Teoria Humanista de Carl Rogers-monografiaa
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TEORÍA HUMANISTA Y EXISTENCIAL DE CARL ROGERS
I. INTRODUCCION
El Humanismo surgió como reacción al conductismo y al psicoanálisis, dos teorías con
planteamientos opuestos en muchos sentidos, pero que predominaban en ese momento; hay
que aclarar que -contrario al conductismo (de pensamiento monista, materialista y
determinista)- el psicoanálisis se fundamenta en la filosofía humanista y desde siempre ha
pretendido que la persona sea responsable de sí misma y de su devenir, por tanto ésta última
ha dado muchos aportes al desarrollo de la psicología humanista que hoy se conoce.
Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales
(la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad), criticando a una psicología
que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente como una ciencia natural, intentando
reducir al ser humano a variables cuantificables (conductismo), o que, en el caso del
psicoanálisis, se había centrado en los aspectos negativos y patológicos de las personas (la
enfermedad humana).
Es indudable que las ideas de Rogers han tenido una gran influencia desde la década de los
cincuenta y hasta nuestros días en diversos campos. Sus conceptos y métodos se han
difundido en áreas como la psicología, la medicina, la industria y, desde luego, la educación.
Conceptos como "vivir auténticamente", "persona de funcionamiento cabal", "respeto a la
persona", "no directividad", "crecer", "autorrealización", etc., son parte ya de un lenguaje
común en empresas y escuelas.
Concretamente en las áreas de psicología y educación estas ideas han dado origen a
programas en el marco de lo que se ha llamado "desarrollo humano", que como su nombre lo
dice, tienen como objetivo la superación de la persona. En estos programas se trabajan
aspectos como el autoconcepto, la autorrealización, la formación de valores, etc.
FUNDAMENTOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
Dentro de esta corriente los enfoques teóricos y terapéuticos son tan diversos que no es
posible plantear un modelo teórico único. Lo que sí se puede extrapolar de estas diversas
teorías y enfoques es una serie de principios y énfasis (Kalawski, citado por Bagladi):
1. Énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana: el ser humano es considerado único e irrepetible. Tenemos la tarea de desarrollar eso único y especial que somos, así, ámbitos como el juego y la creatividad son considerados fundamentales.
2. Confianza en la naturaleza y búsqueda de lo natural: el ser humano es de naturaleza intrínsecamente buena y con tendencia innata a la autorrealización. La naturaleza, de la que este ser humano forma parte, expresa una sabiduría mayor. Por lo tanto, como seres humanos debemos confiar en la forma en que las cosas ocurren, evitando controlarnos o controlar nuestro entorno.
3. Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de nosotros mismos y la forma en que nos identificamos con nuestro yo o ego, es uno de los varios estados y niveles de conciencia a los que podemos llegar, pero no es el único.
4. Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la totalidad que somos: la tendencia en el curso de nuestra autorrealización es ir alcanzando cada vez niveles de conciencia más evolucionados, que se caracterizan por ser cada vez más integradores de partes de nosotros
mismos y de nuestra relación con el resto y con la totalidad. Véase también Psicología transpersonal.
5. Superación de la escisión mente/cuerpo: la psicología humanista parte desde un reconocimiento del cuerpo como una fuente válida de mensajes acerca de lo que somos, hacemos y sentimos, así como medio de expresión de nuestras intenciones y pensamientos. Funcionamos como un organismo total, en que mente y cuerpo son distinciones hechas sólo para facilitar la comprensión teórica.
6. Reequilibrio entre polaridades y revalorización de lo emocional: la cultura occidental ha tendido a valorar lo racional sobre lo emocional, la acción frente a la contemplación, etc. Esto produce un desequilibrio en nuestro organismo, ya que desconoce aspectos valiosos de nosotros mismos o los subestima, relegándolos al control de otros. El cultivo de lo emocional, lo intuitivo, lo contemplativo, por parte de la psicología humanista, es un intento por restablecer ese equilibrio.
7. Valoración de una comunicación que implique el reconocimiento del otro en cuanto tal: dejar de reconocer a los demás como objetos o medios para alcanzar nuestros propósitos personales es uno de los énfasis principales de esta corriente. Esta forma restringida de relacionarse con los demás se transforma en una barrera comunicacional entre los seres humanos, ya que nos concentramos en sólo una parte del otro (la que nos es útil, por ejemplo), y dejamos de verlo como un ser total, impidiendo una comunicación plena.
II. BIOGRAFÍA DE CARL ROGERS:
Carl Ranson Rogers nació en 1902 en Oak Park, un suburbio de Chicago, Illinois en el seno
de una familia profundamente religiosa, con fuertes convicciones protestantes y próspera. Fue
el cuarto de seis hijos. Cuenta Rogers que su niñez transcurrió en una atmósfera ética y
religiosa muy estricta e intransigente, además de solitaria (ROGERS, Carl R. 1983: 17-18).
Fue un niño introvertido y un alumno dotado que amaba los libros, no era agresivo, detestaba
los deportes y su infancia fue más bien solitaria.
En 1914 marchó con toda su familia al campo para dedicarse a la agricultura y a la crianza de
animales. En 1919 se inscribió en la Facultad de Agricultura de la Universidad de Wisconsin
para estudiar agricultura, pero, impresionado por una conferencia religiosa se sintió atraído
por este tipo de vida, por lo que abandonó sus estudios de agricultura para emprender
estudios de Teología en el Union Theological Seminary.
En 1922 durante el tercer año de bachillerato fue seleccionado como uno de los doce
estudiantes estadounidenses que habrían de asistir como delegados de su país al Congreso
Internacional organizada por la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, realizado en
Beijing, China. A este congreso sigue una gira por toda la China occidental en la que dictó
charlas sobre temas religiosos. Esta estancia, que duró seis meses, le hace caer en cuenta que
hay diferencias importantes entre su religión y las demás. Además, le permitió confrontar la
cultura occidental con la oriental y de este modo replantearse muchas cuestiones en su vida.
Como consecuencia de ello rompió con la doctrina de sus padres.
De regreso a los Estados Unidos, abandonó los estudios teológicos y emprendió otros de
carácter psicopedagógico. Empezó a estudiar psicología clínica en la Universidad de
Columbia, donde recibió su doctorado en 1928, y un doctorado en filosofía en 1931.
En 1924 se casa con Helen Elliot con la que, en seguida, tuvo dos hijos: David y Natalie.
Fascinado y estimulado por las teorías de Otto Rank y la corriente europea del
Existencialismo, Rogers publicó en 1939 su primer libro: The Clinical Treatment of the
Problem Child. Gracias a esto obtuvo una cátedra de psicología clínica en Ohio.
A partir de 1940 se dio un cambio radical en su vida, luego que aceptó la cátedra de
psicología en la Universidad Estatal de Ohio. Es en este lugar donde empieza a desarrollar
sus ideas acerca de la psicoterapia.
En 1942 en su Counseling and Psychotherapy, funda las bases de su client-centered therapy
o Terapia centrada en el cliente, piedra angular del movimento de la Psicología Humanista.
En 1945 se cambia a la Universidad de Chicago, donde siguió dando clases de psicología y
funda el primer Centro de Asesoramiento, en el que efectúa su terapia y realiza
investigaciones. Durante este tiempo fue que escribió uno de sus principales libros: "Client-
centred therapy: its current practice, implications and theory", texto fundamental y manifiesto
del pensamiento de Rogers. En este libro aparecen más ampliadas y desarrolladas las
cuestiones que trató en Counseling and Psychotherapy. También durante este período
empezó a esbozar su teoría de la personalidad.
Para 1957 se trasladó a la Universidad de Wisconsin para desempeñar dos puestos: el de
profesor de psicología y de psiquiatría. En su departamento de psiquiatría Rogers
experimenta su "terapia centrada en el cliente" con pacientes psicóticos obteniendo óptimos
resultados que publica en 1967 en su libro The Therapeutic Relationship and its Impact: A
Study of Schizophrenia.
En 1964 asumió un puesto como miembro residente del Western Behavioral Sciences
Institute en La Jolla, California. En 1969 funda el Center for the Study of the Person y,
sucesivamente, el Institute of Peace para el estudio y la resolución de los conflictos donde
trabajó hasta su muerte.
Rogers aplicó sus teorías a una amplia variedad de situaciones. Durante muchos años trabajó
en terapia y asesoría individual. También aplicó sus conceptos y métodos a la vida familiar, a
la educación y el aprendizaje, a los procesos grupales, y en la última etapa de su vida dedicó
buena parte de su tiempo a los "grupos de encuentro".
Recibió el premio por la" Contribución Científica Distinguida" (1956) y el premio por
"Desempeño Profesional" (1968) de la Asociación Psicológica Americana. Visitó
frecuentemente México, especialmente Taxco, en donde vacacionaba regularmente.
Murió en La Jolla, California el 4 de Febrero de 1987 a consecuencia de un ataque cardiaco
después de una cirugía por fractura de cadera. Por más de cuatro décadas fue la figura central
de la corriente llamada psicología humanista, difundida principalmente en Estados Unidos y
México.
SUS OBRAS:
(1942) - Orientación Psicológica y Psicoterapia
(1951) - Terapia Centrada en el Cliente: Su práctica actual, Implicaciones y Teoría
(1961) - El proceso de convertirse en persona
(1969) – Libertad para Aprender
(1970) - Grupos de encuentro
(1971) - Psicoterapia y relaciones humanas
(1972) - Psicoterapia centrada en el cliente
(1972) - Convertirse en Compañeros: El matrimonio y sus alternativas
(1977) - El poder de la persona
(1978) - Orientación psicológica y psicoterapia
(1980) - Persona a persona
(1980) - El Camino del Ser
(1981) - La persona como centro
ANTECEDENTES INTELECTUALES
La teoría de Carl Rogers se originó en su práctica clínica, creía que al evitar una
identificación con alguna corriente podía conservar la objetividad de su propio enfoque.
El propio Rogers aceptaba que estuvo influenciado por Otto Rank, uno de los primeros
discípulos freudianos que disintió con la teoría psicoanalítica.
Rogers detectó paralelismos entre su propia obra y las fuentes orientales, en especial el
budismo zen y las obras de Lao-Tsé.
El trabajo de Rogers seguramente que estuvo influenciado por la obra de muchos autores, sin
embargo su contribución al conocimiento de la naturaleza humana es original y en gran
medida es una creación propia.
SU PENSAMIENTO
Fue partícipe y gestor instrumental en el desarrollo de la terapia no directiva, mejor conocida
como Terapia centrada en el cliente, la cual renombró como Terapia centrada en la persona.
Esta interesante teoría es conocida por sus siglas en inglés PCA “Person-Centered Approach”
o enfoque centrado en la persona. Sus teorías abarcan no sólo las interacciones entre el
terapeuta y el cliente, sino que también se aplican a todas las interrelaciones humanas. La
terapia rogeriana contrasta con las perspectivas psicológicas freudianas y las sociales de
Alfred Adler y de Albert Bandura, por el uso preferente de la empatía para lograr el proceso
de comunicación entre el cliente y el terapeuta o, por extensión, entre un ser humano y otro.
Rogers supone la relación entre el cliente y el terapeuta como el elemento fundamental para
que se desarrolle el sanamiento del consultante. Mediante el uso de la escucha empática, la
congruencia propia del counselor y la aceptación incondicional, se intenta promover un
ambiente libre de amenazas donde el cliente pueda expresarse libremente. Es a través de este
escenario donde este último podrá, en su tiempo, conocerse a sí mismo y así disminuir su
ansiedad y tratar aquellas situaciones que le acomplejan.
Para el simple lector, la diferencia tangible reside en que la terapia centrada en el terapeuta se
basa en la capacidad de interpretación del profesional. Mientras que la terapia centrada en la
persona el marco de referencia deja de ser el conocimiento teórico del terapeuta y se centra en
cómo vive el cliente aquello que le está sucediendo. Dicho en palabras de Rogers: "Qué pasa
con lo que le pasa". También, deja de ser una terapia focalizada en resolver el problema, y
más bien se interesa en empatizar con el cliente en lo que está viviendo. Se preocupa por
cómo está viviendo la situación que le toca vivir.
III. SOBRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Quizás una de las ideas más representativas de la teoría de Rogers -y de la cual se derivan
otras- es la de "la bondad básica de la naturaleza humana". Supone Rogers que si dejamos
al niño en completa libertad para actuar, sin poner trabas a su desarrollo, todo lo que haga y
aprenda siempre estará correcto y será bueno para él. Esto desde luego supone ausencia total
de restricciones.
Rogers considera que toda persona tiene poderosas fuerzas constructivas en su personalidad
que necesitan manifestarse y que se les dejen operar. La persona tiene una tendencia innata -
por lo tanto natural- al desarrollo y a la actualización. En su libro "Psicoterapia centrada en el
cliente", hacia el final de la obra, esboza su teoría psicológica. Una de sus proposiciones
iniciales es: "El organismo tiene una tendencia o impulso básico a actualizar, mantener y
desarrollar al organismo experienciante" (ROGERS, Carl R. 1977: 414)
La persona necesita crecer, no que se le cultive. Solamente requiere contar con las
condiciones propicias para desarrollarse. No hay que desarrollar estas fuerzas; debemos
permitir que se desarrollen.
La tendencia a la actualización es inherente al hombre. Debido a ésta, el hombre se ve
impulsado a ser lo que genéticamente está diseñado para ser.
Otro supuesto de Rogers relativo a la naturaleza humana es la idea de que el hombre se
encuentra en un continuo devenir. Todo cambia, tanto la persona misma como su entorno.
"Todo individuo vive en un mundo continuamente cambiante de experiencias de las cuales es
el centro" (ROGERS, Carl R. 1977: 410).
El hombre cambia y es bueno que cambie. Su campo "experiencial" está cambiando
continuamente y con él su propio "yo". Esta idea también resulta una constante en toda su
obra.
IV. SOBRE LA NO-DIRECTIVIDAD
Estrechamente relacionado con el punto anterior está el concepto de no-directividad. La
misma teoría de Rogers toma el nombre de no-directiva o centrada en el cliente o en el
alumno.
Este concepto lo desarrolla Rogers tomando como punto de partida dos aspectos:
a) Hay una confianza en que el cliente (paciente, alumno) puede manejar constructivamente
su vida y solucionar sus propios problemas. Este supuesto es una consecuencia directa del postulado de la bondad innata del hombre. Si se deja actuar a la persona, lo que haga, estará
bien. Además, la persona es la única que puede llegar a conocer sus problemas, y, por lo
tanto, la única que puede resolverlos.
b) Por otra parte, cualquier tipo de directividad (enseñanza, orden, mandato, etc.) podría ser
perjudicial para el desarrollo de la persona, puesto que estaríamos impidiendo su
"crecimiento personal". En otras palabras, no debemos decir al niño lo que debe hacer. El
hará lo que quiera o sienta y eso estará bien. Ni el padre, ni el maestro, ni el terapeuta deben
dirigir la conducta del niño, sólo deben "facilitarla", esto es, poner las condiciones necesarias
para que se desarrolle.
"El niño... debe ser tratado como persona única, digna de respeto, con el derecho a evaluar su
experiencia a su manera, con amplios poderes de elección autónoma" (ROGERS, Carl R.
1980: 19).
Desde luego, la función de los padres debe cambiar: El concepto "educar a los hijos" debe
substituirse por "relacionarse con los hijos". (ROGERS, Carl R. 1980: 19). La idea misma de
"mi hijo", debe ser modificada. Los padres no son "dueños" de sus hijos. Son solamente los
padres de los hijos.
La función del maestro será cambiante y flexible, pero definitivamente no-directiva. Debe
crear un clima de aceptación en el grupo, aceptar a sus alumnos como son y ayudarles a que
se acepten entre sí mismos; debe facilitar el aprendizaje. ¿Cuándo? cuando los alumnos lo
requieran o soliciten; debe considerarse como un recurso que el grupo puede utilizar de la
manera que les resulte más significativo; debe ser un participante más del grupo. (ROGERS,
Carl R. 1977:343).
En el terreno terapéutico encontramos también hablar de padres que no educan a sus hijos o a
un terapeuta que no aconseja, orienta o propone soluciones; un terapeuta que debe
desproveerse aún de su propio yo con el fin de no influir -y perjudicar- al paciente.
"En la terapia centrada en el cliente, éste encuentra en el consejero otro yo genuino en el
sentido técnico y operacional, un yo que temporariamente se ha desprovisto de su propia
yoidad, excepto en lo que se refiere a la cualidad de intentar comprender" (ROGERS, Carl R.
1977:49)
V. SOBRE LA INTROYECCIÓN
Introyección significa internalizar, interiorizar, incorporar a la persona ideas, normas o
valores que no son propios, que son externos. Es la principal causa de la incongruencia. Para
Rogers, la introyección en términos generales es negativa porque puede distorsionar al yo, al
aceptar valores o normas que pueden ser incongruentes con las tendencias básicas de la
persona (Di CAPRIO, Nicholas S. 1992: 325 y 339). Aún más, precisamente estas
incongruencias son las que provocan o determinan la enfermedad. Enseñar o transmitir las
normas y valores familiares y sociales es dañino para los hijos o alumnos. Según Rogers, el
procedimiento más adecuado para que una persona adquiera valores, sin que se distorsione su
personalidad, es a través de su propia experiencia, a través de sus vivencias. Cada persona
debe descubrir sus propias normas y valores.
Pero Rogers no quería formular otra teoría fija, segura e inamovible. Lo que quería era
formular una teoría que explicara lo que llevaba años observando en su trabajo y que abriera
nuevas dirección de investigación.
VI. EL INDIVIDUALISMO EN ROGERS
La teoría de Rogers es eminentemente individualista. Este enfoque se deriva de tres
conceptos distintos:
a) Cada persona vive en su propio mundo, que ignorada o menospreciada sólo él conoce (y
no completamente porque no todas las experiencias son conscientes) (DICAPRIO, Nicholas
S. 1992: 323) formado por sus propias vivencias y experiencias.
"El mejor punto de vista para comprender la conducta es desde el propio marco de referencias
del individuo" (ROGERS, Carl R. 1977: 419).
b) La educación debe ser individual. Esto protegerá al niño de los efectos nocivos de la
sociedad. El niño tiene sus propias necesidades que deben ser satisfechas. La educación
individual previene contra introyecciones.
c) Lo importante en cualquier proceso terapéutico y de "crecimiento" es que el individuo se
sienta bien, a gusto consigo mismo. Los problemas de los demás, son problemas de los
demás, que ellos deben resolver. Lo importante es que el individuo se sienta bien, que tenga
éxito en sus empresas.
VII. SOBRE EL CONCEPTO DE NORMALIDAD Y ANORMALIDAD
Rogers desarrolla sus conceptos de normalidad y anormalidad sobre las siguientes bases:
a) La anormalidad se presenta por la incongruencia entre la percepción del "yo" y el "yo
real". (DICAPRIO, Nicholas S. 1992: 323). En otras palabras: los problemas inician cuando
no coincide la idea que tenemos de nosotros mismos con lo que realmente somos.
b) La inadaptación psicológica se da cuando el organismo rechaza de la conciencia
experiencias sensoriales y viscerales significativas" (ROGERS, Carl R. 1977: 432).
c) Una de las principales razones por las que se presentan las incongruencias (y en
consecuencia anormalidades psicológicas) son las introyecciones. La principal fuente de
introyecciones son las enseñanzas de tipo moral o religioso. Son fuente de sentimientos de
culpa. Pueden constituir el principio de la neurosis.
VIII. SOBRE EL CONCEPTO DE REALIDAD
La realidad para Rogers es un concepto subjetivo. El campo perceptual de una persona
contiene "su realidad". Su propia conciencia es la única que puede determinar qué es lo que
está dentro o fuera de su realidad.
"El individuo reacciona ante el campo tal como lo experimenta y lo percibe. Este campo
perceptual es, para el individuo, la "realidad"". (ROGERS, Carl R. 1977: 411).
Conforme a lo analizado anteriormente, la realidad está en un continuo devenir. La realidad
es cambiante. La conducta de una persona está determinada por su actual campo de
experiencia. Es por eso que importa sólo "el aquí y el ahora", vivir el presente, vivir "su
realidad".
IX. ¿SENSACIÓN O RAZONAMIENTO?
A través de toda su obra Rogers plantea este problema: En el proceso de toma de decisiones,
¿qué es más importante la sensación o la inteligencia? La respuesta, que es uno de los pilares
de su teoría y de su proceso terapéutico es: la sensación orgánica total es más digna de crédito
que el intelecto.
"Una de las cosas básicas que tardé mucho en advertir, y que aún estoy aprendiendo, es que
cuando sentimos que una determinada actividad es valiosa, efectivamente vale la pena. Dicho
de otra manera, he aprendido que la percepción de una situación como organismo total es más
fidedigna que mi intelecto" (ROGERS, Carl R. 1983: 31).
"He descubierto que siempre que confié en un sentido interior no intelectual, mi decisión fue
prudente". (ROGERS, Carl R. 1983: 31).
"Yo mismo he resaltado la idea de que el hombre es más sabio que su intelecto, y que las
personas que funcionaban bien llegan a confiar en su experiencia como una guía apropiada
para su comportamiento". (ROGERS, Carl R. 1980: 170).
X. SOBRE EL CONCEPTO DE CIENCIA Y EL SENTIDO DE LA INVESTIGACIÓN
Una vez conocida la opinión de Rogers sobre el papel de la inteligencia en el hombre, la
pregunta que sigue es: ¿Qué es la ciencia?, ¿Cuál es su finalidad?, ¿Es posible la ciencia?,
¿Qué función desempeña la investigación científica?
En su obra, "El proceso de convertirse en persona" incluye Rogers un ensayo que le publicó
la revista "American Psychologist" sobre la ciencia. De manera sintética, estas son sus ideas:
(ROGERS, Carl R. 1983: 184-200)
a) Ninguna investigación servirá para descubrir verdades absolutas; sólo puede describir las
relaciones de probabilidad.
b) No se pueden extraer conclusiones de carácter general, sólo describir relaciones entre
acontecimientos observables.
c) La ciencia sólo existe en las personas, por lo tanto es subjetiva y personal.
d) Los hallazgos de cualquier investigación son válidos exclusivamente para el investigador.
Es un error tratar de demostrar algo a otra persona.
XI. AUTENTICIDAD CONTRA MORALIDAD. LA AUTORREALIZACIÓN.
Según Rogers lograr la autenticidad, el funcionamiento pleno, el funcionamiento, el
funcionamiento cabal, la autorrealización, es el objetivo de la psicoterapia de la vida misma.
Esto sería equivalente a lograr que una persona se mantenga sana física y mentalmente. Sería
igual a obtener el estado ideal de una persona.
¿Cuáles serían las características de esta persona de funcionamiento cabal? Rogers enuncia
algunas. La persona de funcionamiento cabal tiene: (ROGERS, Carl R. 1983: 168-175).
a) Mayor apertura a la experiencia. Descubrir y experimentar sentimientos, actitudes y
tendencias, "vivir" los estímulos, alejarse de las actitudes defensivas, actuar en congruencia
con las sensaciones orgánicas totales.
b) Tendencia al vivir existencias. Vivir el aquí y el ahora, vivir íntegramente cada momento:
"lo que yo sea y haga en el momento siguiente, dependerá de ese momento, y ni yo ni los
demás podemos predecirlo de antemano". Implica la ausencia de planeación, estructuración,
rigidez control. Requiere abrir el espíritu a lo que está sucediendo ahora.
c) Mayor confianza en el organismo. Lo que yo sienta que vale la pena hacerse, vale la pena
hacerse. Se debe confiar más en el organismo que en el intelecto.
DiCaprio (1992: 343) presenta un cuadro sumamente interesante que resume las
características de la persona de funcionamiento cabal en la teoría de Rogers.
La autorrealización vendría como una consecuencia de ser congruente, ser auténtico, ser una
persona de funcionamiento cabal.
XII. SUS FUNDAMENTOS TEÓRICO-FILOSÓFICOS:
Toda teoría se construye a partir de otras teorías, o bien de algunos principios de orden
filosófico, o bien de la observación empírica. Entre los fundamentos de la teoría de Rogers
encontramos:
Naturalismo: Una de las influencias más notorias (probablemente la más importante)
es el naturalismo, sobre todo de Rousseau. La idea de la bondad innata (ROGERS,
Carl R. 1977: 414) (ROGERS, Carl R. 1983: 75-102) en el hombre es una constante
que permea toda su teoría y da origen a varios de los conceptos más importantes. Esta
es la base de la terapia y del aprendizaje nodirectivos.
Psicoanálisis: Recibió tanto la influencia directa de Freud, como la de algunos
psicoanalistas no-freudianos, como Theodore Reich, Otto Rank y Karen Horney.
Entre sus profesores de esta línea se encontraban David Levy y Lawson Lowrey
(ROGERS, Carl R. 1983: 20) (DICAPRIO, Nicholas S. 1992: 322). Sus conceptos
como introyección, los conceptos de máscaras y fachadas, el proceso de valoración
orgánica y el mismo concepto de anormalidad tienen fuertes influencias de las ideas
de represión, neurosis, y del principio del placer del psicoanálisis.
Fenomenología, Gestalt y Teoría del Campo. A partir de estas teorías Carl Rogers
formula algunos de sus postulados centrales. El hombre está sujeto a un continuo
devenir. La realidad depende de campo perceptual, (ROGERS, Carl R. 1977: 410-
412) y por lo tanto, la realidad es un concepto individual. La conciencia consiste en la
percepción de mis experiencias sensoriales y viscerales. El campo perceptual
determina el comportamiento. Su concepto de congruencia también se deriva en
buena parte de estas teorías.
Existencialismo: Rogers consideraba a Kierkegaard como un amigo personal, que
continuamente le acompañaba (a pesar de los aproximadamente 100 años de distancia
que los separaron). La influencia del existencialismo en la teoría de Rogers es muy
amplia y notoria. Conceptos como "vivir el aquí y el ahora", el análisis existencial,
"ser lo que realmente se es" y aún el mismo título de su obra "El proceso de
convertirse en persona" expresan claramente la relación.
Pragmatismo: El pragmatismo norteamericano manifiesta su influencia en Rogers.
Quizás su manifestación más evidente esté en el proceso de terapia y el concepto de
aprendizaje significativo. Sólo aprenderemos lo que nos es útil (ROGERS, Carl R.
1983: 241-245).
Empirismo, experimentalismo: la base del conocimiento -y de la vida- es la
experiencia. La experiencia es el criterio superior que debe regir la misma vida
(ROGERS, Carl R. 1983: 32).
Influencias orientales: Rogers descubrió en fuentes orientales cierto paralelo con su
propia obra, especialmente con el budismo zen y las obras de Lao-Tse.
XIII. TEORÍA DE LA PERSONALIDAD
Se basa en los siguientes postulados:
1. Visión holista y optimista del ser humano
2. Comprender y mejorar la personalidad
3. Toda persona tiene un potencial de crecimiento cuyo objetivo es el desarrollo de sus
capacidades positivas.
4. El eje vertebral del comportamiento son los proceso motivacionales
5. La diferencia entre un persona sana y una desadaptada es la calidad de relación entre su yo
(ideales, valores, expectativas, intereses) y su experiencia.
6. La personalidad madura y equilibrada es el resultado del proceso de autorrealización, es
decir, del proceso de convertirse en persona para saber vivir el presente.
La teoría de Rogers se basa en años de experiencia con pacientes. Rogers comparte lo
siguiente con Freud: además de ser una teoría particularmente rica y madura (bien pensada) y
lógicamente construida tiene una variada gama de aplicación.
Sin embargo, no tiene nada que ver con Freud en el hecho de que Rogers considera a las
personas como básicamente buenas o saludables, o por lo menos no malas ni enfermas. En
otras palabras, considera la salud mental como la progresión normal de la vida, y entiende la
enfermedad mental, la criminalidad y otros problemas humanos, como distorsiones de la
tendencia natural. Además, tampoco tiene que ver con Freud en que la teoría de Rogers es en
principio simple.
En este sentido, no es solo simple, sino incluso ¡elegante! En toda su extensión, la teoría de
Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia
actualizante. Esto puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de
vida dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando
aquí solamente de sobrevivencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo
mejor de su existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.
Rogers resume en esta gran y única necesidad o motivo, todos los otros motivos que los
demás teóricos mencionan. Nos pregunta, ¿por qué necesitamos agua, comida y aire?; ¿por
qué buscamos amor, seguridad y un sentido de la competencia? ¿Por qué, de hecho,
buscamos descubrir nuevos medicamentos, inventar nuevas fuentes de energía o hacer nuevas
obras artísticas? Rogers responde: porque es propio de nuestra naturaleza como seres vivos
hacer lo mejor que podamos.
Es importante en este punto tener en cuenta que, a diferencia de cómo Maslow usa el término,
Rogers lo aplica a todas las criaturas vivientes. De hecho, algunos de sus ejemplos más
tempranos ¡incluyen algas y hongos! Piénsese detenidamente. ¿No nos sorprende ver cómo
las enredaderas se buscan la vida para meterse entre las piedras, rompiendo todo a su paso; o
cómo sobreviven los animales en el desierto o en el gélido polo norte, o cómo crece la hierba
entre las piedras que pisamos?
También, el autor aplica la idea a los ecosistemas, diciendo que un ecosistema como un
bosque, con toda su complejidad, tiene mucho mayor potencial de actualización que otro
simple como un campo de maíz. Si un simple bichito se extinguiese en un bosque, surgirán
otras criaturas que se adaptarán para intentar llenar el espacio; por otro lado, una epidemia
que ataque a la plantación de maíz, nos dejará un campo desierto. Lo mismo es aplicable a
nosotros como individuos: si vivimos como deberíamos, nos iremos volviendo cada vez más
complejos, como el bosque y por tanto más flexiblemente adaptables a cualquier desastre, sea
pequeño o grande.
No obstante, las personas, en el curso de la actualización de sus potenciales, crearon la
sociedad y la cultura. En sí mismo esto no parece un problema: somos criaturas sociales; está
en nuestra naturaleza. Pero, al crear la cultura, se desarrolló una vida propia. En vez de
mantenerse cercana a otros aspectos de nuestras naturalezas, la cultura puede tornarse en una
fuerza con derecho propio. Incluso, si a largo plazo, una cultura que interfiere con nuestra
actualización muere, de la misma manera moriremos con ella.
Entendámonos, la cultura y la sociedad no son intrínsecamente malas. Es un poco como los
pájaros del paraíso de Papúa en Nueva Guinea. El llamativo y colorido plumaje de los
machos aparentemente distrae a los depredadores de las hembras y pequeños. La selección
natural ha llevado a estos pájaros a cada vez más y más elaboradas alas y colas, de forma tal
que en algunas especies no pueden ni siquiera alzar el vuelo de la tierra. En este sentido y
hasta este punto, no parece que ser muy colorido sea tan bueno para el macho, ¿no? De la
misma forma, nuestras elaboradas sociedades, nuestras complejas culturas, las increíbles
tecnologías; esas que nos han ayudado a prosperar y sobrevivir, pueden al mismo tiempo
servirnos para hacernos daño e incluso probablemente para destruirnos.
Rogers desarrolla su teoría de la personalidad en base a un estudio psicológico del niño. En él
señala dos aspectos innatos:
a) De Motivación: emanado de la tendencia actualizante que propicia la autoconservación y
desarrollo que es propio de todo ser vivo.
b) De Control: basado en la valoración organísmica , que, mediante un proceso de
autorregulación procura la satisfacción equilibrada de las necesidades que provienen de la
tendencia actualizante.
Este es un mundo perceptual, es decir, un mundo formado por el conjunto de percepciones
que se tiene de él que se constituyen en su realidad; por lo cual, el individuo reacciona ante
este mundo, no por cómo es, sino por cómo lo percibe. Por otro lado, sus percepciones son
influenciadas progresivamente por su experiencia anterior. En el adulto, esta influencia es
más acusada, en función del mayor caudal de experiencia.
La base del desarrollo de la personalidad es el SÍ MISMO, AUTOCONCEPTO, YO o YO
REAL.
La teoría de Rogers no solo se centra en el campo de la psicología (interacciones entre el
terapeuta y cliente) sino que también aborda a otro tipo de interacciones como maestro-
alumno, jefe-subordinado, etc.
Su teoría se fundamente en los siguientes conceptos
Organismo
Representa el conjunto total de la persona, tanto en su vertiente psíquica cómo física, alberga el campo experiencial o fenoménico y también el sí mismo o autoconcepto. Roger nos dice que los orgnanismos saben que es bueno para ellos. Estamos provistos de los sentidos, gustos y las discriminaciones que necesitamos: Cuando tenemos hambre, buscamos comida, no cualquier comida sino aquella que nos sepa bien. La comida que sabe mal tiende a ser dañina e insana, discriminamos a través de los sabores buenos y malos; a esto lo llamamos valor organísmico. Si les dejamos a su libre albedrío, los animales buscarán aquello que es mejor para ellos; conseguirán la mejor comida y la consumirán en las mejores proporciones. Los bebés también quieren y gustan de aquello que necesitan.
a) El campo experiencial o fenoménico: incluye todo aquello que es experimentado por el organismo de modo consciente e inconsciente (suma total de experiencias), considerando las representaciones psicológicas de los impulsos fisiológicos (hambre y sed) así como la influencia momentánea del recuerdo, la experiencia pasada y el impacto de los estímulos internos en los órganos de los sentidos. Consiste de todo lo que está disponible en forma potencial para la conciencia en cualquier momento específico. El énfasis de Rogers es en la percepción de la realidad por parte del individuo.
b) El sí mismo o autoconcepto: es una parte del organismo diferenciada de modo gradual a través de la experiencia compuesta por las percepciones de las características del yo, de las características de las relaciones del yo con los demás y otros aspectos de la vida, junto con los valores ligados a estas percepciones. El sí mismo está en contaste cambio debido a las nuevas experiencias aunque no por eso deja de ser una “gestalt”, es decir un todo que es más que la mera suma de las partes. No importa cuanto pueda cambiar una persona a lo largo del tiempo ya que esta siempre retiene el sentido interno de que aún es la misma persona. Además de nuestra percepción sobre cómo somos, sobre nuestro “sí mismo real”, poseemos también nociones acerca de lo que nos gustaría ser o “sí mismo ideal” y tendemos a aproximarnos desde el “sí mismo real” al “sí mismo ideal” a través de la tendencia actualizadora.
Tendencia actualizante
Es la tendencia primaria del organismo para mantenerse, realizarse y mejorarse tanto él como
el sí mismo. Esta tendencia a la realización sigue las líneas trazadas por la genética y puede
ser influenciada por el temperamento. Es convertirse en lo que se trae al nacer, lo innato de la
personalidad. La tendencia actualizante no es no automático ni fácil, implica lucha e incluso
dolor. Esta tendencia sería para Rogers el principio motivacional. En resumen, el organismo siempre está motivado, y “listo para hacer algo”, siempre está buscando. Hay una fuente central de energía en el organismo
La tendencia actualizadora tiene las siguientes características:
a) Es innata: todos nacemos con ella, aunque el aprendizaje puede influir en el modo
específico de desarrollarla.
b) Es direccional: las personas actualizan capacidades positivas, es decir, aquellas que
sirven para mantener y mejorar el organismo. Las capacidades negativas, como por ejemplo
degradación y autodestrucción, no tienen que ver con la tendencia actualizadora, ni son una
característica de la persona; sino que son algo que procede del ambiente exterior.
c) Promueve la autonomía: ya que a través de la tendencia actualizadora la persona logra
internalizar un mayor nivel de autocontrol.
d) Se expresa de diversas formas: siendo la responsable de toda la diversidad y riqueza
psicológica del ser humano.
e) Promueve el crecimiento y la diferenciación: el niño al nacer es una totalidad débil,
dependiente e indiferenciada, ya que tiene una escasa diferenciación de las funciones
psicológicas y no tiene autoconcepto. La tendencia actualizadora posibilita que logre la
diferenciación que da lugar al sí mismo.
La Conducta
El comportamiento del individuo depende de la realidad subjetiva, no de condiciones
estimulantes. Es el “intento dirigido hacia el objetivo” por parte del organismo para satisfacer
sus necesidades conforme las percibe. Esta conducta dirigida hacia el objetivo es acompañada
por emociones que facilitan la tendencia actualizante. Las emociones positivas apoyan la
consecución del objetivo. Incluso las emociones que por lo general son consideradas
desagradables, tales como el temor o enojo, pueden tener un efecto positivo de integración y
concentración de la conducta hacia el objetivo.
El Yo Real
El concepto central de la teoría de la personalidad de Rogers es el YO, YO REAL, REAL
SELF, SÍ MISMO o AUTOCONCEPTO. El yo es inestable y mutable. Se compone de todas
las ideas, percepciones y valores que caracterizan al individuo; incluye la conciencia de
“quién soy” y “lo que puedo hacer”. Este yo percibido, a su vez, influye tanto en la
percepción del mundo como en la propia conducta.
Es el producto de la interacción del organismo con el ambiente, y en particular de la que se
tiene con otros significativos. Conforme los niños pequeños interactúan con su ambiente, en
el proceso de realización (tendencia actualizante), adquieren ideas de sí mismos, de su mundo
y de su relación con éste. Experimentan cosas que les gustan y disgustan y situaciones que
pueden o no pueden controlar. Aquellas experiencias que parecen aumentar el yo son
valuadas e incorporadas (introyectadas) en la imagen de sí mismos. Aquellas experiencias
que parecen amenazar al yo son negadas y consideradas ajenas a éste.
El Yo Ideal
Carl Rogers se refiere al yo ideal como “el concepto de sí mismo que cada persona anhela y
al cual le asigna un valor superior”, es decir, representa lo que la persona desea ser.
Cuando el yo ideal difiere del yo real, la persona se siente insatisfecha e inconforme y por
ende sufre de problemas neuróticos.
El yo ideal es a donde se dirigen todos los esfuerzos, a medida en que difiera de la conducta y
los valores reales. El yo ideal inhibe la capacidad de desarrollo.
El yo ideal puede convertirse en un obstáculo para la salud personal cuando difiere en gran
medida del yo real.
Poder Personal.
Carl Rogers comenzó a dirigirse a los contextos políticos y sociales; así, llamó poder personal
a la dimensión del método centrado en la persona, “LUGAR EN EL QUE SE EJERCE EL
PODER DE TOMAR DESICIONES”. El poder personal descansa sobre quien toma las
decisiones que, de manera consciente o inconsciente, regulan o controlan los pensamientos,
las emociones o la conducta de otros o de sí mismos.
Postula que los seres humanos poseemos la capacidad para usar el poder personal de manera
correcta y benéfica.
Congruencia
Se refiere al equilibrio que impera entre la experiencia, la comunicación y la conciencia. Un
alto grado de conciencia implica que la comunicación (lo que se expresa), la experiencia (lo
que ocurre) y la conciencia (lo que se percibe) son casi iguales o están al mismo nivel.
Ejemplo: Algunos niños presentan altos niveles de congruencia, expresan lo que sienten con
tal rapidez y precisión que, en gran medida, la experiencia, la comunicación y la conciencia
constituyen para ellos una y la misma cosa.
Incongruencia
La incongruencia ocurre cuando hay diferencias o desequilibrio entre la experiencia, la
comunicación y la conciencia. Ejemplo: “Porque te quiero, te pego”.
Cuando la incongruencia interviene entre la conciencia y la experiencia, se le denomina
represión o negación. Puede padecerse en forma de tensión, angustia o en los casos extremos,
desorientación y confusión.
Detalles
Rogers nos dice que los organismos saben lo que es bueno para ellos. La evolución nos ha
provisto de los sentidos, los gustos, las discriminaciones que necesitamos: cuando tenemos
hambre, encontramos comida, no cualquier comida, sino una que nos sepa bien. La comida
que sabe mal tiende a ser dañina e insana. Esto es lo que los sabores malos y buenos son:
¡nuestras lecciones evolutivas lo dejan claro! A esto le llamamos valor organísmico.
Rogers agrupa bajo el nombre de visión positiva a cuestiones como el amor, afecto, atención,
crianza y demás. Está claro que los bebés necesitan amor y atención. De hecho, muy bien
podría morirse sin esto. Ciertamente, fallarían en prosperar; en ser todo lo que podrían ser.
Otra cuestión, quizás exclusivamente humana, que valoramos es la recompensa positiva de
uno mismo, lo que incluye la autoestima, la autovalía y una imagen de sí mismo positiva. Es
a través de los cuidados positivos de los demás a lo largo de nuestra vida lo que nos permite
alcanzar este cuidado personal. Sin esto, nos sentimos minúsculos y desamparados y de
nuevo no llegamos a ser todo lo que podríamos ser.
De la misma forma que Maslow, Rogers cree que si les dejamos a su libre albedrío, los
animales buscarán aquello que es lo mejor para ellos; conseguirán la mejor comida, por
ejemplo, y la consumirán en las mejores proporciones posible. Los bebés también parecen
querer y gustar aquello que necesitan. Sin embargo, a todo lo largo de nuestra historia, hemos
creado un ambiente significativamente distinto de aquel del que partimos. En este nuevo
ambiente encontramos cosas tan refinadas como el azúcar, harina, mantequilla, chocolate y
demás que nuestros ancestros de Africa nunca conocieron. Estas cosas poseen sabores que
parecen gustar a nuestro valor organísmico, aunque no sirven para nuestra actualización.
Dentro de millones de años, probablemente logremos que el brócoli nos parezca más
apetitoso que el pastel de queso, pero para entonces no lo veremos ni tu ni yo.
Nuestra sociedad también nos reconduce con sus condiciones de valía . A medida que
crecemos, nuestros padres, maestros, familiares, la “media” y demás solo nos dan lo que
necesitamos cuando demostremos que lo “merecemos”, más que porque lo necesitemos.
Podemos beber sólo después de clase; podemos comer un caramelo sólo cuando hayamos
terminado nuestro plato de verduras y, lo más importante, nos querrán sólo si nos portamos
bién.
El lograr un cuidado positivo sobre “una condición” es lo que Rogers llama recompensa
positiva condicionada. Dado que todos nosotros necesitamos de hecho esta recompensa,
estos condicionantes son muy poderosos y terminamos siendo sujetos muy determinados no
por nuestros valores organísmicos o por nuestra tendencia actualizante, sino por una sociedad
que no necesariamente toma en cuenta nuestros intereses reales. Un “buen chico” o una
“buena chica” no necesariamente es un chico o una chica feliz.
A medida que pasa el tiempo, este condicionamiento nos conduce a su vez a tener una
autovalía positiva condicionada. Empezamos a querernos si cumplimos con los estándares
que otros nos aplican, más que si seguimos nuestra actualización de los potenciales
individuales. Y dado que estos estándares no fueron creados tomando en consideración las
necesidades individuales, resulta cada vez más frecuente el que no podamos complacer esas
exigencias y por tanto, no podemos lograr un buen nivel de autoestima.
Incongruencia
La parte nuestra que encontramos en la tendencia actualizadora, seguida de nuestra
valoración organísmica, de las necesidades y recepciones de recompensas positivas para uno
mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero yo (self). Es éste el verdadero “tú” que, si
todo va bien, vas a alcanzar.
Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia actualizante y
que estamos forzados a vivir bajo condiciones de valía que no pertenecen a la valoración
organísmica, y finalmente, que solo recibimos recompensas positivas condicionadas,
entonces tenemos que desarrollar un ideal de sí mismo (ideal del yo=yo ideal=yo no real).
En este caso, Rogers se refiere a ideal como algo no real; como algo que está siempre fuera
de nuestro alcance; aquello que nunca alcanzaremos.
El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal, el “yo soy” y el “yo debería
ser”, se llama incongruencia. A mayor distancia, mayor será la incongruencia. De hecho, la
incongruencia es lo que esencialmente Rogers define como neurosis: estar desincronizado
con tu propio self. Si todo esto les suena familiar, es porque ¡precisamente es de lo que habla
Karen Horney!
Defensas
Cuando te encuentras en una situación donde existe una incongruencia entre tu imagen de ti
mismo y tu inmediata experiencia de ti mismo (entre tu Ideal del yo y tu Yo) (a partir de este
momento utilizaremos indistintamente los conceptos de Ideal del Self, Ideal del Yo, Yo ideal,
etc. Para definir de forma más simple el mismo concepto exclusivamente con fines docentes,
aún sabiendo que estos conceptos son etimológicamente distintos según las distintas escuelas
psicológicas. N.T.) , te encontrarás en una situación amenazante. Por ejemplo, si te han
enseñado a que te sientas incómodo cuando no saques “A” en todos tus exámenes, e incluso
no eres ese maravilloso estudiante que tus padres quieren que seas, entonces situaciones
especiales como los exámenes, traerán a la luz esa incongruencia; los exámenes serán muy
amenazantes.
Cuando percibes una situación amenazante, sientes ansiedad. La ansiedad es una señal que
indica que existe un peligro potencial que debes evitar. Una forma de evitar la situación es,
por supuesto, poner “pies en polvorosa” y refugiarte en las montañas. Dado que esta no
debería ser una opción muy frecuente en la vida, en vez de correr físicamente, huimos
psicológicamente, usando las defensas.
La idea rogeriana de la defensa es muy similar a la descrita por Freud, exceptuando que
Rogers la engloba en un punto de vista perceptivo, de manera que incluso los recuerdos y los
impulsos son formas de percepción. Afortunadamente para nosotros, Rogers define solo dos
defensas: negación y distorsión perceptiva:
La negación significa algo muy parecido a lo que significa en la teoría freudiana: bloqueas
por completo la situación amenazante. Un ejemplo sería el de aquel que nunca se presenta a
un exámen, o que no pregunta nunca las calificaciones, de manera que no tenga que
enfrentarse a las notas finales (al menos durante un tiempo). La negación de Rogers incluye
también lo que Freud llamó represión: si mantenemos fuera de nuestra consciencia un
recuerdo o impulso (nos negamos a recibirlo), seremos capaces de evitar la situación
amenazante (otra vez, al menos por el momento).
La distorsión perceptiva es una manera de reinterpretar la situación de manera que sea
menos amenazante. Es muy parecida a la racionalización de Freud. Un estudiante que está
amenazado por las calificaciones y los exámenes puede, por ejemplo, culpar al profesor de
que enseña muy mal, o es un “borde”, o de lo que sea. (Aquí también intervendría la
proyección como defensa – según Freud- siempre y cuando el estudiante no se crea además
capaz de superar exámenes por inseguridad personal. N.T.) El hecho de que en efecto
existan malos profesores, hace que la distorsión sea más efectiva y nos pone en un aprieto
para poder convencer a este estudiante de que los problemas son suyos, no del profesor.
También podría darse una distorsión mucho más perceptiva como cuando uno “ve” la
calificación mejor de lo que realmente es.
Desafortunadamente, para el pobre neurótico (y de hecho, para la mayoría de nosotros), cada
vez que usa una defensa, crea una mayor distancia entre lo real y lo ideal. Se va tornando
cada vez más incongruente, encontrándose cada vez más en situaciones amenazantes,
desarrollando mayores niveles de ansiedad y usando cada vez más y más defensas...se vuelve
un círculo vicioso que eventualmente será imposible de salir de él, al menos por sí mismo.
Rogers también aporta un explicación parcial para la psicosis : ésta surge cuando “se rebosa
el caldero”; cuando las defensas se sobresaturan y el mismo sentido del self (la propia
sensación de identidad) se “esparce” en distintas piezas desconectadas entre sí. Su propia
conducta tiene poca consistencia y estabilidad de acuerdo con esto. Le vemos cómo tiene
“episodios psicóticos”; episodios de comportamientos extraños. Sus palabras parecen no
tener sentido. Sus emociones suelen ser inapropiadas. Puede perder su habilidad para
diferenciar el self del no-self y volverse desorientado y pasivo.
Desarrollo de la Personalidad
Rogers no plantea ninguna etapa específica del desarrollo de la personalidad de la infancia a
la edad adulta. Se centró en cómo las percepciones de otros impiden o facilitan la
autorrealización. Aunque la tendencia a realizarse (tendencia actualizante) sigue
determinantes genéticos. Rogers señaló que está sujeta a influencias ambientales intensas.
El niño pequeño tiene dos necesidades básicas: La consideración positiva de los demás y la
autoconsideración positiva
a) La Consideración Positiva de los Demás: Se refiere a ser amado y aceptado como uno
es. Los niños pequeños se comportan de tal manera que muestran una necesidad intensa de la
aceptación y amor de aquellos que los cuidan. Experimentan cambios significativos en su
conducta con el propósito de alcanzar la consideración positiva de los demás. Existen dos
tipos de consideración positiva:
a1) Incondicional: En una situación ideal, la consideración positiva de los demás es
incondicional, es dada en forma libre a los niños por lo que representan sin importar lo que
hagan. La consideración positiva incondicional no es contingente con ninguna conducta
específica.
a2) Condicional: Es dada bajo ciertas circunstancias. A los niños se les hace entender que
sus padres no los amarán al menos que piensen, sientan o actúen como ellos lo desean. En
tales casos el niño percibe al padre como una persona que impone condiciones de valor,
especificando con esto las condiciones bajo las cuales el niño será aceptado.
b) La Autoconsideración Positiva: Se da en forma automática si se ha recibido
consideración positiva incondicional. Los niños que son aceptados por lo que son, llegan a
percibirse a sí mismos en forma favorable y con aceptación. Sin embargo, es muy difícil
verse a uno mismo en forma positiva si es blanco continuo de crítica y desprecio.
Los autoconceptos inadecuados tales como los sentimientos de inferioridad o de estupidez
con frecuencia surgen debido a que una persona no ha recibido adecuada consideración
positiva de los demás.
En el curso del desarrollo, a cualquier experiencia que sea una variación negativa del
autoconcepto emergente se le niega su entrada al yo debido a que es amenazadora y produce
ansiedad y angustia.
Cuando a una experiencia se le niega la entrada al yo, no sólo es ignorada sino que es
falsificada ya sea con la pretensión de que no exista.
La investigación de cognición social coincide con la de Rogers en que la autopercepción es
importante en el desarrollo de la personalidad y que es necesaria la congruencia para la salud
psicológica. Más aún, la investigación ha demostrado que las personas tratan de verificar su
autoconcepto aunque este sea negativo.
Rogers creía que los padres apoyadores y un ambiente creativo pueden facilitar la adaptación
psicológica. Los individuos que han experimentado un desarrollo positivo tienen mayor
probabilidad de convertirse en personar de FUNCIONAMIENTO COMPLETO.
(La persona Funcional al completo)
LA PERSONA DE FUNCIONAMIENTO COMPLETO
Como Maslow, Rogers sólo se interesa por describir a la persona sana. La persona de
funcionamiento completo es aquella que funciona en el nivel óptimo de su capacidad, ya sea
como resultado de su desarrollo personal o del tratamiento psicológico. Rogers describió
cinco características de este tipo de personas:
1. Apertura a la experiencia. Esto sería lo opuesto a la defensividad. Es la percepción
precisa de las experiencias propias en el mundo, incluyendo los propios sentimientos.
También comprende la capacidad de aceptar la realidad, otra vez incluyendo los
propios sentimientos. Los sentimientos son una parte importante de la apertura puesto
que conllevan a la valoración organísmica. Si no puedes abrirte a tus propios
sentimientos, no podrás abrirte a la actualización. La parte difícil es, por supuesto,
distinguir los sentimientos reales de aquellos derivados de la ansiedad subsecuente a
cuestiones de valía personal.
2. Vivencia existencial. Esto correspondería a vivir en el aquí y ahora. Rogers,
siguiendo su tendencia a mantenerse en contacto con la realidad, insiste en que no
vivimos en el pasado ni en el futuro; el primero se ha ido y el último ni siquiera
existe. Sin embargo, esto no significa que no debamos aprender de nuestro pasado, ni
que no debamos planificar o ni siquiera soñar despiertos con el futuro. Simplemente,
debemos reconocer estas cosas por lo que son: memorias y sueños, los cuales estamos
experimentando ahora, en el presente.
3. Confianza organísmica. Debemos permitirnos el dejarnos guiar por los procesos de
evaluación o valoración organísmica. Debemos confiar en nosotros, hacer aquello que
creemos que está bien; aquello que surge de forma natural. Esto, como imagino que
podrán observar, se ha convertido en uno de los puntos espinosos de la teoría
rogeriana. La gente diría: “sí, no hay problema, haz lo que quieras”; o sea, si eres un
sádico, haz daño a los demás; si eres un masoquista, hazte daño; si las drogas o el
alcohol te hacen feliz, ve por ellos; si estás deprimido, suicídate...Desde luego esto no
nos suena a buenos consejos. De hecho, mucho de los excesos de los sesenta y setenta
fueron debidos a esta actitud. Pero a lo que Rogers se refiere es a la confianza en el
propio yo, en el “sí mismo” real; y la única manera que tienes para conocer lo que es
verdaderamente tu self es ¡abriéndote a la experiencia y viviendo de forma
existencialista! En otras palabras, la confianza organísmica asume que estás en
contacto con la tendencia actualizante.
4. Libertad de experiencia. Rogers pensaba que era irrelevante que las personas
tuvieran o no libre albedrío. Nos comportamos como si lo tuviéramos. Esto no quiere
decir, por supuesto, que somos libres para hacer lo que nos dé la gana. Estamos
rodeados de un universo determinista, de manera que aunque bata las alas tanto como
pueda, no volaré como superman. Realmente lo que significa es que nos sentimos
libres cuando se nos brindan las oportunidades para decidir y actuar. Rogers dice que
la persona de funcionamiento completo opera como agente de opción libre, reconoce
ese sentimiento de libertad y asume las responsabilidades de sus decisiones y
conductas. Se siente libre de forma subjetiva para percatarse de sus necesidades y
responder ante ellas de manera apropiada.
5. Creatividad. Si te sientes libre y responsable, actuarás acorde con esto y participarás
en el mundo. Una persona de funcionamiento completo, en contacto con la
actualización, se sentirá obligada por naturaleza a contribuir a la actualización de
otros. Esto se puede hacer a través de la creatividad en las artes o en las ciencias, a
través de la preocupación social o el amor paternal, o simplemente haciendo lo mejor
posible el trabajo propio. Además, la espontaneidad y flexibilidad característica de
estas personas les permiten adaptarse en forma adecuada a los cambios a su alrededor
y buscar experiencias y desafíos nuevos. La creatividad de Rogers es muy parecida a
la generatividad de Erikson.
XIII. PSICOTERAPIA
Carl Rogers es mejor conocido por sus contribuciones en el área terapéutica. Su terapia ha
cambiado en un par de ocasiones de nombre a lo largo de su evolución: al principio la llamó
no-directiva, ya que él creía que el terapeuta no debía guiar la paciente, pero sí estar ahí
mientras el mismo llevaba el curso de su proceso terapéutico. A medida que maduró en
experiencia, Carl se dio cuenta que mientras más “no-directivo” era, más influía en sus
pacientes precisamente a través de esa postura. En otras palabras, los pacientes buscaban una
guía en el terapeuta y lo encontraban aunque éste intentara no guiarles.
De manera que cambió el nombre a centrada en el paciente (también llamada terapia
centrada en el cliente. N.T.). Rogers seguía creyendo que el paciente era el que debía decir lo
que estaba mal, hallar formas de mejorar y de determinar la conclusión de la terapia (aunque
su terapia era “centrada en el paciente”, reconocía el impacto del terapeuta sobre el paciente).
Este nombre, desafortunadamente, supuso una cachetada en la cara para otros terapeutas: ¿es
que no eran la mayoría de las terapias “centradas en el paciente”?
Actualmente, a pesar de que los términos “no-directiva” y “centrada en el paciente” se
mantienen, la mayoría de las personas simplemente le llaman terapia rogeriana. Una de las
frases que Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo, no reconstructiva” y se apoya
en la analogía de aprender a montar en bicicleta para explicarlo: cuando ayudas a un niño a
aprender a montar en bici, simplemente no puedes decirle cómo, debe tratarlo por sí mismo.
Y tampoco puedes estarle sujetando para siempre. Llega un punto donde sencillamente le
dejas de sostener. Si se cae, se cae, pero si le agarras siempre, nunca aprenderá.
Es lo mismo en la terapia. Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo
que quieres que un paciente logre, no lo logrará si se mantiene dependiente de ti como
terapeuta. Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la vida
cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en la terapia parece
resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una persona
dependiente.
Existe solo una técnica por la que los rogerianos son conocidos: el reflejo. El reflejo es la
imagen de la comunicación emocional: si el paciente dice “¡me siento como una mierda!”, el
terapeuta puede reflejar esto de vuelta diciéndole algo como “Ya. La vida le trata mal, ¿no?”
Al hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se
está preocupando lo suficiente como para comprenderle.
También el terapeuta está permitiendo que el paciente se dé cuenta de lo que él mismo está
comunicando. Usualmente, las personas que sufren dicen cosas que no quieren decir por el
hecho de que al sacarlas los hacen sentir mejor. Por ejemplo, una vez una mujer entró en mi
consulta y dijo “¡Odio a los hombres!” Le reflejé diciéndole: “¿Odia a todos los hombres?”
Ella contestó: “Bueno, quizás no a todos” Ella no odiaba a su padre, ni a su hermano y por
continuidad, ni a mí. Incluso con esos hombres a los que “odiaba”, se dio cuenta luego que en
la gran mayoría de ellos no sentía hasta el punto de lo que la palabra “odio” implica. De
hecho, mucho más adelante se percató de que lo que sentía era desconfianza hacia los
hombres y de que tenía miedo de que le trataran como lo hizo un hombre en particular.
De todas formas, el reflejo debe usarse cuidadosamente. Muchos terapeutas novatos lo usan
sin sentirlo o sin pensarlo, repitiendo como loros las frases que salen de la boca de sus
pacientes. Luego creen que el cliente no se da cuenta, cuando de hecho se ha vuelto el
estereotipo de la terapia rogeriana de la misma manera en que el sexo y la madre lo han hecho
en la terapia freudiana. El reflejo debe surgir del corazón (genuino, congruente).
13.1. CONDICIONES PARA EL TRABAJO TERAPÉUTICO
Según Rogers, para que un terapeuta sea efectivo debe poseer tres cualidades especiales:
1. Empatía: Capacidad de experimentar los sentimientos de otra persona como si fueran
propios; ésto, sin olvidar que es un supuesto. Por medio de la empatía el terapeuta es
capaz de “ponerse en los zapatos del cliente” sin tratar de adoptar sus actitudes o
perder las propias.
2. Aceptación: El terapeuta no plantea ninguna condición de valor. La aceptación
significa en esencia el reconocimiento, sin juicios, de sí mismo y de la otra persona.
Por medio de la aceptación el terapeuta le permite actuar de modo libre a la otra
persona.
3. Autenticidad: El terapeuta efectivo es auténtico, integrado, libre y profundamente
consciente de las experiencias dentro de la relación. No necesita ser un modelo de
salud mental perfecta en todos los aspectos de su propia vida, puede tener errores y
dificultades en algunas situaciones, pero dentro de la relación terapéutica necesita ser
congruente.
Rogers dice que estas cualidades son “necesarias y suficientes”. Si el terapeuta muestra
estas tres cualidades, el paciente mejorará, incluso si no se usan “técnicas especiales”. Si el
terapeuta no muestra estas tres cualidades, la mejoría será mínima, sin importar la cantidad de
técnicas que se utilicen. Ahora bien, ¡esto es mucho pedir a un terapeuta! Simplemente son
humanos, y con frecuencia bastante más “humanos” que otros. Es como ser más humanos
dentro de la consulta que lo que normalmente somos. Estas características deben dejarse ver
en la relación terapéutica.
Estamos de acuerdo con Rogers, aunque estas cualidades sean bastante demandantes.
Algunas de las investigaciones sugieren que las técnicas no son tan importantes como la
personalidad del terapeuta, y que, al menos hasta cierto punto, los terapeutas “nacen”, no se
“hacen”.
13.4. RESPUESTAS A LAS COMUNICACIONES EMOCIONALES
La dirección de la terapia es determinada por el cliente, él determina qué se discutirá, cuándo
y en qué medida. Es por eso que la forma de la terapia de Rogers ha sido denominada
“centrada en el cliente”
En la terapia rogeriana el terapeuta comunica la actitud de aceptación en gran medida a
través de declaraciones que reflejan los sentimientos del cliente
Esto se puede evidenciar mejor si se distinguen las diferentes clases de respuestas o
comunicaciones emocionales entre el cliente y el terapeuta:
13.4.1. Respuesta Evaluativa: Coloca un juicio de valor en los pensamientos, sentimientos,
deseos o conducta de las personas. Las respuestas evaluativas pueden ser utilizadas cuando al
oyente se le pide de manera específica que dé una opinión o que revele valores o actitudes.
Sin embargo, debido a que estas respuestas emiten un juicio de valor tienden a quitar una
actitud de aceptación básica del otro individuo.
13.4.2 Respuesta Interpretativa: Es un esfuerzo por parte del oyente para comunicar al
hablante cual es el problema en realidad o cómo cree que se siente el hablante respecto a la
situación
13.4.3 Respuesta Tranquilizadora: Cuando el oyente intenta calmar los sentimientos
originales del hablante. Implica que éste no necesita sentirse de esa forma.
13.4.4 Respuesta Exploratoria: Busca más información. La información adicional puede ser
muy útil para ayudar al oyente a entender el problema.
13.4.5 Respuesta Reflexiva: La intensión del oyente es captar y declarar los sentimientos
subyacentes del hablante que son evidenciados en la comunicación original. Estas respuestas
son muy importantes porque le sugieren al hablante que el oyente está interesado y entiende
lo que él o ella están tratando de decir.
CRÍTICAS A LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
El principal cuestionamiento que se le ha hecho a las aproximaciones psicológicas de esta
corriente es su falta de rigor teórico. Esto es motivado principalmente por la crítica a los
modelos académicos de adquisición del conocimiento, los psicólogos humanistas
privilegiaron la experiencia directa y el aprendizaje vivencial en sus centros de formación.
La crítica que la psicología humanista hizo a la psicología de la época, en cuanto a un
centramiento excesivo en la naturaleza racional humana, redundó, a la larga, en el desarrollo
escaso de teoría o teorías muy vagamente fundamentadas.
Actualmente existe conciencia de esta crítica por parte de los psicólogos que se consideran
humanistas, por lo que muchos han iniciado un proceso de búsqueda de fundamentos teóricos
más profundos, principalmente epistemológicos,
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CRITICA A LA TEORIA HUMANISTA DE CARL ROGERS
La idea de que el hombre es bueno por naturaleza es una importación que hace Rogers fielmente del naturalismo de Rousseau, quien afirmaba que el hombre nace bueno y orientado al bien. Es la sociedad y sus instituciones quienes lo corrompen. En palabras de Rousseau (en: FERMOSO, Paciano. 1985: 345).
"Establecemos como principio indiscutible que los primeros movimientos de la naturaleza son siempre rectos: no existe perversidad original en el corazón humano; podríamos decir como y por dónde entraron cada uno de los vicios que encontramos en él... Se convierte en bueno o malo sólo por el uso que de él se haga y por las relaciones que se le conceden..."
El tema del naturalismo es muy amplio, pero para éste efecto basten sólo algunas observaciones.
Desde luego, el hombre aspira al bien, pero su naturaleza, dañada por el pecado original, no está inclinada en ese sentido. No se requieren de muchas disquisiciones o argumentos para demostrar este hecho que es más o menos evidente a simple vista. Para que el hombre se convierta en un verdadero hombre, un hombre sano, un buen ciudadano, un hombre de bien, requiere dominar sus inclinaciones (no dejarse llevar por ellas), poner y aceptar límites a su comportamiento, necesita de la disciplina (tanto impuesta desde fuera como autoimpuesta), requiere de un sistema de valores que le den sentido a su vida y a los conceptos mismos de "buen hombre" y "buen ciudadano". Requiere de normas fundamentadas en el "deber ser".
De entre toda nuestra experiencia elijamos cualquier ejemplo o prototipo de "buen hombre", "hombre íntegro", "hombre cabal" y veamos si los calificativos de bueno, íntegro o cabal son consecuencia de que ha obrado siguiendo todos sus impulsos o inclinaciones naturales, de que ha actuado con absoluta libertad y que no ha tenido restricciones de ningún tipo. La verdad es que este calificativo se le otorga a la persona disciplinada, que reconoce y acepta el valor de las normas, que actúa libre, pero también responsablemente.
Habría otra manera muy objetiva de probar esta hipótesis de Rogers. Consistiría en dejar a nuestros hijos o a nuestros alumnos hacer lo que quieran. Que sigan sus impulsos naturales. No se deben corregir. No se les oriente. ¿Podemos esperar que ellos se eduquen por sí mismos?
Otra observación más. Se han dado algunas experiencias educativas sobre esta línea y, desde luego, surgen las lógicas interrogantes sobre sus resultados. ¿Dónde están las generaciones de "hombres de funcionamiento cabal" formados en las "escuelas de la libertad"?, (como en el ensayo de Summerhill) ¿Dónde están los líderes, los sabios, o al menos los buenos hombres y buenos ciudadanos que destaquen por sus hechos? Se supone que ellos tuvieron la oportunidad de "actualizar sus tendencias", casi en ausencia de restricciones.
Algunas observaciones con respecto a la concepción de Rogers sobre el hombre y su entorno en un cambio continuo. La Teoría del devenir nos lleva por cuatro vertientes distintas a un mismo callejón sin salida:
a) El hombre en un continuo proceso evolutivo y su consecuente y lógica dificultad y hasta imposibilidad de conocerlo y comprenderlo. No sólo se trata de un proceso evolutivo histórico, sino más bien de un proceso continuo de cambio personal. Día con día la persona es distinta, en un mundo muy propio. No sólo cambia lo accidental, sino también lo esencial. ¿Cómo comprender un fenómeno que se hace y se reconstruye continuamente?
b) La imposibilidad de la ciencia, puesto que no habría verdades ni leyes objetivas e inmutables. Al igual que el hombre, la ciencia y las verdades científicas son relativas. ¿Cómo construir el edificio de la ciencia sobre arenas movedizas?
c) El relativismo axiológico y moral, en el que no habría bienes ni valores objetivos y absolutos. El bien y el mal son relativos. Dependen de mi concepto personal de bueno y malo. Si la educación tiene como una de sus finalidades buscar el perfeccionanúento del hombre, bajo esta perspectiva será una meta inalcanzable, por la dificultad que implicaría el ponerse de acuerdo sobre los conceptos de bien y bueno.
d) Negación de cualquier teleología: la pérdida de la finalidad, el sentido y la razón de ser de las cosas:¿Para qué la ciencia? ¿Para qué existe el hombre? ¿Por qué vivir?
El resultado último de esta postura es la idea y de un hombre sin esencia y sin trascendencia, y sin la posibilidad de acceder a la verdad (CERSÓSIMO, P. Luis Ángel. 1980).
"Sostenida la concepción de que la realidad se agota en el fenómeno y que el cambio es única y absoluta realidad, se llega a la concepción del ser humano como un ser más dentro del proceso de la naturaleza... esto lleva a posiciones, a situaciones sin salida en cuanto a que sus propias ideas carecerían de valor en el futuro, ya que serían el producto de un momento de la evolución mental o biológica del individuo, por consiguiente el resultado lógico sería el escepticismo gnoseológico y la
imposibilidad de la ciencia, o a lo sumo la concepción de la ciencia como mero resultado estadístico cuya validez estaría limitada a un corto período histórico".
Analizada fríamente, esta teoría constituye un ataque frontal a la cultura en general y a la cultura occidental de manera particular. Si siguiéramos por este rumbo definitivamente no llegaríamos a ningún lado.
La argumentación del cambio continuo encierra en sí misma una contradicción: ¿Es verdad que todo está sujeto a un continuo cambio? ¿Esta verdad es inmutable?
Contraria a la teoría del devenir se encuentra la sostenida por Aristóteles y la Escolástica, sobre la substancia y accidente. Lo esencial en los seres permanece, lo occidental cambia. Lo que hace a una idea, cosa o persona ser lo que es, permanece. Las cualidades o características que le acompañan son las que pueden cambiar.
Desde luego que el hombre cambia, pero no esencialmente. Sus características y cualidades pueden ser variables, pero su ser de hombre, no.
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Con respecto a su vida académica, Carl R. Rogers trabajó para la Universidad Estatal de Ohio, la Universidad de Chicago y la Universidad de Wisconsin. Además fue miembro del Western Behavioral Sciences Institute en la jolla, California, y fundó ahí mismo el Centro de Estudios para la Persona. Recibió varios reconocinúentos por su labor como psicólogo en los Estados Unidos. En cuanto a su vida personal resalta el hecho de haber sido educado en el seno de una familia con fuertes convicciones religiosas, principios de los que carece y con los que antagoniza, su teoría educativa.
Las principales influencias en la construcción de su teoría son: el naturalismo de Rousseau, el psicoanálisis de Freud, la teoría del devenir (tomada principalmente de la fenomenología y la teoría del campo), el existencialismo, el pragmatismo y el empirismo.
Rogers supone que el hombre es bueno por naturaleza, que tiene una tendencia básica a actualizar sus potencias y que si se le deja actuar libremente y sin restricciones, lo que haga, estará bien.
Parte del principio de que la educación no debe ser directiva. No se le puede enseñar a otro, es el otro el que debe aprenderlo. Educar directivamente resulta perjudicial para el niño.
No es válido enseñar o imponer normas o valores al niño. Esto es introyectar. Es la persona la que debe descubrir y elegir sus propios valores.
La educación es un proceso eminentemente individual, porque las necesidades son individuales. El mejor punto de vista para comprender al niño es desde su propio marco de referencia.
La anormalidad surge por las discrepancias entre el yo real y la percepción del yo. La solución es que el individuo se reconozca y se acepte tal como es.
La realidad es un concepto subjetivo. El campo perceptual de una persona contiene su realidad. El hombre actúa de acuerdo con su realidad.
La sensación orgánica total es más digna de crédito que el intelecto. Cuando sentimos que una determinada actividad es valiosa, efectivamente vale la pena.
No hay verdades absolutas en la ciencia. No se pueden extraer conclusiones de carácter general, sólo describir relaciones entre los acontecimientos observados. La ciencia sólo existe en las
personas, por lo tanto es subjetiva. Los hallazgos de la investigación, son válidos exclusivamente para el investigador. Es un error tratar de mostrar algo a otra persona.
La persona de funcionamiento cabal es aquella que tiene mayor apertura a la experiencia, que vive el aquí y el ahora, que se aleja de máscaras y apariencias y de los "debes" y "debieras". Por el contrario, confía en sus intuiciones, sentimientos y emociones, sigue los caminos en que se siente bien, acepta y aprecia la verdad del yo y aumenta el respeto propio.
El alumno sólo aprende lo que le resulta significativo, útil, lo que está vinculado con sus propias necesidades. Sólo él conoce sus necesidades, por lo que la educación formal (con grados, exámenes, currículum) no responde a sus exigencias.
Respondiendo a la interrogante inicial en cuanto a la pertinencia de sus ideas en el proceso educativo encontramos muchas limitaciones:
Parte de una idea errónea sobre la naturaleza del niño. Por sí solo, sin guía, sin ayuda, es muy difícil que logre su propio perfeccionamiento.
La educación, por definición, requiere ser directiva. Educar es guiar. Y es también una responsabilidad de padres y maestros. Éstos tienen la autoridad para enseñar.
Sin duda, la formación de valores es una tarea imprescindible de la educación. Los valores deben ser transmitidos al niño y debe vigilarse su proceso de formación.
Si bien la educación tiene una dimensión personal, también posee otra dftnensión social. No se puede entender una sin la otra, con riesgo de incurrir en serios errores: socialismo o individualismo.
Una persona normal no puede ser definida sólo en términos de la congruencia entre lo que es realmente y lo que se piensa que es. Antes bien, una persona debería ser considerada "cabal" o "autorrealizada", en cuanto su yo real se acerque más al deber ser.
La realidad no puede ser considerada subjetivamente. El concepto realidad se refiere a lo real, lo que es, no lo que aparenta ser. Hay un error muy grave en Rogers al confundir la realidad con la apariencia de lo real.
Si suplantamos a la razón por el sentimiento, se concluye cualquier cosa. No hay verdades, no hay ciencia. Esta idea de Rogers constituye un serio atentado contra la lógica, contra orden, contra la naturaleza racional del hombre.
Si bien es cierto que el alumno debe encontrar o descubrir el sentido o significado de lo que aprende, esto no significa que sus intereses o necesidades sean el único criterio para elegir lo que debe aprender o no. La educación familiar sienta las bases de su desarrollo. El niño no tiene la suficiente madurez para elegir lo que le conviene.Los padres tienen la responsabilidad de orientar su desarrollo e instruirlo en las verdades fundamentales. La educación formal, aún con todas sus limitaciones, contiene los elementos básicos que un niño debe aprender para poder convivir socialmente y ser un hombre útil a sí mismo y a la sociedad.
Tras los atractivos enunciados de Rogers hay una serie de ideas y opiniones que representan serias amenazas para las instituciones sociales, principalmente para la familia y la educación.
LINKOGRAFÍA
TEXTO
1) http://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Rogers
2) http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_humanista
3) http://kepler.uag.mx/temasedu/CarlR.htm criticas
4) http://webspace.ship.edu/cgboer/rogersesp.html
4) http://itziarzubillaga.net/bpe/notas/add/Carl_Rogers.pdf
VIDEOS
5) http://www.youtube.com/watch?v=BXmYpHzoaXU
6) http://www.youtube.com/watch?v=ebjSY0rZuW4
CONCEPTO DE CONOCIMIENTOS EN SLIDESHare http://www.slideshare.net/LYZZSWEET/carl-rogers-
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