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Terremoto en Bogotá Durante el presente año, muchos bogotanos estuvieron –y aún siguen– preocupados por la alarma de un posible sismo en la ciudad. Si bien –como lo afirman los expertos– no se puede predecir un sismo ni calcular qué tan graves van a ser los daños, el equipo periodístico de UN Periódico presenta algunos elementos, con datos y cifras, que pueden ayudar para que, tanto autoridades como pobladores de la ciudad, se preparen para enfrentar el sismo. El estrés: un mecanismo que puede agudizar la memoria o... Salud 20 País Sobre la guerra y el lenguaje. Azriel Bibliowicz. 3 Un nuevo lenguaje y un nuevo discurso han empezado a sentirse en los Estados Unidos después de las elecciones del pasado 7 de noviembre. Paul Rogers señala los indicios de lo que podría calificarse como una ‘confusión neoconservadora’. Bogotá D.C. No. 100, domingo 10 de diciembre de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Avances El crimen en Colombia: un análisis desde los sistemas dinámicos. 21 Noticias Restos prehispánicos subyacen en el nuevo estadio del Deportivo Cali. 23 Sobre costo de matrículas y equidad El Rector de la Universidad Nacional le responde al artículo de Rudof Hommes, publicado en el número 99 de UN Periódico, y continúa el debate sobre cuál debe ser el costo de las matrículas en las universidades públicas. Además, propone algunos indicadores de cómo deberían financiarse las universidades. 2 6 La tormenta de arena iraquÍ de Washington P ÁG. 9 Aunque no existe la posibilidad de predecirlo, sí es factible que ocurra un sismo en Bogotá. vulnerabilidades y amenazas Cortesía Dpae

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Terremoto en Bogotá

Durante el presente año, muchos bogotanos estuvieron –y aún siguen– preocupados por la alarma de un posible sismo en la ciudad. Si bien –como lo afirman los expertos– no se puede predecir un sismo ni calcular qué tan graves van a ser los daños, el equipo periodístico de UN Periódico presenta algunos elementos, con datos y cifras, que pueden ayudar para que, tanto autoridades como pobladores de la ciudad, se preparen para enfrentar el sismo.

El estrés: un mecanismo que puede agudizar la memoria o...

Salud20PaísSobre la guerra y el lenguaje. Azriel Bibliowicz.

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Un nuevo lenguaje y un nuevo discurso han empezado a sentirse en los Estados Unidos después de las elecciones del pasado 7 de noviembre. Paul Rogers señala los indicios de lo que podría calificarse como una ‘confusión neoconservadora’.

Bogotá D.C. No. 100, domingo 10 de diciembre de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

AvancesEl crimen en Colombia: un análisis desde los sistemas dinámicos.

21 NoticiasRestos prehispánicos subyacen en el nuevo estadio del Deportivo Cali.

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Sobre costo de matrículas y equidad

El Rector de la Universidad Nacional le responde al artículo de Rudof Hommes, publicado en el número 99 de UN Periódico, y continúa el debate sobre cuál debe ser el costo de las matrículas en las universidades públicas. Además, propone algunos indicadores de cómo deberían financiarse las universidades. 26

La tormenta de arena iraquÍ de Washington

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Aunque no existe la posibilidad de predecirlo, sí es factible que ocurra un sismo en Bogotá.

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Moisés Wasserman,Rector, Universidad

Nacional de Colombia

En el pasado número de UN Periódico el ex ministro Rudolf Hommes hizo un inte-resante comentario sobre el costo de las matrículas en la universidad pública y propu-so un modelo de autososte-nimiento basado en el cobro de costos reales y apoyo en la consecución de préstamos para los menos pudientes. Dice contestar un “emotivo” artículo mío. Acepto gustoso el adjetivo en el sentido de que el tema me produce mu-chas emociones; no estaría de acuerdo si tuviera alguna implicación sobre la racio-nalidad de mis argumentos. Debo decir, además, que me leyó mal porque el artí-culo era sobre la propuesta de tasa compensatoria para los egresados, no sobre las matrículas. Sin embargo, le agradezco su opinión franca y la oportunidad de una dis-cusión abierta sobre un tema de tan gran importancia.

Reconoce el doctor Hommes que la educación básica y media deben ser obligatorias y gratuitas por-que “es el camino para eli-minar las enormes dispari-dades de ingreso existentes”. Sin embargo, la tabla 2 del estudio del CEDE, que usó en su discusión, muestra que para el año 2000 la educación básica mejoró los ingresos de quien la adquirió en un 29%; la educación secundaria, en un 60%, y la universitaria, en un 179%. Siendo la etapa universitaria aquella que con mayor impacto elimina dis-paridades no se entiende por qué debe tener un tratamien-to tan diferente.

Pero no quiero estable-cer una discusión menor so-bre interpretaciones de una tabla, sino tratar de analizar algunas de las premisas fun-damentales del artículo. La primera de ellas es la defini-ción misma de la inequidad, que según él está en subsi-diar a personas que podrán,

en un futuro y por la me-jora de sus ingresos, pagar los costos de la educación que produjo esa mejora. Un concepto de equidad basado en una hipotética situación futura. No. Las cosas no son así. La verdadera inequidad consiste en que una gran par-te de la población juvenil co-lombiana no tiene los medios para acceder a la educación superior. Esa inequidad bá-sica ha sido abordada por el Estado con mecanismos de subsidio que permiten al me-nos a un porcentaje, el más talentoso y esforzado, tener

una educación de la más alta calidad a muy bajos costos. La inequidad no está en el subsidio, sino en el hecho original de la dificultad de acceso a estudios superiores. El subsidio es un mecanismo compensatorio. En una ma-roma intelectual compleja la víctima de la inequidad se convierte en el privilegiado. La acción de compensación se convierte en una injusticia con los otros que debe ser

“reparada” y pagada de algu-na forma. Esa maroma, acep-tada hoy en muchos ámbi-tos, además de ser injusta es inconveniente porque puede llevar a anular los efectos que pretendía la política original de compensación.

La segunda premisa implícita en el artículo del doctor Hommes es que la formación universitaria es una responsabilidad indivi-dual. La persona debe asu-mir un préstamo que estará pagando durante los 30 años siguientes a sus estudios,

usando para ello parte de la mejora en ingresos. Esa pre-misa no es cierta ni aquí ni en ninguna parte. Tampoco se-ría conveniente. Los estudios superiores son generalmente una empresa familiar. Cuan-do el graduado que viene de una familia pobre empieza a tener mejores ingresos ade-más de construir un hogar propio ayuda a los hermanos menores en sus estudios y a sus padres. Va a ser una

persona altamente producti-va para el país, en un tiempo empezará a pagar impuestos y cuando envíe a sus hijos a la Universidad pagará su matrícula directamente (cal-culada entonces con base en su nueva posición socioeco-nómica) o compartirá con ellos la responsabilidad de un préstamo.

Me gustaría, en relación con este punto, hacer algunos cálculos aproximados con los valores de las tablas presen-tadas por el doctor Hommes. Si su hipotético estudiante hubiera adquirido un prés-

tamo para pagar el año 2000 una carrera de 10 semestres en una universidad privada de alta calidad (sin incluir gastos de sostenimiento) su deuda podría fácilmente as-cender a unos 40 millones de pesos. Sin ningún interés, e invirtiendo el 20% del sala-rio que muestra la tabla para profesionales, le tomaría ca-si 25 años cubrir su deuda. Me pregunto, además, si en ese salario promedio de la tabla los economistas ganan lo mismo que los filósofos y si el mercado laboral no discri-mina entre el profesional hijo de prestante y rica familia y el hijo de un obrero de la cons-trucción.

Hay en el préstamo, ade-más de los problemas intrín-secos a las garantías que exi-ge el sistema financiero (que reconoce el articulista), un problema psicológico impor-tante. ¿Puede un muchacho joven, de una familia pobre, asumir un préstamo que vale más del doble de su casa (en los casos en que la tiene) o que corresponde a 10 años del salario total (uno mínimo legal) que devenga su padre? Me parece que la respuesta es no. Y, en tal caso, si debe buscar un préstamo, se deci-dirá por una carrera barata en una universidad barata. No la mejor de las estrategias para disminuir las “enormes dispa-ridades de ingreso existentes”.

Un problema adicional que genera el sistema pro-puesto es el acceso a los pos-grados. Un sistema en el que el estudiante debe comenzar a pagar dos años después de graduado los costos de sus estudios de pregrado redu-ce significativamente sus posibilidades para hacer un posgrado (que en el futuro cercano será la norma para los mejores trabajos). El sis-tema traslada la inequidad, y en forma crítica, a la etapa de la educación que forma los directores de las empresas y los líderes de la sociedad.

La tercera premisa que quisiera discutir es la de que las universidades de investi-gación se podrían autofinan-ciar con matrículas si todos los estudiantes pagaran el valor real. No sé cuáles son sus ejemplos. Las universida-des emblemáticas europeas son mayoritariamente sub-sidiadas por el Estado y las matrículas son bajas, a ve-ces simbólicas. Las grandes universidades privadas ame-ricanas (Harvard, MIT, Yale,

Cornell, etc.) cobran matrí-culas de 30 a 40 mil dólares al año y con eso, en los mejores casos, cubren el 20% de sus gastos de funcionamiento. Las universidades estatales americanas tienen altísimos presupuestos de los Estados y subsidian grandemente a sus estudiantes ciudadanos, sin considerar su posición eco-nómica. En nuestro subcon-tinente no conozco ningún caso en el que las universida-des públicas se financien con matrículas. No es definitiva-mente el caso de las muy po-cas que aparecen en la lista de las 500 mejores (UNAM, en México; Universidad de Buenos Aires, Argentina, y Universidad de Sao Pau-lo, Brasil). Si se quiere una universidad de investigación, con laboratorios, bibliotecas, salas de cómputo, profesores investigadores con forma-ción doctoral, de dedicación exclusiva y con presencia en el ámbito internacional, el costo de una “matrícula real” se saldría de las posibilidades de la inmensa mayoría de los colombianos.

El modelo que yo veo como más real, más justo y más conveniente es el si-guiente: la universidad públi-ca debe cobrar matrículas de acuerdo con el ingreso actual de la familia del estudiante (no con cálculos de un futuro hipotético). Eso quiere decir que estratos 4-6 pagarían una matrícula competitiva en el mercado de las universidades de similar calidad. La Univer-sidad debe apoyar a la familia que lo requiera en la consecu-ción de préstamos de Icetex. El estrato 3 estaría pagando una matrícula parcialmente subsidiada (también apoyada por préstamos) y los estratos 1 y 2 una matrícula altamente subsidiada. Una vez egresa-dos, todos podrán construir-se una buena posición eco-nómica, mejorarán la pro-ductividad nacional, pagarán impuestos, consumirán más y pagarán más impuestos. Y cuando envíen sus hijos a la Universidad pagarán una matrícula de acuerdo con el estrato de la familia, que de-penderá de muchas circuns-tancias personales y sociales. El pago será de acuerdo con los ingresos reales de la fa-milia en el momento, no con base en cálculos hipotéticos. Me parece que es un modelo natural, en el que la compen-sación del Estado para com-pensar inequidades es verda-dera y no se constituye a pos-teriori en un impedimento para el progreso personal. Es un modelo en el que se dará necesariamente crecimiento de la Nación y crecimiento armónico de recursos pro-pios del sistema de universi-dades (públicas y privadas), manteniendo un importante criterio de responsabilidad parental y solidaridad fami-liar. La inversión de la Nación generará como maravilloso producto colateral un siste-ma de universidades con una investigación dinámica que lidere los principales proce-sos de desarrollo del país.

La educación universitaria es un apoyo a la equidad social.

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Sobre costo de matrículas y equidad

El texto del rector Wasserman presenta algunas aclaraciones y definiciones de los elementos que deben tenerse en cuenta cuando se haga un debate en torno a los costos de las matrículas y a quién y cómo debe pagarlas o subsidiarlas.

Las universidades emblemáticas europeas son mayoritariamente subsidiadas por el Estado y las matrículas son bajas, a veces simbólicas. Las grandes universidades privadas americanas (Harvard, MIT, Yale, Cornell, etc.) cobran matrículas de 30 a 40 mil dólares al año y con eso, en los mejores casos, cubren el 20% de sus gastos de funcionamiento.

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Cultura

Azriel Bibliowicz, Profesor Asociado, Universidad

Nacional de Colombia

Una de las tareas más importantes del escritor ra-dica en buscar los sentidos recónditos que se esconden en las palabras y en lo posi-ble renovar sus significados. Y son muchos los lenguajes que necesitan esta renova-ción frente a una realidad que a diario desgasta y ultraja las lenguas. Por cierto, ven-go de Colombia, un país que demanda con urgencia este resarcir del idioma porque quizás sea uno de los lugares donde más se tergiversan las palabras y se pervierten sin compasión, ya que se lasti-man a diario con la retórica del poder y la guerra.

Se ha vuelto una frase común que la primera vícti-ma de toda guerra es la ver-dad. Y le corresponde a la literatura ser albacea del len-guaje y explorar voces nove-dosas y opciones para que las expresiones gastadas por las calumnias del poder y la gue-rra vuelvan a encontrar sus sentidos primordiales. Ante la violencia indiscriminada y la guerra fratricida que nos

envuelve, la lengua termina por ser una de sus víctimas.

El filósofo francés Jean Améry, que pasó la Segunda Guerra Mundial en el cam-po de concentración de Aus-chwitz, nos dice: “La palabra siempre muere cuando se impone una realidad total. Murió para nosotros por lar-go tiempo. Y ni siquiera nos quedó la sensación de que lamentábamos su partida”.

Son muchas las palabras lastimadas y que resultan empañadas por la guerra en Colombia. Y a pesar de no ser el momento para elabo-rar una lista y analizar con ustedes cuáles han perdido ya su intensidad, quiero dar-les un ejemplo y referirme a la palabra paz, ya que es tal vez la más trillada, la más pronunciada y vilipendiada al pasar de boca en boca por cada uno de los políticos de turno. La palabra paz sufre la desgracia de usarse como sinónimo de guerra: se nos repite a diario que la guerra es la paz. Y, si nos detenemos a pensar, no hay mayor sin-sentido o absurdo. También se repite en Colombia, y en muchos lugares del mundo, que la paz es sinónimo de

justicia y que no importan las injusticias que se hayan co-metido, si al final alcanzamos este noble propósito, como si la injusticia no sembrara a su vez la violencia del mañana.

En Colombia, y creo que también es una experiencia que actualmente se vive en los Estados Unidos, la guerra se niega o se esconde. En Co-lombia estamos sumidos en un conflicto armado interno cuya existencia el gobierno simplemente desconoce a pe-

Son muchas las voces la-ceradas por su empleo vacuo y embustero. Muchos son indi-ferentes a los ultrajes del idio-ma o a que éste se lastime y termine por ser víctima de eu-femismos que suplantan e in-fectan sus sentidos. De ahí que la responsabilidad del escritor frente al lenguaje, en nuestra sociedad, sea cada vez mayor, ya que está obligado a forjar una conciencia y reencontrar los sentidos extraviados de las palabras. Y el primer paso se

El escritor debe estar al lado de aquellos a quienes no se los quiere escuchar. Y no porque no tengan voz, si-no porque se los silencia con los altoparlantes del poder (dicho sea de paso, los pri-meros que hicieron uso de este horrible aparato fueron los nazis, y no creo que fuera una casualidad).

La literatura colombia-na, y creo que la de muchos lugares del mundo actual, se enfrenta al reto de proveer

La palabra saturada de vacíos:

la guerra y el lenguajeUN Periódico reproduce el texto que el doctor Bibliowicz presentó en la conferencia del 13 de octubre del 2006 en la Universidad de Iowa. Ésta fue auspiciada por el Programa Internacional de Escritores, el Programa de Estudios Latinoamericanos, el Departamento de Español y Portugués y el Departamento de Literatura Comparada y Estudios de Cine.

El filósofo francés Jean Améry, que pasó la Segunda Guerra Mundial en el campo de concentración de Auschwitz, nos dice:

“La palabra siempre muere cuando se impone una realidad total. Murió para nosotros por largo tiempo. Y ni siquiera nos

quedó la sensación de que lamentábamos su partida”.

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Azriel Bibliowicz, escritor y docente de la Universidad Nacional de Colombia.

sar de que se combate a diario con una estrategia de guerra denominada: “Plan Patriota”.

En fin, ante el desgas-te y los contrasentidos que padecen las palabras, y en particular la pobre paz, sólo se termina por desearle que descanse en paz, mientras encontramos otra mejor o que la realidad logre conferir-le su verdadero significado.

da cuando no se le hacen con-cesiones ni venias al poder. Como bien lo afirmó Albert Camus: “El escritor no puede estar al servicio de aquellos que forjan la historia, sino de los que la padecen”. Y quizás sea ésta la actitud que señala el rumbo que le permite al es-critor cumplir con el compro-miso fundamental de su oficio: revitalizar la palabra.

un nuevo hálito a su idioma mancillado por la retórica de clases dirigentes descarnadas e insensibles. Les decía que en Colombia el gobierno ni siquiera es capaz de admitir que el país está sumido en una guerra civil, una lucha por tierras, por el dominio de unas regiones, que padece hace más de cincuenta años. Esta guerra se esconde bajo

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na los países y sus literaturas. Algunos críticos han afirma-do que el español, como idio-ma, fue una de las víctimas de la propaganda y la retórica de la Guerra Civil Española. Afirman que fue gracias al boom de los escritores lati-noamericanos, durante las décadas de los cincuenta y los sesenta, que el idioma se vigorizó. La búsqueda de la identidad, el reconocimiento del crisol social latinoame-ricano le confirió al español como lenguaje diversas po-sibilidades, distintos sabores, otros aires. Fue en este conti-nente donde el idioma, fren-te a las perplejidades de los escritores del Nuevo Mundo, halló ese giro, ese hálito del que nos habla Celan.

Y Paul Celan, como poe-ta, sabía lo que significaba un idioma mancillado, por-que después de la Segunda Guerra Mundial, el alemán fue uno de los más agravia-dos. La propaganda nazi ma-nipuló la lengua de Schiller y Goethe, y este poeta fue quien supo conferirle ese ate-

ellos francés, rumano, ruso e inglés, porque fue un re-conocido traductor de poe-tas como Osip Mandelstam, Apollinaire, Shakespeare y Emily Dickinson—, se aferró al alemán, el idioma de sus victimarios, que también era su lengua, y lo único que no podían quitarle los persegui-dores. El alemán en sus ma-nos y ante su experiencia se transformó, como lo explica el poeta turco Zafer enocak en una lengua sin tierra.

Celan nació en 1920 en Czernowitz, Rumania, cuan-do ésta pertenecía al Imperio Austro-Húngaro. Sus padres eran judíos alemanes y cre-ció hablando dicho idioma. Como decía, durante la gue-rra, Celan lo perdió todo. Su madre murió en un campo de exterminio y él tuvo que sobrevivir en un campo de trabajo. Lo único que le que-daba de la cultura con la que había crecido era su lenguaje. El mismo lenguaje con que se forjó una gran tradición literaria y que también era la lengua con la cual se formu-

el nebuloso calificativo de “la violencia” y ahora, gracias a la situación mundial, se le confiere una nueva vuelta a la tuerca, calificándola con el brumoso término de “terro-rismo”. Las palabras oscuras encubren realidades y son peligrosas. Además, no son casuales, y no hay término en nuestros días que oculte más realidades y que distorsione los hechos como el de “te-rrorismo”, cuyo significado a diario se nos escapa y resulta cada vez más impreciso, am-biguo y turbio. Pero regre-semos al caso colombiano, ya que vive empecinado en negar su compleja realidad estructural. Por ello, el papel que asumen la poesía y la literatura en mostrarnos el lado oculto, aquello que no se quiere decir o el absurdo que subyace en la realidad, termina por ser vital y fun-damental para la sociedad. La literatura, en la verdad de sus mentiras, despoja de sus velos al lenguaje y busca que las palabras puedan dar-le una vuelta al espíritu, esa vuelta que el arte fomenta para ayudarnos a hallar los caminos que nos permiten encontrarnos con nosotros mismos. Esa vuelta que, en últimas, es una especie de retorno al hogar.

El poeta Paul Celan usa-ba la palabra atemwende para describir ese giro del aliento, para referirse a ese cambio de ruta. La poesía o la prosa —que también puede ser poéti-ca— intentan que el lenguaje encuentre los sentidos que la alivian y la curen de los atropellos a que la someten las pretensiones del poder en cualquiera de sus formas. De ahí que el humor también resulte un instrumento fun-damental para la literatura al burlarse y distanciarse del poder. El compromiso con la escritura es, ante todo, un pacto con la palabra y sus caminos de revitalización.

Susan Sontag hace un par de años vino a la Feria del Libro de Bogotá y en una disertación lúcida señaló que la justicia y la verdad no siem-pre iban de la mano. Decía la Sontag, con toda sinceridad, que lo ideal era que camina-ran juntas, pero no siempre era así. Y que cuando surgía la dicotomía, el escritor estaba obligado a escoger y le corres-pondía aliarse con la verdad. Nos recordaba que la res-ponsabilidad del escritor está con la verdad, y quizás por eso mismo el artista termi-na por ser un especialista del descontento. Su descontento

Cultura

La palabra paz, asegura Bibliowicz, está gastada, aniquilada.

campos de batalla de esta conflagración mundial no marcaron solamente el fin de un viejo orden político, sino también la ruina de toda una civilización fundada desde los griegos en la creencia de la capacidad del Logos para poner a la luz la racionali-dad última de lo real. Para Rosenzweig, de acuerdo con Stephen Mosès, la aventura filosófica de occidente, o co-mo irónicamente la denomi-nó Rosenzweig “de Jonia a Jena”, se resume en la afir-mación de que el mundo es inteligible y al fin de cuen-tas transparente a la Razón, y que el hombre mismo no adquiere su dignidad sino en la medida en que forma parte de dicho orden racional. Pe-ro Rosenzweig fue testigo, en las propias trincheras de la Primera Guerra Mundial, de cómo estos presupuestos en-traron en crisis, se quebraron y se fueron al traste. Ante el espectáculo de la carnicería sin sentido de las naciones europeas, el sujeto autónomo en un mundo regulado por la Razón se convirtió, bajo la lógica asesina instaurada por la guerra, en un simple obje-to de la historia. El hombre se transformó en un número, un ser sin rostro, arrastrado, a su pesar, con miles de otros, al torbellino de las batallas.

Fue, entonces, una construcción filosófica de la realidad, como explica Em-manuel Levinas, lo que nos encaminó hacia la guerra. El conflicto de los nacionalis-mos desembocó en a la Pri-mera Guerra Mundial y le ce-dió su lugar a las ideologías o, más exactamente en el caso del nacional-socialismo, a la puesta en práctica planifica-da de una ideología dirigida al exterminio de poblaciones enteras y ante todo al pueblo judío. Como señala Levinas, la guerra no fue, por consi-guiente, una equivocación si-

no la consecuencia lógica de una elaboración filosófica, de una ontología que también nos guió hacia el conflicto. La Segunda Guerra Mundial sig-nificó el desplome de la idea misma de humanidad tal y como Europa la había conce-bido. Ahora bien, de acuerdo con Levinas no hemos cam-biado de mirada ni esa visión de Totalidad que nos condujo a la crisis. No hemos transfor-mado nuestra óptica sobre la realidad ni sobre la ética que debería regirnos. Sigue impe-rando una concepción de To-talidad que domina la mirada y filosofía de occidente. En su libro Totalidad e infinito Levinas nos dice que nece-sitamos cambiar de óptica y rehabilitar el punto de vista de la subjetividad provista de una inteligibilidad distinta que presenta una apertura hacia el lenguaje, una visión escatológica que rompa con la totalidad de la guerra y los imperios, en los cuales no se habla. Hay que ir hacia y en-contrar al Otro, porque sin la apertura hacia el Otro no hay discurso ni un nuevo lengua-je. La paz, nos dice Levinas, es el producto de esta aptitud hacia el lenguaje.

Jean-Paul Sartre, en su autobiografía Las palabras, confiesa que demoró treinta años para quitarse de enci-ma la tradición filosófica del idealismo y su visión de to-talidad.

Jean Améry, el gran fi-lósofo francés al que le tocó padecer las torturas de Aus-chwitz, nos cuenta que no le tomó tanto tiempo. Le bastó ser víctima de la barbarie pa-ra que esta visión del mundo entrara en crisis en pocas se-manas.

Ahora bien, de acuerdo con Celan, fue ese mismo lenguaje, el lenguaje de los intelectuales, de los grandes filósofos alemanes, el que se encontró ante la falta de res-

marca el reconocimiento de la crisis en que vivimos y sus palabras deben resonar de tal forma que inspiren a otros.

Y reflexionando sobre la justicia se me viene a la cabe-za una máxima mordaz del poeta Paul Celan. Él afirma-ba: “Es inútil hablar de justi-cia hasta que el más grande de los barcos de guerra no se haya estrellado contra la frente de un ahogado”.

Sin duda, la guerra ge-nera una realidad total que afecta el lenguaje y determi-

mwende. Nadie como Celan comprendió cómo el lengua-je es sensible a lastimarse. Y tal vez lo entendió en toda su dimensión porque cuando lo perdió todo, cuando la guerra lo despojó de toda pertenen-cia, lo único que le queda-ba, a pesar de las ausencias, era el lenguaje. El alemán, el idioma de sus verdugos, el lenguaje que se había anqui-losado con los eslóganes y los clichés de los discursos del Tercer Reich, también era el suyo. Y aun cuando Celan ha-blaba varios idiomas —entre

laron las grandes preguntas de la filosofía occidental. Fue el lenguaje en el que surgió el idealismo alemán, que de acuerdo con el filósofo Franz Rosenzweig, marcó la crisis del pensamiento occidental y desembocó en las dos gue-rras mundiales.

La Primera Guerra Mun-dial no fue una casualidad ni tampoco una equivocación, como bien lo explica Rosen-zweig en su libro La Estre-lla de la Redención, sino el resultado de una visión del ser, de una metafísica. Los

La poesía o la prosa —que también puede ser poética— intentan que el lenguaje encuentre los sentidos que la alivian y la curen de los atropellos a que la someten las pretensiones del poder en cualquiera de sus formas.

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puestas que dejó Auschwitz.

Fue ese mismo lenguaje el que, a través de un terrible enmudecimiento, tuvo que pasar por las mil y una ti-nieblas del discurso asesino. Fue ese mismo lenguaje el que atravesó a Celan y éste nos dice que no tuvo pa-labras para expresar lo que experimentó. Pero como bien señala el poeta enocak hemos afirmado que Celan es el poeta del silencio. Pero a aquel que guarda silencio no se lo puede escuchar. Celan, nos dice este escri-tor turco, más que un poeta del silencio es el bardo de la desaparición, de aquello que ha desaparecido, que no se puede expresar, pe-ro que existe. La poesía de Celan camina sobre el filo de la navaja entre el acto de desaparecer y el haber desaparecido, de ahí que sus resonancias nos lleguen con tanta intensidad.

Según el escritor Mau-rice Blanchot, Celan lleva las palabras a su extrema ten-sión, concentración, nece-sidad de sostener, llevando una hacia otra, en unión de lo que no hace unión, pala-bras asociadas, unidas para algo mas allá de su significa-do, simplemente orientadas hacia…

Sus poemas, que gene-ralmente son breves, hablan en frases y términos que, de acuerdo con Blanchot: “pa-recen cargadas de ritmos de indefinida brevedad, rodea-dos por blancos, espacios en blanco que detienen, que generan silencios, silencios que no son pausas o inter-valos que permiten respirar cuando se leen, sino blancos que forman parte del mismo rigor, que permite aliviar un rigor no verbal y que no se es-peraría que tuvieran un sig-nificado. Es como si el vacío fuera antes que una falta, una saturación, un vacío saturado con vacío”.

Para Celan el hombre no sólo se consume en las cadenas de la vida exterior, sino también está amorda-zado y por ello no puede hablar. Cuando Celan habla de lenguaje se refiere a todas las esferas de los medios de expresión humana porque las palabras también están en los gestos, movimientos y vacíos.

En su texto Edgar Jene y el Sueño del Sueño Celan asegura que: “La mas falaz de las afirmaciones es que las palabras, en el fondo, siguen siendo las mismas.” En dicho texto de Celan, basado en una conversación ficticia entre un amigo y su álter ego, que tie-ne lugar en lo profundo del mar, el poeta-narrador busca comprender cómo el lenguaje poético se puede renovar en tiempos aciagos cuando cae víctima de los abusos y desu-sos, abandonos y escorias de la guerra. En el diálogo, el in-terlocutor anuncia su intento revolucionario de limpiar el lenguaje de las artimañas y siglos de viejas mentiras. Ve a los humanos languideciendo con las cadenas de la realidad y entrampados. Por ello, no pueden hablar. Así pues, su meta es recobrar el lenguaje originario con el fin de liberar a la humanidad petrificada por sinceridades distorsiona-das y que lo que demanda el lenguaje es un retorno a una ingenuidad incondicional, a

una visión originaria, a una mirada primordial.

El interlocutor del diá-logo en esta obra de Celan nos cuenta de qué manera las huellas o trazos del lengua-je primordial se presentan como parte de una paisaje de opuestos relacionados y al cual se debe regresar al cubrir y descubrir, al revelar y develar, las funciones de la verdad. También en algunos pasajes nos describe con gran imaginación como el juego de este lenguaje primordial y sus elementos le llegan a poeta, en un encuentro, en un choque, en una colisión que genera luz. De ahí que surjan también en el texto términos como: “la chispa de lo milagroso”, “un nuevo brillo, más allá de las repre-sentaciones del pensamiento despierto”. Nos dice también el poeta que: “Su luz no es la luz del día y está habitada de figuras que no reconozco, sino que conozco en una vi-sión primordial”.

Celan nos cuenta en su discurso Meridian que el len-guaje lo cruzó, lo recorrió y pudo volver a la luz del día “enriquecido” por lo que ha-bía experimentado.

La palabra experiencia es curiosa y tal vez valga la pena detenerse por un ins-tante en su etimología. Viene del latín experiri, “comprobar, intentar, demostrar”. La raíz de periri, también se puede encontrar en peric lum, “peli-gro, riesgo”. La raíz indoeuro-pea es per y está relacionada con el conceptos de cruzar, recorrer. Por consiguiente, la experiencia es algo que cru-za, recorre y que no se puede separar de los riesgos y peli-gros que conlleva.

Para Celan, el lenguaje, producto de la experiencia, siempre cruza, está en cami-no, en busca de algo inma-terial, pero terrenal, terres-tre, algo circular, que vuelve sobre sí mismo a través de ambos polos y a la vez atra-viesa incluso sobre los tro-pos y los trópicos. En otras palabras, un meridiano. La lengua es como un meridia-no. Pero, entonces, ¿cuál ca-mino tomar? El propio poeta nos responde dudando. Dice que cuando hablamos de es-ta manera, estamos siempre preguntando por su “de dón-de” y su “hacia dónde”, y son preguntas que quedan abier-tas, que no llegan nunca a su fin, que apuntan hacia un espacio abierto, vacío y libre; y estamos afuera, lejos. Por ello, para el poeta todo poe-ma busca también ese lugar indescifrable.

Celan, con su experien-cia y mirada, sin duda revita-lizó el alemán y lo puso a tar-tamudear, demostrando que ante su recorrido éste no po-día sino dudar, trastabillar de aquí en adelante. Celan como poeta dejó su huella sobre el alemán para siempre.

En una encuesta de la li-brería Flinker de Paris le pre-guntaron cómo veía la len-gua con que escribía. Y Celan contestó:

Va por otros caminos que la francesa. Con la más lúgubre memoria, con las más cuestionables circuns-tancias alrededor, a pesar de tener presente la tradición a la que pertenece, ya no se puede hablar el lenguaje que un oído propenso todavía pa-

rece esperar de ella. Su len-guaje se ha vuelto más sobrio, más objetivo, desconfía de “lo bello”, intenta ser veraz. Es, pues, si me permite usar una palabra del campo de lo visual, no perdiendo de vista lo polícromo de lo aparen-temente actual, un lenguaje “más gris”, un lenguaje que entre otras cosas también quiere saber su musicalidad asentada en un lugar donde nada tenga en común con aquella “armonía” que, más o menos indiferente, aun con-sonaba y asonaba con lo más espantoso.

Lo que le interesa a es-te lenguaje es la precisión, aparte de toda la indispensa-ble variedad de la expresión. No transfigura, no “poetiza”, nombra y denota, intenta medir el campo de lo dado y de lo posible.

Ahora bien, Celan, nos dice que evidentemente no actúa el lenguaje mismo, el lenguaje sin más, sino a tra-vés de un yo, el yo del poeta, que depende de su experien-cia, que orienta su perfil. La realidad no está dada, sino que exige que se la busque y reelabore.

La experiencia y el tes-timonio frente a la barbarie obligan a confrontar su ol-vido. De ahí que escritores como Jean Améry, Paul Ce-lan, Primo Levi o Imre Ker-

experiencia humana, de tal modo que la primera medida siempre será intentar desco-nocerla.

La experiencia no hace más que perturbar el aparato ideológico, porque es aquello que siempre se le escapa de las manos y pone obstáculos inesperados a la realización de sus grandes objetivos. Pa-ra Kertész, la tarea del arte es oponerse al lenguaje de la ideología, recuperar la ca-pacidad de la imaginación y recordarle al hombre su ori-gen, su verdadera situación y destino humano. La opción del arte sólo puede ser radi-cal. Si el escritor toma en se-rio su oficio, debe buscar las fuentes de su productividad en la negatividad, en el sufri-miento y en la identificación con quienes sufren.

Sin duda, necesitamos mirar de frente, verle la te-rrible cara a nuestra realidad, removerle las máscaras y confiar en el enigma de la li-teratura y su capacidad de re-vitalizar las palabras para que nuestros sueños vuelvan a ser posibles. La tragedia no está sólo en la pesadilla de la gue-rra en que estamos sumidos, sino en el empobrecimiento del lenguaje, que conduce al olvido y nos encamina a la noche carente de sueños.

Cultura

tész, que vivieron esa extre-ma y singular experiencia de la guerra y del holocausto, consideraron una obligación darle la cara, mirarla de fren-te, reflexionar sobre ella para combatir su olvido. A Améry le tomó dos décadas poder escribir sobre dicha horripi-lante realidad. Fue su pensar y repensar la atroz experien-cia, y su lucha por encontrar el lenguaje para narrarla, lo que lo llevó a componer unos textos tan profundos, tan be-llos y atormentados. Después de escribir lo que necesitaba escribir, se suicidó.

Primo Levi, nos dejó unos textos desgarradores en donde sentimos que la guerra suspende la moralidad. Este gran escritor italiano terminó suicidándose. Y por último Celan quién también acabó quitándose la vida.

Entre las ironías de la historia podemos afirmar que parte de la tragedia de Auschwitz radica en que las víctimas terminaran sin po-der soportar la vergüenza de lo sucedido, antes que sus victimarios.

No debe sorprendernos que sea la experiencia frente al sufrimiento lo primero que cuestiona el poder. El escri-tor Imre Kertész, hablando de las sociedades totalitarias y de la ideología, sostiene que frente a ellas sólo se opone la

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Vargas Llosa, Mario. La verdad de las mentiras. Barcelona: Seix Barral, 1990.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES ACADEMIA DIPLOMÁTICA DE SAN CARLOS

CONVOCATORIA A CONCURSO DE INGRESO A LA CARRERA DIPLOMÁTICA Y CONSULAR PARA EL AÑO 2008

CURSO ANUAL DE CAPACITACIÓN 2007RESOLUCIÓN 4194 DEL 27 DE SEPTIEBRE DE 2006

REQUISITOS PARA CONCURSAR

a. Ser colombiano de nacimiento y no tener doble nacionalidad. b. Poseer título universitario oficialmente reconocido, expedido por establecimiento de educación superior.c. Tener definida su situación militar, cuando a ello hubiere lugar.d. Hablar y escribir correctamente, además del español, otro idioma de uso diplomático.

DOCUMENTOS PARA INSCRIPCIÓN

a. Formulario de inscripción debidamente diligenciado. Al firmar el formulario el aspirante declara ser colombiano de nacimiento y no tener doble nacionalidad.

b. Fotocopia de la Cédula de Ciudadanía.c. Fotocopia autenticada del título universitario o del acta de grado reconocido por el Estado colombiano. Los títulos profesionales expedidos en el exterior deberán estar convalidados por el Ministerio de Educación

Nacional.d. Certificado de conocimiento del idioma extranjero de conformidad con el parágrafo 2, 3 y 4 del artículo 3°

de la Resolución número 4194 del 27 de septiembre de 2006.e. Fotocopia de la Libreta Militar, cuando fuere el caso.f. Dos fotografías para documento, tipo pasaporte (a color 3 x 4 cm).

INSCRIPCIONES

Los aspirantes deberán inscribirse en la sede de la Academia Diplomática, Calle 10 # 5-27, en la ciudad de Bogotá, personalmente o por correo certificado en el periodo comprendido entre el miércoles 27 de diciembre del 2006 y el miércoles 12 de enero del 2007, en jornada continua de 8:30 a.m. a 6:00 p.m.Sin embargo, los profesionales aspirantes a participar en el concurso podrán presentar la documentación en la Academia Diplomática, a partir de la fecha de publicación de la Resolución.

INFORMES

• Academia Diplomática de San Carlos – Calle 10 No. 5 – 27, Bogotá D.C Teléfonos: 562 8169 – 562 8170. Conmutador 566 2008, exts. 2153 / 2154 / 2216 / 2149 / 2150 Correo electrónico: [email protected], [email protected], cesar.

[email protected]• Página del Ministerio de Relaciones Exteriores: www.minrelext.gov.co• Embajadas y Consulados de Colombia en el exterior.

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Al parecer, a pesar de los nuevos vientos, en la política de los Estados Unidos, aún la retirada de tropas no se contempla.

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Por Paul Rogers*, Profesor en estudios de paz en

la Universidad de Bradford, Inglaterra. Escribe una columna

semanal sobre seguridad global en openDemocracy, desde el 2001.

Un cambio de vocabula-rio puede ser el precursor de una nueva interpretación. El notable incremento la sema-na pasada del uso del término ‘Guerra civil’ para describir lo que está sucediendo en Iraq, que ha incluido poderosas declaraciones de Kofi Annan y King Abdullah de Jordania, puede, entonces, probar tal interpretación.

La muerte de 3.709 ci-viles en octubre del 2006 da apoyo a tal pesimismo. Las Naciones Unidas, ente con-sultado, obtuvo datos del Mi-nisterio de Salud Iraquí, de hospitales y otros recursos, y muestra que los cálculos exceden a los de julio, el mes en el que se habían presen-tado los más altos índices de muertes desde que empezó la guerra en marzo del 2003.

Al proveer las cifras, La Misión de Atención de las Naciones Unidas para Iraq (Unami) también reportó una oleada en los estilos de ejecución de asesinatos y tor-turas a la víctimas. De igual manera, reportó repetidos indicios de la infiltración de fuerzas de seguridad y de la policía en las milicias.

La aceptación rutinaria del uso del término ‘guerra civil’ (en lugar de decir una insurgencia) se ha acercado a un ajuste táctico necesario para el liderazgo de las Na-ciones Unidas, pues una par-te significativa de los medios de comunicación estadouni-denses (incluyendo a la NBC y a Los Angeles Times) ahora usan una frase que había sido por largo tiempo un tabú pa-ra la Casa Blanca. Al mismo tiempo, se puede pensar que ofrece alguna cruda ventaja política, ya que permite que

la culpa de la violencia sea echada sobre las dinámicas internas de Iraq más que a luchas de resistencia frente a una ocupación extranjera de fuerzas norteamericanas.

En este sentido, ‘guerra civil’ desplaza la responsabi-lidad hacia los iraquíes y la aleja de los Estados Unidos- aun cuando, bajo los tér-minos de la Convención de Ginebra, un poder ocupante es responsable de mantener la seguridad (ver el artículo de Thomas E. Ricks y Robin Wright: A medida que Iraq se deteriora, tiene más la culpa. Washington Post, 29 de no-viembre del 2006).

La administración de George W. Bush tiene lista su respuesta: Iraq es ahora un Estado independiente. La realidad, sin embargo, es la de un Gobierno, con un orden judicial que escasa-

mente se extiende más allá de Bagdad, que depende de las fuerzas de Estados Uni-dos para sobrevivir y que está prácticamente administrado por el personal de los Esta-dos Unidos que trabaja para la más grande embajada que ahora tiene Bagdad.

El comunicado (del 8 de noviembre del 2006) de Ste-phen J. Hadley, el consejero de seguridad nacional de los Estados Unidos, evaluando las debilidades del Primer Mi-nistro iraquí, Nouri al-Maliki, indica que los Estados Uni-dos no tienen ilusión alguna sobre el gobierno de Bagdad. Pero todas esas palabras de apoyo de Bush acerca del ‘coraje’ de al-Maliki son una señal previa de las conclusio-nes del reporte del Grupo de estudio de Iraq, que será pu-blicado el 6 de diciembre. El apoyo de Bush se dio cuando los dos líderes se encontraron

en Amán el 30 de noviembre y el mandatario se opuso a las sugerencias de que Iraq debía ser dividido.

La vista en el suelo

El evolutivo ‘juego de culpa’ es escasamente rele-vante a la situación en el te-rreno iraquí, donde la violen-cia sectaria ha incrementado y las fuerzas de los Estados Unidos están comprometidas en una insurgencia profun-damente arraigada. El desvío de muchas tropas estadouni-denses hacia Bagdad en agos-to del 2006 (operación ‘juntos hacia adelante’) ha servido de poco para contener la violen-cia allí y en realidad ha ge-nerado un incremento en el número de bajas americanas en la provincia de Anbar.

El intento de recuperar el control de la mayor par-te de Bagdad empezó con el

empleo de 7.200 tropas es-tadounidenses extra hacia la capital. La operación involu-cró muchas patrullas de ca-rretera y controles policiales. Es llamativo que, a pesar de toda esta ‘exposición’, hubo muy pocas bajas de america-nos en la ciudad comparado con las afueras de Bagdad (solo una tercera parte del total) en el periodo. La pérdi-da de seguridad en Anbar, en particular, ha sido tal que los cuerpos de la marina manda-ron 2.200 tropas al oeste de la provincia para tratar de re-cuperar un grado de control (ver el artículo de Lolita C. Baldor, Más tropas mueren en la provincia de Anbar, Prensa Asociada, 25 de noviembre del 2006).

La experiencia de estos tres meses confirma una ten-dencia a largo plazo: que si hay mayores desplazamien-tos de tropas de Estados Uni-

La tormenta de arena iraquí de WashingtonLa fusión de la política de Estados Unidos en Iraq está impulsando una confusión neoconservadora en Washington. Pero, ¿cambiará el curso la administración Bush?

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dos, llevadas para reforzar el control de una parte del centro de Iraq, la insurgencia simplemente se intensifica-rá en cualquier otra parte. Esta tendencia, además, es agravada por otros dos pro-blemas.

El primero es que la in-surgencia misma se ha vuelto financieramente autosufi-ciente. Los grupos insurgen-tes han adquirido un rango de suficiencia en cuanto a re-cursos financieros, lo que les permite acceder con mayor facilidad a armas, municio-nes y muchos otros medios de apoyo (ver el artículo de John F. Burns y Kira Sem-ple, Los insurgentes en Iraq se financian ellos solos, In-ternacional Herald Tribune, 26 de noviembre del 2006). Cualquier cifra estimada de su tamaño de financiación puede ser solo aproximada, pero la cantidad podría estar cerca de los $200 millones de dólares al año.

100 millones pueden provenir del contrabando de petróleo; cerca de $30 mi-llones, de rescates pagados por víctimas del secuestro, y muchos millones, de la falsi-ficación, corrupción y de las actividades de ‘organizacio-nes benéficas’. Una cantidad de $200 millones de dólares al año son todavía un va-lor menor que el costo de la guerra de los Estados Unidos todos los días. El gasto del Pentágono está alrededor de los 96 millardos en el 2006; esto sugiere que una robus-ta insurgencia que inmovi-liza cerca de 100.000 tropas estadounidenses es capaz de operar con tan solo una pequeña fracción del costo que los Estados Unidos es-tán obligados a pagar por esta guerra.

El segundo problema proviene de evidencia cre-ciente que demuestra que el programa de los Estados Uni-dos para entrenar fuerzas de policía y seguridad iraquí es seriamente defectuoso (ver el artículo de Thomas E. Ricks, Defectos citados en el esfuerzo por entrenar fuerzas iraquíes, Washington Post, 21 de no-viembre del 2006). En la base del tema hay cuatro factores interconectados: entrena-miento inadecuado, número inadecuado de instructores estadounidenses, una evi-dente falta de intérpretes y una expectativa de que los iraquíes que están siendo entrenados harían efectiva-mente ‘borrón y cuenta nue-va’, con poco o ningún tipo de nexo con milicias.

El impacto total de estos factores es que aún perma-necen mayores problemas de fiabilidad en la policía, el ejército y numerosas unida-des de seguridad. Esta es la razón por la que nosotros, los estadounidenses, los bri-tánicos o las tropas de coali-ción nos hemos retirado de áreas particulares. Ha habido poca evidencia de cualquier control del Gobierno central iraquí en ese lugar.

El sacudón neoconservador

Si estos desarrollos se juntan, lo que emerge es una agria combinación de insur-gencia sostenida y profundi-zación de violencia sectaria, sin señal alguna de que los militares de Estados Unidos puedan sobrellevarla. Si el

factor político del fracaso electoral del 7 de noviembre de la administración de Bush fuera adicionado a mediano plazo, la pregunta emerge-ría: ¿habrá ahora un mayor cambio en la política de Es-tados Unidos? La reiteración del presidente Bush de su firme y familiar declaración de que los Estados Unidos “continuarían hasta el final” sugeriría todo lo contrario. La declaración fue entregada al inicio del Nato summit en Riga, Latvia, entre el 28 y el 29 de noviembre. La postu-ra es apoyada por los planes del Pentágono de mantener los niveles de tropas en Iraq en los números actuales por otros cuatro años.

Más allá de la posición oficial de la administración, sin embargo, es necesario examinar lo que los co-men-tores neoconservadores y los analistas están diciendo. Al-gunas figuras prominentes, incluyendo a Roichard Perle, están volviéndose contra el presidente y sus consejeros; otros están dirigiendo sus ar-gumentos en diferentes di-recciones, tres de las cuales son notables (ver Neo Culpa, Vanity Fair, 3 de noviembre del 2006).

La primera dirección es una clara tendencia a culpar a los medios de comunica-ción de Estados Unidos por acentuar las malas noticias y agitar la oposición doméstica pública hacia la guerra (ver el artículo de Michael No-vak, Lo que los islamistas han aprendido: cómo derrotar a Estados Unidos en guerras fu-turas, Weekly Standard, 22 de noviembre del 2006).

El anterior es el mismo argumento que se usó de los 70 hacia adelante en el que se aseguraba que los milita-res estadounidenses habrían ganado en Vietnam si no hu-

biesen sido traicionados por los perniciosos y derrotistas medios de comunicación que regresaron a casa.

La importancia en los medios de comunicación de algunas voces proguerra (por ejemplo, en Fox News y los numerosos talk-shows de radio) hace parecer esta como una petición extraor-dinaria. Aunque esta peti-ción está siendo hecha con alguna fuerza, casi intelec-tualmente (y a manera de propaganda) preparando el camino para una excusa fundamental, será requerida

Internacional

El presidente de los Estados Unidos, George Bush.

editorial del último número del Weekly Standard dijo:

“Entonces, sumemos las propuestas realistas: de-bemos retirarnos de Iraq y, de este modo, abandonas a todos los iraquíes –chiitas, curdos, sunitas y otros– que han dependido de los Esta-dos Unidos en materia de seguridad y con la promesa de un mejor futuro. Debemos abandonar a nuestros aliados en el Líbano y también aban-donar la idea de un Líbano independiente, con el fin de ganar el apoyo de Siria para nuestra retirada de Iraq. De-

Kagan y William Kristol, Ren-dición como ‘realismo’, 4 de diciembre del 2006).

Este no es más que un grito de consternación, o de angustia, y un indicador salu-dable del ambiente cambian-te en Estados Unidos.

El tercer argumento es el frecuentemente repetido argumento de que el verda-dero error tiene que ver con la poca presencia de fuerzas en Iraq -lo que se requiere es un incremento en las tropas de Estados Unidos en Iraq y unas operaciones de con-trainsurgencia más fuertes, respaldadas por una rápida expansión en el tamaño del ejército de los Estados Uni-dos (Frederick W. Kagan, Po-demos poner más fuerzas en Iraq y ellos harían la dife-rencia, Weekly Standard, 4 de diciembre del 2006).

La elección de la administración

Estas respuestas neocon-servadoras señalan un grado de desarraigo en los rangos de los elementos con mayor agresividad de la administra-ción Bush. El extraordinario sacudón entre las demandas por el refuerzo armado y la preparación para el fracaso sobre la base de “culpar a al-guien más” indican una con-fusión.

Pero más allá esta es una esencial realidad estratégica y un argumento que ha si-do frecuentemente hecho en esta serie de columnas (tal vez largamente escondido de la vista de Washington). Las reservas masivas de combus-tibles en la región del Gol-fo Pérsico hicieron de esta la parte más importante del mundo para Washington, fuera de Estados Unidos, e Iraq es realmente la piedra angular de las políticas de se-guridad de Estados Unidos en la región.

Esto sugiere una res-puesta a la pregunta antes hecha acerca de un cambio en la política. Una retirada militar completa de los te-rritorios de Iraq es en verdad

Es el mismo argumento que se usó de los 70 hacia adelante en el que se aseguraba que los militares estadounidenses habrían

ganado en Vietnam si no hubiesen sido traicionados por los perniciosos y derrotistas medios que regresaron a casa.

alguna vez una completa re-tractación de Iraq.

Un segundo argumen-to es que una comprensiva retractación de Iraq sería un desastre completo para los Estados Unidos y una clara traición de los llamados ‘rea-listas’, que son un poco más que apaciguadores. Como el

bemos abandonar nuestra oposición al programa nu-clear de Irán, con el fin de convencer a Irán de que nos ayude a abandonar Iraq. Y debemos presionar a nuestro aliado, Israel, para acomodar un violento Hammas, con el fin de ganar el apoyo de los árabes radicales para nues-tra retirada de Iraq” (Robert

poco probable, y si esto lle-gara a ocurrir alguna vez ha-bría un desastre de históricas proporciones en la política exterior de Estados Unidos, mucho más graves que las de Vietnam.

*Traducción: Luisa Fernanda Rojas Buitrago, Unimedios

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Desde 1991 se han presentado 17 proyectos de Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial. Ninguno ha sobrevivido.

Miguel Borja, Catedrático del Instituto de

Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad

Nacional

De la constitución de 1991, y las esperanzas que ella suscitó en amplios sec-tores de la población, ya va quedando poco. Buena parte de su articulado ha sido y es-tá siendo sometido a una ci-rugía extrema. Recordemos, por ejemplo, aquel artículo que ordenaba la formación de círculos electorales pa-ra la elección de diputados con el fin de democratizar las asambleas departamen-tales o el recorte a las trans-ferencias de la ley 715. Una de las últimas reformas que viene impulsando el gobier-no tiene que ver con otra poda a las transferencias. De aprobarse reforzaría las ar-cas del gobierno central en detrimento de las regiones y localidades, como han seña-lado diversos dirigentes po-líticos. Pero algunas van más allá del gobierno y proponen medidas como la de abrir la posibilidad de quitarles a los alcaldes y gobernadores el manejo de dichos recur-sos, para dejarlo en manos del sector privado, a través de la figura de las fiducias. Del mismo modo, funciona-rios de alto nivel hablan de revocar el mandato popular de gobernadores y alcaldes, cuando el gobierno central lo considere necesario.

De este modo, durante la época de Uribe II parece que vamos a asistir ya no al ‘embrujo autoritario’, sino al ‘embrujo centralista’. De he-cho el gobierno y sus ideólo-gos de cabecera, no ocultan su admiración por la obra de Núñez y Caro y la carta po-lítica de 1886. Así, Colombia emprende un viaje de regreso a su pasado y echa por la bor-da procesos tan importantes

De nuevo el debate sobre la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial

A pesar de los esfuerzos de la Carta del 91, la instauración de una Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial se ha ido posponiendo y, todo lo contrario, el país parece estarse devolviendo hacia un centralismo del tipo del siglo XIX.

Los cambios constitucionales quedaron vinculados a la expedición de una ley orgánica, la normatividad que mayores dificultades y resistencias ha encontrado por parte del Congreso de la República y los gobiernos. Hasta el momento, durante estos quinces años, se han presentado 17 proyectos de ley orgánica de ordenamiento territorial, más de uno por año, sin que alguno de ellos haya suscitado el consenso necesario para que se convierta en ley de la república.

sión de Vigilancia al proceso de la Descentralización y el Ordenamiento Territorial de la Cámara de Representantes, en el que sentaron sus posi-ciones el gobierno y algunos sectores políticos y sociales. Si nos atenemos a las exposi-ciones de los funcionarios, el tema le preocupa al gobierno en cuanto tiene que ver con la construcción de un orde-namiento territorial que sea adecuado para enfrentar los tratados de libre comercio, en particular el TLC, y los pro-blemas de gobernabilidad de departamentos y municipios. Para algunos sectores socia-les, sobre todo las comuni-dades negras y raizales, para las que geografías como la

tis por el foro’. Para seguir con la caja de sorpresas, se anuncia la presentación en el Senado de la República de la décimoséptima versión del proyecto de ley orgánica. Si así sucede, les deseo ‘buen viento y buena mar’, y que llegue a tierra firme.

Es bueno recordar que uno de los asuntos a través de los que la Carta Constitucio-nal trató de realizar cambios significativos fue en el de la organización territorial. Esto a pesar de que terminó me-ternos en un laberinto del que aún no hemos podido salir. Pues, por un lado, de-jó latentes modificaciones al mapa oficial de la República

como el de la descentraliza-ción y la autonomía de sus entidades territoriales.

Lo paradójico y quizás poco explicable es que en este contexto se agite de nuevo el tema de la organización terri-torial, en general, y lo que tie-ne que ver con el proyecto de ley orgánica de ordenamien-to territorial, en particular. Por ejemplo, el pasado 2 de noviembre se llevó a cabo un foro organizado por la Comi-

de San Andrés y Providencia continúan siendo considera-das por el gobierno central como ‘colonias de ultramar’, es necesario redefinir la orga-nización territorial, con mi-ras a establecer las entidades territoriales afrocolombianas (ETA). Desafortunadamente, en el evento no se hicieron presentes las comunidades indígenas ni los movimien-tos regionales, que parecen haber optado por hacer ‘mu-

y, por otro, reforzó la división político-administrativa.

La Carta estableció, en-tre otras cosas, la posibili-dad de establecer regiones, provincias, entidades terri-toriales indígenas, zonas de frontera, círculos electorales e incluso revisar y modificar los límites internos. Pero a su vez fortaleció a los departa-mentos y a los municipios, lo que llevó a un callejón sin sa-

lida o, quizás, le echó cerrojo a la posibilidad de modifi-caciones en la organización territorial.

Los cambios constitu-cionales quedaron vincula-dos a la expedición de una ley orgánica, la normatividad que mayores dificultades y resistencias ha encontrado por parte del Congreso de la República y los gobiernos. Hasta el momento, durante estos quinces años, se han presentado 17 proyectos de ley orgánica de ordenamien-to territorial, más de uno por año, sin que alguno de ellos haya suscitado el consenso necesario para que se con-vierta en ley de la república.

De acuerdo con la Carta Política, por las materias que habrá de tratar dicha ley, ella se convierte en el esfuerzo legislativo de mayor comple-jidad que haya enfrentado el Congreso de la República. Pues, en primer lugar, defi-nirá qué tipo de estado que-remos, lo que, de por sí y de acuerdo con nuestras cos-tumbres y tradiciones, habrá de llevarnos a una discusión sin fin. ¿Un estado unitario, altamente centralizado, des-centralizado, federal, regio-nal, una confederación, etc.? Por otro lado, el proyecto deberá tomar decisiones en torno al mapa oficial: ¿borrar los departamentos e instau-rar las regiones?, ¿cambiar los límites de las entidades terri-toriales?, ¿delimitar las enti-dades territoriales indígenas y afrocolombianas?, ¿crear, suprimir y fusionar entida-des territoriales? Son interro-gantes con los que nuestros gobernantes y legisladores

prefieren no trasnocharse. A pesar de que muchos colom-bianos sienten la necesidad de que se resuelvan satis-factoriamente, para enfren-tar los desafíos del porvenir. Además, la ley orgánica de-berá definir las competen-cias, funciones y recursos en-tre las entidades territoriales que queden conformando el mapa oficial y la nación, y las formas de gobierno y el alcance de la autonomía de cada una de esas entidades. O sea, ¡la ley orgánica de or-denamiento territorial no es cosa de poca monta!

Frente a tan compleja tarea ya se escuchan pro-puestas de que el ámbito ade-cuado para resolverlas no es el Congreso de la República, sino una Asamblea Nacional Constituyente que se encar-gue del tema. Y la experiencia de los pasados quince años y los frustrados 16 proyectos parece indicarlo así. Sólo que dicha Asamblea no puede caer en el error del pasado, en donde las constituciones no eran más que cartas de batalla, pactos para poner fin a la guerra. Pues los vencedo-res en ‘los campos de sangre’ terminan diseñando formas del Estado acordes con los fueros ganados militarmente, que es la peor de las solucio-nes. Habrá, entonces, prime-ro que darle una salida políti-ca al problema de la violencia y la guerra. Y, segundo, será necesario abrir un compás de espera, para dejar en manos de una nueva generación la Asamblea Constituyente que diseñe la organización terri-torial que Colombia requiere para enfrentar los desafíos del futuro.

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De nuevo el debate sobre la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial

Ciudad

Javier Riveros, Unimedios

Es imposible prede-cir cuándo va a ocurrir un terremoto. No obstante, un dogma de la sismología dice que no hay razón para pensar que donde ha ocurrido un evento sísmico no pueda re-petirse. La profesora Cristina Dimaté, del Departamento de Geociencias de la Univer-sidad Nacional, explica que si bien los sismos no son acon-tecimientos periódicos, sino aleatorios, la frecuencia con que han sucedido en Bogotá (6 en los últimos 263 años:

Bogotá: ¿a punto de sufrir un terremoto?

“Si en Bogotá ocurriera un terremoto como el de Armenia, que es factible, sería catastrófico”. Así caracteriza Ómar Darío Cardona, presidente durante 14 años de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica, el alto nivel de riesgo que tiene la ciudad frente a un sismo. Conozca a fondo, con argumentos científicos y cifras de los estudios más recientes, los elementos que podrían configurar un desastre capital.

1743, 1785, 1826,1827, 1917, 1967) “indica que en el lapso de nuestra vida es muy pro-bable que ocurra un terremo-to que la afecte”.

Los estudios sobre pe-ligro sísmico ubican a la ca-pital en una zona de ame-naza intermedia: allí no han ocurrido grandes terremotos, como los de Japón o Cali-fornia, ni tampoco con tanta frecuencia, como para que se pueda decir que es una zona de alto riesgo, pero su vulne-rabilidad, en todo sentido, es muy alta. Debido a esto, el riesgo o potencial de conse-

cuencias sociales, económi-cas y ambientales es tal que, incluso ante la ocurrencia de un fenómeno intermedio o moderado, las consecuencias pueden ser muy grandes.

Amenaza sísmica

“Cuando se piensa en la amenaza sísmica la pregunta que uno tiene en mente es qué tan severo va a ser el movimiento del sue-lo, que pueda afectar edifi-caciones e infraestructura”, afirma Cardona. Diversos factores, como las carac-terísticas del suelo donde está ubicada la ciudad y la tectónica de placas, influ-yen en el fenómeno.

La placa de Nasca en el Océano Pacífico se mueve por debajo de la placa con-tinental de Sudamérica (así se formó la cordillera de los Andes). Esa es la razón de que en este territorio haya una dinámica geológica de millones de años que se ma-nifiesta a través de los vol-canes. Cuando están activos, revelan que la geodinámica es muy fuerte y los terremo-tos son manifestaciones de liberación de energía dentro de la corteza terrestre.

Aparte del influjo de la zona de subducción, capaz de generar grandes terremo-tos que han sido muy graves en todo el mundo, hay fallas

Las razones del riesgoLa amenaza está constituida por:- El suelo es lacustre y amplifica, mediante el efecto gelatina, la vibración

producida por un terremoto.

- La historia de los sismos en Bogotá hace esperar que ocurran 2 por siglo.

- Puede decirse que es una ciudad de fallas. La que más podría afectarla es la frontal de la Cordillera Oriental, activa hacia el sur y el norte del país.

La vulnerabilidad se debe a: - La absoluta mayoría de la ciudad se construyó de manera informal e

ilegal.

- Apenas el 8% de los edificios son hechos en concreto reforzado y cumple las normas de sismoresistencia.

- Las normas colombianas de diseño y construcción están al nivel de los países más avanzados, pero solo el 20% de la ciudad las cumple.

- La percepción social del riesgo es precaria. El problema se lee como algo que puede ocurrirle solo a los demás.

- Los recursos actuales son insuficientes para tender un gran desastre.

- La reconstrucción sería impagable.

más cercanas a Bogotá que pueden afectarla, como la falla frontal de la Cordillera Oriental, que tiene alta acti-vidad; el sistema de fallas de Algeciras y el sistema de fallas de Salinas, en el Valle Medio del Magdalena. Además, hay otras más pequeñas, como la falla de La Cajita, al sur de Bogotá, que se cree inactiva, pero por su cercanía también representa amenaza.

Un terremoto de cierta importancia, originado en alguna de esas fallas puede afectar gravemente a Bogotá, porque la ciudad tiene suelo lacustre, ya que 20 milenios atrás era un gran lago que se desocupó al quebrarse uno de sus bordes; como una gelatina o una sopa espesa, este tipo de suelo vibra muy fácil y amplifica las ondas sísmicas cuando llega un te-rremoto lejano. Por eso, un sismo como el de 1995 en Tauramena, Arauca, ocurri-do 150 kilómetros al noroc-cidente con magnitud local de 6,5 grados, generó daños en Bogotá y otros asenta-mientos de la Sabana.

Por el contrario, en las zonas de suelos duros, co-mo los cerros orientales, podría ser devastador el efecto de un sismo cerca-no (40 Km.), que se filtraría sin mayores problemas en las zonas blandas.

Bogotá vulnerable

La capital está enfren-tada hoy a posibles conse-cuencias muy graves, porque su vulnerabilidad es alta. En-tendida desde el punto de vista físico que manejan los ingenieros, la vulnerabilidad es el daño potencial que pue-de sufrir una edificación por la sacudida del terremoto. En consecuencia, una edifica-ción construida con normas antisísmicas es menos vulne-rable, porque está diseñada para resistir la vibración.

Pero además hay vulne-rabilidad educativa, institu-cional, organizacional, social y económica. Esas vulnera-bilidades también juegan un papel importante en el ries-go. Muestra de ello es que los pobres siempre cargan con las peores consecuencias en los desastres, porque son los más vulnerables y los que cuentan con menos recursos para recuperarse.

Cardona señala que los estudios realizados por la Aso-ciación Colombiana de Inge-niería Sísmica muestran que un 80% de las edificaciones de Bogotá (cerca de 800.000) fue construido sin atender a ninguna norma sísmica. El dato no indica que en caso de terremoto se caerían todas, pero sí muestra que el daño potencial es muy alto.

La explicación es que apenas en 1984 (entonces ha-bía 500.000 edificaciones) se estableció la primera norma sísmica en Colombia. Desde entonces, la ciudad ha du-plicado el número de edifi-caciones, pero la mayoría no cumple la norma, pues en buena medida Bogotá es un fenómeno urbano de impro-visación, con altas dosis de informalidad. A esto se suma que no existe un organismo de control encargado de vi-gilar el cumplimiento de las normas de sismorresistencia en las obras.

En términos de metros cuadrados construidos, esta condición de riesgo se ex-tiende al 70% de la ciudad, porque una cosa es el nú-mero de edificaciones y otra el espacio que ocupan. En cuanto al valor de las pér-didas, Cardona asegura que podría alcanzar el 60% del stock de capital catastral.

Adicionalmente, se ve-rían involucradas líneas vita-les, como acueducto, alcan-tarillado, energía, teléfonos, gas, los edificios públicos, las escuelas y los hospitales, aunque hay un esfuerzo de tiempo atrás para reforzar estas estructuras y mitigar el riesgo. (Ver Bogotá está mejor preparada que hace 4 años).

Un terremoto como el de Armenia, desde el punto de vis-ta técnico-científico, no es de los más severos que pudieran ocurrir en el eje cafetero y en el territorio nacional. “Fue de al-go más de 6 grados en la escala de magnitudes -anota Cardo-na-, pero ocurrió muy cerca a la ciudad. Además, fue muy superficial y en consecuencia hubo una gran concentración de daños cerca del epicentro”.

Si llegara a ocurrir en Bogotá un terremoto como ese, que es factible, “las con-secuencias serían enormes y catastróficas, pues no estaría involucrada una ciudad de 300 mil habitantes, sino una de 6,5 ó casi 7 millones de personas”.

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Aunque no se conocen a ciencia cierta, los daños de un sismo podrían ser enormes.

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¿Estamos preparados para enfrentar un terremoto? Esta pregunta, muy común para los expertos, podría res-ponderse con otra pregunta: ¿Qué tan preparado está us-ted para enfrentarlo?

Prevenir no es tarea úni-ca de las instituciones pú-blicas ni de los organismos de emergencia. Para expertos como Ómar Cardona, investi-gador y asesor en el tema, “la responsabilidad de reaccio-nar en forma apropiada es de toda la sociedad. Entonces, la preparación para un desastre se da en la medida en que todos lo estemos”.

Creer que un desastre ‘solo les pasa a los demás’ es el primer error para no prevenir. De hecho, es parte del proble-ma cultural de la ciudad, y del país, que impide enfrentarse efectivamente ante una situa-ción de emergencia.

Saber con certeza cuándo y cómo ocurrirá un sismo no es posible, pero dadas las con-diciones de ubicación, situa-ción social, infraestructura y el creciente número de habitan-tes, Bogotá se encuentra en un nivel de riesgo intermedio, cu-yos habitantes e instituciones no pueden evadir (ver artículo sobre Bogotá vulnerable).

Existen análisis de daños en escenarios hipotéticos. Uno de ellos está en el Estudio de microzonificación sísmica, elaborado en 1997 entre In-geominas y la Universidad de los Andes. Allí se concluye que un sismo de gran magnitud, con epicentro cercano a la ca-pital, destruiría 74.000 vivien-das, causaría la muerte a 4.500 personas y heridas a 26.000 (si ocurre de noche). Así mismo, no habría servicios públicos para los damnificados.

Otra investigación ela-borada entre la Agencia In-ternacional de Cooperación de Japón (JICA), la Oficina de Prevención y Atención de Emergencias de Cundi-namarca (OPAD) y El Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá (FO-PAE) deja, en otro escena-rio crítico, 38.700 muertos, 270.000 heridos y daños entre un 45% y 48% del total de las edificaciones en la ciudad.

Diez años después algunos riesgos se mantienen y otros, incluso han aumentado por fe-nómenos como el crecimiento de la población, en especial, en zonas pobres (por el despla-zamiento, entre otras causas), situación que profundiza los problemas socioeconómicos e incrementa la construcción de viviendas sin las mínimas con-diciones antisísmicas.

Los expertos analizan hoy nuevos escenarios críti-cos en la actualización del Es-tudio de microzonificación de la capital. Vale la pena resal-tar que las ciudades con más de cien mil habitantes deben contar con este análisis. Por ahora, lo tienen, además de Bogotá, Medellín, Pereira, Ar-menia, Popayán, Manizales, Buga, Tuluá y Palmira, mien-tras que en Cali e Ibagué está en ejecución.

Campaña en Bogotá mueve el interés latinoamericano

A pesar de los proble-mas, Bogotá está más prepa-rada que hace cuatro años, según el Departamento de Atención y Emergencia de

Bogotá (Dpae), gracias a la puesta en marcha de proyec-tos como el Plan de respuesta por terremoto, la Estrategia de gestión del riesgo en las localidades del Distrito y el diseño del Plan Distrital y Re-gional para la prevención y atención de emergencias.

Tan positivo ha sido este paso, que la ciudad se ha con-vertido en ejemplo para países latinoamericanos, como Cos-ta Rica, Chile, Ecuador, Perú y hasta México, que en 1985 vivió uno de los terremotos más fuertes de la historia. Por Europa, España se ha sumado a la lista de interesados.

“En México les ha pare-cido curioso el método y van a tratar de implementarlo ba-jo el mismo estilo. Argentina, que tiene menos riesgo de un terremoto, está muy in-teresada en nuestro trabajo”, explica Darío Sánchez, jefe de la oficina asesora de infor-mación pública de Dpae.

Bogotá… con los pies en la tierra es la campaña de divulgación que lidera la Dirección de Prevención y Atención de Emergencia de Bogotá (Dpae), para fortale-cer la respuesta de los ciuda-danos y las instituciones ante un eventual terremoto.

La estrategia hace parte de la política Bogotá, menos vulnerable ante eventos crí-ticos, incluido en el Plan de Desarrollo de la ciudad. Este trabajo de capacitación ciu-dadana requiere de una in-versión de un millón 800 mil dólares por cuatro años.

El manejo de la política es variado y busca llegar a to-

da la población. Además de las campañas informativas, las entidades públicas y de servi-cios analizan estrategias espe-ciales que se activarían cuando ocurra un evento de estos.

La Secretaría de Hacien-da es una de ellas. En la ac-tualidad analiza cuál sería la estrategia más adecuada para el manejo de los recursos que permitan atender y enfren-tarse a un desastre, cuando este ocurra.

Infraestructura a revisión y cambios

Es una de las preocupa-ciones de los expertos: la mi-tad de la ciudad de hoy –se-gún Cardona- fue construida antes de 1984, año en que se expidió la primera norma sísmica nacional, actualizada en 1996. Bogotá adoptó una propia en el 2001.

Para los expertos, pese a que las normas de construc-ción sismorresistente son avanzadas, no siempre se cum-plen, por la falta de difusión en el sector de la construcción, sobre todo el informal.

Por esta razón el Dpae, en convenio con la Caja de Vivienda Popular, tiene un programa para capacitar a los maestros de obra. Se dise-ñaron cartillas para difundir las normas entre este mis-mo público y directamente en los barrios se busca que los ciudadanos revisen si sus viviendas tienen algún riesgo (ver artículos sobre métodos de prevención).

Puentes peatonales y viales se han reforzado con-

tra terremotos, así como el diseño de clínicas y hospi-tales (incluidas algunas pri-vadas). Se ha mejorado la infraestructura de edificios de propiedad de las secreta-rías distritales, estaciones de policía, bomberos, parques, coliseos y empresas de ser-vicios públicos, como la de Teléfonos de Bogotá (ETB), Codensa y de Acueducto y Alcantarillado (EAAB).

Entre otras decisiones, Bogotá adquirió un crédito con el Banco Mundial, que se inver-tirá para disminuir el riesgo de un sismo en escuelas públicas.

Juegos, televisión y radionovelas

Series animadas para te-levisión transmitidas por los canales públicos y comuni-tarios, y la difusión por emi-soras comerciales y comuni-tarias de 12 radionovelas a partir del 2007 es parte de la táctica para llamar la aten-ción de los ciudadanos.

La campaña cambia según la población objetivo. Por ejemplo, para los niños se creó el concurso Prevenir es mi cuento, al que se ins-cribieron 180 mil alumnos de colegios distritales. También se crearon juegos cuyas re-glas le permiten al jugador pensar, decidir y actuar ante una emergencia.

Transmilenio también hace parte de la campaña: en estaciones y portales se le informa a la comunidad sobre el tema. Según Dpae, pronto se dispondrán de bu-ses exclusivos y de un aula itinerante que viajará por la

ciudad para difundir la infor-mación preventiva.

Entre otras estrategias, la campaña de difusión se complementa con las charlas informativas. Hasta ahora, más de 40 mil perso-nas han sido informadas en más de 900 capacitaciones por la ciudad.

Series animadas de televisión, radionovelas y juegos didácticos hacen parte de la estrategia puesta en marcha en Bogotá para preparar a sus ciudadanos ante un terremoto. Esta política de prevención se ha convertido en una referencia para países de América Latina.

El crecimiento de la población más vulnerable

en zonas pobres y tener más del

50% ciento de su construcción sin normas de sismo

resistencia, factores que aumentan el riesgo en Bogotá, en caso de sismo.

La ciudad, mejor preparada que hace cuatro años

Una clave, para Darío Sánchez, de Dpae, es buscar un efecto cadena: cada perso-na capacitada no solo se com-promete a replicar la informa-ción en su hogar, sino que debe llevar dos personas más para que reciban la información.

“Tenemos un programa al estilo ‘Profesor Yarumo’.Una persona va a colegios y empresas y con él, estu-diantes y trabajadores hacen el recorrido para conocer los riesgos y saber qué hacer cuando ocurra un evento de estos”, agrega Sánchez.

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Con campañas de todo tipo, la ciudad se prepara para lo que pase.

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Esta afirmación, hecha por el Director del Grupo Urbanística de la Universidad Nacional, Sede Manizales, explica el sentido del “Paseo de los Estudiantes”, un proyecto urbano para la construcción de un corredor vial y peatonal que sirve de comunicación a varios centros educativos públicos y privados localizados en la Comuna Palogrande.

mejorPara oírte

Investigación

La elaboración de la car-tilla estuvo a cargo del gru-po Rehabilitación auditiva y comunicativa, integrado por tres docentes fonoaudiólo-gas, con formación especia-lizada y experiencia profesio-nal en las áreas de trastornos de habla y lenguaje, Sistemas de comunicación aumentati-va o alternativa, audiología, salud ocupacional y salud pública.

El texto es resultado de una investigación en la que se hizo seguimiento a 22 niños y 18 niñas con hipoacusias sensorioneurales (pérdidas auditivas) prelinguales (antes del desarrollo del lenguaje), con edades entre los 3 y los 15 años, de estrato socioeco-nómico 3 ó menor, habitan-tes de localidades de Bogotá, como Puente Aranda, Bosa y Suba, y de municipios aleda-ños, como Soacha, Sibaté, La Calera y Facatativá.

Los niños tenían en co-mún que habían recibido donación de audífonos del programa gubernamental Colombia oye o de particula-res. Con ellos se implementó un programa personalizado de intervención auditiva y comunicativa en el Centro de la Comunicación Huma-na (CCH) de la Facultad de Medicina.

De los 40 niños, 39 asis-tían al colegio. Todos recibie-ron la donación de audífonos e ingresaron a la escuela de

manera tardía. El 48,71% cur-saban entre preescolar y pri-mer grado. 25 no tienen que desplazarse a otra localidad para ir a estudiar, pero los demás sí. Se encontró que el 53,84%, de 29 niños que tie-nen Hipoacusia bilateral, usa dos audífonos y el 46,15% usa solamente uno, pero requie-ren ambos.

Se realizaron sesiones individuales de trabajo fo-noaudiológico y sesiones grupales con los padres, para la orientación de la comu-nicación con sus hijos. Así mismo, hubo visitas a las escuelas y orientación a los maestros sobre las posibili-dades comunicativas de cada niño, las estrategias para su desarrollo y la identificación de logros y dificultades.

Otra parte importante del programa fueron las se-siones con pares, en las que grupos de padres que tienen hijos con la misma condición sensorial pudieron hablar so-bre su experiencia y los avan-ces en el proceso personal y educativo.

Para dar un mayor al-cance al proyecto se produ-jo la cartilla, que además de orientar a padres y maestros de niños con problemas audi-tivos y comunicativos, puede complementar acciones de los entes gubernamentales para la detección temprana de esta población con nece-sidades especiales.

Intervención temprana auditiva y comunicativa en niños usuarios de audífonos es una cartilla que busca orientar a padres y maestros de niños con problemas de comunicación relacionados con pérdidas auditivas ocurridas antes del desarrollo del lenguaje, para que puedan extender sus posibilidades comunicativas.

Aproximadamente 30 mil estudiantes se movili-zan diariamente en la co-muna. De ellos, 24 mil son universitarios. La identifi-cación de este fenómeno llevó a la Alcaldía de Ma-nizales y a la Universidad Nacional a unir esfuerzos para desarrollar un proyec-to urbano que reconociera la prevalencia del peatón sobre el vehículo en este sector de la ciudad.

Pero el Grupo de Ur-banística consideró fun-damental no limitarse ex-clusivamente al encargo hecho por la Administra-ción, pues de tiempo atrás estudian cómo materializar sobre el territorio la idea de “Ciudad del Conocimien-to”, sobre la base de que las universidades tienen una gran responsabilidad en el liderazgo de iniciativas pa-ra lograr la integración de los centros educativos con la ciudad y viceversa.

En este sentido, pro-pusieron los lineamientos básicos para desarrollar el “Plan Universidad y Ciu-dad”, cuyo resultado más inmediato es la aprobación del proyecto “Paseo de los Estudiantes” y la decisión de materializarlo en el corto plazo. Se espera que la obra comience en las próximas semanas, pues va a redun-dar en el mejoramiento del espacio público del sector

universitario y la elevación de la calidad de vida de la comunidad estudiantil en general.

Con este proyecto se solucionarán en buena medida los permanentes conflictos entre peatones y vehículos y se generarán nuevos escenarios para la deliberación, el ocio y la re-creación. Pero el logro más importante para el grupo Urbanística es haber es-tablecido la necesidad de unas relaciones más flui-das y permeables entre los equipamientos universi-tarios y la ciudad, pues la ciudadanía en su conjunto debe ser partícipe de los avances que se logren en la academia.

Los mayores beneficios serán para los estudiantes de secundaria y universi-dad que diariamente transi-tan por allí. Sin embargo, el “Paseo de los estudiantes” también servirá para que los aficionados al fútbol y otros deportes encuentren unos espacios de circula-ción peatonal más amables y seguros, porque el Esta-dio y la Unidad Deportiva son vecinos inmediatos del proyecto. Las familias resi-dentes del sector también han visto con beneplácito esta iniciativa y están dis-puestas a contribuir con su financiación.

el verdadero Campus es la Ciudad”“En Manizales,

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El Paseo de los Estudiantes beneficiará a 24.000 universitarios

La cartilla orienta a los padres para que ayuden a sus hijos a extender sus posibilidades comunicativas.

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Uno de sus trabajos más significativos es el Es-tudio químico y evaluación de las propiedades aleloquí-micas de algunas plantas nativas como alternativa en el control de plagas. El tér-mino alelopatía comprende los efectos de los principios químicos provenientes de un organismo vegetal sobre otro. Dichos efectos pueden ser inhibitorios o estimula-dores. La alelopatía también contempla las interacciones planta-insecto y planta-her-bívoro.

En ese marco, la prime-ra serie de experimentos se realizó a nivel de laboratorio con diez extractos de plan-tas nativas fraccionados en disolventes de diferente po-laridad frente a una serie de insectos-plagas que afectan cultivos de alimentos y flores y otros que generan serios problemas de salud pública, como zancudos o mosqui-tos (Culex quinquefasciatus y otras especies), vectores de graves enfermedades parasi-tarias, como la filariasis, el virus del Nilo y la malaria.

La evaluación se realizó a través de diversos bioen-sayos, como contacto, inges-tión, libre elección, pruebas olfatométricas, de actividad insecticida, inhibición de crecimiento (antialimenta-rios) y propiedades repelen-tes o atrayentes, útiles para trampeo masivo de plagas.

Los resultados estadísti-camente valorados permitie-ron seleccionar las especies o fracciones promisorias, como Alchornea glandulosa

(Euphorbiaceae), Muntingia calabura (Aeleocarpaceae), Annona muricata y Salpi-chroa tristis (Solanaceae), pa-ra separación y purificación por métodos cromatográfi-cos y la elucidación estruc-tural de los constituyentes promisorios por aplicación de métodos instrumentales, como resonancia magnéti-ca nuclear, espectrometría de masas, análisis infrarrojo y ultravioleta de las plantas con mejores propiedades ale-loquímicas.

Con algunas de las espe-cies promisorias se llevaron a cabo experimentos en inver-naderos (en el campus de la Universidad) o en parcelas de cultivos comerciales. La preparación de formulacio-nes apropiadas de aplicación inmediata mostró notables efectos en el control de los minadores Liriomyza trifolii y Liriomyza huidobrenses (Diptera) en cultivos de flo-res, como la gasa (Gipsophila paniculata) y las rosas de ex-portación

Las diferentes formu-laciones probadas, aunque requieren replicaciones a mayor escala, muestran bue-nos resultados en el control de las poblaciones de plagas y como protectoras de las plantas cultivadas, y ofrece efectos repelentes medidos por disminución de índices de herbivoría, lo que incide en una mayor productividad. En otros casos, la introduc-ción del uso de extractos en programas mixtos de control ha causado notable disminu-ción de costos en insumos.

Investigación

La importancia de estu-diar los eventos responsables de la formación temprana de un tumor radica en la espe-ranza de hallar marcadores moleculares que puedan ser utilizados para determinar el riesgo de progresión hacia cáncer.

Uno de los principales mecanismos presentes desde los estadios iniciales del cán-cer se denomina inestabili-dad telomérica. Los telóme-ros son estructuras ubicadas en los extremos cromosómi-cos y se acortan con cada división celular hasta alcan-zar la senescencia o punto en el que la célula no se di-vide más. Sin embargo, las células cancerosas se hacen inmortales y sus telómeros se acortan tanto que pueden empezar eventos de recom-binación entre cromosomas. Esto genera lo que se conoce como inestabilidad cromo-sómica.

El grupo Patología Mo-lecular quiso averiguar si este mecanismo de acortamien-to telomérico está asociado con el proceso de progresión tumoral gástrica y estudió, mediante técnicas molecu-lares, la longitud telomérica en lesiones premalignas con-sideradas tempranas, como metaplasia y displasia gás-tricas, y también en mues-tras de pacientes con cáncer avanzado.

La investigación involu-cró genetistas, biólogos mo-

leculares, gastroenterólogos y patólogos, entre otros. Las muestras de tejido fueron obtenidas, con el consen-timiento del paciente, me-diante endoscopia y biopsia o directamente del espéci-men quirúrgico, gracias a la participación de los grupos de Gastroenterología y Ciru-gía del Instituto Nacional de Cancerología y la Clínica Car-los Lleras Restrepo.

El estudio patológico fue hecho por expertos del Departamento de Patología de la Universidad Nacional y el análisis molecular se hizo con la participación de los grupos de Patología Molecu-lar y Neurociencias.

Se demostró que, aun-que no existen diferencias

estadísticamente significa-tivas cuando se comparan las longitudes teloméricas entre muestras de cáncer y muestras del tejido normal, es posible que mediante téc-nicas de análisis más sensi-bles puedan identificarse las variaciones en la longitud del telómero directamente en las células cancerosas u otros factores que se unen a los telómeros y que determinan su estabilidad.

Este proyecto fue galar-donado en la XV versión del Premio Aventis/Academia Nacional de Medicina – 2004 en la categoría de mejor pro-yecto de investigación. Y los resultados fueron publicados este año en la Revista Espa-ñola de Patología.

El cáncer gástrico es la primera causa de mortalidad por cáncer en Colombia. Aunque varios estudios epidemiológicos han descubierto la influencia de factores medioambientales, se conoce muy poco sobre los mecanismos moleculares responsables de la progresión tumoral. El trabajo realizado por el grupo Patología Molecular busca suplir esta carencia.

Análisis de longitud

El grupo Productos naturales vegetales bioactivos y química ecológica, categoría B de Colciencias, fue creado en el 2002 y desde entonces desarrolla proyectos de investigación interdisciplinaria e interinstitucional con apoyo de la Dirección de Investigación Sede Bogotá (DIB) y la Universidad de Magallanes.

para control de plagas

telomérica gástrica

Investigan extractos de plantas

El trabajo busca obtener extractos de plantas para control de plagas.

La primera causa de mortalidad por cáncer en Colombia es el cáncer gástrico.

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El Grupo de Trabajo Académico en Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, adscrito al Departamento de Ingeniería Civil y vincu-lado al Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de esa sede, se encuentra clasifi-cado como grupo B en Col-ciencias y tiene una trayec-toria de más de 2 décadas.

En este tiempo el gru-po ha producido más de 300 documentos, entre informes de investigación y extensión, ponencias en eventos na-cionales e internacionales, artículos de revistas, capí-tulos de libros y libros de texto. Sus principales líneas de investigación abordan temáticas como Modelación hidráulica de obras mayo-res, Monitoreo hidrometeo-rológico y ambiental y Tra-tamiento y manejo de aguas residuales.

La red de estaciones hidrometeorológicas tele-métricas, implementada en 2 fases a lo largo de 10 años, consiste en cinco es-taciones de monitoreo: tres hidrometeorológicas (una en el río Molinos, otra en la parte alta de la quebrada Nereidas y la tercera en la parte alta del río Claro), que registran las variables de precipitación, temperatura ambiente y caudal, y dos estaciones meteorológicas ubicadas en el glaciar Mo-linos del Nevado del Ruiz y en el glaciar del Volcán Ne-vado de Santa Isabel, que registran radiación solar, precipitación, temperatura ambiente, velocidad y di-rección del viento y hume-dad relativa.

A partir de un consenso de expertos, y con una larga lista de posibles indicadores, se construyó un nuevo in-dicador de brecha en salud y otro en economía de los países. Se trata de un estudio ecológico en el que se mi-dieron las distancias relativas entre los países del mundo. Se usó como referente el me-jor país para cada una de las variables que aportaban pa-ra el indicador final. De tal manera que las variables que conformaban cada uno de los indicadores estimaron la distancia (brecha) entre cada país y el mejor referente del mundo para dicha variable.

El gran aporte de estos nuevos indicadores fue cons-truir una metodología para estimar de manera cuantita-tiva la brecha y también ob-servarla gráficamente, con la gran ventaja, en razón de esto último, de poder visualizar el aspecto en salud o en econo-

mía más relevante (con más brecha) de cada indicador.

La metodología de de-sarrollo, en la que se utiliza a los países como unidades de análisis, implicó, luego del consenso de expertos, el uso del análisis factorial y la correspondiente validación de criterio, al comparar los resultados de este indicador con el índice de desarrollo humano, el índice de pobre-za humana y el coeficiente de Gini, que se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos y, en general, cual-quier forma de distribución desigual.

Comparado, por ejem-plo, con el Índice de Desarro-llo Humano, la cuantificación del desarrollo ubica a un país en una posición específica, pero el número como tal no indica cuál de las tres varia-bles que se utilizan para su construcción es la que im-

pacta más o menos en el re-sultado final del índice para ese año. El nuevo indicador sí permite, además de cuan-tificar la situación de cada país en salud y economía y tener así su posición relativa, conocer el aspecto o los as-pectos más relevantes en sa-lud y en educación o, en otras palabras, averiguar dónde es mayor la brecha.

Este nuevo indicador también sirve para monito-rear la brecha que tiene ca-da país con el mundo en su situación en economía y en salud a través de los años, en la medida que haya disponi-bilidad de datos agregados de los países en lo que respecta a las variables para su cons-tructo. De tal manera que es otra forma de valorar si real-mente un país se aleja más o no de sus mejores referentes mundiales, en cuanto a salud y economía.

Investigación

En 1997, Aguas de Manizales y la Universidad de Caldas emprendieron un estudio sobre la oferta hídrica en los glaciares Molinos y Nereidas del Nevado del Ruiz. Para ello, se convino con el Grupo de Trabajo Académico en Ingeniería Hidráulica y Ambiental la instalación de una red de estaciones hidrometeorológicas telemétricas en el Parque Nacional Natural Los Nevados.

de los glaciares colombianosVigilan deterioro

El grupo de Investigación en Evaluación de Tecnologías y Políticas en Salud, categoría A de Colciencias, está conformado principalmente por miembros del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. Uno de sus trabajos más recientes los llevó a desarrollar 2 indicadores para medir la brecha en salud y economía de los países.

los países en salud y economía?¿Qué tan lejos están

Estos nuevos indicadores permiten observar la brecha de manera gráfica

Varios acueductos recogen sus aguas de los ríos que nacen en el Parque Nacional Natural Los Nevados.

El punto de recepción de datos se encuentra en las ins-talaciones de la Corporación Autónoma Regional de Caldas, lo que permite registrar y pro-cesar los datos en tiempo real, para evaluarlos posteriormen-te. Lo que se ha observado es que los glaciares tropicales andinos están en una inten-sa fase de retroceso que ha ido acelerándose. Las reser-vas hídricas que constituyen los glaciares ya no se estiman como recursos renovables. Su desaparición, o por lo menos su rápida disminución, estará acompañada con seguridad de modificaciones drásticas del medio ambiente.

Por lo tanto, es particu-larmente importante, en lo económico, social y científi-co, vigilar el comportamien-to de los glaciares andinos tropicales, para prever su evolución a mediano pla-zo y emprender a tiempo las soluciones a los proble-mas ambientales generados por esta situación, pues al rededor de 3,5 millones de colombianos se abastecen de acueductos que recogen sus aguas de los ríos que nacen en la parte alta de la Cordillera Central, por enci-ma de los 3.000 m.s.n.m., en el Parque Nacional Natural Los Nevados.

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Investigación

Entre 1997 y el 2002 se lleva-ron a cabo las dos primeras fases de una línea de investigación en Comportamiento Ético Gerencial (CEG), a cargo del grupo de inves-tigación Ethos, que se reportaron en el libro Comportamiento Ético Gerencial. La primera fase se tituló Comportamiento ético gerencial en Colombia, España e Inglaterra y sus objetivos fueron, entre otros, encontrar respuestas de gerentes y empleados en los tres países a la pregunta ¿qué significa ser un ge-rente ético?, conocer los compor-tamientos éticos que más valoran los empleados de sus gerentes, estructurar una taxonomía para el CEG y comparar resultados entre países.

Los participantes de este pro-yecto fueron la Universidad Nacio-nal de Colombia, sede Manizales (Grupo ETHOS); la Universidad de Bradford, Inglaterra (Grupo HRM), y la Universidad Politécnica de Valencia, España (ETSII). En to-tal participaron 499 personas. La segunda fase (Comportamientos éticos de gerentes colombianos) tuvo los mismos objetivos de la

primera y permitió validar la me-todología y ajustar para Colombia los resultados de la primera fase. El grupo Ethos lideró el proyecto, que involucró 566 personas.

Actualmente se encuentran terminadas la tercera y cuarta fase de la investigación. La tercera se llamó Comportamientos éticos de gerentes manizaleños y los resul-tados se presentaron en la Revista Eafit. La cuarta fase se llamó De-sarrollo de competencias para el comportamiento ético gerencial y los resultados serán presenta-dos en un artículo en la Revista Cuadernos de Administración y en un libro titulado Formación Gerencial en Valores. Conceptos y Prácticas, que se encuentra listo para publicación.

Todo ello permitió crear co-nocimiento sobre un tópico de innegable importancia para la ética empresarial y es un aporte importante para la comprensión de lo que significa ser un gerente ético y la ilustración de sus com-portamientos mediante ejemplos tomados de lo que piensan y valo-ran los empleados.

Comportamiento ético gerencial es el resultado de 9 años de trabajo del grupo Ética Empresarial y Empresariado Social –Ethos, de la Universidad Nacional, Sede Manizales. El estudio, desarrollado en cuatro fases, presenta un completo panorama sobre el significado de la ética para los gerentes. Incluye información comparativa entre Inglaterra, España y Colombia.

gerentes colombianosAsí es la ética de los

Comportamientos que más valoran los empleados de sus gerentes en Colombia

• Respetan por encima de todo el derecho a la vida

• No aceptan la corrupción

• No le roban a la empresa

• No aceptan sobornos o favores personales como compromiso para devolver favores laborales o de contratación

• No les hablan mal a los clientes de la competencia

• No cometen atropellos contra la dignidad humana

• No distorsionan acuerdos

• No presionan ni obligan a cometer acciones que vayan en contra de las leyes

• Dan ejemplo de honestidad, puntualidad, sinceridad, cordialidad

• No extorsionan a otros

• Responden por sus actos

• No presionan a sus subalternos para hacer algo incorrecto, que les traiga un beneficio personal

• No maquillan los balances para sacar dinero o beneficio propio

• Cumplen con las normas de ética que rigen el código

• No aprovechan su posición para presionar relaciones no deseadas por los trabajadores

• No acosan sexualmente a los empleados

• Actúan con justicia y equidad en la crisis y en la bonanza

• No aprovechan oportunidad para sacar tajada

• No manejan cuentas dobles

• Hacen buen uso de los recursos asignados por la nación hacia la institución

La obra evalúa la historiografía y la etnografía como constructoras de representaciones y como campos de reflexión.

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CiudadEn 1785 de hizo la des-

cripción más famosa en la historia de los terremotos en la ciudad y la que le dio vi-da al Aviso del Terremoto, el primer periódico publicado en la capital del país (Santa Fe, en ese entonces) y luego convertido en la Gaceta de Santa Fe.

Para los expertos, la im-portancia de este terremoto radica en que, dada su inten-sidad, provocó que la sociedad de ese entonces cuestionara y pensara sobre la seguridad de sus edificaciones, y recono-ciera la necesidad de mejorar las construcciones y los mate-riales usados en la época*.

Unas 20 mil personas, dos mil casas y 40 edificios religiosos conformaban la Bogotá de ese entonces. Mu-chos de sus habitantes, apo-derados por el temor, salie-ron de la ciudad y regresaron un mes después cuando aca-baron las réplicas.

En los últimos 500 años Bogotá ha experimentado una veintena de sismos, en-tre los cuales son memora-bles los de 1785, 1827 y 1917.

Un equipo de docen-tes de la Universidad Na-cional Sede Bogotá, y de inv4estigadores de Ingeomi-nas, inició este año una in-vestigación sobre sismicidad histórica en el país, estudio que a la fecha ha concentra-do sus trabajos en la Cordi-llera Oriental.

El trabajo, en el que par-ticipan una sismíloga, dos geógrafos y un historiador, encontró como dato nove-doso que el sismo de 1917 está posiblemente asociado a una falla geológica en el Borde Llanero (en el sector entre Villavicencio y Acacías, Meta) mas que a una falla en el Páramo de Sumapaz, como se creía, “pensamos, enton-ces, que este sismo se generó a una distancia de unos 60 y no de 40 Kilómetros. Esta di-ferencia es importante para efectos de atenuación de las ondas sísmicas. Lo que he-mos visto es que varios de los sismos con daños en Bogotá están asociadod a la falla del borde del Borde Llanero que, según la historia y los datos de la Red Sismológica Nacio-nal, es una zona de actividad muy frecuente e importante”, explica la profesora Dimaté.

¿Por qué es tan relevante el sismo de 1917?

Es importante porque ha sido uno de los más fuer-tes, porque su epicentro fue muy cercano a Bogota, pero sobre todo, porque fue el pri-mer sismo en la zona andina registrado con instrumentos, lo cual nos permite conocer su localización y magnitud con relativamente buena precisión. Se estima que fue superficial (menos de 40 ki-lómetros de profundidad) y su magnitud pudo estar entre los 6,9 y 7,1 grados.

De los 100 mil habitan-tes que tenía la ciudad de ese entonces, 30 mil salieron en éxodo hacia Girardot, Cundi-namarca. Especialistas como Ómar Darío Cardona aseguran que si un movimiento como el de ese entonces se repitiera en la Bogotá de hoy sus con-secuencias serían peores a las vividas en el Eje Cafetero en enero de 1999.

No olvidar la historia, importante para prevenir

El sismo de 1917 ocu-rrió el 31 de agosto a las 6:30 a.m. Villavicencio quedó ca-si destruida a tal punto que se pensó en reconstruirla en otro lugar. En San Martín la iglesia y el hospital quedaron destruidos y “todas las casas de la población quedaron inhabitables”. Varios munici-pios del centro del país como Cáqueza, Fosca, Fusagasuga, Ibagué, Espinal, Fresno, Ma-riquita, Pensilvania, Soacha, Madrid, Facatativa y Bogotá también sintieron sus efectos.

“Podemos asegurar que no hay una sola casa de verdad que no sufrie-ra algún daño; igualmente puede comprenderse que si se repite un nuevo tem-blor la mayoría de las casas se derrumbarán. El enorme pánico que hay en toda la ciudad no puede ser, pues, injustificado”, informó el Diario Nacional de la época sobre los daños en Bogotá.

Seis muertos, 12 heri-dos, 400 casas derrumbadas y daños en edificaciones como la Catedral, la Iglesia de Chapinero, el claustro de Nuestra Señora del Rosario, el hospital San Juan de Dios y el Palacio Liévano, entre otros, fueron algunos de los efectos del terremoto de 1917 en la ciudad.

En 1827, el más fuerte

Se sintió en Bogotá y aunque los peores daños no se concentraron en esta ciu-dad, para la profesora Dima-té ha sido el terremoto más fuerte en la historia del país en la región andina, por la gravedad y la gran extensión de los daños..

“Los daños tuvieron una extensión inusualmente grande y las descripciones de ese sismo son pavorosas: cuentan las historias que hubo un ruido aterrador, tembló un día entero, la gen-te no podía tenerse en pie. Como consecuencia del sis-mo se cayeron o quedaron inutilizables la mayoría de las iglesias de la región y se menciona que en varias po-blaciones cayeron todas o la mayor parte de las casas de paredes y tejas”, explica esta experta de la UN.

“Tal vez los relatos más impresionantes sobre los efectos del terremoto se rela-cionan con el represamiento del río Suaza durante 55 días, la inundación de las tierras rio arriba, a lo largo de unos 20 km desde Suaza hasta la desembocadura del río Pes-cado y la posterior avalancha que arrasó poblaciones, fin-cas y hombres en todo el valle de Neiva”.

Investigadores de la Universidad

Nacional de Colombia, en convenio con

Colciencias, encuentran

nuevos datos sobre la historia

sísmica de Bogotá.

Cabe destacar que un año antes, en 1826, Bogotá había sufrido los efectos de otro sismo, catalogado por los expertos como de nivel intermedio.

Terremoto de 1967 y 1999, en la memoria

La memoria de las ge-neraciones vigentes lo re-cuerda. Esa vez se generó en el norte del Huila. Con una magnitud de 7,0 y un epicentro a 180 kilómetros de Bogotá, sus efectos fue-ron menores al registrado en 1917.

Sin embargo, escritos de la época sobre el tema, lo describen como un sis-mo que causó pánico. Trece personas murieron en Bogo-tá, cien resultaron heridas, cayeron muros y quedaron averías en bancos, colegios y casas antiguas.

Las generaciones más recientes recordarán la ma-ñana de aquel 25 de enero de 1999. Un moderado, pero sentido movimiento de tierra en Bogotá se convirtió en el aviso de la tragedia que vivió el Eje Cafetero. En minutos los medios de comunicación transmitían en tiempo real los efectos de este terremoto, con magnitud 6,1, y devasta-dor, por haber registrado un

epicentro superficial y cerca-no a las ciudades afectadas.

Desde ese entonces se agudizaron las preguntas sobre si estamos preparados para enfrentar una emergen-cia de estas, particularmente en las ciudades. Los riesgos cada vez son más complejos. En parte, por la alta concen-tración de habitantes en las zonas urbanas. De hecho, el 70% de los colombianos vive en ellas.

Julio 12 del año 1785. “Este día se vió esta Capital en la mayor consternación, dimanada del espantoso Terremoto, que experimentó como a las siete y tres quartos de la mañana, perciviendose el terrible movimiento del Sur al Norte en los primeros vaivenes, quedan tan fuerte el movimiento de trepidación vertical, que parecía deshacerse los edificios”.

Expertos en emergen-cias y sismólogos coinciden en un punto especial: Bogotá no tiene memoria sísmica. Basta con decir que el sismo más fuerte ocurrió hace 90 años y excepto por la prensa y los escritos de la época, na-die lo recuerda.

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Los terremotos anteriores ocurrieron en circunstancias distintas. La ciudad ha crecido y se ha poblado.

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No sabemos cuándo ni dónde ocurrirá un terremoto, qué tan fuerte será el temblor que produzca ni la magnitud de las consecuencias. Por eso es tan importante prepararse para enfrentar la situación. A la hora de mitigar el ries-go de desastre, hay acciones individuales y comunitarias, que van desde los simulacros de evacuación y atención de emergencias hasta prácticas sencillas, como llevar siempre un pito, en la argolla de las lla-ves o colgado al cuello. Saber qué hacer en caso de sismo es un buen primer paso.

Antes

• Sujete bien los objetos peli-grosos.

• Tenga preparados: boti-quín de primeros auxilios, linternas, radio de pilas, pilas, extintor y algunas provisiones en un lugar conocido por los miem-bros de la familia. Sería de utilidad mantener comida enlatada, agua embotella-da, para tres días al menos, destapador de latas, leche en polvo, cereales y un pito para enviar señales de alar-ma. Recuerde que es peli-groso almacenar líquidos inflamables.

• Cerciórese de saber cómo desconectar la luz, el gas y el agua. Enseñe a sus fami-liares cómo hacerlo.

• Elabore un plan de con-tingencia familiar en caso de que se presente un te-rremoto y su familia no se encuentre toda junta. En el plan deberá estar iden-tificado un lugar seguro donde deberán reunirse si el sismo ocurre y no se en-cuentran juntos.

• Tenga siempre a la mano directorio telefónico de emergencias con los nú-meros locales de Defensa Civil, Bomberos, Cruz Roja y Policía.

• No ponga objetos pesados encima de muebles altos, asegúrelos al suelo.

• Fije bien a las paredes los muebles, armarios o estan-terías. Asegure aquellos ob-jetos que pueden provocar daños al caerse, como cua-dros, espejos, lámparas, productos tóxicos o infla-mables, etc.

• Revise la estructura de su vivienda, que chimeneas, aleros, revestimientos y balcones tengan una bue-na fijación a los elementos estructurales. Si fuera ne-cesario, consulte a un téc-nico en construcción.

• Identifique en casa, escue-la o lugar de trabajo, los

Mitigar el riesgo es responsabilidad de cada unoPrepararse para el terremoto es como manejar con cinturón de seguridad. Nadie se lo pone porque espere estrellarse, sino porque sabe que con el cinturón se mitiga el riesgo frente a un posible accidente. Con los terremotos es igual. No se sabe cuándo van a ocurrir, pero haberse preparado puede marcar la diferencia entre víctimas y supervivientes, entre los que pierden todo y los que pueden seguir adelante.

lugares más seguros ante un sismo y las áreas más peligrosas y susceptibles de daño y evite ubicarse allí si ocurre un terremoto.

• Para un rápido desalojo ponga las llaves en una re-pisa cercana a la puerta de salida. Mantenga las sali-das libres.

• Mantenga en un lugar ac-cesible las herramientas necesarias para cerrar las llaves de agua y gas.

• Cerciórese siempre de dón-de se encuentran los inte-grantes de su grupo fami-liar.

• Verifique permanentemen-te el funcionamiento de las lámparas de emergencia.

• Mantenga al día la vacuna-ción de todos los miembros de su familia.

• Adquiera un seguro que proteja el valor de su casa en caso de desastre. Esa es la base de la recuperación posterior.

Durante

• Reaccione con serenidad, conserve la calma y pon-ga en marcha su plan de emergencia. No corra.

• Abra la puerta inmediata-mente, ya que el terremoto hace que las edificaciones pierdan el nivel original, las puertas y ventanas se atoran y dificultan la eva-cuación.

• Apague todo tipo de fue-go y no use fósforos, en-cendedor o vela durante o inmediatamente después

del temblor. Si está coci-nando apague la estufa y protéjase.

• No se acerque ni entre en los edificios para evitar ser alcanzado por la caída de objetos peligrosos (cris-tales, cornisas, etc.). Vaya hacia lugares abiertos, no corra y tenga cuidado con el tráfico.

• Si está bajo techo, protéjase bajo una mesa, escritorio o cama fuerte. Si los muebles se desplazan con el movi-miento del piso, muévase con ellos. Recuerde que pueden caer objetos pesa-dos como ladrillos, lámpa-ras, ventiladores, artefactos eléctricos, bibliotecas, etc.

• Si no hay muebles donde protegerse, ubíquese bajo una viga, al lado de una columna o en una esquina interna de la edificación, de cara a la pared y con la cabeza cubierta por los brazos.

• Aléjese de ventanas, espe-jos y puertas de vidrio.

• Procure no separarse de su familia.

• Si está en la calle, aléje-se de edificaciones, pare-des, postes, árboles, cables eléctricos y otros elemen-tos que puedan caer.

• Si está en un lugar muy concurrido (teatro, cine, estadio, Transmilenio, etc.), no se desespere ni corra hacia las puertas, ya que muchas personas se harán daño al intentar salir con pánico.

• Los vehículos particulares

o de transporte público de-ben estacionarse a la orilla de la calle, lejos de objetos que puedan caerse. Trate de no detenerse encima ni debajo de un puente. Per-manezca dentro del vehí-culo hasta que finalice el temblor.

• Si se encuentra en una zona montañosa, esté alerta por las rocas y otros materiales que puedan desprenderse.

Después

• Active el plan de emergen-cia. Al finalizar el movi-miento desaloje con pron-titud y en orden la escuela, la casa, el trabajo o cual-quier otro lugar. Acuda al lugar de encuentro previa-mente establecido.

• Al desalojar, lleve consigo el botiquín de primeros auxilios. Si se encuentra en un edificio sólo use las es-caleras, recuerde que si usa el ascensor puede quedar atrapado.

• Aléjese de construcciones que se puedan derrumbar.

• De producirse un incendio, apáguelo, si no pone en pe-ligro su vida o la de otras personas.

• Procure no caminar des-calzo. Preste atención a los escombros que pisa y tenga cuidado al moverlos por-que pueden estar sopor-tando estructuras que se pueden caer.

• Deje las calles despejadas para los vehículos de emer-gencia.

• Esté preparado para los sis-mos secundarios (réplicas), que se producen después de un terremoto de gran magnitud.

• No trate de mover indebi-damente a los heridos con fracturas, a no ser que haya peligro de incendio, inun-dación, etc.

• Si hay fugas de agua o gas, comuníquelo a la compa-ñía correspondiente.

• Limpie urgentemente el derrame de medicinas, pinturas y otros materiales peligrosos.

• No camine por donde haya vidrios rotos, cables de luz, ni toque objetos metálicos que estén en contacto con los cables.

• No beba agua de recipien-tes abiertos sin haberla examinado y pasado por coladores o filtros corres-pondientes.

• No utilice el teléfono inde-bidamente, ya que se blo-quearán las líneas y no será posible su uso para casos realmente urgentes.

• Infunda la más absoluta confianza y calma a todas cuantas personas tenga a su alrededor.

• Responda a las llamadas de ayuda de la policía, bom-beros, Defensa Civil, Cruz Roja, etc.

• Las emisoras de radio y ca-nales de televisión le facili-tarán información.

• No propague rumores o informaciones exageradas sobre la situación.

Precauciones en edificios du-rante un terremoto

• Si está dentro de un edifi-cio, quédese dentro; si está fuera, permanezca fuera. El entrar o salir de los edi-ficios sólo puede causarle accidentes.

• Dentro de un edificio bus-que protección bajo es-tructuras fuertes: una mesa o cama, el dintel de una puerta, junto a una colum-na o en un rincón. Proteja la cabeza con los brazos.

• Aléjese de las ventanas, balcones o paredes exter-nas.

• No utilice el ascensor, la fuerza motriz puede in-terrumpirse. Nunca huya precipitadamente hacia la salida y menos en un edi-ficio grande, pues las esca-leras pueden estar conges-tionadas.

• Fuera de un edificio, aléjese de cables eléctricos, corni-sas, cristales, pretiles, etc.

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José Gregorio Portilla B., Profesor Asociado, Observatorio

Astronómico NacionalFacultad de Ciencias, sede Bogotá

Una de las crónicas más enigmáticas que se relatan de la Santafé de Bogotá colonial es aquella que refiere a un extraño ruido, de duración e intensidad desproporcio-nada, que escucharon los habitantes de la sabana el 9 de marzo de 1687 en horas de la noche. De acuerdo con los cronistas de la época (los padres jesuitas Juan Ribero1

y Joseph Cassani2, que, sin embargo, no fueron testigos del evento), el ruido tuvo una intensidad y duración tal que originó una situación de pá-nico colectivo en los habi-tantes de toda la ciudad. Sin conocer su causa u origen, muchos habitantes salieron desnudos o en ropas ligeras y corrieron sin dirección. Otros no encontraron más recur-so que forzar las entradas a las iglesias y encomendarse a los santos de su devoción. Creían genuinamente en el arribo del Juicio Final. Según los cronistas, el fenómeno generó tan profunda impre-sión en los testigos del evento que modificó notablemente las costumbres de los habi-tantes. Creó la efemérides, vigente por muchos años, de descubrir en las iglesias cada 9 de marzo el Santo Sacra-mento. Y se adhirió al idioma con el paso de los siglos y forjó la expresión “tiempo del ruido”, para referirse a una edad sumergida en las pro-fundidades del tiempo3.

El hecho notorio es que nadie ha ofrecido una expli-cación satisfactoria sobre la verdadera causa del fenó-meno. El misterio se acen-túa principalmente por los escasos detalles que ofrecen los cronistas sobre las carac-terísticas del ruido. El suceso comenzó a percibirse cerca de las 10 p.m. Era lo suficien-temente intenso como para asemejarse al que generan las descargas de artillería. Su duración, siguiendo a los cronistas, es particularmente notable: 15 minutos (Ribero) y hasta de media hora4 (Cass-ani). Por ausencia de registro se deduce que no causó mo-vimiento sísmico, incendio, inundación, deslizamiento de tierra, tormenta, ni pro-dujo heridos ni muertos. Un detalle interesante: durante su duración se percibió un fuerte olor a azufre.

En la noche del evento se llegó a pensar en varias causas. Entre ellas, la inter-vención de figuras diabólicas que anunciaban el fin de los tiempos. Otros, con los pies más en el piso, asumieron que el ruido era originado por la metralla de un ejérci-to invasor5. Esto motivó una corta expedición del Presi-dente6 hacia las afueras de la ciudad en donde, según algu-nos, fue más intenso el ruido.

El misterioso ruido escuchado en Santafé de Bogotá:una posible explicación de origen astronómico

Poco después se creyó que el ruido era una manifestación del interior de la tierra que tuvo relación con el terrible terremoto que azotó el Virrei-nato del Perú en octubre de ese mismo año. Siglos des-pués el eminente geofísico Jesús E. Ramírez7 atribuyó, sin ofrecer más detalles, el ruido a un “fenómeno atmos-férico”. Y Armando Espinosa8 sostiene que la causa fue una creciente del río Fucha.

En el último número de la Revista de la Academia Co-lombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales9 Freddy Moreno, especialista en as-tronomía, y yo propusimos que el evento bien puede ex-plicarse suponiendo que el causante fue un meteoroide (pequeño asteroide) que in-gresó a la atmósfera terrestre y que, a causa de la resisten-cia que antepone la atmósfe-ra, generó intensas ondas de choque. Al final se desinte-gró con varios estruendos de gran intensidad.

Sustentamos esta expli-cación basados en varios as-pectos. Primero, los avances en observación astronómica indican que la población de objetos, como pequeños as-teroides y cometas, que pue-den eventualmente colisionar con la Tierra es bastante nu-merosa. El número estimado de objetos con tamaños entre 1 y 10 metros (un tamaño apropiado para generar un evento de características se-mejante al relatado aquí) en órbita cercana a la Tierra es calculado en poco más de mil millones. La entrada de ma-terial extraterrestre no es un fenómeno ocasional: ocurre todo el tiempo. Cada año se reportan caídas de meteori-tos o explosiones de peque-ños objetos en las capas altas de la atmósfera. Estimaciones recientes establecen que la Tierra gana diariamente cerca de 500 toneladas de este tipo de material, la mayoría con

tamaños microscópicos. Hoy sabemos que en promedio se presentan al año entre 10 y 40 explosiones de asteroides pequeños con energías equi-valentes a la de una pequeña bomba atómica. Un ejemplo reciente viene al caso: el 1 de noviembre del presente año, la entrada de un meteoroi-de sobre el sur del departa-mento de Huila produjo una explosión que alarmó a los habitantes de varias pobla-ciones de ese departamento. Entre ellas, Hobo, Algeciras, Campoalegre y Palermo10.

También sabemos que las manifestaciones usuales de la entrada de un meteori-to vienen acompañadas por fuertes estampidos sónicos –en algunas ocasiones tan fuertes como para mover el terreno–, fenómenos lumi-nosos, lluvia de rocas (me-teoritos propiamente dichos) y, en algunos casos, aunque no siempre, se han reportado olores intensos, que los testi-gos comentan siempre como de tipo “azufrado”.

Aunque la hipótesis del meteoroide haciendo explo-sión sobre Santafé puede ex-

plicar ciertas características comentadas por los cronis-tas, hay que admitir que, co-mo cualquier hipótesis que se ha ofrecido, es discutible. Parece extraño que nadie ha-ya observado el fenómeno lu-minoso asociado a la entrada ni las explosiones. Nadie re-portó tampoco la aparición de meteoritos en el suelo. Y lo que es peor: hasta donde sabemos, ninguna entrada de meteoroides puede generar explosiones que se extiendan tanto como 0,25 a 0,5 horas.

Frente a esto se puede argumentar lo siguiente: se han reportado casos de en-tradas de meteoroides en los que el fenómeno sonoro es percibido, pero no el fenóme-no luminoso asociado. Las estadísticas muestran que, de un 85% de las caídas de meteoritos en las que se es-cuchan explosiónes, sólo en un 55% se observa el fenóme-no luminoso11. También son numerosos los casos en que el meteoroide se consume completamente en la atmós-fera, sin que alcancen a llegar meteoritos al suelo.

El tiempo de duración

(Footnotes)

1Ribero, J., 1736, Historia de las misiones de los Llanos de Casanare y los Ríos Orinoco y Meta. Imprenta de M. Silvestre y Cía., Bogotá, 1883. Reeditado por la Bibl. Presidencia Col., vol. XXIII, Bogotá, p. 558, 1956.

2Cassani, J., 1741, Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús del Nuevo Reino de Granada, Madrid.

3Varios escritores han hecho referencias del fenómeno. García Márquez, por ejemplo, hace referencias de él en Cien años de soledad y El otoño del patriarca.

4El dato que da Ribero es más confiable. Esto se deduce de las fechas de publicación. Una atenta lectura de ambos textos permite revelar, al levantar los matices literarios, que la crónica de Cassani es idéntica a la de Ribero.

5Idea un tanto razonable, pues el pirata Morgan había atacado a Cartagena de Indias tan sólo dos años antes.

6Don Gil de Cabrera y Dávalos estaba recién posesionado como persona al frente de la Presidencia del Nuevo Reino de Granada.

7Ramírez, J. E., 1975, Historia de los terremotos en Colombia. 2da. edición., IGAC, 250

p., Bogotá.

8Espinosa, A., 1994, El ruido de Santafé, 9 de marzo de 1687, y sus posibles causas. Revista Academia Colombiana de la Ciencia, Vol. 19, No. 73, p. 293

9Moreno, F., Portilla J. G., 2006, Hipótesis astronómica al misterioso “ruido” escuchado en Santafé de Bogotá el domingo 9 de marzo de 1687. Revista Academia Colombiana de la Ciencia, Vol. 30, No. 116, p. 321

10Diario del Huila, 4 de noviembre del 2006; 5 de noviembre del 2006.

11Sears, D. W., 1978, The nature and origin of meteorites. Adam Hilger,

Bristol.

12Weingardt, K. et al., 1994, “Reports of suggested memories: Do people truly believe them?”. En: Adult Eyewitness Testimony: Current Trends and Developments, Cambridge University Press, Cambridge.

13Loftus, E., Ketcham, K., 1991, Witness for the Defense: The Accused, the Eyewitness and the Expert Who Puts Memory on Trial. St. Martin’s Press, New York.

14http://www.colombialink.com/01_INDEX/index_historia/03_la_colonia/0020_fin_mundo_colonia.html

que los cronistas reportan como duración del ruido po-dría explicarse si tenemos en cuenta que proviene de testi-gos que entraron en pánico colectivo. Los especialistas en percepción han demostrado que los relatos de testigos ba-jo una fuerte carga emocional no son dignos de confianza por su tendencia a exagerar los relatos e incluso a agregar episodios que no ocurrieron en realidad12. Sabemos ahora que los recuerdos no quedan congelados estáticamente en las mentes de las personas: se van reconstruyendo confor-me pasa el tiempo13.

Se debe tener presente, además, que tanto Ribero (que sí estuvo en Santafé va-rias décadas después) como Cassani no fueron testigos del evento y que escribieron sus crónicas basados presu-miblemente en relatos de tes-tigos (o de crónicas de las que no tenemos conocimiento) unos cuarenta o cincuenta años después de acaecido el fenómeno. Esto puede indi-carnos que hay que tomar con algo de prudencia los re-latos que describen el fenó-meno y pensar que no sería extraño que la dificultad que se ha tenido para explicar-lo haya sido el afán de dar cuenta de las características del relato, pues fue asumido como una fiel descripción de lo que ocurrió. Jaime Borja14 va más allá: sugiere que los cronistas tomaron un hecho relativamente insignificante para recrear una historia de la llegada del Apocalipsis. Su intención básica era “mora-lizar a los incautos santafere-ños” de aquel entonces. Esto quedó convertido con el paso del tiempo en mito y leyen-da colonial. Lo más probable es que lo que sucedió esté en un punto intermedio. Y la hipótesis de la entrada de un pequeño asteroide, que ocasionó sobre los cielos sa-baneros un gran estruendo (como el que asustó a los ha-bitantes de las poblaciones del Huila), bien podría expli-car ese extraño evento que hace parte del folclor de la Santafé colonial.

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Aspecto de la antigua Bogotá.

A propósito de los rumores que suelen cernirse sobre este tipo de eventos, y teniendo presente que Bogotá puede estar ad portas de un sismo, el artículo de portilla nos recuerda un hecho histórico que ha dado de qué hablar durante mucho tiempo.

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Sociedad

Sonia López Ortiz,Unimedios

Todos coinciden en la necesidad de que un país como Colombia aumente y mejore las alianzas entre sus universidades, empresas y, por supuesto, con el Estado. Y aunque hay avances, los expertos también coinciden en un problema: muchas de las decisiones y políticas que se trazan desde cada uno de estos sectores, cho-can entre sí e impiden el de-sarrollo del sector científico y tecnológico.

Ese fue el llamado de atención del rector de la Universidad Nacional de Co-lombia, Moisés Wasserman, durante el V Encuentro Uni-versidad Empresa Estado, que organizó recientemen-te la institución. Su opinión fue respaldada por el sector científico y los empresarios asistentes.

“Sucede con frecuencia –aseguró Wasserman– que esa falta de coherencia pon-ga en peligro el funciona-miento general del sistema y disminuya las posibilidades de éxito de las iniciativas in-dividuales sectoriales”.

¿Por qué es tan impor-tante la unión de este sector? Porque para los países del primer mundo ha sido la cla-ve en su desarrollo y porque es una de las alternativas más importantes para el avance de países del tercer mundo, como Colombia.

Ejemplos los hay. Aus-tralia decidió en 1965 pro-mover el sector científico y apostarle al mejoramiento de su manufactura. En la ac-tualidad, un buen porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) es generado por este sector.

Corea, por su parte, en los años 60 tenía un nivel de desarrollo similar a la Co-lombia de ese entonces. Sin embargo, este país trazó po-líticas educativas, sociales y económicas a largo plazo, di-rigidas a fortalecer su ciencia y tecnología. Todo ello, basa-do en una ambiciosa apuesta a la educación en todos sus niveles.

Así, según el rector de la Universidad Nacional, mien-tras el mundo desarrollado es más sabio, le apuesta y le invierte a este tipo de alian-zas, el tercer mundo por el contrario, limita sus inversio-nes en estos sectores. “No es un mito que la ciencia genere riqueza. (…) Es importante para elevar el nivel económi-co de los pueblos y para tener gente más idónea y eficiente”, reiteró Wasserman durante el evento.

Por eso, la tarea de las universidades es importante. De hecho, según Wasserman, la universidad moderna no es posible concebirla sin la investigación, pero tampoco sin la participación de las empresas, pues en estas últi-mas es donde recae parte de la responsabilidad para que las investigaciones no mue-ran en la academia y, por el contrario, se conviertan en proyectos con impacto so-cial, económico y productivo para un país.

“Es importante la co-operación entre universidad y empresa. Creo que la globali-zación obliga a que tengamos que apoyarnos en una serie de redes sociales. La globa-

Universidad + Empresa + Estado =

desarrollo para el país

lización aumenta la compe-tencia y la única manera de competir es aunar esfuerzos”, aseguró Ignacio Fernández de Lucio, Director del Instituto de Gestión de la Innovación y del Conocimiento, de la Univer-sidad Politécnica de Valencia, uno de los invitados interna-cionales al V Foro Universidad Empresa Estado, realizado del 28 al 30 de noviembre en la Universidad Nacional Sede Bogotá.

Crecen comités de universidades y

empresas

La Ministra de Educa-ción, Cecilia María Vélez, re-saltó los buenos pasos de los comités Universidad Empre-sa que existen en el país. En-tre los más importantes, el de Bogotá Región, coordinado por la Universidad Nacional, y el liderado en Medellín, por la Universidad de Antioquia. Siendo este último, desde hace 5 años, el pionero en el país y que a junio de este año había concretado 87 pro-yectos en 17 renglones de la producción.

El evento de tres días permitió también conocer la existencia de otros comi-tés regionales que trabajan por unir estos sectores: el de la Universidad del Valle, la Universidad Industrial de Santander, UIS; la Universi-dad del Norte, de Barranqui-lla, y uno más en los Llanos Orientales.

El Comité Universi-dad Empresa Bogotá Región, coordinado por la Universidad Nacional, cumplió 13 meses. A pesar del poco tiempo en funcionamiento, su directora, Paula Marcela Arias, destaca los resultados obtenidos hasta ahora: cien empresas aliadas en 70 proyectos que van des-de la etapa de identificación hasta su ejecución.

los presidentes de las insti-tuciones y los rectores, para hablar sobre temas de interés común”, explica Arias.

Existen también cinco subcomités, que reúnen a los equipos técnicos de las em-presas con docentes e inves-tigadores de las instituciones de educación superior. Elec-trónica, telecomunicaciones e informática; automotriz,

esfuerzos en ese campo”, ase-guró la senadora.

Para el Vicerrector de Investigaciones de la Uni-versidad Nacional, Horacio Torres, otro reto es aumen-tar la participación y el com-promiso del sector privado, puesto que son las empresas públicas las que más le han apostado a esta alianza.

Empresarios, rectores de universidades públicas y privada, legisladores y el Gobierno debatieron durante tres días la necesidad de fortalecer la alianza entre universidades y empresas. Entre las conclusiones está el impulso de crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para que el sector tenga mayor poder de decisión. Rector de la Universidad Nacional de Colombia llamó la atención para que desde estos tres sectores se tomen decisiones y se expidan políticas coherentes que reflejen los compromisos asumidos para impulsar el sector científico y tecnológico.

En marzo de 2007 será radicado en el Congreso de la República el proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología, que propone crear

un Ministerio para este sector. “Hay que crear un sistema de ciencia y tecnología que no dependa del funcionario de turno.

Con un Ministerio se les daría más importancia a los aportes que el Gobierno debe hacer a este sector”, afirmó la senadora

Martha Lucía Ramírez.

Doce universidades conforman este Comité: Co-legio Estudios Superiores de Administración, Escuela de Ingeniería, Universidad de Los Andes, Universidad Jave-riana, Universidad del Rosa-rio, Universidad de la Saba-na, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Politécnico Granco-lombiano, Universidad Ser-gio Arboleda y Universidad de Salamanca.

“Nuestra función es faci-litar el proceso de encuentro entre las universidades y las empresas. Tenemos reunio-nes mensuales en donde se sientan en un mismo lugar

autopartes, metalmecánica y plástico; químico y farmacéu-tico; agroindustria, alimentos y biotecnología, y servicios públicos y transporte resu-men los temas del trabajo.

Por ser un proceso nue-vo, también tiene puntos por mejorar. La senadora Martha Lucía Ramírez, que ha segui-do de cerca el proceso, ve la necesidad de que las univer-sidades identifiquen mejor lo que requieren las empresas.

“Hay que concentrarse exactamente en qué tipo de investigaciones se necesitan, especialmente en bienes y servicios, y concentrar los

Nace primera oficina de transferencia

tecnológica del país

Una de las estrategias que ha funcionado con éxito en los países donde la unión entre empresa y Estado es-tá más avanzada, han sido las oficinas de transferencia, cuya misión está en detec-tar aquellas investigaciones prometedoras y llevarlas al sector empresarial que pue-da interesarle.

Uno de los mejores ejemplos de este modelo está en el Instituto Tecnológico de Massachussets, MIT, una de

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La senadora Martha Lucía Ramírez se ha comprometido a impulsar el proyecto de ley de ciencia y tecnología para el 2007.

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las universidades líderes que más vende propiedad inte-lectual en el mundo y hace transferencia tecnológica. En ingresos líquidos totales, la institución ha recibido este año, por este concepto, cerca de 50 millones de dólares en licencias.

Para impulsar esta alian-za, la Universidad Nacional creó recientemente la prime-ra oficina del país con esta misión. Si un profesor, por ejemplo, se ha dedicado a un proyecto por años y genera conocimiento, académica-mente se traduce en publica-ciones. Si bien es positivo pa-ra una universidad, es en esta etapa donde se corre el riesgo de que el aporte científico se olvide y no trascienda.

“Esta oficina lo que ha-ce es acercarse a las empre-sas, les explica los proyectos, sus beneficios e impacto, y acompaña al investigador y al empresario en los procesos de negociación”, explica Paula Marcela Arias, directora del Comité Bogotá Región y de la Oficina Nacional de Exten-sión y Educación Continua de la Universidad Nacional.

Instituciones como Col-ciencias tienen planes para apoyar las investigaciones en-tre empresas y universidades. Sin embargo, después de los hallazgos y las conclusiones sigue el proceso más difícil: ponerlas en práctica.

Si alguien descubre, por ejemplo, que una bacteria ayuda a mejorar los cultivos de arroz, es necesario trans-formar este hallazgo en un producto industrial, para que ese conocimiento en realidad llegue al sector. Para eso, se-gún Arias, es importante con-tar con el capital de la empre-sa privada.

“Las universidades pro-ducen conocimiento, pero, por estar desconectadas del sector productivo, no conti-núan con los procesos pos-teriores a los hallazgos en las investigaciones. Las empre-sas, por su parte, demandan conocimiento, pero como no conocen lo que hay en la academia prefieren traer el conocimiento del exterior”, puntualiza Arias.

Ministerio de Ciencia y Tecnología, una necesidad y una

oportunidad

Un cambio necesario pa-ra obtener mejores resultados está en la actualización y mo-dernización de las leyes. Este año, países latinoamericanos como Perú, Ecuador, Vene-zuela, Argentina y México han asumido compromisos, sobre todo políticos, para impulsar la educación, la ciencia y la tecnología.

Para mencionar algunos avances, Ecuador, Perú y Ve-nezuela aprobaron este año leyes que fijan el aumento de recursos y la apuesta al sector. Ante esta realidad, algunos expertos, como la ex directo-ra de Colciencias María del Rosario Guerra, alertaron pú-blicamente que el país corría el riesgo de quedarse a la za-ga en la materia, en América Latina.

Aún así, para el actual di-rector de Colciencias, Felipe García, no hay que descono-cer los esfuerzos. “No esta-mos rezagados. Si uno mira, dentro de la esfera latinoa-

Sociedad

mericana Colombia tiene un nivel importante, pero faltan compromisos políticos”.

Y son precisamente esos “compromisos políticos” los que se pondrán a prueba el próximo año en el Congreso de la República, cuando se radique el proyecto de Ley de Ciencia y Tecnología que tiene como gran objetivo lograr la creación de un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

“Es hora de tener una infraestructura con mayor poder de decisión”, resaltó el director de Conciencias, al

Moisés Wasserman, rector de la Universidad Nacional llamó la atención al Gobierno, empresarios y universidades para que tomen decisiones coherentes entre sí, para impulsar la ciencia y la tecnología del país.

destacar la importancia de la creación de una cartera co-mo esta.

La propuesta será radi-cada en marzo por la sena-dora Martha Lucía Ramírez. Sobre el tema, el sector cien-tífico se muestra optimista y califica que en muchos años no se había presentado un escenario tan propicio para impulsar una propuesta de estas en el Legislativo.

“El proyecto de ley es-tá muy concertado. En estos momentos hemos tenido una especie de comité que ha ve-

nido analizándolo y está con-formado por el Departamen-to Nacional de Planeación (DNP), Colciencias, Maloka y algunos congresistas. Ya te-nemos una versión casi final, pero por ahora hay que sensi-bilizar al Presidente de la Re-pública sobre la importancia de este proyecto”, explicó el director de Colciencias.

Sin ahondar demasiado en la propuesta, Felipe Gar-cía destacó, entre los puntos concertados, la creación de un fondo para el apoyo a la investigación científica, tec-nológica y de la innovación en Colombia.

“La idea –agregó– es co-locar un porcentaje impor-tante del presupuesto que se sumaría a la creación del Ministerio. Hay otras alter-nativas, que no me atrevo a decir todavía, porque no se han concertado”.

Un proyecto de estos se presenta en momentos claves para las empresas naciona-les, más aún, cuando el país se enfrenta a los Tratados de Libre Comercio.

“Desde el Senado vemos con preocupación que uno de los problemas más graves de la competitividad colombia-na es la falta de continuidad en las decisiones. Es impor-tante que en la agenda legis-lativa se impulse una política de productividad y compe-titividad que garanticen la estabilidad que necesitan las empresas colombianas en el corto y mediano plazo”, agre-gó la senadora Ramírez.

Aseguró, además, que to-dos los esfuerzos deben estar amarrados a una ley. Destaca el trabajo de entidades como

La Universidad Nacional puso

en marcha la primera oficina

de transferencia tecnológica del país. Su misión

consiste en identificar las

investigaciones prometedoras para el sector

productivo, acercar a estos dos sectores y

acompañarlos en la etapa de

negociación.

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Colciencias, el Sena y de las mismas universidades. “Pero queda la sensación de que hay esfuerzos que no están conectados entre sí, incluso se repiten. El sector de la ciencia y la tecnología debe convertir-se en un elemento que, a mi juicio, debe atravesar la insti-tucionalidad, incluida la del Estado”, señala Ramírez.

La ciencia y la tecnolo-gía se encuentran en un mo-mento clave. No solo está la propuesta del proyecto de ley, pues paralelamente se inicia-ron los trabajos para la crea-ción del nuevo Plan Decenal de Educación, liderado por el Ministerio de Educación, en el que el sector científico y tecnológico jugará un papel importante.

En el Comité Universidad Empresa Bogotá Región, coordinado por la Universidad Nacional, se han unido cien empresas, en su mayoría públicas.

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Salud

Paula Andrea Grisales, Unimedios

Los mecanismos defen-sivos de huida o de lucha que puso en funcionamiento el Homo sapiens de la sabana africana para enfrentar ani-males salvajes son los mismos que hoy activan las personas cuando, por ejemplo, tienen un jefe demasiado exigente, llevan a cabo muchas activi-dades simultánea o conse-cutivamente o sobrellevan dificultades económicas.

Se trata de angustia, aumento del ritmo cardíaco, dilatación de pupilas y, en ge-neral, preparación del orga-nismo para ejecutar una res-puesta de huida rápida, que son signos de estrés. Aunque a lo largo de la existencia del hombre como especie la ac-tivación de este sistema ha significado su supervivencia, cuando ocurre durante pe-riodos prolongados menos-caba la salud de la persona, pues al estar todo el tiempo en alerta, hay una depresión de las defensas.

“Investigadores del mundo estamos tratando de determinar cómo la hiperac-tividad de liberación de los glucocorticoides produce los efectos que hemos notado sobre la salud. Se cree que es una relación entre sistema nervioso y el sistema inmune, pero no está determinado de manera precisa”, explica Ma-risol Lamprea, investigadora del Grupo de Neurofisiología Comportamental, adscrito al grupo de Aprendizaje y com-portamiento Animal del De-partamento de Psicología de la Universidad Nacional.

Aunque algunos médi-cos, como Jorge Rodríguez, Director del Departamento de Psiquiatría de la Univer-sidad Nacional, admiten que buena parte de las consultas que atienden tienen origen en el estrés, no hay datos estadísticos al respecto. Las personas llegan al consulto-rio por problemas coronarios o por infecciones, no por estrés. En el diálogo con el médico, éste determina que la razón de fondo es un alto nivel de estrés, sostenido du-rante largos periodos.

Las enfermedades

En el momento en que el organismo se siente en una situación de amenaza y co-mienza el estrés, lo primero que se produce es el aumento de la actividad cardiaca, para bombear más sangre a los músculos de las piernas y sa-lir corriendo. “Si eso pasa to-do el tiempo y todos los días, la disfunción se puede volver crónica; para una persona que tiene predisposiciones cardiacas, puede matarlo”, explica Marisol Lamprea.

Las enfermedades más comunes en las personas que están continuamente bajo los efectos del estrés son las respiratorias y, en especial, enfermedades por transmi-sión de virus y bacterias. “Es-to ocurre porque el sistema nervioso afecta el sistema en-docrino. Las hormonas que éste libera modifican, de re-greso, el funcionamiento del sistema nervioso y éste, a su vez, afecta el sistema inmu-ne”, dice Lamprea.

La situación se agudiza cuando el sistema nervioso

Los efectos del estrés

Aunque a corto plazo el estrés agudiza la memoria y hace más efectivos los esfuerzos de una persona, cuando este mecanismo es activado por largos periodos propicia enfermedades coronarias y virales.

Cuando hay estrés, la persona confunde las ilusiones con las necesidades: en vez de querer algo que puede ocurrir o no, crea una necesidad, que de no ser satisfecha le genera malestar.

identifica que no hay nada que hacer. Es decir, cuando la persona piensa que la si-tuación no tiene salida, que no hay solución para su pro-blema, que está perdido. En ese momento se disminuye la eficiencia del sistema inmune y el individuo queda más vul-nerable a las enfermedades, a las heridas, y puede disminuir la fertilidad y la libido.

Cómo funciona el estrés

Situaciones como res-ponsabilidades que abruman al individuo o problemas económicos son interpreta-dos por el cerebro de la mis-ma manera: amenaza. Ante ella, activa un sistema que comienza por el hipotálamo, que es la región del cerebro donde se interpreta el carác-ter prioritario de las respues-tas.

El hipotálamo tiene una comunicación directa con la hipófisis, que traduce la orden y la traslada a la cor-teza suprarrenal, localizada encima del riñón. La corteza produce los glucocorticoides, un tipo de hormonas que se dirigen a diferentes puntos del sistema nervioso, espe-cialmente al autónomo, y generan todas las respuestas involuntarias características de una situación de peligro: angustia, aumento del rit-mo cardíaco y, en general, actividades involucradas en la obtención de información sobre qué tan peligrosa es la situación y la preparación del organismo para ejecutar una respuesta de huida.

Cuando los glucocorto-

cioides llegan al cerebro tam-bién lo modifican y afectan la atención y la manera en que los individuos aprenden. Dado que, como explica el neurólogo Rodolfo Llinás en el libro El cotimuum mente-cerebro, “los cerebros huma-nos evolucionaron a partir de cerebros animales y tienen mucho en común con ellos, tanto estructural como fun-cional y cognitivamente”, el grupo de investigación de Lamprea se ha valido del es-tudio del estrés en ratones para aproximarse a lo que ocurre en los humanos.

Uno de sus hallazgos más interesantes se refiere al estrés infantil. Este trabajo fue liderado por la profesora Zulma Dueñas. Los ratones recién nacidos duran en lac-tancia 21 días y en ese lapso dependen enteramente de sus madres. El modelo de es-trés empleado para el estu-dio separó a estos animales de su madre tres horas por día. Después de esos 21 días, cuando se hicieron adultos, hicieron algunas pruebas. Encontraron que periodos no muy largos de estrés no afectan a las crías, sino que mejoran su curiosidad y la capacidad de aprender. “Eso es interesante, porque si se lleva –con las debidas res-tricciones– a las situaciones humanas, se observa que los niños que son muy sobrepro-tegidos, a la hora de enfren-tarse al mundo son bastante tímidos”, explica Lamprea.

Entonces, el estrés, aun-que tiene una connotación negativa, no necesariamen-te es negativo. Depende del tiempo en que el sistema esté

activo. En periodos cortos, como el que examinó esta investigación, produce adul-tos más activos, más tran-quilos, que exploraban mejor el mundo. También genera atención, memoria, fijación de los sentidos y alerta.

Qué hacer

Desde la perspectiva psiquiátrica, el médico Jorge Rodríguez recalca que, con-trario a lo que se cree, el es-trés no es producto de una si-tuación externa, sino interna. El mundo no es estresante, es la persona la que, con su manera de enfrentarlo, con-vierte las situaciones en es-tresantes. “Hay a quienes los

El estrés, aunque tiene una connotación negativa, no necesariamente lo es.

Depende del tiempo en que el sistema esté activo. En periodos cortos genera

atención, memoria, fijación de los sentidos y alerta.

estresa la soledad, la rutina. Lo que hay que pensar es que la soledad hace parte de la vida, al igual que la rutina. Esta es una dolencia muy fre-cuente, que se evidencia en el mal humor, quejas somá-ticas diversas, irritabilidad, preocupación, agobio… ma-nifestaciones del estrés. En síntesis, se trata de personas que no han aprendido a vivir, porque no saben pensar o porque piensa mal”.

¿Y qué es pensar mal? Ro-dríguez explica que consiste en tener ciertos condiciona-

mientos frente a la vida, pre-ocupaciones provenientes de clichés sociales. “Uno de ellos es la idea de competitividad. Ahora no hay que ser bueno, hay que ser competitivo, me-jor que los otros. Eso implica que nadie puede ser mejor que yo, y eso es un absurdo”, explica. Ante estos clichés, si la persona no tiene una visión crítica, acaba estresado. “No se trata de ser mediocre, sino de ser muy competente, pero no compararse con los otros. La comparación genera estrés, la competitividad es lo más in-humano que hay”, concluye.

Los mecanismos para afrontar el estrés, aunque dependen de cada uno, con-

sisten en tener, por ejemplo, un buen sentido del humor, reírse de sí mismo, admitir equivocarse, “aprender a me-ter la pata y sacarla es muy bueno. Somos, además, muy generalistas con las pequeñas cosas. Si algo me sale mal soy un desastre. Hay que preocu-parse de los otros, pero hay que mirar más hacia uno. La gente no quiere tener proble-mas, los evita. Y en nuestra vida todo consiste en resolver problemas personales y de otros, los problemas son el motivo de la vida”.

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Avances

Yino Castellanos Camacho,Unimedios

Una vez superada la discusión metafísica so-bre la cuestión del mal en el mundo, los investigadores sociales se han visto enfren-tados a la compleja tarea de construir la epistemología apropiada que permita com-prender el fenómeno de la criminalidad.

Y no están solos. En 1968, Gary Becker, Premio Nóbel de Economía, postuló la teoría microeconómica de la elección racional para ex-plicar el mecanismo inductor o disuasor de la criminalidad. Según el artículo Espirales de la violencia, de los profesores Isaac Dyner y Sebastián Jaén, de la Universidad Nacional, publicado en el número 1 de la Revista de Dinámica de Sis-temas, para Becker la opción de infringir la ley por parte de un individuo estaría condi-cionada por tres elementos: el beneficio que daría el infringir la ley, el costo o sanción de ser sorprendido o capturado por las autoridades y la pro-babilidad de que en efecto lo capturen. Desde el paradigma económico esto significa que el potencial criminal es un sujeto racional que calcula la relación costo- beneficio.

Por supuesto, algunos crímenes, como los pasio-nales y los políticos, no en-trarían en esta categoría. Sin embargo, para efectos de la investigación adelantada por Dyner y Jaén, Evaluación de políticas para la reducción de la criminalidad en Colom-bia: un estudio a partir de la dinámica entre las organiza-ciones criminales y la cons-trucción de capital social, es pertinente tener en cuenta a autores como Fiorentini y Peltzman, que han definido el caso particular de la cri-minalidad organizada “como un emprendimiento de ca-rácter económico, ya que es una actividad llevada a cabo por un grupo estructurado de personas, que actúan concer-tadamente durante un cierto tiempo, con el propósito de cometer ciertos delitos para obtener beneficios de orden material”. Así mismo, según los investigadores, se ha de-mostrado que la mayoría de delitos que tienen mayor impacto social en Colombia obedecen a acciones crimi-nales racionales.

Así, el modelo imple-mentado por los investigado-res de la Universidad Nacional incorpora los supuestos de la Teoría Económica del Crimen, el aprendizaje delincuencial y la construcción de capital so-cial para explicar “las posibles causas del comportamiento de la criminalidad en el pasa-do y plantear las políticas que permitan disminuir su acti-vidad en el futuro”, afirma el profesor Dyner.

El modelo, anteceden-tes y resultados

A finales de la década del noventa uno de los principa-les problemas del sistema pe-nitenciario colombiano era el hacinamiento en las cárceles. Como solución se planteó la posibilidad de rebajar las pe-nas a los reclusos, para que las desocuparan pronto y así descongestionarlas.

Sin embargo, como ano-ta el profesor Dyner, “este an-tecedente de la investigación

El crimen en Colombia: una mirada desde los sistemas dinámicos

sobre criminalidad mostraba, según el modelo, que en el corto plazo la medida podría resultar efectiva, pero en el mediano plazo era contrapro-ducente, pues, teniendo en cuenta las tesis beckerianas, una rebaja de penas estimu-laría al potencial criminal a cometer la falta y, en conse-cuencia, ante su captura, las cárceles volverían a colmarse”. En efecto, como agrega Dyner, hubo mayor congestión, haci-namiento y problemas aso-ciados a la actividad criminal a finales de los noventa.

Tras esta experiencia investigativa, y dados los al-tos índices de criminalidad que ha presentado el país en los últimos treinta años, con promedios superiores al de 50 homicidios por cada cin-cuenta mil habitantes (indi-cador de estado de conflicto bélico declarado) y con picos alarmantes (80 homicidios por cada cien mil habitan-tes) en la década de los no-venta, el profesor Dynner y su equipo construyeron la simulación para este fenó-meno. Siguieron los mismos lineamientos de la modelo beckeriano, pero introduje-ron elementos novedosos, como la realimentación y las variables del capital social.

La integración de estas variables se hizo con una doble intención. Según co-menta el profesor Dyner, “tras la investigación en las cárceles entendimos que no es suficiente con validar el modelo. Es necesario buscar soluciones a partir de los re-sultados que ofrece. En este caso, quedaba claro que la rehabilitación del criminal es

baja y, además, que el delin-cuente entra en una carrera de aprendizaje delincuencial, por lo que era necesario im-pedir que ingresara a ella. Había que disuadirlo de co-meter el crimen y brindarle, además, oportunidades de mejoramiento de su calidad de vida a través de diversas propuestas, como la de cons-trucción de capital social.

Por otro lado, el integrar las variables con realimenta-ción permitía expresar la na-turaleza dinámica del siste-ma. De esta manera, anota el

Una vez estructurado el modelo, y formuladas las ecuaciones diferenciales que le permiten evolucionar, el profesor Sebastián Jaén con-cluyó que con alrededor del 4% del PIB que gastó el gobier-no colombiano en seguridad en los 90 fue suficiente para contrarrestar el crecimiento exponencial del número de homicidios. Este porcentaje podría haber tenido un im-pacto más contundente en el caso colombiano si dentro de la sociedad colombiana exis-tiera mayor capital social, esto es, mayor grado de confianza

Por lo tanto, la clave está en la construcción de capi-tal social, en cuya medición se tienen en cuenta aspectos como la solidaridad, la mu-tualidad, la participación cí-vica y la confianza institucio-nal. Según el profesor Jaén, la calibración del modelo presentó, de manera teórica, que si pudiéramos medir el capital social de la nación en una escala de 0 a 1, donde, 0 es ausencia de capital social, y 1 su máximo valor posible, el fenómeno ocurrido en los últimos 30 años es explica-do por el modelo, a partir de una invariable pérdida de capital social por 21 años, y una posterior y lenta recupe-ración por el tiempo restante. De un valor inicial de 0,65 en 1970, se desciende a un 0,4 en el punto más crítico de la violencia de este período (1991), para luego ascender a valores de 0.5. El modelo además plantea que de ma-nera teórica se pueden prever resultados muy positivos en cuanto a una eficiente y ‘ba-rata’ lucha contra la crimina-lidad si el capital social de la nación fuera superior a 0,7.

Ahora bien, según arroja el modelo, tampoco se puede descuidar le fortalecimiento del aparato judicial y la pro-babilidad captura. El profe-sor Dyner resume: “la inver-sión en este aspecto debe ser

En la búsqueda de respuestas a la pregunta sobre el porqué de la alta criminalidad que se mantiene en el país, los sistemas dinámicos pueden constituirse en una herramienta que contribuya a explicar tanto las posibles causas del comportamiento de los criminales como a plantear las políticas para atenuar y prevenir el problema.

Con la inversión en capital social, que se traduce también en las posibilidades de mejora en el empleo y educación, más un 2%

del presupuesto en seguridad y un aumento del 50% en la pena, el modelo nos arrojó que en 2020 pasaríamos del promedio

actual, que se mantiene en más 50 homicidios por cada cien mil habitantes, a apenas cinco”

profesor Jaén, se construyó el modelo teniendo en cuenta dos tipos de parámetros: los primeros, de las condiciones del sistema criminal: número de presos, número de poli-cías, porcentaje del presu-puesto gastado en fuerza pú-blica y duración promedio de las sentencias, entre otros.

El segundo tipo de pa-rámetros obedece a la teoría que plantea el modelo sobre cómo se comporta el sistema criminal: número de delin-cuentes comunes y organiza-dos, las personas que carecen de capital social y las que lo tienen, las tasas de construc-ción de capital social, negati-vo y positivo.

y cohesión en la sociedad, y mayor capacidad para realizar tareas comunes.

El profesor Dyner ase-gura que sólo con inversión en seguridad el modelo plan-tea la necesidad de grandes esfuerzos financieros que, al corto plazo, reducirían la tasa de criminalidad a tasas cerca-nas a los promedios latinoa-mericanos, (22 muertes por cada cien mil habitantes), pe-ro tal esfuerzo, no garantiza-ría una tendencia igual en el largo plazo, dado que el Esta-do decidiera destinar menos presupuesto. Esto muestra el carácter estructural del pro-blema, y el alto costo de sólo invertir en policía.

sostenida, pero nunca a los niveles de si sólo se tuviera en cuenta el modelo becke-riano. Con la inversión en capital social, que se traduce también en las posibilidades de mejora en la estabilidad del empleo, la educación y la justicia, más un 2% del pre-supuesto en seguridad y un aumento del 50% en la pena, el modelo nos arrojó que en 2020 pasaríamos del prome-dio actual, que se mantiene en más 50 homicidios por cada cien mil habitantes, a apenas cinco, un promedio similar al de muchos de los países desarrollados.

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El modelo también permitió establecer que, el descenso de la criminalidad a finales a principio de este siglo, se debió a la reacción de la sociedad.

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Medio Ambiente

María Claudia Rojas,Unimedios

– Chiiih

– Piu

– Chirchi

– Piiip

Fácilmente, para un ciu-dadano de a pie, esta “con-versación” puede ser la de dos pájaros, pero Enrique Zerda sabe que se trata del floreo de micos titís que, in-ternados en lo profundo del bosque, reportan al resto del grupo su localización, dan una señal de alarma y avisan que encontraron alimento.

Llegar a tales certezas le demandó a este biólogo más que entrenar su oído profa-no. La bioacústica, el estudio de la comunicación vocal en los animales, le ha permiti-do, en este caso, recopilar un catálogo de por lo menos 30 sonidos típicos de la especie, en pos de los cuales ha cono-cido mejor el comportamien-to del tití, primate único en el mundo.

“Chirchi”, “Chirchi”, res-ponde cada cierto tiempo una cría a su familia. Ella, dispersa entre los altos sie-tecueros y cañafístolas, ne-cesita estar al corriente de que la criatura está cerca. Es la señal de contacto, una de las primeras vocalizaciones que Zerda y sus estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia y de la Univer-sidad de Antioquia identifi-caron. “Cuando los micos se mueven en el bosque, por lo general en busca de comi-da, los individuos mantienen conexión a través de un so-nido. En términos antropo-mórficos es como si dijeran ‘yo estoy aquí’, ‘y yo aquí’, ‘también yo’ y así sucesiva y constantemente”.

Pero mientras el “Chir-chi” de un adulto es comple-to y diáfano, el del vástago es “a media lengua”, pues como los párvulos humanos sus vo-calizaciones son incompletas en razón a que están apren-diendo a hablar. Otra percep-ción que el Grupo de Inves-tigación en Comunicación Animal comprobó al analizar los sonidos en el monogra-ma, donde se ve claramente que la pronunciación de los chiquillos no es perfecta.

Así como este sonido su-giere una conducta de filia-ción, a la amenaza, el hallaz-go de alimento, el juego, el llamado, el estrés, la explora-ción o la solicitud les corres-ponde una voz distintiva. Un rastro que los investigadores han venido indagando desde el 2000, con el propósito de conocer qué función cum-plen las imágenes auditivas en el desarrollo y superviven-cia de Sagüinus leucopus, la nomenclatura científica del popular mico tití.

Repertorio de comportamientos

“Paciencia”, atinó a decir con contundencia el profesor Enrique Zerda cuando se le preguntó sobre cuál facultad se necesita para entender el lenguaje oral de estos prima-tes de 22 centímetros de esta-tura y cola tan larga que por poco dobla su talla.

Los tres estudiantes, que han sobrepasado la prueba

El mico tití sonó por aquí…

Un catálogo de 30 sonidos emitidos por los micos tití sirve de herramienta para conocer el comportamiento de la especie en peligro de extinción. Pero sus sonidos, además, permiten identificarlos, ubicarlos, contarlos y formular planes de conservación. La investigación fue adelantada por un etólogo y estudiantes de la Universidad Nacional.

de la primera semana en el húmedo bosque, aguantado los rasguños de las gruesas espinas de la palma chonta y sobrepasado la decepción de estar todo un día sin ver nada, dicen que después de cuatro semanas los animales se acostumbran a la presen-cia humana y empiezan a salir. “Es cuando vemos co-sas espectaculares. Descubrí dónde duermen, dónde co-men, cuáles son sus rutas y qué actividad desarrollan a distintas horas del día”, cuen-ta el biólogo Arturo Fuentes, que todos los días de marzo a agosto y de seis a seis hizo de zancudos, culebras, calor y “silencio” su hábitat, en la vertiente oriental de la Cordi-llera Central.

Tan lejos iba para buscar la respuesta a qué función cumple la vocalización en la comunicación y en el des-envolvimiento social de los sagüinos, tal como ya se sabe de las ballenas, los delfines y las aves, aunque muy poco en mamíferos.

Datos de horas y horas de grabaciones en que los so-nidos eran emitidos y luego su digitalización en un soft-ware para medir frecuencia, duración e intensidad le per-mitieron responder parte de su interrogante, que reúne en su tesis-catálogo sonoro:

Exploración: este soni-do está asociado al forrajeo o búsqueda de alimento. Un mico solitario muere de ham-bre, por lo que una estrategia exitosa para encontrar comi-da está en repartirse diferen-tes áreas del bosque. Mien-tras dura la fase de rastreo la vocalización es una, pero

cambia para reportar a los demás que alguno ha encon-trado el plato del día.

Alarma: se subdivide en varios comportamientos. La exaltación suele sonar grave y leve ante la presencia de ob-servadores, casi siempre hu-manos. La alerta se hace más intensa frente a la amenaza de predadores y, luego, un rumor único identifica si se trata de un águila, una serpiente (boa) o un felino (trigrillo u ocelote). Para la inminencia de peligro, la secuencia de repetición es alta y aguda, y el comporta-miento de protección los lleva a agruparse en torno al ene-migo que parece soportar una vocalización de repulsión.

Agonístico: según la te-sis de la bióloga Luz Helena Rueda, esta categoría agrupa cinco clases de chillidos, que están asociados a conductas de agresión entre los indivi-duos dominantes y los su-bordinados; a señales táctiles durante el juego (empujones, mordiscos, tirones de pelo); a desplazamiento de las crías y los juveniles. Esta orato-ria también suele escucharse cuando huyen de las aves ra-paces que pasan sobrevolan-do las copas de los árboles. Vocalizaciones cortas y de re-petición parca llaman a bajar para evadir la amenaza.

Contacto: los titíes dan señales acústicas selectivas que dependen de si quieren establecer vínculo intra o in-tergrupal. En el primer caso, el objetivo es mantener el vínculo cuando se ha per-dido el contacto visual y, en el segundo, hacer despliegue territorial, que avisa el área de dominio de un grupo y

pone freno a otro que sobre-pase sus límites.

Territorialidad: aunque permanentemente existe una voz de advertencia a la fron-tera geográfica, con el fin de evitar choques entre grupos, los encuentros pueden pasar de simples “discusiones”, en-tre los fuertes de cada grupo, a riñas de 10 minutos, en las que participan otros miem-bros o a enfrentamientos de dos horas, un conjunto de batallas donde se separan y vuelven a encontrar y que están acompañadas de insul-tos, gritos y golpes.

Afiliativo: gorjeos y la-dridos traducen conductas de cría y solicitud de cuidado. Todo indica que los machos participan en esta actividad, ya que los partos gemelares son propios de los micos ti-tí. Así los machos cargan los infantes a la espalda porque hay indicios de que varios grupos familiares, la hembra es dominante.

Los timbres de la angustia

Alaridos, gruñidos, silbi-dos y trinos caracterizan el repertorio vocal de los titíes de manos blancas. Hembras, machos, adultos, juveniles, crías, dominantes y subordi-nados los usan, aunque cada generación y jerarquía tiene permisos diferenciados pa-ra proferirlos. En su lenguaje verbal existen sonidos, pala-bras y frases, de acuerdo con los análisis de laboratorio so-noro. Y, además, el estudio encontró que manadas de la misma especie, pero que ha-bitan distintos lugares, han desarrollado idiomas.

Pese a esta diversidad, una comparación entre ani-males libres y en cautiverio demostró que sus patrones de comunicación cambian. Como es de suponer, los lla-mados de agresión, angus-tia y estrés se convierten en cantos comunes de quienes habitan entre rejas y los so-nidos de contacto están au-sentes de su inventario. Sus cantos estereotipados trans-criben la llamada neurosis de jaula. “Si uno compara a los presos en la cárcel, los primates responde igual, la agresividad los lleva a ma-tarse entre ellos, a automu-tilarse y a otras conductas de locura”, argumenta el etólo-go Enrique Zerda.

Los micos tití emiten rumores

diferentes, dependiendo de si quieren avisar

de la amenaza de un águila, una

serpiente (boa) o un felino (trigrillo

u ocelote), sus principales

predadores.

Más allá de lo curio-so que pueda parecer esta investigación de seis años en bioacústica de primates, “su utilidad como herra-mienta para elucidar prin-cipios evolutivos, realizar estimativos poblacionales y desarrollar estudios de reproducción en cautiverio contribuye a mejorar el es-tado actual de la especie”, señala Luz Helena Rueda.

Una ayuda nada des-preciable cuando se sabe que los ecosistemas del tití están bastante afectados y su supervivencia está cata-logada como en alto riesgo de extinción.

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Estos micos, según los investigadores, poseen un lenguaje que les permite comunicarse en distintas situacione cotidianas.

Nelly Mendivelso Unimedios

Suites, palcos, oficinas, locales comerciales y una ca-pacidad para 52 mil espec-tadores son algunas de las novedades del nuevo estadio colombiano, cuyo costo fue de 72 mil millones de pesos.

Primero fueron los obre-ros y luego los celadores de la construcción los que advir-tieron una presencia extraña. “Por la noche se escuchan ruidos y alumbran luces”, les dijeron inquietos a los an-tropólogos encargados por el INCIVA de hacer una pros-pección arqueológica en lo que hoy se alza como el es-cenario futbolístico más im-portante del país: el Estadio del Deportivo Cali, que ha sido catalogado como uno de los diez megaproyectos más importantes del país.

“Por fin van a sacar esos espíritus que no dejan dor-mir”, comentaban los veci-nos de las fincas aledañas. Entre tanto ocurrían acci-dentes inexplicables –sin consecuencias graves– en la zona en que se edificaba la tribuna oriental. “Un obrero cayó de pies desde el quinto piso, otro sufrió un choque eléctrico y un tercero se cortó en un dedo”, le contaron a la arqueóloga de la Universidad Nacional y funcionaria del INCIVA Sonia Blanco coor-dinadora de la prospección arqueológica.

Ante esta realidad, per-meada por la imaginación popular, quién sabe de dón-de apareció un “médium” y textualmente dijo a la investi-gadora: “lo que está ocurrien-do tiene una explicación: en este terreno reposa una cha-mana que está molesta por-que nunca se ha celebrado

Fútbol y arqueología: un verdadero programa cultural

Bajo el monumental estadio del Deportivo Cali reposan los restos de una comunidad indígena con más de 2.000 años de antigüedad. Antropólogos de la Universidad Nacional y del Instituto Vallecaucano de Investigaciones Científicas, INCIVA, hallaron cerca de 46 tumbas, entre las que sobresalió la de una chamana. Una muestra arqueológica in situ podría ser otro de los atractivos de este megaproyecto que está próximo a inaugurarse.

una ceremonia en la que se pida permiso a los ancestros para llevar a cabo la cons-trucción”.

Semejante explicación no pasó de ser un episodio anecdótico. La prospección arqueológica continuó avan-zando en razón a su impor-

tancia en el otorgamiento de licencias ambientales por parte de la Corporación Re-gional del Valle del Cauca a proyectos arquitectónicos de tal envergadura. A la par, en el lote de 200 mil me-tros cuadrados, ubicado en el Corregimiento de Palmaseca, Municipio de Palmira, Valle del Cauca, seguían sentándo-se las bases de lo que sería el majestuoso estadio de cinco pisos con 896 suites, 161 lo-cales comerciales, palcos de honor para especialistas y co-mentaristas deportivos, más de cinco mil parqueaderos y capacidad para cerca de 52 mil espectadores.

Debido a la posición geo-gráfica del terreno, ubicado en la Terraza Palmaseca, que se formó durante el periodo terciario, y a los anteceden-tes de guaquearía que han despojado del patrimonio ar-queológico a los cementerios de Malagana y Coronado, los investigadores previeron que este terreno sería estratégico para fines arqueológicos, a pesar de que durante muchos años se empleó para cultivar caña, millo, algodón y hasta para criar búfalos.

Efectivamente fue así. Al abrir las primeras zapa-tas (huecos en el subsuelo para sentar las columnas de la obra) brotaron concentra-ciones de cerámica. Y paula-tinamente se hallaron tum-bas de las que se extrajeron esqueletos de niños, mujeres y hombres. Entre los enterra-mientos se diferenció el de

una mujer que había sido se-pultada boca abajo y rodeada por útiles hechos en huesos humanos.

Se trataba de una cha-mana. La primera de la que se tenga documentación ar-queológica en la historia pre-hispánica del país. Los antro-pólogos lo infirieron por la posición en que fue hallada, pues, “por tradición, los in-dígenas enterraban a los sa-bedores boca abajo, para que liberara toda la energía y ésta se incrustara en la tierra. Así se evitaba que fuera absorbi-da por los demás”, explica la arqueóloga Blanco

Entre los artefactos en-contrados en este entierro llaman la atención unos úti-les elaborados en hueso hu-mano (principalmente radios y cúbitos) los cuales podrían relacionarse con actividades curativas como desangrar en cierta medida al enfermo pa-ra buscar su alivio. También se hallaron útiles en hueso animal utilizados posible-mente para el consumo de sustancias alucinógenas.

Paulatinamente se fue-ron hallando fragmentos de carbón, semillas, huesos de animales, más cerámica fina con incrustaciones y formas que representaban el en-torno en que vivía el grupo aborigen. A los científicos los sorprendió el descubrimien-to de zanjas de drenaje que al parecer fueron construidas por los indígenas para eva-cuar el agua del terreno, que

se caracteriza por ser húme-do y pantanoso.

“Tales evidencias seña-lan que esta comunidad fue afín con la denominada Cul-tura Malagana, que habitó el Valle Geográfico del río Cauca del año 500 a.C. al 500 d.C. El poder pudo haber estado en manos de las mujeres”, ar-gumenta el científico José Vi-cente Rodríguez, Coordinador antropológico de la investiga-ción en la que participan estu-diantes de distintos semestres de la carrera de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia.

Evidencias de un matriarcado

Contrario a lo ocurrido en otros grupos aborígenes, en los que predominó una sociedad patriarcal, los habi-tantes de esta zona le dieron un lugar preponderante a la mujer: además de la eviden-cia de la chamana, los restos de las mujeres revelaron una expectativa de vida más lar-ga, los huesos estaban mejor conservados que los de los hombres, tenían menos de-fectos de esmalte en los dien-tes, menos caries y traumas.

De acuerdo con el pro-fesor Rodríguez, estos hallaz-gos replantean la hipótesis de que este territorio anegadizo fue poblado recientemente por grupos migratorios de la región Calima. Al contrario, estos indígenas quizás son descendientes de los prime-ros cazadores y recolectores, pues los cráneos analizados se caracterizan por ser dolico-céfalos (alargados), similares a los cazadores y recolectores de poblaciones antiguas.

Supieron adaptarse a las condiciones adversas del medio ambiente. Construye-ron canales de drenaje para evacuar el agua, que luego reutilizaban en el riego de cultivos y el mantenimiento de fauna.

“Las similitudes entre la población de este cementerio y la de los cementerios de Malagana, Coronado y Santa Bárbara, señalan un patrón ancestral común, que permi-te suponer prácticas endo-gámicas. Es decir, que el po-blamiento aquí no fue tardío como se cree, sino que, al contrario, fue temprano”, se-ñala el profesor Rodríguez.

Sin lugar a dudas, la magnificencia del Estadio del Deportivo Cali se com-para con la de estadios eu-ropeos, como el Camps Nou, del Barcelona; el Old Trafford, del Manchester United, o el Santiago Bernabeu, del Real Madrid. Pero, con seguridad, ninguno de aquellos esce-narios tiene el privilegio de contar con una muestra ar-queológica de más de 2.000 años de antigüedad, que se-gún las directivas del equipo de fútbol caleño, se converti-rá en un museo. Total, doble espectáculo podrán apreciar quienes asistan al Estadio del Deportivo Cali: fútbol y ar-queología, un verdadero pro-grama cultural.

Suites, palcos, oficinas, locales comerciales y una capacidad para 52 mil espectadores son algunas de las novedades del nuevo estadio colombiano, cuyo costo fue de 72 mil millones de pesos.

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Cerca de 25 esqueletos y treinta piezas cerámicas integrarán la muestra arqueológica que se exhibirán.

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Arte

Exposición 147 Maestros:Entre la revaloración y la revaluaciónEsta muestra se exhibe actualmente en el Museo de Arte de la Universidad Nacional como homenaje y reconocimiento a los 120 años de fundación y funcionamiento ininterrumpido de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia.

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David Lozano MorenoCurador de la Exposición, Halim

Badui Quesada. Investigación histórica.

La exposición 147 Maes-tros acoge la obra de maes-tros vinculados a la planta docente de la Universidad Nacional de Colombia desde 1960 hasta la actualidad.

No se incluyen maestros anteriores a 1960, ya que, en

La exposición podría parecer un tanto dispar, ecléctica y llena de saltos cualitativos. En este sentido, valdría la pena decir que no es nuestra intención mostrar un panorama de las artes en la Universidad exhaustiva-mente histórico, ni hacer un detallado análisis cronológi-co en sentido lineal, pues lo que se pretende es mostrar los movimientos y cambios que se han dado en las prác-ticas artísticas desde 1960

hasta hoy y que, en gran medi-da, lograron trascender el espacio de la Escuela para conver t i rse en giros fun-damentales de la historia del arte co-lombiano.

En este sentido, se busca me-dir princi-palmente el

impacto de la producción artís-tica y la labor pe-dagógica, en medio de las dinámicas y contradicciones de

un país convulsiona-do; señalar y poner en

escena los intereses que los artistas llevaron a las aulas; hablar de la modernidad en Colombia, de las vanguardias artísticas, de contempora-neidad, de nuevos medios y de arte mediático. No sólo se presentan figuras paradig-máticas, como Botero, Obre-gón, Negret y Grau, sino que también se busca rescatar del olvido, revalorando y reva-luando los dictámenes histó-ricos sobre la obra de artistas que por diversas situaciones vieron diluido su trabajo ante la crítica del momento. Se busca presentar el conjunto de obras como un documen-to histórico en construcción, abierto a nuevas lecturas y juicios, que harán otros artis-tas, teóricos y docentes en el futuro cercano.

Los artistas y sus críticos

Aunque la exposición presenta como preámbulo un grupo de obras realizadas por la generación de artistas de los veinte y treinta (que fueron incluidos en la expo-sición de 1986), algunos de ellos, como Francisco Anto-nio Cano, Luis Pinto Maldo-nado y Gustavo Arcila Uribe, son presentados nuevamente

con el objeto de poner en contexto la obra que se pro-ducía antes de los años 60, una década de transición, en la que el artista Alejan-dro Obregón diera el célebre “Golpe de Estado” al pintor costumbrista Miguel Díaz Vargas, Director de Escuela en aquellos tiempos.

Esta generación de ar-tistas con intenciones na-cionalistas, conocidos como Bachués, a la que pertenecía Díaz Vargas y contra la que se enfrentó Obregón (al que se sumarían un grupo de ar-tistas), creía firmemente en la vocación indigenista y po-pular de la identidad cultural. Entre ellos se contaban Alipio Jaramillo (1913-1999), famo-so por la polémica que sus murales desataron en la Fa-cultad de Derecho de la Ciu-dad Universitaria, cuyo de-cano ordenaría su desmonte y traslado en 1953; Ignacio Gómez Jaramillo (1910-1970), incomprendido no sólo por la crítica conservadora de los años 40, sino también por el proyecto modernizador de Marta Tra ba en los 50. En 1945, la obra de Gómez Ja-ramillo sería comparada por Álvaro Gómez Hurtado con enfermos de “elefantiasis y macrocefalia”. Del grupo Ba-chués también hacían parte Ramón Barba y su esposa, Josefina Albarracín; Hena Ro-dríguez, Pedro Nel Gómez, Luis Alberto Acuña y Rómulo Rozo, entre otros. Esta es una de los principales determi-nantes de la exposición: per-mitir, luego de muchos años, una mirada sosegada de la producción de artistas que en algún momento, debido a las condiciones sociales y po-líticas de su tiempo, fueron minimizados por una parte de la elite intelectual y políti-ca dominante.

Más adelante, artistas como Hanné Gallo, Luis Án-gel Rengifo, Alfonso Quija-no, Luis Fernando Robles, Luis Paz y, posteriormente, el Taller 4 Rojo (1970), con-formado en sus inicios por Nirma Zárate, Diego Arango, Carlos Granada y Umberto Giangrandi, buscaba a través de sus obras denunciar las miserias del capitalismo, la crueldad de la Guerra de Viet-nam o la situación de hambre y violencia que aquejaba al país desde tiempos históri-cos. La obra de estos artistas, con un alto sentido de crítica social y política y con una po-sición ideológica sólida, tenía en gran medida como centro a la Universidad Nacional y

representa un momento de importancia en la historia del arte colombiano, momento que en algunas ocasiones se ha pasado por alto.

De esta misma forma, como resultado de la enorme diversidad de posturas que habitaban la Escuela, existían artistas que no hicieron de su obra una denuncia políti-ca. Aquí se hacen visibles las posiciones atadas a la repre-sentación, a la abstracción, al paisaje, a la figura huma-na. Posiciones que pueden ser llevadas más allá de la propia realidad, como es el caso del hiperrealismo de Santiago Cárdenas, Mariana Varela y Miguel Ángel Rojas. El tratamiento de lo eróti-co aparece ejemplificado en la obra de Ángel Loochkartt, Augusto Rendón, Carlos Gra-nada, Luis Fernando Robles y Dioscórides Pérez.

En este contexto, la obra expuesta de Tiberio Vanegas (1937-1983) responde además de su sentido onírico o de su carga erótica, al propósito de revaloración de artistas que por diversos motivos, pasaron a un lugar secundario en el discurso de nuestra historia del arte. Vanegas fue uno de los artistas de la generación del 70 que, compartiendo su espíritu trasgresor con Bernar-do Salcedo y Feliza Bursztyn, abrió espacio a una mayor ex-perimentación en el arte Co-lombiano. Aunque la obra de Vanegas no apelaba al trabajo con chatarra, como en el caso de Bursztyn, ni a la concep-tualidad y pureza técnica de Bernardo Salcedo, recurría a materiales como la fibra de vidrio y la resina de poliés-ter, altamente novedosos en el contexto artístico de su época.

Otro de estos artistas no suficientemente resalta-dos es Marco Ospina, que, con Guillermo Wiedemann, se constituye en uno de los precursores del abstraccio-nismo en Colombia, con una obra temprana emparentada (un episodio único en nues-tro país) con las vanguardias del cono sur. En su óleo Selva del Cauca son perceptibles ciertos ecos del argentino Xul Solar y del uruguayo Joaquín Torres-García, aunque el ma-nejo del color en Ospina esté influenciado por el trópico. Con personajes como él, prácticamente ignorados hoy en nuestro medio, se abrie-ron nuevos caminos al arte en Colombia. En esta misma lista de artistas olvidados po-drían incluirse a Judith Már-quez y Beatriz Daza, que, a pesar del valor innovador de su obra, no ocupan el lugar que realmente merecen en nuestra historia del arte.

Por último, a manera de metáfora, como diría Wal-ter Benjamín al referirse a la creación de la obra de arte, la exposición también podría asimilarse a “una constela-ción de hallazgos”, un lugar en el que se configuran y reconfiguran nuevas carto-grafías del universo artístico, mapas que, de alguna for-ma, en aras de una mayor democracia, esperan ser am-pliados. La obra y los artistas incluidos en la exposición 147 Maestros, son una buena oportunidad para ello.

La Escuela es y será protagonista de éste y otros procesos de construcción de sentido de estas nuevas cartografías.

1986, al cumplirse el primer centenario de fundación de la Escuela, el mismo Museo realizó, bajo la curaduría de la maestra Marta Fajardo de Rueda, la exposición Presen-cia de los Maestros, en donde se expuso la obra de profeso-res vinculados a la institución en el periodo comprendido entre 1886 y 1960. Por ello, en esta ocasión, se buscó efec-tuar una muestra significati-va de la producción artística de docentes vinculados en los últimos 46 años.

Obra de Tiberio Vanegas.