollo Local.En este último escenario, la idea es que la incor-poración del espacio público en el diseño y ejecu-ción de proyectos concretos garantice que estosse comporten como verdaderos “gérmenes de ciu-dad” en su dimensión física y, a la vez, social.

8. Integrar el tema del espacio público al deltransporte masivo (sirviéndose, entre otras cosas,de ese gran democratizador que es Transmilenio),no solo a través de una eficiente y estratégica ubi-cación de paraderos, sino del diseño de un siste-ma de conectividad que complemente (en senti-do contrario) la lógica tanto de los intercambia-dores como de los alimentadores (puestos alservicio exclusivo de la movilidad); de tal suerteque no solo el sistema de transporte se “alimen-te”, sino que también alimente a la ciudad; y nosólo depositando pasajeros a lo largo de su reco-rrido, sino estudiando el tipo de enlace que, encada rincón de esta, diere a lugar para promovery/o facilitar una dinámica particular. La idea conesto es que los paraderos dejen de ser simples“puertos de arribo” para convertirse en particula-res nodos articuladores de uno u otro tipo de mo-vilidad sobre un espacio público de tal suerte “ali-mentado” y, por lo mismo, enriquecido.

Si bien las ciudades de hoy en día deben sercompetitivas, francas y abiertas a la globalidad(esclareciendo en este último sentido, qué entien-de cada ciudad por esto), no pueden dejar de ladola búsqueda y afirmación de sí mismas a través deese particular escenario donde adquirieron, desdesus orígenes, no sólo forma sino sentido; nos re-ferimos, por supuesto, a la calle; a la calle-lugar (yno a la calle-distancia que une, o separa, dos lu-gares). Es la calle, finalmente, donde se le puede“tomar el pulso” a la sociedad; es en la calle don-de tienen lugar las manifestaciones más claras degobernabilidad e ingobernabilidad y, por lo mis-mo, donde corresponde afirmar la ciudad-anía encuanto tal. He ahí su enorme papel pedagógico,pero he ahí, también, donde reside el mayor desus peligros; el del olvido en el que muchas vecescae por su “exceso” de presencia; es decir, por suaparente obviedad...

Más que un pasivo escenario para la, en el me-jor de los casos, “(re)constitución de lo público”,debe entenderse como un activo y comprometidolibreto (siguiendo con la analogía teatral) que, deacuerdo con su disposición y manejo, nos dispon-ga a nosotros mismos, de una u otra manera, fren-te al otro, frente al Estado, frente a la historia yfrente a la naturaleza. De esta forma, ante ella, ac-ción u omisión resultan igualmente delicadas, igual-mente peligrosas; por esto, antes que buscar laconstrucción de grandes lugares que propicien (ono) encuentros entre ciudadanos que la magnifi-quen, quizá sea mejor, como decía un viejo conoci-do, posibilitar la construcción de grandes encuen-tros, así los lugares sean pequeños.* Doctor en Geografía Humana.

La búsqueda de la modernidad en varias ciudades latinoamericanas no se ha vistocompensada, con el mismo interés, por la preocupación en torno a los temas sociales.

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Al encuentro social yurbano

María Mercedes Maldonado*Especial para U.N. Periódico

La discusiónobviamente no estáen si se deben otorgaro no subsidios, sinoen hacer claridadsobre a quién y cómobenefician.

La ejecución de exitosas políticasde vivienda en Bogotá, asuntoimprescindible en la lucha contrala pobreza, requiere una adecuadareforma urbana, que afronte, deuna vez por todas, el problemade la tierra. Análisis.

CIUDAD

La iniciación de la administración de LuisEduardo Garzón, elegido por el énfasis social desus propuestas y por su inscripción en alternativaspolíticas de izquierda, suscita expectativas, esperan-zas y preguntas. Entre ellas, qué tipo de políticasurbanas deberían ser impulsadas para construir efec-tivamente espacios de inclusión, mecanismos deredistribución y relaciones territoriales más demo-cráticas. O, cómo marcar la diferencia en el sentidoindicado, dando al mismo tiempo continuidad alos logros importantes que la ciudad ha tenido enel período reciente en aspectos urbanísticos –orde-namiento territorial, gestión del suelo, transportecolectivo o cultura tributaria.

Hay dos puntos de discusión referidos a estaspreguntas: el dilema entre desarrollo urbanísticoy desarrollo social o humano, y el diseño de pro-gramas de protección social que efectivamenteestablezcan la diferencia con las políticas neoli-berales que usualmente contemplan programasasistencialistas ligados a criterios de focalización.El análisis se concentra en un aspecto que expre-sa bien la interfase entre acciones sociales y ur-banísticas: el acceso al suelo urbanizado y a lavivienda digna de quienes no son atendidos porel llamado mercado formal, problema dejado poraños en manos de los urbanizadores piratas, pa-liado por programas de mejoramiento que es-conden la incapacidad de nuestra sociedad paraenfrentar la especulación con la tierra y que setraducen en exclusión y fractura social, bajos ni-veles de calidad de vida, deterioro ambiental yaltos costos fiscales.

No hay que olvidar que la integración socialestá ligada estrechamente a la incorporación ur-bana, y que para un importante porcentaje de loshabitantes de Bogotá todavía el derecho a la ciu-dad se expresa en el acceso a suelo urbanizado, avivienda digna, a servicios públicos domiciliarios oaccesibilidad y, en últimas, en la superación de lasmúltiples murallas, visibles o invisibles, que carac-terizan nuestro proceso de urbanización.

¿Programas de vivienda sin políticas desuelo?

Las políticas neoliberales para el sector vivien-da tuvieron como objetivo central desmontar laproducción estatal -y más específicamente nacio-nal- de vivienda social, para sustituirla por la asig-nación de subsidios directos a la demanda en uncontexto de libre mercado. Estas medidas fueronel último paso de unas medidas sectoriales que enel largo plazo han privilegiado los aspectos finan-cieros, diseñadas bajo el supuesto de que “si laconstrucción va bien, todo va bien”, que en nues-tro país se tradujo en la consigna de la construc-ción como sector líder, que ha redundado en unsector con débil desarrollo tecnológico, con com-portamiento rentista y hábil para atender, con elapoyo implícito o explícito del Estado, casi exclusi-vamente los segmentos rentables del mercado,incluso saturándolo en ocasiones, como se haobservado con nitidez recientemente.

En el mismo período, mediante las leyes 9 de1989 y 388 de 1997 y la Constitución de 1991, seadoptó un conjunto de principios, reglas de juegoe instrumentos que buscan una redistribución másjusta de las cargas y beneficios urbanísticos y de lasrentas derivadas de los procesos de desarrollo ur-bano. Los instrumentos concretos son las diversasformas de reajuste de tierras o de gestión integra-

da; la declaratoria de desarrollo oconstrucción prioritarios, sujeta aventa forzosa en pública subasta; lasreglas implícitas y explícitas para larealización de avalúos; la expropia-ción por vía administrativa; los dis-tintos mecanismos de participaciónde la colectividad en las plusvalías oincrementos en los precios del suelogenerados por la acción estatal y loscontroles a la urbanización ilegal.

Su aplicación ha sido muy res-tringida, favoreciendo la transferen-cia de importantes y cuantiosos recursos socialesa los propietarios de tierra, mientras se extiendendiscursos y acciones como las del “país de propie-tarios”, que centran las políticas de vivienda socialen el acceso a títulos de propiedad que asegurenla inserción de los más pobres en el llamado mer-cado formal o las de competitividad y productivi-dad, que privilegian los estímulos al capital, endetrimento de la construcción de justicia social ysolidaridad territorial.

Los elementos colectivos que configuran la ciu-dad han sido financiados en Bogotá predominan-temente a través de impuestos o de tarifas de ser-vicios públicos o se han expresado en precariedady exclusión de quienes acceden a la vivienda a tra-vés de la informalidad. Mientras tanto, la planea-ción territorial persiste en un urbanismo basadoen el desarrollo predio a predio, con su carga deinequidad, fragmentación territorial y altos costosfiscales.

Abogar por el aumento de los recursos de sub-sidios para vivienda y por facilidades de acceso alcrédito formal hace parte de una estrategia quepersigue mejorar la capacidad de pago de las fa-milias más pobres, lo que redunda en el encareci-miento de la vivienda y, sobre todo, del suelo.Como es bien conocido, el precio del suelo estádado esencialmente por la demanda, o visto deotro modo, es derivado del producto inmobiliarioque se pueda realizar en él y vender en el merca-do. Por eso, la insistencia en mejorar la capacidadde pago de la población a través de subsidios di-rectos a la demanda no hace otra cosa que man-tener las condiciones de transferencia de recursosa los propietarios de tierra. Existe evidencia empí-rica de esta situación, por ejemplo, en la recons-trucción del eje cafetero, donde, como lo muestraun estudio realizado por el Centro de Investiga-ciones para el Desarrollo de la Universidad Nacio-nal, por la ausencia de aplicación de los instru-mentos de la Ley 388 de 1997, alrededor del 50%del monto de los subsidios fue a parar a manos delos propietarios de tierra. Las evaluaciones de lapolítica de subsidios en Chile arrojan resultadossimilares.

Los programas de mejoramiento integral debarrios, con un sentido diferente, crean el mismoefecto: la garantía de que tarde o temprano elEstado proveerá infraestructuras y servicios o apor-tará subsidios para mejorar las viviendas, unida a

la escasez estructural de suelo urbanizado paralas familias más pobres y a la connivencia conloteos y ventas ilegales, son mecanismos perver-sos que perpetúan el pago de elevados precios delsuelo (más altos incluso que los del mercado for-mal) a los urbanizadores piratas.

Los retos

En la decidida aplicación de los instrumentosde gestión del suelo previstos en las leyes de refor-ma urbana está la posibilidad de marcar la necesa-ria diferencia en las políticas sociales de vivienda dela nueva administración. La discusión obviamenteno está en si se deben otorgar o no subsidios -larespuesta es, indudablemente, que sí-, sino en ha-cer claridad sobre a quién y cómo benefician. Porno plantear está pregunta en forma adecuada, losproyectos de Metrovivienda han reconocido ele-vados valores del suelo que no reflejan la obliga-ción de los propietarios de participar en las cargasde provisión de infraestructuras y servicios; no loshan vinculado al riesgo del desarrollo de los pro-yectos; presentan elevadísimos costos indirectos yproblemas en la comercialización de lotes urbani-zados y viviendas, por las restricciones de acceso alos subsidios y al crédito y por el tipo y tamaño devivienda que ofrecen. Se llegó incluso a ventilaralternativas tan absurdas como la de otorgar sub-sidios o estímulos a la banca comercial para queotorgue créditos de menor cuantía para las fami-lias pobres.

Todavía falta mucho por hacer: es preciso re-plantear el carácter excluyente de las normas ur-banísticas, todavía fuertemente incididas por laherencia del Acuerdo 6 de 1990 elaborado parafavorecer los intereses inmobiliarios y basado enel lote individual y la propiedad absoluta o por elurbanismo esteticista que ha hecho rápida carre-ra. La esperada reestructuración del Departamen-to de Planeación Distrital debe pasar por la apro-piación real por parte de sus funcionarios y de lascuradurías urbanas del cambio profundo produ-cido en materia de responsabilidades urbanísticasy del régimen de propiedad. Por último, es urgen-te el control, la publicidad y transparencia de losavalúos de predios, elementos centrales del nuevomodelo de gestión del suelo dirigido a enfrentarel rentismo y la especulación con la tierra.* Profesora Asociada e investigadora del Cider, Universidad de losAndes.

La redistribución de los suelos constituye un reto para el desarrollo de políticasde vivienda, capaces de enfrentar con calidad el déficit habitacional de Bogotá.

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Transporte en Bogotá,todos ponen

Diana ManriquePeriodista Unimedios

"En los países latinoamericanos se transmiten en promedio más de 500 mil horas anualesde televisión, mientras los de la Europa latina cuentan sólo con 11 mil; en Colombia, Panamá, Perú yVenezuela hay más de una videocasetera por cada tres hogares con televisión, proporción más alta queen Bélgica (26.3%) o Italia (16.9%). Somos subdesarrollados en la producción endógena para losmedios electrónicos, pero no en el consumo". Apartes de Consumidores y ciudadanos de Néstor GarcíaCanclini. Aunque hay esfuerzos interesantes para crear un televidente crítico de la programación como losque hace a través de seminarios CEDAL, la televisión sigue estando desconectada de la educación.

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ILLA CIUDAD

Con 740 mil vehículos rodando, de los cua-les 75.500 son de servicio público, Bogotá nece-sitará en el año 2015 de 12 millones de metroslineales nuevos de pavimento, unos 12.000 kiló-metros adicionales, lo que significaría construir 570vías iguales a la Troncal de la Caracas.

La cifra, que equivale a tender cinco veces lared vial actual, ha sido calculada por los ingenie-ros civiles de la Universidad de los Andes, ElkinBello Quintero y Raúl Roa, en una investigaciónrevelada en el XII Congreso Latinoamericano deTransporte Público y Urbano (Clatpu), realizado ainstancias del Programa de Investigación en Trán-sito y Transporte (PIT) de la Universidad Nacional.Según el estudio, es una estadística que dice mu-cho de los cuantiosos recursos que deberán inver-tirse en la malla vial, pese a la existencia de Trans-milenio, que sigue siendo la mejor solución alproblema del transporte capitalino.

Para Bello, estas inversiones solo sirven paraatender la demanda implícita en el crecimiento es-perado del parque automotor. “La movilidad de lacapital, dice, no puede depender del vehículo par-ticular como medio principal del transporte”. Coneste diagnóstico, los investigadores no avalan op-ción diferente a la de reducir el uso de los auto-motores particulares, algo que también se discuteen ciudades como Santiago de Chile, donde haymetro desde hace más de 10 años; Hong Kong,que lo hace por razones ambientales; y México,por el mismo motivo; al igual que Kuala Lumpur,la populosa capital de Malasia.

Los investigadores también aluden a los com-portamientos típicamente culturales que puedendisparar el uso del automóvil en escenarios de uneventual crecimiento de los índices de consumo,traducibles en la compra de más vehículos. Paraestos, es aquí donde debe prevalecer el interés delas mayorías. “Resulta irónico pensar que una ciu-dad, donde cerca del 72% de los viajes se realizanen transporte público y el 19% en medios particu-lares, tengan prelación estos últimos".

Igual piensa el profesor Saúl Ojeda, quien esti-ma que hasta en el transporte somos egoístas.“Uno sigue viendo carros espectaculares de 80 y100 millones de pesos cuyos velocímetros puedenllegar a los 240 kilómetros por hora. Cuando yoveo uno de esos, pienso que cuando llegan altrancón andan a los mismos 8 kilómetros por horadel humilde renault”.

Por ello, algunas de las propuestas planteadaspara desestimular el vehículo particular abarcantodo tipo de estrategias: desde los controles vigen-tes a la circulación de automóviles (pico y placa)hasta la reducción de estacionamientos, pasandopor peajes urbanos (especialmente en zonas de in-fraestructura inadecuada, como el centro históricode La Candelaria), sobretasas a los autos nuevos yel no menos controvertido día sin carro.

Para Bello, nada de lo anterior puede ser con-cebido de manera aislada en detrimento de lasdemás opciones incluidas en este menú de res-puestas a la crisis vial y vehicular de la ciudad. “Estáclaro que las medidas y alternativas no pueden serindependientes ni en su formulación ni en su eje-

Para más de 600 expertos entransporte público urbano,ninguna solución, por modestaque sea, puede desecharse paraenfrentar el aún grave problemadel tráfico en Bogotá.

cución, por lo que se deben generar programasintegrales que basen su contundencia en estudiosde caso” afirma.

La investigación enfatiza que si bien estas pro-puestas son complementarias, nada puede opti-mizar el transporte público, si los gobiernosdistritales no apelan a agresivas campañas sobresu vigencia y necesidad.

“Sin una ayuda eficaz de parte de herramien-tas de este tipo, la implementación de cualquiermedida, sin distingo de magnitud o área de apli-cación, será difícil y ocasionalmente imposible”.

¿Ciclorrutas, una solución?

Simultáneamente con el tendido de Transmi-lenio, se encuentran los 259,9 kilómetros de ci-clorrutas, divididos en 48 corredores. Estas vías,diseñadas como el modelo más viable de trans-porte no motorizado y a la que le han apostadolas últimas dos administraciones, son parte de lasolución, según lo reconocen los expertos. En elcaso bogotano, estas se enfrentan, sin embargo,a un problema: la enorme subutilización, deduci-ble de cifras según las cuales solo entre 1% y 2%de los ciclistas circulan diariamente por ellas, a loque se agrega que varias están desligadas del ac-tual sistema de transporte masivo.

Algunos de los factores que se relacionan conla falta de motivación para transitar por estas vías,comenta el profesor William Castro, experto en eltema y docente del (PIT), de la Universidad Nacio-nal, uno de los organizadores del evento, son prin-cipalmente la ausencia de conexiones con las gran-des avenidas, los índices de accidentalidad quepara este año ascienden a 27 personas muertas, yla inexistencia de sitios seguros donde dejar la bi-cicleta. Pero esto, dice, no quiere significar que lasciclorrutas no sean un proyecto viable e impor-tante para la ciudad.

Precisamente, en un trabajo interdisciplinariocon las facultades de Artes, Economía, Derecho eIngeniería, próximamente se pondrán en funcio-namiento las cicloestaciones, cuyo diseño consis-te en una especie de garaje exclusivo para las bici-cletas, que se ubicará en las estaciones de accesoal Transmilenio, a bajo costo y con vigilancia per-manente, explica Castro.

Transmilenio, luces y sombras

¿Qué hay entonces de Transmilenio como so-lución de largo plazo al problema del transportemasivo? La respuesta a esta pregunta plantea unaserie de reflexiones que ocuparon buena parte delas sesiones del congreso celebrado en el Centrode Convenciones Compensar, en el que se inter-cambiaron experiencias en torno a la problemáti-ca del transporte que comparten los países delhemisferio y también aproximaciones sobre lasbondades de este proyecto.

Para los expertos nacionales e internacionalesestá claro, sin embargo, que más allá de los pro ylos contra del servicio, no cabe la menor duda deque el sistema es la más contundente solución alproblema del transporte capitalino. Para Castro, noobstante, faltan detalles de operación que necesi-tan mejorarse con urgencia.

Por esa razón, uno de los aspectos relevantes asolucionar con prontitud es el del sobrecupo. Este in-comoda al usuario, deteriora la infraestructura y dañalas características del bus. “Por ejemplo, las llantas es-tán diseñadas para ser cambiadas cada 70.000 kiló-metros, un estándar que no se está cumpliendo. Lomismo sucede con la estructura del pavimento, comoen la Autopista Norte, donde ya se produjeron lasprimeras reparaciones de las lozas en ciertos tramos“.

Esto implica un gasto que en principio debenasumir las empresas contratistas dentro de los tér-minos de garantía, pero que posterior a su venci-miento redundará en el costo del pasaje. “Sería muypreocupante que suceda con Transmilenio comoha ocurrido con el metro de Medellín, donde la ta-rifa no paga ni siquiera su operación".

Pero sin discusión, Transmilenio, como el eslo-gan dice, le cambió la cara a Bogotá y, además, elestilo de vida de sus habitantes. Sin embargo, paralos expertos, esta opción de transporte urbano nollena aún todas las condiciones necesarias para ge-nerar cambios estables de actitud y hacer posiblecon ello el tránsito del automóvil a sistemas masi-vos de transporte.

Pese a los avances inherentes a Transmilenio, el problema del transporte en Bogotá necesita,según los expertos, una audaz combinación de fórmulas que excedan lo puramente vial.

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Nueva cartografía literaria y culturalpara América Latina

Alejandro JaramilloJulio César GoyesProfesoresInstituto de Estudios en Comunicación y Cultura, Ieco

Entrevista a la profesorae investigadora uruguayaMabel Moraña, directoradel Departamento de Literaturasy Lenguajes Hispánicos de laUniversidad de Pittsburgh,en su última visita a Colombia.

PERFIL

Ieco: ¿Cuáles son los puntos claves oestratégicos de las agendas culturales paraAmérica Latina?

Mabel Moraña: América Latina. Agendas Cultu-rales para el Nuevo Siglo fue un intento por buscarla opinión de varios investigadores y gente que tra-bajaba básicamente en el tema de política culturallatinoamericana. Entre las cosas que se menciona-ron, hay cuestiones de género; tiene que ver concómo se va a inscribir el asunto a los nuevos deba-tes, tanto en el análisis de la literatura como en el dela cultura en general. También está la idea de organi-zar la discusión en torno a lo que algunos llaman unnuevo latinoamericanismo, teorizado y elaboradodesde los centros, y ver cuál sería entonces la rela-ción que tendrían esas formaciones y formulacionesteóricas o críticas. También en la agenda hay cues-tiones que tienen que ver con el mercado cultural ocon debates en torno a temas de poscolonialismo.

¿Se justifica que América Latina tengauna agenda distinta a cualquier otraregión del mundo?

M.M.: Creo que sí, porque una de las cosasmás importantes es ver cuál es la especificidad dela inserción de América Latina en el contexto occi-dental y también las condiciones económicas ypolíticas, etc. Evidentemente, se van organizandoagendas locales y regionales que dialogarán conaquellas más vastas y generales de la globaliza-ción. Hay que definir esa particularidad de los diá-logos y debates, para marcar justamente los inte-reses y las urgencias de la región; ver también quées lo que aportan y si son pertinentes. Puede serque haya debates muy vigentes en otros contex-tos, pero que no necesariamente marcan estaagenda. Incluso, América Latina es demasiado vas-ta en sí misma, habría que regionalizar y pensar,no para mantenernos aferrados a estudios de agua,pero sí para identificar problemáticas que tenganque ver con movimientos sociales, con estados dela cultura o con agendas específicas en el caso dela Argentina, Venezuela y evidentemente con lasituación de la guerra en Colombia.

Esto resulta importante por lo quehemos trabajado. De alguna manera nosdice que las especificidades de Colombia,de la Argentina, por ejemplo, no nosidentifican como región, ¿qué piensa alrespecto?

Depende de qué tipo de debate estemos ha-blando en cada caso. Hay algunos para los cualesAmérica Latina se puede pensar, digamos, comototalidad enfrentada a ciertas construcciones cul-turales y problemáticas europeas; puede ser impor-tante, por ejemplo, cuando hablamos de situacio-nes de dependencia económica o de inscripcióndentro del capitalismo. América Latina como tota-lidad puede presentar situaciones y líneas más omenos generalizables, aunque hay cuestiones y pro-blemáticas locales que requieren un tratamiento es-pecífico. Creo que no podemos seguir suscribiendocuestiones puramente regionales. Incluso, algo alparecer tan específico como la situación colombia-na tiene tantas ramificaciones transnacionales quesería imposible aislar el problema y decir que sololes compete a ciertas comunidades.

¿Cómo entra a esta semántica desde losestudios literarios?

En el caso de la literatura hay que pensar enparadigmas que se vienen modificando desde ladécada del setenta, cuando ya era evidente la pér-dida de vigencia de los movimientos de libera-ción y muchas crisis tienen lugar en el campoideológico general, sobre todo después de la caí-da del muro, la desaparición del socialismo deEstado y la pérdida de la alternativa socialista paraAmérica Latina. Todo esto ha marcado muchosimaginarios latinoamericanos y mi preocupaciónpor continuar trabajando la literatura y los estu-dios literarios, como parte de un capital simbóli-co mucho más general que el literario. Intentoinscribir estas construcciones en diálogo con otrasmanifestaciones del arte y la cultura y con distin-tas problemáticas sociales. En este momento tra-bajo el tema de la violencia desde un punto devista teórico, empezando desde muy atrás, vien-do elaboraciones de la filosofía europea, luegodebates y discusiones teóricas que tengan quever con el caso de América Latina, para desem-bocar luego en un corpus literario que va desdesor Juana Inés de la Cruz a Rosario Tijeras, y otraserie de textos. Me interesan los cruces dondelos imaginarios centrales van cambiando las per-cepciones de la ciudad, la concepción de lo ur-bano, del espacio público y las maneras comoentran los jóvenes a la sexualidad. Los lenguajesde los jóvenes, el diseño de una nueva cartogra-fía latinoamericana, lo que se puede leer. La pro-blemática regional simbólica, desde ángulos di-ferentes, requiere reactivación, reformar lo queeran las aproximaciones al género literario mástradicionales y una apertura y un diálogo trans-disciplinario de otra naturaleza.

Carlos Rincón, en los "Mapas yPliegues" que hace de Macondo, dice queestas geografías son híbridas y duales enla medida que también hay unadescolonización de la conciencia y unacarnavalización de las sociedades. ¿Quéconcepto le merece esta apreciación conrespecto a Colombia?

Creo que el concepto de "macondización" tam-bién se escapa de alguna manera y sobrepasa lacuestión puramente colombiana, si hablamos deuna tropicalización de América Latina a través dediversos discursos, entre ellos el de la literatura; lapresentación exótica, vista desde ciertos paráme-tros y como imagen exportable que dialoga y esresistida y comprendida en otros contextos cultu-rales. Al mismo tiempo, reduce en muchos casosla gran complejidad de la realidad latinoamerica-na a ciertas formas de realismo mágico o al neo-barroco. Creo que la experiencia latinoamericanaes variada, múltiple y mezclada; lo importante escómo en estos momentos los elementos de las al-tas costumbres y de las tradiciones que no vincu-lan más al colonialismo español y a la coloniza-ción del imaginario europeo, las filosofías y lasvisiones antropológicas sobre América, etc., se vanmezclando con los imaginarios populares y la cul-tura de masas. Ya los productos son muy híbridosa todos los niveles; la alta cultura, para llamarlaasí, está recibiendo los insumos de esas viejas fuer-zas sacadas de la manifestación y tecnificación dela cultura, y a su vez la cultura popular se va vien-do permeada por mensajes que antes se articula-ban solo en estratos restringidos.

¿Qué hace una uruguaya en Pittsburghhablando de teoría poscolonial?

Hace lo que puede. Salí de Uruguay durante elperíodo de la dictadura, donde no había más re-medio que salir y después de unos años me insta-lé en Venezuela y luego en Estados Unidos, parahacer mi doctorado. Cuando intenté volver, se cayóla situación venezolana y hubo que quedarse, y apartir de ahí tratar de hacer una vida y un progra-ma personal de trabajo, aprovechando todas lasventajas, esa gran vertiente de bibliografía y deespacios de investigación que hay en EE.UU. Dealguna manera, me he mantenido fiel a una agen-da latinoamericana. Mi gran preocupación es es-tablecer esta plataforma de intercambio, como lohan sido los congresos internacionales de Estu-dios Culturales Latinoamericanos, el mismo dise-ño del Departamento de Estudios Latinoamerica-nos en la Universidad de Pittsburgh, que ofreceun terreno para el intercambio, para aprender loque se hace en América Latina y ofrecer al mismotiempo lo que podamos, aportando a la investi-gación; siempre teniendo en cuenta ese fantasmadel latinoamericanismo de laboratorio que se rea-liza de espaldas a la realidad y al diálogo conAmérica Latina.

El concepto de"macondización"también se escapade alguna maneray sobrepasa lacuestión puramentecolombiana.

el llamado “gobierno electrónico”, pero solo 15 de ellos permiten el comentario y la participaciónde los ciudadanos, según datos de la ONU. Actualmente, 173 gobiernos utilizan internet para susoperaciones, encabezan la lista los gobiernos industrializados. En el cambio del gobierno tradicio-nal al electrónico, los países de América Latina lo están haciendo óptimamente. Sin embargo, losproyectos excesivamente ambiciosos en la conversión a internet en la administración públicatienen un índice de fracaso que va del 60% al 80%.

La inmensa mayoría de los estados del planeta ya utilizan las tecnologías que permiten

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11Desde que se conectaron a la web, el 65% de los usuarios de Argentina, Brasil y Méxicoganaron en información y comunicación, pero modificaron hábitos cotidianos como horas desueño, concentración en el estudio o trabajo y tiempo dedicado a la televisión y a la lectura,así lo reseña Rafael Muñoz Benítez, docente de la Universidad del Rosario de Argentina en suartículo ”Internet: la puerta del mundo”, publicado en Interacción, la revista del Centro deComunicación Educativa Audiovisual (Cedal).

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MEDIOS

Una constante entodos los realitieses colocar a los y lasconcursantes en unadenigrante situaciónde sumisión total,o casi total, si quierenobtener unarecompensaeconómica. Eso,en buen romance,se le llama someter-y someterse a laabyección.

Siempre resulta interesante comprobar cómoel terreno de la representación sigue cumpliendosu función de reflejar la realidad y, por lo tanto, seruna de las herramientas valiosas para su conoci-miento: más aún cuando la búsqueda de este co-nocimiento puede llevar a detenernos en ciertasconductas que se imponen por momentos en unasociedad y que, a causa de la euforia que generan,impiden ver su dimensión, sus consecuencias. Ennuestro país apenas llevamos la segunda tempora-da de los reality shows y ya se presentan síntomasde decadencia bastante graves. Esto, aunque pre-visible, ya es preocupante por su impacto social, yes obvio que se prendan algunas alarmas ante lainformación que extraemos de su examen.

En efecto, la cosecha 2003 de dicha forma del“entretenimiento” ha sido bastante variopinta. Comonovedad, tenemos que los realities irrumpen en elestrato 3, producto de esa suerte de Frankestein enque se ha convertido el Canal 7, hoy Canal uno. Apropósito, ¿por qué los dineros públicos de la televi-sión deben financiar proyectos privados de las pro-gramadoras que usufructúan este canal?

Más aptos para ciertos melodramas cercanosal surrealismo, en uno de estos programas semonta tremendo show con la necesidad que tie-ne mucha gente de conseguir cómo ganarse lavida, con una carga tal de lacrimogenia y sensi-blería que solo extrañamos una niña cieguita quevenda flores, a lo Chaplin. En otro, una familia delmencionado estrato debe aguantarse que un tipobastante indeseable, literalmente, le joda la vidadurante no sé cuántos meses para poder ganarseunos pesos. A este deplorable nivel conceptual sele suma una factura también bastante deficiente.No nos imaginamos qué podría pasar si les da porazarar los estratos 1 y 2, aunque tal vez se salvenpor no ser suficientemente fashion. También po-demos preguntar por qué no se les ocurrió hacer-lo con una familia de los estratos “pudientes”.

En cuanto a los canales privados, los patriotasde RCN insisten en ese monumento a la mediocri-dad, la hipocresía y la gavilla que fue su “Protago-nistas de Novela”. Todavía el público del programaestá esperando que, en efecto, el ganador y la ga-nadora del año pasado protagonicen una teleno-vela; lo que veo difícil, pues el canal, supongo quecon suficiente prudencia, está esperando a ver síaprenden a actuar o, en su defecto, a que se olvideel asunto. Este año introdujeron unas reglas nue-vas, siempre dentro de la terminología bélica (elamenazado, el rescatado, los expulsados que re-gresan a “poner las cosas en su sitio”). Desconoz-co si esto ha aumentado el rating, pero lo que se vees el mismo espectáculo de unos seres que un día

AbyecciónDe los realities a la realidad

José Luis Zapata*ProfesorFacultad de Artes

se dan fraternalísimo abrazo, hacen promesas deapoyo, y al siguiente buscan la expulsión del otro -sobre todo si es más talentoso- porque “sí, te apo-yaba, pero hoy estás de malas, así es la vida”. Su-pongo que el canal considera muy iluminantes estosreferentes para el actual estado del tejido social delpaís. También puede suponerse que el próximo añoserán creadas las categorías del vacunado, el extor-sionado, el secuestrado. Esperamos que también ladel desaparecido.

Por el lado de los no menos patriotas de Cara-col -aunque en versión no tan impúdica-, la apues-ta fue más temeraria. Aunque tiene en receso elformato de “Pop Stars” (para decepción de quie-nes deliraron con las quinceañeras), a la mezclatan curiosa de mentalidad de boy scout y NuevaEra que es “Expedición Robinson” le sumaron “ElTriángulo” y, en la temporada pasada, el papá detodos: “El Gran Hermano”. Del primero solo ha-bría que mencionar la decepción entre imaginar-se que estábamos próximos a entrar a un nivel decivilización semejante al holandés o sueco (con lapromoción local del triángulo amoroso, esquematan estable de relaciones interpersonales), y en-contrarse con un mar de lugares comunes y cursi-lería. Con el patriarca de los realities, en cambio,la cosa es más grave.

Si bien en este programa el modelo del grupode personas encerradas es la base del concurso,las condiciones son mucho más lamentables (ohabría que decir orwellianas, pero no llegan a tan-to): la autoridad, que en otros realities está encar-nada en un presentador o presentadora, o unosprofesores con diferentes niveles de verosimilitud,aquí es una voz, la del Gran Hermano, que pre-tende tener los atributos de la Divinidad (aunquetécnicamente sí los tiene) y a la que deben obede-cer sin chistar, en el momento que aquel se le an-toje, es decir, estar dispuestos “pa’lo que sea”. Y afe que así ha discurrido el asunto, dada esta com-binación de un concepto de autoridad que requieresúbditos totales y un grupo de personas dispues-tas a serlo -por las razones que cada cualtenga-: aparte de las actividades “nor-males” -cocineros(as), amantes, o,por supuesto, conspiradores(as)- han pasado ciclistas,bailarinas, cirqueros,strippers, entreotros, con el de-nominador co-mún de la vallaambulante, utiliza-da de una manerabastante agresiva.Pero la actividad en quese han visto los resulta-dos más lamentables deesta práctica fue cuando

asumieron el papel de promotores(as) del famosoReferendo.

Es aquí donde debemos dar una vuelta de tuer-ca. Como puede verse, una constante es poner alos y las concursantes en una denigrante situaciónde sumisión total, o casi total, si quieren obteneruna recompensa económica. Eso, en buen roman-ce, se llama someter -y someterse a la abyección.No podemos afirmar que esta conducta sea patri-monio exclusivo de este tipo de programas: tene-mos ilustres antecedentes, como los de “bromas”,o el nuevo engendro del inefable sujeto conocidocomo J. Mario, que no contento con fumigar en-tre semana a amas de casa, jubilados y desem-pleados con dosis cada vez más altas de estolidez,se despacha el fin de semana con una verdaderasaturday nightmare -con bruja y todo- producto,seguramente, de sus profundos conocimientos dela obra de Shakespeare. Lo que sí resulta evidentees que el formato reality permite que este com-portamiento se acentúe, y que tal vez el caldo decultivo esté en los hechos de la realidad cotidiana.

No entraremos aquí a mirar si esta situación seoriginó en un huevo o en una gallina, pero sí es lícitopreguntar cuál es la idea. O mejor, qué buscan, quéganan los grupos de poder que conforman el Régi-men con esa exhibición tan grosera de poder queimplica dejar a una persona inerme en estado de“bajeza, envilecimiento, abatimiento, humillación”(que es como define el diccionario la abyección) encuanto escenario sea posible. Será que con ese mé-todo se mejoran la competitividad, la efectividad, laproactividad y demás monsergas al uso.

La simbiosis extática entre la realidad y la re-presentación de esta conducta se ha dado cuan-do el presidente pone de tarea a los concursantesdel “Gran Hermano” que promuevan, con bailes,canciones y coros heroicos -con todo y puños enalto-, el no menos engendro del Referendo. Lásti-ma por ellos, porque, paradójicamente, fue un sín-toma de que primó el ciudadano sobre el televi-

dente en la votación.* Escuela de Cine y Televisión.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

En materia de medios, el fracaso del Referendo deja otra lección esteaño: el televidente no siempre reemplaza en las urnas al ciudadano.

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ENSAYO

Villanos yCancionesLos villancicos, herencia de la tradición colonial, enriquecida con aportes cultosy profanos, literarios y paganos, y casi exclusivamente hispánica, sirvieron en elSiglo de Oro, y siguientes, a intereses políticos y culturales. Una interesante miradadel reconocido musicólogo Egberto Bermúdez a este tradicional tema de navidad.

Egberto Bermúdez*Profesor TitularFacultad de Artes

Los villanos no son solamente los malos de lapelícula o los antihéroes invitados a los episodiosde Batman y Robin. Antes, y desde el siglo XV, enEspaña se llamaba así a los habitantes de las villas,equivalentes a los actuales pueblos o pequeñas ciu-dades. Estos eran, pues, campesinos, rústicos y sim-ples, que fueron un importante ingrediente de lacultura popular del Renacimiento y el Barroco.

Pastores (o ex pastores) ellos mismos, por trans-ferencia inmediata esos villanos fueron asimiladosa los “pastores“ de la idílica e improbable escenadel nacimiento de Jesús. De ahí la multitud de za-gales, zagalas, pastores y demás visitantes virtualesde las canciones cantadas ante los pesebres en lasnovenas de hoy. Todo esto parece ser parte de unatradición casi exclusivamente hispánica, más afian-zada en América que en España misma y con po-cas correspondencias en otros ambientes católicos.

En la España del siglo XV, se llamaba villancicoa un poema y una canción cuyo texto y música es-taban hechos a la manera de los villanos, no porellos mismos, sino por cortesanos e intelectualesque los imitaban, como los académicos que en Italiase hacían llamar Sileno, Salicio o Nemoroso y has-ta se disfrazaban con pieles sin curtir para asistir asus sesiones. Algo equivalente a lo que a media-dos del siglo XIX hacían los minstrels en los Esta-dos Unidos, cantantes y músicos blancos que tiz-naban su cara con betún para cantar, actuandoen forma grotesca, las canciones de los negros,acompañándose de sus instrumentos típicos.

Los textos de este estilo constituyeron uno delos más importantes filones de la poesía española,especialmente en los siglos XIV y XV, ejemplificadocon las serranillas y villancicos del Marques deSantillana (1398-1458) y de Juan del Encina (1469-1529). Ya en el siglo XVI, por su influencia italiani-zante, Garcilaso y Boscán pusieron a sus pastoresa cantar en endecasílabos, pero la tradición casti-

za mantuvo el octosílabo, la copla y la redondilla ysiguió siendo un importante vehículo de expresióncultivado por los grandes exponentes de la poesíadel Siglo de Oro. Su arraigo popular era antiquísi-mo, y su estructura, en la que se alterna un estribi-llo con varias coplas, está vinculada con las jarchasmozárabes, las más antiguas muestras de literatu-ra vernácula hispánica.

La jocosidad y el exotismo fueron sus marcasde fábrica. En España, este elemento lo aportabael dialecto sayaguéz, el asturiano y el gallego, asícomo los personajes estereotipados como el ga-llego o portugués ingenuo, el gitano ladrón, el viz-caíno tosco o el catalán tacaño. Y desde el mismosiglo XVI, una vez exploradas las costas de Áfricao el interior de los territorios americanos, muy rá-pidamente el negro dicharachero, locuaz y baila-rín, o el indio ladino o montaraz entraron a for-mar parte de aquellos difundidos lugares comunesliterarios. La teatralidad de estos textos y cancio-nes fue ampliamente aprovechada por dramatur-gos españoles y portugueses durante el siglo XV,de los cuales sin duda el más notable fue el yamencionado poeta y compositor Juan del Enci-na. En 1492, por ejemplo, anima a sus escépti-cos pastores a curiosear, o tal vez a pescar en ríorevuelto, después de la toma de Granada por Fer-nando e Isabel:

¡Levanta Pascual, levanta!Aballemos a Granada,Que se dice que es tomada.

El villancico fue también un importante instru-mento para dejar grabada en la mente popular lahistoria escrita por los vencedores. Otro ejemplode Juan del Encina, que tiene ya un importanteacento propagandístico, exhorta al depuestoBoabdil, último rey nazarí de Granada, a la con-versión, ‘única’ opción ante la infalibilidad de laley cristiana:

Tórnate, tórnate buen ReyA nuestra ley consagrada,Porque si perdiste el reinoTengas el alma cobrada.

Según Dios hace sus hechosLa defensa era excusadaQue donde El pone su mano,Lo imposible es casi nada.

Un personaje fundamental en la historia del vi-llancico en ese momento capital de la historia deEspaña fue Hernando de Talavera (circa 1426-1505),al parecer, descendiente de judíos conversos. Al sernombrado en aquel año primer arzobispo de la re-cién tomada Granada, aprovechó la presencia dealgunos impresores alemanes en la ciudad paracontratarlos y utilizar oficialmente la imprenta

como un importante vehículo de aculturación re-ligiosa para la población islámica de la ciudad. Nosolo participó personalmente en la edición de laprimera publicación, sino que fue el autor de lasegunda, Breve y muy compendiosa doctrina cris-tiana, ambas de 1496. Más tarde, también usaríala imprenta para propagar la enseñanza del árabeentre los eclesiásticos encargados de la evangeli-zación de la población de la ciudad. A él tambiénse le atribuye el haber incluido en la liturgia al vi-llancico, hasta entonces, género musical y litera-rio profano.

Como parte de su programa político-cultural,Talavera introdujo los villancicos, es decir, cancio-nes con un lenguaje simple y directo cantadas enespañol, en la aburrida liturgia latina de las fiestasmayores. Los villancicos se introdujeron reempla-zando los Responsorios de cada una de las lectu-ras de los Nocturnos de la hora de Maitines, parti-cularmente en la Navidad. Los tres Nocturnosquedaron entonces con tres lecturas y tres villan-cicos cada uno, estableciendo así el ciclo de nue-ve tradicionales para esta celebración.

A medida que transcurrió el siglo XVI, esta cos-tumbre se fue difundiendo en España y natural-mente resultó más que adecuada en el contexto dela evangelización de las poblaciones no europeas(amerindias, asiáticas, africanas) del inmenso im-perio español de Felipe II. La Contrarreforma, lide-rada por los jesuitas, encuentra de nuevo en el vi-llancico un importante vehículo de aculturación ycontrol social, que hoy, en rincones lejanos, desdeFilipinas hasta el sur de Estados Unidos, deja aúnver trazas de su intención globalizante.

El sevillano Francisco Guerrero (1528-1599),tal vez el compositor español más sobresalientede su generación, establece el modelo canónicodel villancico religioso con la publicación de susCanciones y Villanescas espirituales, publicadas enVenecia en 1586 por Giacomo Vicenti, uno de losmás prestigiosos impresores musicales del momen-to. Allí hay textos navideños, pero también otrosdedicados a la Virgen y a temas más abstractos,como el Santísimo Sacramento. De ahí en adelan-te, proliferan textos para todas las fiestas mayores(Navidad, Semana Santa, fiestas marianas), al igualque para la amplia lista de santos y santas, devo-ciones locales, etc. Durante el siglo XVII y XVIII, lapresentación de los villancicos de la Nochebuenaera un evento sin igual en el mundo hispánico, talvez una de las pocas oportunidades de oír músicaen vivo, con nuevas piezas, alegres y jocosas, cu-yos textos eran distribuidos en impresos que lagente podía seguir a medida que trascurría su in-terpretación. En este momento parece consolidarsetambién la tradición de la novena, que no teníaun precedente judío y que probablemente tomócomo modelo las celebraciones funerarias y ritua-les efectuadas durante nueve noches por los ro-manos. Más tarde, se consolidó como una cele-

En el campo delvillancico de navidady las cancionesinfantiles, la herenciade la tradicióncolonial va siendoreemplazada, enambientes urbanosy rurales, por músicaeuropea, procesorealizado a travésde traducciones yadaptaciones.

bración de rogativas a la Virgen y luego en la Na-vidad, especialmente en Francia y España.

En España y América, el villancico se adaptó alos cambios de la estética musical y paso de serpolifónico vocal, a ser cantado con voces solas yacompañamiento instrumental. Más tarde, seajustó a la estructura de la cantata, con solistas ycoro, y, en el siglo XVIII, se asimiló al aria da capode la opera italiana. Hoy en día, los villancicosconstituyen más de las tres cuartas partes del re-pertorio musical de los siglos XVII y XVIII, conser-vado en los archivos de las catedrales españolasy latinoamericanas.

Los más atractivos y difundidos eran los llama-dos villancicos de negros, que recibían el nombregenérico de guineos o negrillas. Desde el siglo XV,el “habla de negros” o lenguaje en donde se re-producía la forma defectuosa como los africa-nos pronunciaban y usaban la gramática del es-pañol y el portugués, se había institucionalizadoen la poesía y el teatro hispánicos. En un marcojocoso, se afirmaban normas de discriminación yexclusivismo, pero también se cultivaba el exotis-mo (en especial en el terreno de lo sexual, el cantoy el baile) que se mantendría universalmente has-ta nuestros días.

En un texto anónimo musicalizado por Juande Araujo (circa 1710), se presenta a los esclavoscantando en un lenguaje salpicado de africanis-mos, a veces totalmente descontextualizados,como la alusión a Sofala, localidad de Mozambi-que, de donde en efecto vinieron muy pocos es-clavos, pero otros todavía vigentes como Bguache,africanismo usado hoy en Colombia para referirsea un sonajero tubular, instrumento musical afro-americano, pero también como sinónimo de rús-tico y maleducado:

Los coflades de la estleyaVamo turo a Belé ya!Y velemo a Siola beyaCon Siolo en lo poltal.Vamo, vamo currendo ayáOilemo un villancicoQue lo compondlá FlacicoSiendo gaita su focico,Y luego lo cantaláBlasico, Pelico, Zuanico y TomáY lo estlibiyo dilá:Gulumbé, gulumbé, gulumbáGuache, molenillo de Safalá.

A estos sonoros estribillos les seguían largas se-ries de coplas, que en una interpretación modernatardan algún tiempo en interpretarse. Muchos deestos villancicos probablemente tuvieron tambiénuna interpretación escenificada con disfraces yutilería, y así lo sugieren algunos textos, como el deun villancico anónimo de Navidad de 1704 conser-vado en el archivo de la Catedral de Bogotá:

Salió Antoña bizarraA echal la copla plimela,Vestida de saya entelaCon tamboril y guitarra.

Los ejemplos de este período son innumera-bles y entre ellos se destaca la “monja de México”,Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1690), autora devarias colecciones de villancicos de excelente cali-dad (cosa no muy frecuente) que fueron musicali-zados por sus contemporáneos y que se encuen-tran en archivos de España y América, como este,musicalizado por el español Matías Durango(1636-1698), del archivo musical de la Catedralde Bogotá:

Pues mi Dios ha nacido por mí,Déjenle velar.Pues está desvelado por mí,Déjenle dormir.Que no hay pena en quien ama,Como no penar,Que quien duerme en el sueño,Se ensaya a morir.

A pesar de que en España el villancico declinóen las últimas décadas del siglo XVIII, en Américamantuvo buena salud y se ajustó a los diferentesambientes culturales que se consolidaron con eladvenimiento de la independencia. En Venezuela,por ejemplo, los compositores de villancicos reci-bieron el influjo de la música clásica de la escuelade Mannheim, Haydn y Mozart. En el siguienteejemplo, de alrededor de 1800, el compositor mu-lato José Francisco Velásquez (1755-1805) construyeuna pieza para dos sopranos (solo y dúo) con bajocontinuo solamente con la siguiente estrofa:

Niño mío que entre pajasNaces para nuestro bienYo te ofrezco el corazónY toda el alma también.

En esa misma época, 1797, otro mulato deOcumare del Tuy, Lino Gallardo (1773-1837) elautor del himno nacional venezolano, compusotambién una canción revolucionaria, casi única ensu genero, como eco de la revolución francesa.Este fue el ambiente musical de Simón Rodríguez,Andrés Bello y Simón Bolívar.

En Colombia, en ese momento no se conocióla música de Haydn, y como en todos los mediosculturales conservadores de América, la tradicióncolonial se mantuvo casi inalterada. A mediadosdel siglo XIX, la literatura costumbrista habla de latradición de la celebración de la Navidad en Usa-quén (con pesebre, novena y canto de sus villanci-cos), a cuyas quintas se trasladaban las familiaspudientes bogotanas. Para entonces, Manuel Rue-da (circa1850), maestro de capilla de la catedralde Bogotá, con el ritmo del naciente bambuco ycon acompañamiento de bandola y guitarra, mu-sicalizaba el siguiente texto, todavía con el len-guaje de negros de los siglos anteriores:

Ay ven, ay ven, ay venCorramo para Belén.Vamo Ño Juancho que, un niño ha nacío,Sobre humilde paja, al rigó del frío.Pero si es que vamo, algo hay que llevále,Aunque sea uno lienzo, para unos pañale.

Sin embargo, en los ambientes afroamerica-nos se desarrolla una tradición navideña des-cendiente de la anterior, pero festiva y rela-cionada con el baile y con elementos locales.Es la de los aguinaldos, parrandas, gaitas y tu-nas de Costa Rica, Puerro Rico, Panamá, Ve-nezuela, Colombia, y aún la isla de Trinidaden donde, en inglés, se le llama parang. Estahace parte de la música tradicional de aque-llas regiones y hoy en día se ha transformadoen contextos exclusivamente festivos, sin ningúncontenido religioso, como ocurre con la parrandavallenata.

Al revertir a la iglesia la educación pública conla instauración de nuestra República Conservado-ra de 1886, y con la llegada al país de órdenesreligiosas extranjeras masculinas y femeninas paraalimentar este propósito, se produjeron cambiosimportantes con respecto a la tradición musicalpopular colombiana, en especial en lo que se re-fiere a la religiosidad popular. Poco a poco, en elcampo del villancico de navidad y las cancionesinfantiles, la herencia de la tradición colonial quehemos descrito va siendo reemplazada, en am-bientes urbanos y rurales, por música europea (es-pañola, francesa, italiana, alemana), proceso rea-lizado a través de traducciones y adaptaciones.

El hispanismo es una de las características cul-turales notorias en Colombia, en las últimas déca-das del siglo XIX y primeras del XX. Las cada vezmás frecuentes compañías españolas de zarzuelay su repertorio dejaron una profunda impronta ennuestra música popular: las tunas, las estudianti-nas, la bandola moderna y el pasodoble formanparte de este importante proceso. En España, unade las tareas de la Sección Femenina de la FalangeEspañola, desde la década de 1930, fue la de “re-cuperación“ del canto, la música y el baile popu-lar. De ese paternalismo militante surgieron loscancioneros de las JONS, abundantes en cancio-nes, rondas infantiles y villancicos, esenciales en lacultura del franquismo y acogidos efusivamenteentre los círculos conservadores colombianos y la-tinoamericanos.

Sin embargo, como ya se dijo, el villancico,antes de entrar en el mundo religioso, fue profun-damente profano, y como canción fue un equiva-lente próximo a los boleros, vallenatos o rancherasde hoy. Con alta calidad literaria, sus textos se plan-tearon reflexiones sobre el ser humano, sus debili-dades, miedos y obsesiones. He aquí algunos ejem-plos: decía un autor anónimo del siglo XVI,musicalizado por Juan Vásquez:

Quien amores tiene,¿Cómo duerme?Duerme cada cual como puede.

O este, del varias veces citado Juan del Encina:

Las cosas que deseamostarde o nunca las habemos,y las que menos queremosmás presto las alcanzamos.

Sin embargo, a pesar de que es un villancicopara la cuaresma, terminaremos con otro de Juandel Encina, muy adecuado sin duda en estos mo-mentos:

Oy comamos y bebamosY cantemos y holguemos,Que mañana ayunarémos.

* Instituto de Investigaciones Estéticas.

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA ruizianum, una especie de orquídea nativa del territorio colombiano, en riesgo de extinción. Gracias ala embriogénesis somática, el biólogo Juan Manuel Peláez de la Universidad Nacional de Colombiaobtuvo de 150 a 200 plántulas, apenas de un segmento de hoja. La regeneración de la plantacompleta a partir de ese fragmento abre la posibilidad de cultivar la especie comercialmente y repre-senta una salida a la recuperación de esta flor en peligro de desaparecer, debido a la presión que seejerce por su belleza y cotización en los mercados mundiales.

Una tecnología aplicada por primera vez en el país permitió la multiplicación de Epidendrum

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Nelly MendivelsoPeriodista Unimedios

Este producto dela colmena podríasumarse al sectorexportador del paísy convertirse en uncompetidor paranaciones como Brasil,principal proveedordel mercado japonés.

El acné, la caries dental, la parasitosis por Giardíalamblia y las ulceraciones de pacientes postradostienen un fuerte contrincante en los propóleos.Un joven zootecnista se aproximó a la capacidadantimicrobiana de este producto de las abejascon mucho potencial en el país.

Al ser humano le bastó maravillarse ante lamajestuosidad con que un enjambre de abejasrecubría insectos y pequeños roedores que caíandentro de la colmena con una masa que impedíasu descomposición, para sospechar que tras dichagoma se escondía un puñado de virtudes. Más aúncuando descubrió que se trataba de una mezcla deresinas de árboles con cera, polen, tierra y enzimassalivares, que los diminutos insectos elaborabanpara untarla por toda la colmena y así impedir elataque oportunista de hongos, virus y bacterias.

Un acto de la naturaleza que no pasaron poralto los sacerdotes y médicos de culturas antiguascomo la romana, inca, azteca y la egipcia, que hacecerca de 3.000 años utilizaba las propiedadesmédicas de este producto apícola, reconocido hoycomo propóleo, para embalsamar los cuerpos delos faraones; tampoco los occidentales que lo hanincluido en la medicina popular para tratar diver-sas dolencias como infecciones cutáneas o heri-das de guerra; y menos un zootecnista y apicultorde la Universidad Nacional, quien se propuso com-probar si estas bondades también existían en lospropóleos criollos.

Propiedades de peso

Como punto de partida, Telmo Martínez, un re-cién egresado de la Facultad de Medicina Veterina-ria y de Zootecnia, hechó un vistazo a episodioscomo la lucha de los Boers en Sudáfrica, en 1903,en la cual un grupo de soldados sobrevivió a la gan-grena gracias a que sus heridas fueron recubiertascon propóleo ante la ausencia de antibióticos, asícomo a los avances clínicos que lograron nacioneseuropeas tras la Cortina de Hierro, al hallar en losproductos de la colmena valiosas propiedades an-tioxidantes, inmunoestimulantes, antivirales, anti-parasitarias y cicatrizantes de quemaduras.

Remitiéndose al pasado, el zootecnista compro-bó que las capacidades medicinales de esta mezclaprodigiosa, de color marrón oscuro hasta amarilloverdoso, han motivado investigaciones con exce-lentes resultados alrededor del mundo. Y hoy loscientíficos, inmersos en la búsqueda de sustanciaspara atacar a los microorganismos que le han ga-nado la batalla a las drogas convencionales, tienenpuesto el ojo en el propóleo, en el que se han com-probado más de 250 principios activos, muchos deellos con capacidad antimicrobiana.

Una maravilla que poco se ha vislumbrado enColombia, pues el cuidado de las abejas y la ob-tención de sus productos no han tenido la impor-tancia que se merecen, dice Telmo, con conoci-miento de causa. El país apenas cuenta con 150mil colmenas de Apis mellifera en producción y elpotencial apícola de la flora colombiana permiti-ría criar mucho más de un millón de estas colme-nas. Ello sin tener en cuenta la diversidad de abe-jas de vida social, que superan las 120 especies ennuestro país, y de las cuales aún no se sabe si sepodrían obtener resinas.

Un motivo suficiente para que Martínez pen-sara en la necesidad que tiene el mercado apícolacolombiano de contar con criterios técnicos pro-pios para valorar este producto del panal, pues,en su concepto, aún en el país no se ha sistemati-zado un conocimiento que permita competir conpropóleos obtenidos en otras latitudes como Bra-sil o Cuba, naciones que a partir de sus investiga-ciones han puesto sus propóleos en los mercados

japonés y europeo con gran beneficio, medido endólares, siendo el mercado nipón de propóleossuperior a los 2.000 millones de yenes, es decir,casi 280 millones de dólares.

En este contexto, apoyado por la microbiólogaJudith Figueroa, directora del trabajo de grado, seevaluó el potencial antimicrobiano del propóleoproducido por nuestras abejas en Colombia, y seestableció una metodología para obtener elestándar de control de calidad del producto a bajocosto y de fácil acceso para los apicultores.

Efecto criollo

Para hallar las bondades de los propóleos na-cionales, Telmo colectó muestras de 32 apiariosubicados en los municipios de Caicedonia y Sevi-lla, en el Departamento del Valle del Cauca; Pijaoy Buena Vista, en el Quindío; Charalá, en Santan-der; Cota, Tabio, Pacho, Tena y la Mesa, en Cundi-namarca; Zetaquíra, Otanche y Umbita, en Boyacá;Rovira, en el Tolima, y Pitalito, en el Huila.

Implementando la técnica de difusión radialen doble capa de agar -la misma que se utilizainternacionalmente para evaluar los antibióticosconvencionales- se calculó la actividad antimicro-biana de los extractos de propóleo empleando 13microorganismos registrados en bancos de cepasnorteamericanos e ingleses, facilitados por dife-rentes laboratorios de la Universidad Nacional. Elresultado no pudo ser mejor, pues todos los pro-póleos mostraron gran capacidad para inhibir bac-terias y, muchos de ellos, potencialidad superioral de los antibióticos.

Los microorganismos inhibidos fueron dos Sta-phylococcus aureus causantes de la formación deabscesos como forúnculos o acné, y uno de ellosresponsable de infecciones intrahospitalarias, cla-sificado en el Hospital San Juan de Dios en 1999,capaz de resistir antibióticos convencionales comola Meticilina.

En la lista de bacterias vulnerables al propóleono falto el Streptococcus mutans una de las cau-santes de la caries dental, frente a la cual el 83% delos extractos de propóleos mostraron actividad; elBacillus cereus bar. Micoydes, implicado en intoxi-caciones alimentarias, que sucumbió ante el 90%de los prpóleos; la Pseudomona aeruginosa presenteen las llagas o ulceraciones de personas postradas,que se inibió con el 83% de las muestras, y la Kleb-siella pneumoniae (ESBL), otra bacteria resistente alos antibióticos. Una variante de la misma especieocasionó la muerte de pacientes con problemasrespiratorios en hospitales de Cartago y Pereira,debido a la falta de drogas para combatirla, asegu-ra la microbióloga Judith Figueroa.

La cara rentable

In vitro, los propóleos colombianos mostraronsu efectividad antibacteriana. El conocimiento deeste producto, pese al prestigio del que goza po-pularmente, solo por sus cualidades para contro-lar problemas respiratorios (tos), todavía es inci-piente en el país. “En realidad son pocos losapicultores que saben cómo obtener y producirpropóleo, y menos los que conocen su verdaderopotencial medicinal”, aclara el zootecnista, segu-ro de que al menos el 70% de los preparados enColombia son falsificados.

De hecho, el impulso para implementar unatécnica de control biológico de propóleos nacio-nales está acompañado de un método para laobtención del extracto, habiéndose evaluado tam-bién varias concentraciones de alcohol para iden-tificar cuál permite sacarle mejor provecho a susprincipios activos. Trabajo científico que el jovende la Universidad Nacional tuvo la oportunidadde mostrar en el marco de las Jornadas de Apite-rapia 2003 en Argentina, realizadas en siete ciu-dades diferentes del país austral, sitios en dondequedó en alto el nombre de la zootecnia y la api-cultura colombianas.

Un primer paso para pensar que este produc-to de la colmena podría sumarse en gran medidaal sector exportador del país y convertirse en uncompetidor para naciones como Brasil, principalproveedor del mercado japonés. En su empeñopor estudiar la actividad anticancerígena del pro-póleo, este país está dispuesto a pagar hasta 180dólares por kilo. “Si pensamos que una colmenapuede producir un kilo al año, y la flora Colombiapermitiría criar un millón, solo bastaría multiplicarpara saber que poseemos una materia primainvaluable que estamos desaprovechando”.

La extracción manual de propóleo, primer paso de una industria con enormes posibilidades decompetir en mercados internacionales.

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15Investigadores brasileros completaron el genoma de la caña de azúcar.Los científicos estimaron que esta planta posee unos 33.620 pares de genes, de los cuales2.000 estarían relacionados con la producción de azúcar. La investigación fue realizada por22 equipos independientes y más de 200 expertos, coordinados por Paulo Arruda de laUniversidad de Campiñas y tardó aproximadamente cuatro años. Ellos se propusieron estameta teniendo en cuenta que Brasil es el mayor productor mundial de este producto, con 23millones de hectáreas al año.

CIENCIA Y TECNOLOGÍAUna nueva era en la administraciónde medicamentos y fertilizantescomienza la Universidad Nacional,haciendo uso de los hidrogeles,materiales que permiten suliberación controlada. El proyectointernacional busca corregir losefectos de las dosis inadecuadas.

María Claudia Rojas R.Periodista Unimedios

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No siempre la repelencia entre el agua y elaceite es tan incómoda como cuando se hablade relaciones humanas. Incluso, es deseable, sise intenta formar esferas pegadas, pero indepen-dientes, para guardar en ellas medicamentos oabonos “inteligentes”, que se liberan solo cuan-do el suelo y el cuerpo humano los necesita.

No estamos hablando de ficción, solo del prin-cipio con que científicos colombianos acomodanuna tecnología útil a la agricultura, para optimizarel uso de fertilizantes, y a la medicina, para mejorarla función de los fármacos.

Pues bien. Tal vez la palabra hidrogel sugiera unconcepto de agua mezclada con otra sustancia (sol-vente), cuya capacidad de retención puede superarhasta 300 veces su peso. Este material no es otracosa que un tipo especial de polímero, del cual loslentes de contacto blandos, las toallas higiénicas ylos pañales son su aplicación más común.

El empleo contrario al de retención, es el deliberación controlada. Un campo emergente, enel que Colombia incursiona a través del equipode investigadores adscrito al Departamento de In-geniería Química, que ya sintetizó el material don-de un ingrediente activo sería transportado al lu-gar exacto y suministrado en las dosis adecuadasa través de una difusión prolongada y regulada.

Fórmula de campo

Los ensayos pioneros en el diseño de un dis-positivo capaz de medir la cantidad y la velocidadde liberación de un abono estuvieron a cargo deJuan Carlos Orozco y Luis Gabriel Amado. Antesde probar con urea, los ingenieros químicos de-bieron fabricar una clase de hidrogel apto paracontener la sustancia. Por ensayo y error, evalua-ron 15 materias primas, en una búsqueda queles tomó más de ocho meses de militancia en ellaboratorio. Al final consiguieron dispersar “no elaceite en el agua, como vemos cuando prepara-mos arroz, sino el agua en el aceite”, cuenta JuanCarlos, intentando una explicación sencilla del éxitoal obtener la suspensión inversa, el proceso máscomplejo para sintetizar el material, que esta vezdebía liberar, en lugar de absorber.

Había llegado el momento de experimentar. Seinyectó urea concentrada en las esferas, ahora dis-puestas in vitro en soluciones salinas similares a lascondiciones promedio de los suelos colombianos.Temperaturas de 10 y 20 grados centígrados y pHde 5.6 a 7.0, en distintas combinaciones, sirvieronpara demostrar que el hidrogel funciona. Al cabode 12 horas, lentamente, pero de forma continua,el fertilizante había sido irrigado.

A diferencia de los abonos convencionales, queactúan acríticamente frente a la composición delsuelo y los campesinos usan equivocadamente paradevolver productividad a la tierra de monocultivo,

Hidrogelescontra mala dosificación

las ofertas de nutrientes y la frecuencia de sumi-nistro a través del hidrogel son discriminadas deacuerdo con las demandas de cada tierra y culti-vo.

“Un suelo rico en nitrógeno no debería sermanejado con NPK (fertilizante ‘integral’ de usocomún que contiene nitrógeno, fósforo y pota-sio), porque se le da un requerimiento mayor delque necesita y, en lugar de fertilizar, se lo conta-mina”, explica el ingeniero. Otro tanto sucede conla dosificación. Un cultivo que se abone cada dosmeses, en las primeras semanas tendrá suficientefósforo, por ejemplo, pero las últimas estará po-bre y, como consecuencia, se recogerá una cose-cha desigual. “La idea es contar con un dispositi-vo que controle la distribución del abono dentrode un período de tiempo establecido, para queunas matas no sean más grandes que otras”.

Pero, ¿eso implicaría hacer un estudio de sue-lo cada vez que se siembra? No, porque el princi-pio termodinámico de diferencia de pH o de con-centración del nutriente entre el hidrogel (adentro)y el suelo (afuera) hace que el primero active ladescarga de la sustancia, que será más lenta en lamedida que colme la carencia. En otras palabras,la transferencia de líquido de un medio a otroutiliza la ósmosis como lo hace una esponja, quecesa en su actividad cuando “sabe” que la con-centración es mayor afuera.

Para ello, los dos jóvenes ingenieros concibie-ron una fórmula con gránulos que no pasan dedos milímetros cada uno. Aunque la solución espequeña, el problema es grande. El 12,2 % de laerosión en el mundo es producida por agentesquímicos, de acuerdo con datos de la FAO, de1992, mientras en Colombia el 33,9% de los sue-los están clasificados en degradación moderada,alta y muy alta, según un estudio adelantado porel Instituto de Hidrología, Meteorología y EstudiosAmbientales (Ideam), de 2001.

Una referencia puntual en cifras sorprende aúnmás. No más en la cuenca alta del río Subachoque,cada semestre se utilizan 1.326 toneladas de ferti-lizante para el cultivo de papa, lo que quiere decir30 bultos ó 1.500 kilogramos por hectárea. En losmismos datos, referenciados en 2003 por el inves-tigador Germán Mendoza del Departamento deIngeniería Agrícola de la Universidad Nacional, ensu tesis de maestría acerca de cómo afecta la ero-sión un cultivo, mayor impresión causa la cuentaque arroja multiplicar el número de hectáreas dedi-cadas al tubérculo en el municipio cundinamarquéspor el consumo de abonos químicos: 1´800.000kilogramos semestralmente.

Cualesquiera que sean los costos ambientales yeconómicos derivados, sin duda resultarían impac-tantes. Pero hay otra consecuencia: buena parte delos fertilizantes son arrastrados por el agua lluvia oel viento o no alcanzan a ser retenidos por el suelo,por lo que se filtran y llegan a las aguas destinadasa consumo humano. En esos términos, el avanceen la tecnología de los hidrogeles para el medioagrícola también traería beneficios, pues no se afec-tan con esos factores climáticos (lluvia, viento), sino

que su propiedad de liberación controlada hace quela planta reciba puntualmente lo que consume.

A pulsos agigantados

Este primer trabajo dio pie para experimentarcon dos fármacos, al igual que se había hecho conla urea. La teofilina, empleada en el tratamientodel asma, y la ciprofloxacina, un bactericida deamplio espectro, abrieron un nuevo capítulo en laera criolla de los hidrogeles, conducida por el pro-fesor Armando Espinosa.

El docente, coordinador de la Línea de Profun-dización en Polímeros, ha encaminado durantemás de dos años un campo de investigación que,si bien es novedoso, también está amarrado a unproyecto más amplio con la Universidad del PaísVasco (España), en el que participan otros paísescomo Cuba y México. Apoyados por Colciencias,en seis meses la Universidad espera iniciar una se-gunda etapa que pase de los ensayos in vitro a losde campo.

Por lo pronto, todo está listo. Las pruebas conlos antibióticos fueron exitosas y es posible que lasmatrices poliméricas también liberen controlada-mente un medicamento. La idea es regular la can-tidad que entra al torrente sanguíneo. Usualmen-te, la posología implica dosis altas en determinadosmomentos, que se liberan de manera rápida a unpulso. “Con los hidrogeles, la intención es mante-ner por tiempo prolongado una sola dosis, eficien-te para sostener el nivel terapéutico que requiere elorganismo”, aclara el profesor Espinosa.

Por su parte, Bibiana Vallejo, química farma-céutica, avanzó otro punto. Desarrolló un compri-mido o tableta, que funciona como acondiciona-dor de pH para suelos. El principio activo fue elácido cítrico. “Funciona para algunas especies quenecesitan suelos ácidos y para las que exigen sue-los alcalinos”, dice, tras dejar servida en bandeja lametodología para definir una formulación que des-de la tecnología pone los materiales al servicio de lasalud y el agro.

La coexistencia apacible de sólidos y líquidos, encerrados en estos gránulos, contribuirá aoptimizar la aplicación y absorción de sustancias cruciales para la agricultura y la medicina.

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SOCIEDAD

Los maestros del soccer

El Estadio AlfonsoLópez fue el centrodeportivo más intensoy agitado desde elaño de 1938, cuandose inauguró conocasión de lacelebración del cuartocentenario de lafundación de Bogotá.

Fue en la gramilla del estadio Alfonso López de La Universidad Nacional, a través del cual el fútbol seconsolidó en Colombia como el espectáculo de masas que actualmente es. Hoy, este emblemático escenariodel deporte está listo para albergar a la Primera División del fútbol profesional colombiano.

Mike Forero-Nougués*Especial para U.N. Periódico

Los comienzos del fútbol profesional colom-biano ya es cosa de los abuelos, que ahora sien-ten la nostalgia de aquellos grandes partidos pro-tagonizados por deslumbrantes estrellas originalesde los más diversos países del mundo, que funda-ron lo que después se ha conocido como El Dora-do del fútbol mundial.

Los aficionados de hoy, los nietos y hasta bis-nietos de esos abuelos que iban a los estadios deBogotá, el Alfonso López de la Ciudad Universitariay el Nemesio Camacho, se preguntan cómo eraaquél espectáculo que, según todas las crónicas,enloquecía a los colombianos de Bogotá, Medellín,Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Pereira, Manizales,Santa Marta, Cúcuta y más tarde otras ciudades.

Por esos escenarios desfilaron varias de las másnotables figuras del fútbol mundial. Casi todos loscaballeros del deporte, los genuinos masters delsoccer o huéspedes del eje Ciudad Universitaria –El Campín.

La Universidad Nacional de Colombia, por aque-lla época, fue objeto de una gran transformaciónbajo la presidencia del doctor Alfonso López Pu-marejo, quien fuera gran propulsor de la CiudadUniversitaria, entre cuyos programas incluyó la cons-trucción del primer gran estadio bogotano en esospredios estudiantiles, y de un edificio anexo, desti-nado a promover el estudio, la investigación y lagraduación de personal experto en lo concernientea la educación física. Allí funcionó el Instituto Na-cional de Educación Física, con estudiantes semi-internos, bajo la orientación de una misión chile-na contratada por el Ministerio de Educación

Nacional y encabezada por el profesor CandelarioSepúlveda y Ramón Quintana Carrasco, ambosfallecidos en su patria.

Los juegos bolivarianos

El Estadio Alfonso López de la Ciudad Universi-taria tiene una gran historia. Fue el centro deporti-vo más intenso y agitado desde el año de 1938,cuando se inauguró con ocasión de la celebracióndel cuarto centenario de la fundación de Bogotá yde la realización, con ese motivo, de los JuegosDeportivos Bolivarianos, reconocidos por el Comi-té Internacional Olímpico, con sede en Suiza.

Para ese certamen fueron invitados Bolivia,Perú, Panamá, Ecuador y Venezuela. Las delega-ciones viajaron por tierra, mar, buses y trenes, y elevento se mantiene vigente.

El Alfonso López, más antiguo que El Campín,fue el centro nervioso de los Juegos Bolivarianos.Allí se celebró el encuentro de fútbol entre Co-lombia y Perú, que despertó una gran expectati-va. La selección nacional, dirigida por el argenti-no Fernando Paternóster, héroe deportivo de losjuegos Olímpicos y del Mundial de Fútbol del añode 1930, celebrado en el Uruguay, tuvo una dis-creta actuación y perdió por 0-1.

La Ciudad Universitaria aún tiene un coliseode baloncesto, vecino del Estadio, en el cual, poresos mismos días de 1938, se disputó el llamadoDerby de Básquetbol entre Colombia y Perú, porentonces campeón sudamericano de este depor-te. Esta vez fue Colombia el país vencedor, lo quecausó una de las más grandes y atronadoras ova-ciones de que haya historia por parte del públi-co, y la ciudad entera, estimulada por la transmi-

sión radial del partido que hizo el cuenteño Ma-nuel Suárez Cote (q.e.p.d.) vio invadida sus callespor gentes de todas las clases sociales, con bailescallejeros, explosión de entusiasmo, casi sin pre-cedentes en la fría capital colombiana.

La toma de Leticia

Estas demostraciones -más que expresionesdeportivas- aliviaron la tensión emocional de unpueblo que en 1932 se había sentido ofendidopor una pandilla de piratas peruanos que invadióal puerto colombiano de Leticia, que no represen-taba a ese país amigo, sino a un dictadorzuelosargentón, Luis M. Sánchez Cerro, disfrazado decoronel y luego autoascendido a general, quienmediante un golpe militar se había apoderado dela presidencia de la República.

El conflicto, origen de una guerra inverosímil-aunque superada-, necesitaba ese desfogue de-portivo que, a la postre, vino a sellar seis añosdespués y para siempre la paz entre Perú y Co-lombia, naciones que por su historia siempre fue-ron muy cercanas y mantuvieron una política in-ternacional de confraternidad.

El auge deportivo que siguió incorporaría mástarde a todas las facultades e institutos de la Uni-versidad Nacional. El Estadio se veía generalmen-te lleno no solo de espectadores, sino de depor-tistas activos en diversas disciplinas. El atletismofue un deporte favorito, gracias a la magnífica pistaatlética que ofrecía. Destacan los atletas y profe-sores José Domingo Sánchez, oriundo de Carta-gena, campeón nacional de los cien metros pla-nos y participante en los Juegos Olímpicos deBerlín, en el año 1936, al lado del héroe olímpicode Estados Unidos, Jesse Owens, y el cubano Ma-nolo Suárez, remero y ganador de medalla olím-pica en eventos similares, hombre de gran simpa-tía y severidad, exigente profesor, pero al mismotiempo de gran comprensión.

El estadio se veía colmado de estudiantes; al-gunos llegaron a ser grandes figuras nacionales,otros no tanto, pero “el perro” Sánchez, como ledecían a José Domingo, los exhortaba a superar-se. Diciéndoles con simulado tono de regaño: -”A ver, los reto a competir conmigo en los cien me-tros... yo correré de espaldas, hacia atrás, y veránque les gano... ¡despiértense, no sean perezosos!Sánchez era, por su estilo, espigado y “resortado”,de grandes trancadas, casi un mito deportivo, porlo que se ganó la admiración y el aprecio de losestudiantes.

Se organizaron, igualmente, torneos de fút-bol entre las facultades e inclusive se prestaba elestadio sin costo a otros gremios para que pu-dieran celebrar partidos amistosos.

Y, dentro de ese clima, llegó el año de 1948, elde la fundación del fútbol profesional, cuando sedesarrolló lo que hoy se denomina la era de ElDorado, que puso a brillar a las estrellas más re-nombradas de este deporte en el mundo entero,a pesar, muy a pesar, de que al cabo de su primeraño de funcionamiento se convirtió en una enti-dad pirata, desafiliada por la entonces Adefútbol

muchas más de las que pudieran provocar las drogas durante décadas. Según la Cruz RojaInternacional, de esos decesos, más de tres millones y medio corresponden a civiles, la mayorparte mujeres y niños. Estas cifras son complementadas por el diario norteamericano TheGuardian, según el cual “circulan por el mundo 550 millones de armas ligeras como revólve-res, fusiles automáticos, granadas y lanzaproyectiles”.

Las armas ligeras han causado más de cuatro millones de muertes desde 1990,

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El estadio Alfonso López de la Universidad Nacional de Colombia constituye un claro ejemplo arquitectónico art deco. Hoy, 65años despues de su inauguración, se encuentra de nuevo listo para alojar a la Primera División del fútbol profesional colombiano.

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17El alto nivel de subregistro de fallecimientos en el país agrava el índice de muertes maternasen Colombia. El Fondo de Población de las Naciones Unidas estima que, hacia finales del siglo XX, la tasade mortalidad materna en Colombia se situó entre 89,9 y 101,9 fallecimientos por 100 mil nacidos vivos.En Nariño y Boyacá, las cifras fueron superiores al promedio del país, con 195 por 100 mil nacidos vivos. Asímismo, la mortalidad materna es mayor en comunidades con elevados niveles de pobreza y alta fecundi-dad, en áreas rurales de lucha armada, desplazamiento forzoso y bajas coberturas educativas. Los menoresíndices se registran entre mujeres con alto nivel educativo y aquellas que utilizan métodos anticonceptivos.

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Colombia tuvo unfútbol propio antesde la Dimayor y, porcierto, bastantebueno. Algunas desus figuras fueronconocidas más porsus apodos que porsus apellidos onombres.

(Asociación Colombiana de Fútbol), acto respal-dado por la Federación Internacional de FútbolAsociado (FIFA). Los pases de los jugadores nolos reconocía la Dimayor ni los derechos de losclubes de los cuales procedían. De esa manera,los únicos beneficiados eran los jugadores con-tratados por sumas superiores a las que disfruta-ban en sus propios países. Simultáneamente, Co-lombia fue sancionada y no pudo participar consus figuras en torneos internacionales y, de paso,también fueron descalificados los jugadores im-portados.

Colombia tuvo un fútbol propio antes de laDimayor y, por cierto, bastante bueno. Algunasde sus figuras fueron conocidas más por sus apo-dos que por sus apellidos o nombres, y así se re-cuerda a “Bollo´e yuca” Granados, “Máquina”Martínez, “El mariscal Villa”, el cucuteño DanielAntolinez (arquero) -uno de los tres únicos juga-dores que tienen o un busto o una estatua recor-datoria-, Severiano Lugos, “Bolón” Acosta. DimasGómez, El “Mico” Zapata, el “Flaco” Meléndez,Rigoberto García “Memuerde”, Isidro “Picalúa”Joliani y muchos más.

Se hacían temporadas de fútbol; los equiposviajaban por el río Magdalena o por carretera. Ve-nían equipos del Perú que hacían el mismo recorri-do. Por cierto que los peruanos se lucieron en lasolimpiadas del año 36 y vivieron una época de granauge, por aquello de su conocida malicia indígena.

Los colombianos jugaban a la inglesa y conéxito, pero El Dorado les cambió ese estilo y fuemás lo que se perdió que lo que se ganó.

Luego empezaron a hacerse temporadas conequipos argentinos y uruguayos; el Vélez Sars-field, encabezado por el “León de Wembley”, queera el apodo del arquero Rugilo, por haber fre-nado a equipos ingleses en la “cancha sagrada”.El incipiente Independiente Santa Fe, equipo seu-doprofesional, venció al Vélez en una memorablejornada que terminó en conflicto, pero cuyo resul-tado fue, a la luz de los reglamentos, impecable.

La iniciativa de crear la Dimayor fue principal-mente del barranquillero Humberto Salcedo Fernán-dez, más conocido como “Salcefer”, quien se pro-puso establecer un campeonato al estilo de los queya se hacían en otros países. Fue el armador delpopular equipo América de Cali. Visitó otras ciuda-des y persuadió a los dirigentes deportivos de queel fútbol profesional sería el mejor espectáculo quecontribuiría a aliviar las tensiones de la violencia

política que por esa épocareinaba ya en el país, tras elasesinato del líder JorgeEliécer Gaitán.

En la segunda mitad delaño de 1948, se programóla primera fecha del cam-peonato profesional de lasiguiente manera: Américavs. Medellín. Árbitro: Alfre-do Cuezzo (4-0); DeportesCaldas vs. Santa Fe. Arbitro:Benjamín Caicedo (1-1); At-lético Municipal de Medellínvs. Universidad. Arbitro:Elías Coll Tara (2-0); Millo-narios vs. Once Deportivo.Arbitro: Luis Rendón (6-0).

Los resultados se cele-braban con grandes feste-jos y hasta con el consumode licores, en tanto que ju-gadores y seguidores decada club compartían lacharla, el comentario y elwhisky. El saque de honor,durante el partido de Bogo-tá, lo hizo la reina de la Ar-mada Nacional, MargaritaGonzález MacAusland.

En la segunda fecha, elequipo Universidad, queentonces jugaba por la ciu-dad de Pereira, sorprendióa periodistas y espectadores, al imponerse en elestadio Libaré a Millonarios por 3-2.

Inmediatamente se organizó una gran fiestaen la sede del Club Campestre de la llamada Perladel Otún, y así libaron copas, jugadores y segui-dores, es decir, los “Hijos de María” como llama-ban a los del equipo Universidad, debido a que suuniforme era totalmente blanco. Más tarde, se co-nocieron también como “Los merengues”, igualque el Real Madrid y el hoy Once Caldas de Mani-zales. En Bogotá, las fiestas se realizaban en losaltos del restaurante El Embajador, situado en lacarrera 7 con calle 26, y su anfitrión era el ciuda-dano austriaco don Oscar Stemberg.

Poco después, el Universidad cambió de sedey se vino a Bogotá, No tardó en vencer al famosoMillonarios en el estadio Alfonso López, por 1-0,partido que fue arbitrado por el silbato inglés Mr.Hancock, pues por esa época también se importa-ron los hombres del pito.

Los fundadores del Universidad, ya vinculadoa la Universidad Nacional, aunque con plena au-tonomía, fueron don Marco Alzate Avendaño, donErnesto MacAllister y el señor Robledo, caballerodistinguido de Manizales.

El día de su triunfo sobre Millonarios, el grupodirigente hizo cerrar el cabaret La Casbah, de la calle23 con carrera 7, a fin de celebrar la victoria entredirigentes y jugadores, que disfrutaron de una in-olvidable rumba, oyendo cantar a Berenica Chávez,entonces en pleno auge de su carrera.

Se hacían muchas fiestas y pocos entrenamien-tos; los jugadores seguían la tradición de los “lu-nes de zapatero” para recobrarse de los grandes“guayabos” de los domingos.

Santa Fe fue el primer campeón del fútbol pro-fesional. Millonarios es el equipo que ha ganadomayor número de estrellas. El Universidad, forma-do esencialmente en sus comienzos por jugado-res importados de Costa Rica, estaba obligado ajugar los sábados por la tarde, por lo que los in-

gresos por taquilla no eran tan jugosos como losde los conjuntos. Pero el estadio de la Ciudad Uni-versitaria vio desfilar por su gramilla a lumina-rias mundialistas de todos los pelajes. Allí jugaronAdolfo Pedernera, Néstor Raúl Rossi, Julio Cozzi ysu escolta el doctor Gabriel Ochoa Uribe, y el for-midable Alfredo Di Stéfano, conocido como “LaSaeta Rubia”, que posteriormente fue adquiridopor el Real Madrid, radicándose en España y ad-quiriendo esa nacionalidad.

Los equipos tenían diez extranjeros y si acasoun colombiano; peruanos en Medellín y Cali, para-guayos en Pereira, o uruguayos en Cúcuta, equipoque se conocía como “El campeón mundial”, re-cordando que algunos de sus jugadores habían sidovencedores en los campeonatos de 1930 y 1950.

Nos haríamos interminables recordando tan-tos nombres de las celebridades que llegaron aColombia. Pero, para variar un poco, citemos alos ingleses Neil Franklin y George Mountford,contratados por el Club Santa Fe.

Millonarios prefirió a los argentinos; Barran-quilla a los brasileños y, así por el estilo, se forma-ron los demás conjuntos. El Universidad no pudoresistir los bajos ingresos y no logró sobrevivir.

Actualmente, el estadio universitario, remode-lado, está recobrando su popularidad con la inter-vención en el campeonato de la División B de as-censo, del Chicó Fútbol Club dirigido y animadopor el ex jugador y hoy técnico Eduardo Pimentel yorganizado como Sociedad Anónima. Eduardo Pi-mentel aspira a llegar a la División de Honor delFútbol Profesional Colombiano.

La Universidad Nacional ve con simpatía yaprecio este resurgimiento de los deportes en elambiente estudiantil, y es seguro que Bogotá,como gran capital, contará en el inmediato futu-ro con el histórico estadio Alfonso López y connuevos equipos, como corresponde a su grancaudal de afición.* Exdirector de Coldeportes y profesor de Cultura Física, de laUniversidad Santo Tomás.

Aspecto del partido jugado el 6 de diciembre en el estadio Alfonso López, entre el ChicoFútbol Club y Pumas de Casanare, finalistas de la División B del Campeonato Profesionalde Fútbol.

De izquierda a derecha, Pedro Cabillón, Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera, Antonio Báezy Reinaldo A. Maurín, de la nómina de Millonarios, en el césped del Alfonso López.

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que iniciaron su escolarización en la década del ochenta se confirmaron en el Tercer Estudiode Matemáticas y Ciencias. Este estudio, que evaluó el desempeño académico de los alum-nos en 39 países del mundo de séptimo y octavo grados a comienzos de los noventa, muestraque solo los de Sudáfrica, con su larga historia de discriminación racial, expresada en bajísimasoportunidades educativas para los negros, tienen niveles de desempeño ligeramente másbajos que los de Colombia.

Los bajos niveles de aprendizaje de los estudiantes chilenos, colombianos y mexicanos

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profesional en Colombia

Álvaro Rodríguez Gama*Profesor TitularFacultad de Medicina

Con más carreras profesionales que cualquier otro país en el mundo, Colombiase convierte en el ejemplo de proliferación más caótico de ofertas de pregrado,una situación que afecta por igual a estudiantes, a universidades, y a miles defamilias que ven lesionados sus ingresos con los constantes cambios de carrerapor parte de sus hijos bachilleres.

El joven de 19 años decidió estudiar medici-na porque vislumbraba cierta afinidad con la bio-logía, la elección se convirtió en un reto, queríaprobar si era capaz, primero, de ser admitido adicha carrera en la Universidad Nacional de Co-lombia, y segundo, de culminar satisfactoriamen-te sus estudios; nunca tuvo en cuenta su verdade-ra vocación. En quinto semestre, el estudiante sedio cuenta de su errada decisión y ahora quiereestudiar arquitectura o ingeniería civil.

“Él no tenía la disposición de servicio, ni la ha-bilidad para interactuar con pacientes; en las prue-bas psicológicas y de interés realizadas obtuvo unalto puntaje en áreas artísticas y de administra-ción; el campo de las ciencias de la salud y el servi-cio social, se encuentra en su zona de rechazos;sin embargo, tiene un muy buen desempeño aca-démico, su promedio es de 4. La razón por la cualél aún continúa en la carrera es la presión fami-liar”. Así narró Angélica González, profesional delServicio de Atención Sicológica de la Ciudad Uni-versitaria, la prescripción de uno de los más deveinte casos tratados en el último trimestre en esedepartamento.

Historias como la anterior saturan la realidadacadémica de los universitarios colombianos, quese basan en argumentos superfluos para la tomade una decisión trascendental como es su proyec-to de vida.

El profesor Ricardo Pardo, Director Nacional deAdmisiones, ha expresado su preocupación por eldestino académico de los aspirantes que ingresanen calidad de estudiantes a la institución: “entre100 mil que se presentan, solo son admitidos9.500 por año, muchos de ellos no se encuentrana gusto con la carrera elegida, a pesar del gransignificado que constituye el pertenecer a la pri-mera Universidad del Estado”

La orientación vocacional y profesional es unproceso concomitante a la vida educativa del jo-ven bachiller próximo a graduarse y a elegir susestudios superiores; el objetivo principal de dichaconsejería es la toma de una determinación acer-tada y fundamentada en criterios ecuánimes, quemuchas veces rivalizan con un imaginario ambi-guo que impera en la estructura educativa del país:el de las carreras de mayor prestigio.

En Colombia, los antecedentes de la orienta-ción profesional se remiten al año 1932, cuandoMercedes Rodríguez, profesora puertorriqueña,lideró el Instituto Psicotécnico y posteriormente co-laboró en el Laboratorio de Psicología del almamáter. Sin embargo, es a partir de 1954 cuando elgobierno nacional, preocupado por el fracaso denumerosos estudiantes en la escogencia de suscarreras profesionales, expide el Decreto 3457 porel cual se crean seis institutos de estudios psicoló-gicos y de orientación profesional. En la actuali-dad, los programas de orientación con resolucióndel Ministerio de Educación Nacional son abarca-dos por nueve instituciones con énfasis en las áreassexual, familiar, desarrollo humano y educativo.

Julián Emiro Mosquera, profesor titular de laUniversidad Pedagógica Nacional y especialista enOrientación y Consejería de la Universidad de Nue-vo México, sobre el tema comentó: “En estudiosrealizados en décadas atrás, se encontraron estu-diantes que cuando llegaron a la Pedagógica yahabían pasado por seis carreras más. En prome-dio un estudiante cambia dos y tres veces de ca-rrera, y la mayoría de bachilleres, a la hora de salirdel colegio, no saben qué estudiar; la principal ra-zón es la falta de una efectiva orientación”.

El acierto en la escogencia de carrera se ve re-compensado por una sensación de tranquilidad,realización personal, un ejercicio profesional sa-tisfactorio y lleno de progresos. Contrario a esto,una equivocación implica situaciones de desadap-tación, depresión, negativismo, prolongación deltiempo en el programa académico, pérdida dematerias, deserción escolar y cambio de estudios.Por otro lado, los bachilleres colombianos conti-núan centrando sus intereses profesionales enáreas como agronomía, ingenierías tradicionales,medicina, derecho, administración y economía.Mientras que estos campos preferenciales estánsaturados y en ellos los egresados con frecuenciase ven expuestos a situaciones de desempleo osubempleo, existen muchas otras carreras con unfuturo promisorio que cuentan con suficientescupos disponibles.

Cuando se estudia el porqué de las equivoca-ciones de los bachilleres, aparecen diversos facto-res: la orientación que brindan los colegios es es-casa y en varios casos han habilitado a profesoresde psicología, filosofía, matemáticas o educaciónfísica para que, sin mayor formación, trabajen enla compleja función de orientar a los bachilleres;menos del 3% de los colegios del país tiene verda-deros departamentos de orientación vocacional yprofesional; los padres de familia, de muy buenafe, pero sin suficiente información y basándose ensu experiencia personal, recomiendan o desacon-sejan a sus hijos las carreras que deben cursar ensus estudios postsecundarios, pero no siempre tie-nen un claro conocimiento de las capacidades indi-viduales de los jóvenes. Paralelo a esto, la ofertaeducativa ha tomado un rumbo de proporcionesexageradas en los últimos 10 años: en la actuali-dad hay alrededor de 1.650 carreras de pregradoentre técnicas, tecnológicas y profesionales, a lasque puede ingresar un bachiller colombiano, mu-chas de ellas desconocidas para docentes, padresde familia y educandos. Tampoco existe suficienteinformación sobre el campo laboral, y, finalmen-te, los jóvenes se encuentran en períodos de desa-rrollo psicológico, saturados de situaciones de re-beldía, narcisismo, cambios frecuentes de idealesy paradigmas, lo que dificulta una acertada elec-ción profesional.

El sistema de orientación debe, por lo menos,ubicar al bachiller en una o hasta dos de las nueveáreas básicas del conocimiento: agronomía, vete-rinaria y afines; bellas artes; ciencias de la educa-ción; ciencias de la salud; ciencias sociales, dere-cho y ciencias políticas; economía, administración,contaduría y afines; humanidades y ciencias reli-giosas; ingenierías, arquitectura, urbanismo y afi-nes; matemáticas y ciencias naturales.

La pirámide educativa colombiana nos muestraque un grupo muy selecto de estudiantes accedena las universidades. De acuerdo con las estadísticasdisponibles (que, dicho sea de paso, carecen de su-ficiente consolidación y precisión) existen 12.500colegios aproximadamente, los cuales gradúan aunos 430 mil bachilleres cada año; de ellos, sola-mente ingresan unos 140 mil a las 326 institucio-nes de educación superior que existen en el país.De igual forma, hay 31.600 establecimientos denivel preescolar y 57.000 de educación básica pri-maria; y en los más de 2.300 posgrados, incluidasmaestrías, especializaciones y doctorados, estánmatriculados alrededor de 57.200 profesionales. Loanterior indica que los bachilleres que aspiran a for-marse en una carrera constituyen un grupo muyselecto que no debería perder ningún tiempo enáreas que no son de su interés.

Todas las instituciones formadoras de profe-sionales asumen diversos sistemas de admisión,en algunas se siguen procesos complejos que ga-rantizan la selección de los mejores bachilleres yen otras los requisitos son muy simples. En todocaso, también es responsabilidad de los directivosuniversitarios informar de manera continua y ob-jetiva las características de los diversos programas,además de establecer buenos sistemas de segui-miento académico al estudiante universitario.

Finalmente, es importante resaltar que la orien-tación vocacional no es una actividad ocasional ode última hora, sino un proceso que involucra unseguimiento del estudiante durante varios años,lejos de centrarse solamente en calificaciones ob-tenidas en tests vocacionales o exámenes psico-técnicos, aplicados pocos meses antes de enfren-tar otros contextos académicos.

* Con la colaboración de Carolina Cano. Periodista Unidad deInformación Facultad de Medicina.

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En la actualidad hayalrededor de 1.650carreras de pregradoentre técnicas,tecnológicas yprofesionales, a lasque puede ingresar unbachiller colombiano,muchas de ellasdesconocidas paradocentes, padres defamilia y educandos.

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19La tuberculosis produce actualmente la muerte de cerca de dos millones de personasal año en el mundo. Un incremento excesivo, a pesar de la alerta que hace 10 años llevó a la OrganizaciónMundial de la Salud a declararla enfermedad emergente global. Los datos revelados por el organismointernacional aclararon, sin embargo, que un tercio de los 36 millones que padecen sida en el planetaestán infectados por el Mycobacterium tuberculosis, y dado que el 70% de esta población se encuentra enel África Subsahariana, se considera a esta región como el principal foco de la patología respiratoria. salud

El síndrome de Lynchtendría una frecuenciadel 5% de todos loscánceres de colon, delcual en Colombiamueren 1.500personas todos losaños; lo cual quieredecir que si el 5% deellos son hereditarios,puede haber 75personas que estánmuriendo de unadolencia genética quees posible prevenir.

A la misteriosa muerte de la bisabuela, sesumó, tempranamente, la de la abuela y luegola de la madre. Al parecer, algo raro padecían lasmujeres de la familia Franco Moreno, que no sehabía podido descubrir: de algún modo, todos,hombres y mujeres, sabían que estaban amena-zados. Un día le ocurrió a él, a Rodrigo. Y lo queempezó como un estreñimiento e intenso doloren el abdomen, diagnosticado erradamente comouna simple indigestión, terminó siendo un avan-zado cáncer de colon.

Él y otros de sus hermanos, más tarde, haríanparte del estudio que sobre este tipo de cáncer here-ditario, o síndrome de Lynch, se estaba desarrollan-do desde los laboratorios del Instituto de Genéticade la Universidad Nacional, y el cual les permitiríasaber a tiempo si eran susceptibles de desarrollarlo,mediante una pequeña extracción de sangre.

Según Alejandro Giraldo, el médico genetistaque ha liderado la investigación, aunque las en-fermedades genéticas son más o menos raras, estaresulta relativamente común. Los trastornos ge-néticos tienen una frecuencia de 1 en 50.000 a10.000 personas, mientras el síndrome de Lynch(o cáncer colorrectal no polipósico hereditario)tendría una frecuencia del 5% de todos los cánce-res de colon, por el cual en Colombia mueren 1.500personas todos los años; lo cual quiere decir quesi el 5% de ellos son hereditarios, puede haber 75personas que están muriendo de una dolenciagenética que es posible prevenir. “Mirado desdeesa perspectiva, tener este tipo de cáncer de co-lon resulta más común que ser enano, tener cier-tos problemas en los huesos, fibrosis quística ohemofilia”, asegura Giraldo.

De hecho, según datos del genetista, se sabeque esta patología está incrementándose en elmundo, sobre todo en los países desarrollados.En Estados Unidos, por ejemplo, es la segundacausa de muerte por cáncer, y en Colombia, lacuarta, después del de estómago, que ocupa elprimer lugar; le sigue el de pulmón, después algu-nas leucemias y luego, en el tercer lugar, el de cuellodel útero y de próstata.

Tras el rastro

Ahora que existen en Colombia los desarrollosnecesarios en el campo de la biología molecularque han permitido al equipo del profesor Giraldodetectar el cáncer de colon hereditario, el grupo seha concentrado en el estudio de dos de los cincogenes relacionadas con el cáncer de esta zona delcuerpo: el MLH1 y MSH2, los cuales pueden sufrirmuchas mutaciones, de las que ya están descritas250, en el primero, y 170, en el segundo.

Una mutación ocurre cuando daños en el ADNno son corregidos por los genes reparadores, eneste caso, por el mal apareamiento de las bases:Adedina, Timina, Guanina y Citocina. Las unioneserróneas entre ellas ocurren cotidianamente ennuestro cuerpo, pero si esos errores no se corrige,se pueden transmitir a la descendencia. Luego, aese cambio particular se le suman otras mutacio-nes que, sucesivamente, darán como resultado uncáncer hereditario, en el que existe un 50% deposibilidades de que cada hijo de esa personalo herede.

En el caso de Rodrigo, su mutación estuvo enel gen MLH1, en el exón 17, debido a que unaCitocina se cambió por una Timina. Esta falla ini-ció una cascada de eventos que terminaron en una

Ahora el cáncer de colonhereditario ya no será unamaldición para las familias.Un mecanismo de análisisdesarrollado por la UniversidadNacional, con el apoyo deColciencias, servirá paradetectarlo y permitir quequienes lo tienen en susgenes lo sepan a tiempo.

El colon bajola lupa

Paula Andrea GrisalesPeriodista Unimedios

mutación de otros genes lo que condujo al cán-cer. Estos pequeños errores entre los tres mil mi-llones de pares de bases que tiene el genoma hu-mano pueden tener consecuencias catastróficas.

Rodrigo ahora tiene un hijo de seis años, peroel procedimiento no se le hará hasta tanto Felipeno tenga uso de razón y decida por sí mismo siquiere o no saber si porta la mutación, porque elexamen es algo que debe realizarse por elección.

“La buena noticia es que las los miembros delas familias en las cuales nosotros encontremosestas mutaciones tienen la posibilidad de saberdesde que son muy jóvenes si la heredaron o no,porque es seguro que desarrollarán el cáncer tar-de o temprano”, afirma Giraldo.

¿Y si se da?

Alguien debe empezar a sospechar que posi-blemente su familia está afectada por cáncer decolon hereditario si ha habido por lo menos dosgeneraciones afectadas, tres personas en la fami-lia con el mismo cáncer, uno de ellos pariente enprimer grado de los otros dos.

“Después de que supe que tenía el gen, la me-jor opción fue aprender a hacerme amigo de la en-fermedad”; eso fue lo que le permitió a Rodrigo nodeprimirse profundamente cuando, por haberlo de-tectado en estado avanzado, tuvieron que extraer-le el colon y hacerle una colostomía. Ser amigo dela enfermedad es también lo que debe hacer quien,portando la mutación y habiéndola descubierto jo-ven, no ha desarrollado el síndrome de Lynch.

El paso a seguir para quienes desarrollaránel cáncer tarde o temprano es hacersela colonoscopia cada año, que per-mitirá observar a través de un tu-bito de fibra óptica, que pasa porel recto y el ano hasta llegar al co-lon, el estado de la mucosa, quedeterminará si el cáncer ya apare-ció o no. Este procedimiento, aun-que un poco molesto, es bastantetolerable.

Podría pensarse que la alimen-tación puede influir en este pro-ceso, pero es un aspecto secun-dario. Sin importar el tipo dealimentos que consuman los afec-tados por esta mutación, el cáncer apa-recerá. Cosa contraria ocurre entre las per-sonas sin síndrome de Lynch, es decir, entre lamayoría de la población, pues en ellos el cáncerde colon se puede presentar en cualquier momentodespués de los 65 años, probablemente a causade una dieta rica en grasas y baja en fibra.

Otro de los logros de este estudio, descrito enla tesis de maestría en Genética Humana de AndreaLiliana Gómez, bacterióloga, fue descubrir tresnuevas mutaciones en los genes MLH1 y MSH2,existentes solo en familias colombianas.

Estos hallazgos les permitirán a muchas per-sonas estar alerta a un cáncer de colon inminen-te e, indirectamente, a otros, pues por lo generalen estas familias se dan casos también de cánce-res de endometrio, duodeno, estómago, víasbiliares y algunas formas de cáncer de piel y ce-rebro. Y a pesar de que aún falta implementar unprograma activo de prevención conformado porquienes, quizá en 10 ó 15 años, presentarán elmal, lo más importante es que este nuevo méto-do evitará que los afectados mueran por él.

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MEDIO AMBIENTE

Radiografía de unpaís entrañable

Yino CastellanosPeriodista Unimedios

Dada la complejidadclimática, historiageológica y ecológicaque se dan cita,Colombia es un festínvital que recrean losrealizadores del videodocumental.

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Prepárese para visitar un país desconocido,aunque usted viva en él, dependa de su genero-sidad para poder leer estas líneas o quizás no hayaaprendido a amarlo suficiente. El itinerario comien-za con un sueño surrealista: un pez azul nada tran-quilamente entre grandes edificios. Cuando lamarea cesa, aparece en la pantalla de su compu-tador una gota, un riachuelo y, finalmente, conun arrecife de coral como fondo, “Colombia, unpaís irrepetible”, el trabajo mancomunado de unnutrido grupo de entusiastas biólogos y documen-talistas de la Universidad Nacional que, tras reco-rrer esta fértil tierra por diez años, pusieron a dis-posición del biólogo Germán Márquez, directordel Instituto de Estudios Ambientales (Idea), losmejores testimonios audiovisuales de su abundan-cia ecosistémica.

Desde Punta Gallinas hasta Leticia, y desde lasprofundidades del mar hasta las altas montañas,cámara al hombro, y sorteando todo tipo de difi-cultades, los investigadores registraron detalles delabigarrado proceso de la vida, cubierto con unmanto de especial belleza. Los paisajes más disímilessirvieron de complemento a un meticuloso trabajocientífico de identificación y clasificación de los 28tipos de ecosistemas del territorio colombiano, ar-ticulados con destreza para ofrecerle al público undisco interactivo, acompañado de un mapa expli-cativo de la ubicación de las distintas ecorregionesdel país, y un texto prolífico en el sustento teóricoque alimentó la experiencia estética.

Pero por qué Colombia es un país irrepetible.Parte de la respuesta está en su particular situa-ción geoambiental: la mayor parte está situada enel trópico húmedo, con un territorio de 1´114.000kilómetros cuadrados, un promedio de 20 gradosde temperatura durante ocho de los 12 meses delaño, todos los pisos térmicos y las condiciones más

favorables para la vida, y más. Por eso, dada lacomplejidad climática, historia geológica y ecoló-gica que se dan cita, Colombia es un festín vitalque recrean los realizadores del video documen-tal, incluidos los 900 mil kilómetros que normal-mente no aparecen en los croquis, pues hacenparte de la porción de los mares Pacífico y Caribe,que hospedan exóticas formas de vida.

Ahora bien, la labor de los realizadores no selimita exclusivamente a resaltar tales bondades. Eldirector del proyecto, Germán Márquez, subraya:“El título tiene un doble significado: primero, quees un país sin réplica en ninguna parte del mun-do, ni siquiera entre su vecinos suramericanos.También, que si lo seguimos deteriorando, no lovamos a poder vivir una vez el daño esté hecho”.Conciencia ecológica para un país que se ha veni-do urbanizando progresivamente desde la segun-da mitad del siglo XX, y cuyos problemas neurál-gicos pasan por el descuido de su mundo rural.

El pulmón de las ciudades

Una urbe mediana con cinco millones de habi-tantes, además de consumir cerca de un millón ymedio de metros cúbicos de agua por día, depen-de de un espacio equivalente a 200 veces su ex-tensión para respirar y alimentarse con algunaholgura. Este apetito urbano solo puede ser satis-fecho gracias a la increíble red de intercambiosque van desde la más diminuta bacteria hasta elagua con la que nos duchamos.

Todos ponen en esta fiesta de la vida. Desde elfondo de los bosques de niebla, ecosistemas guar-

dianes de la humedad, escuchamos el regocijo delas aves que han hechos de estos fríos parajes suhogar, o los remotos cactus que pueden cumplir suciclo vital, así sea en uno de los ambientes aparente-mente menos propicios para el desarrollo de la vida,como son los valles áridos de Chicamocha o Patía.

Y es que el video, desde su introducción, reiterala importancia de reconocer la compleja interde-pendencia existente entre cada elemento vivo consu entorno, por insignificante que parezca. Por ejem-plo, los hongos y las bacterias juegan su papel en elciclo vital, como descomponedores, fundamental-mente. El fitoplanctón, la diminuta vegetación dealgas suspendidas en el medio líquido, resulta in-dispensable para captar la energía, mientras los se-res humanos podemos tomar conciencia del pro-ceso. Todos tenemos un papel que jugar.

Más aún después de escuchar con atención lavoz de Luis Alfonso Guaneme, locutor del video do-cumental, sumergiéndonos en los arrecifes de co-ral, el ecosistema más complejo alcanzado por laevolución, un verdadero prodigio. O cuando nosrelata las propiedades de las sabanas inundablesque cubren gran parte de los llanos orientales, zo-nas que tienen períodos de mucha humedad, alter-nados con épocas secas, en las cuales los espejos deagua se contraen o desaparecen, y así se mezclan lasvegetaciones acuáticas con las terrestres.

Las estrategias de Gaia

Como parte de una partitura universal que sepuede interpretar, desde la ciencia o desde la sa-biduría tradicional, las leyes de la conservacióny transformación de la energía reglamentan quenada en la naturaleza se desperdicia, y que, en elproceso permanente de reasignación de funcio-nes, los ecosistemas tienden hacia el equilibrio,siempre y cuando se mantengan por un tiempolas condiciones estables. Sin embargo, la altera-ción radical de los climas producto de la laborhumana es presentada en “Colombia, un país irre-petible” como la causante de incendios forestalesque siguen al periodo seco y de las crecientes ydeslizamientos apenas inician las lluvias. Con todoy eso, la naturaleza es generosa.

Y sí que lo ha sido con este país, único en Amé-rica Latina en ser simultáneamente: caribe, andino,amazónico, pacífico y oricense. “De no ser porqueaquí la naturaleza provee muchas cosas, a veces sinnecesidad de que se intervenga mayormente, nues-tros problemas sociales y económicos serían mu-cho más graves y el hambre, más general” afirmael profesor Márquez, refiriéndose a la necesariainterrelación entre lo social y lo ecológico, que que-da suficientemente ilustrada a lo largo del video.

Este viaje a la Colombia profunda contó con ladirección visual del cinematografista Javier Olarte yla música electroacústica de Diego Balanza, en 22minutos de goce estético y científico para extenderuna invitación especial a cada colombiano: las her-mosas imágenes del video son aún repetibles.

La vida en todas sus formas no cesa de recrearseen un territorio privilegiado, que los hombres,a espaldas de la naturaleza, decidieron hospedar.Escenario de múltiples ecosistemas, losinvestigadores del Instituto de Estudios Ambientales(Idea) le han rendido un homenaje en un videoirrepetible disponible en disco compacto.

Un país exuberante, ajeno a las fronteras, muestra detalles desu esplendor en cada ser vivo que lo habita.

genéticamente es que permite a las grandes compañías de biotecnología hacerse con el control dela cadena alimenticia, al patentar los genes y todas las tecnologías asociadas a ellos. Esta situa-ción, en la que los intereses del gran capital transnacional chocan con los del bien común, fue unade las líneas de trabajo del más reciente encuentro de investigadores del medio ambiente cele-brado en las instalaciones de la Universidad Nacional.

Según el analista George Monbiot, el verdadero problema con los cultivos modificados

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LIBROSLa otra miradaTrans,Revista de la sede Bogotá,Universidad Nacional de Colombia – Dirección Académica,Bogotá, Unibiblos, No. 3, 2003, 245 págs.

Historia y literaturaLiteratura. Teoría, historia, crítica,Universidad Nacional de Colombia – Facultad de CienciasHumanas – Departamento de Literatura,Bogotá, No. 5, 2003, 388 págs.

Este número de Transaborda desde múltiplesperspectivas el complejotema de la ética, el poder yel conocimiento. Ahí, conseguridad, está el dilemaque atraviesa todo el pro-ceso educativo, así que laimagen de la portada: “Lamuerte de Sócrates”, deJacques Louis David, se con-vierte en un símbolo sobreel que vale la pena reflexio-nar. “En estos tiempos decrisis, el pensamiento úni-co ejerce su imperio sobre

el conocimiento de los seres humanos”, ha dicho el profe-sor Carlos Cortés en una pequeña, pero muy sugerente in-troducción.

Estas miradas abren paso a una serie de reflexiones. Asíel artículo de los profesores Carlos Miñana Blasco y JoséGregorio Rodríguez, “Poder neoliberal y mercado en forma-ción”, una versión resumida del documento presentado enel seminario “La falacia neoliberal”, abre la revista con unacertado análisis de los sistemas educativos de la mayoríade los países del mundo, “orientados por lo que se llama elparadigma del ‘pensamiento único’, denominado así por-que sus defensores consideran que es la única alternativapara responder a los retos de la cobertura, la calidad y laequidad en la educación”. Y es precisamente la perspectivaneoliberal la que ha provocado “el debate sobre el sentidode la educación en nuestras sociedades”.

El segundo ensayo, de Juan Monsalve Pino, “Edipo, pieshinchados”, muestra “el inmenso significado que tiene unode los mitos fundamentales de la cultura griega: la fábulade Edipo”, y las implicaciones frente al saber y las relacionescon el poder. El artículo de Martha Torres Baquero, “Saberesy prácticas. Análisis de la fisioterapia en la Universidad”, haceuna reflexión muy oportuna sobre la forma como la Univer-sidad trabaja en el campo de los saberes fisioterapéuticos ylas prácticas pedagógicas. Rubén Jaramillo Vélez, en “Podery (des)conocimiento”, hace una serie de “consideracionesque formulan una mirada novedosa a la relación de las va-riadas razones existentes y la dinámica creadora que surgede ellas determinando la convivencia entre los hombres”.

Después vienen los ensayos de Álvaro Rodríguez Gama yJosé Perea Sasiain, “El poder olvidado de la botánica médi-ca”, que revisa aspectos relacionados con los inicios, el de-sarrollo, los investigadores y los estudios de esta ciencia.Carlos Cortés Amador, en “Poderes y mercados globales”,trata algunos de los aspectos más inquietantes frente a laeducación como un servicio negociable, con todo lo queello significa. Y los de los renombrados escritores Álvaro ZerdaSarmiento, “Usos y abusos de la propiedad intelectual”;Gabriel Restrepo Forero, “Ética y estética social. La marca delas urbanidades”; Beatriz García Moreno, “Ciudad, institu-ciones y deseos”; Javier Darío Restrepo, “Verdades de perio-distas”; Rosa Herminia Castro de Arenas, “El proyectogenoma humano. Algunas de sus implicaciones ético-jurídi-cas”, y Felipe Lanchas González, que cierra con “Ética, po-der y conocimiento. Nota etimológica”.

Este número “es unaentrega monográfica de-dicada a los problemasy perspectivas de la his-toriografía literaria”, mo-tivo de agudas reflexio-nes “en la era de lainterdisciplinariedad”. Lainvestigación histórica esuna “posibilidad del es-tudio de la literatura”,que promueven “algu-nos autores que defien-den su vigencia y valor”y que otros aceptan,“aunque manifiestan sus

reservas”, o es rechazada “por quienes consideran que lahistoria literaria ya no ofrece una posibilidad real de acce-der al conocimiento”. Así que la variedad de artículos y decolaboradores hace que esta entrega tenga un especialinterés.

Diógenes Fajardo dice: “El banquete está servido. Sólonos queda desear que nuestros lectores empiecen su laborde tejer, con las certezas y dudas que dejan estas páginas,las propuestas concretas que den respuesta a la necesidadde estudiar nuestro pasado”. Las cuatro partes en que estádividida son: Artículos, Traducciones, Notas y Entrevistas,Reseñas. En los artículos tenemos: “Literatura y comunica-ción: un intento de pensar la historia de la literatura desdeJauss, Habermas y Weisch”, de Hubert Pöppel; “Paul Ricoeury el acontecimiento: el debate sobre la narratividad de lahistoria”, de Juan David Figueroa; “Acerca de los génerosde lo fantástico, lo maravilloso y la mitoficción”, de Eduar-do Camacho; “Rediseñando fronteras culturales: mapas al-ternativos para la historiografía literaria latinoamericana”,de Patricia D’Allemand; “El aporte de los periódicos a latemprana historiografía decimonónica colombiana: el casode la anécdota”, de Flor María Rodríguez-Arenas, y “Perío-dos y generaciones en la historia de la poesía colombianadel siglo XX”, de Patricia Trujillo.

A la variedad de los citados artículos se suman las tra-ducciones: “Se han tomado dos autores que desde pers-pectivas completamente diferentes se proponen respon-der teóricamente algunos de los problemas planteados porla historia literaria”. Así, tenemos de Iván Vicente Padilla,“Gustave Lanson: símbolo y alegoría de la historia litera-ria”; y la traducción de dos textos de Lanson, “El métodode la historia literaria” y “La historia literaria y la sociolo-gía”, y de Patricia Trujillo, “David Perkins: La pregunta porla historia literaria”, y dos escritos de Perkins: “La explica-ción del cambio literario: la contextualización histórica” y“Las teorías del cambio inmanente”.

En Notas y Entrevistas, están: “Para leer la historia:historias de historias”, de Carmen Elisa Acosta, y una en-trevista a Noé Jitrik. La sección de Reseñas tiene un buennúmero de útiles comentarios, entre los cuales destaca-mos el de Luis Fernando Páez sobre el libro Coleccionistade nubes: Ensayos sobre literatura colombiana, deDiógenes Fajardo Valenzuela, y el de María ValentinaFlórez, a la Introducción a la literatura comparada, deArmando Gnisci.

Siglo XIX: medicinay enseñanzaLa universidad bogotana y la enseñanza de lamedicina en el siglo XIX,Edwin Hernández Hernández y Patricia Pecha Quimbay,Bogotá, Círculo de Lectura Alternativa, 2003, 180 págs.

Este trabajo hace un recuento histórico “de los procesosde formación de la universidad y de la educación médica enBogotá durante el siglo XIX e inicios del XX”. Una investiga-ción que, además, precisa “las diversas etapas por las queatravesó la profesionalización médica y la formación de launiversidad en el mencionado período”. Al mismo tiempo,es un reconocimiento a las figuras que en Colombia forja-ron la profesión médica. El estudio de un buen número demanuscritos les permitió a los autores recuperar una seriede ricos “acontecimientos ignorados.

El libro está dividido en siete capítulos: 1. La universi-dad colonial: 1800-1826: La formación de elites en los Co-legios Mayores, el Protomedicato y el inicio de los estudiosmédicos superiores. 2. El monopolio estatal de la forma-ción profesional: 1826-1842: La creación de la Universi-dad Central de Bogotá y el auge de la medicina bogotanade influencia francesa. 3. El colapso de la Universidad Cen-tral: 1842-1850: El surgimiento de la Universidad del Pri-mer Distrito y el debilitamiento de la enseñanza médica. 4.La supresión de títulos y universidades: 1850-1867: El es-tablecimiento del Colegio Nacional de Bogotá y la disolu-ción de la enseñanza pública de la medicina. 5. El resurgi-miento de la instrucción pública universitaria: 1867-1886:La creación de la Universidad Nacional de los Estados Uni-dos de Colombia y el resurgimiento de la profesionalizaciónmédica. 6. La regeneración universitaria: 1886-1899: Laconfesionalidad de la Universidad Nacional de Colombia.7. La Universidad Nacional de fin de siglo: 1899-1902: Losmil días de miseria, ocupación y atropello militar. El epílo-go trata sobre la situación universitaria después de la gue-rra: 1903-1905.

Este recorrido, además, ha servido para recuperar unaserie de documentos que “son una fuente de primerísimoorden, ricos en acontecimientos ignorados y en sucesosveraces que, hasta ahora, se dan a conocer para avanzaren el estudio de la historia médica colombiana”. De otrolado, se salva la memoria de figuras sobresalientes no soloen el campo de la medicina colombiana, sino en el de la

educación, sobre todode quienes enfrentaronel reto de fundar la uni-versidad colombiana ysupieron consolidar losestudios de la medicina:Proto Gómez, José FélixMerizalde, José MaríaBuendía, Antonio Var-gas Vega, Liborio Zerda,Antonio Vargas Reyes,Manuel Plata Azuero,Bernardino Medina, Ni-colás Osorio, Luis FelipeCalderón y Andrés Ma-ría Pardo, entre otros.

Reseñas de Luis Fernando García Núñez

durante el 2002, exportaron en libros 40 millones de dólares y vendieron en el mercadonacional 210 millones de pesos, según Mónica Torres, subdirectora de Derechos de Autordel Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc). Esoquiere decir que el 30% de ventas totales se orientaron al mercado internacional, casi ensu totalidad a Latinoamérica.

En Colombia hay 118 editoriales entre grandes, medianas y pequeñas, las cuales,

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OPINIÓN DIRECTOR Marco PalaciosSUBDIRECTOR Jairo GómezCOORDINACIÓN EDITORIAL Fabio FandiñoDISEÑO EDITORIAL Paula Nieto PlazasPÁGINA WEB http://unperiodico.unal.edu.coCORREO ELECTRÓNICO [email protected]

EDITORIAL

La universidaddurante la guerra*

La Universidad, como todos los estableci-mientos de utilidad pública; como el comer-cio i las demás industrias; como la riqueza na-cional i la privada; como el crédito i la moral, icomo todo elemento de bienestar i de adelan-to, sufrió golpes mortales en la última de nues-tras contiendas civiles.

En los años de 1874, i especialmente en elde 1875, a pesar de la viva ajitación en quemantenía al país la lucha elecccionaria, la Uni-versidad logró llegar a un alto grado de esplen-dor; sostenia en acción seis Escuelas, incluyen-do la de Artes i Oficios; teníalas provistas deinstrumentos i de toda clase de útiles para laenseñanza; contaba con pequeños e incipien-tes gabinetes de Física, de Mineralojía, deJeolojía, de Química i de Botánica, i manteniaabiertas 60 clases, rejentadas por los más idó-neos profesores del país, en las que se daba unaestensa i variada instrucción a cerca de 1.000alumnos, por término medio, en cada uno deesos dos años.

Pero vino la guerra de candidaturas que apa-reció en julio de 1875, i la juventud empezó aprestar oído atento a la tormenta que mujía enlos Estados, interesándola más los periódicos vio-lentos que incendiaban las pasiones políticas, quelos apacibles libros que les hablaban de las cien-cias; i las tareas escolares comenzaron a sufrir, ila disciplina e relajarse, i los claustros universita-rios a moverse i a ajitarse como la mar en inci-piente borrasca.

En esta situación terminó aquella revolucion,sin que los alumnos del Instituto hubieran to-mado parte activa en ella; pero estalló la de prin-cipios políticos i sociales que empezó en LosChancos i terminó en Manizales.

El grito de “Guerra” que resonó en el Sur in-cendió de repente los combustibles hacinados porla anterior contienda, i el vendaval que la tempes-tad revolucionaria desencadenó sobre el país, ba-rrió tambien las escuelas universitarias; pero la ju-ventud con su lucidez instintiva, comprendió alpunto que la lucha no era ya entre dos sectas dela misma comunión política; sino entre dos prin-cipios antípodas; que no era una simple contien-da de candidaturas, sino un duelo a muerte entredos doctrinas enemigas, i que esa terrible tem-pestad que se alzaba especialmente contra las Es-cuelas i Colejios oficiales i contra la Universidadnacional, amenazaba en su fuente la enseñanzalibre i la libertad del pensamiento.

Entónces un espectáculo conmovedor i gran-dioso tuvo lugar en los claustros universitarios:por un noble arranque de abnegación i patrio-tismo, esa heróica juventud olvida en un dia lasprevenciones justas o nó que abrigaba contrael partido que estaba en el poder, i arrojandolos libros que simbolizan su esperanza i su glo-rioso porvenir, empuña las armas i corre en masaa los cuarteles a ofrecer su brazo, su sangre i suexistencia en defensa de la causa que sostieneel Gobierno...

Cambia su escudo por el tahalí o la cartuche-ra; su mesa por el rancho grosero del soldado;su cama por la paja o el duro pavimento; suslibros por el remington, i su vivir, en fin, dulce ibullicioso, por las rudas fatigas del soldado. I esadelicada juventud, a pié, descalza i hambreada,atraviesa las rejiones friísimas de nuestros pára-mos i las ardientes llanuras del Magdalena; vue-la a marchas forzadas a donde quiera que haienemigos que combatir, dando soldados i ofi-ciales a las lejiones de la República; ejecutaprodijios de valor, deja muertos o heridos en loscampos de batalla a sus mas queridos compañe-ros; se bate i vence en todas partes, i luego, pi-diendo por sola recompensa “perdon para el ven-cido”, arroja sus armas, sus charreteras i laureles,i vuelve contenta i resignada a las Escuelas a con-tinuar su penosa carrera literaria.

Pero en esa época terrible para la República,los miembros de la Universidad no se limitarona dar esas pruebas sublimes de heroísmo, sinoque las dieron tambien de amor por el cultivode las ciencias. A pesar de hallarse cerradas ofi-cialmente las clases del Instituto, todos los pro-fesores que pudieron contar con dos o másalumnos continuaron dando gratúitamente suslecciones por el espacio de seis meses; i veíaselescon frecuencia salir de sus clases para ir a com-partir con sus discípulos, como simples solda-dos, las penalidades del cuartel, como se vieronalumnos que, acabando de sacudir el polvo queles dejó la pólvora del último combate, corríana oir las lecciones que les daban sus maestros...

Si algo, señor Secretario, puede enjugar las lá-grimas de dolor que arrancaron a la patria las es-cenas salvajes de desolación i de matanzas que laofrendó aquella cruenta i patricida guerra, fué sinduda la contemplacion de esos rasgos sublimesde abnegacion, de valor i de civismo que dió lajuventud colombiana, i especialmente la que seeducaba entónces en la Universidad nacional.

Mas de 300 alumnos del Instituto salieronde sus claustros para ir a engrosar las filas de laGuardia colombiana; siendo de advertir que, conpocas escepciones, solo los niños dejaron deenrolarse en los ejércitos, i aún hubo algunosde éstos que lloró de desesperación al persuar-dise de que no podía sostener un fusil con susdébiles brazos.....

Mas la desgracia quiso que no todos aque-llos valientes jóvenes volvieran al hogar a susEscuelas: muchos de ellos quedaron heridos enlos campo de batalla; otros fueron para siem-pre mutilados por las balas, i algunos exhalaronsu último aliento al pié de las banderas que ju-raron defender, como lo vereis en el cuadronúmero 1º., que contiene los únicos datos quehasta hoi he podido recojer.

A la sazon, las necesidades imperiosas dela guerra pusieron al Gobierno en la impres-cindible precisión de cerrar la Universidad des-de el 21 de agosto de 1876, i la aglomera-ción de fuerzas en la capital lo obligaron acolocarlas en los locales en que funcionabanlas Escuelas, para ser los mas capaces i losúnicos que quedaban apropiados para cuar-teles. I como los batallones llegaban inopina-damente, i ocupaban los edificios sin darmuchas veces tiempo de poner en salvo losútiles, los instrumentos, los libros i demasobjetos destinados para la enseñanza, unagran cantidad de esos objetos fué robada odestruida i la parte material de los edificiossufrió los destrozos que eran de esperarse detropas reclutas que venían de fuera a discipli-narse en la ciudad. Tales depredaciones cau-saron graves i sensibles pérdidas en la Univer-sidad, las que no dudo que el Gobierno trata-rá de remediar sin demora.

Felizmente la revolución terminó pronto;pero ántes de que la guerra concluyera, i cuan-do se hallaba en su mayor incremento, el 22 defebrero del presente año, el Rector del Institu-to, doctor Antonio Várgas Vega, declaró abier-ta la Universidad, i las Escuelas continuaron sustrabajos durante el fragor de las batallas, aun-que con pocos alumnos. Este acto, que puedellamarse de arrojo, produjo los mejores efectosen la opinión, i el Poder Ejecutivo lo secundómandando pagar los gastos universitarios, aunántes de declarar restablecido el órden público,i cuando el Tesoro se hallaba en las mayoresangustias.

Para reflexión de vacaciones dejamos este texto del Rector de la Universidad Nacional de Colombia,Miguel Plata Azuero, presentado en su informe de diciembre de 1877.

TELÉFONOS316 5348, 316 5000 ext. 18384FAX 316 5232ISSN 1657-0987DIRECCIÓN Ed. Uriel Gutiérrez, 5to piso, Transversal 38 Diagonal 40BOGOTÁ D.C., No. 53, DICIEMBRE 21 DE 2003

En esa época terriblepara la República,los miembros de laUniversidad no selimitaron a dar esaspruebas sublimes deheroísmo, sino quelas dieron tambiende amor por el cultivode las ciencias.

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OPINIÓN

Navidad laica

Reserva legal para lademocracia

Álvaro Villarraga Sarmiento*Especial para U.N. Periódico

Celebrar la navidad resulta un tanto difícil para quie-nes ya no creemos en el nacimiento del niño Dios, comotampoco para aquellos que se sienten desencantados de PapáNoel y su farsa de regalos que, tras las largas filas decembrinasen los almacenes, normalmente llegan en Nochebuena. Sinembargo, las luces de navidad parecieran convocarnos a noperder la tradición de festejar al menos el hecho de poderestar juntos. Tal vez realizar la liturgia de navidad de otramanera -ahora que ya no hay misas de gallo y la mayoría detemplos católicos adelantan por culpa del mercado el divinoalumbramiento- sea el eco de una protesta ante el elevadosilencio de las instituciones.

Y acogiendo ese llamado, un tanto pagano, no se dejade entender la mediación como una función que "cumplenlos dioses", porque, creyendo en ellos fundamentalmente,se busca recrear las relaciones humanas. De suerte que evo-cando una cierta secularización navideña -si se me permiteesa categoría-, actualizaríamos de manera más cercana nues-tras relaciones cotidianas entre lo individual y lo colectivo,tal cual los hombres suelen religarse a través de sus dioses.Porque la vida política, familiar y económica permanece,paradógicamente, bastante independiente de la esfera reli-giosa, mas no completamente alejada de la actividad ritual,ya que esta traspasa la religión misma, a través de los múlti-ples pliegues del lazo social.

En esa dirección, el rito navideño laicizado consistiría enla ejecución de ciertos gestos en un orden prescrito, quecoinciden con la realización de signos formales, acompaña-dos o no de palabras, las cuales marcan el compás de laentrega de algunos regalos; pero tales signos solo cobraríansentido con respecto al tiempo en que se sitúen, al espaciodonde se desarrollen y a los actores que los escenifiquen.Dicho de otra manera, la actividad ritual secular desembocaen la relación con otros seres humanos, de modo que lanueva celebración del rito no puede prescindir de la colecti-vidad, y la conciencia de que tal colectividad existe y de ellaformamos parte, es requisito fundamental para la eficaciasimbólica del lazo social.

Nos encontramos pues ante una visión laica del rito. Ypara los agnósticos -aquellos a quienes no se nos ha dado lagracia de la fe- semejante lazo social debe ser posible ypensable, en tanto institución de sentido. Ahora bien, esesentido no corresponde a una entelequia metafísica o tras-cendental, sino simplemente a la conciencia compartida (re-cíproca) del lazo representado e instituido respecto al otro.Y el rito es ese dispositivo espacial, temporal, sensorial e in-telectual que tiende a recrear, recordar y reforzar tal lazo.Poder recrear el lazo social es la condición necesaria para laidentidad y la alteridad, la memoria y el olvido, el don y elintercambio, la apariencia y lo sagrado.

El rito secular es ahora la condición del sentido social. Yante los nuevos contextos que subrayan a toda costa la ur-banización del mundo, los no-lugares insertados en múlti-ples espacios públicos, la circulación y atomización del creer,el miedo a la guerra como violencia simbólica para neutrali-zar la utopía; contra la soledad del sin-sentido y la ausenciaque por todas partes muestra el vacío, no hay otro recursosimbólico, es decir, relacional, que ese tipo de rito, ya noconfesional. O sea, esa conciencia práctica que reafirma laposibilidad que tenemos de intercambiar y compartir conotros: ser a la vez singular y, como los demás, poder sobre-vivir, comprendiendo que no se está completamente solo.He ahí pues una reflexión que, a pesar del individualismocontemporáneo, nos confronta e impide vacilar: se trata deuna necesaria invitación a la fraternidad, al pensamiento y alsaber en esta navidad.

Fabián SanabriaProfesorFacultad de Artes

La aprobación del estatuto antiterrorista pro-voca un necesario debate. Entre los varios temasa considerar, mencionemos el debilitamiento delas garantías constitucionales, el incumplimientopor parte del Gobierno y del Congreso de las re-comendaciones hechas por los organismos inter-gubernamentales en materia de Derechos Huma-nos y el equivocado enfoque e ineficaz resultadoen la lucha contra el terrorismo.

En cuanto al debilitamiento de las garantías yla supresión de la reserva judicial, el estatuto noes tal ni está dirigido en particular contra el terro-rismo. Se trata de una reforma constitucional quesuprime la reserva judicial respecto de las deten-ciones, los allanamientos y la interceptación decomunicaciones realizadas por autoridades admi-nistrativas, a la vez que concede facultades depolicía judicial a las Fuerzas Militares. Todo con elargumento de que la reserva no era funcional enla actuación de la fuerza pública y supuestamenteno la exigen los pactos internacionales.

Sin embargo, el Estado de Derecho requiere,respecto a la protección de ciertos derechos y ga-rantías, de la existencia de reserva legal; es decir,una ley que indique los límites de la intervenciónde los funcionarios, al tiempo que garantice la re-serva judicial cuando tal intervención se da en laesfera íntima del ser humano.

La reserva no es obstáculo para que se produz-ca una actuación diligente y eficaz de la fuerza pú-blica frente al delito, sino una forma de garantizarque se actúe con transparencia y con respeto. Y sibien expresamente no se menciona la reserva judi-cial en los principales instrumentos internaciona-les, su demanda y necesidad se asocia de maneradirecta a estas exigencias, a la no arbitrariedad y ala actuación independiente e imparcial de los tribu-nales de justicia, las cuales se demandan en los pac-tos y se especifican en las observaciones generalespresentadas por la Organización de las NacionesUnidas (ONU), para evitar las injerencias arbitrariasen los procedimientos considerados, y expresamentese aluden en las recomendaciones internacionalesreiteradas al país durante los últimos años.

Incumplimiento de las recomendacionesinternacionales

A pesar de la manera insistente como se hanpresentado las recomendaciones internacionalesal respecto y de la participación, durante los de-bates de rigor, de la Oficina del Alto Comisionadode las Naciones Unidas para los Derechos Huma-nos, se adoptó mediante este acto legislativo unadecisión en sentido abiertamente contrario, ha-ciendo caso omiso de forma deliberada a tales re-comendaciones.

Como lo ha sustentado la Corte Constitucio-nal en varias sentencias y lo afirman la ONU y laOrganización de Estados Americanos (OEA), lasrecomendaciones internacionales no son simplessugerencias, sino que conllevan compromisos re-

lacionados directamente con la aplicación de lasdemandas de cumplimiento de las normas de losinstrumentos internacionales. La Corte las consi-dera obligatorias en los casos en que “estén enrelación conexa e inescindible con los convenios,en razón a que la fuerza vinculante del tratadointernacional está sujeta en tal evento a la correc-ta aplicación de la respectiva recomendación”.

Equivocado enfoque en la lucha contrael terrorismo

El Acto Legislativo aprobado, según sus pro-motores, tendría como principal presupuesto elnecesario combate al terrorismo, por lo cual, se-gún lo declararon en repetidas ocasiones, habríaque aceptar para tal propósito la restricción degarantías y derechos constitucionales. Sin embar-go, las medidas adoptadas no guardan ningunarelación directa con la prevención ni la represióndel terrorismo y, por el contrario, se limitan a so-cavar el contenido garantista de la ConstituciónPolítica.

El terrorismo constituye un delito sin excepción,expresado en el uso o en la amenaza de violenciacontra la vida humana, asociada a la estrategia degrupos organizados, dirigidos a producir miedo y aatacar de manera indiscriminada a la población ci-vil y a sus bienes, sin atenerse a limitaciones en losmétodos y en los medios. El derecho internacionalhumanitario prohíbe los actos de terrorismo, demanera absoluta e incondicional, en el contexto delos conflictos armados. Y a pesar de la inexistenciade un instrumento internacional que lo defina, esposible y necesario dejar en claro que su uso estáproscrito así como el de todas las conductas que loexpresan y se le asocian.

Lo anterior tiene implicaciones políticas y jurídi-cas que revisten actualidad en Colombia, puestoque resulta errónea la generalización de un con-cepto difuso y distorsionado del terrorismo, de for-ma que se quiere asociar a todas las conductas dela guerra irregular, sin proceder a diferenciar y es-pecificar las acciones propiamente terroristas. Lasconductas de los combatientes pueden estar inscri-tas en la conducta de rebeldía y ser actos de ataquecontra objetivos militares, como también ocasio-nar otro tipo de transgresiones al derecho humani-tario, sin que necesariamente impliquen terrorismo.

Sin embargo, la reforma regresiva implemen-tada parte de un supuesto falso, en la medida enque se inspira en la confusión con otros delitoscomo la rebelión, la sedición, la asonada, el nar-cotráfico, e incluso en la tendencia nefasta e in-fortunadamente no del todo corregida, a pesardel avance constitucional de 1991, de asociar a ély reprimir conductas que no solo no constituyendelitos, sino que precisamente hacen parte del ejer-cicio de derechos como la realización de las pro-testas sociales y la oposición política.

* Presidente de la Fundación Cultura Democrática.

BOGOTÁ D.C., No. 53, DICIEMBRE 21 DE 2003 • PÁGINA WEB: http://unperiodico.unal.edu.co • CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] • ISSN 1657-0987

Bogotá en imaginarioscapitales

Sandra Inés Gómez GalindoPeriodista Unimedios

Con este proyecto lasciudades del mundopodrán reconocerse eindagar por su propiaexperiencia, susacontecimientos, suspersonajes, sus mitos,sus lugares, susolores, sus colores.

Después de 20 años de trabajo y de desarrollar una nueva metodología para definirlo que significa ser urbano hoy en América Latina, el filósofo, semiólogo e investigadorArmando Silva presenta Bogotá Imaginada, el primer libro de una colección de culturasurbanas comparadas desde sus imaginarios sociales.

"No hay más ciudades en el mundo desarro-llado o en vías de desarrollo, sino nuevos y dife-rentes sistemas de creencias del ser urbano. Estossistemas de creencias están, por ende, no en lasciudades, sino en la imagen creada por los ciuda-danos y transformada en la ciudad física. Esta esla primera vez en la historia que ser urbano ya nosignifica vivir en ciudad". Con esta nueva idea delo urbano, Armando Silva lidera, apoyado por elConvenio Andrés Bello, la Universidad Nacional ymás de 400 investigadores de diferentes discipli-nas, el proyecto más grande de investigación enCulturas Urbanas Comparadas en América Latinay España.

La metodología está diseñada para entenderel ser urbano, no ya desde el espacio geográfico,sino desde las percepciones subjetivas de los habi-tantes: cómo la disfrutan, la evocan, la narrandesde su experiencia o desde los discursos que ela-boran en torno a la ciudad. Sus imaginarios.

Esas elaboraciones mentales que hacen queuna ciudad como Santiago de Chile, siendo unade las capitales más seguras del mundo, siga car-gando con ese temor permanente heredado de ladictadura, que existan lugares que simplementeno son imaginados por los otros, como Paraguay,o que vivan con la mayor carga de violencia en elcontinente como nuestra culta Bogotá.

Bogotá imaginada

Como parte del proyecto, el libro Bogotá ima-ginada inicia un recorrido por las formas citadinasque conviven en las capitales de nuestro continentea través de sus miedos, gastronomías, gustosmusicales, estéticas, en una especie de arte públi-co o cultura informal. Eso que le ayudó a Silva y asu equipo de trabajo a entender que esta ya no esmás la ciudad gris, nostálgica de bambucos y llu-viosa de otrora. Es amarilla como la salsa, el rock yel vallenato, esos ritmos que acompañan la ciu-dad tropical en que "imaginariamente" se convir-tió; con su propia playa, la ciclovía. Una urbe quees imaginada de diferentes formas de acuerdo conlos usos de sus espacios, desde la mirada femeni-na, masculina, infantil, pobre, rica..., donde el ol-fato se constituye en el órgano de mayor segrega-ción social y que además los buenos o malos olores

se encuentran asociados a los lugares seguros oinseguros, respectivamente.

Este primer capítulo, dedicado a Bogotá, di-buja la ciudad a través de cuentos, crónicas, da-tos, fotografías, historias de magnicidios, de ri-tuales de fin de semana, sean santos al 20 de Julioo satánicos al Cementerio Central. Cuenta cómoel almuerzo ejecutivo desplazó la industria del sr.MacDonalds, cuántos días llueve en Bogotá, cómoconstruye sus símbolos, a veces trágicos, como lacalle del Cartucho, a veces alegres, como el Par-que Simón Bolivar; donde la segregación socialpareciera desvanecerse; en resumen, una ciudadde la vida cotidiana.

"Esta es la Bogotá que hemos estudiado, unaentidad entre fantasmal y sólida que ha visto na-cer esperanzas de futuro y cuya cultura de añejatradición ha salido de su encierro, ha dejado deser cachaca para volverse colombiana, pues la Bo-gotá actual, al fin, ha decididocolombianizarse. De ahí que entodos sus rincones sea tan fácilencontrar pedazos de nación.Ese y no otro es su destino decapital verdadera". Concluye Sil-va y entiende que empezamosa vivir en una ciudad no de losespacios, sino del tiempo. Tiem-po que para este profesor de laUniversidad Nacional inició enel año 1980 con un estudio se-miótico del grafiti, donde des-cubrió una nueva estética aso-ciada a tradiciones populares, yempezó su interés por la ciudadcomo hecho social.

Después de varias publicacio-nes y reconocimientos, como elde la Bienal Documenta 11, y lainvitación de la Fundación ale-mana Urban Think Thank para

desarrollar junto con 10 investigadores internacio-nales el primer estudio de caso en Caracas, la me-todología de Silva queda resumida en esta publica-ción enciclopédica que dirige y edita y que serárepartida por diferentes instituciones educativas yculturales, como un aporte al reconocimiento dela urbanidad. Además busca crear un centro dearchivo y consulta de imágenes fotográficas y envideo sobre paisajes urbanos y conformar una redpermanente de investigadores-docentes sobre cul-turas urbanas continentales.

En suma, con este proyecto las ciudades delmundo podrán reconocerse e indagar por su propiaexperiencia, sus acontecimientos, sus personajes, susmitos, sus lugares, sus olores, sus colores, en todo loque significa usar la ciudad, esas redes simbólicas enpermanente construcción y expansión que le van dan-do identidad y que hacen que exista algo que sellama Buenos Aires, Quito o Bogotá.

Buseta no solo es el femenino de bus; en portugués alude al órgano sexual femenino.En Bogotá estas son bautizadas con nombres como la gomela, la chata, la coqueta,Mayerly, Laydy.

Armando Silva

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