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    TEXTO 2:

    As, pues, oh Seor!, t que das inteligencia a la fe, concdeme, cuanto

    conozcas que me sea conveniente, entender que existes, como lo creemos, y

    que eres lo que creemos. Ciertamente creemos que t eres algo mayor que lo

    cual nada puede ser pensado. Se trata, de saber si existe una naturaleza

    que sea tal, porque el insensato ha dicho en su corazn: no hay Dios. Pero

    cuando me oye decir que hay algo por encima de lo cual no se puede pensar

    nada mayor, este mismo insensato entiende lo que digo; lo que entiende est

    en su entendimiento, incluso aunque no crea que aquello existe. Porque una

    cosa es que la cosa exista en el entendimiento, y otra que entienda que la

    cosa existe. Porque cuando el pintor piensa de antemano el cuadro que va a

    hacer, lo tiene ciertamente en su entendimiento, pero no entiende todava

    que exista lo que todava no ha realizado. Cuando, por el contrario, lo tiene

    pintado, no solamente lo tiene en el entendimiento sino que entiendetambin que existe lo que ha hecho. El insensato tiene que conceder que

    tiene en el entendimiento algo por encima de lo cual no se puede pensar nada

    mayor, porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe

    en el entendimiento; y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser

    pensado, no puede existir en el solo entendimiento. Pues si existe, aunque

    sea slo en el entendimiento, puede pensarse que exista tambin en larealidad, lo que es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada

    puede pensarse existiese slo en el entendimiento, se podra pensar algo

    mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor. Luego

    existe sin duda, en el entendimiento y en la realidad, algo mayor que lo cual

    nada puede ser pensado.

    Anselmo de Canterbury, Proslogion

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    TEXTO 3:

    Hoy he tomado una decisin. He decidido coger por los cuernos a un toro

    que desde hace muchos aos corretea por el campo de mis preocupaciones.

    Me refiero al papel que el inconsciente tiene en nuestra vida. No se trata de

    un tema freudiano, sino de algo mucho ms antiguo y ms amplio. Lo que

    sentimos y pensamos procede de una miseriosa maquinaria nuestro

    cerebro- que no sabemos cmo funciona. Por qu se me ocurren unas cosas

    y no otras? Por qu tengo deseos que no quiero tener, sentimientos que me

    inquietan, pensamientos que me torturan? Por qu quiero ser elocuente,

    pero no se me ocurre nada?

    Rimbaud escribi un verso misterioso: Je est un autre. Yo es otro. La

    incoherencia sintctica revela una incoherencia ntima. Yo soy alguien que

    est dentro de m, que es fuente de ocurrencias que son mas, sin duda, pero

    de las que no soy responsable. San Bernardo, el ltimo Padre de la Iglesia,

    un formidable escritor, criticable filsofo, y feroz hombre de iglesia,

    escribi en el siglo XII: Cada da y cada noche leemos y cantamos las

    palabras de los profetas y de los evangelios. De dnde saltan tantos

    pensamientos vanos, nocivos, obscenos, que nos torturan por la impureza, el

    orgullo, la ambicin y cualesquiera otras pasiones, hasta el punto de que

    apenas podemos respirar en la serenidad de sublimes consideraciones? Al

    buen abad le preocupaba no saber qu hacer con esas imgenes que invadan

    su conciencia mientras rezaba.

    Les propongo dos experimentos elementales:

    Experimento 1.- Cierren los ojos e intenten no pensar en nada. Comprobarn

    que a los pocos segundos, algn pensamiento, recuerdo, palabra, habr

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    saltado a su conciencia. De dnde vienen? Quin las ha producido?

    Experimento 2.- Respondan rpidamente a esta pregunta: Han estado en

    Australia? Con toda seguridad la habrn contestado sin ningn problema. Y

    habrn tardado en hacerlo unos 200 milisegundos. Pueden decirme qu han

    hecho? Su cerebro lo ha hecho, sin que los psiclogos o los neurlogos o

    usted mismo conozcan su modo de proceder. Para que un ordenador hiciera

    algo parecido, tendramos que darle una relacin de todos los lugares donde

    usted ha estado, le introduciramos despus la palabra Australia, una orden

    de comparacin, y al final el ordenador nos dira si usted ha estado o no en

    Australia. Hacemos nosotros algo parecido en esos 200 milisegundos? No lo

    sabemos.

    Platn deca que el fin de la educacin es hacer que deseemos lo deseable,

    es decir, lo bueno. Pero mis deseos vienen de esa zona desconocida de m

    mismo. La conclusin es inevitable: educar es, ante todo, construir el

    inconsciente. Dicho en trminos fisiolgicos: ayudar a que una personaconstruya su cerebro para que tenga ocurrencias ptimas.

    Sienten ustedes el mismo desasosiego que yo? Les dije al principio que he

    decidido no postergar el enfrentamiento con este problema. Me propongo

    que sean ustedes testigos de cmo lo hago, a sabiendas de que no s si

    triunfar o si har el ms espantoso de los ridculos. Como lector, me

    hubiera gustado asistir en directo a una investigacin cientfica. Me anima

    la esperanza de que les suceda lo mismo. As pues, continuar

    Jos Antonio Marina

    http://aprenderapensar.net/author/jamt/http://aprenderapensar.net/author/jamt/
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    TEXTO 4:

    Tradicionalmente el problema de la vida ultraterrena se ha planteado de unmodo errneo. Se cubre el asunto de un halo de misterio diciendo que nada

    puede saberse pues nadie ha vuelto de la muerte para contrnoslo. Del

    misterio como punto de partida se infiere que existen las mismas razones

    para creer que hay vida como para negarla, quedando el pronstico en un 50

    a 50, en, si tenemos que apostar a lo Pascal, una equilibrada igualdad de

    probabilidades. Al final suele concluirse que, a falta de razones para

    decidirse, la vida despus de la muerte es una cuestin de eleccin

    personal, de fe basada en las creencias y experiencias personales. Una

    cuestin fctica se acaba por confundir con una cuestin religiosa.

    Este planteamiento es profundamente falaz:

    1. Aceptando el punto de partida misterioso, la ignorancia total acerca delasunto, no es legtimo sacar ningn tipo de percentiles para realizar

    apuesta alguna. Eso sera caer en una falacia ad ignorantiam: pretender

    deducir algo del desconocimiento. Si no sabemos nada, hay tantas razones

    para poner el asunto 50 a 50 como ponerlo a 70 contra 30 o 90 contra 10, o

    para poner cuarenta opciones y no slo dos . Lo nico legtimo que puede

    decirse del tema es que no sabemos nada, no teniendo sentido el enfoque dePascal. Si, aceptando eso, an as queremos afirmar algo basndonos en un

    salto de fe deberamos pensar que estos saltos son contrarios por

    definicin a uno de los principios epistemolgicos ms bsicos de la ciencia:

    fundamentar toda creencia en razones, por lo que no nos parecen aceptables

    para defender ninguna tesis.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Apuesta_de_Pascalhttp://es.wikipedia.org/wiki/Apuesta_de_Pascal
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    2. Sin embargo, el error base consiste en partir del misterio cuando

    realmente no lo hay (es lo que se llama generar un pseudoproblema en toda

    regla). No tenemos ni la ms mnima razn para pensar que nuestra

    conciencia vaya a tener algn tipo de continuidad ms all de la muerte. Del

    mismo modo que no suponemos esa continuidad en ningn otro tipo de ente,

    no hay razn alguna para suponrsela al ser humano. Cuando se rompe el

    tostador nos parecera absurdo preguntarnos a dnde va el tostador

    despus de su muerte. Brbaro! podra decirse Comparar al ser humano

    con un tostador! El hombre es un ser diferente a todo cuanto ha existido,

    por eso tiene sentido preguntarse sobre la continuidad de su conciencia.

    Error, el ser humano tiene unas caractersticas diferentes a otros seres (al

    igual que los otros seres son diferentes entre s) pero de ninguna de ellas

    puede deducirse la continuidad despus de la muerte. Por ejemplo,

    supongamos la analoga entre un carro tirado por caballos y un automvil que

    funciona con un motor de explosin. Son dos seres con cualidades

    diferentes. El automvil es autnomo en el sentido en el que no necesita

    traccin animal para desplazarse. El automvil es un ser nico dentro de los

    sistemas de automocin de aqu se deduce que el automvil tenga algn

    tipo de continuidad una vez que pierde su funcionalidad? Siguiendo la

    analoga, de las caractersticas propias del ser humano (autoconciencia,

    lenguaje simblico, memoria narrativa, etc.) no se infiere tal continuidad

    post mortem. Qu tienen que ver mi capacidad de resolver ecuaciones, de

    escribir poemas de amor o de preguntarme por la existencia de Dios con

    continuar viviendo despus de morir? Hay algo en alguna de ellas de lo que

    pueda deducirse tal continuidad?

    3. Adems, s que tenemos pruebas en contra (la apuesta no sera de 50 a

    50 an en el caso en que la perspectiva de la apuesta fuera legtima) ya que,

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    desde hace varios siglos, las neurociencias (y el sentido comn) han probado

    las relaciones entre las cualidades que nos hacen especiales como seres

    humanos y que, supuestamente continuaran en accin sin nuestro cuerpo, y

    el funcionamiento del cerebro. Sabemos que si daamos ciertas zonas del

    cerebro, esas cualidades se daan igualmente. Entonces, si la asociacin

    parece muy evidente, estamos en condiciones de afirmar que cuando el

    cerebro deja de funcionar, las cualidades especiales se pierden. La prueba

    es clara: cuando el cerebro de un individuo muere observamos que la

    actividad qumico-elctrica correlacionada con sus cualidades intelectuales

    no existe, ergo su actividad intelectual ha dejado de existir. No parece

    esto suficiente refutacin? No tiene esto la validez de un experimento?

    4. Hay alguna razn entonces para creer en ello? Si la habra si, al menos,

    nos sirviera como hiptesis para solucionar algn problema de modo que, a lo

    sumo, tuviera sentido como postulado terico. El caso es que no soluciona

    nada. A qu damos respuesta ms que al terror psicolgico ante la muerte?Alguna teora acerca del mundo requiere la necesidad de la vida

    ultraterrena para explicar algo? Estamos ante una clara hiptesis

    innecesaria.

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    TEXTO 5:

    Sabemos a ciencia cierta que cuando mueren gran cantidad de neuronas,como en la enfermedad de Alzheimer, tienen lugar dficits de memoria,

    mermas en la cognicin y cambios en la personalidad, as como mermas en la

    conciencia de lo que otra gente piensa y siente, y en la conciencia del tiempo

    y el lugar. Yo lo considero una especie de desvanecimiento progresivo de

    muchos aspectos del yo y sus capacidades, por lo que no podemos evitar

    pensar que la persona que antao conocamos y ambamos ya no est ah.

    Todas las pruebas disponibles demuestran que el cerebro es necesario para

    las funciones asociadas a la conciencia. No s cmo la conciencia podra

    sobrevivir a la muerte del cerebro, si necesita neuronas para sostenerse.

    En el mbito personal, debo decir que la compresin de que la muerte es el

    fin me hace sentir ms sosegada ante ella de lo que me sentira si intentara

    alimentar una esperanza ilusoria en algn tipo de cielo. Cuando era nia, un

    amigo mo que era indio americano me hizo notar una vez que senta pena por

    los cristianos, porque stos viven bajo la ilusin de un cielo mientras que l,

    por el contrario, poda prepararse para la muerte, transmitir las historias

    vitales de las personas, ayudarlas a morir mejor y aceptar el final como lo

    que es. Me pareci entonces que esto tena mucho sentido, y me lo sigue

    pareciendo ahora.

    Patricia Churchland